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Sofía de Jesucristo Commons-emblem-question book orange.svg Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada, como revistas especializadas, monografías, prensa diaria o páginas de Internet fidedignas. Este aviso fue puesto el 17 de octubre de 2007. Puedes añadirlas o avisar al autor principal del artículo en su página de discusión pegando: {{subst:Aviso referencias|Sofía de Jesucristo}} ~~~~ Sofía de Jesucristo es el cuarto tratado del códice III de Nag Hammadi (NH III, 4,90-119). El escritor parece un setita gnóstico. Influjos[editar] La Sofía de Jesucristo está evidentemente en función de Epístola de Eugnostos, ambos hallados en Nag Hammadi (en dos copias diferentes para cada uno). La Sofía de Jesucristo transforma Eugnostos en un diálogo con Jesús. La noción de tres hombres divinos en la jerarquía divina parece basarse en Génesis 1-3 (hombre inmortal = dios; hijo de hombre = Adam; hijo de Set = salvador). Debido a la presencia de Set, Eugnostos debe ser tenido como un escrito setita. Sin embargo, debido a que no es gnóstico tradicional y carece de otros elementos de la idea setita desarrollada, puede ser caracterizado como proto-setita solamente. La idea religiosa egipcia también parece haber influido en su imagen de la esfera supracelestial. Por tanto, el lugar probable de su origen es Egipto. Una cita muy temprana señala que estoicos, epicúreos y astrólogos son llamados “todos los filósofos”. Esa caracterización habría sido apropiada en el siglo I a.e.c., pero no después. Eugnostos y Sofía de Jesucristo pueden haber influido en los Setitas – Ofitas descritos por Ireneo de Lyon. Algunos han propuesto el influjo de Eugnostos sobre el Valentinianismo.

Sofía de Jesucristo

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descripcion de un libro gnostico que habla de las enseñanzas de jesus

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Page 1: Sofía de Jesucristo

Sofía de Jesucristo

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Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada, como revistas especializadas, monografías, prensa diaria o páginas de Internet fidedignas. Este aviso fue puesto el 17 de octubre de 2007.

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Sofía de Jesucristo es el cuarto tratado del códice III de Nag Hammadi (NH III, 4,90-119). El escritor parece un setita gnóstico.

Influjos[editar]

La Sofía de Jesucristo está evidentemente en función de Epístola de Eugnostos, ambos hallados en Nag Hammadi (en dos copias diferentes para cada uno). La Sofía de Jesucristo transforma Eugnostos en un diálogo con Jesús. La noción de tres hombres divinos en la jerarquía divina parece basarse en Génesis 1-3 (hombre inmortal = dios; hijo de hombre = Adam; hijo de Set = salvador). Debido a la presencia de Set, Eugnostos debe ser tenido como un escrito setita. Sin embargo, debido a que no es gnóstico tradicional y carece de otros elementos de la idea setita desarrollada, puede ser caracterizado como proto-setita solamente. La idea religiosa egipcia también parece haber influido en su imagen de la esfera supracelestial. Por tanto, el lugar probable de su origen es Egipto. Una cita muy temprana señala que estoicos, epicúreos y astrólogos son llamados “todos los filósofos”. Esa caracterización habría sido apropiada en el siglo I a.e.c., pero no después. Eugnostos y Sofía de Jesucristo pueden haber influido en los Setitas – Ofitas descritos por Ireneo de Lyon. Algunos han propuesto el influjo de Eugnostos sobre el Valentinianismo.

Lugar y fecha de composición[editar]

No sorprendería si Sofía de Jesucristo se hubiera escrito poco después del advenimiento del Cristianismo en Egipto - la última mitad del siglo I. Esa posibilidad es respaldada por el tono no polémico del tratado.

Categoría: Manuscritos de Nag HammadiEpístola de Eugnostos

Artículo principal: Manuscritos de Nag Hammadi

Epístola de Eugnostos es el primer tratado del códice V y el tercero del códice III de Nag Hammadi (NH III, 2 y V 1-17). El escritor es un setita gnóstico. El texto sólo ha sobrevivido en la biblioteca del

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Nag Hammadi, en la que está por duplicado. No es un apocalipsis como el resto de los escritos de este códice, sino una epístola.

Índice [ocultar]

1 Aspectos literarios

2 Contenido

3 Fecha y lugar de composición

4 El texto

5 Véase también

Aspectos literarios[editar]

Para anunciar la existencia de un Dios trascendente, un Dios desconocido para todos, incluyendo los sabios de este mundo, y que no es, entonces, el creador del mundo, Eugnostos asume el género retórico del elogio.

Usando un lenguaje entre filosófico e hímnico, muestra al Dios trascendente que reina desde lo alto sobre todos, es decir, sobre el universo espiritual. Se nota una gran coherencia en la organización del Tratado que progresa de lo que está escondido a lo que es manifestado, y cuyo principio principal, recurrente entre los gnósticos, es la necesidad de descubrir al invisible en el visible, que es solamente posible a través de una revelación. En otras palabras, solamente el final de la revelación revela la identidad de este Dios desconocido y su mundo espiritual, que se ha revelado aquí abajo.

Contenido[editar]

El tema básico es la generación, en el sentido del parto espiritual, con sus consecuencias: dar forma y nombre. Mientras el primer principio es sin forma o nombre, se revela separando de sí mismo la forma (o el nombre divino que tiene una forma específica) para dar forma y nombre a cada uno de los espirituales. Esta forma es el hombre primigenio, cuya manifestación final es el Salvador. Aquí se halla la doctrina del hijo, así como aquello de las formas y nombres de los eones. Toda la revelación puede ser resumida por la frase de Clemente de Alejandría en los pasajes de Teodoto (26,1) que afirma que la parte invisible de Jesús es el nombre, y la parte visible, la iglesia de Alejandría. La iglesia visible, que ha caído en el caos inferior, revela el nombre invisible que da la forma y la iluminación.

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Eugnostos también se caracteriza por la importancia que da al mito del hombre primigenio, tan distinto del terrestre y manifestación del Dios supremo. Este mito, sin embargo, es unido atentamente a la doctrina filosófica de la generación autoengendrada del segundo principio divino, una creencia generalizada en todo el Imperio romano durante el siglo I. El texto de Eugnostos, cuyo vocabulario filosófico es asombrosamente preciso, permite una aclaración de la noción de autoengendrado, una de las ideas filosóficas que los gnósticos plagiaron para explicar la doctrina del Salvador salvado. El análisis de Eugnostos toca, entonces, una pregunta ferozmente debatida desde la escuela de Historia de las Religiones en Alemania respecto a los enlaces entre el Cristianismo y el Gnosticismo, especialmente con respecto al mito del hombre celeste o el salvador - redentor.

Fecha y lugar de composición[editar]

Eugnostos puede haberse escrito en Alejandría, ya que se parece al judaísmo decididamente platónico encontrado en Filón de Alejandría y enseña un Cristianismo muy adecuado para tal ambiente. Los textos principales sobre los que el texto está basado vienen de las escrituras judías. Esto demuestra su antigüedad, tanto como su audiencia futura. Las doctrinas filosóficas medio-platónicas del texto, tanto como sus paralelos con otra literatura patrística, demuestran una fecha del siglo II.y

El texto[editar]

Sobre el Principio y sus dos primeras emisiones escribe:

El que es, es inefable. Ningún principado lo ha conocido, ni autoridad, ni subordinación, ni naturaleza desde la fundación del mundo, salvo él sólo […]. Ninguno lo gobierna […]. Es innominable […]. Es llamado ‘Padre del Todo’ […] abarca a las Totalidades de las Totalidades y nada lo abarca, porque es Intelecto total, Pensamiento, Intención, Discernimiento, Discurso y Potencia. Todos ellos son potencias iguales. Son las fuentes de las Totalidades y su género es universal y del primero al último están en el Preconocimiento del Inengendrado, porque todavía no habían llegado a la manifestación […]. El Señor del Todo no es llamado ‘Padre’ de acuerdo con la Verdad, sino ‘Prepadre’. Se ve en sí mismo, como un espejo, habiendo aparecido en su semejanza en tanto que Padre en sí mismo (autopátor), o sea, Autoengendrador y Enfrente de la vista (antopós), puesto que ha mirado desde enfrente al Preexistente inengendrado. Es indudablemente de la misma edad del que le es anterior, pero no es igual a él en poder. Después manifestó múltiples que miran de frente, autogenerados, de igual edad y poder, existiendo en

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gloria e incalculables, que son llamados ‘la generación sobre la que no hay reino entre los reinos que existen.