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PARA EL AÑO NUEVO Llevado sobre alas de águila ENERO / FEBRERO 2015 Trompeta Evangelizadora

Trompeta Evangelizadora · 2015. 1. 20. · 2 TROMPETA EVANGELIZADORA │ ENERO/FEBRERO 2015 LLEVADO SOBRE ALAS DE ÁGUILA 4 Guiado maravillosamente Seguro en las manos del omnisciente

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  • P A R A E L A Ñ O N U E V O

    Llevado sobre alas de águila

    E N E R O / F E B R E R O 2 0 1 5

    TrompetaEvangelizadora

  • T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A │ E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 2

    L L E V A D O S O B R E A L A S D E Á G U I L A

    4 Guiado maravillosamente

    Seguro en las manos del omnisciente Maestro

    a través del desconocido y nuevo país.

    5 Nuestro inmutable

    Señor y Maestro

    5 El balón de preocupaciones

    26 No vayas sin Jesús

    26 Lealtad de Dios Padre

    U N A B U E N A I N T E N C I Ó N P A R A E L N U E V O A Ñ O

    6 Para quedarme allí

    David tomó una importante

    decisión para su vida.

    7 ¿Por qué el temor?

    Mensaje radial

    8 ¿Está la buena mano de

    Dios sobre nosotros?

    Contenido

    3 Pie de imprenta / Editorial

    Lo que mueve al corazón

    10 ¿Qué tan bien te conoces?

    ¿Puedes interpretar correctamente el

    origen y la causa de tus necesidades?

    Página juvenil

    12 Como pedir perdón

    Página para mayores

    14 La belleza de la vejez

    Como tus días (poesía)

    Silencio en Dios

    Perfil de la Iglesia

    16 Winnipeg

    Biografía

    18 Hudson Taylor (parte 21)

    20 Ser libres y quedar en libertad

    Informe

    22 El traslado de nuestra imprenta

    25 Experiencias con Dios

    Página infantil

    27 El Petirrojo

    28 En tu mano están mis

    tiempos (poesía)

  • P I E D E I M PR E N T A

    Año 121

    La TROMPETA EVANGELIZADORA es una

    escritura cristiana que se presenta clara y decididamente para la plena salvación en Cristo,

    la unidad de los hijos de Dios, y revelar todas las

    verdades de la Santa Palabra. Publicado en

    intereses de la Iglesia de Dios.

    Editor responsable:

    Hans-Dietrich Nimz (CA)

    Colaboradores:

    Sieghard Schulz (CA), Ron Taron (CA),

    Dieter Jeske (DE), Hermann Vogt (DE)

    Los editores se reservan el derecho de resumir o

    no publicar los artículos recibidos.

    Preguntas o sugerencias pueden ser enviadas a:

    [email protected]

    A journal of vital Christianity, published in

    the interest of the German Church of God by:

    Christian Unity Press 5195 Exchange Dr, Flint,

    MI 48507, U.S.A.

    Email: [email protected]

    www.evangeliumsposaune.org

    www.christianunitypress.com

    EVANGELIUMS POSAUNE is a trademark

    owned by Christian Unity Press in the United

    States and foreign countries.

    Printed in U.S.A.

    EVANGELIUMS POSAUNE (USPS 180-440)

    is published monthly by Christian Unity Press,

    5195 Exchange Dr., Flint, MI 48507, USA. POSTMASTER:

    Send address changes to Christian Unity Press,

    5195 Exchange Dr., Flint, MI 48507, USA

    La Trompeta Evangelizadora es distribuida gratuitamente. Los costos se sustentan por

    donaciones.

    Contactos y dirección en Alemania y Europa: Gemeinde Gottes Herford, 32051 Herford,

    Zimmerstrasse 3 Tel.: 49 - 05221/392439

    E-Mail: [email protected]

    Kontoverbindung für die Evangeliums Posaune: Volksbank Bad Oeynhausen-Herford eG

    BIC: GENODEM1HFV

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    Traducido y editado al idioma castellano por

    miembros de la Misión de la Iglesia de Dios en

    Argentina. IGLESIA DE DIOS

    Bme. Mitre 466

    3360 Oberá - Misiones - Argentina.

    E-mail: [email protected]

    www.trompetaev.com

    E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 │ T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A 3

    Editorial

    ¡Estimado lector!

    ¡Para el nuevo año te deseamos gracia y ricas bendiciones de

    Dios!

    Cuando Josué estaba ante un nuevo emprendimiento, el Señor le

    animó con las palabras: “¡Esfuérzate y sé valiente!” (Josué 1,6).

    Nosotros también necesitamos esta seguridad del Señor en

    nuestra peregrinación. Así como Josué, nosotros podemos

    reconocer y experimentar que Dios nos condujo como sobre alas

    de águilas.

    Que maravillosa es la metáfora divina, con la cual podemos

    conocer mejor el actuar y la guía de Dios. – El águila prepara

    primeramente su nido con palos y ramas. Después coloca plumas

    y pelos, pone los huevos y los incuba. En pocas semanas los

    pichones ya han crecido. De vez en cuando se estiran y extienden

    sus alas. Los águilas padres saben el tiempo y la hora que sus

    pichones deben abandonar el suave nido. Ellos quitan las plumas

    y el pelaje. Entonces es incómodo, porque el acogedor nido se ha

    destruido.

    Esa es la hora en la que el águila lleva afuera o empuja afuera a

    su cría volando sobre el aleteo del joven. Y cuando ve que ya no

    puede más, vuela por debajo de él y lo lleva sobre sus alas.

    Así también hizo Dios con el pueblo de Israel. Por muchos años

    han tenido en Egipto su suave y acogedor nido. Pero luego

    tenían que trabajar como esclavos. Ellos fueron plagados,

    golpeados, en problemas y dolor. Y así como un águila saca a su

    cría, Dios tuvo misericordia de su pueblo. Envió a Moisés y

    Aarón los sacó de Egipto y los llevó como un águila sobre sus

    alas.

    Estimado lector, también en este año ve el Señor las dificultades

    y los problemas, tuyos y míos. Pero el bondadoso Dios está

    dispuesto a ayudar. Por tanto “¡esfuérzate y sé valiente!”

    H. D. Nimz

  • T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A │ E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 4

    LLE VADO SO BRE ALAS DE ÁG UIL A

    Guiado maravillosamente

    “Sabed, pues” dice David en el Salmo 4,3: “que

    Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá

    cuando yo a él clamare”.

    omo hijos de Dios sabemos que esto es muy

    grato: somos guiados. No estamos en la

    mano de un oscuro destino, que no pregunta sobre

    nuestras penas y alegrías. Tampoco somos pelota de

    juego de una casualidad ciega. Lessing dice en una

    de sus obras: “Casualidad es una blasfemia”.

    Tampoco se nos entregó una rígida ley de la

    naturaleza. No, todo lo que nos sucede es guiado.

    ¡Cómo tranquiliza y consuela al corazón este

    conocimiento! Son las cariñosas manos de nuestro

    Padre Celestial que nos guían y nos conducen. Su

    amoroso corazón late por nosotros. Él tiene

    pensamientos de paz para con nosotros, y no de

    sufrimiento. Es el Padre de nuestro Señor Jesucristo

    el que nos guía. Esta certeza nos hace dichosos y nos

    da el sentimiento de protección.

    “¿Pero es realmente cierto que todo lo grande o

    pequeño que sucede, es por guía de Dios?” a

    menudo nos preguntamos. “¿No hay en los grandes

    acontecimientos mundiales o en la vida individual

    altos y bajos? ¿No existen terribles desastres

    naturales, una terrible lucha por la existencia, que

    desvía de un planificado gobierno Divino? ¿No es el

    drástico sufrimiento de millares de personas, el que

    nos hace dudar de la guía Divina?”

    Si, no podemos ni queremos negar los hechos de

    esas cosas. Pura y racionalmente no vamos a hacer

    frente a estas adversidades. ¿Pero no es nuestra falta

    de entendimiento un evento de contraprueba de la

    guía de Dios? ¡No, y otra vez no! Si, muchas,

    demasiadas cosas del mundo y de nuestra vida no

    entendemos. El conocimiento y la comprensión

    humana son muy limitados. Pablo escribe: “Porque

    en parte conocemos”. Sin embargo no queremos

    dudar que todo lo que nos sucede es guía de Dios.

    Solamente el que tuvo una verdadera experiencia

    con el Señor Jesús, será conciente de su guía. Si

    miramos retrospectivamente en nuestra vida, ¿no

    hemos experimentado a menudo que fuimos guiados

    maravillosamente? ¿No miramos a menudo hacia

    atrás y agradecimos a Dios por su guía, que nos

    pareció incomprensible e incluso inaguantable? Si

    confiamos y creemos completamente en Dios,

    vamos a experimentar la guía de Dios en los

    acontecimientos más pequeños. Luego

    reconoceremos, que ningún cabello de nuestra

    cabeza y ningún gorrión cae del techo sin la

    voluntad de Dios. Quien comienza a prestar atención

    a la guía de Dios, reconocerá en lo pequeño y en lo

    grande la mano de Dios.

    Y cuanto más reconoceremos la maravillosa guía

    divina en la eternidad. Allí su consejo nos será

    manifiesto en cada detalle. Reconoceremos como

    Dios esta “sentado en el telar del tiempo y teje los

    hilos de los acontecimientos del mundo y de nuestra

    vida.” Allí serán resueltos todos los enigmas de la

    vida. Ante el trono de Dios reconoceremos

    plenamente que Dios guía maravillosamente a sus

    santos. Lo único importante es que nos dejemos

    guiar. Desde luego, es una aventura, un riesgo de fe.

    Pero este riesgo siempre vale la pena.

    ntentemos sinceramente confiar totalmente a

    Dios la guia de nuestra vida, entonces

    tendremos maravillosas experiencias. Percataremos

    como la vida se vuelve más fácil, más natural, más

    informal que hasta este momento.

    Experimentaremos todo con más libertad y alegría,

    más pacífico y sin preocupaciones. Entonces no nos

    preguntamos temerosos: “¿Qué será y qué nos puede

    suceder aún?” No, decimos entonces: “Estoy curioso

    por ver lo que Dios tiene reservado para mí; cómo

    Dios me ayudará ahora a salir de mi difícil

    situación”. Ya no nos preguntaremos ansiosos, que

    será de nosotros. No, nos dejamos sobrevenir cosas

    con la certeza: ¡el Señor nos guía bien! Ya no nos

    disgustamos si nuestro plan diario se frustra, porque

    sabemos que Dios tiene un mejor plan para nosotros.

    C

    I

  • E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 │ T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A

    5

    Entonces las personas con las que nos cruzamos por

    el camino serán para don y tarea, y frente a ellas nos

    preguntamos: ¿Qué tiene él o qué tienes tú para

    decir? Ya no estaremos tristes que muchas cosas

    sucedieron de manera diferente de lo que pensamos

    o planeamos en nuestra vida, porque sabemos que

    todas las cosas nos ayudan a bien, si permitimos que

    nos sirvan para bien. Es decir, solamente si

    aceptamos de la fiel mano de Dios.

    Anna Katterfeld, la autora báltica escribe: “Si nos

    ponemos del lado de Dios, y dejemos que abra

    nuestros ojos y guie sobre las relaciones de su guía,

    permaneceremos quietos, asombrados del

    reconocimiento de que todo tiene una meta.”

    Cuál es nuestra meta? Nuestra meta es que

    lleguemos al hogar, al hogar del Padre. Allí

    donde no hay más sufrimiento, llanto, ni dolor, y

    donde Dios enjugará toda lágrima de nuestros ojos.

    Al logro de este objetivo se enfoca toda la guía

    divina. A pesar de que el camino hacia esa meta sea

    laborioso y espinoso, sabemos: “Tú nos guías a la

    meta, incluso a través de la noche”.

    ¿

    El balón de preocupaciones

    Spurgeon cuenta de las experiencias de su vida: “Yo

    tenía preocupaciones y deseaba poder librarme de

    ellas. Para ello me ayudaron dos pequeños niños que

    jugaban. Uno de ellos estaba en una ventana en el

    primer piso de una casa; el otro en la calle. Éste

    intentaba arrojar a su compañero de juego una pelota,

    pero no lo conseguía. A veces el lanzamiento era muy

    alto, otras muy bajo. Pero aún así, el pequeño no

    desistió, y finalmente consiguió un lanzamiento en el

    que el niño en la ventana pudo recibir el balón. Eso

    provocó gritos en ambos niños. Y yo me alegré con

    ellos. Cuando seguí mi camino, me sobrevinieron

    nuevamente las preocupaciones. Pero me pude oponer

    a ellas. ¿No tenemos nosotros también una ventana

    abierta sobre nosotros? ¿No hay allí también alguien

    dispuesto a tomar nuestro balón de preocupaciones? Y

    si nos pasa como al pequeño, que la pelota no llega,

    sino que repetidas veces cae nuevamente sobre

    nosotros - ¿Por qué resignarse de lanzar? ¡Tiene

    sentido seguir practicando! ¡Nuestro balón de

    preocupaciones llegará con toda seguridad! No solo

    porque aprendemos a lanzar mejor, sino, sobre todo

    porque las manos del que está arriba son más rápidas

    que las del niño que jugaba.” Corazón, deja tus preocupaciones, preocupaciones generan miedo y dolor y para nada aprovechan; confía en Dios, el Señor, su ayuda no te es distante, Dios no dormita.

    Nuestro inmutable

    Señor y Maestro

    Con Cristo comienza una nueva cronología. Así también para cada persona, con la fe en este Jesucristo

    comienza un nuevo tiempo. Si le tenemos a Él, entonces tenemos una roca segura, sobre la que

    podemos estar parados. Él es el Señor, el todopoderoso. Mientras lo material oscila, el Señor

    permanece como es, y sus años no tienen fin. Por eso también puede ser nuestro refugio. “¡Señor, tú

    nos has sido refugio de generación en generación!” Nuestra incrédula época y las personas de

    mentalidad terrenal de nuestros días necesitan el conocimiento de esta verdad. El Señor, que en el

    pasado estuvo con nosotros, también nos guiará en este nuevo año. Este pensamiento da consuelo a los

    creyentes. El Maestro tampoco nos dejará solos en el desconocido campo de este nuevo año, sino que

    nos guiará y conducirá. En Él queremos confiar, y caminaremos seguros.

  • T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A │ E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 6

    UN A B UENA INTENCIÓN PARA EL N UEVO AÑO

    “Para quedarme allí”

    “Tu bondad y tu fiel amor estarán conmigo toda la vida, y entraré a la

    casa del Señor para quedarme allí para siempre.” (Salmos 23,6)

    David expresó en el conocido Salmo 23, una valiosa

    decisión de su vida. ¡Quedarse allí! La Biblia habla

    frecuentemente de la importancia del permanecer en

    nuestra posición respecto de Dios. De los creyentes de

    Jerusalén leemos el hermoso testimonio: “Y

    perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la

    comunión con otros, en el partimiento del pan y en las

    oraciones” (Hechos 2,42). De la vida de los salmistas

    queremos aprender dónde queremos morar:

    Permaneceré - ¡en Él! “¡Jehová es mi pastor; nada me faltará!” David tenía

    una relación personal con su Dios. Él no dijo: “El

    Señor es un pastor”, sino “mi pastor”. Querido lector,

    ¿puedes tú testificar eso también? Quien lo experi-

    mentó como Redentor, Salvador y Pastor, dirá con

    David: “No me falta nada, nada me faltará”. ¡En mi

    pastor tengo completa redención, vida, suficiencia y

    paz! ¡No tengo necesidad de otro pastor! ¡Tengo todo

    en Él! Si el salmista ya en el antiguo testamento pudo

    expresar esto, cuanto más nosotros que vivimos en la

    época nuevo testamentaria. ¡Qué bendición es estar en

    Él, y permanecer en él! Jesús dijo: “Si permanecéis en

    mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid

    todo lo que queréis, y os será hecho” (Juan 15,7).

    Permaneceré - ¡Bajo la guía y providencia del pastor! El salmista había experimentado la maravillosa guía y

    providencia de Dios. Esto reconocemos claramente de

    sus expresiones:

    En lugares de delicados pastos me hará descansar;

    junto a aguas de reposo me pastoreará.

    Confortará mi alma; me guiará por sendas de

    justicia por amor de su nombre.

    Aunque ande en valle de sombra de muerte, no

    temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu

    vara y tu cayado me infundirán aliento.

    Quien reflexiona con devoción en estos versos,

    reconocerá con David, qué maravillosa es la

    providencia y la guía de Dios en la vida, y con un

    corazón rebosante de agradecimiento dirá: “¡Yo me

    quedaré allí!”

    Su palabra es el alimento espiritual, para que perma-

    nezcamos sanos en el alma y crezcamos en la fe.

    Quien permanece bajo su guía, no se desviará del ca-

    mino angosto de la vida, sino que permanecerá sobre

    la senda correcta - sobre el camino que lleva al destino

    celestial. He leído que las ovejas, en especial cuando

    su lana es muy larga y pesada, a veces cuando están

    sentadas pierden el equilibrio y caen sobre su dorso.

    Se dice que la oveja, en ese estado no está en

    condiciones de levantarse nuevamente por sí sola,

    necesita la ayuda del pastor. El buen pastor refresca el

    alma, levanta, para que no perdamos el ánimo, sino

    que seamos fortalecidos.

    Aún cuando vaya por tribulaciones, tentaciones,

    decepciones y algunos valles oscuros, permaneceré. El

    buen Pastor no me abandona, sino que está conmigo.

    Si nosotros nos mantenemos en él, Él permanece con

    nosotros. Así lo experimentó David, y así podemos y

    debemos experimentarlo nosotros también en este

    nuevo año.

    Permaneceré - ¡En la casa del Señor! Seguramente el salmista se refería al templo de

    aquella época. Era el deseo de su corazón, permanecer

    toda la vida en la casa del Señor, para observar los

    hermosos servicios a Dios y su templo. ¡Quiera ser

    también nuestro deseo!

    La Biblia habla también, que la casa de Dios es la

    Iglesia de Dios - columna y fundamento de la verdad.

    Permanezcamos en la verdad, en oración y en el

    servicio de su iglesia. Quien experimentó a este Pastor

    en su poder y su plenitud, certeramente exclamará con

    David: “¡Yo me quedaré allí!” Quiera su decisión, ser

    nuestra decisión también - para el nuevo año y para

    toda la vida. El Señor nos conceda esto en su gracia.

    Gerald Krebs, Chilliwack (CA)

  • E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 │ T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A

    7

    ¿Por qué el temor?

    El temor invadía a las personas desde el principio de la

    historia de la humanidad. Es una de las mayores

    calamidades de la humanidad. Evidentemente Jesús

    preparaba un camino, por el cual sus seguidores puedan

    librarse de sus miedos. De lo contrario no hubiese

    ordenado: “¡No teman!”

    Temor en general La mayoría de nosotros experimentamos algunos de

    esos temores. Existe el temor de perder la salud. Temor

    de perder el trabajo. Temor a la vejez. Temor a que

    nuestros hijos vayan por el camino equivocado. Temor

    a la bomba atómica. Todos deseamos tener seguridad.

    Salvos de la enfermedad. Visitamos al médico para un

    chequeo anual, para estar protegidos en los días de

    enfermedad solicitamos seguros y pagamos pólizas.

    Para estar protegidos de la soledad, somos lo más

    activos posible y cultivamos amistades. Pero existe un

    temor del cual las grandes planificaciones y trabajos no

    pueden protegernos: El temor al castigo del pecado,

    temor frente al final. Si el Maestro dijo: “¡no temáis!”,

    era solo un eco desde la antigüedad. Pero él sabía de la

    relación directa entre el pecado y el miedo.

    Pecado y temor Jesús vino a preparar el camino para que podamos salir

    del pecado. Porque el pecado es la mayor causa de

    temor. Cada uno debería temer de comparecer delante

    de Dios, si hay culpa en su corazón. El rey David

    escribió mucho antes de la venida de Cristo: “No temeré

    delante de tus ojos, porque tu estarás conmigo”. Pero

    ¿Cómo quieres pasar del reino de temor al reino de fe?

    ¿Del miedo a la confianza? Un joven dijo una vez a su

    pastor: “Su predicación no es eficaz para mi. Usted vino

    de una buena familia, yo en cambio, de una familia

    quebrada”. Él utilizó este dicho hasta que unas muletas

    fueron su apoyo. Cada vez que le salía algo mal, se

    justificaba con que venía de una desafortunada relación

    familiar. Pero cuando se entregó a Cristo, caminaba con

    valentía hacia adelante, mientras día a día confiaba a

    Dios, y tuvo éxito en todos sus esfuerzos.

    Examina tus temores ¿No es así que gran parte de las preocupaciones son

    consecuencia de la desobediencia a Dios? Si no te has

    entregado por completo a Jesucristo, no podrás tener

    paz interior y esperar que tus oraciones sean oídas. Si

    tienes temor a algo, entonces examina tu temor. ¿Por

    qué y de qué temes? Esta pregunta es un gran paso al

    camino hacia la libertad. Dios quiere darte libertad.

    Pero él no puede hacerlo antes de que estés dispuesto a

    enfrentar libremente tus temores y tener la confianza de

    que hay una libertad para ti. Ten en cuenta que Dios no

    quiere que vivamos bajo la esclavitud del temor. Ten en

    cuenta que la mayoría de los temores son causados por

    el pensamineto y la vida pecaminosa contra Dios.

    La fe tiene el efecto contrario. La fe alivia, fortalece,

    da salud y paz espiritual. Todo lo que necesites en

    cuanto a la fuerza interior, la fe te da. Utiliza y

    aprovecha lo que la fe quiere darte. Utiliza tu fe como

    grano de mostaza, y crecerá. Empieza a confiar en Dios

    en las pequeñas cosas, y lograrás grandes cosas. Si hay

    pecado en nuestro corazón, allí también está el temor.

    No tendremos confianza en Dios, si nuestro corazón nos

    condena.

    No tengas temor de Dios El temor desaparece cuando la presencia de Dios se

    hace real en nuestro corazón. Pero donde Dios se disipa

    en el corazón, el temor crece. Pablo escribe en

    2 Timoteo 1,7: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de

    cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.

    Así es el temor, con excepción al temor de ser castigado

    por el pecado, no de Dios y no de acuerdo a su volun-

    tad. El hijo de Dios tiene acceso al gran nacimiento de

    fe, y la fe es capaz de dar un golpe mortal al temor.

    Estimado lector, puede que al inicio de este año te

    afecte el temor: ¿Qué me traerá el futuro? Pon tu vida

    con toda confianza en las manos de Jesús, síguelo y

    confía en él con todo tu corazón, entonces podrás decir

    con el escritor a los hebreos: “El Señor es mi ayudador;

    no temeré lo que me pueda hacer el hombre (o

    Satanás)” (Hebreos 13,6).

  • T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A │ E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5

    Mensaje Radial Mensaje de Salvación Friedrich Krebs, Kitchener (CA)

    8

    ¿Está la buena mano de Dios sobre nosotros? “Yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí […]” (Esdras 7,28).

    Esdras y Nehemías fueron grandes hombres entre el

    pueblo de Dios, en su tiempo. A través de ellos Dios

    pudo hacer grandes obras. Pero ellos no se

    atribuyeron a sí mismos el éxito, sino que ambos

    testificaron reiteradamente que la “mano de Dios”

    estaba sobre ellos. Ellos no quitaron la honra a Dios,

    pues reconocieron claramente que todo lo que hacían

    a favor del pueblo, sucedía por la buena mano de

    Dios. Esdras creyó y expresó: “La mano de nuestro

    Dios es para bien sobre todos los que le buscan […]”

    (Esdras 8,22).

    Esto nos da derecho a plantear la pregunta: “¿Está

    la buena mano de Dios sobre nosotros?” ¿Estaba

    sobre nosotros en los últimos años, y está todavía

    sobre nosotros? La bendición de Dios es la evidente

    característica de la buena mano de Dios sobre la vida

    humana. El que quiere experimentar esto, no debe

    llevar su vida sobre su propia mano. Siempre se

    puede comprobar evidentemente, por quién y por

    que mano está trazada nuestra pequeña vida.

    De los textos bíblicos mencionados, en primer

    lugar pienso en mi propia vida. Me acordé en que

    peligro estaba mi vida sobre todo en los años de mi

    juventud. Como los jóvenes del pueblo trataban de

    conseguir que participe en las lujurias mundanas y

    diversas trampas de maldad. Aquí y allá ya había

    aceptado participar solo para complacer a otros. Pero

    entonces un extraño malestar brotaba en mi

    conciencia. Allí experimenté claramente como la

    buena e invisible mano de Dios me puso barreras.

    Luego leí la Palabra de Dios: “Oye, hijo mío, la

    instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección

    de tu madre.” “Hijo mío, si los pecadores te

    quisieren engañar, no consientas.” “Acuérdate de

    Jehová en todos tus caminos, y él enderezará tus

    veredas.” Comencé a reconocer el mejor y superior

    camino de la vida. Luego se me abrieron caminos

    que me llevaron fuera del círculo de los jóvenes del

    pueblo, y llegué a un lugar donde pude estar entre

    jóvenes temerosos de Dios. Esa fue la mano de Dios

    para bien sobre mí.

    ¡De que diversas maneras toca la buena mano

    de Dios la vida de las personas! Hemos leído: “Es

    para bien sobre todos los que le buscan […]”. Pero

    Dios se conecta a veces en la vida de aquellos que

    no lo buscan.

    Había, por ejemplo, un joven agricultor que volvía

    de la ciudad con su yunta rumbo al hogar. Se hizo de

    noche, y en el crepúsculo de repente vió a un

    hombre tirado al costado de la carretera. Su cabeza

    colgaba en la cuneta, que estaba llena de agua. El

    granjero saltó del carro y encontró un cadáver.

    Reconoció aquí un hombre, que por el alcoholismo

    cayó y se ahogó. El joven agricultor se sintió

    profundamente conmovido. También él vivía

    completamente despreocupado de Dios. Pero aquí se

    enfrentó a una clara consecuencia del pecado. “Si

    esto me ocurriera a mí, ¿Dónde pasaré la eternidad?”

  • E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 │ T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A

    se preguntó. Llegó a su casa e informó a su esposa de su

    inquietud interna. Irónicamente se rió de él. Herido, esa

    misma noche fue a una taberna. En el lugar donde se

    sentaba, había un pequeño libro, un devocional. Lo abrió y

    leyó: “¡El pecado trae sufrimiento, Cristo trae alegría!” -

    “Lo primero es cierto”, pensó, “Y lo otro también debe ser

    verdad”. En su alma se elevó una esperanza. Y ante el

    asombro de todos los presentes, volvió a su casa

    deprisa.Tomó la Biblia, interiormente despierto, buscó la

    misericordia y el perdón de Dios y decidió ser un seguidor

    de Jesús. Cuando su esposa notó este cambio en él,

    comenzó a regañarle y amenazó con dejarlo. Pero sobre la

    vida del jóven agricultor ya estaba la misericordiosa mano

    de Dios. Calladamente siguió su camino, y oró

    fervientemente por la salvación de su esposa. No habían

    transcurrido tres meses cuando ella se arrodilló bajo la

    mano de Dios.

    Queremos observar de las Sagradas Escrituras, de lo que

    es capaz la mano de Dios: El éxodo del pueblo de Dios de

    la dura esclavitud de Egipto parecía absolutamente

    imposible. Pero después de la salida Moisés dijo: “Tened

    memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de

    la casa de servidumbre, pues Jehová os ha sacado de aquí

    con mano fuerte.” Josué, que asumió la guía del pueblo

    después de Moisés, al principio pareciera haber sido

    tímido. Pero luego se armó de valor y dijo: “Todos los

    pueblos de la tierra conozcan que la mano de Jehová es

    poderosa.” Y así sucedió realmente. El joven rey Salomón

    oró: “Esté con nosotros Jehová nuestro Dios, como estuvo

    con nuestros padres, y no nos desampare ni apartes tu

    mano […]” Él sabía muy bien que el bienestar, la paz, la

    victoria y la prosperidad en el país no estaban en la mano

    del rey. Oh, si los gobernantes de nuestro tiempo pudieran

    reconocer correctamente esto y orar con Salomón: “Inclina

    nuestro corazón hacia ti.” David por experiencia pudo

    decir: “La mano del Altísimo todo lo puede cambiar” y

    “Tú dominas sobre todo; en tu mano están la fuerza y el

    poder”. Y Moisés oró: “¡Si tu presencia no ha de ir

    conmigo, no nos saques de aquí!” Él reconoció la

    importancia de esta poderosa mano. Y el Señor dijo a su

    pueblo: “Percibiréis lo que es, cuando retiro mi mano de

    ustedes.”

    Esto sin duda, lo pueden ver todos los que quieren verlo.

    Que dichosa es la persona que puede percibir que está bajo

    la mano de Dios. Pero que grave es para aquel, de quien

    esta mano fue retirada. Por lo tanto, busca a Dios y su

    mano de bendición, porque “La mano de nuestro Dios es

    para bien sobre todos los que le buscan”. Dios los bendiga

    en este nuevo año, y vivamos fielmente para el Señor, para

    que su poderosa mano también esté sobre nosotros.

    9

  • T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A │ E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 10

    C . W. TAYLOR - LO QUE MUE VE AL COR AZÓN

    ¿Qué tan bien te conoces?

    ¿Entiendes las verdaderas necesidades de tu alma? ¿Interpretas correctamente los síntomas de

    carencia, la causa de tu ansiedad? La mayoría de las veces no ayuda el ungüento ni el vendaje –

    la causa del problema debe ser eliminada.

    Recién cuando es descubierto el escondido origen del problema, pueden la luz y la

    vida expulsar a la oscuridad.

    odos desean el éxito, pero no todos son éxito-

    sos. En todos los aspectos el éxito depende de

    las diferentes circunstancias y solo puede construir-

    se sobre una base apropiada y cuidadosamente defi-

    nida. Los cristianos aspiran a una vida victoriosa.

    Los que son llamados al servicio de Dios, desean ser

    personas útiles. Jesús le dijo a Marta: “Una cosa es

    necesaria” El éxito debe tener un principio autorita-

    rio como fundamento. Si esto se descuida o es pasa-

    do por alto, el fracaso parcial o total será la conse-

    cuencia. Muchos intentos fracasan porque su

    comienzo fue en el lugar equivocado. En matemáti-

    cas, debemos dominar los conceptos básicos antes

    de poder calcular la órbita de los planetas. En

    música, primero tenemos que aprender los tonos y

    sus relaciones antes de producir bellas armonías. En

    astronomía primero debemos tener experiencia y

    saber de nuestro pequeño planeta, antes de que

    podamos viajar al infinito del universo. Antes de

    que podamos llegar a conocer a Dios correctamente,

    tenemos que conocernos a nosotros mismos.

    Cada animal sabe instintivamente que el dolor

    persistente en el estómago es por hambre, e inme-

    diatamente busca satisfacerla. Pero la persona, que

    no se conoce a sí misma, que no se detiene, se

    examina y se analiza, siente inquietud, un anhelo

    interior, hambre en su alma y no sabe lo que le falta.

    Se esfuerza por satisfacer sus deseos con los place-

    res del mundo, pero se satisface temporalmente y al

    final termina peor que antes. El hombre trata de

    satisfacer el hambre de su alma por todos los

    medios, pero no consigue ayuda, porque interpreta

    erróneamente su situación. Recién cuando reconoce

    que la razón de su inquietud es un hambre de Dios y

    al pan de vida, comienza a buscar correctamente la

    solución. Muchas mujeres tratan de satisfacer este

    deseo con joyas de oro, piedras preciosas y la expo-

    sición externa del mundo de la moda. Los hombres

    buscan distracción en los deportes, en la política, en

    la acumulación de riquezas, o persiguen la insensa-

    tez de esta vida. Como el alimento es el único que

    puede satisfacer el hambre del cuerpo, así también

    Dios es el único que puede saciar el hambre del

    alma. Recién cuando las personas se dan cuenta, que

    estos sentimientos son un hambre a Dios, comienzan

    a buscarlo. Lamentablemente para muchas personas

    la fe cristiana es solo una fe abstracta, a pesar de que

    debería ser una parte vital en la vida de cada cristia-

    T

  • E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 │ T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A

    no. Una antigua sabiduría filosófica dice: “Conócete

    a ti mismo.” La verdadera sabiduría surge solo

    cuando nos ordenamos correctamente a nosotros

    mismos y la relación hacia las demás cosas. Parece,

    que siempre es necesario recordar a nuestras herma-

    nas, modestia y sencillez en la ropa. Con frecuencia

    vemos a mujeres, que con su aspecto se parecen más

    y más al mundo. ¿Qué provocó este cambio? Es el

    deseo del corazón. Ellas no entienden de donde

    viene este deseo y como se puede saciar, creen que

    la inquietud del alma es un deseo a las cosas de este

    mundo, pero no sacian sus deseos.

    o hermana, los vestidos de última moda no

    pueden satisfacer tu deseo. Tú interpretas

    falsamente el grito de tu alma. No hermano, no es el

    éxito de tu equipo deportivo, o más posesiones lo

    que tu alma anhela. Ambos corazones claman a

    Dios. Dadles para saciar su hambre, y te sorprende-

    rás al descubrir que perderás el interés en las cosas

    de este mundo. Si sientes un deseo por algo que no

    está en concordancia con la riqueza espiritual,

    entonces no has reconocido la verdadera razón de tu

    deseo. Hermana, si te atrae una prenda mundana,

    entonces tu alma tiene hambre. Dale alimento espiri-

    tual. Ponte de rodillas, come abundantemente del

    “pan del cielo” y bebe el “agua de vida”. ¿Sigue ahí

    el deseo de las cosas terrenales? ¿Ni un poco, ver-

    dad? Tu alma quería más de Dios y tú no lo sabias.

    uerido hermano, anhelas más atención y que

    tus talentos sean más alabados, entonces tienes

    hambre. Suministra suficientemente a tu alma con el

    maná del cielo. No saborees solamente, sino come

    hasta saciarte. Si ahora se te alaba frente a todos,

    solo sentirás vergüenza. Tú no reconocías la verda-

    dera razón de tu anhelo. ¿Verdad? Y tú, que aspiras

    ser un gran orador y defensor de la humanidad, res-

    catar al mundo del anzuelo; tu alma tiene mucha

    hambre. Necesitas mucho alimento para estar satis-

    fecho. Pero Dios tiene más que suficiente, apresúra-

    te a ir a la mesa. Pronto te darás cuenta, que tu deseo

    de prestigio desaparece y prefieres mantenerte

    detrás de la cruz donde ya no llamas la atención.

    Después de una buena comida celestial, cualquier

    tipo de mundanidad nos “golpeará en el estómago”

    y ya no podemos soportarlo, ni verlo ni olfatearlo.

    ¿Y tú, que siempre quieres imponer tus caprichos?

    Tú consideras tu juicio tan grande, que todos los

    hermanos lo deben aceptar y conducirse de acuerdo

    a ello. De lo contrario la dulzura de tu corazón se

    transforma en vinagre al instante. Ve y come un

    poco de “miel de la peña.” Vuelve recién cuando te

    hayas saciado. Cuando realmente estés satisfecho, te

    atrapará el pensamiento: “No mi voluntad, sino la

    tuya.” Tú necesitas a Dios. Todo lo demás son

    cáscaras vacías. De cascaras vacías no te saciarás.

    Quizás obtengas una indigestión espiritual, y al final

    mueras. Reconoce de inmediato lo correcto y luego

    “come en abundancia y sáciate.” No pongas tu alma

    a dieta con adornos exteriores, posesiones y recono-

    cimientos “Comed del bien, y se deleitará vuestra

    alma con grosura” (Isaías 55,2). Aprende a conocer-

    te a ti mismo, para que sepas, que el verdadero

    deseo de tu corazón es la piedad, y que todos los

    demás deseos son sólo síntomas para obtener más de

    Dios. Ellos desaparecerán pronto cuando tu alma se

    sacie con el pan de vida.

    N

    Q

    11

    Reconoce, que el verdadero deseo

    de tu corazón es la piedad.

  • T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A │ E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5

    Cómo pedir

    perdón

    ¿Por qué pedir perdón? “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os

    perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.” (Mateo 6,14)

    Una cosa enseñaron muy claramente Jesús y sus

    apóstoles: No recibiremos perdón, si nosotros

    mismos no perdonamos. Y eso es muy importante,

    porque como somos humanos, en la convivencia

    surgen malentendidos. Nosotros cometemos errores,

    actuamos sin reflexionar y nos lastimamos mutua-

    mente. Si, la Biblia dice que los hermanos pueden

    incluso pecar entre ellos. Y para que estas cosas no

    quiebren la comunión en una iglesia local, nos

    debemos perdonar mutuamente. Y eso implica que

    debemos pedir perdón unos a otros. Creo que los

    hermanos en una iglesia local frecuentemente se

    perdonan mutuamente sus faltas sin que uno pida al

    otro perdón. Debido a esta falla, a veces surgen

    heridas y cuando se curan permanecen las cicatrices.

    Estos son por ejemplo cosas tales como la confianza

    rota. O el temor de volver a ser tratado injustamente.

    El resultado es, que a pesar de que pertenecen a una

    iglesia local, los hermanos se esquivan. Aunque el

    caso fue perdonado, no ha surgido la reconciliación

    entre ellos. Y la reconciliación puede lograrse solo

    cuando uno pide al otro un sincero y genuino perdón

    o disculpas.

    Pero pedir disculpas, no es tan sencillo. Para ello

    hay que humillarse y admitir su culpabilidad ante el

    otro. En realidad, esto no debería ser un problema en

    la convivencia entre hermanos. Pero yo percibo, que

    muchos hermanos tienen un problema con eso. Y

    creo, que la mayoría simplemente no saben cómo

    hacerlo.

    Este es el caso de un hermano mayor que durante

    una hora de testimonios, va al púlpito y dice algo así

    como: “Hermanos y hermanas, por favor perdónenme

    si algo no hice o dije como debía.” Por un lado es

    real, él se humilla ante la congregación, pero por otro

    lado, no es una verdadera disculpa. Esto no es claro,

    el problema no se nombra y no asume la responsabi-

    lidad de la culpa. Y yo estoy ahí sentado y no sé qué

    debo perdonarle.

    Para ayudarte a resolver de manera sostenible las

    cosas equivocadas en la convivencia, he escrito aquí

    cuatro elementos de una verdadera súplica de

    disculpas.

    1. “Lo lamento...”

    Comienza con decir que lo sientes. Y di también que

    lamentas. Cuando el Espíritu de Dios te hace

    consciente de una falta contra tu prójimo, entonces él

    muestra muy claramente cuál es el problema. Así que

    tómalo y dilo en tu primera frase. Englobalo en una

    situación concreta, y considérate a ti mismo. No

    digas: “Siento que ayer hayas malinterpretado todo lo

    que he dicho.” Sino por ejemplo, de este modo:

    “Lamento que ayer he sido insolente y fuerte en

    nuestra conversación.”

    A veces no es claro cuál era exactamente el

    problema. Sientes que algo ha ido mal, pero el

    problema real no lo percibes. Te das cuenta que la

    relación con tu hermano ha cambiado, que tu

    hermana “tiene algo contra ti”. Entonces ponte de

    rodillas y pídele a Dios que te muestre lo que ha ido

    mal. Suplícale con genuino arrepentimiento, para que

    no seas hipócrita cuando dices: “lo siento”.

    P Á G I N A J U V E N I L

    12

  • E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 │ T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A

    2. “Fue un error...”

    Ahora viene realmente la admisión de la culpa. Aquí

    tomas la responsabilidad de tu falta. Y también aquí

    te ayuda el Espíritu de Dios, que por lo general ya ha

    puesto el dedo sobre la herida antes de que pidas

    perdón a tu prójimo. En primer lugar pide perdón a

    Dios, pero luego ábrete y ve a las personas a las que

    has hecho daño. Este es el punto donde muchas

    personas fracasan. Este es el punto en el que yo

    mismo tengo gran dificultad una y otra vez. Aquí se

    define si soy realmente humilde. Si pongo al

    hermano o la hermana sobre mí, me doblego delante

    de ellos y digo, yo estaba equivocado.

    También aquí, debes ser lo más específico posible.

    Di lo que estaba mal, y por qué estaba mal. Si era un

    pecado, di que era un pecado. No encubras nada.

    Asegúrate de que en esta frase no aparezca un “pero”,

    de modo que retractas tu admisión de culpabilidad. Si

    me quedo en el ejemplo anterior, esto sonaría algo así

    como:

    “Fue un error hablar, cuando estaba molesto. La Biblia dice que si estoy enojado, debo callar. Y yo hablé. Además, en el hablar me posicioné sobre ti. He hablado desde arriba e incluso llegué a ser abusivo. Eso fue arrogante y egoísta y no estuvo bien.”

    3. “En el futuro quiero...”

    Tu solicitud de perdón tiene poco valor si no quieres

    cambiar lo que estaba mal. A más tardar, cuando por

    tercera vez pides perdón por la misma cosa, y tu

    contrincante no detecta ningún esfuerzo de que

    quieras mejorar, tu disculpa no será creíble.

    Así que reflexiona lo que quieres hacer diferente en

    el futuro, para que no vuelva ocurrir lo mismo. Haz

    una oración por ello. Piensa en lo que quieres pedir a

    Dios para que en el futuro puedas evitar tal acción de

    tu parte. Di estas cosas a las personas cuando pides

    perdón. En nuestro ejemplo, esto significaría:

    “Me gustaría morderme la lengua en el futuro, cuando siento la ira creciente en mí. Y comencé a

    pedir a Dios que me ayude. Tomé conciencia de que todos hemos sido hechos partícipes de la misma gracia, que todos tenemos el mismo objetivo y todos queremos estar en el mismo cielo. Por eso quiero reajustar mis intereses y sensibilidades y ver las cosas en común en primer plano.”

    Puede haber casos donde una declaración de

    intenciones para el futuro no es suficiente. Si puedes

    conseguir de alguna manera poner las cosas en orden,

    debes hacerlo. Anúncialo y hazlo también.

    4. “¡Por favor, perdóname!”

    Y ahora puedes venir a la frase de lo que realmente

    se trata. Tú pides al otro, que te quite la culpa y te

    perdone. Haz nombrado la culpa y ahora solicitas que

    la quiten de ti. Algunos intentan, en este punto

    disculparse a sí mismos. No cometas este error.

    Ruega conscientemente por perdón, disculpas o

    indulto.

    “Por favor, ¡perdóname!”

    El motivo para una disculpa Si procedes de acuerdo con estos cuatro pasos,

    entonces te quitas del camino un gran peligro. El

    peligro de la hipocresía - que pides perdón, pero en

    realidad no lo dices en serio. El hecho de que tú lo

    haces, con el fin de lograr ciertos objetivos. Pero la

    gente percibe de alguna manera si una disculpa es

    genuina o no.

    Para mí, el verdadero motivo para pedir perdón es

    el arrepentimiento. Primeramente me siento

    arrepentido ante Dios de lo que he hecho. Y cuando

    me arrepentí ante Dios por lo que hice y veo la

    necesidad de arreglar las cosas con las personas a las

    que hice daño, entonces lo hago. Y eso no es tan

    sencillo. A veces he cargado conmigo una cosa por

    meses, hasta que decidí humillarme y rogué por

    perdón a las personas.

    Esto no es sencillo. Pero lo que Dios nos da

    después, siempre vale la pena.

    Robert Witt, Gifhorn (DE)

    13

  • T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A │ E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5

    “Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta

    ahora he manifestado tus maravillas. Aun en la vejez

    y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que

    anuncie tu poder a la posteridad, y tu potencia a

    todos los que han de venir” (Salmos 71, 17-18).

    Así como el tiempo de cosecha es más alegre que

    el tiempo de la siembra, así también es más feliz la

    vejez que la juventud, si ésta era un tiempo de

    siembra para el bien. Si en la juventud fue puesto un

    buen fundamento para la edad y la eternidad,

    entonces la vejez es mejor que la juventud, así como

    la finalización de una obra es mejor que su inicio.

    Como la fruta madura emociona más que la

    inmadura, así la vejez será más bendecida que la

    juventud, si está embebida y transfigurada por el

    amor de Cristo; como la llegada al puerto es más

    agradable que el viaje marítimo en sí mismo, así

    también la vejez más agradable que la juventud,

    previsto que el viaje de la vida fue guiado por Cristo

    en el timón desde la juventud.

    En el palacio real de Jerusalén, se encuentra

    sentado David, ya anciano. En espíritu pasan

    volando los días de la vida. ¡Qué imagen maravillosa

    observa! Al contemplar esto, exclama alegre:

    “¡Dios, tú me has enseñado desde mi juventud!”

    Toda su vida fue una escuela, en la cual Dios le

    preparó para la eternidad. Aquí el aprendió a huir de

    la maldición del mundo para alcanzar lo que está

    más arriba. Aquí aprendió a reconocer las

    asechanzas del enemigo y escapar de las peligrosas

    trampas del mundo. Aquí aprendió a vivir según la

    voluntad de Dios y prepararse para el día del

    encuentro con Dios. ¿No es esto bello y glorioso,

    cuando una persona se deja guiar por la mano y el

    amor de Dios toda su vida? ¿No son los recuerdos de

    la fidelidad de Dios los que alegran los oscuros días

    de la vejez? Estos son privilegios de los cuales el

    mundo nada sabe. Sin embargo, la vejez también

    tiene sus peligros. Si la frescura espiritual disminuye

    y la fuerza de voluntad desvanece, satanás intenta

    duplicar el combate con la persona y lanza, como

    leños ardientes, dudas y preocupaciones al corazón.

    No debe sorprendernos, si en alguna habitación es

    fuerte el suspiro: “Oh Dios, no me desampares en las

    canas”. La gracia del pasado no es suficiente para el

    presente. Experiencias pasadas son lo mismo que el

    maná viejo que no era comestible. Para los peligros

    de la vejez son necesarias gracias especiales. Pero en

    Dios no hay escasez de gracia. El Rey de reyes no

    dejó a Abraham cuando era un anciano, ni a Isaac

    cuando estuvo ciego, ni a Jacob cuando “se apoyó

    sobre el extremo de su bordón”. También si otros

    nos ciñen como a Pedro y nos llevan donde no

    queremos, tampocó allí Él apartará su rostro de

    nosotros. La vejez tiene sus promesas especiales. La

    piadosa vejez es el comienzo de la marcha triunfal

    hacia la gloria. Ante los ojos oscuros del anciano

    piadoso, no se extiende un valle oscuro. Mientras

    pasa por el rio de la muerte, la luz radiante del otro

    mundo le glorifica. En vista del gran amanecer

    eterno, se aleja aquí de la orilla y pronto puede

    anclar en la costa de oro de la eternidad.

    “Me encuentro en el lado iluminado de mi vida,”

    dijo un anciano, “porque estoy cerca de la gloriosa

    eternidad.” Y el viejo Simeón en júbilo dijo: “Ahora

    Señor, despide a tu siervo en paz, porque mis ojos

    han visto a tu Salvador.” ¿No es esto una gloria

    indescriptible? ¿No es de envidiar tal triunfante

    peregrino que llega al hogar? ¡Ciertamente, la vejez

    de los justos tiene su belleza! TE

    Página para mayores

    La belleza de la vejez

    14

  • E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 │ T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A

    Como tus días ¡Como tus días, así tus fuerzas!

    Dios ha prometido, Él las dará.

    Confía el hoy a Dios sin vacilar

    y el mañana en sus manos deposita.

    ¡Haz hoy con fidelidad, lo que él te confió!

    Hoy es el valioso tiempo de gracia.

    Algunos momentos desaprovechados

    los años no traerán jamás devuelta.

    Te parece que tu hoy es difícil y triste

    con rugido de tormentas y olas;

    pon tu vista en Él, quien olas y vientos aquieta,

    quien extiende sus brazos hacia su hijo.

    ¡Permite que tu hoy sea una advertencia,

    entregándote por completo a tu Salvador!

    Quién sabe, tu Rey puede venir hoy;

    ¡preocúpate de estar listo para su llegada!

    El carácter de una persona se evalúa por sus palabras

    y acciones. Muchas veces no se reconoce que el alma

    se fortalece por estar en silencio. Sobre todo en

    nuestros días, donde la agitación y la prisa afecta

    nuestra vida cotidiana. Parece ser que el pasaje

    bíblico de Isaías 32,18: “Mi pueblo habitará […] en

    recreos de reposo” no cabe en el bullicio de hoy. Y

    sin embargo, es importante que no llevemos esta

    agitación terrenal a nuestro tiempo de silencio con

    Dios. “Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos,

    cierra tras de ti tus puertas” (Isaías 26, 20) nos

    recuerda el profeta. Y nuestro Salvador Jesucristo

    repitió esta advertencia en su sermón del monte. Cada

    persona debe tener un aposento tranquilo de este tipo,

    un aposento donde tenga un encuentro con Dios,

    donde pueda tener una comunicación con Él en

    oración. En el silencio, sí, en el secreto está nuestra

    fortaleza. Los carácteres más preciosos han crecido

    en el silencio. Pablo tuvo que estar en Arabia, donde,

    con la mirada apartada del mundo, podía recibir los

    mensajes por el Espíritu. Cuando apareció en público,

    pudo tener sublime victoria sobre todos los

    interrogantes polémicos, porque el conocimiento de

    la presencia de Dios lo ha fortalecido. “Estad quietos

    y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46,10).

    El tabernáculo del antiguo testamento tenía tres

    secciones, lo que debía ser un ejemplo al pueblo de

    Dios sobre su posición ante Dios. Muchos se

    encuentran, en sentido figurado, en la primera

    sección, en el atrio del templo. En el lugar santo se

    encuentra una pequeña cifra, y muy pocos son los

    que atraviesan todas las barreras y llegan al lugar

    santísimo. Si bien, ahora éste está abierto por la

    sangre de Cristo para todos. Este pequeño grupo ha

    aprendido en el silencio a hablar “cara a cara” con

    Dios. Son personas que conocen el poder que les

    aligera todas las cargas, y sus almas están rebosantes

    de inmensa alegría.

    Si crecemos sin resistencia en la mano de Dios,

    entonces Él puede expresar su imagen en nuestra

    vida. Pero esto, en un hombre frio y duro, no puede

    ser de otra manera que ser quebrantado y derretido en

    el fuego de Dios. Solo así el Señor puede presionar su

    sello divino en una vida humana. El alma que se ha

    aquietado, que “ha acallado su alma como un niño

    destetado de su madre” (Salmo 131,1) sabe que Dios

    siempre tiene pensamientos de amor y de paz con

    ella. Los hijos de Dios deben tener siempre en cuenta

    que no solo una vez por corto tiempo, sino que

    constantemente deben permanecer en comunión con

    el Señor, si quieren tener la certeza de su presencia.

    Si permanecemos constantemente en silencio, en el

    aposento con Jesús vemos las cosas terrenales desde

    una perspectiva diferente. Internamente lejos del

    bullicio del mundo podemos vivir con Jesús, sin

    estorbos en medio de la confusión y el ruido diario.

    En medio del tumulto del mundo hemos construido

    un aposento, donde Dios está en comunión con el

    alma, la cual está plenamente acallada en Él.

    G.O.C.

    Silencio en Dios

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  • T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A │ E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5

    PE RFIL DE LA IGLE SIA

    Winnipeg

    La Iglesia de Dios en Winnipeg se inició en 1928 con

    reuniones hogareñas de los hermanos Leo Schultz.

    Sólo había unos pocos hermanos. El hermano Patzer

    servía con la palabra, y el Señor bendijo esta obra ini-

    ciada en fe, donde almas fueron salvas y añadidas a su

    iglesia. Los hermanos se alegraban de la visita de al-

    gunos pastores que llegaban aquí y ministraban la

    Palabra. El hermano Schwieger ministró aquí desde

    1937 - 1938. La congregación creció y alquilaron

    durante varios años una iglesia adventista para las

    reuniones dominicales. En 1943 vinieron los herma-

    nos Weyland y trabajaron hasta 1948 como pastores.

    En 1943 se compró el primer edificio en la avenida

    Tweed 414. Cuando los hermanos Weyland se trasla-

    daron a Benton Harbor, después de un corto tiempo

    vinieron los hermanos Stumkat para servir a la iglesia

    durante varios años. Pero nos dejaron junto con algu-

    nos de los hermanos para comenzar reuniones en

    inglés. Pronto se llenaron los espacios con hermanos

    que habían perdido sus hogares debido a la guerra y

    emigraron a Canadá; y muchos encontraron en

    Winnipeg un nuevo hogar. En 1951 llegaron los her-

    manos Adolph Lutzer para estar al frente de la igle-

    sia. Sirvieron aquí durante más de 16 años. En 1952 el

    antiguo templo, que resultó ser demasiado pequeño,

    fue derribado y en el mismo lugar se construyó uno

    nuevo. ¡Qué hito importante fue para la iglesia! La

    congregación crecía constantemente, por lo cual

    vieron la necesidad de ampliar el templo en 1965. El

    Señor dio gracia, bendición y éxito.

    Nos gustaría añadir algo aquí. Para nuestra reunión

    anual de encuentro juvenil, en 1955 tuvimos visita de

    Brasil. El hermano Salomón Weissburger fue nuestro

    orador invitado. Alentó a los predicadores a realizar

    una conferencia pastoral cada año. Debido a su ubi-

    cación central, desde 1958 la iglesia de Winnipeg fue

    anfitriona de la conferencia anual de pastores de la

    misión germana en América del Norte, a la que perte-

    nece. La conferencia anual de pastores y la asamblea

    de la misión germano-canadiense fue siempre un

    punto importante para la iglesia. La llegada de la vi-

    sita de los ministros y delegados era un cambio agra-

    dable en los meses de invierno. Con el tiempo se de-

    seó desplazar la conferencia de pastores a otro lugar

    con el fin de dar a otras iglesias la oportunidad. En el

    2005 Edmonton hizo el comienzo y otras filiales le si-

    guieron. Después del prolongado tiempo de servicio

    de los hermanos Lutzers, llegaron los hermanos F.

    Weiss y sirvieron a la iglesia, hasta que los hermanos

    Nimz en 1968 se hicieron cargo del servicio por casi

    cinco años, y luego obedecieron una llamada de la

    Iglesia de Dios en Toronto. Se dirigieron a los herma-

    nos F. Henschel, quienes ayudaron por unos meses,

    hasta que los hermanos S. Raasch se hicieron cargo

    del trabajo en la iglesia en agosto de 1973 hasta 1984.

    En noviembre de 1978, la iglesia celebró su 50

    aniversario. Con corazones agradecidos al Señor, y

    pudiendo concordar con el salmista: “Dad gracias al

    Señor, porque él es bueno, porque para siempre es su

    misericordia” (Salmo 118,1). El hermano G.

    Sonnenberg fue nuestro orador principal y el coro de

    la iglesia de Edmonton embelleció el día con cancio-

    nes. También vale la pena mencionar la revista infan-

    til “Espigas-Alegres”. Esta comenzó a finales de 1956

    y fue emitida y enviada por el hermano G. Gutzmann

    hasta junio de 2012. También por el hermano A.

    Tuviks fueron editados y enviados durante muchos

    años folletos en ruso “La voz de la verdad.” Desde

    abril de 1968 hasta abril 2014 Winnipeg apoyó la

    emisión de nuestro programa radial “Mensaje de

    salvación”. Por escuchar la transmisión, algunas

    familias vinieron a nuestros cultos.

    En los años setenta llegaron inmigrantes de habla

    alemana desde Paraguay. Muchos de los visitantes

    vinieron a las reuniones, escucharon la Palabra de

    Dios, se arrepintieron y fueron bautizados bíblicamen-

    te. A medida que el número de visitantes crecía y la

    ubicación del templo era algo desfavorable, se llevó a

    cabo una elección el 15 de abril de 1981 para la

    compra de un terreno. La mayoría estaba a favor de

    comprar la propiedad sobre la avenida Concordia. En

    agosto de 1984, los hermanos R. Roesler se hicieron

    cargo del trabajo en la iglesia. En el mismo año fue

    construida la nueva casa pastoral. El antiguo templo

    fue puesto a la venta. Cuando se concretó la compra

    del terreno, comenzaron los preparativos para el

    nuevo edificio, que se inició en otoño de 1989.

    Muchas oraciones fueron elevadas al trono de Dios,

    para que Dios nos ayude a estar unidos en esta gran

    16

  • E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 │ T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A

    tarea de construir una nueva casa de Dios. Toda la construc-

    ción del edificio del templo fue entregado a un contratista.

    Sólo el sótano con las aulas para la escuela dominical, lo

    hemos concluido nosotros mismos. El Señor tendió su mano

    protectora sobre nosotros y nos protegió de accidentes.

    El 20 de mayo de 1990, el templo fue inaugurado. Para

    dicha ocasión vino el hermano H. D. Nimz como orador

    invitado con el coro de la iglesia y la banda de música de

    Edmonton. Todos nos sentimos bendecidos por la palabra

    de Dios y las presentaciones. Nos regocijamos y estábamos

    agradecidos por nuestra nueva casa de oración. En el verano

    de 1997 nos dejaron los hermanos R. Roesler y se traslada-

    ron a Toronto. La iglesia estuvo un año entero sin predica-

    dor local. Venían pastores de otros lugares para ayudarnos.

    Por un lapso más largo permaneció el hermano J. Jakobsh

    entre nosotros, y sirvió con la palabra. Los hermanos H.

    Klinger respondieron al llamado de servir a la Iglesia como

    predicador local. Vinieron a nosotros en agosto de 1998. A

    principios de 1999 sentimos la necesidad de empezar una

    reunión en el idioma nacional. Después de mucha oración,

    ayuno y consultar por la voluntad de Dios, sentimos la

    necesidad de comenzar un servicio regular en inglés en

    mayo de 1999. Alrededor del 2000 vinieron los hermanos

    ruso- alemanes de Alemania y asisten hasta hoy nuestros

    cultos. Estamos muy contentos y agradecidos por su

    participación en la iglesia.

    Todavía un punto más en particular pudo experimentar la

    iglesia en 2003. Por la gracia de Dios, la iglesia celebró sus

    75 años de existencia. El aniversario se celebró bajo el

    lema: “Lluvia de Bendiciones.” Nuestro orador invitado fue

    el Hermano Nimz y los hermanos Raasch y Roesler partici-

    paron con la palabra. El coro de voces y la banda instrumen-

    tal de la iglesia de Edmonton y nuestro coro nos han servido

    con canciones y música. Además, tres “coros” del patrimo-

    nio compilados: Orquestas, coro juvenil y coros de la igle-

    sia, donde participaron antiguos instrumentistas y cantantes

    de Winnipeg. Todos fuimos inmensamente bendecidos.

    Después de cuatro años tuvo lugar nuevamente un intercam-

    bio de pastor. En 2007 los hermanos H. Klinger obedecie-

    ron un llamado de la iglesia en Hamilton. En agosto de 2007

    vinieron los hermanos M. Kehler y nos sirven hasta hoy.

    Que el Señor los bendiga y les dé mucha gracia y fuerzas en

    todas sus tareas. Con fe, la iglesia mira hacia el futuro. El

    Señor es de hecho la cabeza de la iglesia y así debe seguir

    siendo. Él también nos prometió permanecer con nosotros

    todos los días hasta el fin del mundo.

    Matthias Frehm, Herbert Steinke

    Años

    Pastores

    1928 - 1936 Samuel Patzer †

    1937 - 1938 Hermano Schweiger †

    1943 - 1948 Hans Fritz Weyland †

    1948 - 1950 Otto Stumkat †

    1950 - 1951 Adam Flatt †

    1951 - 1967 Adolph Lutzer †

    1968 - 1968 Ferdinand Weiss †

    1968 - 1973 Hans-Dietrich Nimz

    1973 - 1973 Friedrich Henschel †

    1973 - 1984 Siegfried Raasch

    1984 - 1997 Reinhard Roesler

    1997 - 1998 Josef Jakobsh

    1998 - 2007 Harry Klinger

    2007 - a la fecha Martin Kehler

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  • T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A │ E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5

    os tripulantes del “Lammermuir” vieron el

    viaje con poco entusiasmo. Pero luego de

    algunos días, ese parecer cambió radical-

    mente. Los misioneros probaron ser de real ayuda. Si

    algo debía ser forjado, se hacía cargo del trabajo

    Nicol, el herrero escocés y lo hacía con más dedica-

    ción de la que ellos mismos lo harían. Jackson y

    Williamson los carpinteros, ayudaban gustosos donde

    había algo que arreglar. Ya que no había medico de

    abordo, los conocimientos quirúrgicos de Hudson

    Taylor eran impagables. Él compartió con la tripula-

    ción conocimientos sobre circulación sanguínea y

    primeros auxilios en accidentes. Así pasaban los días.

    Pero sucedía otra cosa con estos misioneros. Ellos

    parecían realmente felices. Los demás no entendían

    la razón. ¿Qué sería aquello que los hacía tan felices?

    ¿No habían elegido vivir en el extranjero?

    Generalmente los encontraban a la mañana, al medio-

    día y a la noche, reunidos en la cubierta o en un ca-

    marote cantando himnos. Siempre eran canciones de

    la iglesia o himnos de salvación, y justamente estos

    conmovieron el corazón de los tripulantes. Parecía

    que los misioneros amaban una en particular. El

    comienzo decía: “Jesús, Salvador de mi alma” y esta

    canción cantaban todos convencidos. Evidentemente

    la religión significaba algo para estas personos. Poco

    a poco los marineros se sintieron acercados a ellos.

    La conversión del segundo oficial, veinticinco días

    más tarde después de haber dejado el puerto de

    Plymouth, era para los misioneros un gran estímulo.

    Luego entregaron su vida al Señor dos marineros.

    Este fue el comienzo de un despertar entre los tri-

    pulantes. Se detuvo un tiempo. De repente los hom-

    bres mostraron interés sobre cuestiones espirituales.

    Entre los misioneros reinaba gran alegría.

    ¡Se podría cerrar el informe del viaje y solamente

    acotar aquí la maravillosa protección contra el nau-

    fragio en el mar de China, con la cual culminaba el

    viaje! Pero entonces se omitirían circunstancias, que

    lamentablemente tuvimos que pasar. Cuanto más

    cerca del Señor vive un cristiano y se quiere poner a

    su servicio, más dolorosas son las consecuencias si el

    Señor resulta decepcionado por alguna cosa. Eran

    solo pequeñas cosas que provocaron conflictos entre

    algunos misioneros. Grandes tentaciones hubieran

    malogrado su objetivo. Pero pequeñas observaciones,

    pequeñas hostilidades y celos produjeron disputas

    que arrastraron importantes consecuencias. Las ora-

    ciones se obstruyeron, y para dolor de todos los invo-

    lucrados, la obra del Espíritu Santo se detuvo.

    Durante todo un mes no pudieron ganar a nadie más

    para Cristo. Por lo tanto algunos hombres que habían

    reconocido la carga de sus pecados, permanecieron

    indecisos y sin salvación. Esta fue una terrible expe-

    riencia. Aunque los misioneros estaban preocupados

    por esta situación y sabían dónde estaba el problema,

    resultó difícil volver a ordenarlo y mantenerlo.

    bviamente Hudson Taylor fue profundamente

    afectado por ese suceso. ¿Podría él proteger a

    sus colaboradores velando fielmente y evitar malos

    entendidos? ¿Podría volver a restaurar “la unidad en

    el espíritu, que es un vínculo de paz”, luego de que

    haya ocurrido ante Dios? “Esta mañana”, decía un

    registro en el diario de los comienzos de julio, “tuve

    una conversación con el Sr. Nicol sobre el asunto.

    Seil se unió y luego Williamson. Acordamos

    reconocer nuestras culpas juntamente y orar por más

    unidad y amor. Hablé con cada uno y les exhorté por

    la necesaria unidad interna. Nos reunimos por la

    noche y realmente el Señor estaba presente. Yo creo

    L

    O

    Hudson TaylorParte 21

    EL M ISIONERO EN CHINA

    18

  • E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 │ T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A

    que a todos los presentes nos dio el correcto deseo de

    estar unidos en amor.

    Pero la posibilidad de nuevas tentaciones estaba

    latente, y unos meses más tarde se introdujo nueva-

    mente el espíritu de la discordia. Esta vez eran otras

    razones y otros misioneros, pero el resultado fue el

    mismo: espíritu de juzgar y peleas, pérdidas en la

    fuerza que obraba y las bendiciones.

    “Casi todos se quejaban de la falta de unidad y

    amor”, en su diario, el 8 de septiembre decía: “¡El

    Señor levante su brazo y argumente por nosotros!”

    Fundamental era que lo lamentaban mucho, recono-

    cían el peligro y estaban dispuestos de arrepentirse

    ante Dios. Ayuno y oración llevaron nuevamente a la

    victoria, ya que para aquellos que se humillan ante

    Él, es real eso de: “…porque vendrá el enemigo

    como río, mas el espíritu de Jehová levantará bandera

    contra él.” (Isaías 59,19) Luego el enemigo cambió

    su táctica de lucha. Ya que no tuvo más éxito soltó el

    “príncipe del aire” a su grupo más salvaje sobre ellos,

    decididos de eliminar de cualquier modo a la nacien-

    te misión. Quince días enteros se desató una poderosa

    tormenta. Lanzados de un tifón a otro, fueron lleva-

    dos casi al naufragio en el mar de China – sin vela,

    sin mástil, sin ayuda, pero con una inquebrantable

    esperanza en Dios.

    El Sr. Rudland escribió sobre ello: “Durante toda la

    tormenta, el Sr. Taylor estaba realmente tranquilo.

    Cuando el peligro alcanzó su punto máximo, las per-

    sonas se negaron a seguir trabajando. El capitán nos

    recomendó ponernos salvavidas, sospechando que la

    embarcación duraría entera como máximo dos horas.

    Este tenía la idea de ir con un arma en mano, hacia la

    cubierta de proa donde la tripulación se había retira-

    do. Taylor se le acercó. “¡No utilice ningún tipo de

    fuerza!”, dijo él, “¡hasta que hayamos intentado

    todo!” Entonces se fue tranquilo a la cubierta y les

    habló a los tripulantes. Les dijo que creía que Dios

    los ayudaría, pero que dependía del mayor cuidado

    en la dirección del barco, es decir de ellos mismos.

    “todos nosotros ayudaremos” agregó él, “nuestra vida

    corre el mismo peligro que la de ustedes” En aquel

    instante las personas recobraron la confianza y co-

    menzaron a trabajar con entusiasmo bajo los escom-

    bros, con los oficiales, los grumetes o muchachos de

    cabina, mas nuestros amigos, enseguida estaban los

    pilares de hierro que amenazaban con destruir la

    pared de la borda, nuevamente en su lugar.

    n una despejada mañana de septiembre, cinco

    días después de la tormenta, el “Lammermuir”

    finalmente pasó frente a la colonización europea en

    Shanghái antes de anclar. El corazón de los misione-

    ros estaba lleno de agradecimiento por la protección

    experimentada, que fue aún más maravillosa de lo

    que ellos mismo sabían. Un barco que partió

    enseguida tras ellos, de veintidós tripulantes, perdió

    dieciséis, mientras que en “Lammermuir” nadie salió

    lastimado gravemente o falleció. Apenas llegaron a

    puerto seguro, se desató otra terrible tormenta, la que

    el barco en su condición actual no soportaría.

    “Dios, el que nos llevó tan cerca de la eternidad,

    pero aún nos ha perdonado”, escribió uno de los

    misioneros, “quiera concedernos, que dediquemos

    completamente nuestra vida y el trabajo que tenemos

    por delante” “en todo el peligro no tuve ningún

    arrepentimiento, sino solamente encontré alegría por

    haberme embarcado en ese viaje.”

    E

    19

  • T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A │ E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5

    Ser libres – y quedar en libertad

    “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres.” (Gálatas 5,1)

    El mensaje de la libertad en Cristo es el tema central

    de la Biblia. Como el ser humano ha llegado a la

    esclavitud de Satanás por la caída en el pecado, era

    el esmero de Dios revelar en su palabra el plan de

    redención a las personas. En el centro de esta revela-

    ción está el gran acontecimiento de salvación me-

    diante el Hijo de Dios. Él mismo también anunció en

    su momento el evangelio de la maravillosa libertad:

    “La verdad os hará libres” (Juan 8,32). “Así que, si

    el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”

    (Vers. 36). Otros, quienes alcanzaron la posesión de

    libertad divina, se unieron a ella. Así el mensaje de

    la gracia liberadora llegó hasta nosotros.

    Pero ser libres no tiene sentido, si no se puede per-

    manecer en libertad. Gracias a Dios, que el Señor

    previó el experimentar esta doble gracia. Por ello

    Pablo exhorta en nuestro texto a los gálatas y tam-

    bién así a nosotros hoy, a permanecer en la libertad.

    Libre del yugo de la ley ¿Cuál era el motivo, por el cuál Pablo dirigió a los

    gálatas estas palabras de exhortación? Al comienzo

    del segundo viaje misionero, cuando Pablo y sus

    colaboradores atravesaron la región de Galacia, per-

    sonas de esta región también debieron haber creído

    en Cristo. En el tercer viaje misionero encontró allí

    discípulos, a los cuales fortaleció. Años más tarde,

    en su carta a los gálatas informa cómo trabajó en

    ellos (Gálatas 4,11), les predicó un evangelio divino

    (1,11), les presentó ante los ojos al crucificado,

    como si Cristo hubiera sido crucificado entre ellos

    mismos (3,1), y como él mismo sufrió los dolores

    como de parto de la nueva vida por ellos (4,19). El

    resultado fue que ellos se alegraron de la redención

    (4,15). Fueron liberados a través de Cristo. ¡Qué

    dicha ya en la tierra!

    Después que Pablo y sus colaboradores se fueron

    de este lugar, aparecieron entre ellos maestros de la

    ley. Podrían haber sido los mismos que se mostraron

    en la iglesia de Antioquía, según Hechos 15,1. Ellos

    enseñaban que los nuevos cristianos convertidos

    también estaban obligados a cumplir con la ley de

    Moisés, ante todo, debían circuncidarse para ser sal-

    vos. Aparentemente aconsejaban también guardar el

    sábado y otros días festivos de la ley, así como tam-

    bién los mandamientos de la ley mosaica respecto a

    la comida. El anuncio de estos maestros de la ley

    había confundido a los gálatas y nuevamente les

    había puesto un yugo de esclavitud, después de que

    habían sido liberados. De ahí la dura reprensión de

    Pablo bajo la solicitud del Espíritu Santo en la carta

    a los gálatas.

    Lo que los apóstoles vivieron en los primeros

    tiempos, se experimenta aun hoy todavía. También

    en nuestros tiempos surgen maestros, que probable-

    mente reconocen a Jesús y su liberadora obra de

    salvación, pero enseñan, como los falsos maestros,

    que también ciertas leyes del Antiguo Testamento

    deben ser cumplidas. ¿Qué diría Pablo hoy por ello?

    No debería decir también: “¡No estéis otra vez

    sujetos al yugo de esclavitud!” Sino “¡Estad, pues,

    firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres!”

    ¿No debería ser eso determinante para ancianos y

    jóvenes? Si es la inspirada palabra de Dios.

    20

  • E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 │ T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A

    Libre de la esclavitud del pecado Aparte del yugo de la ley, es de gran importancia

    que no nos dejemos atrapar otra vez en la esclavitud

    del pecado, después de que fuimos liberados de ella.

    Observemos con completa lógica mediante las

    siguientes situaciones tomadas de la vida:

    • De qué le serviría a un convicto ser liberado de la

    cárcel, si sabe que como libre no podrá vivir en

    libertad. ¿De qúe le sirve la libertad por poco

    tiempo?

    • ¿De qué le sirve al ciervo liberarse de la trampa en

    la que había caído, solamente para caer en otra?

    • ¿De qué le sirve al pez escaparse de la red del

    pescador, para ser atrapado de todos modos en la

    siguiente hora?

    • ¿De qué sirve decir con el salmista: “Nuestra alma

    escapó cual ave del lazo de los cazadores; se

    rompió el lazo, y escapamos nosotros”

    (Salmos 124,7), si el ave de todos modos pronto

    es capturado otra vez?

    • Sí, ¿de qué nos sirve a nosotros el haber oído el

    maravilloso mensaje de la libertad a través de

    Cristo y haber experimentado la redención, si

    pronto, mediante un acto pecaminoso, caemos

    nuevamente bajo el cautiverio de Satanás?

    ¿Debió Jesús haber dado su vida, para trasladarnos a

    un miserable servicio a Dios? ¿Es el servir a Dios

    entonces sólo un caer y levantarse? ¿Se podría

    hablar realmente de una alegría en el servir a Dios?

    (Pero en la Palabra de Dios dice: “¡Servid a Jehová

    con alegría!”) No, gracias a Dios, que nos trajo una

    posibilidad de ser liberados y poder permanecer

    libres por medio de Cristo. Ya en el umbral de la

    época del Nuevo Testamento prorrumpe Zacarías en

    una alabanza con los ojos puestos en el venidero

    plan de salvación mediante Cristo: “Bendito el Señor

    Dios […], que, librados de nuestros enemigos, sin

    temor le serviríamos en santidad y en justicia delante

    de él, todos nuestros días” (Lucas 1,68+74 y 75).

    ¡Observemos más de cerca esta declaración!

    Podemos ser liberados de la mano de nuestros

    enemigos, incluso de la mano del mayor enemigo,

    del enemigo de nuestra alma. ¿Para qué somos

    librados? Para servir a Dios. ¿Cuándo y por cuánto

    tiempo? Para toda la vida. No recién en el cielo, sino

    aquí en la tierra. ¿Cómo debemos servir a Dios?

    Primero, sin temor. Sí, si somos salvos y permanece-

    mos vestidos con la protección divina, no necesita-

    mos vivir continuamente con miedo a caer. Podemos

    más bien alabar diariamente y con alegría a Dios por

    la victoria que él nos da. En segundo lugar, nuestro

    servir a Dios debe ser en santidad y justicia, que

    agrada a Dios. Son características de un hijo de

    Dios, llevar una vida triunfante.

    Dios hizo todo para nosotros, para que podamos

    ser libres y permanecer en libertad, nosotros también

    debemos hacer todo para llegar a la posesión de esta

    valiosa condición y permanecer en ella. ¡No todo

    nos cae de arriba por sí solo! Tenemos que procurar

    con total seriedad la libertad en Cristo. Asimismo

    tenemos que preservar la obtenida libertad de

    nuestra alma. Por ello nuestro texto nos exhorta:

    “¡Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo

    nos hizo libres!” También tú debes y puedes gozar

    de esta maravillosa libertad hasta el fin de tus días.

    R. Roesler, Toronto (CA)

    ¡También tú debes y puedes

    gozar de esta maravillosa libertad

    hasta el fin de tus días!

    21

  • T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A │ E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5

    INFO RME

    El traslado de nuestra imprenta

    La historia de “Christian Unity Press” – El traslado de nuestra imprenta a Flint, Michigan, EE.UU.

    ¿Es necesario que tengamos una imprenta? ¿Se justi-

    fica el gasto de publicar literaturas? ¿Cuál es en reali-

    dad nuestra intención con el material impreso? Pre-

    guntas así y similares son planteadas con frecuencia.

    ¿Y cómo podemos responderlas de la mejor manera?

    En la edición de noviembre de 2014 de la Trompeta

    Evangelizadora, encontré en un anuncio de defuncio-

    nes (Hna. Elma Endrigkat) la respuesta a las mencio-

    nadas preguntas. Allí leí: “Dios guió que ustedes

    enviaran la Trompeta Evangelizadora a una conocida

    alemana de Vancouver. Cuando leyó en ella, se in-

    quietó mucho por el estado de su alma. Ella recono-

    ció que se convirtió a Dios mediante la lectura de la

    Trompeta Evangelizadora.” Ejemplos similares no

    son una peculiaridad y son el motivo para la publi-

    cación de literaturas guiadoras.

    Cuando aconteció el movimiento de la reforma,

    alrededor del año 1880, fue el versículo de Isaías

    27,13 el que condujo a publicar una hoja con litera-

    tura cristiana bajo el título de “Gospel Trumpet”

    (Trompeta Evangelizadora) en Rome City, Indiana.

    El profeta dice: “Acontecerá también en aquel día,

    que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que

    habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que

    habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová

    en el monte santo, en Jerusalén”. La primera edición

    apareció el 1° de Enero de 1881.

    La difusión de escritos tenía en aquel entonces un

    rol importante. El objetivo era traer entre las personas

    las nuevamente reconocidas verdades de la Palabra de

    Dios. ¿Por qué escritos adicionales a la Biblia? ¿No

    alcanzaba con la Biblia? - Existían diferentes inter-

    pretaciones de la Escritura; se leía en ella, lo que no

    era la intención de la Escritura, como por ejemplo, el

    bautismo de niños, el mantener el sábado, negación

    de la existencia del infierno, el sueño del alma, el

    tener que pecar, etc. Los escritos no deben reempla-

    zar a la Palabra de Dios, sino afirmarla.

    La imprenta fue trasladada en varias ocasiones en

    los primeros cinco años, hasta que en 1886, en Grand

    Junction, Michigan, encontró un lugar perdurable.

    Los pioneros de la Iglesia de Dios aprovecharon

    cada oportunidad para anunciar el evangelio. Se hacía

    en ambos idiomas, alemán e inglés (D. S. Warner era

    bilingüe). Para ellos, no se trataba del idioma, sino

    del mensaje. Mediante la inmigración proveniente de

    Alemania aumentó la necesidad de escritos en idioma

    alemán, pero especialmente por una publicación

    alemana de la “”Gospel Trumpet” (Trompeta

    Evangelizadora). El 1° de enero de 1895 apareció

    entonces la primera “Evangeliums Posaune” alemana,

    elaborada por el hno. F. I. Hahn, quien era pastor en

    Milwaukee, Wisconsin. Precio de venta U$S 1,00. Se

    publicaron 8.000 ejemplares, de los cuales 3.000

    estaban pedidos.

    La EP dio un impulso a la misión alemana. Al con-

    greso anual en Anderson, Indiana, venían tantas per-

    sonas de habla alemana, que tuvo que ser levantada

    una carpa separada para los alemanes. Eso condujo a

    que en 1897, cierta cantidad de pastores sintieran que

    debían trabajar separadamente entre los alemanes.

    La imprenta se utilizaba para ambos grupos de

    idiomas. En 1906 fue traslada a Anderson, Indiana, y

    continuó imprimiendo escritos en ambos idiomas. En

    22

  • E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5 │ T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A

    aquel entonces surgían por todos lados iglesias

    alemanas, lo que trajo consigo una demanda de

    escritos en alemán. Así fueron impresos, por ejemplo

    en 1903, en los primeros tres meses, 113.000

    tratados, así como en 1907, un himnario en alemán

    “Evangeliums Klänge” (Sonidos del Evangelio).

    La EP se volvió vía de conducción de la verdad y

    unió a los hermanos alemanes, que muchas veces se

    encontraban solitarios. En una Carta del Lector decía:

    “Vivimos lejos de cualquier iglesia. Leemos la Biblia

    y la Trompeta. La Trompeta es nuestro pastor.” La

    cantidad de lectores aumentaba cada vez más, de

    modo que en diciembre de 1909 fueron impresos

    31.900 ejemplares.

    La Primera Guerra Mundial trajo consigo un

    cambio radical. No solo surgió una tendencia anti-

    alemana, sino que cortó el apoyo financiero prove-

    niente de Europa. ¿Se debía cerrar el sector alemán y

    trasladarlo a Alemania? Se decidió no hacerlo. En la

    Conferencia de Pastores en Anderson (1919) se tomó

    la decisión de fundar una imprenta alemana separada,

    bajo el nombre de “Gospel Truth Company”. El nom-

    bre fue cambiado en 1920, nadie sabe por qué, a

    “Christian Unity Press”. En 1928, la imprenta de

    Anderson fue trasladada a York, Nebraska. Aquí no

    sólo se imprimió material de lectura en alemán, sino

    que la imprenta se transformó en la central de la obra

    alemana en EE.UU. En un gran lote fueron construi-

    dos, a través de los años, un nuevo edificio de im-

    prenta, una iglesia y viviendas para los trabajadores.

    Por muchos años, fueron periódicamente impresos

    solamente escritos en el idioma alemán, como por

    ejemplo, la Trompeta Evangelizadora, Mensajero de

    misión (Missionsbote), cuadernillos de lecciones,

    tratados, libros de enseñanza, himnarios, etc. En años

    posteriores fueron impresos escritos en inglés, como

    por ejemplo, “Foundation of Faith” y un himnario

    “Worship Hymnal”. Hoy la imprenta es bilingüe. Y

    también hoy como en el principio, no se trata del

    idioma, sino del mensaje.

    Lo obra alemana en York y en EE.UU. menguó con

    los años. Los hermanos más ancianos fallecieron y la

    gente joven se inclinó hacia el idioma del país, de

    modo que ya no hay más cultos en York. Una y otra

    vez se expresó la idea, si no sería de importancia para

    la obra trasladar la imprenta a un lugar en donde

    hubiera una congregación. La decisión se tomó en

    2013 en la Conferencia de Pastores en Steinbach,

    Manitoba, Canadá, y ahora se hizo realidad.

    En noviembre de 2014 pudimos comprar con la

    ayuda de Dios, un edificio con 25 años de antigüedad

    con una ubicación favorable en Flint, Michigan, a un

    precio razonable de U$S 227.000. Se encuentra en

    una zona industrial y tiene una ubicación céntrica,

    cerca del correo, UPS, Federal Express y el aeropuer-

    to en Flint (3 km). La nueva imprenta se halla a unos

    5 km de la iglesia en Swartz Creek. El edificio tiene

    una superficie total de 5.000 pies2 (Aproximadamente

    465 metros cuadrados) y está compuesto de dos

    secciones del mismo tamaño. El sector de adelante

    está compuesto de oficinas, una sala de conferencias

    y dos baños. La prevista imprenta deberá ser instalada

    en este sector delantero, porque las oficinas están

    equipadas con aire acondicionado. El cambio de

    El edificio nuevo

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  • T R O M P E T A E V A N G E L I Z A D O R A │ E N E R O / F E B R ER O 2 0 1 5

    temperatura daña a estas complejas máquinas. El sector

    de atrás del edificio es un gran depósito, que está

    provisto de una rampa de carga.

    Asociado a esta mudanza está también previsto un

    cambio a un proceso de impresión digital. La vieja im-

    presora Heidelberg tiene más de 40 años, y el proceso de

    impresión fue superado por una nueva tecnología. En

    todas las decisiones, Dios ayudó maravillosamente y

    abrió las puertas, de modo que las viejas máquinas

    pudieron ser oportunamente vendidas. Por el momento

    tenemos previsto comprar una impresora digital (alrede-

    dor de U$S 80.000-90.000). La máquina es capaz de

    preparar todo hasta el producto final. Mientras escribo

    este informe, 10 o más hermanos de Seminole, Texas,

    están de camino (14 horas de viaje con auto), para

    ayudar en York con la mudanza, es decir, empacar. En

    cualquier momento, en un futuro cercano, se deberá

    realizar la mudanza. También se mudará desde York a

    Flint el hno. Dieter Heinze, responsable de los trabajos y

    la editorial. Los hermanos Kurt Heinze, que durante años

    estuvieron fielmente al frente de la misma, pasarán sus

    últimos años en York.

    Durante el tiempo de la mudanza y el tiempo de las

    instalaciones de las máquinas, realizaremos la impresió