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Prehistoria II Minerva TEMA 1. NEOLÍTICO EN EUROPA: CARACTERÍSTICAS GENERALES, ÁREAS CULTURALES Y CRONOLOGÍA. LA CUENCA MEDITERRÁNEA Y LA EUROPA CONTINENTAL 1.- LA DIVERSIDAD REGIONAL Y LAS DISTINTAS ÁREAS Desde un punto de vista biogeográfico, en Europa se distinguen tres regiones: la Ártica, la Eurosiberiana y la Mediterránea. La humedad, la temperatura y el suelo, son fundamentales en las actividades agrícolas y pastoriles, y su variabilidad ha permitido distinguir distintos pisos bioclimáticos en las regiones mediterránea y eurosiberiana. Los cambios climáticos de finales del Pleistoceno y comienzos del Holoceno configuraron los distintos pisos bioclimáticos que, ya en la fase Boreal, debieron ofrecer unas condiciones semejantes a las actuales. El norte y este de Europa se caracterizan por las grandes llanuras continentales de origen glaciar. A finales del período Boreal (hacia el 6.500-5.500 a.C.) su clima continental dio lugar a varias zonas de vegetación: o En el norte, bosques persistentes. o En el este, regiones semidesérticas, estepas y estepas con bosques. Durante el período Atlántico (hacia el 5.500-3.000 a.C.) las grandes masas glaciares europeas ya se habían retirado, lo que provocó la elevación del nivel del mar y una modificación de las zonas costeras. Los inviernos fueron más suaves y húmedos, y los veranos frescos y húmedos. o Por las llanuras del norte y Europa central se extendió el encinar mixto. o Al oeste de la llanura rusa la vegetación era más densa, o En las zonas meridionales semidesérticas, apareció la estepa y o En la costa del Mar Negro bosques de encinas. Al final del Boreal, las altas regiones alpinas tenían una vegetación de montaña y las zonas mediterráneas bosques de robles y olmos. Con el período atlántico, se consolidó y diversificó la vegetación. En Europa, el gran cambio cultural fue posterior al climático y la forma de vida neolítica tuvo que adaptarse a espacios geográficos muy diversos. La instalación del Neolítico en Europa se produjo durante el período “óptimo climático” o Atlántico. Posiblemente la incidencia del hombre sobre el medio natural y la vegetación produjo en ocasiones alteraciones muy profundas, sobre todo la deforestación. A finales del IV milenio, especialmente 22

Tema 1. neolítico en europa

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TEMA 1. NEOLÍTICO EN EUROPA: CARACTERÍSTICAS GENERALES, ÁREAS CULTURALES Y

CRONOLOGÍA.

LA CUENCA MEDITERRÁNEA Y LA EUROPA CONTINENTAL

1.- LA DIVERSIDAD REGIONAL Y LAS DISTINTAS ÁREAS

Desde un punto de vista biogeográfico, en Europa se distinguen tres regiones: la Ártica, la Eurosiberiana y la Mediterránea. La humedad, la temperatura y el suelo, son fundamentales en las actividades agrícolas y pastoriles, y su variabilidad ha permitido distinguir distintos pisos bioclimáticos en las regiones mediterránea y eurosiberiana.

Los cambios climáticos de finales del Pleistoceno y comienzos del Holoceno configuraron los distintos pisos bioclimáticos que, ya en la fase Boreal, debieron ofrecer unas condiciones semejantes a las actuales.

El norte y este de Europa se caracterizan por las grandes llanuras continentales de origen glaciar. A finales del período Boreal (hacia el 6.500-5.500 a.C.) su clima continental dio lugar a varias zonas de vegetación:

o En el norte, bosques persistentes.o En el este, regiones semidesérticas, estepas y estepas con bosques.

Durante el período Atlántico (hacia el 5.500-3.000 a.C.) las grandes masas glaciares europeas ya se habían retirado, lo que provocó la elevación del nivel del mar y una modificación de las zonas costeras. Los inviernos fueron más suaves y húmedos, y los veranos frescos y húmedos.

o Por las llanuras del norte y Europa central se extendió el encinar mixto. o Al oeste de la llanura rusa la vegetación era más densa, o En las zonas meridionales semidesérticas, apareció la estepa y o En la costa del Mar Negro bosques de encinas.

Al final del Boreal, las altas regiones alpinas tenían una vegetación de montaña y las zonas mediterráneas bosques de robles y olmos. Con el período atlántico, se consolidó y diversificó la vegetación.

En Europa, el gran cambio cultural fue posterior al climático y la forma de vida neolítica tuvo que adaptarse a espacios geográficos muy diversos.

La instalación del Neolítico en Europa se produjo durante el período “óptimo climático” o Atlántico. Posiblemente la incidencia del hombre sobre el medio natural y la vegetación produjo en ocasiones alteraciones muy profundas, sobre todo la deforestación. A finales del IV milenio, especialmente

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en el norte de Europa, se produjo una fuerte regresión del bosque, sobre todo del olmo, debido a la acción antrópica.

La vida neolítica penetró en Europa a través del Egeo desde las costas del Levante y Asia Menor. Desde Grecia y el Egeo se documentan dos vías de expansión:

o una hacia Europa Central, siguiendo la vía del Danubio, y o otra a lo largo de las costas del Mediterráneo, hacia occidente. Las primeras plantas cultivadas fueron los cereales mediterráneos, el trigo y

la cebada, así como las leguminosas (guisantes, lentejas y habas). La domesticación animal de ovicápridos se inició en la zona irano-turania de los Zagros.

En el sureste y centro de Europa, en la zona alpina así como en algunos lugares de la costa mediterránea occidental, hay yacimientos neolíticos donde aparecen conjuntamente cereales y leguminosas con ovicápridos y cerámica, sin embargo, son escasos los datos de coexistencia de estos elementos en contextos preneolíticos.

En el norte y occidente de Europa, a veces se documenta la persistencia de las formas de vida mesolíticos en momentos cronológicamente avanzados, lo que indicaría el comienzo de un proceso de aculturación y de neolitización más tardío.

Las cadenas montañosas que separan el norte y sur europeos, de Este a Oeste, éstas debieron ofrecer una barrera natural que explicaría las diferencias en el desarrollo de las culturas neolíticas mediterráneas y de la Europa templada, aunque existe una cierta tendencia a defender la existencia de una relación a través de los altos valles y también siguiendo los grandes cursos fluviales del occidente de Europa.

2.- EL SURESTE DE EUROPA

Se trata del primer neolítico europeo, puesto que es la primera etapa de expansión desde el Próximo Oriente hacia el 7.000 a. C.

Parece que Chipre se colonizó desde las costas del Levante en época del Precerámico B; Creta desde las costas meridionales de Anatolia y Grecia desde las orientales a través del Egeo.

Desde el norte de Grecia, por el Danubio y sus afluentes, el neolítico llegó a Rumania, norte de Serbia, Croacia y sur de Hungría a lo largo del V milenio.

2.1.a.- El Egeo, Creta y Chipre

El Egeo es un mar repleto de islas, en general pequeñas y abruptas con pocos espacios amplios para el desarrollo agrícola, pero fueron magníficos puntos de escalas en los desplazamientos, para la búsqueda de nuevas tierras (Saliagos, Melos…)

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Creta es la gran isla y la mejor dotada para una economía neolítica próspera. Es importante destacar la larga duración del hábitat y la evolución de sus sucesivos sistemas arquitectónicos. Los primeros asentamientos revelan una instalación precipitada que luego fue organizándose. Construyeron casas de adobe y fabricaron cerámica. Luego las casas tenían zócalos de piedra y estaban bien organizadas con la misma orientación.

La colina de Knossos documenta la llegada de los primeros colonos neolíticos a la isla de Creta que debían prodecer del oeste de Anatolia, y cuya migración quizás se debió a la elevación del nivel del mar, que dio lugar a la inundación de los asentamientos costeros de Anatolia, Grecia y las islas del Egeo.

Otra gran isla es Chipre, donde destaca el poblado neolítico precerámico de Khirokitia, al sur de la isla, fechado a mediados del VI milenio a.C. Tiene un impresionante desarrollo arquitectónico en piedra, de viviendas circulares cubiertas por falsa cúpula. Puede ser que las cubiertas estuvieran hechas con ramas y barro.

Otro poblado con el mismo tipo de casas es el de Kalavassos-Tenta, cuyos niveles precerámicos se fechan hacia el 5.500 a.C. y los de fase con cerámica, hacia el 3.500 a.C.

En el interior de las casas había bancos, una plataforma para el hogar y hornacinas para guardar la vajilla, que aun no es de cerámicas sino de piedra pulida y con formas variadas. También ídolos, objetos de adorno, punzones de hueso, industria del sílex y algo de obsidiana.

Tenían animales domésticos (ovejas y cerdos) traídos de fuera, lo mismo que cabras, gamos y lobos y se ha documentado actividad agrícola con cereales y leguminosas. Las sepulturas individuales, estaban en el subsuelo de las casas. El acho muro detectado en Tenta se cree que tenía la función de cerca o cierre.

Este Neolítico Precerámico de Chipre resulta algo tardío en relación al continente. Por su cronología, el Neolítico Precerámico de Chipre sería contemporáneo del Neolítico Precerámico B de Levante.

Actualmente parece documentarse en la isla una fase anterior, fechada hacia el 8.300-7.100 a.C. En Shillouro-Kambos hay un Neolítico Precerámico sin estructuras de piedra, con restos de tapial y agujeros para postes. La evolución del Neolítico en esta zona sur de Chipre terminaría con una fase Calcolítica en Kalavassos-Ayous, con estructuras de habitación parecidas a las localizadas en Palestina. Todo esto indicaría que el neolítico chipriota, al menos al sur de la isla, debió tener más relación con Levante que con Anatolia.

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2.1.b.- Grecia continental, los Balcanes y sur de Rumanía

No hay documentación que permita hablar de un protoneolítico.

Los primeros asentamientos neolíticos empiezan en Grecia hacia el 6.000 a.C., hacia el 5.000 a.C. en Bulgaria y hacia el 4.700 a.C. en la antigua Yugoslavia. Por primera vez aparecen la cerámica, los utensilios de piedra pulimentada y la domesticación de plantas y animales. Hay numerosos tell como consecuencia de sucesivas construcciones de adobe.

En el Peloponeso está la cueva de Franchthi, que proporcionó la secuencia más prolongada de la Prehistoria griega, desde comienzos del Paleolítico Superior hasta el Neolítico final.

Hacia el 5.800 a.C. ya se documentan la cerámica, el trigo y la cebada, además de oveja y cabra doméstica, al mismo tiempo que estructuras construidas y un nuevo tipo de industria lítica que sugieren la llegada de gente nueva, momento en que también se ocupa el exterior de la cueva, lo que continuará a lo largo de todo el Neolítico medio y reciente, con gran variedad de cerámica: cerámicas monocromas, pintadas y negras bruñidas del Neolítico antiguo, las variedades del llamado urfinis del Neolítico medio y las negras bruñidas, pintadas mates e incrustadas del Neolítico reciente.

La región de Tesalia, la gran llanura cerealista, posteriormente fue centro de gran desarrollo de culturas neolíticas avanzadas como las de Sesklo y Dímini.

Se estudiaron secuencias estratigráficas en numerosos tells1 (Achilleion, Argissa…), a partir de las cuales se estableció un Neolítico Antiguo (Pre-Sesklo), con restos de especies domésticas, insuficiente para confirmar la existencia de un neolítico precerámico autónomo. La facies Sesklo, caracterizada por cerámicas decoradas con impresiones – de uñas, dedos, palos e incluso de una concha Cardium – y motivos plásticos, representa un Neolítico antiguo de tipo mediterráneo del VI-V milenio a.C., pero al mismo tiempo se dan cerámicas pintadas que se desarrollan a lo largo del Neolítico medio, culminando en la fase Dímini.

En el norte, en Macedonia, está el yacimiento neolítico de Nea Nikomedeia fechado desde 6.230 a.C.

Es un poblado abierto, con casas rectangulares grandes y alguna estructura mayor interpretada como santuario. El yacimiento dio abundante y variada cerámica, lisa, bien bruñida y pintada monocroma en rojo y beige. También se encontraron estatuillas femeninas desnudas, de arcilla y estampillas (pintaderas). Fuera de las casas o en el interior de casas arruinadas, se encontraron pozos con enterramientos individuales. Se conservaban muy bien restos perecederos, como distintos recipientes de madera, tejidos, bolsas y

1 Elevaciones del terreno debidas a una ocupación continuada de un lugar por poblaciones humanas.

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restos de vestido de cuero, cestería, junto a una industria de sílex, hueso y obsidiana. Se encontraron restos de trigo, cebada, guisantes, habas y lentejas.

Más al norte, en el actual territorio de Bulgaria, se han encontrado muestras de cereal cultivado muy antiguas, pudiéndose afirmar que en Karanovo I el trigo era el elemento esencial en la alimentación, junto a lentejas y guisantes.

La llanura Tracia se desarrolla entre los Balcanes y la cordillera de las Ródope. El Neolítico se documenta aquí desde su fase más antigua en Karanovo, Tell Azmak, Chevdar y Kazanluk.

Los poblados tenían casas con sus habitaciones completamente especializadas, separadas entre sí por pasillos. La cerámica de Karanovo estaba decorada con impresiones y elementos plásticos. También la había de gran calidad, lisa y pintada de rojo y blanco, que se desarrolla en la fase siguiente, Karanovo II.

En la antigua Yugoslavia, las primeras comunidades neolíticas se fechan entre el 6.000 y el 4.500 a.C., aproximadamente.

Parece que desde Macedonia a Serbia se pueden detectar instalaciones anteriores a la cultura de Starcevo, aproximadamente a finales del VII milenio, en el VI se inició la fase Starcevo y comenzaron los primeros desplazamientos hacia el norte por los valles del Vardar-Morava. La cultura de Starcevo es contemporánea de las de Karanovo (Bulgaria), Körös (sur de Hungría) y Cris (Rumania).

Los valles del Vardar y el Morava son una ruta natural del Egeo a Europa. Los asentamientos neolíticos han proporcionado mucha información sobre la cultura Starcevo, que al parecer tuvo una larga duración (5.400-4.300 a.C.). Las características de sus depósitos parecen indiciar establecimientos temporales, con casas de madera alargadas revestidas de arcilla, escasa industria lítica excepto en azuelas pulimentadas y una cerámica pintada en las fases antiguas y con decoración de grecas y espirales más adelante. Los asentamientos tipo Starcevo se concentran en las llanuras de loess del Banato y Vojvodina en el norte de Serbia.

Al contrario ocurre en el Neolítico final, con establecimientos grandísimos y de ocupación continuada, con largas casas rectangulares con tejados a doble vertiente sostenidos por grandes vigas, cerámicas pintadas con motivos curvilíneos y diseño de estilizadas figurillas femeninas, como las localizadas en los yacimientos de Vinca (Serbia) y Vinca-Tordos (Rumania), que dan nombre a la cultura Vinca.

En la costa adriática y Dalmacia, se desarrollan contextos con cerámica impresa tipo Smilzic.

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Hacia el 4.000-3.500 a.C. se consolidan las culturas regionales y comienza la actividad metalúrgica, unos mil años antes que en el Egeo, contemporáneamente a la fase pre-Troya de Anatolia.

3.- EL NEOLÍTICO EN EUROPA CENTRAL

La vía del Danubio debió ser fundamental para la expansión de las formas de vida neolíticas en asentamientos caracterizados por la decoración de sus cerámicas (LBK = Linienbandkeramik), cuya cronología se centra hacia el 4.500-4.300 a.C.

La llamada cultura de la cerámica de bandas señala el primer uso local de la cerámica, las plantas cultivadas y los animales domésticos, así como de asentamientos plenamente consolidados. Las poblaciones locales de finales del Mesolítico debieron jugar un papel importante en la formación de este primer Neolítico. Hay que destacar sus preferencias por las tierras loéssicas, fértiles, bien drenadas y fáciles de cultivar. Otros asentamientos en Holanda están situados en las terrazas de los ríos.

En Europa central no hay tells2 y las actividades agrícolas han destruido los restos en superficie, por lo que los asentamientos se detectan por la coloración del suelo..

Los asentamientos de las gentes de las cerámicas de bandas, suelen ser uniformes y muy grandes, con más de 100 estructuras, y se caracterizan por tener grandes casas construidas con vigas de madera.

Revelan una economía plenamente campesina, con agricultura y ganadería. Las áreas cultivadas no eran muy extensas y se explotaban durante tiempo continuado, e incluso se cercaban los campos fijos. El trigo, la cebada y guisantes eran los cultivos más generalizados y, como planta textil, el lino.

En ganadería: buey, cerdo y ovicápridos, lo que debió exigir una mayor sedentarización y además de campos cerrados no lejos del poblado.

Las sepulturas en general eran individuales, en fosa, con el inhumado contraído y, frecuentemente, espolvoreado con ocre y con un ajuar a base de adornos.

Alemania, Austria, Chequia y Eslovaquia quedan dentro del área occidental de la cerámica de bandas, extendiéndose desde la cuenca de París y Alsacia hasta Moldavia y sur de Polonia.

El grupo oriental queda restringido al este del Danubio, en un área encerrada por el arco de los Cárpatos, en la gran llanura de Alföld, Transilvania y Eslovaquia Oriental, siendo continuadora del Körös.

2 Elevaciones del terreno debidas a la ocupación continuada de un lugar por poblaciones humanas.

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Los grupos occidentales de la cerámica de bandas están relacionados con los del Neolítico antiguo de cerámica pintada de los Balcanes y, concretamente, con las culturas de Starcevo y de Körös.

Se repiten generalmente los mismos tipos de casas rectangulares construidas con postes de madera, ramas y barro, proceden de pozos excavados para extraer la arcilla que usaron después como basureros.

Entre los yacimientos más importantes están Bylany en Bohemia, Olszanica en Polonia, Hienhein en Baviera y Esloo y Sittard en Holanda.

Con la cultura de la cerámica de bandas, aparecen las primeras grandes necrópolis, como la de Nitra (Eslovaquia), Sonderhausen (Turingia) o Flomborn (Renania).

La expansión de la cultura de la cerámica de bandas dio lugar a una evolución regional.

La región alpina se extiende por un amplio espacio geográfico en Austria, Suiza, Italia y Francia. La forma de vida neolítica se fue adaptando a los altos valles de montaña hacia el 3.500 a.C. Muchos asentamientos eran pequeños, incluso equivalentes a granjas individuales o caseríos. El mayor podía alcanzar, a lo sumo, entre 150 y 180 habitantes, durante decenios de años. La procedencia de este Neolítico está relacionada con los grupos de la cerámica de bandas.

Francia comparte el neolítico alpino y el de la cerámica de bandas (rubané) en su expansión al occidente del Rhin. En el norte hay instalaciones de grupos de cerámicas de bandas. Algunos poblados (Cuiry-les-Chaudardes, Reichatett o Yonne) conservan numerosos restos de casas rectangulares cubiertas a doble vertiente y construidas con madera, ramas y revestimiento de barro, con una media supuesta de entre 50 y 200 habitantes por poblado.

En el norte de Europa, el área báltica oriental y el occidente de Rusia, hay una larga continuidad de formas de vida cazadoras, incluso después de aparecer la cerámica. En Finlandia, la agricultura aparece hacia el 2.500 a.C. con la cultura de las hachas de combate (Boat Axe) pero no se consolida hasta mediados del primer milenio d.C. En las zonas boscosas del noroeste de Rusia, la agricultura no se introduciría hasta la Edad de Hierro (hacia el 500 a.C.) y en las de estepa hasta el siglo XII aproximadamente.

NEOLÍTICO ANTIGUO CARDIAL

La cerámica impresa se realiza a base de impresiones sobre la superficie blanda de la pieza con objetos diversos: huesos aguzados, dientes de animales, uñas y bordes o natis de concha. La especie Cardium edule, “cerámica cardial”, es especialmente frecuente en el sur de Francia y en la Península Ibérica, incluso en algunos lugares parece ser más antigua que la inciso-impresa.

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Las impresiones sobre la superficie de la vasija aún sin cocer es una característica de la cerámica del Neolítico antiguo. En la Francia mediterránea (Provenza, Languedoc) tiene un especial desarrollo la cerámica impresa de tipo cardial o “montserratina” éste nombre recuerda al yacimiento epónimo, las cuevas de Montserrat (Barcelona), donde por primera vez se caracterizó este tipo de cerámica.

El yacimiento más característico del Neolítico antiguo cardial, por su riqueza y precisión estratigráfica y por su situación, abierto al mar y al curso del Ródano, es el Abri de Câteauneuf-les-Martigues (Bouches du Rhône), donde un hogar se fechó por C14 en 5770 a C.

Otros yacimientos importantes son: Cap Ragnon, Ile Riou, la cueva de Fontbrégoua (Salernes, Var) habitada largo tiempo, en nivel con cerámica cardial.

En La Grotte de Gazel (Aude), el Neolíco cardial más antiguo se fecha en 4950-4830 a C, el “epicardial” con cerámica decorada con técnica incisa, acanalada y plástica, se fechó en 4590-4355 a C.

Las gentes de la cardial también vivieron en poblados al aire libre como el de Courthezón (Vaucluse) con cabañas circulares de unos 5 mtr de diámetro, empedradas con cantos de cuarcita y el poblado sumergido bajo el agua de Leiucate, a cuatro metros de profundidad.

El poblado al aire libre de Villeneuve Tolosane (Alto Garona) tiene gran interés, ocupa 28 hectáreas y está rodeado por un foso de defensa. En su interior se han excavado numerosas estructuras circulares o rectangulares, que plantean problemas de interpretación. Algunas llenas de guijarros quemados, se ha pensado que fueran zonas de cocción de alimentos; otras se han interpretado como silos y algún pozo alcanza 7,50 metros de profundidad. También se excavaron dos sepulturas individuales en fosa. El material es abundante y destaca el buey como principal animal doméstico.

Aunque en Francia también hay otro Neolítico antiguo que se desarrolló durante el VI-V milenio a C, en el este-noreste, caracterizado por la cerámica con decoración en bandas (rubané) típica del área danubiana.

En IV y III milenio siguió El megalitismo y desde mediados del IV y durante el III milenio a C, tiene un gran desarrollo en el área mediterránea francesa la cultura de Chassey.

NEOLÍTICO MEDIO Y FINAL EN ITALIA, TOMANDO COMO EJEMPLO LA CULTURA DE RIPOLI

Italia Central queda dividida en dos áreas, la oriental que vierte al mar Adriático y la occidental al Tirreno.

En el Neolítico Adriático debemos considerar dos tendencias: por un lado la continuidad de la tecnología lítica epipaleolítica que, unida a los restos de fauna, documenta la actividad de caza y por otro, una evolución en el V-IV milenio, a través de contactos e intercambios con el resto de Italia.

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El gran poblado de Rípoli es una sentamiento de larga duración, aunque su principal fase de ocupación corresponde al Neolítico tardío, en la segunda mitad del IV milenio.

Se descubrieron más de 40 fondos de cabaña, circundadas por un profundo foso de casi 5 m de profundidad y 7 de anchura, además de varias sepulturas.

Su principal estilo cerámico presenta una pasta fina y oscura, de tipo Lagozza, en vasijas de almacenamiento toscas y en cerámica figulina. Hay decoraciones pintadas simples con bandas rojas, pero lo más frecuentes son las tricomas. La industria de sílex se compone de puntas de flecha, hojas retocadas, raspadores, geométricos, denticulados, escasos buriles, etc. De este poblado se han analizado tres fechas con C14 correspondientes al IV milenio.

El Neolítico Tirrénico, en la vertiente occidental de los Apeninos, presenta varios asentamientos de diverso interés.

En el sur de Italia los elementos básicos de la nueva economía – los cereales y determinadas especies animales domésticas – aparecen por la implantación de nuevas comunidades. Además, los paralelos de algunos estilos cerámicos con los del Neolítico griego, de la costa dálmata y de Albania, son quizás más patentes que en otras zonas italianas, lo que confirmaría la importancia de los contactos de tipo marítimo por las costas adriáticas y por las islas del Mediterráneo central.

Las diversas comunidades neolíticas de esta zona continúan con sus actividades de caza y recolección en numerosos yacimientos, especialmente en cuevas. Quizás la caza y la recolección se practicarían estacionalmente junto a la agricultura y la ganadería, sobre todo en zonas de considerable densidad de población. Las viviendas de los numerosos poblados estudiados suelen estar encerradas en una o más, hasta cinco, líneas de fosos o trincheras concéntricas, cosa que responde a una organización muy bien programada colectivamente. Los fosos que rodean granjas y poblados se han justificado como una adaptación a un clima húmedo de tipo oceánico, que haría necesario acondicionar el drenaje y al mismo tiempo tener reservas de agua. Otra interpretación sería la defensa contra animales salvajes.

Con todas estas evidencias arqueológicas, nadie parece poner en duda que el origen del Neolítico italiano se debe a la llegada de “colonos” mediterráneo-orientales que instalaron la agricultura en estas tierras del sur de Italia hacia el 5.500 a.C.

Estos asentamientos contrastan con los del suroeste de Calabria, asentamientos del tipo Stentinello, pequeñas agrupaciones, sin fosos ni ningún tipo de recinto cerrado. En Pian de Curinga se han localizado hasta 48 asentamientos de este tipo. En Apulia las casas son normalmente de planta circular, pero también absidal y de tipo rectangular. La industria es de sílex y obsidiana y la cerámica con decoración impresa muy variada. Además tiene también documentada la agricultura (trigo y cebada) y la ganadería

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(obicápridos y bóvidos). En Sicilia al parecer hay recintos fosados en la zona este.

La cerámica im presa, considerada como elemento característico del primer Neolítico, está también presente en el Neolítico de las costas adriáticas orientales de Dalmacia y Albania. En el sur de Italia la cerámica impresa recibió el nombre de estilo Molfetta, poblado epónimo próximo a Bari. Se trata de una decoración impresa, en general bastante tosca, con motivos dentados, líneas y rayas en espiga, efectuados con matrices diversas.

En Sicilia la cerámica impresa se denominó como estilo Stentinello. Este tipo presenta una mayor variedad de formas y técnicas decorativas, impresa, incisa e incluso pseudo excisa en representaciones de ojos y antropomorfos, todo ello consecuencia de la larga duración de su desarrollo.

La diversidad regional y la relación entre las distintas áreas se reflejan sobre todo desde finales del Neolítico antiguo y comienzos del medio. En la zona Este se desarrolló una variedad de decoraciones impresas y sobre todo una tendencia a la composición decorativa, como en las regiones de Tavoliere y Materano, donde se ha acuñado un estilo propio llamado estilo Guadone; cerámicas pintadas de varios tipos aparecen también en Dalmacia y Sueste de Italia en esta época.

Las cerámicas características del Neolítico medio en Dalmacia son las pintadas e incisas tipo Danilo, cuyo comienzo se fecha en la primera mitad del V milenio a.C. En otras áreas del sur de Italia aparece una nueva técnica decorativa, grabada sobre una cerámica de superficies negras bruñidas, antes o inmediatamente después de la cocción, con motivos geométricos, el estilo Matera, que a veces se combina en el mismo vaso con decoración impresa e incluso líneas pintadas en el estilo La Quercia.

En todo caso, se trata de una larga evolución en cuyo contexto se sitúan las llamadas “cerámicas importadas” de Paso de Corvo, junto con cerámicas grabadas que persistieron hasta el final del Neolítico medio, con la aparición de las cerámicas pintadas trícomas de la fase Serra d’Alto, hacia el 4.000 a.C.

Al parecer, grupos de gentes que usaban cerámica tipo Stentinello fueron los primeros neolíticos en llegar a la isla de Malta a finales del V milenio a.C. Las relaciones entre los diversos grupos se ponen de manifiesto en el comercio de la obsidiana.

Para la Italia meridional y las islas se situaría el comienzo del Neolítico de cerámicas impresas en la primera mitad del VI milenio a.C. y su final hacia el 5.000 a.C.

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LA CULTURA DE LOS VASOS DE BOCA CUADRADA

A finales del V milenio, en la zona situada al oeste y norte del área ocupada por la cultura de Fiorano, surge otro grupo neolítico, menos homogéneo pero más longevo, caracterizado por la cerámica de vasos de boca cuadrada. Se han podido establecer tres fases en su desarrollo:

PRIMERA FASE . Aparece en Liguria y la llanura del Po y se la ha denominado Finale-

Quinzano, por los yacimientos de Arene Candide y Quinzavo. En Liguria los asentamientos son en cueva, pero en el valle del Po en

general son al aire libre, con poblados en los márgenes de la llanura (Quinzano) o en el borde los lagos (Frassine). La caza del ciervo y la recolección debieron ser actividades importantes. Los restos de animales domésticos son escasos. Entre los vegetales silvestres domina la castaña, aunque también se encontraron pequeñas cantidades de cereales silvestres y granos de vid. La estratigrafía parece indicar una actividad recolectora de carácter estacional, con periódica restauración del hogar.

En las proximidades del poblado de Molino de Casarotto se han descubierto indicios de una necrópolis de inhumación, aunque la necrópolis mejor conservada es la de Quinzano.

La cerámica de los vasos de boca cuadrada hallada desde Liguria al Véneto es muy similar: de pasta fina, generalmente negra, y bien bruñida, con formas de bols cónicos con fondos planos, vasijas con pie y vasos de boca cuadrada de tipos pequeños para beber o jarras contenedoras. Los vasos con pie y los de beber, suelen estar decorados con motivos geométricos finamente incisos.

Las puntas de flecha de sílex son de tipo triangular alargado con base cóncava y retoque bifacial. Hay también buriles, raspadores y leznas a partir de hojas. En Liguria es especialmente abundante la industria ósea, donde hay anzuelos de concha y trompetas hechas con concha de tritón. También abundan los colgantes de dientes de animales, conchas y otros objetos naturales. Son características las estampillas o sellos de arcilla, pintaderas, seguramente usadas para la decoración corporal o del vestido. Hay también figurillas femeninas de arcilla interpretadas como diosas de la festilidad.

Seis dataciones de C14 de Molino de Casarotto, fechan este horizonte de vasos de boca cuadrada entre el 4.520 y el 4.175 a.C.

SEGUNDA FASE .Esta fase se ha podido determinar en el Véneto, en la ocupación inicial de

Rocca di Rivoli y en Emilia, en el yacimiento de Chiozza. Es característica la elección de los lugares de sentamiento en lo alto de

colinas que permiten una defensa natural y dominan las rutas fluviales, lo que podría indicar la importancia de las rutas comerciales y quizás una situación de cierta inestabilidad.

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La principal diferencia entre las dos fases de los vasos de boca cuadrada está en la cerámica. En la segunda, predominan las amplias escudillas y bols con ricas decoraciones en los ángulos y paneles laterales con técnicas excisas y motivos en espiral. También hay vasos de boca redonda con rebordes y decoración de bandas con espirales. Los niveles medios del poblado lacustre de Isolino de Varese, en Lombardía, se consideran de este segundo período. Los niveles inferiores documentan una plataforma de troncos y cerámicas con vasos de pie decorados y cuencos, pero no bocas cuadradas. Esta plataforma se fechó por C14 en 3.584 a.C., y el nivel superior en 3.376 a.C.

TERCERA FASE . Esta fase sólo se documenta en Emilia y el Véneto. Pescale, en Emilia, es

el yacimiento tipo con una cerámica personalísima. También aquí se documenta la importancia de la obsidiana, de las islas Lípari y de Cerdeña.

En el Véneto, en Rocca de Rivoli, las principales estructuras son pozos circulares con fondo plano. Los únicos vestigios de cabaña son restos de hogares de arcilla y un vertedero. Aparecen los primeros testimonios de industria textil, fusayolas y pesas de telar cónicas y cilíndricas. La cerámica está representada por hondos bols de boca cuadrada o cuadrilobulada con decoración incisa de temas de espina de pescado e hileras de triángulos rellenos de líneas.

Hay abundantes muestras de la talla de sílex. Empiezan a aparecer objetos de cobre, mientras subsiste la caza y recolección, junto al pastoreo, y hay indicios de relación con culturas más septentrionales a través de los pasos alpinos. Cronológicamente, esta fase se sitúa en la segunda mitad del IV milenio, llegando a comienzos del III.

CULTURAS PALAFÍTICAS DEL NEOLÍTICO FINAL EN EL NORTE DE ITALIA Y SUIZA, EN PARTICULAR LA CULTURA DE LA LAGOZZA

La fase más antigua del Neolítico parece ser la caracterizada por la cerámica cardial.

En el norte de Italia la cerámica impresa sólo aparece en la zona costera ligur y en algunos puntos del Adriático.

Los niveles de cerámica impresa de Arene Candide se fecharon por C14 en 4.270 a.C. Las formas más frecuentes son las de bol hondo con decoración impresa o incisa y las grandes jarras cilíndricas de fondo convexo con dos asas, decoradas en su parte superior con cordones plásticos en relieve, con impresiones de uña o espátula.

Hay hachas de piedra verde pulimentada y escasa industria de sílex. Son numerosos los punzones de hueso, los colgantes y las cuentas de collar. Entre los huesos de animales domésticos, aparecen los de oveja, buey y cerdo, pero los hay también de ciervo y oso pardo. Son muy abundantes los restos de

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conchas, lo que parece indicar una economía mixta con predominio de caza y recolección.

Contemporáneamente, en el norte de Italia convivieron otros grupos, los de tipo Fiorano en la llanura oriental del Po, y los de vasos de boca cuadrada en la occidental y Liguria.

Finales del V milenio, se caracteriza por la cerámica de vasos de boca cuadrada

La fase conocida como cultura de La Lagozza, representa el momento final del Neolítico del noroeste de Italia, a partir de los últimos siglos del IV milenio, documentada en el poblado palafítico de Lagozza di Besnate, cerca de Milán. Sus paralelos formales con la cultura francesa de Chassey y la suiza de Cortaillod plantearon de forma clara las relaciones con las gentes del alto valle del Ródano y los lagos suizos.

La cerámica se caracteriza por su calidad y finura, con superficies oscuras muy bien bruñidas. Dominan las formas carenadas, junto a platos, cuancos y vasos de perfil en S. Un tipo de asa muy característico son las llamadas “flautas de Pan”, en las que se podían introducir cordones para colgar las vasijas, siendo un elemento decorativo y funcional. Hay también coladores cónicos, fusayolas y pesas de telar cónicas, de cerámica, etc.

La industria de sílex es a base de hojas con rqtoque bilateral y puntas de flecha de filo transversal. Elementos de relación con otros semejantes del neolítico suizo son los peines y otros utensilios de madera.

Se han conservado bien muestras vegetales de cereales domésticos como el trigo y la cebada o de lentejas y lino, así como frutos y bayas silvestres de cerezo, haya y bellotas.

Las necrópolis son de inhumación individual en cistas de piedra o tinajas y con escaso ajuar.

Cinco son las fechas de C14 que sitúan la cultura de La Lagozza entre el 3.030 y el 2.630 a.C. Su comienzo coincidiría con las etapas finales de los vasos de boca cuadrada y pervive hasta el pleno desarrollo del Calcolítico, y debió de servir de sustrato a la primera Edad de Bronce tipo Polada, en el norte de Italia.

En la región alpina y del Jura francés se han localizado asentamientos del Neolítico final y de la edad de Bornce, construidos al borde de los lagos que, al subir el nivel de las aguas, quedaron sumergidos. Se trata de poblados “palafíticos” o ciudades lacustres.

En el lago de Clairvaux (Jura) se han localizado varios establecimientos situados a sus orillas a lo largo del III milenio a.C., hasta comienzos del II. Los

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poblados más antiguos estuvieron protegidos por una empalizada por el lado de tierra y las casas, cuadrangulares, estaban unidas entre sí. Se localizaron abundantes restos cerámicos, óseos y líticos, destacando los utensilios de madera, tejidos y restos de alguna piragua.

5.- CULTURAS INSULARES Y REDES DE INTERCAMBIO COMERCIAL ENTRE ISLAS

La isla de Cerdeña

En Cerdeña, el Neolítico antiguo se desarrolló en el VI y V milenios a.C., caracterizándose por comunidades dedicadas al pastoreo, caza, pesca y recolección, junto a una incipiente agricultura. La cerámica impresa aparece en los primeros lugares de habitación, especialmente en cuevas. Hay que destacar el precoz florecimiento de la extracción y comercio de la obsidiana del Monte Arci, incluso hacia Córcega, a través del archipiélago toscano.

La fase más avanzada del Neolítico antiguo sardo, el llamado “Epicardial” por los franceses, se documenta en la Grotta Verde de Alghero y la facies llamada “Filiestru”, con cerámica lisa, en la Grotta Filiestru, fechada entre 4.170 y 3.950 a.C.

El Neolítico Medio tuvo su desarrollo durante el IV milenio a.C., entre 3.730 y el 3.300 a.C., aproximadamente, denominándose “Cultura de Bonu Ighinu”. Se trata de un Neolítico pleno, con gran desarrollo del comercio de la obsidiana, que se exportaba hasta Córcega, Italia central y septentrional y Francia meridional, lo que dio lugar a la transmisión de estímulos e influjos técnicos y artísticos. Se produjo un gran desarrollo de los poblados con cabañas al aire libre, que muestran una clara actividad agrícola. El culto funerario está documentado en auténticas necrópolis, con sepulturas en fosa o en pequeñas cámaras hipogeas a las que se accede por un pozo, con enterramientos en general individuales. Dstaca en particular la rica necrópolis de Cúccuru Arrius.

La cerámica es de gran calidad, fina y bien bruñida, con variada tipología y en ocasiones presenta una decoración ejecutada con varias técnicas, grabada, plástica con protomos de animales o caritas humanas, con impresiones o incisiones e incluso excisiones, Los motivos representados pueden ser geométricos o figurados, destacando las representaciones de carácter religioso en las esculturas femeninas de la “Diosa Madre”, alguna incluso sosteniendo un niño. Son más escasas las representaciones masculinas. La industria lítica destaca sobre todo en el trabajo de la obsidiana, con sus puntas de flecha de filo transversal y las de retoque bifacial. La cronología central de este período ha quedado datada entre el 3.675 y el 3.730 a.C.

El Neolítico reciente se desarrolló durante el IV-III milenio a.C. y está caracterizado por la llamada cultura de Ozieri. Representa una etapa de gran florecimiento en la isla. La amplia distribución de poblados y necrópolis

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parecen indicar un crecimiento demográfico fruto desarrollo tanto económico como artesano e industrial. Son abundantes los poblados con cabañas semiexcavadas en el suelo o con estructuras de madera sobre zócalos de piedra. Aparecen ricas cerámicas decoradas con incisiones incrustadas en ocre rojo o con decoración grabada de figuras femeninas.

Las necrópolis se caracterizan por las llamadas domus de janas (casa de brujas), hipogeos cuidadosamente excavados en paredes rocosas, con una o varias cámaras para enterramientos múltiples. En muchos casos se conservan decoraciones simbólico-religiosas, pintadas, en relieve o grabadas, en forma de oculados, espirales, festones, cuernos, representaciones humanas esquemáticas, etc.

La industria lítica se desarrolló extensamente en esta etapa. Los útiles de obsidiana predominan sobre los de sílex. Hay vasos de piedra de formas variadas. La cerámica (ver figura) presenta también nuevos tipos, el llamado “estilo egeo” con formas de calathos, pixides, trípodes, asas tuneliformes. La decoración es en general muy barroca y emplea diversas técnicas. Además de los variados temas geométricos, los hay figurados: soles, estiliformes, antropomorfos incisos en parejas o grupos, etc. Hay también fusayolas y pesas de telar decoradas. Los ídolos presentan un mayor esquematismo que en la fase anterior y los hay en cerámica y mármol.

En el III milenio a.C se produjo un gran proceso de desarrollo apareciendo el cobre e incluso la plata. Hay que destacar la aparición de nuevos monumentos arquitectónicos que suelen ordenarse en 3 grupos:

de tipo ciclópeo mediterráneo, cuyo ejemplo característico sería el santuario escalonado troncopiramidal con rampa de acceso de Monte d’Accoddi. El Santuario de Monte d’Accoddi corresponde al rico testimonio de la ideología religiosa sarda desde el Neolítico y durante el Calcolítico, ya en la segunda mitad del III milenio a.C.

De tipo dolménico occidental, representado en los círculos tumbales de la facies de Gallura en el NE de la isla y el dolmen de corredor tipo Motorra Dorgali.

De tipo indígena con construcciones mixtas ligadas al hipogeísmo (corredor dolménico de acceso a una tumba rupestre)

La cultura de Ozieri se va esfumando progresivamente en los últimos siglos del III milenio.

La isla de Córcega

La aparición del Neolítico antiguo en Córcega parece ser anterior al de Francia continental en el Abrigo de Basi, cuyo nivel inferior se fechó por C14 en el 5.750 a.C. En este nivel había restos de oveja doméstica, recipientes cerámicos grandes de base plana frecuentemente decorada con impresiones en concha. También hay que destacar restos de obsidiana procedente de Cerdeña. En el

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siguiente nivel (cuyo final fue fechado en 3.250 a.C.), ya se documentó la agricultura, la cría de bóvidos y cerámica con influencias del Neolítico sardo, además de gran cantidad de obsidiana importada. Este ya disponía de cabañas con zócalos de piedra. Los últimos niveles corresponden al Calcolítico y la Edad de Bronce, con una fecha de 1.620 a.C.

Otras dos dataciones, 5.360 y 5.650 a.C., vienen a confirmar la consolidación temprana de las primeras comunidades en la isla.

CRONOLOGÍA DEL NEOLÍTICO DE LA PENINSULA IBERICA (194-197)

Gracias a las dataciones absolutas en la actualidad podemos establecer que mientras en algunos lugares los agricultores y pastores están plenamente establecidos, en otros, a veces muy próximos, hay instaladas comunidades que siguen viviendo de la caza y la recolección.

Se trata de un proceso de adaptación que parece no interesa a todos, ya que algunos siguen manteniendo su subsistencia por medios tradicionales, por lo menos hasta el III milenio a.C.

En la Cova de les Cendres (Alicante) hay dos fechas de C14 para el Neolítico antiguo, una de 5.590 a.C. y otra de 3.380 a.C., ambas para niveles con cerámica cardial, lo que indicaría una larga duración para este primer Neolítico de cerámicas con decoración cardial.

En la Coveta de L’Or (Alicante) las fechas de C14 sitúan este Neolítico antiguo entre el 4.770 y 4.030 a.C.

Otros yacimientos con dataciones parecidas son la Cova Ampla de Montgó (Alicante, la Cova de la Recambra (Valencia) o la Coveta de Can Ballester (Castellón).

También hay dataciones de C14 para un Neolítico antiguo caracterizado por cerámicas con decoración incisa e impresa no cardial. Ejemplos de ello los encontramos en la Cova Fosca (Castellón) con tres dataciones: 5.690 a.C., 5.260 a.C. y 5.150 a.C. o la Cova de Can Bruixes, del 4.510 a.C.

También en Andalucía tenemos dataciones muy antiguas para este contexto neolítico de cerámicas con decoración incisa e impresa, provistas en muchos casos de un engobe de almagra bien bruñido.

Se trata del Neolítico típico andaluz, cuyas fechas obtenidas por análisis de C14 en la Cueva de la Dehesilla (Cádiz) lo sitúan en el 5.720, 5.490, 5.170 y 5.090 a.C.

En la Cueva Chica de Santiago se sitúa entre 5.950 y 4.430 a.C. y en la Cueva de los Murciélagos (Córdoba), entramos ya en la segunda mitad del V milenio, en pleno apogeo de la cultura.

LOS ORÍGENES DEL NEOLÍTICO PENINSULAR, SOBRE TODO EL HORIZONTE DE LAS CERÁMICAS CARDIALES (197-209)

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Cuando nos referimos al primer Neolítico de la Península, documentado desde el VI milenio y plenamente desarrollado a lo largo del V, debemos afirmar que presenta desde sus inicios al menos dos contextos culturales algo diversos, que pueden ser contemporáneos.

Su procedencia parece mediterránea y, en ambos casos, se documenta, desde el VI milenio a.C., el conocimiento de una economía mixta, agrícola-ganadera, en la que aparecen representadas todas las especies vegetales y animales del Neolítico pleno del Próximo Oriente.

Este primer Neolítico revela también una tecnología muy desarrollada en el trabajo de la cerámica, el hueso y la piedra e incluso manifestaciones artísticas. Uno de los contextos es el de las cerámicas cardiales, con un importante núcleo en el Levante español y Cataluña, aunque también está representado en la zona pirenaica y penetra en Albacete, Murcia y Andalucía Oriental con la importante cueva de la Carigüela (Granada).

El otro contexto es el de las cerámicas con decoración incisa o impresa con diversos objetos y, frecuentemente, con las superficies de la pieza cubiertas por un engobe de almagra bien bruñido. Se ha considerado siempre representativo del Neolítico andaluz (ver figuras a continuación), ya que está bien documentado en las cuevas de la costa malagueña, en las sierras de Cádiz, Sevilla, Córdoba y Jaén.

El sincronismo inicial de ambos contextos u horizontes culturales parece bastante congruente, así como las normales interacciones entre ambos, que no impiden la prolongada continuidad de cada uno conservando su personalidad.

En otros tiempos, ambos contextos del Neolítico con cerámicas decoradas se englobaron dentro del término generalizado de “cultura de las cuevas”. Actualmente parece difícil admitir que el hábitat de estas primeras gentes neolíticas fuera fundamentalmente en cuevas. Las cuevas pudieron ser utilizadas durante largo tiempo de forma estacional, como refugio, para guardar ganado, para almacenar alimentos e incluso como lugar de culto y enterramiento. De todas formas, falta por comprobar la entidad, cronología e importancia de los poblados al aire libre que se han ido localizando poco a poco y que, de momento, presentan cronologías más tardías, a partir del IV milenio.

Parece claro que el proceso de neolitización no es homogéneo. La primera cuestión está en decidir si se trata del resultado de una evolución local a partir de las poblaciones epipaleolíticas o bien de la aceptación de elementos venidos de fuera por la vía mediterránea. La procedencia de las especies domesticadas, la cronología de su aparición en la Península y determinados elementos del contexto con claros paralelos a lo largo y ancho del Mediterráneo, parecen argumentos de suficiente peso para pensar en un origen foráneo de la primera

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implantación neolítica, independientemente del normal proceso posterior de aculturación de las poblaciones locales.

Es difícil saber la forma en que se produjo la implantación. Parece bastante claro que algunos casos habría que admitir una implantación ex novo de un grupo plenamente formado. Después vendría la proyección de este grupo, sus logros y conocimientos sobre las poblaciones más o menos próximas además de su propio desarrollo y expansión. La actividad pastoril pudo ser un magnífico vehículo de contactos y relación. La agricultura, supondría una adscripción muy fuerte a determinados territorios aptos para el cultivo y su fuerza expansiva de pendería de la fertilidad de los suelos y del crecimiento demográfico.

Ante esta situación, pudieron producirse dos reacciones: la aceptación de las nuevas formas de vida de manera más o menos paulatina, adaptándolas a sus propias necesidades y organización social o bien la continuidad de la vida cazadora-recolectora en determinados ecosistemas especialmente favorables.

Nos falta mucha documentación sobre los lugares de habitación y enterramiento, aunque los datos arqueológicos y zoológicos documenten actividad económica y las cerámicas y útiles de sílex, hueso y piedra pulimentada ofrezcan novedades de tipo tecnológico. En los contextos neolíticos, existen también muy pocas representaciones rupestres con escenas de laboreo agrícola o en relación con posibles animales domésticos, junto a las famosas escenas de caza del arte levantino.

El singular arte rupestre levantino nos ofrece escenas de caza o rituales, como la pequeña escena de guerra del Barranco de les Dogues, en la que vemos el enfrentamiento violento entre dos grupos de hombres, sin duda guerreros; la escena puede representar quizás a dos grupos de cazadores que se disputan terrenos de caza o presas cazadas, o bien el enfrentamiento entre cazadores y campesinos que avanzan con sus campos de cultivo y pastizales, por terrenos que siempre habían sido espacios de caza, o campesinos que luchan por el robo de ganado o de la cosecha recién recogida. En cualquier caso, es evidente que la llegada de colonos a territorios ocupados por cazadores desde el Paleolítico, podría ser motivo suficiente para crear conflictos.

En el Neolítico, las representaciones de figuras humanas esquematizadas aparecen en las cerámicas decoradas con técnica cardial a partir del VI milenio a.C., como en el caso de las localizadas en la Cova de l’Or (Alicante)

Las figuras esquemáticas se repiten en las pinturas rupestres de tipo “macroesquemático” del Plá de Petracos (Alicante). No parece arriesgado relacionar estas representaciones humanas con algún tipo de religiosidad.

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Otros fragmentos cerámicos, también de la Cova de l’Or, representan figuras animales de carácter más naturalista. Este arte levantino está estrechamente ligado al ambiente geográfico mediterráneo, con especies animales muy concretas y es un buen indicador de la importancia de la actividad cazadora y recolectora paralelamente a la plena consolidación de las formas de vida neolíticas.

En el espacio geográfico levantino parece darse una dualidad cultural, la conservadora de los cazadores recolectores y la transformadora, por intervención directa en el medio bioclimático, de los agricultores, que a la larga antropizará el paisaje. La dualidad cultural se refleja también en el estilo y contenido del arte, realista-naturalista de los cazadores “levantinos” y simbólico-esquemático de los pastores y agricultores. El arte esquemático, estrechamente ligado al Neolítico en la región levantina y peninsular en general, tiene un gran contenido simbólico, bien patente en el arte mueble (decoración, cerámica, ídolos) y en los grabados o pinturas rupestres megalíticos.

EL NEOLÍTICO MEDIO Y FINAL, SOBRE TODO LA CULTURA DE LOS SEPULCROS DE FOSA (209-219)

Aproximadamente desde mediados del V milenio hasta mediados del III a.C., el Neolítico se fue extendiendo por toda la Península, adaptando modelos variados, tanto en el tipo de poblamiento como en el de explotación agrícola o ganadera.

A partir del Neolítico inicial en sus dos facies principales se producen fenómenos de aculturación entre la población cazadora-recolectora, por interacciones recíprocas y quizás también de colonización de tierras por poblaciones con economía neolítica plenamente implantada.

Desde mediados del IV milenio a.C., como en el resto de Europa occidental existe una evolución que, por un lado comporta una mayor ocupación de territorio por gentes con economía neolítica y, por otro, nuevas manifestaciones de orden cultural en el contexto arqueológico. Sobre todo en zonas de vieja tradición neolítica (Cataluña, Levante, Andalucía) se generalizan nuevas tipologías cerámicas, generalmente con las paredes lisas, sin decorar.

Cada vez se extiende más el adorno, mucho más abundante y rico que en el período anterior. La industria del sílex es laminar, resucitándose bellas tipologías solutrenses.

En determinadas zonas (Alentejo en Portugal y Gerona en Cataluña) aparecen necrópolis con sepulcros megalíticos del tipo corredor, con altas cronologías (IV milenio a.C.) que indican su adscripción al Neolítico avanzado.

En cuanto al poblamiento, se han documentado en el IV milenio a.C. la existencia de poblados o aldeas al aire libre como el de Les Jovades (Alicante) o

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Cabezo del Plomo (Murcia), con estructuras de piedra, perteneciente al Neolítico final.

En el Neolítico en la Península Ibérica aparecen dos fases:o Neolítico de cerámicas decoradas, centrado en el V milenio a.C., yo Neolítico de cerámicas lisas, localizado a partir de mediados del IV

milenio hasta mediados del III a.C.

Desde mediados del IV milenio a.C. hay que destacar una personalísima cultura del Neolítico de cerámicas lisas, la de los “sepulcros de fosa”.

Se trata de gentes agricultoras que ocupan una gran parte de las llanuras litorales, prelitorales y los valles de los ríos.

Sus poblados debían agrupar a una población relativamente densa. Su vajilla cerámica es lisa y en raras ocasiones con decoración grabada.

Las formas son variadas de técnica y su tipología avanzada. Aparece frecuentemente formando parte del ajuar de las sepulturas, junto a punzones de hueso, industria de sílex mellado y las típicas cuentas de collar de “calaita”.

De gran interés es la explotación minera de gentes de los “sepulcros de fosa” en Can Tintoré (Gavà, Barcelona) de donde se extraía material para la fabricación “calaitas” que conformaban cuentas de collar.

Un hallazgo importante de este mismo yacimiento, es un fragmento de cerámica con una representación femenina, modelada en el cuello de una vasija y completada en sus detalles con una técnica de grabado, la llamada “Dama de Gavà”, cuyos ojos son de tipo “soliforme” y se ha asociado a una representación femenina de carácter naturalista y gran solemnidad que podría referirse a una divinidad.

En el norte de Cataluña, especialmente en el Alto Empordà, contemporáneamente a los sepulcros de fosa, empiezan a aparecer sepulcros megalíticos del tipo corredor. También parecen ser contemporáneos otro tipo de sepulturas, en cista con pequeño túmulo, mucho más extendida por Cataluña.

Los contactos transpirenaicos debían ser muy frecuentes, por lo que aparecen algunos tipos cerámicos determinados en Francia.

En la zona del Bajo Ebro, tenemos documentada la presencia de cerámicas incisas e impresas y, en las terrazas del río, poblados y necrópolis del tipo de sepulcros de fosa, aunque con elementos peculiares.

La región valenciana y Andalucía

En ambas regiones persisten las tradiciones antiguas hasta bien entrado el IV milenio. Pero desde finales del IV milenio en las dos regiones hay una paulatina desaparición de las cerámicas decoradas y la aparición de las lisas, con nuevas formas y tipos de asas, y escasas decoraciones grabadas, así como una evolución en la industria lítica.

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Se generalizan los poblados al aire libre y se va consolidando la población plenamente campesina. Se han documentado numerosos poblados de transición del Neolítico final al Calcolítico, con cerámicas inciso impresas, a la almagra y lisas.

En el Sudeste está el poblado de Las Pilas (Almería) del Neolítico final con estructuras de almacenamiento, pequeñas cabañas, silos y fosas excavadas en el suelo. Sus cerámicas son lisas con fondos de tendencia cónica.

La Meseta. La Cornisa Cantábrica y el País Vasco

La distribución de los contextos con cerámica cardial fue fundamentalmente periférica, por las sierras costeras de Levante, Cataluña o los Pirineos, con penetraciones por el valles del Ebro, Meseta Sur y Andalucía oriental.

Es muy probable que ocurriese una “colonización” del interior de la Península por gentes del contexto de cerámicas con decoración incisa, impresa no cardial y a la almagra, especialmente en Andalucía, desde la costa hasta Sierra Morena. En Segovia, en las cuevas de La Nogalera y La Vaquera, hay cerámica de tipo inciso-impreso.

El clima de la Meseta es más extremado que el de la zona mediterránea y fue dificil la instalación de una economía agrícola.

En la región Cantábrica perduran los concheros mesolíticos por lo menos hasta mediados del IV milenio e incluso más tarde. En Cantabria, actualmente se va evidenciando un Neolítico Pleno junto con un gran desarrollo del megalitismo.

El occidente peninsular. Galicia, Portugal y Extremadura

En esta zona hay que destacar la presencia de un megalitismo muy rico y antiguo, sobre todo en Portugal.

En Galicia actualmente se considera que pudo existir un Neolítico con cerámicas decoradas anterior al megalitismo.

En el yacimiento costero de O Ribeiro (La Coruña) se señala polen de cereales domésticos fechado por C14 en el 4.640 a.C., con pequeños fragmentos de cerámica lisa muy tosca.

Hay cerámicas con decoración impresa con concha Chlamys que aparecieron en el monumento megalítico de A Parxubeira (La Coruña).

El carácter premegalítico del comienzo del Neolítico gallego se basa en la datación de los restos de polen de cereal de mediados de V milenio.

El gran desarrollo del megalitismo, quizás desde la segunda mitad del IV milenio, y sobre todo desde el III, supone una gran transformación del paisaje para la utilización de pastos y campos de cultivo.

En Portugal hay que distinguir una perduración de las formas de vida mesolíticos en el Bajo Tajo, durante el VI milenio a.C. e incluso hasta finales del

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IV milenio, documentados sobre todo en cuevas habitadas de forma continuada (Furninha).

Un interesante conjunto de cerámicas cardiales es el de la Cueva de Cabranosa o el de la Cueva de Salemas, cuya datación por C14 es del 4.370 a.C. para este Neolítico antiguo.

Estas cerámicas decoradas con incisiones e impresiones, el llamado “horizonte de Furninha” (ver figura) también aparecen en establecimientos al aire libre en la zona calcárea de la Extremadura portuguesa.

Se suele dividir el Neolítico portugués en 5 fases:

o Antiguo cardialo Antiguo epicardial, con incisiones e impresiones no cardiales o Medio de cerámicas lisas (dolménicas)o Final acerámicoo Final con tazas carenadas y puntas de flecha de retoque bifacial,

que abarcan desde el 4.390 hasta el 2.450 a.C.

En Extremadura, hasta el momento, está mal documentado el Neolítico antiguo. Al Neolítico final podrían atribuirse algunos megalitos y quizás algunos poblados. Más adelante, en el Calcolítico, se produjo un gran desarrollo de poblamiento, con grandes núcleos y necrópolis de hipogeos y tholos comparables a sus vecinos de la provincia de Sevilla.

El proceso final del Neolítico, se puede situar desde la segunda mitad del IV milenio a mediados del III, variando mucho su evolución en las distintas áreas, dependiendo de las normales influencias exteriores o del aislamiento o conservadurismo de determinadas zonas.

El Megalitismo

El Neolítico portugués medio de “cerámicas lisas dolménicas” se sitúa aproximadamente en la misma época que los sepulcros de fosa y los sepulcros de corredor del Empordà en Cataluña.

Las dataciones de C14 y termoluminiscencia que se remontan a la primera mitad del IV milenio a.C. en Portugal, hace que se atribuya a los descendientes de los mesolíticos la construcción de las primeras cámaras funerarias del Alentejo.

Las primeras tumbas de corredor del Alentejo, con cámara poligonal y con las características placas de pizarra grabadas, se podrían situar en el Neolítico final, con una fecha del C14 de 3.110 a.C.

Algunas sepulturas de otras zonas de la Meseta, Galicia y Cantabria es posible que puedan remontarse más allá del IV milenio y su contexto es claramente neolítico.

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