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Texto Red Una caracterización de las textualidades digitales Máster Sociedad del Conocimiento y la Información TFM - Cultura y Humanidades Juan Miguel Lorite Fonta Directora: Teresa Iribarren Donadeu

TextoRed! - UOCopenaccess.uoc.edu/webapps/o2/bitstream/10609/...naremos con el término genérico de «Texto Red», en un deseo de nombrar al nuevo estado del texto que demanda y produce

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Texto  Red  Una  caracterización  de    

las  textualidades  digitales                  

       

Máster Sociedad del Conocimiento y la Información

TFM - Cultura y Humanidades                  

 Juan  Miguel  Lorite  Fonta  

   

Directora:  Teresa  Iribarren  Donadeu  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  1  

Texto  Red  Una  caracterización  de  las  textualidades  digitales  

Resumen  

El texto fue el primero en migrar hacia el escenario digital a través de las líneas de código

y primitivas interfaces y, sin embargo, el enorme peso de su significación histórica y social

en el medio impreso –sumado a la incertidumbre sobre modelos de negocio y mone-

tarización en el escenario digital– provoca que las transmisiones textuales digitales se

perciban aún dependientes de las impresas, situándose en el camino hacia la digitalización

por detrás de lenguajes como el de la fotografía, el vídeo o la música, plenamente unidos

ya a este formato.

Este Trabajo Fin de Máster explora algunas de las formas en las que se han venido

caracterizando desde el ámbito académico las textualidades emergentes en Internet,

prestando especial atención a los trabajos de Adriaan van der Weel, Ted Nelson, Roger

Chartier o Daniel Cassany, entre otros. El objetivo es compilar y sintetizar las distintas

caracterizaciones para englobarlas bajo un nuevo término genérico que denomine y

distinga a los textos creados, producidos, distribuidos, almacenados y consumidos en

Internet: Texto Red.

Este es solo el primer objetivo del estudio: su propuesta final es que una clara

caracterización teórica y una variada exposición de casos, junto a una denominación

singular, faciliten la comprensión de las prácticas textuales emergentes en Internet en

aquellos agentes dedicados a la divulgación de conocimiento y construcción de cultura que

actualmente no tienen en cuenta el escenario digital como medio para la transmisión de

sus textos. En definitiva, el trabajo propone mostrar cómo cambian las características y

potencialidades del texto en su paso del medio impreso al digital.

La exposición final del caso Where is Shakespeare es un ejemplo práctico

desarrollado según las premisas de Texto Red.

Palabras  clave  Textualidad, Internet, cultura digital, hipertextualidad, lectura, interactividad, transmedia

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  2  

Índice  

Introducción ............................................................................................................... 3

Objetivos y justificación .................................................................................. 6

Qué son los textos ...................................................................................................... 7

El medio digital: Internet ............................................................................................ 11

El renacimiento de la oralidad ........................................................................ 12

Hipertextualidad ........................................................................................... 14

Fragmentación ............................................................................................. 17

Convergencia Mediática ................................................................................. 19

Interactividad ............................................................................................... 21

Social ........................................................................................................... 23

Un caso particular: Where is Shakespeare ................................................................... 28

Conclusiones ............................................................................................................. 31

Bibliografía ................................................................................................................ 34

 

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  3  

Introducción  

La segunda mitad del siglo XX marca el comienzo de un cambio de paradigma tecnológico

y social: el Informacionalismo. Este cambio tiene su base en la capacidad creciente de

procesamiento de la información gracias al uso de dispositivos microelectrónicos y ha

proporcionado los cimientos de un nuevo tipo de estructura social, la Sociedad Red. Esta

sociedad sustenta una nueva economía, mundializada, y que ha dado lugar a una empresa

definida como flexible, de alta operatividad, de configuración variable y con la inter-

conexión entre nodos como protagonista en lugar de la convencional comunicación

jerárquica vertical (Castells, 1997).

En este escenario cambiante, los movimientos globales e inmediatos de los flujos

económicos y la estructura en red de las comunicaciones definen, casi día a día, nuevos

ritos y usos sociales. Las empresas que han atesorado el control de la producción y

distribución de contenidos textuales con fines culturales –englobadas hasta finales del

pasado siglo casi únicamente en el sector editorial– están siendo también removidas por

profundos cambios. Estos afectan tanto a los agentes dedicados a la producción del texto

–modificando y desplazando a los ya existentes e incluyendo a otros nuevos–, como a la

propia actividad cultural, en progresiva adaptación a la mundialización económica, las

implicaciones instrumentales y legales del escenario digital y los cambios en los patrones

de consumo.

Si, como destaca Castells, lo que está siendo transformado es, sobre todo, la

capacidad de procesamiento, recombinación y distribución de la información, es lógico

pensar que la transmisión textual, tradicional vehículo en la comunicación y almace-

namiento de la información, se esté viendo también totalmente transformada por las

premisas informacionales y las necesidades de dicha Sociedad Red.

Precisamente, fue el texto el primero en entrar en el escenario digital a través de

las líneas de código y tempranas interfaces (Van der Weel, 2011) pero, de manera

paradójica, aquellos dedicados al arte, la literatura, el entretenimiento o la formación son

los últimos en hacerlo y los que más resistencias plantean aún a su presencia digital. Este

hecho no deja de ser cuestionador en tanto que, para el caso de la fotografía, el vídeo y la

música, el formato digital es ya la norma.

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  4  

Es una certeza que la transformación de las transmisiones textuales hacia lo digital no

está siendo llevada a cabo por los agentes tradicionalmente relacionados con la

producción del texto impreso; en opinión de Brynjolfsson & Hitt (1998), una de las

razones que explicarían por qué las tecnologías de la información y la comunicación no

producen los resultados esperados en las industrias culturales y creativas sería que los

directivos predigitales incorporan nuevas herramientas manteniendo antiguos sistemas de

trabajo o, directamente, obvian las nuevas tecnologías hasta que son forzados al cambio.

Abundando en este hecho, en muchas de las comunicaciones y temáticas de los

congresos sectoriales de la industria cultural1, estas transformaciones son percibidas tanto

como amenazas como oportunidades; el ruido de la constante evolución de los dispo-

sitivos electrónicos de lectura, la pérdida de influencia de agentes vinculados al libro o la

lucha de cifras de ventas de libros impresos y electrónicos, entre muchas otras, ocultan

una transformación más profunda y paradigmática: la que tiene lugar con la eclosión de

todo un universo de nuevas textualidades, nacidas plenamente en la cultura digital,

generadas por y para los individuos de la Sociedad Informacional y que, sin embargo, las

empresas culturales parecen no comprender en todo su potencial.

El texto, vector de información, cultura y conocimiento, ha iniciado una etapa más

del viaje que le ha llevado, desde su expresión en los primeros gestos comunicados frente

al fuego, hasta su fragmentación en la lectura hiperexpandida, multimodal y amplificada

de las pantallas. En el mismo sentido, Cassany (2000, p. 1) escribe: «estamos asistiendo a

una enésima expansión de la capacidad comunicativa humana… la expansión del soporte

digital del lenguaje como complemento o sustituto del soporte analógico tradicional».

Pero el peso del libro/volumen en papel es aún enorme: su continuado uso en el

tiempo –del medio impreso y escrito– ha creado un imaginario respecto al acto lector y

respecto a la organización del texto que hace invisibles sus características tecnológicas,

acercándolo más a un tótem clausurado de significados y utilización2.

                                                                                                               1  Como   ejemplo,   en   el   discurso   del   presidente   de   la   Federación   de   Gremios   de   Editores   de   España   en   la  

inauguración  de  Liber  2012,  Daniel  Fernández  habla  del  peligro  que  la  multiplicación  de  formas  de  lectura  que  propician  las  TIC  se  inserten  en  “una  ruptura  y  discontinuidad  con  todo  el   legado  cultural  de  nuestra  historia”.  Asimismo,  se  hace  eco  del  error  que  supondría  asociar  la  desaparición  del  editor  como  condición  necesaria  para  el  libre  acceso  a  la  cultura.  [www.federacioneditores.org/0_Resources/Documentos/Discurso_  Liber2012.pdf]  

2  Cassany   (2000)   explica   como   la   escritura   es   percibida   aún   como   el   sustrato   desde   el   cual   se   ha  desarrollado  nuestra  civilización,  a  través  de  acontecimientos  tan  importantes  como  la  expansión  del  comercio  o  la  consolidación  de  la  democracia,  entre  otros.  

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  5  

Tanto es así que, hasta el momento, la puesta en escena digital del texto no ha podido

desprenderse aún del imaginario colectivo del medio impreso; si a esto sumamos una

incipiente alfabetización digital y una amalgama de intereses económicos y sectoriales

(Ruiz, 2014)3, resulta que las textualidades digitales pasan por ser percibidas todavía hoy

como la mera adaptación electrónica del libro impreso. Esto explicaría el uso en las

pantallas de la alegoría del formato de la página (y la doble página), de la imitación como

efecto visual del paso de las mismas, de la estructura enunciativa del texto impreso y sus

ritos lectores –enriquecidos, en su caso, con algún elemento de ayuda a la búsqueda o

detalles de interactividad–. También la presentación en formato PDF o documentos de

maquetación fija acordes a la del documento impreso para una tortuosa lectura digital en

pantallas de pequeño y medio formato, como las de los teléfonos inteligentes y tabletas.

Lorenzo Soccavo (2013) habla en este sentido que vivimos actualmente en la era de los

incunables electrónicos, aquella en la que los textos digitales aún utilizan los códigos de la

edición impresa.

Por esta razón, es importante para los fines de este estudio mostrar claramente que

el libro es una más entre las posibles materialidades del texto y no la única forma ni el

final clausurado de la evolución de la transmisión textual. Nos apoyamos en este punto en

los textos de Adriaan Weel (2011) en los que hace una clara distinción entre el artefacto

lector y el texto que ha ido residiendo en distintos medios: escrito, impreso, digital, a los

que podemos sumar las prácticas orales de transmisión de cultura y conocimiento como

plenamente textuales.

Las exigencias del aprendizaje, la gestión cultural, el arte, la comunicación y la

ciencia en la sociedad del conocimiento reclaman una articulación distinta a la obtenida en

la cultura del impreso4 y más allá del libro (impreso y electrónico, soporte y contenido);

nuevas puestas en escena del texto, nuevos canales y soportes que respondan de mejor

manera a los ritos lectores emergentes, imbricados totalmente en el uso de los disposi-

tivos microelectrónicos.                                                                                                                

3  Bernat  Ruiz  habla  de  cómo  el  sector  editorial  español  padece  una  crisis  que  va  más  allá  de  la  económica  de  2008:  la  baja  demanda  propició  una  baja  rentabilidad  por  ejemplar  que  la  burbuja  de  la  sobreoferta,  sobrevenida  en  el   intento  de  paliar  aquella  situación,  no  sólo  no  ha  dado  respuesta  sino  que,   incluso,  amenaza  con  destruir  parte  del  tejido  empresarial  asociado  al  libro.  

4  El   objeto   tradicional   del   modelo   de   negocio   de   las   empresas   editoriales   pasaba   por   la   explotación  económica   de   los   derechos   de   autor   de   un   texto,   en   la   escasez   de   contenidos   y   en   la   unidad   del   libro   como  contenido  y  soporte  en  un  bien  cultural  tangible.  Todo  ello  engranado  en  una  cadena  de  producción,  distribución  y  comercialización  que  conformaba  la  cultura  del  impreso  y  que  choca  o  se  va  a  ver  desplazada  en  la  economía  del  conocimiento.  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  6  

Con este punto de partida, el estudio explora algunas de las formas en las que, desde el

ámbito académico, se han venido caracterizando las textualidades emergentes en

Internet, especialmente aquellas con el objetivo de servir de vehículo directo a la transmi-

sión de conocimiento y cultura; no se tratarán, por ello, los textos utilizados en los

lenguajes de programación o los que subyacen en las interfaces.

Para desarrollar esta idea, intentaremos primeramente definir el concepto general

de texto, analizar los aspectos específicos del medio Internet para, más tarde, descubrir

cómo han sido caracterizadas las textualidades digitales, diferenciándolas claramente de

los textos de la cultura del impreso. Encontrada esa caracterización global la denomi-

naremos con el término genérico de «Texto Red», en un deseo de nombrar al nuevo

estado del texto que demanda y produce la Sociedad Informacional, la denominada por

Castells (1997) Sociedad Red. Por último, se mostrará el caso Where is Shakespeare como

una propuesta basada en la transmisión textual en Internet y atendiendo a Texto Red.

Aunque el ámbito geográfico del Trabajo es internacional, se centra en estudios

académicos sobre la caracterización de los textos en Internet, sobre todo, aquellos objetos

textuales online, en abierto, en el marco lingüístico de los idiomas inglés y español y que,

creemos, mejor reflejan el punto de inflexión con respecto al texto del impreso.

Objetivos  y  justificación  

Este objetivo, el de fijar una caracterización que represente la peculiaridad de la

textualidad en relación con el medio digital y en red que es Internet, quiere contribuir a la

Sociedad del Conocimiento, no solo por su mayor o menor valor de análisis al corpus

académico sobre las nuevas textualidades sino, sobre todo, por intentar reflejar el

momento fundacional que vive en estos momentos ese vehículo milenario de conocimiento

y cultura, el texto, y que según nuestra premisa, se aleja inexorablemente de las prácticas

de producción del concepto libro –como soporte y como contenido– hacia otros ámbitos,

otras prácticas de producción y otros hábitos lectores.

Se quiere propiciar una reflexión del rol de los textos como andamiaje básico de la

transmisión de conocimiento y la construcción de cultura en la era digital. Asimismo, al

encontrarnos tan cerca en el tiempo de los procesos de innovación y experimentación en

torno a las textualidades digitales, vemos la necesidad de añadir material de debate sobre

las demandas de la puesta en escena digital de los textos por parte de la Sociedad Red.

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  7  

Con estas premisas, el Trabajo Fin de Máster se enmarca en el ámbito de los estudios

sobre la sociedad de la información, en concreto, en el de las textualidades digitales. Por

ello, en su metodología se ha realizado una búsqueda de estudios académicos

relacionados con la caracterización de los textos en Internet, dedicando especial atención

a los trabajos de Adriaan van der Weel, Ted Nelson, Roger Chartier o Daniel Cassany,

entre otros. Del mismo modo, se han explorado casos que pudieran ser representativos de

las textualidades digitales en Internet.

Se recopilarán dichos recursos a través de búsquedas en bases de datos como

Scopus, Google Scholar y Web of Sciencie, haciendo utilización de herramientas como

Scientific Web Plus para hallar los autores y publicaciones más relevantes y de mayor

calidad sobre el objeto de la investigación y sus categorías más importantes.

Esto va a permitir encontrar aquellas experiencias y teorías en sintonía o relevantes

para la investigación que puedan, o bien aportar nuevos enfoques, bien servir de

confirmación a la hipótesis contemplada. Observar como el escenario digital ha condi-

cionado los ámbitos donde residían los textos nos ayudará para la definición de los nuevos

textos en su «estado» Red. Todas las búsquedas, su archivo, registro y resúmenes serán

gestionadas con la aplicación web y de escritorio Mendeley.

Qué  son  los  textos  

Antes de comenzar a definir la transmisión textual digital, vemos necesario partir de la

definición del concepto texto, identificado a menudo únicamente con su transmisión en los

medios escrito e impreso; esta definición procurará los conceptos claves que van a

posibilitar entender la transmisión digital como algo específico y diferenciado ya del resto

de medios. No es una tarea trivial; Francisco Chico Rico (1988, 17) sintetiza toda una serie

de definiciones y esboza una de manera exhaustiva e integradora:

Unidad mínima de comunicación y núcleo y eje del hecho comunicativo,

hecho que, conteniendo todos los componentes que permiten y explican el

proceso de la comunicación lingüística, incluye a) el texto propiamente dicho,

[…] b) el contexto comunicativo general, en el que se sitúan el productor y el

receptor, con sus respectivos contextos; c) los mundos posibles o realidades

referenciales, que sirven de base semántico-extensional para la construcción

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

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tanto en la dirección de síntesis o producción como en la dirección de análisis

o recepción de la estructura de conjunto referencial del texto; d) el universo

cultural o realidad general en la que se insertan históricamente dichos

componentes […] e) el código y f) el canal de la comunicación.

En Introducción a la lingüística del texto (1997), Beaugrande y Dressler añaden diez

criterios que explican la especificidad del texto: cohesión, coherencia, intencionalidad,

aceptabilidad, situacionalidad, intertextualidad, informatividad, eficacia, efectividad y

adecuación de una expresión lingüística.

Para la edición vigésimo segunda del diccionario de la Real Academia de la Lengua

Española (2015), en su primera acepción, texto es un «enunciado o conjunto coherente

de enunciados orales o escritos».

En estas propuestas de definición, queremos resaltar dos aspectos: el primero, que

en ninguna de ellas se identifican las señas de identidad del texto únicamente con la

transmisión textual a través del medio impreso, algo que nos hará más fácil explicar qué

aspectos y posibilidades cambian en el paso del texto impreso al texto digital en Internet;

la segunda, la inclusión del ámbito oral; de hecho, en la transmisión, recopilación y

almacenamiento de la información y las narraciones, la tradición oral ocupó un papel vital

(más longevo aún que ningún otro medio). El medio oral continuó en el sustrato de la

escritura muy avanzada su historia5. En el camino hacia el medio escrito y, más tarde, al

impreso, se relegaron no pocas potencialidades del texto: la capacidad de abstracción y

maleabilidad, la posibilidad de traducción inmediata o la adaptación a la formación, tiempo

y demandas del lector –oyente–. El texto en el medio oral podía plegarse ocultando o

abundando en detalles e información. El desplazamiento de las capacidades de

interacción, adaptación al lector y actualización que poseía el medio oral fue el precio a

pagar por el uso de los medios escrito e impreso. Como podremos ver más adelante en

este trabajo, las premisas tecnológicas del escenario digital proveerán de nuevo algunos

recursos de la oralidad que se vieron desplazados con la cultura del escrito.

                                                                                                               5  En  Una  historia  de  la  Lectura,  de  Alberto  Manguel  (2003),  hay  una  anécdota  muy  interesante  que  refleja  las  

resitencias  que  la  oralidad  seguía  presentando  al  medio  escrito  mediado  el  siglo  XVIII:  la  aparición  de  un  invento  como   la   lámpara   Argand   que   trajo   una   iluminación   limpia   y   potente   a   las   anteriormente   mal   iluminadas  habitaciones,  provocó  reacciones  de  rechazo  que  esgrimían  que  dicho  invento  había  acabado  con  las  tertulias  de  sobremesa   de   la   cena   en   favor   de   la   lectura   íntima   en   las   habitaciones.   La   cercanía   con   ciertos   discursos  distópicos  en  torno  a  los  practicas  textuales  digitales  es  muy  sugerente.  

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En cuanto al enunciado escrito, no fue siempre como lo entendemos actualmente. En

Occidente, en los siglos posteriores a la aparición de la escritura (en torno al VIII a.C.), el

texto escrito se hallaba supeditado a la palabra, siendo los «oyentes» el destinatario final.

Su disposición gráfica era la de scriptio continua, es decir, una disposición sin espacios

entre palabras y que hacía necesaria su vocalización para desentrañar el sentido de la

lectura (Lorite Fonta, 2008). El novus liber –volumen latino o rollo– que los romanos

hicieron evolucionar desde antecedentes griegos, mostraba ya una incipiente

compaginación del texto pero su objeto seguía siendo el de producir sonido –el de la

palabra– y no el de representarlo. En estos casos, la transmisión textual no era

inequívoca, al poder diferir la integridad de lo escrito según la interpretación del lector o

lectores que le «dieran voz».

En un proceso de interacción mutua, la evolución de los soportes han propiciado

nuevos contenidos textuales y estos, a su vez, nuevas prácticas lectoras; y viceversa.

Cuando en el siglo II d.C. aparece el códice, un libro de páginas muy parecido a nuestro

libro actual, las capacidades de almacenamiento del texto aumentan considerablemente,

así como se ven reducidos su peso y tamaño. La lectura, por tanto, se hace más

autónoma, portable, pudiendo emplear el lector solo una mano y, lo que es más

importante en nuestra definición del texto del impreso, consigue la percepción de una

obra unitaria, integral, con todos los textos reunidos donde antes (en el rollo) se producía

una fragmentación incómoda y, en la mayoría de las veces, arbitraria.

En el ámbito discursivo, la transmisión textual del medio escrito se caracteriza,

además de por esa percepción de obra cerrada, por su linealidad, que recorre un único

itinerario (Cassany, 2000) y, por tanto, con una significación más acotada que las que,

como veremos, proporcionarán las obras digitales de múltiples itinerarios.

La configuración formal y discursiva del texto se va a ir moldeando en relación a

las necesidades lectoras de la sociedad del momento: los monjes benedictinos, sobre el

siglo XII, innovarán con el uso de abreviaturas, mayúsculas y con el añadido de signos de

puntuación; darán al escrito sus primeras funcionalidades intratextuales al realizar anota-

ciones al margen del bloque escrito para indicar posiciones exactas dentro de la obra, así

como el empleo de índices.

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  10  

Todas estas innovaciones, ocultas hoy día en la «caja negra»6 de la tecnología del escrito

y el impreso (Domènech Argemí & y Tirado Serrano, 2013), supusieron un salto cualitativo

y cuantitativo en cuanto a transmisión del conocimiento e información.

Las nuevas tecnologías de impresión del siglo XIII cristalizan en la aparición del libro

moderno: el artefacto lector aprovecha el abaratamiento que supuso el uso del papel con

respecto al pergamino7 y los avances continuos en las máquinas de rodillos impresores

que desembocaron en la imprenta de Gutenberg (siglo XV). Su primera y más disruptiva

consecuencia fue la posibilidad de realizar miles de copias a un coste muy reducido en

comparación con la tecnología copista del escrito. La segunda fue que la transmisión

textual del impreso podía distribuirse a amplios sectores de la población (Nistal, 2009). Sin

duda, la imprenta de Gutenberg supuso tal revolución técnica y social que, aún hoy, en

plena era informacional, no somos conscientes que nos sirven eficazmente artefactos y

tecnología creados hace medio milenio8 (Satué, 2005).

El texto fijado en el libro es una obra redonda, cerrada, preservada de alteraciones

e interpretaciones y donde contenido y soporte componen un todo indisociable. Con el

libro se produce el paso de una lectura oralizada y comunitaria a una lectura silenciosa,

rápida e individual; el texto impreso suma a su función como conservador de la memoria

la de ser instrumento de labor intelectual. Veremos como cambia todo esto en el paso de

las transmisiones textuales al escenario digital.

                                                                                                               6  M.  Domènech  y  F.  Javier  Tirado.  La  teoría  del  actor-­‐red:  «La  expresión  caja  negra  proviene  de  la  cibernética.  

Los   cibernéticos   la   usan   cuando   una   parte   de   un   artefacto,   proceso   o   conjunto   de   órdenes   es   demasiado  complicada   para   estar   siempre   mencionándola   o   haciendo   referencia   a   ella.   En   su   lugar,   dibujan   una   cajita,  acerca  de  la  cual  no  necesitan  conocer  más  que  las  entradas  (inputs)  y  salidas  (outputs);  es  decir,  cuándo  usarla  o  aplicarla  y  qué  efecto  provoca»  (p.  12).  

7  Sin   embargo,   en   lo   que   ha   sido   una   constante   a   través   de   los  medios   textuales,   cada   paso   evolutivo   ha  aportado  soportes  menos  duraderos.  El  pergamino  es  más  duradero  que  el  papel,  el  papel  es  más  longevo  que  el  archivo  magnético  informático,  tal  como  lo  fue  también  el  papiro  con  respecto  al  pergamino.  

8  Como  pone  de  ejemplo  Enric  Satué  en  su  Discurso  de  ingreso  a  la  Real  Academia  Catalana  de  Bellas  Artes  de  Sant  Jordi,  seguimos  usando  para  la  maquetación  de  textos  impresos,  y  sin  cambios  formales  de  relevancia,  la  familia  tipográfica  Garamond,  grabada  en  1550.  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  11  

El  medio  digital:  Internet  

Sin dejar de entender, tal como apunta Weel (2011), que el texto va a ser fruto de la

interacción de los usos y expectativas sociales además de los desarrollos e invenciones

tecnológicas, podemos observar sin embargo que una aproximación a la caracterización de

los textos nos sitúa ante la evolución de sus medios y soportes. Cuando Roger Chartier

(Chartier, 2006) habla de la materialidad del texto del impreso, habla sobre todo de cómo

este es definido por las características tanto del soporte papel como de las intervenciones

de tipógrafos, componedores, maquetadores, correctores, editores, encuadernadores, etc.

Parecería así que el texto ha ido definiéndose en base a las capacidades y límites de su

soporte. Como ejemplo, los lectores predigitales argumentan en su predilección por el

papel impreso el valor de la concentración, la percepción sensorial del olor y el tacto y la

belleza material, cualidades cognitivas que se imbrican con las físicas y que, como vemos,

definen medios pero también lecturas y textos.

En este mismo sentido apunta Castells (1997) cuando habla sobre como el medio

ha devenido en protagonista del mensaje en los procesos de comunicación de la Era de la

Información; para nuestro objeto de estudio, viene a descubrirnos como los recursos y

funcionalidades del medio Internet va a condicionar la transmisión textual; Jean

Baudrillard (1983) ya había adelantado, sin referirse a la Red pero vislumbrando un hori-

zonte próximo de cambios, como el mensaje va a desaparecer por la acción de un medio

que se impone en su mismo funcionamiento de transmisión.

Por todo ello, podríamos argumentar que los textos de la cultura digital en la Red

(online y en abierto) van a definirse también sobre los aspectos que conforman el ecosis-

tema de Internet, de sus potencialidades, sus límites, creadores y usuarios.

En ese sentido, Gillem Bou (1997) habla sobre como se articulan los textos en el

escenario de Internet, en relación al guión multimedia: poliédricos, expandidos,

fragmentados, hipertextuales, ubicuos y participativos. Por otro lado, Weel (2011)

disecciona el docuverso de Ted Nelson como convergente, de naturaleza electrónica,

conectado, maleable, inteligente e independiente del dispositivo.

Weel repara también en una constante del medio digital que suele pasarse por alto:

la dependencia de una fuente eléctrica de energía y, sobre todo, la dependencia de

software y hardware que hacen al texto inescrutable por primera vez en su historia. En

ese sentido, podríamos decir que su carácter informacional es intrínseco a su identidad.

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  12  

En el IV Congreso de la CiberSociedad (2009), dedicado a la crisis analógica y al futuro

digital, se llegó a la conclusión que los aspectos específicos del texto digital frente al

impreso eran los de hipertextualidad, multilinealidad, multimedialidad, interactividad y

virtualidad.

Con estos precedentes, vamos a explorar aquellos aspectos que mejor definen

Internet como soporte para caracterizar a las transmisiones textuales en este medio.

 

El  renacimiento  de  la  oralidad  

Hemos visto en el apartado que se preguntaba por la identidad de los textos que, durante

mucho tiempo, el medio escrito tuvo como fin producir sonido y no representarlo gráfica-

mente; Marshall McLuhan (1962), en su Galaxia Gutenberg, habla sobre los cambios que

provocó en la sociedad occidental el uso del texto impreso como fijador del alfabeto

fonético: sobre todo, la preponderancia del sentido visual sobre la primitiva interacción

multisensorial que, según él, devino en la marginación del pensamiento holístico y

simultáneo en aras de una concepción lineal y lógica de la realidad. Cassany (2000, 1) va

más lejos y propone al lenguaje verbal, y no al texto, como elemento transversal a los

distintos medios que han ido expandiendo las capacidades comunicativas de la huma-

nidad. Así, describe un camino desde los soportes analógicos tradicionales «(sonidos,

ondas hercianas, papel, libros, etc.)» hasta el soporte digital del lenguaje «(compu-

tadoras, pantallas, teclados Internet, etc.)». Es un enfoque muy enriquecedor para

nuestro fin dado que, aunque hemos distinguido a los textos dentro del campo del

lenguaje por su carácter de enunciado o conjunto de enunciados coherentes, el escenario

digital va a recuperar, con sus capacidades de interacción, recursos y usos del lenguaje

verbal y el medio oral.

Un ejemplo de ello lo proporciona Daniel Escandell (2014, 38) en relación a la

microliteratura generada en la plataforma Twitter, reflejando como se acerca el flujo

comunicativo de la red social de nanoblogueo a una conversación global y continua:

Twitter es una conversación en marcha, no un blog o un corcho virtual en el

que los mensajes perduran [...]. Con una vida media tan restringida el tuit se

aproxima a la volatilidad de la comunicación oral: estas palabras no llega a

llevárselas el viento, pero sí pueden ser vistas como gotas que pronto se

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  13  

sumarán a un mar de datos difícilmente rastreable, ya que el volumen de

mensajes generado diariamente dificulta la obtención de los resultados

deseados en los diferentes motores de búsqueda a los que se pueda recurrir.

[…] La concepción temporal base de esta red socioinformacional es el

presente absoluto o casi absoluto, lo que no hace sino reforzar ese carácter

conversacional.

Existe toda una suerte de trabajos textuales que se apoyan precisamente en Twitter para

su desarrollo y que ejemplifican este carácter oral de las textualidades digitales: como la

adaptación del clásico Lazarillo de Tormes por alumnos de la ESO9 donde Lázaro y el ciego

intercambian sus vivencias a través de tuits. En otro caso, el periodista Carlos Hernández

pone al protagonista de su novela histórica Los últimos españoles de Mauthausen, Antonio

Hernández, a tuitear sus experiencias en el campo de concentración nazi10, compartiendo

durante tres meses datos e imágenes reales, material fruto de su documentación sobre el

tema.

En ambos casos, a la historia de base se suman las decenas de tuits, retuits y

comentarios de otros usuarios de Twitter aunque no contribuyan con tanto protagonismo

a la construcción de la conversación como en el caso de Manolo, el CM despedido por

Ballantine’s11 (Brui, 2015): el 4 de mayo de 2015 se convirtió en Trending Topic el hashtag

#BoicotABallantines; el hilo de los acontecimientos reproducía una salida de tono del

administrador de la cuenta de Twitter de la marca de whisky sobre el resultado de un

evento deportivo; dicha falta fue respondida con virulencia en las redes y contestada con

chulería por el administrador al que, poco después, Ballantine’s comunicaba oficial y

públicamente su despido. En ese momento, se produjo una división entre los numerosos

seguidores que aplaudían la decisión, los que la repudiaban y la participación en la Red de

otras marcas de bebidas alcohólicas que tomaban posiciones en la crisis de reputación

marcaria. Finalmente, se descubre que todo se trataba de un fingido conflicto entre la

marca y su administrador en las redes –Manolo– que acabó apareciendo en varios vídeos

del canal de la marca en Youtube completando y dando sentido humorístico a los sucesos.

                                                                                                               9  https://storify.com/Lazarilloiescmc/lazarillo-­‐de-­‐tormes  10  https://twitter.com/deportado4443  11  https://marketodromo.wordpress.com/2015/05/05/goleada-­‐de-­‐manolo-­‐el-­‐cm-­‐despedido-­‐por-­‐

ballantines/  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  14  

Ballantine’s consiguió su objetivo de notoriedad –600 seguidores nuevos en esas horas–

demostrando que le fue fácil generar, con tan sólo unos tuits, toda una serie de historias

cruzadas a través del flujo de opiniones de los seguidores; un ejemplo de cómo las

intervenciones de los usuarios construyeron otro texto para el resto.

Antonio Hernández tuitea desde Mauthausen.

Otro caso donde las propiedades orales de los diálogos se pone de manifiesto, añadiendo

además un fuerte componente emocional fue la obra de Rob Bevan y Tim Wright, Online

Caroline12; en ella, se ve creando una relación con el personaje de Caroline en base a la

lectura y la implicación del lector en los hilos de sus mensajes de correo y las mani-

festaciones personales vertidas en su página web.

Hipertextualidad  

Aunque disponemos de dispositivos electrónicos que almacenan objetos textuales que no

necesitan de la conexión a la Red para su lectura, en el camino de transformación de las

letras impresas a los bits, el cambio más significativo ha sido el de la posibilidad de

disponer de textos conectados, accesibles mediante un sinfín de fórmulas y conexiones.

                                                                                                               12  http://www.onlinecaroline.com  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  15  

Años antes de la irrupción de Internet, este concepto de elementos textuales fragmen-

tados dotados de significado (lexías) y enlazados entre sí ya había sido propuesto de

manera teórica, en una búsqueda por ampliar las funcionalidades intra e intertextuales

que, de alguna manera, posibilitaba el medio impreso. Sin nombrar la palabra hipertexto,

Vannevar Bush (1945) ya especulaba con máquinas que permitieran enlazar elementos

automáticamente y de manera inmediata respondiendo a los requerimientos del lector.

Años después, Theodor H. Nelson (1981) definía hipertexto cuando ya llevaba tiempo

trabajando en el proyecto Xanadú, en un intento de albergar todos los textos producidos

hasta el momento conectados entre ellos.

Han sido varios los autores que han desarrollado ficciones hipertextuales, hiper-

ficciones, aprovechando las posibilidades de Internet de crear narraciones alejadas de la

secuencialidad; los primeros lo hicieron al margen de la web, con software dedicado a la

creación y gestión independiente de hipertextos13 (Lamarca Lapuente, 2013): Afternoon, a

story14 de Michael Joyce, Victory Garden15 de Stuart Moulthrop y Marble Springs16 de

Deena Larsen son ejemplos de referencia de ese primer momento de experimentación

hipertextual. Ya en tiempo de la World Wide Web, encontramos Tierra de Extracción17 de

Doménico Chiappe y Andreas Meier, una obra de creación multidisciplinar donde música y

texto se combinan en una experiencia multimedia y en la que el lector decide eligiendo

palabras el paso a uno u otro de los 63 capítulos conectados. Chiappe describía en una

entrevista a Ciberia Project, acerca de su proyecto Hotel Minotauro18, como debía el autor

enfrentarse al carácter hipertextual de este tipo de obras (Goicoechea, 2015):

Creo que el autor debe ofrecer siempre dos niveles de lectura. Uno,

horizontal, como la superficie del mar, en donde el lector nada de un

extremo a otro. El otro, vertical, que se ofrece para el lector que quiera

sumergirse y ver lo que hay bajo ese manto inicial. El primero se recorre de

un extremo a otro (puede imponerse la linealidad sugerida por el autor) y

ofrece una historia completa, en la que puede profundizar en una segunda

lectura si se acepta el riesgo de bucear.                                                                                                                

13  Alguno  de  estos  sistemas  de  creación  y  gestión  independiente  de  hipertextos  fueron  Hypermedia,  Hypercard  y  Storyspace.  

14  http://www.eastgate.com/catalog/Afternoon.htm  15  http://www.eastgate.com/catalog/VictoryGarden.html  16  http://www.eastgate.com/catalog/MarbleSprings.html  17  http://collection.eliterature.org/2/works/chiappe__tierra_de_extraccion.html  18  http://www.domenicochiappe.com/minot_EN/index.html  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  16  

Hotel Minotauro de Doménico Chiappe.

Para Antonio Rodríguez de las Heras (2006), el hipertexto no es sólo la capacidad

conectiva entre estos textos independientes y fragmentados, sino una tercera dimensión

del texto; habla del paso de la única dimensión del texto oral a las dos del texto fijado

sobre el plano del papel; la tercera dimensión, el hipertexto, resultaría del plegado de éste

sobre los vértices de un poliedro virtual que provee de una lectura sin solución de

continuidad por todas y cada una de las caras del mismo y a voluntad del internauta. Así,

su obra Los estilitas de la sociedad tecnológica19 juega con esta metáfora del texto

plegado, en cuanto que los caminos múltiples que plantea se expanden en la profundidad

de la pantalla para acabar cerrándose sobre un mismo punto, el de partida.

Existen otros casos donde la articulación hipertextual viene en ayuda de estructuras

de textos que fueron creados para el medio impreso pero anticipaban una ruptura con la

linealidad de la narración y la secuencialidad del argumento; es el caso de Finnegans

Wake, de James Joice, para el que la universidad canadiense Trent aloja un proyecto web,

Finnegans Web 20 , que pone en escena el texto de Joyce a través de conexiones

hipertextuales que permiten un proceso de lectura más cercano a la experiencia mental

que Joyce emplearía en su conceptualización.

                                                                                                               19  http://www.ardelash.es/EsplendorEscritura/estilitas.html  20  http://www.trentu.ca/faculty/jjoyce  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  17  

Finnegans Wake.

 

Fragmentación  

En una entrevista para el Mercurio de Chile (Swinburn, 2008), Roger Chartier explicaba así

el carácter fragmentado de la textualidad digital:

Lo que puede aumentar este sentimiento de la pérdida del gusto o la

paciencia para libros como los de Proust o Tolstoi es la nueva práctica de

lectura que sugiere o impone la textualidad. Es una lectura fragmentada,

discontinua, segmentada, que se atañe a extractos breves, datos desvin-

culados, extractos decontextualizados. Ello puede poner en tela de juicio no

solamente las largas novelas de los siglos XVIII y XIX, sino también la

percepción de todas las obras como discursos que tienen coherencia e

identidad.

A lo largo de 2014 y 2015, se vienen desarrollando una serie de herramientas y aplica-

ciones que permiten leer y producir unos objetos textuales basados en la fragmentación

de la información a través de fichas preparadas para la interacción, que demandan ser

compartidas y pueden visualizarse en cualquier tipo de pantalla. Todas ellas disponen de

una interfaz táctil y tienen una cuidada presentación que une texto e imagen.

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  18  

Notegraphy21, la primera, se basa en dar forma a los breves mensajes que se comparten

en Internet a partir de colecciones predeterminadas de estilos, ofreciendo estadísticas de

lectura de las mismas. Citia22 avanza más en la idea de una lectura extensiva en torno a

decenas de tarjetas de distintos ámbitos profesionales o emocionales; pero es Zindr23 –en

versión beta– la que ofrece unas posibilidades de lectura y experiencia de usuario más

adaptadas a las pantallas de los teléfonos inteligentes y tabletas, añadiendo un motor de

inteligencia artificial que analiza qué tarjetas son leídas y cuáles rechazadas, con lo que el

sistema va afinando las lecturas que ofrece acorde a los intereses capturados en la

experiencia continuada de uso.

Asunto: Hola24, del colectivo Young-Hae Chang Heavy Industries, es un intere-

santísimo ejemplo que, con un enfoque distinto al de las tarjetas, juega también con la

idea de unos textos fragmentados, con un tratamiento tipográfico y un acompañamiento

sonoro muy potentes, que provocan una alta atención lectora.

Capturas de pantallas de ASUNTO_HOLA de Young-Hae Chang Heavy Industries.

 

                                                                                                               21  https://notegraphy.com/  22  https://citia.com/content/title/citia  23  https://medium.com/@betobetico/the-­‐two-­‐tap-­‐rule-­‐185c63e328d1  24  http://www.yhchang.com/ASUNTO_HOLA.html  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  19  

Convergencia  Mediática  

Internet permite la articulación de y entre textos, imágenes y sonidos, siendo por tanto

soporte de la mirada, la escucha, la lectura y la escritura, algo desconocido hasta ahora.

Como observa John Tolva (1995), uno de los focos de investigación más interesantes

sobre las textualidades electrónicas es que en ellas se borran las distinciones entre

elementos verbales y no verbales entre los que incluye la técnica hipertextual de simulta-

neidad y espacialidad, característica que asocia a las artes visuales.

La hibridación entre texto e imagen no es casual en un medio que se ha venido

sirviendo del aspecto visual de manera exponencial. Internet posibilita la publicación

inmediata de imágenes en servidores remotos, etiquetables mediante palabras25 y de

acceso universal para todos sus usuarios. Si a esto se une la altísima penetración de los

dispositivos móviles inteligentes –en dos años, la tasa de penetración de los smartphones

en España ha pasado del 63 al 81% de los teléfonos móviles (Fundación Telefónica,

2015)– se obtiene un ingente caudal de imágenes (estáticas y en movimiento). La

transmisión textual en la Red viaja hacia los valores visuales de la imagen pues la

tecnología informacional posibilita traer a la mano aquello que en el medio impreso

necesitaba ser representado con el signo26.

Emoji Dick27 es una obra que muestra esta idea: se trata de una traducción de la

novela de Herman Melville, Moby Dick, realizada por Fred Benenson. Pero no realiza una

traducción entre diferentes idiomas sino que ha transcrito el lenguaje textual en su

representación por emoticonos, concretamente del estilo emoji, un lenguaje gráfico a

medio camino entre el texto y el icono utilizado asiduamente en foros, mensajes

instantáneos y chats de los teléfonos inteligentes.

La hibidración que se exhibe en las pantallas de la Red no responde sólo a distintos

lenguajes y sistemas; también se entrecruzan y se presentan en un mismo plano distintos

géneros discursivos y de distintos ámbitos y contextos (por ejemplo, cuando mensajes de

ámbito privado comparten pantalla con imágenes de uso público y publicidad contextual).

                                                                                                               25  Es  destacable  el  papel  protagonista  de  la  palabra  en  la  necesaria  clasificación  por  etiquetas  de  la  imagen  

digital.   Este   sistema   de   etiquetado,   en   su   mayoría,   no   tiene   un   carácter   taxonómico   sino   que   está   abierto   a  cualquier  categoría  que  aporte  el  usuario  y,  por  ello,  potencialmente  infinito.    

26  Clay  Shirky,  profesor  de  la  Universidad  de  Nueva  York,  lo  comenta  así:  «La  ficción  de  largo  formato  sufrirá  (viene  sufriendo  desde  la  aparición  de  la  radio),  mientras  que  todas  las  formas  numéricas,  gráficas,  de  mostrar  el  saber  vivirán  una  edad  de  oro».  

27  http://www.emojidick.com/  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  20  

Si el escrito trajo consigo el género epistolar, académico, científico, etc., el texto digital se

desenvuelve en un mar de géneros de reciente creación (email, chats, tuits, posts…) que

acaban recombinándose, mezclando dinámicas de uso y compartiendo funcionalidades en

cada una de las nuevas plataformas y herramientas online, complementos de las redes

sociales y aplicaciones web.

La convergencia mediática que el medio digital facilita ha provocado que las textualidades

digitales formen parte de una forma narrativa que, como explica Carlos A. Scolari (2013,

24), es trasversal a «distintos sistemas de significación (verbal, icónico, audiovisual,

interactivo) y medios (cine, comic, televisión, videojuegos, teatro, etc.)»: las narrativas

transmedia. En la producción de estos textos en Internet, han entrado de lleno los

antiguos consumidores, tomando los personajes e historias con los que conectaban y

creando nuevos repertorios y situaciones en la Red; convertidos en prosumidores, van a

desarrollar narraciones que expanden las historias originales en las que se basan.

Uno de los mejores ejemplos de las textualidades en el ámbito de las narrativas

transmedia es el fenómeno fanfiction en la Red: los relatos creados por los fans de una

obra literaria, película, serie, etc. Para ilustrarlo, el caso de los seguidores de una saga

como la de Harry Potter que despliegan en sitios como Mugglespace, Mugglenet o el

propiamente llamado FanFiction28 cientos de miles de relatos que amplían, complementan

y llevan la historia del aprendiz de brujo más allá del universo del libro.

                                                                                                               28  https://www.fanfiction.net/book/Harry-­‐Potter/  

Un aspecto de la traducción de Moby Dick en «caracteres» emoji, Emojidick.

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  21  

Textos creados por seguidores de Harry Potter en FanFiction.

 

Interactividad  

Con las capacidades interactivas del medio digital, cada vez nos acercamos más a la idea

de texto escribible de Roland Barthes; es decir, un texto que ya no restringe la libertad

interpretativa del lector con secuencias temporales lineales, clausuradas y con un detalle

exhaustivo e inequívoco de los acontecimientos; un texto que se abre por tanto a

múltiples significaciones a través de ficciones interactivas que participan en muchos casos

del lenguaje del juego electrónico y que proponen nuevos caminos de autoría compartida,

historias no escritas que se desarrollan según la interacción del lector-autor o narraciones

autogeneradoras de contenido convertidas en intervenciones colectivas. En palabras de

Xavier Berenguer (2004):

Se trata de una renovación de estructura, mucho más que de procedimiento,

en la cual se cimiente el discurso multilineal, en lugar de secuencial, y las

historias no tengan necesariamente ni principio ni fin, lo que supone narrar

entornos, antes que historias, y pautas de comportamientos, antes que

conductas concretas.

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  22  

Superado el carácter de estructura cerrada del enunciado del impreso, se coloca ahora el

lector como coautor, actor y protagonista del campo abierto de acontecimientos que

propician las pantallas. Este «actuar como coautor» no se ejemplifica sólo en las

narraciones que explícitamente demandan al lector el control del argumento, sino que

ocurre desde el momento en que, a través de búsquedas activas, filtros y contextos de

lectura y consulta, el lector hace aparecer unos textos u otros ante sí. A esto se suma la

actualización constante y el glosar continuo de los textos a través de la discusión y los

añadidos de los lectores. La experiencia que se brinda se situaría a medio camino del eje

que va de la experiencia vicaria29 del lector del impreso a la experiencia inmersiva del

jugador del vídeo-juego.

Espen Aarseth (1997) ha calificado como literatura ergódica a este tipo de obra

literaria donde el lector debe realizar acciones sobre el texto, interactuar, para recorrerlo:

En la literatura ergódica se requiere un esfuerzo no trivial del lector para

recorrer el texto. […] Cuando alguien lee un cibertexto es consciente

constantemente de estrategias y trayectorias no tomadas, de voces no oídas.

Cada decisión hará algunas partes del texto más accesibles, o menos, y

nunca se sabe el resultado exacto de esas decisiones, lo que uno se ha

perdido […] El lector de cibertextos (a diferencia del de literatura normal, un

simple espectador, un voyeur) es un jugador, un apostador, que puede

explorar, perderse o descubrir sendas secretas.

Un ejemplo español de este tipo de literatura es Gabriella infinita30 de Jaime Alejandro

Rodríaguez Ruiz; la novela se articula hipertextualmente, reclamando del lector la elección

de los distintos enlaces que le llevará al texto. El camino ya recorrido es mostrado por el

distinto color del enlace; al mismo tiempo, puede utilizarse las entradas de un menú

contextual al trayecto escogido. El resto de caminos que no han sido explorados comple-

mentar o presentar una alternativa a la historia. El propio autor incluye metareferencias a

esta forma de transmitir una historia en espacios textuales de la misma obra, pregun-

tándose por la autoridad del autor, explicando la estructura laberíntica de las narraciones

o el papel del lector como creador de la salida de los personajes.

                                                                                                               29  La  experiencia  vicaria  de  la  lectura  hace  referencia  a  las  emociones  vividas  en  primera  persona  a  través  de  

las  experiencias  relatadas  por  otras.  30  http://www.javeriana.edu.co/gabriella_infinita/principal.htm  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  23  

Gabriella infinita.

Otros trabajos aprovechan formatos típicos de la Red para enunciar otro género de texto

en busca de la interacción con el internauta: obras como la de Christophe Bruno, The

Google Adwords Happening31, en la que se expresan poemas aprovechando el formato de

los anuncios del buscador de Google, pudiendo por ello analizar la valoración económica

generada por los clicks del usuario y ponerla en relación con sus posibles valores

semánticos.

Esta relación tan estrecha en la interacción entre lector-usuario y texto demanda no

sólo una actitud lectora comprometida y unas competencias digitales acordes al medio

sino, como apunta Andrew Dillon (2004), también una producción que pone énfasis en la

experiencia de usuario (UX) a la hora de diseñar los artefactos textuales.

 

Social  

Si los primeros textos propiciaban una lectura oralizada y colectiva, para cambiar después

a la intimidad de la lectura silenciosa, el texto en Internet está llamado, en su propia

esencia, a ser de nuevo compartido en la amplificada ubicuidad y simultaneidad de las

redes sociales, complementando su enunciado con la participación –mediante comen-

tarios, colaboraciones o recreaciones– de los lectores-creadores.

                                                                                                               31  http://www.iterature.com/adwords/  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  24  

La socialización de los textos ha sido uno de los aspectos que más ha atendido la industria

cultural, no tanto en su potencial creador sino como complemento a la comercialización

del impreso (reseñas, comentarios informales, recomendaciones de lectores o de

algoritmos de programación). Es decir, en lugar de contemplar la posibilidad de una

creación compartida, se ha intentado convertir a la lectura de libros (impresos y

electrónicos) en un fenómeno más de las redes sociales, entrando de lleno en el big data

de la mano de Amazon que, por primera vez y a través de su Kindle, permitió señalar

pasajes y compartirlos a través de Twitter o Facebook (Dans, 2010).

Pero las capacidades sociales del texto van mucho más allá. Tal y como la escuela

de Toronto –y en especial Marshall McLuhan– vislumbraron, el medio digital pone a la

textualidad en el papel de catalizador e impulsora del cambio social y ligada a la

construcción de nuevas estructuras sociales (McLuhan, 1962). Una de las constataciones

más notorias de este hecho fueron las protestas de la llamada Primavera Árabe; parte u

origen de su éxito radicó en el uso que de las nuevas tecnologías hicieron los activistas al

lograr sortear el bloqueo que el gobierno mantenía a los medios tradicionales de

comunicación32.

Castells (2011) dirá que se ha dado el paso «de un sistema dominado totalmente

por la comunicación de masas, centrado en los medios de comunicación de masas, a un

sistema de autocomunicación de masas a través de Internet y las redes móviles».

Esta implicación en la producción social de las textualidades digitales trae aparejado

un hecho significativo: las grandes plataformas que dominan la Red ya no ofrecen

contenidos textuales sino recursos y herramientas para que los usuarios compartan y

distribuyan los que ellos mismos crean. Se produce así un desplazamiento en el objeto de

negocio del contenido en favor del recurso para la producción de contenido, del producto

al servicio. Un buen ejemplo de ello es Poeti.ca33, herramienta online presentada en las

jornadas Book in Browser de 2012 y que pone en manos de los usuarios la posibilidad de

                                                                                                               32  El  gobierno  egipcio  se  convirtió  en  el  primer  Estado  en  cortar  totalmente  el  acceso  a  Internet  en  un  intento  

de   bloquear   los   sitios   web   y   redes   sociales   que   estaban   permitiendo   la   organización   e   información   de   las  protestas.    RPP  Noticias  (2011,  28  de  enero).  El  Gobierno  egipcio  impide  el  uso  de  redes  sociales  para  evitar  más  protestas   <http://www.rpp.com.pe/2011-­‐01-­‐28-­‐gobierno-­‐egipcioimpide-­‐el-­‐uso-­‐de-­‐redes-­‐sociales-­‐para-­‐evitar-­‐mas-­‐protestas-­‐noticia_331467.html>.  Otros  países  democráticos,  como  EEUU,  también  han  usado  y  expresado  la  conveniencia  de  limitar  el  acceso  o  suspender  la  cobertura  a  la  Red  para  evitar  movilizaciones  sociales.  Pereda,  C.  (2011,   16   de   agosto).   El   metro   de   San   Francisco   anula   el   acceso   a   telefonía   móvil   e   internet   para   impedir  protestas.   El   País.com   <http://www.elpais.com/articulo/internacional/metro/San/Francisco/anula/acceso/tele  fonía/movil/internet/impedir/protestas/elpepuint/20110816elpepuint_7/Tes>  

33  https://poetica.com/  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  25  

una edición de textos compartida y en tiempo real (corrigiendo el estilo, descubriendo

erratas, produciendo textos de manera colaborativa, etc.) para luego ser compartidos en

la Red en busca de su lectura o su constante edición.

La Red ha propiciado la entrada en la producción textual de millones de personas

que, impulsadas por estos recursos, desarrollan una labor entre lo amateur y el profesio-

nalismo que busca la valoración y el reconocimiento del resto de usuarios de Internet; la

conectividad de blogs, microblogs, chats forman parte de la blogosfera, un universo de

textualidades en relación sin antecedentes en la historia y que vertebran cada vez más

ámbitos tan importantes como la construcción de la reputación individual, la opinión sobre

las marcas, la decisión de compra, el empoderamiento de los pacientes con su patología o

la acción social, entre otros.

Al hilo del fenómeno de la blogosfera se han generado también formas textuales

que han hecho un ejercicio de metablogging: Jonathan Harris y Sep Kamvar (Martín

Prada, 2012) desarrollaron en 2006 We Feel Fine34, una aplicación que describe el mapa

sentimental de millones de personas en base al registro continuo de palabras relativas a

los sentimientos que aparecen escritas en blogs y chats de todo el mundo.

We Feel Fine, de Jonathan Harris y Sep Kamvar.

                                                                                                               34  http://www.wefeelfine.org  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  26  

El soporte digital ha expandido los límites que acogían a las comunidades de individuos;

de los marcados por la geografía, nacionalidad, idioma, ideología o clase social, se pasa a

la creación de “comunidades discursivas” (Cassany, 2000), donde es precisamente el

intercambio de contenido textual el nexo de unión de sus miembros. Esto es destacable en

cuanto que ha ampliado las funciones tradicionales de los textos, convirtiéndose en las

redes sociales, chats, foros, wikis y otros soportes textuales en portadores de identidad y

género. Brenda Danet (2003,144) escribe sobre las posibilidades de transgresión,

simulación y ocultación del género en las textualidades digitales:

En el ciberespacio, el texto tecleado proporciona la máscara […] Dado que la

comunicación está principalmente basada en texto, la gente no puede verse.

Incluso características básicas como la edad y el género son invisibles. El

anonimato y la cualidad dinámica y juguetona del medio ejercen un

poderoso efecto desinhibidor sobre el comportamiento. La gente se permite

comportarse de maneras muy distintas a las de la vida cotidiana ordinaria

para expresar aspectos de sus personalidades previamente inexplorados; es

parecido en gran medida a lo que hacen cuando llevan máscaras y vestidos

en un carnaval o en un baile de máscaras.

Gregory Chatonsky y Jean Pierre Balpe reflexionan sobre la construcción de identidades en

la Red con su obra Peoples35; en ella se van construyendo biografías ficticias en base a un

generador de texto que se combinan con imágenes tomadas de la plataforma de

fotografías Flickr.

También ha expandido la cantidad de individuos implicados en una tarea común o

que comparten de manera simultánea un foro textual. Ese nuevo volumen en el proceso

de participación, como reflexiona Martín Prada (2012), trae también un valor de calidad.

Quizás el mejor exponente de escritura colaborativa de muchos individuos en pos de un

único producto textual y no en una galaxia de objetos textuales como los blogs sea el

proyecto Wikipedia: un trabajo de edición compartida y auto-regulada por voluntarios,

creado por Jimmy Wales y Larry Sanger en 2001. Gestionada por la Fundación Wikipedia,

sin ánimo de lucro, se edita en 287 idiomas y es ya la obra de consulta más visitada en

Internet.

                                                                                                               35  https://www.youtube.com/watch?v=FJgNVqil5JY  

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  27  

Wikipedia muestra que los libros de consulta, las enciclopedias y diccionarios fueron los

primeros géneros damnificados del medio impreso por los recursos que Internet ofrecía:

posibilidad de información online de multitud de fuentes, colaboracionismo, contenido de

libre uso, inmediatez de actualización, acceso sencillo, multilingüismo, etc.

Otro ejemplo de creación de textos de manera colaborativa es The Exquisite

Corpse36, plataforma que anima a la creación coral de poemas a través de una dinámica

lúdica que tiene su origen en una práctica del movimiento surrealista parisino en la que los

sucesivos autores, una vez fijadas ciertas reglas gramaticales, van escribiendo sin saber

aquello que ha sido escrito anteriormente. El resultado es sorprendente y encaja perfecta-

mente con los recursos metafóricos y alegóricos de la poesía. Hotel Postmoderno37 es una

novela del colectivo del mismo nombre, gestada a través de las distintas entradas de un

blog con el que defendían una escritura colectiva. Los distintos autores firmaban con el

mismo Nick y podían editar, incluso borrar, las entradas del resto, para lo cual pactaron

previamente una receta literaria y una imaginería común a todos.

Por otra parte, estas propiedades participativas, sociales y de cocreación añaden un

nuevo agente a la producción textual: las capacidades de los procesadores informáticos y

los programas de los dispositivos les hacen partícipes, junto a los humanos, de la

producción de objetos textuales. Un buen ejemplo de ello es Coloquio Perpetuo38, donde

el usuario sólo regula la longitud y grado de coherencia de un diálogo que el propio

aplicativo en Internet genera recombinando las palabras de los distintos diálogos que

aparecen en El Quijote entre el protagonista y su escudero Sancho Panza.

                                                                                                               36  http://www.poets.org/poetsorg/text/play-­‐exquisite-­‐corpse  37  http://hotelpostmoderno.blogspot.com.es/  38  http://jamillan.com/coloquio.htm  

Diálogo entre Don Quijote y Sancho Panza generado por Coloquio perpetuo.

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  28  

Incluso los textos digitalizados del impreso se ven enriquecidos con aspectos sociales: al

ser la actividad en Internet continuamente registrada y analizada, los comentarios sobre

libros, la evaluación de textos educativos, las frases resaltadas o incluso las páginas donde

dejamos de leer un libro electrónico alimentan toda una suerte de acciones sociales en la

Red.

Un  caso  particular:  Where  is  Shakespeare  

Where is Shakespeare39 propone la transmisión de un contenido cultural (en el que fue su

primer caso, el ámbito histórico y artístico de los sonetos de William Shakespeare) a través

de flujos de interacción en la Red que recorren itinerarios animados por el juego y con una

articulación hipertextual y transmedia.

El punto de partida del itinerario hipertextual son redes sociales como Twitter,

Facebook o el correo electrónico para pasar después a recorrer todo tipo de plataformas

multidispositivo, preparadas para su presentación en los dispositivos móviles y en abierto

de Internet. Está estructurada en siete itinerarios que plantean la búsqueda de una clave

final y está compuesto a su vez de varias etapas; en cada uno de estos pasos, la obra

plantea un reto que, una vez superado, conduce al siguiente nodo; pero la obra contempla

también la opción de no resolver el reto y, entonces, lleva al lector por otros itinerarios

que complementan y profundizan en el contenido que se quiere transmitir, hasta llegar a

un punto donde puede superarse el espacio que el autor controlaba para internarse en la

Red en busca de más información. Los lectores acaban por interactuar con los perfiles

ficticios a través la agregación de éstos a su red de contactos o comentando o comprar-

tiendo sus contenidos.

Quien sigue la obra, además de obtener una introducción al mundo de los sonetos

del autor inglés, sus arquetipos y escenario histórico, pone a prueba sus competencias

digitales, debiendo entresacar la información de plataformas en Red conocidas y no tan

conocidas: Instagram, Youtube, Storify, Wikipedia, GoogleMaps. Infograf, Pinterest, Vine,

Vimeo, Prezzi, Medium, etc.

                                                                                                               39  https://twitter.com/HamletWIS/status/563694376191524865  

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Algunas de las plataformas por las cuales discurre el texto de Where is Shakespeare.

La obra plantea el recorrido de tal manera que busca que el lector descubra los contenidos

a través de mínimas indicaciones, intentando lograr que perciba que es él el que ha ido al

encuentro de los nuevos conocimientos y no que ha sido manipulado a través del

hipertexto para acabar cayendo en los puntos señalados; responde esta intención a la

teoría de un aprendizaje por descubrimiento mínimamente guiado. Esto se trabaja

abriendo cada nodo a una constelación de sitios y enlaces que siguen añadiendo

información, datos y contenidos al objeto principal. Cada lector podría decidir perderse en

caminos alternativos por su propio interés, recorrerlos por error tardando en comprender

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

  30  

que ya no forma parte del hilo argumental o, simplemente, seguir un camino narrativo

propio basado en la recuperación de la información de los diferentes momentos en que se

realiza la conexión.

En la evaluación y seguimiento de los grupos de test que se realizaron a principios

de 2014, 125 personas comenzaron los itinerarios, acabándolos sólo 24. Aquellos que los

completaron coincidieron en los siguientes conocimientos adquiridos: la existencia de los

calendarios juliano y gregoriano, perpetuo y las herramientas para el cálculo de días; el

editor de los primeros sonetos así como los personajes arquetípicos y reales que los

animan; la existencia del erudito Rowse, el pintor Marcus Gheeraerts el joven y parte de

su obra, Emilia Bassano y su contexto, la lectura de algún soneto y los nombres de teatros

isabelinos. En todos los casos relataron que se vieron tentados a perderse por los caminos

que no resolvían el reto pero que ampliaba información sobre Shakespeare, situándose en

contenidos que, a priori, no eran de su interés. Cuando se les pidió resumir la experiencia

en una sola frase, el resultado más repetido fue «he aprendido mucho divirtiéndome».

Where is Shakespeare pone a prueba las competencias digitales del lector

(internauta, jugador), apostando por el desarrollo de la curiosidad y la adquisición de un

conocimiento transversal promoviendo la digitalización como actitud. Su propuesta

muestra como los contenidos culturales pueden transmistirse textualmente en el medio

digital, fuera ya del paradigma libro y atendiendo a una articulación hipertextual,

participativa y transmedia en Internet.

                         

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  31  

Conclusiones  

Como hemos ido viendo a lo largo del trabajo, el medio digital en Internet promueve

nuevas relaciones con el texto, relaciones que como expresó Roger Chartier (Rendueles,

2005) alcanzan simultáneamente a las dimensiones técnicas, morfológicas y culturales del

mismo. Entre todas ellas, destacamos como de mayor importancia que la emisión de los

textos ya no son privilegio exclusivo de la industria de la cultura sino que sus productores

son ahora cualquier individuo y colectivo con acceso a los dispositivos microelectrónicos.

Podemos hablar de un texto desintermediado en sus procesos de producción y distri-

bución, un texto que discurre por las redes sociales y los blogs generando microesferas

políticas transnacionales y mundos cada vez más subjetivos, convirtiéndose en una

herramienta para consolidar sus imaginarios identitarios.

Por tanto, en nuestra caracterización de Texto Red con aquellas características y

posibilidades del texto que cambian en el medio digital frente al impreso, descubrimos que

una de ellas es la de ser instrumento para la construcción de identidad y de reputación

(global, local e individual) e, incluso, en el ámbito de las comunidades discursivas, soporte

de género.

Esto no es un hecho menor, sino paradigmático en la historia de las transmisiones

textuales: frente a los que declaran que el formato electrónico ha venido a deshacer el

texto y a los escritores, la realidad es que la práctica de producción textual es hoy, al

menos en los países desarrollados y en aquellos donde la población tiene acceso a los

dispositivos móviles, transversal a toda actividad humana: la escritura y lectura de textos

en servicios como el correo electrónico, la mensajería instantánea o las redes sociales

articulan las relaciones entre individuos formando parte de la construcción de su iden-

tidad, dando lugar a una mayor intervención social de ámbito multicultural y global y

colaborando en el desarrollo de los lazos afectivos y profesionales.

La industria, el mercado y los gobiernos no son ajenos a esta nueva misión del

texto y con la gestión del business intelligence y el big data de fondo, escrutan las

transmisiones textuales en busca de patrones sociales y estados de opinión, en busca de

un verdadero conocimiento global generado por millones de individuos40 que mueve

                                                                                                               40  Hay  una  nueva  disciplina  académica,  «culturonomía»,  que  no  es  más  que  una  lexicografía  informática  que  

busca  explicar  el  comportamiento  de  los  individuos  y  las  tendencias  culturales  en  base  al  análisis  cuantitativo  de  millones  de  textos  producidos  o  digitalizados  en  Internet.  

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  32  

corrientes de pensamiento, articula el imaginario colectivo y promueve tendencias de

consumo, entre otros.

Otra nueva funcionalidad, esta vez sobre todo técnica, es su potencial jerarquizador

y categorizador; si bien es cierto que los textos producidos en Internet quedan registrados

en una multiplicidad de servidores, redes sociales, bitácoras, páginas web, etc., también

son continuamente desplazados por la acción del presente, relegando los flujos de

producción textual al olvido o a un acceso difícil y complejo. Este hecho y el de la ingente

producción textual y de otros lenguajes específicos41 –como el de la imagen o el vídeo en

Internet– demandan una jerarquización de contenidos (la mayor parte de ella a través de

una valoración colectiva y horizontal, en lugar de una vertical y centralizada). El texto

como metadato necesario para el registro y la búsqueda ha dado un papel relevante a la

palabra por encima de la estructura preposicional.

Morfológicamente, el Texto Red se caracteriza por su presentación fragmentada,

propiciando por ello una lectura extensiva que busca conceptos generales en la explo-

ración de titulares, mensajes, noticias y páginas web interconectadas. Podemos definir así

la lectura del Texto Red como un proceso en cuanto a su acción de exploración de

itinerarios posibles y tridimensional en cuanto que, en casi todas las ocasiones, es

relacional; las alegorías de página y plano son desplazadas por las de navegación y

caminos.

Esto ha podido ser comprobado en muchos de los casos expuestos, donde la

lectura se convierte en un proceso de escritura del texto por parte del lector a través de

las propiedades hipertextuales de Internet. Con ellas, la producción textual digital rompe

con el concepto de obra unitaria y cerrada del medio impreso; ya no es un artefacto

clausurado sino un flujo de actividad retroalimentado por la participación del lector que

decide o se encuentra con la posibilidad de diversos y múltiples itinerarios de significados,

posibilitando un texto de sentidos diversos. El Texto Red atesora por ello las

características y posibilidades de la multilinealidad y la interactividad.

                                                                                                               41  Es  muy  revelador  para  esta  afirmación  el  estudio  de  Martin  Hilbert,  de  la  Annenberg  School  de  California  

(Mayer-­‐Schönberger   y   Cukier,   2013):   en   2007   calculó   que   el   monto   total   de   todo   cuanto   ha   sido   producido,  almacenado  y  comunicado  era  de  300  exabytes,  de  los  cuales  solo  el  7%  aproximadamente  eran  datos  analógicos  (libros,  cuadros,  fotografías  en  papel,  correo  postal…);  en  2013,  el  monto  subía  a  1.200  exabytes  del  cual  menos  del  2%  era  ya  no  digital.  La  información  se  duplica  actualmente  a  un  ritmo  cercano  a  cada  tres  años.  

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  33  

En el escenario digital, se transmiten todos los géneros textuales que en el mundo

impreso correspondían a diversos objetos: libros, revistas, diarios, etc.; y lenguajes

(fotográfico, fílmico, pictórico, etc.). Como se vio en algunos de los casos presentados, la

multimedialidad que acontece en un mismo espacio y de manera simultánea define

también las textualidades en Internet. Esta aspecto abre las puertas a territorios

narrativos híbridos y experiencias transmedia.

Por otra parte, en comparación con la economía off-line, los costes de producción y

distribución son incomparablemente menores, si no prácticamente inexistentes si tenemos

en cuenta que se accede a un potencial comunicador global.

Podemos por todo ello concluir en caracterizar al Texto Red, de manera específica

frente al texto del impreso, como desintermedializado, articulado hipertextualmente,

interactivo, ubicuo, social, portador de género e identidad, mutilineal, escribible y

multimedia.

Y esta evolución en el medio digital de la transmisión textual no se agota con su

presencia en la Red: entre los retos de un futuro cercano queda el poder asumir otros

medios, como el kinestésico –desarrollándose ya para los wearables y el Internet de las

cosas–, el olfativo o el gestual (Thompson, 2014)42. Nuevas posibilidades surgen de cada

nuevo medio y, con ellas, todo un mundo de nuevos ritos lectores y significados.

                                                                                                               42  Más   allá   de   los   wearables   incluso,   hoy   día   existen   experimentos   de   transmisión   textual   a   través   del  

pensamiento  <http://elpais.com/elpais/2014/09/26/ciencia/1411741785_506591.html>  

TEXTO  RED    –    TFM    –    JUAN  MIGUEL  LORITE    

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