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—97— UNA INCURSIÓN MÉTRICA EN LA POESÍA DE NICANOR PARRA A PROSODY FORAY INTO NICANOR PARRA´S POETRY Cൺඋඅඈඌ Mගඋආඈඅ Universidad de Sevilla Resumen: El objeto de este artículo es hacer una incur- sión métrica en el código lírico sobre el que se sustenta la denominada antipoesía de Nicanor Parra a partir de la com- paración crítica de dos de sus antipoemas con referentes pro- cedentes de la tradición de la mejor poesía escrita en español del siglo එඑ (Machado y Borges). De dicho contraste se des- prende que el discurso poético presente en la obra del poeta chileno cuestiona una serie de convenciones del discurso lí- rico tradicional con el afán de superarlas. Dicha renovación lírica, sin embargo, no se reduce a la mera oposición con respecto a la tradición, sino que busca reorientar la enuncia- ción lírica hacia una sensibilidad más acorde con el hombre de nuestro tiempo. Palabras clave: Nicanor Parra, poesía, antipoesía, tradi- ción, prosaísmo, lírica. Abstract: The purpose of this article is to make a foray into the lyrical metric code which the antipoetry of Nicanor Parra is based in though a review of two of its antipoems with references from the best poetry written in Spanish during එඑ Century (Machado and Borges). From this contrast it appears

Una Incursión Métrica en La Poesía de Nicanor Parra

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Una Incursión Métrica en La Poesía de Nicanor Parra

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    UNA INCURSIN MTRICA EN LA POESA DE NICANOR PARRA

    A PROSODY FORAY INTONICANOR PARRAS POETRY

    C MUniversidad de Sevilla

    Resumen: El objeto de este artculo es hacer una incur-sin mtrica en el cdigo lrico sobre el que se sustenta la denominada antipoesa de Nicanor Parra a partir de la com-paracin crtica de dos de sus antipoemas con referentes pro-cedentes de la tradicin de la mejor poesa escrita en espaol del siglo (Machado y Borges). De dicho contraste se des-prende que el discurso potico presente en la obra del poeta chileno cuestiona una serie de convenciones del discurso l-rico tradicional con el afn de superarlas. Dicha renovacin lrica, sin embargo, no se reduce a la mera oposicin con respecto a la tradicin, sino que busca reorientar la enuncia-cin lrica hacia una sensibilidad ms acorde con el hombre de nuestro tiempo.

    Palabras clave: Nicanor Parra, poesa, antipoesa, tradi-cin, prosasmo, lrica.

    Abstract: The purpose of this article is to make a foray into the lyrical metric code which the antipoetry of Nicanor Parra is based in though a review of two of its antipoems with references from the best poetry written in Spanish during Century (Machado and Borges). From this contrast it appears

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    clearly that the poetic discourse in the work of Chilean poet challenges a number of conventions of traditional lyrical speech in an effort to overcome them. This lyrical renewal, however, is not based solely on opposition to tradition, but seeks to reorient the lyrical enunciation sensitivity much more in line with the man of our time.

    Keywords: Nicanor Parra, poetry, anti-poetry, tradition, prosaism, lyric.

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    I

    El verdadero Cristo es lo que esen cambio yo qu soy: lo que no soy1

    N P

    La obra del chileno Nicanor Parra ha sido de nida por el crtico norteamericano Harold Bloom2 como un ejer-cicio persuasivamente irreverente sobre la funcin de la poesa en los tiempos contemporneos. Si damos por vlida dicha aseveracin, lo cual supone no tanto aceptarla en su integridad, sino concederle al menos el crdito necesario para poder cuestionarnos el fondo a partir del cual nace su ar-gumentacin, convendra preguntarse exactamente sobre qu o quin proyecta Parra su famosa irreverencia. Sobre la poesa tal y como la hemos entendido a lo largo de los siglos? Sobre el lenguaje potico? Sobre una determinada sensibilidad lrica?

    Responder no es fcil. Una de las caractersticas de la pro-duccin potica del escritor chileno es su constante mutacin. Su poesa es la protagonista pertinaz de un proceso de cambio continuo que, aunque anclado en la realidad, ha dado lugar a di-versos experimentos y atrevimientos poticos; en algunos casos

    1 P, Nicanor: Nuevos sermones y prdicas del Cristo de Elqui. Valparaso: Edi-ciones Ganymedes, 1979. Obras completas & algo + (1975-2006). Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2011, p. 37.

    2 B, Harold: Prefacio a P, Nicanor: Obras completas & algo + (1935-1972). Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2006, p. 28.

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    sorprendentes, en otros algo ms discutibles si los contempla-mos desde la perspectiva ortodoxa del ejercicio del verso. Con independencia de cul sea la opinin al respecto, e incluso si sta es negativa, existe un cierto consenso general sobre el impacto que en su da supuso la irrupcin del singular discurso lrico de Parra. Segn la mayor parte de la crtica, el poeta chileno alter la poesa escrita en espaol en 1954, fecha de la publicacin de Poemas y antipoemas, su segundo libro3, que instaur una mane-ra de decir el verso que coloca al prosasmo como eje central de una produccin lrica que cuestiona la tradicin heredada, pero tambin supera a las distintas corrientes de poesa coloquial que venan cultivndose en Hispanoamrica desde la poca del Mo-dernismo tardo cuando el cisne ya no tena cuello, por usar el famoso smil del mexicano Enrique Gonzlez Martnez4 hasta nuestros das, todava marcados por el acercamiento de la poesa a la sensibilidad del hombre moderno.

    Parra expresa muy bien en su obra esta voluntad de su tiempo de desmiti car la enunciacin potica a travs de un registro que en ocasiones ha hecho dudar sobre la naturaleza del propio hecho lrico. En paralelo a la crisis de la poesa clsica, en apa-riencia alejada de las necesidades del hombre de nuestros das, el escritor chileno ha construido su propia tradicin, aunque en vez de hacerlo mediante una oposicin directa al canon lrico oc-cidental, su poesa buscara renovarlo a travs de una profunda limpieza del andamiaje retrico y crtico surgido a su alrededor. Su intencin ltima es devolver el lenguaje potico a su raz esencial. En la poesa se permite todo, ha defendido el poe-ta chileno, marcando distancias con quienes conciben la lrica exclusivamente como un conjunto de normas mtricas y reglas jadas a lo largo de la historia de la literatura.

    Las apariencias, no obstante, dejan cabos sueltos. Para burlar-se de cualquier tradicin conviene antes conocerla en profundi-dad. Este rasgo es justo el que diferencia a Parra de otros muchos provocadores lricos: al dominar la tradicin su ruptura no es completa ni frontal, sino irnica y lateral. Mucho ms inteligente. 3 P, Nicanor: Poemas y antipoemas. Santiago: Nascimiento, 1954.4 Escritor mexicano autor del poemario Los senderos ocultos. Mxico: Porra Her-

    manos, 1911.

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    Aunque el poeta opta por temas y motivos de clara ndole pro-saica, en buena parte de su produccin potica compensa esta eleccin esttica con una relativa estabilidad rtmica caracteri-zada por el uso del endecaslabo y otros versos de ritmo impar. La tendencia al versolibrismo y la presencia de lo prosaico son sntomas de la voluntad de arrancar de la poesa todo aquello que se ha convertido en convencin o retrica muerta. Pero esto no implica necesariamente el destierro de algunas formas mtricas consideradas tiles. Decir que la poesa de Parra est marcada por el coloquialismo, que opta por el habla comn y que recuerda el afn contestatario de las vanguardias no es sino hacer un an-lisis epidrmico. Para comprender en su integridad la renovacin potica del escritor chileno debemos profundizar en el punto de partida sobre el que trabaja el poeta, estudiar sus procedimientos lricos y evaluar el resultado nal. Dichas fases estn desarrolla-das en la teora del antipoema esbozada por Ivn Carrasco5 hace ya un cuarto de siglo, cuyas lneas generales son una buena gua para el acercamiento a la lrica de la antipoesa.

    II

    Me parece que el xito ser completoCuando logre inventar un atad de doble fondo

    Que permita al cadver asomarse a otro mundo6

    N P

    Ivn Carrasco7 parte de la idea de que la obra de Parra no es slo coloquial, sino que intenta modi car la percepcin misma de lo potico. A su juicio, la operativa lrica del poeta chileno persigue hacer una reescritura a conciencia del canon. No se trata, en su opinin, de la habitual diatriba entre el respeto o el cuestionamiento de determinadas normas mtricas. Parra, segn Carrasco, quiere escribir poesa desde cero. Y para conseguirlo 5 C, Ivn: Nicanor Parra: La escritura antipotica. Santiago de Chile: Edito-

    rial Universitaria, 1990.6 P, Nicanor: Obras completas & algo, cit.7 C, Ivn: Nicanor Parra, cit.

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    aplica sobre la tradicin una metodologa que se resume en tres pasos. El primero consiste en homologarse, por analoga, con el objeto que se va a cuestionar: el poema. La segunda fase invierte los valores estticos aceptados, pero no de forma rotunda, sino ambigua; sin llegar a romper del todo con la tradicin. La ltima etapa satiriza lo literario, deformndolo, lo que obliga al lector a poner en cuestin toda la convencin lrica heredada, dejndolo sin los asideros aprendidos e invitndolo as a preguntarse en qu consiste en realidad la enunciacin potica. No son fases mec-nicas, sino aproximativas. En la extenssima obra de Parra los ejemplos son ms intensos en unos casos y menos en otros. Lo que implica que no siempre podemos hablar de cortes radicales con el cordn umbilical de la tradicin, sino ms bien de quiebros.

    El aspecto mtrico, igual que otros elementos relacionados con la enunciacin lrica, tambin participa de esta ceremonia de desmontaje de mitos literarios que, en el fondo, es la obra de Parra. Qu tipo de verso elige el poeta chileno para cumplir su objetivo? Verso libre o irregular? Acaso no son lo mismo? So-bre esta cuestin existe un debate entre los expertos. Quilis iden-ti ca ambas categoras8. Domnguez Caparros cataloga el verso libre como una variante del verso irregular9. A juicio de Navarro Toms, los versos libres son versos que no obedecen ni a la igualdad de las slabas ni a la uniformidad de las clusulas10. Utrera Torremocha clasi ca el verso libre dentro de las distin-tas formas irregulares: Por versi cacin irregular se entiende siempre aqulla que no est regida por el principio de la igualdad en el nmero de slabas mtricas11. En muchos poemas de Parra encontramos, a pesar de su registro prosaico, una regularidad mtrica. Tambin podramos argumentar que en realidad se trata de un verso uctuante, que, segn Utrera Torremocha, es el ver-so cuya irregularidad silbica se ajusta a una ametra limitada a unas medidas prximas, mientras que los versos libres no obe-decen ni a igualdad de nmero ni a uniformidad de clusulas.

    8 Q, Antonio: Mtrica Espaola. Barcelona: Ariel, 1984.9 Dn Cs, Jos: Mtrica Espaola. Madrid: Sntesis, 1993, pp.53-59.10 N T, Toms: Mtrica espaola. Barcelona: Labor, 1991, p. 3911 U T, Mara Victoria: Historia y teora del verso libre. Sevilla: Pa-

    dilla Libros Editores, 2001, pp.13-14.

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    La situacin, pues, induce al desconcierto si hemos acepta-do sin ms la opinin de la crtica que identi ca la antipoesa con la ausencia de mtrica. Tratar temas vulgares con un patrn mtrico, por muy exible que ste sea, quiere decir que el pro-sasmo de Parra no llegara en el fondo a despegarse del todo de la tradicin mtrica, aunque intente compensar dicha tendencia con elementos temticos de orden comn, cotidianos. Por qu Parra no rechaza la regularidad rtmica del endecaslabo al hacer antipoesa? Para responder es preciso analizar antes cul es la percepcin del poeta sobre la naturaleza de esta forma versal12. A juicio de Niall Binns, el uso del endecaslabo (en Parra) es ms una parodia que una vuelta a la tradicin literaria. Sin em-bargo, no es un hecho azaroso, sino fruto de una intencin: el endecaslabo es un medio para alcanzar una poesa realmente hablada, precisa.

    Segn las propias palabras del poeta chileno, si el octos-labo de la poesa popular naci de los ritmos del habla popular del medievo, el endecaslabo representa el grupo fnico que co-rrespondera al habla ms so sticada de la burguesa moderna. Binns nos dice que, segn Parra, la transformacin entre estos dos ritmos se anuncia desde las primeras palabras de El Quijote, donde el octoslabo inicial, escrito con el idioma de Sancho, da lugar enseguida al endecaslabo, que nos traslada en el acto a la modernidad. Dicho en palabras del propio poeta: si no uso el endecaslabo estoy renunciando poco menos que a la columna vertebral del lenguaje, del idioma espaol.

    Lejos de indicar un amor secreto por las reglas lricas tra-dicionales, la frecuente aparicin del endecaslabo respondera ms bien al sentido comn. La antipoesa no quiere romper ne-cesariamente con la mtrica: la utiliza en funcin de su idonei-dad. Prescindir de dicha obligacin normativa si sta choca con su intencin comunicativa, pero no rechazar su presencia cuando contribuya al objeto del poema. A medida que la obra de Parra avanza, el alejamiento con respecto a la mtrica clsica se har ms intenso, pero en los primeros poemarios todava vemos cmo coexiste el verso libre con una hbil seleccin de recursos 12 Tomamos el anlisis de dicha teora de B, Niall: Introduccin a P, Nicanor:

    Obras Completas & algo + (1935-1972), cit., p. 52-53.

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    mtricos ordinarios. Los antipoemas, en efecto, no obvian el rit-mo. Entre otras cuestiones porque la ametra siempre tiene su razn de ser, como explic en su momento Esteban Torre, en los esquemas mtricos, de los que representa, segn el caso, una con rmacin, un desvo o una expectativa frustrada. Federico Schopf13 arroja algo ms de luz sobre las razones por las que Pa-rra trabaja tanto con el endecaslabo al estimar que este tipo de verso no limita su libertad potica, sino que es una formal versal natural y muy prxima al famoso fantasma de la tribu14 que el poeta desea resucitar:

    Los antipoemas [...] surgen de una ruptura con los sistemas o c-digos de la poesa anterior (incluido el vertiginoso movimiento de las vanguardias). Pero no se constituyen a partir de una oposicin ex-cluyente, rasgo a rasgo, en relacin con las distintas variedades de poemas anteriores. Incluso Parra ha llegado a descubrir, con el paso del tiempo, una lista de precursores antipoticos [...] Los antipoemas como conjunto se oponen a los conjuntos anteriores de poemas, aun-que tengan en comn con ellos algunos de sus elementos, pero recon-textualizados, esto es coexistiendo con otros componentes, reorien-tados en sus signi caciones y referencias, que se iluminan an ms sobre el trasfondo familiar de sus signi caciones normales.

    Dos ejemplos expresos de esta reordenacin de la tradicin lrica los encontramos en los poemas Autorretrato15 y Qudate con tu Borges16. El primero dinamita el gnero del retrato que un poeta hace sobre s mismo. Una tradicin en la historia de la literatura que podramos ejempli car, desde una ptica cercana, en el caso del clebre Retrato17 de Antonio Machado.

    El poema machadiano est escrito en serventesios18, una for-ma mtrica vinculada al Modernismo de primera hora. El retrato 13 S, Federico: Genealoga y actualidad de la antipoesa: un balance provisorio.

    Prlogo a P, Nicanor: Obras Completas & algo + (1935-1972), cit. 14 L M, T: Conversaciones con Nicanor Parra. Santiago de Chile: Edi-

    torial Universitaria, 1990.15 P, Nicanor: Obras Completas & algo, cit.16 Ivn Carrasco explica en su estudio sobre la obra lrica de Parra que dicho poema

    no est incluido en ningn poemario. El poeta, segn este relato, se lo regal per-sonalmente al crtico en un gesto de amistad.

    17 M, Antonio: Campos de Castilla. Madrid: Renacimiento, 1912.18 El serventesio es el nombre con el que se designa a veces a la redondilla o al cuarteto

    de rimas cruzadas, segn la denominacin de N Ts, Toms: Mtrica espaola, cit., p. 539.

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    que el poeta hace de s mismo se caracteriza aqu por el distan-ciamiento, perceptible desde el mismo ttulo. Evidentemente, es un autorretrato, pero Machado evita usar este trmino y lo reem-plaza por otro cuya connotacin es bastante ms objetiva: el re-trato. Al tratarse de una descripcin aparecen elementos ntimos del poeta, si bien contemplados con bastante desapego. Las alu-siones personales son genricas, no concretas. El individualismo del poeta adems est contenido: no entra en detalles ciertos. El poema recurre a tpicos literarios bien anclados en la tradicin occidental. Usa un lenguaje culto y elevado que se presenta en sociedad bajo la forma del soliloquio.

    Parra, en cambio, invierte este modelo lrico tan de nido y opta por otro donde el prosasmo atena el tono elevado del poe-ma machadiano.

    Autorretrato

    Considerad, muchachos, 7 Este gabn de fraile mendicante: 11 ASoy profesor de un liceo obscuro, 11He perdido la voz haciendo clases. 11 A(Despus de todo o nada 7Hago cuarenta horas semanales). 11 AQu les dice mi cara abofeteada? 11Verdad que inspira lstima mirarme! 11 Aqu les sugieren estos zapatos de cura 14Que envejecieron sin arte ni parte. 11 A

    En materia de ojos, a tres metros 11No reconozco ni a mi propia madre. 11 AQu me sucede? Nada! 7Me los he arruinado haciendo clases: 11 ALa mala luz, el sol, 7La venenosa luna miserable. 11 AY todo para qu! 7Para ganar un pan imperdonable 11 ADuro como la cara del burgus 11Y con olor y con sabor a sangre. 11 APara qu hemos nacido como hombres 11Si nos dan una muerte de animales! 11 A

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    Por el exceso de trabajo, a veces 11Veo formas extraas en el aire, 11 AOigo carreras locas, 7Risas, conversaciones criminales. 11 AObservad estas manos 7Y estas mejillas blancas de cadver, 11 AEstos escasos pelos que me quedan. 11Estas negras arrugas infernales! 11 A

    Sin embargo yo fui tal como ustedes, 11joven lleno de bellos ideales, 11 ASo fundiendo el cobre 7Y limando las caras del diamante: 11 AAqu me tienen hoy 7Detrs de este mesn inconfortable 11 AEmbrutecido por el sonsonete 11De las quinientas horas semanales 11 A

    La escansin de los versos nos descubre que el poema sigue un patrn rtmico endecasilbico: el endecaslabo se combina con heptaslabos y un solitario verso de catorce slabas. Se trata de un conjunto de versos irregulares que componen una silva arromanzada: un poema de ritmo impar con rima en romance en los pares, segn la de nicin de Isabel Paraso. Se trata de una forma mtrica frecuente en la poesa libre del siglo . El cm-puto de slabas nos indica tambin que estamos ante una pauta mtrica. Dos elementos ms inciden en esta misma direccin: la escasa utilizacin de encabalgamientos abruptos, utilizados para desmantelar el verso tradicional; y la repeticin de los dos lti-mos grupos de versos, donde se percibe un modelo determinado de rima y medida: 11/11/7/11/7/11/11/11. Esta eleccin indica que Parra tiene una clara conciencia constructiva. La regularidad se percibe asimismo en la distribucin de la rima y en el ritmo impar. El poeta chileno no parece querer desdibujar por comple-to el ritmo de poema, aunque s el estilo, al situar el prosasmo como elemento de referencia.

    El poema de Parra se escapa de la tradicin del gnero (el tex-to de Machado sera en cambio una reformulacin modernista del canon) pero utilizando la mtrica para resaltar el contraste existente entre la forma y el fondo, que es una manera de invertir

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    la convencin lrica clsica. Parra no idealiza su imagen (se retra-ta como profesor, no como poeta) y se sumerge en una realidad vulgar. Su ideal no es la belleza, sino el prosasmo. No se trata ya de un retrato literario, sino tomado del natural: sin referencias cultas (al contrario de Machado) y sin un lenguaje retrico. La frmula elegida rompe cualquier tipo de decoro literario. Las descripciones no tienen piedad porque el poeta tampoco la tiene consigo mismo. Su discurso incluye exageraciones populares y, en lugar de un soliloquio, como en el caso de Machado, el texto se presenta bajo la forma de un terico dilogo entre el profesor y sus alumnos. No hay espacio para la nostalgia. Tan slo en la ltima estrofa se evoca el pretrito del profesor decrpito, que sigue dando clases en un liceo obscuro, sin voz, con la cara abofeteada y zapatos de cura, embrutecido por el sonsonete/de las quinientas horas semanales.

    En el caso de Qudate con tu Borges estamos ante un texto breve: apenas siete versos. Est construido a partir de una l-nea de uno de los dos poemas ingleses escritos por Jorge Luis Borges en 1934. En estos poemas, compuestos originalmente en lengua inglesa, Borges ensaya una lrica prxima a Walt Whit-man y a T.S. Eliot. El verso de Borges sobre el que Parra monta su poema es el siguiente:

    I offer you the memory of yellow rose seen at sunset, years before you were born.

    El poema comienza con una perfrasis casi literal del verso borgiano que se extiende a lo largo de tres versos ms, distintos y construidos sin puntuacin. Parra inicia su poema in media res, dando por hecho, de entrada, que el lector ya conoce el poe-ma de Borges. Parte pues de la literatura.

    Qudate con tu Borges

    l te ofrece el recuerdo de un rosa amarilla 14vista al anochecer 7aos antes que t nacieras 9interesante puchas qu interesante 12 (7-5)en cambio yo no te prometo nada 11ni dinero ni sexo ni poesa 11un yogurt es lo + que podra ofrecerte 14

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    El poema no responde a ningn modelo cerrado de estrofa. Los versos son irregulares pero de ritmo endecasilbico. Segn explica Carrasco19, Parra reproduce el verso del poema borgiano respetando su mtrica, si bien distribuida ahora en tres lneas di-ferentes. El efecto rtmico se conserva en esta primera parte del poema, pero muta a medida que avanza el texto. El poema est concebido a partir del contraste entre estos tres primeros versos y los tres ltimos, que son dos endecaslabos ms un alejandri-no. El texto empieza con un alejandrino y termina con otro, lo que alimenta la idea de una estructura circular. Los versos, sin embargo, dicen cosas radicalmente distintas. El primero emula el estilo potico de Borges, mientras que el segundo es de una vulgaridad notable. Puro Parra. Lo cual nos lleva a la tesis de Esteban Torre20: La poesa no tiene por qu manifestarse, ne-cesaria y exclusivamente, a travs del verso. Puede haber poesa sin versos. Y puede haber versos carentes de poesa. El lti-mo alejandrino es poesa? Ms bien sera su reverso: antipoe-sa. Construido con las mismas slabas e idntico ritmo que un alejandrino clsico, su sentido se aleja del referente tradicional. Todo lo que promete el primer alejandrino lo desmonta el segun-do. Uno es la cara; el otro la cruz.

    Esta inversin de valores se extiende al resto del poema. A juicio de Carrasco los tres primeros versos forman parte del pro-ceso de homologacin que de ne la fase inicial de la antipoesa. Parra replica a Borges (a quien no se cita en el primer verso, pero s en el ttulo del poema), se separa despus de su sensibilidad y cuestiona por ltimo su retrica con un enfoque terrestre. La mtrica, sin embargo, permanece.

    El cambio de tono se percibe muy bien en el cuarto verso, donde el estilo borgiano se quiebra e irrumpe el parriano. Es-taramos aqu en la segunda etapa del mtodo antipotico: la separacin de la convencin lrica. El escritor chileno ironiza -nalmente con la diccin de Borges qu interesante puchas qu interesante y abre el portillo al habla coloquial, alejndose r-pidamente de la enunciacin lrica inicial. Llegaramos de esta 19 C, Ivn: Nicanor Parra, cit., pp. 38-42.20 T, Esteban; Vz M, Manuel ngel: Fundamentos de potica espao-

    la. Sevilla: Alfar, 1986. p. 15.

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    manera a la ltima etapa de la antipoesa: la deformacin potica de la propia poesa. Parra hace todo este viaje sin perder nunca la forma mtrica del alejandrino, que igual le sirve para ofrecer el recuerdo de una rosa amarilla/vista al anochecer/aos antes que tu nacieras que para compensar a la amada, ante la falta de algo mejor, con un miserable yogurt. El poeta, en el texto de Borges, ofrece lo mejor de s mismo: su propia persona. Parra, por el contrario, considera ofrenda de amor un referente prosai-co. La conexin espiritual que buscaba Borges queda reducida en el antipoema a una mera vinculacin material, una vulgaridad objetiva que, sin embargo, es presentada ante el lector como un regalo. Parece una irona, pero si tenemos en cuenta el contexto literario desde el que Parra escribe el desgaste de las conven-ciones lricas tradicionales a veces la nica forma de ser poti-co consiste en ser vulgar.

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