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Trotskismo y guevarismo ¿Estrategia soviética o estrategia guerrillera?

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Un contrapunto entre la concepción de la revolución en el Che Guevara y León Trotsky.

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    INDICE

    INTRODUCCIN..

    I. PRIMERA PARTE Un contrapunto entre la concepcin de la revolucin del Che Guevara y la de Len Trotsky . a) La transformacin de la revolucin democrticoburguesa en revolucin socialista... b) El sujeto social de la revolucin: clase obrera o campesinado?........................................................................................................................ c) El sujeto poltico de la revolucin: partido obrero revolucionario o partido militar guerrillero?..................................................................... d) El carcter internacionalista de la revolucin: internacionalismo proletario o internacionalismo tercermundista?.........................................

    II. SEGUNDA PARTE La revolucin permanente en Cuba a) La ley del desarrollo desigual y combinado en Cuba.. b) El Movimiento 26 de julio reemplaza al partido obrero revolucionario.. c) La transicin al socialismo en Cuba y el surgimiento del Estado obrero deformado....

    III. TERCERA PARTE Trotskismo y guevarismo, estrategias opuestas.. a) Estrategias opuestas.. b) El problema militar del guerrillerismo.. c) Conclusin.......................................................

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    Desde la dcada del 60, la figura del Che Guevara se convirti en una de las imgenes que ms ha recorri-

    do el mundo. Desde algn suburbio de EE. UU. hasta

    las derrumbadas calles de Palestina, su rostro invoca el

    espritu de la resistencia contra el imperialismo. Efecti-

    vamente, durante los ltimos cuarenta aos, ha genera-

    do las mayores inspiraciones en toda juventud que des-

    pierta tanto a las ideas del socialismo y de la transfor-

    macin revolucionaria de la sociedad, como as tambin

    de aquella que centra su atencin en la lucha de libera-

    cin de los pueblos oprimidos del mundo que resisten

    contra la barbarie imperialista. Su arrojo y entrega,

    puestos a prueba en las dursimas condiciones de sus l-

    timos das, son un punto de partida para comprender el

    espritu de poca del ascenso revolucionario de los aos

    60 y 70. Esta es una de las principales razones por la cual los jvenes trabajadores trotskistas del PTS nos ve-

    mos en la necesidad de abrir y exponer a los ojos de la

    juventud obrera, un debate fraternal sobre las diferen-

    cias estratgicas y fundamentales entre el Che Guevara

    y el lder revolucionario ruso Len Trotsky.

    Hay otra razn por la que tambin se hace necesaria

    esta polmica. Son centenares las organizaciones, sobre

    todo en Amrica Latina, que se reivindican a s mismas

    guevaristas, sin embargo se hace muy difcil encontrar alguna que haciendo suyo el legado terico y poltico

    del Che, lo lleve a una prctica consecuente. Distradas

    con experimentos barriales y contraculturales, una tras

    otra las organizaciones que se reivindican (inconse-

    cuentemente) guevaristas capitulan a diversas variantes

    burguesas y pequeoburguesas, principalmente a aque-

    llas que adoptan formas latinoamericanistas. Es lo que

    ocurri ante el nacionalismo burgus de Hugo Chvez y

    su socialismo con empresarios, o el capitalismo an-dino de Evo Morales, como los casos ms emblemti-cos. Inclusive, aquellas guerrillas que persisten cuentan

    con orientaciones polticas de colaboracin de clase con

    fracciones de la burguesa, algo que las acerca mucho

    ms al estalinismo-maosmo que al propio guevarismo

    (es el caso de las FARC de Colombia y su histrica

    bsqueda de acuerdos con el Partido Liberal). Tambin

    est el caso de aquellas organizaciones de corte estali-

    nista que de forma espuria intentan apropiarse de la fi-

    gura del revolucionario latinoamericano, con el fin de

    adoptar una pose ms combativa que les permita cubrir

    su prctica poltica reformista de alianza con fracciones

    burguesas por no sealar aquellos movimientos direc-

    tamente burgueses, tal como ocurre con el kirchneris-

    mo, variante centroizquierdista del peronismo, que in-

    cluso ha llegado a reclamar a un supuesto Che Guevara

    peronista! Desarrollar este debate de estrategias entre

    ambos revolucionarios tendra esta funcin de reivindi-

    car con mayor claridad el legado poltico del Che, a

    sabiendas que sufriendo una evolucin en su pensa-

    miento en muy poco tiempo, supo pasar de una posicin

    reformista-estalinista a otra ms directamente de inde-

    pendencia de clase que sintetiz en la consigna Revo-lucin socialista o caricatura de revolucin. Pero acla-ramos que a su vez no es nuestro objetivo identificar a

    ambos revolucionarios para hacer confluir sus pensa-

    mientos en una corriente revolucionaria nica. Todo lo

    contrario, pues nuestro fin es esclarecer diferencias fun-

    damentales, incluso, irreconciliables.

    A sietes aos de iniciada la gran crisis que sell el comienzo del fin del neoliberalismo, desde la comisin de propaganda (2015) de la Juventud trabajadora (Capi-

    tal) del PTS/Frente de Izquierda, compartimos este ma-

    terial con el nimo de ayudar a armar a las nuevas gene-

    raciones con el legado terico y poltico de los grandes

    revolucionarios, principalmente de Len Trotsky, nues-

    tro maestro, quin fuera dirigente de la primera revolu-

    cin obrera y socialista triunfante de la historia de la

    humanidad.

    El editor

    INTRODUCCIN POR QU UN DEBATE DE ESTRATEGIAS CON EL GUEVARISMO DESDE EL TROTSKISMO? .

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    A continuacin, para un anlisis dinmico de sus

    respectivas estrategias, desarrollaremos una compara-

    cin (convergencias y divergencias) entre los aspectos

    nodales de la concepcin revolucionaria de Trotsky y

    del Che. Estos aspectos son cuatro: en primer lugar, el

    carcter de la revolucin en los pases de desarrollo ca-

    pitalista atrasado (determinado por las tareas estruc-

    turales pendientes que esta debe resolver en ellos); en

    segundo lugar, la clase social que est llamada a dirigir

    la accin revolucionaria de las masas en estos pases pa-

    ra resolver estas tareas estructurales pendientes; en ter-

    cer lugar, el tipo de organizacin poltica que debe

    agrupar a la vanguardia revolucionaria para dirigir a las

    masas en la realizacin de dichas tareas; y, finalmente,

    el tipo de concepcin internacionalista de la revolucin

    que ambos dirigentes poseen1.

    CONVERGENCIAS ENTRE TROTSKY Y EL CHE

    LA TRANSFORMACIN DE LA REVOLUCIN

    DEMOCRATICOBURGUESA EN REVOLUCIN

    SOCIALISTA

    El pensamiento revolucionario de Len Trotsky y el

    del Che Guevara tienen un punto de encuentro

    fundamental. Ambos revolucionarios, analizando la

    situacin de los explotados y pueblos oprimidos de los

    pases con un desarrollo capitalista ms atrasado, ya

    sean pases coloniales o semicoloniales, reconocen el

    1 Para un estudio ms profundo y desarrollado, ver: Facundo Aguirre

    y Ruth Werner, El guevarismo y la revolucin latinoamericana, en Insurgencia Obrera en la Argentina (1969-1976) [Buenos Ai-res, Ediciones IPS, segunda edicin (ampliada)], 2009, p. 273.

    papel completamente contrarrevolucionario y cobarde

    de las burguesas nacionales.

    Durante la lucha por el derrocamiento de los viejos

    regmenes feudales y absolutistas de Europa, la burgue-

    sa occidental haba cumplido un papel altamente revo-

    lucionario, siendo capaz de resolver demandas demo-

    crticas profundamente sentidas por el pueblo. Es as

    como en 1789 la burguesa francesa haba sido capaz de

    liderar una revolucin popular en contra del rey Luis

    XVI, con el fin de instaurar una repblica democrtica

    que garantizara mayores libertades y expropiara la tierra

    de los aristcratas para repartirla entre la gran masa de

    campesinos empobrecidos de Francia. Por su parte, po-

    cos aos antes, en 1776, la nueva burguesa norteame-

    ricana haba logrado liderar una revolucin popular

    anticolonial en contra de la Corona britnica conquis-

    tando, entre otras cosas, la liberacin nacional y la plena

    independencia poltica de Inglaterra. Era la poca de las

    revoluciones burguesas y en la cual la clase obrera an

    no haba emergido como una nueva clase social revol-

    cionaria, por encontrarse en un estado infantil (hecho

    que comenzar a cambiar a partir de la Comuna de Pars

    de 1848 y el proceso conocido como Primavera de las

    Naciones o Primavera de los Pueblos)2.

    Sin embargo, en el siglo XX nos encontramos con el

    desarrollo de un capitalismo de tipo imperialista, carac-

    terizado por cinco aspectos fundamentales: la fusin del

    capital bancario con el capital industrial (dando origen

    al capital financiero), la concentracin de capital que da

    nacimiento a grandes monopolios que ocupan sectores

    enteros de la economa, la exportacin de capital de

    estos monopolios a pases de atraso econmico (dando

    nacimiento a un proletariado concentrado en estos), la

    2 Para un estudio ms acabado sobre la comparacin entre la poca de

    la revolucin burguesa y la poca de la revolucin proletaria, ver:

    Matas Maiello y Emilio Albamonte, En los lmites de la Restaura-cin burguesa, revista Estrategia Internacional N27, [Buenos Aires, FT-CI], marzo de 2011, p. 57.

    aparicin (por consiguiente) de Estados opresores y

    oprimidos, y el surgimiento de una aristocracia obrera

    en los Estados opresores que usufructan de la explota-

    cin del proletariado de estos pases de atraso econ-

    mico3. La vieja burguesa revolucionara llega al siglo

    XX convertida en una clase contrarrevolucionaria y pa-

    rasitaria, opresora y saqueadora de otras naciones y

    acrrima enemiga de las demandas democrticas ms

    sentidas de estos pueblos (como la reparticin de la tie-

    rra entre los campesinos o la liberacin nacional).

    En el caso de los pases de desarrollo capitalista

    atrasado, como los pases latinoamericanos o la Rusia

    de comienzos de siglo XX, las burguesas nativas se en-

    contraban estrechamente entrelazadas desde el punto de

    vista econmico con las burguesas imperialistas de los

    pases capitalistas ms desarrollados. Es as como, con

    el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, los pases

    de Amrica Latina se encuentran convertidos en semi-

    colonias norteamericanas y sus clases dirigentes lacayas

    de EE.UU. A comienzos del mismo siglo, el desarrollo

    econmico ruso se encontraba atrapado bajo el capricho

    del capital financiero imperialista europeo, que llev a

    Rusia como furgn de cola en la Primera Guerra Mun-

    dial, en un pas que contaba con una aplastante pobla-

    cin campesina, pobre, analfabeta y profundamente su-

    persticiosa (tal como ocurra con la poblacin campesi-

    na e indgena de Amrica Latina).

    Tanto Trotsky como el Che, a travs de sus expe-

    riencias, ven el carcter contrarrevolucionario de estas

    burguesas. En 1954, en Guatemala, Guevara (antes de convertirse en El Che) participar activamente en las brigadas juveniles que resistieron a la invasin militar

    norteamericana en contra del presidente nacionalista

    Jacobo Abernz. As fue cmo presenci directamente la

    capitulacin de la burguesa y el ejrcito guatemalteco.

    3 Para un estudio ms profundo y desarrollado, ver: Vladimir Lenin,

    Imperialismo fase superior del capitalismo, en Obras Selectas [Buenos Aires, Ediciones IPS], 2012.

    PRIMERA PARTE UN CONTRAPUNTO ENTRE LA CONCEPCIN DE LA REVOLUCIN DEL CHE GUEVARA Y LA DE LEN TROTSKY .

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    Esta experiencia ser determinante para l en su evolu-

    cin poltica. Ms tarde confirmar la misma actitud en

    la burguesa cubana que, tras la cada de la dictadura de

    Batista, pasar de ser oposicin a la misma a convertirse

    en agente directo de la contrarrevolucin. En el caso de

    Trotsky, ser determinante para l la experiencia revo-

    lucionaria rusa de 1905, en donde ve un papel cobarde

    por parte de la burguesa nativa ante la dictadura zarista,

    pues si bien en un momento inicial se apoy en el movi-

    miento de masas para intentar conseguir algunas con-

    quistas democrticas, luego de esto se volver opositora

    al movimiento revolucionario de las masas. Esta misma

    actitud la ver repetirse en 1917 en el mismo pas y pos-

    teriormente en 1926 en el proceso revolucionario chino.

    Ambos llegan a la conclusin de que las demandas

    democrticas y populares sentidas, que las burguesas

    del siglo XVII de Francia y Estados Unidos, pudieron

    resolver para sus pueblos, no iban a ser resueltas por

    ninguna burguesa nativa de estos pases de desarrollo

    atrasado. Para Trotsky y el Che no habra, bajo la direc-

    cin de estas burguesas, ni reforma agraria efectiva ni

    liberacin nacional para las colonias y semicolonias. Al

    respecto, en 1966, el Che Guevara declar en su discur-

    so de apertura a la Conferencia de la Tricontinental:

    Amrica constituye un conjunto ms o menos homogneo, y en la casi totalidad de su territorio los

    capitales monopolistas norteamericanos mantienen una

    primaca absoluta. Los gobiernos tteres o, en el mejor

    de los casos, dbiles y medrosos, no pueden imponerse a

    las rdenes del amo yanqui. Los norteamericanos han

    llegado casi al mximo de su dominacin poltica y

    econmica. Poco ms podran avanzar ya. Cualquier

    cambio de la situacin podra convertirse en un retro-

    ceso en su primaca. Su poltica es mantener lo conquis-

    tado. La lnea de accin se reduce, en el momento

    actual, al uso brutal de la fuerza para impedir movimien-

    tos de liberacin de cualquier tipo que sean []. Por otra parte, las burguesas autctonas han perdido toda su

    capacidad de oposicin al imperialismo y solo forman

    su furgn de cola. No hay ms cambios que hacer; o

    revolucin socialista o caricatura de revolucin4.

    En similar sintona, Trotsky manifest en una

    entrevista en el ao 1938 desde su exilio mexicano:

    La sociedad latinoamericana como toda sociedad desarrollada o atrasada- est compuesta por tres clases:

    la burguesa, la pequeaburguesa y el proletariado. En

    la medida en que las tareas son democrticas (en el

    amplio sentido histrico), son tareas democrtico-

    burguesas, pero ac la burguesa es incapaz de resolver-

    las, como lo ha sido en Rusia y en China5.

    Ese mismo ao, para el Congreso de fundacin de la

    IV Internacional, declar:

    Los pases coloniales y semicoloniales son por su misma naturaleza pases atrasados. Pero estos pases

    atrasados viven en las condiciones de la dominacin

    mundial del imperialismo. Es por eso que su desarrollo

    tiene un carcter combinado: renen al mismo tiempo

    las formas econmicas ms primitivas y la ltima

    palabra de la tcnica y de la civilizacin capitalista. Esto

    es lo que determina la poltica del proletariado de los

    pases atrasados: est obligado a combinar la lucha por

    las tareas ms elementales de la independencia nacional

    y la democracia burguesa con la lucha socialista contra

    el imperialismo mundial. Las reivindicaciones democr-

    ticas, las reivindicaciones transitorias y las tareas de la

    revolucin socialista no estn separadas en la lucha por

    etapas histricas, sino que surgen inmediatamente las

    unas de las otras. [] Los problemas centrales de los pases coloniales y semicoloniales son: la revolucin

    agraria, es decir, la liquidacin de la herencia feudal, y

    la independencia nacional, es decir, el sacudimiento del

    yugo imperialista. Estas dos tareas estn estrechamente

    ligadas la una a la otra [] Es imposible rechazar pu-ra y simplemente el programa democrtico; es necesario

    que las masas por s mismas sobrepasen este programa

    en la lucha. La consigna de la Asamblea Nacional (o

    4 Ernesto Guevara, Discurso de apertura del Che Guevara a la

    Conferencia de la Tricontinental, 1966, Obras completas [La Habana, Editorial de Ciencias Sociales], 1991, p. 584.

    5 Len Trotsky, Discusin sobre Amrica Latina, en Escritos Latinoamericanos [Buenos Aires, Ediciones IPS], 2013, p. 124.

    Constituyente) conserva todo su valor en pases como la

    China o la India. Es necesario ante todo armar a los

    obreros de este programa democrtico. Slo ellos

    pueden levantar y unir a los campesinos. Sobre la base

    del programa democrtico revolucionario es necesario

    oponer los obreros a la burguesa nacional. A una cierta etapa de la movilizacin de las masas bajo las

    consignas de la democracia revolucionaria, los soviets

    pueden y deben surgir. Su rol histrico en cada perodo

    dado, en particular su relacin con la Asamblea

    Nacional, est determinado por el nivel poltico del

    proletariado, por la ligazn entre este y la clase campe-

    sina, por el carcter de la poltica del proletariado. Tarde

    o temprano los sviets deben derribar a la democracia

    burguesa. Solo ellos son capaces de llevar hasta el final

    la revolucin democrtica y abrir as la etapa de la

    revolucin socialista6.

    De esta forma, ambos revolucionarios concluyen

    que las tareas democraticoburguesas pendientes (es

    decir, aquellas que no cuestionan el carcter privado de

    los medios de produccin como la propiedad de la tierra

    o de las fbricas) de estos pases de desarrollo capita-

    lista atrasado solo podran ser resueltas en una lucha

    irreconciliable contra las burguesas locales atadas al

    imperialismo. Por lo tanto, ante la ausencia de una

    burguesa revolucionaria, la revolucin democrtico-

    burguesa se transformaba en revolucin socialista y

    adoptara su programa.

    Este es un aspecto fundamental de convergencia

    entre el pensamiento revolucionario de Trotsky y el del

    Che Guevara, opuesto a la concepcin reformista de los

    partidos comunistas estalinizados que, para la realiza-

    cin de las tareas democraticoburguesas pendientes,

    promovan la colaboracin abierta con una supuesta

    burguesa nacional, democrtica y progresista, una

    orientacin traidora que desarmaba polticamente a la

    clase obrera ante su propia burguesa.

    6 dem, La agona mortal del capitalismo (el programa de

    transicin)", 1938, El programa de transicin y la fundacin de la

    IV Internacional (compilacin) [Buenos Aires, Ediciones IPS], 2007, p. 65.

  • 7

    DIVERGENCIAS ENTRE TROTSKY Y EL CHE

    EL SUJETO SOCIAL DE LA REVOLUCIN:

    CLASE OBRERA O CAMPESINADO?

    Sin embargo, las diferencias surgen cuando comen-

    zamos a abordar la cuestin sobre qu clase se har de

    la direccin de la revolucin ante la ausencia de una

    burguesa revolucionaria. Basados en sus propias expe-

    riencias, pero extrayendo conclusiones opuestas, Trots-

    ky y el Che contrapondrn, en la formulacin de sus es-

    trategias, el rol de la clase obrera urbana y el de las ma-

    sas rurales.

    Apoyado en la experiencia rusa, Trotsky plantear

    que la dispersin geogrfica, la heterogeneidad social y

    la relacin ntima que mantiene el campesinado con la

    pequea propiedad privada de la tierra, le impedirn a

    este cumplir un rol independiente de la burguesa (desde

    el punto de vista poltico) y hegemnico (desde el punto

    de vista social) en la alianza popular que deber someter

    a las clases opresoras. Mientras que, por su parte, la cla-

    se obrera concentrada en las principales ciudades, cen-

    tros del poder econmico y poltico, y responsable del

    funcionamiento de la moderna maquinaria capitalista,

    estar destinada a cumplir el rol de direccin nacional,

    acaudillando tras de s a los campesinos pobres (en

    contra de los grandes propietarios de la tierra) y exten-

    diendo la revolucin desde las principales ciudades has-

    ta lo ms alejado del campo7.

    En Resultados y perspectivas, Trotsky seala:

    La socialdemocracia, como partido del proletariado, aspira naturalmente a la dominacin poltica de la clase

    obrera. El proletariado crece y se fortalece con el creci-

    miento del capitalismo. En este sentido, el desarrollo del

    7 Para un estudio ms profundo de la dinmica de la revolucin rusa y

    el rol del proletariado, ver: Len Trotsky, Resultados y perspec-tivas. Las fuerzas motrices de la revolucin, en La teora de la revolucin permanente (compilacin), [Buenos Aires, Ediciones IPS], 2011, p. 35.

    capitalismo es equivalente al desarrollo del proletariado

    hacia la dictadura [proletaria]. Pero el da y la hora en

    que el poder ha de pasar a manos de la clase obrera no

    dependen directamente de la situacin de las fuerzas

    productivas sino de las condiciones de la lucha de cla-

    ses, de la situacin internacional y, finalmente, de una

    serie de elementos subjetivos: tradicin, iniciativa, dis-

    posicin para el combate...

    Es posible que el proletariado de un pas econmi-

    camente atrasado llegue antes al poder que en un pas

    capitalista evolucionado. En 1871 se hizo cargo cons-

    cientemente de la direccin de los asuntos pblicos en el

    Pars pequeoburgus, aunque slo por un periodo de

    dos meses; pero ni por una sola hora tom el poder en

    los grandes centros capitalistas de Inglaterra o de los Es-

    tados Unidos. La idea de que la dictadura proletaria de-

    pende en algn modo automticamente de las fuerzas y

    medios tcnicos de un pas, es un prejuicio de un mate-

    rialismo econmico simplificado hasta el extremo. Tal idea no tiene nada en comn con el marxismo. En

    nuestra opinin la revolucin rusa crear las condiciones

    bajo las cuales el poder puede pasar a manos del pro-

    letariado (y, en el caso de una victoria de la revolucin,

    as tiene que ser) antes de que los polticos del liberalis-

    mo burgus tengan la oportunidad de desplegar comple-

    tamente su genio poltico. [] El nmero de proletarios industriales, su grado de con-

    centracin, su nivel cultural y su importancia poltica

    dependen, sin duda, del grado de desarrollo de la indus-

    tria capitalista. Pero esta dependencia no es directa; en-

    tre las fuerzas productivas de un pas y las fuerzas polti-

    cas de sus clases se interponen, en cada momento, dife-

    rentes factores sociales y polticos de carcter nacional e

    internacional, que pueden llevar la configuracin polti-

    ca correspondiente a unas condiciones econmicas en

    una direccin inesperada, e incluso cambiarla por com-

    pleto.

    Y con respecto a la cuestin del campesinado,

    continua:

    La poltica de la burguesa liberal capitalista es, a pesar de todas sus vacilaciones y repliegues, a pesar de toda

    su traicin, bastante definida. La poltica del proletaria-

    do es definida y perfilada an con mayor exactitud. Pero

    la poltica de la intelligentsia, a causa de su posicin so-

    cial intermedia y de su inconsistencia, la poltica del

    campesinado por su heterogeneidad social, por su

    posicin intermedia y por su primitivismo, la poltica

    de la pequeaburguesa, a su vez, como consecuencia de

    su falta de carcter, de su posicin igualmente interme-

    dia y de su carencia completa de tradiciones polticas, la

    poltica de estos tres grupos sociales es totalmente

    indefinida, informe, llena de variadas alternativas y, por

    tanto, llena de sorpresas. [] El destino de los intereses revolucionarios ms ele-mentales del campesinado -incluso de la clase ente-

    ra campesina- est, por consiguiente, entrelazado con el

    destino de toda la revolucin, es decir, con el destino del

    proletariado.

    El proletariado, hallndose en el poder, se mostrar ante

    el campesinado como la clase liberadora. [] Pero sera posible que el campesinado mismo apartase al proletariado y ocupase su sitio? No; eso es imposible.

    Toda la experiencia histrica se rebela contra esta

    suposicin. La experiencia demuestra que el campesina-

    do es completamente incapaz de desempear un papel

    poltico independiente. La historia del capitalismo es la

    historia de la subyugacin del campo a la ciudad. [] La burguesa rusa cede todas las posiciones revolucio-narias al proletariado. Tendr que ceder tambin la he-

    gemona revolucionaria sobre el campesinado. En esta

    situacin en la que el poder pasa al proletariado, al cam-

    pesinado no le quedar otra solucin que adherirse al r-

    gimen de democracia obrera, aunque en este caso, no

    manifieste mayor firmeza moral que manifest anterior-

    mente al adherirse al rgimen de la burguesa.

    Y en Tres concepciones de la revolucin rusa Trot-

    sky es mucho ms categrico en cuanto a esta cuestin:

    El campesinado est disperso sobre la superficie de un enorme pas cuyos lugares de concentracin claves son

    las ciudades. El campesinado es incapaz de formular

    siquiera sus propios intereses, en tanto aparecen como

    diferentes en cada distrito. La ligazn econmica entre

    las provincias la crean el mercado y el ferrocarril, pero

    ambos estn en manos de las ciudades. Al tratar de rom-

    per con las limitaciones de la aldea y generalizar sus

    propios intereses, el campesinado inevitablemente cae

    en dependencia poltica de la ciudad. Finalmente, el

    campesinado es heterogneo en sus relaciones sociales:

    el sector de los kulaks [campesinos ricos] tiende natural-

    mente a la alianza con la burguesa urbana, mientras que

    los sectores ms pobres de la aldea se inclinan hacia el

  • 8

    proletariado urbano. En estas condiciones el campesi-

    nado como tal es totalmente incapaz de tomar el poder.

    Es cierto que en la antigua China las revoluciones lleva-

    ron al poder al campesinado o, ms precisamente, a los

    dirigentes militares de las insurrecciones campesinas.

    Esto llevaba cada vez a una nueva divisin de la tierra y

    a la instauracin de una nueva dinasta campesina, a partir de la cual todo empezaba de nuevo; una nueva

    concentracin de la tierra, una nueva aristocracia, un

    nuevo sistema de usura y una nueva insurreccin. En

    tanto la revolucin conserva su carcter netamente

    campesino la sociedad es incapaz de salir de estos

    crculos viciosos. Esta fue la base de la historia antigua

    de Asia, incluyendo la rusa. En Europa, a partir de fines

    de la Edad Media, toda insurreccin campesina que

    triunfaba no llevaba al poder a un gobierno campesino

    sino a un partido urbano de izquierda. Para plantearlo

    con ms precisin, una insurreccin campesina tena

    xito exactamente en la medida en que lograba fortale-

    cer la situacin del sector revolucionario de la poblacin

    urbana. En la Rusia burguesa del siglo XX ni hablar

    caba de la toma del poder por el campesinado

    revolucionario8.

    Por su lado, el Che Guevara, apoyndose en la

    experiencia cubana, percibir que la influencia poltica

    y militar que ejerce la burguesa en las principales ciu-

    dades del Tercer Mundo le impedir a la clase obrera

    elevarse al rol de clase revolucionaria dirigente, mien-

    tras que el alejamiento geogrfico del campesinado

    sugiere una ventaja estratgica para la organizacin de

    una fuerza revolucionaria que avance sobre las ciuda-

    des. De esta forma el Che plantea que el desarrollo de la

    revolucin socialista comienza en el campo y avanza

    sobre la ciudad en donde culminara el proceso

    insurreccional9. Se basar exclusivamente en una visin

    tcnica de tipo militar:

    8 Len Trotsky, Tres concepciones de la revolucin rusa, en La

    teora de la revolucin permanente (compilacin) [Buenos Aires,

    Ediciones IPS], 2011, p. 103. 9 Para un estudio ms profundo sobre la concepcin guevarista de la

    revolucin en Amrica Latina, ver: Ernesto Guevara, La Guerra de guerrillas, en Obras Escogidas 1957-1967 [La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, Ediciones polticas] 1991, p. 32.

    Tres aportaciones fundamentales hizo la Revolucin cubana a la mecnica de los movimientos revolucio-

    narios en Amrica. Ellas son: 1) Las fuerzas populares

    pueden ganar una guerra contra el Ejrcito. 2) No

    siempre hay que esperar a que se den todas las

    condiciones para la revolucin; el foco insurreccional

    puede crearlas. 3) En la Amrica subdesarrollada el

    terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente

    el campo []. El tercer aporte es fundamentalmente, de ndole estratgica, y debe ser una llamada de atencin a

    quienes pretenden con criterios dogmticos centrar la

    lucha de las masas en los movimientos de las ciudades,

    olvidando totalmente la inmensa participacin de la

    gente del campo en la vida de todos los pases subdesa-

    rrollados de Amrica. No es que se desprecie la lucha de

    masas obreras, simplemente se analiza con criterio rea-

    lista las posibilidades de la lucha armada en las condi-

    ciones difciles donde las garantas que suelen adornar

    nuestras constituciones estn suspendidas o ignoradas.

    En estas condiciones los movimientos obreros deben

    hacerse clandestinos, sin armas, en la ilegalidad y arras-

    trando peligros enormes; no es tan difcil la situacin en

    campo abierto, apoyados los habitantes por la guerrilla

    armada y en lugares donde las fuerzas represivas no

    pueden llegar10.

    Ambos revolucionarios se basarn en argumentos

    distintos. Trotsky lo har en el carcter revolucionario a

    nivel internacional de la clase obrera en la poca im-

    perialista, su rol en la produccin capitalista, su peso

    social en los centros del poder econmico y poltico de

    las distintas naciones, en la falta de independencia

    poltica del campesinado y en la relativa debilidad de

    las burguesas nacionales subdesarrolladas en relacin a

    la clase obrera, producto de su dependencia con res-

    pecto del capital imperialista. En cambio, el Che es es-

    cptico del poder de accin de la clase obrera. Para l,

    las insurrecciones urbanas estn condenadas a la derrota

    frente a la superioridad militar del Estado y, por lo tan-

    to, la ciudad es el ltimo lugar a conquistar por la revo-

    lucin, dejndola librada en mayor medida a la in-

    fluencia de la burguesa. Para el Che, el campo es el

    medio en que se desarrolla el agente de cambio hist-

    10 Ibdem.

    rico, el ejrcito revolucionario: El guerrillero es ante todo un revolucionario agrario11. A partir de aqu, tan-to Trotsky como el Che desarrollarn en sentidos opues-

    tos las bases para su estrategia revolucionaria,

    llevndolo al extremo, de lo social a lo poltico y a lo

    internacional12

    .

    Segn Facundo Aguirre y Ruth Werner, en El

    guevarismo y la revolucin latinoamericana:

    El papel hegemnico que, en la lucha de clases, atribuye [el Che Guevara] al campo sobre la ciudad se

    basa en una premisa falsa que sostiene el fin de las

    insurrecciones urbanas triunfantes debido a la superiori-

    dad tcnica de las FF. AA. burguesas. Guevara no toma

    en cuenta que, en el propio caso cubano, la accin fun-

    damental fue la huelga general en la ciudad de La

    Habana, que en enero de 1959 descalabr las ltimas

    resistencias del Ejrcito de Batista y desbarat las ma-

    niobras del rgimen y de la burguesa para arrebatarle el

    poder al M26. Tampoco que fueron las movilizaciones

    en la capital las que produjeron el derrocamiento de

    Manuel Urrutia, cuando la burguesa intent desalojar a

    Fidel. Esta desestimacin terica sorprende, ya que el

    Che -al igual que Fidel- reconoca el hecho de que el

    elemento urbano fue un factor decisivo en la experiencia

    cubana. Pero este reconocimiento fctico no hizo me-lla en su esquema conceptual13.

    11 Ibdem. 12 Para un estudio ms desarrollado sobre la Revolucin cubana desde

    la ptica del trotskismo, ver: Facundo Aguirre y Gustavo Dunga,

    La revolucin permanente en Cuba, revista Estrategia Interna-cional N20 [Buenos Aires, FT-CI], septiembre de 2003.

    13 Facundo Aguirre y Ruth Werner, El guevarismo y la revolucin latinoamericana, en Insurgencia Obrera en la Argentina (1969-1976) [Buenos Aires, Ediciones IPS, segunda edicin (ampliada)], 2009, p. 273.

  • 9

    EL SUJETO POLTICO DE LA REVOLUCIN:

    PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

    O PARTIDO MILITAR GUERRILLERO?

    Esta primera divergencia entre Trotsky y el Che lle-

    va necesariamente a una segunda divergencia. Si ambos

    ven que, ante la ausencia de una burguesa revolucio-

    naria en los pases atrasados, la revolucin debe ser lle-

    vada adelante por otras clases sociales, qu forma a-

    doptara la organizacin de la vanguardia revoluciona-

    ria?

    Si para Trotsky la clase obrera es el sujeto social de

    la revolucin, arrastrando tras de s al campesinado en

    una alianza obrera y popular, el sujeto poltico de la

    revolucin ser el partido obrero revolucionario: la

    fusin entre la intelectualidad marxista revolucionaria y

    la vanguardia combativa de la clase obrera, organizada

    en un rgimen interno basado en la tradicin leninista

    del centralismo democrtico. Su experiencia referente

    ser la del Partido Bolchevique de Lenin durante el pro-

    ceso revolucionario ruso de 1905 y 1917. Refirindose a

    la experiencia de 1917, dice:

    Cul era el activo del bolchevismo? Al comienzo de la revolucin slo Lenin tena una concepcin revolu-

    cionaria clara, elaborada hasta en los ms mnimos de-

    talles. Los cuadros rusos del Partido estaban desperdi-

    gados y bastante desorientados. Pero este tena autoridad

    sobre los obreros avanzados y Lenin tena una gran

    autoridad sobre los cuadros del Partido. Su concepcin

    poltica corresponda al desarrollo real de la revolucin

    y la ajustaba a cada nuevo acontecimiento. Estos ele-

    mentos del activo hicieron maravillas en una situacin revolucionaria, es decir, en condiciones de una encarni-

    zada lucha de clases. El Partido aline rpidamente su

    poltica hasta hacerla responder a la concepcin de

    Lenin, es decir, al autntico curso de la revolucin. Gra-

    cias a esto encontr un firme apoyo por parte de decenas

    de miles de trabajadores avanzados. En pocos meses,

    basndose en el desarrollo de la revolucin, el Partido

    fue capaz de convencer a la mayora de los trabajadores

    del acierto de sus consignas. Esta mayora, organizada

    en los sviets, fue a su vez capaz de atraerse a los

    soldados y a los campesinos.

    Cmo podra agotarse este desarrollo dinmico y

    dialctico mediante una frmula sobre la madurez o inmadurez del proletariado? Un factor colosal de la madurez del proletariado ruso en febrero de 1917 era

    Lenin. No haba cado del cielo. Encarnaba la tradicin

    revolucionaria de la clase obrera, ya que para que las

    consignas de Lenin encontrasen el camino de las masas

    era necesario que existiesen cuadros, por muy dbiles

    que estos fueran en principio. Era necesario que estos

    cuadros tuviesen confianza en su direccin, una con-

    fanza fundada en la experiencia del pasado. Rechazar

    estos elementos de sus clculos es simplemente ignorar

    la revolucin viva, sustituirla por una abstraccin, la relacin de fuerzas, porque el desarrollo de la revolu-cin consiste precisamente en que las relaciones de fuer-

    zas experimentan rpidos e incesantes cambios bajo el

    impacto de las transformaciones en la conciencia del

    proletariado, la atraccin de las capas atrasadas hacia las

    avanzadas, la creciente confianza de la clase en sus pro-

    pias fuerzas. El principal elemento vital de este proceso

    es el partido, de la misma forma que el elemento

    principal y vital del partido es su direccin. El papel y la

    responsabilidad de la direccin en una poca revolu-

    cionaria son de una importancia colosal. []. Lenin constitua uno de los elementos vivos del proceso

    histrico. Encarnaba la experiencia y la perspicacia de la

    parte ms activa del proletariado. Su aparicin en el

    momento preciso en el terreno de la revolucin era ne-

    cesaria a fin de movilizar a la vanguardia y de ofrecerle

    la posibilidad de conquistar a la clase obrera y a las ma-

    sas campesinas. En los momentos cruciales de los giros

    histricos la direccin poltica puede convertirse en un

    factor tan decisivo como el de un comandante en jefe en

    los momentos crticos de la guerra. La historia no es un

    proceso automtico. De lo contrario, para qu los diri-

    gentes, los partidos, los programas y la lucha

    terica?14.

    14 Len Trotsky, Clase, partido y direccin por qu ha sido

    derrotado el proletariado espaol?, primavera de 1940, Coyoacn,

    Mxico. Fue publicado en New International N7, Vol. 1, en di-ciembre de 1940. Esta versin utiliza como base la de Editorial El

    Puente, Coleccin La Pluma, Buenos Aires, sin fecha. Ha sido cote-

    jada y corregida con las versiones en ingls y francs del Marxists Internet Archive. En este artculo Trotsky est polemizando con un

    grupo de comunistas franceses que justifican la derrota de la revol-

    cin espaola en una supuesta inmadurez de las masas, rechazando cualquier responsabilidad de la direccin del proletariado.

  • 10

    Para el Che, en cambio, la experiencia del M26 lo

    llevar a la conclusin de que la forma ms efectiva

    para organizar a la vanguardia combativa de una fuerza

    revolucionaria (basada en la accin del campesinado)

    ser la del partido militar guerrillero. Un partido-

    ejrcito centralizado, pero regimentado por la disciplina

    militar y que utilizar la dispersin geogrfica del

    campesinado (una ventaja estratgica para el Che) como

    medio ideal para el desencadenamiento de una fuerza

    revolucionaria guerrillera:

    El ejrcito guerrillero, ejrcito popular por excelencia, debe tener en cuanto a su composicin individual las

    mejores virtudes del mejor soldado del mundo. Debe

    basarse en una disciplina estricta. El hecho de que las

    formalidades de la vida militar no se adapten a la

    guerrillera, que no haya taconeo ni saludo rgido, ni

    explicacin sumisa ante el superior, no demuestran de

    manera alguna que no haya disciplina15. Analizado el modo operacional de la guerrilla, su forma de lucha y comprendiendo su base de masas solo

    nos resta preguntar: por qu lucha el guerrillero? Tene-

    mos que llegar a la conclusin inevitable de que el gue-

    rrillero es un reformador social, que empua las armas

    respondiendo a la protesta airada del pueblo contra sus

    opresores y que lucha por cambiar el rgimen social que

    mantiene a todos sus hermanos desarmados en el

    oprobio y la miseria. Se lanza contra las condiciones

    especiales de la institucionalidad de un momento dado y

    se dedica a romper, con todo el vigor que las circuns-

    tancias permitan, los moldes de esa institucionalidad.

    Cuando analicemos ms a fondo la tctica de guerra de

    guerrillas, veremos que el guerrillero debe tener un

    conocimiento cabal del terreno que pisa, sus trillos de

    acceso y escape, posibilidades de maniobrar con rapi-

    dez, apoyo del pueblo, naturalmente, y lugares donde

    esconderse. Todo esto indica que el guerrillero ejercer

    su accin en lugares agrestes y poco poblados, y en es-

    tos parajes la lucha del pueblo por sus reivindicaciones

    se sita preferentemente y, hasta casi exclusivamente,

    en el plano del cambio de la composicin social de la

    tenencia de la tierra, es decir, el guerrillero es ante todo

    un revolucionario agrario. Interpreta los deseos de la

    gran masa campesina de ser duea de la tierra, duea de

    15 Ernesto Guevara, Qu es un guerrillero? (1959). Esta versin ha

    sido extrada del Marxists Internet Archive.

    sus medios de produccin, de sus animales, de todo

    aquello que ha anhelado durante aos, de lo que consti-

    tuye su vida y constituir tambin su cementerio16. El guerrillero [] es el combatiente de la libertad por excelencia; es el elegido del pueblo, la vanguardia

    combatiente del mismo en su lucha por la liberacin.

    Porque la guerra de guerrillas no es como se piensa, una

    guerra minscula, una guerra de un grupo minoritario

    contra un ejrcito poderoso, no; la guerra de guerrillas

    es la guerra del pueblo entero contra la opresin domi-

    nante. El guerrillero es su vanguardia armada; el ejrcito

    lo constituyen todos los habitantes de una regin o de un

    pas. Esa es la razn de su fuerza, de su triunfo, a la lar-

    ga o a la corta, sobre cualquier poder que trate de opri-

    mirlo; es decir, la base y el substratum de la guerrilla es-

    t en el pueblo17. El ejemplo que nuestra revolucin ha significado para la Amrica Latina y las enseanzas que implican haber

    destruido todas las teoras de saln: hemos demostrado

    que un grupo pequeo de hombres decididos, apoyados

    por el pueblo y sin miedo a morir si fuera necesario,

    puede llegar a imponerse a un ejrcito regular discipli-

    nado y derrotarlo definitivamente. Esa es la enseanza

    fundamental18.

    Ambos estrategas coinciden en que el sujeto poltico

    revolucionario, es decir, la fuerza poltica revoluciona-

    ria que agrupa a la vanguardia, se constituye en el factor

    principal y determinante en la lucha por el derroca-

    miento de las clases opresoras. As, el Che seala:

    Las condiciones objetivas para la lucha armada es-tn dadas por el hambre del pueblo, la reaccin fren-

    te a ese hambre, el temor desatado para aplacar la

    reaccin popular y la ola de odio que la represin

    crea [pero] faltaron en Amrica condiciones sub-jetivas de las cuales una de las ms importantes es la

    conciencia de la posibilidad de la victoria por la va

    violenta []. Esas condiciones se crean mediante la

    16 dem, La Guerra de guerrillas, en Obras Escogidas 1957-1967 [La

    Habana, Editorial de Ciencias Sociales, Ediciones polticas], 1991,

    p. 32. 17 dem, Qu es un guerrillero? (1959). Esta versin ha sido extrada

    del Marxists Internet Archive. 18 dem, Proyecciones sociales del Ejrcito Rebelde (1959). Esta

    versin ha sido extrada del Marxists Internet Archive.

    lucha armada, que va haciendo ms clara la nece-

    sidad del cambio19.

    Dice Trotsky, por otro lado, en alusin a la situacin

    del partido revolucionario durante el estallido de la

    Guerra civil espaola:

    Es cierto que en el curso de una revolucin, es decir, cuando los acontecimientos se suceden a un ritmo ace-

    lerado, un partido dbil puede convertirse rpidamente

    en un partido poderoso con la nica condicin de que

    comprenda con lucidez el curso de la revolucin y de

    que posea cuadros probados que no se dejen exaltar por

    las palabras o aterrorizar por la represin. Pero es

    necesario que un partido de estas condiciones exista

    desde mucho antes de la revolucin, en la medida en

    que el proceso de seleccin de cuadros exige plazos

    considerables, de los que no se dispone durante la re-

    volucin misma20.

    Sin embargo, el partido militar guerrillero y el

    partido obrero revolucionario son dos formas opuestas

    de organizacin, y por su propia naturaleza intervienen

    en el proceso revolucionario de manera distinta:

    En los momentos previos, para la tradicin militante del marxismo -en la que se inscribe el trotskismo- la

    iniciativa de las fuerzas revolucionarias consiste en pre-

    parar las condiciones subjetivas de la lucha de clases y

    en intervenir en las condiciones objetivas dadas, para

    permitir que las masas y su vanguardia avancen lo ms

    posible en el camino de la lucha y la organizacin

    revolucionaria. La visin del Che Guevara deduce de las

    caractersticas inhumanas de la dominacin capitalista la

    madurez de las condiciones econmicas, polticas y

    sociales para una revolucin. Abstrae la iniciativa de las

    fuerzas revolucionarias de la realidad social especfica.

    Su subjetivismo identifica la iniciativa de las fuerzas

    revolucionarias con la voluntad de los revolucionarios,

    puesta en juego en la lucha armada 21.

    19 dem, Cuba: caso excepcional o vanguardia de la lucha contra el

    colonialismo?, 9 de abril de 1961, op. cit., p. 403. 20 Len Trotsky, op cit. 21 Facundo Aguirre y Ruth Werner, El guevarismo y la revolucin la-

    tinoamericana, en Insurgencia Obrera en la Argentina (1969-1976)

  • 11

    La intervencin en las condiciones objetivas dadas

    puede ser muy variada: desde la participacin en los

    sindicatos, la lucha econmica o por las demandas

    democrticas, la demostracin de fuerza en las calles, la

    lucha ideolgica y terica en contra de la influencia de

    la burguesa, en el terreno electoral o parlamentario.

    Son todas intervenciones en condiciones impuestas por

    la burguesa, sujetas a la correlacin de fuerza de las

    clases sociales, al vaivn del estado de nimo de las

    mismas, a la situacin econmica y a la geopoltica

    regional e internacional, y que tienen como objetivo

    preparar las condiciones subjetivas elevando la con-

    ciencia del proletariado al punto de convertirlo en

    fuerza poltica revolucionaria, es decir, prepararlo para

    la toma del poder. Sin embargo, el Che Guevara, al

    reducir la accin de la vanguardia a la accin armada

    del foco guerrillero desde el campo, subestima la

    necesidad de preparar estas condiciones subjetivas,

    considerando la accin guerrillera como el estmulo

    fundamental para el desarrollo de esta conciencia. Su

    intervencin se encuentra en los hechos por fuera de las

    grandes experiencias de las masas. Esta oposicin es el

    correlato lgico del rol que, por un lado, otorga Trotsky

    a la clase obrera en la moderna sociedad capitalista in-cluyendo a los pases de desarrollo capitalista atrasado

    por ser interdependientes del centro imperialista- y, por

    otro, el que otorga el Che al campesinado desde una p-

    tica esencialmente tercermundista:

    Segn esta visin [la del Che Guevara], el ejrcito gue-rrillero que debe comenzar a formarse desde la expe-

    riencia original del foco rural hasta desarrollarse como

    ejrcito campesino de masas, reemplaza a la estrategia

    insurreccionalista clsica del marxismo, que apuesta a

    que la organizacin de las milicias y el armamento sea

    tomado por las organizaciones autodeterminadas de las

    masas (consejos obreros y campesinos o sviets que or-

    ganizan sus propias milicias), que juegan el papel de

    fuerza militar de las masas revolucionarias en las crisis

    fundamentales del orden burgus y, posteriormente, en

    la constitucin del Estado obrero 22.

    [Buenos Aires, Ediciones IPS, segunda edicin (ampliada)], 2009,

    p. 273. 22 dem.

    Si para el trotskismo el proceso revolucionario sin-tetiza sus fases, proyecta sus tiempos y define sus tareas

    en torno a la relacin que se establece entre la autode-

    terminacin de las masas y la accin poltica de un par-

    tido revolucionario, el guevarismo, en cambio, sosten-dr una concepcin gradualista en torno a la lucha ar-mada y la revolucin, concibiendo la constitucin del ejrcito como un producto de la acumulacin, en tiem-pos prolongados y etapas predeterminadas, de fuerza y

    experiencia combatiente, otorgando un papel auxiliar a las masas, sustituyendo de esta manera la experiencia necesaria de los trabajadores y el pueblo por un cuerpo

    de revolucionarios dispuesto a intervenir en la realidad,

    desde fuera de esa experiencia23.

    LA CONCEPCION INTERNACIONALISTA

    DE LA REVOLUCIN:

    INTERNACIONALISMO PROLETARIO O

    INTERNACIONALISMO TERCERMUNDISTA?

    Esta primera y segunda divergencias llevadas al

    extremo, tendr su mxima expresin en la concepcin

    internacionalista de la revolucin. Ambos revoluciona-

    rios parten de la base de que efectivamente una revo-

    lucin que se encierra en sus fronteras nacionales est

    condenada a morir, por la accin de permanente hostili-

    dad del imperialismo y el capital. Sin embargo, esta

    concepcin internacionalista de la revolucin se conce-

    bir en cada revolucionario de acuerdo a su propio es-

    quema del desarrollo de la revolucin a escala na-

    cional.

    Para el Che, el rol central en la lucha revolucionaria

    a escala internacional, y como nica va para derrotar al

    imperialismo, estar en los oprimidos de los pases de

    desarrollo capitalista atrasado: el Tercer Mundo. Es una

    proyeccin a escala internacional de su esquema revo-

    lucionario a nivel nacional del campo avanzando por

    sobre la ciudad. Esto lo lleva a devaluar el rol estrat-

    gico del proletariado de los pases imperialistas, identi-

    23 dem.

    ficando en l intereses comunes con sus propias burgue-

    sas. Es, as, un internacionalismo tercermundista.

    Esta visin lo orientar a hacer el llamado a crear

    dos, tres, muchos Vietnam, a participar activamente en el proceso de liberacin en el Congo y a extender el

    proceso revolucionario en Amrica Latina con su incur-

    sin en la guerrilla boliviana. Sin embargo, un ao des-

    pus de su cada en combate, entrarn en escena los des-

    tacamentos juveniles y proletarios de los pases imperia-

    listas, como ocurri con el Mayo francs de 1968, las

    movilizaciones de masas en EE. UU. en contra de la

    Guerra de Vietnam -que finalizara en 1973 con una de-

    rrota humillante para el imperialismo norteamericano-,

    el Otoo Caliente italiano, la oleada huelgustica inter-

    nacional que cruzar Europa, el levantamiento armado

    portugus en contra de la dictadura de Salazar en 1974

    y el proceso de descomposicin de la dictadura fran-

    quista en Espaa. El teln de fondo de este ascenso de

    masas internacional ser el fin del boom econmico de

    posguerra24

    , que tendr su mxima expresin en la cri-

    sis econmica del petrleo en EE. UU. en 1973 y la re-

    cesin generalizada de la economa capitalista interna-

    cional en 1975.

    24 El boom de posguerra fue un periodo histrico del siglo XX que

    tuvo como punto inicial la recomposicin orgnica del capital a

    partir de la reconstruccin de Europa tras su destruccin producto

    de la Segunda Guerra Mundial. El capitalismo, en crisis desde la dcada del 30, vio en la reconstruccin de Europa una va para reconstituir los mercados. Este boom econmico signific un desa-

    rrollo parcial de las fuerzas productivas -estancadas desde la crisis y destruidas significativamente con la guerra- lo que se expres en

    una mejora en las condiciones laborales y de vida de la clase obrera

    de los pases imperialistas, con importantes conquistas en materia de seguridad social y servicios pblicos. Esto trajo como conse-

    cuencia un desplazamiento del epicentro de la lucha de clases desde

    los pases imperialistas al Tercer Mundo, y sera el marco histrico que llevara al Che Guevara, equivocadamente, a justificar su es-

    quema conceptual de la revolucin antimperialista identificando

    intereses comunes de la clase obrera de los pases del primer mundo con sus respectivas burguesas imperialistas. Las conquistas del

    boom de posguerra sern desbaratadas con las contrarreformas de

    un nuevo perodo histrico: el neoliberalismo, tras la derrota del ascenso de masas de la dcada del 70. Para un estudio ms profu-ndo, ver: Matas Maiello y Emilio Albamonte, En los lmites de la Restauracin burguesa, revista Estrategia Internacional N27 [Buenos Aires, FT-CI], marzo de 2011, p. 57.

  • 12

    Por su parte, para Trotsky, el carcter internacional

    del capitalismo, y por lo tanto de la clase obrera como

    su anttesis, lo lleva a reconocer el rol central del pro-

    letariado de los pases imperialistas, desde donde se

    somete a la clase obrera y pueblos oprimidos del resto

    de los pases. El rol determinante de las principales ciu-

    dades por sobre cada nacin refleja en Trotsky una pro-

    yeccin a escala internacional del rol determinante de

    los principales pases imperialistas y su proletariado,

    como los centros del poder del capitalismo mundial. Es

    as, en esencia, un internacionalismo proletario.

    Esta visin, por ejemplo, llevar a Trotsky a tener

    una constante tensin en el desarrollo del proceso revo-

    lucionario en Alemania -la potencia imperialista ms a-

    vanzada de la poca- luego del triunfo de la toma del

    poder por la clase obrera en la Rusia de 1917. Trotsky

    ve que una derrota de la revolucin alemana significara

    un estancamiento en el desarrollo de la onda expansiva

    de la Revolucin rusa, ponindola en peligro, mientras

    que un triunfo del proletariado alemn dara un impulso

    colosal a la revolucin obrera y socialista internacional,

    compensando con el avance tecnolgico e industrial

    alemn el atraso del desarrollo de las fuerzas

    productivas rusas, permitiendo elevarlas y as abrir

    camino en la construccin de la sociedad comunista.

    A diferencia del Che, Trotsky ser un activo

    partcipe en la construccin del partido mundial de la

    revolucin socialista. Luego de la bancarrota de la

    Segunda Internacional (que le dio al imperialismo

    alemn los crditos de la Primera Guerra Mundial),

    Trotsky y Lenin, apoyndose en la toma del poder por

    el Partido Bolchevique, convocarn a la constitucin de

    una nueva internacional revolucionaria, la Tercera Inter-

    nacional (o Internacional Comunista), que goz de

    cuatro exitosos congresos que sintetizaron las grandes

    lecciones revolucionarias del periodo. Luego de la

    burocratizacin de la Tercera Internacional, producto

    del avance del estalinismo en ella y en el nuevo Partido

    Comunista ruso, y tras apreciar la imposibilidad de

    regenerarla con una orientacin revolucionaria, Trotsky

    y el sector ms avanzado de la Oposicin de Izquierda

    convocarn a comunistas de todo el mundo -opositores

    a Stalin y su burocracia- para la constitucin de una

    nueva internacional revolucionaria, la Cuarta Interna-

    cional, que tomar como base los cuatro primeros

    congresos de la Tercera, la teora de la revolucin

    permanente y promover un programa de transicin a

    la revolucin socialista. De esta forma vemos que la

    concepcin internacionalista de Trotsky pertenece a la

    de la tradicin revolucionaria del marxismo clsico, que

    lo llevar permanentemente a reunir a los partidos

    obreros revolucionarios de todo el mundo para actuar

    internacionalmente como un partido mundial nico, por

    el derrocamiento del sistema capitalista, el imperialis-

    mo, la revolucin social y por la construccin del comu-

    nismo. La concepcin internacionalista tercermundista

    del Che Guevara le impidi avanzar en una proeza de

    caractersticas similares, ms all de su colaboracin

    activa en procesos de liberacin nacional y el llamado a

    la Tricontinental: mientras Cuba era gobernada

    burocrticamente por el Partido Comunista Cubano, el

    Che se esforzaba por impulsar guerrillas en el Tercer

    Mundo.

  • 13

    En este contrapunto pudimos abordar, desde los

    esquemas conceptuales de ambos dirigentes revolucio-

    narios, los aspectos nodales que separan aguas entre

    trotskismo y guevarismo, y vimos cmo la concepcin

    revolucionaria del Che Guevara contradice las bases

    fundamentales del pensamiento marxista clsico de

    Marx, Engels, Luxemburg, Lenin y Trotsky. Sin embar-

    go, esto nos lleva necesariamente a buscar las causas

    que expliquen el triunfo de la Revolucin cubana

    iniciada en 1959. Si abordamos la cuestin desde la

    ptica del trotskismo, qu explicacin tiene el triunfo

    de un proceso revolucionario que a simple vista y en

    boca de sus protagonistas refuta los fundamentos de

    Len Trotsky y el marxismo clsico?

    LA LEY DEL DESARROLLO DESIGUAL Y COMBINADO

    EN CUBA25

    Segn el trotskista norteamericano George Novack,

    la ley del desarrollo desigual y combinado es una de las leyes fundamentales de la historia humana, ha operado en las principales etapas de la historia y pue-de clarificar algunos de los ms importantes fenmenos

    sociales y problemas polticos de nuestra poca26. Segn l:

    La ley del desarrollo desigual y combinado es una ley cientfica de la ms amplia aplicacin en el proceso his-

    trico. Tiene un carcter dual o, mejor dicho, es una fu-

    sin de dos leyes ntimamente relacionadas. Su primer

    aspecto se refiere a las distintas proporciones en el cre-

    cimiento de la vida social. El segundo, a la correlacin

    concreta de estos factores desigualmente desarrollados

    en el proceso histrico.

    Los aspectos fundamentales de la ley pueden ser breve-

    mente ejemplificados de la siguiente manera:

    1. El factor ms importante del progreso humano es el

    dominio del hombre sobre las fuerzas de produccin.

    Todo avance histrico se produce por un crecimiento

    ms rpido o ms lento de las fuerzas productivas en

    este o aquel segmento de la sociedad, debido a las dife-

    rencias en las condiciones naturales y en las conexiones

    histricas. Estas disparidades dan un carcter de expan-

    sin o compresin a toda una poca histrica e imparte

    distintas proporciones de crecimiento a los diferentes

    pueblos, a las diferentes ramas de la economa, a las di-

    25 Para un estudio ms profundo, ver: George Novack, La ley del

    desarrollo desigual y combinado de la sociedad. Fue publicado por Novack por primera vez en 1957 bajo el seudnimo de William F.

    Warde en Labour Review Vol. 2 No. 1 (enero) y No. 2 (marzo-abril). Esta versin ha sido extrada del Internet Marxist Archive y

    tiene como base la traduccin hecha por Editorial Pluma, Bogot,

    1974. 26 George Novack, op. cit.

    SEGUNDA PARTE LA REVOLUCIN PERMANENTE EN CUBA

    .

  • 14

    ferentes clases, instituciones sociales y campos de cultu-

    ra. Esta es la esencia de la ley del desarrollo desigual.

    Estas variaciones entre los mltiples factores de la histo-

    ria dan la base para el surgimiento de un fenmeno

    excepcional, en el cual las caractersticas de una etapa

    ms baja del desarrollo social se mezclan con las de otra

    superior.

    2. Estas formaciones combinadas tienen un carcter

    altamente contradictorio y exhiben marcadas peculiari-

    dades. Ellas pueden desviarse mucho de las reglas y

    efectuar tal oscilacin como para producir un salto cua-

    litativo en la evolucin social y capacitar a pueblos anti-

    guamente atrasados para superar por un cierto tiempo a

    los ms avanzados. Esta es la esencia de la ley del desa-

    rrollo combinado. Es obvio que estas dos leyes, estos

    dos aspectos de una sola ley, no actan al mismo nivel.

    La desigualdad del desarrollo precede cualquier combi-

    nacin de factores desarrollados desproporcionalmente.

    La segunda ley crece sobre y depende de la primera. Y a

    su vez esta acta sobre aquella y la afecta en su poste-

    rior funcionamiento27.

    En La revolucin permanente en Cuba, de Facundo

    Aguirre y Gustavo Dunga, se sostiene:

    En Cuba se manifest con todo su rigor histrico la ley ms general del desarrollo desigual y combinado. Esta

    ley, formulada por Len Trotsky para explicar las condi-

    ciones histricas de la revolucin socialista, presupone

    la idea de que un pas atrasado o semicolonial, en la -

    poca imperialista, no sigue en las distintas fases de su

    desarrollo un curso lineal que imita las distintas etapas

    de la evolucin de las metrpolis capitalistas, sino que

    avanza a saltos, combinando los elementos propios de

    su atraso con las condiciones y los avances impuestos

    por la dominacin y la penetracin del capital imperia-

    lista en dichos pases. Es esta ley histrica la que univer-

    saliza y pone a la orden del da en los pases atrasados la

    moderna lucha entre las clases como medio de resolu-

    cin de sus contradicciones28.

    27 dem. 28 Facundo Aguirre y Gustavo Dunga, La revolucin permanente en

    Cuba, revista Estrategia Internacional N20, [Buenos Aires, FT-CI] septiembre de 2003.

    Es esta visin propia del trotskismo la que nos per-

    mite explicar una serie de hechos particulares que se

    dieron en la isla caribea y que desembocaron en el pro-

    ceso revolucionario iniciado en 1959.

    La ley del desarrollo desigual y combinado signific

    para Cuba que los problemas estructurales de la semi-

    colonial nacin caribea no podan ser resueltos a travs

    de un proceso evolutivo del desarrollo del capitalismo

    cubano, como haba ocurrido en Francia o Estados Uni-

    dos, sino por el contrario saltando etapas, a travs de la

    superacin y supresin del rgimen burgus cubano. El

    ingreso temprano del capitalismo en las relaciones eco-

    nmicas de la isla, hizo que se acentuara la dependencia

    a las metrpolis capitalistas (primero Espaa, luego Es-

    tados Unidos). La oligarqua, la burguesa cubana y su

    Estado se constituyeron siguiendo estos parmetros de

    dependencia, agravados en el siglo XX por su cercana

    con los EEUU, originndose una clase dominante dbil

    y completamente antinacional, sometida a las rdenes

    del capital norteamericano.

    A finales del siglo XIX, el movimiento republicano

    independentista martiano se concibi a s mismo como

    una fuerza impulsora de la segunda independencia de

    Amrica contra el naciente imperialismo yanqui. Sin

    embargo, no encontr las vas para resolverlo. Muerto

    Jos Mart en combate, las oligarquas criollas controlan

    el movimiento nacional y optan por liberarse del yugo

    espaol sometiendo a la isla al yugo norteamericano,

    garantizando tal sojuzgamiento en la constitucin polti-

    ca del Estado cubano y manteniendo la propiedad terra-

    teniente. La tarda independencia formal de Cuba de

    1902 se da en el momento histrico en que el capitalis-

    mo est dando pasos al imperialismo, y los EE. UU.

    proyectan su dominacin sobre Amrica Latina.

    La formacin de una nacin independiente no pudo

    ser resuelta por las viejas clases de hacendados y

    comerciantes que slo buscaban un mercado para su

    azcar. Su consecuencia fue que Cuba se vio postergada

    en su desarrollo por la aceptacin de su papel en la divi-

    sin internacional del trabajo como productor y abaste-

    cedor de azcar esencialmente al mercado norteameri-cano y polticamente por las subsiguientes intervn-ciones imperialistas.

    Aguirre y Dunga prosiguen:

    Fue la revolucin contra la dictadura de Machado de 1933, la que dio las pistas sobre quin era el sujeto ca-

    paz de llevar adelante la emancipacin cubana: la clase

    obrera y su alianza con el campesinado y la pequeabur-

    guesa urbana. Nuevamente la ley del desarrollo desi-

    gual y combinado muestra su valor histrico: puestos a

    optar por una independencia conquistada por masas su-

    blevadas o la postergacin de la nacin cubana, la bur-

    guesa y la oligarqua criolla recurren a los servicios del

    entonces sargento Fulgencio Batista para poner fin al

    movimiento subversivo y relanzar los vnculos de some-

    timiento con EE. UU. En esta ocasin la clase obrera da

    signos de que en sus fuerzas radican las posibilidades de

    un cambio de orden en Cuba. La huelga general que ter-

    mina con la dictadura, la fortaleza y politizacin de los

    sindicatos, el surgimiento embrionario de soviets en el

    oriente son una prueba de ello. La carencia de autono-

    ma de la clase obrera con respecto a la pequeabur-

    guesa, que se explica por su inmadurez poltica, agrava-

    da por la orientacin ultraizquierdista del llamado ter-cer periodo29 del estalinismo cubano impiden al prole-tariado resolver a su favor y de las masas campesinas

    esta revolucin30.

    Sera con la revolucin cubana de 1959 con la que

    se podran resolver las demandas democrticoburguesas

    pendientes -como la reforma agraria y la real indepen-

    dencia nacional-, justamente porque el pueblo armado

    impuso la ruptura con la burguesa cubana y abri el ca-

    mino a la transicin al socialismo a travs de la gesta-

    cin del primer Estado obrero de Amrica Latina. Aqu

    tambin se debela con toda su fuerza la veracidad de la

    teora del desarrollo desigual y combinado de Len

    Trotsky.

    29 Se le conoce como tercer perodo a una orientacin impulsada por

    Stalin y la direccin del PC ruso entre 1929 y 1934, que consista en

    alentar polticas sectarias ultraizquierdistas en los diversos partidos comunistas del mundo con el fin de evitar la unidad de accin en las

    calles de la vanguardia obrera (identificada con el PC) con sectores

    ms atrasados, ante la emergencia del fascismo. El caso ms desas-troso fue el alemn, que tuvo como resultado el ascenso de Hitler al

    poder, la destruccin de las organizaciones obreras, la persecucin

    de la izquierda y la preparacin de la Segunda Guerra Mundial. 30 Facundo Aguirre y Gustavo Dunga, op. cit.

  • 15

    EL MOVIMIENTO 26 DE JULIO REEMPLAZA AL

    PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

    La teora trotskiana de la revolucin permanente

    seala que, sean las que fueren las primeras etapas epi-sdicas de la revolucin en los distintos pases, la reali-

    zacin de la alianza revolucionaria del proletariado con

    las masas campesinas solo es concebible bajo la direc-

    cin poltica de la vanguardia proletaria organizada en

    partido comunista31. Sin embargo, Cuba careca de un partido obrero revolucionario fuertemente constituido,

    dejando el terreno libre para que la pequeaburguesa

    ms radicalizada polticamente asumiera, ante su propia

    sorpresa, la conduccin de un proceso revolucionario

    democrtico que desembocara en una revolucin socia-

    lista. El partido poltico que cumpli este rol fue el

    Movimiento 26 de Julio de Fidel Castro:

    El M26, que representaba polticamente al ala radical de la pequeaburguesa, se vio imposibilitado de llevar

    adelante su programa de mayor democracia y justicia social, vindose en la obligacin en el transcurso de la lucha de tener que incorporar las demandas sociales del

    campesinado y los pobres urbanos. El intento de alcan-

    zar sus metas dentro del orden burgus desnud sus l-

    mites. Castro y su movimiento se convirtieron en agen-

    tes excepcionales, no previstos, del proceso histrico, y

    direccin de un movimiento de masas que empuja la re-

    volucin frente a las agresiones del imperialismo, supe-

    rando los lmites del capitalismo32.

    El Movimiento 26 de Julio era un movimiento na-

    cionalista cubano, antimperialista y democrtico basado

    31 Trotsky, Len, Qu es la revolucin permanente? (tesis funda-

    mentales), en La teora de la revolucin permanente (compila-cin), CEIP Len Trotsky [Buenos Aires, Ediciones IPS], 2009, p.

    354. Aqu Trotsky utiliza la formulacin partido comunista como ejemplo de la experiencia ms avanzada de un partido obrero revo-lucionario, en el marco de la lucha en el seno de la Internacional

    Comunista contra las tendencias degenerativas del estalinismo. Con

    la imposicin del estalinismo en el PC y la IC, ya irreversible, esta formulacin quedar en desuso, tomando como referencia histrica

    al partido Bolchevique (que luego de la revolucin de 1917 haba

    cambiado su nombre a Partido Comunista Ruso) 32 Facundo Aguirre y Gustavo Dunga, op. cit.

    en las ideas del independentista Jos Mart, lder dem-

    crata republicano y representante de la pequeaburgue-

    sa anticolonial. Fue la expresin armada del Partido del

    Pueblo Cubano, conocido tambin como Partido Orto-

    doxo, un partido pequeoburgus que denunciaba la co-

    rrupcin del gobernante Partido Autntico. Uno de los

    nuevos principales referentes del Partido Ortodoxo era

    Fidel Castro, quien junto a un importante destacamento

    de militantes de la Juventud Ortodoxa asaltaron, sin xi-

    to, el 26 de julio de 1953, el cuartel Moncada para po-

    ner fin a la dictadura de Fulgencio Batista. De este in-

    tento fallido y en el exilio surge el Movimiento 26 de

    Julio. El M26 tena como objetivo restaurar la democra-

    cia burguesa y sus instituciones constitucionales. El 12

    de julio de 1957, desde la trinchera guerrillera, Fidel

    Castro, Ral Chibs y Felipe Pazos redactan el Mani-

    fiesto de la Sierra Maestra, un documento que concentra

    el pensamiento y los objetivos del M26. En l se sea-

    lan polticas de progreso social dentro del marco de la

    institucionalidad burguesa cubana:

    Unir es lo nico patritico en esta hora. Unir en lo que tienen de comn todos los sectores polticos, revolucio-

    narios y sociales que combaten la dictadura. Y qu tie-

    nen de comn todos los partidos polticos de oposicin,

    los sectores revolucionarios y las instituciones cvicas?

    El deseo de poner fin al rgimen de fuerza, las violacio-

    nes a los derechos individuales, los crmenes infames y

    buscar la paz que todos anhelamos por el nico camino

    posible que es el encauzamiento democrtico y constitu-

    cional del pas. [] Es que los rebeldes de la Sierra Maestra no queremos elecciones libres, un rgimen de-

    mocrtico, un gobierno constitucional? [] Queremos elecciones, pero con una condicin: elecciones verdade-

    ramente libres, democrticas, imparciales. [] Las elec-ciones deben ser presididas por un gobierno provisional

    neutral, con el respaldo de todos, que sustituya la dicta-

    dura para propiciar la paz y conducir al pas a la norma-

    lidad democrtica y constitucional. Esta debe ser la con-

    signa de un gran frente cvico revolucionario que com-

    prenda todos los partidos polticos de oposicin, todas

    las instituciones cvicas y todas las fuerzas revoluciona-

    rias33.

    33 Fidel Castro, Ral Chibs y Felipe Pazos, Manifiesto de la Sierra

    Maestra, 12 de julio de 1957, Cuba. Apareci en Bohemia, el 28 de

    Entre sus propuestas podemos encontrar:

    2) Designar desde ahora una figura llamada a presidir el gobierno provisional, cuya eleccin en prenda de de-

    sinters por parte de los lderes oposicionistas y de im-

    parcialidad por el que resulte sealado, quede a cargo

    del conjunto de instituciones cvicas. [] 4) Declarar que el Frente Cvico-Revolucionario no

    invoca ni acepta la mediacin o intervencin alguna de

    otra nacin en los asuntos internos de Cuba. Que en

    cambio, respalda las denuncias que por violacin de

    derechos humanos han hecho los emigrados cubanos

    ante los organismos internacionales y pide al gobierno

    de los Estados Unidos, que en tanto persista el actual

    rgimen de terror y dictadura, suspenda todos los envos

    de armas a Cuba.

    5) Declarar que el Frente Cvico-Revolucionario, por

    tradicin republicana e independentista no aceptara que

    gobernara provisionalmente la Repblica ningn tipo de

    Junta Militar.

    6) Declarar que el Frente Cvico-Revolucionario alberga

    el propsito de apartar al Ejrcito de la poltica y garan-

    tizar la intangibilidad de los Institutos Armados. [] 7) Declarar bajo formal promesa, que el gobierno

    provisional celebrar elecciones generales para todos los

    cargos del Estado, las provincias y los municipios en el

    trmino de un ao bajo las normas de la Constitucin

    del 40 y el Cdigo Electoral del 43 y entregar el poder

    inmediatamente al candidato que resulte electo34.

    julio de 1957 bajo el ttulo de Al pueblo de Cuba. Esta versin ha

    sido extrada del sitio web de la Familia Chibs, www.chibas.org. 34 Ibdem.

  • 16

    Segn el Manifiesto, este gobierno provisional debe-

    r garantizar:

    A) Libertad inmediata para todos los presos polticos, civiles y militares. B) Garanta absoluta a la libertad de

    informacin, a la prensa radial y escrita y de todos los

    derechos individuales y polticos garantizados por la

    Constitucin. [] F) Democratizacin de la poltica sin-dical promoviendo elecciones libres en todos los sindi-

    catos y federaciones de industrias. [] H) Sentar las ba-ses para una reforma agraria que tienda a la distribucin

    de las tierras baldas y a convertir en propietarios a to-

    dos los colonos, aparceros, arrendatarios y precaristas

    que posean pequeas parcelas de tierras, bien sean pro-

    piedad del Estado o particulares, previa indemnizacin a

    los anteriores propietarios. I) Adopcin de una poltica

    financiera sana que resguarde la estabilidad de nuestra

    moneda y tienda a utilizar el crdito de la Nacin en o-

    bras reproductivas. J) Aceleracin del proceso de indus-

    trializacin y creacin de nuevos empleos35.

    Podemos sealar, como observamos ms arriba,

    que el Manifiesto de la Sierra Maestra obedece a un es-

    pritu pequeoburgus republicano, constitucional, de-

    mocrtico y nacionalista. Posteriormente, el 20 de julio

    de 1958, se celebrar el Pacto de Caracas, en donde

    confluyen y firman un documento que materializa el

    Frente-Cvico Revolucionario propuesto en el Manifies-

    to de la Sierra Maestra. En el Pacto de Caracas firman

    adems de Fidel Castro, como representante del M26,

    dirigentes de otras fuerzas democrticas, burguesas y

    pequeoburguesas. El documento sealar claramente

    una poltica insurreccional, pero con una poltica de co-

    laboracin de clases con la burguesa:

    35 Ibdem.

    Tres puntos son los pilares de esta unin de las fuerzas oposicionistas cubanas. Primero: estrategia comn de

    lucha para derrocar la tirana mediante la insurreccin

    armada, reforzando en un plazo mnimo todos los fren-

    tes de combate, armando a los miles de cubanos que

    estn dispuestos a combatir por la libertad. Movilizacin

    popular de todas las fuerzas obreras, cvicas, profesio-

    nales, econmicas, para culminar el esfuerzo cvico en

    una gran huelga general, y el blico en una accin arma-

    da conjuntamente con todo el pas. De este empeo co-

    mn, Cuba surgir libre y se evitar nueva y dolorosa e-

    fusin de sangre de las mejores reservas de la patria. La

    victoria ser posible siempre, pero ms tarda, de no

    coordinarse las actividades de las fuerzas oposicionistas.

    Segundo: conducir al pas, a la cada del tirano median-

    te un breve gobierno provisional, a su normalidad, en-

    cauzndola por el procedimiento constitucional y de-

    mocrtico. Tercero, programa mnimo de gobierno que

    garantice el castigo de los culpables, los derechos de los

    trabajadores, el orden, la paz, la libertad, el cumpli-

    miento de los compromisos internacionales y el pro-

    greso econmico, social e institucional del pueblo

    cubano. [] A los militares decimos que ha llegado el instante de que nieguen su apoyo a la tirana; que con-

    fiamos en ellos, que sabemos que hay hombres dignos

    en las fuerzas armadas y que si en el pasado centenares

    de oficiales, clases y soldados han pagado con la vida, la

    prisin, el destierro o el retiro su amor a la libertad y su

    oposicin a la tirana, muchos quedan en esa actitud. Es-

    ta no es una guerra contra los institutos armados de

    la Repblica, sino contra Batista, nico obstculo a la

    paz que desean, anhelan y necesitan todos los cubanos,

    civiles y militares. A los obreros, a los estudiantes, a los

    profesionales, a los comerciantes e industriales, como

    a los colonos, hacendados y campesinos, a los cubanos

    de todas las religiones, ideologas o razas, pedimos que

    se unan a este esfuerzo libertador, que derrocar a la

    infame tirana que durante aos ha regado con sangre el

    suelo de la patria, segando sus mejores reservas huma-

    nas, arruinando su economa, perturbando hasta sus ci-

    mientos todas las instituciones cubanas, al interrumpir el

    proceso democrtico y constitucional del pas, al que ha

    conducido a esta cruenta guerra civil que finalizar con

    el triunfo de la revolucin por el esfuerzo unido de to-

    dos. Ha llegado la hora de que la inteligencia, el patrio-

    tismo, el valor y el civismo de sus hombres y mujeres

    salve a la patria oprimida con la decisin de todos los

    que sentimos muy en lo hondo el destino histrico de

    .

  • 17

    nuestra nacin, su derecho a ser libre y a constituir en la

    comunidad democrtica, como forma esencial de la vi-

    da, el porvenir hermoso a que tiene derecho por su His-

    toria y por las inmensas posibilidades que le dan sus ri-

    quezas naturales y la capacidad indudable de sus hi-

    jos36.

    El carcter pequeoburgus republicano, democr-

    tico y constitucional del Manifiesto de la Sierra Maestra

    y el Pacto de Caracas, sumado al origen del M26, expli-

    ca el por qu del apoyo de la oposicin burguesa a la

    guerrilla de Fidel Castro. Esta oposicin buscaba resta-

    blecer la relacin de dependencia con Estados Unidos

    bajo conductos institucionales democrticos, dado el

    desprestigio regional de Batista. Su expresin concreta

    ser la constitucin -con el aval del M26 y tras la cada

    de la dictadura- del gobierno burgus provisional de

    cinco meses liderado por el abogado Manuel Urrutia, o-

    positor civil a la dictadura.

    Sin embargo, la dinmica particular del proceso re-

    volucionario llev a que para que se diera el avance del

    M26 a travs de su penetracin en el campesinado, la

    guerrilla tendra que incorporar las demandas ms sent-

    das del campesino cubano, como el derecho a la tierra,

    y luego las demandas obreras y de los pobres urbanos.

    36 El Pacto de Caracas fue redactado por Fidel Castro como represen-

    tante del Movimiento 26 de Julio y firmado tambin por Carlos Pro

    Socarrs de la Organizacin Autntica, expresidente cubano derro-cado por Batista, E. Rodrguez Loeche del Directorio Revolucio-

    nario, David Salvador, Orlando Blanco, Pascasio Lineras, Lauro

    Blanco, Jos M. Aguilera y ngel Cofio de Unidad Obrera; Ma-nuel A. de Varona del republicano Partido Cubano Revolucionario

    (Autntico); Lincoln Rodn del Partido Demcrata; Jos Puente y

    Omar Fernndez de la Federacin de Estudiantes de la Universidad, el capitn Gabino Rodrguez Villaverde, ex oficial del Ejrcito, Jus-

    to Carrillo Hernndez del Grupo Montecristi, ngel Mara Santos

    Buch del Movimiento de Resistencia Cvica, y por el doctor Jos Mir Cardona como coordinador secretario general. Jos Mir Car-

    dona fue elegido tras la cada de Batista como Primer Ministro en el

    Gobierno Provisional de Urrutia, pero dos aos despus, luego del giro comunista de Fidel se exiliar en Estados Unidos y junto a Jus-

    to Carrillo (Montecristi) y Manuel Antonio de Varona (PCR-A) co-

    laborarn activamente con la CIA para derrocar a Fidel con la inva-sin a Baha Cochinos. Esta versin del Pacto de Caracas ha sido

    extrada del sitio web de la Organizacin Autntica en el exilio nor-

    teamericano www.autentico.org. Organizacin Autntica fue poste-riormente una fuerza contrarrevolucionaria.

    Esto llev a que el M26 tendiera a radicalizarse en su

    programa (el propio Che Guevara es producto de este

    proceso de radicalizacin constituyndose finalmente en

    el ala izquierda del M26) lo que le cost, tras derrocar a

    Batista, el distanciamiento con la burguesa y con un

    propio sector de derecha del M26 que se opuso a la in-

    corporacin de demandas de transformacin social, pa-

    sndose al campo de la contrarrevolucin37

    .

    Es este factor subjetivo, la aparicin de un movi-

    miento insurgente polticamente pequeoburgus y re-

    publicano, jacobino, el que concentra las contradic-ciones y particularidades del proceso revolucionario cu-

    bano:

    Castro y sus compaeros fueron sobrepasados por la accin combinada de dos fuerzas antagnicas: la del im-

    perialismo que se pone a la cabeza de la contrarre-

    volucin y la de las masas que en defensa de la revolu-

    cin se arman y movilizan. Fidel frente a esta situacin

    se ve obligado a radicalizar sus respuestas. Una sincro-

    na excepcional de factores objetivos e histricos actu

    37 Es el caso de varios lderes y referentes de la guerrilla como Huber

    Matos, Manuel Artime o Humberto Sor Marn. El primero fue co-

    mandante de la 9 columna del Ejrcito Rebelde y estaba orientado

    a establecer en Cuba un gobierno nacionalista contrario a las refor-

    mas sociales. Acusado de sedicin estuvo 20 aos preso en Cuba para luego exiliarse en Miami; el segundo, militante catlico y

    combatiente rebelde, pasar a la contrarrevolucin como lder de la

    Brigada de Asalto 2506 en la fracasada invasin imperialista yanqui de Baha Cochinos; y el tercero, tambin comandante del Ejrcito

    Rebelde, tras ser Ministro de Agricultura en el nuevo gobierno, di-

    mitir denunciando el giro comunista de Fidel y viajar a EE. UU. para recibir armamento y explosivos con el fin de organizar atenta-

    dos terroristas contrarrevolucionarios en Cuba. Incluso, entre los

    autores junto a Fidel del Manifiesto de la Sierra Maestra se encuen-tran otros dos nombres: Ral Chibs y Felipe Pazos. El primero,

    hermano del lder del Partido Ortodoxo, Eduardo Chibs, ser co-

    mandante del Ejrcito Rebelde y responsable del financiamiento y abastecimiento blico del mismo, pero tras denunciar el giro comu-

    nista de Fidel se exiliar en EE. UU. desde donde combatir y de-

    nunciar al castrismo con propaganda. El segundo, era un importan-te economista, representante de la burguesa desarrollista cubana,

    que tras la cada de Batista sera asignado como presidente del Ban-

    co Nacional de Cuba, pero pasar a la contrarrevolucin como cola-borador econmico de EE. UU. con la Alianza para el Progreso, un

    proyecto desarrollista imperialista que tena como objetivo detener

    el avance de la influencia revolucionaria cubana con promesas de reformas estructurales para Amrica Latina.

    de una forma tal que permite el desenlace de los aconte-

    cimientos, conjugando una estructura caracterizada por

    la combinacin de los siguientes elementos: la alianza

    con la burguesa que haba permitido la cada de la dic-

    tadura y que tuvo su smbolo en el corto Gobierno de

    Manuel Urrutia se vio rota rpidamente; los capitalistas

    y terratenientes cubanos se suman al imperialismo y se

    enfrentan al gobierno revolucionario; cuando la revolu-

    cin intenta llevar adelante las primeras medidas que

    responden a las demandas sociales de la poblacin (con-

    gelamiento y rebaja de alquileres, congelamiento de tari-

    fas, ajusticiamiento de los representantes del rgimen y

    la creacin del INRA, que impulsa la reforma agraria),

    la burguesa decide abandonar al gobierno revolucio-

    nario. El bloque de fuerzas sociales que haba permitido

    la cada de Batista se rompe. El imperialismo a su vez

    conspira abiertamente contra el Gobierno cubano y sus-

    pende la compra de azcar a la isla. Todo esto obliga a

    Castro y Guevara a apelar al movimiento de masas para

    lograr la supervivencia de la revolucin, y a radicalizar

    las medidas del Gobierno38.

    El 1 de enero Batista escapa de Cuba y entran las

    tropas rebeldes a las principales ciudades. El 3 de enero

    se establece el Gobierno Provisional presidido por Urru-

    tia. Fidel se mantiene como Comandante del Ejrcito

    Rebelde. En abril Fidel visita Estados Unidos pero

    Eisenhower se niega a recibirlo. En mayo se impulsa la

    Reforma Agraria con las expropiaciones a los latifun-

    distas. En junio el Gobierno de Urrutia cuestiona la ra-

    dicalizacin de las reformas y el giro comunista de los

    rebeldes, incitando a la cada de Fidel. Las ciudades se

    movilizan en su defensa y cae el Gobierno de Urrutia.

    En julio el comandante Matos denuncia el giro comu-

    nista y es encarcelado, y en agosto el dictador domini-

    cano Rafael Trujillo promueve una invasin a Cuba. En

    febrero de 1960 ante el distanciamiento de Estados

    Unidos -por la cada de Urrutia y las expropiaciones-, la

    isla establece acuerdos comerciales con la Unin Sovi-

    tica. Un mes ms tarde Estados Unidos organiza un a-

    tentado en Cuba en donde mueren ms de cien perso-

    nas. Para octubre Estados Unidos prohbe todo tipo de

    exportacin a Cuba por lo que sta aumenta las expro-

    38 Facundo Aguirre y Gustavo Dunga, op. cit.

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    piaciones contra empresas norteamericanas. Un mes

    despus Guevara consigue acuerdos comerciales c