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Universidad de los Andes.
Facultad de Medicina.
Escuela de Medicina.
Cátedra: Demografía.
Autores: Grupo # 1
Hernández R. Hanny
Mercado P. Karina S.
Napoli R. Yoselin A.
Nieves B. Dairelis C.
Mérida, Junio 2008.
ÍNDICE
CONTENIDO PÁGINA
INTRODUCCIÓN
La Paz, Supera Toda Comprensión………………………………………………...6
La Verdadera Fuente de Felicidad es la Paz Interior…………………...…9
¿Cómo Desarrollar la Paz Interior?..........................................................10
La Paz Interior y el Equilibrio en la Vida…………………………………..……….11
La Paz es el Camino…………………………………………………………...…….12
La Paz, fin Común para la Educación……………………………………...………15
Cultura de Paz y Educación para la Paz…………………………...……...18
La Paz, un Valor Fundamental para las Personas, la Familia y las
Naciones……….……………..……………………………………………….21
El Humanismo y la Paz………………………………………………………22
Medidas para Promover la Paz y la Seguridad Internacional…………...23
Batallas que Debemos Vencer para que la Paz Triunfe…………………………25
Las Guerras…………………………………………………………………...26
La Pobreza……………………………………………………………………27
Los Prejuicios………………………………………………………………...29
La Lucha por la Paz…………………………………………………………………31
La Paz, un Arte que se Construye………………………………………………...33
Asociaciones para la Paz…………………………………………………...33
Cumbre de Río……………………………………………………….34
El Pacto Boliviano-Venezolano…………………………………….35
Acuerdo Marco de Acompañamiento……………………………...35
Asociación por la Paz……………………………………………….36
Instituciones para la Paz……………………………………………………37
Oficina Internacional de la Paz…………………………………….38
Organización de las Naciones Unidas (ONU)……………………38
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)…………..40
Unión Africana (UA)…………………………………………………41
Fundación “Francisca Mateos Lucha por la Paz”………………..42
Fundación Ideas para la Paz (FIP)………………………………42
Fundación Arias para Paz y el Progreso Humano…………….43
Fundación Myrna Marck (FMM)………………………………….44
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
Muchos han afirmado que la paz mundial es un objetivo inalcanzable, debido,
entre otras cosas, a la presión de los gobiernos por controlar los países, en especial
los más pobres del mundo, promoviendo conflictos armados para la obtención de
beneficios de más poder, sin importarles el beneficio de su nación.
Para nadie es un secreto que nuestra sociedad es violenta. Aunque nos
encontramos en una época de alto desarrollo tecnológico, con sistemas de
comunicación en tiempo real y sin fronteras, que supondrían un esquema de
pensamiento casi tan evolucionado como los mismos cachivaches que nos llevamos
al oído, es claro que las personas no hemos aprendido a resolver los conflictos de
una manera constructiva, justa y no violenta. Muchos vemos en el conflicto un
fenómeno negativo que debemos evitar; es probable que tal posición, esté motivada
por la imagen que a diario nos ofrecen los medios, sobre las formas (guerra,
violencia y muerte) en que se resuelven las distintas situaciones problemáticas.
Así entonces, cada vez que conocemos sobre desacuerdos entre sectores
sindicales y el gobierno, contrariedades entre los miembros de distintos movimientos
religiosos, discrepancias entre gobernantes y entre partidos políticos, etc., asumimos
que tales sucesos no tendrán un "final feliz" y en esta misma línea de pensamiento
igualamos el conflicto con algo malo, algo que sencillamente no debería ocurrir.
En esta monografía, se pretende dar algunos elementos que muestran la
"naturalidad" del conflicto en nuestra sociedad, y definir que lo negativo de los
conflictos no son ellos, sino la forma de resolverlos. Inicialmente se definen algunos
elementos de lo que es el conflicto, para exponer después el importante papel que
desempeñan los valores en su proceso de negociación, y la importancia de fomentar
la educación en valores, como única alternativa válida y definitiva para construir la
llamada "cultura de la paz", expresión ésta que en nuestro país hemos asociado
únicamente a la posibilidad de que cesen las hostilidades y los enfrentamientos
armados.
De tal manera, el contenido girará en torno a la idea de que el conflicto es algo
vivo, que seguirá su curso a pesar de nuestra huida o precisamente a causa de ella,
pero que a través de una postura cimentada en los valores, influiremos o
determinaremos las consecuencias para nosotros de esta dinámica del conflicto.
Son distintas las vías que cada uno puede emplear para aportar su granito de
arena en la lucha por la paz. Así tenemos entonces, quienes presentan una actitud
pasiva o hasta indiferente en la lucha por la paz; y quienes tienen la posibilidad de
establecer organizaciones más formales, estos últimos han incluido entre sus
principales objetivos conseguir el camino global de la paz. De esta manera,
encontramos múltiples pactos firmados por distintas regiones y/o naciones, acabando
así algunas guerras o conflictos entre ellos.
LA PAZ, SUPERA TODA COMPRENSIÓN
La paz interior o la paz en la mente, se refiere al hecho de sentirse mental y
espiritualmente tranquilo, con suficiente conocimiento y comprensión para
mantenerse fuerte frente a la ansiedad o el desequilibrio emocional. Así, estar en
“paz” es considerado altamente saludable y suele asociarse con la felicidad (Shanti,
citado por Wikipedia foundation, Inc, 2008).
La paz interior no puede crearse o inventarse; se trata de ir descubriendo la
paz que ya existe, es más bien cuestión de simplificar; si eliminamos todo lo demás,
la paz estará ahí, porque se encuentra en el interior de cada uno de nosotros.
¿Cuándo llega realmente la felicidad? En el momento en que dejamos de hacer todo
lo demás, lo que siempre hacemos, nos sentimos felices porque la dicha interior es
innata. La paz y la felicidad son inherentes a nosotros mismos, y cuanto más
intentamos provocarlas, más nos alejamos de ellas.
La paz comienza con uno mismo, por ello trabaja sobre si mismo. Todos
tenemos un espíritu que puede ser refinado, un cuerpo que puede ser entrenado de
cierta manera, un sendero conveniente para seguir, estás aquí con el solo propósito
de darte cuenta de tu divinidad interior y manifestar tu iluminación innata. Alimenta la
paz en tu propia vida y luego aplica el arte a todo lo que encuentres (Valencia, 2005).
Al vivir conociendo la paz interior que es una cualidad profunda, aunque sutil,
se estará también sintonizando con el poder espiritual de la compasión y del amor,
que será contado entre los más próximos a vivir la plenitud de sus posibilidades
divinas. Pero ¿qué es esta paz personal e interior? Y ¿cómo podemos encontrarla?
La paz personal es ese sentido interior, etéreo, de bienestar emocional y
espiritual, esa tranquilidad profunda que nos llega cuando somos capaces de
desconectarnos de los pensamientos inquietantes, inútiles o amenazantes, y
alcanzar a comprender la realidad de lo que es.
La paz personal, subjetiva, pero muy real, es el sentimiento bien fundado y de
unión, que tenemos cuando nos liberamos de las preocupaciones, el sufrimiento, el
dolor, el estrés y el miedo y somos conscientes de las incontables maravillas que nos
ofrece la vida.
La paz interior es el conocimiento de que todo está bien, la comprensión de
que el ser universal lo tiene todo bajo control, aún cuando nuestro mundo parezca a
punto de explotar. Nos llega cuando nos apartamos mental, emocional y
espiritualmente, y a veces físicamente, de los embrollos mundanos, de los conflictos
o de nuestras responsabilidades mal comprendidas (contacto3Xproyectopv.org,
2000)
La paz interior se convierte en una realidad, cuando trasladamos nuestro
centro desde los problemas que no podemos resolver hasta una visión más elevada
de compresión del por qué; en este traslado, dejamos caer la tristeza y las
preocupaciones, la dicha que queda, es la paz.
Si queremos recorrer con éxito el camino que nos lleva a la paz interior,
tendremos que desmontar algunos de los obstáculos personales que nos atenazan,
el miedo al futuro y las lamentaciones por el pasado, no son más que los primarios.
El viaje completo a la paz interior significa que también tenemos que superar los
baches de la envidia, los desvíos de la impaciencia, las calles sin salida de la
terquedad y los puentes helados de la rigidez, pero debemos viajar. Ese viaje, hacia
la paz personal, no se realiza en un coche aparcado.
El camino de la paz, pasa por la meditación trascendental o la oración en
meditación, que es una disciplina olvidada y mal comprendida. La meditación en
oración es una manera excelente de desarrollar la conciencia aumentada en todas
las áreas de la vida, pero es fundamental para alcanzar la paz interior y para
conservarla.
Cuando nos atrapan las preocupaciones, o las actitudes de ataque o defensa,
estamos desertando en la práctica de nuestras posibilidades de alcanzar ese
bienestar. La persona que está bien, no está en casa, por ejemplo, podemos estar
conduciendo rabiosos por el tráfico y perdernos por completo la hermosa puesta de
sol, en lugar de verla, nos centramos en escenas interiores de preocupación y de
miedo.
La meditación en oración, nos ayuda a trasladar nuestra atención al momento
presente y al control de nuestra mente y de nuestro espíritu, nos vuelve a traer a
casa; podemos soltar nuestras preocupaciones y estar abiertos y conscientes de la
presencia divina; no conocemos otro medio más eficaz para conseguir la paz interior.
Destinar un rato cada día a esta actividad, será el mejor de los remedios para todos
los males que acechan al hombre actual.
Los avatares de la vida cotidiana consumen un esfuerzo enorme, los conflictos
interiores agotan nuestros recursos, se pierde la paz, nos quedamos tan inmersos en
la resolución de esta guerra interior que nos queda poca energía para hacer en el
mundo, algo más. El problema no es que falte energía, aunque nos sintamos
cansados y fatigados, tenemos la energía, el problema es que ésta, está
fragmentada, necesitamos claramente encontrar una base firme para nuestro
bienestar interior, la paz personal es esa base. De modo que, declaramos una tregua
interior, nos permitimos momentáneamente retirarnos de la batalla encarnizada, nos
tomamos un tiempo de sosiego, somos conscientes de nuestras batallas y de nuestro
agotamiento.
Esta conciencia nos sitúa en una encrucijada decisiva, uno de los caminos
conduce de nuevo a la batalla, el otro, conduce al distanciamiento, a la liberación y a
la paz interior. El camino de la reflexión y la meditación, nos lleva a una nueva
perspectiva, nos damos cuenta de que nuestros conflictos interiores no son eternos,
pero no debemos mantenernos distanciados de nuestro deber de obrar. La energía
que alimentó antes nuestra encarnizada batalla interna puede ser utilizada ahora
para vivir creativamente; con la práctica, nos volvemos centrados y serenos, nuestra
energía emocional y espiritual se dispara entonces, hasta las nubes, y estamos
preparados, recargados, renovados para prestar servicio a nuestro mundo.
La paz personal engendra energía. Nuestro incremento eficaz de energía
física y espiritual es consecuencia del descubrimiento de la paz interior y su empleo
más efectivo significa que tenemos menores probabilidades de derrochar sus
preciosos recursos, en preocupaciones, lamentaciones, culpabilidades e
indecisiones, éste, es un paso de gigante, hacia la paz interior al nivel espiritual más
elevado.
Cuando avanzamos por el camino de la paz interior, ésta nos ayuda a
convertirnos en verdaderos pacificadores, pero no en el sentido habitual de resolver
las contiendas de otras personas o de otros pueblos. Por el contrario, nos
convertimos en pacificadores cuando producimos la serenidad en nuestras almas
entonces, nos llenamos de un poder positivo, de un espíritu que nos carga de
energía, y cuando esa energía se utiliza para el bien, aumenta, satisfará todas
nuestras necesidades, y fluirá para ayudar a otros.
Creemos que la paz interior, la paz personal, es la energía vibrante que puede
curar al mundo, que puede producir la paz entre las naciones y puede traer al mundo
una armonía duradera. En realidad, los actos sencillos son las cosas que cambian
nuestras vidas y nuestro mundo, la búsqueda consciente de la paz es uno de ellos, si
nos tomamos enserio la búsqueda de la paz interior, nos convertiremos en
libertadores.
Tu corazón está lleno de semillas fértiles esperando brotar, del mismo modo
que una flor de loto surge del lodo para florecer en todo su esplendor, la interacción
de la respiración cósmica hace florecer el espíritu para que de fruto en este mundo.
La paz se origina con el fluir de las cosas, su corazón es como el movimiento
del viento y de las olas. El camino es como las venas que hacen circular la sangre a
través de nuestros cuerpos, siguiendo el curso natural de la fuerza de la vida. Si
estás separado siquiera un poco de la esencia divina, estás lejos del sendero.
La Verdadera Fuente de Felicidad es la Paz Interior En los últimos años, nuestra comprensión y el control del mundo externo han
aumentado considerablemente, y como resultado hemos sido testigos de notable
progreso material, pero no ha habido un aumento correspondiente de la felicidad
humana, no hay menos sufrimiento en el mundo de hoy, y no hay menos problemas,
de hecho, se podría decir que ahora hay más problemas y una mayor infelicidad que
nunca antes. Esto demuestra que la solución a nuestros problemas, así como a las
de la sociedad en conjunto, no radica en el conocimiento o el control del mundo
externo.
“Si nuestra mente está en paz, estaremos encantados todo el tiempo,
independientemente de las condiciones externas” (Gyatso, 2007) ¿Por qué es esto? La felicidad y el sufrimiento son estados de ánimo, por lo
que sus causas principales no se pueden encontrar fuera de la mente; la verdadera
fuente de felicidad es la paz interior, si nuestra mente está en paz, estaremos
encantados todo el tiempo, independientemente de las condiciones externas, pero si
es perturbado o perturbada en cualquier forma, nunca será feliz, no importa cuán
buenas condiciones exteriores sean. Las condiciones externas sólo pueden
hacernos felices si nuestra mente está en paz, podemos entender esto, a través de
nuestra propia experiencia, por ejemplo, incluso si nos encontramos en los más
hermosos alrededores y tienen todo lo que necesitamos, desde el momento en que
se enoja, cualquier felicidad que puede tener, desaparece, esto se debe, a que la ira
ha destruido nuestra paz interior.
¿Cómo Desarrollar la Paz Interior?
Para desarrollar la paz interior, es necesario mantener la felicidad, la única
manera de hacer esto, es mediante la formación de nuestra mente, a través de la
práctica espiritual, la reducción gradual y la eliminación de nuestra negativa, al
mismo tiempo que se eliminan perturbados estados de ánimo y se sustituyen por
positivos, es decir, por estados pacíficos. Eventualmente esto sucede, al seguir
mejorando nuestra paz interior, la cual experimentará la paz interior permanente o
"nirvana". Una vez que hayamos alcanzado el “nirvana”, estaremos encantados en
toda nuestra vida, y en la vida después de la vida.
No es la mente la que necesita paz, sino el corazón. La mente y el intelecto no
pueden captarla, tienen una función distinta. La paz, la alegría y la auténtica felicidad
no existen para que pensemos sobre ellas, sino para que las sintamos, se podría
decir que, detrás del hecho de estar vivo se esconde un sentimiento, no hay
explicación que valga, es algo que debemos sentir, porque eso es lo que nos
reconforta.
En ese sentimiento hay alegría, hay satisfacción, y hemos de vivir la vida a
partir de él. Creemos, que necesitamos una explicación de lo que es la paz, pero la
paz no se puede explicar; sólo se puede sentir, la satisfacción hay que sentirla,
cuando estamos satisfechos, algo dentro de nosotros dice muy claramente: “Sí, estoy
lleno”, si se tiene sed, no le servirán de nada mil fotos de otras personas bebiendo
agua, lo único que puede satisfacer a esa persona, es beber agua.
LA PAZ INTERIOR Y EL EQUILIBRIO EN LA VIDA La paz interior y el equilibrio, son de gran importancia en la vida de todos.
Estos, son altamente valorados por la mayoría de la gente, aunque realmente pocos
lo poseen. Sin embargo, todos pueden desarrollarlos, algunos más, algunos menos.
¿Qué es la paz interior y el equilibrio interior? Su significado es la presencia
de autocontrol, la disciplina y la capacidad de no dejar que los acontecimientos
influyan en nuestras emociones, acciones y reacciones. Su presencia significa, la
posesión de sentido común y buen juicio, y de no dejar que el mundo externo agite
nuestro mundo interior.
¿Cuántas veces ha sido abrumado por las emociones, pierde su
temperamento y llegó enojado o impaciente? ¿Cuántas veces ha lamentado acerca
de sus reacciones o actitudes? ¿Gritar a sus hijos, cónyuge, compañeros de trabajo
o empleados? ¿Usted se enoja con ellos? ¿Está usted satisfecho con esta situación?
¿Dejar que su trabajo, el tiempo, otras personas, las películas o los periódicos
influyan en la manera en como usted se siente y piensa? ¿Distraer los eventos fuera
de tu mente y te hacen pensar acerca de ellos, en lugar de lo que usted elija para
pensar? Esta es la pérdida de equilibrio interior y la falta de paz interior (Remez,
2006)
La falta de equilibrio interior, causa fluctuaciones de las emociones, falta de
decisión y pérdida de tiempo innecesaria en pensamientos, emociones y acciones.
Entonces, ¿cuál es el remedio? Los momentos inmediatamente después de
despertar, son importantes, e influyen en el estado de ánimo del día, estos
momentos, tienen que ser utilizados correctamente. Después de despertar en la
mañana, en lugar de pensar en las dificultades o las tareas que están a la espera de
usted, sonría y dígase que es un maravilloso día, piense en las cosas agradables
que va a hacer, no acerca de las dificultades, repita a sí mismo, en varias ocasiones,
que hoy va a mantener el equilibrio interior, el sentido común y la paz de la mente.
Desde el momento en que se levante hasta que se vaya a dormir por la noche, trate
de mantener algún destacamento, esto quiere decir, que no reaccionen
inmediatamente a las situaciones, palabras, emociones o pensamientos, tal vez, no
sea tan fácil, pero si usted va a perseverar, ganará. Tome unas respiraciones
profundas y cuente hasta 10 antes de actuar (Remez, 2006).
Siempre recuerde que si usted desciende en un valle, sigue caminando hacia
adelante, para llegar a un punto donde empezará a subir, no importa lo que suceda,
recuerde que siempre hay una salida. Después de cada caída hay de nuevo un
aumento. Este conocimiento le ayudará a recuperar su paz interior y equilibrio,
cuando se enfrenten a dificultades y obstáculos.
El desarrollo de fuerza interior y la capacidad de hacer la mente tranquila, a
través de ejercicios de concentración, meditación, desasimiento, visualización o
afirmaciones, le llevará un largo camino hacia alcanzar y mantener el equilibrio
interior y la paz.
LA PAZ ES EL CAMINO
“No hay camino hacia la paz; la paz es el camino” (Gandhi, citado por
Subirons D, 2007). La paz, es una virtud que coloca en el ánimo de quienes la viven, tranquilidad
y sosiego, por tanto, se constituye como una necesidad esencial de la propia
naturaleza relacional humana; su vivencia, no es el privilegio de unos pocos, sino de
todas las personas, por el hecho de la propia dignidad universal.
La paz no es fácil, es una lucha hasta el fin, la matanza de los malos deseos y
de la falsedad interior. En algunas ocasiones, la voz de la paz resuena como un
trueno, sacudiendo a los seres humanos y sacándolos de su letargo; escuchemos
esa voz, para no dejar de luchar por la paz, para no hacer las paces con la guerra, ni
levantar guerras con la paz, y como dijo el poeta: "Tierra sin ningún cautivo. / Una
paloma volando, / libre de olivo en olivo" (Arias, 2007).
La paz se diferencia de la guerra, en que luchar por ella no da héroes, sino
mártires; en que la sangre inocente de sus víctimas, no es un testimonio mentiroso
de vanagloria, sino verdadero de justicia.
La paz sólo puede conducirse a través de la paz, sólo crece donde se
siembra, no hay paz que crezca sobre el terreno de la mentira. Hay quienes justifican
la guerra, para en términos generales alcanzar la paz, pero lo que no saben es que
éste es el camino más destructivo que puede existir en la historia, la mayoría de
nosotros hemos perdido el amor y el acercamiento entre nosotros, debido a la
rivalidad y por el desenfreno de alcanzar nuestras metas, olvidándonos del prójimo, y
promoviéndonos por la existencia del egoísmo, lo cual nos convierte en seres
agresivos, egoístas y hasta egocéntricos, creemos que nuestras relaciones
mejorarán cuando alcancemos la paz, y ésta no se alcanza por arte de magia,
debemos tener presente que la paz personal es estar en equilibrio con el entorno, la
naturaleza, los semejantes, respetar nuestro entorno, vivir en armonía y basarnos en
amor hacia todo lo que nos rodea.
Cuando el Maestro Gandhi, llamó a la marcha de los brazos caídos evocó la
fuerza de la naturaleza y pudo crear armonía entre todos sus fieles y su entorno,
dicha marcha cautivó al mundo e impresionó a los ingleses sin saber como
reaccionar. Esto simboliza el solo hecho que donde existe paz y armonía, ninguna
fuerza adversa realizada por el hombre puede hacer daño.
La paz requiere un amor profundo por la libertad, sólo quien aspira ser libre es
capaz de entender que la libertad no surge de la guerra ni de la muerte, sino de
haber sido constructores leales de la convivencia.
La paz interesa a todos, porque el único y principal acuerdo para construir una
nueva sociedad es tomar la decisión de que ésta sólo crece donde se siembra. Por
consiguiente, la paz no puede fundarse sobre una falsa retórica ni sobre una
palabrería fácil. Quien dirige la paz debe decir siempre la verdad, no hay paz que
crezca sobre el terreno de la mentira.
♦ La paz sólo crece donde hay justicia social, nos otorga el derecho al pan
nuestro de cada día.
♦ La paz requiere un amor profundo por la libertad, sólo quien aspira a ser
libre es capaz de entender que la libertad no surge de la guerra ni de la
muerte, sino de haber sido constructores leales de la convivencia.
♦ La paz sólo es posible en el desarrollo, ya lo decía Pablo VI en 1967: “El
desarrollo es el nuevo nombre de la paz”.
♦ La paz requiere la participación comunitaria, que todos nos pongamos a
trabajar aquí y ahora (Rodríguez, 2000). Requiere que haya un compromiso
de todos por conseguirla, lo más grave no son los hechos de violencia o
criminalidad incontrolable de quienes actúan en una cultura de la muerte en
las parcelas centroamericanas, lo más grave, es la omisión de los que
debieran trabajar por la paz, es esa mayoría silenciosa y pasiva de los que no
se atreven a poner un compromiso claro sobre la balanza de la paz para
inclinar a favor de la misma el respaldo de toda la población.
♦ La paz necesita constancia, cada día debería comenzar con un
agradecimiento a Dios por el don de la vida y con una petición a Él para que
haga de nosotros instrumentos de la paz.
El Papa Juan Pablo II, habló del derecho a la paz, como el derecho que hace
posible el cumplimiento de todos los demás. La paz es un deber que reclama
acciones en su favor de parte de los gobernantes y de los gobernados, del industrial,
de los religiosos, en fin, de todos, porque nuestros esfuerzos deben desembocar en
la paz.
Tenemos que educarnos en la reconciliación. Quedan todavía en Centro
América muchas heridas no sanadas, mucha ira, odio y rencor. Educar para la paz,
significa abrir puestos de trabajo, en algunas oportunidades, ganar menos de lo que
se piensa, pero ganarlo en paz, trabajar con mayor calidad lo que se produce y
producirlo en paz.
Es preciso que entendamos que la paz es posible, que no hay guerras
inevitables, que la paz es dinámica y creadora de nuevas estructuras de convivencia
ciudadana, que la paz debe ser hecha tanto en el corazón de cada uno, como en la
mano que sale de cada uno para estrechar la del prójimo.
Construir la paz no es solamente hablar de ella, mas bien podríamos
compararla con un tejido donde cada puntada cuenta, es necesario trabajar por la
paz:
♦ Trabaja por la paz, la familia donde se excluye la violencia contra los hijos
y de la pareja entre sí.
♦ Trabaja por la paz, la escuela que renuncia al castigo físico y psicológico
para reconvenir desde los valores a quienes hayan transgredido los códigos
de la convivencia escolar.
♦ Trabaja por la paz, el empresario que paga el salario justo.
♦ Trabaja por la paz, quien labora honradamente.
♦ Trabaja por la paz, quien aplica el sistema preventivo para no tener que
cortar mañana el árbol que hoy ha comenzado a torcerse.
♦ Trabaja por la paz, quien evita la corrupción por acción y quien, para no
caer en la omisión de combatirla, la denuncia.
♦ Trabaja por la paz, quien dice siempre la verdad.
♦ Trabaja por la paz, quien vive en paz consigo mismo.
LA PAZ, FIN COMÚN PARA LA EDUCACIÓN
La educación es definida como: El proceso bidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la palabra: está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes (Wikipedia Foundation, Inc, 2008).
La educación es uno de los pilares principales para edificar una sociedad en
bienestar y satisfacción plena, juega un papel transcendental en la trasmisión de
valores y pautas sociales; para tal fin, se deben emprender acciones que inicien en el
hogar, ya que éste es el núcleo de la sociedad y cuna de la educación.
Debemos plantearnos la educación como un acto consciente en el que
tenemos que saber hacia que modelo de sociedad y de ser humano apuntamos,
comprometiéndonos como profesionales y personas.
Es por ello que:
♦ Un niño educado con amor, dará amor y sabrá valorar el afecto
proveniente de las personas que lo rodean.
♦ Un niño que se le preste la atención que necesita y se le dé la libertad sin
llegar a un punto excesivo en ambos casos, será una persona que podrá
actuar efectivamente frente a la vida.
♦ Un niño con valores como el respeto, la honestidad, responsabilidad,
disciplina, compromiso, comprensión, entre otros y principios firmes, poseerá
una personalidad no manipulable.
Lo anterior, son sólo pequeñas acciones que se pueden y deben emprender
desde el hogar para llegar a la formación de personas constructoras de paz.
La palabra paz, también tiene diversos significados, esta supone un nivel
reducido de violencia directa y un nivel elevado de justicia. Se persigue la armonía
social, la igualdad, la justicia y, por lo tanto, el cambio radical de la sociedad. La paz,
no es lo contrario de la guerra sino la ausencia de violencia estructural, la armonía
del ser humano consigo mismo, con los demás y con la naturaleza.
La paz empieza por el rechazo de la violencia como forma de solucionar los
conflictos, para que esto pueda ser posible, se debe dar un amplio consenso al
respecto, es decir, la paz se debe interiorizar culturalmente y eso supone erradicar la
cultura de la guerra y la violencia como forma de resolver los problemas, que genera
el modelo de desarrollo actual.
Si interrelacionamos los términos educación y paz, podríamos describir a la
educación para la paz.
La educación para la paz, debe asentarse en una base sólida y realista.
Cualquier intento de educación si no se tiene un buen fundamento en la realidad,
será poco efectiva, y en el caso de la educación para la paz, es fundamental partir de
ella para comprenderla y poder transformarla. Desde está realidad se deberían evitar
dos tendencias que suelen aparecer, una es la de desanimarse o de abandonar
antes de empezar, al postular que sólo habrá paz cuando se haya producido una
conciencia universal y se haya renunciado a la violencia, la otra tendencia gira sobre
la idea de que cambiando las estructuras políticas, económicas y sociales es
suficiente para que haya paz. Esto es cierto, y sería necesario, pero las estructuras
responden a un modelo de sociedad, desarrollo, concepción y escala de valores que
lo preside. Por tanto, es fundamental generar una conciencia social y un cambio en
los valores, para que se pueda incidir en la erradicación de los factores estructurales
y coyunturales que generan la violencia y así construir una cultura de paz.
La cultura de la paz se centra sobre todo en los procesos y en los métodos
para solucionar los problemas, y esto supone generar las estructuras y mecanismos
para que se pueda llevar a cabo. Su generalización persigue la erradicación de la
violencia estructural (pobreza, marginación, etc…), así como la violencia directa,
mediante el uso de procedimientos no violentos en la resolución de conflictos y
mediante medidas preventivas.
El camino es un proceso mixto de creación de conciencia individual y social,
junto con los cambios de estructuras sociales, económicas, políticas y culturales para
avanzar en la construcción de la cultura de la paz. Es un proceso lento, que supone
un cambio de mentalidad individual y colectiva, en este cambio, la educación tiene un
papel importante, ya que incide desde las aulas en la construcción de los valores de
los que serán futuros ciudadanos, permitiendo la evolución del pensamiento social.
Es importante, que se genere un proceso de reflexión sobre como se puede incidir en
la construcción de la cultura de paz, desde los medios de comunicación, las familias,
empresas, organizaciones no gubernamentales, asociaciones ciudadanas, etc,
tratando de generar una conciencia colectiva sobre la necesidad de una cultura para
la paz, arraigada en la sociedad con tanta fuerza que no deje lugar a la violencia.
Un buen punto de partida es sembrar en la sociedad una diversidad de valores
y actitudes como el compromiso, la responsabilidad, la participación, el respeto, la
igualdad, la solidaridad, la tolerancia, entre otros, ya que la cultura de paz está
estrechamente unida a una conciencia basada en buenos principios, dejando de lado
los perjuicios ideológicos y el egoísmo, para alimentar la esencia de una sociedad
condescendiente.
Nunca es tarde para comenzar, y debemos considerar la paz como un
proyecto de vida, el cual podemos ampliar poco a poco mediante todos los medios
que sea posible. No dejemos de un lado el hecho de que para alcanzar dicho
proyecto, debe existir una participación colectiva, sin exclusión de personas y, sobre
todo, tomar en cuenta que no bastan las palabras, lo más importante son los hechos.
Podemos describir algunos principios fundamentales para la construcción de
la cultura de paz, como los son:
♦ Combatir todas las formas de discriminación.
♦ Promover los principios y las prácticas democráticas en todos los ámbitos
de la sociedad.
♦ Erradicar la pobreza y la búsqueda de un desarrollo sostenible que
beneficie a todos y que proporcione a cada persona un marco de vida digno,
promoviendo la justa distribución de la riqueza, el libre flujo informativo y los
conocimientos compartidos.
♦ La movilización de la sociedad civil con el fin de forjar en los jóvenes el
deseo ferviente de buscar nuevas formas de convivencia, basadas en la
conciliación, la generosidad y la tolerancia.
♦ Educar y aprender a resolver los conflictos. El conflicto está presente de
manera permanente en nuestra sociedad como manifestación de la diversidad
de intereses, suelen tener diversidad de causas y argumentaciones:
territoriales, culturales, económicas, sociolaborales, etc., tradicionalmente se
resuelven mediante el uso de la fuerza y mediante la imposición de la voluntad
del más fuerte. No hay soluciones mágicas pero hay mecanismos para
resolver los conflictos de forma diferente y que forma parte de la cultura de la
paz:
o Eliminación de los factores socioeconómicos que pueden generarlo.
o Desarrollo de una justicia nacional e internacional.
o Previsión del conflicto mediante la observación y política e intervenir
para redimensionarlo.
o Control y autocontrol de la agresividad.
o Diálogo, negociación o mediación sin que obligatoriamente haya
vencedores y vencidos.
♦ Construir y potenciar en el proceso de aprendizaje unas relaciones
fundamentales en la paz entre las familias, ciudadanos y el poder. De ello se
deriva la necesidad de afrontar los conflictos que se den en la vida y en la
sociedad de forma no violenta.
♦ Intervenir desde los diferentes ámbitos de influencia (escuela, ONG,
familias, medios de comunicación, etc.) para promocionar situaciones que
favorezcan la comunicación y convivencia de las personas.
Cultura de Paz y Educación para la Paz
El anhelo de paz en los seres humanos es tan antiguo como su propia
existencia, matizada ésta de conflictos diversos con el medio natural y social que los
rodea. En la historia de la humanidad han existido significativos e importantes
momentos en la búsqueda de la paz. Nos interesa aquí, detenernos de manera
general en los tiempos en que toman forma contemporánea, como pensamiento
social, más o menos organizado, los conceptos de cultura de paz y educación para la
paz, después de la Segunda Guerra Mundial, al calor del desarrollo del movimiento
democrático internacional que sigue a la derrota del fascismo y vinculado así mismo
a la extensión del socialismo en Europa y Asia y a los avances de los movimientos
de liberación nacional en Asia y África.
Desde su surgimiento en la Conferencia de Londres (noviembre 16 de 1945),
la UNESCO dejó explícita su finalidad: “utilizar, proteger, aumentar y difundir la
educación, la cultura y la ciencia, que puedan contribuir significativamente a la paz y
a la seguridad”, o sea, no se trata de acrecentar o difundir el conocimiento por el
conocimiento mismo (Carr, 1948). La concepción de Cultura de Paz está en los
principios fundacionales de la UNESCO y ha sido desarrollada por muchas
personalidades a lo largo de las últimas décadas. Del mismo modo, no han faltado
las voces que han criticado las posiciones de países miembros o de individuos que
se han apartado de estos principios y han tratado de alejar de ellos a la organización.
La actual visión de Cultura de Paz supone una forma de convivencia socio-
cultural que se caracterice por la vivencia de los derechos humanos, el desarrollo
sustentable y el desarrollo humano, la justicia, el respeto a las diferencias, la
democracia, las nuevas relaciones con la naturaleza, la superación de la pobreza y la
solidaridad en las relaciones humanas, que vincule estrechamente componentes
universales y nacionales. No es sinónimo de homogeneización social, ni de
desaparición de diferencias y conflictos, sino de difundir una cultura de las
diferencias, de la tolerancia, de la negociación, de la concertación, del diálogo; bien
entendido que no deben ser toleradas las diferencias que supongan injusticia u
opresión y que el desarrollo debe estar en torno a las personas y no las personas en
torno al desarrollo.
La educación, como la cultura, ha estado matizada tradicionalmente por la
intención de lograr la paz entre los seres humanos. Se trata de concebir la cultura
como objetivo de la educación, en la promoción de la paz como valor humano.
La política exterior del mundo socialista que toma cuerpo en los años 50,
representó, sin duda, un poderoso impulso a la difusión de las ideas en torno a la
paz. El apoyo de los países socialistas y del movimiento comunista internacional al
movimiento mundial por la paz es bien conocido.
La teoría y la práctica de la educación para la paz han ido evolucionado desde
entonces. Forjar en la mente de los hombres los baluartes de la paz, ha sido y es la
idea central de esta tendencia, al calor de la cual han surgido instituciones tan
importantes, como por ejemplo, el Instituto Internacional para el Mejoramiento de los
Manuales Escolares, (Alemania, Reunión Internacional de Profesores de Historia,
1951), que nació con el objetivo de revisar el contenido de los libros de texto que
utilizaban los escolares de los países contendientes en la Segunda Guerra Mundial y
que posteriormente ha realizado una significativa labor en la educación para la
comprensión internacional.
La convicción de que la lucha por la paz requiere una formación profesional
hace que en 1970 surja la Academia Internacional de la Paz, patrocinada por algunas
personalidades ligadas a la ONU, con el objetivo de adiestrar a diplomáticos,
militares, ejecutivos y estudiosos en general.
La sistematización de las ideas relacionadas con la educación para la paz en
sus versiones más recientes, data de los años 80, siempre desde diferentes ángulos
y asumiendo distintas posiciones en consonancia con puntos de partida derivados de
diversas corrientes del pensamiento social. Por ejemplo, el pedagogo checoslovaco
Otakar Chaloupka (1984) habla de educación a favor de la paz como parte de la
educación integral, la cual debe dirigirse a inculcar en niños y jóvenes, actitudes,
principios y valores contra la guerra, que no es ya una alternativa a la paz, sino que
es equivalente a la liquidación de la especie humana. La paz, es la única posibilidad
de la humanidad de sobrevivir, por eso esta temática es importante desde el punto
de vista social y pedagógico para el movimiento mundial por la paz en sentido actual
y perspectivo. Con acierto señala este autor que la educación a favor de la paz está
vinculada a la concepción de la educación en cada país, a su realidad social, a su
sistema social, a su política gubernamental y a otros factores, y ciertamente, en los
últimos años, han surgido diversas interpretaciones acerca de la educación para la
paz, desde las más abarcadoras conceptualmente, hasta las que le confieren una
proyección limitada a la subjetividad del individuo.
Es evidente que hoy, cuando estamos ante la mayor ola de violencia que ha
conocido la humanidad, se ha llegado a la conclusión de que no basta el estudio
jurídico de las relaciones internacionales y el establecimiento de regulaciones en este
sentido, para conservar la paz. Hay que estudiar los elementos que desatan la
agresividad en los individuos y enseñarles habilidades que les permitan disminuir,
hasta donde sea posible, el uso de la violencia en sus diferentes manifestaciones,
buscando la solución pacífica de los conflictos entre las personas. Además, al
extenderse la violencia a diversos espacios de la vida social, la familia, las escuelas,
las ciudades y al convertirse el gusto por ella en una mercancía que se vende en
libros, revistas, películas, videos, se pone de manifiesto el vínculo entre la violencia
como parte de la vida cotidiana de las personas y la violencia como recurso de los
Estados para solucionar sus conflictos. Por ello, estas cuestiones se convierten en
componentes del objeto de estudio de ciencias sociales como la pedagogía y la
psicología (Rojo, 1999).
La paz, un valor fundamental para las personas, las familias y las naciones
Vivir la fraternidad y la armonía entre los seres humanos son los ideales de
paz que más se predican, en contraposición al desastre, la guerra y a todo género de
conflictos, pero la paz no comienza desde afuera, sino desde adentro, puede
depender de las decisiones de altos funcionarios de cuya paz interior logra
desprenderse, al cumplimiento de su ministerio para el bienestar común.
La paz es un valor que suele perderse fácilmente de vista, cuando una nación
entra en conflicto con otra y tenemos que vivir sus consecuencias o cuando en la
familia los problemas comienzan a surgir, comenzamos a apreciar el valor que tiene
la paz, tal como la salud, no se valora hasta tanto no se hace presente la
enfermedad.
La paz puede verse a nivel internacional o a nivel personal, pero en cualquier
perspectiva debemos entender que no surge como producto de un "no meterse con
nadie", con un dejar hacer a los demás para que me dejen "vivir en paz". La calma y
tranquilidad tampoco se da, necesariamente, como producto de convivir con
personas afines, las dificultades entre los seres humanos suele ser algo común.
Quien sabe vivir en paz, lo identificamos como una persona que:
♦ Es posible llegar a un acuerdo, aunque sea pequeño y de poca
importancia.
♦ No tiene una marcada tendencia a buscar en las palabras y actitudes un
doble propósito, normalmente positivo.
♦ No se siente aludido y agredido ante cualquier circunstancia.
♦ No busca por todos los medios "salirse con la suya".
♦ En el trabajo o los negocios no crea dificultades inexistentes.
♦ No discute con facilidad.
Una de las grandes fuentes de la paz, está en la familia. Los esposos deben
ser conscientes que al crear el vínculo conyugal, se comienza a dar la fusión de
distintas costumbres y formas de pensar. El arte de convivir, olvidarse del afán de
dominio y buscar el justo medio entre las diferencias, trae la armonía como
consecuencia. En otras palabras, es necesario aprender a conversar y obtener
propósitos de mejoras que beneficien a todos en la familia.
En cuanto a la paz familiar, no olvidemos que todas las actitudes de los padres se
reflejan en los hijos, por eso es importante:
♦ No discutir o quejarse de los demás delante de ellos.
♦ Saber sonreír aún en las dificultades.
♦ Evitar que todos sufran las consecuencias de nuestro mal humor.
♦ Enseñar a disculpar.
♦ Crear las condiciones para hacer agradables todos los momentos de
convivencia.
El Humanismo y la Paz En distintas partes del mundo existen tensiones y guerras y también donde no
se vive la tragedia de la guerra se han extendido sentimientos de miedo y de
inseguridad. Además, fenómenos como el terrorismo a escala mundial hacen frágil el
límite entre la paz y la guerra, perjudicando seriamente la esperanza del futuro de la
humanidad. Es claramente necesaria una acción común en el plano político,
económico y jurídico, pero antes que nada, es necesaria una reflexión compartida en
el plano moral y espiritual.
Se debe pensar en eliminar la violencia en su raíz, es decir, si el ser humano
no se orienta decididamente a la búsqueda de la paz, de lo bueno y de lo justo para
así reducir el armamento de los Estados. Se emplean enormes recursos materiales y
humanos para gastos militares y para armamentos, en vez de destinarlos a proyectos
de desarrollo de los pueblos, especialmente de los más pobres y necesitados de
ayuda.
Hay que hacer lo posible para que la economía se oriente al servicio de la
persona humana, a la solidaridad y no solo al provecho. Desde el punto de vista
jurídico, los Estados están llamados a renovar su compromiso, en particular para el
respeto de los tratados internacionales vigentes, en el desarme y el control de todos
los tipos de armas, así como para la ratificación y la consiguiente entrada en vigor de
los instrumentos ya adoptados, como el tratado sobre la prohibición general de los
experimentos nucleares, finalmente, exigir un esfuerzo contra la proliferación de las
armas ligeras y de pequeño calibre.
Es cada vez más necesaria que se difunda la cultura de la paz y que se
eduque a la paz, sobre todo a las nuevas generaciones. El derecho humano a la paz
es fundamental, del que depende el ejercicio de todos los demás derechos.
La guerra nunca es inevitable y la paz, es siempre posible. Ha llegado por
tanto el momento de cambiar el curso de la historia, de recuperar la confianza, de
cultivar el diálogo y de alimentar la solidaridad.
El futuro de la humanidad depende del compromiso de todos. Sólo si se persigue un humanismo integral y solidario, en cuyo contexto asume una naturaleza ética y espiritual el tema del desarme, la humanidad podrá caminar hacia la deseada paz auténtica y estable (Benedicto XVI, 2008).
Medidas para promover la paz y la seguridad internacional ♦ Promover el desarme general y completo bajo control internacional estricto
y efectivo, teniendo en cuenta las prioridades establecidas por las Naciones
Unidas en la esfera del desarme.
♦ Inspirarse, cuando proceda, en las experiencias favorables a una cultura
de paz, obtenidas de las actividades de "conversión militar" realizadas en
algunos países del mundo.
♦ Destacar la inadmisibilidad de la adquisición de territorios mediante la
guerra y la necesidad de trabajar en pro de una paz justa y duradera en todas
las partes del mundo.
♦ Alentar la adopción de medidas de fomento de la confianza y actividades
para la negociación de arreglos pacíficos de los conflictos.
♦ Tomar medidas para eliminar la producción y el tráfico ilícitos de armas
pequeñas y ligeras.
♦ Apoyar actividades, a los niveles nacional, regional e internacional,
encaminadas a la solución de problemas concretos que se produzcan después
de los conflictos, como la desmovilización y la reintegración de
excombatientes en la sociedad, así como de refugiados y personas
desplazadas, la ejecución de programas de recogida de armas, el intercambio
de información y el fomento de la confianza.
♦ Desalentar y abstenerse de adoptar cualquier medida unilateral que no
esté en consonancia con el derecho internacional y la Carta de las Naciones
Unidas y dificulte el logro pleno del desarrollo económico y social de la
población de los países afectados, en particular mujeres y niños, impida su
bienestar, cree obstáculos para el goce pleno de sus derechos humanos,
incluido el derecho de todos a un nivel de vida adecuado para su salud y
bienestar y el derecho a los alimentos, la atención médica y los servicios
sociales necesarios, al tiempo que se reafirma que los alimentos y los
medicamentos no deben utilizarse como instrumento de presión política.
♦ Abstenerse de adoptar medidas de coacción militar política, económica o
de cualquier otra índole, que no estén en consonancia con el derecho
internacional y la Carta y cuyo objetivo sea atentar contra la independencia
política o la integridad territorial de los Estados.
♦ Recomendar que se dé la consideración adecuada a la cuestión de las
repercusiones humanitarias de las sanciones, en particular para las mujeres y
los niños, con miras a reducir al mínimo las consecuencias humanitarias de las
sanciones.
♦ Promover una mayor participación de la mujer en la prevención y la
solución de conflictos y, en particular, en las actividades en que se promueva
una cultura de paz después de los conflictos.
♦ Promover iniciativas de solución de conflictos como el establecimiento de
días de tranquilidad, para llevar a cabo campañas de vacunación y distribución
de medicamentos, corredores de paz para permitir la entrega de suministros
humanitarios y santuarios de paz, para respetar el papel fundamental de las
instituciones sanitarias y médicas, como hospitales y clínicas.
♦ Alentar la capacitación en técnicas de entendimiento, prevención y
solución de conflictos impartida al personal interesado de las Naciones
Unidas, las organizaciones regionales pertinentes y los Estados miembros,
previa petición, cuando corresponda.
BATALLAS QUE DEBEMOS VENCER PARA QUE LA PAZ TRIUNFE
El mundo será conquistado por las ideas y no por la fuerza, cuyo poder para
juzgar y dominar a la humanidad será cada vez menor. Sólo la paz y la cooperación
entre los pueblos, serán capaces de preservar la humanidad del terror y la muerte
con la que amenazan por la vía del saqueo, la explotación, las guerras y la
destrucción de las condiciones de vida del planeta.
Si queremos lograr la paz, la herramienta más poderosa que tenemos es
nuestra intención que hace milagros (literalmente). Si cada uno de nosotros logramos
enfocar nuestra intención en lograr la paz mundial, los problemas bélicos se van a
resolver fácilmente.
Cuba, fue el primer país que habló sobre la necesidad de una lucha
internacional contra el terrorismo. Lo hizo a pocas horas de la tragedia sufrida por el
pueblo norteamericano el 11 de septiembre, cuando el Comandante Fidel Castro
expresó textualmente: "Ninguno de los actuales problemas del mundo se puede
resolver por la fuerza. La comunidad internacional debe crear una conciencia mundial
contra el terrorismo. El mundo no tiene salvación si no sigue una línea de paz de
cooperación “
Las Guerras El valor de la guerra hoy en día es la seguridad. La guerra contra el terror o
terrorismo ha eclipsado totalmente la guerra contra la pobreza, piensa en terror. ¿No
sería terrorífico estar completamente vencido y humillado por la vida, sin saber si el
día siguiente traerá agua, comida, un doctor, trabajo, etc.? 30,000 personas mueren
diariamente por enfermedades y pobreza. Las oportunidades de crecimiento como
persona, educación, salud, nutrición y acceso a agua potable simplemente no están
disponibles para millones de personas (Juventud Franciscana Internacional, 2004). El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan ha dicho que “la
seguridad mundial se trata tanto de gobierno, derechos humanos y justicia social,
como de arsenales”, 900 billones de dólares podrían proveer los recursos necesarios
para educar y alimentar millones de personas, lo que defendería más derechos
humanos que cualquier guerra en la historia (Juventud Franciscana Internacional,
2004).
¿Podría ese dinero también lograr paz? La resolución de conflictos puede
parecer un tema complejo, pero la necesidad de paz es evidente. La reconciliación
abarca componentes fundamentales como el perdón, entendimiento mutuo y respeto
de persona a persona, y es necesaria para lograr la paz y prevenir conflictos.
La reconciliación es la consolidación de relaciones sociales constructivas entre grupos con diferentes poblaciones, reconociendo la necesidad de desarrollar un entendimiento común de las causas y naturaleza del conflicto y compartir nociones de responsabilidad (Juventud Franciscana Internacional, 2004).
En sociedades saliendo de un conflicto, los excombatientes deben ser
desarmados, paralizados y deben recibir asistencia para encontrar trabajo. Para
lograr la entrega voluntaria de armas con frecuencia, se ofrecen incentivos no
monetarios, algunos de estos recursos incluyen herramientas, escuelas, materiales
para construcción, servicios de salud y reparación de caminos, estos programas son
componentes vitales para lograr una paz duradera.
La Pobreza Es una situación o forma de vida que surge como producto de la imposibilidad
de acceso y/o carencia de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y
psíquicas básicas humanas que inciden en un deterioro del nivel de calidad de vida
de las personas, tales como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia
sanitaria o el acceso al agua potable.
El hecho de que, en la mayoría de los países que están en guerra, abunde la
pobreza, es prácticamente un patrón que se repite. Basado en datos oficiales, la
suma de los muertos en las conflagraciones bélicas donde participaron Estados
Unidos e Inglaterra está alrededor de 67.649.760 de muertos (UNICEF, 2002).
Para poder llevar a cabo una guerra, es necesario contar con un gran capital
económico. A continuación se presenta un pequeño conteo de la inversión para
varias de ellas:
♦ I guerra mundial: 4 billones de dólares.
♦ II guerra mundial: 2 billones, 350 millones de dólares.
♦ Guerra de Vietnam: 720 mil millones de dólares.
En conjunto, contando 11 conflictos armados, se gastaron alrededor de 7
billones, 820millones de dólares (UNICEF, 2002).
El director de la UNICEF, señala que en Irak las cifras “demuestran que hay
una emergencia humanitaria”; señala un aumento drástico de la mortalidad infantil.
Mientras se invierte tanto dinero en aquellos conflictos, la pobreza azota al
mundo de hoy; de un total de 6.000 millones de habitantes, 2.800 millones viven con
menos de 2 dólares diarios y 1.200 millones con menos de 1 dólar. En los países
pobres, los niños que mueren antes de cumplir 5 años son 20 de cada 100.
Hoy en día, más de mil millones de niñas y niños sufren las consecuencias de
la pobreza, por decisiones de gobiernos que desconocen la convención de los
Derechos del niño.
El décimo informe anual sobre el Estado Mundial de la Infancia, presentado
en la Escuela de Economía de Londres, sostiene que 640 millones de niños carecen
de una vivienda adecuada, 400 millones no acceden al consumo de agua potable y
270 millones están privatizados del servicio de salud (UNICEF, 2002).
La pobreza y marginación suelen ir acompañadas de tensiones, agresividad y
malos tratos en el entorno familiar, cuyas principales victimas son las mujeres y
niños. A veces, la salida de esta situación se busca en la evasión a través del
alcohol, las drogas y/o el abandono familiar. Los niños que crecen en este ambiente
suelen sufrir carencias afectivas y desarraigo familiar; su rendimiento escolar suele
ser muy bajo y la mayoría termina por fracasar los estudios y abandonan la escuela.
Ahora, se presentan algunas cifras alarmantes sobre el analfabetismo en
America Latina: El 10% de la población latinoamericana es analfabeta, lo que supone
34 millones de iletrados en la región, comunicó el secretario general de la
Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) para la educación, la ciencia, y la
cultura, Álvaro Marchesi. Además, 110 millones de Latinoamericanos ni siquiera
terminan la educación primaria, lo que supone el 40% de la población (Graham,
2002). Estas cifras son claros resultados de la pobreza que viven nuestros pueblos;
no debemos quedarnos con el solo hecho de que las conocemos, sino reaccionar
ante esta situación tan clara y palpable, pues es un factor fundamental para mejorar
la educación y que también lo hagan las condiciones sociales de la ciudadanía; gran
parte de esta mejora esta en manos del estado, pero antes de eso, es primordial un
pueblo conciente que sepa valorar las oportunidades que se les brindan, es decir,
que sepa exigir de la mejor manera lo que por derecho le corresponde, asimismo
presentar su voz de protesta ante el mundo por aquellas personas que mueren por la
pobreza.
Obtendremos la paz tan anhelada cuando podremos combatir la pobreza
desde el punto de vista espiritual y social. Es nuestro anhelo que los pueblos y
gobiernos del mundo tengan como meta, lograr la pacificación interna e internacional,
única manera de lograr la felicidad y bienestar de todos. Somos predominantemente
pacifistas y desdeñamos la dominación en cualquiera de sus modos; así mismo,
rechazamos toda forma de injusticia y prepotencia. Queremos la paz, no guerras ni
miserias provocadas por las codicias de los hombres y de los pueblos, y está en
nuestras manos, palabras y conciencia conseguirla; solo debemos aprender a
usarlas como constructores de paz.
Los Prejuicios “Las guerras comienzan en la mente de los hombres, es en la mente de los
hombres que han de construirse las defensas de la paz” (García, 2008). Por lo tanto,
parecería que ninguno de nosotros puede evadir la responsabilidad de por lo menos
“desarmar” nuestros prejuicios, que suelen hallarse en la raíz de nuestra incapacidad
de llevarnos bien los unos con los otros en las familias, las comunidades o en los
planos nacional e internacional. La otra cara de la moneda, desde luego, está
constituida por las medidas que los gobiernos pueden adoptar para promover el
desarme general y completo y lograr una paz duradera en este planeta.
Así mismo, a medida que los prejuicios de sexo, credo, raza, clase y
nacionalidad, sean abandonados en un espíritu de dedicación a la unidad de la
humanidad, podrá producirse en ambos, hombres y mujeres, la motivación necesaria
para el establecimiento de la paz.
Entre las enseñanzas de Bahá'u'lláh está la que dice que los prejuicios
religiosos, raciales, políticos, económicos y patrióticos destruyen el edificio de la
humanidad. Mientras prevalezcan estos prejuicios, el mundo de la humanidad no
tendrá descanso, durante un período de seis mil años, la historia nos informa acerca
del mundo de la humanidad que no ha estado libre de guerras, de luchas, de
homicidios y sed de sangre (García, 2008).
En toda época, se ha hecho la guerra en un país o en otro, y esa guerra se ha
debido ya sea al prejuicio religioso, al prejuicio racial, al prejuicio político, o al
prejuicio patriótico. Por tanto, se ha determinado y probado que todos los prejuicios
son destructivos para el edificio humano, mientras estos prejuicios persistan, la lucha
por la existencia debe permanecer dominante, y debe continuar la sed de venganza y
rapacidad. Por consiguiente, lo mismo que en el pasado, el mundo de la humanidad
no puede ser salvado de la oscuridad de la naturaleza, y no puede alcanzar la
iluminación si no es por medio del abandono de los prejuicios y la adquisición de la
conducta del Reino.
Si este prejuicio y esta enemistad son por cuenta de la religión, considerad
que la religión debe ser la causa de camaradería, de lo contrario es infructuosa. Y si
este prejuicio es el prejuicio de la nacionalidad, considerad que todo el género
humano es de una única nación; todos han brotado del árbol de Adán, y Adán es la
raíz del árbol, ese árbol es tan solo uno, y todas estas naciones son como las ramas,
en tanto que los individuos de la humanidad son como hojas, como flores y frutos del
mismo. Luego, el establecimiento de las diferentes naciones y el consecuente
derramamiento de sangre y destrucción del edificio de la humanidad, son el resultado
de la ignorancia humana y de los motivos egoístas (García, 2008).
En cuanto al prejuicio patriótico, esto también es debido a la absoluta
ignorancia, pues la superficie de la tierra es un solo país natal. Todos pueden vivir en
cualquier punto del globo terráqueo, por tanto, todo el mundo es el lugar de
nacimiento del hombre. Estas fronteras y sus pasos han sido ideados por el hombre,
en la creación, no han sido asignados tales límites y pasos fronterizos, Europa, es un
solo continente, Asia, es un solo continente, África, es un solo continente, América,
es un solo continente, pero algunas almas, por motivos personales e intereses
egoístas, han dividido a cada uno de estos continentes y han considerado a cierta
parte como su propio país, Dios no ha establecido frontera entre Francia y Alemania;
ellas son continuas (García, 2008).
En efecto, en las primeras centurias, almas egoístas, por la promoción de sus
propios intereses, han señalado límites y pasos y, día a día, han asignado más
importancia a los mismos, hasta que ello condujo a intensa enemistad,
derramamiento de sangre y rapacidad en los siguientes siglos. De la misma manera,
esto continuará indefinidamente, y si esta concepción del patriotismo permanece
limitada dentro de un cierto círculo, ello será la causa principal de la destrucción del
mundo. Ninguna persona sabia y justa reconoce estas distinciones imaginarias. Cada
área limitada a la cual llamamos nuestro país natal la consideramos como nuestra
patria, mientras que el globo terráqueo es la patria de todos, y no algún área
restringida.
En resumen, vivimos en esta tierra durante unos pocos días, y finalmente
somos sepultados en ella, ella es nuestro sepulcro eterno. ¿Vale la pena que nos
preocupemos en derramar sangre y en hacernos pedazos unos a otros por este
sepulcro eterno? No, nada de eso, ni Dios es complacido por tal conducta, ni ningún
hombre en su sano juicio lo aprobaría.
Considerad: los animales benditos no se ocupan en disputas patrióticas, están
en la mayor camaradería unos con otros y viven juntos en armonía, por ejemplo, si
una paloma del este y una paloma del oeste, una paloma del norte y una del sur
llegan al mismo tiempo a un mismo lugar, inmediatamente se asocian en armonía.
Así ocurre con todos los animales y las aves benditas. Pero los animales feroces, tan
pronto como se encuentran, se atacan y luchan unos con otros, se despedazan
mutuamente y les es imposible vivir en forma pacífica en un mismo sitio, son todos
huraños y fieros, salvajes y combativos luchadores (García, 2008).
Con respecto al prejuicio económico, es evidente que cuando quiera que se
fortalezcan los vínculos entre las naciones y se acelere el intercambio de
mercancías, y que en algún país se establezca algún principio económico, ello
finalmente afectará a los demás países y se obtendrán beneficios universales.
En cuanto a los prejuicios políticos, debe seguirse la política de Dios, y es
indiscutible que la política de Dios es más grande que la política humana. Debemos
seguir la política divina, y ello es aplicable por igual a todos los individuos. Él trata a
todos los individuos del mismo modo; no hace distinción, y este es el basamento de
las Religiones Divinas (García, 2008).
LA LUCHA POR LA PAZ
Cada vez se hace más necesaria una voluntad de paz, de justicia (dos cosas,
en el fondo, casi idénticas). Hay que escuchar el tambor en la lejanía para oponer a
su belicoso mensaje, una respuesta firme, voluntariamente afirmativa de paz.
No hay guerra justa, ni justicia guerrera. Hay paz fuerte que no es la agitación
belicosa, sino la acción viva, honda, penetrante de la voluntad y del pensamiento del
hombre y esta acción constante, en cierto modo revolucionaria, de la paz, es un
esfuerzo activo.
Esas guerras desesperadas que fundamentan sus empeños en necesidades
nacionales, son, en definitiva, la máscara de una impotencia nacional. Sólo una
ideología fatalista y reaccionaria puede lanzar a los pueblos al suicidio en pro de lo
que ha solido llamarse: el cumplimiento de su destino histórico. ¡Como si el
cumplimiento de un destino histórico nacional pudiera ser otra cosa que la muerte!
Un pueblo, como un hombre (un pueblo de hombres), cumple su destino histórico
cuando se muere (Alberti, 2007). La paz del pueblo, como la paz del hombre, es la conquista de su libertad.
Cuando a un hombre o a un pueblo se le arranca su libertad, se le entrega al común
destino histórico de la muerte. La guerra es el gran suicidero nacional de los pueblos
esclavizados, mentirosamente a un destino histórico que se dice glorioso, y es
sencillamente guerrero, negativo de la vida, de la libertad y de la paz.
El error de la guerra, es tan profundamente humano como cualquier otra
pasión del hombre. En los inicios del siglo XXI, debemos escuchar el tambor en la
lejanía: atentamente:
Lucha por la paz, Lucha sin medida; que ella se encuentra... sólo está rendida.
Piensa en la alegría que la paz produce y el dolor hiriente que la guerra aduce,
imagina un pueblo envuelto en temores; niños y mujeres mueren sin honores. Horror
de la guerra por muchos usada; hombres sin moral, mente endemoniada.
Lucha por la Paz, libre de armamentos; un mundo distinto, mundo no violento.
No queremos guerra, ni meras batallas. Queremos un cielo de palomas blancas.
Terrores latentes; hambruna en muchos, Y a cada instante un deceso
absurdo. ¿Quién quiere las guerras? ¿Quién se ha olvidado? Que vivir no es esto,
luchar por encargo.
Lucha por la paz; desprecia a hombres cruentos; esos que peleando, inventan
un cuento; de buenos propósitos, de fines quiméricos, calculando siempre otro
enfrentamiento.
Luchar por la vida es nuestro proyecto; sentir que es posible un mundo de
encuentros; de amor hacia el otro...personas con rostros, tranquilos, calmados...de
andares más lentos.
¡Guarden ya las armas; no cubran espantos; que gente de bien se sigue
matando! Dejen ya de lado mentiras planteadas; las personas saben cual es la
jugada. Mientras tanto, tú, continúa pensando; que la paz existe, que es posible
hallarla; en ese soldado que no halló batalla; aquella mirada feliz de ese niño;
mujeres que buscan a sus hombres vivos. ¡No nos mientan más! La guerra no es
buena; solo trae dolor, a gente cercena.
Lucha por la paz... tal vez por desearla, con tanto anhelo, con tanta premura...
ella sea posible, cierta y diferente. Guerras que no existan en absurdas mentes. Y si
llega el día que el hombre se entera que el prójimo existe, que pelear no es lógico.
Habremos ganado la mejor batalla (Alberti, 2007).
LA PAZ, UN ARTE QUE SE CONSTRUYE
Muchos han afirmado que la paz mundial es un objetivo inalcanzable, debido,
entre otras cosas, a la presión de los gobiernos por controlar los países, en especial
los más pobres del mundo, promoviendo conflictos armados para la obtención de
beneficios de más poder, sin importarles el beneficio de su nación.
Sobre la paz mundial, Jacques Bernard Herzog (citado por Carrero, 2003)
afirmaba que desde 1496 a.C. hasta 1945 (es decir, a lo largo de 3441 años), no ha
habido más de 268 años de paz universal, incluyendo guerras a nivel local o mundial.
Durante ese tiempo, afirma el autor, se firmaron más de 9000 pactos, los cuales
tenían una duración teóricamente eterna, y que duraron de medio no más de dos
años. Estas estadísticas reflejan lo precario de la paz en el planeta y la tendencia
habitual del hombre a emplear las armas cada vez que una situación no se encuentra
acorde a sus intereses egoístas. Muchos han dado su vida por la causa de la justicia,
la libertad y la paz; ejemplo de esto es Nelson Mandela, quien nunca aceptó los
chantajes de quienes pretendían hacerle renunciar a la lucha armada por la paz y los
derechos de las personas, y por eso sufrió cárcel durante casi 30 años; sin embargo,
todo el mundo reconoce su bondad y amabilidad, incluso con sus enemigos y
carceleros.
Asociaciones por la Paz Son distintas las vías que cada uno puede emplear para aportar su granito de
arena en la lucha por la paz. Así tenemos entonces, quienes presentan una actitud
pasiva o hasta indiferente en la lucha por la paz; y quienes tienen la posibilidad de
establecer organizaciones más formales, estos últimos han incluido entre sus
principales objetivos conseguir el camino global de la paz. De esta manera,
encontramos múltiples pactos firmados por distintas regiones y/o naciones, acabando
así algunas guerras o conflictos entre ellos. Entre esos pactos o asociaciones que
tienen como finalidad conseguir la paz, se citan los siguientes:
Cumbre de Río Sin duda alguna; el terrorismo es uno de los principales violentadores de la
paz en todo el mundo, siendo éste la táctica de utilizar un acto o una amenaza de
violencia contra individuos o grupos, para cambiar el resultado de algún proceso.
Existen numerosos grupos terroristas, entre los cuales se encuentran:
♦ Hamas, Movimiento de Resistencia Islámica.
♦ Frente Popular de Liberación de Palestina.
♦ Al-JihadHezbolla.
♦ El Partido de Dios.
♦ Al-Qaeda.
♦ Ejército de Liberación Nacional.
♦ Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Es esta última la protagonista de un dilema reciente, debido a la violación por
parte de las Fuerzas Armadas de Colombia (FAC) a la soberanía que presenta la
Nación de Ecuador, ya que las FAC dieron muerte a varios ciudadanos
pertenecientes al grupo terrorista las FARC, entre los cuales fue asesinado uno de
los más importantes miembros de esta organización, igualmente se vio involucrado
un joven de origen ecuatoriano, lo cual agravó la situación presentada entre estos
países. La reacción del Ejecutivo Nacional de Venezuela fue de forma brusca, por no
decir agresiva, al enviar 10.000 soldados del Ejército a la línea fronteriza con
Colombia. Hubo la ruptura de relaciones diplomáticas de Ecuador y Venezuela con la
República de Colombia; esta situación luego fue solventada por decirlo de alguna
manera, en la Cumbre de Río. El resultado de esta cumbre fue muy satisfactorio, ya
que el trato entre estos países antes de la cumbre, era muy hostil. Se calmaron los
ánimos y cada país (sudamericano) expuso su punto de vista; entre los
protagonistas, Colombia, asumió su responsabilidad al violar el espacio geográfico
de su hermano país; concluyendo con la firma de tratados en los cuales se indicaban
las características y reglas que se deben respetar para el surgimiento y evolución de
nuestra sociedad.
El Pacto Boliviano-Venezolano Los gobiernos de Bolivia y Venezuela sellaron el jueves 22-05-08 un acuerdo
de cooperación militar, que incluye capacitación castrense y la creación de una
Escuela Naval en el país, mientras que, en Brasilia, la iniciativa de fundar un Consejo
Sudamericano de Defensa, es decir una especie de “OTAN sudamericana”, tropezó
por la oposición de Colombia.
El pacto boliviano-venezolano, según informó el diario El Universal en su
edición digital, fue firmado en el Palacio de Miraflores, en Caracas, mediante un
memorando de entendimiento para ampliar la integración técnico-militar en distintos
ámbitos entre las dos naciones.
En una transmisión de Venezolana de Televisión (VTV), el presidente Hugo
Chávez explicó que entre los distintos ámbitos de intercambio técnico-militar, que
abarca el memorando se encuentra el de adiestramiento, capacitación y logística, los
cuales “van a redundar en beneficios de nuestros pueblos para asegurar nuestra
defensa y democracia”.
El presidente Evo Morales destacó la importancia del “acuerdo de cooperación
militar” con Venezuela, ya que Bolivia decidió “tener su propia doctrina militar”, y sus
Fuerzas Armadas “necesitan espacios para la preparación intelectual y técnica”.
Acuerdo Marco de Acompañamiento
El Directorio del Comité Consultivo del Sistema de la Integración
Centroamericana (CC-SICA), suscribió un Acuerdo Marco de Acompañamiento, con
la Fundación para la Paz y la Democracia (FUNPADEM) en el año 2002, acuerdo
que fue refrendado, en la Asamblea Plenaria de ese mismo año y por los Directorios
del 2003, 2004 y 2005.
El acuerdo CC-SICA/FUNPADEM se estableció con el propósito de coadyuvar
a generar acciones de fortalecimiento y posicionamiento del Comité, en el proceso de
la integración centroamericana y particularmente como instancia estratégica de la
institucionalidad regional.
El rol de FUNPADEM fue identificado como de acompañamiento y apoyo
técnico, frente a la carencia de capacidad y estructura gerencial y operativa del CC-
SICA.
Entre los objetivos de este acuerdo se pueden citar:
♦ Brindar apoyo ejecutivo al CC-SICA, para que éste logre posicionamiento
efectivo como órgano del SICA, asegurando las condiciones para su
funcionamiento. Para lo que se buscará desarrollar las acciones
correspondientes para dotarlo de personería jurídica, de estructura
administrativa y de contenido presupuestario.
♦ Apoyar al CC-SICA en la identificación e impulso de medidas concretas,
en el marco del proceso de reforma integral del SICA, para lograr un efectivo
funcionamiento del Sistema, en beneficio de los habitantes de la región
centroamericana.
Este acuerdo ha tenido múltiples frutos, entre los cuales se cuentan: el CC-
SICA, en los últimos dos años, ha logrado una mayor visibilidad y un claro
posicionamiento, tanto en el proceso de reforma del CC-SICA, como en la
reactivación de foros multi-sectoriales, así también en las direcciones y secretarías
de los consejos de ministros.
Es evidente el reconocimiento de la legitimidad del CC-SICA en foros
internacionales, tal como el diálogo y la cooperación con Europa, particularmente con
su participación en los Foros de Viena, que se concretó en la firma del “Memorandum
de Entendimiento y Cooperación” con el CES Europeo; así se ha manifestado
también con el acercamiento a órganos homólogos de la sociedad civil, en otras
regiones la Comunidad Andina, el MERCOSUR y el CARICOM.
Asociación por la Paz
La Asociación por la Paz, es una entidad fundada durante la cumbre celebrada
en Bruselas en 1994 para reforzar y ampliar el marco de las relaciones de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con otros estados,
especialmente de Europa central y oriental, que habían pertenecido al Pacto de
Varsovia. El objetivo esencial era asegurar una paz duradera en este continente, así
como hacer de Europa un espacio más transparente y reducir, de esta manera, el
margen para los equívocos y la desconfianza.
Al integrarse en la Asociación por la Paz, los estados deben acatar su
documento marco, mediante el cual se comprometen “a abstenerse de amenazar o
de emplear la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de
cualquier Estado, a respetar las fronteras existentes y a solucionar las disputas por
medios pacíficos”.
Los miembros de la Asociación por la Paz se comprometen a compartir con la
OTAN informaciones de defensa y seguridad y a participar en operaciones de
pacificación. A cambio, la OTAN organiza maniobras militares y operaciones
conjuntas de planificación. Los miembros reciben orientación sobre el modo de
establecer su presupuesto de defensa, y entrenamiento para cooperar de manera
efectiva con las fuerzas de la OTAN en operaciones humanitarias, de pacificación, y
de búsqueda y salvamento. En la actualidad, la Asociación por la Paz está integrada
por 19 miembros.
En la cumbre que la OTAN celebró en Madrid (España) en julio de 1997, se
constituyó el denominado Consejo de Asociación Euroatlántica, integrado por 46
estados vinculados, de una u otra manera, al proyecto de seguridad colectiva
europea en torno a la OTAN. Este Consejo de Asociación Euroatlántica proporciona
la estructura política del programa Socios para la Paz y un foro para el debate de
cuestiones relacionadas con la seguridad.
Instituciones para la Paz
El contrario de la paz, es el estar en guerra, riñas, pleitos, hecho que, de
ninguna manera podría ser permanente en ningún lugar, simplemente porque no se
puede vivir con la permanente denigración de los pueblos implicados, además de
que las guerras son demasiado injustificadas, por más que los pueblos implicados
tengan cualquier número de excusas, éstas no son lo suficientemente poderosas, ni
lo serán jamás, para justificar tal hecho. En base a este pensamiento nacen las ideas
de muchas personas que quieren cambiar tal situación, es por ello que se crean
instituciones que tienen como objetivos generales mantener la paz universal; entre
estas se destacan:
Oficina Internacional de la Paz Oficina Internacional de la Paz (en inglés, International Peace Bureau),
organización internacional dedicada a la promoción del pacifismo.
Fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1910. Fue fundada en
1892 como consecuencia de diversos encuentros entre dirigentes de distintas ligas
pacifistas nacionales, en su mayoría europeas y estadounidenses. En 1891 y 1892
se celebraron dos congresos universales por la paz, en los que activistas de distintos
países acordaron crear un movimiento organizado, de carácter permanente y alcance
universal. Así nació la Oficina Internacional Permanente de la Paz (en inglés,
Permanent International Peace Bureau), que posteriormente adquiriría su actual
denominación. Para acoger la sede de la organización fue elegida Berna, la capital
de Suiza, Estado que ya en el siglo XVI había optado por la neutralidad como
referente de su política exterior y que desde entonces no había tomado parte en
ninguna guerra. Asimismo, los elegidos para ocupar sus primeros cargos ejecutivos
fueron personalidades tan destacadamente pacifistas como el danés Fredrik Bajer
(primer presidente de la organización y premio Nobel de la Paz en 1908) y el suizo
Elie Ducommun (primer secretario general, que compartió el Premio Nobel de la Paz
en 1902 con el que algún tiempo después le sucedería en dicho cargo, su
compatriota Charles Albert Gobat).
El Premio Nobel con que la Oficina fue galardonada en 1910 (por su actividad
de intermediación y promoción de la paz) fue el primero de los muchos
reconocimientos oficiales que alcanzaría con el tiempo.
Su actividad en las últimas décadas se ha centrado en la oposición a guerras como
las de Vietnam, del Golfo Pérsico, de Afganistán o de Irak; en la defensa del derecho
a la objeción de conciencia, las campañas de desarme en contra del despliegue de
los denominados “euromisiles” y el apoyo al Tratado de No Proliferación de Armas
Nucleares (también llamado de No Proliferación Nuclear).
Organización de las Naciones Unidas (ONU) Según su Carta fundacional (en vigor desde el 24 de octubre de 1945), la ONU
fue establecida para “mantener la paz y seguridad internacionales”, “desarrollar
relaciones de amistad entre las naciones”, “alcanzar una cooperación internacional
fundada sobre las relaciones de amistad entre las naciones”, “alcanzar una
cooperación internacional en la solución de problemas económicos, sociales,
culturales o humanitarios” y “fomentar el respeto por los derechos humanos y las
libertades fundamentales”.
Según queda recogido en la Carta de Naciones Unidas, el Consejo de
Seguridad es ante todo responsable de los asuntos relativos al mantenimiento de la
paz y la seguridad. Los artículos 33 a 38 de la Carta autorizan al Consejo para instar
a naciones en conflicto a que resuelvan sus diferencias por medios pacíficos.
Las fuerzas de paz de la ONU: Desde principios de la década de 1950, el
papel de la ONU en el mantenimiento de la paz y la seguridad en el mundo se ha
incrementado. Fuerzas auspiciadas por la ONU han actuado de forma muy activa en
zonas donde la descolonización ha provocado inestabilidad política. En 1988, las
fuerzas de paz de la ONU recibieron el Premio Nobel de la Paz.
Se han realizado operaciones de paz en Oriente Próximo desde 1956 y en
Chipre desde 1964. En África se mantuvieron algunas tropas en el Congo (llamado
Zaire entre 1971 y 1997) desde 1960 hasta 1964. Posteriormente se han enviado
misiones de paz a Angola, Sahara Occidental, República de Sudáfrica y
Mozambique. En 1992, la ONU decidió una importante operación en Somalia. Otras
dos zonas donde la ONU ha participado de un modo muy activo fueron, a principios
de la década de 1990, Camboya, en la que la ONU estuvo controlando las
elecciones, y Bosnia-Herzegovina durante la guerra de la antigua Yugoslavia.
Además del envío de fuerzas de paz, la ONU ha tenido un papel más
relevante en el tránsito de numerosos países hacia la autodeterminación en algunas
áreas conflictivas. Ha sido una tribuna importante en la que estados de
independencia tardía han comenzado a tomar parte en las relaciones
internacionales, proporcionándoles así la oportunidad de representar sus intereses
fuera de su propio entorno, de adherirse a grupos de naciones con intereses
parecidos y de escapar de los forzados compromisos de sus antiguos vínculos
coloniales. Un problema con el que se enfrenta la ONU en la década de 1990 es la
impresión que existe en algunos países occidentales de que se ha convertido en un
instrumento de los países subdesarrollados y que, por lo tanto, ya no constituye un
foro viable para llevar a cabo negociaciones satisfactorias para naciones más
avanzadas en el plano económico.
Las Naciones Unidas no son un gobierno mundial, sino más bien un
instrumento muy flexible mediante el cual las naciones pueden cooperar para
solucionar sus mutuos problemas. Que cooperen y utilicen la ONU de forma creativa
depende de cómo sus gobiernos y sus pueblos entiendan las relaciones con los
demás y de cómo imaginen su lugar en el futuro de la humanidad.
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) Es una organización supranacional fundada para establecer una alianza
defensiva regional, cuya constitución quedaba sancionada en el artículo 9 del
Tratado del Atlántico Norte firmado el 4 de abril de 1949. El propósito de la OTAN es
preservar la estabilidad, el bienestar y la libertad de sus miembros mediante un
sistema de seguridad colectiva. En 1990, la recién unificada Alemania reemplazó a
Alemania Occidental como miembro de esta alianza.
El Tratado está compuesto por un preámbulo y 14 artículos. Donde el
preámbulo plantea su propósito: promover los valores comunes de sus miembros y
“unir sus esfuerzos para la defensa colectiva”.
La más alta autoridad de la OTAN es el Consejo del Atlántico Norte,
compuesto por delegados permanentes de todos los países miembros, encabezados
por un secretario general; es responsable de la política general, los planes
presupuestarios y las acciones administrativas. Por debajo del Consejo se
encuentran el Secretariado, varios comités temporales y el Comité Militar.
A lo largo de los años, la existencia de la OTAN ha permitido estrechar los
vínculos entre sus miembros y ha dado lugar a una creciente comunidad de
intereses. El Tratado ha proporcionado en sí mismo un modelo para otros acuerdos
de seguridad colectiva. Es posible que la OTAN disuadiera a la URSS del intento de
un ataque directo sobre Europa Occidental. Por otro lado, el rearme de Alemania
Occidental y su admisión en la alianza constituyeron las causas aparentes para el
establecimiento en 1955 del Pacto de Varsovia.
El 27 de mayo de 1997, en París, se produjo un hecho de vital importancia
para el futuro de la organización y que, prácticamente, otorgaba un carácter oficial a
la finalización de la Guerra fría.
El 12 de marzo de 1999, según lo previsto en la Cumbre de Madrid, los
ministros de Asuntos Exteriores de Polonia, la República Checa y Hungría
presentaron en la Biblioteca Truman de Independence (Missouri, Estados Unidos) las
ratificaciones parlamentarias de los respectivos tratados alcanzados con la OTAN por
sus países, en un acto que significó el ingreso efectivo de éstos en la Alianza. Este
hecho supuso la primera adhesión a la OTAN de países integrantes del extinto Pacto
de Varsovia.
Un paso crucial en la formalización de los nuevos vínculos entre Rusia y la
OTAN fue la firma, el 28 de mayo de 2002, de la Declaración de Roma, que
establecía la creación de un Consejo OTAN-Rusia, un mecanismo para el
reforzamiento de la cooperación en materia de seguridad. Con este nuevo Consejo,
la Federación Rusa y los 19 países integrantes de la OTAN se dotaban de un foro de
discusión, consulta y colaboración en asuntos como terrorismo, control de armas de
destrucción masiva, emergencias civiles o manejo de las crisis internacionales.
Unión Africana (UA) Es una organización supranacional de estados africanos cuyo objetivo es
lograr la integración política y económica de sus 53 países miembros. Sucesora de la
Organización para la Unidad Africana (OUA) (creada en 1963), la Unión Africana
surgió en 2002 a raíz de la propuesta del líder libio Muammar al-Gaddafi de crear
una entidad supranacional llamada Estados Unidos de África.
La máxima autoridad de la Unión Africana es la Asamblea, compuesta por los
jefes de Estado de los países miembros. Se reúne una vez al año, y toma las
decisiones fundamentales para el funcionamiento de la organización, además de
nombrar a un jefe de Estado encargado de dirigir la institución durante un año. El
Consejo Ejecutivo, un cuerpo parlamentario compuesto por los ministros de Asuntos
Exteriores, es el responsable de aconsejar a los miembros de la Asamblea en cuanto
a las políticas a seguir. A su vez, existen diez Comisiones, integradas por personal
encargado de ejecutar los proyectos de la Asamblea. La sede central de la AU está
en Addis Abeba, Etiopía.
En 2004, la UA inauguró la primera sesión de su Consejo Ejecutivo. Según el
plan trazado por la organización, esta dispondrá de un Tribunal de Derechos
Humanos, un Banco Central y una unión monetaria para el año 2023. Además, la
organización proyecta poner en marcha una fuerza militar común de reacción rápida
antes del año 2010.
Fundación “Francisca Mateos Lucha por la Paz” La Fundación "FRANCISCA MATEOS, LUCHA POR LA PAZ", declarada de
Interés Público, fue constituida el día 28 de Febrero de 1993, aniversario del
nacimiento de Francisca Mateos Rodríguez, y aprobada por Orden Ministerial el día 6
de Abril de 1993. Es una organización no gubernamental, altruista, apolítica,
aconfesional e independiente, orientada a las actividades sociales, culturales y de
cooperación internacional.
Los objetivos de la fundación consisten en estudiar e investigar en torno a las
ideas que trazaron el camino que siguió Francisca Mateos Rodríguez a lo largo de su
vida y continuar el trabajo emprendido por ella, difundiendo la cultura en sus
múltiples manifestaciones (exposiciones artísticas, bibliotecas, conferencias, cursos
de alfabetización, etc.), atención a enfermos y ancianos y, a nivel internacional, en
caso de conflicto bélico, ofrecerse como organización neutral mediadora,
interlocutora y, en última instancia, como rehén, con el fin de crear un lazo de unión,
basado en la fraternidad y la solidaridad, entre todos los países del mundo.
Fundación Ideas para la Paz (FIP) La Fundación Ideas para la Paz (FIP) es un centro de pensamiento
independiente sin ánimo de lucro, creado en 1999 por un grupo de empresarios
colombianos. Su misión es contribuir con ideas y propuestas a la superación del
conflicto armado en Colombia y a la construcción de una paz sostenible, con el
apoyo del sector empresarial.
El trabajo de la FIP se funda en la convicción de que el conflicto colombiano
necesariamente concluirá con una negociación o una serie de negociaciones de paz,
que requerirán la debida preparación y asistencia técnica si han de ser exitosas.
Entre tanto, es evidente que el conflicto en su dimensión político-militar se
encuentra en proceso de transformación. Por ello, es fundamental comprender estos
nuevos escenarios, para atender de manera creativa y eficaz los nuevos retos que
surgen. Todo ello, desde una postura independiente que ante todo pretende
contribuir con análisis objetivos y propuestas pertinentes a la construcción de una
paz sostenible en el país, desde el respeto por los derechos humanos, la pluralidad y
la preeminencia de lo público.
El trabajo de la Fundación se financia con aportes anuales de empresas
colombianas y extranjeras, donaciones ocasionales de gobiernos extranjeros y
agencias de cooperación internacional, y fondos de instituciones filantrópicas.
Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano La Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano fue creada con los
fondos que recibió el ex-presidente Costarricense Oscar Arias Sánchez, por el
Premio Nobel de la Paz 1987, con el fin de ayudar a los sectores más necesitados de
la población y promover la investigación y el estudio de aquellos aspectos
relacionados con la consecución de la paz y la libertad.
La principal área de trabajo de esta fundación es promover la participación
voluntaria y políticamente independiente de los individuos, en el abordaje directo de
sus problemas, como la participación ciudadana, la violencia y la proliferación de
armas.
Desde su creación en 1988, la Fundación Arias se ha dedicado al
fortalecimiento de la democracia, la justicia social, la defensa de los derechos de las
mujeres y el desarrollo socio-económico, especialmente en Centroamérica y en otras
regiones, con el fin de lograr sociedades más justas y pacíficas. Además de ser una
de las principales organizaciones no gubernamentales en preocuparse por la
posguerra y la reconstrucción de esta región centroamericana.
Su impulso democratizador contribuyó a la abolición del ejército en Panamá y
en Haití. Lucha fuertemente por un mundo sin armas. También la Fundación Arias
dialoga con líderes políticos y representantes de los estados para propiciar políticas
públicas y cambios sociales que contribuyan al buen gobierno, la democracia, la
seguridad humana y la equidad entre hombres y mujeres. Trabaja en la base de la
sociedad promoviendo los derechos de las mujeres, su participación política, sus
capacidades empresariales; la participación ciudadana y el desarrollo local.
La labor de la Fundación Arias se divide en tres áreas: Paz y Seguridad
Humana, Buen Gobierno y Progreso Humano y Altos Estudios e Investigación.
Fundación Myrna Marck (FMM) La Fundación Myrna Mack (FMM), creada en 1993, es una institución de la
sociedad civil de Guatemala, que funciona en el ámbito de la promoción de los
derechos humanos, el acceso a la justicia y la implementación de los conceptos de la
seguridad democrática.
El fin de la FMM es luchar contra la impunidad y contribuir a la construcción
del Estado Democrático de Derecho en Guatemala, a través del impulso de estudios,
propuestas y generación de pensamiento político democrático, que hagan posible la
modernización y la democratización del sistema de administración de justicia, así
como la transformación de los aparatos de seguridad, defensa e inteligencia del
Estado de Guatemala.
Esta institución surgió en el marco del largo proceso judicial iniciado tras el
asesinato de la antropóloga social Myrna Elizabeth Mack Chang, ocurrido el 11 de
septiembre de 1990, producto de un operativo ilegal de inteligencia militar.
La hermana de Myrna, Helen Beatriz Mack Chang, se sobrepuso al dolor e
inició la búsqueda de la verdad, justicia y reparación, tarea en la cual fue
acompañada por su familia, amigos, organizaciones de derechos humanos
nacionales e internacionales, miembros del ámbito académico de numerosas partes
del mundo y diversas estructuras, congregaciones y órdenes de la Iglesia Católica de
Guatemala y otros países.
A lo largo de los catorce años (1990-2004), en los que se enfrentó
constantemente la impunidad y la denegación de justicia, se libraron litigios penales
por la autoría material y la autoría intelectual del asesinato de Myrna Mack; y también
se llevó una demanda internacional contra el Estado de Guatemala, ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, por su responsabilidad institucional en el
asesinato.
A partir de 1993, la FMM participó directamente en la construcción de estos
procesos judiciales, nacionales e internacionales, los cuales constituyen ahora un
paradigma en la justicia guatemalteca, en tanto que sentaron importantes
precedentes en materia de administración de justicia.
La FMM articula su trabajo sobre la base de un profundo compromiso con los
valores democráticos, el respeto de los derechos y la dignidad humana, y el rechazo
a todas las formas de discriminación. Para lograr una contribución efectiva, está
organizada en áreas de trabajo, que en coordinación estrecha trabajan por alcanzar
los objetivos estratégicos de promover la transformación del sistema de justicia, la
seguridad democrática, la participación ciudadana y el pensamiento político
democrático.
CONCLUSIÓN
Si bien el conflicto es potencialmente constructivo o destructivo, porque como
ya se ha dicho en esta monografía, no es negativo en sí mismo, si se falla en la
aproximación a la situación conflictiva, puede llegar un momento en que sea muy
difícil manejarlo. Así entonces, se volverá destructivo cuando se le de más atención a
la situación problemática, sin mirar las circunstancias del hecho como tal; cuando
socava la moral o la auto-percepción destruyendo la autoestima; cuando polariza a la
gente, aumentando y agudizando las diferencias y reduciendo la cooperación y
cuando conduce a comportamientos irresponsables como insultos y peleas.
La Educación en valores para la negociación y resolución de conflictos, debe
proporcionar los elementos necesarios para buscar la clarificación de problemas
importantes, donde involucre sanamente a las personas en una solución, que
conduzca a una comunicación y cooperación más auténticas, y así mismo, libere las
emociones, el estrés y la ansiedad, lo que facilitará el desarrollo de nuevos
entendimientos y nuevas destrezas.
Si desde la educación para la paz aprendemos a ver el conflicto como algo
positivo e ineludible, que debe ser centro de nuestra labor, seremos capaces de
desenvolvernos mejor en nuestras relaciones interpersonales, intragrupales, etc., y
aprenderemos a entender los conflictos internacionales y mundiales.
Por lo tanto, ante estas problemáticas, que se viven en toda Sudamérica, sino
en todo el mundo, consideramos que: la creación de organizaciones no
gubernamentales, como la promoción de actos de paz con propósitos de ayuda, sin
ningún tipo de discriminación, sea política, religiosa o social, ayudaría principalmente
a las poblaciones en situaciones precarias, a víctimas de conflictos, y hasta en el
caso de catástrofes de origen natural. Estas organizaciones promoverían el
crecimiento de todas las naciones, principalmente las que tengan mayor deficiencia
en cuanto a su desarrollo; para así lograr un equilibrio y la creación de numerosos
esfuerzos, para encontrar soluciones pacíficas a los conflictos internacionales,
impulsar la democracia y los derechos humanos, fomentar el desarrollo económico y
político de los pueblos; todo esto sin duda, sería un gran avance para establecer la
paz internacional y el bienestar de la sociedad.
“Si quieres hacer la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos”
(Moshé Dayán, citado por Carrero J, 2003).
La paz es un don y la gran promesa de Dios, porque Él nos ama.
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