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7/31/2019 Tranformaciones estructurales de la Economia Argentina
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TRANSFORMACIONES ESTRUCTURALESDE LA ECONOMA ARGENTINA
una aproximacin a partir del panel de grandes empresas, 1991 2005
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TRANSFORMACIONES ESTRUCTURALES DE LA ECONOMA ARGENTINA
Una aproximacin a partir del panel de grandes empresas, 1991 2005
ISBN: 978-987-1560-04-2
Copyright - Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Esmeralda 130, Piso 13
C1035ABD Ciudad Autnoma de Buenos Aires, Argentina
http://www.undp.org.ar
Publicado por
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo - Argentina
Representante Residente
Carlos Felipe Martnez
Coordinador de Programa
Pablo Vinocur
Coordinador del rea Desarrollo Productivo
Daniel Novak
Hecho el depsito que establece la ley 11.723
El anlisis y las recomendaciones polticas de esta publicacin no reflejan necesariamente las opiniones del Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo, de su Junta Ejecutiva o de sus Estados miembros. Esta publicacin fue realizada por el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo de Argentina y es el resultado del trabajo de un equipo tcnico de profesionales.
Todos los derechos estn reservados. Ni esta publicacin ni partes de ella pueden ser reproducidas mediante cualquier sistema o
transmitidas, en cualquier forma o por cualquier medio, sea ste electrnico, mecnico, de fotocopiado, de grabado o de otro tipo,
sin el permiso escrito previo del editor.
Transformaciones estructurales de la economa Argentina. Una aproximacin a partir del panel de grandes empresas 1991-2005 /
coordinado por Daniel Aspiazu y Eduardo Basualdo. - 1a ed. - Buenos Aires : Programa Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD, 2009.
168 p. ; 30x21 cm.
ISBN 978-987-1560-04-2
1. Economa Argentina. I. Aspiazu, Daniel, coord. II. Basualdo, Eduardo, coord.
CDD 330.82
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TRANSFORMACIONES ESTRUCTURALESDE LA ECONOMA ARGENTINAuna aproximacin a partir del panel de grandes empresas, 1991 2005
El presente trabajo fue realizado en el marco de la iniciativa programtica del PNUD Nuevo Empresariado: El patrn
de inversin predominante y su impacto sobre el crecimiento y la distribucin, coordinada por Daniel Novak.
El equipo de trabajo estuvo integrado por: Daniel Azpiazu, Eduardo Basualdo (Coordinadores del trabajo e investiga-
dores del CONICET), Nicols Arceo y Andrs Wainer del rea de Economa y Tecnologa de la FLACSO.
Paola Bohrquez estuvo a cargo de la supervisin tcnica de la publicacin.
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En su sentido ms general, el propsito de este estudio
es indagar los alcances y las caractersticas que presen-
tan la concentracin y centralizacin del capital en la eco-
noma argentina. Ciertamente, esta inquietud se origina
en el hecho que desde mediados de los aos setenta, en
consonancia con las profundas transformaciones que se
registraban en la economa internacional, se desplega-
ron marcadas alteraciones en la propiedad de las firmas
en la Argentina. Por supuesto, esas modificaciones den-tro del capital privado estuvieron relacionadas tanto con
la transferencia de paquetes accionarios y fusiones em-
presarias, como con la repatriacin de capital extranjero
e incorporacin de nuevos inversores forneos.
Sin duda, la trascendencia que asume el sector priva-
do en este proceso es indiscutible, sin embargo, en los
aos noventa el protagonista primordial fue el Estado
a travs de la privatizacin de las empresas de servicios
pblicos, en tanto las corporaciones estatales consti-
tuan las firmas de mayor envergadura de la economa
argentina a juzgar por su notoria incidencia en el va-
lor de produccin, la ocupacin de mano de obra y su
aporte a la formacin de capital. No obstante, desde la
problemtica de la centralizacin del capital, la impor-
tancia de la privatizacin de las empresas estatales no
se agota en su impacto directo, sino que a este hay que
sumarle los posteriores cambios de manos del capital
social de los nuevos consorcios que le sucedieron en el
tiempo, pero ya como operaciones dentro de la esfera
del sector privado.
Como los conceptos de concentracin y de centraliza-
cin del capital son sumamente abarcativos y, en con-
secuencia, quedara planteada la posibilidad de abordar
su anlisis desde muy diferentes ngulos, resulta nece-
sario explicitar las preocupaciones centrales que guia-
rn el estudio de esta problemtica en este trabajo. La
primera de ellas se refiere a la relacin que se entabla
entre el capital y el trabajo que, a su vez, determina
la evolucin de la distribucin del ingreso. Dado que la
experiencia histrica y la teora econmica han estable-
cido que un incremento de la concentracin econmica
y la centralizacin del capital trae aparejado en el largo
plazo un aumento en la regresividad distributiva, la in-
tencin para el anlisis del caso argentino es estable-cer el grado de sincrona que se establece entre ambos
procesos y, en ese contexto, determinar la profundidad
que alcanzan y los hitos que jalonan su desarrollo du-
rante las ltimas dcadas, incluyendo dentro de estos
ltimos la conformacin de alianzas entre los sectores
asalariados y fracciones del capital nacional.
La segunda perspectiva que se adopta para abordar
esta problemtica se refiere a las transformaciones
que se despliegan dentro del capital a medida que
evoluciona, con sus avances y retrocesos, el proceso de
concentracin y centralizacin del capital. Desde esta
perspectiva, es indudable la relevancia que asume el es-
tudio de las alternativas que sigue el capital extranjero
vis a vis la evolucin del capital nacional, en tanto el
predominio, las caractersticas y el grado de autonoma
que asume cada uno de ellos y que dan como resultado
tanto formas de produccin como de distribucin del
ingreso diferentes.
Si bien el horizonte temporal del estudio est centrado
en los aos noventa y los inicios del nuevo siglo, resulta
indiscutible que se trata de una problemtica con una
enorme densidad histrica y estrechamente vinculada a
los planteos polticos en pos de lograr avances substan-
ciales en la industrializacin y la equidad distributiva
en la regin.
captulo 1
PRESENTACIN DEL TRABAJO
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CAPTULO 1 PRESENTACON DEL TRABAJO
Ms an, la autonoma nacional, la industrializacin y la
centralidad del Estado en el proceso econmico fueron
rasgos bsicos de la experiencia que llevaron a caboalgunos de los denominados tigres asiticos (como
Corea y Taiwn), que encabezaron la expansin econ-
mica mundial en la dcada de 1980, e incluso de China
a partir de la poltica adoptada por Deng Xiaoping en
1978 y que en la actualidad lidera el crecimiento en la
economa mundial.
En conjunto, todas estas experiencias indican que la
autonoma, y el tratamiento al capital extranjero como
parte de ella, constituye una problemtica neurlgica
en trminos del desarrollo econmico. Sin embargo,
resulta imprescindible insistir con que en todos los ca-
sos fueron procesos sociales y polticos que exhibierontanto acentuadas diferencias polticas como situaciones
econmico-sociales particulares. Por ejemplo, los pases
del sudeste asitico, y en buena medida China con sus
peculiaridades, encararon sus polticas con un contenido
y en un contexto social no slo distinto sino en muchos
casos contradictorio con los enfoques y realidades de
los pases latinoamericanos. As, estos se caracterizaron
por la existencia de una reforma agraria que elimin el
poder de los terratenientes y permiti una mejora en la
distribucin del ingreso; un muy bajo ingreso per cpita
que reduca el mercado interno pero cerraba tambin
el acceso a las formas de consumo de los pases cen-trales; la expropiacin del sistema financiero y de las
grandes empresas industriales (que en el caso de Corea
y Taiwn haban estado en manos de capitales japo-
neses, como parte de la dominacin colonial que dicho
pas haba ejercido durante ms de cincuenta aos). A
todo ello se le suma un componente adicional: un Es-
tado fuerte integrado por una burocracia basada en la
meritocracia y con escasas ligazones con una burgue-
sa industrial dbil, pero que no se vea amenazada por
las reivindicaciones de los sectores populares, en tanto
estos ltimos fueron controlados mediante una dura y
prolongada represin.
Como se desprende de lo expuesto, esta temtica no
slo ha estado muy presente en la Argentina sino que
probablemente haya sido uno de los pases latinoame-
ricanos en el que mayor tradicin y repercusiones ha
tenido en trminos acadmicos y polticos. Con sus ms
y sus menos, en todos los pases de la regin durante
los aos sesenta y setenta, el anlisis de las caractersti-
cas e impacto del capital extranjero constituy un tema
clsico tanto en el mbito acadmico como poltico. Es
indudable que la Argentina particip de ese proceso,
pero inicindolo tempranamente a mediados del siglo
XX, cuando se consolida la industrializacin con la irrup-
cin del peronismo en la escena poltica y social del pas.
Al respecto, cabe recordar que las experiencias nacio-
nalistas latinoamericanas de los aos cuarenta y cin-
cuenta (que reconocieron como figuras emblemticas,aunque no nicas, a L. Crdenas en Mxico, J. D. Pern
en la Argentina y G. Vargas en Brasil) se profundizaron
en las dcadas de 1960 y 1970, con una serie de re-
gmenes polticos que, a pesar de ser muchos de ellos
efmeros, delinearon una amplia gama de posturas na-
cionalistas en la regin que reconoca en la regulacin
del capital extranjero un elemento neurlgico de sus
polticas. Tales los casos de Velasco Alvarado en Per
y de Torrijos en Panam (1968), de Torres en Bolivia
(1970), de Allende en Chile (1970), de Rodrguez Jara
en Ecuador (1972), y de Cmpora y Pern en la Argenti-
na (1973), que fueron administraciones que asumieroncomo el eje central de sus formulaciones de poltica eco-
nmica profundizar la industrializacin pero intentando
neutralizar la influencia decisiva del capital extranjero
y potenciando la expansin de las empresas nacionales
pblicas y privadas como medio para lograr crecimiento
econmico, desarrollo tecnolgico y distribucin equita-
tiva del ingreso en sus sociedades.
Obviamente, estas experiencias a las que pueden
agregarse, con sus particularidades, las de Mxico y
Brasil reconocen diferencias relevantes en sus pol-
ticas nacionales, cuyas posiciones extremas oscilaban
entre las que preconizaban meros cambios regulatoriosrespecto al capital transnacional y las que planteaban
cambios radicales orientados a culminar en regmenes
socialistas. Pese a sus diferencias, todas ellas se vean
compelidas a reaccionar ante la evidente concentra-
cin del poder econmico y la regresiva distribucin del
ingreso que provocaba el predominio extranjero y las
polticas de estabilizacin caractersticas de la poca.
De all, la simultaneidad de todas estas iniciativas y
la virulencia que alcanzaron los conflictos en aquellos
pases en donde algunos enclaves norteamericanos
detentaban un dominio histrico sobre producciones
primario exportadoras, como fue el caso de Per o Chile
y de las naciones andinas en general, en tanto estos
ponan al descubierto de una manera brutal el saqueo
de los recursos naturales y la apropiacin del excedente
por parte de los intereses extranjeros.
Si bien la bsqueda de la autonoma respecto a los pases
centrales y particularmente al capital transnacional fue
muy intensa en Amrica Latina, sera un error concebir
que se trat de iniciativas circunscriptas exclusivamente
a la regin. Contemporneos con ellas, tambin desple-
garon regulaciones al capital extranjero en otros pases
perifricos (como fue el caso de la India o Indonesia), e in-
cluso en pases centrales que eran importadores netos de
capital, como era el caso de Australia, Blgica y Canad.
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exhiben niveles salariales que se ubican no slo por en-
cima del promedio sino que son los ms elevados de la
economa, debido a que se trata de firmas que operancon una elevada intensidad de capital y, en consecuen-
cia, tienen una productividad que supera largamente el
promedio nacional.
No obstante, la relevancia de estas corporaciones no se
agota en su impacto directo sobre distintos aspectos
cruciales de la economa interna, sino que a ello se le
suma su incidencia indirecta, a travs del control que
ejercen en los encadenamientos de insumo-producto
constituidos por numerosas ramas de la actividad eco-
nmica, como es el caso del complejo metalmecnico.
Estas empresas ejercen dicho control por su insercin
en las actividades que, exhibiendo un alto grado deconcentracin (oligoplicas), constituyen instancias
decisivas tcnica y econmicamente en sus respec-
tivas cadenas de produccin, lo cual les permite influir
decisivamente en la incorporacin de tecnologa y en el
movimiento de los precios relativos dentro de ellas.
En consonancia con el abordaje analtico propuesto, du-
rante esta investigacin se indagan siempre dentro
de las 200 empresas de mayor facturacin las carac-
tersticas y el comportamiento tanto de las subsidiarias
extranjeras como de las firmas de capital nacional. Sin
embargo, en esta oportunidad a diferencia de lo ocu-
rrido histricamente en los estudios de este tipo, ascomo en el diseo de las polticas econmicas se dife-
rencian las fracciones del capital que estn subsumidas
dentro de cada una de ellas, debido a que tienen un
origen y un comportamiento econmico distintivo, que
es especialmente relevante para analizar el decurso de
la concentracin y centralizacin del capital.
Si bien posteriormente se tratar la metodologa para
determinar cada una de ellas, es apropiado mencionar
que dentro del capital extranjero se discriminan dos
fracciones (conglomerados extranjeros y empresas
transnacionales), mientras que entre las de capital na-
cional se diferencian tres fracciones (estatales, grupos
econmicos locales y empresas locales independientes),
para finalmente separar de todas ellas a las asociacio-
nes que consisten en las corporaciones cuyo capital
est compartido entre diferentes inversores extranje-
ros y/o nacionales.
Aun cuando durante el desarrollo del trabajo se in-
corporarn notas acerca de la evolucin histrica y de
las tendencias de largo plazo de esta cpula empre-
saria, la parte principal del estudio estar dedicada a
la indagacin de los fenmenos que caracterizan a la
elite empresaria durante la vigencia de la convertibili-
dad (1991-2001) y la etapa posterior a su disolucin
(2002-2005). Teniendo en cuenta que los estudios
Ms peculiar an fue que desde el comienzo el deba-
te sobre la industrializacin involucr no slo el papel
del capital extranjero sino tambin, y con la misma in-tensidad, la discusin acerca de la burguesa nacional.
Es decir, sobre la fraccin del capital que, junto a las
empresas estatales, queran potenciar las propuestas
populares, en tanto su produccin de bienes constituan
un componente fundamental de la demanda de los asa-
lariados (bienes salarios no exportables).
Por cierto, esta problemtica cobra fuerza y nuevos ma-
tices en la Argentina a partir de la segunda etapa de
sustitucin de importaciones, cuando la conjuncin de la
clase trabajadora y la burguesa nacional dio lugar a la
conformacin de la alianza social defensiva que derrota-
r a los sucesivos recambios que caracterizan a las dicta-duras militares de las dcadas de 1950 y 1960, hasta el
retorno del peronismo al poder en 1973. Es insoslayable
mencionar que no se trata de controversias solamente
histricas, sino que constituyen problemticas de no-
table actualidad. As, las relaciones contradictorias que
se establecieron entre el capital extranjero, la burguesa
nacional y los asalariados antes, durante y despus de
los diferentes gobiernos peronistas que se sucedieron
en el tiempo sigue siendo un tema candente, y con
razn, porque all se originan o consolidan los sectores
que sern decisivos en las etapas posteriores. Ms toda-
va, constituye uno de los arcanos, es decir de los temasocultos pero centrales en la definicin de las agendas
polticas de las administraciones de gobierno posterio-
res a la disolucin de la convertibilidad en 2001.
En el contexto de estas preocupaciones analticas, es
pertinente sealar que esta investigacin del proce-
so de concentracin y centralizacin del capital est
basada en el anlisis del desempeo de las empresas
de mayor facturacin de la economa argentina en los
ltimos quince aos. En trminos ms especficos, este
estudio se propone analizar esta problemtica a partir
de la evaluacin del comportamiento de las 200 fir-
mas de mayor facturacin en la economa argentina
(excluidas las del sector financiero y agropecuario), en
tanto estas conforman el ncleo central de la econo-
ma nacional y del mercado formal de trabajo y, por lo
tanto, tienen un impacto significativo en trminos de
la distribucin del ingreso.
En efecto, la facturacin de esta elite empresarial su-
per los 260 mil millones de pesos en 2005, lo que es
equivalente a casi el 50% del PBI, generando alrededor
del 20% del valor agregado de la economa nacional y el
35% del correspondiente al sector industrial. Igualmen-
te trascendente es su influencia en el mercado laboral,
en tanto la ocupacin generada por estas grandes cor-
poraciones ronda los 500 mil trabajadores, los cuales
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CAPTULO 1 PRESENTACON DEL TRABAJO
valores corrientes o constantes segn el propsito ana-
ltico. En las oportunidades en que se utilizaron valores
constantes se deflactaron los valores nominales de lasvariables por el nivel general del ndice de precios inter-
nos al por mayor elaborado por el INDEC o la variacin
de los precios sectoriales.
Adicionalmente, se utiliz la informacin de la Encuesta
Nacional a Grandes Empresas (ENGE), que releva, proce-
sa y publica el INDEC sobre las 500 mayores firmas (se-
gn monto de ventas) del pas. De esta (y de tabulados
especiales que se le requirieron al INDEC en el marco del
Acuerdo de Cooperacin Tcnica que dicha institucin
celebr con el rea de Economa y Tecnologa de la FLA-
CSO) se accedi a informacin que permiti estimar, por
ejemplo, por sector de actividad y origen del capital, laproductividad de la mano de obra, los salarios medios y
la consiguiente relacin entre ambas variables
A su vez, la Encuesta Industrial del INDEC, elaborada so-
bre el relevamiento de una muestra representativa de
las empresas manufactureras con ms de diez ocupa-
dos, se utiliz para caracterizar la evolucin del conjun-
to del sector manufacturero y de los distintos sectores
que lo componen a lo largo de la etapa analizada. Dicha
informacin hizo posible la comparacin del desempeo
de las 200 empresas de mayor facturacin en trminos
del comportamiento del conjunto manufacturero, as
como realizar dicho anlisis a nivel sectorial. Finalmen-te, la informacin referente al producto bruto interno,
tanto a nivel agregado como sectorial, es la elaborada
y publicada por la Direccin Nacional de Cuentas Nacio-
nales dependiente del INDEC.
En este marco conceptual y metodolgico, este estudio
contiene ocho captulos y tres anexos. En el primer ca-
ptulo se realiza una presentacin general del trabajo.
En el segundo (Antecedentes generales) se encara una
revisin de largo plazo de las dos lneas analticas que
constituyen las perspectivas principales para el abor-
daje del proceso de concentracin y centralizacin del
capital en la Argentina: la relacin entre el trabajo y
el capital, y dentro de este ltimo, la evolucin de las
diferentes fracciones del capital nacional y extranjero.
La evolucin histrica de la relacin entre el salario real
promedio y la productividad constituye el hilo con-
ductor del anlisis acerca de las alternativas seguidas
por la distribucin del ingreso y su articulacin con el
cambiante contexto econmico durante los aos con-
siderados. A rengln seguido, dentro de este captulo,
se encara una breve revisin de la evolucin del capital
extranjero y nacional, as como de las contradicciones
que histricamente se desplegaron entre ellos. Cabe
sealar que este desarrollo adolece de un sesgo deli-
berado, ya que intenta profundizar el anlisis de las
realizados anteriormente por otros investigadores in-
dagaron la evolucin y caractersticas de la cpula em-
presaria dentro de un mismo patrn de acumulacin(generalmente durante la segunda etapa sustitutiva),
el horizonte temporal considerado en este estudio im-
plica otro desafo porque rompe con esa tradicin, en
tanto incursiona en la investigacin de la cpula em-
presaria durante los aos en que se fuera consolidan-
do el patrn de acumulacin que puso en marcha la
dictadura militar en 1976 (regresividad distributiva,
desindustrializacin y hegemona de la valorizacin fi-
nanciera) pero tambin en la nueva fase que se inicia a
principios de 2002.
En trminos metodolgicos, este estudio se sustenta
ensuna base de datos con informacin referente a las200 empresas de mayor facturacin de nuestro pas.
Esta se conform inicialmente a partir de los releva-
mientos publicados por las revistas Mercado y Prensa
Econmica, aunque dicha informacin se ha logrado me-
jorar sustancialmente a partir de la revisin y el anlisis
de los balances de tales firmas y de otras que, por sus
montos de facturacin, as lo justificaban. Ello permite
contar, al presente, con un ordenamiento preciso de las
200 mayores empresas del pas para el perodo 1991 a
2005. En este se han identificado las distintas empre-
sas segn su pertenencia o no a conglomerados empre-
sarios, el respectivo origen del capital (incluso cuandoen una misma firma convergen distintos capitales) [1].
Asimismo, adems de los correspondientes montos de
facturacin anual, se cuenta con la informacin relativa
a los respectivos sectores de actividad, comercio exte-
rior, utilidades anuales, etc. A su vez, se desarroll una
base de datos complementaria a la de las 200 grandes
empresas, en la que se registraron los diversos procesos
de transferencias de capital, fusiones y adquisiciones
verificados en el pas durante el horizonte temporal de
anlisis. Esta permiti identificar a las distintas empre-
sas segn su pertenencia o no a conglomerados empre-
sarios y el respectivo origen del capital.
La informacin sobre la balanza comercial del perodo
1991-2001 (importaciones y exportaciones por empre-
sa) proviene principalmente de las revistas Mercado y
Prensa Econmica y la informacin de mltiples balan-
ces corporativos. No ocurre lo mismo con la informacin
entre 2002 y 2005, especialmente en el caso de las
importaciones de cada firma de la cpula, debido a que
las mencionadas revistas dejaron de publicar esa infor-
macin. De all que la fuente de informacin para esos
aos sean directamente los balances empresarios.
Es pertinente sealar adems que las variables consi-
deradas en esta base de datos y en este estudio (fac-
turacin y utilidades bsicamente) se consideraron en
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anlisis del impacto de un conjunto de grandes firmas
en la inversin agregada.
Por ltimo cabe incorporar una digresin. La inclusindel captulo dos obedece al intento de brindar una con-
textualizacin de largo plazo que, en muchos temas,
emerge como gnesis de los procesos que se desplie-
gan -bajo diversas formas especficas-, tambin, en los
ltimos aos. No obstante, el lector interesado pura
y exclusivamente en los acontecimientos relativos a
la temtica tratada y registrados entre 1991 y 2005
(perodo neurlgico en este estudio) puede prescindir
de su lectura.
caractersticas estructurales que presentan las fraccio-
nes del capital nacional durante la segunda etapa de
sustitucin de importaciones.En el tercer captulo (Consideraciones generales) se
aborda el anlisis general de la incidencia que tienen las
grandes firmas de la economa argentina considerando
la trayectoria de las principales variables de compor-
tamiento (ventas, utilidades, importaciones y expor-
taciones) entre 1991 y 2005. En el cuarto apartado
(Incidencia y modalidades de las diferentes formas de
propiedad en el comportamiento de las grandes firmas
de la economa argentina) la atencin est centrada en
la investigacin de las formas de propiedad presentes
en esta cpula empresaria. All se encara el estudio de
la importancia de las fracciones de capital nacional yextranjero, fenmeno que tiene una gran trascendencia
porque durante el perodo analizado se registra el pro-
ceso de transferencias de capital ms intenso, quizs,
de la historia argentina. Le sigue, en el quinto captulo
(La estabilidad de las empresas que integran la cpula
empresaria), la indagacin sobre el ritmo de rotacin de
las firmas lderes, considerando tanto su permanencia
dentro de la cpula como la de sus propietarios. La sexta
parte (El intercambio comercial de la cpula empresa-
ria) est dedicada a estudiar la presencia de las grandes
firmas en el comercio exterior, especficamente en las
importaciones, exportaciones y el saldo de la balanzacomercial de bienes y servicios. Debe aclararse que se
trata de un anlisis centrado en el comportamiento de
las exportaciones, las importaciones y el saldo comer-
cial de las empresas pertenecientes a la cpula y de su
impacto en el saldo comercial de la economa argentina,
sin avanzar en un estudio completo del balance de divi-
sas que exhiben dichas empresas a raz de su endeuda-
miento externo, pago de patentes e intereses, remisin
de utilidades al exterior (en el caso de las firmas ex-
tranjeras), etc. En este marco, la sptima parte (El quin-
quenio 2001-2005. Las drsticas transformaciones de
la cpula empresaria durante la postconvertibilidad)
est dedicada a profundizar el anlisis de la cpula em-
presaria en el perodo de la postconvertibilidad a travs
del conjunto de enfoques y variables utilizadas en el
trabajo. Por ltimo, en el captulo octavo se presentan
algunas reflexiones finales.
Ms all del metodolgico, el otro Anexo es muy rele-
vante y no se consider como captulo por sus diferen-
cias metodolgicas con el resto del trabajo, ya que su
tratamiento est circunscripto slo a una muestra de
grandes firmas. All se tratan, diversos aspectos de la
relacin que mantiene la cpula empresaria y la forma-
cin de capital en la economa nacional (Formacin de
capital y cpula empresaria, 1998-2006), a partir del
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productividad, a partir de 1976 comienza a moverse
por debajo de esta, proceso que se consolida desde me-
diados de la dcada de 1980 al ensancharse la brecha a
favor de la productividad de una manera ostensible. El
hecho de que durante la valorizacin financiera (1976-
2001) se haya redefinido la relacin entre las variables
determinantes de la participacin de los asalariados
expresa la consolidacin de uno de los logros bsicos
de la revancha clasista que impulsaron los sectores do-minantes a partir de la ltima dictadura militar.
Resulta evidente que el origen de esta transmutacin
no radica en que tendencialmente se produjeron mo-
dificaciones sustantivas en la productividad, aunque
hubo un crecimiento de entre 1989 y 1998, sino en
el abrupto y sostenido descenso del salario real a par-
tir del golpe militar de 1976. Efectivamente, si bien la
productividad exhiba, con sus ms y sus menos, una
tendencia creciente, la trayectoria descendente del sa-
lario real fue decisiva en esa reversin, e indica de una
manera contundente la existencia de una nueva pauta
distributiva que comenz brutalmente durante la dic-
tadura militar, pero que se profundiz durante los go-
biernos constitucionales que le sucedieron, poniendo de
manifiesto un drstico cambio en la relacin del trabajo
con el capital y en las alianzas sociales que se haban
desplegado durante la sustitucin de importaciones.
A pesar de que esta aproximacin general a la evolucin
de la relacin entre el salario real y la productividad es
decisiva para aprehender la relacin entre el capital y
el trabajo en la Argentina, se impone una revisin de
las etapas por las que transit. All se encuentra la po-
sibilidad de analizar ciertos procesos relevantes para
comprender las particularidades y alcances de esa pro-
funda redefinicin que, a su vez, est concatenada con
2.1 La trayectoria histrica de la relacin entre el
capital y el trabajo en la Argentina
2.1.1 La evolucin de la relacin entre el salario real
y la productividad en las ltimas dcadas
El anlisis de la relacin entre el capital y el trabajo pue-
de abordarse desde muy diversas perspectivas e indi-
cadores. No obstante, hay uno de ellos que sintetiza lasituacin de esta relacin fundante de todo rgimen
capitalista como es la distribucin del ingreso. Para ser
ms precisos, histricamente se ha utilizado la parti-
cipacin de los asalariados en el ingreso, que es una
funcin de la relacin que se establece entre el salario
real y la productividad del trabajo [2].
Sobre esta base conceptual, y con el propsito de apre-
hender la naturaleza de la mencionada relacin, en el
Grfico N 2.1. se exponen sus trayectorias entre 1969
y 2007 (primer semestre) [3]. All se considera como
ao base los valores de 1976, porque en ese momento
se produjo una divisoria de aguas entre dos situacio-
nes contrapuestas, que expresaba en ltima instancia
el trnsito de un patrn de acumulacin basado en la
industrializacin a otro centrado en la valorizacin fi-
nanciera del capital.
En su aspecto general, las tendencias indican de una
manera contundente que durante el predominio de ese
patrn de acumulacin que se sustent en la valori-
zacin financiera se produjo un giro copernicano en la
relacin que mantena el salario real y la productividad
del trabajo durante los ltimos aos de hegemona de
la industrializacin sustitutiva [4]. Mientras que en la
dcada de crecimiento sostenido e ininterrumpido que
precede a 1974 el salario evolucion por encima de la
captulo 2
ANTECEDENTES GENERALES
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CAPTULO 2 ANTECEDENTES GENERALES
miento del PBI en la fase declinante del ciclo corto im-
plica un cambio positivo y significativo en la economa
industrial de la poca. Es obvio que una alteracin de
tanta trascendencia tiene necesariamente que respon-
der, a su vez, a un conjunto de modificaciones en el
comportamiento de algunas variables macroeconmi-
cas. En efecto, las evidencias disponibles indican que
se registraron transformaciones en las exportaciones y
la deuda externa, ya que sus respectivos incrementos
aminoraron la intensidad de los estrangulamientos en
el sector externo que eran tpicos de la poca. As, las
ventas externas (sobre todo de productos industriales)
alcanzaron su mayor incidencia relativa durante el ter-
cer gobierno peronista debido a la implementacin de
un conjunto de polticas promocionales destinadas a
impulsarlas, ampliando la gama de productos exporta-
dos y diversificando los mercados externos, pero jerar-
quizando como destino a los pases latinoamericanos y
al bloque socialista de ese entonces [6].
Durante esos aos, el ncleo central del capital domi-
nante estaba constituido bsicamente por empresas
industriales oligoplicas de origen extranjero que li-
la situacin dentro del propio capital; especficamente
con la importancia relativa que exhiben las distintas
fracciones que lo integran.
2.1.2 La distribucin del ingreso durante la segunda
etapa de la sustitucin de importaciones
Al respecto, cabe sealar que durante la segunda etapa
de sustitucin de importaciones [5], la economa evolu-
cionaba sobre la base de un comportamiento cclico de
corto plazo del producto y de los precios (pare-siga o
stop-go) que reconoca la existencia de dos etapas con
diferencias relevantes en trminos econmicos y sociales.
Mientras que hasta 1964, en las fases declinantes del ci-
clo corto se registraba una reduccin del PBI en trminos
absolutos, en la que transcurre entre 1964 y 1974 slo
se manifest una desaceleracin del crecimiento, lo cual
trajo aparejado que esta ltima fuera la dcada de mayor
e ininterrumpido crecimiento econmico e industrial.
El hecho de que a partir de 1964 los ciclos sustitutivos
se hayan sucedido con una desaceleracin del creci-
Grfico N 2.1Evolucin del salario real y de la productividad, 1969-2007 (en nmero ndice base 1976 = 100)
636471
77
115
152
113
105100
40
60
80
100
120
140
160
1969
1971
1973
1975
1977
1979
1981
1983
1985
1987
1989
1991
1993
1995
1997
1999
2001
2003
2005
2007*
Base1976=100
Salario real promedio
Productividad
Nota: (*) Todos los valores son promedios anuales salvo el ao 2007, que comprende nicamente el primer semestre.
Fuente: Elaboracin propia sobre la base de la informacin del BCRA, INDEC y FIDE.
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forma sustancial. Sin embargo, con la crisis de 2001-
2002 la disparidad se acentu an ms, al disminuir el
salario mucho ms aceleradamente que la reduccin dela productividad del trabajo. Al fin, a partir de 2003 se
inicia una recuperacin relativa del salario que recin en
2007 se aproxima a la situacin vigente en 2001.
En consecuencia, la profunda alteracin entre el sala-
rio real y la productividad que se expresa a partir de la
dictadura militar indicaba la existencia de una modi-
ficacin estructural y la vigencia, por lo tanto, de una
nueva pauta distributiva cuya naturaleza requiere ser
analizada, al menos brevemente.
Las transformaciones impulsadas por la dictadura mili-
tar determinaron la interrupcin del proceso sustitutivo
en el marco de un profundo cambio en la relacin defuerzas entre el capital y el trabajo y, a partir de este,
entre las diversas fracciones del capital, hecho que se
tradujo en las modificaciones que experiment la com-
posicin y el comportamiento de la cpula empresarial.
La posicin dominante pas a ser ejercida por la unin
de los acreedores externos con los conglomerados ex-
tranjeros y un conjunto de grupos econmicos locales.
Los dos ltimos eran capitales que estaban insertos en
una multiplicidad de actividades econmicas en las que
sus firmas controladas y/o vinculadas ejercan un po-
der oligoplico y en su desempeo se encaminaron a
consumar una creciente independencia del resto de laeconoma, tanto por la ndole de los diversos mercados
en que actuaban como por la internacionalizacin fi-
nanciera que fueron plasmando a travs de la transfe-
rencia de recursos locales al exterior.
A su vez, el comportamiento econmico de la cpula
empresaria pas a estar signado por una serie de carac-
tersticas que, con distinta importancia segn los pero-
dos, estarn presentes a lo largo de las ltimas dcadas:
la transferencia de recursos estatales y de los propios
activos fsicos pblicos hacia el capital concentrado in-
terno; la obtencin de ganancias extraordinarias vincu-
ladas a su poder oligoplico en la produccin de bienes
y la prestacin de servicios; la exportacin de produc-
tos vinculados a ventajas comparativas naturales y la
realizacin en el mercado interno de aquellos bienes
demandados por los sectores de altos ingresos; y la va-
lorizacin financiera resultante del vertiginoso endeu-
damiento externo, que devino en un factor decisivo para
la consolidacin del capital concentrado a lo largo de los
veinticinco aos que median entre 1976 y 2001.
Claro est que la deuda externa, y especficamente
la del sector privado (tambin la pblica, funcional al
propio proceso), cumpli un papel decisivo porque el
ncleo central del nuevo patrn de acumulacin estuvo
basado en la valorizacin financiera que realiz el capi-
En sntesis, tanto la insercin productiva de las empre-
sas nacionales y extranjeras, como la subordinacin del
Estado y la tendencia a la concentracin econmica y laredistribucin del ingreso que impulsaba el patrn de
acumulacin dominante durante la segunda etapa de
la industrializacin sustitutiva, hacan que el predomi-
nio que ejerca el capital transnacional apareciese como
el principal obstculo para un desarrollo acelerado bajo
control nacional. De all entonces que la principal lnea de
contradicciones se estableciera entre el capital extran-
jero y los sectores nacionales que constituan la alianza
defensiva, porque all quedaba subsumida la contradic-
cin entre capital y trabajo. La oligarqua agropecuaria
pampeana, por su parte, quedaba en una situacin de
aislamiento y enfrentada con todos ellos, situacin queda lugar a las transferencias de recursos intrasectoriales
que sustentaron ese patrn de acumulacin.
2.1.3 El replanteo de la relacin entre el salario y la
productividad durante la valorizacin financiera
Las evidencias empricas son contundentes en indicar que
a partir del mismo inicio de la dictadura militar en 1976
se modific drsticamente la relacin que mantenan el
salario y la productividad. Esta alteracin fundacional
fue resultado, entre otros factores, del congelamientode los salarios nominales en una etapa de alta inflacin
en la que se eliminan las retenciones a las exportaciones
agropecuarias, junto a la disolucin de una amplia gama
de conquistas de los trabajadores a partir de un nivel
de represin indito sobre el conjunto de los sectores
populares. Como se indic con anterioridad, se inicia a
partir de ese momento una alteracin de largo plazo de
esta relacin que no se origina en un crecimiento econ-
mico basado en una elevacin de la productividad, sino
que, por el contrario, se trata de un indito derrumbe
del salario real promedio que trastoca su relacin con la
productividad y modifica profunda y negativamente las
condiciones de vida de los sectores populares [9].
Desde esa misma perspectiva de largo plazo se com-
prueba que, contra todas las expectativas que despert
el retorno de los gobiernos constitucionales, las modi-
ficaciones introducidas por la dictadura militar en este
aspecto no slo no se revirtieron sino que se agravaron,
en especial luego del breve interregno en que B. Grins-
pun ocup la cartera de economa en 1983 y 1984, mo-
mento en que la evolucin de los salarios super clara-
mente la variacin de la productividad del trabajo. Sin
duda, la situacin se volvi pattica durante la dcada
de 1990, cuando el salario real contina descendiendo,
aunque ms lentamente, y la productividad se eleva de
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en un instrumento para la obtencin de renta finan-
ciera, se produjo su escisin con respecto a la evolu-
cin de la economa real. Esta sistemtica divergenciano slo trajo aparejadas recurrentes crisis econmicas
que desencadenaron, tal como ocurri en la economa
internacional, la destruccin de capital ficticio, sino que
tambin provoc al menos dos procesos que restringie-
ron severamente el crecimiento econmico.
La primera de esas restricciones consisti en la salida
de divisas al exterior que se gener por el pago de los
intereses devengados a los acreedores externos (los or-
ganismos internacionales de crdito, los bancos trans-
nacionales y los tenedores de bonos o ttulos emitidos
tanto por el sector pblico como por el sector privado).
La otra restriccin al crecimiento fue la fuga de capita-les locales al exterior cuya expansin a lo largo de las
ltimas dcadas fue sumamente significativa. El stock
de ambas variables acumulado entre 1976 y 2001
represent prcticamente 2,5 veces el PBI de 2002 y
ms que duplicaron el ahorro externo que se incorpo-
r durante el mismo perodo a la economa local es-
timado en 120 mil millones de dlares, incluyendo la
capitalizacin de bonos de la deuda externa utilizada
en las privatizaciones. A ello se le adiciona que esa in-
corporacin de ahorro externo, va inversin extranjera
directa, estuvo primordialmente destinada a la adqui-
sicin de empresas existentes y no a la instalacin denuevos establecimientos productivos [10]. Obviamente,
de esta evaluacin est excluida la significativa renta
que generaron en el exterior los recursos fugados por
los residentes locales. Entre 1970 y 2001, el monto de
esos ingresos percibidos en el exterior super los 50
mil millones de dlares, y al no ser considerados en las
habituales estimaciones de distribucin del ingreso,
conllevan una marcada subestimacin de la regresi-
vidad (acentuada notablemente a partir de la ltima
dictadura militar).
Es definitorio para aprehender la naturaleza de la deu-
da externa y el proceso en que se insert, comprender
que esta no genera renta por s misma. Por lo tanto, de
ella no surgi el excedente transferido a los acreedo-
res externos en concepto de pago de los intereses ni la
amortizacin del capital, ni tampoco los recursos que
los deudores externos privados transfirieron al exte-
rior. Identificar el origen del excedente apropiado por la
valorizacin financiera y las transferencias de recursos
a los acreedores externos es de una importancia vital
para comprender la peculiaridad del nuevo patrn de
acumulacin de capital y el regresivo proceso econ-
mico-social a que da lugar. Su origen se encuentra en
la redistribucin del ingreso y de hecho comenz con
anterioridad a la puesta en marcha del funcionamien-
tal oligoplico local constituido por los grupos econ-
micos locales y los intereses extranjeros radicados en
el pas a partir de ella. Se trat de un proceso en elcual las fracciones del capital dominante contrajeron
deuda externa para luego realizar, con esos recursos,
colocaciones en activos financieros en el mercado in-
terno (ttulos, bonos, depsitos, etc.) para valorizarlos a
partir de la existencia de un diferencial positivo entre la
tasa de inters interna e internacional, y luego fugarlos
al exterior. De esta manera, a diferencia de lo que ocu-
rra durante la segunda etapa de sustitucin de impor-
taciones, la fuga de capitales estuvo intrnsecamente
vinculada al endeudamiento externo porque este lti-
mo ya no constituy, en lo fundamental, una forma de
financiamiento de la inversin o del capital de trabajo,sino un instrumento para obtener renta financiera dado
que la tasa de inters interna (a la cual se colocaba el
dinero) era sistemticamente superior al costo del en-
deudamiento externo en el mercado internacional.
No hay dudas de que este proceso no hubiera sido fac-
tible sin una profunda modificacin en el tipo de Esta-
do que, desde este punto de vista, y con sus matices
al cabo de esos veinticinco aos, se expres al menos
en cuatro procesos fundamentales. El primero de ellos
radic en que, gracias al endeudamiento del sector p-
blico en el mercado financiero interno en el que fue el
mayor tomador de crdito en la economa local, la tasade inters en dicho mercado super sistemticamente a
la vigente en el mercado internacional. El segundo con-
sisti en que el endeudamiento externo estatal fue el
que posibilit la fuga de capitales locales al exterior al
proveer las divisas necesarias para que ello fuese posi-
ble. El tercero radic en que la subordinacin estatal a la
nueva lgica de la acumulacin de capital por parte de
las fracciones sociales dominantes posibilit que se es-
tatice, en determinadas etapas, la deuda externa priva-
da. El ltimo estuvo relacionado con la importancia que
asumieron las transferencias de recursos estatales a los
sectores dominantes mediante mltiples vas (compras
estatales, estatizacin de la deuda interna, incentivos
a las exportaciones, promocin industrial, etc.) que,
con distinta intensidad, siempre estuvieron presentes
durante el desarrollo de la valorizacin financiera. Sin
embargo, estas transferencias estatales alcanzaron
su mxima expresin durante la dcada de 1980, mo-
mento en el cual fueron un componente relevante en la
sustentabilidad de la fuga de capitales por parte de los
sectores dominantes, debido a que las restricciones vi-
gentes en el mercado financiero internacional acotaban
sus posibilidades de endeudarse con el exterior.
Al dejar de ser el endeudamiento externo una forma
de financiamiento de la expansin industrial y devenir
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CAPTULO 2 ANTECEDENTES GENERALES
tura comercial y la sobrevaluacin del peso se le suma
una estrepitosa reduccin de la demanda derivada de la
indita reduccin de la participacin de los asalariadosen el ingreso que, como fue sealado, eran el ncleo
central de su demanda. De todas maneras, es insosla-
yable mencionar que aun las industrias protegidas por
sus ventajas comparativas o institucionales vieron aco-
tada su expansin, porque la fuga de capitales locales
al exterior no constituy slo una brecha en el sector
externo, sino que tambin afect severamente la for-
macin de capital al disminuir de forma significativa la
inversin bruta fija.
De esta manera, el impacto desindustrializador del
nuevo patrn de acumulacin de capital impulsa la
disgregacin y centralizacin del capital industrial, yespecficamente de la fraccin nacional que conflua
durante la sustitucin de importaciones en una alianza
con los asalariados. De all que muchos integrantes de la
burguesa nacional desaparecieran, mientras que otros
fueron desplazados hacia la comercializacin y el resto
qued fuertemente subordinado a la lgica del capital
concentrado interno.
La desindustrializacin, a su vez, constituye el factor
fundamental que impuls la desocupacin de la mano de
obra. Esta comienza a constituirse en un fenmeno ma-
croeconmico durante la dcada de 1980, se consolida
en la siguiente coincidiendo con la acentuada disolucindel mercado de trabajo formal que impulsa la poltica
gubernamental, y alcanza su mxima expresin en el
ao 2002. Durante ese proceso, se conforma un ejrci-
to de reserva que, al ejercer una presin creciente para
deprimir el nivel salarial medio, se constituye en un fac-
tor fundamental para ensanchar la brecha entre la pro-
ductividad y el salario en el conjunto de la economa.
Desde el punto de vista de la estructura de la clase tra-
bajadora, la irrupcin de la desocupacin implica una
profunda ruptura que estuvo estrechamente vinculada
a su compleja estratificacin existente durante las dca-
das del ochenta y noventa como resultado de la conver-
gencia de las modificaciones provenientes de la segunda
etapa de sustitucin de importaciones, cuando surge la
denominada aristocracia obrera, que estuvo vinculada
a las ramas dinmicas de ese entonces, con las que se
originan propiamente en la valorizacin financiera.
Una de estas ltimas cobra forma debido a que los re-
gmenes de promocin industrial aplicados en especial
durante la dcada de 1980 subsidiaban slo al capital
predominantemente a las grandes firmas oligopli-
cas y no al trabajo, y produjeron una doble fractura
en la clase trabajadora industrial. Por un lado, surgi un
nuevo estrato de trabajadores industriales que estaba
constituido por los nuevos operarios que ocupaban las
to pleno de la valorizacin financiera en 1979, cuando
convergi la Reforma Financiera de 1977 con la apertu-
ra en el mercado de bienes y en el de capitales.En consecuencia, puede concluirse que la acentuada
modificacin entre la productividad y el salario real
constituye la condicin que hace posible la instauracin
del nuevo patrn de acumulacin y que, al mismo tiem-
po, su desarrollo requiere ineludiblemente que la nueva
relacin entre la productividad y el salario se manten-
ga o profundice, pero nunca que se revierta. En otras
palabras, el patrn de acumulacin de capital requera
que la regresividad distributiva sea una caracterstica
estructural de la economa argentina.
En su nueva situacin, el salario pierde cada vez ms
trascendencia como un factor de la demanda, incidien-do estructuralmente, sobre todo, como un costo de
produccin que es necesario reducir para garantizar la
reproduccin del capital concentrado. Se trata de una
modificacin de relevancia porque, adems de deterio-
rar el nivel de vida de los trabajadores, contribuye a in-
crementar las exportaciones de productos primarios, a
ampliar la valorizacin financiera y a colocar la deman-
da de los sectores sociales de altos ingresos como un
factor cada vez ms relevante en el consumo agregado.
Las repercusiones de esta nueva situacin del salario
sobre la burguesa nacional son indudables, en tanto los
asalariados constituan el grueso de su demanda y, alconverger con la apertura comercial y el elevado costo
del financiamiento bancario, redujeron a esta fraccin
del capital a su mnima expresin en trminos de las
grandes firmas en general, y de la produccin industrial
en particular.
Es relevante destacar que este nuevo patrn de acu-
mulacin de capital implic una profunda desindustria-
lizacin que se expres en la cada de la importancia
relativa de esta actividad en el PBI [11] y en una gene-
ralizada disminucin del grado de integracin nacional
[12], en tanto la apertura comercial y su convergencia
en distintas etapas con la sobrevaluacin del peso im-
pulsaron la destruccin de buena parte de las produc-
ciones industriales que no tenan ventajas comparati-
vas naturales.
De all que se haya registrado una significativa salida
del pas de subsidiarias extranjeras que actuaban en
producciones industriales que no contaban con esas
ventajas, y se produjera un sostenido deterioro de la
burguesa nacional. Sin embargo, cabe sealar que el
momento lgido de la repatriacin de inversiones ex-
tranjeras industriales fue la dcada de 1980, mientras
que el desplazamiento de la burguesa nacional se
registr durante todo el desarrollo de este patrn de
acumulacin de capital, porque en su caso, a la aper-
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externo y de fuga de capitales ms elevado durante
la hegemona de la valorizacin financiera (en un es-
cenario internacional muy propicio), lo cual se debi aque al funcionamiento tradicional de endeudamiento-
valorizacin-fuga de capitales, se le agreg otro sus-
tentado en las transferencias de capital, la obtencin
de ganancias patrimoniales, y nuevamente la fuga de
esos recursos al exterior. En efecto, desde mediados de
la dcada de 1990 se puso en marcha un nuevo ciclo
de extranjerizacin de la economa local (cuyo ncleo
central estuvo constituido por las empresas de servi-
cios pblicos) que trajo aparejada la disolucin de la
comunidad de negocios entre el capital extranjero y
los grupos econmicos locales [15] e instal un conflicto
irresoluble en el bloque de poder.Esta nueva fase de extranjerizacin de la economa local
present caractersticas inditas en trminos histricos,
porque no se trataba de la venta de empresas que re-
gistraban una situacin econmica-financiera compro-
metida sino de las que eran lderes en sus respectivas
actividades o, incluso, las de mayor rentabilidad en la
economa, como era el caso de los consorcios privados
prestadores de servicios pblicos. En efecto, todo indica
que en este aspecto tambin hubo una ruptura en tr-
minos histricos por la irrupcin de un comportamiento
que se inscriba en la lgica de la valorizacin financiera
a escala internacional, en la cual cumpla un papel de-terminante la obtencin de ganancias patrimoniales o
de capital mediante la compra-venta de firmas.
En el caso particular de los servicios pblicos privati-
zados, la obtencin de esas ganancias patrimoniales
por parte de los vendedores se origin en la acentuada
subvaluacin de los activos estatales en el momento de
la privatizacin, en el contexto operativo de privilegio
que se les brind, as como en la creciente rentabilidad
de estas actividades debido a las recurrentes y sesga-
das modificaciones en sus marcos regulatorios. Por otra
parte, la decisin de adquirir los paquetes accionarios,
tanto de las empresas de servicios pblicos como de las
dedicadas a otras actividades por parte de los capitales
extranjeros se debi a sus altas tasas de rentabilidad, las
cuales en muchos casos superaban holgadamente las vi-
gentes en trminos internacionales. En este contexto, es
insoslayable sealar que en su mayora estas ganancias
patrimoniales fueron remitidas al exterior generando
durante esos aos, al converger con la fuga de capitales
vinculada al endeudamiento externo, una exacerbacin
de la transferencia de recursos locales al exterior.
El creciente defasaje entre la economa real y el endeu-
damiento externo culmin en el ao 2001 ya que, bajo
la convertibilidad, el crecimiento slo era posible ago-
tado el ingreso de inversiones directas, dado el cre-
plantas manufactureras radicadas en las regiones pro-
mocionadas [13], que tenan un escaso o nulo grado
de sindicalizacin y perciban, para igual calificacin,salarios ms reducidos que los trabajadores de los cen-
tros industriales tradicionales. Por otra parte, como en
buena medida las nuevas plantas industriales fueron el
resultado del traslado de los establecimientos que esta-
ban radicados en las zonas tradicionales (Gran Buenos
Aires, Rosario o Crdoba), estas polticas tendieron a
consolidar el proceso de desocupacin y marginalidad
social que resultaba del propio proceso de desindus-
trializacin, porque si bien se trasladaron las plantas
industriales no ocurri lo mismo con los trabajadores
que hasta ese momento estaban ocupados en ellas. A
su vez, la denominada desregulacin del mercado detrabajo durante la dcada de 1990 y la tercerizacin
de tareas por parte de las grandes firmas, impulsaron
una acentuada expansin de los trabajadores no regis-
trados, que no gozaban de los beneficios de los tra-
bajadores formales y perciban salarios menores. Esta
indita heterogeneidad de la clase trabajadora trajo
como consecuencia una notable debilidad estructural
caracterizada por una reducida tasa de sindicalizacin
y la disolucin de las comisiones internas, que haban
sido el ncleo fundamental de la organizacin y acti-
vacin de la clase trabajadora durante la sustitucin de
importaciones [14].Finalmente, el sector agropecuario pampeano, al mis-
mo tiempo que se expandi, se articul de forma hete-
rognea con el proceso de acumulacin dominante, en
particular a travs de los grandes terratenientes. Estos
ltimos expandieron su produccin sobre la base de las
economas de escala y, especialmente, su rentabilidad
relativa mediante la incorporacin tecnolgica y las nue-
vas formas de produccin, a pesar de las restricciones
que en ese sentido les impuso el poder oligopsnico de
los sectores industriales y comerciales que integran los
complejos agroindustriales. Pero, adems, participaron
de forma activa en el proceso de valorizacin financiera
y por esa razn se diluy el ciclo ganadero, debido a que
que la produccin sectorial ya no se rigi por dos precios
tradicionales (ganadero/agrcola), sino por tres (a ellos
se les agrega la tasa de inters). Mientras tanto, el resto
de los productores, al no contar con esas posibilidades
productivas y econmicas, apenas sobrevivieron o fueron
expulsados de la actividad. De esta manera, las diversas
fracciones del capital ms concentrado y diversificado se
articularon a la valorizacin financiera, incluso los grandes
terratenientes pampeanos, quienes slo en apariencia es-
taban alejados de la lgica de valorizacin financiera.
Asimismo, es insoslayable sealar que la dcada de
1990 fue la que exhibi el nivel de endeudamiento
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CAPTULO 2 ANTECEDENTES GENERALES
los bancos transnacionales, los fondos de inversin o
de pensin, es una expresin de esta modificacin tan
relevante. De hecho, todo parece indicar que luego de larenegociacin de la deuda externa pblica, el endeuda-
miento estatal en divisas fue contrado principalmente
con agentes econmicos internos, tanto de capital ex-
tranjero como nacionales. Por otra parte, la modificacin
cuantitativa y cualitativa de la transferencia de capita-
les locales al exterior es otra manifestacin relevante
en el mismo sentido. Desde 2003 en adelante, en un
contexto de una cada en la tasa de inters internacio-
nal, se registra, con sus ms y sus menos anuales, una
disminucin significativa en la fuga de capitales que no
es ms acentuada an por la existencia de polticas que
impulsan la salida de recursos locales al exterior, comoes el caso de la liquidacin de las divisas provenientes
de las exportaciones de hidrocarburos o de productos
mineros, como una de las formas de quitarle presiones
a la baja al tipo de cambio vigente, preservando el ac-
tual planteo macroeconmico.
Sin embargo, sera un error afirmar que esta modifi-
cacin en el patrn de acumulacin de capital vigente
entre 1976 y 2001 implic un retorno a la anterior di-
nmica de sustitucin de importaciones. Por el contra-
rio, las mismas evidencias permiten asumir la hiptesis
de que la demanda de las fracciones dominantes del
capital, bajo el predominio actual del capital extranjero,reconoce a las exportaciones y al consumo de los secto-
res de altos ingresos como factores centrales, mientras
que las posibilidades de redimensionar a la burguesa
nacional estn estrechamente vinculadas a las condi-
ciones que transitan los asalariados en trminos de la
distribucin del ingreso, a potenciales, aunque muy im-
probables, cambios en el tipo de insercin internacional
y, en menor medida, a la revitalizacin de ciertos capi-
tales nacionales vinculados a la salida de operadores
internacionales en los servicios pblicos privatizados y
a las propias demandas estatales en materia de infra-
estructura econmica. Es decir, se trata de un planteo
acentuadamente distinto al que sustentaba la indus-
trializacin sustitutiva, pero con un agregado que era
impensable durante la sustitucin de importaciones,
que consiste en que esa estructura dominante en tr-
minos de produccin y consumo tiene una magnitud
que garantiza altas tasas de crecimiento econmico y
que la recuperacin del salario real tiene an un largo
camino por recorrer. En sntesis, se trata de una din-
mica econmica diametralmente distinta a la qe estaba
vigente durante la sustitucin de importaciones, en la
cual el nivel del consumo asalariado era fundamental
en trminos de la demanda agregada, ni siquiera pare-
cida al planteo del capitalismo asociado analizado y
ciente dficit en la cuenta corriente del sector externo,
mediante un endeudamiento que asumi cada vez ms
el Estado y que termin siendo insustentable, sealan-do no slo el colapso de la convertibilidad sino tambin
del patrn de acumulacin sustentado en el predominio
de la valorizacin financiera del capital.
En esas circunstancias se registra una nueva modifica-
cin en la relacin que guardaba la productividad y el
salario real, profundizando la tendencia que haba inau-
gurado la dictadura militar (Grfico N 2.1.). Ese nuevo
retroceso relativo del salario real form parte de una
acentuada modificacin de los precios relativos, incluido
el tipo de cambio real (ante la indita devaluacin de la
moneda), potenciando la produccin de bienes en detri-
mento de los servicios y el sector financiero, dentro deun contexto en el cual se ve desplazada la hegemona
que ejerca la valorizacin financiera.
En un contexto internacional fuertemente influencia-
do por la demanda de China e India por alimentos y
commodities en general, a partir de 2003 la economa
argentina ingresa en una fase de fuerte crecimiento
ininterrumpido, impulsado por la expansin de sus ex-
portaciones pero tambin por el crecimiento del con-
sumo interno. En ese marco, se registra un sostenido
crecimiento de la ocupacin disminuyendo el ejrcito
de reserva y del salario real promedio, aumentando
en consecuencia la participacin de los asalariados en elingreso. Sin embargo, tal como se verifica en el Grfico
N 2.1., la relacin entre el salario real y la productivi-
dad, y por lo tanto la participacin de los asalariados en
el ingreso, en el primer semestre de 2007 se ubica en
un nivel inferior al que se registr en 2001.
Analizando el recorrido de la economa argentina du-
rante los ltimos aos (2003-2007) atento a dimen-
siones como la distribucin del ingreso, la reactivacin
de la economa real, la estructura y el comportamiento
de la cpula empresaria, la composicin de la demanda
agregada, etc., resulta indudable que la situacin es di-
ferente a la rigi durante el predominio de la valoriza-
cin financiera y, naturalmente, el crtico ao 2002,
pero tambin es muy distinta a las dcadas en que es-
tuvo vigente la sustitucin de importaciones, aunque
el proceso econmico est centrado una vez ms en la
expansin de la economa real.
En esta lnea de anlisis, las evidencias disponibles son
contundentes al indicar que la prolongada crisis, que co-
menz en 1998 y culmin en 2002, no slo dio por ter-
minada una poltica econmica sustentada en la tasa de
cambio fija y convertible, sino tambin en una dinmica
de los sectores ms poderosos del capital asentada en
la valorizacin financiera del capital. La ausencia de una
expansin significativa del endeudamiento externo con
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valuacin, y la ocupacin es un 16% superior, la parti-
cipacin de los trabajadores en el ingreso es un 11%
menor a la correspondiente a 2001. La explicacin aesta aparente contradiccin se encuentra en que el PBI
no slo creci en forma sostenida a tasas sumamente
elevadas (entre el 8% y el 9% anual) entre 2002 y el
2007, sino que aument por encima de la combinacin
de salario real y ocupacin (masa salarial).
En efecto, en el mismo Grfico N 2.2. se verifica que
mientras el PBI aument el 31% entre 2001 y 2007,
la masa salarial (equivalente al salario real por la ocu-
pacin) lo hizo slo en un 16%. Se trata de procesos
definitorios en la evolucin de la participacin de los
asalariados en el ingreso, porque esta es el resulta-
do del cociente entre la masa salarial (ocupacin porsalario real) y el PBI (equivalente al valor agregado o
al ingreso generado anualmente en el pas). En otras
palabras, debido a la recuperacin que registr el sa-
lario real y la ocupacin durante los ltimos aos, las
condiciones de vida de la clase trabajadora para el ao
2007 son mejores que durante la crisis e incluso que
antes de ella (2001), pero su participacin en el valor
agregado (en la distribucin del ingreso) es menor por-
que el PBI creci ms que la masa salarial. Visto desde
la perspectiva del capital, quiz se puede apreciar me-
jor el escaso alcance de las mejoras logradas por los
sectores populares porque estas cifras indican que elcapital en su conjunto est en mejores condiciones que
antes debido a que a travs de sus ganancias se apro-
pi de una porcin mayor del valor agregado generado
anualmente, registrndose una participacin creciente
de este en el ingreso.
2.2 Las diferentes fracciones del capital nacional y
extranjero en la economa argentina
2.2.1 Origen y evolucin del capital extranjero y
nacional en la produccin industrial
En el marco de las alternativas seguidas por la relacin
entre el capital y el trabajo, es insoslayable encarar un
breve anlisis de la trayectoria seguida por las distintas
fracciones empresarias as como de sus alianzas, con-
tradicciones y relaciones de dominacin. La importancia
del tema es obvia teniendo en cuenta el objetivo de este
trabajo pero tambin es trascendente porque permite
comprender ms acabadamente la forma de resolucin
de la propia relacin entre el capital y el trabajo durante
la evolucin reciente de la economa argentina.
En trminos de esta problemtica, las evidencias dis-
ponibles son concluyentes al sealar que la presencia
propuesto por F. H. Cardoso y E. Faletto [16], en el cual
la profundizacin de la industrializacin hacia produc-
ciones sin ventajas comparativas era fundamental anbajo la direccin del capital extranjero [17].
En sntesis, en el marco del acentuado crecimiento
econmico que comenz en 2003, se registr una in-
negable recomposicin del salario real promedio y de
la ocupacin de la mano de obra desde los deprimidos
niveles alcanzados en el ao 2002. Es indudable que
la reactivacin de la produccin industrial y de la cons-
truccin fueron determinantes en el incremento del em-
pleo y en la reduccin de los niveles de desocupacin. Es
ms, las elevadas tasas de crecimiento registradas en
los sectores productores de bienes permitieron un sig-
nificativo incremento en la elasticidad empleo-productocon respecto a la registrada durante la vigencia del r-
gimen de convertibilidad. No menos importante ha sido
durante los ltimos aos la recomposicin salarial que,
incluso, fue ms acelerada en trminos de los ingresos
de los trabajadores no registrados que en los de los que
trabajan en blanco.
Estos procesos, la recomposicin de la ocupacin y
el aumento del salario real promedio, no fueron sin
embargo el resultado de la mano invisible del mer-
cado, sino de la poltica que adopt la actual gestin
gubernamental en pos de la reactivacin econmica
en general, y de la reindustrializacinen particular. Lafrrea defensa del mantenimiento de un alto ritmo de
crecimiento econmico y de generacin de empleo en
contra de las concepciones dominantes fue una de esas
polticas. El aumento del salario mnimo, vital y mvil,
la incorporacin de los aumentos de salario de suma
fija al bsico, el impulso para que se retomaran las ne-
gociaciones colectivas de trabajo, la derogacin de la
denominada Ley Banelco a travs de la Ley N 25.877
de 2004, que intenta reordenar el mercado laboral, el
aumento de las jubilaciones mnimas, etc. [18], fueron
todas medidas que impulsaron una drstica reversin
de la crtica situacin imperante desde hace ya largo
tiempo y que se haba visto agravada a partir de la de-
valuacin de la moneda.
Sin embargo, cuando estas transformaciones en el
mercado de trabajo se traducen, sobre la base de las
mismas estadsticas, en trminos de la distribucin del
ingreso, se constata una situacin sorprendente que no
parece estar en consonancia con esas modificaciones.
En efecto, tal como se refleja en el Grfico N 2.2., la
participacin de los asalariados en el ingreso en el ao
2007 (28%) es significativamente inferior a la vigente
en 2001 (31%) [19].
No deja de ser paradojal que cuando el salario real es
prcticamente equivalente al que rega antes de la de-
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nacional debido a su pertenencia en un caso, o inte-
gracin social en el otro con la oligarqua pampeana,
as como por la importancia econmica que exhibansus empresas en la produccin local. Al igual que los
anteriores, estaban presentes en diversas actividades
econmicas y, especialmente, detentaban una ntida y
significativa trascendencia en la propiedad y produccin
agropecuaria pampeana y/o extrapampeana. Ejemplos
de este tipo de capitales son: Braun Menndez, Ingenio
Ledesma, Terrabusi, Bagley, Fortabat y Corcemar.
En tercer lugar, tambin formaban parte de esta fraccin
algunos capitales estrechamente vinculados a capitales
extranjeros de carcter financiero y de antigua data en
la Argentina, cuyos representantes tambin se vinculan
social y econmicamente con la oligarqua pampeana.Estos son los casos de Alpargatas (relacionada al grupo
Roberts) y la Compaa General de Combustibles (con-
trolada por la transnacional suiza Brown Boveri).
Esta fraccin empresaria (con sus respectivas incor-
poraciones y bajas en cada etapa y las distinciones
que impone el diferente origen de los capitales) se
diferencia claramente tanto de las tpicas subsidiarias
extranjeras instaladas durante la sustitucin de impor-
taciones, como de las pequeas y medianas empresas,
e incluso de aquellas grandes firmas locales con las cua-
les comparten un poder oligoplico en distintas ramas
de actividad. Por su origen, conformacin e interesesse la puede considerar como un sector de la oligarqua
local con intereses en la industria, el agro y otras acti-
vidades econmicas.
Como parte de esta resea histrica acerca de las frac-
ciones del capital es insoslayable mencionar que en el
marco de la concepcin desarrollista del gobierno que
asume en 1958 se concret una serie de medidas orien-
tadas a facilitar el ingreso de capital extranjero, lo que
dio lugar a la segunda etapa de sustitucin de importa-
ciones. Con ello se produjeron incrementos sustanciales
en la productividad y la produccin que, supuestamen-
te, aseguraran la autonoma del pas respecto a los fac-
tores externos que la bloqueaban [22].
Sobre estas bases se puso en marcha la segunda etapa
de sustitucin de importaciones que reconoca un claro
predominio de las firmas extranjeras industriales sus-
tentado en las nuevas actividades que se incorporaron
durante estos aos (automotriz, qumico-petroqumi-
cas, siderurgia, etc.), que en adelante sern los secto-
res ms dinmicos del espectro manufacturero [23]. A
partir de 1964 maduraron las inversiones realizadas en
los aos anteriores y comienza una etapa diferente en
la cual el PBI crecer ininterrumpidamente durante una
dcada pero sobre la base de un ciclo corto en el que se
suceden aceleraciones y desaceleraciones de la tasa de
analizar la evolucin y la creciente importancia que asu-
me el capital nacional en esta actividad, contraponin-
dolo con la que exhiba el capital extranjero. Efectiva-mente, todo parece indicar que las empresas nacionales
eran muy dinmicas a comienzos de los aos cuaren-
ta. Ya en el peronismo, los ejemplos de las empresas
nacionales que actan en la produccin industrial son
mltiples, en especial en la produccin textil (como
Castelar, Gaby Salomn, Ezra Teubal y Hnos., Sedalana,
Establecimientos Textil Oeste, etc.) y metalrgica (como
Jos Lombardi e Hijos, Cura Hermanos, Roque Vasalli,
Impa, etc.). Sin embargo, ms importante an es que
las empresas nacionales se van a conformar como una
burguesa nacional durante esos gobiernos, momento
en que constituyen su propia central empresaria, laConfederacin General Econmica (CGE), a partir de la
cual enarbolan sus propias reivindicaciones. que por lo
general se contraponen a las esgrimidas por la tradicio-
nal Unin Industrial Argentina (UIA).
A pesar de la importancia que asume para el anlisis
de la sustitucin de importaciones la identificacin de
las empresas extranjeras y las de capital nacional, el
tratamiento de las fracciones empresarias no se agota
all, ya que dentro de estos dos tipos de firmas queda
subsumida (captados mediante la diferenciacin de
los grupos econmicos en este trabajo) una fraccin
empresaria nacional tradicional diferente a las mencio-nadas anteriormente, que tiene intereses, condiciones
estructurales e identidad propia.
Esta fraccin se compone de capitales de diferente ori-
gen y grado de diversificacin econmica. En primer
trmino, se encuentra un conjunto de capitales de ori-
gen extranjero que expresa las formas de la internacio-
nalizacin temprana, ya que se instal en el pas a fines
del siglo XIX mediante la radicacin de algunas ramas
de las familias propietarias y, como tal, confluy con la
clase dominante local en trminos sociales y econmi-
cos. Debido a tal integracin social y econmica, estos
capitales no se sustentaron econmicamente slo en la
produccin manufacturera, aunque controlaban mlti-
ples firmas lderes en esa actividad, sino que formaban
parte de los grandes terratenientes pampeanos y extra
pampeanos, participaron en la exportacin de produc-
tos primarios y en los negocios financieros de la poca,
e incluso instalaron o adquirieron firmas en otros pa-
ses del Cono Sur. Entre ellos se encontraban destaca-
dos grupos econmicos, como Bunge y Born, Bemberg
y Tornquist.
En segundo lugar, integran esta fraccin empresaria
otros capitales nacionales que tienen su origen en los
diversos integrantes de los sectores dominantes pam-
peanos y provinciales que adquirieron trascendencia
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CAPTULO 2 ANTECEDENTES GENERALES
equiparndose con la correspondiente a la de los gru-
pos econmicos que tambin disminuye pero en una
proporcin ms reducida.El punto culminante del auge de la participacin extran-
jera (68%) y la declinacin de la fraccin que expresa
a la burguesa nacional (9,8%) se verifica al final de la
gestin de Krieger Vasena como ministro de la dictadu-
ra en 1969. Si bien desde el Cordobazo en adelante, a
medida que se acelera el fracaso dictatorial la situacin
se trastoca, dicha reversin no tiene la misma intensi-
dad que la declinacin anterior.
Efectivamente, la participacin de la burguesa nacional
(empresas locales independientes) en el ltimo ao de
la serie refleja el legado recibido por el ltimo gobierno
peronista y a pesar de ello es significativamente infe-rior, menos de la mitad, a la que exhiba en el ao inicial
de la serie (12,7 % en 1976 y 28,3% en 1958). Ms
an, a la inversa de lo que suceda en el inicio, en 1976
es superada por la incidencia de los grupos econmicos
(17,8% de las ventas totales de ese ao).
Asimismo, cabe sealar que este marcado retroceso de
la burguesa nacional durante la segunda etapa de sus-
titucin fue resultado de una combinacin entre la re-
ducida expansin relativa de las actividades en las que
operaban y las modificaciones estructurales que jalo-
nan esa fase econmica en el pas. Respecto al primer
factor (menor crecimiento de sus actividades), cabemencionar que este estrato del capital estaba inserto,
principalmente, en las ramas industriales que tendrn
un crecimiento vegetativo. En relacin al segundo de
los factores (cambios estructurales), es indudable que
los ms relevantes se registraron durante la gestin de
Krieger Vasena en el Ministerio de Economa cuando se
crecimiento pero nunca cadas en trminos absolutos.
Durante el desarrollo de la segunda etapa de sustitucin
de importaciones, al mismo tiempo que se acrecienta laincidencia del capital extranjero, se altera la situacin
de las empresas nacionales en la produccin industrial.
Con el propsito de aprehender estas modificaciones
en las distintas fracciones del capital, en el Cuadro N
2.1. se expone la evolucin de las ventas de las 100
empresas industriales de mayor facturacin durante el
perodo 1958-1976.
En efecto, estas evidencias aportan elementos para
precisar el impacto de la segunda sustitucin de im-
portaciones en las fracciones del capital industrial. La
situacin inicial (1958) expresa la supervivencia de las
condiciones estructurales vigentes en las postrimerasde los primeros gobiernos peronistas. All se verifica un
predominio extranjero, pero este es acompaado por
una elevada participacin de la que podra considerar-
se la cpula de la burguesa nacional (empresas locales
independientes) en las ventas de las cien empresas in-
dustriales de mayores ventas (28,3%), que incluso es
ntidamente superior a la que exhiben los grupos eco-
nmicos (18,1%).
La primera alteracin se registra a partir del desarrollis-
mo y el inicio de la segunda fase sustitutiva que trajo
aparejada la ingente incorporacin de capital extranjero
en las nuevas actividades dinmicas de la produccinindustrial. Por esa razn, en 1966, junto al incremento
de la participacin extranjera y tambin de las empre-
sas estatales, se constata una abrupta reduccin de la
trascendencia de las firmas de la burguesa nacional
(del 28,3% al 15,6% de las ventas totales, que repre-
senta una reduccin de prcticamente el 45% de esta),
Cuadro N 2.1 Composicin de las ventas de las 100 empresas industriales de mayor facturacin considerando las
empresas estatales (*), las extranjeras, los grupos econmicos y las empresas locales independientes, 1958-1976 (en
porcentajes)
Forma de propiedad 1958 1966 1969 1973 1976
Empresas estatales 2,0 6,4 7,3 12,7 15,3
Empresas extranjeras 51,5 62,2 68 61,1 54,2
Grupos econmicos locales 18,1 15,8 14,7 14,3 17,8
Empresas locales independientes 28,3 15,6 9,8 11,9 12,7
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
(*) Dentro de las empresas estatales se excluye a YPF debido a que solo se disponen de sus ventas para los tres ltimos aos del pero-
do considerado, en los cuales se ubica como la empresa de mayores ventas.
Fuente: Elaboracin propia sobre la base de la informacin de la Revista Panorama de la Economa Argentina (varios nmeros) y de la
Gua deSociedades Annimas (varios nmeros).
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Con esta intencin, en el Cuadro N 2.2. constan los re-
sultados de distribuir los establecimientos industriales
con cien o ms ocupados relevados en el Censo Econ-mico de 1974 de acuerdo con las formas de propiedad
utilizadas anteriormente. All se consideran las princi-
pales variables censales (cantidad de establecimientos,
valor de produccin y ocupacin), as como tamao me-
dio de los establecimientos, un indicador aproximado
de la productividad y los requerimientos de empleo por
cada milln de pesos producidos.
Los aspectos centrales que exhiben estos resultados, in-
dican que, a comienzos del decenio de los aos setenta,
la burguesa nacional asuma una indudable importan-
cia al tener el 48% de los establecimientos, concentrar
el 28% del valor de produccin y generar el 36% de laocupacin. Tanto es as que superaba a todas las otras
fracciones industriales y a las empresas estatales, salvo
desencaden el proceso de desnacionalizacin de em-
presas ms acentuado de la etapa especfica comentada
y que afectaron severamente a la burguesa nacional.
2.2.2 Notas acerca de la insercin estructural de
las fracciones de capital nacional a fines de la
sustitucin de importaciones
La evolucin de las ventas de las 100 empresas indus-
triales de mayor facturacin es contundente en demos-
trar el ocaso de la burguesa nacional en las grandes
firmas manufactureras, pero nada dice de su situacin
dentro de las empresas de relativamente menor tamao
por facturacin. Ciertamente, la situacin de esta fraccindel capital en ese estrato de firmas es relevante porque
histricamente ha sido el lugar en el que predomin.
Cuadro N 2.2 Distribucin de la cantidad, valor de produccin y ocupacin de los establecimientos industriales con cien
o ms ocupados segn tipo de empresa, 1973 (cantidad, miles de pesos de 1973 y porcentajes)
A) Variables censales
Establecimientos Valor de Produccin Ocupacin
Cantidad % Miles de $ % Cantidad %Estatal 81 11 18.549.328 17 94.816 18
Extranjeras 227 30 44.521.209 41 175.333 34
Empresas locales independientes 363 48 30.737.627 28 189.062 36
Grupos econmicos locales 91 12 14.978.376 14 59.361 11
Total 762 100 108.786.539 100 518.572 100
Fuente: Elaboracin propia sobre la base de tabulados especiales del INDEC.
B) Relaciones entre variables
VP medio(VP/establecimiento)
Productividad(VP/Ocupacin)
Ocupacin media
(ocupacin/
establecimientos)
Requerimientos de
empleo por milln
de pesos producidos
Miles de $Total =
100Miles de $
Total =
100Ocupados
Total =
100Ocupacin
Total =
100
Estatal 229.004 160 196 93 1.171 172 5,1 107,2
Extranjeras 196.129 137 254 121 772 113 3,9 82,6
Empresas locales
independientes84.677 59 163 77 521 77 6,2 129,0
Grupos econmi-
cos locales164.598 115 252 120 652 96 4,0 83,1
Total 142.764 100 210 100 681 100 4,8 100,0
Fuente: Elaboracin propia sobre la base de tabulados especiales del INDEC.
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CAPTULO 2 ANTECEDENTES GENERALES
si el campo de anlisis se ampliara a todo el espectro
industrial, su importancia en las variables censales
aumentara de forma significativa. Sin embargo, esigualmente irrefutable que esta fraccin fue, al mismo
tiempo, marginada del ncleo estratgico de las gran-
des firmas que son las que detentaban la capacidad de
conducir al conjunto de la produccin industrial en tan-
to, en trminos generales, constituan los ncleos tcni-
cos y econmicos de los bloques sectoriales o cadenas
productivas ms relevantes de la economa argentina.
A partir de esa insercin, las grandes firmas industriales
eran las que definan la estructura de precios relativos,
la relacin con la estructura estatal, la incorporacin de
tecnologa, etc.
Estrechamente vinculada con las peculiaridades de laburguesa nacional en los establecimientos de cien o
ms ocupados, hay otra serie de caractersticas estruc-
turales que merecen ser tenidas en cuenta. La primera
de ellas es que se trata de la forma de propiedad que en
mayor proporcin actuaba en mercados relativamente
competitivos, respecto a las empresas estatales, de ca-
pital extranjero e incluso de la otra fraccin nacional, los
grupos econmicos [25].
En efecto, tal como se verifica en el Grfico N 2.3., los
mercados medianamente concentrados (aquellos en
que los ocho establecimientos de mayor valor de pro-
duccin generan entre el 25% y el 50% del total secto-rial) son los ms relevantes, al concentrase all el 42%
de su valor de la produccin industrial.
Por otra parte, tal como se verifica en e