Una crítica epistemológica de ‘Cadenas de rituales de ... · PDF fileinterior los productos de una red históricamente densa. ... bién la fabrique— o un sistema conceptual —que

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  • Cadenas de rituales de interaccin (CRI) modifica la metodologa de Sociologa de las filoso-fas (SF), que era un libro potentsimo pero internamente desequilibrado. Propona una intere-sante socioantropologa de la creacin y de la recepcin filosficas basada en rituales de interac-cin pero el material construido a partir del anlisis de las redes intelectuales en las quegerminaban las obras filosfico se prestaba poco a ilustrar, desmentir, cuestionar o ampliar lasocioantropologa propuesta. El libro probaba la existencia de conexiones mayores y ms den-sas entre los filsofos importantes. Sin embargo, y salvo ciertas reconstrucciones biogrficas, ex-ploraba poco cmo se producan los rituales de interaccin y se adquira la energa emocional.

    CRI aporta una descripcin del funcionamiento de los rituales basada en materiales varia-dos. Abundan las etnografas, aunque tambin las reconstrucciones histricas y la discusincon las explicaciones alternativas. El libro propone un modo convincente de qu es hacersociologa: no es entretenerse con el comentario eterno de los clsicos y la exploracin desus infinitas combinaciones, pero tampoco competir con los novelistas o con los cronistas.En ese sentido, Collins practica una sociologa modlica, que no se deja encajar en la distin-cin entre araas tericos especulativos y hormigas recolectores de material (Rossi,1990). Claro queda que considero el libro una obra mayor y que las crticas que vienen a con-tinuacin, por severa que alguna pretenda ser, no empaan mi admiracin por una obra quepropone una construccin terica y emprica que invita a nuevas investigaciones y a nuevasreordenaciones conceptuales.

    UNA EPISTEMOLOGA DE GNEROS Y ESPECIES

    Randall Collins establece dos frentes de combate epistemolgicos. Uno, respecto de las cien-cias ms all de lo social (con las que cualquier teora del cuerpo socializado debe vrselas),otro con lecturas alternativas en las ciencias sociales. En ambos casos, su propsito es claro:

    Una crtica epistemolgica de Cadenas de rituales de interaccin

    An epistemological critique of Interaction Ritual Chains

    JOS LUIS MORENO PESTAAUniversidad de Cdiz (Espaa)

    Miembro asociado del Centre europen de sociologie et de science politique de la Sorbonne: quipe CSE

    [email protected]

    RES n 13 (2010) pp. 123-128. ISSN: 1578-2824

  • la teora contenida en CRI explica mejor los datos empricos que los modelos alternativos.Todo puede ser integrado dentro del gnero rituales de interaccin; luego, es verdad, hayque sealar la diferencia especfica en cada ritual. Hay, y no poda ser de otro modo, unaepistemologa implcita en la sociologa de Randall Collins.

    Esa epistemologa es idntica a la que Collins sorprende en la filosofa. Leyendo creativa-mente a Mead, Collins presentaba el avance filosfico como el resultado de un proceso de abs-traccin y reflexividad. Segn Mead, las personas contienen una personalidad moral ms desa-rrollada si en la relacin con el otro pueden adoptar un punto de vista ms amplio y global, estoes, ms abstracto. El progreso en la abstraccin del otro generalizado contiene cada vez mselementos concretos del mundo intelectual en forma de perspectivas tericas. Con esos elemen-tos construye principios de reflexividad cada vez ms amplios y universalizables. En filosofa,(SF, 798-801), debido a la transmisin intergeneracional, se mantiene la unidad a lo largo deltiempo y el sujeto debe incluir interlocutores cada vez ms abstractos y menos personificadospara formar parte de sus problemas comunes. Hay un ascenso en niveles conceptuales, cadauno de los cuales genera sus propios debates. Un intelectual sofisticado tiene ms unidos en suinterior los productos de una red histricamente densa.

    En sociologa esta concepcin del avance sociolgico tiene un enemigo: la teora neokan-tiana y weberiana que insiste en el carcter provisional de toda construccin terica y en que,la mejor, slo ilumina ciertos aspectos de la realidad. De ese modo, seala Collins (CRI, 69),se renuncia a profundizar en la explicacin sociolgica y a probar la potencia de un paradig-ma. Estoy de acuerdo con Collins en aborrecer el ignoramos e ignoraremos si se convier-te en pretexto para el relativismo y la falta de compromiso terico y emprico.

    CONTRADICCIONES EPISTEMOLGICAS EN COLLINS

    Sucede que yo no entiendo as la enseanza weberiana y que el problema es profundo y tocalas fibras argumentativas de Collins. Weber insista en que toda teora, lo sepa o no, organizala realidad de una manera sesgada y, por ende, provisional. Ortega (1976: 158) lo expona gr-ficamente: todo concepto va montado en la irona de s mismo: cuando dice que algo es A o B,lo hace con una seriedad de pince-sans-rire, como quien se est aguantando la risa al recono-cerse ms contundente en sus juicios de lo que debera. El trabajo sociolgico sobre la realidadhistrica, explicaba Weber (WL, 180, 184), casa mal con la petrificacin china de un siste-ma de conceptos que pretenda fijar, de una vez por todas, los campos de investigacin y las pre-guntas que deben hacerse. Las realidades, siempre individuales (no porque estn formadas porindividuos sino porque son configuraciones originales), slo se dejan captar por un conceptogenrico si las despojamos de lo que las hace radicalmente histricas. En su trabajo sobre lafilosofa, Collins explicaba que las ciencias sociales estn en un limbo a medio camino entrelas ciencias y las humanidades: compiten dentro de la ley de los nmeros pequeos (que per-mita slo a algunos llegar al centro intelelectual) proponiendo conceptos ms generales yreflexivos aunque trabajan sobre objetos empricos y permanecen en un nivel limitado de abs-traccin. De lo contrario, derrapan en la filosofa (SF, 797). A propsito del patrimonio comnen ciencias sociales, Collins tena dudas: la lucha por el espacio de atencin, en las ciencias

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  • sociales, puede que conjugue a ciegos que palpan un elefante y cada uno de los cuales toma laparte que toca como el elefante entero (SF, 883). Pese a todo, Collins contemplaba la alternati-va de que las ciencias sociales llegasen a verdades compartidas. Si la alternativa escptica es laque se impone, cada ciego, entonces, intenta imponer sus categoras lgicas, procedentes deuna experiencia social determinada. La generalizacin de una teora tiene mucho de extensinde un arbitrario simblico (porque procede, si se sigue a Collins, de rituales de interaccin espe-cficos), de una profeca consistente en leer toda la realidad desde un exclusivo marco teri-co. Collins parece haber asumido esa va: la creacin de una teora-movimiento capaz delevantar la energa emocional de sus seguidores (CRI, 69-70).

    Pero si seguimos la descripcin de las ciencias sociales en Sociologa de las filosofas,cabe preguntarse: conviene una epistemologa de gneros y especies a la sociologa, si entresus rasgos esenciales sin el cual se trasmutara en otra cosa, en general, un sucedneo defilosofa se encuentra el trabajo emprico? El trabajo emprico, en ciencias multiparadigm-ticas como demuestran serlo las ciencias sociales, ms all de promesas de fundamentacinque tienen ms que ver con la creacin de smbolos de pertenencia, como seala Collins, quecon el trabajo emprico por un lado, produce unos enunciados observacionales cargadostericamente, aunque puede concluirse que esa carga terica puede ser mnima y formarparte del mnimo comn denominador que caracteriza a una ciencia emprica y, por otrolado, propone sistemas tericos desde los que explicarlos. Qu sea un enunciado observacio-nal pertinente en sociologa es una cuestin disputada. Existen dos posibilidades, formula-das por Passeron (1994: 109). Pueden aceptarse slo los enunciados observacionales quepromueven un grupo restringido de teoras. La otra posibilidad consiste en aceptar todosaquellos compatibles con cualquier teora que promueva el conocimiento de lo social, lo cualsupone aceptar una amplia pluralidad epistemolgica en sociologa.

    Si se sigue el modelo de Collins en Cadenas de rituales de interaccin contradictorio,si estoy en lo cierto, con lo que sealaba en Sociologa de las filosofas, se opta por la pri-mera opcin. Por eso, cuando se discuten las teoras alternativas se intenta demostrarlas infe-riores a la propia que, puede explicar lo que ellas explican, y hacerlo dentro de un marco mscoherente lgicamente y ms frtil para la investigacin emprica. Collins codifica todosegn las cadenas de rituales de interaccin: por ejemplo, la lucha de clases es un conflictoentre diversas energas emocionales estratificadas, la produccin terica una forma de con-centrarse en objetos sagrados y producir smbolos de pertenencia y las emociones un efectode las cadenas de interaccin ritual... La estrategia de discusin con los contendientes inte-lectuales es la siguiente: recodificar de acuerdo con el sistema terico de Collins las aporta-ciones ajenas, a veces despus de una buena lectura y, a veces, despus de una lectura discu-tible (enseguida entrar en esta cuestin).

    CMO SE DISCUTE UN CLSICO CUANDO LO ES DE LA SOCIOLOGA?

    Puede que no sean dos reinos diferentes, pero s creo que hay una frontera entre una teoracientfica con vocacin emprica y una metafsica consistente en la reproduccin indefinidade un mismo lenguaje. Si optamos por la primera, se corre el peligro de esas etnografas que

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  • parecen darnos a ver la realidad. Para ver, aconsejaba Weber (1998: 88), ya est el cine. Pero,tratndose de una ciencia emprica, mayores son los peligros de la segunda. La metafsicaproporciona una inteligibilidad perfecta a costa de limitar la riqueza histrica de un modeloy su extensin se basa, por un lado, en la simple reproduccin terica de una jerga y, por elotro, en la conversin de los casos que pueden expl