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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5415/2016
QUEJOSO: **********
MINISTRO PONENTE: ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA
SECRETARIA: CARMINA CORTÉS RODRÍGUEZ
SECRETARIO AUXILIAR: CARLOS GUSTAVO PONCE NÚÑEZ
Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, correspondiente al **********
Visto Bueno
Señor Ministro:
V I S T O S para resolver los autos del amparo directo en revisión
5415/2016, interpuesto por ********** por su propio derecho, en contra de la
sentencia dictada en el juicio de amparo directo ********** por el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito.
I. Antecedentes
Cotejó:
1. Proceso penal. El ocho de mayo de 2014, el Juez Sexagésimo
Cuarto Penal de la Ciudad de México, en la causa penal **********, dictó
sentencia condenatoria en contra de **********, al considerarlo penalmente
responsable de la comisión del delito de privación de la libertad personal en
su modalidad de secuestro exprés agravado. En consecuencia, lo condenó
a la pena de prisión de veintisiete años, seis meses y doce días, así como al
pago de una multa equivalente a $675,000.00.1
Inconforme con la resolución anterior, el sentenciado interpuso
recurso de apelación. De dicho recurso correspondió conocer a la Novena
Sala Penal el Tribunal Superior de justicia del Distrito Federal, quien lo
1 Cuaderno de amparo directo, fojas 170 a 201.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5415/2016
2
registró con el número de toca **********. Mediante sentencia de veinticuatro
de septiembre de 2014, la Sala determinó confirmar la sentencia apelada.2
2. Demanda de amparo directo. En contra de la sentencia
condenatoria, mediante escrito presentado el doce de noviembre de 2015,
el ahora recurrente, por su propio derecho, promovió juicio de amparo
directo. En su escrito de demanda la parte quejosa expuso lo siguiente:
i. En su primer concepto de violación señaló como acto reclamado el
artículo 304 bis A del Código de Procedimientos Penales del Distrito
Federal, al considerar que el mismo es inconstitucional. Al respecto,
el quejoso indicó que el representante social, al ejercer acción penal,
no lo hizo por el delito de privación ilegal de la libertad en su
modalidad de secuestro exprés, sino que fue el juez de la causa quien
reclasificó el delito en el auto de plazo constitucional, lo que fue
confirmado por el tribunal de alzada.
ii. A juicio del ahora recurrente, la reclasificación del delito por parte del
juzgador vulneró el principio de autonomía de las funciones
procesales e implicó una invasión en la esfera competencial del
Ministerio Público, pues es a éste a quien corresponde única y
exclusivamente el ejercicio de la acción penal. Así, de acuerdo con el
quejoso, al permitir la reclasificación de un delito, como sucedió en el
caso, el legislador dio pauta para que el órgano jurisdiccional actuara
de manera arbitraria, atentando contra las características que rigen el
ejercicio de la acción penal.
iii. En su segundo concepto de violación, el quejoso adujo que se violó
su derecho fundamental a la libertad personal, ya que fue detenido
mediante un acuerdo dictado bajo el supuesto de “caso urgente”, el
cual no cumplió con los requisitos constitucionales que justifican tal
afectación de acuerdo con el artículo 16 constitucional; en concreto,
que existiera “una orden previa de localización y presentación por
parte del órgano investigador”, así como que pudiera sustraerse de la
acción de la justicia. Así, sostuvo que la reparación idónea es declarar
ilegal la detención y, en consecuencia, restar valor probatorio a todas
las pruebas que tengan origen en la misma o que de cualquier modo
tengan vínculo con ella.
2 La modificación consistió en la disminución de la multa a $20,187.00. Ibídem, fojas 170 a
201.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5415/2016
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iv. En su tercer concepto de violación, el impetrante de amparo alegó
que el acto reclamado resultó violatorio de la garantía de legalidad,
toda vez que la autoridad responsable impuso las penas
correspondientes a los artículos 9 y 10 de la Ley General para
Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestros. Situación
que resulta contraria al principio de legalidad y al artículo 23 de la
Constitución, pues significa sancionar dos veces el mismo hecho
delictivo.
v. En el cuarto concepto de violación, adujo que la sentencia reclamada
es violatoria de los artículos 1°, 14 y 16 de la Constitución General, ya
que la autoridad responsable dejó de hacer un análisis pormenorizado
de la declaración del ofendido, en la cual se aprecia que no manifestó
cuáles fueron los actos por los cuales se llevó a cabo el delito, así
como la forma en la que supuestamente lo desapoderaron de los
objetos.
vi. Asimismo, refirió que en el caso no se acreditaron los elementos del
delito de robo, como lo es el “apoderamiento”. Por lo que es
inconstitucional que haya surgido a la vida jurídica el delito de
privación de la libertad en su modalidad de secuestro exprés.
Además, no existen pruebas que acrediten el elemento “coacción” ya
que, según el dicho del ofendido, siempre tuvo capacidad
ambulatoria. De tal suerte que no hay elementos para demostrar una
real o virtual privación de la libertad.
vii. Por otro lado, alegó que fue incorrecto que la autoridad responsable
le diera valor de indicio a la declaración de uno de los testigos, pues
es una persona a la que no le constan los hechos, ya que su
declaración está basada en información que le proporcionó su padre,
por lo que se trata de un testimonio parcial y de oídas.
viii. Finalmente, en su quinto concepto de violación, el quejoso adujo que
la autoridad responsable dejó de hacer un análisis total de las
pruebas existentes en la etapa de averiguación previa, ya que en ésta
sólo existe la declaración aislada y sin prueba alguna que la soporte
del denunciante. Así, existe insuficiencia de pruebas para justificar
plenamente su responsabilidad penal en la comisión del delito.
3. Trámite y sentencia de amparo directo. De la demanda conoció el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito quien, por
acuerdo de cuatro de febrero de 2016, la admitió registrándola con el
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4
número **********; asimismo, dio vista a la agente del ministerio público de la
Federación.3 El dieciocho de agosto de 2016, el Tribunal Colegiado de
Circuito dictó sentencia en el sentido de negar la protección constitucional al
quejoso.4 En las consideraciones, el órgano de amparo argumentó lo
siguiente:
i. En primer lugar, señaló que el primer concepto de violación en el cual
el quejoso señaló como acto reclamado “la inconstitucionalidad de la
iniciativa de ley, votación y aprobación, […] del artículo 304 bis, a, del
Código de Procedimientos Penales del Distrito Federal” debía
calificarse como inoperante, al no satisfacer los elementos requeridos
para emitir un pronunciamiento al respecto. De acuerdo con el órgano
de control, el señalamiento de un dispositivo impugnado, así como el
esbozo de conceptos de violación que no indiquen el marco y la
interpretación de una disposición constitucional que pueda transgredir
aquél, resultan motivos de insuficiencia que desestiman la
actualización de un verdadero problema de constitucionalidad de ley.
ii. Al respecto, el Colegiado indicó que corresponde a la parte quejosa
demostrar la inconstitucionalidad de la ley, excepción hecha de los
casos en los que se trate de leyes que hayan sido declaradas
inconstitucionales mediante jurisprudencia obligatoria o cuando se
esté en presencia de actos que sean inconstitucionales por sí
mismos. De este modo, carece de conformación de un verdadero
concepto de violación, la enunciación de disposiciones
constitucionales dejadas de aplicar o transgredidas, pues ello no
puede derivarse de la eficiente impugnación de la constitucionalidad
de normas generales secundarias, en tanto no existe la confrontación
entre estas y un específico derecho tutelado por la norma
constitucional. En este punto, el Tribunal Colegiado invocó la tesis de
esta Primera Sala 1a./J. 58/99, de rubro: CONCEPTOS DE
VIOLACIÓN EN DEMANDA DE AMPARO DIRECTO. LA
IMPUGNACIÓN DE CONSTITUCIONALIDAD DE DISPOSICIONES
LEGALES PRECISA DE REQUISITOS MÍNIMOS A SATISFACER.
iii. En ese sentido, el tribunal colegiado consideró que lo que en realidad
impugnó el quejoso en el caso concreto fueron meras cuestiones de
legalidad, relacionadas con la reclasificación que hizo el juez del
proceso con fundamento en el artículo 304 Bis, A. Tales cuestiones
giraron en torno a que no existió sustento legal para atribuirle el ilícito
3 Ibídem, fojas 170 a 201. 4 Idem.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5415/2016
5
de privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro exprés,
lo que lo dejó en estado de indefensión; aunado a que el juez de
instancia invadió la esfera competencial que le corresponde al órgano
técnico, ya que con el argumento de reclasificación realizó funciones
propias del ministerio público.
iv. No obstante, el órgano de amparo también calificó estos
planteamientos como inoperantes, bajo el argumento de que las
posibles violaciones en las que pudo haber incurrido el juez de
instancia en el auto de plazo constitucional, quedaron consumadas de
modo irreparable con el dictado de la sentencia de primer grado en la
que se estimó acreditado el delito y la responsabilidad penal del
quejoso. Motivo por el cual, no es factible analizarlas en el juicio de
amparo directo, al tratarse de cuestiones ajenas a la litis.
v. Por otra parte, el Tribunal Colegiado calificó como fundado pero
inoperante, el concepto de violación del quejoso en el que alegó que
su detención fue ilegal, toda vez que no se acreditaron los elementos
genéricos dispuestos en la constitución que justifican la detención por
caso urgente, a partir de una orden previa emitida por el ministerio
público. Luego de hacer referencia a las consideraciones contenidas
en la tesis 1a. CCLII/2015 (10a.) de rubro: “DETENCIÓN POR CASO
URGENTE. REQUISITOS PARA SU VALIDEZ” el órgano de amparo
consideró que, en efecto, resultó cuestionable la forma en la que fue
detenido el quejoso, toda vez que la orden de detención no fue
dictada antes, sino después de que fue asegurado por los agentes
policíacos, ilegalidad que no fue corregida por el juez del proceso,
quien indebidamente ratificó la detención.
vi. En ese contexto, el órgano de control señaló que el efecto de esa
violación cometida durante la averiguación previa debía ser la
invalidez de los medios de convicción íntimamente vinculados con
aquella, esto es, todos aquellos que no hubiera sido posible recabar
de no haber sido detenido el sentenciado ilegalmente. En apoyo a lo
anterior, el Tribunal Colegiado invocó la tesis de jurisprudencia 1a./J.
139/2011 de rubro: PRUEBA ILÍCITA. EL DERECHO A UN DEBIDO
PROCESO COMPRENDE EL DERECHO A NO SER JUZGADO A
PARTIR DE PRUEBAS OBTENIDAS AL MARGEN DE LAS
EXIGENCIAS CONSTITUCIONALES Y LEGALES. Así como la tesis
1a. CLXII/2011 de rubro: PRUEBA ILÍCITA. LAS PRUEBAS
OBTENIDAS, DIRECTA O INDIRECTAMENTE, VIOLANDO
DERECHOS FUNDAMENTALES, NO SURTEN EFECTO ALGUNO.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5415/2016
6
vii. En consecuencia, el órgano de amparo nulificó las siguientes pruebas
(a) el informe de puesta a disposición; (b) las declaraciones
ministeriales de los oficiales remitentes; (c) lo expuesto por el
denunciante, únicamente en cuanto al señalamiento y reconocimiento
del quejoso; (d) la ampliación ministerial del ofendido en la que tuvo a
la vista al quejoso para su reconocimiento; (e) la comparecencia
ministerial del quejoso, rendida en presencia de su defensa particular;
y (f) el certificado de estado psicofísico del quejoso.
viii. No obstante, consideró que lo narrado por el denunciante, antes del
señalamiento y el reconocimiento del inconforme, la primera
declaración del ofendido, así como las diversas diligencias de
inspección y periciales que constan en la indagatoria, no se vinculan
indefectiblemente con la detención ilegal del quejoso, pues bien
pueden relacionarse con la investigación de los hechos. De tal suerte
que hubieran tenido verificativo con independencia de que no se
hubiese decretado la ilegal detención. Del mismo modo, precisó que
la declaración del justiciable ante el juez, la cual se rindió en
presencia de su defensor, tampoco era nula, pues no constituyeron
una mera ratificación de lo expuesto ante el Ministerio Público,
además de que tuvo una fuente diversa. En este punto, el Colegiado
invocó la tesis 1a. CCCXXVI/2015 de rubro: PRUEBA ILÍCITA.
LÍMITES DE SU EXCLUSIÓN.
ix. A la luz de lo anterior, el órgano de control estimó que la violación a la
libertad personal del quejoso no resultó trascendente al resultado del
fallo (en los términos del artículo 171 de la Ley de Amparo), ya que en
el restante acervo probatorio constan diversas probanzas que son
suficientes para sostener la acreditación de los elementos delictivos
de la conducta materia de condena, así como la responsabilidad del
quejoso en su comisión. Por lo que consideró que no era factible la
concesión de la protección constitucional solicitada.
x. Precisado lo anterior, el órgano de amparo señaló que en el caso no
se vulneraron los artículos 1°, 14, 16 y 133 de la Constitución.
xi. Asimismo, señaló que contrario a lo que sostuvo el quejoso el material
probatorio resulta suficiente para estimar que la conducta del quejoso
es encuadrable en el tipo penal “privación de la libertad personal en
su modalidad de secuestro exprés”.
xii. Por otra parte, en lo que respecta a la plena responsabilidad del
quejoso en la comisión del referido ilícito, el Tribunal Colegiado estimó
que el tribunal de alzada correctamente la estimó acreditada en autos
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5415/2016
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en términos de lo dispuesto en los artículos 18, 22 y 261 del Código
Procesal Penal aplicable.
xiii. En cuanto a la individualización de las penas, el órgano de amparo
estimó que la autoridad responsable validó correctamente las
consideraciones vertidas por el juez de la causa, en términos de lo
dispuesto en los artículos 70 y 72 del Código Penal para la Ciudad.
xiv. En ese sentido, calificó de infundado el argumento del quejoso en el
que sostuvo que la Sala responsable le impuso incorrectamente las
penas previstas en los artículos 9 y 10 de la Ley General para
Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro, pues el
ilícito en estudio se basó únicamente en la sanción prevista en el
artículo 10, fracción I de la ley reglamentaria del artículo 73, fracción
XXI, de la Constitución General.
xv. Finalmente, estimó que fue correcta la determinación de la Sala
responsable respecto a la forma en la que deberán cumplimentarse
las sanciones impuestas, la reparación del daño, la determinación de
negar los sustitutivos de la pena de prisión y el beneficio de
suspensión condicional, así como la suspensión de los derechos
políticos del inculpado.
II. Interposición y trámite del recurso de revisión
1. Inconforme con la anterior determinación, mediante escrito
presentado el trece de septiembre de 2016, en la Oficina de
Correspondencia del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Primer Circuito, el quejoso interpuso recurso de revisión.5 En su escrito de
agravios, el quejoso expresó los siguientes argumentos:
i. En su primer agravio, el recurrente sostiene que el Tribunal Colegiado
vulneró los artículos 14, 21, 107 y 122 de la Constitución General ya
que, contrario a lo que se sostiene en la sentencia recurrida, sí hizo el
planteamiento de la inconstitucionalidad del artículo 304 Bis, para lo
cual esgrimió diversos razonamientos concretos, en los que expuso
que dicha disposición sirve como fundamento invadir la esfera
competencial de otras autoridades como el Ministerio Público. En ese
sentido, explicó que es con base en dicho precepto que el juez de la
5 Cuaderno de amparo directo en revisión, foja 4.
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8
causa invadió dicha esfera competencial en la etapa de radicación del
proceso, hasta antes de dictar el auto de término constitucional, pues
fue en esa etapa en la que se apoyó en diversos elementos de
prueba para privarlo de la libertad y reclasificar el delito que se le
atribuyó, agravando con ello su situación jurídica.
ii. En su segundo agravio, el recurrente aduce, en esencia, que la
sentencia recurrida vulnera las garantías de legalidad y seguridad
jurídica, al calificar de fundado pero insuficiente su concepto de
violación en el que alegó que no se cumplió con los requisitos del
caso urgente. Al respecto, el inconforme aduce que con ello
contravienen la esencia misma del juicio de amparo, a cuya
protección se vio obligado a acudir. De acuerdo con el recurrente,
todas las etapas posteriores a la detención se han contaminado de
inconstitucionalidad, por lo que el juicio al que fue sometido es un
proceso ilícito y viciado. Asimismo, sostiene que las pruebas
restantes después de declarar la ilicitud de las pruebas señaladas por
el Colegiado, son insuficientes para acreditar la responsabilidad y el
delito que se le imputa.
iii. Por otro lado, el quejoso sostiene que el Tribunal Colegiado dejó de
aplicar la suplencia de la queja, tanto en lo que respecta al análisis de
la constitucionalidad del acto reclamado, como de la
constitucionalidad del artículo 304 Bis del Código de Procedimientos
Penales para el entonces Distrito Federal.
iv. En su agravio tercero, el quejoso aduce que la sentencia del
Colegiado es contraria al principio de congruencia, ya que dejó hacer
razonamiento alguno respecto de la consecuencia legal que tendría el
haber declarado nulas diversas pruebas que fueron fundamento y
base de la representación social para el dictado de detención por
caso urgente. Al respecto, el recurrente aduce que tanto la puesta a
disposición y el señalamiento y reconocimiento del ofendido, son
elementos fundamentales para integrar una averiguación previa y
poder justificar una detención. Sin embargo, dichos elementos de
prueba han sido declarados inválidos, por lo que tales actos han
quedado inexistentes y no han nacido a la vida jurídica. Por lo que ha
fenecido la materia del procedimiento penal.
2. Por acuerdo de veintitrés de septiembre de 2016, el Presidente de
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó formar y registrar el
expediente bajo el número 5415/2016; admitió el recurso de revisión y
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9
ordenó turnar el expediente para su estudio al Ministro Aturo Zaldívar
Lelo de Larrea.6
El 21 de octubre de 2016, el Presidente de la Primera Sala de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación tuvo por recibidos los autos,
determinó que dicha Sala se avocaría al conocimiento del asunto y envió
los autos a la Ponencia del Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea a
efecto de que formulara el proyecto de resolución respectivo.7
Posteriormente, el 2 de enero de 2017, tuvieron por recibidos los autos
relativos al toca penal ********** y la causa penal **********.8
III. Competencia
Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es
legalmente competente para conocer del presente recurso de revisión,
en términos de lo dispuesto por los artículos 107, fracción IX de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 83 de la Ley de
Amparo; 21, fracción III, inciso a) de la Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación, y en relación con los puntos primero y tercero del
Acuerdo General número 5/2013, emitido por el Tribunal Pleno de este
Alto Tribunal, de 13 de mayo de 2013, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el día 21 del mismo mes y año. Ello, en virtud de haberse
interpuesto en contra de una sentencia dictada por un Tribunal Colegiado
de Circuito.
IV. Legitimación y oportunidad
Esta Primera Sala estima que la parte recurrente cuenta con legitimación
para instar el presente recurso de revisión de conformidad con el artículo
6 Ibídem, fojas 34 a 37. 7 Ibídem, foja 48. 8 Ibídem, foja 76.
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10
5, fracción I, de la Ley de Amparo, toda vez que en el juicio de garantías
se le reconoció el carácter de quejoso.
Por otro lado, esta Sala estima que el recurso de revisión también
fue interpuesto en tiempo, de acuerdo con lo estatuido en el artículo 86
de la Ley de Amparo. En efecto, de las constancias de autos se advierte
que la sentencia recurrida se notificó al quejoso el 29 de agosto de 2016
(foja 204 del cuaderno de amparo), la cual surtió efectos al día hábil
siguiente. De este modo, el plazo de diez días para la interposición del
recurso transcurrió del 31 de agosto al 13 de septiembre de 2016;
debiéndose descontar los días 3, 4, 10 y 11 de septiembre de 2016 por
ser inhábiles, de conformidad con los artículos 19 de la Ley de Amparo y
163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. En
consecuencia, si el recurso fue interpuesto el 13 de septiembre mismo
resulta oportuno.
V. Procedencia del recurso de revisión
Antes de abordar el análisis de los argumentos hechos valer por la parte
recurrente, debe examinarse si el presente asunto reúne los requisitos
necesarios para estimar que el recurso es procedente. Para ello, debe
tomarse en consideración el siguiente esquema normativo:
De la interpretación de los artículos 107, fracción IX, de la
Constitución General de la República; 81, fracción II y 83 de la Ley de
Amparo, y 10, fracción III, y 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica
del Poder Judicial de la Federación, en relación con el Acuerdo 9/2015
del Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, se obtiene que
la procedencia del recurso de revisión contra sentencias que en amparo
directo pronuncien los Tribunales Colegiados de Circuito se encuentra
condicionada a la concurrencia de los siguientes requisitos:
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5415/2016
11
A. Que en la sentencia recurrida se formule un pronunciamiento
sobre la constitucionalidad de normas generales, o la
interpretación directa de un precepto constitucional; o de los
derechos humanos establecidos en los tratados internacionales de
los que el Estado Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre tales
cuestiones cuando hubieren sido planteadas; y
B. Que el problema de constitucionalidad entrañe la fijación de un
criterio jurídico de importancia y trascendencia.
En relación con este último punto, el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación precisó en el Acuerdo General 9/2015, que un
asunto se considerará importante y trascendente cuando se advierta que:
a) dará lugar a un pronunciamiento novedoso o de relevancia para el
orden jurídico nacional; b) lo decidido en la sentencia recurrida pueda
implicar el desconocimiento de un criterio sostenido por la Suprema Corte
de Justicia de la Nación relacionado con alguna cuestión propiamente
constitucional, por haberse resuelto en contra de dicho criterio o se
hubiere omitido su aplicación.9
En el presente caso, una vez examinada la demanda de amparo, la
sentencia emitida por el Tribunal Colegiado, así como el escrito de
agravios, esta Primera Sala estima que en el caso concreto sí se
encuentran reunidos los requisitos de procedencia a los que se ha hecho
alusión. Se explica:
Como ha quedado precisado, en sus conceptos de violación, el
quejoso planteó la inconstitucionalidad del artículo 304, Bis, A, del
Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal. Lo
anterior, al considerar que el mismo resulta violatorio del principio de
autonomía y división de las funciones procesales en materia penal, pues
invade la esfera competencial del Ministerio Público.
9 Punto segundo del Acuerdo General 9/2015 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, que establece las bases generales para la procedencia y tramitación de los
recursos de revisión en amparo directo.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5415/2016
12
En la sentencia recurrida, el Tribunal Colegiado señaló que dicho
concepto de violación debía calificarse como inoperante, pues el quejoso
no hizo un verdadero planteamiento de inconstitucionalidad de la norma
impugnada. De acuerdo con el órgano de amparo, el quejoso no
contrastó el precepto combatido con algún derecho fundamental, sino que
se limitó a hacer valer meras cuestiones de legalidad. Tal determinación
es combatida por el recurrente en sus agravios, pues considera que,
contrario a lo que sostuvo el órgano de amparo, sí esgrimió argumentos
tendentes a sostener la invalidez del artículo 304, Bis, A, de la legislación
procesal local.
En ese contexto, es evidente que en el caso se encuentra
acreditado el primero de los requisitos de procedencia del recurso de
revisión a los que se ha hecho alusión (A). Ello, en tanto que en la
demanda de amparo se planteó una cuestión propiamente constitucional,
el Tribunal Colegiado omitió su estudio al considerar que el concepto de
violación resultó inoperante y en agravios se combate esa
determinación10. Asimismo, se estima que dicha problemática entraña la
fijación de un criterio de importancia y trascendencia (B), puesto que a la
fecha no existe pronunciamiento de este Alto Tribunal al respecto.
Al respecto, es importante precisar que aun cuando la norma
tildada de inconstitucional fue aplicada en el auto de formal prisión, esta
Primera Sala estima que su estudio resulta procedente en el juicio de
amparo directo, por tratarse de una cuestión que pudo haber trascendido al
resultado del fallo.11 De igual modo, aunque el ahora recurrente promovió
10 Jurisprudencia P./J. 31/2004, de rubro “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. PROCEDE CUANDO EL TRIBUNAL COLEGIADO OMITE REALIZAR EL ANÁLISIS DE LA CUESTIÓN DE CONSTITUCIONALIDAD PLANTEADA EN LA DEMANDA.” Registro: 181456. Novena Época, Pleno, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Mayo de 2004, Tomo XIX. Página: 43. 11 En efecto, tratándose del sistema penal mixto o inquisitivo, esta Primera Sala ya ha determinado que en el juicio de amparo directo resulta procedente el estudio de las violaciones cometidas en el auto de formal prisión, incluyendo la posible variación de los hechos consignados por el Ministerio Público. Véase en ese sentido la sentencia del amparo directo 9/2008. Sentencia de 12 de agosto de 2009, resuelta por mayoría de cuatro votos de los señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo, José Ramón Cossío Díaz (Ponente), Juan N. Silva Meza y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, en contra del voto emitido por el Presidente Sergio A. Valls Hernández.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5415/2016
13
juicio de amparo indirecto en contra el auto de formal prisión, el cual fue
sobreseído, esta Sala observa que en esa ocasión no planteó la
inconstitucionalidad de la norma referida, por lo que no puede estimarse
precluído su derecho para hacerlo valer en amparo directo.12
Por otro lado, esta Sala observa que además del argumento de
inconstitucionalidad antes señalado el quejoso también realizó
planteamientos relacionados con la interpretación de la figura de
detención por “caso urgente” prevista en el artículo 16
constitucional. Argumentos que fueron calificados por el órgano de
amparo como fundados pero inoperantes, al considerar que aún y cuando
la detención del quejoso resultó ilegal —pues no quedaron satisfechos los
requisitos del caso urgente— ello era insuficiente para conceder el
amparo y protección constitucional, en tanto que el resto del material
probatorio (es decir, el que no se vio afectado por la violación) era
suficiente para sostener la condena.
De este modo, de la lectura de la sentencia recurrida se advierte
que el Tribunal llevó a cabo la interpretación directa del artículo 16
constitucional y los supuestos que justifican una restricción a la libertad
personal. No obstante, respecto de esta última cuestión, aún y cuando
satisface el primero de los requisitos de procedencia antes señalados (A),
esta Sala estima que su estudio no reúne ninguno de los requisitos de
importancia y trascendencia a los que se ha hecho mención (B). Ello,
pues se advierte que el Tribunal apoyó su determinación (en el sentido de
considerar que existió una violación al derecho fundamental en cuestión y
excluir las pruebas que derivaron de la misma) en diversos precedentes
emitidos y reiterados por esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.
12 Cuaderno de la causa penal, foja 526. Al resolver el Amparo Directo en Revisión 2224/2014, esta Primera Sala determinó que “tratándose de actos privativos de la libertad personal, no puede considerarse consentida la aplicación de una ley, para efectos de su impugnación en sentencia definitiva, con motivo de una resolución intraprocesal”. Véase sentencia de 3 de febrero de 2016, resuelta por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (Ponente), José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Norma Lucía Piña Hernández y el Presidente de la Primera Sala, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
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14
En consecuencia, al no reunirse los requisitos de importancia y
trascendencia respecto de este último tema, esta Sala sólo se ocupará
de los agravios relativos a la inconstitucionalidad del artículo 304,
Bis, A, del Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal.
VI. Decisión
Como ya ha quedado precisado, el quejoso planteó en sus conceptos de
violación que el artículo 304, Bis, A, del Código de Procedimientos
Penales del Distrito Federal, en el cual se apoyó el juez de la causa para
reclasificar el delito por el cual fue consignado por el Ministerio Público en
el auto de formal prisión, es inconstitucional. En concreto, el quejoso
adujo que dicho precepto vulnera el principio de división de funciones e
implica una invasión en la esfera competencial del Ministerio Público,
órgano al cual compete en exclusiva el ejercicio de la acción penal.
En la sentencia recurrida, el Tribunal Colegiado estimó que dichos
argumentos debían calificarse como inoperantes ya que, a su juicio, el
quejoso no planteó en realidad una genuina cuestión constitucional, pues
no confrontó el precepto legal con una norma constitucional. Así, a
criterio del órgano de amparo, lo que el recurrente en realidad hizo valer
fueron cuestiones de mera legalidad relacionadas con la reclasificación
que hizo el juez del proceso, las cuales también fueron calificadas como
inoperantes, bajo el argumento de que las mismas quedaron consumadas
de modo irreparable con el dictado de la sentencia definitiva.
En desacuerdo con lo anterior, el recurrente sostiene que la
apreciación del Tribunal es incorrecta, ya que en su demanda de amparo
sí formuló argumentos suficientes para demostrar la inconstitucionalidad
del artículo 304, Bis, A, del Código de Procedimientos Penales de esta
ciudad. Ello, en tanto que desde su demanda de amparo señaló que
dicho precepto entraña una invasión en la esfera de competencias del
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Ministerio Público, al permitir al juzgador que reclasifique el delito en el
auto de término constitucional.
Pues bien, derivado del anterior contexto argumentativo, esta
Primera Sala considera que el agravio del recurrente es fundado. En
efecto, tal y como lo refiere en sus agravios, esta Sala observa que en su
demanda de amparo sí hizo valer un verdadero planteamiento de
constitucionalidad relacionado con el artículo 304, Bis, A, del Código de
Procedimientos Penales del Distrito Federal. Al respecto, el recurrente
sostuvo que dicho precepto permite al juzgador reclasificar el delito en el
auto de formal prisión, lo que resulta violatorio del principio de división de
funciones y el ámbito competencial del Ministerio Público, pues es a éste
a quien corresponde en definitiva el ejercicio de la acción penal.
En este sentido, si bien es cierto que el quejoso no invocó un
precepto constitucional en concreto a fin de contrastar la norma
impugnada, esta Sala observa que sí señaló los principios
constitucionales que estimó vulnerados, a saber: la división de funciones
en materia penal, en relación con la esfera competencial del Ministerio
Público (los cuales, por lo demás, se encuentran consagrados en el
artículo 21 constitucional). Por tanto, ante la claridad del planteamiento
del quejoso y tomando en consideración que de acuerdo con el principio
iura novit curia es el juez quien conoce y determina el derecho aplicable,
esta Primera Sala estima que su concepto de violación no debió
calificarse como inoperante, sino que debió procederse a su estudio.
Así pues, al haber resultado fundado el agravio del recurrente en el
que sostuvo que el Tribunal Colegiado omitió analizar el planteamiento de
constitucionalidad efectuado en la demanda de amparo, esta Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se ocupará de los
mismos, en términos de lo dispuesto en el artículo 93, fracción V, de la
Ley de Amparo. Para ello, se retomará en primer lugar (i) la doctrina de
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación en relación con el principio
de división de funciones en materia penal y el papel que éste principio
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16
juega en el auto de formal prisión. A la luz del o anterior, se analizarán (ii)
los argumentos del quejoso respecto a la alegada inconstitucionalidad del
artículo 304 Bis A del Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal.
Antes de comenzar, es importante precisar que el estudio de los
conceptos de violación se realizará a la luz de las disposiciones
constitucionales y legales aplicables al caso concreto. Así, dado que el
asunto proviene de un proceso penal iniciado bajo las reglas que regían
el sistema mixto inquisitivo, esta Sala realizará el estudio de
constitucionalidad tomando en consideración las disposiciones que se
encontraban vigentes antes de la entrada en vigor de la reforma
constitucional de 2008.13
I. Principio de división de funciones en materia penal y
reclasificación del delito en el auto de formal prisión
El artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en sus párrafos primero y segundo, establece literalmente lo
siguiente:
Artículo 21. La investigación de los delitos corresponde al Ministerio
Público y a las policías, las cuales actuarán bajo la conducción y
mando de aquél en el ejercicio de esta función.
El ejercicio de la acción penal ante los tribunales corresponde al
Ministerio Público. La ley determinará los casos en que los particulares
podrán ejercer la acción penal ante la autoridad judicial.
Al respecto, esta Primera Sala ha sostenido en diversas ocasiones que el
precepto constitucional antes transcrito consagra un principio de “división
13 Al respecto, resulta aplicable lo establecido en la tesis 1a. XXVI/2009 aislada, de rubro siguiente: “SISTEMA PROCESAL PENAL ACUSATORIO. LA ENTRADA EN VIGOR DEL DECRETO DE REFORMAS CONSTITUCIONALES PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE 2008 TAMBIÉN DEPENDE DE LA EMISIÓN DE LA DECLARATORIA A QUE ALUDEN LOS ARTÍCULOS SEGUNDO Y TERCERO TRANSITORIOS DEL PROPIO DECRETO, LO CUAL ES DETERMINANTE PARA EL ESTUDIO DE CONSTITUCIONALIDAD RELATIVO”. Registro: 167829. Novena Época, Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación, Tomo XXIX, febrero de 2009. Página: 430.
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de funciones en materia penal”, el cual también es conocido en la
doctrina como “principio dispositivo o acusatorio”. En términos generales,
dicho principio exige que la función de “investigación y acusación” a
cargo del Ministerio Público y la función “jurisdiccional” reservada a los
jueces, estén claramente delimitadas, por lo que no resulta admisible que
éstas sean intercambiadas entre dichos órganos, ni que uno de ellos
invada ilegalmente la esfera del otro.14
En ese sentido, al resolver el amparo directo 9/2008, esta Sala
indicó que el Ministerio Público es la institución del Estado que tiene a su
cargo “la persecución e investigación de los delitos”, por lo que es el
órgano que conserva para sí “el monopolio del ejercicio de la acción
penal”, entendido éste último como la “exclusiva participación del
Ministerio Público en la acusación o imputación delictiva”. Así, esta Sala
señaló que “la persecución e investigación de los delitos es una labor de
carácter administrativo que por definición excluye a la judicial” (énfasis
añadido).15
Asimismo, en la contradicción de tesis 174/201216, esta Sala
destacó que de acuerdo con el artículo 21 constitucional el Ministerio
Público tiene encomendadas dos funciones específicas en materia penal, a
saber: (1) una función investigadora, la cual consiste en la facultad/deber de
indagar sobre la posible comisión de un evento delictivo, practicando las
diligencias correspondientes a fin de ejercer acción penal cuando considere
que hay elementos suficientes para ello; y (2) una función acusadora, la cual
puede entenderse como el deber de sostener la imputación formulada en
14 Contradicción de Tesis 174/2012. Sentencia de 4 de julio de 2012, resuelta por unanimidad de cinco votos de los Señores Ministros: Jorge Mario Pardo Rebolledo (Ponente), José Ramón Cossío Díaz, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, en cuanto al fondo. 15 Sentencia de 12 de agosto de 2009, resuelta por mayoría de cuatro votos de los señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo, José Ramón Cossío Díaz (Ponente), Juan N. Silva Meza y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, en contra del voto emitido por el Presidente Sergio A. Valls Hernández, quien formulará voto particular. 16 Sentencia de 4 de julio de 2012, resuelta por unanimidad de cinco votos de los Señores Ministros: Jorge Mario Pardo Rebolledo (Ponente), José Ramón Cossío Díaz, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, en cuanto al fondo.
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contra de determinada persona a lo largo de todas las etapas del proceso,
hasta el momento en que la autoridad jurisdiccional resuelva en definitiva en
torno a dicho conflicto penal.
De igual modo, se precisó que la función jurisdiccional en materia
penal (en sus diversas etapas procesales) se limita a corroborar que los
indicios que le sean aportados por la representación social resulten aptos y
suficientes para acreditar, primeramente, las categorías procesales
previstas en los artículos 16 y 19 constitucionales (cuerpo del delito y
responsabilidad penal probable) y, posteriormente, que sean capaces de
demostrar el delito como la culpabilidad del imputado “más allá de toda
duda razonable”. Lo anterior, siempre derivado de la función “acusadora”
que corresponde al Ministerio Público, la cual debe estar basada en una
actividad probatoria lícita y dentro de los cánones de un proceso adversarial
y garantista.
Ahora bien, en lo que respecta específicamente a la etapa relativa a la
consignación y al dictado del auto de formal prisión en el sistema mixto
inquisitivo, esta Sala ha sostenido que en dicha fase corresponde al
Ministerio Público acreditar el “cuerpo del delito y la probable
responsabilidad del inculpado”, mientras que la autoridad judicial debe dictar
el auto de formal prisión “con base en los hechos y argumentos, aportados y
vertidos, por el Ministerio Público al solicitar el ejercicio de la acción penal”.
Así, esta Sala ha sido enfática al señalar que el juez debe ceñirse a tales
hechos y argumentos, “pudiendo solo rectificar (a nivel de técnica jurídica) el
estudio de tipicidad realizado por el Ministerio Público, o bien, el que verse
sobre la probable responsabilidad” (énfasis añadido). Esto último, “en virtud
de que el juez es quien cuenta con la facultad de calificar jurídicamente el
delito de que se trate” (énfasis añadido).17
17 Amparo directo 9/2008. Sentencia de 12 de agosto de 2009, resuelta por mayoría de cuatro votos de los señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo, José Ramón Cossío Díaz (Ponente), Juan N. Silva Meza y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, en contra del voto emitido por el Presidente Sergio A. Valls Hernández, quien formulará voto particular.
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19
En esa misma línea, al resolver la contradicción de tesis 103/2007-
PS18, esta Primera Sala señaló que de acuerdo con el artículo 19 de la
Constitución General (en su texto anterior a la reforma constitucional de
2008)19, la figura del “auto de formal prisión” tiene suma importancia, pues
en en él se fija el delito o delitos por los que debe seguirse el proceso. Por
lo que, se dijo, “constituye una prohibición determinante, a nivel
constitucional el que, durante el proceso, puedan variarse los hechos que
han sido objeto del análisis en dicho auto de formal prisión” (énfasis
añadido).
Con todo, esta Primera Sala también precisó que no debe
confundirse entre la “variación de los hechos” y la “modificación en la
apreciación técnica de los mismos”.20 Al respecto, se indicó que lo que
debe especificar y valorar el juzgador son los hechos que han de servir de
base al proceso y establecer su clasificación técnica, remitiéndose para tal
efecto a los diferentes tipos de delitos contenidos en las leyes penales. En
otras palabras, “lo que se prohíbe en la Constitución Federal es la
modificación de la sustancia de los hechos y no su apreciación técnica o su
correcta denominación legal”. Ejercicio este último, el cual se conoce como
cambio de clasificación del delito o reclasificación.
En esa línea, esta Primera Sala fue enfática al señalar que “la
actividad jurisdiccional de reclasificar un delito, no se encuentra
prohibida por la Constitución Federal”. Por el contrario:
18 Sentencia de 28 de noviembre de 2007, resuelta por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo (Ponente), Sergio A. Valls Hernández, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente José Ramón Cossío Díaz. 19 Artículo 19. Ninguna detención ante autoridad judicial podrá exceder del plazo de setenta y dos horas, a partir de que el indiciado sea puesto a su disposición, sin que se justifique con un auto de formal prisión en el que se expresaran: el delito que se impute al acusado; el lugar, tiempo y circunstancias de ejecución, así como los datos que arroje la averiguación previa, los que deberán ser bastantes para comprobar el cuerpo del delito y hacer probable la responsabilidad del indiciado 20 Véase la tesis aislada de rubro “DELITO, CAMBIO DE CLASIFICACION DEL, POR EL QUE SE DICTO EL AUTO DE FORMAL PRISION.” Registro: 237029. Séptima Época, Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación, volumen 3, segunda parte. Página: 45.
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20
“[…] tomando en consideración que el Ministerio Público, al ejercitar la
acción penal, consigna hechos a la autoridad judicial y que es a ésta a la
que corresponde, a través del auto de formal prisión, clasificarlos y
determinar qué delito configuran para que por éste se siga el proceso,
también está facultada para hacer el cambio de clasificación del delito,
esto es, modificar aquél por el que se ejercitó la acción penal, y sujetar al
acusado por otro, con base en el cual se normará la instrucción” (énfasis
añadido).
De este modo, se indicó que la palabra “delito” empleada en el artículo 19
constitucional debe entenderse como “el conjunto de los hechos
sancionados por las leyes penales materia de la acusación, por los que se
decreta la formal prisión” (énfasis añadido). Así, el juzgador debe señalar en
dicha resolución el precepto sustantivo que sanciona tales hechos, al igual
que las razones por las que se estimen probados los elementos
constitutivos de ese delito, con las pruebas aportadas que los acrediten y
precisando probable la sanción imponible para justificar que dicho delito
tiene señalada sanción corporal.
Así, en definitiva, la palabra “delito” contenida en el mencionado
precepto constitucional, no debe entenderse como la denominación legal
contenida en los Códigos Penales (como por ejemplo homicidio, robo,
fraude, etcétera) sino como “el conjunto de los hechos por los que el
Ministerio Público realiza la consignación ante el Juez de la causa y por los
que la autoridad judicial dicta el auto de formal prisión” (énfasis añadido).
Ello, aun y cuando para emitir el auto de término constitucional se emplee la
denominación genérica a que tales hechos se asimilan, como puede ser,
por ejemplo, alguna hipótesis del delito de robo previsto en determinado
precepto del Código Penal. Circunstancia que resulta indispensable porque
sólo así se puede señalar la probable hipótesis de pena de prisión aplicable,
que es la que justifica el pronunciamiento del auto de formal prisión.
Al respecto, cabe mencionar que esta interpretación del artículo 19
constitucional, en relación con las facultades del juzgador al dictar el auto de
formal prisión, ha sido reiterada por este Alto Tribunal en otros precedentes.
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21
Así, por ejemplo, en la contradicción de tesis 478/201121 esta Primera
Sala señaló que al dictar el auto de formal prisión una vez ejercida la acción
penal, el juez “sólo puede tomar en cuenta los hechos materia de la
consignación, considerando la descripción típica legal que se ajuste a los
mismos, aun cuando en este último aspecto, que no es de carácter fáctico,
sino técnico-jurídico, se modifique la clasificación hecha en promociones o
resoluciones anteriores” (énfasis añadido).22
De igual modo, al resolver el amparo en revisión 781/200623, esta
Primera Sala determinó que el artículo 163 del Código Federal de
Procedimientos Penales —el cual otorgaba facultades al juzgador de la
causa para reclasificar el delito en el auto de formal prisión— no implicaba
una vulneración al mandato constitucional contenido en el artículo 21, ni
tampoco que se vulneran en perjuicio del indiciado las garantías que
contempla el numeral 19 de la Constitución General de la República. Ello,
se dijo, “porque las facultades de reclasificación, no implican facultades de
persecución” (énfasis añadido).
21 Sentencia de 25 de abril de 2012, resuelta por unanimidad de cinco votos de los Señores Ministros: Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (Ponente) en cuanto al fondo del asunto. De este último precedente derivó la tesis de jurisprudencia 1a./J. 64/2012 (10a.), de rubro siguiente: “AUTO DE FORMAL PRISIÓN. EL JUZGADOR DEBE LIMITARSE A LOS HECHOS MATERIA DE LA CONSIGNACIÓN, SIN QUE PUEDA TOMAR EN CUENTA AQUÉLLOS QUE DERIVEN DE LA AVERIGUACIÓN PREVIA QUE SEAN DISTINTOS A LOS SEÑALADOS POR EL MINISTERIO PÚBLICO”. Registro: 2001244. Décima Época, Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XI, agosto de 2012, Tomo I. Página: 212. 22 En dicho precedente, este Tribunal señaló además que la actuación de la contraparte
se expresa en el ejercicio pleno del derecho de defensa, y el principio de contradicción
frente a la imputación que se le formula. En este rubro, el defensor y el imputado
comparten un interés común: tener el debido conocimiento de la imputación, defenderse
de la misma y solicitar la exacta aplicación de la ley penal. De ahí que si se autorizara que
el juez incluyera nuevos hechos en la acusación y que con base en ellos dictara un auto
de formal prisión, ello dejaría en estado de indefensión al indiciado, al negarle la
posibilidad efectiva y equitativa de defender sus puntos de vista y ofrecer pruebas, ya que
los hechos por los que finalmente se dicta el auto, escaparían de la materia de la
acusación. 23 Sentencia de 21 de junio de 2006, resuelta por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo, Sergio A. Valls Hernández (Ponente), Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente José Ramón Cossío Díaz.
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22
De este modo, en dicho asunto se reiteró que el artículo 19
constitucional establece que el proceso se seguirá por el delito fijado en el
auto de formal prisión, de donde se infiere que “en todo caso le
corresponderá a la autoridad judicial la apreciación final de los hechos, así
como su descripción, adecuación y clasificación típica definitiva de los
mismos y no al Ministerio Público que sólo consigna hechos” (énfasis
añadido). Ello, se dijo, en tanto que el artículo 19 en comento no prevé la
posibilidad legal de que el proceso pudiera seguirse por el delito o delitos
que consigne la institución administrativa mencionada, por lo que debe
considerarse que “la clasificación legal de los hechos de manera definitiva,
incumbe y es responsabilidad sólo de la autoridad judicial” (énfasis
añadido).24
En suma, a la luz de los precedentes antes expuestos puede
concluirse válidamente que la reclasificación del delito por parte del juez en
el auto de formal prisión, constituye una facultad compatible con el principio
de “división de funciones en materia penal” o “princ ipio dispositivo o
acusatorio”, pues es al juez del proceso a quien le corresponde realizar la
apreciación final de los hechos consignados por el Ministerio Público, así
como su descripción, adecuación y clasificación típica definitiva.
II. Análisis de la constitucionalidad del artículo 304 Bis A del Código
de Procedimientos Penales para el Distrito Federal
El artículo impugnado por el quejoso en el presente caso establece
expresamente lo siguiente:
Artículo 304 Bis A.- El auto de formal prisión o el auto de sujeción a
proceso se dictarán por el delito que realmente aparezca comprobado,
tomando en cuenta sólo los hechos materia de la consignación, y
considerando el cuerpo del delito y la probable responsabilidad
24 Amparo en revisión 781/2006. Sentencia de 21 de junio de 2006, resuelta por
unanimidad de cinco votos de los señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo, Sergio
A. Valls Hernández (Ponente), Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García
Villegas y Presidente José Ramón Cossío Díaz.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5415/2016
23
correspondientes aun cuando con ello se modifique la clarificación
(sic) hecha en promociones o resoluciones anteriores.
Al respecto, el quejoso sostiene que el precepto antes transcrito resulta
contrario al principio de división de funciones en materia penal y vulnera
la esfera competencial del Ministerio Público. Ello, toda vez que autoriza
al juez de la causa reclasificar el delito consignado por la representación
social en el auto de término constitucional, cuando es a este último
órgano, es decir, el Ministerio Público, a quien corresponde única y
exclusivamente el ejercicio de la acción.
Pues bien, a la luz de todo lo que aquí se ha expuesto, esta
Primera Sala estima que el concepto de violación es infundado, toda vez
que el artículo 304 Bis A del Código de Procedimientos Penales para
el Distrito Federal no resulta contrario al principio de división de
funciones en materia penal ni implica una invasión en la esfera
competencial del Ministerio Público.
En efecto, tal y como se desprende de la transcripción del precepto
impugnado, el mismo claramente establece que el auto de formal prisión
se dictará por “el delito que realmente aparezca comprobado”, para lo
cual debe tomarse en cuenta “solo los hechos materia de la
consignación”, aun cuando con ello “se modifique la calificación hecha en
promociones o resoluciones anteriores”.
En este sentido, es claro que la norma tildada de inconstitucional de
ninguna manera otorga facultades al juzgador que no le corresponden, ni
lo autoriza a sustituirse en las atribuciones que corresponden al Ministerio
Público en su calidad de órgano titular del ejercicio de la acción penal.
Por el contrario, al establecer que en el auto de formal prisión el juez
deberá ceñirse a los hechos materia de la consignación, es claro que el
mismo respeta el ámbito constitucional de facultades que le corresponden
al juzgador y al Ministerio Público, en términos de los artículos 19 y 21 de
la Constitución General.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5415/2016
24
Ciertamente, como se explicó en el sub-apartado anterior de esta
resolución, esta Primera Sala ha señalado que la palabra “delito”
empleada en el artículo 19 constitucional (en relación con el auto de formal
prisión) debe entenderse como “el conjunto de los hechos sancionados por
las leyes penales materia de la acusación, por los que se decreta la formal
prisión”. En ese sentido, este Tribunal ha señalado que en términos del
artículo 19, así como del artículo 21 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, lo que le está vedado al juez penal es la
variación de los hechos (base fáctica) consignados por el Ministerio
Público, más no la modificación de la calificación jurídica de los mismos.
En otras palabras, el juzgador debe ceñirse a los hechos
consignados por el Ministerio Público, sin poder cambiarlos o introducir
otros, pues es a éste último órgano a quien la Constitución le ha
delegado el ejercicio de la acción penal. Lo que de ninguna manera
significa que el juez esté impedido de modificar o variar la calificación
jurídica otorgada preliminarmente por la representación social, pues es
precisamente al órgano jurisdiccional a quien corresponde en última
instancia apreciar, desde el punto de vista técnico y jurídico, la
calificación legal en el cual debe ubicarse el hecho delictivo previamente
acreditado y consignado por el Ministerio Público, y por el cual habrá de
seguirse el proceso penal.25 Ello, se insiste, siempre que con ello no se
25 Consideraciones similares sostuvo la Corte Interamericana de Derechos Humanos al
analizar el principio de coherencia o correlación entre acusación y sentencia. Al respecto,
la Corte Interamericana señaló que: “Al determinar el alcance de las garantías contenidas
en el artículo 8.2 de la Convención, la Corte debe considerar el papel de la “acusación” en
el debido proceso penal vis-à-vis el derecho de defensa. La descripción material de la
conducta imputada contiene los datos fácticos recogidos en la acusación, que constituyen
la referencia indispensable para el ejercicio de la defensa del imputado y la consecuente
consideración del juzgador en la sentencia. De ahí que el imputado tenga derecho a
conocer, a través de una descripción clara, detallada y precisa, los hechos que se le
imputan. La calificación jurídica de éstos puede ser modificada durante el proceso por el
órgano acusador o por el juzgador, sin que ello atente contra el derecho de defensa,
cuando se mantengan sin variación los hechos mismos y se observen las garantías
procesales previstas en la ley para llevar a cabo la nueva calificación. El llamado “principio
de coherencia o de correlación entre acusación y sentencia” implica que la sentencia
puede versar únicamente sobre hechos o circunstancias contemplados en la acusación”
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5415/2016
25
altere la base fáctica señalada por la representación social en su escrito
de consignación.
Así pues, si bien es cierto que la norma aquí impugnada autoriza al
juzgador a otorgar en el auto de formal prisión una calificación jurídica
distinta a los hechos propuestos por la representación social, también lo
es que ésta última constituye una facultad que corresponde naturalmente
al juez del proceso en tanto órgano aplicador del derecho. De ahí que no
pueda estimarse que a través de dicho ejercicio de reclasificación el juez
invada la esfera competencia del Ministerio Público, órgano titular del
ejercicio de la acción penal; la cual, se insiste, se constriñe a los hechos
o elementos fácticos que son materia de la acusación.
Por lo demás, cabe señalar que esta Primera Sala tampoco
advierte que al reclasificar el delito por el cual fue consignado el quejoso
en el auto de formal prisión (de robo agravado a secuestro exprés), el
juez de la causa hubiere rebasado su ámbito competencial, pues de la
revisión de las constancias de autos se aprecia claramente que ello
derivó del análisis de la propia narrativa de hechos señalada por el
Ministerio Público al ejercer acción penal.26
En las condiciones relatadas y como se adelantó al inició de este
apartado, esta Primera Sala estima que el concepto de violación del
quejoso cuyo estudio omitió el Tribunal Colegiado de Circuito es
infundado. Por lo cual, lo procedente en la especie es confirmar el fallo
recurrido y, en consecuencia, negar el amparo y protección de la justicia
federal al quejoso.
Por todo lo anteriormente expuesto, esta Primera Sala resuelve:
(énfasis añadido). Caso Fermín Ramírez Vs. Guatemala. Sentencia de 20 de junio de
2005 (Fondo, Reparaciones y Costas), párrafo 67. 26 Cuaderno de la causa penal, fojas 151-248.
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26
PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se confirma la
sentencia recurrida.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a **********,
contra el acto que reclamó de la Novena Sala Penal del Tribunal Superior
de Justicia de Ciudad de México.
Notifíquese con testimonio de esta resolución, devuélvanse los autos
a su lugar de origen y, en su oportunidad, archívese el toca como asunto
concluido.