540
Episodios Nacionales Un faccioso más y algunos frailes menos Benito Pérez Galdós Obra reproducida sin responsabilidad editorial

Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

  • Upload
    others

  • View
    1

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Episodios NacionalesUn faccioso más y algunos

frailes menos

Benito Pérez Galdós

Obr

a re

prod

ucid

a si

n re

spon

sabi

lidad

edi

toria

l

Page 2: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Advertencia de Luarna Ediciones

Este es un libro de dominio público en tantoque los derechos de autor, según la legislaciónespañola han caducado.

Luarna lo presenta aquí como un obsequio asus clientes, dejando claro que:

1) La edición no está supervisada pornuestro departamento editorial, de for-ma que no nos responsabilizamos de lafidelidad del contenido del mismo.

2) Luarna sólo ha adaptado la obra paraque pueda ser fácilmente visible en loshabituales readers de seis pulgadas.

3) A todos los efectos no debe considerarsecomo un libro editado por Luarna.

www.luarna.com

Page 3: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-I-El 16 de Octubre de aquel año (y los lectores

del libro precedente saben muy bien qué añoera) fue un día que la historia no puede clasifi-car entre los desgraciados ni tampoco entre losfelices, por haber ocurrido en él, juntamentecon sucesos prósperos de esos que traen regoci-jo y bienestar a las naciones, otros muy lamen-tables que de seguro habrían afligido a todo elgénero humano si este hubiera tenido noticiade ellos.

No sabemos, pues, si batir palmas y cantarvictoria o llorar a lágrima viva, porque si bienes cierto que en aquel día terminó para siempreel aborrecido poder de Calomarde, también loes que nuestro buen amigo D. Benigno padecióun accidente que puso en gran peligro su pre-ciosa existencia. Cómo sucedió esto es cosa queno se sabe a punto fijo. Unos dicen que fue alsubir al coche para marchar a Riofrío en expe-

Page 4: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

dición de recreo; otros que la causa del percan-ce fue un resbalón dado con muy mala fortunaen día lluvioso, y Pipaón, que es buen testimo-nio para todo lo que se refiere a la residenciadel héroe de Boteros en la Granja, asegura quecuando este supo la caída de Calomarde y laelevación de D. José Cafranga a la poltrona deGracia y Justicia, dio tan fuerte brinco y mani-festó su alegría en formas tan parecidas a lasdel arte de los volatineros, que perdiendo elequilibrio y cayendo con pesadez y estrépito serompió una pierna. Pero no, no admitamos estaversión que empequeñece a nuestro héroehaciéndole casquivano y pueril. El vuelco de undetestable coche que iba a Segovia cuandohabíapersonas que consentían en descalabrarse porver un acueducto romano, una catedral gótica yun alcázar arabesco, fue lo que puso a nuestroamigo en estado de perecer. Y gracias que nohubo más percance que la pierna rota, el cualfue en tan buenas condiciones y por tan buenaparte, al decir de los médicos, que el paciente

Page 5: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.

-Como todo es relativo en el mundo -decíaCordero en su lecho, cuando se convenció deque su curación sería pronta y segura-, romper-se una pierna sola es mejor que romperse lasdos, y así, Sr. de Monsalud, yo estoy contentí-simo, mayormente viendo que el pesado nego-cio que me trajo a la Granja está ya resuelto, yque gracias a mi amigo el gran D. José de Ca-franga (que mil años viva) no tendré más cues-tiones con el hipogrifo, de D. Pedro Abarca (aquien vea yo sin hueso sano). Dígame usted,amigo, ¿ha observado usted que en este mundopícaro, cien veces pícaro, no hay alegría que novenga contrapesada con un dolor, ni dulzuraque no traiga su acíbar? Pues bien: todo no hade ser malo. El contento que yo he tenido ¿novale una pierna? ¿Qué significa un hueso rotode fácil soldadura, en comparación de las máspuras satisfacciones del alma? Vengan averías

Page 6: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

de este jaez y cáigame yo, aunque sea de lo altodel acueducto, con tal que en proporción de loschichones y de las fracturas sean los gustos delespíritu y los regocijos del corazón.

De esta manera un poco artificiosa y sutil seconsolaba, y así, mientras duró su enfermedad,apenas perdió el buen humor ni la paz y dulzu-ra de su condición sin igual. Deparole el cieloexcelente compañía en Salvador Monsalud,que, a pesar de haber despachado también sa-tisfactoriamente sus asuntos, no quiso salir dela Granja dejando solo y postrado en la cama asu honrado amigo. La corte se marchó, los cor-tesanos siguieron a la corte, el Real Sitio sequedó desierto, calladas las fuentes, desiertaslas alamedas. Empezaron a despojarse de sufollaje los árboles; enfriose el aire al compás delsolemne y tristísimo crecimiento de las noches;soplaron céfiros asesinos, precursores de agua-ceros y tormentas; los remolinos de hojas secascorrían por el suelo húmedo murmurando tris-

Page 7: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tezas, y sobre todo derramaron llanto sin fin lasnubes pardas, en tal manera que no parecíasino que en la superficie de la tierra había algoque debía ser para siempre borrado.

Solos en su alojamiento, mal acompañadosde una mediana lumbre, D. Benigno y su amigopasaban los días. El enfermo, aunque postradoy sin movimiento, estaba casi siempre menostriste que el sano. Este, centinela en un sillónfrente al hogar, reanimaba el fuego cuando seiba extinguiendo, y D. Benigno hacía revivir laconversación moribunda cuando Salvador ladejaba apagar con sus monosílabos o con susilencio.

El tema más amado y más favorecido deCordero era su familia, y no pasaba una horasin que dijese: «¡qué hará en este momento eltunante de Juanillo Jacobo!» o bien: «¿habrácomprendido Sola, a pesar de mis precaucio-nes, que me ha pasado desgracia?». Debe ad-vertirse que nuestro buen señor había puesto

Page 8: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

singular empeño en que sus queridos hijos, suhermana y su amiga no se enterasen del tristemotivo que en San Ildefonso le detenía, y poresto sus cartas todas parecían novelas, segúnlas invenciones y mentiras de que iban llenas.Unas decían: «Esperadme ocho días más, por-que si bien nuestro asunto está terminado, noquiero marcharme sin hacer una pequeña con-trata de pinos, pues desde aquí oigo los gritosde la casa de los Cigarrales pidiéndome que laensanche». Más adelante escribía: «Con estosmalditos temporales no hay carricoche que seatreva con las Siete Revueltas», y una semanadespués se disculpaba así: «Un excelente ami-go, que vive en la misma posada, ha caído encama con tan fuerte pulmonía que no me esposible abandonarle en este solitario pueblo.Esperadme unos pocos días y rogad a Dios porel enfermo».

Así les engañaba, dando tiempo al tiempo,hasta que llegara el de la soldadura del hueso,

Page 9: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

la cual venía con la tardanza que es natural,impacientando tanto al buen hombre que a ra-tos no podía contener su impaciencia y dabapuñadas sobre la cama diciendo: «Esto no sepuede aguantar. Soldada o sin soldar, señorapierna, usted tendrá que ponerse en polvorosapara Madrid la semana que viene».

Salvador no se apartaba de su amigo ni denoche ni de día. Unas veces hablaban de políti-ca, empezando D. Benigno de este modo:«¿Cree usted que ese pobre Sr. Zea tendrá bue-na mano para el timón de la nave del Estado?».

La enojosa permanencia y quietud en el le-cho le ocasionaba insomnios frecuentes, cuandono letargos breves y febriles, acompañados depesadillas o alucinaciones. A veces despertabade súbito bañado en sudor, y exclamabapasándose la mano por los ojos: -Jesús me valgay la Santa Virgen del Sagrario, ¡qué sueño hetenido! Me parecía estar viendo a Juanillo Jaco-bo rodando por un precipicio negro, mientras

Page 10: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

la pobre Sola, atada por los cabellos a la cola deun brioso caballo... No lo quiero contar porqueme parece que lo veo otra vez... ¡Cuándo vol-veré a vuestro lado, queridos de mi corazón,para que con el placer de veros se acabe el su-plicio de soñaros!

Una noche observó Salvador que daba el en-fermo un gran suspiro, y despertando acongo-jadísimo parecía reconocer la realidad de lascosas, medio seguro de espantar las embusteraspercepciones del sueño.

-Es todo mentira, Sr. D. Benigno -le dijoMonsalud riendo-. Ánimo.

-¡Ay, Dios mío! ¡qué sueño! -exclamó el deBoteros-. Todavía me duran la angustia y elmortal frío que sentí. Figúrese usted, señor mío,que me acercaba a mi casa de los Cigarrales, yla visión era tan perfecta que todo estaba delan-te de mí claro, vivo, verdadero. Una soledadtristísima envolvía mi finca. Ni mis hijos, ni mis

Page 11: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

criados aparecían por ninguna parte... Me acer-co más, miro a las ventanas y las ventanas memiran con ceño. De pronto veo que apareceSola por la puerta de la huerta; doy un pasohacia ella, me mira con semblante frío, seriocomo el de una estatua, mueve su cabeza comodiciendo no, no. Luego, señor D. Salvador, medice adiós con la mano derecha, y se aleja,huye, desaparece, se disipa como una sombraentre los almendros... Me quedo yerto, miro ami casa y mi casa... créalo usted... se echa areír... yo no sé cómo era esto; pero lo cierto esque ella se reía, se reía...

-Y ahora nos reímos nosotros.

-¡Bendito sea Dios! ¿qué será esto del soñar?¿Anunciarán los sueños realidades? ¿Estashorribles mentiras traerán consigo algo que conla misma verdad se relacione? Ello es que lapobre Sola no se aparta de esta cabeza a ningu-na hora de la noche ni del día... Que será felizrasándome con ella es indudable; que ella lo

Page 12: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

será también no hay para qué decirlo... Piensomuchas veces si el Señor habrá decidido que yome muera antes de que pueda realizar mi de-seo, al cual va unido el mayor beneficio que sepuede hacer a una huérfana pobre y sin ampa-ro. ¿Qué sería entonces de esa infeliz?...

-La pobrecita tendría una gran pena -dijoSalvador.

-¿Se moriría de pena?-preguntó Cordero coningenuidad pueril.

-Tanto como morirse...

-No se moriría, no... ¡pero qué desamparada,qué sola se quedaría en el mundo! ¿Quiéncomprendería su mérito? ¿quién le tendería unamano?

-No podría reemplazar sin duda dignamenteel bien que perdía -dijo Monsalud, sentándosejunto al perniquebrado Cordero-; pero parte del

Page 13: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

bien que merece lo hallaría tal vez... casándoseconmigo.

Los dos se miraron asombrados y con ligeroceño.

-¡Con usted! -exclamó el de Boteros volvien-do de su sorpresa...- ¿Ha pensado usted en esoalguna vez?

-Muchas.

-¡Si yo no existiese!... ¿Y ella consentiría?...

-No lo aseguro. Pero pasado algún tiempo esfácil que consintiese. Sólo Dios es eterno.

-Y usted desea...

Lanzado de improviso a un mar de confu-siones, D. Benigno no pudo decir más. Su ami-go, quizás arrepentido de haber hecho una de-claración imprudente, trató de tranquilizarlehablándole de lo bien que dirigía Cristina la

Page 14: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

dichosa nave del Estado. Entonces la alegoríadel barquichuelo estaba en todo su auge, y nose mentaban las dificultades del Gobierno sinsacar a relucir la consabida embarcación, el marborrascoso de la política, y principalmente eltimón ministerial, que algunos llamaban gu-bernalle. Después dijo que el decreto abriendolas universidades era un golpe maestro; la am-nistía, aunque muy restringida, un levantadopensamiento digno de los más grandes políti-cos, y la destitución de Eguía y González Mo-reno una obra maestra de previsión; pero aña-dió que muchas y muy peregrinas dotes deingenio y energía había de desplegar la Reinapara someter a la plaga de humanos monstruosque con el nombre de voluntarios realistas aso-laba el Reino. A todo esto atendía poco el en-fermo, porque tenía su pensamiento harto dis-tante de los disturbios de España. No será ocio-so decir que en aquel momento sintió D. Benig-no renacer en su pecho la antipatía que en otrasocasiones le inspirara su amigote; pero como en

Page 15: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tan noble alma no cabía la ingratitud, pensó enlas atenciones y cuidados que al mismo debíadurante la enfermedad, y con esto se le fue pa-sando el rencorcillo. En las conversaciones delos días siguientes tuvo el buen acuerdo de nonombrar a la familia ni los Cigarrales, ni men-tar cosa alguna que pudiese relacionarse con elimportuno asunto de sus futuras bodas.

Un día, no obstante, en ocasión que comía ensu lecho despaciosamente y gustando bien losmanjares, como era en él costumbre, quedoseun buen rato a medio mascar, sin quitar los ojosde Salvador; y volviendo luego a atender alplato, habló así:

-Mis distracciones son tan chuscas como missueños. Hace un momento hallábame tan abs-traído, tan engolfado con el pensamiento enideas y cosas de mi familia que sin saberlo,aparté en el plato y corté con mi cuchillo lospedacitos con que suelo engolosinar a JuanilloJacobo cuando come junto a mí. Me parecía que

Page 16: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

el pequeñuelo estaba a mi lado y que los demásdistaban poco. Esto es tan frecuente en mí, Sr.D. Salvador, en el insoportable tedio de estasoldadura, que a veces, cuando siento pasos,me parece que son ellos que van a entrar, ycuando suena voz de mujer, si es bronca y re-gañona, me parece la de mi hermana, si es dul-ce y apacible como la de la misma discreción,me parece la de Sola. Cuando despierto por lasmañanitas, mi alucinación es tal que con lapropia evidencia se confunde, y siento que en-tran y salen, oigo a Cruz regañando con loschicos y haciendo mimos a los pájaros; oigo aSola arreglando a los pequeñuelos para quevayan a la escuela, y me digo para mi sayo:«Tempranito se ha levantado mi gente. Ya, Solaha puesto mi cuarto como el oro, y me ha pre-parado ese chocolate que, por lo exquisito, debede caer en espesos chorros del mismo cielo».

Dando luego un gran suspiro se sonrió y di-jo:

Page 17: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Usted, solterón empedernido, no compren-de estas deliciosas chocheces del alma. Diviér-tase usted con la política, con el conspirar, conla suerte de las monarquías, y derrítase los se-sos pensando en si debe haber más o menoscantidad de Rey y tal o cual dosis de Constitu-ción. Buen provecho, amiguito; yo me atengo alo del poeta: denme mantequillas y pan tierno; síseñor, mantequillas, es decir amores puros ytranquilos: pan tierno, es decir, la sosegadacompañía de una esposa honesta y casera, elbesuqueo de los nenes, el trabajo y cien milalegrías que cruzándose con algunas penillasvan tejiendo nuestra vida.

-Bueno es el cuadro, bueno -dijo el otro,ocultando medianamente su disgusto-. Cuandosea realidad avise usted... Me consolaré de mitristeza viendo la alegría de los que con susbuenas acciones han merecido vivir en paz.Solamente los perversos padecen contemplan-do el bien ageno. Yo, que no soy malo, pido un

Page 18: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

puesto, siquiera sea el último, en ese festín deregocijos y felicidades... Pero me ocurre pre-guntar: «¿Cerrará usted la puerta a los amigosdespués de su casamiento?».

D. Benigno no contestó nada, porque laafirmativa le pareció ridícula y la negaciónaventurada, bastante contraria, si se ha de decirverdad, a sus propósitos. El otro dio las buenasnoches y se fue a su cuarto para acostarse.Aquella noche, que Cordero contó entre las másinfaustas de su vida, no pudo este dignísimosujeto conciliar el sueño, porque le asaltó, acausa de las últimas palabras de su amigo, unpensamiento tan mortificante que le cambiaríade buen grado por la quebradura de todos loshuesos de su cuerpo; de tal modo padecía suespíritu. Incorporado en la cama, pasó largashoras en horrorosa cavilación. Allí fue el ame-nazador levantamiento de su conciencia, allí lareyerta encarnizada entre ciertas ilusiones su-yas y ciertos temores que aparecieron de im-

Page 19: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

proviso como enemigos emboscados acechandola ocasión. El digno encajero no podía apartarde si el licor amarguísimo que un demonio in-visible le ponía en los labios; ya suspiraba, ya segolpeaba la cabeza venerable, ya por fin eleva-ba los brazos y los ojos al cielo pidiendo a Diosque le librara de aquel fiero tormento. «Ni unmomento más puedo vivir en esta incertidum-bre, gritó. -Sr. D. Salvador, venga usted al mo-mento; necesito hablarle».

Golpeó fuertemente el tabique inmediato asu cama. En la habitación próxima dormía Sal-vador; y durante los días críticos de la enfer-medad de D. Benigno, siempre que este necesi-taba de la asistencia de su nuevo amigo le lla-maba con un par de golpes suavemente dadosen la pared.

Era la media noche. Salvador, al oír aquelextraordinario ruido en el tabique, creyó, por laviolencia del llamamiento, que a D. Benigno sele había roto la otra pierna cuando menos, o

Page 20: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

que había sido atacado de algún descomunalaccidente. Levantose aprisa, y corriendo al ladodel enfermo, hallole sentado en el lecho, pálido,con las gafas caladas, los ojos chispeantes y lasmanos en movimiento como quien acompañade expresivos gestos las palabras que a sí mis-mo se dice:

-¿Qué hay? -preguntó -¿se ha deshecho elentablillado? ¿Qué es eso?... ¿calentura, dolo-res?

-No, hombre de Dios o de cien Satanases; noes nada de eso -replicó el de Boteros señalándo-le la silla-. Esto es muy serio, repito a usted quees muy serio. Ya en ello la tranquilidad, la vidatoda, el honor de un hombre de bien que jamásha hecho mal a nadie, porque sepa usted, Sr. D.Salvador o D. Condenador, que yo no he hechodaño a ningún ser nacido, y cuando Dios metome cuentas, no se presentará ni un mosquito,ni un miserable mosquito, a decir: «ese hombrefue mi enemigo».

Page 21: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Está bien.

-Esto es muy serio, y así yo quiero una expli-cación categórica, leal, terminante, para tran-quilidad de mi espíritu.

-¿Y esa explicación debo darla yo?

-Usted, sí, que desde hace algún tiempo seme ha puesto delante echando sobre mí comouna ligera sombra, sí, y ahora me ha dicho co-sas que aumentan esa sombra y la hacen másnegra. Hablemos con claridad. Yo tengo ciertosproyectos que usted conoce. Yo pienso casar-me, yo debo casarme, yo he creído que Dios hadispuesto que yo me case. La que escogí paraser mi compañera es de tal condición... en fin,excuso de hacer su elogio, porque usted la co-noce... a eso voy, Sr. D. Salvador. Ella estuvo enun tiempo bajo el amparo y protección de us-ted; usted le escribía desde Francia. ¡Ay! Cuan-do estuvo mala, le nombró a usted en sus deli-rios. Después usted la vio en los Cigarrales,

Page 22: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

según me escribió ella misma; más tarde, ahora,se me muestra tan admirador de ella y tan afli-gido de mi felicidad, que no puedo menos devolverme caviloso y preguntarme si usted hatenido o tiene proyectos iguales a los míos, y siesos proyectos se refieren a la misma persona,que es, digámoslo claro, la mitad o la principalparte de mi vida.

-Esos proyectos los tuve -replicó Salvadorcon firmeza-. No fui a los Cigarrales con otroobjeto.

Detuvo D. Benigno su voz y sus manos, co-mo alelado, y preguntó:

-¿Y ella?

-No quiso oírme. Mi situación al salir de losCigarrales era bastante desairada.

-¿Y después?

Page 23: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-He pensado que por negligente y confiadoperdí la partida.

-¿Y qué hay en usted ahora?

-Resignación.

-De modo que si yo no existiera...

- No deben fundarse cálculos sobre la muer-te. En el mundo no es fácil asegurar quien ayu-da o quien estorba. Es posible que sea yo el queestá demás.

-¡Oh! Dios mío... Pero usted no puede apre-ciar, como yo, sus infinitas cualidades, que laigualan a los ángeles -dijo D. Benigno con ciertodesdén.

-Quizás las aprecie mejor; quizás yo esté ensituación de ver en ella méritos de abnegaciónque usted no puede ver.

Page 24: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

D. Benigno meditó breve rato. Había caídoen un mar de cavilaciones que sin duda notenía fondo.

-¡Ah! -exclamó dando un gran suspiro con elcual pudo salir de aquellas honduras tenebro-sas -, usted me confunde más, pero mucho más.

Diciendo esto clavó los ojos en Salvadorexaminándole prolija y atentamente de pies acabeza. Después dio otro gran suspiro y bajan-do los ojos murmuró para sí:

-También él se va poniendo viejo.

-¿No se necesitan más explicaciones? -preguntó Monsalud.

-No -replicó Cordero brusca y desabrida-mente.

-Pues yo voy a dar una que creo necesaria.No soy perverso; reconozco en usted a uno delos hombres mejores que existen en el mundo.

Page 25: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Seré un miserable si sale de mí, por irresistibleefecto de las pasiones, la más ligera oposición ala felicidad de usted... Es evidente, evidentísi-mo que yo soy el que está demás. Declaro quemi deber es no volver a pisar la casa del queposee lo que yo quise para mí.

-¡Barástolis!... Usted la ofende, señor mío.

-No la ofendo. Mi resolución no indica des-confianza de ninguno de los dos, sino respeto aentrambos, y además el deseo de ponerme asalvo de la envidia, porque yo tengo más dehombre que de santo, y la contemplación delbien perdido no me hará bailar de gozo.

Dijo esto en tono entro serio y festivo, y seretiró. Después de esta breve conferencia no sedisiparon las confesiones ni se calmaron lasansias del insigne Cordero, antes bien, se dio acavilar más en el silencio de la noche, buscandoentre sus recuerdos alguna sentencia del gine-brino que iluminase un poco sus tenebrosos

Page 26: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

pensamientos; pero Juan Jacobo no decía nada,y hasta de su querido filósofo y consejero se viodesamparado en tan tristes horas el hombremás bondadoso que por aquellos tiemposexistía en el mundo.

-II-Muy avanzado estaba el invierno cuando

Cordero y su amigo, despidiéndose con no po-ca alegría del Real Sitio, emprendieron su pe-noso viaje a la Corte por entre nieves y hielos.Separáronse del modo más cordial en la posadadel Dragón, y D. Benigno, desmejorado y cojo,se fue a su casa con toda la rapidez que lo per-mitía su detestable andadura, mientras Salva-dor buscaba donde alojarse. Pocos días despuéshallábase instalado en habitación propia quealquiló en la calle del Duque de Alba, no lejosde D. Felicísimo Carnicero, de felicísima recor-dación. En Madrid no encontró novedad algu-

Page 27: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

na, pues no merece tal nombre el furor con quetodo el mundo fraguaba levantamiento s y se-diciones. Conspiraban las infantas brasileñascon sin igual descaro; conspiraban los volunta-rios realistas, ayudados por la turbamulta defrailes y clérigos mal avenidos con la idea deperder su omnipotencia; conspiraban las mon-jas y los sacristanes, muchos militares que sehabían hecho familiares de los obispos, y paraque no faltase su lado cómico a esta comparsanacional, también se agitaban en pro de D. Car-los muchos señores que habían sido rabiososdemocratistas y jacobinos en los tres llamadosaños de la titulada segunda época constitucio-nal. Antes habían gritado por el sistema y ahorasuspiraban por los derechos de la soberanía en suinmemorial plenitud.

Oyó también Salvador los despropósitos delvulgo, a quien se había hecho creer que el Reyno vivía y que aquel buen señor que salía encoche a paseo era el cadáver embalsamado de

Page 28: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Fernando VII. Por un sencillo mecanismo, lanapolitana, que a su lado iba, le hacía mover lasmanos y la cabeza para saludar. ¡Y con un Reyrelleno de paja se estaba engañando a estaheroica Nación!

Vio un cambio de ministros fundado en quelos del 16 de Octubre parecieron un poco daña-dos de liberalismo, pues la Corte deseaba ungobierno absolutamente agridulce que conten-tase a todos y conciliara el día con la noche,cosa en verdad más difícil que asar la manteca.También pudo ver la anulación del célebre co-dicilo, acto solemne de que se burlaron los car-listas, y oyó contar la fuga de Calomarde vesti-do de fraile, y los desmanes del obispo de León,el cual, ensoberbecido como un cacique indio yno pudiendo sublevar el reino, puso en armassu diócesis, dando la comandancia de volunta-rios realistas a la Purísima Concepción.

Otras muchas cosas supo y vio que no sonpara referidas a la ligera. Sus relaciones con

Page 29: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

gente de varias clases le informaban de todo.Pipaón, D. Felicísimo Carnicero y el marquésde Falfán no hacían misterio de los planesapostólicos, y Genara, furibunda sectaria delsistema del justo medio o de la conciliación, erael órgano más feliz que imaginarse puede delos pensamientos de aquel astuto Sr. Zea quegobernaba o aparentaba gobernar la nave(¡siempre la nave!), más cercana a los escollosque al deseado puerto.

Genara se había establecido en su antiguacasa, notoria tres años antes por la tertulia aque concurrían literatos tiernos y políticos ma-duros; pero ya en el invierno de 1833 no seabrían las puertas de aquella feliz morada parael primer poeta que viniese de su provinciacargado de tragedias, ni para los tenores italia-nos, ni para los abogados oradores que empe-zaban a nacer en las aulas con una lozanía hastacierto punto calamitosa. El círculo era muchomás estrecho y las amistades más escogidas,

Page 30: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

con lo que ganaba en consideración la casa. Yaquí viene bien decir que la interesante señorahabía perdido por completo su afición a la po-esía lírica (que no hay cosa durable en el mun-do), y tanto caso hacía ya del prisionero deCuéllar como de las nubes de antaño. Él era enverdad de un carácter poco a propósito para laconstancia en los afectos. No se sabe si en latemporada a que nos vamos refiriendo habíadado a conocer Genara preferencia o simpatíapor alguna otra de las artes liberales, o por laartillería y la náutica, como se dijo. Careciendode noticias ciertas, nos abstenemos de afirmarcosa alguna; que en casos dudosos vale másatenerse a la opinión buena, como mandan lamoral de la historia y la caridad cristiana.

D. Luis Fernández de Córdova, militar bri-llantísimo, pasaba, cuando vino de Berlín paraencargarse de la embajada de Portugal, largashoras en casa de Genara. También iban, aunqueno con mucha frecuencia, D. Francisco Javier de

Page 31: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Burgos y Martínez de la Rosa. Era de los asi-duos un joven oficial granadino llamado Narv-áez, muy vivo de genio, ceceoso, pendenciero yexpeditivo. Pero la persona más digna de men-ción entre los que visitaban a la hermosa señoraera un jesuita del colegio Imperial, llamado elpadre Gracián, hombre de mucha piedad y ora-ción. Decían algunos que de la amistad delbuen religioso con Genara iba a salir la conver-sión de esta, o sea su entrada en las buenas víascatólicas. Otros declaraban haber notado en ellaresabios de mojigatería; pero sea lo que quiera,lo cierto es que las intenciones del padre Gra-cián eran altamente provechosas, porque(digámoslo de una vez) se había propuesto re-conciliar a la señora con su marido.

Que Pipaón visitaba casi diariamente a suantigua amiga y paisana no hay para qué decir-lo. Por añadidura, el excelentísimo D. Juan Bra-gas había simpatizado mucho con el jesuitaGracián. Ambos platicaban con seriedad pas-

Page 32: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mosa de los negocios de Estado y de la Iglesia,deplorando mucho la tibieza de creencias quetanto dañaba a la sociedad española en aquellostiempos y concluían deseando que viniesenotros mejores en que marchasen las nacionespor el camino de la piedad, dulcemente pasto-readas por los ministros del altar. Como Gra-cián se interesaba tanto por sus amigos y queríallevar todos los beneficios posibles al seno delas familias cristianas, tomó muy a pecho larealización del casamiento de Bragas con Mi-caelita, proyecto de que ya hay noticias en ellibro anterior.

Acompañando a Pipaón iba Salvador algu-nas veces a casa de Genara; solían comer juntoslos tres, y cuando se encontraban Monsalud yGracián también hablaban largamente del Es-tado y de la Iglesia. Un día, después de hablarcon él, el jesuita pidió informes a la señora de lacasa sobre aquel desconocido amigo, quizáspara ver si le podía reconciliar con alguien,

Page 33: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

porque el afán del buen discípulo de San Igna-cio era la reconciliación. Genara respondió:

-Si quiere usted ganar la palma del buen pa-cificador, hágale usted amigo de mi marido.

-¿No se quieren bien?-preguntó Gracián conastucia.

-Nada bien... Es enemistad que data desde laguerra con los franceses. Ambos son tercos,soberbios, y quizás en su juventud acontecieraalguna cosa de esas que siempre son motivo derivalidad entre los hombres...

-Alguna mujer...

-Puede ser, puede ser que eso haya sido -dijoella con serenidad que tiraba a indiferencia.

Algo más dijeron sobre esto; pero no nosimporta todavía, y siendo más urgente seguirlos pasos de la persona a quien aludían la damay el sacerdote, vamos tras él sin pérdida de

Page 34: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tiempo. Algunos días le vimos entrar en la casade D. Felicísimo Carnicero, con quien aún teníaalgunas cuentas pendientes. El agente le recibíacomo se recibe a todo aquel con quien se hahecho un negocio muy lucrativo, y haciéndolesentar a su lado dábale palmaditas en el hom-bro y hasta se aventuraba a contarle cualquiersabrosa cosilla de la conspiración carlista.

Una mañana, al entrar en casa de Carnicero,encontró en la escalera a un coronel de ejércitoamigo suyo. Era D. Tomás Zumalacárregui. Ibaacompañado del conde de Negri, y esto le hizocomprender que el valiente vizcaíno, resistentehasta entonces a los halagos de la gente mojiga-ta, se había dejado seducir al fin. Se saludaron ysiguió adelante. Abriole la puerta Tablas. Alentrar pisó al gato, que escapó mayando, y lue-go, a causa de la oscuridad de los destartaladospasillos, tropezó con Doña María del Sagrario,que al choque dejó caer de las manos unenormísimo plato de puches. Puso el grito en el

Page 35: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

cielo la señora, y al ruido alarmose tanto D.Felicísimo, que se aventuró a salir de su nichopreguntando si había entrado en la casa untropel de cristinos. Salvador se deshacía en ex-cusas, y al acercarse a la pared, manchósele lanegra ropa de tal modo que parecía un moline-ro. Al sacudirse, no sin comentar con algunasfrases aquel rudimentario blanqueo de las pa-redes, hubo de tropezar con una de las vigasque sostenían la casa y pareció que toda lafrágil fábrica se estremecía y que del techo ca-ían pedazos de yeso, como si por entre las ma-deras superiores corriesen a paso de carga beli-cosos ejércitos de ratones. Por fin llegó a dar lamano a Carnicero y entraron juntos en el des-pacho.

-Parece que entra un temporal en mi casa -dijo el anciano colocándose en su nicho-. ¿Y quétal? ¿Ha encontrado usted en la escalera a Zu-malacárregui y al señor conde? Buen militar ybuen diplomático, jí, jí...

Page 36: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Zumalacárregui es una buena adquisición -respondió Salvador-. Tiene valor y talento.

-Pues hay otras adquisiciones mucho mejo-res todavía -dijo Carnicero frotándose las ma-nos-. ¿Con que ese desdichado Gobierno del Sr.Zea ha emprendido el desarme de los volunta-rios realistas?... Sí, el fantasmón de Castroterre-ño en León y el mentecato de Llauder en Cata-luña ponen despachos al Gobierno diciendoque han quitado las armas a los voluntariosrealistas. ¿Usted lo cree? ¿Usted cree que sepueden quitar los rayos al sol? Jí, jí. ¡Y creerá elbobillo que ha puesto una pica en Flandes!... Yollamo el bobillo a ese señor Zea, que es una es-pecie de ministro embalsamado, como el Reyha venido a ser un Rey de papelón.

-El Gobierno se cree fuerte, Sr. Carnicero, yparece decidido a echar una losa sobre el parti-do de D. Carlos. Mucho cuidado, amigo, queahora parece que tiran a dar.

Page 37: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡Oh! por mí no temo nada -manifestó D. Fe-licísimo con énfasis, echándose atrás-. Pero va-mos a lo que urge. Ya sé a lo que viene ustedhoy.

-A lo mismo que vine ayer.

-Y anteayer y el martes y el sábado pasado.Hoy no ha venido usted en balde. Al fin, al fin...

-¿Llegó?

-Sí, sí, el Sr. D. Carlos Navarro, nuestro va-liente amigo, llegó anteanoche de su excursiónpor el reino de Navarra y por Álava y Vizcaya.Es un guapo sujeto. Dice que en todo aquelreligioso país hasta las piedras tienen corazónpara palpitar por D. Carlos, hasta las calabazasecharán manos para coger fusiles. Las campa-nas allí, cuando tocan a misa dicen «no másmasones» y el día en que haya guerra los hom-bres de aquella tierra serán capaces de conquis-tar a la Europa mientras las mujeres conquistan

Page 38: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

al resto de España... Bueno, muy bueno... ¿Conque usted desea ver a ese señor? Le prevengo austed que está oculto.

-No importa: sólo pienso hablarle de asuntosde familia. En el último verano estuvo en laGranja pero no le pude ver, porque siempre senegó a recibirme. Ahora me será más fácil, por-que le escribirá usted dos palabras.

-Lo haré con mucho gusto; pero prevengo austed también que el Sr. D. Carlos está enfermodel hígado. Ya se ve ¡ha trabajado tanto! Es unincansable campeón de las buenas doctrinas.Anoche se quejaba de atroces dolores, y, cosarara en hombre tan religioso, jí, jí, más invocabaa los demonios que a la Santísima Virgen. Siquiere usted tener segura la entrevista que des-ea, se lo diremos al padre Gracián, jesuita, exce-lente sujeto que viene aquí algunas tardes, ydespués solemos ir a tomar chocolate a casa deMaroto, adonde va también el Padre Carasa...Pues bien, Gracián es amigo del Sr. D. Carlos, y

Page 39: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ya hace tiempo que se ha propuesto reconciliar-le con su señora esposa... ¡Oh! es un neblí paralas reconciliaciones ese buen padre Gracián.

-Le conozco. Es un digno sacerdote que tienelas mejores intenciones del mundo, y si no con-sigue hacer feliz a la humanidad toda es porqueDios no quiere... En conclusión, entiéndanseusted y el Padre Gracián para que yo pueda veral Sr. Navarro y hablarle de un asunto que noes político y sólo a él y a mí nos interesa. ¿Élvive...?

-No sé si debo decírselo a usted en este mo-mento, antes de que el mismo Sr. D. Carlos,bellísima persona, jí, jí... antes de que el mismoSr. D. Carlos Navarro de licencia para que us-ted le vea. Ya lo arreglaré yo. Vuélvase mañanapor esta su casa.

Page 40: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Luego que Salvador se fue, D. Felicísimo es-cribió una carta en cuyo sobre, después de tra-zar tres cruces, puso: A la Señora Doña María dela Paz Porreño, calle de Belén.

-III-Las pobres señoras casi vivían en la misma

estrechez que en 1822, porque las mudanzaspolíticas y sociales se detenían respetuosas enla puerta de aquella casa, que era sin duda unode los mejores museos de fósiles que por enton-ces existían en España. Los períodos de tiempoen que imperaba el absolutismo eran para elmedro de la casa y abundancia de las despen-sas Porreñanas lo mismo que aquellos en queprevalecía la vil canalla de los clubs. De modoque en punto a comodidades y vituallas el ago-nizante marquesado habría terminado con undesastre igual al que han sufrido formidablesimperios si no viniera en su auxilio una indus-

Page 41: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tria que, si bien es algo prosaica, tiene algo denoble por estar emparentada con la hospitali-dad. Las dos ilustres cuanto desgraciadas seño-ras aposentaban en su casa un caballero tanrespetable como rico durante las temporadas, aveces muy largas, que dicho sujeto pasaba enMadrid. El trato era excelente, la remuneraciónbuena, y la armonía entre el huésped y las da-mas tan perfecta que los tres parecían herma-nos. La familiaridad realzada por el respeto yuna llaneza decorosa reinaban en la silenciosamansión que parecía habitada por sombras.

Bueno es decir, para que lo sepan los histo-riadores, que con las módicas ventajas pecunia-rias adquiridas por aquel medio honestísimohabían renovado las señoras parte del muebla-je, aunque todas las piezas de antaño se conser-vaban, sostenidas por los remiendos y pulidaspor el tiempo y el aseo. ¡Cosa admirable! el relóhabía vuelto a andar; mas por malicia del relo-jero o por un misterio mecánico imposible de

Page 42: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

penetrar, andaba para atrás, y así después delas doce daba las once, luego las diez y así suce-sivamente. El cuadro de santos de la OrdenDominica había sido restaurado por la mismaDoña Paz, asistida de un hábil vejete carpinte-ro, sacristán y encuadernador, y emplasto poraquí, pegote por allá, con media docena de bro-chazos negros en las sombras y una buena ma-no de barniz de coches por toda la superficie,había quedado como el día en que vino almundo. Por el mismo estilo se habían salvadode completa ruina las urnas de santos y las cor-nucopias, que por no tener ya en sus cristalessino irregulares manchas de azogue parecíanuna colección de mapas geográficos. Lo nuevo,que era muy humilde, consistía en sillas de pa-ja, cortinas de percal, ruedos de estera de colo-res; pero alegraba la casa y su vetusto matalota-je. Por tal manera aquella imagen cadavérica delos pasados siglos se reía en su tumba.

Page 43: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

En la época en que nuevamente la encon-tramos, Doña María de la Paz se acercaba ve-lozmente a una vejez apoplética, marchando aella con los pies gotosos, la cabeza temblona,los hombros y el cuello crasos. Sus cabellos, noobstante, se conservaban negros lo mismo queel lunar, y era que ella perseguía las canas comosi fueran liberales, y no daba cuartel a ninguna,siendo tan implacable con ellas, que cuandovinieron en tropel y no pudo arrancarlas portemor a quedarse en el puro casco, las disfrazóvistiéndolas de luto para que nadie las conocie-ra. Así cuando esta operación no estaba hechacon habilidad (porque con las fuerzas habíamermado la vista) aparecían las sienes y la fren-te empañadas con ciertas nubes negras por en-cima de las cuales brillaba la nieve remedandoun admirable paisaje de invierno.

Doña María Salomé estaba tan momificadaque parecía haber sido remitida en aquellosdías del Egipto y que la acababan de desemba-

Page 44: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

lar para exponerla a la curiosidad de los aman-tes de la etnografía. Fija en una silleta baja, quehabía llegado a ser parte de su persona, se ocu-paba en arreglar perifollos para decorarse, y asu lado se veían, en diversas cestillas de mim-bre, plumas apolilladas, cintas de matices mus-tios, trapos de seda arrugados y descoloridoscomo las hojas de otoño, todo impregnado deun cierto olor de tumba mezclado de perfumede alcanfor. Decían malas lenguas que al hacer-se la ropa juntaba los pedazos y se los cosía enla misma piel; también decían que comía alcan-for para conservarse, y que estaba, forrada encabritilla. Boberías maliciosas son estas de quelos historiadores serios no debemos hacer caso.

Una mañana... Olvidaba decir que en la casahabía una gran pieza interior que daba a unpatio o corralón muy espacioso, de donde re-cibía el sol casi todo el día. En dicha pieza tend-ía Doña Paz la ropa lavada en casa. De muro amuro todo era cuerdas, y cuando estaban llenas

Page 45: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

de ropa, aquello parecía un bosque de traposhúmedos. Pues bien, una mañana se paseabaDoña María de la Paz por aquellas alamedasdel aseo, cuando entró Doña María Salomé, ydándole una carta que acababan de traer a lacasa, le dijo:

-Otra carta para el Sr. D. Carlos. Viene consobre a ti; pero es para él. Mira las tres cruces.La letra parece del Sr. D. Felicísimo.

-Se la daremos cuando despierte -replicóDoña Paz-. El pobre señor ha pasado muy malanoche.

-Por cierto -manifestó Doña Salomé consemblante muy serio, en el cual se revelaba unaaprensión escrupulosa- por cierto que no sé siserá conveniente recibir cartas de esta manera.Esto puede dar lugar a interpretaciones contra-rias a nuestro honor y buen nombre. Los veci-nos se enteran de todo... ven que recibimos car-

Page 46: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tas... ven que entran aquí de noche muchoshombres... No sé, no sé...

-Calla, mujer -dijo Doña Paz asomando lacabeza por entre el ramaje blanco-. ¿Qué pue-den sospechar de nosotras?

-Puede caer alguna tacha, mujer, sobre nues-tra reputación -afirmó Salomé de muy mal ta-lante-. Bien sabes tú que no basta ser honrada,sino parecerlo, y dos señoras solas, como noso-tras, han de tener mucho cuidado, para no an-dar en lenguas de maliciosos.

-¡Siempre tonta! -murmuró Doña María de laPaz desapareciendo en lo más espeso del bos-que de ropa.

-Yo estoy decidida a hablar claramente al Sr.D. Carlos -añadió la otra-. Nadie le aprecia másque yo; pero este entrar y salir de hombres atodas horas del día y de la noche no está enconformidad con lo que ha sido siempre nues-

Page 47: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tra casa. ¿Qué quieres? no me puedo acostum-brar: yo soy así. Lo digo y lo repito, hablaré alSr. D. Carlos.

-No faltaba más sino marear al Sr. D. Carloscon semejante impertinencia -dijo Doña Pazreapareciendo en una alameda de lienzo.

-Lo digo y lo repito... Además, los compañe-ros, ayudantes o lo que sean del Sr. D. Carlos,no nos guardan las consideraciones que mere-cemos. ¿Qué más?... Ayer no me había acabadode peinar cuando ese bárbaro de Zugarramurdientró en mi cuarto sin pedir permiso... ¡Y paraqué! para decirme si había yo visto una de susespuelas que no podía encontrar.

-Bobadas... Habla más bajo... Me parece quese ha despertado el Sr. Navarro.

Apareció en la puerta una enorme barba a lacual estaba pegado un hombre. De entre aquel

Page 48: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

enorme vellón castaño salió una voz seca y de-sabrida que dijo: -El chocolate.

-En seguida, Sr. Zagarramurdi. Tome ustedesta carta que han traído para el Sr. D. Carlos.¿Qué tal está hoy?

-Mal -respondió el de la barba dando mediavuelta y desapareciendo por donde había veni-do.

-¡Qué modos! -murmuró Salomé dirigiéndo-se a su cuarto-. Ya no hay caballeros.

Navarro moraba en la misma habitaciónocupada algunos años antes por una mujer quemurió en olor de santidad. Poco o ningún cam-bio había tenido la pieza, que más que gabineteparecía capilla, o mejor un abreviado trasuntode la corte celestial, pues todo en ella era santi-cos pintados y de bulto, reliquias, estampas desantuarios y monasterios, corazones bordados,palmitos, y un altar completo con sus candele-

Page 49: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ros de estaño, sus arañas colgadas del techo,sus misales y sus tres curitas de cartón con ca-sullas de papel, en actitud de celebrar misa can-tada. Completaban la decoración una enormeespada pendiente del mismo clavo que sostenlaun niño Jesús bordado en cañamazo, dos esco-petas arrimadas a un rincón, dos guantes y dosmascarillas de esgrima junto a dos pares defloretes, tres maletas muy usadas y un hombre.

Este hombre hallábase sentado o más biensumergido en un sillón, con las piernas ocultasbajo gruesa manta que le llegaba a la cintura, lacabeza inclinada sobre el pecho y tan inmóvilque parecía dormido o muerto. Un brasero decisco bien pasado mostraba su montoncillo deceniza esmaltado de fuego cerca del envoltorioque debía contener los pies del individuo, elcual si alguna vez daba señales de existenciaera dándolas de frío. Su cara era morena tiran-do a verde a causa de la palidez, así como elblanco de los ojos no era blanco sino amarillo.

Page 50: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

El cabello negro y áspero tenía bastantes canas,y generalmente se veía la potente cabeza apo-yada en una mano negra, tostada, cuyas venasretorcidas y tendones y músculos recordaban lamano que D. Quijote enseñó a Maritornescuando lo colgaron del tragaluz de la venta.

En un velador cercano tenía el guerrilleromedicinas que tomaba cartas que leía, tabaco,un libro, un rosario y una pistola. Beber y fu-mar: alternando con lecturas, era su ocupaciónen las aburridas horas del día precursoras delos insomnios de las noches. No gustaba de quelos amigos le dieran conversación. Su mejoramigo era el más discreto de todos, el silencio.

Pero Zugarramurdi y Oricaín tenían un re-curso para distraerle, aunque por poco tiempo.Tiraban al florete, y entonces los ojos del guerri-llero se animaban; seguía con atención los mo-vimientos de los fingidos duelistas y aun arro-jaba alguna palabra picante o algún comentariode maestro entre los rechinantes aceros. Pero de

Page 51: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

repente decía «basta» y los dos atletas soltabanel florete y se quitaban la máscara, sacando aluz el rostro sudoroso. En aquel momento Za-garramurdi parecía el hombre prehistórico em-butido en sus feroces barbas, y Oricaín, el for-midable oso navarro, perdía mucho en belleza,porque la máscara de alambre disimulaba sufealdad.

Aquel día (nos referimos al día de la carta deD. Felicísimo) D. Carlos se cansó más prontoque nunca.

-Basta de estocadas -dijo-. Zugarramurdi,pásate por casa de don Tomás Zumalacárreguiy dile que le espero mañana. Oricaín, alcánza-me mi rosario y voto. Cuando llegue el padreGracián, entras y si duermo, me despiertas...Hoy no como.

Pasada la hora de la siesta vino el padreGracián. Era un mocetón de alta estatura, detreinta y ocho o cuarenta años de edad, more-

Page 52: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

no, los labios gruesos, la nariz aberenjenada,áspero el pellejo y curtido, como formado ex-presamente por Dios para resistir a los abrasa-dores climas del trópico y a los hielos polares.

Su barba era tan negra y espesa que aunafeitada del mismo día dejaba una mancha os-cura en toda la parte inferior del rostro. Debíatener fuerzas hercúleas aquel arrogante grana-dero de la Iglesia, y si bajo el punto de vistacorporal estaba admirablemente constituidopara las misiones, no lo estaba menos en el or-den espiritual, por ser hombre de muchas sabi-durías, eruditísimo en las letras sagradas y bas-tante fuerte en las profanas, elocuente en elpúlpito y persuasivo en la conversación, águilaen la cátedra y lince en el confesionario. Tam-bién sabía de medicina y había hecho curas quepasaron por milagrosas. Era tan grandón quesu manteo parecía tener una pieza de tela, ycuando se embozaba no concluía nunca deechar paño al viento. Su sombrero de teja no

Page 53: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

medía menos de una vara, y como lo llevabasiempre un poco echado atrás y su cuerpo seencorvaba hacia adelante, parecía que iba car-gando una pesada viga. Sus desmesuradospies, sepultados en zapatos de paño, pisabancon la pesadez y adherencia de la robusta plan-ta calzada de alpargata, que golpea como unamaza las baldosas de muelles y almacenes.

Después de saludar con escogida afabilidadal guerrillero enfermo, tomó asiento junto a él,y metiendo la mano por ciertas aberturas de lasotana tras de las cuales había bolsillos tanhondos como el mar, empezó a sacar varioscucuruchos de papel semejantes en tamaño yforma a los que hacen en las tiendas para con-tener dos cuartos de azúcar, de café o de anises.Conforme los sacaba los iba poniendo sobre elvelador y miraba el rotulillo que de su puño yletra estaba escrito en cada uno.

Page 54: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Qué es eso? -preguntó Navarro picado decuriosidad, sospechando que su amigo habíapuesto tienda de comestibles o droguería.

-Esto es tierra de la ruta de San Ignacio enManresa, reliquia que solicitan mucho las per-sonas devotas. He recibido hoy una pequeñaremesa, y la distribuyo entre las amigas que hatiempo me la han pedido... Si habré olvidado elcucurucho de Doña María de la Paz... ¡Ah! no,aquí está. Me hará usted el favor de entregárse-lo. Estos otros son para la Excelentísima SeñoraCondesa de Rumblar, para las monjas deGóngora, para el Sr. D. Pedro Rey, que ha teni-do a la muerte a su preciosa niña Perfectita, ypara otras diversas familias...

En seguida guardó los cucuruchos en susbolsillos insondables como la mar, y dandodespués violenta palmada en la rodilla del gue-rrillero, le dijo:

Page 55: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Veo que está usted mejor... Esa cara ya esotra... Pronto estará usted bien.

El guerrillero dio un suspiro y se sonrió.Ambas demostraciones indicaban incredulidaddel pronóstico y gratitud por el consuelo.

-Pronto, muy pronto, cuando llegue el mo-mento de dirimir en los campos de batalla lacuestión entablada entre el Altísimo y los ma-sones, podrá contar el Altísimo con su más va-liente Macabeo.

-Eso es lo que pido a Dios con todo el fervorde mi alma -dijo Navarro echando amargurapor la boca y por los ojos- y lo que Dios no meconcederá.

-Yo tengo para mí -manifestó el clérigo conmucha fe-, que Dios no se amputará un brazotan poderoso... La enfermedad de usted no valenada, repito que no vale nada. No hay lesión,repito que no hay lesión. Es un abatimiento

Page 56: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

producido por una acumulación biliosa, cuyoorigen hemos de buscar en la trabajosa vida deusted y en los disgustos domésticos que hanacibarado su alma. El alma, el alma, señor mío,es la que está enferma, y al alma se ha de apli-car la medicina. ¿Cuál es esta? Pues es un con-fortamiento dulce que se consigue mezclandola confianza con la paz y la indulgencia con lapiedad.

Navarro manifestó en su semblante, sin de-cir palabra alguna, el disgusto que le causabaun tema planteado ya muchísimas veces, aun-que, sin fruto, por el venerable padre Gracián.

-No, no frunza usted el entrecejo -dijo este,mostrándose decidido-. No cejaré sino cuandousted me retire su amistad y me arroje de sucasa.

-Eso no...

Page 57: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Pues si eso no, resígnese usted a sentir elmoscón en su oído. ¿Y qué dirá el moscón? Diráque usted no tendrá salud mientras no tengapaz en su espíritu, y no tendrá paz en su espíri-tu mientras no tenga familia. ¿Y cuándo tendráusted familia? Cuando se reconcilie con su es-posa, previo el arrepentimiento de ella y elperdón de usted. ¡Arrepentimiento, perdón!Sobre estos dos polos se mueve el mundo in-menso de las almas. Todo el saber moral secondensa en estas dos ideas que establecen elparentesco del hombre con Dios...

Navarro quiso hablar.

-No, no admito réplica sobre esto. Lo digoyo y basta -manifestó el jesuita, fuerte en suautoridad-. Cuando yo he planteado a ustedeste problema incitándole a resolverlo, ya secomprende que no puede haber deshonra parausted. La verdadera deshonra es cerrar los oí-dos a las amonestaciones de la Iglesia que dicea los esposos: «amaos, uníos». Los juicios del

Page 58: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mundo son pérfidos y vanos. ¿Debe hacer casode ellos un hombre religioso y prudente? No.¿Cuál es el peor consejero del hombre? El orgu-llo. ¿Y el mejor? La piedad. ¿Qué le dice a ustedsu orgullo? le dice: «no cedas y muere envene-nado por el rencor antes que pronunciar unapalabra indulgente». ¿Qué le dice la piedad? ledice: «perdona para que seas perdonado»... Séque hay razones de aparente fuerza; pero yo heestudiado el asunto con cariño y he visto que loque usted presenta como obstáculo no lo es...Dios quiere sin duda que esta obra se realice,porque desde que la emprendí, estoy viendocon mucha claridad el camino de ella. ¿Y quéveo? Veo en esa señora el hastío de la soledad yun deseo muy vivo de establecer en su vida elorden interrumpido; veo que lejos de guardar austed rencor lo respeta y lo ama. He podidollegar a vencer ciertas resistencias que en sualma había, y con poco que usted me ayude...

Page 59: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Padre, padre -dijo D. Carlos respirandofuerte, porque estaba abrumado bajo el inso-portable peso del sermón-, eso no puede ser.Hay roturas que no pueden soldarse nunca,nunca, ni en el cielo. Suponga usted que yo meretiro a un desierto, hago penitencia, me santi-fico, muero, me salvo y entro en el reino deDios como bienaventurado, más aún, comosanto. Suponga usted también que ella se arre-piente de su mala conducta, que recibe de Diosaflicciones y justas calamidades, que se pudreen vida, que se retira a hacer vida claustral, queluego cae en poder de infieles, que la martiri-zan, que la queman, que la achicharran, quemuere, que se salva, que es santa, que es puracomo un ángel... Bueno, suponga usted que nosencontramos en el cielo...

-Y ábrazados llorarán lágrimas de perdón -exclamó el padre muy conmovido y cruzandolas manos.

Page 60: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡No! -gritó Navarro, y aquella sílaba sonócomo un tiro.

El jesuita se quedó perplejo, mirando a suamigo con espanto. No se atrevía a insistir ensu empeño ante la inalterable dureza de aquellaroca en forma humana, que exteriormente teníatodas las escabrosidades de la peña y por de-ntro todos los amargores del mar; pero tambiénél, el jesuita, tenía a falta de aparentes durezas,la constancia y persistente fuerza de la ola. Nocreyó prudente insistir por el momento, y en-calmándose sin esfuerzo, bajó la cabeza, echóun suspiro y murmuró en tono de paz estassuaves palabras:

-Todo sea por Dios. Hablemos de otra cosa.

-Hablemos de otra cosa -dijo Navarro conalegría-. Hábleme usted de otra cosa, aunquesea de los cucuruchos.

Page 61: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Tenía que decir a usted no sé qué -indicóGracián algo confuso; mas dándose una pal-mada en la frente añadió-: ¡Ah! ya me acuer-do... Tengo aquí la apuntación. Un caballeroamigo mío, mejor dicho, conocido, desea hablarcon usted. Lo conocí en casa de Doña Genara.

-¡En su casa! -exclamó Navarro poniéndosemás verde, y clavando las uñas en los brazosdel sillón.

-Sí; también D. Felicísimo me habló de él es-ta mañana... No me acuerdo de su nombre...pero lo apunté y aquí debe de estar.

Diciendo esto el buen jesuita metía la manoy después el brazo hasta el codo en el infinitobolsillo.

-No se moleste usted -dijo Navarro tomandola carta de D. Felicísimo que abierta sobre elvelador estaba, y mostrándosela a su amigo-.¿Es este su nombre?

Page 62: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-El mismo -replicó Gracián.

Y en el propio instante se abrió la puerta yapareció la cara, mejor dicho, la zalea con ojosdel Sr. Zugarramurdi, el cual no dijo más queuna sola palabra:

-Ese...

Después de mirar un rato muy hoscamenteal suelo, Carlos habló así:

-Que entre... Usted, queridísimo padre, mehará el favor de dejarme solo... Mañana tampo-co puedo asistir a la junta, pero me representael Padre Carasa. Deseo saber inmediatamentelo que se decida. ¿Vendrá usted a decírmelo?

Después de contestar afirmativamente consu afabilidad no estudiada, el dignísimo PadreGracián salió para seguir repartiendo sus cucu-ruchos entre las damas piadosas que sabíanapreciar tan interesante objeto devoto.

Page 63: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-IV-Bien se le conocía a Salvador la emoción que

sentía al verse delante del guerrillero, y este,que no esperaba hallar en el semblante de sumortal enemigo otra cosa que desconfianza yaltanería, se sorprendió al mirarle cohibido yalgo acobardado, mas no sospechó la razón deesta mudanza. Mandole sentar y un buen ratoestuvieron los dos mirándose, sin que ningunose decidiera a hablar el primero. Por fin Carlosrompió el silencio diciendo:

-No podía desairar a D. Felicísimo... por esote he recibido, exponiéndome a las consecuen-cias de este mal rato. Ya sabes que estoy enfer-mo y el médico dice que no debo incomodar-me.

-Eso depende de ti. Yo vengo con banderade paz y decidido a no incomodarme. Hashecho bien en recibirme. Hace tiempo que te

Page 64: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

busco, y ahora que te encuentro te pregunto sicrees que no me has perseguido y vejado bas-tante.

-¿Quieres que sea bastante ya? -dijo Garrotecon sarcasmo-. Pues sea y déjame en paz. Si nome acuerdo de ti, si te desprecio...

-¡Pobre hombre! -exclamó Salvador-. Tu or-gullo dice tan mal con tus alardes de piedadreligiosa... Yo vengo ahora a ponerte a prueba ya ver si tu alma rencorosa es, como parece, in-capaz de todo sentimiento que no sea el de lavenganza...

-¿Vienes a ponerme a prueba?... Con cien milrábanos, hombre, que seas benigno -dijo Nava-rro empezando a enfurecerse-. ¡Y luego me diráel médico que tenga paciencia, que no me sul-fure, que no se me suba a la boca y a los ojos lahiel de mis entrañas!... Oye tú, menguado, porno darte otro nombre, ¿vienes a gozarte en midesgracia, viéndome enfermo y sin fuerza para

Page 65: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

castigar un insulto, o vienes a espiarme porencargo de los masones? Si es esta tu intención,no necesitas aguzar el ingenio para descubrirmis acciones. Puedes decir a esos señores quesí, que estoy conspirando ¡rábano! que hago loque me da la gana, que trabajo como un negropor la causa del Rey legítimo y que yo y misamigos nos reunimos y nos concertamos, des-preciando a este Gobierno estúpido, cuya po-licía hemos comprado. Al ejército lo seducimosy lo traemos habilidosamente a nuestra causa;al Gobierno le engañamos, y a vosotros los ma-sones de bulla y gallardete os compramos arazón de dos pesetas por barba. Ea, ya lo sabestodo; ya puedes ir con el cuento.

-Ya sé que conspiras -dijo Monsalud mante-niéndose sereno- y no me importa... Otro asun-to me trae, asunto que es de mucho interés paraentrambos, al menos para mí. Dime, ¿no haspensado alguna vez, principalmente en estosdías de dolencias, aislamiento y tristeza, en la

Page 66: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

esterilidad de los infinitos medios que has em-pleado para exterminarme? ¿No te han venidoa la mente consideraciones sobre esto, no te hassorprendido a ti mismo, en ciertos momentos,meditando, sin saber cómo ni por qué, sobre elhecho de que todos tus actos de venganza hansido inútiles, y que Dios me ha preservado casimilagrosamente de tus crueldades?

Mientras esto decía Salvador, le miraba Na-varro con cierto asombro que no carecía de es-tupidez, y era que, en efecto, había meditadono pocas veces sobre aquel problema. Sin em-bargo, por no declarar que su sombrío interiorhabía sido descubierto, dijo bruscamente:

-Pues jamás he pensado en tal cosa. ¿A quévienen esas sandeces?

-Estas sandeces -dijo Salvador creciéndosemás- son para demostrarte que Dios, a quien tú,llevado de una piedad absurda, crees cómplicede tus violencias y de tus sañudas venganzas,

Page 67: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

es quien te ha burlado y me ha protegido. ¡Québien y con cuanta oportunidad ha deshecho tuscombinaciones implacables, permitiendo quellegara un día como este, en el cual voy a des-armarte para siempre!

Navarro seguía mirándole con estupidez.

-Por muy malo que te suponga -añadió Sal-vador- no te creo capaz de conservar tus renco-res después de saber que tú y yo somos hijos deun mismo padre.

El guerrillero saltó en su asiento, como quienoye un insulto. Su cara se congestionó a borbo-tones echó de su boca estas palabras:

-¡Es mentira, es mentira!

-¿Mentira, eh? ¿con que es mentira? Tengode ello un testimonio para mí sagrado, escritopor la mano de la persona más querida para míen el mundo, y ratificado en su lecho de muer-

Page 68: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

te. Tú puedes creerlo o no, según se te antoje: atu conciencia lo dejo. Cumplo con mi deberdiciéndotelo. La mitad de este secreto te co-rresponde a ti, mal que te pese. Yo no puedoquedarme con él todo entero.

Inquieto en su asiento, Navarro vaciló entrela ira y la curiosidad.

-Esas cosas -dijo- no se pueden creer sin algoque lo pruebe... ¿A ver, qué es eso? ¿Qué signi-fica ese paquete atado con cintas encarnadas?

Salvador había sacado un paquete y escogíaen él los papeles que quería mostrar a Carlos.

-Esta es la carta que mi madre me escribiópoco antes de morir -dijo poniéndola en manosde Navarro-. Es la confesión de una falta redi-mida por una existencia de penas y oscuridad;es una declaración santa, que respira honradez,paciencia y bondad. Se necesita ser un mons-truo para no inclinarse con respeto ante esa

Page 69: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

vida de abnegación y deberes trascurrida a lasombra de una vergüenza jamás reparada...

El otro leía, leía. Salvador le miraba leer ymentalmente seguía los conceptos de la carta.Concluida la lectura Navarro dio un suspiro ydijo:

-¡Qué sed tengo!... Si quisieras echar agua dela alcarraza en aquel vaso que allí está y al-canzármelo...

Monsalud le dio agua, y luego que le vioaplacar su sed, diole otros papeles diciéndole:

-¿Conoces esa letra?

-Son cartas de mi padre -murmuró Navarro,devorándolas con la vista.

-No es ocasión ahora -dijo Salvador-, dehacer comentarios sobre las promesas hechasen esas cartas y jamás cumplidas. Esas viejascuentas se habrán arreglado en otra parte.

Page 70: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Callaron ambos, y Navarro, puesta su almatoda en los ojos, leía las pocas páginas de aqueldrama oscuro, desenlazado ya por la muerte.Al concluir se quedó mirando al suelo por lar-guísimo espacio de tiempo, y luego, evitando elfijar los ojos en su hermano, le dijo lo siguiente:

-Bueno, convengo en que esto no tiene duda.Parece evidente que por la Naturaleza... Perono, la fraternidad no se improvisa. Eres hijo demi padre; pero no eres ni serás mi hermano.

-Ni lo pretendo, ni me importa tu fraterni-dad -replicó Salvador devolviéndole su desvío-.No necesito de ti para nada. Sólo he queridoque sepas cuán cerca nos puso la Naturaleza,mejor dicho Dios, para que comprendas que elpapel de Caín es malo, y hasta desairado.

-Una carta vieja no puede hacer de dos ene-migos irreconciliables dos hermanos queridos...Convengo en que no puedo perseguirte más: lamemoria de mi buen padre, aquel valiente ca-

Page 71: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ballero que murió por la patria, se interpone yte salva...

-Antes me salvaré yo con la ayuda de Dios -dijo Salvador con desprecio-. No he venido asolicitar la indulgencia, que no necesito.

-Pues yo te la doy, ¡cien rábanos! -exclamó elguerrillero sulfurándose-. Mira, dame agua otravez; tengo mucha sed; tu secreto me sabe a hiely vinagre.

Bebió, y después, cavilando un poco, dijocomo si masticara las palabras:

-Además, antes de hablar de reconciliaciónes preciso determinar bien quien es el ofendidoy quien el ofensor. Te quejas de que te he per-seguido y hablas de mis crueldades. Pues yodigo que tú eres el monstruo, tú el criminal, túel indigno de perdón.

Page 72: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Acuérdate de aquellos días del año 13,cuando se dio la batalla de Vitoria -dijo Salva-dor con violencia-. ¡Oh! fuiste tú quien me pro-vocó.

-¡Fuiste tú!.

-¡Tú!

-Repito que tú.

La disputa se agriaba. Salvador quiso cal-marla con un ademán de conciliación. Navarrorespiraba como quien se va a ahogar.

-Mira -dijo con desabrimiento- lo mejor esque te vayas.

-Antes has de oír lo que voy a decirte.

-Pues di.

-Sí, sostengo que fuiste tú quien primero en-tabló nuestra rivalidad, no por eso desconozco

Page 73: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

que cometí después faltas graves, que teofendí...

-¡Lo confiesa el menguado!...

-Yo no soy como tú; yo no tengo el orgullode mis crímenes, ni los defiendo, por ser míos,contra la razón y el derecho de los demás.

-¡Me has ofendido, y de qué modo! -exclamóCarlos que era todo acíbar-. Con cien vidas quetuvieras no pagarías tu delito... ¡y vienes aamansarme ahora con la pamplina de que so-mos hermanos, hermanos por la casualidad,por el capricho!... Peor, peor mil veces para tuconciencia.

-Si fuéramos a hacer un análisis -manifestóSalvador-, de todo lo que ha pasado entre noso-tros desde el año 13, asignando a cada uno laparte de responsabilidad y de culpa que le co-rresponde, creo que todos quedaríamos muymal parados. Bien sé que hay culpas comple-

Page 74: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tamente irreparables en el mundo, y ofensasque no se pueden perdonar. Así, mal que lepese a nuestro flamante parentesco, no pode-mos ser nunca amigos. Pero...

-¿Pero qué?

-Pero debemos extinguir hasta donde seaposible nuestros odios, considerando que hayun tercer culpable a quien corresponde partemuy principal de esta enorme carga de faltasque tú y yo llevamos...

Navarro no le dejó concluir la frase; se le-vantó y alargando la mano como en ademán detapar la boca a su hermano, gritó de este modo:

-No la nombres, no la nombres, porque vol-veremos a las andadas... Has puesto el dedo enla herida de mi corazón, que aún mana sangrey la manará mientras yo viva... ¡Desgraciado deti, que al ponérteme delante no puedes excitaren mí la clemencia de la fraternidad sin excitar

Page 75: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

al mismo tiempo el bochorno de la deshonra!¿Cómo he de acostumbrarme a ver con senti-mientos cariñosos a la misma persona a quienhe visto siempre con horror?... Déjame en paz.Ya sé que no te puedo matar. Esto basta para tiy para mí. Márchate.

Se quedó tan ronco que sus últimas palabrasapenas se entendían... Después de hablar algomás con ronquidos y manotadas, pudo hacerseoír nuevamente.

-Aguarda... La úlcera de mi vida, lo que meha envenenado el cuerpo y ha trasformado micarácter haciéndole displicente y salvaje, hasido mi deshonra. Este puñal, Dios poderoso,¡cuándo se desclavará de mis entrañas!... ¡Estecartel horrible que en mi frente llevo, cuandocaerá!... Soy un menguado, porque no he sabi-do castigar. ¡He cortado las ramas y he dejadocrecer el tronco! Pero el tronco caerá: ese es miafán, esa es mi locura... Bien sabes que la infa-me -añadió expresándose con mucha rapidez

Page 76: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

en voz baja-, lejos de corregirse, progresa horri-blemente en el escándalo... Me han dicho que tútambién la desprecias... Pues bien, unámonospara castigarla... Merece la muerte... Castigué-mosla y después... después seremos hermanos.

-Veo -dijo Salvador horrorizado- que estástan enfermo de alma como de cuerpo. No mepropongas tales monstruosidades. Estás dema-siado embebido en los hábitos y en las ideas delguerrillero para pensar razonablemente.

Al furor sucedió el abatimiento en la irrita-ble persona de Carlos, y por largo rato no dioseñales de vida. Salvador le dijo:

-Renuncia a toda idea de violencia y asesina-to. Pensando en un castigo imposible, te enve-nenas el alma. Renuncia también a la agitaciónde la política y no conspires, no seas instrumen-to de ambiciones de príncipes. Retírate a nues-tro pueblo, busca en la paz la reparación quenecesitas y cúrate con la medicina del olvido.

Page 77: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡Retirarme al pueblo!... -exclamó Carlos al-zando los ojos para mirar de frente a su herma-no-. ¿Para qué? ¿para sentir más el horriblevacío de mi alma y la soledad en que vivo? Laagitación de estas luchas civiles y el afán dehacer algo por una causa justa, me distraenhaciéndome llevadera la vida; pero la soledaddel pueblo me abate y entristece de tal modoque si yo pudiera llorar, lloraría sobre los mu-ros de mi casa desierta. Si al menos encontraraallí familia, algún pariente, amigos, antiguoscriados... pero no; nadie. Mi casa parece unpanteón; y las calles de la Puebla repiten mispasos como ecos de cementerio. Los recuerdosson allí mi única compañía, y los recuerdos measesinan.

-Lo mismo me pasa a mí -exclamó Salvador-.Sin familia, solo, privado de todo afecto, pareceque estoy condenado, por mis culpas, a vivirsobre el hielo. También yo he visitado hace po-

Page 78: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

co nuestra villa y se me han caído las alas delcorazón al verme forastero en mi pueblo natal.

-A mí me perseguían de noche no sé quésombras que salían de aquel negro caserío. To-dos los perros del pueblo me ladraban ¡milrábanos! con furia horripilante.

-También a mí. Encontré algunas personas yme reconocieron; pero me miraban con muchorecelo, como si fuera a quitarles algo.

-Me pasó lo mismo. Entonces conocí cuántriste es no tener a nadie en el mundo a quienconfiar una pena del corazón, una alegría, unaesperanza.

-Yo también. Y entonces me sentí viejo, muyviejo.

-Lo mismo yo. Y dije: «si yo tuviera junto amí a un ser cualquiera, aunque fuese un niño,no saldría a los campos en busca de aventuras,

Page 79: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ni me afanaría tanto porque reinase Juan o Pe-dro».

-Igual he pensado yo... Si algo me consolabaen aquella soledad lúgubre era el recordar co-sas de la niñez. ¡Y las veía tan claras cuandopasaba por los sitios donde solíamos jugar, porel sitio donde estuvo la escuela, por el atrio dela iglesia y el puente, y casa del tío Roque elherrero...!

-Pues yo me pasaba las horas muertas re-produciendo en mi memoria aquellos días...¡Cuántas veces me acordó de la pobre DoñaFermina tu madre! ¡Era tan buena!... ¿No seponía a hacer media sentada junto a una puertaque hay a mano derecha como entramos en elpatio?

-Sí, sí.

-Y me parece ver al Padre Respaldiza, con-tando chascarrillos, y a aquella Doña Perpetua

Page 80: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

que vivió más de cien años. Yo recuerdo que tumadre me agasajaba mucho cuando yo, jugan-do contigo y con otros chicuelos, me metía en elpatio de tu casa. Me abrazaba, me besaba y meponía sobre sus rodillas; pero yo me desasía desus brazos para correr y subirme a un montónde vigas... ¿No había un montón de vigas en elpatio?

-Sí, sí.

-¿Y no tenía tu madre muchas gallinas?

-Sí.

-Un día reñimos por un pollo y nos dimos debofetadas tú y yo. Otro día nos hicimos sangrea fuerza de darnos porrazos y quedamos comodos Ecce-homos... Después...

Navarro dio un gran suspiro diciendo luego:

-Parecía que estábamos destinados a una ri-validad espantosa por toda la vida... Un día,

Page 81: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

cuando ya éramos grandecitos, volvíamos decomponer un aro de hierro en casa del tío Ro-que, y encontramos a Genara que salía de laescuela...

Aquí concluyeron los recuerdos. Como unaluz que se apaga al soplo del viento, Navarrocerró la boca, apretó los labios fuertemente cualsi quisiera hacer de los dos un labio solo, frun-ció las cejas haciendo de ellas como un nudoencargado de contener y apretar toda la piel dela frente, y descargó al fin la mano con tantafuerza sobre el brazo del sillón, que a puntoestuvo este buen inválido de saltar en astillas.

-Parece imposible -dijo después- que bastenalgunos años para que los ángeles se conviertanen demonios, y los hombres en fieras... Tú,oye... -añadió con altanería-, no hagas caso demis habladurías... dígolo por si se me ha esca-pado alguna frase que indique disposición aperdonar, blandurillas de corazón u otra cosasemejante, indigna de mi carácter entero y de

Page 82: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mi honor. Ella será siempre para mí el tormentoy la mala tentación de mi vida, y tú... un hom-bre a quien no veo ni podré ver nunca sin vio-lentísima antipatía. Haz aprecio de mi rarafranqueza, ya que no puedas apreciar en míotra cosa... ¿Quieres que te lo diga más claro?Pues lo mismo me quemas la sangre ahora queantes. Desconfío de tus palabras, desconfío detus acciones, desconfío de nuestro parentesco,que bien puede ser tramoya inventada por ti,desconfío de tus arrepentimientos, y como hade serte más difícil ganar mi voluntad que ga-nar el cielo, será bien que me dejes en paz y queno vengas acá con hermanazgos ni embajadassentimentales, porque otra vez no tendré lasantísima paciencia que ahora he tenido: ya meconoces, ya sabes mi genial. Esta enfermedaddel demonio me ha echado cadenas y grillos;pero yo sanaré, con mil rábanos, sanará, y tejuro que no habrá quien me sufra. ¿Has oídobien? no habrá quien me aguante... Las bromasque yo gasto pasan por barbaridades en el

Page 83: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mundo... No me busques, pues, y yo te prome-to que no te buscaré. Es todo lo que puedohacer.

Diciendo esto le señaló la puerta. Era ya caside noche, y en la sacristanesca pieza oscuracada uno de los personajes veía a su interlocu-tor como si fuera su propia sombra. LevantoseSalvador de su asiento y despidiose del guerri-llero con esta lacónica frase:

-Adiós. No te buscaré. Si llegas alguna vez ami puerta, según como llames a ella te respon-deré.

-V-Salió, y cuando iba en busca de la puerta por

el pasillo, que oscurísimo como la caverna deMontesinos estaba, tropezó con un bulto, elcual, por el agudo chillido que siguió al choque,demostró ser mujer y mujer muy sensible.

Page 84: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Brutísimo, salvaje... ¿no tiene usted ojos enla cara? -gritó la voz-. ¿Qué modos son esos?

-Señora -dijo Salvador quitándose el som-brero, mas sin ver gota-, dispénseme usted.Ojos tengo, pero de nada me sirven, pues nohay luz en el pasillo. Buscaba la puerta...

-¿Y soy yo acaso la puerta, señor majade-ro?... ¡Qué consideraciones gastan con las seño-ras los hombres de esta casa!...

Hablando así la dama abrió la puerta y conla claridad indecisa que de la escalera veníapudo Salvador verla y advertir que parecía dis-puesta a salir también. Llevaba mantilla negra yuna dulleta en cuyo adorno habían entradopieles de diversos animales domésticos, hábil-mente combinadas con galones que siglos anteslucieron en la túnica de algún santo o en el va-liente pecho de algún oficial de guardias walo-nas. Salvador, que había visto algunas veces ala dama, la conoció. Acostumbraba a mirar con

Page 85: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

respeto aquella decadencia más lastimosa querisible.

-Vuelvo a pedir a usted mil perdones -le di-jo-, por mi torpeza... Veo que también sale us-ted, señora, y si me lo permite tendrá muchogusto en acompañarla.

-Gracias, muchas gracias -replicó la momiadando en dirección a la escalera algunos pasosen los cuales se advertía marcado prurito deagilidad-. Yo también necesito excusarme porhaber dicho a usted algunas palabras inconve-nientes, confundiéndole con ese hombre basto,ese Zugarramurdi, que es un mueble con anda-dura.

Salvador le ofreció el brazo que ella no tuvoinconveniente en aceptar. Bajando la momia,arrojó de sí esta pregunta, metida dentro de unsuspiro:

-¿Es usted amigo del Sr. D. Carlos?

Page 86: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Sí, señora.

-Si no me engaño, es la primera vez que vie-ne usted a casa. ¡Ah! esto parece la casa deTócame Roque, según la gente que entra y sale.Y no es toda gente de principios, ni se nosguardan los miramientos que nos correspon-den. No extrañe usted que me admire de suurbanidad, pues vivimos en una época en lacual se puede decir que no hay caballeros...¿Por ventura es usted el que estaban esperan-do?

-Sí, señora, me esperaban... -indicó Salvadorpor decir algo.

-El que esperaban de Cataluña, para empe-zar la danza... ¡Pero ha visto usted, caballero,qué estupidez! pretender que esta nación heroi-ca sea gobernada por una reina en mantillas.

-Una necedad, sí señora.

Page 87: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Porque usted será indudablemente de losprimeros espadas en esta sacratísima guerraque se prepara.

-De los primeros no... mas...

-No sea usted modesto. La modestia escompañera inseparable del verdadero mérito -dijo la dama trayendo a los labios con no pocotrabajo, desde el fondo de su alma seca unagota de fiambre dulzura-. Quizás me equivo-que, ¿pero no es usted D. José O'Donnell?

-No soy O'Donnell.

-¿No es usted comisionado de la Regenciasecreta que se ha formado en Cataluña, presi-dida por el prepósito de los Jesuitas? Yo estoyal tanto de todo, y conmigo, caballero, no valenlos misterios.

-Juro a usted, señora, que no soy el que us-ted supone.

Page 88: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Ni tampoco el coronel D. Juan BautistaCampos, que tiene en el hueco de la mano, co-mo quien dice, a los voluntarios realistas demedia España?

-Tampoco.

-Mire usted que soy algo pícara -dijo la mo-mia contrayendo de tal modo el amojamadorostro para sonreír, que Salvador, al mirarla,tuvo algo de miedo-. ¡Oh! no me falta penetra-ción, y en punto a relaciones con personascomprometidas en la causa del trono legítimo,no habrá seguramente quien me gane... Caba-llero, ¿sabe usted que hace un frío espantoso?

Salvador notó que la dama se agarraba másfuertemente a su brazo. Al sentir los puntiagu-dos dedos de esqueleto y el roce de los viejostafetanes del vestido, así como el de las pielesimpregnadas de olor de sepulcro, sintió que erauna verdad aquel frío glacial de que la damahablaba.

Page 89: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Hace mucho frío, sí señora.

-Y las calles están muy solitarias. Si fuera us-ted tan bueno que quisiera acompañarme hastala casa adonde voy de visita...

-Con muchísimo gusto, señora.

-Es cerca: junto a San Sebastián.

-Media legua -dijo para sí Monsalud; perono teniendo ocupaciones, dio por bien emplea-do el paseo en obsequio de una desvalida seño-ra que tan bien parecía agradecerlo.

-Doy a usted otra vez las gracias -dijo esta-,por su amabilidad, que es más digna de aprecioen una época en que se han acabado los caba-lleros... Pronto llegaremos: voy a casa de Paqui-ta de Aransis, la señora del coronel D. PedroRey. ¿Conoce usted a esa digna familia?

-No tengo el honor de conocerla; pero eseapellido de Aransis no es extraño para mí.

Page 90: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Es una alcurnia noble de Cataluña. ¿Ha es-tado usted en Cataluña?... Quizás haya ustedconocido al conde de Miralcamp, que es Aran-sis, al alcalde de Cervera, que es D. RaimundoAransis. También conozco yo en Solsona unamonja Aransis, que es hermana de Paquita.

-¡Ah! sí, la conozco -dijo Salvador pronta-mente, herido por vivísimos recuerdos.

-Esa familia está emparentad a con la nues-tra -añadió la señora, que era harto redicha pa-ra ser momia-. Paquita es tan buena, tan cariño-sa, tan excelente cristiana y tan mujer de sucasa... Tiene dos hijos que son dos pedazos degloria, según dice el padre Gracián, Juanito queahora va a Sevilla a estudiar leyes, al lado desus tíos paternos, y Perfecta, que es un perfectoángel de Dios. La pobre niña ha estado enfermahace poco con unas calenturas malignas que lahan puesto al borde del sepulcro... ¡Cuántohemos sufrido! La condesa de Rumblar y yoalternábamos para velarla... una noche ella, otra

Page 91: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

yo... Usted conocerá seguramente a la condesade Rumblar, y a su hija Presentacioncita, y a suyerno Gasparito Grijalva, ese tronera, liberaloteque concluirá en la horca...

-Si es liberal, no concluirá en bien.

Salvador tuvo que moderar el paso, al notarque su compañera se sofocaba bastante.

-Usted -dijo esta, aspirando el aire con cele-ridad, como un fuelle viejo que para nutrirsenecesita agitarse mucho-, ha vivido al parecerlo bastante, para conocer a mucha gente, tenermuchos amigos y presenciar multitud de suce-sos; pero no lo necesario para ver pasar épocasy familias, para ver extinguirse las amistades,mudarse las fortunas, morir las ilusiones y caeren ruinas las cosas más reales de la vida.

-Algo y aun algos de eso he visto por des-gracia, señora -dijo Salvador sorprendido deaquel sentimentalismo que por cierto modo

Page 92: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

artístico se avenía bien con el empaque funera-rio de su distinguida interlocutora.

-¡Oh! caballero -exclamó esta deteniéndose yclavando en él sus ojos que brillaron como lasúltimas ascuas de un hachón sepulcral-, ¿no esmuy triste ver tanta cosa muerta en derredornuestro, y sentir ese frío del alma que dan lasmemorias marchitas, cuando pasan? Hacen unmurmullo triste como el remolino de hojas se-cas, y dan escalofríos como la llovizna de otoño¿No es verdad, no es verdad esto?

-Es verdad -dijo Salvador participando deaquel escalofrío.

Y vio extinguirse la chispa funeraria en losojos de Salomé, porque sus flacos párpadoscayeron como apagadores de iglesia, y dejaronel amarillo semblante en su primitivo aspectode cosa completamente acecinada y seca.

Page 93: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡Caballero, tengo un frío horrible! -murmuró la dama temblando-. Vamos a prisa.

El cielo estaba como suele verse en las no-ches de invierno, limpio, estrellado hasta laprofusión, hasta el derroche, cual si saliesen a labóveda del cielo más astros de los que caben ypugnasen por quitarse el puesto unos a otros.El aire quieto, sereno, tenía un no sé qué, sólocomparable al fulgor horripilante de la cuchillaacabada de afilar. Las estrellas alargaban susfríos rayos atravesando la inmensa región deinvisible hielo, y la luna, pues también habíaluna, difundía claridad verdosa por calles yplazas. El suelo parecía el lecho de un río que seacaba de secar, dejando al descubierto su limolleno de fosforescencias. Tres o cuatro callesatravesó la pareja sin decir palabra, y al llegar aun portal de mediano aspecto en la calle de lasHuertas detúvose la muerta viva, y sin soltar elbrazo del caballero, anunció con una sola voz elfin de la jornada.

Page 94: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Ya -dijo con expresión de lástima, y luegofue retirando su mano poco a poco para llevarlaa la cabeza, donde pedían reparación los plie-gues de la mantilla y una guedeja rubia, quedesertaba de las filas donde la había puesto elpeine pocas horas antes-. Ya se ha molestadousted bastante. Bueno ha sido el paseo... y de-bemos dar gracias a Dios de que no nos hayavisto nadie, porque si nos hubieran visto... ¡Ah!no sabe usted hasta qué punto es atrevida lacalumnia en estos tiempos... ¿Quién me aseguraque mañana no dirán de mí herejías sin cuentopor haberme dejado acompañar de noche porusted?

-Señora, creo que no dirán nada -observóSalvador, reprimiendo la sonrisa que a sus la-bios venía.

-¡Oh! quién sabe... Ahora todo se juzga porel aspecto malo. ¡Ah! ni la nieve misma estálibre de mancharse o de ser manchada... Retíre-se usted... yo comprendo que deseará prolon-

Page 95: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

gar la conversación en el portal; pero no puedeser, no puede ser de ningún modo.

Después de ofrecerle su casa con no pocaszalamerías, rogó al caballero tuviese la bondadde decirle su nombre para conocer mejor a lapersona a quien debía agradecer galanteríasinauditas en una época ¡ay! en una época cala-mitosa y estéril en que no había caballeros. Di-cho el nombre, la momia lo repitió con agrado ydespués dijo:

-¿Militar?

-No, señora, paisano.

-¿Andaluz?

-Alavés.

-¿Y hasta la muerte defensor del trono legí-timo...?

-Del trono de Isabel II.

Page 96: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Pues qué? es usted...

-Masón, señora.

Al expresarse así, con la sonrisa en los la-bios, Salvador creyó que no merecía respuestasserias aquel interrogatorio impertinente. Lamomia estuvo a punto de deshacerse en polvoal oír la nefanda palabra. Estremecida dentrode sus apolilladas pieles y de sus ajados tafeta-nes, llevose las manos a la cabeza, lanzó unaexclamación de lástima y desconsuelo, y porbreve rato no apartó del cielo sus ojos fijos allíen demanda de misericordia.

-¡Masón! -repitió luego mirando al que,según ella, era un soldado de las milicias deSatanás-. ¡Quién lo diría!

Y señalando con su mano flaca, cubierta deguante canelo, una luz que a cierta distancia seveía, como farolillo de taberna o café, dijo entresuspiros:

Page 97: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-En donde está aquella luz se reúnen susamigotes de usted... Caballero, si me permiteusted que le dirija un ruego, le diré que pornada del mundo sea usted masón. Todo estápreparado para el triunfo de la monarquía ver-dadera y legítima, y es una lástima que ustedperezca, porque perecerán todos, no hay du-da... Cuando usted me dijo que es masón, vi...yo siempre estoy viendo cosas extrañas queluego resultan verdaderas... vi un montón demuertos en medio de los cuales asomaba unacabeza...

Le tomó una mano, y al contacto del guantecanelo, que por su delgadez apenas disimulabala dureza de los dedos fosilizados, Salvadorsintió que se le comunicaba un frío glacial, lle-gando hasta su corazón.

-Aquella cabeza era la de usted -prosiguió lamomia-. Usted se reirá; pero yo no; porque laexperiencia me ha enseñado a dar un gran va-lor a mis corazonadas, y en el tiempo escaso de

Page 98: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

nuestro conocimiento he podido apreciar lasnotables prendas de usted. ¡Oh! sí, todavía haycaballeros; pero pronto, muy pronto quizás nohaya ninguno. Adiós.

Le estrechó un momento la mano y desapa-reció dentro del portal, oscuro y profundo co-mo un sarcófago.

Salvador permaneció un rato en la puerta,mirando al hueco oscurísimo que se había tra-gado a su dama de aquella noche, y murmuróestas palabras:

-¡Pobre señora!... sin duda está loca.

Alejose despacio, sin poder echar de su men-te tan pronto como quisiera la imagen de lafantasma a quien había dado el brazo y queparecía el duendecillo propio de las heladas yclaras noches de Enero en el clima de Madrid.Después de andar un poco maquinalmente y

Page 99: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

sin dirección fija, hallose bajo el farol que pocoantes le señalara la mano del guante canelo.

-El café de San Sebastián -pensó-. Ya que es-toy aquí entraré. No faltarán amigos con quie-nes pasar un rato.

-VI-El café no estaba lleno de gente, y en su pe-

sada y brumosa atmósfera se podían contar losgrupos diseminados, y aun las personas. Algu-nos individuos, con el sombrero echado atrás,la capa colgando de los dos hombros o de unosolo, charlaban a gritos entre sorbo y sorbo, sintocar asuntos de política, por ser género que nose podía tratar a gritos. Otros en baja y temero-sa voz, cual si pronunciaran algún conjuro so-bre el líquido negro, a quién daban cierto carác-ter quiromántico los misteriosos ingredientesde que se componía. Estos señores de la capa

Page 100: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

arrastrada y de los codos sobre la mesa y delsombrero hasta las cejas hundido, eran losarregladores de la cosa pública. Ya desde en-tonces se dedicaban con preferencia a esta pa-triótica tarea de arreglar al país los hombres sinoficio ni ganas de aprenderlo, que sentían lairresistible vocación del empleo lucrativo. Al-gunos lo hacían también por cierta desavenen-cia ingénita con el poder público, y los menospor exaltación de ideas o por leal deseo de la-brar el bien de la muchedumbre. De todas estasespecies de patricios había la noche aquellapocas aunque buenas muestras en el café deSan Sebastián.

No había andado Monsalud cuatro pasosdentro del local, cuando se sintió llamado des-de lados opuestos. Acudió allí donde habíavisto caras más de su gusto, y después de salu-dar a varios individuos sentose en la más apar-tada mesa en compañía de dos sujetos. Uno deellos parecía tener con Salvador amistad anti-

Page 101: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

gua y estrecha porque se saludaron con muchoafecto. Era de edad mediana y buena presencia;llamábase don Eugenio Aviraneta: su patria eraGuipúzcoa y tenía el especialísimo talento de laconversación, calidad no escasa en España,donde se han hecho grandes carreras por sabercontar cuentos o referir bien o plantear con artelos asuntos y cuestiones de todas clases. El otroera más joven, de color pálido tirando a aceitu-nado, el pelo y cejas de grandísima negrura, lanariz afilada el bigote corto y espeso, modeladopor la navaja de una manera singular con arre-glo a la moda más ridícula que puede imagi-narse, la cual consistía en trazar dos líneas rec-tas desde las ventanillas de la nariz a los extre-mos de la boca, dibujando así un pequeño mos-tacho rigurosamente triangular que llevó elnombre de bigotillo de moco. También llevaba elaceitunado personaje una perilla de rabo deconejo, y en los cachetes patillas o chuletas cor-tas, también modeladas por la navaja con unesmero tal que casi venía a confundirse el oficio

Page 102: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

de rapista con el arte del escultor. Esto y el bre-ve tupé acompañado de mechoncillos sobre lasorejas estaban declarando a gritos que el rematey coronamiento de tan singular cabeza había deser uno de aquellos ingentes morriones de baseestrecha y anchísima tapa, visera menuda ycarrilleras de cobre suspendidas a los lados dela placa frontal. El tal morrión inconmensurablese estaba viendo, sí, sobre la cabeza de aquelbuen señor por la fuerza de la analogía, aunqueestaba descubierto y vestido de paisano. Pero sipor un hilo se saca un ovillo, suele tambiénsacarse por una cara un morrión, y así se podíadecir a boca llena que nuestro individuo eramilitar y por más señas ayacucho.

-Te presento a mi amigo el capitán Rufete-dijo Aviraneta poniendo en relaciones a sus doscamaradas-. Y ahora cuéntanos algo, dinos quées de tu vida, hombre. Después que eres rico nohay quien te vea.

Page 103: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Hablaron largo rato de cosas de la vida, deviajes, de caza, de enfermedades, y sin sabercómo pararon en la cuestión magna del día, asaber, que el Rey no se moría tan presto comoalgunos pillos quisieran, que se había decididojurar solemnemente a Isabelita como herederadel trono, y que el buenazo de D. Carlos semarchaba a Portugal. Rodó la conversación deidea en idea, hasta que Aviraneta tocó a Salva-dor en el brazo y le dijo con misterio:

-Si quieres encargarte de una misión delica-da, no hay ningún inconveniente en confiártela.

-Ya sé que conspiras, ¿pero por quién? -replicó Salvador riendo- ¿Por Cristina, por D.Carlos o por ambos a la vez?

-Tú me conoces, y sabes que con alas míasno ha de volar ningún murciélago. Me ha com-prometido a explorar los ánimos de la genteliberal para saber en qué condiciones se podríacontar con ella en caso de una guerra civil.

Page 104: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Los libres -dijo el ayacucho con énfasis-,están y estarán siempre al lado de la Princesa, sia la Princesa le ponen por almohada en su cunael mejor de los códigos.

El llamar libres a los liberales y el mejor de loscódigos a la Constitución del 12 constituía, conotras muchas frases, un estilo especial que porlargo tiempo prevaleció en todas las manifesta-ciones literarias del partido avanzado.

-Calle usted, hombre, por amor de Dios -dijoAviraneta reprendiendo con un gesto la espon-taneidad del capitán-. Los libres, como usteddice, y los liberales, como los llamo yo, estántan divididos que no oye usted dos opinionesiguales si habla con ellos. Hay multitud de ton-tos a quienes no se puede arrancar de la cabezalo del mejor de los códigos; hay algunos solemnespillos que por malicia y por tener poder ante lacanalla, gritarán, si les dejan, constitución omuerte; hay el grupo de los anilleros o de lossabios, que reniegan de todo si no les dan las

Page 105: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

dos Cámaras con Carta, a la francesa, y auncreo que alguien quiere que haya tres Cámaras,por no parecerle bastante dos. Unos piden quehaya mucha religión sin dejar de haber libertad,mientras los iluminados desean acabar con lagente de cogulla y quemar los conventos, paraque suprimidos los nidos no haya miedo de quevuelvan los pájaros. Yo he tanteado aquí y allí yhe encontrado asperezas que no es fácil suavi-zar, y antagonismos que no es posible vencer.Martínez de la Rosa, Toreno, Burgos y compar-sa se niegan a todo lo que sea revolución, Pala-fox se aviene siempre con el parecer de Calvode Rozas, y Calvo de Rozas, unido con FloresEstrada, ha hecho una constitución templadita.La quieren tanto, como buenos padres, que sino es preferida, dicen que no se cuente conellos para nada. Romero Alpuente y los exalta-dos juran y perjuran que no hay más Constitu-ción que la del 12 en todo el globo terráqueo, yque ellos la harán triunfar, pese a quien pese.Vamos, esta es una casa de fieras, y yo digo que

Page 106: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

convendría que estallase la guerra y viniesengrandes peligros para que entonces se unierantantas voluntades y se llegara a un acuerdo enlo de la Constitución definitiva, aunque hubiesesiete Cámaras y cuatrocientas alcobas.

-La Nación soberana -dijo el ayacuchohablando como hablaría Solón-, decidirá en sudía lo que mejor convenga. Un pueblo libre nose equivoca.

-Con sentencias sacadas de las Gacetas, ami-go Rufete, poco adelantamos. Yo veo que lasdivisiones son hondas, que el partido liberal,por estar disperso y perseguido, no tiene yauna idea fija y común sobre nada. El ejército,que antes era amigo de la Constitución del 12,ahora va donde le llevan, y es realista con elconde de España y templado con Llauder. Puesbien, en vista de este desconcierto, ¿no es pa-triótico intentar la reconciliación de todos losque aborrecen la tiranía? ¿Qué te parece, Salva-dor, no es patriótico, altamente patriótico?

Page 107: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Me parece tan patriótico como imposible -replicó el interrogado.

-Conozco a mi país, conozco a mis paisanos,he pulsado teclas de conspiración en distintasépocas; sé el valor que tienen las ideas, insigni-ficante junto al valor de las pasiones; sé muybien que a los políticos de nuestra tierra lesgobierna casi siempre la envidia, y que la ma-yoría de ellos tienen una idea, sólo porque elvecino de enfrente tiene la idea contraria.

-Pesimista estás -dijo Aviraneta severamen-te.

Luego se llevó el dedo a la boca con ciertoaire solemne, y levantándose ordenó con unaseña a sus dos amigos que le siguiesen, lo quehicieron de buen grado Rufete y Salvador, eluno por disciplina de conspirador y el otro porcuriosidad. Atravesando una puertecilla quejunto al mostrador había, pasaron a un cuartu-cho estrecho y oscuro, formado en el anguloso

Page 108: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

hueco de la escalera que a las terulias conducía.Un ruinoso banco ofreció durísimo y no muylimpio asiento a los tres individuos, y dábanlecompañía algunas cafeteras de largo pico, cajasvacías, escobas y enormes cangilones destina-dos a usos distintos. Aquel era el laboratorioquímico de donde salían las ingeniosas mezclasa qué debió su fortuna el amo del estableci-miento (el cual, dicho sea de paso, era fervientí-simo patriota); allí era donde se verificaba lamultiplicación de las raciones de leche, graciasal agua que Dios crió; allí se fabricaba con di-versas sustancias europeas y asiáticas el café deMoka, y allí las libras de azúcar se convertíanen arrobas de la noche a la mañana, lo mismoque un quidam se convierte en ministro.

Sentáronse en aquello que más parecía nichoque cuarto, y como no tenían luz, no eran vistosde fuera y podían ver a todos los que desde elcafé subían a las regiones altas.

Page 109: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Aquí podemos hablar cómodamente -dijo elguipuzcoano-, y explicaré mi idea sin que nadiese entere. Para poner remedio al grave mal queantes indiqué, he determinado fundar una so-ciedad secreta...

-Ya pareció aquello -dijo Salvador interrum-piendo con su risa el grave exordio de su ami-go-. En eso habíamos de parar.

-Cállate, no juzgues lo que no conoces to-davía... Una sociedad secreta que se llamará LaIsabelina o de los Isabelinos.

-Insisto en mi opinión de que se llame de losPatriotas isabelinos -dijo el ayacucho, demos-trando en su acento y en la tiesura de su manoenérgica la importancia que daba al bautismode la sociedad proyectada.

-El nombre debe ser breve y sencillo.

Page 110: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Ya tenemos el masonismo en planta -indicóSalvador-, con sus irrisorios misterios, susfórmulas y necedades.

-No, no, hijo, aquí no hay misterios.

-¿Ni iniciación, ni torres, ni orientes?...

-Nada de eso.

-¿Ni vocabulario especial, ni mandiles?

-Nada, nada.

-No habrá más que el juramento de someter-se intencionalmente a la soberanía de la Nación-afirmó Rufete.

-Aquí es todo corriente. No hay misterios. Lasociedad trabajará en silencio, pero sin fórmu-las masónicas, y nos llamamos por nuestrosnombres, si bien en los actos y documentosadoptamos un signo convencional para desig-narnos.

Page 111: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿De modo que la sociedad funciona ya?

-Se está formando. Todavía no hemos tenidouna reunión total de asociados... ¿Cuántos hayen la lista, querido Rufete?

-Trescientos veinte y uno -dijo el ayacucho,que por lo visto desempeñaba las funciones desecretario.

-No se ha hecho nada todavía, no ha ido aprovincias ningún comisionado. Se necesitauno de toda confianza y muy listo, que vaya aParís y Londres a entenderse con los emigradosque quedan por allá y con otras personas resi-dentes en el extranjero, y que no nombro por-que no puedo nombrarlas.

-Ya... y ese correveidile que se necesita...

-Correveidile no, sino agente; ese agente quese necesita eres tú.

Page 112: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Pues te juro -dijo Salvador de la maneramás jovial-, que si la sociedad Isabelina o de losPatriotas isabelinos, como pretende el señor... yse me figura que lo pretende con razón...

-La idea del patriotismo -exclamó Rufete sinpoderse contener-, es tan primordial, que debeponerse al frente de todas las denominaciones,para que se grabe más y más en la mente delpueblo.

-Pues, decía -prosiguió el otro-, que si la so-ciedad espera para extenderse y prosperar aque yo sea su agente, llegará el Juicio final sinque de todos los frutos que el país y tú esperáisde ella.

Aviraneta meditaba, la mejilla apoyada en lamano. A cada instante se oían los pasos de losque subían por la escalera, y como esta era en-deble y estaba tan cerca de las cabezas de lostres sujetos, parecía que se les venía la casa en-

Page 113: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

cima siempre que un patriota se encaramaba alos aposentos altos.

-¡Malditos! -exclamó Aviraneta, en ocasiónque subían tres cuatro mozalbetes metiendomás ruido que los monaguillos en día de repi-car recio-. Esos son los que todo lo echan a per-der con sus inocentadas. Ahora los tiernos an-gelitos, en vez de chuparse el dedo, han dadoen la flor de jugar a la masonería y al carbona-rismo, y entre burlas y risas tienen arriba susCámaras de honor y sus Hornos, donde hacenvarias mojigangas, que es preciso denunciar ala policía. Son casi todos chicuelos con más ga-nas de hacer bulla que de estudiar. ¡Y qué dis-cursos los suyos! Es esa una empolladura deoradores que, si no me engaño, ha de dar a Es-paña más peroratas que garbanzos dará Casti-lla.

-Estos pajarillos cantores -dijo Monsaludriendo-, vienen siempre delante de las tormen-tas políticas, anunciándolas con sus angelicales

Page 114: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

trinos. Es un fenómeno que observé en la tor-menta pasada y que se repetirá, no lo dudenustedes, en las que han de venir; y así veremossiempre que toda trasformación política decarácter progresivo viene precedida de grandeseflorescencias de sabiduría infantil y discursosen las aulas.

-Pues grande va a ser la trasformación-manifestó Aviraneta-, si se ha de juzgar de ellapor lo que chilla esta caterva de pavipollos...¡Santa Mónica, cuántos suben ahora, y qué picotienen! Esa voz... oigan ustedes qué órgano tanadmirable: es González Bravo, un mozo terro-rista, más listo que Cardona y con más venenoque un áspid... Pero, volviendo a nuestro asun-to, nosotros, al fundar la sociedad isabelina,llevamos el objeto de unificar el pensamientode los liberales y de traer al ejército a una ideacomún que sea precursora de una accióncomún.

Page 115: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-El ejército está profundamente dividido -dijo Salvador-, pues me consta que el bandoapostólico o carlino, como ahora se llama, hahecho últimamente grandes adquisiciones en laGuardia Real.

-El ejército es liberal -exclamó Rufete, que nopudiendo estar por más tiempo callado tomó lapalabra con estruendo en la primera coyuntura-. El ejército se compone de hombres libres queaman el más perfecto de los códigos y aborrecen latiranía. Dígase Constitución, y el ejército res-ponderá Constitución.

Y echando un poco atrás el sombrero, quedebía ser morrión de los de tinaja invertida, sepuso más amarillo y acompañó su alteraciónfacial de estas patrióticas palabras:

-Muchos hablan del ejército sin conocerlo, yyo, que lo conozco, que pertenezco a él, que meglorio de pertenecer a él, digo que con excep-ción de media docena de traidores, todos so-

Page 116: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mos liberalísimos, aquí y en América. Yo heestado en América, señores; me he batido enaquellos colosales combates de Chuquisaca yCochabamba, y puedo decir que nada nos con-solaba de nuestras privaciones y trabajos comohablar de la Constitución, pensar en ella y po-der escribirla en nuestras banderas para hacerdoblar la rodilla a los indios más bravos. Re-cuerdo bien que después de la famosa expedi-ción de Jujuí, nos llegó la noticia del triunfo dela Constitución en las Cabezas de San Juan, ynos volvimos locos de contento. Deseábamos, oque nos trajeran a España, o que nos llevaranallá al bendito Código, y no pudiendo ser niuna cosa ni otra, celebramos con fiestas, bailes,versos y meriendas aquel gran suceso. Laalegría era general. Algunos tuvimos el proyec-to de proclamar la Constitución en el Perú; peroel traidor de Maroto se opuso. Los libres deseá-bamos que la América adoptase el sistema, lostraidores no querían sino hierro y sangre; y yopregunto ahora lo que he preguntado siempre:

Page 117: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

¿quién es responsable de que se perdiera latremenda batalla de Ayacucho? ¿Quién?...

-Esa cuestión, querido Rufete -observó Avi-raneta viendo con disgusto que la musa históri-ca de su secretario remontaba el vuelo en de-masía-, ha perdido su oportunidad. Poco nosimporta saber quien lo hizo peor en América.En cuanto al ejército, ya sabemos que en sumayoría es liberal; pero usted mismo ha habla-do de traidores: traidores hubo en América, ytambién los hay en España.

-Aquí tengo la lista -exclamó prontamenteRufete haciendo ademán de sacar un papel.

-No, no saque usted la lista. Tampoco esonos importa gran cosa ahora... Nuestra socie-dad cuenta ya con un brillantísimo contingentede personajes civiles.

-Espere usted -insistió Rufete revolviendosus papeles-, aquí está.

Page 118: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-No... ¡Con cien mil palitroques! tampoconos hace falta ahora la lista de isabelinos. Envai-ne usted sus listas, hombre. Lo que yo quiero estraer a nuestras filas a este buen amigo, paradarle una comisión que desempeñará bonita-mente.

Salvador hizo con la cabeza repetidos signosnegativos.

-Eso lo veremos -dijo el guipuzcoano-. Peñasmás duras he quebrantado yo. ¿Tienes ocupa-ciones?

-Las de mis intereses, que no son muchas.

-Es verdad que casi eres rico; ¡mal negocio!¿Te has casado?

-No.

-¿No ambicionas una posición elevada?

Page 119: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-No ambiciono nada más alto que este ban-co, y lo que llaman aura popular me incomodamás que la tristeza de estar solo.

-A pesar de todo -dijo Aviraneta-, creo quete conquistaré.

Y calló después. De buena gana se habríadesprendido en aquel momento de los serviciosde su secretario Rufete, cargado de listas, paraestar solo con Monsalud y hablarle franca ydescubiertamente, pues bien se conocía que elastuto conspirador había manifestado su ideade un modo harto enigmático. Pero Rufete nose movía, y a la dudosa claridad que en el cuar-to entraba se entretenía en revisar sus listas detraidores y sus listas de isabelinos.

-VII-Hallábanse, pues, el uno aburridísimo, el

otro ideando motivos para despedir al ayacucho,

Page 120: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

y el tercero discurriendo el modo de pasaralgún nombre de un papel a otro, cuando entróen el café un jefe de caballería, haciendo con elsable rastrero, con las espuelas y los tacones tangrande estrépito, que no parecía sino que unescuadrón había asaltado el establecimiento.Traía fango en las botas y polvo en el traje, ma-nifestando en esto, así como en la oficiosidadcon que iba de mesa en mesa dando noticias,que acababa de llegar de una expedición oquizás de un campo de batalla. Era D. RafaelSeudoquis, exaltado patriota primero, despuésindefinido, luego conspirador perseguido ycondenado a horca, pero indultado otra vez yadmitido en el servicio por influencias de pa-rientes poderosos. Después que satisfizo la cu-riosidad de los del café, dirigiose arriba, y alentrar en el hueco de la escalera llamole Avira-neta desde su escondrijo. Entró Seudoquis, re-conoció a Salvador, se abrazaron; pero tantagana tenía el buen hombre de contar lo que

Page 121: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

sabía, que sin poder aguardar a que acabaranlos saludos, habló así:

-¡Ya les hemos cogido! ¡buena caza hemoshecho!

-¿Qué? ¿qué ha sido?... ¿una batida de vo-luntarios realistas?

-Sí, y con media docena como esta prontoquedaba la Nación limpia de sacristanes... Yasaben ustedes que salí con la columna de Bassaa perseguir la partida de aguiluchos que se le-vantó en Villaverde mandada por el traidorcoronel Campos... Al principio nos daba quehacer... que por aquí, que por allá... Total, seño-res, en Alares a cinco leguas de Navahermosales sorprendimos rezando el rosario, les copa-mos... no se escapó uno para simiente de mo-naguillos.

-¿Les arcabucearon?

Page 122: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-No hay órdenes para tanto. El Gobierno esconciliador, o por otro hombre pastelero, y enuna mano tiene las disciplinas y en otra el em-plasto. Como no soy partidario de andar conmantecas tratándose de esa gente, yo les hubie-ra dado a todos un poco de tuétano de fusil. Enel otro barrio están mejor que aquí... Pero no setrata ahora de fusilar: ellos lo harán cuando noscojan debajo. Total, que les hemos traído codocon codo, y el bribón de Campos es tan cobardeque se echó a llorar, y sin que nadie se lo pre-guntara nos reveló todo el diebus ille de la juntacarlista de Madrid, citando nombres uno poruno. A estas horas el traidor habrá vomitadotodas sus delaciones ante la policía y ya andaráesta haciendo prisiones. Medio Madrid va ca-lentito a la cárcel esta noche. He encontrado enla Puerta del Sol a un escuadrón, no miento, sí,un escuadrón de policías que iban a la calle deBelén, donde parece hay un cabildo máximo desubdiáconos con puñal y de guerrilleros deestola. Total, señores, que nos hemos lucido los

Page 123: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

de Bassa, y que esta noche van a ser ventiladasmuchas madrigueras. Con que viva la angélica yabur, señores, que me voy arriba a cenar.

-Y yo a ponerme el uniforme y a correr alcuartel -dijo Rufete levantándose presuroso-. Esfácil que se altere la pública tranquilidad estanoche. Vamos a nuestro puesto, que cuandomenos se piensa, viene el desbordamiento car-lino, y la patria necesita de todos sus hijos.

-Vaya usted con Dios, valiente -dijo Avirane-ta gozoso de verle partir-. Aquí nos quedamosnosotros procurando entendernos.

Luego que estuvieron solos, Aviraneta dijo asu amigo que pues arreciaba el calor dentro delcafé, harían bien en salir a la calle y dar un parde vueltas, con lo que además de respirar elaire libre, podían hablar sin recelo. Cuando sehallaron en la plazuela del Ángel, Salvadortomó el brazo de su amigo y burlonamente ledijo:

Page 124: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡Pillo!... ¿qué nueva farsa de sociedad secre-ta es esa? ¿qué trama traes tú ahora entre ma-no?

-Poco a poco... pase lo de trama; pero no lode farsa.

-¿Quién te paga?

-Mucho ahondas, ¡palitroques! Has de com-prar mi franqueza con tu benevolencia, no contus burlas, y si persistes en negarme tu apoyo,no tendrás de mí ni una palabra. Cosas podríadecirte que te dejarían pasmado; pero ya sa-bes... no se dan gratis los secretos como losbuenos días. Venga tu voluntad y abriré el pico.

-Es que no puedo dar mi voluntad no cono-ciendo a quién la doy ni por qué la doy.

Aviraneta insistió en que su pensamiento eraunir a los liberales para preparar una accióncomún; pero esto, si no encerraba una intención

Page 125: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

distinta, era de lo más inocente que se podíaocurrir por aquellos días a hombre nacido, yAviraneta, justo es decirlo, tenía de todo menosde espíritu puro. Por más que el guipuzcoanose diera aires de inventor de aquel plan sa-pientísimo, se podía jurar que sólo era instru-mento de una voluntad superior, maquinillaengrasada por el oro y movida por una manomisteriosa. Sobre esto no quiso decir una solapalabra que no fuese la misma confusión; peroMonsalud, que era listísimo y además tenía laexperiencia de aquellos líos, supo sacar la ver-dad de entre tanta mentira. Su creencia era queD. Eugenio había recibido de altas regiones lamisión de desunir a los liberales y enzarzarlosen disputas sin fin; pero no podía fácilmenteaveriguarse si el impulso partía del cuarto deMaría Cristina o del gabinete ministerial de ZeaBermúdez. Salvador hizo una y otra preguntacaprichosa para coger por sorpresa el principalsecreto de su amigo; mas este era tan diestro en

Page 126: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

aquellas artes, que evadió los lazos con extre-mada gracia.

Este señor Aviraneta fue el que después ad-quirió celebridad fingiéndose carlista para pe-netrar en los círculos más familiares de la gentefacciosa y enredarla en intrigas mil, sembrandoentre ella discordias, sospechas y recelos, hastaque precipitó la defección de Maroto, prepa-rando el convenio de Vergara y la ruina de lasfacciones. Admirablemente dotado para estasempresas, era aquel hombre un colosal geniode la intriga y un histrión inimitable para elgigantesco escenario de los partidos. Las cir-cunstancias y el tiempo hiciéronle un gran in-trigante; otra época y otro lugar hubieran hechode él quizás el primer diplomático del siglo. Yadesde 1829 venía metido en oscuros enredos ymisteriosos trabajos, y por lo general su maqui-nación era doble, su juego combinado. Proba-blemente en la época de este encuentro que conél tenemos, durante el invierno de 1833, las

Page 127: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

incomprensibles diabluras de este juglar políti-co constituían también una labor fina y doble,es decir, revolver los partidos en provecho delministerio y vender el ministerio a los partidos.

La fundación de la sociedad isabelina servíalede pretexto para entrar en tratos con gente di-versa, con cándidos patriotas o políticos ladi-nos, poniéndose también en relación con mili-tares bullangueros; y así, hablando del buenodel Sr. Rufete, dijo a Salvador:

-Este infeliz ayacucho es una alhaja que no sepaga con dinero. Él se presta desinteresada-mente a entusiasmarse y a entusiasmar a uncentenar de oficiales como él. Se morirá dehambre antes de cobrar un céntimo por susservicios secretos al Sistema, y se dejará fusilarantes que hacer revelaciones que comprometana la sociedad. Es un prodigio de inocencia y delealtad. El pobre Rufete trabaja como un negro,y se pasa la vida haciendo listas de sospecho-sos, listas de traidores, listas de tibios y listas de

Page 128: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

calientes. En su compañía pasa por un Sénecaempalmado en un Catón. Los sargentos lo ado-ran y son capaces de meterse con él en un hor-no encendido, si les dicen que es preciso salvardel fuego el precioso código. ¡Oh! amigo, respe-temos y admiremos la buena fe y la valentía deesta gente. ¡Si en todas las clases sociales seencontraran muchos Rufetes!... Pero hay tantacanalla indomesticable de esa que no sirve sinopara hacer pueblo, para gritar, para meter bulla,de esa que en los días solemnes desacredita lasmejores causas, entregándose a la ferocidad quele inspiran su cobardía y su apetito!...

Entre estos y otros dichos y observaciones,llegaron a la calle del Duque de Alba, porqueSalvador, no pudiendo sacar cosa limpia y con-creta de las confusas indicaciones de D. Euge-nio, había decidido retirarse a su casa. Echabanel último párrafo en el portal de esta, cuandodel de la inmediata vieron salir a un hombresilbando el estribillo de una canción político-

Page 129: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tabernaria. A pesar del embozo, Aviraneta leconoció al momento y Salvador también.

-Tablillas -dijo D. Eugenio-, cuartéate aquí,que somos amigos.

El atleta se acercó, examinando con atenciónrecelosa a los dos caballeros.

-Señor Vinagrete y la compañía, buenas no-ches... Estaba encandilado y no les conocía.

-¿Está durmiendo ya el Sr. D. Felicísimo?

-Todavía están en brega. Han venido tantosseñores esta noche que aquello es la bóveda deSan Ginés.

-¿Pues qué, se dan disciplinazos?

-Con la lengua... hablan por los codos, y to-do se vuelve manotadas y perjuraciones.

-¿Qué entiendes tú por perjuraciones?

Page 130: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Decir, pongo el caso, señores, muramos por elTrono legítimo.

-¿Y todavía están reunidos?

-Todavía.

-Pero di, ¿no ha venido esta noche la policía?Yo creí que a estas horas D. Felicísimo y su co-munidad estaban echando perjuraciones en lacárcel de Corte.

-Vino la policía, sí señor; vinieron tres y lla-maron tan fuerte que la casa estuvo si cae o nocae. Los señores se asustaron, y D. Felicísimoles consolaba diciendo: «no hay nada que te-mer, la policía es la policía. Que entre el quellama». Yo bajé a abrir la puerta, y se colarontres señores de cara de perro con bastones deporra. Subieron, y al entrar en la sala, se deja-ron a un lado las porras y todo fue cortesíalimpia y vengan esos cinco. D. Felicísimo memandó traer vino y bizcochos, y bebieron, cosa

Page 131: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

la más desacostumbrada que puede verse enesta casa; y uno de los de porra alzó el vaso ydijo: «Por el triunfo de la monarquía legítima yde la religión sacratísima».

-Brindaron.

-Y los tres tomaron el olivo.

-¿Está Pipaón arriba?

-Es de los más lenguaraces. Cuando brinda-ron, D. Juan echó no sé cuantos loores...

-¿Y qué es eso?

-Que se sopló mucho, echando fuera toda lacaja del pecho, y dijo loor a esto, loor a lo otro.

-¿Se casa con Micaelita?

-Dios los cría y ellos se juntan.

-¿Y te retiras ya?

Page 132: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Si, porque yo he dicho a D. Felicísimo queestoy enfermo.

-¿A dónde vas?

-Allá -replicó Tablas manifestando en la mi-rada recelosa que a Salvador dirigió, que nodebía hablar con más claridad.

-Bien -dijo Aviraneta-. Nos veremos luego.¿Y la Pimentosa cómo está?

-Agria.

-¿Qué es eso?

-Enojada, porque le pica la despensa.

-¿Qué quieres decir? ¿Qué despensa es esa?

-El estómago.

-Es verdad que padece mi señora males deestómago... Aguarda, que me voy contigo.

Page 133: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Tablas, que había dado ya algunos pasoshacia San Millán se detuvo, mientras el guipuz-coano, estrechando con el más vivo afecto lamano de su amigo, lo dijo estas palabras:

-Mañana... y quien dice mañana dice el mesque viene o el año que viene... estarás conmigoen la Isabelina.

-VIII-Las escenas y conversaciones de aquella no-

che dejaron en el espíritu de Salvador un dejode amargura, y así se esforzaba en apartarlas desu memoria, considerando que reproducían enpequeño cuadro lastimoso de la Nación espa-ñola. La confusión de pareceres, el incesanteconspirar con recursos misteriosos y fines maldeterminados, las repugnantes connivencias dela policía con los conspiradores de todas clases,no eran cosa nueva para él; pero había cobrado

Page 134: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tal odio a estos fenómenos políticos, manifesta-ción morbosa de nuestra miseria, que de buenagana se marchara a los antípodas o a cualquierregión apartada dónde no oyera ni viera lo queallí mortificaba sus ojos y sus oídos.

La experiencia, el profundo conocimiento delas personas, los viajes y la desgracia, habíanledado elementos bastantes para construir en supensamiento una patria muy distinta de la quepisaba, y la inmensa superioridad de esta patriasoñada en parangón con la auténtica era en élmotivo constante de padecer y aburrimiento.Por eso decía: -«Mucho han de variar las cosas,mucho han de aprender los hombres para quela política de mi desventurado país pueda lle-gar a serme simpática, y como yo, por muchosaños que Dios me conceda, no he de vivir lobastante para ver a mis compatriotas instruidosen lo que es libertad, en lo que es ley y en loque es gobernar, lo mejor será que no me afanepor esto, y que deje pasar, pasar, contemplando

Page 135: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

desde mi indiferencia los sucesos que han devenir, como se miran desde un balcón las figu-ras de una mascarada».

Estos propósitos no eran constantes, porqueotras veces meditaba sobre el mismo tema yhacía las siguientes consideraciones, llenas debuen sentido y de tolerancia. -«No puede sos-tenerse en las acciones de la vida el criterio pe-simista, que suele ser el disimulo del egoísmo.¿Quién duda que existen en nuestro país, allado de esa cáfila de alborotadores, cabecillas,intrigantes, charlatanes, aventureros, muchoscaracteres nobilísimos, innumerables hombresde buena fe, patricios desinteresados, verdade-ros y leales que se aplicarían a la política yser-ían discretos en la idea, enérgicos en la acción yhonrados en la conducta? Pues bien, si yo mesiento capaz de inculcar a esos hombres unpensamiento feliz y de ayudarles en el desem-peño, ¿por qué no he de hacerlo?».

Page 136: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Después de vacilar un momento se contesta-ba con amargura, -«Porque no me creerían.¿Cómo habían de creerme y hacer caso de mí, siyo también he sido alborotador, cabecilla, intri-gante, aventurero y hasta un poco charlatán?¿Si he sido todo lo que condeno, cómo han defiar de mí al verme condenar lo que he sido? ¿Siexploté la industria del pobre en este país, quees la conspiración, cómo han de ver en mí loque realmente soy? No, yo he quedado inútil enesta refriega espantosa con la necesidad. Hasalido vivo, sí, pero sin autoridad, sin créditopara tomar en mis labios ese ideal noble, pordonde van las vías rectas y francas del progresode los pueblos. Mi destino es callar y arrinco-narme, sopena de que me tengan por un Avira-neta, cuando no por un Rufete».

Al pensar esto, el propósito de condenarse aoscuridad perpetua triunfaba en su ánimo deuna manera completa. Pero esta oscuridad sinfamilia y sin afectos era el cenobitismo más

Page 137: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

triste que puede imaginarse. Y aquí, en estalóbrega caverna sin salida, terminaban las ex-cursiones mentales del misántropo. Pero la sa-lida no era absolutamente imposible. Si hacíafalta una familia, ¿por qué no la buscaba? Hayciertos bienes que valen más encontrados alazar que buscados con cálculo, y es muy gene-ral que quien despreció la suerte cuando pasó asu lado, ande después a cabezadas tras ella, yno la encuentre ni siquiera pintada, o hallecualquier falsificación del bien y la coja gozosoy la abrace y se desengañe y rabie, deplorandosu torpe indolencia.

Quería vencer su extraordinario tedio fre-cuentando la sociedad. Había renovado muchosus amistades, dando un poco de mano a lasque le recordaban su juventud de trapisondas yprocurando contar entre sus íntimos a personasde mayor fuste. Su buena figura, su conductaintachable, su instrucción, su entretenida pala-bra, tratándose de referir viajes o verosímiles

Page 138: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

casos y peligros le dieron muchas simpatías entodas partes. Había dejado de visitar a Genaray a D. Benigno Cordero por razones poderosas;pero en cambio frecuentaba otras muchas casasdecentes, a donde concurría en personal deambos sexos lo más selecto de la Corte. Por lasnoches gustaba mucho de pasear un poco porlas calles antes de retirarse a su casa, poniendoasí entre la tertulia y el sueño un trozo de medi-tación trans-urbana de más gusto para él que lamás entretenida y docta lectura. La soledadsospechosa de algunas calles, el bullicio deotras, el rumor báquico de la entreabierta ta-berna, la canción que de una calleja salía conpretensiones de trova amorosa, el cuchicheo delas rejas, el desfile de inesperados bultos, indi-cio del robo perpetrado, del contrabando oquizás de una broma furtiva; la disputa entreviejecillas terminada con estrépito de bofeta-das... por otra parte el rodar de magníficos co-ches; la salmodia insufrible del dormido serenoque bostezaba la horas como un reló del sueño,

Page 139: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

funcionando por misterioso influjo del aguar-diente; el rechinar de las puertas vidrieras delos cafés, por donde salían y entraban los pa-triotas; el triste agasajo de las castañeras que seabrigaban con lo que vendían tendiendo unamano helada para recibir los cuartos y otra ma-no caliente para dar las castañas; las singularessombras que hacían las casas construidas sinorden, unas arrumbadas hacia atrás, las otrasalargando un ángulo ruinoso sobre la víapública; los caprichos de claridad y tinieblasque formaban las luces de aceite encendidaspor el Ayuntamiento y que podían compararsea lágrimas vertidas por la noche para ensuciarsu manto negro; el peregrino efecto de la escar-cha en las calles empedradas, que parecían cu-brirse de cristal esmerilado con reflejos tristes;el mismo efecto sobre los tejados, en cuya su-perficie se veía como una capa de moho esmal-tada por polvo de diamante, el grandioso efectode la helada, que en flechazos invisibles se des-prendía del cielo azul ante las miradas aterra-

Page 140: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

doras de la luna, la deidad funesta de Enero; laconsideración del frío general hecha dentro deuna caliente pañosa; el estrépito de la diligenciaal entrar en la calle, barquichuelo que navegabasobre un mar de guijarros, espantando a losperros, ahuyentando a los chiquillos y a loscuriosos;... el buen paso marcial de los soldadosque iban a llevar la orden prendida en lo altodel fusil; el coro sordo de los mercados al con-cluir las transacciones, cuando se cuenta la cal-derilla, se barre el puesto y se recogen los res-tos; el olor de cenas y guisotes que salía por lasdesvencijadas puertas de las casas a la malicia,y el rasgueo de guitarras que sonaba allá en loprofundo de moradas humildes; la puerta sobrela cual había un nombre de mujer groseramentetallado con navaja, o una cruz o un cartel detoros, o una insignia industrial, o una amenazade asesinato, o una retahíla de palabras grose-ras, o una luz mortecina indicando posada, oun macho de perdiz que cantará a la madruga-da, o un cuadrito de vacas de leche, o un objeto

Page 141: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

negro algo semejante a un zapato, o una arma-dura de fuegos artificiales pregonando el artede polvorista, o una alambrera cubierta con unguiñapo, señal de la industria de prendería, ouna bacía de cobre, o un tarro de sanguijuelas...todo esto, en fin, y otros muchos accidentes dela fisonomía urbana durante la noche, páginasvivas y reales, abiertas entre la vulgaridad de latertulia y el tedio de su casa solitaria, le cauti-vaban por todo extremo.

Pero una noche tuvo un encuentro triste. Alentrar en la Plaza de Provincia vio una persona,dos, tres. Eran un hombre cojo, bien envueltoen su capa, una mujer tan bien resguardada delfrío, que sólo se le veían los ojos, y un niño congabán y bufanda, mostrando la nariz húmeda ylos carrillos rojos de frío. Los tres iban en unamisma fila: se detenían en todos los escaparatespara ver las mantillas, los lujosos vestidos, lastelas riquísimas, las joyas, y parecían muy go-zosos y entretenidos de lo que veían. En la es-

Page 142: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

quina había una castañera. Detuviéronse. Elcojo sacó cuartos del bolsillo, la mujer un pa-ñuelo, compraron, probó el chico y luego si-guieron. La mujer agasajó el pañuelo lleno decastañas, como para calentarse las manos conél... Avanzaron... desaparecieron por una puer-ta.

Salvador se sintió estremecer de desespera-ción y envidia. El hombre cojo, el niño, la pla-centera unión de los tres, los cuartos sacadosdel bolsillo, los saltos del chico cuando se esta-ba haciendo el trato con la vendedora, las cas-tañas, el pañuelo, las manos que tenían el pa-ñuelo... En vista de las insolentes burlas deldestino, juró no volver a pasar por allí.

-IX-El hombre cojo entró en su casa, como

hemos dicho, y después de un ligero altercado

Page 143: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

entre la familia por saber cuál había de acostar-se primero, retiráronse todos. La paz, el orden,el silencio, la quietud se ampararon de todo elámbito de la vivienda, y bien pronto no huboen ella un individuo que no durmiese, a excep-ción de aquel buen señor de la cojera, el cual,despierto en su lecho, daba vueltas a una ideacomo si la devanase, sacándola del enredadopensamiento al corriente ovillo del discurso.

-Cuanto más cerca veo el día -pensaba-, másindeciso y perplejo me encuentro. ¿Por quédudo, decídmelo, Virgen Santa del Sagrario ytú, San Ildefonso bendito? ¿Por qué mi anhelose ha trocado en vacilación y mi fe en temor decausar gravísimo daño? ¿Qué dices a esto, con-ciencia pura, qué razones me das? ¿Sale acasode ti esa voz que siento y que me dice: «detente,ciego?...». Y tú, caviloso Benigno, ¿has notado,por ventura, frialdad en los afectos de ella,arrepentimiento en su voluntad o siquieradesvío? Nada: ella es siempre la misma. Aún

Page 144: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

me parece más cariñosa, más apegada a misintereses, más amante, más diligente... Enton-ces, mentecato, hombre bobísimo y pueril, dig-no de salir por esas calles con babero y chicho-nera, ¿por qué vacilas, por qué temes?... Ade-lante y cúmplase mi plan, que tiene algo,¡barástolis! algo, sí, de inspiración divina... ¡Ah!ya vienen los malditos dolores... ¡todo sea porDios! ¡Oh! ¿por qué te me has torcido en el ca-mino del Cielo, oh pierna?...

Las historias están conformes en asegurarque D. Benigno, después de decir «¡oh, pierna!»lanzó un gran suspiro y se durmió como unsanto. A la mañana siguiente tenía la cabezadespejada, el humor alegre. Lo primero queleyó cuando le trajeron la Gaceta fue el decretoconvocando a la Nación en Cortes a la usanzaantigua, para jurar a la princesa Isabel, porheredera de la corona de ambos mundos. Estole dio mucho contento, y viendo la fecha del 20

Page 145: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

de Junio marcada para aquel notable suceso,dijo así:

-Para entonces, ya estaremos casados... Espreciso fijar definitivamente esta fecha que esmi martirio. Ella dice que cuando yo quiera, yyo digo que la semana que entra, y cuando en-tra la semana que entra, entran ¡ay! tambiénmis escrúpulos como un tropel de acreedores, yasí estamos y así vivimos.

Parte de los escrúpulos de hombre tan bue-no provenían de sentirse achacoso. No era yaaquel hombre que engañaba al siglo con suscincuenta y ocho años disimulados por unasalud de hierro, por alientos y espíritu dignosde un joven de treinta, con ilusiones y sin vi-cios. Aquella funesta rotura de la pierna habíaocasionado en él pérdida brusca de la juventudque disfrutaba, y se sentía entrar, con paso va-cilante y cojo, en una región fría y triste quehasta entonces no había conocido. Con las llu-vias primaverales y los cambios de temperatura

Page 146: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

se le renovaron los dolores, complicándose conpertinaz afección reumática, y el pobre señorestuvo mes y medio sin poder moverse de unsillón.

«¿Apostamos, decía, a que llega también el20 de Junio y se reúnen las Cortes y juran a laprincesa, y yo no habrá soltado aún este grilleteque Dios se ha servido ponerme? ¿Qué presidioes este? ¿Temes, oh, Dios mío, que marche muya prisa? ¿Esto es acaso para bien de mí alma,amenazada de correr demasiado y estrellarse?».

¡Y qué pesadas habrían sido las horas deaquella temporada, que él llamaba su condena,si no las aligerasen con su cariño y con mil soli-citudes y ternezas las seis personas que él de-signaba con el dulcísimo nombre de la sacrafamilia! Sola le cuidaba como podría cuidarse aun niño enfermo, y de su cuenta corría todo lorelativo a aquella dichosa pierna averiada queno se quería componer sino a medias. Ella pa-recía haber robado a los ángeles de la medicina

Page 147: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

el delicado arte del apósito, y sus dedos erantan conocidos del dolor que este les veía cercade sí sin irritarse. Cumplida esta obligaciónsuprema, la futura esposa del mejor de loshombres se ocupaba de todo lo de la casa con ladiligencia de siempre, con más diligencia, sicabe, pues sin sospecharlo, se había ido acos-tumbrando a considerarse partícipe de aqueltrono doméstico y co-propietaria de tan dulcesdominios.

Por las noches, la familia se reunía en el co-medor, en torno del patriarca claudicante. DoñaCrucita, que se había dedicado a bordar pája-ros, despachaba semanalmente una bandada deaquellos preciosos seres, y a veces el comedorparecía una selva americana, porque los habíade todos colores, y además mariposas y floreci-llas, todo inventado por la señora que creabalas especies con su rica fantasía, de tal modoque se viera muy perplejo Buffón ante tal ma-ravilla. Este interesante autor era leído algunos

Page 148: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ratos en voz alta por uno de los hijos mayores,pues no había lectura más sabrosa que aquellapara D. Benigno, después de la de Rousseau; ytodos se quedaban pasmados oyendo la magní-fica descripción del caballo, la pintura del león,o la peregrina industria de los castores. El mis-mo muchacho o su hermano solía leer tambiénlas Gacetas para dar variedad a los conocimien-tos y saber lo que pasaba en Hungría, Cracoviao Finlandia. Los sucesos de España eran los quejamás se sabían por Gacetas ni papelotes, y erapreciso recibirlos por el vehículo del padreAlelí, amigo fiel sobre todos los fieles amigos,cada vez más perturbado de caletre y más difu-so de explicaderas. Por él supieron que D. Car-los se marchaba a Portugal, haciendo la come-dia de que su esposa quería abrazar a D. Mi-guel (otro que tal) y a las infantas portuguesas;pero realmente por no verse en el caso de jurara Isabelita. El mismo Tío Engarza Credos les in-formó de que en una casa de la calle de Belénhabía sido sorprendida una junta carlista y pre-

Page 149: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

sos todos los que la formaban. Si el interés polí-tico de las tertulias corderiles estaba en estasnoticias, su amenidad dependía de las gracias yatrevimientos de Juanito Jacobo, que con sumedia lengua decía más que si la tuviera todaentera, y ya recitara fábulas o romances, ya sedespachara a su gusto con frasecillas y observa-ciones de su propia cosecha, hacía morir de risaa toda la familia, menos cuando le daba porenojarse, hacer pucheros y tirar a la cabeza desu hermano un zapato, libro, palmatoria, tinte-ro o cualquier otro proyectil mortífero.

La tienda había sido traspasada por Corderoa otro comerciante, amigo y pariente suyo, ycon esto quedó retirado absolutamente del co-mercio. Su capital, si no muy grande, sólidocomo el que más, le aseguraba rentas modestasy saneadas. Tenía vastos proyectos de ensanchey mejoramiento en los Cigarrales, y no esperabasino a que aclarase el tiempo para trasladarseallá con toda la familia.

Page 150: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

En Mayo sintiose tan mejorado de su piernaque pensó era llegado el momento de poner fina sus vacilaciones. Era una tarde hermosa. Hab-ían concluido de comer en paz y en gracia deDios. D. Benigno, dejando que Alelí se durmie-ra en el sillón del comedor y que Crucita hicieralo mismo en su cuarto, envió a los muchachos ala escuela, y a su cuarto a Sola, entabló con ellauna conversación de la cual es preciso no per-der punto ni coma.

-Querida Sola -le dijo-, tengo que dar a ustedexplicaciones acerca de un hecho que le habrásorprendido y que tal vez (y esto es lo que mássiento) habrá lastimado su amor propio de us-ted.

Sola manifestaba grandísima sorpresa.

-El hecho es que, habiéndose resuelto desdeque estuve en la Granja todas las dificultadesque se oponían a nuestro matrimonio, hayaaplazado yo varias veces desde aquella época

Page 151: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

un suceso tan lisonjero para mí. Como ustedpodría sospechar que estos aplazamientos sig-nificaban algo de mala gana, frialdad o escasodeseo de ser su marido, y como nada sería máscontrario a la verdad que esa sospecha de us-ted, tengo que explicarme, hija, tengo qua reve-lar ciertos pensamientos íntimos y ciertas cosi-llas... ¿me entiende usted?

Con su verbosidad indicaba el héroe estarmuy lleno de su asunto, como dicen los orado-res, y es probable que desde la noche anteriorhubiese preparado en su cabeza y hasta cons-truido algunas de las frases de aquel memora-ble discurso.

-Pues bien, la causa de esta poca prisa...darémosle este nombre, que es el que más lecuadra... ha sido cierto escrúpulo que me haasaltado, cierto temor de que nuestro matrimo-nio hiciera a usted desgraciada en vez de hacer-la feliz, como es mi deseo.

Page 152: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡Desgraciada! -exclamó Sola, recibiendoaquella idea como una ofensa.

-¡Oh! no apresurarse... falta mucho que de-cir. Estos escrúpulos y temores no se refieren acosa alguna que pueda menoscabar los extra-ordinarios méritos de la que elegí por esposa;son cosa pura y exclusivamente mía. Ha llega-do el momento de hablar con absoluta franque-za, y de no ocultar idea alguna por penosa quesea para mí. Pues bien, hay una persona, unhombre, hija mía, que la aprecia a usted en lomucho que vale, que la conoce a usted desde suniñez, que la ha protegido, que la quiere, que laama; hombre que tal vez, ¿por qué no? es ama-do de usted... ¡Ah! querida Sola, hija mía, meparece que he puesto el dedo en una llaga anti-gua de ese corazón sin par, hecho a resistir ypadecer como ninguno... En su cara de ustedveo...

Page 153: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Ella se había quedado pálida cual si tuvierapor rostro una máscara de cera, y miraba a sudelantal, cuya punta tenía entre los dedos.

-Esa palidez -dijo D. Benigno conmovido- noindica en manera alguna que usted tenga quearrepentirse de nada, pues no se trata de faltas;indica que yo he despertado un sentimientoque dormía, ¿no es verdad?

La palidez de Sola se disipó como un veloque se rasga dejando ver la claridad que encu-bre, y así fue, por modo parecido al brusco des-correr de una cortina, como se encendió en ellaun rubor vivísimo. Echándose a llorar, mur-muró estas palabras:

-Es verdad, sí señor. Usted es más buenoque los ángeles.

El de Boteros estuvo callado un mediano ra-to contemplándola.

Page 154: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Pero yo no he faltado, yo no he mentido... -balbució Doña Sola y Monda entre suspiro ysuspiro-. Lo que usted dice, muerto estaba yenterrado en mi corazón para no resucitarjamás.

-Lo sé, lo sé -dijo Cordero no menos turbadoque su amiga-. ¡Oh! la voz aquella, la voz aque-lla blanda y un poco triste que hablaba aquí enmi conciencia, ¡qué bien me lo decía! Pues oigausted todo. En este tiempo que ha pasado des-de que vine de la Granja, se puede decir que nohe vivido sino para pensar en esto y hacercomparaciones. Sí, he vivido comparándome,querida hija, he vivido atormentado por unanálisis comparativo de las cualidades que creotener y las que reúne el hombre a quien ustedconoce mejor que yo, resultando que él es ex-traordinariamente superior a mí.

-¡Oh! no, cien veces no -replicó Sola conenergía-. Es todo lo contrario.

Page 155: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-No violentemos la naturaleza, hija mía; noviolentemos tampoco la lógica. Concedo que enhonradez y en prendas morales no me aventaje,si bien no hay motivo para no reconocer queme iguala, pero en cambio, ¡qué superioridadtan grande la suya en el exterior y los atractivosde la persona!... Las cosas claritas... ¿eh?... ¿porqué no se ha de decir que él es un hombre quecautiva, un hombre que despierta simpatías entodo aquel que le trata, mientras yo...?

-Usted también, usted también -dijo Solaprontamente. D. Benigno movía la cabeza contriste ademán.

-No violentemos la naturaleza, querida, noviolentemos la lógica -repitió-. Concedo que nosea yo enteramente antipático; pero usted, quesiente y discurre muy bien, podrá decir si haynada en la persona y en el alma de un viejo quepueda competir con la juventud, con el rostroalegre y expresivo de un hombre sano en la

Page 156: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

plenitud de sus afectos, de su fuerza, de su vidatoda.

-Según como se mire, según como se mire-dijo Sola arrebatada de compasión por su ami-go y anhelante de concederle todas las ventajas.

-¡Oh! -exclamó D. Benigno sonriendo-, pormás que usted se empeñe en echarme flores, noconseguirá que yo me enfatúe, ni que me obce-que hasta el punto de no ver claramente lo quesoy. La vejez tiene sus preeminencias, tiene susbellezas; pero estas preeminencias y estas belle-zas no son de gran valor para el caso de quetratamos. Yo me conozco bien, no me doy ni mequito ni un adarme de lo que realmente peso,puesto en la balanza del matrimonio; creo queno carezco de algunas cualidades que me har-ían apreciar y respetar y aun amar de una mu-jer joven; pero la comparación con otro me re-vela mis años, que no son floja cuenta para elcaso; me revela mis achaques, que se han ini-ciado precisamente ahora como un aviso, como

Page 157: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

una advertencia que Dios me hace por conduc-to de la Naturaleza. En fin, querida mía, si setratará de cualquiera extraño, de cualquier ad-venedizo que en esta ocasión se presentase, nipor el pensamiento me pasaría que usted pu-diera preferirle a mí; pero ¡ay! se trata de unaantigua amistad, de un cariño antiguo en él yantiguo en usted... Usted me lo ha revelado,diciéndome con el acento más noble y leal: «esverdad, es verdad».

-Es cierto -replicó Sola-, y ahora, para que noquede en mi corazón ni un fondo siquiera delos secretos que he guardado en él por tantísi-mo tiempo, voy a confesarme con usted... De-lante de un sacerdote, delante de Dios mismono sería más sincera, créamelo usted... Si antesno hablé de esto, fue porque yo quería conside-rarlo como cosa muerta y sepultada. Creía quemientras más lo callara y menos lo pensara,mayor sería el olvido, y no me atrevía a confe-

Page 158: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

sarlo, por temor de que con la confesión rena-ciera y me atormentara otra vez.

Se había sentado en una silla baja y sus bra-zos tocaban las venerables rodillas del héroe.Quien no la viera de cerca, creería que estabade hinojos.

-Mucha parte de lo que usted ha callado contanto afán, por su empeño de echar tierra y mástierra sobre un sentimiento desgraciado -dijoCordero-, me lo reveló él mismo.

-Habrá dicho a usted que me recogió a lamuerte de mi padre, poniéndome al amparo desu madre, y mirándome como a hermana. Si sejactó de sus beneficios hizo bien, porque estosfueron grandes en aquella época.

-No se jactó. Adelante.

-Diría también que yo le cuidaba como unahermana y le servía como una esclava. Su vo-

Page 159: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

luntad me parecía una cosa de que no se podíadudar; sus palabras como el Evangelio.

-¿Y él?...

-Me trataba con consideración; pero...

-¿No tenía a usted más cariño que el dehermano?

-Ninguno más; pero aquel cariño me conso-laba en mi tristeza.

-Tengo idea de que fue bastante calavera yque tuvo amores con algunas... ¿Pero a ustedjamás...?

-Jamás -dijo Sola ingenuamente-, quería aotras mujeres; pero a mí no me quería.

D. Benigno se sonrió.

-¿Pero usted -dijo-, le quería desde enton-ces?...

Page 160: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Me da vergüenza decirlo -replicó Sola-, porel desairado papel que hice: pero puesta a con-fesar, no oculto nada. Le quería, sí, muchísimo.

-¿Cómo?

-Todo lo que se puede querer a una persona-dijo ella, inclinando la cabeza, que le pesó, sinduda, por una extraordinaria aglomeración derecuerdos.

Cordero sintió un nudo en su garganta. Ne-cesitó tragar algo para quitar aquel estorbo ypoder decir:

-¿Y siempre lo mismo?

-Siempre le quería lo mismo y no pensabamás que en él, a todas horas, dormida y des-pierta.

-¿Y cuando estaba ausente?

-Le quería más.

Page 161: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Y cuando volvía?

-Más. Era una cosa superior a mí, una espe-cie de enfermedad o desgracia que me enviabaDios.

-¿No procuró usted librarse de ese tormento,pensando en otro?

-¡En otro hombre! -exclamó Sola comohorrorizada-. Eso no, eso era imposible... Loque yo sentía, aquel tormento mío me era nece-sario para vivir, como el aire y la luz.

-¿Nunca le demostró usted con acciones ypalabras la grandísima afición que le tenía?

-¡Oh! no... A veces hacía yo proyectos dispa-ratados y me imaginaba no sé qué medios parahacérselo comprender; pero luego me dabamucha vergüenza.

-¡Qué horroroso tormento! ¡Qué agonía!

Page 162: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Casi siempre, sí; pero a veces era feliz.

-¿Cómo, criatura?

-Pensando tonterías... y echándome a discu-rrir que de pronto se le antojaba quererme co-mo yo le quería a él.

-¡Oh! barástolis -exclamó D. Benigno, ce-rrando el puño amenazador-, por vida de...Estoy indignado contra ese hombre, y bien me-recía que usted lo despreciara... Si usted viene amí entonces y me cuenta lo que le pasa, comome lo cuenta ahora, juro a usted que voy dere-cho a ese hombre y le cojo, y le digo: «Oiga us-ted, caballero...».

Sola no pudo menos de reír un poco, y dijo:

-No tenía usted más que hacerle daño paraser mi mayor enemigo. Pues sí... que lo tomabayo con poco tesón... Ahora comprendo que eramuy extremada y que yo misma me recalentaba

Page 163: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

la imaginación noche y día, como cuando seecha leña en un fuego que se teme ver apagado.Como no había nadie a quien yo pudiera contartales cosas, me las contaba a mí misma. Yo meconsolaba diciéndome tonterías y resignándo-me, pues las muchas desgracias que he tenidodesde niña y el verme siempre privada de todolo que más he querido, me acostumbraron atener mucha paciencia, muchísima. Es un con-suelo un poco triste este de la paciencia; perousándolo mucho, concluye uno por quererle yfamiliarizarse con él... Yo tenía... hasta misalegrías, sí señor, alegrías a mi modo, ¡pues quésería de nuestra alivia si no tuviese medios desacar alguna vez de sí misma lo que los de fue-ra no quieren darle!... En fin, señor, así iba pa-sando el tiempo, pasando, él ausente, yo sinesperanza. Me parece que los días eran comounos velos que se corrían despacio, uno sobreotro, y estos velos caían sobre mi memoria, ypoco a poco iban apagando y oscureciendo loque en ella había. Al cabo de cierto tiempo em-

Page 164: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

pecé a verle... así como entre brumas, lejos; ycon las ocupaciones, todo lo que yo pensaba seinterrumpió para dar lugar a otras cosas. Aveces perdía bruscamente el terreno perdido,quiero decir, que por causa de algún sueño, dealguna conversación que me recordaba las co-sas pasadas, o por nada, por simpleza mía,volvía a sentirme atormentadísima, y me parec-ía tenerle delante y oírle, ¡siempre tan cariñoso,siempre tan bueno, pero siempre hermano!...En fin, aquellas recaídas... porque eran comolas recaídas de una enfermedad... pasaban tam-bién. Yo sentía que iba cayendo tierra sobreaquello, y si he de decir verdad, yo la echabatambién a puñados, unas veces rezando, otrastrabajando en demasía... ¡Ay! al fin me encontrétriunfante, y si pudiera valerme de una expre-sión rara...

-A ver, diga usted esa expresión rara, queri-da sepulturera.

Page 165: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Pues diré que últimamente me paseaba so-bre el grandísimo montón de tierra que yo hab-ía echado sobre aquellas penas sepultadas...Algunas veces no iba segura, porque me parec-ía que sentía moverse debajo de mis pies la tie-rra... pero yo, valiente como debía serlo, dabagolpes con los pies y todo se quedaba entoncesquieto... ¿Ve usted qué pamplinas?...

-Siga usted -exclamó Cordero con la voz en-trecortada-. Estoy lelo de admiración.

-Pues en estas y otras cosas, llegué a tenerconocimiento con una persona que me mani-festó tanto interés, tanta consideración... Yo nosabía cómo pagarle, y decía: «Es una desgraciapara mí no tener algo de gran valor que ofrecera este hombre generoso». ¡Qué lejos estaba en-tonces de suponer que mi hombre generoso, misegundo padre había de querer cobrarse susbeneficios de un modo que me obligaba más ala gratitud! Yo trabajaba en su casa: hubieradeseado que se multiplicaran las obligaciones

Page 166: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

para poder esclavizarme más. Yo comprendí...Dios y mis desgracias me han dado alguna pe-netración... comprendí que mi buen amigo hab-ía encontrado en esta pobre algunos méritospersonales, y no estaba conforme con que yofuera su criada, ni su pupila, ni tampoco suhija; quería llevar su generosidad hasta un ex-tremo tal... El agradecimiento llenaba mi co-razón; ¡qué regocijo me causa el agradecer y elpagar, aunque sea con poco!... Yo acepté enton-ces los favores de mi protector, y me dije quedebía hacer todo lo posible por merecer el bieninmenso que aquel hombre quería hacerme.¡Ay! cómo luchó entonces por arrancarme loque aún restaba de lo pasado... Aún quedabaalgo: negarlo sería mentir. Mi buen protector seapoderaba de mi alma de una manera dulce ylenta. Llegué a acostumbrarme a su compañíade tal modo, que si esta me faltara, faltaríame loprincipal de la vida. La idea de ser su mujer seclavó en mí, echó raíces, y me prometí entoncesa él sin escrúpulo y con la conciencia serena. Mi

Page 167: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

corazón, reconquistado por mí, podía ser ofre-cido a quien mejor que nadie lo merecía. ¿Quémejor dueño podía desear que aquel hombresin igual, por quien sentí además de la gratitudun afecto tan grande, tan grande que no sécómo expresarlo?

D. Benigno hacía los imposibles por impedirque las lágrimas salieran de sus ojos, y ya mira-ba al lecho, sin dejar de atender con toda sualma a lo que Sola decía, ya estiraba los múscu-los de su cara, ya en fin ponía diques al llantoqueriendo convertirlo en benévola risa. Porúltimo, pudo más su emoción que su dignidady se llevó la mano a los ojos.

-Reconozco con mucho gusto, con muchísi-mo gusto -dijo hablando con turbación, perosin llanto-, que al aceptar usted mis ofrecimien-tos lo ha hecho con lealtad... sí, señora mía, loreconozco... estoy agradecido... yo no valgonada... reconozco que usted, al responder afir-mativamente a mis ruegos, echó el último pu-

Page 168: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ñado de tierra sobre un pasado triste; me ofre-ció su cariño y me consagró su persona toda, suporvenir... yo lo agradezco... pero, pero... luegocambiaron las cosas, se presentó a usted deimproviso aquel sobre quien había caído tanta,tantísima tierra...

-No -exclamó Sola enérgicamente, levantán-dose-. Nada puede alterar mi resolución.Cuando apareció, ya yo no me pertenecía. Meconsidero tan ligada por mi palabra antes comodespués de aquella visita, y no debo, ni quie-ro... ni quiero, repito, volver atrás.

-No es posible que la presencia de ese señorlo fuera a usted indiferente.

-Indiferente no; pero quien tanto ha luchadoy tanto ha vencido, no podía de ningún modocomprometer su victoria. Soy la misma ahoraque cuando fui por primera vez a los Cigarralesa pasar los mejores días de mi vida... La menorduda de usted sobre esto será para mí una

Page 169: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ofensa. Soy toda en cuerpo y alma del que miróa esta huérfana sola y abandonada y tuvo laincomparable generosidad de querer hacerla suseñora.

La actitud firme de Sola, la energía y la leal-tad que en su semblante se pintaban, como laexpresión más propia y adecuada de su almahermosísima, tenían al buen Cordero sobreco-gido de admiración, de gratitud, de entusias-mo, de amor.

-Una sola palabra -añadió- una sola pregun-ta quiero hacer. Lo que usted diga será para mícomo declaración bajada del cielo y lo creeré,como se cree en Dios... Una palabrita nada más.Somos dos, dos hombres, el uno joven, lleno devida y salud, de inmejorable presencia, despe-jado, rico, honrado, con innumerables prendasque aumentará la imaginación de la que tantosupo amarle de niña; el otro viejo, enfermo,pesado...

Page 170: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Pesado no -gritó Sola protestando con calor.

-Bueno, quitemos lo de pesado... enfermo,feo...

-En los hombres no hay fealdad.

-Enfermo -prosiguió Cordero contando porlos dedos-, poco agraciado, corto de vista, hon-rado sí, como el primero, de buen corazón... Enfin, voy al objeto. Los dos quieren casarse conuna tal Sola, y esto parece fin de comedia. Unapalabra de la dama va a decidir la cuestión, ¿acuál de los dos quiero por marido?

¡Oh! quién tuviera pincel para pintar aqueldestello de verdad suprema que brilló en losojos de Sola, aquel gesto de heroína con quellevó la mano al pecho y elevó al cielo los ojos,bella por la verdad, sublime por lo que de ab-negación había en el fondo de aquella verdad, yquién pudiera expresar el acento suyo cuandopronunció estas palabras:

Page 171: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡Como Dios es mi padre celestial, así esverdad que quiero casarme con el viejo!

D. Benigno no la había abrazado nunca.Aquel día la abrazó por primera vez, y aquelabrazo bien valía por mil.

-X-Contaba el padre Alelí, historiador desme-

moriado y chocho, que aquella noche estuvo D.Benigno durante seis horas seguidas sin mover-se de su asiento, con los ojos fijos en las puntasde los pies, y el puño en la mejilla, y tal fue,añade, la duración de su éxtasis, cavilación omodorra, que al dejar aquella actitud teníamarcadas las coyunturas en los rojos mofletesde su cara, y el codo había dejado un hoyo pro-fundísimo en el cojinete del brazo del sillón.Pero nuestro buen criterio no nos permite ad-mitir ciegamente esta versión, y así reducimos a

Page 172: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tres las seis horas de que habla Alelí, el cualcomo Herodoto era muy inclinado a exagerar ydar proporciones a lo que veía. Mejor sería aún,reducir a una hora nada más el plazo de aque-lla perplejidad de nuestro querido señor, y asílo haremos. Conste, pues, que meditó largorato, y que después apareció como ensimisma-do y lleno de confusiones. ¿No se habían disi-pado sus recelos? Sin duda no. De su talantesólo puede decirse que tan pronto parecía muyalegre como muy triste.

Al día siguiente muy temprano, después deun sueño ni profundo ni largo, se levantó, ydespachando a toda prisa el desayuno, salió yfue derecho en busca de un sujeto que vivía enla calle del Duque de Alba, junto a D. Felicísi-mo. Aquel era día de mala suerte para el deBoteros, porque el individuo a quien buscabahabía salido más temprano que de costumbre,dejando dicho a sus criados que no le esperaranen todo el día.

Page 173: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡Barástolis y más que barástolis! ya podíahaber esperado un poco.

-Si llega usted cinco minutos antes -dijo elcriado-, le encuentra bajando la escalera.

-Cinco minutos... ¿y cómo había de llegarcinco minutos antes, hombre de Dios? ¿No veusted que soy cojo?... ¿no lo ve usted?

-No se incomode usted, caballero.

-¡Malaventurados los cojos -dijo el héroe pa-ra sí con tristeza-, porque ellos llegaron siempretarde!

El señor a quien D. Benigno buscaba contanto empeño no estaba lejos de su casa. SiCordero, en vez de retroceder hacia la Mercedy calle de Carretas con ánimo de encontrarle,hubiera seguido hacia San Millán y la calle delos Estudios, le habría de seguro hallado. Esta-ba frente a una puerta de la citada calle, con la

Page 174: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

vista fija en un hombre y en un caldero, en unamesilla forrada de latón, en un enorme perol demasa y en un gancho. En el caldero que eragrandísimo, ventrudo y negro, hervía un me-diano mar amarillo con burbujas que parecíangotas de ámbar bailando sobre una superficiede oro.

Del líquido hirviente salía un chillón mur-mullo, como el reír de una vieja, y del hogar orescoldo, profundo son como el resuello de undemonio. La llama extendía sus lenguas, quemás bien parecían manos con dedos de fuego yuñas de humo, las cuales acariciaban la con-vexidad del cazuelón, y ora se escondían, ora sealargaban resbalando por el hollín. El hombreque estaba junto al cazuelón y sobre él trabaja-ba, habría pasado en otro país por prestidigita-dor o por mono, pues sólo estos individuospodrían igualarle en la ligereza de sus brazos yblandura de sus manos. En el espacio de pocossegundos metía la izquierda en el cacharro de

Page 175: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

la masa, daba en ella un pellizco, sacaba unpedazo, que más parecía piltrafa; estrujaba li-gerísimamente aquella piltrafa, haciendo entrosus dedos como un pequeño disco u obleagrande; arrojaba esto al hervidero amarillo, yen el mismo instante, con una varilla que en lamano tenía, agujereaba el disco, haciendo unmovimiento circular como quien traza signocabalístico. Unos cuantos segundos más y eldisco se llenaba de viento y se convertía en aro.Con un brusco impulso de la varilla echábalofuera para empezar de nuevo la operación. Noserá necesario decir que aquellos roscos amari-llos, vidriados y tiesos como vejigas eran bu-ñuelos. Una mujer flaca, bigotuda, con parchesen las sienes, y las cejas como dos parches ne-gros, se ocupaba en poner ordenadamente losbuñuelos y en espolvorearles azúcar con uncacharrillo de lata, agujereado cual salvadera.La misma mujer de los parches era quien vend-ía, cuando alguien compraba, ensartando las

Page 176: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

docenas de buñuelos en juncos verdes que a lamano tenía.

El prestidigitador buñuelista era un hombrepequeño, antipático, tirando a viejo. Sudabatanto con aquel continuo y fatigoso ejercicio,que su cara parecía haber estado en remojo po-co antes. Para entretener el fastidio canturreabaesta copla:

Reinará D Carloscon la Inquisición,cuando la naranjase vuelva limón.

Salvador reconoció la puerta de la casa quebuscaba, y acercándose, preguntó si vivía allí elseñor Pedro López, por otro nombre Tablas.Mientras el hombre se limpiaba el sudor, lahembra de los parches contestó que sí. La tien-

Page 177: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

decita ahumada donde estaba el puesto de bu-ñuelos y aguardiente comunicábase con unalonja grande y espaciosa, donde había esplén-dido comercio de carne y salchichería. Ambosestablecimientos eran, al parecer, de un mismodueño: el pequeño tenía una puerta a la calle yel grande dos.

-Es en la tienda de al lado -dijo el buñuelerosin urbanidad-; pero se puede entrar por aquí.Pase usted, caballero... Señá Nazaria, aquí pre-guntan por usted.

Cuando la naranjase vuelva limón.

Salvador penetró en la gran tienda dondepodía admirarse todo lo más hermoso y ricoque producen las industrias de Montánchez yCandelario, y si no hubiera freno para las com-paraciones, si todo lo visible pudiese entrar en

Page 178: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

el dominio del arte metafórico, bien podría lla-marse a aquello el palacio de las morcillas o eltemplo del jamón. Además de la extraordinariaabundancia de lo que en el comercio se llamagénero, cautivaba en tal sitio el buen orden y, sise quiere, la elegancia con que todo estaba colo-cado y mostrando que había allí buen ojo ybuena mano para que lo destinado a complaceral estómago embelesase primero a la vista. Eltecho era un portento, pues no parecía sino laconvexidad de admirable gruta adornada deestalactitas, de corales, madréporas y raras es-pecies de aquella parte del reino vegetal quecon el mineral se confunden. Fijándose en losjamones que colgaban de un barrote de hierro yen las oscuras morcillas que les acompañaban,no se podía menos de pensar en algún inmensoárbol de Jauja, que había metido allí una de susramas, completamente llena de gigantescasfrutas, tan sabrosas como picantes. En graciosascenefas y en madejas ondeadas pendían lassalchichas rojas como el pimiento de quien to-

Page 179: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

maban su afectado colorete, y las sartas de cho-rizos se entremezclaban con los perniles, acari-ciándolos suavemente con su piel crasosa. Poruna columna abajo descendían en cuelga milla-res de salchichones, los unos vestidos con cora-za de plata, los otros desnudos y tiesos comogarrotes, en tal número, que con ellos se podríaarmar un ejército, si los ejércitos se batieran acachiporrazos. En el mostrador, de pintadatabla, estaba el peso de metal amarillo, que co-mo el más fino oro de Arabia relucía, y de unosganchos que traían a la memoria las horcas al-zadas por Chaperón en la vecina plazuela, col-gaban las orondas reses puestas al despacho.Allí era de ver la hercúlea fiereza con que unfornido inocentón manejaba el hacha sobre eltajo, haciendo trizas a la víctima, que había sidoun inocentísimo carnero manchego, o benemé-rita vaca de la sierra de Gredos. Insensible co-mo un verdugo, había en él también algo de laestricta equidad de quien cumple justicias su-periores, porque cortaba los pedazos de modo

Page 180: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

que resultasen conforme al peso pedido, y eramuy comedido de huesos y escrupuloso depiltrafas. El tajo era quizás el objeto que menosconforme estaba con el aspecto ordenado y has-ta bonito de la tienda. ¿Quién nos asegura queno salió del mismo tronco de donde sacaron elque sirvió para hacer justicia a los Comuneros?Cuando nuestro buen amigo Rufete le miraba,las edades ominosas acudían a su mente y conellas la imagen de los terribles escarmientosaplicados al hombre por el hombre. Las rayastrazadas sobre el madero por el filo del hacha leparecían una página histórica.

Las pesas subían y bajaban golpeando elmostrador duro, y de mano en mano iba pa-sando el sustento de todo el barrio, aquí pobrey esquilmado, allá rico y sustancioso. Sobre latabla caía una lluvia de cuartos negros man-chados de verde, y con la música que estos hac-ían, se concordaba el choque de las medias li-bras y onzas de cobre, sin cesar dando sobre el

Page 181: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

platillo. La aguja de la balanza oscilaba cons-tantemente como un péndulo invertido. Cuan-do se distribuía una res, dividiéndose en innu-merables pedazos destinados a tan diversasnecesidades humanas, se descolgaba otra. Tancontinuado rasgar de fibras y estallido de hue-sos causaría horror a los que no lo presenciarantodos los días. Entre el murmullo se oía: «SeñáNazaria, péseme, bien, que soy parroquiana...Señá Nazaria, córteme pierna de abajo... SeñáNazaria, tenga conciencia y vea que eso es cor-dilla para los gatos... Señá Nazaria, el solomillolimpio y mondo o no cobrado... Señá Nazaria,tenga conciencia en las chuletas».

Y señá Nazaria atendía a todos los términosde esta baraúnda, demostrando actividad pas-mosa, inteligencia múltiple y compleja. Unía altalento para distribuir la grandeza de alma paraconceder siempre un poco más del peso. No eracicatera, pero cuando se creía engañada en eldinero, hacía justicia pronta y seca. En cierta

Page 182: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ocasión agarró un moño como se podría cogeruna fruta, tiró de él y una copiosa cabelleranegra se le quedó en la mano, por lo que se dijoque en sus grandezas imitaba a Julio César, yen su modo de guerrear a los salvajes. Era unamujer alta y gorda, no tan gorda que llegara aser repugnante, sino llena, redondeada y biencompartida. Si era verdad que parecía haberabsorbido parte considerable de la infinita sus-tancia que en la tierra existe, también lo es queconservaba mucha ligereza en todo su cuerpo,y que no lo pesaban las mantecas. Su rostro erade admirable blancura, sus ojos garzos y ne-gros, su nariz basta y respingada, abierta desca-radamente al aire, como gran ventana, necesa-ria a la respiración de un grande y profundoedificio. El chorro de viento que entraba poraquella nariz modelada para el desparpajo,imponía miedo a los espectadores de su cólera.Nazaria tenía la hermosura que por extrañaamalgama de los tipos humanos, hace simpáti-co al descaro.

Page 183: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Lucía enormes amatistas montadas en pen-dientes de filigrana como relicarios, de modoque parecía llevar en cada oreja el pectoral deun obispo. Sus manos eran bonitas y gordezue-las, y los anillos que de antiguo llevaba no se lepodían sacar, porque su carne había crecido yel oro no. Tenía treinta y tantos años y era viu-da de un opulento negociante de Candelario.

Por qué la llamaban Pimentosa es cosa queno se sabe; pero algunos decían que picaba mu-cho y levantaba ampolla a la manera de guindi-lla. Se podía ir a la tienda por verla despachar.También ella era prestidigitadora como el delos buñuelos, y parecía que se le multiplicabanmilagrosamente las manos para coger pesar,cobrar, contar y devolver, todo sin dejar decharlar ni un solo momento. Enormes calderosde manteca blanca como espuma ocupaban unextremo del mostrador, y era bonito ver resba-lando por aquellas blanduras de grasa las es-meraldas y los diamantes clavados en los dedos

Page 184: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

de Nazaria. Otras veces aquellos dedos, en san-gre tintos, ocupábanse en usos industriales delgénero de Candelario; pero pronto recobrabansu belleza revolcándose en espuma de jabón yestrujándose en agua hasta quedar limpios co-mo el oro y finos como la seda. Así y todo sepirraban por dar una bofetada.

-XI--¿Qué se le ofrecía a usted, caballero?

-¿Está ese Sr. Tablas?

-Perico querrá usted decir. Esta no es hora.

-Eso es, D. Pedro López.

-No tan arriba. Pique más bajo.

-¿Se le puede ver, sí o no?

-Creo que está durmiendo. Suba usted... Eh,tú, Rumalda... ve con este caballero... Di a Peri-

Page 185: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

co que si no tiene vergüenza de dormir a estashoras.

Romualda era una mujercita encanijada yvestida de harapos que en la tienda inmediataayudaba a la mujer de los parches a ensartarbuñuelos. La fisonomía de Romualda estaba detal manera desvirtuada por la palidez y por lasuciedad, que no se podía decir si era fea o bo-nita. Igual dificultad había para declararla niñao mujer, y así lo menos expuesto a equivoca-ciones será decir que no tenía edad ninguna.

El fenómeno (pues no de otro modo era lla-mada en el barrio) echó a andar delante de Sal-vador para guiarlo. Pero como el fenómenocojeaba ninguno de los dos podía ir a prisa.Tardaron algunos minutos en vencer la escale-ra, cuya tortuosidad igualaba a las oscuras re-vueltas de la conciencia de un asesino. Por de-cir algo durante el fastidio de tan penosa ascen-sión, Salvador preguntó a su compañera si erade la familia del Sr. Tablas.

Page 186: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Es mi padre -replicó la cojuela.

-Pues no lo parece -dijo el caballero-. El Sr.Tablas y la señora Nazaria están, según parece,en muy buena posición.

El fenómeno no dijo nada, y siguió subien-do. Parecía subir con un solo pie. Al llegar arri-ba detúvose para tomar aliento. Sin duda norespiraba más que con un pulmón.

-¿Se ha cansado usted, caballero?

-No tal... piso tercero. La escalera no es lar-ga, y se subiría bien si no fuese tan oscura... Túsí estás cansada. ¿Cuántas veces al día subes?

El fenómeno se quedó pensando. Por último,dijo:

-Unas sesenta veces.

-Es buena renta, hija. Tres mil escalones dia-rios.

Page 187: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Con poco más al cielo.

Romualda no dijo más, y entrando en la casadespertó a Pedro López, que dor mía como uncanto. Desde la sala en que esperaba entreteni-do en contemplar las estampas de santos y to-reros que cubrían las paredes, oyó Salvador losgruñidos del atleta al ser arrancado de su dulcesueño por la mano áspera y aceitosa del fenó-meno. Oyó después imprecaciones y despere-zos, y luego una ronquísima voz que decía:

-Baja a la tienda y tráeme los cigarros quedejé en el cajón grande del mostrador.

Poco después Tablas y Salvador se saluda-ban en la sala. Hablaron con interés un largorato, y al fin dijo López:

-Vámonos al café, y almorzando hablaremosde eso despacito. Aquí no se puede hablar denada. Nazaria es muy re-curiosa, y todo loquiere saber.

Page 188: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Se fueron. En la escalera hallaron al fenóme-no, que después de haber subido para llevar loscigarros al Sr. Tablas, volvía a subir (¡oh Cristode la cruz acuestas!) en busca de la sal para unhuevo frito que se estaba comiendo la señoraNazaria.

Se comprenderá por este último y no insigni-ficante detalle que la hermosa carnicera habíaconcluido el despacho de la mañana. Al finpodía gozar algún descanso después de aquellaespantosa brega de cortar, pesar, cobrar y de-volver, y en el rescoldo de la buñolería le ade-rezaba la de los parches un ligero almuerzo.Detrás del mostrador ponía su mesa Nazaria; selavaba manos y brazos hasta el codo; quitábaseaquel horrible mandil que le sirviera poco an-tes, y acompañada de alguna discreta amigaque de la próxima tienda de lienzos venía o dela mujer del vinatero, restauraban sus fuerzas.Después solía tomar una almohadilla con algode costura, y a cada instante volvía la cabeza

Page 189: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

hacia la otra tienda para decir: -«Rumalda, subey tráeme el dedal...». Más tarde: -«Rumalda, laseda negra que está en mi costurero...».

En la buñolería, que a eso de las diez apagósus fuegos, estaba la de los parches al frente desus menguados despachillos de escarola, perejily lechugas. Romualda se comía un pedazo depan, engañado con los restos del almuerzo deNazaria.

-Rumalda -dijo esta después de medio día-,sube y dile a Petrilla que no ponga las perdices.

Y media hora después Romualda subió apreguntar si estaba la comida. Siendo la res-puesta negativa, volvió a subir para dar prisa, ycuando Nazaria se remontó despacio a su alo-jamiento para comer y dormir la siesta, elfenómeno bajó a buscar las tijeras que se habíanquedado en la tienda, y más tarde a decir alcortador que cerrara, y luego fue por aceite a lalonja de la esquina.

Page 190: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

La Pimentosa comió abundantemente, comosolía hacerlo, y antes de dormir la siesta mandóal fenómeno que bajase para ver si Tablas esta-ba en la taberna de la calle de las Maldonadas.Malísimo humor tenía la señora por aquellatardanza de su hombre, aunque acostumbradaestaba a tales ausencias y a otras mayores. Delmal humor pasó a la furia, y después de ponercomo ropa de pascuas a Petrilla, a la mujer delos parches, al cortador, al lucero del alba, alPreste Juan de las Indias, al rey David, miró aRomualda con dictatorial ceño.

-¿Y tú qué haces ahí, holgazana? ¿En dóndeestá la media?

El fenómeno respondió temblando que lamedia estaba abajo... ¿pues dónde había deestar?

-Pues correndito por ella.

Page 191: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Y se echó a dormir. Después de la siesta re-cibió varias visitas, a saber: el respetable vinate-ro que venía con importantísimos chismes de lavecindad; la inquilina del segundo, que eraprestamista, con más conchas que un galápagoy más dinero que la Real Hacienda; una criadade la señora de D. Pedro Rey que vino a traerrecados de su ama, (pues Nazaria era hija deuna antigua sirvienta de los Rey), y el padreCarantoña, de la orden de Predicadores, quealgunas veces solía ir a la casa para llevarse unacestilla repleta de ricos chorizos y butifarras,con otras vituallas de consideración.

-Padre Carantoña -dijo Nazaria al despediral fraile-. Hágame un favor. Si ve a Rumaldillaen la tienda o jugando en la calle, dígale quesuba.

Aquella tarde sintiose la insigne carnicerabastante molestada de la dispepsia que padecía.Hallábase en disposición de abofetear a todo elgénero humano, porque las malas digestiones

Page 192: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

exacerbaban su carácter agrio y despótico. Des-confiando de los médicos, sólo se aplicaba re-medios que llamaremos populares, recomen-dados por las comadres de la vecindad, losunos del orden supersticioso, los otros delgénero terapéutico familiar; y como se los ad-ministraba todos a la vez o in solidum, sin crite-rio, sin tino, la buena mujer estaba cada díapeor. Por eso aquella tarde, se oyeron muchasveces sus vehementes gritos de mando:«-Rumalda, a la botica. -Rumalda, a casa de latía Pistacha... que te de aquellos polvos...».

En estos y otros lances, recibió una visita al-tamente honrosa. La sala se llenó de negro,quiero decir que entró en ella el padre Graciánacompañado de otro clérigo, no tan grandecomo Su Reverencia, pero también bastantetalludo. El padre Gracián era bien recibido enuna y otra parte y muy querido del vecindariode Madrid, porque a todas las casas que sehonraban con su presencia, y eran muchas

Page 193: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

(aunque él no pecaba de pedigüeño ni de en-trometido, como algunos individuos monaca-les), llevaba siempre una misión desinteresaday evangélica. El palacio del rico y el cuarto nu-merado del pobre abrían con igual amor suspuertas a aquel enemigo del escándalo, a aqueltrabajador incansable de la viña del Señor, aaquel guerrero de la moral cristiana, a aquelperseguidor de las malas costumbres. Hacía lapropaganda de los matrimonios leales y bienacordados, de las familias pacíficas; llevaba portodas partes el pabellón de las reconciliacionesy de la paz; perseguía sin tregua las irregulari-dades, los odios domésticos, los amanceba-mientos, los desórdenes, y su mayor gloria eraencarrilar un marido extraviado, enderezar unaesposa torcida, atraer un hijo pródigo, ablandara un padre cruel. No abandonaba ni un puntosu arriesgado puesto de combate enfrente delas baterías de Satanás, y exponía su noble pe-cho a las burlas, a las injurias, a la mala inter-pretación, con tal de defender el baluarte de

Page 194: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Cristo en que asentaba su planta, y no dejarsequitar un palmo de terreno, sino antes bienganar al pecado palmos, varas y leguas.

La Pimentosa se turbó al verle entrar. Ella,que no respetaba nada en el mundo, respetabaal clérigo por un sentimiento natural adquiridodesde la cuna y, si se quiere, mamado con laleche. Ofreció una silla al Padre y otra al Her-mano que acompañaba al Padre.

-No, no me siento -dijo con áspera voz Gra-cián, blandiendo su sombrero de teja, como sifuera un montante para cortar cabezas-; nosvamos enseguida. Yo no vengo aquí como elpadre Carantoña a tomar chocolate y a recibirmorcillas; vengo a arrojar una semilla fructíferaen este erial; vengo a arrojar una palabra eneste desierto, con esperanza de que alguna vezsea oída... Me intereso por vosotros porque soispecadores. El sano no necesita de médico, elleproso sí. Conocí a la señora Nazaria en casade D. Pedro Rey, y allí supe su mala vida. Co-

Page 195: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

nocí a López en casa de D. Felicísimo, y allísupe su extravío. Pues bien, aquí vengo hoycon el mismo fin que me trajo la semana pasa-da; vengo a deciros: «Casaos, casaos, casaos,que estáis perdiendo vuestras almas y dandomal ejemplo». Soy misionero de Cristo, apóstolde gentiles, y veo que no es preciso ir al Asia nial África para encontrar salvajes. Aquellos sonmejores que vosotros, porque ellos son nacidosciegos, y vosotros, que nacisteis con vista, cerr-áis los ojos a la luz. Vuestra unión ilícita es unpecado mortal para vosotros y un escándalopara los fieles. Casaos, almas de cántaro, y vi-vid como Dios manda y la sociedad desea.

En la cara de la Pimentosa parecían fluctuarbatallando la cólera y el respeto, y con turbadalengua se disculpó así:

-Bueno, ya lo sé... ¡Caramba, qué trompetade Padre!.. No soy sorda... Yo bien sé que SuReverencia habla con razón. Pero yo me voy aseparar de Tablas, yo reniego de Tablas, que es

Page 196: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

un holgazán, que me está comiendo lo que ga-no y lo que heredé de mi difunto.

-Pues separaos, por la Virgen Santísima -dijoGracián con más suaves modos-. Si él es unborracho, un haragán y un libertino, váyaseenhoramala. Ayer lo calentó las orejas en casadel Sr. Carnicero. Pero él no desea romper estaunión ilícita, sino casarse. Tiene buen fondo.Decidid una cosa u otra; estáis llenos de peca-dos, vivís como fieras, no como cristianos.

-Padre, por amor de Dios -dijo Nazaria ate-rrada por las palabras del clérigo-. No me ca-liente la cabeza. Estoy esta tarde que si meacercan a la lumbre, ardo. El mal que padezco...

-Sí, ya sé que padeces un mal insufrible. ¿Pe-ro de qué proviene ese mal? Proviene de tusinfames vicios, de la glotonería primero, de lacólera después y de otros grandes y deplorablespecados. Luego no quieres atenerte a la medi-cina ni al dictamen de entendidos físicos, sino

Page 197: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

que te entregas a la superstición. Has de saberque es ultrajar a Dios y a los santos creer quecon palitroques pasados por los pies de unaimagen se curan las enfermedades, y que elromero guisado al compás de un credo sirvepara hacer buen quilo. ¡Error, necedad, irreve-rencia, sacrilegio!... No veo en esta casa másque escándalo y profanación -añadió colérico,revolviendo sus ojos y mirando las estampasque llenaban las paredes-. ¿Qué significan estosretratos de toreros confundidos con los santosmás venerables? ¿Qué significan esas muletas yesos estoques, banderillas y puyas, colocadasen pabellón y como al modo de ofrenda al piede la Santísima Virgen? ¿Y esa cabeza de toroque tiene pendiente de cada cuerno un NiñoJesús de alcorza?... Mujer escandalosa, hasta enlos adornos de esta casa se conoce que reinanaquí la profanación, el escándalo y el vicio.

-Así tenía mi marido la casa -dijo Nazaria al-zando su nariz provocativa, por donde entró

Page 198: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

un chorro de aire que sonaba a resoplido defragua.

-Bueno estaría también tu marido -dijo Gra-cián, haciendo un mohín de escarnio-. Los sen-timientos de la gente de esta casa se revelanhasta en lo más insignificante. Pues si fuera aocuparme de todo lo que hay aquí de reprensi-ble, ¿qué diría, señora Nazaria, qué diría de labárbara crudeza con que es tratada esa pobreniña, o mujer canija, hija del señor Tablas?... Ostratáis como duques, y ella se confunde con losmás lastimosos pordioseros. ¿Qué tal? ¿Es estocristiano, es esto honrado? Pero donde no hayverdadera familia no puede haber sentimientoshumanitarios ni caridad. Casaos, casaos, recon-ciliaos con Dios y con la Iglesia, no me cansaráde decirlo. Si así lo hacéis, después todo se oshará fácil. Salvad vuestra alma, y no contamin-éis otras almas que aún están puras. Curaos devuestro daño, y así ninguno que esté próximo avosotros se contaminará de él... Os amonesto

Page 199: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

por tercera vez, y os amonestaré la cuarta y laquinta, porque yo, que he despreciado tantasveces la muerte, ¿qué caso puedo hacer devuestra resistencia? Nazaria, vuelve en ti, oyemis consejos. Citando tu corazón de un grito,corre a la iglesia, no te detengas. Me hallarás enmi confesionario. Adiós.

Sin hacer reverencia alguna, impávido, for-midable, como el guerrero que ha cumplido sudeber en lo más recio de un combate, salió se-guido del Hermano. Cuando bajaba la escalera,Tablas subía.

-XII-Abrió el gigante la puerta de la sala donde

su giganta estaba, y antes de entrar echó enredondo una mirada recelosa, bajando la barbaal pecho y escondiendo los ojos bajo las negrascejas. La amenazadora expresión de su ceño, la

Page 200: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

prominencia de su frente abultada y aquel mi-rar hosco daban a su cabeza semejanza con laespantable testa del toro jarameño cuando apa-rece en el circo, y reconoce con su mirar de fue-go el ansioso público, y parece que él mismo,antes de empezar la lidia, se espanta de la bar-barie que se prepara.

La nariz de Nazaria se infló hasta no podermás. En aquellos momentos necesitaba muchoaire. Tablas dio algunos pasos hacia ella, yechándose ambas manos a la estrecha cintura,se meneó a un lado y otro como muñeco degoma, y escupió estas palabras:

-¡Cristo!... si habré dicho alguna vez que noquiero clerigones en casa... ¿Por qué los hasrecibido?

Pimentosa echó mano de un abanico y re-plicó así:

-Porque me ha dado la real gana... En paz.

Page 201: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-En guerra... Si les vuelvo a encontrar... vana la calle por el balcón... y tú detrás.

-¡Valiente papamoscas! Pero hombre, no ma-tes tanta gente, que se acaba el mundo.

-¿Qué buscaban esos pillos?

-El pillo eres tú... salvaje. ¡Tanto rezar rosa-rios en casa de D. Felicísimo, y llama pillos a losseñores sacerdotes!...

-¿A qué venían?

-A lo que nos ha dado la gana.

-Vamos, vamos -dijo Tablas contoneándoseotra vez-, que hoy estoy tan bromista, que si metocan, por cada dedo me sale un tiro.

-Lo que a ti te sale es el aguardiente que hasbebido.

-¡Nazaria!...

Page 202: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Úrgame tanto así, y verás lo que es canela.

-¡Nazaria!...

-¿En dónde has estado hoy? dilo pronto -gritó la Pimentosa hablando a borbotones-.¿Quién es ese futraque que vino a buscarte?

-A ti no te importa eso... Toma varas con lossayos negros y déjame a mí.

-¡Borracho!

-¡Pues y tú!.. -exclamó Tablas, mascando sucólera-. Vamos, no quiero incomodarme... ¿Porqué has recibido a los clérigos?

-Porque es mi santa voluntad. Soy reina demi casa.

-Reinita nada menos...

Page 203: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Tablas miró a un palo que en el rincón de lasala había, y que sin duda iba a intervenir comotercer personaje en aquella escena.

-Sí, reina soy y ama de todo -bramó Nazariapálida y furiosa, extendiendo los brazos-. Míoes el pan que comes, mía la ropa que vistes, míoel tabaco que fumas, y mías las copas, las co-pas...

No pudo decir más porque la ahogó la tos.Su abultado seno trepidaba saltando, comovejiga de payaso.

-Todo es de la señora, já, já... -dijo grotesca-mente López queriendo tornar en burlas afir-mación que tanto le humillaba-. Después habla-remos de eso; pero ahora, dígame la reina porqué estaban aquí otra vez los sacripantes ne-gros.

-Porque yo les llamó ¿estamos?... porque megusta el sermón y quise dar para las ánimas.

Page 204: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡Anima mea!... Cristo... Con que hay pedri-ques en mi casa... Pues mira yo te voy a dar laExtrema. ¿No te pido el cuerpo hinsopo?... Puesverás.

Volvió a mirar el palo, que ya estaba, comosi dijéramos, al paño, esperando el momento desalir al escenario.

-Ladrón, si te mueves, te como... -gritó Na-zaria en voz tan imponente, que Tablas, ya encamino de traer al tercer personaje, se detuvoen medio de la sala-. Ponte en la puerta de lacalle ahora mismo, holgazán, gorrón, que elpan que me has comido, mejor habría sidoecharlo a los perros... ¿Pues no te contentas congastarme mi dinero y arruinarme la casa, sinoque me amenazas?... ¡Por vida del arpa del tíoDavid, yo tenía más dinero y más comenenciaque cuatro reyes, y tú me has llenado de tram-pas! Por ti y tus vicios estoy empeñada en másmiles que pesas, trapalón, y cuando toquen aembargar, la viuda de Peribáñez el de Candela-

Page 205: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

rio tendrá que ponerse al buñuelo, a la castaña,al aguardiente o al mondongo... Sacados te veayo los ojos, hi de mujer mala. Dime, calzonazos,¿en dónde están mis alhajas qué daban envidiaa las de la Pilarica en Zaragoza? ¿en dóndeestán mis cuatro mantones de Manila que pa-recía que los habían bordado ángeles con ma-nos de rosa?... ¡Ah! ¿dónde ha de estar todoaquel tesoro? En Peñíscola, para que el señorbeba, para que el señor monte a caballo y vayaa derribar vacas, para que el muy mamarrachoconvide a los gorrones y tenga mozas... Ea, fue-ra espantajos. Por aquella puerta se va a la ca-lle...

-¿Sabes lo que te digo?... pues que eres unacotorra charlatana y hay que cortarte el pescue-zo.

-¿Sabes lo que te digo? pues que a otros demás hígados que tú los he tendido yo de unsoplamocos. Mejor tuvieras vergüenza y fueraspersona decente como yo. ¿En dónde pasas las

Page 206: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

noches?... ¿en qué gastas el dinero?... Y luegoviene diciendo el bobo que se trata con esosseñores de política, y que está armando un ga-tuperio como el de los tiempos en que cayó laMamancia... ¿Qué entiendes tú de eso, cafre, siandas en dos pies porque al Señor se le olvidóhacerte la cruz en el lomo?... Mira que no se haacabado la madera de que hicieron las horcasen la plazuela. Allá te quisiera ver colgado co-mo una butifarra para ir a tirarte de las pierna-zas y verte haciendo más visajes que un cómicocon hambre. ¡Política el señor Tragacantos! ¿Decuándo acá tenemos esas sabidurías? Lo que túharás será engañar al pobre D. Felicísimo que tedio la primer bazofia que comiste en el mundo,y venderle a los masones, contándoles lo quepasa en su casa. ¡Ah! bribonazo, si creerás em-bobarme a mí, que conozco tus mañas y sédónde te aprieta la herradura.

- ¡Ah!... ¡re-sangre! si digo que voy a echar algato esa lengüecita... -dijo Tablas abalanzando

Page 207: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

sus pesadas manos hacia la cara de la Pimento-sa.

-Quita allá esas aspas de molino -replicó ellarechazando con extraordinaria energía las ma-nos de su hombre.

-Maldita sea la hora...

Bramando así con insensata ira, Tablas hizoun gesto, o instantáneamente enganchó en sugarra el moño negro de la giganta. La gigantarugió como una leona, levantose, hubo formi-dable choque de cuerpos y cruzamiento horri-ble de brazos tiesos. Se balancearon, se oyó undoble gemido y un estertor siniestro, señal deviolentos esfuerzos. Pero la gigantona logródesasirse, blandió sus fornidos brazos, echó untemporal por su nariz, y rápida como el pen-samiento, dio un salto, dos, tres. El piso tem-blaba como si pasara un carro. Nazaria llegó auna mesa y cogió un objeto voluminoso queencima de ella había. ¿Qué era aquello? Era una

Page 208: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

urna de madera y cristal, alta de tres cuartas.Dentro de ella había una virgen de los Dolores,y encima un toro de yeso, dos toreros, un niñoJesús, una enormísima moña. Alzó en sus ma-nos la mujerona todo aquel catafalco religioso-taurino, y en menos tiempo del que se necesitapara pensarlo, cayó todo con estrépito formi-dable sobre la cabeza de Tablas. La increpacióno voz felina que este lanzó al recibir el golpe noes para descrita. Los vidrios rotos sobre sucráneo rasgaron su frente. Sin sentir manar lasangre corrió en busca del palo; pero antes dellegar, ya se le interpuso la Pimentosa con unasilla enarbolada en ambas manos. El gigantetomó otra silla. Se detuvieron un momentomirándose cara a cara; echándose mutuamentesu ardiente resuello y cruzando los rayos de susojos llenos de ira. De repente la giganta soltó elmueble; había tenido una idea feliz, salvadora.Dio un paso atrás, revolvió en su cesto de cos-tura, sacó una navaja enorme, y corriendo en

Page 209: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

seguimiento del gigante, que retrocedía espan-tado, exclamó con bramido:

-Te degüello...

Entraron algunos vecinos, para quienes noera nuevo aquel laberinto, aunque hasta enton-ces no había ocurrido pendencia tan ruidosa encasa de Nazaria; entró también Romualda dan-do gritos, y todos se dedicaron a la grande obrade la pacificación. Cada contendiente se viorodeado de un grupo y oyó las exhortacionesmás razonables. ¡Cosa extraordinaria! El prime-ro en quien se notaron síntomas de aplacamien-to fue el descalabrado López, el ofendido depalabra y de obra. Gruñendo como un mastínapaleado, dijo que él no quería perderse, queera demasiado hombre de bien para perderse, yque no había mujer alguna en el mundo mere-cedora de que se perdiera por ella un hombre.Nazaria no decía nada, pero con los resoplidosmostraba el desfogamiento de su cólera queparecía salir en mangas de aire desalojando el

Page 210: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

henchido seno. La navaja yacía en el suelo juntoa los restos de lo que fue urna y a los pedacitosde toro de yeso que, pisados en la contienda,manchaban de blanco la fina estera.

-¡Y está sangrando el canalla! -dijo la Pimen-tosa lanzando de su boca esas chispas de risaque saltan entre las llamas de la ira iluminandoel rostro-. Parece un Decehomo.

-No es nada, no es nada -dijo Tablas lleván-dose a la frente un pañuelo que le dio el fenó-meno.

-Rumalda -gritó la giganta-, baja y trae unpoco de vino y aceite.

Viendo que la furia de uno y otro se aplaca-ba poco a poco, los vecinos se fueron retirando.

-Se incomoda uno por cualquier majadería-murmuró López, dejando que Nazaria le apli-case el pañuelo a la frente-. Cuando uno va a

Page 211: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

reparar ya ha hecho una barbaridad... y hombreperdido.

-Le hablan a una con malos modos, y a unase le sube la mostaza a la nariz, y allá te vaslengua.

-Y gracias que uno es prudente y sabe lasmañas de la fiera y le para los pies... -dijo Lópezqueriendo dar explicaciones de su cobardía.

-Y si a una le preguntaran con buen modo loque buscaban los padres caras, una contestaríaque venían a sus pedriques, y en paz. Pero seincomoda la gente por una palabra... Hay len-guas que tiran coces... No se puede remediar...

-Yo soy un ángel; pero cuando me solicitan,embisto. ¡Qué genio me ha dado Dios! Yo mis-mo me tengo miedo a veces... Rumalda...

Rumalda había llegado con el aceite y con elvino, y Nazaria aprontaba el remedio que re-

Page 212: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

clama toda cabeza sobre la cual se ha hechopedazos una urna.

-Rumalda, no tengo tabaco -dijo el atleta-;bájate al estanco... pronto, chica... Pues comoiba diciendo, si a un hombre como yo, que estodo pólvora, se le hubiera preguntado condecencia dónde había pasado el día y qué ne-gocios traía con el futraque, el hombre habríacontestado como un caballero. ¡Si aquí no haymisterio...! Que un señor, a quien conocí en casade D. Felicísimo, viene a buscarme y me dice:«Sr. López, me va usted a hacer un favor muygrande. -Usted disponga, señor mío... -Pueshace dos meses, la policía registró una casa dela calle de Belén, donde se reunían unos cuan-tos partidarios de D. Carlos. La policía fue so-bornada en aquella ocasión y no prendió a na-die. Pero el Gobierno ha cambiado los guindi-llas de soflama por otros, y anoche volvió lapolicía a registrar la casa de la calle de Belén, ypescó a cinco sujetos, y les puso en la cárcel de

Page 213: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Villa. -De lo cual me alegro, Sr. D. Salvador.-Pues mire usted, Sr. Tablas, yo vengo a queusted me haga el favor de proporcionar a unode esos cinco sujetos los medios de fugarse,porque corre el run run de que les van a fusilar.-¿Es pariente de usted? -Sí señor. ¿Usted haestado empleado en la cárcel de Villa? -Sí señor.-Usted favoreció la escapatoria de Olózaga. -Sí,señor. -Usted podrá hacer ahora otro tanto. -Síseñor. -Pues es preciso hacerlo. -¿Cuánto vamosganando? -Tanto. -Es poco. -Pues cuanto. -Nosarreglaremos. -¿Quién es el sujeto? -Pues esFulano de Tal. -Adelante, empezaremos a tra-bajar hoy mismo. Vamos al café y a la taberna;hablaremos con los chicos de la cárcel...». Total,que hemos estado todo el día inventando dia-bluras, y luego fuimos a casa de don Felicísimo,que también está empeñado en poner en salvoa ese preso. Y de unos y de otros he de sacarmetal, mujer, mucho metal, para desempeñar loque hemos empeñado, y quitar trampas... fueratrampas, venga acá dinerazo de la gente carli-

Page 214: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

na, y juntándolo con el dinerito de la gente ma-sona, verás como nuestra hacienda se pone otravez de pie...

La reconciliación era ya segura, y los endu-recidos ánimos se ablandaban rápidamente alcalor de la confianza. La idea de que Tablasganase algún dinero, idea novísima y extrava-gante, produjo en el espíritu de Nazaria benéfi-ca y reparadora reacción. Aunque no era tonta,se dejaba alucinar fácilmente por risueñas qui-meras, como persona crédula y sin experienciaque había vivido siempre en el mayor desordenmoral y económico, y ya le parecía estar viendolas talegas que entraban por la puerta, ganadasen la explotación de toda aquella caterva políti-ca que ya se llamaba carlina ya masónica. Ta-blas había derrochado sumas relativamenteconsiderables. Si ahora traía a la casa otras su-mas mayores, se trocaba de libertino y perdidoen el hombre más allegador y apersonado detodo el barrio. ¡Bien, re-Cristo! Nazaria, que

Page 215: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

juntamente con la fiereza tenía la inocencia dela bestia cornúpeta a quien tan fácilmente en-gaña un vil trapo rojo, se calmó y sintió dolormuy vivo de haber ofendido a su gigante. Asíprocede siempre, pasando de salvajes cóleras avergonzosas condescendencias, toda esa gentedesalmada, ignorante y tan incapaz de calcularsus intereses como de refrenar sus pasiones.

Se reconciliaron. El aceite juntó su pringosasuavidad con la acritud astringente del vino, ybatidos y juntados sellaron el pacto, cuando losdedos gordezuelos de Nazaria vendaban aque-lla frente merecedora del yugo para tirar de unarado.

Dignos de lástima eran aquellos dos seres,pertenecientes a la clase más numerosa y máscompleja del país, por la confusión de vicios yvirtudes que en ella había; pero Nazaria me-recía más que su cómplice la compasión, por-que valía un poco más, valiendo muy poco. Enella la barbarie y la tosquedad eran tales, que

Page 216: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ahogaban los sentimientos generosos que aveces brotaban en su corazón cual hierbecillaen la grieta húmeda. Una religiosidad sonora ysupersticiosa no bastaba a suplir en ella la faltaabsoluta de luces y de ideas morales. Vivía enel escándalo, sostenida por el ejemplo de otrosescándalos mayores, y aunque alguna vez nacíay se agitaba en su alma como un misteriosoprurito del bien, una especie de adivinaciónque ella no podía precisar, eran tales las exi-gencias de la naturaleza en ella, que no podía,ni en pensamiento, separar su persona de lapersona de aquel monstruo. ¡Irresistible atrac-ción la de un gigante que ni era listo, ni simpá-tico, ni noble, ni siquiera guapo! Tan grande esla miseria humana, que allí donde aparente-mente no hay cualidades que sirvan de base aun verdadero amor, suelen encontrar algunalas gigantas fogosas como la hermosa viuda dePeribáñez.

Page 217: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-XIII-¡Qué lejos estaba el excelente padre Gracián

de que su exhortación moral había motivadouna reyerta que pudo ser drama sangriento! Élse retiró aquella tarde muy satisfecho despuésde haber predicado la unión, la concordia y lapaz matrimonial en otras dos o tres casas. Alentrar en su celda pensó que el día había sidofecundo en resultados evangélicos, y que conmuchas batallas semejantes, pronto había deverse el Enemigo muy mal y acorralado en lasúltimas trincheras del pecado.

Antes de dormir, consagró dos horas al es-tudio y a la ciencia de que era maestro en lasaulas del Colegio Imperial, la profunda y en-marañada Ética. Después oró y meditó por es-pacio de otras dos horas largas, puesto de hino-jos a ratos, y a ratos tendido boca abajo sobre elsuelo. Lejos de haber en este las blanduras sun-tuarias con que los pecadores atienden al sibari-

Page 218: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tismo de los pies, era la dureza misma combi-nada con la frialdad, para que la mortificaciónfuese conforme a la implacable saña con quevarón tan santo trataba a su carne miserable.Allí no habla alfombra, ni estera, ni cosa que atal se pareciese, sino ligera capa de tierra, rojizaextendida sobre los ladrillos, la cual era traídade la cueva de San Ignacio en Manresa y servíapara producir en el espíritu del clérigo la pia-dosa ilusión de que en la misma santa cuevaestaba. Últimamente había repartido entre susbuenos amigotes tantas porcioncillas de aquellabendita y quizás milagrosa arcilla, que la celdase iba quedando limpia, y por varias partespedía algunos escobazos que la acabaran delimpiar. Lo demás de la reducida estancia erainsignificante y revelaba la humildad y el estu-dio, cosas en verdad que fraternizan perfecta-mente.

El jesuita durmió después de estudiar y demortificarse, y abandonó de madrugada el le-

Page 219: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

cho. Rezó, dijo misa, (y las suyas por lo tem-pranas y lo largas, eran muy elogiadas entre laspersonas piadosas de aquel populoso barrio) ydespués entró en su cátedra, seguido de mu-chedumbre de escolares. Esto se repetía di-ariamente, mes tras mes, año tras año. En susexplicaciones filosóficas, Gracián realizaba elprodigio de volver claro lo oscuro y de hacerver las honduras de aquella ciencia, iluminandola superficie con la luz de un método admirabley de un decir ameno. Sus discípulos le queríanpor todo extremo, y era uno de esos maestrossiempre preferidos y siempre elogiados quehacen amable el estudio. En las horas de recreoveíase rodeado de enjambre de colegiales, quedejaban el escaso solaz de aquella hora paraconsultar con el Padre puntos oscuros de laconferencia señalada, y platicar sobre cualquiertema de humanidades o teología, pues en todoello y aun en otra clase de sabidurías era muyversado el bendito clérigo.

Page 220: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

En aquellos tiempos, ¡oh tiempos clásicos!todo se estudiaba en latín, incluso el latín mis-mo, y era de ver la gran confusión en que caíaun alumno novel, cuando le ponían en la manoel Nebrija con sus reglas escritas en aquellamisma lengua que no se había aprendido to-davía. Poco a poco iba saliendo del paso con eladmirable método de enseñanza adoptado porla Compañía, y acostumbrándose al manejo delCalepino para los significados castellanos, y delThesaurus para la operación inversa, prontollegaba a explicarse como Quinto Curcio o Cor-nelio Nepote. Las lecciones se daban en latín, ypara que los chicos se familiarizasen con la len-gua que era llave maestra de todo el saber divi-no y humano, hasta se les exigía que hablasenlatín en sus conversaciones privadas, de dondevino esa graciosa latinidad macarrónica, que haproducido inmenso centón de chistes, y hastaalgunas piezas literarias, que no carecen demérito, como la Metrificatio invectivalis de Iriartey las sátiras políticas que se han hecho después.

Page 221: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Si Horacio y Cicerón hubieran, por arte delDemonio, salido de sus tumbas para oír comohablaban los malditos chicos del Colegio Impe-rial, habría sido curioso ver la cara que poníanaquellos dignos sujetos a cada instante se oía:Quantas habeo ganas manducandi!... Carissime,hodie castigavit me Pater Fernández (vel á Ferdi-nando), propter charlationen meam... ¡Eheu, paupé-rrime! ¿Ibis in calabozum?... Non; sed fugit merien-dicula mea. Dum tu chocolate bollisque amplificasbarrigam tuam, ego meos soplabo dedos. Guardamihi quamquam frioleritam.

El que así se expresaba era un muchachodespiertísimo, nombrado Calisto Rodríguez,aunque en el colegio, sin dada por lo diminutode su persona y por su inquietud de ardilla,nadie le llamaba sino Don Rodriguín. Era tanbizco que, al mirar, un ojo se le metía detrás delotro, como malicioso flechero, que se escondepara hacer mejor la puntería de su dardo. Sutravesura y charlatanismo daban no poco quehacer a los Padres, y si adelantaba en sus estu-

Page 222: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

dios era más bien por sus brillantes dotes quepor su aplicación. El estrabismo daba chocarre-ra gracia a su rostro, y con el bonete terciado,como solía llevarlo, parecía un diablillo enmas-carado de clérigo. Alborotaba mucho en lashoras de recreo; sublevaba las masas escolaresen las de estudio, y a pesar de pertenecer a unafamilia rabiosamente carlina, en la cual habíamuchos canónigos, frailes y hasta un obispo,sus inclinaciones eclesiásticas no eran muy de-cididas.

Por jácara, más que por espíritu de erudi-ción, D. Rodriguín se había prohibido en abso-luto la lengua castellana, y hasta las frases másfamiliares y las más insignificantes expresioneslas latinizaba con zandunga, entremezclandosiempre en su charla trozos de los clásicos yfragmentos de verso y prosa, vinieran o no acuento. Así, cuando se escabullía de la sala deestudio para ir a fumar un cigarro a hurtadillas,decía: Eo in chupatorium, procul negotiis. El chu-

Page 223: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

patorio era un rinconcillo del claustro alto, quedaba al patio, y recibió este nombre por serlugar a propósito para echar una fumada sinser visto de los Padres. Para anunciar a suscompañeros en la sala de estudio que venía elPadre Fernández, varón pesado cuyos pies deplomo hacían temblar el pavimento, decía: Ca-vete Ferdinandum... Ecce draco... Exaudite... quatitungula campum. En las horas de recreo, en elclaustro bajo, no perdía ripio para motejar a loscondiscípulos, y si algún extraño entraba en lacasa para hablar con los jesuitas, Grijalva lehabía de echar su latín correspondiente, verbigratia:

«Videte Piaonem ad petendum Gratianum... ar-cades ambo».

El bueno de D. Juan iba muchas tardes enbusca del Padre Gracián para conferenciar conél de los últimos obstáculos que convenía alla-nar para casarse con Micaelita.

Page 224: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Hablando de la tierra con que el profesor deÉtica alfombraba su celda, decía el estudiante:«Sunt quos pulverum manresianum collegisse ju-rat».

Durante las partidas de pelota, a que eramuy aficionado, se le oía constantemente: «Be-ne... fortiter... Italiam contra... ego valeo... amendico... vobis... fuerunt vel fuere... pasce capellas».

Era el capitán de todas las fechorías perpe-tradas en el colegio, de noche, burlando la vigi-lancia de los Padres, bien para hacer un escaloen la despensa y proveerse de víveres, bienpara efectuar un bromazo, eligiendo por vícti-ma a un desdichado novato sin experiencia. Sialguna tarde lograba escaparse y subir a lasboardillas, se entretenía en tirar cáscaras denueces a los balcones de Nazaria que fronterosde la fachada del colegio estaban, o en dispararpeladillas contra la cojuela, que solía sentarsepor las tardes en la puerta de la carnecería, tem-plum mantecationis.

Page 225: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Otras muchas barrabasadas hacía para matarel fastidio y hacerse aplaudir de sus compañe-ros, pues le gustaba, como a todos los traviesos,oír los encomios de sus atrevimientos. Pero sumayor lucimiento provino de una memorableinvención suya, con la cual alcanzó aplausos ylisonjas, que traspasando el círculo del colegio,llegaron al público. Fue que compuso un Dis-curso apologético macarrónico sobre un sucesopúblico de la más alta importancia en aquellosdías, y lo hizo con tan gracioso desparpajo, tan-ta donosura en los disparates, tan grande agu-deza en lo descriptivo y tan furibunda inten-ción en la sátira personal, que la composiciónprodujo en el colegio un verdadero escándalo.

Habiendo enfermado D. Rodriguín a princi-pios de Junio, su familia le sacó del colegio.Restablecido en un par de semanas, no quisovolver a la clausura hasta no presenciar lasgrandiosas ceremonias de la jura de la PrincesaIsabel, y las alegres fiestas de los tres días que

Page 226: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

siguieron al 20. Todo lo vio y en todo metió lasnarices el bullicioso estudiante, desde la impo-nente función de San Jerónimo, hasta la justa delos maestrantes fuera de la puerta de Alcalá;desde la fiesta nacional de toros con caballerosen plaza, en la Mayor, hasta el simulacro mili-tar. Cansado de tanto correr, durante los tresdías, entró en el colegio, tomó la pluma, y enja-retó su famoso Discurso apologético macarrónico.A medida que iba escribiéndolo, leía trozos deél en los corrillos de estudiantes, y bien prontola fama de aquellos graciosos dislates se exten-dió por San Isidro, llegó a oídos de los Padres,y estos pidieron el manuscrito. Negolo y noquiso darlo D. Rodriguín por temor a una re-primenda; pero como ya los escolares amigosdel autor habían sacado varias copias, facilita-ron una al Padre Fernández (vel a Ferdinando), elcual se regocijó mucho con la lectura. Enteradoslos demás jesuitas se rieron en coro y a todotrapo, porque además de las chuscadas de laforma, había en el discurso una intención satíri-

Page 227: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ca que les agradaba en extremo. Don Rodriguínno fue castigado por su travesura latinizante;entregó a los Padres el manuscrito originaldonde se conservaba, según dijo, toda la purezaclásica del texto, libre de los múltiples erroresde las copias, y gozó extraordinariamente consu triunfo literario.

Es lástima que no podamos dar a conocer entoda su extensión esta obra, que uno a sus gra-cias, el mérito de ser un precioso documentohistórico, pues en ella está descrito con detallesmil el solemnísimo acto de la jura, y narradaslas fiestas con que la monarquía quiso hacermemorable aquel suceso. Los personajes todosde la época, retratados en caricatura, dan ma-yor realce al discurso, y la intención perversaque en cada comentario campea, pinta el espíri-tu de un bando político que era en aquellosdías, si no la mayoría, parte grande y granadade la Nación española. En la imposibilidad detranscribir la composición entera, daremos

Page 228: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

cuenta de ella según el arte y modo de la críticaligera, haciendo resaltar algunas de sus capri-chosas donosuras, y callando mucho de lo quecontiene, por ser materia vedada a la publici-dad.

Empezaba describiendo la comitiva que sa-lió del palacio de San Juan para San Jerónimo,el aspecto de este templo, la corte y su servi-dumbre, los obispos, los procuradores de lasciudades con voto en Cortes y los treinta títulosde Castilla que representaban la nobleza delreino. Luego venía el Magister ceremoniarum, elIndiarum Patriarca, el duque de Medinaceli(Cœlico-Metinensi dux) presidiendo a los no-bles... «Concurrebant cortesani frailesque, decía eltexto, milites cum morrione atque canonici cumpiporro. Turbamulta sequebat guardiarum Corporiscum ban doleris, et damarum caterva inter mayor-domos miscuebatur». Pintando al Rey, que en sutrono presidía el acto, se expresaba Rodriguínen estos irrespetuosos términos: «Regium esta-

Page 229: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

fermum in throno posuerunt. Inmovilis tanquamsacus furfuris lascivis oculis circunspicebat dana-rum pectorem quasi nudum et caritas guapas». ACristina y demás familia la nombraba en térmi-nos más irreverentes aún. «Venus Partenopea,graciositer fecebat perendengues inter caballeritos,dum tenera Isabella pendebat a nodrizæ mamellis.Dominus Francisquitus cum Carlota ejus sedebat inaureo rincone. ¡Oh quantum erat inflammata Carlo-ta propter vinum!».

Conticuere omnes, decía al narrar la ceremo-nia, y luego contaba cómo había jurado D.Francisco poniéndose de rodillas y extendiendola mano sobre el crucifijo; cómo le había abra-zado el Rey, cómo había el Infante besado lamano de Cristina y de la Princesa. Al llegaraquí lanzaba el autor una larga epifonema yluego ariadía: Sic itur ad astra.

Describía el desfilar de los Procuradores,obispos y grandes, que uno tras otro se adelan-taban lentamente para jurar, sicut recua, y en el

Page 230: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

párrafo siguiente ponía la salida pública de lacorte desde San Jerónimo hasta Palacio. Cumrepeto diem, exclamaba parodiando a Ovidio,agitantur in manibus castañuelæ meis. La famosafunción de toros con caballeros en plaza, es-pectáculo nuevo en Madrid por aquel tiempo,era tratada por D. Rodriguín con la amplitudque el caso merecía. No se libraron de sus dar-dos los caballeros rejoneadores, ni las damasque les apadrinaron, ni los alcaldes de Corteque dirigían la fiesta. No se dejó en el tinteroninguna de las partes de la fiesta, y en toda sucharla macarrónica se veía claramente la ideade representar en el pobre toro aburrido y pin-chado por todas partes al partido cristino, dequien daban cuenta al fin, rematándolo, losapostólicos, representados en el simbólico circopor espadas, picadores y puntilleros. Plauditecives, decía al fin, et ruant masones, turba mente-catorum. Concluía este párrafo diciendo quepronto empezaría la corrida en los campos debatalla, y exclamaba: Cedant cornu armæ.

Page 231: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

No nos ocuparemos del resto de la composi-ción porque su contenido es demasiado extensoy quizás harto desenfadado. Para completar suobra, el pícaro estudiante satirizó también alComisario de Cruzada, Sr. Varela, plena cruorishirudo (sanguijuela llena de sangre), que hizocuantiosos donativos a los pobres para celebrarla jura; también flageló al general Castaños,nombrado duque de Bailén, y a todos los de-más que recibieron mercedes en aquellos días.Y amenazándoles les decía en el último deliriomacarrónico: Jam vobis dicabitur misis, ya os lodirán de misas.

-XIV-No marchaba muy bien el negocio que Sal-

vador entre manos traía, porque la vigilancia enla cárcel de Villa era más estrecha y rigurosaque en los tiempos de la dramática evasión deOlózaga. En vano Tablas llenaba de aguardien-

Page 232: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

te los cuerpos de uno y otro mandadero, sinolvidar la conquista de los alcaides por mediode merendonas y duros; en vano se hacían tra-bajos en esfera, más alta, dirigidos a ablandar ocorromper a sujetos de mayor categoría. Condisimulo, pero también con brío gestionabaGenara, más que por afecto al preso, por librar-se de la situación desagradable en que el encie-rro de su esposo la ponía; y Pipaón (patriarcazascandilorum, según el macarrónico), de acuer-do con Carnicero y otros compadres, manejabatambién con arte sus considerables influencias.Tantos esfuerzos reunidos dieron al fin el resul-tado feliz que todos deseaban; pero hay indi-cios seguros de que el Sr. Navarro debió prin-cipalmente su venturosa escapatoria, a la con-descendencia o complicidad de la gente menu-da, siempre venal; de modo que Salvador no searrepintió de haber recurrido al buenazo dePedro López, ni este se arrepintió de servirle,porque, habiendo cobrado en moneda corrientesus estipendios y el importe de todos los gastos,

Page 233: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

pudo ofrecer a la iracunda Nazaria parte delcaudal que le había derrochado. Después severá en qué emplearon el dinero adquirido portan extraña industria.

Los presos eran tres: D. Carlos, un fraile ara-gonés que pereció el año 35 en Zaragoza cuan-do la célebre causa y conspiración de D. VicenteEna, y un capitán de caballería que desde mu-cho antes andaba en aquellos trotes, y despuésde ser masón el 20 e indefinido el 24, había in-gresado en los nacientes y aún no fogueadosejércitos del Infante. No habría sucedido nadasi todos los señores congregados en casa de lasde Porreño hubieran procedido con la discre-ción que se acostumbraba en tales reunionesilícitas cuando las sorprendía la justicia. Seis delos conspiradores se escondieron en lo máshondo de la casa; el capitán y el fraile se pusie-ron a rezar el rosario; mas D. Carlos Navarro,que era, por sa geniazo díscolo y entero, ene-migo de bajas comedias y de disimulos viles,

Page 234: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

afrentó a los polizontes, les dijo mil herejías, yno pudiendo contener su ira, abofeteó al queparecía principal entre ellos. Este acto de vio-lencia, cuando lo que hacía falta era maña ydulzura, les llevó a los tres a la cárcel de Villa,donde habrían estado todo el tiempo que exigeuna buena y voluminosa causa de mil folios, sino vinieran en auxilio de Navarro las tramasque hemos mencionado, en auxilio del fraile elfuero eclesiástico, y del capitán la muerte, quese le llevó a los seis meses de encierro.

La desolación que causó a las dignas señorasde Porreño aquel suceso, no se expresa con lasfrías palabras de la historia. El descrédito de sucasa, la vergüenza y el azoramiento en quedesde entonces vivían, y por último, la falta delauxilio pecuniario que D. Carlos les daba, pre-cipitaron de tal modo su decadencia, que bienpronto se vieron en aquel término lastimoso enque la estrechez se confunde con la miseria.

Page 235: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

El atroz Navarro, luego que se vio fuera dela cárcel no quiso averiguar el poder que lehabía salvado. Su orgullo le inclinaba a no atri-buir su salvación a ninguna persona que le tu-viera afecto. «A mí nadie me quiere, decía, na-da tengo que agradecer a ningún hombre. SóloDios me ha salvado». Pasó algunas horas encasa de las señoras, en cuya compañía habíavivido, los dio una limosna con carácter de li-quidación de atrasos, y acompañado de Oricaíny Zugarramurdi, que habían quedado libres yque siempre le eran fieles, partió disfrazado dearriero para las Provincias Vascongadas y Na-varra. Nadie le vio. Se fue con su indignacióncrónica y su incurable soberbia, siempre enfer-mo, gruñón siempre. A nadie dio cuenta de susplanes, y parecía detestar a sus comilitonespolíticos lo mismo que a sus enemigos. Noquería tratos con nadie, ni con su hermano, aquien no podía amar aunque lo intentase, nicon su mujer, a quien aborrecía de la maneraextraña que se aborrece lo amado. Aquel carác-

Page 236: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ter tétrico, compuesto de orgullo y tenacidad,endurecido más por el tedio, la desconfianza yla lesión hepática, necesitaba manifestarse enuna acción propia y libre. La disciplina habíaconcluido para él. Sonaba en la historia latrompeta lúgubre de las guerrillas. El feroz sol-dado de partidas la oía resonar en su alma soli-taria y sombría, y marchaba sin saber adonde nipor donde. Sólo aquel eco podía despertar enaquella alma el amor a la vida, evocar la fe, oinfundirle el ardor de un trabajo glorioso. Co-mo estos soldados misántropos de corazón en-tenebrecido son más dignos de lástima que deodio, y como tienen, en medio de sus graveserrores, cierta nobleza y lealtad que infundesimpatías, saludamos con respeto al fugitivoguerrillero, diciéndole: «Dios vaya contigo,salvaje».

Entre tanto, el interés que Salvador habíapuesto en favorecer a su desagradecido herma-no le ocasionó algunos disgustos, porque ente-

Page 237: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

rados de él algunos de sus antiguos amigotes yno acertando a comprender la verdadera causade tal protección a un furioso enemigo del Sis-tema, declararon a Monsalud inconsecuente ytraidor. «Después que tiene dinero, decían, seha afiliado en las banderas del absolutismo y delos frailuchos, para poner en seguridad susfondos». Aviraneta, que no gustaba de perderamigos, y era en el fondo un escéptico glacial,no dejó de tratarle por esto; pero Rufete, hom-brecillo de gran vehemencia, que había hechode sus ideas políticas una superstición india, lemanifestó en briosas frases que sería su irre-conciliable enemigo, y que si él (Rufete), parti-dario de todas las libertades, tropezaba en uncampo de batalla o en una barricada con quiense había hecho prosélito de todas las tiranías,no estaba decidido a perdonarle. De estas bala-dronadas y de otros desprecios y majaderíasque oyó, se reía el buen hombre, porquehallándose seguro de su rectitud, y deseandovivir lejos de los manejos políticos, no quería

Page 238: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

dar explicaciones ni menos complacer a la turbade falsos patriotas.

El que siempre se le mostró leal y agradeci-do amigo fue Seudoquis, ascendido a coronelen los días de la jura, por los servicios presta-dos en la persecución de la partida de Campos.Estrechó más aquella antigua amistad, origina-da en peligros y desgracias comunes, la genero-sidad con que Monsalud salvó por entonces alflamante coronel de sus ahogos pecuniarios,que le habían traído a un estado de horribledesesperación. Seudoquis fue destinado a ser-vir en Vitoria. Los dos amigos se separarondespués de algunos meses de vida común y depesares y alegrías; fraternalmente confiados.Gozoso Salvador de una amistad que en parteatenuaba la aridez de su vida, abandonose alafecto que Seudoquis le inspiraba y le confióalgunos secretos de los que más quería.

D. Benigno Cordero hizo a nuestro amigoalgunas visitas, en todo el tiempo que medió

Page 239: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

desde Mayo hasta Setiembre. En la primeramaravillose Salvador de oírle decir que no sehabía casado todavía. En las sucesivas maravi-llose más por la propia causa, y aún dijo algoacerca de lo mucho que pensaba y maduraba elinsigne, cien veces insigne héroe de Boteros susresoluciones. En estas visitas ocurría la particu-laridad inexplicable de que D. Benigno nohablaba de Sola ni de cosa alguna que con elcansado matrimonio tuviese relación. Hablabande ocupaciones, de los negocios públicos, de lasprobabilidades de una guerra sangrienta, de laenfermedad de Su Majestad, la cual iba en talmanera creciendo, que pronto aquel animadomuerto sería todo cadáver, entre el espanto dela monarquía huérfana. En las conversacionesde D. Benigno notaba Salvador una particulari-dad extraña y que no acertaba a explicarse. Eraque el buen encajero no hacía más que pregun-tas y más preguntas, cual si antes fuese inquisi-dor que amigo, y no llevase más propósito queindagar la vida, conducta y pensamientos de su

Page 240: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

compañero de casa en San Ildefonso. Despuésde la primera visita D. Benigno bajó cojeando laescalera; y ciñendo estrechamente al cuello elembozo para abrigarse bien, dijo dentro de sucapa: «No sirve, no sirve para el caso».

En una de las visitas sucesivas (y entre unasy otras pasaban próximamente veinte días),dijo para sí: «No es digno, no, del incomparableregalo que he pensado hacerle». Más adelanteaconteció que al compás de su trote cojo, mur-muraba, marchando hacia su casa: «Quizás,quizás, sepa hacer buen uso de tan incompara-ble joya». Y por último, (allá por Julio o princi-pios de Agosto, el día antes de partir para losCigarrales) salió de la visita, pensando así:«Bien va esto, Benigno, esto va bien».

Partió, pues, a los Cigarrales en compañía deAlelí, que ya casi no se podía tener derecho, yallí, en aquel delicioso edén de almendros,aconteció lo que pronto, muy pronto verá eljuicioso lector.

Page 241: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-XV-Fue seguramente en aquellos mismos días

cuando Pipaón, deseando rematar convenien-temente sus honestas relaciones con Micaelita,determinó echarse al cuello la soga del matri-monio. Exigíalo su posición social, ya conside-rable, y lo pedía a grito herido su peculio, elcual con el acrecentamiento de los gastos y co-modidades necesitaba refuerzos grandes. Laidea de ver entrar en sus arcas dentro de pocotiempo las misteriosas sumas encarceladas porD. Felicísimo le quitaba los últimos escrúpulosque pudieran turbarle, y por ver aquella ideahecha realidad tangible y sonante se desposaraél, no digo yo con Micaela, sino con el mismoindividuo que está a los pies del patriarca SanMiguel.

Había pasado bastante tiempo para que elpúblico diese al olvido las manchas que empa-ñaron el antes limpio cristal de la reputación de

Page 242: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

su novia. ¡Bendito olvido, que es la monedafalsa del perdón, y corre de mano en manoproduciendo admirables efectos! Aquel olvido,su propia conveniencia y las exhortaciones delPadre Gracián, que había puesto en tal uniónempeño particular, labraron el propósito delilustrísimo D. Juan Bragas, y una mañanita deJulio se levantó con la cabeza fresca y dijofrotándose las manos: «Boda tenemos; esto eshecho».

Visitó a Gracián, a quien halló en su celda,(inescobata célula, según la expresión del consa-bido macarronizante) y el buen jesuita le felicitópor su buen acuerdo, diciendo que, al casarse,D. Juan honraba a su novia y se honraba a símismo, que la sociedad y la Iglesia se alegrabanjuntamente de ver concluídos en boda los no-viazgos largos, y por último que él (Gratianushorridus) pediría a Dios concediese a los dignosesposos prole robusta y numerosa para bien dela cristiandad. D. Felicísimo también recibió

Page 243: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

con alegría la noticia, porque la colocación desu nieta había llegado a parecerle problemapoco menos difícil que la cuadratura del círcu-lo, y Doña María del Sagrario echó un gransuspiro que interpretado libremente expresabalas infinitas gracias que daba a Dios la buenaseñora por verse libre pronto del inaguantablegenio de su sobrina.

No hay que decir cuanto se regocijó la noviaal ver próximo el término de la situación equí-voca en que estaba, y al considerarse señora ydueña de una casa. Ella contaba con manejar albuenazo de Pipaón como a un dominguillo, yvivir a sus anchas gastando y triunfando. Paja-rraco largo tiempo aprisionado y de no muybuenos instintos, ¿a dónde iría al salir de sujaula? De la esclavitud del matrimonio iba ella ahacer la libertad de sus apetitos vanos. Cuandovio asegurada la conquista de don Juan, em-pezó a hacer sus preparativos.

Page 244: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Quiso Pipaón que su boda fuese de muchoaparato y bullanga. Hasta llegó a imaginar quele apadrinaran los Reyes, o en su nombre algúnempingorotado magnate, pero fue tan mal reci-bido en Palacio, al tantear la voluntad de laspersonas elegidas in mente por el cortesano paraaquel fin, que se trastornaron sus planes. Estole ocasionó suma tristeza, pero fue causa deuna importante determinación, que más tardehabía de conceptuar como una de las más feli-ces de su vida. Debe advertirse aquí que, aun-que el patriarca zascandilorum asistía a las juntascarlistas del Sr. Carnicero, y en ellas trataba dehacerse pasar por uno de los más ardientes de-votos de la causa del Altísimo, no estaba resuel-tamente decidido a embarcarse de un mododefinitivo en tan arriesgado golfo. Como hom-bre de grandísimo espíritu práctico y acostum-brado a no dar un paso sin estar seguro de lafirmeza del suelo en que iba a poner el cautelo-so pie, mantenía en su pecho una imparcialidadsaludable, que era, si bien se mira, el colmo de

Page 245: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

la sabiduría. Con sagacidad finísima observabalos elementos de uno y otro partido, la calidady número de las personas que en ellos milita-ban, el grado de fuerza y vitalidad que en elpaís tenían, y hallándolos casi iguales y contra-pesados, esperaba a que el tiempo y la Provi-dencia robusteciera al uno con detrimento ymerma del otro. Es claro como la luz del me-diodía que en el momento de declararse la des-nivelación, el hábil cortesano se lanzaría conentusiasmo férvido a las filas del partido mayory más poderoso.

Hallábase en lo más perplejo de su perpleji-dad, cuando le entró, sin duda por inspiracióndivina, el deseo de casarse. ¡Oh, fortunate nate!como dirían Virgilio y D. Rodriguín. ¡Quiénhabía de decir que de sus proyectos matrimo-niales le vendría la profesión de fe política quele salvó, apartándole del partido guerrero y deuna causa que no triunfó entonces ni había detriunfar en lo sucesivo! ¡Ay! en un tris estuvo

Page 246: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

que personaje de tanta valía se perdiera parasiempre, privando a la Administración españo-la de sus eminentes servicios... Es el caso queaquel desprecio con que fue recibido en Palacioafligió mucho al cortesano; la pena lo hizo re-flexionar profundamente, y... no parece sinoque Dios y la Santísima Virgen le tocaron en elcorazón, porque desde aquel día empezó a te-ner presentimientos de que no triunfaríanjamás las ideas absolutistas. Tuvo, si se quiere,cierta presciencia o adivinación genial de losvenideros sucesos. A nuestro juicio, debe tener-se por cierto que la inspiración divina alientano pocas veces a los cortesanos en todas lasedades, y les ilumina y conduce para que noden esos terribles traspiés que a veces truncanlastimosamente las más brillantes carreras.

Pipaón, después de pasar algunas semanasapartado de las logias mojigatas (¿por qué no sehan de llamar así?) volvió a Palacio; hízose in-troducir con no pocas dificultades en la Cámara

Page 247: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

de la Reina, y allí juró y perjuró que él no era nihabía sido nunca carlino; que él tenía a Su Alte-za por uno de los más desatinados locos naci-dos de madre; que si sostenía amistades conalgunos individuos del bando de la fe, Dios eratestigo de las exhortaciones que él (Pipaón) leshabía dirigido para desviarles de tan peligrosay antipatriótica senda; item más, que sin hacergala de ello había trabajado como un negro (nosconsta que empleó la misma frase) por la causade su Reina niña, ganando voluntades, disua-diendo a este de sus herejías apostólicas, forta-leciendo el desmayado espíritu de aquel, des-baratando planes, y preconizando en todas par-tes las excelencias de aquella Monarquía ideal,histórica y libre, generosa y fuerte. Dijo tam-bién, que la niña era muy bonita y que los es-pañoles todos la querían mucho, lo mismo quea su interesante y bondadosa mamá, y, porúltimo, que él (D. Juan) seguía en sus propósi-tos de siempre, los cuales eran nada menos quederramar la última gota de su inútil sangre por

Page 248: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

la Reinita de tres arios, que había de ser (en estono tenía duda; era una corazonada, una nuevainspiración divina) que había de ser, repetía, nosólo la segunda Isabel, sino la segunda Isabel laCatólica.

Cuentan los testigos presenciales de la ante-rior manifestación Pipaónica, que las ilustrespersonas a quienes el cortesano se dirigía no ledieron todo el crédito a que por sus honradosantecedentes era acreedor D. Juan. Cuentantambién que este sacó de su inagotable ingenionuevas y más enérgicas razones, y hasta se ase-gura (no garantizamos la exactitud de esteúltimo dato) que en los ojos del cortesano brillóuna lágrima. Mas, ¿por qué no hemos de admi-tir una versión que tanto honra al bueno deBragas? Sí; recojamos aquella lágrima de leal-tad, vertida a los pies de una Reina, y guardé-mosla para engarzarla veinte años más tarde enla corona del marquesado de Casa-Pipaón, con-

Page 249: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

cedido para premiar eminentes servicios al Te-soro y al Estado.

Dejando a un lado el testimonio de los pre-sentes en aquella escena, a nosotros nos constaque antes de admitir al señor de Bragas a lagracia soberana, se le exigieron pruebas de quesu adhesión no era una mentira. Que él se apre-suró a darlas no hay para qué decirlo, y queestas pruebas consistieron en una delación cir-cunstanciada de todo lo ocurrido en dos añosen casa de D. Felicísimo, fácilmente lo com-prenderá quien haya penetrado, por estas fielesrelaciones nuestras, aquel carácter adornado detodas las virtudes de la serpiente. Y no pararonaquí los servicios prestados a la Monarquíainfantil por el digno personaje, sino que revelócosas muy hondas, sólo de él sabidas, y en lascuales había tenido cooperación aparente, conel único fin de profundizar el abismo de iniqui-dades del partido mil veces execrable (frase

Page 250: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

suya) que se aprestaba a escribir el nombre deDios en las banderas del asesinato.

Véase aquí cómo supo embarcarse en bajelseguro y mantener en su compañía a la velei-dosa fortuna, su hermana querida y tutelar ma-estra. El ministro de Hacienda, D. AntonioMartínez, que ya le tenía en capilla para dejarlecesante de su pingüe destino en el Consejo, cejóen sus intenciones perversas. El ilustre funcio-nario adquirió nuevamente el favor que habíaperdido en Palacio, y no pudiendo lograr queun Príncipe apadrinara sus felices bodas, en-contró marqueses y condes que se ofrecieroncon bonísimo talante a hacerlo. ¡Ejemplo admi-rable de las recompensas que el cielo da a lagente amaestrada en el supino arte de la vida!

La boda se fijó para últimos de Setiembre.Mientras la anhelada fecha llegaba, Pipaón ibatres veces al día a Palacio a enterarse de la sa-lud, o mejor dicho de la enfermedad del Rey, lacual se agravaba con tanta rapidez, que el pan-

Page 251: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

teón del Escorial le tenía ya por suyo. Su Majes-tad andaba con mucha dificultad, comía poco,dormía menos, y ya se le hinchaba una mano,ya una pierna. El vulgo, que le tenía por cadá-ver embalsamado, era en esta creencia menosnecio de lo que a primera vista parecía, y en losataques fuertes casi todo el Rey estaba dentrode vendas negras. Su mirada triste vagaba porlos objetos, como depositando en ellos parte deaquella tristeza de que impregnado estaba. Sucorpulencia era pesadez; su gordura hinchazón;su cara sonrosada de otros días, una máscaraviolácea y amarillenta que parecía llena de con-tusiones. La nariz colgante casi le tocaba a laboca, y en el pelo negro, como ala de cuervo,aparecían y se propagaban las canas rápida-mente. Los negocios de Estado, en aquellos díasmás graves y espinosos que nunca, le aburríany le preocupaban. La imagen de su hermano,que a veces le parecía un buen hombre a vecesun hipócrita ambicioso, no se apartaba de sumente, sobreexcitada por el desvelo. Ya pensa-

Page 252: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ba ablandarle con sus sentimientos fraternales,ya confundirle con las amenazas de Rey. Fue D.Carlos la persona a quien más quiso en elmundo, y había llegado a ser su espantajo, elmartirio de su pensamiento, la fantasma de susinsomnios y el tema de sus berrinchines. Adi-vino de su próxima muerte, el Rey veía arreba-tado a su sucesión directa aquel trono que qui-so asegurar con el absolutismo. ¡Y era el absolu-tismo quien le destronaba! ¡La fiera a quienhabía alimentado con carne humana, para quele ayudara a dominar, se le tragaba a él, des-pués de bien harta! ¡Cómo se reirían en sustumbas, si posible fuera, los seis mil españolesque subieron al patíbulo para servir de cebo ala mencionada fierecita! Pues y los doscientoscincuenta mil que murieron en la guerra de laIndependencia, en la del 23 y en la de los agra-viados, ¿qué dirían a esto? ¡Justicia divina! si lamente de Fernando VII se poblaba con estascifras en aquel tristísimo fin de su reinado y desu vida, ¡qué horrible mareo para hacer juego

Page 253: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

con la gota! ¡Qué insoportable peso el de aque-lla corona carcomida! Ya no eran el pueblo des-contento ni el ejército minado por la masoneríaquienes atormentaban al tirano; eran el clero ylos milicianos realistas, capitaneados por unhermano querido. La víctima antigua, inmoladasobre el libro de la Constitución con el cuchillode la teocracia, no infundía cuidado; lo queperturbaba era el cuchillo mismo revolviéndosefiero contra el pecho del amo. ¡Oh, qué errortan grande haber sacado de su vaina aquellaarma antigua cuando ya comenzaba a enmo-hecer!... El pobre Rey, a quien la Nación noamaba ni temía ya, debió, sin duda, los pocosconsuelos de sus últimos meses al espíritu tole-rante de su mujer, y si él no se dejaba arrastrarpúblicamente al liberalismo, sabía tener secre-tas alegrías cada vez que el Gobierno mortifica-ba a la gente apostólica. Su alma rencorosahubiera llegado a la aceptación de las nuevasideas, no por convencimiento sino por vengan-za, porque estaba harto de clérigos, harto de

Page 254: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

absolutismo, harto de camarillas, harto de suhermano, y si viviera más, hubiéramos visto unliberalismo verdugo, como antes vimos unateocracia cazadora de hombres.

El Rey empleaba largas horas escribiendo alInfante. Creía que con cartas y amonestacionespodría convencer a aquella piedra viva que sellamó D. Carlos, piedra por la tenacidad y faltade inteligencia. En la célebre correspondenciade ambos hermanos, las frases más cariñosasenvuelven amenazas terribles. Se ven ríos desangre corriendo bajo aquellas flores de la za-lamería fraternal. Fernando hacía alarde de suautoridad, de su prestigio de Rey y Señor; D.Carlos manifestaba en cada renglón profundoconvencimiento de sus derechos, arraigado enla falsa piedad. En sus cartas se veía, bajo lasprotestas de honradez y buena fe, la ferocidadde la ambición de las infantas brasileñas. Ellaslo instigaban a desobedecer al Rey; ellas le su-gerían fórmulas hábiles para disimular con ra-

Page 255: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

zones y pretextos la rebeldía; ellas eran el alma,la acción, la furia y la iniciativa del partido,mientras D. Carlos era la pantalla de santurro-nería, que tan bien cuadraba a la cansa parahacerse pasar por causa religiosa.

Cuando no escribía cartas, Fernando,comúnmente aburrido de su ordinaria tertulia,pasaba largas horas en el cuarto de las niñas.Era la primera vez en su vida que probaba losdeleites puros de la familia. Aquel vicioso quetan mal había empleado su tiempo, se sor-prendía ahora de verso ocupado en puerilida-des, y bastaba cualquier síntoma de dolencia enIsabelita, para que se olvidase de los negociosde Estado y de los malos pasos en que andabala corona. Preguntaba con frecuencia por lasmás insignificantes cosas referentes a las niñas,y si Luisita Fernanda daba en no querer ma-mar, ya había motivo para graves cuestiones,preguntas y comentarios. Cuando todo ibabien, cuando las niñas parecían estar sanas y

Page 256: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

contentas, o Isabelita se quedaba dormidaabrazada a su muñeca, el Rey solía pasear porlas anchas cámaras, dando el brazo a Cristina.Ambos marchaban despacio, porque la cojeradel Rey exigía un lento y cauteloso modo desentar los pies. Cristina hablaba poco de nego-cios políticos, y hacía pronósticos alegres sobrela salud de su marido. La gota, según ella decía,iba cediendo, y era de esperar que en el próxi-mo invierno no hubiese ataques fuertes. El Reysuspiraba incrédulo, y se acordaba de su con-ducta, que era la premisa lógica de su gota. Depronto cesaba el paseo: Su Majestad se deteníaun rato ante el balcón por donde se veía la Pla-za de Oriente, que entonces era un páramo.Miraba un rato las casas de Madrid, y dando ungran suspiro, tornaba al paseo lento y trabajoso.No se oían los pasos, sino el golpe del fuertebastón en que se apoyaba el Rey, y que conlúgubre compás sonaba en el alfombrado suelo.

Page 257: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Desde el 19 de Julio hasta el 27 de Setiembreel Rey sufrió mucho de un dolor en la caderaizquierda; pero no guardó cama. Sus comidaseran penosas por falta de apetito. Cristina leacompañaba incitándole a tomar alimento conlas mil zalamerías que usan, para estos casos,las mujeres cariñosas. De este modo Fernandose engañaba a sí mismo algunas veces, creyen-do que comía con gana.

El 27 el Rey quiso levantarse de la cama; pe-ro advirtió que sus extremidades no le obe-decían. Estaba débil, tan débil que no se podíamover. Vinieron los médicos y le llenaron decantáridas. La mano derecha se hinchó de talmodo que parecía una cabeza. Su Majestad no-taba dentro de si un enorme volumen inexpli-cable, como si otro cuerpo entrase dentro de sucuerpo y le invadiese y ocupase poco a poco.Los dolores se apaciguaron, dejándole dormircon pesado y brumoso sueño. El 29 Su Majestadse encontró torpe para hablar, torpe para discu-

Page 258: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

rrir. Empezaba a reinar en él una indiferenciatriste. Le pusieron cantáridas en la nuca. Conesto el Rey de España se reconoció otra vez Reyde España. La mostaza, prolongando un reina-do, tomó parte en la historia. Los médicos pa-recían satisfechos y quisieron ver cenar al Rey.Cristina dispuso la comida y Fernando comiómejor que los días anteriores. Después dijo,«tengo sueño», y los médicos salieron para de-jarle descansar. Era costumbre en él, durantelos últimos tiempos de su enfermedad, dormiruna breve siesta. Aquel día, Cristina, quedosecon él en la estancia y se sentó al lado del lechoreal. El Rey cerró los ojos sin decir nada, y pa-reció que se dormía con sueño tranquilo. Cris-tina le miraba. Una secreta intuición le decíaque se estaba quedando viuda... De repenteobservó en el rostro de su esposo un movimien-to extraño y un cambio de color más extrañoaún. Llamó con espanto, entraron los médicosque estaban de guardia y el capitán de guardiasduque de Alagón. Los tres médicos, el duque y

Page 259: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Cristina contemplaron la cara del Rey. El médi-co pulsaba, y luego dejaba de pulsar, como unpiloto que abandona el timón cuando no hayesperanzas de evitar el naufragio. Cinco minu-tos duró aquel estado, en que cinco personasmiraban un semblante. Pasados los cinco minu-tos Fernando VII no existía.

Fue una muerte breve, sin aparato, sinagonías tormentosas. Estaba muerto y nadietenía la persuasión de que el Rey no vivía, por-que aquel estado inerte podía ser un desmayocomo otras veces. A pesar de que los médicosaseguraron que ya no había Rey, Cristina dis-puso que no se tocase el cadáver hasta las vein-ticuatro horas. Retiráronse todos y en Palaciohubo el movimiento vertiginoso que acompañaa los grandes sucesos de las monarquías. Nadielloraba. Los cortesanos que habían sido fieles ala persona, pero que no simpatizaban con lasideas, se preparaban a abandonar la casa. Lassalas, las galerías, las cámaras, estaban llenas de

Page 260: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

corrillos. La curiosidad, el recelo, la desconfian-za, el miedo, la duda, formaban aquel extrañoduelo, en el cual había todo menos lágrimas.«Ahora sí que se ha muerto de veras», murmu-raba el labio cortesano en pasillos y galerías, ytras esto surgían infinitos planes de conducta.

En la madrugada del 30 la descomposiciónselló la muerte del Rey, para que nadie pudiesedudar de ella. Estaba escrito que la conclusiónde aquel reinado fuera en todo conforme alreinado mismo. Entregose el cuerpo a la etique-ta, que hizo con él lo que es de rigor en talescasos. Dejémosle en poder de la mayordomía,que le lleva de ceremonia en ceremonia hastadepositarle en el Escorial. La Corte, los pueblos,le veían pasar sin sentimiento. No ha habidoRey más amado en su juventud ni menos llora-do en su muerte. Abierto su testamento se vioque dejaba veinticinco millones de duros, y quemandaba decir veinte mil misas por su alma...Requiescat...

Page 261: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-XVI-No se le cocía el pan a D. Benigno Cordero

hasta no ver realizado un pensamiento suyo degrandísima importancia. Desde aquella nocheen que Sola se expresó con tanto calor, dicien-do, «quiero casarme con el viejo», este, lejos demostrarse ensoberbecido con declaración tanhalagüeña, se volvió más taciturno. Fueron apasar el verano a los Cigarrales, y dos tardesdespués de instalarse en su casa de campo,Cordero salió a paseo con Sola, bajando hacia lamargen del río. El héroe se apoyaba en subastón nudoso, y en los pasos difíciles, que eranlos más, pedía auxilio al brazo de Sola. Esta nodeseaba otra cosa que servirle y complacerle.

-Hijita -le dijo, cuando pasaron de las higue-ras del tío Reza-quedito, punto desde el cual yano se veía la casa-, hoy tengo que decirte laúltima palabra acerca del asunto que hacetiempo me trae muy caviloso. Me he dado una

Page 262: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

batalla, querida Sola, me he dado una batalla yme he arrollado completamente, me he derro-tado en toda la línea. Acaso no me entenderás.

-No mucho -dijo Sola, creyendo deber decirque no, aunque algo se le iba entendiendo deaquellas cosas, y aun algos había ella penetradoen días anteriores, con su natural agudeza.

-Pues se han concluido mis vacilaciones y acasarse tocan. Entre los dos se establecerá unparentesco de cariño, de agradecimiento y deamistad que no nos separará sino en el sepul-cro. ¿Insiste usted en lo que manifestó aquellanoche? Creo que no lo habrá olvidado usted,pues yo, si cien años viviera, no lo olvidaría.

-No lo he olvidado, y ahora repito lo que di-je, y me confirmo en ello.

El héroe se detuvo y la miró con seriedadafable...

Page 263: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Repare usted bien que pronunció palabrasmuy categóricas y muy graves -le dijo en tonode queja-. Grabadas están en mi memoria.«Como Dios es mi padre... ¿no fue así?... comoDios es mi padre, juro que quiero casarme conel viejo».

-Así fue -afirmó Sola, repitiendo aquel ecode su alma-; con el viejo, con el viejo.

-Es decir, conmigo.

-Con usted.

D. Benigno anduvo algunos pasos, y dete-niéndose luego, habló así entre turbado y festi-vo:

-Pues bien, hija de mi corazón, yo tengo aho-ra un antojo que quizás usted lleva a mal; a míme ha entrado un capricho, una manía... Quéquiere usted... siento decírselo... quizás se enfa-de.

Page 264: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Qué?

-Pues es que... que ahora me tocan a mí losmimos... y, en una palabra, que ya no quierocasarme con usted.

Y echándose a reír, añadió:

-Nada, hijita, le doy a usted calabazas... ¿nocontaba con mis veleidades, eh? ¿No contabausted con las coqueterías del viejo?

Y al decir esto abrió los brazos, derramó unalágrima, y riendo siempre, estrechó a Sola con-tra su corazón, en el cual se desbordaban losafectos más puros.

-Venga acá, hija de mi corazón - exclamó-,venga acá y abráceme también. Dios me hailuminado para hacerla el mayor bien quepodría usted esperar de mí. Felicitémonos am-bos de este triunfo de mi razón, y ahora ento-

Page 265: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

nemos un himno al sentido común que ha sidonuestro salvador.

Sola comprendía a medias.

-¿Quiere usted que nos sentemos en estapiedra?

-Sí -dijo Sola, ávida de hablar, de oír explica-ciones-, sentémonos. Usted aquí... que está másseco.

-Cuando me dijo usted aquellas palabras -manifestó D. Benigno, quitándose los anteojospara limpiar los vidrios que se habían empaña-do ligeramente- me quedó en el primer mo-mento en éxtasis y como deslumbrado. Des-pués tuve la suerte de no dejarme alucinar porlas pasiones, y de ver claro en un asunto tanexpuesto al error. Parece que el buen sentido seredobló en mí, preparándose para la gran bata-lla que se iba a dar en el campo de mi espíritu,y que las pasiones se aterrorizaron, anunciando

Page 266: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

su vencimiento. ¡Ah! hija de mi corazón, el viejofue iluminado por Dios y pudo pesar sus esca-sos méritos, sus achaques, sus... condiciones,poniendo todo esto al lado de tu lozana juven-tud, merecedora de mejor destino. No sé cómofue aquello; pero recuerdo que se agrandaban amis ojos los inconvenientes y se amenguabanlas ventajas mutuas; comprendí que iba a hacerun disparate y a dar un resbalón más grave queel que me ocasionó la rotura de esta endiabladapierna: me sorprendí arrepentido, hija; no sécómo fue aquello, sí, me sorprendí arrepentido,y sin saber cómo empecé a ver claro, clarísimo,y me dije: «la quiero demasiado para casarlaconmigo».

Sola no sabía qué decir. Las palabras que oíarevelaban tal convicción y D. Benigno le in-fundía tanto respeto, que no se atrevió a contes-tarle ni a defenderle contra su buen sentido.Pensó primero que debía insistir en lo del ma-trimonio; pero afortunadamente desistió de

Page 267: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

una idea que habría sido impropia. Su bondadlo inspiró la declaración más digna en sus la-bios, diciendo:

-No tengo más voluntad que la de usted...Haga usted de mí lo que quiera.

-Barástolis, muy bien dicho. Pues yo quierohacer de usted una hija... Hasta ahora no habíaquerido tener con usted esa familiaridad ino-cente que consiste en tratarla de tú. Pues ya queno hay nada de casorio, quiero tener contigo,contigo que eres mi hija, la familiaridad propiade un padre; quiero tutearte... Y en este mo-mento es preciso que sellemos nuestro paren-tesco dándonos un abrazo pero muy apretado...así... no hay cuidado. Ya no somos novios, hiji-ta.

Se abrazaron estrechamente, confundiendola bondad de sus corazones.

Page 268: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Ya no somos novios -repitió D. Benigno-.Aquello era una tontería. ¡Me lo ha reveladoDios por conducto de estos achaques míos, y mirazón me dijo tantas, tantas cosas!... No dudé,ni por un instante, de la sinceridad de tu con-sentimiento. Convencido estoy de que tehabrías casado gustosamente con el viejo, deque le habrías querido, de que le habrías sidofiel, de que le habrías cuidado mucho cuandopasara, el pobre, de viejo a viejecito, cosa queno puede tardar... Pero, hija mía, tu consenti-miento y aquellas palabras admirables que medijiste brotaban de tu gratitud, del afecto filialque me tienes. ¡Ay! No se hacen los buenosmatrimonios, no, con estos ingredientes. Espreciso no forzar la naturaleza, no forzar lossentimientos naturales, haciendo de la gratitudamor; es preciso, sobre todo, dar a cada edad losuyo y no empeñarse en reverdecer la venera-ble vejez, ni marchitar la hermosa juventud,uniendo una cosa con otra fuera de sazón. No,mil veces no. Tú, al querer ser mi esposa, do-

Page 269: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mando un sentimiento robusto que vivía y viveen tu corazón, hacías un sacrificio sublime. Yote lo agradezco, porque comprendo cuán since-ro era aquel sacrificio; pero no quiero aceptar-lo... Dicen que yo fuí héroe en cierta ocasión;pues aquello de Boteros es tortas y pan pintadoen comparación de este arranque de energíaque acabas de ver, hija mía, porque esto me hacostado más luchas, porque yo también séhacer un sacrificio. No se renuncia sin trabajo aun bien seguro, a un bien tan delicioso, a todolo que me prometían tu juventud, tu cariño leal,tus méritos inmensos, tu belleza, hija... puesahora que no soy novio, puedo decirte que cadavez te vas poniendo más guapa... En fin, hija,he creído amarte mejor y servirte mejor, y amary servir mejor a Dios, dándome a ti por padreque por esposo... Y aún me queda otra cosamejor que decirte. Esto que he hecho sería in-completo, muy incompleto. Si quedara así...Pero no, yo no hago las cosas a medias. Misheroísmos, cuando salen de mí, no son pampli-

Page 270: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

nas. Al hacerte mi hija, quiero llenar el vacíoque hay en tu existencia, y poner a tus senti-mientos la corona que has ganado; quiero lle-nar de felicidad hasta los bordes ese vaso de tuvida que poco a poco se ha ido vaciando de susantiguas tristezas; quiero casarte con el hombreque amas, con ese de quien ya puedo asegurarque te merece.

Sola se quedó espantada. Tan grande era lanovedad de aquella idea, que necesitó algúntiempo para tenerla por lisonja. Se quedó pálidacomo una muerta, y tanto se trastornó su fiso-nomía, que teniendo vergüenza de que D. Be-nigno sorprendiera en ella la impresión hondí-sima que experimentaba, bajó la cabeza. Corde-ro puso las palmas de sus manos en las sienesde ella, y atrayéndola, le dio un beso en la fren-te, diciendo:

-Gracias a Dios que te puedo dar este besillo,para demostrarte de un modo material el cariñohonesto que te profeso, cariño de padre, que yo

Page 271: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

quise echar a perder tontamente. No te aver-güences de lo que sientes al oír lo que acabo dedecirte. Es natural... Con este otro beso te quitola vergüenza. Que venga tu futuro esposo aimpedirme que te bese... Si alguien nos viera,¿qué diría?... Pero nosotros, nos reiríamos ycontestaríamos sin ponernos colorados: «Ya nosomos novios, ya no somos novios».

Sola se echó a reír. Después se puso muy se-ria. En su trastorno no sabía qué manifestacio-nes serían más convenientes, y así dejó a surostro que expresara lo que quisiera.

-Veo que te has puesto muy seria y comoenojada -le dijo el héroe-. ¿No te gusta mi pro-yecto?

-Es, que... -balbució Sola, no disimulando elgran temor, que de improviso llenó su alma-.Es que... podría suceder... Y ¿quién me asegu-ra?....

Page 272: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Qué podría suceder, tonta?

-Podría suceder que él no me quisiera ya.

-¡Bonita idea! ¿Me tienes por un necio? ¿Mecrees capaz de inclinarte a ser esposa de unhombre, sin saber si ese hombre te quiere, y loque es más aún, que te merece?

-¡Entonces, ha hablado usted con él!... ¿le hadicho?... y ¿él le ha dicho?... ¿ustedes se hanocupado de esto antes de hablarme a mí?... ¿Élsabe?... ¿usted y él?...

De este modo expresaba Sola su curiosidad,no acertando a interrogar sin que preguntasmil, inconexas y atropelladas, se enredaran ensus labios, queriendo salir todas a la vez.

-Todo se ha previsto... -afirmó con paternalreposo D. Benigno-. Calma, calma. No puedodecirte en pocas palabras lo que he hablado conese buen señor; pero puedo asegurarte que tie-

Page 273: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ne por ti un cariño bastante parecido a la ido-latría... Cuando este pensamiento mío empezóa atormentarme el cerebro fui a ver a mi hom-bre. No sé qué agitación, qué falta de asiento yaplomo encontré en él. Te juro que no me gustónada, y al salir, dije para mí. «No la merece: nole entregaré yo el ángel de mi casa». Volví pocodespués y hablamos de varias cosas. Su conver-sación me encantó. Hallole, como siempre, lealy discreto. Pero se me antojó que se ocupabademasiado de política, y dije: «Nones, estánverdes para ti. No quiero que mi hija viva sobreascuas, pensando si ahorcan o fusilan a su ma-rido... Guarda, Pablo». En una tercera visita...estas visitas mías fueron exploraciones habili-dosas y tanteos para conocer si era digno o nodel tesoro que yo le iba a regalar, y así jamás lerevelé mis planes... pues decía que en una ter-cera entrevista hablamos cordialmente, y él seespontaneó de tal modo conmigo, me abrió sucorazón con tanta franqueza, me expuso susideas y planes de vida con tanta sinceridad, que

Page 274: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

al salir me dije para mi sayo: «Sí, es precisodársela. Le corresponde de hecho y derecho».Después corrieron entre los amigos rumoresmalévolos respecto a él... Dijeron que se habíahecho carlista...

-¡Él!

-Calumnias y simplezas. Fui a verle, charla-mos. Aquel día le hice indicaciones de mi pro-yecto. Él pareció comprenderlo y se puso páli-do, muy pálido.

-¡Pálido! -repitió Sola, que tenía sus clarosojos fijos en D. Benigno, y no perdía ni la másligera inflexión de sus labios elocuentes.

-Pues... pareció que se conmovía, y meabrazó, ¿entiendes? me abrazó. Yo le dije quenos volveríamos a ver pronto.

-¿Y eso fue...?

Page 275: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-La semana pasada, hija, en mi último viaje aMadrid. ¿Recuerdas que dije iba a comprarbisagras y fallebas para las puertas nuevas? Enefecto, compró mucho hierro; pero el principalmóvil de mi viaje fue saber de la propia boca,de ese señor novio tuyo... démosle este nom-bre... saber de su propia boca si era verdad quese había hecho carlista.

-¡Qué asquerosa calumnia! -exclamó Solacon ardor, confundiendo con una frase a losinventores de tan maligno despropósito.

-Él me desengañó quitándome aquel escrú-pulo.... porque, a la verdad, hija de mi corazón,si mi yerno sale con la patochada de afiliarse aesa bandera odiosa y se echa al campo a defen-der la religión a tiros... No lo quiero pensar,¡barástolis!... ¡Bonito negocio habríamos hecho!Afortunadamente para él, quedé convencido deque no ha pensado nunca ingresar en la ordensacristanesca, y cuando salí de la casa, dije:«¡Tuya es, bribón, te la has ganado, pillo! Dios

Page 276: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

me manda que te la entregue. Ahora, que SanPedro te la bendiga».

-¿Y tampoco ese día lo dijo usted claramen-te...? -preguntó Sola, deteniéndose a mediapregunta, porque le quemaba un poco los la-bios la segunda mitad o el rabillo de la pregun-ta entera.

-No le dije nada claramente, porque no mepareció discreto abrirle de par en par las puer-tas del cielo sin contar antes contigo. Pero leabrí un resquicio, le di a entender mis intencio-nes, y el bendito hombre parecía, como vul-garmente se dice, que veía el cielo abierto; detal modo le brillaban los negros ojos. Quedóenvolver a principios de Octubre, y cuando medespedí, le dije: «volveré un día de estos.Vendré, y quizás, o sin quizás, le traerá a ustednoticias que le contenten mucho».

Page 277: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Hoy es 1.º de Octubre -dijo Sola, con fraserápida, como centella de palabra que de suslabios saliera.

-No, que es mañana -apuntó Cordero rien-do-; yo tengo el Calendario en el dedo. Noquieras ahora que los días salten unos sobreotros. El tiempo es un señor a quien se ha detratar con muchísimo respeto. Observa la calmay el método con que anda. A veces parece queva despacio, a veces que corre como un galgo;pero es ilusión nuestra: su señoría no sale nun-ca de su paso. Mañana, hija querida, iremos aMadrid.

-¡Yo también!

-Pues es claro. Quiero que os veáis, que oshabléis. Luego vosotros os entenderéis, y mipapel quedará reducido a preparar algunascosillas que para la boda sean necesarias...

Page 278: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Dio un suspiro, y estrechando luego entresus manos las de Sola, que estaban frías, sinduda porque todo el calor se recogió en su co-razón alborozado, dijo Cordero estas palabras:

-Te voy a dirigir un ruego. ¿Lo atenderás?

-¡Qué pregunta! -exclamó Sola, echándose allorar antes de conocer el ruego.

-Pues quiero suplicarte, que después de ca-sada, ya que mis hijos no puedan ser tus hijos,como proyectábamos, les mires como tus her-manos.

Sola le contestó con el río de sus lágrimas,que no permitían palabras. Ni eran necesariaslas palabras.

-Si me ves llorar -dijo D. Benigno, secándoseuna lágrima con gesto heroico-, no creas queestoy afligido ni desconsolado. En mi pecho nocaben ni envidias de mozalbete ni el duelo de

Page 279: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

deseos frustrados. Tranquilo estoy y contento,contentísimo. Si lloro es por la atracción de tuslágrimas que hacen correr las mías, sin saberpor qué. Tuve un poquillo de pena, sí; pero meconsuela el saber que si mis hijos han perdidosu segunda madre, buena hermana se llevan,¿no es verdad?

Principiaba a caer la tarde y se sentía el fres-co del Tajo. D. Benigno propuso que se retira-ran a casa, y dejando la perla dura, tomaron elcamino áspero y tortuoso.

-Ya van creciendo las noches -dijo Sola, dan-do el brazo a su padre.

-Sí, hija mía -replicó este-, y el mañana tardaun poco más; pero viene, no tengas cuidado.

-Ya no recuerdo cuánto se tarda de aquí aMadrid.

Page 280: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Pues no es mucho. Tomaremos el coche dePeralvillo, que es el que va más pronto. ¿Nosabes la novedad que hay en el mundo? Puesahora han inventado en Inglaterra unas máqui-nas para correr, un coche diabólico que va co-mo el viento, y anda, anda... No sé lo que anda;pero si hubiera uno desde Toledo a Madrid,iríamos en dos horas.

-¡En dos horas! Eso es fábula.

-¿Fábula? Me lo ha dicho D. Salvador, que loha visto.

-¿Él ha visto esa máquina?

-Y ha andado en ella.

-¿Él ha andado en ella? Será cosa magnífica.

-Figúrate...

D. Benigno se detuvo, y con la complacenciaque producían en él las maravillas de la nacien-

Page 281: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

te industria del siglo, se preparó a dar a su hijaexplicaciones demostrativas, para lo cual pusohorizontal el bastón y deslizó los dedos sobreél.

-Figúrate que hay en el suelo dos barras dehierro donde se ajustan. las ruedas de unosenormes coches... así como casas. Estos cochesvan atados unos a otros. A poco que les empu-jen, como las ruedas se ajustan a las barras dehierro, ¡zás! aquello corre como una exhalación.

-Ya entiendo... las mulas...

-Si no hay mulas, tonta... Ya te lo explicaráD. Salvador, que ha montado en esos vehículos.Esa diablura la han puesto los ingleses entre unpueblo que llaman Liverpool y otro que nom-bran Manchester. Dice D. Salvador que aquelloes volar.

Page 282: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡Volar! ¡Soberbia cosa!... -exclamó Sola conentusiasmo-. Decir «quiero ir a tal parte ahoramismo» y...

-Y salirse uno con la suya. Pues, te dirá: nohay caballos. Todo aquel rosario de coches estámovido por un endemoniado artificio o meca-nismo, que tiene dentro fuego y vapor, y soplaque sopla, va andando. Yo no sé cómo es ello.Me lo ha explicado D. Salvador; pero no lo hepodido entender.

-¿Y esa manera de ir acá y allá no se pondráen otras partes?

-Sí, dice nuestro amigo que se va extendien-do; que en Inglaterra están haciendo más deesos benditos caminos de hierro, y que en Fran-cia, van a empezar a ponerlos también.

-¿Y en España, ¿no los pondrán?

Cordero dio un suspiro.

Page 283: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Ahora va a empezar una guerra, si Dios nolo remedia -dijo con tristeza.

-Cuando concluya...

-Quizás empiece otra... Pero, al fin y al cabo,también tendremos aquí esos caminitos, aun-que sólo sea para muestra. D. Salvador dice quese extenderán por toda la tierra, y que hasta lasregiones más incultas llegará esa máquina quecorre a soplos.

-¿Y la veremos por aquí, por este caminejo?

-¿Por qué no?

-Y podremos decir: «A Madrid...».

-Sí; pero ese prodigio no acontecerá mañana,hija querida -dijo Cordero sonriendo-. Por aho-ra nos contentaremos con las tres mulitas dePeralvillo.

Page 284: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Entraron la casa, donde hallaron a D. Primi-tivo Cordero, sobrino de D. Benigno, que veníaa pasar unos días en los Cigarrales, y traía es-tupendas nuevas de la Corte, entre ellas lamuerte del Rey. Cenaron todos un poco tristespor la influencia melancólica de tales noticias,de los comentarios lúgubres con que las acom-pañó el ex-capitán miliciano, y de los presagiosfatídicos que hizo.

Cuando D. Benigno manifestó su propósitode ir a Madrid el día venidero, Primitivo leanunció con oficioso pesimismo que probable-mente encontraría las tropas insurreccionadasen las calles, la anarquía imperante, y la villaentera, la Corte y la monarquía, dadas a todoslos demonios.

Al despuntar la aurora del siguiente día Solase levantó, y abriendo de par en par la ventanade su cuarto, que daba al campo, y a cuyo alféi-zar subían las ramas más altas de los almen-dros, aspiró el aire balsámico de la mañana y

Page 285: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

miró los senderos, el suelo, la torre de la cate-dral insigne, que a lo lejos y en medio del ver-dor oscuro del paisaje lucía como un ciprés depiedra, dejó correr luego sus miradas por elsuelo adelante hasta el horizonte, término deamarillentas lomas y de azulados pedregales;fue con su espíritu más allá del horizonte mis-mo; volvió con tristeza. Se podría haber creídoque echaba de menos aquellas barras de hierrode que D. Benigno hablara la tarde anterior yque, de existir, permitirían a los hombres re-medar el maravilloso viajar de los pájaros. Na-da vio en los torcidos senderos que indicaseque las hadas se habían ocupado la pasada no-che en tender aquellas vías metálicas, milagrode la locomoción, increíble camino más propiopara ser recorrido con las alas del espíritu, quecon los pies de la materia.

Poco después se levantó Cordero. El cochede Peralvillo no podía tardar, y era preciso sus-tentarse de chocolate y bollos para el largo y

Page 286: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

molesto viaje. Sola dio punto a las meditacionespara atender a los diversos menesteres de aque-lla hora, y cuando D. Benigno y ella se encon-traron solos, el héroe no pudo menos de pre-guntarle por qué había en sus ojos huellas delágrimas, siendo las circunstancias más bienpropicias que adversas. Sola contestó que nohabía podido dormir en toda la noche, porquelas cosas tremendas que contó Primitivo y losaugurios que hizo llenaron de misterioso pavorsu espíritu. Verdad era esto que dijo; pero tam-bién había influido mucho en su insomnio do-loroso la brusca y radical mudanza en su desti-no, en sus ideas todas por la conversación queella y su dignísimo protector tuvieron a orillasdel río. Sola no quiso ocultar a Cordero todo loque sentía y pensaba.

-Estoy tan aturdida desde ayer tarde -le dijo-, que no sé lo que me pasa. He pasado toda lanoche imaginando catástrofes o soñando tro-piezos y caídas. No me puedo convencer de

Page 287: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

que Dios me lleve ahora por ese camino tandistinto del que antes seguía, sin que sea para irderecha a una desventura muy grande. Yo nacícon mala estrella.

-Patrañas, querida hija; cosas de la imagina-ción -replicó D. Benigno, apurando su chocola-te-. No nos entreguemos a cavilaciones huerasy tengamos confianza en Dios. Eso de malas ybuenas estrellas no es muy cristiano que diga-mos.

-Es verdad; pero yo no puedo evitar el sos-pechar peligros, el tener miedo de todo, y elpresentir desgracias. Es una especialidad mía.Si Primitivo no hubiera contado tantos horro-res... Ahora, con la muerte del Rey, se va a en-cender una guerra tal, que España va a ser unaNación de huérfanos y viudas. Sí, así será...Correrán ríos de sangre, ríos caudalosos comolos de agua, y los hermanos matarán a los her-manos... todo por saber si ha de reinar la sobri-na del tío o el tío de la sobrina. ¡Qué horrorosos

Page 288: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

disparates! ¡Y estas cosas pasan en reuniones degente que se llaman países y naciones!... ¡Y estaes la decantada sabiduría de los hombres deEuropa que se ríen de los salvajes! Yo, mujerignorante, digo que esos sabios no tienen senti-do común.

-Hija de mi alma -exclamó D. Benigno-, estáshablando como el patriarca de la filosofía, comoJuan Jacobo Rousseau. Sí, el estado actual de lasnaciones y el sentido común son incompatibles.

En su entusiasmo, Cordero tremoló la servi-lleta que acababa de desprender del ojal de sulevita. Aquel lienzo era la bandera del sentidocomún, pabellón sin colores y sin heráldica.

-No he podido apartar de mí en toda la no-che -dijo Sola-, una idea que me hace estreme-cer de pena. ¿Quién nos asegura que el hombrea quien vamos a buscar, no estará ya compro-metido en la guerra civil? ¿No será probable

Page 289: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

que esté disparando tiros en las calles? ¿Nopuede suceder que está ya muerto?

-Calla, tonta... Un hombre tan juicioso... ¿Nocomprendes tú...?

-Yo no comprendo nada, yo siento y nadamás. El corazón suele tener unas adivinacionestan raras... A veces, el muy pícaro, se empeñaen una cosa, y Dios se encarga después de darlegusto... Ojalá me equivoque. Y ahora Dios nonos manda tan sólo el azote de la guerra civil,nos manda también otro, esa terrible enferme-dad... ¿no oyó usted hablar a Primitivo de esto?Es un mal muy raro, por el cual se muere lagente en pocas horas, a veces en minutos; esuna puñalada invisible que sorprende y mata, ynadie está seguro de vivir dentro de mediahora.

-Sí -dijo D. Benigno, cayendo en sombríatristeza-, es el Cólera morbo asiático.

Page 290: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Al oír este nombre repulsivo y espantoso,Sola sintió correr por su cuerpo un frío displi-cente. Cordero sintió lo mismo.

-Esa enfermedad -añadió-, ha aparecido enAndalucía. Las personas van muy tranquilaspor la calle, y de repente ¡plaf! se caen al sueloy se mueren. Pero esta infección no llegará aMadrid... Vamos, en marcha, ahí está el coche.

Oyeron las alegres campanillas de las mulasde Peralvillo. Sola se despidió de los niños llo-rando, y les prometió que volvería muy pronto.Al subir al coche, dijo:

-¿Tardaremos mucho?

-Volaremos -afirmó el héroe-. Peralvillo,llévanos a prisa... ¡Oh! ¡qué lástima que no ten-gamos ya por aquí esos carriles de Satanás!

Page 291: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Y tenía razón. ¡Lástima grande que en aque-lla ocasión crítica no existieran los carriles deSatanás!

-XVII-La mañana del 29 y cuando nadie sospecha-

ba que la muerte del Rey estuviese tan próxi-ma, dejó de ser soltero Pipaón. Los tiernos es-posos recibieron la bendición nupcial en lahermosa iglesia de San Cayetano, que hace es-quina a la calle del Oso, y el encargado de darlafue el Padre Carantoña, de la orden dominica,grande amigote del desposado. Asistieron per-sonas de calidad, hubo mucha pompa eclesiás-tica y mundana, se repartieron limosnas, y todofue dispuesto para que en los barrios del Surquedara memoria del suceso por dilatadostiempos. La sordidez de D. Felicísimo no per-mitió que el almuerzo de rúbrica se diera, como

Page 292: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

parecía natural, en la casa de la desposada ydiole en la suya Pipaón con mucho rumbo ymagnificencia. Pero lo más notable del día fueel altercado que tuvo nuestro cortesano con D.Felicísimo. Los recién casados, creyendo que siel vejete no les daba de almorzar, no les negaríasu bendición, fueron allá muy gozosos; pero elDemonio, que jamás descansa, hizo que Carni-cero tuviese noticias ciertas aquella misma ma-ñana de las traicioncillas de Pipaón y de lossoplos infames que había llevado a la ante-cámara de Su Majestad la Reina Cristina. Esta-ba el buen señor trinando cuando llegaron loscónyuges, y ojalá que no hubieran llegadojamás, porque así como estalla un volcán, re-ventó la cólera de D. Felicísimo, y no quedódentro de su boca palabra mal sonante ni epíte-to quemador. Púsose blanco el bendito agente,como piedra caliza, y su rostro plano causabaterror, porque parecía próximo a descomponer-se en piezas, cayendo cada fracción por su lado.En vano quiso disculparse Pipaón, en vano Mi-

Page 293: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

caelita intentó disculparle también, llevada delamor que aquel día le tuvo, y hasta Doña Maríadel Sagrario arrojó con timidez una palabra depaz en medio de la ardiente filípica. Aumentá-base el furor del terco viejo con las réplicas, ypara concluir echó a sus nietos a la calle, or-denándoles que no volviesen a poner los piesen aquella casa de lealtad, y conminándoles condesheredarles del mejor modo que pudiese. Losesposos salieron cabizbajos, y cuando se des-pedían de Doña Sagrario en la puerta, el con-denado vejete agarró con su zarpa acerada elbrazo de Tablas, que a su lado estaba, y conardiente anhelo le dijo:

-Tablas, cuatro duros, cuatro duros para ti, sivas ahora y le das un puntapié a ese tunante yle arrojas rodando por la escaleras. No hagasdaño a mi nieta, ¿entiendes? a mi nieta no.

El atleta no quiso desempeñar el indignopapel de cachetero que en aquella repugnantecontienda doméstica se le designaba, y todo

Page 294: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

quedó en tal estado. Después riñó D. Felicísimocon Doña María del Sagrario, con la criada, conTablas, y a todos les mandó que se fuesen a lacalle y le dejaran solo, pues para vivir entreespías o traidores, prefería estar solo con el lealy desinteresado gato. El buen señor desahogabasu cólera sonándose, sonándose fuerte y repeti-damente, y aquel furioso trompeteo resonabaen la casa como las cornetas de un llamamientomilitar. No era en verdad ilusión que los frági-les tabiques de la casa temblaran como las mu-rallas de Jericó, porque durante el ir y venir dela gente en el momento del berrinchín, el pisose estremecía de tal modo y con tan amenaza-dora trepidación, que los expulsados tomabancon gusto la puerta.

Por la tarde, y cuando no se habían aplacadoaún los irritados espíritus del agente eclesiásti-co, entró a verle Salvador Monsalud. D. Felicí-simo lo recibió con desabrimiento.

Page 295: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Le he mandado venir a usted -dijo tomandoel pie de cabrón y dando con él fuerte porrazosobre la mesa-, para comunicarle noticias muydesagradables acerca de nuestro amigo el Sr. D.Carlos Navarro. Usted, jí, jí, se tomó por él tan-to interés cuando aquella diablura de su encie-rro en la cárcel de Villa, que no dudo en acudira usted, ahora que el insigne guerrero del Altí-simo se halla en un trance mucho más peligro-so.

Oyó Salvador con notorio interés estas pala-bras, y después de manifestar que no habíafavorecido a Navarro por simpatías carlinas,sino por consideraciones de gratitud y de amis-tad absolutamente personales, rogó a Carnicerono ocultara nada de lo que al digno soldado delAltísimo ocurría. El vejete se revolvía en suasiento. Tomando y dejando con las inquietasmanos, este o el otro papel, porque estaban susnervios en completa anarquía, dijo así:

Page 296: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Ya llegará la hora de esos canallas, ya lle-gará, ¡vive Cristo! Ahora, al amparo de esasombra de Rey, bailan sobre nuestras costillas;pero los papeles se truecan, jí... Figúrese ustedque el bravo D. Carlos partió hacia Navarrapara conferenciar con Santos Ladrón y otrosvalientes capitanes, la buena gente, la gentesana, la gente de Dios. Pues bien, hubo unaalgarada de voluntarios realistas en Viana, porimpaciencias tontas y celo mal entendido. ElVirrey de Navarra mandó contra ellos una co-lumna. La columna no derrotó a nadie... comosiempre; pero cogió a D. Carlos, que estaba enel convento de frailes franciscos, jí, jí, y junta-mente con un sobrino de Santos Ladrón y uncapuchino, a quien sorprendieron haciendocartuchos, le llevaron a Estella. Se formó suma-ria; dieron parte a Madrid, y este Gobierno co-barde y rastrero ha mandado hoy, hoy mismo,jí, ha mandado que sean pasados por las armasel señor D. Carlos, el sobrino de Santos Ladróny el capuchinito de los cartuchos. He sabido

Page 297: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

todos estos pormenores por un oficial del Mi-nisterio de la Guerra, que nos pertenece encuerpo y alma, y no hay duda alguna, jí, de quela execrable orden del Ministro irá, lo más tar-de, por el correo de mañana.

-Es un deplorable incidente -dijo Salvadormeditabundo-; pero no podemos negar al Go-bierno el derecho de defensa. Usted, que tantopoder tiene, ¿no podrá evitar esa catástrofe,aunque sólo sea en la parte que a nuestro des-graciado amigo corresponde?

-¿Yo?... -chilló Carnicero, en tono de lástimade sí mismo-. ¿Yo? Bueno está el ramo de Gue-rra en los tiempos que corren para que yo pue-da lograr... Usted, usted...

-¿Yo? -dijo Salvador, condoliéndose de suimpotencia política y militar-. Apenas tengorelaciones oficiales. ¿Qué caso han de hacer demí? Para mayor desgracia, he sido tildado deapostólico por algunos necios, y en el ejército

Page 298: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

corren hoy vientos muy liberales. Yo no puedonada.

Ambos meditaron breve rato, D. Felicísimocon los ojos fósiles puestos en el ensangrentadoCristo de la columna, Salvador leyendo en lasrayas de la estera.

-¿En poder de quién está Navarro? ¿Conoceusted al jefe de la columna que lo aprehendió, oal gobernador de Estella?

-Pues, ya... el bribón que le capturó y el jefemilitar de Estella son una misma endemoniadapersona, jí, jí, y esta persona es el perdido delos perdidos, el gran maestre de los canallas,Seudoquis, más masón que Caifás y más liberalque Caín... ¿Le conoce usted?

-Mucho -replicó Salvador acabando de leeren la estera-. Tanta amistad tenemos, que segu-ramente lo que Seudoquis no haga por mí no lohará por nadie.

Page 299: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡Qué lástima, Santo Cristo de la Vega! ¡quélástima, Santísima Señora del Sagrario, que noestá Navarra en Móstoles o que las leguas no setrocaran en varas!... porque en este caso la dis-tancia nos mata. Ni valen para este delicadoasunto las cartas de recomendación...

-Es verdad que nada de eso vale.

-¡La distancia, la distancia!... Si pudiéramostraer aquí a Navarra...

-Llevaremos allá a Madrid.

-¿Cómo?

-Sr. D. Felicísimo -dijo Salvador levantándo-se-, me marcho a Navarra.

-¡Usted!... ¿cuándo?

-Lo más pronto que pueda. Depende de losmedios que encuentre. Si esta tarde hallo uncoche, esta tarde me voy.

Page 300: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Y confía usted sacar partido de su amistadcon ese desollado masón?... ¡Pero qué amigostiene usted!... Estoy asustado.

-Creo que podré conseguir algo.

-Pero ¿de veras va usted?...

-Ya está decidido. Yo soy así -afirmó el caba-llero dando algunos paseos de un ángulo a otroen la polvorosa estancia.

-¿Quiere usted cartas de recomendación?

-¿Para clérigos, canónigos, guerrilleros, frai-les que hacen cartuchos, y abades que organi-zan partidas? Sí, sí, vengan cartas. Nada de esoes inútil para mi propósito.

-Entérese usted bien de lo que ha pasado -dijo D. Felicísimo, entregando a Salvador variascartas, que este empezó a leer con avidez-. Veausted lo que me escribe el guardián de francis-cos de Estella... Vea usted también la relación

Page 301: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

detalladísima que del suceso me hace el priorde los descalzos de Viana. Ahí verá usted laslindezas de su amigo Seudoquis, que fuma enlas iglesias, insulta a las monjas, y dice públi-camente que Dios es isabelino.

-No creo que Seudoquis se haya vuelto ton-to.

-Lea usted, lea usted.

Leyendo, el caballero se enteró del caso ytuvo anticipado conocimiento de personajes,cosas y lugares que ordenó en su mente conasombrosa presteza. Concluida la lectura, yahabía imaginado un plan que no debía sufrirgran variación con la marcha de los sucesos.Para poner en ejecución lo que pensaba, urgíaaprovechar el tiempo lo mejor posible. Su tem-peramento impaciente se adaptaba a las resolu-ciones rápidas y a un procedimiento ejecutivo yprecipitado para realizar pronto la idea, anti-cipándose a las contrariedades y tomando la

Page 302: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

delantera a los peligros. Aquella tarde arreglósus cosas, buscó un cochecito y dio cuantospasos preliminares creía menester para nohallar obstáculos en su largo viaje. Ya ano-checía cuando escribió una carta a don BenignoCordero, manifestándole lo que más adelantesabrá el curioso lector. Esta carta la dejó en po-der de D. Felicísimo, previa formal promesa deentregarla a Cordero, que vendría pronto de losCigarrales y se encontraría en su casa de la su-bida a Santa Cruz. Despidiose del anciano ypartió aquella misma noche. La noticia de lamuerte del Rey, que ya sabía todo Madrid, lejosde hacerle desistir de su propósito, lo confirmómás en él, porque iba a empezarse el períodode crueldades, amenazas y represalias, precur-sor del desencadenamiento de la hidra, cuyosbroncos rugidos resonaban ya en toda la Penín-sula. No se nos quedará en el tintero un inci-dente ocurrido al partir Monsalud de la moradaCarniceril. Iba a tientas por el pasillo lóbrego(pues razones económicas habían retrasado

Page 303: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

aquella noche, como otras muchas del año, laaparición de la luz), cuando del techo se des-prendió un pedazo de yeso o cascote, muchomayor que los que a todas horas caían. Afortu-nadamente, al chocar con los puntales se partióen dos o tres fragmentos, y Salvador no recibióen su cabeza sino uno de estos, que produjo unmediano porrazo, rozándole después la cara.Cualquier supersticioso habría visto en tan in-significante suceso augurio adverso o quizásfavorable; pero Salvador sacudió del hombro elyeso y siguió adelante sin contestar a D. Felicí-simo, que en la puerta de su cuarto decía:

-¿Qué es eso?... ¿se ha hecho usted daño?...¿se cae la casa?... ¡luz, luz!

-XVIII-«El Rey ha muerto. ¡Viva el Rey!».

Page 304: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Cuando Elías Orejón entró en casa de D. Fe-licísimo y pronunció esta frase con hiperbólicoentusiasmo, el famoso Carnicero estuvo a pun-to de perder el sentido; tan grande fueron susorpresa y júbilo. Unidos ambos en estrechoabrazo, diéronse palmetadas en las espaldasdurante un par de minutos, sosteniéndose eluno al otro para no caer al suelo con la fuerzadel contento y la debilidad de las piernas. Estoocurría poco después del fallecimiento del Mo-narca y tres horas más tarde del altercado conPipaón, por donde se ve, que en un mismo díareservaba la Divina Providencia al señor deCarnicero impresiones totalmente contrarias,haciéndole pasar de la ira más atroz a un con-tento febril y casi rabioso. Los dos viejos expre-saron con afán, y quitándose simultáneamentelas palabras de la boca, opiniones diversas so-bre el suceso, y proclamaron que Dios habíaconcedido a la monarquía el más precioso delos dones, abriendo camino al soberano verda-deramente católico y al Rey de verdad. Orejón

Page 305: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

se despidió para volver a la noche, trayendo lasúltimas noticias, y Carnicero se quedó solo,saboreando en deliciosas meditaciones su júbiloapostólico, ideando planes y considerando eltriunfo rápido de la España religiosa sobre laEspaña masónica. Después fue Salvador a des-pedirse y a llevar la carta para Cordero, y otravez se quedó solo el anciano con la criada quele aprestó la cena. Doña María del Sagrario, queestaba muy a mal con su padre por el sofoco dePipaón, le acompañó breve rato y fuese des-pués a la casa de su sobrino con intento de novolver hasta las diez de la noche.

Las ocho serían cuando volvió a aparecerOrejón acompañado del conde de Negri, y vie-ron cenar a D. Felicísimo, que entre bocado ybocado había de incrustar una opinión, pregun-tilla, apóstrofe o interjección apostólica, todoentreverado de hipos que dividían en minúscu-las porciones sus conceptos, dando idea de lo

Page 306: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

que sería un discurso en mosaico o una oraciónen cañamazo.

-A poco de dar el último suspiro Su Majes-tad -dijo el conde-, el pobre Sr. Zea reunió en laCámara Real a varios militares... He oído hablarde Quesada, San Martín, Freire y otros muchosque no recuerdo... Recibioles la napolitana llo-rando y gimiendo, y no de pesadumbre dequedarse viuda, no, sino porque la corona y eltrono de su hija van rodando ya como los ju-guetes de las niñas... Pero vean ustedes lo queha discurrido ese Sr. Zea, ese talentazo, ese in-ventor de la pólvora y de los pasteles... Puesnada: rogó a los militares que juraran defenderla sucesión directa y el tronito de la titulada,Isabel II. Tenemos monarquía de muñecas... Yellos juraron, y tras de aquellos fueron otros yjuraron también.

-¡Patarata! -exclamó Orejón- todo eso esmúsica, música. También se han reunido estatarde muchos locos masones, con Aviraneta a la

Page 307: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

cabeza, y han deliberado... ¡Deliberado los pos-tes! ¿cuándo se ha visto eso?... Señores, llegó elmomento de la gran barrida. España ha resuci-tado. Ya nuestro Señor no puede tener el escrú-pulo de conspirar contra su hermano. El mejordía le veremos aparecer en la raya de Portugalpara ponerse al frente de nuestros ejércitos...Pero si no se necesitarán ejércitos. Esto se cae,esto se hunde, esto se desmenuza. Esto no esmonarquía, es una tienda de tiroleses. Pornuestra parte ya sabemos lo que nos corres-ponde hacer, porque tenemos las instruccionesdadas por Doña Francisca en presunción delcaso que ya ha ocurrido.

-Aquí están las instrucciones -dijo Carnicero,soltando el tenedor para sacar un papel de sugaveta.

-Las sé de memoria -replicó Orejón-. Ahora,señor conde, no perdamos el tiempo y corra-mos a ver a los jefes de la guarnición a quienes

Page 308: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

hemos hablado del negocio, y que no han que-rido soltar prenda mientras viviera el Rey.

-Esta noche no hay junta.

-Esta noche no -dijo Elías, tomando el vasode vino que sobre la mesa estaba y acercándoloa sus labios-. Pero, ¿qué aguachirle es este?

-Es lo que yo bebo. Es del propio cosecherode Esquivias.

-Esto es veneno puro... Pero ¿no has de teneren tu despensa ni siquiera dos azumbres deblanquillo para que los amigos brinden por eltriunfo de la mejor de las causas?

-¡Tablas, Tablas! -gritó Carnicero, y cuandoel atleta apareció en la puerta, le dijo-: Gandul,¿estás sordo?... Vete a la taberna de la calle delBurro y trae una botella de Jerez seco o de cosaque lo parezca. Anda pronto. Oye, ¿no hay biz-

Page 309: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

cochos en casa? trae también bizcochos... Jerezseco... pronto.

Tablas era siempre diligente para traer vino,porque la expectativa de las sobras le aligerabalos pies. Así volvió prontamente con la compra,y un instante después los dos furiosos evange-listas de D. Carlos mojaban un bizcocho en eldotado licor. Después bebieron con prudencia,por ser ambos como D. Felicísimo, varones demucha sobriedad.

-Por la religión triunfante -dijo Elías, empi-nando con gravedad.

-Por los buenos principios de gobierno -apuntó Negri-... Pero no bebe usted, Sr. D. Fe-licísimo.

-¿No bebes, Felicísimo? Eso no se puedeconsentir -manifestó Orejón con brío, apre-surándose a ser Ganimedes del Júpiter de la

Page 310: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

agencia eclesiástica-. Verdad es que este Jerezquema como pimienta.

-Será viejo como yo -dijo Carnicero tomandola copa-. Pues brindo...

Las tres copas chocaron con alegre campani-lleo, debido principalmente al temblor del pul-so de D. Felicísimo.

-Brindo por la felicidad de España.

-Que ya está segura.

-Otra copa.

-Hombre...

-Otra.

Orejón llenó obra vez las tres copas, con nopoco sentimiento de Tablas, que alejado por elrespeto, contemplaba las mermas de la botella.

Page 311: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Es buen vino -indicó Carnicero, en tono deconocedor-. Pero yo no sé si mi cabeza...

-¡Qué cobarde!... Felicísimo, otro trago...Vamos, a la salud de la familia real.

Este brindis fue acogido con tanto entusias-mo, que Carnicero se levantó de su asiento paradar más solemnidad al acto de envasarse en elcuerpo el generoso vino.

-¡Viva Su Majestad el Rey, Su Majestad laReina y los serenísimos señores infantes! -exclamó Negri-. De las ruinas del masonismo selevanta el legítimo trono de España.

-Y de Indias... porque se volverán a conquis-tar las Indias.

-Se volverán a conquistar -dijo Carnicero,que se notó ágil y dio algunos pasos con ciertaligereza relativa-. Adiós, mis queridos amigos.Hasta mañana.

Page 312: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Hasta mañana.

Orejón y el conde se retiraron. En el pasillo,donde salió a despedirles el dueño de la casa,fueron sorprendidos, como otro visitante ante-rior, por un gran desprendimiento de cascotesdel techo.

-Llueven piedras, ¿o qué es esto? -gruñóOrejón deteniéndose.

-No es nada. Los ratones me tienen minadoel techo. Ya os arreglaré, masoncillos.

El conde soltó una carcajada y se limpió lalevita manchada de yeso.

-Pero ¿no tienes Inquisición en casa?

El gato saltó de un rincón, bufando, y subiópor los maderos.

-Sí, allí veo la Suprema... ¡cómo maya! ¿Quéruido es este?

Page 313: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Los tres se detuvieron con recelo, poniendoatención a un rumor que se sintió instantáneo,y que no era fácil referir a las paredes, ni al te-cho, ni al suelo, pues en todas estas partes de lacasa parece que sonaba a la vez.

-Hombre, juraría que vi moverse una de es-tas vigas -dijo Orejón.

-Y yo juraría que he sentido temblar el piso.

D. Felicísimo prorrumpió en risas, diciendo:

-¡Qué cabezas pone un vaso de vino! ¡Vayaun par de camaradas!... El uno ve visiones, y elotro oye terremotos...

-Abur, abur.

-Hasta mañana.

Cuando se fueron, D. Felicísimo se quedósolo. Tablas se había retirado a su casa, y lacriada, no pudiendo resistir al deseo natural de

Page 314: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

hablar con su novio, de quien había recibidoaquella tarde palabra de próximos desposorios,se fue a la carbonería del número 8. El ancianoagente cerró bien la puerta y volvió a su cuarto,único de la casa que tenía luz. Nada de estomerece contarse; pero sí lo merece muy muchoel fenómeno de que D. Felicísimo vio las pare-des del cuarto dando vueltas en torno suyo,primero con lento giro, después con rapidezmareante. En vano trataremos de dar explica-ción a este peregrino hecho pidiendo datos a laciencia de los terremotos, o buscando su origenen la inseguridad del edificio, que era, por des-gracia, bastante grande y notoria. Todo cuantose diga en este sentido será contrario a las re-glas de la sana crítica, y así nos resolvemos aexplicar lógicamente aquel volteo de paredespor la detestable calidad del vino que bebieronpoco antes los tres dignos señores. El vino eratal, que si le hubieran tomado juramento habríadeclarado francamente no haber visto en todasu vida las bodegas jerezanas. Su padre y crea-

Page 315: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

dor era el tabernero, un gran artífice de vidue-ños que habría sido capaz de fabricar agua, si elagua no estuviera ya fabricada para provechodel gremio. El aguardiente disfrazado que Ta-blas trajo de la taberna, hizo tal efecto en elcuerpo de D. Felicísimo y de tal modo se apo-sentó en su flaco cerebro, que el buen viejo per-dió el uso regular de sus perspicaces facultades.Como hacía tanto tiempo que no probaba lico-res fuertes, su incontinencia de aquella noche(disculpable por el motivo patriótico que laoriginó) le puso en estado de ver las paredesjugando al corro, y le sugirió extravagancias ypuerilidades indignas de persona tan respeta-ble. Dando fuerte golpe en el suelo con su pe-sado pie, exclamó bruscamente:

-¡Quieta, España, quieta!... ¿Bailas de gustopor la felicidad que te ha caído?... Ten calma,Nación, ten calma y espera tranquila el triunfode tu Rey sacratísimo.

Page 316: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Carnicero creyó que su valiente exhortaciónal reino danzante había hecho efecto, porquedejó de ver movimiento en las paredes.

-Así, así te quiero -dijo dando algunos pasospara llegar a su sillón y sentarse- pero en vez deandar hacia la mesa, dirigiose al testero opues-to. No paró hasta tropezar con la pared, y alsentir el choque, llenose de cólera y dijo:

-¿Quién me estorba el paso?... ¿Quién es elatrevido que no me deja llegar al sillón?

Esperó respuesta; puso atento oído a los ru-mores que creía sentir. Todo, no obstante, erasilencio. Pero a D. Felicísimo se lo antojó queoía fuertes golpes en la puerta de su casa.«¡Quién!» gritó tres veces poniendo entre cadagrito larga pausa de espera. Mas un silenciolúgubre seguía reinando en la mansión desier-ta. De improviso sintiose por el techo como unaluvión de pisadas tenues, pero en tal númeroque formaban imponente estrépito. Eran los

Page 317: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ratones que en tropel corrían por aquellas re-giones baldías donde habían abierto con suhabilidad y paciencia infinitos caminos y derro-teros.

-¡Ah! -exclamó Carnicero riendo con lasti-mosa imbecilidad-. Son los reales ejércitos quevan al combate. Adelante, bravos batallones. Lahora del triunfo se acerca. Que no quede demasonismo ni el grueso de una uña.

Pasado algún tiempo, oyose reproducida alo lejos la misma algazara en el techo. Parecíaque reñían en la sombra de los pasillos los ejér-citos de alimañas y que había retiradas tumul-tuosas, furibundas embestidas, victorias súbi-tas, heroicos choques y horribles desmayos.Carnicero dejó de atender a aquel fragor lejanoy empujó la pared, queriendo vencer el obstá-culo que, según él, le impedía llegar a su cómo-do asiento.

Page 318: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Digo que necesito llegar a mi sillón -repitió-. ¿Quién eres tú?

Alzó los alucinados ojos el anciano y vio loque en la mitad de la pared había. Era un her-moso cuadro, retrato de Fernando VII, colgadoallí treinta años antes, y que D. Felicísimo habíacontemplado desde su asiento muchas veces,recreándose en la perfección de la pintura y enla exactitud del parecido. El cuadro era bueno yrepresentaba a Su Majestad en gran uniforme,de medio cuerpo, con aire y bríos juveniles,nariz luenga, cabellos negros, ojazos llenos derelámpagos y aquella expresión sensual y pocosimpática que caracterizó al Deseado Aborreci-do. Tan trastornado estaba Carnicero, que leparecía ver por primera vez aquella figura ensu gabinete, y retrocedió con cierto espanto.Mas reponiéndose y haciéndole frente, como sitambién la figura hacia él caminase, se encarócon ella, amenazando con su semblante plano

Page 319: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

el pintado rostro del Rey, y le dirigió estasarrogantes palabras:

-¿Qué tal le va a Vuestra Majestad en los In-fiernos?... ¡Ah! Perfectamente sin duda. VuestraMajestad lo ha querido. ¿Qué tal saben los tizo-nazos? Yo me permito decir a Vuestra Majestadcon todo respeto que Vuestra Majestad estábien donde está. Las cosas vuelven a su naturalser, y el Reino se ha salvado. España está librede su monarca impuro y acepta el dulcísimoyugo de ese arcángel a quien Dios hizo nacerhermano de Vuestra Majestad Real.

Calló el viejo y siguió mirando la figura, quede agradable se hizo repentinamente espantosa,porque sus ojos echaron llamas, su nariz tomólas dimensiones de elefantina trompa, y su ma-no soltó el bastón de mando para echarse fueradel cuadro... La mano, sí, se echó fuera del cua-dro, y todo el cuerpo del Rey salió en seguidacual si traspasase el umbral de una puerta. D.Felicísimo retrocedió sintiendo que su valor se

Page 320: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

extinguía, que sus bríos se aplacaban, que todasu sangre se congestionaba en el corazón. Viovenir la horrenda estampa del Rey cubierto degalones y cruces; vio que el brazo se extendía,que la mano se alargaba y le cogía por la muñe-ca, a él, el pobre anciano flaco y canijo; sintióque aquella mano pesada como el sueño y másfría, mucho más fría que el mármol apretabasus huesos hasta deshacerlos, mientras los ojosfulgurantes del Deseado le traspasaban conmortífero rayo. El pobre anciano no podía gri-tar, ni desprenderse de aquella tenaza, ni si-quiera encomendarse a Dios, porque había ensu mente una perturbación horrible y se volvíatonto. La imagen infernal no sólo le atenazabasino que se le llevaba consigo, empujándole aprofundidades negras abiertas por el delirio ypobladas de feos demonios.

Y así pasó un rato sin que cesasen los efectosdel licor que tan alevosamente tomara el nom-bre y la figura del Jerez. Mientras a D. Felicísi-

Page 321: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mo se le antojaba realidad el desvarío quehemos descrito, la realidad era que el retratoestaba en su sitio y D. Felicísimo tendido en elsuelo en completo trastorno físico y mental,sumergido en las tenebrosas honduras de laembriaguez. El buen señor no oyó, pues, losfúnebres maullidos del gato; no le vio entrar enla estancia con los bigotes tiesos, el lomo eriza-do, los ojos como esmeraldas atravesadas derayos de oro, las uñas amenazantes: no le sintiósaltar y hacer locuras cual si perdiera el juicio oestuviese tocado de mal de amores; no oyó sushorribles lamentos, seguidos de roncos brami-dos, ni presenció la ferocidad con que a la post-re se lanzó fuera, escalando la pared, cayendo,levantándose, subiendo por un poste, preci-pitándose por oscuros agujeros, para reaparecerluego desesperado y jadeante. El infeliz Carni-cero no vio nada de esto, librándose así de unaimpresión horrorosa; no oyó tampoco el es-truendo de las alimañas en el techo, retirándoseal través de los tabiques y haciendo saltar bajo

Page 322: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

su paso débil innumerables pedazos de yeso;no pudo ver cómo cayó de pronto enorme por-ción de cascote en medio del pasillo, ni cómoalgunos de los puntales se movieron y otros serompieron cediendo al fin al peso de la te-chumbre podrida; no vio la primera oscilaciónde esta sobre la sala, ni la inclinación del tabi-que medianero, ni el vacilar de los de carga, nila pavorosa lentitud con que las vigas del teja-do cayeron sobre las del techo plano, aplastan-do la bohardilla como un bizcocho; ni oyó loscrujidos de las maderas resistiendo todo lo po-sible el peso, ni el quebrantamiento de algunostabiques, ni el cuartearse de los yesos, salpi-cando chinitas menudas que luego fueron pie-dras; ni vio desprenderse polvo de las alturas,precediendo a una lluvia de cal que luego fuepedrisco de guijarros; ni presenció la desvia-ción de la pared maestra, que empezó haciendouna cortesía a la pared frontera por la calle delDuque de Alba, y luego se rompió por las ven-tanas y en la parte más frágil. D. Felicísimo no

Page 323: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

vio nada de esto, y así, cuando aquella molepodrida se desplomó en una pieza con estruen-do más grande que el de cien cañonazos, él seagitó un instante en su sepulcro de ruinas,murmuró estas dos palabras: «suéltame ya», ypasó a la eternidad, no como quien se duerme,sino como quien despierta.

El rico archivo eclesiástico, cuyos legajosasomaban por las rejillas de los estantes exci-tando la veneración del espectador, estaba tancomido de la polilla, que al desplomarse la casase desmoronó como seco amasijo de polvo, yparecía que todo entraba en el caos tras la dis-persión de tanta materia inútil, de tanta borrosaletra y de tanta ranciedad como se acumulabaen los podridos escritos. Así los siglos y las ins-tituciones caducadas entran como ríos de polvoen el mar de ruinas de lo pasado, que se agitapor algún tiempo y se emborrasca, hasta que alfin se asienta y se endurece, se petrifica y quedapara siempre muerto. Nada sabríamos de lo

Page 324: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

que contiene este sepulcro inmenso en que tan-tas grandezas yacen, si no existiese el epitafioque se llama historia.

La noticia del desastre se extendió rápida-mente por todo el barrio. Vino Pipaón tem-blando de miedo y harto intranquilo por lasuerte que en aquel inopinado hundimientohubiese cabido a las gruesas cantidades que D.Felicísimo guardaba en su propia casa. Mástarde se congratulaba en lo íntimo de su pechode una catástrofe que inutilizó en el díscoloviejo el perverso intento de privar, en lo posi-ble, a su nieta de la herencia que le correspond-ía. Hasta en aquel deplorable accidente se ma-nifestó la decidida protección que el cielo dis-pensaba al cortesano de 1815, apartándole detodos los peligros y allanándole los caminostodos para que llegase a donde sin duda algunadebía llegar. Por esto decía Don Rodriguín:Divisum cum Jove imperium Pipao habet.

Page 325: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

En la tarde del día 1.º de Octubre D. BenignoCordero contemplaba, con afligido semblantelas ruinas de la casa del absolutismo. Una do-cena de ganapanes, vigilados por individuos dela policía y de la curia, removía los escombros,sacando cascote, podridas vigas, y muebleshechos astillas. El dinero y el cuerpo de D. Fe-licísimo aparecieron al fin como objetos extraí-dos de una excavación pompeyana, entre elpasmo y la consternación de los espectadores,movidos quien de curiosidad, quien de codicia.Él de Boteros tenía en aquella tarde ocupacio-nes que no le permitían estar como un bobomirando la exhumación, y después de rezar unpar de Padre-nuestros por el alma del que fuepaisano y amigo, y de encomendarle a Dios condevoción, entró en una casa próxima. Recibioleun criado, y aquí fue la sorpresa, aquí la sus-pensión de D. Benigno, que se tuvo por máshundido y aplastado que Carnicero, al oír loque oía.

Page 326: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Pero se ha ido, se ha ido de Madrid pormucho tiempo? -preguntó el buen señor, des-pués de larga pausa, en que no supo lo que lepasaba.

-Para mucho tiempo, sí señor.

-Luego ha ido lejos.

-Muy lejos, aunque no dijo adonde.

-¿Pero usted está seguro de lo que dice? Us-ted está trastornado.

-El señor se ha ido y no volverá pronto.

-Entonces habrá dejado algún recado o car-ta...

-El señor escribió una carta; pero no la dejóen casa.

-¿Pues dónde, hombre de Dios, dónde?

Page 327: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-La dejó a D. Felicísimo Carnicero.

-¡Bendito Dios! -exclamó D. Benigno, golpe-ando en el suelo con un pie-. ¿Y a usted no ledejó recado verbal para mí?

-¿Para el Sr. de Cordero? Sí señor. Me dijoque D. Felicísimo enteraría a usted del motivode su viaje y le daría una carta.

-¡Barástolis!... Hay cosas que parecen obra deSatanás.

Y reproduciendo en su mente el espectáculode los escombros que había visto a dos pasos deallí, pensó que para encontrar la carta era preci-so levantar muchas varas cúbicas de polvo yastillas, un cadáver y el pesadísimo pie de lacuria, puesto sobre el tesoro, como el pie delpilluelo que pisa la moneda caída, mientras sudueño la busca paseando los ojos por la tierra.Exhaló Cordero de su pecho un suspiro en queparecía que la mejor parte de su alma se esca-

Page 328: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

paba en busca del fugitivo, y salió abrumado depena. En la calle el gentío que se agolpaba juntoa las ruinas le dio a entender que sacaban aquelprecioso fósil que fue agente eclesiástico. En-tonces dio un suspiro mayor, diciendo para sí: -También nosotros nos hundimos; también anosotros se nos ha caído la casa encima.

Acordose entonces de Sola, a quien habíadejado en su casa esperando el resultado deaquella visita, y no pudo menos de traer tam-bién a la memoria las corazonadas de la huér-fana antes de salir de los Cigarrales. No que-riendo dar a esta la desagradable noticia sinacompañarla de algún consuelo, hizo averigua-ciones prolijas aquella misma tarde, y despuésde hablar con algunos amigos del fugitivo y dehacer mil preguntas en varios mesones y para-dores, se retiró a su casa si no con la certidum-bre, con la sospecha fundadísima de que Salva-dor había ido al Norte. Esto, las voces que hab-ían corrido acerca de las opiniones últimamente

Page 329: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

adoptadas por su amigo y la circunstancia dehaber partido en el mismo día en que murió SuMajestad, llevaron a Cordero de cavilación encavilación hasta ponerle en el trance de creer loque el día anterior le parecía increíble.

-No -pensaba andando hacía su casa-, aqueltesoro no puede ser para un aventurero. Mi hijano se casará con un hombre que así juega conlos santos principios, con un hombre que ayerfue exaltado liberal y hoy absolutista de trabu-co y sobrepelliz. Ella misma apartará de él suespíritu y su corazón, y entonces...

El semblante del de Boteros se animó. Todaidea nueva y feliz produce como una llamaradainterior, cuyo reflejo sube al rostro, cuando esteno se ha educado en el disimulo y la hipocresía.Cordero avivó el paso y apretó fuertemente elpuño del bastón, repitiendo:

-Entonces...

Page 330: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-XIX-Como la vista del geógrafo se extiende sobre

el mapa, así la imaginación del excelente D.Benigno volaba hacia el Norte en seguimientodel prófugo, buscándole por llanos y laderas,sendas y atajos. Veía media Castilla, medioAragón, el caudaloso Ebro, y luego las estriba-ciones pirenaicas cubiertas de verdura y plaga-das de serpientes que de mil escondrijos salían.Y no será aventurado afirmar también que laimaginación del fugitivo se iba quedando atráscomo un hilo desenvuelto del ovillo que rueda.Rodaba nuestro hombre con la prisa que tancachazudos tiempos permitían, anhelando lle-gar pronto, y pues todo es relativo en el mun-do, su tartana, galera o silla de postas (que en lacategoría del vehículo no están conformes lasreferencias) llevaba un paso que en compara-ción del de la tortuga habría podido llamarseveloz. Cruzó el llano de Alcalá, la aromosa ypobre Alcarria, hacia donde cae el reino de las

Page 331: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

abejas; vio a Sigüenza donde hay colmenas declérigos, y atravesó la estrecha cuenca del Jalón,que corre silbando por la angostura como unaespada de agua que se envaina en montañas. Laromana Bilblíis lo mostró ya la tierra aragonesa.En la feraz vega de Zaragoza, pasó por entrepilas de melocotones que parecían balas defuego, y vio las lozanas viñas de uva retinta,cuyo zumo enardece la sangre de los paisanosde Lanuza. Sin detenerse pasó por la ciudadque lleva el nombre más preclaro en las justasmilitares del siglo, y que tuvo en los harapos desus tapias rotas mejor defensa que otras en lacoraza de sus murallas de piedra. En Tudelapasó el Ebro entrando en franca tierra de Nava-rra, semillero de gente brava, pues si Rioja fuehecha para criar pimientos, Navarra fue hechapara criar soldados. Halló gran agitación en lospueblos del camino, y la gente detenía el coche-cillo para pedir noticias. Era preciso satisfacer atodos, diciendo: «Sí, es cierto que ha muerto elRey».

Page 332: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

«¿Pero es verdad que Madrid ha proclama-do ya a D. Carlos? ¿Es verdad que Cristina seha embarcado o va en camino de embarcarse?¿Es cierto que el Infante ha vuelto de Portugal,y está al frente del ejército?». A estas preguntasno podía contestar el viajero porque nada sabía,pero bien se le alcanzaba que provenían de fal-sas noticias y embustes, semilla que hábilmentesembrada en tales países había de dar prontocosecha de tiros. Siguió su camino y al fin entróen Estella. Aunque eran las doce de un hermo-so día cuando pisó la plaza Mayor, antojóseleque las próximas alturas arrojaban sombra muylúgubre sobre la ciudad y que esta se ahogabaen su cinturón de montañas. A cada paso halla-ba pandillas de clérigos con capa de esclavina,paraguas y gorro de borla, charlando en len-guaje vivo sobre el asunto del día, que era lamuerte del Rey y el problema de la sucesión.

Dirigiose a uno de aquellos señores parapreguntarle por la residencia del coronel Seu-

Page 333: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

doquis, a quien quería ver sin pérdida de tiem-po, y el clérigo, hombre gordito y lucio, le con-testó de esta manera:

-Nuevo es usted en esta tierra. Si no lo fuerausted, sabría que para encontrar al famosoSeudoquis no hay más que averiguar donde sejuega y donde se bebe.

Apuntando con su paraguas a una esquinade la acera de enfrente, añadió el buen hombrelo que sigue: -¿Ve usted aquella casa dondedice en letras muy gordas Licores? Pues allí en-contrará usted al borracho.

Y se marchó riendo y a prisa para reunirse ala cuadrilla que había seguido andando mien-tras él se detenía. Todos los demás individuosde paraguas encarnado y gorro negro erantambién lucios y gorditos, señal indudable deno ser gente muy dada a la penitencia.

Page 334: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Pronto encontró Salvador a su amigo, y no leencontró embriagado ni jugando, sino en tertu-lia con otros tres militares y dos paisanos. Lasorpresa y alegría del coronel fueron grandes.Después de abrazarse, retiráronse a un desven-cijado cuarto del mesón (pues mesón, café, ta-berna y algo más era la tal casa) y hablaron asolas más de una hora. Cuando Salvador seretiró a descansar en la estancia que allí mismole destinaron, creía haber ganado la partida yestaba satisfecho de su aventurado viaje, que yatenía por venturoso. Pero Dios quiso que todossus planes se trastornasen y que a cada dificul-tad vencida naciese otra imponente dificultad.Aquella misma tarde recibiose aviso de quedon Santos Ladrón, el atrevido guerrillero rio-jano, venía sobre Estella con quinientos volun-tarios, al grito de España por Carlos V. Púsose enmovimiento la escasa guarnición de la plaza, yDios sabe lo que hubiera ocurrido si no llegaraoportunamente el brigadier Lorenzo, mandadopor el Virrey Solá con el regimiento de Córdoba

Page 335: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

y los provinciales de Sigüenza. Lorenzo no des-cansó en Estella. Aquella noche vio Salvador lascalles Mayor y de Santiago atestadas de solda-dos, que se racionaban con pan y vino; hablócon ellos y pudo notar que reinaba en la tropabuen espíritu, si bien su entusiasmo por la cau-sa que empezaban a defender no era muygrande todavía.

Lorenzo salió a media noche. Al día siguien-te se tuvo noticia del combate de los Arcos, enque fueron destrozados los voluntarios deLadrón y este hecho prisionero. Salvador viopor segunda vez la tropa de Lorenzo, de regre-so a Pamplona, llevando consigo al guerrillerodon Santos y a Iribarren. Lo peor del caso paranuestro amigo, fue que Lorenzo se llevó tam-bién a Pamplona a los tres prisioneros que en lacárcel de Estella estaban, y con esta determina-ción vino a tierra el plan construido por Monsa-lud de concierto con Seudoquis. Contrariedadtan inesperada parecía anunciar malísimo éxito

Page 336: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

a las tentativas generosas de Salvador, porquelos prisioneros de Estella estaban ya condena-dos a muerte. Pero no desmayó por esto, y sepuso en marcha para Pamplona, siguiendo a labrigada vencedora. Fue para él una ventajarelativa que le acompañara Seudoquis, con cu-ya cooperación humanitaria contaba, si bien losería muy difícil ejercerla en la misma residen-cia del Virrey.

Por el camino pudo Salvador ver a su her-mano prisionero y en tal estado de extenuacióny abatimiento que inspiraba lástima a cuantosle miraban. En un desvencijado carro de tras-portes iba tendido sobre jergones, cuya durezacon la de las piedras competía. Como el carrotenía toldo y unos palitroques laterales al modode rejas, su semejanza con una jaula era grande,de donde resultaba que el Sr. Navarro, miradodesde fuera, escuálido, aburrido, entumecido ysoñoliento, se pareciese algo a D. Quijote cuan-do le llevaban encantado desde la venta a su

Page 337: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

aldea. Salvador pudo acercarse, con la venia dela escolta, y cambió algunas palabras con elpreso, el cual tardó mucho en reconocerle y lemiró despacio con ojos semejantes a los de undemente.

-¿Qué haces tú por aquí? -dijo acercando surostro a los palos-. ¿Eres tú el que parece o eresotro?

-Soy el que parece -replicó Salvador in-clinándose lo más posible sobre el arzón de sucabalgadura-. ¿No esperabas verme por aquí?

-No habrás venido a nada bueno.

-He venido por ti.

-¡Ah!... eres de los ministriles del Virrey. ¿Tehas hecho asesor de Su Excelencia? Mira, oye,acércate más... Di al canalla de Su Excelenciaque no tarde en fusilarme. Ya no puedo más.

-¿Te sientes mal? ¿Padeces mucho?

Page 338: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿A ti te importa algo que yo padezca o no?¡Pues sí, padezco mucho, por vida del mismorábano!... Tengo una lámpara encendida aquí.

Incorporándose dificultosamente, llevoseambas manos a los hijares. Su cara lívida cau-saba miedo, y cuando dilataba los labios mora-dos con expresión equívoca y asomaban susdientes blanquísimos, se veía en él clara y pa-tente la sonrisa del dolor, o sea la casi imper-ceptible burla que el dolor hace de sí mismocuando han concluido todos los consuelos yaun los sofismas del consuelo.

-Tú estás muy enfermo -le dijo Salvador conprofunda pena-, y yo creo que el Virrey te per-donará la vida.

-¡Y al dejarme vivir llamas perdón!... vayaun perdón el tuyo. ¡Indultarme!... No, por muymasón que sea el Virrey, no será tan cruel oinhumano.

Page 339: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Estás alucinado, y el sufrimiento te enlo-quece un poco, haciéndote disparatar.

-Yo estoy cuerdo y sé lo que me digo. Túestás tonto y hablas más de la cuenta.

-Yo sólo te diré que no te desesperes. Ta en-fermedad puede curarse todavía.

-Con cuatro tiros... ¡Rábanos! no sufrirá quesea por la espalda.

-No serán por ninguna parte. Estás enfermoy exaltado. Yo te juro que se harán esfuerzosgrandes por salvarte.

-¿Y quién me salvará, tú? ¿tú? -dijo Garrotecon desprecio.

-Podrá ser. No he venido a otra cosa.

-¿Desde Madrid?

-Sí. Y a Pamplona voy.

Page 340: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡Salvarme tú!... ¡Conservarme la vida! Veoque también hay verdugos de la vida.

-Yo quiero ser contigo ese verdugo de vidas.

-Mira, mira, ¿quieres dejarme en paz, intru-so, y volverte otra vez a tu Madrid?

-Nos iremos

-Yo seré feliz mañana -dijo Navarro con hos-ca expresión-, en el foso de Pamplona. ¡Qué fríohará allí!

El prisionero temblaba.

-¿Tienes frío? -le preguntó su hermano.

-Hombre, sí, tengo frío. ¿No lo ves? ¿paraqué lo preguntas? Tus pesadeces acabarían conla paciencia de un santo.

-Te proporcionaré una manta.

Page 341: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Alejose Salvador y al poco rato volvió con loque había ofrecido. El prisionero tomó la mantay arrebujose en ella, añadiéndola a la manta yal capote que ya sobre sí tenía; pero ni por esasentraba en calor.

-Veo que sigues tan helado como antes. Sinembargo, el día está bueno. Pica el sol.

-Mi frío no es el frío de todo el mundo. Ciensoles no lo destruirían... abur.

-No, todavía no. Tengo que hacerte una ad-vertencia. Es indispensable que te vuelvas loco,quiero decir, que mañana, cuando te reconoz-can los médicos, hallen en ti síntomas de locu-ra.

-Hallarán el contento de morir -repuso Na-varro, dando diente con diente-. ¡Ah! ya te en-tiendo: me fingiré cuerdo para que me matenmás pronto. Me fingiré cuerdo, gritaré: «¡VivaCarlos V, mueran los masones...». Está bien,

Page 342: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

hombrecillo, adiós. Vete, que quiero echarme adormir.

Y se tendió, envolviéndose todo y cubrién-dose cara y manos, de modo que, si no fuerapor el temblor, parecería un muerto a quienllevaban a enterrar.

Salvador se retiró muy desesperanzado. Elconvoy se detuvo para distribuir raciones. Erala época de la vendimia, y el vino estaba pocomenos que de balde, porque necesitaban des-alojar las tinajas para dar cabida al mosto, queera aquel año abundantísimo. Así es que elconvoy pasaba, según la expresión de Seudo-quis, por una calle de borracheras. A cada ins-tante hallaban grupos jaleadores; oíanse dicha-rachos, cantorrios y pendencias. Bailes y jotasfestejaban el pingüe Octubre, y los mozos ven-dimiadores aparecían manchados de mosto,feos y soeces como sacristanes, que no sacerdo-tes, de un Baco pedestre y envilecido. Con lacaída de la tarde se fue amortiguando el escán-

Page 343: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

dalo de aquella bacanal campesina; se extin-guieron los ruidos de guitarras y panderetas, yal anochecer, las pandillas de clérigos aparecíanpaseando en el camino a la entrada de las alde-as. Oscura, oscurísima era la noche cuando elconvoy entró en la capital de Navarra. Y a pe-sar de ser tal que todo se veía negro, a Salvadorle pareció que no había en ella bastantes tinie-blas para ocultar lo que hacer pensaba.

-XX-Pero todo fue inútil por falta de elementos.

Arrebatar sigilosamente un prisionero a la au-toridad militar, dentro de una plaza fuerte y enmomentos en que el fanatismo de los partidosredoblaba la vigilancia, era empresa demasiadotemeraria y difícil para que saliera bien no con-tando con altos auxilios. Salvador no teníaamistad con el Virrey, y aunque la tuviera denada le valdría por ser D. Antonio Solá hombre

Page 344: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

muy inflexible. De los jefes militares importan-tes trataba a algunos, y con varios de ellos teníaconocimiento que rayaba en amistad, por anti-guo compañerismo en el Grande Orientemasónico del 22. Pero no era a propósito la oca-sión para corruptelas humanitarias. Seudoquis,con quien siempre contaba, le dio esperanza,asegurándole que si el prisionero perseverabaen sus locas extravagancias, era fácil que el Vi-rrey, en vez de mandarle al foso, le enviase alhospital de orates.

El cuidado de reanudar sus relaciones anti-guas, y procurarse otras nuevas ocupaba a Sal-vador las mejores horas del día y de la noche.Los militares se reunían en una especie de casi-no, situado junto a la fonda principal, y allí sejugaba, mezclando los entretenimientos lícitoscon los prohibidos; se bebía café, se vaciabanbotellas y se charlaba de lo lindo. Fuera deaquel círculo halló nuestro amigo algunos que,a pesar de pertenecer a la clase militar, se man-

Page 345: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tenían retraídos. Una mañana paseaba solo porla Taconera, cuando tropezó con una personacuyo rostro no era extraño para él. Detúvose,saludó, y el desconocido conocido le contestófríamente. Era un hombre de alta estatura, mo-reno, de ojos negros, bigote y patillas. Recorta-das estas con esmero por la navaja formabanuna curva sobre las mejillas y venían a unirse albigote, resolviéndose en él, por decirlo así, de loque resultaba como una carrillera de pelo. Sunariz aguileña de perfecta forma, el mirar pene-trante, y un no sé qué de reserva, de seriedadprofunda que en él había, indicaban que no erahombre vulgar aquel que en tal hora paseabaenvuelto en capa de paisano, y calzado de altasbotas, que el buen estado del piso hacía innece-sarias. Al soltar el embozo dejó ver su cuerpo,vestido con zamarreta peluda, estrechamenteajustada con cordones negros. Las patillas, lasbotas, la zamarreta, la aguileña y delgada nariz,los ojos de cuervo y la gravedad taciturna sonrasgos suficientes a trazar sobre el lienzo o so-

Page 346: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

bre el papel la inequívoca figura de Zumalacá-rregui.

El que después fue el más grande de los ca-becillas y el genio militar de D. Carlos, estaba ala sazón de cuartel en Pamplona, vigilado porla autoridad militar. Varias veces le había amo-nestado Solá. Se contaban sus pasos y se lehabía prohibido tener caballo. Vivía con su fa-milia y era hombre muy morigerado. No daba aconocer fácilmente sus opiniones; pero pasabapor ferviente partidario de D. Carlos. Iba a misatodos los días y después de misa paseaba doshoras por la Taconera, cualquiera que fuese eltiempo.

Salvador y D. Tomás hablaron breve rato. D.Tomás compadeció a su amigo D. Carlos Nava-rro, y después, como el otro sacara a relucir laguerra y el aspecto que tomaba, dijo con apa-rente candor, verdadera máscara de su marru-llería, que, según su opinión, las cosas no pasar-ían adelante. Por no verse precisado a hablar

Page 347: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

más, apretó la mano de su amigo y siguió pase-ando por la muralla.

Al día siguiente fue pasado por las armas enel foso de las fortificaciones D. Santos Ladrón,que murió valiente como español y resignadocomo cristiano. Después sufrió igual suerteIribarren, cabecilla menos célebre que el prime-ro. Ya estaba señalado el sacrificio de Garrotepara el 15, cuando el Virrey, en vista del estadolastimoso del reo, difirió su muerte, mejor di-cho, la encomendó a la Naturaleza. Los médi-cos habían dicho que Navarro no viviría dossemanas, y Solá tuvo ocasión de mostrar suhumanidad. El enfermo fue trasladado al hos-pital, de lo que recibió su hermano mucho con-tento, porque algo más vale desahuciado quemuerto.

Cada día llegaban a la ciudad noticias alar-mantes del vuelo que tomaba la insurrección.En Oñate se echaba al campo Alzaá, en Salva-tierra Uranga, en Toranzo Bárcena, Balmaseda

Page 348: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

en Fuentecén, y en Navarra, que era el centrode aquel motín semi-nacional fraguado por elabsolutismo con la bandera de Cristo, se habíanalzado Goñi y Eraso, Iturraldo y el cura de Ira-ñeta. Eraso tenía por suyo a Roncesvalles, Goñila Borunda, y el párroco asolaba la parte llana.Era un bravo soldado el de Irañeta y podíaocupar lugar excelso en esos extraños fastoseclesiástico-militares, donde están escritas conhorribles letras negras las hazañas de Merino,Antón Coll y el Trapense.

Navarro fue trasladado al hospital, donde suhermano pudo verle con frecuencia. El ásperocarácter, los bruscos modos y la amarguísimapena del enfermo no cambiaron nada pasandodel poder de los carceleros al de los cirujanos, sibien su dolencia entró en un período de aliviopor las ventajas higiénicas del cambio de vi-vienda. Postrado en la cama, pasaba a vecesdías enteros sin pronunciar una sola palabra,aunque Salvador hacía los imposibles por sacar

Page 349: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

una siquiera de aquel pecho que era un mar demelancolías. En cambio, otros días era tal sulocuacidad que no podían seguirle la conversa-ción incoherente y exaltada. Salvador y el ciru-jano procuraban con esfuerzos de gallardo in-genio llevar su charla a los términos de la dis-creción y del buen razonar; pero mientras másquerían ir ellos por el camino del juicio, conmás ahínco se arrojaba D. Carlos por los despe-ñaderos del desatino. Si ellos hablaban de lascosechas, del crudo invierno y entremezclabandonosos cuentos en su coloquio, a él no le saca-ba nadie de la guerra, del empuje carlista y dela necesidad de que un jefe militar de prestigioy valor se pusiese al frente de las partidas na-varras para organizarlas y hacer con ellas unpoderoso ejército reglado. Imaginaron hacerlocreer que no había ya tal guerra y que los re-beldes se habían sometido ya al Gobierno; peroesto dio resultado contrario al buen deseo deSalvador, porque oyendo Navarro lo del some-terse, poníase furioso, echaba ternos y quería

Page 350: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

arrojarse del lecho. Más fácil era pacificar a Na-varra que introducir en aquel cerebro insurrec-cionado la idea de la paz.

El sistema más eficaz para calmarle y hacerletomar las medicinas era contarle las hazañasdel cura de Irañeta y del cabecilla Mongelos,dos tipos de la guerra de salteadores. Pero si ledecían que todo el furor religioso carlino detales héroes no era más que una pantalla paraencubrir contrabando, entonces el enfermo sa-caba los puños de entre las sábanas, llamaba alcirujano mequetrefe, y decía a su hermano:

-Tú eres un intrigante forrado en masón.Márchate de aquí y déjame solo. Me estorbas, tejuro que me estorbas. Tus cuidados me cargan,porque no quiero agradecerte nada. ¿Lo oyesbien? no quiero agradecerte nada, ni esto. Pesassobre mí como una montaña, y creo que notendré salud mientras no estés lejos de mí ypueda yo decir: «no le debo nada, no es mihermano, es un intruso».

Page 351: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

De estas cosas se reía Salvador, y para cap-tarse su voluntad y amansar un poco su ariscogenio, hasta ideó afectar simpatías por el Infan-te y la apostólica insurrección. Una mañana lellevó la noticia que circulaba por la ciudad,dando motivo a infinitos comentarios. Zuma-lacárregui se había pasado al campo carlista.Según dijo quien le vio, dos días antes habíasalido muy de mañana, con capote militar, porla puerta del Carmen, y se había encaminado apie hacia una venta próxima, donde le espera-ban tres hombres con un caballo. A escape sedirigió el coronel cabecilla a Huarte Araquil,donde le aguardaban el cura Irañeta y Monge-los. Los tres partieron juntos hacia la sierra enbusca de Iturralde, según se creía.

Mucho extrañó a Monsalud el ver que suhermano, en lugar de recibir esta noticia con laalegría que siempre mostraba, tratándose deventajas carlistas, la oyó con gran asombro, ydespués de larguísima pausa, se afligió mucho

Page 352: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

y se dio un golpe en la frente como en señal deabatimiento y desesperación. De pronto exten-dió una mano. Asiendo el brazo de su herma-no, atrájole hacia sí y en voz baja, con el acentomás lúgubre que puede imaginarse, le dijo es-tas palabras:

-¿Ves lo que hace Zumalacárregui? Pues esodebía haberlo hecho yo. ¿No te dije que eranecesario que un jefe militar se pusiese al frentede esta sagrada insurrección para organizarla?Pues ese jefe debía ser yo, yo. ¿Qué hace Zuma-lacárregui? Lo mismo que habría hecho yo. Supapel es el mío, sus laureles los míos, su triunfomi triunfo. Si yo no estuviera en esta aborrecidacama, estaría donde él está ahora, y lo que élpiensa hacer y hará de seguro, ya estaríahecho... ¡Qué desesperación, Dios de Dios!

Dicho esto, puso sus ojos fieros en los de suhermano tristes y serenos; le envolvió en unamirada aterradora y le apretó con más fuerza elbrazo, diciendo:

Page 353: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Oye tú, si me sacas de esta cama, si me sa-cas de Pamplona y me pones en salvo en Huar-te Araquil o en Oricaín y me das un caballo, tejuro que se acabará el odio que te tengo y serásmi hermano querido, y daré una interpretaciónbuena a tus cuidados, agradeciéndolos en vezde rechazarlos. Hazlo, hazlo por mí y por nues-tro padre, cuya memoria y cuyo nombre pongohora como lazo de reconciliación entre los dos...

Salvador sintió frío en el corazón. En el pri-mer instante tuvo la idea de aparentar compla-cer a su hermano, dando cuerda a su demencia;pero consideró al punto que era muy peligrosoel sistema de fomentar, siquier fuese momentá-neamente, tan descabelladas manías, y tan sólodijo: -Si insistes en esa locura, te abandonaré yentonces sí que llamarás a tu querido hermano.

Navarro gritó: ¡Intruso! y al punto su cabezay sus brazos desaparecieron entre las sábanas.Era aquel el movimiento final de su enfado y sumanera genuina de romper con el mando.

Page 354: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Desde aquel día, si halló alivio en su enfer-medad, declinó más por la pendiente de la lo-cura, y tales disparates hizo, que el Virrey leabsolvió en definitiva como indigno del patíbu-lo. Estaba incapacitado para morir a manos delos hombres. Una noche le hallaron medio des-nudo en un desván del hospital buscando sali-da para salir al tejado. Dos días después dio depuñadas al cirujano, y frecuentemente se arro-jaba del lecho para correr por la sala injuriandoa imaginarios enemigos, sólo vistos de su ex-traviado entendimiento. Por último, pasadostres meses de hospital, y cuando mediaba Ene-ro del 34, fue declarado baja en el ejército, y elVirrey dispuso que se hiciera cargo de él sufamilia, si alguna tenía. En tal resolución notuvieron poca parte las buenas amistades deSalvador. Así vio colmados sus deseos, yllevándose consigo al enfermo, lo instaló en sucasa cómodamente, decidido a llevárselo a Ma-drid cuando su estado lo permitiese y se apaci-guaran los rigores de aquel crudo invierno.

Page 355: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

El descenso de la temperatura había exten-dido sobre algunas partes de la nieve planchasde durísimo y resbaladizo cristal. Las fuentes,enmudecidas en su parlero rumor, parecíandecoraciones de azúcar por la quietud de suschorros helados de mil facetas. En las murallaslas formidables piezas de gran calibre estabanarrebujadas en la nieve, y por un pliegue delfrío capote asomaban sus bostezantes bocasnegras amenazando al campo. En los fosos, lainmaculada blancura casi cegaba la vista, y lasalegres márgenes del Arga no se conocían depuro vestidas. Los árboles con sus escuetas ra-mas perfiladas de blanco no parecían árboles,sino urdimbres rotas de un tejido deshecho. Lascasas medio sepultadas echaban a duras penaspor su chimenea, cubierta de finas cremas ycristalinos picachos, un chorro de humo quesubía lentamente a manchar el cielo y se resolv-ía en el pesado gris de la atmósfera como masasde tinta arrojadas en un inmenso mar de al-midón. Dentro de las casas reinaban, por el

Page 356: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

contrario, la animación y el bullicio, por estarrecogidos los habitantes todos al amor de loshogares, donde ardían encinas enteras. Fuera,todo estaba congelado, incluso la guerra, quehabía dejado de moverse en el campo para latiren el corazón de las viviendas.

Contra lo que Salvador esperaba y temía,Navarro se dejó llevar, y después de instaladoen vivienda tan distinta del lóbrego y tristísimohospital en que antes moraba, su exaltación setrocó en abatimiento y su aspereza en indife-rencia, no exenta en algunos instantes de sua-vidad y aun de discretas y sosegadas razones.

No contribuyó poco a su alivio la soledad enque estaba y el no permitir Salvador que le visi-tara persona alguna, porque en el hospital losdemás enfermos se complacían en calentarle loscascos, contradiciéndole en sus vehemencias oalentándole en sus majaderías. Una mujer decarácter excelente, tan notable por su solicitudcomo por su paciencia, le asistía, y un clérigo

Page 357: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

pacífico le acompañaba algunos ratos. DoñaHermenegilda, que así se llamaba la dueña, eraviuda de un guarda-montes de la Borunda yhabía tenido siete hijos, de los cuales, a excep-ción del más pequeño, que emigró a las Améri-cas, no quedaba ninguno por haberlos absorbi-do todos sucesivamente las distintas guerras dela Península, desde la famosa de la Indepen-dencia hasta la de los agraviados en Cataluña.Tan guerreros eran, que en los pequeños claroso intervalos de paz, ninguno supo hacer cosade provecho, y la poca hacienda que tenían fuepasando a los prestamistas, disolviéndose todaen comilonas, timbas, inútiles viajes, cacerías ycompras de armas para camorras. De esto y deldesastroso fin de todos ellos, nació en DoñaHermenegilda un aborrecimiento tan vivo delas guerras, que no se le podía mentar nada delo tocante al fiero Marte y su culto sangriento.Ella decía que una nación de cobardes sería lamás feliz y próspera del mundo, y cuando leobjetaban que esa nación no sería dueña de sí

Page 358: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

misma porque la esclavizaría cualquier con-quistador extraño, respondía que su bello idealera que todas las naciones del mundo fueranigualmente cobardes, para que resultara unglobo terráqueo poblado en absoluto de seresprudentes. Doña Hermenegilda no era navarra.

No podía haber escogido Salvador personamás a propósito para cuidar a un hombre toca-do, como se sabe, del mal de batallas. No teníaigual seguridad de acierto en la elección delPadre Zorraquín para acompañante y amigoespiritual del enfermo, porque si bien en oca-siones podría tenerse al tal clérigo por la perso-na más bondadosa y mansa del mundo, enotras parecía un si es no es levantisco y ambi-cioso. Era Zorraquín capellán de unas monjaspobres y no podía ocultar sus febriles ganas dellegar a otra posición eclesiástica más elevada.Ya no era joven el capellán y había dejado tras-currir lo más florido de su existencia sin hacervaler los méritos que creía poseer. Todas sus

Page 359: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

peroratas sobre este tema de la vanidad conclu-ían diciendo: «Ya, ya vendrán tiempos de justi-cia, sí, ya vendrán... Entonces no veremos loscoros de las catedrales llenos de masones consotana, mientras los buenos eclesiásticos pere-cen».

No pasaba ya Garrote la mayor parte del díaen la cama. Había recobrado las fuerzas, y sumal, que antes parecía profundamente arraiga-do y dueño de la persona, le permitía ya algu-nas horas de completo bienestar. Muy sensibleal frío, se acercaba con frecuencia a la lumbre,la observaba con fijeza, arrojando en medio delas ascuas su mirada, como si quisiera encen-derla en ellas, y no se movía hasta que, in-flamándose su cara con los rojos reflejos, llega-ba a un grado de irritación insoportable. Enton-ces se retiraba, conservando en su pupila laimagen de las brasas deslumbradoras. Despuésde dar algunos paseos por la estancia, hastaenfriarse, volvía junto a las llamas y se extasia-

Page 360: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ba contemplando otra vez las lenguas rojas deazulada punta, las quemadas astillas que caíandel consumido leño con murmullo de hojassecas, y languidecían luego en la ceniza dur-miéndose.

Comía poco. No leía nada, y su única dis-tracción era tirar al florete con su hermano.Pero este entretenimiento duraba minutos nadamás, por la escasa fuerza del convaleciente.Hablaba tan poco, que a veces hasta se privabade lo necesario por no pedirlo. En el largo espa-cio de un mes no pasaron de tres las conversa-ciones tiradas que ambos hermanos sostuvie-ron. En la primera hablaron de las condicionesde las casas de Pamplona, de la catedral, de laciudadela, de las fortificaciones, de la Rochapeay de otros temas locales, en que Navarromostró su prolijo conocimiento de la ciudad. Enla segunda, Salvador le habló de la guerra, pro-curando poner a prueba el juicio de su herma-no, y no tuvo poca sorpresa al observar que

Page 361: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Garrote trató el asunto con un aplomo y unaserenidad de ideas admirable. El tercer colo-quio fue todo él expresión de sentimientos per-sonales, y habría podido servir de base de con-cordia entre dos hombres que tanto se habíanaborrecido. Por esto debe ser puesto entre lomás precioso que han hablado nuestros perso-najes, y reproducido con integridad para quesea edificación de nuestros lectores, como lo fuede Doña Hermenegilda, que tuvo el honor dehallarse presente en aquel palique.

-XXI-Una tarde, después de comer, hicieron am-

bos elogios muy ardientes de un exquisito gui-sado de palomas silvestres que les puso DoñaHermenegilda. Después Navarro se acercó a lachimenea, cual si fuera a arrojarse dentro deella, y como Salvador le amonestara por aquelsingular gusto de achicharrarse, Navarro se

Page 362: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

retiró, miró a su hermano sin el acostumbradofruncimiento de cejas, y le dijo estas blandaspalabras:

-Acabarás por manejarme como a un chiqui-llo. ¿Qué más quieres? Poco a poco me has idohaciendo tu prisionero sin combatir, y con me-dicinas primero, con cuidados después, has idovenciéndome. Si no hay en todo esto una inten-ción desconocida, desde ahora declaro que es-toy agradecido del bien que me has hecho.

-Una intención y un plan hay en mí -replicóSalvador- pero ambos son harto claros. He que-rido vencerte con las armas del bien y dominar-te por la fuerza de la caridad, emanada de unparentesco que no querías reconocer. ¿Lo reco-nocerás ahora? ¿Se hace por un extraño lo queyo he hecho?

-No -dijo con noble decisión Garrote-. No sehace por un extraño lo que has hecho por mí.He tenido días de gran oscurecimiento en mi

Page 363: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

cabeza; pero ya veo claro, y aunque imaginosofismas y sutilezas para desvirtuar tu compor-tamiento conmigo, no puedo. La verdad es másfuerte que mis cavilaciones. Te me has ido im-poniendo, imponiendo, y ahora estás encima demí con un doble carácter, pues no puedo sepa-rar completamente en ti el hermano cariñosodel hombre aborrecido, ni creo que separarlospueda mientras los dos vivamos.

-He sido más afortunado que tú -dijo Salva-dor, apartándole otra vez del fuego, que le atra-ía como a mariposa-, porque yo hace tiempoque he olvidado todas las ofensas; hace tiempoque he cogido todos los rencores y arrancándo-los de mí los he echado fuera, como se echa estepapel al fuego.

Salvador arrojó al fuego un papel que ardióinstantáneamente con llamarada juguetona.Instintivamente Navarro se acercó a la chime-nea y quiso sacar el papel que ardía; pero retro-cedió quemándose los dedos. Esto, que parecía

Page 364: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

un chispazo de locura, inspiró a Salvador losiguiente:

-No metas tu mano en el fuego para sacar loque ha caído en él. Tú, como yo, necesitashacerte perdonar para ser perdonado, necesitascomprar la generosidad con generosidad y elolvido con el olvido.

-Si pudiera olvidar... -murmuró Navarro,embelesado siempre en la contemplación de lallama-. Si pudiera borrar todo lo que no fuerapresente... ¡Qué tranquilo viviría!... Porque elpresente me agrada, y esta serenidad que ahoradisfruto es un bien muy precioso. Fáltame sabersi lo debo a la casualidad, a la Providencia o ati.

-A los tres -replicó el otro-. La Providencia yel hombre, ya amigo ya enemigo, suelen obrarde acuerdo para salvarnos o perdernos. Tumemoria se ha aclarado lo bastante para recor-darte, lo que has pasado, la ruina de tus desca-

Page 365: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

bellados planes de guerrillero, tu prisión, tuenfermedad gravísima, tu condenación a muer-te. Pero hay cosas que no puedes saber por tumemoria, y son la curiosidad interesada conque yo observaba tus pasos desde Madrid, y míresuelto propósito de socorrerte cuando caísteen el mayor peligro en que puede caer un hom-bre. Yo dejé mi casa, comodidades de esas queempiezan a valer mucho cuando se nos va aca-bando la juventud, y quehaceres importantes;yo corrí a este país de Navarra decidido a em-plear todo lo que en mí hubiera de actividad,de celo y de ingenio para salvarte. He vividoalgunos meses consagrado a ti, velando por ti,y luchando contra tu mal, contra tu genio, con-tra tu locura, contra los enemigos, contra la leyy contra todo, sin desmayar nunca, sin fatigar-me un punto hasta conseguir mi objeto. Sobretodos los enemigos me han resistido siempre tucarácter y tu antipatía. Pero esto, lejos de des-animarme, me encendía más, y más me estimu-laba a pretender una victoria completa. Estoy

Page 366: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

satisfecho, te he salvado de la muerte, te hecazado, te he domado, y ahora te tengo en mipoder, no como enemigo prisionero, sino comopodría tener un padre a su hijo débil y pecador,sojuzgado y no sé si arrepentido. Yo concep-tuaba como la mayor gloria apetecible esta vic-toria mía por la fraternidad cristiana, y esa su-misión tuya por la gratitud. Ahora, cuandoparece que recobras tu salud perdida y tu liber-tad, ¿qué harás? Desde el momento en que yome aleje, tu soledad será espantosa. ¿Irás a laguerra? No lo creo. Si te retiras a alguna parte avivir pacífica y honradamente, ¿a quién vol-verás los ojos para decir: «tú eres mío»? ¿Losvolverás a tu mujer? No. ¿Buscarás algún pa-riente en la Puebla? No los tienes. ¿Buscarásamigos? Tu carácter rechaza las amistades nue-vas. Abre los ojos y ve claro, desgraciado; noniegues la evidencia. Por más que busques nohallarás más familia que yo. Yo soy el únicoque puedo llenar tu vacío y hacer a tu lado un

Page 367: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

bulto, una sombra que indique la presencia deun amigo.

-Cállate -dijo Navarro, ya lejos de la chime-nea- cállate, que me haces daño. Insensiblemen-te te has atado a mí y has soldado la cadena.Está bien, te arrastraré conmigo. ¿Podrá separaralgún día el hermano cuidadoso del hombreaborrecido? No lo sé. Deja que pase el tiempo,que pasen días. Yo tengo ahora ocupacionesgraves, muy graves.

Esto de las ocupaciones graves hizo en Mon-salud el efecto de un golpe. Tembló por el juiciode su hermano, que poco antes había visto ma-nifestarse claro y hermoso, y que de repente seoscurecía. Como pasa una nube por delante delsol, así pasó aquella frase por encima de la dis-creción del enfermo, ocultándola.

-Ocupaciones graves, gravísimas -repitióNavarro, frotándose las manos-. Por ahora sólote diré que, si es verdad lo que me has dicho,

Page 368: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

resultará que eres digno de admiración. Yo note la niego, y en cuanto a tenerte cariño. Yo meentenderé. El cariño no es cosa de quita y pon.Ya creo que siento un cierto interés por ti y queno me gustaría verte desgraciado. Pórtate bien,y veremos.

Este tono de protección, tan impropio del es-tado de ambos, chocó extraordinariamente aSalvador; pero su asombro y alarma subieronde punto cuando Navarro, después de tener unrato las palmas de las manos sobre la lumbre,fue hacia su hermano, y poniéndole sobre elrostro una de aquellas manos que quemabancomo plancha de hierro, le dijo pausadamente:

-Deja que acabe esta gran campaña, y luegoveremos.

Salvador no dijo nada. Sospechaba que en lacabeza de su hermano había una idea mons-truosa, y no quiso perseguir aquella idea, te-miendo ver confirmada la triste sospecha.

Page 369: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Dejándole que se achicharrase otra vez las ma-nos, se acercó a la ventana para ver la nevada,que aquel día era abundantísima. Parecía que elmundo navegaba por un piélago infinito deplumas de cisne.

Entró a la sazón el padre Zorraquín muertode frío y se sentó a horcajadas en una silla, fren-te a la chimenea, extendiendo sus pies hacia elfuego. Poco después el vivo calor de la llama leobligó a apartarse. Empezó a oscurecer, por seren aquella estación las tardes más cortas que laesperanza del pobre, y Doña Hermenegilda dioluz a un esplendoroso quinqué, competidor delsol de invierno. Cerradas las maderas, se pre-pararon los cuatro a echarse a pechos la larguí-sima velada, que parecía un siglo, cuando noera conllevada de interesantes y variados entre-tenimientos. Doña Hermenegilda hacía mediacon ligereza suma. Aquella noche necesitó de-vanar madejas de hilo, y como no tenía deva-nadera, prestose, como otras veces, a suplirla el

Page 370: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

bendito Padre Zorraquín. Era hombre amabilí-simo. El cura charla que charla, y la dueña de-vana que devana, parecía que de los labios deaquel salía la palabra, como de la madeja de susmanos el hilo, y que Doña Hermenegilda ibaenvolviendo el interminable discurso, haciendode él un corpulento ovillo, que bien podría pa-sar por abultado libro. El cura hablaba, mo-viendo brazos y manos con lenta oscilaciónpara que saliese la hebra, el ovillo crecía, pa-sando de nuez a manzana, de manzana a cala-baza, y los dos hermanos oían y callaban, eluno inmóvil, el otro marcando cada vuelta de lamadeja con un golpecito dado con las tenazasen el borde de la chimenea. Cada vez que elhilo se deslizaba, rozando con el dedo gordo dela mano derecha del cura, Navarro daba ungolpe. Era como el ritmo de un reló. Creeríaseque los cuatro individuos formaban un meca-nismo dentado construido para hablar ovillan-do, y para ovillar los segundos. Salvador habríapodido pasar por la muestra de aquel humano

Page 371: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

reló, pues su cara no expresaba nada, a no ser lainmutable tristeza de un horario.

¿Qué contaba Zorraquín? Las hazañas deZumalacárregui, que era el asunto obligado enPamplona y en toda Navarra. La prolijidad delbuen cura no es para imitada aquí, pues él sehabía propuesto ser en lo futuro historiador deaquella gran guerra, y apuntaba todas las noti-cias para reunir materiales. Aprovechándolotodo, lo mismo lo cierto que lo dudoso, y utili-zando lo histórico así como lo anecdótico, alle-gaba elementos para un colosal almacén litera-rio que, por fortuna, pereció en un incendioaños adelante.

Zorraquín refería las acciones, describía loslugares, reproducía las palabras, dando a lasalocuciones el tono y tamaño de discursos a loTito Livio. Hasta imitaba los gestos de los gue-rreros, y al llegar un punto en que hubieseaclamaciones de la muchedumbre, lo hacía tan

Page 372: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

al vivo, que era preciso suplicarle que bajase lavoz para no alarmar a la vecindad.

Abreviando todo lo posible la empalagosanarración, sólo diremos que Zumalacárreguihabía tropezado con el antagonismo de losdíscolos jefes que se sublevaron antes que él.Aclamado por algunos como jefe de todos losvoluntarios navarros, halló resistencia en Itu-rralde. El cura de Irañeta, y Mongelos no vaci-laron en ponerse a sus órdenes. Dividiéronselos carlinos; pero una insurrección pequeñanacida dentro de la insurrección grande resol-vió el problema. El cabecilla Sarasa se sublevóuna mañana, y haciendo prisionero a Iturralde,proclamó a Zumalacárregui comandante gene-ral de Navarra. Por este procedimiento, quemás que navarro era español puro, se unificó lainsurrección, y los voluntarios carlistas no tu-vieron ya sino un solo jefe. Este desplegó desdeel primer momento energía colosal. Rebajó a unreal la soldada de dos reales que percibían los

Page 373: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

voluntarios, y empezó a combatir con gran for-tuna. Dictó aquellas célebres disposiciones quetan extraordinario vigor infundieron a las ar-mas carlistas, y en todo mostró ser insigne gue-rrillero, digno sucesor de los Viriatos, Empeci-nados y Merinos, con más saber militar quetodos ellos. Sus terribles castigos revelaron uncarácter de hierro tal como se necesitaba enaquella sangrienta ocasión. Condenó a muerteen un bando que hacía cumplir estrictamente, atodo el que volviera la espalda al enemigo du-rante el combate, a todo el que sin vacilar no sedirigiese al puesto designado por su jefe, auncuando viese en él una muerte segura, y a todoel que pronunciase voces alarmantes, como quenos cortan, que viene la caballería, etc...

Todo esto lo oía Navarro sin decir nada, ceji-junto y torvo, hasta que al fin rompió la pala-bra:

-Basta ya de charla, Sr. Zorraquín. Si eso hade escribirse que se escriba; pero conste que no

Page 374: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

es por mandato mío, pues no tengo vanidad enello.

Salvador y Doña Hermenegilda se miraron alas diez de la noche, cuando los dos hermanosse quedaron solos, después de cenar, Salvadorrogó a Navarro que se acostase.

-No será malo -dijo este con mucha naturali-dad-, pues fatiga sobre fatiga, se llega a un pun-to en que no hay cuerpo que resista. Sigo tuconsejo, pues no ha sido mala la jornada de estedía.

Salvador le acompañó a su alcoba. AcostoseNavarro, y sumergido en el lecho con el rebozode las sábanas en la boca, sin mostrar de supersona más que media cara y tres dedos deuna mano, habló a su hermano de este modo:

-Natural era que se supiese ya en Navarra yaun en toda España la resistencia que hallé enIturralde, la sublevación de Sarasa, y por últi-

Page 375: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mo, la concentración de todas las fuerzas deeste país bajo mi mando. Lo que extraño muchoes que se sepa ya, y aun que ande escrita y par-lada, la orden del día que di en la Amezcoa,mandando fusilar a los que vuelvan la espalda,a los que pronuncien voces subversivas y a losque no acudan a los puestos de peligro... Estaidea, que hace tiempo tenía yo y que acabo deponer en ejecución, será la clave de esta granguerra y la base sobre que se forme el más te-mido y belicoso ejército que han visto las na-ciones.

Salvador no pudo contenerse.

-No eres tú -le dijo-, quien ha hecho esas co-sas, sino Zumalacárregui.

Sonrió con desdén Navarro, y como si suhermano hubiese dicho una gran necedad, lecontestó de este modo:

Page 376: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Pero no sabes, pobre hombre, que ese infe-liz Zumalacárregui fue hecho prisionero en laRioja, conducido a Estella, en cuya cárcel seagravó su enfermedad del hígado, y despuéstrasportado en un carro a Pamplona? ¿No sabesque está en el hospital con un mal gravísimo,que algunos tienen por hepatitis y otros porlocura? ¡Lástima de hombre! le aprecio muchoy deseo que sane.

Dijo, y volviéndose del otro lado se fue ale-targando. Poco después dormía profundamen-te. Después de contemplarle un rato, conside-rando que era cosa perdida, Salvador se retirócon el alma llena de tristeza.

Pasaron tres días. Una mañana entró Salva-dor en su casa y halló a Doña Hermenegildaconsternada, llorosa. La buena señora no seatrevía a darle la tristísima nueva del sucesoocurrido durante la ausencia del amo de la ca-sa. Salvador creyó comprenderlo, corrió a la

Page 377: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

habitación de su hermano, pasó de una estanciaa otra... No estaba.

-Se escapó, sí señor, se escapó no hace mediahora... En un momento que me descuidé... Salía comprar varias cosas... Le dejé paseando en elcomedor con el capote puesto y la espada ceñi-da. Como otras veces andaba en el mismo em-paque, no sospeché... Todavía no habrá salidode la ciudad. Todavía se le podrá detener...¡Qué desgracia!... Cuando parecía curado... ¡Es-ta mañana me hablaba con tan buen juicio!...

-XXII-Sin perder un instante se empezaron las in-

dagaciones. Algunos vecinos de la calle le vie-ron, y según la dirección que llevaba, debió desalir por la puerta de la Rochapea. Salvadorpreguntaba a todo el mundo, y como el pobreenfermo era bastante conocido en Pamplona,

Page 378: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

no tardó en tener noticias del rumbo que habíatomado. En compañía del Padre Zorraquín, quese le unió desde que tuvo noticia del suceso,recorrió inmediatamente todo el arrabal de laRochapea. Al principio las indicaciones querecibió eran vagas y contradictorias; pero al finsupo que Carlos había comprado un caballo yhabía partido a escape en dirección de Villaba.La circunstancia de estar el pobre Navarro enposesión de su dinero fue causa de esta fuga,porque si no tuviera oro no habría encontradocaballo, y a pie no hubiera podido alejarse mu-cho. En el acto trató Salvador de adquirir doscabalgaduras, una para sí y otra para Zorra-quín, que se brindó a acompañarle en lahumanitaria empresa que iba a acometer; perola escasez de caballería era tal con motivo de laguerra, que en toda aquella noche y en partedel siguiente día no pudieron obtener nada deprovecho. Por fin, después de recorrer todos losarrabales exteriores y las cuadras de la ciudad,lograron obtener a precio muy alto dos cuarta-

Page 379: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

gos de desecho, veteranos del trabajo de arras-tre, cuya presencia infundía veneración y unvivo deseo de andar a pie. Al verse dueño deaquellas dos piezas, Salvador no pudo tener larisa; pero, pues no había otras mejores, forzosoera tomarlas, y dispuso que antes de empren-der la primera jornada se les diera una copiosaración de cebada, a ver si de este modo recor-daban su mocedad. Hartáronse de tal manera,que después fue preciso darles igual ración depalos para hacerles abandonar la cuadra y eldesusado sibaritismo que les permitió su nuevodueño. Al fin aquellas desvencijadas máquinasse pusieron en movimiento, llevando a nuestrosdos jinetes por el camino de Villaba. Era denoche y la helada dejábase sentir con intensi-dad. Iba Salvador en trajo de camino y Zorra-quín en un pergenio mixto de viajero y eclesiás-tico, sin sotana, con botas negras, capa de curay un gorro de terciopelo negro, cuyo borlónbailaba al duro compás de la caballería.

Page 380: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Durante las primeras horas de su expediciónhablaron del objeto de ella, discutiendo las pro-babilidades de éxito. Zorraquín opinaba queNavarro no había tomado el camino del Baztán,sino el de las Amezcuas, donde a la sazón esta-ba empeñada la guerra, a lo que objetó Salva-dor que, siendo esta dirección la razonable, nodebía creerse que la había tomado el fugitivo,pues lo lógico parecía que este caminara siem-pre en contra del sentido común. Con todo, lasnoticias que adquirieron en la madrugada con-firmaron la sospecha del buen cura. Antes dellegar a Villaba dijéronles que el demente habíaretrocedido y vuelto hasta cerca de Pamplona,tomando después, al parecer, el camino de Le-cumberri. Volvieron grupas los dos jinetes y seencaminaron a la Amezcua, sin hallar noticiaalguna en seis días de molestísimo viaje, entresustos y contrariedades. Frecuentemente teníanque apartarse del camino por no tropezar conuna guerrilla que apostada en las alturas hacíafuego sobre todo viajante sospechoso, y las co-

Page 381: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

lumnas isabelinas inspiraban tanto recelo alcapellán, que no pasara cerca de ellas por nadade este mundo, temiendo infundir sospechascon su empaque de cura jinete. Los hospedajeseran infernales, pero los suplía con ventaja lacaridad de los aldeanos, excitada por el Sr. Zo-rraquín. En algunas partes les trataron tan acuerpo de rey, como si fueran familiares delInfante, y el astuto sacerdote no disimulaba susopiniones para verse de este modo mejor agasa-jado y atendido.

Un día perdió Zorraquín su gorro negro, nose sabe cómo (aunque hay opiniones diversassobre este suceso, sosteniendo algunos que elmismo cura lo arrojó a un muladar). Los due-ños de la casa en que ambos amigos se habíanhospedado le ofrecieron una boina blanca,también de borla, ancha, redonda, con aro demadera para sostener la forma de plato. Púso-sela el cura historiador, mirose al espejo, echosea reír, y dijo que no se la había de quitar más,

Page 382: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

pues le caía que ni pintada. Partieron, y admi-tidos en el campo carlista corrieron toda laáspera sierra sin encontrar al individuo quebuscaban, ni siquiera indicios de que hubieraestado por allí en ninguna época.

En todas estas andaduras y averiguacionespasaron el mes de Febrero y parte de Marzo,Salvador muy contrariado y melancólico, Zo-rraquín contento y satisfecho de verse entreaquella gente. Una mañana, regresando de visi-tar el caserío donde los carlistas tenían sus hos-pitales, se le enredó la capa en un espino yquedó en dos mitades como la de San Martín.Un oficial carlista le ofreció al punto una zama-rreta de piel; púsosela nuestro cura y se en-contró tan bien, tan ágil, tan a gusto con aquellaprenda, propia para abrigar sin impedir losmovimientos, que gustosísimo la tuvo por suyay prometió llevarla siempre de allí en adelante.Como le crecía la barba, y no había queridoafeitarse, ya no parecía tal cura sino un capitán

Page 383: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

de malhechores, jefe de guerrilla o cosa así. Élse reía, se reía y estaba cada vez más contento.

Con la certidumbre de que Navarro no esta-ba en la Amezcua, partieron para Levante. Peroel temor de encontrar alguna columna del ejér-cito de Saarsfield les obligó a tomar precaucio-nes. «Aunque son impropias de mí -dijo el cu-ra-, no será malo que llevemos algún arma». Unguerrillero que les acompañaba, por ser amigoo hijo espiritual de Zorraquín, dio a este unsable. Al ponérselo ¡cómo se reía el buen cura!...Salvador le regaló un cinto con dos pistolas queno necesitaba. Cuando se vio con tales arreos elcapellán, a quien ya no conocería ni la Iglesia sumadre ni la madre que le parió, soltó tan grancarcajada, que las gentes salían al camino paraverle. El mismo Salvador, que había asistido asu lenta trasformación, casi no le reconocíabien.

-Sr. D. Salvador amigo -dijo el cura-. Segúnasegura un buen hombre que ayer llegó de

Page 384: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Pamplona, allí corre la voz de que yo me hepasado a las facciones y estoy al frente de unacompañía de escopeteros. Podrá ser mentira,¿eh? pero parece que es verdad. El Señor haguiado mis pasos, trayendome insensiblementehasta aquí; ha mudado mi figura, me ha puestoen una vía de la que no puedo apartarme ya.Usted, como incrédulo, dirá que la casualidades quien me ha dado esta guerrera facha, y yodigo que es Dios, el mismísimo Dios quien seha servido dármela... Por tanto, amigo, es lle-gado el momento de que nos separemos. Ustedse irá tras su humanitario objeto, y yo me que-do aquí en cumplimiento de la voluntad deDios, que de seguro no me destina a soldado decombate, sino a otras funciones modestas, talescomo a la intendencia militar, a la sanidad, acuidar la impedimenta o a cualquier otro em-pleo modesto. Dígolo, porque, si bien siento enmí cierto ardorcillo, no puedo menos de asus-tarme cuando oigo muy de cerca los tiros... Pe-ro eso pasará; que a todo se hacen los hom-

Page 385: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

bres... Voy a presentarme al general, para quedisponga de mí. Adiós... buena suerte y cuenteusted con un amigo. Venga un abrazo.

Salvador le abrazó riendo. Después de augu-rarle un brillante porvenir en la nueva carreraque emprendía, se despidió para tomar la sen-da de Pamplona. Por el camino iba pensandoque debía dar por suficientemente apurados losmedios de investigar el paradero del pobre en-fermo fugitivo, pues no daban noticias de él entodo el territorio de la Amezcua. De seguirlobuscando, era preciso recorrer minuciosamentela Navarra entera, para lo que no bastarían dosni tres años. Pero Dios que lo había dispuestode otra manera, hizo que cuando había perdidola esperanza de tener noticias del desgraciadoNavarro, las tuviese auténticas por un testigode vista. Loado sea Dios. El Sr. Garrote vivía,aunque en estado deplorable, pues había llega-do a servir de diversión a los chicos. Hallábasecerca de Elizondo en un caserío, al cual bajó

Page 386: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

desde los Alduides a mediados de Marzo. Eraya evidente que el fugitivo al escaparse dePamplona había salido a Villaba, y tomando elvalle del Arga había subido a la sierra, en cuyosriscos y espesuras pasó, no se sabe cómo, lamayor parte del tiempo de su misteriosa pere-grinación.

Saber el otro estas noticias y ponerse en ca-mino para el Baztán fue todo uno. Las faccionesde Eraso, que operaban por aquella parte, leimpidieron la marcha muchas veces, detenién-dole días y más días, a veces no sin riesgo de suvida; pero al fin, a principios de Mayo vio lascasas de Elizondo. Hallábase en tierra carlista,absolutamente dominada por las facciones.

La casa en que le dijeron hallarse su herma-no estaba a tres cuartos de legua de Elizondopor el camino de Urdax. Presentose en ella y suasombro fue grande al ver que el demente, lejosde servir de diversión a los chicos, pasaba en elpaís por un hombre pacífico y hasta razonable.

Page 387: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

La casa era viejísima y ruinosa, de esas quedespués de haber sido palacio de ricos pasan aser morada de labradores miserables. Habitába-la una mujer con cuatro chicos menores. El es-poso y dos hijos adolescentes estaban en la ac-ción. Personas, vivienda, mueblaje, animalesdomésticos, todo allí tenía un triste sello deabandono, indigencia y atraso. Cuando Salva-dor preguntó por su hermano, la mujer refirióque el Sr. Navarro había sido hallado una no-che sobre la nieve, como muerto; que le habíanconducido en hombros a aquella casa, dondeaún seguía por no poder moverse, a causa de laperlesía que le cogía medio cuerpo. Salvadorsubió, y vio a su hermano arrojado en el másdesigual y abominable jergón que ha sostenidocuerpos en el mundo. El cuarto correspondía ala cama y el enfermo no desmerecía de tanatroz conjunto. Tendido a lo largo, D. Carlos seapoyaba en el codo izquierdo. Delante teníauna silla, sobre la cual había un papel, y enaquel papel fijaba los ojos y la mano vacilante,

Page 388: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

trazando, al parecer líneas o puntos. Aquello,que tenía aspecto de mapa, absorbía tan pro-fundamente su atención, que no alzó los ojos dela silla cuando sintió los pasos de su hermanocerca de sí:

-¿Quién es? ¿quién me interrumpe? -dijo sinapartar la mirada del papel-. No quiero que meinterrumpa nadie ahora. No he encontrado to-davía el sitio más a propósito para dar la bata-lla; pero ya me parece que le tengo, ya le ten-go... ¿Sr. Eraso, ve usted esta línea?

Como no recibiera contestación volvió a de-cir:

-¿Ve usted esta línea? Pues las fuerzas de us-ted no me han de pasar de esta línea... aquí.

Alzando entonces los ojos vio a su hermano,y fue tal su sorpresa que se le cayó el lápiz de lamano y estuvo como lelo bastante tiempo.

Page 389: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Ya estás aquí otra vez? -dijo con ahogadavoz.

Parecía tener miedo. Salvador observaba enla fisonomía de su hermano los estragos de laenfermedad. Estaba cadavérico. Sólo la mitadde su cuerpo se movía difícil y temblorosamen-te, y a veces la lengua no le obedecía bien ytrituraba las palabras.

-Sí -dijo Salvador-. Me dijeron que estabasmuy solo, y he venido a hacerte compañía.

-No la necesito -replicó Carlos con despre-cio-. Yo creía estar ya libre de tus beneficios, yvienes otra vez con ellos.

-No los aceptes si no quieres. Cuando me lomandes me marcharé.

Diciendo esto Salvador buscó con sus ojosuna silla; pero como no era fácil que la encon-

Page 390: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

trase aunque la buscase con los ojos de todo elgénero humano, sentose a los pies de la cama.

-Bueno, pues ahora mismo. Temo que tupresencia me estorbe para encontrar el sitiomás a propósito para la batalla... Vete, ya estoyturbado, ya se me han ido las ideas, ya no sé loque pasa en mí. Tú tienes la culpa, tú, que hacetiempo te has propuesto trastornar todas misideas.

-¿Sabes -dijo Salvador- que estás muy malalojado?

-Me encuentro bien aquí. Cuando mejore demi herida...

-¿Estás herido?

-Sí... el lado izquierdo... poca cosa... Cuandomejore, seguiré mi camino, y hallado el sitiomás a propósito...

Page 391: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Ven conmigo, y yo te aseguro que encontra-remos juntos el mejor sitio para esa batalla.

Esto decía cuando empezó a llover. El aguaentraba por el techo, que tenía más agujerosque una criba, y después que las gotas salpica-ron de agua el suelo polvoroso, siguieron me-nudos chorros que formaban charcos en diver-sos puntos.

-Esto es vivir en campo raso -dijo Salvadorcon escalofrío-. ¿Sabes que me parece has en-contrado el sitio de la batalla?

-¿Cuál?

-Este páramo... Es indispensable que salgasde aquí.

-Choza o palacio -dijo el enfermo en tono so-lemne y sentencioso- son iguales para mí.

-Es que estás muy enfermo.

Page 392: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-No importa.

-Y estarás peor cada día.

-No importa.

-Y en este sitio no podrás restablecerte.

-Te digo que no importa -gritó Navarroexaltándose-. Harías bien en dejarme solo.

Salvador pensó que no había más remedioque recurrir a la fuerza. Sin embargo, trató deapurar todos los recursos de su ingenio paradominarle.

-¡Estábamos tan bien en nuestra casa dePamplona!... -dijo con pena-. Nada faltaba allí.

-Pero sobraban muchas cosas.

-¿Qué?

Page 393: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¡Tus beneficios tus cuidados, tu... tú!... -gritóagrandando la voz a cada palabra-. Como mellamo Zumalacárregui, así es verdad que meincomodan tus beneficios. No quiero nada tu-yo.

Salvador calló. Un hilo de agua que cayó deltecho sobre su cabeza, obligole a apartarse deallí. El viento entraba por distintos lados for-mando pequeñas tempestades que arrebataronde la silla el papel en que Navarro trazaba susgarabatos, llevándolo al otro extremo de la titu-lada habitación.

-¡Mi plano...! -dijo Carlos extendiendo subrazo.

Salvador se lo alcanzó.

En la desvencijada escalera de la casa hacíantal ruido los cuatro chicos, hijos de la aldeanapropietaria de tan singular edificio, que bastara

Page 394: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

aquella música para volver loco a cualquieraque en tales regiones habitase.

-XXIII-Monsalud decidió buscar inmediatamente

mejor albergue. Salió, recorrió todo Elizondo.Al fin tuvo la bondad de proporcionarle aloja-miento en su propio domicilio el cura del pue-blo, anciano muy respetable y sencillo. Por lanoche, aprovechando la ocasión en que el en-fermo dormía profundamente, tomáronle enbrazos cuatro robustas mujeres y le condujerona la nueva vivienda, no sin que se resistiese enel camino, aunque sin lograr soltarse, por habersido fuertemente sujeto. El motivo de ser lleva-do por manos femeninas fue que en Elizondo,como en todo el territorio del Baztán, escasea-ban los hombres, hasta el punto de que las fae-nas más rudas eran desempeñadas por niños ymujeres. Durante los cuarenta días que pasaron

Page 395: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ambos hermanos en casa del cura de Elizondo,nada ocurrió de memorable, si no es un ligeroalivio de Carlos y la constante humanidad deSalvador, que preparaba lo necesario para sacaral enfermo de aquel país y conducirle a un asilode orates. Necesitaba un buen coche, dos o trespersonas, que le acompañaran y sirvieran, y unpermiso de las autoridades carlistas para reco-rrer toda Navarra sin ser molestados ni deteni-dos. Todo esto era de dificilísima adquisición;pero al fin, con paciencia, actividad y repetidosdesembolsos, venció las contrariedades y sedispuso a partir.

Una noche del mes de Julio las facciones sepresentaron en Elizondo. Bajaban por aquelloscerros, como bestias hambrientas, y sus gestos,sus pisadas, la viveza de su andar, el estrépitode las armas ponían miedo en el corazón másesforzado. Por todas las entradas del valle apa-recían cuadrillas de facciosos, vestidos de za-marra, cubiertos con la boina blanca o azul y

Page 396: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

calzados con alpargatas o zapatos rotos. Alanochecer, Elizondo estaba lleno, y aún entra-ban más. La ferocidad pintada en los semblan-tes no excluía la expresión de sufrimiento porlas privaciones y trabajos; pero estaban alegres,cantaban, reían y se las prometían muy felices.En las filas se codeaban los muchachos con losviejos, y al lado del niño, precoz guerrero llenode ilusiones de gloria, estaba el veterano que sehabía batido en las campañas heroicas del año8. Las estaturas eran tan desacordes, que la ba-yoneta del enano tocaba los doblados hombrosdel gigante. Por la desigualdad, por la irregula-ridad, por el valor ciego y salvaje, por la feestúpida y la sobriedad casi inverosímil, aningún ejército conocido podrían compararse,como no fuera a los ejércitos de Mahoma.

A la mañana siguiente salieron muchos paraUrdax. Los demás tomaron posiciones en lasalturas. Se les vela subir como gatos, escalandolos empinados cerros con agilidad increíble. El

Page 397: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

calor les hacía tan poca impresión como leshabla hecho el frío. Tenían cara de pergamino,músculos de acero, corazón de piedra y sesosde algodón, que ni el sol derretía ni el pensa-miento inflamaba jamás. La guerra había llega-do a ser en ellos fenómeno de costumbre, unestado normal, admirablemente conformadocon su naturaleza agreste, dura, sufrida, refrac-taria a las fatigas como a las ideas, y con espe-cialidad inclinada al movimiento. Si no hubierahabido montañas, las habrían hecho para subiry esconderse en ellas.

Por la noche, tres jinetes llegaron a casa delcura. Seguíales numerosa escolta. Se apearon ylos tres entraron. Uno de ellos era de buenaestatura y a todos infundía un respeto que másbien parecía miedo o superstición. El cura searrodilló delante de él y le besó la mano. SuMajestad (pues no era otro) manifestó deseosde descansar. Tenía mucha jaqueca y ningúnapetito. Subió, encerrose en la habitación que se

Page 398: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

lo tenía preparada. Ordenose el mayor silenciopara no molestar a Su Majestad, que no quisotomar más que un huevo cocido y un poco dechocolate claro. Pidió agua helada; pero en estono le podían complacer. Quedose solo, y al po-co rato llamó pidiendo le llevaran una venda yun poco de sebo para ponérselo en la frente.Uno de los que le habían acompañado entró adarle lo que pedía, y después Su Real Majestadse acostó y apagó la luz. Durante dos horasreinó el más profundo silencio, y el cura anda-ba casi a gatas por no hacer ruido que pudieraturbar el sueño del primero de los facciosos.Pero de repente sonó en las calles de Elizondoestrépito de caballería; llegaron muchos jinetesa la casa del párroco; se apearon y el jefe deellos entró en la casa sin pedir permiso ni hacercaso del cura, que salió trinando y bufando apedir cuenta de tan irreverentes ruidos. A pesarde esto, la calidad del personaje exigía que sepasase recado a Su Majestad. Hiciéronlo así y el

Page 399: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Soberano mandó que entrase al momento Zu-malacárregui. Oyose la voz del Rey que decía:

-Traigan una luz.

Zumalacárregui estaba en el pasillo, boinaen mano.

-Venga la luz -dijo, cogiéndola de las manosdel cura que con ella venía presuroso.

Era una vela, puesta no muy gallardamenteen un candelero de barro. Se acercó Zumalacá-rregui y entró en el cuarto oscuro. Su Majestadse había incorporado en el lecho. Aún teníapuesta la venda. El general avanzó lentamente,con respeto y cortedad. Extendió la mano con elcandelero. La luz iluminó de lleno el semblantede D. Carlos, en el cual no resplandecía ningúndestello ni aun chispa leve de inteligencia. Conla venda, la palidez, el bigote afeitado (a causadel disfraz del viaje), si no era una cara estúpi-da estaba muy cerca de serlo. Zumalacárregui

Page 400: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

dijo con voz ahogada por la emoción: -«Señor»:y se inclinó. Parecía un pino que se dobla.

-Acércate -dijo el Rey alargando su mano.

El general dejó el candelero de barro sobre lamesa, y acercándose al lecho puso una rodillaen tierra. Seguía conmovido. El Rey recibió, conjúbilo que no podría definirse, aquel primerhomenaje tributado a su reciente majestad porel más ilustre y más poderoso de sus vasallos.

Zumalacárregui encendió después en la velaque había traído la que apagada estaba en lareal estancia. Las dos luces, a pesar de aumen-tar la claridad, hacían más lúgubre el desman-telado recinto. El Rey y el general hablaron.

En tanto dos hombres que en un apartado yestrecho cuarto del piso bajo de la casa parro-quial estaban, entretenían el insomnio charlan-do acerca del suceso que motivaba tanto ruidoy tan extremosas entradas y salidas de gente.

Page 401: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Quién anda por ahí, que tanto ruido hace?-preguntó Navarro a su hermano.

-No es cosa que deba desvelarte, porque ni ati ni a mí nos interesa. Esta noche duerme encasa del señor cura un desgraciado loco que vade paso.

-¿Para donde?... ¿Y cuál es su manía?

-La más extraña y disparatada que puedesimaginar. Ha dado en creer y sostener que esRey de España.

-¿Y quién lo conduce?

-Otros tan locos como él.

-Eso no puede ser -dijo Navarro prontamen-te-, porque los locos no conducen a los locos...Alguien habrá entre ellos que tenga razón.

Aquella tarde había hablado el anciano curade la probable entrada de D. Carlos en el

Page 402: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Baztán y de la aproximación de las tropas deZumalacárregui y Eraso para proteger la entra-da del Rey y hacerle los primeros honores. Re-cordándolo, dijo Navarro con cierta exaltaciónque encandilaba sus extraviados ojos.

-Este ruido, este ir y venir, este pisar de ca-ballos, no pueden ser otra cosa más que la en-trada de Su Majestad, y como yo he venidoaquí con mi ejército para esperarle, conferenciarcon él y recibir sus reales órdenes, voy a ves-tirme al momento y a subir, porque no convie-ne que aguarde nuestro señor.

Arrojose del lecho, y no poco trabajo costó aSalvador detenerle. Empleando argumentosingeniosos, y a ratos la fuerza, pudo calmarlerepitiendo lo del loco conducido por locos.

-Su Majestad no vendrá todavía -añadió-. Yote juro por el nombre que llevas que serás elprimero que sepa su llegada.

Page 403: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Poco después Navarro dormía, y en su febrilsueño recibió a Su Majestad, le rindió pleitohomenaje; oídas sus órdenes, le llevó consigo alteatro de la guerra. Al despertar, su decaimien-to era tan grande como si acabara de ganartreinta batallas y de recorrer a caballo sin des-canso toda Navarra. Ardiente fiebre le consum-ía, y la inercia de la mitad de su cuerpo era casiabsoluta. Salvador tenía ya dispuesto todo lonecesario para llevárselo. No le faltaba más queun salvo-conducto para recorrer sin tropiezo elterritorio dominado por los carlistas, y Zuma-lacárregui se lo dio aquella noche de muy bue-na voluntad. Pero un médico que acompañabaal General en jefe vio a Navarro y examinándo-le cuidadosamente, aseguró que, si bien elcambio de clima le sería de grandísima ventaja,no estaba en situación de emprender un viaje.Sus días estaban contados. La parálisis haríapronto nuevas invasiones y los centros nervio-sos no tenían poder para defenderse. En vistade esto resolvió Salvador esperar allí el triste

Page 404: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

desenlace, aunque tardara algún tiempo; perono quiso Dios que el martirio del uno y la dolo-rosa expectación del otro se prolongasen mu-cho, porque a la tarde siguiente Navarro fueacometido de un accidente convulsivo, despuésdel cual quedó sin conocimiento. Toda la nochela pasó así, de lo que Salvador y el cura coligie-ron que entregaba su alma al Señor, sin decir nihacer más locuras. Pero por la mañana volvióen su acuerdo, y dando una gran voz llamó asu hermano y le rogó que se sentara junto a lacama para responder a las preguntas que ahacerle iba. Garrote empezó por desperezarse,estirándose tanto que cada remo parecía dis-puesto a arrancarse por sí mismo del tronco y acaer al suelo por los lados de la cama. Las con-tracciones de la cara y el crujir de huesos erancomo si el hombre despertase, más que delsueño de una noche, de un encantamiento desiglos. Luego clavó los ojos en su hermano y ledijo:

Page 405: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Vas a hablarme con franqueza. ¿He hechomuchos disparates? ¿he dicho muchas neceda-des?

-Ni una cosa ni otra -replicó caritativamenteMonsalud-. Todos están acordes en juzgartebien y es cosa indudable que diriges admira-blemente la guerra, llevando la bandera absolu-tista de victoria en victoria.

-No, no, no -dijo Navarro demostrandograndísimo dolor-, yo no soy Zumalacárregui,yo no soy lo que mi cerebro abrasado y enfer-mo me fingió. De repente, lo mismo que se ras-ga un velo, se ha roto en mi cerebro no sé quécortina de telarañas, y aquí me tienes con unaclaridad en el pensar y un tino en el discurrircual creo no los he tenido en mi vida. Pasmadoestoy de que un hombre como yo, jamás incli-nado a fantasías ni figuraciones, haya estadopor tanto tiempo... y a propósito de tiempo...¿en qué día vivimos? Vuelvo del país de la ne-cedad, donde no rigen almanaques.

Page 406: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Salvador le dijo la fecha, y Navarro prosi-guió:

-No se han borrado de mi mente estos díastristes, pero la noción que tengo de ellos es muyoscura. Sé que he creído ser Zumalacárregui,aunque si he de decirte verdad, aún en losmomentos de más exaltada demencia había enel fondo de mi alma ciertas dudas... quiero de-cir, que no estaba yo completamente seguro deser lo que decía, y mis dos personas, la verídicay la falsa se confundían y se separaban pormomentos... La manía de ser Zumalacárreguinació en mí del deseo de emularle. Yo vine alNorte convencido de mi valer y seguro de for-mar con las facciones de este país un ejércitoirresistible. En suma, yo pensaba hacer todo loque hace Zumalacárregui, y dicho sea sin jac-tancia ni locura, creo firmemente que lo habríahecho lo mismo y quizás mejor, si Dios nohubiera dispuesto que se trocaran los papeles;que todas mis ideas las pusiese él en práctica y

Page 407: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mis planes todos pasasen a ser obra y provechosuyo... Ya es tarde; pasa el tiempo y yo memuero, porque seguramente esta vuelta mía ala razón, es como en D. Quijote, señal de muer-te próxima.

No lo creyó así Salvador, viéndole con tanbuenas explicaderas, sereno de aspecto y fácilde palabra. Contento de este cambio que parec-ía milagro, le reanimó con palabras cariñosas yle hizo un resumen del estado de la guerra y dela política. Pero Navarro no pareció interesarsemucho en estas cosas profanas, y dando ungran suspiro, dijo así:

-La salvación de mi alma es lo que me inter-esa; que lo demás, como cosa del mundo, acabópara mí. Venga un cura, que me quiero confe-sar.

Salvador pensó en el cura de Elizondo, a cu-ya generosidad debían su asilo; pero como Na-varro se enterase de que había venido con las

Page 408: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tropas el padre Zorraquín, su antiguo amigo,quiso verle y que fuese él quien le ayudara abien morir oyendo la confesión sincera de susculpas. Salvador le buscó por todo el pueblo yal fin halló al cura historiador y guerrero enuna taberna, escanciando con marcial donaireuna azumbre de vino, ganada al juego de lasdamas la noche antes.

Acudió Zorraquín al llamamiento de suamigo. Cuando este salía del segundo desma-yo, que fue más profundo y grave que el pri-mero, vio entrar en la alcoba, anunciándoseantes con rechinar de espuelas y resoplidos decansancio, un figurón inverosímil y que enotras circunstancias habría traído al moribun-do, en vez de consuelo, una agonía mayor quela de la misma muerte. También vinieron a ver-le Oricaín y Zugarramurdi, que le habían aban-donado cuando cayó prisionero. Recibioles conindiferencia, y ellos se retiraron pronto.

Page 409: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

La cara de Zorraquín, que rapada era bon-dadosa, desaparecía ya entre un vellón áspero,negro y erizado, como bala de lana sin cardar.Los ojos pequeños, la nariz agarbanzada y ladesabrida sonrisa del capellán apenas se abríanpaso por tan enmarañado bosque de pelos. Laboina blanca caída de un lado parecía impedircon su peso que el cabello, no menos ásperoque la barba, tomase la dirección del techo, co-mo un escobillón que se cree ciprés. En la za-marreta del cura veíanse diversos cintajos quemanifestaban sus grados y condecoraciones. Elsable le arrastraba por el suelo, sonando a pan-dereta rota. Las botas desaparecían bajo salpi-caduras de fango; las pistolas eran negras comola zamarra, y las manos de color de hierro viejo.Por donde quiera que iba el guerrero, difundíaen torno suyo un complejo olor a pólvora, acuadra y a vino.

-Vamos, vamos, Sr. D. Carlos -dijo Zorra-quín abrazando al enfermo-. Ahora que los de-

Page 410: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

dos se nos hacen triunfos, y tenemos a nuestroRey con nosotros, y nos preparamos para irsobre Madrid ¿se le antoja a usted morirse? Esono se puede consentir.

Navarro se acongojó mucho y dijo que la vo-luntad de Dios no le permitía guerrear en aque-lla grande y sublime campaña. Hablaron unmomento del alma y de la bondad de Dios.Zorraquín halló en su espíritu cierta dificultadpara retrotraerse a su antiguo oficio, tan distin-to del que entonces tenía; pero al fin pudo ven-cer su desgana de oír pecados. Quitose la boina,sentose, apoyó el codo izquierdo en la cama, yacariciando con la derecha mano el sable, pre-parose a escuchar la confesión de su infelizamigo.

Navarro no fue breve en aquella ocasión, ylos escrúpulos sucedían a los escrúpulos, lasconsultas a las consultas. Al principio le oyócon paciencia y bondad Zorraquín, dirigiendoal penitente los más edificantes consuelos; pero

Page 411: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tanto y tanto machacaba Navarro, y dimensio-nes tales daba al acto de limpiar su conciencia,que el buen clérigo no pudo menos de conside-rar cuán incompatibles eran en aquel caso lasfunciones de comandante de armas y las depastor de almas. Empezó a sonar en el puebloruido de tambores tocando llamada. El ejércitose iba a poner en marcha, y héteme aquí a unode los más importantes jefes clavado al lecho deun moribundo. Abandonar a este cuando máscontrito parecía y más necesitado de consuelos,era imposible, y dejar de acudir a donde elhonor militar y el deber le llamaban tambiénera imposible para Zorraquín. Colocado él en-tre estos dos imposibles, padeció horriblementeen breves instantes. Los toques de clarín y tam-bor arreciaban y se sentían pasar las tropas porla calle con algazara y gritos. Las pisadas detantos hombres producían hondo rumor, comomugido lejanísimo de la tierra por tantos piesherida. Cuando Zorraquín oyó el piafar de loscaballos, no supo lo que por sí pasaba y un su-

Page 412: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

dor se le iba y otro se le venía, mientras D. Car-los Garrote, charla que charla, no se contentabacon hablar de sí y de su conciencia, sino que seentraba en ciertos laberintos de teologías. No lehacía ya maldito caso Zorraquín, y acariciaba elsable, como si fuera aquella arma necesariapara encaminar almas al cielo; movía alternati-vamente una y otra pierna, resollaba fuerte, seacariciaba la cerdosa barba, hasta que una des-templada voz sonó en la calle, gritando... «¡Zo-rraquín!» y tras esta palabra otra no muy edifi-cante ni culta. Como si estallara dentro de sucuerpo un petardo, se levantó el confesor. Nose había podido contener.

-Usted me... dispensará, Sr. D. Carlos -dijocon torpe lengua-, pero mis deberes militares...No se pertenece uno desde que se mete en cier-tos trotes.

-Sí, sí... vaya usted... ¿Cuántos hombres hayen Elizondo?

Page 413: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Doce mil y ochenta caballos. Con permisode usted...

Y extendiendo su brazo, murmuró muy aprisa latines que más bien parecían escupidosque hablados. Desde la puerta dijo ego te absol-vo; hizo la señal de la cruz como quien da bofe-tadas en el aire, y echó a correr, arrastrando elsable y tropezando contra todo lo que se halla-ba a su paso. Parecía una bestia recién escapadade la jaula, que busca su libertad entre la mu-chedumbre. Navarro, al verle salir, dio un gransuspiro. ¿Era porque su conciencia estaba aúnalgo turbada o por desconsuelo de que susamigos guerrearan mientras él se moría?

Dejemos a Zorraquín subiendo a su caballo,cosa para él bien distinta de subir al púlpito. Latropa carlista salía de Elizondo. En el centro ibaD. Carlos con su Estado Mayor de clérigos ygenerales, y a la cola algunos carros con vitua-llas y coches con damas y palaciegos de la corteque empezaba a formarse. El reino apócrifo no

Page 414: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

se habría creído con visos de verdadero, si notuviera su cola de rabillos de lagartija.

Navarro empezó a decaer después de la con-fesión, y se aplanó tanto aquella noche, que nopodía moverse y hablaba con mucha dificultad.Su hermano no se movía de su lado.

-Tengo que hablarte -le dijo Carlos, es-forzándose en sacar del pecho la voz-. Yo memuero y no quiero morirme sin confesar que tedebo inmensos beneficios, que te has conduci-do cristianamente conmigo. Si viviera más,¿podría llegar a quererte?

-Si vives (y no debemos perder la esperanzade ello), nos separaremos, y no tendrás tú elenojo de agradecerme ni yo la necesidad deservirte.

-Pues bien, por más que se empeñen enunirnos la Naturaleza y el mundo, tienes unascosas... Dame agua...

Page 415: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Salvador le dio agua. El beber reanimó untanto al enfermo, que pudo decir esto:

-¡Qué habría sido de mí sin tu ayuda, sin tugenerosidad en estos meses de locura y aban-dono!... Mucho te debo, mucho. Se me viene ala boca la palabra hermano, las palabras her-mano querido, y sin embargo... Dame másagua.

-No te sofoques. Tiempo tendrás de decirmelo que quieras... No necesitas darme satisfac-ción de nada. Lo que he hecho contigo, por de-ber lo hice, no por jactancia, por impulso de miconciencia, no por humillarte con beneficiosque contrastaran con tus crueldades. Si vives,no quiero de ti más que olvido, olvido de todo.

-Sé que debo perdón a todos los que me hanofendido; pero hay ofensas que no se puedenperdonar. No está en nuestro poder perdonar,por más que lo digan Zorraquín y todos losclérigos juntos... Yo me muero -añadió hacien-

Page 416: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

do un esfuerzo para detener la palabra que seiba, abriendo paso a la vida que se iba también-, yo me acabo. Tú vivirás, volverás a Madrid,verás a la que fue tormento y bochorno de mivida. Dile... dile que no la perdono, que no lapuedo perdonar.

Salvador le dio la mano. Navarro, tomándo-la, la apretó en la suya fuertemente. Le mirócon espanto. En aquel momento postrero parec-ía que se reproducían en su alma todas lasamarguras de su vida y que espantosas imáge-nes le turbaban la vista. Con voz que parecía unsuspiro, pronunció estas palabras, aflojando losmúsculos de la mano con que estrechaba la desu hermano:

-¡Ni a ti tampoco!

Y dejando caer la cabeza sobre el pecho, dejóde existir.

Page 417: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

¡Extraña cosa! Cuando llegó el momento dedar sepultura al valiente soldado, víctima deuna dolencia nacida de sus propias melancolíasy de su irritable carácter, no se encontraronhombres que cargaran aquel desfigurado y untiempo hermoso cuerpo. Todos los hombres deElizondo estaban en la facción. Las mujeresprestáronse gustosas a conducir el cadáver;pero como el cementerio estaba muy cerca de lacasa del cura, Salvador tomó en sus brazos elcuerpo frío, y acompañado del cura y sacristán,precedido de una turba de chiquillos y seguidode dos docenas de mujeres curiosas, le depositójunto al hoyo. Con ayuda de femeninas manosfue bajado a lo profundo y se le echó muchatierra encima. El día estaba húmedo, la tierrablanda, el cielo triste y lacrimoso.

Aquella misma tarde partió Salvador de Eli-zondo, deseando huir de un país que le infund-ía repugnancia y miedo, a causa de las muchaslocuras que en él había visto; y así como el que

Page 418: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

visita una casa de orates se siente tocado deenajenación y con cierto misterioso impulso deimitar los disparates que ve, sentía nuestrohombre en sí cierta levadura recóndita de de-mencia, por lo cual se echó fuera a toda prisa.Un hombre que se cree Zumalacárregui, unZumalacárregui auténtico que sacrifica su ge-nio y su dignidad militar a ambicioso príncipesin más talento que su fatuidad ni más idea quesu ambición; un país que abandona en masahogares, trabajo, campo y familia por conquis-tar una soberanía que no es la suya y una coro-na que no ha de aumentar sus derechos; ríos desangre derramados diariamente entre hombresde una misma Nación; clérigos que esgrimenespadas, moribundos que se confiesan con ca-pitanes, villas pobladas por mujeres y chiqui-llos; cerros erizados de frailes y poblados dehombres lobos, que deliran con la matanza y elpillaje, son incongruencias que repetidas ycondensadas en un solo día y lugar puedenhacer perder el juicio a la mejor templada cabe-

Page 419: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

za y hacer dudar de que habitamos un paíscristiano y de que el Rey de la civilización es elhombre. Así lo pensaba Salvador, huyendo deElizondo y de Navarra, como el que huye deuna epidemia, Deseando perder de vista prontoa la gente facciosa y el sangriento teatro de sushazañas, tomó el camino de Urdax con ánimode salir de Navarra por los Pirineos y entrar enla España Isabelina por la Francia Orleanista.

-XXIV-Rodfriquine, ¿vidiste hodie ceremoniam in cape-

lla Dolorosæ?

-¡Eheu! amice. Vidi (et invideo) satisfactionemAgni Benedictinei (vel Benigni Corderi) in desposo-rium suum cum puella.

-¿Quid tibi videtur?

Page 420: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Ille senex, superlative frescachona illa. ¡Matri-monius slultus! Acababerit sicut rosarium albæmatutinæ.

-¡Oh fortunate senex!

-¡Oh terque quaterque beatus! Ille lætificat senec-tutem suam cum moza matrimoniale (vel uxore)dum nobis nulla res amatoria licet. ¡Miserere nobis,Domine, miserere nobis, qui Thesaurum Calepinumet horridos mamotretos desposamus. Gramaticamuchacha nostra est.

-¡Eheu!... ¡pergaminosa et frigidissima uxorsemper nobiscum in aula, in mensa, in thoro!...

Al oír este diálogo se comprenderá que andapor aquí el maligno y siempre macarrónico D.Rodriguín. En efecto, él era quien sostenía estaconversación latina con otro colegial no menostravieso, valiéndose para ello de una especie decomunicación postal establecida debajo de lascarpetas por medio de un hilo corredizo quefuncionaba de un puesto a otro a escondidas de

Page 421: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

los demás colegiales y de los padres. Ambosamigos afectaban hallarse muy ocupados ensus tareas estudiantiles. Ni con rumor, ni conmiradas, turbaban el silencio plácido de la salade estudio. Los asientos de uno y otro estabancerca. El hilo corría suavemente por debajo delas mesas, llevando y trayendo un papelito, enel cual cada uno escribía su macarrón, referentepor lo común a los sucesos del día, y así pasa-ban las horas dulcemente entretenidos con grandetrimento de la lección señalada. A veces fun-cionaba el telégrafo sub-carpetano tan sólo paraobservar que al padre Fernández se le caía lababa o que al padre Solís se le rodaba el bonete.Por poco versado que el lector esté en humani-dades macarrónicas, habrá deducido del diálo-go trascrito que aquella mañana se había casa-do D. Benigno Cordero en la capilla de los Do-lores de San Isidro. Este gran suceso se verificóa fines de Junio.

Page 422: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Estuvo D. Benigno en aquella ocasión serenoy grave, como hombre que da cumplimiento almás importante de los deberes. Sola parecíacontenta sin afectación, los muchachos estabanalegres y Crucita renegando. La bendición fuedada por el padre Gracián, con quien celebróCordero larga conferencia en la tarde de aqueldía cien veces fausto.

Dejemos ahora a esta digna familia, paraquien parecerán siempre pocas todas las bendi-ciones del cielo, y sigamos al venerable jesuita,cuyos pasos son ahora del mayor interés.Acompañado del joven que solía pasear con él,salió del Colegio Imperial, tomó por la calle delos Estudios, y entrando en la de las Maldona-das, detuvo sus pasos en la puerta de un lla-mado establecimiento, cuyo nombre más pro-pio fuera tenducho. Miró adentro, no vio a na-die, volvió a mirar, llamando, y al conjuro de lavoz, moviose un enorme tinajón de hacer bu-ñuelos que arrinconado estaba. Cayó de él una

Page 423: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

estera vieja, apartáronse dos escobas, y por elhueco que del movimiento de estas piezas re-sultara, viose aparecer una figura de mujercillaraquítica, que se adelantó cojeando.

-Romualda, ¿qué hacías ahí?

La muchacha se restregó los ojos.

-Estaba durmiendo -replicó.

-¿Y así cuidas tú la tienda?

¡La tienda! Sólo por prurito de hacer hipér-boles podía darse este nombre al mezquinoaguaducho, consistente en media docena debotellas, un gran tarro de cerezas en aguardien-te, caja de latón con delantera de vidrio, mediollena de bollos y azucarillos, y un par de botijosde agua de la Arganzuela.

-Tenía mucho sueño -dijo Romualda-. Ano-che me tuvieron en vela esperando a padreLópez, que vino entre dos luces.

Page 424: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Embriagado tal vez... ¡Bendito Dios!... ¿Yahora está tu padre en casa?

-No lo sé... subirá. Mi madrastra está en lacama.

-Sube, y si está tu padre, dile que baje almomento. Necesito darle un recado.

Mientras Romualda sube, dejando al buenclérigo y su acompañante en la puerta del esta-blecimiento, digamos cómo de la opulencia ydesahogo de la carnecería pasó aquella desmo-ralizada familia a la estrechez de un miserablecomercio de agua y vino. En casa donde noexisten ni los vínculos ni los afectos que consti-tuyen la familia, donde la paz deja su puesto ala discordia y los vicios ocupan el lugar de laeconomía y la sobriedad, no pueden de modoalguno afincar las prosperidades. La actividadde Nazaria y su inteligencia no bastaban a ate-nuar los malos efectos de la holgazanería deLópez, el cual no sólo derrochaba en torpes

Page 425: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

fraucachelas lo adquirido con sus malas artes yconexiones políticas, sino que también sabíaapurar, dejándolos en las puras tablas, los cajo-nes del mostrador, llenos del pingüe esquilmode la mañana. Nazaria no gastaba en livianda-des, pero sí en lujo y ruinosos caprichos. Em-peñaba una joya para comprar otra, y a ningu-na prendera dejaba salir de su casa sin quitarlede las manos, a cambio de buen dinero, el ricomantón de Manila, la peineta de concha, elabanico de marfil, los soberbios encajes flamen-cos y otras prendas valiosas que las casas ricasde Madrid arrojan diariamente al oscuro mer-cado de lance. La carnecería producía mucho;pero el género de Mortanchez y Candelario nocae llovido del cielo, por lo que pronto empezóa declinar la casa, y dando tumbos y traspiéscayó, a la vuelta de un año, en el abismo deldescrédito. Los acreedores se repartieron elbotín y hubo una desbandada de chorizos yuna dispersión de jamones, que dieron muchoque hablar a todo el barrio de San Millán. Los

Page 426: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

muebles de la casa fueron embargados, y salie-ron en busca de más seguro domicilio las imá-genes y santicos, juntamente con los toreros.Tres o cuatro puestos del Rastro lucieron du-rante una semana parte muy principal del ajuarde la Pimentosa, que sólo pudo retener lo in-dispensable para no pedir un hueco en SanBernardino, fundado por Pontejos en aquelmismo año. Ciertos dineros no muy lucidos quese salvaron del desastre casi por milagro sirvie-ron a la viuda de Peralvillo para poner la tiendaacuática antes descrita; y entre aquellos cuatrofementidos trastos la infeliz mujer se mecía otravez en locas ilusiones, pensando en volver a serfavorecida de la fortuna, para sacar del comer-cio pequeñito un tráfico grande y rico. Ella ten-ía genio, sabía comprar, sabía vender, pero ig-noraba el arte de guardar, que es el arte de en-riquecer. Su mala estrella o su naturaleza físicay moral (que esto no está bien averiguado) leagravaron el mal que ha tiempo padecía, lle-gando al extremo de no tener hora de completo

Page 427: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

sosiego; y si los duelos con pan son menos, laenfermedad acompañada de duelos y quebran-tos cierra la puerta a todo remedio. A la escasezse unían las continuas reyertas domésticas paraabatir más el espíritu de la pobre viuda de Pe-ralvillo y poner su estómago más dolorido. Unhecho importante ocurrió poco después de laruina. No lo pasemos en silencio por lo muchoque a ambos favorece. Se casaron; pero la lega-lización de aquella inmoral alianza no la hizomás pacífica, y después de los desposoriosllevó López más arañazos en su rostro y ellamayor número de cardenales en su hermosocuerpo.

El desastroso acabamiento de D. Felicísimo yel desplome de la casa en que vivía pusieron aTablas en gran desesperación, porque él creíasegura una buena manda en el testamento desu protector. Como el testamento no se en-contró entre los escombros, o si se encontró loinutilizaron hábilmente Bragas y los de la curia,

Page 428: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

quedáronse en ayunas López y los señores ecle-siásticos, que también tenían sus cinco sentidosen las mandas de misas y legados piadosos. Delabintestato del Sr. de Carnicero se había apro-vechado a sus anchas, sin el estorbo de repartir,el siempre venturosísimo Pipaón, a quien elcielo deparó un vástago a los nueve meses (díamás día menos) de su matrimonio.

Chasqueado por aquella parte, Tablas seobstinó más y más en apretar los lazos que leunían a las sociedades secretas y al conventícu-lo formado por Aviraneta, Rufete y comparsa.Bien se comprende que López, hombre sin le-tras ni palabra, incapaz de formular discreta-mente un juicio ni de aposentar una idea en laespesura de su cerebro, no podía ser en el clubpopulachero más que un instrumento brutalpara funcionar en días de escándalo y griterío.Todos cuantos han tenido la desgracia de traba-jar en conspiraciones burdas saben perfecta-mente que los despabilados y parlanchines

Page 429: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

forman a sus espaldas una guardia de hombressoeces y brutales, que sirven para dar a la idea,en la ocasión precisa, su voz estentórea, su bra-zo salvaje y su representación apasionadamen-te popular. Tablas era de esta guardia, mejordicho, era el jefe de ella, y había conseguidollevar al club a otros mocetones, que ni desme-recían de él en fuerzas corporales, ni le ganabanun ardite en talento.

Pero, desgraciadamente para él, las conspi-raciones de aquel tiempo carecían de fondos.Eran conspiraciones pobres, no por esto honra-das. Se esperaban auxilios; pero los auxilios novenían, porque los destinados a darlos no hab-ían llegado aún a ese grado de candidez en quela ambición cierra los ojos y abre la mano.

Para atender a sus gastos, que no había sa-bido disminuir después de la miseria, Tablas secolocó en el establecimiento de coches de laposada del Dragón, con cuyo dueño tenía amis-tad antigua. Pero su holgazanería le vedaba

Page 430: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

siempre entrar en faenas duras, y sólo se ocu-paba de cuidar el almacén de equipajes y en-cargos. En destino tan poco brillante aguardabael imaginario triunfo de aquellos buenos seño-res del club, tan sabios, según él, o la señal dearmar camorra a las autoridades. El majaderode López estaba dispuesto a todo, apretado porla miseria, la envidia y los apetitos que devora-ban su alma.

-XXV-Ya se cansaba de esperar el venerable Gra-

cián, cuando apareció Romualda, jadeante ysofocada. Por su conducto la señora Nazariasuplicaba al Padre tuviera la bondad de subir,porque se encontraba muy mala. No desoíajamás esta clase de ruegos Gracián, que ademásde eclesiástico bondadoso era médico hábil, yprecedido de la coja, llevando tras sí al clerigui-

Page 431: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

to joven que le acompañaba, acometidos cienescalones que conducían a la morada del infelizmatrimonio. Esta era muy humilde; pero Naza-ria, que tenía instintos de embellecimientodoméstico, la había arreglado de modo quepareciese menos fea de lo que realmente era.Estaba la Pimentosa postrada en desvencijadosofá. Había desmerecido tanto su persona des-de el año anterior que no parecía la misma.Aquel continente de matrona, aquel aire simpá-tico, aquel rostro lleno de atractivos no eran yasino sombra de sí mismos. Gordura fofa en sucuerpo, languidez en su semblante y un decai-miento general en su persona toda anunciabanque la maja no volvería a ser lo que fue. A sulado estaba la mujer demacrada, pálida y hue-suda que vimos en la buñolería algunos mesesantes, y que había permanecido al lado de suama, como uno de esos cortesanos de la des-gracia que con menos mérito alardean de fide-lidad en esferas más altas. A primera vista lamujer aquella parecía imagen de la Muerte es-

Page 432: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

perando su presa. Su brazo, que no debía detener más que el hueso seco, se extendía osci-lando con lúgubre cadencia. Su mano empuña-ba una rama de acacia, para espantar con ellalas moscas que molestaban a Nazaria.

Gracián y el otro clérigo se sentaron despuésde saludar a la enferma con mucho interés. Na-zaria agradeció mucho la visita y estuvoquejándose durante diez minutos, dando cuen-ta prolija de los distintos dolores que sentía, enpartes diversas, los unos afilados como cuchi-llos, los otros duros como pedradas, y algunosmúltiples y horripilantes como el rasgar de unasierra. Después calló. Gracián dijo solemne-mente que más, mucho más había padecidoCristo por nosotros, y luego reinó un silenciotristísimo, durante el cual no se oía más que elrumor de las hojuelas de acacia, batiendo el airey desconcertando las bandadas de moscas. Alpunto que estas vieron a los dos clérigos, se

Page 433: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

fueron derechas a ellos, manifestando singularpreferencia por el joven acompañante.

-Lo pasaría menos mal -dijo Nazaria-, si notuviera miedo, muchísimo miedo a esa enfer-medad que ha entrado ahora, y que, según di-cen, mata a la gente en un abrir y cerrar de ojos.

-Se llama el Cólera -dijo la flaca con vocecillaronca que hizo estremecer al curita.

Al decir esto Maricadalso (que así la llama-ban) se asemejó más que nunca a la madreMuerte, nombrando a una de las más fúnebresherramientas de su oficio.

-El cólera, sí -dijo Gracián-. Esta epidemiaviene del Ganges, de donde saca su apellido deasiática. Ha empezado a hacer grandes estragosen Europa, y Dios no ha querido librar a Espa-ña de tan tremendo azote. Tengamos paciencia.Hasta ahora Madrid va librando bien. Las inva-

Page 434: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

siones no son muchas. Empezó en Vallecas yparece como que va pasando de Norte a Sur.

Nazaria le preguntó por los remedios quepara tan atroz dolencia habían descubierto lasfacultades, y Gracián, con apariencias de nocreer mucho en ellos, habló de varios, tales co-mo friegas, infusiones teínas y revulsivos. Elmejor antídoto contra el mal era, a su juicio, elvalor y el desprecio del mal mismo.

-Entonces -dijo Nazaria con temblor y aba-timiento-, esa maldita cólera de Dios no me per-donará a mí, porque le tengo más miedo que auna centella, y si miro a la puerta me pareceque entra en figura de gente, si miro a la venta-na me parece que entra con el aire, con el sol ycon el polvo de la calle. No como, por miedo aque entre en mi cuerpo con la comida, niduermo temiendo que me coja en sueños y melleve antes de despertar.

Page 435: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Gracián se rió de estos pueriles temores, ytambién se habría reído el subdiácono si noestuviera muy ocupado en ahuyentar las mos-cas que invadían su cara. Maricadalso le viodando manotadas. Alargando la rama, diole unescobazo en el rostro para líbrarle de la feroci-dad insectil.

-Confianza en Dios y no dar a esta miserableexistencia mundana más valor del que tiene,son los más eficaces remedios -afirmó Graciáncon autorizada voz.

La vocecilla ronca de Maricadalso se dejóoír. Parecía una corneja que cantaba en la pro-pia rama de acacia. Moviendo su cabeza conaire de incredulidad, cantó estas palabras:

-A mí no me emboban. Esto no es epidemiaque venga de las Asias, sino malos quereres.

Page 436: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Y a qué llama malos quereres, buena mu-jer? -preguntó Gracián riendo, no tan fuertecomo el subdiácono, que soltó una carcajada.

-Al mal tercio que hacen algunos, los ma-los... los pillos que quieren que se acabe mediomundo para quedarse ellos solos.

-¿Y qué pillos son esos?

-Yo me lo sé -dijo la imagen de la Muerte,cuyos ojos lucían en el amarillo casco comoagujeros de calavera-. ¡Llaman cólera al malquerer!... ya, ya... Más vale que nos lleven a lahorca que no acabarnos de esta manera.

Estas misteriosas apreciaciones sobre cosatan notoria como la existencia de la epidemiano llamó la atención de Gracián, porque su tra-to frecuente con el pueblo bajo de Madrid lehabía acostumbrado a oír sin sorpresa los des-propósitos del vulgo. Todo lo que es razonabley conforme al sentido común se resiste a la

Page 437: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mente del vulgo. Para que en él halle resonan-cia y acogida una idea es necesario que sea per-fectamente absurda.

-Señora Cadahalso -manifestó con bondad eljesuita-, usted es de las que ponen en duda quevuelan los pájaros, y creerá que los bueyes sepasean por los aires. Muy bien, con su pan se locoma.

-Otros se comen nuestro pan, que no yo -dijola espantosa mujer, enseñando sus dos filas dedientes iguales y puntiagudos-. Yo me sé lo quecreo, y creo lo que yo me sé... Y toque su pater-nidad a otra puerta, que ya vamos abriendo elojo.

-Todo sea por Dios...

-Más respeto, canalla, más respeto -añadióNazaria, tomando a su vez la rama y azotandosuavemente a la estampa de la Muerte-... Señorcura, no haga su merced caso, y dígame si para

Page 438: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mi mal debo tomar una medicina que me hanrecomendado.

-¿Cuál es?...

-No es cosa de la botica, sino del cielo.

-No entiendo.

-Es cosa santa. Es un polvillo que dicen sesaca de la cueva en que hizo oración San Igna-cio.

-¡Ave María Purísima! -dijo Gracián lleván-dose las manos a la cabeza.

-¿Se espanta su merced?... Ese polvillo lotiene, como gran reliquia, mi señora Doña Jose-fa, la mujer de D. Pedro Rey. Dice que su niñaPerfectita sanó con él.

-¡Sacrilegio, profanación! -exclamó el jesuita-. ¡Abuso nefando de las cosas piadosas! Esatierra bendita es un objeto de piedad que debe

Page 439: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

venerarse como recuerdo de uno de los varonesmás insignes que ha habido en el mundo. Lascosas santas han de ser tratadas con muchorespeto y puestas a tanta altura que no puedallegar a ellas el charlatanismo. Dad a Dios loque es de Dios, y a la botica lo que a la boticapertenece, y no mezcléis berzas con capachos, osea santidades con vomitivos.

Más, mucho más hubiera dicho el discretoclérigo, si en lo mejor de su perorata no entraseTablas, sorprendiendo a todos con los buenosdías que dio desde la puerta. Detenido en ellaestuvo un buen rato mirando el cuadro que lasdos mujeres y los dos eclesiásticos ofrecían.Entró al fin; limpiose el sudor que mojaba sufrente, y tomando una silla la colocó con fuertegolpazo en el punto en que quería sentarse.Después, gesticulando con recia manotada,echó de sí las moscas y dijo:

-Se ha muerto el boticario de la calle de Ro-das y el carbonero de la calle de las Velas. En la

Page 440: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

casa del tío Caro no ha quedado más que elgato. Anoche no había novedad, y esta mañanala casa era un cementerio.

-No exagere usted -dijo amostazado el PadreGracián, observando el mal efecto que aquellasnuevas hacían en Nazaria-. Defunciones hay;pero no en tal número.

-No se llaman defunciones; se llaman casos-replicó con estúpida risa Tablas-. Y podrá serverdad lo que vuestra Paternidad dice; pero yosé que anoche Gregorio Tinajas y yo, bebimosjuntos una copa al salir de cierta parte, y sétambién que le he visto hace un momento tiesoy frío.

-¡Se ha muerto! -exclamó Maricadalso conespanto.

-Como mi abuelo. ¿Lo sientes tú?

-Dígolo porque ya las pagó todas juntas.

Page 441: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-También se ha muerto la Fraila.

Nazaria cerró los ojos, no pudiendo cerrarlos oídos. Pero el atleta se volvió a Maricadalso,y a boca de jarro le disparó estas palabras:

-Y tu hija, Maricadalso, tu hija Ildefonsa, ibaahora con un cántaro de agua por la calle de laPaloma, y se cayó en la calle, diciendo que semoría...

-¡Mi hija!... Tú mientes... Corro a ver...

Diciendo esto con entrecortados rugidos,Maricadalso saltó de su asiento, como azoradogato, y salió a escape. Oyéronse sus violentespasos extinguiéndose en la escalera, como seapaga el ruido de la piedra que chocando yrebotando se precipita en el abismo.

-Rumalda -dijo Tablas mirando a la cojuelaque acababa de subir después de cerrada latienda-; baja y tráeme tabaco.

Page 442: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Romualda bajó, y sus pasos lentos y fatiga-dos resonaron por largo rato en la escalera.Después Tablas siguió enumerando muertos yenfermos, y volvió a limpiarse el sudor. El calorera sofocante. La habitación, no bien templadapor la oscuridad, parecía un horno por laproximidad del tejado, donde caía como lluviade fuego el ardiente sol de Julio. Empezaba acaer la tarde, y el calor parecía aumentar enaquella hora a causa de los vapores que delsuelo se desprendían. El aire en calma no dabaningún consuelo a los pulmones, y sólo lasmoscas parecían regocijarse en la pesada ymiasmática atmósfera, como sibaritas viviendoen medio de todas las delicias que puede apete-cer su naturaleza.

Gracián reprendió con cierta aspereza a Pe-dro López su afán de dar noticias fúnebres queafligían y apocaban a la pobre enferma. Echosea reír el bárbaro, diciendo que él no tenía miedoa los cóleras ni a muertes de ninguna clase. Des-

Page 443: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

pués hablaron de lo que motivó la visita deGracián.

-Tengo aviso de Cataluña de la remisión deun encargo que me interesa mucho -dijo estesacando una carta-. Me dicen que recoja el bul-to... porque es un costal como de media fanega,Sr. López... en la posada del Dragón. He pasadovarios avisos, y mi encargo no parece. Sr.López, ¿me hará usted el favor de buscar bienen el almacén, de preguntar a los ordinarios yarrieros, de hacer, en fin, cuanto de su parteesté para que parezca ese bulto?

-¿Es fruta?

-No señor.

-¿Jamones?

-Tampoco. Es cosa de poco valor en sí; peroque yo estimo en mucho. Es un saco lleno de

Page 444: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tierra. Debe venir perfectamente dispuesto yliado en esteras.

-¡Ah!... Será tierra de limpiar metales.

-Pagaré dos veces el porte si parece y está in-tacto -dijo el reverendo levantándose.

-¿No recibió vuestra Paternidad el año pasa-do otro saco como ese por conducto de D. Fe-licísimo?

-Justamente. Los padres de Manresa lo con-signaron a D. Felicísimo. Y usted mismo, Sr.López, me lo llevó a mi casa.

-Pues este lo llevaré también.

-Gracias. Vámonos, Sancho.

Este nombre, aplicado al subdiácono, diopor un momento al padre Gracián cierta apa-riencia quijotesca. Pero no es aquel nombrecapricho del narrador. Llamábase en efecto el

Page 445: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

subdiácono José Sancho; era natural de Palmade Mallorca, y tenía veinticuatro años de edady siete de Compañía.

Gracián procuró animar con palabras conso-ladoras a Nazaria, exhortándola a desechar suinfundado temor, y después de reiterar a Ta-blas la súplica que le hizo poco antes, salió de lacasa escoltado por las moscas.

Aproximábase al Colegio Imperial, cuandoun vil pillete que rasguñaba una destempladaguitarra se le puso delante, cortándole el paso,y con voz que más tenía de infernal que dehumana, cantó esta copla:

¡Muera Cristo,viva Luzbel!¡Muera D. Carlos,viva Isabel!

Page 446: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Apartó suavemente el jesuita al cantor y si-guió adelante. Pero Sancho fue más expresivo,y empujó al pillastre, expulsándole con violen-cia de la acera. Instantáneamente recibió en elhombro un golpe dado con la guitarra. Los dosse hallaron frente a frente mirándose con ojosde ira. Quizás habría seguido adelante la con-tienda, si Gracián no dijera con voz reposada: -Sancho, ¿qué es eso?

Ambos entraron en el Colegio. En la puertaoíase un rugidillo que no por ser infantil dejabade ser insolente. Parecía el rumor de un pocode plebe menuda de esa que suele encresparseen las plazuelas de verdura, y que la autoridadsabe contener sin más artillería que las escobasmunicipales.

-XXVI-En el claustro halló Gracián al Padre Fran-

cisco Sauri, buen sujeto, catalán, ministro y

Page 447: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

procurador del seminario. Tenía 39 años y lle-vaba ya 17 de Compañía. Su celo por el esplen-dor de la casa era extraordinario. Refiriole Gra-cián lo que había oído cantar en la puerta, ySauri le dijo que aquel día había recibido elrector diferentes avisos misteriosos, unos ame-nazando, otros recomendando precauciones. Elprofesor de Ética no dio importancia al hecho,porque otras veces habían llegado a la casaanónimos espeluznantes, sin que ocurriesedespués de ellos nada de particular. En su celdale visitó más tarde el Padre Artigas, biblioteca-rio, y hablaron de la guerra, leyendo luego mu-chas cartas y papeles. Después del refectorio sehabló mucho de los anónimos, de las voces quecorrían, poco lisonjeras para los regulares, delcólera reciente y de otras zarandajas. Algo mástarde los colegiales dormían con la dulce tran-quilidad de la infancia, y los Padres o dormíano hacían penitencia en sus celdas.

Page 448: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Sin temor de equivocación se habría podidoasegurar que Gracián pasó la noche en austeri-dades atroces sólo de él acometidas. La inesco-bata cellula, había perdido cantidad no pequeñadel humus manresianus que cubría su suelo; peroGracián tuvo el gusto de recibir la nueva yabundante remesa de aquel polvo al día si-guiente de hacer al Sr. Tablas la recomendaciónque nuestros lectores conocen. Ocupábaseaquella mañana, después de la clase de Ética,en extender por el suelo parte de la tierra,cuando lo anunciaron la visita de D. BenignoCordero. Hízole entrar suspendiendo su tarea.El héroe popular y el jesuita se apretaron afec-tuosamente las manos.

-Vamos -dijo Cordero sonriendo-, que bienpodría entrar el arado en la celda de usted...Esto es un campo.

-Los árboles que nacen aquí no se ven -replicó gravemente el jesuita cortando las bro-

Page 449: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mas-. Vamos a otra cosa. Ya sé a lo que vieneusted... Siento decirle que no hay nada.

-¿No hay noticias?

-Ninguna.

Cordero cerró el pico y apretó los labios.

-Es particular -dijo-. Desde que me mandó elpoder para casarse... (y fue con fecha 15 deAbril), no hemos tenido más noticias suyas...Aquí me tiene usted en la mayor zozobra. Mehe casado por otro... Soy un marido de fórmula,un marido de procedimientos, y tengo queocuparme del marido verdadero más de lo queyo quisiera. La esposa de mi amigo... la que medio su mano, casándose conmigo como se podr-ía casar con un documento... está también engran zozobra.

-Pues no hay más noticias -dijo Gracián-, quelas del otro día. Zorraquín me escribe con fecha

Page 450: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

del 14 y dice que se había separado del amigo,porque él (Zorraquín) fue solicitado por el car-lismo militante para ocupar una plaza que hac-ía mucha falta en las filas de Zumalacárregui, laplaza de capellán o director espiritual. Es posi-ble que después de separarse Zorraquín, nohaya tenido ese señor medio seguro para enviara Madrid sus cartas, que antes venían por con-ducto de aquel dignísimo sacerdote. Espere-mos.

Cordero dio un suspiro, diciendo:

-Tranquilizaré como pueda a la señora de miamigo. Y ya que estoy aquí no quiero mar-charme sin advertir a usted de ciertos rumo-res...

-¡Ah! Hemos recibido anónimos y cartasamenazadoras. Es la vigésima vez.

-No creo yo que esto sea cosa de gran impor-tancia -dijo el héroe dándosela a sí mismo en

Page 451: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

grado sumo-. Con todo, no está de más el pre-venirse, porque las bromas populares se sabedonde empiezan... pero no se sabe nunca don-de ni como acaban.

El clérigo hizo un mohín desdeñoso, mani-festando ocuparse poco de lo que Cordero de-cía. Este prosiguió así:

-Yo tengo un primo a quien llaman Primiti-vo Cordero, el cual si en el tratado de la honra-dez no tiene pero, en el de la tontería tienemanzanas, quiero decir que es un politicastrode estos que con cuatro palabras pescadas enun mal libro, media idea que se les pegó decualquiera de nuestros grandes hombres, por-ción no pequeña de envidia y algunos granosde patriotismo mal entendido, se entretienen enfabricar castillos de viento, fundando institu-ciones, dictando leyes, mudando personas. Yosiempre he creído a mi primo tan inofensivocomo una paloma; pero los que le rodean no loson. Como la mariposa es impulsada al fuego

Page 452: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

por un secreto anhelo de quemarse, mi primoPrimitivo es arrastrado a los clubs por un des-dichado prurito de bullanga que puede en élmás que la razón, si es que razón hay dentro deaquella cabeza. Pues bien, amigo y Padre: pormi bendito primo y por un tal Rufete que seríaigual a mi primo si no fuera más exagerado,más vacío de mollera y de peores intenciones,sé que en una reunión semi-secreta que variospatriotas tienen en la plaza de San Javier hanacordado dar un susto a Vuestras Paternidades.

Al decir esto, Cordero le miró atentamente,por sorprender en su cara el efecto que aquelladeclaración le causaba; pero la cara del jesuitano expresó nada. Era una cara de palo.

-Llevaremos el susto con paciencia -dijo elPadre Gracián, ofreciendo al héroe un polvo,que por no ser de Manresa, aceptó gustoso D.Benigno.

Page 453: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Según mi informe -añadió este- y son in-formes verdaderos, procedentes del hornomismo donde se cuecen tales pasteles, la bro-ma, susto o como queramos llamarlo, no pasaráa mayores. Los patriotas sólo quieren manifes-tar su antipatía a Vuestras Reverencias y pro-testar de la protección que Vuestras Reveren-cias dan al carlismo. Es cierto que esa protec-ción existe por la misma naturaleza de las cosasy los antecedentes de las personas. ¡Hecho lógi-co, imprescindible, abrumador! Es cierto tam-bién que el régimen liberal no puede coexistircon el carlismo, de donde resulta un antago-nismo imponente entro dos hechos, entre dosverdades, entre...

-Y usted no cuenta para nada con Dios -dijoGracián, siempre con desdén.

-Sí, cuento con él, y en él espero que lo quese anuncia no será nada, en provecho de todos.Pero algún día, Señor y Padre, ha de haber unacomo la de San Quintín, porque o Vuestras Re-

Page 454: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

verencias dejan de amparar a los carlistas, o loscarlistas absorben al liberalismo, o el liberalis-mo se los traga a ellos y a Vuestras reverendí-simas Paternidades.

-Grandes fauces ha menester... pero por faltade apetito no lo dejará -indicó Gracián dignán-dose sonreír un poco.

Cordero dio un suspiro y dijo:

-Veremos quien traga a quien... Repito quelas noticias que me han dado mi primo y Rufe-tillo... yo siempre le llamo Rufetillo... no sonespeluznantes. Gritos y bulla nada más... Puedeser que haya algunos palos, pero esos no caeránsobre las costillas de ningún eclesiástico. Siem-pre se los encontrará algún desdichado que nolo coma ni lo beba. En esa reunión secreta nohay hombres de gran empuje, ni conspiradorestemibles, ni jacobinos de tente tieso. El másenredador de todos ellos, el viborezno D. Eu-genio Aviraneta ha desaparecido misteriosa-

Page 455: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mente, cuando más enfrascado parecía en susintrigas. Y ahora dicen que está con los carlis-tas.

Gracián levantó un pisa-papeles que en lamesa de su escritorio oprimía varias cartas.Tenía aquel objeto la forma de un pie decabrón, y habiendo salido ileso de los escom-bros de la casa de D. Felicísimo, Pipaón lo re-galó al padre Gracián como recuerdo de suamantísimo suegro, que era amigo íntimo deljesuita. Este miró la carta que bajo el pie decabrón estaba y dijo:

-Aviraneta llegó a Tolosa de Francia. Me es-cribe con fecha del 13. Ya ve usted que le confíomis secretos.

-Y ya sabe Vuestra Reverencia que soy unsepulcro -replicó Cordero levantándose-. Mu-chas felicidades y pocos sustos.

Page 456: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Despidiose y fue a ver a Genara, esperandohallar en su casa las noticias que no pudo o noquiso darle Gracián. La dama estaba preparan-do sus maletas para huir de Madrid y de laepidemia que empezaba a difundir horrorosopánico en los habitantes de la Villa. De los in-formes que Cordero buscaba, nada podía darleGenara, porque nada había sabido después dela salida de su esposo enfermo y demente delhospital militar de Pamplona.

La señora no pensaba más que en huir, huirde aquel azote de Dios que había empezadohiriendo a los pobres y pronto descargaría so-bre los ricos. Ya había casos, sí, ya había casosde gente acomodada. Un consejero jubilado, laseñora de un Alcalde de Corte, un exento deguardias, un oficial de correos y un poeta hab-ían caído el día anterior... ¡Bendito Dios! los queno eran pobres tenían al menos el recurso de lafuga, siempre que el cólera no fuera con ellos,invisible, en la zaga del coche, como solía acon-

Page 457: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tecer. Genara tenía mucho miedo a la muerte,señal de turbada conciencia; pero ella se esfor-zaba en aparecer serena y animábase con suspropias sonrisas, como el soldado cobarde consus propias bravatas. Iba, venía, recogiendoropas, llenando baúles, haciendo y deshaciendopaquetes, dictando órdenes; contando su dine-ro y apuntando encargos. Contestaba breve yfríamente a D. Benigno; pero cuando este lehabló de su matrimonio de fórmula, mediantepoder de un novio ausente, volviose a él conbrusco impulso y le dijo:

-¿Por qué no me buscó usted para madri-na?... No, no guardo yo rencor. Deseo perdonary que me perdonen... Eso de darse las manoscon cien leguas de por medio no está en mislibros... ¡Qué matrimonio tan desgraciado, D.Benigno! Dios quiera que el cólera no separemás a marido y mujer.

-¡Señora, por amor de Dios!...

Page 458: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-No crea usted que es mala intención. Es locontrario... Les deseo toda clase de felicidades.No crea usted que soy mala... ¡Y ahora que elhallarse en pecado mortal es tan peligroso!...No, no, reconciliación, piedad, perdón, amor atodos, conciencia limpia, ese es mi tema. ¿Escierto que ha muerto anoche mucha gente?

-Mucha, replicó Cordero observando la pa-lidez que el miedo pintaba en el agraciado ros-tro de Genara.

No me lo diga usted... Esta tarde me voy. Meconfesaré primero. ¿No creo usted que es buenaidea?

-Me parece muy acertada.

-Vivimos casi de milagro.

-Es verdad. Ya que nos coja, que nos cojaconfesados -dijo Cordero con algo de sorna.

Page 459: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Sí, sí... Paz con todo el mundo, paz conDios...

Pronunció estas palabras con gran zozobra,y siguió ocupándose con febril actividad en suspreparativos de viaje. Los objetos se le caían delas manos; equivocaba una cosa con otra; em-paquetaba ropas que debían quedar en la casa,y ponía bajo llaves lo más indispensable para elviaje.

Fueron llegando unos tras otros los amigos,noticiosos de su viaje. La veían partir con sen-timiento, y ella por su parte les abandonaba contristeza, porque la tertulia era el encanto de suvida, y el charlar de cosas de gobierno la másregalada comidilla de su travieso espíritu.¿Nombraremos a aquellos señores? Más valeque no, porque algunos han vivido hasta hacepoco; la mayor parte han ocupado altísimospuestos, y todos llevaron, cual más cual menos,piedra y cascote al edificio de un partido tanpoderoso como impopular. Como nada es du-

Page 460: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

radero en el mundo, el cielo quiso que a aqueledificio le llegase como a la casa de D. Felicísi-mo, su día final, y hoy crece en sus rotos murosel amarillo jaramago, y sus huecos son ¡ay! delagartos vil morada.

Entonces, en los tiempos verdes del granMartínez de la Rosa, daba gozo ver la juventudlozana de un partido que hoy es vejete decrépi-to con lastimosas pretensiones de andar dere-cho, de alzar la voz y aun de infundir algo demiedo. Entonces se nutría de hábiles retóricas,de erudición doctrinaria carlista, y hacía esgri-ma de sable con el brazo valentón y pendencie-ro de jóvenes oficiales granadinos. En el senode este partido, que en un tiempo se llamó delos sabios y en sus albores se llamó de los anille-ros, había gente de gran mérito, aleccionadoslos unos en la práctica estéril de liberalismo,otros algo amaestrados en el arte político quefaltaba a los liberales. Ellos fueron los primerosmaquiavélicos ante quienes sucumbió la ino-

Page 461: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

cencia angélica de aquellos candorosos docea-ñistas que principiaban a no servir para nada.A falta de principios tenían un sistema, com-puesto de engaño y energía. Su credo políticofue una comedia de cuarenta años. Su éxitodebiose a haber vigorizado el principio de au-toridad, y su descrédito o impopularidad ahaber impedido el desarrollo progresivo de lasideas. En religión eran volterianos, y en suscostumbres privadas enemigos de la templan-za; pero tenían un coram vobis de santurroneríaque hacía el efecto de ver la silueta de Satanásen la sombra de un confesonario. Uno de losprimeros elementos de fuerza que allegaron fueel clero, a quien adulaban, disponiéndose, noobstante, a comprar por poco dinero sus bienes,cuando los progresistas los arrancaron de lasmanos que llamaban muertas. A excepción dedos o tres individualidades de intachable pure-za, eran gente de economías, y andando eltiempo, con las compras de bienes desamorti-zados, formaron una aristocracia que poco a

Page 462: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

poco se hizo respetable, y en la cual hay mu-chos marqueses y un formidable elemento deorden. En lo militar fueron poco escrupulosos,y se les ha visto pronunciarse con naturalidad yhasta con gracia.

En los días de nuestra narración presentabanel grato aspecto de un ejército joven, lleno debríos y de valor. Su programa de moderacióncontrariaba a mucha gente. Aquel habilidososistema de ser y no ser, de equilibrarse entre elabsolutismo y los liberales, valiéndose de losunos contra los otros, de prometer y no cum-plir, de encubrir con fórmulas, retóricas y di-charachos hoy desacreditados, pero entoncesmuy en boga, el lazo de la arbitrariedad y elespadón de la fuerza, dio resultados en épocade tanta inocencia política, cuando la libertadera como un niño generoso y no exento de mi-mos, más fácil de engañar que de convencer.

La tertulia de Genara fue el centro donde lasaspiraciones de aquella gente lista empezaron a

Page 463: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tomar cuerpo. Allí fue precisándose el sistemay haciéndose práctico. Allí se establecieron re-laciones que no habían de romperse sino con lamuerte y se conocieron y se escogieron, digá-moslo así, los hombres. Los jóvenes tomaron delos viejos el saber astuto y estos de aquellos eldesenfado y el vigor. Humanamente conside-rada, aquella gente tenía una superioridad es-pecial que ha sido la causa de su dominio du-rante un tercio de siglo: era la superioridad delos modales, cosa importantísima en nuestraedad. Había en aquellos tiempos como unalínea divisoria clara y precisa que separaba endos grandes mitades el inmenso personal polí-tico, creado por las revoluciones. En el trazadode esta línea tenían alguna parte las tijeras delos sastres. No había término medio, y fuelástima grande que tantas ideas generosas ysalvadoras no pudieran por fatal destino,emanciparse de la grosería, del mal vestir ypeor hablar.

Page 464: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Por esto el advenimiento de la clase mediafue laborioso y pesado. Aquella clase, frailu-namente educada, no supo echar de sí ciertasasperezas, por lo que sólo prevalecieron en lavida pública los pocos que supieron ponerse elfrac.

Despidieron a Genara aquel día, 16 de Juliode 1834, y se retiraron todos, los unos a su ofi-cina, pues casi todos eran empleados, los otrosa dormir la siesta. Todavía en aquellos tiemposse dormía la siesta, y al día siguiente de aquel16 da Julio fue cuando la Providencia dispusoque el Gobierno durmiera una siesta célebre.

La dama partió llena de pena y miedo, demiedo porque ignoraba si alejándose de Ma-drid se alejaría del aire ponzoñoso; de pena,porque dejaba su vida dulce y regalada, sustertulias llenas de amenidad o interés, su in-fluencia en el partido dominante, y quizás,quizás algo que más vivamente interesaba a sucorazón. Renunciar al brillo de su ingenio y

Page 465: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

hermosura, a las adulaciones de la pequeñacorte masculina que la festejaba un día y otrodía; abdicar esta corona y huir de la capital desu reino de galanterías para sepultarse en unrústico lugarón donde no había de tener mássolaz que lecturas insípidas y donde había derecibir la noticia del fin tristísimo de su marido,era fuerte cosa para un corazón amigo de im-presiones lisonjeras, para una fantasía siemprejoven y siempre soñadora, para una concienciaalarmada.

Esta mujer acabó ya para nosotros. Dentrode los límites señalados a estas historias, nocabe ya el resto de su vida llena de accidentes, yque no tomarán por modelo los cenobitas ni losque se propongan ser santos o algo que a san-tos se parezca. Sólo diremos, que vivió muchosaños y que a los sesenta todavía era guapa. In-geniosa, amable y algo intrigante, lo fue hastalos setenta, y durante dos años más fue un mo-delo de devoción cristiana y de edificante trato

Page 466: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

con clérigos y cofradías, hasta que Dios quisollevársela de este mundo. No se le cayó la casaencima como a D. Felicísimo, sino que murió derepente hacia el último tercio del 68, si no estánequivocadas las crónicas.

Aquel día (volvemos a nuestro 16 de Juliodel 34), D. Benigno fue el último que le apretóla mano. Después el héroe dio una vuelta por lacalle de Toledo y plazuela de la Cebada, porqueoyó decir que había agitación en aquellos ba-rrios y gustaba de curiosear. Un espectáculohorrible le detuvo en su excursión. Vio asesinarcruelmente a un chico por echar tierra en lascubas de los aguadores. Esta travesura frecuen-te entonces, se castigaba comúnmente a pesco-zones. Las cosas habían variado, y los ángelestraviesos eran tratados como los mis grandescriminales. Cordero retrocedió para entrar en lacalle del Duque de Alba, y en la de los Estudiosrecibió un testarazo que le hizo saltar de la ace-ra al arroyo. El duro objeto que le embistió era

Page 467: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

un ataúd. Un hombre le llevaba sobre su cabe-za, dando porrazos a cuantos transeúnteshallaba en su camino.

-¡Bestia! -gritó Cordero.

Al punto reconoció a Tablas, y suavizando lavoz le preguntó:

-¿Para quién es, hermano?

-Para aquella, para aquella -replicó Lópezsin detener el paso. Cordero vio algunas muje-res que lloraban.

-XXVII-Desgreñada, lívida, con los ojos chispeando

furia, las manos temblorosas, los dedos tiesos yesgrimidos al modo de cuchillos, la boca seca,por ser las voces que de ella salían más bienascuas que palabras; más parecida a demonio

Page 468: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

hembra que a mujer, estaba Maricadalso en lapuerta de una casa humildísima de la calle delPeñón. Sus gritos pusieron en alarma a la calletoda, como las campanadas de un incendio, ypor ventanas y puertas aparecieron los vecinos.¡Qué caras y qué fachas! El gritar de Maricadal-so era por momentos lastimero y dolorido, aveces amenazador y delirante. Sus cláusulassueltas, saliendo de la boca en chispazos violen-tos, no entran en la jurisdicción del lenguajeescrito, porque lo característico de ellas dejaríade serlo al separarse de lo grosero. Palabraseran de esas que matizan y salpimentan lasdisputas populares; equivalen al siniestro brillode la navaja en el aire y al salpicar de sangresoez entre las inmundicias que de un corazónrudo salen a una boca sedienta de injuria. Entrelo que no puede reproducirse se destacabanestas frases. -¡Mi hija muerta!... ¡Cosas malas enel agua!... ¡Esos pillos!...

Page 469: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Muchas damas de candil, vestigio envilecidode las que inmortalizó D. Ramón de la Cruz,rodearon a Maricadalso. Una harpía que gritaen medio de la calle del Peñón o de otra cual-quiera de aquellos barrios, tiene la seguridadde llevar el convencimiento más profundo alánimo de su auditorio, sobre todo si lo que dicees un disparate de esos que no entran jamás encabeza discreta. Con mágica rapidez, todas lasmujeres qua rodearon a Maricadalso se asimila-ron las opiniones y sentimientos de esta. Elpueblo es conductor admirable de las buenascomo de las malas ideas, y cuando una de estascae bien en él, le gana por completo y le invadeen masa. Bien pronto la harpía individual fueuna harpía colectiva, un monstruo horripilanteque ocupaba media calle y tenía cuatrocientasmanos para amenazar y doscientas bocas paradecir: ¡Cosas malas en el agua!

Quien no piensa nunca, acepta con júbilo elpensamiento extraño, mayormente si es un

Page 470: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

pensamiento grande por lo terrorífico, nuevopor lo absurdo. Aquel día habían ocurrido mu-chas defunciones. Varias familias tenían en sucasa un muerto o agonizante. En presencia deuna catástrofe o desventura enorme, al pueblono le ocurren las razones naturales de lo que vey padece. Su ignorancia no lo permite saber loque es contagio, infección morbosa, desarrollomiasmático. ¿Y cómo lo ha de saber la ignoran-cia, si aún lo sabe apenas la ciencia? El pueblose ve morir con síntomas y caracteres espanto-sos, y no puede pensar en causas patológicas.Cristiano de rutina, tampoco puede pensar enrigores de Dios. Bestial y grosero en todo, nosabe decir sino: ¡Cosas malas en el agua!

Esta idea de las cosas malas arrojadas infa-memente en la riquísima agua de Madrid, conel objeto puro y simple de matar a la gente, cayóen el magín del populacho como la llama en lapaja. No ha habido idea que más pronto sepropagase ni que más velozmente corriese, ni

Page 471: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

que más presto fuera elevada a artículo de fe.¿Cómo no, si era el absurdo mismo?

Algunas mujeres subieron a ver el cadáverde la hija de Maricadalso, cuyo ataúd acababade traer López. Era una muchacha bonita, ciga-rrera, con opinión de honrada. Maricadalsosubía a su casa, lloraba junto al cuerpo de suhija, bajaba a gritar de nuevo, blasfemando,volvía a subir y a llorar... Ya no parecía laMuerte sino la Locura cantando a su modo elDies iræ. En tanto veinte, treinta, cuarenta hom-bres subían hacia la plaza de la Cebada propa-gando aquel satánico evangelio de las cosasmalas en el agua. Encontraron a Timoteo Pelum-bres, esposo de Maricadalso y padre de lamuerta. Oyó este el griterío y soltando lasherramientas que llevaba, corrió presuroso auna taberna donde varios hombres disputaban.

-¿Veis? -gritó mostrando el puño-. Todo elmundo lo dice... ¡Han envenenado las aguas!

Page 472: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Inquieto, feroz y pequeño, Timoteo tenía to-das las apariencias del chacal, la mirada baja ytraidora, los músculos ágiles, el golpe certero.Atacaba de salto. Era el mismo a quien vimoshaciendo buñuelos en la tienda inmediata a lagran carnecería de la Pimentosa, de quien eraprotegido, lo mismo que su mujer. Era el mis-mo a quien vimos hace mucho tiempo, acaudi-llando la fiera cáfila que asesinó a martillazos alcura Vinuesa en la cárcel de la calle de la Cabe-za. Aquel tigre pequeño vivió mucho. Alcanzólos tiempos de Chico.

En la taberna hacía falta un orador para elec-trizar el selecto concurso. Aquel orador fuePelumbres, que hablaba mostrando el puño yfrunciendo las cejas. Las mujeres pasaron gri-tando. Entre ellas se divulgó una de esas noti-cias que electrizan, que redoblan el entusiasmoy aguzan el soez pensamiento. La noticia eraesta: De los dos chicos a quienes se había sor-prendido poco más arriba echando unas tierras

Page 473: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

amarillas en las cubas de los aguadores, el unofue muerto al instante, el otro logró escaparse yse refugió... ¿dónde? en el mismo San Isidro.

-Como que de allí ha salido todo... -dijo unavoz que se esforzaba en ser autorizada y con-vincente a pesar de ser la voz de un salvaje.

-¿Qué ha salido de allí?

-Los polvos.

-¡Los polvos!

El que esto aseguraba era un hombrón, unanimal de esos que aparecen en las tempesta-des populares, sin que se sepa bien quien lostrajo, y en todas ellas dejan señal sangrienta desu paso. Seguíale una docena de individuos deesos que al mirarnos muestran cara humana, sibien es muy dudoso que sean hombres.

Page 474: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Sí, señores, todo está averiguado -añadió eldesaliñado orador, que era Tablas en persona-.Y si faltase testimonio, aquí estoy yo para darlo.

Dos mujeres se le colgaron de cada brazo. Entorno suyo hízose un corrillo. Formábalo esacuriosidad de lo horrible que reúne gente enderredor de los patíbulos, del charco de sangre,señal de un crimen, o junto a la oscura agoníade un perro. Tablas se enorgulleció de su papel.Aquel día era un día suyo, un día en que iba amostrar su poder con pretensiones de poderpolítico, ¡oh! ¡qué gran momento! Dos docenasde perdidos le obedecían, como obedece la pie-dra a la honda. Tablas era la honda; pero dista-ba mucho de ser la mano.

-Pues, sí señores -añadió López-. ¡Yo mismoles he llevado ayer un saco con media fanegade veneno!

-¡Media fanega de veneno!

Page 475: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-¿Y tú se lo has llevado?

-Sí, porque no sabía lo que era. No es la pri-mera vez que esos malvados reciben remesasde veneno. El saco que les llevé ayer vino deCataluña para ese... No le quiero nombrar.

-Di tú, parlanchín -gritó una voz detrás delcorrillo-. ¿Se ha muerto también la Pimentosa?

-Para eso va. Esta mañana despertó con elmal.

-¿Ha bebido agua?

-Ha tomado los mismos polvos como medi-cina.

Una exclamación de horror acogió esta te-rrorífica aseveración.

-¿Quién se los ha dado?

Page 476: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Curas y frailes que todos son unos. Diéron-selos como medicina santa, y tomarlos y empe-zar a sentir las arcadas del cólera, fue todo unamisma cosa.

Esto era demasiado espantoso para que eldigno concurso pudiera hacer comentarios. Elsilencio torvo con que lo oyó probaba su esca-sez de ideas ante aquel hecho y el alarmanterecogimiento de sus pasiones, que se concen-traron para brotar en seguida con más fuerza.Tablas puso cara afligida. Deseaba excitar enfavor suyo la compasión de la multitud y pasarpor una víctima de las malas artes de ciertagente. Pero en su rudeza no acertaba a ingerirla idea política en aquella serie de locos desati-nos. Tratándose de difundir un disparate y dedarle la inverosimilitud que le hace más ase-quible a la mente del vulgo, Tablas no carecíade habilidad, porque así como el búho ve en lastinieblas, ciertos entendimientos tienen la apti-tud del absurdo. Pero él quería razonar, emitir

Page 477: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

un fundamento, más que por justificar la aso-nada, por darse satisfacción a sí mismo, comohombre de opiniones políticas. Necesitaba unafórmula que le diese prestigio entre sus oyentesadjudicándole cierta iniciativa con asomos dejefatura.

Frunció el ceño, bajó la cabeza, recogió supensamiento para buscar la fórmula que necesi-taba. Como en ocasiones parecidas, en aquellasu frente semejaba el duro testuz del toro, pre-viniendo la acometida. La chispa brotó entre lasnieblas de aquel caletre, pues no hay cerebropor tenebroso que sea, que no tenga sus rehen-dijas por donde entre a veces algo de luz.

-¿No sabéis lo que es esto? -dijo con grananimación-, sintiendo vislumbres de genio-.¿No sabéis lo que esto significa? Envenenar porgusto de envenenar no es...

Buscaba la palabra lógico, que había oídomuchas veces en el club: pero no daba con ella.

Page 478: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

La palabra se le atarugaba sin querer pasar,como una moneda grande que no puede entrarpor la pequeña hendidura de una hucha.

-No es, no es... -añadió forcejeando con elvocablo y echándole fuera al fin, aunque desfi-gurado, no es ilógico. ¿Por qué envenenan a lagente? Para acabar con los liberales. Ellos dicen:«No podemos aniquilar a nuestros enemigosuno a uno, pues acabemos con todo el génerohumano». (Sensación profundísima.)

Comprendió que le vendría muy bien enaquel caso un recuerdo histórico, y volvió afruncir el ceño. Esto era difícil en extremo y sucerebro no tenía capacidad para contener unsuceso histórico. Equivalía a querer meter, noya una moneda, sino un camello dentro de lahucha. Pensó mucho y se rascó la frente. Habíaoído en el club multitud de menciones y refe-rencias de acontecimientos pretéritos; pero a élninguna se le venía a las mientes. De prontouna mujer, ¡oh genio de la mujer! dijo esto:

Page 479: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Es como lo de Herodes.

Tablas se estremeció de júbilo. Tenía lo quenecesitaba. Ahuecando la voz y marcando consu manaza un compasillo oratorio, prosiguió sudiscurso así:

-Sí, señores; así como el tirano Herodes, paraver de perder al niño Jesús, mandó matar atodos los niños, según rezan los Evangelistas,estos canallas, para ver de acabar con un parti-do, con el partido liberal, quieren matar a todoslos españoles, a todo el género humano, a todoel globo terráqueo.

Describió con el brazo extendido un vasto yrapidísimo círculo. Sabe Dios hasta dondehabrían llegado las retóricas del antiguo tabla-jero, si en aquel momento no permitiese Diosuna repentina tragedia. Era el primer hechoterrible, brotando de la última palabra deLópez. En el populacho las palabras ardientestienen una propagación pasmosa, y pasma

Page 480: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

también la rapidez con que de estas flores de labarbarie salen frutos de sangre. Un lego atra-vesó por delante de la Latina, dobló la esquinade la plazuela siguiendo en dirección a Puertade Moros. Iba presuroso y acobardado, llevan-do un paquete de papel en la mano, algo comodos libras de azúcar, recién compradas en latienda.

-¡Aquel lleva veneno! -gritaron varias muje-res corriendo hacia él.

El lego fue rodeado por un grupo y desapa-reció en él. No se vio más que un estremeci-miento de brazos y cabezas, un enjambre decuerpos que forcejearon entre gritos. Algunosayes lastimeros se deslizaron entre el vocerío.Después sólo se veía una masa de gente enlúgubre cerco silencioso mirando al suelo.

Tablas había tomado otra dirección. Por unmomento el populacho se dividió. Los gironesde aquella nube negra vagaron un rato por las

Page 481: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

calles de los Estudios, Toledo, plazuelas de SanMillán y de la Cebada. Gran confusión reinaba.El atleta, con su media docena de facinerososcaminó hacia la calle de las Maldonadas. Cercade la puerta de su casa vio a Romualda quesalía presurosa, y la llamó:

-¿Y Nazaria?

-Lo mismo.

-¿Hay alguien arriba?

-Nadie, yo sola; digo, yo he bajado.

-Sube y tráeme mi navaja grande que estásobre la cómoda.

-Madre Nazaria me ha mandado por agua.Tiene sed.

-Ve primero por la navaja.

Page 482: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Romualda subió, mientras Tablas y sus ami-gos conferenciaban gravemente en la puerta.Era un consejo de guerra de caníbales en la ex-pectativa de una gran batalla-merienda. Cuan-do Romualda bajó con la navaja, López dijo alos amigos:

-El Gobierno mandará tropas a defenderles.Bueno es estar prevenido. Mira, Rumalda...

Romualda había pasado ya a la otra acera, ydesde allí les miraba con espanto. Su cara dehambre y miseria, su aspecto de cansancio noexcitaban la compasión de aquellos caballerosandantes de la plebe.

-Rumalda.

-Señor.

-Sube y tráeme las dos pistolas que estáncolgadas junto a la cama... Después llevarás elagua a Nazaria.

Page 483: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Madre Nazaria no me ha mandado poragua. Ya no tiene sed. Me ha mandado por uncura. Dice que se muere.

-¿Por un cura?... ¿Y dónde están los curas,mentecata?... Di a Nazaria que no se muera,que volveré pronto... Corre y tráeme las pisto-las.

-Voy por el cura.

-Sube y trae las pistolas -gritó López.

La coja entró en el portal, y emprendió sulucha con la escalera. Esto empezaba a ser paraella como beberse el mar. Y se lo bebía.

Poco después el atleta y sus amigos volvíana la calle de los Estudios. Un reloj dio la hora.Eran las tres de la tarde. Ya en la puerta que elSeminario tiene por la calle del Duque de Alba,los sicarios del lego formaban un grupo impo-nente, montón de humanidad digno de un ba-

Page 484: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

surero, en el cual brillaban aceros de navajas yburbujeaban blasfemias. Gritaron, golpeando lapuerta. Tablas se presentó, quiso mandar; perono le hicieron caso. Abriose la puerta, o fran-queada por dentro o rota desde fuera, que estono se sabe bien. El populacho entró. Detúvoseen el vestíbulo ante una figura que estaba allísola, imponente, inmóvil, como imagen bajadade los altares. Era el Padre Sauri, joven, flaco,pálido, valiente. La palidez, la energía de lasfacciones del jesuita, sus ropas negras, su valorquizás contuvieron un instante al populacho.Aquella repentina quietud parecía la perpleji-dad del arrepentimiento. El jesuita dijo con vozsonora y conmovida: ¿qué queréis?

Difícil era contestar a esta pregunta con pa-labras. Los sicarios no sabían bien lo que quer-ían. De entre ellos salió una voz que gritó: Que-remos tu sangre, perro. No fue preciso más. ElPadre Sauri desapareció. No puede describirsesu horroroso martirio. De manos de los mons-

Page 485: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

truos pasó a las de unas cuantas harpías que learrastraron hasta la plazuela de San Millán,mutilando su cadáver en el sangriento camino.

En tanto los asesinos se difundieron por losinmensos claustros del vasto edificio. Oíansepasos precipitados y ayes lastimeros en lo altoviolentos golpes de puertas que se cerraban.Era jueves, y los colegiales externos estaban ensus casas. Muchos jovenzuelos internos fueronacometidos. Para saber si eran realmente cole-giales o Padres disfrazados de alumnos, lossicarios les quitaban el bonete buscando la co-rona sacerdotal.

-XXVIII-Aquella mañana había funcionado con ma-

yor actividad que otros días el aparato de tras-misión, establecido por D. Rodriguín entre sucarpeta y la de su amigo.

Page 486: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Amice,¿exaudisti hodie susurrationes trapison-darum?

-Utique; videte carátulam Gratiani. ¡Quantumest ille canguelatus!

-Ecce Ferdinandez, vel a Ferdinando. Ille ahorca-bitur cum capillo.

¡Quién le había de decir al juguetón estu-diante que a las pocas horas de estas bromashabía de ver morir trágicamente al infelizFernández, maestro dulce, tolerante amigo delos buenos alumnos y docto humanista! Rodri-guín le vio sorprendido por los sicarios al salirde su celda. Espantado el jesuita ante elhorrendo aspecto de la multitud, permanecióun instante perplejo o inmóvil sin acertar ahuir, ni a defenderse, ni siquiera a traducir suterror en palabras. La plebe aprovechó aquelmomento. Fue devorado en un soplo como secaarista en el fuego.

Page 487: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Rodriguín bajó la escalera. Su temor le dabaalas. En el patio vio matar al Padre Artigas,bibliotecario, y al hermano Elola, ambos caza-dos ferozmente a lo largo de los claustros, ysiguiendo la dirección de algunos escolares quehuían, refugiose en la capilla doméstica. Allíestaba el Padre Carasa con algunos colegialesrezando el rosario. Rodriguín les vio a todosarrodillados pidiendo a Dios misericordia, yquiso imitarles; pero sus piernas no podíandoblarse y eran incapaces de todo lo que nofuera correr, huir, desaparecer. Salió de la capi-lla. Era todo pies. Bajó, volvió a subir, y enaquel viaje anheloso, semejante al de la liebreperseguida, vio morir al Hermano Sancho, elque acompañaba a Gracián en sus paseos yexcursiones, y al Hermano coadjutor Ostolazo,que pereció en el patio y fue arrastrado a lacalle por las mujeres. El pánico horrible redo-blaba las fuerzas del macarrónico para correr.Subió a los desvanes, pasó por el sitio a que él ylos de su pandilla nombraban chupatorium por

Page 488: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ser el escondrijo donde fumaban, y al fin seencontró solo. Los rugidos de la plebe sonabanlejos abajo. Rodriguín, al sentirse en salvo, per-dió súbitamente las milagrosas fuerzas que lehabían hecho volar, y cayó sin sentido. La colo-sal energía contractil que desplegara se con-centró en su cerebro, haciéndole delirar. Lafiebre reprodújole los mismos peligros de queya parecía libre, y vio los puñales corriendo trassí. Imaginose que corría con sobrehumana pres-teza, sin poder apartarse de los ensangrentadosaceros; imaginose que subía a los tejados, se-guido tan cerca por los sicarios que sentía suabrasador aliento. Soñaba (pues como sueñoeran sus figuraciones) que se arrojaba de cabezaal patio, y que los sayones se arrojaban tambiéndetrás de él. Después subía como desesperadogato por la cuerda de las campanas, y por lamisma vía subían también los puñales terribles.Luego se lanzaba por el interior angosto yhúmedo de las cañerías que recibían el agua delos tejados, y la turba se precipitaba también

Page 489: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

por el interior del tubo, haciendo un ruido se-mejante al del agua. Seguido siempre y nuncaalcanzado, pero tampoco en salvo, se precipita-ba en la iglesia, subía por las paredes, bajabapor los empolvados altares, y la plebe subía ybajaba con él. Se metía al fin entre las hojas delos misales, como una cinta de marcar, y allí, enaquel doblez seguro, le seguían también lasmanos armadas de puñales. Las navajas brilla-ban entre las doradas letras.

Refugiábase luego entre los vestidos de laVirgen, en el aceite de la lámpara, en el recintosagrado del copón; y en los vestidos, en el acei-te, en el copón, los tigres no se apartaban de él,siguiéndole sin descanso y tocándolo sin llegara cogerle... Al fin acabó este espantoso delirio yquedó el escolar en inacción parecida a la de lamuerte. Cuando terminó aquel estado y cobróel conocimiento, hallose tendido boca abajo enel suelo del oscuro desván. Puso atención a losruidos de abajo y le pareció que se alejaban.

Page 490: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Arrastrándose trató de subir al tejado y salió alfin aunque con dificultades, porque le dolía unarodilla y movía muy mal el brazo derecho.Desde el tejado que daba a la calle del Duquede Alba, vio la multitud que parecía abandonarel edificio; pero él ni por todos los tesoros delorbe, fuera capaz de descender al Colegio... Doso tres gatos le salieron al encuentro, y con tanbuena compañía avanzó un buen trecho. Elespacio vacío donde un año antes estuviera lacasa de D. Felicísimo, le detuvo en su penosoviaje aéreo; pero dando algunos saltos llegó auna casa que parecía brindar al pobre fugitivoseguro y cómodo asilo. Por una de las ventanasde las bohardillas veíase ropa tendida; en obrahabía dos chicuelos que se entretenían en izarbanderas de toallas y servilletas a un asta decaña, que muy bien amarrada en el antepechoestaba. Alrededor de este cuadro revoloteabanpardas palomas que no lejos de allí tenían suvivienda. D. Rodriguín indicó por señas a loschicos que iba a entrar por el hueco de la bo-

Page 491: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

hardilla, con lo que ambos se asustaron y huye-ron adentro. Mas sin arredrarse por esto elatrevido estudiante escurriose tejas abajo. Tre-pando gatunamente con los cuatro remos, pe-netró en la casa. Una mujer y un señor mayor lesalieron al encuentro; pero D. Rodriguín nosupo darse cuenta de lo que le dijeron, porqueextenuado de fatiga y perdidas las fuerzas, searrojó sobre un montón de ropa blanca. Dejé-mosle allí.

El Padre Gracián estaba tranquilo en su cel-da escribiendo algunas cartas, cuando sintió eltumulto. Sin creer que este tuviera la importan-cia que realmente tenía, pensó que la Casa y suspacíficos habitantes corrían peligro. Saliendo ala galería miró al patio, y lo primero que vieronsus ojos aterrados fue el cadáver del HermanoArtigas, bárbaramente acribillado. Retrocediócon espanto al interior de su celda; sacó precipi-tadamente cartas y papeles, encendió lumbre, yen poco más tiempo del necesario para contar-

Page 492: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

lo, hizo un auto de fe que redujo a cenizas pre-ciosos documentos, cartas elocuentes fechadasen el Carrascal, en la Amezcua, en la Borunda yen los Alduides, curiosísimas notas y apuntes.Con el humo que se levantó en la celda llenán-dola toda, sintió picor en los ojos y salió comoquien llora. El santo varón quiso revestir sufisonomía y su persona de las apariencias deseveridad y estoicismo que tan propias eran delmomento, y aunque la proximidad y el aullidode los asesinos hicieron palpitar de temor sucorazón fuerte, se sobrepuso a la angustia delmomento y avanzó con paso seguro por la ga-lería. Encomendándose mentalmente a Dios,hizo propósito firme de no perderse con unaexhibición imprudente ni envilecerse con co-barde fuga. A su lado pasó despavorido elHermano Fermín Barba, que huía de los sica-rios. Gracián no se animó a seguirle ni se atre-vió a detenerle.

Page 493: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Aturdido el infeliz Hermano, que había lo-grado ponerse a salvo de los primeros perse-guidores, cayó en manos de otro grupo no me-nos feroz, mientras Gracián, sin salir de su pasoacertó a encontrarse junto a la puerta que con-ducía al coro de la Iglesia. Entró... Dos o tres,estancias oscuras llenas de muebles viejos y deobjetos de culto, de esos que bien podrían lla-marse decoraciones, tales como cortinas, escali-natas, templetes, pabellones, piezas de monu-mento, etc., separaban el coro del claustro alto.Los asesinos no habían penetrado aún allí.

Gracián llegó al coro, y arrodillándose juntoa la barandilla, oró en silencio, con las manossobre los hierros y la frente en las coyunturas.¿Se creía ya salvo y seguro? ¿Daba gracias o lepedía misericordia? ¿Le ofrecía su vida, acep-tando gustoso su martirio, que ni buscaba nirehuía para que fuese más meritorio? Imposibleserá sondear aquella alma en momentos detanta turbación. Pero si la apariencia y el rostro,

Page 494: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

el gesto reposado y la lengua muda son señalesde un espíritu fuerte y sereno, Gracián teníaserenidad y fortaleza. O más bien sofocaba losestímulos de ese instinto invencible que esquizás el sello de humanidad puesto a las cria-turas, instinto que nos encarece con elocuentemodo las ventajas de vivir, contrapesando losalientos del espíritu, ansioso a veces de lamuerte.

Así, cuando llegaron al coro, donde Graciánestaba solo con su fortaleza, los bramidos de laplebe; cuando se oyó distintamente una vozque dijo por aquí; cuando las pisadas de los ase-sinos sonaron en las baldosas mismas del coro,Gracián no abandonó su recogida postura. Fuepreciso, para hacerlo mover, que una manodescortés y ensangrentada le tocase en el hom-bro. Volvió la cabeza, vio a Tablas con aires decapitán matón, armado de pistolas y cuchillo...Entonces el hombre se sobrepuso bruscamenteal asceta. Dentro de Gracián estalló una mina

Page 495: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

de indignación. No supo lo que hacía, y susfuerzas hercúleas asumieron todas sus faculta-des, oscureciendo al filósofo, al místico, alclérigo, para revelar el gigante.

En el coro había, junto al facistol grande,otro pequeño, pero suficientemente pesadopara que no lo levantase con facilidad un solohombre. Gracián lo cogió con formidable yrápido movimiento. Parecía que arrancaba unárbol del suelo, y al levantarlo asemejose a SanCristóbal apoyado en su palma. Estrépito decarcajadas acogió este movimiento. Fulminan-do ira de sus ojos, Gracián gritó: ¡Canallas!...¡Masones! y alzando el mueble apuntó a la ca-beza del capitán de la vil tropa... Pero en mitadde su movimiento fue herido en el costado congolpe certero, instantáneo. Vaciló en el aire elfacistol. El mueble y el cuerpo enorme delclérigo cayeron de un golpe. Estremeciose elpiso. Inmóviles y espantados los asesinos, con-templaron el cuerpo a la distancia del terror.

Page 496: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Era el peor de todos -murmuró sordamenteLópez, apartando sus ojos de a víctima.

Salieron. Un instante después reinaba en elcoro y en la Iglesia, en torno a lo que fue PadreGracián, el silencio del olvido.

-XXIX-Tan turbado estaba D. Rodriguín, que las

primeras palabras salidas de su boca fueron unlatinajo incomprensible. No acertaba a pedirsocorro en castellano ni a expresarse tampocoen vulgar latín.

-Ya, ya sabemos lo que usted desea -dijo ca-riñosamente el señor mayor, poniéndole la ma-no en el hombro-. Usted viene huyendo de ladegollina de San Isidro... Aquí no hay que te-mer... Sola, querida hija, a este caballerito levendrá bien una taza de caldo.

Page 497: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Utique... gratias agere...

-O un vasito de vino blanco con bizcochos.

-Mejor vino que caldo -dijo entonces en claroespañol el estudiante.

Y no se saciaba de mirar al señor de los espe-juelos de oro, y a la joven, y a los chicos, que nomenos espantados que él le rodeaban.

Sola (pues no era otra la señora de aquellacasa) salió en busca del reconfortante, y D. Ro-driguín, ya completamente recobrado el senti-do, pudo reconocer a D. Benigno.

-Ya sé donde estoy -dijo-. Ya sé que debo es-ta hospitalidad a don Benigno Cordero y a sudigna esposa.

-No es esta señora mi mujer -replicó el deBoteros algo amostazado-, aunque sí lo fueranada tendría de particular... Esta casa, no es micasa, es de un amigo que está ausente, es del

Page 498: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

esposo de esa dignísima señora, ¿entiende us-ted?... Vamos a otra cosa... Podrían verlo a us-ted desde el tejado, si a los sicarios se les antojasubir para que no queden vivos ni los gatos...¡qué horrible día, Virgen del Sagrario!... Baje-mos, señor subdiácono...

-No soy subdiácono, sino colegial -dijo Ro-driguín, siguiendo a don Benigno por la escale-ra abajo-. Suum cuique.

La casa no era de vecindad. Tenía dos pisosaltos, ocupados por un solo inquilino. Dema-siado grande para un soltero, era tal que paraun casado sin hijos, sobraba más de la mitad.Sola se instaló en ella desde el día de su bodapara limpiarla y tenerla en tal disposición quetodo lo hallase a punto su marido cuando vi-niese. Una criada elegida por ella, Juanito Jaco-bo y el criado que Salvador había dejado en lacasa, daban compañía y custodia a Sola por lanoche, y por el día D. Benigno, su hermana ysus hijos mayores apenas salían de allí. Todos

Page 499: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ayudaban a la grande obra de la limpieza ybuena distribución de los muebles, al adorno yarreglo de la casa, que estaba primorosa. Nofaltaba en ella más que una cosa, el amo. Es-perábanle cada semana, cada día, cada hora. Sehabían recibido cartas suyas. Su esposa no ce-saba de cavilar y de calentarse el cerebro, yacontando horas y minutos, ya imaginandoobstáculos, o bien discurriendo el modo de ir alencuentro de su cara mitad, cosa harto difícilciertamente por no saber qué camino traía.

El cólera había llenado de consternación yluto el alma de la señora, afectando también asus leales amigos. Más que por sí mismos, tem-ían ella y ellos por el ausente. ¡Santo Dios, si laepidemia le atacara en el camino!... ¿TendríaDios dispuesto que no llegara a disfrutar el bienpor tanto tiempo esperado?

-Lo peor de todo -decía Cordero, constanteen su entrañable afecto-, sería que Dios te lleva-se a ti antes o después de que tu marido vinie-

Page 500: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

se, porque entonces... Y... yo pregunto: «¿dóndese encontrará otra Sola?»

Y añadía para sí:

-Si esta idea no implicara la pérdida de unser tan querido, me regocijaría con ella... ¡Quéchasco para el amiguito! ¿eh?... ¡Pero no, SeñorDios Poderoso! ¡Barástolis, no! Antes de matar-la a ella, mátame tres veces a mí, y que mi sal-vación me consuele de su felicidad.

El tremendo día 16 fue para todos los que enaquella casa habitaban, día de grandísima an-gustia, por la proximidad de la catástrofe. Re-producir aquí los apóstrofes que de su venera-ble boca echó D. Benigno al ver la matanza, lasobservaciones atinadísimas que hizo acerca delas justicias populares y del aborrecido imperiodel vulgo, fuera imposible, sin dar a este relatodimensiones desproporcionadas. Puede ser quetodos estos dichos sean recogidos escrupulo-

Page 501: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

samente por algún cachazudo historiador quelos perpetúe, como sin duda merecen.

Por la noche, cuando el barrio quedó tran-quilo y se supo la verdad de lo ocurrido, vien-do el hecho en todo su horror, el héroe no dabapaz a la lengua para maldecir a aquel indolenteGobierno, que tales crímenes había permitido,si no por expreso consentimiento, por pereza ydescuido casi tan execrables como el consenti-miento mismo. Y aquí tenía el compadecer a lalibertad, deplorando que su causa estuviese entales manos, y el sacar a relucir ejemplos deGrecia y de Roma para sentar el principio deque las manos bárbaras y sucias del vulgo envi-lecen cuanto tocan y destrozan aquello mismoque quieren defender.

D. Rodriguín oía esto y callaba, admirandola elocuencia del buen señor; pero como laspalabras carlista y liberal saliesen a relucir, talvez impensadamente, en la perorata de Corde-ro, encrespose el colegial, cambiáronse serias

Page 502: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

réplicas y reticencias, y trabose al fin una dis-putilla que no se sabe a dónde habría parado, siSola no ordenase el silencio para restablecer lapaz. Al día siguiente, D. Benigno dijo a su ami-ga con mucho misterio:

-Es preciso mandar a su casa a este subdiá-cono. Es un espía carlista... ¡Barástolis! tan bue-no es Juan como Pedro, y entre las chaquetas delos desalmados y las sotanas de estas culebrillasno se sabe qué escoger.

Dicho y hecho. Avisose a la familia del cole-gial, y vestido este de seglar abandonó la casa,aunque ningún peligro había ya de que salieraen traje eclesiástico. Despidiose chuscamentehasta las kalendas carolinas, a lo que contestó elhéroe con disparates latini-parlantes, que tam-bién se le alcanzaba algo de macarronismo.

Al ver Sola que pasaba un día y otro, quearreciaba la epidemia, que se cometían asesina-tos horrorosos a ciencia y paciencia de las auto-

Page 503: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

ridades, pareciole que el Universo se descuaja-ba, que la máquina social y física del mundo sehacía pedazos, y que por jamás de los jamasesse vería al lado de su legítimo dueño y consor-te. Amarga tristeza se apoderó de ella, y no sele ocurría pensamiento alguno que no fuese demuerte o duelo. Pensó salir de Madrid, co-rriendo a la ventura en busca del esposo queDios y la ley le habían dado; pero Cordero lequitó de la cabeza esta atrevida idea, impropiade persona tan razonable. Durante tres días elhéroe no se ocupaba más que de reunir datospara escribir una memoria sobre el sangrientoacontecimiento del día 16, y buscaba referen-cias, interrogaba a los testigos oculares, bebíaen las mismas fuentes de la verdad histórica,perseguía detalles, frases, accidentes mil, y esaspequeñeces de que tanto jugo suele sacar ladiligente Clio. Escudriñando tan escandalosossucesos, vio que a los horrores del colegio Im-perial y de Santo Tomás habían excedido los deSan Francisco el Grande, donde perecieron a

Page 504: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

navajazos cincuenta individuos. En la MercedCalzada también fue grande el estrago. De losde San Francisco dio noticias prolijas el men-guado Rufete, que estaba de guardia aquel díay adquirió cierta fama no envidiable, por haberdado seguridades al general de la Orden de quenada ocurriría en la casa, y haber poco despuéspermitido el libre paso de los viles asesinos.Rufete desfiguraba los hechos para velar sucobardía, que quizás, o sin quizás, más quecobardía, fue complicidad con los infames ase-sinos. El oficialete declaraba haber salvado dela muerte a muchos franciscanos; pero los quelograron salir vivos de la infame jornada asegu-raban que en el momento del conflicto no se vioal señor oficial por ninguna parte. Había razo-nes sobradas para afirmar que el Sr. Rufetehubo de esconderse en los sótanos del edificio,no dando señales de vida hasta que, muerta yamedia comunidad, apareció muy fiero, echandoternos y venablos contra la pillería. Todos estosdatos, noticias y versiones las iba recogiendo

Page 505: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Cordero de los mismos héroes de la tragedia,para poner luego a cada cual en el lugar que lecorrespondía. Es indudable que el exaltadoRufete ocupó el que por sí mismo eligiera en lomás crudo del degüello, es a saber, la alcantari-lla.

Faltara a todas las exigencias de la Historiael buen Cordero, si omitiera lo que se dijo deenvenenamiento de aguas, y la parte que tuvoen esta brutal creencia la bendita y entoncesmalhadada tierra de San Ignacio. Este ingredien-te desempeñó en aquellos sucesos terribles unpapel de primer orden. Fue arma odiosa de lamala fe, de la ignorancia, y absurdo pretexto,ya que no causa, de uno de los más feos críme-nes políticos que se han cometido en España.Conocemos la víctima y el grosero instrumento.La mano, ¿qué mano era y dónde estaba?¿Creeremos en el espontáneo error del popula-cho y en un movimiento instintivo y ciego desu barbarie?... Difícil es creer esto. Pero el

Page 506: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

aguijón que inquietó al bruto, haciéndole mor-der y cocear, quedó escondido en el misterio.¿Fue el degüello cosa resuelta y ordenada encírculos oscuros, ávidos de maldad y escánda-lo? También es difícil asegurar esto, que por suenormidad se resiste a la razón humana. LaFatalidad, causa cómoda de los hechos oscuros,y luz mentirosa de lo que no puede alumbrarse,se presenta aquí reclamando su página, lapágina a que le dan derecho las perplejidadesdel narrador y el convencionalismo de la Histo-ria... Bienvenida sea esa madrastra Fatalidad,que tan bondadosamente se presta a adoptartodo hijo abandonado, por lo general feo y en-clenque, a quien rechaza la misma Lógica queen las tinieblas lo engendró.

Rumores corrieron de que el bondadoso Pa-dre Alelí había perecido en las ferocidades del16. Esto no resultó cierto por fortuna. Hallábaseel anciano en la enfermería de su convento, yacompletamente perturbado y sin juicio, cuando

Page 507: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

acaecieron los asesinatos. De nada se dio cuen-ta. Cordero le acompañaba un buen rato todoslos días, hasta el de su muerte, la cual fue por lotranquila y suave, casi inadvertida. Una siestamás larga que las de costumbre ocultó el mo-mento de su tránsito, ocurrido a fines de Julio.

Nazaria murió del colera al siguiente día dela matanza. Heredó Tablas su mal; pero poraquel don de inmunidad que acompaña, segúnun viejo refrán, a la mala hierba, el animal ven-ció a la epidemia asiática, o esta quizás asustosede él, dejándole libre, aunque muy bien reco-mendado a un cáncer que le tomó por su cuen-ta algunos años adelante. Por Romualda, aquien hallamos una mañana subiendo casi agatas la empinada escalera de una casa de lacalle de la Ruda, supimos que López llevabacon poca resignación su desgracia. Romualdasubió tanto y tanto, que una noche la hallarondetenida en el peldaño octogésimo. Estabaprosternada, como besando la escalera. Tanto

Page 508: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

subió que sin pensarlo había llegado al cielo.López fue al hospital. Que murió no puede du-darse, por la índole incurable de su mal, peronadie sabe cuándo ni cómo se extinguió aquellamiserable vida, ni hay noticias del lugar de susepultura. Acabó en el misterio, enteramente asolas si no le acompañaran el dolor y su con-ciencia, única compañía que le cuadraba.

-XXIX-Era sábado. Habían pasado seis días desde el

nunca bastante execrado 16 de Julio, y Sola,desesperanzada ya y sin sosiego, incapaz deencontrar un consuelo en su propio pensamien-to, convocó a los amigos en familiar consejo.Crucita opinó que no debía pensarse ya en queaquel endiablado hombre viniese; los chicosmayores se ofrecieron a salir y recorrer toda laPenínsula para buscarle, y D. Benigno propusoque se fueran todos a los Cigarrales donde le

Page 509: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

aguardarían más tranquilos, libres de la zozo-bra que embargaba el espíritu de todos en laCorte y Villa.

Sola se resistió a ir a los Cigarrales mientrasno tuviese noticias de su marido o no le vieseentrar sano y salvo. Aquel día pasó en soleda-des y suspiros, en mirar al suelo y al cielo, eninterrogarse con los ojos, sin atreverse a formu-lar verbalmente el triste pensamiento. Pero siagitada estaba el alma de la señora, no lo estabamenos la del bendito héroe del Arco famoso,pues al paso que ganaba terreno en ella la ideade que no parecería jamás el marido de su mujer,se iba apoderando traidoramente de aquelmismo espíritu suyo un sentimiento expansivo,un no sé qué, una cosa semejante a la alegría...El pobre señor, cuya rectitud, aún sometida alas mayores pruebas, era siempre grande y fir-me, padeció muchísimo con esto que llamabacaricia del Demonio, con esta tentación o asomosde pecado grave. Pero como podía tanto en él la

Page 510: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

voluntad, se sobrepuso a todo, arrojó de supecho la culebrilla que se deslizara en él furti-vamente, o invocando a Dios primero y al Gi-nebrino después, exclamó con enérgico arreba-to de cristiano y filósofo: «Lejos de mí esa infa-me alegría por la desaparición del que triunfóde mí. Si Dios le mata y paso a heredar su di-cha, enhorabuena; pero maldito sea yo si deseosu muerte, y antes me vea comido de gusanosque envidioso. Bien dijo aquel gran pensadoren el libro V del Emilio, que la virtud que sólo sefunda en las acciones es virtud falsa y postiza».

Por la noche se retiró a su casa lleno de con-goja, por no poder ya aliviar con palabras yficciones la de su infeliz amiga. Esta acostó aJuanito Jacobo, que no había querido separarsede ella y dormía junto a su cuarto; mandó a loscriados que se acostaran también, y sola en sualcoba estuvo rezando hasta muy avanzada lanoche. Durmiose al fin en su lecho, y en sueñoscreyó sentir desusado estrépito en la calle y en

Page 511: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

la casa. Era una pesadilla. Parecíale que la casase hundía, o que un ejército entraba en ella oque un gigante la hacía pedazos con su pesadopie. Despertose sobresaltada. El corazón le pal-pitaba tanto que por la mucha viveza estuvo apunto de producirse la inercia cardíaca y porconsiguiente el síncope. Pero al reconocersebien despierta y al observar que continuaba elruido, se incorporó en el lecho, puso atención...Se oían pasos en la casa... tocaron suavemente ala puerta de su alcoba... sonó una voz...

Sola saltó instintivamente de su lecho. Em-pezó a vestirse a toda prisa... No acertaba avestirse...

-Soy yo...

-Espera... un momento... Espera que me vis-ta...

Y a medio vestir corrió a la puerta y abrió asu esposo.

Page 512: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

-Pero no te veo... -le dijo dejándose abrazar.

El criado se acercó con luz, a punto que élsoltaba capa y sombrero.

Cuando D. Benigno llegó a la mañana si-guiente, se quedó pasmado, y absorto en lamitad del pasillo al saber que el marido de laseñora estaba sano y salvo en Madrid y en sucasa. El héroe dio un gran suspiro. Mirandodespués al cielo, lanzó un piadoso apóstrofe ydijo así:

-¡Barástolis! Por Dios trino y uno, por la Vir-gen del Sagrario, por Rousseau, por mi vidahonrada y por mi conciencia de cristiano juro yrejuro que me alegro con toda el alma.

Cuando Salvador salió de su alcoba, abrazá-ronse estrechamente ambos señores y juraronser amigos fieles en lo que les quedara de vida.Muchos conocidos visitaron al recién llegado, yaquel mismo día tuvo éste ocasión de hacer una

Page 513: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

obra de caridad, mejor dicho, de aprobarla ysancionarla, pues ya estaba hecha condicional-mente por su esposa. Sola había cedido gratui-tamente la bohardilla de la casa a las señoras dePorreño, en quienes la rancia nobleza no fueparte a poner un dique a la invasora miseria.Muerto Fernando VII, faltoles la modesta pen-sión qué este les daba. Su dignidad no les per-mitía implorar la caridad pública. Su arreglo,las distintas aptitudes de Doña María de la Pazles permitían aspirar a sostenerse, aunque mal,de su honrado trabajo. Sola les ayudó en tran-ces tan aflictivos, dándoles la casa y encargán-doles no se sabe cuanta obra de ropa blanca. Lagratitud de las dos dignísimas cuanto infelicesdamas era extraordinaria. Doña Salomé bajó depunta en blanco a dar las gracias al generosodueño de la casa. Presentose envuelta en ajadí-simos tafetanes, adornada de podridas pieles yplumas pulverulentas. Con toda la finura ydignidad de su carácter, con toda la cortesía desu educación y toda la tiesura de su embalsa-

Page 514: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mado cuerpo expresó sus sentimientos, dicien-do que aquel caso de liberalidad debía agrade-cerse más en una época funesta ¡ay! en que hab-ían desaparecido, por completo los caballeros.

Partieron a los Cigarrales. Allí trascurríandulces y lentas las horas. El sosiego era comple-to, el tiempo delicioso, la salud admirable, enconcierto dulcísimo con la paz y alegría de lasalmas.

Salvador y D. Benigno hablaban de política,cada cual según su criterio, su experiencia ydiversos conocimientos; el segundo inclinado, alas generalidades, a las teorías; el primero másaferrado a los hechos, y deduciendo de la in-compatibilidad de estos con la idea, desconso-ladoras consecuencias; Cordero dejándose lle-var del optimismo y confiando mucho en elentusiasmo, en la virtud de los hombres y en lafuerza de ciertas ideas; Salvador inclinándose alpesimismo, revelándose muy aleccionado porla experiencia, creyendo poco en las personas y

Page 515: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

menos en las ideas verdes y desazonadas. D.Benigno opinaba que todos los españoles deb-ían abrazar la bandera de la libertad, respetan-do y enalteciendo siempre la Religión y el Tro-no: admitir todos los progresos del siglo, y apli-carlos a las leyes, a las costumbres, al vivir y alpensar, evitando las guerras y colisiones. Añad-ía que si todos los españoles no gustaban deentrar por este camino, los rebeldes debían serconvencidos a palos, para lo cual convenía quelos libres se armaran formando una milicia or-ganizada, ni más ni menos que como la famosí-sima de Julio del 22, émula de los espartanos enel famoso Arco de Boteros.

Salvador no desaprobaba estas ideas, perofiaba poco en los buenos propósitos de los quepensaban como su amigo; fiaba también poquí-simo en la milicia, en los palos de la milicia y enla soñada concordia entre la libertad y la Igle-sia. Declarando todo su pensamiento, aseguróque no esperaba ver en toda su vida más que

Page 516: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

desaciertos, errores, luchas estériles, ensayos,tentativas, saltos atrás y adelante, corrupcionesde los nuevos sistemas, que aumentarían lospartidarios del antiguo, nobles ideas bastar-deadas por la mala fe, y el progreso casi siem-pre vencido en su lucha con la ignorancia.

-Los días mejores -dijo señalando con subastón el horizonte-, están aún tan lejos queseguramente ni usted ni yo los veremos. Lareforma es lenta, porque el mal es grave y pro-fundo, y sólo se ha de curar trabajándose a símismo. Pienso vivir alejado de toda acción polí-tica. Estoy abrumado de experiencias; he vistomucho; cumplí mi misión. Hay mil caminosabiertos por donde pueden lanzarse los hom-bres nuevos. Los que no lo son, deben quedarsea un lado mirando y viviendo. Mi ideal estálejos. El tiempo le tiene tan guardado aún, queno se le vislumbra aquí por ninguna parte. Perovendrá, y aunque no hemos de ver esa realidad,digna de ser admirada, desde aquí nos consue-

Page 517: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

la el penetrar con el pensamiento en un porve-nir oscuro, y contemplar las hermosas noveda-des de la España de nuestros nietos. En tanto,no puedo tener entusiasmo como usted, porqueno creo en el presente. Me parece que asisto auna mala comedia. Ni aplaudo ni silbo. Callo, yquizás me duermo en mi luneta. No tengo quesoñar en mi felicidad doméstica, que es ya unhecho positivo; soñaré con ese porvenir lejanode nuestra patria, con ese tiempo, querido ami-go mío, en que la mayoría de los españoles sereirá de la angelical inocencia política de usted.

-XXXI-Basta ya.

Aquí concluye el narrador su tarea, segurode haberla desempeñado muy imperfectamen-te, pero también de haberla terminado en tiem-po oportuno (váyase lo uno por lo otro) y

Page 518: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

cuando el continuarla habría sido causa de quelas imperfecciones y faltas de la obra llegaran aser imperdonables. Los años que siguen al 34están demasiado cerca, nos tocan, nos codean,se familiarizan con nosotros. Los hombres deellos casi se confunden con nuestros hombres.Son años a quienes no se puede disecar, porquealgo vive en ellos que duele y salta al ser tocadocon escalpelo. Quédese, pues, aquí este largotrabajo sobre cuya última página (a la cual su-plico que me sirva de Evangelio) hago juramen-to de no abusar de la bondad del público, aña-diendo más cuartillas a las diez mil de queconstan los Episodios Nacionales. Aquí concluyendefinitivamente estos. Si algún bien intencio-nado no lo cree así y quiere continuarlos,hechos históricos y curiosidades políticas ysociales en gran número tiene a su disposición.Pero los personajes novelescos, que han queda-do vivos en esta dilatadísima jornada, los guar-do, como legítima pertenencia mía, y los con-servará para casta de tipos contemporáneos,

Page 519: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

como verá el lector que no me abandone alabandonar yo para siempre y con entera reso-lución el llamado género histórico.

FIN DE LA NOVELA Y DE LOS EPISODIOSNACIONALES

Santander.- Noviembre-Diciembre de 1879.

En el breve Prólogo impreso a la cabeza dela presente edición me dejé decir que tenía pre-parado un largo escrito sobre el origen e inten-ción de esta obra, los elementos históricos deque dispuse, y los datos y anécdotas que recogí,comprendiendo además algunos desahogossobre la novela española contemporánea. Pronto mearrepentí de esta precipitada oferta, y la tuvepor grandísima tontería en la parte que se refie-re a juicios generales de crítica y a opinionessobre el género literario que más se cultiva enEspaña. Y al desempolvar los papelotes en que

Page 520: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

estaba el mal pensado y peor escrito Ensayo, merevolví airado contra mí mismo por la pícaramaña de ofrecer lo que en manera alguna pue-do ahora cumplir.

Me desdigo resueltamente, recojo mi pala-bra, y como en aquella espontaneidad pueril nohubo nada de juramento, ni se trata de un casode conducta moral, espero quedar bien con mislectores y con mi conciencia. Y si me apuran,prefiero pasar por poco formal a meterme ensabidurías y honduras de crítica, investigandolas recónditas leyes de la belleza o las mudan-zas que el tiempo y la moda les imprimen, yolfateando los caminos que este y el otro autorsiguieron para su gloria o descrédito. Paracumplir lo prometido sería preciso que me sa-liese de las filas de la procesión y me pusiese arepicar. Hay escritores dichosos que desempe-ñan admirablemente este doble trabajo, y an-dan en la procesión y repican que se las pelan.Estos tienen el don maravilloso de practicar el

Page 521: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

arte y de legislar sobre él, y son maestros entodo cuanto cae debajo del fuero de la pluma.Sabe Dios que daría cualquier cosa por que meinfundiesen algo de su aptitud, aunque no fue-ra sino para salir airoso en la ocasión presente;pero como esto no puede ser, me resigno, yqueda circunscrito el compromiso a la primeraparte tan sólo de lo ofrecido, es decir, que notengo ya más obligación que hablar un poco decómo y cuándo se escribieron estas páginas.Esto me lo tengo muy sabido, no es cosa deciencia sino de experiencia; pertenece a la eru-dición fácil y profunda de las propias acciones,y saldrá como una seda, sin temor de opinionesadversas ni de que los descontentadizos lo ten-gan por más o menos aproximado a la verdad;como que es la certeza misma.

A principios de 1873, año de grandes tras-tornos, fue escrita y publicada la primera deestas novelas, hallándome tan indeciso respectoal plan, desarrollo y extensión de mi trabajo,

Page 522: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

que ni aun había fijado los títulos de las novelasque debían componer la serie anunciada yprometida con más entusiasmo que reflexión.Pero el agrado con que el público recibió LaCorte de Carlos IV sirviome como de luz o inspi-ración, sugiriéndome, con el plan completo delos EPISODIOS NACIONALES, el enlace de lasdiez obritas de que se compone y la distribu-ción graduada, de los asuntos, de modo queresultase toda la unidad posible en la extrema-da variedad que esta clase de narraciones exige.Cuatro novelas aparecieron puntualmente cadaaño con regularidad de Almanaque, y en laPrimavera de 1875 quedó terminada con LaBatalla de los Arapiles la primera serie. Tantoslectores tuvo (dentro de la cifra reducida delectores españoles), que creí oportuno empren-der una segunda serie. Verdaderamente, la pin-tura de la guerra quedaba manca, incompleta ycomo descabalada si no se le ponía pareja en elcuadro de las alteraciones y trapisondas que ala campaña siguieron. El furor de los guerreros

Page 523: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

de 1808 sólo había cambiado de lugar y de for-ma, porque continuaba en el campo de las Con-ciencias y de las ideas. Esta segunda guerra,más ardiente tal vez aunque menos brillanteque la anterior, pareciome buen asunto paraotras diez narraciones, consagradas a la políti-ca, a los partidos y a las luchas entre la tradi-ción y la libertad, soldado veterano la primera,soldado bisoño la segunda; pero ambos tanfrenéticos y encarnizados, que aun en nuestrosdías, y cuando los dos van para viejos, no senota en sus acometidas síntoma alguno de can-sancio.

Con Un Faccioso más y algunos frailes menosquedaron terminados los EPISODIOS NACIO-NALES, y no obstante las excitaciones de algu-nos aficionados a estas lecturas, me pareciójuicioso dejar en aquel punto mi trabajo, porquela excesiva extensión habría mermado su escasovalor, y porque, pasado el año 34, los sucesosson demasiado recientes para tener el hechizo

Page 524: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

de la historia y no tan cercanos que puedanllevar en sí los elementos de verdad de lo con-temporáneo. Abrazan, pues, los EPISODIOSNACIONALES veintinueve años, los cuales, defijo, dieron de sí más acontecimientos y produ-jeron más hombres, y, en una palabra, hicieronmás historia que todo el siglo precedente. Sidamos valor a una ilusión de tiempo, podremosdecir que aquellos veintinueve años fueronnuestro siglo décimo octavo, la paternidad ver-dadera de la civilización presente, o del conjun-to de progresos y resabios, de vicios y cualida-des que por tal nombre conocemos.

Por más que la generación actual se preciede vivir casi exclusivamente de sus propiasideas, la verdad es que no hay adelanto ennuestros días que no haya tenido su ensayomás o menos feliz, ni error al cual no se le en-cuentre fácilmente la veta a poco que se escarbeen la historia para buscarla. Todos los dispara-tes que hacemos hoy los hemos hecho antes en

Page 525: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

mayor grado. Y si parece que faltan ahora losgrandes impulsos que en otro tiempo determi-naron hechos inmortales, es porque no se pro-ducen las circunstancias que los estimulan; quesi se produjeran, aquellos impulsos saldrían. Ysi no, que lo prueben de veras.

Es y será siempre un gran placer para todageneración el mirarse en el espejo de la que leha precedido inmediatamente. De esto, en pri-mer término, y de la circunstancia, feliz paramí, de no existir en la literatura española con-temporánea novelas de historia reciente, hadependido el buen éxito de estos libros y laestimación que por sus condiciones literarias nohabrían alcanzado nunca.

Esta obra fue empezada antes de que estu-vieran en boga las tendencias en literatura, almenos aquí; pero aunque se hubiera escrito unpoco más tarde, seguro que habría nacido lim-pia de toda intención que no fuera la de presen-tar en forma agradable los principales hechos

Page 526: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

militares y políticos del período más dramáticodel siglo, con objeto de recrear (y enseñar tam-bién, aunque no gran cosa) a los aficionados aesta clase de lecturas. Ni remotamente se meocurrió mortificar poco ni mucho a los natura-les de un país enemistado con el nuestro enaquellos trágicos días. La demencia patrióticaque nuestros vecinos llaman chauvinisme es tancontraria a mi manera de sentir, que me tengopor libre de tal enfermedad ahora y siempre.Consigno aquí esta declaración como respuesta,tardía sí, pero categórica a lo escrito en unacélebre revista de circulación universal por undiscretísimo y malogrado publicista francés,que al mismo tiempo que favorecía mi obra conapreciaciones lisonjeras, indicaba que el autorde ella se proponía concitar los ánimos de suscompatriotas contra Francia. De que en una ovarias novelas aparezcan pintados los senti-mientos de los españoles de 1808 con la ve-hemencia que exige la propiedad histórica, nose puede deducir que los presentes sintamos

Page 527: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

antipatía hacia una nación a la cual nos unenhoy vínculos más fuertes que todas las alianzaspolíticas. La proximidad entre ambos países estan grande a cansa del mutuo comercio y de lasfáciles comunicaciones; es tan incontrastable lainfluencia que en nosotros ejercen las ideas, lascostumbres, la industria y aun la riqueza denuestros vecinos, que aunque existiera aquí elchauvinisme, los hechos lo curarían de golpe.Por lo demás, los franceses mismos, en su lite-ratura patriótica, no han sido nunca tan escru-pulosos ni se han parado en barras en lo demolestar con más o menos justicia a nacionesque han tenido con ellos algún altercado. Otrosdos escritores extranjeros, al ocuparse ligera-mente del mismo asunto, han seguido el crite-rio de Mr. Louis-Lande. A ellos dirijo tambiénestas observaciones.

Lo que comúnmente se llama Historia, es de-cir, los abultados libros en que sólo se trata decasamientos de Reyes y Príncipes, de tratados y

Page 528: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

alianzas, de las campañas de mar y tierra, de-jando en olvido todo lo demás que constituye laexistencia de los pueblos, no bastaba para fun-damento de estas relaciones, que o no son nada,o son el vivir, el sentir y hasta el respirar de lagente. Era forzoso pedir datos a los olvidadosanales de las costumbres y aun de los trajes, atodo eso que la tradición no sabe defender delas revoluciones de la moda, y que se pierde enla marejada del tiempo, dejando rastro muydébil en los archivos del Estado. Era indispen-sable pedir también auxilio a la literaturaanecdótica y personal, como Memorias y colec-ciones epistolares. Pero de estos tesoros estánmuy pobres nuestras bibliotecas. Son pocos losque han referido los lances verídicos de su vi-da. Hay en nuestro carácter un fondo de mo-destia que perjudica a la formación de la ver-dadera historia, y adolecemos además de faltade sinceridad. Lo que llaman vida pública es unafastidiosa comedia representada por confabula-ción de todos, amigos y enemigos. La vida efec-

Page 529: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tiva no aparece nunca, y nos apresuramos ahacer desaparecer los documentos de ella, arre-batando a la publicidad las cartas de personajesfenecidos, por ese ridículo miedo a la verdadque es propia de los que se habitúan a vivir enuna atmósfera de artificios. De aquí la oscuri-dad que envuelve sucesos casi recientes. Lascartas escritas para el público no llenan estevacío, y las verdaderas no salen nunca a luz, opor la razón de falsos respetos, o quizás porqueel público mismo no manifiesta inclinación aesta literatura de verdad palpitante, y protegecon su demanda las cosas sobadas, compuestasy mentirosas. Poco o ningún fruto obtuve, pues,de la literatura familiar.

La prensa periódica ha podido, en algún ca-so, prestar servicios al novelista, aunque en lasépocas de régimen autoritario es difícil hallaren los papeles públicos un reflejo, ni aun si-quiera pálido, de la vida común. En cuanto a laGaceta de aquellos tiempos, justo es reconocerque arroja gran luz sobre los sucesos de Tur-

Page 530: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

quía, Moscovia, Transilvania y Galitzia, obser-vando, respecto a lo que en Madrid pasaba, unadiscreción tal, que no es posible imaginar papelmás estúpido. Pero donde menos se piensahallamos un tesoro. El Diario de Avisos, que enestupidez iguala a la Gaceta y le supera en ga-rrulería, ha sido para mí de grande utilidad,por los infinitos datos de la vida ordinaria queatesora... ¿dónde creeréis? en sus anuncios. Enesta parte del periódico más antiguo de Españahe hallado una mina inagotable para sacar noti-cias del vestir, del comer, de las pequeñas in-dustrias, de las grandes tonterías, de los place-res y diversiones, de la supina inocencia deaquella generación. Créanlo o no, digo que todolo que en esta obra es colorido, acento de épocay dejo nacional, procede casi exclusivamente delos anuncios del Diario de Avisos. Para la en-sambladura histórica tuve siempre a la vista lahistoria anónima de Fernando VII, que se atri-buye a D. Estanislao de Koska Bayo, y paraZaragoza los Sitios de Alcaide Ibieca. Con esto,

Page 531: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

las Memorias de algunos generales del Imperioy otras historias menos conocidas y una buenadosis de buena voluntad, que suple a veces lafalta de ciertas facultades, salí del paso comoDios me dio a entender.

Gran ventura habría sido para mí tropezarcon testigos presenciales; pero no habiendohallado ninguno que pudiera contar hechos dela primera época, tuve que fiar la empresa a lasfatigas del trabajo inductivo y de probabilida-des, auxiliado por datos de tercera mano y refe-rencias incompletas o desvirtuadas. Después, alacometer la segunda serie, pude obtener venta-jas de la conversación con personas de tantoingenio, sagacidad y feliz memoria como el Sr.Mesonero Romanos y algún otro. En las obrasde este insigne fundador de la literatura decostumbres en España, en las de Larra, Miñano,Gallardo, Quintana, etc., y aun en las comedias,sainetes o articulillos de escritores oscuros, asícomo en diferentes periódicos no políticos, sin

Page 532: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

excluir los de modas, he allegado elementosindirectos para sortear las dificultades de em-presa tan ruda.

En la primera serie adopté la forma autobio-gráfica, que tiene por sí mucho atractivo y favo-rece la unidad; pero impone cierta rigidez deprocedimiento y pone mil trabas a las narracio-nes largas. Difícil es sostenerla en el géneronovelesco con base histórica, porque la acción ytrama se construyen aquí con multitud de suce-sos que no debe alterar la fantasía, unidos aotros de existencia ideal, y porque el autor nopuede, las más de las veces, escoger a su al-bedrío ni el lugar de la escena ni los móviles dela acción. Tales dificultades obligáronme a pre-ferir en casi todas las novelas de la segundaserie la narración libre, y como en ellas la ac-ción pasa de los campos de batalla y de las pla-zas sitiadas a los palenques políticos y al granteatro de la vida común, resulta más movimien-to, más novela, y por tanto, un interés mayor.

Page 533: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

La novela histórica viene a confundirse así conla de costumbres. En los tipos presentados enlas dos series y que pasan de quinientos, tratéde buscar la configuración, los rasgos y aun losmohines de la fisonomía nacional, mirandomucho los semblantes de hoy para aprender enellos la verdad de los pasados. Y la diferenciaentre unos y otros, o no existe, o es muy débil.Si en el orden material las trasformaciones denuestro país han sido tan grandes y rápidas queapenas se conoce ya lo que fue, en el orden es-piritual la raza defiende del tiempo sus acen-tuados caracteres con la tenacidad que ponesiempre en sus defensas, ya lo sean de una ciu-dad, como en Numancia y Zaragoza, ya de unacostumbre, como se muestra en la perpetuidadde los Toros y de otras mañas nacionales. No esdifícil, pues, encontrar el español de ayer, apoco que se observe el que tenemos delante.

Page 534: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Al pensar en la ilustración de esta obra, qui-se, como he dicho al principio de la edición,que manos de otros artistas vinieran a dar a lasescenas y figuras presentadas por mí la vida, lavariedad, el acento y relieve que yo no podíadarles. Poco tengo que añadir a lo que dije alprincipio de la edición. Bien se ha visto que elplan primitivo ha sufrido alguna mudanza.Anuncié que la ilustración total estaba a cargode dos artistas eminentes; pero las dificultadesque en la práctica ofreció lo excesivo del trabajoen obra tan extensa, obligáronme a repartir lailustración entre mayor número de artistas.Tuve la suerte de que todos cuantos llamé enmi auxilio respondieron con entusiasmo; todoshan trabajado con fe, encariñados con la obramás de lo que esta merecía. El resultado ha sidoadmirable. La habilidad de los insignes pinto-res y dibujantes que han trabajado en esta edi-ción, su entusiasmo y mi constancia (que noquiero renunciar a la parte de gloria que metoca), han producido una obra editorial de rele-

Page 535: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

vante mérito, un verdadero museo de las artesdel diseño aplicadas a la tipografía, y marcanun verdadero progreso en el gusto nacional.Creo haber acertado al preferir los facsímilesejecutados sobre zinc a los antiguos procedi-mientos del boj, pues si la madera bien trabaja-da da finezas y matices, que en el clisé directose obtienen pocas veces, en cambio este repro-duce fielmente la creación del artista, y trasladael acento, el trazo, la personalidad. De aquí laseducción que ejerce en el observador entendi-do un relieve de zinc cuando es de manos bienejercitadas en el lápiz o la pluma. Muy grandetiene que ser la destreza de un grabador paraarrancar de la madera efectos iguales, y sobretodo, para imprimir con el buril ese sello deespontaneidad y frescura que en el clisé directocompensa la tosquedad del trazo.

No he de ocultar que la escasez de mediosindustriales en nuestro país ha sido parte amermar los efectos que habrían podido obte-

Page 536: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

nerse en esta ilustración, utilizando todos losprogresos que la zincografía ha realizado últi-mamente en Europa. Pero en la ruda campañaque ha sido preciso sostener con la carencia deelementos materiales se ha llegado hasta dondese ha podido, y sólo han cesado los esfuerzosante el convencimiento de no poder avanzarmás en esta senda de asperezas y entorpeci-mientos de todas clases. Se ha ido hasta el findel terreno conocido en nuestra limitada vidaindustrial, no retrocediendo sino cuando erahumanamente imposible dar un paso más. Latristeza que produce el no haber llegado a laperfección se atenúa con la idea de haber pues-to los cinco sentidos y los recursos todos en laempresa, y con la seguridad de que otros lle-garían hasta donde hemos llegado: pero no másallá.

Cuatro años y medio ha durado la publica-ción, plazo relativamente corto y que aún loparecerá más si se atiende a que la obra consta

Page 537: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

de quinientos veintiocho pliegos, a que ha sidopreciso obtener de nuestros artistas, algunos deellos avecindados en Barcelona y en el extranje-ro, mil doscientos dibujos próximamente, en-viarlos fuera de Madrid casi siempre, para laelaboración de los clisés, y estampar al fin estoscon la prolijidad y el esmero que exige tal tra-bajo. Los que conozcan de cerca las faenas ti-pográficas y además hayan visto experimen-talmente los horizontes que tiene en España elcomercio de libros, se pondrán de mi partecuando me oigan repetir lo que dijo primero elloco de Cervantes y después Pereda en estaforma: «no es para todos la tarea de hinchar perrosen esta catadura».

Los nombres de los colaboradores artísticosde esta edición, pintores eximios los unos, di-bujantes habilísimos los otros, van a la cabezade los diez tomos. Estos nombres, algunos delos cuales gozan ya de universal fama, y losdemás la obtendrán seguramente, son dema-

Page 538: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

siado conocidos y no necesitan que se les hagaaquí un panegírico. Poco añadirían a su reputa-ción mis encarecimientos, que, por otra parte,parecerían quizás interesados. Es ocioso enco-miar lo que está a la vista. Ponerse a describirbellezas fácilmente apreciables por cuantostienen ojos y gusto es más de cicerone que decrítico. Penetrad por la primera página, salidpor la última después de haber recorrido estainmensa galería, y tengo por cierto que haréisjusticia, sin necesidad de apuntador, al ingenio,la fuerza de expresión y la gracia con que elarte del dibujo ha hermoseado estas pobresletras.

Otros colaboradores ha tenido, en esfera másmodesta, la presente edición, los cuales nadieconoce, y que, no obstante, merecen que susnombres sean sacados de la oscuridad. Yo loharé como recompensa a los constantes esfuer-zos, a la inteligencia y buena voluntad con quehan coadyuvado al éxito de este difícil trabajo.

Page 539: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

Servicios, tan útiles no son los menos importan-tes, ni la parte de gloria que les corresponde enel resultado total es la más pequeña. Merece,pues, una mención aquí el encargado de lostrabajos tipográficos de la edición, D. GuillermoCano, por cuyas manos han pasado todas misobras desde La Fontana de Oro hasta la últimaque he compuesto, y todas las ediciones, gran-des y chicas, buenas y malas que de ellas se hanhecho. La tirada de los EPISODIOS NACIO-NALES ilustrados y de sus innumerables gra-bados ha sido hecha con el mayor esmero, des-de el principio hasta el fin, por el maquinista D.Antonio López.

Creo haber dicho todo lo que tenía que de-cir, cumpliendo la oferta de marras, y pagandoel acostumbrado tributo de cortesía a un públi-co con el cual se ha estado en comunicación nointerrumpida durante muchos años. A estepúblico que me admitió la edición primitiva deestos libros, que recibe bien la ilustrada, y que

Page 540: Un faccioso más y algunos frailes menos¡sicos en...parte, al decir de los médicos, que el paciente. debía estar muy satisfecho y alabar la miseri-cordia de Dios.-Como todo es relativo

tal vez, andando el tiempo, no ponga mala caraa otra, presentada en forma y condiciones dife-rentes, debo gratitud eterna. Mientras su favorme dure, yo no he de pecar de ingrato ni deperezoso. Este es el único poderoso de la tierra,cuya munificencia no tiene límites y cuyos do-nes se pueden admitir siempre sin ofensa deldecoro, porque es el único que sabe y puede serMecenas en los tiempos que corren. Cuando elfavor desmaye y observe yo en el inmensosemblante asomos de ceño o de cansancio, medejaré caer poco a poco del lado de la oscuri-dad, hasta quitarme de en medio completamen-te, siempre con la debida reverencia.

Madrid.- Noviembre de 1885