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5. UN ESPIRITU, CUATRO ALMAS. Visto desde los ojos (la perspectiva) del Shinto, la dimensión (características) de las vocales toman vida y personalidad – accesibles en el nivel de las emociones, ideas y experiencias humanas. Un Espíritu, Cuatro Almas es un sistema intrincado de revisiones (correcciones, mejoras y balances) que nos permite crecer, paso a paso, en habilidad y entendimiento. O-sensei habló de esto de la siguiente manera: Takemusu Aiki es la encarnación y la forma viviente del trabajo dinámico de Un Espíritu, Tres Orígenes y Ocho Poderes, residentes dentro de Taka Ama Hara, los planos celestiales superiores. Es la fuerza vital de la energía creativa de las leyes que están continuamente desenvolviéndose. Takemusu Aiki eres tú mismo! El hombre une como un puente los espacios entre espíritu, mente y cuerpo: los reinos divinos, astrales y físicos. Él los contiene todos. Es su responsabilidad protegerlos y alimentarlos. Un Espíritu, Cuatro almas corresponden a los cinco sonidos madre del kototama y juntos componen el espíritu humano. El Dai Nippon Shin Ten explica las cuatro almas de la siguiente manera: Kushitama (I-Gi) expresa la gran riqueza del cielo y la tierra, así como nuestro espíritu universal. Está por tanto simbolizado por cielo. Aratama (E-Re) da tibieza y calor al universo y por tanto está representado por el fuego. Nigitama (O) es totalmente flexible y unifica todos los factores opuestos de la sociedad y el mundo. Proporciona la flexibilidad dentro de la estructura (organización) y está por tanto representado por agua. Sakitama (A) produce realidad y formación absoluta o la consolidación del mundo. Está por tanto representado por tierra. UN ESPIRITU. Las Cuatro Almas son una función (el propósito) de Un Espíritu – naobi, espíritu universal así como espíritu individual. Este es el kototama de SU y U. La piedra fundamental del Aikido es la energía de SU; No - resistencia y No - fuerza – un estado de conciencia en el cual todos nuestros sentidos están relajados y en paz, pero en completa alerta. Un movimiento suave y continuo, sin obstrucción, conlleva un gran poder. La función central de naobi es la auto– contemplación, el examinarse a uno mismo; como una práctica intuitiva el aikido requiere de una alerta y la valoración continua de nuestras intensiones y sentimientos.

Un espiritu libre

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5. UN ESPIRITU, CUATRO ALMAS.

Visto desde los ojos (la perspectiva) del Shinto, la dimensión (características) de las vocales toman vida y personalidad – accesibles en el nivel de las emociones, ideas y experiencias humanas. Un Espíritu, Cuatro Almas es un sistema intrincado de revisiones (correcciones, mejoras y balances) que nos permite crecer, paso a paso, en habilidad y entendimiento. O-sensei habló de esto de la siguiente manera:

Takemusu Aiki es la encarnación y la forma viviente del trabajo dinámico de Un Espíritu, Tres Orígenes y Ocho Poderes, residentes dentro de Taka Ama Hara, los planos celestiales superiores. Es la fuerza vital de la energía creativa de las leyes que están continuamente desenvolviéndose. Takemusu Aiki eres tú mismo! El hombre une como un puente los espacios entre espíritu, mente y cuerpo: los reinos divinos, astrales y físicos. Él los contiene todos. Es su responsabilidad protegerlos y alimentarlos.

Un Espíritu, Cuatro almas corresponden a los cinco sonidos madre del kototama y juntos componen el espíritu humano. El Dai Nippon Shin Ten explica las cuatro almas de la siguiente manera:

Kushitama (I-Gi) expresa la gran riqueza del cielo y la tierra, así como nuestro espíritu universal. Está por tanto simbolizado por cielo. Aratama (E-Re) da tibieza y calor al universo y por tanto está representado por el fuego. Nigitama (O) es totalmente flexible y unifica todos los factores opuestos de la sociedad y el mundo. Proporciona la flexibilidad dentro de la estructura (organización) y está por tanto representado por agua. Sakitama (A) produce realidad y formación absoluta o la consolidación del mundo. Está por tanto representado por tierra.

UN ESPIRITU.

Las Cuatro Almas son una función (el propósito) de Un Espíritu – naobi, espíritu universal así como espíritu individual. Este es el kototama de SU y U. La piedra fundamental del Aikido es la energía de SU; No - resistencia y No - fuerza – un estado de conciencia en el cual todos nuestros sentidos están relajados y en paz, pero en completa alerta. Un movimiento suave y continuo, sin obstrucción, conlleva un gran poder. La función central de naobi es la auto–contemplación, el examinarse a uno mismo; como una práctica intuitiva el aikido requiere de una alerta y la valoración continua de nuestras intensiones y sentimientos.

Naobi es el origen tanto del cuerpo como de la mente. Naobi crea los cinco sentidos; ver, oír, oler, probar y tocar y por lo tanto, la existencia individual. Como la vida comienza respirando, el ki de naobi se manifiesta en los pulmones y en la piel. Es el ki del otoño y expresa austeridad, la realidad sin ningún adorno. La introspección de naobi no es un proceso abstracto de reflexión sobre el pasado. Es permanecer en el presente y ver las cosas exactamente como son. Naobi es la virtud de makoto – sinceridad y gratitud por el regalo de la vida. Un poema samurai dice, “La vida es el sueño de una mariposa.” Tanto si somos una mariposa como un ser humano, aun somos el soñador: El creador de nuestra propia realidad.

“Yo solo sé que estoy completo y soy suficiente tal como soy.” Lo que suena como una simple oración es realmente el estado final del camino de ocho rutas (eightfold) de la liberación perfecta prescrita por el Buda. El círculo exterior representa al espíritu universal, del cual el espíritu individual (el cuadrado) es una parte. Los cuatro ideogramas representan las cuatro almas: KUSHITAMA, ARATAMA, NIGITAMA y SAKITAMA.

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CUATRO ALMAS

La tarea continua de Un Espíritu, Cuatro Almas, puede ser canalizada y enfocada, pero no puede detenerse. Si una de las cuatro almas pierde su orden, su energía se hace destructiva. Para contrarrestar esto, cada alma tiene la habilidad de resaltar el desequilibrio (el peligro); presenta un punto de revisión que ayuda a sobrepasar el peligro.

Símbolo Shinto Alma Virtud Medio Peligro Punto de revisiónCielo kushitama Sabiduría Principios Locura SatoriFuego Aratama Valor Método Conflicto VergüenzaAgua Nigitama Familiaridad Cortesía Odio Arrepentimiento Reposición.Tierra Sakitama Amor Camino/Vía Oposición Miedo/Temor

KUSHITAMA: SABIDURÍA PERFECTA.

La virtud de kushitama es la sabiduría perfecta. Se mantiene oculta como el centro de la conciencia y solo se manifiesta por medio de las otras dimensiones. El medio de kushitama son los principios; lo que permite el balance, el equilibrio dinámico y crea efectividad (Ri). Sin su función estabilizadora, somos como una rueda sin eje; nuestro propio momento nos lanza hacia la locura.

La sabiduría perfecta es nuestra propia naturaleza interna, más allá de la personalidad y el ego. No es algo que podemos obtener y es algo que tendemos a olvidar y debemos practicar constantemente. Esta sabiduría elimina toda diferencia y oposición. Inseparable de la compasión, este es el punto de revisión de kushitama, lo que nos da la habilidad de permanecer en el centro y reconciliar toda diferencia. Kushitama, la sabiduría perfecta, es el poder para unir la voluntad individual con la del orden del universo. En las palabras de Ueshiba-sensei.

Kushitama, representa el principio (Ri), es la manifestación completa de la virtud del dios creador de SU.

O-sensei se refería a este como ki-musubi, el unir al ki con ki-tai, el cuerpo del ki; nuestra sustancia real. En shinto esto es llamado “el concepto original detrás de la creación.”

En el mundo natural, kushitama se representa por diamantes y metales preciosos, la esencia del mundo mineral. Es el poder detrás del nacimiento y el crecimiento y unifica las influencias que recibimos de nuestro medio ambiente. Crea percepción directa, no detenida ni obstruida por el juicio emocional. Kushitama permite la observación individual precisa, el auto control y la habilidad de influenciar a otros. Crea las habilidades mentales más sensitivas, incluyendo la percepción extrasensorial y las habilidades psíquicas. En lo más alto del desarrollo del individuo, se convierte en el poder de comunicarse libremente entre este mundo y el mundo invisible de vibración. Si esta antena sensitiva funciona mal, el sistema nervioso se ve afectado y perdemos contacto con la realidad.

Sin la energía estabilizadora de kushitama, la energía de fuego (aratama) nos podría consumir, o la energía del agua (nigitama) nos llevaría hacia el frío y la retracción. Kuhsitama crea ki de la comida y la manda más allá del bazo para nutrir los pulmones y hacia abajo desde el estómago para nutrir los riñones. Actúa como el factor que medía para ayudar a mezclar las otras energías, creando por tanto un balance de emociones, espontaneidad y justicia. Crea el sentimiento de presencia total y “el estar ahí” para otros. Kushitama estimula al sistema nervioso, regula el nacimiento y crecimiento de las células, y promueve el poder de curación del cuerpo. Cuando esta función está sobre activada, el resultado es la hiper sensibilidad – se nos sorprende fácilmente – presión arterial alta y neuralgia. Para balancear esta condición es necesario estimular aratama (fuego) por medio de la actividad física y la sudoración.

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La función de kushitama es el poder detrás de la vida. Cuando este es deficiente, todas las funciones del cuerpo comienzan a degenerar: existe falta de espíritu y vitalidad. Existe falta de voluntad, habilidad para razonar y control físico y mental. Sentimientos de amor y consideración hacia otros declinan y uno tiende a estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Esta persona se preocupa constantemente; todas sus actitudes son artificiales. Para remediar esta situación se requiere de un trabajo arduo y de fomentar la gratitud. La expresión verbal de la gratitud es especialmente valiosa pues esta resuena profundamente dentro de nosotros.

ARATAMA: CONTROL DEL ESPÍRITU.

Aratama, simbolizada (representada) por el fuego, crea forma y estructura. Aratama controla el espíritu y crea una naturaleza alegre y energética. Una persona en la cual esta energía es saludable es sensible y posee el valor y la sabiduría de la moral. Aratama busca pureza y justicia y crea un sentido de vergüenza cuando nos falta valor para vivir de acuerdo a los ideales. Crea la destreza necesaria para poner las ideas en la práctica. La capacidad de juicio de aratama nos lleva a la sabiduría de kushitama. El nivel de juicio de una persona se muestra por el método que usa: Como se afrontan los problemas de cada día tanto económicos como no económicos; tanto de acuerdo a las leyes de la naturaleza o no. La naturaleza de Aratama es un balance entre juicio (yin) y valor (yang). Si se establece bien este balance, la persona es gentil y sencilla; si no, problemática y con un agrio sentido de superioridad. O-sensei describía aratama como:

La primera función en la tierra llevando conocimiento y buscando virtud y justicia.

Aratama controla la conciencia y la auto expresión. Si esta energía es excesiva, lleva hacia el enojo y el corazón se puede dañar. Podemos perder el juicio necesario para descubrir la sabiduría perfecta de kushitama. Cuando aratama se debilita, el soporte para la voluntad desaparece: somos gentiles pero nos falta valor. La voluntad enraizada en la energía de los riñones, perdemos vitalidad. Finalmente, el bazo (spleen) se ve afectado y la misma fuerza vital se ve en peligro.

El alma de aratama puede ser destructiva. Un lado de su naturaleza es la armonización de los opuestos; el otro lado es enojo y rabia. Para evitar esto, aratama tiene el punto de control de la vergüenza o conciencia. Personas de alto juicio son justas para sí mismas y para con otros. Si aratama se debilita, nos hacemos hábiles en posponer (procrastination), perdemos nuestro sentido de juicio y fácilmente mentimos.

Aikido – libre del sentimiento de competencia – entrena la capacidad de juicio de aratama. La competencia no permite la introspección, y en aikido debemos aprender a mirar en el interior para poder progresar. Todos somos susceptibles del enojo – esa emoción destructiva y peligrosa. El poder de juicio de aratama es la catálisis por medio de la cual convertimos el enojo en humor. Una persona de alto juicio nunca continua enojado. El dar rienda suelta a aratama en esta forma destruye la virtud de kushitama.

Aratama es el poder de romper lo viejo y hacer camino para lo nuevo. Este gobierna la purificación espiritual. Cuando un árbol se seca y muere es por exceso de aratama y deficiencia de nigitama y kushitama.

Aratama manifiesta la forma del fenómeno. En características humanas este es el espíritu de reforma y revolución: hace que busquemos la justicia y la verdad. Si aratama se hace dominante sobre nigitama, empuja hacia la destrucción.

La función de aratama crea un metabolismo fuerte y saludable para la eliminación de las toxinas del cuerpo. El entrenar el cuerpo físico fortalece la función del aratama, aunque si la actividad es estrictamente física perdemos balance; el cuerpo se hace muy delgado; el pensar se hace difuso; y el sentido moral se pierde. Cuando la función de aratama es deficiente el cuerpo físico se debilita; hay una perdida de vitalidad, energía sexual, valor, optimismo, creatividad y juicio.

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NIGITAMA: BELLEZA EN EL VIVIR.

De entre las cuatro almas, la función de guiar a la sociedad humana pertenece a nigitama. Nigitama crea y preserva la belleza de la vida humana. Crea el poder gentil necesario para la unificación armoniosa y la reconciliación. Es la principal fuente de nuestra vitalidad, y cuando su energía está balanceada, el cuerpo es bello y poderoso.

Nigitama siempre debe predominar sobre aratama. Si no, el orden y la organización se vuelve en caos. La virtud de nigitama es el sentimiento de intimidad (familiaridad) y el sentimiento paternal. Es el kototama de O, la energía de reunir, preservar y conectar. Como el principal representante de la espiritualidad humana, mantiene juntas las grandes virtudes de la naturaleza humana; la sabiduría de kashitama, el valor y juicio de aratama, sus propios aspectos de belleza y salud, y el amor y afecto de sakitama. La palabra mokoto expresa la virtud más grande de la humanidad. O-sensei decía:

Makoto es el intercambio o el dar y recibir amor. Si se pierde, nigitama está muerto.

Nigitama es el espíritu de armonía, materialización y prosperidad. Es el poder que hace buenas relaciones humanas por medio de la consideración hacia los demás y la cortesía. Produce las cualidades de grandeza: Moderación de las emociones, magnanimidad, un estado mental relajado y flexible, y poder físico y mental. Nigitama guía con un poder espiritual y nunca con la fuerza. Es como un río profundo, silencioso y poderoso. Su función de salud es necesario para establecer un mundo pacífico y próspero.

El sentimiento de nigitama es íntimo y de introspección. Este corresponde al invierno, cuando las hojas caen y la energía vital se va hacia lo profundo para preservar el calor. Sin embargo, si nos hacemos sobre extrovertidos, este ki se congela como el hielo; Nos separamos de los otros y perdemos la flexibilidad necesaria para la introspección y la armonía.

Nigitama es la primera función de naobi – Un Espíritu. Como fuente de memoria, nigitama es esencial para realizar un cambio personal profundo. Nos permite sentir arrepentimiento por acciones y sentimiento pasados y hacer reparaciones dentro de nosotros mismos. La influencia de nigitama en la salud física se refleja en el término japonés para cambio, kui aratamero, que tiene el significado dual de “cambiar la actitud de uno” y “corregir la forma de comer.”

Verdaderamente no existe valor en llevar la carga del remordimiento, aunque el poder de hacer un cambio real en nuestras vidas requiere de introspección. Un cambio real no se podrá realizar por solo el deseo ardiente de aratama. El poder de la memoria de nigitama debe solo profundizarse hasta que recordemos nuestra verdadera naturaleza; solo entonces ocurrirá un cambio real y duradero.

El cambio es algo extremadamente difícil y requiere de una voluntad fuerte. La voluntad es una propiedad de kushitama, aunque su base física es creada por nigitama – energía del agua. Si la energía de agua es fuerte, la voluntad es fuerte y así mismo el poder controlar nuestro propio destino.

Kushitama y sakitama son funciones especializadas de nigitama. Ambas perfeccionan los extremos de su potencial. Sakitama es expansiva y elucida cada cosa individualmente, colocándola en su lugar adecuado; kushitama lleva todo junto hacia su propio centro. Esta relación puede verse como sigue:

ARATAMA NIGITAMA

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KUSHITAMA SAKITAMA

Así aunque kushitama es el poder motivador de la creación, si la salud se deteriora, así mismo lo hace el poder de la voluntad. Aunque podemos arrepentirnos de nuestras formas pasadas, a menos que tengamos la vitalidad y salud, fallaremos en nuestro intento de un cambio significativo.

La palabra nigi de nigitama viene de nigiwau, crecer vigorosamente, prosperar o florecer. Cuando esta función está bien balanceada tenemos salud abundante y sentimiento humanos. Nigitama es nuestro espíritu ancestral. Se almacena en el ki transmitido por nuestros ancestros. Este gobierna el ADN, el código genético y el sistema nervioso autónomo. Nigitama determina la duración de la vida. Como la energía de agua, nigitama regula el ki del riñón, que almacena la energía sexual y la vitalidad. El ki postnatal del aire y la comida se mezclan con el ki prenatal almacenado en el riñón y produce vitalidad. Nigitama está enraizado en el ki del cuerpo. Produce la energía yang que soporta el bazo y también la gentil energía yin que está almacenada en los riñones. Cuando la energía de agua corre profundamente es silenciosa y poderosa, pero cuando es poco profunda se vuelve ruidosa, apurada y llena de miedo.

Nigitama gobierna la función del ki y manifiesta el cuerpo astral (kitai) en una forma física. Al nacer, nigitama y naobi (el espíritu individual directo) constituye la función de la conciencia activa. Las otras tres almas aun están dormidas. En el cuerpo humano, nigitama da soporte al nacimiento, crecimiento, purificación y regeneración. Preside sobre los fluidos (sangre (lymph), esperma y sudor), el cabello y la piel, los órganos internos y la salud física en general. Preserva el calor corporal y la inmunidad contra las enfermedades. Convierte ...

Nigitama funciona con gentileza, mientras aratama, capaz de explosiones repentinas, algunas veces sacrifica la armonía y la sutileza para satisfacer un sentido de justicia. Cuando aratama se sobre impone a nigitama, le progreso se vuelve una obsesión: la revolución es considerada necesaria y no se escucha a los demás.

Nigitama y Aratama son completamente antagonistas. Nigitama regula y ajusta el trabajo de los músculos, lleva nutrientes por el proceso de la digestión, y ayuda a mantener los fluidos del cuerpo. Aratama descarga toxinas a través de la sudoración y la eliminación de fluidos, cambia la energía nutricional en energía física, y promueve misogi por medio de la actividad. Cuando aratama es muy fuerte, nigitama sufre; y kushitama, como una función avanzada de nigitama, se ve suprimida. La fisonomía toma la apariencia de pobreza. Si nigitama no está sobre dominado por aratama, la sangre está limpia y fuerte; la salud en general es robusta. Cuando la función de nigitama es deficiente, generalmente causada por una dieta impropia, el resultado es una perdida de inmunidad, del poder de digestión y de la memoria profunda de nuestra naturaleza original. Esta persona se ve atada a pequeñeces y posesiones y desarrolla odio y desconfianza hacia los demás. Para curar esta situación: ajustar la dieta; moderar y restringir la actividad de aratama; y cuidar el sentido de la responsabilidad.

La práctica del aikido alimenta a ambos, cuerpo y mente. Fortalece aratama a través del desarrollo mental y físico y nutre a nigitama por medio del desarrollo del ki interno y la salud. La práctica del aikido produce un balance natural entre las funciones de aratama y nigitama. Aquellos con sobrepeso pierden el exceso; aquellos con falta de peso agregan el incremento requerido. Ayuda a los hombre a ser más masculinos y a las mujeres más femeninas. Hombre y mujeres tienen una relación más cercana con su esencia como seres humanos.

SAKITAMA: MANIFESTACIÓN DE LA ESPIRITUALIDAD.

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Sakitama, simbolizada por al tierra, crea sentimientos de amor y afecto. También crea un sentido de conciencia y reverencia ante la maravilla de la vida. En palabras de O-sensei.

La virtud de sakitama (A) es Michi y depende del principio (Ri), el reino de kushitama (I). El principio es entendido por sakitama como la clave del florecimiento del cielo y la tierra.

Sakitama es la energía de crecimiento, generación y desarrollo. Esta energía va hacia arriba y hacia fuera. Distribuye ki desde el hígado hacia todas las partes del cuerpo. Produce la amabilidad y la paciencia, temperamento con inteligencia.

La palabra saku significa “florecer”; sakueru significa “prosperar.” Cuando este ki expansivo no está balanceado por control (suhitama) e intimidad (niginata) se convierte en sakeru (romper, rasgar) o sakubu (gritar). El lado opuesto de sakitama es sakarau, oponerse o ir en contra. Significa ir en contra del orden natural de las cosas, interrumpir el progreso humano por pequeños motivos egocéntricos. Si vemos el ser pequeño como la fuente de poder, nos hacemos obstinados, necios y competitivos. Para evitar esto, sakitama tiene el punto de control de reverencia o miedo. Este no es el miedo que causa preocupación o temor, sino un sentido de conciencia; un profundo respeto por el misterio de la vida. Este punto de control dirige la energía de sakitama hacia michi, la prosperidad de la humanidad.

Michi, el medio o meta de sakitama, se traduce como ruta, camino, forma de vida, o aun como el conocimiento divino de Dios. Sakitama lucha para generar grandeza, para crear un paraíso en la tierra. Es el sentimiento que crea catedrales y grandes ciudades. Es la naturaleza de la gente con visión que vive y muere al servicio de la humanidad.

Cuando sakitama está bien balanceada, ocasiona que busquemos una forma de vida y que la manifestemos en la sociedad. Cuando esta fuera de orden, produce la naturaleza de un dictador despótico – uno que se cree a sí mismo como el origen de su propio poder.

La función de sakitama transforma la energía de los nutrientes en energía mental. Cuando esta función está sana, somos felices, pacientes y tenemos un sentido de apreciación artística. Sentimos amor hacia la gente, la naturaleza y hacia Dios, y a veces tenemos momentos de iluminación intuitiva. Cuando sakitama es fuerte, el impulso sexual también es fuerte. Esta persona busca un matrimonio armonioso.

Cuando la función de sakitama se hace excesiva, así mismo lo hace nigitama. Cuando un hombre o mujer se involucra emocionalmente, el exceso de energía de sakitama estimula nigitama, resultando en un incremento de las hormonas sexuales y los fluidos del cuerpo. La función de nigitama de balance de las hormonas y la función de aratama de metabolizar las hormonas y cambiar la energía sexual en energía mental ayuda al balance del impulso sexual. La felicidad y la prosperidad son el resultado de cultivar las cualidades de nigitama y sakitama.

Sakitama gobierna las emociones. Cuando su función se hace excesiva, su resultado es ser impulsivo, el enojo, la violencia y la histeria; así mismo, uno es fácilmente estimulado sexualmente. Pero, si uno es incapaz de ventilar emociones y expresiones artísticas, aratama y sakitama se verán dañadas. Lo físico y lo emocional están conectados; el cuerpo no puede ser separado de los sentimientos. A una persona feliz, la salud lo sigue. Una persona que está llena de necedad, enojo y egoísmo, agota su resistencia a las enfermedades.

El ki de sakitama nos protege contra las influencias externas; cuando está fuera de orden, los estímulos externos pueden producir preocupación, estrés y algunas veces locura. Existen dos tipos de locura. La locura de sakitama es violenta, y la persona parecerá violentarse aun al mismo tiempo de estar consiente de lo que está sucediendo. Cuando kushitama es deficiente, sin embargo, la persona no es consiente de su locura. La locura de sakitama resulta del exceso de deseo; pero la verdadera locura, la de kushitama, es la perdida de la fuerza vital. Cuando la función de sakitama es muy deficiente, la persona se convertirá en un muerto viviente. Habrá una perdida total del poder maravillarse y sorprenderse.

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Sin la función saludable de sakitama, el deseo de vivir no podrá manifestarse por sí mismo; el hígado y los intestinos se harán débiles, y existirá presión alta en la sangre. Para curar el problema espiritual bajo esta situación, será necesario trabajar en beneficio de la sociedad y tratar de ayudar a otros. Como sakitama y kushitama son funciones subsidiarias de nigitama, una cura total deberá incluir una dieta apropiada.

Sakitama busca muestra sustancia como espiritualidad. Esto es lo que causa que las flores florescan y que los capullos broten de los árboles. Su energía es fuerte en primavera, cuando los truenos surcan los cielos liberando tensión dinámica, el kototama de goro goro, y cuando la suave lluvia de primavera murmulla el sonido shito shito. Sakitama es la dimensión de todo lo que es fresco y nuevo, la luz de la conciencia manifestándose al mundo de los fenómenos. Nigitama, como la luna, refleja la luz y, con aratama, manifiesta esto como forma. “Y Dios dijo, hágase la luz.” Asaaa, el amanecer de la conciencia.

LAS CUATRO ALMAS EN AIKIDO.

De acuerdo a las enseñanzas de O-moto kyo, cuando aratama y nigitama están en control, a esto se ha llamado el espíritu de fuego (izu no tama). Cuando sakitama y kushitama guían, es llamado el espíritu de agua (mizu no tama). Cuando el espíritu de fuego se mezcla perfectamente con el espíritu de agua, se alcanzará un espíritu universal y humano completo y perfecto. Este es el espíritu divino de izu no me no mikoto. O-sensei enseñó que esto podía realizarse por medio de la práctica seria y escrupulosa del aikido. El entrenamiento de aikido desarrolla cada una de las cuatro almas y por tanto fortalece la constitución espiritual del practicante.

Aratama se influencía más inmediatamente por medio de los movimientos precisos y sensitivos que deben ser ejecutados instantáneamente, sin exceso o fuerza excesiva. Cada técnica en el aikido es un acertijo que debe resolverse una y otra vez, y cada vez en una forma más profunda y sensible. En este proceso no solo nos fortalecemos músculos y huesos; también desarrollamos un juicio intuitivo.

Nigitama se ve más influenciada por el desarrollo de ki o poder interno. Esto produce salud. Los órganos internos se hacen más firmes y fuertes y el movimiento se vuelve más balanceado y sutil. Ganamos confianza y habilidad y somos capaces de ejercer una influencia positiva en aquellos que nos rodean.

El desarrollo de kushitama viene del estudio del control y la sensibilidad. Inicia con una postura vertical y la concentración. En función de dominar una técnica de aikido, debemos desarrollar sensibilidad y eliminar el uso excesivo de fuerza que acompaña a las artes marciales. Esto lleva a la estabilidad y al balance natural. El estudio del aikido enseña como trabajar con el mundo invisible del ki y como unificar cuerpo y mente por medio de kushitama, la voluntad de vivir.

Una de las cualidades únicas del aikido es su completa apertura, tanto mental como física. Controlamos al oponente al abrir nuestras manos y permitiéndole seguir en lugar de agarrarlo y tratar de manipularlo. Este sentimiento desarrolla todas las aptitudes encerradas en sakitama, la mente de principiante. La práctica debe realizarse día a día como si fuera experimentada por primera vez.

En el arte de Budismo, la paz, sabiduría y control de alguien que ha logrado Un Espíritu, Cuatro Almas en un equilibrio armonioso, está retratado como Kannon Sama, la diosa de la Piedad, sentada serenamente sobre la espalda de un dragón. El dragón flota perezosamente, como una nube en el cielo; solo los ojos muestran una ansiedad sin descanso, alerta, esperando a que la diosa pierda la concentración. En ese momento, el dragón (la mente y los sentidos) se convertirán en una bestia furiosa. Kannon Sama, sentada plácidamente a la luz de la luna (verdad), no tiene aperturas de conciencia, no puntos débiles (suki). Verdaderamente, el maestro (voluntad) está en casa.

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Shinto ve el mundo espiritual como un fuego de conciencia. Si tu alma es pura pasará a través de ti como el brillo de sol en un tibio día de verano: Esto es el cielo. Si tus sentimientos son negativos y nubosos, se hacen combustible para el fuego y sufrirás. El mundo espiritual existe aquí y ahora. Este es Un Espíritu, Cuatro Almas.

6. TRES ORIGINES, OCHO PODERES.

Un niño es un individuo, diferente de su madre y su padre aunque conteniendo a ambos. Los tres han nacido simultáneamente: No hay madre o padre hasta el nacimiento del primer hijo. Macho y hembra (yang y yin) no pueden (comenzar a) unirse hasta tener un lazo común que forma tanto negativo como positivo. Este es el misterio de la trinidad. Con uno tenemos dos; aunque dos no es dos: es la función de dinámica de tres vías de una unidad.

LOS TRES ORIGINES.

Sangen es el triángulo eterno. Conocido como los Tres Origines, sangen es el trabajo de tres vías de Un Espíritu, Cuatro Almas y Ocho poderes. En el Budismo esotérico, sangen se refiere a tres misterios, “los tres misterios corresponden a la esencia, los atributos y las funciones del gran Sun Buda. Los tres misterios son la palabra hablada (sonido), la palabra visual (letras) y la realidad (kototama) que se realiza por medio de la meditación. Expresado como Dharmakaya Buda, estas son tan profundas y sutiles que aun los boddhisatvas fallan en verlas. Ellas son igual, diferente, igualdad. (asame trisame samaye)”

Sangen es el misterio de hifumi: espíritu, mente y cuerpo como uno, realidad inseparable. Hi es la inhalación de kokyu; fu o hu, es la exhalación. Con la inhalación, llenamos al cuerpo de ki. Esto es el yin, la respiración de la tierra, físicamente, y el poder de la separación. La exhalación distribuye ki por todo el cuerpo. Es el yang, la espiración del cielo, espiritualidad, y el poder de la unificación. En las prácticas espirituales y las artes marciales la exhalación es enfatizada. Cuando recibimos un ataque, debemos exhalar y vaciarnos en función de unificarnos con este, y así controlar el ki del oponente. La respiración sigue a la mente y con cada respiración debemos unificarnos con el medio ambiente. En el budismo existe la expresión, ichi nen jo butsu, “Un pensamiento mueve al universo entero y un buda nace.” En aikido, es esencial estudiar el papel de la respiración, mente y ki como una sola función.

En términos físicos, sangen se expresa como fuego, agua y tierra. Para que las plantas crezcan necesitan de luz, agua y tierra fértil. Similarmente, palabras y pensamientos determinan la calidad espiritual, alimento que sostienen al cuerpo y la mente por medio de la actividad diaria. Por medio del entrenamiento diario experimentamos el gozo de la vitalidad, aprendemos a concentrar la mente e intuitivamente investigamos al mundo invisible del ki.

En shinto, a los Tres Origenes se les refiere como IKI MUSUBI, el espíritu de la vida; TARA MUSUBI, la plenitud del espíritu; y TAMATSUME MUSUBI, el espíritu de terminación.

El dai Nippn Shin Ten, un antiguo tratado sobre el Kojiki, describe sangren simplemente como la esencia del mundo animal, vegetal y mineral. El símbolo para iku musubi, el mundo animal, es fuego. Fuego representa el nacimiento constante de vida-energía y la conciencia. Iku musubi gobierna el sistema nervioso. Corresponde a la espina dorsal (la espada del cuerpo) y el juicio intuitivo. Taru musubi, la esencia del mundo vegetal, es representado por agua. Su naturaleza es flexibilidad – buscando el camino de la menor resistencia y el lugar de descanso

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más bajo. Taru musubi representa la materialización y el cambio. En el cuerpo se manifiesta como el sistema circulatorio, sangre y órganos internos. Crea movimiento relativo o intercambio, la función de crear energía. Tamatsume musubi, la esencia del mundo mineral – y por tanto de la tierra – corresponde al sistema digestivo. La tierra representa la base de la existencia física; los minerales controlan y regulan las funciones tanto del cuerpo como del cerebro. No existe vida animal o vegetal sin el mundo mineral. Sin los rastros minerales en la sangre, el sistema nervioso inmediatamente dejaría de funcionar. Los minerales en nuestra sangre nos permiten mantener fortaleza, salud y buen juicio. Se dice que así como la aguja de una brújula apunta al norte, el hierro en nuestra sangre nos permite mantenernos erguidos y encontrar la dirección de la vida.

Sangen también se explica en términos de los Ocho Poderes. Esos poderes (los sonidos padre) son tendencias hacia el movimiento que se manifiestan solo cuando son combinados con la energía vital de la dimensión de las vocales (sonidos madre). En el estudio formal del kototama, estos son expresados por medio de la dimensión I como esencia escondida. Esto es llamado inochi, el poder motivante de la vida. Los Ocho Poderes se manifiestan como juicio humano, y por tanto crean la calidad de la realidad humana, tanto visible como invisible. Son el fundamento del mundo religioso, filosófico y el gobierno antiguo. Como la profecía de los Ocho Poderes se manifiesta por medio de Un Espíritu, Cuatro Almas, ellos crean el carácter de los Tres Origenes: iku musugi, taru musubi y tamatsume musubi. La antigua secta shinto Sanin explica: “kushimata y sakimata son llamadas iku musubi; el pder de taru musubi es aratama y nigitama. Tamatsume musubi es la combinación de todas las almas fusionándose al unísono.”

IKU MUSUBI, EL ESPÍRITU DE VIDA Y NACIMIENTO.

Las enseñanzas imperiales mencionan que el entrenamiento sigue tres etapas, en la que primero se experimenta iku musugi, después taru musubi, y finalmente tamatsume musubi.

Por medio del entrenamiento intentamos sobre ponernos a los dictados del destino y cambiar nuestro propio destino. Aun no consientes de nuestra verdadera naturaleza, nuestro juicio está velado y nuestro entrenamiento invita una constante contradicción. Esto es la manifestación de Uhijini no Kami (Ti) y Suhiji no kami (Yi), el primer movimiento de los Ocho Poderes. La deidad Uhijimi crea oposición y dificultad, mientras Suhijini crea la estabilidad para sobrepasar sobre esas dificultades.

La disciplina espiritual presenta las dificultades inherentes de contradicción y oposición. De esta forma, el estudiante puede alcanzar una gran conciencia. Tal como una enfermedad es el intento del cuerpo de mantener la salud, sin la constante oposición de cielo y tierra nuestro planeta abandonaría su órbita y escaparía hacia el espacio o caería hacia el sol. Similarmente, el espíritu humano no progresa sin la contradicción y la oposición de los Ocho Poderes.

El entrenamiento de Aikido requiere un pago tanto físico como mental. Los hábitos físicos como mentales deben romperse para poder reconstruirlos de acuerdo a los principios de la naturaleza. Y en este proceso, las dificultades son nuestro principal benefactor. Sin ellos, el hombre nunca entenderá el verdadero significado de la vida. Es un verdadero reto se fuerte y al mismo tiempo relajado; centrado y aun (outgoing); totalmente consiente de uno mismo si vanidad ni prepotencia.

Esas contradicciones son el producto de la lucha interna que debe ser llevada a toda costa. Solo aquellos con humildad y fuerte voluntad pueden realizar el camino. George Ohsawa lo explico como: “El comino (do) es como el crisol que purifica el oro y la plata y elimina cualquier otro material inútil. Existe una rígida selección psicológica que elimina aquellos que no tienen las cualidades de convertirse en maestros.”

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Citando nuevamente el Kannagara no Michi:

Iku musubi se crea cuando el poder del contraste se pone en contacto con el poder que crea la vida y la forma. A pesar de cualquier dificultad, ponemos frente nuestro máximo esfuerzo en un intento de sobrepasar todos los obstáculos. Aun cuando intentamos mantener un sentimiento grande y magnífico, a menudo nuestro corazón y mente se hacen pequeños. Aun cuando intentamos vencer el caos y la preocupación, a menudo nos vemos cada vez más inmersos en ello. Mientras más duro tratamos de hacer bien, a menudo nuestra vida se hace cada vez más difícil. Estamos encontrando Tsunugui no Kami (Ki) a Ikugui no Kami (Mi).”

Tsunugui crea forma y ikugui llena esta con energía vital. Por medio de esas deidades, ganamos valor y estamina espiritual, humildad y compasión. La interacción entre esas cuatro deidades (Ti Yi Ki Mi) crean el contenido de iku musubi, el primero de los Tres Orígenes.

TARU MUSUGI, EL ESPÍRITU DE LA PLENITUD Y EL CAMBIO.

Regresando al Kannagara no Michi:

“Continuando con nuestro esfuerzo, comenzamos a sentir nuestra constitución espiritual. Este se manifiesta como un poder interior y un sentimiento de plenitud y abundancia. Nuestro conocimiento y habilidad crecen en saltos y (bounds) y nos sentimos (elated) como si no existieran limitantes en las alturas que buscamos. Nuestros sentimientos se hacen más grandes y abiertos y comenzamos a sentir que el universo en sí es nuestra casa. Esta es la función de Ohotonoji no Kami (Si) y Ohotonobe no Kami (Ri).

Así, un construye sobre el otro: Ohotonoji produce conciencia humana, y Ohotonobe hace efectiva a la conciencia. Sin embargo,

Conocimiento y prosperidad nunca son suficientes para producir felicidad real.... Nuestro corazón debe llenarse con gratitud, paz y nobleza. Continuando aun más comenzamos a manifestar la energía espiritual de Omataru no Kami (Hi) a Ayakashikone no Kami (Ni). La brillante luz de la sabiduría y la percepción directa comienzan a brillar dentro de nosotros y nos sorprendemos ante nuestra propia felicidad. Omotaru provee el poder espiritual y Ayakashikone encarna ese poder con sentido de nobleza. Cuando se está lleno de confianza y usamos ese poder para desarrollar poder espiritual, virtud, humildad y compasión, este es el desarrollo de taru musubi, el segundo de los Tres Orígenes.

TAMATSUME MUSUBI, EL ESPÍRITU DE PERFECCIÓN Y ESTABILIDAD.

En tamatsume musubi, la etapa final del entrenamiento, alcanzamos la esencia del espíritu humano, Izanagi no Kami (I) y Izanami no Kami (Wi), el ancestro espiritual de la humanindad. Izana significa unirse con gran vitalidad y alegría. Izanagi y Izanami son el origen del amor y la sabiduría; al unificar su ki, cielo y tierra está unidos. Son por tanto llamados tamatsume musubi, el poder de la creación. Cuando el amor divino y la sabiduría del cielo permea nuestros sentimientos, el deseo del ego se desvanece como la oscuridad de la mañana con el amanecer. La calidad innata de ser humano no es sino virtud y bondad. Esa es nuestra constitución; nuestra sustancia real; El fondo invisible del escenario del drama de la vida. La fuente de la luz espiritual nunca se corrompe.

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A través del entrenamiento, las nubes del engaño (delusion) y la negatividad son despejadas, revelando la naturaleza real. No existe fin a este proceso. En las palabras de Jesús, “Porqué me llamas bueno, solo existe uno bueno, Dios.” Nosotros somos la perfección de la imperfección; el fénix, mitad dios y mitad animal. La perfección es un estado que no puede ser alcanzado: debe buscarse en el cambio constante.

Tamatsume musubi es la terminación/perfección de sangen. En las palabras de O-sensei:

Este es el trabajo de tamatsume musubi el que crea la esencia misteriosa del universo. Un Espíritu, Cuatro Almas, Tres Origenes y Ocho poderes funcionando como unidad establecen un centro vertical y comienzan a girar en torno al él. Esto crea el patrón universal (Hinagata) para la creación del mundo manifiesto.

En Japón, el budismo llama al cuerpo causal de tamatsume musubi taizo butsu. En español, este es el poder que crea tanto cuerpo como mente. Utilizando términos Shinto, la forma exterior es creada por aratama, mientras los órganos internos y el poder del ki vienen de nigitama. El poder expansivo de sakitama crea la plenitud y la materialización, y todos ellos son unidos y hechos funcional por kushitama. Por medio del entrenamiento, el poder de la voluntad (kushitama) se hace inamovible y se manifiesta como hara. Estamos en paz con uno mismo y manifestamos en forma natural compasión y (warmth) hacia los demás.

Tamatsume musubi es la perfección del espíritu humano, el camino de ocho rutas (Hi Ti Si Ki Mi Ri Yi) del destino humano. Esto es michi, el kototama del cual revela su verdadero significado, conocimiento divino.

LOS OCHO PODERES.

Existen muchos ejemplos de la progresión (eightfold) de michi en Shinto. La siguiente interpretación se dice, místicamente, que fue transmitida por Amaterasu Oh Kami, el vigésimo segundo regidor del antiguo linaje de la raza del sol, quien es venerado hoy en día como la Diosa del Sol en Japón.

El diagrama muestra los Ocho poderes como una progresión lineal iniciando con el kototama Ki, Ki representa búsqueda, rompiendo la obscura prisión de la ignorancia y estudiando todo lo que encontremos acerca del significado de la vida – no dejando piedra si voltear en la búsqueda del conocimiento y la verdad.

El siguiente paso es refinar este conocimiento (Mi) e intentar entender el principio que yace bajo las leyes naturales. Esto requiere adentrarse e intimar con uno mismo. El resultado de esta búsqueda puede ser intuición y visión espiritual profunda. Si vemos claramente, la mente se hace una expresión de makoto – sinceridad y fe (Si). Si esta mente verdadera es establecida, las decisiones se toman espontáneamente, más allá de la compasión y la visión. Tal estudiante se hace humilde la cara de la naturaleza infinita de michi, el camino. Esta es la verdadera intensión (Ni) y esta conduce al estudiante a buscar el entrenamiento espiritual (Ti) para poder profundizar cada vez más. Por medio del entrenamiento, llegaremos a encarnar la sabiduría. En este caso, sabiduría no es más conceptual y somos capaces de manifestar tanto poder como convicción para crear un ambiente armonioso y unificado (Hi). La extensión de este poder sobre un amplio rango – los antiguos textos dicen – llevan a la habilidad de traer al país bajo control por medio de un gobierno correcto basado en el principio espiritual (Ri). Cuando estas influencias se extienden al mundo entero, habrá paz mundial (Yi).

Cosmológicamente, el camino (eightfold) de michi se expresa como una etapa de la creación. Espíritu puro (Hi), encontrándose con el poder de contraste (Ti), polariza en fuerzas centrífugas y centrípeta. Esta trinidad (fuerza infinita y yin-yang) se manifiestan como energía espiritual o

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vibración (Si), la cual, condensada por la fuerza centrípeta, crea el mundo de partículas pre-atómica (Ki) y los elementos naturales (Mi). Los elementos naturales se convierten en comida para el reino vegetal, y el mundo flexible de formas espirales (Ri) nace. El potencial de la vida surge (evolves), en independencia mutua, el reino vegetal y el reino animal, y la fuerza vital se alza (Yi) buscando mayores formas de expresión. Finalmente surgimos (stand up) como seres humanos (Ni).

La progresión también pude verse en la evolución de la conciencia. La primera etapa de juicio es la respuesta mecánica inmediata (Hi): no existe la conciencia sobre uno mismo ni sobre los demás. Este es el juicio de nuestro sistema nervioso autónomo. En segundo lugar está la respuesta sensorial – la respuesta a la polaridad (Ti). En esta etapa, existe un pequeño lapso de tiempo entre el estímulo y la respuesta. El juicio sensorial es seguido de sensibilidades emocionales (Si), con un incremento en el lapso de tiempo. La respuesta ya no es solo meramente física y puede por tanto aparecer mucho después. El juicio intelectual (Ki) nos permite percibir la realidad abstracta y manifestarla creativamente. En este nivel tendemos a ver el valor de las cosas en términos de nuestro propio tiempo de vida.

Conciencia social (Mi) nos lleva hacia la consideración sobre los demás y los mensajes del pasado se vuelven importantes. El juicio ideológico (Ri) es muy alto. Nuestra visión está determinada por un principio que incluye todo (all-encompassing) o cosmológico. Este es el frío juicio de la razón pura, que ven tiempo y espacio casi como infinitos.

En la etapa más alta (Yi) la naturaleza humana se convierte en sabiduría en si misma. Manteniendose firmemente sobre la tierra con un conocimiento total sobre su propia naturaleza, O-sensei declaró:

El universo y yo somos uno.

Existe sin embargo, un estado más: Este es llamado Bonjin – el ser una persona ordinaria (Ni). Aquí no existe más rastros de grandeza o sabiduría. En las palabras de Dogen-zenji, “Este iluminación sin rastro continua infinitamente.”

EL TRIGRAMA DE LOS OCHO PODERES.

En la secta O-moto kyo, los ocho poderes son descritos como a continuación se explica:

Todos los poderes resultan del movimiento del espíritu universal, Ame no Mi Naka Nushi (U). Los Ocho Poderes de movimiento considerados juntos son llamados Kokuso Oh Kami, es espíritu del fuego. Son entendidos por el descendiente de Haya Susa no Wo no Mikoto, el espíritu del agua. Así como los espíritus son divididos en diferentes dimensiones, los Ocho Poderes de movimiento también son divididos en cuatro pares complementarios. Cada uno de los Ocho Poderes tiene su propia deidad.

La tabla 6.2 ilustra esta descripción.

La traducción de los Ocho Poderes, aunque proporciona una clasificación permanente, aun es insuficiente para los practicantes de aikido. Los Ocho Poderes descritos simplemente como un balance entre los opuestos (derecha y izquierda, atrás y adelante, arriba y abajo, dentro y afuera) ayudan mejor como una referencia a nuestra practica real. Aun también, falta una integración con los aspectos más fundamentales del aikido, como musubi, la forma en espiral y la generación del Ki.

Para poder dar una explicación más a detalle, es de ayuda ver los Ocho Poderes por medio de las enseñanzas del I-Ching, el libro de filosofía Taoísta. La base del I-Ching es una colección de trigramas atribuidos al sabio chino Fu-Shi. Sin embargo, esos trigramas también se encuentran en

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los antiguos documentos Tekeuchi del Shinto y probablemente originados antes del tiempo de Fu-Hsi.

De acuerdo a la mitología Shinto, durante la segunda generación del linaje imperial japonés, quince príncipes y una princesa fueron enviados al mundo para educar a la gente en los principios espirituales del kototama. Tan como el símbolo del Espíritu de Japón, el sol, brilla en todas direcciones, fueron enviados en “dieciseis direcciones” (a todos lados) para dar luz espiritual a toda la gente. .....

LOS OCHO PODERES EN LA PRÁCTICA DEL AIKIDO

Cielo y Tierra (Hi-Ni) son polaridad pura, el lado opuesto de Ame no Uki Hashi, el puente flotante al cielo. Cielo, lo creativo (omotaru no kami), es el poder de la unificación. Es el kokyu universal, la fuente del poder creativo infinito y vitalidad. “él lucha en la vista de lo creativo” Cuando realizamos esta deidad por medio de la práctica, no nos cansamos a pesar de lo mucho que demos. Mientras más energía pongamos, más ki nuevo y fresco recibiremos. Dentro de esta fuente infinita de energía de ki el principio de polaridad (yin-yang) trabaja para crear el mundo que se manifiesta, nuestro cuerpo físico (tierra). En aikido, cielo también corresponde a nage, la persona que ejecuta la técnica.

El receptor, tierra (Ni), es el poder que lleva la energía espiritual. Este es el cuerpo físico como una división del espíritu universal. En aikido, esto es uke, la persona que recibe el poder de nage (“él causa a ellos que sirvan uno al otro en la vista del receptivo”). La tierra se representa por la deidad Ayakashikine no Kami, quien ejemplifica humildad, benevolencia y nobleza. Este es el sentimiento de una persona libre. Más allá de grandeza y pequeñez, ella lleva al universo como su propio cuerpo y mente. “individualidad [Ni] sigue a la plenitud de sus posibilidades es universalidad [Hi].” Juntos, cielo y tierra representan el origen de la espiritualidad y nobleza humana. El maestro zen Taisen dijo a sus estudiantes, “Deben verse como el rey de los leones, siempre libre y poderoso. Si la gente los ve en esa postura, radiaran tal dignidad que no podrán acercárseles.”

Cielo y Tierra dan nacimiento a tres aspectos diferentes del movimiento: Poder, principio y forma. En aikido, el poder viene del mantenerse (contrast) y la estabilidad, el contacto de todo el cuerpo de tai atari. El principio se manifiesta como un movimiento en espiral. La forma es el producto de musubi, el cual ata el ki de uno al ki del compañero. Cada uno de estos aspectos tiene dos componentes.

PODER.

El poder del aikido es como un lago sereno. Este refleja sabiduría y la plenitud de la energía espiritual, expandiéndose hacia fuera con un gran poder (“él les da alegría a la vista de lo alegre”). Ti es el primer movimiento de la mente dentro del hara y se manifiesta externamente con poder (chikara, lit, desde el espíritu).

El tai atari del aikido no es una simple colisión física; es la unificación completa del ki con la de nuestro compañero. Para poder practicar resolución de conflictos necesitamos, antes que nada, una confrontación honesta. Ti es energía yang que nos empuja hacia fuera y que disuelve la dureza y rigidez que nos ata. Yi es poder de estabilidad – en aikido, inamovilidad (fudoshin). Como una montaña enraizada en la tierra y que se lanza hacia arriba, el cielo y la tierra están

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unidos verticalmente por el hombre o mujer que permanece entre ellos (“él les trae la perfección ante la vista de mantenerse quietos”).

PRINCIPIO.

La luz creativa del espíritu puro reaccionando con el asunto (matter) produce la primera chispa de conciencia expandiéndose (“él causa que las criaturas se perciban unas a otras a la vista de (clinging)”. Si (fuego) es movimiento sin obstrucción que pasa sin esfuerzo a través de toda dificultad. Cuando este sentimiento encuentra con la resistencia de nuestro compañero (Ri, agua), se crea la forma espiral (“él (toils) a la vista del abismo”). Esos son los poderes del la visión (insight) espiritual y de la alta razón. Ri es llamado “el principio que hace efectivo el movimiento”; Si and Ri, movimiento libre y resistencia (movimiento impresionante), crea el principio de espiral de takemusu aiki, creación espontanea y libertad de movimiento. Para poder utilizar este principio, sin embargo, uno debe liberarse del deseo egocéntrico de manipular al compañero. Uno debe tener la fe en el hara y aprender del movimiento del compañero en lugar de interrumpirlo.

Las deidades Tsunuguhi no Kami y Ikuguhi no Kami (Ki y Mi) son los poderes que manifiestan la energía del ki como forma. Esas deidades corresponden a los símbolos de trueno y viento (liberando y conteniendo energía). Ki, trueno, engrana las ruedas de la creación. Este libera tensión por medio de la expansión del ki (“Dios llega a la señal del (arousing)”). Ki es como una espada desenfundándose y cortando a través de todo obstáculo. En aikido, es la el canto de la mano cortando sin esfuerzo a través de la resistencia del compañero.

La explosión dinámica de energía es unida por un campo magnético suave de Mi, elque crea y preserva la vida y desarrolla y traza la energía interna (“él trae todas las cosas a su término a la señal de lo suave”). El viento es a veces mal interpretado como fuerza centrífuga esparciendo todo alrededor: Realmente, esto es movimiento interno, elpoder del eletromagnetismo drawing inward and holding.

FORMA.

En Aikido, la función de Ki y Mi combinadas crean musubi, la unión de yin y yang. Cuando unimos nuestro ki con el de nuestro compañero y mantenemos tai atari, nuestro sentimiento “cabalga” sobre las intensiones de nuestro compañero al expresarse como movimiento físico. Al mantener un sentimiento correcto, la forma correcta de la técnica ocurre naturalmente. Nuestras manos abiertas se extienden hacia fuera, conectando con nuestro compañero, aun cuando la espiral de nuestros brazos lo acerque, dentro de nuestra esfera de influencia. Ki es poder dinámico atando (attaching) los sentimientos de nuestro compañero e iniciando movimiento; Mi incluye esa energía y, como un magneto, lo mantiene dentro.

O-sensei enseñó:

Cuando las técnicas de aikido de purificación son puestas en práctica, las leyes del cielo, del fuego, del agua y la tierra, se comprenden automáticamente. El budo verdadero es el camino de banyu aigo: amor universal, compasión, y un espíritu de protección hacia todas las cosas. Tal como nuestra sangre fluye y unifica nuestro cuerpo, así debes hacerte uno con la mente divina del creador. Michi es realmente entrenarte en esa conciencia.

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Antes que nada debes entender y practicar principio, ley (método), y acción armoniosa. Por medio de los principios, la forma correcta de hacer las cosas (ley) es comprendida. Mostrando la ley natural en nuestra vida diaria, se aseguran la armonía y la libertad. Solo cuando esto se ha logrado es posible practicar michi, la forma de vida.

Aquel que ha de comprender michi debe primero entender el cuerpo. Esto requiere de un alto juicio y de intuitivamente entender (grasp) las leyes y principios naturales.

Michi en si no es una cuestión de lograrse. Aquel que realmente está “en el camino” no se puede distinguir de los demás aunque se intimide con todas las cosas.

Aikido es una forma extremadamente simple de arte marcial: contiene solo no necesario de auto-defensa. Esta simplicidad permite al estudiante concentrarse en lo profundo y desarrollar el aspecto espiritual del entrenamiento. Las técnicas o formas del aikido no pueden o deben nunca ser estandarizadas, aunque es esencial que los principios de la práctica sean estandarizados. O-sensei dejó un mapa que muestra la forma correcta de practicar aikido. Este es el mapa de Un Espíritu, Cuanto Almas, Tres Principios y Ocho Poderes.

Los Ocho Poderes pueden aplicarse al aspecto espiritual del entrenamiento del aikido: la actitud, o postura metal, necesaria para entender al aikido. Son de hecho, esos aspectos espirituales los que deben presentarse si aikido se entiende realmente como michi, una forma de vida. La figura 6.5 muestra las contra partes espirituales de los Ocho Poderes.

Aikido debe practicarse siempre con vitalidad (Hi), no debe nunca ser separado en entendimientos intelectuales o fragmentos de técnica. Requiere de un sentido de la realidad más allá de la fuerza bruta. El poder espiritual desarrollado por medio de la práctica del aikido pude ser de beneficio o detrimento, depende de nuestra orientación. La vitalidad física siempre debe ser templada con la humildad (Ni) o puede convertirse en arrogancia y altivez.

El punto central del aikido es control, y el control inicia con el auto control. Para poder mantener un alto sentido de la realidad al tratar de generar un gran poder, debemos mantener una actitud humilde y modesta. Si nos volvemos arrogantes y faltos preocupación por los demás, aikido no podrá practicarse en forma segura. Si perdemos la mente del principiante, a pesar de nuestro nivel de experiencia, nuestro progreso se detendrá.

Aikido es esencialmente intuitivo. En la práctica, uno debe desarrollar una sensibilidad intuitiva hacia el compañero en lo externo (ki) y hacia la propia fuente de poder y el centro interno (mi).

La práctica espiritual involucra una gran cantidad de repeticiones. Inherente a esto está el peligro de caer en el aburrimiento del movimiento habitual. Si esto sucede, a pesar de la vitalidad física, la práctica no tendrá vida. El mantener una práctica vital y con vida requiere de un espíritu de búsqueda (ki). Las técnicas básicas del aikido deben ser usadas para investigar el principio de aiki desde un cambio continuo y nuevas perspectivas. Abandonando la rigidez física y expandiendo ki por todo el cuerpo, las manos se convierten en las antenas sensitivas por las cuales se investiga el mundo de energía.

Aikido puede verse como mágico, aunque está basado en leyes naturales. Es completamente razonable y lógico (Ri), aunque puede entenderse solo al desarrollar la habilidad del discernimiento directo (Si), “ver” la realidad bajo la forma. Para resolver la aparente contradicción, debemos distinguir, desde un principio, las cosas que son posibles de las que no son razonables. La palabra japonesa para irracional es miri (lit. no principio). Buscando un método de práctica que es razonable para las condiciones físicas y espirituales de uno, el uso del

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tiempo y el esfuerzo se hace económico y el progreso se muevo suavemente. Razón e intuición deben soportarse uno a otro.

Lo mismo es verdadero en lo concerniente a la dedicación (Yi) y la felicidad (Ti). Aikido requiere de años de estudio y entrenamiento dedicado, aun cuando la práctica se orienta hacia una meta, carecerá de gozo y faltará el espíritu de aiki. En tal caso, ninguna práctica será suficiente y probablemente en ese caso sería mejor no practicar. Citando a O-sensei:

Aikido debe elucidar el orden de las cosas del universo, el camino hacia el entendimiento universal. Siempre debe estar basado en los Ocho Poderes (el puente flotante hacia le cielo). Si esta cualidad se pierde ya no será más aikido. El Hombre, como un espíritu dividido del universo, debe ser devoto a la creación de un mundo mejor. Debemos establecer una imagen espejo del kototama universal en la tierra. La práctica individual del aikido es un barómetro de esta actividad.

O-sensei tomó prestado del Budismo los símbolos del triángulo, círculo y el cuadrado para expresar el contenido espiritual del movimiento del aikido. El triángulo representa nacimiento y productividad, expansión y separación; El círculo representa cambio y crecimiento; y el cuadrado representa plenitud y perfección, control y solidificación.

El triángulo. La forma del triángulo muestra un infinito (Su-U) dividido en la relatividad (A-Wa). El maestro de espada (I) se para (stand) dentro del vacío de la existencia presente (U) y griatando ki-ai IE, su espada de doble filo se desenfunda y divide el cielo y la tierra sin crear separación alguna. De esta forma, inicia la unidad (oneness) subjetiva y objetiva. La estabilidad del kototama Yi, permita la plenitud del ki universal expandirse como contraste y oposición del kototama Ti. El kototama Ki libera su energía desbordante como poder y Mi la mantiene unida. Juntas, ellas crean forma y movimiento. Esto es iku musubi, el poder del nacimiento.

El circulo. El movimiento hacia delante del triángulo crea reclamiento?? e intercambio – movimientos circular y espiral. Los ritmos padre de Si y Ri trabajan dentro de las dimensiones E y O, creando abundancia y prosperidad espiritual. En aikido, esto se hace el principio de takemusubi, la creación espontanea de nueva forma (técnica). El triángulo (entrar) y el circulo (girar) juntos crean el movimiento espiral, el principio de irimi – tenkan. Como Morihiro Saito escribió en Traditional Aikido,

Generalmente se cree que el aikido representa movimiento circular. Contrario a esta creencia, sin embargo, Aikido, en su forma verdadera, es una arte fiera que perfora directo hacia el centro de oposición (irimi). No se supone que debes abrir tu cuerpo ampliamente intentando adaptarte al movimiento de tu compañero sino gradualmente girar las caderas (tenkan) permitiéndote continuamente entrar mas profundo y pasar directamente por el centro del movimiento.

Cuadrado. El cuadrado representa reunir todas las bases (a priori) kototama de amatsu iwasaka. Esto es la terminación/perfección del espíritu humano, naobi. Las cuatro Almas se unen con los Ocho Poderes y el espíritu humano se entiende (realized) como la constitución del paraíso – tamatsume musubi, el origen de la sabiduría y la compasión.

En entrenamiento del aikido nos guía a través de los Tres Orígenes. El triángulo representa la esencia espiritual del aikido: masakatsu, ganar directamente. Este es el espíritu del fuego: levantarse y controlar el ataque del compañero antes de que este inicie. En el antiguo budo esto es ko no sen, “moverse primero antes que se mueva el compañero.” Realizado apropiadamente, el aspecto marcial del aikido a terminado antes que inicie la técnica. Si esto no se logra, la técnica misma, representada por el círculo, armonizando con la energía del compañero, no podrá ni siquiera iniciar. El ser capas de rápida y hábilmente ganar a un compañero, sin embargo, no es maestría; como cortar en el arte de la espada, aunque extremadamente difícil en si mismo, no es la totalidad. La práctica no está relacionada solamente con ganar. Para llevar una técnica a una forma armoniosa y armonica lleva al estudio de uno mismo y eventualmente a la maestría, agatsu. La persona que está interesada en la habilidad marcial es aun un principiante. No es suficiente se

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filoso como el triángulo: debemos remover las puntas y hacernos redondeados. El estudiante necesita una convicción firme; la voluntad de entender su propia esencia.

La interacción entre fuego y agua crea el resultado final, tierra. En el movimiento inicial del aikido, Ai está siempre ahí, aunque no podamos verlo. Solo después de años de práctica el contenido real de ikkyo, la primera enseñanza, se hace aparente. Más que una progresión linear, makatsu, agatsu y katsu hayabi, son aspectos diferentes de la misma mente. O-sensei enseñó que cuando el triángulo, el círculo y el cuadrado se combinan, crean el símbolo de la respiración de la vida (iki):

Es con profundo respeto que me aventuro a comparar el símbolo del aikido con el sol naciente y el escudo imperial del crisantemo.

Cuando el aspecto espiritual de los Ocho Poderes está balanceado y trabajando juntos y armoniosamente, sabiduría aiki, como un sentido de nuestra propia naturaleza como seres humano, nace. El entenderse a uno mismo nunca se podrá completar por medio de la repetición sin mente o la práctica egocéntrica de comparar la habilidad de uno o la fortaleza con la de los demás. En su lugar, es cuando el individuo será uno con la constitución de la naturaleza, el kototama, la libertad real y la creatividad se hacen posibles. Dentro del vacío de la gran vacuidad, todos los aspectos del mundo manifiesto están presentes. Reconociéndolos, se hacen aparentes. En términos budistas, “Cruzando el puente flotante de los Ocho Poderes [de Hi a Ni], somos saludados en el otro extremo [higan] por la tierra pura [jodo] de Monju [el bodhisattva de sabiduría pura].”

7. LA PRÁCTICA Y EL PRINCIPIO.

¿Por qué es necesario practicar una disciplina espiritual? Porqué pasar un entrenamiento físico y mental extremo que para (master) requiere de años de dedicación? Esta misma pregunta llevó a Dogen, como un joven monje estudiando en la Montaña Hie, a abandonar Japón y viajar a China en busca de la verdad. Porqué? Se pregunto, si ya poseemos una naturaleza Buda, es necesario buscarla? La historia Zen de Nan-yueh y ma-tsu expresa este koan con el típico humor Zen.

Nan-yueh preguntó a Ma-tsu, “Para que es el zazen?” “Me siento para convertirme en Buda,” contestó Ma-tsu. Nan-yueh entonces recogió una pieza de barro y comenzó a pulirla con una roca. Viendo esto, Ma-tsu preguntó, “Maestro, que está haciendo?” “Estoy puliendo el barro para hacer un espejo!” Nan-yueh contestó “Como puede hacer un espejo puliendo un pedazo de barro?” Ma-tsu preguntó, “Como puedes convertirte en Buda haciendo zazen?” contestó Nan-yueh.

No es que Nan-yueh estubiera desalentando a Ma-tsu de su práctica; el mensaje del koan es claro: No podemos alcanzar algo que no es ya parte de nosotros. Ueshiba expresó esto de la siguiente forma:

La realización de nuestra sustancia y potencial real es el propósito de la creación. La realización del Amor Divino, la conciencia universal, es nuestra responsabilidad ante el creado.

El practicar aikido es para manifestar nuestro estado natural; para traer la verdadera naturaleza a la superficie. Aiki es nuestra perfección innata. No puede ser enseñada; debemos descubrirla dentro de nosotros mismos. Esta responsabilidad no puede ser delegada a un maestro o camino, aunque la falta de un entrenamiento válido y la guía de un maestro, nuestro potencial nunca podrá alcanzarse. La búsqueda de la maestría es un proceso sin fin, aunque en cada

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momento de la práctica debemos experimentar la totalidad del aikido. El fin no justifica los medios; el fin es el medio.

Dogen entendió que la realización es nuestra realización absoluta o vertical. Esta no tiene realidad absoluta, sin embargo, a menos que se manifieste por medio de la práctica en el plano horizontal de tiempo y espacio. La práctica constante, aquí y ahora, nos da la constante oportunidad de manifestar la verdadera naturaleza. En las palabras del investigador Zen Masao Abé, “La práctica es indispensable como una condición para alcanzar la iluminación.”

Porque la técnica es una herramienta para el estudio del principio, no existe sustituto para la práctica. El estudiante que aprende una técnica más rápidamente que otro no ve la profundidad del significado dentro de la técnica. Una buena actitud, trabajo duro y el auto análisis son los factores más importantes para aprender aikido. El estudiante que no puede aceptar la crítica progresa muy lentamente; el que encuentra y corrige sus propios errores progresa rápidamente y con profundidad.

En Shobogenzo, su trabajo más importante, Dogen escribió,

En el gran camino del Buda y sus ancestros, seguramente existe una incansable práctica suprema que continua indefinidamente. A través de esta incesable práctica, sol, lunas y estrellas se mueven y todas las cosas existen. La virtud de la práctica incesable es nunca esconderse, por lo que la mente se levanta y la práctica inicia. Su virtud, sin embargo, no es revelar inmediatamente por lo que no puede ser vista, oída o comprendida. Aunque no es revelada, no estudiar esta como algo escondido.

La práctica incesante es el movimiento de la naturaleza y del universo en si. Aun cuando dormimos la mente nunca cesa su función de buscar la perfección. Dentro del cambio, la determinación constantemente buscará manifestar su potencial infinito. La frase Zen, “El maestro está en casa” no implica conocer algo, sino mas bien un estado del ser que es totalmente consiente.

La educación moderna y el estilo de vida enseñan al intelecto, aun que no se nos enseña como dirigir nuestros instintos básicos constructivamente y alcanzar nuestro potencial humano. No se nos da un método práctico por medio del cual desarrollemos la intuición. Los problemas y engaños creados por la mente consiente e inconsiente pueden ser resueltos solo al establecer intimidad/familiaridad con el ser real.

Entre las creaciones de la naturaleza, solo el hombre desea en engaño de la independencia de las leyes naturales. Vivimos en un ambiente protegido, aunque la mente humana es una jungla peligrosa. Pasamos tanto tiempo oyendo el monologo abstracto de la mente que estamos cerrados a los enemigos externos, aunque la necesidad de auto defensa siempre está presente. El ser flojo o complaciente hace que perdamos la batalla real sin conocer a nuestro enemigo: nuestro ego. Al faltar auto realización, somos apartados por dudas e ilusiones de nuestra meta real en la búsqueda de caprichos momentáneos. Esto debilita nuestra voluntad y confianza: en el reino animal, nunca podremos sobrevivir de esta forma. La naturaleza exige de un entrenamiento severo para sobrevivir, y el hombre moderno parece haber perdido de vista este hecho.

Cuando comenzamos a perder la conexión con la naturaleza, recibimos señales de alerta como las enfermedades y la mala suerte. La falta de alimentación lleva hacia la enfermedad, el miedo y la perdida de la libertad. Para remediar esto se requiere de purificación. La función de nuestro sistema nervioso autónomo es la resolución continua de los conflictos físicos internos que pudieran de otra forma llevarnos al estancamiento. Sin embargo, la purificación involucra llegar a una solución en un nivel consiente. Este es el objeto del entrenamiento: traernos en armonía con la naturaleza en un nivel consiente. La práctica del aikido nos da conciencia sobre la armonía de la naturaleza y la economía y nos lleva hacia la verdadera intimidad con la vida.

Aikido es el camino de la armonía. Dentro del amor siempre existe severidad y poder y la naturaleza del aikido no es pasiva. El entrenamiento, sin embargo, no es cuestión de torturar

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nuestro cuerpo: un entrenamiento irracional daña tanto al cuerpo como al espíritu. Como “naturaleza hace conciencia,” el entrenamiento de debe ser cuestión de abuso físico.

La disciplina espiritual requiere de intensidad en la vida y compromiso con la muerte si esto va a tener un valor profundo y duradero. Así como la cigarra canta su propia muerte el finalizar el verano, cada persona que quiere descubrir su propia naturaleza debe perseguir la realidad en cada onza de vida dentro de ellos. Aikido no enseña a ser pasivos; por lo contrario, no enseña a dirigir nuestra intensidad hacia adentro en lugar de oponerse a los demás.

Libertad existe solo entro de la estructura, y depende de una respuesta precisa a nuestro medio ambiente. Los patos en migración siguen una formación perfecta: el líder cambio de rumbo y el resto de la parvada cambia también su dirección. Esto no es un juego de seguir al líder. Ellos están entonados con la naturaleza y con cada uno de los demás. Esto es aiki – ganar sin luchar; cortar antes que la espada sea sacada de su funda.

La práctica diaria nos enseña como usar nuestros instintos animales en una forma humana. Esto es un proceso de crecimiento sin fin y no existe punto de descanso. La perfección de la naturaleza radica en un estado de impermanencia, en un ajuste constante e instantaneo. Cuando estamos libres de tensión, duda e iluciones que bloquean el estado natural, la tensión desaparece del cuerpo y de la mente y somos capaces de crear libremente. Al ir más allá de liberarnos de esta tensión, aikido alcanza la meta original de la religión, motogaeri, regresar al origen.

El símbolo de motogaeri muestra la función del movimiento del aikido: regresarnos a nuestra propia naturaleza (SU). El principio de aiki expresa una unidad infinita. Un árbol, creciendo de una simple semilla, extiende su tronco y ramas y a su tiempo llevará los frutos que eventualmente generaran otros arboles; así mismo, todas las cosas deben regresar a su origen. Fallar en esto causara desperdicio, caos y locura. Nacimos de nuestra propia vida-campo (hinagate), y a menos que mente y sentimiento se unan con el origen, perderemos el significado de la vida.

SU es movimiento puro sin obstrucción. Este se manifiesta por medio de su carga, el kototama RU. Esto es el inicio de la vibración, una vibración de onda corta casi infinita que pasa sin esfuerzo a través del mundo material. Esto es katsu hayabi, logro instantáneo – no yin ni yang, movimiento ni descanso, ofensiva o defensiva. En el Este existe un proverbio que dice, “Para poder viajar grandes distancias, el sabio cabalga a la espalda del dragón (ryu).” Este es el kototama de Suru, la energía de velocidad casi infinita de la conciencia cósmica. La forma espiritual del Kototama RU

El principio único, muso genri, gobierna todo el movimiento en la naturaleza; produce el movimiento y poder del universo. Se manifiesta como las cuatro dimensiones del movimiento en espiral. Iniciando con el kototama SU, el ki del fuego se expande (A) y separa (E), intentando regresar a su origen espiritual. Esto es simbolizado por el triángulo. La continuación de este movimiento crea el signo del círculo; el ki del agua contrasta (O), la energía se une e inicia la materialización. Finalmente, el ki estabilizador de la tierra (I) se establece y todas las dimensiones se unifican dentro del vacío o dimensión U. Este es el fundamento de Ai, amor y sabiduría. Esta energía creativa inicia desde el hara, el punto uno del kototama Su. Su es el inicio de kokyu, la respiración universal, movimiento y poder.

Estudiando el principio aiki como kokyu, respiración y espíritu, mostramos el kototama Su, desarrollando intuición y creatividad espontánea. El ciclo expansión/contracción de la respiración el la primera manifestación de principio de la vida. Respiración es la esencia de muchas disciplinas espirituales y marciales. Respiración, ki y mente son inseparables y el estudio de la respiración nos lleva a entender ki y mente. “la liga entre cuerpo y mente, espíritu y postura, actitud y técnica es respiración. Al final, postura y respiración se hacen una.”

La palabra para respiración en japonés es iki, “el ki de la voluntad.” Como verbo es ikiru, “vivir.” Es el poder motivador detrás del kototama Su. Por medio de kushitama, este kototama, espíritu, mente y cuerpo se unifican. En Shinto esto es llamado hara.

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