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MEDIEVAL GÓTICO ROMANICO BIZANTINO La pintura medieval es sobre todo una pintura religiosa (arte religioso) salvo excepciones, que se hacen más numerosas al final de la Edad Media (retratos, sobre todo como donantes que aparecen en una composición principalmente religiosa). La representación de paisaje suele limitarse al fondo de las composiciones, que en muchas ocasiones se limita a un color plano (dorado simbolizando la eternidad) o se llena con figuras de forma casi obsesiva (horror vacui) que se agolpan en el primer plano, se yuxtaponen en horizontal o incluso en vertical, sin buscar efectos de profundidad. No se utiliza la perspectiva geométrica hasta los periodos finales (se insinúa en el gótico -escorzos imperfectos de muebles o arquitecturas- y se culmina con su estudio matemático consciente en el renacimiento); y la perspectiva aérea está del todo ausente. Suele usarse la perspectiva jerárquica (representación a un mayor tamaño de la figura más importante en rango teológico o social, sin consideración de su ubicación en el espacio). Es muy importante la utilización de simbolismos y un complejo lenguaje iconológico. Pintura gótica (siglo XIII y siglo XIV). Sin dejar de utilizar el fresco, es más abundante el uso del soporte tabla, aislada o en retablos, al temple. Las figuras se dulcifican o buscan una mayor expresividad. Se representan escenas de la vida de Cristo, muy humanizadas (natividad, crucifixión). La técnica se hace más compleja, buscando la representación de la tercera dimensión del volumen (sombreado, colores menos planos). Frente a las pequeñas y oscuras iglesias rurales del románico, el gótico eleva prodigiosas catedrales llenas de luz, desarrolla una importante arquitectura civil e independiza a las otras artes plásticas (pintura y escultura) de su subordinación al soporte arquitectónico (Siglo XI y siglo XII). Se caracteriza por frescos de vivos colores y líneas marcadas, con gran expresividad y esquematismo, que cubren las paredes del interior de las iglesias, sobre todo en los ábsides. Los temas más repetidos son de tradición bizantina, representados con gran hieratismo (pantocrátor, tetramorfos, theotokos), así como las representaciones narrativas de escenas evangélicas o vidas de santos. La pintura bizantina se desarrolló a través de dos vehículos principales: los mosaicos (en paredes y cúpulas) y los iconos (en tablas, cuyo lugar en las iglesias era el iconostasio que separa a los fieles del altar). La mayor parte de la producción de su primera época ha desaparecido como consecuencia de varias oleadas de destrucciones, con motivo de la querella iconoclasta (un enfrentamiento interno), las sucesivas invasiones islámicas (árabes en Siria, Palestina y Egipto; turcos en Anatolia y los Balcanes), y las cruzadas (en que el saqueo fue a manos de los cristianos latinos). Testimonios excepcionales son los mosaicos bizantinos de primera época localizados en Rávena (San Vital de Rávena, San Apolinar de Rávena) y los de San Marcos de Venecia. En Oriente se han conservado algunos de época posterior (Mistra, Hosios Loukas). El Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí, respetado a pesar de los siglos de dominio musulmán, conserva una extraordinaria colección de iconos

Tabla comparativa de medieval bizantino etc

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MEDIEVAL GÓTICO ROMANICO BIZANTINO

La pintura medieval es sobre todo una pintura religiosa (arte religioso) salvo excepciones, que se hacen más numerosas al final de la Edad Media (retratos, sobre todo como donantes que aparecen en una composición principalmente religiosa). La representación de paisaje suele limitarse al fondo de las composiciones, que en muchas ocasiones se limita a un color plano (dorado simbolizando la eternidad) o se llena con figuras de forma casi obsesiva (horror vacui) que se agolpan en el primer plano, se yuxtaponen en horizontal o incluso en vertical, sin buscar efectos de profundidad. No se utiliza la perspectiva geométrica hasta los periodos finales (se insinúa en el gótico -escorzos imperfectos de muebles o arquitecturas- y se culmina con su estudio matemático consciente en el renacimiento); y la perspectiva aérea está del todo ausente. Suele usarse la perspectiva jerárquica (representación a un mayor tamaño de la figura más importante en rango teológico o social, sin consideración de su ubicación en el espacio). Es muy importante la utilización de simbolismos y un complejo lenguaje iconológico.

Pintura gótica (siglo XIII y siglo XIV). Sin dejar de utilizar el fresco, es más abundante el uso del soporte tabla, aislada o en retablos, al temple. Las figuras se dulcifican o buscan una mayor expresividad. Se representan escenas de la vida de Cristo, muy humanizadas (natividad, crucifixión). La técnica se hace más compleja, buscando la representación de la tercera dimensión del volumen (sombreado, colores menos planos). Frente a las pequeñas y oscuras iglesias rurales del románico, el gótico eleva prodigiosas catedrales llenas de luz, desarrolla una importante arquitectura civil e independiza a las otras artes plásticas (pintura y escultura) de su subordinación al soporte arquitectónico

(Siglo XI y siglo XII). Se caracteriza por frescos de vivos colores y líneas marcadas, con gran expresividad y esquematismo, que cubren las paredes del interior de las iglesias, sobre todo en los ábsides. Los temas más repetidos son de tradición bizantina, representados con gran hieratismo (pantocrátor, tetramorfos, theotokos), así como las representaciones narrativas de escenas evangélicas o vidas de santos.

La pintura bizantina se desarrolló a través de dos vehículos principales: los mosaicos (en paredes y cúpulas) y los iconos (en tablas, cuyo lugar en las iglesias era el iconostasio que separa a los fieles del altar). La mayor parte de la producción de su primera época ha desaparecido como consecuencia de varias oleadas de destrucciones, con motivo de la querella iconoclasta (un enfrentamiento interno), las sucesivas invasiones islámicas (árabes en Siria, Palestina y Egipto; turcos en Anatolia y los Balcanes), y las cruzadas (en que el saqueo fue a manos de los cristianos latinos). Testimonios excepcionales son los mosaicos bizantinos de primera época localizados en Rávena (San Vital de Rávena, San Apolinar de Rávena) y los de San Marcos de Venecia. En Oriente se han conservado algunos de época posterior (Mistra, Hosios Loukas). El Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí, respetado a pesar de los siglos de dominio musulmán, conserva una extraordinaria colección de iconos