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Sumario - Diócesis de San Juan de los Lagos

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Sumario

TEMARIO DE FIESTAS PATRONALES 2012-2013

Presentación .................................................................................................................... 1

Ubicación ........................................................................................................................ 2

Día 1: «La puerta de la fe está siempre abierta para todos» ................................................. 3

Día 2: Nuestra fe profesa al único Dios verdaderoque es Padre, Hijo y Espíritu Santo. ....................................................................... 5

Día 3: El Bautismo abre la puerta de la fee inicia un camino que dura toda la vida. .................................................................. 7

Día 4: Por la fe,María realizó la gran misión que Dios le confió. ....................................................... 9

Día 5: Por la fe,los Apóstoles dejaron todo para seguir al Maestro. .................................................. 11

Día 6: Por la fe,los discípulos formaron la primera comunidad cristiana. ........................................... 13

Día 7: Por la fe,los mártires entregaron su vida como testimonio de la verdad. ................................. 15

Día 8: Por la fe,hombres y mujeres han consagrado su vida a Cristo dejándolo todo. .......................... 17

Día 9: Por la fe, hombres y mujeres de toda edad han confesado a lo largo de los siglosla belleza de seguir al Señor. Hoy también nosotros vivimos por la fe. ...................... 19

Pastoral ProféticaCodipapro y Vocalía de Elaboración de Materiales

Diocesis de San Juan de los Lagos

pág. 1

FIESTAS PATRONALES

TEMARIO DE FIESTASPATRONALES

2012-2013Lema:

«La puerta de la fe está siempre abierta para todos» cf. Hch 14, 27; PF 1.

Objetivo:

«Introducir a nuestras comunidades en la vivencia del Año de la Fepara alcanzar desde Jesucristo, parroquias renovadas en su identi-dad y misión»

FIESTAS PATRONALES

pág. 2

¡La fe! Es verdaderamenteuna puerta.

«La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios ypermite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros.

Por medio de este sencillo material pretendemos: «Introducir a nuestras comunidades enla vivencia del Año de la Fe para alcanzar desde Jesucristo, parroquias renovadas en suidentidad y misión»

Somos conscientes de que la Evangelización y Catequesis de los tiempos fuertes, enespecial de las Fiestas Patronales de nuestras comunidades, debe ser un espacio privilegiadode encuentro con Jesucristo y de encuentro con los hermanos, que debemos aprovechar almáximo.

Una vez que hemos celebrado nuestra XVIII Asamblea Diocesana de Pastoral en vistas acontinuar en comunión y participación nuestro Proceso Diocesano Pastoral con el V Plan dePastoral, es necesario, inspirados desde el Magisterio de su Santidad Benedicto XVI: «Lapuerta de la fe», que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en suIglesia, está siempre abierta para nosotros (PF 1), estar invitados a reforzar los cimientos denuestra fe, haciendo de nuevo entrar por la puerta de la fe, a los hermanos bautizados más nosuficientemente evangelizados y también de primer ingreso a los no bautizados, con laseguridad del acompañamiento por parte de la Iglesia, de un camino continuado a seguir hastallegar a la madurez y plenitud de la fe en Jesucristo.

Queremos con este material, apoyar e impulsar el trabajo evangelizador que nuestradiócesis en sus seis «puntos focales» está fuertemente invitada a discernir, iluminar, y trabajarpara dar a Jesucristo los frutos según su corazón.

Les recordamos a nuestros hermanos sacerdotes y laicos que: Este material es solo un sencillo instrumento de apoyo para la organización de la

Evangelización de las Fiestas Patronales de las Comunidades. Está elaborado y estructurado conforme a lo que estamos viviendo pastoralmente en

nuestra Diócesis y, lo que por indicación, nos ha señalado realizar nuestro ObispoFelipe Salazar. Por lo tanto requiere atenta lectura, profundo enriquecimiento con la realidad y con

los puntos focales surgidos en la Asamblea Diocesana de Pastoral, así como de losvalores, tareas y frutos que nuestras Asambleas Parroquiales de Pastoral, queiluminados por el Espíritu Santo estemos urgidos a realizar. Son nueve esquemas desarrollados de la siguiente manera: Título, introducción,

sugerencia de esquemas para las celebraciones eucarísticas, datos de la realidad quevivimos, textos del Magisterio de la Iglesia, de nuestro IV Plan Diocesano de pastoraly de otros autores, desafíos pastorales a tener en cuenta y proyección en la celebración.

Esperamos sean estos esquemas, instrumento muy sugestivo para prender la chispaevangelizadora de las fiestas patronales de nuestras comunidades.

A Dios sea la gloria.CoDiPaPro y Vocalía

de Elaboración de Materiales

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FIESTAS PATRONALES

1. Introducción.«La puerta de la fe», que introduce en la vida

de comunión con Dios y permite la entrada en suIglesia, está siempre abierta para nosotros (PF1). El Señor nos invita a entrar en su Iglesia, perono debemos permanecer en el umbral; es nece-sario avanzar para progresar día a día, en sugracia.

Cuando Dios revela, elhombre tiene que «some-terse con la fe», por la queel hombre se entrega en-tera y libremente a Dios.La respuesta propia delhombre al Dios que hablaes la fe. La fe nace delmensaje, y el mensajeconsiste en hablar de Cris-to (cfr. VD 25).

Misa sugerida: Por di-versas necesidades, «Porla unidad de los cristia-nos B», Misal Romanopágina 748.

2. La Palabra de Diosnos dice.Citas sugeridas:

Primera Lectura: Hch 10, 34-43. Crucifi-caron a Jesús y lo mataron; pero Dios loresucitó al tercer día. (Leccionario III,pág. 643, No. 462). Del Salmo 14. R/. ¿Quién será grato a tus

ojos Señor? (Leccionario III, pág. 814,No. 720). Evangelio: Jn 3, 16-21, Para que todo el

que crea en él, tenga vida eterna.(Leccionario III, pág. 852, No. 373).

3. Datos de la realidad de la vivencia de lafe en nuestra comunidad.La puerta de la fe siempre está abierta a todos,

mas no todos entran por ella y si entran es unarealidad que en algún momento de su vida seregresan, unos decepcionados de su fe, desalen-

tados en su esperanza;otros tantos sin las fuer-zas del verdadero amor.Otros muchos entran yen su constancia conti-núan, crecen y llegan adar fruto abundante, yaque en su interior siguenla luz interna con la queDios ilumina sus vidas.Bellamente expresó SanAgustín: «Nos hiciste,Señor, para Ti, y nuestrocorazón está inquietohasta que descanse enTi».

Cada día son más losfieles que se alejan de lafe recibida teniendocomo causas: El ambien-te paganizado, los ata-ques a la fe y a la moralcristiana, la presión de

las sectas, la superstición, la ignorancia y ladifusión de conductas incompatibles al catoli-cismo. (IV PDP, T I, 130)

Nuestra mayor amenaza es el grispragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia enel cual aparentemente todo procede con norma-lidad, pero en realidad la fe se va desgastando ydegenerando en mezquindad (DA 12). ¿Cuál es la situación de fe de los cristianos

en tu comunidad parroquial?

Día 1:«La puerta de la fe

está siempre abierta para todos»

FIESTAS PATRONALES

pág. 4

¿Cuál es el número de bautizados en ella? ¿Cuántos perseveran y se mantienen firmes

en su fe? ¿En tu comunidad, hacer entrar a los nuevos

cristianos a la fe por medio del Bautismo, esun gozo, una responsabilidad o simplemen-te una tradición a celebrar?

4. El Magisterio de la Iglesia nos ilumina:¡La fe! Es verdaderamente una puerta«La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que

introduce en la vida de comunión con Dios ypermite la entrada en su Iglesia, está siempreabierta para nosotros.

Se cruza ese umbral cuando la Palabra deDios se anuncia y el corazón se deja plasmar porla gracia que transforma.

Creer es convertirse. Cambiar la mirada y elmundo.

¡Conviértanse y crean! Una puerta que, al principio, es siempre de-

masiado estrecha y debe «dilatarse» durantetoda la vida. Cuanto más se ensancha, más dejapasar la realidad de Dios a nuestra vida. Jesúsvendrá a nosotros en Pascua en la medida en quesea grande nuestra fe: «Se haga según tu fe»,decía Jesús a quien le pedía un beneficio. Es lafe la que determina la medida de lo que serecibirá.

El hombre no puede abrir sin la colaboraciónde Dios y Dios no quiere abrir sin la colabora-ción del hombre. El que entró a puertas cerradasen el cenáculo, no entra a puertas cerradas en elcorazón del hombre, sino que «está a la puerta yllama» (cf. Ap 3,20).

Dios —leemos en los Hechos de los apósto-les—«había abierto la puerta de la fe a losgentiles» (Hch 14,27). Dios abre la puerta de lafe en el sentido de que da la posibilidad de creer,enviando a quien predica la buena nueva; elhombre abre la puerta de la fe acogiendo estaposibilidad, obedeciendo a la fe, es decir, cre-yendo.

La condición del discípulo brota de Jesucris-to como de su fuente, por la fe y el Bautismo, ycrece en la Iglesia, comunidad donde todos susmiembros adquieren igual dignidad y participande diversos ministerios y carismas. De estemodo, se realiza en la Iglesia la forma propia yespecífica de vivir la santidad bautismal al ser-vicio del Reino de Dios (DA 184).

La fe es la que le abre al hombre todas lasposibilidades, porque «todo es posible para quiencree» (Mc 9,22). Por otra parte, la fe es unaposibilidad que está en nuestra mano. Creersignifica «consentir que es verdadero lo que senos dice» y el consentir está en poder de nuestravoluntad. «Por lo tanto, está en nuestro podercreer; Dios nos ha hecho de modo que podamoscreer, aunque este mismo poder, como todos losdemás, viene de Dios y es don suyo». ¿Cuántos están fuera, porque se han queda-

do ahí o porque les cerramos la puerta? ¿Qué podemos hacer para abrirles la puerta?

5. Desafíos pastorales:«A todos nos toca recomenzar desde Cristo,

reconociendo que no se comienza a ser cristianopor una decisión ética o una gran idea, sino porel encuentro con un acontecimiento, con unaPersona, que da un nuevo horizonte a la vida y,con ello, una orientación decisiva» (DA 12).

6. Proyección en la celebración:En la dedicación de iglesias, la apertura de la

puerta inicia la inauguración del lugar sagradoque simboliza a la Iglesia y pide entrar en laasamblea litúrgica como pueblo santo.

En la antigua ordenación del ostiario se entre-gaba la llave pidiendo abrir para que entren a laIglesia e impida que lo impuro o indigno pene-tre.

La puerta mayor de las iglesias parroquialestiene un cancel artístico que sólo se abre para elingreso de Cristo en las grandes ocasiones pre-sente en la asamblea, el obispo o la imagenpatrona y existe la Puerta Santa para los Jubileos.

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FIESTAS PATRONALES

1. Introducción.Los cristianos son Bautizados en «el nom-

bre» del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo yno en «los nombres» de éstos, pues no hay másque un solo Dios, el Padre todopoderoso y suHijo único y el Espíritu Santo: la SantísimaTrinidad. Al recibir la fe,nosotros los cristianos nosabrimos a la acción delEspíritu Santo que nos lle-va a reconocer a Jesúscomo Hijo de Dios y a lla-mar a Dios: Padre nuestro.

Misa sugerida: De lasolemnidad «De la Santí-sima Trinidad», Misal Ro-mano página 263.

2. La Palabra de Diosnos dice.Citas sugeridas: Primera Lectura: 1

Tim 2, 5-8. Un solomediador entre Diosy los hombres, CristoJesús. (LeccionarioIII, pág. 750, No. 622). Del Salmo 97, R/. El Señor nos ha mostra-

do su amor y su lealtad. (Leccionario III,pág. 901, No. 837). Evangelio: Jn 17, 1-11. Eran tuyos y tú me

los diste. Ellos han cumplido tu palabra.(Leccionario III, pág. 610, No. 418).

3. Datos de la realidad de la vivencia de lafe en nuestra comunidad.Estamos en una etapa de fuerte búsqueda de

sentido en la que aparecen tanto necesidadesprofundas de espiritualidad y trascendencia,

como expresiones sincretistas neo-paganas dereligiosidad, supersticiones, consulta a los as-tros, cultos esotéricos y hasta demoníacos. Hayquienes, especialmente entre los jóvenes, hanperdido el sentido mismo de la fe y no tienen yala comprensión cristiana básica de la vida.

Existe una falta genera-lizada de formación inte-gral en la vida de fe, que hallevado a asociar la vidacristiana con el cumpli-miento de ciertos ritos, enparticular con la asistenciaa la Misa dominical; a acep-tar formas laicistas queidentifican inconsciente-mente lo religioso con elculto privado, y en la difi-cultad creciente de com-prender la dimensión so-cial de la fe. Así, el divor-cio entre la fe y la vida, seha agravado, dando origena una difícil situación queva desde la incapacidad decomprender y responder ala luz de la fe a las diversas

realidades y propuestas que surgen en la socie-dad contemporánea, hasta el abandono de lamisma fe, incluso por el deseo de encontrarsolución a problemas espirituales y moralesdiversos (CPCEM 109). ¿Un cristiano de tu comunidad sabe dar

razón de creer en un solo Dios Verdaderoque es Padre, Hijo y Espíritu Santo?

¿Quién es Dios para las nuevas generacio-nes de tu comunidad?

¿De qué manera el cristiano de hoy mani-fiesta su fe en Dios Padre, Hijo y EspírituSanto?

Día 2:Nuestra fe profesa al único Dios verdadero

que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

FIESTAS PATRONALES

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¿Cómo descubres en las prácticas religiosasde tu comunidad un auténtico amor a DiosUno y Trino?

4. El Magisterio de la Iglesia nos ilumina:Profesar la fe en la Trinidad –Padre, Hijo y

Espíritu Santo– equivale a creer en un solo Diosque es Amor (cf. 1 Jn 4, 8): el Padre, que en laplenitud de los tiempos envió a su Hijo paranuestra salvación; Je-sucristo, que en el mis-terio de su Muerte yResurrección redimióal mundo; el EspírituSanto, que guía a laIglesia a través de lossiglos en la espera delretorno glorioso delSeñor. 

Es Dios Padre quiennos atrae por medio dela entrega eucarísticade su Hijo (cf. Jn 6,44), don de amor con elque salió al encuentrode sus hijos, para que,renovados por la fuer-za del Espíritu, lo po-damos llamar Padre:Cuando llegó la pleni-tud de los tiempos,Dios envió a su propioHijo, nacido de unamujer, nacido bajo el dominio de la ley, paraliberarnos del dominio de la ley y hacer querecibiéramos la condición de hijos adoptivos deDios. Y porque ya somos sus hijos, Dios mandóel Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, y elEspíritu clama: ¡Abbá! ¡Padre! Se trata de unanueva creación, donde el amor del Padre, delHijo y del Espíritu Santo, renueva la vida de lascriaturas (Ga 4, 4-5) (DA 241).

¿Qué hacer ante tantos que simplementecreen en Dios como creador, providente,ser supremo, resuelve conflictos, perono un Dios personal y comunión de per-sonas?

¿Cómo puede proyectarse nuestra fe trinita-ria?

5. Desafíos pastorales:Para que sea conocido el

verdadero Dios Uno y Tri-no, es necesario que todoslos miembros de la comuni-dad parroquial sean respon-sables de la evangelizaciónde los hombres y mujeres encada ambiente. El EspírituSanto, que actúa en Jesu-cristo, es también enviado atodos en cuanto miembrosde la comunidad, porque suacción no se limita al ámbi-to individual, sino que abresiempre a las comunidadesa la tarea misionera, asícomo ocurrió en Pentecos-tés (cf. Hch 2, 1-13) (cf. DA171).

6. Proyección en la cele-bración:

Todas las oraciones en laliturgia se dirigen al Padre,

por la mediación de Cristo, en la Iglesia que esla unidad del Espíritu Santo (exceptocontadísimas excepciones en que se dirige aCristo, pero al final desde el Padre).

Todas las fiestas y celebraciones presentan laHistoria de la Salvación en alguna de sus fases,que es la intervención trinitaria. Se concentra enel Prefacio.

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FIESTAS PATRONALES

1. Introducción.Dios, quien desde siempre ha salido al en-

cuentro del hombre y le tiende la mano para quellegue a Él mismo, nos ofrece desde el Bautis-mo, esta puerta de la fe siempre abierta; y envirtud del cual, nos llama a ser sus discípulos ymisioneros.

En el agua del Bautismo, hemos sido «lavados,santificados, justificados en el Nombre del SeñorJesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios». A lolargo de nuestra vida, nuestro Padre «nos llama ala santidad» y como nos viene de él que «estemosen Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotrossantificación», es cuestión de su Gloria y denuestra vida el que su Nombre sea santificado ennosotros y por nosotros (CEC 2813).

Misa sugerida: «Por la evangelización de lospueblos A» (2da. Oración Colecta), Misal Ro-mano página 750.

2. La Palabra de Dios nos dice.Citas sugeridas: Primera Lectura: Rm 6, 3-9. Fuimos sepul-

tados con él por medio del Bautismo paraque emprendamos una vida nueva.(Leccionario III, pág. 662, No. 489). Del Salmo 83, R/. Dichosos los que viven en

tu casa. (Leccionario III, pág. 887, No. 817). Evangelio: Jn 14, 6-14. Yo haré cualquier

cosa que pidan en mi nombre. (LeccionarioIII, pág. 600, No. 401).

3. Datos de la realidad de la vivencia de lafe en nuestra comunidad.En el principio de la vida de la Iglesia, se

bautizaba sólo a los convertidos. Hoy día la tareaes al contrario: convertir a los bautizados. En losprimeros años de la era cristiana, la Iglesia sevolvió misionera y proclamaba la Buena Nueva

de salvación en todo el mundo pagano. Mas hoydía, es la Iglesia misma la que debe serevangelizada en su interior para luego poderconvertirse en Buena Nueva para el mundo (JoséH. Prado Flores, Cómo evangelizar a los bautizados).

Es significativo que hoy bautizamos y bautiza-mos, más poco evangelizamos, menos catequiza-mos, mucho menos poco convertimos y transfor-mamos, y casi nada expresamos, vivimos y testi-moniamos la fe que como discípulos-misioneroses necesaria para la transformación real de lainjusticia y vida sin Dios que vivimos en México.

Sí, somos muchos los bautizados que en Méxi-co no vivimos nuestra fe, que se nos fue dada enel Bautismo, y con ella no transformamos. Inicia-mos un camino que nunca acabamos y que confacilidad dejamos, porque el «bautizar por bauti-zar» sin el saber por qué, nos lleva a la inmadurezde la fe y a la incoherencia de la fe y de la vida. ¿Cómo se vive la celebración del sacramen-

to del Bautismo en tu comunidad parroquial? ¿Cómo está la catequesis bautismal para

papás y padrinos? ¿Es bien acogida y reali-zada? ¿Es una catequesis transformadora yque lleva al compromiso o es solo para salirdel paso?

¿La catequesis que se tiene en la comunidadparroquial, es un camino que dura toda lavida? ¿Comprende niños, adolescentes, jó-venes y la catequesis de adultos?

¿Hay verdaderos frutos de una fe vivida entu comunidad? ¿Cuáles son?

4. El Magisterio de la Iglesia nos ilumina:Atravesar la puerta de la fe supone empren-

der un camino que dura toda la vida.Éste empieza con el Bautismo (cf. Rm 6, 4),

con el que podemos llamar a Dios con el nombrede Padre, y se concluye con el paso de la muerte

Día 3:El Bautismo abre la puerta de la fe

e inicia un camino que dura toda la vida.

FIESTAS PATRONALES

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a la vida eterna, fruto de la Resurrección delSeñor Jesús que, con el don del Espíritu Santo,ha querido unir en su misma gloria a cuantoscreen en él (cf. Jn 17, 22).

La vida nueva en Cristo es participación en lavida de amor del Dios Uno y Trino. Comienza enel Bautismo y llega a su plenitud en la resurrec-ción final (DA 357).

Nos sólo debemos recibir el Bautismo, sinopracticar la fe que recibimos en él. La fe es elprincipio y el fundamento de nuestra vida cris-tiana, pero un fundamento especial, dinámico,no estático, que, por tanto, debe proponersesiempre de nuevo. Dios es quien nos justificasiempre por la gracia, y no solo una vez en elBautismo; por tanto, nosotros debemos acogersiempre nuevamente esta justificación suyamediante la fe. «Nosotros aguardamos la justifi-cación esperada por la fe mediante la fe delEspíritu», nos ha dicho el Apóstol (Ga 5,5) queademás relaciona, normalmente, la justificacióncon el Bautismo. Puede haber muchos renaci-mientos por la fe, muchos nuevos inicios en esteproceso y, si lo queremos, cada domingo alcelebrar la Pascua del Señor puede ser la ocasiónpara uno de ellos. Un renacimiento de fe.

En esta perspectiva, el Año de la fe es unainvitación a una auténtica y renovada conversiónal Señor, único Salvador del mundo. Dios, en elmisterio de su Muerte y Resurrección, ha revela-do en plenitud el Amor que salva y llama a loshombres a la conversión de vida mediante laremisión de los pecados (cf. Hch 5, 31). Para elapóstol Pablo, este Amor lleva al hombre a unanueva vida: «Por el Bautismo fuimos sepultadoscon él en la muerte, para que, lo mismo que Cristoresucitó de entre los muertos por la gloria delPadre, así también nosotros andemos en una vidanueva» (Rm 6, 4). Gracias a la fe, esta vida nuevaplasma toda la existencia humana en la novedadradical de la resurrección. En la medida de sudisponibilidad libre, los pensamientos y los afec-tos, la mentalidad y el comportamiento del hom-bre se purifican y transforman lentamente, en unproceso que no termina de cumplirse totalmenteen esta vida. La «fe que actúa por el amor» (Ga 5,

6) se convierte en un nuevo criterio de pensa-miento y de acción que cambia toda la vida delhombre (cf. Rm 12, 2; Col 3, 9-10; Ef 4, 20-29; 2Co 5, 17) (cf. La puerta de la fe, «Los que creenen su nombre, Gabriel Castro carmelita).

Está muy claro que el Bautismo no actúa demanera mágica. La conversión total que exigedebe ser el punto de partida de una nueva vida enuna fidelidad inquebrantable. En el Bautismo elEspíritu se posesiona del creyente, lo agrega alcuerpo de la Iglesia y le da la certeza de que haentrado al Reino de Dios (León-Dufour, Voca-bulario de Teología Bíblica, pág. 118)

¿Qué hacer para que las personas tomenconciencia de que el Bautismo es el iniciode la vida cristiana y también el inicio de unacompañamiento pastoral?

¿Cómo hacer para que la renovación de laspromesas bautismales sea un punto impor-tante para la toma de identidad católica y decompromiso?

5. Desafíos pastorales:¡La fe sólo crece y se fortalece creyendo!Necesitamos mejorar las propuestas de evan-

gelización que buscan responder a la complejarealidad religiosa que vivimos. En las diversasacciones y experiencias parroquiales, en losgrupos, asociaciones y movimientos, en todaslas tareas fundamentales y diversificadas denuestro proceso pastoral, debe buscarse y cui-darse la integridad de la fe que incluye, necesa-riamente, el encuentro con Jesucristo, la conver-sión personal y social, el sentido de pertenenciay comunión eclesial, el compromiso misioneroy la permanente solidaridad con todos, especial-mente con los más pobres (cfr. CPCEM 115).

6. Proyección de la celebración:Cada celebración inicia con la signación que

evoca nuestro Bautismo. Una parte de la VigiliaPascual es la Liturgia Bautismal que deberemoscuidar. Hay varias oportunidades sobre todo lossacramentos de la Iniciación Cristiana, pararenovar la fe bautismal.

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FIESTAS PATRONALES

1. Introducción.La Virgen María, «que con su sí a la Palabra

de la Alianza y a su misión, cumple perfecta-mente la vocación divina de la humanidad». Larealidad humana, creada por medio del Verbo,encuentra su figura per-fecta precisamente en lafe obediente de María.Ella, desde la Anunciaciónhasta Pentecostés, se nospresenta como mujer en-teramente disponible a lavoluntad de Dios. Es laInmaculada Concepción,la «llena de gracia» porDios (cf. Lc 1, 28), incon-dicionalmente dócil a laPalabra divina (cf. Lc 1,38). Su fe obediente plas-ma cada instante de suexistencia según la inicia-tiva de Dios. Virgen a laescucha, vive en plenasintonía con la Palabra di-vina; conserva en su cora-zón los acontecimientos desu Hijo, componiéndoloscomo en un único mosai-co (cf. Lc 2,19.51) (VD 27).

Misa sugerida: «Del común de la SantísimaVirgen María 2», Misal Romano página 613 ypágina 914, No. 4 «La humilde esclava delSeñor».

2. La Palabra de Dios nos dice.Citas sugeridas: Primera Lectura: Jr 1, 4-9. Irás a donde yo

te envíe. (Leccionario III, pág. 414, No.143).

Del Salmo 1, R/. Dichoso quien confía enel Señor. (Leccionario III, pág. 811, No.715). Evangelio: Lc 1, 26-38. Vas a concebir y a

dar a luz un Hijo.(Leccionario III, pág. 524,No. 295).

3. Datos de la realidadde la vivencia de la feen nuestra comunidad.

Reconocemos el papelprotagónico que desdeantaño han tenido las mu-jeres, especialmente lasmadres de familia, al serlas principales promotorasde valores sociales y reli-giosos, logrando al mis-mo tiempo ser el principalfactor de comunión fami-liar y social (IV PDP I,56).

La gran mayoría de lasmujeres en nuestra dióce-sis han cumplido y están

cumpliendo al igual que María con la misión queDios les ha encomendado, son mujeres de fe,llenas de fortaleza, que han formado con sucorazón maternal a las generaciones en el trans-curso de los años.

Las mujeres no encuentran entre nosotros laacogida, la valoración y la comprensión queencontraban en Jesús. No sabemos mirarlas comolas miraba él. Sin embargo, con frecuencia, ellasson también hoy las que con su fe en Jesús y sualiento evangélico sostienen la vida de nuestrascomunidades cristianas.

Día 4:Por la fe, María realizó

la gran misión que Dios le confió.

FIESTAS PATRONALES

pág. 10

¿Las mujeres tienen conciencia de su papelen el caminar de la historia de la salvación?

¿Quién ayuda a las mujeres de nuestros díasa encontrarse con Jesús?

¿Qué ha significado para las mujeres laaceptación de su misión en la educación dela fe a ejemplo de María?

¿Cuál ha sido el papel de la mujer en tucomunidad parroquial?

¿Qué se tendría que hacer para que lasmujeres a ejemplo de María, sigan cum-pliendo fielmente la misión que Dios les haencomendado?

4. El Magisterio de la Iglesia nos ilumina:En nuestra Diócesis, la Virgen María. Mujer

de fe, ha cumplido fielmente con la misión quesu Hijo le confió hacia nosotros, sus hijos fielesy devotos de la Virgen de San Juan. Desde elinicio de la evangelización, Nuestra Señora deSan Juan de los Lagos fue nuestra estrella y laaurora de Jesucristo, el verdadero sol de justiciay salvación para estas tierras (cf. IV PDP I, 56).

María, Madre de Jesucristo y de sus discípu-los, ha estado muy cerca de nosotros, nos haacogido, ha cuidado nuestras personas y traba-jos, cobijándonos, como a Juan Diego y a nues-tros pueblos, en el pliegue de su manto, bajo sumaternal protección. Le hemos pedido, comomadre, perfecta discípula y pedagoga de la evan-gelización, que nos enseñe a ser hijos en su Hijoy a hacer lo que Él nos diga (cf. Jn 2,5) (DA 1).

La Santísima Virgen, predestinada, junto conla Encarnación del Verbo, desde toda la eterni-dad, cual Madre de Dios, por designio de laDivina Providencia, fue en la tierra la esclareci-da Madre del Divino Redentor, y en formasingular la generosa colaboradora entre todaslas criaturas y la humilde esclava del Señor.Concibiendo a Cristo, engendrándolo, alimen-tándolo, presentándolo en el templo al Padre,padeciendo con su Hijo mientras El moría en laCruz, cooperó en forma del todo singular, por laobediencia, la fe, la esperanza y la encendidacaridad en la restauración de la vida sobrenatu-

ral de las almas, por tal motivo es nuestra Madreen el orden de la gracia (LG 61).

5. Desafíos pastorales:¿Cómo revalorizar a la mujer y su papel de

formadora de la fe en este cambio de época?La mujer: también necesitamos revisar nues-

tras actitudes y conductas hacia las mujeresdentro de la Iglesia. Como nos lo ha recordado elSanto Padre en Ecclesia in América: «Mereceuna especial atención la vocación de la mujer(…) ya que el futuro de la nueva evangelización(…) es impensable sin una renovada aportaciónde las mujeres, especialmente de las mujeresconsagradas por su aportación específica (…) alprogreso de la humanidad». Además, debemos profundizar en la antro-

pología cristiana que afirma el misterio dela persona como imagen de Dios: varón ymujer y, por tanto, criaturas con igualdignidad y derechos, diversos en cualida-des y riquezas y llamados a la santidad através de la unidad complementaria en elamor y la vida. Profundizar en el don de la mujer, en su

vocación misión en la Iglesia y en el mun-do a la luz de la Revelación, de la Tradi-ción y del Magisterio, así como de lateología y experiencia en la historia de laIglesia y de la sociedad. Comprender mejor, dentro del don de la

familia, la misión de la mujer como perso-na igual en dignidad y derechos que elvarón; como esposa, compañera y madre,desde su diversidad, la vida familiar, demanera que se superen todas las formas demachismo, marginación y subyugaciónfamiliar (CPCEM 182).

6. Proyección en la celebración:En la Plegaria Eucarística se hace memoria

de María, presente en el corazón del Misterio alo largo del año litúrgico se tienen varias fiestasy memorias marianas, pues ella estuvo asociadaa la obra de Cristo y a la historia de salvación decada pueblo.

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FIESTAS PATRONALES

1. Introducción.Los apóstoles creyeron en las palabras con las

que, Jesús su Maestro, anunciaba el Reino deDios, que está presente y se realiza en su perso-na. Vivieron en comunión de vida con Jesús, quelos instruía con sus ense-ñanzas, dejándoles unanueva regla de vida por laque serían reconocidoscomo sus discípulos des-pués de su muerte. Por lafe, fueron por el mundoentero, siguiendo el man-dato de llevar el Evange-lio a toda criatura y, sintemor alguno, anunciarona todos la alegría de laresurrección, de la quefueron testigos fieles.

Misa sugerida: Misasvotivas, «De todos lossantos apóstoles», MisalRomano, página 809.

2. La Palabra de Dios nos dice.Citas sugeridas:

Primera Lectura: 1Re 19, 16. 19-21. Eliseose levantó y siguió a Elías. (LeccionarioIII, pág. 348, No. 58).

Del Salmo 18, R/. Señor, tú tienes palabrasde vida eterna. (Leccionario III, pág. 817,No. 724).

Evangelio: Mt 19, 27-29. Ustedes, los quehan dejado todo y me han seguido, recibi-rán el ciento por uno. (Leccionario III,pág. 485, No. 242).

Evangelio: Mc 1, 14-20. Los haré pesca-dores de hombres. (Leccionario III, pág.498, No. 260).

3. Datos de la realidad de la vivencia de lafe en nuestra comunidad.Tenemos la certeza de que el Señor no aban-

dona a su Iglesia sino que suscita las vocacionesque necesita su pueblo y se hace presente entre

nosotros según su pro-mesa: «Les daré pasto-res según mi corazónque les den pasto de co-nocimiento y pruden-cia» (Jr 3, 15) (IV PDPII, 681).

La presencia de lossacerdotes en nuestra co-munidad es signo de lafidelidad de Dios que nonos abandona. Nuestradiócesis y en ella, nues-tras comunidadesparroquiales, se han vis-to bendecidas y benefi-ciadas por la presenciade los sacerdotes. La

Diócesis de San Juan de los Lagos es una de lasque tienen proporcionalmente mayor número desacerdotes en todo México.

Día con día, nuestra diócesis se enriquecemás compartiendo sacerdotes a otras diócesishermanas, convirtiéndose así en una diócesismisionera. La familia ha sido factor muy impor-tante para el despertar de las vocacionessacerdotales. ¿Es valorada la presencia y trabajo pastoral

de los sacerdotes en tu comunidad? ¿Qué frutos descubres de la presencia de los

sacerdotes? ¿Qué tiene que hacer la comunidad para

sostener la vocación de los sacerdotes? ¿Qué tiene que hacer la comunidad para que

Día 5:Por la fe, los Apóstoles dejaron todo

para seguir al Maestro.

FIESTAS PATRONALES

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cada día tenga más sacerdotes? ¿Qué tieneque hacer para que sus sacerdotes seansantos, sabios y buenos pastores?

4. El Magisterio de la Iglesia nos ilumina:Los discípulos, que tuvieron la gracia de

encontrarse con Jesucristo, «dejando inmedia-tamente las redes, la barca y a su padre», losiguieron y recibieron la misión: «los haré pes-cadores de hombres» (Mt4,21s). la misión prolongael encuentro, autentifica laconversión, incrementa lacomunión y hace efectivala solidaridad con todos loshombres. Cristo, al final desu vida terrena, con toda laautoridad del Padre, envíaa su Iglesia, allí construidapor los Once testigos de suresurrección, a enseñar yconsagrar a las gentes a laSanta Trinidad, prometien-do su presencia hasta el finde los tiempos. Esta es lamisión de la Iglesia: mani-festar y hacer presente aCristo vivo en el mundo dehoy (CPCEM 183).

La fe de los discípulostenía que dar todavía unpaso decisivo para llegar aser la fe de la Iglesia, estepaso lo dieron los discípu-los cuando después de no pocas vacilacionescreyeron en la resurrección de Jesús, convirtién-dose en testigos de todo lo que había dicho yhecho Jesús (cf. Mt 28, 17; Hch 10, 39).

Nuestro pueblo tiene gran aprecio a los sacer-dotes. Reconoce la santidad de muchos de ellos,como también su testimonio de vida, su trabajomisionero, y la creatividad pastoral, particular-mente de aquellos que están en lugares lejanos oen contextos de mayor dificultad. Muchas de

nuestras Iglesias cuentan con una pastoral sacer-dotal y con experiencias concretas de vida encomún y de una más justa retribución del clero(DA 99 c)

Los sacerdotes nos reconocemos llamadosgratuitamente por Jesús, como llamó a sus após-toles: porque Él quiso, para que estuvieran conÉl, para enviarlos a predicar y hacer discípulos.Nuestra tarea de pastores es fruto y consecuen-

cia de una respuesta deamor como la de Pedro:«Simón hijo de Juan, ¿meamas más que estos? Ledice él: Sí, Señor, tú sabesque te quiero. Le dice Je-sús: Apacienta mis ovejas»(Jn 21, 25) (IV PDP II, 683).

5. Desafíos pastorales: ¿Qué podemos hacer paraqué el sacerdote no trabajesolo y pueda dar continua-ción a su trabajo? ¿Cómo nos preparamospara una disminución de sa-cerdotes?

Nuestra urgencia y de-safío permanente es: confi-gurarnos a Jesucristo buenpastor y ser signos transpa-rentes según el modeloevangélico del pastor queconoce, alimenta, defien-

de, va en busca, congrega y da la vida por susovejas (Cfr. Jn 10, 15), (IV PDP II, 684).

6. Proyección a la comunidad.En la Plegaria Eucarística se hace memoria

de los apóstoles y de nuestra comunión con elObispo y el Papa, pues somos una Iglesia Apos-tólica. Las 12 cruces de la Dedicación de Igle-sias recuerdan que la Iglesia se funda sobre elcimiento de los apóstoles.

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FIESTAS PATRONALES

1. Introducción.Quienes se sintieron atraídos por la sabiduría

de sus palabras, por la bondad de su trato y porel poder de sus milagros, por el asombro inusi-tado que despertaba su persona, acogieron eldon de la fe y llegaron a serdiscípulos de Jesús. La co-munidad de los discípulosreunidos en torno a la ense-ñanza de los Apóstoles, laoración y la celebración dela Eucaristía, ponían en co-mún todos sus bienes paraatender las necesidades delos hermanos. La fe nos li-bera del aislamiento del yo,porque nos lleva a la comu-nión.

Misa sugerida: «Por launidad de los cristianos A»,Misal Romano página 746.

2. La Palabra de Dios nos dice.Citas sugeridas: Primera Lectura: Hch 2, 42-47. Vivían en

comunión fraterna y celebraban la frac-ción del pan. (Leccionario III, pág. 629,No. 444). Del Salmo 32. R/. Dichoso el pueblo esco-

gido por Dios. (Leccionario III, pág. 845,No. 762). Evangelio: Jn 17, 11-19. El mundo los

odia. (Leccionario III, pág. 612, No. 420).

3. Datos de la realidad de la vivencia de lafe en nuestra comunidad.En nuestra Diócesis tenemos hermosas co-

munidades parroquiales. Los discípulos de Je-sucristo, laicos, religiosos (as), sacerdotes, a

través del paso de los años, y no sin dificultades,han logrado formar comunidades de fe, de espe-ranza y de irradiación de la caridad de Jesucristoa todos. Aunque nos falta mucho por hacer,tenemos comunidades activas, vivas, que cele-bran la fe y se comprometen en el servicio.

Nos alegra constatar queson muchos los sacerdotes,religiosas(os) y laicos que,conociendo sus carismas yfunciones en la Iglesia, hansabido integrarse a la mi-sión evangelizadora a tra-vés de los planes y proyec-tos a nivel diocesano,decanal y parroquial (IVPDP I, 58).

Observamos que la suce-sión y alternancia de losacontecimientos tristes,como la pérdida de un ser

querido; y gozosos, como la celebración de lasfiestas patronales, son espacios donde se mani-fiesta la unidad solidaria de nuestros pueblos,testimoniando que las alegrías y tristezas deunos son las alegrías y tristezas de todos (IVPDP I, 55). ¿Qué características tiene nuestra comuni-

dad parroquial? ¿Qué es lo que más nos gusta de nuestra

comunidad, qué es lo que nos une? ¿Estás orgulloso de pertenecer a nuestra

parroquia, o te da igual? ¿Qué expresiones de solidaridad encuentras

en ella?

4. El Magisterio de la Iglesia nos ilumina:Es preciso comprender la parroquia como la

expresión concreta de la comunión que viven las

Día 6:Por la fe, los discípulos formaronla primera comunidad cristiana.

FIESTAS PATRONALES

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personas que crecen y esperan en Cristo, y eltemplo debe conservar su valor central y simbó-lico de casa común de la Asamblea cristiana;pero es necesario redescubrir su sentido misio-nero a nivel intraeclesial, como una de las mayo-res exigencias pastorales de la Iglesia en Méxi-co, propiciando espacios y lugares accesibles deoración, meditación de la Palabra, encuentro yservicio fraterno. Sin esta red solidaria se segui-rá acrecentando entre los fieles el vacío quesuelen llenar grupos reli-giosos proselitistas(CPCEM 172).

La Iglesia es el lugardonde los hombres, encon-trando a Jesús, pueden des-cubrir el amor del Padre:en efecto, el que ha visto aJesús ha visto al Padre (cf.Jn 14, 9). Jesús, despuésde su ascensión al cielo,actúa mediante la acciónpoderosa del Paráclito (cf.Jn 16, 7), que transforma alos creyentes dándoles lanueva vida. De este modoellos llegan a ser capacesde amar con el mismoamor de Dios, «que ha sidoderramado en nuestroscorazones por el EspírituSanto que se nos ha dado» (Rm 5, 5). La graciadivina prepara, además, a los cristianos a seragentes de la transformación del mundo,instaurando en él una nueva civilización, que mipredecesor Pablo VI llamó justamente « civili-zación del amor » (EAm 10).

¿Cómo podremos hacer convicción la di-mensión comunitaria y comunional de la fecristiana?

¿Cómo podremos contrarrestar y afrontar elindividualismo y el trabajo al margen deuna institución?

5. Desafíos pastorales: Que la Pastoral Urbana procure la presencia

de la Iglesia, por medio de nue-vas parroquias y capillas, co-munidades cristianas y centrosde pastoral, en las nuevas con-centraciones humanas que cre-cen aceleradamente en las peri-ferias urbanas de las grandesciudades por efectos de migra-ciones internas y situaciones deexclusión (cf. DA 517 k). Una sectorización de las pa-rroquias en unidades más pe-queñas que permitan la cerca-nía y un servicio más eficaz(DA 518 c).

6. Proyección en la celebra-ción.

La asamblea litúrgica, con-vocación visible de la comuni-dad cristiana, es el primer signolitúrgico que hace presente a

Cristo, y evoca la asamblea de la Alianza y laCena del Señor.

La liturgia es una epifanía de la Iglesia, únicay múltiple por sus variados ministerios. Por esose prefiere una celebración comunitaria.

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FIESTAS PATRONALES

1. Introducción.El martirio es el supremo testimonio de la

verdad de la fe; designa un testimonio que llegahasta la muerte. El mártir da testimonio deCristo, muerto y resucitado, al cual está unidopor la caridad. Da testimo-nio de la verdad de la fe yde la doctrina cristiana.Soporta la muerte por me-diante un acto de fortaleza«déjenme ser pasto de lasfieras, por ellas me serádado llegar a Dios» (S. Ig-nacio de Antioquía, Rom4,1). (CEC 2473).

Misa sugerida: «Del co-mún de Mártires 3». MisalRomano, página 621.

2. La Palabra de Diosnos dice.Citas sugeridas: Primera Lectura: Hch

7, 55-60. Señor Jesús, recibe mi espíritu.(Leccionario III, pág. 637, No. 456). Del Salmo 22. R/. El Señor es mi pastor,

nada me faltará. (Leccionario III, pág.825, No. 736). Evangelio: Mt 5, 13-19. Ustedes son la luz

del mundo. (Leccionario III, pág. 455, No.195).

3. Datos de la realidad de la vivencia de lafe en nuestra comunidad.Sigue vivo el recuerdo agradecido hacia aque-

llos hombres, mujeres y niños que murierongritando el santo nombre; «¡Viva Cristo Rey!»«¡viva santa María de Guadalupe!», con el últi-mo aliento que les quedaba en sus pulmones

para testimoniar que Jesucristo vive eternamen-te. Los relatos de sus hazañas se han transmitidode abuelos a padres y de éstos a sus hijos, entrelos peregrinos de Cristo Rey.

¿Cuál es el testimonioy mensaje que nos dan losmártires? Con el ejemplode su muerte heroica, losmártires nos están ense-ñando que ellos obedecíanal Rey del cielo y no altirano de aquí abajo quelos maltrataba, mientraspisoteaba sus más sagra-dos derechos, porque noera posible que ningúnpoder humano o sobrehu-mano borrara la presenciade Cristo en el corazón delas personas. Allí estabanellos para confesarlo.

La sangre de nuestrosmártires, como los sacer-dotes Román Adame Ro-

sales, Julio Álvarez Mendoza, Pedro EsquedaRamírez, Sabás Reyes Salazar, Toribio RomoGonzález y Tranquilino Ubiarco, canonizadospor el Papa Juan Pablo II con otros 19 mártiresel 21 de mayo de 2000, ha sido la semilla denuestros cristianos adultos que perseveran fir-mes en la fe, conservando las tradiciones cristia-nas que heredaron de sus padres y de las queellos, de alguna manera, fueron testigos (IVPDP, T I, 30).

A más de 80 años de aquellos hechos, en elcorazón católico de México todavía se guardacon orgullo y admiración el recuerdo de losvalientes héroes y mártires que en los años de lapersecución religiosa morían confesando su fecatólica: «¡Viva Cristo Rey!» «¡Viva la Virgen

Día 7:Por la fe, los mártires entregaron su vida

como testimonio de la verdad.

FIESTAS PATRONALES

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de Guadalupe!» De muchos de ellos se conser-van algunos objetos humildes pero veneradoscomo preciadas reliquias por la gente: quizás unviejo sombrero, unos huaraches ensangrenta-dos, el rosario encontrado en la bolsa del panta-lón del mártir, el pañuelo que llevaran atado alcuello o la cuerda con que ahorcaron a losmártires, en los pueblos y lugares donde murie-ron. ¿Es valorada la presencia de los mártires en

nuestra Diócesis y Comunidad Parroquial? A nuestros mártires, ¿les pedimos milagros

o tratamos de imitarlos? ¿Qué frutos descubres de la presencia de los

mártires en nuestras comunidades?

4. El Magisterio de la Iglesia nos ilumina:Los mártires son ejemplo de fidelidad y amor

a Jesucristo al ofrecer su propia vida. Comoellos, quienes formamos la Iglesia estamos lla-mados a dar testimonio de Jesucristo, asumien-do posiciones valientes y proféticas (IV PDP, TI, 421).

Entre sus Santos, «la historia de la evangeli-zación de América reconoce numerosos márti-res, varones y mujeres, tanto Obispos, comopresbíteros, religiosos y laicos, que con su san-gre regaron [...] [estas] naciones. Ellos, comonube de testigos (cf. Hb 12, 1), nos estimulanpara que asumamos hoy, sin temor yardorosamente, la nueva evangelización». Esnecesario que sus ejemplos de entrega sin lími-tes a la causa del Evangelio sean no sólo preser-vados del olvido, sino más conocidos y difundi-dos entre los fieles del Continente (EAm 15)

Identificarse con Jesucristo es también com-partir su destino: «Donde yo esté estará tambiénel que me sirve» (Jn 12, 26). El cristiano corre lamisma suerte del Señor, incluso hasta la cruz: «Sialguno quiere venir detrás de mí, que renuncie así mismo, que cargue con su cruz y que me siga»(Mc 8,34). Nos alienta el testimonio de tantosmisioneros y mártires de ayer y de hoy en nues-tros Pueblos que han llegado a compartir la cruzde Cristo hasta la entrega de su vida (DA 140).

Nuestras comunidades llevan el sello de losapóstoles y, además, reconocen el testimoniocristiano de tantos hombres y mujeres que espar-cieron en nuestra geografía las semillas delEvangelio, viviendo valientemente su fe, inclu-so derramando su sangre como mártires. Suejemplo de vida y santidad constituye un regaloprecioso para el camino creyente de los latinoa-mericanos y, a la vez, un estímulo para imitar susvirtudes en las nuevas expresiones culturales dela historia. Con la pasión de su amor a Jesucristo,han sido miembros activos y misioneros en sucomunidad eclesial. Con valentía, han perseve-rado en la promoción de los derechos de laspersonas, fueron agudos en el discernimientocrítico de la realidad a la luz de la enseñanzasocial de la Iglesia y creíbles por el testimoniocoherente de sus vidas. Los cristianos de hoyrecogemos su herencia y nos sentimos llamadosa continuar con renovado ardor apostólico ymisionero el estilo evangélico de vida que noshan trasmitido (DA 275). ¿Cómo superar lo anecdótico, turístico o

folklórico del culto a nuestros mártires,para hacerlos estímulo de nuestro testimo-nio encarnado de Cristo en las nuevas per-secuciones?

¿Cómo crear una nueva espiritualidad cris-tiana martirial?

5. Desafíos pastorales:Los mártires son ejemplo de fidelidad y amor

a Jesucristo al ofrecer su propia vida. Comoellos, quienes formamos la Iglesia estamos lla-mados a dar testimonio de Jesucristo, asumien-do posiciones valientes y proféticas (IV PDP, TI, 421).

6. Proyección a la celebraciónSe hace memoria de los mártires en la Plega-

ria Eucarística. En las aras y altares antiguos eranecesario poner reliquias que originalmente erande mártires. Hoy se recomienda poner al pie delaltar, en la Dedicación, una reliquia auténticadel cuerpo de algún mártir, como testigo deCristo, uniendo su Sangre a la suya.

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FIESTAS PATRONALES

1. Introducción.Llamados por el Señor, se comprometen a

seguirlo radicalmente, identificándose con El«desde las bienaventuranzas, como lo ha señala-do el Papa: No olviden nunca que para mantenerun concepto claro del valor de nuestra vidaconsagrada necesitarán una profunda visión defe que se alimenta y mantiene con la oración. Lamisma que os hará superar toda incertidumbreacerca de su identidad propia, que os mantendráfieles a esa dimensión vertical que le es esencialpara identificarlos con Cristo desde laBienaventuranzas y ser testigos auténticos delReino de Dios para los hombres del mundoactual» (Juan Pablo II, Alocución a las Religio-sas, 4. AAS LXXI, p. 178). (DP 742).

Misa sugerida: Misas por diversas necesida-des 10, «Por los religiosos», Misal Romano,página 742.

2. La Palabra de Dios nos dice.Citas sugeridas: Primera Lectura: Josué 24, 1-2. 15-17.

18-25. Serviremos al Señor, porque él esnuestro Dios. (Leccionario III, pág. 339,No. 46). Del Salmo 24. R/. A ti, Señor, levanto mi

alma. (Leccionario III, pág. 829, No. 742). Evangelio: Mt 5, 1-11. Alégrense y salten

de contento, porque su premio será grandeen los cielos. (Leccionario III, pág. 454,No. 193).

3. Datos de la realidad de la vivencia de lafe en nuestra comunidad. «Ya desde los primeros tiempos de la Iglesia,

hubo fieles que quisieron seguir a Cristo y ajus-tarse a su ejemplo, consagrándose a Él mediantelos Consejos Evangélicos y enriqueciendo a la

Iglesia con varias familias religiosas» (PC 1)«Actualmente la diócesis cuenta con 69 co-

munidades de vida religiosa de vida activa y 5 devida contemplativa, una de vida mixta y 1 píasociedad.

69 son de mujeres y 7 de varones» (PDP n,834).

«Los religiosos (as), han conocido y se haninteresado e integrado en la pastoral diocesana yhan participado en la liturgia, la catequesis,promoción vocacional, pastoral educativa y hansentido el interés del Sr. Obispo por la promo-ción de la vida consagrada» (PDP 848) ¿Hay religiosos en tu comunidad? ¿Qué significa su presencia en tu parroquia? ¿Hay cercanía de los religiosos con la comu-

nidad parroquial y viceversa? ¿Qué significa la vida consagrada en la

Iglesia?

4. El Magisterio de la Iglesia nos ilumina: «Los religiosos profesan los consejos evan-

gélicos de castidad consagrada a Dios, de lapobreza y de la obediencia, los cuales la Iglesiaha recibido y conserva como un don divino»(LG 43)

«Los religiosos consagran su vida al bien detoda la Iglesia» (LG 44).

Dirigiéndose a los religiosos, dice: «Ponganlos religiosos sumo cuidado para qué la Iglesiapueda presentar siempre mejor a Cristo a susfieles y al mundo. Sepan todos, además, que laperfección religiosa, aunque implica la renunciaa algunos bienes, no se opone al genuino progre-so de la personalidad humana, a la cual, por elcontrario, sirve de gran ayuda.

Los religiosos no son extraños a los demáshombres ni inútiles para la comunidad, a cuya

Día 8:Por la fe, hombres y mujeres

han consagrado su vida a Cristo dejándolo todo.

FIESTAS PATRONALES

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construcción en el Señor, contribuyen» (LG 46).«La vida consagrada es un don del Padre por

medio del Espíritu a su Iglesia y constituye unelemento decisivo para su misión. Se expresa enla vida monástica, contemplativa y activa, losinstitutos seculares, a los que se añaden lassociedades de vida apostólica y otras nuevasformas. Es un camino de especial seguimientode Cristo para dedicarse a Él con un corazónindiviso, y ponerse como Él, al servicio de Diosy de la humanidad, asumiendo la forma que vidade Cristo escogió para venir a este mundo: unavida virginal, pobre y obediente» (DA 216)

«En comunión con los Pastores, los consa-grados y consagradas son llamados a hacer desus lugares de presencia, de su vida fraterna encomunión y de sus obras, espacios de anuncioexplícito del Evangelio, principalmente a lospobres, como lo han hecho en nuestro continentedesde el inicio de la evangelización. De estemodo, colaboran, según sus carismasfundacionales, con la gestación de una nuevageneración de cristianos discípulos y misione-ros, y de una sociedad donde se respete la justi-cia y la dignidad de la persona humana» (DA217)

«Desde su ser, la vida consagrada está llama-da a ser experta en comunión, tanto al interior dela Iglesia como de la sociedad, que lleven a unconocimiento y valore la sociedad. Su vida y sumisión deben estar insertas en la Iglesia particu-lar y en comunión con el Obispo. Para ello, esnecesario crear cauces de comunión e iniciati-vas de colaboración que lleven a un conocimien-to y valoración mutuos y a un compartir lamisión con todos los llamados a seguir a Jesús»(DA 118)

«Los religiosos están llamados a dar testimo-nio de la absoluta primacía de Dios y de suReino. La vida consagrada se convierte en testi-go del Dios de la vida en una realidad querelativiza su valor (obediencia), es testigo delibertad frente al mercado y a las riquezas quevaloran a las personas por el tener (pobreza), y estestigo de una entrega en el amor radical y librea Dios y a la humanidad frente a la erotización y

banalización de las relaciones (castidad)» (DA219).

«La vida consagrada, como don del EspírituSanto a su Iglesia, que pertenece a la vida íntimay santidad de la Iglesia, es manifestada por eltestimonio heroico de muchas religiosas y reli-giosos que a partir de su singular alianza conDios hacen presente en todas las situaciones,hasta las más difíciles, la fuerza del Evangelio.

Por su experiencia testimonial, la vida reli-giosa ha de ser siempre evangelizadora para quelos necesitados de la luz de la fe, acojan con gozola Palabra de Salvación; para que los pobres y losmás olvidados sientan la cercanía de la solidari-dad fraterna; para que los marginados y losabandonados experimenten el amor de Cristo;para que los sin voz se sientan escuchados; paraque los tratados injustamente hallen defensa yayuda» (SD 85)

5. Desafíos pastorales:Necesitamos valorar y cultivar desde la fami-

lia y comunidad parroquial la vida consagrada.Urge la integración de los consagrados de los

diferentes carismas en la pastoral diocesanapara que sean verdaderos signos creíbles deunidad eclesial.

La comunidad parroquial necesita descubriren los consagrados la presencia de Dios queacoge a todos con amor sin distinción de ningu-na clase. Que los abandonados experimenten elamor de Cristo en ellos. Los sin voz se sientanescuchados y tratados justamente como herma-nos.

Al mismo tiempo, los religiosos necesitan seracogidos como parte de la familia parroquial nosolo con derechos y obligaciones. Vivir la cerca-nía de la comunidad.

6. Proyección a la celebraciónLos religiosos y religiosas de nuestras comu-

nidades se integran a la Misa dominical de lacomunidad, porque forman parte de ella y estánal servicio de ella de acuerdo a su carisma y a lasnecesidades.

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FIESTAS PATRONALES

1. Introducción.A través de la unión profunda con Cristo,

iniciada en el Bautismo y alimentada por laoración, los sacramentos y la práctica de lasvirtudes evangélicas, hombres y mujeres de to-dos los tiempos, como hijos de la Iglesia, hanalcanzado la meta de la santidad. Son santosporque pusieron a Dios en el centro de su vida ehicieron de la búsqueda y extensión de su Reinoel móvil de su propiaexistencia; santos porquesus obras siguen hablan-do de su amor total alSeñor y a los hermanosdando copiosos frutos,gracias a su fe viva enJesucristo, y a su com-promiso de amar comoÉl nos ha amado, inclusoa los enemigos (BeatoJuan Pablo II, Domingo21 de mayo de 2000).

Misa sugerida: Mi-sas por diversas necesi-dades 12, «Por los lai-cos», Misal Romano,página 744.

2. La Palabra de Dios nos dice.Citas sugeridas: Primera Lectura: Ap 7, 9-14. Son los que

han pasado por la gran persecución y hanlavado y blanqueado su túnica con la San-gre del Cordero. (Leccionario III, pág.797, No. 698). Del Salmo 26. R/. Lo único que busco es

vivir en la casa del Señor toda mi vida.(Leccionario III, pág. 836, No. 751).

Evangelio: Jn 12, 23-28. Si el grano detrigo sembrado en la tierra, muere, produ-cirá mucho fruto. (Leccionario III, pág.596, No. 395).

3. Datos de la realidad de la vivencia de lafe en nuestra comunidad.Son muchos los creyentes que no participan

en la Eucaristía dominical, ni reciben con regu-laridad los Sacra-mentos, ni se inser-tan activamente enla comunidadeclesial. Sin olvidarla importancia de lafamilia en la inicia-ción cristiana, estefenómeno nos inter-pela profundamen-te a imaginar y or-ganizar nuevas for-mas de acercamien-to a ellos para ayu-darles a valorar elsentido de la vidasacramental, de la

participación comunitaria y del compromisociudadano. Tenemos un alto porcentaje de cató-licos sin conciencia de su misión de ser sal yfermento en el mundo, con una identidad cristia-na débil y vulnerable (DA 286).

A veces, a nosotros los cristianos, nos asaltauna extraña alergia para tomar responsabilida-des en determinados campos de nuestro mundoactual a la hora de dar testimonio de nuestra fe.

Defender el medio ambiente, escribir librosde calidad, proteger al inocente, exponer res-ponsablemente los contenidos de la ciencia que

Día 9:Por la fe, hombres y mujeres de toda edad

han confesado a lo largo de los siglos la belleza de seguiral Señor. Hoy también nosotros vivimos por la fe.

FIESTAS PATRONALES

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uno cultiva, sin dejarse llevar de las modas o delo «políticamente correcto».... Los campos sonmuy variados.

Ordinariamente llegamos a creer que el testi-monio cristiano se ha de centrar única y exclusi-vamente en hablar de Dios y vivir la fe demanera sacramental.

Sucede con mucha frecuencia que después departicipar en una conferencia sobre la fe, untema de evangelización o un retiro kerigmáticode los que ofrecen los movimientos en nuestradiócesis, leer un libro al respecto u oír un ser-món, al cabo de media hora de acabar, todos nosvolvamos a sumergir en la actividad de nuestromundo diario, viendo, leyendo u oyendo innu-merables cosas que no tienen que ver nada connuestra fe, y muchas veces en solapada oposi-ción con ella.

Abdicamos de nuestras responsabilidades;dejamos que cualquiera tenga la primacía en ladefensa de toda una serie de nobles causas, o enla inspiración de lo que ha de ser el arte, lacultura, la filosofía, la arquitectura, la econo-mía, la ciencia, la política, etc, de hoy. No es deextrañar la paganización de nuestro mundo.

«Nuestra tarea es exponer lo eterno (lo mis-mo ayer, hoy y mañana), en el lenguaje denuestra época... la doctrina que ustedes predi-quen tiene que ser intemporal en el fondo, yllevar ropa moderna» (cfr. Alejandro Murillo,Fuente: Catholic.net)

Algunos ven la fe como una simple corazaque el hombre se fabrica para sentirse mejorconsigo mismo. La fe da respuesta a muchaspreguntas y miedos que el hombre lleva consigo,y le ayuda a superarlos. En ese sentido, es ciertoque ayuda a sentirse mejor con uno mismo. Aojos de muchos, la fe aparece como algo anti-cuado, cuyos métodos se han ido anquilosando(deteniendo en su proceso). Son muchos, enefecto, los que tienen esa extraña imagen. Poreso es importante que los cristianos promuevan,por decirlo así, una cierta curiosidad por lo quesignifica realmente ser cristiano, y que fomen-ten el interés por contemplar la riqueza que la fe

contiene, su variedad, su capacidad de resolverlos problemas del hombre de hoy. Para descu-brirlo hay que acercarse un poco, pues la fe seentiende mucho mejor cuando uno se pone encamino (Jutta Burggraf).

Al conocer nuestra realidad de fe con mayorprofundidad, comprobamos que en la Iglesiasopla un aire fresco de novedad y de idealesgrandes. Nos damos cuenta de que se nos pre-senta una espléndida posibilidad de transformarla propia vida.

4. El Magisterio de la Iglesia nos dice: Por su fe, hombres y mujeres de toda edad, de

buena voluntad, son quienes ejercen cargos ymisiones en los más variados campos de lacultura, la ciencia, la política, la educación, eltrabajo, los medios de comunicación social, elarte (cfr. DP 8), intrépidos luchadores por lajusticia, evangelizadores de la paz, que a travésde una rica experiencia histórica, dan el valientetestimonio de Fe en nuestra diócesis, el cual nosinfunde un nuevo impulso y nos recuerda laobligación de acoger y poner en práctica elEvangelio. Cada uno de ellos, unidos en elofrecimiento generoso de su vida por el Reino deDios, es la prueba más significativa de que sepuede trascender y superar en la entrega total deuno mismo al seguir al Señor (cfr. Encíclica «UtUnum Sint»).

Los fieles laicos son «los cristianos que estánincorporados a Cristo por el Bautismo, que for-man el Pueblo de Dios y participan de las funcio-nes de Cristo: sacerdote, profeta y rey. Ellosrealizan, según su condición, la misión de todoel pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo».Son «hombres de la Iglesia en el corazón delmundo, y hombres del mundo en el corazón dela Iglesia» (DA 209)

La buena formación y capacitación de loslaicos, ha ayudado para que ellos, sean verdade-ros protagonistas de la nueva evangelización ennuestra diócesis y lo han hecho con responsabi-lidad y entrega llegando a ser verdaderos trans-formadores de la comunidad. (PDP Vol. II 925)

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FIESTAS PATRONALES

Su misión propia y específica se realiza en elmundo, de tal modo que, con su testimonio y suactividad, contribuyan a la transformación delas realidades y la creación de estructuras justassegún los criterios del Evangelio. «El ámbitopropio de su actividad evangelizadora es elmismo mundo vasto y complejo de la política,de realidad social y de la economía, como tam-bién el de la cultura, de las ciencias y de las artes,de la vida internacional, de los ‘mass media’, yotras realidades abiertas a la evangelización,como son el amor, la familia, la educación de losniños y adolescentes, el trabajo profesional y elsufrimiento». Además, tienen el deber de hacercreíble la fe que profesan, mostrando autentici-dad y coherencia en su conducta (DA 210).

El hombre que alcanza la unión con Dios yllega hasta la santidad, es un hombre que recibióa Cristo hasta el fin como único amor. Amar aDios significa recibir su amor, su celoso amorpor nosotros, un amor celoso y lleno de locura,que desea protegernos de todo lo que puede serun peligro para nuestra libertad y nuestra fe.

5. Desafíos pastorales Es necesario crear en hombres y mujeres de

toda edad una sana conciencia moral, senti-do evangélico crítico frente a la realidad,espíritu comunitario y compromiso social.Todo ello hará posible una participaciónlibre y responsable, en comunión fraterna ydialogante para la construcción de la nuevasociedad verdaderamente humana y pene-trada de valores evangélicos. Ella ha de sermodelada en la comunidad del Padre, delHijo y del Espíritu Santo y debe ser respues-ta a los sufrimientos y aspiraciones de nues-tros pueblos, llenos de esperanza que nopodrá ser defraudada (Cfr. Rom. 5,5) (cfr.DP 1308).

Vamos a hablar de Jesucristo. Vamos aproclamar una vez más la verdad de la feacerca de Jesucristo. Pedimos a todos losfieles que acojan esta doctrina liberadora.Su propio destino temporal y eterno está

ligado al conocimiento en la fe y al segui-miento en el amor, de Aquel que por laefusión de su Espíritu, nos capacita paraimitarlo y a quien llamamos y es el Señor yel Salvador (DP 180).

Tener una conciencia viva de que hombresy mujeres son parte de una única Iglesia. Elcristianismo no es un grupo de amigos quese separan, sino de hermanos que se abren alos demás en la caridad fraterna. Impulsaruna mayor espiritualidad en los agentes y enquienes los forman, para no caer en elindividualismo y activismo (cfr. IV PDPII,956-959).

Esto constituye un gran desafío que cuestio-na a fondo la manera como estamos edu-cando en la fe y cómo estamos alimentandola vivencia cristiana; un desafío que debe-mos afrontar con decisión, con valentía ycreatividad, ya que, en muchas partes, lainiciación cristiana ha sido pobre o frag-mentada. O educamos en la fe, poniendorealmente en contacto con Jesucristo e invi-tando a su seguimiento, o no cumpliremosnuestra misión evangelizadora. Se imponela tarea irrenunciable de ofrecer una moda-lidad operativa de iniciación cristiana que,además de marcar el qué, dé también ele-mentos para el quién, el cómo y el dónde serealiza. Así, asumiremos el desafío de unanueva evangelización, a la que hemos sidoreiteradamente convocados (DA 287).

Sentimos la urgencia de desarrollar en nues-tras comunidades un proceso de iniciaciónen la vida cristiana que comience por elkerygma y, guiado por la Palabra de Dios,que conduzca un encuentro personal, cadavez mayor, con Jesucristo, perfecto Dios yperfecto hombre, experimentado como ple-nitud de la humanidad, y que lleve a laconversión, al seguimiento en una comuni-dad eclesial y a una maduración de fe en lapráctica de los Sacramentos, el servicio y lamisión (DA 289).

Oh Dios, fuente de la sabiduría,principio supremo de todas las cosas.

Derrama tu luz en mi inteligenciay aleja de ella las tinieblasdel pecado y de la ignorancia.

Concédeme penetración para entender,memoria para retener, método para aprender,lucidez para interpretar y expresarme.

Ayuda el comienzo de mi trabajo,dirige su progreso, corona su fin,por Cristo nuestro Señor.

Amén.

Oh Dios, fuente de la sabiduría,principio supremo de todas las cosas.

Derrama tu luz en mi inteligenciay aleja de ella las tinieblasdel pecado y de la ignorancia.

Concédeme penetración para entender,memoria para retener, método para aprender,lucidez para interpretar y expresarme.

Ayuda el comienzo de mi trabajo,dirige su progreso, corona su fin,por Cristo nuestro Señor.

Amén.