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Una profunda descarbonización | Economía | EL PAÍS

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La dependencia del Carbón por Colombia

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  • ECONOMA

    JEFFREY SACHS 2 FEB 2014 - 01:01 CET 2

    Los polticostemen decir laverdad all dondehay lobbyspoderosos en prodel carbn y elpetrleo

    OPININ

    Una profunda descarbonizacinLa Humanidad avanza por una va de ruina, movida por la avaricia y la ignorancia a corto plazo

    Archivado en: OpininOpinin Desigualdad socialDesigualdad social GasGas PetrleoPetrleo Combustibles fsilesCombustibles fsiles EconomaEconoma CombustiblesCombustibles SociedadSociedad Energa no renovableEnerga no renovable Medio ambienteMedio ambiente

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    Echemos un vistazo a lo que ha ocurrido en todo el mundo este mes pasado. La ola de caloren Australia llen los titulares cuando las temperaturas alcanzaron los 45 centgrados yentorpecieron el torneo de tenis Abierto de Australia. La extremada sequa de California obligal gobernador a declarar el estado de emergencia. Unas graves inundaciones en Indonesiacausaron la muerte a docenas de personas y desplazaron a decenas de miles de ellas. Lacontaminacin mezclada con la niebla e inducida por el uso del carbn en Pekn oblig a sushabitantes a permanecer en sus casas, cerrar las autopistas y desviar los vuelos. Semejantessucesos son advertencias diarias al mundo: despierta antes de que sea demasiado tarde.

    Hemos entrado en la era del desarrollo sostenible. O hacemos las paces con el planeta odestruimos nuestra prosperidad, tan costosamente obtenida. La opcin parece evidente, peronuestras acciones resultan ms expresivas que nuestras palabras. La Humanidad sigueavanzando por una va de ruina, movida por la avaricia y la ignorancia a corto plazo.

    Gran parte de la crisis medioambiental mundial (aunque no toda) se debe al sistemaenergtico basado en los combustibles fsiles del mundo. Ms del 80% de toda la energaprimaria del mundo procede del carbn, del petrleo y del gas. Cuando se queman esoscombustibles fsiles, emiten dixido de carbono, que, a su vez, cambia el clima de la Tierra.Los datos fsicos bsicos se conocen desde hace ms de un siglo.

    Lamentablemente, unas pocas compaas petroleras (ExxonMobil y Koch Industries son lasms destacadas) han dedicado recursos enormes a sembrar la confusin aun en los casos enque existe un claro consenso cientfico, pero, para salvar el planeta tal como lo conocemos ypreservar el abastecimiento del mundo en alimentos y el bienestar de las generacionesfuturas, no hay otra opcin que pasar a un nuevo sistema energtico con un nivel escaso deemisiones de carbono.

    Esa transicin tiene tres partes. La primera es una mayor eficienciaenergtica, lo que significa que debemos utilizar mucha menosenerga para lograr el mismo nivel de bienestar. Por ejemplo,podemos disear nuestros edificios de modo que aprovechen la luzsolar y la circulacin del aire natural, con lo que requerirn muchamenos energa comercial para calentarlos, refrescarlos y ventilarlos.

    En segundo lugar, debemos pasarnos a las energas solar, elica,hdrica, nuclear, geotrmica y de otra ndole, que no se basan en loscombustibles fsiles. Ya existe la tecnologa para recurrir a esas

  • opciones sustitutivas de forma segura y asequible, y en una escala losuficientemente grande para reemplazar casi todo el carbn y gran parte del petrleo queutilizamos actualmente. A mediados de este siglo solo el gas natural (el combustible fsil mslimpio) seguira siendo una importante fuente de energa.

    Por ltimo, en la medida en que sigamos dependiendo de los combustibles fsiles, debemoscapturar las emisiones de CO2 resultantes en las centrales elctricas antes de que escapen ala atmsfera. Despus se inyectara bajo tierra o bajo el suelo del ocano el CO2 capturadopara su almacenamiento a largo plazo. Ya se est usando con xito y en muy pequea escalala captura y el secuestro del carbono (principalmente para aumentar la recuperacin delpetrleo en los pozos agotados). Si (y solo si) resultaran idneos para su uso a gran escala,los pases dependientes del carbn, como China, India y Estados Unidos, podran seguirutilizando sus reservas.

    Los polticos americanos han demostrado ser incapaces de formular polticas para queEstados Unidos utilice en pequea escala la energa del carbono. Esas polticas entraaranun mayor impuesto aplicado a las emisiones de CO2, un aumento de las actividades deinvestigacin e innovacin en materia de tecnologas con un bajo nivel de emisiones decarbono, el paso a los vehculos elctricos y reglamentos para la eliminacin progresiva detodas las centrales elctricas alimentadas con carbn, excepto las que instalen la captura y elsecuestro del carbono.

    Sin embargo, los polticos no estn aplicando ninguna de esas polticas adecuadamente. Losenemigos de la teora del cambio climtico han gastado miles de millones de dlares parainfluir en las autoridades, apoyar las campaas electorales de los defensores de loscombustibles fsiles y derrotar a los candidatos que se atreven a fomentar la energa limpia. ElPartido Republicano en conjunto obtiene un apoyo financiero en gran escala de los oponentesde la descarbonizacin y esos donantes luchan agresivamente contra la menor medida en prode la energa renovable. Por su parte, muchos miembros demcratas del Congreso deEstados Unidos forman parte tambin del bando defensor de los combustibles fsiles.

    Algunas grandes figuras de la industria energtica, demostrando el mayor desinters por laverdad (y mayor an por nuestros hijos, que padecern las consecuencias de nuestra locuraactual), se han unido a Rupert Murdoch. De hecho, Murdoch, los hermanos Koch y sus aliadosse comportan exactamente como las grandes empresas tabaqueras al negar las verdadescientficas e incluso contratan a los mismos expertos.

    La situacin es en general la misma en todo el mundo. All donde unos grupos de presinpoderosos defienden los intereses actuales del carbn y del petrleo, los polticos suelentemer decir la verdad sobre la necesidad de una energa con un nivel bajo de emisiones decarbono. Los polticos valientes que s que dicen la verdad sobre el cambio climtico seencuentran principalmente en pases que no tienen un grupo de presin poderoso procombustibles fsiles.

    Pensemos en la suerte de quien ha sido una valerosa excepcin a esa regla. Kevin Rudd, exprimer ministro de Australia, intent aplicar una poltica de energa limpia en su pas, productorde carbn. Rudd no consigui la reeleccin, sino que fue derrotado por un candidato que, porcontar con el respaldo de una alianza de Murdoch y empresas productoras de carbn, pudogastar muchsimo ms que Rudd. Los peridicos sensacionalistas de Murdoch publicanpropaganda anticientfica opuesta a las polticas contra el cambio climtico no solo enAustralia, sino tambin en Estados Unidos y en otros pases.

  • La razn por la que todo esto tiene importancia es la de que tenemos abierta ante nosotros lava para una profunda descarbonizacin. Sin embargo, disponemos de muy poco tiempo. Elmundo debe dejar de construir nuevas centrales elctricas alimentadas con carbn (exceptolas que apliquen la captura y el secuestro del carbono) y substituirlas por una electricidad conun bajo nivel de emisiones de carbono. Debe eliminar progresivamente el motor decombustin interna en casi todos los nuevos vehculos de pasajeros de aqu a 2030,aproximadamente, y reemplazarlos por otros propulsados por electricidad y adoptartecnologas que ahorren energa y consuman menos energa comercial. Ya se dispone dedichas tecnologas, que irn mejorando y abaratndose con su uso, siempre que se puedamantener a raya a los grupos de presin pro combustibles fsiles.

    Si es as, los habitantes de todo el mundo descubrirn algo maravilloso. No solo habrnsalvado el planeta para la prxima generacin, sino que, adems, disfrutarn de los rayos delsol y de un aire limpio y sano, y se preguntarn por qu se tard tanto cuando la propia Tierracorra un gravsimo riesgo.

    Jeffrey D. Sachs es profesor de Desarrollo Sostenible y de Poltica y Gestin de la Salud, ydirector del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia. Tambin es asesor especialdel secretario general de Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

    (c) Project Syndicate, 2014.

    Traducido por Carlos Manzano.

    EDICIONES EL PAS, S.L.