UNA APROXIMACION A LA TEORIA

ORGANIZACIONAL CLASICA

DESDE LA TEORIA

SOCIOLOGICA OE HABERMAS

l. lNTRODUCClON

l . l Conocimiento e interl!s en l:lsbetmas.

En cuamo Habermas demuestr.l que ltt fonnad6n de la conciencia del sujeto, gestada en un entramado soclal y c:ultu· ral determinado, sirve de precondíci6n a la constitución del ;isl ema referenc;ial sohre el cual ~ apoyon sus propQsiciones 1 córicas, desmonta la preh~nsíón de que es posible liberar al conocimiento de las !Jnporezas de 111 wbjetivjdad y SllStMt3 b tesis d<: que en toda pretensión cognosci­t{~·a suoruce un ínterés tlttenn inantc que es preciso identificar. Por ~!lo , J c~da uns de las categorías ue procesos investí· ¡ativO$, que eMe autor reconoce: empíti· co-ólnal.flica, histórico·hcrmenéutk.a y crltico·sodal, corresponde un ímeré~ ¡¡J~rtícnlar: técnico, práctico y eni3'!1Cipa· tCiño, respectivamente.

m interés técnico t iene su ori¡¡.~n en la ne<:esidad del hombre de actuar SCl bre !a mturaleza (acción in.~tmmenul), o en asuntos soci.llas (acción estratégica), pa~a lograr su ~uporvivencia y bienestar, me· dlante el trab;Uo como una condición

Hernán Rico Acltury*

fundamental a la furrrta de organización sociorultural de ~~ especie humana·.

A la interacción, que mediante la acción comunicati"a. permite a loi hom­bres ~'iP<tJtdtr !a,~ posibilidades de ~nten­dimiento intersubjetivo y que es condi­ción para ID reproducción de la forma de vida de la especie y para el buen éxi1o de las accion~ de trabajo en las cu3l~s los hombres se empeflan, corresponde. el interés pnlctico.

El interés emancipa torio, "finalmccnte, inquie.re por ta comprensión de las com­plejas relaciones de poder en los acuerdos sociale-s para liberarlos de las restriccio­,~~ impuiiStas por aquellas que limitan la di~cusión necesaria par~ la interacción humana, constriñen el ~jercicio t!e la libertad y, consecuencialmente. <l! desa· rroUo de hombres autónomos.

1.2 Una apliución metodológica de lll tesis haber.masia1\ll.

La tesis de Habermas sobre Jos nexos entre conocimiento e illterés, tiene un enorme valor para dlsellar metodologías

• l'to!esot Univtmtarto. l>occnte F•culu"1 d~ C:iencilS EconbmlclS Ul\ING.

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que pennitan <lescifrar el sentido de las teorías cientificas, mediante el desentra· ñamíeJ\to de los supuestos Msicos implícitos en éstas.

En efecro, si se reconoce una base mat~lial en la historia del género huma­no a !a acción del sujeto trascendental, se. puede inferir que, las interpretaciones de la realidad contenidas en taselabordciones teóricas de un iildividuo son consistentes con los supuestos subyacentes sobre los ctlal~s construye su visíón del mundo, y entrañan, por lo ta·nto , un compromiso epistenlológioo que es susceptible de ser identificado, al igual que los Intereses q\lé Jo aJÚOlan.

El enriq\leci.micnto en )a comprensión que surge de este método estriba e o la visión plena de! marco r~fercncial de una teoría que, de esta m"nera, aparece ampliada en lo~ supuestos sobre los cua­Jes se ha construido y despojado de la d~!-sintere~¡¡da o!)jetivida<.l que se lt' pre­tenda cot~!'erit.

l.3 Aplicadótt de esta metodología al análisis crítico de la Teoríll Organíza­cional.

)..os uabajos orientados a evaluar desde esta perspectiva las teorías organ) ­l.ttdonales. 8d<¡uieren progresi~SI'INntc mayor importancia, e:n cua.n to el des~ro­Jlo reóri.co se ocupa preferenc)almc•ue del componente té.cnjco <le la organila· ción y ofrece una C~!)acidad expHcaliva restringída de los aspectos sicosociales. Bn particular, ap<lrecc muy limitado el cstmtio de l¡ls complejas y ambiguas relacioM.s de ilorninación que ¡;e el\trete­.ien en !a etnprcsa, problemática que. se encuentra rel·~s<~<la a un segundo plano o subs\lmicls en los supuestos subyacemes sobre los cuales se estructura el <liscurso e)(plicativo de cada a\llor y, solo excep­cionalmente, ~ti aná!ísis se hace explicito y o~:upa 1w papel protagónico ~n la estructuración de las leorlas.

En todos Jos casos; la pre&\lnta por la función de! poder en los modelos a<lmi­n.istralivos es relevante para establecer, si estos contribuyen al interés p.r:!ctico de generar f armas organá.ativas que propi­cien el entendímiento de los integtantes (le la organización, sin :.hogar la diversi­dad de intereses y punt~ de vista vig.en· tes en a¡¡ueUa. en relaciósl con los objeti­vos que le han dado origen y fo.s método~ que u tilíza para alcanzarlos. o si, por el contrario, tal\ solo se trata de discursos i<.!eológicos diseílados como un instru· mento de dominación, para preservat y legitimar l.:JS intereses de un sector de la organización, mediaJlte la reconducción del saber y del sentir de sus particípan1es de .::onfomúdad con esos intereses.

La respueSta a esta preg\mt~ no so.lo e"a!úa la pretendida objetividad de los esquemas explicativos de la realidad organizacional, sino que, si se considera que hoy en dia las org;~nJtacím)eS son el ce•ttro primario del trabajo soci~!. se puede derívar <.le su respuesta un aporte significativo ev la búsqueda de niveles progresivamonte crecientes de libertad para el hombre contemporáneo.

1.4 Un ejercicio práctico.

El ejercicio que a continuación se presellta, busca a¡:>ticar ht metodología tle;clita ¡1 la tevisión critica de las t~orfas at!nünistrativ~s más t rddicionales (T~y!or, Fayol, Web~r} que, valga decirlo, constí­myen el acervo conceptual más amplia· mente divulgado en nuest.ro medio y fundameMo teórico sobre e.! c~tal se estructuran !as organizaciones colombia­nas .

2. TEORCAS ADMINISTRA TlVAS Y RAClONAU0!\.0

Las teorías administrativas, como esquemas llxp!iqltivos de la realidad orgruúzacionat, son modelos que sustitu·

!S

yen la wganlz.ación real por una imagen ldeali2ada de ésta, construida mediante la acentuación de los aspectos.. que a jt1icio de su autor, son más rele•·antes pan facilitar la comptensión de la orga· ni~ación.

Las teorfas· son c-o~tnlidas _por auto­res situados e-n un momenro !üsrórico concreto, inmersos en una cultura, con un cúmulo de conocimientos y de expe­riencias propias, con una visión p~rsona! del mundo y con una posición etico-valo­rativa ante él, aspectos de tos cuak1 no pueden despojarse cuando construyen sus mar~.os íntei'J)tetatlvos de la re;~lidad. Ll producción cient(flca de.! í.nvesiiga· dor está signada por todo esti! conjunto de elementos que const.ítuyen ru Gampo "'ital y e;xpel')e¡Jc.ia!, por tos itnpetativo-s éticos ¡: por la concepción de cien da desde los cuales se aproxima a la com­prensión de la realidad.

La coi1Strucción teórica o la modeli· zación de la reá!ídad, conlleva entonces, una gama de supu~stos ontológicos, an· tropoló¡¡ic<ls y una posici&n epístemoló· g_ica básica, que (nducc al autor ~preferir un determinado tipo de matáforas o de imá¡¡enes e11 la construcc{ón de rus mod~os teórico~ y unos métcdos de uwe~tigación qu~ se corresponden con aq\tenas. De otra parte, (!S necesario ~ei'ia!ar que un mocle!o no se const ruye con un propósíto merament.; explicativo. Su finalidad úhimaessuministrara QUien lo elabora una ~structuración compren· siva de la realidad, en el caso que nos ocupa, <le la. r~a!idad de la org_anización, que le permite dominatla. Es decir, el modelo se construye dest!e un interés y desde un propósito Jlartict¡lar del sujNt> qul.' lo crea; el control, el dominio tle la orga:m~ación. Su el~ t:>on1ción no e~ .. por lo tanto, desinteresada; por el COiltntrio, está atr•n·esada por Ja int~ncíonalidad del it1vestigador que. la mar~a <:on su im pron· ta. Toilos ~stos ele1nentos subyacentes configuran la raciot1alidad del modelo, a

la luz de l« c.ual adquieren significación las v3riable.s, los datos y .las relaciones que el investigador selecciona para inte• grarlo; o sea> ta particular estructuración que éste le confiere.

De !o ante.rior se deduce que, en un mod,¡lo o en una teorla sUV)'ace una racio11alida<l que iuoorpota un conjunt<:> de supuestos sobre la realidad_. el nombre y .ol conocimicnt ", estructurados desde la percepción interesada que el autor tiene del mundo y no desde la "Razó.n" ente.ndi<(a como raz.ón objetiva única, universal.

La aproximacíón a !a comprensión de la realidad se da entonc~s, des!le ¡>ecrspectivas distintas, po< lo t'llaJ, nadie puede !egítin\amente alzarso. con la ra4ó11, con u11a razón qlle se pretenda única, objetiva y valorativamentc neutrs. Tam· poco se pu~-de confundir !a validez re;~l de una teoría con su oo!terencia y consís· te.JJcía conceptuales, estas ~on tan soto supuestos necesaliDS de su constitución con¡o modelo sobre las cua!e~ se puede haber construid o una illlaget1 distorsion3· da <le la realidad que legitime un interés partir.ulat. o un sistema de poderes esta· blccido~. o por establec.e.rse: ca~o en el cual, el conocimiento conceptual que dic!ta teoría prete.ndc vehicutar, se tradu­cirla en simple ideología. En <mas pala· vras, esta teoría ~erta un lenguaje bien hech.o, pem s costa de la realidad que jlretendidamente cooífica. Se n;qu.icre, en consecuenc.ia, no aproxim.arse a !as teorías con ttna mirada ing<mua, M

~special, cuando avalan una razón que se pretende unitaria y objetiva, para lo cu~!, ~n todos tos casos. se precisa desentrañar la racionalidad que la sustenta.

3 , LA RAClONALIDAD DE LA fLUS· TRACION COMO RACJONAL!OAD FlJNDANTE DE LA ORGANIZA· ClON MOD.ER.NA

En la praxis de la sociedad indu.-trial contcmporáne.l\ el trabajo se realiza ,

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generalrot~nte, en organizaciones sociales altamenre. buroctatil:adas. La aparición de esta forma particular de ~tmc1ura­ci6n de las relaciones de producción, está asociada con el surgimiento de la radonaHdad como característica distínti· va de la modernidad que alumbra el Renacimiento y con el desarrollo tecno­lógico que da origen a la Revolución Tndustrial.

L<1 comprensión de la orga·nización no se puede desligar, por consiguiente, de esta ~isión del n1tmdo, la de la Ilustra­ción, que dedara su fe absoluta en la Ratón, su h1discutid<~ pretensión de- do· mínar toda la realid~d. la natural y la social, y su concepci<.'m lineal de! pro­greso , que por medio del coMchniento y la tecnolog(a, busca abolir la necesidad y pernütir el advenimiento del reino de la libertad.

Esta cosmovisíém, que sirve de fun­damelltO a la vel al pensamiento lil'\!ral y al pensamknto marxista, entt<U)a dos e!emen tos que la c:tracte-ríza n: de una parte, es lWa racionalidad económica animada por un interés <le dominio ~e la naturaleza y <l~ la sociedad para superar -la determinación natural inhe-rente a la condición del llombr,:! como ser ne~esi" tado; lo que en el hmguaíe <te Habermas se puede. homologar C<Jn el wncepto de inte r\Ss técnico y, en segundo lugar, es una racionalidad mecánics q1.1e espcril que ~~ desarrollo del conocimiento termhw a1X> tiendo la necesid~d y eon la desaparici<•n de la .necesidad nazc-a, al fi11 y autom:Hícamente, la !ibert~á, visión en la cual subyace u1\a concepción mtcani· cist.;¡ <.le! mundo.

De est()S et.ementos básicos COM1itu­tivo; de la cosmovisir.n <!e la flusrración se derivan varias consecuencia~. en !-ela­ción con J¡¡; concepción del conocimiento y su fundón en la vida social .

3.1 Ellnterés Técnico.

El ímerés técnico por su parte,

determina que el acceso al oonoc.imiento y a la construcción de la clettGla estén mediados por la economl~. puesto que ya no se trata de lil l)\isqueda incesante de la verdad por la verll~d, sino que la finalidad ultima que ahora se persigue es el progreso, con lo cual el conocimiento deja de ser fin y pasa a ser medio para que el hombre trascienda toda detenninación lnmediata nat\U'al. En este sentido, resulta esclarecedora la oposición que Marx establece entre interpretación y transformación del mundo cuando settata que: "los filósofos soló han interpretado (11 mundo cuando lo que se impon(~ era cambiarlo " 1,

La transfonnación del mundo como finalidad última del esfuerzo honUtno e~tablece tambíért una mediación de la >Jconomfa en el proceso de la compreMión del ~lombre. Su misión en el mun<lo se reconfigura en orden a propiciar la abolí· ción de la necesidad. 1.3 praxis humana adquiere significación en relaci.ón con su contribución al progreso. El progreso es la nu<3va norma etica, p~ro entendiendo por éste ei progreso económico. En este conte:xro de bús<¡ueda incesan1e del progreso económico, no de la verdad, nac~ el horolirc mortcmo, -sHuaéión que e-xplica lúcidamente Sdmmpeter para quien en 1~ civilización woderna "el esquema e•xHiómico es ta matriz de la lógica"~.

3-.2 i<l Concepción Posititista.

La racionalidad mecánica o po~·iti­vista supos1e t1ue la realidad natural y social están aní.rnadas por IJ th:z.ón, por una razón únic~. que e! hombre debe desc:ut!ir, pero q ue una vez descubi;erla se impone a la marclra de. las cosas haciéndolas racionales y da!ldo al hombre ~~ poder de dominarlas.

P::!m está racionalidad , la r.azón está más inscrita en l3s tosas que en e! hom­bre que !as cOnQruye, y ·~n ella~ ll.ay una

armonía real y preestablecida que es ,PQS.ible desvelar porque. es el resultado de. una ordenación lógica y normada de la reaMad. El postulado de Smith de la mano ínvisíble como reguladora del mercado , o la idea de Marx de que el progreso debe ser la cons~cucncia lógica de la derrota de la burgues!a por parte del proletariado, se inscriben en la lógica de esta racionalidad que no s<:>lo es unita­ria, sino mecáníc2, en cuanto a la realidad se~ la concibe,, como una máquina qne funciona segiln las leyes preestablecidas, que. ¡¡¡ s~r descubiertas hacen p~fecta· mente pre.decible su comportamiento.

3.3 La Tecnología como Variable Funda­mental.

La predictividad como caracterist\ca propia di! esta expüc.1ción dr. la realidad gol>t'mada pot reg.!as y animada por e! interts !étnico, hs.ce posible pretender el dominio del mundo na1ural y social. por medío de la tecnología que subyace c<Hnó la variable funóam~.ntal. sino la \i.níc.a, en el nadmiento de la sociedad industrbl y en la constitución de la o~ruli<:ación contemporánea.

Las presuntas <J,Ue dr.ntro de cstll dimensión tecnológica el hombre se plantea, se centran en el cómo se hac~u las cosas, más que en el QJH! hay que 11acer y por qué. Lo q-u~ se con.stituye ett el provfema IJiedular del coMcimiento, deJa sociedad )' ele la empresa, es la id en· tiflcación de los medios el'icacr-s y eficientes para a!ci!nzar un fin que a todos parece evidente, el prog¡eso.

El discurso de los teóricos dt> ln actministracíón clásica se enmarca e n este com ex 1o tecnológico. Parte de una con­cepción de Ja organizllción como unidad técnica de producción en la que los fines y las causas que 1os determinan no se discmen porque, o son evídentes, o se presum~n resueltos, o p~rmanecen subsu·

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mídos el\ la racíona.lidad de la cultura. ''Parece tan evidente que el máximo de prosperidad para el patrono, unido al máxímo de prosperidad para el emple2do, debieran ser los propósitos principales de la administración, que result11rfo innece· sor/o decirlo siquiera3• De esta manesa, prlltende Taylor resolver el problema acere~ de <¡ué es lo que hay que hace~ y por qué, par~ centrar.se de lleno en la resolución del cómo.

Henry Payo!, lo mismo que Taylor, está animado por e.l interés técnico, y por lo tamo, su enfoque. también ti~ne como objetivo central la eficiencia, a través de la aplicación de los "pfincípios uni<te.rsales" que él presume científicos. Tampoco s<l pre.ocupa del proceso decisional, e.l cual resuelve acudiendo al principio según el cual, ''el interés general prima sol>re el particular4 . En otr4s pahbr<ls, el interés tleJ e.rttpresario prevalece sobre el M.J trabajador.

Max Weber, finalmente, \1$ entre estos autores el único que trata explící· t'.tmente el probknta de Ja racionalidad en fa <:>rganlz3ción. Para él, esie c.once.pto está claramente delimitado. De tlna parte, hal)l) relación a ~~ racionalidad de la flusmción, a !a que $C aludíó anterior­mente y también la refíeN a la eficiencia, entendida como adecuación de medios a tlnes.

Al. operacionalizar esta racíonalidad, la tecnología adqul~re e.! caráctet óe variable tundamencal porque. el interés por ác.minar toda la realidad , a tr¡¡vés de la ciencia posibva para log¡ar el progreso, p:w~cjera resolver toda incertidumbre sobre !as rda\:ioncs qtlt> el notnbre m¡¡n, tiene con el mundo del cual debe ser anifíce, y sobre los Ya!ores que deben animar su ac.ci6u en e},

La visión del munóo, la comprensi<m de ta soci<-4ad y dlol la organización, como centro prünario de. la praxis social, se

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transforma, de esta manera, en una concepcibn mecánica que se expresa en lln Je.ngua)e de ingenieros, lenguaje tecnológico que pretende ser también lenguaje de senrido porque disuelve Jo nonnativo en lo técnico.

4. SUPUESTOS BASlCOS SUBYACEN· TES EN LA TEOR1A Al:>MlNlSTRA­TIV A TRADlClONAL

En el optimismo racionalizador de la ilu~uación y del pensamiento científico ~sitivista y, n1ás paJticularrnente, en la racionalidad del hombre económico se oonfígura la racionalidad de la organiza­ción en la teoría administrativa clásica.

4 .l Visión Positivist:l de 1ll Organízación.

La organitaáón se la entiende como algo concreto y real propio del mundo nattlral. Como uo fenómeno "obj~.tlvo" que se puede observar y medir de n'aneta j)HlCi5a, ex terno al sujeto que lo percibe. Algo que está ah i fu~ra de él como una realidad aparte dominada por la ratón, por una nzon úníca inscrita e tt la organi:t.ación más-que en el nombre qu<:. !a construye. Como la comprensión de la realidad w hace por medio del método analítico, la organi­zació!'l se la asimila con una estructura compuesta por una red de relacióne.s determinadasenrre. partes constituyentes, (áreas funcionales en Fayol. órbita de competencias en Weber y etapas del proceso de procJucción en Taylor}. A.sí se la reconduce a una interpretación reduccionista que pretende explicar el todo, (la organjzación), a p~rtir de las partes aisladas <JUB la integran, con lo cual el todo resulta ser igual a la suma de las partes.

Las interrelaciones enrre las partes se busca entenderlas exclusivamente en un~ relación causa-efecto. Un efecto no puede ocurrir sí no existe una causa suficiente y necesaria que )a determine,

pero esta causa es única y se encuentra dentro de la organización. La organi1.a­ción se la en tiende como un sistema cerrado. Así como Las leyes de !a física hacen del va el o una condición para fo.rmular sus leyes, de igual t'<!rma los "principios" expHcativos de! comporta­miento de la organización ignoran la reaHdad en que aquella está inmersa o la restrinsen a la noción de mercado cuando la reconoce11 y se adentran en su investigación. De esta manera, el hori­zonte de estudio de la administr~ción se cercena y se delimita artificiosamente. Pero si todos Jos comportamientos en la organización se explican como ef<.'ctos de causas pr~establecidas, la Interpretación de la realidad organiza ti va es necesaria· mente detemlinista y predecible. Todo lo que en ella sucede es resultado de algo que le precede, resultado ele la estructura y de las leyes caus¡¡jes que la explicao, las cuales constituyen el objeto de estudio de la admjnjstración (Jos principios uni­versales d<.' Fayol, el método científico de Taylor, los elementos del modelo ideal de Weber).

El pensamiento causaJ-reduccionista estructura de esta manera una concepción ~ irtJ@l\en y scnwiªll<3 de Ja máQuina. La organización es como UJ1 reloj hermética­mente sellado. compuesto por partes interrelacionadas entre sí, las cuales se expliCiln mediante relaciones causa-efec­to. Causas que se pueden descifrar y se constituyen en leyes interpretativas tle 19 realidad organizacional que pretenden tt.ner un carácter prcdictivo, científico y univer$al.

4.2.la Otganí~aci611 como Unidad Eco­nómh:.a.

Este tipo de racionalidad ~stá anima­da además, por un interés tccnico. La eficienéia es e! objetivo ~ntr~l de csws tres autores. La organización (;'S, esencial y excl.usivamente, una unidad producto· ra de bienes para 1!1 sub~isrencia de los

ln<es~gación y VéSlllrollo Social, S.ntafÓ<ie Sow><i.,Col. V u. 3 ~<>.l !;N!'.I\0-All~lt. · l~n 19

seres humanos. Su estructuración y funcionamiento se los conc ibe como una caja abstracta en la que entran insurnos y salen productos. La eficacia de sus accio­nes es correlativa a la maestría técnica con que sus integrantes realizan las tareas que se les asignan . La acción instrumental que en ellas se Ueva a cabo, debe generar res\Otados efectivos, por medio de la aplicación a los procesos de producción de técnicas que incorporen conocimiento tecnológico. El ú1terés técnico sólo reconoce con1o necesario e! entendimiénto entre los miembros de fa organización, en tanto ésta contribuya al lo¡¡.ro de las me t:IS de eficíencia que fa entidad persigue.

4.3 Supue.stos sobre la Naturaleztl Hu.m.a­na.

La organización enredida como uni­dad técnica rcq_uiere un hombre homogé­neo y docil que armonice con las m~tas óc producción. Busca, por Jo tanto, en su estruct ur-J de poder )' ~n sus procesos, confinarlo a un ámbito tan reducido como sea posible, q¡¡e pe . .rmita de una part~, un alto grado de e$p~cialización .• el cual se espera redunde en efk.icncia, a la vez que rnlnimí~a su ln fluenda pers<:>m1l a la to ma de decisiones re.Jacionaóa con los aspecto:s técnicos del pe.que!lo mundo al cual lo ha circunscsito. Pero en gran número de oportunidades el método de trabajo le niega aún es te restringido nivel de participación. El an1biente que la organizad ón crea, a través de la maní pu­lación de las nccesidad~s, del saber y del sent ir de .sus miembros,. busca contlicicmar su compertamiM ro para hacerlo predeci­ble y adecuado a las necesidades <ie la empresa. E.l marco reglamentario legal, la ideología l' la c.urtura institucional, sirven C5te própósiro. En última instancia se tr&ta de un recurso ¡nás del procc$o de producción y, eJJ tal carácter .. la prtocu­pación institucional se centra en maximi­zar su contribución a la ptoducción.

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4.4 Su.puestos sobre el TrabajQ

Los supuestos sobre el !roblljo de las escuelas tr.tdkiouales de lo ~drninistrac.ión se inscriben necesariamente en los supuestos sobre el hombre )' la organiza­ción hasta aquí esbozados. EJl efecto, el método analítico también caracteriza las fonnas de producción propuestas por estas corrientes. Sn el extremo de esta concepción de! tm~jo se -et~cuentra el redu<.-cionismo taylotista, qu~ se empeña en descomponerlo eJ1 partes con el pro [1ósito de construir proce~os de producción modulanne.nte. Paradignl<l­tico resulta, al respecto, el esfuerzo de los esposos Gilbre.th. quienes dedicaron su vida a identificar y clasificar las partes últimos del movimiento humano en la producción, a las que denominaron "therb!igs".

Esta visión positivista del mundo llizo del trabajo alg<:> objetivo, material y concreto que está fu~ra del sujeto que lo realiza. No de otra manera se expliC<\ el pr.oposirC del método taylorista de susti­flür c.rirerios penonales de actuación pot mé.todos objetivos de t rabajo basados en r~zonarnientos siste.ntáticos. Tampoco encuentra explicación plausible la dico­tomía entre quienes planean el trabajo y qui\'.nes lo ejecutan, que instaura la sepa­ración en tte los que piensan, los del tliinki11g deparrmenr y los que eíecutan un proce~o al cual se les exige ceñirse rigttrosamente.

E\ propósito que Tay!or persigue ~ún el <lcsanollo cientítlco dcf trabajo, con la separación ~l1tre p!aneación y ejecu­ción y con los estudios de t iempo y movirniell[o, es Ja rutiniz.ación que haoe <Ll trabajo obíe tivo y apto paro la obser­va<:ión y la mcó(ción precisas. que le confiere a los empleados la categor ia de me.nores de e<faü, desposetdos de •u inteligencia y de su dignidad y los ase­meja en su co1nponamiento al funcio­namiento de las máquinas.

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5. CONClUSIONES

- L1 racionalidad, como caracteris­tica de la modernidad, declara su fe abso­luta en la razón, animada por un inieres ele dominio d() toda la realidad, que busca e! pro¡¡reso y la abolición de la necesidad.

Esta racionnlidacl, cwndo ~.stá animada exclusivamente por un interés técnico, prGPicía un~ concepción positi· vista de la ciencia, de la sociedad y del hombre, ett tanto requiere de una {.e¡¡a!i­d~ó cientiifico-instn>ntental que permíta someter la r~alída<l a la finalidad hurnana del progreso.

la opcracionalización de ¡¡sta racionalidad, hace de l~ 1ccnologfa !a variat>le ftmdamental, si no la iiniCíl, en e! nacimknro de la sociedad illllusrrial y en lá ~:onstitución de la org~nlución contemporánea.

En este contexto,>.!! seJllido y lt• razón de ser de la Ofgantz.ación radica en 1:1 producción efíciente de bíene$ )' servi­cio~ que posibiliten la abolición do: !a nec~sidad. Su c-1:-j.::w es d problema récnko del cómo se hacen IM cOS$, y no la comprensión del qué es lo que hay que h¡¡ger y (JOI' q~<é.

Las teorias adminis~rativas, e11

consecuencia, centr~!l su atención en el <les.arrollo de un conocimiemo lnstru­rn\lnta! c¡ue permita lograr !a eficie11Cia, en tanto parecieran ignorar la~ rel¡¡ciones co.np!ejas y ambi.¡,'lt¡¡.~ d~. po<:ler, vígeni~s en !a organi;;ación.

- La ans<>ncla del estudio e;~ pUdro del poder or¡¡anitacivoal en las t~otia$ clásicas. sin embargo, no es atribuiMe a un olvido sistemático de los :..utores de C$tos modelos, m~s bien se explica como un inténto por oi~olvcr las relaciones Je óomiJ!ación e.n e! lengu~je ele ingenieros,

del cómo se hacen !a$ <:osas, q_ue pre· ~nde ser racionalidad de sentido que det1na qué es lo que hay que hacer y por qué.

La legitímí<lad del poder que segreglll las organizaciOJles permanece subsumida en el método cientffiC<J del trabajO, O C!J el ui5et\o estructural de la organización, o en su marco jnrldico legal, los cuales se apoyan en la racionali­dad unitaria, e~onóm.íca y positivista propia de la culrura social imJ)1)ra:nte.

- Las características de esta viSión de la t\loría administrativa tradk,ional, determinan una percepción restringida de la vrga.nización. ya que de ella sólo se reconoce $U dimensión récnica, en t;l.llto ~ constituye e11 medío para lograr la eficiencía. la con¡preosión de la dimen­sión sicosocíal queda cons~reilida al ;lmbito delimitado por !as ne.cesidades d-e ~~ producción. En e!!a no hay lugar par'~ la inwracci.ón que posibilite, por medio del entendimiento inteTSill>jetivo, eldesarroUo personal y s.ocia!. El hombre, en e.stas teorías, es tiUl solo 11n diente de la gran rue.da dentada que es la organi~a­oión y en l.al)tl'.> M• es pó~ib!e S'-tg:.r la vigencia de la teoría clásica eu .la confi¡¡u· r;1ción de las organizaciones wodernas, se debe aceptar l3. condición acrual del ser humano como ser disminuido, lintitado y depMdlente. La pre~'llnta que desde un intet6s enlllllci¡:>s\orio ~e puede hacer frente a esta crJncepd&n organizativa "no es. por lo tanto, -<:o m o c!ecf~ Weber­cómo promoverht y acelerarla. sino que podemos oponer a 1/.Ste sistema para sa!vaguaidar una porción libre de huma­nidsd ante ~sta parcelaclón <lel alma, ante el dorrá1liO supremo del modo de vi<:la burocrátko".

Para la institución educativa resulta particulsrmente preocupante su cstrocturadón con base en estos esqu;~­mas, por cuanto la racionalidad S\.lbya-

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cente ·en ellos, corresponde a una con· cepción tecnocrática y economicista que no se adecúa a las neceSidades pedagógi­cas de formación de un hombte autóno­mo, libre y respon:;able .. capaz de pregun­tarse por el sjgníficado de Jos hechos, dispuesto a asumir t~na posición étlca ante ellos y abieno al universo de posi·

l . ~fARX, Cario$. Tesis sobre Peuer\lach. Th (11} ..

Z. SC):iUMPETER, Jo~¡>h. Oapitalism•,

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Socíalialne et Democsatit. l'ayot. Psris, l%?.

\)¡¡jdade\ que la tealidad !e brinda. Más bien. lo que este tipo de organización propicia, es el surgimit.nto de un hombre acond\cionado y pasívo que se limita a respondo;;r de manesa mecánica y predefi­nida a los es!ímul()s pro..-enientes desde su medio amble.nte externo.

3. TAYLOR, l'¡ederi~lc. La l<lmAlistracíón cie.ntí!íca. Edit. El A1011eo, :Buenos Aire•,

-1. I?AYOL,llenry. Administración md1¡strlal y ¡¡~Jletal.

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