ESTACIÓN DE LA VIDA el timón de la vida

“nadie llora por tristezas, sino por recuerdos”

Llegué a casa junto a mi madrina Teodora que no se esperaba esos resultados, ni yo misma con los resultados que me dio el médico, abrí el sobre por tercera vez y decía mi nombre en la parte delantera, Verónica…aquella tarde que me entregaron los resultados me sentí la mujer más feliz o quizá la mujer más destruida, aquella muchacha a la que todas describían como una chica tranquila sin más palabras, pues la verdad ni yo controlaba eso… Me senté en un sofá de color vicuña, poco gastada, contemplé aquella tarde, aquel silencio, aquel sonido de relajación… Y entre eso recordé vagamente el resultado que me entregó el médico.

Solo pude captar y resaltar la palabra “muerte” – angustiada.

Estuve sentada por un buen tiempo en el mismo sofá, mientras mi madrina quedó en un estado de sorprendida, atónita. Analicé la situación y me vino a la mente lo que dijo mi prima Carolina después de la muerte de Santiago: “Hay muchas caídas en la vida, solo tú decides si te levantas” y me dije… Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca delante un desafío que pone a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de cambio – reflexioné mentalmente.

De inmediato cambié mi rostro por uno de seriedad y de superación.

Esa situación se puso aún más compleja.

Mi madrina me pidió una explicación y yo no le negué.

Me encasillé en los años vividos anteriormente, antes de la muerte de… Santiago que casi no lo olvidaba, siempre lo llevaba consigo. Y más aún cuando llegó a mi mente lo que dijo Carolina, empecé a recordar los años vividos anteriormente desde que se conocí a Santiago. Para que así mi madrina Teodora cumpla su misión mínima que debía hacer.

Y empecé.

Un jueves caluroso, donde todos los niños jugaban con una gran alegría que contagiaba, jóvenes haciendo la tarde suya.

Me encontraba debajo de un árbol leyendo una obra poco difícil de contarlo-agitada.

Cursaba el quinto año de media.

Pude ver por primera vez a Santiago de tan cerca, que me inundé en sus ojos, al ver la honestidad que transmitía sus ojos brillosos, al sentir la tranquilidad que reflejaba sus ojos llenos de esperanza, eran de color verdes. Quise saber la suavidad que tenía sus labios pero sentí que iba muy rápido, teniendo a mi favor que él vivía, al costado de mi casa. Traté de esforzarme lo más que pude para llamar la atención de él pero todo fue inútil.

En el día de clases le dije a la hora de recreo- cuando nos encontrábamos solos: …Me gustas… – cubriéndome con el brazo mi rostro.

Fue difícil decirlo. Me sonrojé

Santiago se burló

Lo miraré – pensé

Santiago intentó hablar y fue interrumpida por mi (Verónica). Me sentí con una culpa diciéndome: mm!... lo interrumpí, él me iba a decir algo y lo interrumpí- lo dije mentalmente.

Santiago me dijo que prosiguiera. Y yo le dije, que no hubiese querido que piense que trataba a todos por igual, siempre yo he estado más atenta a cuanto se debía en ti– llorando.

Tocó el timbre de salida y, Santiago se quedó sin decir más.

Y justo ese día fue el último día de clases.

Minutos más tarde, mi tía Betty me esperaba en casa con el almuerzo. Ella es como una persona “vidente”, que tan solo verla ya sabe lo que ocurre o que tiene esa persona, era difícil engañar a mi tía o quizás era porque ya la vida le había dado pruebas…la verdad no sabía, solo sé que es buena consejera y trabaja en eso.

Llegué a casa, abandoné mi mochila en el sofá. Y de inmediato mi tía me sirvió el almuerzo.

¿Te puedo hacer una pregunta? – dije

Si, dime – dijo mirándome los ojos

Sé que esta es tu especialidad tía – dije

Pero es algo que necesito saber para así salir de las dudas.

Prosigue – dijo

Cual sería tu apreciación si cuando a una persona te declaras y no te dice nada, simplemente, se queda callado – expliqué

El comedor se llenó de silencio absoluto por varios segundos.

Sé que te has enamorado sobrina… déjame decirte que es la peor enfermedad que te pudo ocurrir– dijo

Enamorarse y no ser correspondido es el peor error de un ser humano con un corazón débil – mencionó.

Todo se mantuvo en silencio nuevamente, como si eso era errado, pero sé que yo debía tomar mis propias decisiones o sino pasaré la misma historia como la de Juan el de mi libro “Tempestades”.

Llegó la noche. Me sentí apenada por lo que dijo mi tía, y también me sentí nerviosa porque si era cierto lo que mencionó mi tía todo sería muy, muy trágico para mi vida, como si me clavaran un cuchillo en el corazón – lloré

Me acosté y cada instante que recordaba lo que me dijo mi tía, lloraba mientras abrazaba mi almohada.

Quizá fue error decirle lo que sabía qué pensaría y quizás eso era lo que a cada tiempo empeoraría la situación, todo por ser una estúpida señorita o más bien una inútil niña que tan solo quiso trabajar en amistad – pensé en el instante.

Así transcurrieron dos años. Iba a la universidad, con el fin de tener el título de abogada, volvía de unas largas vacaciones. Y cuando menos lo esperé, él estaba ahí, ahí con la misma mirada atrayente.

Ya casi había olvidado el desconcierto que me provocó, quizás fue porque aún no maduraba en esos tiempos – pensé

Ahora él ya ha cambiado – aseguré

Ahora ya ha cambiado interiormente – repetí silenciosamente mientras lo veía de lejos.

Está muy guapo, con una sonrisa de infarto, elegante, detallista, un joven que se deja llevar…un hombre perfecto para cualquier chica – suspiré. Es el chico ideal, que toda mujer desearía tener.

Transcurrieron horas del día jueves, en que me encontraba con las ganas de declarar el amor que sentía por él.

Bajé la cabeza para ver la hora y sentí que ya era hora de declararme a él.

Esta será mi última oportunidad – pensé

Es ahora o nunca – me apresuré

Ya casi siendo hora de salida de la universidad.

Me costó mucho trabajo decirle lo que sentía pero, sentí un impulso dentro de mí que decía “nunca digas que perdiste algo que no tuviste”, hazlo ahora, luego no te lamentes – habló mi corazón, el alma del mundo

Le obedecí, solo esperaba que esta vez no falle.

-Es hora - dije. Ahora!

Corrí hacia él. Lo alcancé y detuve su brazo, y sentí la suavidad, el olor a perfume que llevaba consigo, el aroma era uno de esos que no se podía describir solo con palabras sino, iba más allá de eso.

…

No estoy tan segura de lo que haré ahora, creo que no puedo - me resistí mentalmente

Soy una cobarde.- mencione en voz alta

Aunque sé que el amor es la cosa más poderosa de todas, más allá del miedo, más allá de la muerte- mencioné en voz baja.

Aun cuando tengo un vago recuerdo de lo que me hizo sentir aquel día. En el que se burló de mí, cuanto quiso que pasara eso – aseguré

Pero al final él perdió más que yo, porque jamás podrá hallar a alguien que soporte todo lo que yo soporté por él. –dije llorando hacia mi.

Pero ya estaba dando vuelta a esa misma situación y ya era hora de decirlo, lo más rápido posible.

Quieres ser mi enamorado? – dije.

Me apresuré mucho, ni me di cuenta en ese instante de lo fría que fui en el tono en que lo mencioné. Era casi difícil demostrar mis sentimientos, me sentía nerviosa

…

Todo lo que siento por ti…

Se encuentra aquí adentro, en mi corazón,

Si tú no lo quieres dime ahora…- obligué a que me respondiera

Yo… - dijo

No me digas que solo me ves como una amiga, que esa es la peor manera de matar a una persona – mencioné

Pero yo no te veía como una amiga durante todos estos años- dijo

(Y sentí que yo era la única persona que estaba en el mundo, se me nubló la vista como una sensación de ojos llorosos).Donde solo existíamos él y yo.

Pasaron dos minutos aproximadamente.

Me debo ir, ya es muy tarde – dijo Santiago.

Sí – le dije.

Se fue con una gran sonrisa que enamoraba a toda persona.

Pero eso no era el inconveniente – pensé

Sino de la forma en que me quedé callada por varios minutos. Todo porque sentí una tremenda opresión en el pecho, una opresión en la que no parecía estar afectado ningún órgano físico, pero que era casi asfixiante, insoportable, pero a la vez tan bueno.

Llegué a casa tan feliz después de muchos años, sabiendo que aún no me había dado una respuesta segura.

En ese entonces mi tía se fue de viaje junto a su hija, mi prima Carolina; a la Meca para buscar trabajo porque, por ahí, donde vivíamos era difícil encontrar trabajo para ella.

Y así… Puse mi mochila en el sofá donde acostumbraba ponerlo siempre y me senté junto a ella, y empecé a pensar… y me dije- que ninguna persona merece mis lágrimas. Y quien lo merezca no me hará llorar - lo dije para erradicar lo ocurrido en los dos años atrás.

Salí a dar una vuelta por la avenida en plena noche, donde el viento azotaba los árboles.

Estuve caminando como vagabunda horas y horas estando perdida, sin saber a dónde iba, y de pronto entendí que la tristeza me venía del corazón.

Es donde de repente amaneció. Ese día no llegué a entrar a la universidad porque me quedé pensando en algunas dudas que tenía. Pasó tan rápido el día que casi no lo noté.

El día viernes en la mañana, Santiago se me acercó y me dijo: Si quiero ser tu enamorado.

Me quedé paralizada—(grité de la emoción en mi mente)me sentí feliz.

Es hora de reaccionar- me dije

Entonces me dio un beso inesperado que por ese instante fue tan hermoso, me sentí en un mundo creado por los dos, en un libro en donde en la historia los protagonistas principales éramos nosotros, haciendo la mañana nuestra llena de alegría.

Desde ese momento entendí con más claridad el sentido de enamorarse que en mi propio concepto significaba, caer en una máquina del tiempo, olvidas tu pasado, vives tu presente y anhelas tu futuro.

Y donde más tarde llegaría a convertirse en una tarde llena de… pasión.

Donde nos desnudamos ambos y unimos cuerpos llenos de energía puesto en llamas…

Será que existe un lenguaje que va más allá de las palabras- me pregunté

Pero de inmediato ignoré eso.

Estaba consciente de los actos que había cometido. Sabía que consecuencias traería.

Pero nunca pasó por mi mente que… - al recordarlo lloré desconsoladamente.

Pasé meses a su lado (Santiago), y me entero por mis propios ojos que estaba besándose con una chica que por supuesto esa no era yo, de una estatura mayor a la mía.

Corrí para que me dé una explicación y de paso para acompañarle de una cachetada, grité su nombre angustiada por lo que había hecho él… había ocasionado la ruptura de nuestra relación.

Me dio una explicación poco convincente. Lo peor de todo es que ese día le iba a decir…que estaba esperando un hijo suyo en el cual yo tenía dos meses de gestación.

Me resistí.

A la salida de la universidad, fui a relajarme un poco al parque, derramé lágrimas por él, era inevitable

Porque llorar significa para mí, desahogar el corazón y así demostrar las emociones y los sentimientos más profundos que llevamos en el alma.

Y comprendí desde ese momento que mientras más personas conozco me doy cuenta del poco control que tengo en mi vida.

Pasaron dos meses y en ese tiempo se estaba transmitiendo por los medios de comunicación unas muertes sin sensibilidad, sin compasión…sobre “los asaltantes de órganos”, donde primero te asaltaban y golpeaban de una manera mortífera, sin compasión; de una vez que quedases inconsciente aprovechaban la oportunidad para abrirte el cuerpo y sacar los órganos internos, de eso consistía la última alarma de todo el país.

Prendí el televisor, y me llevé una aterradora noticia… él había muerto, Santiago había muerto de la manera más cruel que podia existir en el mundo.- fue desgarrador

Lloré diciendo- la vida es cruel siempre debemos estar preparados para las sorpresas de tiempo”.

Pasé tiempos desgarradores de sufrimiento. Y mucho más de lo que te puedes imaginar madrina. – le conté como ocurrieron los hechos.

***

Es decir que yo no sabía que Santiago tenía SIDA – pronuncié

Eres una idiota - Me lo recordó Teodora

Lo sé – respondí

Tan solo me deje llevar por una noche de pasión – dije

Pluac – Me dio una bofetada mi madrina

Lo sé – dije – me lo merezco

Ahora solo me queda esperar la estación la vida, sí porque ahí toda persona llega, primero nace, crece… y muere, muere y es ahí donde yo llegaré dentro de poco madrina. – dije desconsolada.

Yo lucharé, aunque sé que no podré hacer nada para evitar la pronta muerte – dije desahuciada

No digas eso, mírame, mírame… sabes cuánto estoy sufriendo ahora, dime! Sabes?! – dijo secándose las lágrimas que bajaban por sus mejías entre los extremos de su respingada nariz -

Quizás me lo pude imaginar.

Aunque me puse a pensar mejor las cosas, con más claridad y me dije, mis familiares mucho sufren teniéndome viva y con esta enfermedad que de poco me va consumiendo.

Sé que la muerte no es amable, es oscura, oscura como lo que puede ver a lo lejos, y estás completamente solo.

O como la sombra de uno mismo que no puedes confiar, porque en verano y de dia te puedes sentir acompañada por este mientras de noche, todo es oscuro y quedas solo tú

Pero quiero acabar con esto de una vez por todas madrina, sabes, deseo tener fuerzas suficiente para poderme levantar de esta enfermedad, pero como ya sabes…esto es lo más complejo que puede tener la vida.

Ahora vuelvo – Le aclare a mi madrina.

Salí a tomar aire por la azotea de la casa, hablé mucho tiempo con la criatura que se encontraba dentro de mi ser, ni yo misma podía creer lo que estaba haciendo y lo iba hacer, pero de pronto se abrió una luz, tan potente que me elevó hacia lo alto y es una luz pintoresca, con una forma de distorsión.

Aquella forma es la entrada de un nuevo mundo o mejor dicho una nueva vida o más bien una segunda oportunidad que me dio la vida…donde en el momento que ingresé a la entrada de esa luz todo fue tan rápido que desperté sin saber más de mi sueño.