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Uncrimenbrillante
UnanoveladeldetectiveMaldonado
PabloPoveda
Copyright©2021porPabloPoveda
Portada:PedroTarancón
Corrección:AnaVacarasu
ISBN:9798775985172
Imprint:Independentlypublished
PabloPovedaBooks
Todoslosderechosreservados
Reservadostodoslosderechos.Nosepermitelareproduccióntotaloparcialdeestaobra,nisuincorporaciónaunsistemainformático,nisutransmisiónencualquierformaoporcualquiermedio(electrónico,mecánico,fotocopia,grabaciónuotros)sinautorizaciónpreviaypor
escritodelostitularesdelcopyright.Lainfraccióndedichosderechospuedeconstituirundelitocontralapropiedadintelectual.
Índice
Agradecimientos
1.1
2.2
3.3
4.4
5.5
6.6
7.7
8.8
9.9
10.10
11.11
12.12
13.13
14.14
15.15
16.16
17.17
18.18
19.19
20.20
21.21
22.22
23.23
24.24
25.25
26.26
27.27
28.28
29.29
30.30
31.31
32.32
33.33
34.34
35.35
36.36
37.37
38.38
39.39
Sobreelautor
Libros
Ati,quemelees,porhacerloposible.
«Todoloqueesbuenoparamí,esmaloparamisalud».—ManuelVázquezMontalbán.
Sábado.Lehabíandadodondemásledolía:enelcorazón,elúnicoórganoque,peseaestarprotegidode los
golpes,absorbíalasemocionescomoningunaotrapartedelcuerpo.Otramujerquenollamabaporsegundavez.Otraoportunidadperdida.Unamalaracha,pensóagitandoelcombinadodesegovianoconhieloenunacopadecerveza.Aesas
horas,yanadaleimportaba.Rodeadodegente,sesentíamássoloquenunca.LanochelohabíaarrastradohastalosbajosfondosdelacalledelAlmirante.ElTony2eraelpianobar
por excelencia de la ciudad. Un local histórico en la capital, de suelo enmoquetado, camareros conpajarita, barra acolchada,muebles de época y con un pianista que cantaba desdeNino Bravo a RocíoJurado.Durantedécadas,porallíhabíapasadolafaránduladelacapital:desdefamososaoctogenariosmilitaresretirados,todosellosenbuscadealgoquesóloaquelsitiopodíaofrecer.Unlugardeencuentroparalagolfería,paraeldramayparacerrarlostratosbañadosenginebraquenosepodíannegociaralaluz del día. Aquella había sido su casa cuando terminaba el servicio a horas intempestivas, pero elambienteyanoeraelmismoqueélconocióensujuventud.Esa noche había llegado entre los primeros, pero el local se llenó antes de que fulminara el primer
trago.Apoyadoenlabarra,veíalashordasdejóvenesquebajabanlasescalerasyentraban,precipitándosea
cogersitio juntoalpiano.Unode loscamareros,atentoacadamovimientode losclientes, lesirvióunpequeño plato de garbanzos y maíz frito, para que diluyera la bebida en su estómago. El detectiveagradecióelgestoyentendióquenopresentabasumejorcara.Pronto,acercarsealpianoeraunamisióndealtoriesgo.Lajuventudvariopintagritabaconestridencialascancionesdelpianista.Echóunvistazoydiounsegundotrago.En los sofás de los alrededores encontró a algunas mujeres de su edad, solitarias, en busca de
compañía.Porallí tambiénhabíaunaparejade japonesescomiendo racionesde jamón ibéricoyquesocurado.Ensusmejorestiempos,aquelhabíasidounbuencotodecazaparaelmorboyelderroche,perocomprendióquelaclienteladeahoranoentendíadeterminadoscódigosdeantaño.Con el tercer sorbo sintió cómo el whisky afloraba ciertas sensaciones en su cuerpo. Apenas había
cenadoyelestómagoseencontrabamássensibledelohabitual.Larazónporlaqueestabaallíerapara
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olvidarsedelasituaciónpresentequeafrontaba.«Trescosashayenlavida…Salud,dineroyamor…»,cantabandesdeelpiano.«Niuna,niotras»,sedijo,pensandoenlafaltadetrabajoquehabíaenlaoficina.Antesdehundirseen
lamiseriadesuspropiospensamientos,vaciólacopadeunúltimotragoylaposóenlabarraparapedirotramás.Entonceslosojosdelcamarerosedesviarondeélysedirigieronaunapresenciaqueirrumpióenellocal.—¿Unanochegris?—preguntóunavozfemeninaaescasoscentímetrosdesuoído.Primerolellegóel
perfume. Sin verla, adivinó su edad aproximada debido al socarrón tono, marcado por el exceso denicotina.Eldetectivesegiró,miródesoslayoalamujeryreconocióaquelloslabiosarrugadoscomouncódigode
barras,camufladosconpintalabiosdecolorvioleta.—Florencia,dichososlosojos…—comentó,conunasonrisapícara.Suúltimoencuentrohabíasidoen
lasdependenciaspoliciales.Lamujerllevabaunpintóncollardeplumasrojizasyelcabelloensortijado.Maldonado le tiró con suavidad de las plumas—. Ya no te hacía por estos lares…Pensé que te habíascasadoconaquelvejestoriopodridodebilletes.Florenciadiounsorboaloqueparecíaunvodkaconlimaysonriópestañeandovariasveces.—Piensa mal y acertarás, Maldonado —respondió ella con elegancia—. Algún día teníamos que
abandonarelaverno,¿nocrees?—Y,sinembargo,vuelvesporaquí.—Unasiempretienelanecesidadderegresaralaquefuesucasa.—Latuyayladetodos.Ambosrieron.Maldonadogirólavistahaciaelcamarero,queseguíaatendiendoalclientequelehabía
robadoelturno.Depronto,reconocióaquellacara.—¿Aquelnoes…?—¿PonceSanz?—Sí,elactor.—Esometemo—comentóellaydiounsorbo—.Laúltimavezqueloencontré,fuehacemuchosaños...—¿Éltambién...?—No—dijoysonrió,tocándoleelbrazo—.Peronosinvitabanalasmismasfiestas.Poraquelentonces
parecíaunmuchachosano...Ahora,aunqueconservaelbrilloenlamirada…—¿Quépareceahora?—Uncadávercinematográfico.Maldonadoarqueóunaceja.—Carajo,Florencia.Enesecaso,¿quéparezcoyo?Lamujersonrióyacariciólasplumasdelcollar.—Túerescomolosbuenosvinos,Maldonado.Ganasconelpasodeltiempo.Unamuecatontaseapoderódelsemblantedelexpolicía.Anadieleamargaundulce.El actor, de pelo oscuro,mirada risueña y estaturamenuda, saludaba a quienes lo reconocían en la
barramientras esperaba su bebida.Una vez que le atendieron, agarró su copa de ginebra y pasó pordelantedelapareja.Porsusmovimientos,Maldonadosospechóquenoseríaelprimercombinadodelanoche.Eradeesperar.Allídentroyaesashoras,sóloelservicioibasobrio.—¿Puedoinvitarteauntrago,Florencia?—Estavezmetocaamí.Ahorapuedopermitírmelo.—Notefastidia…Yantestambién.Ladamahizoungestodemanoalcamareroparaqueseacercara.—Siguesigualdetercoquesiempre.¿Whisky?—Doble.—¿Elmismo?—No.Estavez,delbueno—respondióyseñalóaunabotelladeJamesonquehabíaenlabaldadecristal
—.Despuésdetantosaños,sigosinsabercuálestuverdaderonombre.Lamujergiróelcuellocomounavestruz.—Elnombreesunaetiqueta.Demucholavarla,desaparece.
Elcamarerosirviólascopasylamujerleguiñóunojoypagóenefectivo.—Gracias,supongo.—Nunca tuve un detalle contigo, después de todas las noches en las que me salvaste a cambio de
nada…—Aprendívalores...¿Quésetehaperdidoenesteantro?Elrostrodelamujersetransformóysusojosembelesaronconmisterioaldetective.—Lomismoqueati.Untrozodemiverdaderavida…Yahora,vamosacantar.Dostiposaltosygrandullonespasaronpordelantedeellos,dirigiéndosealcentrodelafiesta.Ladama
loagarródelbrazo,apesardelareticenciadeél,yseacercaronalalargamesademaderaenlaquelosclientescantabanybebían.LosojosdePonceSanzsecruzaronconlosdeMaldonadoyelactoralzósucopa,creyendoquelohabíareconocido.Entonces,unarepentinaintrusiónlosdesplazóunoscentímetros.Maldonadosepusoenalerta,peroFlorencialosujetóparaquesecalmara.Unenormevaróndeespaldaanchaygranbarrigaaparecióenescena.Estabatuertodeunojo,llevaba
elpelolargoygrasientoy,segramente,unacantidaddealcoholensangrequepodíatumbarunelefante.Desusmuñecasgruesascolgabanpulserasdeoroydesupecho,uncordónconuncrucifijoquebrillababajoloshalógenosdeltecho.—¡Y nos dieron las diez y las once!—gritaba a pleno pulmón, soltando saliva con cada palabra. De
repente,elgrandullónseabriópasoentrelamultitudyseñalóalconocidoactor—.¡PonceSanz!—¡Esesoyyo!—exclamóelfamoso.Laenormemanoloagarródelhombroyloarrastróhaciaelpechosinqueopusieraresistencia.—¡Camarero!—gritóeltipodescamisado—.¡UnabotelladeMoëtyunplatodejamónparamiamigoy
paramí!—Noesnecesario,deveras…—dijoSanz,mirandoaldetectiveyasuacompañante—.¿Soisamigos?—No,perotúsíloeresdetodoelmundo,porloqueparece…—comentóladama,conpicardía.—¡MeencantóesapelículaconPedroAlcazaba!—Gracias,compañero…Hanpasadoveinteañosdeaquello.Elmismocamareroqueloshabíaatendido,repartíacopasdeespumoso.—Creoquedeberíamosmarcharnos—lesusurróMaldonadoalamujer.—¿Ahoraqueestoseponeinteresante?Además,noquerráshacerleunfeoanuestroamigo.—Semehanquitadolasganasdebeber.Venga,Florencia…Lamujerleapretóelbíceps.—Notevaapasarnada,Maldonado.—Yanosoypolicía.—Niyoladeantes,peronoerestúelquetieneunproblema.«Hastaquelosmarronesdeotrosmesalpicanamí».Tomaron lacopaante lapresenciadeaquel tipo,queparecíaobsesionadocon lacompañíadelactor.
Sanzsemostrabaincómodo.Mirabadereojoylevantabalavistaparacomprobarsiloveíaelrestodelasala.—Muchasgracias,compañero.Simedisculpas,tengoquesalir…—¡Novasaningunaparte,Ponce!¡Vamosapedirotra!Latensióncomenzóasentirseentresuscuerpos.—Deveras,agradezcolainvitación,perodebomarcharme…Laenormemanolosujetódelhombroyelojosanoseclavóenelrostrodelactor.—Otrabotella.—Escucha, amigo…—dijo y notó cómo la expresión de aquel toro cambiaba—.Estás siendo un poco
desagradable.—¿Deveras?Antes de que respondiera, el grandullón empujó al actor contra lamesa y este cayó sobre las copas
vacías. La música se detuvo, los presentes se sorprendieron y Maldonado auguró el final de aquellaescena.—Ahoraescuandotúyyonosvamos.—Noseasasí.Nolevaahacernada.Estámuybebido.
Manchadodealcohol, el actor se sintióhorrorizadoy furiosoa lavez.Aquel tipo lohabíahumillado,arruinándole la noche. La confrontación se detuvo cuando los miembros de seguridad aparecieron enescena.Unoagarróalgrandullónylosacóalexterior.Elotroseencargódelactor.—¡Pero,siyonohehechonada!—gritóSanz.MaldonadoyFlorenciavieroncómoselosllevaban.EldetectiveagarróelBarbour,secolocólabufanda
decuadrosysaliótrasellos.Algo de todo ese incidente lo removió por dentro. Pronosticaba un final desastroso para aquel
farandulero.Noesquesintierasimpatíaporél,perodetestabalasinjusticias.Cuandollegóalacalle,eltuertoarrinconabaalactorenlaparedylosujetabadelachaqueta.Elprimer
tortazosonócomounaplanchadeacerocontraelsuelo.PonceSanzsemovíaaturdidoeindefenso.Uno.Dos.Sinmediar palabra,Maldonado empujó la enormemasa de carne y susmanos se desprendieron del
actor.—¡Lárgate!—gritóelexpolicía.—Porsupuesto—respondióylepropinóunpuñetazoenlacaraquelolanzóalasfalto.Oyóuncrujidoy
elgritodehorrordelosespectadores.Sintióquealgoseabríaensufrente,perolaadrenalinalolevantóparacontestaralgolpe.Depie,notólasangrequegoteabadesucabeza.Miróaloponente,quesetambaleababorracho.Silo
dejabaasí,volveríaaporsuvíctima.—¿Quieresmás,valiente?Lapreguntaprovocóunchispazoensuinterior.Uno.Dos.Quédemonios.Telohasganado,imbécil.Comounpúgilprofesional,Maldonadosoltóunganchoquemandóaloponentecontralapuertadeun
coche.Elimpactofuetancerteroque,sumadoalalcohol,dejóinconscientealgrandullón.—¡Diosmío,estássangrando!—exclamóFlorencia—.Tenemosqueiraunhospital.Lamujer llevaba razón.Maldonado se tocó la frente ynotó cómo la sangre chorreabapor su rostro,
peroélnosentíanada.Entoncessegiróyvioalactor,todavíaatontado,buscandoelequilibrioentrelafachadadeunedificioy
unárbol.Seacercóaélylosujetóporloshombros.—No,nomepeguesmás,porfavor…—dijoyabriólosojos—.¡Oh!¡Mehassalvadodeesepatán!—Serámejor que desaparezca—contestó el detective—. Si esa bestia se despierta, tu carrera habrá
terminado.—Sinolohahechoya…—¿Sepuedesaberquéhaces?—preguntólamujer.Maldonadoparóelúnico taxiquepasabapor lacalle, sequitó labufanday rodeóelcuellodelactor
paraquenoenfriara.Despuéslollevóhastaelvehículoylometióenlapartetrasera.—¿Eresmiángel?—preguntó,ebrio,confundido,yloabrazó.Se fijó en su rostro hinchado y enrojecido por el sopapo. Sanz era uno de esos actores con vidas
escandalosas y llenas de estridencias, pero con la cara limpia de cicatrices y una simpatía difícil deignorar.Dealgúnmodosevioreflejadoenél.—Pordesgracia,notengoalasparalargarmevolando.Descansa.Eltaxisaliódisparadoporlacalleylosfarostraserosseperdieronenelprimercruce.Lasangrebrotabadesufrente.Lasgotascayeronsobrelapuntadesuszapatos.Miróalsueloyviouna
carteradepielmarrón,juntoalasmanchasrojas.—Mierda…—dijo,seagachópararecogerlaycomprobóqueeradelactor—.Enfin.Lacerróylaguardóenelinteriordesuabrigo.—Ahora,sí.Vámonosantesdequelleguelapolicía,Maldonado.El detective se giró para mirar al grandullón y se aseguró de que no causaría más problemas. Las
sirenasseacercabanalacalle.
Lamujerloagarródelbrazoytiródeélparadesaparecerdeallí.—¿Lehasdadotubufandaaesetipo?—Lo sé, pero estaba tirando. Es una buena bufanda, la recuperaré... Llevamis iniciales bordadas a
mano.—Hombres...—¿Meacompañarásalhospital?—¿Yquéremedio,muchacho?—Tumaridoseenfadarásiseenteradequeestásconotro.—Talvezélmehayadadounavidamáscómoda,perotúmelahassalvadoenmásdeunaocasión…Si
noloentiende,essuproblema.
Lunes.Cinco puntos encima de la ceja derecha, un partemédico de lesiones y un beso de despedida en la
mejilla.Esofuetodoloquesellevódelanochedelsábado.«¿Vasaponerunadenuncia?».«Nosédequémehablas,mujer».«Puescontrataunsegurodevida».«Enestavida,nohaynadaasegurado...nipagando».Despertóconunafuertejaqueca,peromásledolíanlosnudillos.Enotrostiempos,eldesenlacehabría
sidodistinto.Aunquelasociedadhabíacambiado,durantesuépocaenelCuerpoyenciertaszonasdelaciudad,supresenciaaúnprovocabasentimientoscruzados.Buenosaños,decíaapesadumbradoyconscientedequeaferrarsealpasadoeracomolanzarsealmar
conunbloquedehormigónenlospies.Saliódecasaenfundadoensuabrigo,sinafeitaryconelsemblantearrugadoporelmalestar.Estaba
siendounoctubreatípico.Lastemperaturasbajabandurantelanocheyaumentabancuandoseacercabaelmediodía.SubiólacuestadeSanVicente,atravesólaGranVíayseplantóeneldespachocomocadainiciodesemana.Almenos,esperabaqueMarlasehubieseacordadodelcafé.—Buenos días—saludó, abriendo la puerta de la oficina.Marla tenía la radio encendida como cada
mañanaantesdequeélaterrizaraporallí.Lediounvistazo:estabamona,másmaquilladadelohabitual,porloquesospechóquetendríaunacitaalterminarlajornada.Lasecretarialeíaelperiódicoynolevantólavistaconsupresencia.—Buenosdías,Javier.HallamadoBerlanga.Comprobólahora.Malasnoticias.Erademasiadopronto.—¿Yquéquería?Losdulcesojosdelachicasedirigieronaélysuexpresióncambióalinstante.—¡Diosmío!¿Quétehapasadoen la frente?—preguntóyse levantóde inmediatode lasilla.Estaba
preocupada—.¡Javier!—Noesnada,noesnada…—respondió,acompañandolaspalabrasconungestodemano,restándole
importanciaalaherida.Ellaseacercóaél,peronolosuficienteparatocarleelrostro.Algoentrelosdosindicabaquenopodía
hacerlo.Eracomouncódigoinquebrantable.—¿Tehasvueltoameterenproblemas?—Esa pregunta lleva una doble connotación. ¿Hay café? Me vendría bien beber un poco, antes del
interrogatorio...Marlafruncióelceñoycruzólosbrazos.—Lotienesentumesa.¿Mevasaexplicarquéhasucedido?Maldonadoaspiróelaireconexageración.—¿Aquéhuele,nuevoperfume?¿Quiéneselafortunado?—¡Oh!Aveces,teodio.—Esperoquenoseaporelsalario—respondióygiróelpomodelapuertadesudespacho.Allídentro
olíaacerrado,comocadalunes.Apesardelfríomatutino,abriólaventanaparaquecorrieraelairepor
2
elpiso.Sequitóelabrigo,metiólamanoenelbolsillointeriorydejólacarteradelactordecinesobrelamesa—.Además,sitelocontara,nomeibasacreer…Marlaseacercóalmarcodelapuerta,observandosusmovimientos.Eldetectiveabriólatapadelcaféy
buscóentreloscajonesdesuescritorio.—¡Marla!—¿Qué?Éllamiróconreceloyellaseencogiódehombros.Ambossabíanqueélsereferíaasubotelladecoñac
yqueellalahabíahechodesaparecer.—Nada—respondió,rindiéndoseantesdeiniciarunadiscusión,ysesentóenlasilla—.Porcierto,nite
imaginasaquiénconocíelsábado...—Dameunapista—dijoella,siguiendosujuego.—¿ConocesalactorPonceSanz?—¿Quéclasedepistaesesa?—cuestionóyseñalólabilleteraconlosojos—.¿Estárelacionadaconél?—Chicalista.¿Cómolohassabido?—Porquehaydineroenella.Sifueratuya,estaríalimpia.—Muygraciosa…Esetipomedebeuna.—¿Yquiénnotedebeatialgo?—Yaempezamos.¿Medejaslaprensa,porfavor?Ellachasqueólalengua.—¿Quéocurreahora?—Nada…Esquenotevaagustarloquehanpublicadohoy.—¿Esmalo?—Talvez.—¿Sobremí?—No.—Enesecaso,seguroquemeagrada.Marlaseacercóasumesa,agarróeldiarioyseloentregó.—¿Javier?—¿Sí?—Teloheadvertido.—Nodolerátantocomocuandomedieronlospuntos.—¿Javier?—¿Sí,Marla?—preguntó,alargandolassílabas.Tansólodeseabaquelodejaraenpaz.—Esigual—respondió,tragándoseloquequeríaexpresar,ylediolaespalda—.Estaréenmiescritorio,
porsimenecesitas.Maldonadoserioyojeólaportada.—Meencantacuandodiceseso.Sabesquesintisoycomounbebé…Ellanorespondióydesapareciódelapuerta.Maldonadoagarróel café tibiode franquicia y ledioun ligero sorboparanoquemarse lagarganta.
Pensóque,porlomenos,elcaféseguíasiendocaféyMarlacontinuabasentadaaescasosmetrosdeél.«Lavidaaúntienesolución».Ojeó lasnoticiasporencimahastaque llegóa lasección local.Entoncescomprendió lapreocupación
delrostrodelasecretariayelenigmadesusgestos.«Madridseconvierteenunaciudadparaloscasosprivados».«¿Quécarajo?».El diario dedicaba un reportaje a doble página al auge de las agencias de detectives que se habían
instalado en la ciudad. Antes de leer el resto de la noticia, buscó su nombre entre los párrafos, comoquien intentadescifraruncódigosecreto.No loencontró.UnprofundodesasosiegoseapoderódeélylamentóqueMarlasehubieradeshechodelabotella,puesahoratendríaquesaliracomprarotra.Leyó el reportaje con calma. No era rabia, sino impotencia lo que sintió al sumergirse entre las
estrechascolumnasredactadassobreelpapel.Noconocíaaningunode losnombresquecitabanenelreportaje y sospechó que habrían pagado para salir en él. Desde divorcios a herencias, pasando por
fraudesempresariales,losdetectivesentrevistadosexplicabanqueeranprofesionalesyquepocoteníanque ver con elCuerpodePolicía o con el estereotipoque la industria americanahabía vendido en lasnovelasantiguas.«¿Cuántabasurapuedecaberendospáginas?».Antesdeacabar,leyóelpiedelafotografíaenlaqueaparecíaunodelosinvestigadoresprivados.«PedroMarínesdetective,directordelaAgenciaALCÁZARycolaboradorhabitualdelosinspectores
de la comisaría Centro de Madrid. Según Marín, sus conocimientos garantizan el éxito de lasinvestigaciones».—LacomisaríaCentro...Tienehuevoselasunto…—¿Hasdichoalgo?—preguntóMarla,alolejos.Suspiróprofundamente,pasó laspáginasparacomprobarcómohabíaquedadoelAtléticodeMadrid.
Con tanto ajetreo, se había olvidado de ver los resultados deportivos. Entonces topó con un segundotitular.«LavidadespuésdelosGoya:cincoactoresahogadosdeéxito».Curioso, leyóelrestode lanoticiayencontróelnombredePonceSanz.Despuésdedosestatuillasy
cinco nominaciones a lo largo de su extensa carrera, el actor madrileño, como los otros cuatro quemencionabaelartículo,habíanperdidosusfortunastrasinvertirlasennegociosquenosabíangestionar:restaurantes exóticos, salonesde juego yproducciones cinematográficasdedirectores emergentesquefueronfracasosentaquilla.«Paraestararruinado,nosecortaniunpelo»,pensóymiróalabilleteraqueteníadelantedesusojos.
Después cerró el periódico y dio otro trago al café. Pensó que lo más sensato sería devolverle ladocumentaciónparaasírecuperarsuqueridabufandadecuadros.SelevantódelasillayenesemomentoelteléfonosonóenlamesadeMarla.—EsBerlanga,¿quéledigo?—Pásamelo—respondióydescolgóelaparato—.Maldonadoalhabla.—¿Tecojoocupado?Maldonadoaguardóunossegundos.—Siempreloestoy.Lostiposcomoyonodescansan.—Claro,quéocurrencialamía…—Llamardosvecesenlamismamañanaesunsignodeinterés.¿Quénecesitas?ElinspectorBerlangacarraspeóalteléfono.—Escomplicado.—Lavidaloes,Miguel.—¿Quéteparecesicomemosjuntos?Teloexplicarécondetalle—respondió,dejandounligerohalode
misterio, y Maldonado dudó por unos segundos. Ninguno de los dos podía permitirse más gastosinnecesarios. Berlanga tenía problemas económicos y él vivía en una quiebra constante. Sus ojos sedirigieronalacarteradelactorycalculóqueenellahabríaunoscientocincuentaeuros—.Javier,¿estásahí?—Esperoqueseaimportante.Mitiempovaledinero.—Loes,notepreocupesporeso.Invitoyo.Maldonadosonrióydejóeldinerodelactorensusitio.—Enesecaso,eligebien.Semedafatalpensarconelestómagoamedias.
Conlosaños,Berlangasehabíavueltounagarradoalahoradeinvitar.Maldonadonoleculpaba,pueslavidadesolteroeramuydiferentealadeunhombrecasado,concriaturasyconuninsultantealquilerenlazonanobledelaciudad.Alfinyalcabo,cadacualdebíalidiarconsuspropiosproblemas,pensabaelexpolicía.La cita fue en El Lagar, un pequeño mesón con solera, de cocina castellana, platos de ibéricos y
camarerosnobles.Ambosconocíanelsitio,ubicadoenlacalleFerraz,aescasosmetrosdelasededeunode lospartidospolíticosmásvotadosdelpaís.Por labarradelLagarhabíanpasadodesdeministrosaobrerosdelaconstrucción.Allídentro,rodeadosdelfútbolqueechabanenlatelevisiónylasbarrasdelomoembuchadoquecolgabandelosganchosdelapared,nohabíadistincióndeclaseentrelaclientela.Todosmerecíanelmismorespetomientraspagaranlacuentaantesdesalir.AMaldonadonolepareciómalaidea.Elmesónnoseencontrabamuylejosdeldespacho.SedespidiódeMarlaporunashoras,prometiéndolequeregresaríaantesdelatardecer.Ellanorechistó
ysequedóenlaoficinaalaesperadeunallamadaquenollegaba.AtravesólaGranVíabajoeltráficodelostaxisydelosautobusesquecruzabanelcentrodelaciudad.
Compróunacajetilladelightsenunestancoysepreguntócuálseríaelmisteriosointerésdelinspector,para no poder comentarlo por teléfono. Berlanga que, a pesar de los problemas en los que le habíametido,seguíasiendosuamigo,llamabaalaoficinacadavezconmenosfrecuencia.Yaquellosenotabaen la facturacióndelnegocio.Encuantoaél, aprovecharíapara sacarel temadelperiódico.Nopodíareprocharlequehicieralocorrecto.Despuésdetodo,laagenciaALCÁZARsólocolaborabaytodossabíanque él era un expolicía conflictivo. Presintió con desgarro que, si los casos no llegaban, tendría quedespedirsedeMarlaypedirunpuestoenunadeesasagenciasque,alparecer,funcionabanmejorquelasuya.Argüellesleparecíaunbarriodigno,quenonoble,puessiemprehabíaestadomarcadoporunpequeño
sectordehabitantesqueencajabanconsuperfil.Aunquesuapartamentoseguíaperteneciendoalmismodistrito,existíauncortenotableentrelosbajosdelTemplodeDebodylazonaquebordeabalacalledePrincesa. Para él, aquellas le traían recuerdos agradables del Cuerpo. Noches de camaradería conBerlanga y otros que estaban a punto de la jubilación. Veladas fuera y dentro de servicio, bares defachadastapiadasconpuertasquellevabanalomássórdidodeMoncloa,ypersecucionesaoscurasporlascarreterasquecruzabanelParquedelOeste.Pero,paraeldetective,aquelloeraunpedazodehistoriaolvidada,comoelinterésdelosturistasporelteleféricoolasnovelasdeUmbralsobrelosallegadosdeprovincias,antesdequeelescritorseconvirtieraenuntipopedanteyaburrido.Lovioalolejos,apoyadoenunadelasmesasquehabíapegadasalapuerta,conundobledecerveza
en la mano y una ración de lacón ahumado, de acompañamiento. Pese a los años, Berlanga seguíamanteniendolapercha,consusgafasdesolitalianasylagabardinaBurberrydecolorcrema,quenosequitabanunca.«Tú,siemprefuistemásdeBogartenCasablancayyodeCortoMaltés».Cuandonotósupresencia,bajólasmonturasparafijarseenél.—¿A quién le debes dinero esta vez?—preguntó, con gesto serio.Maldonado se rio y le estrechó la
manoconfirmeza—.Parecegraveelasunto.—Notantocomolacuentaquevasapagarhoy.—Almenospreservastuhumor.
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—Mehancosidolafrente,noloslabios—dijoypidióunbotellíndecervezaparaél—.Reconozcoquemetienesintrigadocontantosecreto.Berlangaagarróunaservilletayselimpiólaboca.—Esunasuntodelicado.—Túsigueasí,aguantandolavela.—Telodigoenserio.Tehellamadoporque…—¿Sí?—Necesitotuayuda.Laspalabras sorprendieronaldetective.Berlangapedía suapoyo,pero loúltimoque leapetecíaera
regresaralacomisaría.—Túdirás.—¿Porquénovamosdentro?Hayunareservaparanosotros.
***
Entraron en el restaurante, cruzaron el estrecho pasillo de la barra y se sentaron a una de lasmesaspreparadasdelcomedor.Berlanganoseanduvocondespilfarrosypropusoelmenúdeldía.Pidieronunaensalada mixta, tortilla de patatas para compartir y una ración de callos para el inspector y otra dealbóndigasensalsaparaeldetective.—Séloqueestáspensando,Javier…—No,nolosabes.Enestemomento,sóloimaginolasalbóndigasquemevoyameterenelestómago.—Mimujersehaquedadosintrabajo.Maldonadonosupoquéresponderaeso.Eraunamalanoticiaynoibaabromear.Susojosbucearon
porlamesa,evitandolosdelcompañero.Agarróunpocodepan,seloechóalabocaydiountragoalacervezaparaganartiempo.—Y,comocomprenderás,misueldonoloaguantatodo.—Notienesporquédarmeexplicaciones…Nitampocodeberíasinvitarmeacomer.Iremosamedias.—Olvídalo.Sabesquenofaltoamipalabra…—dijoysurostrodibujóunasonrisatímida—.Dichoesto,
¿mevasacontarquiéntehadadosemejantesacudida?—Mecaíenlabañera.—Entucasahayplatodeducha.—Yaconoceselrefrán.Quienquierasaber...—Menudosinvergüenzaqueestáshecho.—Venga,hombre,suéltaloyo.Cuéntameporquétedemorastantoenhablar...Metienesenascuas.—Verás…—dijo,diounsorboalacervezaparaaclararselalenguaytomóaire—.Ayerrecibimosuna
denunciapordesaparición.—¿Unajoven?—No,unvarón.Parasermásconcreto,untipofamoso.Maldonadopensóeninterrumpirle,perosecontuvoatiempo.Prefiriódejarquesuamigohablara.—LaesposaseplantóayerenlacomisaríaCentro.Estabanerviosayafirmabaquehabíansecuestradoa
sumarido.Despuésdepresentarladenuncia,seempeñóenqueelcomisariolaatendiera,pero,claro…yasabesloquepiensodeestascosas.—Quesidesapareceporvoluntadpropia,pocopodéishacer.—Enefecto.Asíquenosamenazóconavisaralaprensa,sinoencontrábamosalmarido.ElcamarerosirviólosprimerosplatosyMaldonadocambiólacervezaporunacopadeRioja.—¿Yquiéneselcobarde?—preguntóysemetióuntrozodetortillaenlaboca.—PonceSánchez,elactorquesalíaen…Laspatatasseleatragantaron.Diountragoalvinopararecuperarse.—Sí.Nohacefaltaquesigas.Sédesobraquiénes…Loquenoentiendoesporquénecesitasmiayuda.—Bueno…Noconozcoanadiemejorparaencontrarpersonasdesaparecidas.Lacabezadeldetectivecomenzóacalcularatodaprisa.—Sabesqueyanomededicoaeso.Lomíosonlosmatrimoniosconcuernos,noconalas.—¿Quiénnosdicequeaquínoloshaya?
Miródeladoalinspectorybebióparareflexionarantesderesponder.Noleentusiasmabaladireccióndelasunto.—Agradezcotuproposición,perodiscrepoenqueseaunabuena ideaenestemomento.Yahetenido
bastantesproblemasconelinspectorLedradoenelpasado.—¡Bah!Créemequetiemblacadavezqueseabreuncasocomoeste.—Cuandonohayqueusarlaporra,sucerebrocortocircuita.Berlangalelanzóunamiradaseria.—Notepases.Esbueno,perotúeresmejor.Esesoloquequieresoír,¿no?Maldonadochasqueólalenguaymetiólacabezaentreloshombros.—¿Quéganoyoconesto,Miguel?Lascejasdelinspectorsearquearon.Demaneraimplícita,suamigoleexigíaunaremuneraciónqueno
viovenir.—¿Quéquieres,dinero?Eldetectivemirósutenedoryloclavóenuntrozodeventrescadeatún.—Haymuchacompetencia,Miguel.—Nome jodas, Javier…—respondió con enfado—.Tehe enviado todos los casosparticularesquehe
podido.Sabesquesoyelprimeroquetetiendelamano,perotehasganadounafama…—Soymetódico.—Ypocoortodoxo.—Meheenteradoporlaprensaquecolaborasconotros.Notejuzgo,quelosepas.—¿Dequéestáshablandoahora?Maldonadosegiróy llamóal camareroparapedirleelperiódicode lamañana.Segundosdespués lo
teníaensusmanos.Loabrióybuscóelartículoquemencionabaalasagenciasdedetectivesdelaciudad.Berlangaobservó,perplejo.—¿Quiéndemoniossonestos?—¿Y a mí qué me cuentas? Trabajan para vosotros —contestó y vio la expresión avergonzada de
Berlanga—.Mesorprendequemeloocultarashastaestemomento,porqueeresmiamigoyporquesabesquetengooídoshastaenloscanalesdeIsabelII.Berlanga tragó saliva con dificultad y el detective comprendió que lo estaba poniendo en un
compromiso.Cerróelperiódico,selevantódelasillaparadejarloenlabarradelbaryregresóalamesa.—Notedijenadaporque…«Porque,ademásdemiamigo,enocasiones,eresuncalzonazos».Dealgunamanera,seavergonzabadelareputacióndesuexcompañero.Elinspectortemíarecomendar
enpúblicoaMaldonado,porlaresponsabilidadqueaquellollevaba.Elexpolicíanolejuzgóysolicitóquesirvieranlasalbóndigas.Trasunsilenciotensoymáslargodeloesperado,sedispusoahablar.—Sitevoyaayudarenlasombra,quierogarantías.—Sabesquelastendrás,peronopuedopagarte.¿Dedóndevamosasacareldinero?Nohacefaltani
queteloexplique,¿verdad?—Nomehagasreír.Cosaspeoressehanvisto.—Teloestoypidiendocomoamigo.—Losé.Poresarazónsigosentadoenestasilla.Noquierocompetencia...esoestodo.—Teprometoquehablaréconeseredactordeldiario.—Eldiariomeda igual.Sólopidoque trabajéisconmigo.Nadademásgente...Además, ¿quiénesel
cantamañanasdelaagenciaALCÁZAR?—Uncriminólogoquetambiénescriminalista.Notepreocupesporél.NuncahaestadoenelCuerpo.
Sucolaboraciónespuntual.—Carajo,¿ycómosehacellamar?—Comotú,porsuapellido.Ambosrieron.El detective suspiró y comprendió que, después de los postres, no habría vuelta atrás. Su amigo le
estaba pidiendoun favor personal y él no podía exigirle nadamás a cambio.Echarle unamano, entrebastidores,noeralomásatractivo,peroquizáesomodificaralaopinióndeBerlangafrentealosfuturos
casos.Ahoraqueconocía la existenciade la agenciaALCÁZAR, la ideadeaparecerenun reportaje leseducía.Porotraparte,decidióguardarseloquesabíasobreelactoryloqueteníaensupoder.Berlangaestaba perdido y no necesitaba esa información, así como él tampoco ansiaba responder a todas laspreguntasacusatoriasqueledispararíaencuantosupieralaverdad.
Traselpostreylosorujosdehierbas,pasearonjuntosporPintorRosaleshacialaPlazadeEspañadonde,cuandollegaran,susrumbossebifurcarían.Siemprequepodía,MaldonadopreferíaevitarlacalledeLeganitos.—Entonces,¿mevasacontarquiéntehizoeso?AlaalturadelosjardinesdelTemplodeDebod,eldetectivesacóunlightyseloencendió.—Unadiscusióntonta,sinimportancia.—¿Vasadenunciar?Maldonadoexpiróelhumoymiróalamigoconrecelo.—Yasabemosdóndeacabanlasdenuncias,enunalmacén—dijoyrecibióloqueesperaba:unsilencio—.
Porcierto,adivinaaquiénvilanochedelsábado...—Nosésiquierooírtuhistoria.—AFlorencia.LasonrisadeBerlangasealargócomoladeunpayaso.—¿Lafulanaaquellade…?—¡Eh!Unpocode respeto... ¿Qué formas sonesasdenombraraunadama?Todos losoficios tienen
maticesynosiempreestásorgullosodeloquehaces.—Venga, ya, hombre… Ni siquiera se llamaba así. Además, esa mujer ya tendrá sus años… Jamás
comprendíporquélehacíastantocaso.«Eseestuproblema,quenosabestrataratodosporigual,sinimportaraquésedediquen».—Losquetenga.Sigueconservandosumagia.—Noquieroimaginardóndeycómolaencontraste.—Hassidotúelquehapreguntado.—Eres un golfo, Javier…—comentó cuando llegaron a la esquina que cruzaba hacia la Gran Vía. El
cauceconstantedepersonascaminandoensendasdireccioneslosabrumó—.Esfascinante,¿verdad?—Heconocidoaotrosmásgolfosqueyo.—Nomerefieroaeso...—contestóymiróhacialacuesta—.Contodalagentequehayenestaciudad,
mesorprendequenohayamásdesgracias.Maldonadosonrióylediounapalmadaenlaespalda.—Tómateunrespiro, inspector—respondióyapagóel lightenelcenicerodeunapapelera—,aversi
ahora,cuandomástenecesitan,setevaairlacabezacontonterías...—Esoeslomáscuriosodetodo,despuésdetodosestosañostrabajandocontigo…—SoymejorescuelaquelaAcademia.Enfin,yasabesdóndeencontrarme.—Cuídateesaheridaymantentelocalizable.El detective cruzó y el inspector se perdió con su gabardina por la estrecha calle que llevaba a la
comisaría.No le extrañó queBerlanga no le contaramás, porque sabía que escaseaba la información.Todavíaeraprontoyélaúnsepodíamarcaruntanto,dandoconelparaderodelactor.Aúnteníatodalatardepordelante,aunquenodescartódormirunapequeñasiestaenlabutacadeldespacho.Entoncessonóelteléfono.Eradelaoficina.—¿Meechabasdemenos,Marla?Tedijequevolveríadespuésdecomer.—Tenemosvisita.—¿EsdeHacienda?
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—Nolosé,peroestádispuestaaesperarhastaqueregreses.—¿Unamujer?—¿Porquénolocompruebastúmismo?—Estoydecamino—respondióycolgó.Unacliente,pensó.Despuésdetodo,talvezsehabríaacabadosumalaracha.***De regreso al despacho, aprovechó la ocasión para comprar una botella de coñac en una tienda de
ultramarinos. Por desgracia, cuando abrió la puerta de la oficina encontró la espalda de una hermosajovenenelinteriordesucuarto.Calculóquenoalcanzaríalatreintena.Antesdequenotarasupresencia,escondiólabotellaenelparagüero.Marlavigilósusmovimientoscondesapruebo.—Yatevale—comentóehizoungestohacialahabitacióncontigua—.Lehedichoqueregresaramás
tarde,perohapreferidoquedarse.—Hahechobien.¿Tehadichosunombre?Lamuchacha,pendientedelaconversación,selevantópararecibirlo.Cuandoeldetectivelavio,pensóquesusojoserandeotroplaneta.—Luz—dijo con voz aterciopelada.Eramorena, nomás alta queMarla y con la piel tostada. Por su
acento,dedujoqueseríadelsurdelaPenínsula—.MellamoLuzJiménez.Élirrumpióconpasofirmeenelcuartoycerrólapuertadeungolpe,asabiendasdequeMarlaestaría
escuchandoconlaorejapegadaalapared.Despuésleofreciólamano.—Encantado.DetectiveMaldonado,¿enquépuedoayudarla,señorita?Deunvistazonotóquehabíaalgoraroenelinteriordelahabitación.Podíaolerloynoeraelperfume
deladamanitampocosupropioolorcorporal.Noerahabitualtenerclientestanjóvenes.Simplemente,pensóqueesachicanoencajabaconelperfilquevisitabalaoficina.Cuandosediocuentadequeambosseguíandepie, lainvitóasentarseyélbordeóelescritoriopara
encararladesdesusilla.Lamuchacha,protegidaporunabrigodepaño,cruzólasfinaspiernashastaencajarlasenunaposición
imposible.—Ustedsededicaaencontrarapersonasdesaparecidas,¿cierto?—Esodependedemuchascosas.Eldineroesunadeellas.—Noseráunproblema.—¿Quiénleharecomendado?—HeencontradosuanuncioenlaRed.«DebedehabersidocosadeMarla.Lesubiréelsueldo…cuandopuedapagarleuno».—Enesecaso,hablemos.¿Aquiéndeseaencontrar,aunfamiliar?—No…—Nomededicoalasmascotas,losiento.—Esunapersonaimportante.—Dememáspistas,laescucho.—Esunactormuyconocido.SunombreesPonceSanz.Seguroquehavistoalgunadesuspelículas.«Carajo…».—Unmomento,¿esustedsuesposa?—No—dijoyagachólacabeza.Maldonadoselotemió.Semordiólalengua,peroteníaquepreguntarlo:—¿Suchica?Yameentiende…—¿Qué?—preguntó,ofendida—.¡No!—¿Suamante?¿Ledebedinero?—¿Puededejardejuzgarme?—Sinoessuesposa,nisuamanteytampocoestáendeudaconusted,¿porquéquerríaencontraraese
mamarracho?Ellameneólacabezavariasveces,molestaporeltrato.
—Losiento,creoquemeheequivocado.Estoyalgodesesperada.—No,no.Espere…Empecemosdenuevo.Laescucho…—Ponceyyotenemosunarelacióndesdehacecasiunaño—explicó,armándosedevalor.Lecostaba
pronunciarloenpúblico—.Hastahacepoco,hemossidomuydiscretos…Yasepuedeimaginarporqué.Soylaprimeraquenoquierometermeenlavidaprivadadenadie.«Nohacefaltaquelojures,chica».—¿Lepuedopreguntaraquésededica?Noquiero sermaleducado,peromegusta saberparaquién
trabajo.Ellalomiróconseriedad.—Soyactriz.ConocíaPonceenunrodajeenSevillayahícomenzóalgoquefueamás.—Entiendo…¿Haidoalapolicía?—Yalohahechosuesposa.Loúltimoquebuscoesunenfrentamientoconella.—¿Seconocen?Elladiounlargosuspiroydespuésmiróalcenicerovacíoquehabíasobrelamesa.—¿Puedo?—preguntó,sacandounacajetilladecigarrillos.Maldonadoleofreciólossuyosydespuésle
entregóunmechero—.Gracias…Laprimerabocanadallenódehumoelcuarto.Eldetectiveabriólaventanaparanoterminaroliendoa
chimenea.—Porloquecuenta,quemásbienespoco,intuyoqueconocealaesposadelseñorSanzyqueellaestá
alcorrientedesurelación.—Así es, aunque no nos hemos encontrado en persona. Ponce y Pilar, hace años que llevan vidas
separadas,perosindivorciarse.Tenemosplanesdecasarnosenelfuturo,peroesamujerseniegaallegaraunacuerdoconél.—Susmotivostendrá,¿nocree?Lapreguntaprovocóunamiradafuriosa.Elcigarrilloapuntóhaciaél.—¡Estáamargada!Lemolestaquesumaridosalgaconotra,quinceañosmásjovenqueella.—Amítambiénmefastidia,nocrea.—¿Mevaaayudaraencontrarlo?—insistió.Maldonadose recostóensusilla.Enunprimer juicio, lapresuntanoviadelactorparecíademasiado
interesadaensusservicios.Lopeordetodoeraquenosabíasipodíahacersecargodeaquello,alavezqueayudabaa su amigodel alma.Cobrar ono cobrar, esa era la cuestión.Su códigoético le impedíaaceptaruncasoynoinvolucrarseenél.—Tengodinero,seloprometo.Eldetectivearqueólascejas.La voz de esa joven sonaba tan dulce y convincente, que no tardó en desmontar los principios del
expolicía.Susiguientecuestiónera,cuántodineroestaríadispuestaapagarle.—Estábien.Antesdecontinuar,necesitaréhacerlealgunaspreguntassobresuamante.—Esmipareja.—DejémosloenelseñorSanz—rectificóycontinuó—.Supongoquedescartamoslaopcióndequehaya
desaparecidoporsucuenta…—¡Porsupuesto!—¿Cuándolovioporúltimavez?—Elsábadoporlanoche.«Interesante».—¿Hora?—Nolosé…—vaciló—.Despuésdelacena.Bebímásdelacuentayledijequeloesperaríaenelhotel.
Élmeprometióquenotardaríaenllegar,queiríaatomarunacopaydespuésregresaría.«Alparecer,fuealgomásqueuntrago».—¿Enquéhotelsehospeda?—EnelRitz.—Notienemalgusto.¿Harecibidoalgunallamadaoalgúnmensajedesdeentonces?—No.Suteléfonoestáapagado.
—¿Creequepodríaestarenalgunaparte?Yameentiende…Unanochelarga,unascopasdemás,unacasadesconocida…ElseñorSanzsedespiertadesorientado,akilómetrosdeaquí…—Mehabríallamado.Loconozcomuybien.—Silohansecuestrado,metemoquenopuedoayudarla.Eseestrabajodelapolicía.Laactrizapagóelcigarrilloycruzólosbrazos.—Entonces,esoquieredecirquenovaaayudarme.—Verá,señoraJiménez…Necesitoquemedéunarazónparaquepuedatrabajarensubúsqueda.Soy
undetective,noelgeniodeAladino.Ellaabrióelbolso,sacóunsobreycontólosbilletesdecolorverdequehabíaenél.Conelmovimiento
delosdedos,Maldonadocalculósetecientoseurosentotal.Después,losmetiódenuevoenelsobreypusoelpaqueteencimadelamesa.—Nosoydeaquíynoconozcolacapital...TalvezPonceestéescondidoenalgunapartedeestaciudady
ustedpuedaencontrarlo.Séquehatenidoproblemaseconómicos...Lesdebedineroaalgunaspersonasyseniegaaaceptarmiayuda—dijocongestodepreocupación—.Sólopidoqueloencuentreantesdequelepasealgomalo,seloruego...Nadamás.Ustedesbuenoeneso,lodiceelanuncio.Poralgunarazón,losojosdelamuchachanomentíanaldetective.Inmóvil,sequedópensativo,conlamiradafijaenelsobrecondinero.Elargumentodelanovianoera
ningunatontería:quizáseescondieradeverdad,otalveztodoaquelteatrofuesepartedeunacampañadepublicidadpararegresaralasportadasdelasrevistas.—Nolepuedohacerpromesas.—Noquieroquemeprometanada,peroencuéntrelo.Laviodecididayentendióquedarconesetipovalíamásqueeladelantodelsobre.Losproblemasdel
actornoeranlossuyosypensóquepodíasacarunabuenatajadadeaquelasunto.Agarróeldineroantesdequesearrepintierayloguardóenelcajóndelescritorio.Despuéscogióunbolígrafoyabrióelblocdenotas.—¿Unnúmeroparalocalizarla?—Lahabitación215delRitz—respondió,cortante—.Mequedaréhastaelviernesenlaciudad.—Misecretarialeenviarálafacturaalhotel.—Deseprisa,porfavor,esimportante...—Todosloscasossonimportantesparamí.—¿Alguna vez ha temido por la vida de otra persona, detective? —preguntó y se quedó callada,
esperandounarespuesta.Élrecordólanochedelsábadoyaaquelgrandullónarrinconandoalactor.—Sécómosesiente.Harétodoloquepuedaporencontrarlo.
Lajovenactrizabandonólaoficinadejandounsilenciotrassuspasos.«Sólounamenteingenuacreeríalasexcusasdelactor».Presintióquehabíaalgoextrañoentodoaquello.—¿Quiéneraesamujer?—preguntóMarla,apareciendoporlapuertadeldespacho.Maldonadoarqueóunaceja.—Nofinjas.Séquehasescuchadotodalaconversación.Ellaapretólamandíbula,formandounhoyueloensumofletederecho.—¿Ytúquépiensas?«Porsuerte,aúnnoerescapazdeoírloquepasaenmicabeza».—Quenoshadadounbuenadelanto.—¿Vasaaceptarelcaso?—Yonohedichotalcosa.Veamosdequévatodoesteasunto.—Noempiecescontusenigmas.Laexpresióndeimpotenciadelasecretarialeobligóahablar.—DiceserlaparejadePonceSanz,peronomelocreodeltodo…—¿Elactor?—Asíes.Tienedinero, sealojaenunhotelde lujo yquiereque loencuentre loantesposible.Loha
dejadobienclaro.—¿Yquétienedeextraño?Sesuponequetepaganporhaceresetrabajo.Maldonadomiróasumesa,agarróelvasodecaféycomprobósucontenido.Odiabaelcaféfrío,asíque
lodejóenlapapelera.Despuéssuspiró.—Parece que no es la única persona interesada en encontrar a ese tipo… Berlanga me ha citado
precisamenteparalomismo.LamujerdeSanzhapuestounadenuncia.Elinspectorquierequeleecheunamano.—Esasíqueesunasorpresa...Estarásorgulloso,¿no?Lapolicíadetrásdeti...—Enabsoluto.Másbien,meencuentroenunaprieto.Loúltimoquemeapeteceestenerquebatallar
condosfrentes.—¿Yporquénolahasmandadoalacomisaría?—Esdifícildeexplicar,querida.—Puedesintentarlo,nosoytanestúpida.«Yaséquenoloeres,aunque,enocasiones,megustaríaquelofuerasunpoco».—Laesposahatomadoventajaenelasunto.Berlangaseocupadeella.—Ytúteocupasdelaamante.—Yomeencargodemantenerlaoficinaaflote.¿Quédiabloshasdesayunadohoy,lengua?—Tevasameterenunlío,Javier.¿Porquélohaces?Maldonadoabrióelcajóndelescritorioylemostrólabilletera.—Existe la posibilidad de que pueda encontrar a nuestro hombre en cuestión de horas. No sería el
primeroquesepierdeenunanochemadrileña...¿Adóndevaair?Elpobredesgraciadoestáarruinado.Esprobablequesigaconresacaenalgunaparte.—¿Unlunes,enserio?
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—Si es una resaca fuerte, a mí me dura hasta el miércoles —argumentó y Marla resopló—. Verás,Marla...mecrucéconéllanochedelsábadoenelToni2.Ibacargadocomounamaraca,casidelrevés,yevitéqueledestrozaranlacara.—Deahítuscincopuntosdesutura.—Esoes.—¿Lerobastelacarteraparaasegurartequetedevolveríaelfavor?Eldetectivefruncióelceño,ofendido.—¿Porquiénmetomas?Selecayócuandolometíenuntaxi.Ellasonrió.—Loquetúdigas.—Mira,quieroquehagasalgopormí—dijo,se levantóycaminóhacia lasalida—.Busca todo loque
puedassobreesamujer.LuzJiménez,actriz,sevillana…oesodiceser.Leheprometidoqueleenviaríaslafacturaalas215delRitz.Asegúratedequelellega.—Entendido.—TambiénnecesitoqueindaguessobrePonceSanz,PilarRobles,losnegociosdelactor,lasdeudas,el
matrimonio…SiSanzledebedineroaalguienyporqué.Quierosaberlotodosobreél,sobresuamanteysobre su esposa. Puede que, con un poco de suerte, el pellizco que saquemos sea más grueso de loesperado.—¿Ytú?¿Adóndevasahora?Élsegiróylelanzóunamiradaseductora.—Aencontraraesetipo.Leprestémibufandadecuadros.—¡Oh!Deverasqueteodiocuandoempiezasasí…—Estáspreciosahoy,Marla.Ojalátuchicosepaapreciarloquetienedelante.Nolehagasesperarmás
delacuentay,llámamesiesurgente.Delocontrario…teverémañana.
***
Nosabíamuybienadóndedirigirse,perodebíadarseprisaenrecuperarloqueerasuyo.Lavisitadeesamuchachalohabíadesconcertado.Intuyóqueelactorseencontraríaenalgúnpisofrancodelaciudad,quién sabía siquizásconotraquerida, sufragando losazotesdeuna larga resacahastaquevolveríaalucircomounapersonanormal.Unaprácticahabitualenlostiposcomoaquel,sedijo.Sedetuvoenlapuertadeledificio,rodeadodetranseúntes,autobusesurbanosytaxisquecorríanpor
laGranVía.Observóelcielocubiertodenubesgrisesyauguróquenoescamparía.Pronto, loscartelesluminososdelBroadwayespañolcambiaríanelcolordeaquellaenormecalle.Sacólabilleteradelactorycomprobósucontenido,condetenimiento:uncarnédeidentidad,unatarjetadecréditoyunatarjetadenegociosdeunaproductoraaudiovisual.Debíadarleun respiro aMarlahastaque terminara su tarea.Cogióeldocumentodeidentidadyleyóladirecciónquehabíaescritaenelreverso.Lacalleregistradaestaba a un largo paseo de allí y él no se sentía con fuerzas de andar. Los estragos del golpe aún semanifestabanensucuerpo.Pensóquetampocopodíaplantarseeneldomicilioconyugalsinunabuenaexcusaynoeranhorasdevisitar laproductora.LehabíahechounapromesaaBerlangay todavíaeraprontoparacomenzarconmalpie.Entonces,unaideaaparecióensucabeza.Unnombre,unapersona.Avanzóvariosmetroshastalacarreteraylevantólamanoparallamaruntaxi.Elturismoblancorespondiódeslumbrándoloconlasluceslargasysedetuvofrenteaél.—AlacalleZurbano,porfavor—ordenóyelvehículoseperdióeneltráficoquellegabahastalacallede
Princesa.
Eltaxilodejófrentealapuertadeunapeluqueríaenelcorazóndeunadelaszonasmásacomodadasdelaciudad.Sesentíacomounturista,comounviajerodepaso.Elescenario,pocoteníaqueverconloqueélacostumbrabaavivirenlosalrededoresdelaPlazadeEspaña.Se acercó a la puerta ymerodeó a través del cristal hasta que lo encontró de espaldas.Manuel, el
barbero,terminabaelcortedepelodeunclientecontrajeydecuelloancho.Seconocíandesdehacíaaños,desdemuchoantesqueManuel fuerabarberoyMaldonadodetective.
Unaépocadifícilparavivirenlaciudad:lacrisiseconómicadelosnoventa,lallegadadelasdrogasdediseñoytodaunageneracióndestruidaporlaheroína.Manuelnoeraunchivato,puesnopedíanadaacambioporhablarytampocose ibade la lenguacuandosu integridadcorríapeligro.Masbien,erauntipointeligentequehabíavividotresvecesmásquecadaunodelosclientesquepasabanporlossillonesacolchadosdelnegocio.Duranteunaépocadesuvida,habíacompartidonochesconMaldonadoaambosladosdelabarra.Hoyporti,mañanapormí,decíacuandoelentoncespolicíaloencontrabatrabajandoenloslocalesmás
oscurosde laPlazade losCubos.Maldonadopagaba lascopasyManuel le indicabadóndevendían lostraficantesdepastillasquehacíansunegocioenlosbañosdelosclubes.Losañospasaron,elexinspectordejólanocheyManuelcambiódeoficio,perosudondegenteyuna
chuleríacastizainnatahacíacantaracualquieraquecruzaravariaspalabrasconél.Esa tarde, el detective no sabía muy bien por dónde empezar, pero la vivienda que aparecía en el
documento de Sanz estaba a un par de calles de allí. Con un poco de suerte, pensó que Manuel loconocería.«Lospuntosdepartidasiempresoneliniciodealgo,aunqueavecesnollevenanada».El cliente pagó, se despidió y abandonó el local. Acto seguido, Maldonado irrumpió en el interior,
estableciendocontactovisualatravésdelespejoqueteníadelante.Laprimerareaccióndelbarberofueunasonrisa.Noseemocionódemasiadoal verlo, comosi supieraque, tardeo temprano, la siluetadelexpolicíaapareceríaensuvida.—Novendrásadetenerme,¿verdad?—preguntóysedispusoabarrerelsuelo.—Descuida,nohetraídolasesposas.Lo observó y notó lomucho que había cambiado. El cabello cobrizo comenzaba a poblarse de canas
comotambiénlohacíalabarbadevariosdíasquelucía.Maldonadonorecordabaqueusaragafas,peroentendióquelosañosnopasabanenbaldeparanadie,nisiquieraparalostiposcomoél.—Siéntate,anda…Tevendrábienuncorte.El detective no supo qué decir. Comprendió que las copas ahora se pagaban con un servicio de
peluquería.Norechistó.SequitóelBarbour, locolgóenunpercheroquehabía juntoa lacaja registradoray se
acomodóenelasientodepiel.Cuandosevioenelespejo,susojossefijaronenlagasaconesparadrapoqueocultabaloscincopuntosquellevabaenlafrente.Manuelseacercóaélpordetrás,lecolocóunacapadepapelencimaylomiróenelreflejo.—¿Mepuedofiardeti?—Deberías—respondió,ajustándoleelcierredelcuello.—Claro,quépregunta…Siempresetehandadobienlasnavajas.
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—Por ser tú, lo haré a tijera —dijo y ladeó la cabeza, comprobando el corte del detective—. ¿Algoclásico?¿Oprefieresunomásactual?Maldonadolomiró.—Lapalabraactualnoapareceennuestrodiccionario.—Lostiemposcambian,inspector.—Ytanto.AhoramepuedesllamarMaldonado,asecas.Las cejas del barbero se alzaron sin demasiado entusiasmo. Agarró un pulverizador de agua, le
humedecióelcabelloyseloordenóconunpeine.—Despuésdetantosaños,déjamepreguntartequésetehaperdidoporaquí...¿Aquéhasvenido?—Alodesiempre,aunqueconmenospresiónpormiparte.Ahorasoydetective,Manuel.—Losé,algomehabíallegadoalosoídos...Eloficioeseloficio.¿Cómomehasencontrado?—Puroinstinto.Elhombreagarrólastijerasylomiróporencimadeloscristalesdelasgafas.—Esonotelocreesnitú…Ambosrieron.Lastijerascomenzaronamoversesobrelacabezadeldetective.—Estoybuscandoaunapersona.Talvezmepuedasayudar…Viveporestebarrio.—Aquívivemuchagente.—PonceSanz,elactor.¿Tesuena?Elbarberodetuvolaactividadylevantólacabeza.—Sí.Haestadoporaquíalgunasveces,perohacetiempoquenoviene.—¿Quémepuedescontarsobreél?—Que es un idiota estirado. Se le ha subido el guapo con los años y parece que hay que rendirle
pleitesíaconcadaestupidezquedice...¿Hasidoélquientehahecholodelafrente?Maldonadolomiróextrañado.—No,¿porquélomencionas?—Guardafamadetenerlamanoligera,peronotienenimediosopapo…¿Yquésucede?¿Estámetidoen
algúnlíogordo?—Nolosé,¿debería?Manuelcarraspeó,seajustólasgafasysiguiócortandoelpelodelapartetrasera.—Lleganrumoresdequemásdeunolobuscapararomperlelaspiernas.Alparecer,quemólosahorros
queteníayledebedineroauntipodelateleconelqueibaaproducirunapelículasobrelavidadeDiStéfano…Elmuy imbécil queríahacerdel argentino. ¡Y todoporqueganóunGoya!Un respeto con laleyenda.—Unfracasodesdeelinicio...SilahubiesenhechosobreelRatónoelCholo,habríasidounéxito.Elbarberoechólacabezahaciaatráscondesdén.—Venga,vetealcarajo,inspector.—¿Quéhaydesuesposa?Tengoentendidoqueestánjuntos,peroseparados.—Nosabríadecirte…—respondióycontinuóconsulabor—.Algunavezsehaquejadosobreeltema…
Ellaeslaqueponeeldinero,asíquenoquiereeldivorcio.Debendellevarsecomoelperroyelgato.—¿Sabesaquésededica?—Alafarándula,comoél...Creoqueestámetidatambiénenlatelevisión.Esejecutivadealgo,nome
pregunteselqué…Maldonadosacólabilleteraylemostrólatarjetadelaproductoraaudiovisual.—SalvajeProducciones.¿Lahamencionadoalgunavez?—Podría ser. No pongo atención cuando me cuentan su vida, inspector. Sólo asiento y respondo
obviedades...Lamano del barbero se posó en el frontal de su cabeza.Maldonado sintió un ligero escozor con la
presión.—Llevacuidadoconlaherida.—¿Y dices que ha desaparecido?—preguntó, parafraseando al detective. Este comprendió que había
llegadoelmomentodehablar.Manueleraunhombreastuto,perodabasirecibíaacambiootrotipode
información.Eldetectivepodíahacerseelingenuooponerdesuparteparaquesiguieracontándolemásacercadelavidadelactor.—Suamanteysumujerloestánbuscando.—¿Lasdosalavez?Demonios...Tendráquehabersemetidoenunbuenlíoparaesconderse...perono
meextraña.Siempremehadadolasensacióndequeeraungallina.—Mitrabajoessacarlodelamadriguera.—Esohueleadinerofrescoysonante…parati,claro.—Pormibienyporeldemisecretaria,esperoquesí.—Encimaconsecretariaytodo…¿Tanbiensevivecomodetective?—Mírame,¿túquécrees?—Leolaprensa,meinformo.—Lapolicíanopuedehacersecargodetodaslassandecespersonalesdecadauno.—Levantas una baldosa y te sale un Roberto Alcázar de la vida… ¿Cómo es que no te sacan en los
reportajes?Depronto,unhombreentróenellocal.Habíaescuchadosuficienteyllegabalahorademarcharsede
allí.—Piensamalyacertarás—respondió,recordandolaspalabrasdeFlorencia—.¿Cómovaeso?Manuel comprobó la altura de sus patillas y le limpió los pelos que quedaban pegados a la piel del
cuello.—Yaestaría.Maldonadoselevantóysacólabilletera.—Tranquilo,quecorrepormicuenta.Túpagastelaúltima.—Entoncesnoexistíanieleuro,pero…gracias—respondióysacóunatarjetadevisita—.Enesecaso,
llámamesiteenterasdealgo.Elbarberoguardólatarjetaenelbolsillodelpantalón.Eldetectivecogiósuabrigoyselopuso.—Descuida,sédóndeestás.TehevistoenlaRed.—¿Qué?—Elanuncio…Elmejorencontrandoapersonasdesaparecidas.Noledefraudará.—Malditasea,Marla…—Cuídate,Maldonado.Me alegra saber que estás vivo—dijo y se dirigió al cliente—. Por aquí, don
Julián…¿Vioelpartidodelotrodía?
Unavisitafructífera,sedijo,aunquesucabezaseguíasiendounmardedudas.Lamolestiadelgolpeleimpedía pensar con claridad, pero se negaba a ingerir más medicamentos porque le destrozaban elestómago.Abandonólapeluqueríacuandoyahabíaanochecido.Lacalletomabaunmatizdiferenteconlapuesta
delsol.SiguiórectohastacruzarelpaseodeEduardoDato,encontrándoseconlahomogeneidaddeunvecindariohabitadoporoficinistascontrajeyseñorasconabrigosdepielybisuteríacara.Eldomiciliodelactorseencontrabaaunpardecallesdeallíynolesorprendiólomásmínimo.Comoaél,alasgentesdelas artes también les gustaba vivir en sitios seguros, con calles limpias y servicios de portería. Peroaquellonoestabaalalcancedetodos.AlaalturadelhotelSantoMauro,giróporelcallejóndeEspañoletoybuscóelnúmeroqueindicabael
documentodeidentidad.—Elveinticinco…Aquíes—dijoalverlascifrasdoradasquehabíaenloaltodelapuerta,asegurándose
de que no estaba equivocado. Le sorprendió la pulcritud de la fachada de un edificio señorial y bienconservado. Le dio gusto contemplar la limpieza de los amplios balcones de color ocre con enormesventanales.Depronto,notócomounasombrasealargabaporencimadesuspiesyactivólosmecanismosdealerta.
Aquelnoeraunbarrioinseguro,peronuncapodíaconfiarseenunaciudadquenodescansaba.Rápido,giróelrostroyencontróunaexpresiónconocidaenalgunaparte.—¿Tienefuego?—preguntóuntipomorenoycorpulento,varioscentímetrosmásaltoqueélyvestido
conunagabardinadecolorazul,muyparecidaalaquellevabaBerlanga.«Pulcro,bienvestidoybienperfumado...Seguroquetrabajaparaunamultinacional».Perolosoficinistasnolecausabantantorechazo.Teníaalgodesafianteensumiradaylasbolsasdelos
ojosledabanunairetenebroso.Maldonadoechóunvistazoasualrededor.Eraunazonatranquila.Lacalleestabavacíay loscoches
apenaspasabanporlaperpendicular.—Claro…—dijo,leofrecióelmecheroysacóunlightparaél.Cuandoprendióelcigarrillodeldesconocido,recordódóndehabíavistoesacaraantes.El extraño dio una larga calada con suma tranquilidad y exhaló una nube de humo delante de él.
Maldonadointuyóquequeríaalgomás.—DetectiveJavierMaldonado,¿verdad?—Maldonado,asecas—corrigióysequedófumandofrenteaél.Notuvolamenordudadequeaquel
tipo era ese detective de la agencia ALCÁZAR, el mismo del reportaje del periódico. Criminalista ycriminólogo,comohabíamencionadoelinspector.Pocacosaparaél,meditó,intrigado—.¿Leconozco?—Nolocreo,peroyoaustedsí.—Yamehedadocuentadeeso.—MinombreesPedroMarín.TrabajoparalaseñoraRobles.—¿Detective?—Entreotrascosas.Soycriminólogodeprofesión.—Y«crimina—listo».—Nosehagaelgraciosoconmigo.Séloquehaceaquí.—Fumarconundesconocidoalquenohetratadoenmivida.
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—TengoconstanciadequelaamantedeSanzsehapuestoencontactoconusted.—¿Nolebastaconsusclientes,quetambiénpersiguealosmíos?Haypastelparatodos,compañero.—Seestámetiendoenunnidodeserpientes.—¿Esunaamenaza?—Enabsoluto,peropodríaentorpecerunainvestigaciónpolicial.—Yotambiéntengomiscontactos.SéqueesellamebotasdelacomisaríaCentro.—Seloadvierto.—¿Dequécarajomehabla?Paseabaporaquí.Aveces,megustaimaginarcómoseríalavidasituviera
dinero.—Nomesorprende—respondió,diounacaladasindespegarlamiradadeldetectiveyexhalóelhumo
haciaarriba—.Debedeserduro,viniendodeunbarriocomoelsuyo…Uno.Dos.Diounlargosuspiroparaaguantareltemple.Tiróelcigarrilloalsueloyloaplastóconelpie.Despuésseacercóunoscentímetrosaél.—Escuche,seréfrancoconusted…Nomebusquelascosquillas.—Dirijounaagenciaderenombre.Misclientessongenteimportante.Eltrabajoesmiprioridadynunca
doyuncasoporperdido.—Puesyasomosdos.—¿Tanto lecuestadeentender?Encárguesede losdivorciosyde las infidelidadesydeje losasuntos
seriosparalosprofesionales.Uno.Dos.Tres.Comprendióque,rebajándoseasualtura,ledaríaloquebuscaba.Elexpolicíachasqueó la lenguaante laaltivezdelhombreque teníadelantey ledio laespaldapara
seguircaminandohaciaarriba.—Suerteconsucliente.Tengolaimpresióndequenosvolveremosaver,Marín.—Medíteloconlaalmohada,Maldonado—dijodesdeladistancia—.Eloficio lequedagrande.Nohay
cabidaparalosaficionados.
CuandollegóalacalledeSantaEngracia,segiróparacomprobarsiseguíaallí,peronoquedabarastrodeél.EldesafortunadointercambioverbalconPedroMarínleremoviólasentrañas.Dehaberestadoenotros
tiempos y en otra situación, le habría obligado a tragarse sus palabras, pensó. Pero ya era tarde paraaquello.¿Quiénsecreíaqueera?,sepreguntóyactoseguidonotócómolaautoestimacaíacomoelaguadelacalleporundesagüe.Optóporregresaracasadandounlargopaseo.Noleimportabaladistanciayel aire fresco le ayudaría a reflexionar. Caminar formaba parte de su oficio, sobre todo, desde que nopertenecíaalCuerpoydesplazarseenlaciudadseconvertíaenundeportederiesgoydepaciencia.AbandonóelbarriodeChamberíporlacalledeFuencarralydescendióenparalelohastalaglorietade
SanBernardo.LaterrazadelIberiagozabadevida,apesardequefueraunlunesylasprimerasgotasdelluviaempaparanloshombrosdelachaqueta.Continuóeltrayecto,bajóporlasangostascallesdeCondeDuque,meditandosobrelaconversaciónconaqueltipoysusadvertenciascargadasderazón.Lagentequepasabaporsuladocambiabaderostro,devestimentaydeedad.SaliódeltranceenplenocentrodeMalasaña,dondelacalledeNoviciadomoríaconlabajadadeSanBernardo,cuandoeloloraorínresecolosacódelascavilaciones.Depronto,oyóunavozqueloparalizó.Comprobólahoraenelrelojdepulseraeintuyóqueseríaella.Lasposibilidadesdeencontrarseenuncruceeranaltas,debidoaquelaoficinaestabaalfinaldelacalle.Diounpasoatrásyseocultóenlapuertadeunbar.«ElDuero»,leyóenelcartelquehabíajuntoaunracimodeuvamorada.Ellocalerapequeño,teníaun
comedortraslasescalerasylabarraestabavacíaaesahora.Maldonadoseapoyóenlaentradayesperóaquelavozpasara.Elcamarerosedirigióaél.—¿Vaatomaralgo?—¿Eh?—preguntó,despistadoyrespondiósinquitarojoalacalzada—.Sí,unbotellín.—¿Dequéloquiere?—Decerveza.—Pero,¿decuál?—Delaquesea,mientrasestéfría,demonios…—Marchando… —respondió el propietario con cierta sospecha. Maldonado regresó la atención a la
esquinaporlaqueasomabayentonceslavio.Marla caminaba junto a su cita, un chico apuesto, afeitado y con el cabello ondulado. A los ojos del
expolicía,noeranadadelotromundo,peropensóquehaciéndolareír,conseguiríabastantespuntos.Paraéleraobvioquetodavíaseencontrabanenlaprimerafaseyquenohabíasucedidonadaentrelosdos.Sus cuerpos caminaban juntos, pero lo suficientemente separados comopara evitar un contacto físico.Maldonadodedujoqueelmuchachodebíaespabilaratodavelocidad.Marlanoeraunadamacualquierayeraprobablequeseaburrieraprontodeél.«Tienepintadeserunintelectualyuncantamañanas…Esposiblequeseaescritor».Un sentimiento irreconocible lo atravesó por dentro.No era paternalismo, ni tampoco pena. Lomás
gravedetodoeraquenoqueríasaberquésignificabaaquello.Laparejacruzódeacera,siguiócaminandohacialaglorietayelexpolicíaregresóalinteriordellocal.—¿Quéesesto?—preguntócuandoseacercóalabarrademármolnegro.Juntoalacervezahabíaun
platodeempanadillascontomate.—Sucerveza…ysutapa.¿Nolaquiere?
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—No,no…Déjeladondeestá—respondió,comprendiendoquesehabíadejado llevarporelenfado—.Meheexplicadomal…Queríapreguntardequéson.—Depisto.—Tienenbuenapinta…gracias.—Denada—contestóelcamarero,extrañado—.Queaproveche.Era pronto para cenar, pero el tiempo nunca había sido un problema para él a la hora de echar
combustiblealestómago.Diounlargotragodecervezayprobóunadelasempanadillasrecalentadas.Latelevisión de la esquina proyectaba un informativo. El detective suspiró y siguió degustando la tapamientrassucabezaestabaenotraparte.«OlvídatedeellaycéntrateenesecretinodeSanz»,sedijo.Estabahechounlíoyseguíasinrecuperar
subufanda.LesorprendióquePedroMarínconocieradóndevivíaylemolestónohabersedadocuentadequelohabíavigilado.Apartirdeesemomentotendríaquecaminarconcuatroojos.Sinduda,reflexionó,ese tipo jugabaconventajayesanoeraunbuen iniciode lapartida.Perono todoestabaperdido.Lavisita al barbero le había entregado información de primera mano. Algo no cuadraba y, puestos adesconfiar,laregladeorolesugeríaquesospecharadesucliente.Terminó el botellín de un trago y notó como el dolor de cabeza, producto de la herida y del cambio
atmosférico,sedisipaba.NohabíanpasadoniveinticuatrohorasyyacomenzabaaestarcansadodeSanzydeaquelasunto,asíquetomólavíamásrápida.Sacóelteléfonodelbolsillodelachaquetayseacercóalcamarerodelbar.—¿PodríaprestarmeunasPáginasAmarillas?El dueño del bar se encogió de hombros y lo contempló perplejo, como si hubiera preguntado una
estupidez. Maldonado le enseñó el teléfono que poseía, un viejo modelo sin conexión a la Red, peroresistenteatodaclasedeaccidentes.—EstoybuscandoelnúmerodelRitz.—Espereunmomento...—dijoysedirigióauncuartoquehabíaalotroladodelabarra.Unminutomás
tarde, el hombre apareció con un tomo antiguo y polvoriento—. Esto es todo lo que tengo. Ha tenidosuerte.Estabaapuntodedeshacermedeellas.—Seloagradezco.Nuncasabecuándoalguiencomoyoapareceráensubar.—Esprobablequeelnúmeroquebuscayanoexista.—Sólohayunamaneradeaveriguarlo...—dijoybuscóentrelaspáginas.Cuandoloencontró,marcóel
númeroenelaparatoypulsóelbotóndellamada.—HotelRitz,buenasnoches.—Buenasnoches.Mepodríapasarconlahabitación215.Esimportante.—¿Anombredequién?—Maldonado.—Quédesealaespera...—dijolavozdelarecepcionistayaguardóunossegundos—.Enestemomento
lepasoconlahabitación.Nocuelgue.—Muyamable.El detective esperó los cuatro primeros tonos, hasta que se decidió a cortar la llamada por falta de
respuesta.Cuandoseseparóelaltavozdeloído,alguiendescolgóelaparato.—¿Dígame?—preguntóunavozmasculina—.¿Sí?Elexpolicíanoesperabaqueloatendieraunhombre.Cuandofueareaccionar,lallamadasecortó.Volvióamarcarelnúmerodelhotel.—HotelRitz,buenasnoches.—Soyyo,eldeantes...¿Puedeponermeconla215?Sehacortado.—Claro,unmomento...—respondióyesperóunossegundoshastaqueregresóalaparato—.Losiento,
parecequenohaynadieenlahabitación.Eldetectivearqueóunaceja.—Acabodehablarconunvarón.Compruébelodenuevo.—Losiento,señor...—Maldonado.—Enlahabitaciónnohaynadieenestemomento.Habrásidounerror.
—Claro...¿Podríadejarleunrecado?—Usteddirá.—Dígale a la señora que he llamado... y que me contacte en cuanto pueda. Ella sabe dónde
encontrarme.Quetengaunabuenanoche...—respondióycolgóconunaamargasensacióndeestafa.Pagólaconsumiciónyabandonóelbar.Apreciólalluviafrentealosfarosdeloscochesdetenidosenel
semáforo. Pensó que sobreviviría. Con la tormenta, la calle desprendía otro color, una sensación desoledad y tristeza. Las aceras se habían vaciado de transeúntes que evitaban el agua y el tráficoaumentabaporartedemagia,creandocolasdecochesquecolapsabanlasarteriasdelaciudad.Cuando bajó la cuesta de San Vicente y llegó a la esquina de la calle de Ilustración, la Taberna del
Príncipeseguíaabiertaylosparroquianosdelbarrioseencontrabanenelmismolugarcomocadalunesaesa hora. Pensó en tomar el último trago de la jornada, pero beber con extraños no le ayudaría adeshacersedelapreguntaquelohabíaatormentadotodoelcamino.«¿QuiéndemonioseraaquelhombreyquéhacíaenlahabitacióndeLuzJiménez?».Sedijoque,talvez,laactriznoselohabíacontadotodo.Almenos,lonecesarioparadesconfiarplenamentedeella.Ladiversidaddepensamientosloabrumóydecidióregresaracasa,tomarunaduchacalienteymeterse
enlacamaparaacabarconlajornada,antesdequeestaterminaraconél.
Martes.Día1.Losprimerosrayosdeluzmatinallodespertaron.Sintióunafuertejaquecaallevantarsedelacamay
decidióquehabíallegadoelmomentodetomarunaaspirina.Trasunaduchacaliente,seacicalódelantedelespejo,contentoporelnuevoynecesariocortedepelodeldíaanterioryapenadoporlabrechacosidaqueinflamabasufrente.Ladoctoraquelohabíaasistidolerecomendóuntarsevariosaceitessinoqueríapreservarlacicatrizdeporvida,perosucabezaestabaenotrosasuntos.Confundidoporloocurridolajornada anterior, preparó la cafeteramoka y se preguntó si habría sido unmal sueño.Unos segundosbastaronparadarsecuentadequenoeraasí:enelcontestadorteníadosllamadasdeBerlanga.Lohabíaintentadolocalizarcuandoestabafueradecasa.Elsolbrillabacon fuerzaaprimerahorade lamañanay lasnubessehabíanmarchadoaotraparte.
Abandonó el apartamento y tomó dirección a la oficina, asegurándose de que nadie lo vigilaba. Ya nodebíaconfiarse.Desconocíalashabilidadesdeesedetective,peronohacíafaltaserunasparaseguirlospasosdeotrapersona,sobretodo,sisabíadóndedormía.Cambió la ruta, bordeando el Palacio Real hasta llegar a laÓpera y semetió por los callejones que
salíana laGranVía.Hizounaltoparacomprar laprensaenelquioscode laplazadeSantoDomingo,confiandoenqueMarlalohabríaolvidado.Lasecciónlocalnosepronunciabasobreladesaparicióndelactoryesoleinspiróunpocodeconfianza.«Aún no está todo perdido», comentó en silencio, pasando las páginas mientras caminaba hacia el
despacho.Con losperiodistashaciéndoseecodel suceso, tendríamáscomplicacionesde lashabitualespara trabajar. Desde que dejó el Cuerpo, sus contactos oficiales se reducían a Berlanga. No era unanovedadqueelinspectornoestabaporlalabordecolaborarconél,perolanoticiasobreMarínlohabíaaplastadoanímicamente.Entróeneledificio,subióhastaeldespachoyabriólapuertadelaoficina.Eloloracaféreciénhecholo
sorprendió.Marlasehabíaadelantadounavezmás.Enelfondo,agradecíaquefueraasí.Cuandolohacía,laoficinanoolíaacenicero.—Buenos días, por decir algo —comentó, quitándose el abrigo y colgándolo en el perchero de la
entrada.Lasecretariaobservósusmovimientosensilencio,adivinandoconquépiesehabríalevantadoeljefe—.Hetraídolaprensa.—Vaya,todoundetalle…—Hesupuestoquetucitaconelescritorsealargaría…—dijoydejóelperiódicosobresumesa—.Aquí
tienes.—¿Mehasespiado?Yno,noesescritor.—Eraundecir,mujer…Notepongasasí,queacabadeempezarlamañana.—Tu amigo Berlanga ha vuelto a llamar. Parecía importante…—contestó y contempló su peinado—.
Vayacaratraeshoy,Javier.—Siempretancomplaciente.—Almenos,mejorqueladeayer.—Noseráporlasbuenasnoticias…¿Hashecholosdeberes?Marlacogióunacarpetaazulconunmontóndefoliosenel interior.Eldetective lamiró,angustiado.
Demasiadaspáginasparaleerconaqueldolordecabeza.
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—Aquíestátodo…Menudopieza,elamigoSanz.—Esolosabíadeantemano.¿Quéhayaquí?—preguntóyrecogióladocumentación.Ojeóporencimalas
noticiasqueMarlahabíaimprimidoycerrólatapaantesdeabrumarse—.¿Mepuedeshacerunresumen?Ellallenólospulmonesparaarmarsedepaciencia.—Esciertoqueestáarruinadoyqueeldivorcioconsumujerestáentrámites.Segúnlasnoticias,hace
añosqueellaeslaquecargaconlosgastosfamiliares…yesprobablequeseaunadelasrazonesporlasquenoquieredivorciarse.—Elmundoalrevés.Sifuerayo,yalehabríadejado.—Ellatendrásusmotivosparanohacerlo...—¿Esunasuposicióntuyaoestáescritoenestospapeles?—La última película de Sanz fue hace diez años, elmismo año que le dieron el Goya.He hecho los
cálculos…Partiendodelasposterioresinversionesqueacabaronenfracasos,dudoquelequedemuchaliquidez.—Tienesentido.¿Quéhaydelapelícula?—¿Dequéhablas?—UnabiografíadeljugadordelRealMadrid.Tienequeestarporalgunaparte...—¡Ah! Sí... Su último traspiés. Por lo visto, el estreno fue desastroso y la crítica arrolló con ella. La
películanollegóaproyectarsefueradeMadrid.—¿Lacrítica?¿Alguienenparticular?—LeonardoMonero,elcríticodeCulturas...Maldonadoarqueóunaceja.—ComosimehablasdeljequedeAbuDabi...—Lotienesenladocumentación.Esamañana,elcríticodescargóelvenenocontraelproductordela
película...—Queera…—JuanLuisRubio.—¿Eldelprogramadelasescenasdecama?—El mismo... —respondió ella y negó con la cabeza—. Desde entonces, Leonardo Monero subsiste
escribiendoendiariosprovinciales.—Quelohubiesepensadomejor...Enfin,localízalo.Leharemosunavisita,nuncasesabe…Cambiado
detema,¿quétienesdenuestracliente?—Nohaynadasobreella.—¿Niunacuentadecorreo?—Investigué su nombre en las bases de datos de actores, tanto españolas como americanas… y ni
rastro.Tampocoexistenperfilesenlasredessociales.—¿Entonces?—TehamentidoacercadesuprofesiónonosellamaLuzJiménez.—Encualquieradeloscasos,mehametidoungol.—Losiento,Javier…—dijoella,lamentandoladecepcióndeljefe.Peroalgonocuadrabaenaquelescenario.LuzJiménez,fuerasunombreono,existía,nosóloparaél,
sinotambiénparalosdemás.PedroMarínlahabíamencionado.—¿Enviastelasfacturasasuhabitación?—Sí.—Porlotanto,estáregistradaenelRitz.—Melimitéaquelosdejaranalclientedela215.—Demonios…—¿Quésucede?—Eslargodeexplicar.Marlamiróaambosladosdelahabitación.—Soytodooídos,Javier.Maldonadomiróalachica,queestabaexpectanteaquehablarayseleocurrióunaidea.—Prométemequenodirásnada,nisiquieraaBerlanga.
—Palabradehonor.Élsuspiróysesentóenelbordedelescritoriodelasecretaria.—Lanochedel sábadoestuve conese tipo.Nomepreguntesporqué,peroevitéque lepartieran la
cara…—Esoyamelocontaste.Empiezasaparecerteamipadre.Lamiradafulminantelacalló.Odiabaquelointerrumpieran,peroconMarlaeracapazdedarelbrazoa
torcer.—Esepobrediabloestabatiritandodefrío,asíquelepusemibufanda…—¿Tubufandadecuadros?¿Laquellevatusiniciales?Debiódecaertebien.—Supongoquesentípena…—aclaróycontinuóconlaexplicación—.Despuésocurriólodelacartera.
No ledi importanciaypenséenbuscarlomás tardeparadevolvérselay,depaso, recuperar loqueeramío…Perolasituaciónhacambiadoyaesetiposelohatragadolatierra.—Bueno,yaaparecerá.—Eseeselproblema,Marla,quesinolohace,voyatenerquecontarlevariascosasaBerlanga.—Noseasasí,seguroquehayunaexplicación.—Nosiemprelahayparatodo.Suesposahapuestounadenunciaytambiénhacolocadoundetective
trassurastro.Y,ahora,lodeesachica…—Relájate, Javier—dijo y tocó su antebrazo para calmarlo. Un chispazo lo electrificó y no supo qué
significabaaquelgesto.Hacíatiempoquenocomprendíalasseñales—.Usalaseseraynolosnervios…¿Porquénoleexplicasestoalinspector?Nohashechonadamalo.—Esoeslopeordetodo...quemisintencionessonbuenas.—Notehagaslavíctima.Éllamiróycomprendióquelaconversaciónnoiríaaningunaparte.—¿Quétaltucita?Marlacruzólosbrazos.—Nadadelotromundo.—¿Esoestodo?—¿Desdecuándoteinteresamividasentimental?—Siempre te lo digo. Pasas mucho tiempo aquí. Deberías ser menos exigente y buscar un
entretenimiento.—¿Eseestuconsejo?¿Unhombrequemeentretenga?—Hastaquellegueunoquevalgalapena.Ellalomiródesairada.—¿Lapena?Prefierounoquemerezcamitiempo.Porfavor,nodigasmástonterías.—Está bien…—dijo, se bajó del escritorio y agarró los documentos—.Estaré enmi despacho, por si
llamaalguien.—¿Algomás?—Ahoraquelodices,sí.Cambiaesemalditoanuncio.Todoelmundosabedemí.—Deesosetrata,¿no?Maldonadonorespondióyentrósudespacho.Sesentóenlasillaycerrólosojosporunossegundos.
Necesitabapensarconclaridad,peronololograba.Diounvistazoalosdocumentos,condetenimiento.Todosestabanrelacionadosconlacarreradelactor:
entrevistas, noticias, inauguraciones de restaurantes y reportajes sin gloria. En una de las páginasencontróunafotografía.Entendióquehabíasidotomadaensucasa.EnellaaparecíaSanzsujetandounaestatuilla,conorgullo.EraunpremioGoya.Loreconocióporelbustodelpintor.Lesorprendióqueuntipocomoél,quesehabíadedicadoalcinedesde joven,hubieseacabadoen lamiseria,apesarde lasapariencias.Enelfondo,sedijo,Sanzyélnoerantandiferentes.Lacarreradelexpolicíatambiénhabíasufridolosestragosdelafamaylacaídaenpicadodeloserrores.«Todostenemosquelidiarconlasdesavenenciasdelasmalasdecisiones».Cerrólatapadelacarpetayladejóaunlado.Nopodíaquitarsedelospensamientoslapresenciade
esaactrizimpostadaydelsobrecondineroqueseguíaintactoenelcajóndesuescritorio.Antesdequelanubedenegatividadloabsorbiera,elteléfonosonó,sacándolodelagobio.
Rápido,reaccionóantesdequeMarlaatendieralallamada.—Yalocojoyo—dijoydescolgó—.DetectiveMaldonado,alhabla.¿Quiénes?—¿Dóndediablostehasmetido?—Yotambiénmealegrodeoírte.—Dejaloqueestáshaciendo.Necesitoquevengascagandoleches.Lavozdelinspectoreratensayruda.Prefiriónoperdermástiempoconél.—Dameunadirección.—ElPuentedelosFranceses.
Untaxi lodejóen laavenidadeValladolid,nomuy lejosdelpuntodeencuentroenelqueBerlanga lohabíacitado.Porelcamino,sepreguntóquéselehabríaperdidoallí,perocomprendióloquesucedíaencuanto vio el despliegue policial alrededor del lugar. El Puente de los Franceses era una construcciónemblemáticaen laciudad,por laquepasabael ríoManzanares,construidaa finalesdel sigloXIX,quehabía servido de escenario para algunos episodios bélicos durante la Guerra Civil española. Laconstrucción, formada por cinco ojos, daba servicio a los trenes de cercanías que se acercaban a laestacióndePríncipePío,lamismaquehabíaaescasosmetrosdelacasadondevivíaeldetective.Citarloallíleauguróunmotivodesagradable.Cuandolapolicíaseacercabaalrío,nuncalohacíaparapescar.Pagó la carrera y se arrimó a la parte baja del puente, donde había varios coches de policía y una
furgonetadelaUnidadCientífica.AlolejosreconocióaBerlangayelinspectornotósupresenciacuandoseadentróenlaladeradelManzanares.Uncrucedemiradasbastóparaquedetuvierasupasoyesperaraaquesuamigollegaraaél.—¿Quéestodoesto?—preguntó,buscandoelpaquetedecigarrillosenelinteriordesuBarbour.Sacó
unlightyloprendió—.¿HabéisencontradoalmonstruodellagoNess?—Maldigotucalavera,Javier…—respondió,conunenfadonotableensurostro—.Mástevalehablar,
antesdeque…—¿Quieresuno?Seacercóunsegundopolicía.EraelinspectorLedrado,consusandaresaltivosyaquelmenosprecioen
susmanerasquetantoirritabaaldetective.—¿Quéhaceélaquí?—Darunpaseo.¿Tambiénestáprohibido?—¿Quésucede?—preguntóBerlanga,interrumpiendolaconversación.—Nohayrastrodelcuerpo.Puedequeselohayallevadolacorriente.—Tonterías…—comentóBerlangayasintióconlacabeza—.Dilesqueinspeccionenbienlasaguas,no
seaquesehayandejadoalgosincomprobar.Ledradoacatólaordenydirigióunaúltimamiradaalexpolicía.—Menudafachatienes.—Estosevaconeltiempo.Lotuyoesdeporvida.—Perdedor…—comentóelinspectorysealejódeellosdos.Maldonadofumóysedirigióasucompañero.—¿Uncadáver?Berlangalomiróconlosojosencarnados, inyectadosensangre.Sospechóquenohabríadormidoesa
noche.Noeraunabuenanoticiaparaningunodelosdos.—¿Nocreesquehacesuficientefríoparairtanligero?—Estoybien.—¿Ytubufanda,Javier?Maldonadoagachólacabezaylomiródereojo.—¿Dequévaesto,Miguel?—Nomecalientes…—Telodigoenserio.Hazmeunmalditocroquisonotesigo.
10
Berlangasegiróhacialapolicía.Despuésagarróasuamigoporelcodoyloarrastróalasafuerasdelaladeradelrío.—¿Creesquesoyimbécil?Sédeloquehablo.Reconozcotuindumentaria.Maldonadosegiróysedeshizodelamanodelinspector.Nopermitíaquelotocaransinsuaprobación.—Empiezasaincomodarme.¿Porquénotecalmas?—Tumalditabufandadecuadros,Javier…—murmuró,apretandolosdientes—.Haaparecidoenelrío
juntoalabrigoyloszapatosdePonceSanz…Ytodoestámanchadodesangre.—¿Te ríes de mí? ¿Acaso no pueden existir dos bufandas iguales? Ni que comprara la ropa en una
boutique...—No,sillevantusinicialesbordadas.LasdeSanznoconcuerdanconlastuyas.—Siempremirandolosdetalles...—Mehasmentidodesdeelprincipio.Maldonadocontempló laescenaquehabíabajoelpuenteyempezóa interpretar lo sucedido.Elmal
presentimientoseapoderódesucuerpohastahacerlotiritar.—Tejuroquenotengonadaqueverconeso.Teloexplicarétodocontranquilidad.Esunmalentendido.—Sireconocesqueesabufandaestuya,metemoquetendráqueserenlacomisaría.—Nomefastidies.Nopiensovolverahí…Además,nisiquierahabéisencontradoelcadáver.—¿Cómodices?Maldonadolemostrólasmanosparaquenoseanticipara.—Escucha,yonohetocadoaesetipo.Tedoymipalabra.Berlangadiounrespingo.Supacienciaseagotabaporsegundos.—Tupalabra,tupalabra…Empiezoahartarmedetusevasivas.—Telojuropormivida.—Entonces,¿confirmasqueestubufanda?—¿Melopreguntascomoamigoocomopolicía?—Responde.—Dejaqueteinviteaalmorzar.—…—Sinoteconvenceloquetengoquedecir,loharemosatumanera.
***
Trasunlargoytensopaseo,eldetectiveguioasuamigoaunodeloslugaresqueteníadepreferenciaenelbarrio.ElFerreiroeraunode losmuchosrestaurantesasturianosqueocupabanel largopaseode laFlorida, decorado como lasmarisquerías clásicas de barrio.Maldonado era un habitual en la barra demaderadelbarcuandocobraba.Aesahoradelamañana,loscamarerosdespachabancafésydesayunossindescanso,paralosoperariosquetrabajabanenelbarrioyenlaestacióndetrenes.Eldetectivepidióuncafésoloparaél,uncortadoparaelamigoydospinchosdetortilladepatatas.
Después tomaron asiento en una de las mesas del fondo, que había bajo la televisión y al lado de lamáquinadejuego.Berlangateníalaexpresiónmarcadaporeldesasosiegoyelcansancio.Aquelcaso,quenohabíahechomásqueempezar,loestabavolviendoloco.EsopensabaMaldonado,queconocíadesobraasuamigo.Alinspectornuncaselehabíandadobienlosacertijos.EseeraeltrabajodeMaldonado.AsíqueladesaparicióndePonceloteníacontra lapared.Poresarazónlohabía llamadoundíaantes.Pordesgraciaparalosdos, laaparicióndelabufandajuntoalasprendasdelactorponíasurelaciónenunaprieto: Berlanga era más correcto y legal que él, y su protección tenía ciertas líneas rojas que nocruzaría.Apesarde la amistad,nopodíadefenderlo fueradelmarco legal.Dada su situación familiar,estabaobligadoarendircuentasalCuerpo.Antesdeprocederalaexplicación,Maldonadosacólabilleteradelactor,queseguíaaúnenelinterior
desuchaqueta,ylapusodelantedelpolicía.LosojosdeBerlangaseabrieronestupefactos.—Dimequeno…—Estoysiendohonestocontigo.Teruegoqueescuchesloquetengoquedecir.Después,siquieres,me
juzgas.—Estonoempiezabien,Javier.
—Peronotieneporquéacabarmal.Somosamigos,¿no?—Sí.—Estoyentubando,noloolvides.Losalmuerzosnosedemoraronenllegar.Elcamarerosirvióloscafésylospinchos.—Másvalequeempieces…—¿TeacuerdasdeloquetedijesobreFlorencia?—Notedesvíesdeltema,porfavor…—Ellaestabaconmigo.Fuetestigodeloquesucedió—respondió,pidiendosuconfianza—.Encontramos
a ese tipo por casualidad.Un grandullón borracho se extralimitó con él y la discusión terminó en unapelea.—Ytútemetisteenella—contestóyseñalóconeltenedoralafrente.—Evitéquefueraamás—aclaró,ydiounsorboalcafé—.Despuéslometíenuntaxiantesdequeel
gorilaregresara.—¿Ylabufanda?—Déjameacabar,demonios…—espetó—.Estabatiritando.Tuveungestoconél,nadamás.—Acambiodesucartera.—¿Desdecuándosoyunmangante?Selecayóalsuelo.Nohaymás.—¿Yporquénomelodijistedurantelacomida?Maldonadochasqueólalengua.—Loibaahacer,pero…—Siemprehayunpero,¿cierto?—Diossabeenquéestaríapensando,telojuro.—Nojuresmásdelacuenta.—Después vino esa actriz, su amante, que al parecer no es actriz y ya cuestiono si es también su
amante…—¿Dequiénhablasahora?—¿Quémásda?SehacellamarLuzJiménez,peronohayrastrodeella.Dudoqueseasunombre.—NotengoconstanciadequePoncetuvieraunaamante.—¿Esoesloquedicesuesposa?—¿Porquétendríaquedesconfiardeella?—¡Maldita sea, Berlanga! Ni que acabaras de llegar… Hasta ese Pedro Marín, el de la agencia
ALCÁZAR,sabedesuexistencia…—Óyemebien,Javier.Eseactordesayunóelsábadoporlamañanaconsuesposa,saliódesucasayno
selehavueltoaverporningunaparte...Estamosamartesysuropa, juntoatubufanda,haaparecidomanchadadesangreenelManzanares.¿Creesquemeimportasiesachicaesreal?—Peroesonosignificaqueestémuerto.Lohabríaisencontradoya.—No sé…Desde que abrieron las presas enGetafe, el río tienemás fuerza. El cadáver puede estar
sumergido.Conestastemperaturas,tardaríadíasenhincharseysaliraflote.—Nomefastidies…Teestoydiciendoquenotengonadaqueverconsudesaparición…ymenosconsu
muerte.Berlanga tragó saliva. El almuerzo le estaba cambiando el ánimo. Maldonado sabía que todo se
solucionabaconunabuenaalimentación.—Elhechodequetecrea,nosignificaquepuedadefendertuinocencia.—Descuida,séqueeresinspector,noabogado.—Telodigomuyenserio.—Ahorasoysospechosodeuncrimenquenohecometido.Tienegracia.—Ríete,pero,enalgúnmomento…—Nomeseascharlatán...Nadiemássabeaquiénperteneceesabufanda.Incluso,sidecidierananalizar
elADN,noencontraríannada…¿Porqué?Porquenotengoantecedentesnifiguroenningunalista.Séloquepiensas…yentiendoquetecuestetomarunadecisión,peroduermoconlaconcienciamuytranquila.—Mejorasí,Javier—dijoymiróasutaza—.Yonopodría.—Vetealcarajo,¿quieres?Nomevasahacersentirmalporuncrimenquenohecometido…
—¿Hayalgomásquenomehayascontado?Eldetectivereflexionóantesderesponderydecidióguardarselaúltimacartaqueteníaensupoder.—¿Notepareceextrañoque,dadalavidaquellevaba,nosehayandivorciado?—Cadapersonatienesusmotivos.—Sanzestáenlaruina.Puedequeestoseaunajustedecuentas,otalvezseestériendodenosotros.—¿Unamuertefingida?Esosíquetienegracia.—¿Porquéno?Esunactor.Fingiressuprofesión.—Teinventascualquierexcusaparadarlelavueltaalasunto…—¿Sabes?Enunprimermomento,pensabaqueapareceríatrasvariosdíasderesaca,conunaexcusa
parasuesposa…peroahorasoyyoelqueempiezaacreerquenolohará.—Entonces,¿sospechasdequeestámuerto?Maldonadoencontróelbrilloenlosojosdesesperadosdesuamigo.—Séloquepretendesynovoyarespondereso.Necesitasmiayuda.—Estásenunbuenlío.Nolocompliquesmás.—Delocontrario,yamehabríasdetenido.—¿Porquéinsistes?—preguntó,intrigado—.Tuegoísmoentorpecerámitrabajo,¿noloentiendes?—Llámalocomoquieras,peroesloquemepagalasfacturas.Además,elúnicotorpeaquíeseseMarín.—Teloadvierto,Javier.Olvídatedelasunto,deesamujerydeldinero...Agradezcotusobservaciones,
peroyahashechobastante.Berlangadiounúltimosorboalcaféyselevantódelasillaparamarcharse.—Notepreocupes,yameencargodelacuenta—dijo,sarcástico.Elinspectornoestabadehumorpara
susfrases—.Llámamesidescubresalgonuevo.Miofertasigueenpie.Losojossedirigieronalacarteradelactor.—¡Ah! Y esto, queda requisado —dijo, agarrando la billetera de piel y guardándola en su abrigo—.
Cuídate,detective.El inspector abandonó el restaurante, dejando un halo de colonia tras él. Maldonado siguió los
movimientosdelagabardinabeigehastaqueseperdióporelumbraldelaentradadelestablecimiento.LaspalabrasdeBerlangahabíansidoduras.Lonotómáspreocupadodelohabitual.Enelfondo,sabíaquenoerasólotrabajo:lasituaciónfamiliarloahogaba.Elinspectornonecesitabamásquebraderosdecabezayélselosestabadando.PidiólacuentaypensóenLuzJiménez.Habíallegadoelmomentodeaclararloquesucedíaenaquella
habitacióndehotel.
Alaalturadelmediodía,MaldonadoseaproximabaalaspuertasdelemblemáticohotelRitz,franqueandolamultituddetranseúntesqueatravesabanelpaseodelPrado.Élnoeraunhombredelujos,nitampocode caprichos, por lo que, rara vez frecuentaba las instalaciones de los hoteles como aquel. El Ritz seencontrabaenelmismositiodesdequeélteníaconocimiento.JuntoalPalace,queseencontrabaalotroladode la carretera, se convertían en los doshoteles icónicosque abrazabanel paseo.Noobstante, apesardetodo,noerasuprimeravisita.Elserviciodelhotelnotemblabaalahoradellamaralapolicíaparaquitarsedeencimaalosmosconesquemerodeabanenbuscadefamosos,oalaclientelapícara—dehombresymujeres,apartes iguales—quefrecuentabaelbardelaprimeraplanta,a lacazadealgunaconquistaquepagarasuservicio.Aescasosmetrosde laenormeentradadeledificio,apagóel lightysequitó lasgafasdesolparano
llamarlaatención.Noreconocióaningunodelosbotonesquecustodiabalapuertayesolodetuvoensucaminar.Sumisiónerallegarhastalahabitación215yteníapresentequenoseríaunatareasencilla.Sinplacaysinautoridad,sualtaneríanoledaríaningúnfruto.Reconocióunparderostrosfamososabandonandoelhotelysubiendoacochesdelujo.Viopolíticosy
ministros,cantantesyfutbolistas.Laclientelaqueentrabaysalíapodíapagarlesujubilaciónsóloconunanóminamensual.Prefiriónopensarlo.Esperó variosminutos,merodeando por los alrededores. Presintió que estaba perdiendo el tiempo y
que, tal vez, esa chica ya no se encontraba allí. Se fumó un segundo cigarrillo y agotó la esperaanticipando la retirada, hasta que vislumbró la silueta de un tipo de cabello corto,mirada cristalina ymovimientos aspados.Era él, no tenía duda alguna. Los añospasabanpara todos, perouna sonrisa sedibujóensurostrocuandoloreconoció.«Puedequehoylosastrossehayancruzadoamifavor…yqueayersólosehubieranestrellado»,pensó,
observando losmovimientos del empleado del hotel.No podía creerlo, pero era cierto que estaba allí,atendiendoaquienseacercabaalhotel,sinperderdetallealguno.Consuayuda,seríamuchomásfáciladivinarquesucedíaconlaseñoraJiménez.Enunmomentodepausa, cuandoparecíaque la calmahabía vueltoporunos instantes, el detective
aprovechólaocasiónyseacercóalapuertaprincipal.Losojosazulesdeaqueltiposeclavaronenél.—BuenosdíasybienvenidoalhotelRitz—dijo,abriendolapuertaylanzandounamiradadealertaasu
compañero.—¡AúpaAtleti!—contestóMaldonado,llamandosuatención.Elrostrodelempleadosearrugóyprontoreconociólavoz.—No...—Sí...—¿Inspector?—¿Santiago?Porunossegundos,latensiónentreambossecongeló.Maldonadonuncaolvidabaunrostro,pero, traselaccidenteenelCuerpo,habíadesaparecidode los
ambientesquesolíafrecuentar.Unodeelloseraelfútbol.Cancelóelabonoytambiénsuasistenciaalospartidos.ConocíaaSantiagodesustiemposcompartiendodomingosdesufrimientoenelCalderón.Eraunbuentipoconunavidaestable,trabajandoenelhoteldesdejovenynuncaolvidabaunacara.Enmás
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de una ocasión, lo había llamado con el fin de socorrer a alguna celebridad en apuros sin llegar a lacomisaría.Maldonadohacíalavistagordayseguardabalosfavoresparamásadelante.Segúnél,habíaqueteneramigoshastaenlossitiosalosquenoiba.Peroesedíatemióquenorecordarasurostro.Atrásquedaban los años en los que la cerveza hacía olvidar los problemas de la semana,minutos antes decruzar laspuertasdel templo.Después, cadauno volvía a su casa sin saberdel otrohasta el domingosiguiente.Eltiempopasó,elCalderónseconvirtióenunmontóndeescombrosyMaldonadodesapareciósindejarunapista,talycomohabíahechoelactor.Depronto,unaligeramuecadealegríasedibujóenelrostrodeaquelhombre.Agarróporelantebrazoaldetectiveyleestrechólamanoconfirmeza.—¡Cuántotiempo!¡Malditasea!—exclamó,alegrándosedesuvisita—.Pensabaquesenoscolabauno
deesosmendigos…—Siempretuvisteeldondelahonestidad.—Disculpa,perocasinotereconozco...¿Tehashechoalgoenelpelo?—Quizásealadécadaquellevamossinvernos...—Puedeser…DejédeverteporelElResines.—Enlaúltimaetapa,meaficionéalParador,¿tienesunminuto?Elbotonesasintióehizounaseñaasucompañeroparaquetomaraelrelevo.Losdossealejaronunos
metrosdelaentrada.—Entiendoquenohasvenidoahospedarte…—Nomepega,¿verdad?Elhombrelediounrepasoconlamirada.—Demasiadoestiradosparati.—Yparati,nomefastidies…—respondióyambosrieron—.Verás,necesitounpequeñofavor.—Esperoquenoseadinero.—¿TesuenaelnombredeLuzJiménez?—preguntó.Losojosdelempleadosefueronalcielo—.Morena,
andaluza,delgada,muyguapa,comosifueraunamodelo…—Meestásdescribiendounángelyporaquípasanmuchos.—Sehospedaenla215.—¿Enla215?Segundaplanta,vistasalPrado...—DiceserlaamantedePonceSanz,elactorestequehizo…—Sí,sí,séquiénes—interrumpió,cortandolaexplicación—.Eraclientedelhotel...Antesveníamucho
conlamujeryotrasveceslohacíasinella.—Peronuncasolo.—Asíes…—Tengoentendidoqueestáarruinado.—Esodicen,peroaquínodebeuncéntimo.—¿Podríascomprobarquiénhayenla215?Esimportante.—¿Cómodeimportante,inspector?Maldonadometiólamanoenelbolsillodelpantalónysacólabilletera.Despuéslemostróunodelos
billetesdecincuentaeurosquehabíarobadodelacarteradelactor.—¿Tevale?Elrostrodelbotonesseencogió.—¿Estástonto?Guardaeso,anda.—¿Entonces?—¿Cómodeimportanteesparaquelapolicíanopuedahacerlo?Maldonadosuspiró,guardóeldineroychasqueólalengua.—Primero,porqueyanosoypolicía,sinodetectiveprivado…Ysegundo,porqueesamujeresmicliente
ypresientoqueestájugandoconmigo.Lamiradadedecepciónypenadeaqueltiposobreelexinspectorexpresótodoloqueteníaquedecir.
LehubiesegustadoconocerlahistoriaporlaqueMaldonadohabíaterminadoasí,peronoeramomentoparaello.
—Mira,estábien…—dijo,aceptandoelfavor—.Comprobaréquiénsehospedaallí.Estodoloquepuedohacer,porelmomento...—Avísaledequeestoyaquí.—Noabusesdemiconfianza,Maldonado.EstoeselRitz,antetodo.Eldetectiveladeólacabeza.—Teloagradezco.Elhombremiróaambosladosantesdemarcharse.—Quédateaquíynotemuevas—señaló—.Regresaréenunosminutos.Santiagodesaparecióporlapuertayélechóunvistazoalinterior.Contóhastadiezynopudoevitarquedarsequieto.Alfondo,viounamujersentadaenunodelossofás,
encontróelbrillodeunosojosquesíloreconocieronalinstante.
El detective no pudo evitar la miradamagnética de esa mujer, observándolo desde lo lejos. Como unmetal,sedejóllevarporlasfuerzasinvisiblesysedirigióaella.Florenciaestabasola,sentadaenunodelossofásdelvestíbuloprincipal,acompañadadeunmartinisecoconaceitunayunbolsoquecostabamásqueelapartamentodeldetective.Amedidaqueseaproximaba,lediounvistazoysealegróporella.Siemprehabíasidounamujercon
lasideasclarasylosobjetivosaltos.Nuncahizolacalle,sinolanoche,queeradistinto.Laconociósiendolibre,sinnadiequelaatara.Florenciasupocamuflarseentrelassombras,sinocultarlapersonaqueera.Lamujernohabíaperdidoelatractivoconelpasodelosaños.Manteníasusencantosinnatos,aunque
lacomodidaddeunavidatranquilahabíabajadosuguardia.Comolamayoríadeloshombres,eldetectivelaconocióunanochecualquiera,fueradeservicio,enlabarradeaquelpianobar.Florenciaterminabaallílasmadrugadas,poniendobrochealasintensasjornadas.CuandolossofásdeEmbassy,deMilfordodeChicote quedaban vacíos y los bares de los hoteles de Abascal y Castellana se transformaban encementerios de oficinistas derrotados y camareros aburridos, se abrazaba al piano del Toni 2,acompañada de un escocés con soda y mucho hielo, a la espera de que una de susmiradas certerascaptaralaatencióndeunfulanotrasnochado.Pero,Maldonadonocayónuncaensuteladearaña.FlorenciaerapícaracomoelLazarilloysabíaque
existíanmejoresmaneras que el dinero, para complacer a un inspector por los servicios prestados. Elrechazoafabledelexpolicíadiolugaraunaamistadderespetoentrelosdos.Esamañana, la dama vestía un abrigo de piel y un conjunto de una sola pieza que se ajustaba a su
cintura. Tenía las piernas cruzadas y dejaba a la vista parte de su piel blanquecina.Al detective no lesorprendióqueestuvieraallí,perosíquelohicieraenesemomento.Ahora,Florenciasemovíaporotrosámbitossocialesyparecíahaberdejadoatrássupasado.«Peroelpasadosiemprevuelve»,pensóel inspector, reticenteacreerque ladamanoconocíamejor
lugarparatomarelaperitivo.Conunsutildisimulo,losojosdelamujerloprovocaronaunaconversación.—Dosvecesenmenosdecincodías.Esperoquemimaridonotehayacontratadoparaseguirme.—Notendréesafortuna…—dijoymiróalasientoquehabíajuntoaella—.¿Esperasaalguien?Florenciasonrióconsuslabioscarmín.—Laverdadesqueno—aclaróydiounapalmadasobrelatapicería—.Puedessentarte.Eldetectivegiróelrostroymirólasescaleras.Noerabuenaideaestaralavistadetodos.—¿Meacompañas?—preguntólamujer,levantandosucopatriangular.Nopodíarechazaraesadama.Aceptóensilencioyseacomodójuntoaella.Deesaforma,laparejallamabalaatención,sobretodo,
porél,peroaningunodelosdosparecíaimportarleloquepensaraelrestodelosclientes.—¿Cómoestátufrente?Notienebuenapinta.—Mejorará…Graciasporacompañarme.—Nomelasdes.Túhabríashecholomismo.—Seguramente…—respondió.Unempleadodelhotelsirviólosdoscócteles.Laparejabrindó—.Dime
unacosa,¿quéhaces,realmente,aquí?Elladiounsorboalacopadecristalyentornólosojos.Norespondióhastaqueelrecipienteregresóa
lamesaquehabíaenelcentro.
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—Podríapreguntartelomismo,detective.—Creíentenderqueestabasfueradelcircuito.—Yasíes.—¿Entonces?—Ahoralohagoporplacer,queesmuydiferente—aclaróyseformóunsilencioentrelosdos.Bebieron,
disipandolatensión—.¿Ytú?Haydemasiadaluzaquíparaesacicatriz.—Estoybuscandoaalguien.Ellaletomólamanoderechayselaacaricióconlazurda.—¿Aunadama?—Asuntoslaborales.—Puedesconfiarenmí,soyunatumba.Conocía esa frase. La había oído antes salir de esamismaboca, pero no era cierto lo que decía. La
información,comoelsexoycomoeldinero,eraotramonedadecambioylaspromesasdeaquellamujersiemprehabíansidotanvolátilescomounabolsadepapel.Nolajuzgaba,puesnadieeraperfecto.—¿Cuántotiempollevasaquí?—Elsuficiente.¿Esguapa?—Susojossoncapacesdedesarmarunpaísentero...—Nohacefaltaquecontinúes—comentóyletocólapuntadelanariz—.Séaloquehasvenido.—No,notienesnilamásremotaidea.Ellalomiróconrechazo.Eraotrodesusjuegos,aparentarqueestabaofendida.—Lahevistoentrar,aunqueibasola.—¿Sola?—HablamosdeSanz,nuestroamigoysuamante,¿verdad?—Claro...Elsábadoteníalasensacióndequeosconocíaisdeantes.—Enabsoluto.Lohevistoalgunasvecesporaquí.Sobretodo,enelbar.—Estodavíaunhombreapuesto.—Nome interesan los famosos. Demasiados periodistas detrás… Además, tengo entendido que está
arruinado.—¿Desdecuándoimportaeso?—Sellamareputación,Maldonado.Esfundamentalnodestruirconundesaciertolacarreraquetehas
labradoconmuchoesfuerzo…—Graciasporelconsejo,perollegaunpocotarde.—Laspersonaspodemossermuypredecibles…yesonoshacedébiles.Eldinerosegana,seconsigue,
sepide,sepresta,perolacondiciónsocialesotrocantar.Noexistemayorsatisfacción,quesembrarenlacabeza de un hombre la idea de que no podrá acostarse contigo, sin importar lo que esté dispuesto asacrificarpor ello.Unanegativa a tiempo…y lo volverá loco…Eso te cambia elmododeobservar lascosas.—Noestamospreparadosparaelrechazo.—Somosanimalessocialesybuscamossentirnosqueridos,delmodoquesea...Alolejos,violafiguradelbotonesaproximándoseaél.Notraíabuenasnoticias.Elhombremiróala
damayvacilóalahoradehablar.—Discúlpameuninstante,Florencia.—Adelante...Eldetectivesepusoenpie,perolostaconesdeunasegundamujerseinterpusieronenelespacioque
separabaalhombredeldetective.Primerosefijóenlaspiernasydespuésenelrestodesufísico.Eraunamujeresbeltaycoqueta,conla
melenabrillanteyunabrigodecolorazulenelqueocultabalacintura.—¿EsustedJavierMaldonado?—Depende —respondió y miró a Santiago por encima del hombro de la desconocida—. ¿Quién lo
pregunta?Elbotoneslehizounaseñalconlasmanosparaindicarlequenohabíanadieenlahabitación.Después
sealejóyregresóasupuestodetrabajo.
Losojosdeldetectivesecentraronenelrostroqueteníadelante.—Alguienqueestádispuestaapagarleparaqueseapartedeuncaso.
Sorprendido traselencuentroconFlorencia, laapariciónde la señoraRobles lehizodesconfiarde lascasualidades.Algosecocíaenelinteriordeaquelhotel,pensó.Secuestionósilaesposadelactorhabríadadoconelparaderode la amanteo, inclusomejor, de sumarido.Peronohabía rastrode la señoritaJiménezy,pormuchoqueesperaraallídentro,teníaelpálpitodequenoaparecería.Cuando se quiso dar cuenta, Florencia había desaparecido de su campo de visión. Algunos talentos
nuncaseperdíanyladamaeraunaespecialistaenelartedeesfumarse.De pie frente a Pilar Robles, comprendió que ella no estaba dispuesta a dejarlo marchar sin
interrogarlo.Lainvitóatomarasientoypidierondoscafésparamatareltiempo.Lamujer parecía preocupada, aunque su rostro era un caleidoscopio de señales confusas. Antes de
hablarmásdelacuenta,debíaasegurarselainformaciónqueellaposeíarespectoalcasodesuesposo.Nopodíapasarporalto lafragilidadverbaldeBerlanga,sobretodo,cuandoserelacionabaconrostrosconocidosdelatelevisión.—Sientolodesumarido…Comprendosupreocupación—dijoél,mirándolafijamente—,peroentienda
quetodomeresultamuyconfuso.—Mire,Maldonado,serámejorqueseafrancaconustedydejemoslasaparienciasparaotraocasión—
arrancó, tajante—.Séquiénesya loquesededica.Ytambiénséqueesamujer lohacontratadoparaencontraramimarido,peroseequivocadebando.Esapérfidalebuscaráunproblema.Élcarraspeóyseajustóelcuellodelabrigo.—Loprimero,unpocoderespetopormicliente.Estáenelmismoderechoqueusteddegastareldinero
delmodoquequiera…Ylosegundo,supongoqueesoselohacontadoMarín,aquienhacontratadoparaquemesiga.¿Meequivoco?Noeselmásdiscreto,quedigamos…Ellanegóconlacabeza.—Sutrabajoesinvestigarlospasosdeesachica,nolossuyos.—Puesparecequesehaencariñadoconmigo.¿Quésabedeella?—Nodemasiado.Esunabuscona,comomuchasdelasquesehanacercadoaélalolargodesucarrera.—Asíqueestáalcorrientedelarelación.—¿Relación?¡Ja!Llámelocomoquiera,peroellanosignificanadaensuvida.—Entiendoquetampocolehapreguntadosobresusescarceosamorosos…—Ojosquenoven,corazónquenosiente.—Elamoresciego,señora,peronolosvecinos.Hartadeoírlasinsolenciasdeldetective,diootrolargosuspiroytragócondificultad.—Mire, Ponce ha desaparecido, pero no está muerto —afirmó, tajante, provocando una reacción de
sorpresaeneldetective—.Mimaridoseesconde,nadamás.—¿Hacontactadoconusted?—Silohubierahecho,noestaríaaquí.—Enesecaso,siseesconde,¿cómopuedeestartanseguradequenoesdeusted?Ellasuspiró.Loscafésllegaronalamesa.Maldonadodiounsorboalsuyoysequemólalengua.—Miesposoesuncobardeydebedineroaunapersona.—¿Dequécifrahablamos?—Deunamuygrande.—Yustednopuedehacersecargodeladeuda.
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Ellanegóconlacabeza.—Loquenopuedoescargarconsumuerte.Necesitaprotección,¿esqueno love?Esmimaridode
quienhablamos.—Asíqueloquiereencontrarparaquenoajustencuentasconél.—Selotomatanarisa...—respondió,lamentandoloquehabíadichoanteriormente—.¿Estácasado?—NiconlaIglesia.—Entoncesno lo entenderá…perohagaunesfuerzo.Ponceesmi esposo, fuemi compañerode vida
durante dos décadas…Aunque nuestra relación no haya sido lamejor a lo largo de todo este tiempo,hemosvividomuchascosasjuntos.Maldonadochasqueólalengua.Lamujerqueteníadelanteintentabamaquillarlaverdad.Lesorprendió
quetantagentequisieravivoalactor,aunquefuerapormotivosdiferentes.—Verá, yo también he hechomi trabajo y me gustaría creerla, pero soy consciente de que estaban
tramitandolaseparación.—Prefieroserunamujerdivorciadaaunaviuda.Aquellocambióladireccióndelaconversación.—¿Lehacontadotodoestoalapolicía?—Sí.—¿Ytambiénsobreesapersonaquemehamencionado?—preguntó.ElsemblantedeRoblesseestiró—.
Puesdebería,señora…—Noestansencillo.Noquieroquelepasenada.—Ahoraseréfrancoconusted.¿Quéquieredemí?—Quenotrabajeparaesamujer.—¿Porquérazónharíaesoporusted?—Lepagarémásqueesabuscona.Maldonadoarqueóunaceja.Depronto,sesintióvaloradoporelmercado,aunqueunaalertadepeligro
sepresentóensumente.—Yatieneundetectiveytambiénalapolicíaenlainvestigaciónsobresumarido.—Esamujerloengañará.Élnopudoevitarlarisa.Lacarcajadarompiólacalmadelinteriordelhotel.—Perdone…Noestoyacostumbradoaestetipodebromas.Lamujerabriólacremalleradesubolsoysacóunatarjetadenegocios.Maldonadolaleyóyelnombre
le resultó familiar: Producciones Salvajes. Era idéntica a la que había encontrado en la cartera de suesposo.—¿Latelevisión?SiempresoñéconparticiparenlaRuletadelaFortuna.—Piénseloyvayaavisitarmemañana.Esaesmioficina.Serámejorquelohablemoscaraacara.Observandolatarjeta,seleocurrióunaúltimapregunta.—Antesdemarcharme,dígamealgo...LapersonaalaqueelseñorSanzdebedinero,¿estárelacionada
conlaindustriaalaquepertenece?Ellamiróasualrededoryseacercóaél.—Esunhombremuyconocidoenlatelevisióndeestepaísysustentáculoslleganacualquierparte.Maldonadolamiróalosojosybajóeltonodevoz,susurrándolealoído,conelalientoamargodelcafé.—Demeunapista,ahoraquenadienosoye.Ellavaciló.—Élescapazdeoírlo todo—respondió, sepusoenpieysealejódeél—.¿Legustan lasmarionetas,
detective?Maldonadosonriódesdeelasiento.Volvióamirarlatarjetaylaguardóensuchaqueta.Elmiedoensu
voz,ladelató.Reconocióalapersonadelaquehablaba.JuanLuisRubiopodíaaplastarsucarreracomosi fueraunahormiga.Habíaoídocientosderumoresa lo largode lasdécadassobreaquel tipoyno lesorprendióqueelactorahoraseescondieradeél.Vivoomuerto,sieraciertoloquesumujercontaba,PonceSanzsehabíametidoenunbuenlío.
Regresóalcentrodandoun largopaseo.Nohabíapegadobocado,peroel tiempose leescapabacomoarena entre los dedos. Cabía la posibilidad de que fuera cierto lo que decía la esposa y que Sanz seocultaraenalgúnrincóndeMadrid.Porotrolado,tambiénexistíaelescenariodequenolohicieraydequeyaestuvieramuerto,abandonadoenunfosoalasafuerasdelaciudad.Prefirióseroptimista,dadoelinterésdelasdosmujeresporencontrarloconvida.Porotraparte,nopodíaolvidarloquehabíavistoesamañanaenelpuentedelosFranceses.BerlanganodescartabalateoríadequePonceaparecieraahogadoenelrío.Necesitabaayuda,unaopiniónexternasinrelaciónconningunadelaspersonasconectadasconelcaso.PensóenMarla.Apesardelopocoqueladejabaparticiparensutrabajo,pormiedoaquedescubrierasutorpezaensumadasocasiones,laopinióndelasecretariasiempreaportabaluz.Sacóelteléfonomóvildelabrigoymarcóelnúmerodelaoficina.Nadiecontestó.Extrañado,marcóporsegundavezyobtuvolamismarespuesta.Comprobólahoraenlapantallaypensóquetodavíaeraprontoparaquesehubiesemarchadoconesechico. ¿Tanto le gustaba?, se preguntó, celoso de que ya no fuera su centro de atención. Sin dudarlo,buscóelnúmeroprivadodelasecretariaylallamó.—¿Javier?—preguntóellaaldescolgar.Defondo,percibióelruidodeltráfico—.¿Quésucede?—¿Porquénoestásenlaoficina?Suvozsonóconreproche,peroMarlanoseachantó.—Nomeibaaquedarcontandolashoras.—Esperoquetengasunaexplicación.—Pues sí—dijo y un autobús pasó por su lado—.Me pediste que recabara información y eso estoyhaciendo.Yaquenomedejasircontigo,hetenidoqueapañármelaspormicuenta.—¿Quéhasaveriguado?Marlahizounapausasilenciosaybajóeltonodevoz.—Notelovasacreer,perohedescubiertoqueLeonardoMoneroerabuenamigodeSanz.—¿Quién?—Monero,elcríticodecine.¿Tienesmemoriadepez?—Demosca,diríayo.¿Cómotehasenteradodeeso?—Elchicoconelquesalgoesperiodistaytrabajaenlamismaredacciónqueél.—Esemuchachotendráunnombre,digoyo…—Lotiene,peronotelovoyadecir.—Vayamosalgrano,Marla.Ellasuspiró.—Hasta donde sé, Monero y Sanz eran buenos amigos. Siempre había hablado bien de él, de suspelículasydesupersona,inclusoenlospeorestiempos…—Pues,menosmal.—ExistenrumoresdequeaMonerolepagaronporescribirunacríticatanduracontraRubio.Deahíquesucarrerasefueraapique.—Poderosodinero.¿Dóndeestásahora?—SaliendodelmetrodeLaLatina.—¿Estásloca?
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—Másbien,estabaaburrida.Entiéndelo,Javier.Por unmomento, recapacitó y reflexionó sobre las palabras de la chica. Sumovimiento no sería enbalde.Conunpocodesuerte,esecríticocorruptoaportaríaalgodeinterésalainvestigación.—Notemuevas.Dameunadirecciónyesperaaquemereúnacontigo.—Gracias,peropuedocuidarmesolita.—Porestavez,noseastanterca.Lasecretariadiounlargosuspiro.—Eseesmiproblema,quenuncalosoycontigo.
***
UntaxilodejóenlaplazadeCascorro,enelcorazónqueuníalosbarriosdeLaLatinayLavapiés.Hacíaañosqueno frecuentabaaquellascallesyno lasechabademenos.Demasiadosdomingospersiguiendocarteristas en El Rastro y demasiadas noches cazando camellos en las esquinas de la plaza deEmbajadores.Sinembargo,losnuevostiemposylabonanzaeconómicahabíancambiadoalbarrioyasusgentes,llevándoseconsigolosviejoslocalesyconvirtiéndolosencafeteríasmodernasytiendasderopadesegundamano.AlolejosviolaestatuadeEloyGonzalo,elsímboloquepermanecíaimpasiblealosvientosmodernos.Juntoaella,Marlaesperabasullegada.Sealegródeverlo,aunquenodemasiado.Pensóquelehabríamolestadosuvisita,alnodejarlatrabajarsola.Paraella,eraunindiciodedesconfianza,peroestabaequivocada.Larazóndesullegadaeraotra.Lasecretariaerainteligenteyastuta,peronoconocíanadaacercadelassabandijasquepodíaencontrarenlacalle.Abordaraundesconocidorequeríatacto,perotambiéntenacidadysangrefría.Laexperienciadelexpolicíalehabíademostradoquenuncasabíapordóndepodíasalirelinterrogado.«Nuncasomosloqueaparentamos,hastaquenosponenenunasituacióndepeligro».—¿Dóndeestánuestrohombre?—preguntó,nadamásverla.EllaseñalóaCasaAmadeo,unapequeñatabernacastiza,famosaporsuscaracolesensalsayunpedazodehistoriadelcentrodelaciudad—.¿Lehaentradoelapetito?Yanoeshoradecomer.—Nolosé,perosehametidoahí.—¿Hacemucho?—Quinceminutos,quizá.Maldonado le hizo una seña para que lo siguiera. Cruzaron la acera, abandonaron la plaza y seacercaronaltoldooscuroquecubríalaentradadelbar.Ellocaleraestrecho,decoradocontonosrojizosyconunlargopasillodondesesituabalabarrayquellevabaalacocina.Aesashoras,elbarcontabacontresclientesenlabarra.Ningunodeelloscomía.Pegadoalapareddelaentradayapoyadoenunalféizardemetal,elcríticodabasorbosaunatazadecafé.—¿Esél?—Sí.—Tieneunaspectolamentable.—Tú,mejornohables.«Qué extraño», se dijo, al encontrar a un hombre de rostro flácido, estatura pequeña y con el peloalborotado.El crítico semovíanervioso,mirandoaambos lados.Lasmanos le temblabanynoparecíasentirse cómodo allí dentro.Cuando el detective cruzó la puerta, saludó al camarero y se acercó a él.Marlasiguiósuspasos.Lapresenciadelaparejaalertóalperiodista,queselevantódeltabureteybuscóunasmonedasenelbolsillodelpantalón.—Yoleinvitóalcafé—murmuróeldetective,interrumpiendosucamino.Maldonadosacósucartera,laabrióun instantey lemostróel carnéde identidad, confiado, comosi tuvieraalgún tipodevalidez.Elhombrenisemolestóencuestionarlo—.Acambiodeunaspreguntas,claro.—¿Esdelapolicía?—¿Tantosemenota?—preguntóyrioparasusadentros—.Ellaesmicompañera.Moneroserelajóporunsegundo.Alparecer,noeranellosaquienestemía.—¿Estoeslegal?—Escuche,sóloqueremoshablar.
—Nosédequé.—DePonceSanz.Sabemosquetienerelaciónconél.Losojosselenublaron.—Nosédequémehabla,siesporlosrumores…—¿Quérumores?—preguntóMaldonado,arqueandounaceja.Loscuerposdelaparejapresionabanalinterlocutor.—Loquecuentanporahí.—Nosotrosnohemosoídonada,¿quédicen?—Nolosé.Yotampocoestoyalcorriente.—¿Vaparalargo?Elestúpidojueguecito,digo.—Mire,notengonadaquedecir.Haceunadécadaquenoloveo.—Perosonamigos,¿verdad?ElhombremiróaMarla.—Loéramos,oesoquieropensar…—dijoybajólaguardiaencuantovioquenoleharíandaño—.Verá,Sanz era un buen tipo. Se portó muy bien conmigo... A diferencia de otros actores, era divertido ygeneroso.Sehandichocosashorriblesdeélylamayoríanoeranciertas.—¿Ylaminoría?—Lehabloenserio,¿sehametidoenalgúnlío?—Hadesaparecidoynosgustaríasabersisehapuestoencontactoconusted.—¿Conmigo?—preguntó,nervioso—.¿Quiéndiablossoyyo?Unhombreacabado…Oiga,notengonadaqueverynoquieroquemerelacionenconél.Mividasefuealaruinaporculpadeesedesgraciado…—¿Sanz?—No,elotro,elinnombrable.—¿Serefierealartículoqueescribió?Elcríticosefrotólacara,mostrándoseangustiadoporlapresióndelapareja.—Me refiero a Juan Luis Rubio. Fue un error aceptar aquel trabajo y no fue justo para nadie. Eseproductorlatomóconmigo.—Noesparamenos.Supelículanosaliómuybienparada.—Yonoquería,peromeanimaronahacerlo.—Escribíaparalacompetencia—apuntólasecretaria—.Ledaríaunamotivación.«Vasaprendiendo,Marla».—Puessí,¿yqué?Esaproduccióneraunamierda—respondió,conlosojoshinchados—.Asíselodigo.Además,eldineromevinomuybien.—Tampocolopongoenduda.—¿Sabe?Desdeaqueldía,vivoenunapesadilla.Sipudieraviajareneltiempo,noloharía.—Peronopuede.Paraesovenimosaquí,parameterlapataunayotravez.—Nolosabebien…EsedesgraciadodeRubiomehavetadoentodos losmediosymehaamenazadodurante años —respondió y se hundió en su propia miseria emocional—. Ahora me dedico a escribirbasurasobreobrasdeteatro…¡Teatro!Nomeinvitannialoscines,conloqueyoheaportadoalaculturadeestepaís…—Menoslobos,quelossantosestánenelcielo.Elhombrehizoungestoparamarcharse,peroeldetectivelopresionóparaquenosemoviera.—¿AlgunavezlehablóSanzsobresusproblemaseconómicos?—Nosénada,yaselohedicho.¿Hanterminado?Meduelehablardeestetema.—Laverdadesqueno,pero...—Peronopuedehacernadaparadetenerme,¿verdad?Eltiposelevantó,seabriópasoentreellosyabonólacuentadelcafé.—Déjenmeenpazolosdenunciaréporacoso.Despuésabandonóellocalyseperdióporlacuestadelaplaza.—Menudoprontotieneelamigo—comentóMaldonado,comprendiendoquehabíasidounapérdidadetiempo—.Enfin,teníamosqueintentarlo.—Losiento.
—Espartedeloficio.Maldonadoseacercóalabarraypidiódoscañasdecerveza.—¿Tevasaquedarahíbebiendo?—Hasidounamañanalargaytengoelestómagovacío—dijoysedirigióalcamarero—.Disculpe,¿vienemuchoporaquíesehombre?Elmuchacho,unchavaljovendepelolargo,miróaldetectivecondesaire.—Esunraro.No lohabíavistoantes,hastahaceunosdías.Desdeentonces, llegasiemprea lasseis,pideuncaféyutilizaelteléfono.Despuéssemarcha.Noconsumenadamás…Nicaracoles,nileches.Maldonadomiróal finalde labarra,dondeaúnhabíaunodeaquellosvetustos teléfonospúblicosdecolorverde.—¿Todavíafuncionaelcacharroese?Pensabaqueformabapartedeladecoración.Elchicoencogióloshombros.—MientrasTelefónicaquiera.—Curioso,¿nocrees?—lepreguntóalasecretaria.Ellanegóconlacabeza.—Cosasdemayores.QuizáelepisodioconRubiolodejaratraumatizado.Todostenéismanías.—¿Todos?Bebe,anda,yharécomoquenoheoídoeso.
Dos clientes, un mismo objetivo y una amistad en juego. La reunión con la señora Robles lo dejóconfundido.SuconfesiónparecíamáshonestaqueladeLuzJiménez,peroalgoleindicabaquenopodíaconfiar en ninguna de las dos. La razón: las represalias de unmagnate de la industria con un pasadopúblico tenebroso. El dinero nublaba el juicio del detective, que nunca se había encontrado en unasituacióncomoaquella.YaúnquedabalapromesaaBerlanga.MaldonadolehablóaMarladesubreveencuentroconRoblesylasdudasqueteníasobreella.Había
algoensuformadehablarquelegenerabarechazo.Porsuparte, lasecretarianohabíatenidotiempoparareunirmásinformaciónacercadelasdosmujeresquerodeabanlavidadelactor.Traseltentempié,laparejasedespidió.Nohabíarazonesparaqueregresaranalaoficinahastaquese
aclararanlascosasycadaunotomóuncaminodiferente.Antes de regresar a su domicilio, se le ocurrió acercarse hasta la escena del supuesto crimen. Tal y
comolehabíaexplicadoaBerlanga,apriori,no lepreocupabaloqueencontrara laCientíficaentre losrestosderopa,aunquesearrepintiódeayudaraesecretino.Denohaberlohecho,enesemomentosólolepreocuparíaeltrabajo.Aesashoras,conlosúltimosrayosdelsolypocoantesdequeoscurecieralaciudad,noencontraríaala
policía por allí. Era consciente de que él tampoco sacaría demasiado de la escena, pero pensó que leayudaríaacontemplarelcasoconotraperspectiva.BordeóelpaseodelManzanaresporlaentradaquehabíacercadelaestacióndePríncipePíoycaminó
rectohastael lugarde loshechos.Los trenespasabanporencimadelpuente, comocadadía, comosinada hubiera sucedido. El panorama era diferente al de la mañana. Ahora sólo había vecinos quepaseabanasusperrosydeportistasquecorríanporambosladosdelpaseo.Sedetuvobajo laconstrucciónycontempló laalturaquehabíadesde loaltohastasuspies.Después
estudióelcaudaldelrío.LaprofundidaddelManzanareseraescasa,apesardelaaperturadelaspresasparaquefluyeraconmásfuerza.Demorirahogado,pensó,tendríaquehabercaídodesdeelpuente,perono le convenció la hipótesis.Observó el ritmo de las aguas y desechó la idea de que el río lo hubieraarrastrado.Deserasí,sehabríadetenidovariosmetrosmásadelanteyalguienlohabríadetectado.Sacóun light cuando la noche otoñal se posó sobre sus hombros y la helada brisa comenzó a congelar susdedos.Fumóyreflexionó,caminandodeunextremoaotro,procesandolosdetallesatodaprisa,enbuscade una respuesta que le ayudara a responder a tanta incongruencia. El tiempo se detuvo para él y seolvidóporcompletodelodemás.«El hecho de que te crea, no significa que pueda defender tu inocencia», recordó las palabras del
inspectorBerlanga.Subufandaylasotrasprendaspersonalesdelactorlollevaronaotraposiblecausadedesaparición.Era
undisparate,opinó,perounapersonadesesperadaeracapazdetodo.Elpensamientoseperdióenelairecomolacenizadelcigarrillo.Conocíalosperfilesdelasociedady,pordesgracia,habíatratadoconlamayoríadeellos.PonceSanz
noencajabaenelperfildelosque,porunascuantasdeudas,saltanporunpuenteosearrojanalasvíasdeltren.«Demasiadoegocomoparaquedarenelolvido».Su intuición estaba tan revuelta como el agua del río. Preocupado, apagó la colilla en una papelera
pública,comprobó lahoraydecidióregresarasucasa.Era tardeparavolvera laoficina, lacabeza le
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ardíayMarlanolehabíadadoseñalesdevida,porloqueunpocodedescansolevendríabien.De regreso al paseo de la Florida, sintió el teléfono vibrando en el interior del abrigo. Comprobó la
pantalla:eraBerlanga.Dejóqueelterminalsonarahastaqueelinspectorsehartódeintentarlo.Aúnnohabíareunidolafuerzasuficienteparatenerotroenfrentamientoconsuamigoyfaltarasupalabra.Legustaraono,vivoomuerto,ibaaencontraraeseactor.No lo hacía por dinero, ni por orgullo, sinopor principios. Losmotivos de su desaparición lo habían
metidoenunaprietohastaquesedemostraralocontrario.Conunpocodeinfortunio,eldedoacusadordelajusticiapodíaterminarseñalandohacíaél.Algunoslollamabandañoscolaterales.Élpreferíallamarlounabromademalgusto.Yesque,aldetective,nuncalehabíancaídobienloslistillos.Lanochecayósobresushombros.Las lucesde laestación lemarcaronelcaminoacasay,antesde
apagarsumente,secuestionósiPonceSanzestaríajugandoconsuentorno,riéndosedetodosellos.
Día2.Miércoles.Sedespertóenelsofá,conlabocaresecayunligerodolordecabezaquesolucionaríaconaspirinas.El
viejotelevisordetuboestabaapagado,aunquenorecordabahaberlodesconectado.Encimade lamesahabíauncenicerocargadodecolillas,unacajetilladelightsvacíaylosrestosdeunabotelladeRiojaquellevabamásdeunasemanaabierta.Pestañeócondificultad,legañoso,ysintióelescozordelospuntosenlafrente.Cadavezquelapielleprovocabaunpicor,sólopodíapensareneseactor.Berlanganolohabíavueltoallamardesdeeldíaanterior.Recordóquesehabíadormidoviendoelcanal
delatelevisiónpúblicaenelqueemitíanunapelículadeBruceWillis,enlaqueencarnabaaunpolicíadeNuevaYorkqueibaaLosÁngelesparareconciliarseconsuexmujeryseveíaenvueltoenunsecuestroterrorista.Legustabaesapelícula.Lahabíavistocientosdevecesynosecansabadeella.Larazóneraquese
identificabaconelpapelquehacíaWillisylerecordabaaélensustiemposenelCuerpo.«JohnMcClane:Escucha,túfallas,yotecubroelculo.Yofallo,túcubreselmío».«ZeusCarver:¿Ysilosdosfallamos?».«JohnMcClane:¡Entoncesestamoslosdosjodidos!».Sepusoenpie,caminóhastaelmuebledelcuartodebañoysetomóunaaspirina.«Deesohaidosiempretodo,¿no?Deprotegernoselunoalotro»,reflexionó,recordandolasecuencia.Frentealespejo,entendióquenoestabapasandoporsumejormomento,perolamentarse,tampocoiba
acambiarsuaspecto.«¿Cómose loexplicoaBerlanga?», sepreguntó,buscando la formadehacerentenderasuamigoel
acertijoqueteníanpordelante.Nolahabía,sedijo,seduchóyabandonóelapartamento.
***
Elsolhabíavueltoa laciudad,despejandoelcielodenubesydevolviendo laesperanzaa lasmañanaslaboralesdeloshabitantesdelacapital.Enfundadoensuchaquetaverdeoliva,buscólasombraporlasacerasparaquelacicatriznosequedaradeporvidaensurostro.SubiólacuestadeSanVicente,tomólaPlazadeEspañaygiróporlaangostacalledeLeganitosparavisitarlacomisaríaCentro.Caminarporsusaceraseracomoviajarunosañosalpasado.Losrestaurantesdecomidachinanohabíanabiertotodavía.Elbarasturianodelaesquinaservíacafésydesayunosanteelruidodelosatascosyeltránsitoconstantedelabocademetro.Noleapetecíapisarlosdespachosdeaquellacomisaría,todavíamenosconlapresenciadeLedradoy
delosdemásexcompañeros,perodebíahablarconél,almenosparaquitarselaquemazóndeencima.Cuandoalcanzólaentrada,miróalosdosagentesquelacustodiaban.Noloconocíanysospechóque
seríannovatos.—¿SabensiestáelinspectorBerlanga?Unodeellos,armadoconunsubfusil,lediounrepasoconlamirada.AMaldonadonoleimpresionaba
elarmaquellevabaencima.Tantoelnovatocomoél,sabíanqueeradisuasoria.Practicareltirosalíacaroparacualquierayaquelmuchachonoteníaaspectodeserunaficionadoalasarmas.—¿Departedequién?
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Pensódosvecesencómopresentarse.—DígalequeesMaldonado.—Unmomento…—contestó,secoyconsospecha.Maldonadomiróalaagentequehabíaalotrodela
puerta.Eraunachicahermosa,vestidadeuniformeyconelpelonegrocomoelcarbón,recogidoenunacoladecaballo.«Enmiépoca,lacomisaríaapestabaasudorymalhumor».Lostiemposcambiabanamejor,pensó.Yélnoformabapartedelprogreso.Minutosdespués,avistólagabardinabeigedesuamigoporelrincóndelaescalera.Berlanganotraía
buena cara y empezaba a ser habitual en él. El caso de Ponce y los problemas maritales parecíanamargarlo.—Teestuvellamandoporlatarde.Tepedíqueestuvieraslocalizable.—Fueundíalargo.¿Algunanovedad?Berlangadiounvistazoasualrededor.—¿Quéquieres,Javier?—Dejaqueteinviteauncafé.—Nolosé.Andojustodetiempo.—¿Notienesdiezminutosparaunamigo?Elinspectordiounrespingo.—Esrelativoa…simevasahacerperderlamañanaono.—Eresunmalditocascarrabias.
Desde los iniciosde su amistad, la barra del Oskar había sido uno de los lugares por excelencia paraconversarsininterrupciones.Esamañana,elinteriordelacafeteríateníaeltránsitohabitualdeclientes,apesardelasobrasconstanteseinterminablesenelcorazóndelcentro.Comosetemía,Berlangaseguíasindarconelparaderodelactor.Rechazólainvitaciónaldesayunoyselimitóapediruncafécortado.Sincadáver, no se podía dar a Sanz por muerto y esa era una buena señal. Sin embargo, el rostro delinspectornoparecíaalegrarse.Dealgúnmodo,Maldonadopensóquesóloqueríacerrarlainvestigación.—LosdelaCientíficadicenquetardaránunosdíasentenerlosanálisisdelasmuestrasdesangre...—Quenoserándeutilidadhastaquepodáiscompararlosconalgo—añadióeldetective,moviendo la
cucharilladecaféparadiluirelazúcar—.¿Quéhaydesupropiedad?—Nirastrodeél.Hemospuestosuapartamentopatasarriba,hemosinterrogadoalosvecinos...Nadie
lohavistodesdehacesemanas.—¿Y los lugares en los que estuvo el sábado? —insistió. Existía la posibilidad de que la policía
vislumbraraalgunasgrietasentresuversiónyladelaesposadelactor.Berlangase frotó lacara,agotado.Maldonadosintiópenaporsuamigo,peroélnoseencontrabaen
unasituaciónmejor.—Estamosenello.Yasabescómoseponenlosbaresdecopasconeltemadelascámarasylaintimidad
delosclientes...—Quesinordendeljuez,nohayvisionado.—Másomenos.—Entonces,¿quedofueradesospecha?Lamiradadelinspectorlofulminó.—Todavíahayqueaclararlodesubilletera.—Yateloexpliquéayerytelovuelvoaexplicar,Miguel…—Cállate,porfavor.Noquierooírlootravez…Alégrameeldía,sólotepidoeso.Maldonadocogióaire.—Es una larga historia, pero ayer coincidí con la señoraRobles...Unamujer directa, ambiciosa. Sin
embargo,hayalgoquemehacesospechardeella.—Seguroquelaconocisteporunacasualidad.—Diosloscría...—¿Dónde?—EnelRitz.Losojosdelinspectorlomiraronconrecelo.—¿Tú,enelRitz?—Asíes.—Tienegraciaelasunto.Maldonadonotóqueelcansanciolovolvíairascibleyfingiónoescucharelcomentario.—EstáconvencidadequeSanzsigueconvida.—Es una reacción lógica. Quiere respuestas y a su marido de vuelta... No hay nada peor que una
incógnitasinresolver.—Meofreciódinerosimeapartabadelcaso.Berlangalomiró,estavezconmásdesconfianza.
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—¿Cómo?Siyaestásfueradelcaso...Uno.Dos.Diounsorboalcafé.—¿QuésabesdeJuanLuisRubio,elmagnatetelevisivo?Berlangameneólacabezahaciaamboslados,anticipándosealasunto.—Nome gusta por dónde vas... Ya sabes lo poderoso que es. Quédate al margen y no te metas en
jardinesdelosquenopuedassalir.—¿Loestáisinvestigando?—¿Deberíamos?—Puede que esté relacionado con la deuda económica que Ponce tiene pendiente... La última
producciónfueunfracaso.Berlangaasintió,indiferente.—Lotendréencuenta.—Claro...—respondió, lamentandolafaltadeconfianzadesuamigo—.Porcierto,hayotroasuntodel
quemegustaríahablarte.—Yyo...Quieroquemeexpliquesquéhacíasanocheporlosalrededoresdelpuente.Maldonadosequedóhelado.—¿Ahoramevigilas?—Pedimosalosvecinosquenosavisaransinotabanalgoextraño.—Tomabaelfresco...Terecuerdoquetambiénesmibarrio.—Mehablascomoaunimbécil.Nohagasesoconmigo.—Notehablocomonada,Miguel...Estássacandolascosasdecontexto.Dormirpocotesientafatal.—Yatilabebida...ynadietelohareprochadoenlosúltimosquinceaños.Hartodesuinsolencia,nopudocontrolarlarespuesta.Seacercóasurostroyloagarróporlasolapadelagabardina.—¡Escucha,soytuamigo!Lidiacontupropiabasurasiesloquequieres,peronolatomesconquien
pretendeayudarte.Berlangalomirócompungido.Sujetólamanoylaapartódelabrigoconunligeroempujón.Eldetective
entendióquesehabíaexcedido.Losojosdelpolicíaloobservabancondesprecioeincomprensión.—Novuelvasatocarme—respondióenvozbaja,perodesafiante—,¿meoyes?—Losiento,pero…—¿Quiéntecreesqueeres,Javier?—preguntó,sintiéndoseinsultadoporlamaneraenlaquesehabía
dirigidoaél—.Terecuerdoqueelpolicíasoyyo,notú.—Losdosestamosmuyalterados.—Metienesharto—espetó,despertandoelinterésdelaclienteladelacafetería—.Estoycansadodeti.
Noqueríadecírtelo,peroesaeslaverdad.—Déjaloya.Estásagotado…Nohagasalgodeloquetevayasaarrepentirmástarde.Cadapalabraquesalíaporsubocaempeorabalaconversación.—Mira,olvídatedeloquetepedí.Fueunerrorpormiparte.—Noseastercoyescuchaloquetengoquedecir.—Pasodegastarun segundomáscontigo—respondió, sindarle laoportunidaddeexplicarse—.Será
mejorquememarche.—Miguel…El inspector ledio laespaldaycaminóhacia lapuertadecristal.Antesdeabandonar lacafetería,se
detuvo,diomediavueltayloseñalóconelíndice.—¿Sabesporquénoleshablédetiaesosperiodistas?¡Porquesiempreactúasentubeneficioyacabas
jodiendoalosdemás!Esasfueronsusúltimaspalabras.Berlangasemarchóysusiluetaseperdiótraslacristaleradondecolgabanlasfotografíasdelosplatos
combinados.Eldetectiveobservósualrededoryencontrólasmiradascuriosasdelosespectadores,queregresaronasusalmuerzos.
Ensilencioycon latranquilidaddealguienajenoalespectáculo,dejóunasmonedassobre labarraysalióenlamismadirecciónquesuamigo.
Porsuerte,notodoelmundoestabaenfadadoconél.—¡Nomelopuedocreer!¿Tuamigo,elinspectorBerlanga?Marlasesobresaltóconlaanécdotadelacafetería,aunqueMaldonadohabíaobviadoalgunosdetalles
que,paraél,noerandesumaimportancia.—Así es, Marla, y así ha sucedido… —respondió, como si tampoco entendiera la reacción de su
compañero—.SupongoqueelcasodeSanzlohasobrecargado…Todostenemosderechoaunmaldía.—No sé, Javier…Me sorprende… Berlanga no parece de esa clase de personas que reaccionan así
como…—¿Comoquién?—Yameentiendes…—dijo,meneandolacabeza—,comotú,enocasiones…Maldonadocarraspeó.—¿Comoyo?Explicaeso.—Notelotomesamal,peroeresunhombreconcarácter…Conmuchocarácter.—Ajá.¿YBerlanga?—Estuamigo.Túloconocesmejorqueyo.—Esoes.Ytediréqueesunzoquete.Marlapusolosojosenblanco.—Tampocoesparaeso…—En fin,no ledemos importancia…Elcasosecomplicayesnaturalque todoelmundoestéconun
humordeperrosporquenodaconSanz.—¿Asíqueestávivo?—Esoquieropensar.—¿Hasencontradoalgodeinterés?Marla abrió su agenda y buscó una nota de papel. En ella había un número escrito y una dirección
física.—Monero,elcríticodecine—explicó,entregándolelanota—.Eselúniconúmerodeteléfonoquetiene
ydesconozcosiladirecciónesaúnválida.—Buentrabajo,¿cómolohasconseguido?—¿Tepreguntoyocómohaceseltuyo?Élsonrió.—Esohatenidogracia.Despuéslaobservóensilencio,comosifueraadecirunafraseimportante,peronuncalohacíayMarla
odiabacuandoactuabaasí.—Noempiecesconeso...—¿Quétaltucitadeayer?Parecequeelescritornoestanaburrido.—¡Javier,nomecambiesdetema!—¿Quésucede?Tuvidapersonalmeproducefascinación.Lamíaestáenhorasbajas.Ellalomiródereojo.Noentendíasijugaba,sihabíabebidoosihablabaenserio.—¿Mehasseguido?—¿Túquécrees?—Entonces,¿cómosabesquemeviconél?
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—Probabilidad—dijoysonrióparabajarsudefensa—.Estavez,heacertado.Mealegravertefeliz.—Para tu información, no es escritor, sino periodista… Fuiste tú quien dijo que me buscara un
pasatiempo.«PorDios,nopongasmásprecariedadentuvida».Eldetectivesuspiróprofundamente,dudandohastaelúltimosegundo,antesdeprocederconsuoferta.
NocontabaconelapoyodeBerlangaytemíaquesuenfadosevolvieraensucontra.ConPedroMaríntraslasueladesuszapatos,PonceSanzperdidoenlaciudadylasdosmujeresdemandandosusservicios,elcasodelactorlosobrepasaba.Yquiénmejorqueella,pensó,leal,metódicay,sobretodo,invisibleantelosojosdelentornoenelque
semovíaeldetective.Enalgúnpequeñorincóndesucorazón,noledesagradabalaideadequepasaramástiempoconély
menosconesejuntaletras.—¿Tevasaquedarahítodoeldía?—Puedeser.—Cuando me miras así, en silencio, insinuando que vas a decir algo importante, me pones de los
nervios…—Verás,nosépordóndeempezar…Megustaríapedirteunfavor.—Mientrasnoseadinero…—No.Essobreelcaso.Losojosdelasecretariaseentornaron.—¿TerefieresaldePonceSanz?—Sí.Ellasuspiró.—¡Suéltaloya,Javier!—Necesito que me ayudes—respondió—. En este momento, eres la única persona en la que puedo
confiar.
***
Dos cafés para llevar fueron suficientes para arrancar la jornada laboral. El entusiasmo deMarla porparticipareracontagioso,peroMaldonadonoqueríadesanimarlaantesdehora.Pensóquenolevendríamalunpocodesuoptimismo.Pedirle ayuda no fue fácil para él. Quería evitar la confrontación y también queMarla invadiera su
espaciopersonal.Conlosaños,Maldonadosehabíavueltometódico,maniáticoysupersticiosoenalgunasocasiones.No
eralomismoteneraMarlaalotroladodelapuerta,sentadaensuescritorio,quemetidaensudespacho.Temióqueciertasdistanciasseredujeran.HacíamuchotiempoqueMaldonadotrabajabasolo.Entodoslosañoscomoinspector,Berlangahabíasidosuúnicocompañero,elúnicoqueentendíasuformadeseryquien miraba a otro lado cuando rompía las reglas. Probar con nueva compañía era como meter uncorderoenunaleonera.Lapusoalcorrientedetodoloquehabíarecabado:desdelavisitadeesamisteriosachicaasuúltimoy
desafortunadoencuentroconBerlanga.En primera instancia, le recordó la importancia de ser invisible a los ojos del entorno del detective,
sobretodoalosdePedroMarín.«Unavezquesepaquiéneres,notequitaráelojo».Le repitió que nadie, por encima de cualquier cosa, podía saber que ella estaba implicada en la
investigación.Aunquenoleexplicólarazón,loúltimoquedeseabaeraquelajovensalieraperjudicada.Sobreelescritorio,desplegarontodaladocumentaciónqueellahabíarecogidoanteriormente.Lamesa
deldetectiveestaballenaderecortes,fotografías,artículosdeprensayreportajesderevistas.Ponerenordenaquelrompecabezasnoseríaunatareafácilparaningunodelosdos.MaldonadolepidióaMarlaqueseencargaradebuscarenlaRedtodoloquepudierasobrelaproductoraaudiovisual.Mientrastanto,élintentaríaencontrarunaagujaenunpajar.
Comenzóporelprincipio.Agradecióquelasecretariaordenaralosdocumentosenordencronológico.Parasusorpresa,nohabíatantainformacióncomoélimaginóenunprincipio.Lasnoticiasseremontabanadiezañosatrás,enelmomentoenelqueganósuprimerpremioGoyacon
Losqueridos,unacomediacostumbristasobrelaEspañadelaTransición.PonceSanzgozabadecuarentaaños y de toda una carrera por delante. Había trabajado en otras películas antes, sobreviviendoeconómicamentecomolamayoríadelosactores,peroaquelaño,lacríticalocoronócomoelactormástalentosodelpaís.Unañomás tarde,contrajomatrimonioconRobles, sieteañosmás jovenqueél.Larelaciónhabíasurgidoentrebambalinas,duranteelrodajedeunanunciodetelevisión.Maldonadopusoatenciónaunrecortedeunarevistadelcorazón.«Elactorrompecorazonessientalacabezaconunaejecutivamadrileñadeclaseacomodada».«Mepreguntosisusproblemaseconómicosempezaríanantesodespuésdelmatrimonio».Continuóleyendo.Los saltos cronológicos eran cada vezmás espaciados. Sanz no regresaba al cine y tampoco parecía
estarinteresadoenello.Cincoañosmástarde,aloscuarentaycinco,protagonizóunapelículaespañolaenlaqueencarnabaaunpolicíanacional.«Hayquejoderse.Asítienenesaideadenosotros».Eseaño,elactorganóotropremioGoya.«Supongoquesebuscaríamásdeunenemigo».Sinembargo,elgalardónnoleotorgómástrabajoysusaparicionesenlapantallasecongelaron.Los
añosseespaciabanentrelostitularesyelúltimorecortequeteníaensusmanos,deunañoantes,eralacríticaalapelículaElbalóndeDios,sobrelavidadeljugadordefútbolargentino.«Homenaje pobre: mal gusto ymala interpretación para una institución del deporte», leyó para sus
adentros,revisandoeltitulardelacrítica.«Nosorprendequeunproductor tanhorteray líderde la telebasuraquesevendeenestepaísyun
actortanmediocre,hayanunidolasneuronasparagrabarochentaminutosdepuracaspaaudiovisual».«Porprimeravez,Sanzhaceunpapelbrillantedesímismo:unactoracabado».Lacintafueunfracasoestrepitosoyjamásrecuperaronlainversión.Encuantoalafortuna,imaginóquelohabríaderrochadoenelcasinooenunodeesosnegociosenalza
que sólo llevaban a la quiebra. Si los futbolistas abrían restaurantes, entendió que los actores sedecantaranporlosbaresdecopas—quizá,porqueasísesentíanencasa—.Maldonadoeraconscientedequelafamaeraefímera,peligrosa,yeldineronoeratantocomolaopiniónpúblicaimaginaba.Nuncasehablabadecifras,nidecontratos.Eldineroerauntematabúqueseexpresabaconelegantesropasdealquiler,galasenteatros,alfombrasdeterciopelo,fiestasenlasterrazasdeloshotelesyposadosparalascámarasde losreporteros.Laburbujamediáticagustabayconquistabaalespectador,queeraquien laconsumía,peroeldetectivenocaíaenlaviciosatrampadelafarándula.Alolargodesucarrerahabíacomprobadocómoeldineroseconvertíaenceniza,igualderápidoqueunatormentadeverano.Una vez comprendido el contexto y la trayectoria del actor, se preguntó por las razones por las que
habríadesaparecido.Concadasegundoquepasaba,lodabamásporvivoquepormuerto.Diountragoalcaféyrecordólaspalabrasdelaesposaacercadelostentáculosdesujefe.Aqueldetalle
lehizocambiardeparecer.HablardeJuanLuisRubioeranpalabrasmayores.Todoelpaísloconocía,yafueraporlasdécadasque
habíaestadoentelevisióncomopresentadordeprogramasnocturnosydeentretenimiento,comoporlosescándalossobresuvidaprivadayfinanciera.Dosdivorcios,sinhijosyconunaaparienciafísicamalvada.Era unmal vestido y soez. Los rumores sobre él eran innumerables. Los programas amarillistas no secortaban en lanzar bulos acerca del trato que ejercía sobre los empleados de las productoras quemanejaba o de las extravagancias de su vida privada. Algunas personas afirmaban haber visitado elbúnkerantinuclearquehabíaconstruidoensupropiamansión.Peronoeraesoloquemáspreocupabaaldetective.SiRubioteníaalgoquever,no lequedabaotroremedioquevisitarlo,yesoyano legustabatanto.Conocíadóndesesituabasudomicilioy,enalgunaocasión,inclusohabíasidotestigodeunadesusescandalosas visitas a la comisaría Centro, con el fin de poner una denuncia. Porque, a pesar de losmillonesqueunopudieratener,todosvalíanlomismoenelinteriordelasintendenciaspoliciales.
Llegadoaesepunto,laúnicarelaciónquehabíaentreRubioyelactorerasumujer.Roblestrabajabacomoejecutivaenunadelasproductorastelevisivasconmáséxitodelpaís.Unaporqueríadeempresaaojos del detective, pero que recaudabamás dinero que el resto de las compañías privadas del sectoraudiovisual.Loscabos seataban.Sepreguntó si seríaSanz lapersonaquedebíadineroalproductoro si,porel
contrario,suesposalehabíaengañado.«Malditasea,estosecomplica».Después se cuestionó qué rol encajaría su supuesta cliente, Luz Jiménez, asumiendo que Robles la
conocía.Tomóunanotamentalparaocuparsemástardedelaesposa.Marlainterrumpiósulabor,apareciendo
porlapuerta.—¿Hasencontradoalgoacercadeesaproductora?ElrostrodeMarlaleindicóqueasíera.Nopodíaesconderlaalegríacuandoteníaalgoquemostrarle.
Le entregó un folio, aún caliente por la impresora, y observó una fotografía en blanco y negro. En elcentroaparecíaunaguapapresentadoradecabellooscuroyfrentedescubierta.Lahabíavistoalgunavezen la pantalla. Leyó el titular de la noticia, quehacía referencia al embarazode la presentadora, y noentendióquépretendíalasecretaria.—¿Tesuenasucara?—Sí,claro.Esunadiva.¿Aquévieneestoahora,Marla?—Fíjateenlosdetalles,Javier.Parecementira…Fruncióelceñoyobservólafoto.Marlateníarazón.Allítambiénestabalacliente,unpocomásjovenyconelpelomáscorto.Detrásde
lapresentadora,enunaesquinayalfondo,seapreciabaaLuzJiménezdepie,enunplanoquelacubríadesdelasrodillashastalacabeza.Lasupuestaactrizhabíatrabajadocomoazafataentelevisión,undatoquelosdosdesconocíanhastaesemomento.—¿Esella?Puedeserotrachicaqueseleparezca…Latelevisiónengaña.—Esella.Tútendrásdudas,peronoyo.Mesonabadealgosurostrocuandolavientrar.Maldonadoserascóelmentón.—¿Cómosellamaelprogramadetelevisión?—LosdesayunosdelaSiete…Laimagenesdehaceunosaños.—¿Exactamente…?Marlahizoungestoburlón,repitiendosuspalabras.—Enconcreto,unañodespuésdequePonceSanzganaraelGoya.—Ajá…Chicalista.—¿Dequiénhablasahora?—Delasdos—respondióydejóelfoliosobrelamesa—.Ahoraquesabemosdóndetrabajaba,supongo
queexistiráuncontratolaboralasunombre,compañerosquelaconocían…PoresarazónestabaRoblesenelhotel.Sabíaqueseencontrabaallí.Loquemásmeinquietaesquépintaentodoesto.—¿Untriánguloamoroso?—Demasiadoevidente,¿nocrees?—preguntó,agarrósuabrigoysedispusoaabandonareldespacho.—¿Temarchasotravez?Nisiquierahemosempezado.MaldonadosacólatarjetadenegociosquePilarRoblesleentregóantesdeconcluirsuencuentro.—TengounacitaconRobles.Aprovecharéparasacarleeltema...Quédateaquí,porsiaparecenuestra
cliente.—Novaavenirnadie,Javier.Élseencogiódehombros.Lasecretariasemostródecepcionada,unavezmás.—Somosunequipo,¿no?—Pensabaquehablabasenserio.—Yasíes,perounodelosdosdebequedarseaquí.Llamaalhotelyaverigualoquepuedas.Regresaré
mástarde.
MediahoradespuésyconlaviejacintadeLosRodríguezenelradiocasete,elVolkswagenGolfGTInegrodeldetectivebordeabalaciudadporlaM—30paraincorporarsealaautovíaquellevabaaAlcobendas.Siguiólaintuiciónqueledictabaelcorazónyraravezseequivocabaconlasdecisionesquetomaba.«Esmejorcometerunerror,quenodecidirnada».Durante años, en el Cuerpo le reprochaban la falta de metodología a la hora de dirigir una
investigación.El primer crítico con él siemprehabía sidoBerlanga, que anteponía la razón al instinto.PeroMaldonadonuncaencajóbien lasórdenesni losprocedimientos.Comodefensa,explicabaquesusimpulsoseranelresultadodelaexperienciaacumulada,condensadaenunamilésimadesegundo.Tuvierarazón o no, solía acertar los pronósticos en la mayoría de ocasiones, aunque su falta de obedienciaarrastraramásdeunproblemaburocrático.Esamañana no tenía críticos, ni frenos que lo detuvieran de visitar la propiedad delmagnate de la
industriaaudiovisual.Rubionoloconocíayesoponíaenpeligroelencuentro.Debíaserastutoyrápidoantesdequeelmillonariodescubrierasusintenciones,suponiendoqueestuvieradispuestoaatenderlooque, simplemente, se encontrara allí. Los pensamientos se disolvieron con la música a medida queescapabadelnúcleourbano.DespuéspensóenMarla,ensurostroantesdeabandonarlaoficinaysintióunaligeralástimaporella.LaMoralejaeraunmundoapartealdelosmortalesquevivíanenlacapital.Lascallesseestrechaban,
el tráfico desaparecía y las cafeterías de barrio eran reemplazadas por restaurantes de alto copete yclubesdepádel.Elentornoeravariopintoyeltamañodelaspropiedadescambiabasegúnlacalleporlaquecirculara.Siguiendolascoordenadasdesucabezaylasindicacionesdetráfico,sevioenunacalzadadesierta,sinvehículosasualrededorysinvidahumana.Losmurosdeladrillo,lasverjasylavegetaciónquesalíaporellas,impedíanvermásalládelosbordillosdelaacera.Trasunratoconduciendo,supusoqueseencontraríacercadelapropiedad.Alolejosdivisóuntodoterrenoaparcadoentreelasfaltoylacalzada, juntoa lapuertade loqueparecíaunamansión,porel tamañodesusnumerosaschimeneas.Habíadejadodecontarlosnúmerosdelacalleyelsiguienteeraaquel.Aminorólavelocidad,apagólamúsicayseacercódespacioalaentrada,cuandounadiscusiónllamósu
atención.Nopodíacreerloqueveía.LuzJiménez,sucliente,vestidacomolarecordaba,discutíaavivavozconunhombre.Acercóelmorro
delGolfunosmetroshastalaentrada.«AMarlalehubieseencantadoveresto».—¡Tevasaacordardemí!—legritó JuanManuelRubio,vestidoconunalbornozdepielqueparecía
extraídadeunleón—.¡Eresunapelanduscayunamuertadehambre!¡Eresuncadávertelevisivo!¡Nadiemehaceesto,amí!Un impulso nervioso incitó al detective a bajar del vehículo, pero apretó los puños en el volante y
esperó.Siaparecíaenescena,suviajehabríasidoenvano.Cuandosequitóelcinturónparaabandonarelcoche,observóquelamuchachateníaelrostroenrojecidoy llenodelágrimas.Elcorazóndeldetectivelatióconfuerza.Supusoqueelmillonariolehabríadadounbofetónysepreguntóquédemoniosharíaellaallí.La azafata de televisión corrió al todoterreno y miró atrás, pero no le reconoció. Debía tomar una
decisión: ir tras ella y regresarmás tarde, o perder su señuelo. Arrancó el motor ymetió la primera
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marcha,antesdequedesaparecieraporelfinaldelacarretera,cuandolabocinadeundeportivoloalertóparaqueseapartara.Maldonadodioungirobruscoysesubióalaacera.UnLamborghiniamarilloloadelantóyfrenóensecoaescasosmetrosdelapropiedad.Loconducíaun
tiporubioycorpulento,muchomás jovenqueél.Despuéscruzóelumbralde lamansiónyeldetectiveobservócómolaactituddelempresariocambiabaporcompleto.«¿Quédiablos?».Conelmotorparado, intentóarrancardenuevo,peroel todoterrenode su clientedesaparecía enel
horizonte,perdiéndoseentrelosarbustosqueprotegíanlacarretera.
***
BajódelviejoVolkswagenycaminóhastalaentradaprincipaldelamansión.Lapuertadeacerosecerróautomáticamente,antesdequetuvieraocasiónparasorprenderalmillonario.Desdefuera,nopodíavernada.Lapuertaeratanaltacomoelmuroquecustodiabalapropiedad.Echóunvistazoasualrededoryavistólascámarasdevigilanciaquehabíaenambosladosdelaentrada.Dispuestoaregresaralcocheparamarcharsedeallí,lavozroncadeRubiolodetuvo.—Hola,amor—dijo,acompañandolaspalabrasconunsonorobeso.Enun primermomento, el detective pensó que hablaría por teléfono, pero después sospechó que se
referíaaltipoqueconducíaelbólidoitaliano—.¿Porquéhastardadotantoenregresar?Tehedichomilvecesqueteexponesdemasiadoaestashoras…—¡Loséylosiento!Heperdidolanocióndeltiempoynomehedadocuentadelahoraqueera…Odio
eltráficodelaciudad—respondióyseformóunsilencioquenoduródemasiado—.LosatascosdeMadridmeagotan.—Ahoradescansarásyyotecuidaré…¿Hanencontradoaesedesgraciado?—No.Nirastrodeél.¿Quédicelapolicía?—¿Lapolicía?¡Ja!Otrosquetal…Notienennada.Sonunapandadeincompetentes.—¿Quéhacíaaquíesamujer,JuanManuel?—¡Bah!Noesmásqueunamuertadehambre.Lopagarácaro.—Nomegustaverteenfadado.—Relájate,tenotomuytenso…Tieneslaespaldamuydura.—¿Quéesloquequería?Mepreocupaestasituación…—Nada,olvídate.Havenidoamolestar.Esoesloquequería.—¿Creesquemehavistoentrar?Lavozdelmillonariosevolviómásseria.—Lodudo…Perono tepreocupesporeso.Meencargarédequenovuelvaaestorbar…¿Sabes?Nos
vendríabienrelajarnosunrato....¿Porquénovamosaljacuzzi?Lediréalservicioquepreparelacomida.—Siesloquequieres...Supongoqueesunabuenaidea.—Misideassiempresonbuenas.Losdos rieron.Lospasos sealejaronde laentradaprincipalhastaqueel silencio regresóa la calle.
Sospechóquenoeraunbuenmomentoparasuinoportunavisita.Rubioparecíatenerclaroloquequería.Despuéssepreguntóquéllevaríaalaazafatahastaallí.Poralgúnmotivo,intuyóqueladiscusióntendríaconsecuencias.Regresó al turismo, arrancó elmotor y reflexionó acerca de la conversación que había presenciado.
¿QuiéneraelamantedeRubio?¿Ydetrásdequiéniban?El viajehabría sidoenbalde, si no fueraporque teníaunnúmerodematrículamemorizado y futuro
chantaje con el que abordar al empresario. Nada más subir en el interior del vehículo, anotó elidentificadordelcocheenunblocdenotas.Elnúmero ledaría la informaciónquenecesitaba.ElúnicoinconvenienteeraquenopodríaaccederaellasinelapoyodeBerlanga.«EsperotenermássuerteconRobles».Comprobólahoraenelrelojdelsalpicadero.Todavíallegabaatiempoparasucita.El motor se encendió, la cinta de Los Rodríguez volvió a sonar en el coche y el detective tomó la
direcciónalosestudiosdetelevisión.
Lamúsicano lograbacalmar la inquietudque llenaba supecho.Habíanpasadocuarenta y ochohorasdesde ladesapariciónoficialdePonceSanz,algunasmásdespuésdeque lovieranconvidaporúltimavez.Lavisitaa lamansión lodejóabsorto.Dudasymásdudas, sedijo, sintiéndoseenun laberintodementirasenelquenoencontrabasalida.Nisiquieraeracapazdecomprenderparaquiéntrabajabaenesemomento.Berlangahabíasolicitado
suayuda,aunqueaqueltemaeraaguapasada.Reconocióimplicarsemásdelacuentacuandoesaazafatasolicitó sus servicios y su bufanda apareció manchada en el Manzanares. En ese momento perdió elcontrol.ConlaproposicióndeRobles,todoelasuntosevolviómásturbio.Y,ahora,sinprotecciónniunseñueloqueloguiara,secuestionabasinosedirigíaaunpuntosinretorno.Abandonó la autovía y se incorporóal cinturónde la ciudad.Denuevo, la calma se transformabaen
bullicio y el rugido de los motores se multiplicaba por segundos. Por el espejo retrovisor observó lapresenciadeunaberlinaalemanadecolornegro,acercándoseaélatodavelocidad.Nolediolamenorimportancia. Conocía cómo se las gastaban algunos sobre el asfalto, sobre todo cuando las prisasapretabanelsegunderodelreloj.Maldonado cambió de carril, colocándose a la derecha para permitir que lo adelantara, pero le
sorprendióquenolohiciera.Porelcontrario,elvehículoaminoróyseincorporóalmismocarrilqueélydejóqueladistancialosseparara.Elcansancioylajaquecaestabandesarrollandounapsicosisabsurdaenél.«VasaterminaramargadocomoBerlanga».Alaalturadeunaglorieta,avistólosgrandesrótulosquehabíasobrelosbastoscomplejosdeoficinas.
Allí reconoció el nombre de la conocida productora audiovisual Salvaje, que ocupaba gran parte delterrenoquebordeabalacarretera.Desobraconocíacómofuncionabanaquellasjaulasdehormigón:sinunpaseysinunacitaprevia,lamisióneracasiimposible.Porsuerte,teníaunacita.Tomólasalidaque lo llevabadirectoalaparcamientode losestudios.Porelespejo lateralobservó la
berlinasiguiendosucursoenotradirección.«Estásperdiendolacabeza,Javier»,pensó,suspirandoalavezqueaminorabayseacercabaalenorme
edificio.Aparcóenundescampadodelas inmediacionesyobservóalpersonalqueentrabaysalíadelrecinto.
Erasuprimeravezallí,aunquehabíapasadocientosdevecespordelante.Lamayoríadelosempleadosnosuperabanlatreintenayllevabanvestimentascasuales.Elámbitoinformaleraunafachada,pueslosextendidos rumores sobre aquellos entornos decían que trabajar allí era un infierno de órdenes yextravagancias.«Peroestoeslatelevisión».Cruzó la puerta giratoria que daba paso al vestíbulo principal. Su presencia no pasó desapercibida,
llamandolaatencióndelosguardiasdeseguridadquecustodiabanlaentradadelafortaleza.Losojosdeunarecepcionistaseclavaronensurostroyentendióqueelmargendeaccióneranulo.—Buenosdías—dijo,aproximándoseaella,yseapoyóenlasuperficiedemaderablanca—.Minombre
es…—¿Tieneunacitaconalguien?—preguntó,interrumpiendosucartadepresentación.—Hevenidoaveraunapersona.Ellanegóconlacabezayesonolegustó.
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—Losiento.Noseaceptanvisitassinprevioaviso.Eslapolíticadelaempresa.—Tengounacita.—Ah,¿sí?—ConlaseñoraRobles.Ellalomirócondesprecio.—Sunombre,porfavor.Perosenegabaadejarrastrodesupresencia.—Dígalequeestoyaquí.Sabequiénsoy.—Verá,sinomedicesunombre,noharélallamada.Sonmedidasdeseguridad.Lamuchachacomenzabaadesesperarse.Echólacabezahaciaatrásylediounrepasoconlamirada.—Maldonado,¿lebasta?Losojosdesuinterlocutoraseentornaron.Sulenguajecorporalsevolviódistanteyfrío.Nonecesitó
másmuestrasparahacerleentenderquenoibaahablar.—Espereunmomento—dijoydescolgóelteléfono,reticente.Hablóconalguienporelaparatoycolgó.
Despuéssacóunaidentificacióndevisitante.Elexpolicíaseechóhaciaatrásylemostrólasmanos.—Sabíaquenosentenderíamos.—Tomeelprimerascensorhastalacuartaplanta.Allílerecibirán.—Asíharé.—...Lamentónohaberempleadobiensuartedeseducción.Estabaperdiendoprácticayyanoerael tipo
encantadorquesesalíaconlasuya.Cuandosealejaba,larecepcionistasedirigióaél.—Parasuinformación,haycámarasportodoeledificio.Deespaldas,Maldonadosonrió.Bajolasupervisióndelosgorilasquecustodiabanelvestíbulo,caminóhacialaentradadelelevadorque
lollevaríahastaRobles.
***
Laspuertasdelascensorlodejaronenlaentradadeunampliopasillo.Habíaimaginadolatelevisióndeotra manera, con el taconeo incesante de los asistentes moviéndose en ambas direcciones, y losexcéntricospresentadoresconelséquitoquelosacompañaban.Peronohabíarastrodeello.Unamujervestidadeazullomiró.Eradelserviciodelimpiezayempujabaunafregonamóvil.—¿Se ha perdido? —preguntó la señora, que tenía un aspecto tan aburrido como la decoración de
aquellaplanta.—Nolosé.—¡Detective!—dijounavoz,procedentedeunaoficina.Porelmarcodelapuerta,PilarRoblesasomóla
cabezaylehizoungestoparaqueentrara.Eldetectiveavanzóvariosmetroshastaeldespachoysequedóenlapuerta.Eraunaoficinaespaciosa,
rectangularyconunacristaleradesde laquesepodíaobservarunapanorámicade laciudad.Tambiénhabíaunlargosofá,enelqueimaginóaladirectivadurmiendoodándoseunpicanterevolcónconalgunodesusamantes.Noeraparamenos,pensó.PilarRoblesnoocupabaunpuestocualquieraysospechóqueganaríaunbuensalarioparasentarsecadamañanaatrabajarconunasvistascomoesas.—Siéntese,porfavor—señaló,distante—.Nosequedeahí.Cerró lapuertayestudió lasituación.Roblesnoparecíaseguradelencuentroo,almenos, intentaba
mostrarseafligidaporalgo.Llevabaunconjuntodeejecutiva:pelorecogido,americanaajustadayfaldadetubo.Elazulmarinodelasprendasencajabaconlasmediasnegrasopacasquerealzabansufigura.Lamentónohabersefijadoenellacondetenimientolavezanterior.Robleseraunamujermuyhermosa,perohabíaalgoensurostro,másalládelasformasfísicas,queapagabansuluzyleimpedíabrillar.«Labasuraconlaquecargamos,siempreacabasaliendoporalgunaparte».Tomóasientoenunacómodabutacadepielmarrónysepreguntóparaquédiablos lohabría llevado
hastaallí.Estabaintrigadoyhabíacaídoensujuego.Porsuparte,decidióguardarlaartilleríapesadade
laspreguntasparaelmomentooportunoydecidiónohablarmásdelacuenta.Aúnseguíaconmocionadocon loquehabíapresenciadoen la fincadelmagnate.ConfióenqueRobles leayudaraaesclarecer lasituación.Pegó un vistazo rápido, mientras ella pedía dos cafés a su asistente, y no encontró ninguna foto
enmarcadadelactorencimadelescritorio.Leparecióraro,aunqueeraprontoparajuzgarla.Notodaslaspersonasguardabanunbuenrecuerdodesufamiliaodeseabantenerlapresenteduranteeltrabajo.Ladecoración era minimalista, con mucho cristal y aluminio. A su derecha, encontró un enorme cuadrocolgadoqueparecíatenerungranvalor.Laobraeraabstracta,comosilahubieranterminadoagolpesdebrocha.Eldetectivenoentendíanadadearte,perosabíaquecadaelementojugabasupapel.«Sinofueratanvalioso,noocuparíatantoespacio».Aquellapinturaeraunamaneradedemostrarsupoder.—Bonitapintura,¿laeligióusted?Ellaladeólacabeza,avergonzada.Despuéssecruzódebrazos.—Fueunregalo.FuepremioARCO,hacecincoaños.—Interesante…—fingióyregresóaella.Roblesestabasentadaensusillagiratoria,conlaspiernascruzadasyloszapatosapuntandohaciaél.—Esperonohaberlemolestado.Deseabareunirmeconustedasolas.—Aquímetiene.—Supongoquehapensadoenmioferta…Delocontrario,nohabríavenido.El asistente los interrumpió, tocando a la puerta. Robles le dio paso y un muchacho entró en el
despachocondoscafésenvasosdecartón.Maldonadoesperabaotracosa,alguienmásapuestooconunmínimodeatractivo,peronoeraasí.Loobservócondetenimiento.Erajoven,delgadoytodavíaconacnéenelrostro.Noseatrevíaamiraralosojosdelajefaysufríainseguridadalhablar.—Aquí tiene, jefa —dijo y dejó los dos vasos sobre una mesa auxiliar de cristal que había junto al
detective.—Gracias,Fran—dijoella,sinquitarleelojoaldetective.«Asíque,¿ostuteáis?¿Porcuántotiempo?».—Esteeselsoloyesteelcortado.—Conlechedesoja.Lacaradelchicoencogió.Maldonadoestudiabacadamovimientoquehacía.—Desnatada.—¿Cuántasvecestelotengoquerepetir?—Losiento,deveras.Iréaporotro.—¡No!—exclamóyseñalólapuerta—.Estábien,déjalo.Cierraalsalir,porfavor.Elasistentedesaparecióporlapuerta.Maldonadosonrióyseacercóacogersucafé.Sabíaquenoera
eltratohabitualentreellos,pero,conélpresente,Roblesqueríamantenerlasformas,aparentandoserunapersonaeducada.«Yuncuerno».—Benditajuventud,siempreconlacabezallenadepájaros…—comentóyleofrecióelsuyo—.Amíme
daigual,deverdad.—No,nosepreocupe.Regresóasusitio.Elprimertragolesupoarayos.Pensabaquenohabíapeorcaféqueelquecompraba
Marla,peroestabaequivocado.Aquelsellevabaelprimerpuesto.—Medecíaque…—¿Quéhadecidido?—preguntó,sindilación.—¿Porquéinsistetanto?—Yaselodije.QuieroencontraraSanzyesaarpíasóloprovocarámásproblemas.Loúnicoquebusca
es destrozar mi matrimonio y vender los trapos de nuestra intimidad, paseándose por los platós detelevisión.—Confíapocoensuesposo.Ellachasqueólalengua.
—Ponce tiene la lenguamuysueltay sepierdeconunaspiernasbonitas.Nomesorprenderíaque lehubierahabladodenuestravida.Élresopló.—Verá,siquierequecambiedeopinión,tendráqueesforzarseunpocomás.—Pongaunacifra.—CuéntemedequéconoceaLuzJiménez.Lamujerentornólosojos.—No sé a qué juega, pero lamento decirle que no conozco a nadie con ese nombre —contestó,
confundida.Maldonadocomprendióquehabíacometidounerror.Roblesnoestabadispuestaacolaborar—.¿Porquéseempeñaenentorpecereltrabajodelapolicía?Leestoyofreciendounbuentrato.Pagaréloquemepida,peroaléjese.Noexijomás.Suspalabraseranpunzantescomouncuchillo. Intuyóque lamujernoestabaacostumbradaaque le
llevaranlacontraria.—Cuandomehablódesujefe…—Cuidadoconloquevaadecir.—Séquefinanciólaúltimapelículadesuesposo.Unfracasoenlataquilla,porcierto.—Partedeestenegocioresideenelriesgo.—Rubionopareceuntipoalquelegusteperder.Lamujersedesesperabaconlaconversación.Apoyóloscodosyleclavólosojos.—Mire,nolehetraídoparahablardemisasuntospersonales.Lapolicíasabetodoloquenecesitade
mí.Decídasedeunavez.Elteléfonosonó,interrumpiendolaconversación.Descolgóyatendiólallamada.—Sí,damedosminutos…Claro,notepreocupes—dijoycolgóelaparato—.Losiento,esperabaesta
llamada.—Claro.Roblessepusoenpie,dandoporfinalizadoelencuentro.Ungestoquesorprendióalexpolicía.—Lamentoquetengamosquedejarloaquí.Supongoquemeheequivocadoconusted.—Todoslohacen...Peronolehedadounarespuestatodavía.—Estáatiempo.Piénselo,detective—dijoyleinvitóamarcharse—,peronotardemucho.Yotambién
puedocambiardeideaencualquiermomento.Eldetectivedejóelcaféenlasuperficiedecristalysedirigióalapuerta.Antesdemarcharse,lelanzó
unaúltimapregunta.—¿EstásatisfechaconeseMarín?Ellaloobservódesdesuescritorio.—Confíoensutrabajo.Dicenqueeselmejor.—Tienerazón.Todospodemoscambiardeidea…encualquiermomento.
***
Unaamantesinempleo,unaesposaobsesionadayunproductormillonarioconunsecretoquepodíaestarrelacionadocon las finanzasdelactor.¿Porqué lehabríamentidodeesamanera laseñoraRobles?,sepreguntó.Paraél,noteníaningúnsentidoarrastrarlohastalosestudios.Silohabíaenviadoallíenbuscadeunseñuelo,noerasudíadesuerte.SanzseguíadesaparecidoyMaldonadoempezabaahartarsedelasunto.Recordó las palabras del inspector y, de algúnmodo, aunqueno le deseara lamuerte a nadie,pensóenelcadáverdelactor.Denuevo,sintióquelehabíantomadoelpelo.Lopeordetodoeraquenotenía lamenor idea de cómo resolver el embrollo. La amarga sensación se apoderó de él. Regresó alaparcamiento,caminandobajounsolradianteyencontróloinesperado.«Nopuedeser…Loquemefaltaba».LaruedatraseradelGolfestabadeshinchada.Elsudorfrío loalertó.Lohabíanseguido.Seacercóal
neumáticoparacomprobarlacausa.Unclavopuestoconmalaintención,pensó.Miróalcieloenbuscaderespuestasyseprometióquelapersonaquehabíahechoaquellopagaríalosdesperfectos.Nopodíairmuylejosdesdeallí,amenosqueuntaxilorecogiera.Lagrúasetendríaquehacercargo
delviejobólido.Desamparado,sacóelteléfonoybuscóuncontactoensuagenda.Noteníamásopciones
queaquella.—¿Yameechasdemenos?—preguntólasecretariaaldescolgarelteléfono.—No,perotevendríabiensalirdelaoficina.
Habíaagotado losúltimos lights del paquete y la espera se le hacíademasiado larga.Cuando colgó lallamadaalasecretaria,contactóalagrúaparaqueremolcaranelvehículoalmecánicodesubarrio.Elarrastresellevaríaunpellizcodeladelantoyesonolehizoningunagracia.Noseencontrabaenlamejorsituacióneconómicaparatenermásgastosinnecesarios.Cuarentaycincominutosdespuésdelallamada,laempleadaapareciósubidaensuVespaPrimavera,
conuncascointegralqueleprotegíalacabeza.Maldonadoodiabalosvehículosdedosruedas.Todassusexperiencias habían sido negativas. Para más inri, detestaba montarse en aquel ciclomotor con lasecretaria,queenocasiones,conducíacontemeridad.Sonriente,sedetuvofrenteaél,intentandoentenderloquehabíasucedido.Maldonadoseencogióde
hombros.Ungestoqueempezabaaserhabitualenél.—¿Ytucoche?—Selohanllevado.Mehanpinchadounarueda.—Caramba,Javier…¿Nosabescambiarla?—Sí,peronecesitabaunaderepuesto.—Yaveoquenoestamosdehumor.—Quienseaqueintentatocarmelamoral,loestáconsiguiendo.Lachicabajódelamoto,abrióelsillónysacóuncascoparaél.—¿Eraaquí,tucita?Puedoimaginarconquién...Élsuspiróeignorólapregunta.Levinoalamentelaimagendelaberlinanegra.Teníalacabezallena
desuposicionesinconexas.—Teloexplicarétodoensudebidomomento,peroantesmegustaríapegarbocadoydormirunabuena
siesta.—Tú,siempretanoportunoparacomer.—Labuenavidaestállenadepequeñosdetalles.Cuandoseatarde,lamentaráshaberlosignorado.
***
Laparejadejólosestudiosatrásparaincorporarsealcinturóndelaciudadyabandonarloporlaprimerasalida que llevaba al paseo de la Castellana.Maldonado agarró con fuerza la cintura de la secretaria,temeroso de caer en uno de los virajes que ella daba. Se estaba portando bien, pensó, viendo cómoconducíasinexcederloslímitesdevelocidad.Conlasmanospuestasenlascaderas,sepreguntócuándohabíasidolaúltimavezquetocóaunamujer.Paraél,Marlanocontabacomounaaproximaciónsensualporque,,apesardelastensionesquehabíansurgidoenlasúltimassemanas,noqueríacruzarlalínearojaqueseparabalopersonaldeloprofesional.Atravesaron el paseo, dejando atrás las enormes torres del último distrito financiero de la ciudad.
Chamartín rebosabadeactividad, conunaheterogeneidadpropiaquenocambiabacon losaños.EnelpasadoquedabanlasanécdotasdeCostaFleming,elvaivéndelosamericanosquepaseabanlosCadillacpor las calles del vecindario y los burdeles deCapitánHaya, que tantos problemasdaban a la policía.Ahora, el panorama era bien diferente. Los aspirantes a directivos, vestidos de traje, paseaban susmaletines, mezclándose con las gentes del barrio y los peones que trabajaban en las cercanías de laestacióndetrenes.
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«CuandoMadridnotemata,tehaceinmortal»,reflexionó,observandoeltránsitohumanoquesemovíaatodaprisaporlaextensatravesía.Continuaron por el paseo, dejándose llevar por lamarea de vehículos y parando en cada uno de los
semáforosquehacíanunaltoamitaddelcamino.Marlalomirabadereojo,sinperderdevistaeltráficoagresivoquemandabaaesashorasen lacapital.Depronto, lovioa lo lejosyunapeinetaespontáneareflejóelmalestarquellevabadentro.—Queosden.Esteañoganamoslaliga…—comentóalpasarporelladodelestadioSantiagoBernabéu.Marlafrenóensecofrenteaunsemáforoenrojo.—¡Compórtate,Javier!—exclamódesdeelinteriordesucasco—.Siquieresllegarvivoalaoficina,no
provoquesunaccidente.—Chica,túnoloentiendes…Esunsentimiento…—Aveces,erescomounadolescenteenplenobrotehormonal.—Soyunniñogrande.Penséqueya tehabíasdadocuenta…—dijo, observandoel cruceque llevaba
haciaRíosRosasylehizounaseñal—.Tomaesasalida.—¿Tehasperdido?Porahínosevaalaoficina…—¿Quiénhadichoqueregresamosaldespacho?Dameunatregua.Nosvendrábien.
***
Antes de que se diera cuenta, la secretaria había caído una vez más en los caprichos del jefe. Lamotocicleta zigzagueó por las callejuelas de bares del encantador barrio de Chamberí, hasta que sedetuvoenunaperpendicularconlaconocidacalledePonzano.Paraella,MaldonadoyPonzanoerandosapellidosquenopodíanencajar juntosensucabeza.En losúltimosaños,aquellaera lazonademodaparatomaralgoysuacompañantenorepresentabaelperfildelconsumidorquesegastabaallíeldinero.—¿Deverdadquenotehasconfundidodecalle?—Hoyteinvitoacomer.Mañananotendrástantasuerte.—Lotomarécomouncumplido.Eldetectivesedetuvoantelapuertadeunaantiguatabernadelbarrioyesperóaqueellasiguierasus
pasos. Casa Tino era uno de los pocos locales que luchaban contra el cambio moderno de la últimadécada.Pequeño,conunabarrademaderayuncomedorvetusto,allíseservíanlosmejorestigresdelaciudad,unaperitivotípicodelLevantequeconsistíaenunmejillónrebozadoconbechamel.Aunquenofrecuentabaesaclasedehostelería,lasecretariacomenzabaaacostumbrarsealosantojosdelexpolicía.Maldonadoseabrióhuecoenunabarrallenaysusojossecruzaronconlosdelpropietariodelbar.—¿Quéhay,Tino?—preguntóyelotroleestrechólamanoconfirmeza—.Losañosnopasanparati,por
loqueveo.—Esodicen—respondióconbrevedad,comohabíahechosiempre,ysefijóenlaencantadoracompañía
quellevabaeldetective—.¿Estuhija?—Nomefastidies…Losmilagrosnoexisten—respondióylepresentóaMarla—.Trabajamosjuntos.—¿Tambiénespolicía?Ellanosupoquéresponderyélseadelantó.—Másomenos.¿Nosponesundobledecervezay…?—Unabotelladeagua,porfavor—contestóella,cortante.—Sí,noseaqueteemborrachesysecompliquemáseldía…Elpropietario sirvió lasbebidasy lasacompañódeunplatode jamónserrano,picosdepanyqueso
curado.Marlaobservabaconcuriosidadelentorno.Dealgúnmodo,conociendoaquelloslugarestambiéndescifrabaalhombrequeteníadelante.—Ahoraentiendoporquétellevasbienconlosmesonerosdeestaciudad.—Sonmuchosañosdetrabajo.—No.Sonigualdeparcosenpalabrasquetú.Maldonadosonrióydiountragoalacerveza.Poruninstante,susproblemasseevaporaron.—ConozcoaTinodehaceaños.EsabonadodelAtleti,peronuncava.—Noestabaalcorrientedetuvidafutbolera.—Otravida,otrostiempos...Algúndíatehablarédeella.
—¿Aquéhavenidoesecomentariodeantes?Élarqueóunaceja.—Bajalavoz.Anadieleimportaaquémededico…Niantes,niahora.Peroeldisfrazdepolisevea
leguas.—Mereferíaalodequelosmilagrosnoexisten…¿Estabascoqueteandoconmigo?Elrostrodelexpolicíasecongeló.—Siguesoñando,bonita—contestó,algonerviosoydistante,yseechóunpedazodejamónalaboca—.
Pretendíasercortés.Ellapercibióelnerviosismoysonriócontimidez.—Mehahechogracia.Sóloeraeso…Ahora,volvamosaloimportante.¿Mevasacontarquéhacíasallí?—¿Pordóndeempezar,Marla?—Yaconocesmirespuesta.Porelprincipio.Eldetectivediounsegundotrago,estavezmáslargo,ypidióunasgambasalaplanchaparahacerla
explicación más llevadera. Primero le habló del inesperado encuentro entre la cliente y Juan MiguelRubio.Lasecretariaescuchabaconatenciónyesoeraundetallequeélvaloraba.Despuéslecontóloquesucedióantesdequesemarcharayloqueoyóaescondidas.—Nosoyeltipoconmástactodeestemundo,perocreoquesonamantes.—¿Ycuáleselproblema?—Esaeslacuestión.Paramínoloes,peroesobvioqueintentanesconderlo.Puedeayudarnosacorto
plazo.—¿Unchantaje?Yasabesloquepiensodelafaltadeética.—Esunrecursoquetenemos,Marla.Notehedichoquelovayaautilizar—respondióydiounlargo
suspiro—.Nomepreocupanesosdos,sinolarazónporlaqueLuzJiménezestabaallí.Nohasalidobienparada de la discusión. Ese tipo la ha amenazado y de un modo muy violento… Por el aspecto quepresentaba,juraríaquelehasoltadounbofetón.—¿Habíatestigos?—No.—¿Hasanotadoelnúmerodelamatrícula?—Sí—respondióyactoseguidolamentóhaberlodejadoenelcoche—.Demonios,quédespistadoestoy…—LlamaaBerlangaycuéntaselo.Teloagradecerá.—¿ABerlanga?Nihablar.Quesedesahogueconotro.Noslasarreglaremossinél.—Escucha,Javier…Note involucresdemasiado—dijoy letocóelbrazo.Losojosdeélsefuerona la
mano.Marlalaquitóencuantosediocuentadelgesto—.Eresundefensordelascausasperdidas,ymássitienencurvas…—Tecuentoloquehevisto,nadamás.—Yyoloqueescuchéelotrodía.Esamujernoshamentidodesdeelprincipio.—¿Yquiénno,Marla?Exceptotú,claro.—Confíaenmí.Sédeloquehablo.—Nomerompaselcorazón,porfavor.Ellalomiróconsocarronería.—Enfin,dejémoslo…Nadietepuedehacercambiardeparecer—dijoydiountragoalvasoconagua—.
Cuéntame,¿dequéhashabladoconesamujer?Élmeditólarespuesta.Noqueríaasustarla.—Roblesniegaconoceralaazafata,peroesonoescierto,yaquemehareveladosuexistencia.Insiste
enquemealejedeella.—¿Algúnmotivo?—Según ella, es una buscavidas que intentará romper su matrimonio, vendiendo la exclusiva a un
programadelacompetencia.—¿Yquéhasrespondido?—Quenoesasuntomío.—Vaya,puesparecequesehadadoprisaenponerlascartassobrelamesa…—¿Qué?
Marlalevantólavistaporencimadesuhombro.Élsegiróymiróhaciaeltelevisorquehabíaenunaesquina, en lo alto de la pared. En la pantalla estaban emitiendo el informativo del mediodía. LapresentadoraanunciabaladesaparicióndelactorPonceSanzydabapasoalcortedelaruedadeprensaquehabíaconvocadosuesposa.—Dale volumen, Tino—dijo el detective y puso atención a las declaraciones de Robles. No lo podía
creer.Berlangalehabíaadvertidodequenolohiciera,peroesamujerdesatendíasuspalabras.Conunadeclaraciónpública,lafiestaestabaasegurada,pensóMaldonado.Tendríanmironesportoda
laciudad.Sanz no era una estrella deHollywood, pero sí lo suficientemente conocido para que los reporteros
hicieran guardia en su domicilio privado, para que los programas del corazón levantaran la ciudad enbuscadetestimoniosmorbososyparaquecualquieraaprovecharalaoportunidaddeobtenersuminutodefamaenlagranpantalla.—Hayquefastidiarse…«Mi marido está vivo, lo sé porque así lo siento… No sabemos lo que le ha pasado, tal vez esté
desorientado, moribundo… Este dolor es inaguantable. Os pido, de corazón, que no deis juego a laspersonasquesalganasacarlostrapossuciosdenuestravida.Sólobuscanelinteréspropioylucrarseacostadelsufrimientoajeno...Porfavor,sialguienvealgosospechosooloreconoceenlacalle,avisenalapolicía.Ponce,vuelveacasa,tenecesito».—Si es más falsa, le da un síncope —comentó el detective y se acercó a la barra—. Otro doble de
cerveza,Tino,sierestanamable…—¿Desconfíasdeella,peronodenuestracliente?¿Esaestuvarademedir?—Fíjateensumirada,Marla—ordenó—.Semuestradesesperadaporquesabequeestávivoyloquiere
devuelta,peronolopuedeencontrar…Niella,nieldetectivequehacontratado,niBerlanga…—Ninosotros,noloolvides.—Yeseesnuestrotrabajo,compañera…Eldeaveriguarelmotivoporelqueseesconde.RoblesySanz,
hacetiempoquellevanvidasseparadas.—Todoelmundotienederechoaunasegundaoportunidad.—Noeselcaso.Avecesolvidamosquevivimosenunlugarhostil.Diountragoyapoyóelcodoenlabarra,pensativo.Ellasequedóobservándolo.—¿Quésetepasaporlacabezaenestosmomentos?—Escomplicadoresponderaeso…AhoramismonomegustaríaestarenloszapatosdeBerlanga.No
hanpedidounrescate,nohaycadáverylaspruebasqueencontraronenelríohansidounabromademalgusto…Laracióndegambasalaplanchallegóalabarrajuntoalacervezaquehabíapedido.—Queaproveche,pareja—dijoTino.LosojosdeMarlaseiluminaronyagradecióelservicio.Lavozsecaygravedelmesonerolehizorecordarlavozmasculinaqueatendiósullamadaalhotel.—¿Cuáleselsiguientepaso?—Ahora mismo, vaciar el plato de gambas que tenemos delante… Odio tomar decisiones con el
estómagovacío—aclaróydiounrespingo—.¿Sabes,Marla?Puedequeesamujertengarazónytalvezsuespososigaconvida,peroesonolaconvierteeninocente.—¿Quétehahechocambiardeopinión?—Lapersonaconlaquemehereunido,noeralaquevesenpantalla—explicóylearrancólacabezaa
unagamba—.TalvezSanzsigavivo…todavía,yseaconscientedequelamuerteloespera.
LavisitaaCasaTinomejorósuestadodeánimo,apesardelasnoticiasquehabíavistoenlapantalla.ElteléfonoprivadonosonóyseabstuvodecompartirlasnovedadesconBerlanga.Loimaginódesbordado,apuntodesufrirunataquedenervioso,loquepodíaseraúnpeor,lidiandoconlosreporterosalasalidadelacomisaría.Dadoque ibadepasajeroyno teníaqueconducir, calmó laansiedadconunorujodehierbasque le
sentócomounabalaenelpecho.Pagólacuentaconelpocodineroquesobrabadeladelanto—contandoconqueunaparteselahabía
quedadolagrúa—y,despuésdelacomida,regresaronaldespachoconlaintencióndecontinuarconelcaso. A pesar de los intentos fallidos de la secretaria,Maldonado sólo pensaba en su cliente y en lasconsecuencias del desencuentro con el millonario. Se quedó helado por el frío viento que soplaba defrente. No solía desplazarse en motocicleta y las cervezas que había ingerido no le bastaron paramantenerelcalor.Veinteminutosmástardeytrassortearvariosatascosenhorapunta,MarlaaparcóenlaplazadeSanto
Domingoyjuntoscaminaronhastalaoficina.Duranteeltrayecto,comprarondoscafésbienlargosparallevar,y suscuerposentraronencalorcuandocruzaronelportaldelviejoedificiodondeseubicabaeldespacho.Laspuertasdelascensorseabrieron.Eldetectivenotósuolorcorporalacoloniavaronilycigarrillos.
Necesitaba una ducha y un buen afeitado, pensó cuando se vio en el reflejo de la puertametálica. Lainvitóapasaryellaaccedióypulsóelbotón.Suscuerposvolvíanajuntarseenladistanciacorta,ahorasindistraccionesniinconvenientesporeltemporal.Éllamiróensilencio,preguntándosequémotivabaaesamuchachaparaseguircreyendoenél.Quizáhabíaalgomásqueeso,reconoció,asabiendasdequenopasabaporsumejormomentoanímico.Lospensamientoscruzaronloprohibidoporuninstante.«Nihablar,Javier»,sedijo,esperandoqueelviajenosehicierademasiadolargo.Ellanotósuintención.
Maldonadolamirabafijamenteysusojoslecorrespondieronporunsegundo,provocándoleunsonrojoenlapálidapieldesurostro.Tímidasyavergonzadas,comodoshormigas,laspupilasdelachicacambiarondedirecciónhaciaelsuelo.«Porelbiendelosdos,esperoquenomehayasleídoelpensamiento»,sedijoconsorna,todavíafijoen
laexpresióndelamuchacha.Llegaronasudestinoyelascensoremitióunsonido.—Porfin…—murmuróella,deseosadesalirdeallí.Laspuertas seabrieron.Maldonadoesperóaque la chica le tomaraventajaparaque recuperara su
espaciovital.Despuéssiguiósuspasoshasta laoficina,sequitóelabrigoycaminóhaciasudespacho.Ningunodelosdosparecíaestardispuestoaromperelincómodosilencio.Sinembargo,intuyóél,cuantomásdurara,másdifícilseríadequebrarylatensiónaumentaría.Dejó el café sobre lamesa de su escritorio, abrió el cajón y sacó la botella de coñac que estaba sin
destapar.—Haymensajeenelcontestador—dijoMarlay losorprendióporelmarcodelapuerta,señalandoal
pilotodecolorrojoqueparpadeabaenelviejobuzóndevoz.Susemblantecambióporcompleto.Parecíadecepcionada. Le preocupaba que la relación deMaldonado con la bebida fuera amás—. ¿Otra vez aescondidas?
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—Nomeescondo,Marla.Estoesunremediocasero,detodalavida…Viajarenesamotoenotoñoescomohacerloenelinteriordeunacámaradecongelado.—Elcaféestáreciénhecho.Nohaynecesidaddealiñarlo.Lotuyoespreocupante…—ElDiablosabemásporviejoqueporotrascosas…Losreprochesnobastabanparacambiarladireccióndesuspalabras.Talvezfueraelcaféolasparedes
amarillentasdeldespacho,peroeldetectiveparecíaestarsumergidoenlaresolucióndelcaso.—SifuerasPonceSanzyquisierasdesaparecer,¿quérazonestendríasparaocultárseloatumujer?—
preguntóydisolvióelalcoholconunacucharilladeplásticotransparenteydiountragoalcombinado.Lagraduación espirituosa entró como un bálsamo en su garganta, provocándole una repentina subida detemperatura—.GraciasaDios,estoesotracosa…—Semeocurrenvariosmotivosparahaceralgoasí…—dijoella,mirandohaciaeltechoytocándosela
cara—.Loprimero,loharíapordinero.Talvezsehayallevadoalgoqueeradelosdosyqueellanopuededemostrarqueessuyo.—¿Undineroprestado?Nosuenamal.—Túmismomedijistequeteníadeudas.Quizánoquieradevolverlo.—Lasmentirastienenlaspatasmuycortas.Sifueraefectivo,lohabríanencontradoya.Dimealgomás,
Marla.—Puedequeintentehuirconsuamanteyquesumujerlehayaamenazado.Poresarazón,todavíanose
habíadivorciado.Peroalexpolicíanoleencajabanlosescenariosdelasecretaria.—Enesecaso,lachicanosehabríaacercadoanosotros.Conoceríasuparaderoyestaríaencontacto
conél,peronoesasí.Recuerdaquetambiénloquiereencontrar.—¿Ysinoesquiendiceser?—Esoyalosabemos,Marla.Noshaestafadoconsunombre.—No, no me refiero a eso —explicó, aclarando el malentendido—. Puede que el nombre sea una
tapaderaparapasardesapercibida.—Nolehasalidomuybien.—Esunahipótesis.Maldonadomurmuró.LaausenciadeBerlangaeracomotenerunamesacontrespatas.Yeldetective
detestabalosmueblesconcojera.Reflexionósobrelaspalabrasdelasecretaria.Suteoríanoeradeltododescartable.Deserasí,podía
comprenderelhechodequetantoRoblescomoPedroMarínlareconocieran.Porelcontrario,deloquesíestabaconvencidoeradequeesamujerconocíaelentornodeSanz,comotambiéneldeRoblesyeldeJuanLuisRubio.Laevidenciaeraclara:habíasidolaazafatadeeseprogramadetelevisiónynoexistíadudadeello.—Enesecaso,cobraríasentidosuinsistenciayelmotivoporelquenoqueríallamarlaatencióndela
policía…—¿Ves?Avecespuedoserteútil.—Aunquehayalgoquesigosinatar.Sirealmentetrabajaenlatelevisión,¿quéhacehospedadaenel
hotel?Marlaseencogiódehombros,mimetizandolareacciónverbaldeljefe.—Nolosé,Javier…Tengolasensacióndequealguienestájugandoconelresto.La cabeza de Maldonado hervía como una olla a presión. Intentaba atar cabos, encontrar detalles
reveladoresenlasimágenesmentalesdelosúltimosdías,perotodoesfuerzoeraenvano.—Porfavor,ponelmensaje…—dijo,dejandolaconversaciónparaotromomentoysirviendounsegundo
chorrodecoñacenelinteriordelrecipientedecartón—.Puedequeseaimportante.Conelcaféenlamano,caminóalamesadelasecretaria.Marlaseacercóalviejoaparatoypulsóel
botón.«Buenosdías.LecontactamosdesdeelhotelRitz.Elmotivodelallamadaesparainformarledeque,en
nombre de nuestro cliente, ha sido rechazada la entrega de las facturas que su compañía envió a lahabitación215.Lamentamoslosinconvenientes.Quetengaunbuendía».Elpitidopusoelbrochefinalalallamada.
Losdossemiraronperplejos,sinentenderelsentidodelmensaje.—Lo que nos faltaba por escuchar… —comentó Marla, resoplando para mostrar su indignación—.
Supongoqueregresamosalacasilladesalida.Lacabezadeldetectivefuncionabaaotravelocidad.—¿Decuándoeselaviso?—preguntó,conlosojosfijosenelaparato.—Deestamañana—explicóella—.Nohabíaningúnmensajeantesdeturescate.—¿Enviastelasfacturasayer?—Talycomomeordenaste.—Tediréalgo.Estoyhartodetantosecretismo.—Aestasalturas,comprendotuenfado.Maldonadodiounlargotragoalamezcladecaféyalcoholydejódegolpeelvasosobrelamesadela
secretaria,derramandounpocodelíquidoenlamadera.Actoseguidocaminóhacialapuerta.—Noaguantoperdermáseltiempo.—¡Javier!¿Quéhedichoahora?—¡Nada!Noeres tú,Marla,soyyo…Odioquemetomenpor idiotay,cuandoesosucede,mesaleel
carácteresedelquehablas...—¡PorDios!¡Empiezaporahí,meestásvolviendoloca!—exclamóella,viendocómosemarchaba,otra
vezsindarunaexplicación—.¿Sepuedesaberadóndevasahora?Eldetectiveabriólapuertaysegiróparadirigirseaella.—Tengounmalpresentimientodecómovaaterminaresto…AlgomedicequeaLuzJiménezlevana
tenderunatrampa.—Noentiendonadadeloquedices.—Noesnecesarioque lohagas.Sanzestávivo,peronoessuvida laquecorrepeligro.Hazmecaso,
Marla,ysiguellamandoaesahabitaciónhastaquesepongaalguienalteléfono.Noavisesalapolicíaymanténtumóviloperativo,encasodequenecesiteayuda.—Ytú,¿quédiablossesuponequevasahacer?¡Noseasinsensato!—Nosoportoquemetomenelpelo,quemerobeneldineroy,todavíamenos,quemequitenhorasde
sueño.
Tomóuntaxiparatardarlomenosposibleenllegaralhotel,peroelatascodelahorapuntaleobligóabajarse a la altura de Cibeles. Pagó la carrera, ante la decepción y el enfado del conductor y se vioenvuelto entre la muchedumbre que cruzaba por delante del Banco de España. No podía quedarseencerradoenaquelvehículo,viendoeltiempopasarmientraslavidadeotrapersonacorríapeligro.Laansiedaddelestrésleencogíalospulmones.Trabajarbajopresióncomenzabaaserunaconstanteensudíaadía yno lo llevabanadabien.No lequedabamás remedioquealcanzarelhotel apie.Se sentíacansadodespuésdeunamañanallenadesobresaltos,perosehabíavistoensituacionespeores.Diounvistazoaamboslados,sintiéndoseobservadoporunamultitudanónimaquesemovíacentrada
ensusproblemasdiarios.«Teestásquedandomajara»,sedijo,aúnafectadoporelpinchazode laruedadelcoche.Teníaclaro
quenohabíasidounaccidentesinounaacciónaconciencia,yesoloatormentaba.PensóenMarla,ensuseguridadyensiestaríaasalvoenlaoficina.Pordesgracia,eratardeparainsistirenquesemarcharaacasa.Lehabíadadolaoportunidaddeparticiparenaquelencargoyahoranopodíadeshacersedeella.Lamentóhaberactuadosinrazonarlasituaciónantes.Bajó por el paseo del Prado, calculando cadamovimiento y con la intención de aproximarse al hotel
pasandodesapercibido.Ensucabezasaltabanlasincógnitassobrelosúltimosacontecimientos.Concadapisotónquedaba,estabamásconvencidodequeelactorseguíavivoyquetodoaquelloformabapartedeun retorcido plan con un único objetivo. El problema era que todavía no había logradometerse en laseseradeaqueltipo.Tomó el primer callejón que bordeaba el enorme palacio del ayuntamiento. El distrito bursátil de
Madrid,conocidocomoelbarriodelosJerónimos,tenía lavirtuddeserunvecindarioextremadamentelujoso y poco transitado, a pesar de su cercanía con el centro de la ciudad. Durante años lo habíanllamado el pequeño París, debido a la influencia modernista francesa que desprendía. Las fachadasresplandecientes,dearquitecturadelsigloanterior,reposabantranquilasanteelsilenciodelosescasostranseúntesy laausenciade tráfico.Losgrandesportonesestabancustodiadosporporteros trajeados,quepocoteníanqueverconlosquetrabajabanenlazonasurdelacapital.Porprimeravez,Maldonadosesintióaliviadodeencontrarunexcesodeagentesmunicipalescontrolandoloslímitesdelosedificiospúblicos.Atravesó la calle de Montalbán hasta que giró por la primera esquina que lo llevaría directo a las
espaldas del hotel. Respiró tranquilo, aminoró la velocidad y comprobó el registro de llamadas delteléfono.Lanochecaíalentamentebajoelcielodoradoquecubríasuspasos.Se levantó el cuello del Barbour para protegerse del repentino frío y oyó unas zancadas que se
acercaban por la espalda. La experiencia lo alertó y le ayudó a diferenciar entre el paso agitado y elcaminardeunejecutor.Rápidoycondisimulo,miróenelcristaltintadodeunvehículoaparcadoasulado,peronoreconocióa
nadieenelreflejo,porloquededujoqueestabanmáslejosdeloqueimaginaba.Pordelanteyaescasosmetrosdeél,unaelegantemujercaminabapegabaasuteléfono.Pensóquetodoiríabienmientrasellaestuviera cerca.Nadie se atrevería a sorprenderlo formandoun revuelo en plena calle. Pero la señoradesapareciótraslaprimerapuertadeunaenormeentrada.Depronto,unafurgonetaderepartoentróen
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escenayaparcóendoblefila,llamandolaatencióndeunodelosguardiasdeledificioquehabíaalotroladodelaacera.Maldonadoaprovechólaocasiónparacruzarymirarasusespaldas.Entoncessupoqueloseguían.Dos tipos altos y fornidos, vestidos con abrigos de tres cuartos y guantes de piel, caminaban cuesta
abajo, cada uno por una acera, en la misma dirección que él. Cuando vio los escalones del Salón deReinos,elhistóricoedificioquehabíasobrevividoalosbombardeosfrancesesdeprincipiosdelsigloXIXyque ahora presentaba un aspecto abandonado, con las pinturas de los muros desconchadas y losindigentesqueseescondíanensusescalerasparabeber,tomóunarápidadecisión.Sabíaquenopodríadeshacersedeellosconfacilidad.Erandosysospechóquecorreríanmásqueél.Divideyvencerás,sedijo,llevándolosasupropiatrampa.La disposición rectangular del histórico edificio, protegido por las viviendas de los alrededores, le
aseguróunossegundosdeventajarespectoalosesbirros.Enladistanciaencontrólacuriosamiradadeuna pareja de indigentes que bebía bajo la puerta de hierro. El expolicía les respondió con silencio,colocándoseelíndiceentreloslabiosparaqueelloshicieranlomismo.Despuésseocultóbajolacornisadelprimeredificioypegósuespaldaalapared.«Yoiréhaciaarriba,túsorpréndeloporallí»,escuchóalolejosynotócómolaspisadasseseparaban.Elpulsoseleaceleró.SusañosenelCuerpolehabíanenseñadoquehuireralamejormaneradesalir
airosodeunenfrentamiento.Perotambiénhabíaaprendidoque,cuandonoeraposibleescapar,vencíaelprimeroengolpear.Uno.Dos.Apretóelpuñoderecho,oyendocómolapresenciarecortabadistancias.Tres.Cuatro.Elalumbradopúblicojugóasufavor,mostrándoleladébilsombradelmatónqueseacercaba.Cinco.Violapuntadeunzapatomarrón.Maldonadoagarrófuerza,tomandoimpulsoconelbrazo,comosifueraelpercutordeunapistolaylo
sorprendióde frente.No lohabíavisto jamásy tampoco tenía intencióndevolveraverlo.Decerca,elsujetoeramásaltoycorpulento,peroesonolofrenóparadarleunasacudida.Elpuñoselanzócontraelesbirro,peroMaldonadosubestimósuagilidad.Primero,esquivóelgolpecon
unmovimientocalculado.Después,susmanosagarraronaldetectiveporelantebrazoyunallavelehizoperderelequilibrio,empujándolocontralapared.Elgolpefuesecoysintióelrígidoladrillodelafachadaensuespalda.Sonóuncrujido.—¡Mierda!Cuandoabriólosojos,estabadelantedeél.Noteníaintencionesdedialogarsinodehacerlocallarpara
siempre.Raravezlafortunaseponíadesulado,peroelrepartidordelafurgonetainicióunadiscusióncon el portero de la finca que custodiaba. Los gritos aumentaron en la calle y una sirena de policíairrumpió en la calzada. La distracción ayudó a Maldonado y respondió con una fuerte patada en laentrepiernadesuadversario.Elimpactonoqueóalcontrincante,quelosoltóalinstanteyseretorciódeldolorenelsuelo.Alverloderodillasanteél,pensóenrematarloconungolpedegracia,perorecordóquehabíaunsegundohombrebuscándoloyunapatrulladeagentesalotroladodelamanzana.—Dileaquienteenvía,quepierdeeltiempo—comentó,recuperandoelaliento—.Lajodesotravezy
despídetedelosdientes.Eltiposelimitóamirarlocondesdicha,incapazderesponder.Loempujóhaciaatrásparaqueperdieraelequilibrioyechóacorrer.
Lacarrera lecostóuna fatiga yun fuerte ataquede tosdebidoa supésimacondición física.Sentía elbrazodoloridoyagradecióqueaqueldesgraciadonolehubieserotoningúnhueso.
Al llegar cerca de la entrada del hotel se encontró a salvo de esos dos hombres, y, conmocionado,lamentó no haber sacado más del enfrentamiento. Reconoció la fortuna del momento, el inciso delrepartidorylaagudezadelsubconscientecomorespuesta.Dehaberllegadoelsegundo,lehabríandadouna buena paliza hasta dejarlo inconsciente. En ocasiones como esa, se preguntaba qué querría el dearribaparamantenerloconvida,peroporencimadetodo,enquémomentohabíadejadodecargarconunrevólver.
RecortódistanciasconelRitz,acercándoseporelbordepeatonaldelaplazadelaLealtad,llamadaasíporlosquedieronsuvidaantelainvasiónnapoleónica,yenlaqueahorasecontemplabaloaltodeunenormeobeliscoenhonoraloscaídos.
Maldonado se ocultó en laparadade taxis quehabía frente al hotel, a la esperadeque los ojosdelbotones lo encontraran allí. No era fácil, pero guardaba la fe. Conocía el trabajo de aquel tipo. En laparada,ademásdelostaxistas,tambiénhabíafotógrafosexpectantesdequelascelebridadessalierandelhotel.CadaunohacíasutrabajoyMaldonadointentabarealizarelsuyodelmodomássilenciosoposible.
«Vamos,compañero,dameunaalegría».EnsustiemposcompartiendogradaenelCalderón,Santiagonoperdíaojodelapelota,nitampocode
losjugadoresdelequiporivalquesecolocabanenfueradejuego.Maldonadolosabíadeprimeramano,yaquehabíasidotestigodesusenfadosconlosárbitros.Dealgunamanera,erauntalentoinnato.Oesodecíaél,que llevabadesdepequeñoenelhotel.ElRitz teníael ritmodeunhormigueroprofundoquetrabajabasindescanso.
Diounvistazoalasdiferentesentradas.Pensóque,siqueríaaccederalinterior,debíahacerlosinquenadieloviera.Despuéscayóenlacuentadequelaayudadesucómplicenoseríasuficienteparallegarhasta la habitación de esa mujer. Debía improvisar y seguir adelante, aunque no podía permitirse másdescuidos.Talycomoibanlascosas,eraprobablequelosdosmatonesaparecieranporallíyterminaratragándosesuspalabras.Debíaconvertirseenunfantasmaalosojosdecualquiera.
Aescasosmetrosdelaenormeportería,unguardiadeseguridaddelhotelcontrolabaalpersonaldelturnodetarde,queentrabaysalíaporunapuertamáspequeña.Laprobabilidaddeéxitoeranula,peroladistraccióneraenorme.Elmismohombre,ademásde identificara losempleados, tambiénvigilaba lasmercancíasquellegabanalascocinas.Sugestoserioydistantenoleinspiróconfianza.
Trasvariosminutosdeespera,eldetectivelogróentrarenelcampodevisióndelbotones.Depronto,susojosseabrierony lehizounaseñal,extrañado,sinentenderquéhacíaahí,escondido
entreloscoches.Maldonadolerespondióconungestofacialparaquesealejarayesteaccedióadejarsupuestoporunossegundos.
—¿Quéestápasando,inspector?—preguntóelbotones,mirándoloconintriga—.¿Estáenmediodeunamisión?
—¿Porquélodices?¿Haocurridoalgo?—Merefieroausted.¿Dequiénseesconde?—Esunalargahistoria,Santiago…—respondió,apurado—.Verás,necesitoquemehagasotrofavor,uno
delosgrandes.—Yameecharonlabroncaunavez.
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—Novolveráaocurrir,teloprometo.—¿Dequésetrata?—Necesitollegarala215.—Nocaedelburro...—Poralgoserá...—¿Quierequellamealahabitaciónporusted?—No.Esdevitalimportanciaquenadiesepaqueestoyaquí.—Susintencionesmeconfunden.—Esunamisióndeincógnito.—Malditasea,inspector…—Noesloquepiensas.Presientoqueestáenpeligro.—Elhornonoestáparabollos.Hevistolasnoticias.Ahoratodospreguntanporelactor.—Precisamente,eseeselquemenosmepreocupaenestosmomentos…—Entiendo…Entonces,sinoquierequesepanqueestáaquí,empieceacomportarsecomounapersona
normal—comentó,refiriéndosealosbruscosmovimientosqueeldetectivehacíaparacomprobarquenoloseguían—.Esoayudaráanolevantarsospechas…Esunconsejo,nadamás.
—¿Mevasaecharunamano?—Sólosimeprometequenomemeteráenunlío.—Ladudaofende.—Todos estos años… y todavía no ha aprendido a mentir… Menos mal que somos del Atleti… —
respondió y los dos sonrieron—. Escuche, antes de nada, no hable con nadie y tampoco se dirija alpersonaldelhotel.Tienenlaobligacióndeavisaraseguridadencuantonotenalgoextraño.
—Lo tendré en cuenta —respondió. Santiago giró el rostro y se fijó en el guardia de la puerta.Maldonadointuyóloquepasabaporsucabeza—.Untipoinflexible,¿verdad?
—No ledejarácruzarpor laentradade servicio, aunque,pensándolomejor, tampoco lehará falta—comentó, regresó a él y acercó su rostroparahablarle en vozbaja—.Semeha ocurrido algo... Pongaatenciónaloquelevoyadecir…
—Soytodoorejas.Elhombreserio.—Yomeencargarédelguardia…Nopodrédeshacermedeél,perolograrédistraerlounossegundos…
Quédeseaquíyespereamiseñal—explicó—.Cuandoseladé,corrahacialapuertaquehayalladodelaccesodelpersonal.Encontraráunascensordeequipajesquelollevarádirectoala215…Yoleseguiréylepermitiréentrarparaquesubahastalaplanta…
—¿Novendrásconmigo?Santiagonegóconlacabezaconungestoserio.—Ya sabe que no puedo abandonar mi puesto. A partir de ahí, tendrá que buscarse la vida —dijo y
lamentóconunamueca—.Losiento,mitrabajoesestaraquí.—Notepreocupes.Yahashechobastantepormí.—Laplanta es circular comounanillo.Rodéelapara llegar a la habitación, que se encuentra al otro
extremo.—Entendido.—¿Algomás?—Sí…¿Quéhacerencasodepeligro?—Demonios,Maldonado.Esunhotel,nounavión.—¿Quésignificaeso,quesalteporunaventana?—PorDios…Uselasescalerasdeemergencia,queparaesoestán—respondió,lediounapalmadaenel
hombroyasintióconlacabeza—.Lollevarándirectoalsótano,perovigilequenoloveanenlascocinas.Searmaráunabuena.Estenoesunhotelcualquierayaquínonosandamoscontonterías.
—Losé...Contiposcomotú,losdelincuentessonlosquedebenandarseconojo.—Despuésdeesto,medeberáunacena,inspector.—Sitodosalebien,Santiago...Sabesquesoyunhombredepalabra.
—Poreso...Yniunamás, inspector.Suerteen loquetengaquehacer,yo…austedno leconozcodenada.
Elempleado leguiñóunojodecomplicidadysealejó,dejándoloenunrincón,apartado losuficienteparanoservistoporlosojosdelguardia.Maldonadosesentíainquieto,comoeldíaquelenotificaronqueno volviera por la comisaría. Comprobó la hora y también inspeccionó ambos lados de la calle. Elestómago le estaba dando la tarde y se arrepintió de haber mezclado aquel café con la comida delmediodía.Parasutranquilidad,notodoeranmalasnoticias.Teníaelcaminolibreylanochesecerraba,volviéndoseoscurayfría.
Alolejos,elbotoneslehizounaseñalydespuésdiolavueltaparadistraeralguardiadeseguridad.Erasumomentoynolodesperdició.Comountranseúntemás,dejóatráslosescaparatesdelasoficinasqueocupabanlosbajosdeledificioy
caminóenlínearectahastalaentradaaltransportadordeequipajes.
***
Una vez dentro de elevador, Santiago pulsó el botón de la segunda planta. El ascensor se cerró y eldetective comprendió que cruzaba una línea sin retorno. La inseguridad se apoderó de él. No estabaseguro de lo que encontraría en esa habitación, pero deseó que su intuición fuera acertada. De locontrario,semeteríaenunbuenlío.
Elangostoascensor lodejóenunaplantaconunpasillocircular llenodehabitacionesmarcadaspornúmeros.Loprimeroquenotó,fuecómolasparedesloasfixiaban.Nopodíacometerniunfallo.Losintióporelempleado,peroaquelasuntonolehabíadadootraopción.Estabahartodetantaintriga.
Laspuertasdelascensorsecerraronporsorpresa.Debíaapresurarseantesdecruzarseconelpersonaldelhotel.Sedecantóporelpasillodeladerecha,suponiendoquelosdoslollevaríanalmismositio.Elpronósticosepusoensucontracuandoadvirtióelruidodelasruedasdeunamesa.Alguiendelserviciode habitaciones entregaba una botella de champán a uno de los huéspedes. Retrocedió, evitando eldesencuentroyregresóalascensorparatomarelotrocamino.Alpasarpordelantedelelevador,observóque los números se dirigían a la planta en la que se encontraba. Aumentó el ritmo, rezando como unfeligrés.Depronto,notóunapresenciatrasél.
—¡Oiga,usted!—exclamóunavozgraveyvaronil—.¡Alto,nopuedeestaraquí!Porel rabillodelojo,observócómoelguardiacorpulentode laentradasedirigíahaciaél.Fingióno
escucharloycontinuóporelpasillo.Vislumbrólahabitación215alfondo,perodebíadespistarloantesdequelosacaradeallí.
«Piensa,malditasea,piensa», sedijo,buscandounasalidaen laqueresguardarse.Perono lahabía.Todaslashabitacioneseranprivadas.Entoncessediocuentadeundetalle.
«Uselasescalerasdeemergencia,queparaesoestán»,recordó.Yentonceslavio:laúnicapuertasinnúmerodetodalaplanta.Accionó lamanivela, empujóy cruzóelumbralque lo separabadel restodeestancias.Lasescaleras
eranestrechas,conformaovalada,yllevabandirectoalospisosinferiores.«Siestásahíarribaobservándome,dameunatregua,camarada».Secolocóenunaesquina,pegandolaespaldaalaparedyconfiandoenqueelguardianoloencontrara.
Segundos después, la puerta se abrió de nuevo, aguantó la respiración y vio la silueta de aquel tipoobservandoporlosescalonesquebajabanalsótano.
Uno.Dos.Su primer pensamiento fue el de responder con un placaje contra la superficie de madera. El golpe
aturdiríaalvigilante,peronolodejaríainconsciente.Tres.Cuatro.Esperóunossegundosmás,preguntándoseporquéseguíaahí.Cinco.Seis.Suspiró.
Elguardiadelhotelsedioporvencidoalnolograrverlo.Dedujoquehabríacambiadodeparecer.La puerta se cerró. Maldonado sintió cómo la mezcla del café con el coñac formaba un torrente de
líquido que emergía de su estómago. Detuvo las náuseas y las ganas de devolver con una profundarespiraciónyrecuperóelsentidoantesdeprovocarunestropicio.Esperóunossegundos.Alolejos,oyólavozdelguardia,interrogandoalchicodelserviciodehabitaciones.
«Carajo…Esohaestadomuycerca».Elsilencioregresóalaplanta.Sefrotólosojosynotócomoelcosquilleodelaadrenalinaseapoderaba
de las extremidades. Volvió al pasillo, directo a la habitación 215. Cuando golpeó la puerta con losnudillos,notóquelamaderamacizasedesplazabahaciaatrásunoscentímetros.
Miróaambosladosylaabrióporcompleto.Peroelcorazónseledetuvo.«LaVirgenSanta».Lasangreselecongelóencuantovioelreguerorojoquemanchabatodoelsuelodemadera.Sucorazonadanolefalló.Estaba en lo cierto y encontró a quien esperaba en el interior de aquella estancia. Había llegado,
aunque,pordesgracia,nolohabíaconseguidoatiempo.
Laencontróenelsuelo,bocabajoysobreundesagradablecharcodesangre.Sequedóparalizado,conlamenteenblancoyaturdidoporlaescena.Nopodíacreerloquesusojoscontemplaban.Laazafataestabamuerta, abandonada como un despojo. Estudió el entorno con un vistazo rápido, confundido por elpanorama, pero consciente de que no podía quedarse demasiado tiempo en esa habitación. Cerró lapuertaconsigiloysedetuvoenelumbral,reacioadejarsu improntaen laescenadelcrimen.Conuncadáverdepormedio,lainvestigacióndabaunbruscogiroparatodosyélnoposeíalasmejorescartas.Talvezelinstintolollevaraallugaradecuado,aunqueprefiriónohabersidotestigodeaquello.A los pocos segundos, percibió un fuerte olor a fragancia masculina que aún flotaba en el aire. La
coloniasemezclabaconelambientadordelahabitaciónyelperfumedelamujer.Unhombre,sedijo.Lacausade lamuertehabía sidoungolpecerteroen laparte traserade lacabeza.Buscócon losojoselarma.Unasacudidaasínolaprovocabanlospuñoseintuyóquesehabríaservidodeunobjetorígidoypesado.Pordesgracia, laestanciaestabaintacta,ordenadaycomosinadiehubiesepasadolanocheenella. Ni siquiera había equipaje. Todo le resultó desconcertante. Pensó en abandonar, en alejarse delcrimen,delainvestigaciónyolvidarsedeella,perosumododeserloimpedía.¿Cuálseríaelsecretodeesamujerparaacabarasí?,secuestionó.Recordólavozquelohabíaatendidoalteléfono.Paraél,podíasercualquiera,inclusoelmismísimoPonceSanz.Noteníadudadequeconocíansuparaderoytambiénsusintenciones,lascuales,ahorasellevaríaalatumba.«Pobremuchacha…Nadiemereceunfinaltanmacabro»,lamentóconimpotencia.Sedescalzóparaevitarqueloszapatosmancharanelsueloycaminóhacialamesilladenoche.Agarró
unpañuelodeunacajayseacercóalcadáverparaexaminarlodecerca.Nohabíarastrosdeviolenciaprevia al golpe, por lo que calculó que la golpearon por la espalda. Después contempló su postura einterpretó la caída. La azafata ni siquiera tuvo tiempo para defenderse. Para él, sólo los cobardesatacabanporlaespalda.Las ventanas estaban cerradas y sobre la cama reconoció el bolso que había llevado en su primer
encuentro.Seacercóaeste,abriólacremalleraeinspeccionóelinterior.Apesardesupequeñotamaño,calculó que allí habría unos cuatrocientos euros en billetes de cien. Desconocía lo que ganaba unapersona en la televisión, pero le pareció una cantidad desorbitada para salir a la calle. Delmonederoextrajosucarnédeidentidady,parasusorpresa,descubrióqueLuzJiméneznoexistía.«¿JimenaGarcíaMarchante?Malditaembustera».Guardóeldocumentoydespuésvioel teléfonomóvil.Locogióparacomprobar lasúltimas llamadas,
peroelaparatoerademasiadomodernoparaélyestababloqueadoporreconocimientofacial.Lo primero que le vino a la mente fue acercarse al rostro de la chica. Pensó que el terminal no
diferenciaríaentreunapersonavivaomuerta.Resopló.Nolegustóloqueestabaapuntodehacer.Conextremacautela,flexionólasrodillasy,encuclillas,volteóelrostrodelcadáver.Despuésacercóla
pantallayseescuchóunpitidoqueleprodujounescalofrío.«Estetrabajonoestábienpagado».Se puso en pie, alejándose de la víctima y se concentró en el menú del aparato. En el registro de
llamadasaparecíannúmerossinregistro.Lamayoríadeellospertenecíanalíneasmóviles.Descartóloscontactosybuscóelálbumdefotografías.Ensusúltimosañoscomoinspector,Maldonadoaprendióquelos tiempos modernos habían desnudado la intimidad de las personas. En un acto inconsciente, las
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víctimasalmacenabanenesosaparatosmásinformaciónqueenundiariopersonal.Pordesgracia,cuandoestoscaíanenmanosequivocadas,lavidaprivadadecualquieraseconvertíaenunaauténticapesadilla.Abriólaaplicaciónyunmosaicodeminiaturasiluminósurostro.Lasimágeneseranvariadas,perole
llamólaatenciónunaenparticular.Laamplió.Adiferenciadeloqueesperaba,laazafataaparecíaenunrestauranteeleganteacompañadadeotrohombreasulado.NoeraPonceSanz,niporasomo.Reconocióaquellosojosazulesylamiradaafiladaydesafiante.Elhombrequelarodeabaconsubrazo,conungestoatrevidoychulesco,eraelmismoquelohabíaechadodelacarreteraporlamañana,alvolantedelbólidoitaliano.«¿Quésignificabatodoaquello?¿Habríasidoél?»,secuestionó,másconfundidoqueantes,recordando
la conversación que el apuesto muchacho había mantenido con el magnate. Las apariencias siempreengañanyesaeraunapruebadeello.Abstraídoensuspensamientosyprotegidoporelsilenciodelahabitación,notóunligeromovimientoal
otroladodelaventana.SeacercóalacristalerayobservóvarioscochesdepolicíaaproximándosealasinmediacionesdelpaseodelPrado.—Diablos…—farfullóymetióelteléfonoenelbolso.Sospechóquehabríasidoaquelguardiaquienhabíadadolaalarma.Debíaabandonarelhotel.Si lapolicía loencontrabaen lahabitación,notendríacoartadacon laque
defendersuinocencia.Abrió la puerta con el pañuelo y se giró por última vez para despedirse de ella. La expresión fría y
desangelada lo sobrecogió.Conocía aquellos ojos, loshabía vistodecenasde veces, peronuncaestabapreparadoparaobservaruncadáverporúltimavez.Cerróconcuidadodenohacerruido,comprobóqueambosladosdelpasilloestabandesiertosytomóel
consejoqueelbotoneslehabíadado.Abriólapuertaquellevabaalaescaleraantiincendiosymiróhaciaabajo.Eltraqueteoaumentabaenlaprimeraplantaylosascensoresseponíanenmovimiento.«Lollevarándirectoalsótano,perovigilequenoloveanenlascocinas.Searmaráunabuena».Tuvoelmalauguriodequenohabríaescapatoria.Bajólasescaleras,procurandonoencontrarseconnadieporelcamino.Cuandoalcanzóelsótano,oyóel
trajínquehabíaantesdellegaralascocinas.Sepusoenalerta.Losmartillazosleavisarondequetendríacompañía. A medida que se acercaba, vio a una pareja de fontaneros reparando una cañería. Laconcentración losmantuvodistraídosynonotaronsupresencia. Juntoauncubodeplástico,avistóunabrigoyunapegatinadeidentificación.«Personal laboral del Ritz», leyó en ella. Las había visto en otros lugares. Los hoteles las utilizaban
comoaccesotemporalalostrabajadoresquenopertenecíanalaempresa.Eseadhesivoerasupasaportedesalida.Unmetroloseparabadeaquelabrigo.Losoperariosgolpeabancontesónlacañería.Alargóelbrazoparaagarrarlapegatina,perounodeloshombressedetuvo.«Nomehagasesto».Acámaralenta,percibiócómoelfontaneroselimpiabaelsudordelafrente.Susojossedeslizaronunos
centímetros. El detective se quedó quieto, comouna escultura demármol, pero el ritmo de los golpescontinuósucurso.«Diosmío».Cogió la pegatina, se escabulló por el pasillo que llevaba a las cocinas y se colocó el adhesivo en el
abrigo.Cuandopasóelumbral,lasmiradasdeloscocinerosseclavaronenél,perolaidentificacióndisipólassospechas.Cruzóentrelosfogonesysiguiólasindicacioneshaciaelexterior.
Le habría gustado despedirse de su compañero, agradecerle los consejos que le había dado antes deentrar, pero Santiago ahora se encontraba sobrecargado con la presencia policial que custodiaba laentradadelhotel.Elguardiasemostrabamalhumoradoynervioso.Sisequedabaporallímástiempo,notardaríaenreconocerlo.Alolejos,porelotroladodelacalle,vioalosinspectoresBerlangayLedradosaliendodeuncoche.No
lesibaadartalsatisfacción.Prontodescubriríanlacatástrofe,pensó,acordándosedelproblemaquesuamigotendríaentremanos.Sealejódelhotellomásrápidoquepudo,tomandolacuestaquelollevabahastaeledificiodelaBolsa.
Sedeshizode lapegatinatirándolaaunapapelerayrespirótranquiloporhabersalidoairosodeaquelembrollo.Entonces,loencontródenuevo,aescasosmetrosdeél,sobrelasescalerasdelenormeedificio,comosilohubieraestadoesperandotodoesetiempo.—Vaya,vaya…—dijoPedroMarín,eldetectivede laagenciaALCÁZAR,vestidode trajeygabardina,
coneseairevanidosoyprepotentequetantodetestabaelexpolicía.—¿Tomandoelsol,detective?—Muyingenioso,Maldonado.Parecequesiempreestáenellugardelaacción.Elexpolicíamiróhacialapuertadelhotelytorcióelsemblanteconindiferencia.—Megustapasearporlaciudaddenoche…Ahora,simedisculpa,tengoprisa.Cuandointentócambiarderuta,Marínseinterpusoensucamino.—Séloqueestabahaciendoahí.Maldonadolomiródereojo,apretandoelpuñoyaguantandoeltempleparaevitarlaconfrontación.—Yoqueusted,mequedaríaquieto.Marínsefijóensusnudillos,todavíahinchadostraslapelea.—Sumanotienemuymalaspecto.¿Quélehaocurrido?Eldetectivelaescondióenelbolsillodelachaqueta.—¿Notienenadieaquienseguirhoy?Maríndiounpasoalfrente,acercándoseunpocomásaél.Leestababuscandolascosquillas.—Lohevistosalirdelhotel.Nopuedenegarlo.—Essupalabracontralamía.—Porsubien,esperoquenotenganadaqueverconlallegadadelapolicía.—Seledamuybienacusaralosdemás.¿Lohaaprendidoenlafacultad?—Nohaynadaninadiequemedetenga.Seloadvertí.—Sanz esquiendeberíapreocuparle.Encuéntrelo, si es quepuede...Me temoque su cliente espera
demasiadodeusted.—LaseñoraRoblesconfíaenmitrabajo.Soyunprofesional,séloquehago.«Mepreguntodedóndehabrásacadoesteidiotatantafrasedepaja».—Cierto, cierto… No me malinterprete, pero olvidaba que es «crimina—listo». ¡Carajo! Dé con ese
charlatánantesdeque…No terminó la frase y reculó a tiempo. Las ansias le hicieron hablarmás de la cuenta y ese tipo lo
sacabadequicio.Teníaqueapurarseydesaparecer.—¿Dequé?—preguntó,desafiante—.Terminelafrase,nosecorte…
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Maldonadovolvióamiraralosaledañosdelhotel.La parada de taxis se había convertido en un aparcamiento improvisado de periodistas ymedios de
comunicación.Despuéssedirigióasuinterlocutorysonriócondesgana.—Dequelohagayo.—¿Usted?Noestáencondicionesdeencontraranadie.Losdossabemosque…—Quetengaunbuendía,Marín—interrumpióypasópordelantedeél—.Pronto,tendráquebuscarsea
otravíctimaquelepaguelostrajes.
Lascallessevaciabanamedidaqueel relojavanzabahacia lamedianoche.Habíacenadounsándwichclub en el VIPS de Serrano, el plato favorito del detective, sentado a una mesa apartada, junto a lacristalera,yahoranotabacómolepesabaelestómago.
AtravesóunpardemanzanasycruzóelpuentedeJuanBravoparaalcanzarelbarriodeChamberí.Porelcamino,visualizósuconversaciónconBerlanga,lasdiferentesmanerasenlasqueabordaríaeltema.Contabaconquesuamigonoestaríadehumoryquesólopensaríaencenarconsuesposae irsea lacama.Despuésdeldesencuentrodeesamismamañana,nosealegraríadeverloytampocodeescucharloqueteníaquecontarle,peroélmantuvolafeenqueaúnrecordaraquiénestabadesulado.
Laesperasehizoeterna.Elfríosepegabaalasextremidadesyladigestiónleprovocabapesadezenelestómago. A las once menos cuarto de la noche, Berlanga aparcaba su coche en una plaza pararesidentes.Losfarosalumbraronaldetective,queseresguardabadelfríoenelinteriordeunacochera,avariosmetrosdelportal.Elinspectorsaliódelvehículoencuantolovio.Maldonadoseacercóaélantesdequellegaraaledificio.
—¿Hasvenidoadisculparte?—preguntó,pasandopordelantedeélycaminandohacialafachada—.Sino,puedeslargarte.Notengonadadeloquehablarcontigo.
—HecenadoenelVIPSypensabaenbajarlacena.Berlangalomirópensativo.Elintentoderememorarlasdecenasdevecesquehabíanpasadoallí,tras
largasguardiasnocturnas,nosurtióefecto.—Buenasnoches.—Espera...Essobreesachica.LadelRitz.PeroBerlangahizooídossordosalseñuelo.ConocíalastretasqueMaldonadoutilizaba.Pordesgracia,
esa noche no tenía tiempo paramásmaniobras. Se detuvo ante el portal, sacó un juego de llaves delinteriordelagabardinaybuscólaqueabríalacerradura.
—Meengañó—continuó,haciendounapausaensudiscurso—.LuzJiménezeraelnombrefalsoconelquesepresentóenmidespacho.MecontóqueeraactrizyquemanteníaunarelaciónconSanz,yyomelocreí…PerolociertoesqueseveíaconelamantedeJuanLuisRubio.Meengatusódesdeelprincipioynolosupever.
Elinspectorsedetuvoymiróalsuelo.—Enlamañanaqueacudíalhotelparapedirleunaexplicación,crucéunaspalabrasconRobles.Nole
diimportancia,nitampocosabíaqueRoblesyellatrabajabanenlamismaproductora.Penséqueeraunacoincidencia.
Berlangaguardólasllavesysegiróhaciaél.—¿Quémeestáscontandoahora?—preguntóyMaldonadoencontrósuventanadeoportunidad.—Laúnicaverdadsobreellaeraquehabíatrabajadocomoazafataenunprogramadetelevisióndela
productoraSalvaje.Llenodedudasyhartodelasunto,estamañanahevisitadolamansióndeRubioenLaMoraleja…
—¿Hasperdidoeljuicio,Javier?—¡Venga,ya!Losdossabemosconquiéntratamos.Eselunáticosiemprehaescondidoalgo—replicó—.
Miintencióneraladehablarconélunosminutosparaquemerevelarainformaciónsobrelachica…—¿Pero?
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—Cuando he llegado, ella estaba allí. Mantenían una discusión agitada y tenía el rostro colorado.Despuéssehasubidoauntodoterrenoylaheperdido.
—Perfecto,Javier.—Esonoestodo.—Escucha,estarde.¿Porquénomelocuentasmañana?Llevotodoeldíafueradecasa,miesposame
esperayquierodarlelasbuenasnochesamihijo.—¿SabíasqueRubioteníaunamante?—¿Tecreesquemeimportaloquehagaconsuvidaprivada?—Debería,yaqueeslamismapersonaqueapareceenelálbumdefotosdelteléfonodelavíctima.«¡Uf!»,sedijo,lamentandohabersepasadodefrenadaconlaspalabras.Berlanga no necesitómás explicación por su parte. Su cabeza enrojeció y le faltaba el aire. Por un
instante,eldetectivecreyóquesufriríauninfarto.—Noséporqué,peroeselmomentodemarchame.Estaconversaciónjamáshatenidolugar.—¡Despierta,Miguel!—exclamó,alzandolavozenmediodelacalma—.PonceSanzestávivo,escondido
enalgunaparte,ysospechoqueestájugandocontodosnosotros,incluyéndoteati.—Dimequenohasestadoahí.—Miguel,escuchaloquetengoquedecir…—insistió,intentandoquesuamigonoperdieralosnervios
—.Mehanpinchadounarueda,hesidoatacadoenlacalleynohanlogradonada…Esobvioquesoyunamolestiaparaellos.Juntospodemosdarconélycomprenderquesucede,perosóloloconseguiremossiunimosfuerzasynonosponemosmászancadillas.
—Respondealoquehedicho.—Lopeor esqueRobles tambiénmehamentido. ¿Yquémedicesde la ruedadeprensa? ¡Seestán
burlandodenosotros!—¡Contesta,malditasea!¡Notesalgasporlatangente!Elrevueloprovocóquealgunosvecinosseasomaranalosbalconesdelasviviendasparaentenderqué
sucedíaenlacalle.—Miguel…—Lárgate,Javier—ordenóymetiólallaveenlacerradura—.Yamehasdichosuficiente.—¡Miguel,espera!Berlanganoloatendióysecolóporeloscuropasilloquelollevabaalinteriordelbloquedeviviendas.
Elportazosonóconsaña,manifestandolaimpotenciadelpolicía.Maldonadomiróalosbalcones.Cualquierateníaunamalanoche,peroensucaso,estabaapuntodeserunasemanacompleta,pensó,y
esoempezabaasergrave.Desanimadoy conunaprofunda sensaciónde fracaso,bajóporAbascal y caminóhasta laparadade
metro de Gregorio Marañón. Los más valientes de la ciudad, los que se levantaban y acostaban adeshoras,eranlosúnicosquepululabanaesashorasporallí.
Yél,cansadoysinorgulloalguno,seperdióporlasescalerasquelollevaronhastasucasa.
Día3.Jueves.
Eltimbredelteléfonolodespertódeunahorriblepesadilla.Teníaelpechoempapadodesudoryunaprofunda sensación de agotamiento. Había soñado con Jimena García en la escena del crimen. Unapesadillatanvívidaquelecostóvariossegundosregresaralarealidad.Ensusueño,ellaestabamuerta,talycomolahabíaencontrado,tumbadaenelsuelo,peroJimenaaúnteníafuerzasparahablarmientrassedesangraba.«Ellos lo quieren muerto», repetía, mirándolo a los ojos, con el rostro apoyado en la superficie.
Maldonado, impotente, se esforzaba por preguntarle, pero sus labios estaban sellados. Sentía que lefaltabaeloxígenoyteníalospiespegadosalsuelo.Alargóelbrazoparaabrirunaventana,peroestabademasiado lejos. Sobre la cama, vio una estatuilla de los Goya, reluciente y del tamaño de una piña.DespuésencontróaBerlanga,sentadoenelborde,observandoalachicaytambiénaél.«Estámuertayesportuculpa,Javier.Tepedíquemeayudarasylaelegisteaella…Tehancegadolas
evidencias.Yanopuedoconfiarenti».Derepente,notólasfuertespisadasdevariaspersonasqueseaproximabanalaestancia.Berlangamiró
a la puerta y sonrió, sin intenciones de moverse. Maldonado no podía escapar. El ritmo de los pasosacrecentabacomounacomparsadetambores.Elrecuerdosedesvanecióamedidaquerecuperólaconsciencia.Aturdido,selevantóycaminóhastaelsalónparaatenderelteléfono,peroestedejódesonar.Fuedirectoaladucha,pensandoqueunbañodeaguafríaleayudaríaaolvidarelepisodio.Élnunca
había prestado atención a los sueños, ni a las trampasmentales que el subconsciente le ponía cuandoestabaagotado.Peronopodíaolvidarlaexpresióndeesamujer,nitampocosuspalabras.¿Quiéneseranellos?, se preguntó bajo el chorro helado de la ducha, ¿y qué hacía Berlanga en su sueño, además dereprocharlesuerror?Sevistióantesdesalirdelbañoysedirigióalacocinaparaprepararunacafeteraqueloresucitarapor
completo.Alguienllamóalapuerta.Esperóunossegundosensilencio,fingiendoqueelapartamentoseencontrabavacío.Noestabadehumorparahablarconnadie.Eltimbresonóhastatresveces.Entoncesescuchólasvocesdevarioshombresqueaguardabanalotrolado.—¡Abre,Maldonado!Séqueestásahí.Reconociólavozdel inspectorLedrado.Noeranbuenasnoticiasydedujoquelavisitanoseríadesu
agrado.Pensóenhuir,aunquenoteníamododehacerlo.Seacercóalacristaleraquedabaalacalleyviolosdoscochespatrulla,aparcadosenlaacera,frentealaTabernadelPríncipe.—Malditasea…—¡Abredeunavez!—exclamóelinspector,golpeandolamaderaconlosnudillos—.¡Nomeobliguesa
tirarlapuerta!Eldetectiveaccedióa lasamenazas.Por lamirillaencontróaLedradode frente,acompañadodedos
agentes.Despuésabrió.—Salgodeunapesadillayentroenotraalvertucara.Todoapuntaaquenoseráunbuendía.—Hazelpetate,quetevienesconnosotros.
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—Aguardaunmomento,¿quéestodoesto?—preguntó,confundido—.Hayunacosa llamadateléfono.Muyútilenlostiemposquecorren.—No te hagas el gracioso—dijo y le aplastó un papel en el pecho—. La has cagado hasta el fondo,
detective.Ahítieneslajustificación.Ahora,detenedlo.Maldonadoobservólaordendedetenciónqueloinculpabaporelasesinatodelaazafata.Serio,peroelinspectorlomirabamuyserio.—Debedeserunabroma,¿verdad?—¿Porquécreesquetraigocompañía?«Porquetedoymiedo».—Estoesabsurdo,Ledrado—contestó,adoptandountonomásserio.—Sabíaquediríaseso.—Telodigodeverdad—insistió—.Estáscometiendounerrormuygrave,acusándomesinpruebas.—Yesotambién.¿Hasterminado?—QuierohablarconBerlanga.—Yyoquierodossemanasdevacaciones,peroalgomedicequenoesnuestrodíadesuerte—contestó
ysedirigióasushombres—.Alcoche.Osesperoenlacomisaría.Unamanogruesa agarró el antebrazodel detective.Cuando vio las esposas, se resistió a que se las
pusieran.—Estonoesnecesario.Elagentemiróalsuperior.Ledradoaceptóyordenóquelodejaranlibre.—Comointentespasartedelaraya,meencargarédequenoveaselsol.
Losinspectoresaccedieronasusúplica,dándoleunúltimovotodeconfianza.Traselrelato,abandonaronla sala para revisar todas las pruebas que tenían y le ordenaron que permaneciera sentado hasta suregreso.DesdesusalidadelCuerpo,lasestadísticasnohabíanhechomásqueempeorarenlacomisaríaCentro.
En España, casi el veinticuatro por ciento de las desapariciones eran voluntarias o forzosas. LaComunidaddeMadridreuníamásdedoscientosasesinatossinresolverymásdesetentacadáveressinidentificar. En la última década, se habían producido más de ciento veinticinco sentencias injustas,algunasdeellasdecárcel.Sabíaque,porasesinato, lepodíancaerdequinceaveinteañosdeprisión.Aunque no tenía duda de que lo estaban presionando, acumulaba puntos para colocarlo en el ojomediático.Teníaquellegaraunasoluciónantesqueregresaran.Existía la posibilidad de que encontraran un detalle que se les había escapado, pero también el
escenariodequenoocurrieranadadurantelasúltimashoras.Enesecaso,susituaciónnoharíamásqueempeorar.Lamentablemente, fueradeaquellas cuatroparedes, el panoramaeramuydiferente.Roblesseguiría predicando su pena a través de los medios de comunicación, ocultando su verdadero rostro,mostrando a una persona que no era. Rubio continuaría su caza, mediante los sicarios, para que eldetectivecallara,yMarín,elafamadosabuesode laALCÁZARestaríadándosebañosdegloriapor losplatóstelevisivos.Laesperasehizolargaenelinteriordeaquelcuarto.Volvióarepasarenordencronológicoloshechos
desde la noche del sábado. El Toni 2, Florencia, la aparición del actor, la llegada de esa mujer a sudespacho, las prendas en la ladera del río, la conversación con el crítico…Nada guardaba coherenciaalguna,porloquecreíaconfirmezaenqueSanztramabaalgo.Recordólamalditapesadilla.«¿Teníaunsignificadoelcomentariodeesamujerensusueño?».Porotrolado,aesasalturas,losmilagrosnoexistíanparaélylaalternativadebuscarunbuenabogado
empezabaaserunaopciónreal.«Vamos, Javier, haz tu magia», se dijo, confiando en que las ideas aparecieran por su cabeza en
cualquiermomento.Peroelhechizonosucedía.BerlangayLedradoregresaronalasala.Porelsemblante,eldetectiveinterpretóquehabíandiscutido
enprivado.Estavez,suamigoportabavariosfoliosenlamano.Eranimágenesdelascámaras.—¿Lohabéisencontrado?—preguntó.ElrostroestiradodeBerlangalediolarespuesta.Colocóuna imagenenblancoynegrodelantedeélyseñalósu figura.Lacapturahabíasido tomada
desdelaentradadelhotel.SeapreciabaaMaldonadomerodeandoporlaparadadetaxis.Despuéspusootro folio al lado, con su silueta recorriendo el pasillo de la segunda planta y aproximándose a lahabitación215.Porúltimo,lemostróunapáginaenlaqueabandonabalaestancia.—¿Reconocesaesapersona?Maldonadolacontemplóextrañado.—Separeceamí,¿quéquieresquetediga?—¿Confirmas que eres tú?—preguntó, clavándole lamirada. Ledrado sonreía a su lado. Lo estaban
dirigiendohaciaunatrampa—.Contesta.
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Revisólasimágenes.Susojosestudiaroncadaunodelosdetallesyentoncessediocuentadealgo.Enlaentradadelhotelhabíavarioscochesdelujoaparcados.Enellosreconocióelmorrodeundeportivo.Apesardelaausenciadecolorenelpapel,estabasegurodequelohabíavistoenalgunaparte.—Esecoche,elLamborghini.—Nohasrespondidoalapreguntaquetehahecho—insistió,Ledrado.—¿Eradecoloramarillo?—Porfavor,Javier…—insistióBerlanga,convozpreocupada—.Nonoshagasperdermástiempo,telo
suplico.Nomeloestásponiendonadafácil.—No pienso responder a esa pregunta. Llamad al hotel. Preguntad por un Lamborghini de color
amarillo.—Javier...—¡Lapregunta!Maldonadolevantólavistaylaclavóenlosojosdelinspector.Berlanga reconoció esa expresión. Guardó silencio durante unos segundos y le hizo una seña a su
compañero.—¿Enserio?¿Vasapermitirestadesfachatez?—Esimportante—indicóeldetective—.Contrastadloquedigo.—Alhotelllegandecenasdecochescomoeseadiario—comentóBerlanga.—Cuandoentréenlahabitación,olíaafraganciamasculina—explicó,ganándoselaatencióndelpolicía
—.Porlamañana,cuandofuiavisitaraRubio,antesdequepudieraseguiraesachica,unmodeloigualqueeste,decoloramarillo,meapartóde lacalzadayentróen la fincadelempresario.Loconducíaelnoviodelavíctima,unactorqueapareceenlascomediasqueproduceRubio.—¿Esquenolove,Berlanga?—Déjalohablar—replicóysedirigióaMaldonado—.Explícatemejor.Berlangainsistió,comosinoentendieradequéibaelasunto.Laseñaleraobvia.—Eseactoreselamantedelempresario,peroteníaunarelaciónconlavíctima.—¿Tienespruebasdeello?—Comprobadsuteléfono.—Deverdad,Berlanga,alucino...—Noperdemosnada.Despuésveremosquéhacemosconél.Sigue.—Noséloquees,peroséqueexisteunarelaciónentreRubio,eseactorylavíctima.—¿Yquétellevaasospechareso?—Cuando él llegó, ella ya se habíamarchado—prosiguió—. Rubio le dijo que no se preocupara por
García,quehabíacavadosupropiatumba.—Loquedices,esunaacusaciónmuygrave—apuntóLedrado—.Esehombrenoseandacontonterías.
Simanchamossuhonor...—Escucha...Sielcocheessuyoyestabaahíantesdequeyoentraraenelhotel,existelaesperanzade
queyonofueraelúnicoquelavisitó.—Unaposibilidadmuyremota,contandoconquenadielovio.—Losnúmerosnuncasemehandadobien.Losdosinspectoressuspiraron.—Ytodoesto...partiendodequetuteoríaseacierta.—Asíes.Berlangamiróasucompañero.—Estábien.Loinvestigaremos.—Estupendo...—contestóysefrotólasmanos—.Ahora,vayamosaloimportante...¿Quénovedadeshay
respectoalcasodeSanz?—No tan rápido… —dijo y negó con la cabeza—. Como ha dicho Ledrado, aunque las pruebas que
tenemos te relacionan con el asesinato, tendremos que esperar la respuesta del juzgado... Pero estásdetenidoporquese teacusadehurto, intrusiónde lapropiedadprivadayagresión física...Asíque,demomento,pasaráselrestodeldíaenelcalabozo.—Sí,claro...
—Niquefuerasnuevo—espetóLedrado.—Enserio,Berlanga,¿esunabromademalgusto?—Inspector,llamaalosagentesyqueloacompañenalacelda—indicóymiróasuamigo—.Losiento,
noloesynotepuedodejarsuelto,amenosqueexistaunarazóndepeso...Metemoqueeltiempoparalasbromassehaagotado,Javier...Paratiyparatodos.
Estabapagandounpreciomuyaltoporocultarlaverdad.Losagentes lobajaronhasta los calabozosde la comisaría, sinmás favoresqueeldeunpaquetede
galletasde lamáquinaexpendedoraparaque seecharaalgoal estómago.Allí le esperabaunhombre,comoél,tambiéndetenidoporalgoquenohabíahecho.Losaludó, sinánimodedarleconversaciónyobservó la letrinadel rincón,a lavistadeambos,para
compartirencasodeincontinencia.Depronto,sintióqueelmundoseleechabaencima,derrumbándosesobre su espalda. Pensó que había ido demasiado lejos, como la línea del horizonte que se atreve asepararlorealdelaperdición,deloilusorio.Tomóasientoenunbancodepiedra,duroeincómodo,yapoyólanucaenlapared.Elhombrequelo
acompañabanoteníaelaspectodeuncriminal,nisiquieraeldeundelincuentederobosmenores.Porelcontrario,vestíadetraje,delosbaratos,yllevabaloszapatossucios.Porlasapariencias,intuyóqueseríaalgunaclasederepresentantecomercial.Lostiposconmásdineroquesuerte,nuncallegabanacruzarelumbral que los separaba de los barrotes. Observó su semblante derrotado, el gesto nervioso y lavergüenza que desprendía con su actitud. El calabozo no era un lugar agradable, ni siquiera para eldetectiveque,aunqueerasuprimeravezentrerejas,conocíadesobraaquellaclasedeagujeros.Allínohabíalugarparaloshéroes.Dioun largo suspiroypalpó losbolsillosde la chaquetaenbuscadeuncigarrillo.Sindarsecuenta,
llevabacasiundíaenterosinfumarypensóquealgopositivodebíadetenertodoaqueldesastre.—¿Notendrásuncigarrillo?—lepreguntóalotro,mirándolodefrente.—Losiento—dijo,levantandolosojosdelsuelo—.Nofumo.—¿Quéhashecho?—Nada,eseeselproblema,quesoyinocente.—Claro,comotodos,poresoestamosaquí.¿Dequéteacusan?Lapreguntaleincomodó.Sepusoenpieycaminóhacialosbarrotes,buscandoalosagentes.—¿Dóndeestámiderechoaunallamada?—Notemolestes,estonofuncionaasí…—¿Quéeres,elsabelotodo?—Tómateunrespiro,avisaráncuandolleguetuturno.—Notengotiempo,niganasdeesperar.Estoycansadodeestarenestapocilga.¡Estesitioapesta!—Hablemosdealgo,¿aquétededicas?—Escucha,tío…—dijoyseacercóaél,perounamiradadeldetectivebastóparafrenarsusoberbia.El
hombrechasqueólalenguayregresóasusitio—.Estoesinhumano…—Nomehas respondido. ¿Quéofreces?Todosvendemosalgo.Nadievivedelaire,anoserqueseas
político,claro...—Trabajoenunaaseguradora.¿Suficienteparaquemedejesenpaz?EltipoestabanerviosoyMaldonadosabíaqueeralareacciónmáscomúndelosdetenidos,almenos,al
principio. El calabozo era el lugar perfecto para desmontar a un recién llegado. Primero,mantenía laesperanzadesalirdeallíencuestióndehoras.Después,lanochesecerraba,elzulosevolvíamásoscuro,llegabanotroscomoélycomprendíaquenohabríasalida.Enlamayoríadeloscasos,noeranecesarioque permaneciera en tales condiciones, pero la policía conocía el margen legal que existía y podíamantenerloarayahastaqueeljuezloliberaraporfaltadepruebasoalguienpagaralafianza.Comoun
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pastelito horneado, cuando el sospechoso perdía todas sus fuerzas, volvía a la sala de interrogatorios,dispuestoacantarcomoungorrión.Porsuformadeactuar,elexpolicíaintuyóqueaqueltipoencajabaconelperfil.Evitóunaconfrontacióninnecesariaysecentróensuspensamientos.Habíatocadofondo.Noeradel
todonegativo.Másbajoyanopodíacaer.Adiferenciadesucompañerodecelda, los inspectoresno lotenían calentando el asiento con el fin de obtener una confesión, pero se apostó unamano a que esedesgraciadode la agenciaALCÁZARestaría dispuesto a testificar contra él.No supoqué lo amargabamás,sidarlelarazónaunootragarselaspalabrasdeldetective.Suspiró,sinquitarojoalosaspavientosdeltipoqueteníaaescasosmetros.Debíapensarenalgopara
nodarledemasiadasvueltasalacabeza.Entrebarrotes,lashoraspasabanmásdespacioyconfiarenqueBerlangaencontraraunapruebaquelosacaradeallí,comenzabaaserunautopía.Laúnicapersonaquehabía estado con la víctima, antes de que llegara a la habitación, era aquelmuchacho fornido de ojosverdesycabellorubio.Lorecordódelatelevisión.Susbrazoserancomodosyunquesdeherrero,capacesdenoquearaunporterodediscotecadeunsologolpe.«¿Seríaelmismoqueloatendióporteléfono?Difícildedemostrar».Podrían pasar días, incluso semanas, hasta que lo aclararan. Para entonces, sería más que tarde y
estaríasiendoseñaladoanteunjuzgado.Abrióelpaquetedegalletasyleofrecióunaaldesconocido,quienlarechazóconungestodemano.—Tútelopierdes—comentó,mordisqueóelbarquilloysintióelsaborrancioycaducodelamasa—,o
no…¿Puedopreguntartealgo?—Adelante.—¿Quéclasedesegurosvendes?¿Vehículos?—No,personas.—Ajá.Untrabajoserio,supongo…—Extenuante.—Hadeserdifícilcobraraalguienporunadesgraciaquetodavíanohaocurrido.—Esunoficiocomootrocualquiera.Lagentesepreocupaporelporvenirdelossuyos.—¿Ydóndeestáeltruco?Porquesiemprehayuno.—¿Dequéhablas?—Hombre,algohabráenesaletrapequeña…Supongoqueexistiráunporcentajemuybajoderiesgo,ya
meentiendes, deque lapersonaque firmael contratoacabeelectrocutadaporunpostede luzo algoparecido...—Oye,yomeencargodeofrecerlosylosclientesdecomprarlos.Nolosredactoniapuntoanadiecon
unapistola.—Túvendesmiedoyelloscompranesperanza.Noestámal.—Míralocomoquieras.—¿Quéhaydelaspérdidas?Elhombrelevantóunaceja.—Noséaloqueterefieres.—Sí,estoesEspaña,lapicaresca,yasabes...¿NohasleídoElLazarillodeTormes?—¿Estásdeguasa?—Aveces,leolasnoticias.Hayquienfingesumuerteparacobrarunapóliza.Eltiposerioconnerviosismo.—Para empezar, debes tener agallas si quieres hacer algo así. Fingir unamuerte no es nada fácil—
explicó, asintiendo con la cabeza, demostrando que sabía de lo que hablaba—. Hay que presentar uncertificadodedefuncióny,apartirdeahí,nosaseguramosdequeelclientehayacumplidocadaunadelascláusulasquefirmóensumomento,quenosonpocas.—Ysiemprehayalgoqueincumple...—Exacto.—¡Pardiez!SoispeoresquelosdeHacienda.—Nosprotegemos.Túlohasdicho.Muchopícaro.Laconversaciónleencendiólamente.
—¿Quéocurrecuandoalguienseahoga?Existenmuchoscasosasí.—Preguntasdemasiado,¿telohandichoya?—Sí,perohayquematareltiempodealgunamanera.Elhombresuspiró.Disfrutabahablandodesuoficio,aunquesentíaqueMaldonadoseburlabadeélcon
susestúpidaspreguntas.—Es un asunto peliagudo. Habría que investigar las causas, si es intencionado, si es debido a una
negligencia o si se han deshecho de él… Si es un accidente, tal vez la parte damnificada no cobre lapóliza,peronosencargaremosdequeelculpablepaguelaindemnizaciónporlosdañoscausados.—¿Ysiesunamuertefingida?—Loacabaríamosdescubriendo.—Perolosdemáspiensanqueesuncrimen,aesomerefiero.Eltipolomiróconfundido.—¿Quépretendes,enfadarme?—Enabsoluto...Oye,notepongasasí.Tehabloenserio...Elacompañantedesistió.—Mira,nohetenidolaoportunidad,niesperollegaratenerunclienteasíenmimesa,perotodopuede
ocurrir.Enesecaso,quienfigureenelseguro,cobrarálapóliza.—Queentiendoqueserálafamilia.—Eslohabitual,peronotieneporqué.—Porquehablamosdemuchodinero...—Dependedeltipodegarantíasquecontrate...Recuerdoelcasoparticulardeunconocidoabogado.—Ilústrame.—Sumujerysuamanteintentaronasesinarloparacobrarsuherencia...Elplansaliómal,elamantele
disparódesdeuncoche,ylabalaalcanzóeltóraxdelabogado,peronolomató...Esosí,laparejaterminóenlacárcelyelamanterecibióundisparoenlahuida.—Bonitahistoria,trágicofinal,peronoencuentrolamoraleja...—Siponesprecioatupellejo,asegúratedequenadielosepa.Maldonado asintió y permitió que el silencio concluyera la conversación, como el final del estribillo
repetitivodeunacanción.RecordóaPonceSanzconundestellodeoptimismo.Fingirsupropiamuerte,despuésdetodo,noera
tanmalaidea,pensó.Contempló la posibilidad de que su mujer estuviera al corriente de lo que sucedía y formuló dos
escenariosensucabeza:queRoblesinterpretaraunpapeloquenosupieranadadelmarido.Doshipótesisquebifurcabanelresultadodelainvestigación.En la primera, Robles fingiría desesperación por la pérdida de su marido, acudiría a la policía,
mediatizaríalanoticiayesperaríaaqueladenunciasediluyeraconunainvestigaciónnoconcluyente.La policía archivaría el caso de Sanz, dándolo pormuerto. Pasados los años y libre de deudas, ella
cobraríaelseguroyregresaríaconsuesposo.Enlasegundateoría—ylamásacertadaparaél—,RoblesnoestabaalcorrientedelosplanesdeSanz,
porloqueelactoroperaríaensolitario.Lareaccióndelaesposa,másvisceralquesentimental,lallevaríaalapolicíaymoveríatierraycieloconelfindeencontrarlo.Lahabíavistomaltratandoaesejovenensudespacho,apesardesuesfuerzopormantenerlacompostura.Pero, ¿qué sucedía con Jimena García?, se cuestionó. ¿Pondría en peligro su plan o habría sido una
piedraenelcamino?Decualquiermodo,matarlasuponíaunactoprecipitado.ParaMaldonado,resultabadifícilaveriguarcuáldelasdoshipótesiseralaacertada.Por el pasillo, un agente se acercó a la celda. El representante se puso en pie para exigir una
explicación.—¿Mevanasacardeaquí?—preguntó,hartodeestarenaquelagujero,peroelagenteloignoró.—¿Maldonado?—¿Quépasaconmigo?¡Llevodetenidodesdeanoche!Eldetectivesepusoenpieencuantooyósuapellido.Elpolicíaabriólaceldaparaqueabandonaraelcalabozo.
—Alguienhapagadosufianza.Quedalibre,demomento...Dioun respingo y sepreguntóquiénhabría tenido el dinero y la decenciapara rescatarlo.Marlano
contabaconfondossuficientesyelpocoenefectivoquelesquedaba,noalcanzabaparapagartalsuma.Abandonólacelda,deseandonoregresaraellajamás,ysedirigióalotrohombre.—Unacharlamuyagradable...Suerteconeso.Todollegaasufinal...—¿Qué?¡Oiga!¿Quépasaconmigo?—¡Cálmeseyprontovendránaporusted!—respondióelagenteyagarródelbrazoaldetective.Eltipocomenzóagritar,golpeandolosbarrotes,queyaquedabanlejos.Los dos hombres subieron por las escaleras que llevaban a la primera planta, cuandoMaldonado se
dirigióalagente.—¿Porquéestádetenido?—Anocheapuñalóasujefeenlaoficina,delantedetresempleados.Lollevacrudosicreequeestará
prontoensucasa.—¿Esetipo?¡Venga!Nopuedeser…¿Ylarazón?—Unareduccióndesalario.—Menudocarácter.—Leclavólanavajaenelculo.Asícomotelodigo.—¿Qué?—preguntó,aguantandolarisa.—Comolooyes.—Demonios,tienegracia...—Puesnosédóndelatiene,bueno,sí...Pobredesu jefe,nosécómopodrásentarseen lospróximos
meses.—Lagraciaestáenquenohaynadaaseguradoenestavida...nisiquieraeltrasero.—Claro,sitúlodices...
La jornada no paraba de sorprenderlo. Junto a la entrada de la comisaría encontró a dos mujeresesperándolo, con expectación y decepción en sus ojos, a partes iguales. Cuando notaron su presencia,Marlafuelaprimeraenreaccionar.Sufaltadeexperiencialeimpedíareprimirlaemocióndelmomento.—¡Javier!—dijo, acercándose a él y dándole un abrazo.El perfume embriagó al detective y se sintiócomoencasa—.¿Estásbien?Los ojos de Florencia hablaban por sí solos. Primero, le transmitieron que guardaban un secreto ydespuéslepreguntaronporloqueocurríaentreélyMarla.—Sí,creoquesí—dijoylasseñalóconelíndice—.¿Cómoesposible?—He intentado localizartepor teléfono—explicóMarla—. Inclusohe llamadoa tu casa, peroha sidoimposible.Élsedirigióaladama.—Eslasegundavezquemesalvaslavida.—Laprimeranuncacuenta,detective.Ella sonrió conpicardíayagarródelbrazoa la secretaria.Los tres juntos formabanun tríoextraño,como si cada uno hubiera salido de un contexto diferente. Se llevaban bien y eso alegró al detective,aunqueeraconscientedequeFlorencianopermaneceríapormuchotiempoensusvidas.Nuncalohabíahechoynoteníarazonesparacambiar.«Apartirdeciertaedad,laspersonasnocambian,sólocreenquelohanhecho.»Supresenciateníaunaexplicaciónquenotardaríaendesvelar.Abandonaron lacomisaría,dondenohabíanirastrodeBerlanganideLedrado,yunvehículooscuroapareciódelanada,deteniéndosefrenteaellos.Elchóferbajódelcocheyleabriólapuertatraseraalamujer.Florenciasegiróhacialapareja.—¿Subís?Megustaríainvitarosacomer…Hayalgoquedebéissaber.MarlamiródudosaaMaldonado.—Nuncarechaceslaproposicióndeunadama,ymenossipagaportufianza.
***
ElchóferlosllevóhastalasespaldasdelastorresdeoficinasdeCuzco,alaalturadelacalledelPadreDamián.Maldonadoconocíamuybieneldistrito, tanajenoasucotidianidadcomoa lostiemposen losquepatrullaba esas calles.El trayecto fue tranquilo y silencioso. Laspreguntasno tardarían en llegar,peroFlorenciasemostrabarelajadaysatisfecha,quizáporhaberempleadosudineroenunactoaltruista.Elvehículosedetuvo frentea la terrazadeunelegante localdemesaspequeñasconmantelde telayparedescondecoraciónnáutica.ElTelégrafoeraunadelasmejoresmarisqueríasdeMadrid,ytambiénunadelasmáscaras.Nuncahabíacomidoallíysupusoquelasecretariatampoco.BajarondelvehículoyFlorenciaseacercóaunodelosempleados,vestidoconchaquetaycamisa,parasolicitarunamesa.Todavíaeraprontoparacomer,puesrozabanelmediodíayquedabaunahoraparalapausalaboral.Maldonadoobservólosmovimientosdeladama,quesemanejabaenaquelentornoconlaingenuidad de una niña y la sabiduría de una anciana.Ni siquiera en susmejores tiempos la habríaninvitadoacomerallí,mientrasqueahoraeraellaquiendabadecomeralosdemás,pensó,agradeciendoeldetalle.Luegoreflexionóacercadelasvueltasquepuededarlavida,eldestinoylascartasquecada
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personaposee.Unoscuantosañosatrás, cuandoseconocieron,Florencianoeramuydiferenteaél.Apesardesusoficios,ambosluchabanporsobrevivirydivertirseapartesigualesenunterrenohostil,zafiopero real, al finyal cabo.Dueñosde símismosydenadiemás, vivíancondescaroy sinunpropósitodefinido.Eldetectiveintuyóqueenalgúnmomento,Florenciasecansódetodoaquello,delanoche,delalientoamargodelaginebraydelosbesosconsaboracigarrillo.Florenciaseaburriódetantavariedadyoptóporapostarlotodoauncolor.«Todoinstantepasayesperecedero,comoelamor,aunqueelenamoradodeseequeseaeterno».Yesefueelproblemadeldetectivealpensarquenadacambiaría.Reconocióquelajugadalesalióbienaladama,aunquenosiempreeraasí.Lafortunasejustificabaenlastiradas largasynoacortoplazo.Lasuerte,despuésdetodo,era launiónentre lapreparacióny laoportunidad.YFlorenciaestabamásquepreparadaparaabrazarsuocasión.Ahoraquenadabaenaguaslimpiasysintemoralosdepredadores,habíadecididodevolver,dealgunamanera,loquehabíatomadoprestado.«Siemprehayunaoportunidadmásparahacerlascosasbien»,pensó,observandoalamujerytambiénalaempleada.Losacomodaronenunamesacercanaa la terrazayconvistasa lacalle.Pidierondoscopasdevinoblancoyunade tintoparaél.LasmanosdesnudasdeMarlaeran todo locontrarioa losdedos finosyarrugados,cargadosdebrillantes,deFlorencia.—Oye,Florencia, te agradecemos el detalle—dijo él, observando con estupefacción los precios de lacarta.Lacerróyladejósobrelamesa—,peroyahashechobastantepornosotros.—Sinofueraporella—contestólamujer,refiriéndoseaMarla—,seguiríasenesecalabozo.—¿Pormí?Sinofueraporusted—añadiólasecretaria—.Élsiempreandaigual,sindarexplicaciones…hastaquellamandecomisaría.Supongoquenolecuentonadanuevo.LamujertocólamanodeMarla.—Descuida,querida.Loshombrescomoél,nuncadicenlaverdad…perotampocomienten.Creenqueessumododeprotegernos.MaldonadoarqueóunacejaymiróaFlorencia.LadamadisfrutabaconaquelloeinterpretóquenolehabíahabladoaMarlasobreelpasadoquelesunía.—¿Habéis terminado ya?—preguntó, esperando que asintieran—. Estupendo…Ahora, explicadme dequévatodoesto.—Essobreelactoryesachicaasesinada—añadióFlorencia—.Tengoinformaciónquepodríaserdetuinterés.ÉlsedirigióaMarlaensilencioyregresóalaconversación.—Teescucho.Florencia llenó lospulmones,dioun tragoa lacopadevinoysuspiróantesdehablar.Depronto, suactitud cambió por completo, mostrándose frágil y emocionada. Las confesiones honestas nunca se lehabíandadobien.—Jimena no llegó a ti de casualidad… —explicó, atragantándose con la culpa—. Yo fui quien lerecomendótusservicios.Maldonadorespiróhondo.Noqueríaperderlosnervios,perosuestómagohervíacomounacaldera.Laspreguntassemovíanatodavelocidadensucabeza,formandocírculos.—¿Laconocías?—Lahabía visto antes en el bar delRitz y también en el del Palace—explicó, avergonzada, como sihubiesetraicionadoalasdospartes—.Hayciertosdetallesquesaltanalavista.—Elpasadosiemprevuelve...—Supe que la buscabas en cuanto me describiste sus ojos. Créeme, esa mirada podría haberconquistadouncontinenteentero…peroelfísiconoloestodoparatriunfar.—PoresodesaparecistecuandoPilarRoblesinterrumpiónuestraconversación.—Conocíasuhistoriayestabaenpeligro,poresolaenviéatudespacho—respondió,jugandoconunanillo de brillantes—. En uno de nuestros encuentros me acerqué a ella de manera sutil, mientrasesperabaen labarra.Estabadesarmadaytardéapenasunossegundosendesnudarlaemocionalmente.
Medijoqueestabaenunapuro,quelahabíanobligadoahaceralgoquenoqueríayquetemíaporsuvida…Lediminúmeroyleprometíqueescucharíasuhistoria…—Ytellamó.—Tardóunosdías.Hastayomismapenséquelohabríaolvidado,perolohizo—prosiguió—.Mehablódesupareja,unchicode la televisión…y tambiéndelcliente,unapuestocincuentóndelquenoreveló laidentidad…—¿SabíasqueeraSanz,cuandolovimos?—No.Haymuchosactorespromiscuos.—¿Entonces?—Lo supemás tarde—aclaró, dando un sorbo de vino para humedecerse la lengua—. Las semanaspasaron y el actor se encaprichó con ellamás de la cuenta. Le dije quemarcara una línea, siempre ycuandonoquisieratenerunproblemaemocional.Llegadosaunpunto,loshombresseolvidandequelassirenasdebemosregresaralagua.—Peronolohizo.—No,nofueeso.Undíamellamó,preocupada.Algonoibabien,aunquenoentendíalarazón…Sanzlepidióquedejaran losencuentros. Ibaahacerunviajealextranjeroynoregresaríaporun tiempo.Porotro lado, leexplicóquealguienmuycercanoaélqueríahacerledañoysufríapor laseguridadde losdos…Ellatemióquelahubieradescubierto.—¿Quéhayquedescubrir?Sanzsabíaaloquesededicaba…—Diablos,Javier…—reprochó,Marla—.Aveces,eresunpococortodeentendederas.—¿Perdona?Nohaymuchoqueentender.—ComprendíqueSanznoerasucliente,almenos,esoeraloqueélpensaba—explicóFlorencia—.Sutrabajoeraenamorarloparadespuésentregarlo.—Sesuponequeibaporlibre…—¿QuiéncreesquepagabalaestanciaenelRitz?Unacosaesqueteinvitenalbaryotraesalquilarunahabitacióndemilquinientoseurospornoche.Maldonadosuspiró,lamirófijamenteysonrió.—Rubio.—Eldomingo,despuésdetuaccidente,me llamó,aterrada.Rubio lehabíadadounavisoparaque ledijeradóndeestabaSanz.—Sepresentóenmioficinaconunnombrefalsoynuncaaceptómisfacturas.Florenciaseencogiódehombrosymostrólaspalmasdelasmanos.—Ledimi consejo, peromedesoyó—respondió con frialdad yun ligero resquemoren su voz—.Eramayorcitaparatomardecisiones.Comprendoqueelmiedoaesehombrelavenciera…Laamenazóconhundirsucarrerasinolohacía,ademásdeairearsupasadoenlosmedios…Rubioesunmonstruoyesimpuneantelaley.Algunaspiezascomenzabanaencajarenlamentedeldetective.—JimenamanteníaunarelaciónsentimentalconelamantedeRubio—añadióeldetective,guiñandounojoyconcentrándoseenlacopadecristalmientrasuníalospuntos—,tambiénactordesuproductora.—Nolosé.Nuncamehablódeél.—Quizáesafuera larazónquedesencadenósuasesinato.DadoquenopodíaencontraraSanzy,portanto, evitar las amenazas del empresario, fue a su casa para plantarle cara y chantajearlo con hacerpúblicosuromance…Ungestoquelecostócaro.—¿Cómopuedesestartansegurodequefueasí?Maldonadocarraspeó.Elvinoylafaltadealimentolehacíahablarmásdelacuenta.—Noloestoy,perovisucocheenelhotel.Laconversacióndecayóyunaabrumadorasensacióndederrotaseapoderódelostres.Aunquenolohabían mencionado, Maldonado estaba en un buen lío. Lo acusaban como sospechoso principal de lamuerte de esamuchacha, sinmencionar su relación con la desaparición del actor. AunqueSanz habíapasadoaunsegundoplano,nopodíaolvidarqueseguíaescondidoenalgunaparte.Lopeordetodoeraque no teníamanera de justificar su existencia—para así demostrar su inocencia—, y tampoco podía
costearse una defensa que estuviera a la altura de la situación. Para más incordio, confiar en susexcompañerosnoeraunaopciónválida,dadoeltratoquehabíarecibidoporpartedelosinspectores.—Lamentohabertemetidoenesto—comentóladama,afligidaporeldesarrollodelosacontecimientos—.Quiseavisartedeello,peronoestabaseguradeque…—Estábien,Florencia.Tusintencioneserannobles.Nodebesculparteporloquelepasóaesachica,nocarguesconello.—Sihayalgoquepuedahacerporti,sólotienesquepedírmelo.Hablaréconmimarido,teprestaremosloquenecesites,peronotedejarésolo.Maldonadohabíadejadodeescucharla.Lafrenteleescocía,asíqueseacariciólacicatrizconlosdedosy,sinrazónalguna,recordólahistoriaqueelvendedordeseguroslehabíacontadosobreelabogadoysuintento de asesinato. Un destello lo llevó a la noche del sábado en el piano bar. Después, la miradatransparentedeaquelmatónconelquesepegó.Depronto,lafrasedelvendedordeseguroslevinoalacabeza:«Siponesrecompensaatupellejo,asegúratedequenadielosepa».Unescalofrío leprovocóunacomezónagudaen lapiel.No tenía todas las cartasa su favor, asíquedebía asegurarse primero de que su corazonada era cierta. Puede que proteger a Sanz de aquelgrandullónborracho, losalvarade lamuertedesusdepredadores,perotambiénqueesosdosmatonesfueranlarazónporlaqueLeonardoMonerosecomportaradeunmodotanextraño.Agarrólacopadetintoylavaciódeuntrago,antelamiradaatónitadelasmujeres.—Ahoraquelodices,síquehayunaúltimacosaquepuedeshacerpormí.
Unplandesesperado.Esoeratodoloquetenía.«Pero,almenos,esmejorquenada».Maldonadoestabaconvencidodequelosdoshombresquelohabíanasaltadoeranlosmismosquelos
que encontró en el interior del piano bar. En esemomento no pudo saber que eran ellos, pero jamásolvidabaunrostro.Esanoche,PonceSanzsabíaqueibantrasély,poresamismarazón,habíaurdidounplanparafingirsumuerte.Pordesgracia,eldetectiveseencontrabadondenodebía,tomandountragoenellugarequivocado.Darlesdemasiadasvueltasalasposibilidadesnohaberparticipadoenaquelloera,simplemente, una pérdida de tiempo. En ocasiones, los caminos se cruzan, para bien o paramal, y laúnicaexplicaciónessuperioralintelecto.SiFlorenciapodíasaldarsudeuda,eraelmomentodepedirleunfavor.Ponceeraunactoracabado,sindineroyescondidoenalgúnrincóndelaciudad.Lapolicíalobuscaba
contesón,peroelactorseguíaescondido,sindejarrastrodemovimientosbancarios,sinacercarseauncajero,paraocultarsuubicación.Peroeldineroseterminaba,sucírculomáscercanoestabavigiladoyelteléfonoprivadodelactorseguíafueradelíneaparaquenololocalizaran.«Yquémejorcontactoconlarealidadqueunhombredespechadoyllenoderencor».Todoslosparticipantesdeaquelrompecabezashabíanpasadoporaltoundetalle.Eldetectivenotóalgo
extrañodurantesuprimerencuentroconesecríticodecine,peronolediodemasiadaimportancia.Porunaparte,desconfiódesupuntualidad.Elmismocamarerose jactabadeello.Nolegustabael lugarytampoco vivía cerca, pensó, pero tenía un motivo para ir hasta allí. Sentía que lo seguían, como siintentara ocultar algo, a pesar de su aparente normalidad. Por otra parte, la prensa decía que estabaarruinadodesdequepublicóelartículosobreRubio.Deserasí,siestabasiempreenlabarradelbar,¿dedóndesacabaeldinero?,sepreguntó.Entonces comprendió lo que hacía. El crítico mantenía rutinas para vigilar su entorno. Durante el
encuentro, evitó una mala palabra sobre el actor. Pero, al pronunciar su nombre y la recompensa, elnerviosismodeaqueltipoerapalpableyesolehizosospechardeél.MaldonadonoteníalamenordudadequeLeonardoMonerosabía—másqueél,seguro—delparadero
deSanz.«Todostenemosunprecio.Sinoloponestú,teloponenotros».Llegar hasta él, era una cuestión de dinero. La misma que lo había llevado a desaparecer. En esta
ocasión,lacifradebíaserelevadaylarazón,creíble.—Necesitodinero.Muchodinero.Florenciaescuchóyaceptó.Puedequecincuentamileurosfueramuchoparaeldetective,peroladama
novacilócuandoescuchólacifra.—Hayalgomás.Dadoqueelperiodistanoaccederíaahablardenuevoconél,Florenciadebíaentregarelmensajeen
persona.
***
Esamismatarde,conlamitaddeldineroenunsobredepapel,lostresobservabanelmovimientodelbardesdeelinteriordelvehículodeladama.Maldonadocomprobólahora.Faltabanvariosminutosparalasseis. Si todo salía acorde con el plan, aquel tipo no tardaría en aparecer. Florencia abandonó con
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elegancialapartetraseradelvehículoyechóaandarhaciaelbar.Despuéssesentóenuntaburetedelabarra. Su presencia llamaba la atención, y no sólo por la vestimenta que lucía. Marla y el detectiveobservabansuspasos.Alasseismenosunminutodelatarde,elcríticoabandonólabocademetromáscercanayaparecióen
elbarparacumplirconsurutina.Primeropidióuncaféydespuéssedirigiódirectoalteléfonoquehabíaal finalde labarra.Miróa sualrededoryFlorencia fingió ignorar supresencia.La llamada fuebreve.Regresóalabarraysesentójuntoaella.«Muestratusencantos,Florencia».Conungestoinapreciable,elrostrodeladamaseinclinóhaciaelperiodista,despertandosuinterés.
Cruzaronalgunaspalabrasyéstesemostróatento.Entonces, suposturacorporalcambió.Florencia loagarródelbrazoparaquenosemarcharaysacóelsobredesubolsoconlaotramano.Introdujoeldineroen el abrigodel hombre y después le sonrió.El crítico se quedóquieto, paralizado.Aunquenopodíanescuchar laconversación,todoparecía irenorden.Porúltimo,ella ledijoalgoyelcrítico lerespondióasintiendoconlacabeza.Selevantódeltabureteyregresóalvehículo,conunasonrisaenloslabios.—¿Ybien?—Tellamará.—¿Hadichoeso?—No,perolohará.Sécuándounhombremienteytambiéncuandodicelaverdad.
Latardedeljuevespasómáslentaquenuncaparalostres,hastaquelaoscuridaddelanocheseapoderóde laoficina.Depronto,el resplandorde las lucesde laGranVíaentrópor lacristaleradeldespacho,parpadeandodemaneraintermitente.EnelinteriordesudespachoyalrededordelteléfonoquehabíaenelescritoriodeMarla,eldetectivedabavueltasporlahabitación,conlacabezaagachadaylasmanosenlosbolsillosdelpantalón.Marla, sentadaen su silla, contaba los segundosconaburrimiento.Florenciadescansabaenelsofádelasvisitas,alaesperadequesucedieraunmilagro.—¿Puedesquedartequieto?—preguntóMarla,cansadadeverloenmovimiento—.Meestásmareando.—No,nopuedomientrasesedesgraciadonomarqueelnúmero.—Relájate,Javier—contestóFlorencia—,eldineroesloquemenosimporta…Además,tehedichoque
llamará.Élsedirigióaella.—¿Ysinolohace?¿Ysiesuncretino?—¿Ysitecalmasunpoco?Merecuerdasaeseamigotuyo,elinspectorqueibacontigo…—¿Berlanga?—Sí.Estuamigo,¿verdad?—Noestoysegurodeello,peromejornohablardeél.Hetenidosuficienteenlosúltimosdías…—¿Quétepreocupa?Maldonadomiróalasdosmujeres.Nopodíaescondereltemoraquesehubieraequivocadotomando
aquelladecisión.Estabaagotado,hartoysinesperanzasdeencontraraeseactor.Enalgúnrincóndesusentrañas,siaquelmovimientonofuncionaba,tiraríalatoalla.Elteléfonosonó.Eltimbreentróenlahabitacióncomountoquedecampanas.LostressemiraronyélleordenóaMarlaqueatendieralallamada.Lasecretariadescolgóelaparato.—¿Sí?—preguntó y tragó saliva con fuerza. Los ojos deMaldonado se clavaban en su rostro—.Está
bien…Entendido…Adiós.—¿Eraél?—Sí.Florenciaselevantódelsofá.—¿Ybien?—Estádispuestoaentregarlo.Lacitaseráalasnueve,enlaazoteadelCorteInglésdeCallao.Ynada
desorpresas.
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Florenciahabíacumplidocon supartedel trato y su ayuda yano eranecesariapara lapareja.Con laeleganciaquedesprendíaconcadagesto,selevantódelsofáysedespidiódelosdos.—Suerte con el caso —dijo, acercándose al detective para despedirse con un beso en la mejilla. Él
desconocíacuálerasusecretoparaolertanbientodoeltiempo—.Ahora,puedodecirqueestoyenpazcontigo.—Tedevolveréelfavor…algúndía.Ladamasonrió.—Hazte uno a ti —le susurró al oído—, y soluciona lo que tenéis entre vosotros. Cuídate mucho,
detective.Lamujerseretiróyabandonólahabitación.Florencianuncadabapuntadasinhiloyélsabíaaquésereferíaconaquello.Sinembargo,surelación
conMarlaeramáscomplejaqueunasimpletensiónsexual.«Enestavida,hayalgunascosasquemerecenquedarsecomoestán».—Unamujer muy agradable—comentó la secretaria con un tono de voz apagado—. Seguro que ha
vividomuchasaventuras.—Demasiadas.—¿Cómoosconocisteis?—Eso no importa ahora—dijo y se dirigió a su despacho. Por la ventana podía observar la fachada
luminosa del Corte Inglés de Callao. Los transeúntes recorrían los alrededores de la Gran Vía comohormigastrabajadoras.Parasorpresadetodos,lacitaseríaallíenunahora,enlomásaltodelosgrandesalmacenes,alasnueveenpuntodelanoche.Noentendíanada,nilasintencionesqueteníaMonero,nicómo terminaría aquella historia, pero el desasosiego que sentía no le transmitía lamenor seguridad.PonceSanznoeraestúpido,adiferenciadeloquetodospensabandeély,porende,tampocosucómplice.Tardóunratoendarsecuentadequehabíacaídoenlatrampa,ynoalrevés.Aunqueelcríticoparecíadispuestoatraicionarasuamigo,lociertaeraquenoibaahacerlo.Laideadereunirseenunlugartantransitadocomolaterrazadeledificiosóloexplicabaunacosa:Poncenoapareceríahastaqueestuvierasegurodequenolovigilaban.—¿VasaavisaraBerlanga?—Niporasomo—respondió,alejándosedelaventana—.Silohago,jamásdarálacara.Creoqueintenta
acercarnosaél.—¿Cómodices?¿Despuésdeloquehemospagado?—Eldineronoeranuestro,peroeranecesario.Apesardequeseaun tirano,Monerononos lovaa
entregar.SupongoquesospechódenosotroscuandoloabordamosenLavapiésy,apartirdeahí,urdieronunplanparaquemordiéramoselcebo.—¿Insinúasquepodríamoshabernosevitadolosveinticincomil?—Hayunprecioparatodo,Marla.—Comosenotaquenohansalidodetubolsillo…Desestimó los reproches. Su cabeza estaba en otra parte. Quizá Sanz quisiera cerciorarse de que
Maldonadonoloibaaacorralar,perodesconocíaqueeldetectiveestabasiendovigiladopormuchagente.Llegar hasta él, no iba a ser fácil, a menos que tuviera una solución inesperada. Y allí estaba lo quenecesitaba,aescasosmetrosdeél,mirándoloconojosmarchitosalaesperadeunpocodeacción.
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—¿Marla?—¿Sí?Aguardóunossegundosantesderesponder.—Nohagaseso,otravezno,Javier…—NovoyareunirmeconSanz.Esdemasiadopeligroso.—¿Qué?¿Aestasalturas?Notecreo.—Loharástúpormí—respondió,dejándolasinpalabras—.Tehasmantenidoinvisiblecomotepedíy
ahoraeselmomentodedarelúltimopaso.—Pero,¿quésesuponequevoyahablarconél?—Esprobableque,encuantopise lacalle,Ledradoysushombressiganmispasos,sincontarcon la
inquinaquemetieneeseMarín…Tambiénesposiblequehayanvigiladotusmovimientos,pero,alfinyalcabo,túnoformaspartedeesteplan.—Muchasgraciasporlapartequemetoca.—Almenoratisbodeduda,Sanzdesapareceráynopodemospermitirnosunerrorasí.No, llegadosa
estepunto…Necesitamossutestimonio,unapruebaqueconfirmequesiguevivo,quetodohasidounabromamacabra.—¿Eresconscientedeloquedices?—Porsupuestoquelosoy.Grabaráslaconversación.—Noteentiendo…—dijo,confundida—.¿Ytú,qué?¿Ysinoquierehablarconmigo?—Guarda la calma, Marla. Yo te seguiré en todo momento. Estaré a tu lado, te lo prometo, y me
presentarécuandolleguelaocasiónoportuna,perodeboasegurarmedequenollevocompañía.—Suconfesiónserátusegurodevida.—Seráútil,nadamás.—Comprendo—dijo,manifestandosunerviosismo.Lapresiónpodíaconella.—Loquetevoyapedir,notevaagustar.—Niqueestuvieraencondicionesdequejarme…—Acudirásconesechicoconelquesales,elperiodista—explicó,contundente—.Lollamarásyledirás
queterecojaenlapuertadeledificio.Iréisjuntoshastalaúltimaplanta.—¿Qué?¡No,nihablar!Nopiensometerloaélenesto…—Debeshacerlo,Marla.Nadiesospecharádevosotros.—Esinjusto.Losabes,¿verdad?—Lavidaloes,yesteesnuestrotrabajo.—Meponesenuncompromiso.—Nolepasaránada.Nisiquierasabráloquesucede.—Medaigual.Esmividaprivada.—¿Yyoquésoy?Ademásdetujefe.—Sólomirasporti.—Deverdad,Marla,piénsalo,mujer…¿Quéespeor,hacerestoonovolveraverme?Losojosdelasecretariaparecíandosluceros.Elsilenciosepultósurespuesta,haciendoquesetragara
lahonestidad.Élsabíaqueestabatirandodemasiadodelacuerdayquelapodíaromper,peroMarlaerasuúltimorecurso.—Eresun egoísta—respondió y él supoque aceptaba las condiciones—.No sé cómonomehedado
cuentaantes.Maldonadosuspiróyagradeciósudecisiónensilencio.Enmomentoscomoese,eramejormantenerse
callado.Ellasacóelteléfonodelbolsoysedispusoaescribirasuchico.Maldonadoregresóaldespacho,seacercóalaventanayvolvióamirarhaciaelenormeedificio.Losminutospreviosalencuentroseharíaneternos.
Marlafuelaprimeraensalirdelaoficina.Sucitalaesperabafrentealacafeteríaquehabíaenelbajodeledificio.Desdesuventana,Maldonadocontemplóelencuentro.Ellasemostrabafríayunpoconerviosa,razonessuficientesparadesconcertaralmuchacho.«Vamos,noseasasíyméteteentupapel,chica…Notecuestatanto»,pensóobservandolaescenayse
tranquilizócuandoellaagarróalgalánporelbrazo.Se sintiómalporhaberlapuestoenesa tesitura.Marlaera su secretaria y confidente,perono tenía
experienciaenelcampo.Apesardelasexcusasquesepodíadecirparajustificarloquehabíahecho,enelfondotemíaquelepasaraalgoalachica.Comounaparejadeenamorados,cruzaronelpasodepeatonesysedirigieroncuestaarribahacia la
plazadeCallao.Pocoapoco, lassiluetassehacíanmáspequeñas.Maldonadoseapartóde laventana,buscó la llavedelcajónqueteníacerraduray loabrió.Contóhastacinco,vioelarmay locerródeungolpe.«Nadadelíos,nidepistolas»,decidió.Actoseguido,sedirigióalsegundocajón,agarrólabotelladecoñacylepegóunpequeñotragopara
enjuagarselaboca.Elalcoholleayudaríaacombatirelfríoyamatarlosnerviosdeúltimahora.Despuéssaliódeldespacho,cerrandoconunfuerteportazo.
***
Elfríodelanochetraspasabalassuelasdeloszapatos.Lacalleestabaabarrotadadegentequesalíaacenar a esas horas o regresaba a su casa tras una larga jornada. Con las manos en los bolsillos delBarbour y el cuello levantado, zigzagueó como una serpiente entre la multitud de rostros anónimos,asegurándosedequenadieseguíasuspasos.Alolejos,entrelascabezasdelagente,reconociólafiguradeMarla,acompañadadesucita,entrandoenelinteriordelosgrandesalmacenes.Todavíaestabalejosparaalcanzarlos,peronoteníaningunaprisaporllegar.Caminóhastaelcentrodelaplazaysecolocóenlasescalerasdelasemblemáticassalasdecine.Labocadelmetroteníaelritmodeunaratoneraenplenoincendio. Laspersonas entraban y salíande ella sin cese, como si sus vidasdependierandel siguientetren.Primero, echó un vistazo a los alrededores del sitio. Tres agentes municipales merodeaban con
tranquilidad,asegurandolacalmaentrelostranseúntes.Dosmúsicoscallejerostocabanversionesdepopconocidas,acambiodeunasmonedas.Nohabíarastrodelapolicía,nitampocodeMarín.Peroencontrarunacaraconocidaentretantamirada,eracomobuscaruntesoroenelfondodelocéano.Sacóuncigarrillodesuchaquetayloencendió,amedidaqueseaproximabaalosbajosdeledificiode
latiendaFNAC.Desdeaquellaposición,daríaunsegundorepasoalaplaza,paraasegurarselaentrada.Unenormeylargoanuncioluminosoparpadeabaporencimadeél,dejandounresplandordeluzsobrelosrostrosdelosquepasabanporallí.Comprobólahora,diounaprofundacaladayapagóellightenunapapelerapública.«Empiezalafiesta,detective».Cruzólaentradaprincipalygiróporelpasillodeladerecha,enbuscadelosascensoresydejandoaun
ladolaseccióndeaparatoselectrónicos.Acompañadodeotraspersonas,recorriódiferentesplantashastaqueelelevadorlotransportóhastala
azotea.Elúltimopisoeraunodelosmássolicitadosparalosturistas.Laenormeplantaagasajabaalos
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clientes conunas vistas de ensueño en las que se veía toda la ciudad y los tejadosde los barriosmáscastizos de Madrid. El espacio había sido habilitado con cocinas abiertas y restaurantes en los quedisfrutarmientrassecontemplabaelcielodelacapital,sinimportarlahoraoeldía.Laspuertasseabrieron,esperóaque lospasajeros loadelantaranycaminóconpaso lentohacia las
mesas del fondo. Reconoció el abrigo largo de la secretaria y su melena dorada, cayéndole sobre loshombros.Marlasemovíasola,porloquededujoquesuacompañanteestaríaesperándolaenotraparte.Ocultoentrelasseccionesdequesoscurados,Maldonadovigilabalosmovimientosdelasecretaria.Entonceslovioaél.Elcrítico,tranquiloydisfrutandodeunacerveza,notólapresenciadelachicaen
ladistancia.Marlaseacercóconcuidadoencuantoloreconoció.¿Quépodríasalirmal?,sepreguntóelexpolicía.«Queseauntrucodemagiasinconejo,nichistera».Laprimeradecepción llegócuandosesentóa lamesa.Elcrítico leordenóalgo,despuésextendiósu
brazoy,convisiblereticencia,Marlacolocóelteléfonomóvilsobrelamesa.Dedujoquelehabíapedidoquelodesconectara.«¿Tomandoprecauciones?Esosíquenomeloesperaba».Maldonado intuyóqueSanznoestaríamuy lejos.Llegadoaesepunto,sedespejarontodas lasdudas
sobrelasintencionesdelactor.Uncamareroseacercóalamesa.Maldonadomiródereojoasusespaldasy,libredevigilancia,decidió
aparecerenescena.—Lamentoelretraso—dijo,acercándosealamesaytomandoasiento—.Queríaasegurarmedequeno
meseguían.—Elteléfono,porfavor—indicóelperiodista—.Apágalo.Sacóelviejoaparatodesuabrigoyseloenseñó.—Estonohacemilagros.—Porsiacaso.Diounlargosuspiroyloapagó.Notóquelasecretariatemblabaporlosnervios.Letocóelbrazopara
quesecalmaraysedirigióasuinterlocutor.—Ybien,¿dóndeestá?—Antes,deboexplicarosalgo.—Nohacefalta.Meloheolido.NonosvasaentregaraSanz.Sabíasentodomomentoloqueestaba
pasando.—Noestansencillo…—Hazmeperdermástiempoyeldineroquetehemosdadonocubrirátuvistaaldentista.Derepente,notólapresenciadeundesconocidoqueseaproximabaaellos.Marlaseguíaimpaciente,
mirandoalsuelo,peroélsefijóenlavisita.Vestidocongabardina,bigotepostizo,gafasredondasyunapelucadecolorgris,PonceSanzestabairreconocible.Bordeólamesa,sinlevantarsospechasysesentójuntoaMonero.Lasecretariatardóvariossegundosensaberquiéneraaquelhombre.—¿Detective?—preguntóelactor,ocultandolamanovendadabajolamangadelagabardina.Maldonadolomirófijamente.Dehaberseencontradoenotrolugar,lohabríaabordadoconunpuñetazo
enlacara.—¿Noteacuerdasdemí?Elactorentornólosojos.—Vaya,lavidaesunpañuelo.—Sucioymaloliente.¿Sepuedesaberquéestodaestapantomima?—Hayunaexplicación.Primero,déjemehablar.Elcamarerosirvióelrefrescoalasecretaria.Elsilenciosemantuvoenlamesadurantesupresencia.
Maldonadolehizoungestoparaindicarlequesefuera.—Nosésiquieroescucharte.—Deberías—añadióelcrítico—.Osnecesitáiselunoalotro.—¿Perdona?
—Nodisponemosdemuchotiempo—explicóelactor—.MiesposahacontratadoundetectiveyRubiotieneadosmatonespisándomelostalones.—Dimealgoquenosepa.—Lamentoquetodoestolehayasalpicado,peronoeramiintención…—Vetealcarajo,Sanz.Debesentregartealapolicía.Mevanaacusardehabertematado.Elactornegóconlacabeza.—Losiento,peronopuedohacereso.—Sinolohacestú…—Mematarán.Ylemataránaustedtambién.—Sí,claro,comosiyo…—Se lo digo en serio—intervino y chasqueó la lengua—. Supe de su existencia por Jimena. Ella era
partedelplan.—Poresolamataste.—No,nofuiyo—contestó,afligido—.Esachicafuevíctimadesubuenavoluntad.—Déjatedemonsergasyvealgrano.Losojosdelactorsellenarondeodio.—DebodineroaRubio,unacantidadquenopuedopagar.Esecerdonosamenazóconhundirnoslavida
yllevarnosalostribunales…Ledijequelohiciera,quenoleteníamiedo,perodescubríqueestabasolo.—¿Solo?Nomehagasreír...—Mimujerllegóaunacuerdoconél,amisespaldas.Leprometióentregarmeacambiodemantenersu
vida.Deesamanera,ladeudaquedaríasaldada.—Sipretendesquemecreaestahistoria…—Loteníantodoplaneadodesdehacíasemanas.UnaccidentemequitaríalavidayPilar,comoesposay
compañeralegal,cobraríalaindemnizacióndelseguro.Conesedinero,Rubioyellaestaríanenpazyyodejaríadeserunproblema.Poreso Jimenaentróenmivida,perosediocuenta tardedesucometido.Teníaunbuencorazónyporesointentóayudarme.—Perolabondadnosalvavidas.JimenaGarcíaestámuerta.—Mimujerescasitansádicacomoesemonstruo.Estoyconvencidodequefueellaquienlaasesinó.—¿Existealgunaformadedemostrartodoesto?Elactormiróalcríticodecine.—Moneromeestáayudandoconello.Elperiodistametiólamanoenelinteriordelachaquetaysacóunteléfonomóvilbásicodecolorrojo.—Ese es el teléfono de prepago que utilizaba Jimena para comunicarse con Pilar —explicó Sanz,
destrozado emocionalmente—. Ella me lo entregó la noche que usted llamó al hotel. Me dijo que loguardaracomoprueba.Aquíestántodoslosmensajesqueintercambiaron.—PoresocoincidíconellaenelRitz.—Jimenaestabadesesperadaeintentómarcharsesinquelonotaran,peroPilarlasorprendióantesde
quelolograra…Jamáspenséqueseríacapazdellegartanlejos.—Tumujerhapuestopatasarribaestaciudadparaencontrarte.Escapazdetodo.Maldonado observó el aparato. Era la prueba fehaciente que lo salvaría de las acusaciones. El actor
pusolamanoencimadelterminalyloempujóhaciaeldetective.—Guárdelo.Séqueustedpuedeayudarme.Lohahechoantes.Estoestodoloquenecesitaparalimpiar
sunombre…yelmío.Lasdudassobrepasaronalexpolicía,aunquenovacilóenquedarseconelaparato.Eramejorqueno
tenernadaasufavor.Sanzteníarazón,perolosmensajesnobastaríanparademostrarsuinocencia.—¿Quéesloquepidesacambio?Elactorllenólospulmones.—Ser libre, empezar de nuevo. No me importa el dinero, ni tampoco mi carrera. De hecho, estoy
cansadodevivirenelojopúblico…Todavíaestoyatiempodedesaparecer—explicóycomprobósureloj—.Dentrodeunrato,MoneromellevaráhastaLisboa.Desdeallí,tomaréunvuelodirectoaBuenosAiresy desapareceré. Para entonces, pasado un tiempo, mi caso quedará archivado… He estudiado condetenimientolasituación.Lapolicíanoestaneficaz.
Susargumentoseransólidosyelplancasiperfecto,sinofueraporqueaúnseguíasentadoaesamesa.—¿Sinceramente?Largartehabríasidomásfácil.Porley,notepuedenobligararegresar.Pero,fingir
unamuerte...estápenadoconprisión.—Tarde o temprano, Rubio y sus hombres me habrían encontrado. Por el contrario, si me dan por
muerto,nohaynadaquepuedanhacer…—Lanochedelpianobar...Ibasadesapareceresedía,loteníastodoplaneado,¿meequivoco?Elactorsonrió.—Noteníaescapatoria.—Fingistemorirahogado, tedesprendistede turopaynosengañasteconun falsoseñuelo.¿Porqué
demoniostuvistequetirarmibufanda?Eraunregalo.—Losiento,nolopensé.—Nolopensé,nolopensé…—repitióconburla.—Entonces,¿vaaayudarme?—Márchate.Lotienesenbandeja.Nopiensoseguirte.Eresuncúmulodeproblemas.—Aayudarnos…aqueesedesgraciadodeRubiopagueportodoeldañoquenoshahecho—rematóel
crítico—.Esajovenseguiríatodavíaconvidasi...—Siestecabróndetuamigonofueraunmalditocobarde,¿quedaclaro?MaldonadonotóqueMarlaintentabacomunicarlealgoconlamirada.—¿Quétepica,mujer?Losojoshablabanporella.Levantó lavistaporencimadesucabezayavistó,al fondodelpasillo, la
presenciadelosdosmatonesquelohabíanseguidocercadelhotel.—Mierda,tenemosqueabrirnos.—¿Sucedealgo?—preguntóelactor,intranquilo.Losnerviosseapoderarondeloscuatro.—No contaba conmás visitas—explicó, breve y señaló a sus espaldas—. Bajad por las escaleras de
emergenciaytomadlasalidadelacalledelaAbada.Yomeencargarédedistraerlos.Loshombressepusieronenpie.—Irécontigo—dijoMarla,preocupada—,notevoyadejarsolo.—Nihablar.Nopermitasqueescapen...estoaúnnohaterminado—contestóyleguiñóelojoderecho—.
Llévalosaunlugarseguroyosalcanzaré.Hazmecasoyconfíaenmí.
Maldonadosepusoen pie y caminó en dirección a los ascensores, escondiéndose en las secciones deproductosgourmet.Sumargendemaniobraeralimitado,sinoqueríallamarlaatencióndelosguardiasdeseguridad.Entreloshuecosdelasestanterías,viocómoMarlaylosdoshombresdesaparecíanporlasescalerasdeemergencia,sinllamarlaatencióndelosesbirrosdeRubio,queexaminabanlaplanta,condetenimiento.Ningunodelosdoshabíareconocidoalactor.Entrequesosyembutidoenvasadoal vacío, echóunojoa losproductosyagarróunabarrade lomo
embuchado.Eralomássólidoqueteníaasualcance.Encorvado,seacercóalhombrequehabíagolpeadoanteriormenteylosorprendió.Losojosdeltiposeincendiaronalverlo.—Tedijequenomesiguieras—comentóelexpolicía.—¡Tú!—exclamóelmatón,peronotuvotiempoparamásréplica.Congolpecertero,Maldonadolesacudiólacaraconlabarradelomo.Elimpactofuesecoyelhombre
cayó sobre la moqueta, provocando un alboroto en la planta y llamando la atención de los guardiasjuradosdelasección.«Enmicabezaparecíaunabuenaidea».Lasmanos del segundogorila se abalanzaron sobre él y lo agarraron del cuello. Intentó defenderse,
perolefaltabaelaire.Porelrabillodelojo,vioaungrupodevisitantesquehuíanenelascensor.Sacófuerzas de las entrañas y le asestó un cabezazo a su adversario, dejándolo aturdido. Las manos sesepararondeélyaprovechóparaempujarlodentrodelascensor.Elcontrincanteseresistió,sujetándoseen laspuertas.Maldonado lo rematóconunzapatazoque lo lanzóal interiorcontra lospasajeros.Losgritosaumentaron.—¡Buenviaje!Notuvotiempoparapensar.Dosguardiasdeseguridadsedirigíanhaciaél.Corrióhacia lasalidade
emergenciaytomólasescalerasquelollevabanhacialosbajosdeledificio.Losdosguardiaslosiguieron.Porelhuecodelasescaleras,vioalolejosaMarlayalosdoshombresabandonandoeledificio.Ahoraerasuturno,perolosdosvigilantesrecortabanladistanciaconél.Huyósinmiraratrás,saltando losescalonesdedosendos, jugándose lavidaentre loshuecosde las
barandillasdeaceroparaaumentar ladistancia.Elpasoaceleradode losdostipos loperseguía.Enunmovimientoarriesgado,miróhaciaatrásal sentirunaspaviento.Unguardia intentógolpearlo conunaporra,peroagachólacabezayelarmadiocontralapareddecemento.Alaalturadelaterceraplanta,untercerhombrelosorprendiócuandobajaba.Estabaacorraladoylosotrosdosloseguían,agotadosporelritmodelacarrera.Sincruzarpalabra,parecíandoscazadoresfurtivos.Elguardiaqueteníadelantelomirabaenfurecidoy
Maldonadoleyósusintenciones.Aqueltiponosabíagolpear,porloqueintentaríaderribarlo.Uno.Dos.Tres.Ahora.El guardia se abalanzó contra él y este lo esquivó como si evitara una cornada. Antes de que
retrocediera,leclavólosnudillosenlacolumnaylolanzócontrasuscompañeros.—¡Ah!—exclamóelhombre,doloridoysinfuerzas.
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Latorpezadelosotrosretrasólapersecución.Eldetectivesiguióbajandolasescaleras.Llegóalaprimeraplantaybuscólasalidaporlacallequeles
habíaindicado.Allílasituacióneratranquila,comosinadahubierasucedidounospisosmásarriba,perolaausenciadeclientesydeempleadoslodesconcertó.Seaproximóalapuertadecristaldelasalidayelresplandorazuldelassirenasdepolicíalodetuvo.«Malditasea,Marla»,pensóyrezóparaquelostreshubierantenidotiempodeponerseasalvo.Estaba
enuncallejónsinsalida,peroesoeraloquemenoslepreocupaba.Regresóalosestantesdeelectrónicayobservó el dispositivo policial desplegado en la plaza de Callao. Sirenas, luces y agentes ocupando laplaza.Nohabíaescapatoria.Aquellahistoriahabíallegadoasufin.Unempleadodelcentrocomercialapareció,regresandodelbaño.Cuandoentendióquésucedía,dioun
pasoatrás,temerosodequeMaldonadolehicieradaño.—Tranquilo,notevoyahacerdaño…—dijo,lomiróyentendiósuincredulidad—.Sesuponequesoyde
losbuenos.Denuevo,contemplóelpanoramaquehabíaalotroladodelascristaleras.Decaído y con un amargo sabor a derrota, no le quedó otra opción que retroceder y abandonar el
edificioporlaentradaprincipal.
Empujólapuertaysintióensurostroelaireheladodelanoche.Alolejosyenloalto,elemblemáticospot luminoso de Schweppes cambiaba de color sobre el edificio Carrión. Cuatro coches de policíarodeaban las esquinas de la plaza para que no pudiera huir. De un vistazo, contó hasta doce agentesnacionalesycincomunicipales.Pormásquedesearaencontrarunafisura,estabaacorralado.Despuéslovioaél,sinuniformeyconelsemblantellenodesatisfacción.—¡Seacabólafiesta,Maldonado!—exclamóelinspectorLedrado,apoyadoenlapuertadeuncocheque
habíaentradohastalaplaza—.¡Lasmanosenalto,quelasveamos!—¡Novoyarmado!—respondió,agotado,buscandounrostrofamiliarentretantoenemigo—.Nosoyun
peligroparanadie…Laatenciónsedisipóporunmomento.PorlacalledePreciados,aparecióungrupodepersonas.Cuatro
agentesllevabandetenidosaMarla,SanzyMonero.Juntoaellos,losacompañabaPedroMarínconcaradesatisfacción.«Esecabrónmehatendidounatrampa».—¡Ponce!—gritóunamujer,alolejos.EraPilarRobles,quecorríahaciaellos,abriéndosepasoentrela
multitud,perolapolicíaleimpidióelpaso.TrasellaibaelinspectorBerlanga,conunprofundogestodedecepción.«Supongoqueyaestamostodos».Ledradotomólainiciativa.DiolaseñaladosagentesysedirigieronhaciaMaldonadosinningúntipode
aprensión.Lavictoriaresplandecíaensusojos.Loagarródelantebrazoysacólasesposasparadetenerlo.—Tútevienesconmigo.Mearrepientodehabertedejadomarchar…—dijoyeldetectivesintióelgolpe
metálicoensusmuñecas—.Ahorasíquetehasbuscadolaruina.—Teestásequivocando,comosiemprehaces.—¡Cierralabocaotelacerraréalafuerza!—¡Esmimarido!—bramólamujer—.¡Déjenmeverlo!PeroSanznegabaconlacabeza.Losteléfonosdelosespontáneosgrababanelmomento.LosojosdeMarlasecruzaronen ladistanciacon losdelexpolicía.Lamentóhaberlametidoenaquel
problema.Ahora,nopodíahacernadaporella.Elcírculosecerróy losagentes losarrastraronhasta losvehículosquerodeabanlaplaza.Elpúblico
observabaelespectáculocomosiatendieraenunasaladecine.El desencanto deBerlanga era palpable en su rostro, que intentaba evitar los ojos de su amigo. Los
agentesabrieronlaspuertasdeloscochesparatrasladaralosdetenidosalacomisaría.Berlangasedetuvoanteeldetective.—¿Losabías?—preguntó,desilusionado—.Espera,nodigasnada.Noloquierooír.Maldonadoseresistióyjugósuúltimacarta.—Lasoluciónatucasoestáenelbolsillodemichaqueta.Elinspectorescuchódesconcertado.—Noestoyparajuegos,Javier…Peroélinsistió.
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—Hemosfracasadolosdos…—respondió—.Tuvimoslaverdaddelante,todoestetiempo,ynosupimosverlo…Porfavor,esloúltimoquetepido.Ledradolozarandeóparallevarloalcoche,peroélsenegabaamoverse.—¡Déjatedehistorias!Loquetengasquedecir,selocuentasatuabogado.—Miguel…—¡Noescuches,esuntirano!LadudabrotóenelrostrodeBerlanga.—¡Muévete,joder!—Espera,dameunsegundo—ordenóasucompañeroyapartóaLedradodesuamigo.Antelamirada
delospresentes,delapolicíaydelosdetenidos,Berlangametiólamanoenelbolsillodelabrigoysacóelteléfonomóvildecolorverde.Loobservóymiróextrañadoalexcompañero—.¿Unteléfono?¿Aquévieneestoahora?—Noesuntruco,tienesqueconfiarenmí…—¡Bastaya!¡Estoyhartodetushabladurías!—gritóLedrado,loagarródelcuelloyloempujóhaciael
vehículo—.¡Alcoche!Un grupo de reporteros irrumpió entre la muchedumbre. Las cámaras de televisión comenzaron a
grabarelmomento.Losperiodistasseabalanzabansobreelcordónpolicial.—¡Sanz,unasdeclaracionessobreloqueestápasando!—Comprueba los mensajes, Miguel… —dijo el detective en voz baja, a medida que se alejaba del
inspector—.SonlapruebadequePilarRobleseslaasesina.Lamujerseadelantóunospasos.—¡Quieroveramiesposo!¡Déjenmehablarconél!Berlangasequedóquieto,observandoelteléfono,dandounúltimovotodeconfianza.Lapantallailuminósurostro.—¡Esperad!—ordenóytodoelmundosedetuvo.Despuéspulsóunbotónylevantóelterminal.Lamelodíadeunteléfonosonóalolejos.LosojosdelospresentesbuscaronelorigenylasmiradasseñalaronaPilarRobles.Sonrojada,negóentenderquésucedía.—Procededesubolso—indicóunagente.—¿Qué?¿Dequéestánhablando?Berlangaseacercóaella,aúnconelaparatoenlamano.—Nosemueva—dijo,abrióelbolsoysacóunsegundoterminal,quenodejabadesonar.—¡Oiga, no puede hacer eso! —respondió, retirándose. Su expresión se volvió pálida y fría—. ¡Está
abusandodesuautoridad!EnlapantallaaparecíaelnombredeJimena.Elinspectormiróalamujercondesconfianza.—¿Essuteléfono?—¡Miabogadoseencargarádeestaofensa!¡Notengonadaquever!¿Quédisparateeseste?—¿Essuteléfono,síono?—Inspector…Suvozseapagó.Berlangasuspiróagotado.—Acompáñenos—ordenóconseriedad—.Sevieneconnosotrosacomisaría.—¡Venga,moveos!—gritóLedrado,empujandoaldetectiveymetiéndoloenelinteriordelcoche—.¡El
espectáculohaterminado!Porlaotrapuerta,entrólasecretaria.Susojossecruzaronensilencioconunsentimientoagridulce.El
vehículosepusoenmarchaylassirenascomenzaronasonar,perolamultitudimpedíaqueabandonaranlaplaza.—¡Sanz!—gritóuna reportera,alargandoelbrazoconelque sosteníaelmicrófono—.¿Esciertoque
fingiósumuerte?Rodeadodefocosymicrófonos,elactorseaclarólagargantaymiróalascámaras,antesdeentraren
elturismo.
—Hesidovíctimadeuncomplotparaacabarconmivida—declaró,convozfirmeyconfiada—.ConfíoenlosagentesyenlajusticiaparaquemimujeryJuanLuisRubiopaguenporsuintentodeasesinato.Elbullicioaumentó,provocandounclimadedesconciertoycrispación.Losreporterosseabalanzaron
sobreloscochesdepolicíayelactoryelcríticosubieronenotrovehículo.—Lohemosconseguido,Javier…—susurróMarla,decaída,asulado—.Berlangasigueconfiandoenti.
Viernes.Variosmesesdespués.
AsítitulólaprensaelintentodeasesinatoqueJuanLuisRubioyPilarRobleshabíanmaquinadoparaacabaraccidentalmenteconlavidadelactorysaldarsusdeudaseconómicas.Pordesgraciaparaambos,elplanmaquiavélicoterminaríaentrebarrotes.
Libre y sin cargos, las pruebas de los mensajes de texto y el registro de llamadas, sumados a laspesquisasde la investigación, fuerondeterminantesparademostrar la inocenciadeldetective.Peronotodoseríanbuenasnoticias.PonceSanz,suesposayelmagnate,seenfrentaríanatresjuiciosparalelosqueocuparíanlasparrillastelevisivasdurantemeses.Porsuparte,Maldonadotendríaquehacerfrentealasdiversasdenunciasquehabíanpuestocontraélque,graciasalagenerosidaddeFlorencia,suángelprotector,terminaríanenunacuestióndedinero.
Laansiadafamallegóalaoficina.Elteléfononodejódesonar,clamandoserviciosdepocamontaqueayudaron a devolver la suma que Florencia le había prestado. Durante las primeras semanas, losperiodistashacíanguardiaenlapuertadeldespachodeldetective.Primero,seaprovechódeellosparadar a conocer su trabajo. El impacto mediático los sobrepasó de manera inesperada. Todo el mundohablaba de lo que había sucedido. Las películas de Ponce regresaban a las cadenas de televisión y lademandapropicióquelapelículaproducidaporRubioseproyectaraenlassalasdecineconvencionales,vendiendotodaslasentradasdurantesemanas.
Conelpasodelosmeses,laprensaseolvidódeél,comodetantagente.Losjuicioscontinuaronenunsegundo plano y el único recuerdo que guardó fue un reportaje a doble página en el periódico queenmarcóensudespacho.
Lavidanosedetenía.Llegóelinviernoysubsistieronconlasgananciasrecaudadas.Pensabaquepodíasacarmástajadadelasunto,mientrasveíaconrecelocómoelcríticodecineyPedroMarínsepaseabanporlosplatóstelevisivos,contandolostrapossuciosdelaintimidaddelactorysumujer.Peroélmanteníasusprincipios.
La peor parada en aquel circo fue Jimena García, la aspirante actriz que sería recordada como unaescortdelujo,antesdequesunombresediluyeraentrelosdistintosescándalosdelmomento.
«Losbuenos,nosiempreganan».Aquellamañana,elteléfonoyanosonabayelritmodetrabajohabíamenguadohastadesaparecer.No
leimportó.Teníadineroparaaguantarunosmesesmásyelalquilerestabacubiertohastafinaldeaño.Ensu escritorio, Marla liquidaba las facturas del último trimestre y él se preguntaba qué habría sido deBerlanga.Desdeladetención,nohabíavueltoacontactarconél.Habíaalgoquefrenabaelencuentro.Dealgúnmodo,sesentíaavergonzadoporelbochornoprofesionalquelehabíahechopasarasuamigo.Elinspectornecesitabacalma,centrarseensutrabajoyen la familia,yélnoqueríaserunestorboensuvida.
«Fuebonitomientrasduró»,pensó,contemplandosufotoenelrecortedeprensaensuoficina.Encuantoalasecretaria,elcasodePoncehabíafortalecidolarelaciónquemantenían,perolatensión
previadesaparecióporcompleto.Novolvieronahablardeello,nidePonce,nidequé lesdepararíaelfuturo, pero auguró que los días de la muchacha en aquel cuchitril tenían fecha de caducidad. Ella
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continuóviéndoseconelperiodista,aquienaúnnolehabíapresentado,ylarelacióncomenzabaatomarunmatizserio.Sealegróporella,puesparecíaquelehacíafeliz,aunquelaenvidialepicabapordentro.
Conelsegundocafédelamañana,ojeólaprensaparaponersealdíaypasólaspáginashastalaseccióndedeportes.Ese finde semana, suequipo jugabacontraelBorussiadeDortmundenunacompeticióneuropea.SeacordódelbotonesdelRitz,aquiennolehabíaagradecidotodavíaelfavorquelehizoensumomento.Pensóenvisitarlo,aunqueerayatardeparaunadisculpa.Leyendolacrónicapreviaalpartido,recordó los tiempos pasados en los que su vida tenía otro color. Las preocupaciones de la comisaríaterminaban cuando pisaba el estadio Vicente Calderón y los temores se centraban en el partido.Comprendióquedebíapasarpágina,aceptarquenohabíamásexistenciaquelapresenteyalegrarseporlosmomentosvividos.Porelcamino,habíaperdidoamistades,placeresyrelaciones,perofustigarsenoloconvertiríaenotrapersona.
«Eresloquehasdecididoysiempreestarásatiempoparaserunpoquitomejor».Losrayosdeunsoldeinviernocalentabanlasuperficiedesuescritorio.Pensóquelesentaríabienun
paseo,antesdehundirseenunmardepensamientosquenoibananingunaparte.—¿Temarchas?—preguntóella,cuandolovioponiéndoseelBarbour.—Voyahacerunosrecados.¿Quieresalgodelacalle?—No,gracias.Estoybien—dijo,sonrióysiguióconlascuentas—.Teveoluego.Su indiferencia lo entristeció. Ya no era el centro de atención de aquella muchacha y ella no sabía
cuántolaecharíademenos.
UntaxilollevóhastalacalledeZurbano.Laholguraeconómicalepermitíaevitareltransportepúblico,aunquefueseconscientedequenoduraríademasiado.CaminóhastalapeluqueríaSuárezyloencontró,sentadoenelsillóndelosclientes,leyendounanovela
policíaca.Alabrirlapuerta,susojossedespegarondelaspáginas.—Hombre,siestáaquíelsabuesodemoda…—¿Tienesunhuecoparauntipocomoyo?—Ydos,también—contestó,sonriente—.Adelante.Lamúsicadelaradiosonabadefondo.UnacancióndeCalamarolelevantóelánimo.Elsalónestaba
vacíoaesahora.Eldetectivesequitóelabrigo, locolgóenelpercheroy sesentóenel sillóndepielnegra. Frente al espejo, comprobó que la cicatriz había mejorado. En todas esas semanas, se habíaolvidadopor completo de ella.Unamarca que supuso un punto de inflexión en su vida, se dijo, o unamuescamáscomolasquealgunosguardabanenlaculatadesuspistolas.Elbarberolecolocóelbaberodetelaalrededordelcuello.—Cuandoalguienrepite,seconvierteencliente.—¿Tengoderechoaunatarifaespecial?—Puedescogeruncaramelocuandotevayas—respondióyambossonrieron—.¿Cómovatodo?Hace
tiempoquenohablandetienlosmedios.Parabienoparamal,esimportantelapublicidad.—Lafamadamásdoloresdecabezaquedinero.—Siemprehayunprecioquepagar…Alfinal,lavidacontinúa,nosgusteono.—Mientraspodamoscontarlo.—Porcierto,fuiaveresapelículasobrelavidadeDiStéfano.Adecirverdad,noestabamal…—Esolodicesporquehabladetuequipo.—¿Lahasvisto?—Nihablar.—Entoncesnopuedesopinar.—¿Cómoqueno?Eseldeporteoficialdeestepaís,juntoalfútbol,claro...—Queno,hombre…Pero,sinceramente,esunalástimaqueestahistoriahayaterminadoasí.—Podríahabersidopeor.—Ya…EseSanzteníatalento,comootrostantosactoresdesaparecidos.—Enestavidahacefaltaalgomásqueeso…Quelasuertetemire,aunqueseadereojo.—Yaceptarlasretiradasatiempo.Creoqueesoesloquepeorllevaelartista.—¿Dejardeserelcentrodeatención?—No.Asimilarqueeresigualdemortalqueelresto.Elbarberoasintióylosujetódelanuca.—¿Cómoquiereselcorte?—Comosiempre.La conversación giró hacia el fútbol y después hacia sus vivencias en la noche. Miguel era buen
conversador y sus anécdotas lo trasladaron a unmomento de paz.De pronto, comprendió que aquellanormalidad, sin decorados ni brillantes, sin felicidad aparente ni reconocimiento ansiado, era lo quenecesitabaparasentirsecontento.Lospequeñosmomentosdecadajornada.Hacersutrabajo,lasonrisa
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de Marla, pagar las facturas y despertar cada mañana con la conciencia tranquila. Una buenaconversación,unpeinadodecenteyaceptarque,pormuchoqueseempeñaraenserelmejorensuoficio,siemprehabíaotrasombraquecaíasobrelasuya.Pormuchoqueseempeñaraenserlaexcepciónalanorma, la vida no siempre respondería a su favor. Las reglas eran demasiado complejas para darle larazón.Ypensóquetampocoimportabaeso,mientrasrespiraraysucorazónsiguieralatiendo.Porqueéltambiéneramortal,igualquelosdemás.
Sobreelautor
Pablo Poveda (España, 1989) es escritor, profesor y periodista. Autor de otras obras como la serieCaballero,RojooDon.HavividoenPoloniadurantecuatroañosyahoraresideenMadrid,dondeescribetodaslasmañanas.Creeenlaculturasinatadurasyenlasimplicidaddelascosas.
Autor finalistadelPremioLiterarioAmazon2018y2020con lasnovelasElDobleyElMisteriode laFamiliaFonseca.
Sitehagustadoestelibro,teagradeceríaquedejarasuncomentarioenAmazon.Lasreseñasmantienenvivaslasnovelas.
Contacto:[email protected]áginaweb:elescritorfantasma.comInstagram:@elescritorfantasmaFacebook:facebook.com/elescritorfant
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