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EL RESUMEN COMO EXPRESIÓN ABREVIADA DEL CONTENIDO MÁS SIGNIFICATIVO DE UN TEXTO Fernando Carratalá Teruel

Teoría y práctica del resumen

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Teoría y práctica del resumen

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  • EL RESUMEN COMO EXPRESIN ABREVIADADEL CONTENIDO MS SIGNIFICATIVO

    DE UN TEXTO

    Fernando Carratal Teruel

  • Resumen y esquema: diferentes formas de reproducir los aspectos ms significativos de una informacin.

    Por medio del resumen se da una nueva forma a la exposicin de una informacin, dejndola reducida a sus aspectos ms esenciales y significativos. [Resumir, segn el DRAE, consiste en reducir a trminos breves y precisos, o considerar tan solo y repetir abreviadamente, lo esencial de un asunto o materia]. Y al ser el esquema uno de los procedimientos que tambin se emplean para efectuar la sntesis de una informacin, creemos necesario diferenciarlo del resumen, para evitar no slo una mera confusin terminolgica. Y no basta con definir el esquema -tal y como hace el DRAE- como representacin de una cosa atendiendo solo a sus lneas o caracteres ms significativos.

    El esquema sirve para exponer los datos ms relevantes de una informacin, s; pero convenientemente organizados y jerarquizados en funcin de su importancia conceptual, y representados grficamente de forma tal que resulte visible la relacin de interdependencia que existe entre ellos. As pues, y para facilitar su entendimiento, el esquema vertebra -dando organizacin y cohesin- y, a la vez, visualiza -permitiendo su reconocimiento a simple vista-, las ideas de un texto, distribuyndolas en funcin de su mayor o menor relevancia, y manifestando, por tanto, el grado de jerarqua entre unas y otras. [Para que la estructura y contenido conceptual de un esquema puedan captarse con una rpida ojeada, es necesario acudir a una disposicin grfica en la que las ideas se presenten ordenadas en funcin de su importancia conceptual. A nuestro entender, esta es la disposicin grfica ms aconsejable: la proximidad o distanciamiento del margen izquierdo del papel determinar la mayor o menor importancia de las ideas, de manera que una idea ser tanto menos importante cuanto ms se aleje del margen izquierdo; y as, las ideas menos importantes se colocarn debajo y a la derecha de las principales a las que se hallen subordinadas].

    Y frente al esquema, el resumen se limita a expresar, de forma breve y precisa, el contenido ms relevante de una informacin, presentada en lnea recta -rengln tras rengln-, hasta configurar un nuevo texto con estructura propia.

    Principales caractersticas de un resumen.

    Presentamos a continuacin algunas de las caractersticas que, a nuestro juicio, debe poseer un resumen; caractersticas que ms adelante iremos justificando ampliamente.

    Extensin proporcionada -es decir, que la extensin del resumen no ha de ser ni demasiado grande ni demasiado pequea en relacin con el texto de procedencia-. Aun cuando el nivel de retoricismo o de conceptuosidad con que est concebido un texto es uno de los principales factores que influye en la

  • extensin del resumen del mismo, proponemos, como simple hiptesis -que habr que confirmar o desechar, a la vista del texto original-, que la extensin del resumen oscile en torno al 25% en relacin con la del original del cual procede.

    Compatibilidad entre brevedad y claridad. El resumen ha de ser, a la vez, breve -o sea, de corta extensin- y claro -es decir, inteligible, fcil de comprender-. Brevedad y claridad pueden alcanzarse empleando el lxico con la propiedad y precisin debidas, recurriendo a una sintaxis en la que predomine la parataxis -coordinacin- sobre la hipotaxis -subordinacin-, y condensando -cuando sea posible- varios pargrafos del original en uno solo, lo que implica el empleo del punto y seguido con preferencia al punto y aparte.

    Objetividad, incompatible con interpretaciones subjetivas de la informacin. Aunque el resumen se efecta siempre desde una perspectiva personal que, en ltimo trmino, es la responsable de la seleccin de la informacin, nunca debe traicionarse en l, con valoraciones subjetivas, el mensaje del texto original o la intencin ltima del autor al escribirlo.

    Exclusin de informaciones complementarias que no figuran recogidas en el original. Debe evitarse la incorporacin al resumen de nuevas ideas que presuntamente enriqueceran la informacin ofrecida por el texto original, porque ello supondra una grave alteracin de aqul, que incluso podra desvirtuar gravemente su sentido.

    Empleo de medios lingsticos expresivos de carcter personal, capaces de configurar un estilo propio. El resumen se efectuar empleando los propios medios de expresin lingstica, y no los usados por el autor del original, cuyo estilo ha de evitarse, adems, reproducir, en beneficio de un estilo personal propio.

    Estructura perfectamente vertebrada que garantice la coherencia y cohesin interna. Puesto que el resumen es un nuevo texto independiente del original del que procede -aun cuando haya de remitir a l fcilmente-, ha de poseer una estructura interna propia que relacione coherentemente sus diferentes partes y manifieste su carcter unitario.

    Expresin gramaticalmente correcta. En todo momento el resumen ha de resultar correcto desde el punto de vista gramatical; y la necesaria concisin -brevedad y economa de medios en el modo de expresar las ideas con exactitud- en modo alguno ha de lograrse violentando la sintaxis o envileciendo la expresin.

  • I. Extensin idnea para un resumen

    Las dimensiones de un resumen dependen, en buena medida, de la naturaleza del texto de referencia. Y as, por ejemplo, un texto puede resultar excesivamente largo no por la riqueza de las ideas que contiene -que pueden ser muy pocas-, sino por la retrica con que estn desarrolladas; y, a la inversa, con poca extensin, un texto puede albergar un cmulo de ideas relevantes. De igual manera, un original puede presentar una significativa divisin en pargrafos -cada uno de los cuales servira para expresar una idea completa-, o bien puede prescindir de los puntos y aparte, en busca de una mayor concatenacin lgica de las ideas; circunstancias que, de alguna forma, podran afectar tambin a la extensin -mayor o menor- del resumen.

    Pero, en cualquier caso, y sin entrar a considerar otros factores de tipo sintctico y estilstico que condicionan la redaccin del texto original, la extensin idnea de un resumen podra oscilar entre un veinte y un treinta por ciento de la del texto de referencia. Y as, por ejemplo, para un original de 40 lneas, el resumen puede alcanzar las 10 lneas -entre 8 y 12-; y para un original de 60 lneas, el resumen puede oscilar en torno a las 15 lneas -entre 12 y 18-. Esta forma de calcular la extensin de un resumen tiene la consideracin de mera hiptesis -que habr de ser confirmada o rechazada con el texto original a la vista-, pero ayuda a eliminar el riesgo de convertir el resumen en una simple parfrasis del original o, por el contrario, en unas cuantas lneas -no siempre coherentes- que mutilan la informacin esencial y que, por no remitir al texto original, no podran ser entendidas por un lector que lo desconociera.

    Sea como fuere, ha de tenerse presente, que la disminucin de palabras que con respecto al original implica todo resumen no debe afectar al contenido significativo de aqul, sino tan solo a las ideas accesorias; pero, tambin, que debe evitarse caer en la palabrera vana efectuando una parfrasis hueca del texto, amplificacin contraria a la propia esencia del resumen.

  • Aplicaciones prcticas.

    Ofrecemos seguidamente dos textos de Camilo Jos Cela, pertenecientes a Viaje a la Alcarria, acompaados de su correspondiente resumen. En el primero de los textos, Cela nos aproxima a la realidad rural de Taracena y al carcter afable de sus gentes; y, en el segundo texto, nos sumerge en el ambiente escolar de Casasana, pedaggicamente caduco, y en el temperamento laborioso de sus gentes, dedicadas con abnegacin a los trabajos agrcolas. Ambos textos son muy desiguales en extensin -el que Cela dedica a Casasana duplica la extensin del dedicado a Taracena-. No obstante, se ha procurado que la extensin de los resmenes est en consonancia con la informacin ms o menos relevante de los originales. En este sentido, el resumen del texto que hemos titulado Taracena y sus gentes es necesariamente breve, brevedad a la que no es ajena su carcter predominantemente descriptivo; y ms extenso es el resumen del texto que hemos titulado La escuela de Casasana, no ya porque lo sea el original del que procede, sino porque dicho texto -que rezuma irona, y en el que se entremezclan elementos descriptivos, dialogados y narrativos- posee abundantes datos significativos que no pueden pasar desapercibidos a un lector avisado.

    [Citamos por la edicin de Jos Mara Pozuelo Yvancos. Editorial Espasa-Calpe. Coleccin Austral, A-131. Taracena y sus gentes es un fragmento del captulo III (Del Henares al Tajua), pgs. 97-98; y La escuela de Casasana es un fragmento del captulo IX (Casasana, Crcoles y Sacedn), pgs. 199-200].

  • [Taracena y sus gentes]

    Taracena es un pueblo de adobes, un pueblo de color gris claro, ceniciento; un pueblo que parece cubierto de polvo, un polvo finsimo, delicado, como el de los libros que llevan varios aos durmiendo en la estantera, sin que nadie los toque, sin que nadie los moleste. El viajero recuerda a Taracena deshabitado. No se ve un alma. Bajo el calor de las cuatro de la tarde, slo un nio juega, desganadamente, con unos huesos de albaricoque. Un carro de mulas -la larga lanza sobre el suelo- se tuesta en medio de una plazuela. Unas gallinas pican en unos montones de estircol. Sobre la fachada de una casa, unas camisas muy lavadas, unas camisas tiesas, rgidas, que parecen de cartn, brillan como la nieve.

    El viajero habla con la tabernera. -Hay agua en el pueblo, seora? -S, seor, mucha agua. Y muy buena. Aqu tenemos la misma agua que en la capital. Y toda la que queremos. El viajero sale de nuevo al camino; como es el primer da lleva las piernas algo torpes y cansadas. La tabernera se asoma a la puerta, a despedirlo. -Adis, que tenga usted suerte. Va usted a Zaragoza? -Adis, seora, muchas gracias. No, le aseguro que no voy a Zaragoza.

    El viajero piensa en la despedida de los hombres que van de camino, que es un poco la despedida a las gentes a las que ya no se volver a ver jams. El adis, que tenga usted suerte, que dice la campesina, o la tabernera, o la arriera, o la pastora, es una despedida para siempre, una despedida para toda la vida, una despedida llena, aun sin saberlo, de dolor: un adis, que tenga usted suerte, en el que se ponen el alma y los cinco sentidos.

  • Apoyo lxico.

    Adobe. Masa de barro mezclado a veces con paja, moldeado en forma de ladrillo y secado al aire, que se emplea en la construccin de paredes o muros.Ceniciento. De color de ceniza, gris claro.Lanza. Vara de madera que va unida por uno de sus extremos a la parte delantera de un carro y sirve para darle direccin. A sus lados se colocan las caballeras que han de hacer de tiro.Arriera. La que lleva bestias de carga de un lugar a otro.Poner los cinco sentidos. Dedicarle extraordinaria atencin a una persona o cosa; y tambin, profesarle entraable afecto o singular estimacin.

    Resumen del texto de Cela Taracena y sus gentes.

    Cela recala en Taracena, pueblo con casas de adobe y abundante agua, y tiene ocasin de comprobar la afabilidad de sus gentes -dedicadas a trabajos agropecuarios- con cuantos ocasionales viajeros les visitan.

  • [La escuela de Casasana]

    El viajero se lava un poco en el portal de la posada, mientras le preparan la comida. A travs de un tabique se oye cantar a las nias de la escuela. La escuela de Casasana es una escuela impresionante, misrrima, con los viejos bancos llenos de parches y remiendos, las paredes y el techo con grandes manchas de humedad, y el suelo de losetas movedizas, mal pegadas. En la escuela hay -quizs para compensar- una limpieza grande, un orden perfecto y mucho sol. De la pared cuelgan un crucifijo y un mapa de Espaa, en colores, uno de esos mapas que abajo, en unos recuadritos, ponen las islas Canarias, el protectorado de Marruecos, y las colonias de Ro de Oro y de Golfo de Guinea; para poner todo esto no hace falta, en realidad, ms que una esquina bien pequea. En un rincn est una banderita espaola. En la mesa de las profesora hay unos libros, unos cuadernos y dos vasos de grueso vidrio verdoso con unas florecitas silvestres amarillas, rojas y de color lila. La maestra, que acompaa al viajero en su visita a la escuela, es una chica joven y mona, con cierto aire de ciudad, que lleva los labios pintados y viste un traje de cretona muy bonito. Habla de pedagoga y dice al viajero que los nios de Casasana son buenos y aplicados y muy listos. Desde afuera, en silencio y con los ojillos atnitos, un grupo de nios y nias mira para dentro de la escuela. La maestra llama a un nio y a una nia.

    -A ver, para que os vea este seor. Quin descubri Amrica? El nio no titubea. -Cristbal Coln. La maestra sonre. -Ahora, t. Cul fue la mejor reina de Espaa? -Isabel La Catlica. -Por qu? -Porque luch contra el feudalismo y el Islam, realiz la unidad de nuestra patria y llev nuestra religin y nuestra cultura allende los mares. La maestra complacida, le explica al viajero: -Es mi mejor alumna. La chiquita est muy seria, muy poseda de su papel de nmero uno. El viajero le da una pastilla de caf con leche, la lleva un poco aparte y le pregunta: -Cmo te llamas? -Rosario Gonzlez, para servir a Dios y usted. -Bien. Vamos a ver, Rosario, t sabes lo que es el feudalismo? -No, seor. -Y el Islam? -No, seor, eso no viene. La chica est azarada y el viajero suspende el interrogatorio.

  • El viajero almuerza pronto, a eso de las once, y despus se va a una taberna, a una de las escassimas tabernas que hay en Casasana, a charlar con algunos hombres que han hecho un alto en el trabajo. La gente de Casasana es muy trabajadora, tanto, que les llaman cuculilleros (por cuclilleros) porque, para poder madrugar y marchar al campo en seguida duermen, segn se murmura, en cuclillas: encuculillas, como dicen ellos.

    Notas relativas al contexto del texto.

    1. El protectorado de Marruecos y las colonias de Ro de Oro y de Golfo de Guinea figuran en el mapa de Espaa porque en la poca en la que Cela recorra la provincia de Guadalajara -junio de 1946- formaban parte del territorio espaol.

    2. Las florecillas silvestres sobre la mesa de la profesora entretejen los colores de la bandera republicana: amarillas, rojas y de color lila.

    3. Las respuestas de la mejor alumna de la escuela a las preguntas de su maestra sobre el reinado de los Reyes Catlicos no slo ponen en evidencia una prctica pedaggica en que se da ms importancia a la memoria que a la inteligencia, sino que subraya la orientacin ideolgica oficial que impregna la escuela de la poca, dedicada a contemplar pretritas grandezas, refugiada en los esplendores gloriosos de un pasado que contrastaba penosamente con las miserias, atrasos y estado de abandono del mundo rural.

    4. Cuando a alguien le preguntaban por su nombre, era preceptivo aadir en la respuesta la coletilla para servir a Dios y a usted, frase que alienta el espritu de servicio y que pone a Dios como norte de la vida. Un tpico ms de la educacin de la poca.

    Resumen del texto de Cela La escuela de Casasana.

    Cela visita la escuela de Casasana, una escuela con instalaciones muy deficientes y los enseres propios de la poca: el crucifijo, el mapa de Espaa -con las posesiones coloniales- y la bandera nacional. La charla que Cela mantiene con la joven maestra, preocupada por la pedagoga, y con la nia considerada como la mejor alumna pone de manifiesto la inutilidad de un sistema de enseanza basado en el memorismo: a preguntas de cultura general sobre el reinado de los Reyes Catlicos, la nia responde con palabras que no entiende, aprendidas de memoria y vacas de contenido. La estancia posterior de Cela en una de las escasas tabernas que hay en Casasana le permite comprobar el carcter laborioso de sus gentes, que duermen en cuclillas -en cuculillas- para acudir antes a las tareas agrcolas.

  • II. Compatibilidad entre brevedad y claridad

    No es concebible un resumen que no sea breve, es decir, de corta extensin. Sin embargo, la brevedad no ha de ir en detrimento de la claridad del mismo, lo que implica que ha de resultar, adems, inteligible, o sea, fcil de comprender. Desde una perspectiva lxico-semntica, una manera de hacer compatibles la brevedad y claridad consiste en emplear los vocablos no slo con concisin y exactitud rigurosa (es decir, con la debida precisin lxica), sino tambin con el sentido peculiar y exacto que les corresponde en razn del contexto en que estn insertos (o sea, con la necesaria propiedad lxica). Y, desde una perspectiva morfosintctica, la brevedad puede alcanzarse recurriendo a una sintaxis en la que predominen los elementos nucleares (nombres, verbos) y las oraciones independientes. Es, pues, preferible este tipo de sintaxis gil y rpida, frente a una sintaxis lenta y retardataria, que implica el uso de modificadores (adjetivos y adverbios), oraciones subordinadas, reiteraciones, comparaciones, etc. Por otra parte, el predominio de la construccin paratctica (coordinacin) sobre la hipotctica (subordinacin) contribuir, sin duda, a la sencillez del estilo, que, en el otro caso, se volvera retrico.

    Al resumir ser, adems, necesario -en relacin con el texto original- suprimir nexos, trminos innecesarios, repeticiones lxicas y, en general, cuanto pudiera originar una cierta pobreza expresiva. Por otra parte, usando el punto y seguido con preferencia al punto y aparte -para condensar, cuando sea posible, varios pargrafos en uno solo- se lograr esa brevedad que todo resumen exige. Y, en todo momento, en el resumen se prescindir de palabras ociosas destinadas a proporcionarle una aparente calidad literaria.

    Aplicaciones prcticas.

    Seguidamente ofrecemos un texto de Santiago Ramn y Cajal, acompaado del correspondiente resumen, que se ha efectuado procurando dotarlo de la extensin ms idnea, en razn del contenido del original. En cualquier caso, la brevedad del resumen no es obstculo para interpretar rectamente el sentido ltimo que encierran las palabras de Ramn y Cajal.

    [Citamos por la obra Reglas y consejos sobre investigaciones cientficas: Los tnicos de la voluntad. Pozuelo de Alarcn (Madrid), editorial Espasa-Calpe (Grupo editorial Planeta), 2005. Coleccin Nueva Austral, nm. 232].

  • Para terminar con la vulgar filosofa condensada en la reputada mxima Quien mucho abarca, poco aprieta, en contraposicin al no menos acreditado El saber no ocupa lugar, sanos lcito hacer una comparacin vulgar. El entendimiento inquisitivo es como un arma de combate. Si en ella se labra un solo filo, tendremos una espada tajante. Si dos, el arma podr cortar todava,aunque menos eficientemente; pero si le sacamos tres o cuatro, la agudeza de los filos ir disminuyendo hasta convertirse en inofensivo cuadrillo. Una bayoneta podra, en rigor, cortar todava; mas para ello precisa formidable energa motriz; mientras que una daga bien afilada resulta terrible aun en las manos de un nio.

    Como acero informe, nuestro intelecto representa una espada en potencia. Merced a la forja y lima del estudio, transfrmase en el agudo y templado escalpelo de la ciencia. Labremos el filo por un solo lado o por los dos, a lo ms, si queremos conservar su eficacia analtica y herir a fondo el corazn de las cuestiones, y dejemos a los bobalicones del enciclopedismo que transformen su entendimiento en inofensivo cuadrillo.

    Apoyo lxico.

    Inquisitivo. Que indaga, averigua o examina cuidadosamente las cosas o es inclinado a ello.Eficientemente. Con eficiencia; que es la virtud y facultad para lograr un efecto determinado. Cuadrillo. Arma arrojadiza de madera, que llevaba en el extremo una punta de hierro, de forma piramidal.Bayoneta. Arma blanca que usan los soldados de infantera, complementaria del fusil, a cuyo can se adapta exteriormente junto a la boca. Modernamente ha sido reemplazada por el cuchillo bayoneta.Daga. Arma blanca, de hoja corta y ancha, provista de guarnicin para proteger el puo. Escalpelo. Instrumento de ciruga en forma de cuchillo pequeo, de hoja estrecha y puntiaguda, y que se usa en las disecciones anatmicas, autopsias y vivisecciones.Bobalicones del enciclopedismo. Metfora con la que Ramn y Cajal se refiere a aquellos que defienden la posibilidad de un saber enciclopdico o no especializado: de un estudiarlo todo para saberlo todo.

    Resumen del texto de Ramn y Cajal.

    Ramn y Cajal argumenta en favor del saber especializado para que la investigacin cientfica progrese adecuadamente: el entendimiento es como una afilada espada que debe afrontar las cuestiones cientficas con eficacia analtica, sin perderse en enciclopedismos estriles.

  • III. Objetividad, incompatible con interpretacionessubjetivas de la informacin

    Todo resumen se realiza desde una perspectiva personal, puesto que la eleccin de aquella informacin que debe conservarse o de aquella otra que se ha de suprimir del texto original responde a una decisin subjetiva. Sin embargo, y a pesar de dicho subjetivismo en la seleccin de la informacin, el resumen debe poseer ese nivel de objetividad que garantice que no se traiciona ni mensaje del texto original ni la intencin ltima del autor al escribirlo. Por lo tanto, el resumen en ningn caso debe reflejar el modo de pensar o de sentir de quien lo efecta en relacin con el contenido del texto, sino que se limitar a condensar la informacin ms relevante de dicho original y a expresarla en trminos precisos.

    La objetividad en la expresin puede alcanzarse haciendo un uso conceptual y no efectivo de la lengua, a la que han de ser ajenos cuantos recursos pudieran sugerir emociones estticas. Las palabras se emplearn, por tanto, con cuidada propiedad lxica, de acuerdo con su significado nocional o denotativo, y atenuando al mximo sus valores connotativos. En este sentido, los adjetivos calificativos deben usarse con suma precaucin y recordando el siguiente principio: denotacin (objetividad y rigor): valor descriptivo-especificativo; connotacin (subjetividad y afectividad): valor afectivo-expresivo.

    Aplicaciones prcticas.

    Seguidamente se presentan dos textos de autores guatemaltecos: el primero, del Premio Nobel de Literatura (1967) Miguel ngel Asturias; el segundo, de Flavio Herrera. Los textos se acompaan de sendos resmenes de los mismos, en los que se ha pretendido respetar escrupulosamente la informacin de los originales, tratndola con la mxima objetividad.

    [Citamos por la edicin -de El seor presidente, de Miguel ngel Asturias- de Alianza editorial (Grupo Anaya), Madrid, 2008; coleccin El libro de bolsillo, Biblioteca de autor, nm. 396. El texto de Flavio Herrera -otro de los grandes escritores guatemaltecos, y mximo representante de la llamada literatura criollista- pertenece a su libro de cuentos titulado, preciamente, La lente opaca (1921)].

  • Ese animal

    En palacio, el Presidente firmaba el despacho asistido por el viejecito que entr al salir el doctor Barreo y or que llamaban a ese animal. Ese animal un hombre pobremente vestido, con la piel rosada como ratn tierno, el cabello de oro de mala calidad, y los ojos azules y turbios perdidos en anteojos color de yema de huevo. El Presidente puso la ltima firma y el viejecito, por secar de prisa, derram el tintero sobre el pliego firmado. -ANIMAL! -Se...or! -ANIMAL! Un timbrazo..., otro..., otro... Pasos y un ayudante en la puerta. -General, que le den doscientos palos a ste, ya, ya! -rugi el Presidente; y pas en seguida a la Casa Presidencial. La comida estaba puesta.

    A ese animal se le llenaron los ojos de lgrimas. No habl porque no pudo y porque saba que era intil implorar perdn: El Seor Presidente estaba como endemoniado con el asesinato de Parrales Sonriente. A sus ojos nublados asomaron a implorar por l su mujer y sus hijos: una vieja trabajada y una media docena de chicuelos flacos. Con la mano hecha un garabato se buscaba la bolsa de la chaqueta para sacar el pauelo y llorar amargamente -y no poder gritar para aliviarse!-, pensando, no comoel resto de los mortales, que aquel castigo era inicuo; por el contrario, que bueno estaba que le pegaran para ensearle a no ser torpe -y no poder gritar para aliviarse!-, para ensearle a hacer bien las cosas, y no derramar la tinta sobre las notas -y no poder gritar para aliviarse!... Entre los labios cerrados le salan los dientes en forma de peineta, contribuyendo con sus carrillos flccidos y su angustia a darle aspecto de condenado a muerte. El sudor de la espalda le pegaba la camisa, acongojndole de un modo extrao. Nunca haba sudado tanto!... Y no poder gritar para aliviarse! Y la basca del miedo le, le, le haca tiritar... El ayudante le sac del brazo como dundo, embutido en una torpeza macabra: los ojos fijos, los odos con una terrible sensacin de vaco, la piel pesada, pesadsima, doblndose por los riones, flojo, cada vez ms flojo...

    Minutos despus, en el comedor: -Da su permiso, Seor Presidente? -Pase, general. -Seor, vengo a darle parte de ese animal, que no aguant los doscientos palos. La sirvienta que sostena el plato del que tomaba el Presidente, en ese momento, una papa frita, se puso a temblar...

  • -Y usted, por qu tiembla? -la increp el amo. Y volvindose al general que, cuadrado, con el quepis en la mano, esperaba sin pestaear: -Est bien, retrese! Sin dejar el plato, la sirvienta corri a alcanzar al ayudante y le pregunt por qu no haba aguantado los doscientos palos. -Cmo por qu? Porque se muri! Y siempre con el plato, volvi al comedor. -Seor -dijo casi llorando al Presidente, que coma tranquilo-, dice que no aguant porque se muri! -Y qu? Traiga lo que sigue!

    Apoyo lxico.

    Bolsa. Bolsillo.Inicuo. Contrario a la equidad malvado, injusto.Flccido. Escrito tambin flcido, aunque la RAE prefiere la forma flccido: flaco, flojo, sin consistencia.Basca. Ansia, desazn e inquietud que se experimenta en el estmago cuando se quiere vomitar.Dundo. Tonto, mentecato, falto de entendimiento.Quepis. Gorra cilndrica o ligeramente cnica, con visera horizontal, que como prenda de un uniforme usan los militares en algunos pases.

    Resumen del texto de Miguel ngel Asturias.

    El escribiente -anciano tan laborioso como indefenso- del seor Presidente derrama un tintero sobre el escrito que aquel acaba de firmar; pero este hecho intrascendente desencadena la violenta actuacin del dictador: el escribiente es condenado a recibir doscientos palos, y la ejecucin -puesto que lo que en realidad se ha dictado es una condena a muerte- se consuma en el acto, ante el horror del propio condenado, la indiferencia de sus verdugos -presidente que come apaciblemente; general que ha cumplido sus rdenes sin la menor vacilacin-, y la congoja de una sirvienta capaz de sentir como propio el sufrimiento ajeno.

  • La lente opaca

    En una antiqusima ciudad, haba una vez un hombre que miraba las cosas a travs de una lente; pero he aqu que la lente era opaca y todo a sus ojos pareca empaado. Por aquel tiempo, que fue el tiempo de los magos, acert uno de estos a pasar por all, y el hombre, como buscaba remedio a su mal, se fue tras el mago y le dijo: -Tengo una lente para ver las cosas; pero mi lente es opaca, y no adquiero as la perceptiva clara de lo que miro. A lo que el mago respondi: -Conozco tu lente. Es una lente milenaria que, a travs de mil generaciones te ha legado un ancestral remoto, ascendiente comn de todos los hombres. La llaman Dolor... -Y cmo he de limpiar mi lente? El mago le dijo: -Con tu corazn. Y desde aquel instante vio el hombre, o crey ver, que en la penumbra de su anteojo se filtraba un hilo de sol.

    Apoyo lxico.

    Lente. Cristal transparente y graduado con el que se pueden corregir algunos defectos de visin.Perceptiva. Recepcin por los sentidos de las imgenes, impresiones o sensaciones externas.Milenario. Dcese de lo que ha durado uno o varios milenios.Legar. Referido a ideas, costumbres, etc., transmitirlas a los que siguen en el tiempo.Ancestral. Antepasado.Remoto. Distante o apartado en el espacio o en el tiempo.Anteojo. Gafas o lentes.Filtrarse un hilo de luz. Dejar pasar tenuamente una brizna de claridad.

    Resumen del texto de Flavio Herrera.

    Flavio Herrera se vale de un breve dilogo entre un hombre sabio y un hombre corriente -que se lamenta de que una lente opaca nubla su percepcin de la realidad- para poner de manifiesto la presencia continua del dolor en la historia de la Humanidad; dolor que slo puede atenuarse desde el sentimiento de afecto y solidaridad hacia el prjimo.

  • IV. Exclusin de informacin no recogidaen el texto original

    Aun cuando se disponga de una informacin mucho ms amplia sobre un determinado asunto que la proporcionada por el texto objeto del resumen, hay que renunciar a apoyarse -ni siquiera como punto de referencia- en dicha informacin, por ser ajena al propio texto. La inclusin en el resumen de cualquier informacin no contemplada por el autor del texto -tal vez con el pretencioso deseo de mejorar el original- implicara distorsionar el sentido de dicho texto, cuando no la intencin con que su autor lo compuso. Por otra parte, las nuevas ideas introducidas no necesariamente contribuyen al pretendido enriquecimiento de la informacin del texto original, o a hacer que sta resulte ms clara e inteligible; ya que, con frecuencia, el aumento de ideas no pasa de ser un mero aumento de palabras y, en lugar de un resumen, lo que se efecta es, simplemente, una parfrasis superficial del texto original. Antes por el contrario, el resumen se limitar a reproducir con exactitud, y brevedad y economa de medios en el modo de expresarlas, las ideas bsicas que contiene el texto original, aunque estas sean pobres conceptualmente y escasas en nmero.

    Aplicaciones prcticas.

    Se reproduce seguidamente un texto de Miguel de Unamuno, acompaado de su correspondiente resumen, en el que no tienen cabida informaciones que no se han contemplado en el texto original.

    [Fragmento del ensayo El sepulcro de Don Quijote -publicado en febrero de 1906-, antepuesto por Unamuno a su obra Vida de don Quijote y Sancho en la segunda edicin -de 1914-. Editorial Ctedra. Coleccin Letras Hispnicas, nm. 279; pgs. 146-147].

  • [La utopa vital quijotesca]

    No crees, mi amigo, que hay por ah muchas almas solitarias a las que el corazn les pide alguna barbaridad, algo de que revienten? Ve, pues, a ver si logras juntarlas y formar escuadrn con ellas y ponernos todos en marcha -porque yo ir con ellas y tras de ti- a rescatar el sepulcro de don Quijote, que, gracias a Dios, no sabemos dnde est. Ya nos lo dir la estrella refulgente y sonora. [...] En marcha, pues, y ten en cuenta no se te metan en el sagrado escuadrn de los cruzados, bachilleres, barberos, curas, cannigos o duques disfrazados de Sanchos. No importa que te pidan nsulas; lo que debes hacer es expulsarlos en cuanto te pidan el itinerario de la marcha, en cuanto te hablen del programa, en cuanto te pregunten al odo, maliciosamente, que les digas hacia dnde cae el sepulcro. Sigue a la estrella. Y haz como el Caballero: endereza el entuerto que se te ponga delante. Ahora lo de ahora y aqu lo de aqu. Poneos en marcha Qu adnde vais? La estrella os lo dir: Al sepulcro! Qu vamos a hacer en el camino mientras marchamos? Qu? Luchar! Luchar!, y cmo? Cmo? Tropezis con uno que miente?, gritadle a la cara: mentira!, y adelante! Tropezis con uno que roba?, gritadle: ladrn!, y adelante! Tropezis con uno que dice tonteras, a quien oye toda una muchedumbre con la boca abierta?, gritadles: estpido!, y adelante! Adelante siempre!

    Resumen del texto de Miguel de Unamuno.

    Unamuno concibe la vida como una lucha permanente en defensa de la verdad y de la justicia; como un camino que hay que recorrer en el aqu y ahora del lector denunciando la mentira, el latrocinio y la hipocresa donde quiera que se encuentren, y convirtiendo la filosofa quijotesca en norma de conducta vital.

  • V. Empleo de medios lingsticos expresivosde carcter personal

    El resumen se redactar empleando los propios medios de expresin lingstica, que configuran, por s mismos, un estilo expresivo personal; y no los usados por el autor del texto original. De esta forma se evita, por una parte, copiar o reproducir con exactitud -en definitiva, calcar- fases del original, circunstancia que suele poner de manifiesto que no se han comprendido las ideas recogidas en dichas frases; y, por otra, imitar el estilo del autor del original, lo que revela una absoluta pobreza de recursos expresivos. En definitiva, el texto original y el resumen obtenido a partir de dicho texto tendrn en comn una cierta informacin, de la que el resumen solo refleja aquella que es ms relevante; pero diferirn en la manera de expresarla, ya que el resumen recoge esa informacin esencial con palabras propias y en el estilo personal de quien lo efecta.

    Aplicaciones prcticas.

    A continuacin se ofrece un texto de Camilo Jos Cela, acompaado de su correspondiente resumen, en el que se ha procurado adoptar un estilo expresivo de carcter estrictamente personal, alejado, por tanto, del de Cela.

    [Citamos por la edicin de La colmena de +Raquel Asn, revisada y puesta al da por Adolfo Sotelo Vzquez, y editada por Castalia en la coleccin Clsicos Castalia, nm. 140; captulo primero, pgs. 161-162].

  • [La amoralidad de don Leonardo Melndez]

    Don Leonardo Melndez debe seis mil duros a Segundo Segura, el limpia. E1 limpia, que es un grullo, que es igual que un grullo raqutico y entumecido, estuvo ahorrandodurante un montn de aos para despus prestrselo todo a don Leonardo. Le est bien empleado lo que le pasa. Don Leonardo es un punto que vive del sable y de planear negocios que despus nunca salen. No es que salgan mal, no; es que, simplemente, no salen, ni bien ni mal. Don Leonardo lleva unas corbatas muy lucidas y se da fijador en el pelo, un fijador muy perfumado que huele desde lejos. Tiene aires de gran seor y un aplomo inmenso, un aplomo de hombre muy corrido. A m no me parece que la haya corrido demasiado, pero la verdad es que sus ademanes son los de un hombre a quien nunca faltaron cinco duros en la cartera. A los acreedores los trata a patadas y los acreedores le sonren y le miran con aprecio, por lo menos por fuera. No falt quien pensara en meterlo en el juzgado y empapelarlo, pero el caso es que hasta ahora nadie haba roto el fuego. A don Leonardo, lo que ms le gusta decir son dos cosas: palabritas del francs, como por ejemplo, madame, rue y cravate, y tambin, nosotros los Melndez. Don Leonardo es un hombre culto, un hombre que denota saber muchas cosas. Juega siempre un par de partiditas de damas y no bebe nunca ms que caf con leche. A los de las mesas prximas que ve fumando tabaco rubio les dice, muy fino: me da usted un papel de fumar? Quisiera liar un pitillo de picadura, pero me encuentro sin papel. Entonces el otro se confa: no, no gasto. Si quiere usted un pitillo hecho... Don Leonardo pone un gesto ambiguo y tarda unos segundos en responder: bueno, fumaremos rubio por variar. A mi la hebra no me gusta mucho, crame usted. A veces el de al lado le dice no ms que: no, papel no tengo, siento no poder complacerle..., y entonces don Leonardo se queda sin fumar.

    Apoyo lxico.

    Limpia. Abreviatura familiar de limpiabotas.Grullo. No tiene aqu el significado -tpicamente andaluz- de paleto, cateto, palurdo. (Cela compara al limpiabotas con una grulla, ave zancuda de gran tamao, que llega a medir hasta 13 decmetros de altura).Entumecido. Que se mueve con torpeza.Punto. Sinvergenza. (Hablando de las cualidades morales buenas o malas, extremo o grado a que estas pueden llegar).Vivir del sable. Habilidad para sacar dinero a otro o vivir a su costa.Aplomo. Dominio que se tiene de s mismo. Corrido. Se dice de la persona de mundo, experimentada y astuta. Empapelar. En lenguaje familiar, formar causa criminal a alguien.Romper el fuego. En lenguaje familiar, iniciar una disputa.Madame, rue, cravate. Palabras francesas que significan, respectivamente, seora, calle y corbata.Picadura. Tabaco picado para fumar, que, segn lo est en filamentos o en partculas informes, se llama en hebra o al cuadrado.

  • Ambiguo. Equvoco, que admite distintas interpretaciones y, por tanto, carece de precisin. (Con su gesto ambiguo, don Leonardo vela o no define claramente sus actitudes).Hebra. Tabaco cortado tierno cuyas partculas alargadas tienen forma de brizna. Por su calidad superior respecto a la picadura era ms caro y serva de base para la elaboracin de los cigarrillos rubios.

    Resumen del texto de Camilo Jos Cela.

    Cela pinta en el texto el retrato moral de un repugnante personaje que vive de explotar al prjimo sirvindose de su engaoso aspecto exterior. Y as, Cela no slo describe el aspecto exterior de don Leonardo Melndez, basado en las apariencias -cuida su vestimenta y atavo cuanto le es posible, dados sus escasos recursos econmicos; presume de una categora social de la que carece, pero con la que deslumbra; alardea de poseer una vasta cultura...-, sino que relata tambin sus fechoras, cuyo denominador comn es la burda estafa: se aprovecha de un pobre limpiabotas, al que sablea sin piedad; desprecia a sus acreedores, a quienes no satisface las deudas contradas; si fuma, lo hace del tabaco ajeno... Cela ha retratado, pues, a un tipo que convierte las apariencias en una forma de andar por la vida y que, en definitiva, es producto de la hipocresa social, incapaz de aislar a esta clase de personajes.

  • VI. Vertebracin interna

    Todo resumen debe poseer una estructura interna, como corresponde a un texto independiente que debera ser entendido con facilidad por cualquier lector que no conociera el original del cual procede; lo que equivale a decir que ese nuevo texto que es el resumen ha de ser coherente y disponer la informacin de modo organizado, aunque su estructura no tiene necesariamente que reproducir la del texto original.

    El empleo de ciertos signos de puntuacin -en concreto, del punto y seguido, y del punto y aparte- puede ayudar a proporcionar al resumen una estructura propia que permita reflejar, de la manera ms clara posible, la disposicin y organizacin del contenido del texto original en sus aspectos ms relevantes. Y as, por ejemplo, el punto y seguido permite convertir -cuando es posible- varios pargrafos del texto en uno solo, lo que puede proporcionar al resumen una mayor trabazn interna de su entramado conceptual, mejorando la coherencia y cohesin textual. Del mismo modo, y con independencia de que el original venga o no dividido en pargrafos, dos puntos y aparte pueden servir para estructurar el resumen en tres pargrafos que respondan a la secuencia presentacin/nudo/desenlace, reforzando as la concatenacin lgica del conjunto. En definitiva, el resumen ha de poseer una estructura propia que relacione sus diferentes partes y manifieste su carcter unitario.

    Aplicacin prctica.

    Se presenta a continuacin un texto del que es autor Pedro Salinas, acompaado del correspondiente resumen, un nuevo texto en el que la slida estructura interna que lo vertebra garantiza su concepcin como unidad total de comunicacin.

    [Epgrafe del ensayo Defensa de la lectura, incluido en El defensor. Madrid, Alianza editorial, 1983. Coleccin Alianza Tres, nm. 118; pgs. 183-184].

  • Leedores y lectores

    La galera de leedores es copiosa. El estudiante que se desoja en vspera de examen sobre el libro de texto; el profesor que trasnocha entre tratados, acopiando datos para su leccin; la matrona que, parada junto al fogn, recita en voz alta las instrucciones coquinarias que conducen al suculento plato; el funcionario en retiro que demanda a las pginas del libro la mejor manera de invertir sus ahorros; o la dama, muy cursada ya en la treintena, que se retira al secreto de su tocador y corre rengln tras rengln en procura de experimentados avisos que la devuelvan sus gracias fugitivas; todos ellos -y mil ms no pasan de leedores.

    Leedor, tambin, el que emplea su tiempo en los diarios. Coinciden en eso el escandinavo y el chino. El uno, Georg Brandes, asevera que de cien personas que saben leer, noventa no suelen leer ms que diarios, lo cual exige escaso esfuerzo. Y el otro, americanizado de la China, Lin Yu Tang, dice: Yo no llamo lectura, en absoluto, a la enorme cantidad de tiempo que se gasta en leer peridicos. En la escala de los que recorren con los ojos un papel impreso, el personaje inferior es uno, regalo de nuestros das a la infinita variedad de lo humano, el leedor, o el vista, de muequitos. Inmerso, complacido hasta el arrobo, en las delicias de recorrer cuadro por cuadro, escena por escena, sin perderse una, los trabajos de Maggie o las hazaas del Superhombre, sus ojos avanzan por un medio mixto, parte imgenes mal trazadas, pintarrajeadas de colores groseros, parte palabras; stas, no muchas, van encerradas en unos globitos que les salen a los personajes de la boca, y por su vacuidad sirven de adecuado sustituto al aire vano que contienen los globos de veras. El veedor o el leedor de semejante cosa recuerda al anfibio, que entra y sale de lo ledo, insignificante, a lo visto, vulgarsimo, sin saber nunca a derechas por dnde se anda. Mira, lee, promisca? Pero atrevido sera decir de estos ciudadanos, doblados, regocijados, sobre el papel, que estn leyendo. Ni siquiera rozan por lo bajo los cielos y lecturas a donde se transporta el lector de verdad, ya que las actividades superiores del alma no asisten, estn de sobra en esta jenzara operacin visual. Comparo al aficionado a los muequitos al denodado masticante de chicle, por cuantos ambos no ahorran esfuerzo ni tiempo en sendas operaciones que parecen las dos dirigidas al noble menester de la nutricin, ya corporal, ya del espritu; cuando en realidad nada de provecho pasa al estmago del uno ni a la cabeza del otro, y los dos se hermanan en su posible comparanza con el desdichado animal que voltea y voltea la noria, sin que se le importe que el pozo est seco.

    Frente a estas legiones, en escasa minora, los lectores. Se define el lector simplicsimamente: el que lee por leer, por el puro gusto de leer, por amor invencible al libro, por ganas de estarse con l horas y horas, lo mismo que se quedara con la amada; por recreo de pasarse las tardes sintiendo correr,

  • acompasados, los versos del libro, y las ondas del ro en cuya margen se recuesta. Ningn nimo, en l, de sacar de lo que est leyendo ganancia material, ascensos, dineros, noticias concretas que le apen en la social escala, nada que est ms all del libro mismo y de su mundo.

    Apoyo lxico.

    Copioso. Abundante, numeroso, cuantioso.Acopiar. Juntar, reunir en cantidad alguna cosa.Matrona. Madre de familia.Coquinario. Perteneciente a la cocina.Cursado. Versado en alguna cosa (dama muy cursada ya en la treintena: que ha sobrepasado, con creces, los treinta aos).Tocador. Aposento que cuenta con un mueble, por lo comn en forma de mesa, con espejo y otros utensilios, para el peinado y aseo de una persona. Procura. Accin y efecto de procurar: hacer diligencias o esfuerzos para que suceda lo que se expresa, para conseguir algo.Aviso. Consejo.Arrobo. Accin de enajenarse, quedar fuera de s; xtasis.Globo. Sinnimo de bocadillo: en los grabados, dibujos, caricaturas, tebeos, etc., letrero generalmente circundado por una lnea curva que sale de la boca o cabeza de una figura, y en el cual se representan palabras o pensamientos atribuidos a ella.Vacuidad. Calidad de vacuo: vaco, falto de contenido.Promiscuar. Participar indistintamente en cosas heterogneas u opuestas, fsicas o inmateriales.Jenzaro. Mezclado de dos especies de cosas. (Al calificar de jenzara la operacin visual que realiza el leedor o el vista de muequitos, Salinas alude, de nuevo, al carcter hbrido del cmic: parte imgenes, parte palabras). Denodado. Esforzado.Sendas. Una para cada cual de dos cosas (sendas operaciones que parecen las dos dirigidas al noble menester de la nutricin).Comparanza. Comparacin.

    Resumen del texto de Pedro Salinas.

    Frente a los que se acercan a la lectura desde posiciones pragmticas -en busca de satisfacer necesidades materiales-; y frente a los que buscan en la lectura un simple entretenimiento que no exige el menor esfuerzo -as, el tiempo gastado en leer peridicos- o que merma la capacidad racional -como es el caso de quienes se embebecen con cmics sin el menor valor artstico, ya sea plstico o lingstico-; Pedro Salinas define el perfil del autntico lector, que es el que slo busca en la lectura un placer de tipo espiritual, sin exigir de esta actividad nada que trasciende su valor como pura satisfaccin anmica.

  • VII. Expresin gramaticalmente correcta y apropiada

    Aun cuando el resumen se redacte empleando medios de expresin lingstica personales, deber evitarse transgredir las normas gramaticales que garantizan una expresin sintcticamente correcta y semnticamente apropiada. Como es lgico, el estilo que identifica a quien efecta el resumen resultar, por lo general, de inferior calidad literaria al que exhibe el autor del original -en especial si se trata de un fragmento de un escritor consagrado-; lo que no es bice para que, desde la primera lnea, el resumen haya de ajustarse -insistimos- a la normativa gramatical, que implica, adems, el respeto al convencionalismo ortogrfico, signos de puntuacin incluidos. Violentando la sintaxis, envileciendo la expresin, escribiendo con errores ortogrficos... en definitiva, manifestando un estado de incultura lingstica, la persona -en palabras de Pedro Salinas- sufre como de una rebaja de su dignidad humana.

    Aplicacin prctica.

    Se presenta seguidamente un texto de Jos Ortega y Gasset -sobre la esencia misma de la caza-, acompaado del correspondiente resumen.

    [Texto reproducido en La caza y los toros. Madrid, editorial Espasa-Calpe, 1962. Coleccin Austral, nm. 1328; pgs. 37-38].

  • La mismidad de la caza

    Caza es lo que un animal hace para apoderarse, vivo o muerto, de otro que pertenece a una especie vitalmente inferior a la suya. Viceversa, esa superioridad del cazador sobre la pieza no puede ser absoluta si ha de haber caza. Aqu es donde empieza el asunto a ser de verdad sutil e interesante.

    No se olvide que hablamos ahora no slo de la caza deportiva, sino de toda venacin, de la humana como de la infrahumana. Pues bien, para que se produzca genuinamente ese preciso acontecimiento que llamamos cacera es menester que e1 animal procurado tenga su chance, que pueda, en principio, evitar su captura; es decir, que posea medios de alguna eficacia para escapar a la persecucin, pues la caza es precisamente la serie de esfuerzos y destrezas que el cazador tiene que poner en ejercicio para dominar con suficiente frecuencia los contramedios del animal objeto de ella. Si no existiesen stos, si la inferioridad del animal fuese absoluta, las actividades venatorias no tendran ocasin de dispararse o, lo que es igual, no existira el peculiar hecho de la caza. Cuando opongo al animal cazador el cazado, entiendo el buscado y perseguido, que puede muy bien no ser logrado. No es esencial a la caza que sea lograda. Al contrario, si el esfuerzo del cazador resultase siempre, indefectiblemente afortunado, no sera esfuerzo de caza, sera otra cosa. A la eventualidad o chance [1], por parte de la pieza, de escapar al cazador corresponde, por parte de ste, la eventualidad de rentrer bredouille [2]. Toda la gracia de la cacera est en que sea siempre problemtica. [3]

    La especie cazadora y las cazadas tienen, pues, que hallarse entre s a una distancia muy determinada en la escala zoolgica. Ni ms ac ni ms all de esa distancia vital puede suscitarse entre ellas la relacin venatoria. Como he dicho, no se caza al superior, o al casi igual, pero tampoco al demasiado inferior, porque ste no puede entonces tener su juego. Est en un error el deportista si cree que es l quien ha inventado dejar su juego al animal por pura gentileza de Caballero de la Tabla Redonda. Sin duda que el hombre abre ese margen a la bestia deliberadamente y por propia voluntad. Podra aniquilar de modo fulminante y facilsimo la mayor parte de las especies animales, por lo menos precisamente esas que se complace en cazar. Lejos de hacer esto, contiene su poder destructor, lo limita y regula -el veto, por excelencia, es la veda-; se esfuerza en asegurar la vida de las especies y, sobre todo, en el trato venatorio con ellas las deja, en efecto, su juego. Pero con esto ltimo no hace sino imitar a la Naturaleza. Porque la caza infrahumana es ya por s ese juego y de otro modo no sera caza. De suerte que si el hombre desea cazar no tiene ms remedio, quiera o no, que hacer esa concesin al animal. Por eso digo que no es en l pura gentileza Si no lo hiciera, no slo destruira a los animales, sino que destruira, de paso, el cazar mismo que le ilusiona. Hay, pues, en la caza como deporte una librrima renuncia del

  • hombre a la supremaca de su humanidad. sta es su consubstancial elegancia. En vez de hacer todo lo que como hombre podra hacer, liga sus excesivas dotes y se pone a imitar a la Naturaleza; es decir, que por su gusto retrocede y reingresa en ella. Tal vez sea ste un primer atisbo de por qu es para el hombre tan grande delicia cazar.

    Notas.

    [1] Ortega y Gasset hace sinnima la voz francesa chance de la voz castellana eventualidad: hecho o circunstancia de realizacin incierta o conjetural.

    [2] Hay en el vocabulario castizo de la caza una expresin que diga esto tan sabrosamente como lo dice la lengua francesa? Me interesara averiguarlo. [Nota, a pie de pgina, de Ortega y Gasset]. La expresin rentrer bredouille puede traducirse al castellano por volver con las manos vacas, es decir, sin haber capturado ninguna presa.

    Apoyo lxico.

    Viceversa. Al contrario.Absoluta. Ilimitada, sin restriccin alguna.Sutil. Agudo, perspicaz, ingenioso.Venacin. Accin de cazar.Genuinamente. Propiamente.Procurado. Que se pretende conseguir.Venatoria. Relativa a la caza.Indefectiblemente afortunado. Que no puede dejar de ser acertado.Fulminante. Muy rpido y de efecto inmediato.Veto. Accin y efecto de vedar (impedir una cosa).Veda. Espacio de tiempo en que est prohibido cazar (o pescar).Ligar. Contener.Dotes. Capacidades apreciables de una persona.Atisbo. Conjetura.

    Resumen del texto de Ortega y Gasset.

    La caza es el conjunto de habilidades a las que un animal recurre para para intentar apoderarse de otro que es vitalmente inferior en la escala zoolgica. No obstante, para que exista propiamente caza es necesario que la inferioridad de este no resulte total y absoluta en relacin con el animal cazador y que, por tanto, pueda evitar su captura. No es, por ello, primordial en la caza que la pieza sea lograda y, de hecho, no siempre los esfuerzos del cazador se ven recompensados con la captura de la presa. Slo en estas circunstancias se puede, pues, hablar de la caza como el cmulo de esfuerzos y destrezas con que el cazador pretende neutralizar los que exhibe el animal para evitar ser cazado.

  • Entendida como deporte, la caza implica el sometimiento del hombre a ciertas reglas que garantizan la supervivencia de las especies; entre ellas, la prohibicin de cazar en determinados periodos de tiempo, as como la autolimitacin de su capacidad destructora, controlando libremente su superioridad sobre ellas, lo que convierte a la caza en una actividad de lo ms placentera.

  • LA EVALUACIN DEL RESUMEN

    Modelo 1.

    Se tendrn en cuenta los siguientes criterios:

    1. Correccin gramatical y utilizacin de un lxico propio y apropiado.

    2. Unidad y coherencia en la estructura, utilizacin de medios de expresin lingstica propios y composicin de un texto inteligible en s mismo sin que dependa del original para su comprensin.

    3. Se leccin objetiva de las ideas ms relevantes, evitando la introduccin de ideas o detalles secundarios u opiniones personales, que tenga como consecuencia que las ideas principales no queden claras, o que la exposicin est desprovista de una estructura coherente.

    Modelo 2.

    Para mostrar la capacidad de sntesis, el resumen de un texto podra adecuarse a las siguientes pautas:

    1. No debe exceder de seis o siete lneas.2. Debe contener las ideas principales expuestas con coherencia interna.3. Se redactar con las palabras propias de quien efecta el resumen.4. No debe ser una parfrasis del texto.5. Debe ser objetivo; por tanto, no se expresarn opiniones o valoraciones del personales.