View
9
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
UNIVERSIDAD DE VALPARAÍSO
FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
CÁTEDRA: NEUROPSICOLOGÍA II
TRATAMIENTO BIOPSICOSOCIAL
PARA EL ALCOHOLISMO
PROFESOR:
LUIS JAIME MELENDEZ V.
INTEGRANTES:
PAULINA CATALDO E.
SEBASTIÁN LEIVA C.
LEANDRA RODRÍGUEZ D.
DIEGO ULLOA G.
Valparaíso, 18 de noviembre del 2013
Modelo de Intervención Biopsicosocial a un Adicto al Alcohol
El consumo de alcohol ocupa el tercer lugar entre los factores de riesgo de la
carga mundial de morbilidad; es el primer factor de riesgo en el Pacífico Occidental y las
Américas, y el segundo en Europa (OMS, 2011). Con estas cifras es necesario hacer una
reflexión por el hecho de que (siendo habitantes de América) no somos conscientes
directamente de la gravedad que tiene esta enfermedad. Es más, somos poseedores de
factores como el prejuicio y la discriminación hacia quienes la padecen.
Causas y factores de riesgo
El alcoholismo es una enfermedad multicausal, cuyas causas varían dependiendo
de la persona y sus factores de riesgo. Generalmente se asocia a factores psicológicos y
sociales. Dentro de los factores psicológicos están aquellos en que la persona busca
“escapar” de ciertas situaciones que no puede manejar y a las cuales puede ser más
vulnerable, por ejemplo, dificultad para calmar la ansiedad, baja tolerancia a la frustración,
conflictos familiares, sociales o laborales que repercuten en la estabilidad psicológica de
la persona. El alcohol es una puerta de escape a estos problemas, que si bien, sabemos
que es temporal, para ellos puede ser la única manera de solucionarlos, ya que esto
depende del manejo que tenga la persona de sus problemas, que en este caso es
bajísimo, lo cual puede conllevar a una dependencia psicológica y luego física.
Por otro lado están los factores sociales, que si bien, van de la mano con los psicológicos,
son el factor que gatilla de la situación. Entre estos, la gran mayoría se da por la
aceptación social y por los estilos de vida estresantes que se llevan hoy en día. Estos
factores son acrecentados además por factores psicológicos como pueden ser la baja
autoestima, sentimiento de soledad (falta de afecto familiar), falta de autocontrol,
desmotivación, abatimiento, ira, susceptibilidad frente a la influencia de los demás, entre
otros, lo cual hace que las personas sean más vulnerables a estas situaciones.
Es importante además destacar que a medida que pasan los años, el consumo de alcohol
se va haciendo más común en los adolescentes e incluso en pre-adolescentes, quienes
ven esta conducta como algo normal. Si bien no quiere decir que todos aquellos
adolescentes serán alcohólicos, es de suma importancia tomar en cuenta este tema y
abordarlo en las tareas de prevención social, ya que es muy probable que esto se
convierta en un claro factor de riesgo a la hora de tener algún tipo de conflicto como los
anteriormente expuestos.
Por otro lado, es importante mencionar al menos, que científicos han hablado de
factores genéticos involucrados en el riesgo de alcoholismo. Si bien, no se sabe en
ciencia cierta cuáles son estos genes y como actuarían, creemos que es consecuente
tenerlo en cuenta a la hora de conocer la historia clínica familiar del paciente y así realizar
tareas de prevención no sólo con éste, sino con su núcleo familiar.
Evaluación
Es de suma importancia evaluar en qué condición se encuentra la persona que
debemos tratar, frente a sus características psicológicas, cognitivas, biológicas y su
relación con el entorno social. Para esto es requerida una anamnesis dónde el paciente
nos entregue información sobre su historia médica familiar, en especial frente al consumo
de alcohol, realizar exámenes físicos, evaluar procesos cognitivos, estado psicológico y
social del paciente. Toda esta evaluación debe estar regida por un equipo
multidisciplinario que se comprometa a trabajar en red y con la finalidad de encontrar la
incidencia de ejes efectiva para un tratamiento con buen pronóstico a corto, mediano y
largo plazo.
En la anamnesis se le pueden hacer preguntas al paciente tales como:
¿Alguna vez maneja cuando ha estado bebiendo?
¿Tiene que beber más que antes para embriagarse o sentir el efecto deseado?
¿Ha sentido que debe dejar de beber?
¿Ha tenido alguna vez lagunas después de beber?
¿Se ha ausentado alguna vez del trabajo o ha perdido un trabajo a causa de la
bebida?
¿Existe alguien en su familia preocupado por su forma de beber?
En el examen físico, por otro lado, es importante realizar pruebas hepáticas,
alcoholemia, examen de sangre, concentración de magnesio en el plasma sanguíneo
(bajos niveles aluden a cirrosis hepáticas o alcoholismo) y en lo posible, si se ha
confirmado un estado biológico acorde al alcoholismo, es de suma importancia realizar
una endoscopía para descartar posible daño gástrico.
En el examen psicosocial, es necesario indagar en las posibles causas que
pueden haber gatillado la enfermedad, el estado psicológico actual del paciente, tomando
en cuenta las características de éste que puedan repercutir negativamente en un posible
tratamiento y la relación que el paciente tiene con su entorno social, sobretodo familiar.
Esto es de suma importancia a la hora de un tratamiento con alta efectividad, ya que
mientras no se trate de raíz la enfermedad y sólo se tome en cuenta el eje médico, el
paciente tiene un riesgo muy probable de recaer en el alcoholismo.
Creemos además de suma importancia que un neuropsicólogo realice diferentes
tests para evaluar las funciones cognitivas, tales como su estado mental, la atención,
memoria, funciones ejecutivas, lenguaje, fluidez verbal, entre otros. La razón de esta
evaluación es para descartar posibles deterioros cognitivos por el excesivo consumo del
alcohol, relacionados por ejemplo, al síndrome de Korsakoff, demencia alcohólica,
encefalopatía de Wernicke, entre otras.
Tratamiento Médico
Desde el eje médico, luego de la evaluación del nivel de daños del paciente, debemos
tomar en cuenta que lo primero que debemos hacer es eliminar los signos y síntomas
relacionados con la ingesta de alcohol, entre estos, un posible daño gástrico y hepático, el
cual debe ser tratado médicamente y además conductualmente, refiriéndonos a esto al
cambio de hábitos definitivos de la ingesta de alcohol y ojalá acompañados por un cambio
de hábitos en la alimentación, para posibilitar disminuir el daño hepático y gástrico si
fuese necesario. Es por esto que el tratamiento médico debe ir acompañado
obligatoriamente de un tratamiento psicológico para cambiar estas conductas.
Desde este eje debemos trabajar la desintoxicación del paciente, referente
específicamente a la abstinencia de consumo de alcohol. Este periodo es de gran
importancia y cuidado, ya que su pronóstico dependerá en gran parte del estado de
dependencia biológica y psicológica de la persona. Si bien en la desintoxicación se trabaja
de manera radical la abstinencia al alcohol, creemos que dependiendo del individuo, esta
desintoxicación podría ir de una gradual a una total, tomando en cuenta las posibles
consecuencias que ésta podría traer.
Acompañando esta desintoxicación es necesario que un neuropsiquiatra o
psiquiatra especialista en adicciones, pueda recetar algún ansiolítico, con un constante
monitoreo de los posibles cambios que pueda tener el paciente, para que no genere una
nueva adicción a este medicamento.
Debemos tener en cuenta que es muy probable que se genere un síndrome de
abstinencia el cual, dependiendo de su gravedad, puede necesitar acompañamiento
farmacológico distinto a un ansiolítico. En estos casos generalmente se receta
clometiazol, correspondiente a un sedante e hipnótico muy utilizado en la prevención y
tratamiento del síndrome de abstinencia.
Si es mucha la gravedad de la abstinencia, esta puede conllevar a un síndrome
más grave, llamado Delirium Tremens, el cual, dependiendo de los síntomas
acompañantes, puede ser tratado con ansiolíticos y antipsicóticos como Haloperidol, para
redimirlos. Además como agente coadyuvante, puede administrarse tiamina, que posibilita
la mejoría de la conducción neuronal y puede prevenir un posible síndrome de Korsakoff.
Es indispensable que además del monitoreo médico, un psicólogo evalúe
constantemente la evolución del paciente, ya que es posible que este pueda generar una
depresión que debe ser tratada en primera instancia farmacológicamente acompañada de
la terapia psicológica. Además cabe mencionar que el paciente debe tener un monitoreo
constante de los signos vitales, exámenes médicos y cognitivos durante este
procedimiento y contar con el apoyo familiar y social de su entorno inmediato.
En algunos casos se puede administrar un medicamento en forma oral e
inyectable que produzca efectos desagradables a la hora de la ingesta inapropiada de
alcohol. Creemos que si se hace un tratamiento médico en conjunto con el psicológico no
es necesario tomar esta alternativa más bien, conductista, que a fin de cuentas no
modificará los patrones de conciencia y conductuales para terminar con la enfermedad.
Tratamiento psicológico
Como ya mencionamos antes, este tratamiento debe ser obligatoriamente paralelo
al médico, ya que, si bien este último es indispensable, sólo se utiliza para redimir los
síntomas y estabilizar el estado biológico del paciente para poder realizar a largo plazo el
tratamiento esencial y determinante para terminar definitivamente con el alcoholismo.
El psicólogo es un agente fundamental en la deshabituación de la conducta de
ingesta de alcohol, por esto, debe evaluar constantemente el estado emocional del
paciente mediante el período de abstinencia, y además, debe ir determinando las causas
generadoras de la enfermedad. Además es de suma importancia que se vayan
identificando las fortalezas y debilidades en el paciente para poder trabajar en ellas,
afirmarse de las fortalezas por un lado para generar instancias de motivación intrínseca y
toma de conciencia en el tratamiento; y por el otro, ir modificando paulatinamente las
debilidades, con el fin de que el paciente tome conciencia de éstas y se vayan trabajando
en conjunto con el tratamiento.
Es imprescindible además determinar factores externos que puedan estar
afectando el estado psicológico del paciente, ya sean conflictos familiares, laborales,
sociales y, si es posible, en el primer caso realizar intervención psicológica con el grupo
familiar, en el segundo caso buscar alternativas en conjunto que sean acordes a las
fortalezas y habilidades del paciente y en el tercer caso, trabajar en la reinserción social,
tomando énfasis en los factores comportamentales del paciente que puedan estar
influyendo en este factor y trabajando en ellos.
Tratamiento Neuropsicológico
Es un tratamiento a mediano y largo plazo imprescindible en el caso de deterioro
cognitivo, ya que influye directamente en la reinserción social, laboral e incluso en la
familiar. El neuropsicólogo debe ayudar al paciente a recuperar las funciones cognitivas
deterioradas, llevarlas a un nivel óptimo y en conjunto con un psicólogo y un terapeuta
ocupacional, reinsertar en el ámbito sociolaboral al nivel que se pueda desempeñar.
Reinserción e intervención social
Como mencionamos antes, es de suma importancia monitorear y rehabilitar al
paciente en el ámbito social, ya sea trabajando en su reinserción, la integración con sus
pares y, además, posibilitar a éste a participar en agrupaciones de ayuda como lo es en
este caso la agrupación de Alcohólicos Anónimos. El entorno social es uno de los más
importantes ya que repercute directamente en el estado psicológico del paciente, en su
autoestima, por ejemplo, y sobre todo, en la motivación intrínseca de éste. Las
agrupaciones de ayudan dan un empuje imprescindible para la rehabilitación con un buen
pronóstico, ya que el paciente se da cuenta por la experiencia de otros que han pasado
por su situación, de que es posible terminar con la dependencia alcohólica y volver a tener
el equilibrio biopsicosocial esperado.
Creemos que la reinserción debe ir en conjunto con una intervención en el entorno
familiar y social del individuo, educando y generando conciencia de las repercusiones que
puede tener la ingesta de alcohol, porque es muy probable que este patrón pueda
repetirse en otros individuos cercanos al paciente, por ejemplo los más adolescentes y pre
adolescentes que ven como una conducta normal el ingerir alcohol o incluso en sus
amistades las cuales son factores de riesgo para la recaída del paciente en la
dependencia. Nuestra labor como psicólogos debe ser además de preocuparnos del
tratamiento de un individuo, trabajar en la prevención en el ámbito social de estas
conductas.
Alternativas coadyuvantes
Sería de gran ayuda además, tomar alternativas paralelas al tratamiento
biopsicosocial que ayuden al paciente a ocuparse de sí mismo y fomente la motivación de
éste. Por ejemplo, darle la posibilidad de realizar actividades deportivas, que ayudan a
fomentar la salud, o incluso actividades como el yoga, que ayudan a tomar conciencia del
sí mismo y a bajar los estados de ansiedad ya que posibilitan que el paciente pueda
aprender a manejar sus estados emocionales con mayor facilidad.
Además, es importante tener en cuenta otras alternativas terapéuticas como lo son
las Flores de Bach, un tratamiento que se basa en modificar patrones conductuales, de
creencias y emocionales de las personas a través de la toma de conciencia, y que si bien,
no es avalado por la comunidad científica, puede ser una alternativa para un post
tratamiento, cuando el paciente ya no necesite medicamentos y deba trabajar el
conocimiento personal para no recaer en la dependencia.
Lo importante en los tratamientos alternativos y las actividades que pueda realizar
el paciente, es que él esté totalmente de acuerdo en realizarlas y exista una motivación y
disposición propia para practicarlas.
En conclusión, el tratamiento para el alcoholismo, es un procedimiento complejo
que requiere que los diferentes ejes influyentes en los individuos se correlacionen y estén
en constante monitoreo, complementación y modificación, dependiendo de las
necesidades que se vayan dando en el paciente. Cada persona es única y por ende las
causas del alcoholismo, su intervención y tratamiento dependerán de cada caso especial.
Aquí quisimos ejemplificar las causas más recurrentes y dar las posibilidades en conjunto
para ellas.