Teologia del nuevo testamento

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Conoce las teología del Nuevo Testamento

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  • ,T E O L O G I A D E L

    N U E V O

    T E S T A M E N T O

    R u d o l f

    B u l t m a n n

    S I GU E M E

    U

    ~

  • RUDOLF BULTMANN

    Nace en 1884. Fue profesor en Marburgodesde 1921 hasta 1951 . Se asoci con K.Barth y otros contra la vieja teologa liberalde Harnack. Trabaj especialmente en estu-dios sobre el Nuevo Testamento siguiendouna lnea de crtica histrico-literaria. Intentcomprender el cristianismo desde dentro, in-terpretndolo como una posibilidad radicaldel hombre. Muri en 1976. Es uno delos es-crituristas ms importantes de la teologaprotestante.

    OBRAS:

    Creer y comprender, 1974; Historia y escato-fogia, 1974; Das Evangefium des Johannes,1941; Jesucristo y mitofogia, 1970; Historiade fa tradicin sinptica, 2000.

    EDICIONES SGUEME

  • Tiene el lector en sus manos uno de los librosms representativos e influyentes de la literatu-ra teolgica del siglo XX. En ningn otro lugarse han encontrado y fecundado con fuerza se-mejante exgesis bblica, comprensin herme-nutica y formulacin sistemtica del nuevotestamento. Durante ms de veinte aos, estateologa ha dominado la visin teolgica neo-testamentaria. Nadie en este tiempo se ha atre-vido a replicar con eficiencia mediante la ela-boracin de un trabajo semejante. Bultmann haimpresionado a todos los telogos, incluso ca-tlicos, y tambin al hombre contemporneoporque ha buscado la comprensin del men-saje de los textos haciendo posible entenderel cristianismo como una posibilidad radicaldel hombre.Durante muchos aos, la obra de Bultmann, apesar de sus limitacines, seguir ofreciendoun punto de referencia obligado para investiga-dores, exegetas, pensadores y, ojal!, la gentede la calle.

    Bibliotecade EstudiosBblicos

    ISBN: 84-30 1-0833 -5

    9 788430 108336

  • RUDOLF BULTMANN

    Nace en 1884. Fue profesor en Marburgodesde 1921 hasta 1951 . Se asoci con K.Barth y otros contra la vieja teologa liberalde Harnack. Trabaj especialmente en estu-dios sobre el Nuevo Testamento siguiendouna lnea de crtica histrico-literaria. Intentcomprender el cristianismo desde dentro, in-terpretndolo como una posibilidad radicaldel hombre. Muri en 1976. Es uno delos es-crituristas ms importantes de la teologaprotestante.

    OBRAS:

    Creer y comprender, 1974; Historia y escato-fogia, 1974; Das Evangefium des Johannes,1941; Jesucristo y mitofogia, 1970; Historiade fa tradicin sinptica, 2000.

    EDICIONES SGUEME

  • TEOLOGA DEL NUEVO TESTAMENTO

  • BIBUOTECA DE ESTUDIOS BBUCOS32

    TEOLOGA DEL NUEVOTESTAMENTO

    RUDOLF BULTMANN

    EDICIONES SIGUEMESALAMANCA

    1981

  • CONTENIDO

    XABIER PIKAZA: Presentacin de la edicin castellana. . . . . . . . . . . . . 11

    Tabla de abreviaturas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

    1. PRESUPUESTOS Y MOTIVOS DE LA TEOLOGIA NEOTES-TAMENTARIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

    1.

    2.

    LA PREDICACIN DEJESS .

    1. La predicacin escatolgica . 2. La explicacin de la exigencia de Dios . 3. La idea que Jess tiene de Dios . 4. La cuestin de la autoconciencia mesinica de

    Jess .

    EL KERIGMA DE LA COMUNIDAD PRIMITivA .

    39

    414960

    64

    73

    5. El problema de las relaciones entre la predi-cacin de la comunidad primitiva y la deJess . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74

    6. La comunidad primitiva como comunidadescatolgica 79

    7. La significacin de Jess para la fe de lacomunidad primitiva 86

    8. Comienzos de la formacin de formas ecle-sisticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98

    Ttulo otiginal: Thcologie des Neuen TestarnentsTradujo: Vctor A. Martncz de Lapera J. c. B. Mohr (Paul Siebeck). Tbingen 1958 Ediciones Sguerne, S A.. 1980

    Apartado 332 - Salamanca (Espaa)ISBN: 84-301-0833-5Depsito legal: S. 128-1981Prmted in SpainEUROPA Artes Grficas. Snchez Llevot, 1. Salamanca

    3. EL KERlGMA DE LA COMUNIDAD HELENSTICA ANTES Y ENTIEMPO DE PABLO .

    9. La predicacin acerca de Dios y de su juicio,de Jesucristo el juez y salvador y la exigenciade la fe '" " ., .

    10. La conciencia de iglesia y la relacin con elmundo .

    109

    111

    139

    AdministradorTexto escrito a mquina

    AdministradorTexto escrito a mquinaDigitalizado por Nalandaster (Gracias!!)

    AdministradorTexto escrito a mquinaLimpiado y mejorado por eltropical

  • 8 Contemdo Contenido 9

    11. La relacin con el judasmo y el problemadel AT .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156

    12. Kyrios e Hijo de Dios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170 13. Los sacramentos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183 14. El Espritu ..... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206 15. Motivos gnsticos 217

    B) EL HOMBRE BAJO LA FE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3251. LAJUSTICIA DE DIOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325 28. El concepto de OIKUlOOVr . . . . . . . . . . . . . . . 326 29. La presencia de la OIKUIOOvr . . . . . . . . . . . . . 330 30. La OIKUlOOVr como justicia de Di,2s . . . . . . . 335 31. La reconciliacin .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3422. LA GRACIA 344

    32. La X.plC; como acontecimiento. . . . . . . . . . . . 344 33. Muerte y resurreccin de Cristo como acon-

    tecimiento salvfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349 34. La palabra, la iglesia, los sacramentos. . . . . . 364

    III. LA EVOLUCION HACIA LA IGLESIA ANTIGUA. . . . . . . . . 513

    6. NACIMIENTO y PRIMER DESARROLLO DE LA ORGANIZACINECLESISTICA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 515

    51. Comunidad escatolgica y organizacin ecle-sistica 516

    52. Los oficios eclesisticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 521 53. La transformacin de la autocomprensin de

    la iglesia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 533

    391

    401407

    417

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    430

    430436441

    448

    448456466477

    372373383389

    390

    35. La estructura de la no r; . 36. La vida en la rro ru; . 37. La mor; como acontecimiento escatolgico .

    C) LA FE.. .. .. .. .. .. 487 49. La fe como el escuchar la Palabra. . . . . . . . . . 488 50. La fe como existencia escatolgica. . . . . . . . . 492

    3. LA FE .

    4. LA LIBERTAD .

    38. La libertad de pecado y el caminar enEspritu .

    39. La libertad de la ley y la postura frente a loshombres .

    40. La libertad frente a la muerte .LA TEOLOGA DEL EVANGELIO Y DE LAS CARTAS DE JUAN .

    41. El lugar histrico de Juan .A) EL DUALISMO DE JUAN .

    42. Mundo y hombre . 43. El determinismo de Juan . 44. La perversin de la creacin en mundo .

    B) ELJUICIO DEL MUNDO . 45. El envo del Hijo . 46. El escndalo del A.yoC; op~ EytVE'tO . 47. La revelacin de la O~u . 48. La revelacin como la Palabra .

    5.

    237

    239

    240

    244

    245

    246257265274281281286293300304309314

    n. LA TEOLOGIA DE PABLO Y DE JUAN .

    4. LA TEOLOGA DE PABLO .

    16. La posicin histrica de Pablo .A) EL HOMBRE ANTES DE LA REVELACIN DE FE .

    1. Los CONCEPTOS ANTROPOLGICOS . 17. El concepto orojlU . 18. 'Pux.t, 1tVEUjlU y srot . 19. Noc y OUVEOrOlC; . 20. Knpu .2. CARNE, PECADO Y MUNDO .

    21. Creacin y hombre . 22. El concepto op~ . 23. Carne y pecado . 24. Pecado y muerte . 25. La universalidad del pecado . 26. El concepto KOjlOC; . 27. La ley ..

  • 10 Contenido

    7. EL DESARROLLO DE LA DOCTRINA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 543

    54. Paradosis y tradicin histrica . . . . . . . . . . . . 543 55. El problema de la recta doctrina y el na-

    cimiento del canon neotestamentario . . . . . . 553 56. Motivos y tipos .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 568 57. Teologa y cosmologa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 571 58. Cristologa y soteriologa . . . . . . . . . . . . . . . . . 581

    8. EL PROBLEMADE LA CONDUCTA CRISTIANA 631

    59. La comprensin del imperativo.. .. .. 631 60. El contenido de la exigencia y la postura

    frente a los diversos mbitos de la vida . . . . . 646 61. La disciplina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 660

    EpLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 667

    Indice gngo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 685Indice de citas bblicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 689Indice de referencias patrsticas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 721Indice de materias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 731Indice de autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 739

    PRESENTACION DE LA EDICION CASTELLANA

    Tiene el lector en sus manos uno de los libros ms representati-vos e influyentes de la literatura teolgica del siglo XX. En ningnotro lugar se han encontrado y fecundado con fuerza semejante ex-gesis crtica, comprensin hermenutica y formulacin sistemticadel NT. Quien sepa ya qu es teologa, quien conozca a Bultmann ydistinga los estratos del NT vaya directamente al texto de la obra.No tendr necesidad de introducciones. Quien est menos seguroen todos esos campos puede acompaarnos. Pretendemos ir marcan-do los hitos de-un camino que nos sirva de ayuda en la lectura de R.Bultmann.

    Indicamos ya al principio que esta obra no es ninguna especie deaerolito que ha cado inesperado de los cielos. Le preceden otrasmuchas teologas del NT que a lo largo de un esfuerzo que ya durasiglo y medio han conseguido abrir un tipo de camino en la granselva de visiones exegticas. As lo ha sealado el mismo Bultmannen la nota final o epilegmena que se halla recogida en este libro.Al enfrentarnos con las teologas del NT advertimos que con ellasacontece lo mismo que A. Schweitzer seal respecto de las vidas deJess: son muy hermosas, estn llenas del encanto de los nuevostiempos, pero acaban revelndose impotentes a la hora de llevarnoshasta el Cristo; en cada una de ellas se refleja el ideal del propioautor o de su escuela; as tenemos unJess idealista, liberal, romn-tico, revolucionario o moralista 1.

    Apliquemos el esquema a las teologas del NT. Situndonos enla poca prebultmanniana (anterior al 1948-1953), podemos distin-guir entre ellas cuatro tipos fundamentales. 1. Hay una perspectivaidealista, qUI1 representan los discpulos de Hegel y de forma espe-cial F. Chr. Baur, Vorlesungen ber neutestamentlichen Theologie,Leipzig 1864: el NT refleja el momento culminante de la autoexpli-cacin del Espritu que, expresndose enJess de forma suprema, se

    1. Cf. A. Schweitzer, Geschichte der Lebenjesu-Forschung e1906; 21913),Mnchen 1966 (con introduccin de]. M. Robinson).

  • 12 Presentactn de la edzczn castellana Presentactn de la edzczn castellana 13

    despliega en la iglesia primitiva en un proceso dialctico de tesis-anttesis-sntesis, personificado en Pedro-Pablo-Lucas. 2. Hay unaperspectzo ltberal o moralista, reflejada en los autores ms cercanosa la lnea neokantiana; segn ellos, Jess es ante todo el promotorde un ideal de fidelidad tica y apertura hacia Dios que se desvelacomo Padre providente. La vida de Jess, reconstruible a partir de lacrtica histrico-literaria, constituye el centro de la teologa del NI.As lo supone, de forma clsica, H. J. Holtzrnann, Lehrbuch derneutestamentltchen Tbeologie 1-11, Tbingen 1897. 3. Diversa es lalnea de la Escuela de la btstona de las reltgsones, iniciada en tornoa W. Wrede. En ella el cristianismo aparece, antes que nada, comoun fenmeno de sincretismo religioso en el que deben distinguirsetres etapas: a) Jess, predicador judo de gran fuerza, cuyo mritoconsiste en haber unificado anuncio escatolgico y urgencia moralis-ta; b) la comunidad de cristianos palestinos que sigue su ejemplo yle espera, llamndole mesas apocalptico; c) slo cuando arraiga enun campo helenista, bajo el influjo de diversos factores ambientales,este movimiento se convierte en religin: aJess se le concibe comoSeor divino a quien sus fieles veneran en el culto. Clsico de estaperspectiva es W. Bousset, Kyrzos Cbnstos, Gttingen 1913. 4.Vtene, en fin, la lnea que podramos llamar dogmttca que, desdeel campo catlico o protestante, intenta ajustar la teologa del NT alos cauces de interpretacin o de vivencia de su propia iglesia. Selogra as una indudable coherencia sistemtica pero se pierde la in-mediatez bblica. Citemos como ejemplo a F. Bchsel, Die Theolo-gte des NT, Gtersloh 1935 y P. Feine, Tbeologie des NT, Leipzig1910 entre los protestantes; a F. C. Ceuppens, Theologia Bibltca 1-IV, Roma 1949-1950, J. Bonsirven, Thologie du NT, Paris 1951(Madnd 1968) y M. Meinertz, Tbeologte des NT, Bonn 1950(Madrid 1966) entre los catlicos 2.

    Reconociendo esa multiplicidad de perspectivas, preguntamospuede escribirse todava una teologa del NT? no estaremos con-denados a perdernos una y otra vez en direcciones arbitrarias, subje-tivas? De ninguna forma! El hecho de que han sido escritas y de-ben escribirse diversas teologas del NT no es indicio de fracaso sino

    2 Para una clasificacin y estudio de las teologas del NT cf B S Childs,Btbltcal theology m mm, Philadelphra 1970, L Goppelt, Tbeoiogie des NTI, Got-ungen 1975, 19-51, P Grech-G Segalla, Metodologta per uno studtO del/a teologtadel NT, Tormo 1978, 7-21, W G Kummel, Das NT Gescbtcbte der Erforschungsetner Probleme, Frerburg 1970, 147 s 310 s 466 s, E Lohse, Teologa del NT,Madnd 1978, 13-21, O Merk, Btblzsche Theologte des NT m threr Anfagszeu, Mar.burg 1973, S Nell1, La tnterpretacton del NT, Barcelona 1976; R Schnackenburg,Neutessamentisch Tbeologze, Munchen 1965, 25-43 (Bilbao 1973)

    de riqueza hermenutica. Sabemos que no existe el hecho en s, nila verdad desnuda, separable del proceso de bsqueda del hombreque la acepta y que la estudia. Como documento privilegiado deuna experiencia primigenia, el NT puede y debe ser ledo a partirde diversas perspectivas. Todas son valiosas, si respetan y actualizanel impulso ms profundo de los textos. Eso no supone que ellas seanindiferentemente iguales. Nada de eso. La validez de cada teologadepender del lugar epistemolgico y de la capacidad crtica delautor. En las pginas que siguen tenemos el gusto de presentar unade las perspectivas privilegiadas de la interpretacin del NT: nadiecomo Bultmann ha sabido unir lectura crtica, lucidez hermenuticay opcin de fe ante el texto de la Biblia. Para hacer ms accesible lalectura de su libro trataremos: 1. de Bultmann; 2. de su teologa delNT; 3. de la problemtica abierta por su obra.

    1. Rudolf BultmannPor formacin y por oficio (es exegeta), Bultmann (1884-1976)

    ha sido primordialmente un cientfico, especializado en el campo dela crtica literaria del NT y de manera particular en los sinpticos yJuan 3. Tambin le ha interesado el problema de la historia: slosobre el fondo de la historia religiosa y cultural de su contornopuede interpretarse el NT; por eso las estudia con cuidado 4. Sinembargo, por encima de este trabajo de crtica histrico-literaria, si-guiendo a los grandes maestros de finales del siglo XIX, Bultmannha querido ser un pensador: intenta comprender el cristianismo des-de dentro, interpretndolo como una posibilidad radical delhombre; para eso estudia la filosofa de griegos y alemanes, espe-cialmente en la lnea que va de Kant a Heidegger. Lgicamente, suobra ha terminado siendo una hermenutica: busca la comprensindel mensaje de los textos, para hacerlos transparentes ante elhombre contemporneo j.

    3 Su obra clave en esta perspectiva es Geschichte der synopttscbe Tradzuon,Gottlngen 1921, con ella ha de Citarse Das Evangeltum des johannes, Gotungen1941, vienen finalmente una sene de artculos recogidos en el volumen de ExegeucaAufsatze zur Erforschung des NT, Tubrngen 1967

    4 Obra crucial en esta lnea es Das Urcbrzstentum tm Rahmen der anttken Relt-gtonen, Zunch 1962 Tambin hay que citar sus trabajos sobre el trasfondo rehgiosode Jn en Exegettca, 10-35, 55-104, 124-197, 230-254

    5 Estudran el problema herrnenuuco una parte considerable de los trabajos re-cogidos en Glauben und Verstehen (= GV) IIV, Tubmgen 1933-1965 La drscusinque ha provocado su programa desmnologrzador est recogida en Kerygma undMythos IIV, Hamburg 1948-1967

  • 14 Presentacin de la edicin castellanaPresentacin de la edicin castellana 15

    Para entender mejor esa doble perspectiva, intentaremos fijar laevolucin de Bultmann. El comienzo de su obra est marcado por laherencia de los grandes liberales de finales del XIX: Ritschl, Herr-mann, Harnack. Con ellos piensa que el hombre se halla abierto alinfinito de una idea moral de plenitud en la que Dios y el mundovienen a encontrarse: la religin se identifica con la bsqueda delsoplo divino que est al fon?o de los hombres. S~gn es?, religi~ yfilosofa se identifican; se diluye la transcendencia de DIOS y el cns-tianisrno queda convertido en testimonio de la hondura exttico-religiosa o de la capacidad moral de los humanos 6.

    Pues bien, en un momento determinado, al comienzo de losaos veinte, Bultmann -ya famoso por su labor exegtica, cf,Gescbtcbte der synoptischen Traaition, Gottingen 1921- se solida-riza abiertamente con el movimiento dialctico de K. Barth y de sugrupo 7. Eso ha implicado un cambio radical en su visin del cris-tianismo, cambio que se puede condensar en estos tres momentos.a) Hasta entonces, Dios era una especie de smbolo que expresa laapertura indefinida de los hombres. Desde ahora se vendr amostrar como la pura transcendencia: aquel que ~ie?e de s mismocomo absoluta gratuidad, ser que 1?"unca pue?e objetivarse. ~) Hastaentonces, Jess apareca como un simple testigo de la moralidad, unevocador de potencias religiosas de los hombres. Desde ahora se des-vela como encarnacin de la paradoja cristiana, es aquel hombredonde la gratuidad liberadora y justificante de Dios se hace patente.c) Hasta entonces.. el hombre se .mostraba c?mo un ser capaz d.econseguir su plenitud por el camino de la .busqueda moral o relI;giosa. Desde ahora. se desC1.~bre com? un slmpl.: pecador q~e estaaplastado bajo un SIgno de rmpotencra, frustracin y muerte .

    6 En este pnrner perodo Bultmann pubhca una sene de trabajos muy srgrufi-canvos Ethuche und mysttscbe Reiigzon tm Urchnstentum Chrrsthche Welt 34(1920) 725-731 738-743, Gott m der Natur Ibid 36 (1922) 489-491 513-514 533-534, Rehgto und Kultur Ibrd 36 (1922) 417-421 435-539450-453, Rehgto undSozudisni: Soziahstische Monatsheft 28 (1922) 442-447 Algunos de estos trabajoshan sido publicados por] Moltmann, Anfange der dtalekttschen Tbeologse l-lI,Munchen 1963 Sobre este perodo cf F W Sncht, Die Bedeutung W Herrmannsfur dte Theoiogze R Bultmanns, Berhn 1965 Sobre el proceso completo de Bult-mann cf W Schrnrthals, Die Tbeologte R Bultmanns, Tubmgen 1967

    7 Cf Die Itberale Tbeologte und dzeJungste theologtsche Bewegung (1924),en GV 1, 1-25 d

    8 La nueva visrn de 01OS, de Cnsto y la existencra que suponen los trabajos eBultmann a partir de 1924 se refleja en Das Problem etner tbeoiogtscben ExegesedesNT Zwischen den Zeiten 3 (1925) 334-359, Die Frage der dtalekttschen TbeologteIbid 4 (1926) 40-60, Welchen Smn hat es, von Gott zu reden, en GV 1,26-37, KarlBartb, Die Auferstehung der Toien, en GV 1, 38-64, Zur Frage der Cbnssologte, en(,V 1, 85-113

    Lo que podemos llamar el plano crtico de estudio histri~oliterario ha permanecido inalterado. Slo cambia el plano sUI?~nordonde, a partir de ese momento, habr que distinguir con mudezdos estratos. 1. Hay un nivel cristiano-protestante. Partiendo de K.Barth, Bultmann reasume y reformula la visin luterana de sanPablo, condensada en la justificacin por la fe. Esto lo afirmamos convigor. Frente a todos los que intentan implicar su nombre con los ras-gos de una disolucin del cristianismo, debemos indicar -por elcontrario- que R. Bultmann representa, en nuestro siglo, uno de losintentos ms austeros y profundos de recuperacin cristiana. Desd.eese cambio, toda su labor teolgica ha empezado a ser una apologti-ca protestante: lo que intenta es conseguir que el mensaje de la justi-ficacin y de la fe se vuelva audible para. el hombre dela edad c~ntempornea. No quiere resolver el rrusteno de la fe m disolverla; solobusca hacerla comprensible. 2. Al lado de eso emerge un estratofilosfico-exzstencial. La fe cristiana slo se hace audible all donde,guardando su poder de gratuidad y transcendencia, ella se inserta enla pregunta de un hombre que est abierto y que no puede respon-derse por s mismo. El moralista neokantiano de finales del XIX eraincapaz de fe: se juzgaba suficiente, poderoso para dar una respuestaa sus problemas. En contra de eso, Bultmann ha encontrado que elhombre de una lnea existencial, cercana a Heidegger, resulta capazde fe: desde su misma situacin paradjica de apertura y de impoten-cia puede escuchar la palabra de gracia de un Dios que le libera de smismo, dirigindole al futuro de su vida abierta.

    Con esto hemos citado ya los planos de trabajo en que se mueveR. Bultmann: crtica histrico-literaria, apertura filosfica, acepta-cin creyente del Dios de Jesucristo. Cada uno de ellos guarda un es-pacio de autonoma relativa y se puede analizar de alguna forma tam-bin por separado. Pero slo unindose los tres conforman l? q~epodramos llamar el tringulo cristiano: a) par.tiendo de la hI?tona(paradjica) deJess, reflejada en los. texto? bblicos, b) que me nter-pelan, incidiendo en mi apertura existencial, c) se vuelve presente lapalabra de Dios como poder de gratuidad salvadora. De ello hablare-mos brevemente en lo que sigue. .

    a) Plano critico. Decamos qu:e Bultmann ha e~pez~do SIendoun investigador, un crtico de la literatura y de la historia, En ~stecampo, su trabajo resulta neutralmente cientfico: sabe que, al nivelen que se mueve, la ciencia es a~soluta; p

  • 16 Presentaaon de la edtctn castellana Presentactn de la edtctn castellana 17

    D~sde el pu~t? .de vista literario, Bultmann ha destacado por sucapacidad de anlisis formal. Pocos han llegado a precisar con su ri-

    ~or los planos de surgimiento y maduracin de las tradiciones sinp-ucas. Su Historia de la tradtctn smoptica (1921) sigue siendotodava un libro necesario, casi normativo. Quiz resulte excesiva-mente crtico en la atribucin de los textos a Jess; quiz acentedemasiado la capacidad creadora de la comunidad, prescindiendodel trasfondo semtico de ciertas palabras evanglicas. Pues bien, apesar de todo ~S?' y pasados y'a cincuenta aos, sus planteamientos,enfoques y divisiones SIguen siendo Imprescindibles. Menos llamati-vo, aunque igualmente im~ortante, ha sido su comentario a Juan(Das Ev. desJohannes, Gottingen 1941) donde distingue redaccin,glosas y fuentes 9.. Ampliando esa pers.pecti.va, Bultmann construye la crtica litera-

    na desde un contexto histrico: slo all donde se fijan sus rnomen-tos de evolucin gentica, slo all donde se encuadran sobre unfondo de comprensin general, se pueden entender los textos delNT. En esta perspectiva, Bultmann resulta menos creador: aceptade manera bsica y con pocos retoques crticos la concepcin de laEscuela de la historia de las religiones, reflejada en W. Bousset,Kyrzos Chrzstos, 1913. A su juicio, el cristianismo primitivo fue un

    pr?~eso: surge de Jess, pn?feta israelita del amor a Dios y de suJUlClO; se expande e?- los primeros creyentes palestinos que, funda-dos en la resurreccin de su maestro, le esperan como hijo delhomb.re o mes~as del juicio apocalptico; culmina en los creyenteshelenistas que rnterpretan la fe en Jess resucitado como expresinde una vida escatolgica: por la gracia de Dios, expresada en la

    c~z de Jesucristo, aquellos mismos que -externamente- viven laexrstencia de cada y de pecado son en el fondo realidad distinta' vi-ven ya la gracia de Dios, en la apertura hacia un futuro de vida queno acaba 10.

    Desde ese plano crtico ha de verse nuestra obra, como intentode comprensin global, histrico-literaria, del NT. Todo en ella sesita dentro de un esquema de historia, en el trasfondo de unalnea de .explanacin y de apertura que va desde Jess hasta los lti-mos testigos de la antigua iglesia. Sin embargo, ya desde aqu tene-mos que anotar que la evolucin que presupone Bultmann no es li-

    9 Para valorar el mflujo de Bulrmann en esre campo puede consulrarse cual-qUler trabajo sobre histona de las formas Cf H Zrmmerrnann, Los mtodoshlstnco eritreos en el NT, Madrid 1969

    10 9 Ese esquema histnco preside la elaboracin de la Gescbichte der syn Tra-duion, 1980, 348 s Cf Das Urcbrtstentum, Munchen 1969, 163 s

    neal. En contra del proceso ascendente de una evolucin hegeliana,a travs de los momentos de tesis-anttesis-sntesis, nuestro autorpresupone que el NT es una especie de lnea parablica: va subien-do hasta alcanzar su altura plena en Pablo yJuan; luego desciendeen los autores posteriores 11.

    b) Plano filosfico. Bultmann no es filsofo. Sin embargo, suinters por comprender el texto de la Biblia y la exigencia decentrarlo sobre el fondo de la bsqueda del hombre le convierten enpensador de la existencia. Como hemos indicado, en su visin sehan distinguido dos etapas. La primera, dentro de la lnea neokan-tiana, identifica religin con camino del hombre que se hace enapertura al infinito. En ese plano se sitan una serie de trabajos pro-piamente filosficos acerca de la naturaleza, la cultura, religin 12.En la etapa posterior quiebra ese esquema moralista-religioso. ABultmann le parece que el hombre es incapaz de autosalvarse: des-cubre su pequeez pero no puede superarla; vislumbra su pecado yno es capaz de transcenderlo. Para ajustar esa perspectiva y situar alhombre ante la posible revelacin de Dios, Bultmann se sirve de laanaltica existencial del primer Heidegger 13.

    Debemos precisar con ms cuidado el sentido de ese plantea-miento existencial. A lo largo de una correspondencia a veces hi-riente y tambin en sus trabajos publicados, Barth reprocha a Bult-mann su nueva servidumbre filosfica: despus de haber intuidola transcendencia radical de Jesucristo corre el riesgo de negarla otravez, introducindola en esquemas puramente antropolgicos 14.Bultmann responde afirmando que no se trata de diluir la revela-cin sino de comprenderla; no se trata de negar la gratuidad de lajustificacin de Dios en Cristo sino de hacerla realidad actual paralos hombres. Slo entiende a Dios el que descubre su actuacin ensu propia existencia. De esta manera, el lugar donde la palabra deDios (teologa), revelada en Jess (cristologa), se vuelve real ycomprensible para el hombre es su existencia transformada(antropologa) .

    11 La dehnuracin de ese proceso constituye uno de los remas fundamentalesde la exgesis postenor, cf F Hahn, Cbnstologiscbe Hobeusntei, Gottmgen 1966,R H Fuller, Fundamentos de la cnstologia neotestamentarta, Madrid 1979

    12 Son bsicamente los trabajos citados en la nota 6 de este prlogo Sobre estetema cf mi estudio Naturaleza, cultura, reiigion En torno al Joven Bultmann Estu-dIOS 33 (1977) 3561

    13 Sobre roda esta evolucin cf mi trabajo Exgesis y jilosofia El pensamientode R Bultmann y O Cullmann, Madrid 1972, 99-244

    14 Cf K Barrh-R Bulrmann, Bnefwechsel1922 1966, Zunch 1971, K Barth,R Bultmann Etn Versucb thn zu verstehen, Zunch 1952 (Madrid 1971)

  • 18 Presentacin de la edcn castellanaPresentacin de la edcn castellana 19

    Para hablar de Dios y de Jess es necesario hablar del hombre,esto es, de aquello que Dios hace en su existencia. Para aclarar esenivel, Bultmann apela, como dijimos, a la analtica del primerHeidegger. No lo hace de manera servilista, No le sigue en los de-sarrollos concretos. Apenas le cita. Ambos pensadores trabajaronjuntos: juntos descubrieron la concordancia que existe entre ~lhombre en pecado de Pablo y aquello que implica una existenClainautntica. Para Bultmann eso basta. Desde aqu traza los rasgosde su enfoque antropolgico 15.

    El hombre es segn Bultmann un ser zlimitado. Busca constan-temente su plenitud y es incapaz de conseguirla por ninguno delos campos de la ciencia y de la historia: todos terminan encerrn-dole en s mismo. Por eso es un cado, ser que permanece en laimpotencia de s mismo: cada vez que intenta hallar su realidadpor medio de sus fuerzas se destruye; cada vez que quiere hacerseun absoluto pierde su sentido. Pues bien, ese hombre, ilimitadoen su apertura y cado en su realidad concreta, resulta sin embargocapaz de deciszn: puede recibir una llamada de gracia que conce-da sentido a su bsqueda y le capacite para salir de su cada. Se-gn esto, el mismo ser humano que resulta incapaz de liberarsepor s mismo puede ser gratuitamente liberado y realizado por elDios de Jesucristo.

    Desde esa perspectiva existencial se entiende nuestra Teologadel NT Ni la predicacin de Jess, ni el kerigma de la iglesia, nilos desarrollos de Pablo o Juan se ocupan del valor del mundo, delas obras del hombre o de la historia. Lo que a ellos les importa esla realizacin existencial: la posibilidad de superar el estado decada (angustia de la vida) para abrirse desde el mismo presentehacia el futuro de una vida en gracia y en confianza. Esta mismaconcentracin existencial, determinada por el fondo filosfico, su-pone tres grandes consecuencias de carcter antiobjetivista. 1. Hayuna desmundanizaczn: no importa el cambio csmico; externa-mente todo sigue idntico; slo al fondo del hombre se ha encen-dido la llamada de gracia que le libra del mundo y le permite serl mismo, en la confianza. 2. Hay una deshzstorizaczn: el procesocultural y poltico de los hombres no ofrece salidas salvadoras; mso menos perfectas en su realizacin, todas las culturas dejan que elhombre siga cado sobre el mundo. 3. Hay finalmente una desmo-ralizaczn (o deslegalizacin): todo lo que el hombre pueda hacer

    15 Es profundo el inters filosfico en muchos de los trabajos recogidos en GV[IV Cf Hzstory and eschatology, Edinburgh 1957 (Madnd 1974)

    es incapaz de liberarle de s mismo; por encima de las obras emergeal!!;o distinto, el descubrimiento de la gracia de Dios y la realizacinabierta de la vida 16.

    En este plano antropolgico se entiende aquello que podramosllamar antiguo testamento. Para Bultmann, el AT de la historia yde los libros santos de Israel carece de importancia salvadora; msque testimonio de palabra positiva de Dios resulta signo de impo-tencia antropolgica 17. Por eso, el verdadero AT es la existencia delos hombres, impotente por s misma y, sin embargo, abierta a lapalabra de la gracia, angustiada en su vaco y, sin embargo, capazde recibir la llamada transformante de la salvacin.

    e) Plano teolgico. Las reflexiones anteriores ya han trazado eltema. Un pensador como Heidegger puede bosquejar los elementosprincipales de la vida del hombre (cado) por medio de un estudiode anlisis filosfico. Bultmann piensa que esos elementos se des-cubren mejor utilizando un mtodo teolgico. Ciertamente, lateologa no trata directamente del hombre cado sino de su libera-cin y gracia en Cristo; sin embargo, la grandeza y gracia delhombre liberado slo se desvela sobre el fondo de pecado, de caday muerte del hombre de este mundo. Entre pecado y gracia, sercado y ser justificado, no hay relacin de complementariedad sinode enfrentamiento dialctico. Esos momentos no se pueden compa-rar con los dos pisos de un mismo edificio sino con los aspectoscontrapuestos de una realidad donde no existe trmino medio: slosuperando el plano de pecado del hombre sobre el mundo hay sal-vacin de Dios en Cristo.

    Desde aqu se entiende el hecho de que, en la lnea dialcticabarthiana, Bultmann haya definido el cristianismo como paradoja.Propia del catolicismo sera la analoga: entre la realidad de la crea-cin y el ser de Dios en Cristo existe una especie de paralelismo,una referencia de apertura, implicacin o complementariedad; lagracia no destruye la naturaleza sino que la perfecciona. En contrade eso, desde la tradicin luterana, Bultmann acenta la paradoja.Por un lado se halla Dios: inobjetivable , transcendente, inesperado;diferente de todo, siempre lejos. Por otro estn los hombres, meti-dos en el mundo, sometidos al hacerse y perecer; abiertos al caminoy sin embargo siempre destruidos. Pues bien, por una paradoja de

    16 Recogemos bsicamente las observaciones expuestas en Exgests y filosofia,231-241 Para un juicio ms extenso de los presupuestos con los que opera R Bult-mann cf J Floskowskr, La teologa de la fe en Bultmann, Madnd 1973; P. Ricoeur ,Prface aBultmann, en Le confltt des mterprsasions, Pans 1969, 373-392.

    17 cr Die Bedeutung des AY fur den chnstltchen Glauben, en GV 1, 313-336

  • 20 Presentacin de la edicin castellana Presentacin de la edicin castellana 21

    gracia que no puede razonarse en modo alguno, la transcendencia deDios se hace presente, como llamada de salvacit,J- -superacin delmundo, transcendimiento de la ley y apertura hacia el futuro- en elhombre Jesucristo.

    En esta paradoja consiste para Bultmann la verdad y novedad delcristianismo. Las rehgiones mitzcas introducen a Dios en los aconteci-mientos o signos objetivos de este mundo, destruyendo as su trasncen-dencia. El humamsmo reltgtoso de los Itberales le identifica con el m-bito de apertura del hombre. Slo el cristianismo, centrado en lapara-dOJa del Cristo, deja que Dios sea transcendente y el hombre puramen-te humano, confesando la unidad de ambos en el Cristo. De esta for-ma, en el centro de la misma vida humana (objetivamente inalterada)se proclama y se realiza la palabra salvadora como transcendirniento in-terior, liberacin respecto del mundo y apertura a la esperanza.

    Al interpretar el cristianismo como paradoja, Bultmann retoma laintuicin fundamental de la Reforma: la justificacin por la fe, msall de todas las mediaciones eclesiales y de todos los esfuerzos mora-listas. Frente al optimismo neokantiano precedente, ha exalt~do ~una forma pesimista de ente!1der al hombre, al mundo y a lahistoria.Todo lo que existe en esta nerra es sl~no de pecado: las aCClot,J-es delindividuo y las estructuras de la sociedad (aunque sea eclesial), latransformacin csmica y el progreso cultural. Todo es una crcel y noexiste ms salida que la bsqueda interior. Slo en el lugar de la deci-sin existencial, asumida por fe y vivida ms all del mundo, se haceaudible la llamada deJess, emerge la paradoja cristiana 18.

    Ahora se vuelve absolutamente claro el doble aspecto del intentobultmanniano. En sentido positivo, su obra implica un programa dehermenutica existencial; Dios se revela en el hecho de Cristo, no enel cmo (el Wle) de su vida concreta sino en el mismo acontecimientoparadjico (el Dass) de su entrega gratificante en favor de loshombres. A ese Dios de Cristo se le entiende y se le vive solamenteall donde la vida cobra nuevo fundamento. En sentido negativo, esosupone una exigencia de desmaoiogizacio. La figura de Cristo esta-ba unida a muchos signos de carcter biolgico o csmico (nacimien-to virginal, resurreccin fsica, destruccin del mundo, ngeles, de-monios ... ). Todo eso debe. superarse. Entre Dios.y el.h?m~re sloqueda Jesucristo, como realidad humana y revelacin divina 9.

    18 Cf G Hasenhult, Der Glaubensvol/zug Eme Begegnung mlt R Bultmannaus katholzschen Glaubensverstandnzs, Essen 1963

    19 De la rmpresionante brblrografa que ya existe sobre el tema CItaremos sloalgunos trabajos editados en castellano R Marl, Bultmann y la mtepretactn delNT, BIlbao 1970, A Salas, Mito y desmitificacin en el NT, Madnd 1971, AVogtle, Reueisctn y mito, Barcelona 1965

    En esta perspectiva se sita y se comprende la Teologa del NT,programticamente unitario y exegtica?lente c.?herente de in-terpretacin del NT a la luz de la paradoja de Jes~~ y de la herme-nutica existencial. Desde el punto de VIsta geneuco, el lugar dearranque est en la paradoja. de Jess: slo en funcin de .ella se en-tiende el surgimiento de la iglesia ..Sin et?barg?, en sentido estruc.turante, lo primero es la interpretacin existencial: cuando se llega aJuan y Pablo, testigos ~r~migeniosd: la te?loga ~el NT, lo que im-porta es ante todo su visin de la eXIste~~Ia, el t.IP? d~ hombre quederiva de su forma de entender y de VIVlf el cnsnarusmo.

    2. La teologa del NT

    Una vez que hemos expuesto en general la problemtica deBultmann trataremos de su obra Teologa del NT, Tbingen 1948-1953. Hacia ella han ido todas nuestras reflexiones. Propiamentehablando, segn Bultmann, el. NT sl? ?frece teologa en Pablo yJuan, esto es, all donde el kengma cns~Iano se ela~o~a de mane~aconsecuente en funcin de una perspectrva antropolgica. La predi-cacin de Jess y el mensaje de la comunidad (primitiva y helenista)constituyen slo un presupuesto necesario. Lo que vendr J.11s tard.e(sinpticos y Hechos, Ef, Col, pastorales, Heb, Ap, .IgnacIo y Polt-carpo, Didaj, H~rmas, Be!nab~, 1 Clement~) ~onstltuye .una espe-cie de consecuencra, el tesumoruo de su surgmuento eclesial donde,al lado de la novedad salvadora de Pablo y Juan, se han mezcladoelementos de una recada legalizante, eclesial, historicista. Roto elprincipio de la autoridad eclesial,. que. es el principio d;l canon d:lNT, y disminuido el valor de la historia concreta de Jesus y el sent-do de la tradicin sinptica, Bultmann se ha centrado en Pablo yJuan como expresin privilegiada del ke~igma, ~o~o canon dentr/odel canon. En las reflexiones que siguen indicaremos brevi-simamente el contenido y presupuestos de cada una de esas partesde su obra.

    a) Primera parte. Presul!u~s!Os. La pre~icacin de Jess y el k~rigma de la comunidad (primitiva y helenista) no forman todavateologa, pues no ofrecen un discurso elabor~do y consecl;le~te de .laparadoja cristiana, interpretada en perspectIva antropolgica (e~Istencial). Todo eso resulta un dato previo. es un punto de partidaque tendr que ser desarrollado.

    Por lo que toca a Jess el tema es claro. Su palabra pertenecetodava al campo del AT: Jess es un judo que en la lnea de l~sgrandes profetas de Israel, all donde culmina el proceso apocalpti-

  • Presentacuin de la edIcIn castellana Presentacton de la eataon castellana 23

    LO, proclama la llegada inrrunente del remo de DlO~ como JUlClO ysalvacin para los hombres Dos son los aspectos que rmplica sumensaje La gratuidad de la venida de DlOS que es SIempresorprendente y que desborda todos los plantearruenros y esperanzasde los hombres, y la exrgencia de una decisin antropolgica, deun cambro radical, de una apertura que desborda los gestosmoralistas 20

    Este es el mensaje de Jess Bultmann lo ofrece de manerafuertemente condensada, subrayando su trasfondo escatolgico-exrstencial, como rndicacin de la nueva posibrlrdad de existencragratuitamente abierta para el hombre Esto es lo que Importa lapalabra La vida de Jess carece de importancra salvadora Puesbren, despus de condenado y muerto, en el centro de la expenenera pascual, Jess aparece ante sus dtscpulos como expresin de lapresencia de DlOS es ms que un simple mensajero, es el sentido yla verdad del remo En este momento, cuando la palabra delanuncie de Jess aparece hgada a su persona, cuando el mismo Je-ss muerto y resucitado se convierte en palabra de lrberacin y dejusncra de DlOS para los hombres, surge el cnstianrsmo 21

    De esta forma se pasa del anuncro de Jess al kengrna de la co-murudad Todava no hay teologa como reflexin sistemnca, pe-ro hay una palabra de Irberacin cnsuana y un grupo de seguido-res que la visrbrhzan y transmiten Siguiendo a W Bousset, Bult-mann distmgue dos comunidades la pnmera se mantiene en Pa-Iestma, en torno a Pedro y a los doce Ella SIta la palabra y elmensaje de Jess en un trasfondo de esperanza apocalptrca y seconsidera a s misma como la comunidad de los ltimos tiemposque, siendo fiel a su maestro, espera su llegada salvadora comoJuez-HIJo del hombre que le libra de la lucha de este mundo Slocuando el mensaje de Jess rompe los marcos del Judasmo palesti-no y se formula en rnbrto helenista (o judeo-helerusra) puedehablarse ya de crrstiamsmo unrversal Jess deja de ser profeta delpasado que vendr al final a realizar su JUIClO y se convierte en elSeor que transfigura desde dentro la exrstencra de sus fieles Elpresente deja de ser tiempo vaco y se convierte en funcin escato-lgica envuelta externamente en el pecado de este mundo, la VIdade los fieles de Jess se vuelve VIda hberada, abierta a DlOS,transfigurada 22

    20 Obra clasica de Bultmann sobre el tema esJesus La desmtsologizaaon delNT Buenos Alfes 1968 9 152

    21 Cf btd 136 15222 Todo el intento teologico de Bultmann se centra en esto el kengma Cfls

    nano desplegado en las comunidades helerustas e Interpretado teologicamente por

    b) Segunda parte Teologas del NT Los elementos funda-mentales del cristrarusmo ya estn dados en el plano precedenteanuncio escatolgico de Jess, kengma de la rglesia que interpreta aJess como Juez-Salvador escatolgico que vendr (cornunrdad pa-Iestina) o como Seor presente en la VIda de los suyos (helenistas)A parur de eso se elabora la teologa propiamente drcha ella noaporta datos nuevos, ru siquiera modela el sentido de los datos pnn-cipales SImplemente se hrruta a replantear urutanamente, desdeuna perspectiva de coherencia antropolgica, el sentido del mensajecnstIano

    Estnctarnente hablando, el NT slo ofrece dos teologas la deJuan y la de Pablo Ambas denvan de rglesias helenistas En el con-texto de la comunidad pnrruuva de Palestma, determinada por lammmencia de la parusa, no hubo lugar para una reflexin teolgi-ca All slo floreci la conversin y la esperanza Pero en el mo-mento en que el mensaje de Jess se formula en trmmos helenis-tas, como portador de VIda escatolgica en el mismo presente de es-te mundo, se hace ya posible (y necesaria) la teologa As locomprendieron Juan y Pablo Ellos son los representantes ongmanosy cannICOS de la formulacin del cnsnarusmo

    Bultmann se ha fijado especialmente en Pablo El estudio de suscartas ocupa casr una tercera parte de su obra y ofrece alguna de laspgmas teolgicamente ms logradas de los ltimos decenios Perono es el desarrollo de conjunto nr el valor de los anlisis aislados loque ahora nos Importa Buscamos el trasfondo, el mtodo y sentidodel trabajo de Bultmann sobre Pablo Ciertamente, al fondo sehalla el hecho de Jess como presencia de DIOS para los hombres Setrata, sm embargo, de un hecho que no puede objeuvarse, SItuadoen el trasfondo de un esquema general o de un proceso de histonasalvadora Pablo se ha centrado solamente en la paradoja de Jess,en su cruz como expresin y lugar de la graCla salvadora de DIOS pa-ra los hombres Por eso, Bultmann interpreta toda su obra en unaperspectiva antropolgrca En la pnmera parte estudia al hombreante la fe su ser es carne, es mundo y es pecado, en perspectiva querecuerda a la de Heidegger en Ser y tiempo, pues bien, aquellosrmsrnos rasgos que reflejan su condicrn de cada, VIStoS en profun-didad y a parur de la revelacin de Jess, se convierten en pOSIbIlI-dad ontolgica de salvacin y constituyen el lugar en el que DIOSpuede ejercer su presencia transformante Por eso, en la segunda

    Juan y Pablo imphca una visten no mrtologica del misteno Cf Neues Testamentund Mythologte en Kerygma und Mythos 1 15 53 [esus Cbnst and mythologyNew York 1958 (Barcelona 1970)

  • Presentacion de la eaict castellanaPresentaaon de la edIcIn castellana 25

    parte, ~ultmann trata del ser del hombre baJo la fe: la posibilidadontolgica de apertura del hombre se ha convertido en realidad n-tica de salvacin, precisada como presencia de la justicia de Dios atravs de la muerte y resurreccin de Jesucristo. Esa salvacin no esalgo que est atrs, en el pasado de una historia progresiva. No estampoco algo futuro que se espera. La salvacin es el acontecimien-t~ de la cruz que se actualiza en la palabra de la predicacin, irrum-pIendo. s~bre el hombre, liberndole de su pasado y capacitndolepara exrstir de una manera nueva (en gratuidad y en esperanza). Porla ~ondura de sus presupuestos existenciales, por la sobriedad cristo-lgica y fuerza antropolgica, Pablo es para Bultmann el gran telo-go del NT 23.

    Junto a Pablo se halla Juan. Tambin aqu el mensaje de Jessse ~a formulado de una forma consecuente, en perspectiva antropo-lgica, La novedad est en que Juan, prescindiendo ahora de su car-ta (1 Jn), ha elaborado su postura de manera consecuente, en forma?e evangelio o presentacin sistemtica de Jess. Eso no significa unIntento de recuperacin de los acontecimientos de la vida de Jess,ordenndolos en un conjunto de historia salvadora. Por el contrario,Juan se ha situado en el c~ntro radical de la paradoja cristiana. Fren-te al.gnostlClsm?, que diluye la figura de Jess en el plano de laeternidad de DlOS o de la necesidad del pensamiento, l es unhombre concreto de la historia. Pero en contra de toda la tendenciahistoricista, al hablar de Jess slo interesa su funcin reveladora.Este es el tema de todo el evangelio: a partir de diferentes fuentesanteriores, utilizando un claro fondo gnstico, Juan ha presentado aJess como palabra radical de Dios que posibilita la realizacin de laexistencia. Por eso, en la lnea de lo que hemos sealado en Pablo,el entramad? del .e~a~gelio acaba siendo de sentido antropolgico:s~bre una VIda dividida, de manera casi gnstica, entre luz y ti-nieblas, verdad y mentira, la revelacin de Dios en Cristo ha aconte-cido y acontece como juicio que libera al hombre de la esclavituddel mundo y le permite vivir la libertad escatolgica 24.

    .c) . Tercera part. Haciael naczmzento de la igiesia. Conforme alo indicado, no existe teologa propiamente dicha sino all donde elkerigma de la iglesia helenista se formula radicalmente a partir de

    23 Para situar el estudio de Bultmann sobre Pablo cf K H Rengstorf, DasPau/usbl/d tn der neueren Forschung (1904 1961), Darrnstadt 1969 Para el trasfon-do antropolgrco , en perspectiva disunta cf R Jewett, Paui's anthrop%gzca/ terms,Leiden 1971

    24 Adems de los trabajos ya CItados sobre Juan en nota 3 debemos CItar Diedrez ]ohannesbrzefe, Gottmgen 1967 Para un encuadre bibhogrfico E MalatestaSt [obn's gospel, 1920-1965, Roma 1967 '

    una visin antropolgica. Segn eso, slo existen dos lugares dondeel cristianismo antiguo ha logrado reflejarse plenamente y con pure-za: Juan y Pablo. Lo dems no es teologa en un sentido estricto; esun mtento de institucionalizacin eclesial en el que, para conservarelementos del kerigma de Jess, se reintroducen motivos del AT Yseadaptan estructuras sociolgicas ms o menos dependientes del con-to~no; .es una ref?rmulacin doctrinal donde, al lado de aspectos pri-mrgeruos del kengma deJess, se reintroducen elementos de carcterdiferente.

    En este apartado incluye Bultmann gran parte del NT, con la ex-cepcin -es evidente- deJn y Pablo. El problema cronolgico pasaa segundo plano. Algunos escritos que se estudian en esta tercera par-te resultan histricamente anteriores aJuan (por ejemplo los sinpti-cos). Sin embargo, teolgicamente hablando seran posteriores: pier-deJ.11a l.impide~ originaria del kerigma y suscitan lo que despus serla iglesia catlica co~~ lugar donde el mensaje de jess se institu-cionaliza de forma cltico-legalista dentro de la historia, Esta opcinde Bultmann implica dos consecuencias que resultan decisivas. Estpor un lado la dzsoluczn del canon. Sabemos que la iglesia antigua,en un proceso que comienza en el siglo II y termina bsicamente en elI1I, ha reconocido como expresin autntica de su fe una serie delibros, pretendidarnente apostlicos, que reciben el nombre de NT.En ellos se refleja, en formas a veces no del todo coincidentes, la fe deJesucristo. Sin rechazar del todo esa decisin eclesial, Bultmann ladevala de manera muy intensa. Estrictamente hablando, el verdade-ro N! se contiene en Juan y Pablo. Lo dems es simple preparacin,no. fiJ.a?a en do~um~ntos conservados (predicacin de Jess, kerigmapnmmvo de la iglesia) o consecuencia en parte deformada del mensa-je ~ntiguo (resto del NT, escritos de Ignacio, Policarpo, Bernab, Di-daj, Hermas, 1 Clemente ... ). De aqu deriva una profunda deva-luaczn eclesial. De una forma radicalmente consecuente, dentro deuna lnea que se est haciendo clsica en el protestantismo 25, Bult-mann piensa que dentro del NT hay una serie de escritos que, al noconservar la fuerza primitiva deJuan y Pablo, tienden a lo que ser la

    estru~tura eclesial y dogmtica del catolicismo (-Frhkatholizismusf).Es evidente que esos escritos no pueden ser igualmente normativospara u.na teologa del NT: no responden al principio bsico de la jus-tificacin por la fe; por eso han de ser teolgica y eclesialmente mar-ginados. Esto es lo que Bultmann hace en la tercera parte de su obra.

    25 Ha vuelto a plantear el tema con fuerza S Schulz, Die Mztte der Scbnf,Berlm 1976, a su JUICIO, 17 de los 27 escritos del NI son ya tesnrnoruo del catohcrs-mo pnrmtrvo

  • 26 Presentacin de la edicin castellana Presentacin de la edicin castellana 27

    Siguiendo.una imagen ya esbozada, se puede afirmar que la parbola~el mensaJ~ deJess, su paradoja radical, empieza a declinar. La igle-sra no ha sido capaz de mantenerse en la altura de los grandes telo-gos (Pablo, Juan); se eclesializa, historifica, legaliza.

    Precisemos ese juicio. Dejando de lado ciertos aspectos de conser-v.acin'y profund!zacin, puede afirmarse que todo el final de la igle-sia antigua. reflejado en los escritos del NT (fuera deJuan y Pablo) yen los otros documentos de aquel tiempo es una especie de inmensarecada: un~mezcla o s~ncretism.o en el que ciertos elementos primiti-vos se pervierten ~l unirse con ideas y estructuras que provienen deIsrael y el pagarusmo. Surge as un eclesialismo: en contra de R.Sohm, Bul~mannsabe que la institucin eclesial resulta de algn mo-d? nec.:sarIa; pen? ~a~e que, al pasar al primer plano de la admi-lllstraCl

  • 28 Presentacton de la edtctn castellana Presentaan de la edtctn castellana 29

    tn mostrando los nuevos trabajos escntos desde la hrstona de la re-daccin 28 Convertir a los sinpticos en apndice teolgico del NTresulta Improcedente

    Tambtn se han transformado los supuestos filosficos La con-cepcin exrstencial de Bultmann ha servido para destacar de unamanera rmpresionante CIertos rasgos de Juan y Pablo En ese aspectosu obra seguir siendo valiosa aun cuando cambien las maneras deenfocar todo el problema Pero el acento filosfico ha mudado, detal forma que nadie asume ya del todo la VISIn del hombre que hasupuesto Bultmann Estamos asisnendo a lo que podramos llamarrecuperacrn VIOlenta de aquellos aspectos que haban SIdo ms SIS-ternncamente srlenciados por el pensamiento exrstencial el valorde la comumdad Frente al mdrviduahsmo antenor, centrado en laautenncrdad y decisrn personal, se ha puesto de relieve la necesi-dad de acentuar los rasgos de la VIda mterhurnana slo all dondese alcance transparencia SOCIal, en mbito de mutua mnmrdad y dejusticia, puede hablarse del hombre verdadero la tmportancta de labzstona Bultmann slo valoraba la hrstoncidad, aquella decisin es-catolgica en que DIOS, a travs de su palabra, me libera del procesodel mundo y me srta en apertura de esperanza Pues bien, encontra de eso, el pensamiento actual ha destacado la necesidad dereconquistar la dirnensrn histnca del hombre en un proceso que,abierto a la transcendencra, nene sin embargo un valor de salvacinDe aqu denva la exrgencia de revalorizar el sentuio de la ley Seruna ley drsunta de aquella que buscaban los judos, se fundar en lajusuficacin en la fe, por]esucnsto Pero ser una ley una exigencrade transformacin humana, la urgencia de crear sobre el mundo unorden de JUStICIa-amOr que exprese la verdad de ]esucnsto 29

    51 es disunra la base crluca y distmto el trasfondo filosfico,pensamos que tambtn tendr que ser dtstmta la vtstn teoigtcaEVIdentemente, aqu nos movemos sobre un campo mucho mscompleja, que est determinado por las mismas opciones eclesiales(catohcismo, protestantrsrno, ortodoxia) Debo afirmar, una vezms, que Bultmann se halla motivado, en su rrusrna formulacinexegtica, por su VISIn radicalmente luterana de la jusnficacinpor la fe, ms all de todas las mediacrones hrstricas, las znstanciaseclesrales, las exigencras prcticas Entre la paradoja de Jess y la

    28 Una pnmera perspectiva del rnetodo de la histona de la redaccron en ]Rohde Die redakttonsgeschtcht/tche Methode Hamburg 1966 S Schulz Die Stunde der Botschaft Hamburg 1970

    29 Ese nuevo trasfondo filosofico se ha dejado sentir en la elaboracion de todala teologia postbultmanruana Como ejemplo podemos citar los nombres de Moltmann Pannenberg y Metz

    VIda del creyente se ha tendido, a travs de la predrcacin, un puen-te de inmedratez grauficante que hbera al hombre del mundo y lemtroduce en el campo de la gratuidad y esperanza escatolgicaPues bien, en contra de esa perspectiva que juzgamos bellamenteextremista, apoyndonos en elementos que pudieran ser aceptadospor la tradicin luterana, queremos presentar un trasfondo diferentede interpretacin teolgica del NT Lo pnmero que nosotros desta-camos es la importanaa de la medtactn eclestai Hemos recrbido elcanon del NT de manos de la iglesta Por eso, en contra de todo re-duccrorusrno selectrvo que slo acepte a]uan y Pablo, pensamos quees preCISO subrayar la unidad de todo el NT, aceptndolo y vrvin-dolo en aquel contexto hermenunco que forma el conjunto de larglesra Despus VIene la opcin cnstolgica El enseno de untdaddel NT no es un dato antropolgico (jusnficacrn por la fe) sino unrrusteno kengmnco el anuncio de la presencra de DIOS en]esucns-to Este cambio de acento me parece absolutamente necesano, aunen perspecnva antropolgica slo a partir de la presencia de DIOSen ]esucnsto puede comprenderse lo que imphca el ser del hombreFinalmente, eso nos lleva a una serie de consecuencias prcticas quedeberan ser curdadosamente matizadas el redescubnmiento de lahistona salvadora y su drstmcin respecto de la histona apocalptrcajuda, la revalorizacin de la actrvidad cnsuana, la recreacin de laInurgia De todo eso no podemos hablar aqu pues lleva derna-siado lejos

    Todo lo anterior supone que la perspectiva cruco-filosfico-teolgica en que Bultmann se mova se ha tornado diferente Esoimplrca que su teologa del NT, SIendo todava insusunnble, deberser pronto reformulada No para olvidarla smo para superarla ytranscenderla En ese campo ya se han dado algunos pasos que pue-den ser sigrufrcanvos En la lnea del rrusmo R Bultmann, ha escntoH Conzelmann un compendio de teologa del NT (Grundnss derTbeologie des NT, Munchen 1967), su valor est en la clan dadexpresiva, su novedad en la mclusin de un apartado en que se es-tudia el kerrgrna y teologa de los sinpucos Totalmente distinta esla VISIn que ofrecen] ]eremIas, Neutestamentltche Tbeologte 1Dte Verkundtgung [esu, Gutersloh 1971 (Salamanca 1974) y H GKurnmel, Tbeologte des NT nach semen Haaptzeugen, Gotungen1969, el pnmero se centra en las palabras de Jess, considerndolascomo punto de referencia deCISIVO dentro del canon y teologa de larglesia, relegando as la perspectrva postpascual, el segundo pareceSItuar a Jess en el rrusmo nivel que a Pablo y]uan, rompiendo asla novedad pascual de la iglesia En el punto de unin entre doctn-na eclesial, exgesis bblrca y reflexin teolgica se encuentra el

  • Presentaczn de la edzczn castellanaPresentaczn de la edzczn castellana 31

    excelente manual de E. Lohse, Grundnss der neutestamenltchenTheologte, Stuttgart 1975 (Madrid 1978). Su esbozo puede abrir ca-mino a trabajos ulteriores, ms documentados y extendidos, que lle-nen el vaco que se ha creado con los cambios que acabamos deindicar 30.

    La nueva teologa del NT tendr que responder a dos preguntaspreliminares: qu es el NT. Se trata de saber si el NT constituye undocumento desgajable de la vida de la iglesia, documento en el quepuede llevarse hasta el extremo una corriente o un autor a costa delos otros (como hace Bultmann con Pablo yJuan). O si el NT es eltestimonio de una iglesia que se encuentra reflejada en la rnultipli-cidad de esos textos, de tal manera que ellos slo pueden entender-se desde el fondo de la confesin y vida de la iglesia. Si se acepta es-te segundo esquema la interpretacin del NT resultar ms unitaria,ms catlica y, yo pienso, ms cientfica. Juzgo que el testimonio deunidad eclesial est ms cerca de la intencin del NT que el exclusi-vismo de la justificacin por la fe a la que apela Bultmann. Qu esla teologa. Bultmann supone que slo hay teologa explcita alldonde el kerigma se interpreta en un contexto antropolgico (Pabloy Juan). Pienso que eso es extremista. Tambin hay teologa alldonde la fe se e~resa de otros modos, ms ligados a la vida de Jesso al desarrollo d la historia (Me, Mt, Le y Hech ... ).

    Antes de ela orar la teologa del NT es necesario plantear tam-bin otra pregu ta: hay una teologa de Jess, independiente deaquella que presentan los sinpticos, Pablo, Juan? Pienso que no.En este contexto debo dar razn a Bultmann, al menos en princi-pio: no es posible elaborar una teologa explcita de Jess. Yeso noporque haya sido un judo (Bultmann) o porque su mensaje resultedesconocido. La razn es mucho ms profunda: el Jess prepascual,cerrado en s mismo, no es todava evangelio de la vida de Dios paralos hombres. Antes de la pascua no puede darse teologa cristianade Jess. Despus de la pascua ya no hay una sino varias teologasde Jess, el Cristo, todas ellas vlidas, todas concordantes en el fon-do aunque distintas en la forma. Por eso, en lo que afecta a esteproblema, yo propongo la siguiente solucin: propiamente hablan-

    30 EVIdentemente, aqu no podemos valorar todas las teologas del NT que sehan escnto despus de Bultmann A modo de indrcacin CItaremos las que nos pare-cen ms importantes M Garc1a Cordero, Teologa de la Biblia I-IlI, Madrid 1972, LGoppelt, Tbeologie des NT I-II, Gottmgen 1976-1978, A M Hunter. Introductngnew testament theology, London 1957, S Ne]l,jesus through many eyes Introductton to the theology 01 the NT, Phrladelphia 1976, A Rrchardson , An tntroducttonto the theology 01 the NT, London 1958, K H Schelkle, Tbeologte des NT I-IV,Dusse1dorf 1968-1976 (Barcelona, 1975 s )

    do, el mensaje de Jess, lo mismo que los acontecimientos funda-mentales de la iglesia (experiencia pascual, pentecosts ... ) no consti-tuyen objeto explcito de la teologa del NT, son sus presupuestos.En contra de aquello que supone Jeremias, no se puede (ni se debe)fijar neutralmente la palabra histrica de Jess y declararla funda-mento normativo de la vida de la iglesia. Trtese, por tanto, de je-ss, de su vida y su palabra, en un contexto neutralmente histrico;pero que ello sea un punto de partida, una presentacin del proble-ma. Slo en un segundo momento, a partir de la experiencia ecle-sial y de la reflexin teolgica, cada uno de los autores del NT recu-pera en contexto postpascual la historia de Jess y la interpreta enuna determinada forma teolgica. Por eso, propiamente hablando,no tenemos un evangelio de Jess distinto y desligable del evangeliode Pablo, Lucas o Mateo. Tenemos ms bien el nico evangelio deJess, el Cristo, interpretado y formulado a partir de las diversas for-mas eclesiales de Mt, Mc, Lc, Pablo ... No se diluye la historia de ]e-ss, se la sita en el contexto de la vida de la iglesia, en el contextode los diversos paradigmas interpretativos de los libros y autores delNT.

    Con esto podemos conclzar. Empezbamos esta nota diciendo:quien sepa ya qu es teologa, quien conozca a Bultmann y distin-ga los estratos del NT ... pase directamente al texto de la obra.Nuestras reflexiones han sido pensadas para aquellos que estn me-nos seguros respecto a todo eso. Pues bien, no tengo la certeza dehaber cumplido mi intencin. Slo he de aadir a los lectores: yahora, vayan a la obra!. Se trata de un libro que resulta absoluta-mente clave para obtener una visin actual del cristianismo. El solopuede ayudar ms que cien pequeos comentarios. Repetimos, sinembargo, que se trata de un libro limitado. Es Itmttado en planocritico: los problemas siguen pendientes, la exgesis no ha dado (nidar) su palabra decisiva; por tanto, no se tome como dogma de felo que aqu se est ofreciendo. Es Itmttado en plano hermenuttco:Bultmann utiliza la clave existencial yeso le ayuda a comprendermuy bien algunas pginas de Pablo o Juan; pero el uso mismo de laclave le impide ser clarividente en los sinpticos o aquellos docu-mentos que presentan en concreto la vida de la iglesia (su organiza-cin, historia, forma de actuar). Es Itmttado en plano teolgico:Bultmann se sita en campo luterano y con el fervor de un nefitopretende interpretarlo todo en perspectiva individualista, fiducial,escatolgICa; desde ese mismo presupuesto devala tradiciones ecle-siales, juzga libros enteros, arrincona perspectivas. Spalo ver as el

  • 32 Presentacin de la edicin castellana

    lector catlico. Agradezca a Bultmann su erudicin, su poder ac-tualizar a Juan y Pablo, su capacidad evocadora, su entusiasmo porel Cristo presente en el kerigma de la iglesia; pero no le pida ms;para enfocar otros aspectos de su vida de creyente vaya al centro desu iglesia y desde all relea y redescubra el NT.

    Llegados aqu preguntamos: entonces para qu leer a Bult-mann desde un campo catlico, si es que ya sabemos que su visines limitada? Tenemos que leerlo porque, dentro de sus mismas li-mitaciones, nos ensea a descubrir aspectos y riquezas que hastaahora nadie haba sealado con su misma claridad y con su fuerza.Tenemos que leerlo pues la fe slo se vive en un proceso de purifica-cin y bsqueda, con la ayuda de aquellos que sealan direccionesen medio del camino. Finalmente, tenemos que leerlo porque so-mos catlicos, esto es, universales; porque en el dilogo interecle-sial debemos ayudarnos mutuamente a comprender y vivir el evan-gelio. Quisiera aadir que slo habremos aprendido a leer a Bult-mann de verdad cuando sepamos integrar su verdad en el contextode nuestra celebracin litrgica, de nuestro compromiso prctico.Estoy convencido de que entonces no slo entenderemos lo ms va-lioso de Bultmann sino que podremos superarlo, no por contraposi-cin sino por integracin de su verdad en el contexto de la verdad yvida universal de una iglesia que desde los caminos de su diversidadtiende a la unin definitiva que se gesta en el Espritu del Cristo.

    XABIER PIKAZASalamanca 1981

    PREFACIO

    Este libro permanece en sus elementos esenciales semejante a suforma antigua. Se han aadido algunas indicaciones complementa-rias, entre las que se hallan las tomadas de los textos hallados en lascuevas de! mar Muerto. Estos textos testimonian la existencia de unasecta juda, quizs los esenios, a la que, de acuerdo con el lugardonde se encontraron los restos ms importantes, la llamo simple-mente la secta de Qumrn. El descubrimiento de estos textos no meha obligado a realizar profundas modificaciones en mi presentacin.Con frecuencia se ha sobrevalorado su significacin para la interpre-tacin del NT. Confirman lo que investigadores como W. Boussethaban uzsto hace ya mucho tiempo: que la imagen del judasmodel tiempo de Jess no era en absoluto tan simple como se despren-de de los textos de los rabinos. Tambin los escritos apocnfos, comolos libros de Henoch y los Testamentos de los patriarcas y el escritode la secta de Damasco, que pertenece a los escritos de Qumrn.Cada uno de los paralelos en concreto entre e! NT Y los textos deQumrn no prueban relacin de dependencia, sino que representanformaciones anlogas dentro del movido judasmo de aquellos tiem-POJ. La analoga ms significativa sera e! hecho de que la comuni-dad primitiva cristiana, al igual que la secta de Qumrn, se ven a smismas como el verdadero Israel del fin de los tiempos. Este hechono prueba, sin embargo, en absoluto, dependencia alguna entreambas comunidades. Tambin otros (exactos o dudosos) paralelosen la organizacin de la comunidad representan nicamente forma-ciones anlogas.

    Se han completado abundantemente las referencias bibliogrfi-cas. Para llevar a cabo tal trabajo he contado con la ayuda desintere-sada de mi colega y sucesor W. G. Kmmel, a quien estoy profun-damente agradecido.

    Marburg, mayo 1958

  • PREFACIO A LA 5. a EDICION TABLA DE ABREVIATURAS

    Permanece sin cambios el texto de las anteriores ediciones. Uni-cemente, se hicieron precisas algunas variaciones y aadiduras en lalista de bibliografa. No se pudo alcanzar una exhaustiva anotacinde la literatura que ha aparecido desde la anterior edicin, ni tam-poco lo hemos pretendido. Slo ocasionalmente hemos aludido alos artculos de los lxicos, como ThWB, RAC, ya que en la mayorade los caSOJ se sobreentiende que para orientacin es preciso em-plear/os. Slo en algunoJ lugareJ concretos hemos hecho algunaJcorrecciones, muy breves, o aadiduras al texto. No fue poxible unacompleta discusin de otras opiniones. Hacer/o habra requeridocambiar el carcter del libro.

    Tambin en esta ocasin estoy obligado a agradecer cordialmen-te a mi colega y sucesor W. G. Kmmel JU amistosa ayuda.

    Marburg, marzo 1965

    RUDOLf BULTMANN

    \ !,ol

    W. Bauer, Worterbuch

    1 Clem2 ClernI)ialDidl.v'I'heolII

  • 36

    NTSQ

    RAC

    RechScRelRGG

    RHPhRel

    SA

    SelTSMStThStr.-B.

    ThBIThLZThR

    ThStKrThWB

    ThZZKGZNW

    ZsysThZthK

    Tabla de abreviaturas

    New Testament Studies (Londres)La hipottica segunda fuente (Quelle) de Mateo yLucasReallextkon jr Antike und Christentum, ed. Th.Kluser, 1941Recherches de Science Religieuse (Pars)Die Reltgion in Geschichte und Gegenwart, ed.K. Galling, 31957Revue d'Histoire et de Philosophie Religieuses(Pars)Sitzungsbericht der ... Akademie der Wissenschaf-ten, philosophische-historische KlasseSelecciones de Teologa (San Cugat del Valls)Sacramentum Mundi, BarcelonaStudia Theologica (Oslo)Kommentar zum Neuen Testament aus Talmudund Midrasch, ed. H. 1. Strack-P. Billerbeck,31954Theologische Blatter, 1922-1942Theologische Literaturzeitung (Stuttgart)Theologische Rundschau (Tubinga), 1897s; NF1929sTheologische Studien und Kritiken, 1828-1942Theologisches Worterbuch zum Neuen Testa-ment, ed. G. Kittel-G. Friedrich, 1933 sTheologische Zeitschrift (Basilea)Zeitschrift fr Kirchengeschichte (Stuttgart)Zeitschrift fr die neutestarnenliche Wissenschaftund die Kunde der alteren Kirche (Berln)Zeitschrift fr systematische TheologieZeitschrift fr Theologie und Kirche (Tubinga) 1

    Presupuestos y motivos de lateologa neotestamentaria

  • 1LA PREDICACION DEJESUS

    A. Schweitzer, Geschichte der Leben-jesu-Forschung, 61951; Ad. Jlicher, Die Reli-gion ]esu und die Anfange des Christentums bis zum Nicaenum (Die Kultur der Ge-genwart 1, 4), 21922; W. Bousset, [esus (Religionsgeschichtl. Volksb. 1, 2/3), 41922;P. Wernle, [esus, 21916; W. Heitmller , [esus, 1913; A. Schlatter , Die Geschichtedes Christus, 21923; R. Bultmann, ]esus (Die Unsterblichen 1), 41964; K.Bornhauser, Das Wirken des Christus durch Taten und Worte, 21924; K. 1.Schmidt,]esus Christus (RGG 2III, 110-151); Arth. C. Headlam,]esus Christ in history and fatth, 1925; F. C. Burkitt, ]esus Christ, 1932; M. Goguel, La vie de ]sus,1932; T. W. Manson, The teaching of[esus, 1935; M. Dibelius, ]esus (Samml.Goscben, 1130), 31960; R. Otto, Reich Gottes und Menschensohn, 31954; W.Grundmann,]esus der Galilaerund das]udentum, 1940; R. Mayer, Der Propbet ausGaltliia, 1940; A. T. Cadoux, The theology of]esus, 1940; c.j. Cadoux, The bisto-ric mission of]esus, 1943; H.]. Cadbury, ]esus. What manner of man?, 1947; W.Manson, Bist du, der da kommen soll?, 1952; O. A. Piper, Das Problem des LebensJesu seit Schweitzer, en Festscbr. f O. Schmitz, 1953, 73-93; W. Taylor, The Itfeand ministry ofjesus, 1954; E. Percy, Die Botschaft[esu, 1953; G. Bornkamm,]essde Nazaret, 1976; T. W. Manson, The Itfe of[esus: some tendences in present dayresearcb (Tbe background of the NT and its eschatology, 1956, 211-221); E. Stauf-fer, [esus, Gestalt und Gescbicbte, 1957; W. Grundmann, Die Geschichte [esuCbnsti, 1957; E. Stauffer, Die Botschaft]esu damals und heute, 1959; H. Conzel-mann, [esus Christus, en RGG I1I, 3619-653; O. Betz, Was wissen wir von [esus],1965; A. Strobe1, Die modeme]esusforschung, 21968; N. Perrin, Rediscovering theteaching of[esus, 1967; W. Trilling, Fragen der Geschichtltchkeit[esu, 21967; K.Niederwimmer, [esus, 1968; H. W. Bartsch,]esus. Propbet und Messias aus Galtlaa,1970; M. Lehmann, Synoptische Quellenanalyse und die Frage nach dem histo-rischen ]esus: BZNW 38 (1970); ]. Roloff, Das Kerigma und der irdische ]esus,1970; E. Fuchs, [esus. Wort und Tat. Vorlesungen zum Neuen Testament, 1971; F.]. Schierse (ed.),]esus von Nazareth, 1972; E. Trocm, Quelques travaux recents surle ]sus de /'histoire: RHPhR 52 (1972) 485-498; E. E. Ellis (ed.),]esus und Paulus,1975; G. Strecker (ed.), Jesus Christus in Histoire und Tbeologie, 1975; W. G.Kmrnel , Ein ]ahrzent Jesusforschung 1965-1975: ThR NF 40 (1975) 289 s; E.Schillebeeckx,]esus, die Geschichte von etnem Lebenden, 1975; N. Perrin,]esus andthe language of the kingdom, 1976; M. Green (ed.), The truth of God incarnate,

  • 40 La predicacin de Jess La predicacin escatolgica 41

    1977; B. Gerhardsson , Die Anfiinge der Eoangelientradition. 1977; C. F. D. Moule ,The ongin ofcbristology, 1977; U. B. Mller, Vision und Botscbaft. Erwiigungen zurprophetchen Struktur der Verkndigung jesu: ZTK 74 (1977) 416-448; H. Stoeve-sandt , De histonscbe jezus en de Christus-oereondiging: Kerk en Theologie 28(1977) 1219; D. F. Srrauss, The Cbrist offal!h and thejesus ofthe bistory, 1977;A. Fuchs. Probleme der Forscbung, 1978; W. G. Kmmel.jesusforschung sett 1965:TR 43 (1978) 105161; R. Latourelle , L'accs jsus par les vangiles, 1978; W.Trilling. Die Botscbaft [esu, 1978;]. D. G. Dunn, Unity and diversity in the NT,1979.

    O Cullrnann, Cristologia del NT. 1965; X. Lon-Dufour , Los evangelios y la bis-tona de [ess. 1966;]. Bourke, El jess de la historia y el Cristo del kengma: Conei-lium 11 (1966) 29-50; W. Trilling,jess y los problemas de su bistoriciaad, 1970;]. R.Geiselmann, jess el Cristo, 1971; E. Kasemann , Eljess histnco y el Cristo de la fe:SelT 42 (1972) 87-104; R. E. Brown,jess Dios y hombre, 1973; O. Cullmann,jess ylos revolucionarios de su tiempo, 1973; M. Hengel, jess y la violenci reoolucionaria,1973;]. Blank, jess de Nazaret, Historia y mensaje, 1973;]. I. Gonzlez Faus, La hu-manzdadnueva, 1974; Ch. H. Dodd, Elfundadordelcnstianzsmo, 1974; W. Pannen-berg, Fundamentos de cristologia, 1974; C. Tresrnontant, Ladoctrina de Yesa de Na-zaret, 1975; H. Braun, jess. El hombre de Nazaret y su tiempo, 1975; O. Gonzlezde Cardedal. jess de Nazaret, 1975; J. )eremias, Teologa del FT. Jl~77; K. H.Schelkle , Teologa del NT. 1977; H. Kng, Ser cristiano, 21978; K. Reinhard, Nuevoscaminos de la cnstologia actual: SelT 68 (1978) 261-267; G. Bornkamm,jess de Na-zaret, 21978; E.Kasemann, Ensayos exegticas, 1978; M. Herranz Marco, Los eoange-lIOS y la criticabistnca, 1978; Che Duquoc, Crissologia. J1979; J.jeremias, Palabrasdesconocidas de jess, 21979;). Pikaza-F. de la Calle, Teologa de los evangelios deje-ss, 419~0; W. Kasper, jess el Cristo, J980;). )eremias, Abba; El mensaje centraldel NT, '1980; R. Pesch,jess, en SM IV,72-77.'

    Prenotandos

    1. La predicacin de Jess pertenece a los presupuestos de lateologa de! NT y no constituye una parte de sta, En efecto,la teologa de! NT consiste en e! despliegue de las ideas en las quela fe cristiana se asegura a s misma acerca de su objeto, de su fun-damento y de sus consecuencias. La fe cristiana comienza a existir enel momento en e! que existe un kerigrna, es decir, un kerigma queanuncia a Jesucristo como la accin salvfica escatolgica de Dios.Este kerigrna es en realidad Jesucristo e! Crucificado y Resucitado.Esto comenz a suceder por primera vez en e! kerigma de la primiti-va comunidad, no ya en la predicacin del Jess histrico, auncuando la comunidad haya introducido en la relacin sobre la predi-cacin de Jess, con frecuencia, motivos de su propio kerigma. A

    partir del kerigma de la comunidad primitiva, por tanto, comienzala reflexin teolgica, comienza la teologa del NT. Naturalmentepertenece a sus presupuestos histricos la aparicin de Jess y supredicacin. En este sentido debe ser incluida la predicacin de Je-ss en la presentacin de la teologa de! NT

    2. Fuente para la predicacin de Jess son los evangelios sinp-1iros. Para su empleo histrico vale la llamada teora de las dosfuentes, es decir, Mc (que nos ha llegado a nosotros en una redac-eIn posterior) es una de las fuentes para Mt y Le; la otra, una colee-rin de dichos de Jess (Q). En los sinpticos se nos impone la tareade ir separando continuamente entre tradicin antigua, producto dela comunidad y redaccin evanglica. No podemos dar en esta pre-serllarin un anlisis crtico; puede encontrarse en mi libro Historiade la tradicin sinptica, ') 1980 l. En adelante citamos los lugares deMe sin la aadidura de par all donde los paralelos de Mt y Le norepresentan una tradicin independiente; se aade a los lugares deMt y Le un par cuando se trata de tradicin que Mt y Le han to-mado de la fuente (Q). Incluso esto debe ser designado por par.

    1. LA PREDICACIN ESCATOLGICA

    J. Weiss. Die Predigt jesu vom Reiche Goues. \1964; H. D. Wendland, Die fucha-t%xie des Reicbes Gottes beijesus, 1931. Para los presupuestos de la historia de lasreligiones: W. Bousset , Die Religion deJjudentums in der spiithellenzst. Zeu, 31926;E. C. Hoskyns - F. N. Davey, Das Riitsel des Neuen Test., 1938; N. Wilder, Eschato-loXY and etbics in Ihe teaching ofjesuJ.'1950; W. G. Kmrnel, Verhesung undEr(llunx, '1956; E. Grasser , Das Problem der Parusieverzogerung. in den synop).Evanxel:n und in der ApUJtelxeschichte, 21960; B. Rigaux, Le seconde venue de j-\lIJ. en La uenue du Messze, 1962, 183 s; E. Lundsuom, Tbe kingdom ofGod in theteachinx o(je!uJ, 1\>,6);,I\!.]!,rrill. [he iingdRrn piCod in the teiUhing ,9.[Jess,1%3: G. L. Ladd, Jesus ~nd th~ kinxdom. The eschatology ofblphealrealm, 1964;A. Strobel , Ke~~~a und Ap;;

    l. R. Bultmann. Die Gcscbicbte der svnoptischen Tradition, "1980.

  • 42 La predtcacuin de Jess La preaicacion escasolgtca 43les synopnques EV 87 (1977) 655-669, R Schnackenburg (ed ), Die Kircbe des An-fangs, 1977, D Zeller, Prophetiscbes Wmen um dte Zukunft m synopttschenjesus-worten TPh 52 (1977) 258-271, A Feuiller , Le caractre pUrement reltgteux et unt-versel du rgne de Dteu d'apres les vangtles synopttques Drvrrutas 22 (1978) 153-175, H Merklein, Die Gottesherrschaft als HandlungspnnZtp Untersuchung zurEthtkjesu, 1978, H Weder, Die Gietcbrusse jesu als Metaphem Tradittons und redaktlOnsgeschtchtltche Analysen und lnterpretattonen, 1978, G Strecker, Eschatonund Hzstone, 1979, R Nordsieck, Reicb Gottes Hoffnung der Welt, 1980

    R Schnackenburg, Remo y remado de Dios, 1970,] ]eremtas, Lasparbolas dejess, 1970, L Cerfaux, jess en los orgenes de la tradza, 1970,] jerenuas, Interpretaaon de las parbolas, 1971, Fr Mussner, El mensaje de las parbolas de jess, 1971, L Cerfaux, Mensaje de las parbolas, 1972,] Hargreaves, Lasparbolasdel eoangelto, 1973, R Schnackenburg, Teologa del NT, 1973, Ch H Dodd, Lasparbolas del remo, 1974, W Pannenberg, Teologa y remo de DlOS, 1974, L MArmendnz, El remo de DlOS, centro del mensaje y de la vtda de jess Sal Ter 64(1976) 363-370,] jeremras, Teologa del NT, 31977, K H Schelkle, Teologa delNT, 1977,] jererruas. Abba El mensaje central del NT, 1980, L Coenen-EBeyreuther-H Bierenhard, Dicaonano teolgtco del NT, 1980

    1. El concepto dominante de la predicacin de Jess es la ideade la realeza dtvma de remo de DZOJ (l3uatAEu 1"OU Bso). El anun-cia su inmediata, ya inminente, irrupcin, que ya ahora se siente.La realeza divina es un concepto escatolgico. Significa el gobiernode Dios que pone fin al actual curso del mundo, que aniquila todolo que se opone a Dios, todo lo satnico bajo cuyo mando se debateahora el mundo y con ello, poniendo fin a toda estrechez y a todosufrimiento, trae la salvacin al pueblo de Dios, que aguarda elcumplimiento de las predicciones de los profetas. La venida de lasoberana divina es un acontecimiento maravilloso que acontece sinla intervencin del hombre; Dios acta nicamente.

    Con tal anuncio se halla Jess en el contexto hZJtrico de la ex-pectacion Juda del final y del futuro. Ciertamente es claro que noest influido por la concepcin, viva an en ciertos grupos delpueblo judo, de la esperanza nacional, que entiende el tiempo desalvacin que Dios aporta como un restablecimiento de lo antiguo,entendido a la luz del ideal prometido a la casa de David. Jess nohabla ni una palabra acerca del mesas-rey que pulverizar a los ene-migos del pueblo; ninguna palabra acerca de la soberana de Israelsobre la tierra, de la reunin de las doce tribus ni de la dicha en elrico pas, bendecido por la paz. Por el contrario, el anuncio de Jessest en el contexto de la esperanza de otros grupos, de la que nos datestimonio, sobre todo, la literatura apocalptica. Se trata de una es-

    peranza que no aguarda la salvacin de un cambio maravilloso delen hIStf((O, de la situacin socral o poltrca, S1l10 de una latstrofecsrmca que pondr fm total al actual decurso del mundo. Presu-puesto de esta esperanza es la VISIn pesrrrusta-duahsta de la corrup.cin satn a de todo el uruverso. Esta concepcin encuentra suexpresin en la doctrrna especial de los dOJ eones en los que est dr-vrdido el curso del mundo: el VIeJO en se encamina hacia su frn yelnuevo rrrurnprr bajo sobresaltos y angustias. DJOs ha determmadoel curso del viejo mundo sealando sus perodos y cuando llegue elda sealado por l, tendr lugar el jurero del mundo, que ser realr-zado por l o por su representante, el hijo del hombre, que Vienesobre las nubes del crelo. Los muertos resucitarn y tanto las al-erones buenas como las malas recibirn su recompensa. La salvacinde los piadosos consisur no en una pltora esplendorosa de brenesnac tonales, smo en una exuberancia paradisaca. En el contexto deesta esperanza se halla la predrcacin de Jes~. CIertamente faltanen ella todas las doctas y fantsncas especulaciones de la~ajJowlplzWI. Jess no vuelve su mirada, como aqullos, halla atrsa los ya transe urndos perodos del mundo 111 establece ck ulo algu-no a(en a de cundo tendr lugar el frn del mundo; l no llama laarene In sobre seales en la naturaleza o en la historra de lospueblos de las que puede descifrarse la fecha del fmal de los uern-po~. Renuncia, por otra parte, a toda descnpcin del jurero, de laresurreu rn de los muertos y de la futura bienaventuranza. Todoqueda en un segundo plano ante la Idea de que Dios remar enton-(es Tan slo enconrrarnos en su predrcacrn algunos rasgos deseo-nectados, proveruentes de la presentacin del futuro que ofrec e laapO(alptna

    Apenas SI se habla de la opostcin de ste y de aquel en. Loslugares que hablan de los hIJOS de este mundo (uo 1"OU UIWVOC;1"OlJ1"OlJ) (Le 16, 8, 20, 34 s), y los que hablan de la recompensa ala fidehdad en el en venidero (Me 10, 30) son secundarrosQUIzs sea autntica tradu rn el empleo de al final del mundo(alJV1EAEta 1"OU uIWVOC;) (Mt 13, 49), ciertamente secundano en laexphcac in de la comparacin (Mt 1J, 39 s: 24, 3). Este momen-to (KUtpOC; OlJ1"OC;) , en senudo de presente que se halla delanredel final escatolgn o, es orrginal en Le 12, 56, seLUndano, en. ambro en M( 10, 30, en contraposicin a SIglo venIdero(epx.tEvOC; nuov]

    Es crertaruenre claro que Jess tiene la convrccrn de que duem-po de e~te mundo ha transcurndo ya Prueba esta afirmaun el corn-pendio de su predu acrn que encontramos en Me 1, 15: El uempose ha cumplido y el remo de DIOS est cerca (1tE1tA]pYCUt KUtpbC;

  • 44 La predicacin de Jess La predicacin escatolgica 45

    xni fyytKEV T /3aatA-Ea ro SWi). Jess est convencido de que el ac-tual curso del mundo se encuentra bajo la soberana de Satn y de susdemonios, cuyo plazo ha transcurrido ya (Le 10, 18). El espera la venida del Hijo del hombre como juez y como portador de la salva-in (Mc 8, 38; Mt 24, 27 par. 37 par. 44 par.; [Mt 10, 23; 19, 28];L 12, 8 s f =o Mt 10, 32 s]: 17, 30?)2. Espera la resurreccin de losmuertos (Mc 12, 18-27) Yel juicio (Le 11, 31 s par.). El comparte laidea del fuego del infierno al que son arrojados los condenados (Mc9, 43-48; Mt 10, 28). Para la bienaventuranza de los justos emplea lasimple designacin de vida (swl) (Mc 9, 43-45). Es cierto que hablade la comida celestial en compaa de Abrahn, de Isaac y de jacob(Mr 8, 11) Ytambin de la esperanza de volver a beber el vino en elreino de Dios (Me 14, 25); pero l dice tambin: cuando resucitende entre los muertos ni pedirn ni sern pedidos en matrimonio, sinoque sern romo los ngeles del cielo (Mc-{2, 25).

    2. Podemos decir ciertamente que Jess toma la imagenapocalptica del futuro, pero reducindola fuertemente. Lo nuevo ypropio es, sin embargo, la seguridad con la que l dice: Ahora hallegado e! tiempo! E! reino de Dios irrumpe. Ha !!ef!,ado elfina!!.Este es el sentido que encierran las palabras:

    iSalve a los ojos que ven lo que vosotros veis!Porque yo os digo:Muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis y no lo vieron.Quisreron or lo que vosotros osy no lo oyeron (Le 10. 23s par.).

    Ahora no es el tiempo de lamentos ni de ayunos; ahora es eltiempo de la alegra romo en el tiempo de las bodas (Me 2, 18 s).Por ello proclama l ahora a los que esperan: [Salvacin avoso t ros I:

    Salva

  • 46 La preatcacton de Jesus La predlcaclOn escatotogtca 47

    nulla brota y crece y l no sabe cmo Por s nusrna produce la tierrasu fruto prrmero tallo, despus espiga y por ltimo, trigo maduroen la espiga Cuando el fruto est maduro, entonces enva l a lossegadores porque la cosecha ha llegado (Me 4, 26-29)

    De esta parbola de la simiente que crece por si misma no eslu rto conc luir -en ella el punto culminante es por smlsma-que el reino de DIOS es una rnagrutud que crece en eltiempo por el contrarro se presupone que su venida es un mtlagromdependienre totalmente de la actuacin humana Tan mtlagrosocorno el crecer y madurar la srrruente, que acontece sin que elhombre lo entienda m Intervenga Est lejos de Jess y de sus con-temporaneos pensar el crecirruento de la strruente como un procesonatural de desarrollo Se hale claro el sentido de la parbola SI tene-mos en cuenta una parbola semejante transrruuda en 1 Cle 23, queIntenta poner de relieve la segundad de que tendr lugar el JUICIOdrvrno Oh, vosotros, necios' Comparaos con un rbol, porejemplo, con una via Primero se despoja de la hojas vrejas, des-pues despuntan los nuevos tallos, despus las hojas, luego florece y,al frn, el fruto Luego tenemos el fruto maduro, la uva sazonadaVosotros veis qu pronto llega el fruto a madurar En verdad, rpiday repentinamente se realizar la decrsin de DIOS

    Tarnpoco las parbolas del grano de mostaza y de la levadura(Me 4, 30-)2 o Mt 13, 31 s par) hablan de un proceso paulatino delremo de DIOS dentro de la historra Su poznte es la contraposrcinde la pequeez de sus corruenzos y de la magnitud que alcanza alfinal, no qUIeren ensear sobre el proceso que va de pnncrpio a fin1 anto el corruenzo corno la consumar.rn del remo de DIOS son rru-lagrosos y milagroso es el acontecrmiento que mtroduce la consuma-un Por corruenzo deberamos entender la aparrcin y actuacin deJesus SI las parbolas hablasen en concreto de comienzo y consuma-un del remo de DIOS Pero esto es, naturalmente, mcierto Las pa-rabolas afines en el Pastor de Hermas (mand V, 1, 5s, XI, 20s) dela gota de ajenjo que torna amargo un cubo de miel y de la piedrade graruzo cuya cada puede causar gran dolor, tienen un senudototalmente diferente, aqulla debe mostrar cmo el eJerCIcIO en lapacrencia es anulado por una recada en la Ita, sta pretende tlustrarel poder del espintu drvmo Sera posible que las parbolas del gra-no de mostaza y de la levadura trataran ongrnanarnenre de unhombre y qursiesen adoctrinarlo, sea amonesrando, sea consolando,de la grandeza a la que se puede llegar aun partiendo de comienzosmsrgruficanres

    De Igual manera que en estas parbolas, la frmula Introducto-na OIlOW eonv = es semejante o CJllol>9T] tl /3aatAew twv oupavwv

    = el remo de los cielos es semejante en las llamadas parbolasdel rezno de Mt (13, 4445, 18, 23, 20, 1, 22, 2, 25, 1) no dileque la magnitud mencionada en la parbola deba ser comparadacon el lema de DIOS, S1l10 quc la parbola ensea de alguna mane-ta la verdad que afecta al remo de DIOS, pOI ejemplo, que el remode DIos exige ~a( rrhc ros de los hombres, porque cuando se dice enMt 13, 45 el remo de los cielos se asemeja a un comerciante es laro que ti cornerc rante no es un modelo del remo de DIOS, srnoque su actuacron es modelo de la conducta que exige el remo deDIOS Por lo dernas, la formula mtroductona se debe, en muchasocasiones al menos, a la reda In del evangelista, falta en el para-lelo de l c (14, 16), de Mt 22, 2 Y no se encuentra en absoluto enlas parabolas peculiares de u J

    ) lodo lo que el hombre puede hacer en relacin con lairrupc In del remo de DIOS es mantenerse preparado o prepararseAhora es el uempo de la deasion y la llamada de Jess es la Ilamada a la decwn La rema del SUD> V1l10 una vez para escucharla sabidura de Salomn, los ruruvrtas hrcieron perutencra cornorespuesta a la predicacrn de Jons Mitad aqu hay uno que esmayor que Salomn' Aqu hay uno que es ms que Jons' (Le11, 3s par) OHhoso qUIen no se escandaliza en m (Mt 11, 6par)

    En el fondo es l mismo en ru persona la seal del tiempoCon todo, el Jess hrstnco de los srnpticos no exige el reconou-rruento, la fe en su persona como el Jess Juaneo El no seproclama corno el mesas, es decrr, el rey del tiempo de la salva-(IOn, sino que apunta, ms bren, al hIJO del hombre que vendr,corno a otro disnnto de l El en su persona significa la exigenciade la de~llln, en la medrda en que su llamada es la ltima pa-labra de DIOS antes del fm y corno tal llama a tomar una decisinAhora es la ltima hora, ahora slo vale s o no Ahora es cuandose pregunta SI uno quiere a DIOS y su remo o al mundo y susbienes, la decisin debe ser radical Nadie que pone su manosobre el arado y mita atrs emerger para el remo de DIOS (Lc 9,62) Sguerne y deja que los muertos entierren a los muertos (Mt8, 22 par) QUIen viene a m y no odia a su padre y madre, mu-jer e hIJOS, hermanos y hermanas, me.luso a s mismo, no puede

    3 Para la mrerpretacron de las para bolas en general comparar Ad julicherDie Gietcbntsreden )esu l 21899 11 21910 R Bultmann Die Geschtcbte dersvnopttschen Tradttton )1980 179222 (alli se encuentra mas brbhografra) ] ]eremias Las paraba/as de )esus 1971 W Michaehs Die Gietchnisse )esu 1956

  • 48 La preatcacuin de Jess La expltcactn de la exigencia de DIos 49

    ser mi dIScpul>~ (~ 14, 26 par). Quien no lleva su cruz y me sigueno puede ser mr discpulo (Lc 14, 27 par o Me 8, 34).

    El mismo se ha mamfestado desligado de los familiares: quienhace la voluntad del Padre, ste es rru hermano y hermana y madre

    (M~ 3, 3'. De esta manera ha arrancado por medio de su palabra alegiones de personas de su patria y de su oficio, gentes que le seguanpor sus correras como dtscpulos (Me 1, 16-20; 2, 14). Entre tanto,no ha fundado l una orden o una secta, y no digamos nada de unaiglesia, m ha estimulado a todos a abandonar casa y famiha.

    Las palabras acerca de la construccin de la Iglesia (KKA-Taa)(Mt 16, 18), as como Mt 16, 17-19 han sido formadas tardamentepor la comunidad 4

    .Todos son interpelados a tomar una decisin, a definirse dndequieren colgar su corazn: si de DlOS o de los bienes del mundo.No acumulis tesoros sobre la tierra ... Porque donde est tu tesoroall est tambin tu corazn (Mt 6, 19-21 par). Nadie puede servir

    a~ dos seores (Mt 6, 24 par). Cun peligrosa es la riqueza' Msfcilmente puede un camello pasar por el ojo de una aguja que unneo en el reino de DlOS (Mc 10, 25). La mayora de las personas es-tn atenazadas por los bienes y cuidados terrenos y cuando tienenque tomar una decisin fracasan, como lo pone de manifiesto la pa-rbola del banquete de bodas (Le 14, 1)-24 par). Es til poner enclaro lo que el hombre desea, de qu prestaciones es capaz, cmodeben ser reunidos los medios previamente para construir una torreo.para emprender una campaa militar (Le 14, 28-32). Pero es pre-CISO estar dispuesto a cualquier sacrificio por el reino de Dios, a se-mejanza del labrador que encuentra un tesoro y vende todo parapoder comprarlo, o como el mercader que vende todo para adquiriruna perla preciosa (Mt 13, 44.46).

    4 Cf Die Geschtcht der synop Tr, 9147-150 277 s , Theol Bl 20 (1941) 265-279 Sobre la discusin del problema, informa Insuperablemente O Linton, DasProblem der Urlurcbe m der neueren Forschung, 1932 A parnr de esa fecha, cf R NF!ew, Jesus and hts church, 1938, J B Bernardin, Tbe church m the NT AnglrcanTheol Rev 21 (1939) 153-170, F C Grant, The nature oftbe church (Ibid 190-2q4),B Scott Easton, The church m the NT(lbld 22 [1940]157-168), F -J Leenhardt, Etu-des sur l'gltse dans le NT, 1940 Especialmente N A Dahl, Das Volk Gottes, 21963,W G Kummel , Ktrchenbegnff und Geschtchtsbewusstsem m der Urgememde undbezJesus (5ymb/ Btbl Upsal 1), 21968, Id , Jesus u dte Anftnge der Kircbe StudTheol 7 (1954) 1-27, A Oepke, Der Herrensprucb uber dte Ktrche Mt 16, 17 19 mder neuesten Forschung Stud Theol 2 (1948) 110-16';, E Fascher, Petrus, en Pauly-Wlssowa-Krol1, Realenzykl der Kfass AltertumswtSS XIX