Megan McDonaldIlustrado por Peter H. Reynolds

Traducido por Claudia G. Arteaga Zepeda

Un verano que promete(si nadie se entromete)

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Para RichardM. M.

A Paul McMurtry

P. H. R.

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Madre de M.I.M.M.

Padre de M.I.M.M.

Agente James Madagascar.

Agente Lisa Inkwell, también cono-cida como Judy Drewdy, la Mejor

Investigadora de Misterios del Mundo (M.I.M.M.).

Judy M

oody

Mamá

Papá

Stin

k

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Agente Dills Pickle.

Agente Spuds Houdini.

Detective canino en formación.

Gurú de la prevención criminal.

Papá Frank

Rocky

Mr. C

hips

Oficial Kopp

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¡Adiós a Aburridolandia!

¡UDC! ¡Último Día de Clases!

Empieza la cuenta atrás: solo quedan 27 mi-

nutos, 17 segundos y 9 milisegundos para

las…

¡VACACIONES!

Se acabó Aburridolandia… Judy Moody

iba a tener las mejores vacaciones de toda su

vida.

¡GENIALES!

Judy le pasó una notita a Rocky antes de

que volviera el señor Todd.

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Con un toque en el hombro, Rocky le pasó

la notita a Frank. El señor Todd entró en la

clase cargando con una pila de papeles. Te-

nía puesta su gorra de VIVA LA MÚSICA…

¡hacia atrás! Encendió y apagó varias veces

las luces para conseguir que todo el mundo le

hiciera caso. Frank se puso la notita en la boca.

—¡Examen sorpresa! —dijo el señor Todd,

y toda la clase de Tercero T se puso a protes-

tar—. Pensad que es vuestro último examen

en el último día de clase.

Si no vais seréis unos Pantalones Cuadrados,

como Bob Esponja

Para: Rocky , Frank y Amy Namey

Reunión del club RMAsunto:

Cuándo:

Dónde:

¡Después de la escuela!

Jardín trasero de la casa de Moody.

Tienda de campaña del club RM

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—¡Ay, no! ¡No es justo! ¡Qué mal! — refun-

fuñó todo el mundo.

—Ni en broma —dijo Frank. La notita sa-

lió disparada de su boca y fue a parar justo

en medio del escritorio de Rocky. ¡Qué suerte!

—¡Genial! —gritó Rocky.

El señor Todd repartió las hojas del examen.

Luego se aclaró la garganta.

—Pregunta número uno: ¿Cuántas veces

me he puesto una corbata morada este año?

Todos se pusieron a gritar respuestas:

—¡Diez!

—¡Veintisiete!

—¡Cien!

—¡Cuatro!

—¡Nunca! —gritó Jessica Finch.

—¡«Nunca» es la respuesta correcta! —dijo

el señor Todd—. Número dos: ¿Cuánto tiem-

po tardó nuestro grupo en dar la vuelta al

mundo?

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—¡Ocho días! —dijo Frank.

—Ocho días y medio —dijo Judy.

—Demasiado fácil. Me voy a saltar unas

cuantas. A ver… aquí hay otra, esta está

bien. Bien de verdad. ¡ES INSUPERABLE!

—¡Dígalo ya! —clamaron todos.

—¿Alguien puede, y me refiero a VOSO-

TROS, Tercero T, adivinar qué voy a hacer

yo, vuestro maestro, el señor Todd, ESTE VE-

RANO?

—¿Trabajar en el Pickle Barrel? —pre-

guntó Hunter—. Un día lo vi en ese restau-

rante.

—Eso fue el verano pasado —dijo el señor

Todd—. Pero estas vacaciones, si sois capaces

de encontrarme, os doy un premio.

—Necesitamos una pista —dijo Judy—.

Denos una.

—¡Pista! ¡Pista! ¡Pista! ¡Pista! ¡Pista! —gri-

taba toda la clase.

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—Bueno, bueno, está bien. Dejadme pen-

sar. La pista es… FRÍO —el señor Todd se

abrazó a sí mismo, fingiendo tiritar—. Brrr.

Jackson levantó la mano.

—¡Vendedor de neveras!

—¡Quitanieves! —dijo Jordan.

—¡Domador de osos polares! —dijo Anya.

Judy pensaba y pensaba. Sus ojos aterri-

zaron en el cartel de la Antártida que esta-

ba clavado con chinchetas en el tablón de

anuncios.

—¡Ah! ¡Ah! ¡Ya sé! Va a ir a la Antártida.

La de verdad.

—No, no, para nada, ¡nones! —dijo el se-

ñor Todd.

¡Rrring! Justo en ese momento sonó la

campana. Todo el grupo de Tercero T se vol-

vió loco.

—Nos vemos el año que viene —dijo el

señor Todd.

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—¡A menos que lo veamos en las vacacio-

nes! —le gritaron algunos niños.

—Adiós, señor Todd —gritó Judy, saliendo

como un rayo por la puerta—. Manténgase ca-

lentito.

—¡Mantente siendo Judy! —exclamó el se-

ñor Todd al verla irse.

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