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En países megadiversos, como Colombia, la Restauración Ecológica es una de las tareas más urgentes, debido a los altos costos económicos, sociales y ambientales que conlleva la destrucción de la naturaleza y la pérdida de los servicios ambientales. En todos los municipios de Colombia es necesario crear áreas piloto de restauración ecológica y desarrollar un conocimiento regional sobre la forma correcta de restaurar ecosistemas terrestres y acuáticos, para garantizar la permanencia de los procesos ecológicos que sostienen la vida y producen los servicios ambientales. Como gran parte de la biodiversidad de Colombia está fuera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, es necesario seleccionar áreas prioritarias. País “Entre menos personas sobrevivan al sida en África, más recibirán ingresos en el futuro”, sostiene un controvertido análisis económico del profesor Alwin Young. Compara esta crisis con la que ocurrió en Inglaterra, durante la peste negra, y en India, durante la epidemia de influenza, en 1917, casos en los que el ingreso de los sobrevivientes aumentó. Bogotá D.C. No. 99, domingo 26 de noviembre de 2006 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected] Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 Sobre el papel de los escritores en la guerra: una visión de Motti Lerner 4 Internacional El profesor Alejo Vargas analiza las negociaciones entre el Gobierno y el ELN 10 Nubia Muñoz: consumo de tabaco está unido al 70% de los cánceres 15 José Félix Patiño Restrepo: El reformador Con motivo de los 40 años de la Reforma Patiño, el profesor Gabriel Restrepo dio a conocer el libro de W.L. Magnuson La Reforma Patiño, que es como se ha conocido ese momento crucial y único para la historia de la Universidad Nacional, que enmarcó dos gobiernos y un rector. UN Periódico habló con el médico que encabezó esta Reforma. 3 18 El precio del sida en África P ÁG. 21 Para llevar a cabo una restauración apropiada, se debe tener certeza sobre el ecosistema de referencia. Restauración Ecológica: una necesidad urgente para Colombia Entrevista Un aporte a la discusión sobre matrículas universi- tarias: Rudolf Hommes 2 Universidad Cortesía: Grupo de Restauración Ecológica

una necesidad urgente para Colombia Restauración Ecológicaunperiodico.unal.edu.co/fileadmin/user_upload/UNPeriodic... · 2017-11-25 · En países megadiversos, como Colombia, la

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En países megadiversos, como Colombia, la Restauración Ecológica es una de las tareas más urgentes, debido a los altos costos económicos, sociales y ambientales que conlleva la destrucción de la naturaleza y la pérdida de los servicios ambientales. En todos los municipios de Colombia es necesario crear áreas piloto de restauración ecológica y desarrollar un conocimiento regional sobre la forma correcta de restaurar ecosistemas terrestres y acuáticos, para garantizar la permanencia de los procesos ecológicos que sostienen la vida y producen los servicios ambientales. Como gran parte de la biodiversidad de Colombia está fuera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, es necesario seleccionar áreas prioritarias.

País

“Entre menos personas sobrevivan al sida en África, más recibirán ingresos en el futuro”, sostiene un controvertido análisis económico del profesor Alwin Young. Compara esta crisis con la que ocurrió en Inglaterra, durante la peste negra, y en India, durante la epidemia de influenza, en 1917, casos en los que el ingreso de los sobrevivientes aumentó.

Bogotá D.C. No. 99, domingo 26 de noviembre de 2006 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected]

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

Sobre el papel de los escritores en la guerra: una visión de Motti Lerner

4 InternacionalEl profesor Alejo Vargas analiza las negociaciones entre el Gobierno y el ELN

10 Nubia Muñoz: consumo de tabaco está unido al 70% de los cánceres

15

José Félix Patiño Restrepo: El reformadorCon motivo de los 40 años de la Reforma Patiño, el profesor Gabriel Restrepo dio a conocer el libro de W.L. Magnuson La Reforma Patiño, que es como se ha conocido ese momento crucial y único para la historia de la Universidad Nacional, que enmarcó dos gobiernos y un rector. UN Periódico habló con el médico que encabezó esta Reforma.

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El precio del sida en África

PÁG. 21

Para llevar a cabo una restauración apropiada, se debe tener certeza sobre el ecosistema de referencia.

Restauración Ecológica: una necesidad urgente para Colombia

EntrevistaUn aporte a la discusión sobre matrículas universi-tarias: Rudolf Hommes

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Cuadro 2: Ingresos por Nivel EducativoAños TOTAL PAÍS

Nivel NINGUNO PRIMARIA SECUNDARIA SUPERIOR TOTAL1994 146.243 211.069 352.836 885.895 350.302

1996 129.928 188.964 318.478 834.643 320.861

1998 156.575 198.944 319.489 859.389 345.749

2000 131.313 168.620 270.282 754.912 299.101Fuente: DANE

Cuadro 1: Distribución de la población matriculada en la educación superior según Quintiles de ingreso

QUINTILES% ESTUDIAN-

TES(ENH 2000)

% ESTUDIANTES (ENCUESTA CALIDAD DE VIDA 1997)

OFICIALES NO OFICIALES TOTAL1 3% 4% 4% 4%

2 6% 12% 6% 8%

3 12% 19% 13% 15%

4 27% 28% 30% 29%

5 52% 37% 47% 44%

TOTAL 100% 100% 100% 100%Fuente: Cálculos propios con base en Encuesta Nacional de Hogares y Encuesta de Calidad de Vida.

Universidad

Comité editorial: Jorge Echavarría Carvajal • Egberto Bermúdez • Paul Bromberg • Alexis de Greiff • Fabián Sanabria • Rafael Pardo Rueda Coordinación editorial: VJ Romero • Coordinación periodística: Diamilia Aguirre

• Coordinación gráfica: Ricardo González • Diseño: Michel Riveros - CEET • Impresión: Impresión Comercial Casa Editorial El Tiempo

Página web: http://unperiodico.unal.edu.co Versión Internet: UNDigital Correo electrónico: [email protected] Teléfonos: 316 5348 - 316 5000 extensión: 18384 / Fax: 3165232 Edificio Uriel Gutiérrez Transv. 38 Nº 40-04, piso 5º. ISNN1657-0987

Director: Luis Alberto RestrepoEditor general: Carlos Alberto Patiño Villa

Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no compromenten los principios de la Universidad Nacional ni las políticas de UN Periódico

Rudolf HommesLeí en días pasados una

columna que publicó el dia-rio El Tiempo del Rector de la Universidad Nacional en la que hacía un emotivo lla-mado de atención sobre la necesidad de mantener bajos los costos de las matrículas y dotar a las universidades de mayores recursos para la investigación. No creo que sea posible lograr que el go-bierno y los políticos suban los impuestos y le destinen a la universidad pública las su-mas que se necesitarían para hacerlo bien. Lo más proba-ble es que nunca se alcan-ce la amplitud y cobertura que se requiere que tengan las universidades públicas para el desarrollo del país, para generar los aumentos de productividad que se ne-cesitan y para mejorar los ingresos de una proporción creciente de colombianos. Por otra parte, la educación básica y la secundaria deben ser gratuitas y obligatorias, y esto es prioritario porque es el camino para eliminar las enormes disparidades de ingreso existentes. Teniendo en cuenta estas prioridades, las de salud y seguridad so-cial y las que exigiría erra-dicar la pobreza extrema en un horizonte de tiempo fini-to y relativamente corto, no encuentro totalmente justi-ficado que la matrícula sea subsidiada, pero reconozco que debe haber subsidios para asegurar el ingreso de los estudiantes calificados de los estratos inferiores que por su nivel de pobreza no tienen acceso al crédito, o establecer mecanismos para garantizar el acceso de ellos al crédito.

Un aporte a la discusión sobre matrículas universitariasEl doctor Hommes hace un análisis de los aspectos que tienen que ver con las matrículas universitarias y luego propone una tesis, basada en investigaciones, para que la educación pública sea viable.

pagar una matrícula que cu-bra los costos de la educa-ción si se les concede crédito en condiciones que les ha-ga posible asumir el riesgo de la deuda y pagarla. Los profesionales de buenas uni-versidades obtienen durante su vida laboral ingresos que son más del doble de los que obtienen personas compara-bles con un nivel inferior de educación y soportan tasas de desempleo que son muy inferiores a las del resto de la población. Un programa de crédito diseñado para que cualquier profesional pueda pagarlo en un número su-ficientemente largo de años me parece la forma indicada y justa para garantizar el in-greso de los estudiantes ca-lificados que son admitidos a las universidades en forma competitiva.

Si este grupo de la pobla-ción, los profesionales, van a generar ingresos que son tan distantes de los del resto de la ciudadanía es justo pedirles a ellos que paguen lo que cues-ta la educación que genera esa disparidad de ingreso y destinar esos recursos a for-talecer todo el sistema edu-cativo. Por otra parte, si los estudiantes cubren los costos de las universidades, estas podrán crecer mucho más rá-

pidamente y llegar a cobertu-ras de 50% y superiores, que son las requeridas para que Colombia pueda crecer más rápidamente y desarrollarse técnica y culturalmente. En resumen, subsidiar futuros profesionales en las actuales condiciones de la economía no solamente es injusto, si-no que es un obstáculo para el progreso de la universidad pública y de todo el sistema educativo.

Los defensores del sub-sidio alegan que la mayoría de las personas que estudian en las universidades oficiales son jóvenes de bajos ingre-sos. Las estadísticas no res-paldan esa afirmación. Un estudio del CEDE, del que se extrajo el Cuadro 1 (Fabio Sánchez y otros, Equidad So-cial en el Acceso y Permanen-cia en la Universidad Públi-ca: Determinantes y Factores Asociados. CEDE, Uniandes, Oct., 2002), muestra cómo la mayoría de los estudiantes en las universidades oficia-les provienen de hogares en los dos quintiles superiores y solamente el 16 por ciento proviene de los dos quintiles más bajos.

Para tener una idea so-bre la viabilidad de cobrar la educación superior en Co-lombia realicé un ejercicio

que consiste suponer que los profesionales obtienen sala-rios que son 2,6 veces los que obtienen los no profesionales y que devengan ese salario diferencial toda su vida pro-fesional, suponiendo 43 años de vida laboral. Suponiendo que la inversión que hacen los profesionales es el sacri-ficio de ingreso durante los años de estudio más el valor de la matrícula estimé para ese ejercicio las tasas internas de retorno de la educación si la matrícula fuera gratuita (21% real) y si la matrícu-la anual fuera equivalente al 50% del salario anual inicial del profesional (11% real). Si la matrícula se financia para pagar en 30 años, con dos años de gracia para intereses y principal, intereses del 8 por ciento real y un segu-ro que paga la deuda en los períodos de desempleo (su-poniendo un desempleo de profesionales del orden del 7%), la tasa interna de retor-no de la educación superior aumenta a 14% en compa-ración con el ejercicio en el que se paga toda la matrícu-la de contado. No pretendo afirmar que estos números corresponden a la realidad, posiblemente sobreestiman el fenómeno , pero permi-ten visualizar una solución financiera equitativa y la

dimensión del subsidio. La educación, aún pagando el costo de proveerla, genera un rendimiento real importante. Si no se cobran matrículas o si se subsidian parcialmente, este rendimiento casi se du-plica. Esto no se justifica, y mucho menos cuando el 55% de la población beneficiada proviene de hogares en los más altos niveles de ingre-so, y teniendo en cuenta que un programa de crédito con amplios plazos para pagar permite cubrir los intereses y genera una rentabilidad adi-cional.

El esquema que se pro-pone consiste en exigir que todo el mundo pague matrí-culas que cubran los costos de la educación garantizando crédito para el que lo solicite a una tasa de interés comercial, con un seguro para cubrir los periodos de desempleo, un periodo inicial de gracia para prever las dificultades de ob-tener un primer empleo y un plazo largo (20 a 30 años para pagar el crédito). La debilidad de este esquema es que los estudiantes de bajos ingresos no van a tener la misma fa-cilidad de acceder al crédito porque representan para los otorgantes de crédito un ma-yor riesgo, porque no pueden dar garantías y porque en re-lación con su nivel de ingreso la percepción del riesgo que tendrían que asumir es muy grande (en el caso de los más pobres, el crédito puede valer más que todos los activos de la familia), a pesar de que el que va a pagar la deuda va a ser el profesional. La solu-ción a este problema es que el Icetex o alguna otra enti-dad oficial otorguen garan-tías, que estarían garantiza-das, a su vez, con una porción fija de los futuros ingresos del profesional. Esto debe com-plementarse con becas para los estudiantes más pobres, concedidas con base en su desempeño académico, pero limitando el acceso a ellas para no beneficiar a los de mayores ingresos. Las becas y el costo del seguro de crédito se financiarían con los recur-sos que hoy se utilizan para subsidiar a los estudiantes de las universidades oficiales. El saldo puede seguirse desti-nando en forma competitiva a las mismas universidades para financiar investigación y desarrollo cultural y aca-démico.

Esta idea haría posible que las universidades se au-tofinancien y se liberen de la dependencia del presupuesto del los gobiernos locales y el gobierno central. También per-mitiría que crecieran acelera-damente y se fortalecieran.

El esquema que se propone consiste en exigir que todo el mundo pague matrículas que cubran los costos de la educación

La razón por la que dis-crepo de la necesidad de sub-sidiar indiscriminadamente a los estudiantes de las univer-sidades públicas es porque no hay necesidad de hacerlo, pues los ingresos adicionales que se generan con la obten-ción de su grado universitario hacen posible que puedan

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Muchos no lo recuerdan, pero este hombre de 77 años (fue rector a los 37), de habla lenta, pero segura, es uno de los colombianos, más allá del hecho de que haya nacido en San Cristóbal, Venezuela, que más aportes le ha hecho a la educación en Colombia. Empezó a estudiar medicina en la Universidad Nacional de Colombia, pero a causa, o gracias al Bogotazo tuvo que salir y terminar sus estudios en la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale.

De regreso a Colombia, se vinculó –y él siente que nunca se ha desvinculado– a la Universidad Nacional. Y hasta ahí, esa sería la biogra-fía de un profesor común y corriente. Pero para este mé-dico las cosas no han sido así de simples. El gobierno con-servador de Guillermo León Valencia y su ministro liberal e intelectual Pedro Gómez Val-derrama lo llamaron a que –y esta no es solo una expresión de cliché– le sirviera al país en la Rectoría de la Universi-dad Nacional de Colombia. Él aceptó con conocimiento de causa. Sabía que la Universi-dad, al igual que el resto de la educación, estaba en su peor momento. Por lo menos hasta ese aciago 1964.

¿Cómo era?

“Se hallaba –nos cuenta él mismo– en una situación casi sin precedentes en toda su historia. Estaba muy mal de presupuesto. Los conflic-tos ocurrían permanente-mente. Ni el gobierno ni la sociedad la respetaban. No se le daba el apoyo que requería: la Universidad se veía rezaga-da. Al mismo tiempo, las uni-versidades privadas florecían y parecía que la Universidad Nacional estaba perdiendo su preponderancia como la institución número uno de educación superior del país”.

Y desde que llegó allí se puso a trabajar. “Entonces, lo primero fue el diagnóstico, que para mí era fácil, porque la conocía bien desde mi po-sición como profesor de la Fa-cultad de Medicina. Luego, se elaboró un ambicioso Plan de Desarrollo. Fortalecí la oficina de planeación, que, aunque había sido creada por Mario Laserna durante su rectoría, prácticamente había desapa-recido. La fortalecí con pro-fesores de tiempo completo prestados de las facultades. Trabajábamos de siete de la

Desde su vinculación como estudiante, Patiño nunca dejó de ser de la UN.

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Universidad

La Reforma Patiño no sólo es conocida y recordada por aquellos que hace 40 años hacían parte de la Universidad Nacional de Colombia como profesores o estudiantes, sino por todos aquellos que a lo largo de todos estos años han deseado acercarse a la historia de la universidad colombiana y a lo que la Reforma Patiño ha significado como guía y ejemplo de lo que debe ser una universidad.

reformador ElVJ Romero,

Unimedios

“Fortalecí la Oficina de Planeación con profesores de tiempo completo, prestados de las facultades. Trabajábamos de siete de la mañana a siete de la noche. Así se hizo un plan de desarrollo basado en un liderazgo que ejercía la oficina de planeación, con planteamientos muy objetivos y muy bien hechos, basados en estudios. Una doctrina y un programa: lograr la integración de la Universidad para que se convirtiera en un efectivo instrumento de desarrollo social y económico para el país”.

mañana a siete de la noche. Así se hizo un plan de desa-rrollo basado en un liderazgo que ejercía la oficina de pla-neación con planteamientos muy objetivos y muy bien de-finidos, basados en estudios sólidos. Una doctrina y un programa: lograr la integra-ción de la Universidad para convertirla en un efectivo ins-trumento de desarrollo social y económico para el país”.

Con prisa y sin pausa, adelantó la que ha dado en llamarse la Reforma Patiño. 34 facultades dispersas y pan-tagruélicas las transformó en 11. Con la participación y el apoyo de docentes y estu-diantes, con el apoyo del go-bierno, que incrementó tres veces el presupuesto de la Universidad, y con préstamos internacionales intentó hasta donde pudo modernizar el

alma máter de los colombia-nos. Creó departamentos, construyó institutos, impor-tó intelectuales (caso Marta Traba) y se rodeó o, mejor, lo rodearon los más duros inte-lectuales de la época (Camilo Torres Restrepo y Orlando Fals Borda, entre otros), que no sólo eran profesores, sino estudiantes. Y con todo ello y ellos reorientó los destinos de la Universidad Nacional.

Intentó adelantar 13 pro-yectos de ampliación físuca, nos cuenta, y de ellos sólo uno no se pudo cumplir: el del hospital universitario de la ciudad universitaria, que nunca tuvo mucha acogida. Todo lo demás, hoy puede verse: la Biblioteca Central; el edificio de la administración, que hoy ocupa la Facultad de Enfermería; el Auditorio, hoy llamado León de Greiff;

los laboratorios, los museos, el Centro Estudiantil con una amplia cafetería y las residen-cias estudiantiles (hoy cerra-dos), todas esas fueron cons-trucciones que se hicieron como parte de la reforma.

La reforma

Y con esa multitud, que de alguna manera podría acusarse como precursora del mayo francés, reencausó

los destinos de la que hasta ahora es y seguirá siendo la más importante universidad de Colombia. “Yo creo –dice Patiño– que hice todo lo que pude por la Universidad. Yo jamás en mi vida le he dedica-do tanto esfuerzo físico, inte-lectual y emocional a algo co-mo la reforma. Fue una tarea titánica. Había unas fuerzas de oposición muy grandes. Los partidos políticos esta-

ban polarizados. Yo tenía gran apoyo del partido liberal en sus diarios El Tiempo y El Es-pectador, y fuertes críticas en los periódicos conservadores. De manera que yo hice todo, le dediqué todo mi esfuerzo con el concurso de gente muy valiosa”.

Entre esos que recuerda se encontraban los miembros del Consejo Superior Estu-diantil, que fueron los mis-mos que lo agasajaron cuan-

do salió de la Rectoría. “Entre ellos, un personaje al que lla-mábamos el “negro” Castillo, que fue el estudiante de De-recho que dirigió la asonada contra el Presidente Lleras, y otros que hoy son personajes: Antonio Hernández Gama-rra, el Contralor General de la República, era uno de los más vociferantes estudiantes de la época; José Fernando Isaza, Presidente de la CGA y de la Fundación Mazda y hoy Rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, y César Hoyos, Magistrado del Consejo de Es-tado, entre muchos otros.

La reforma se movió en distintas direcciones, pero tenía un norte claro. Y a pe-sar de todo, pude decirse que llegó al puerto hacia el que se dirigía. No obstante, cuando ya casi todo estaba hecho, es-te demiurgo, José Félix Patiño Restrepo, que era amigo muy cercano del nuevo Presidente de la República, Carlos Lleras Restrepo, se vio abocado a renunciar a la Rectoría.

Su salida

Pero lo que había que hacerse ya estaba hecho. El presidente Lleras le aceptó la renuncia y el rector se fue a otros ámbitos que lo reclama-ban. Entre otros: la Dirección Ejecutiva de la Federación Pa-namericana de Asociaciones de Facultades de Medicina. Él mismo nos cuenta: “la perso-nalidad del doctor Lleras era muy diferente a la del doctor Valencia. Su concepción de la que debería ser la actitud del gobierno frente a la Uni-versidad era muy distinta. Yo sabía que íbamos a tener un problema. Me veía en la en-crucijada de tener que elegir entre mi lealtad, por una par-te, con el presidente Lleras, por quien profesé gran admi-ración, o mi lealtad completa con la reforma y con la polí-tica que había instaurado en la Universidad. Unos meses después de su posesión, fui a su despacho en la Presi-dencia y le manifesté: ‘doctor Lleras, yo creo que debo reti-rarme de la Universidad. Ya se cumplieron los propósitos que teníamos. La reforma va viento en popa, las construc-ciones se están iniciando’. Él me respondió: ‘¿pero cómo va dejarme solo? Ni más faltaba. Usted es el único que puede manejar esa institución’. A pesar de eso, comprendí que tarde o temprano íbamos a tener conflicto. Poco tiempo después se reunió en Colom-bia la Primera Conferencia Panamericana de Educación Médica. El presidente Lleras la inauguró. Allí me eligieron Director Ejecutivo de la Fede-ración Panamericana de Fa-cultades de Medicina, que es una institución muy impor-tante del sector académico. Entonces regresé y pregunté al doctor Lleras: ‘¿qué hago?’ Él me dijo: ‘acepte, porque esa es una posición para Co-lombia muy importante. Así sí le acepto que se retire de la Universidad’. Y esa fue real-mente la causa de mi retiro de la Universidad Nacional.

Lo visitamos en su ofi-cina de la Universidad de los Andes y nos contó su histo-ria. Está complacido de to-do lo que ha hecho por la Universidad y sabe –porque de verdad lo sabe– que la re-forma, como él, sigue viva y presente en la Universidad Nacional de Colombia.

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Los seres humanos han estado en guerra desde el co-mienzo de la historia. Conti-núan luchando a pesar de los progresos sociales, científi-cos y culturales que se han alcanzado a través de las ge-neraciones. Por razones que deben ser exploradas, los seres humanos no desarro-llaron habilidades para so-lucionar pacíficamente sus conflictos. Y siguen luchan-do a pesar de que la mayor parte de las guerras no han producido soluciones polí-ticas estables. La mayoría de ellas sólo han preparado el terreno para otras guerras. En ocasiones terminaban en acuerdos políticos, pero con mucha frecuencia se habría podido llegar exitosamente a estos acuerdos antes de las guerras y, ciertamente, sin ellas. La guerra de 1973 entre Israel y Egipto es un ejemplo perfecto de ello. Un año antes de la guerra, re-presentantes egipcios e is-raelíes negociaron un acuer-do de paz en Washington.

Invitado por las directivas de la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional, el dramaturgo, cineasta y guionista de televisión israelí Motti Lerner mostró, en su intervención en la Biblioteca Luis Ángel Arango, una entusiasta y reconfortante perspectiva de lo que debe ser el quehacer de los escritores en tiempos y lugares como estos.

sociedad en guerraEscribir en una

Motti LernerDramaturgo, guinista

y autor tetral israeli.

En la vida cotidiana tendemos a simplificar las consecuencias de la guerra y nos limitamos a contar los muertos. Cuando la muerte no es más que un número, se convierte en algo neutro. No contiene dolor ni representa un peligro. El escritor debe personalizar los números al centrarse en las personas que mueren, y en quienes quedan solos con su pérdida.

Internacional

Como invitado de La Maestría en escrituras creativas de la UN, Motti Lerner estuvo en Bogotá.

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clara, profunda, diferencia-da, de los seres humanos, de sus necesidades, esperanzas y deseos, por parte de am-bos bandos, habría podido señalar diferentes opciones, opciones que no llevaran a la muerte. Los escritores pue-den ofrecer una visión se-mejante. En ocasiones, ven a los seres humanos de una manera profunda y sensible

Las negociaciones termina-ron cuando Israel se negó a retirarse de la península del Sinaí. Estalló la guerra y, a pesar de haber salido victorioso, Israel se retiró del Sinaí, exactamente como se lo habían pedido antes de la guerra. Entretanto, sin em-bargo, 2.700 israelíes y cerca de 10.000 egipcios habían perdido la vida. ¿Era necesa-ria su muerte? Probablemen-te no. ¿Habría podido evitar-se? Creo que sí. Una visión

y pueden escribir lo que ven. Pueden abrirnos los ojos a estas opciones antes de que nos lancemos a la guerra. No estoy sugiriendo que los escritores deban participar en negociaciones políticas. Digo que si los escritores se esfuerzan por exponer la in-fraestructura social, psico-lógica y mítica del conflicto político nos mostrarán que existen estas otras opciones y podrá evitarse la guerra.

Sí. Es cierto. Muchos de nosotros pensamos que los seres humanos están sedien-tos de sangre. Que el Hombre es una bestia de caza. Que protege celosamente a su tri-bu, a su pueblo, a su raza. No vacilará en asesinar a mi-llones de personas por ellos. No vacilará en derramar su propia sangre. A pesar de es-to, no puedo vivir sin la espe-

ranza de que la gente puede cambiar. De que su avidez de sangre puede terminar. De que pueda ser más tolerante, más comprensiva, perdonar más, ser mucho más sabia.

¿Qué puede entonces hacer un escritor para que seamos más tolerantes, más comprensivos, para que per-donemos más, seamos más sabios?

1. Lo primero que puede hacer un escritor es

denunciar las mentiras cultu-rales acerca de la naturaleza de la guerra. A lo largo de la historia, hemos glorificado las guerras. Incluso Shakes-peare, en el famoso discurso de Enrique V (acto 4, escena 3) escribió acerca del honor de pelear y el honor de morir: “Quien viva su día y vea su vejez, cada año, en su vigilia, celebrará con sus vecinos, y dirá: Mañana es el día de San Crispín. Luego desnudará sus brazos, enseñará sus cicatri-ces y dirá: Estas heridas las recibí el día de San Crispín” . Esta es una descripción com-pletamente falsa de la forma como habitualmente se re-cuerda la guerra. La mayor parte de la gente recuerda la guerra como la experien-cia más terrible, horrenda y humillante que haya tenido. Cuando piensan en ella los invaden el horror y el asco. No el orgullo. Ni la satisfac-ción. El dolor ocasionado por la guerra nunca se alivia. Cientos de miles de israelíes no pueden llevar una vida normal debido a sus expe-riencias en las diferentes gue-rras en las que han participa-do. Entre nuestros vecinos, las pesadillas son las mismas. El escritor debe recordárnos-lo, para que quienes nunca

han experimentado una gue-rra no se ofrezcan con tanto entusiasmo a luchar.

2. El escritor debe ha-cer énfasis en el precio de la guerra: la gente muere. Hombres, mujeres, niños, jó-venes y ancianos, soldados y civiles. En la vida cotidiana tendemos a simplificar las consecuencias de la guerra y nos limitamos a contar los muertos. Cuando la muerte no es más que un número, se convierte en algo neutro. No contiene dolor ni representa un peligro. El escritor debe personalizar los números al centrarse en las personas que mueren, y en quienes que-dan solos con su pérdida. Es-te interminable dolor debe ser presentado concretamen-te en el discurso público, no sólo en el Día de Conmemo-ración. Debe estar especial-mente presente antes de que declaremos la guerra. Com-parar el precio de la guerra con sus beneficios es un acto de supervivencia necesario en toda sociedad sana. Citaré algunas líneas de mi obra de teatro, El asesinato de Isaac. Un veterano de la guerra di-ce a sus amigos lo siguiente: “Abrí el diario esta mañana y, en la primera página, vi las caras sonrientes de jóve-

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Internacionalnes soldados. Sé cómo lucen ahora estas caras. No están sonriendo. Están destroza-das. Sus cuerpos sepultados en la tierra han comenzado a descomponerse. Sólo aque-llas personas que han visto cuerpos putrefactos saben lo horrible que es. Un cadáver humano no es diferente del de un perro o un gato arrolla-do en la calle. Tomas la mano

Infortunadamente, los dirigentes mundiales no han invertido nada en tratar de resolver las razones de esta confrontación entre civilizaciones –las razones culturales, económicas y religiosas– e intentan, más bien, forzar un nuevo equilibrio por la fuerza, en guerras terribles. Los escritores que contribuyen a moldear estas civilizaciones deben invertir todos sus esfuerzos en transformar la confrontación entre civilizaciones en una competencia constructiva que lleve al progreso y a la paz.

de tu comandante, y se des-hace en la tuya… Y los labo-riosos gusanos se apresuran a encontrar otro pedazo de carne para alimentarse... Y los ojos abiertos están vacíos… ¿Qué justifica realmente una muerte semejante? ¿Qué es aquello mucho más grande que nuestra vida que amerite morir así?”.

3. Muchos dirigentes políticos ofrecen respuestas simplistas al temor que sien-te su pueblo de sus enemi-gos. Les dicen que pueden impedir la guerra a través de la disuasión. Estos dirigen-tes no ven que, al acumu-lar poder, sólo animan a sus enemigos a acumular más poder. Un poder más des-tructivo. Un poder más teme-rario. El escritor debe mos-trar a su gente la solución más compleja y mucho más efectiva. Si se desea impedir la guerra, es preciso eliminar las razones para la guerra. Mientras sigan existiendo las razones para la guerra, su peligro seguirá existiendo. Dije antes que los escritores pueden exponer las razones para la guerra al exponer la infraestructura social, psico-lógica y mítica del conflicto político que puede ocasionar una guerra. Llevar las razo-nes para la guerra al discurso público puede mostrarle a la gente que hay otras opciones, opciones que deben agotarse antes de la guerra. En los últi-mos años, hemos presencia-do, según Samuel Hunting-ton, una confrontación en-tre civilizaciones. Occidente contra Oriente. Infortunada-mente, los dirigentes mun-diales no han invertido nada en tratar de resolver las ra-zones de esta confrontación entre civilizaciones –las ra-zones culturales, económicas y religiosas– e intentan, más bien, forzar un nuevo equili-brio por la fuerza, en guerras terribles. Los escritores que contribuyen a moldear estas civilizaciones deben invertir todos sus esfuerzos en trans-formar la confrontación entre civilizaciones en una compe-tencia constructiva que lleve al progreso y a la paz.

4. ¿Cómo puede el es-critor exponer esta infraes-tructura social, psicológica y mítica del conflicto político que puede ocasionar una guerra? Puede hacerlo al es-cribir sobre los protagonistas que confrontan el conflicto. Puede centrarse en sus vi-das, sus familias, sus relacio-nes y sus tragedias. Debería explorar su consciente y su subconsciente. En algún lu-gar, en la profundidad de sus protagonistas, descubrirá el

temor, la desesperación, el odio, la maldad y el fanatis-mo que deben ser confronta-dos para eliminar las razones para la guerra. Como ya lo sabemos, el protagonista de la tragedia siempre fracasa en su lucha. Es probable que lo mismo suceda a nuestros protagonistas que intentan confrontar el conflicto polí-tico en el que viven. Fracasa-

rán también. No podrán de-tener las grandes potencias enfrentadas que se lanzan a la guerra. Pero el fracaso de nuestros protagonistas no es una advertencia para el lec-tor. Todo lo contrario. Este fracaso fortalece al lector y lo anima. Como sucede con el espectador que ve el fra-caso de Romeo y Julieta en el amor, y no sale del teatro con la decisión de no enamo-rarse nunca más en la vida. Por el contrario. El fracaso de Romeo y Julieta fortalece al espectador a buscar el amor.

5. El escritor no debe-ría explorar el conflicto políti-co únicamente desde la pers-pectiva estrecha de los inte-reses nacionales, sino desde una perspectiva universal más amplia y, específicamen-te, desde la perspectiva de la Justicia. La justicia, en la de-finición más básica y sencilla que podemos encontrar en el Talmud, el antiguo código de derecho judío: “No le ha-gas a tu prójimo lo que odias que te hagan a ti”. La justicia no es sólo un valor moral. La justicia es probablemente el instrumento más útil pa-ra solucionar los conflictos internacionales. Sabemos ya que los acuerdos que no ofrecen justicia relativa a to-das las partes no sobreviven largo tiempo. Sólo aquellos acuerdos que ofrecen justicia relativa son acuerdos perdu-rables. Probablemente utilizo esta expresión –justicia relati-va– de una manera excesiva-mente fácil. Es una expresión compleja que exige aclara-ción: un acuerdo que ofrece justicia relativa es aquel que me permite el sentimiento más profundo de justicia que pueda lograr, pero que tam-bién permite a mi adversario lograr el mismo sentimiento profundo de justicia. Algunas personas dirán que se necesi-tan matemáticos para calcu-lar esta justicia relativa en un conflicto complejo. Yo diría que se necesita empatía, sen-sibilidad y buena voluntad.

6. El escritor puede crear un diálogo político, so-cial, ideológico e incluso reli-gioso entre las partes en con-flicto antes de que vayan a la guerra. Puede hacerlo pre-sentando al “otro” en la pági-na escrita y en el escenario. Una vez que presenta a este “otro” como un ser huma-no, como un personaje tridi-mensional, crea empatía con este “Otro”. Inicia un diálogo con este “otro”, un diálogo basado en la comprensión de sus necesidades, sus dolores, sus ambiciones y sus temo-res. Un diálogo semejante es el comienzo de la reconci-

liación. Como ejemplo de lo anterior, quisiera mencionar al dramaturgo sudafricano Athol Fugard, que, con gran valentía, presentó personajes negros en el escenario blanco en Sudáfrica durante el apar-theid. Al presentarlos en el escenario, ofreció a la pobla-ción blanca la oportunidad de un diálogo que la mayor parte de ella nunca había te-

nido, un diálogo basado en la empatía.

Estoy seguro de que muchos de ustedes coinci-den con lo que he dicho, pe-ro es probable que muchos de ustedes se pregunten: ¿es posible exigir al escritor una responsabilidad semejante? Creo que la respuesta es sí.

7. Debemos recordar que siempre ha habido una alianza entre el escritor y su público. En ocasiones tende-mos a olvidar que la gente no lee libros o va al teatro sólo para entretenerse. Lee y va al teatro porque desea saber qué hacer con su vida. Cómo vivirla. Esperan respuestas de los escritores. Esperan res-puestas a preguntas difíciles que en ocasiones no se atre-ven a formular. Tendemos a ser cínicos y a desconocer la necesidad de inspiración que tiene la gente, no sólo de bro-mas. Es culpa nuestra haber convertido el arte en entre-tenimiento. Es culpa nuestra haber creado públicos que sólo esperan entretenimien-to. Es culpa nuestra seguir ofreciendo entretenimiento, al decir que, de lo contra-rio, no sobreviviríamos. En cuanto la gente advierte que

se dice algo importante en los libros y los teatros, lee-rán estos libros y acudirán en grandes números a estos tea-tros. Esto ha sido demostrado sin lugar a dudas en el teatro israelí. Cuando las obras de teatro se refieren a asuntos de importancia, venden un enorme número de boletos. Un buen drama político im-portante puede vender con

facilidad 300.000 boletos.

8. Lo más fácil para un artista en tiempos de guerra es unirse al consenso, para sentir la hermandad de la que habla el rey Enrique V en el discurso que mencio-né anteriormente. Pero ¿tie-ne realmente que unirse al consenso? Estoy seguro de que la respuesta es no. Por el contrario, el escritor debe crear una oposición al con-senso. El escritor debe ofre-cer una perspectiva diferente de la realidad que permite la guerra. ¿Cómo creamos una perspectiva diferente de esta realidad? Como lo dije antes, explorando personajes que intentan sobrevivir en esta realidad. Allí reside nuestro poder más efectivo: el poder de crear personajes que con-fronten la realidad y vivan con las consecuencias de es-ta confrontación. Es nuestra responsabilidad crear relatos y obras de teatro con estos personajes.

9. Quisiera hacer un comentario que es válido principalmente para el tea-tro, pues este es un arte de colaboración. Cuando no se ofrecen a los teatros obras de este tipo, que confronten la

realidad, o cuando las obras ofrecidas a los teatros no son lo suficientemente buenas, es responsabilidad de los di-rectores de los teatros liderar el proceso de crear obras de esta índole, congregando es-critores, directores, actores y diseñadores y desafiándolos a que confronten la realidad que permite las guerras. Es posible que no sea suficiente enfrentar este desafío úni-camente con las personas relacionadas con el teatro. En ocasiones, el teatro de-be recurrir a otros recursos: escritores, historiadores, filó-sofos, activistas de derechos humanos, y utilizar su visión para iniciar el proceso. Esto no sólo es cierto en tiempos de guerra. Los directores de los teatros deben compren-der que el teatro debería ser siempre un laboratorio en el que se examinan los ingre-dientes de nuestra realidad a través de las poderosas he-rramientas de trama, perso-najes, conflictos e imágenes. Esta realidad no es necesaria-mente una realidad externa, la que podemos ver cuando miramos por la ventana hacia el jardín, o cuando leemos los diarios o miramos la televi-sión. El teatro debe explorar la realidad que subyace a esta realidad externa. La realidad oculta. La realidad que no se expone voluntariamente a los ojos del observador. ¿Có-mo puede hacerlo el teatro? La respuesta es la profundi-dad. El teatro debe explorar los personajes a través de sus mundos internos y no sólo a través de sus acciones ex-ternas. ¿Cómo se llega a esta profundidad? Creando per-sonajes más profundos, com-prometidos en relaciones y acciones más profundas.

Para ser más específi-co, quisiera explorar algunos temas concretos que deben manejar los escritores en tiempos de guerra. Infortu-nadamente, soy sólo un hués-ped en esta parte del mundo, y no puedo ofrecer comen-

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tarios específicos para los es-critores que viven aquí. Por lo tanto, me limitaré a unas pocas observaciones acerca de la guerra de 100 años en el Medio Oriente entre Israel y Palestina.

1. Lo primero que re-comendaría a nuestros escri-tores es que exploraran el pa-pel que desempeña Dios en el conflicto entre Israel y Palesti-na. Dios ha sido utilizado por ambos bandos de una mane-ra destructiva. Los israelíes lo han usado, no sólo como fuente de su derecho a cada pulgada de la tierra santa; al-gunos de ellos han utilizado también a Dios y a su Mesías como inspiración para una arrogancia sin límites, cruel-dad y racismo. Los militan-tes religiosos entre nosotros han difundido la creencia de que nos encontramos en una época de redención. Pronto vendrá el Mesías y resolverá todos nuestros problemas. No intentará reconciliarnos con nuestros enemigos, si-no que los aniquilará a to-dos, hasta el último de ellos. ¿Qué clase de Dios es este? ¿Qué pasó con el Dios mi-sericordioso que conocimos durante tantos años de his-toria? ¿Cómo se convirtió en un Dios de la venganza que no tiene misericordia alguna? Los musulmanes han creado un Dios similar. El Dios de la Jihad. El Dios que recompen-sa a los terroristas suicidas. El Dios que desea la destrucción de civilizaciones enteras. ¿Es este el Dios al que queremos adorar? Si dejamos la imagen de Dios en manos de estos fundamentalistas, este Dios nos devorará a todos.

2. Lo segundo que recomiendo a nuestros es-critores es que exploren la evolución de nuestra narra-tiva histórica. Esta narrativa ha sido creada por políticos, historiadores, maestros y es-critores que pensaban que tal narrativa serviría al propósito de su supervivencia. Uno de los principales elementos de la narrativa israelí es la des-cripción de los acontecimien-tos que llevaron a la creación del problema de los refugia-dos palestinos. La narrativa israelí es muy clara. Cuando estalló la guerra de 1948, y siete países árabes atacaron al Estado recién creado, Israel se defendió. A 700 mil pales-tinos que vivían en Israel, sus dirigentes les ordenaron que empacaran sus pertenencias y se marcharan. Se les pro-metió que regresarían victo-riosos después de la guerra. Pero esta narrativa no es toda la verdad. Muchos palestinos fueron expulsados por el ejér-cito israelí. Muchos huyeron ante la amenaza de los fusiles. La narrativa israelí está al ser-vicio de la agenda política del gobierno israelí. Pero no está al servicio de la paz. Si Israel desea la paz, debe reconocer su responsabilidad en la crea-ción de la tragedia palestina. Todos deberíamos aprender a aplicar el principio de Ver-dad y Reconciliación que fue utilizado con bastante éxito en Sudáfrica. La verdadera re-conciliación sólo se alcanza con base en un análisis verda-dero del conflicto. Los escri-tores israelíes deben explorar este capítulo de 1948 en nues-tra narrativa, deben ayudar a corregirlo, deben educar a sus lectores para que enfrenten la verdad del pasado para estar preparados para la paz.

Lo primero que puede el escritor es denunciar las mentiras culturales acerca de la naturaleza de la guerra.

Internacional

Los escritores deben comprender que tienen un fuerte compromiso con la sociedad en la que viven. Deben ser conscientes de su responsabilidad para sanarla. Deben

ser conscientes de que sus habilidades y talentos les son dados principalmente con este fin. Deben recordar siempre la alianza entre ellos y su público. Deben recordar

siempre que la gente no lee libros únicamente por entretenerse, sino también porque busca una explicación para crecer, para sanarse, para comprenderse a sí misma y

para comprender su sociedad.

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3. El tercer fenómeno que quisiera que exploraran nuestros escritores en Israel es el surgimiento del militaris-mo. La admiración por el ejér-cito, que fue un mecanismo de supervivencia sesenta años atrás, se ha convertido en un valor destructivo en nuestra sociedad. Alguna vez fuimos un Estado que tenía un ejérci-to. Ahora pareciera que somos un ejército que tiene un Esta-do. Los antiguos Generales de-tentan posiciones cruciales en todas partes –en la industria, en el sistema educativo, en los municipios, en el concejo re-gional y en las oficinas guber-namentales. El ejército mismo se ha convertido en una de las principales fuentes de inspi-ración para la sociedad, pero también para el gobierno. El

ejército está en condiciones de presionar al sistema polí-tico para que adopte políticas que sirven a sus intereses, pe-ro no necesariamente a los intereses del Estado. Sospecho que nuestra última guerra en el Líbano, que excedió toda proporción, fue el resultado de la influencia del ejército so-bre un Primer Ministro débil y un Ministro de Defensa sin experiencia. Estoy seguro de que muchos escritores israe-líes pudieron ver este hecho al comienzo de la guerra. In-fortunadamente, muy pocos de ellos se pronunciaron en su contra. Otro ejemplo de la influencia del militarismo en la sociedad israelí es nuestra actitud frente a las ambiciones nucleares de Irán: no se consi-dera ninguna otra opción dife-rente al uso de la fuerza.

4. Quizás el fenómeno más importante que animaría a nuestros escritores a exa-minar es lo que ha ocurrido con nuestros valores morales durante estos cien años de guerra. ¿Nos ha corrompi-do nuestro poderío militar? ¿No se ha rebajado el valor de nuestra vida y la de otros? ¿Cómo utilizamos el poder militar que hemos acumu-lado? ¿Lo utilizamos en sus justas proporciones, o lo uti-lizamos de manera excesiva? ¿Ha distorsionado el uso del poder los otros valores que te-níamos? ¿Cómo nos ha afec-tado la ocupación de los pa-lestinos? Por ejemplo, ¿existe una conexión entre esta larga ocupación y el aumento de diversos crímenes dentro de Israel? ¿Existe una conexión

entre la ocupación y el au-mento de la tasa de suicidios, y el aumento de los abusos sexuales en nuestra sociedad? ¿Existe alguna conexión entre la ocupación de Palestina y nuestra actitud frente a los débiles y los pobres en nues-tra sociedad? ¿Existe alguna conexión entre la ocupación de Palestina y la actitud frente al trabajo extranjero en Israel? En otras palabras, si compa-ramos los beneficios de es-ta guerra con el daño que la guerra nos ha causado: ¿vale la pena seguir luchándola, o deberíamos más bien invertir mayores esfuerzos en hacer la paz? Quizás deberíamos es-tar dispuestos a dar más para alcanzar la paz. Estoy seguro de que formular estos interro-gantes es esencial para nues-tra supervivencia.

Por último, pero no de menor importancia, a pesar de todo lo que he dicho, de-bo confesar que aún no es-toy totalmente convencido de que los escritores puedan cambiar la realidad política en épocas de guerra. Cada día me surgen nuevas dudas al respecto, pero cada día lu-cho por persuadirme de que la influencia de los escritores sobre la realidad política no es sólo ilusión

Cada día me digo que los escritores no pueden generar un cambio inmediato. Tal vez ni siquiera un cambio que pueda detectarse cuando se está dando. Pero ciertamente quisiera creer que puede de-tectarse durante un periodo más largo, quizás sólo unas pocas décadas. Cada día me

digo que los escritores de Is-rael no consiguieron detener esta guerra de cien años, pero que han contribuido de ma-nera importante al progreso que se ha alcanzado hasta ahora. Por ejemplo, fueron capaces de crear una apertu-ra más profunda al reconoci-miento del Estado Palestino y a los derechos de su gente, una idea que fue totalmente rechazada por la mayoría de los israelíes en la década de 1970 y que ahora cuenta con el apoyo de la mayor parte de la población. Este es, cierta-mente, un logro increíble.

Es infortunado que la contribución de los escri-tores al discurso político en Israel, que fue tan evidente en las décadas de los años setenta, ochenta y noventa,

no sea tan evidente ahora. Muchos escritores han sido excesivamente silenciosos y escapistas. Quizás se cansa-ron. No creo que nos poda-mos dar el lujo de cansarnos. Ciertamente no creo que nos podamos dar el lujo de ser escapistas. Espero que crez-ca una nueva generación de escritores que contribuya a la solución de este trágico conflicto más de lo que lo hicimos nosotros. Los escri-tores deben comprender que tienen un fuerte compromiso con la sociedad en la que vi-ven. Deben ser conscientes de su responsabilidad para sanarla. Deben ser conscien-tes de que sus habilidades y talentos les son dados princi-palmente con este fin. Deben recordar siempre la alianza

entre ellos y su público. De-ben recordar siempre que la gente no lee libros única-mente por entretenerse, sino también porque busca una explicación para crecer, para sanarse, para comprenderse a sí misma y para compren-der su sociedad.

Los escritores deben desempeñar su papel en esta alianza. Deben aferrarse a la ilusión de que pueden salvar a su sociedad a través de su arte, de que pueden sanarla. Sí. Probablemente sea una ilu-sión. Hemos tenido suficien-tes experiencias para saberlo. Pero no olvidemos el poder de las ilusiones y el poder de la visión. Sin visión, sin ilusiones, nada cambiaría. Nada sanaría.

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En una sociedad poco flexible en términos políticos, el reciente triunfo del Partido Demócrata, que le permite retomar el control de ambas cámaras, es algo que se tuvo que fraguar muy lentamente. En efecto, los ataques de sep-tiembre del 2001 llegaban 10 meses después de las eleccio-nes que el Presidente George W. Bush había perdido en el voto popular, pero ganado mediante controversiales procesos legales en el otoño del 2000. La cohesión social que significó la respuesta del país ante los ataques ayudó a recuperar la legitimidad cuestionada de la adminis-tración republicana.

El talante guerrero de quienes estaban al mando no se hizo esperar. De esas con-diciones emergieron la “Ley Patriótica” y el desencadenar ataques masivos a Afganis-tán, primero, en octubre del 2001, y a Iraq, en marzo del 2003. Aún cuando las dudas parecían ir prendiendo en el ánimo del electorado, George W. Bush y el grupo republi-cano se mantuvieron en la cima de la colina, con notable grado de fortaleza.

Se presentaba a los de-mócratas según el más típi-co discurso conservador en Estados Unidos: un grupo minoritario de liberales, cuya agenda “amenaza la estabi-lidad del país y los valores sobre los que se ha levantado la nación”. Prueba de la acep-tación, el Partido Republica-no pudo retener el control de ambas cámaras del Congreso, además de legitimizar la pre-sidencia, ahora con casi 1,2 millones de votos más, en el voto popular de los demócra-tas, a finales del 2004.

El peso de la guerra

Pero la verdad de los hechos que fueron acarrean-do las aventuras bélicas fue calando en los electores. Ya hay más de 1.700 soldados norteamericanos cuyos res-tos han regresado en bolsas plásticas a Estados Unidos. Esto ha afectado significati-vamente a familias sin ma-yores recursos económicos. Para ellos, entrar al ejército es también un medio de in-clusión social, mediante el acceso a servicios de salud, seguros, ingresos directos y educación. Es evidente que la textura de la sangre une más que la del petróleo, por más que grupos radicales insistan en tratar de conven-cernos de lo contrario, que el crudo es un recurso na-tural no renovable, en tanto la población humana sí se puede renovar.

Pero los efectos no sólo se centran en pérdidas hu-manas, en las que, por cier-to, los iraquíes han llevado la peor parte, con no menos de 90.000 asesinatos en casi tres años. Los precios del petróleo se han disparado, algo con-trario a lo que se esperaba. El avispero mortal de Iraq nos ha ido acostumbrando a vi-vir con el estómago apretado. Las tragedias son tan cotidia-nas como sin descenso, y los “rebotes” económicos de la “aventura iraquí” han resulta-do en fortalecer a regímenes antagónicos a Washington, tales como Irán y Venezuela.

Política

Triunfo Demócrata en el Congreso estadounidense:

matices y perspectivas

En el balance de las elecciones del pasado 7 de noviembre en Estados Unidos, según el profesor Reyes, ni los demócratas ganan todo ni los republicanos lo pierden todo. En realidad, los políticos les están es apuntando a las elecciones presidenciales del 2008.

Los demócratas son más “tolerantes” con asuntos como migración, pero más “reacios” a las aperturas comerciales. Los conservadores actúan con un patrón

más “endurecido” hacia la migración (prueba de ello es la iniciativa del muro en la frontera México-Estados Unidos, lo que deja intacto el fondo de este problema), pero

son más “propensos” a una “libertad” comercial que les favorezca.

Giovanni E. ReyesEconomista, Asesor del Programa

de Desarrollo de la ONU

Con el triunfo de los demócratas se abre un nuevo capítulo en la democracia norteamericana, en la que durante los últimos años había imperado la visión republicana.

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Y para colmar los áni-mos, las publicitadas armas de destrucción masiva no aparecieron por ninguna parte. Es claro que Sadam Hussein no hubiese sido un buen candidato para invitar-lo a cenar en casa, pero en una sociedad tan basada en las verdades públicas de los dirigentes, una equivocación, desinformación o abierta mentira en ese sentido se fue tornando intolerable.

Lo que cambiará

¿Qué se puede esperar del nuevo Congreso con do-minio demócrata? Creo que son cuestiones de matices. Es muy probable que se entris-tezcan quienes hacen votos por cambios radicales. La po-lítica en Estados Unidos no se mueve a golpes de timón.

Esos matices en la po-lítica del país se basarían en tres aspectos básicos.

En primer lugar, muchos de los demócratas tienen in-clinaciones conservadoras. No deja de ser paradójico que un presidente como Bill Clinton haya sido el primer mandatario demócrata que concluye dos periodos pre-sidenciales luego de Franklin D. Roosevelt, precisamente por hacer un tanto lo contra-rio a su antecesor del mismo

partido. Roosevelt estableció programas que se proponían eliminar la pobreza en el país. Clinton recortó progra-mas sociales. No tanto a nivel de motosierra como han sido las bonitas tajadas que han quitado los republicanos, pe-ro no dejaba de existir cierta convergencia bipartidista en ese aspecto.

En segundo lugar, se impone con mucho la “ló-gica política” del oportunis-mo circunstancial. Muchos demócratas vieron cómo las encuestas marcaban distan-cia entre el apoyo a la gue-rra en Iraq y el electorado promedio, el que por lo ge-neral se muestra poco infor-mado y con más tendencia a mostrar “fortaleza” en las exposiciones que consisten-cia de argumentos. De allí,

mucha de la manipulación que surge en las elecciones de innumerables países, no sólo de Estados Unidos: las contiendas electorales se transforman en concursos de popularidad. Es en ese escenario, dominado ahora por un juego de posiciones en donde se ubican los ac-tores más importantes de la reciente victoria electoral.

Los demócratas saben que deben ser cuidadosos. Los republicanos, por lo ge-

neral, los han denunciado como los “blandos” para asuntos militares. Este con-traste ha resultado favore-ciendo al actual partido ofi-cial. Muestra de ello es el apoyo que les hacía aparecer invencibles tanto a Bush pa-dre con la Guerra de Kuwait en 1991, como a Bush hijo con Iraq. De allí que el des-censo en el número de tro-pas en Iraq, de realizarse, no sea algo que se concretaría de manera fulminante.

Un tercer aspecto: los márgenes de interés y benefi-cio inmediatista que buscan los electores y el control que ejercen en los parlamentarios hacen que la representativi-dad responda a coyunturas, más que a un programa po-lítico de largo alcance. Esto es una espada de doble fi-

lo. Por una parte hace más mandatario que los políticos representen grupos pobla-cionales. Pero, por otro lado, se acentúan las visiones de muy corto plazo.

Nuevo panorama

En todo caso, tanto de-mócratas como republicanos, constituyen grupos políticos que dan evidencia de flexibi-lidades cruzadas. Los demó-cratas son más “tolerantes”

con asuntos como migración, pero más “reacios” a las aper-turas comerciales. Los con-servadores actúan con un pa-trón más “endurecido” hacia la migración (prueba de ello es la iniciativa del muro en la frontera México-Estados Unidos, lo que deja intacto el fondo de este problema), pero son más “propensos” a una “libertad” comercial que les favorezca. Se está con el campeón hasta que pierda.

Desde principios de los cincuenta hasta 1994 los de-mócratas dominaron el con-greso estadounidense. De 1994 al 2006 fue el periodo republicano de supremacía parlamentaria. Un nuevo capítulo se abre ahora. Una Casa Blanca arrinconada está lista para culpar de falta de respuestas administrativas a

un congreso hostil. Los de-mócratas saben que el do-minio parlamentario puede transformarse rápidamente, sin la prudencia política, en un regalo envenenado. La au-téntica contienda no es esta. Es la elección presidencial de noviembre del 2008. Es hacia allí a donde se dirigen los recursos y las estrategias más afiladas de quienes anhelan el poder público de la prin-cipal potencial militar del planeta.

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Política

Durante la última déca-da el Ecuador ha tenido siete presidentes con promedios de mandato de entre un año y cinco meses. Los últimos 27 años de democracia han so-portado importantes niveles de desempleo y subempleo. La pobreza es del 39% (3 de cada 10 ecuatorianos de zonas rurales viven en condi-ciones de indigencia o pobre-za extrema). En este país exis-te un déficit de 1,4 millones de viviendas y el 80% de los ecuatorianos carece de segu-ro médico. La tasa de desem-pleo se encuentra entre el 10 y 12%. Aquellos que tienen trabajo viven en su mayoría con un ingreso de 300 USD al mes, mientras que la canasta familiar bordea los 450. Esta situación ha provocado que el número de personas que han migrado (2,5 millones aprox.) sea tan grande como los habitantes de Guayaquil, su ciudad más habitada. En el 2005, las remesas sumaron 2.031 millones USD, monto superado solamente por el ingreso del petróleo. Sin em-bargo, como producto de la renegociación de los contra-tos petroleros y de su precio durante los años anteriores el nuevo gobierno recibirá un superávit del 5% del PIB, que representan aprox. 1.600 millones, mientras la deuda publica es de 10.800 millones USD y representa un 36% del PIB.

En este contexto, es po-sible observar una corres-pondencia entre la situación económica del Ecuador y la del resto de los países andi-nos: economías ampliamen-te dependientes del exterior y de las fluctuaciones de los precios internacionales de materias primas. ¿Pero aca-so la inestabilidad política, característica del sistema político ecuatoriano durante los últimos 15 años, es un impedimento para estable-cer correspondencias con los procesos electorales de la re-gión?, ¿cuáles son las particu-laridades que nos ayudarían a entender el actual proceso electoral ecuatoriano?

1. La primera vuelta y el patrón democrático latino-americano

Los resultados de las elecciones en Ecuador evi-dencian algunos de los fenó-menos más relevantes de los últimos años en el escenario político latinoamericano: i) la crisis de los partidos políticos tradicionales y la tendencia a la polarización de las repre-sentaciones políticas entre las posiciones de izquierda y de derecha democráticas; ii) el peso de la “videopolítica”, el marketing y los presupues-tos exorbitantes en la cons-trucción de las imágenes y las representaciones políticas; iii) la ingerencia directa en la política interna de los de-bates y las alianzas políticas en el ámbito internacional: de un lado, la concordancia

Algunas claves para entenderel proceso electoral ecuatoriano

Carlos Duarte,Doctorante de l’Institut des

Hautes Etudes de l’Amérique Latine, París III

AFP

con los gobiernos que repre-sentan un giro a la izquierda en el contexto regional lati-noamericano y, del otro la-do, aquellas posiciones que continúan alineadas bajo la protección tutelar estado-unidense, y iv) la sombra de fraude electoral, bien sea por las maquinarias electorales el día de las votaciones o por la manera como los datos fue-ron sistematizados, con pro-gramas de procesamiento de la información que plantean más dudas que claridades en torno a su funcionamiento.

Con respecto a la cri-sis de los partidos políticos tradicionales y la tendencia hacia la polarización política, vale la pena prestar atención a los efectos de atomización y dispersión que han ido produciendo los procesos de liberalización económica en la sociedad ecuatoriana. Así las cosas, durante los últimos 15 años de implementación del decálogo neoliberal, la persistencia de la crisis po-lítica ecuatoriana muestra correspondencias con la per-manente inestabilidad eco-nómica que afecta a amplios sectores productivos de esta sociedad. Nos encontramos frente a la crisis política como producto de la inestabilidad económica, tesis contraria a la que defienden los analistas de los organismos económi-cos multinacionales: la crisis económica como producto de la inestabilidad política.

Es importante remarcar que dicha división va más allá de la distinción de clase o de los determinantes étnicos. De esta manera, además de la in-telectualidad quiteña y de los sectores de izquierda (inclui-do el Pachakutik indígena), hay un sector industrial pre-ocupado por la competencia extranjera bajo los marcos actuales en que se plantea la firma del TLC y que ha termi-nado cerrando filas en torno a la propuesta de protección

de los sectores productivos nacionales planteada por Co-rrea. Del otro lado, junto a los grandes exportadores y el capital financiero nacional, encontramos los medianos comerciantes, los transpor-tadores y las elites indígenas afiliadas a la poderosa iglesia evangélica. Todos ellos, tan-to en los suburbios urbanos como en los sectores más ol-vidados de la Sierra y el Ama-zonas, son promotores del magnate bananero. De esta manera, lo que se vio durante la primera vuelta electoral fue la polarización entre posibles ganadores y perdedores de la globalización neoliberal. Un conflicto que no encontró vía de solución en el insulso centro político y que ahora busca solucionarse como un enfrentamiento moral (entre el bien y el mal), en el terreno de la democracia represen-tativa.

2. La segunda vuelta y el peso del Ecuador profundo

Los resultados de la pri-mera vuelta electoral mostra-ron como ganadores a Novoa, en primer lugar, y a Correa, en un incómodo segundo puesto, justo delante de un sorprendente Gutiérrez, re-configuraron las estrategias y el terreno de discusión políti-ca a un doble nivel:

i) El desplazamiento es-tratégico del foco electoral: Es posible reconocer cómo, en la primera vuelta, las re-presentaciones mediáticas de los candidatos se concentra-ron en los sectores más iden-tificados con la clase media urbana. Una clase que mues-tra a Correa como ganador en la primera vuelta. Sin embar-go, la victoria aplastante del partido de Lucio Gutiérrez en el Ecuador Profundo, las pro-vincias más pobres del país, logró cuestionar la estrategia de uno de los dos candidatos a la segunda vuelta, Rafael Correa. Es probable que el electorado de este “Ecuador

Profundo” sea determinante a la hora de definir el gana-dor, si se tiene en cuenta la fortaleza de cada candidato en las metrópolis urbanas: Correa, en Quito, y Novoa, en Guayaquil. Advirtiendo que el potencial electoral guaya-quileño es mucho mayor que el quiteño

ii) La ausencia de deba-te político y la preeminencia de las prácticas clientelares: La importancia electoral de las regiones más excluidas y rezagadas en la implemen-tación de las diferentes ver-siones del proyecto nacional ecuatoriano (el Ecuador pro-fundo) tuvo como efecto la transposición al ámbito na-cional de las lógicas políti-cas que hoy predominan en esas regiones. Dichas lógicas, como veremos, se rigen por prácticas clientelistas que han sido fortalecidas luego de 15 años de paternalismo desarrollista. De esta manera se produjo el deterioro pro-gresivo de la discusión en torno a los proyectos de país y la maximización de las es-trategias demagógicas y de los golpes morales a la figura del contendor (lucha entre el bien y el mal).

3. Las estrategias dema-gógicas y la conexión desa-rrollista

Siguiendo esa argumen-tación, me parece convenien-te subrayar dos fenómenos que por su importancia en el “Ecuador profundo” han monopolizado las actuales estrategias de los candidatos en contienda: i) la omnipre-sencia del factor religioso y ii) el paternalismo desarrollista como articulador del discur-so político y garante de la estabilidad social.

La influencia de la igle-sia católica en las poblacio-nes indígenas y campesinas es bastante conocida: misio-nes de evangelización en la0 amazonia y presencia en el orden gamonal (hacendado, teniente político y párroco) en la sierra. Sin embargo, la religión y el pragmatismo de-sarrollista de la política de los movimientos sociales ru-rales se consolidaron como estrategias demagógicas a consecuencia de las oleadas organizativas indo-campesi-nas: la primera, en los años 60 en el marco de las luchas por la tierra y, la segunda, desde la década de los 80 por la disolución definitiva del orden gamonal y la conso-lidación de los procesos de organización política de estas poblaciones.

Como respuesta a los levantamientos indo-campe-sinos, liderados por la Conaie en los años 90 y comienzos del nuevo siglo, se desatarían dos procesos paralelos: una importante ofensiva de la re-ligión evangélica y la inun-dación de fondos de ayuda al desarrollo rural. Analizada esta respuesta de las insti-tuciones internacionales es posible observar hasta qué punto la masiva conversión religiosa ha dividido la uni-dad del movimiento en dos partidos: El Pachakutik (indi-

genista y clasista) y el Amauta (evangélico y de corte mo-dernizador), que por encima de las discusiones políticas nacionales han puesto sobre la mesa la cuestión religiosa y la lucha por el poder local.

De otra parte, la inun-dación desarrollista ha sido totalmente ineficiente como paliativo a las situaciones de marginación y pobreza, pero ha producido efectos reales en la mentalidad de las or-ganizaciones y de los líderes indo-campesinos. Así, orga-nizaciones que antes se pre-ocupaban por transformar colectivamente las condicio-nes estructurales de exclusión política y de marginación so-cial, hoy se hallan profun-damente debilitadas gracias a la dependencia y división que los fondos al desarrollo crearon en ellas. La descen-tralización y el desarrollo lo-cal fueron el caballo de Troya para integrar políticamente a estas organizaciones bajo los intereses de la sociedad de mercado. La reflexión políti-ca cedió su importancia fren-te a la necesidad de obras y de proyectos que mantengan las nuevas clientelas políticas (esta vez indígenas). A este respecto, basta con revisar los resultados electorales de Pa-chakutik, que fueron la base de sus logros a nivel nacional, en el ámbito de sus luchas antiimperialistas (contra las petroleras extranjeras y la oposición a la firma del TLC), pero virtualmente aplastados por la realidad local: la divi-sión del “voto indígena” y el fantasma del Coronel Gutié-rrez y sus programas asisten-cialistas.

Así, las mismas pobla-ciones, que en otras ocasio-nes estuvieron movilizadas y mantuvieron en jaque a la es-tructura política ecuatoriana, fueron las que en las pasadas elecciones volvieron a votar masivamente por Gutiérrez. Una decisión motivada por el recuerdo de su paternalismo demagógico durante su breve periodo presidencial (peque-ñas obras de desarrollo local, apoyadas por visitas esporá-dicas de terreno en las que distribuía picos y palas), y de su alianza con los partidos evangélicos luego de su dis-tanciamiento del Pachakutik, por el incumplimiento de sus promesas políticas.

Hay que esperar a ver qué proporción de esa mis-ma población votará por el Prian de Álvaro Novoa, en respuesta a su combinación de: i) paternalismo demagó-gico: la distribución de sillas de rueda, sacos de harina y microcréditos indiscrimina-dos de mil dólares en cada concentración política y ii) de proselitismo religioso: su au-toproclamación de “soldado de Dios” frente a la amenaza comunista que encarna Ra-fael Correa, y sus elaboradas dramatizaciones religiosas: sanaciones milagrosas y aren-ga política Biblia en mano.

Así, ¿quién lo diría?, los discursos de la disminución del Estado en favor de la iniciativa privada, de la con-fianza en el mercado y de la pertenencia religiosa por en-cima de la discusión política, tan cercanos al candidato del Prian, encuentran una co-rrespondencia sorprendente con los fenómenos produci-dos por las políticas desarro-llistas de ultima generación.

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Con mucha frecuencia los hechos violentos y trau-máticos que ocurren a nues-tro alrededor son reportados en términos de cifras y esta-dísticas. Nos informan sobre el incremento o descenso en el número de asesinatos, de violaciones, secuestros o bajas en la guerra, pero con muy poca frecuencia escu-chamos lo que significa pa-decerlos, sobre la experiencia de quienes los han vivido, las consecuencias biológicas, psicológicas y sociales que generaron y los recursos que, de manera creativa, desarro-llan las víctimas para mane-jarlos y dar sentido a algo que pareciera no tenerlo.

Con el propósito de adentrarnos en el mundo de la víctima, desarrollamos, con 72 familias víctimas de secuestro extorsivo económi-co, una investigación orien-tada a determinar los efectos psicológicos individuales, las consecuencias sobre el medio familiar y el proceso que vi-ven secuestrados y familiares durante el cautiverio y des-pués de la liberación1. Para ello se tomaron 18 familias que habían padecido o esta-ban padeciendo el cautiverio de un ser querido y 54 más, divididas en tres grupos según los meses de liberación (2-4; 5-8 y 9-15). Participaron 213 personas, 55 ex secuestrados y 153 familiares de diversas regiones del país, con quie-nes se realizaron entrevistas familiares y pruebas psicoló-gicas para determinar nivel de malestar psicológico, índices de estrés postraumático, me-canismos de afrontamiento y funcionamiento familiar.

En tanto que el secues-tro es una experiencia ines-perada que amenaza la in-tegridad física del individuo, que desafía las formas habi-tuales de manejo del entorno y genera una respuesta emo-cional de temor, desesperan-za y horror, consideramos que cae en lo que se conoce como evento traumático. Sin embargo, en contraste con otros incidentes traumáticos que resultan puntuales y de corta duración, el secuestro es un suceso complejo en el que pudieron identificarse dos momentos: el cautiverio y la adaptación posterior, di-ferenciables no solo en tér-minos fenomenológicos, sino en función de los índices de perturbación psicológica.

Entre el horror

El proceso que viven los secuestrados y sus familiares durante el secuestro y después de la liberación es el objeto de este estudio. Aunque la persona sea devuelta a su hogar, dicen los investigadores, no por ello desaparecen las secuelas, que a veces llevan incluso a la disolución de la familia.

y la esperanza

Carmen Elvira Navia,Profesora Asociada, Departamento

de Psicología, Universidad Nacional de Colombia

Después de la liberación, muchas familias usan esa segunda oportunidad que les da la vida para “resarcir los errores del pasado” y construir relaciones familiares de mayor empatía y respeto. No obstante, algunas se disuelven y otras continúan recriminándose por lo sucedido.

País

Los rostros del secuestro son anónimos para la sociedad, pero muy reales y concretos para los familiares.

1Proyecto auspiciado por la Fundación País Libre y Colciencias.

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Durante el cautiverio, la persona retenida y su familia son expuestas al trauma cró-nico inflingido por un cap-tor que busca someter a sus víctimas mediante el ejercicio de un control despótico so-bre todos los aspectos de sus vidas. “Mediante amenazas y agresiones físicas o verbales que minan la dignidad huma-na, el secuestrador manifiesta su poder sobre la víctima y la hace sentir que no tiene

los que el captor se muestra como aliado” (Sometimiento y libertad). En este sentido, al tiempo que los secuestrados, las familias padecen lo que denominamos un “cautiverio virtual”. No hay barrotes y no han sido retenidas, pero viven encerradas por las amenazas de un captor que aparece y desaparece a lo largo de la negociación.

Como lo afirma una de las familiares, el cautiverio es

un periodo caótico. Es como “estar en una montaña ru-sa”, un sube y baja constante entre la esperanza y el des-espero. Y, evidentemente, en comparación con el periodo posterior a la liberación, los familiares que vivían el cau-tiverio de uno de sus seres queridos mostraron mayor frecuencia de trastorno de estrés postraumático (39,1% durante el cautiverio frente a

19,6% en familiares después de la liberación y 29,1% en ex secuestrados). Durante este convulsionado periodo las familias desarrollan múltiples estrategias para afrontar la situación: el apoyo espiritual es la más frecuente. Algunos ponen todo en manos de un ser superior y otros buscan fortaleza en él. No obstante, el mecanismo de afronta-miento que los datos indican como más útil para disminuir la perturbación psicológica

es percibir la situación como un negocio que está en sus manos manejar y pensar en un desenlace positivo. A dife-rencia de otro tipo de secues-tros, como el político, o de hechos traumáticos, como el abuso infantil, en los secues-tros extorsivos económicos la subsistencia y liberación del secuestrado dependen de la capacidad de negociación de la familia, y aquellas que logran captar el papel que cumple la negociación en el desenlace de la situación, manejan mejor el evento y sus efectos traumáticos.

La liberación marca el final de este periodo y es vi-vida por familias y secuestra-dos como una “resurrección”. Una segunda oportunidad que les da la vida. Después de este feliz reencuentro, en el que todo sufrimiento parece haber cesado, las familias se ven abocadas a manejar los efectos de la experiencia. Al-gunas familias simplemente retoman la vida y continúan su existencia sin mayores cambios (43,40%) mientras que otras entran en crisis (56,60%) y es necesario re-socializar al secuestrado, re-construir las relaciones fami-liares, elaborar las pérdidas

económicas generadas por el pago del rescate y tomar de-cisiones con respecto al futu-ro, en especial en lo referente a la seguridad de la familia. Aunque muchos logran supe-rar el evento sin presencia de patología, los datos indican que 19,6 % de los familiares y 29,1 % de los ex secuestrados presentaban síndrome de es-trés postraumático y más de la mitad, síntomas de depre-sión, ansiedad fóbica y obse-sión. Igualmente, los datos no mostraron diferencias en los índices de patología entre los tres grupos posteriores a la liberación, lo que indica que las dificultades psicoló-gicas, tanto en términos de estrés postraumático como de índices de malestar psico-lógico tienden a mantenerse. Por otro lado, los datos del estudio permiten concluir que, en la parte psicológica, el secuestro afecta por igual a secuestrados y familiares. No se encontraron diferencias significativas ni en el índi-ce de estrés traumático (M = 26,62 para familiares y M = 29,53 para ex secuestrados) ni en el de malestar psicoló-gico general (M = 61,54 para familiares y M = 62,30) para ex secuestrados).

Durante el cautiverio, a la vez que se fortalece la comu-nicación familiar, aumenta el conflicto. Aunque la familia se une para apoyarse en la es-pera y realizar la negociación, surgen discrepancias con res-pecto a la forma de manejar la ausencia del ser querido y a la negociación del rescate. Después de la liberación, mu-chas familias usan esa segun-da oportunidad que les da la vida para “resarcir los errores del pasado” y construir rela-ciones familiares de mayor empatía y respeto (52,8%). No obstante, algunas se di-suelven y otras continúan recriminándose por lo suce-dido (18,2%).

La pérdida de la con-fianza hacia el entorno fue una de las consecuencias que se reportó con mayor fre-cuencia. Las familias se sien-ten vulnerables, temerosas de quienes los rodean, sin saber a ciencia cierta quién es ene-migo y quién amigo, y aban-donadas por un Estado que no ofrece apoyo ni garantías de seguridad y, además, en un país en el que reina la impuni-dad. En ese estado de soledad y desconfianza, la familia se convierte en el único medio confiable y seguro.

El trauma y la violencia nos confrontan con la impo-tencia del ser humano para predecir y manejar las situa-ciones del entorno y, en algu-nos casos, con la capacidad destructora del ser humano hacia otro ser humano. Tal vez por ello a veces quisiéramos, como quienes han sido víc-timas, hacer caso omiso de estas situaciones y negar sus nefastas consecuencias. Anes-tesiarnos frente a estos hechos no los hará desaparecer. Aun-que es necesario continuar trabajando por conocer las experiencias de las víctimas y desarrollar formas de inter-vención que les permitan ma-nejar su sufrimiento, también resulta imprescindible luchar por erradicar estos hechos violentos, cuya prevención es-tá en nuestras manos.

autonomía. Al mismo tiempo, el captor se presenta como el salvador y la persona de quien se depende para sub-sistir o salvar al ser querido, pues busca que tanto la fa-milia como el secuestrado se rindan a sus pies, por el temor y la necesidad de ellos. Es un tire y afloje entre agresiones orientadas a minar la digni-dad e integridad personales y acercamientos “amistosos” en

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Los acercamientos, que se iniciaron el año anterior, entre Gobierno y ELN, ten-dientes a formalizar un pro-ceso de conversaciones pa-ra superar la confrontación armada con esta organiza-ción insurgente, han venido avanzando lentamente, pero hasta el momento con con-sistencia. Claro que podrían ir mejor, pero no hay que olvidar la complejidad de lo que está involucrado.

Las tres primeras rondas de conversaciones, llevadas a cabo en La Habana, permi-tieron que Gobierno y ELN empezaran a distensionar el ambiente, que los delegados de las partes se conocieran y que se fueran echando las bases de la Mesa de Conver-saciones: reconocimientos mutuos, conformación y ga-rantías para las delegaciones, unas reglas de juego de la Mesa, un papel para la co-munidad internacional a tra-vés del papel que han venido jugando Cuba y Venezuela como países de cooperación especial y los denominados países acompañantes –Sui-za, Noruega y España– y una participación –muy prelimi-nar– de algunos sectores de la sociedad colombiana.

Terminada la IV Ronda de La Habana, entre gobierno

Gobierno y ELN:

Alejo Vargas Velásquez, profesor Titular

Universidad Nacionalde Colombia

bien, pero podría ser mejor...

colombiano y ELN, se pue-de hacer un balance más de conjunto para poner las cosas en su punto y dar elementos que permitan una valoración equilibrada, para no caer ni en pesimismos, que corres-ponden a entusiasmos exage-rados, ni en optimismos exa-gerados, en los que se piensa más con el deseo que con la realidad. Recordemos que se está tratando de superar un conflicto interno armado de más de cuatro décadas de duración –con prevenciones mutuas, heridas y descon-fianzas acumuladas– y no simplemente solucionar un pleito callejero.

Como lo señalaron en el comunicado que dieron a conocer, las dos partes reconocen la construcción de confianza, el estableci-miento formal de la mesa, avances en precisar el rol del acompañamiento inter-nacional e iniciar la partici-pación de la sociedad. Se de-finieron los dos ejes estruc-turantes hacia un ‘acuerdo base’: ambiente para la paz y participación de la sociedad. Es decir, hay dos columnas sobre las que se debe mover el proceso de conversacio-nes y de acuerdos.

Ahora bien, ¿en dónde se sitúan algunas diferen-cias?: 1) en la caracterización del punto de partida; 2) en el punto de llegada, y 3) el carácter y alcance de la par-ticipación de la sociedad.

El gobierno conside-ra que en la sociedad co-lombiana hay diversidad de conflictos que tienen pro-cedimientos y escenarios para su trámite y los dife-rencia de la confrontación armada que requiere un escenario especial para su resolución. El ELN plantea que en Colombia existe un conflicto social y político armado y que el conflicto propiamente armado tiene relaciones o articulaciones con los conflictos sociales y políticos que han estado y

de la conflictividad social y lo que se debería buscar es que a futuro esos conflictos sociales tengan garantías de que pueden desarrollarse sin estar atravesados por el uso de instrumentos armados.

En cuanto al punto de llegada de la negociación, el gobierno considera que se busca es mejorar la de-mocracia y el pluralismo en la sociedad colombiana. El ELN aspira a transforma-ciones estructurales de la sociedad colombiana y que existan instrumentos para la transición de la situación de conflicto a la de posconflic-to –Convención Nacional, Asamblea Constituyente, por ejemplo. No hay duda de que hay un elemento desta-cable y es que las dos partes aceptan que lo buscado por la negociación es dejar atrás la confrontación armada in-terna y lograr mejoras sus-tanciales en la democracia colombiana. Probablemente las diferencias son de grado.

En lo relacionado con la participación de la socie-dad, seguramente las partes tendrán necesidad de dis-cutir y aclarar previamente el carácter y naturaleza de ella. Si la participación se agota en la representación electoral, ¿qué papel juegan otros sectores tradicional-mente excluidos o autoex-cluidos de ese tipo de ejer-cicio electoral? Igualmente, llegar a acuerdos acerca de qué alcance darles a esce-narios como la Convención Nacional y la(s) Casas de Paz: ¿se puede y es deseable que se instalen Casas de Paz en sitios diversos del panorama nacional? ¿Cuál será el rol de ellas? ¿Qué alcance podría tener la Convención Nacio-nal? ¿Es un seminario en el que se debaten algunos te-mas nacionales y se sacan conclusiones que pueden ir como iniciativas al gobier-no o al Congreso Nacional? ¿Se trata de un escenario de carácter preconstituyente cuyas conclusiones deberían transitar a un escenario de tipo decisorio, como una Asamblea Constituyente o un Referendo? ¿Es solamente una reunión de la oposición política al gobierno? ¿Cuál es la relación de la Conven-ción Nacional con la Mesa de Conversaciones?

Adicionalmente, van a surgir dificultades en un tema fundamental, como el del cese el fuego y las hostili-

esto en regiones, como es la mayoría del país, en que hay presencia de otros actores guerrilleros y eventualmente otros actores armados irre-gulares? ¿Habrá un sistema eficaz y eficiente de verifi-cación del cese el fuego y las hostilidades? ¿El sistema de verificación será de carác-ter nacional, internacional o mixto? ¿Cómo se resolverá el tema del mantenimiento de las fuerzas guerrilleras si se quiere que el cese el fuego y hostilidades sea serio y no que se viole por la ‘puerta de atrás’?

Y, por supuesto, estos aspectos operacionales de-berán ser complementados con otras fórmulas jurídico-políticas, que igualmente no son sencillas de resolver: el ELN habla de amnistía para los presos políticos y el Gobierno de beneficios jurídicos para los miembros del ELN acusados del delito de rebelión. Ahí existe un campo importante de dife-rencias que las partes de-ben superar.

Ahora bien, todos estos desafíos requieren conver-sar, analizar, argumentar, discutir y llegar a acuerdos y, sin duda, habrá sobresaltos y tensiones en estas conver-saciones, pero, como se ha visto hasta el momento, la decisión política de las par-tes de seguir avanzando es un ingrediente valiosos para ir encontrando fórmulas que superen las diferencias.

No hay duda. Si las par-tes empiezan a enfrentar las diferencias, eso significa que han avanzado de manera importante –aunque algunos quisieran simplistamente que las cosas ya estuvieran resuel-tas– y que las conversaciones se aproximan a su formaliza-ción en periódicas reuniones futuras, a través de acuerdos sucesivos que vayan dejando amarres importantes para la construcción del acuerdo fi-nal de paz.

Claro que en el papel las cosas podrían estar más avanzadas. Pero una cosa es siempre lo deseable y otra lo posible. A veces se argu-menta que las realidades políticas exigen avances fun-damentales, y es probable. El problema es que cada parte hace lecturas y valoraciones diferentes de esa realidad política. Por ello debemos decir que las cosas están razonablemente bien y que

Aunque el escenario de conversaciones y conflicto es complejo, el país no debe perder la esperanza de una paz posible.

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Y, por supuesto, estos aspectos operacionales deberán ser complementados con otras fórmulas jurídico-políticas, que

igualmente no son sencillas de resolver: el ELN habla de amnistía para los presos políticos y el Gobierno de beneficios

jurídicos para los miembros del ELN acusados del delito de rebelión. Ahí existe un campo importante de diferencias que

las partes deben superar.

Son muchos los avances que se han logrado en las conversaciones entre el Gobierno nacional y el ELN. No obstante, dice el profesor Vargas, es necesario que las partes hagan su mejor esfuerzo, pues, como siempre, a lo largo del camino suelen presentarse obstáculos de distinto tipo que pueden dificultar, retrasar o incluso suspender las negociaciones.

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están presentes en la vida nacional. Esta es una dis-cusión importante y necesa-ria, porque si bien es verdad que los conflictos sociales y políticos en una democra-cia deben continuar desa-rrollándose normalmente en un escenario de posconflicto armado, también es real que el conflicto interno armado tiene raíces y entrecruza-mientos históricos y quizá contemporáneos con mucha

dades, porque seguramente cada parte tiene una mane-ra específica de entenderlo y porque un tema de esta naturaleza, si se quiere que sea serio y no una simple declaración retórica, de-be dar respuesta a proble-mas como estos: ¿cuál se-rá la temporalidad del cese el fuego y las hostilidades? ¿Habrá algún tipo de ubica-ción territorial de las fuerzas insurgentes? ¿Cómo resolver

sin duda podrían estar en un mejor punto, pero igual hay que reconocer que los ritmos de los procesos de conversa-ciones no los dictan los ana-listas, sino la dinámica en que las partes se van viendo progresivamente involucra-das. Sin desconocer que los ciudadanos de a pie tene-mos el derecho y el deber de seguir presionando positiva-mente para que avancen a mayor velocidad.

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Investigación

Reducir la contaminación ambiental por uso de combustibles es la finalidad de estas dos investigaciones.

Líderes en producciónecológica de biodiesel

Es posible producir

Este trabajo fue reali-zado por el Laboratorio de Investigación en Combus-tibles y Energía de la Uni-versidad Nacional, Lice, e Industrias Tecsol, en el mar-co del Programa Iberoame-ricano de Ciencia y Tecnolo-gía, proyecto de “Tecnología limpia para el aprovecha-miento de olefinas ligeras”, cuyo objetivo central fue el desarrollo de adsorbentes y procesos adsortivos para la separación de mezclas pro-pano/propileno y desulfu-ración de gasolinas.

La investigación bus-ca disminuir o eliminar los compuestos azufrados pre-sentes en las gasolinas por métodos de adsorción, pro-ceso químico en el que áto-mos, iones o moléculas son atrapados en la superficie de un material. El resultado es la formación de una pe-lícula líquida o gaseosa en la superficie de un cuerpo

sólido o líquido. Para lograr-lo, se prepararon nuevos ad-sorbentes a partir de carbo-nes activados modificados y una zeolita MCM-41. La modificación de los carbo-nes activados se realizó por impregnación con óxidos metálicos, con el propósito de mejorar el carácter bási-co y aumentar la capacidad de adsorción de compuestos azufrados de carácter ácido, como los tioles.

Para los compuestos azufrados con alta densi-dad electrónica, como los tiofenos y benzotiofenos, se prepararon carbones acti-vados ácidos e impregnados con iones metálicos para permitir las interacciones con los grupos aromáticos de alta densidad. A todos los adsorbentes se les de-terminaron sus propiedades físicas y químicas. Para la evaluación de los adsorben-tes se prepararon mezclas

modelo que simulan las ga-solinas. A ellas se les agregó el compuesto azufrado. El seguimiento de la adsorción se hizo por cromatografía de gases y la evaluación de la capacidad de adsorción mediante las curvas de con-tacto y ruptura.

Los resultados mues-tran que es factible eliminar por adsorción los compues-tos de azufre existentes en mezclas de hidrocarburos y la química superficial ácida o básica del adsorbente es fundamental en el diseño del sistema de reacción. De-bido a las altas concentra-ciones de compuestos azu-frados en los combustibles líquidos, es vital trabajar en la búsqueda de procesos co-merciales que permitan go-zar de un ambiente menos contaminado en poblacio-nes como Bogotá, con altas concentraciones de fuentes móviles.

El proyecto Evaluación y modificación de adsorbentes para la desulfurización de gasolinas busca disminuir los compuestos azufrados presentes en el combustible. Por las altas concentraciones de compuestos azufrados en los combustibles para carros, es urgente generar procesos comerciales que permitan tener un ambiente menos contaminado en poblaciones de alta movilidad vehicular.

gasolina más limpia

Procesos químicos cataliticos y biotecnológicos es un grupo de investigación que durante 12 años ha dedicado sus actividades al diseño y análisis de procesos productivos de tipo químico o biotecnológico, bajo los criterios de reducción de gastos energéticos, mejor uso de materias primas renovables y no renovables y minimización de impactos ambientales.

Las áreas cubiertas en su quehacer investigativo abarcan catálisis hetero-génea, destilación reacti-va, ingeniería de procesos biotecnológicos, materiales nanoestructurados, proce-sos reacción-separación y biocombustibles.

En relación con este úl-timo campo, uno de sus tra-bajos más destacados tiene que ver con proyectos y po-nencia internacionales de investigación sobre produc-ción limpia de biodiesel.

Durante las indagacio-nes y pruebas de laboratorio se desarrollaron diferentes estrategias de producción innovadora, como uso de enzimas comerciales para hacer menos contaminan-te la etapa de separación y purificación, inmovilización de las enzimas para hacer el proceso más productivo y más estables las enzimas en medio orgánico y, final-mente, procesos reacción-separación para intensificar el proceso.

En el campo científico, esto les permitió llevar sus ponencias a cinco encuen-tros internacionales y a cua-tro nacionales. Así mismo, hay cuatro artículos publi-cados y cinco en proceso. Por último, tres propuestas de patentes de invención. Dos de ellas, una de inmovi-lización y otra de extracción reactiva, serán entregadas en los próximos días al gru-po Procesos químicos cata-liticos y biotecnológicos.

Además del impacto en la comunidad académica na-cional, el grupo espera que la comunidad empresarial considere el valor de apoyar una propuesta innovadora propia para implementar en la industria la produc-ción limpia de biodiesel, lo que produciría dividendos económicos y ambientales favorables para el desarrollo del país.

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Investigación

Este trabajo permite apreciar el impacto de una revolución científica en la configuración de la ciudad moderna.

Con fundamento en la perspectiva hermenéutica de registros documentales, se emprendió un análisis ar-queológico del saber agronó-mico. La investigación hizo visible el despliegue e inte-racción de prácticas discur-sivas en la organización, fun-cionamiento y transforma-ción de los planes de estudio

La tesis de maestría Influencia del discurso del desarrollo y las misiones estadounidenses en la formación agronómica, de Mario Arango Marín, es una muestra importante del trabajo realizado por el grupo Historia y filosofía de las ciencias y las técnicas, categoría B de Colciencias. En el 2005, la investigación recibió distinción meritoria en la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Sede Medellín.

La siembradel desarrollo

Dado que hubo un mundo sin Pasteur y sus hallazgos, ¿cómo se dio esa transición en las ciencias y en la práctica científica y cómo afectó al mundo urbano? Para responder esta pregunta, mediante la constitución y análisis de un archivo documental a partir de diversas fuentes existentes en la ciudad, se hizo un estudio de caso sobre la Medellín de las tres últimas décadas del siglo XIX.

en MedellínPasteur

Esta investigación histó-rica fue adelantada por Jor-ge Márquez Valderrama, del grupo Procircas (Producción, circulación y apropiación de saberes), mediante la consul-ta de una amplia documen-tación oficial de manicomios, hospitales, asilos, cemente-rios, sociedades científicas, plazas de mercado e institu-ciones de gobierno.

El resultado es el libro Ciudad, miasmas y microbios: irrupción de la ciencia paste-riana en Antioquia, publica-do por la Facultad de Cien-cias Humanas y Económicas de la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín y la Universidad de Antioquia. Los numerosos interrogantes que el libro plantea sobre la historia de nuestras formas de componer un hábitat ur-bano lo hacen interesante para médicos e historiadores y por supuesto para el públi-co en general.

Este libro une por pri-mera vez dos series de acon-tecimientos sin nexos apa-rentes: la emergencia de la práctica de una medicina social en Medellín, como hi-giene y medicina urbanas, y la introducción en la medici-na antioqueña de una nueva teoría científico-médica so-bre las causas de las enfer-medades.

Otro logro de esta in-vestigación es haber puesto en evidencia el uso temprano del pasterianismo en la con-

figuración de argumentos a favor de la legitimación del poder médico como instan-cia de gobierno. Ejemplos de ello son las ingerencias de los pasterianos antioqueños en la medicalización autoritaria de la higiene de la ciudad y de las prácticas veterinarias, en un momento en que los médicos no tenían competi-dores profesionales en esos dominios.

El libro presenta el ri-gor de un producto acadé-mico de alta calidad. En esa medida, es un producto de impacto en la educación, en la formación de nuevos in-vestigadores y en la transfor-mación de los lugares comu-nes acerca de la evolución de los procesos históricos de formación de las sociedades urbanas andinas.

Capítulos y secciones principales:

• Propuestas de medicina oficial en Colombia a fina-les del siglo XIX

Asimilaciones locales del problema de los microbios

• La medicina urbana en Medellín a finales del siglo XIX

• El pasterianismo

• La lepra: ¿contagio o he-rencia?

• El carbón y la pústula ma-ligna

La investigación indaga por la influencia del discurso del desarrollo y las misiones estadounidenses en la formación agronómica.

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en la Facultad Nacional de Agronomía, Medellín, FNA.

El trabajo consideró esa directriz cultural de saberes recibidos y adaptados, en unas condiciones históricas estudiadas, que permitieron la primacía discursiva del desarrollo en la formación agronómica. Tal preeminen-cia fue establecida por misio-

nes estadounidenses. Entre ellas, Rockefeller, Nebraska, Michigan y Kellogs, que ac-tuaron como parte de un convenio con el Ministerio de Agricultura de Colombia en la década de 1950.

El ejercicio comparativo de las innovaciones curricu-lares hizo notorio el objeti-vo misional de fragmentar y especializar las disciplinas del saber agronómico en la Facultad Nacional de Agro-nomía. El proceso derivó no sólo en la creación de otras carreras, sino que tal espe-cificidad dejó su talante en los trabajos de grado y en la orientación de los artículos publicados en la Revista Fa-cultad Nacional de Agrono-mía, su órgano divulgativo.

Todo lo anterior fue im-prescindible para articular la enseñanza a los designios discursivos del desarrollo y hacer explícita la promoción y avance de la “Revolución verde”. Con esa premisa, y como resultados, se conside-ran las repercusiones para la agricultura del país, sus mo-delos de producción agraria, el régimen de tenencia de tierras, los flujos migratorios campo-ciudad y los efectos para la seguridad alimenta-ria.

Más allá de proveer elementos de análisis en el proceso de acreditación del programa de Ingeniería Agronómica, la investigación también intenta repensar “el final de la agricultura, en tan-to modeladora de conduc-tas y culturas, ciencias y vida social, cuerpos y religiones”, planteamiento de Michel Se-rres, y el de la “muerte del campesino” como “el cambio social más dramático y de mayor alcance de la segunda mitad del siglo XX”, como es-cribió Eric Hobsbawm.

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Investigación

El tema de investiga-ción surge al indagar cómo incide el efecto invernadero en la producción hortícola. Allí se descubre que en el mundo hay una gran varie-dad de modelos de inverna-dero, que emplean diversos materiales, de acuerdo con el clima donde están ubicados. En contraste, en Colombia la relación clima-planta no está muy bien difundida.

Los ingenieros agrí-colas integrantes del GTI, basados en que tienen los conocimientos necesarios para aportar en este tema, decidieron publicar Nocio-nes básicas sobre invernade-ros, un libro útil para todos aquellos que quieran produ-cir alimentos en ambientes protegidos.

En la actualidad, este método lo emplean los ex-portadores de flores y pro-ductores de tomate y los cultivadores de fresa, horta-lizas y papa que piensan en aumentar sus niveles de pro-ducción y mejorar también la calidad de los productos.

De igual manera, este libro ha sido utilizado por especialistas de la FAO (or-ganismo de las Naciones Unidas encargado de ayu-dar a los países en desarro-llo a modernizar y ampliar

su agricultura, silvicultura y pesca, con el fin de aliviar la pobreza y el hambre) pa-ra los programas especiales de seguridad alimentaria en países como Guatemala.

GTI ha publicado los libros Invernaderos, la ex-periencia Iberoamericana y Situación, fundamentos y técnicas de agroplasticultura en Iberoamérica. Adicional-mente, el grupo está traba-jando en dos publicaciones: Relaciones planta ambiente y Experiencias del GTI en Invernaderos. De igual for-ma, esperan hacer una pu-blicación especial que sea aplicable a las condiciones colombianas. Es decir, que tenga en cuenta los modelos estructurales y el manejo de variables climáticas propias de las zonas colombianas.

Con los libros publica-dos en el país y los capítulos de libros y artículos en revis-tas de divulgación e interna-cional el GTI ha logrado que en el mundo se conozcan los desarrollos colombianos en esta área y se trabaje en nue-vos materiales y tecnologías que se adapten a nuestras condiciones climáticas, que son muy diferentes a las de aquellos países de donde nos llega la tecnología, co-mo Israel, España o Estados Unidos.

para dummies

El libro pone los avances del Grupo de Tecnología en Invernaderos al alcance de todos los públicos.

Invernaderos

Las sustancias aisladas de la Peltostigma guatemal-ense, cuyo material vegetal fue recolectado en Antioquia, presentaron porcentaje de actividad por encima de los valores de referencia frente a los controles convenciona-les.

La especie Peltostigma guatemalense es un nue-vo reporte de especies de la familia Rutáceas, a la que pertenecen frutas como la mandarina o el limón. Dicha especie fue estudiada por el Grupo de Investigación en Productos Naturales de la Universidad Nacional, en co-laboración con la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (Fidic) y el Institu-to de Investigación de la Mo-lécula Biológicamente Activa, de la Universidad del Sacro Cuore en Roma, Italia.

El material vegetal fue recolectado en el municipio de San Luis, Antioquia, y de-terminado por un biólogo del Jardín Botánico de Medellín, en donde se encuentra una muestra del herbario. Hojas y madera se sometieron a aná-lisis de extractos etanólicos y se obtuvieron y cuantificaron los siguientes metabolitos (sustancia proveniente del metabolismo celular): seis alcaloides, una cumarina, un flavonoide, un lignano, el és-

ter p-hidroxibenzoato de me-tilo y el ácido fenilacético.

La evaluación de activi-dad biológica de los extractos iniciales y de algunas sus-tancias puras se realizó en las instalaciones del Fidic, con protocolos estandariza-dos. Con ellos se realizó un tamizaje de actividad anti-bacteriana (ensayos frente a un panel de bacterias Gran+ y Gran–, Salmonella tiphy-muriun MS7953, Salmonella tiphymuriun 4028s, Entero-coccus faecalis 29212, Sta-phylococcus aureus). Además se hizo el ensayo de actividad de inhibición de la invasión del Plasmodium falciparum (causante del paludismo y la malaria) a glóbulos rojos humanos con los extractos crudos y algunas fracciones más elaboradas.

Aunque los metabolitos aislados no fueron novedosos, los resultados de su actividad biológica en estado puro es-tuvieron por encima de los valores de referencia frente a los controles convencionales. Por esto, el principal aporte de esta investigación es pro-porcionar evidencia sólida hacia la aplicación de estos metabolitos como agentes potencialmente terapéuticos antimaláricos y contra infec-ciones de tipo bacteriano en algunos casos.

Poderosos agentes potencialmente terapéuticos contra infecciones de tipo bacteriano y en algunos casos antimaláricos han sido aislados en laboratorio durante una investigación colombo-italiana. Hallazgos de este tipo son cada vez más frecuentes en la Universidad Nacional y perfilan a Colombia como una potencia en la producción de sustancias terapéuticas a partir de material vegetal.

Biodiversidad y riqueza terapéutica

Nociones básicas sobre invernaderos, de John Fabio Acuña Caita, compila buena parte de la información y la experiencia adquirida por el Grupo de Tecnología en Invernaderos (GTI) de la sede Bogotá. Acuña, fundamentado en los avances tecnológicos apreciados en otros países, como España y Francia, hace una aproximación a los conceptos de análisis estructural y manejo climático.

La Peltostigma guatemalense es un nuevo reporte de especies de la familia Rutáceas, a la que pertenecen la mandarina y el limón.

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Investigación

Esta investigación encontró utilidad a una parte de la fruta que suele desecharse.

El grupo de Limnología Amazónica de la Universidad Nacional de Colombia, sede Leticia, y la Universidad de Vigo, España, desarrollan en Leticia el curso de Especiali-zación en Ecología Acuática, que tiene como objetivo ge-neral capacitar al estudian-te para realizar trabajos en Ecología General y, más es-pecíficamente, en Ecología Acuática.

Para ello, se recurrió a la tutoría, entendida como una actividad de seguimiento individualizado del aprendi-zaje del alumno en un mo-delo de enseñanza colectivo que busca modificar el papel del profesor como transmi-sor de conocimientos por el de orientador, colaborador y consejero en la selección de información.

Todo ello apunta a me-jorar el rendimiento acadé-mico, a favorecer una mayor

y más rápida integración del estudiante a la vida univer-sitaria y a encaminarlo en la dirección que señala una sociedad del conocimiento que cada día es más espe-cializada. Se trata, entonces, de dar respuesta a una nueva dimensión del alumno y del futuro profesional que de-manda la sociedad: crítico, con criterios propios, con ca-pacidad de relación y trabajo en equipo.

En la Especialización en Ecología Acuática, la tu-torización pretende capaci-tar al estudiante para dise-ñar y llevar a cabo proyectos de investigación, realizar el muestreo de campo y el tra-bajo en laboratorio, además de familiarizarlo con el tra-tamiento de datos estadísti-cos, búsqueda bibliográfica y síntesis de la información, preparación y publicación de artículos científicos. El traba-

jo de cada estudiante será su tesis de grado.

Según el director del gru-po Limnología Amazónica, con este proyecto se busca fortale-cer la formación de profesio-nales investigadores que termi-narán sus estudios de pregrado con un importante valor agre-gado: la capacidad de plantear preguntas de investigación, resolver diversos interrogantes y difundir los resultados en pu-blicaciones de impacto nacio-nal e internacional.

Como resultado de es-ta experiencia, desarrollada con seis estudiantes, hay dos publicaciones en revistas in-ternacionales (Aquatic Bo-tany y Freshwater Biology) y cinco tesis de pregrado (una ya concluida con calificación meritoria). Los resultados también se han presentado en 2 ponencias y un semina-rio internacional de especia-lidad en el tema.

La experiencia se realizó en la Sede Amazonia, en el marco de la especialización en Ecología Acuática del grupo Limnología Amazónica. Los estudiantes fueron formados con una nueva estrategia educativa implantada en Europa desde 1999 y que está basada en la Declaración de Bolonia, que cambia radicalmente el concepto de los cursos universitarios, pues introduce las tutorías como práctica docente.

primer curso tutorizado en ColombiaUniversidad Nacional adelanta

El proceso para la extracción del antioxidante se muestra en la gráfica.

Algunos de los trabajos realizados durante este tiem-po abordan temáticas como “Caracterización química y establecimiento de metodo-logías para el procesamiento de frutas de consumo popu-lar”, “Composición y procesa-miento de frutas de la Región Amazónica”, “Procesamiento de frutas frescas, estudio de los aromas de algunas fru-tas tropicales (guanábana, papayuela, pomarrosa y lu-lo)” y “Daño producido en las frutas tropicales durante

el almacenamiento a bajas temperaturas (mora, guaya-ba, curaba)”.

En la actualidad, uno de sus principales proyec-tos es la investigación “Esta-blecimiento de tecnologías de bajo costo que permitan establecer los daños de las frutas por almacenamiento a bajas temperaturas, estu-diando los cambios fisico-químicos, sensoriales y bio-químicos de las frutas trata-das en dichas técnicas (lulo, tomate de árbol y pitaya)”.

Se espera que los resultados permitan disminuir las ele-vadas pérdidas poscosecha en frutas que actualmente se presentan en el país.

Otra muestra impor-tante de la actividad del grupo Estudio de los cam-bios químicos y bioquími-cos de alimentos frescos y procesados es la tesis de maestría Evaluación de la acción antioxidante de los componentes mayoritarios del líquido de la cáscara de la nuez del marañón en

aceite de soya, que recibió calificación meritoria.

En esta investigación se estableció por primera vez que la mezcla de la fracción fenólica del líquido de la cás-cara de la nuez del marañón (LCNM) con el antioxidante comercial G75 en propor-ción 1:1 tiene actividad an-tioxidante estadísticamente igual que la del control G75. Lo que significa que podría convertirse en una alternati-va importante para la indus-tria, en donde sustituiría, al

menos en parte, el consumo de antioxidantes sintéticos y disminuir costos y toxicidad durante el proceso producti-vo del aceite de soya.

Este es un trabajo de uti-lidad para los cultivadores de marañón, pues le suma valor agregado al fruto y encuentra aplicación para un producto que suele desecharse. Tam-bién lo es para la industria de grasa, porque encontró una nueva fuente de antioxidan-tes naturales que podrán ser aplicados a sus productos.

Estudio de los cambios químicos y bioquímicos de alimentos frescos y procesados es un grupo que durante 35 años se ha dedicado a desarrollar estrategias que permitan mejorar la producción y comercialización de alimentos. Un factor importante ha sido la cooperación directa con agricultores, exportadores y comerciantes, para hacer estudios que coincidan con las necesidades de los gremios productores.

tratamiento poscosecha de las frutasSoluciones para el

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La médica Nubia Mu-ñoz es graduada de la Fa-cultad de Medicina de la Universidad del Valle. Des-de que hizo su residencia escogió el cáncer y la in-vestigación como los pila-res de su vida. Después de graduarse, viajó a los Es-tados Unidos y allí hizo su maestría en Salud Pública con énfasis en Epidemio-logía y Virología del cán-cer, en la Escuela de Salud Pública de la Universidad John Hopkins, en Baltimo-re. Luego de graduarse con honores, como Estudiante Distinguida sobresaliente, se vinculó con la Agencia Internacional para la Inves-tigación en Cáncer, Iarc, en Lyon, Francia.

Su carrera profesional la ha dedicado a la inves-tigación epidemiológica en cáncer, en especial en la relación cáncer-agentes infecciosos, pero sobre todo se ha dedicado al estudio del cáncer del cuello uteri-no, del virus del papiloma humano, el cáncer de híga-do y los virus de la hepatitis B y C. Acaba de ser designa-da miembro de John Hop-kins Society of Scholars de la Escuela de Salud Públi-ca de la Universidad John Hopkins. Esta membresía es restringida a científicos sobresalientes y su número no supera los 340. La doc-tora Muñoz es la primera colombiana en recibir este premio por su esfuerzo en la lucha contra una de las enfermedades más doloro-sas y trágicas del mundo.

La doctora Muñoz des-de que estaba estudiando Medicina en la Universidad del Valle se interesó por el cáncer. Uno de sus profe-sores, Pelayo Correa, estaba dedicado a la investigación y estaba creando el primer registro de cáncer en Co-lombia, en Cali. “Como es-tudiante me tocó trabajar en esa actividad. En este momento, ese es el regis-tro más antiguo. Y el mejor en América Latina. El único de trayectoria en Colombia. Correa estaba muy interesa-do en investigar el cáncer de estómago, que es un cáncer muy frecuente en Colombia, y el de cuello uterino”.

Cuando terminó su ca-rrera, le dieron una beca para hacer una especializa-ción en epidemiología, en la Universidad John Hop-kins. Allí permaneció un par de años. Luego, el Director de la Agencia que le había dado la beca, le ofreció ir por un año a Francia, a ter-minar su entrenamiento en la Iarc, la agencia interna-cional para la investigación en cáncer, que es parte de la Organización Mundial de la Salud. Luego le ofrecieron un contrato de un año y así hasta que terminó ha-ciendo toda su carrera allí, en donde llegó a ser Jefe de una de las Unidades de Epidemiología.

Cree que se ha destaca-do porque se ha preparado y por la orientación que le ha dado a su vida profesio-nal. Contrario a muchos de sus compañeros, que lue-go de terminar la carrera se interesaron por actividades clínicas, ella se dedicó a la

La médica y científica colombiana Nubia Muñoz fue candidata este año a los premios Príncipe de Asturias. Durante su paso por Colombia, pues aunque es caleña lleva más de 30 años viviendo en Francia, UN Periódico la entrevistó.

Equipo periodístico,Unimedios

Entrevista

Las investigaciones actuales les han permitido a los científicos comprobar que en el mundo la principal causa de cáncer es el tabaco. Es el responsable del 19% de todos los cánceres. La segunda causa son las infecciones, que son la causa de estos tres tipos de cáncer, que son responsables de otro 18%. La diferencia entre

países ricos y países pobres es que en los ricos el tabaco es la causa del 26% de los cánceres y en los pobre es del 8%; en tanto que si es por infección es al revés,

en los países ricos son la causa de un 8% y en los pobres, de un 26%.

Nubia Muñoz:La doctora Muñoz, médica colombiana, es una de las figuras importantes del IARC.

el 70% de los cánceres están ligados al consumo de tabaco

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investigación. Cree que en-tre más se prepara la gente es más fácil seguir adelante. Ella comenzó a trabajar en patología, en Cali, con el profesor Correa, y luego, en Estados Unidos, en virolo-gía. Está convencida de que lo más importante es tener una visión panorámica y multidisciplinaria.

Desde el comienzo centró su interés en la in-vestigación de los cánceres que eran problemas de sa-lud pública en países po-bres latinoamericanos, co-mo el del estómago y el del cuello uterino, que son los principales. También traba-jó el cáncer de hígado, en países africanos y asiáticos. Durante las investigaciones se demostró que estos tres tipos de cáncer están aso-ciados con agentes infec-ciosos. Las investigaciones actuales les han permitido a los científicos comprobar que en el mundo la princi-pal causa de cáncer es el ta-baco. Es el responsable del 19% de todos los canceres. Y la segunda causa son las in-fecciones, que son la causa de estos tres tipos de cán-cer, que son responsables de otro 18%. La diferencia entre países ricos y países pobres es que en los ricos el tabaco es la causa del 26% de los cánceres y en los pobre es del 8%; en tanto que si es por infección es al revés, en los países ricos son la causa de un 8% y en los pobres, de un 26%.

Aunque el cáncer no ataca más a un género que a otro, dice: “los hombres fuman más y tienen más cánceres ligados al consu-mo del tabaco que las mu-jeres. La obesidad, por su parte, es un poco más fre-cuente en las mujeres, por lo que tiene más influencia en cáncer de endometrio”.

La doctora Muñoz aun-que confía en las campañas de prevención que ha ade-lantado la OMS, sabe que en los países pobre a veces no pueden ni siquiera implan-tarse. Algunas funcionan mejor que otras. “Sobre todo –dice– en contra del tabaco. Esta es una actividad muy importante de la OMS. Tam-

bién, la de detección precoz de cáncer de cuello uterino. Estas campañas de cuello uterino han funcionado muy bien en los países ricos. En esos países, con estas com-pañas se ha logrado reducir casi en un 70% el cáncer, pe-ro son campañas difíciles de organizar y costosas, porque se requiere que cubran la mayor parte de la población en riesgo, que tengan un buen control de calidad en cada etapa y que las muje-res que sean diagnosticadas con lesiones sean tratadas adecuadamente. Y esto de-be repetirse cada dos o tres años, que es algo difícil de hacer en los países pobres.

Por eso, estas campañas de detección precoz de cáncer de cuello uterino no han funcionado. Aquí en Colom-bia se han hecho, y en varios países, pero muchas veces se les ofrecen a las muje-res que menos lo necesitan. Y las que más lo necesitan, que son las mujeres pobres que tienen muchos hijos, nunca se acercan. Por eso, las campañas de prevención del cáncer de cuello uterino en estos países deben ser a precios asequibles.

Aunque reconoce que se ha adelantado mucho en la cura de algunos cánceres, destaca la importancia las campañas educativas. “Ellas son la base de la prevención y la Organización Mundial de la Salud está haciendo campañas muy interesantes y muy importantes en edu-cación de la gente, pero hay una cierta barrera, muchas veces, sobre todo, en los paí-ses africanos, donde el nivel de alfabetismo es muy bajo. Esta es una tarea muy ardua, pues hay que empezar en muchos niveles”.

Igualmente, aunque reconoce la importancia de la globalización, también

señala la que es, para ella, su mayor falla. “Por un lado, dice, podríamos hablar de globalización del conoci-miento. A través de las nue-vas tecnologías la interac-ción es mucho mayor. Hay más acceso a la informa-ción. Una tecnología que está favoreciendo mucho es el internet. Ahora hay mu-chos cursos de preparación de educación por internet. Algunos de ellos son gra-tis; otros, no, pero creo que es muy importante, es un

aspecto de la globalización que favorece mucho el de-sarrollo de la investigación. La globalización ha favore-cido la diseminación de la información, pero desde el punto de vista económico ya es otra historia. De todas formas, esto ha empezado abrir conciencia sobre la in-justicia y de allí se origina-ron, por ejemplo, campañas en Brasil contra la droga y el sida. Se les ha hecho fren-te a las compañías farma-céuticas y se les ha dicho: ‘bueno, estos precios no los podemos financiar’. Se debe hacer un nuevo compromi-so o los países empezar a producir ellos mismos.

Finalmente, y como ganadora de uno de los Premios de la Fundación Alejandro Ángel Escobar, asegura que Colombia es-tá haciendo un gran es-fuerzo en la formación de profesionales. “Es muy im-portante el papel de Col-ciencias y el Icetex, con las becas para favorecer la educación de profesionales en el exterior, que luego si-guen interaccionando con grupos de punta. Este ha sido uno de los aspectos

de mi trabajo, porque co-mo he trabajado en unos 30 países, he colaborado con muchos médicos, que se han interesado a par-tir de allí por la investi-gación. Muchos han hecho carrera de epidemiología y han continuado la investi-gación. Aquí en Colombia conozco a varios en el ins-tituto de cancerología, en la Universidad del Valle, y en varios países. Esto es una gran satisfacción para mí, pues además de tener la oportunidad de hacer investigación multidisci-plinaria, también he con-tribuido en la formación de muchos colegas”.

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Desde su llegada al Ar-chipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, la Sede Caribe de la Univer-sidad Nacional de Colombia se ha interesado por com-prender las problemáticas inherentes a la educación en las islas, con el objeto de ofrecer argumentos rigurosos que lleven a una toma de de-cisiones que responda a las características y necesidades de la región. Los niveles de desempeño académico de la educación básica y media, medidos por el examen del Icfes y por las pruebas Sa-ber, han mostrado niveles de desarrollo deficientes y una continua tendencia hacia la baja y esto ha creado una alerta en la comunidad. Di-versos estudios han confir-mado que a esta situación están asociados factores his-tóricos, lingüísticos, cultura-les y sociopolíticos, que están lejos de ser solucionados me-diante políticas educativas aisladas e indiferentes de las dinámicas sociales y del con-flicto cultural latente que vive la región.

La investigación “Bases para un modelo educativo para la isla de San Andrés”, que ha venido desarrollan-do la Universidad Nacional de Colombia, sede Caribe, se propone abordar la pro-blemática cultural-lingüísti-ca que en la escuela deter-mina procesos identitarios, de aprendizaje y de calidad de una formación básica integral. A partir tanto de las acciones investigativas adelantadas en la isla por la docente a cargo y de los avances de investigaciones de pasantes, estudiantes de pregrado y postgrado, y de los aportes de la Maestría en Estudios del Caribe, el estu-dio considera que la educa-ción en la isla de San Andrés tiene la tarea de promover un modelo intercultural basado en pedagogías que fomen-ten un conocimiento mutuo de las culturas en contacto, en cuyo encuentro niños/as construyan, negocien, creen y recreen sus propios con-ceptos de mundo.

Esta perspectiva se ba-sa en el hecho de que, inde-pendiente de los vaivenes e indefiniciones, más polí-ticos que culturales, sobre quiénes son o no raizales en la isla de San Andrés, quiénes tienen o no derecho al territorio, es una realidad evidente que, durante siglos, esta tierra ha sido habitada por un grupo étnico descen-diente de esclavos y colonos europeos que mantiene una lengua, creencias, valores, prácticas, ritos, dinámicas sociales y familiares, e in-clusive rasgos, que los dis-tingue de quienes paulatina y posteriormente fueron lle-gando a poblar las islas.

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Una cuestión de encuentro y diversidad de culturasEl debate sobre la educación en la isla de San Andrés,

Raquel Sanmiguel Ardila, Profesora Asistente, Universidad

Nacional de Colombia, Sede Caribe

La investigación Bases para un modelo educativo para la isla de San Andrés, que adelanta la Universidad Nacional de Colombia, Sede Caribe, se pregunta cuál debe ser el modelo educativo que se promueva para las islas y sus habitantes.

Con el cambio de la composición de los habitantes, ahora hay más del continente, también deben producirse otros cambios.

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El ‘Pueblo Raizal’, como lo llaman los líderes raizales que luchan por su autodeter-minación, se identifica por hablar una lengua criolla de base inglesa, común a otros pueblos asentados en el Cari-be Occidental, a lo largo de la costa Caribe de Centro Amé-rica –Bocas del Toro y Colón, Panamá; Limón, Costa Rica; Bluefields, Nicaragua; Belice; así como en Jamaica y Corn Islands, entre otros lugares. Son altamente espirituales: encuentran en un “Dios om-nipotente, omnipresente y liberador” la mayor fortaleza de su cosmovisión, como lo expresa uno de sus líderes. De su espiritualidad derivan sus valores y la fuerza que los une y convoca e, independiente de su filiación religiosa, con-viven en hermandad espiri-tual. Conforman una socie-dad altamente igualitaria, sustentada en la solidaridad y el compartir con sus her-manos en sus extensas fami-lias. Sus prácticas agrícolas, agropecuarias y de pesca son en gran medida artesanales por cuanto sustentan diná-micas sociales que priorizan sus necesidades familiares antes que las comerciales. La fuerza de la tradición, la con-vicción de su espiritualidad y su deseo de libertad explican la larga resistencia pacífica a los cambios impuestos que atentan contra sus creencias y su dignidad humana.

Sería poco acertado, no obstante, aseverar que

estas características distin-tivas, heredadas generación tras generación, existan en forma aislada o pura, o que no hayan sido tocadas por los tiempos, como produc-to del contacto con otros tantos que por estas tierras han pasado. Pues sería como ignorar que inclusive antes del alud de continentales colombianos que trajera la declaración de Puerto Libre (1953), la isla fue puerto de llegada y salida de piratas, bucaneros y misioneros, o que en sus intercambios co-merciales acogió extranjeros de lejanas tierras que per-manecieron aquí. Y que de estas relaciones constantes, comunes a la región Caribe insular y costera, el Caribe se nutre para formar un crisol de culturas y una sincronía de expresiones que la identi-fican en su diversidad.

Pero la isla de San An-drés también está habitada actualmente, y en número mayoritario, por un grupo de colombianos venidos del continente, que se ha asen-tado en este territorio por motivos muy diversos y que forma parte constitutiva de la cotidianidad del territorio. Provienen de la costa Caribe colombiana, de la región an-tioqueña y del viejo Caldas (paisas) y, en menor número, de otras latitudes del país. Como han desarrollado en la isla sus proyectos de vida, se sienten isleños y claman también por sus derechos. A

este grupo, independiente de las diferencias internas, se lo conoce como continentales o “pañas” –de spaniards (espa-ñoles). Y, en número menor, pero de trascendencia por su papel en el comercio, se en-cuentra un grupo de sirioli-baneses que vive sus propias dinámicas.

En medio de la convi-vencia pacífica que caracte-riza este encuentro e hibrida-ción de culturas en la isla de San Andrés (raizal, continen-tal, extranjera), los debates por el presente y el destino de la isla son constantes, y la educación es uno de ellos.

Sobre los modelos educativos

y las opciones

El modelo educativo vigente actualmente en las islas, responde a lineamien-tos que desde siempre ha da-do la nación: es un modelo eminentemente disciplinar, que promueve la formación de individuos competentes y su estructura refleja el valor que se da al conocimiento intelectual.

El Pueblo Raizal, en voz de sus líderes, no se sien-te cobijado por tal modelo educativo. Existe una brecha entre la concepción de mun-do que estos tienen y la que tenemos los llamados conti-nentales, o de pensamiento “occidental”. A diferencia del modelo educativo nacional, el pueblo raizal considera

que un modelo etnoeducati-vo propio, desarrollado por ellos mismos, daría respues-ta a su cosmovisión, basada en su espiritualidad, su ser cultural, y en el concepto de que la educación debe ser promotora de la vida en sociedad más que conce-birse como una ‘inversión’ y/o necesidad individual. Su lengua materna, el creole o criollo de base inglesa, se-ría pilar fundamental para la enseñanza, al igual que la recuperación de sus saberes, historias, valores y creencias, que juntos garanticen a su pueblo una vida que respete sus principios.

El desarrollo de un mo-delo educativo intercultural propuesto por nuestra inves-tigación sugiere que la es-cuela haga del aprendizaje una práctica constante de conocimiento mutuo de pen-samientos y cosmovisiones, y de formación de criterios y recreación de conceptos sobre el mundo, a partir de pedagogías que fomenten en los estudiantes la construc-ción de criterios propios; y, que las instituciones socia-les y organizativas de cada grupo cultural asuman la tarea de preservar sus cul-turas entregando a sus hi-jos/as los referentes con los que estos/as puedan saltar al escenario intercultural. Pues, como diría Edouard Glissant, pensador martiniqueño, “so-mos en la medida en que nos relacionamos”.

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006“Vamos a acostumbrar

al mundo a que de Colombia no solo se exportan materias primas, sino conocimiento de punta que compite en calidad y pertinencia con la produci-da en los países industrializa-dos”, advierte Lemeshko. Con 60 péptidos activos, seguro que esa sentencia será un co-mienzo promisorio.

* Para consultar la pa-tente, buscar en http://www.uspto.gov

Gracias a sus potenciales aplicaciones antibióticas en seres humanos, plantas y ani-males, un péptido sintético, fabricado por dos científicos colombianos, fue registrado por la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos.

Victor Lemeshko y Ser-gio Orduz Peralta, docentes e investigadores de la Univer-sidad Nacional de Colombia, sede Medellín, con la parti-cipación de la Corporación de Investigaciones Biológi-cas, consiguieron simular un segmento de 26 aminoácidos (péptido) a partir de la pro-teína natural de una bacte-ria nativa colombiana, que resultó altamente activa al probarla contra más de ocho microorganismos patógenos.

Lemeshko desde hace 37 años buscaba entender la función de las mitocondrias en las células. Orduz, por su parte, desde hace 12 años exploraba, en aquellas bac-terias que producen toxinas, una que fuera eficiente para matar larvas de insectos. Su investigación estaba orienta-da al control de ciertas plagas en distintos cultivos.

Cuando Lemeshko logró explicar cómo la liberación de algunos compuestos de las mitocondrias son pieza clave en la muerte de una célula y

Sedes

Crean péptido sintético contra enfermedades bacteriales

María Claudia Rojas R.,Unimedios

El insumo científico para producir fármacos, biopesticidas, medicamentos veterinarios y plantas transgénicas fue obtenido por un biólogo de la Escuela de Biociencias y un biofísico de la Escuela de Física de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín. Su valor es tan importante que fue registrado por la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos.

El modelo de permeabilidad de la membrana celular los ha conducido a desarrollar 60 péptidos más. 80% de ellos son activos.

El biofísico Victor Lemeshko y el biólogo Sergio Orduz desarrollan nuevos péptidos antimicronianos, algunos de una potencia superior al patentado en Estados Unidos.

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Orduz encontró en el jardín de su casa la bacteria con ‘el veneno’ idóneo para ata-car patógenos humanos, la unión de sus conocimientos se hizo imprescindible.

Pero ¿dónde se encontró la esquiva

bacteria?

Una muestra de tierra en el jardín de Orduz bastó para encontrar lo que distin-tos grupos de investigación ya habían buscado. El creci-miento de enfermedades tro-picales (leishmaniasis, den-gue, malaria, chagas, etc.), transmitidas por mosquitos o zancudos, ha sido la preocu-pación de las ciencias médi-cas, a las que Orduz les apor-tó el hallazgo de Bacillus thu-ringiensis serovar medellin. El nombre fue sugerido por los mismos expertos mun-diales en contraposición a Bacillus thuringiensis serovar israelensis, hasta el momen-to las dos únicas bacterias reconocidas por su facultad de matar larvas de mosquitos de importancia médica. No obstante, la descubierta en Medellín posee toxinas dife-rentes a las de Israel. Entre ellas la llamada Cry11, aisla-da para producir el péptido objeto de la patente.

El complemento a tal descubrimiento no se hizo es-perar: la función normal de muerte de las mitocondrias

sería puesta a prueba y la efi-ciencia de la toxina cotejada en las células intestinales de tres especies de insectos, dos de los cuales transmiten ma-laria y dengue. El resultado final: “la toxina demostró ser enormemente activa. De una vez dañó las mitocondrias”, asegura el profesor Lemeshko.

Sin embargo, un paso previo habría de darles la solución. La secuencia total de la toxina bacteriana des-crita por Orduz tiene 782 aminoácidos. Es decir, como una palabra con 782 letras. Al observar la palabra larga mediante óptica molecular en el Laboratorio de Biofísi-ca, se dieron cuenta de que es posible caracterizar esa cadena en regiones, por lo que en posteriores ensayos diseñaron distintos fragmen-tos antes de aplicarlos a las mitocondrias. “No puedo explicarlo exactamente, pero en una de las pruebas encon-tramos que en determinado lugar de la secuencia un pe-dazo de solo 26 aminoácidos desestabilizaba y alteraba de manera eficaz la membrana que protege la mitocondria”, indica Lemeshko.

Pero cortar un códi-go genético no es la mejor aproximación para estudiar este problema: los investiga-dores resolvieron sintetizar el pedazo. Esto es, fabricarlo ar-tificialmente, según la infor-mación obtenida. De nuevo

su efectividad, ahora puntua-lizada en 26 ‘letras’, se eviden-ció ante distintas bacterias. El segmento fue examinado por el doctor Manuel Elkin Pa-tarroyo, con equipos de alta tecnología, en la Fundación Instituto de Inmunología.

Aplicaciones de amplio espectro

Con el número 7.041.647 y bajo el título “Péptido sinté-tico con actividad ionofórica y antimicrobiana”*, la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos reiteró la so-lidez y seriedad del hallazgo y su prometedora utilidad en la medicina, las ciencias veteri-narias y la agroindustria.

Un título que apenas si revela la necesidad de prote-ger con la ley de derechos de autor el conocimiento produ-cido por estos investigadores. Por una parte, porque muchos grupos de investigación en el mundo buscan con insisten-cia bacterias que maten larvas de mosquito, y la identificada por el profesor Sergio Orduz sólo se ha encontrado en Co-lombia. Por otra parte, porque Lemeshko y Orduz ya libraron una batalla legal contra un laboratorio holandés. Cuando el péptido llegó a Estados Uni-dos para tramitar la patente, del País Bajo llegó una protes-ta que aducía propiedad inte-lectual, pues tenían el código genético completo de Bacillus

thuringiensis; “era casi igual al nuestro, pero los abogados fallaron a favor nuestro, por-que teníamos perfectamente identificado el segmento ac-tivo (el de 26 aminoácidos), y ellos no”.

De hecho, dos años de espera para obtener la paten-te implicó, además, indagar en torno a otro de los as-pectos, aporte fundamental de la investigación: ¿cómo es el mecanismo que altera tan efectivamente la membrana que protege la célula?

La presión de la llanta de un auto es lo que a la membrana celular su campo eléctrico, de tal manera que si la llanta se perfora, no pue-de rodar y, en el caso de la membrana celular, si queda sin energía, muere. Así, varias unidades de 26 aminoácidos se dispusieron alrededor de la membrana. Esto permitió crear un canal iónico o hueco para que iones, que normal-mente no pasan, entraran y activaran la función natural de muerte celular programa-da (apoptosis). Al entender ese mecanismo molecular, Lemeshko y Orduz trabaja-ron en el proceso opuesto. Es decir, lograron desactivar la función de muerte celular inducida por el péptido.

Este modelo de per-meabilidad de la membrana los ha conducido a desarro-llar 60 péptidos más. 80% de ellos son activos. “Tenemos el cuarto útil lleno de insu-mos listos para buscar apli-cación: plantas transgénicas resistentes a plagas, cremas antibióticas, jabones antibac-teriales, biopesticidas, medi-camentos para enfrentar la mastitis, drogas antiparasita-rias y tratamientos contra el cáncer…”, indica el profesor Sergio Orduz.

Su amplio espectro de aplicación está a la orden del día. Por lo pronto, dos inci-pientes líneas están siendo promovidas por Lemeshko y Orduz. La primera, con plan-tas transgénicas, para ello proponen una alianza con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (Ciat), y la segunda, probar con líneas celulares de cáncer en trabajo con el Anderson Cancer Me-dical Center (Houston), uno de los más importantes del mundo en el estudio de medi-camentos anticancerígenos.

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¿Cuál es el futuro que le espera a África? Es la gran incertidumbre actual. Las cifras señalan un panorama desalentador: la mitad de la población africana, más de 300 millones de personas, vi-ve en condiciones de extrema pobreza, con el equivalente, o menos, a un dólar de Es-tados Unidos al día. Esto, aunado al bajo nivel de edu-cación y salud, entre otras carencias, parece poco ante el peor mal: el sida, símbolo de la exclusión africana de la globalización económica y al tiempo el gran desafío al que este continente tendrá que enfrentarse en las décadas venideras.

Expuesta tal realidad, nada fácil resulta aventurarse a descifrar lo que va a ocurrir en el futuro de este conti-nente. Sin embargo, un po-lémico pronóstico, que para nada emplea los artilugios de la quiromancia, sugiere que los efectos positivos del sida serán mayores que los nega-tivos. Sumas, restas y análisis de la teoría económica lle-van a esta conclusión: entre menos personas sobrevivan a la enfermedad más recibirán ingresos.

Alwyn Young, econo-mista de la Universidad de Chicago, lo vislumbra así en su estudio El regalo de mo-

Coyuntura

Sobre El regalo de morir:la tragedia del sida en África

AFP

El efecto del VIH/sida sobre el futuro de las nuevas generaciones en África. Una mirada polémica desde la teoría económica sugiere que, a pesar de las características inhumanitarias de la crisis, hay aspectos económicos que pueden considerarse “positivos”. Mirar el problema de África solo en términos de ingreso es equívoco, dice Javier Birchenall, economista de la Universidad de Chicago, pues se desconoce la pérdida emocional y de bienestar de la población, aspectos que no tienen precio.

Nelly Mendivelso,Unimedios

Según Birchenall, en ningún escenario es posible igualar ingreso con bienestar y, por esa razón, mayor ingreso

no representa una “mejora” en las futuras generaciones africanas. “Este es un caso en el que el análisis económico

genera una respuesta no adecuada”.

El sida y el paludismo condenan a África al doble de gastos en sanidad comparado con el resto de países en desarrollo.

rir: la tragedia del sida y el bienestar de las futuras gene-raciones. Pensando en África en términos solo de ingreso, pero no de bienestar, Young se vale de herramientas de la teoría económica, como el análisis de producción, para tratar de entender “qué ocu-rre con un recurso escaso, como la tierra o el capital, si se tiene que dividir entre más o menos personas”.

Young encuentra que el sida puede generar benefi-cios económicos a los sobre-vivientes, tal como ocurrió en Inglaterra, durante la peste negra; en India, durante la epidemia de influenza, en 1917, y en Irlanda, durante la hambruna, entre otros casos en los que el ingreso de los sobrevivientes aumentó.

Los controvertidos aná-lisis de Young han llamado la atención de expertos co-mo Javier Birchenall, PhD. de la Universidad de Chicago y profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de California, Santa Bárbara, que analiza el problema de una manera distinta y con-sidera que no es posible eva-luar los efectos del sida si se deja de lado el hecho de que genera un gran sufrimiento y altas tasas de mortalidad: “si los costos se tienen en cuen-ta, el sida es una tragedia, porque el valor de las vidas perdidas por causa de la epi-demia (aun en perspectivas

económicas) es mucho ma-yor que los posibles ingresos que los sobrevivientes recibi-rán. Este punto es la principal razón por la que el análisis de Young carece de validez, si se quiere pensar en términos de política económica y de bienestar”.

Estos puntos de vista fueron planteados por Ja-vier Birchenall durante el ciclo de conferencias Teo-ría de Crecimiento y Evo-lución Poblacional: Nuevos aportes desde la Macroeco-nomía Dinámica, adelan-tado por el Doctorado en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Birchenall exploró aspectos

históricos del crecimiento económico de países ricos y los límites actuales del desarrollo en países pobres. Efectos como el del VIH/si-da sobre el desarrollo de África permitieron retroce-der décadas para ver, en un panorama complejo, por qué el desarrollo de este continente se estancó.

Las herencias de África

Terminada la segunda guerra mundial, la gran in-certidumbre en el orden eco-nómico global era saber cuál continente de los que aun fal-taban por desarrollarse (Áfri-ca, Asia y América Latina) seguía en turno a Europa y a Estados Unidos, que ya ha-bían consolidado su riqueza. “El mayor optimismo estaba puesto en África, pues sus naciones acababan de ganar la independencia”, explica el congoleño Mbuyi Kabunda Badi, profesor de Relaciones Internacionales de la Univer-sidad de Basilea, Suiza.

Para ese momento, 1960, África tenía el mismo nivel de

PIB que el sureste asiático. Varios expertos, partiendo del análisis de los importan-tes recursos humanos y na-turales de los que fue dotada África (tierras vacías, recur-sos minerales con un suelo y subsuelo riquísimos, el dina-mismo de la población, con cerca del 50% menores de 15 años, y las inéditas capacida-des de adaptación de los pue-

blos africanos), presagiaron el desarrollo para este con-tinente y la catástrofe para Asia. Ambas regiones repre-sentaban respectivamente el 4% del comercio mundial. No obstante, África hoy re-presenta el 1% y Asia, el 25%. Uno de cada dos africanos es pobre frente a uno de cada 25 asiáticos.

¿Qué ocurrió? Según el profesor Kabunda, “las heren-cias precoloniales y coloniales han influido en el desarrollo de ambas partes”. Al contrario de Asia, África no tiene una larga tradición de Estado (el fracaso del desarrollo ha sido siempre el fracaso de Estado, dice) y además sufrió la agre-sión esclavista.

En África las infraestruc-turas creadas por los coloni-zadores fueron hacia afuera (puertos, aeropuertos y ca-rreteras vinculados con las minas y las plantaciones para la exportación), mientras que en Asia, la colonización creó infraestructuras de produc-ción adaptadas a necesidades y demandas locales. Además, en el periodo poscolonial,

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los africanos desarrollaron sociedades de consumo (en África se consumen las rique-zas y las élites exportan los recursos), mientras que los asiáticos producen las rique-zas y las élites invierten en lo local, explica el profesor Kabunda Badi.

A la gestión y al mal go-bierno se suma el hecho de que “en África, la falta de de-mocracia y de respecto a los derechos humanos, así como las torpes y elitistas políticas de desarrollo, excluye la parti-cipación popular”. La realidad de África es que hoy es de-pendiente de la economía in-ternacional. Y las consecuen-cias de esto son: una excesiva carga de deuda externa, con programas de ajuste estruc-tural de las instituciones fi-nancieras internacionales, que ha añadido miseria a la austeridad y ha profundizado la pobreza de los pueblos del continente. Todo esto explica por qué África perdió los mer-cados que tenía asegurados en 1960 y la consiguiente pér-dida de cualquier peso en la economía mundial.

Como si fuera poco, el sida aparece en África. El ca-so más severo del mundo: “de los 42 millones de seropositi-vos que existen, 30 millones están es este continente. Esto genera graves consecuencias económicas y sociales, como la media de expectativa de vida que, de 51 años en el 2000 pasó a 47 años en la actualidad. Otra consecuen-cia se relaciona con el desa-rrollo del continente a largo plazo, pues afecta negativa-mente justo a la población económicamente activa y en edad de procreación (15 a 49 años).

Escenarios posibles

Las propuestas para tra-tar el problema no se han hecho esperar. Se plantea un “big push” o una reforma a todos los sectores (salud pú-blica, educación, agricultu-ra, gobierno) a partir de un programa de inversión cuyo dinero provendría de ayuda humanitaria. A este los críti-cos no le auguran éxito debi-do a una posible desviación de fondos. También se prevé producir cambios en los es-quemas de gobernabilidad e institucionalidad para lograr un manejo transparente de los dineros “que han de lle-gar”, si así fuere o, mejor, tra-tar de generar fondos en los mismos países, con lo que se podrían controlar los proble-mas de corrupción y de otra índoles que se derivan de la ayuda internacional.

En este contexto surge la valoración del profesor Young, que intenta revelar escenarios posibles y trata de entender cuál sería el futuro de las siguientes cinco gene-raciones en África, y el efecto del sida en esa proyección. Ante la certeza de estar frente a un problema económico y de bienestar, Young es con-tundente al decir: “si tan solo miráramos el asunto en tér-minos de ingreso, se podría predecir que…”.

La teoría económica tie-ne un claro fundamento: si se incrementa el número de individuos, la riqueza por ca-da uno de ellos disminuye; al contrario, si se disminuye el número, la riqueza aumen-ta. Así, a pesar de todas las características negativas que

Coyuntura

“Estoy seguro de que nadie podría pensar que el sida es la solución a este problema. Pero de lo que sí estoy convencido

es de que sin saber cómo solucionar el problema del sida no se puede pensar en un desarrollo sostenible en África”,

concluye Birchenall.

Sin saber como solucionar el problema del sida, no se puede pensar en un desarrollo sostenible en África.

AFP

conlleva la crisis humanitaria que vive África, hay aspec-tos económicos que pueden considerarse “positivos” o, preferiblemente, menos per-judiciales.

Como el sida es una enfermedad asintomática y dura latente mucho tiempo, pueden transcurrir seis o sie-te años sin que la persona se entere del padecimiento. Por eso, las estimaciones de Young están hechas para los casos reportados y los resul-tados sugieren que los be-neficios que se darían desde el punto de vista económico, por el incremento de la mor-talidad, tan solo cobijarían a las dos generaciones siguien-tes. “Si el sida continúa como va, se contempla un efecto negativo para la tercera gene-ración”, afirma Young.

¿Pero qué pasaría si el sida se elimina?

Si la enfermedad se eli-mina “van a darse pérdidas económicas para las dos primeras generaciones. Si la gente que está enferma no muere, se podrían experi-mentar problemas en el mer-cado laboral ante la mayor oferta, lo que conduciría a menores salarios o ingresos. Lo positivo se daría a partir de la tercera, cuarta y quin-ta generación, que al parecer experimentarían ganancias”, asegura el estudio de Young. Las explicaciones sugieren, por ejemplo, que debido al sida, hombres y mujeres van a tener un menor contacto sexual y, por consiguiente, en la mayoría de casos, se pro-ducirá una reducción en el número de hijos. Las mujeres africanas tienen en prome-dio entre 6 y 8 hijos: “si una familia reduce ese número a cuatro, las posibilidades de brindarles educación au-mentarían, así como el que esos menores, cuando sean adultos, aspiren a mejores ingresos y, por ende, a un mejor bienestar. Ello tomaría un largo periodo” señala el análisis económico.

De presentarse una alta tasa de mortalidad a causa del virus, el análisis permite vislumbrar otro aspecto ne-gativo. El número de hijos sin padre aumentaría. Y se sabe que los huérfanos tienen me-

nores niveles de educación. Ello reduciría el bienestar de las familias africanas en el futuro. De hecho, de los 13 millones de niños huérfanos que ha dejado el sida en el mundo, 11 están en África.

Según Birchenall, en ningún escenario es posible igualar ingreso con bienestar y, por esa razón, mayor ingre-so no representa una “me-jora” en las futuras genera-ciones africanas. “Este es un caso en el que el análisis eco-nómico genera una respuesta no adecuada”, puntualizó.

Las estimaciones del “valor estadístico de la vida”, un concepto sobre el que Bir-chenall trabaja actualmente, sugieren que los individuos están dispuestos a pagar altas sumas de dinero por reducir la probabilidad de morir. “Cuan-do los padres toman medidas para asegurar que sus hijos no sufran accidentes o cuando los motociclistas deciden usar casco para protegerse están tomando decisiones que su-gieren que el valor estadístico de la vida es muy elevado. Este

tipo de estimaciones muestra que así como la gente está dis-puesta a pagar por reducir el riesgo de contraer cáncer, las familias en África están dis-puestas a pagar por reducir el riesgo del sida. Cuando la disponibilidad de pagar se to-ma en cuenta, el sida en África es una mala inversión social: genera beneficios para unos pocos que sobreviven, pero para la sociedad tiene costos que exceden los posibles be-neficios”, enfatiza Birchenall.

Una pandemia que se extiende

Ahora bien, parte del problema del sida en África es determinar si es más costoso proveer información y con-dones, por ejemplo, con el fin de prevenir la enfermedad o si se deben entregar trata-mientos. Hasta el momento

es claro que la prevención es una alternativa, pero parece que no ha sido tan efectiva como se esperaba.

El profesor Kabunda ex-plica que la expansión del sida en África se debe a la combinación de varios fac-tores, que van desde la falta de información y preven-ción, hasta la fuerte movili-dad masculina, pasando por la dependencia económica de la mujer (es frecuente la prostitución en las grandes carreteras que atraviesan el continente y alrededor de los campos de trabajadores de las minas y plantaciones).

A ello deben añadirse las relaciones sexuales interge-neracionales, hasta la prolife-ración de conflictos armados en donde los militares, cinco veces más contaminados que los civiles, utilizan la violación como arma de guerra.

En Sudáfrica y Botsuana, entre otros países, los hom-bres se están relacionando con mujeres vírgenes para, según declaran ellos mismos, curarse

del virus del sida. Al mismo tiempo, las asociaciones lo-cales de lucha contra el sida intentan informarles sobre la irracionalidad de esta práctica.

El no acceso de los afri-canos a los medicamentos antiretrovirales (ARV), con-centrados en el Norte por evi-dentes razones comerciales, explica también la expansión de la pandemia. Eso, además de la defensa de las indus-trias o multinacionales far-macéuticas y de las grandes potencias de la propiedad intelectual y de las leyes co-merciales”, agrega el profe-sor Kabunda. Sólo el 1% de los enfermos de sida (10% de adultos) tienen acceso a los medicamentos.

A estas posibles causas de la persistencia de la enfer-medad, Maguemati Wabgou, profesor asociado del Depar-

tamento de Ciencias Políti-cas de la Universidad Nacio-nal de Colombia, les agrega el impacto del bajo nivel de educación de las poblacio-nes africanas, como elemen-to que refuerza su falta de información y de acceso a los recursos existentes. Según Maguemati, “se sabe que las multinacionales están explo-tando y exportando buena parte de estos recursos ha-cia el Norte y el retraso del sistema educativo tiene sus raíces en el Estado africano, representado por sus líderes, que han incumplido su deber con la educación”.

El resultado económico del estudio de Young, que se aparta de los juicios de valor sobre las culturas africanas, señala que el hecho de que en muchos casos se dé un beneficio se presenta porque la escasez de mano de obra hace el trabajo más costoso, y por eso suben los salarios. “Si se mira a través del caso inglés o indio, el africano su-giere también posibles bene-ficios”, dice Birchenall.

Según Maguemati Wabgou “el análisis de Young desborda los límites de la eco-nomía y roza con el cinismo intelectual. Además de que ignora los costos demográfi-cos en términos de desarrollo humano del continente”.

Mientras los estudiosos intentan revelar escenarios posibles frente al futuro de África y análisis como el de Young generan todo tipo de reacciones, lo cierto es que allí la pobreza persiste más que en ninguna otra región del mundo. “Estoy seguro de que nadie podría pensar que el sida es la solución a este problema. Pero de lo que sí estoy convencido es de que sin saber cómo solucionar el problema del sida no se pue-de pensar en un desarrollo sostenible en África”, conclu-ye Birchenall.

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Desde que los primeros humanos hicieron represen-taciones de animales y de otros humanos en las caver-nas de Lascaux y de Altamira, hace más de veinte mil años, quizás con la esperanza de que los dibujos trazados so-bre la gruesa roca les permi-tieran controlar los próximos movimientos de los animales para poder cazarlos (según la teoría de la magia simpáti-ca ), el Homo Sapiens intuyó el gran poder que subyacía en simular situaciones hipo-téticas que, recreadas en la imaginación, les permitirían anticipar el siguiente paso del animal, para así tomar ventaja.

Sin embargo, los miste-rios que encierra el arte pa-leolítico son eso, misterios. Lo que no sucede con las modernas técnicas de simu-lación, aunque conserven el mismo principio: recrear una situación basada en los crite-rios que decida el investiga-dor para anticipar escenarios probables, dependiendo de la evolución del sistema.

De esta manera, en pala-bras del profesor José Daniel Muñoz, Director del Grupo de Simulación de Sistemas Físicos de la Universidad Nacional, “La simulación es-tá a medio camino entre la teoría y el experimento”. Así caracteriza Muñoz el conjun-to de técnicas que permiten simular y modelar sistemas complejos de las “más diver-sas áreas de la ciencia y de la técnica”.

Este conjunto de técni-cas, o métodos de simulación (dinámica molecular, méto-do de Montecarlo, autóma-tas celulares, para mencio-nar sólo algunos de los que estudia el grupo de la UN), ofrece al investigador la posi-bilidad de trabajar sobre uni-versos artificiales en los que sus hipotéticos habitantes se trasforman en entidades, cuyo comportamiento e in-terrelaciones son descritas a partir del procesamiento de los valores de las variables, los parámetros y las reglas de evolución del sistema, en-tre otros datos que permiten analizar su situación global y su dinámica en el tiempo.

Uno de los criterios fun-damentales para llevar a ca-bo una simulación útil, que permita describir el funcio-namiento de un sistema es, claro, definirlo. Así es para el profesor Diógenes Campos, que desarrolló buena par-te de su labor investigativa y docente en la Universidad Nacional y actualmente es el Decano de la Facultad de Ciencias Naturales de la Uni-versidad Jorge Tadeo Lozano.

Para Campos, lo primero es elegir el sistema que se va a estudiar. Esto automáti-camente parcela el universo en dos partes: el sistema y lo que Campos llama el me-dio ambiente. Luego, para construir el sistema dinámi-

Desde la descripción del comportamiento de los virus, para aprovechar su potencial en el tratamiento del cáncer, hasta la identificación de la trayectoria que sigue un conductor en Bogotá, la simulación y el modelamiento de sistemas complejos se constituye en una herramienta fundamental para la investigación.

presente y futuro de la ciencia

Simulación de procesos complejos:

Yino Castellanos Camacho, Unimedios

Avances

La aplicación de técnicas de simulación también es muy útil en dinámicas de fluidos, resistencia de materiales y sistemas biológicos.

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co, es necesario caracterizar las entidades fundamentales a las que el investigador les va a prestar atención, lo que técnicamente se denomina las variables de estado. Por ejemplo, en la caída libre de un lápiz, dichas variables se-rían su posición y la veloci-dad con que se mueve.

Ahora bien, el sistema interactúa con el medio am-biente. Esta interacción se manifiesta en el modelo en términos de parámetros, co-mo la masa del lápiz, la gra-vedad o, lo que es lo mismo, las magnitudes constantes que determinan la relación del sistema con el medio am-

biente. Pero, además, como anota el profesor campos: “es necesario saber como cambia el estado inicial del sistema con el tiempo. Por tanto, se plantean las ecua-ciones que le brindan esta información al investigador. En el caso del modelo que desarrollamos para virología utilizamos ecuaciones dife-renciales ordinarias”.

Cabe agregar que, ante la dificultad de experimentar directamente en laboratorio con entidades inabarcables –como un grupo social–, muy pequeñas –como moléculas– o que supongan dificultades logísticas –como la reacción

de los cuerpos ante la gra-vedad cero en la tierra–, la simulación es de gran ayuda, pues posibilita representar las condiciones del sistema y saber cómo funcionaría. Así mismo, el modelamiento de sistemas físicos permite de-tectar fallas y errores en los diseños de los experimentos y analizar los resultados de forma segura.

Técnicas para cada situación

Según el profesor Álva-ro Árenas, de la Escuela de Diseño Industrial de la Uni-versidad Nacional, algunos

fenómenos físicos, bioló-gicos y antroposociales son susceptibles de ser simulados y modelados.

Arenas, como Director del grupo Complexus de la Universidad Nacional, ha realizado simulaciones de redes sociales, como la de los investigadores de la UN, basado en el paradigma con-temporáneo de la compleji-dad, que permite “conocer la interacción entre los compo-nentes de un sistema. Es de-cir, permite comprender que el todo es más que la suma de las partes”.

De igual forma, para él es clave conocer qué tipo de técnica se ajusta mejor a su simulación. Muñoz cree que estas podrían agruparse en técnicas de simulación, téc-nicas de modelamiento y mé-todos numéricos.

En técnicas de simu-lación se encuentran las ecuaciones diferenciales, los autómatas celulares, la diná-mica molecular y el método de Montecarlo, muy útiles en campos tan disímiles como la simulación del tránsito vehi-cular, el monitoreo de proce-sos de producción, la caracte-rización del comportamiento de suelos, arenas, cerámicas y concretos, y la simulación de materiales granulares, entre otros. Con más de doce líneas de investigación, el grupo del profesor Muñoz es un refe-rente en este campo.

En las técnicas de mo-delamiento se encuentran las redes neuronales y los algoritmos genéticos, entre otras. Estas sirven funda-mentalmente para simular redes sociales, propagación de epidemias y otros fenó-menos sociales. Los métodos numéricos, por su parte, per-miten conocer en el tiempo la evolución de un sistema dinámico mediante la reso-lución de ecuaciones dife-renciales y son utilizados en ingeniería civil y mecánica para calcular deformaciones en los materiales, entre otras aplicaciones.

De esta manera, el po-der de la simulación permi-tirá el avance de múltiples áreas del conocimiento. Es-ta situación ha motivado la creación del Centro de In-vestigación de Excelencia en Modelamiento y Simulación de Fenómenos y Procesos Complejos, que recibirá un millón setecientos mil dóla-res en cinco años, con el fin de fortalecer la investigación en este campo, que es clave para dar respuestas a varias de las problemáticas que tie-ne el país. Igual que hace más de veinte mil años, la simu-lación le permitirá al homo sapiens resolver con mayor eficiencia problemas que él mismo ha creado, entre ellos los propios de nuestro país, como determinar fenómenos tan complejos como la diná-mica del ingreso de nuevos combatientes a los grupos en conflicto o la evolución de la tasa de criminalidad.

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Los ecosistemas al ser destruidos o transformados pierden la capacidad de re-cuperación y es necesario asistir su retorno a las trayec-torias sucesionales naturales a través de acciones que pue-dan restablecer su compo-sición, estructura y función. La Restauración Ecológica (RE) es ante todo un esfuer-zo colectivo por recuperar la integridad de los ecosistemas y garantizar que sus servicios ambientales sean sostenibles (agua, suelo, fijación de car-bono, recursos vegetales y animales, microorganismos, etc.).

Con el apoyo de Col-ciencias y el convenio Acue-ducto de Bogotá-Jardín Bo-tánico-DAMA, el Grupo de Restauración Ecológica de la Universidad Nacional ha venido acumulando una ex-periencia importante en la formulación y ejecución de proyectos de RE. Aunque no existen recetas, porque cada sitio es único y tiene particu-laridades según su historia, existen recomendaciones ge-nerales que tienen en cuenta las bases teóricas de la RE y las experiencias en otros ecosistemas.

Para lograr una restau-ración apropiada, se debe tener certeza sobre el eco-sistema de referencia que se quiere restaurar y lograr una comprensión de fenómenos a escalas regional, local y de parcelas experimentales. Un aspecto clave, ligado a la es-cala, es la evaluación del régi-men de disturbios naturales y antrópicos.

A escala regional se hace un diagnóstico del estado del ecosistema, en aspectos como el tipo de relictos del ecosiste-ma original, la oferta regional de plantas sucesionales tem-

pranas y tardías, los patrones de uso de la tierra y la presen-cia de especies invasoras, que son uno de los obstáculos más grandes para la RE.

A escala local se deter-minan las barreras ecológicas y socioeconómicas que impi-den la regeneración natural. Las ecológicas son obstáculos para la dispersión de semi-llas, el establecimiento y per-sistencia de las plantas. Para cada una de estas barreras es necesario diseñar estrategias que permitan superarlas. Las socioeconómicas hacen refe-rencia al uso inadecuado de

la tierra, para lo que es im-portante la participación de todos los actores sociales de la región. El ideal es que los proyectos sean formulados y ejecutados con la comuni-dad, para garantizar su per-manencia a largo plazo.

Uno de los aspectos más importantes es la evaluación regional del potencial de re-generación natural y el estu-dio y selección de especies apropiadas. Conocidas las especies, se propagan con la participación de la comuni-dad y luego se montan los ex-perimentos a escala de parce-

la, combinando especies con diferentes rasgos. Posterior-mente se inicia el proceso de monitoreo con la selección de variables fáciles de seguir en el tiempo. Los experimen-tos exitosos se replican en diferentes localidades.

En países como Colom-bia, con múltiples problemas sociales, la conservación y restauración es una tarea di-fícil. Sin embargo, el poten-cial ecológico y humano, y la responsabilidad que tenemos ante el mundo por ser uno de los países de la megadi-versidad, está haciendo que

se desarrolle una nueva con-ciencia ambiental y una es-peranza de que, terminados el conflicto y las injusticias sociales, podamos recuperar el país en todos sus aspectos. Es importante que en todas las regiones de Colombia se avance en experiencias loca-les de RE. Una nueva edu-cación ambiental debe tener como base la práctica de la restauración de los ecosiste-mas locales, para lo que la comunidad debe seleccionar las áreas prioritarias, con apoyo de las entidades loca-les, regionales y nacionales.

Extensión

Restauración Ecológica:una necesidad urgente para ColombiaEl Grupo de Restauración Ecológica ha acumulado experiencias en la formulación y ejecución de proyectos de RE. Aunque no existen recetas, existen recomendaciones que tienen en cuenta las bases teóricas de la RE y las experiencias de estudios en varios ecosistemas.

Orlando Vargas, Grupo de Restauración

Ecológica, Facultad de Ciencias, Departamento de Biología,

Universidad Nacional de Colombia

El Programa de Inicia-tivas Universitarias para la Paz y la Convivencia, PIUPC, de la Facultad de Ciencias Humanas, es una propuesta académica de carácter y co-bertura nacional que desde su conformación en 1999 ha buscado crear espacios inter-disciplinarios de articulación entre la extensión, la inves-tigación y la docencia, con miras a fortalecer el compro-miso de la Universidad con el país.

En este sentido, las ac-tividades académicas pro-puestas han tenido un én-fasis especial en aportar a la construcción de iniciativas de paz, desde la reflexión y el análisis de las situaciones y contextos relacionados con las siguientes líneas progra-

Programa de Iniciativas Universitariaspara la Paz y la ConvivenciaEl PIUPC es una propuesta académica de carácter y cobertura nacional que busca crear espacios de articulación entre la extensión, la investigación y la docencia, con miras a fortalecer el compromiso de la Universidad con el país.

La responsabilidad de Colombia, por ser uno de los países megadiversos, ha permitido que se desarrolle la conciencia ambiental.

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máticas: derechos humanos y dinámicas migratorias generadas por la violencia sociopolítica; procesos iden-titarios e incidencia de la violencia sociopolítica en el tejido social y en los diver-sos grupos étnicos, etáreos y de género, y Políticas Pú-blicas y prácticas de aten-ción institucional dirigidas a la población víctima de la violencia sociopolítica, par-ticularmente las referidas a las personas en situación de desplazamiento. El trabajo en estas líneas ha implica-do un esfuerzo por pensar y superar las posibles rupturas entre teoría y práctica, inves-tigación, docencia y exten-sión; entre conocimiento y acción y entre conocimien-to, ética y política.

El desarrollo de procesos en los que convergen la inves-tigación-docencia-extensión ha conducido a la construc-ción de nuevos programas de formación articulados a los currículos de pregrado y a los procesos de educación continuada. La cátedra sobre desplazamiento forzado en Colombia (15 versiones) y el seminario de profundización en violencia sociopolítica y trabajo psicosocial son ejem-plo de ello. La cátedra vie-ne siendo apoyada desde el 2003 por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur, y actualmente se ofre-ce a nivel nacional en una modalidad virtual, con la co-ordinación de 17 universida-des, públicas y privadas.

Diversos procesos de ex-tensión e investigación han apuntado a indagar sobre problemas locales y naciona-les, con el objeto de aportar en la comprensión y trans-formación de las realidades abordadas y del quehacer propio de la universidad. En esta perspectiva, se ha cons-truido el proceso que se de-sarrolla en Bojayá, Chocó, desde el 2002, a raíz de la masacre de 119 personas. Desde entonces, el trabajo del equipo de la Universidad, en alianza con Colciencias y diversas entidades locales, ha sido el de hacer un abordaje de investigación-acompa-ñamiento psicosocial a las víctimas. Como resultado de ello podemos mencionar el reconocimiento de la diná-

mica particular del conflicto armado en la zona y la in-cidencia de los hechos vio-lentos en la población, que sirven para reconocer dife-rencialmente la perspectiva étnica y generacional. La construcción de espacios re-gionales de reflexión sobre la ejecución local de la Política de restablecimiento para las personas en situación de des-plazamiento forzado, la reali-zación del primer encuentro regional sobre la exigibilidad del derecho a la reparación integral de las víctimas y un balance de la intervención institucional realizada por las entidades gubernamen-tales, no gubernamentales y de cooperación internacional en la zona.

A través de los procesos adelantados, el Programa ha construido redes con entida-des y actores sociales, acadé-micos, gubernamentales y no gubernamentales, del orden nacional e internacional que trabajan en torno al tema y ha realizado eventos acadé-micos de amplia cobertura e impacto, así como la pu-blicación de las memorias e investigaciones desarrolladas para aportar en el conoci-miento y la reflexión sobre la problemática.

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Julio de 1962: “Aceptado el proyecto. En este momento estoy preparando la semana cultural para mostrarla den-tro de dos meses: tengo el día de la música, de la literatura, de la pintura. Pues ahora tam-bién se incluirá el de la arqui-tectura”, fueron las palabras de Jaime Posada –Ministro de Educación– cuando Ger-mán Samper y Hernán Vieco le pusieron sobre la mesa de su despacho el proyecto de hacer una bienal de arqui-tectura. Valga la pena aclarar que en esa época no existía el Ministerio de Cultura.

Hernán Vieco Sánchez tuvo hace 44 años la idea de escribir un artículo, para la revista Proa, en el que inda-gaba por qué si había una bienal de pintura, no existía la de arquitectura. La idea de Vieco era escoger cada dos años las mejores obras ar-quitectónicas. Coincidencial-mente, Germán Samper fue elegido por esos mismos días presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, SCA. En su calidad de alto funcionario, y con un criterio sólido, avaló el proyecto posi-tivamente.

La amistad que unía a Vieco (la chispa del proyec-to), al ministro de Educación y al nuevo presidente de la SCA, les permitió hablar sin temor sobre la idea. “Nos uni-mos tres quijotes”, dijo Ger-mán Samper. Al final todo salió adelante.

Otro de los personajes que también intervino en los inicios de la Bienal fue Luis Antonio Escobar, músi-co sobresaliente, jefe de la División de Divulgación Cul-tural, encargado de la Bienal de pintura. Él dio los regla-mentos: no se podía recibir cualquier obra, había que hacer una preselección y esa preselección estaría a cargo de un comité.

Germán Samper se res-ponsabilizó personalmente del tema. Nombró como su secretario general a una ficha clave: Fernando Correa. Y de verdad que fue clave, pues se convirtió en los años siguien-tes en el capitán del barco de las bienales de arquitectura.

Gracias a que en esos años la sociedad Colombia-na de Arquitectos era pe-queña, la convocatoria fue sencilla. La mayor parte de los arquitectos y afiliados se conocían. El teléfono era la herramienta de primera ma-no para atraer a los colegas a presentar sus obras.

La arquitectura se puso de gala

¿Cómo era posible que la pintura, la literatura, la música y otras artes tuvieran su bienal, y no la arquitectura? Este cuestionamiento fue la chispa que llevó a presentar un proyecto de inclusión del medio arquitectónico. A partir de ese entonces, hace 44 años, bianualmente se celebra la bienal de arquitectura en Colombia, la más antigua del mundo.

Juliana Gutiérrez de la Cuadra, Unimedios

Este año, la bienal tuvo como lema “La construcción de la ciudad, patrimonio de todos”.

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En la primera bienal se otorgó el premio Nacional al Edificio de Ecopetrol, de Cuéllar Serrano Gómez (ubi-cado en la calle 37 con ca-rrera 8). El premio a la Mejor Residencia fue para la casa de Guillermo Bermúdez Umaña, que está intacta en medio del comercio, en pleno cen-tro del barrio El Country, en Bogotá. El tercer premio fue para un proyecto arquitec-tónico no construido. “Esta última categoría la impulsa-mos mucho. Los arquitectos hacemos planos de edificios que no se construyen, pero

que son ejemplo de arqui-tectura. A veces los segundos premios son los que dan el mensaje importante. Precisa-mente ese premio se le dio al arquitecto Fernando Martí-nez. Él cambió la orientación de la arquitectura en el país”, afirma Germán Samper.

Fernando Martínez ini-ció un nuevo movimiento. Con él buscaba que la arqui-tectura estuviera vinculada con el lugar y la volumetría fuera libre. En el mundo se lo conoció como Arquitectura Orgánica, destacada por te-ner más fantasía y libertad de

expresión. Rogelio Zalmona es uno de los seguidores más importantes del movimiento.

Carlos Martínez, el di-rector de Proa (revista que lleva más de 50 años en cir-culación), al ver el material de la primera bienal quiso hacer un libro: “Arquitectura en Colombia”. Es un volumen de 220 páginas, de pasta du-ra, que data de 1962, forrado en tela blanca. En cada hoja se ven dos fotos en blanco y negro de las obras arquitec-tónicas más destacadas y de las que ganaron los premios. Su prólogo lo firma Germán Samper. De este libro nació la idea de que en cada bienal se imprimiera una publicación de alta calidad.

Para un arquitecto hay dos aspectos emotivos en la bienal: el hecho de presentar un proyecto, pues se destaca el hecho de ser candidato, y la confrontación de las obras.

Esos dos puntos son la esencia de la bienal y son los mismos que se mantienen intactos con el paso de los años. Situación distinta de lo que ocurre con la manera cómo se publica. Antes, las fotos se enmarcaban sobre triples. “Se veían muy boni-tas, pero eran pesadísimas”, recuerda Germán Samper. Ahora las bienales las hacen por computador y pueden ser vistas en todo el mundo.

Se pueden mandar por inter-net o simplemente se cargan en un medio digital.

Este año, la bienal nú-mero 20, tuvo como lema “La construcción de la ciudad, patrimonio de todos”. Esta idea enfatizó en que en cada proyecto que se aportara a la construcción del entorno es-tuviera conectado con lo pro-pio de los ciudadanos: “qué bueno que la gente se sienta mejor en un centro comer-cial con pasillos más anchos, en una alameda o un andén bien diseñado, porque puede caminar tranquilamente con el coche de su hijo”, afirmó Ricardo Navarrete, Presiden-te de la Sociedad Colombiana de Arquitectos.

“Esta bienal tuvo un ju-rado, un proceso serio, un fundamento sólido en el pro-ceso de selección de las obras y, sobre todo, tuvo tradición”, añadió Navarrete.

El pasado 31 de octubre en el Teatro Jorge Eliécer Gai-tán se inauguró a las 7:00 p.m. la Noche de Gala de la Arqui-tectura Colombiana de la XX Bienal. Esa noche recuerda aquella otra que tuvo lugar hace 44 años, el viernes 6 de julio de 1962 en la Sociedad Colombiana de Ingenieros, y que abrió las puertas a la pri-mera Bienal del mundo.

Percepciones. Unidad en la diversidadGrupo Complexus

La dinámica de la innovación tecnológicaJulio Mario Rodríguez Devis

Electricidad para estudiantes de ingeniería mecánicaWilliam Chaparro G.

Correas industriales. Cálculo y selecciónAlvaro Mendoza G.Freddy Romano G.

Evaluación del riesgo por emisiones de partículas en fuentes estacionarias de combustión. Estudio de caso: BogotáHector Manuel García Lozada

Construcción de líneas de influencia en vigasContiguas y marcos indeterminadosCarlos Ramiro Vallecilla B.

Estructuras de acero. Introducción al diseñoGabriel Valencia Clement

Introducción a la hidráulica de canalesCarlos Arturo Duarte Agudelo

Introducción a la mecánica de fluidosCarlos Arturo Duarte Agudelo

Hidraulica de tuberías y máquinas hidráulicasJosé Roberto Niño V.

La Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacionalde Colombia se complace en compartir con la comunidad

los primeros títulos de su colección“145 Años Construyendo Nación con Ingenio Propio”

Lanzamiento: 7 de diciembre de 11:00 a.m. a 1:00 p.m.Auditorio Hemeroteca Nacional “Carlos Lleras Restrepo”

Entrada Libre - Inscripción previaTeléfono: 3165552, PBX: 316 5000 Extensiones: 18415 - 18418 - 18417, Correo Electrónico: [email protected]

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Como un texto que se orienta a responder qué es un ejército y quién o quiénes dentro de la organización del Estado son los responsables de su orientación, esta obra de artículos, dirigida por los profesores Alejo Vargas Velás-quez y Carlos Alberto Patiño Villa, recoge varias respues-tas: comienzan, claro, por una delimitación del tema –se habla de lo que es un ejército en un Estado liberal moderno– y del tiempo –se dirige el estudio a presentar lo que es un ejército desde el siglo XVIII hasta el comien-zo de este periodo del siglo XXI que se caracteriza por las guerras contra el terroris-mo y por las guerras contra ejércitos de mercenarios que se representan a sí mismos o a grupos ideológicos, en ge-neral fundamentalistas, que podrían calificarse de en con-travía del Estado occidental de comienzos de milenio.

Luego, en los demás ca-pítulos el texto se dirige a analizar el caso colombiano.

Aunque se trata de un texto para especialistas, lo que sí queda claro es que los profanos pueden adentrarse en sus páginas y entender fe-nómenos de nuestra realidad cotidiana, como la necesidad de unas fuerzas armadas y el porqué de las guerras, tanto nacionales como interna-cionales, que a través de la problemática interna propia también son parte de nuestra realidad, pues los fenómenos a que hace referencia son también problemas colom-bianos: narcotráfico y tráfico de órganos, de armas, de es-pecies en vía de extinción, trata de blancas y terrorismo.

El libro apunta entonces a responder desde diversas miradas la manera en que la sociedad colombiana debe responder a estas cuestiones, pero principalmente se pro-pone identificar los retos es-pecíficos de la reforma militar en Colombia. El libro es fruto del trabajo desarrollado en el 2005 por los Grupos de Estu-dios en Seguridad y Defensa y de Estudios Internacionales del Departamento de Cien-cia Política de la Universidad Nacional de Colombia, con la participación de una profeso-ra de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín.

El libro consta de cin-co capítulos. Ellos son: 1. La seguridad en el siglo XXI: sombras y dilemas, en don-de el profesor Carlos Alberto Patiño Villa presenta el pa-norama internacional de la seguridad y señala los princi-pales problemas (guerras, te-rrorismo, problemas de iden-tidad y religión, criminalidad internacional y efectos sobre problemas locales); 2. Rela-ciones entre Estado, socie-dad y fuerzas armadas en el

comienzo del siglo XXI. Aquí la profesora Ángela María Arbeláez Herrera señala las transformaciones políticas y sociales de las sociedades contemporáneas, las nuevas responsabilidades de los mi-litares y su capacidad y alcan-ce de actuación. Una puesta al día de las relaciones cívi-co-militares; 3. Estado, polí-tica y fuerzas armadas en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia. En este, el pro-fesor Juan Carlos Chaparro muestra cómo en Colombia el Estado ha tenido en varias épocas el interés por realizar una reforma militar. El capí-tulo evalúa esos momentos y descubre elementos de se-guridad nacional que suelen olvidarse; 4. Hacia un ejército profesional moderno en Co-lombia. La lenta marcha en el siglo XX hacia unas fuerzas armadas profesionalizadas. En este capítulo el profesor Alejo Vargas Velásquez hace un análisis juicioso del pro-ceso seguido en el siglo XX para tratar de conseguir un ejército profesional que fue-ra capaz de responder a las distintas crisis políticas, eco-nómicas y sociales del país. Al final, evalúa los alcances de la actual reforma militar en Colombia; y 5. La actual reforma militar en Colombia: la renovación de las fuerzas armadas, en donde las profe-soras Andrea Escobar, Natha-lie Pabón y Laura Mendivil examinan el proceso de la actual reforma militar, que se inició durante el gobierno de Andrés Pastrana, y ponen en discusión algunos aspec-tos de esa reforma que, se suponía, eran sus principales fortalezas e indican algunos elementos que deberían y te-nerse en cuenta para llevar a buen término a esta reforma.

Reseñas

En un país con escasez de empleos estables y for-males, la protección social, representada en acceso a los sistemas de salud, pensión y riesgos profesionales, tie-ne que diferenciar los dere-chos de los trabajadores de los derechos sociales de los ciudadanos.

Estos planteamientos y los de una veintena de au-tores latinoamericanos están recogidos en las memorias del Seminario Internacio-nal Crecimiento, Equidad y Ciudadanía. Hacia un nuevo Sistema de Protección Social que ya está en circulación.

El libro, editado por Óscar Rodríguez e Yves Le Bonniec, es el Tomo 2 y for-ma parte de la Colección de Estudios sobre Protección Social del CID y es también la continuación de los co-loquios que por más de 20 años ha promovido el Greitd,

grupo que aglutina a inves-tigadores de las universida-des París I, III, X y XIII, de Francia.

Óscar Rodríguez, Direc-tor del Grupo de Protección Social del Centro de Inves-tigación para el Desarro-llo, CID, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, está convencido de que hoy más que nunca, si se quiere lu-char contra la pobreza, es necesario acelerar la univer-salización de la protección social en los países de Améri-ca Latina, preocuparse tam-bién por el empobrecimiento y pensar en la renta básica de ciudadanía como un derecho de existencia.

“El gran reto es cons-truir sistemas de protección social que, sin abandonar el manejo del riesgo, enfaticen en la necesidad de tener un crecimiento económico in-

cluyente, y diseñar políticas fiscales y de gasto público que lleven a superar las gran-des desigualdades socia-les que tiene el continente. Además, establecer vínculos entre la protección social y la ciudadanía. Es decir, el re-conocimiento de que se trata de derechos sociales y no fa-vores que se otorgan a la po-blación pobre. Y configurar un sistema de focalización que llegue rápidamente a la universalización de la pro-tección”, dice Rodríguez.

En el texto, Bruno Lautier, sociólogo y econo-mista, profesor de sociología en el Iedes-Universidad de París I, ex director del Iedes-París I, advierte que la uni-versalización de la seguridad social tiene efectos positivos, que hasta ahora nadie se ha tomado la molestia de eva-luar en serio.

Crecimiento, equidad y ciudadanía

Reforma militar en Colombia: contexto internacional y resultados esperados

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Por esa misma ventana se ve el carrusel.En ocasiones llegan algunos niños con sus padres, que los suben a los caballitos y sacuden un poco la estructura para obtener algún balanceo.

A finales de los 70, Luis Caballero sorprendió con el gi-ro que tuvo su obra al pasar de una pintura contemporánea a una regresiva de figuración tradicional, una forma de pen-sar el arte en la que se empeñó aún sabiendo que se consi-deraba anacrónica. El maes-tro Miguel Huertas interpreta así la actitud de resistencia de Caballero en su libro El largo instante de la percepción. Los años 70 y el crepúsculo del arte en Colombia: “Posible-mente su intuición le señalaba la pérdida de la experiencia del cuerpo en la actualidad. Y tal vez esos cuerpos que obse-sivamente pintó después del periodo de políptico y que se marginan de la contempora-neidad (del formalismo, según él) son el testimonio de una negativa a participar de esa disolución y de un intento por mantener en vida ese mun-do donde los cuerpos hacían presencia real en un espacio coherente”.

El nombre de Luis Caba-llero le da hoy nuevamente a Huertas la posibilidad de ex-poner su propia resistencia a la pérdida de la experiencia. Nominado por el Instituto Dis-trital de Cultura y Turismo de Bogotá, IDCT, para el Premio Luis Caballero, expone, desde el pasado 21 de octubre en el Planetario Distrital, Ámbitos, un proyecto que empieza en la sala Santa Fe y termina en la conciencia de percepción in-dividual a la que invita a cada espectador.

La intervención

“Para el jurado fue in-quietante e interesante la pro-puesta con la que el maestro Huertas entra nuevamente en el circuito artístico. El proyec-to, para el que tendría un año y medio en caso de ser seleccio-nado, planteaba trabajar con lo que propusiera el lugar, su cotidianidad, su entorno físico y temporal. Es decir, el resul-tado final no se podía cono-cer de antemano”, confiesa el maestro Jaime Cerón, gerente de artes plásticas del IDCT.

Sólo después de varios meses de estar merodeando, de afuera hacia dentro (el Par-que de la Independencia, el Planetario, la sala Santa Fe) y de adentro hacia fuera (la sala, la luz, la sombra, las ventanas, otra vez el parque) empiezan a surgir imágenes, las que siem-pre le han obsesionado, las que tienen que ver con la ca-ducidad de lo nuevo: entre los grandes árboles se esconden algunos vestigios del ingreso

Arte

Ámbitos: El arte como resistencia

Sandra Gómez, Unimedios

El maestro Miguel Huertas, artista plástico y coordinador de la Maestría en Educación Artística Integral de la Universidad Nacional, es uno de los ocho nominados por el Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá para el Premio Luis Caballero que se entregará en el 2007. Su proyecto, Ámbitos, que se encuentra en la Galería Santa Fe, es el resultado de una experiencia espacial con el lugar, su cotidianidad, su entorno físico y temporal.

Cortesía Miguel Huertas

Ver juntos el carrusel y el

planetario, como dos siglos diferentes, pero juntos; dos lógicas diferentes, distantes pero no ajenas

Punto de vista:

Vincular las

rendijas, las

pequeñas cosas, el revés

de las cosas

Ver hacia adelante y encontrar lo que está detrás

de uno, ver hacia abajo y ver lo que está

arriba.

de la modernidad, del progre-so, como ese viejo carrusel en desuso. Recortado del parque y entronizado en la pared de la sala en penumbra que varía con la hora y el clima, este dibujo se asemeja a un fresco, como vestigio de otro tiempo. “El proyecto tiene que ver con eso, con imágenes de lo que ya está apunto de no ser, con una impresión intencional de anacronismo”, insiste Huertas.

Ámbitos no es una ex-posición convencional, en la que el espectador llega a una sala y encuentra el resultado de una obra hecha en el ta-ller, que después es montada cuidadosa y artificiosamente en un espacio. Técnicamen-te está compuesta de objetos tradicionales. Hay dibujos y fotografías en blanco y ne-gro, algunas digitales a color un poco más ficcionales. Sin embargo, estas obras no es-tán pensadas como el objeto que se sitúa en un lugar ima-ginario, “son imágenes que interpelan la relación con el espacio, con la objetividad de las cosas”.

Por eso no hay luz artifi-cial en la sala. Por eso el espec-tador puede percibirla en su espesor, su densidad, su pro-fundidad. En este caso, para Miguel Huertas, “intervenir el espacio significa poner cosas que permitan apreciar mejor lo que ya estaba ahí”, prolon-garlo hacia abajo o reflejarlo.

Uno de los elementos que caracteriza la lógica de los es-pectáculos es que, en general, el espacio se aplana. En el caso de una exposición, la luz no solo aplana la sala, sino que las obras se hallan tan ilumi-nadas que son sacadas de su contexto espacial. Aquí la sala, las fotografías, los dibujos y los paisajes van cambiando con el color del día. Sin embargo, todo está calculado para que el espectador no se pierda ni tropiece. Los dibujos, además, están hechos para ser vistos en la penumbra.

Ámbitos recoge esos pe-queños matices que hacen de un momento y un lugar reconocido una experiencia nueva. “El tiempo que aspi-ran alcanzar estas obras es el instante inmediato, cotidiano, de la percepción consciente. Aquel que, como el Aleph de Borges –el lugar donde con-fluían todos los lugares–, abre la conciencia al presente, don-de confluyen todos los tiem-pos y del que debemos llegar a ser dueños”, decía el maestro Miguel Huertas sobre el lugar que deberían tener las obras de Luis Caballero. El mismo lugar que parece reclamar su propia obra hoy en Ámbitos.