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 101 P ero el n de siglo no solamente despertó a la gente de la capital de Colombia a punta de bombas de la narcoguerra, o de la conmoción por hechos como el holocausto del Palacio de Justicia o los asesinatos de líderes de la Unión Patriótica. La violencia se generalizó en estos años y llegó a un clí - max de delirio en el cruce de milenios, pero a la par se desató una de las mayores insubordinaciones de la  juventud y de la mayoría de la sociedad para recha - zar las guerras, los magnicidios, masacres, desapari- ciones, secuestros y el despojo masivo. Bogotá fue escenario del miedo y también del coraje y la indignación. Centenares de miles de per- sonas salieron a las calles a expresar el rechazo a los asesinatos, a denunciar la corrupción y a clamar por la paz. Como testimonio de estos tiempos, además del reconocimiento a personas que encarnaron sue- ños e ideales de cambio sin violencia, están las plazas en donde multitudes reclamaron justicia, las calles que ocuparon los estudiantes de la Séptima Papele - ta, los ecos de la Asamblea Nacional Constituyente en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada o en el Salón Elíptico del Capitolio Nacio - nal, las tribunas en donde se firmaron Acuerdos de Paz.  Acuerdos de paz y la Asa mblea Nacional Constituyente de 1991 Los símbolos de la profunda resistencia de los colom- bianos a la violencia, fueron en estos años trágicos (1984-1993), las multitudinarias movilizaciones que se desataron contra el terror y los magnicidios, los pactos de paz suscritos en 1989 y 1990 y la insubordi- nación ciudadana y juvenil que llevó a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991. Estos acontecimientos han quedado en la memo- ria viva de los protagonistas que continúan activos en los escenarios de la democracia y las luchas por la paz. En Bogotá hay plazas, placas y monumentos a las víctimas de mayor figuración política, pero no son visibles las huellas de la movilización en contra de la violencia. En respuesta a estas ausencias se ha propuesto bautizar avenidas y calles con nombres significativos: la “Ave nida de los Estudiantes”, “Ca- lle de la Asamblea Constituyente”, “Ruta de la Paz”. El Parque Guernica, en Teusaquillo, ha sido procla- mado por el alcalde de Guernica y la Casa Vasca como Parque de la Paz. Conflicto de alta intensidad  y la paz entre fuegos  Acto de proclamación de la Constitución de 1991 e n el Salón Elíptico del Congreso Nacional, el 9 de agosto de 1991. En la foto, de izquierda a derecha, Antonio Navarro  Wolff, Ana Milena Muñoz de Gaviria, el presidente Cé sar Gaviria Trujillo, Horacio Serpa Uribe y Álvaro Gómez Hurtado. Foto: Presidencia de la República de Colombia.

Texto 7a Papeleta, Texto Bogotá, Ciudad Memoria

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Acuerdos de paz y la AsambleaNacional Constituyente de 1991

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    Pero el fin de siglo no solamente despert a la gente de la capital de Colombia a punta de bombas de la narcoguerra, o de la conmocin por hechos como el holocausto del Palacio de Justicia o los asesinatos de lderes de la Unin Patritica. La violencia se generaliz en estos aos y lleg a un cl-max de delirio en el cruce de milenios, pero a la par se desat una de las mayores insubordinaciones de la juventud y de la mayora de la sociedad para recha-zar las guerras, los magnicidios, masacres, desapari-ciones, secuestros y el despojo masivo.

    Bogot fue escenario del miedo y tambin del coraje y la indignacin. Centenares de miles de per-sonas salieron a las calles a expresar el rechazo a los asesinatos, a denunciar la corrupcin y a clamar por la paz. Como testimonio de estos tiempos, adems del reconocimiento a personas que encarnaron sue-os e ideales de cambio sin violencia, estn las plazas en donde multitudes reclamaron justicia, las calles que ocuparon los estudiantes de la Sptima Papele-ta, los ecos de la Asamblea Nacional Constituyente en el Centro de Convenciones Gonzalo Jimnez de Quesada o en el Saln Elptico del Capitolio Nacio-nal, las tribunas en donde se firmaron Acuerdos de Paz.

    Acuerdos de paz y la Asamblea Nacional Constituyente de 1991Los smbolos de la profunda resistencia de los colom-bianos a la violencia, fueron en estos aos trgicos (1984-1993), las multitudinarias movilizaciones que se desataron contra el terror y los magnicidios, los pactos de paz suscritos en 1989 y 1990 y la insubordi-nacin ciudadana y juvenil que llev a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991.

    Estos acontecimientos han quedado en la memo-ria viva de los protagonistas que continan activos en los escenarios de la democracia y las luchas por la paz. En Bogot hay plazas, placas y monumentos a las vctimas de mayor figuracin poltica, pero no son visibles las huellas de la movilizacin en contra de la violencia. En respuesta a estas ausencias se ha propuesto bautizar avenidas y calles con nombres significativos: la Avenida de los Estudiantes, Ca-lle de la Asamblea Constituyente, Ruta de la Paz. El Parque Guernica, en Teusaquillo, ha sido procla-mado por el alcalde de Guernica y la Casa Vasca como Parque de la Paz.

    Conflicto de alta intensidad y la paz entre fuegos

    Acto de proclamacin de la Constitucin de 1991 en el Saln Elptico del Congreso Nacional, el 9 de agosto de 1991. En la foto, de izquierda a derecha, Antonio Navarro Wolff, Ana Milena Muoz de Gaviria, el presidente Csar Gaviria Trujillo, Horacio Serpa Uribe y lvaro Gmez Hurtado. Foto: Presidencia de la Repblica de Colombia.

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    Bogot, ciudad memoria

    Cmo se lleg a la Constituyente de 1991?El pas viva una violencia sin par, el narcoterroris-mo debilitaba al Estado, varios candidatos fueron asesinados, avanzaba un proceso de paz con varias guerrillas. En ese escenario naci la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991.

    Desde la terminacin del Frente Nacional en 1974, se comenz a plantear en el pas la necesidad de un cambio en la organizacin de las instituciones. Pero fue desde el Paro Cvico Nacional de 1977, con la oleada de movimientos y paros cvicos que siguie-ron, y desde la reanimacin de la guerrilla entre 1979 y 1983, y la guerra de los carteles contra la extradi-cin, cuando se convirti en asunto urgente darle so-lucin a la crisis que se haba configurado: se haba llegado a un colapso parcial del Estado.

    En el perodo de desmonte del Frente Nacional, despus de las cuestionadas elecciones de 1970, va-rios presidentes de la Repblica reconocieron que el Estado bipartidista haba entrado en crisis en mu-chos aspectos. Algunos, como Alfonso Lpez Mi-chelsen, hablaron de una pequea Constituyente sin que lograran materializarla.

    Entre 1974 y 1984 la idea de recurrir a una Gran Asamblea Constituyente, democrtica, soberana, de amplia representacin, para redefinir el Estado y bus-carle salidas a la crisis, se circunscribi a crculos de intelectuales y a la propaganda de pequeos grupos socialistas. Ni en los gobiernos ni en los congresos de la dcada se reconoci que era necesario pactar una nueva Constitucin, pues se pensaba en introducir

    apenas algunas reformas. Por eso la Asamblea Na-cional Constituyente de 1991 se lleg a convocar slo cuando se hizo evidente la ingobernabilidad, y se dio un autntico levantamiento ciudadano en contra de la violencia y contra la clase poltica tradicional, que haba sido en muchas regiones cooptada por las mafias del narcotrfico.

    La Asamblea Constituyente, como principal es-cenario y mecanismo para la paz, fue introducida por el Ejrcito Popular de Liberacin en la agenda del Proceso de Paz propiciado por el gobierno de Belisario Betancur en 1984. A finales de 1987, se vol-vi a considerar la posibilidad de una va especial, de excepcin para la reforma del Estado, cuando la Administracin Barco plante la posibilidad de un plebiscito o referndum. En enero de 1988, Virgilio Barco lleg a proponer una papeleta separada que en las elecciones de mitaca derogara el artculo de la Constitucin que prohiba los plebiscitos para darle as base a un referndum de cambio constitucional.

    En respuesta a esas iniciativas y a la profundiza-cin de la crisis y de los conflictos, se conform en 1987 la Comisin Nacional Pro-Constituyente, que agrup a la Central Unitaria de Trabajadores de Co-lombia (cuT) y otras organizaciones no gubernamen-tales, y dirigentes polticos democrticos integrados en un Comit Nacional de Unidad.

    En las Mesas de Anlisis y Concertacin, conformadas para impulsar la desmovilizacin, la principal conclusin consignada en el documento fir-mado en mayo de 1989 por los delegados de los par-tidos Liberal y Conservador, asesores del Ministerio

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    Bogot, ciudad memoria

    de Gobierno y delegados del M-19, Colombia Unida, Democracia Cristiana, militares retirados, voceros sindicales y otros, fue pedir:

    Que la Ley de referndum y una vez modifica-do el Artculo 218 de la Constitucin Nacional, in-cluya la convocaToria a una aSamblea conSTiTuyenTe de amplia repreSenTacin polTica y Social. (Firmado en el Capitolio Nacional, el da 20 de mayo de 1989).

    La conclusin de esa Mesa de Concertacin tiene la importancia histrica de ser el primer documento suscrito entre los voceros de los partidos, del Gobier-no, de organizaciones sociales y de un grupo insur-gente, que recomienda a la Asamblea Constituyente como va para el cambio institucional y para forma-lizar un Tratado de Paz.

    El ambiente favorable a la Constituyente se ex-pres masivamente en la Marcha del silencio que el 25 de agosto de 1989 acompa la protesta por el asesinato de Luis Carlos Galn, y que luego deriv en la solicitud Pro Constituyente entregada al pre-sidente Barco con ms de 35 mil firmas recogidas por estudiantes y docentes de las universidades del Rosario, Andes, Nacional, Javeriana, Externado, Jor-ge Tadeo Lozano, Gran Colombia, el Bosque, Sergio Arboleda, Sabana y la Salle. Este fue el momento de irrupcin del movimiento universitario, que en fe-brero de 1990 encabezara la convocatoria a la Spti-ma Papeleta a favor de una Constituyente.

    El gobierno de Barco incluy el cambio de los artculos de la vieja Constitucin que impedan la convocatoria a la reforma poltica que se tramit en 1988 y 1989, pero a ltima hora decidi hundir esa

    reforma para evitar que se aprobara la no extradi-cin. Las mafias agrupadas en la alianza conocida como Los Extraditables, haban intervenido en el Congreso para protegerse incluyendo en esa reforma la prohibicin de la extradicin de colombianos. Al caer la reforma, el Gobierno les envi un mensaje de firmeza en la guerra contra los carteles, pero al mis-mo tiempo hundi parte importante de los acuerdos que se haban alcanzado para la paz con el M-19. No obstante, esa crisis de los acuerdos, el M-19 declar el 14 de diciembre de 1989 que de manera unilateral se desmovilizara ante el pueblo, convocndolo a pro-mover una Asamblea Constituyente de Paz median-te un golpe de opinin.

    La Sptima Papeleta en las elecciones del 11 de marzo de 1990 La Asamblea Nacional Constituyente fue convoca-da como consecuencia inmediata de la irrupcin en las urnas de una papeleta de voto, que centenares de miles de ciudadanos depositaron el 11 de marzo de 1990. Ese da se realizaron votaciones para elegir al-caldes, concejales, diputados, representantes a la C-mara, senadores y candidato en la consulta liberal.

    Ningn otro voto estaba autorizado por el Go-bierno o las autoridades electorales, pero a pesar de eso la gente acogi multitudinariamente el llamado a incluir una Sptima Papeleta. La confluencia del movimiento juvenil encabezado por las universida-des privadas de Bogot, y el movimiento Pro Consti-tuyente vinculado a los pactos de paz fue la base de la gran convocatoria. La sede central de la campaa

    Estudiantes promotores de la Sptima Papeleta, 1990.

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    de los estudiantes por la Sptima Papeleta funcion en el Centro de Investigacin y Educacin Popular (cinep), bajo el auspicio de los jesuitas.

    Cmo se pas de la Sptima Papeleta a la convocatoria a la Asamblea Constituyente? Nadie cont las papeletas por la Constituyente de-positadas en las urnas en marzo de 1990, pero la mo-vilizacin de los estudiantes y de la ciudadana fue presentada por los medios de comunicacin como un pronunciamiento a favor de cambios inmediatos. Las negociaciones de paz con el M-19 encontraron un contexto favorable, y la perspectiva de una Consti-tuyente se mostr como el escenario de un pacto de paz.

    Para la transformacin de la protesta ciudadana en convocatoria a la Asamblea Constituyente fueron decisivos dos hechos extraordinarios: uno, la deter-minacin del gobierno de Virgilio Barco de promul-gar un decreto de Estado de Sitio que autorizaba a someter a consulta ciudadana, junto con las eleccio-nes presidenciales de mayo de 1990, la convocatoria de una Asamblea Constitucional. La posicin del go-bierno de acudir al constituyente primario para una reforma radical y crear condiciones de paz, es un he-cho que no ha sido suficientemente valorado. Dos, la Sentencia de la Corte Suprema de Justicia que el 3 de mayo valid el Decreto Legislativo 927, y la Sentencia del 24 de agosto de 1990 que consider el voto ma-yoritario del 27 de mayo como un acto de soberana popular, y le dio carcter de Constituyente Soberana

    Facsmil del voto por la Asamblea Constitucional en las elecciones presidenciales de mayo de 1990. Foto: Archivo del Centro de Memoria, Paz y Reconciliacin.

    Facsmiles de la Sptima Papeleta. Foto: Archivo del Centro de Memoria, Paz y Reconciliacin.

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    Bogot, ciudad memoria

    a la Asamblea convocada. Con este fallo se declar tambin constitucional el pacto poltico suscrito por el Gobierno, los partidos Liberal, Conservador, de Salvacin Nacional y la Alianza Democrtica M-19 que defini el texto del voto de eleccin de constitu-yentes, la composicin de la Asamblea, forma y fe-cha de eleccin, inhabilidades, cupos para guerrillas en Proceso de Paz y el perodo de funcionamiento.

    Sobre estas bases, el 9 de diciembre de 1990, me-diante tarjetn electoral situado por la Registradu-ra Nacional del Estado Civil en todas las mesas de votacin, se eligieron setenta constituyentes con el

    mandato de redactar la nueva Constitucin Poltica de Colombia entre el 15 de enero y el 4 de julio de 1990.

    carloS pizarro leonGmez. A los pocos das de la firma del Pacto de Paz entre el Gobierno y el M-19, se realizaron las elecciones en las cuales Carlos Piza-rro, ex comandante de esa organizacin, se present como candidato a la Alcalda de Bogot. Antonio Na-varro Wolff, segundo al mando, se lanz a la Alcal-da de Cali para esas elecciones del 11 de marzo de 1990. La acogida que le dio el pueblo colombiano a la

    Asamblea Nacional Constituyente, 1991. Foto: Semanario Voz.