6
Molloy, Sylvia. Las letras de Borges, capítulos IV, V, VI y VII. IV. Realidad postulada, realidad elegida a) el texto borgiano se instala en la disyunción entre un texto móvil deliberado a través de una constante y voluntariosa fragmentación (que implica la divergencia de caminos previstos a fin de bifurcar, multiplicar el texto) y un deseo de instalar un texto fijo(esto es, a través de una realidad postulada). b) impersonalidad de la literatura (Valéry, Shakespeare) Vs. “rasgos diferenciales del yo” –personalización de los autores –realidad elusiva personificada (Flaubert, Pascal). c) “la postulación de la realidad”. - Propone un primer acercamiento a ese rasgo diferencial elusivo que va quedando en todo el texto de Borges. El ensayo entero consiste en una cuidadosa articulación de diferencias en cuyos intersticios siempre persiste – irritantemente- un resto inasimilable. En una argumentación “aparentemente diáfana”, máscara persuasiva, el autor establece el rasgo diferencial que quedará en cada etapa del ensayo, fluctuante, sin que el lector y el texto logren recuperarlo del todo (Hume/Berkeley vs. Croce, Clásicos vs. Románticos). Esta máscara persuasiva que se establece como un simulacro de sucesión, apenas disimula hiatos, fisuras, rasgos diferenciales no recuperados, contaminaciones perturbadoras entre las sucesivas etapas del texto que corroen la tranquila seguridad que anuncia el título. - La interpolación deliberadamente anula la falsa disquisición entre clásicos y románticos. A la vez que socava irónicamente las clasificaciones que le siguen, celebrando dos constantes del texto borgiano: la imprecisión y la selección. Estas fundamentan la problemática postulación de la realidad borgiana, realidad que se declara en el texto y sólo en él, no ignora sin embargo las proyecciones y las incidencias de la “otra” realidad, la que excede al texto y con la cual juega. Si la literatura puede verse como modelo finito de un mundo

Sylvia Molloy, Las Letras de Borges, IV, V,VI y VII

Embed Size (px)

DESCRIPTION

resumen de Las letras de Borges

Citation preview

Molloy, Sylvia. Las letras de Borges, captulos IV, V, VI y VII.

IV. Realidad postulada, realidad elegida

a) el texto borgiano se instala en la disyuncin entre un texto mvil deliberado a travs de una constante y voluntariosa fragmentacin (que implica la divergencia de caminos previstos a fin de bifurcar, multiplicar el texto) y un deseo de instalar un texto fijo(esto es, a travs de una realidad postulada).

b) impersonalidad de la literatura (Valry, Shakespeare) Vs. rasgos diferenciales del yo personalizacin de los autores realidad elusiva personificada (Flaubert, Pascal).

c) la postulacin de la realidad.

Propone un primer acercamiento a ese rasgo diferencial elusivo que va quedando en todo el texto de Borges. El ensayo entero consiste en una cuidadosa articulacin de diferencias en cuyos intersticios siempre persiste irritantemente- un resto inasimilable. En una argumentacin aparentemente difana, mscara persuasiva, el autor establece el rasgo diferencial que quedar en cada etapa del ensayo, fluctuante, sin que el lector y el texto logren recuperarlo del todo (Hume/Berkeley vs. Croce, Clsicos vs. Romnticos). Esta mscara persuasiva que se establece como un simulacro de sucesin, apenas disimula hiatos, fisuras, rasgos diferenciales no recuperados, contaminaciones perturbadoras entre las sucesivas etapas del texto que corroen la tranquila seguridad que anuncia el ttulo.

La interpolacin deliberadamente anula la falsa disquisicin entre clsicos y romnticos. A la vez que socava irnicamente las clasificaciones que le siguen, celebrando dos constantes del texto borgiano: la imprecisin y la seleccin. Estas fundamentan la problemtica postulacin de la realidad borgiana, realidad que se declara en el texto y slo en l, no ignora sin embargo las proyecciones y las incidencias de la otra realidad, la que excede al texto y con la cual juega. Si la literatura puede verse como modelo finito de un mundo infinito, cabra decir que la obra de Borges, mediante la imprecisin y la seleccin, mediante ese rasgo diferencial que siempre queda, como inquisidor, intenta incorporar la infinitud del mundo o su ilusin especular dentro de un modelo finito que mina perpetuamente.

Los tres modos de postulacin de la realidad son tan clsicos como romnticos, tan denotativos como connotativos. Los modos propuestos por Borges cuentan tanto con la confianza clsica del lector(que no cuestiona imprecisiones) como con la imposicin romntica de un autor quien contando con aquella confianza previa- dicta la seleccin del texto, elige los nfasis y las mentiras parciales.

Tres postulaciones de la realidad:

1) Notificacin general de los hechos que importan: si una notificacin general implica que todo parecera importar del mismo modo, Borges sostendra la posibilidad de una notificacin particular, notificacin del rasgo diferencial, incorporado dentro del relato que apuntala una realidad esencialmente literaria que incorpora (y textualiza) elementos extratextuales, una realidad que es sinnimo de verosimilitud, de eficacia textual).

2) Imaginar una realidad ms compleja que la declarada al lector y referir sus derivaciones: afectara la periferia del texto narrativo (el marco, el encuadre del relato) a puro rasgo diferencial sintctico que cuestiona la organizacin y la concatenacin del texto: elementos desprovistos de referentes textuales o extratextuales as como las inesperadas adiciones. Intrusiones y adiciones en un fragmento que el lector consideraba ya cerrado y cuya totalidad crea prever.

3) Ejercer la invencin circunstancial: la diferencia ms notable con el anterior reside en el nfasis. Los pormenores de larga proyeccin a travs de una notificacin selectiva, mucho ms directa y concreta, inscripta en el relato mismo. (Cfr. El efecto de realidad de Barthes). No hay objetos insignificantes, ni previsibles, objetos lujosos dentro de la economa del relato. En Borges la invencin circunstancial no estara dada por este modo.

En sntesis: el primer mtodo propone, tramposamente, el mero registro denotativo; los otros dos, la connotacin practicada en diferentes niveles: Hay, por un lado, la vaga percepcin de que, al borrar los lmites, se rescatan posibilidades dentro de lo que H. James llamaba el esplndido desperdicio de lo real, mimando un proceso dinmico dentro de la ficcin; hay otro, la cuidadosa anotacin de la invencin circunstancial que imita el detalle concreto real fijndolo.

El encanto de lo circunstancial. La base en que se asienta el texto borgeano es selectivamente denotativa y como consecuencia obvia- insina una seleccin connotativa. A esa invitacin connotativa responden las dos ltimas postulaciones, horadando, un enunciado que cuenta con (que reclama) sus interferencias: el pormenor lacnico de larga proyeccin sintctica( el ms practicado por Borges), el pormenor lacnico de larga proyeccin semntica (ms una aoranza borgiana que una realizacin).

Borges, el precursor de Stevenson: Stevenson es recuperado por Borges y es a travs de este proceso que el orden temporal se subvierte. Qu hay de Stevenson en Borges?

Cuestionamiento de la paternidad (la autoridad) del texto y, por consiguiente, el cuestionamiento del texto nico y definitivo.

La postulacin de la verosimilitud, conscientemente artificial, del relato, su vacilacin ante el personaje ficticio, la indeterminada distancia que marca entre el lector y el texto.

Los personajes como vehculo del relato y no como un fin en s mismo.

Los detalles tentadores y apropiados (los rasgos diferenciales): los detalles dinmicos que permiten amplias visiones de relatos secundarios; el detalle esttico que retiene y encanta al lector. Aislar ese detalle dinmico para paradojalmente, suspender la accin. No para transformarlo en mero indicio lujoso sino para fijar a travs de la lectura, a travs de la memoria, un momento emblemtico, un gesto memorable y de eficacia literaria de valor enftico.

V. Inquietud y conversin del simulacro:

La reflexin sobre el nombre en el texto brogeano tautologa, simulacro, falseo- merece ser descripta en los trminos con que asienta el inciso e) de la bibliografa de Pierre Mrnard. Mnard propona, recomendaba, discuta y acababa por rechazar la posibilidad de suprimir una pieza de ajedrez para enriquecer el juego. De igual modo Borges parecera proponer, recomendar, discutir y por fin rechazar la posibilidad de suprimir el nombre que fija, peligroso e ineficaz. El rechazo de esa posibilidad- es decir, la resignada aceptacin de ese nombre deficiente- se manifiesta a travs del desvo, un desvo ni mayor ni menor que el que separa el ilusorio nombre original de su simulacro imperfecto. La posible redundancia del nombre, la naturaleza tautolgica que reconoce Borges en el lenguaje, la ilusin amenazadora del simulacro palabrero a la cual no es inmune, pareceran salvarse por la divagacin intertextual que defiende Borges y que pone en prctica en su obra: a la vez que repite, es tambin distinta como sustituto metonmico.

La metfora: el asombro del discurso borgiano a travs de metforas solitarias ultrastas, desplazadas, con eficacia renovada y potencial re- motivador.

VI. Placer y desconcierto: la desarticulacin del hiato.

La seleccin que dicta la organizacin del texto borgiano que constituye la base de su sintaxis- no slo evita pleonasmos y repeticiones, sino que pone en tela de juicio la sucesividad previsible de palabras que, en la lectura, fija y empobrece el texto. Esta precariedad de la sucesin se traduce por la insistencia de Borges en lo desarticulado, en la descomposicin: de la personalidad, del tiempo lineal, de la historia literaria, del pensamiento unvoco y didctico, de la secuencia narrativa armada del modo previsible, del personaje armado a base de pura acumulacin que deviene en rotundo. As el texto, la realidad, el discurso, se fragmenta a partir de esa descomposicin, generando intersticios, hiatos, prdida, que carecen de fundamento tranquilizador, llevando esos fragmentos a el no-lugar del lenguaje, proveyendo de un sustrato mvil, de una letra que es mvil, susceptible de mltiples lecturas.

La interpolacin, implica una subversin por aadidura, agregando una cosa ms sin hacer en el peligro del simulacro redundante (Cfr. La lotera de Babilonia y la interpolacin del azar).

La salteada erudicin: en los textos de Borges las citas introducen no slo la distancia que habitualmente da el prestigio, sino la distancia provocada por la desconfianza y el malestar: irreconocibles, las citas no aceptan, sin embargo, la reduccin a lo meramente ornamental, y el lector oscila entre la tentacin de gozar el extico sonido y el desciframiento del fundamento de stas. A su vez, la irrupcin en el sistema referencial borgeano de jirones de una realidad local (Bioy) que aparecen en Tln... a la vez como fuentes de referencias y como personajes, corroe en el lector toda nocin de lmites, volvindose lo que siempre fueron: letras de un texto. Personajes vivos son incluidos en la ficcin, y textos acaso remors pero centrales en la literatura son revividos para resignificar un detalle nimio del relato (Bioy, Bunyan en Biog. De Tadeo Isidoro Cruz). Procedimiento de distanciamiento brechtiano sin la revelacin directa que le permita al lector darse cuenta que est en la literatura.

VII. El soterrado cimiento

1 y 2. La enumeracin heterclita: el abarrotamiento, el intersticio sealado... las combinaciones heterclitas y los disjecta membra (eso s, coordinadas en una sola imagen coherente son frecuentes en la obra borgiana. Las enumeraciones y combinaciones de Borges se basan en el principio de que no hay clasificacin del universo que no sea arbitraria y conjetural y se nutren a la vez de la inmediatez de las cosas infinitas y del goce que brinda la constante interrupcin. Ante la grita conjetural, aplicable tanto al universo como al discurso literario o al discurso en su totalidad, toda enumeracin o combinacin resulta posible y por cierto lo es, conjugada salteadamente en un enunciado arbitrario. (Cfr. Funes el memorioso). As catlogos de percepciones y recuerdos en Funes..(en donde predomina la mana metonmica, obedeciendo un criterio de contigidad) en un incesante ejercicio de predicacin semntica y, por otro lado, la enumeracin en base a un orden catico (que perturba la contigidad, en donde los nexos de coordinacin y de subordinacin se disuelven, operando en este caso por el criterio de la sustitucin). Pero, aunque se organicen de maneras diversas, los dos sistemas resultan igualmente abarrotados e igualmente incomprensibles para el lector. Slo son coherentes, en este caso para Funes. La arbitrariedad de la enumeracin seala un intersticio, una fisura, producto del olvido, que irrumpe en la continuidad sintctica y sus distinciones clasificatorias: para Borges, la representacin no tiene sintaxis. sta es tragedia y no consuelo por el hecho mismo de ser a la vez forzosa y contingente: el texto instaura una concatenacin casual que slo sus palabras justifican. El texto es una perpetua suspensin, en la que cada palabra no aniquila a aquello que la precede sino divaga con l, es un no dicho casual, que se dice casualmente, incesantemente pero nunca del todo, encarado de esta manera el porvenir no de una manera unvoca, y esa casualidad, en el momento de la lectura necesariamente sucesiva, se vuelve encadenamiento casual, a riesgo de que el lector no recupere y se quede slo con restos del discurso.