15
Unidad 4 Factores de operación (envase, empaque y embalaje para los mercados)

Unidad 4 - ual.dyndns.orgual.dyndns.org/Biblioteca/Comercio_Internacional_I/Pdf/Unidad_04.pdf · todo ello acompañado de unos candelabros de plata y otros adornos lujosos, ... tienen

Embed Size (px)

Citation preview

Unidad 4

• Factores de operación (envase, empaque y embalaje para los mercados)

Factores de operación DISEÑO DE ENVASES PARA LOS MERCADOS INTERNACIONALES

El envase y el producto

Es evidente que la función del envase consiste en informar al comprador sobre el producto. La descripción e identificación de la mercancía, son elementos que influyen en el diseño de, prácticamente, todos los envases. Si están bien pensados, llegan a desempeñar un papel verdaderamente activo en la comercialización.

La representación del producto

En el envase se representa con frecuencia el producto. Si se trata de una lata o caja, se suele utilizar una fotografía en color del producto. En el caso de un frasco, se ve claramente el producto. Es probable que, cuanto más atrayente sea el producto, más resaltará en los envases. Un ejemplo de ello lo constituye una lata cuya etiqueta represente, de manera sumamente realista, las legumbres que contiene.

No siempre resulta tentador el aspecto del propio producto, en estos casos, es mejor mostrar el elemento o elementos de que se compone, o de dónde procede.

Ambiente del producto

Al concebir el envase, importa no sólo contribuir a difundir la imagen de la marca, sino también, tratar de realzar la del propio producto. Esto puede lograrse mediante una excelente fotografía en color del artículo o de sus componentes, de no presentar éstos alguna característica especial, para hacer destacar la imagen del producto, debe creársele un ambiente adecuado. Por ejemplo, el aspecto del arroz no tiene nada so-bresaliente. El que su envase contenga pura y simplemente la figura de un tazón de arroz no motivará a un ama de casa a elegir una marca en lugar de otra. Pero, si el envase muestra el arroz en una brillante cacerola de cobre, junto a un suculento pavo, todo ello acompañado de unos candelabros de plata y otros adornos lujosos, se creará un ambiente de riqueza en torno al arroz, contribuyendo a realzar la imagen de éste en la mente del ama de casa.

Letras y colores

Las figuras no son el único elemento del diseño de un envase que contribuye a relacionarlas con el producto. El tipo de letra y los colores del envase pueden ayudar a difundir la imagen de la marca, así como dar una mejor idea del propio producto.

Argumento de venta

El envase debe constituir por sí mismo un argumento de venta. Esto no quiere decir que cada envase deba expresar literalmente lo que obtendrá el comprador del producto, aunque de hecho ya existen muchos y excelentes casos. El argumento puede consistir en una figura que represente una nueva manera de emplear el producto, alguien disfrutando del provecho que ha sacado de su utilización, etc.

Forma del envase

Dentro de la función informativa de un envase, la forma, factor importante en la identificación de una marca, debe también ayudar a establecer una relación con el producto.

En efecto, la forma de un envase da una idea al consumidor sobre el tipo de producto que contiene o, por lo menos, sobre las propiedades que lo caracterizan. Así, un ama de casa verá en seguida si un detergente es líquido o en polvo, según esté envasado en un frasco o en una caja de cartón.

La forma de un envase influye de manera sorprendente en la impresión que recibe el consumidor sobre el tamaño y volumen de este. Por ejemplo, una botella alta que tenga una sección transversal plana vista de frente, parecerá más ancha que si la tiene curvada, aunque sea de igual volumen. El grosor del vidrio puede también ejercer un efecto evidente. Del mismo modo, las cajas de cartón con frecuencia tienden a aumentar al máximo la impresión de volumen.

A este respecto, debe considerarse que la forma de un envase no es el único elemento que da la impresión de volumen. El diseño gráfico puede también surtir un efecto considerable. Si una figura ocupa, de un extremo a otro, una de las caras de una caja de cartón, ésta aparecerá más ancha que otra de igual tamaño pero con un dibujo más pequeño. Las letras grandes también dan la impresión de que el envase es más ancho.

El envase como producto

Es indiscutible que el diseño de un envase puede ser sumamente expresivo acerca del producto que contiene, pero, en ciertos casos, su relación con éste va aún más lejos, hasta el punto de que a veces, el producto parece ser realmente el propio envase. Por ejemplo, el queso para untar está contenido a menudo en recipientes que pueden utilizarse posteriormente como vasos. Se estima que el éxito en Estados Uni-dos del vino Chianti italiano se debe en gran parte al hecho de que está envasado en botellas bonitas, cubiertas con una especie de tejido de paja, que resultan decorativas en la mesa y sirven con frecuencia de candelabros y lámparas, una vez vacías.

Aspecto estereotipado

Un factor de la vida moderna, que debe tenerse siempre en cuenta en la comercialización actual, cuando se diseña un envase, es el predominio de un aspecto estereotipado en numerosas clases de productos. Así las cajas de detergentes tienden a fabricarse en modelos de colores luminosos, "'llamativos", con el nombre de la marca en letras grandes; los frascos de perfume se presentan con frecuencia en blanco y

negro; los envases de productos culinarios, como los de las mezclas para hacer pas-teles, tienen por lo regular un aspecto casero e íntimo.

Ese aspecto estereotipado nace de la imitación. Si una empresa lanza un envase de particular aceptación, las firmas competidoras probablemente la imitarán. En tal caso, una compañía logrará que su marca llame instantáneamente la atención, rompiendo con la presentación estereotipada y utilizando un envase que sea totalmente distinto de las demás. Esta iniciativa tiene gran éxito, pero no debe llevarse a cabo sin estudiar minuciosamente sus consecuencias, que también pueden resultar con-traproducentes.

El no sujetarse a la presentación estereotipada, origina que el diseño pierda algunas características valiosas como la relación con el producto y el ambiente creado en torno a éste, y también el poder para persuadir al consumidor mostrándole la utilidad de la compra. El diseño de envase, adecuado para los detergentes, no lo es en la venta de mezclas para hacer pasteles, aun si los compradores de ambos productos son muchas veces los mismos. Por tanto, se corren demasiados riesgos por llamar la atención. Cabe hacer notar que los aspectos estereotipados no se mantienen invariables, sino que evolucionan. Al optar por un diseño se debe estar seguro de que no es anticuado.

Para atraer al consumidor hay que diferenciar el envase. En el diseño se empieza por poner de manifiesto primero la marca, luego el producto y por último el consumidor. Estos tres elementos desempeñan un papel importante como componentes comerciales del diseño de envase actual. Pero la relación con el consumidor es la más importante.

Efecto superficial o profundo

Los fabricantes de bienes de consumo dieron un paso importante en la comercialización de éstos, al darse cuenta que los envases resultarían más eficaces si atraían y respondían a los deseos del consumidor. Desde entonces, los responsables de la mercadotecnia y del diseño de los envases han aprendido que, para utilizar al máximo este concepto de correspondencia con los verdaderos intereses del consumidor, debe tenerse en cuenta la existencia de diversas clases de consumidores. Por este motivo, si el objeto de la concepción del envase consiste en tratar de atraer a todos los posibles compradores, el diseño debe lograrlo mediante una comercialización dinámica.

En la actualidad, el responsable de la mercadotecnia entiende que debe "fragmentar" el mercado e identificar los diferentes tipos de consumidores que pueden comprar su producto para satisfacer sus deseos con envases adecuados, utilizando las estrategias de comercialización correspondientes. Al intensificar la concentración mercadológica, el esfuerzo de comercialización redundará en una penetración más profunda del sector o sectores que se desean alcanzar y en un aumento en las ventas totales, que no logrará el que trate de introducirse en el mercado en forma general.

Definición de los sectores

La división del mercado es un arte complejo y sutil. Es necesario recurrir a su estudio para formarse una idea clara de los sectores y de cómo debe enfocarse en ellos

la comercialización. Se puede dividir el mercado siguiendo un criterio muy sencillo; por ejemplo, el sexo del consumidor o, conforme al siguiente criterio: un empresario puede decidir orientar la comercialización de un producto dado a los consumidores que: 1) son mujeres, 2) están casadas, 3) tienen hijos, 4) su edad es inferior a 40 años, 5) han hecho estudios universitarios y 6) su marido gana más de 0150100 pesos anuales. Las personas consumidoras que reúnan estas condiciones se consideran como un sector del mercado destinado a un objetivo determinado. Pero si se trata de otro tipo de producto, tendrá que ser distinta la combinación de criterios.

Le incumbe al responsable de mercadotecnia definir el sector (o sectores) que desea cubrir, estudiar minuciosamente la mejor manera de lograrlo y determinar la estrategia y líneas generales de la comercialización, dando también las instrucciones oportunas al diseñador de los envases.

Sexo

Uno de los principales criterios que rigen la fragmentación del mercado es el de si los consumidores son del sexo masculino o femenino. Cuando éste sea el caso de un producto dado, podrá tener o no importancia que el envase tenga un sello de masculinidad o de feminidad.

En lo referente a numerosos productos, la consideración del sexo es primordial y se refleja en los envases, Por ejemplo, las mujeres compran perfumes y productos de belleza para su feminidad; los envases de tales productos presentan, por lo regular, rasgos peculiarmente femeninos que corresponden a los resultados que de ellos esperan las compradoras.

Hay otros productos para los cuales el sexo es también un importante criterio de fragmentación del mercado, pero cuyos envases se caracterizan por dar poca o ninguna importancia a la identificación o atracción del público según su sexo. Por ejemplo, los hombres son quienes más compran cera para dar brillo a las carrocerías de los automóviles, artículo cuya publicidad se efectúa por los medios que ofrecen más probabilidades de que llegue al conocimiento de los hombres. Sin embargo, la utilidad que desean sacar del producto los consumidores del sexo masculino no tiene relación alguna con éste; por consiguiente, en lugar de parecer —viril— lo cual no se justificaría, el diseño de los envases es probable que esté íntimamente relacionado con la marca y también poner de manifiesto su utilidad concreta, mostrando un coche brillante y lustroso.

Grupos socioeconómicos

Desde hace tiempo, la división del mercado en sectores de distinto plano social y económico, es de particular importancia en la comercialización, la cual tiende a aumentar en los mercados de los países industrializados. Se basa esta fragmentación en la cuantía de los ingresos, tomándose en cuenta otros factores más, como la profesión, grado de instrucción, casa propia, etc. Este tipo de división del mercado tiene una influencia directa en la concepción de los envases. Es claro que los compradores quieren y pueden pagar distintas cantidades de dinero por los productos según el grupo socioeconómico a que pertenezcan. No es nuevo que los fabricantes tengan presente

esta cuestión y que ofrezcan diversas variedades de los mismos productos, a precios diferentes.

Cuando una persona paga un precio elevado por un producto, se debe, por lo regular, a que piensa que es de mejor calidad. Así pues, el consumidor buscará algún indicio que le indique cuál es la calidad del producto. Uno de los más importantes es la marca. Una empresa puede dar gran prestigio a su marca mediante la publicidad, y la marca llega a ser una señal de calidad para el consumidor. El precio puede de-sempeñar también ese papel, pero quizá sea el envase el indicio más importante. El envase puede dar al producto un aspecto de alta calidad y precio elevado o bien de baja calidad y precio módico. De modo que si un consumidor busca un producto de gran calidad, podrá juzgarlo muy bien por la apariencia del envase.

Situación psicosociológica

Los intereses y móviles de compra de cada consumidor no son invariables, una persona puede adquirir el mismo producto con fines diferentes, en ocasiones distintas, o en situaciones que difieren unas de otras, y su manera de considerar el producto puede modificarse según aquel o aquella de que se trate. La disposición de ánimo de un señor que busca un regalo para su esposa, no se parece en nada a la que tiene los sábados cuando suele ir de compras, y ello influirá en la impresión que le causen los envases y en su decisión, quizá se sienta atraído por el empaque de una tableta de chocolate, porque su precio es módico y considere que hace una buena compra, inclinándose finalmente por una caja de bombones de presentación lujosa, adecuada para regalar a alguien muy en particular.

EL EMPAQUE Y EMBALAJE EN LA EXPORTACIÓN Localización del empaque y el embalaje entre los elementos de la comercialización

Los factores de la comercialización son: investigación de mercados, ventas, administración de las ventas, promoción de ventas, publicidad, relaciones públicas, logística mercadológica y canales de distribución. Los elementos que en forma inmediata se vinculan con la producción son: investigación de mercados, ventas, promoción de ventas y publicidad.

El aspecto del empaque y embalaje se encuadra como función primordial de la promoción de ventas, toda vez que el empaque se ha convertido en un elemento dé promoción y, por su parte, el embalaje, cuando reúne las condiciones de economía y seguridad, también pasa a ser un elemento poderoso para promover la venta de productos en cualquier mercado,

Concepción dei empaque y del embalaje

Puede afirmarse que del mismo modo de que cada producto requiere un plan de comercialización, con las adaptaciones necesarias a los usos, gustos y costumbres del consumidor, requiere un empaque diferente y eventualmente un embalaje característico a las condiciones ambientales, de manejo, distribución, etc. Así pues, todos los

proyectos al respecto se rigen por dos factores principales: el aspecto funcional y el visual.

En primer lugar, es necesario examinar el material que ha de usarse y, en segundo, la forma que debe darse al empaque y al embalaje. Ambos factores están ligados a la naturaleza del producto que contengan y a la finalidad que se quiera darles. Los factores que influyen en la elección del material y en la forma del empaque y el embalaje son el peso de los productos, el costo de producción, el sistema de distribución, el tipo de mercado y otros semejantes.

La forma del empaque y del embalaje es un aspecto de gran interés para los exportadores, toda vez que una concepción original y económica, da como resultado mayores volúmenes de ventas. Así, por ejemplo, los empaques de los productos destinados a venderse bajo el sistema de autoservicio, necesita un enfoque especial en que se estudie y analice su capacidad de identificación propia, puestos en competencia con los empaques de otros productos similares o sustitutos. Otro factor que el exportador debe tener en cuenta es el efecto que cause el empaque y el embalaje en los mayoristas y los detallistas.

Para la inclusión en el empaque del nombre del producto, de la marca de fábrica, así como de los textos descriptivos que los acompañen, se aconseja se usen caracteres tipográficos claros, sencillos y sin rebuscamientos. Si la descripción es larga puede ir en perjuicio de la apariencia del empaque, por lo que debe encargarse a un técnico tipógrafo la parte gráfica, a fin de que no se presente una inadecuada apariencia que pueda impedir la venta de los productos comercializados.

Los diseños de los folletos, etiquetas, envases y material de publicidad en el lugar de venta, tienen que ser estudiados y analizados al mismo tiempo que el empaque y embalaje, para tener la seguridad de dar una imagen completa, coherente y coordinada que acreciente la reputación de una marca y una empresa.

Empaque

La característica de un empaque adecuado para transportar mercancía segura contra riesgo de todo tipo de manejo, incluyendo el de transportes, es la resistencia. Esta varía según sea la susceptibilidad de los artículos, a los riesgos que corren. El empaque que se utiliza en el mercado nacional puede ser satisfactorio y tal vez requiera algunos refuerzos ya sean de madera, metal, flejes, clavos, etc., o pueden totalmente resultar inadecuados. No es recomendable al exportar ir experimentando y aprendiendo métodos efectivos de empaque para adquirir experiencia. Se debe buscar a especialistas en la materia.

La dirección comercial debe pedir asesoría a compañías dedicadas a la manufactura de empaques protectores y mediante la demostración y efectividad de sus productos, se puede ir normando la idea de las necesidades de protección de éstos, pero cuando no proporcionan un informe genérico del tipo de empaques existentes o necesarios que se requieran para adecuarse a un producto especial, se necesita entonces consultar cinco o diez empresas diferentes para dar con la que nos pro-porcione el empaque ideal con material y seguridad adecuada.

Actualmente existen sociedades e instituciones que le proporcionan al exportador una asesoría completa.

La definición de empaque y embalaje se hace desde dos puntos de vista: en primer lugar, la utilidad de amplia protección que da al producto, en segundo término, su presentación comercial que es un factor importante en el proceso creativo de su demanda. El concepto norteamericano "empaque y embalaje", es la utilización de diversos elementos como bolsas plásticas e impermeables, cajas, frascos, tambores, botellas, latas y otros, junto con sus accesorios como tapones, aberturas estratégicas, válvulas, etc., que en combinación con la decoración y la marcación, protegen su contenido, lo identifican y facilitan el uso de los productos, para los que fueron diseñados.

Algunos expertos europeos, definen empaque y embalaje como el conjunto de materiales, procedimientos y métodos que concurren a acondicionar, presentar, proteger y transportar las mercancías, después de ser fabricadas, hasta el momento de su consumo o uso por el último consumidor.

Estas definiciones tienen como puntos comunes los siguientes:

a) Protección. Los empaques y los embalajes deberán ser de tal naturaleza que resguarden a los productos que contengan, en circunstancias normales, de los agentes externos que pudieran dañar su valor económico y capacidad de intercambio comercial, durante un período predeterminado.

b) Identidad. Es la cualidad intrínseca del empaque y embalaje que permite identificar el producto en forma particular, dentro de un grupo de productos similares. Las descripciones o símbolos impresos en el empaque, deben propiciar la facilidad de apreciar su contenido, agilizar su distribución en el mercado y finalmente el uso fácil y conveniente de su contenido.

c) Motivación de venta. Los empaques y los embalajes tienen en la actualidad que cumplir con la función de promover las ventas de manera eficaz, es decir, que sirvan como incentivos en la demanda del producto.

d) Garantía de calidad. Los empaques y los embalajes no deben usarse para engañar al distribuidor disimulando la existencia de defectos o averías en las mercancías, o para dar la impresión de cantidades inexactas, por el contrario, deberán servir de garantía en la calidad y cantidad del producto.

Figura 5.1 Embalajes de exportación. Tipos de contenedores.

Aunque se dice que un contenedor es una gran caja metálica". hay muchas clases de caías normalizadas. Hasta ahora se han creado contenedores para casi todos los productos y constantemente aparecen en el mercado nuevos modelos, Lo que todos tienen. en común son las dimensiones modulares y los dispositivos normalizados para su manipulación.

Hay contenedores que se abren por el costado en vez de por detrás (lo que es una ventaja para la carga y descarga de contenedores sobre vagones de ferrocarril), otros se abren por arriba y hay los que no tienen tapa, sino una cubierta de lona. Algunos son simplemente una bandeja plana con dos planchas en los extremos, pero sin laterales ni tapa (para mercancías como tubos metálicos, que se cargan por los costados). Otros son plegables, para facilitar su devolución al punto de procedencia. La carga líquida se transporta en. depósitos que van en un tipo de contenedor-marco de dimensiones normalizadas, en tanto que hay otros contenedores para carga seca a granel, concebidos para productos tales como grano o minerales. Hay incluso contenedores para transporte de animales vivos, con un lado de malla y una ventana abierta que permite la entrada de aire. Para las frutas, legumbres y hortalizas frescas, que necesitan ventilación, pueden utilizarse contenedores abiertos por los lados y con una cubierta de Iona. También hay contenedores largos, de 40 pies, para el transporte de automóviles, que pueden utilizarse para madera embalada y bidones grandes (figura 5.1)

Hay asimismo contenedores especiales con control de temperatura y humedad para conservación de la mercancía. El acondicionamiento de aire en los contenedores refrigerados y termoaislados se hace con dispositivos mecánicos, nitrógeno líquido o hielo seco (este último sólo para viajes cortos). Algunos contenedores tienen un mecanismo para controlar la humedad y hacer circular el aire en el interior, cosa

necesaria para muchos productos perecederos. El control de la humedad en los contenedores frigoríficos se hace a veces mediante el empleo de gel de sílice. También existe un contenedor especial para el transporte de carne, con un sistema tema de refrigeración y ganchos para la carne.

El contenedor por secciones es una variedad de corriente de 20 pies para carga seca. Consta de tres cuerpos separados, que se fijan en un marco del contenedor de 20 pies. Este tipo tiene buena aceptación en muchos países en desarrollo, porque es más adecuado para pequeños envíos y se puede transportar hacia l interior más fácilmente que el modelo de 2O pies. Además, se adapta para el transporte plurimodal, lo que es una ventaja en las grandes rutas comerciales.

Hay que añadir a los embalajes una característica más a las anteriores y consiste en ingeniar un empaque que preste la mayor seguridad contra robos. En los embarques de poco volumen pero de un alto valor, se presentan todas las molestias y problemas por la violación y robos parciales de los contenidos.

De ninguna manera se trata de limitar como exclusivo el robo en el comercio internacional, pero éste causa muchas contrariedades. Tratar de conseguir dispositivos efectivos que impidan los robos puede ser costoso, pero sí es conveniente usar dispositivos más comunes que dificulten los hurtos, haciendo notorio si los bultos han sido violados o llenados con otros objetos que sustituyan a los originales. La dirección de comercialización tiene que considerar cuidadosamente el costo del empaque de exportación, tanto por el propio interés de la empresa como el de los clientes.

Es de notar que los embalajes tienen una influencia notable en las cotizaciones de precios de exportación ya sea directamente por su valor elevado, o indirectamente por su peso en sí, que debe tomarse en cuenta por el gasto que origina cuando los embarques se cotizan en relación al peso en los transportes, así como su valor que, igual que los productos, soporta derechos de aduanas, impuestos diversos y en algunas ocasiones, permite a cierto tipo de empaques pasar las fronteras internacionales pero condicionados a devolverse inmediatamente al país de origen, ocasionando un doble gasto en fletes.

En esencia, las bandejas son plataformas que sirven de base a unidades de carga y que dejan debajo un espacio para facilitar la manipulación. La bandeja más corriente es la de tipo plano, que se construye de varias formas (incluidas las dos que se muestran aquí). Otra variedad es la bandeja-cajón, con tapa o sin ella. La ISO ha dictado las normas sobre los tamaños básicos y ciertas características de construcción (figura 5.2).

Figura 5.2 Tipos de bandejas.

Un buen embalaje debe conseguir:

a) La obtención de un conocimiento de embarque limpio para evitar futuras reclamaciones.

b) Que el comprador reciba su mercancía en las mejores condiciones posibles.

c) Ahorrar lo más posible por concepto de volumen de estiba.

d) En la utilización de materiales, la economía mayor dentro de la seguridad óptima,

e) Evitar robos y siniestros que dependen del empaque.

f) En la aduana de destino, los derechos más bajos que las circunstancias permitan.

g) Una cuota lo más económica posible en el seguro.

Cargas de bandejas

Figura 5.3 Cargas en bandejas.

Para esto, debe de tomarse en consideración:

1. El tipo de mercancía.

2. El transporte hasta el puerto de salida.

3. El manejo de mercancía en el puerto de embarque.

4. La estiba.

5. La duración de la transportación.

6. Las condiciones climatológicas en el viaje, las condiciones del puerto de destino y punto final.

7. Las modalidades aduaneras del país del comprador, tanto en derechos como en marcaje y embalaje exigidos,

8. Las condiciones de descarga en puerto de destino y su transporte a bodegas del comprador.

Marcas de embalajes de exportación

Se han adoptado una serie de marcas y símbolos claros e indelebles que deben visualizar: el nombre del consignatario, destino y ruta.

Son marcas de forma geométrica (rectángulos, triángulos, círculos, rombos, etc.), el propósito de este método es facilitar la identificación de los bultos que en algunos casos son claves confidenciales. Otras marcas adicionales requeridas a menudo en los mercados exteriores, son:

El peso, ya sea bruto, neto, legal, según se requiera, número de referencia según bultos (1-3, 2/3, 3/3), medidas cúbicas, y la indicación del origen o donde fue fabricado "Hecho en México" o en inglés "Product of Mexico".

Las otras marcas discrecionales son las más comúnmente utilizadas en el tráfico internacional, ejemplo: "Este lado hacia arriba", "No exponga al sol", "Frágil", estas marcas precautorias podrán llamar la atención pero son más notorias si se simbolizan con figuras alusivas a la marca. Además, por razones prácticas, no conviene poner la descripción del contenido, deben ocultarse y evitarse marcas que den información in-necesaria (figura 5.4).

Las instrucciones de manipulación pueden ser símbolos aceptados nacionalmente o términos escritos. La mayor parte de los símbolos nacionales de manipulación se basan en los recomendados por la Organización Internacional de Normalización. Arriba (de izquierda a derecha): "Manéjese con cuidado", "No utilizar ganchos", "Hacia arriba", "Engánchese la eslinga aquí". Abajo: "No exponer al calor", "Centro de gravedad", "Manténgase en lugar seco".

Figura 5.4 Marcas para la manipulación.

Nuestro país y algunos otros, imponen fuertes multas por poner marcas superfluas en los bultos.

Recomendaciones para marcar los embalajes de exportación

La Federación Europea de Empaque y Embalaje, que agrupa a 23 países incluyendo a Canadá y los Estados Unidos, ha adoptado en exportación, una serie de símbolos y claves para la identificación, manejo y transporte de los embalajes, mismos que son de uso general en todo el mundo.

El objeto de este sistema es tener una transportación, identificación y manejo de los embalajes, rápidos y ordenados, lo cual evita al máximo los daños, averías o pérdidas de éstos. (Figura 5.3.)

Para esto, se requiere que los símbolos y claves se pongan en lugares previamente determinados, e impresos con la mayor claridad.

Estos símbolos y claves no comprenden los aspectos de: nombre y marca comerciales, elementos de publicidad que pudieran llevar los embalajes ni las especificaciones especiales impuestas por las autoridades del tráfico del país de que se trate.

Para la aplicación y uso de los mencionados símbolos y claves, se han dividido en principales y secundarias, y son:

• Principales

1. Lugar de destino del embalaje.

2. Lugar de descarga del embalaje.

3. Puerto de entrada (ejemplo: Guatemala vía Puerto San José).

4. Clave para el consignatario.

5. Clave para el contrato de compraventa.

6. Número total de embalajes con el número del embalaje de que se trate.

• Secundarios

1. Peso (neto y bruto).

2. Dimensiones del embalaje.

3. País de origen.

4. Punto o puerto de embarque.

5. Números de referencia.

Como principio básico de aplicación se usan las claves y los símbolos en el menor número posible.

De acuerdo con la clase y forma del embalaje, se aconseja que el marcaje se haga así:

a) Cajas en general: En dos caras para los embalajes de gran tamaño y en una cara para los de tamaño reducido.

b) Tambores y barriles: En un lado, procurando que queden en la parte alta o sea junto a la tapa.

c) Sacos: Una sola aplicación en el tercio inferior del saco de lado más amplio, y, si fuere posible, en la parte más baja de un lado.

d) Fardos: Una aplicación en dos lados del fardo.

Ahora bien, los símbolos y las claves principales, deben aplicarse en la porción central del área recomendada, si se usa un marco para ello, éste debe ser rectangular.

En el tercio superior del área destinada a ser marcada, deben ponerse los símbolos para el manejo adecuado del embalaje, con excepción del que exprese el centro de gravedad y aquel que indique en dónde se deben colocar las cadenas para su carga o descarga.

La parte que corresponde al tercio central de la zona de marcación, se destina a los símbolos o claves principales y la porción final del espacio, se destina a los símbolos o claves secundarios.

Se recomienda usar letras mayúsculas solamente y el tamaño de ellas depende del tamaño del embalaje. Los símbolos o claves principales deben ser cuando menos de 20 mm.

En cuanto al color, se sugiere el negro con un fondo que le contraste, en caso de que no pueda usarse este color, se procura que se combinen aquellos que se contrasten y permitan una legibilidad adecuada.

Finalmente, los textos de empaque deben aparecer en el idioma del país al cual se dirigen.

El presente capítulo no pretende ser un panorama completo del mundo del envase y el empaque; en él sólo se persigue resaltar el papel primordial de este aspecto del comercio exterior, que requiere una atención cuidadosa tanto por parte de los exportadores como de los fabricantes de estos bienes, que pretenden conquistar los mercados extranjeros y obtener mayores rendimientos y ganancias.