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ESTHER OíAZ (editora) ••• ~ METODOLOGIA DE LAS CIENCIAS SOCIALES SUSANA DE LUQUE ESTHER oJAl ENRIQUE MORALElO RUBÉN H. PARDO SILVIA RIVERA ~.II ••• lt•• 1 1111,1••

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ESTHER OíAZ(editora)

•••

~

METODOLOGIADE LAS

CIENCIASSOCIALES

SUSANA DE LUQUE

ESTHER oJAl

ENRIQUE MORALElO

RUBÉN H. PARDO

SILVIA RIVERA

~.II•••lt••11111,1••

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Rubén H. Pardo

LA PROBLEMÁTICA DEL MÉTODOEN CIENCIAS NATURALES Y SOCIALES

/El pensamiento objetivante y demosLralilJO I)/d, 111"

extender el conocimiento con la pura demo~/IIII'(¡" I

concibe la verdad como un objeto que se preslu 1'1111' '"',

mirada total y que nosotros podemos COIl()(',', ,'/1 11/

sistema acabado y definitivo. La verdad, en m/ll/¡fll, /11"es accesible sólo como se nos presenta en la e,\I"'I/"II' tula cual es de por sí abierta e incondusa.

Luigí Pareyson, Hermenéul.tca u f(W/IIIIII/ltI"d

I~I concepto de ciencia fue un descubrimiento fundamental dd 1'111111111riego y dio origen a lo que se suele denominar cultura occtdcnlul, AIII 1111

dlú de todo elogió o de cualquier crítica posible hacia ella, elll)(', dl'"t111Ilíprlncípío, reconocerla como el alfa y omega de nuestra civllllt,llI'lIl1l

Sin embargo, no son los mismos los fundamentos sobre IOHl¡tll II'I"!In Idea actual de ciencia que los que se forjaron en la antígücch« I ('I/I"I1tl'('tilo es así dado que cada época histórica posee una conccpc-lun di 11111111IJllI'mdaen los criterios que ésta supone de lo que es conocírntcul o 111111111 ,tiI'til I lcto: hoy, por ejemplo, consideramos "lo científico" como í'l1l1(1111111I ·1

.-xctuyente de todo saber que se precie de tal, mas, como IUl'gn /U' VI'" 11h-mpre fue así. Desde los últimos siglos de la Edad Media, Ill()1I111111111I

(jll(! comienza a resultar insostenible toda posible concllínr'lón !ldl! 1111vt-rclnd de fe y una verdad de razón, se inicia un largo pero íh 1\1('1'//11I~II ,1t1i'Hllcralización y constitución del conocimiento científico. 1':14('1plllyll "111ln ruodcrnídad, esbozado ya por Galileo y Descartes, consurruuto plll N, \VIIiY I{nnl.. y representado socialmente por ese ascenso de ItI 11111/',111'111'1'1'1lt I\~góda lugar a la Revolución Francesa. .

Nucat ra actual cornprcnstón de lo que es la cícncta, ('1) t 111¡( (111111111111'111tlt' verdadero conocimiento, tiene su nacimiento b€lHh'HtlH'111(' ('" lil 111111h IIlldlld. li;stn, COI!Oaltlco u In cabeza, desplazó <.:1nnltg\l()('(Il1t'('pllll1( ( It 111i11I1t'l1IOIr'HHbnHcH,tnlclunclo una nucvn épocu cn In ('\11I1¡l1t'vlIll'('1 IlIlIh ,1r]1I11'IIItlO,Md/w(/oS('H (11)C'()IH't:plo¡.(llego (1I1t'0111<11111111I1"('1111111111IIlH 11u 'tI'dl'l ('llItlllproXltllllltl\' 11lo q\lt' d('11t' ('1I1l0('t'nw", y, ('11 HII 11I'11111111111111h 1"11(tICIIII(' lodll dC'IIII(· Ih'HI'IIIIt'II), 1111<1111('11'(,1 /l1,I,IIIII('/ltllI tll' 11111IIIIIIIpl

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1111 Rubén H, Pardo

tlllllllllo que, más allá de las peculiaridades del ámb!!2 estudiado, implicalíI l'xl'Il 1I-I16ndel error mediante verificación y comprobación, Así, la tendcn11" 1111idarncntal del pensamiento moderno es lá de idetilificar el saber, el1111\(wlllll(!nto propiamente dicho, con lo comprobable y, por tanto, la verdad1'1111(¡ I ocrt cza. Esto es lo que posibilita, a partir del innegable avañ.ce de lASlla'II('lm.¡ naturales desde el siglO XVII , la reducción de la verdad al método,1'1I!a'll(lIda aquélla como algo que, allí en el mundo, sepresta au"ii'alñiraclaIld/d'y nbarcadora, y comprendiendo a éste como objetividad y experírncn1111'1<'111.Sin embargo, cabe preguntar: ¿podemos, hoy, seguir concibiendo 111I la'llda de este modo?; y, si así lo hacemos, ¿cómo conceptual izar, entonces,I 1/11rd111'1epistemológico de las ciencias sociales?; ¿son propiamente cienIIIII'¡¡I-I'?

1':1'11a prevalencia de la idea de método, guía de la ciencia moderna y fact 01dl'I'llilv() de su vertiginoso desarrollo, como asimismo elemento fundarncu11111'11d origen de lo que hoy denominamos "tecnología", constituirá el tcrun111111('1p:l1dc análisis de este capítulo, En él habrán de desplegarse una H('Ili'1(¡. 111(1)1cmas inexorables para la discusión filosófica actual sobre la cícnc-ínt\nl. 1'1('nmino a recorrer, básicamente, será el siguiente:

IGIIpr Imcr lugar, se reproducirá, partiendo de las caracteristicas prllll'lIlIdl'/1(1('10que hoy seentiende por conocimiento científico, una clasíflcnr-lru I[,'cldldolltll de las ciencias,

1';11I,wgundo término, y como núcleo del trabajo, se abordarán las dtst IlIt (111I)111('/()J\(~1ien derredor de la problemática del método científico: el "camluo''d, j¡ I ('('l1ela tal como lo concibe el inductivismo, la versión hipot!'tI(,,,1"'1111('(Ivllit Hy, finalmente, la corrección que efectúa el falsacionísmo.

1';1u-rccr punto corresponderá, en principio, a la evaluación ch- 11111I1(llllloll('la de una teoría de la medición en las ciencias SOCI~II('Ii:y,1IIIIIIIIIt'I1I('. al tema de la explicación científica, que pondrá en jll('go 111

11I1I1,II'/llIltI<:<Iantes esbozada de la índole misma del conocimicnln <¡III'IIIVIIIIII'IIt 1111'1llamadas ciencias sociales; vale decir, la temática <1('1111'\1111)11l'l\sl()n como dimensión ineludible de la investigación social.

1, LAS CI8NCIAS: CARACTERíSTICAS y CLASIFICACION

lenlif/

NII todo ('()1I0dllli<'nto es cícnt iñco. La C'lentlfi('ldnd ('H111111('lit "/',011/1'1'11cll'llt'lIdl' 1h- dl'l (Olirmll ¡(Hitos. J\lgunos elt:cll OH,('OIllOt' 11'111111'1,'1('11111'0.I'III!II'M,1111I1'('('l-IllIlIdd(' 1111-I11I1<'lIrl'a('f()lIl1ll1l('I\I(~y rlnr 1>111('11111-1di' 111V('I((¡u1dIlo I 1111111'1IIdll, 1-1('111111('(lIl14I'lvac!o Inlllo ('11(,1mundo 111111p,11o l'II11U}1'111111111111,,!lltl( '11,1'()1I11l1-1('II('/rll n, "11('lIdll ('P(WII1i('11I11IIolllldl H IIHIIIII11/11111)dl}

ell 111/1111I('}IIII'1101(1II'IIII'II'III'Irl y 1:1vnc!II(I'IC'lIll.

!HI,I,I!III(illt'lI (/('1Iliélodo en ciencias naturales y sociales 69

lil' te lit 11'11f<:, aunque quizá en forma excesivamente simplificad ora ,! j 11"II,I,I'H(' de dos grandes paradígmas históricos acerca de la ciencia,':111"11111'1Iligar, un paradigma premoderno que, a pesar de decisivas'

ÍI i, 1ti I 1111'111411seno, abarcaría desde la antigüedad hasta las postrime-lh1 lil 1':cIltdMedía. Bajo este modelo, representado fundamentalmente11"1IIIIII}tlt'Iltogriego engeneralyel deAristóteles en particular, la tarea

liI'..!' 111111,<,sencialmente concebida como conocimiento por causa~lii/il , C1"/lllIlIwnte la búsqueda de ellas, Y lo que tal vez más diferencie r

!lIi,[I" ell' ('(lInprender el conocimiento científico del nuestro es que aunII nI') I'HIOIImás excelsa e ideal -como la matemática- la ciencia noi111rll lal('IIHplcledel saber; por encima de ella se erigía un conocimiento

i/¡ ,dl'llIl'l':nr las causas últimas de las cosas: lo que los griegosd, 1111IlI'lrdislca", De más está decir que esta posición no sólo no

IHit' 111111,1""!'iO del tiempo, sino que se vio aun más disminuida en el/1 dli!' 1111Jllllllr de la subordinación de la razón a la fe y de la filosofía a

11'/\111i 1I ¡d"ft 11111üuntlíar para nosotros, de la ciencia como conocimientoliI¡i!ihllll' IlIdlO y modelo de todo saber es producto del pensamientoj¡ i i icl 111'/1111'1m,siglos XVI y XVII, Y en concordancia con una seríe deli Ilid I 1IIIIII-IIonnaciones políticas y sociales, surge un concepto de

i!1I1,11111rlr-nf rflco que, basado ahora en el desarrollo exitoso de lasI'[l 11Itlllllll'/'I, se extiende hasta el siglo xx. La concíencíadel poder de la

íll!¡I ¡1.11IlIlt 101111'Y transformar la~turaleza Ootaa la ciencia de un nue~1'.I 111,.d 111búsqueda de la~ que regulan la realidad, suponiendojllllli·jillllllrl dl~dr que mágicamente- que sin lugar a dudas un tal

í;Cllc'it!otllll'l ¡" aparejado un despliegue universal de progreso social.111Id"1Idi "'I'IIe1a -centrada en el método, ejemplificada en el carácterIII ",11 111M1'll'IIdas naturales, patrón de todo saber en sentido estricto

iíl 1111 1(¡I 1111('11del dominio de la naturaleza- es en parte la base de1.1,1111/IIII}I-I1101'conocimiento científico desde la modernidad; si biep111111IId" 11'111"de tensos y densos combates teóricos la cuestiónlit 1I1IllIll'sl;unos en la modernidad, Desde ya, no es éste el lugar

¡Hil" 1"1111uhorclar tal discusión aunque, más allá de cuál sea lairll! WlIlllllcllI ('11('] debate modernidad/posmodernidad (particular-

"".' 1(111lo III1IHnclccuado sería hablar de modernidad tardía). es un! [1'1\iI 11,11'I11111'1uul crisis dcl paradigma moderno, Y no tanto porque11'1i1IlilV11d('Ir/do <1(:ser considerada el arquetipo de conocimiento

,I/lj. 1111111'111111/('H(~ha producido un lento proceso de toma de¡I[ 1" tll 111/11ílllllí'H Y de: In Ilnlt ud de la razón, Este proceso ha derivado¡idll 1IIIIltll'IIOIII'II1H puesta en duda, de algunos pilares del proyecto

IIli ,;\, 1I IlcI"clllIll'H ('OJ/lO In crccncía en la posibilidad de un conocimien-¡IIII.IIIII 1111Ill>lc'lIvo, la ('()Ilf1am:a en la correlación conocimiento-, .,,, 1111,11111'1!c'/nHol)l(' 1'1<,nnkt!'!' 1l(~C(~Ii¡¡rl()() tnmuí ablc de las

le'i111111'11

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()Rubén H. Pardo

Sin embargo, se ha dicho que en la modernidad se establecieron 10t-!cimientos de nuestra actual idea de ciencia. Cabria entonces preguntarcuáles son los requisitos o características que debe poseer un conocimien lopara ser considerado ciencia.

La ciencia es un saber que busca leyes mediante las cuales poder explicarla realidad. Una mera recolección de datos o una descripción de hechos, pOImás detallada que sea, no constituye por sí misma conocimiento científico.Si es que se trata de ciencia, se debe encontrar y formular relacíoncaconstantes entre los fenómenos, y son justamente las leyes las propostcíones universales que expresan esas conexiones regulares que permiten, pOIun lado, explicar y, por el otro, predecir hechos particulares.

Además de ser un conocimiento legalista, es decir, que busca rnedlanü-leyes explicar y predecir fenómenos, la ciencia, como se apuntó desde 1'1comienzo, es sobre todo un saber crítico: a diferencia de la inflexibilidad 1h.la actitud dogmática, el conocimiento cíérifíñco ha de estimular y dcsar 1I1llar las dudas todo lo posible, siendo consciente de su carácter provtsor lo yno eludir, por tanto, la posibilidad de ser revisado y/o sU"perado.

En estrecha relación con lo anterior, puede afirmarse que la ('1<'1)('111requiere de la fundamentación de sus afirmaciones; así, la justíñcacíór 1 litSus enunciados se despliega en dos dimensiones: una lógica y otra em))IIII'11La primera- está référída a la coherencia e~as proposícíones <¡lit

conforman.Ja....te<?I!a, de acuerdo con las reglas de la lógica. La se¡:{ulldll tU

agrega a la anterior Eara las ciencias que estudian los hechos (<:1<'11(111acfÍcas, como luego se verá), e implica la necesidad de juattfk-ru 111 1eñunciados mediante contrastación empírica, esto es, a través dI' I 1!ti<

conTroñlacicmCfe-los mismos con-la realidao (aquí se abre el probk-n 11I dJ'lmétodo para validm- hipótesis). -

tra caraClensuca, no menos importante, está referida a la sÜ.¡I!'III.lII, Idad del conocímíento científico, es decir, a que éste es un ('lu'IIU) el,proposiciones relacionadas entre sflógicamente. La ciencia como "1-11111,'11111alude a una uÍÍidad ordenada del saber, en virtud de la cun I 1'111'\'11cCiñCicíffifentos se integran a los ya estab'ieCidos. -

Finalmente, suele afirmarse que el conocimiento científico CH, () )lll'lllll I1ser, objetivo. Por objetividad d~e entenderse la capacidad cll'I 141tjd 11dielevarse por- sObre todo condicionamiento histórico y subjcüvo .Ylunuu 111cii~tancia suficie!lte respecto del objeto "!.,.conocer, para adopt nr 1'1JlIIIIIII dIvista de un observador neutral. Desde ya, en torno de este C()Jl('('pln HI'I IIWi Ilas discusion~s más profundas en cuanto a su posibilidad y 1111111'11I 111I1d! 1asu sentido. Pero sobre esta cuestión cabrá ocuparse m;h, ncl('111J111',I 111I11i"se plantee la problemática del status epísternológtco de laH d( '1)('1.11.'11111.1"Y el tema de la comprensión.

\ En síntesis, el conocimiento científico, scgú n 1(1VIHI()J1111/IH 1Hit 11d 11111t' i 1la actualidad se tiene de él, posee las sigult'nll'H ('III1I('II'I'HI 1<'11

!'I 111110'1,il'II1('f1del método en ciencias naturales y sociales

IIIIHIiIJI\('nLación (coherencia lógica y contrastación empírica);1.lllIlIlIlcldad;

, q 1111Idlle! explicativa y predictiva (mediante leyes) de la realidad:1 1111111'1crítico:1I1i1111'1011de objetividad.

1IJI!lldo ya de qué hablamos cuando nos referimos a la cícncín y Id111111IIIIt'IIIo científico es posible, entonces, abordar una clasíñcac+ou dI

" ítl! 111111'1'comúnmente aceptada.

1.2. Clasificación de las ciencias

I!!IIIII d('ln precedente caracterización general, queda claro qur HI 1>1111,,!!11111111"d('ncia" puede aludir, en un sentido genérico, al conocuutr-nln

i111111 ¡tI 11'11determinada considera sólido y fundamentado (y aHi podl 111Illi!!f'l dI' (')('Ilcia antigua o medieval, por ejemplo). en un scnt k h: 11111j¡lt!1I 1"111' roncepto menta una idea de conocimiento cspcr-rlu-n 111

1 11 , 1I 1" modcrnídad a la luz de los requisitos metodológtcos .11111II!II loIlIli Y I'H precisamente como consecuencia de su vertiginoHo d1'H111111di ,di' 10/" Hi¡:{los XV! Y XVII que el conocimiento científico comlr-uzu tI¡¡I(itl il Y uuutftcarse en una serie de disciplinas. Así, si en \111IlIllIlI 1

IjJi'1I11I1111'1'1I'iHlco-matemático el modelo por excelencia, ya hucln 1111111I1II ~VIII 111qlllllJl<:a y la biología lograban su propio espacio ci<'lIllIh'II, lidIIí !tllt tll 1I11111inadasciencias sociales. Por ello, actualmcnu-, Hltllll 111

1111'111/1tllIl'J"('l1clas y rasgos comunes, suelen agruparse y (')11111111'111/11It 11111111,uhvlurncnte, siguiendo ciertos criterios convenctonnk-u,1I IlIdll 111Ir/llfl de clasificar las ciencias se acostumbra fl 101111111'1111111lu l : 1 II/llm crttcríos: el objeto de estudio, los métodos, /(1 1'1/1'01'ti,,(0/11 11 d ttno de verdad.

1 11IId,1I di' O/l/do de estudio, nos referimos al sector o nlllllllo 1111111lillol, 111111111<111(lOA seres vivos para la biología, o el mOVIIIlI('1I111 111'!tI

liI!Ií' 111,,111'(1pura In astronomía, por dar sólo algunos (:lI'lIlploll)!-lill 111.III/Ir/" ~l(' u-lnctonan con los distintos proccdtmk-ntos, 1111111111111'11

i-Il',ilj d, 1IIJIIWllllklllo13 como para su justtflcacíón y 1)(I('HI:l11 (1111111.1i i ;;/'"¡d, 1'/llIl/d(ulos alude a la dtfcrcnr-ía ('11I re propoaíclrn u '/1111"¡J11J¡11111111111,\'1dI' dI '( '11',IICJllt'lIflH V(\('ÍfIH de con 1('11Ido, Y 1>1ni ('jj ('11ti. 11/\. d 111• 1.1

1\'1)1'1'1'11dI' IItHIll1 Illodo H HIIC'('HOH() 1)j'()('(~HOHriH'II('w~,11111.111111111,111'('1/'11dl'l ('111('110J'('I('1ldo al I/¡}()(l(' PITe/IUI IIIVIIIIII'llIdll 1'11

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Rubén H. Pardo

Explicados los criterios, puede decirse ahora que las ciencias se dividennformales y Jácti.cas.

Las cienctas formales son la matemática y la lógica, pues su objeto deestudio se caracteriza porque sólo tiene existencia ideal, no existe en larealidad espacio-temporal: tanto los signos del lenguaje matemático comolos del lógico no refieren a una realidad extralingüística, sino que sonformales, vacíos de contenido. Cabe aclarar que estos objetos o signosformales pueden ser "interpretados" estableciendo correspondencias conlos hechos y, entonces, ser aplicados a la realidad empírica.

Obviamente, los enunciados de este tipo de ciencias serán analiticos dadoque básicamente, constituyen relaciones entre signos vacíos de contenidoempírico. El método será la demostración lógica: deducir un enunciado deotros por inferencias lógicas (un ejemplo claro estaria dado por la demostra-ción de un teorema, en el cual las verdades matemáticas se compruebanmediante un encadenamiento deductivo). Y, finalmente, la verdad de lasciencias formales ha de ser necesaria y formal (fruto de la coherencia delenunciado dado con el sistema de ideas admitido previamente: no contradic-ción con las otras proposiciones e inferibilidad a partir de ellas).

Por otro lado, están las ciencias Jácti.cas, aquellas que, como la física yla química, por ejemplo, informan acerca de la realidad extralingüística, valedecir, tienen como objeto de estudio entes materiales (hechos, procesos) yse refieren, por tanto, a la realidad empírica. Sus enunciados, al apuntar aesos hechos, son proposiciones sintéticas, denotativas y, por lo tanto, sumétodo no podrá ser otro que el de la contrastación empírica (medianteobservación y experimentación) para constatar si estos enunciados son

. verdaderos o falsos; de ellos resulta, entonces, siempre una verdad contin-gente y fáctica (o dicho de otro modo: ineludiblemente provisoria, comoluego se verá).

Dentro de las ciencias fácticas suele trazarse una división entre dos tiposde ciencias: las naturales y las sociales. Tal distinción pretende fundarse endiferencias en cuanto al objeto de estudio (la naturaleza o el hombre,respectivamente) y, sobre todo, acerca del tipo de conocimiento involucradoen ellas. Respecto de esto último, hay quienes descalifican la cientificidadde las ciencias sociales al argumentar que ellas nunca pueden alcanzarmetodológícamente la "objetividad" de las naturales, dando por sentado,desde ya, que la "cientificidad" de un conocimiento queda acotada a Iposible y rigurosa aplicación del método de las ciencias naturales, yreduciendo, de modo hiperpositivista, verdad y racionalidad a método. 1Sinembargo, si bien es la ocasión de dejar constancia del peligroso error queconstituye tal reduccionismo, la problemática acerca de los aspectosepístemológícos y metodológícos de las ciencias sociales, y su relación con

1. Ésta es la posición que luego se verá como visión naturallsta o ('xplkllllvIHIIIde las ciencias sociales; cn contrapostcíón fila visión hernwn('III1('11 (l ('OIlIPI'l'IIHlvlnlll

111Jll"oblemática del método en ciencias naturales y sociales '\

II'Hnaturales quedará en suspenso para ser tratada en el último apm I"dl)de' ('Hte capítulo ("Algunos aspectos de la problemática del método ('111"1 k-uctas socíales").?

e '1I':NCli\S FORMALES

111/1'10:~/¡"t(()do:

/,'" 1111ciados:1',-ulad:1L'I,",IPlos:

1 'II'N( 'IMI FÁC11CAS

, 11,/1'10:~/,.¡ od o:/'"I"I('/ados:\ '", ¡/(u/:

"" "II¡I/OS:

entes formales, signos vacíos, carente s de contenidodemostración lógica.analíticos o tautológícos.necesaria y formal, coherencia lógica.lógica y matemáticas.

m pu It '11

entes empíricos (hechos, procesos),contrastación empírica (observación y expertrncntartóul.sintéticos o denotativos.contingente y fáctíca (siempre provisoria y contrast H( h1('1111)ricamente).ciencias naturales y sociales.

1./\ I':STRUCTURA DE LAS TEORÍAS CIENTÍFICAS: EL PROBLEMA mcr, MI';I(!l1t 1

EN LAVALIDACION DE HIPÓTESIS

1.111'('\('l1cias fáctícas, tanto las naturales como las socíalcs. pl('I('11I1t 11, plll'lIl Y r-omprender acontecimientos que tienen lugar en In ('xI)!" It 111111111111111111(10empírico, y sus enunciados, por tanto, requieren nl¡(o 11111/'111"11101111('11('\0lógica, si es que aspiran a ser aceptados. Ya se it¡¡ ¡lId 111111111.11111'11'11111111HIIno es suficiente para sostener una verdad fáctlcn () 111111('11111111IIIIIHIIII¡\111\)110particular; si bien interviene en todo corioch 111<'111()dI 111I1I1111111nh-nnzn para fundamentar una hipótesis referida a la ('XIU'I11'111111.11111'" 1111IIH~que formulan las ciencias fácUcas. Éstas sólo H('1'lI1I¡I('('plld ,11'11 ',1,111.1111111d(' poseer coherencia lógtca, están convcntcntcnu'utv HIIIIII IIllId"

'" 111111IHIH(~empírica, Ahora bien, dado que, como yo HI' 11111>-plll".!"í 1111/11111\('111(', la ciencia aspira a ser un saber clÍ 11('0, ('H lIt '('I'W11111I"I( 1'11111'"1111~U' ¡l1'()chl('(' lal .Il1slllk:wlón; dicho de otro IIIOdo, In pll 1:11111111111 1\1111111('1H('1Í1I¿Y(¡1lI0 He 1I(~ga u la (OIIIIIt!¡I('IÚII y n In 11111111I('11(11111.1\

, 1\111111111'1'111'11111111'1111111111'111111111'1/1111111'1111tI(, 1"111'11'1111111111'.11'111""1111111',,,,1,I1I'1\111111'11'"1111( I \¡ '1111,1('111,tu 1/"I''¡ I 1/1/" /1 "./(" 1d" /, I /,'/11It I ','11/11/1//11¡(, 11, ,1 M,'" 1,"

l. 1 11111;\,11'1111di 1"1,.0111111

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Rubén H. Pardo

1111.ótcsts? Éste es el problema de los métodos de validación. En lo que sigueH(' verán al respecto tres posturas: el inductivismo, el hipotético-deductivis-1\10 y el falsacionismo.

2.1. La relación entre datos e hipótesis¿induci"ivismn o hipotético-deductivismo?

2.1.1. EL INDUCTlVISMO

¿Cómo se llega a hipótesis adecuadas? ¿Cómo debe desarrollarse metodo-lógicamente una investigación cabalmente científica? Una primera respuestahistórica al respecto estuvo constituida por el ínductívísmo. Según él, de loque se trata, tal como queda indicado en su nombre, es de que las hipótesisse infieran de datos recogidos previamente, por medio de una inferenciaInductíva. La inducción, como ya se sabe, es urftipo de razonamíento que,líferencía de la deducción, nos lleva de premísas sobre casos particulares u

una conclusión cuyo carácter es unaJey o principio general, Vale decir que,según los inductivistas, sólo se llegará a la formulación de hipótesis cíentífícarpartiendo exclusivamente de "hechos", La observación ha de ser el punto <1<'partida de la ciencia y la base segura del conocimiento, tal como reza elprecepto empirista que sustenta fílosófícamente tal metodología. Por lo tanto,I núcleo de este método está constituido por la afirmación de una príorídar I

los datos observacionales respecto de las hipótesis. y a ellas debcrinllegarse a partir de un acopio de aquéllos, más una aplicación, casi mecánk-u,de una generalización inductiva.

Así, la primera tarea del investigador ha de ser registrar todos los hecho-referentes a su objeto de estudio. Luego, mediante análisis y comparacíóu.podrá clasificarlos para, entonces sí -inductivamente- poder arribar 11una hipótesis general. Y esta última, claro está, deberá ser, fínalmcnlr-,sometida a contrastación. En síntesis, los pasos serían:

1, observación y registro de todos los hechos referentes al objeto de estudtu,2, análisis y clasificación de los mismos;3, formulación de hipótesis a partir de una generalización ínductíva:4, contrastación.

Nótese bien, pues esto es lo decisivo, que según este modo de cxpltcru I11metodología científica las hipótesis aparecerían recién en el tercer PIII;() (11'1proceso y serían subsidiarias, a todas luces, y en forma abaolutn , clt, 111recolección de datos particulares, dado que su Iormulnc-lón Hlglllll('1I rlpasaíc cte C8e conjunto Iorrnarlo por \111 nÚ/1WI'O 11111110110dI' ('IIH<HI(l.plOposl('io 11<'s pOI II('111:"('14)11 111111Pl'0l Hll4l('1<)1111111V( '1'14111.I\HI, 11110111H ( 1111',111111111'11('111111('111111nW,()Il,lIIIl('llln tll'l irl In HI/'.IIIt'lllt':

,1 ,¡"IIIi11lt'll del método en ciencias naturales y sociales 75

} Enunciados ooseniacionales111\11IJ

11(11\ ('H B } Enunciado general (hipótesis)

l •.! 111(1111('l4ls incluye, entonces, todos los casos observados y afirma quei'lllli I h-nómeno del tipo A posee la propiedad E, estableciendo, por

1"I pllncipio general a partir de los hechos particulares observados,¡, 1IIII'IIlo de explicación inductivista del proceso de formulación de

11'1111('jI'lItíficas puede ser sintetizado en los siguientes puntos o tesis:

I i '11111() de partida de la ciencia es la observación;I,,¡ lill'0ll:His se obtienen inductivamente a partir de los hechos o datos"" Iv.u+onales recogidos;i "lIl1l1dones básicas para el aumento de probabilidad de la inducción,ti

11 (It'be observar un número suficientemente amplio de casos;.111Mrundícíones de la observación deben ser variadas;1I1111',llnenunciado observacional debe contradecir la conclusión.

íit 11111IIII'gO, estas condiciones básicas, si bien son necesarias para¡¡Irlt' 1,1grado de probabilidad de la verdad de la conclusión, no

"1111"11HItIlcíente respaldo lógico para ésta: dado que en este tipo deI I\olt 1110la conclusión siempre agrega información respecto de las

11 11, uuuquc ellas sean verdaderas, siempre existe la posibilidad deIn I 1I1l1'IlIHI6nsea falsa, Dicho de otro modo, la inferencia inductiva

1 ,11111H .ccsaria, forzosa, sino sólo más o menos probable, Y esta1111"1I/)J.,rtea,justamente, es un buen punto de partida para realizardlllll'llJll crítica de las afirmaciones del ínductívísmo.

, 1I111I'MI1\1.INDUCTlVISMO

"IIIIII'V;IIII:lr el inductivismo? ¿Qué grado de aceptabilidad tienen sus111IIIII¡jO ni problema de la fundamentación de las hipótesiscientifi-,1' ItllI'llll adecuadamente el procedimiento en virtud del cual se

I! !¡Ilit 111111Inv('¡.¡tigación en ciencia?111'11I111\lnductívisrno. al menos en esta versión esquematizada y'1111'HI' ¡¡('¡¡1m c\e presentar, suelen ser variadas. PodríamosI 11tllIH ¡',ll1l)OH: IWi refcrtdas a la legitimidad del procedimiento

i1111'1l. uul H(' Illn"I'('1I InHr-onr-lustoncs desde los datos observaciona-í! U1Ih 11111,.YIi11"1"011('('11I1('lit ('H r1la prtorklnd d,~ el4t()H ú 11ImOHrcspcct ()111111111"111(,IHlI IIItIl

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¡¡ Rubén H. Pardu

1111

El primer tipo de crítica ya la hemos rozado, al menos en par u-,Lógicamente, está claro que el pasaje de proposiciones singulares a 1IJ1I1proposición universal no garantiza que la verdad de las premisa s 1'11'conserve en la conclusión o, lo que es lo mismo, la inferencia índuct IVIInunca es necesaria, pues en la medida en que la conclusión agn'I',1Iinformación respecto de las premisas, éstas nunca serán fundamcntusuficiente para garantizar la transferencia de la verdad.

Además, esto tampoco queda solucionado por la observancia de 111condiciones que los inductivistas enuncian para aumentar la probabtltdudde la inferencia, dado que ellas son de por sí bastante ambiguas. ¿CU(II Hieluna cantidad de enunciados observacionales es suficientemente arnpltu?¿Cuáles de las condiciones en las que se efectúa la observación deben 1111variadas? Desde el punto de vista de la lógica, la inducción nunca «(1 H'!I11validada, aun cuando pueda argumentarse en favor de ella arguyendo I 1aval de la experiencia.

Pero hay todavía una objeción más. Una que es aun más contunck-r 11l' Iimportante que la anterior, teniendo en cuenta las implicancias COII('I 1111mente metodológícas: aquella que critica la pretendida príorídacl dI' 111datos y de la observación como punto de partida de toda invcsli/',fll 11111realmente científica. El inductivista, sabemos, sostiene que ellos ('0111111111yen la única base segura para el conocimiento y la ciencia, y 1'1'1111Iobjetable, entre otras razones, por dos motivos fundamentales.

En primer término, porque una pura recolección de datos 1'1111111101hipótesis previa sería lisa y llanamente impracticable, ¿Qué hccl uur, 11111.una investigación cualquiera, debería, como científico, observar": (,ell' 1(11'datos tomar nota? Si, por- ejemplo, un investigador tiene que ;11111111111ti

estudio de las causas que contribuyeron al crecimiento de la dcso; '1111,111(" 1en un lugar y tiempo determinados (pensemos, por caso, cn 11\11'/111111'111desde el 94 hasta la fecha) con vistas a elaborar luego estraleglw1 pllli! I!IIsolución: ¿cuáles serían los datos a recoger?; ¿cómo iniciar la 1I1VI'/IIII\11I "111sin antes trazar una línea que permita distinguir lo relcviu 11l' di ¡,irrelevante? Porque, seguramente, cabría pensar que un dato \¡IIIHII 1111111'1ser tenido en cuenta podría ser el grado de reconvcrsíón it'111I ¡('II'.II "acaecida en ese período o el impacto de una excesiva apcrt tini 1111pl 11I Jtt 1111"Pero, ¿por qué no, por ejemplo, el aumento del régimen de lluvtun n d lIi'1t,11111de los últimos campeones del torneo de fútbol local? La rCHIH 1('/11,11'ti 111,\'11\no tiene sentido ningún relevamiento de datos obscrvuctor udl'/I /1111IHUIhipótesis que guíe la búsqueda,

Para ese investigador del ejemplo anterior será r('(ev'IIII (' 10111111111)111ti, 1desarrollo tecnológico o del aumento de las írnport !l('IOJl('H y 1111ell 111I;ul 1iidatos, porque ya desde el vamos en su invcsligu('lúlI ('1-111111)11'1111It (¡I ,,¡Ihipótesis (en esos casos la del ímpacto del nVHIIC(' I (wJ\olol',I!'II 1'11111111111111(1obra productiva, o la de-l pcrjuk-to inclllHlllnl d(' 11111IIIltldll IIIIII.'!IIIIIlupr-rltbcrnl]. Por tnnto. IO/-l III'('hoH, () d:tlnH 1'111)111II'ml, 1111111111'111101111

I ' ,111,1111\11('"del método en ciencias naturales y sociales

j¡11i 111'111110relevantes o no en referencia a una hipótesis previa qur glllfl1'111vnrlón. Así, la máxima inductivista según la cual la obtcncíou tll

11\1., 1III/1C'Ivnctonales debe realizarse sin intervención de hípótcsls nlgl1l1d, 1\'11'11('r-on Ia práctica científica concreta, En todo caso descríbn 111111111

hit h IIII/(H\ Ideal, pero impracticable desde el punto de vista de 1<1fllllt lidIn 1 1ll1ll1fllidad humana. No hay reglas mediante cuya aplk-uvíuu¡¡HIII podamos pasar desde "hechos puros" a principios gcncrntt-s.

1:1 ~11:Cllld() motivo, en virtud del cual también puede ob.l<,I;III1I' 111IlIi Hltl" di' los datos respecto de las hipótesis, pregonada por el ¡lIdlll 11

1 u-lucíona con la pretendida "pureza" y "neutralidad" dI' In1VII 11111,No hay percepciones puras sin teorías; no hay hCC(¡OH )111111

1III'II"I'IIIC'ioncs previas." Vale decir, toda observación C8UI 1'111'1111"1111 11111111111por una serie de factores, sean éstos históricos, Itngi'II/lIIIII/'I,

¡!1I1 III'M. Aquí, nuevamente nos enfrentamos con el tema de 1:1 "01'11'11\11l' , II11I '.C,('on la problemática acerca de la posibilidad de 1rtlH('('11C1J1 1'111'[,"1, 111'hlstorlcídad y finitud de nuestra subjetividad,

II[iI 11111'11,111{u, allá del grado de objetivismo o subjetívísmn 01 C'1I1¡J 111111¡!irHI 111 i u in discusión epístemológíca puntillosa, en cst •• )lllIli II! IIIIU" 1111111101'1interesa señalar que la observación riuricu )I\lI'tll /'111

lilllllll )1111'1I,síno que siempre de algún modo está condic'1olllld11 y, 1"11HI, 1 IIIII!I'II puede ser el punto de partida de la ínveettgnctóu dl'lIt ¡II"II

ti 1'11110,stcmpre hablamos, pensamos, y también O(¡III'IV"11I1IIr, I lilglIll Illgar (dejando, por ahora, sin precisar, el /-l('lIlldll 111 1'/'111I1 (¡II\III")

Ii 11'111111111',11,11pesar de todas estas críticas, pertinentes y 1IIIIy ,d J¡ IIldlll. 11,1 11111" 11'<1('dejar de señalarse el valor que la índur-cku 1111'111'1'11,-·t

11di 111IlIvI'Hlignción científica. Si bien ella no garant tm 1•• Iltl 1'!lltlll"" 111,'11111111\:1r-onclusíón verdadera a partir dc prcmtsuu VI'Il hüll'I"ltl,

!I ti It 111111111'11101'1confiar en la seguridad de la verdad <1('11111IlIl' 1111'111I! 11'"1111'1 (1111'1cuales, como qucdó dicho, siempre ('1'111111IJII.II'lrní 11i)il 111111IItW~ (('()liros previos). la inducción el'! de grllll cllllldllll 1 I1

I~I 11;111"1111,1'11I111)quizá en la vida coudíana. no p0(\11I1 dlll/It' 111'/'1111111111111"1'"/'111)H 'HI!'IOII('S y gencra!i7.ucioncs tnductívns. I,¡11'1111lit 11-:1111"111111111"tll' IlIdll contrastactón (como luego Re cxpllr-nru] 11111I '11C1

!1'"yIIlIlIlH ('1\ dI" pura admlttr tina t('orín ('01111)VI'IIII"IIIIII I '111111JllOvtHlollnIJlll'lIt(~ (como eH obvio, n plllllc c1I'1 1l'/lIdllltlll

,d. 1111111/'1111/1('IIHO/'! el(- In 1>tI(~Hln n prucbn]. 1':1\ Hitll!'HltI, ,Itlllll"lII)IIIJII 11(111'\IIH 1'()HIlHH('I~ldl'úJl ('OJllPOI tÚllelOHI' c11'lllilIHIIIlIIIIHI"

111\1'1111tI 111\11I1I1l/11I1111~11l\:l1(1I1,IJlllllló¡(it'lI e1('CjIlI'IIHt/WII, tll'IlI 11111

111'111111,.,. dI I 1'111'111'11'1Ii,11'11'11'11¡(lvlI dl'II'IIIIIII'" 1111,,,111111111,1111111111111111111111,111111111.t 1III1I1Ipllll,llvl~1111di 101'1111'1111111141111111111'11C:1'.11111111111'11'"1 11111

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8 Rubén H. Pardo

creer que existe cierta regularidad en la naturaleza. y en la necesidad dedicha creencia -sin la cual no habría "experiencia" alguna- estriba laeficacia y la ineludibilidad de los razonamientos inductivos.

2.2. El hipotético-deductivismo

Ha quedado bien establecida. después de nuestro paso por el inductivis-mo, la imposibilidad de iniciar una investigación cientifica sin una solucióntentativa que guíe toda recolección de datos. La idea de buscar la verdadateniéndose a los "hechos puros". a partir de cuya observación y registro-mecánicamente- podrían formularse enunciados generales es errónea eimpracticable. Así. los hipotético-deductivistas erigen su interpretación delmétodo sobre la base de estas dos grandes fallas de los inductivistas: laprioridad de la observación como única base del conocimiento y la fundamen-tación de la práctica cientifica en una forma de razonamiento inválida.

Para quienes defienden este método. la ciencia no parte de observacio-nes. sino de problemas. ante los cuales los cientificos proponen hipótesiscomo intentos de solución. Y estas hipótesis -además- no se obtendrán.como pretendían los inductivistas. mediante generalización de datos. sinoque serán el resultado de la formación y de la capacidad creativa delinvestigador. Aunque. obviamente. luego estas soluciones tentativas ha-brán de ser puestas a prueba mediante contrastación empírica para poderser aceptadas.

Por lo tanto. los pasos que han de desarrollarse metodológícamente enuna investigación científica serán los siguientes:

l. Planteamiento del problema. La observación no es el punto de partida delas teorías. sino que se parte de problemas. sean teóricos o prácticos. Unproblema surge cuando los conocimientos que poseemos no alcanzanpara explicar determinado hecho. vale decir. cuando tiene lugar unadificultad que desafia a nuestra razón a encontrar nuevas soluciones. Yes justamente esta dificultad o problema el que guía la búsqueda deregularidades. En síntesis. el científico es -básicamente- un proble-matízador, y nuestra racionalidad está estructurada -primariamente-según la forma de un diálogo pregunta-respuesta.

Ahora bien. como es obvio. no todo problema será un problemacientífico: para adquirir el status de tal habrá de ser planteado sobre untrasfondo cientí!u:o y ser estudiado con medios científicos. Después.podrá diferenciarse. atendiendo a cuál sea su objetívo primario. teóricoo práctico. si se está ante un problema propiamente científico (es decir.de investigación básica) o ante uno de ciencia aplicada o tecnología.

2. Fonnulación de las hipótesis. Frente a un problema el cicru iflco I)UH(·t\una solución posible que guíe y Oliente el desarrollo de la h IV(',"l1II!Hdúll.

La problemática del método en ciencias naturales y sociales

Esa solución tentativa o conjetura es la hipótesis. Una hipoll'nl",entonces. es un enunciado que se propone como base para expllrtu 1)(11qué o cómo se produce un fenómeno. En torno de ella se despllcgnn dllproblemas para la ciencia: ¿cómo se justifica una hipótesis? y ¿,('()111t1 PlIllega -científicamente- a formular una hipótesis? El prtnu-i n '11'abordará cuando sea el momento de tratar el tema de la contras! IIdl 111

Respecto del segundo. puede decirse que no hay reglas ni rnót oclnn 111cuya aplicación mecánica puedan derivarse hipótesis. Ya se aclaró q \11'h1hipótesis no se derivan de los hechos observados sino que se crcun 11111iIdar cuenta de ellos. Si en el apartado anterior se hizo referencia al vnlt n 111la inducción para la ciencia (a la hora de sostener la aeepllllJllldlldcontingente de una teoría). es aquí -en la decisiva etapa de la Cn'(\('tclll e11hipótesis- donde se realza la función de otro tipo de razonamtculn 111analogía. En ella. se trata de inferir algo desconocido a partir de lo ('011111'11111,por comparación. Así. no hay método fijo a seguir para la clabonu:f 11\ dIhipótesis: en todo caso. se requiere de una gran cantidad y (':lIltll,d di

onocimientos previos en la materia y de talento creativo que pc-ruuln "VIIlas similitudes y las analogías entre lo sabido y lo desconocido.

:1. Deducción de las consecuenciasobseroacionales. Una vez Ionuutndu uuuhipótesis. habrá que contrastarla empíricamente para sorncu'i 111"1111111su valor. puesto que a priori todas tienen el mismo grado ck- ('llIlll'IllIilIidad. Sin embargo. al ser las hipótesis enunciados univnmill'H V 1111observacionales. el primer paso de la contrastación será ('( tlt'l!!11 It 111consecuencias de la misma: ¿qué sucedería de ser verdackrn 111111)11111His? Así. a ese enunciado verificable inferido deducl lvuu 11'1111di I11hlpótests se lo denomina "consecuencia observacíonal". y 1'1\111,Id fli'lc-ontrastada con la experiencia. confirmará o refutará lo hlp(III'HlfI, Idr-omprobarse la verdad o falsedad del enunciado obscrvac+om il,

En el ejemplo de la sección anterior. si alguien sustcntnru lu hlplIll ~IdI: que la causa de la desocupación radica en la rigidcz ck- lo Iq~II;1I1111111luboral, para someterIa a prueba deberá inferir primero uno ('OIIlU'11I111da implicada lógicamente en ella. Podría seria sígutcntc: HIIII 111111111'111nHverdadera. entonces si flexibilizamos las leyes del Irn\)n.l0, 111c1I'~1I1"podón descenderá. Luego. si (como de hecho está OCI.IIrklldo) I'MIII1111uccdc, quedará refutada la hipótesis.

(:orilraslación empírica.. Como qucdó dtcho anterlOIIlIl'I\It', 111111Vlnhí cnídae las consecuencias obscrvactonalcs, se pro('I:(\\,1'1'I 11 ('0",.,1" 1111

1('\IIIHHe verifican o no en la realidad. SI aaí HlIC('d('11I (¡lp(III'~IIH111111111Ido conñrmada (provIHorIHlI1cnll'): de He\" Ilq.(nllvo d 1('11\111111111,IU

lI'I()IIII\IIIII"f\ o (111'0('10111('111('He n\)¡\Il(lol1t1n'\ 111hlp()\('~¡IH (111\ 11111'11111(.1111-11\\11('H(' volvt-rú HO!>I'('InH P¡II 1I<'\Iltlllclll(\('H dI' ('1'111'11'11I11),

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80 Rubén H. Pardo

tomarla comoley.Vale decir, una leyno sería otra cosa que una hipótesisconfirmada que capta una regularidad u orden objetivo en la realidad.Además puede darse el caso de que dicha ley se inserte en un conjuntode leyes relacionadas deductivamente. Estaríamos, entonces, ante unateoría. Este concepto alude a un entramado relacional en el cual sedestacan leyes de más alto nivel teórico (queoperan al modo de premisaso axiomas) respecto de otras que son sus consecuencias (algoasí comoteoremas deducidos de las primeras). Por lo tanto, una teoría será unconjunto de leyes interrelacionadas deductivamente, en la medida enque están basadas en los mismos supuestos fundamentales.

Es posible, ahora --del mismo modo en que antes se hizo con elínductívísmo->, sintetizar las tesis principales de este método:

l. la investigación cientifica parte de problemas, no de hechos;2. las hipótesis creadas (y no inferidas mecánicamente por el investigador)

guían todo el desarrollo de la práctica científica, al formular una primerasolución tentativa al problema en cuestión;

3. la deducción de las consecuencias observacionales implicadas lógica-mente en la hipótesis permitirá su contrastación, con vistas a suconfirmación o refutación.

Sin embargo, si bien el hípotétíco-deductívísrno da cuenta, de modo másadecuado, del problema de la relación entre datos e hipótesis y de la maneraen que éstas son creadas, no sucede lo mismo con lo concerniente a lajustificación ovalidación de aquéllas. ¿Qué valor posee la fundamentaciónde hipótesis científicas corroboradas en sus consecuencias observacíona-les?

Esta temática, la relacionada con las dificultades en derredor de lacuestión de la justificación del conocimiento científico, está íntimamentevinculada con una variante correctiva del método hipotético-deductivo: elfalsacionismo, cuyo principal representante ha sido Karl Popper.

2.3. El problema de la contrastación y el falsacionismo

2.3.1. LA ASIMETIÚA DE LA CONTRASTACIÓN

La pretensión del hípotétíco-deductívísmo, se ha dicho, es partir dehipótesis para luego, utilizando formas correctas de razonamiento, validar-las. Pero cabe repreguntar: ¿realmente se cumple esta aspiración? Larespuesta a este interrogante exige el análisis de la forma lógica en la quese encuadra la contrastación de hipótesis.

Ya se explicóque la contrastación de una hipótesis se realiza él trnv('Hde

La problemática del método en ciencias naturales y sociales 81

los enunciados verificables implicados lógicamente en ella, o sea, a partir desus consecuencias observacionales. Luego, si la consecuencia observacio-nal resulta falsa, la hipótesis quedará refutada, mientras que si aquéllaresultara verdadera, ésta, obviamente, sería confirmada.

Comencemos con el análisis de la forma lógica del caso de una refuta-cíón, Cuando refutamos una hipótesis, dado que sus consecuenciasobservacíonales no se dan en la realidad, empleamos el siguiente modo derazonamiento:

Si P entonces qnoq

nop

Donde "p" sería la hipótesis y "q"la consecuencia observacional:

Si la hipótesis es verdadera, entonces se dará tal consecuencia observa-cional (primera premisa)Nose da el caso de tal consecuencia observacional (segunda premisa)

La hipótesis no es verdadera (conclusión)

En el caso de la refutación, estamos ante una forma lógica válida demzcnamtento, es decir, la inferencia de la conclusión a partir de lasI)remisas es necesaria. La forma lógica aquí en cuestión se 'conoce comorllodus tolLens y, al ser válida, implica que nunca podremos encontrar un('111'10 de ese tipo en el cual pueda darse la combinación de premisasvi-rdaderas y conclusión falsa, Dicho de otro modo, una forma válida dernzonamíento implica que la verdad de las premisas es garantía de que la1'01 iclusíón necesariamente también lo será. Por lo tanto, en el caso que nos(H'1I pa, si la hipótesis (p)permite deducir ciertas consecuencias observacío-unlcs (q)y éstas no se constatan en la experiencia (no q), es lícito concluirqlll' la hipótesis es falsa (nop).

Pero¿qué sucede cuando a través de una contrastación las implicanciasnIlH('I"Vacionalesconfirman la hipótesis? ¿También estaremos ante unatuuna válida de razonamiento y. por tanto, podremos estar seguros de lav-retad de la hipótesis? Aquí nuevamente hay que recurrir al análísts de laIIH111<\ lógica,En el caso de un resultado positivo de la puesta a prueba. tal[m mtt es la siguiente:

.-)1 P entonces qti

p

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H' Rubén H. Pardo

Donde, como en el caso anterior, "p" sigue siendo la hipótesis y "q" laconsecuencia observacional:

Si la hipótesis es verdadera, entonces se dará tal consecuencia observa-cional (primera premisa)Se da tal consecuencia observacional (segunda premisa)

La hipótesis es verdadera (conclusión)

Como puede advertirse, la confirmación de la hipótesis, cuando lasimplicancias observacionales se constatan efectivamente, da lugar a unaforma lógica ligeramente diferente al caso anterior (el de la refutación).Ahora ya no se está ante una forma válida de razonamiento, sino frente auna falacia conocida como "falacia de la afirmación del consecuente".Como éste es un caso de razonamiento inválido, en él la verdad de laspremisas no garantiza la verdad de la conclusión; vale decir, puede darseel caso (de hecho esta forma lógica lo alberga) de que, teniendo premisasverdaderas, la conclusión sea falsa. Por lo tanto, la veríficacíón de lasconsecuencias observacionales implicadas en las hipótesis no es funda-mento suficiente para sostener su verdad. Tal inferencia no es lógicamentenecesaria.

Esta diferencia entre la seguridad (basada en necesidad lógica) de larefutación y la provisoriedad o contingencia de la confirmación es lo quese denomina "asimetría de la contrastación"; y, a partir de la observanciade las consecuencias de tal desfase, Popper formula la corrección falsacio-nista del método hipotético-deductivo.

2.3.2. LA CORRECCIÓN FALSACIONISTA

¿Qué dice el falsacionismo? En principio, no debe olvidarse que estaposición metodológíca sigue siendo deductivista aunque, yen esto estribasu especificidad, ante los inconvenientes recién referidos intenta formularuna variación metcdológíca que permita sortearlos.

El hipotético-deductivismo pretende que una hipótesis queda confir-mada cuando los enunciados deducidos de ella (las consecuencias obser-vacionales) son verificados empíricamente. Así, se presume la verdad dela hipótesis. Sin embargo, como se ha visto, el procedimiento deductivopropuesto no permite concluir la verdad de la hipótesis, puesto que lacorroboración empírica positiva de las consecuencias observacionales noes garantia suficiente para asegurar su verdad. Sin embargo, señala elfalsacionismo, si bien es cierto que no puede verificarse una hipótesis pormedio de la comprobación de los enunciados verificables implicados enella, esto es, si bien nunca podemos estar Iógícamcntc seguros (le 1~1confirmación empírica de una hípótcsís, en cambio ¡;¡í oodcmos ('Htndo

La problemática del método en ciencias naturales y sociales 83

cuando ésta resulta refutada. Por lo tanto, las hipótesis y teorías cíentí-Iícas son válidas en tanto y en cuanto no logren ser refutadas, aunque talvalidez es sólo provisoria, pues aquéllas pueden ser refutadas en algúnmomento. Y, entonces, esta desproporción lógica entre los posiblesresultados de la contrastación lleva a Popper a enfocar la cuestiónrnetodológíca desde la única perspectiva que puede garantizar necesidadlógica: la refutación. Este nuevo hincapié, puesto ahora en la refutación,cambia de algún modo el sentido, según el falsacionismo, de la investiga-ión científica: ya no se tratará de buscar afanosamente la confirmaciónle una hipótesis sino de intentar mostrar su falsedad.

El falsacionismo sostiene que, dado que nunca podemos estar segurosde la verdad sino sólo del error, el único modo de acercarse a aquélla esn través de la falsación de las hipótesis. Así, la metodología falsacionistaHuponeque una hipótesis ha de ser científica si cumple con los requisitosde falsabilidad; en definitiva, una hipótesis será falsable y, por lo tantor-tcntifíca. cuando pueda formularse al menos un enunciado observacio-Iinl que la contradiga. De este modo lo que se le pide al científico es queformule hipótesis que contengan enunciados contingentes (que puedanI"\~/-lultarverdaderos o falsos) y de gran alcance empírico, esto es, arries-¡\lIdos, audaces. De más está aclarar que "falsable" no es lo mismo que"Iutso''. La falsabilidad es requisito de cientificidad; pero la falsedad, en(IIHO de demostrarse, priva a la hipótesis, inmediatamente, de tal propie-IIII(!.

I)opper, al explícitar su metodología falsacionista, en realidad pretende111I11I)iénestablecer un criterio de demarcación claro y preciso entre elCCI1 1ocímíento científicoy el "seudocientífico". Este último estará constitui-do por aquellas teorias que no respetan el criterio de falsabilidad Y se111C'Ht'ntande tal modo que sistemáticamente se sustraen a la posibilidadelc'H(Tfalsadas. Sólo, por lo tanto, se considerarán cientificas aquellasIIIpotesis que, siendo falsables, obviamente aún no han podido ser1 C Iutudas.

~-kestá en condiciones, entonces, de sintetizar las principales tesis dell,dHllC'ionismo:

I'~IIt'onc()rdancia con el hipotético-deductivismo (enúltima instancia no('1'1 más que una variante de este método), el conocimiento parte depcobícrnas y las hipótesis, que guían la búsqueda de una solución, sonI'CI'!lclasy no inferidas ínductíva y mecánicamente a partir de datos.

" 1';1111111Iconlrastación el único caso que garantiza necesidad lógica es laC 1.'1 1 1I1I('\6n.1.01Icl'llvldlldde la Invcstigación científica ha de estar orientada hacia lalI~llltll('\()1\y no 1I(I('in In conñrmacíón a toda costa.1':1C'OlllWl!lllc'lItO('\('Ilt¡l\('o H(' ('u¡'¡IC'tnl:mpor cstnr consttl utdo porIIlplllc'tllHllllHlllllc'fI:

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WI Rubén H. Pardo

5. Las hipótesis que resulten falsadas deben ser abandonadas y lasconfirmadas aceptadas sólo provisionalmente.

6. La ciencia avanza a partir del error, es el único modo de acercarse a laverdad.

2.3.3. UNA EVALUACIÓN CRiTICA DEL FALSACIONISMO

En príncipío, parece que el falsacionismo lograra sortear algunosproblemas metodológícos originados tanto en las visiones inductivistascomo en las hipotético-deductivistas. Y,en parte, así es. Siguiendo a estasúltimas, consigue explicar mejor que las primeras la temática concernientea la creación de hipótesis ya la función orientadora que a ellas compete. Porotro lado, evita con éxito los inconvenientes lógicosque a ambas posicionesse les presentan en tomo de la cuestión de la contrastación y validación dehipótesis. También resulta atinado el rechazo de toda absolutización delsaber, en favor de un realce del carácter esencialmente provisorio delmismo. Sin embargo, esta posición metodológica tampoco escapa a laposibilidad de recibir ciertas criticas muy pertinentes.

El falsacionismo, y éste es su principal problema, no puede eludir laobjeción dirigida al supuesto de la pureza de la observación. Esta visiónpopperiana del conocimiento científico sigue considerándola como la basemás segura y neutral del saber (sele otorga la función de determinar cuálesteorias deben ser consideradas falsas). Aunque, además, tampoco lograsolucionar elproblema de la validación de la posible verdad de las premisas.Y,comose explicóanteriormente, la observación nunca es independiente defactores teóricos que hacen no sólo a la historia interna de la ciencia sinotambién a la historia externa, a saber, los referidos al contexto social,ultural, político, histórico y hasta lingüístico. En última instancia, será la

comunidad científica, enmarcada siempre en estos horizontes de sentido,y nunca mediante observaciones puras, la que decida la aceptabilidad o node una teoría. Sería, a todas luces, una comprensión muy ingenua de lascondiciones en las que se produce y se justifica la ciencia creer que laaceptación de una hipótesis, sea ésta cual fuere, sólose funda en cuestionesreferidas a metodologías y a racionalidad pura y objetiva. La ciencia, entanto discurso productor de "verdades", nunca puede eludir totalmente eljuego de fuerzas de poder que conforman a la sociedad en la que ella seinscribe.

Esta problemática, relacionada con las implicancias epístemoíógícasderivadas de la imposibilidad de una observación absolutamente pura yobjetiva, será reabordada -nuevamente- en elmomento de relacionar, enla última sección del capítulo, el tema metodológíco con la especiñctdad delas ciencias sociales.

La problemática del método en ciencias naturales y sociales 85

3. ALGUNOS ASPECTOS DE LA PROBLEMÁTICA DEL MÉTODO EN LAS CIENCIASSOCIALES: LAS DIFICULTADES DE LA MEDICIÓN Y EL DEBATE SOBRE

EXPLICACIÓN O COMPRENSIÓN

Hasta aquí, el extenso recorrido por las sinuosas sendas de la proble-mática metodológica ha derivado en el señalamiento de unas cuantasdificultades dignas de atención. En primer lugar, se advirtió la carencia-concerniente a todas las posiciones tratadas- de una acabadajustifi-cación en cuanto a la validación de las teorías científicas (no consiguenexplicar suficientemente por qué algunas de ellas son aceptadas comoválidas). Y, en otro orden de cosas, tanto el inductivismo como eldeductivismo se fundan sobre el objetable supuesto teórico de la objetíví-lad y la pureza de la observación.

Ahora es el momento, entonces, de preguntar: ¿es lícito identificar elsaber, el conocimiento en sentido estricto, con lo comprobable y, por tanto,la verdad con la certeza?; ¿puede reducirse, sin más, en favor de unctentífícísmocerrado y estrecho, la verdad al método, y éste a los procedi-mientos lógico-empíricosde las ciencias naturales? Y,si así se hiciera, ¿quépodría decirse, entonces, de las ciencias sociales?; ¿son susceptibles dendaptarse a esos preceptos metodológícos": ¿son propiamente ciencias?

Desde una posición monista que predica la continuidad en el conoci-miento científico, hay quienes -siguiendo el modelo de las cienciasunturales-> reducen las sociales a los parámetros metodológícos de aqué-tíue.Yotros, aferrados a una concepción dualista y que afirma la disconti-11\udad del corpus científico,se atrincheran en la especificidad írreductíble(11' las humanidades, reivindicando para ellas un método y un tipo der-onoctmíentopropios. Es la oposición entre dos formas de entender el.'.mocímíento:comoexplicación,según los unos; comocomprensión, a decird.' los otros.

SI bien, dado los límites de este trabajo, no se podrá dar cuenta de todosIc 1M vcrlcuetos y escondrijos conceptuales implicados en la disputa en tomoclc' l"s ciencias sociales, de todos modos se intentará recorrer, al menos,

t1H\lIlOS de los problemas involucrados en ella. Así, el primer punto aplllllleur será el de la necesaria, pero a la vez conflictiva, aplicación a lasc'lc '1II'Ial-! sociales de una teoría de la medición. Yel segundo tema, con elcual

C' ('.'1 rnrá el articulo, abordará finalmente la cuestión del status epistemo-lo",lc'!) d(' ¡<1Mhumanidades. Allí se revelarán, entonces, los principalesc IIc'I te IH ti<' IIIH postcíoncs antes citadas y se procurará mostrar la necesidadcI,' "()lIlpl¡'l\ll'lItar IHS "banderas" por ellos levantadas: la explicación y la, 11111PIC'II/I\(1I1.

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Rubén H. Pardo

3. l. El problema de la medición:su importancia metodológica y sus dificultades

En Varias ocasiones ya se hizo mención del carácter crítico y de lanecesidad de fundamentación como requisitos de todo saber que sepretenda cientifico. Fue entonces cuando se explicó el significado de lavalidación de cualquier hipótesis o teoria en términos de una dobledimensión: la lógica y la empírica. En virtud de la primera, se requiere decoherencia lógica (nocontradicción) e inferibilidad; mientras que la segundapide demostración, puesta a prueba, contrastación. Así, la ciencia formula,constantemente, proposiciones que deben responder a estas demandas. Porejemplo, enunciados que afirman o niegan diferencias cualitativas, del tipo"en la década del 90 ha aumentado la desocupación" o "la apertura de laeconomia produjo una baja en los índices de precios" deberán sortear parasu fundamentación pruebas lógicas y empíricas. Sin embargo, muy amenudo -y no sólo en ciencia sino también en la vida cotidiana- esnecesario complementar estos enunciados con otros que indiquen de modomás preciso tales diferencias. ¿En qué medida ha aumentado la desocupa-ción o en qué medida la apertura económica dísmínuyó los precios?

En la actualidad -época de vertiginosos desarrollos tecnológicos, dehiperinformación y de racionalización de todos los órdenes de la vida- muypocas investigaciones podrían realizarse sin introducir métodos cuantita-tivos. La medida, la exactitud en la formulación de relaciones entre losfenómenos estudiados, es hoy indispensable. Su necesidad estriba tanto enrazones teóricas como prácticas:

- Las primeras aluden al requerimiento de precisión para evitar erroresproducto de formulaciones apresuradas o infundadas. En muchoscasos, como nuestra realidad diaria lo muestra, toda aseveración sueleir acompañada por algún tipo de medición como "respaldo científico", o,desde otra perspectiva, toda crítica suele acompañarse de un arsenal dedatos cuantitativos. Y, más allá de la posible -o ineludible- manipu-lación de esos datos con fines ideológicos, es indudable que la mediciónconstituye, hoy por hoy, una herramienta imprescindible para enrique-cer el sustento teórico de una teoría.

- Las segundas razones, las prácticas, radican en la necesidad de exacti-tud para poder ejercer un acabado control de los fenómenos estudiados.Si se retornan los ejemplos anteriores, se percibirá la importancia de losmétodos cuantitativos -y de su precisión- para lograr un eficazcontrolpráctico de los cambios en los índices de precios, o en las variaciones enlos porcentaj-s de la desocupación. En todos estos casos, como quedadicho, un adelanto o un retroceso en el examen del descnvolviml('lllopráctico de los temas en cuestión estará Hlr.lc(oen ¡:{nlnparl(' 11 laexactitud de las mediciones cI(~('ll1llclll.'i.

La problemática del método en ciencias naturales y sociales 87

Por lo tanto, motivos de índole práctica y teórica sustentan la importan-cia de la medición para la ciencia actual. Se trate de las ciencias de lanaturaleza o de las sociales, nuestra época -signada por el paradigma dela racionalidad técnica y la eficacia- nos conmina a la precisión y a laxactitud. Y, para lograrías, se requiere de medición.

Sin embargo, si bien es cierto que todo análisis científico que pretendalevarse por sobre el nivel del mero sentido común necesita de medición

rigurosa, no lo es menos el hecho de que ésta, a menudo, presenta algunasdificultades que la hacen objetable. Y aunque esos problemas no sonprivativos de las ciencias sociales sino que también atañen de algún modo

las naturales, es claro que en las primeras se potencian.La objeción más frecuente a las tentativas de lograr mediciones precisas

in ciencias sociales se funda en el argumento de que toda medición es, ennito grado, indirecta. Esto significaque requieren una serie de supuestos noverificados, los cuales podrían sintetizarse así:

l. Toda medición, necesariamente, ha de sustentarse en algunos supues-tos teóricos que le servirán como punto de partida; sin ellos la mismacareceria de sentido. Ahora bien, en ciencias sociales no tiene lugar ungrado de acuerdo o consenso en derredor de las teorías tal como el quese registra en las naturales. Por esto, cualquier medición, a príorí, essusceptible de ser objetada en cuanto a la falta de fundamentación desus supuestos.Es ineludible, también, que toda medición parta de supuestos acerca desus instrumentos. Por ejemplo, los que se vinculan con la constancia delas propiedades de los mismos durante la observación. Y, en esto,nuevamente, resulta mucho más dificil para las ciencias sociales llegara la certeza en cuanto al calibrado de los instrumentos de mediciónsegún un patrón objetivo.

:1. Ftnalmente. toda medición supone una reducción de la "realidad adimensiones determinables, cuantífícables. Yéste, justamente, es un aprtorí naturalista, dado que justifica la adopción de escalas numéricassobre la base del modelo de las ciencias naturales: lo real es aquello quepuede ser calculado, medido y manipulado, según principios de equiva-lencia lógicay matemática. Sin embargo, si consideramos importante elcarácter temporal y Iíngüístíco de la realidad social, ¿qué sucede coneHOS sup,uestos?; ¿es el mundo socio-cultural susceptible de ser com-prendido sólo en virtud de mediciones y cuantificaciones puntilIosas?

1¡;:-;loHtres supuestos de toda medición -los teóricos, los referidos al1'lIllhl'llcloobjcttvo e Invariable de sus instrumentos y los atinentes a lac'lIl1lIIIlkll1>11Icllldde toda rcaltdad, Incluida la social- atañen a las díflcul-IlIdc'/Idc'HII 11P11('11(') (111 111 ('olwC'lJllI('nlo('1(o1l(ílkoen /('1\('1"111.))('1'0 no ('H))('I)rllIclIl/Idc' !I"I', 11111'0\11111IIIIt'/I/U'('xpll('(), (~H('11)¡I/I 1'1('111'111/1WWlldl'/I¡)clIldc'

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1111Rubén H. Pardo

esl as se intensifican. Aun a riesgo de caer en una reiteración, vale insistiruna vez más en las razones del aumento de los escollos para una mediciónprecisa en el ámbito de la teoría social:

En primer lugar, porque este ámbito carece de un consenso suficiente encuanto a los supuestos teóricos que han de obrar como puntos de partidade la medición.

En segundo término, por la imposibilidad -mucho más evidente cuandose trata de medir un fenómeno social- de garantizar un calibrado objetivode sus instrumentos. Es claro que el científico social está de algún modoinvolucrado en la realidad que pretende estudiar y, por tánto, su labor nopuede enfocarse tomando como parámetro el punto de vista de un observa-dor neutral. El observador y los sujetos a los que van dirigidas susmediciones comparten una serie de sentidos culturales entretejidos en lahistoria y el lenguaje. Por lo tanto, el problema será cómo reducir esossentidos a dimensiones cuantificables y objetivas.

Finalmente, el factor principal en el que se funda toda crítica a unenfoque prioritariamente cuantitativo del quehacer de las ciencias socialesestriba en la objeción a la pretendida equivalencia -supuesta siempre poresta concepción- entre el mundo social y el lenguaje de la medida. Talreducción pasa por alto la problemática de la constitución del sentido en lavida cotidiana y su intrinseca contingencia. En el ámbito de la realidadsocial no todo fenómeno es absolutamente verdadero o falso, en él hay lugartambién para el "quizá". En síntesis, es por demás cuestionable el a príorínaturalista que, basado en el modelo del mundo fisico-matemático -objetode las ciencias naturales-, supone una correspondencia entre éste y elmundo social.

Como conclusión, puede afirmarse que, si bien resulta insoslayable-aun para las ciencias sociales- el recurso de la medición, no por ello lalabor del científico social ha de limitarse a una pura y abstracta matema-tización de la realidad. Quizá la tendencia tan actual a dejarse tentar porese enfoque reduccionista no sea más que otro rostro del prejuiciopositivista que identifica la verdad con el método. En todo caso, la creenciaen que a más cuantifícaoíón de variables, mayor cientificidad, se funda enuna concepción muy estrecha e improductiva de lo que es la ciencia engeneral, y la investigación social, en particular.

Sin embargo,·este recorrido por la problemática de la medición, desde ladoble perspectiva de su importancia y de sus dificultades, ha servido paravolver a iluminar un tema que, de un modo u otro, estuvo presente a lo largode todo el trabajo y que ahora, de una vez por todas, será abordado: el dela especificidad y el status epistemológico de las ciencias sociales.

La problemática del método en ciencias naturales y sociales 111'

3.2. ¿Explicar o comprender?

Dos versiones sobre las ciencias sociales han polemizado entre :-11 fI('I,.·t'lIde cómo acceder y cómo conceptualizar el mundo social. Cada una eI('1'1111supone una idea paradígmátíca de ciencia y, por lo tanto, un t1Iodo dintender el conocimiento científico. Se trata de la interpretación na I11I111111111

o explicativista y de la hermenéutica o comprensivista.La primera, representada por autores como Emest Nagel y Carl Llr-ru¡» I

(1905). sostiene una visión unitaria de la ciencia basada en las dI '1111/1naturales y defiende la continuidad del conocimiento cíentífleo. 11:/111,hásícamente, ha de ser "explicación" y las categorías y conceptos ((111describen y explican el mundo fisico también describirán y CXpli('IIIIIII1Imundo social y 10 que el hombre sea.

La segunda, surgida sobre todo a partir de la influencia de pensador 1'/111dI'('omo Wilhelm Dilthey (1833-1911) y Max Weber (1864-1920), all rr1I111111"ucrte de especificidad de las ciencias sociales que las hace, de ¡.) Igll'l 1.1l111t.,

IIrcductíbles a las naturales. Mientras éstas pretenden "explicar" y olvll(¡ "' 11I 1Vinculo con la realidad del mundo de la vida cotidiana, en aquéllas :-\('I'X(l111'11toda su magnitud la dimensión de "comprensión" del conocuuk-uln

mo puede verse, el debate acerca del status epísternolóuívu dI' 111"'I'lIcías sociales es, en gran medida, una discusión en torno clt-l('/111111,1"i-xplícatívo'' o "comprensivo" del conocimiento científico. AHí, puru (111111•n-nlmcnte entenderlo en todo su alcance, es preciso comenzar por r-lIlIlItll~hldl'ln misma idea de "explicación" Científica; para, entonces sí. ('11('111.u (¡ 11/(111'1r-ontrapunto entre las dos interpretaciones. E íntentur. 11111111111111,',111()Hlrarque quizá lo más adecuado sea lograr una visión 1111111111111'1111\,ItIt ('1lea, que evite los extremos puros de ambas posícíoncs.

:3.3. La explicación científica y el modelo de las ciencias II(JII//llft",

1¡lit) (le los objetivos primarios de la ciencia, al menos en lo 11111'•1'/\(11, 11I 11111unt uralcs. es explicarlos fenómenos del mundo ñstco. 1\1101"11111111,,',1u

I(lIf' ('OI\HIí>lela naturaleza de las explícacíoncs cicntífk:u.¡'? ¿.(.?II(·1(111'1'((1tll'I'1I qlle la ciencia "explica"?

:11'Mude sostener que las explicaciones cien üftcas deben ('I\lllptll 1'111111"11'IIIIHIIOHststcmáücos: cl dc relevancia explicativa y <:1ck cOl\lllIIlllII,lltd"d1,1111tllu'ro de ello» alude a la necesidad de que la IlIrC)lllllld('11('X(l111IlIlvll(lIIIIHlldol1(' IIl1a hucnn base para creer que el j('IlÓIlI('IHl((1'(' tI(' 1111111di, (1111'111IIIVOo t\('1)(' Illf.(nr, Por <:Iemplo, ('\ Intr-uto d(' ('Xplll'llI'l/III di 111111• 111,11I1'I'OIlr")I\lI('1IC(II('ltil'iI'nt 1(':-11(111'In (·1111:-111rh: ('l4tll('11lit pl ('MI'1I1Ii. di 11111I1,,111"III'HI()('1\11'1'1'1j¡1tll'l" lI'Ic'V(II\('11I('xplll'nllvn :-111111'1('111('1"11"1I1111111.111, 111, 1(11l' d(' ('tH' \te'dlolu' 1)11('(\11:-\('¡',Itll die '11(1\111'11(111I'xplll '111I(111\1111CIel'11

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o Rubén H, 1'111dll

xplicación sean susceptibles de contrastación empírica. Dicho do (1111imodo: la explicación debe tener implicaciones contrastadoras, de lo contrnrio, carece de poder explicativo (recuérdese el requisito de falsabtlídudformulado por Popper).

Es posible, ahora, referirse a las dos principales formas que toman Irlexplicaciones cientificas: la nomológíco-deducttva y la probabilística.

3.4. Explicación nomológíco-deductiva

Un tipo de explicación corriente en ciencia es aquel que POHI'I' Itiestructura formal de un razonamiento deductivo, en el cual el 111'('111111

explicar iexplicandumi es una consecuencia lógicamente necesaria di- 111premisas (explanans). Por consiguiente. en este modo de expltcaclúu 1"premisas expresan una condición suficiente de la verdad del aRIIlIl1I ['"cuestión, Aquí las premisas estarían constituidas por dos elemento'

- las leyes generales que expresan conexiones empíricas untformr-u. V- las condiciones iniciales o circunstancias concretas.

Por lo tanto. la explicación nomológíco-deductíva (nomas ('11 1:1IiWsignifica "ley") lo que hace es subsumir. encajar elfenómeno que 1--11'Ind'l diexplicar en un patrón de uniformidades (leyes) y mostrar que era (1(.("1111'101'que se produjera tal hecho, dadas esas leyes y esas condícíoncs ('()III'I dll

Por ejemplo. las leyes económicas de la oferta y la demanda, I1\IIM111,:11I111circunstancias particulares atinentes a la falta de créditos para 1" ('111111'1fIde viviendas. podrian servir como explicación de una suba en el VI lit11(It' Itialquileres. En síntesis. el esquema explicativo seria el sígutcnü-: (h"IItH II!leyes y las condiciones enunciadas (premisas). deductívarncntu ae alnt ti' 1)11debe producirse el explicandum.

3.5. Explicaciones probabilisticas

Éste es un modelo explicativo estadistico-inductivo; valc.drx-h , 11111'"'"{una forma deductíva, dado que sus premisas expltcattvns 110 111'111111111formalmente el hecho a explicar. Por lo tanto. la relación cutrt- )¡IHpllllll Il!yel explicandumno estará dada por la necesidad sino por 111pl 011111"lIdlltlpues las leyes que operan como punto de partida no son de 1'011111111111"11q(ll

sino probabilística, estadística.En una explicación probabílistíca, entonces, pHrll('!lClo d(' P"'llIltill

explicativas que contienen un su puesto eHt!1cIiHII('()II('('t( '/1 111'IIlp,tllilascs de elementos. He Inlkr<: illct\lctlvnlll('lll(~ ('1 (''</1/(('(''1111/1111'1111111( 11

pnrttculnr de (:HII clm.¡¡',

loIllll(¡[Ii'11dl'llIlélodo en ciencias naturales y sociales 91

11¡IIIIIIIIMC'IIHOS,tanto en la explicación deductiva como en la inductiva.1Ii 11I1I 11c'llI~Htlón se explica por referencia a otros con los que está

1,,1111"11 medio de leyes. Pero. mientras en el primero las leyes se1" 111" 111111111universal yla inferencia necesaria. en el segundo las leyes

¡ IIIt'jllt'IIH Y la inferencia probable.11>11 111111,(,('\ conocimiento científico. en su sentido más amplio, se

111r i1f1I1III'Ipn-ccptos metodológícos de explicación? ¿Qué idea de ciencia1 111111,úoddo? Y. además, ¿vale para el quehacer de las ciencias

In,'i ,\1 11II11I'rya allanado y analizado el sentido del concepto de" 1(,11,'/1 IWHlble. entonces. responder estas preguntas.j!ii[" 111111'/'1do abordar el tema del significado de las explicaciones

IIji 11'1,'1\ c!c'llominó "concepción naturalista" a la visión explicativistaj¡'lIt hl .',1'or qué naturalista? Evidentemente, porque concibe laIlId,I, Illl'l¡tldas las sociales. desde la óptica del proceder de las

lí'l NII lury ninguna diferencia -sostienen- entre los objetivos dedi 11 11;1IIIOclo de acceso categorial y conceptual al mundo fisico

I 1111111111JlIII'1Iexplicar el sentido del mundo social. No hay brechas1IIIII"IIIillIl'H en la ciencia, Se tratará en ella de apuntar al núcleo de1110111I1'111iI soctal o natural, para poder "explicarla": vale decir. paraI'il 1111ItLI dI' los hechos particulares a partir de leyes.I['III!!I di 1'1'111'paradigma epístemológíco, el reconocimiento de la

¡¡ 111011111111t1d)llIdad inherente a las ciencias sociales en cuanto al11111di I"H' I'Hqucma de conocimiento no constituye una objeción

1111 11iI ('IIHO, la debilidad científica de las ciencias sociales111,11111lllIdnc1cptstcmológíca de las leyes alegadas o admitidas porI1 1 JlIIt'llt'I()Il. Pero de ningún modo se concede especificidad

1'1111111 1)l1I'11111'C'1'de esas disciplinas; por el contrario. se siguedll i¡1111Hj I lt'll('lw.¡ constituyen un conjunto continuo. homogéneo

111Id" jllll 1411 poder explicativo.1Ilíllili Illt , 1,1t1Nic'1t de la visión naturalista incluye una amplia

j,-illPltlllll 111('11('1'en cuenta, Entre ellos. éstos serían los más

lill 111I111,1'111111)()Hll'lón. basada en la prioridad epístemológíca de" 11111'di' lillil'l('IIC'1i\Hnaturales. no toma en cuenta la forma en

11 tll" 1111'1111'1111111'('()Ilslltuye y se mantiene. Homologa el mundol!il,,, ti VII 1111'1f( It' 111prtrncro como una estructura invariante en

¡;II' ,11111'111'111111'1\1'I'l'g\llndcladcs empíricas. mientras que una,,11' 11111111cll' 111lnbur del científico social deberia prestar

"1 11111111/lllIlIHllic'() (1\' In vicia humana ya los horizontes dI! 111IIII"1Itl"YI-11, n. dlc'I10 dI' otro mono, I<1H("i<mrlnH Ho("lnlcH1íl¡ 11I di lru lu I'lllIllJlelO e11'In vicia ('olldlilllil. ('1-11'('llll'lllllllclo

I¡IÍj' 1I1"l'lIllItllIl~ 1'111'1 'IlIj' vívhuoa y '1111')111111'11111/11'11IIIC'/'.o111111

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o: Rubén H. Pardo

En segundo término, también es objetable en la visión naturalista de laciencia el supuesto -ya criticado anteriormente- de la objetividad.Parece que, según el modelo de conocimiento operante en la idea deexplicación, se tratara de que el científico adopte el punto de vista de unobservador neutral, desinteresado. Cuando, como se explicó en más deuna oportunidad, sólo podemos conocer "desde" nuestro vínculo con unhorizonte intersubjetivo previo de sentido, en el que estamos instalados.

- Finalmente, es esa imposibilidad de una distanciación objetívadoraabsoluta lo que se pone de manifiesto, de un modo más evidente aun, enlas ciencias sociales. Y esa ligazón o vínculo -anterior a todo frente afrente entre sujeto y objeto- es el sus trato oritológíco desde el cual lasciencias sociales reclaman para sí un elemento de especificidad y unadimensión epístemológíca propia: la comprensión. Así, la posiciónnaturalista no sólo desconoceria las particularidades hístóríco-língúís-ticas del mundo social y la imposibilidad de subsumir objetivamente sushechos bajo leyes, sino que además ocultaria la dimensión "comprensi-va" que subyace al conocimiento.

¿De qué se trata ese suelo de "comprensión", desde el cual algunos ponenel acento en la especificidad irreductible de las ciencias sociales? Para ellohay que indagar en la visión hermenéutica o comprensívísta.s

3.6. La especificidaá de las ciencias sociales y la comprensión

La posición comprensivista afirma la existencia de un hiato epistemoló-gíco entre las ciencias naturales y las sociales, reivindicando para estasúltimas una especificidad irreductible. Seria totalmente descabellado yerróneo -sostienen- concebir la labor del cientifico social desde lospreceptos metodológícos atinente s al modo de acceso al mundo fisico-matemático. Así, no habría, como creían los naturalistas, una continuidad,sino más bien una radical discontinuidad en las ciencias. En síntesis, esuna visión dualista del conocimiento cientifico (aunque esto sólo valdríapara posiciones hermenéuticas como las de Wilhelm Dilthey, por ejemplo,y no ya para otras más actuales como las de Martin Heidegger [1889-19761o Hans-Georg Gadamer [1900]).5

El punto de partida tomado por los hermeneutas para defender unadimensión epistemológica propia para las ciencias sociales es la presencia

4. Para un desarrollo más completo de las posibles críticas a la visión naturalista,Cf. R. Bernstein, ob. cít., cap.!.

5. En general, a partir de la obra de Heídegger, se ha conseguido supcrnr esedualismo hermenéutico sostenido por Dillhey. POI" ejemplo, en In 1lC'11IH'I1<"'till('nfilosófica iniciada pOI"Gadarncr en Verdad 11 ml>/odo.

L~ problemática del método en ciencias naturales y sociales 93

Ineludible en ellas de una experiencia lógicamente anterior a toda posiblebjetivación: la pertenencia. Ésta alude al vínculo inexorable entre el queonoce y un entramado u horizonte de significaciones previas, en el que vivedesde el cual da sentido a las cosas. Mientras la objetividad señala esa

Itstancia entre sujeto y objeto que hace posible la adopción del punto de vistale un observador neutral, la pertenencia apunta a una relación inescindibleentre un intérprete y el horizonte de sentido (mundo) al que "pertenece". Yesilli. en esa ligazón o vínculo, donde se sustentaría la especificidad de lasetcncías sociales; pues el eientifico social está ya siempre involucrado,rutoímplícado en su objeto de estudio: el mundo social. Por 10tanto, aquelloque prioritariamente el investigador en ciencias sociales debe atender es[ustamente a esa red de significaciones que constituye el mundo de la vidacoüdíana, la realidad social. Sólo que no cabría ya hablar de ella en términos(le una estructura invariante susceptible de ser "explicada" según leyesuniversales. Más bien, podría decirse que el conocimiento inherente a lasdencias sociales es, entonces, "comprensión" .

.Yqué significa "comprensión"? En primer lugar, que en el acto de('Ollocerhay una base de vinculación o circularidad entre el que conoce (elIuérprete) y un horizonte previo de sentido (mundo). Yde esto se sigue que

I'(mocer no será ya sub sumir -desde la objetividad- hechos particulareshlllo leyes universales, sino lograr una fusión entre ese entramado de

¡tnlficados y el horizonte situacional propio del intérprete. En otras111 .Inbras, el conocimiento, entendido como comprensión, alude al momento111)metodológico y previo a toda objetividad: el de la pertenencia, el del

. Vil ioulo entre el hombre y un conjunto de significados a partir de los cualesl' r-onoce y se vive.

Ilnra sintetizar los aspectos principales de estas dos versiones contra-!I<I('H( as acerca de las ciencias sociales puede realizarse el siguiente cuadro:

VERSiÓN NATURALISTA VERSiÓN COMPRENSIVISTA

Unidad y continuidad de la ciencia

Reducciónde las ciencias sociales alas naturales

unto de partida: objetividad

onocer: subsumir hechospurtlculares bajo leyes universales

Dualidad y discontinuidad

Especificidad de las cienciassociales

Punto de partida: Pertenencia

Conocer: fusión entre unhorizonte previo de sentido y unintérprete

VIIIIlIIIWIl(',y H modo el!' cierre de este trabajo, resultará convcnicnt,11 It 1It'( I dl',l II\IlH('01 I('\IIHlolI('Hn ('1)('1" ('" ('\I('ll(a:

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11/1 Rubén H. Pardo

l. Ambas visiones, en su sentido puro o extremo, contienen posiciones muyreduccionistas y simplistas. Si la versión naturalista de las cienciassociales puede ser criticada por su homologación de lo social alo natural,por su pretensión de objetividad y por su olvido de la dimensióncomprensiva del conocimiento, también es susceptible de recibir objecio-nes la posición contraria. Así, los comprensivistas plantean un hiato,una discontinuidad muy abismal entre ambos tipos de disciplinas.Además, el hincapié puesto de modo casi exclusivo en el momento de lapertenencia deja ausente del conocimiento su dimensión critica (lacircularidad señalada entre el intérprete y su mundo parece hacerimposible toda toma de distancia crítica). Por lo tanto, si bien es atinadoreclamar un grado de especificidad para las ciencias sociales, a partir delreconocimiento de la dimensión comprensiva del conocimiento, seriaexagerado pretender separar tan tajantemente "explicación" y "com-prensión".

2. De lo anterior, puede concluirse que -como suele suceder en muchasocasiones- quizá la visión más adecuada se halle en una síntesis quecomplemente ambas posturas. Una posición así evitaria caer tanto enreduccionismos como en dualismos extremos. De este modo, se dejariande lado las pretensiones de exclusivismo y de postura ontológícafundamental que los dos extremos se arrogan. Sin embargo, el lectorpodrá preguntar, lícitamente, si es posible tal complementación. Parti-cularmente, y tomando en cuenta los desarrollos conceptuales de unoscuantos pensadores actuales, considero que sí.?

Una visión sintética, que haga justicia tanto a la dimensión explicativacomo a la comprensiva de todo conocimiento, debería comenzar aceptan-do que la comprensión envuelve a la explicación. Pues el momento de lapertenencia del intérprete a un horizonte previo de significados siempre laprecede, la acompaña y la clausura. Yaha sido dicho. anteriormente, quela experiencia de un vínculo inexorable entre el que conoce y un conjuntode significados vitales es ontológícamente más originaria que cualquiertoma de distancia objetivante. Pero en compensación. también deberíadecirse que la explicación desarrolla analíticamente a la comprensión. Yeste desarrollo es necesario a la luz de los requisitos de fundamentacióny de criticidad que-incumben a la ciencia. Por lo cual, explicar y compren-der -a fin de cuentas- aludirían respectivamente a los momentosmetodológíco y no metodológíco de la búsqueda del conocimiento.

Tal visión de las ciencias sociales, que se apoyara en la relación dialécticaentre explicación y comprensión, lograría -sin recluirse en un perimido

6. Un ejemplo concreto de intento de síntesis entre una visión naturaltsta y unacomprensivista -aunque desde una perspectiva fudamentalrnentc hcrrncnéut k-npuede hallarse en el pensador francés Paul Rlcocur (1913).

~a problemática del método en ciencias naturales y sociales 95

romanticismo- superar ese error tan común en la actualidad del que sehablaba al comienzo: el de reducir e identificar la verdad con el método.Puesto que, tal como afirmaba el epígrafe con el que se abrió el trabajo: "Laverdad nos es accesible sólo como se nos presenta en la experiencia, la cuals de por sí abierta e inconclusa". 7

l •. I '1 II('yIlOIl , ('11 (:. VllllhllO. (comp.). I[('rnwlI{'lllICCI .1/ racionolídad, Bogol{l.

NIIIIIIII, 1(11)'1. IL 11l.