12
^^^t^a;, ^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^ DIRECC[ON GENERAL DE AGRICULT Ŭ RA ^^^^^^^un^^^nmu^^nn^u^^^^nn^^ r ^^^^^^uunn^^^^^nunn,un^nuuun^uuuu^uuunn^uun^uunun:^ ^^^r^^uu^r^nn^^^^^^^^^^^^^^^^^^^,^^^^,^,^ ^^ ^,^:n^^^^;^^^ ^^^^,^:,^^nn,^^^^^^: ^^^^;n^ ^^ ^„ ^^^^ n, ^ ^,^ ^^ ^,^c^ ABRIL DE 1934 ^I NUM. R ^^^^ K6A___. u _._. ^ú3i.'+` t^^Aú{I'.*.`fia*.J^±^^^^+nl.)j;^ LA POBLACION RURAL D^ ESPANA por hRANC_1^C0 Cc)LLAK. Ayudanly dcl lusiiluto Kacioual :1^rt^nJn^iro Es muy frecuente llamar poblacíón rural a la yue se ocupa mantíene de la agricultura, t_enga donde quiera su resídencía, 1^ inca iínica sin enda^^ados ajenos, ideal de mdo a^ri^.ulmr. y se aplica el mísmo título a las famílias y personas que habítan en el campo. Semejante confusíón proccde de haber olvidado los dos conceptos ba jo los yue se consídera al habitante, por su ocupacíón o por su domícilio, y clara Estas ^hojas^ se remiten gratis a quien las pide al $ervicio de Publi- caciones Agrícolaa de la Dirección Generol de Agricultura.

^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

  • Upload
    others

  • View
    2

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: ^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

^^^t^a;,̂uu^í^;^:^ :^

MIIVISTERIU D^ ACiR ► CliL.TU^^DIRECC[ON GENERAL DE AGRICULT ŬRA

^^^^^^^un^^^nmu^^nn^u^^^^nn^^ r ^^^^^^uunn^^^^^nunn,un^nuuun^uuuu^uuunn^uun^uunun:^ ^^^r^^uu^r^nn^^^^^^^^^^^^^^^^^^^,^^^^,^,^ ^^ ^,^:n^^^^;^^^ ^^^^,^:,^^nn,^^^^^^: ^^^^;n^ ^^ ^„ ^^^^ n, ^ ^,^ ^^ ^,^c^

ABRIL DE 1934 ^I NUM. R

^^^^K6A___. u _._.

^ú3i.'+` t^^Aú{I'.*.`fia*.J^±^^^^+nl.)j;^

LA POBLACION RURAL D^ ESPANA

por hRANC_1^C0 Cc)LLAK.

Ayudanly dcl lusiiluto Kacioual :1^rt^nJn^iro

Es muy frecuente llamar poblacíón rural a la yue se ocupa

mantíene de la agricultura, t_enga donde quiera su resídencía,

1^ inca iínica sin enda^^ados ajenos, ideal de mdo a^ri^.ulmr.

y se aplica el mísmo título a las famílias y personas que habítan

en el campo. Semejante confusíón proccde de haber

olvidado los dos conceptos ba jo los yue se consídera alhabitante, por su ocupacíón o por su domícilio, y clara

Estas ^hojas^ se remiten gratis a quien las pide al $ervicio de Publi-

caciones Agrícolaa de la Dirección Generol de Agricultura.

Page 2: ^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

está la díferencia entre población agrícola consagrada al cultivo y po-

blación rural o campestre; la prímera se refiere a la ocupación> la segun-

da a la resídencia; aquélla comprende varios millones de españoles, y

ésta no cuenta, por desgracia, más que con varíos míles de famílias.

Luego la población rural rigurosamente hablando la constítuye la

familia labradora que vive en la finca enclavada en el pedazo de tierra

reunida que cultiva, que es lo que constituye la verdadera agricultura.Los caseríos vascongados----con características diferentes, según la

localidad-podrían servir de modelo para fomentar la población rural ;

y este ejemplo que tiene lugar en la zona septentrional, sobre el para-

lelo 43 de latitud Norte, bajo un cielo encapotado, de poca luz, y una

atmósfera de humedad excesiva con una temperatura media anual de 14°

centígrados, bastaría para justificar en todos los conceptos> la impor-

tancia de que la clase agrícola viva y domine los campos, a seme janza de

lo que actualmente realiza Italia y de lo que hizo Francia con sus

maisons rustiques, y otras naciones a cuya acertada distribución de la

propíedad deben su mayor apogeo agrícola.

Las personas que han estudíado a fondo los problemas de la tierra,

no encontrarán nada nuevo en este escrito, como no sea una recopílacíón

más o menos completa y ordenada de mis observaciones durante bas-

tantes años de estancia en el campo; pero a muchos agricultores y pro-

pietarios a pesar de vivir en él, les llamará la atencíón el sinnúmero de

ventajas que encuentra el cultivador que contínuamente habíta dentro

del campo que trabaja; porque parece íncreíble que síendo tantas, tanperceptíbles, de interés grandísímo y ocurriendo a todas horas y mo-

mentos de la vida agraria, muchos indívíduos se muestren ciegos a la

luz, y habíendo tenído posíbilídad de crear la finca rural o patrímonío

familiar, por medio de compras o permutas, permanezcan con la propie-dad divídida y en arrendamiento a diferentes colonos que la cultívan

mal, con evidentes pérdídas e inconveníentes graves.

Por mucha maquinaria moderna que se introduzca en una labranza,

métodos nuevos de cultivo sancíonado por la ciencia experímental, leyes

hipotecarias, crédíto agrícola, ílustracíón del agricultor por medío de la

cátedra ambulante, etc., como las tierras continúen desperdigadas, es

seguro que nada sólído se habrá hecho en favor de la población rural. Escomo tener una obra escrita en 50 tomos y cada tomo en distinta bi-

blioteca: se puede lograr el leerla yendo y viniendo de local en local, desala en sala, y cogiendo y dejando los 50 tomos; pero compárese ese

trabajo con la facilidad que ofrece la reunión del escrito en un solo tomo,

Page 3: ^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

3

y tendremos una clara idea dcl funcionamíento y de la utilídad de la

finca única.Para que resalten más acentuadamente las ventajas de la finca rural,

estableceremos un parangón entre el agricultor que reside en el pueblo

y el que habita en la finca que cultiva.

EI que vive en un sitio fíjo del campo, adquiere mucha experíencia

y un gran conocimicnto de la naturaleza del suelo que labra, de la meteo-

rología peculiar de la local_i-

dad, de la botáníca v z^oolo-

gía, de cuanto sucede de día

y de noche, en cada estación.

uno y muchus años; porque ^

la superfície es contínua sin

enclavados ajenos, más l^o-

mogénea, con menos alte-raciones o influencias más

constantes. pudiendo apre-

cíar la forma má, conve-1:1 pat^imonio iamilfar ron vivienda fija en é l, es lo que cor,s-

niente de efectuar las labo-

res en tempero, el establecí-tituye la verdadera agricultnra'.. ^

rniento de las alternativas, la sazón de la sementera y de las demás ope-

raciones complementarías: mientras que el agricultor que reside en po-

blado tiene que ir como ave de paso por sus tierras desparramadas, cono-

ciendo poco de todas y nada fundamental de cada una, porque en suer-

tes distantes en las que apenas se detiene, han de variar las calidades, las

exposíciones, ]as altitudes y los agentes cxteriores, perdiéndose e] agrí-

cultor en conjeturas sin poder abarcar tantas características.

E1 tiempo, de un valor inapreciable en la industria agrícola, lo em-plean de bíen dístinto modo el agricultor que vive en la finca y el que

reside en el poblado. El primero lo aprovecha todo, el segundo pierde la

mayor parte: para aquél el día es completo. para éste no tiene veinti-cuatro horas.

Suponíendo diez horas de trabajo diario en la finca, son diez horascompleias las que utilíza, porqu.e todo está a la mano: desde que el

agricultor pone el píe en el umbral, desde que la yunta sale de la puertaya empieza a desarrollar su actívidad, abonando, arando, sembrando,

etcétera, y para cuanto es necesario ni un cuarto de hora se malgasta.

Muy de otro modo corre el tiempo para el labrador de tierras esparcidas

y lejanas; una o dos horas diarias emplea en el camino, en quitar y po-

Page 4: ^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

-l

ner el arado, en buscar agua para el ganado, etc., y este ír y venir lo lleva

rendído al sitio de la faena, donde no puede hacer lo que desea.

Asímismo, gana tiempo y beneficios el agricultor que víve en la

finca, efectuando en la ocasión más conveniente todas las faenas y evi-

tan^o y remediando los daños de su hacienda; testigo presencial de todas

las evoluciones de sus frutos, aprovecha ]a oportunidad para acudir

donde convíene con su inteligencia, con su trabajo y sus cuidados; la

extínción de las malas hier-

bas antes que fructífiquen,

las binas y pases de grada

cuando la tierra está es-

ponjada, ni seca ni húme-da; la dirección de las aguas

Ilevándolas donde hagan

provecho; la lucha preven-

tiva o el reparo de los da-

ños causados por alguna

plaga o por los agentesE^ ganado eale ae ^a finca descansado, y ni cinco n,inntr^s

atmosférícos todo lo ejecu-invierte en Ilegar al siÍio de ia faena...

ta con oportunidad y eco-

nomía, porque o ve venir el golpe cuando amaga, o se apercibe de la

extensión del destrozo apenas sucedido. 1 Cómo ha de operar tan a tiem-

po el que tiene sus tierras esparcidas por la extensa superficíe de una

jurísdícción?

Cuando llega ya es tarde para todo; la tierra calada ha forinado

costra, las míeses se tronchan al escardar, el barbecho está barroso; pero

ya que allí se encuentra quiere aprovechar el tiempo y trabaja en condi-

ctónes perniciosas, y cn lugar de utilidad encuentra perjuicios.

La creación de un gran número de fincas , urales traería como secuelal^a sustítucíón en las faenas agrícolas del ganado mular por el vacuno y

caballar. Está demostrado que las distancias a que se labra hoy son larazón del sostén del ganado híbrido, influyendo además la falta de pas-

Eos en muchas localidades; con la fínca única se evitaría esto, por existir

rrtás medios de procurarse pastos, ya naturales o artíficíales. Mientras la

propiedad esté tan fraccionada, serán inútíles cuantos esfuerzos se hagan

para introducír en las labranzas el ganado citado, por ser la mula más

parca en la alimentación y más resistente para las grandes marchas.También se contribuiría grandemente al fomento del arbolado y

cultívo de frutales. A1 descuido de ]os agricultores en general, en materia

Page 5: ^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

de arbolado, ha contribuído en grande escala la mala distriLución de las

tierras y la falta de fincas rurales. Tan sólo en las fincas habitadas-so-

bre todo en ambas Castíllas-suelen conservarse algunas choperas y ala-medas, por estar guardadas, y esto nos dice que existiendo gran número

de fincas se poblarían también de arbolado, con grandes ventajas par-

ticulares y generales, aumento de maderas y de frutas, mejoramiento de

clima y adorno de las áridas lianuras, que harían más grata la vida en el

campo.

Teniendo cada agrícultor reunido e] terreno que necesita, se mejo-

rarían notablemente los cultivos. E1 desconocimiento de los adelantos

en matería agronómica, y el no seguir muchas veces los consejos del

técnico, reconoce entre otras causas, las dificultades que ofrece para im-

plantar cualquier innovación, la distancia y la diseminacíón de las tierras

de reducída superfície.

No son pocas las ventajas apuntadas, pero podrían añadirse otras

no menos importantes que se obtendrían desde el punto de vista socialy económico.

Reconocemos que esta transformación es obra de mucho tíempo.

pero no imposible, pu.es ya la han realizado en su mayor parte otras

naciones, y a ello deben tender todos ]os esfuerzos de los actuales legisla-dores que se preocupan de los problemas de la tierra, ímplantando el

patrímonio familíar o pequ.eño coto, fundamento y base sólida del en-

grandecímiento y prosperidad de la población rural.

Del procedimiento a seguir, como medida general, para ir concen-

trando lentamente la pequeña propiedad, con la tendencia de Ilegar a

formar la finca única, nos ocuparemos en un próximo artículo.

ALGUNAS ADVERTENCIAS A LOS VITICUI_TORES

por RAFAEL .TANINI .IANINI.

Ingenicro agrdnomo.

1VIe diríjo a los que cultivan sus viñas como suele decirse: según uso

y costumbre de buen labrador.

Principio por llamar la atención respecto a la conveniencia de des-

fondar (cavar o remover bien) todo el terreno que se ha de plantar de

víña, cuanto más hondo mejor, por lo menos hasta alcanzar los dos

palrnos de profundídad.

Page 6: ^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

I En el caso que al intentar desfondar, a poca profundidad, la tierra, sea ya mala para la vid, y de la mezcla con la tierra superior, puede

resultar un terreno malo para el viñedo, lo preferible es no dedicarlo

a víñedo, porque en los terrenos cuya capa superior buena es de escaso

espesor o de poco fondo, las vides, máxime las de pie americano y sus

híbridos, sufren mucho cuando falta humedad en la tierra.

Es de aconsejar el desfonde de rodo el campo, el desfonde total,; porque con él se facílita que las raíces de las vides se extíendan por todas^, partes y busquen y consígan, con el mínimo esfuerzo y la míníma pér-! dida de tiempo y de trabajo de vegetacíón, todos los elementos que nece-

sitan para vivír.

Cuando se desfonda parcialmente, sea por zanjas ^o por hoyos más o

menos grandes, las plantas desarrollan sus raíces como encerradas en

macetas o poco más, según las dimensiones de las zanjas, o de los hoyos,

i y la compacidad de terreno que no ha sido desfondado. Basta observarI con algún detenímiento, el desarrollo que alcanzan las plantas en terre-^ no bíen desfondado y comparar con viñedos inmedíatos, en terreno

igual, no desfondado, cultívad^o lo mismo, para convencerse de la gran

utilidad práctica de los desfondes.

Pueden citarse muchísimos casos de agricultores inteligentes que

antes de decidirse a desfondar, por el importante gasto que esta operación

lleva consígo, han indagado, y han examinado muchos viñedos; un^os

en terrenos desfondados, otros en terrenos sin desfondar, y siempre han

quedado plenamente convencidos de la posítíva utilídad y ventajas de

los desfondes.

Debe tenerse muy presente, que los gastos que cargan sobre los vi-

ñedos, sean de la clase que fueren, directos e indirectos, todos, absoluta-mente todos, gravan toda la extensíón del campo, y en las plantaciones

hechas sin desfondar todo el terreno, difícilmente aprovechan las videsla tierra dura no desfondada de fuera de lo.s hoyos o de las zanjas.

Respecto a época de plantar es la más propicia desde que se secan las

j hojas de las vides hasta antes de que termíne el período de Iluvias más

j probables. Desde mediado octubre hasta mediado diciembre; cuanto

i más pronto mejor, para poder aprovechar al máxímo las lluvias de esa

^ época, y que cuando se presenten los primeros calores de la prímavera.

'i o de fines de invierno, las tiernas plantas, ya enraizadas o poco menos.

puedan brotar con facilidad y seguridad, sin exponerse a secarse.

^ Saben ]os viticultores práctícos, las ventajas de plantar barbados

I sobre plantar sarmientos. Cu.ando se plantan barbados se cortan las

Page 7: ^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

-^-

/ raíces para de jarlas de un largo de tres a cuatro traviesas de dedo. Si se

( plantan sarmientes, convíene rebanar, con navaja cortante (navaja de

injertar) todas las yemas que hayan de quedar enterradas, excepcíón de' las dos que han de quedar más hondas, las que se quitarán con los dedos,

con las uñas.

` Hay que tener especíal cuidado, al hacer la plantación, sea de barba-dos o de sarmientos, al colocarlos en el hoyo, al echar en contra de ellos

1 la tíerra suelta, que ésta se adhiera fuertemente contra la planta. Es muy

conveniente que haya el mayor contacto posible entre la tierra y la plan-ta, sea barbado o sarmiento, en toda la longitud enterrada. Un sar-

míento bien plantado, acabado de plantar, no debe podérsele arrancar

fácilmente, tirando de él con fuerza.

E1 estíércol jamás debe echarse puro en el hoyo o en la zanja: no

' es conveniente hacer esto. Debe mezclarse con bastante tíerra; así mez-I clado, que ocupe el fondo del hoyo o de la zanja. Abonar o estercolar

j echando el estiércol poco hondo obliga a que muchas raíces de la planta

^ suban a buscarlo, y al acercarse a la superficie del terreno se exponen,

más fácilmente, a los efectos de las sequías. Es un contrasentido plantarhondo y abonar a menor profundidad.

Si el estiércol se echa puro en el hoyo, las raíces, las más finas raíces.I las raicillas y radicelas, al llegar a hacer contacto con él se queman, con

lo cual sufre mucho la planta y se da con mucha frecuencia el caso queI una verdadera red o malla de raíces, con gran número de raícillas que-

,, madas, envuelve como dentro de un saco todo el estiércol, sin poder

^ penetrar en él. Este estiércol, apelotonado pur^o, tarda muchísimo en

descomponerse, todo lo cual no sucede cuando se mezcla con tierra,

I con ^^uena tíerra, máxime sí ésta no es pobre en caliza, l^o que es el caso

de muchas de las de España.

^ Es muy frecuente hallar, en viñedos abonados con estiércol, verda-

^ deros bloques de éste sin descomponerse, a los tres o más años de haberI sido enterrado (de abonada la viña) , no obstante ser la tíerra caliza;' todo ello debido a no haberlo mezclado bíen con tierra. Es como si lai

^ viña hubiera sido poco abonada.Es sabido que el ínjerto más recomendable por su buena soldadura

es el llamado de escudo. Sea éste, o el de púa, u otro el empleado, jamás,

en ningún caso, dcberá quedar por bajo del nivel del terreno, la zona de

la soldadura. Esta delicada zona, que sólo se cubrirá con tierra forman-

I do montón, al hacer el injerto y durante el primer verde. debe quedar.

', por lo menos y definitivamente, dos o tres traviesas de dedo, sobre la

Page 8: ^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

superfície, fuera de la superfície del terreno, con la importante e impres-

cindible finalidad de que jamás pueda darse el caso de quedar las púas o

injertos en contacto de la tíerra y con la humedad, echar raíces, con per-

juicío grandísimo de la viña toda, porque las vides deben nutrirse exclusi-

vamente de sus pies o patrones, que son los plantados para poder resis-

tir los ataques de la terrible y destructora fíloxera.

Es mucho más común de lo que los vitícultores pueden suponer el

I caso de ínjertos o púas que han echado raíces y que por esto víven en

gran parte de ella (raíces de vinifera) y casi o del todo emancipadas de

I sus patrones o pies americanos o híbridos. Resultado de esto es que las^, raíces de la púa o injerto mueren al fin filoxeradas, y no pocas veces

perece la viña, no obstante haber sído in jertada sobre pies americanos o

sus híbridos.

I'^r causa de abandono, descuírio o ígnorancia del víticultor, los

pies o patrones acaban por morír ahogados, porque ni pueden comu-

nicar con los ínjertos ni prosperar por sus retoños, que débilmente ex-

tirpa el viticultor, descuidando desde el primer momento la total y

constante extírpación de las raíces de las púas.

^ Es frecuente, por la falta de lluvias oportunas al termínar de hacer

I una plantación de viña, tener que regar las plantas una a una. Lo co-

i rríente es verter el contenído de agua de un mediano o pequeño cánta-

ro, o parte de él, al pie de la joven planta, barbado o sarmiento. Esa

escasa agua> muy útil bíen aprovechada, vertída de esta manera, rara vez

salva la planta; se esparce, más o menos, por la superficíe de la tierra,

i junto a la planta, y muy pocas veces llega a la profundídad, donde hace

V

falta; al píe del barbado o del sarmiento. Para poder aprovechar bien

el agua, es lo más práctico servirse de un pal^o, un buen mango de aza-^! da, al cual se le pone un corto regatón de hierro, para con esa punta

1 facilítar híncarlo en la tierra. Provistos de ese palo calzado con el re-

^ gatón, se hunde en la tierra hasta alcanzar la profundidad adonde llega

el pie del barbado o el del sarmiento. Se saca el palo, y por el agujero

que deja en la tierra, se víerte, muy poco a poco, el agua del cántaro,

que así alcanza, desde el primer momento, el pie de la planta, que es

lo que convíene.Es común, entre vitícultores, quejarse de que tanto los tratamien-

\^--tos dados a sus viñedos para defenderlos, bien de los ataques del míldiú,

o de los del oidium o cenicilla, no han surtido efecto útil; que no han

servido más que de gasto, o poco menos. No se fijan los que así hablan

y piensan en que muchos de esos infructuosos tratamientos snelen ha-

Page 9: ^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

- y -

cerse tan dc prisa, tan mal y tan inoportunamente, que hubiera sido

preferíble no darlos. Para convencerse de esto basta examinar con al-

guna detención las viñas tratadas. Con frecuencia se puede comprobar

que si se ha empleado el caldo bordelés hay más sulfato en el suelo del

campo que sobre los pámpanos.Si se ha empleado el azufre, más de éste sobre la tierra que sobre

las hojas y racimos de las vides; debido t^odo a que suelen ir los tra-

bajadores l^ablando, fumando y a buen andar, sumamente distraídos,

sin detenerse ni preocuparse, ni poco ni mucho, en tratar bien cepa por

cepa, como es conveniente hacerlo en redondo, por todas partes de la

planta: por dentro y por fuera; sin olvidar un solo racímo, ní los sar-

míentos, cortos o largos. Del modo como muchísimos sulfatan y azu-

fran, dejan más de un 60 por 100, cuando no muchísímo más, portratar, de hojas y de sarmientos, sin alcanzar un solo racimo. Con ese

imperfecto modo, muy general por cierto, no es posible defender ní

del mildiú ni de la cenicilla un viñedo. Es indiscutible; sobran hechos

para demostrarlo; que si los tratamíentos se dan a su debido tiempo yse hacen bien, siempre resultan utílísimos. Si se dan empleand^o el sulfa-

to de cobre y la cal (caldo bordelés) , no olvidarse de emplear un buen

adherente. La hiel o bílis de animales de matadero es excelente adhe-rente. Veinticinco a cincuenta gramos de hiel bastan por cíen litros de

caldo bordelés, removiendo mucho y bien para mezclarla y desleírla lo

mejor posible.

Para los primeros tratamientos, la conocidísima fórmula de unkilo de sulfato de cobre, medio kilo de cal viva y cien litros de agua

pura es suficiente, añadiendo la materia adherente, sea hiel, caseína u

otra de las conocídas y dívulg^das. En los restantes tratamientos no

vale la pena pasar de los dos kilos de sulfato de cobre con un kilo de

cal viva y cien litros de agua, con adherente síempre, haciendo cuidado-

samente el tratamiento.Respecto al momento más propicio para podar, la mejor regla es

proceder a podar ]as vídes cuando^ se han secado naturalmente la ma-

yoría de los pámpanos y comienzan éstos a desprenderse de los sar-

mientos. Esa es la época normal de poda; lo que puede llamarse podaracional. Si se poda antes de que comiencen a secarse, a agostarse los

pámpanos, o no se poda hasta que comienzan a llorar los pulgares y a

hincharse las yemas, se debilita más o menos la cepa. Esta manera de

podar, muy pronto o muy tarde, es poda para combatir corrímientoso abor*os de las flores de la vid, pero es arma de dos filoç, porque si

Page 10: ^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

-- 10 -

bien combate el corrimiento, es a costa de debilítar la planta, de restar-le reservas alimenticias, reservas de almidón principalmente. No se debe

olvidar nunca que un podador, si es bueno, si sabe bien su oficío, lo

que no suele ser tan general como a primera vista parece, contribuye

mucho a alargar la vida de las cepas y a regular su produccíón con

arreglo a su robustez y pujanza; y sí el podador es malo, si no sabe su

profesión, insconscíentemente acor'ta la vida de la planta e incluso la

precipita a la muerte.

1VIucho cabe decir respecto a pies o patrones americano•s o híbridos

de vinífera y americanos. Téngase en cuenta no sólo la importantísima

resistencía a la caliza y a la afinidad con el ínjerto, sí que también,dentro de esa afinídad, y esto es muy principal desde el punto de vista

económíco, el rendímiento en bien sazonada uva, que una misma clasede púa o ínjerto alcanza sobre determinados "patrones o pies. La in-

fluencia decisiva que tienen en el normal rendímíento del viñedo, síen-

do iguales todas las demás circunstancias, de suelo, cielo, cultivo, etcé-

tera, etcétera. No faltan casos en los cuales, según el patr ^•^, el mísmoínjerto rinde un 15 a un 25 por 100 más, no obstante ^^eg_:ar bíen y

rendir buena cosecha sobre los otros patrones con los q•úe se compara

la producción.Se ha escrito muchísimo, se ha hablado más> y muchísímo más se

escribiría y continuará hablándose, de dos cualidades que poseen, más o

menos acentuadas, las vídes que se emplean como patrones o portain-

jertos americanos o sus híbridos en las plantaciones: la resistencia a los

ataques de la filoxera y la resístencia a la ac_í^n de las muy diversas

calizas de las tierras que se dedican a viña. De la una y de la otracualidad se han dado tablas, coeficientes, etc., etc., expresándolos en

números, pues de alguna manera habían de expresarse, pero se ha ol-

vidado y se olvída muchas veces, y esto debe tenerlo muy presente el

viticultor para su buen gobierno, que tanto la resistencia a los ataques

de la filoxera, como a la acción de las calizas, es siempre, así como todas

las resistencías de los seres orgánicos, circunstancial y condicionada. De

ello pueden verse, con frecuencia, abundantísimos ejemplos, en especial

en los animales, y más fácilmente en las personas, que resisten un día

una enfermedad que en otra ocasíón no la resisten. La planta que sufre

por falta de alímentos, la que se debilita por exceso de producción, la

que sufre por falta o por exceso de humedad, la que ha padecído porplagas o por agentes atmosférícos fríos, granizos, excesivos calores,

etcétera, etcétera, está en condicíones inás o menos deficientes para poder

Page 11: ^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

resistir cualquier cosa que pueda dañarla; por tanto, los ataques de la

filoxera y los efectos de los excesos de caliza. Consecuencia de esto es

que en una plantación de vides, si sus portaínjertos o patror_es, aun

habienda sido bien elegidos, resistentes a los ataques de la filoxera y

a la acción perjudicíal de la caliza, si no se atienden en todo y por

todo debida, cuidadosamente las plantas, esta viña estará siempre en

peores condicíones de resistencia y de producción que otro viñedo de

pie americano o de sus híbridos de marcada menor resistencia a la filo-

xera y a la acción de la calíza, si este viñedo es bien atendído por in-

teligente viticultor en labores, abonos, apropiada poda y defendido del

míldiú, del oídium y de las diversas plagas que pueda padecer.

No se cuida bastante, mejor dicho, se descuida mucho, la muy con-

veniente selección de los sarmientos de vinífera que han de servir paralos injertos. Es muy conveniente observar durante varios verdes, varios

años, en particular al llegar la madurez de los racímos, qué cepas son

las que vegetan mejor y producen más cosecha, para de ellas, previo

señalamiento (enjalbegar el cuerpo de la cepa, etc., etc.), cortar sus

sarmientos 1legado el momento de la poda, y de esos sarmientos des-

echar las puntas y las partes inferiores, guardando sólo las partes cen-

trales para con ellas hacer los injertos.

FABRICACION DE ESTIERCOL. ARTIFICIAL

por GUSTAVO GILLEKENS.

El estíércol de granja desempeña, por el humus y las materias nu-

tritivas que contiene, un papel ímportantísimo en la fertilización delas tierras; por ello, desde tíempo inmemorial se ha empleado como

abono, y el único durante siglos. Ahora hemos recurrído a los abonos

químicos, pero está demostrado por numerosas experiencias que los

rendimientos más remuneradores no se obtíenen sino asociando a éstos

estiércol de granja.Si el gran cultivo dispone de estiércol, el cultivo hortícola, en cam-

bio, se ve bastante privado de él, porque desde que han disminuído los

caballos, los horticultores no encuentran estiércol en las grandes cíu-

dades ni en sus proximidades.

Como el cultivo de las legumbres necesita una tierra muy rica en

Page 12: ^^^t^a;,^uu^í^;^:^ :^ MIIVISTERIU D^ ACiR CliL.TU^^

- 12 --

humus, los horticultores se ven precísados a recurrír al estiércol artifi-cial para fertilizar sus huertas o a los abonos verdes.

La fabricación del estiércol artificial se realíza fácilmente si se dis-

pone de un poco de estíércol natural, que sírve para formar la primera

capa, sobre la que se extíende paja en cuatro capas sucesivas, de forma

que constituyen en conjunto un montón de una altura aproximada de

un metro. Durante la fabricacíón del montón se riega abundantementecon agua, y mejor con purin.

Con el fin de activar la fermentación, debe extenderse sobre cada

capa un abono nítrogenado, bajo la forma de sulfato de amoníaco, a

razón de cinco kilogramos por 1.000 kilogramos de paja.

Bastan tres o cuatro días para que la temperatura se eleva a 65° C. Er_

tonces se apisona el montón pisando fuertemente sobre él, o haciendo

marchar un caballo, después de haber regado abundantemente.

Cuando la temperatura haya subido, lo que sucede a los dos o tres

días, se extíende una nueva capa de paja, a la cual se agregan solamen-te dos kilos y medío de sulfato de amoníaco por 1.000 kilogramos de

paja. En las mismas condiciones pueden añadirse nuevas capas, a razón

de una por semana, pero nunca mientras la temperatura sea ínferior

a 60° C.

El estíércol que así se obtiene es en un todo semejante al de gran-

ja, tanto por el color como por el olor, y tiene sensíblemente su misma

composición.Para obtener 1.000 kilogramos de estiércol artificial se necesitan

400 kilogramos de paja y de ocho a diez kilogramos de sulfato de

amoníaco. Este abono artificial resulta más económico que el de granja.

Las obras y revistaa reunidas para su Vabajo por el Serviolo de Pu^blioaoiones Agrfoolas pueden ser oonsu^tsdas en el Weal dei mismo(Ministerio de Agrioultura, paseo de Atooha, 1 y 3) todos los dfas

laborables, de diez a una.