93
-, , _ ..JfIIoo _.'-'.". J ·s' AGN Sociares UN ASUNTO DOMINICANO LLAMADO HAlTI EDITORIAL, pág. 1 QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA André Corten e Isis Duarte, pág. 7 QUE LA MUÑECA BAJE AL PA TlO. CULTURA y EDUCACION Jorge Cela, sj. pág. 37 BREVE RESUMEN DE HISTORIA DE LA IGLESIA EN HAITI José Luis Sáez, sj., pág. 51 LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL: LA SITUACION DOMINICO-HAITIANA Tahira Vargas, pág. 59 RECENSIONES: UN LIBRO PARA ROMPER EL SILENCIO: ESTADO y CAMPESINOS AL INICIO DE LA ERA DE TRUJILLO, DE ORLANDO INOA Pedro L San Miguel, pág. 83 .-- ......... Año XXVII, Número 98 Octubre-Diciembre, 1994

~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

-,,~-

_ ..JfIIoo _.'-'.".J·s'

~ AGN

~tuáiosSociares

UN ASUNTO DOMINICANO LLAMADO HAlTI

• EDITORIAL, pág. 1

• QUINIENTOS MIL HAITIANOSEN REPUBLlCA DOMINICANAAndré Corten e Isis Duarte, pág. 7

• QUE LA MUÑECA BAJE AL PA TlO.CULTURA y EDUCACIONJorge Cela, sj. pág. 37

• BREVE RESUMEN DE HISTORIADE LA IGLESIA EN HAITIJosé Luis Sáez, sj., pág. 51

• LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL:LA SITUACION DOMINICO-HAITIANATahira Vargas, pág. 59

• RECENSIONES:UN LIBRO PARA ROMPER EL SILENCIO:ESTADO y CAMPESINOS AL INICIO DE LAERA DE TRUJILLO, DE ORLANDO INOAPedro L San Miguel, pág. 83 .--.........

Año XXVII, Número 98Octubre-Diciembre, 1994

Page 2: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

'EstuáiDs Socia!es

Revista publicadapor el Centro de Investigación

y Acción Socialde la Compañía de Jesús

Año XXVIINúmero 98

Octubré-Diciembre, 1994

Publicación Trimestral,Registrada en la Secretaría de

Estado de Interior y Policíacon el número 5234,el 4 de abril de 1968.

Redactores:JaSE LUIS ALEMAN

JORGE CELAANTONIO LLUBERES

MANUEL MAZAJaSE LUIS SAEZ

JESUS ZAGLULMAX MICHEL

Redacción-AdministraciónJesús Zaglul, sj.

Apdo. 1004Santo Domingo

República Dominicana

Te!.: 682-2231de 9 am a 12 m

de lunes a viernes

Suscripción Anual:América Latina y el Caribe . . US$20.00Otros países . . . . . . . . . US$25.00

(Incluye envío por correo aéreo)República Dominicana .. ' RD$120.00

Número Suelto:América Latina y el Caribe. . US$5.00Otros países . . . . . . US$7.00República Dominicana .. , RD$30.00

Impresión:Amigo del Hogar

Las opiniones expresadasen los artículos e investigacionesque publicamos son de laresponsabilidad del autor que los firma

Los artículos son registrados por:"HISTORICAL ABSTRACTS","AMERICA: HISTORY AND L1FE,ABC POLSCI"(Advanc,¡fSibliographY 01 Contents:Political¡6cience and Government),"AEVISTA INTERAMERICANADE BIBLlOGRAFIA" Y"BIBLlOGRAFIA TEOLOGICACOMENTADA del área iberoamericana","HISPANIC AMERiCANPERIODICAL INDEX"

DISTRIBUCION:Santo Domingo:Librería Macalé, Nouel 3Librería San Pablo, Nouel 5Cuesta: Centro del Libro,Av. 27 de FebreroLibrería MontserratAv. Lincoln No. 403, local BCON DaR, Bernardo Pichardo, 8Centro Poveda, Pina, 210 ALibrería La Trinitaria, Nouel, 160

Santiago:Economato PUCMMLibrería Petra, Beller, 100Librería Manantiales, 30 de MarzoAmigo del Hogar, El Sol esq. Luperón

La Vega:Radio Santa María

Composición y Diagramación:Socorro Espinal

AGN

Page 3: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

Estudios SocialesVol XXVII, Número 98Octubre-Diciembre 1994

UN ASUNTO DOMINICANO LLAMADO HAITI

El Presidente Aristide acaba de regresar a Haití. La RepúblicaDominicana y Haití tienen en sus manos una nueva oportunidad deentablar relaciones fructíferas para ambos países.

Existen diferencias y quejas reales entre ambos estados.Conviene a todos presentarlas en un lenguaje moderado, y res­ponsable, dirigido a resolver estos problemas. Cualquier candelahaitiana amenaza nuestros bohíos, cualquier lluvia fronteriza mojasurcos de dos banderas.

La República Dominicana ante Haití puede tomar varias pos­turas. Analizamos tres por parecernos las más representativas de loque de hecho ocurre.

La primera: sectores políticos dominicanos pudieran seguirempleando a Haití como un diablo del carnaval electoral para poneren movimiento a las masas. Ciertamente que abanicando las brasasde los odios ancestrales se lograrían a corto plazo deslumbrantesllamaradas política. Piénsese en la pasada campaña electoral. Peroa largo plazo, las mismas masas que padecen los problemas realesdel país rechazarían a este diablo de carnaval como la explicación detodos sus males. Una actitud dominicana de conflicto contra Haití sólobeneficiaría a dos sectores: primero, a los que quieren adueñarse delmercado haitiano, llamado a crecer, dada la laboriosidad de esesufrido pueblo y los recursos que la culpabilidad y la generosidadinternacional ya le han granjeado. En segundo lugar, el

1

Page 4: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

enfrentamiento con Haití sólo beneficiaría a los que necesitan sacara Pedro Santana de su tumba para que distraiga a la opinión públicadominicana. Es deber de todos evitar esta ruta equivocada.

Una segunda postura es todavía más ingenua. Consiste encreer que los dominicanos podemos entrar a beneficiarnos del cre­cimiento haitiano mientras mantenemos intactos y en escabecherecelos, prejuicios y abusos contra esa población y su gobierno. Estapostura no es realista.

Una tercera postura consiste en esforzarnos seriamente porcomprender la naturaleza de la sociedad haitiana con sus luces ysombras, asumir sin reservas el grado de profundidad de nuestrainterdependencia, deponer resueltamente los prejuicios y establecerconjuntamente las áreas de cooperación posible.

Comprenderemos mejor la naturaleza de la sociedad haitianasi reflexionamos acerca de su debilidad y lo heróico de su lucha porvivir en libertad y dignidad. Hasta 1794 el 90 % de la poblaciónhaitiana era esclava. La misma Francia que promulgó la Declaraciónde los Derechos Fundamentales del Hombre intentó varias vecesencadenar a los haitianos bajo la esclavitud. Para el 1ro de enero de1804 Haití se convertía en la primera república independiente deAmérica Latina. Todavía Francia duró décadas amenazando a Haitíy murmurando planes y esquemas para reconquistarla. Francia sóloreconoció la independencia de Haití a cambio de someter a esapequeña nación a las obligaciones de una deuda tan grande que JeanPierre Boyer la usaría como excusa para adueñarse e intentar trans­formar radicalmente la producción agrícola dominicana.

Los que nos hemos horrorizado con la violencia en Haití en losúltimos años haríamos bien en comprender que desde hace décadasen Haití las instituciones civiles son frágiles o no existen. No hablemosde fas hombres y mujeres asesinados por gobiernos haitianos quehan gozado del apoyo internacional, también el de los EstadosUnidos.

Según un cuadro de la revista inglesa The Economist (Sept.,24, 1994, 21) desde su independencia Haití ha tenido unos 43

2

Page 5: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

UN ASUNTO DOMINICANO LLAMADO HAITI

gobiernos, sin contar los que han durado días. Si nos fijamos en las43 figuras políticas que encabezaron esas administraciones, tenemosque: 6 han muerto violentamente, uno se suicidó, 16 tuvieron quehuír, principalmente a Jamaica o Francia, 8 presidieron gobiernos queduraron menos de un año, 35 de esos mandatarios terminaron sumandato de forma irregular (asesinados, o forzados a huír, unodescuartizado, otro volado por un bomba, un envenenado, uno ejecu­tado, otro asesinado estando preso en una cárcel estatal). Desde laintervención norteamericana, una de las más largas en AméricaLatina (1915-1934), pocos gobiernos haitianos han podido realizar sumandato con una cierta mesura de legalidad.

Por mucho tiempo la democracia haitiana caminará con pasoinseguro a la velocidad de su gente y según su decisión. Se puedealimentar un pueblo, no se pueden inventar sus instituciones, ni loshombres y mujeres que las hagan funcionar.

Haití es también un asunto dominicano, y \os haitianos haríanmuy bien en seguir muy de cerca todo lo de República Dominicana.

República Dominicana tiene sobradas experiencias históricaspara temer las decisiones sobre su territorio tomadas por potenciaslejanas. Esas decisiones tuvieron consecuencias y cicatrices que aúnperduran. Recuérdese, por ejemplo, las abusivas devastaciones deOsario, temprano en el siglo XVII, que le abrieron las puertas aldominio francés en la parte occidental de la Isla. La RevoluciónFrancesa, las ilusiones autonómicas de los colonos blancos france­ses del Saint Domingue a fines del siglo XVIII, la lucha del mediomillón de esclavos haitianos por su libertad, los designios napoleóni­cos, la independencia de América Latina y otros tantos procesoscuyos orígenes no estaban en el Santo Domingo español, le afec­tarían para siempre. Todos esos procesos tienen su componentehaitiano-dominicano. Hacemos muy bien en interesarnos en todo loque afecta a Haití. Haríamos muy mal en vivir de espaldas a lafrontera, o dejar en manos de personas irresponsables la discusióny la decisión sobre asuntos tan importantes.

3

Page 6: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

Haití y República Dominicana están tan cerca que un mismoamanecer los ilumina y aunque sus sociedades se ignoren, sussombras viven entrelazadas en su oscuridad, conversando como sifueran viejos compadres conocidos desde hace siglos, vecinos quepueden cruzar a pie el Masacre sin que se les enfríe el café.

Todo lo de Haití nos interesa ya los haitianos les pasa igual. Tancerca estamos. El mayor río haitiano recorre 60 kilómetros de tierradominicana. Compartiendo la misma Isla no podemos resolver ningúnproblema serio sin contar con los haitianos: la ecología, el uso de lasaguas y ríos, la secular deforestación haitiana y la apatía forestaldominicana cuya monotonía rompen honrosamente varios valiososesfuerzos, las epidemias que cobran vidas humanas, las plagas quedestruyen animales y plantas, todos estos y muchos más, son proble­mas que se ríen olímpicamente de nuestras fronteras, alambradas,visas y puestos de guardias prepotentes en absurdas mangas largas,sudando sudores burocráticos en parajes tan polvorientos comoolvidados.

Pero si nos acercan los problemas, también nos unen las posi­bilidades. Haití ya ha sido una oportunidad dorada para la débil ymaltrecha industria domjnicana. Deberíamos sacar todo el partidoposible de esta realidad y confirmarla con hechos, calidad y preciosindiscutibles.

Este numero estudia varios asuntos no resueltos. El artículo deAndré Corten e Isis Duarte le pide su cédula a los argumentos queseñalan la presencia de "Quinientos mil haitianos en RepúblicaDominicana". Concretamente, los investigadores se preguntan:"¿cuál es la proporción de trabajadores laborando y/o viviendo en elsector azucarero? ¿Cuál es la proporción de dominicanos de origenhaitiano (no reconocidos como tales en su mayoría)? Finalmente,dentro de estos últimos ¿cuál es la proporción de adultos que podrfan,si su estatuto estuviera regularizado, pesar sobre las consultas elec­torales?".

José Luis Sáez nos recuerda las efemérides más significativasde la vida eclesial haitiana.

4

Page 7: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

UN ASUNTO DOMINICANO LLAMADO HAITI

Tahira Vargas nos ofrece un levantamiento documental paraestudiar la situación dominico-haitiana. Se trata de un instrumento útilque brinda una visión general de los documentos, obras, artículos ymaterial elaborado por diversas instituciones e intelectuales sobreeste tema.

El número contiene otros dos estudios. Jorge Cela, en suartículo "Que la muñeca baje al patio: cultura y educación" nosmuestra las implicaciones de esta intuición fundamental: "La educa­ción es obra de todos: la familia, la calle, los medios de comunicaciónsocial, el mercado, las autoridad, la escuela".

Pedro L. San Miguel cierra el número con sus comentariosacerca del libro de Orlando Inoa, Estado y campesinos al inicio dela Era de Trujillo el cual califica como "Un libro para romper elsilencio".

Al concluir el 1994, dominicanos y haitianos pueden realizar loque ninguna organización ni dinero internacional harán por ellos:sembrar, para que el verde a ambos lados de la frontera no sea sólode dólares, sino de árQoles, para que el agua de los ríos sepa tambiéna sudores y lo único duro entre sus dos pueblos sea los callos de lasmanos y el abrazo de hermanos y que dure.

5

Page 8: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

Estudios SocialesVol XXVII, Número 98Octubre-Diciembre 1994

QUINIENTOS MIL HAITIANOSEN REPUBLlCA DOMINICANA*

André Corten, Isis Duarte**

Aún cuando la campaña internacional contra la esclavitud de losbraceros haitianos en República Dominicana cobra un nuevo brillodurante el Quinto Centenario, se percibe un cambio en el tono queaparece particularmente reflejado en el reemplazo del término "es­clavitud" por el de "trabajo forzado". Este cambio es el resultado, porun lado, de la mejora relativa de las condiciones de vida y de trabajoque esta campaña obtuvo y, por otr.a parte, de la agravación de lasviolaciones a los derechos humanos en Haití mismo, desplazando laatención de los organismos de defensa de derechos humanos.

La cuestión haitiana en República Dominicana es, sin embargo,más importante que nunca. Primero porque el número de haitianosen República Dominicana (y de dominicanos de origen haitiano) seha casi duplicado estos diez o quince últimos años, a pesar del

* Traducción de Viviana Fridman. Los autores agradecen la oportuna colaboraciónde Carmen Amelia Cedeño. Este artículo aparecerá en la revista Latín AmericanPerspectives, correspondiente a la Primavera de 1995.

** André Corten, profesor de Ciencia Política en Montreal y fellow del Centre forTheoretical studies, Universidad de Essex. Isis Duarle, antigua profesora de laUniversidad Autónoma de Santo Domingo y actual Directora del Instituto de Estudiosde Población y Desarrollo (lEPO), Santo Domingo. Trabajo en común: Azúcar y

Política en República Dominicana, Santo Domingo, Taller, 1976. Este estudio formaparte de una investigación subvencionada por el Consejo de Investigaciones enCiencias Humanas de Canadá.

7

Page 9: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

decreto de expulsión de junio de 1991, Yde que más que nunca entraen el contexto migratorio global Caribe/Estados Unidos. En segundolugar, porque los haitianos y dominicanos de origen haitiano seencuentran en sectores de la economía cuya supervivencia depende,al menos a los ojos de los empleadores, de la continuidad de estostrabajadores.

Pero a esos factores económicos y sociales, se suman losfactores propiamente políticos. En República Dominicana, lasfraudulentas elecciones del16 de mayo de 1994 impidieron el accesoa la Presidencia de la República a José Francisco Peña Gómez, undominicano de origen haitiano. Para Haití, el medio millón de hai­tianos y dominicanos de origen haitiano deportables sin previo avisoconstituye una "espada de Damocles" mientras sus condiciones nosean regularizadas. Sin contar que para muchos expertos extran­jeros, el desarrollo en Haití es impensable sin una emigración de100,000 haitianos por año. Emigración, que al precio de algunosproyectos de desarrollo fronterizo, se orienta naturalmente hacia laRepública Dominicana. En tal contexto se puede comprender por quéel presidente Joaquín Balaguer insistía en afirmar que las "grandespotencias como Francia" desean "la integración total" de su país conHaití: era parte de una campaña de denigración racista de su rival.De hecho las relaciones domínico-haitianas constituyen un elementoimportante en las orientaciones estratégicas de la soberanía domini­cana. Los partidos de oposición y particularmente el PRO han, por elcontrario, subestimado la importancia de estas relaciones, lo queexplica en parte las dificultades de lograr un alternancia en el podery que Joaquín Balaguer comience ahora su séptimo mandato.

1. La campaña internacional contra la "esclavitud"

El sistema de poder en los dos países funciona excitando respec­tivamente el antihaitianismo y el antidominicanismo. Sobre esta isla,compartida por los dos países, los militares manejan conveniente­mente esta oposición. En Haití, ésta funciona en base al recuerdodel carácter esclavista y retrógrado de su vecino durante el períodoen que, como primera república negra, proclamaba su independencia

8

Page 10: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

(1804). En relación a Santo Domingo, las heridas causadas por laocupación haitiana de Boyer (1822-1843) han sido sistemáticamentereavivadas. Hoy, los roles parecen invertidos. La República Domini­cana está mucho más avanzada que Haití en términos de crecimientoeconómico. ¿Será que Haití se hunde en una miseria sin esperanzani solución? El PBI per capita es respectivamente de US $ 830 Y370,el crecimiento anual per capita (1965-1990) de 2.3% y 0.2%, laproporción de población urbana de 60% y de 29%, la densidad depoblación por km2 de 148 y 205.1

Del lado dominicano, el siglo pasado, Gregario Luperón habíaencarado con gran inteligencia las relaciones entre los dos países. ABoyer mismo - el Presidente Balaguer a pesar de su racismo loreconoce - no le faltaba lucidez. Pero los ideólogos de ambos ladosrecubrieron todo de una capa de odio durante el siglo siguiente. Huboque esperar la década de 1950 para que Price-Mars, entoncesembajador de Haití en Santo Domingo, del lado haitiano, y HugoTolentino, entonces exiliado en Francia, del lado dominicano, presen­taran una visión diferente sobre las relaciones entre los dos países.Esta nueva perspectiva cobra importancia recién en los años 70. Dellado haitiano con Suzy Castor y Gérard Pierre-Charles, que viven enesa época en el exilio en México. Del lado dominicano con FranklynFranco y, sobre todo, con José del Castillo, Magda Acosta, FrankMarino Hernández y más tarde Franc Báez, Wilfredo Lozano y JoséManuel Madruga.2 La "cuestión haitiana en República Dominicana"es, a partir de entonces, cada vez más estudiada a contracorrientede la tradición de desconfianza y de odio recíproco. Los intelectualesdominicanos muestran en general más interés sobre la cuestión quelos intelectuales haitianos.

1. La población en 1990 es según el Anuario demográfico de las Naciones Unidas de7,170.000 para República Dominicana y de 5,693,000 para Haití. Nótese que enotras fuentes figuran cifras bastante diferentes en lo que concierne a Haití.

2. Una buena bibliografía sobre este período puede ser encontrada en el trabajo delsociólogo dominicano, investigador en el Centro de Estudios Latinoamericanos(CELA) de la UNAM, Pablo Mariñez, Relaciones Dominicano-haitianas y raíceshistórico culturales africanas en la República Dominicana, Bibliografía Básica, SantoDomingo, Editora Universitaria - UASD, 1968: 42 páginas.

9

Page 11: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

Hacia fines de los años 70, los dos países entran en unatransnacionalización más avanzada, una de cuyas manifestacioneses la campaña internacional contra la esclavitud. Tres movimientosde carácter transnacional impulsan esta campaña.

Primero, por parte de las ONG de defensa de los derechoshumanos, que cobran importancia en esa época. La Sociedad Anti­esclavista (AS/) de Londres presenta un informe en 1979 a laComisión de la ONU sobre las formas modernas de la esclavitud (envirtud de la Convención suplementaria de I'ONU de 1956 sobre laabolición de la esclavitud - que define "las formas modernas de laesclavitud"). Esta intervención de la ASI es, en cierta medida, pro­ducto del azar. En 1978 un miembro de la OXFAM (organización quetiene también su sede principal en Inglaterra) visita los bateyesdominicanos, queda impresionado por las terribles condiciones devida de los braceros haitianos y lo comunica a la AS!.

El segundo impulso a la campaña antiesclavista es dado por laprensa, particularmente por un periodista francés freelance, MauriceLemoine, desde entonces colaborador regular de Le Monde Diploma­tique, quien publica en 1981 un libro sensacionalista pero bastanteobjetivo: Suere amer, ese/aves aujourd'hui dans les Carai"bes. Tra­ducido en 1983 en Santo Domingo y en 1985 en Londres, el libroimpulsa a la OIT a enviar una misión en 1983 a República Domini­cana.

Desde la partida de Jean-Claude Duvalier, en febrero de 1986,el pueblo haitiano gana en soberanía y se fortalece para defender susderechos humanos, incluidos los de aquellos que se encuentran enRepública Dominicana. El contrato vergonzoso, renovado casi cons­tantemente desde 1952, deja de ser renovado. Este había sido vistocomo una venta de esclavos, particularmente porque la compen­sación "de los gastos de contratación" iban a parar directamente a losbolsillos del dictador (ASI, 1979, Veras, 1983). Al gobierno haitianole convenía desviar las reivindicaciones de los derechos humanoshacia la república vecina. A pesar de todo, en 1989 los dos gobiernosnegocian un nuevo contrato. En ese momento, tres organizacioneshumanitarias - dos de ellas operando desde los Estados Unidos y la

10

Page 12: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

tercera desde Barbados: Americas Watch, National Coalition forHaitian Refugees y Caribbean Rights -publican un primer informe quefija las condiciones para un contrato más respetuoso de los derechoshumanos de los braceros haitianos (contratos individuales, máximode horas de trabajo, condiciones de habitación, salud y libertadesciviles). En los informes siguientes, la Americas Watch subraya sobretodo el "trabajo forzado" que resulta, a falta de contratos, de la prácticade reclutamiento de los contratistas (buscones). Es lo que haceigualmente Roger Plant, cercano a la ASI, a pesar del título de sulibro: Sugar and modern Slavery (1987: 66s.). Los buscones dejanen manos de los militares dominicanos a los haitianos que, embau­cados con falsas promesas, pagan hasta 25 dólares por atravesar lafrontera. A su vez, el CEA (Consejo Estatal del Azúcar) paga a losbuscones - que generalmente también son haitianos3 -de 10 a 25dólares por bracero. Finalmente, los militares ganan alrededor de 20dólares por cabeza (Plant, Roger, 1987: 78).

La cuestión haitiana en República Dominicana cobra importanciaen la escena interamericana a través de los nuevos canales depresión de las organizaciones humanitarias (Kryzaneck, 1985: 118s.),generalmente animados por los grupos religiosos, y por la implicacióndel Congressional Black Caucus - CBC -, cuando Africa del Sur dejade ser el polo principal de lucha decidiendo en 1989 abolir el apart­heid. La Comisión de Comercio del Congreso de los Estados Unidosacepta la petición de la Americas Watch de estudiar los abusos delos derechos humanos antes de renovar la eligibilidad de la RepúblicaDominicana al Sistema Generalizado de Preferencia y a la cuotaazucarera (Ferguson, 1992: 87). Las rivalidades intercaribeñas enmateria de zonas francas y de turismo, que se expresan a veces através de los sindicatos americanos, dan cuenta en parte de lasfuerzas de presión. Sin embargo, éstas resultan sobre todo del rolcreciente de presión de las organizaciones humanitarias, reem­plazadas aquí en parte por el Caucus Negro Americano (CBC). El

3. Este aspecto en particular dió a Jean-Claude lcart (1987) ellílulo para su libro sobrelas migraciones.

11

Page 13: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

gobierno dominicano improvisa algunas reformas y el PresidenteBush las considera como mejoras para sustraer al Presidente domini­cano de esas amenazas. Este último toma desde entonces la ofen­siva y firma en junio de 1991 un decreto de expulsión.4 6,000 niñosy viejos son expulsados. Una atmósfera de pogrom lleva al menos a25,000 haitianos a partir voluntariamente, dado que el gobierno deAristide augura un futuro mejor en Haití. A pesar de que estaexpulsión es concebida como medio de presión contra el gobierno deAristide, y se inscribe así en un marco bilateral, se inscribe ademásen un cuadro transnacional como reacción a la acción de los ONG ya las presiones de los grupos humanitarios, cuyo peso es crecienteen las relaciones internacionales.

Entre la primera denuncia de la ASI, en 1979, y el último informede la Americas Watch, en octubre de 1992, el cambio de argumen·tación y de léxico es notable. Mientras que al principio se habla de"esclavitud" y se insiste, en la lectura que se hace del contratointergubernamental, en el precio de venta de los esclavos,5 másadelante se habla de "trabajo forzado" y del rol de la policía y delejército (sobre todo) dominicano. Desde 1992 la atención por partede Americas Watch6 y del CBC7

, se concentra en la situación de Haití.La atención de esta última organización se justifica de la manerasiguiente: "El hecho de que Haití, al igual que Somalía, represente alos Negros bajo una tiranía negra no significa que las responsabíli.

4. El presidente dominicano alegó como pretexto un informe de otro organismo humani·tario americano· la Lawyers Committee for Human Rights " que denuncia en mayode 1991 el trabajo forzado de los niños y de los viejos, y un reportaje de una cadenade televisión americana en el que se muestra que el ejército dominicano concentraen los cañaverales a niños y viejos. Los niños son generalmente nacidos enRepública Dominicana y, según la Constitución vigente, son de nacionalidad dominiocana, mientras que los viejos, aunque son haitianos, han pasado generalmente todasu vida adulta en el país.

5. En el primer informe de 1979 de la ASI se habla de 70 dólares por cabeza, aunquelas "tarifas de contratación" están en realidad en el orden de los 10 dólares.

6. Silencing a people. The destruction o{ Civil Society in Haiti, febrero de 1993.

7. El CSC se involucra en la cuestión haitiana sobre todo luego del derrocamiento deAristide (el 30 de septiembre de 1991).

12

Page 14: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

dades del Congressional Black Caucus sean menores, sino aúnmás grandes".8 El cambio de tono ha sido posible también gracias auna cierta mejora implementada en 1992 como consecuencia de unacuerdo entre el Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y cuatro confe­deraciones sindicales, firmado bajo la presión de la OIT, así como elnombramiento por parte del Presidente Balaguer de una personalidadmás liberal como Secretario de Estado en Trabajo: Rafael Albuquer­que. Pero, como destaca Caroit (1993), los veinticinco inspectoresdesignados por Albuquerque "no son suficientes para vigilar todas lasplantaciones".

11. Una cifra

Otra característica de la campaña internacional es la de exagerarel número de haitianos en las plantaciones dominicanas. MauriceLemoine hablaba en su libro de "250,000 hombres, mujeres y niñosprisioneros de por vida en el infierno de las plantaciones azucareras"(contratapa). En un comunicado de prensa con motivo del QuintoCentenario, la ASI y otras organizaciones humanitarias inglesasdeclaran: "Esta esclavitud continúa 500 años después de la llegadade Cristóbal Colón a la isla Española (oo.) Aún en nuestros días,150,000 haitianos son forzados a trabajarcortando caña en RepúblicaDominicana con salarios de hambre".9 Al mismo tiempo la ASI, enotro tipo de documento - destinado a las ONG_1D habla de 40,000haitianos empleados para cortar caña, lo que constituye una cifra másrealista.

La fantasía en el empleo de las cifras está lejos de ser inocente.Cuando el Presidente Balaguer deja creer que hay dos millones dehaitianos en República Dominicana (Nacional, 26 de abril de 1989),es para poder denunciar una invasión. Cuando Bernardo Vega(1990) los evalúa implícitamente en 200,000, es para argumentar que

8. Haiti Update, mayo 1993, vol. 1, NQ 1, pá9ina 1.

9. Clr. 2/10/1992 - ASI/ Latin american Bureau/ Christian Aid).

10. Cfr. The Price of Sugar. Haitian forced labour in the DR, Ressource Pack ASI.

13

Page 15: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

es razonable pensar en una re!",dtriación. Como lo dice Martin Murphy(1991: 76), "el gobierno dominicano no desea aparentemente hacerpúblico, o siquiera conocer, el número de haitianos no documentadosque vive en República Dominicana" .11

El título del presente artículo da como cifra 500,000. Sólo unestudio multidisciplinario y colectivo podría establecer un númeroaproximado. El objeto de esta sección es relevar las implicaciones,en el plano de la composición de la población, de la hipótesis de500,000. En este contexto, y dentro de esta cifra, ¿cuál es laproporción de trabajadores laborando y/o viviendo en el sector azu­carero? ¿Cuál es la proporción de dominicanos de origen haitiano(no reconocidos como tales en su mayoría)? Finalmente, dentro deestos últimos ¿cuál es la proporción de adultos que podrían, si suestatuto estuviera regularizado, pesar sobre las consultas elec­torales?

En el cuadro 1 están representadas algunas cifras citadas gene­ralml;;iite en los estudios sobre la cuestión haitiana en RepúblicaDominicana, parcialmente tomadas aquí de Murphy (1991: 76).

De 1935 a 1950, la cifra pasa de 52,657 a 18,722. Al menos12,000 haitianos son masacrados en octubre de 1937 por las tropasde Trujillo, cuasi genocidio que Balaguer ha interpretado como unmedio necesario para nacionalizar la frontera. Otros huyeron a Haití.Algunos se refugiaron en las plantaciones, único lugar seguro. En1981 (Plant, 1987: 70) y en 1991, expulsión y huida se reproducen,como recuerdo de las sacudidas del sismo de 1937. En 1980 - Yhasta

11. Según las informaciones emitidas por un funcionario de la Oficina Nacional deEstadísticas (ONE), un censo había sido llevado a cabo en julio de 1991 por eseorganismo. Los resultados nunca se dieron a conocer públicamente. Según este'censo", 245,000 haitianos viven en República Dominicana (ver cuadro 1). Esta cifrano incluiria, según ese funcionario, los dominicanos de origen haitiano. Llevado acabo luego de la aplicación del decreto de expulsión, el censo debe ser tomado conreparos: primero, ¿por qué realizar un censo luego del inicio de la aplicación deldecreto? y, por otra parte, las intimidaciones a las que han sido sometidas laspersonas puede haber conducido a dominicanos de origen haitiano a declararsecomo haitianos.

14

Page 16: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

1986, si se le cree al Centro Cultural Dominicano-Haitiano -, la mayorparte de los haitianos residen todavía en los bateyes, aún cuando yason numerosos los que trabajan en la construcción. La plantación esal mismo tiempo un infierno y un refugio. Esta se mantiene aún hoycomo un santuario en medio de ese vasto movimiento accidentado yviolento (violencia sustancial) de atracción/ repulsión que gobierna lamigración haitiana.

Cuadro 1

Estimaciones oficiales del número de residentes haitianos en RD

Años Cifras Fuentes oficiales

1920 28,258 Gobierno provisorio de RD

1935 52,657 Dirección general de estadísticas

1950 18,772 Dirección general de estadisticas

1970 97,142 Dirección de migraciones

1980 200,000 ONAPLAN • Oficina Nacional Planificación

1991 245,000 ONE . Oficina Nacional de Estadísticas

A partir de septiembre de 1991, muchos de los que se habíanido vuelven: 40 mil, 50 mil, nadie lo sabe (Caroit, 1993: 7). Más pobresaún, sin ningún status. Oficialmente, el gobierno controla la fronteray otorga la condición de refugiado sólo a una una minoría de éstos.Si durante el embargo del lado dominicano se controla la frontera essólo para evitar la entrada de haitianos. Este miedo de una "invasión"masiva ha sido utilizado por Balaguer para justificar su desacuerdocon el embargo.

Las grandes masas de inmigrantes viven también la violencia.Los boat people haitianos arriesgan sus vidas en embarcacionesprecarias. Los boatpeople dominicanos tratan de llegar a Puerto Ricopor el canal de la Mona (Ferguson, 1992: 79s.), que está infectadode tiburones. También viven situaciones de violencia los haitianosdeportados: 40,000 de las Bahamas, en 1978 (Icart, 1987), como de

15

Page 17: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

los Estados Unidos en 1992-1993.12 EI16 de mayo de 1994 aconteceun nuevo cambio y el Presidente Clinton anuncia la suspensiónmomentánea de la repatriación de boat people haitianos. En agostomás de 15,000 haitianos se encuentran estacionados en la base deGuantánamo. También hay deportación dominicana a partir de PuertoRico. Se ejerce, además, violencia civil contra los clandestinos enEstados Unidos (ya estimados en 1983 en 400,000 haitianos y225,000 dominicanos, Cfr Pastor, 1991) Yviolencia económica, final­mente, contra los millones de caribeños que hacen de New York laciudad más grande del Caribe. Los dominicanos que dejan los cam­pos del Cibao se encuentran allí. Y en cuanto a los haitianos sontambién muy numerosos en Florida, a veces en las plantacionesazucareras, a pesar de que aquí son mayoritarios los trabajadorestemporarios jamaiquinos.

Desde fines de los años 70, pero sobre todo desde principio delos 80, la resistencia del campesinado haitiano es vencida, en parte,por las medidas draconianas tomadas contra la peste porcina y, enparte, por las importaciones masivas de maíz, mijo y arroz. El haitianopobre se va entonces a trabajar a los campos de arroz y a lasplantaciones de café y de cacao dominicanas, reemplazando aldominicano que trabaja en las zonas francas o se va a las factoríasneoyorkinas. El haitiano menos pobre se va a Estados Unidos o aCanadá. Es difícil interpretar estos movimientos solamente comomedios de ascenso social de jóvenes emprendedores - y sin embargoes también a veces eso. La fuerza humana es arrancada y aban­donada en cualquier lugar siguiendo una lógica no de acumulaciónsino, más bien, de destrucción de los recursos humanos. Es la lógicade una sociedad de renta (Corten, 1993: 43-146).

12. Esta deportación es hipócritamente justificada por la Corte Suprema el 21 de juniode 1993 en base a que los boa! people interceptados en alta mar - en razón delacuerdo de 1981 con el gobierno haitiano - no están en territorio americano y,

entonces, devolverlos a Haiti no viola la Convención de Ginebra. Esta decisión de laCorte Suprema de los Estados Unidos ha sido criticada por el Alto Comisariado delas Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) por violar los tratados interna­cionales sobre refugiados.

16

Page 18: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

La masa de haitianos en República Dominicana, así como dedominicanos de origen haitiano, aumenta de golpe a partir de ladécada del 70. De acuerdo con la documentacion disponible en elcuadro 1, los inmigrantes haitianos pasarían de 97,142 a 245,000entre 1970 y 1991, un aumento de aproximadamente 150,000. A suvez, y de acuerdo a nuestras estimaciones, los dominico-haitianoshabrían aumentado en 200,000 (ver cuadro 2). Hay que reiterar queno se trata aquí de fundar una cifra sino, más bien, de estudiar susconsecuencias y sus componentes. El cuadro 2 propone una estima­ción (teórica) de los dominico-haitianos de primera generación. Es elperíodo en que definitivamente los haitianos deciden salir de losbateyes y vivir en otra parte, lo que puede interpretarse como unaexpresión de la soberanía nuevamente sentida por el pueblo hai­tiano. 13 Esto da cuenta también de la violencia aún más visible de losmovimientos de atracción! repulsión. Se estima en 75,000 los hai­tianos y domínico-haitianos vinculados al sector azucarero (los traba­jadores y su familia), que representarían aproximadamente un 15.0%del total (estimado en 500,000). A su vez, los trabajadores azucarerosrepresentan el 8.0% y no sólo el 3.0% como pretendía, en unaexageración minimalista, un director del CEA. 14 Sin embargo, en losbateyes centrales tambien continúan viviendo otros trabajadores ysus familias ligados a la construcción, al comercio, al trabajodoméstico y hasta al pequeño transporte. 15 En otras palabras esprobable que en conjunto la población haitiana y domínico-haitianaresidente en los bateyes periféricos y centrales sea más numerosa,sobrepasando al 15.0% que esta vinculada al sector azucarero. Dadoel clima recurrente de caza de haitianos, ningún censo de poblaciónpuede establecerlo objetivamente. No hay preguntas previstas aestos efectos en el Censo Nacional de Población, realizado enseptiembre de 1993.

13. Para obtener más elementos sobre la definición de la soberanfa en un contextotransnacionalizado, véase Corten, 1993, capítulo X.

14. Cfr. Ferguson. 1992:90.

15. El estudio de Douzant Rosenfeld, Faxas (1993) no da más precisiones en relación aeste tema.

17

Page 19: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

La composición de la población es igualmente desconocida.¿Quienes son los residentes de los bateyes? Los "rayanos", comose los llama a menudo con una pizca de desprecio, es decir los hijose hijas de haitianos nacidos en República Dominicana, de los cualesun máximo de 25% tienen status legal de dominicanos según unaestimación del Centro Cultural Dominicano-haitiano. Los "rayanos"son los primeros en osar vivir fuera del batey. en ciertos barrios depoblación haitiana como Cristo Rey (en Santo Domingo) o biencompletamente mezclados con la población dominicana.

El cálculo del número de dominico-haitianos es bastante com­plejo y tendría que ser una tarea de demógrafos. Aqui ofrecemosaproximaciones presentadas en el cuadro 2. Se supone primero quela tasa de reproducción por individuo durante el transcurso de su vidaes de 1.5. Para la generación más joven o de recién llegados,utilizamos el coeficiente de 0.5, suponiendo que su vida reproductivano ha concluido. Se trata de un cálculo arbitrarío ya que no cono­cemos ni la estructura de edad ni la composición por sexo de estapoblación. También, como hipótesis complementaria, estimamos en10,000 los niños hijos de padres haitianos sobrevivientes de lamatanza de 1937. Las cifras que resultan de estos supuestos apare­cen en ef cuadro 2.

Cuadro 2

CIFRAS TEORICAS EN RELACION A LOS DOMINICANOSDE ORIGEN HAITIANO

Periodos de Pedodos de Nacimiento Total

Inmigración 1950 1970 19S0 1990 General

1930 lQ.QQQ 20,000 (2 gen.) 10,000 niños (3 gen.)

1950 (20,000)' 3.QJtQQ 20,000 niños (2 gen.)

1970 (SO,OOO)' 60,000 60,000 niños

1990 (100,000)' .5D..QQ!Lniños

Sub-Total 10,000 50,000 60,000 140,000

Total General 260,000

'Las cifras entre paréntesis son números aproximativos de migrantes haitianos llegados desde la fecha

anterior -en consecuencia no son dominico-haitianos. Las cifras subrayadas son los dominico-haitianos

de primera generacIón. Estos pueden ser viejos, a d u ~ o s con hijos o adu~os jóvenes.

18

Page 20: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

Recapitulando sobre las cifras del cuadro 2 hay que reiterar queaún suponiendo que las estimaciones sean correctas, ofrecen sólouna precisión aparente. En primer lugar, se desconoce la composi­ción por sexo, edad y la tasa de fecundidad de esta población, datosque tendrían que reunirse, si es que se encuentran, para hacer uncálculo más preciso. 16 Mas aún, las cifras deben ser objeto de otroscuestionamientos esenciales ya que, a fin de cuentas, a quién seconsidera haitiano en República Dominicana? Si de los 500,000,más de la mitad son nacidos en República Dominicana ¿dónde hayque imaginarse que éstos van a vivir, estudiar o trabajar? ¿Son losdominicanos de ascendencia haitiana portadores de una culturaparticular, la de los cañaverales? ¿O bien, por el contrario, son losprimeros - en especial los de tercera generación - en haber salidodefinitivamente de los bateyes?

Se supone que más de la mitad de esta población son niños.Cifra, sin duda, aún subestimada. Entre los niños de origen haitiano¿cuántos son nacidos aquí, cuántos han llegado aún niños con suspadres? Otra consecuencia político-ciudadana de la proporción deniños y adultos entre los nacidos en República Dominicana: ¿Acuántos le correspondería votar si su condición legal fuese recono­cida? En reacción a la creación reciente (7 de mayo de 1993) delMovimiento nacional por los derechos humanos de los dominicanosde origen haitiano (MONADHA), se expresaba esta obsesión, explo­tada al máximo a propósito de la candidatura de Peña GÓmez. "Sise permitiera, decía Daniel Adriano Gómez, que esos 'rayanos'fuesen considerados portadores de los mismos derechos civiles ypolíticos que los dominicanos, nos encontraríamos frente a la penosasituación en la que el candidato por ellos preferido tendría una ventaja

16. En una encuesta de planificación familiar efectuada en bateyes azucareros, NelsonRamírez suministra datos sobre el promedio de hijos por mujer, 2.9 para las nacidasen RD y 3.1 para las nacidas en Haití. Estos datos sirvieron de sustentación paradeterminar una tasa de reproducción durante una vida completa de 1.5. Hay quesubrayar sin embargo que para las mujeres de 45-49 años nacidas en RD el promediode hijos vivos es de 6.1 y para las nacidas en Haití de 3.5. Nelson Ramírez, Encuestasobre Planificación Familiar y otros indicadores sociales en los Bateyes de laRepublica Dominicana, abril 1992: 36.

19

Page 21: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCiALES 98

electoral marcada; lo que es simplemente inaceptable, intolerable y

antidemocrático". Todo parece mostrar que "la cuestión haitiana enRepública Dominicana" ha jugado, por el contrario, a favor del partidoen el poder. Así, durante las elecciones del16 de mayo de 1990, elPRSC (Partido Reformista Social Cristiano) del presidente Balaguerdistribuyó numerosos documentos de identidad a los haitianos fueseno no dominicano-haitianos. A cambio, éstos debían votar por él. Enesa ocasión la Junta Central Electoral admitió que no tenía manerade controlar o impedir que miles de ciudadanos haitianos obtuvieranlos documentos de identidad que les permiten pasar por domini­canos. 17 También durante las elecciones de mayo 1994 se desarrollóuna campaña de prensa tendente a cuestionar la votación de losdomínico-haitianos, bajo el alegato de que no eran dominicanos y quesupuestamente habían sido documentados en forma irregular paravotar a favor del candidato del PRD, José Francisco Peña GÓmez.De hecho en fas zonas cañeras no se impidió la participación en lasvotaciones a todos los domínico-haitianos. De manera select'lva yarbitraria fueron excluídos aquellos "sospechosos" de no simpatizarcon partido del presidente-candidato.

111. Consecuencias para la política dominicana

Un año antes de las elecciones de 1994, un análisis de JuanBolívar Díaz18 establecía un paralelo entre la posición de José Fran­cisco Peña Gómez desde 1992 en las encuestas de opinión y la deJuan Bosch durante el proceso electoral precedente. Esta analogíase reveló casi premonitoria. Un año antes de las elecciones PeñaGómez estaba en primera posición, como lo había estado Juan Boschdurante la anterior campaña. Como en 1990, el juego era triangular.Desde 1982 se enfrentan tres partidos principales: el PRSC deBalaguer, el PLD - Partido de la Liberación Dominicana - de Bosch yel PRO - Partido Revolucionario Dominicano - de Peña GÓmez. Lavictoria podía fácilmente escapársele de las manos al supuesto

17. El Siglo, 2 de agosto de 1989.

18. Hoy, 17-22 de mayo de 1993.

20

Page 22: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

vencedor, mucho más si tomamos en consideración que los fraudeselectorales son casi parte del juego político. ¿No fue acaso JuanBosch desposeído de su victoria - según sus cálculos por 6,000votos? Luego de un período de dudas, finalmente la opinión públicaterminó por aceptar que en este país ese margen de fraude eratolerable y que el profesor Juan Bosch, experimentado en política,debía saberlo. ¿El profesor no hablaba acaso, como por denegación,de "fraudes colosales"? Sectores de opinión le reprocharon en esaoportunidad no haber hecho alianza con el PRO de Peña GÓmez.

Cuadro 3

Resultados de las elecciones presidencialesy encuestas electorales (1982-1994)

En porcentajes

Elecciones Encuestas

1982 1986 1990 1994 En.89 Mar.90 No.92 JU.93 Se.93 Abr.1l4

PRD 47,0 36,5 23,2 41,4 13,0 15,0 37,0 36,0 42,0 33,0PRSe 37,0 41,6 35,1 42,4 24,0 26,0 26,0 29,0 35,0 27,0PLD 10,0 18,4 33,8 13,2 34,0 36,0 17,0 17,0 15,0 09,0

Encuesta: enero 1989 (Gallup), marzo 1989 (Gallup), noviembre 1992 (Hamilton), junio 1993 (Hamilton),

septiembre 1993 (Penn & Schoen). abril 1994 (Roper).

El juego electoral, por otra parte bastante funcional, eraigualmente volátil a causa de la edad avanzada de dos dirigentes-Balaguer y Bosch tienen respectivamente 89 y 85 años. El únicocandidato "joven" era Peña Gómez, de 57 años. Oe origen haitiano,el candidato del PRO, fue encontrado como un Moisés durante lamatanza de haitianos de 1937, si uno cree la versión autorizada deOsvaldo Santana (1981). Según este periodista, que ha investigadosobre los orígenes del líder del PRO, "los testimonios permiten creerque su madre era dominicana y su padre haitiano, pero éste estabaestablecido desde hacía muchos años en el país puesto que hablabaperfectamente el Español y sin acento, según aquellos que aún estánvivos y lo conocieron" .

21

Page 23: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

A pesar de ser el dirigente máximo del PRD desde que Boschdejó esta organización partidaria en 1973, Peña Gómez fue porprimera vez candidato presidencial en 1990. Con sólo 13% en lasencuestas de enero, obtiene finalmente el16 de mayo de 1990 el 23%de los votos. En los comicios de 1994, luego de haber logradofinalmente imponerse como candidato nacional en su partido, debiórealizar un formidable esfuerzo para lograrlo en el plano nacional enmedio de un clima de antihaitianismo. Una grotesca campaña racistafue alimentada no sólo por Balaguer, Majluta19 y sectores del PLDsino, también, por una serie de intelectuales conservadores de laUnión Nacionalista de Luis Julián Pérez y de la Fuerza NacíonalProgresista de Vincho Castillo. Un clima que la situación política dela otra parte de la isla torna aún más variable.

Peña Gómez, usualmente a la defensiva, reafirma constante­mente su nacionalidad dominicana.2o Podría disponer sin embargo deventajas importantes, siempre y cuando lograra encarnar los intere­ses soberanos de la República Dominicana y del pueblo dominicano.

Esos intereses conciernen a la evolución de la situación de Haití.Los dominicanos consideran, con justa razón, que su país - el únicoque comparte una frontera con Haití - es el más amenazado por lainestabilidad de este último. Sin embargo, según las encuestas, laopinión pública dominicana no apoya el retorno a una forma dictato­rial. ¿La "cuestión haitiana en República Dominicana" no es acasoel fruto de la dictadura jean-c1audista (1971-1986)? Si los domini-

19. Majluta declara "que centenares de haitianos enrolados en las Fuerzas Armadas yla policía dominicanas se encuentran en servicio activo ... y dice por otra parte que laRepública Dominicana está invadida por haitianos que entraron ilegalmente...",Ultima hora, citado por H a i ~ i Observa/eur, (8 de septiembre: 3). Este periódicohaitiano ag; ega que es sólo la parte visible del iceberg. De hecho, "la mayoria de lasFuerzas Armadas dominicanas está constituida por negros de origen haitiano". "Nose n t e r a m o ~ , dice éste, que sobre los efectivos militares aproximadamente 30.000hombres, alrededor del 75%, son sujetos asimilados a la nación 'haitiana'.

20. Como parte de esta actitud defensiva, en 1990, confía a Salvador Victor el trabajo derectificar su biografía. Basándose fundamentalmente en documentación oficial, ellibro intenta mostrar que ni él ni sus padres son haitianos, a lo sumo su abuelamaterna. La argumentación lleva a pensar que Peña Gómez es de origen negro perode ascendencia ex-esclava de la parte española de la isla. Su familia habría servidoen la de un español de apellido Zarzuela (Salmador Víctor, 1990).

22

Page 24: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

canos quieren resolverla y tener una posición justa frente a la afluen­cia de población-miseria - siguiendo el punto de vista de los expertosy estrategas americanos - tienen derecho a esperar que el nuevorégimen haitiano tenga una posición Clara en materia migratoria. Losdominicanos tienen ciertas expectativas frente a un nuevo régimenhaitiano y no toleran que este último se contente con jugar el rol devíctima. Si lo hace, daría la razón a la posición de aquellos que selamentan de no poder aprovechar la mano de obra haitiana dócil ybarata tal como lo hacían durante la dictadura jean-c1audista. Estamano de obra, de hecho, es menos abundante entre 1986 y 1991 ­lo que llevó al CEA a emplear medios más visibles de coerción,exponiendo así la República Dominicana a las sanciones internacio­nales.

Frente a la demagogia nacionalista y negrista de las organizacio­nes duvalieristas, del FRAPH, del RPR, así como de otras ligadas aellas, Peña Gómez estaba bien ubicado para hacer valer una justaconcepción de la "nacionalidad" en el Caribe. Y si el CongressionalBlack Caucus americano (las delegaciones del CBC en Puerto Prín­cipe se multiplican) juega un rol central en la oposición a la demagogianegrista duvalierista, hasta dónde Peña Gómez podría explotar suascendencia africana para hacer valer los derechos humanoscaribeños. Entre otros, el derecho a elegir el modo de integracióneconómica de los dos países en lugar de hacérselo imponer por elDepartamento de Estado, el Banco Mundial o por la CEE. Reivindicarel derecho a elegir para oponerse a la provocación de un Balaguerque, en la Isla al revés, habla de una Confederación entre los dospaíses para permitir a los dominicanos "situar las clases populareshaitianas en el camino de la democracia" (Balaguer, 1983: 219). Enlas últimas páginas de este libro, profundamente racista, el autorsúbitamente proclama la necesidad de una "Carta Orgánica" paraestablecer un "régimen democrático fundamentalmente idéntico paralos dos países" (Balaguer: 220) en el marco de una Confederacióncon "prohibición expresa de la reelección" del presidente quien tendráun mandato de cuatro o seis años... Balaguer habla por experien­cia!21

21. El se mantuvo en el poder, sin interrupción, desde 1966 hasta 1978, había estadopreviamente entre 1960 Y 1962 (antes y después de la muerte de Trujillo, dictadorentre 1930 Y 1961), Y allí se instala nuevamente desde 1986.

23

Page 25: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

Esas declaraciones provocativas funcionan de común acuerdocon la Unión Nacionalista que denuncia los planes urdidos por lasgrandes potencias para unificar la isla y ofrecen a esta organización- y a Balaguer mismo- la oportunidad de réplica. Durante el bloqueonaval, implementado para aplicar el embargo petrolero, la UniónNacionalista explicaba en un documento22 que bloqueando la parteoccidental de la isla, se trataba de impedir que los haitianos huyerandel país... y que fuesen entonces obligados a emigrar hacia territoriodominicano, argumentando que ésto contribuiría a crear el climapropicio a la fusión de las dos naciones. Y Luis Julián Pérez explicabaen una entrevista: "Hay que evitar que Haití se vuelva no viable". Asu criterio, el retorno de Aristide, "privilegio" otorgado por los EstadosUnidos a través de la ONU y la OEA, tiene como objetivo ejercer uncontrol político, tanto sobre el pueblo haitiano como sobre el pueblodominicano, y obtener discretamente la fusión de las dos naciones.23

El embargo contra Haití y la evolución de la situación en estepaís afecta la RO, no se pueden cerrar los ojoS.24 Un analisis cohe­rente falta en la oposición dominicana, lo que deja el terreno libre aldiscurso sobre la fusión.

Los discursos sobre la fusión tienen el mismo objetivo que los dela invasión pacífica: mantener el statu quO.25 De este modo lacondición legal de los haitianos y de los dominicanos de origenhaitiano queda indefinida, lo que permitiría convertirlos "legalmente"en trabajadores forzados.

22. Documento hecho público el 24 de octubre de 1993 en el Listin Diario y firmado por21 intelectuales entre los cuales se encontraban Jotlin Cury, Pedro Manuel CasalsVictoria, Luis Julián Pérez, Leopoldo Espaillat Nanita, Pelegrin Castillo, DiómedesMercedes. Guiseppe Rimoli, Consuelo Despradel, Manuel Nuñez y Jacinto Gimber­nardo

23. El Nacional, 25110193.

24. Cfr. Como se muestra en un texto reciente: véase Corten, André, "DominicanElections and the embargo against Haití', Institute of Latin American Studies, London,Working Papers, 1994.

25. Cfr. Carré, Philippe, La politique dominicaine dans les relations dominicano-haitien­nes, Mémoire de mailrise, Montréal, UQAM, Département de science politique, 1995.

24

Page 26: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

Los contactos privilegiados que Peña Gómez mantiene conFelipe González en el marco de la Internacional Socialista deberíanorientar las inversiones españolas, previstas en los acuerdos deLomé,26 hacia la República Dominicana, otorgándole un rol esencialen el desarrollo económico de la isla. Estos proyectos, que con­ciernen en particular a la electrificación de la zona fronteriza, deberíanformalizar los intercambios y las relaciones económicas y eliminar lavaguedad de esta noción de frontera que permite tan claramente alos otros explotar con fines racistas la ausencia de división productivadel trabajo (indiferenciación) propia a una sociedad de renta. 27 Laintegración económica limitada y controlada debería, por el contrario,contribuir a definir más claramente las diferencias y las ventajascomparativas. Peña Gómez tiene los medios para proponer, en elmarco de la transnacionalización, una posición moderna sobre lanación dominicana. Pero no lo ha hecho.

Así, el PRO de Peña Gómez no es capaz de aprovechar suspropias ventajas. La cuestión tiene ramificaciones diversas. Si elembargo votado por la OEA no ha sido nunca respetado en RepúblicaDominicana, es porque el contrabando constituye el modo de fun­cionamiento normal entre los dos países. El embargo aumentó aúnmás el enriquecimiento de algunos y reforzó las relaciones de con­nivencia entre las dos armadas.

Según testimonios concordantes, dice Caroit, el embargo permitió a unoscuantos 'aprovechados' dominicanos y a personas de alto rango amasarfortunas, gracias al boom de contrabando entre los dos países. Mezclado aestos tráficos y demasiado visiblemente ligado a los golpistas, el embajadordominicano en Puerto Príncipe, José del Carmen Acosta, fue llamado a SantoDomingo en enero, respondiendo a las presiones de Washington (Caroit, 1993:7).

26. Haití y República Dominicana han adherido a la última Convención de Lomé (LoméIV) en 1989. Ciertos mecanismos internos de la Convención favorecen y insistensobre los programas regionales. De todas maneras, no es sino de manera conjuntaque Haití y República Dominicana pueden ser parte de la CARICOM. Hay quemencionar que el embargo tiene por efecto la suspensión de todos los programas.

27. Las nociones de indiferenciación y de sociedad de renta son tomadas de la interpre­tación de Corten (1993).

25

Page 27: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

Apuntemos, entre paréntesis, que aún cuando en mayo de 1994el Presidente Balaguer se comprometió a cerrar la frontera y aceptóagentes de la ONU sobre territorio dominicano, no se puede consi­derar que la frontera esta definitivamente "sellada". Tampoco puedesobrestimarse la incidencia del cierre de la frontera sobre la eficaciael embargo ya que este puede ser violado por otros medios (Cortén,ILAS, 1994).

Las políticas migratorias y de formalización del comercio - quedeben estar ligadas entre sí - no son, indiscutiblemente, fáciles dedefinir en una sociedad de renta, donde no es la concurrencia lo queregula el mercado (Corten, 1991). Es por ello que Bernardo Vega(1990) considera como solución viable la medida más radical: larepatriación de los haitianos. El atraso de los empresarios ruralesdominicanos debe ser erradicado privándolos de la mano de obrahaitiana barata. Haciéndolo, dice Bernardo Vega, limpiaremos laeconomía rural dominicana y dejaremos de estar expuestos a lascríticas internacionales en relación al maltrato de la mano de obrahaitiana. Esta solución de repatriación "civilizada", que podría rea­lizarse con el auspicio del Alto Comisariado para los Refugiados deNaciones Unidas (ACNUR), toma como verdadera la hipótesis, irrea­lista en una sociedad de renta, de que los empresarios rurales puedenreformarse. El carácter audaz de la tesis de Vega, que forma partede este enfrentamiento, muestra al menos que la adopción de unapolítica migratoria exige profundos cambios de comportamientoeconómicos y políticos. Nada indica en el programa del PRO que seesté preparado para ello.

Peña Gómez goza también de la actitud benévola de una partede la intelligentsia haitiana. "Muchos haitianos educados siguen confascinación las victorias y derrotas de los Negros... Acuerdan unaatención particular a la subida de J. F. Peña Gómez, un hombre negrode ascendencia haitiana... (Weinstein, Segal, 1992: 109)". Pero hayque preguntarse, como lo hacía hace algunos años OiógenesCéspedes (1984: 156), si la ideología misma de Peña Gómez no esde alguna manera antihaitiana. Acaso éste no declaró que el prejuicioracial antihaitiano es parte de un sentimiento universal? Uno lo

26

Page 28: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

encuentra en todas partes, en Suiza contra los yugoslavos o enHolanda contra los turcos (Santana, 1981: 66). Escamoteando laascendencia africana común y la relación de "primos" entre los dospaíses - 70% de la población dominicana es mulata -, y escamoteandotambién la cuestión de la indiferenciación, Peña Gómez quedó presode la ideología oficial antihaitiana y corrió el peligro de ser el primeroen pagar las consecuencias. Más que su ascendencia haitiana, unode los factores que impidieron que Peña Gómez llegara al poder en1994 fue su incapacidad de asumir su condición étnica, elementocentral para definir las relaciones entre los dos países que, aunqueigualados por las relaciones de renta, son políticamente distintos.

IV. Consecuencias para la política haitiana

Del lado dominicano, el miedo por la inestabilidad de la repúblicavecina generalmente no es mas que un pretexto para mantener unadébil división del trabajo (indiferenciación) y la confusión de lasrelaciones fronterizas y migratorias, lo que permite mantener a500,000 haitianos y dominicanos de origen haitiano fuera de la ley ybajo la jurisdicción de los militares, hipotecando el Estado de derechoaún en República Dominicana.(Carré, 1995).

Del lado haitiano, la inestabilidad resultante del cambio de régi­men en República Dominicana ha afectado el poder y la opiniónpública haitiana en varias ocasiones. Recordemos solamente en1963 el episodio del general Centave, la reacción de Franc;ois Duva­lier y la posición de la armada dominicana que destituyó finalmente aJuan Bosch. El golpe de Estado a Bosch está de alguna manerarelacionada con la "haitian connexion". La presencia de un ciertonúmero de exiliados haitianos en el entorno de Bosch fue intolerablepara la armada. No es extraño tampoco la presencia de algunoshaitianos en el sector constitucíonalista durante la "guerra" de 1965.En 1978, la victoria de Antonio Guzmán es vivida por la opiniónpública haitiana como el fin de un régimen dictatorial (el régimenpost-trujillista de Balaguer, 1966-1978). A continuación, una tímidaprimavera política atraviesa Haití, deteniéndose bruscamente endiciembre de 1980.

27

Page 29: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

Actualmente la crisis post electoral dominicana no se cuentaentre las preocupaciones haitianas; las repercusiones incesantes dela crisis haitiana los ocupa completamente. Por otra parte, ¿Unavictoria de Peña Gómez habría asegurado algún cambio? Entre loshaitianos hay una tendencia a descuidar la significación de las relacio­nes haitiano-dominicanas.

Para algunos, Santo Domingo es el santuario de los duvalieristasque, como se pudo mostrar durante el fallido golpe de estado deLafontant (7 de enero de 1991), disponen de una "dominican con­nexion". Para los otros, Santo Domingo representa una de las basesde oposición al régimen de facto. La prueba la constituyen la exis­tencia de ciertas actividades como el Boletín de informaciones enCreol de Radio Enriquillo, cuyo cierre fue decretado por el PresidenteBalaguer (AW, 1992), o de actividades de grupos como el Comité decoordinación de las instituciones haitianas en República Dominicana(CCIH), representado por el reverendo Edwin Paraison.

La República Dominicana es, desde 1986, el lugar de refugio denumerosos dirigentes duvalieristas como Roger Lafontant, FranckRomain, Prosper Avril, Henri Namphy, Mgr. Wolf Ligondé o bien unlugar de tránsito, como en el caso de Leslie Manigat. El gobierno deManigat, que es difícil asociar directamente al duvalierismo a pesarde sus compromisos, gozaba del apoyo del gobierno dominicano.Por el contrario, este último adoptó una posición muy crítica enrelación al gobierno de Avril. Es difícil afirmar que hay unalineamiento político claro del gobierno dominicano en relación alduvalierismo. Lo que si es cierto es que importantes redes de intere­ses reúnen exiliados duvalieristas - a menudo poderosos económi­camente - con sectores militares y negociantes dominicanos. Por otraparte, la República Dominicana ha servido tradicionalmente de basea Jos grupos de oposición haitiana. Entre los múltiples partidoshaitianos, uno de los más antiguos fue fundado en 1969 en losbateyes de República Dominicana. Su fundador, Eugenio Athis,quien a pesar de ello era un anticomunista notorio, fue asesinadopúblicamente en junio de 1987 en un pueblo cerca de Léogáne. ElMODELPH, Movimiento Democrático por la Liberación de Haití, es

28

Page 30: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

dirigido actualmente por Fran90is Latortue, ex·ministro de justicia enel Consejo Nacional de Gobierno (CNG), presidido por el generalNamphy.

Los bateyes han constituido el campo de acción de gruposligados a organizaciones humanitarias de carácter religioso. En losaños 80 el Buen Samaritano, tratando de cubrir la inmensa miseriasanitaria de los bateyes, aparece como el relevo de las organizacio­nes humanitarias católicas internacionales. El reverendo EdwinParaison, de la Iglesia Episcopal Dominicana, es hoy el portavoz másvisible de ese movimiento. Éste movimiento obligó al gobiernodominicano, luego de haber llevado la cuestión del trabajo de losniños en el sector azucarero a la Cámara de Representantes enWashington, a respetar sus compromisos internacionales, particular­mente con la OEA y la ONU. Ésto le valió, en octubre de 1993, unacampaña de prensa que pidió su expulsión del país. Al mismo tiempo,el arzobispo de Santo Domingo, el Cardenal Nicolás de Jesús LópezRodríguez, presidente del CELAM, emite declaraciones el16 de juliodenunciando como "gran error" el proyecto de restablecer a Aristideen sus funciones, calificando a este último de "inexperimentado enlas cuestiones de Estado, poco sensible e incompetente". Su retorno,declara, "podría ser una solución para la ONU, para la OEA y otrospaíses, pero no lo será para Haití". "La situación podría agravarse",añade.28 También en mayo de 1994 el cardenal conminaba al "padreToño", candidato en las elecciones dominicanas, a elegir entre elsacerdocio y la política. Se perfila así la cuarta articulación de latopografía de las relaciones dominico-haitianas: relaciones de renta/ relaciones políticas / aparato militar / aparato religioso.

Los haitianos subestiman la importancia de las relaciones con laRepública Dominicana, lo que permite la reproducción del statu quo(Carré, 1995). No es sino recientemente que los gobiernos haitianosse han preocupado por mantener relaciones políticas con el gobiernodominicano en condiciones desfavorables, en la medida en que elgobierno dominicano ha tenido siempre la iniciativa, yendo hasta

28. Harti Hebdo, Paris, 21 de julio de 1993.

29

Page 31: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

proponerse como mediador en la CriSIS haitiana. Los haitianos,sabiéndose incapaces de ubicarse ventajosamente en esta ecuaciónpolítica, privilegiaron la mediación de las organizaciones internacio­nales y de los Estados Unidos.

La visita a República Dominicana del primer ministro de tactoMarc Bazin en octubre de 1992 seguida, luego de la renuncia de esteúltimo, de la de René Préva', ex-primer ministro de Aristide, en mayode 1993 y de la de Robert Malval, nuevo primer ministro, en septiem­bre 1993 (al día siguiente de su investidura), sin contar la de Jean­Bertrand Aristide en febrero de 1992, modifican ciertos términos dela ecuación. Sin duda, se trata prioritariamente de asegurar que elgobierno dominicano no efectúe deportaciones masivas. Los domini­canos juegan el rol de buenos declarando que ellos

"no piensan... detenerse en la cuestión de los 'braceros' ... Lo que les interesaes el comercio entre los dos paises y los proyectos bilaterales de frontera, comolas represas hidroeléctricas y los parques industriales... Ellos quisieran, lo másrápido posible, una reducción tarifaria y aduanera y el restablecimiento de losvuelos comerciales interrumpidos entre República Dominicana y Haití".29

Estas declaraciones no impiden, sin embargo, que el gobiernodominicano proceda unos días antes de la fecha prevista para elretorno de Aristide a la deportación de miles de haitiano.30 Estamedida es luego suspendida por orden presidencial. Orden y con­traorden alimentan el clima de intoxicación que caracteriza las relacio­nes dominicano-haitianas y operan, al mismo tiempo, como señalpara aquellos que en Washington podrían ver a la República Domini­cana como una válvula de escape de población haitiana.31

A pesar de tener un potencial económico y político apreciable, laRepública Dominicana no ha sido capaz hasta ahora de asegurar en

29. Hai1i Observateur, 8 de septiembre de 1993.

30. El Nacional, 26 de octubre de 1993.

31. Véase en relación a este tema la declaración del Secretario de Estado Americano,Warren Christopher, incluyendo en "los intereses americanos" la protección contrael "flujo de refugiados". The International Herald Tribune, 19 de octubre de 1993. CfrAndré Corten, "Les Ha'itiens á I'assaut de l'Amérique", Le Monde Diplomatique,febrero de 1992.

30

Page 32: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

el marco regional una cierta hegemonía. Si bien es cierto que elgobierno dominicano repite incesantemente que el desarrollo de Haitíes un factor de estabilidad, en realidad tiende a sentirse amenazadoapenas Haití hace algo para salir de su miseria. Tampoco la RepúblicaDominicana tiene una posición coherente frente a la política ameri­cana relacionada con la migración caribeña.

Desde la perspectiva de Haití, un gobierno orientado hacia eldesarrollo económico de ese país tendría poco que esperar delmantenimiento del régimen patrimonialista de Balaguer. Un cambiopolítico de la República Dominicana hacia un sistema político menospatrimonialista sería, por el contrario, una garantía para su propiodesarrollo. Pero las relaciones políticas están aún demasiado con­taminadas por factores emocionales como la antigua pareja anti­dominicanismo / antihaitianismo para que el análisis sobre el tipo derégimen (en RD) pueda verdaderamente jugar en la estrategia políticade un nuevo régimen en Haití. No se borran, así como así, doscientosaños de ideología...

Conclusión

La presencia de 500,000 haitianos y dominicanos de origenhaitiano sobre suelo dominicano no obedece a una problemáticaclásica de migración. Su presencia es un indicador de las relaciones

económicas y políticas entre los dos países, de relaciones deindiferenciación. Esas relaciones han evolucionado. La "cuestiónhaitiana en República Dominicana", que existe desde principio desiglo, no se plantea actualmente en los mismos términos que con ladictadura de Jean-Claude Duvalier (1971-1986).

Ésta no es una cuestión de crifras. Entonces, ¿porqué tomar elnúmero de 500,000 como título? Es porque el establecimiento de unacifra permite comprender mejor cuál es la composición de esapoblación y finalmente la naturaleza de la cuestión. Desde este puntode vista es indispensable, dado que la cuestión haitiana tiene que vercon la composición de esta población, a veces dominicana de tercerageneración. La composición tiene implicaciones jurídicas (Amélia

31

Page 33: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

Cedeño Caroit, 1992) que, si bien son importantes, no reducen elproblema a la porción de población que tiene derecho a la ciudadaníadominicana y que podría esperar tener un status legal de residenciapermanente. Conocer esta composición debería permitir evaluar lasdificultades en la ruta hacia la formalización de relaciones, del statusy hacia la diferenciación política. El desconocimiento de esta com­posición permite, por el contrario, mantener la indiferenciación,32

denunciando, al mismo tiempo, que las grandes potencias tienenfunestos planes de fusionar las dos naciones. No es por azar que lasfuentes oficiales son tan parsimoniosas e imprecisas en relación alnúmero de haitianos y dominicanos de origen haitiano.

La cuestión haitiana exige absolutamente una respuesta entérminos de política migratoria, aunque ésta no sea tan sólo unacuestión migratoria. Se trata más bien de una cuestión política quela campaña internacional contra la esclavitud ha contribuido a con­fundir. Obligados a definir más claramente sus relaciones, los dospaíses podrían ser llevados a posicionarse políticamente inclusofrente a la indiferenciación que caracteriza las relaciones de renta,dentro de las cuales los dos países se han (sub)desarrollado. Setrata, a nivel del análisis, de encontrar los mil hilos dispersos quepermiten resguardar el terreno en el que estas relaciones existenpolíticamente y dan a cada uno de los dos países su lugar soberanoen el mundo transnacionalizado. Se trata de establecer la topografíade dos soberanías distintas.

Bibliografía

Americas Watch, National Coalition for Haitian Refugees, Carib­bean Rights, Haitian Sugar Cane in the Dominican RepubJic,noviembre 1989.

-----. Harvesting Oppression: Forces Haitian Labour in the 00­minican Sugar Industry, junio 1990.

32. En este sentido resulta paradójico que esta indiferenciación funcione sobre la basedel binomio antihaitianismo I antidominicanismo.

32

Page 34: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

_____ . Half Measures: Reform, Forced Labour & Dominican SugarIndustry, marzo 1991.

____o. Dominican Authorities Ban Creole Radio, abril 1992.

____o. Troubled Vear: Haitians in the Dominican Republic, octubre1992.

-----. Natianal Caalitian far Haitian Refugees, Silencing a People:the Destruction of Civil Society in Haiti, febrero 1993.

ASI, (Anti-Slavery Society for The Protection of Human Rights),Migrants Workers in the Dominican Republic, Londres, Re­port for 1979 to the United Nations Working Group of Experts onSlavery.

____o. Haitian Migrant Labour in the Dominican Republic, Prelimi­nary Report by the Anti-Slavery Society for The Protection ofHuman Rights to the United Nations Working Group of Expertson Slavery, 1982.

____o. Forced Labour of Haitian Cane Cutters in the DominicanRepublic, Report to the United Nations Working Group on Con­temporary Forms of Slavery, 1989, 1990.

____o. The Price of Sugar, Haitian forced Labour in the DominicanRepublic, Ressource Pack, 1992.

____o. Latin American Bureau, Christian Aid, The Real ColumbusSugar and Slavery in Latin America, Media Pack, 1992.

Báez Evertsz, Franc, Braceros haitianos en la República Domini­cana, Santo Domingo, Fundación Friedrich Ebert, 1984.

Balaguer, Joaquín, La isla al revés, Haití y el destino dominicano,Santo Domingo, Librería Dominicana, 1984.

Caroit, Jean-Michel, «République dominicaine: sucre amer, Lestravailleurs saisonniers haitiens employés dans les planta­tions de canne mimemt une existence misérable», Le Monde,24 mars 1993: 7.í

Caroit Cedeño, Amélia, «Aspectos jurídicos del problema hai­tiano», (version fran9aise 1991), CRED1SP, 1992.

Carré, Philippe, La politique dominicaine dans les relationsdominicano-ha'ltiennes, Mémoire de maitrise, Montréal,Département de Science Politique, 1995.

33

Page 35: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

Castillo, José, La inmigración de braceros azucareros en laRepública Dominicana 1900-1930, Santo Domingo, CENDIA,1978.

Castor, Suzy, (1983) Migración y relaciones internacionales (Elcaso haitiano-dominicano), Santo Domingo, Editora Universi­taria - UASD, 1987.

Céspedes, Diógenes, Ideas filosóficas, discurso sindical y mitoscotidianos en Santo Domingo, Santo Domingo, Taller, 1984.

Corten, André, Duarte, Isis, Acosta, Magda, Vilas, Carlos (1973),Azúcar y política en la República Dominicana, Santo Do­mingo, Taller, 1976.

Corten, André, "Politique migratoire et société de rente", Revuecanadienne d'études latíno-américaínes et des CaraTbes, 16(32), 1992: 5-34.

_____ . El Estado Débil, Haití y la República Dominicana, SantoDomingo, Edición Taller, 1993.

____o. "Dominican Elections and the embargo against Haiti", Instituteof Latín American Studies, London Working Papers, 1994.

CREDISP, Ayti y República Dominicana, Prefacio de Guy Alexan­dres, Edición española, 1992.

Dejean, Paul, Ha'!ti: alerte, on tue, Montréal, CIDIHCA,1993.

Douzant Rosenfeld, Denise, Faxas, Laura, «Equipements urbains etservices de remplacement: le cas de Santo Domingo, républiqueDominicaine", Revue Tiers-Monde, T. XXXIV, N$ 133, janvier­mars 1993: 139-151.

Duarte, Isis, Capitalismo y superpoblación en Santo Domingo,Santo Domingo, CODIA, 1980.

____ o. Trabajadores urbanos, Ensayos sobre la fuerza laboral enRepública Dominicana, Santo Domingo, Editora Universitaria-UASD,1986.

Dupuis, Alex, Haiti in the World Economy: Class, Race and Under­development since 1700, Boulder, Westview Press, 1989.

Faxas, Laura, "République Dominicaine: chefs d'entreprise et partispolitiques face au défi démocratique», Problemes d'Amériquelatine, N$6, juil-sept. 1992: 43-68.

34

Page 36: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUINIENTOS MIL HAITIANOS EN REPUBLlCA DOMINICANA

Forum, Posibilidades de Dominicanización de la zafra azucarera,Santo Domingo, Nº 31, 1988.

Girault, Christian, «Eleetions et progres vers la démoeratie en Amérí­que latine, (1978- 1986)", Problémes d'Amérique latine, N$89,1988.

Hernández, Frank Marino, La inmigración haitiana, Santo Do­mingo, Santo Domingo, Ed. Taller, 1973.

Icart, Jean-Claude,(1987), Négriers d'eux-memes, Montréal, CIDI­HCA.

Krysaneck, Michael, US Latin American Relations, New York,Prager, 1985.

Lawyers Committee for Human Rights, Expulsions of Haitians andDominico-Haitians from the Dominican Republic, New York,1991.

_____ . A Human Rights Nightmare, 1992.

Lemoine, Maurice, Sucre amer, esclaves aujourd'hui dans lesCarai'bes, Paris, Encre, 1981.

Lozano, Wilfredo (Coord.), La cuestión haitiana en RepúblicaDominicana, Actas del Coloquio de diciembre 1991, SantoDomingo, FLACSO, 1994.

Manigat, Sabine, Les partís politiques, Port-au-Prince, CREDISP,1990.

Mariñez, Pablo (1983), Relaciones dominico-haitianas y Raíceshistórico-culturales africanas en la República Dominicana,Bibliografía Básica, Santo Domingo, Editora Universitaria ­UASD,1986.

Mo'ise, Claude, Ollivier, Emile, Repenser Ha·iti. Grandeur et miseresd'un mouvement démocratique, Montréal, CIDIHCA,1992.

OIT, Report of the Commission of Enquiry appointed underArticle 26 of the Constitution of International Labour Con­ventíon by the Dominican Republic and Haití with respect tothe Employment of Haitian Workers on the Sugar Plantationsof the Dominican Republic, ILO, Official Bulletin, Special Sup­plement, Vol. LXVI, 1983, Series B.

Pastor, Robert A., «Migration and Oevelopment: Implieations andReeommendations tor Poliey", in Diaz-Briquets,S., Weintraub,

35

Page 37: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

S. (Coord.), Determination of Emigration from Mexico, CentralAmerica and the Caribbean, Boulder, Westview Press, 1991.

Pierre-Charles, Gérard (Coord.), Problemas dominico-haitianos,México, UNAM, 1974.

Plant, RogeT, Sugar and Modern Slavery: A Tale of Two Countries,London: Zed Books, 1987.

Portes, Alejandro, Itzigsohn, José, Dore-Cabral, Carlos, CaribbeanCities: Social Change and Adaptation during the Years of theCrisis, John Hopkins University, Julio 1992.

Price-Mars, Jean, La république d'Ha'iti et la république Domini­caine, Port-au-Prince, Collectíon du Tricinquantenaire, 1953.

Ramírez, Nelson, Encuesta sobre planificación familiar y otrosindicadores sociales en los Bateyes de la República Domini­cana, Development Associates, Inc., Santo Domingo, abril,1992.

Salmador, Víctor, José Francisco Peña Gómez, Editora Gráfica82-S.A., Madrid, 1990.

Santana, Osvaldo, Peña Gómez: sus orígenes, Editora El NuevoDiario, Santo Domingo, junio, 1981.

Tolentino, Hugo, Origines historico-juridiques des Etats ha'itien eldominicain, These de Droit él. l'Université de París, 1959.

Vega, Bernardo, El futuro de las relaciones haitiano-domirtlcanas,Tópicos para agenda, Conferencia dada ante la AsociaciónNacional de Jóvenes Empresarios (ANJE) en el Hotel Jaragua(Santo Domingo): el17 de enero de 1990.

Van Eeuwen, Daniel, «République Dominicaine: Premier bilan dumandat présidentiel de Salvador Jorge Blanco, (agosto 1982­agosto 1983)>>, Problemes d'Amérique latine, N$ 71, 1984, 1$trimestre: 68-87.

Veras, Ramón A., Inmigración, haitianos, esclavitud, Santo Do­mingo, Ed. Taller, 1983.

Weisntein, Brian, Segal, Aaron, Haiti, The Failure of Politics, NewYork, Praeger, 1992.

Wiarda, Howard J., Krysaneck, Michael J., The Dominican Republic,~ Caribbean Crucible, Boulder, Westview Press, Second Edi­tlon, 1992.

36

Page 38: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

Estudios SocialesVol XXVII, Número 98Octubre-Diciembre 1994

QUE LA MUÑECA BAJE AL PATIOCULTURA y EDUCACION

Jorge Cela, S.J.*

La jeepeta frenó de pronto. Tres hombres bajaron rápidamentey rodearon al moreno que caminaba con paso cansado. Un intentode defenderse provocó un golpe seco de una macana. El moreno sedobló con un grito de dolor.

En la esquina una vieja vendía frituras. Al ver la escena dejó sumesa y su venta y se puso en medio. Parecía increíble que de aquellafigura diminuta y delgada, con el pañuelo amarrado en la cabeza y lafalda amplia, saliera una voz tan firme y potente. Hablaba como quientiene autoridad. Se enfrentó a los policías para defender el haitiano.Pronto los muchachos que jugaban en la calle los rodearon. Luegolas prostitutas que caminaban la acera, los hombres que bebían enla barra, algunos muchachones. Tímidamente empezaron a salirdoñas de sus casas y hasta algunos hombres. En pocos minutos unamultitud rodeaba la jeepeta. Uno de los policías hizo una seña a losotros. Soltaron al haitiano, montaron en la jeepeta y se marcharon.

La vieja ayudó al haitiano a llegar a su mesa. Le dió su mejormuslo de pollo. Y al grupo reunido a su alrededor empezó a hacerlehistorias del barrio: de lo valientes que eran los jóvenes, de lasolidaridad que había, de cómo se defendieron de un intento dedesalojo de los buhoneros. Los muchachos escuchaban con interés

Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo, s.j.

37

Page 39: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

el lenguaje narrativo y picaresco de la vieja que contaba cómo encada problema se encomendaba a la Virgen de la Altagracia yenseguida sentía la fuerza para enfrentarlo. Esa noche la vieja se fuea su casa más tarde que nunca tarareando una salve.

El maestro, que contemplaba la escena con un grupo de susdiscípulos, les dijo:

- A ustedes mucha gente les enseña cosas. Pero esa vieja quesólo tiene un segundo curso les ha enseñado más que nadie. Ella lesenseña lo mejor de la cultura del barrio con su propia vida.

La educación es obra de todos: la familia, la calle, los medios decomunicación social, el mercado, las autoridades, la escuela.

Todo el mundo que nos rodea nos va enseñando a vivir: ainterpretar el mundo, a interactuar en él, asoñar. Nos abre o nos cierracaminos. Nos pone modelos. Aprendemos qué mecanismos fun­cionan. Construimos una escala de valores que incluye nuestroentorno, nuestra cultura, nuestra propia identidad. Nos va consti­tuyendo.

Nos enseña a vivir solidarios o competidores, violentos o dia­logantes, opresores o servidores, seguros o a la defensiva, orgullososo avergonzados.

El ideal sería que toda educación nos enseñara lo mejor denuestra cultura, nos invitara a crecer como personas y como pueblo,nos ayudara a discernir. Que ninguna de las instituciones que consti­tuyen nuestro entorno nos sacara de él sino que todas nos reinser­taran en él con creatividad, criticidad y proyecto para hacerlo crecery crecer nosotros con él.

La pregunta que nos hacemos todos los que de una u otra formaparticipamos de esa tarea es cómo construir la persona nueva y lanueva sociedad.

El documento de la Conferencia del CELAM en Santo Domingo,siguiendo al Papa Juan Pablo 11, nos recuerda que nueva evangeli­zación no significa que la anterior no vale, sino nos plantea cómo darlenuevo ardor, método y expresión acordes con los signos de los

38

Page 40: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AG

QUE LA MUÑECA BAJE AL PATIO. CULTURA Y EDUCACION

tiempos al contenido de nuestra fe. Como historizar en el hoy y aquíla buena noticia. Tampoco la educación nos invita a sustituir lapersona ni la cultura. La persona nueva y la nueva sociedad crecendesde lo mejor de la persona y la sociedad actuales. No tenemos quehacerlas, sino dejarlas ser. Allanar los caminos.

Por eso cuando nos proponemos educar los sectores popularestenemos que partir de una revalorización de sus identidades y cul­turas. El proyecto de novedad no está tanto en los contenidos, quenacerán de ellos mismos, como en el nuevo ardor, método y ex­presión conque les dejaremos crecer.

Tradicionalmente partíamos, como en los muñecos para armar,de un patrón que nos indicaba cómo tenía que ser el producto final.Educar consistía en moldear hasta que el producto final se parecieralo más posible al patrón inicial. Sabíamos a dónde queríamos llegar.El problema era cómo trabajar un material humano que muchas vecesse nos resistía en las manos.

Hoy entendemos los resultados como sorpresa y novedad másallá de nuestras manos de alfarero. Esta dimensión de libertad nosdice que la educación como tarea es obra de todos: educadores yeducandos, profesionales y "aficionados". Que como interacciónhumana no puede tener objetos receptores, sino que está confor­mada por sujetos que se van constituyendo como tales en el proceso.Hablamos por tanto del proceso por el que nos constituimos ensujetos colectivos de la sociedad, portadores todos de identidad,historia y proyecto, necesitados de un espacio de acción abierto anuestra creatividad, espacio de poder que se construye no por lacompetencia y la exclusión, sino por la inclusión, el diálogo y lacolaboración. Hablamos de una tarea tan importante como la cons­trucción de la democracia desde nuestra cotidianidad.

Todo injerto o trasplante, para dar vida al cuerpo en que seinserta, tiene que ser recibido y hecho propio. No debe ser un íncuboque engendre monstruos que devoren su propia estirpe y cultura.

A la escuela con frecuencia le faltan raíces en la comunidad local.Aparece como seudo mesías desarraigado, especie de Santa Claus,

39

Page 41: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

que reparte sus dones y desaparece envuelto en su propio mitodejando a los portadores con un regalo marcado por la alienidad. Eldon sigue siendo valioso. Pero su impacto no siempre lo es. Como laniña pobre que llega con su muñeca del reparto de juguetes paraenvolverla en una funda plástica para que no la manchen las goteras,el piso de tierra ni las aguas negras que corren por el frente y colgarlade un clavo en la pared, como trofeo que expresa su superioridadsobre sus hermanitas y vecinitas. Sólo cuando la muñeca baje al patiodel juego compartido, que la mancha y la desgarra como a su dueña,y acompañe su hambre y desamparo romperá la barrera del mito y lailusión y comenzará a inculturarse.

La educación popular tiene que echar raíces en los callejones ycampos de siembra, en la cultura de sus sujetos, incorporándoloscomo tales, y no como objetos desposeídos, receptores de dones queles quedan grandes, y que en su mayoría serán para guardarlosenvueltos en un plástico, lejos del calor de la cotidianidad.

La educación tiene que ser parte de la historia y el accionar desus sujetos, portadora de la utopía viable y propia, no de I ajena eimposible. Tiene que ser apropiada por sus sujetos y dejar de ser elhada madrina de cuya varita mágica se espera convertir a cenicientaen princesa.

Muchas veces se sueña en la educación como esa varita mágicaque transforma la auyama en carroza. Más de una cenicienta recorrelas pantallas de la televisión publicitando el milagro educativo. Perolamentablemente esta imagen cargada de ternura no responde a ladura realidad. No nos podemos conformar conque algunos de nues­tros alumnos encontraron felizmente su hada madrina para salir dela pobreza. La educación tiene que ir más allá. La pobreza tambiéntiene sus mecanismos autoreproductores. y uno de esos mecanis­mos es lo que Oscar Lewis llamó "cultura de la pobreza". La educa­ción debe dirigirse a romper la "cultura de la pobreza" comogeneradora de pobres. Y para ello su ámbito de acción debe ir muchomás allá de los muros de la escuela.

40

Page 42: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUE LA MUÑECA BAJE AL PATIO. CULTURA Y EDUCACION

El mismo Oscar Lewis afirmaba que la cultura de la pobrezapuede romperse antes de salir de la pobreza. Los que hemos traba­jado en medios populares sabemos que esto es verdad. La gentepuede recuperar su autoestima, el sentido histórico de su temporali­dad, la capacidad de proyecto y autogestión, la comprensión delmundo moderno en el cual se inserta su pobreza, la criticidad ante surealidad, mucho antes de salir de su condición de pobres. Y estocambia sus vidas constituyéndolos en sujetos, personas capaces deponerse en pie, organizarse y caminar por la vida con un proyectocolectivo que les da sentido. Romper así el inmediatismo y la inseguri­dad, el horizonte mágico de su historia y el carácter vergonzante desu identidad. Afirmarse por lo que son sin necesidad de tener queaparentar ser otros ni expresar su identidad en objetos que enmas­caren su pobreza. El dominicano que regresa de Nueva York con sugruesa cadena de oro no ha superado la cultura de la pobreza. Sigueviendo su valor en el objeto que cuelga de su cuello y no en el sujetoque 10 porta.

Este constituirse en sujeto supone la entrada en un mundo devalores que lo sitúan de una manera nueva en su realidad. A veceslas acciones para la eliminación de la pobreza se reducen a querersacar del contexto. Cuántas familias no sueñan con Nueva York, lacasa de un familiar en la capital o un internado para sus hijos. Sonformas de sacarlos del lodo. Siempre elitistas. Y pocas veces efec­tivas.Ellodo seguirá ahí para la mayoría. Crecerá la planta, pero nopodrá echar raíces y fácilmente las piedras de la vida la ahogarán.Para convertir el lodazal en jardín no hay que trasplantar cada nuevaplanta que asoma a la vida.

Pero no nos engañemos. La cultura la va creando el grupo comorespuesta a su situación. Las culturas son portadoras de lascondiciones en que vivimos. Nuestros hábitos de consumo ycomportamiento, nuestros valores y visión del mundo, los vamosconstruyendo colectivamente a partir de las necesidades que nosplantea nuestro medio ambiente natural y social y los recursos quenos proporciona. Un medio hostil nos puede hacer agresivos. Unmedio opresor nos puede hacer sumisos y resentidos. Nuestra

41

Page 43: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

personalidad se va tejiendo entre los hilos de estos condi­cionamientos de la historia en que nos toca vivir. Elementos como latecnología, fa naturaleza, fa organización social los vamos integrandoen un estilo que nos aporta nuestra estrategia de acción en la vida.En ella se desarrolla nuestra personalidad nuestra subjetividad.

Transformar nuestro medio cambia nuestra cultura. Por ejemplo,pensemos en lo que significa la construcción de un camino paraacceso vehicular o la instalación de energía eléctrica en una comu­nidad campesina. La vida toda se transforma. En nuestras comuni­dades populares han impactado culturalmente el arrecio de la crisiseconómica, las transformaciones tecnológicas, el impacto de losmedios de comunicación social, el desencanto producido por la caídade las utopías socialistas y la influencia de los aires posmodernos, lacreciente conciencia ecológica ante la progresiva destrucción denuestro hábitat. Estos cambios producen ajustes en las culturas paraadaptarse al nuevo medio. Nuestra historia está viviendo un intensoy rápido proceso de cambio. La vida se ha acelerado y el número degente ha aumentado. Ambos elementos aceleran los cambios cultu­rales. La cultura no es nunca un paquete terminado listo para entrega.Es siempre tarea pendiente, proceso creador. Estos cambios tienenmás fuerza de transformación cultural que ningún proceso educativo.La educación tiene el peligro de irle a la zaga a los cambios, desiempre perder el tren. Por eso hoy más que nunca tiene que estarinserta en ese proceso.

Toda América Latina vive hoy un proceso de modernización. Lasnuevas tecnologías están transformando nuestras vidas. Nuestrarelación con el mundo se percibe mediada por la acción trans­formadora de estas tecnologías que cambian nuestros ritmos,nuestros valores y hasta nuestra religiosidad. Las tecnologíasdesarrollan nuevos mecanismos de exclusión, nuevos conflictos ytemores, nuevas expectativas y estilos de vida. La vida cotidiana seimpersonaliza en relaciones funcionales, el mundo se hace más com­plejo aumentando nuestra sensación de inseguridad y alíenidad.Pertenecemos a un mundo cada vez más ancho y complejo y cadavez más ajeno. La eficacia irrumpe como valor supremo convirtiendo

42

Page 44: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUE LA MUÑECA BAJE AL PATIO. CULTURA Y EDUCACION

la subordinación de medios a fines en categoría ética, aunque entreesos medios haya sujetos, que sucumben como personas ante elpeso de la maquinaria social.

La otra dimensión de la modernidad que poniendo la personahumana como eje central de la historia centra en los derechoshumanos y la democracia parece avanzar más lentamente. Losnuevos sujetos sociales reclaman espacios de participación y derespeto a sus derechos mientras la economía de mercado insiste enconvertirlos en mercancía barata. En el Nuevo Orden Internacional lamayoría de nuestros países aparecen como productores de mano deobra barata, reduciendo las dimensiones subjetivas de la persona. Laproducción en serie abarca más espacios de la vida, reduciendo elcampo de la creatividad y restando fuerza a las identidades. Por esocon nueva fuerza despiertan identidades étnicas, genéricas, genera­cionales, religiosas, ...Este despertar no es para algunos más que unbello canto del cisne, antes de morir. La historia llegó a su fin y elmundo puede ya programarse desde computadoras centrales.

Sin embargo el paraíso parece cada día más lejano. Los conflic­tos, el hambre, la explosión demográfica no parecen ceder sinoaumentar. Superado el miedo a la destrucción nuclear por la rupturadel conflicto Este-Oeste, el mundo desarrollado vive bajo el miedo dela destrucción ecológica y la invasión de ola de inmigrantes del Surque provocan reacciones xenófobas que parecían superadas. Laracionalidad del mundo desarrollado parece resquebrajarse ante elmiedo irracional al Sur empobrecido. Y si los proyectos humanitariosestán en desventaja en un mundo neoliberal y posmoderno, al menosestos miedos crean la conciencia de que o se preocupan de losproblemas del "otro" o se destruye el planeta.

Esta situación nos hace más conscientes del papel de la tec­nología como mediación constituyente de las culturas. ¿Podemossoñar con mundos bucólicos de vuelta a la naturaleza? ¿Basta conadiestrar a los pobres en el manejo marginal de las nuevas tec­nologías para que puedan montarse en los últimos vagones del tren,como subordinados de nuevo, reducidos a un espacio marginal queles abre a la sobrevivencia en un mundo cada vez más ajeno?

43

Page 45: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

¿Pueden las culturas populares conservar su identidad dentro de lacultura universal que pretende imponer la nueva tecnología? ¿Setrata simplemente de dar cursos a los pobres para que sepan digitaren computadoras siempre ajenas? ¿Podemos hablar con realismode participación en las decisiones en un mundo cada vez mástecnificado? ¿Este proceso de especialización de los saberes noconlleva a una exclusión del saber popular de las decisiones? ¿Notiene nada que aportar nuestra tradición cultural en este nuevo mundocultural, como se redujeron las culturas africanas e indígenas aaportes marginales en la construcción de un mundo europeo enAmérica? ¿Hacia dónde tienen que apuntar los procesos educativosen esta disyuntiva de la historia?

Ante esta avalancha de problemas surge la pregunta de rosrecursos con los que contamos. Las nuevas tecnologías tienen elleligro de crear nuevas dependencias aumentando nuestra distanciade los centros que las producen y las venden. El camino de latecnología apropiada va más allá de la simple traducción de losmanuales elementales para saber manejar la tecnología importada.La tecnología tiene una dimensión social que debe ser tenida encuenta.

Para enfrentar la historia los pueblos cuentan con su identidad.Las luchas étnicas que presenciamos repartidas por el mapa delmundo reflejan la fuerza de estas identidades colectivas. Losmovimientos sociales, con su capacidad de convocatoria, aunque seapuntual, y la fuerza de sus explosiones esporádicas, nos hablan dela vigencia de estas identidades que cruzan nuestras culturas. Estasidentidades nos hablan de una historia y un proyecto que en elpresente nos hace percibimos como un nosotros y nos cohesiona enacciones que nos afirman y expresan. La identidad de los sujetos nosintroduce en el ámbito de los derechos compartidos, de la conflictivi­dad social y del ejercicio de la democracia.

Nada tan eficaz para destruir estas identidades como borrar suhistoria. La recuperación de las historias de los sujetos sociales losdota de comunión, de símbolos que la expresan y de proyecto. Laser;al;zación de la historia en los manuales elimina las

44

Page 46: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUE LA MUÑECA BAJE AL PATIO. CULTURA Y EDUCACION

particularidades de los sujetos que la construyeron, simplificándolosen héroes tipos, lejanos de la cotidianidad por su grandeza,desidentificados de los sujetos concretos por su universalidad, ajenosal sentir posmo- derno por su grandiosa exaltación.

El contenido político y económico (es decir, su orientación haciael turismo) de los símbolos y monumentos históricos, el trazadomoderno de nuestras ciudades que borra identidades ante series deedificios iguales y anónimos, la despersonalización de los espaciosurbanos, la movilidad espacial impuesta por el crecimiento de nues­tras ciudades, conspiran contra la preservación de las historias par­ticulares que funcionan como memoria constitutiva de los sujetos.Nuestros libros de historia se cierran hace más de 30 años. Nuestrasaulas no consideran siquiera las historias de los sujetos sociales queconforman la vida de los educandos: del barrio, de las mujeres, delos obreros, ...Educamos seres desarraigados, sin anclas para enfren­tar la vida colectivamente. Sin identidades colectivas que les ayudena construir su proyecto de futuro.

Al avanzar en esta reflexión nos damos cuenta que la tareaeducativa le queda grande a la escuela. Son muchas las institucionesque colaboran en la tarea de educar, para bien o para mal. Hay unainstitución a la que desde la escuela debemos dar atención especial.Es la familia.

Su función es precisamente la reproducción de la sociedad. Perono sólo la reproducción física que garantice el relevo de los que hoyhacemos funcionar la máquina social. La familia es también la insti­tución privilegiada de socialización, es decir, de introducción en lacultura. Ella trasmite una visión del mundo, valores, hábitos decomportamiento que enseñan a moverse en el medio sociocultural.

Esta función educativa de la familia puede ser sustituida, modi­ficada o completada por otras instituciones. Y de hecho siempre esasí. Pero no es la única función de la familia.

El racionalismo que está en las raíces de la modernidad nos llevaa veces a despreciar el valor de la función afectiva de la familia. Lapersona humana no es solamente un animal racional. Es también un

45

Page 47: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

animal afectivo. La condición humana conlleva una dimensión afec­tiva diferente.

De todos los animales somos los que nacemos más indefensosy los que requerimos un período más largo de dependencia para lasobrevjvencia. Esto ha permitido que la persona humana tenga unperíodo más largo de socialización y pueda adquirir muchos máshábitos, que relacionado a nuestra capacidad intelectual ha permitidoel continuo desarrollo de las culturas. Pero eso tiene también otrasconsecuencias igualmente importantes. Ese largo período de de­pendencia crea dimensiones afectivas de gran importancia en lapersonalidad humana. El sentimiento de aceptación o rechazo, conlos efectos correspondientes en la autoestima y seguridad ante la vidanacen de esos primeros nexos afectivos.

El niño que crece con carencia de nexos afectivos, o en mediode competencia por 'os escasos recursos materiales, o de fuertestensiones familiares, o víctima de los desahogos de las frustracionesde sus padres queda marcado. Esta dimensión afectiva también tieneque ser atendida en el proceso ~ d u c a t i v o . La cultura de la pobrezase desarrolla en un medio hostil. La familia nuclear es con frecuenciainestable. Se organiza alrededor de la madre, con un rol del padremuchas veces ausente o cambiante. La competencia entre hermanospor se acrecienta. El machismo y el autoritarismo de la culturatradicional se exacerba por la frustración vital. El efecto demostraciónde ofertas de consumo imposibles de alcanzar frustra las expectativasdel niño o adolescente. La inseguridad económica crea situacionesde ansiedad. El rechazo social debilita la autoestima y se buscansímbolos de prestigio que borren identidades vergonzantes.

Sin embargo el cuadro no es totalmente negativo. La sobreviven­cia impulsa a la creación de fuertes nexos de solidaridad. Lavaloración de lo afectivo aumenta la importancia de este elemento enlas relaciones, que tienden a ser menos funcionales y frías. Laausencia de futuro previsible concentra en el disfrute inmediato de laoportunidad presente, que se viste de fiesta siempre que puede. Lanecesidad despierta la creatividad de quien tiene que "buscársela"

46

Page 48: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUE LA MUÑECA BAJE AL PATIO. CULTURA Y EDUCACION

cada día para sobrevivir. El lenguaje corporal se enriquece permi­tiendo una gran variedad de formas de expresión.

Toda esta realidad cuestiona los objetivos de la educación y sumetodología. ¿Cómo inculturar el proceso educativo para que, na­ciendo de la realidad cultural de los educandos, no lleve a suprimirlani a crearles una cultura paralela en una especie de esquizofreniacultural? ¿Cómo hacer que enriquezca y haga crecer la cultura propiapara responder a las complejas necesidades que el medio le impone?

No se trata de una mera revisión de los contenidos educativos.Se trata de estructuras, métodos, objetivos, expresión.

Esta tarea, en la que está implicada la familia de manera tanprofunda tiene que incorporarla en el proceso. ¿Cómo convencer ala familia de la cultura de la pobreza que los que saben no tienentodas las respuestas? ¿Cómo hacerles ver que el proceso educativotambién tiene algo que cambiar en ellos? ¿Cómo convencer a loseducadores de sus debilidades y carencias, de su necesidades deaprender de sus alumnos? ¿Cómo esperar que un educador malpagado pueda tener ánimo y energías para sistematizar estabúsqueda de los presupuestos culturales del acto educativo?

Si algo podemos concluir de esta reflexión es que la tareaeducativa debe ser producto de un colectivo plural. Si queremosintentar responder a los retos que hemos planteado tenemos quepensar la educación como un proceso participativo. Y esto ya intro­duce el acto educativo en el concepto de democracia. La educaciónpensada como acto cultural implica todo el grupo que responde a laidentidad del nosotros del educando. De lo contrario tendremos unaeducación colonizadora, que acultura a sus educandos, es decir, quetiene como objetivo introducir a los educandos en otra cultura que leses ajena y que, por lo tanto, no está adaptada a sus condiciones devida. Según esta concepción educar es desadaptar. Pero no desdela perspectiva de quien se sitúa críticamente ante su realidad, sinode quien coloniza para someter al "otro" a ser "lo mismo", objetivandosu subjetividad.

47

Page 49: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

Participación adquiere así su verdadero sentido democrático.Muchas veces hemos usado el término para expresar el uso de manode obra gratuita. Con frecuencia las asociaciones de padres se lesinvita a "participar" limpiando gratuitamente la escuela, pero no ainterferir en el proceso educativo, que requiere de la especializacióntécnica del educador. O la comunidad cuenta en el momento de laconstrucción material de la escuela, pero se prescinde de ella en elmomento de delimitar objetivos.

Más aún, participación implica reconocimiento de las minorías.Democracia no es sólo funcionar por el voto mayoritario. Es crearespacios de poder y participación para los grupos más débiles opequeños. Si no podemos hacerlo en la escuela, ¿cómo podemospostularlo para el conjunto mucho más complejo de la sociedad?

Participación implica la superación del romanticismo de­mocrático. La democracia no significa erradicación del conflicto.Supone asumirlo de una manera diferente. Se intenta resolverlo nopor la acumulación de fuerza para decidir en favor de una de laspartes, sino por la concertación, que lo mantiene presente. Demo­cracia no quiere decir que si el pueblo decide todo va bien. Significamás bien reconvertir las relaciones humanas de competencia por elpoder en ejercicio del poder compartido. Y esto no es lo que hemosaprendido en nuestra cultura ni es lo que nos enseña la ley delmercado. Hace falta una educación para la democracia que nosenseñe a educar.

La educación debe ser, por tanto, un proceso que nos ayude aafirmarnos en el mundo como sujetos, en su doble dimensión indivi­dual y colectiva. Cada uno de nosotros requiere afirmar su yo enrelación a otros a los cuales los sitúa como un nosotros (identidad) ocomo un ustedes (pluralidad). En las sociedades modernas, comple­jas y plurales, modelo hacia el que nos encaminamos, necesitamosesta doble dimensión.

Pero en el contexto neoliberal que nos rodea, que tiende aconvertir la vida social en un supermercado departamentalizado, esnecesario redefinir la pluralidad desde la solidaridad. La tradición de

48

Page 50: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

QUE LA MUÑECA BAJE AL PATIO. CULTURA Y EDUCACION

tolerancia, acogida y fascinación mágica por lo diferente de lasculturas populares latinoamericanas nos da pie para una maneradiferente de vivir la pluralidad moderna. Sólo así lograremos que lapersona no se disuelva en el anonimato de la masa ni que suafirmación sea a costa de la negación del otro.

En unasociedad donde la brecha entre ricos y pobres se agrandaconstantemente no es fácil afirmar el protagonismo de los pobrescomo grupo social. Como en otros tiempos la raza o la educaciónjustificaron la exclusión, hoy se tiende a justificarla desde la tec­nología. En nombre de la modernización se rechaza así el principiodemocrático introducido por una modernidad de la que algunosconservan sólo la libertad de mercado y la igualdad formal. Tambiénla fraternidad fue lema de la modernidad. Esta dimensión afectiva quecontrabalancea el racionalismo moderno como solidaridad no puedeser olvidada por una modernidad que quiera ser fiel a sí misma. Elcinismo racionalista que la caracteriza como subjetiva y poco cien­tífica se cierra a la evidencia de que es esta la herida por donde nosdesangramos y que tratamos de calmar con los bálsamos fundamen­talistas o escapistas de nuestro siglo.

Educación, por tanto, implica proyecto societal. No podemoseducar si no sabemos el camino. Educación y cultura son siemprecamino, proceso.

y así retornamos al punto de partida. Educar no es armar unmuñeco según el patrón preconcebido, producir en serie con lahomogeneidad que niega toda libertad. Educar es un caminar. Nosiempre sabemos a dónde llegaremos. Pero sabemos el cómo y elpor qué. Queremos dejar ser, dejar crecer la persona nueva, la nuevasociedad. Que será cada día novedad para nosotros.

La cultura no es un molde enmohecido en el que tenemos queseguir configurándonos, sino una vida que se recrea y transformacada día, desde sus raíces que la anclan en su historia y su medio,hacia el futuro que vive como utopía y proyecto.

49

Page 51: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

la educación popular no busca sacar los pobres de su mediocultural para integrarlos a una sociedad prefabricada sino injertarseen su proceso cultural para estimularlo y enriquecerlo.

50

Page 52: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

Estudios SocialesVol XXVII, Número 98Octubre-Diciembre 1994

BREVE RESUMEN DE HISTORIADE LA IGLESIA EN HAITI

José Luis Sáez, S.J.*

El presente recuento ha sido elaborado a base de los datoscontenidos en Acta Apostoliae Sedis, el Anuario Pontifi­cio y L'Osservatore Romano, así como en las obras deCarlos Nouel, Dantes Bellegarde, J. C. Dorsainvil, Pío B.Gams y Remigio Ritzler.

1493 Llegan los primeros misioneros franciscanos, mer­cedarios y jerónimos. El P. Boil, O.F.M., es superior dela misión.

1504 (15 noviembre). Julio 11 crea los primeros obispados deYaguata (en la parte occidental), Baynoa (probable­mente en la sabana de Hincha), y Maguá (valle de LaVega).En 1511 se establecerán únicamente los deSanto Domingo y La Vega.

1511 Llegada de los dominicos. Primera predicación contrafas abusos de fas encomenderos, y a favor de losderechos humanos del indígena.

Academia de Ciencias de la República Dominicana.

51

Page 53: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

1538

1668

1698

1704

1802

1804

1805

1806

1811

1816

1820

52

Fundación pontificia de la primera universidad delNuevo Mundo.

Llegan los carmelitas calzados de Touraine, y estable­cen una parroquia modelo en el distrito de Nippes.

Fundación de los hospitales del Cabo y Léogane, acargo de los hermanos de San Juan de Dios.

Llegan los jesuitas, que reemplazan a los capuchinos asu salida de la misión un año antes. Su primer puestomisional es la parroquia de Cap-Fran~ais. Permane­cerán hasta su expulsión en 1764.

Al unificarse la isla bajo gobierno francés, se designa alobispo francés juramentado, Guillaume Mauvielle, quetambién gobierna la antigua parte española. Se nom­bran dos vicarios apostólicos: el P. Lecun en el Oeste,y el P. Gibot en el Norte.

Se proclama la independencia de Haití en Gona'ives.

(30 agosto). El emperador Dessalines establece el aran­cel que deben cobrar los sacerdotes y las parroquias.Será derogado el 15 de septiembre de 1813.

Se proclama la primera constitución, y se elige comoprimer presidente a Henri Christophe. Al año siguiente,se aprobará el Acto Institucional, que establece la re­ligión católica como la única reconocida.

(7 abril). El rey Henri Christophe establece las diócesisde Cap Henri, Port-au-Prince, Gonaives y Les Cayes, yelige al P. Cornelio Brelle como arzobispo de Cap Henri.Pío VII rechaza la designación, pero el designado ejercesus funciones.

Llegada de los dos primeros pastores de la IglesiaWesleyana.

(7 diciembre). A falta de clero adecuado, y a solicitud delgobierno haitiano, el arzobispo Valera envía como

Page 54: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

BREVE RESUMEN DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA EN HAITI

vicarios a los PP. Juan Antonio Pichardo, José Tirado,Elías Rodríguez y Manuel Quintanó a las parroquias delnorte de Haití.

1821 (29 marzo). Llega a Haití el Vicario Apostólico, Mons.Pedro de Glory. Se enfrenta con el clero y, cinco mesesdespués, le expulsa del país el presidente Boyer.

1822 (9 febrero). Bajo el liderazgo de Pierre Boyer, Haitíocupa la totalidad de la isla. Solicita al arzobispo Portesque extienda su jurisdicción a la parte Occidental, conel título de arzobispo de Haití.

1823 (16 abril). El arzobispo de Santo Domingo accede sóloa nombrar al P. Bernardo Correa y Cidrón, VicarioGeneral con jurisdicción en la parte del Oeste.

1824 (24 julio). Respondiendo a Boyer, el Papa León XIIaccede a que el arzobispo de Santo Domingo extiendasu jurisdicción al Oeste. Cinco sacerdotes del Esteocupan otras tantas parroquias del Oeste. 1830

(23 julio). Ante las amenazas contra su seguridad, elarzobispo Valera emigra a Cuba, y fallece en La Habanael19 de marzo de 1833.

1834 (19 enero). Llega a Haití Mons. John England, obispode Charleston (South Carolina), como DelegadoApostólico. Después de breve estancia, se retira aEstados Unidos.

1836 (1º mayo). Regresa a Puerto Príncipe Mons. Englandcomo Vicario Apostólico y administrador de aquellaarquidiócesis. El gobierno de Boyer lo rechaza.

1842 (29 enero). Nombrado por Gregario XVI para resolverlos problemas del concordato, llega a Puerto PríncipeMons. José Rosati, obispo de Saint Louis (Missouri),como Delegado Apostólico.

53

Page 55: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

1864

1861

1863

1860

ESTUDIOS SOCIALES 98

(17 febrero). Firma del proyecto de convención queestablece un régimen regular en la Iglesia de Haití.

(28 marzo). Después de 26 años de negociaciones, sefirma por cien años, el Concordato con la Santa Sede,que será ratificado por el senado el 1Q de agosto. Elpresidente Fabre Geffrard tiene "derecho de patronato",en cuanto a la designación del episcopado.

(3 octubre). Pío IX nombra Delegado Apostólico a Mons.Monetti, que llega acompañado de tres padres delEspíritu Santo.

(3 octubre). Se erigen cinco diócesis: Port-au-Prince,Les Cayes, Les Gona'lves y Port-de-Paix. La primera esmetropolitana, y las demás sufragáneas, pero no seestablecerán enseguida.

(18 septiembre). Mons. Testard du Cosquer, anteriorDelegado Apostólico, se hace cargo de la arquidiócesisde Port-au-Prince y la administración apostólica de Go­na'lves (+1869).

(17 abril). Llegan a Haití cuatro hermanos de la Instruc­ción Cristiana o de La Mennais, y abren la primeraescuela en la capital, y se extienden luego a Jérémie,Port-de-Paix, Jacmel, Petit-Goave y Los Cayos. Llegantambién las hermanas de Saint-Joseph de Cluny.

1865

1870

1872

Se crea el primer seminario haitiano: el pequeño cole­gio-seminario de San Marcial, que estará a cargo de losPP. del Espíritu Santo hasta 1917.

(27 octubre). Mons. Alexis Guilloux, sucede a DuCosquer en la arquidiócesis de Port-au-Prince (+1885).

Hay en el país 55 sacerdotes del clero secular, 8 delEspíritu Santo y 3 monfortianos. Ese mismo año se abreel primer seminario para la misión de Haití en Pont­chateau, en la diócesis de Nantes. En un período de 22años, ordenará 196 sacerdotes.

54

Page 56: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

BREVE RESUMEN DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA EN HAITI

1873 (22 diciembre). Ocupa la sede de Cap-Ha'itien Mons.Constant Mathurin Hillion hasta 1886, en que le sucedeFranyois-Marie Kersuzan.

1875 (11 noviembre). Llegan a Haití las Hijas de la Sabiduría,y abren su primera escuela en la capital, y la segundaen Jérémie, dos años después.

1885 Las diócesis cuentan con un total de 120 sacerdotes (95seculares y 25 religiosos).

1893 (4 mayo). Mons. Jean-Marie Alexandre Morice ocupa lasede de Les Cayes, hasta su traslado en 1914).

1894 Apertura del Seminario de Sto Jacques en la diócesis deQuimper, con el mismo fin. Para 1922 había ordenado220 sacerdotes.

1906 Primer Concilio Provincial de Port-au-Prínce.

1913 A solicitud del gobierno de Auguste, llegan las Hijas deMaría de Lovaina, y se encargan de fa Escuela Pro·fesional Elie-Dubois.

1922 (15 agosto). Mons. Franyois-Marie Kersuzan, obispo deCapHaitien, asiste en Santo Domingo a la coronacióncanónica de Ntra. Sra. de Altagracia.

1926 Llegada de los padres redentoristas. Pío XI beatifica aljesuita Jules-Jacques Bonnaud, primer haitiano en Ile·gar a los altares.

1928 (13 diciembre). Consagración de la nueva Catedral dePuerto Príncipe.

(23 diciembre). Ocupa la sede de Gona'ives Mons.Joseph-Marie Ju/liot, hasta 1936. Para entonces, el paíscuenta con 157 sacerdotes, y sólo 4 son haitianos.

1930 (10 diciembre). Después que la Santa Sede elevó sulegación al rango de nunciatura, llega a la capital elprimer Nuncio Apostólico de Haití y República Domini·cana, Mons. Giuseppe Fietta.

55

Page 57: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

1935 Establecen una escuela en La Satine las Hijas de MaríaAuxiliadora. Poco después, establecen los salesianoslas escuelas de Artes y Oficios.

1937 (8 agosto). Asiste a la inauguración del nuevo templodeDajabón, Mons. Jean-Marie Jan, obispo de Cap Haitien.

(28 diciembre). El presidente Stenio Vincent comunicaal Nuncio Maurilio Silvani el acuerdo provisional pararesolver el diferendo con la República Dominicana, acausa de la masacre de haitianoS, ordenada por Trujillo.

1944 (7 mayo). Consagración de la restaurada Catedral deCap Haitien.

1948 Se crea el Gran Seminario de Haití, que es una prolon­gación de la Escuela Apostólica Nuestra Señora, fun­dada en 1920. Había entonces 170 sacerdotes (unopor cada 15,000 habitantes).

1953 (31 mayo). Consagración de Mons. Rémy Augustin, S.M. M., primer obispo haitiano, trasladado en 1978 aPort-de-Paix. Se separa la nunciatura apostólica, quedesde 1930 había estado unida a la de Santo Domingo.

1955 (20 noviembre). Consagración del Can. Franyoispoirier, como Arzobispo de Puerto Príncipe.

1959 El gobierno de Franyois Duvalier expulsa a dos misio­neros franceses.

1960-1962 Expulsión de tres obispos (el arzobispo de PoTt-au­Prince, su auxiliar, y el obispo de Gona'ives), y cuatrosacerdotes franceses.

1964 Expulsión de doce jesuitas canadienses, encargadosde la dirección del Gran Seminario. Clausura temporalde ese centro.

1966 Mediante un arreglo con la Santa Sede, se normalizanlas relaciones con el Estado, y se establece que todoslos nuevos obispos serán haitianos.

Page 58: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

BREVE RESUMEN DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA EN HAITI

1968 Arresto de dos sacerdotes seculares y diez religiosos,acusados de ayudar a los guerrilleros.

1969 Expulsión de diez sacerdotes por "participar en activida­des comunistas". El gobierno destituye a los padres delEspíritu Santo de la dirección del Colegio-SeminarioSamt-Martiat

1972 (20 abril). Pablo VI erige las diócesis de Jérémie eHinche, sufragáneas de Puerto Príncipe.

1983 (9 marzo). El Papa Juan Pablo 1/ inaugura en PuertoPríncipe la XIX asamblea ordinaria del CELAM.

1984 (8 agosto). Firma del protocolo de revisión del Concor­dato de 1860, que elimina los artículos referentes alnombramiento del episcopado haitiano.

1985 (12 diciembre). Por difundir la noticia del asesinato decuatro estudiantes católicos, el gobierno de Ouvaliercierra por casi un año la emisora de la Iglesia, RadioSoleil.

1986 (25 noviembre). Juan Pablo 1/ designa al P. LouisKébreau, S.D.B., obispo auxiliar de Puerto Príncipe.

1987 (29 noviembre). Una masacre de votantes frustra lasprimeras elecciones libres, después de la caída de latiranía de los Ouvalier (1957-1986).

1988 (11 septiembre). Asalto e incendio de la iglesia San JuanBasca (Puerto Príncipe), mientras celebraba la misa elP. Jean-Bertrand Aristide, S.O.B. En el suceso mueren13 feligreses. Ese mismo año, el P. Aristide se separade la Congregación Salesiana.

1989 (7 abril). El Papa Juan Pablo eleva la diócesis de CapHaitien al rango de metropolitana. Son sufragáneas lasdiócesis de Port-de-Paix, Hinche y Gona·ives.

57

Page 59: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

1990 (16 diciembre). Triunfa en las elecciones presidencialesel P. Jean-Bertrand Aristide, que toma posesión el 7 defebrero de 1991.

1991 (7 enero). Manifestantes atacan e incendian la Nun­ciatura Apostólica en Puerto Príncipe.

(31 enero). El Papa Juan Pablo 11 erige la nueva diócesisde Fort Liberté, sufragánea del arzobispado de CapHaitien.

(30 septiembre). Un golpe de estado militar derroca alpresidente Aristide, a los siete meses de gobierno.Permanecerá en el exilio, primero en Francia y luego enEstados Unidos, tres años.

1992 (12-28 octubre). Asisten en Santo Domingo a la IVConferencia General del CELAM el arzobispo de CapHaitien, \os obispos de Hinche y Fort-Liberté, y el auxiliarde Puerto Príncipe.

1994 Muere asesinado en Puerto Príncipe el P. Jean-MarieVincent, colaborador del presidente Jean-Bertrand Aris­tíde. Con el apoyo de fuerzas estadounidenses, el15 deoctubre, regresa y se instala de nuevo en el poder elderrocado presidente Aristide.

58

Page 60: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

Estudios SocialesVol XXVII, Número 98Octubre-Diciembre 1994

LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL:LA SITUACION DOMINICO-HAITIANA

Tahira Vargas·

Introducción

El proceso histórico-social de nuestro pueblo ha estado y estáen la actualidad, marcado por una continua relación con nuestrohermano pueblo haitiano. Relaciones que siempre fueron muy estre­chas. Presentando en algunos momentos la difusión, comunicacióny transmisión cultural, en otros, fuertes conflictos interculturales,barreras y segregación.

El análisis de estos procesos se manifiesta con distintas inter­pretaciones por historiadores, cientistas sociales y analistas en ge­neral.

La Difusión en la población dominicana de una visión parciali­zada de las relaciones domínico-haitianas, ha reforzado, junto a

• Antropóloga. Esta investigación fue realizada para el Centro de Estudios Sociales P.Juan Momalvo.

59

Page 61: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

muchos otros factores, la actitud de antihaitianisrno, (agudizada yampliada constantemente por ciertos sectores de nuestra sociedad).También ha dificultado la potencialización en la actualidad, de redesde transmisión cultural, solidaridad, apoyo y cornunicación entreambos pueblos.

En la coyuntura político-social que estamos viviendo, es nece­sario el desarrollo de líneas de trabajo y de difusión hacia la rupturacon la resistencia cultural, la segregación racial y el antihaitianismo,que dificulta el desarrollo de relaciones domínico-haitianas de mayorcomunicación y aporte intercultural.

En este sentido, el levantamiento documental que presentamosa continuación, ofrece una visión general de los documentos, obras,artículos, y material producido por diversas instituciones e intelec­tuales sobre la problemática, desde sus distintas concepciones einterpretaciones.

El levantamiento puede servir como punto de partida, apoyo ofortalecimiento del desarrollo de debates, líneas de discusión,procesos de revisión y análisis de la problemática domínico-haitiana.

LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL SOBRELA PROBLEMATICA DOMINICO-HAITIANA

ESTUDIOS Y ARTICULOS SOBREEL PROCESO HISTORICO

1. Baud, Michiel. Una frontera refugio: dominicanos y haitianos contrael Estado (1870-1930). Estudios Sociales, Año XXVI, No 92.Abril- Junio 1993, pp.39-64

2. -----. Una frontera para cruzar: la sociedad rural a través de lafrontera domínico-haitiana (1870-1930). Estudios Sociales,Año XXVI, No 94. Octubre-Diciembre 1993, pp.5-28

3. Sillin;, HipóJito. Santo Domingo y Haití. Cuestión de límites.Imprenta el Eco de La Opinión, Santo Domingo, R.O., 1896.

60

Page 62: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL: LA SITUACION DOMINICO-HAITIANA

4. Brea, Ramonina. Ensayo sobre la formación del Estado capita­lista en la República Dominicana. Editora Taller, Santo Do­mingo, 1983.

5. Bryan , Patrick E. La cuestión obrera en la industria azucarera dela República Dominicana a finales del Siglo XIX ya principiosdel Xx. Eme-Eme, Santiago, R.D., 1979.

6. Castor Suzy. El impacto de la ocupación norteamericana enHaití(1915-1934) y en la República Dominicana (1916-1924).En: Pierre-Charles, Gérard. Política y sociología en Haití y laRepública Dominicana; Ed. UNAM, México, 1974, p.112.

7. Carias Dominici, Francisco. "L'arbitrage du pape Leon XII surL'lnterpretation de L'article 4 du Traité de 1874 passé entrela Republique Dominicaine et Haití; Tesis de Derecho, Uni­versidad de París, 1955, p. 230.

8. Cordero Michel, Emilio. La revolución haitiana y Santo Domingo.3ra edición. Colección Historia y Sociedad, No 85. Publica­ciones de la UASD, Vol DCXXVII, Editora UASD, Santo Do­mingo, R.D., 1989, p.112.

9. Cornielle, Carlos. Proceso histórico Domínico-Haitiano. Unaadvertencia a la juventud dominicana. Ed. PublicacionesAmérica, Santo Domingo, R.D., 1980, p.350.

10. Del Castillo, José. La inmigración de braceros azucareros en laRepública Dominicana, 1900-1930. Cuadernos del Cendia,UASD, Santo Domingo, R.D., 1978.

11.-----. Azúcar y braceros: Historia de un problema. Eme-Eme,Santiago, R.D., Vol X No 58, Enero-Febrero 1982, pp. 3-21.

12. o, La inmigración haitiana, orígenes. Migración y Sociedad,Santo Domingo, No 1, Octubre-Noviembre, 1980. pp.1 0-13.

13. Derby, Robin. Haitianos, magia y dinero; raza y sociedad en lafrontera domínico-haitiana, 1900-1937. Carta de informaciónsobre Haitianos y el Caribe. APROFED-CEDMA, Santo Do­mingo, Año IV No 32, Febrero 1993.

14. Dorsainvil Poiteivieu, Nancy. Presencia del capital norteameri­cano en Haití y República Dominicana (1915-1930).Fac­tores explicativos de la penetración diferenciada en laagricultura de ambos países; Tesis de Grado en CienciasSociales, FLACSO, México, 1982, p.330.

61

Page 63: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

15. Dolbemar, Jean Joseph. Nos limites Frontiéres. La questiondominicaine; Port-au-Prince, 1893.

16. Franco, Franklin J. Los negros, los mulatos y la nacióndominicana. Santo Domingo, Ed. Nacional, 1969, p.162.

17. García Mella, Moisés."La cuestión límites". Edic. Rafael Mon­talvo, Santo Domingo, R.O., 1923.

18. . La frontera de la República Dominicana con Haití; Ed. LaNación, Ciudad Trujillo, República Dominicana, 1946.

19. Garrido, Víctor. Antecedentes de la invasión haitiana de 1822(correspondencia oficial, 1820-1822); Espigas Históricas,Santo Domingo, Academia Dominicana de la Historia. 1972.

20. Herasme Batista, Gerardo. La frontera domínico-haitiana. Susorígenes y su futuro. Santo Domingo, UNPHU, 1989. p.28

21. Kelsey, Carl. La intervención americana en Haitíyen la RepúblicaDominicana; Annals of the American Academy of Politicaland the social Sciences (Marzo 1922), pp.11 0-112.

22. Larrazábal Blanco, Carlos. Ed. Felipe Femández de Castro y laocupación haitiana; Clio XCI (Septiembre-Diciembre, 1951),Santo Domingo, pp.135-136.

23. Lepelletier de Saint Remy, M.R. Santo Domingo étude et solu·tion nouvelle de la question haitienne. Tomo I y 11. SantoDomingo, Editora de Santo Domingo, 1848.

24. Logan, Rayford W. Haití and the Dominican Republic; OxfordUniversity Press, New York and London, 1968, p.220.

25. Lugo, Américo. Sobre el conflicto domínico-haitiano. A puntoLargo. Imprenta Cuna de América, 1901.

26. Machado, MI. Arturo. La cuestión de la frontera domínico-hai­tiana; La Vega, República Dominicana. Imprenta El Progreso,1911.

27. o. La nacionalización económica de la frontera. Renovación,Año VII, No 25, Abril-Junio, 1960, Instituto Trujilloniano.

28. Machín, Jorge. Orígenes del campesinado dominicano durante laocupación haitiana; Eme-Eme, No 4, Enero- Febrero, 1973,Santiago, R.O., pp.19-34.

29. MacLean, James J. y Pina Chevalier, Teódulo. Datos históricossobre la frontera Haitiana. 1921.

62

Page 64: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL: LA SITUACION DOMINICO-HAITIANA

30. Montolío, Andrés Julio. Resumen de una cuestión (diferendodomínico-haitiano), Santo Domingo, Imprenta Escobar y Cía,1911.

31. Mir, Pedro. Acerca de las tentativas históricas de unificación dela isla de Santo Domingo, en Pierre-Charles. ProblemasDomínico-Haitianos y del Caribe". México, Ed. UNAM, 1973,pp.145-178.

32. Morales Carrión, Arturo. El reflujo en Puerto Rico de la crisisdomínico-haitiana, 1791-1805. Eme-Eme. No 27, Noviembre­Diciembre, 1976, Santiago, R.O., pp.19-39.

33. Moya Pons, Frank. La dominación haitiana (1822-1844); San­tiago, R.O., Ed. U.C.M.M., 1972, p.221.

34.-----. Azúcar, Negros y sociedad en la Española en el siglo XVI;Eme-Eme, No 4, Enero-Febrero, 1973, Santiago, R.D, pp.3-18.

35. Muñoz, María Elena. Historia de las relaciones internacionalesde la República Dominicana. El colonialismo Europeo y lasrelaciones domínico-haitianas (1844-1861).T.I., Santo Do­mingo; R.O., Ed. UASD, 1980, p.221.

36. Peña, Battle, Manuel Arturo. La frontera de la RepúblicaDominicana con Haití; Ciudad Trujillo, Ed. La Nación, 1946.

37. Pierre-Charles, Gérard. Génesis de las naciones haitianas ydominicanas. En: Política y Sociología... 1974, pp.14-41.

38.-----. Política y sociología en Haití y la República Dominicana.UNAM, México, 1974.

39. Price-Mars, Jean. La República de Haití y la República Domini­cana, diversos aspectos de un problema histórico,geográfico y etnológico. España, Industrias Gráficas; PuertoPríncipe, 1953 (tres tomos).

40. Rodríguez Demorizi, Emilio. La guerra domínico haitiana. San­tiago, R.O., 1944.

41.-----. Invasiones de 1801,1805 Y 1822. Santo Domingo, R.O.,1955, Academia Dominicana de la Historia, Vol', Impresora delCaribe.

42. Saint-Lot, Emile. La Repúblique d'Haití et la Repúblique Domini­caine. Revue de la Societé Haitienne d'Histoire, Vol. 25-26,Nos 95 y 96, Octubre 1954, Enero 1955, pp.1-18.

63

Page 65: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

43. Sánchez y Sánchez, Carlos Augusto. El caso domínico - hai­tiano. Ciudad Trujillo, Editora Montalvo, 1958.

44. Spitzer, Daniel Charles. A contemporany political and socio­economic. History of Haití and the Dominican Republic.Tesis de Doctorado en Filosofía, Universidad de Michigan,1972.

45. Tolentino-Dipp, Hugo. Orígenes histórico-jurídiques des étatshaitian et dominicain; Tesis de derecho en la Universidad deParís, 1959, p. 495.

4S.-----. Raza e Historia en Santo Domingo. UASD, Santo Domingo,1974.

47. Troncoso de la Concha, Ml.de Jesús. La ocupación de SantoDomingo por Haití; Ciudad Trujillo, Ed. La Nación, 1942.

48. Vega, Bernardo. Manifestación de los pueblos de la parte Este dela Isla antes Española o Santo Domingo, sobre las causas desu separación de la República de Haití; Eme-Eme, No 27,Noviembre-Diciembre, 1975, Santiago, R.O., pp.87-99.

49. Velázquez, Federico. La frontera de la República Dominicana;Santo Domingo, R.D., Ed. El Progreso, 1929.

LA MATANZA DE HAITIANOS DE 1937

1. Bautista Báez, Rafael. Raíces históricas del genocidio de haitianosdel año 1937. Tesis para la Lic. en Historia No 40. UASD, SantoDomingo, 1981.

2. Cuello, José Israel. Compilación de documentos del conflictodomínico-haitiano de 1937. Editora Taller, 1985,

p.SOS3. Castor, Suzy. Le massacre de 1937 et les relations haitiano­

dominicaines. CRESTED, 1988, p. 125.

4. Derby, Robin L.H. & Turits Richard. Historias de terror y los terroresde la Historia: La Masacre Haitiana de 1937 en la Rep. Domini­cana. Estudios sociales, No 92, Abril-Junio 1993, Santo Do­mingo, p. 65.

64

Page 66: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL: LA SITUACION DOMINICO-HAITIANA

5. Díaz Ordoñez, Virgilio. El más antiguo y grave problema anti­llano. La Opinión, 1938.

6. García, Juan Manuel. La matanza de haitianos. Genocidio deTrujillo 1937. Santo Domingo, Editora: Alfa y Omega, 1973,182 págs.

7. . En 1937 el Masacre se cruzaba corriendo; reportaje publicadoen cuatro partes. Revista ¡Ahora!, Santo Domingo, Nos 932,933, 934 Y 935, Octubre de 1981.

8. Guerrero, José G. Trujillo la matanza de haitianos del 1937 y laliberación de las aduanas; Revista ¡Ahora! No 1015, Mayo1983, Santo Domingo.

9. Jimenes Grullón, Juan Isidro. Una Gestapo en América. Habana,1943.

10. Reynolds, Quentin. Matanza en el Trópico. Revista Colliers,Enero 22, 1938.

11. Tejada Olivares, Lic. Luis Fernando. La matanza de haitianos yla dominicanización de la frontera. Un proceso de acumulaciónoriginaria. Realidad Contemporánea, Nos 8-9, Santo Dom­ingo, R.D., 1979, pp. 35-102.

12. Vega, Bernardo. Nazismo, Fascismo y Falangismo en laRepública Dominicana. Fundación Cultural Dominicana,1986.

13. o. Causas de la matanza de haitianos. Documento, Mimeo, p.30.

14. o. Trujillo y Haití. Volúmenes I y 11. Fundación Cultural Domini­cana, Santo Domingo, 1988, p. 441.

MIGRACION HAITIANA A LA REPUBLlCA DOMINICANA

1. Acosta Carrasco, Juan. Aspecto legal de los inmigrantes hai­tianos en Santo Domingo. UASD, Tesis de grado para Lic. enDerecho, Santo Domingo, UASD, 1989.

2. Acosta, Mercedes. Azúcar e inmigración en la RepúblicaDominicana. Tesis para Lic. en Sociología, UASD, SantoDomingo, R.D., 1971.

65

Page 67: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGNESTUDIOS SOCIALES 98

3. Afrique-Asie. Refugiados indeseados. Revista Migración y So­ciedad. Haití, Santo Domingo, No 1, Octubre-Noviembre 1980.p.2.

4. Arredondo Victoria, Virginia. Implicaciones legales de la inmi­gración haitiana. Tesis para Lic. en Derecho, PUCMM, San­tiago, 1985.

5. Báez Everstz, Franc. La Migración de braceros haitianos en laRepública Dominicana. Coloquio sobre Migración y Relacio­nes Internacionales en el Caribe, Mimeo, UNAM, México,

Octubre 1981, p. 61.6. Castor Suzy. Migraciones y relaciones Internacionales. (E! caso

haitiano-dominicano). México, UNAM, 1983, p. 163. ColecciónHistoria y Sociedad No 71. UASD. Vol DXXII, Santo Domingo,1987,p.186

7. Colombo, Ramón E. En Batey Palmarejo, el crimen de los emigran­tes. Revista Migración y Sociedad No 1, Santo Domingo,Octubre-Noviembre 1980, p. 2.

8. Corten, André; Hernández, Frank; Duarte, Isis; Cocco, ManuelInmigración haitiana y producción azucarera. EdicionesCEPAE, Santo Domingo, 1976. p. 105.

9. Corten, André. Politique migratoire et societé de rente. RevueCanadienne d'études latino-americaines et des Caraibes,16 (32), 1952, pp. 5-34.

10.-----. Migraciones e intereses de clases. En: Pierre Charles, Op.Cit., 1974, pp. 65-84.

11.-----. Haití: estructura agraria y migración de trabajadores a losCentrales Azucareros dominicanos. En: Carlos M. Vilas y otros:Imperialismo y clases sociales en el Caribe. Ed. Cuenca Ss.As., 1973.

12. Chaney , Eisa M. Migration from the Caribbean region, deter­minants and effects of current movementes. Center forInmigration Policy and Refugees Assistence, 1985, Washing­ton.

13. Del Castillo, José. Las inmigraciones y su aporte a la culturadominicana (Finales del siglo XIX y principios del siglo Xx.Eme-Eme, No 45, Santiago, R.O., 1975, pp. 3-45.

66

Page 68: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL: LA SITUACION DOMINICO-HAITIANA

14. . La República Dominicana, migración e identidad na-cional en el contexto caribeño. Mimeo, Wilson Center, Wash­ington, 1987.

15. o. Ensayos de sociología dominicana. Contemporáneos 4,Ediciones Siboney, 1981, Santo Domingo. p. 210.

16. Dore Cabral, Carlos. Las inmigraciones haitianas y las cienciassociales dominicanas. XVI Conversatorio, José CorderoMichel, EQUIS-INTEC, 19 septiembre 1989, Mimeo, p. 50.Este Documento forma parte de otro titulado: Las inmigracio­nes de finales del siglo XIX y principios XX y los domini­canos de origen haitiano. Mimeo, 1989.

17. ----o-o La Inmmigración haitiana y el componente racista de lacultura dominicana (Apuntes para una crítica de la Isla alRevés)". Ciencia y Sociedad, Santo Domingo, Vol X No 1,Enero- Marzo 1985, pp. 61-69

18. Duany, Jorge. Hacia un marco teórico de la migracióncaribeña. Carta de información sobre Haitianos y el Caribe,Santo Domingo, Año 11 No 12, Junio 1991. Publicación deAPROFED-CEDMA.

19. Hernández, Frank Marino. La inmigración haitiana. EditoraTaller, Santo Domingo, 1973, p. 96.

20. o. La Inmigración haitiana en la República Dominicana. Eme­Eme, Santiago, R.D., No 5, Marzo-Abril 1973, pp. 24-56.

21. Iglesia dominicana e inmigración haitiana. Documento. EstudiosSociales, No 59, Santo Domingo, Enero-Marzo 1985, pp.83-87.

22. Latortue, Paul R. La migración haitiana a Santo Domingo. Estu­dios Sociales, Santo Domingo, Año XVIII, No 59, Enero-Marzo1985, pp. 43-61

23. o. Rocheleau Diane y otros. Haitian migration and the haitianeconomy. University of Florida, The Caribbean Migration pro­gram Ocassional Papers, No 3, 1984. p. 65

24. L1uberes Navarro, Antonio. Caribe, azúcar y migración 1789­1944. Eme-Eme, Santo Domingo, No 39, Noviembre-Diciem­bre 1978.

25. Lozano, Wilfredo; Báez Everstz, Franc. Migración internacionaly economía cafetalera. Estudio sobre la migración es-

67

Page 69: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

tacional de trabajadores haitianos y la cosecha cafetalera.Ediciones Cepae, Santo Domingo, 1992, 2da Edición. p. 253.

26. Lundahl, Mats y Vargas Rosemary. Inmigración haitiana hacia laRepública Dominicana. Eme-Eme No 68, Santiago, R.D., Sep­tiembre-Octubre 1983, pp. 3-54

27. Pastor, Robert A. Migration and Development: implicationsand recomendations for policy. In Díaz-Briquets, Weintraub,S. (Coord), Determination ot Emigration tron Mexico, CentralAmerica and the Caribbean Boulder, Westview Press, 1991.

28. Pierre-Charles, Gérard. Los movimientos sociales en el Caribe.Colección Estudios Sociales No 4, UASD, Santo Domingo,1987, p. 389

29. Palanca Marcos, Pedro Ramón. Estatuto legal de los inmigran­tes haitianos. Tesis para la obtención Título Lic. en Derecho.PUCMM, Santiago de los Caballeros, 1980, p. 74.

30. Precisiones acerca de la migración haitiana en el Caribe. RevistaMigración y Sociedad, Santo Domingo, No 1, Octubre­Noviembre 1980. pp. 5-7.

31. República Dominicana. Una puerta giratoria, repatriación y emi­gración. Revista Refugiados, Ministerio de trabajo y seguridadsocial, Madrid, España, No 27, Marzo 1987, pp. 19-21

32. Reynoso Cuello, Modesto. Inmigración haitiana y fuerza detrabajo. Tesis para Lic. en Sociología. UASD, Santo Domingo,1974.

33. Seminario sobre migración haitiana en República Dominicana.Conclusiones. Revista CEPAE. Santo Domingo, Año 1 No 3,Agosto- Octubre 1980.

34. Serrulle Ramia, José. La inmigración haitiana : Un fenómenoestructural. Artículo publicado en Ultima Hora, Sábado 27 deabril, 1991.

35. Sosa, Santiago. Los inmigrantes haitianos en República Domini­cana. Revista CEPAE, Santo Domingo, Año VI No 27. pp. 9-20.

36. Veras, Ramón Antonio. Inmigración haitianos, esclavitud. Edi­tora Taller, Santo Domingo, 1983. p. 179.

37. ------. La inmigración en el Caribe, República Dominicana y Haití.Revista ¡Ahora!, No 939, 23 Noviembre 1981. p. 15.

68

Page 70: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

LEVANTAMJENTO DOCUMENTAL: LA SJTUACJON DOMJNJCO-HAJTIANA

38. ------o Inmigrantes haitianos en la República Dominicana y latecnología. Revista IAhora!, No 949, 1 Febrero 1982. p. 1.

39. ----o-o Condiciones legales de los migrantes. Ponencia en elSeminario sobre Migración Haitiana en República Dominicana.Revista CEPAE, Santo Domingo, Año 1 No 3, Agosto-Octubre1980.

40. ----o-o Migración caribeña: Un capítulo haitiano. Editora Taller,Santo Domingo, 1985, p. 286.

41. ----o-o El fenómeno migratorio haitiano en la República Domini­cana. Coloquio sobre Migración y Relaciones lnternacionaJesen el Caribe, mimeo, UNAM, México, Octubre 1981. p. 163.

CONDICIONES SOCIALES Y ECONOMICAS DE LOSHAITIANOS Y DOMINICO-HAITIANOS COMO FUERZA

DE TRABAJO EN REPUBLlCA DOMINICANA

1. Acosta Carrasco, Juan. Aspecto ético en ~ o s contratos debraceros haitianos para el corte de la caña en RepúblicaDominicana. Tesis para Lic. en Filosofía. PUCMM, SantoDomingo, Mayo 1989.

2. Americas Watch; The National Coalition for Haitian Refugees &Caribbean Rights. Harvesting Oppression. Forced HaitianLabor in the Dominican Sugar Industry. Report, mimeo, June1990.p.70.

3. ----o-o Cortadores de caña de azúcar haitianos en la RepúblicaDominicana. New York, 1989. p. 67.

4. Amigo del Hogar. Braceros héroes y esclavos. Revista Amigo delHogar, Año 45 No. 477, Santo Domingo, Noviembre 1986. p.2.

5. AS!. (Anti-Slavery Society forthe protection of Human Rigths). ThePrice ot Sugar, haitian torced labour in the DominicanRepublic". Ressource pack, 1992.

6. Báez Evel stz, Franc. Azúcar y dependencia en la RepúblicaDominicana. UASD, Santo Domingo, 1978. p. 136.

7. ----o-o Braceros haitianos en la República Dominicana. InstitutoDominicano de Investigaciones Sociales, Editora Taller, SantoDomingo, 1986. p. 326.

69

Page 71: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

8. ------. Sobre las condiciones laborales de los trabajadores haitianos.Hipótesis, alternativas y avances de un estudio. Boletín Museodel Hombre Dominicano, Año XII NO 19, Santo Domingo,1984. pp. 71-94.

9. ------. Carot, Jean-Michel, Republique dominicaine: sucre amer, lestravailleurs saisonniers haitiens employés dans las plantationsde canne ménent une existence misérable. Le Monde, 24 Mars1993,7i.

10. CEDEE. Cronología de la lucha de los trabajadores cañeros.CEDEE, Octubre-Diciembre 1983, p. 48.

11. CEDMA-APROFED en los bateyes del Ingenio Consuelo.Carta de Información sobre haitianos y el Caribe, APROFED­IED-CEDMA. Santo Domingo, Año 111 no 19, Enero 1992.

12. Coloquio internacional problemática de los braceros hai­tianos en la República Dominicana.Propuestas para en­frentar la situación. Port Au Prince, Marzo 1990. Carta deInformación sobre los Haitianos y el Caribe, APROFED-IED­CEDMA, Santo Domingo, Año 1, No 2, Abril 1990.

13. Contrato domínico-haitiano de reclutamiento de braceros para elCEA (1978-1979) en República Dominicana. Revista CEPAE,Año 111, No 10, Santo Domingo, Enero-Febrero 1982, p.p.34-39.

14. Corten, André; Duarte Isis; Acosta Mercedes; Vilas, Carlos.Azúcar y política en la República Dominicana. Editora Taller,Santo Domingo, 1981, p. 233.

15. Del Castillo, José. Problemas sociales del sector azucarero.Ciencia y Sociedad, Vol V, No 2, Santo Domingo, Julio­Diciembre 1980, p.p. 277-293.

16. Díaz Santana, Arismendy. Papel de los braceros haitianos enla producción de azúcar dominicano. Colección Conferen­cias No 24, Publicaciones UASD, Santo Domingo, 1974.

17. Dore Cabral, Carlos. La dominicanizadón de la zafra azucareracomo presión contra la explotación del picador de caña y contrala deficiencia de la agricultura haitiana. Colección Forum No.31, Santo Domingo, 1988, p. 15.

18. Duarte, Isis. Economía de plantación en el Caribe y fuerza detrabajo. Seminario sobre migración haitiana en República

70

Page 72: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL: LA SITUACION DOMINICO-HAITIANA

Dominicana. Revista CEPAE, Año 1, No 3, Santo Domingo,Agosto-Octubre 1980.

19. El Bracero. Boletín del Sindicato de Trabajadores AgrícolasPlantaciones Azucareras y similares, Año 1 No 3, Santo Do­mingo, Septiembre 1992.

20. Faxas Vargas, Laura. Movimiento sindical, política estatal yfuerza de trabajo migrante en la Industria AzucareraDominicana. Tesis de maestría en Ciencias Sociales,FLACSO, México, 1982, p. 168.

21. Ferrand, Fernando. La población de los bateyes del CEA. Museodel Hombre Dominicano, Santo Domingo, Boletín No 19,1984.,p. 81. Investigación y Ciencia, Santo Domingo, No 1, 1986.

22. ------o El mundo de los cañaverales y la política de diversifica­ción agrícola". Mimeo, Santo Domingo, 1985.

23. ----o-o Problemas de la humanización y dominicanizacíón de lazafra azucarera. Colección Forum No 31, Santo Domingo,1988, p. 20.

24. ----o-o FENAZUCAR. Braceros agrícolas de nacionalidad haitianaen las plantaciones de caña de R.O., Carta de Informaciónsobre Haitianos y el Caribe, APROFED-IED-CEDMA, SantoDomingo, Año ¡V, No 36, Junio 1993.

25. Florián, Antonio. Braceros agrícolas de nacionalidad haitiana enlas plantaciones de caña de República Dominicana. FENAZU­CAR-CTU, Santo Domingo, Marzo 1993.

26. ----o-o Braceros haitianos e Industria azucarera. Carta de Informa­ción sobre haitianos y el Caribe, APROFED-JED-CEDMA,Santo Domingo, Año V, No 44, Febrero 1994.

27. Florival, Serge. Los picadores haitianos en los bateyes de Bara­hona". En: Suzy Castor, 1983, pp. 133-157.

28. Informe de la comisión de Encuesta de la OIT con respecto a lostrabajadores haitianos en los ingenios de la República Domini­cana. Mimeo, Ginebra, 1983. Suplemento Especial, ILOBoletín Oficial, Vol LXVI, Series B.

29. Jiménez H., Blanca. Situación del Pequeño Haití. Carta de Infor­mación sobre Haitianos y el Caribe, APROFED-IED-CEDMA,Santo Domingo, Año 11, No 12, Junio 1991; Año 11, No 13, Julio1991; Año 11, No 14, Agosto 1991.

71

Page 73: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

30. Latorre, Eduardo. Sobre azúcar. INTEC, Editora Taller, SantoDomingo, 1988, p. 192.

31. Lemoine, Maurice. Azúcar amargo, hay esclavos en el Caribe.Ediciones Cepae, Santo Domingo, 1983, p. 376.

32. Los picadores de caña urgen de mayores atenciones. BoletínBuen Samaritano. Año 1, No 3, República Dominicana-Haití,Septiembre 1987.

33. Lozano, Wilfredo. Azúcar, fuerza de trabajo y desarrollo enRepública Dominicana. Ciencia y Sociedad, Vol V, No 2,Santo Domingo, Julio-Diciembre 1980, pp. 293-309.

34. Uuberes Antonio. Iglesia y braceros haitianos: documentos ycomentarios". Estudios Sociales, Año XIX, No 64, Abril-Junio1986, pp. 105-112.

35. Madruga, José Manuel. Azúcar y haitianos en la RepúblicaDominicana. Ediciones M.S.C., 1986. Editora Amigo delHogar. Santo Domingo, p. 193.

36. . Azúcar y fuerza de trabajo en la República Dominicana.Estudios Sociales. No 59, Santo Domingo, Enero-Marzo1985, pp. 31-43.

37. oo. Moya Pons, Frank; Murphy, Martin; Dore Cabral, Carlos;Ferrand, Fernando. El Batey. Estudio socioeconómico delos bateyes del Consejo Estatal del Azúcar, CEA. Fondopara el Avance de las Ciencias Sociales, Santo Domingo, 1986,p.614.

38. Murphy, Martin F. Semejanzas y diferencias en la utilización demano de obra en las plantaciones azucareras de la RepúblicaDominicana. pp. 242-285. Ciencia y Sociedad, Vol IX, No 2,Mayo- Agosto 1984.

39. oo. Historical and contemporary labor utilization practicesinto sugar industries of the Dominican Republic. (Ph.D.,1986). Microfilms International, Michigan University.

40. oo. El uso de la mano de obra extranjera en un país con altonivel de desempleo: el caso de obreros haitianos en laindustria azucarera de la República Dominicana. Mimeo, p.29.

41. oo. Plant, Roger. Sugar and Modern Slavery: A tale of twocountries. London, Zed Books, 1987.

72

Page 74: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL: LA SITUACION DOMINICO-HAITIANA

42. Problemática social de los trabajadores haitianos en la RepúblicaDominicana. Revista Encuentro, Noviembre 1979, p. 27.

43. Ramírez, Nelson. Encuesta sobre planificación familiar y otrosindicadores sociales en los bateyes de la RepúblicaDominicana. Development Associates, Inc., Santo Domingo,Abril 1992.

44. Secretariado Técnico de la Presidencia, ONAPLAN. Partici­pación de la mano de obra haitiana en el mercado laboral:los casos de la caña y el café. Mimeo, ONAPLAN, SantoDomingo, Octubre 1980, p. 42.

45. ------o Empleo en la zafra azucarera dominicana. ONAPLAN,Santo Domingo, 1981.

46. Situación de los bateyes y la zafra azucarera en RepúblicaDominicana. Carta de Información sobre Haitianos y el Caribe,APROFED-IED-CEDMA, Santo Domingo, Año 111, No 20, Fe­brero 1992; Año 111, No 26, Agosto 1992; Año 111, No 27,Septiembre 1992; Año 1\, No 8, Febrero 1991; Año 1\, No 7,Enero 1991, Año 11,

No 10, Abril 1991. Año 11, No 18, Diciembre 1991.47. Situación higiénico-sanitaria de los bateyes del ingenio Con­

suelo. Carta de Información sobre Haitianos y el Caribe,APROFED-IED-CEDMA, Santo Domingo, Año 111, No 24, Junio1992.

48. Situación socio-económica en los bateyes de San Pedro deMacorís. Carta de Información sobre Asuntos Haitianos,APROFED-IED-CEDMA, Santo Domingo, Año 1, No 3, Mayo1990.

49. UJEDO. Situación de los trabajadores haitianos, inmigración,causas y beneficios. Folleto, UJEDO, Santo Domingo, Año 1,No 2,1978.

50. Vargas, Luis. Trabajadores migrantes y sus derechos. El casode los braceros haitianos. Carta de información sobre hai­tianos y el Caribe, Santo Domingo, Año V, No 50, Agosto 1994.APROFED-IED-CEDMA.

51. o_o. Azúcar e informalidad. Carta de información sobre hai­tianos y el Caribe, APROFED-IED-CEDMA, Santo Domingo,Año 11, No 14, Agosto 1991.

73

Page 75: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

52. Veras, Ramón Antonio. Los braceros haitianos discriminados yhumillados. Revista IAhora!, Santo Domingo, No 959,8 Abril1982, p. 2.

53. . Situación legal y laboral de los braceros haitianos enRepública Dominicana. Mimeo, Documento, Santo Domingo,12 Marzo, 1992, p. 20.

RELACIONES DOMINICO-HAITIANAS YCONDICIONES SOCIALES Y CULTURALES

DE LOS HAITIANOS Y DOMINICO-HAITIANOS

1. Amigo del Hogar. Relaciones domínico-haitianas, pistas de solu­ción. Revista Amigo del Hogar, Santo Domingo, Año 52, No553, Octubre 1993.

2. Andújar, Carlos. El Sincretismo cultural domínico-haitiano. RevistaTOKAYO, Año 1, No 3, Santo Domingo, Octubre 1989.

3. Báez Everstz, Carlos Julio. La cuestión haitiana en la coyunturapolítica dominicana. En: Panorama Caribeño No 5, Julio de1983, Santo Domingo, R.O., pp. 8-9.

4. Balaguer, Joaquín. La isla al revés. Haití y el destino domini­cano."lnd. Gráficas MI. Parejas, Santo Domingo, 1984, p. 257.

5. oo. La realidad dominicana. Imprenta Ferrari Hnos, BuenosAires, 1947.

6. oo. Temas educativos y actividades diplomáticas. FuentesImpresores, México, 1973.

7. o_e. Casals Victoria, Pedro Manuel. El Comercio entre Haití yRepública Dominicana. En: Eme-Eme, Voll, No 5, Marzo-Abril,1973, Santiago, R.O., pp. 57-66.

8. CEDEE. Síntesis del taller de análisis de la coyunturadomínico-haitiana. Mimeo, Documento, Santo Domingo, Oc­tubre 1987, p. 16.

9. Centro Cultural Domínico-Haitiano. Proyecto de trabajo con loshaitianos y domínico-haitianos en los bateyes de la Ro­mana. Documento, Mimeo.

74

Page 76: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL: LA SITUACION DOMINICO-HAITIANA

10. ------o Para un nuevo punto de partida, materiales para elanálisis de la situación Haitiana. Folleto, C.C.D.H y GRIPAC,Santo Domingo, R.O., Abril 1993.

11. ----o-o La Isla. Folleto, de definición del C.C.D.H., y de lasituación del domínico-haitiana. Folleto, C.C.D.H., San Pe­dro Macorís, Diciembre 1989.

12. ----o-o Gagá, tambor y canto. Folleto, C.C.D.H. y Gripac, SantoDomingo, Mayo 1993.

13. CEPAE. Declaración del movimiento de mujeres domínico-hai­tianas (MUDHA). Revista CEPAE, Año V, No 22, Santo Do­mingo, Marzo-Abril, 1984, p. 36-39.

14. Chantada, Amparo. La problemática ambiental domínico-haitiana.Revista Tokayo. Año 1, No 2, Santo Domingo, Mayo 1989,pp. 21-28.

15. COTEDO. Juanita Comeleyes, maltrato a los haitianos. FolletoNo 8, Serie Divulgación jurídica, Santo Domingo, 1991.

16. Conversatorio sobre la realidad domínico-haitiana (X conver­satorio). Carta de información sobre los Haitianos y el Caribe,APROFED-CEDMA. Santo Domingo, Año 111, No 25, Julio 1992.

17. Fortuné, Georges. El movimiento de los trabajadores hai­tianos. mimeo, EFO, San Pedro de Macorís, 1982, p.12.

18. Ferrand, Fernando. La presencia haitiana en la República Domini­cana. Ciencia y Sociedad, Santo Domingo, Vol Xl,No 14,Octubre-Diciembre 1986.

19. Jimenes Grullón, Juan Isidro. Dos actitudes ante el problemadomínico-haitiano. El contrasentido de una política. LaHabana, 1943.

20. Jornada de solidaridad con Haití. Taller Seminario, mimeo,Documento, Santo Domingo, 24 Septiembre 1992, p. 10.

21. LLuberes, Antonio. Las relaciones domínico-haitianas: unproblema difícil. 10 acercamientos de solución. Carta deInformación sobre Haitianos y el Caribe. APROFED-CEDMA,Santo Domingo, Año V, No 43, Santo Domingo, Enero 1994.

22. Logan, Rayford. Haití and the Dominican Republic. OxfordUniversity Press, 1968.

75

Page 77: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

23. Lozano, Wilfredo. La cuestión haitiana en Santo Domingo.FLACSO, Centro-Norte Sur, Universidad de Miami, SantoDomingo, 1992.

24. Maríñez, Pablo. Relaciones domínico-haitianas y raíces cul­turales africanas en la República Dominicana. BibliografíaBásica Relaciones Domínico-haitiana. UASD, Santo Do­mingo, 1986.

25. Menores, Leo. Haiti and the Dominican Republic: a case foreconomics integration: Ph.D, dissertation, University of NewYork, 1973, p. 673.

26. Messina, Milton. Las relaciones domínico-haitianas y la inte­gración económica del Caribe. Eme-Eme, No 6, Mayo-Junio,1973, Santiago, R.O., pp. 38-47.

27. Millán, Cecilia. El invisible trabajo visible de las mujeres haitianas.Revista Tokayo, Año 1, No 2, Santo Domingo, Mayo 1989. pp.7-11.

28. Moreno, Guillermo. Nacionalidad de los hijos de haitianosnacidos en el territorio de la República Dominicana. Cartade Información sobre Haitianos y el Caribe, APROFED­CEDMA. Santo Domingo, Año IV, No 37, Julio 1993.

29. MUDHA, Movimiento de Mujeres Domínico-Haitianas. BoletinesEducativos y de Salud. MUDHA, Año 1, No 1, Noviembre­Diciembre 1992. Año 1, No 6, Diciembre 1992. Año 11, No 3,Enero 1994.

30. Nau, Julio; Hypolitte, Maurice Elder, SDB. Iglesia y situaciónhaitiana noviembre 1979-abríl 1986. Estudios Sociales AñoXIX, No 64, Abril-Junio 1986, pp. 83-104.

31. Nau, Julio. Dossiers sobre la problemática haitiana en laRepública Dominicana. Mimeo, Documento, CEDAIL, SantoDomingo, s.n., s.f., p. 48.

32. OXFAM. Situación del ambiente y los recursos naturales dela isla Haití-República Dominicana. Seminario Taller, Con­clusiones. Mimeo, Santo Domingo, Septiembre 1992.

33. Pastoral Haitiana e Iglesia Episcopal Dominicana. Haitianos enRepública Dominicana. Breve Informe de la Situación Ac­tual. Documento, mimeo. p. 16.

76

Page 78: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL: LA SITUACION DOMINiCO-HAITIANA

34. Pérez, Luis Julián. Santo Domingo frente al destino. EditoraTaller, Santo Domingo, 1989, p. 279.

35. Pierre-Charles, Gérard. El Caribe contemporáneo. 2da edición,1983. Editora Siglo XXI. México, D.F., p. 406.

36. ------o Problemas domínico-haitianos y del Caribe. UNAM,México, 1974.

37. ----o-o Política y sociología en Haití y República Dominicana.UNAM, México, 1974, p. 169.

38. Pichardo Peña, Carolina del C. Estudio de las relacionesdomínico-haitianas. Tesis para la Lic. en Derecho, PUCMM,Santiago, R.D., Mayo 1985.

39. Proyecto Coordinación Institucional y Proyecto Común deONGs que trabajan en bateyes azucareros y/o comuni­dades haitianas. Documento, Mimeo. Comité coordinador:COTEDO, UJEDO, MUDHA, CEDMA-APROFED. Santo Do­mingo, Junio 1994, p. 12.

40. Puello, Marcelo. La frontera y el intercambio comercial. Cartade Información sobre los Haitianos y el Caribe, APROFED­CEDMA. Santo Domingo, Año IV, No 40, Octubre 1993.

41. Rodríguez Cabral, Juan Bolívar. El antihaitanismo en laRepública Dominicana. Su reformulación durante la Era deTrujillo. Tesis de Grado. UASD, Santo Domingo.

42. Rosemberg, June. El Gagá. religión y sociedad de un cultodominicano. Un estudio comparativo. Colección Historia ySociedad No 37, Publicaciones UASD, Vol CCLXXII. EditoraUASD, 1979, Santo Domingo, p. 226.

43. Saladín S., Roberto B. La República Dominicana y Haití: posi­bilidades de cooperación. Mimeo. Seminario Internacionalsobre la integración caribeña: conceptos y realidades. SantoDomingo, Julio 1981, p. 20.

44. Sang, Mu-Kieng Adriana. La Cuestión fronteriza: Un difícilproblema y una traumática solución. Mimeo, Documento,Santo Domingo, s.n., s.f., p. 9.

45. Serrulle Ramia, José. Haití y República Dominicana, Retosecológicos, y económicos. Carta de información sobre hai­tianos y el Caribe, APROFED-IED-CEDMA. Santo Domingo,Año V, No 46, Abril 1994.

77

Page 79: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

46. Tavárez, Claudio. Los nacionales haitianos y el problema de lanacionalidad. Revista CEPAE en Dos partes, Santo Domingo,Año IV, No 19 y 20, Septiembre-Octubre; Noviembre-Diciem­bre, 1983, pp. 7-13; 23-25

47. UJEDO. La realidad del niño haitiano en los bateyes domini­canos". FoJleto, UJEDO, Santo Domingo, s.n., s.f., p. 20.

48. ------o Hacia una metodología y pedagogía popular de lasolidaridad con Haití. UJEDO, mimeo, Documento, SantoDomingo, 1991, p. 10.

49. Vega, Bernardo. Etnicidad y el futuro de las relaciones domínico­haifjanas. Estudios sociales, Año XXVI, No 94. Octubre­Diciembre 1993, pp. 29-44.

50. Yo quiero un nombre. Documentos varios situación haitianaen la República Dominicana. Colección de folletos, UJEDO,Santo Domingo, s.n., s.f.

51. Wilson, Larman. La política exterior de la República Dominicanay de Haití. Eme-Eme, No 6, Mayo-Junio, 1973, Santiago, R.O.,pp. 19-37.

RACISMO Y ANTIHAITANISMO

1. Acosta, Mercedes. El contenido económico y político del racismoantihaitiano. En: Carlos M. Vila y otros, Imperialismo y clasessociales. 1973, pp. 115-154.

2. Bautista Betances, Agapito. Racismo integrante del antihaitianismodominicano. Estudios Sociales, Santo Domingo, No 59, Ene­ro-Marzo 1985, pp. 61-76.

3. Brea, Ramonina. La cultura nacional: encuentros y desencuentros.Ciencia y Sociedad. Volumen X, No 1, Santo Domingo, Ene­ro-Marzo, 1985.

4. Cassá Roberto. El racismo en la ideología de la clase dominantedominicana. Ciencia, UASD, Vol 111, No 1, Santo Domingo,Enero-Marzo 1976.

5. CEDEE. Mujer y racismo. Folleto, Editorial Buho, Santo Domingo,1987.

78

Page 80: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL: LA SITUACION DOMINICO-HAITIANA

6. Cordero, Walter. El tema negro y la discriminación racial en laRepública Dominicana. Ciencia, UASD, Santo Domingo, Vol11, No 2, Enero-Marzo, 1975, pp. 151-162.

7. Cruz, Benito Antonio. El antihaitianismo. Una campaña racial quese renueva permanentemente. Revista CEPAE, No 43-44,Santo Domingo, Septiembre -Diciembre, 1987, pp. 9-12.

8. Deive Carlos, Esteban. El prejuicio racial en el folklore dominicano.Boletín del Museo del Hombre Dominicano, No 8, Enero­Marzo, 1976, Santo Domingo, pp. 75-96.

9. Despradel, Lil. Las etapas del antihaitianismo en la RepúblicaDominicana: El papel de los historiadores. En: Política y So­ciología en la República Dominicana". UNAM, México, 1974.

10. Doré Cabral, Carlos. Los dominicanos de origen haitiano y lasegregación racial en la Republica Dominicana (apuntes parauna crítica a la Isla al Revés). Estudios Sociales, SantoDomingo, Año XX, No 68, Abril-Junio 1986, pp. 57-80.

11. Fennema, Meindert; Troetje, Lowenthal. Construcción de razay nación en la República Dominicana. UASD. ColecciónHistoria y Sociedad, No 77, Santo Domingo, 1987.

12. Franco, Franklin. Antihaitianismo e ideología del trujillato. En:Problemas domínico-haitianos y del Caribe, Gérard Pierre­Charles, UNAM, México, 1973, pp. 83-109.

13. . Cultura política e Ideología.

14. oo. Raíces Históricas del Antihaitianismo Dominicano. En:Periódico El Sol, Santo Domingo, R.D., 10, 11 Y 13 de Junio,1983, pp. 16,30 Y 18.

15. Migración y Sociedad, Revista. El prejuicio racial. El Antihai­tianismo. Organo de la Secretaría de Migraciones de Asel,Santo Domingo, No 1, Octubre-Noviembre 1980.

16. Roldán Mármol, José. Racismo y antihaitanismo en RepúblicaDominicana. Documento, Mimeo. Colectivo de Trabajo Cul­tural, Santo Domingo, 1987, p. 10.

17. Sang, Mu-Kieng Adriana. Baecismo y antihaitianismo. Carta deInformación sobre haitianos y el caribe, APROFED-CEDMA.Santo Domingo, Año 11, No 17, Noviembre 1991.

79

Page 81: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

18. Silié, Rubén. Los inmigrantes un chivo expiatorio para funda­mentar el antihaitianismo. Carta de Información sobre Hai­tianos y el Caribe. APROFED-CEDMA. Santo Domingo, AñoIV, No 36, Junio 1993.

19. Tolentino Dipp, Hugo. El fenómeno racial en Haitíyen la Repub­lica Dominicana. En: Pierre Charles, Gérard, Problemasdomínico-haitianos y del Caribe, UNAM , México, 1974, pp.111-144.

20. Zaglul, Jesús. Una identificación nacional"defensiva" el antihai­tianismo nacionalista de Joaquín Balaguer-Una lectura de laIsla al Revés". Estudios Sociales, Año XXV, No 87, Enero­Marzo 1992, pp. 29-67.

CONDICIONES DE LOS DERECHOS HUMANOSEN EL TRATAMIENTO DE LOS HAITIANOS

Y DOMINICO-HAITIANOS EN EL PAIS

1. AS!. Migrants workers in the Dominican Republic. Londres,Report for 1979 to the United Nations Working Group of Expertson slavery, 1982.

2. AS!. Haitian migrant labor in the Dominican Republic. Prelimi­nary report by the Anti-Slavery Society for the Protection ofHuman Rigths to the United Nations Working group of Expertson Slavery, 1982.

3. AS!. Forced labour of Haitian cane cutters in the DominicanRepublic. Report to the United Nations Working Group onContemporary Forms of Slavery, 1989, 1990.

4. CEDEE. Reflexiones en torno al decreto 233-91. Decreto derepatriación de los haitianos. Mimeo, CEDEE, Santo Domingo,Junio 1991.

5. Comité Coordinador de fas Instituciones Haitianas. Resumen de laconferencia del Rev. P.Edwin Paraison, Refugiados y retor­nados haitianos en R.O.". Carta de Información sobre Hai­tianos y el Caribe. APROFED-CEDMA, Santo Domingo, AñoIV, No 32, Febrero 1993. Mimeo, Documento, Octubre 1992.

80

Page 82: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

LEVANTAMIENTO DOCUMENTAL: LA SITUACION DOMINICO-HAITIANA

6. L1uberes, Rafael. Retornados y refugiados Haitianos. Pistaspara una línea de trabajo por parte de las ONGs. Carta deInformación sobre Haitianos y el Caribe. APROFED-CEDMA,Santo Domingo, Año IV J No 35 J Mayo 1993.

7. Migración y Sociedad. Repatriación y las dificultades que sepresentan". Organo de la Secretaría de Migraciones de ASEL,Santo Domingo, No 1, Octubre-Noviembre 1980, pp. 2-3

8. ------. La denuncia de la sociedad antiesc!avista. La respuestanacional. Organo de la Secretaría de Migraciones de ASEL,Santo Domingo, No 1J Octubre-Noviembre 1980, pp. 3-4.

9. QuiñonesJCirilo. Situación de los derechos humanos en Haití y la

República Dominicana. Mimeo, documento, CTC, Santo Do­mingo, 1982 J p. 12. Revista CEPAE J No 43-44, Santo Do­mingo, Septiembre -Diciembre, 1987, pp. 33-41.

10. Radio Enriquillo y Comunidades Cristianas de la Zona Cañera.Un decreto en contra de la vida. Folleto, Santo Domingo,Agosto 1991, p. 25.

11. Villaverde, Carlos. Cronología de una nueva masacre. CEDEE,Mimeo, Santo Domingo, Febrero 1989.

HEMEROTECA-RECORTES DE PERIODICOS,SOBRE LA REALIDAD DOMINiCO-HAITIANA

CENTROS DE DOCUMENTACION CON UNASISTEMATIZACION EN LOS RECORTES DE PERIODICOS

SOBRE LA REALIDAD DOMINICO-HAITIANA

CENTRO

1-CENTRO DOCUMENTACION

MONTESINOS CEDAIL

2-C.C.D.H.

3- PASTORAL HAITIANA

TEMA

REPATRIACIONES

TODOS

TODOS

FECHA

1991 (Comp.)

Desde 1989­

hasta hoy

Desde 1989­

hasta hoy

81

Page 83: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

ESTUDIOS SOCIALES 98

CENTRO

4-APROFED-CEDMA

S-UJEDO

6-CEDEE

82

TEMA

TODOS

TODOS

TODOS

AGN

FECHA

Desde 1991­

hasta hoy

Desde 1991­

hasta hoy

Desde 1990­

1993

Page 84: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

Estudios SocialesVol XXVII, Número 98Octubre-Diciembre 1994

UN LIBRO PARA ROMPER EL SILENCIO:ESTADO y CAMPESINOS AL INICIODE LA ERA DE TRUJILLO, DE ORLANDO INOA

Pedro L. San Migue(

"Hacer propia la experiencia ajena (des-enajenarla, si sequiere) es uno de los motivos fundamentales de su testimo­nio, mas no supone la vivencia vicaria de lo experimentadopor los otros, sino el rescate de la comunidad guardada conellos, en las palabras y momentos compartidos."

Juan Duchesne Winter, Narraciones de testimonio enAmérica Latina: cinco estudios (Río Piedras, 1992), p. 14.

Agradezco profundamente a Orlando Inoa el privilegio que meha conferido al solicitarme que presente su libro Estado y campesi­nos al inicio de la Era de Trujillo (Santo Domingo, 1994), obra quesale a la luz pública gracias al auspicio de ese foro de discusión sobrela República Dominicana que es la Librería La Trinitaria. Miagradecimiento es doble: primero, porque me brinda la oportunidadde expresar algunas inquietudes sobre la República Dominicana, país

• Esta es una versión ligeramente revisada de la presentación leída en la puesta encirculación de dicha obra, celebrada en la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, el 5de mayo de 1994. Pedro L. San Miguel (Ph.D. Columbia University, 1987) esCatedrático Asociado en el Departamento de Historia de la Universidad de PuertoRico, recinto de Río Piedras.

83

Page 85: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

que he aprendido a valorar y sufrir como si fuera el mío. Tambiéndeseo señalar que mi intención no es hacer una presentación llenade frases altisonantes, pero carentes de contenido. Ni ustedes ni elautor del libro merecen sufrir un acto más de nuestra característicaretórica tropical. Más bien, aprovecho la oportunidad que se mebrinda para compartir varias reflexiones con ustedes y con el amigoInoa. Confío que de las mismas se desprenda la enorme pertenenciade la obra por la cual estamos reunidos esta noche. Quiero lanzarprovocaciones más que loas; espero que la provocación incite aldiálogo y a la discusión. En nuestros países, donde el poder haconvertido a la cultura en mero rito conmemorativo, es necesariorestituirle a ésta su función crítica. Este prende ser, pues, un modestoejercicio de reflexión que contrarreste en alguna medida los afanescelebratorios de la "memoria del poder".

Para iniciar este comentario sobre el libro de Orlando Inoa, mepermitiré leer un breve artículo, de carácter periodístico, titulado" Laparadoja de la democracia dominicana". El mismo, escrito hace unosmeses, dice así:

"En la República Dominicanas, del siglo XIX a nuestros días, los problemas delcampo y de la estructura agraria han jugado un papel fundamental en eldiscurso político, económico y social. Por tal razón, el campesinado haaparecido como elemento central de la discursiva en torno al agro. Pocaspalabras se han empleado más en los discursos y las rimbombantes proclamasde proyecto de envergadura -del pasado o del presente- que, de algunamanera, no destaque las formas en las cuales se beneficiarán los "hombresdel campo", los "agricultores", o los "labriegos", términos usados comosinónimos de "campesino".

En el siglo XIX, buena parte de los proyectos económicos tuvieron comopropósito impulsar la producción campesina Pedro Francisco Sonó, "padre dela sociología dominicana", fue, en buena medida, un ardiente defensor de laeconomía campesina tradicional frente a los grandes latifundios. Otros, por elcontrario, consideraron que era necesario erradicar, o al menos transformar,la pequeña y la mediana propiedad. Para los últimos, este paso era necesariopara lograr que la República Domínicana, siguíendo el modelo de EstadosUnidos y Europa, entrase en el reino de los paises "civilizados" por medio dela "modernización" de sus estructuras económicas y sociales. A fines del sigloXIX y a principios del XX, esa "modernización" habría de aleanzarse a travésde una creciente expansión del mercado. No está de más señalar que, almenos en espitiru, muchos de los proyectos económicos de entonces eransimilares a varios de los planes neo-liberales de fines de siglo XX. Tampoco

84

Page 86: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

UN LIBRO PARA ROMPER EL SILENCIO

está de más resaltar que, en la Década de 1930, con la Gran Depresión, sedesplomaron muchas de las quimeras de las décadas previas, las que habíanvisto en el mercado una panacea a los problemas de país. Quizás valga la penarecordar que el desaliento causado por el fracaso de dichos planes abonó elterreno, en la República Dominicana y en el resto de América Latina, para elsurgimiento de regímenes autoritarios o francamente dictatoriales.

A tono con las expectativas en boga, entre la intelectualidad de principios delsiglo XX, se consideraba que el campesinado era un lastre al desarrollonacional; por supuesto el paradigna de "desarrollo" eran los paisesindustrializados. Esta corriente de pensamiento, tan afín a las existentes enotras partes de América Latina y el Caribe, partía de la premisa de que elcampesinado representaba. la "barbarie"; en consecuencia, la "civilización"conllevaba la superación de muchas de las formas de vida, prácticas ycreencias propias del campesinado. Como sugiere Andrés L. Mateo en suexcelente estudio Mito y cultura en la Era de Trujillo (Santo Domingo, 1993),en el fondo, el llamado "pesimismo dominicano" escondía la percepciónnegativa que tenían las élites del país sobre las masas rurales. Los gruposletrados de entonces consideraron que el "conchoprimismo" -elemento políticopredominante en la República Dominicana a principios de siglo- se originabaen la existencia de una gran masa campesina "atrasada", "inculta" y "pobre",material y espiritualmente. La "modernización" de la sociedad dominicanaconllevaba -según esta lógica-la transformación de las prácticas económicas,sociales y políticas del campesinado.

Por supuesto, eran los letrados, quienes directa o indirectamente aspiraban alpoder, los que definían qué constituía lo apropiado para lograr dicha"modernización". Eran ellos, también, los que pretendían establecer el lugarde los sectores campesinos en la vida política. Pocos reconocieron a loscampesinos capacidad para articular reivindicaciones legítimas; ninguno -queyo sepa- los reconoció como actores politicos en sus propios méritos. En lamedida en que los campesinos tenian algún tipo de ínjerencia en la politica-yme refiero a las luchas por definir el ejercicio del poder en una sociedad, y nomeramente a los aspectos más superficiales de la lucha partidista-, la mismase veía como apéndice de algún caudillo, capaz de movilizar a los sectoresrurales gracias a su prestigio, carisma o recursos económicos. Estapercepción, simplista a todas luces, ha perdurado hasta nuestros dias.También es común despachar la adhesión de los sectores rurales adeterminados líderes o partidos a base de un supuesto "conservadurismo"innato a los grupos campesinos. Nuevamente, este tipo de argumento resultainsuficiente: después de todo, poco se puede explicar si se aSUme que roscampesinos no estén inmutables, incapaces de cambiar sus formas de percibirlas relaciones de poder.

La ascensión de Trujillo al poder inició una nueva etapa en la relación entre loscampesinos yel discurso político. En buena medida, el Estado Trujillista intentóalcanzar un mayor desarrollo económico y fundar su poder político a expensasde las masas rurales. Por un lado, se diseñaron programas de carácterfomentalista para lograr una mayor integración del campesinado a la economia

85

Page 87: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

de mercado. Algunos de dichos proyectos redundaron en beneficioseconómicos para determinados grupos de campesinos. Por otro lado, elrégimen trujillista estableció un férreo sistema represivo, el que se orientó a"domesticar" a las masas campesinas, aumentando el control del Estado sobreellas. El dictador y su corte de intelectuales tenían ideas muy precisas sobreel papel de los campesinos en la sociedad. La tarea primordial de loscampesinos estribaba en producir bienes agrícolas para el mercado interno,para suplir a las industrias nacionales y para la exportación; en el segundolugar, combinando el paternalismo y la coacción, se intentó convertir a loscampesinos en uno de los pilares políticos del régimen.

Pero en el fondo, tanto económica como políticamente, el régimen trujillistaadoptó una postura unidimensional frente a los campesinos. Económicamente,se asumió que las energías de los campesinos podían ser orientadas, de formamecánica, hacia los proyectos y las actividades productivas priorizadas por elrégimen. Desde el punto de vista político, se partió de la premisa de que elcampesinado era absolutamente manipulable a partir de medidas como elreparto de tierras. Durante el Trujillato, la distribución de tierras se orientó, enmuchos sentidos, a ganar la adhesión del campesinado. Y no debemos dudarde que tales repartos contribuyeron, en efecto, a ganar al dictador un apoyoamplio entre los campesinos. Pero esto no es lo que está en discusión: esnatural que así haya ocurrido. Lo que quiero resaltar, a partir de las accionesde la dictadura, es la perspectiva que tenia el régimen trujillista sobre elcampesinado. Al respecto, el régimen mostró su adhesión a las visioneselitistas de principios de siglo, que ninguneaban al campesinado como agentecapaz de actuar autónomamente.

Con el fin de la dictadura, en el país se vivió una efervescencia política. Enesos momentos, el campesinado tenía potencial de contribuir el éxito decualquier movimiento político -de izquierda o de derecha-o Aunque en diversoslugares del país surgieron movimientos de protesta y reivindicación, y aunqueentonces se habló con más insistencia de las desigualdades sociales, lo ciertoes que la urgencia por resolver otros problemas de envergadura impidieronuna consideración profunda del "problema campesino". Hubo, por supuesto,instancias en las cuales los campesinos acapararon la atención nacional. Entales momentos, pareció que a los campesinos, finalmente, se les reconocerianun espacio propio en el espectro social y político del país. Pero como hamostrado Lucitania Martínez en Palma Sola: opresión y esperanza (SantoDomingo, 1991), las autoridades estatales no estaban en disposición de tolerarlas expresiones autónomas del campesinado, las que potencialmente poníanen peligro la erección del nuevo orden post-trujillisla. Aún en medio de lasincertidumbres del momento, los nuevos aspirantes al poder no estabandispuestos a tolerar la disidencia campesina. El resultado fue que,nuevamente, el campesinado fue reprimido y, a la larga, marginado -comosector social con posibilidades de articular demandas propias- del debate y lasluchas políticas.

86

Page 88: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

UN LIBRO PARA ROMPER EL SILENCIO

El fin de la dictadura no conllevó una transformación radical de los principiosque habían regido las relaciones entre los sectores letrados -intelectuales ypolíticos- y el campesinado. A principios del siglo XX, muchos intelectualesargüían en pro de la economía campesina; pero, en el fondo, asumían unaactitud paternalista hacia el campesinado. En la década de 1960, se expresóuna nueva paradoja: los grupos que atacaron al trujillísmo debido a lasprofundas inequidades sociales que propició, y que enarbolaron la bandera delcambia de las esteucturas agrarias, se mostearan incapaces de establecervínculos orgánicos con el campesinado. No es éste el lugar de examinar lascausas de ese fenómeno; ciertamente, hubo intentos heroicos por ganaradhesión entre el campesinado. Pero el hecho es que, con pocas excepciones,la ruralia permaneció ajena a los intentos de movilización masiva en contra dela 'explotación capitalista' y el "imperialismo', tal y como abogaban muchos delos grupos defensores de las transformaciones radicales.

y no era para menos: tras más de 30 años de dictadura feroz, las consignasdel trujillismo habían calado hondo en todos los sectores de la sociedaddominicana. por ende, la capacidad de acción del campesinado se vio limitada,entre otros faclores, por el lastre ideológico que cargaba. Sin embargo, no sepuede obviar que hubo grupos campesinos que, de forma incipiente,mostraron, recién caída la dictadura, su malestar ante las condiciones de'Pr\\,Iac\ón y opresión en que\,l\\,Iían. La \rad\c\ón 'Pc'Pu\ar recuerda \05 momen\osde inquieta expectación -mezcla de desasosiego y difusa esperanza- quevivieron en las zonas rurales al extenderse el rumor del asesinato del tirano.Con todo, la quietud, más que la movilización, tendió a predominar en las zonasrurales.

Durante los años subsiguientes, la República Dominicana inició un tortuoso,lento y doloroso proceso de transformación politica, económica y social. Nocreo necesario mencionar los elementos más relevantes de dicho periodo: loshechos son recientes y muchos de los principales actores viven todavía. Siquiero destacar que varios comentaristas de la política dominicana hanexplicado ese período en términos del 'proceso de democratización' que,según ellos han vivido el país desde entonces. Por supuesto, se refieren a la'democracia representativa", de tipo ·occidental·. Muchas de tales'lnterpretac:'lones me hacen pensar que la "democracia" dom'lnicana encierrauna enorme paradoja.

Una de las acepciones más comunes del término es que la 'democracia' es elgobierno del pueblo o de las mayorías. Pero, ¿no han sido los campesinos -almenos hasta muy recientemente- las mayorías de este país? ¿Quérepresentación han tenido, entonces, los campesinos en el Estadodominicano? ¿Quiénes y cómo han ejercido el poder a nombre o en funciónde las grandes masas rurales? Estas preguntas me parecen del todopertinentes, máxime si partimos de la premisa de que, a través de sus luchas,los campesinos han sido, a mi modo de ver, un factor esencial en el procesode democratización de la República Dominicana. ¿No es acaso evidente quesu paciente reclamó por reformas -las que usualmente llegan tardes oincompletas- ha evitado conflictos sociales de mayor envergadura? Esto no

87

Page 89: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

niega la existencia de los conflictos y las luchas sociales; pero sí implica queel campesino dominicano -por razones muy complejas que todavía aguardanexplicación- ha optado por lo menos llamar una lucha "de baja intensidad". Noestá de más decir que, con frecuencia, las respuestas que han recibido loscampesinos ante sus reclamos no han sido, lamentablemente, de tan "bajaintensidad".

Hoy en día, cuando la agricultura campesina en la República Dominicana estáen crisis, vale la pena ponderar los aportes de los hombres y las mujeres delcampo al proceso de democratización en las últimas décadas. Es muy probableque este planteamiento produzca expresiones irónicas y hasta sospechas.Después de todo, los análisis prevalecientes sobre la democratización en laRepública Dominicana suelen concentrarse en el liderato político -sea deizquierda o derecha-, en las acciones de los partidos políticos, en las medidasestatales, en el rol de los Estados Unidos, o en el papel de los sectores urbanos,sobre todo de los grupos empresariales.

Sobre el particular, me parece pertinente la interpretación de Barrigton Moore,Jr. sobre las raíces históricas de la democracia. En su libro Social Origios 01Dictatorship and Democracy (Boston, 1966), un clásico de las CienciasSociales, Moore destaca el papel de la aristocracia en el surgimiento de unatradición democrática en Inglaterra. Por supuesto, las intensiones de esa clasesocial no eran, ni mucho menos, transformar los fundamentos del Estadoinglés, permitiendo un mayor acceso al poder a los grandes sectores del país.Su propósito era mucho más restringido y, podemos añadir, más egoístas. Alo sumo, la aristocracia inglesa pretendía alterar su relación de poder con lacorona. No obstante -destaca Moore-, la lucha de la aristocracia contra lamonarquia contribuyó a ampliar el concepto de la libertad existente entonces.A la larga, las luchas sociales y las aperturas ideológicas y políticas que propiciódicho conflicto, permitieron la inserción de los programas y las agendas deotros grupos y sectores, inclusive de los grupos subalternos. A partir de esteanálisis, Moore concluye que las fuentes sociales de la libertad pueden residir,no sólo en las aspiraciones de las clases en ascenso histórico, sino, también,en las clases destinadas a desaparecer como resultado "progreso".

Luego de 1961, el campesinado inglés siguió una línea de acción que evitóuna confrontación social de gran envergadura. Esto no fue resultado de ningúnacuerdo concertado. Si fue producto de un saber particular, enraizado en unavida plagada de miseria, incertidumbre y decepciones. Pienso que también fueproducto de la concepciones campesinas sobre la justicia y el poder, de suspercepciones sobre su lugar en la sociedad y acerca del origen de sus males.El caso es que los campesinos optaron por reclamar tierra, crédito, asistenciay servicio, una y otra vez, en un tenaz juego de voluntades. Quizás parezcatorpeza, pero tengo la impresión de que, gracias a esta obstinación, loscampesinos consiguieron desacelerar un proceso de cambio económico ysocial que, de otra forma, los hubiese barrido hace tiempo. Igualmenteimportante, ¿nos hemos preguntado cómo las acciones de los gruposcampesinos contribuyeron al surgimiento de formas de vida más abiertas ydemocráticas, aunque sea en un sentido restringido? Y aún así, el

88

Page 90: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

UN LIBRO PARA ROMPER EL SiLENCIO

campesinado pagó un precio muy al\o por seguir \al línea de acción. Valdríala pena que alguien contabilizase los miles de campesinos perseguidos,hostigados, muertos, golpeados, atropellados, encarcelados y vejados, demúltiples formas, de 1961 en adelante.

Ciertamente, el campesinado dominicano no se propuso, a parlirde entonces,transformar las estructuras política y sociales del país. No está de más recordarque, en gran medida, tampoco fue esa la intensión de la nobleza inglesa en elsiglo XVII, ni la de los nobles franceses cuando reclamaron al rey la reuniónde los Estados Generales en 1789. Pero eso no debe extrañarnos: Mooreseñala que, con frecuencia, el resultado de los procesos históricos tiene pocoque ver con las intensiones expresa de los sectores sociales. ¿No es, pues,una gran paradoja, política e intelectual, que todavía se escatime el papel delcampesinado en el proceso de democratización de la República Dominicana?".

Hasta aquí llega el artículo de marras.

Antes de continuar, tengo que excusarme por cometer la terribleinmodestia de comenzar. esta presentación citando extensamente untexto mío. En segundo lugar, me excuso por no poderles ofrecer alreferencia del mismo: el artículo nunca salió a la luz pública, a pesarde que una querida colega hizo gestiones para que fuese publicadoen un importante rotativo del país. Todavía espero respuesta deleditor del periódico a donde fue enviado. Y, en verdad, tal silencio nome extraña. Hablar del campesinado implica abordar uno de lostemas más sensitivos de la sociedad dominicana. Conlleva, entreotras cosas, reconocer uno de los más rotundos fracasos de los quehan detentado el poder en la República Dominicana en las últimasdécadas. Por razones políticas, el tema del campesinado se ha vueltotabú; por tal razón, es innombrable. Después de todo, como hasugerido el intelectual puertorriqueño Arcadio Díaz Quiñones en sulibro La memoria rota (Río Piedras, 1993), el silencio también es unaforma de represión.

Romper el silencio sobre el tema campesino es, precisamente,uno de los grandes méritos del libro cuya puesta en circulación nosconvoca esta noche. Hay en la obra del amigo Orlando Inoa una ideacardinal que amerita resaltarse: el enorme costo social que pagaronlas masas rurales durante la dictadura trujillista. Este enfoque cuentacon pocos antecedentes en la historiografía dominicana sobre ladictadura de Trujillo (pienso en Capitalismo y dictadura [Santo

89

Page 91: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

Domingo 1982], de Roberto Cassá, como una de las pocas obras queadoptan esta perspectiva). Inoa no deja de consignar los "logros" delrégimen trujillista, durante sus primeros años, en el fomento de laagricultura dominicana. Entre otras cosas, el Estado se abocó arepartir tierra, crear colonias agrarias, mejorar la infraestructura vialdel país ya ampliar la frontera agrícola a través del riego. En conjunto,tales medidas lograron éxitos significativos desde una óptica estric­tamente económica. El aumento de la producción de arroz, actividadeconómica a la que Inoa presta particular atención en su obra, es elejemplo más elocuente al respecto.

Sin embargo, la curva ascendente de la producción del granoescondía "la otra cara de la historia". Tras la expansión del riego, seencontraban los miles de campesinos forzados a trabajar en laconstrucción de los canales. Igualmente, sobre los hombros delcampesinado descansó la extensión de las vías de comunicación.Inoa ofrece múltiples ejemplos de cómo, tras la retórica oficial del"trabajo voluntario", se escondía una eficiente maquinaria destinadaa extraer fuerza de trabajo del campesinado. El autor nos muestracómo las reuniones obligatorias, denominadas "revistas cívico­agrícolas", el Partido Dominicano, y las "juntas protectoras de laagricultura" se convirtieron en eficaces instrumentos para controlar alcampesinado. A través de ellos, el Estado fue capaz, por un lado, deintensificar la explotación económica de las masas rurales; y, por elotro de atender su hegemonía.

Con el creciente poder del Estado se profundizó lo que Inoadenomina la "contradicción del régimen de Trujillo". Mientras las cifrasoficiales demostraban el crecimiento de la producción de los ingresosobtenidos gracias a la comercialización de los productos agrícolas, elcampesinado se empobrecía. Es decir, los verdaderos creadores dela riqueza agrícola de la República Dominicana eran presa de lasenfermedades; perdían sus tierras debido al empuje de los terrate­nientes y empresarios; sufrían la merma de sus ingresos comoresultado del aumento de los precios y de la disminución de lossalarios; eran víctimas de un Estado depredador que intentaba apro­piado, tal y como hace Inoa, hablar de la "represión económica" que

90

Page 92: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

UN LIBRO PARA ROMPER EL SILENCIO

imperó durante el régimen trujillista. Tampoco está de más resaltarque la misma se ejerció, ante todo, contra las masas campesinas.

Quisiera terminar estas observaciones haciendo una somerareflexión sobre lo que considero que es uno de los principales retosde la historiografía dominicana: trazar las relaciones entre el Estadoy el campesinado. A mi modo de ver, del siglo XIX a este momento,tales relaciones se pueden dividir en tres grandes etapas o épocas.Una primera época la ubicaría entre el inicio de la República, en 1844y 1930, al iniciarse al dictadura trujillista. En esos años, el Estadomostró su incapacidad de dominar cabalmente a las masas rurales.Ciertamente, hubo intentos por controlar al campesinado; entre otros,se pueden mencionar las diversas leyes que pretendieron regular elsistema de tierras, o los esfuerzos de los norteamericanos, entre1916-24, por aumentar la carga contributiva de los propietarios detierra. No obstante, hasta 1930, los éxitos del Estado fueron parciales.

Con la dictadura trujillista se inició una nueva relación entre elEstado y el campesinado. Ya hemos visto, en pinceladas gruesas,cuales fueron sus rasgos principales. Como resultado de la represión,pero también gracias al clientelismo, durante el Trujillato, el Estadologró -como he dicho previamente- "domesticar" al campesinado. Alencuadrar a los campesinos dentro de la lógica del mercado, elEstado los volvió dependientes de sus recursos. Por tal razón, luegode la caída de la dictadura, el campesinado continuó ofreciendo suadhesión a aquellos gobernantes que alimentaron tal dependencia.Esta es una perdurable relación que ha ayudado a mantener en elpoder a quienes heredaron el orden post-trujillista.

Sin embargo, en los últimos años, ha ocurrido un fenómeno queamerita ponderación. En la actualidad, en la mayoría de los sectoresagrícolas, el Estado dominicano y quienes lo representan le han dadola espalda al campesinado. La "modernidad" encarnada por el Estadose desentiende de los hom,bres y las mujeres del campo. Hoy, cuandola "modernidad" del mercado se vuelve más depredadora, quienesdiscursivamente se irguieron en adalides del campesinado lo aban­donan irremisiblemente.

91

Page 93: ~tuáios ~- ..JfIIoo .'-'.. Sociares

AGN

ESTUDIOS SOCIALES 98

El Cibao, el este, la línea noroeste y el sur están lejos de ser elinsurgente Chiapas mexicano. Pero resulta igualmente ingenuo asu­mir que en las diversas regiones de la República Dominicana loscampesinos habrán de permanecer inermes ante los retos que en­frentan. Inoa nos muestra elocuentes ejemplos de las formas me­diante las cuales los campesinos dominicanos intentaron, a través delo que James Scott ha llamado las "resistencias cotidianas" (Weap­ons of the Weak [New Haven, 1985]) enfrentarse a las medidasestatales. Y éste es otro de los grandes méritos de esta obra. Inoanos ofrece un panorama sobre el campesinado sustancialmentedistinto al que nos presenta las obras tradicionales sobre el Trujillato.El autor consigna diversas instancias de resistencia campesina:resistencias individuales, cierto; resistencias carentes de organi­zación, no lo dudemos; resistencias instintivas más que determinadaspor consideraciones ideológicas, por descontado. Por lo grandiosoes que hubiese campesinos que a pesar de encontrarse ante un poderomnímodo y feroz, estuviesen dispuestos a afirmar su humanidad,enfrentándosele.

Ilustrar todo esto en una obra que se distingue por el extraordi­nario manejo documental y bibliográfico del autor, y por su rigoracadémico no es poca cosa. Pero sobre todo, Inoa ha contribuido aromper un silencio ominoso en torno al tema campesino. Sí: el silencioes una forma de represión. Por lo tanto, al historiador Orlando Inoale extiendo mi reconocimiento intelectual por contribuir a romper esesilencio. Al autor de Estado y campesinos al inicio de la Era deTrujillo, mi reconocimiento como ciudadano y como ser humano porcontribuir a que termine la represión.

y a ustedes, mi gratitud por escuchar estas opiniones de unpuertorriqueño que tiene a este país y a su gente irremediablementemetidos en la piel y el corazón.

92