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£1978. Julio Frenk Derechos exclusivos de edición en castellano reservados para los países de habia hispana. C 1978. Editorial Planeta Mexicana. S.A. de C.V. Bajo el sello editorial JOAQUÍN MORT1Z Avenida Presidente Masarik núm. 11 1. 2o. piso Colonia Chapultepec Morales CP. 1 1570 México. D.F. www.editorialpIaneta.com.mx Primera edición: septiembre de 1978 Trigésima séptima reimpresión: junio de 2008 ISBN: 968-27-0455-5 Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, sin permiso pre\ io del editor. Impreso en los talleres de Litográflca Cozuga. S.A. de C.V. Av. Tlatilco núm. 78. colonia Tlatilco. México. D.F. Impreso y hecho en México - Prinied and made in México

Triptofanito- Un Viaje Por El Cuerpo Humano

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Cuento sobre las aventuras de Triptofanito y sus amigos al conocer y entrar al cuerpo humano.

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  • 1978 . Julio Frenk Derechos exclusivos de edicin en castellano reservados para los pases de habia hispana. C 1978. Editorial Planeta Mexicana. S.A. de C.V. Bajo el sello editorial JOAQUN MORT1Z Avenida Presidente Masarik nm. 11 1. 2o. piso Colonia Chapultepec Morales CP. 1 1570 Mxico. D.F. www.editorialpIaneta.com.mx

    Primera edicin: septiembre de 1978 Trigsima sptima reimpresin: junio de 2008 ISBN: 968-27-0455-5

    Ninguna parte de esta publicacin, incluido el diseo de la portada, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningn medio, sin permiso pre\ io del editor.

    Impreso en los talleres de Litogrflca Cozuga. S.A. de C.V. Av. Tlatilco nm. 78. colonia Tlatilco. Mxico. D.F. Impreso y hecho en Mxico - Prinied and made in Mxico

  • P R L O G O Nuestra historia comienza en una granja. Esta granja era muy her-

    mosa. En ella haba verduras, frutas, vacas, toros y muchas, pero muchas, gallinas. Adems, en la granja viva un granjero. El coma las verduras, las frutas, la leche, la carne y los huevos que se producan en su granja. Gracias a esto el granjero viva como un rey.

    Ya hemos dicho que en la granja haba muchsimas gallinas. Como ustedes comprendern, haba tambin una gran cantidad de huevos. Uno de estos huevos era la casa de una bella familia: la familia Pro tena.

    La familia Protena era muy feliz. Estaba formada por muchos miem-bros. Todos ellos vivan muy unidos y por eso constituan una familia. Ustedes saben que los miembros de una familia comn y corriente se llaman pap, mam, hermanos, abuelos, primos y tos. Pues bien, los miembros de la familia Protena tenan un nombre especial: todos ellos se llamaban aminocidos. Por otra parte, cada miembro de una familia comn y corriente tiene su propio nombre. En una familia puede haber muchos hermanos. Todos ellos son hermanos, pero uno se llama Luis, otro Pepe y otro ms Mara. Lo mismo ocurra en la familia Protena. Todos los miembros eran aminocidos, pero cada uno tena su propio nombre: uno se llamaba Glutamito, otro Aspartito; haba tambin una muchacha muy bella llamada Lisina. Y as vivan en el huevo muchos otros aminocidos, algunos ms fuertes, otros ms dbiles, pero todos ellos muy unidos para formar la familia Protena. El jefe de la familia se llamaba Triptofanito.

    Los aminocidos vivan felices 'dentro de su casa. Sin embargo, ellos deseaban salir del huevo para conocer nuevos mundos. El ms ansioso de todos era Triptofanito.

    Triptofanito haba soado siempre con realizar emocionantes viajes. El estaba lleno de un gran espritu de aventura y de una inmensa curiosi-dad por comprender todo lo que ocurra a su alrededor.

    Triptofanito haba odo hablar, alguna vez, de un reino fantstico. Este reino estaba formado por maravillosos condados.donde ocurran las cosas ms fabulosas de la vida. El reino se llamaba el Cuerpo Humano y su rey era el granjero. *

  • Desde aquel entonces, Triptofanito haba tomado una decisin: hacer un viaje al Cuerpo Humano. Para ello, haba platicado con los dems aminocidos sobre sus planes. Como la familia Protena era muy unida y entusiasta, todos haban aceptado la idea de explorar el Cuerpo Humano.

    Triptofanito no haca otra cosa ms que pensar en lo emocionante que sera visitar aquel reino. Se imaginaba sus condados, sus habitantes, sus aventuras. Pero el tiempo pasaba y la familia Protena no poda salir de su casa. Triptofanito se desesperaba. El saba que afuera del huevo le espe-raba un mundo de seres, de lugares y de experiencias sorprendentes. Saba que afuera le esperaba la vida. Por este motivo, Triptofanito estaba resuelto a realizar su viaje a toda costa.

    Un buen da, por fin, Triptofanito sinti que su casa se mova. Despus el cascarn se rompi. La familia Protena empez a caer en una inmensa caverna. Como Triptofanito era muy listo, en seguida se dio cuenta que estaban entrando ni ms ni menos que en la boca del granjero. Imagnense la emocin que sinti!

    Al fin iba Triptofanito a iniciar su anhelado viaje al Cuerpo Humano!

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    CAPITULO I El viaje principia

    La familia Protena vio como la puerta de la ca-verna se cerraba a sus es-paldas. Los aminocidos haban entrado al reino del Cuerpo Humano. De re- pente, una enorme ola de saliva se elev. La saliva ' empez a arrastrar a la fa-milia hacia un tnel largo y estrecho que bajaba pene-trando al Cuerpo Humano. En la entrada del tnel haba un letrero que deca: ESFAGO. Mientras caan, los aminocidos daban gra-cias de que estuvieran en-vueltos por la saliva, pues de lo contrario se habran golpeado y atorado en las paredes de aquel oscuro tubo.

    Finalmente, los ami-nocidos dejaron de caer. Cuando Triptofanito pudo abrir los ojos, se dio cuenta . de que se encontraban en una amplia bolsa de gruesas paredes. Al no poder identificar el llam a los dems aminocidos de la familia Protena-y les dijo:

    -Amigos mos, miren en qu sitio tan extrao hemos venido Yo creo que debemos explorarlo.

    -S! -afirm Lisina-. Slo as sabremos dnde estamos.

    lugar,

    a caer.

  • -Entonces sganme! -indic Triptofanito.. Los aminocidos comenzaron a caminar juntos. La marcha resultaba

    un poco difcil. El camino estaba formado por muchas colinas que se hallaban cubiertas por una sustancia espesa y resbalosa, parecida al lodo. Pero nuestros amigos eran muy fuertes y seguan adelante.

    Poco despus, los aminocidos de la familia Protena vieron a lo lejos una muchedumbre que se acercaba hacia ellos. Ansiosos por saber de quines se trataba, echaron a correr a su encuentro.

    -Quines son ustedes? -pregunt Triptofanito cuando llegaron. -Somos el Ejrcito de las Enzimas Digestivas - respondi uno de

    ellos, un tipo de facha solemne y grandes bigotes- Yo soy el General Pepsina.

    -Viven ustedes aqu? -S, nosotros somos los pobladores ms importantes de este sitio. - Y cmo se llama este lugar? -E l Estmago. Este es uno de los condados ms ricos del Cuerpo

    Humano. -Pero, dgame General Pepsina, cul es la funcin del Estmago?

    -terci la hermosa Lisina. El General Pepsina volvi la cara para mirar a su nuevo interlocutor.

    Al observar la belleza de Lisina, dio vuelta a sus largos bigotes, y en tono triunfal afirm:

    -E l Estmago es la cocina del Cuerpo Humano. - Cmo! -exclamaron sorprendidos los aminocidos. -S -repuso el General-, al Estmago llegan todos los alimentos que

    come el granjero. Pero estos alimentos, tal como estn, no pueden ser aprovechados por el Cuerpo Humano. Los alimentos deben ser prepara-dos. Esto es lo que hace el Estmago. El Estmago cocina los alimentos para que el Cuerpo Humano pueda utilizarlos. A esta preparacin de los alimentos por el Estmago se le llama digestin. La digestin es la funcin ms importante del Estmago.

    Con infinita curiosidad, Triptofanito se apresur a preguntar: - C m o se realiza la digestin? -Aqu es donde entramos en accin las Enzimas Digestivas. Los

    alimentos que come el granjero son demasiado grandes para que el Cuerpo Humano pueda aprovecharlos. Nosotros, las Enzimas Digestivas, nos encargamos de partir los alimentos en pequeos pedazos. Esto es similar a lo que ocurre cuando la gente come. Ustedes, seguramente han visto comer a una persona. Entonces se habrn dado cuenta de que no se puede comer, por ejemplo, un filete entero. Primero hay que cortarlo

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  • con un cuchillo. Pues bien, nosotros somos como un cuchillo. Pero nuestro filo es mucho ms agudo que el de un cuchillo comn y co-rriente. Nosotros recibimos los pedazos de comida y los volvemos a partir hasta formar pedacitos diminutos. Slo as los alimentos pueden ser tiles al Cuerpo Humano.

    "Pero en el Estmago no slo se producen Enzimas Digestivas. Aqu se fabrican tambin otras dos sustancias. Una de ellas es el cido clorh-drico. El cido clorhdrico es el gran amigo de las Enzimas Digestivas, pues nos ayuda a cumplir nuestra funcin. La otra sustancia es lo que se llama el moco del Estmago. El moco es ese elemento resbaloso que parece lodo. Quizs a ustedes no les haya sido simptico, pues les dificult su marcha por el Estmago. Sin embargo, esta sustancia es de suma importancia para nuestro condado. El moco cubre a todo el Est-mago y en esta forma lo protege.

    "Estas tres sustancias -las Enzimas Digestivas, el cido clorhdrico y el moco- forman el jugo gstrico. Este jugo es el encargado de realizar la funcin del Estmago, es decir, la digestin. Gracias a-Ja digestin, los alimentos pueden llegar en la forma adecuada a todas las clulas."

    Al escuchar esta ltima palabra, Glutamito pregunt t midamente al General Pepsina:

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  • -Perdone la interrupcin: no entend lo que dijo al final. Qu es eso de "clulas"?

    El General retorci su bigote con inspiracin: -Las clulas son los subditos que viven en el reino del Cuerpo

    Humano. Nuestro reino est formado por muchos condados, que tam-bin se llaman rganos. Los rganos, a su vez, se dividen en diversos barrios. Estos barrios se llaman tejidos. Pues bien, los pobladores de cada tejido son las clulas. Cada clula tiene su vida propia. Cada clula nace, come, respira, trabaja, crece, se reproduce y muere. Pero estas clulas pueden vivir mejor si no estn solas. Entonces, muchas clulas casi idnticas se unen para formar un barrio, es decir, un tejido. Pero resulta que los tejidos aislados tampoco bastan. Por ello, varios tejidos distintos se unen para constituir un rgano, de la misma manera como muchos barrios se juntan formando una ciudad. A su vez, los rganos se hallan reunidos para integrar el Cuerpo Humano. Todos los rganos se ayudan entre s para que nuestro reino funcione perfectamente bien. Como ustedes ven, el Cuerpo Humano es un reino muy unido

    -Esto significa, entonces -afirm Triptofanito-, que cada clula es un individuo que tiene su vida propia. Sin embargo, como las clulas aisladas son muy frgiles, ellas prefieren reunirse y ayudarse mutuamente. As se forman los tejidos. Pero los tejidos aislados tambin son dbiles, y se unen constituyendo rganos. Finalmente, todos los rganos deciden darse ayuda y forman el Cuerpo Humano. jCon razn se dice que la unin hace la fuerza! Una clula sola es bastante dbil, pero todo un reino unido como el Cuerpo Humano resulta muy poderoso.

    -Exactamente -di jo el General Pepsina sintindose extremadamente complacido de que hubieran entendido su explicacin.

    -Muy bien -asinti Lisina-, ya hemos visto que este reino es muy unido. Pero, dgame, qu es lo que hacen las clulas?

    El General Pepsina volvi a retorcer sus largos bigotes, feliz de que la bella Lisina le hubiera hecho otra pregunta.

    -En el Cuerpo Humano -di jo con un tono un poco coqueto- las clulas no slo viven unidas, sino que tambin trabajan en armona. Para que el Cuerpo Humano exista es necesario que sus pobladores, es decir las clulas,^ trabajen. Y no slo que trabajen, sino que trabajen armni-camente. Esta es otra razn por, la cual las clulas se han reunido en el Cuerpo Humano: Una clula aislada tiene que realizar ella sola muchas funciones para poder vivir. En cambio, cuando se unen, las clulas pueden dividirse el trabajo. Ahora cada clula realiza ella sola muy pocas funciones. Esto no significa que trabaja menos, sino que trabaja mejor.

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  • Como las funciones que tiene a su cargo son pocas, cada clula puede realizarlas con gran eficiencia. En otras palabras, cada clula se especializa en unas cuantas funciones. Entonces, las clulas, al igual que los hombres, tienen distintos trabajos. Algunas hacen que el Cuerpo Humano se mueva, otras le permiten que piense, unas le dan de comer para que pueda trabajar, otras ms se encargan de eliminar la basura que natural-mente se produce con tanto trabajo, algunas ms fabrican sustancias tiles a todo el Cuerpo Humano, otras defienden a nuestro reino de las invasiones.

    "Sin embargo, para que la especializacin realmente sirva se necesita que todas las clulas se ayuden entre s. Esto es lo mismo que ocurre en la sociedad. Un mdico, por ejemplo, se dedica a curar. Para curar el mdico necesita un consultorio. Sin embargo, l no sabe construir. En-tonces el mdico requiere de un ingeniero que le haga el consultorio. A su vez, este ingeniero requiere, para poder construir el consultorio, que el mdico lo cure cuando se enferma. En esta forma, el mdico y el ingeniero se ayudan, y la sociedad funciona. De la misma manera, las clulas de todos los rganos cooperan entre s para que el Cuerpo Humano funcione adecuadamente.

    "Les voy a poner un ejemplo: "Las Enzimas Digestivas somos producidas por las clulas del Est-

    mago. La colina sobre la que estamos ahora parados est formada por estas clulas. Ellas trabajan sin descanso para producirnos a nosotros y tambin al cido clorhdrico y al moco. Es decir, las clulas del Estmago estn especializadas en producir el jugo gstrico. Como les dije antes, el jugo gstrico se usa para realizar la digestin: Y mediante la digestin los alimentos se procesan para que las clulas puedan comrselos. A final de cuentas, el trabajo de las clulas del Estmago consiste en preparar el alimento para todas las clulas del Cuerpo Humano. A su vez, las dems clulas realizan diversas funciones que ayudan a vivir a las clulas del Estmago y a las de todo el resto del Cuerpo Humano.

    "El Cuerpo Humano no es una gran cantidad de clulas que estn unas junto a las otras. El Cuerpo Humano es algo ms. El Cuerpo Humano es una unidad formada por clulas individuales que trabajan en conjunto. En el Cuerpo Humano hay organizacin: la organizacin de las clulas que se unifican en los tejidos y de los tejidos que se coordinan en los rganos. Para que esto sea realidad, se requiere que todas las^ clulas trabajen mucho. En nuestro reino no hay holgazanes. Todas las clulas del Cuerpo Humano viven unidas y trabajan en armona, ayudndose unas a otras, a fin de que nuestro rey, el granjero, pueda vivir feliz."

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  • El General Pepsina hizo una pausa. Se le vea orgulloso y satisfecho. Retorci de nuevo su bigote y propuso:

    -Despus de que les he hablado tanto, ustedes deben estar ansiosos por ver algo. Pues bien, ahora los llevar al sitio del Estmago donde se hace la digestin para que ustedes mismos la observen. Adems Ies presen-tar a los distintos alimentos. Estn de acuerdo?

    - Por supuesto! -exclamaron al unsono los aminocidos. La compaa ech a andar. El General Pepsina se puso al frente de su

    ejrcito y la familia Protena, guiada como siempre por Triptofanito, le sigui. Mientras caminaban, Triptofanito iba pensando en la gran sabidura del General Pepsina. "Me parece -se dijo a s mismo- que este viaje va a resultar mucho ms emocionante de lo que me haba imaginado."

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    CAPTULO I I . - Lar alimentos platican Al cabo de un rato, nuestros amigos llegaron a un lugar donde haba

    una gran actividad. Aquello pareca una inmensa fbrica, con millones de obreros que se movan sin cesar. Por todos lados se vean activas enzimas que trabajaban partiendo a los alimentos. Era hermoso observar como todo mundo trabajaba en un perfecto orden.

    El General Pepsina se detuvo y habl a la familia Protena. -Hemos llegado al sitio del Estmago donde se realiza la digestin

    -di jo con orgullo-. Ahora permtanme que les presente a los alimentos. El General Pepsina gui a la familia Protena hacia un lugar donde haba

    una gran cantidad de seres que estaban divididos en tres grupos. Se acercaron al primer grupo y. el General dijo:

    -Familia Protena, les presento a los Carbohidratos, mejor conocidos como Azcares.

    Fueron despus hacia el segundo grupo y el General Pepsina procedi a hacer la presentacin:

    -Esta es la familia de los Lpidos o Grasas. Caminaron un poco y llegaron al tercer grupo. Este grupo estaba

    formado por gente muy fuerte. El General Pepsina dijo: -Ahora les tengo una pequea sorpresa. Les voy a presentar al tercer

    grupo de alimentos. Estas son las Protenas. Los aminocidos de la familia se dieron cuenta de que los miembros de

    este grupo eran muy parecidos a ellos. Inmediatamente reconocieron de quines se trataba: eran ni ms ni menos que sus primos. Con gran alegra corrieron a abrazarlos! Ya antes, cuando todava vivan en el huevo, alguien les haba platicado de que en otros lugares vivan otras familias de Prote-nas. Pero nunca haban tenido la oportunidad de conocer a sus parientes. Ahora, por fin, se encontraban frente a ellos.

    Todos los alimentos estaban muy contentos de haberse conocido. Como ya era de noche y empezaba a hacer fro, decidieron encender una hoguera con un poco de cido clorhdrico. Una vez que la fogata estuvo prendida, los alimentos se sentaron alrededor de ella. En el ambiente flotaba un aire de amistad. En un lado estaban los Carbohidratos, en otro los Lpidos y en otro ms las Protenas. Cada uno de ellos empez a platicar sobre su historia.

    Los primeros en hablar fueron los Carbohidratos b Azcares. El mas

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  • importante miembro del grupo era una hermosa muchacha de cara muy dulce, que se present como Glucosa.

    -Nosotros -dijo ella- vivimos en una gran cantidad de plantas y animales. En algunos lugares existen apenas unos cuantos de nosotros, pero en otros habitamos muchsimos. Los sitios donde ms se nos encuen-tra son la miel, el pan y, por supuesto, el azcar. Como ustedes ven nosotros no somos muy fuertes. Sin embargo, tenemos una funcin muy importante: las clulas nos comen para producir energa. Esta energa es usada por las mismas clulas para realizar su trabajo. Por esta razn, el Cuerpo Humano nos necesita.

    -Nosotros -dijo a continuacin uno de los Lpidos, que era una per-sona un poco redonda y gorda- tambin tenemos que ver con la energa. Aparte de muchas otras funciones, algunos Lpidos nos dedicamos a alma-cenar energa. Esto nos hace ser importantes, pues el Cuerpo Humano puede hacer uso de nosotros cuando le faltan los alimentos.

    - Y en qu lugares viven ustedes? -pregunt con inters Triptofanito. -Los mejores Lpidos viven en los aceites vegetales, como el de cr-

    tamo, maz y girasol. Tambin vivimos en el tocino, la manteca de cerdo, la mantequilla y en muchos otros lugares.

    Haba llegado el turno de las Protenas. La hoguera irradiaba un color muy agradable y todas las Protenas se haban aproximado unas a otras, sintindose muy cercanas, como una gran familia.

    El primero en hablar fue Triptofanito: - Y o soy un aminocido que viva antes en un huevo, unido a otros

    aminocidos como Glutamito, Aspartito y Lisina -exclam sonriente-Hoy en la maana el granjero se comi ese huevo y fue as como llegu a este hermoso lugar.

    -Pues yo viva antes en un vaso de leche -dijo otro aminocido que estaba sentado junto a Triptofanito- Y como la leche es muy sana, ya ven ustedes, yo soy una persona muy fuerte.

    -Por mi parte, yo habitaba en un gran pedazo de carne de res -di jo un tercer aminocido.

    Otro ms, que estaba por ah, exclam con alegra: -Con razn vea que t y yo nos parecemos; yo viva antes en un

    pescado. -Claro! -aadi el General Pepsina- Las Protenas se encuentran en

    todas las carnes, en muchas verduras, en el huevo y e,n la leche. -En cambio -explic Triptofanito-, yo nunca he visto a nadie que se

    parezca a m en el maz.

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    - Y o quiero saber una cosa -dijo por ah un Carbohidrato- Por qu motivo son tan fuertes las Protenas?

    El General Pepsina se frot las manos frente al acogedor fuego y respondi:

    -La razn es muy sencilla, querido amigo: las Protenas son los alimen-tos ms importantes que hay en la Naturaleza. No slo producen energa, sino que adems ellas forman la estructura del Cuerpo Humano. Las Protenas son los ladrillos de todas las clulas. Las clulas necesitan Prote-

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  • as para tener forma- Pero adems, Ies voy a decir una cosa, que quizs les sorprenda: yo mismo soy una Protena.

    - Cmo! -exclamaron al unsono los alimentos. -S, s, no se maravillen. Todas las Enzimas somos Protenas. Y no

    vayan ustedes a creer que slo hay Enzimas en el Estmago -replic el General mientras retorca su gran bigote- En todas las clulas del orga-nismo existen Enzimas. Y las Enzimas son las encargadas de realizar absolutamente todas las funciones de la clula. La clula necesita de las Enzimas, que son un tipo de Protenas, para respirar, crecer, reproducirse, producir energa y trabajar. Imagnense lo importante que son las Prote-nas! El Cuerpo Humano no puede vivir sin ellas! La vida no es posible sin las Protenas!

    Triptofanit^^?us amigos se sentan orgullosos al or las acaloradas palabras del General Pepsina.

    -Chorno ustedes saben -continu el General, las Protenas estn for-as por unidades ms pequeas que se llaman aminocidos. Existen

    unos veinte aminocidos en la Naturaleza que se combinan de diversa manera para integrar todas las Protenas. Pues bien, lo que recibe cada clula son los aminocidos, ya que las Protenas enteras son demasiado grandes como para pasar a la sangre. Una vez que los aminocidos se han distribuido por todo el cuerpo, las clulas los toman y con ellos forman nuevas Protenas. Estas Protenas pueden servir para producir energa, para formar estructuras o bien para actuar como Enzimas.

    En ese momento, el General Pepsina mir su reloj. - Q u barbari-dad! -exclam- . Ya se ha hecho tarde.

    Y dirigindose a las Protenas que estaban ah les dijo: -Ustedes ya llevan cuatro horas en el Estmago. Supongo que estarn

    ansiosos por seguir adelante. Ahora yo les voy a hacer el favor de separarlas en aminocidos para que estn en condiciones de pasar a la sangre.

    Y fue abrazando una por una a las Protenas empezando por la Protena del huevo donde estaba Triptofanito, y siguiendo por la de la leche, la carne, el pescado y las verduras. Cuando el General Pepsina termin, los aminocidos ya no estaban tan unidos como antes, sino que ahora cada uno era independiente. Muchos de los aminocidos eran idnticos entre s. En total, haba 20 tipos de aminocidos.

    Al ver esto, Triptofanito dijo en voz alta: -i -Amigos, la razn por la que los aminocidos del huevo llegamos aqu

    fue para realizar un viaje al Cuerpo Humano. Yo los invito a todos ustedes a que hagamos este viaje juntos.

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    Muchos aminocidos de la leche, la carne, el pescado y las verduras se sintieron orgullosos de que Triptofanito los invitara y exclamaron:

    -S, aceptamos. Iremos todos contigo y con Lisina, Glutamito, Aspar-tito y los dems aminocidos. T sers el jefe de la expedicin.

    De esta manera, se form el grupo de 20 aminocidos que, comanda-dos por Triptofanito^ ira a explorar el Cuerpo Humano. Despus , Trip-tofanito se volvi hacia el General Pepsina y le dijo:

    -General, usted que es tan sabio, no podra acompaarnos? - M e encantara, amigo mo -dijo el General-, pero tengo que que-

    darme en el Estmago. Mi trabajo es muy importante y no lo puedo abandonar. Y no se preocupen: al conocer el Cuerpo Humano ustedes tambin se harn sabios.

    -Ahora vengan conmigo -pros igu i- para que les ensee el camino. Cuando llegaron a la salida del Estmago, el General le dijo a Tripto-

    fanito: -En este lugar termina el Estmago y empieza un nuevo condado: el

    Intestino Delgado. Ah es donde ustedes deben ir. En el Intestino Del-gado las sustancias se seleccionan: las que no sirven pasan al Intestino Grueso y son eliminadas por el Ano; las que s sirven son absorbidas por el Intestino Delgado y llevadas a la sangre. Como los aminocidos son las sustancias ms tiles del mundo, ustedes sern absorbidos por el Intes-tino Delgado hacia la sangre. As seguirn con el hermoso viaje que han iniciado. Ahora tenemos que decir adis concluy.

    El General Pepsina y Triptofanito se despidieron con un fuerte abrazo.

    El General regres hacia el Estmago mientras todos los aminocidos agitaban sus manos en seal de admiracin hacia ese grandioso personaje.

    Con Triptofanito al frente, los aminocidos cruzaron la frontera hacia el condado del Intestino Delgado.

    Triptofanito iba muy emocionado. Al fin pasaran a la sangre! Pero an no saba lo que les esperaba en el Intestino Delgado.

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  • CAPTULO I I I , - Peligro en el hites tino El paisaje del Intestino Delgado era impresionante. Por todas partes

    se vean inmensas elevaciones, mucho ms altas que las del Estmago. Estas elevaciones ya no eran simples colinas, sino verdaderas montaas que estaban bordeadas por profundos precipicios. Al igual que en el Estmago, estas montaas estaban cubiertas por moco.

    Despus de muchos esfuerzos, los aminocidos llegaron al pie de las montaas. Ah haba un letrero que deca: "Esta es la cordillera de las Vellosidades Intestinales."

    Parado junto al letrero se encontraba un individuo fortachn que portaba un traje de montas. Triptofanito se le acerc y le dijo:

    -Buenas tardes, seor. Nosotros somos un grupo de aminocidos que quieren hacer un viaje al Cuerpo Humano. Nos podra usted decir cmo llegar a la sangre?

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    -Si ustedes desean ir a la sangre estn en el lugar ideal - respondi el montas - Se los digo porque el Intestino Delgado es el encargado de absorber los alimentos hacia la sangre. En el Intestino Delgado tambin se terminan de digerir los alimentos que han llegado al Estmago. Pero su funcin ms importante es la absorcin. Esta funcin la realizan unas clulas muy trabajadoras, llamadas, precisamente, clulas de absorcin.

    -Es usted una clula de absorcin? -pregunt Triptofanito. - N o , yo soy una clula caliciforme y mi funcin es producir moco

    para proteger al Intestino. Pero las clulas de absorcin son muy buenas amigas mas. Si ustedes quieren llegar a la sangre, tienen que escalar esta montaa. Pero tengan mucho cuidado, pues arriba vive un parsito muy peligroso.

    - U n parsito, dice usted? -inquiri Lisina con ojos de espanto. -S. Es un monstruo horrible, inmenso. Se llama Ascaris. Lleg aqu

    un da en que el granjero comi sin antes lavarse las manos. Desde aquel desdichado da, nuestro condado vive asolado por ese pillo que se dedica a devorar a los alimentos que llegan al Intestino. Por esta razn, el Cuerpo Humano se ha ido debilitando. Tengan mucho cuidado, pues seguramente querr devorarlos. Quizs no deberan ir ustedes ah. Co-rren mucho riesgo! Mejor qudense aqu y no arriesguen su vida.

    - N o ! - respondi el valiente Triptofanito-. Nosotros hemos deci-dido realizar un viaje al Cuerpo Humano y estamos dispuestos a hacerlo a pesar de todos los peligros que existan.

    -Si sa es su decisin, vayan - respondi la clula- Pero cudense mucho, por favor!

    -Gracias por su advertencia. Ahora escalaremos la montaa -di jo Triptofanito con mucha seguridad- Hasta luego!

    -Adis, amigos! -contes t la clula con preocupacin. El ascenso resultaba muy difcil y peligroso. El camino era resbaloso y

    a los lados se abran inmensos abismos. Los aminocidos marchaban con mucho cuidado para evitar accidentes.

    De repente, se oy un grito de terror. La hermosa Lisina haba resbalado y estaba, a punto de caer al abismo. Triptofanito dio un salto. Con gran agilidad, logr detener a Lisina cuando ella estaba en el borde del precipicio.

    -Gracias, Triptofanito. Me has salvado la vida -di jo ella, todava temblando del susto. Y para manifestarle su agradecimiento le dio un beso. n

    Triptofanito se sonroj emocionado. -Bueno, sigamos adelante -exclam con gran orgullo.

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  • Los aminocidos reanudaron la marcha. Triptofanito iba al frente. Finalmente llegaron a la cima de la montaa. Como estaban agotados,

    los aminocidos decidieron sentarse a descansar. Pero detrs de ellos, en el interior de una caverna, brillaban unos ojillos malvados. Era el mons-truo Ascaris, que desde su escondrijo haba visto llegar a los aminocidos.

    - Mm! -pens mientras se relama los labios-. Qu ricos aminoci-dos! Ahora que estn descansando los muy tontos, me les acercar y los devorar. Qu banquete me voy a dar! Ja, ja, ja!

    Sali de su escondite con mucha cautela, sin hacer el menor ruido. Era un ser repulsivo. Tena un cuerpo alargado y monstruoso, sobre el cual se arrastraba como lombriz. Pero lo que ms llamaba la atencin era su inmenso hocico, un hocico repugnante cubierto por afilados ganchos.

    El villano Ascaris avanz lenta y sigilosamente hacia los aminocidos. Ellos estaban platicando y no se haban dado cuenta del peligro que los acechaba.

    De repente, Ascaris abri sus inmensas fauces y se lanz contra los aminocidos. En ese momento, Triptofanito volte la cabeza y pudo mirar al horrible monstruo.

    -Cuidado, aminocidos! -gri t alarmado.

    Los aminocidos se levantaron sbitamente y empezaron a retroce-der.

    -Estn perdidos! -rugi Ascaris con una voz que re tumb en todo el Intestino.

    -Eso es lo que t crees! -le respondi con valor Triptofanito- Al ataque, aminocidos! No dejemos que este malvado-nos destruya! 24

  • Al ver el valor de Triptofanito, todos los aminocidos se sintieron fuertes. Con gran bravura arremetieron contra el parsito. La hermosa Lisina tambin empez a luchar. Pero en un descuido, el monstruo la tom en sus garras. Cuando Ascaris iba a devorarla, Triptofanito se impuls y asest un golpe mortal sobre el hocico del parsito. Al mismo tiempo, los dems aminocidos lo golpeaban en todo el cuerpo. El malvado no pudo resistir el valiente ataque y se desplom muerto.

    Triptofanito corri hacia Lisina. A consecuencia del peligro, la bella aminocido se haba desmayado. Triptofanito la tom en sus brazos. Poco a poco, Lisina fue despertando. Al ver a Triptofanito, lo bes, y le dijo:

    -Otra vez me has salvado la vida. - N o fue nada, hermosa Lisina. Este momento amoroso se vio interrumpido por los gritos de jbilo

    de una multitud que exclamaba: -Vivan los aminocidos! Arriba las Protenas! Bravo por Triptofa-

    nito y Lisina! Nuestros amigos volvieron la vista y observaron a miles de clulas de

    absorcin. Las clulas se acercaron y dijeron: -Queridos aminocidos: hemos visto su gran hazaa. Son ustedes

    unos hroes. Nadie haba podido acabar con el .monstruo. Y ahora

    25

  • ustedes nos han liberado de su yugo. Como muestra de nuestro agrade-cimiento, queremos solicitarles que se queden con nosotros.

    -Muchas gracias - respondi Triptofanito emocionado por aquella muestra de amistad-, pero tenemos que seguir adelante. Si no es mucha molestia para ustedes, yo les pedira que nos absorbieran a la sangre.

    -Claro que no es molestia -exclamaron las clulas-. Lo haremos con mucho gusto.

    Las clulas de absorcin tomaron a los aminocidos y los hicieron atravesar el intestino para llegar a la sangre.

    Finalmente, todos los aminocidos estaban ah. Se trataba de un vaso sanguneo muy grande. A la entrada haba un letrero que deca: V E N A PORTA.

    Los aminocidos se echaron a nadar en la sangre. Iban felices, comen-tando la gran hazaa.

    - Y o tom al monstruo de la cola y lo jal con todas mis fuerzas -deca Glutamito.

    -Y yo le piqu los ojos -afirmaba orgulloso Aspartito. Y as, todos los aminocidos hablaban de su maravillosa proeza. Haba sido un gran da, lleno de emociones. Mientras nadaban,

    Triptofanito iba pensando: "Por fin hemos llegado a la sangre! Quin sabe cuntas aventuras ms nos esperan en nuestro viaje!"

    26

  • =3

    CAPTULO IV. - El malvado Magueyanes Despus de nadar un rato, Glutamito grit: - Tierra a la vista! Los aminocidos alzaron la vista y observaron, a lo lejos, algo que

    pareca ser un inmenso condado. Entonces echaron a nadar con todas sus fuerzas. A medida que se aproximaban al condado, ste se vea ms y ms grande. Finalmente llegaron a la entrada. Ah haba un enorme letrero que deca: "Bienvenido al condado ms grande del Cuerpo Humano, el Hgado."

    - M e parece que ste es un condado muy interesante -di jo Triptofa-nito a los aminocidos- Yo creo que debemos explorarlo. Qu opinan?

    -S, vamos! -respondieron sus compaeros. Los aminocidos vieron cmo la gruesa Vena Porta, que los haba

    llevado del Intestino Delgado al Hgado, se iba dividiendo en ramas que penetraban al Hgado. Empezaron a nadar por estas pequeas venas que cada vez se hacan ms estrechas. A los lados se vean miles de clulas acomodadas en hileras, una detrs de otra.

    Las clulas estaban trabajando, pero parecan muy agotadas y tristes. Al notar esta situacin, los aminocidos se detuvieron frente a una

    clula y Triptofanito le pregunt: -Amigo, veo que ustedes estn muy afligidos. Qu es lo que les pasa? - Oh, es algo terrible! - respondi la triste clula- El Hgado era

    antes uno de los condados ms alegres del Cuerpo Humano. Los habitan-tes del Hgado -que nos llamamos hepatocitos- trabajbamos en armo-na. Como ustedes ven, los hepatocitos estamos muy unidos. Y saben por qu? Sencillamente porque en el Hgado se realizan cientos de funciones importantsimas para el Cuerpo Humano.

    - C m o es eso? inquiri la hermosa Lisina- Explcanos, por favor. -Pues vern: el Hgado es el laboratorio del Cuerpo Humano. Todos

    los alimentos que han sido absorbidos por el Intestino Delgado llegan antes que nada al Hgado. Esto tiene una gran importancia, pues muchas veces las sustancias absorbidas por el Intestino no estn en una forma o en una cantidad til al organismo. Pero cuando llegan al Hgado, los hepatocitos transformamos estas sustancias segn las-i necesidades del Cuerpo Humano. Si una persona ya ha comido suficiente, nosotros almacenamos el exceso de alimentos, hasta que el Cuerpo vuelva a necesitarlos. En esta forma, los hepatocitos tomamos lde la sangre los

    27

  • azcares, las grasas, los aminocidos y otras sustancias, y los devolvemos a la circulacin cuando son necesarios. Adems, nosotros transformamos unas sustancias en otras, de acuerdo con lo que necesite el Cuerpo Humano. Por ejemplo, si se necesita mucha azcar y no hay suficiente, transformamos los aminocidos en azcares. Tambin transformamos las grasas en diversas sustancias tiles al organismo. Y adems, podemos tomar los aminocidos y volverlos a armar en protenas indispensables para el buen funcionamiento de todo el reino del Cuerpo Humano. Es decir, el Cuerpo Humano simplemente nos informa de lo que necesita y nosotros se lo mandamos por la sangre. Y si ya tiene una cantidad suficiente de alguna sustancia, pues nosotros se la guardamos hasta que la necesite de nuevo. Pero no slo eso. En el Hgado tambin se transfor-man algunas sustancias txicas o dainas para el organismo. Despus de transformadas, estas sustancias resultan inofensivas. Como ustedes ven, el Hgado tiene una importancia fundamental en el metabolismo, que es el conjunto de transformaciones que sufren las sustancias en el interior del Cuerpo. Y por si acaso esto fuera poco, el Hgado tambin produce una secrecin muy especial, la bilis, que es enviada al Intestino para ayudar a la digestin y absorcin de las grasas. Cuando hay suficiente bilis, sta se almacena en una bolsica que est debajo del Hgado y que se llama Vescula Biliar, que es un suburbio de nuestro condado.

    -Bueno -dijo Glutamito-, pero si los hepatocitos son tan importan-tes, por qu estn tristes?

    ~Ah, porque una gran desgracia ha venido a caer sobre nosotros! -suspir lleno de afliccin el hepatocito. Les deca que nosotros viva-mos muy felices trabajando en armona. Pero un da, el dueo de este reino, el granjero, empez a beber pulque. An recuerdo con espanto ese da! Como ya les haba dicho, todas las sustancias que el hombre come o bebe llegan al Hgado. Pues bien, en ese da nefasto los hepatoci-tos estbamos trabajando felices como siempre. De pronto, sin que nadie supiera cmo, un ejrcito de alcoholes nos empez a invadir. Eran cientos, miles de, ellos. Y al frente vena el ser ms cruel, terrible, despiadado, implacable y malvado que se ha dado en la Naturaleza: el Coronel Magueyanes. Nosotros tratamos de defendernos, pero nos to-maron por sorpresa. Estbamos desprevenidos. Oh, miles de mis com-paeros murieron en ese terrible da!

    El pobre hepatocito no resisti y rompi a llorar. - N o te preocupes, amigo - lo consol Triptofanito-. Nosotros les

    ayudaremos a librarse de esa plaga. - Oh, no! Ellos los destruiran -replic el hepatocito entre lgrimas

    28

  • de bilis-. Esto es terrible. Desde aquella ocasin, el ejrcito de los alcoholes nos ha venido atacando todas las noches. Durante el da se esconden quien sabe dnde y en la noche nos atacan. Estamos desolados. Apenas empezamos a trabajar, los alcoholes nos agreden y matan a miles de nosotros. Si esto sigue as, en poco tiempo habrn acabado con el Hgado, con el condado ms grande del Cuerpo Humano. Entonces el Hgado no ser ms que un pueblo fantasma.

    - Nosot ros acabaremos con esos pillos! -exclam Triptofanito. - Pero ustedes son muy pocos! -afirm desconsolado el hepatocito-

    Adems, los alcoholes son muy sanguinarios. Y no quiero ni pensar en el cruel Magueyanes! Ya se acerca la noche. Mejor huyan, aminocidos, huyan, antes de que sea demasiado tarde!

    - D e ninguna manera! -expres Triptofanito-. Los aminocidos somos pocos, pero somos fuertes y valientes. Nos esconderemos entre los cordones de hepatocitos y aguardaremos a que lleguen los alcoholes. Entonces les daremos su merecido! De acuerdo, compaeros?

    -S! -exclamaron los aminocidos- Abajo los alcoholes! Ya vern lo que les espera! Los haremos trizas!

    29

  • -Y por lo que respecta a ese Magueyanes, yo me encargar de el -aadi Triptofanito.

    Los aminocidos tomaron su lugar. La espera comenz. Los minutos transcurran lentos, silenciosos.

    . Triptofanito se levant sbitamente. - E l aire huele a pulque -di jo en voz baja a los dems aminocidos-.

    Esto quiere decir que el enemigo se acerca. Estn preparados! Los aminocidos se pusieron en tensin. Cada uno de nuestros ami-

    gos haba tomado su posicin, esperando con impaciencia la agresin de las terribles huestes de Magueyanes. Angustiados los hepatocitos teman que las fuerzas de los aminocidos no pudieran contra los malvados alcoholes y sudaban enormes cantidades de bilis. No se escuchaba sonido alguno, pero detrs del silencio se senta la presencia del peligro.

    De pronto, un grito brbaro sacudi al Hgado. 1 ejrcito de los alcoholes haba iniciado el ataque. De todos lados aparecan miles de fieros alcoholes dispuestos a hacer de las suyas.

    Los aminocidos salieron de su escondite. La batalla final haba empe-zado. Cada aminocido peleaba contra diez, veinte, treinta alcoholes. Era demasiado. Los alcoholes ganaban terreno. Glutamito haba sido herido y yaca en el suelo. Aspartito se hallaba cercado por decenas de enemigos. Todo pareca indicar que se acercaba el fin de los aminocidos. La situacin era insoportable. Cuando ya los aminocidos estaban perdidos, Triptofanito volvi la vista y observ, entre los miles de alcoholes, a un ser especialmente repulsivo. En seguida lo reconoci.

    - T debes ser el malvado Magueyanes! -gr i t- . Ahora te dar tu merecido!

    Y con una bravura sin igual, Triptofanito arremeti contra el villano. Pero Magueyanes era un tipo fuerte y maoso. En un abrir y cerrar de ojos, coloc un recio puetazo en la cara del valiente aminocido. Tripto-fanito cay al suelo. Magueyanes se abalanz sobre l. En el ltimo momento, cuando Magueyanes estaba a punto de destruirlo, Triptofanito sac fuerzas del fondo de su ser y se puso de pie. Sin perder un instante, empez a golpear al sorprendido Magueyanes. El malvado empezaba a flaquear. Pero un alcohol que estaba atrs de Triptofanito se acerc sigiloso a nuestro hroe, dispuesto a atacarlo a traicin. En ese momento, Lisina se dio cuenta del peligro que acechaba a Triptofanito. Sin prdida de tiempo, tom una piedra y la lanz con fuerza contra el marrullero alcohol, quien se desplom descalabrado.

    -Gracias, Lisina! -gri t Triptofanito mientras asestaba el golpe mor-tal a Magueyanes.

    30

  • Al ver que su jefe haba sido muerto, los alcoholes se sintieron perdidos. El ejrcito trat de huir en desbandada, pero los aminocidos lo cercaron y dieron fin a todos los alcoholes.

    Lisina corri hacia donde yaca herido Glutamito. Afortunadamente, su estado no era grave, y con unos cuantos vendajes se recuper.

    Haba sido una gran batalla. Aquella noche, los hepatocitos ofrecieron un banquete en honor a los

    heroicos aminocidos. Por todos lados se escuchaban alegres canciones que recordaban la hazaa. Todo mundo estaba feliz. Haba azcar en abundancia para todos; aqu y all se oa el tintinear de las copas llenas de exquisita bilis. En un lugar de la reunin, Triptofanito y Lisina platicaban con el hepatocito que les haba hablado antes.

    -Por un momento cre que los alcoholes los derrotaran, pero en verdad ustedes demostraron ser muy fuertes -deca el hepatocito emo-cionado.

    - Y o slo espero que al granjero no se le vuelva a ocurrir tomar alcohol, porque entonces vendr un nuevo ejrcito y un-nuevo Magueya-nes, y de nada habr servido nuestra accin -comentaba Lisina.

    - N o te preocupes, hermosa Lisina -aada riendo Triptofanito-. Despus de todo lo que ha pasado, estoy seguro qu el granjero ha

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  • aprendido la leccin: el alcohol destruye a este maravilloso reino que es el Cuerpo Humano. No creo que quiera volver a tornar.^

    Cuando la fiesta hubo terminado, todo mundo se acost a dormir. En el aire flotaba una bella sensacin de seguridad, la seguridad de que los hepatcitos podran volver a vivir y trabajar tranquilos, sin la amenaza del alcohol.

    A la maana siguiente, Triptofanito reuni a los aminocidos y ex-clam:

    - H a llegado la hora de despedirnos y seguir adelante. En ese momento, uno de los aminocidos, llamado Histidino, un tipo

    noble y bondadoso, se levant y dijo: -Compaeros , a m me ha encantado el Hgado. He decidido que-

    darme aqu para ayudar a los hepatcitos. -Es maravilloso que hayas tomado esta decisin, pues todo el Cuerpo

    Humano necesita de los aminocidos -le respondi Triptofanito. Los aminocidos aplaudieron y se despidieron uno por uno de su

    noble compaero. ] Al poco rato, lleg un hepatocito. -Amigo mo -le dijo Triptofanito-, quisiera que nos dieras alguna

    orientacin para seguir nuestro viaje.

    32

  • -Si toman esa pequea vena que ven ah -contest l desembocarn a un gran vaso sanguneo, la Vena Cava Inferior. Sigan por ah y llegarn al Corazn.

    -Al Corazn? - inquir i Lisina- Qu emocionante! Los aminocidos echaron a nadar mientras los hepatocitos les decan

    adis en medio de grandes ovaciones. Entre los hepatocitos se poda ver al aminocido Histidino, feliz de estar con las clulas.

    Al poco rato, los aminocidos llegaron a la Vena Cava Inferior y empezaron a nadar tranquilamente. De pronto, una inmensa ola de sangre se elev. Los aminocidos fueron lanzados fuera de la Vena Cava hacia otro vaso. Despus, la sangre comenz a arrastrarlos por cientos de pequeos vasos sanguneos.

    Cuando la corriente ces, los aminocidos estaban muy lejos de la Vena Cava Inferior. Triptofanito mir hacia todos lados, pero no pudo reconocer nada. Los aminocidos no saban dnde se encontraban. Esta-ban perdidos.

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  • ..... CAPTULO V . - Nuevos amigos Los aminocidos se dieron cuenta de que era intil tratar de regresar

    a la Vena Cava Inferior. Decidieron seguir nadando por el vaso donde se encontraban y dejar que el destino los condujera a algn lugar.

    No tuvieron que esperar mucho. Al cabo de un rato, llegaron a un sitio muy hermoso y tranquilo, que tena una agradable coloracin rosa claro. Los aminocidos empezaron a internarse por el condado. Despus de caminar un tiempo, nuestros hroes arribaron a un lugar donde haba una gran actividad. Los aminocidos vieron que se trataba de miles de clulas que trabajaban sin cesar. Al igual que en el Hgado, estas clulas se encontraban muy unidas, pero ya no constituan hileras, sino que ms bien estaban acomodadas en grupos pequeos, de apenas unas cinco o diez clulas, con forma de rebanadas de pastel. Haba infinidad de estos grupos de clulas, unos junto a los otros, llenando casi todo el lugar.

    Los aminocidos sentan una gran curiosidad por saber dnde esta-ban, de modo que se aproximaron a uno de los grupos de clulas. Cuando llegaron, Triptofanito dijo:

    -Disculpen que los interrumpamos. Nosotros somos un grupo de aminocidos que estamos viajando por el Cuerpo Humano. Ibamos rumbo al corazn cuando de pronto nos perdimos y llegamos a este lugar. La verdad es que aqu todo es muy hermoso, y estamos ansiosos de que ustedes nos hablen de este rgano.

    -ste es el condado del Pncreas - respondi una de las clulas del grupo, mientras las dems trabajaban- Las clulas del Pncreas nos hemos agrupado en pequeos equipos de trabajo para realizar nuestra funcin con mayor eficacia Estos equipos de clulas se llaman Acinos.

    La clula hizo una pausa y con visible agitacin aadi apenada: - O h ! Ustedes perdonen. He cometido una falta de cortesa: men-

    cion la palabra clula y quizs ustedes no saben lo que es una clula. Quieren que se los explique?,

    - N o te preocupes, amigo - lo tranquiliz la hermosa Lisina-, noso-tros ya sabemos lo que es una clula. Nos lo explic una enzima digestiva muy amable, el General Pepsina.

    -El General Pepsina, dices? -inquiri con alegra 'a clula- jYo conozco al General Pepsina! El es un gran amigo de todos los Acinos del Pncreas, porque nosotros tambinproducimos enzimas digestivas. Pero

    34

  • hay una pequea diferencia: el General Pepsina y su ejrcito de Enzimas Digestivas son producidos en el Estmago, donde se encargan de iniciar la digestin. En cambio, las enzimas digestivas que nosotros producimos son enviadas al Intestino Delgado para que ah completen la digestin. El motivo de esta diferencia es muy sencillo: como el Estmago se dedica

    casi exclusivamente a digerir los alimentos siempre le queda tiempo para producir sus propias enzimas. En cambio, el Intestino Delgado no slo tiene que terminar de digerir los alimentos, sino que adems debe absorberlos a la sangre cuando la digestin ha terminado. Si adems de digerir y absorber, las clulas del Intestino tuvieran que secretar enzimas, el trabajo sera demasiado y las clulas no resistiran. Pero aqu es donde intervenimos los Acinos, produciendo las enzimas que el Intestino Del-gado necesita para la digestin y mandndoselas por un pequeo con-ducto que va del Pncreas al Intestino. sta es la princip~al funcin de los Acinos del Pncreas.

    - Ya se ve que ustedes son unas clulas importantsimas para el Cuerpo Humano! -exclam Triptofanito-. Si ustedes no produjeran las

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  • enzimas para el Intestino, los alimentos no se terminaran de digerir y por lo tanto no se absorberan. Entonces el Cuerpo Humano morira.

    Cuando Triptofanito termin de hablar, Glutamito pregunt: -Es sta la nica funcin del Pncreas? - Oh, no! - respondi la clula-. En el Pncreas viven dos clases de

    clulas completamente distintas que realizan dos funciones totalmente diferentes. En primer lugar estn los Acinos que, como ya les dije, producimos enzimas digestivas. Y adems existen unas clulas que se han establecido entre los Acinos, formando islotes.

    La clula del Acino se detuvo un instante, miro a su alrededor y aadi mientras sealaba con la mano:

    -Ese grupo de clulas que ven ustedes ah es un Islote. Si quieren conocer su maravilloso funcionamiento, vayan hacia all.

    -As lo haremos! -exclam Triptofanito- Gracias y hasta luego! Los aminocidos se dirigieron hacia el sitio sealado. Al llegar, los

    recibi una clula con cara de bondad, con ese tipo de cara que slo las abuelitas tienen. Cuando la clula los salud, los aminocidos notaron en su voz un curioso acento alemn:

    -Buenas tarrrdes. Bienvenidos a los Islotes de Langerhans.

    36

  • CAPTULO V I . - El t mgico Despus de que los aminocidos explicaron el motivo de su presen-

    cia en los Islotes de Langerhans, la clula Ies dijo con gran amabilidad: -Pasen, pasen ustedes y sintense. Ahora esprenme un momento:

    voy a traerles una bebida para que platiquemos a gusto. Al cabo de un rato, la clula regres trayendo unas tazas llenas de un

    lquido que ola exquisito. / Los aminocidos bebieron e inmediatamente se sintieron fortaleci-

    dos, como si hubieran tomado un elixir mgico. - M m m ! Qu estupendo! -exclam Triptofanito, mientras se rela-

    ma los labios- Qu bebida es sta? -Es un t de insulina - respondi la clula, sonriendo con su cara

    alegre y un poco roja. -Insulina? Nunca haba odo hablar de esa sustancia -aadi Lisina

    al tiempo que daba un sorbo a su taza. -La insulina es la sustancia que se produce aqu, en los Islotes de

    Langerhans. Constituye un ejemplo de lo que es una. hormona.

    37

  • Glutamito, quien haba acabado de beber su t, replic con muchos nimos: - O h , explquenos eso, por favor!

    La clula se frot las manos, como si se sintiera muy feliz de hablar de las hormonas. Y mirando bondadosamente a los aminocidos les dijo:

    -Para que ustedes entiendan lo que es una hormona, tengo que explicarles primero lo que es una glndula. Las glndulas son grupos de clulas que secretan alguna sustancia til al Cuerpo Humano. El Cuerpo Humano requiere de muchas de estas sustancias tiles o secreciones, tales como las enzimas digestivas y la insulina. Si las clulas encargadas de fabricar las secreciones estuvieran solas, no se daran abasto para producir todo lo que el Cuerpo Humano necesita. Por esta razn, las clulas secretoras se han agrupado formando glndulas, con el fin de poder trabajar tal como el Cuerpo Humano lo requiere.

    "Sin embargo, no todas las glndulas trabajan de la misma manera. Hay glndulas que poseen conductos especiales, por medio de los cuales mandan su. secrecin al rgano donde sta se necesita. Estas glndulas se llaman exocrinas, porque secretan hacia afuera, hacia algn rgano en especial. Como ejemplo estn los Acinos que ustedes acaban de cono-cer. Las clulas de los Acinos producen enzimas digestivas que pasan por medio de un conducto a un rgano, en este caso el Intestino Delgado. Como ustedes ven, los Acinos del Pncreas actan como glndula exo-crina. Pero adems existe otro tipo de glndulas. Estas glndulas produ-cen su secrecin, pero no la mandan por un conducto hacia un rgano, sino que la depositan directamente en la sangre para que la secrecin acte sobre muchas otras clulas del organismo. Estas glndulas se llaman endocrinas, porque secretan hacia adentro, hacia la sangre.

    'Ahora ya pueden ustedes comprender lo que es una hormona, pues las secreciones de las glndulas endocrinas se llaman, precisamente, hormonas. Es decir, una hormona es una sustancia til al Cuerpo H u -mano que es producida por una glndula endocrina y enviada directa-mente a la sangre para que acte sobre otras clulas. A veces estas clulas pueden estar muy alejadas de la glndula donde se fabric la hormona. Esta es la razn de que las hormonas sean depositadas en la sangre, pues as pueden viajar grandes distancias hasta llegar al rgano donde van a actuar. En cambio, las secreciones de las glndulas exocrinas actan siempre sobre un rgano vecino o sobre el mismo rgano donde se produjeron. Por este motivo, no necesitan pasar a la sangre, sino que les basta con un sistema de conductos. Esta es una de las grandes diferencias entre las glndulas exocrinas y las endocrinas: las exocrinas actan cerca;

    38

  • las endocrinas funcionan a distancia. Es ms, hay hormonas, como la insulina, que actan sobre todas las clulas del Cuerpo Humano."

    La clula hizo una pausa que Triptofanito aprovech para decir: -Entonces los Islotes de Langerhans son glndulas endocrinas que

    producen la hormona insulina. -Exactamente -prosigui la clula- Como ustedes ven, en el con-

    dado del Pncreas existe tanto una glndula exocrina, representada por el conjunto de los Acinos, como una glndula endocrina, formada por los Islotes de Langerhans. -Por esta razn, se dice que el Pncreas es una glndula mixta, o sea que produce tanto secreciones exocrinas como hormonas. Pero la mayora de las glndulas del Cuerpo Humano son slo exocrinas o slo endocrinas

    En ese momento, la clula se levant para servir a los aminocidos otra taza de t de insulina.

    Despus de beber un sorbo, Aspartito se dirigi a la clula: -Cada vez que tomo t de insulina, me siento fortalecido. Dgame

    usted, cul es la funcin de la insulina? -Esa pregunta es muy interesante -empez afirmando la clula-.

    Ustedes saben que todas las clulas del organismo necesitan consumir azcar a fin de producir la energa necesaria para realizar su trabajo. Pues bien, la glucosa, que es el azcar ms importante, es llevada a las clulas por la sangre. Pero la glucosa no puede entrar por s sola a las clulas, sino que requiere de la insulina para hacerlo. Hagan de cuenta que la insulina abre una puerta en las clulas para que la glucosa penetre a su interior.

    - N o entiendo muy bien -dijo Aspartito. -Te lo voy a explicar de otra manera -repuso la^clula con cariosa

    comprensin: ; -Las clulas, al igual que las personas, necesitan comer. Y uno de los

    alimentos ms importantes es la glucosa. Pues bien, la insulina es como

    39

  • una cuchara que hace que el alimento penetre desde el plato -es decir, desde la sangre- hasta el interior de las clulas. Imagnense lo impor-tante que es la insulina! Si no hubiera insulina, todas las clulas moriran por falta de alimento y el Cuerpo Humano dejara de existir.

    - Ahora s entiendo! -exclam gustoso Aspartito. -Existe alguna otra funcin de los Islotes de Langerhans? -pregunt

    a su vez Triptofanito. -Efectivamente -di jo la clula-, en los Islotes de Langerhans no slo

    se produce insulina sino que tambin se produce otra hormona, que se llama glucagon. El glucagon tiene una funcin muy importante: cuando la cantidad de glucosa en el Cuerpo Humano baja por algn motivo, el glucagon pasa por la sangre hacia el Hgado. Una vez ah, el glucagon ordena a los hepatcitos que manden el azcar que se almacena en el Hgado hacia la sangre, para que el nivel de glucosa se eleve nuevamente hasta la cantidad que las clulas necesitan. Gracias al glucagon, la sangre tiene siempre las cantidades necesarias de glucosa para que las clulas vivan, y gracias a la insulina, las clulas pueden obtener la glucosa de la sangre. En verdad, los Islotes de Langerhans formamos una glndula endocrina indispensable para el buen funcionamiento del Cuerpo Hu-mano, a travs de nuestras dos hormonas. En los Islotes hay vida!

    La clula termin de hablar. En su mirada brillaba un destello de orgullo y de ternura. Era la mirada de una abuelita. Los aminocidos, a su vez, se sentan emocionados con todo lo que la clula es haba dicho.

    - Q u cosas tan interesantes nos ha contado! -exclam Triptofanito. -En efecto,, pero todo esto no ha sido sino una pequea muestra de lo

    que es el maravilloso mundo de las hormonas -replic la clula. Y despus concluy: -Queridos aminocidos: ustedes estn realizando un precioso viaje

    por el Cuerpo Humano. En sus travesas se encontrarn con varias glndulas endocrinas. Nunca dejen de pedirles que les expliquen el funcionamiento de sus hormonas. Y algn da en su viaje conocern a una de las glndulas endocrinas ms hermosas e importantes del Cuerpo Humano, la glndula Hipfisis. Cuando lleguen ah, ella les explicar la forma fascinante como se controla la produccin de hormonas segn las necesidades de nuestro reino. As irn ustedes aprendiendo a descifrar los misterios del increble Cuerpo! Humano.

    La voz de la clula temblaba de emocin. Era como la voz de una abuelita que acaba de contar un cuento. Pero ahora ya no era simple-mente un cuento. Ahora se trataba de las maravillas de la vida.

    40

  • 3 3 3 3 3 3 3

    3 3 ^ 3

    1 3 = 3

    3 S3 3

    3 3 3

    CAPTULO V I L - Nuevas sorpresas Los aminocidos salieron del Pncreas sintindose felices de haberse

    encontrado con los Acinos y los Islotes de Langerhans. Iban fortalecidos por la insulina y por las hermosas plticas que haban tenido con las clulas de ese estupendo condado que ahora abandonaban. Despus de las batallas contra el parsito y los alcoholes, su estancia en el Pncreas haba sido una especie de descanso amenizado por la amabilidad de las clulas y por los fascinantes descubrimientos que todos ellos haban realizado.

    Ahora se dirigan hacia el Rion, siguiendo un camino que la clula de los Islotes de Langerhans les haba indicado. Mientras.nadaban, Triptofa-nito iba recordando cada palabra de la conversacin del da anterior.

    - Verdaderamente la vida es un fenmeno grandioso! -se deca a s mismo con mucha emocin.

    El nmero de aminocidos se haba reducido un poco, pues dos de ellos haban decidido quedarse en el Pncreas, uno en los Acinos y otro en los Islotes de Langerhans, para ayudar a esas maravillosas e importan-tes clulas.

    Mientras nadaban por el vaso sanguneo que los llevara al Rion, los aminocidos pasaron junto a un gran condado de color prpura donde alcanzaron a ver un letrero que deca: "Este es el condado del Bazo. Aqu se realizan dos funciones: filtrar la sangre y producir un tipo de glbulos blancos." Sin embargo, la corriente era muy fuerte y los aminocidos no pudieron detenerse.

    Nuestros hroes siguieron nadando, hasta que finalmente llegaron a un condado de color amarillo. Enfrente se vea un condado idntico. Los aminocidos no saban a ciencia cierta dnde estaban, pero sospechaban que se trataba del Rion. Fue as como decidieron lanzarse a explorar el condado. Ellos se sentan un poco nerviosos, pues no estaban seguros de que ese condado fuera el Rion. < De pronto, una gota de una sustancia viscosa cay sobre los aminocidos y los empap. Los aminocidos esta-ban ms desconcertados que nunca. Triptofanito exclam enojado:

    -Esto debe ser una broma de muy mal gusto! v No haba terminado de hablar cuando otra gota de/la misma sustancia

    volvi a caer sobre los aminocidos. Todos estaban indignados. En ese momento, los aminocidos se dieron cuenta'de que el condado

    41

  • era presa de una gran agitacin. Por todas partes se vean clulas co-rriendo de un lado a otro. Dejando atrs a sus compaeros, Triptofanito alcanz a una de las clulas y le pregunt qu pasaba.

    -Perdneme, pero no tengo tiempo para platicar. Estoy muy ocu-pada: jel granjero acaba de tener una fuerte emocin! - respondi con prisa la clula mientras segua su camino.

    Triptofanito no tuvo ms remedio que dirigirse a otra de las apresu-radas clulas.

    -Por favor, explqueme lo que est sucediendo en el Rion -suplic agitado.

    -En el R ion?-pregunt la clula con asombro. No amigo! Usted est confundido! Este no es el Rion. Esta es la Cpsula Suprarrenal.

    -La Cpsula Suprarrenal? Pero nosotros bamos al Rion! exclam alterado Triptofanito.

    -Lo que pasa es que la Cpsula est justamente encima del Rion. As como hay dos R o n e s , existen tambin dos Cpsulas Suprarrenales, una sobre cada Rion. Pero a pesar de estar colocadas encima de los Riones, las Cpsulas tienen una funcin completamente distinta. Las Cpsulas Suprarrenales son ni mas ni menos que una glndula endocrina.

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  • - Oh! -expres Triptofanito boquiabierto-. Pero dgame por qu hay tanta agitacin en este condado!

    -Es que el rey del Cuerpo Humano acaba de tener una gran emo-cin!

    -Eso ya me lo dijeron! -dijo Triptofanito, quien empezaba a eno-jarse por la situacin- Lo que yo quiero saber es por qu ustedes se alteran tanto cuando el granjero se emociona. Adems quiero que me diga qu es esta sustancia con la que nos mojaron.

    -Bueno - respondi la clula un poco ms tranquila-, le voy a explicar todo. La sustancia a que usted se refiere es una de las tantas hormonas que se producen en nuestro condado. Esta hormona se llama adrenalina. Cada vez que una persona sufre una emocin intensa, como miedo, enojo, excitacin o alegra, las clulas de las Cpsulas Suprarrenales producimos adrenalina. La adrenalina tiene la importantsima funcin de hacer que el Cuerpo Humano pueda responder mejor ante la emocin.

    - Cmo logra este efecto la adrenalina? -inquiri Triptofanito. La clula contest: -Cuando una persona sufre una emocin, sus clulas necesitan recibir

    ms alimento. Merced a esto, las clulas producen ms energa. Al tener ms energa, las clulas responden mejor ante la emocin. Por eso, la adrenalina acta sobre diversos rganos. Entre muchas otras acciones, la adrenalina hace que el Corazn lata con mayor fuerza y rapidez a fin de que llegue ms sangre a las clulas del Cuerpo Humano. Adems, gracias a la adrenalina el Hgado manda glucosa a la sangre, con el objeto de que las clulas tengan ms alimento y, por lo tanto, ms energa.

    - M e podra dar un ejemplo, por favor? -solicit Triptofanito. -Por supuesto - respondi la clula con cortesa- Suponga usted que

    lo que le pas al granjero hace un momento fue que se enfrent a un gran peligro. Digamos, por ejemplo, que lo iba a cornar un toro. Entonces las clulas necesitaban ms energa para que el granjero pudiera reaccionar rpidamente, para que pudiera correr, brincar, esquivar al toro. Aqu fue donde entramos en accin las clulas de las Cpsulas Suprarrenales. Tenamos que producir adrenalina para que el granjero fuera capaz de reaccionar ante el peligro. Por eso nos vio tan agitadas. Se trataba de salvarle la vida al Cuerpo Humano!

    Ahora que le haban explicado el por qu de tanta alteracin en el condado y el por qu de su bao de adrenalina, Triptofanito estaba ms tranquilo.

    - Q u pasa cuando el peligro ha cesado? -pregunt . La clula se qued pensativa. Poco despus respondi:

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  • -Cuando la emocin pasa, las clulas de las Cpsulas Suprarrenales dejamos de producir adrenalina. Esto significa, como usted comprender, que la adrenalina tiene una accin rpida porque solamente se produce cuando ocurre una emocin rpida. Para no dejar al Cuerpo Humano desprotegido, las Cpsulas Suprarrenales producimos otras hormonas que permiten a nuestro reino enfrentarse a peligros ms prolongados, como los que sufre el hombre actual. Adems, este condado fabrica muchas otras hormonas. Sin embargo, la ms importante es la adrenalina. Pues bien, amigo, ahora ya sabe el por qu de tanta agitacin. Yo debo retirarme para continuar con mi importante funcin.

    Al despedirse, Triptofanito dijo a la clula: -Le agradezco mucho que me haya dado la oportunidad de conocer

    otra glndula endocrina. Adems me tranquiliz enormemente el com-prender que el bario de adrenalina no haba sido una broma de mal gusto! Adis y gracias!

    Triptofanito se reuni con los otros aminocidos. Jvientras les plati-caba de su encuentro con la clula, otra gota de adrenalina los empap. La Cpsula Suprarrenal volvi a entrar en actividad.

    - Oh, oh! Me parece que es hora de ir al Rion! -exclam Triptofa-nito entre las risas de sus compaeros.

    4

  • CAPTULO V I H . - Limpieza y respeto . Los aminocidos llegaron sin problemas al Rion. De inmediato

    comenzaron a explorar el nuevo condado. Lo ms impresionante era la forma en que el Rion brillaba por su minuciosa limpieza. Al cabo de un rato, nuestros hroes se toparon con un sitio donde se escuchaba un gran bullicio. Miles de seres trabajaban sin cesar. Estos seres eran muy distin-tos a todo lo que haban visto antes los aminocidos. Su cuerpo tena una forma extraa: pareca ser un tubo esbelto y contorneado. Ello no impe-da que se notara extremadamente limpio. Los aminocidos se acercaron a uno de los seres.

    -Hola! -salud Triptofanito. Cmo te llamas? - M i nombre es Nefrona. Yo soy uno de los habitantes del Rion. En

    cada uno de los dos Rones vivimos un milln de Nefronas. - T u cuerpo es muy extrao, Nefrona -cont inu Triptofanito- Dime,

    acaso t eres una clula? - N o , yo no soy una clula; yo estoy formada por clulas. Las clulas

    del Rion se han agrupado para constituir Nefronas. Cada Nefrona es un individuo perfectamente definido, capaz de realizar las funciones del Rion.

    -Cules son las funciones del Rion? -pregunt Lisina con ojos que brillaban de curiosidad.

    La Nefrona irgui su esbelto cuerpo y respondi con orgullo: -E l Rion es la lavandera del Cuerpo Humano y las Nefronas somos

    las lavanderas. Nosotras nos encargamos de mantener limpio al Cuerpo Humano. Pero nosotras somos un poco diferentes a las lavanderas comu-nes y corrientes. Nosotras no lavamos ropa. Nosotras lavamos la sangre. La sangre del organismo lleva tanto sustancias nutritivas como sustancias de desecho. Las sustancias nutritivas deben seguir en la sangre para llegar a las clulas. Las clulas usan estas sustancias para comer, generar energa y trabajar. Pero al trabajar las clulas producen sustancias de desecho. Las clulas no tienen forma de deshacerse de estos desperdicios. Entonces los mandan a la sangre. Despus la sangre pasa por los Rones. En los Rones, las Nefronas limpiamos a la sangre de los desperdicios. La manera como lo hacemos es muy sencilla: las Nefronas actuamos como unos filtros separando las sustancias tiles de los desperdicios. Las sustan-cias tiles, como los aminocidos y la glucosa, son regresadas a la sangre.

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  • En cambio, los desechos son eliminados. ste es otro punto en que las Nefronas nos diferenciamos de las dems lavanderas. Las lavanderas comunes y corrientes lavan la ropa y simplemente dejan que la suciedad se vaya por el cao. Pero nosotras metemos a las sustancias de desecho a nuestros tubos. Cuando los desechos estn ah, las Nefronas les aadimos agua y as se forma la orina. La orina es el desage del Cuerpo Humano. Por medio de la orina se elimina la mayora de los desperdicios de nuestro reino.

    Hay algo en lo que las Nefronas s nos parecemos a las lavanderas comunes. Al igual que ellas, las Nefronas tenemos mucho que ver con el agua. El agua es el compuesto ms importante de la Naturaleza. Para que se den una idea de su importancia, les dir que ms de la mitad del Cuerpo Humano est formada por agua. Dentro del Cuerpo Humano hay agua en la sangre, en las clulas y entre las clulas. El agua del Cuerpo Humano contiene muchas sustancias disueltas. Por eso es indispensable que siempre haya la misma cantidad de agua en el organismo. Pues bien, esta es otra funcin del Rion. Cuando una persona ha bebido demasiada agua, las Nefronas eliminamos el exceso por la orina. Y tambin a la inversa: si una persona ha perdido mucha agua, como por ejemplo, cuando un nio corre y suda en gran cantidad, entonces las Nefronas 46

  • disminuimos la eliminacin de agua por la orina, a fin de evitar que el Cuerpo Humano pierda todava ms agua.

    "Ahora ya conocen las dos funciones del Rion: por una parte el Rion hace que siempre haya la misma cantidad de agua dentro del organismo; por la otra, el Rion mantiene limpio al Cuerpo Humano."

    - Q u fantstico! -exclam Triptofanito- Si no hubiera Rones, el Cuerpo Humano se inundara en sus propios desperdicios.

    -Exactamente. Para evitar eso estamos las Nefronas y tambin est la orina. Los tubos de varias Nefronas se van juntando. Estos tubos, a su vez, se juntan con otros hasta que de cada Rion sale un tubo grueso. Luego estos dos tubos van a parar a otro condado: La Vejiga Urinaria. En la Vejiga se almacena la orina. Cuando ya hay suficiente, la Vejiga se vaca. La orina sale de la Vejiga por otro tubo. Este ltimo tubo lleva la orina hasta el exterior del Cuerpo Humano. En esta forma, el Cuerpo Humano se deshace de sus desperdicios.

    -Es realmente ingeniosa la forma en que el Cuerpo Humano elimina las sustancias de desecho! -afirm Glutamito.

    Despus Triptofanito dijo: -Ahora nosotros tenemos que continuar nuestro viaje. Dinos, Ne-

    frona, a dnde nos recomiendas que vayamos? La pulcra Nefrona contest sin titubear: -Si yo fuera ustedes, ira a los rganos Sexuales. Estos Organos estn

    muy cerca de aqu. Adems ah podrn ustedes descubrir cosas fantsti-cas. Por si esto fuera poco, las clulas que viven ah son muy amables y respetuosas.

    S, vamos all! -exclam entusiasmada Lisina. Entonces la Nefrona indic: -Para que ustedes lleguen a los rganos Sexuales, tienen que pasar

    por los tubos de las Nefronas. Normalmente las Nefronas regresamos a los aminocidos a la sangre, ya que ellos son unos compuestos de mucha importancia para el Cuerpo Humano. Pero como ustedes estn reali-zando un viaje, las Nefronas haremos una excepcin y les permitiremos que pasen a los tubos. Despus llegarn a los tubos gruesos y de ah a la Vejiga. Sigan siempre por los tubos y se encontrarn con uno de los condados ms maravillosos del Cuerpo Humano: los Organos Sexuales.

    - Muchas gracias por tu amabilidad! -expres Triptofanito. -Esperen un momento -di jo otro aminocido-. Yo quiero pedirle a

    Nefrona que me permita quedarme en el Rion. - Natura lmente! -replico ella- Todos los rganos del Cuerpo Hu-

    mano necesitamos de los aminocidos! Bienvenido!,

    47

  • Los dems aminocidos se despidieron de su buen compaero y de la Nefrona.

    Al poco rato, los aminocidos se encontraban en uno de los tubos. Se sentan emocionados ante la perspectiva de visitar un nuevo y maravilloso condado. Al mismo tiempo, los llenaba un gran sentimiento de tranquili-dad. Despus de haber viajado tanto tiempo juntos, los aminocidos se queran y se respetaban. Por ello, los aminocidos se sentan inmensa-mente felices.

    Pero de pronto, algo terrible ocurri. Sin que los aminocidos lo nota-ran, una inmensa ola de orina se elev y envolvi a nuestros amigos. La fuerte corriente empez a revol-car sin piedad a los ami-nocidos. Nuestros h-roes se ayudaban mutua-mente para no ahogarse. Unos daban la mano a los otros. Pero a pesar de todos sus esfuerzos los aminocidos eran arras-trados irremisiblemente.

    Por fin la corriente ces, Triptofanito se de-tuvo para comprobar que no faltara ningn amino-cido. En ese momento, sus ojos se abrieron con ho-rror: Lisina haba desapa-recido.

    Z z z z

  • CAPTULO I X . - El reencuentro Triptofanito se. lanz desesperadamente en busca de Lisina. Nuestro

    amigo nadaba ms rpido que nunca. Los dems aminocidos hacan esfuerzos supremos por seguirlo. A pesar de su velocidad, Triptofanito miraba en varias direcciones a la vez, tratando de encontrar a la hermosa Lisina. Pero todo era intil.

    Finalmente, los aminocidos llegaron al condado de la Vejiga. Una vez ah, Triptofanito pregunt a las clulas si haban visto pasar a Lisina. Las clulas le respondieron:

    - U n aminocido? No, hace mucho tiempo que no vemos a un aminocido. Sin embargo, poco antes de que ustedes llegaran, pas por aqu una gran ola de orina. Esta ola iba tan rpido que apenas se detuvo un instante en la Vejiga. Quizs su amiga estuviera en esa ola. Pero, ya les digo, la ola iba demasiado rpido y no pudimos ver nada.

    -De todas formas, gracias por su ayuda -repuso Triptofanito. Los aminocidos salieron de la Vejiga y se encaminaron por el si-

    guiente tubo. Triptofanito segua buscando tenazmente^ a Lisina. Fue as como, al cabo de un rato, arribaron a su destino: los Organos Sexuales Masculinos. Ah los estaba esperando una amable clula.

    Ante las insistentes preguntas de los aminocidos, la clula empez a explicar el maravilloso funcionamiento de su condado. Triptofanito escu-chaba con atencin. Pero al mismo tiempo, se senta inquieto por no saber qu haba sido de Lisina. Una pregunta retumbaba sin cesar en su mente: "Habr perdido para siempre a la hermosa Lisina?"

    En ese momento, cuando la clula estaba a punto de concluir su explicacin, Triptofanito escuch una voz muy familiar. Al volver la vista, nuestro hroe se sinti invadido por una emocin indescriptible. All a lo lejos se encontraba Lisina gritando:

    -Triptofanito, dnde ests? Triptofanito no perdi un instante. Con gran agilidad se ech a correr

    hacia Lisina, mientras los dems aminocidos se quedaban conversando con la clula. Al ver a Triptofanito, Lisina tambin se dirigi corriendo hacia l. En la raizad del camino, Triptofanito y Lisirik se encontraron. Nuestros amigos se saludaron con un eterno y tierno, abrazo.

    - Q u ha sido de t i , hermosa Lisina? -Fui arrastrada por esa inmensa ola, que me dej en otra parte de este

    49

  • mismo condado. En ese lugar me encontr con unas clulas muy gentiles y sobre todo muy respetuosas. Ellas me secaron, me dieron una bebida caliente y, en fin, me trataron como a una reina. Despus de haberles contado lo que me haba pasado, les pregunt dnde podra encontrarte. Ellas me dijeron que seguramente t estaras aqu. Pero antes de venir a buscarte, las clulas me explicaron algo maravilloso: la funcin sexual de la mujer.

    - Y o tambin te estuve buscando con desesperacin. En un momento cre volverme loco si no te encontraba. Pero finalmente te vi ! Qu feliz me siento de que nos hayamos encontrado, Lisina hermosa! Adems, yo tambin platiqu con una clula. La clula me explic la funcin sexual del hombre. Vers que cosa tan fantstica! Pero, dime, qu fue lo que platicaste con aquellas gentiles y respetuosas clulas?

    En el ambiente flotaba una sensacin profunda de ternura. Despus de su terrible separacin y de su feliz reencuentro, nuestros dos amigos se sentan inmensamente unidos por un sentimiento de cario y de confianza.

    -Lo que esas clulas me platicaron es algo que nunca olvidar! -comenz exclamando Lisina con gran emocin- Las clulas me ensea-

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  • ron cmo la Naturaleza ha querido que todos los seres vivos puedan originar otros seres semejantes a ellos. Las plantas, los animales e incluso las clulas han sido dotadas por la Naturaleza con una funcin maravi-llosa: la reproduccin. Gracias a la reproduccin, todos los seres vivos pueden tener hijos; gracias a la reproduccin, las especies siguen v i -viendo. Y los humanos no son una excepcin. Slo mediante la repro-duccii es posible que sigan existiendo hombres en la Tierra. Pero la Naturaleza ha dado a los seres humanos un privilegio nico, que no tiene ninguna planta o animal. Ese privilegio es el de poder sentir amor. Por eso la reproduccin de los humanos es distinta a la de los dems seres vivos. En los humanos la reproduccin se hace con amor.

    "Para que esto pueda ocurrir, los seres humanos han sido divididos en dos sexos: el femenino y el masculino. Pero esta divisin es un poco paradjica: es una separacin que permite a los hombres y a las mujeres unirse en el amor."

    "A fin de que los seres humanos puedan reproducirse, las mujeres y los hombres han sido dotados de rganos sexuales. Los rganos sexuales producen, a su vez, clulas sexuales. Mujeres y hombres son iguales en todo, excepto en sus rganos y clulas sexuales. En la mujer los rganos sexuales se llaman Ovarios y las clulas sexuales se llaman Ovulos. Adems las mujeres tienen un conducto que comunica a los rganos sexuales con el exterior. Ese conducto se llama Vagina."

    -Por su parte -di jo Triptofanito con ternura-, los rganos sexuales de los hombres se llaman Testculos. Las clulas sexuales masculinas reciben el nombre de Espermatozoides. Y el conducto se llama Pene.

    "Los Testculos son dos rganos redondos que estn situados fuera del organismo y envueltos en una bolsa. Encima de los Testculos se encuentra el Pene. Cuando un nio nace, sus Testculos todava no pueden producir Espermatozoides. El nio crece, aprende a jugar, co-mienza a ir a la escuela. El nio sigue creciendo hasta que su cuerpo empieza a transformarse. El nio se vuelve ms alto y fornido. Su voz se hace grave. Su cuerpo se cubre con vello. Y sus Testculos empiezan a producir Espermatozoides. Todo esto se logra mediante la accin de varias hormonas. Porque habrs de saber, hermosa Lisina, que los rga-nos sexuales, adems de producir clulas sexuales, son unas fantsticas glndulas endocrinas."

    De nuevo el ambiente se senta lleno de infinita ternura y cario. Lisina tom otra vez la palabra: -En las mujeres ocurre algo muy similar. Los Ovarios son dos rganos

    diminutos, en forma de pelotitas, que estn situados en el interior del

    51

  • vientre de la mujer. Cuando una nia nace, dentro de sus Ovarios se encuentran ya todos sus vulos. Pero estos vulos estn como dormi-dos. Al igual que el nio, la nia crece, aprende a jugar y va a la escuela. Pero un buen da ciertas hormonas despiertan a sus Ovulos. En ese momento uno de los vulos madura y sale del Ovario. Al mismo tiempo, el cuerpo de la nia cambia. La nia empieza a transformarse en mujer. Y, cada mes, de uno de sus Ovarios sale un vulo maduro.

    Y lanzando un profundo suspiro, Lisina continu: -Hasta aqu hemos contado dos historias separadas: la de un nio y la

    de una nia. Pero resulta que un da el nio de tu historia, que ya es un hombre, conoce a la nia de mi historia, que ya se ha convertido en una mujer. Los dos se conocen, se enamoran y se casan. Y deciden crear con su amor a un nuevo ser. Para hacerlo, unen sus conductos. El Pene entra con amor a la Vagina. Y la Vagina acepta amorosamente al Pene. En ese momento se produce la mxima unin entre dos seres humanos.

    Triptofanito dijo entonces: -Cuando el Pene est dentro de la Vagina, los Espermatozoides salen

    de los Testculos y entran al cuerpo de la mujer. Despus los Espermato-zoides viajan hasta encontrar al vulo. Varios Espermatozoides rodean a un vulo pero slo uno puede entrar. En esta forma se une un Esperma-tozoide con un vulo. As se completan las dos uniones ms profundas de la vida: la de un hombre con una mujer y la de un Espermatozoide con un Ovulo. De estas dos uniones surge un nuevo ser. A la unin del Espermatozoide con el vulo se le llama fecundacin. A la unin de un hombre con una mujer se le llama amor.

    52

  • Y Lisina continuo: -Con la unin del Espermatozoide y del Ovulo se forma una nueva

    clula. Esta clula es tan pequea que no puede verse a simple vista. Sin embargo, esta clula es el principio de todos los seres humanos. Despus la clula se multiplica y se. va a vivir a otro rgano de la mujer: el Utero. El Utero es la casa del nuevo ser durante nueve meses. En el tero el nuevo ser crece y se desarrolla. Al cabo de esos nueve meses de paciente espera, nace un nio o una nia. Y la historia vuelve a comenzar. .

    Triptofanito estaba conmovido. - Q u maravillosas son las clulas sexuales! -exclam. Estas clulas

    son iguales a las del resto del Cuerpo Humano. Pero en ellas se encuen-tran las caractersticas del padre y de la madre. Por eso un nio se parece a sus papas. A pesar de ser tan diminutos, el Espermatozoide y el Ovulo contienen a toda la vida! Pero un Espermatozoide no puede por s solo desarrollar la vida. Tampoco un Ovulo. Se necesita de la unin de un vulo y un Espermatozoide para que la vida se origine.

    Lisina complet emocionada las palabras de Triptofanito: -Y tampoco bastan las clulas sexuales. Para que un nuevo nio nazca

    se requiere tambin del*amor de un hombre y una mujer. -S, el amor es una de las cosas que hace a los seres humanos

    distintos de todos los dems seres vivos! -concluy Triptofanito. Lisina y l vibraban de ternura. En ese momento los dems aminocidos llegaron a donde estaban

    Triptofanito y Lisina. -Hemos terminado de platicar con la clula y nos hemos despedido

    de ella -di jo Aspartito. - Muy bien! -exclam alegre Triptofanito. Pero entonces, al mirar a sus amigos, Triptofanito se dio cuenta de

    que faltaban cinco aminocidos. - D n d e estn esos compaeros? -pregunt preocupado. Glutamito lo tranquiliz: - N o te apures: los cinco aminocidos decidieron quedarse en los

    maravillosos rganos Sexuales para ayudar a este condado con su trabajo. - Q u aminocidos tan nobles! En fin, es hora de continuar nuestro

    viaje -di jo Triptofanito con entusiasmo-. En su mente y en su corazn quedaba la pltica llena de ternura y cario que haba tenido con Lisina.

    53

  • CAPTULO X . - El viaje contina Nuestros incansables amigos continuaron su viaje. Triptofanito y

    Lisina nadaban al frente. Todo era alegra y nimo. Los aminocidos jugaban y chapoteaban en la sangre. Tan divertidos estaban, que sin darse cuenta llegaron a un nuevo condado. El paisaje de este condado era muy impresionante. Por todas partes brillaba un color rojizo. El terreno estaba formado por innumerables hilos, largos y delgados. Estos hilos o fibras estaban apretados unos junto a los otros y daban al terreno una consisten-cia firme.

    Los aminocidos llegaron a la orilla y echaron a caminar. De sbito, todo el condado empez a moverse agitadamente. Aquello pareca un terremoto. Las fibras se movan unas sobre las otras, acortndose primero y extendindose despus. Los aminocidos eran sacudidos como hojas al viento.

    Por fin, el terremoto ces. Nuestros amigos estaban desconcertados. 54

  • Como si esto fuera poco, los aminocidos se llevaron un nuevo susto, pues debajo de ellos escucharon una voz enojada que deca:

    - Quin se atreve a pisarme? Qutese de encima de m, quienquiera que sea!

    Los aminocidos se hicieron a un lado y observaron que se trataba de una de las fibras. Triptofanito se acerc apenado a la fibra.

    -Pe-perdone, usted -di jo tartamudeando- No nos dimos cuenta de que lo estbamos pisando. El terremoto nos dej tan atontados que no vimos lo que hacamos.

    Al mirar la cara de sorpresa de los aminocidos, la fibra se compade-ci de ellos y les dijo:

    - N o se preocupen, amigos. Ya pas todo. Adems, sepan ustedes que lo que acaba de ocurrir no fue un terremoto sino un movimiento. Lo que sucedi fue simplemente que al rey del Cuerpo Humano, al granjero, se le ocurri moverse.

    - C m o que al granjero se le ocurri moverse? -p regun t Lisina con curiosidad.

    La fibra respondi: -Ustedes se encuentran en el condado del Msculo. Las clulas

    musculares tenemos la funcin de. . . La fibra se detuvo repentinamente y mir a su alrededor. De pronto,

    grit a los aminocidos: - Agrrense fuerte, porque ah viene otro movimiento! Nuevamente, todo el Msculo se sacudi. Los aminocidos se movan

    de un lado al otro. A pesar de su agitacin, Triptofanito pudo ver claramente cmo las fibras musculares se hacan ms cortas.

    Cuando el movimiento termin, la fibra continu diciendo: -Como les explicaba antes, las clulas del Msculo somos las encar-

    gadas de producir el movimiento. Cuando una persona quiere jugar, caminar o correr, subir o bajar, expresar que est enojada o indicar que se encuentra contenta, hablar o gritar, tiene que moverse. Y para moverse necesita de los Msculos. Toda la vida del hombre se expresa a final de cuentas a travs del movimiento. Por este motivo, los Msculos estn repartidos en todo el cuerpo. Supongan ustedes que hace un momento el granjero quiso jugar ftbol. Entonces lo que hizo fue simplemente man-darnos la orden de que nos moviramos. Esta orden la envi a travs de los nervios. Las fibras musculares obedecimos la orden. Entonces el granjero pudo moverse y jugar ftbol.

    -En qu forma producen ustedes el movimiento? -di jo en seguida Triptofanito.

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  • -Las fibras musculares nos movemos hacindonos ms cortas. Este movimiento en el que una fibra muscular se acorta se llama contraccin muscular. Despus, cuando el movimiento cesa, las fibras nos alargamos hasta nuestro tamao original. A esto se le llama relajacin muscular. Para poder contraernos y relajarnos mejor, las clulas del msculo tenemos esta forma de hilos alargados. Por este motivo, nos llamamos fibras musculares. Todo el Msculo est formado de fibras musculares y de nervios que nos dan la orden de movernos.

    - Q u bello es lo que nos dices! -exclam Lisina. -As es -cont inu la clula- Y todava hay ms bellezas. Nosotros no

    somos ms que uno de los tres tipos de Msculos que existen. Nosotros nos llamamos Msculo Estriado Voluntario. Lo de estriado es por la forma que tenemos y lo de voluntario es porque nos movemos nada ms cuando el rey del Cuerpo Humano lo desea. Nosotros estamos unidos a otro condado, el de los Huesos. Cada vez que un Msculo Estriado Voluntario se contrae, hace que el Hueso al que est unido se desplace. Esto, a su vez, permite al Cuerpo Humano moverse. Hay otro tipo de Msculo que se parece mucho a nosotros en forma, pero que se mueve lo quiera o no el granjero. Este Msculo se llama Estriado Involuntario. Se encuentra solamente en el Corazn. El Corazn tiene que moverse siempre. Esto no depende de la voluntad. Por ltimo, existe un tercer tipo de Msculo que se llama Msculo Liso. Este se encuentra en las visceras, como el Estmago y el Intestino. Este Msculo es involuntario porque el movimiento de esos rganos no depende de la voluntad del

    56

  • granjero. Su forma es un poco distinta a la nuestra. El Msculo del Corazn y nosotros tenemos forma estriada. En cambio el tercer tipo de msculo tiene forma lisa. Pero, a pesar de las diferencias, todos los Msculos tenemos dos cosas en comn: en primer lugar, todos nos movemos; en segundo, todos estamos formados por las clulas llamadas fibras musculares.

    En ese momento el Msculo volvi a contraerse. Los aminocidos salieron volando. Desde los aires dijeron adis a la clula, que acortaba sin cesar su alargado cuerpo. Gracias a ese movimiento, el granjero estaba en ese momento jugando o corriendo o riendo o trabajando. Gracias al movimiento, el granjero viva.

  • CAPTULO X I . - En la frontera Los aminocidos cayeron en un nuevo condado. Antes de que pudie-

    ran siquiera levantarse, una clula fuertemente armada se les aproxim. - N o se muevan! - g r i t - Quedan ustedes detenidos! Sin salir todava de su asombro, Triptofanito pregunt:

  • -La Piel. Y yo soy una clula de la Piel -contes t con orgullo. -Entonces la Piel es la frontera del Cuerpo Humano? -inquiri

    Glutamito. -As es. La Piel constituye la frontera entre el Cuerpo Humano y el

    mundo exterior. Gracias a ella, el Cuerpo Humano tiene sus lmites definidos. Esta separacin protege a nuestro reino de las agresiones del exterior. Pero no vayan ustedes a creer que la Piel solamente sirve para aislar. La Piel tambin es un importante rgano de comunicacin. A travs de la Piel es posible tocar y conocer a los objetos del mundo exterior. Mediante la piel se puede acariciar y demostrar afecto -con-cluy suspirando.

    - Q u otras funciones tiene la Piel? -pregunt Aspartito animado por el cambio de actitud de la clula.

    ' -La Piel es tambin un importante medio para conservar la tempera-tura del Cuerpo Humano - reanud el guardia- Esto lo logra a travs del sudor. Entre las clulas de este condado se encuentran unas que han formado las Glndulas Sudorparas, que son suburbios de la Piel. Cuando hace mucho calor o se ha realizado un ejercicio intenso, estas glndulas producen sudor, el cual se evapora sobre la Piel. Esta evaporacin pro-voca fro. En esta forma se evita que el Cuerpo Humano se caliente demasiado. Debido a sus mltiples e importantes funciones, nuestro condado se halla distribuido por toda la superficie del Cuerpo Humano.

    En ese momento, Triptofanito volvi la vista y observ que la piel estaba formada por grandes columnas de clulas. Curioso como siempre, pregunt:

    -A qu se debe que las clulas estn acomodadas unas sobre las otras?

    -La Piel es un rgano en continuo cambio -afirm la clula- Esto es lgico, pues la funcin de las clulas de la Piel es muy dura. Estas clulas deben estar en contacto con el exterior, expuestas al sol, a la lluvia, a los golpes, a la comezn. Y esto lo hacen con gusto, puesto que saben que as protegen a las dems clulas, quienes viven en la comodidad del interior del Cuerpo Humano. Pero las clulas de la Piel no duran mucho tiempo en su puesto, ya que se desgastan. Entonces nuevas clulas las sustituyen continuamente. Las clulas que estn hasta abajo de la columna son las ms jvenes. A medida que las clulas ms viejas de arriba se van desgastando, las ms jvenes van ascendiendo hasta que llegan a la superficie del Cuerpo Humano. Una vez ah, cumplen su misin con orgullo y herosmo. Yo soy una de esas clulas que ahora estn en contacto con el exterior. Por ello debo regresar eq este momento a mi

    59

  • puesto. Debo ir all para ayudar con mi labor al Cuerpo Humano! Regresen cuando quieran, pero annciense primero, por favor.

    La clula se retir entre las risas de los aminocidos, quienes haban quedado fascinados por su interesante relato. Cuando estuvieron solos, Glutamito dijo:

    -Bien, y ahora, hacia dnde vamos? -Creo que debemos regresar a la sangre y dejar que el destino nos

    conduzca a otro sitio -propuso Triptofanito. -S! - aprob Lisina- As podremos tener nuevas aventuras!