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“PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO RESPECTO DE LOS ACTOS DE AUTORIDAD POSTERIORES A LA SENTENCIA DE
RECONOCIMIENTO DE CREDITOS EN LA ETAPA DE QUIEBRA”
TESIS PROFESIONAL
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADO EN DERECHO
P R E S E N T A SALVADOR GARCIA ORTEGA
DIRECTOR DE TESIS: LIC. LUIS FERNANDO SAN ROMAN MARTINEZ
MEXICO D. F. 2013
UNIVERSIDAD PANAMERICANA
FACULTAD DE DERECHO
CON RECONOCIMIENTO DE VALIDEZ OFICIAL DE ESTUDIOS ANTE LA S.E.P
CON NUMERO DE ACUERDO 944893 DE FECHA 24-III-94
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A mis padres,
Don Gilberto García Fernández y Doña Emi Ortega Alvarado, por dedicar sus
vidas con inmenso amor para educarme y hacerme un hombre de bien.
A mis hermanos,
Yadira, Enrique y Aída, por crecer y acompañarme en el camino de la vida,
aceptándome, amándome incondicionalmente y creyendo siempre en mí.
A mis compañeros de trabajo,
Don Jaime Guerra, Don Alfonso Peniche y Don Raúl García por ser grandes
maestros en el ejercicio laboral, pero sobretodo por siempre brindar lo mejor que
puede otorgar el ser humano, su amistad.
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INDICE
INTRODUCCIÓN……………………………………………… 1 CAPITULO I. ANTECEDENTES HISTORICOS EN
MATERIA CONCURSAL 1.1. Derecho Romano....…………………………………... 4 1.1.1. Derecho Español……………………………………… 10 1.1.2. Derecho Francés……………………………………… 12 1.1.3. Derecho Mexicano……………………………………. 15 CAPITULO II. NOCIONES GENERALES 2. Nociones Generales del Juicio de Amparo....…… 22 2.1 Principios Rectores del Juicio de Amparo……… 23 2.2 Partes en el Juicio de Amparo…………………….. 27 2.3 La Acción de Amparo……………………………….. 31 2.4 El Juicio de Amparo Directo……………………….. 32 2.5 El Juicio de Amparo Indirecto……………………... 36 2.6 La procedencia de la Acción del Juicio de
Amparo Indirecto………………..…………………… 42 CAPÍTULO III. NOCIONES GENERALES DE DERECHO
CONCURSAL MERCANTIL 3.1.1. Derecho Mercantil. Concepto……………………… 50 3.1.2. Actos de Comercio…………………………………... 52 3.1.3. Comerciantes…………………………………………. 53 3.1.4. Empresas…………………………………………. ….. 55 3.1.5. Derecho Concursal. Concepto……………..……… 57 3.1.6. Procedimiento de Concurso Mercantil……….….. 58 3.1.7. Partes del Proceso de Concurso Mercantil……... 59 3.1.8. Acreedores Concúrsales…………………...………. 62 3.1.9. Masa Concursal………………………………………. 65
3.1.10. Quiebra………………………………...………………. 66 3.1.11. Sentencias dictadas en el Procedimiento
de Concurso Mercantil………………………………. 70 3.1.12. Recursos en la Ley de Concursos Mercantiles…. 81
CAPÍTULO IV. PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO EN EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL RESPECTO DE ACTOS DE AUTORIDAD POSTERIORES A LA SENTENCIA DEFINITIVA.
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4.1 Regla general de procedencia del Juicio de Amparo Indirecto contenida en el párrafo segundo de la fracción III, del artículo 114 de la Ley de Amparo………………………………….. 84 4.2 Aplicación de la regla general de procedencia contenida en el párrafo segundo de la fracción III, del artículo 114 de la Ley de Amparo, a los actos judiciales posteriores a la Sentencia de Reconocimiento, graduación y prelación, en la Etapa de Quiebra.………..………………………… 88 4.3 Criterios Jurisprudenciales aplicables al tema 92 4.4 Interpretación y aplicación de la excepción a la regla general contemplada en el artículo 114, fracción III, de la Ley de Amparo, respecto de a los actos judiciales posteriores a la Sentencia de Reconocimiento, graduación y prelación, en la Etapa de Concurso y en la Etapa de Quiebra..……………….................. 108 Conclusiones……..…..…………………............ 123 Bibliografía……………..………………………… 126
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“Todo hombre paga su grandeza con
muchas pequeñeces, su victoria con
muchas derrotas, su riqueza con múltiples
quiebras.”
Giovanni Papini
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo tiene por objeto desarrollar el conjunto de
razonamientos jurídicos que nos permitan concluir la procedencia del juicio de
amparo indirecto, respecto de los actos de autoridad dictados con posterioridad a
la sentencia de reconocimiento de créditos en la etapa de la quiebra, como
consecuencia del analisis y analogia de diversos criterios de tesis y jurisprudencia.
En consecuencia, con el proposito de edificar las bases solidas de nuestra
hipotesis central, el estudio y analisis de la ley de Concursos Mercantiles, resulta
fundamental, maxime si se toma en consideración que esta es un ordenamiento
legal de novisima creación (12 de mayo del año 2000) que sustituyo a la abrogada
Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, orden jurídico que rápidamente fue
puesto a prueba a raíz de la dificil situación financiera y economica presentada en
los Estados Unidos a mediados del año 2007 y 2008 fundamentalmente la crisis
bancaria, credititica e hipotecaria, asi como un valor anormal del dólar, sumandose
la falta de confianza en los mercados financieros, hechos que causaron
irremediable e inmediatamente una recesión en esta economia que
invariablemente impactarón al mundo por el fenomeno de la globalización,
detonando finalmente en una crisis economica mundial, que forzosamente
impactaría en nuestro país mas temprano que tarde, siendo la Ley de Concursos
2
2
Mercantiles, un termómetro preciso para medir la condición economica del país, tal
y como lo reportó oportunamente el Instituto Federal de Concursos Mercantiles,
que tan solo del año 2006 al 31 de enero del año 2011, se presentaron 213
demandas de concurso mercantil, cifra que contrasta con el crecimiento de los
procedimientos concursales puesto que desde la fecha de creación del IFECOM,
12 de mayo del año 2000 al día 31 de enero del año 2011, se han presentado 468
demandas de concursos mercantiles 1 de empresas como SATMEX, AVIACSA,
METROFINANCIERA, CORPORACION DURANGO, COMERCIAL MEXICANA,
PUBLI XIII, AEROLINEAS MESOAMERICANAS, MEXICANA DE AVIACION,
VITRO. Así las cosas, la Ley de Concursos Mercantiles, se ha puesto a prueba por
las partes en el proceso concursal, resultando ser una ley menos favorable para el
comerciante comparada con la abrogada Ley de Quiebras y Suspensión de
Pagos, pero no obstante el espiritu de la Nueve Ley de Concursos Mercantiles,
existen ciertas lagunas en la ley de Concursos que obstaculizan el pronto pago de
los creditos reconocidos, al ser un cuerpo normativo novísimo, existen muy pocos
criterios jurisprudenciales emitidos por nuestros tribunales federales para
interpretar las múltiples lagunas y deficiencias legislativas de dicho ordenamiento
mercantil, y en el caso en particular no existe, ningún criterio que aborde el tema
propuesto por el sustentante, bajo este orden de ideas, en este trabajo se propone
establecer un criterio objetivo para que las partes dentro del procedimiento
concursal así como los Tribunales Federales, se encuentren en aptitud de analizar
con motivo del ejercicio de su función, la procedencia del Juicio de Amparo
Indirecto, que promuevan los acreedores que previamente han comparecido al
procedimiento de Concurso Mercantil o en su caso Quiebra y tengan su crédito
reconocido contra la masa concursal, respecto de los actos de autoridad, dictados
con posterioridad a la etapa de reconocimiento de créditos, siempre y cuando los
actos de autoridad obstaculicen la ejecución de la sentencia de reconocimientos
1 ERENDIRA ESPINOZA, El 28% de los Concursos acaban en Quiebra, Periodico Excelsior,
publicación del día 31 de enero del año 2011,
http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=709590
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de créditos. Lo anterior tomando como sustento las reglas establecidas en la ley
de Amparo para la procedencia del Juicio de Amparo Indirecto, la exposición de
motivos de la Ley de Concursos Mercantiles y la Jurisprudencia de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, emitida al respecto de la procedencia del Juicio de
Amparo Indirecto promovido por la parte vencedora en la etapa de ejecución de
sentencia, criterio emitido en el año 2003, cuya voz, textualmente establece:
EJECUCIÓN DE SENTENCIA. ES PROCEDENTE EL JUICIO DE
AMPARO INDIRECTO CONTRA RESOLUCIONES INTERMEDIAS EN EL
PROCEDIMIENTO RELATIVO, CUANDO EL QUEJOSO FUE VENCEDOR EN
EL JUICIO Y PRETENDE QUE SE EJECUTE DEBIDAMENTE EL FALLO
(EXCEPCIÓN A LA REGLA GENERAL CONTEMPLADA EN EL ARTÍCULO 114,
FRACCIÓN III, DE LA LEY DE AMPARO).
Lo anterior, tiene como finalidad hacer expedita la justicia, creando un marco
de seguridad jurídica y confianza en la administración de Justicia de Nuestro País,
toda vez que es bien sabido, la justicia tardía no es justicia y tratándose de
conservar la equidad y justo trato de las partes en los procedimientos concursales,
se debe tutelar los derechos de los acreedores, con respecto al comerciante
fallido, ya que en la actualidad existen un gran número de Juicios de Quiebra e
inclusive concursos mercantiles, que se encuentran semiparalizados en la etapa
de ejecución, motivo por el cual el sustentante propone con la presente tesis
utilizar el juicio de amparo, para agilizar los procedimientos de ejecución de los
Juicios de Quiebra, evitando así que los actos del comerciante, el Sindico o los de
la propia autoridad obstaculicen la ejecución de la sentencia de reconocimiento de
créditos, logrando así la rápida recuperación de los créditos concursales,
generando con esto confianza y certidumbre al público inversionista y la
comunidad empresarial para continuar realizando negocios e inversión en nuestro
país.
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4
CAPITULO I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS EN MATERIA CONCURSAL.
1.1 Derecho Romano
De conformidad con los estudios realizados por diversos tratadistas en el
derecho romano, el procedimiento más arcaico de ejecución, resulta ser la “manus
injectio”, en el cual la idea de venganza es el motor central para la acción de los
acreedores en contra del deudor moroso. La ley de las doce tablas previa en la
“legis actio sacramento”, el ejercicio de una acción que facultaba al acreedor a
tomar al deudor y hacerlo comparecer ante la autoridad para reclamar el pago de
su deuda, debiendo el acreedor recitar ante la propia autoridad una formula
sacramental, tomando al deudor por el cuello, y si el acreedor cumplía cabalmente
con las formalidades exigidas el pretor pronunciaba la palabra addico, “te lo
atribuyo”,2 lo cual daba el derecho al acreedor para llevar al deudor a una cárcel
privada, con lo que se simbolizaba la aprehensión corporal que precisaba la
“manus injectio”.3
La Lex Poetelia Papiria es un medio de liberación provisional de todos los
esclavos por deudas con problemas de liquidación o solvencia, quienes tras un
juramento pronunciado por el esclavo, el “juramentum Bonae Copiae” en el que
éste aseguraba no tener suficiente como para cubrir la deuda en el momento
presente, pero sí podía recaudarlo en un plazo de tiempo.
2 ELVIA ARCELIA QUINTANA ADRIANO, Concursos Mercantiles, 2ª edición, Editorial Porrúa,
S.A., México, 2006, pagina 1. 3MARGANT, GUILLERMO FLORIS. El Derecho Romano Privado. 3ª edición, Editorial Herrero,
México, 1988. Pago. 121.
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Así las cosas la Lex Poetelia vista como un medio de liberación provisional o la
supresión de la esclavitud por deudas configura el preludio de la Cessio Bonorum.
El Juramentum Copiae Bonae era la única forma que había para evitar la
ejecución personal al menos, hasta la aparición de la Cessio Bonorum, a pesar de
que la práctica de castigos y penas de maltrato para el deudor se sigue
manteniendo, prácticamente, hasta que Justiniano las prohíbe con sus
constituciones.
Juramentum Copiae Bonae y Cessio Bonorum eran muy similares. la Lex
Poetelia mejoró notablemente las circunstancias de los nexi e hizo que lo único
que tuviera que empeñar el esclavo en la consecución del pago de la deuda fuera
de carácter patrimonial y no de carácter personal.
En el primitivo Derecho Romano el acreedor se hacía tanto con la persona del
deudor como con su patrimonio. La regulación principal se contenía en la Ley de
las XII tablas, más concretamente en la tabla VII.4
El procedimiento para llevar a cabo la manus iniectio era el siguiente:
1. El acreedor declara la deuda.
2. Si, pasados los treinta días, el deudor no ha pagado, o no se ha presentado
nadie en su lugar, el acreedor le llamaba para que compareciera, ante el
magistrado. Entonces en ese momento, el acreedor debía poner su mano
sobre el deudor al mismo tiempo que recitaba una formula sacramental,
debiendo exponer la naturaleza de su crédito así como el monto,
4
ÁLVARO D´ORS, Derecho Privado Romano, 8ª edición, Ediciones EUNSA, Pamplona, 1996,
pagina 46, 47, 111 y 112.
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procediendo nuevamente a repetir dicha formula mientras apresa al deudor
por el cuello, si no existía equivocación se le entregaba al acreedor, y éste
podía:
a) Retenerlo en su propia casa, incluso atarlo, aunque tenía
que correr con los gastos del deudor, teniendo éste último
derecho de buscar alimento por sí mismo.
3. Pasados sesenta días, tras haber sido llevado a tres mercados para ver si
alguien se hacía cargo de su deuda, pudiendo quedar el deudor como
esclavo del que pagaba, si nadie pagaba, el acreedor podía:
a) Matar al deudor.
b) Deportar al deudor al extranjero.
c) Ambas partes podían llegar a un acuerdo.
Para evitar la manus iniectio, el deudor tenía dos opciones:
1. Pagar la deuda.
2. Presentar un vindex, que no era más que una persona equivalente a
un tipo de abogado que le representara en el pleito o que incluso se
hiciera responsable por propia voluntad de la deuda y la cubriera. Si
no lograba ganar el pleito, el deudor tiene que pagar el doble.
La desaparición de la manus iniectio se produce con el surgimiento de la Lex
Julia De Cessione Bonorum, la institución de la Pignoris Capio y la Lex Poetelia
Papiria.
De todas las leyes promulgadas en Roma sólo la Lex Coloniae Genitivae
recogía la prisión por deudas.
7
7
La Cessio Bonorum, pues, se ve como una oportunidad o un beneficio que
aporta al deudor que se encuentra en una situación de insolvencia no buscada de
propósito, y que consiste en la posibilidad de ceder sus bienes a los acreedores
para evitar la ejecución personal.
Según Álvaro D’ors, la Cessio Bonorum consiste en la cesión voluntaria de los
bienes del deudor a los acreedores para que estos los vendan y puedan satisfacer
sus créditos.5
La Cessio Bonorum era voluntaria en el sentido de que el deudor era quien
tenía que iniciar el procedimiento, si quería evitar la ejecución personal, pues
siempre podía negarse a utilizar este recurso y ofrecerse para el sometimiento de
los castigos.
La Bonorum Venditio surgió para salvaguardar los intereses de los deudores,
pero también los de los acreedores, para asegurarse del cumplimiento de la
deuda. Surge la persona del Pretor, encargado de poner en equivalencia los
bienes cedidos por el deudor para la deshacer la deuda con respecto a las
necesidades de los acreedores. Esta figura va a hacer favorable la sustitución de
la tendencia de ejecución personal ante la de ejecución patrimonial del deudor6.
La Bonorum Venditio tiene tres fases:
5
ÁLVARO D´ORS, Derecho Privado Romano, 8ª edición, Ediciones EUNSA, Pamplona, 1996,
pagina 161.
6ÁLVARO D´ORS, Derecho Privado Romano, 8ª edición, Ediciones EUNSA, Pamplona, 1996,
pagina 161.
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8
1. La primera es la Missio in bona o missio in possessionem rei servandae
causa.
2. La segunda se produce transcurrido un tiempo, el plazo de treinta días
(cuando el deudor está vivo) y quince (cuando el deudor está fallecido), y
tiene lugar cuando se venden los bienes del deudor en la subasta pública.7
Los acreedores tendrán interés en conservar lo mejor posible de la venta y
lograr su objetivo inicial, que no es más que la satisfacción de las deudas.
Así, un supuesto en el que tenía lugar la Missio era cuando el deudor iudicatus
o confesus in iure hacía la cesión de bienes. 8En este caso, los bienes podían ser
vendidos posteriormente, constituyendo el más claro ejemplo en el que la missio
conllevaba la venta. Otra hipótesis era la del condenado por sentencia, se atribuía
al condenado por sentencia que no se defendía en juicio, ni oponía acción alguna.
Pero en el caso de que la confesión judicial no versaba sobre una cantidad cierta
no era calificado como juicio, entonces, el preso está obligado a defenderse. En el
caso en el que el condenado no se defendía era aplicada la ductio o la missio en
bona como medida de presión.
Si el deudor no se defendía, o se ausentaba pues, se llevaba a cabo esta
medida. La ausencia del deudor podía deberse a varias razones, una de las
cuales se contempla cuando el deudor renunciaba a seguir con el proceso, y no
comparecía cuando debía hacerlo y al no defenderse, puesto que no estaba
presente, se llevaba a cabo la posible puesta en venta de sus bienes en subasta
7 ÁLVARO D´ORS, Derecho Privado Romano, 8ª edición, Ediciones EUNSA, Pamplona, 1996,
pagina 129,160.
8 ÁLVARO D´ORS, Derecho Privado Romano, 8ª edición, Ediciones EUNSA, Pamplona, 1996,
pagina 225.
9
9
pública, eso sí, a excepción de si un representante del deudor lleva a cabo la
defensa del mismo, sustituyéndole con su presencia. Pero si el deudor se oculta
fraudationis causa porque no ha existido vocatio in ius, no hay defensa y se
produce inevitablemente, la venta de sus bienes.
A pesar de que se tienen dudas sobre este procedimiento, se dice que éste es
el claro ejemplo en el que la misión iba precedida de la venta. La arbitrariedad
que había a la hora de dictaminar sentencia, se piensa que es muy posible que,
aunque no se dieran las condiciones para ello, se sentenciase la venta en subasta
de lo bienes de los deudores que pudieron haber cumplido todos los requisitos
para que éste no tuviera lugar de forma legal. Por lo que se cometían muchas
injusticias en estos casos y en la antigüedad jurídica.
Otro caso de missio in bona se proyectan sobre el patrimonio hereditario: si
muere un deudor y se sabe que no hay descendencia, tiene lugar la venta en
subasta pública de los bienes de dicho deudor; si no se sabe si hay herederos no
hay venta; si no hay aceptación de la herencia por parte de los herederos, puede
autorizarse la venta.
Para que la Missio in bona se produjera tenía que haber primero una sentencia
condenatoria y después el incumplimiento de las obligaciones el sentenciado, que
le hacían desposeedor de sus bienes y que estos fueran puestos en venta (en
bloque) en una subasta pública. Esta sentencia, favorable para el acreedor, se
llevaba a cabo a través de una actio iudicati. Si el deudor negaba la validez del
iudicatum o no pagaba se declaraba la missio in bona debitoris. El magistrado no
podía ordenarla sin tener la solicitud previa de los acreedores.
10
10
La missio in bona no le daba la propiedad a los acreedores, su único objetivo
era desposeer al deudor de su patrimonio y enajenarlo, poniéndolo en manos de la
persona que ofreciera más por la propiedad de la subasta.9
Con la evolución del Derecho Romano, se puede apreciar como evoluciona el
concepto de ius del derecho arcaico vinculado con la idea de poderes personales
que se manifestaban como actos de fuerza formalmente ritualizados hasta la idea
de ius en la que se va delimitando equitativamente los derechos de los
acreedores, dotándolos del procedimientos agiles y expeditos para la recuperación
de sus créditos, quienes podían elegir el ejercicio de la Bonorum Venditio los
acreedores tenían que dirigirse al emptor (o al magister) para reclamar sus
créditos o bien mediante la Bonorum Distractio, los acreedores debían dirigirse a
los curadores, quienes hacían de intermediarios para el reparto del dinero
procedente, directamente, del deudor o, indirectamente, de los compradores de
los bienes del mismo en la subasta pública.
1.1.1 Derecho Español.
En el antiguo derecho español, el Fuero Juzgo en la Ley 5, Título 6º, libro 5,
y el Fuero Real en la Ley 17, Título 20, libro 3 se ocupan del deudor común y de la
forma en que habían de satisfacerse los créditos a los acreedores. El Código de
Las Siete Partidas, regula la cessio bonorum, (en la Ley I, Título XV, Partida V), la
forma en que debían partirse los bienes del deudor cuando los desamparaba, la
fuerza que tal cesión de bienes tenía, y lo que debía hacerse respecto del que
huyese o se alzase sin pagar las deudas. La nota característica de esta regulación
frente al Derecho Romano, es la mayor intervención judicial que destaca por
9 ÁLVARO D´ORS, Derecho Privado Romano, 8ª edición, Ediciones EUNSA, Pamplona, 1996,
pagina 160.
11
11
influencia del Derecho Franco. La cessio bonorum tiene lugar ante el juez que
cuida de la enajenación de los bienes y de la distribución de su importe entre los
acreedores. Así en las Cortes de Barcelona celebradas en el año 1229 bajo el
reinado de Jaime II, se prohibió al cambiador que quebrase volver a tener »Tabla
de cambio ni empleo alguno», resultando relevante mencionar que este es el
primer ordenamiento que utiliza el vocablo “quiebra”.10 Los Reyes Católicos en
1480, mandaron tener por robador público con sus consecuencias a los
cambiadores y mercaderes que se ausentaran por caudales ajenos.
Resulta interesante señalar que la Ley de la Siete Partidas, no utiliza el
vocablo “Quiebra”, como se menciono dicha expresión fue utilizada en las cortes
de Barcelona, en el año 1229, para referirse a la situación económica de los
banqueros o cambistas, a los que por haber “quebrado”, se les condenaba a no
tener “tabla de cambio o empleo alguno”, publicando por pregón su infamia y a
detenérseles y mantenerles a pan y agua hasta que pagaran sus deudas.11
En el año 1665 por inspiración de Francisco Salgado de Somoza se publica
el Labirinthus Creditorum Concurrentium ad liten per debitorem interrillio
causatam, obra que sirve de base para la creación de la futura legislación
española y constituye el primer tratado en materia concursal.12 Sera hasta con las
Ordenanzas de Bilbao en el año 1737, para que por primera vez se regule en
España de forma sistemática un procedimiento de quiebra para los comerciantes,
distinguiendo tres clases de quebrados: atrasados, quebrados por infortunio y
quebrados fraudulentos. Clasificación que pasó al primer Código de comercio
español.
10
NAVARRINI, HUMBERTO. La Quiebra. 2ª edición, Instituto Editorial Reus. Madrid. 1943. pagina 25. 11
RAÚL CERVANTES AHUMADA, Derecho de Quiebras, 2ª reimpresión, Editorial Herrero, México, 1990, pagina 25. 12
DOMÍNGUEZ DEL RIO, ALFREDO. Quiebras. 1ª edición, Editorial Porrúa. México. 1981. pág. 33.
12
12
Poco a poco, se fue creando una doctrina mercantilista en torno al tema,
que se consagró con la publicación del Código de Comercio de 1829 y la Ley de
Enjuiciamiento Civil para los negocios de comercio de 1830, confirmando la
distinción entre comerciantes y no comerciantes, para someter al procedimiento de
quiebra sólo a los primeros. El Código de Comercio de 1829 regulaba cinco clases
de quiebras, siendo la de primera clase la suspensión de pagos. En 1881 se
publica la Ley de Enjuiciamiento Civil, que con la finalidad de preparar la reforma
que se venía proyectando de eliminar del Código los preceptos de carácter
adjetivo referentes a las quiebras. El 22 de agosto de 1885 se publicó en nuevo
Código de Comercio que reduce a tres las cinco clases de quiebras y crea la
suspensión de pagos como un estado especial, previo al de quiebra e
independiente, en beneficio del comerciante y sus acreedores.
1.1.2. Derecho Francés.
Derivado del creciente intercambio comercial surgió en Europa a partir de la
primera mitad de la Edad Media ( siglo X ) la necesidad de proteger los intereses
de los comerciantes, que en principio se agrupan en organizaciones llamadas
gremios, corporación y consulados. Así surge la figura de la matriculación (referida
propiamente al acto de inscripción y aceptación de las reglas del gremio
comerciales) que constituye el antecedente del registro de publicidad de los actos
mercantiles y la jurisdicción consular (tribunales de comercio especializados)
destacando por su importancia los gremios y corporaciones de la ciudades de
Amalfi, Venecia, Pisa, Génova, Siena, Milán, Bolonia y Florencia en Italia y
Marsella, Tolosa, Lyon en Francia.13
Así las cosas, el auge comercial en Europa y el constante intercambio
genero que diversas ciudades Europeas, crearan sus propios estatutos, que
constituyen las primeras colecciones de normas jurídicas en materia mercantil,
13
JORGE BARRERA GRAF, Instituciones de Derecho Mercantil, 7ª Reimpresión, Editorial Porrúa, México, 2008, pág. 89.
13
13
comúnmente llamadas Ordenanzas, (destacando por su influencia en
Latinoamérica y principalmente en México, las Ordenanzas de Bilbao, las de
Alcalá y de Burgos) y resultan ser el sustento del cual a partir de 1673, a través de
las ordenanzas de Luis XIV y su ministro Colbert, se intente recopilar y
sistematizar, las diversas reglas esparcidas en innumerables ordenanzas, así
como los usos y practicas mercantiles existentes, siendo precisamente estas
ordenanzas el primer intento por codificar el Derecho Mercantil. Luego entonces
fue en Francia donde propiamente se comenzó no solo a comprender y sentir la
necesidad reclamada por la actividad del comercio, sino también se satisfizo
cumplidamente, asentando la piedra angular sobre que se ha levantado el edificio
del moderno Derecho Mercantil, el que desde entonces, emancipándose
completamente del Derecho Romano, del Derecho común y de los Derechos
forales, no solamente ha adquirido una verdadera autonomía jurídica, sino que
tiende a obtener un carácter de universalidad internacional, llegando su influencia,
como es natural, hasta modificar los preceptos del Derecho Civil de cada pueblo,
pues el cotejo de los diversos códigos mercantiles, su estudio comparativo por los
jurisconsultos y su perfeccionamiento constante, conducen inflexiblemente a
correcciones del Derecho Civil, que de todas maneras tiene que estar en armonía
con el Derecho Mercantil de cada Estado.
El primer antecedente del concurso de acreedores derivado de la
insolvencia del deudor, se encuentra en el reglamento de la Plaza de Cambios de
Lyón en virtud del cual se sigue el principio igualitario para todos los acreedores.14
Cuando se promulgó el Código de Comercio Francés de 1807, hacía siglo y
medio que regían las Ordenanzas de Comercio y de Marina; Francia había
aumentado su territorio; su comercio y su industria habían adquirido mayor vuelo;
y por tanto, existían nuevas costumbres y usos comerciales, pero los relativos
14
NAVARRINI. Op. Cit. Pág. 13.
14
14
especialmente al comercio terrestre no habían sido fijados. Con tal efecto desde
1787 se pensó en Francia en reformar las Ordenanzas de Colbert.
Con este fin se nombró una comisión; pero como sobrevino la Revolución
dicha comisión no pudo llenar su cometido. En 1791 la Asamblea Constituyente
acordó la dación de un Código Civil y de un Código de Comercio. Se hicieron los
estudios y trabajos con respecto al Código Civil; pero no se abordó el estudio
relativo al Código de Comercio.
El Decreto de 3 de Abril de 1801, expedido por el Gobierno Consular
Francés, nombró una comisión presidida por el Ministerio del Interior para que
redactara el Proyecto de Código de Comercio; el cual debía ser revisado por el
Consejo del Estado. La Comisión cumplió, a fines de ese año, con formular un
proyecto de Código que fue enviado a las Cámaras de Comercio y a los
Tribunales de Casación y Apelación para que hicieran las observaciones
pertinentes; a mérito de cuyo estudio por 3 miembros designados del seno de la
Comisión, se hicieron algunas modificaciones en el articulado Proyecto. Una vez
echo esto, los comisionados enviaron su trabajo al Consejo de Estado para su
revisión; pero allí permaneció sin trámite y casi olvidado hasta 1806 en que
Napoleón hizo que se estudiara, empleándose para dicho estudio 61 sesiones, 4
de las cuales presidió él mismo. Este trabajo se sometió finalmente a la discusión
de las Cámaras Legislativas, que lo sancionaron por partes, y la ley de 15 de
Septiembre de 1807 ordenó que empezaran a regir desde el 1 de Enero del año
siguiente. Lo que indujo a Napoleón a acelerar la promulgación del Código de
Comercio fue la serie de quiebras fraudulentas que se produjeron en Francia en
1806, las que arruinaron a muchos ciudadanos, mientras que los quebrados
seguían después de la quiebra derrochando un lujo irritante. El code de commerce
organizó la institución de la quiebra.
15
15
También es importante resaltar que a partir del código de comercio de
Napoleón se inicio un cambio para tratar de fundar el Derecho mercantil en los
actos de comercio, bajo un criterio objetivo.15
El prototipo del sistema objetivo constituido por este Código, toma como
punto de partida el acto especulativo de carácter objetivo, poniendo en relieve, en
particular, la compraventa con fines de especulación y la letra de cambio, este
modelo lo siguieron numerosos Códigos europeos y algunos Códigos
latinoamericanos, incluyendo el nuestro.
1.1.3 Derecho Mexicano.
En nuestra tradición jurídica, la evolución del derecho mercantil se puede
clasificar en tres etapas, la primer de ellas la etapa colonia, la segunda la etapa
posterior a la independencia y la tercera la etapa contemporánea partiendo de la
influencia del Código Francés de 1808, el Código Español de 1829, (este ultimo
ordenamiento ya regula la cesación de pagos de un comerciante por falta de
liquidez) las Ordenanzas de Bilbao y los Códigos de Comercio de 1854 y 1884.
En la primera etapa de nuestra tradición jurídica, se establece con la
conquista y fundación de la Nueva España, el orden jurídico español, y en la
materia mercantil derivado del importe intercambio comercial entre la Nueva
España, con España y de ahí al resto de Europa, el comercio adquiriese
importancia singular, los mercaderes de la ciudad de México establecieron su
Universidad, por los años 1581 y dicha corporación fue autorizada por Felipe II por
Cédulas Reales de 1592 y 1594. Rigieron inicialmente las Ordenanzas de Burgos
y Sevilla, pero la corporación mexicana promulgó su propio ordenamiento, que con
15
JORGE BARRERA GRAF. Op. cit. Pagina 16.
16
16
el título de Ordenanzas del Consulado de México, Universidad de Mercaderes de
Nueva España, fueron aprobadas por Felipe II en 1604.16
La Universidad de Mercaderes se titulaba también Consulado de México,
por su calidad de Tribunal de Comercio.
El Consulado de México tenía funciones múltiples; administrativamente,
proveía a la protección y al fomento de la actividad comercial, construyó obras de
utilidad pública, como carreteras y canales y sostuvo un regimiento; dentro de su
función jurisdiccional, era al tribunal que dirimía las contiendas entre mercaderes;
y legislativamente, formuló como hemos anotado, sus propias Ordenanzas.
Código de comercio de 1854
A partir del 16 de Septiembre de 1810 inicia la guerra de Independencia en
cabezada por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, y concluye el 27 de Septiembre de
1821, con la entrada triunfal del ejercito trigarante al mando de Agustín de Iturbide,
iniciando así una nueva etapa en la historia de México, así como en sus
instituciones, impactando en el ámbito ejecutivo, legislativo y judicial, siendo que
en el año de 1854, durante el gobierno de Antonio López de Santa Anna, se
promulgó el primer Código de Comercio mexicano, conocido con el nombre de
"Código de Lares". Este Código dejó de aplicarse en 1855, aunque posteriormente
en tiempos del imperio (1863) fue restaurada su vigencia. En esos intervalos
continuaron aplicándose las viejas ordenanzas de Bilbao.
Es importante establecer que el primer antecedente como ley especial en
materia concursal, se presento en el año de 1853 con la Ley de Bancarrota,
promulgada durante el gobierno de Antonio López de Santa Anna, ordenamiento
legal que presente fuerte influencia del Código de Comercio Francés de 1808 así
16
JORGE BARRERA GRAF. Op. cit. pagina 18.
17
17
como del Código Español de 1829 que regulaba la cesación de pagos de un
comerciante por falta de liquidez.17
Código de comercio de 1884
En 1883 durante el Gobierno del Presidente Manuel del Refugio González
Flores, se consolido un cambio significativo en el Derecho mercantil que adquirió
en México carácter Federal, al ser reformada la Constitución, se otorgó al
Congreso de la Unión la facultad de legislar en materia comercial. Con base en
esta reforma constitucional se promulgó el Código de Comercio de 1884, aplicable
en toda la República. Posteriormente en el Gobierno del General Porfirio Díaz se
promulgaron diversos ordenamientos entre ellos, deben citarse la Ley de
Sociedades Anónimas de 1888 y por supuesto el 1º de Enero de 1890, entró en
vigor el Código de 1889, el cual es en extremo similar al Código español de 1885,
destacando precisamente que en dicho ordenamiento se regulan la figura de la
Quiebra del Comerciante.
En el año de 1889 se promulgo en la republica mexicana un nuevo código
de comercio que entro en vigor el primero de enero de 1890, abrogando así el
código de comercio de 20 de abril de 1884 y las leyes mercantiles preexistentes y
relativas a las materias que regula dicho ordenamiento, previamente a la
promulgación del código de comercio de 1884, se había reformado la Constitución,
17 ELVIA ARCELIA QUINTANA ADRIANO, Concursos Mercantiles, Doctrina, Ley,
Jurisprudencia, 1ª edición, Editorial Porrúa, México, 2003, pagina 3.
18
18
a efecto de conceder atribuciones para legislar en materia de comercio al
congreso de la unión, desde entonces el derecho mercantil tiene carácter federal.
En la elaboración del Código de Comercio de 1890, se tomaron como
modelos, en primer lugar el Código de Comercio Español de 1885, el Código de
Comercio Italiano de 1882, los Códigos Belga y Argentino, y a través de todos
ellos, indirectamente el Francés de 1808.18
El día 20 de abril de 1943, se publico la Ley de Quiebras y Suspensión de
Pagos, mediante decreto dirigido por el H. Congreso de la Unión al C. Presidente
Manuel Ávila Camacho, estableciendo en el articulo segundo transitorio que todos
los procedimientos de Quiebra, Liquidación Judicial y Suspensión de Pagos que
estuvieren en tramite sino no quedaban concluidos en un periodo de tres meses
se suspenderían y los Jueces Competentes tomarían las medidas necesarias para
que a la entrada en vigor de la ley de Quiebras y Suspensión de Pagos,
continuaran su tramitación bajo este ultimo ordenamiento.
Concomitantemente con la promulgación y publicación de ley de Quiebras y
Suspensión de Pagos se derogo expresamente el Libro Cuarto, Titulo Primero, De
las Quiebras, que comprendía los artículos 945 al 1037 del Código de Comercio.
Dentro de los principales aspectos de la Ley de Quiebras y Suspensión de
Pagos, se deben destacar los siguientes:
o La LQSP regula dos figuras: la quiebra y la suspensión de
pagos. La primera puede ser solicitada por el deudor,
cualquiera de sus acreedores o el Ministerio Público y
puede ser declarada de oficio por un juez. En contraste, la
18
JORGE BARRERA GRAF, Op. cit. pág. 27-28.
19
19
suspensión de pagos otorga un beneficio al comerciante
para prevenir su posible quiebra y, por lo tanto, sólo
puede ser solicitada por el deudor.
o Los principales actores en el procedimiento concursal
son el juez, el Ministerio Publico, el síndico, la
intervención y la junta de acreedores. El juez es el rector
del procedimiento y cuenta con amplios poderes, ya que
en repetidas ocasiones durante el procedimiento se
requiere de su aprobación.
o El nombramiento del síndico recae en la Cámara de la
Industria o Comercio a que pertenezca el deudor, y en su
defecto, en una institución nacional de crédito quien
designa a un delegado. Cuando ello no sucede, el Juez
nombra directamente a un síndico provisional. El síndico
es responsable de la administración de la empresa del
quebrado y de la buena conservación de los bienes de la
masa. En la suspensión de pagos el deudor retiene la
administración de sus bienes y el Síndico sólo ejerce la
función de vigilancia, la intervención está encargada de
representar los intereses de los acreedores. Su
participación es relativamente limitada, ya que su función
principal es la de vigilar la actuación del Síndico.
o La Junta de Acreedores tiene cuatro funciones
principales: (i) el reconocimiento de créditos, (ii) la
20
20
aprobación de un convenio, (iii) dirigir la intervención y
(iv) examinar la actuación del Síndico.
o Al declarase la suspensión de pagos o la quiebra, todas
las obligaciones del deudor se dan por vencidas, dejan de
causar intereses y se suspende su pago. Acto seguido a
su designación, el Síndico debe proceder a levantar un
inventario, iniciar el reconocimiento de créditos, elaborar
un dictamen sobre la situación financiera del deudor y
evaluar las posibilidades de reestructuración de los
pasivos del deudor.
o El siguiente paso es convocar a una junta de acreedores
para el reconocimiento de créditos, en la que el juez debe
abrir el debate contradictorio para cada crédito.
o Una vez concluido el reconocimiento de créditos, se
convoca a junta de acreedores para la aprobación de un
convenio con base en una mayoría calificada, el juez
puede aprobarlo para que se proceda a su ejecución. Con
la ejecución del convenio se extingue el procedimiento.
o En la suspensión de pagos, el incumplimiento del
convenio da lugar a la declaración de quiebra. Si el
deudor ya se encontraba en este estado jurídico, por
haberío solicitado así el propio deudor, el juez debe
21
21
ordenar la realización del activo del comerciante y
disponer la forma en que ello se llevará a cabo. 19
El día 12 de mayo del 2000, se publico la Ley de Concursos Mercantiles,
mediante decreto dirigido por el H. Congreso de la Unión al C. Presidente Ernesto
Zedillo Ponce de León, estableciendo en el articulo segundo transitorio la
abrogación de la Quiebras y Suspensión de Pagos, así como de todas las
disposiciones legales que se opongan al nuevo ordenamiento concursal,
ordenando en el Quinto transitorio que todos los procedimientos de Quiebras y
Suspensión de Pagos, iniciados con antelación a la entrada en vigor de la Ley de
Concursos Mercantiles, deberán continuar su tramitación bajo el tenor de las
disposiciones contenidas en ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, publicada el
día 20 de abril de 1943.
En la Ley de Concursos Mercantiles, destacan múltiples cambios
sustantivos y adjetivos, siendo tal vez el mas significativo la eliminación de la
figura de la Suspensión de Pagos, estableciendo en el nuevo ordenamiento la
figura de la conciliación, (delimitando a cierta temporalidad dicha etapa)
subsistiendo la Quiebra, (Sin embargo se elimina la clasificación de Quiebra
Fortuita, Culpable y Dolosa) pero no así los tipos penales especiales, en adición
se debe mencionar que se establece la competencia exclusiva de los Jueces de
Distrito para el conocimiento y aplicación de la Ley de Concursos Mercantiles y se
creo el Instituto Federal de Concursos Mercantiles, como Órgano auxiliar del
Consejo de la Judicatura Federal.
19
CÁMARA DE DIPUTADOS SERVICIO DE INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS. LEY DE QUIEBRAS Y SUSPENSIÓN DE PAGOS/ PROYECTO DE INICIATIVA DE LEY DE CONCURSOS MERCANTILES. ANÁLISIS DE PUBLICACIONES. Anexo. 28 de septiembre de 1999. http://www.cddhcu.gob.mx/bibliot/publica/inveyana/polint/dpi05/anexo.htm
22
22
CAPITULO II. NOCIONES GENERALES
2.- Nociones Generales del Juicio de Amparo.
Previo a realizar consideraciones sobre el Amparo, debemos establecer que
existe un debate doctrinal sobre la naturaleza jurídica del Amparo, encontrando
claramente dos opiniones antagónicas, la primera considera al amparo como un
recurso y la segunda establece que es un procedimiento autónomo que reúne las
características esenciales de un Juicio. Respecto del primer criterio, existen
diversos juristas, como el ilustre jurisconsulto Don Emilio Rabasa, que sustento su
tesis analizando básicamente la naturaleza de la reclamación que lo origina, es
decir si el recurso se entabla sobre una resolución judicial dictada dentro de un
juicio con el propósito de reclamar la revisión, de dicha determinación que
contiene la aplicación de la ley, al ser el examen de la legalidad de la actuación
judicial una cuestión accesoria al juicio principal debe ser considerado el Amparo
un Recurso y no un Juicio en si mismo.
Respecto a la polémica de la naturaleza jurídica del amparo, el suscrito
considera que la opinión del maestro José R. Padilla que considera que el
Amparo Indirecto si tiene las características de un Juicio, mientras que el Amparo
Directo para este es propiamente un recurso20, es el criterio mas acertado puesto
que si acudimos al texto original del artículo 107 en la constitución de 1917, el
propio legislador denomino al amparo directo “recurso” no obstante que
posteriormente en la constitución y en la misma ley de amparo se denomino “juicio
de amparo directo”21, esta nominación no corresponde con el espíritu original del
Constituyente, pues como sostienen los maestros Rabasa y Padilla, el vocablo
“juicio” (iudicium) equiparado en nuestro sistema a “proceso”, es un conjunto de
actos concatenados entre sí, con los que se desenvuelve un proceso y culmina
con el dictado de la sentencia, características que no se presentan en su
20
JOSÉ R. PADILLA, Sinopsis de Amparo, 1ª edición, Editorial Porrúa, México, 2007, pagina 4. 21
HUMBERTO ENRIQUE RUIZ TORRES, Curso General de Amparo, 1ª edición, Editorial Oxford, México, 2007, pagina 83 y 84.
23
23
integridad en el amparo directo, puesto que se trata de un medio extraordinario de
defensa que deberá conocer y resolver un tribunal superior, quien revisara la
legalidad de los actos de autoridad a la luz de la constitución, delimitando el
estudio del Tribunal a lo alegado y probado en el juicio seguido ante la autoridad
responsable.
2.1 Principios Rectores del Juicio de Amparo.
Resulta pertinente previo al estudio de este capitulo acudir a la definición
del vocablo “principio” establecida por el diccionario de la Real Academia de la
Lengua, que al respecto dispone:
principio.22
(Del lat. principĭum).
1. m. Primer instante del ser de algo.
2. m. Punto que se considera como primero en una extensión o en una cosa.
3. m. Base, origen, razón fundamental sobre la cual se procede discurriendo en
cualquier materia.
4. m. Causa, origen de algo.
5. m. Cada una de las primeras proposiciones o verdades fundamentales por
donde se empiezan a estudiar las ciencias o las artes.
6. m. Norma o idea fundamental que rige el pensamiento o la conducta. U. m. en
pl.
7. m. Alimento que se servía entre la olla o el cocido y los postres.
22
Nota de bibliográfica Diccionario de la Lengua Española, Vigésima Segunda Edición, Real
Academia Española, Internet.
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=principio
24
24
8. m. En la Universidad de Alcalá, cualquiera de los tres ejercicios que hacían los
teólogos de una de las cuatro partes del Libro de las sentencias, después de
haber pasado un examen previo que tanteaba su capacidad y suficiencia.
9. m. pl. Impr. Todo lo que precede al texto de un libro.
En el mismo sentido el Diccionario Larousse Ilustrado,23 Undécima Edición,
1ª reimpresión, México, 2005, pagina 828, literalmente dispone:
PRINCIPIO s.m. (lat.principium, origen, de princeps). Acción de principiar. 2.
Primera parte de un cosa; primera fase de una acción, de un periodo; contar una
historia desde un principio. 3.Causa, origen. 4. Norma o idea fundamental que rige
el pensamiento o la conducta. (Suele usarse en plural.) 5. Concepto, idea
fundamental que sirve de base a una orden determinado de conocimientos o
sobre la que se apoya un razonamiento.
Así las cosas, las premisas fundamentales que rigen al Juicio de Amparo en
nuestro sistema jurídico se encuentran establecidos en el articulo 107 de nuestra
carta magna, siendo uniforme la doctrina al nominarlos de la siguiente forma:
a.- Instancia de Parte Agraviada
b.- El agravio personal y directo
c.- Relatividad de los efectos de la sentencia de amparo
d.- Prosecución judicial
e.- Definitividad del acto reclamado
f.- Estricto derecho
g.- Suplencia de la queja
23
Diccionario Larousse Ilustrado,23
Undécima Edición, 1ª reimpresión, México, 2005, pagina 828,
25
25
a.- El principio de instancia de parte agraviada es la premisa fundamental
que establece que, el Juicio de amparo no procede de oficio y solo podrá
promoverse a solicitud de la parte a quien le perjudique el acto de autoridad que
se considera ilegal. El sustento legal de este principio se encuentra en la fracción I
del articulo 107 de nuestra constitución política, siendo la norma primaria que
tutela este principio, que se desarrolla en el articulo 4º de la Ley de Amparo.
b.- El principio de agravio personal y directo es la premisa fundamental que
establece que el Juicio de amparo solo podrá promoverse por la parte a quien
perjudique directamente el acto de autoridad o la ley que se reclama (es decir, es
necesario que sea persona determinada), siendo precisamente que el agravio
debe ser de realización pasada, presente o inminente . El sustento legal de este
principio también se encuentra en la fracción I del artículo 107 de nuestra
constitución política, siendo la norma primaria que tutela este principio, que se
desarrolla en el articulo 4º de la Ley de Amparo.
c.- El principio de relatividad de los efectos de la sentencia de amparo es la
premisa fundamental que establece que las sentencias solo surten efectos en
relación con las personas que promovieron el Juicio (quejoso); jamás respecto de
otros. El principio puede extenderse a las autoridades: las sentencia contraen sus
efectos a las que fueron partes como responsables. El doctor Carpizo señala lo
siguiente: “Los efectos de la protección son relativos; se restringen únicamente a
quien pidió la protección, es decir, son exclusivos de un acto reclamado.24 Este
principio aparece desde el Constituyente de 1856 y 1857, plasmada en el articulo
102 que a la letra disponía:
“La sentencia será siempre tal, que sólo se ocupará de individuos
particulares, limitándose a protegerlos y ampararlos en el caso especial sobre el
24
CARPIZO, JORGE. Estudios Constitucionales. 6ª edición, Editorial Porrúa, UNAM, México, 1998, pp. 353.
26
26
que verse el proceso, sin hacer ninguna declaración general respecto de la ley o
acto que la motivare.”25
Así las cosas, es evidente que la famosa Formula Otero establece que las
resoluciones judiciales sólo debe limitarse a amparar y proteger al quejoso en el
caso especifico sobre el que verse la demanda, sin hacer una declaración general
respecto de la ley o acto que se hubiere reclamado, materializándose en el texto
de los artículos 107 fracción II de nuestra Constitución Política y en el artículo 76
de la Ley de Amparo.
d.- El Principio de Prosecución Judicial es la premisa fundamental que
establece, el procedimiento en materia de amparo debe realizarse en todos sus
aspectos y particularidades, hasta la conclusión del mismo observando y
respetando fielmente el texto de la ley. Este principio se encuentra consagrado en
el artículo 107 constitucional ( así como en el articulo 2º de la Ley de Amparo) que
dispone que todas las controversias que regula el articulo 103 de nuestra carta
magna, deberán sujetarse en todo momento “a los procedimientos y formas del
orden jurídico” que determine la ley. La motivación de la existencia de este
principio se encuentra en la necesidad de crear y garantizar un sistema de control
constitucional como lo es el juicio de amparo, en oposición al medio de control
constitucional, establecido en México en la Constitución de las Siete Leyes de
1836, que otorgaba al Supremo Poder Conservador, la facultad de dictar sus
resoluciones sin sujetarse a ningún procedimiento previamente establecido.
e.- El Principio de Definitividad del Acto reclamado es la premisa
fundamental que establece la obligación del quejoso de agotar todos los recursos
o medios de defensa existentes e idóneos para modificar, revocar o anular el acto
25
PADILLA, JOSÉ R., Op cit. pp. 29, 30, 35, 36.
27
27
que se reclama, previstos en la ley que rige el acto reclamado, previo a ocurrir a
solicitar la protección constitucional mediante el juicio de amparo. Este principio se
encuentra consagrado en el articulo 107 fracción III inciso a) y fracción IV
constitucional, y en la Ley de Amparo en el artículo 73 fracciones XIII, XIV y XV.
f.- El principio de estricto derecho consiste en que el Juzgador debe
limitarse a valorar y estudiar la constitucionalidad del acto reclamado a la luz de
los conceptos de violaciones expresados en la demanda de amparo. Este principio
se encuentra consagrado en el artículo 107 fracción III constitucional y en el
articulo 76 de la Ley de Amparo, interpretados a contrario sensu. Tratándose de
los recursos previstos en la Ley de Amparo este principio es observado por el
Juzgador al sujetarse a resolver en base a los agravios esgrimidos por el
recurrente.
g.- El principio de suplencia de la queja consiste en los Juzgados de
Distrito, Tribunales Colegiados de Circuito y la Suprema Corte de Justicia, están
facultados para corregir errores que adviertan en la cita de preceptos
constitucionales y legales que estimen violados, y podrán examinar en su conjunto
los conceptos de violación y los agravios, así como los demás razonamientos de
las partes, a fin de resolver la cuestión efectivamente planteada, pero sin cambiar
los hechos expuestos en la demanda.
2.2.- Las Partes en el Juicio de Amparo.
En el juicio de Amparo, como en todo juicio, intervienen una serie de
personas, siendo la participación de algunas de estas (testigos, peritos entre otros)
decisiva para el sentido de la sentencia que se emita, sin embargo no tienen el
carácter de parte sino aquellas personas que intervenga en juicio, ejercitando una
acción, oponiendo una excepción o interponiendo un recurso, con el propósito de
28
28
obtener una resolución favorable a sus intereses. Es precisamente, el deseo de
obtener una resolución favorable, lo que caracteriza a la parte, toda vez que las
personas que intervengan en carácter de testigos o peritos, el único interés que
tiene dentro del Juicio es el de conducirse con verdad, de manera imparcial,
siendo auxiliares en la administración de justicia.
El artículo 5º de la Ley de Amparo precisa quienes son partes en Juicio
Constitucional: I. el agraviado o agraviados. II. La autoridad o autoridades
responsables; III. El tercero o terceros perjudicados y IV. El Ministerio Publico
Federal.
El agraviado, denominado también “quejoso”, es quien promueve el juicio
de garantías, quien demanda la protección de la Justicia Federal, quien ejercita la
acción constitucional. El agraviado ataca un acto de autoridad que considera
lesivo a sus derechos, ya sea por que estime que viola en detrimento garantías
individuales; o por que, proveniente de autoridad federal, considere que vulnere o
restringa la soberanía de la entidad federativa, o por el contrario, por que haya
sido emitido por las autoridades de éstos con invasión de la esfera que
corresponde a las autoridades federales (artículo 103 constitucional, reproducido
por el 1º de la Ley de Amparo).
La autoridad responsable es la parte contra la cual se demanda la
protección de la justicia federal; es el órgano del Estado que forma parte de su
gobierno, de quien proviene el acto que se reclama, que se impugna por estimar el
quejoso que lesiona las garantías individuales o que transgrede en su detrimento
el campo de competencias que la Carta Magna delimita a la Federación y a sus
Estados miembros.26
26
MANUAL DE JUICIO DE AMPARO, Suprema Corte de Justicia de la Nación, Vigésima octava
reimpresión a la segunda edición, Ed. Themis, México, 2008, paginas 24-25.
29
29
En virtud de la doble personalidad con la que interviene el Estado, solo
podrá ser considerada como autoridad responsable, la que emite el acto que se
reclama actuando con imperio, como persona de derecho público, cuyo acto
reclamado, satisfaga las características de unilateralidad, imperatividad y
coercitividad.
La Ley de Amparo en el artículo 11 establece: Es autoridad responsable, la
que dicta, promulga, publica, ordena, ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto
reclamado.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido en diversas tesis
jurisprudenciales, que se pueden ver con los números 75 y 76, pp., 122 y 123 del
Apéndice al “Seminario Judicial de la Federación”, parte común al Pleno y a las
Salas, que “el termino autoridades para los efectos del amparo comprende a todas
aquellas personas que disponen de la fuerza pública, en virtud de las
circunstancias, ya legales, ya de hecho, y que, por los mismo, estén en posibilidad
material de obrar como individuos que ejerzan actos públicos, por el hecho de ser
pública la fuerza de que disponen” y que tales autoridades “ lo son, no solamente
la autoridad superior que ordena el acto, sino también las subalternas que lo
ejecuten o traten de ejecutarlo, y contra cualquiera de ellas procede el amparo”.
El tercero perjudicado es quien resulta beneficiado con la validez y
subsistencia del acto que el Quejoso impugna en el juicio de amparo, y por lo
mismo tiene interés en que la sentencia que se dicte desestime la procedencia de
la acción constitucional y no se otorgue la protección constitucional, prevaleciendo
así el acto de autoridad, motivo por el cual tiene una causa común con la autoridad
responsable.
El artículo 5 de la Ley de Amparo, establece quienes pueden intervenir con
el carácter de tercero perjudicado:
30
30
a) La contraparte del agraviado cuando el acto reclamado emana de un
juicio o controversia que no sea del orden penal, o cualquiera de las
partes en el mismo juicio cuando el amparo sea promovido por persona
extraña al procedimiento;
b) El ofendido o las personas que, conforme a la ley, tengan derecho a la
reparación del daño o a exigir la responsabilidad civil proveniente de la
comisión de un delito, en su caso, en los juicios de amparo promovidos
contra actos judiciales del orden penal, siempre que éstos afecten dicha
reparación o responsabilidad.
c) La persona o personas que hayan gestionado en su favor el acto contra
el que se pide amparo, cuando se trate de providencias dictadas por
autoridades distintas de la judicial o del trabajo; o que sin haberlo
gestionado, tengan interés directo en la subsistencia del acto reclamado.
Por último debe mencionarse como parte dentro del Juicio de Amparo, al C.
Agente del Ministerio Publico de la Federación, toda vez que en la fracción IV del
articulo 5 de la Ley de Amparo, se establece claramente la obligación de dicha
autoridad de intervenir cuando el caso de que se trate afecte, a su juicio, el interés
público, motivo por el cual la autoridad Jurisdiccional siempre deberá emplazar al
juicio de amparo, al Ministerio Público, quien deberá comparecer y expresar lo que
a su derecho corresponda.
31
31
2.3 La Acción de Amparo.
En general, se admite como concepto de acción, la facultad o el poder
jurídico que tienen las personas para provocar la actividad jurisdiccional.
Al respecto el Maestro Eduardo J. Couture, define a la acción como la
facultad (o el derecho público subjetivo) que las personas tienen para promover la
actividad del órgano jurisdiccional, con el fin de que, una vez realizados los actos
procesales correspondientes, emita una sentencia sobre la pretensión litigiosa.27
En la materia de Amparo, la acción es el derecho público subjetivo del
gobernado para provocar la actividad jurisdiccional, con el propósito de que se
emita una resolución que declare la protección de la Justicia Federal respecto de
los actos de autoridad que se reclaman.
Así las cosas derivado de la noción de acción propuesta previamente, se
pueden establecer cuatro elementos constitutivos de la misma, a saber; sujeto
activo, sujeto pasivo, causa y objeto.
El sujeto activo en el juicio de amparo es la parte que demanda la
protección constitucional, el quejoso o agraviado, el sujeto pasivo es de quien se
demanda la protección constitucional, el Poder Judicial Federal, integrado por la
Suprema Corte de Justicia, Tribunales Colegiados de Circuito y Juzgados de
Distrito, la causa es el derecho de pedir, se subdivide en causa remota y causa
próxima, la primera es la situación jurídica concreta que se deriva, para el
gobernado, de la vigencia de las garantías individuales y de la delimitación de
competencias entre la Federación y los Estados. La segunda es el acto autoritario
contrario al orden constitucional dogmático. 27
EDUARDO J. COUTURE, “Algunas nociones fundamentales del derecho procesal del trabajo”, en Estudios de derecho procesal civil, 1ª edición, Buenos Aires, Depalma, 1978, pag. 228.
32
32
El objeto en el juicio de amparo se subdivide en mediato e inmediato, el
primero de estos consiste en mantener el orden constitucional y el segundo
consiste en la obtención de un fallo judicial que otorga la protección constitucional
al gobernado.
El fundamento constitucional de la acción de amparo, se encuentra en el
artículo 103 de nuestra carta Magna y se reitera en el artículo 1º de la Ley de
Amparo, que a la letra establece:
Artículo 1o.- El juicio de amparo tiene por objeto resolver toda controversia
que se suscite:
I.- Por leyes o actos de la autoridad que violen las garantías individuales;
II.- Por leyes o actos de la autoridad federal, que vulneren o restrinjan la
soberanía de los Estados;
III.- Por leyes o actos de las autoridades de éstos, que invadan la esfera de
la autoridad federal.
2.4 El juicio de Amparo Directo
El juicio de Amparo Directo encuentra su fundamento en lo dispuesto por el
artículo 107 constitucional, debidamente reglamentado en los artículos 158 al 176
de la Ley de Amparo. Como se ha señalado previamente la polémica mas
acalorada al respecto del Amparo Directo, es la discusión doctrinal sobre la
naturaleza jurídica de este, ya que se debate si en realidad es un juicio o se trata
33
33
más bien se trata de un recurso, toda vez que su tramitación constituye
propiamente en una instancia revisora de la sentencia que se reclama.”28
La competencia del Amparo Directo está reservada para los Tribunales
Colegiados de Circuito en Jurisdicción ordinaria y excepcionalmente a la Suprema
Corte de Justicia, cuando de oficio o a petición fundada del correspondiente
Tribunal Colegiado de Circuito, o del Procurador General de la República, podrá
conocer de los amparos directos que por su interés y trascendencia así lo
ameriten. (artículo 107 fracción V de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos en correlación directa con los artículos 158 y 182 de la Ley de
Amparo.)
La procedencia del Juicio de Amparo Directo está determinada por la
naturaleza jurídica de los actos reclamados, reservándose su procedencia
únicamente cuando se promueve en contra de sentencias definitivas,
(Resoluciones que decidan el juicio en lo principal y respecto de las cuales las
leyes comunes no concedan ningún recurso ordinario por virtud del cual puedan
ser modificadas o revocadas. Artículo 46 de la Ley de Amparo) laudos y
resoluciones que pongan fin al juicio. (Determinaciones que sin decidir el juicio en
lo principal, lo dan por concluido, y respecto de las cuales las leyes comunes no
concedan ningún recurso ordinario por virtud del cual puedan ser modificada o
revocadas).
La demanda de Amparo Directo deberá contener todos los requisitos
previstos en el artículo 166 de la Ley de Amparo que a letra establece:
28
JOSÉ R. PADILLA, Op. cit, pagina 259.
34
34
CAPITULO II
De la demanda
Artículo 166.- La demanda de amparo deberá
formularse por escrito, en la que se expresarán:
I.- El nombre y domicilio del quejoso y de quien
promueva en su nombre;
II.- El nombre y domicilio del tercero perjudicado;
III.- La autoridad o autoridades responsables;
IV.- La sentencia definitiva, laudo o resolución
que hubiere puesto fin al juicio, constitutivo del acto
o de los actos reclamados; y si se reclamaren
violaciones a las leyes del procedimiento, se
precisará cuál es la parte de éste en la que se
cometió la violación y el motivo por el cual se dejó
sin defensa al agraviado.
Cuando se impugne la sentencia definitiva, laudo
o resolución que hubiere puesto fin al juicio por
estimarse inconstitucional la ley, el tratado o el
reglamento aplicado, ello será materia únicamente
del capítulo de conceptos de violación de la
demanda, sin señalar como acto reclamado la ley,
el tratado o el reglamento, y la calificación de éste
por el tribunal de amparo se hará en la parte
considerativa de la sentencia;
V.- La fecha en que se haya notificado la
sentencia definitiva, laudo o resolución que hubiere
puesto fin al juicio, o la fecha en que haya tenido
conocimiento el quejoso de la resolución recurrida;
35
35
VI.- Los preceptos constitucionales cuya
violación se reclame y el concepto o conceptos de
la misma violación;
VII.- La ley que en concepto del quejoso se haya
aplicado inexactamente o la que dejó de aplicarse,
cuando las violaciones reclamadas se hagan
consistir en inexacta aplicación de las leyes de
fondo. Lo mismo se observará cuando la sentencia
se funde en los principios generales de derecho.
Cuando se trate de inexacta aplicación de varias
leyes de fondo, deberá cumplirse con esta
prescripción en párrafos separados y numerados.
LEY DE AMPARO, REGLAMENTARIA DE LOS
ARTÍCULOS 103 Y 107 DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS.
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DE LA UNIÓN.
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Última Reforma DOF 17-06-2009
El procedimiento del Amparo Directo inicia con la presentación de la
demanda ante la autoridad responsable, quien deberá acusar de recibida y
mandar emplazar con las copias exhibidas a cada una de las partes para que en el
36
36
plazo de diez días acudan ante el Tribunal Colegiado Competente a defender sus
derechos. La autoridad responsable deberá remitir los autos originales del
expediente donde derive el acto reclamado, adjuntando su informe justificado y la
constancia de notificación. En los juicios de amparo directo en que el quejoso
solicite la suspensión del acto reclamado, la autoridad responsable decidirá sobre
el otorgamiento de la suspensión de la ejecución de conformidad con lo dispuesto
por el artículo 107 de nuestra carta Magna. Una vez que hayan sido turnados la
demanda de Amparo Directo al Tribunal Colegiado Competente, este deberá
examinar la demanda y si encuentra motivo manifiesto e indudable de
improcedencia, la desechara de plano, en caso de exista alguna irregularidad en el
escrito de demanda por no ajustarse a lo dispuesto en el artículo 166 de la Ley de
la materia, mandará prevenir al Quejoso para que en breve termino subsane dicha
omisión y en caso de no hacerlo se desechará de plano la demanda. Si la
demanda de amparo directo se encuentra ajustada a lo dispuesto por el artículo
166 de la Ley de Amparo, ordenará su admisión y notificación a cada una de las
partes y posteriormente se turnara para estudio y formulación de un proyecto de
sentencia a un Magistrado Ponente, quien deberá presentar al pleno en sesión su
proyecto para discusión y aprobación por mayoría o unanimidad de votos. Así las
cosas si el proyecto es aprobado sin adiciones ni reformas, se tendrá como
sentencia definitiva y en caso de que sea aprobado por mayoría de votos podrá
establecer en el cuerpo de la resolución el voto particular disidente de la mayoría,
en cualquier la sentencia definitiva deberá mandarse firmar por todos y cada uno
de los magistrados integrantes del Tribunal Colegiado.
2.5 El juicio de Amparo Indirecto.
El juicio de Amparo Indirecto encuentra su fundamento en lo dispuesto por
los artículos 103 y 107 constitucionales, debidamente reglamentados en los
artículos 114 al 157 de la Ley de Amparo.
37
37
La competencia del Amparo Indirecto se ejerce por lo general (salvo caso
de excepción de los Tribunales Unitarios, artículo 29 fracción I de la Ley Orgánica
del Poder Judicial de la Federación) por los Jueces de Distrito quienes conocen de
la demandas de amparo promovidas contra actos de autoridades que se estiman
violatorios de los derechos fundamentales. El amparo se encuentra sujeto a dos
instancias; la primera ante el Juez de Distrito o autoridad judicial común (para el
supuesto de jurisdicción concurrente) cuyas sentencias pueden ser revisadas a
petición de parte; en una segunda instancia, por los Tribunales Colegiados de
Circuito que actúan por regla general y por excepción la Suprema Corte de
Justicia, conforme a los criterios establecidos en el artículo 107 fracción VIII de la
Constitución.
La procedencia del Juicio de Amparo Indirecto está determinada por la
naturaleza jurídica de los actos reclamados, excluyendo su procedencia
únicamente cuando se promueve en contra de sentencias definitivas,
(Resoluciones que decidan el juicio en lo principal y respecto de las cuales las
leyes comunes no concedan ningún recurso ordinario por virtud del cual puedan
ser modificadas o revocadas. Artículo 46 de la Ley de Amparo) laudos y
resoluciones que pongan fin al juicio, toda vez que respecto estos actos es
procedente el juicio de amparo directo en términos de los artículos 167, 168 y 169
de la Ley de Amparo. (Determinaciones que sin decidir el juicio en lo principal, lo
dan por concluido, y respecto de las cuales las leyes comunes no concedan
ningún recurso ordinario por virtud del cual puedan ser modificada o revocadas).
La división de competencias en el juicio de amparo tiene un origen más
histórico que técnico, proveniente de la interpretación extensiva del artículo 14 de
la Constitución de 1857, interpretación que causó una proliferación excesiva de los
38
38
juicios de amparo; por ese motivo se subdividió la competencia en directa e
indirecta.29
La demanda de Amparo Indirecto deberá contener todos los requisitos
previstos en el artículo 114 de la Ley de Amparo que a letra establece:
TITULO SEGUNDO
Del Juicio de Amparo ante los Juzgados de
Distrito.
CAPITULO I
De los actos materia del juicio
Artículo 114.- El amparo se pedirá ante el juez
de Distrito:
I.- Contra leyes federales o locales, tratados
internacionales, reglamentos expedidos por el
Presidente de la República de acuerdo con la
fracción I del artículo 89 constitucional,
reglamentos de leyes locales expedidos por los
gobernadores de los Estados, u otros
reglamentos, decretos o acuerdos de
observancia general, que por su sola entrada en
vigor o con motivo del primer acto de aplicación,
causen perjuicios al quejoso:
II.- Contra actos que no provengan de tribunales
judiciales, administrativos o del trabajo.
29
JOSÉ R. PADILLA, Op. cit., p. 135.
39
39
En estos casos, cuando el acto reclamado
emane de un procedimiento seguido en forma de
juicio, el amparo sólo podrá promoverse contra la
resolución definitiva por violaciones cometidas en
la misma resolución o durante el procedimiento,
si por virtud de estas últimas hubiere quedado sin
defensa el quejoso o privado de los derechos
que la ley de la materia le conceda, a no ser que
el amparo sea promovido por persona extraña a
la controversia.
III.- Contra actos de tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo ejecutados fuera de
juicio o después de concluido.
Si se trata de actos de ejecución de sentencia,
sólo podrá promoverse el amparo contra la última
resolución dictada en el procedimiento
respectivo, pudiendo reclamarse en la misma
demanda las demás violaciones cometidas
durante ese procedimiento, que hubieren dejado
sin defensa al quejoso.
Lo anterior será aplicable en materia de extinción
de dominio.
Tratándose de remates, sólo podrá promoverse
el juicio contra la resolución definitiva en que se
aprueben o desaprueben;
IV.- Contra actos en el juicio que tengan sobre
las personas o las cosas una ejecución que sea
de imposible reparación;
V.- Contra actos ejecutados dentro o fuera de
juicio, que afecten a personas extrañas a él,
cuando la ley no establezca a favor del afectado
40
40
algún recurso ordinario o medio de defensa que
pueda tener por efecto modificarlos o revocarlos,
siempre que no se trate del juicio de tercería;
VI.- Contra leyes o actos de la autoridad federal o
de los Estados, en los casos de las fracciones II
y III del artículo 1o. de esta ley.
VII.- Contra las resoluciones del Ministerio
Público que confirmen el no ejercicio o el
desistimiento de la acción penal, en los términos
de lo dispuesto por el párrafo cuarto del artículo
21 Constitucional.
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El procedimiento del Amparo Indirecto inicia con la presentación de la
demanda ante el Juez de Distrito en turno, (tratándose de actos de autoridad que
sean de naturaleza estrictamente civil) quien deberá acusar de recibo y proceder a
examinar la demanda y si encuentra motivo manifiesto e indudable de
improcedencia, la desechara de plano, en caso de exista alguna irregularidad en el
escrito de demanda por no ajustarse a lo dispuesto en el artículo 116 de la Ley de
la materia, mandará prevenir al Quejoso para que en breve termino subsane dicha
omisión y en caso de no hacerlo se desechará de plano la demanda.
41
41
Ahora bien, si el Juez de Distrito encuentra la demanda ajustada al texto de
lo dispuesto por el artículo 116 de la Ley de la materia, dictara auto admisorio
ordenando emplazar con las copias exhibidas a cada una de las partes para que
comparezcan a juicio a defender sus derechos. Si se solicita la suspensión de la
ejecución del acto o actos reclamados, la autoridad responsable deberá rendir un
informe previo sobre la certeza, existencia, legalidad o ilegalidad del acto o actos
reclamados, y en casos urgentes podrá rendirse por vía telegráfica.
En los juicios de amparo Indirecto, en el que derivado de la naturaleza
jurídica del acto reclamado, el otorgamiento de la suspensión no se decrete de
oficio, el quejoso podrá solicitar la suspensión del acto reclamado, siendo el Juez
de Distrito quien deberá decidir sobre el otorgamiento de la medida suspensional,
siempre y cuando con su concesión no se contravengan disposiciones de orden
publico, ni se cause perjuicio al interés social y además se otorgue garantía
suficiente para reparar los posibles daños y perjuicios que se origen con motivo de
su concesión, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 123, 124, 124 bis y
125 de la Ley de Amparo, reglamentarios del artículo 107 fracción X de nuestra
carta Magna. La solicitud de la Suspensión del acto reclamado motiva el tramite
del cuaderno incidental que deberá formarse por duplicado.
En el Juicio Principal de Garantías, el Juez de Distrito en el auto admisorio
de demanda fijará día y hora para la celebración de la audiencia constitucional;
solicitara a la autoridad responsable que rinda un informe justificado, sobre la
existencia, certeza y legalidad del acto o actos reclamados, ordenara notificar a
cada una de las partes para que comparezcan, ofrezcan pruebas y aleguen lo que
a su derecho corresponda, y una vez celebrada la audiencia de ley, se citara a las
partes para oír sentencia definitiva.
42
42
En los juicios de Amparo Indirecto, solo procede en contra de la
resoluciones emitidas por los Jueces de Distrito, los recursos de queja y revisión,
en la hipótesis previstas en los artículos 83 y 95 de la Ley de Amparo.
2.6 La improcedencia de la Acción en el juicio de Amparo Indirecto.
El maestro Eduardo Pallares, define a la improcedencia a partir del
concepto de procedencia, en los siguientes términos: “…es una institución jurídico
procesal en la que, por existir los presupuestos procesales del juicio de amparo,
nace el derecho de una persona jurídica a promoverlo y continuarlo hasta su fin; y
al mismo tiempo la obligación correlativa del órgano jurisdiccional de admitir la
demanda de amparo y tramitar éste hasta su debida conclusión. Por tanto, la
improcedencia, es la situación procesal en la cual, por no existir todos los
presupuestos procesales del juicio constitucional no debe admitirse la demanda de
amparo ni tramitarse el juicio.”30
La improcedencia en los juicios de amparo constituye una cuestión de
orden publico, lo que implica que los Tribunales de la Federación deberán realizar
un estudio previo de la integridad de la demanda a efecto de determinar si se
existe una causa “indudable y manifiesta” que motive la improcedencia del Juicio
Constitucional.
Así las cosas resulta claro que cuando la acción constitucional resulta
improcedente, existe imposibilidad jurídica de que alcance su objetivo. Existe una
clasificación tripartita31 de las improcedencias, a saber:
30
DICCIONARIO TEÓRICO Y PRACTICO DEL JUICIO DE AMPARO. 2ª edición, Ed. Porrúa, S.A., México, 1967, paginas 118 y 119. 31
HUMBERTO ENRIQUE RUIZ TORRES, Op. cit, pagina 107.
43
43
a) Improcedencia Constitucional: Es aquella que deriva de una
norma constitucional, tales como los artículos 33 (expulsión de
extranjero), 110 (declaración de juicio político) y 99 (resoluciones
del Tribunal Federal Electoral).
b) Improcedencia Jurisprudencial: Es aquella que deriva de la labor
de interpretación de la ley que realizan los Tribunales de los
Poder Judicial de la Federación. Esta resulta ser una gran fuente
integradora de las improcedencias legales, de hecho estas ultimas
surgen a partir de las primeras, pero resulta ser precisamente la
Jurisprudencia, la fuente de donde emana un criterio análogo al
que el sustentante propone para la procedencia del juicio de
amparo indirecto respecto de los actos posteriores al dictado de
la sentencia de reconocimiento de créditos en la etapa de quiebra.
c) Improcedencia Legal: son aquellas que se encuentran previstas
en el artículos 73 de la Ley de la materia, mismo que me permito
reproducir literalmente:
Artículo 73.- El juicio de amparo es improcedente:
I.- Contra actos de la Suprema Corte de Justicia;
II.- Contra resoluciones dictadas en los juicios de amparo o en
ejecución de las mismas;
III.- Contra leyes o actos que sean materia de otro juicio de
amparo que se encuentre pendiente de resolución, ya sea en
primera o única instancia, o en revisión, promovido por el mismo
quejoso, contra las mismas autoridades y por el propio acto
reclamado, aunque las violaciones constitucionales sean diversas;
44
44
IV.- Contra leyes o actos que hayan sido materia de una
ejecutoria en otro juicio de amparo, en los términos de la fracción
anterior;
V.- Contra actos que no afecten los intereses jurídicos del
quejoso;
VI.- Contra leyes, tratados y reglamentos que, por su sola
vigencia, no causen perjuicio al quejoso, sino que se necesite un
acto posterior de aplicación para que se origine tal perjuicio;
VII.- Contra las resoluciones o declaraciones de los organismos
y autoridades en materia electoral;
VIII.- Contra las resoluciones o declaraciones del Congreso
Federal o de las Cámaras que lo constituyen, de las Legislaturas
de los Estados o de sus respectivas Comisiones o Diputaciones
Permanentes, en elección, suspensión o remoción de funcionarios,
en los casos en que las Constituciones correspondientes les
confieran la facultad de resolver soberana o discrecionalmente;
IX.- Contra actos consumados de un modo irreparable;
X.- Contra actos emanados de un procedimiento judicial, o de
un procedimiento administrativo seguido en forma de juicio,
cuando por virtud de cambio de situación jurídica en el mismo
deban considerarse consumadas irreparablemente las violaciones
reclamadas en el procedimiento respectivo, por no poder decidirse
en tal procedimiento sin afectar la nueva situación jurídica.
45
45
Cuando por vía de amparo indirecto se reclamen violaciones a
los artículos 19 o 20 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, exclusivamente la sentencia de primera
instancia hará que se considere irreparablemente consumadas las
violaciones para los efectos de la improcedencia prevista en este
precepto. La autoridad judicial que conozca del proceso penal,
suspenderá en estos casos el procedimiento en lo que
corresponda al quejoso, una vez cerrada la instrucción y hasta que
sea notificada de la resolución que recaiga en el juicio de amparo
pendiente;
XI.- Contra actos consentidos expresamente o por
manifestaciones de voluntad que entrañen ese consentimiento;
XII.- Contra actos consentidos tácitamente, entendiéndose por
tales aquellos contra los que no se promueva el juicio de amparo
dentro de los términos que se señalan en los artículos 21, 22 y
218.
No se entenderá consentida tácitamente una Ley, a pesar de
que siendo impugnable en amparo desde el momento de la
iniciación de su vigencia, no se haya reclamado, en los términos
de la fracción VI de este artículo, ni tampoco se haya promovido
amparo contra el primer acto de su aplicación en relación con el
quejoso.
Cuando contra el primer acto de aplicación proceda algún
recurso o medio de defensa legal por virtud del cual pueda ser
modificado, revocado o nulificado, será optativo para el interesado
hacerlo valer o impugnar desde luego la ley en juicio de amparo.
En el primer caso, sólo se entenderá consentida la ley si no se
46
46
promueve contra ella el amparo dentro del plazo legal contado a
partir de la fecha en que se haya notificado la resolución recaída al
recurso o medio de defensa, aun cuando para fundarlo se hayan
aducido exclusivamente motivos de ilegalidad.
Si en contra de dicha resolución procede amparo directo,
deberá estarse a lo dispuesto en el artículo 166, fracción IV,
párrafo segundo, de este ordenamiento.
XIII.- Contra las resoluciones judiciales o de tribunales
administrativos o del trabajo respecto de las cuales conceda la ley
algún recurso o medio de defensa, dentro del procedimiento, por
virtud del cual puedan ser modificadas, revocadas o nulificadas,
aun cuando la parte agraviada no lo hubiese hecho valer
oportunamente, salvo lo que la fracción VII del artículo 107
Constitucional dispone para los terceros extraños.
Se exceptúan de la disposición anterior los casos en que el acto
reclamado importe peligro de privación de la vida, deportación o
destierro, o cualquiera de los actos prohibidos por el artículo 22 de
la Constitución.
XIV.- Cuando se esté tramitando ante los tribunales ordinarios
algún recurso o defensa legal propuesta por el quejoso que pueda
tener por efecto modificar, revocar o nulificar el acto reclamado;
XV.- Contra actos de autoridades distintas de los tribunales
judiciales, administrativos o del trabajo, que deban ser revisados
de oficio, conforme a las leyes que los rijan, o proceda contra ellos
algún recurso, juicio o medio de defensa legal por virtud del cual
puedan ser modificados, revocados o nulificados, siempre que
47
47
conforme a las mismas leyes se suspendan los efectos de dichos
actos mediante la interposición del recurso o medio de defensa
legal que haga valer el agraviado, sin exigir mayores requisitos
que los que la presente ley consigna para conceder la suspensión
definitiva, independientemente de que el acto en sí mismo
considerado sea o no susceptible de ser suspendido de acuerdo
con esta ley.
No existe obligación de agotar tales recursos o medios de
defensa, si el acto reclamado carece de fundamentación;
XVI.- Cuando hayan cesado los efectos del acto reclamado;
XVII.- Cuando subsistiendo el acto reclamado no pueda surtir
efecto legal o material alguno por haber dejado de existir el objeto
o la materia del mismo;
XVIII.- En los demás casos en que la improcedencia resulte de
alguna disposición de la ley.
Las causales de improcedencia, en su caso, deberán ser
examinadas de oficio.
Para efecto del presente trabajo, resulta fundamental concentrarnos en la
fracción XVIII del artículo 73 de la Ley de la materia, en relación con lo dispuesto
en la fracción III del articulo 114 del mismo ordenamiento, que en su parte
conducente dispone:
Artículo 114.- El amparo se pedirá ante el juez de Distrito:
48
48
…
III.- Contra actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo
ejecutados fuera de juicio o después de concluido.
Si se trata de actos de ejecución de sentencia, sólo podrá
promoverse el amparo contra la última resolución dictada en el
procedimiento respectivo, pudiendo reclamarse en la misma demanda
las demás violaciones cometidas durante ese procedimiento, que
hubieren dejado sin defensa al quejoso.
Lo anterior será aplicable en materia de extinción de dominio.
Tratándose de remates, sólo podrá promoverse el juicio contra la
resolución definitiva en que se aprueben o desaprueben;
De lo anterior se puede establecer desde este momento el postulado
central de la presente tesis, que resulta ser la procedencia del juicio de amparo
indirecto respecto de los actos posteriores al dictado de la sentencia de
reconocimiento de créditos en la etapa de quiebra, como criterio de procedencia
jurisprudencial derivado de la interpretación por excepción de la fracción III del
articulo 114 de la Ley de Amparo, en relación con lo dispuesto en el siguiente
criterio jurisprudencial, que el sustentante sugiere su aplicación por analogía.
49
49
Tipo de documento: Jurisprudencia Novena época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XVII, Mayo de 2003 Página: 1121
EJECUCIÓN DE SENTENCIA. ES PROCEDENTE EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO CONTRA RESOLUCIONES INTERMEDIAS EN EL PROCEDIMIENTO RELATIVO, CUANDO EL QUEJOSO FUE VENCEDOR EN EL JUICIO Y PRETENDE QUE SE EJECUTE DEBIDAMENTE EL FALLO (EXCEPCIÓN A LA REGLA GENERAL CONTEMPLADA EN EL ARTÍCULO 114, FRACCIÓN III, DE LA LEY DE AMPARO). La regla general que contempla el artículo 114, fracción III, de la Ley de Amparo, establece que el amparo se pedirá ante el Juez de Distrito contra actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo ejecutados fuera de juicio o después de concluido y que si se trata de actos de ejecución de sentencia sólo podrá promoverse contra la última resolución dictada en el procedimiento respectivo, pudiendo reclamarse en la misma demanda las demás violaciones cometidas durante ese procedimiento, que hubieren dejado sin defensa al quejoso. Luego, en atención a que la finalidad de dicho precepto es que no se entorpezca la ejecución de un fallo que ha adquirido la fuerza de cosa juzgada, cabe admitir que la regla general que prevé sufre una excepción, consistente en que a pesar de que el acto reclamado sea un acto o resolución intermedio dictado en el procedimiento de ejecución, sólo es aplicable a quien fue condenado en el juicio y no a quien resultó vencedor, quien lógicamente no puede estar interesado en el entorpecimiento del procedimiento de ejecución sino, por lo contrario, en que se lleve a cabo con rapidez. Consecuentemente, cuando se reclama un acto dictado en el procedimiento de ejecución no con el propósito de entorpecer ese procedimiento, sino con la finalidad de que se ejecute debidamente la sentencia que es cosa juzgada, si ese acto es susceptible de impedir la debida ejecución del fallo respectivo, una vez agotado, en su caso, el principio de definitividad, es procedente de inmediato el amparo indirecto, sin necesidad de esperar a la última resolución dictada en el procedimiento, como lo exige el artículo 114, fracción III, párrafo segundo, de la Ley de Amparo. TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
50
50
CAPITULO III. NOCIONES GENERALES DEL DERECHO CONCURSAL
MERCANTIL
3.1.1. Derecho Mercantil. Concepto.
En la doctrina del derecho existen múltiples definiciones del Derecho
Mercantil, El maestro Eduardo García Máynez, en su obra Introducción al Estudio
del Derecho, define al derecho mercantil, como el conjunto de normas relativas a
los comerciantes y a los actos de comercio.32 Alfredo Rocco lo define como la
rama del derecho que estudia los preceptos que regulan el comercio y las
actividades asimiladas a él, y las relaciones jurídicas que se derivan de esas
normas. Sin embargo la noción de Derecho Mercantil no resulta tan complicada
como lo es definir el concepto comercio, que puede ser tan amplio para considerar
que todas las actividades económicas que el comprenda formen parte de nuestro
derecho mercantil; y por otra tan estrecho, en cuanto que ciertas operaciones y
determinadas materias que no constituyen actividades de comercio, están
reguladas por dicha disciplina.33
Asi las cosas, se puede concluir que el derecho Mercantil es el conjunto de
Normas de Derecho Privado que regula al comercio, las actividades propias de
los comerciantes y los actos de comercio. De acuerdo a la legislación mercantil,
esta rama del Derecho abarca la enumeración de los actos de comercio, el
régimen de los comerciantes, sus deberes profesionales, y la actividad de algunos
auxiliares mercantiles, a saber: dependientes, corredores y comisionistas; reglas
de las obligaciones mercantiles, contratos mercantiles, regulación del
32
EDUARDO GARCÍA MÁYNEZ, Introducción al Estudio del Derecho, Cuadragésimo quinta
edición, Editorial Porrúa, México, 1993, pagina 147.
33
Jorge Barrera Graf, OP. cit. pagina 1.
51
51
procedimiento mercantil, régimen de las sociedades mercantiles, títulos y
operaciones de crédito, contrato de seguro, cooperativas, etcétera
Es importante aclarar que nuestro código, al igual que la mayor parte de las
naciones europeas y americanas, no definen el acto de comercio como tal, sino
que se ha conformado con realizar una enumeración de los actos de comercio,
que aunque resulta extensa al final del día siempre será incompleta, por lo que en
caso de duda sobre la naturaleza comercial del acto se debe recurrir a la
interpretación discrecional de un Juez. 34 Luego entonces para comprender la
noción de acto de comercio se debe atender a los llamados criterios objetivos y
subjetivos, que se encuentran regulados en el artículo 75 del Código de Comercio.
El criterio objetivo otorga el carácter de comercio a los actos por el objeto en si
mismo materia del acto jurídico, ejemplos de estos serían los depósitos por causa
de comercio, las operaciones contenidas en la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, los depósitos realizados en almacenes generales y todas
las operaciones hechas sobre certificados de deposito y bonos de prenda, los
cheques, letras de cambio y títulos valor, así como las obligaciones de los
comerciantes a no ser que se pruebe que derivan de causa extraña al comercio.
Por su parte el criterio subjetivo es el que otorga el carácter de comercio en
función a las personas que intervienen en la formación del acto jurídico, ejemplos
de estas serian las empresas de abastecimiento y suministros, empresas de
construcciones y trabajos públicos y privados, las empresas de fabricas y
manufacturas, empresas de espectáculos y de turismo, entre otras.
Expuesto lo anterior, se puede comprender la definición de Derecho
Mercantil que se encuentra en el Diccionario Jurídico Mexicano del Instituto de
Investigaciones Jurídicas, definiendo a esta rama del derecho como un orden
jurídico de carácter general que se aplica: a) a los actos de comercio (relación 34
FELIPE DE J. TENA, Derecho Mercantil Mexicano, Vigésima Primera edición, Editorial Porrúa, México, 2006, pagina 50.
52
52
mercantil); b) a las personas que lo realizan (sujetos de la relación mercantil); c) a
las cosas o bienes materia de los actos de comercio (objetos de la relación
mercantil), y d) a los procedimientos judiciales administrativos (juicios mercantiles,
proceso de quiebra, etc.).35
3.1.2 Actos de Comercio
En adición a lo señalado en el apartado que antecede, el código de
comercio en su artículo 75 realiza un listado enunciativo de los actos humanos que
se les atribuye el carácter de “comercio”, en clara oposición a los actos humanos
que regula el código civil, como actos “civiles”, previendo también el legislador el
supuesto de incertidumbre sobre la posible dualidad de un acto humano, como de
“comercio” y “civil”, motivo por el cual el artículo 1075 del código de comercio,
estableció que cuando en la conformación de la existencia de un acto jurídico,
para una de las partes tenga naturaleza civil y para la otra mercantil, la
controversia que se genere al respecto deberá regirse por el ordenamiento
mercantil.
Como se ha precisado, nuestro código de comercio realiza un simple listado
de todos aquellos actos jurídicos que califica con el carácter “mercantil”, hecho
que ha motivado diversas teorías que tratan de explicar el criterio del legislador,
clasificando los actos de comercio, aunada a la teoría expuesta con antelación de
actos subjetivo y objetivos, se encuentran la de los actos absolutamente
mercantiles y actos relativos, actos individuales y actos en masa o propios de la
actividad del comerciante, actos fortuitos, actos simples y actos mixtos.
35
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS, Diccionario Jurídico Mexicano, 1ª Edición,
Editorial Porrúa, México, 2007, pagina 1198.
53
53
3.1.3 Comerciantes
El diccionario Jurídico Mexicano define al Comerciante así: Derivado de
comercio y ése a su vez de latín commercium, de cum, con y merx, cis,
mercancía.36 Por su parte Quevedo Coronado define al comerciante, como la
persona que buscando lucro, realiza actos de comercio haciendo de ello su
profesión habitual, su modus vivendi. Se le llama comerciante, en general, a toda
persona que hace profesión de la compra venta de mercancías; Se le llama
comerciante, en particular, al que compra y hace fabricar mercaderías para vender
al por mayor o al menudeo. Son comerciantes también los negociantes que se
ocupan tanto en especulaciones en el extranjero, como los que se limitan su
trafico al interior del país.37 Para la maestra Quintana Adriano, comerciante deriva
de comercio, y éste, a su vez del latín commercium, de cum, con y merx, cis,
mercancía, el que comercia con mercancías. Ahora bien cuando se aborda el
tema del comerciante, centro de obligaciones y derechos en su actividad que
desarrolla, desde el mundo de la producción, pasando por la intermediación, hasta
el mundo del consumo de bienes y servicios, debe hablarse de los sujetos,
personas físicas o morales en toda relación de carácter mercantil, que teniendo
capacidad legal practican habitual y profesionalmente actos de comercio.38
Expuesto lo anterior, se debe establecer que nuestro legislador define al
comerciante en su articulo 3º de la siguiente forma:
Artículo 3o.- Se reputan en derecho comerciantes:
I.- Las personas que teniendo capacidad legal para ejercer el comercio,
hacen de él su ocupación ordinaria;
36
DICCIONARIO JURÍDICO MEXICANO, Op. cit, pagina 605. 37
IGNACIO QUEVEDO CORONADO, Derecho Mercantil, 3ª Edición, Pearson Prentice Hall, México, 2008, pagina 12. 38
ELVIA ARCELIA QUINTANA ADRIANO, Concursos Mercantiles, 1ª Edición, Editorial Porrúa, México, 2003, pagina 59.
54
54
II.- Las sociedades constituidas con arreglo a las leyes mercantiles;
III.- Las sociedades extranjeras o las agencias y sucursales de éstas, que
dentro del territorio nacional ejerzan actos de comercio.
De la lectura del precepto transcrito con antelación se advierte que el
Legislador estableció un criterio mixto, en primer termino objetivo para al definir al
comerciante aquellas personas que se dediquen al comercio haciendo su actividad
ordinaria y en segundo termino formalista al establecer que serán comerciantes la
sociedades mercantiles constituidas conforme a la ley mercantil sin importar su
objeto. En adición a esta definición de comerciante el Legislador en la Nueva Ley
de Concursos Mercantiles, establece en su articulo 4º lo siguiente:
Artículo 4o.- Para los efectos de esta Ley, se entenderá por:
II. Comerciante, a la persona física o moral que tenga ese
carácter conforme al Código de Comercio. Este concepto comprende
al patrimonio fideicomitido cuando se afecte a la realización de
actividades empresariales. Igualmente, comprende a las sociedades
mercantiles controladoras o controladas a que se refiere el artículo 15
de esta Ley;
Por ultimo y no menos importante se debe atender a la definición del
Código Fiscal de la Federación que establece que tratándose de personas físicas,
tienen el carácter de comerciantes las personas que están dadas de alta en la
SHCP como personas físicas con actividades empresariales.
55
55
3.1.4. Empresas
Empresa.- (Del it. impresa). 1. f. Acción o tarea que entraña dificultad y
cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo. 2. f. Unidad de organización dedicada
a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines
lucrativos. 3. f. Lugar en que se realizan estas actividades.39
La empresa o negociación mercantil es una figura esencial del nuevo
derecho mercantil, que consiste en el conjunto de personas y cosas organizadas
por el titular, con el fin de realizar una actividad onerosa, generalmente lucrativa
de producción o de intercambio de bienes o de servicios destinados al mercado.40
Ahité Gutiérrez, define a la empresa como “el conjunto de trabajo, de elementos
materiales y de valores incorpóreos, coordinados para ofrecer con propósito de
lucro y de manera sistemática, bienes o servicios”.41 Por su parte el maestro Felipe
Tena, establece que el concepto jurídico de empresa difiere del económico, siendo
aquel mas restringido que éste. Estima que todas las empresas que el código
menciona, son empresas en el sentido económico, pero no todas las empresas en
el sentido económico lo son en el sentido legal, agrega que la noción jurídica se
caracteriza propia y verdaderamente por la presencia del factor trabajo, pero no
cualquiera sino el ajeno, que realizan quienes no participan en el negocio en
calidad de dueños o empresarios.42
Por su parte el artículo 16 de la Ley Federal del Trabajo, establece que se
entiende por empresa “la unidad económica de producción o distribución de
39
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=empresa
40
JORGE BARRERA GRAF, Instituciones de Derecho Mercantil, Séptima reimpresión, editorial
Porrúa, México, 2008, página 82.
41 AMADO ATHIE GUTIÉRREZ, Derecho Mercantil, Segunda edición, editorial Mc Graw Hill,
México, 2002, página 67. 42
FELIPE DE J. TENA, Op. cit, pagina 81.
56
56
bienes y servicios y por establecimiento la unidad técnica que como sucursal,
agencia u otra forma semejante, sea parte integrante y contribuya a la realización
de los fines de la empresa.” En opinión del suscrito la empresa tiene un sentido
mas amplio que cualquier definición, por que implica no solo el titular, el personal
heterogéneo y variable que aporta su trabajo, derechos y obligaciones, clientes,
proveedores, activos fijos, circulantes e intangibles, por mencionar algunas
características que conforman a la empresa como tal. Nuestro Código de
Comercio no define a la empresa y ante tal evento han sido muchos los tratadistas
que han propuesto su definición, debiendo destacar las doctrinas descritas por el
tratadista Joaquín Garrigues43:
a) La empresa como persona jurídica. Esta teoría busca unificar el tratamiento
jurídico de los diversos elementos de la empresa, haciendo de la diversidad
la unidad que nos permita entenderla como persona, es decir, como un ente
con personalidad jurídica propia. Luego entonces la empresa no resulta ser
un simple conjunto de medios de producción, toda vez que seria mediante
la fusión de sus elementos que se lograra la independencia jurídica por
virtud del nacimiento de un sujeto nuevo con vida propia.
b) La empresa como patrimonio separado. Esta teoría ubica a la empresa
desde el punto de vista patrimonial, pues constituye un patrimonio propio y
enajenable distinto de aquel que corresponde al empresario. El patrimonio
de la empresa tiene un Administrador propio, un representante particular
con facultades plenas para actuar en nombre y cuenta de la sociedad.
c) La empresa como universalidad. Esta teoría sostiene que la empresa es la
reunión física de elementos que el ordenamiento jurídico considera como
entidad única, sometida a una disciplina nueva y diversa de aquella que es
propia de los elementos aislados.
43
GARRIGUES, JOAQUÍN. Curso de Derecho Mercantil. Tomo I. 2ª Reimpresión a la 9ª Edición, Editorial Porrúa, México, 1988. Pagina 168-175.
57
57
d) La empresa como actividad. Esta teoría sostiene que la empresa es el
ejercicio de una actividad económica organizada con la finalidad de actuar
en el mercado de bienes o servicios.
e) La empresa como organización. Esta teoría sostiene que la empresa es
algo que sobrepasa el conjunto de cosas y derechos pertenecientes a la
empresa, toda vez que simplemente es la organización de los medios de
producción y una ocasión asegurada de venta, en otras palabras la
empresa no es ningún ente corporal, pero mediante la organización logra
penetrar en el mundo de las manifestaciones visibles.
3.1.5 Derecho Concursal
El Dr. Luis Manuel C. Mejan44 señala que los problemas de liquidez e
insolvencia a nivel mundial han recibido diversas denominaciones como Quiebra,
Bancarrota, Concurso, Insolvencia, Cesación de Pagos, Derecho Falencial y
Derecho Concursal, siendo claro el contenido que regulan siempre, “la
insolvencia”. En el mismo sentido la maestra Quintana Adriano45 define al Derecho
Concursal así; Del término “concurso” puede derivarse el concepto cuando se
refiere a la normatividad y trato jurídico que se le dan a los fenómenos de
insolvencia. El legislador mexicano se ha inclinado por el uso de estos términos,
es decir, “concurso” y “ Derecho concursal”, fundamentalmente por tratarse de
términos técnicos que describen adecuadamente la naturaleza de los que se
ocupan, y a la vez, para desterrar la connotación en ocasiones despectiva que han
venido teniendo los otros términos, tales como “quiebra”, “bancarrota” e incluso el
de “insolvencia”.
44
LUIS MANUEL C. MEJAN, Concursos Mercantiles, 1ª edición, Editorial Oxford, México, 2010, pagina 1. 45
ELVIA ARCELIA QUINTANA ADRIANO, Op. cit., pagina 21.
58
58
El Derecho concursal, según Jorge Chessal Palau, es el conjunto de
normas jurídicas que tiene por objeto establecer las condiciones en que se debe
declarar judicialmente el estado de incumplimiento generalizado de obligaciones
del denominado "deudor común", comprendiendo este concepto tanto al
comerciante como al no comerciante, así como la apertura de los procedimientos
necesarios, a cargo de los órganos competentes, para lograr la solución integral
de sus obligaciones pendientes de pago, ya sea mediante un convenio o mediante
la liquidación forzada de sus activos.
3.1.6 El procedimiento de Concurso Mercantil
El procedimiento de Concurso Mercantil se encuentra concatenado por una
serie de etapas perfectamente delimitadas por la ley pero doctrinalmente
ampliadas y criticadas, toda vez que la ley de la materia, en su artículo 2º
establece claramente que el concurso mercantil consta de dos etapas sucesivas
denominadas “la conciliación y la quiebra”.
La etapa de solicitud de concurso mercantil, previa a la declaración y
constitución del concurso mercantil, doctrinalmente se debate si esta constituye
propiamente una etapa del procedimiento de concurso mercantil, motivo por cual
es preciso recurrir a la doctrina para dilucidar dicho cuestionamiento.
Al respecto, el maestro Eduardo Castillo Lara,46 en su obra nominada “El
concurso Mercantil y su proceso” editorial Oxford, pagina 32, establece que el
procedimiento de concurso mercantil nace a partir de que el órgano jurisdiccional
dicte la sentencia de concurso, existiendo una primera etapa que es la de
conciliación y en su caso una segunda que es la de quiebra.
Por su parte, el ilustre jurista Carlos Dávalos Mejía, señala que el concurso
mercantil consta de tres etapas, la primera que es el juicio de concurso 46
EDUARDO CASTILLO LARA, “El concurso Mercantil y su proceso”, 1ª edición, Ed. Oxford, México, pagina 32.
59
59
propiamente, la segunda que es la etapa de concurso mercantil y conciliación, y
por último la tercera etapa que es la quiebra.
Existen otros tratadistas como el maestro Ordóñez González que para fines
didácticos divide el procedimiento en cuatro etapas, la primera es la etapa de
declaración de concurso mercantil, la segunda la etapa de reconocimiento de
créditos, la tercera la etapa de conciliación y por último la etapa de quiebra.
En opinión del suscrito, la etapas de concurso mercantil son; la etapa previa
de solicitud de concurso mercantil, la etapa de declaración de concurso mercantil y
la etapa de conciliación. Por lo que respecta a la etapa de quiebra, se debe
precisar que existe un error en la técnica jurídica del Legislador, toda vez que
como se establecía en la Abrogada Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, la
Quiebra en sí misma no es propiamente una etapa del procedimiento de Concurso
Mercantil, sino constituye un procedimiento autónomo con características
particulares y especificas que lo distinguen de la etapa de concurso mercantil.
3.1.7 Partes del Proceso de Concurso Mercantil.
De acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua47, parte. (Del
lat. pars, partis) 1. f. Porción indeterminada de un todo. 2. f. Cantidad o porción
especial o determinada de un agregado numeroso. 3. f. Porción que le
corresponde a alguien en cualquier reparto o distribución. 4. f. sitio (‖ lugar). 5. f.
Cada una de las divisiones principales, comprensivas de otras menores, que suele
haber en una obra científica o literaria. 16. f. Der. Persona que litiga, se muestra
parte o ser persona en un pleito.
En el mismo sentido el Diccionario Jurídico Espasa48, establece que Parte
(D.PR) Son parte en el proceso aquel o aquellos sujetos que pretenden una
47
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=PARTE 48
DICCIONARIO JURÍDICO ESPASA, 8ª edición, Editorial Espasa Calpe, S.A., Madrid 1999,
Paginas 720-721.
60
60
concreta tutela jurisdiccional y aquel o aquellos sujetos respecto de los cuales o
frente a los cuales esa tutela se pretende, sujetos ellos a quienes afectará de
forma directa el pronunciamiento del tribunal, ya conceda o deniegue la tutela
perdida, ya resuelva que no puede pronunciarse sobre ella en ningún sentido. Así,
son partes el demandante (v.) o actor (v.) y el demandado (v.), pero también
adquieren esa condición quienes, con posterioridad a la demanda, puedan entrar
en el proceso con plenitud de derechos y responsabilidades procesales. [A.0.S.]
Para el maestro Chavez Castillo49, parte es aquella que tiene interés en el
juicio, en virtud de que a favor o en contra de ella se va a declarar el derecho.
El Diccionario Juridico Mexicano 50 , dispone, PARTE. I (Del latín, pars,
partis, porción de un todo.) Se denomina parte a las personas que adquieren los
derechos y obligaciones que nacen de una determinada relación jurídica que ellos
crean. Cuando asume la posición activa le denomina acreedor, y es deudor
cuando asume la posición pasiva. III. En la relación procesal, el concepto de parte
presupone la existencia de una contienda, de un litigio, en la que las partes que
intervienen alegan cada cual su derecho. En el proceso se denominan: actor y
demandado; el primero es el sujeto de la pretensión deducida en la demanda y el
segundo es aquel a quien se le exige el cumplimiento de una obligación que se
aduce en la demanda. Chiovenda citado por el ilustre jurista Ovalle Favela51 “es
parte el que demanda en nombre propio (o en cuyo nombre es demandada) una
actuación de la voluntad de la ley, y aquel frente al cual ésta es demandada.”
49
RAÚL CHÁVEZ CASTILLO, Juicio de amparo, Segunda edición, Editorial Oxford, Colección de textos jurídicos universitarios, México, pagina 104.
50 DICCIONARIO JURÍDICO MEXICANO, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Primera Edición,
Editorial Porrúa, Universidad Autónoma de México, México 2007, Pagina 2765.
51
JOSÉ OVALLE FAVELA, Teoría General del Proceso, Segunda Edición, Editorial Harla, página 257.
61
61
Ahora bien el Legislador, establece en la Ley de Concursos Mercantiles, en
las fracciones I y II del articulo 4º lo siguiente:
Artículo 4o.- Para los efectos de esta Ley, se entenderá por:
I. Acreedores Reconocidos, a aquéllos que adquieran tal carácter
por virtud de la sentencia de reconocimiento, graduación y
prelación de créditos;
II. Comerciante, a la persona física o moral que tenga ese carácter
conforme al Código de Comercio. Este concepto comprende al
patrimonio fideicomitido cuando se afecte a la realización de
actividades empresariales. Igualmente, comprende a las
sociedades mercantiles controladoras o controladas a que se
refiere el artículo 15 de esta Ley;
En virtud de lo anterior, se puede determinar que las partes dentro del
procedimiento concursal son el comerciante (sujeto pasivo), los acreedores
(sujetos activos que pueden ser comerciantes) y el Ministerio Público (en su
calidad de Representante Social) tal y como se desprenden de los artículos 4º y 21
de la Ley de Concursos Mercantiles. Resultan importantes por la labor que
desempeñan dentro del procedimiento Concursal, el Visitador, el Conciliador y el
Sindico, sin embargo debe quedar claro que dichos profesionistas, en su calidad
de especialistas o peritos en una determinada ciencia o arte son auxiliares en la
Administración de Justicia, pero por definición no son parte en el procedimiento,
aunque en el caso de la declaración de Quiebra, el Comerciante se sustituye por
el Sindico en la Administración de los bienes, debiendo realizar inmediatamente
las diligencias de ocupación en los bienes y derechos del fallido, salvo aquellos
legalmente inalienables, imprescriptibles e inembargables de conformidad con lo
establecido en los artículos 178 y 179 de la Ley de Concursos Mercantiles. En
este sentido se han pronunciado nuestros tribunales federales, al establecer que
las opiniones de los especialistas del Instituto Federal de Especialistas de
62
62
Concursos Mercantiles, no vinculan solo orientan al Juez Concursal, pues solo
tienen el carácter de peritos en materia mercantil, siendo claro que el Juez es el
perito de peritos y conforme al articulo 7º de la Ley de la materia, es el rector del
procedimiento y para tal efecto cuenta con las facultades necesarias para el
cumplimiento de la ley.
3.1.8. Acreedores Concúrsales.
El diccionario jurídico mexicano52, define ACREEDOR. I (Del latín creditor,
de credere, dar fe, que tiene acción o derecho a pedir el pago de una deuda.) El
acreedor es la persona ante quien y en cuyo interés otra llamada deudor debe
tener un cierto comportamiento económicamente apreciable; es el titular de la
prestación a cargo de otra llamada deudor.
Todo acreedor está legitimado activamente para intentar un concurso
mercantil de un comerciante-deudor; ejercitando la acción de conciliación en la vía
de demanda. La calidad de acreedor se atribuye a cualquier persona jurídica o
física que tiene una derecho personal de cobro o un derecho real frente a un
comerciante-deudor que a su vez tiene obligación de dar o hacer.
Así las cosas, el acreedor resulta ser el titular del derecho a la prestación
debida por el deudor; es decir es el sujeto activo de la obligación consignada en
un acto jurídico, por el cual una persona (deudor) queda constituida frente a otra
(acreedor) a cumplir una prestación o sea, a desarrollar una actividad determinada
valorada, que consiste en un dar, hacer, o no hacer y que atribuye a la segunda,
(acreedor) un correspondiente poder consiste en la petición de esa prestación.
52DICCIONARIO JURÍDICO MEXICANO, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1ª edición, Editorial
Porrúa, Universidad Autónoma de México, México, 2007, Pagina 64.
63
63
Un solo acreedor tendrá legitimación activa para demandar el concurso
mercantil, basta con que acredite durante el proceso la existencia de otro u otros
acreedores, de no ser así será improcedente la acción ejercitada. Además de
acreditar lo anterior, es necesario que los acreedores constituyan y representen el
35% como minímo, de todas las obligaciones vencidas a cargo del comerciante-
deudor lo que se debe probar.
Por su parte el Maestro Antonio Brunetti, en su obra “Tratado de las
Quiebras” define y clasifica a los acreedores de la siguiente manera:
a) Acreedores concursales son todos los que forman de la masa pasiva, en
cuanto, en el momento de la declaración de quiebra les corresponde un
derecho de crédito frente al quebrado, por lo que tiene derecho a cobrarse
sobre el patrimonio de éste. Son acreedores, aun antes de que hayan
presentado la demanda de admisión (en el pasivo); el convenio es
obligatorio para todos.
b) Acreedores concurrentes son aquellos que han demandado el
reconocimiento de un crédito en la quiebra, y de este modo han llegado a
ser partes en el correspondiente proceso de reconocimiento. Las dos
categorías, de concursales y concurrentes, están destinadas a coincidir,
pero sólo estos últimos, en la medida en que hayan sido reconocidos,
participaran en la distribución y tendrán voto en las asambleas.
c) Acreedores privilegiados son aquellos cuyo crédito está dotado de un
privilegio nacido antes de la quiebra. Se contraponen, por esto a los
quirografarios que carecen de él.”
64
64
En este sentido la Ley de Concursos Mercantiles, en los artículos 4º, 125,
128, 165 y 217 distingue a los acreedores en el procedimiento concursal, como:
I.- Acreedores Comunes. (Quirografarios) Son todos aquellos que no cuenten con
un privilegio especial o singular y no tengan una garantía real constituida en su
favor. Los acreedores comunes no tienen asegurado su crédito con una garantía
real sobre un bien especifico del deudor o de un tercero, este tipo de acreedores
se enfrenta a menudo con serias dificultades para hacer valer sus derechos ante
un deudor que se resista a cumplir con su obligación y que realice maniobras para
evitar la ejecución forzada. Como se sabe la única garantía de pago que tiene el
acreedor quirografario es la mal llamada " prenda general" sobre el patrimonio del
deudor.
II.- Acreedores singularmente privilegiados.- Los gastos de entierro del
comerciante en aquellos casos en que la sentencia de concurso se dicte después
de la muerte de este. Los acreedores por los gastos causados por la muerte del
comericantes en aquellos casos en que la sentencia de concurso se dicte después
de la muerte de este. Estos creditos deben ser pagados preferentemente a todos
los demás acreedores del deudor común.
III.- Acreedores con garantía real. Los acreedores hipotecarios y
prenderarios con garantía constituida conforme a derecho. El crédito se encuentra
asegurado por la constitución de una garantía sobre un bien determinado, misma
que en caso de incumplimiento garantiza el pago con el valor de dicho bien. El
acreedor con garantía real como puede ser una prenda, una hipoteca, etc., esta
provisto de sus derechos de persecución y de preferencia, puede obtener el pago
seguro de la deuda con cargo al valor de los bienes que tiene dados en garantía
real, los que puede perseguir en manos de quien se encuentren, rematar y cobrar
preferentemente del precio que de ellos se obtenga. Así, comparado, el simple
acreedor quirografario es sumamente vulnerable a las maniobras o subterfugios
de un deudor irresponsable y doloso.
65
65
IV.- Acreedores con privilegio especial. Son aquellos que de acuerdo al
Código de Comercio o la ley de la materia tengan un privilegio especial o un
derecho de retención.
En este sentido el maestro Raúl Cervantes Ahumada53, en su obra Derecho
de Quiebras, establece que son concursales todos los acreedores que, según la
ley, deben venir al concurso a presentar sus créditos; esto es, la calidad de
concursal es general y abstracta y deriva de la ley, no de la voluntad del acreedor.
Y son acreedores concurrentes los que efectivamente, concurran a la quiebra; es
decir, vengan a ella por voluntad propia.
3.1.9. Masa Concursal.
La masa es elemento real en los concursos y quiebras, se conforma con
todos los bienes y derechos del concursado y/o quebrado, la Ley de Concursos
Mercantiles en su artículo 4º fracción V, establece que la Masa será la porción del
patrimonio del Comerciante declarado en concurso mercantil integrada por sus
bienes y derechos, con excepción de los expresamente excluidos en términos de
esta Ley, sobre la cual los acreedores reconocidos y los demás que tengan
derecho, pueden hacer efectivos sus créditos.
Al respecto el maestro Raúl Cervantes Ahumada54, ha establecido que en la
Quiebra se conforma por dos masas: la masa activa y la masa pasiva. La masa
53
RAÚL CERVANTES AHUMADA, Derecho de Quiebras, 2ª reimpresión, Editorial Herrero S.A. de
C.V.,1990, México, pagina 87.
54
RAÚL CERVANTES AHUMADA, Derecho de Quiebras, 2ª Reimpresión,Editorial Herrero S.A.
de C.V., 1990, México, paginas 81-87.
66
66
activa la constituyen todos los bienes del quebrado, objetiva y actualmente
patrimoniales y que no sean conforme a la ley, inembargables. Luego entonces la
masa activa de la quiebra la integran todos los bienes embargables del quebrado,
estén o no de hecho vinculados a la actividad de la empresa.
La masa activa constituirá una universalidad de hecho, esto es, un conjunto
variado de bienes afectados a una finalidad: la administración y en su caso, la
liquidación de la empresa quebrada, para realizar el pago a los acreedores.
Durante el procedimiento de Quiebra el sindico deberá ocupar todos los bienes
propiedad del quebrado inclusive aquellos que no tenga la propiedad sino solo un
derecho para poseer, tiene aplicación a contrario sensu el principio de integridad
del patrimonio del quebrado, motivo por el cual deberán separarse de la masa
activa aquellos bienes y derechos de los que el legitimo titular.
La masa pasiva de la quiebra está constituida por todos los acreedores del
quebrado que sean susceptibles de ser sometidos al procedimiento mercantil, en
virtud del principio de integridad del patrimonio y universalidad del proceso de
quiebra.
3.1.10. Quiebra.
QUIEBRA.55 Es una institución jurídica, de carácter esencialmente procesal,
dirigida a la liquidación del patrimonio del quebrado y a su reparto entre los
acreedores, unitariamente organizada bajo el principio de la comunidad de
pérdidas (par condictio creditorum). Los presupuestos de la declaración de la
quiebra son dos: 1) subjetivo: la cualidad del empresario o comerciante; 2),
objetivo: el sobreseimiento de los pagos.
La palabra quiebra, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia
Española significa: “a) Rotura o abertura de una cosa por alguna parte; b) 55
DICCIONARIO JURÍDICO ESPASA, Editorial Espasa Calpe, S.A., 8ª edición, Madrid 1999, Pagina 829.
67
67
Hendidura o abertura de la tierra de los montes o la que causa demasiada lluvia
de los valles”; lingüísticamente, pues, quiebra es tanto como rotura, pérdida o
menoscabo de una cosa. Como se puede apreciar no tiene una significación
precisa en nuestro lenguaje; sin embargo, en derecho, cuando se habla de
quiebra, o de alguien que está en quiebra, se tiene una idea bastante clara de lo
que se trata, es decir que un comerciante no puede pagar sus deudas.
Por su parte el maestro Joaquín Garrigues56, en su obra curso de Derecho
Mercantil, establece que la Quiebra significa la insolvencia del deudor común.
El ilustre jurista Salvador Ochoa Olvera, define a La quiebra como: un
asunto de interés público; es el estado jurídico declarado del comerciante que
cesó en sus pagos y que no solicito o no obtuvo el beneficio de la suspensión de
pagos- ya se porque ésta no procedió, o habiendo sido declarada devino en
quiebra-. Entonces, mediante un procedimiento establecido en la LQSP, deberá
proceder a pagar a sus acreedores con el producto resultante de la liquidación de
sus bienes.
La consecuencia, como ya se señalo, es la extinción del comerciante, salvo
cuando la quiebra se concluya por pago, falta de concurrencia de acreedores,
acuerdo unánime de éstos, falta de activo, o por convenio.57
La abrogada Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, establece en su
artículo 1º: Podrá ser declarado en estado de quiebra al comerciante que cese en
el pago de sus obligaciones. Ahora bien, tal y como se advierte de la exposición
de motivos y del propio texto del artículo 1º de la Ley de Concursos Mercantiles,
es de interés público conservar a las empresas y evitar que el incumplimiento
56
JOAQUÍN GARRIGUES, Curso de Derecho Mercantil, Novena edición, Editorial Porrúa, Mexico,
1974. Pagina 123.
57
SALVADOR OCHOA OLVERA, Quiebras y Suspensión de Pagos, 2ª edición, Notas sustantivas y procesales, Editorial Montealto, México, 1999, pagina 112.
68
68
generalizado de las obligaciones de pago ponga en riesgo la viabilidad de las
mismas y de las demás con las que mantenga una relación de negocios, motivo
por el cual la finalidad de la Ley Concursal es establecer un procedimiento legal
(concurso mercantil) para que el comerciante y sus acreedores, logren un acuerdo
tomando en consideración la situación económica y financiera de la empresa, así
como la problemática social en la que se encuentre inmersa, tratando de
conservar la fuente de trabajo, sin embargo cuando esto no es posible el Juez
Concursal, en su carácter de rector del procedimiento, el comerciante, los
acreedores e inclusive los auxiliares en la administración de justicia –conciliador-,
podrán solicitar la declaración de Quiebra y en consecuencia la apertura del
procedimiento de ejecución sobre los bienes que integren la masa concursal.
La ley de Concursos Mercantiles en su Titulo Sexto regula la institución de la
Quiebra, estableciendo expresamente en el artículo 167 lo siguiente:
Artículo 167.- El Comerciante en concurso mercantil será declarado en estado
de quiebra cuando:
I. El propio Comerciante así lo solicite;
II. Transcurra el término para la conciliación y sus prórrogas si se hubieren
concedido, sin que se someta al juez, para su aprobación, un convenio en
términos de lo previsto en esta Ley, o;
III. El conciliador solicite la declaración de quiebra y el juez la conceda en los
términos previstos en el artículo 150 de esta Ley.
Luego entonces resulta evidente, que para los supuestos previstos en las
fracciones I y II, el Juez dictara de plano la sentencia de quiebra, y solo en el caso
69
69
de la fracción III, se admitirá la solicitud ordenando el trámite en la vía incidental.
En el mismo orden de ideas, el Juez Concursal deberá dictar la sentencia de
declaración de quiebra observando el texto expreso del artículo 169 de la ley de la
materia que a la letra dispone:
Artículo 169.- La sentencia de declaración de quiebra deberá contener:
I. La declaración de que se suspende la capacidad de ejercicio del
Comerciante sobre los bienes y derechos que integran la Masa, salvo que
esta suspensión se haya decretado con anterioridad;
II. La orden al Comerciante, sus administradores, gerentes y dependientes de
entregar al síndico la posesión y administración de los bienes y derechos
que integran la Masa, con excepción de los inalienables, inembargables e
imprescriptibles;
III. La orden a las personas que tengan en su posesión bienes del
Comerciante, salvo los que estén afectos a ejecución de una sentencia
ejecutoria para el cumplimiento de obligaciones anteriores al concurso
mercantil, de entregarlos al síndico;
IV. La prohibición a los deudores del Comerciante de pagarle o entregarle
bienes sin autorización del síndico, con apercibimiento de doble pago en
caso de desobediencia, y
V. La orden al Instituto para que designe al conciliador como síndico, en un
plazo de cinco días, o en caso contrario designe síndico; entre tanto, quien
se encuentre a cargo de la administración de la empresa del Comerciante
tendrá las obligaciones de los depositarios respecto de los bienes y
derechos que integran la Masa.
70
70
La sentencia de quiebra deberá contener, además de las menciones a que se
refiere este artículo, las señaladas en las fracciones I, II y XV del artículo 43 de
esta Ley.
El Sindico deberá comparece ante el Juez Concursal dentro de los cinco días
siguientes a la notificación de su nombramiento para aceptar su cargo, nombrar
las personas designadas como auxiliares, inscribir en el registro publico de la
propiedad y comercio la sentencia de quiebra, mandar publicar un extracto de la
sentencia de quiebra y tomar posesión de su cargo y de los bienes del
comerciante, para posteriormente proceder a la enajenación de los bienes y
derechos que conforman la masa concursal, procurando realizar una venta de la
totalidad de los bienes y derechos maximizando el producto de la enajenación.
3.1.11. Sentencias dictadas en el Concurso Mercantil.
Previo al estudio del tipo de resoluciones judiciales dictadas dentro del
procedimiento de concursos mercantiles, resulta pertinente precisar el concepto de
sentencia, así como la clasificación doctrinaria establecida al respecto.
De acuerdo con lo que señala el tratadista Eduardo Couture, podemos
distinguir dos significados de la palabra sentencia: como resolución judicial y como
documento. La sentencia como resolución judicial, es el acto procesal en virtud del
cual el tribunal resuelve los puntos litigiosos sometidos a debate, en uso de la
facultad jurisdiccional delegada por el estado. La sentencia como documento, es la
pieza emitida por el órgano jurisdiccional que contiene el texto escrito de la
decisión tomada en el litigio objeto del proceso. Cabe hacer notar que aunque es
71
71
lo comúnmente aceptado, la determinación del tribunal no necesariamente debe
ser realizada por escrito.
El maestro José Ovalle Favela58, en su obra “Garantías Constitucionales del
Proceso” a proposito de la sentencia como resolución, establece; “es el acto
procesal que emana de los agentes de la jurisdicción y mediante el cual deciden la
causa o punto sometido a su conocimiento” en el mismo sentido establece que la
sentencia como documento, “es la pieza escrita, emanada del tribunal, que
contiene el texto de la decisión emitida”.
Por su parte el maestro José Becerra Bautista59 define a la sentencia como
“la resolución formal vinculativa para las partes que pronuncia un tribunal del
primer grado, al agotarse el procedimiento, dirimiendo los problemas adjetivos y
substantivos por ellas controvertidas.”
La sentencias pueden ser analizadas y clasificadas desde multiples puntos
de vista:
Desde el punto de vista de sus efectos
Declarativa
La sentencia desde el punto de vista de sus efectos puede ser
declarativa, se limita a reconocer una situación o relación jurídica
existente y, por lo mismo, no necesita ejecución coactiva. Ejemplo: la de
prescripción.
58
JOSÉ OVALLE FAVELA, “Garantías Constitucionales del Proceso”, 1ª edición, Editorail Oxford
University Press México, 2002, página 161.
59
JOSÉ BECERRA BAUTISTA, “El proceso Civil en México”, 16ª. Edición, Editorial Porrúa,
México, 1999, página 181.
72
72
Desde el punto de vista de sus efectos
Constitutiva
Crea o modifica una situación o relación jurídica. Ejemplo: la de divorcio
o nulidad de matrimonio.
Desde el punto de vista de sus efectos
De condena
Impone a una de las partes la obligación de realizar una determinada
conducta, ya sea de dar, hacer o no hacer. Ejemplo: la que ordena el
pago de rentas.
Desde el punto de vista de sus resultados
Estimatoria
Si considera fundadas las pretensiones del actor.
Desde el punto de vista de sus resultados
Desestimatoria
Si considera infundadas las pretensiones del actor.
Desde el punto de vista de su función en el proceso
Interlocutoria
Resuelve una cuestión accesoria (incidente) planteada en el juicio. No
es una verdadera sentencia, ya que no da solución al fondo del asunto
y tiene, en realidad, el carácter de un auto judicial.
Desde el punto de vista de su función en el proceso
Definitiva.
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Resuelve el fondo de una controversia sometida a debate, de manera
vinculada para las partes y poner fin al proceso.
Desde el punto de vista de su eficacia
Impugnable.
Es susceptible de ser recurrida por algún medio de defensa y, por
tanto, puede sufrir modificaciones o ser revocada.
Desde el punto de vista de su eficacia
Firme o inimpugnable.
No puede ser recurrida por ningún medio de defensa, ya sea porque la
ley no lo permita o porque dichos medios hayan sido agotados,
obligando a las partes a pasar por ella en todos sus términos. En casos
excepcionales, también obliga a terceras personas que no litigaron
ejemplo las del estado civil.
Desde el punto de vista de su autoridad
No ejecutoria o que no producen el efecto de la cosa juzgada.
Es aquella sentencia firme que puede alterarse o modificarse si
cambian las circunstancias, al grado de que afecten a la pretensión que
se dedujo en el juicio correspondiente. Ejemplo: la de alimentos,
suspensión de la patria potestad, interdicción, etc.
Desde el punto de vista de su autoridad
Ejecutoria o que produce el efecto de la cosa juzgada.
Como se analizará con posterioridad, es aquella sentencia firme a la
que se le considera la verdad legal; por tanto, la causa que le dio origen
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no puede ser sometida nuevamente a proceso. A la mayoría de las
sentencias se les otorga este carácter.
Las sentencias deberan cumplir con unos requisitos internos, sin importar el
documento que la contenga: congruencia, motivación y fundamentacion y
exhaustividad.
La congruencia. Consiste en la armonía o concordancia que ha de existir
en la misma; se debe distinguir entra la congruencia interna y la externa. La
primera, estriba en que la decisión emitida tenga relación con las pretensiones
formuladas por las partes; y la segunda, en que en la determinación no se
contenga afirmaciones que se contradigan entre sí. Nuestro código adjetivo civil
del distrito federal se refiere a ella e indica que la sentencia ha de ser clara,
precisa y congruente, tanto con la demanda y contestación como con las demás
pretensiones deducidas en el pleito y debe condenar o absolver al demandado.
La motivación y fundamentacion. Por su íntima relación las agrupamos en
una sola; consisten en que la decisión judicial se expongan las argumentaciones
de hecho y de derecho que hayan conducido al juzgador a tomarla. Respecto a
ellas, cabe indicar que nuestra legislación positiva indica que nadie puede ser
molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud
del mandamiento escrito emanado de una autoridad competente, que funde y
motive la causa legal del procedimiento; y que en los juicios del orden civil, la
sentencia debe ser dictada conforme a la letra, a la interpretación jurídica de la ley
y a falta de éstas, en los principios generales del derecho.
La exhaustividad. Consiste en que la decisión del tribunal resuelva todas las
peticiones de las partes ya sea en su favor o en contra. A este respecto, la
legislación adjetiva civil del distrito federal indica que la sentencia debe resolver
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todos los puntos litigiosos que hayan sido objeto de debate y cuando hayan sido
varios, tiene que hacer el pronunciamiento correspondiente a cada uno de ellos.
La Ley de Concursos Mercantiles, regula en el capitulo primero, titulo
quinto, a la sentencia dictada dentro del concurso mercantil, estableciendo
expresamente en el articulo 43 los requisitos formales que deberá satisfacer,
permitiéndome reproducir literalmente dicho dispositivo legal como si a la letra se
insertara:
Artículo 43.- La sentencia de declaración de concurso mercantil, contendrá:
I. Nombre, denominación o razón social y Domicilio del Comerciante y,
en su caso, el nombre completo y domicilios de los socios ilimitadamente
responsables;
II. La fecha en que se dicte;
III. La fundamentación de la sentencia en términos de lo establecido en el
artículo 10 de esta Ley, así como, en su caso, una lista de los acreedores
que el visitador hubiese identificado en la contabilidad del Comerciante, sin
que ello agote el procedimiento de reconocimiento, graduación y prelación
de créditos a que se refiere el Título Cuarto de esta Ley;
Fracción reformada DOF 27-12-2007
IV. La orden al Instituto para que designe al conciliador a través del
mecanismo aleatorio previamente establecido, junto con la determinación
de que, entretanto, el Comerciante, sus administradores, gerentes y
dependientes tendrán las obligaciones que la ley atribuye a los depositarios;
V. La declaración de apertura de la etapa de conciliación, salvo que el
Comerciante haya solicitado su quiebra;
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VI. La orden al Comerciante de poner de inmediato a disposición del
conciliador los libros, registros y demás documentos de su empresa, así
como los recursos necesarios para sufragar los gastos de registro y las
publicaciones previstas en la presente Ley;
Fracción reformada DOF 27-12-2007
VII. El mandamiento al Comerciante para que permita al conciliador y a los
interventores, la realización de las actividades propias de sus cargos;
VIII. La orden al Comerciante de suspender el pago de los adeudos
contraídos con anterioridad a la fecha en que comience a surtir sus efectos
la sentencia de concurso mercantil; salvo los que sean indispensables para
la operación ordinaria de la empresa, respecto de los cuales deberá
informar al juez dentro de las veinticuatro horas siguientes de efectuados;
IX. La orden de suspender durante la etapa de conciliación, todo
mandamiento de embargo o ejecución contra los bienes y derechos del
Comerciante, con las excepciones previstas en el artículo 65;
X. La fecha de retroacción;
XI. La orden al conciliador de que se publique un extracto de la
sentencia en los términos del artículo 45 de esta Ley;
XII. La orden al conciliador de inscribir la sentencia en el registro público
de comercio que corresponda al Domicilio del Comerciante y en todos
aquellos lugares en donde tenga una agencia, sucursal o bienes sujetos a
inscripción en algún registro público;
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XIII. La orden al conciliador de iniciar el procedimiento de reconocimiento de
créditos;
XIV. El aviso a los acreedores para que aquéllos que así lo deseen soliciten
el reconocimiento de sus créditos, y
XV. La orden de que se expida, a costa de quien lo solicite, copia certificada
de la sentencia.
Así las cosas, resulta ser que sentencia dictada con motivo del concurso
mercantil, de acuerdo a la clasificación doctrinara, resulta ser una resolución
judicial declarativa, (declara la existencia o inexistencia de las hipótesis de la Ley
de Concurso Mercantil y como consecuencia el Concurso o la Quiebra)
constitutiva (por que impone obligaciones de dar, hacer o no hacer) y de condena
(al ser oponibles a terceros que no formen parte del proceso, como lo serian los
acreedores no demandantes).
La sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de créditos debe
contener todos los requisitos de forma y fondo que la definitiva, sustentada,
esencialmente, en la lista definitiva elaborada por el conciliador y/o sindico, de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 132 de la Ley de Concursos
Mercantiles.
La sentencia de Quiebra debe contener todos los requisitos de forma y fondo
que la definitiva de concurso mercantil además lo dispuesto por el artículo 169 de
la Ley de Concursos Mercantiles, que a la letra establece:
Artículo 169.- La sentencia de declaración de quiebra deberá contener:
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I. La declaración de que se suspende la capacidad de ejercicio del
Comerciante sobre los bienes y derechos que integran la Masa, salvo que
esta suspensión se haya decretado con anterioridad;
II. La orden al Comerciante, sus administradores, gerentes y dependientes de
entregar al síndico la posesión y administración de los bienes y derechos que
integran la Masa, con excepción de los inalienables, inembargables e
imprescriptibles;
III. La orden a las personas que tengan en su posesión bienes del
Comerciante, salvo los que estén afectos a ejecución de una sentencia
ejecutoria para el cumplimiento de obligaciones anteriores al concurso
mercantil, de entregarlos al síndico;
IV. La prohibición a los deudores del Comerciante de pagarle o entregarle
bienes sin autorización del síndico, con apercibimiento de doble pago en
caso de desobediencia, y
V. La orden al Instituto para que designe al conciliador como síndico, en un
plazo de cinco días, o en caso contrario designe síndico; entre tanto, quien
se encuentre a cargo de la administración de la empresa del Comerciante
tendrá las obligaciones de los depositarios respecto de los bienes y derechos
que integran la Masa.
La sentencia de quiebra deberá contener, además de las menciones a que
se refiere este artículo, las señaladas en las fracciones I, II y XV del artículo
43 de esta Ley.
Es importante mencionar que uno de los efectos mas importantes de la
sentencia de Quiebra, resulta ser la remoción de plano del Comerciante en la
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administración de la empresa, sin necesidad de mandato judicial, quien deberá ser
sustituido por el Sindico, conservando solo el comerciante la administración y
disposición de los bienes y derechos de su propiedad que sean inalienables,
inembargables e imprescriptibles.
El sindico deberá entrar a la brevedad en la ocupación de los bienes,
derechos y papeles del comerciante fallido, procurando tomar la medidas
necesarias para la seguridad y conservación de la masa concursal, debiendo
actuar como un buen padre de familia.
En concordancia con lo anterior la Suprema Corte de Justicia ha emitido
una tesis jurisprudencial en la que precisa cuatro tipo fundamentales de
resoluciones dictadas dentro de los procedimientos concursales, la sentencia de
concurso mercantil, la sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de
créditos, la sentencia de quiebra y la sentencia de terminación del procedimiento
concursal, tal y como se advierte de la simple lectura de criterio en cuestión:
Tipo de documento: Tesis aislada Novena época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XXV, Junio de 2007 Página: 1047
CONCURSO MERCANTIL. LA SENTENCIA QUE CONFIRMA LA
DIVERSA QUE DECLARÓ LA QUIEBRA, ES IMPUGNABLE
MEDIANTE EL AMPARO INDIRECTO. De conformidad con lo
dispuesto por los artículos 2o., 43, 122, 135, 175 y 265 de la Ley de
Concursos Mercantiles, el juicio consta de dos etapas sucesivas
denominadas de conciliación y de quiebra en las que se dictan diversas
sentencias, como son: a) la que declara el concurso; b) la de
reconocimiento, graduación y prelación de créditos; c) la de quiebra, y
d) la de terminación. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
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80
de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J. 78/2001, de rubro:
"SUSPENSIÓN DE PAGOS. LA SENTENCIA DE RECONOCIMIENTO,
GRADUACIÓN Y PRELACIÓN DE CRÉDITOS, ES IMPUGNABLE
MEDIANTE EL AMPARO DIRECTO.", la cual es aplicable por analogía
a los concursos mercantiles, estableció que la resolución en la que se
hace el reconocimiento, graduación y prelación de créditos es la que
debe entenderse como definitiva para los efectos de la procedencia del
juicio de amparo directo, por ser ésta la determinación que pone fin a la
contienda judicial entre la pretensión de cada uno de los acreedores y la
concursada, resolviendo las cuestiones principales. Luego, si en todo
juicio sólo puede haber una sentencia definitiva contra la que proceda
amparo directo; consiguientemente, contra la resolución que confirma la
declaración de quiebra el que cabe es el amparo indirecto, tanto por
haber sido dictada en el concurso mercantil con posterioridad a la de
reconocimiento, graduación y prelación de créditos, de acuerdo a las
reglas del artículo 114 de la ley de la materia, como debido a que no
resuelve el juicio en lo principal; máxime que sus efectos son similares
a los de la sentencia que declara el concurso mercantil (es decir, no
definitivos), conforme lo establece el precepto 176 de la Ley de
Concursos Mercantiles, que dice: "Sujeto a lo que se establece en este
capítulo, las disposiciones sobre los efectos de la sentencia de
concurso mercantil son aplicables a la sentencia de quiebra."
QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER
CIRCUITO.
Amparo directo 125/2007. Agrofermex Industrial de Guadalajara, S.A.
de C.V. 29 de marzo de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge
Figueroa Cacho. Secretaria: Angélica Ramírez Trejo.
81
81
Amparo directo 152/2007. J. Edmundo Bermúdez Jiménez. 29 de marzo
de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Figueroa Cacho.
Secretaria: Angélica Ramírez Trejo.
Nota: La jurisprudencia citada, aparece publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIV,
diciembre de 2001, página 140.
3.1.12. Recursos en la Ley de Concursos Mercantiles.
La doctrina ha establecido de manera uniforme que la naturaleza jurídica de
los medios de impugnación de las distintas resoluciones judiciales (autos,
decretos, sentencias) que pueden ser dictadas dentro del procedimiento mercantil
y por tanto pueden combatidas con el propósito de que la autoridad revoque o
modifique su actuación, mediante el ejercicio de los recursos o medios ordinarios
de defensa, apelación y revocación.
El recurso es un medio de impugnación que la ley establece para el efecto
de que las personas afectadas por un acto, ya judicial, ya administrativo, se
defiendan con la finalidad de que el superior jerárquico, o la misma autoridad que
haya emitido dicho acto, lo revoque, modifique o nulifique mediante un nuevo
análisis que se realice conforme a los elementos que aparezcan en el mismo.60
En materia mercantil, el Código de Comercio prevé que contra las
resoluciones dictadas en los juicios mercantiles tanto ordinarios como ejecutivos, y
en los especiales, caben los recursos de revocación y apelación, aclarando que en
60
RAÚL CHÁVEZ CASTILLO, Juicio de amparo, Segunda edición, Editorial Oxford, Colección
textos jurídicos universitarios, Pág. 294.
82
82
segunda instancia procede también el recurso de reposición. El primero se da
contra los autos que no fueren apelables, los cuales pueden ser revocados por el
juez que los dictó o por el que lo substituya en el conocimiento del negocio; el
segundo se interpone en contra de aquellas resoluciones dictadas por el Juez que
conoce el juicio en lo natural que el Legislador considera afectan seriamente el
curso del procedimiento, sin ser determinaciones judiciales de mero tramite,
siendo preciso que un tribunal superior confirme, reforme o revoque la actuación e
del tribunal inferior. El ultimo recurso, puede interponerse en contra de los
decretos y autos de los tribunales superiores, aun de aquellos que dictados en
primera instancia serían apelables.
La Ley de Concursos Mercantiles, resulta ser un ordenamiento que
establece de manera clara y precisa, en el TITULO DÉCIMO, los medios de
defensa que las partes deben ejercitar para impugnar las resoluciones judiciales
que consideren que afectan su esfera jurídica, estableciendo la procedencia del
recurso de apelación de forma excepcional, única y exclusivamente para
determinadas hipótesis previstas en la ley (siendo precisamente el Legislador
quien valora la naturaleza jurídica, trascendencia y afectación de las diversas
situaciones jurídicas que se pueden presentar en los procedimientos concursales)
y para todos los demás supuestos el particular deberá agotar el medio de
impugnación ordinario, que es precisamente el recurso de revocación.
Conforme a lo anterior, resulta importante recurrir a la opinión del tratadista
Eduardo Castillo de Lara,61 quien en su obra nominada “El concurso mercantil y su
proceso”, editorial Oxford, pagina 362 establece: …“Antes de comentar los
aspectos más importantes de cada uno de los recursos procedentes en materia
concursal, es importante destacar que la regla para determinar cuál de los dos
medios de impugnación procede para cada caso es muy sencilla: si la ley de
Concursos Mercantiles prevé que contra alguna resolución procede el recurso de
61
EDUARDO CASTILLO LARA, Op cit, pagina 362.
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83
apelación, será éste el recurso aplicable. Si en cambio, dicha ley no lo establece,
procede el de revocación. Lo anterior es confirmado por la tesis aislada
“RECURSO DE REVOCACIÓN. PROCEDE ÉSTE Y NO EL DE APELACIÓN,
CONTRA LAS RESOLUCIONES INCIDENTALES EN MATERIA CONCURSAL.”
Así como la tesis de Jurisprudencia cuya voz reza “CONCURSO MERCANTIL. EN
CONTRA DE UNA MISMA RESOLUCIÓN NO PUEDEN COEXISTIR EL
RECURSO DE APELACIÓN Y EL DE REVOCACIÓN.”
Luego entonces, al ser claro el texto del artículo 268 de la Ley de
Concursos Mercantiles, el propio legislador estableció un sistema objetivo y
cerrado para el ejercicio de los distintos medios de impugnación (revocación y
apelación) siendo su aplicación restrictiva para la propia autoridad judicial de
conformidad con el principio de legalidad, que delimita la actuación del órgano
jurisdiccional para pronunciarse expresamente sobre la admisión del recurso de
apelación solo para aquellas hipótesis normativas contempladas en la propia ley
de la materia.
Por su parte el maestro Dávalos Mejía62 en su obra nominada Introducción
a la Ley de Concursos Mercantiles, establece claramente que las resoluciones
apelables conforme a la propia ley de la materia, serán la sentencia que niegue o
declare el concurso, la sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de
créditos, la sentencia de quiebra y la sentencia de terminación de concurso.
62
CARLOS FELIPE DÁVALOS MEJÍA, Introducción a la Ley de Concursos Mercantiles, 4ª reimpresión, Editorial Oxford, México, 2006, pagina 179.
84
84
CAPÍTULO IV.
PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO EN EL
PROCEDIMIENTO CONCURSAL RESPECTO DE ACTOS DE AUTORIDAD
POSTERIORES A LA SENTENCIA DEFINITIVA.
4.1 Regla general de procedencia del Juicio de Amparo Indirecto contenida
en el párrafo segundo de la fracción III, del artículo 114 de la Ley de Amparo.
El artículo 107, fracciones V, VI y VII de nuestra carta magna resulta ser
una norma muy importante para fijar el criterio de competencia entre los diversos
órganos del Poder Judicial de la Federación, así como para determinar la
procedencia del Juicio de Amparo directo e indirecto, tomando como punto de
partida la naturaleza jurídica del acto de autoridad que se combate, es decir
cuando los actos de autoridad que se reclamen sean sentencias definitivas o
laudos laborales definitivos, será procedente el Juicio de Amparo Directo y en
caso contrario será procedente el Juicio de Amparo Bi-instancial.63
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo
107 fracción III, inciso b), establece expresamente en su parte conducente:
Artículo 107. Todas las controversias de que habla el Artículo 103 se
sujetarán a los procedimientos y formas del orden jurídico que determine la ley, de
acuerdo a las bases siguientes:
63
IGNACIO BURGOA, El Juicio de Amparo, décima edición, Editorial Porrúa, 1975, México, pagina
610.
85
85
III. Cuando se reclamen actos de tribunales judiciales, administrativos o del
trabajo, el amparo sólo procederá en los casos siguientes:
a) Contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al
juicio, respecto de las cuales no proceda ningún recurso ordinario por el que
puedan ser modificados o reformados, ya sea que la violación se cometa en ellos
o que, cometida durante el procedimiento, afecte a las defensas del quejoso,
trascendiendo al resultado del fallo; siempre que en materia civil haya sido
impugnada la violación en el curso del procedimiento mediante el recurso ordinario
establecido por la ley e invocada como agravio en la segunda instancia, si se
cometió en la primera. Estos requisitos no serán exigibles en el amparo contra
sentencias dictadas en controversias sobre acciones del estado civil o que afecten
al orden y a la estabilidad de la familia;
b) Contra actos en juicio cuya ejecución sea de imposible reparación,
fuera de juicio o después de concluido, una vez agotados los recursos que
en su caso procedan, y
c) Contra actos que afecten a personas extrañas al juicio;
Por su parte el artículo 114 fracción III de la Ley de Amparo, como
legislación secundaria que desarrolla la norma primaria constitucional, establece
expresamente en su parte conducente:
Artículo 114.- El amparo se pedirá ante el juez de Distrito:
…
III.- Contra actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo
ejecutados fuera de juicio o después de concluido.
86
86
Si se trata de actos de ejecución de sentencia, sólo podrá promoverse
el amparo contra la última resolución dictada en el procedimiento
respectivo, pudiendo reclamarse en la misma demanda las demás
violaciones cometidas durante ese procedimiento, que hubieren dejado sin
defensa al quejoso. Lo anterior será aplicable en materia de extinción de
dominio.
Tratándose de remates, sólo podrá promoverse el juicio contra la resolución
definitiva en que se aprueben o desaprueben;
Así las cosas, resulta evidente la intención del Constituyente de 1917, al
establecer en la carta magna, la procedencia del juicio de amparo indirecto,
tratándose de actos de autoridad dictados fuera de juicio o después de concluido.
Respecto de los actos de autoridad dictados fuera de juicio, el legislador refiere
básicamente aquellos actos que no forman parte del conjunto de etapas que
conforman el proceso contencioso desde que se dicta el auto o resolución inicial
hasta el dictado de la sentencia definitiva y que esta cause ejecutoria, tales como
los medios preparatorios a juicio, las providencias precautorias y las diligencias de
jurisdicción voluntaria entre otros.
Resulta relevante precisar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha
establecido en Jurisprudencia firme, que para efectos del Amparo por Juicio debe
entenderse “…el procedimiento contencioso desde que se inicia en cualquier
forma, hasta que queda ejecutada la sentencia definitiva.64” Sin embargo este
criterio es severamente criticado por el Maestro Ignacio Burgoa en su obra, El
Juicio de Amparo, toda vez que considera que esta contravención al texto expreso
del artículo 107 fracción III inciso b) de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, ya que para el Constituyente de 1917, los actos de ejecución
64
IGNACIO BURGOA, El Juicio de Amparo, décima edición, Editorial Porrúa, 1975, México, pagina
612.
87
87
de sentencia se reputan realizados después de concluido éste (post-judicium o
post-judiciales), contra los cuales se puede promover el amparo indirecto o bi-
instancial.
Ahora bien, para este estudio debemos enfocarnos en los actos de autoridad
dictados en la etapa de ejecución de sentencia, particularmente aquellos que
obstaculizan o dificultan la ejecución total de la sentencia ejecutoria en el juicio.
En este Sentido, el maestro José Moseis Vergara Tejada 65 , en su obra
Practica forense en materia de amparo, afirma; “Si el juicio empieza con la
demanda y termina con la sentencia ejecutoria, entonces los "actos dentro de un
juicio", serán los que se emitan dentro de esa etapa procesal, por su parte, los
actos fuera de juicio, serán los que no se den dentro de dicha etapa
procedimental, o que sean actos aislados.
Los actos después de concluido el juicio son aquellos que se realizan
después de la sentencia recaída al juicio, como bien pueden ser todos aquellos
relacionados con la ejecución de la misma (embargos, remates, ejecuciones,
etc.).”
Así las cosas, la regla general para la procedencia del Juicio de Amparo bi-
instancial, establecida conforme a la fracción III del artículo 114 de la Ley de
Amparo, dispone que el juicio de amparo indirecto será procedente sólo contra la
ultima resolución dictada en el procedimiento de ejecución en la que se aprueba o
reconoce de manera expresa o tácita el cumplimiento total de la sentencia o se
declara la imposibilidad material o jurídica para darle cumplimiento, siendo
improcedente el juicio de amparo indirecto cuando el acto de autoridad que se
65
JOSÉ MOISÉS VERGARA TEJADA, Practica forense en materia de amparo, Doctrina, modelos
y jurisprudencia, 2ª edición, Ángel editor, México 2000, Pág. 194.
88
88
reclama, resulta ser un acto aislado en la secuela del procedimiento o se trate de
una resolución intermedia.
4.2 Aplicación de la regla general de procedencia contenida en el párrafo
segundo de la fracción III, del artículo 114 de la Ley de Amparo, a los actos
judiciales posteriores a la Sentencia de Reconocimiento, graduación y
prelación, en la Etapa de Quiebra.
De conformidad con el texto expreso del artículo 107 fracción III, inciso b)
de nuestra carta magna y su correlativo 114 fracción III de la Ley de Amparo,
nuestros más altos tribunales de Justicia, han emitido en el año 2009, un criterio
aplicable en materia concursal, precisando que tratándose del Juicio de Quiebra,
los actos judiciales posteriores a la sentencia de reconocimiento, graduación y
prelación, solo pueden ser objeto del juicio de amparo indirecto, cuando se
reclamen como violaciones al procedimiento, en la ultima resolución judicial
dictada dentro del Juicio de Quiebra, toda vez que el momento procesal en que
son dictados estos actos de autoridad, es precisamente la etapa de ejecución de
sentencia.
Al respecto me permito reproducir literalmente el criterio de marras, como si
a la letra se insertara:
Tipo de documento: Tesis aislada Novena época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XXIX, Enero de 2009 Página: 2671
CONCURSO MERCANTIL. LOS ACTOS DICTADOS EN LA ETAPA
DE QUIEBRA SON IMPUGNABLES EN AMPARO INDIRECTO
HASTA LA ÚLTIMA RESOLUCIÓN QUE DECLARE CUMPLIDA O
INOBSERVADA LA SENTENCIA DE RECONOCIMIENTO,
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89
GRADUACIÓN Y PRELACIÓN DE CRÉDITOS. La Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de
tesis 74/2002-PS, de la que derivó la jurisprudencia 1a./J. 29/2003,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XVII, junio de 2003, página 11, cuyo rubro es:
"AMPARO INDIRECTO. REGLAS PARA SU PROCEDENCIA,
RESPECTO DE ACTOS DICTADOS DENTRO DEL JUICIO,
DESPUÉS DE CONCLUIDO Y EN EJECUCIÓN DE SENTENCIA.",
determinó categóricamente que existen dos reglas genéricas y una
específica para la procedencia del juicio de garantías en la vía indirecta,
y que atendiendo a que tales medidas tienen aplicación en distintas
etapas del juicio natural, según la naturaleza y finalidad de cada uno de
los actos dictados durante su prosecución, es inconcuso que cada una
de las aludidas reglas es aplicable a hipótesis diferentes, por lo que no
pueden adminicularse entre sí, pues de actuar en ese sentido existe el
grave riesgo de desnaturalizar el juicio de garantías. En ese contexto, si
se reclama una resolución dictada en un concurso mercantil, durante la
etapa procesal de quiebra, y con posterioridad a la emisión de la
sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de créditos, la cual
constituye la sentencia definitiva en tal procedimiento de conformidad
con la diversa jurisprudencia 1a./J. 78/2001, emitida por la referida
Primera Sala del más Alto Tribunal del país, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIV,
diciembre de 2001, página 140, de rubro: "SUSPENSIÓN DE PAGOS.
LA SENTENCIA DE RECONOCIMIENTO, GRADUACIÓN Y
PRELACIÓN DE CRÉDITOS, ES IMPUGNABLE MEDIANTE EL
AMPARO DIRECTO.", es indudable que en ese caso debe atenderse a
la regla específica que prevé el artículo 114, fracción III, párrafo
segundo, de la Ley de Amparo, consistente en que el juicio de garantías
en la vía indirecta podrá promoverse contra actos dictados por
tribunales judiciales, administrativos o del trabajo en ejecución de
90
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sentencia, sólo contra la última resolución dictada en el procedimiento
respectivo, la cual consiste, según lo estableció el Tribunal en Pleno de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia P./J.
32/2001, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XIII, abril de 2001, página 31, de rubro:
"AMPARO INDIRECTO. SIGNIFICADO DE LA EXPRESIÓN ‘ÚLTIMA
RESOLUCIÓN’, A QUE SE REFIERE EL PÁRRAFO SEGUNDO DE
LA FRACCIÓN III DEL ARTÍCULO 114 DE LA LEY DE LA
MATERIA.", en la que se aprueba o reconoce de manera expresa o
tácita el cumplimiento total de la sentencia o se declara la imposibilidad
material o jurídica para darle cumplimiento. Lo anterior es así, en razón
de que los actos dictados en ejecución de sentencia, no pueden ser
regulados por la regla de procedencia del juicio de amparo indirecto que
rige para los actos dictados en el juicio, como lo prevé la jurisprudencia
citada en primer término.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
CUARTO CIRCUITO.
Amparo en revisión 186/2008. Gama Bienes, S.A. de C.V. 21 de agosto
de 2008. Unanimidad de votos. Ponente: José Gabriel Clemente
Rodríguez. Secretario: Armando Briones Martín del Campo.
Amparo en revisión 180/2008. Banco Santander, S.A., Institución de
Banca Múltiple, Grupo Financiero Santander. 9 de octubre de 2008.
Unanimidad de votos. Ponente: José Gabriel Clemente Rodríguez.
Secretaria: Oralia Janeth Alvarado Barrón.
Amparo en revisión 206/2008. Banco Santander, S.A., Institución de
Banca Múltiple, Grupo Financiero Santander. 9 de octubre de 2008.
91
91
Unanimidad de votos. Ponente: José Gabriel Clemente Rodríguez.
Secretario: Juan Carlos Pérez Hernández.
Amparo en revisión 235/2008. Banca Serfín, Institución de Banca
Múltiple, Grupo Financiero Santander Serfín. 9 de octubre de 2008.
Unanimidad de votos. Ponente: José Gabriel Clemente Rodríguez.
Secretario: F. Francisco Aguilar Pérez.
En el caso en particular, desde este momento se deben señalar como actos
de autoridad dictados con posterioridad a la sentencia de reconocimiento,
graduación y prelación de creditos en la Quiebra los siguientes:
a) La sanción judicial que recaiga a los informes bimestrales de labores
rendidos por el Sindico, conforme a lo dispuesto por el articulo 59 de la Ley
de Concursos Mercantiles.
b) La sanción judicial que recaiga al informe mensual del estado que guardan
las inversiones en instrumentos de renta fija en las instituciones de credito
autorizadas, rendido por el Sindico, conforme a lo dispuesto por los
artículos 214, 215 y 230 de la Ley de Concursos Mercantiles.
c) Las resoluciones judiciales que se dicten con motivo de los actos que
realice el Sindico con el proposito de la enajenación de los bienes que
conforman la masa concursal a traves del procedimiento de subasta
publica, conforme a lo dispuesto por los artículos 198, 205 y 208 de la Ley
de Concursos Mercantiles.
d) La determinación judicial que autorice o no al Sindico a la enajenación de
los bienes que conforman la masa concursal a traves de un procedimiento
92
92
distinto al de subasta publica, conforme a lo dispuesto por el artículo 205 de
la Ley de Concursos Mercantiles.
e) La sanción judicial que recaiga al reporte bimestral rendido por el Sindico
de las enajenaciones realizadas y la situación del activo remanente, así
como la lista de acreedores que deberan ser pagados y el monto de la
cuota concursal, conforme a lo dispuesto por el artículo 229 de la Ley de
Concursos Mercantiles.
4.3 Criterios Jurisprudenciales aplicables al tema.
Existen diversas tesis jurisprudenciales que tratan de interpretar y explicar
el sentido de la fracción III de la articulo 114 de la Ley de Amparo, pero previo al
estudio de los diversos criterios jurisprudenciales emitidos por nuestros tribunales
federales, resulta prudente establecer previamente la noción de Jurisprudencia, al
respecto Ulpiano define a la Jurisprudencia como el conocimiento de las cosas
humanas y divinas, la ciencia de lo justo y lo injusto, “divinarum atque humanarum
rerum notitia, justi adque, injusti scienti”, para el maestro Garcia Maynez 66 la
jurisprudencia tiene dos acepciones distintas, la primera, como ciencia del drecho
o teoría del orden jurídico positivo, la segunda como conjunto de principios y
doctrinas contenidos en las decisiones de los tribunales.
Etimológicamente, la jurisprudencia proviene del latín “jurisprudentia”
compuesta por los vocablos “juris”, que significa derecho, y “prudentia”, que quiere
decir conocimiento, ciencia.
66
EDUARDO GARCÍA MAYNEZ, Introducción al Estudio del Derecho, Cuadragesima quinta
edición, Editorial Porrúa, Mexíco, 1993, pagina 68.
93
93
Conforme al derecho positivo mexicano, la jurisprudencia, no es ley en
sentido estricto, no crea un tipo nuevo, lo que hace es interpretar uno ya existente
y como toda labor de interpretación, está solamente determinada al contenido
material de una norma, diciendo cuál fue desde un principio la voluntad de la ley,
nada se agrega a la norma interpretada, simplemente se fija el contenido que tuvo
desde un principio.
La Jurisprudencia es la aplicación de los principios jurídicos para la
interpretación de una ley, los cuales se encuentran contenidos en las resoluciones
dictadas por la suprema corte de justicia, funcionando en pleno o en salas que la
componen y por los tribunales colegiados de circuito en materia de su
competencia, y lo resuelto en ellas serán sustentadas por cinco ejecutorias no
interrumpidas por otra en contrario que sean aprobadas por ocho ministros
mínimo, si se trata de resoluciones del tribunal pleno, por cuatro si se trata de
salas y por unanimidad de votos si es de un tribunal colegiado, las cuales tienen
el carácter de obligatorias y sólo pueden ser en forma y términos señalados por la
ley de amparo.
De conformidad con lo establecido en el artículo 94 parrafo séptimo de la
constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, los tribunales integrantes
del Poder Judicial de la Federación, tienen la obligación de emitir los criterios de
interpretación de las normas que conforman la carta magna, las leyes federales,
los tratados internacionales e inclusive las leyes locales, siendo los artículos 192 y
193 de la Ley de Amparo, que establecen los términos en los que deberá ser
obligatoria la Jurisprudencia.
Así las cosas, nuestro tribunales integrantes del Poder Judicial de la
Federación han establecido diversos criterios que nos guian sobre la aplicación de
la regla general de procedencia contenida en el párrafo segundo de la fracción III,
del artículo 114 de la Ley de Amparo, a los actos judiciales posteriores a la
94
94
Sentencia de Reconocimiento, graduación y prelación, en la Etapa de Quiebra,
tesis jurisprudenciales que me permito reproducir literalmente:
Tipo de documento: Tesis aislada Novena época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XXI, Febrero de 2005 Página: 1654
CONCURSOS MERCANTILES. LA SENTENCIA DE
RECONOCIMIENTO, GRADUACIÓN Y PRELACIÓN DE CRÉDITOS
PREVISTA POR EL ARTÍCULO 132 DE LA LEY DE CONCURSOS
MERCANTILES, TIENE CARÁCTER DE UNA SENTENCIA
DEFINITIVA Y ES IMPUGNABLE EN AMPARO DIRECTO. De
conformidad con lo dispuesto por el artículo 132 de la Ley de Concursos
Mercantiles, la sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de
créditos, por cuanto tiene los alcances de establecer quiénes pueden
alcanzar la calidad de acreedor reconocido, fijando además el grado y
la prelación que debe concederse a cada crédito, sin duda constituye
una sentencia definitiva, en tanto pone término a la contienda entablada
por cada uno de los acreedores que intentan su reconocimiento, frente
a los intereses procesales de la concursada, y constituye
evidentemente un pronunciamiento de carácter jurisdiccional; por tanto,
tal sentencia ciertamente se refiere a cuestiones principales y no
meramente accesorias en el juicio de concurso, alcanzando en
consecuencia el carácter de definitiva una vez tramitado el recurso de
apelación que la ley concursal prevé en su contra, puesto que tales
cuestiones ya no podrán ser modificadas con posterioridad,
determinándose a través de ella los derechos de los acreedores. Por
consecuencia, si dicha resolución de alzada resulta finalmente contraria
a los intereses de algún acreedor, ello causa un perjuicio directo e
inmediato a su esfera jurídica, el cual solamente podría ser reparado
95
95
mediante el juicio de amparo directo que en su oportunidad se
promoviera en contra de la resolución de alzada, al estarse en
presencia, se insiste, de una sentencia que reviste efectos de
definitividad dentro del procedimiento concursal, amén de que en dicha
fase podrían hacerse valer todas aquellas violaciones cometidas
durante el procedimiento que afecten a las defensas de las quejosas y
que trasciendan al resultado de la sentencia de apelación.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
SEGUNDO CIRCUITO.
Amparo en revisión 240/2004. Maquinaria Iconsa, S.A. de C.V. y otras.
26 de octubre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Noé Adonai
Martínez Berman. Secretario: Saúl Manuel Mercado Solís.
Tipo de documento: Tesis aislada Novena época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XXIX, Enero de 2009 Página: 2671
CONCURSO MERCANTIL. LOS ACTOS DICTADOS EN LA ETAPA
DE QUIEBRA SON IMPUGNABLES EN AMPARO INDIRECTO
HASTA LA ÚLTIMA RESOLUCIÓN QUE DECLARE CUMPLIDA O
INOBSERVADA LA SENTENCIA DE RECONOCIMIENTO,
GRADUACIÓN Y PRELACIÓN DE CRÉDITOS. La Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de
tesis 74/2002-PS, de la que derivó la jurisprudencia 1a./J. 29/2003,
96
96
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XVII, junio de 2003, página 11, cuyo rubro es:
"AMPARO INDIRECTO. REGLAS PARA SU PROCEDENCIA,
RESPECTO DE ACTOS DICTADOS DENTRO DEL JUICIO, DESPUÉS
DE CONCLUIDO Y EN EJECUCIÓN DE SENTENCIA.", determinó
categóricamente que existen dos reglas genéricas y una específica para
la procedencia del juicio de garantías en la vía indirecta, y que
atendiendo a que tales medidas tienen aplicación en distintas etapas
del juicio natural, según la naturaleza y finalidad de cada uno de los
actos dictados durante su prosecución, es inconcuso que cada una de
las aludidas reglas es aplicable a hipótesis diferentes, por lo que no
pueden adminicularse entre sí, pues de actuar en ese sentido existe el
grave riesgo de desnaturalizar el juicio de garantías. En ese contexto, si
se reclama una resolución dictada en un concurso mercantil, durante la
etapa procesal de quiebra, y con posterioridad a la emisión de la
sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de créditos, la cual
constituye la sentencia definitiva en tal procedimiento de conformidad
con la diversa jurisprudencia 1a./J. 78/2001, emitida por la referida
Primera Sala del más Alto Tribunal del país, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIV,
diciembre de 2001, página 140, de rubro: "SUSPENSIÓN DE PAGOS.
LA SENTENCIA DE RECONOCIMIENTO, GRADUACIÓN Y
PRELACIÓN DE CRÉDITOS, ES IMPUGNABLE MEDIANTE EL
AMPARO DIRECTO.", es indudable que en ese caso debe atenderse a
la regla específica que prevé el artículo 114, fracción III, párrafo
segundo, de la Ley de Amparo, consistente en que el juicio de garantías
en la vía indirecta podrá promoverse contra actos dictados por
tribunales judiciales, administrativos o del trabajo en ejecución de
sentencia, sólo contra la última resolución dictada en el procedimiento
respectivo, la cual consiste, según lo estableció el Tribunal en Pleno de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia P./J.
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32/2001, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XIII, abril de 2001, página 31, de rubro:
"AMPARO INDIRECTO. SIGNIFICADO DE LA EXPRESIÓN ‘ÚLTIMA
RESOLUCIÓN’, A QUE SE REFIERE EL PÁRRAFO SEGUNDO DE LA
FRACCIÓN III DEL ARTÍCULO 114 DE LA LEY DE LA MATERIA.", en
la que se aprueba o reconoce de manera expresa o tácita el
cumplimiento total de la sentencia o se declara la imposibilidad material
o jurídica para darle cumplimiento. Lo anterior es así, en razón de que
los actos dictados en ejecución de sentencia, no pueden ser regulados
por la regla de procedencia del juicio de amparo indirecto que rige para
los actos dictados en el juicio, como lo prevé la jurisprudencia citada en
primer término.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
CUARTO CIRCUITO.
Amparo en revisión 186/2008. Gama Bienes, S.A. de C.V. 21 de agosto
de 2008. Unanimidad de votos. Ponente: José Gabriel Clemente
Rodríguez. Secretario: Armando Briones Martín del Campo.
Amparo en revisión 180/2008. Banco Santander, S.A., Institución de
Banca Múltiple, Grupo Financiero Santander. 9 de octubre de 2008.
Unanimidad de votos. Ponente: José Gabriel Clemente Rodríguez.
Secretaria: Oralia Janeth Alvarado Barrón.
Amparo en revisión 206/2008. Banco Santander, S.A., Institución de
Banca Múltiple, Grupo Financiero Santander. 9 de octubre de 2008.
Unanimidad de votos. Ponente: José Gabriel Clemente Rodríguez.
Secretario: Juan Carlos Pérez Hernández.
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Amparo en revisión 235/2008. Banca Serfín, Institución de Banca
Múltiple, Grupo Financiero Santander Serfín. 9 de octubre de 2008.
Unanimidad de votos. Ponente: José Gabriel Clemente Rodríguez.
Secretario: F. Francisco Aguilar Pérez.
Tipo de documento: Tesis aislada Novena época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XXV, Junio de 2007 Página: 1047
CONCURSO MERCANTIL. LA SENTENCIA QUE CONFIRMA LA
DIVERSA QUE DECLARÓ LA QUIEBRA, ES IMPUGNABLE
MEDIANTE EL AMPARO INDIRECTO. De conformidad con lo
dispuesto por los artículos 2o., 43, 122, 135, 175 y 265 de la Ley de
Concursos Mercantiles, el juicio consta de dos etapas sucesivas
denominadas de conciliación y de quiebra en las que se dictan diversas
sentencias, como son: a) la que declara el concurso; b) la de
reconocimiento, graduación y prelación de créditos; c) la de quiebra, y
d) la de terminación. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J. 78/2001, de rubro:
"SUSPENSIÓN DE PAGOS. LA SENTENCIA DE RECONOCIMIENTO,
GRADUACIÓN Y PRELACIÓN DE CRÉDITOS, ES IMPUGNABLE
MEDIANTE EL AMPARO DIRECTO.", la cual es aplicable por analogía
a los concursos mercantiles, estableció que la resolución en la que se
hace el reconocimiento, graduación y prelación de créditos es la que
debe entenderse como definitiva para los efectos de la procedencia del
juicio de amparo directo, por ser ésta la determinación que pone fin a la
contienda judicial entre la pretensión de cada uno de los acreedores y la
99
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concursada, resolviendo las cuestiones principales. Luego, si en todo
juicio sólo puede haber una sentencia definitiva contra la que proceda
amparo directo; consiguientemente, contra la resolución que confirma la
declaración de quiebra el que cabe es el amparo indirecto, tanto por
haber sido dictada en el concurso mercantil con posterioridad a la de
reconocimiento, graduación y prelación de créditos, de acuerdo a las
reglas del artículo 114 de la ley de la materia, como debido a que no
resuelve el juicio en lo principal; máxime que sus efectos son similares
a los de la sentencia que declara el concurso mercantil (es decir, no
definitivos), conforme lo establece el precepto 176 de la Ley de
Concursos Mercantiles, que dice: "Sujeto a lo que se establece en este
capítulo, las disposiciones sobre los efectos de la sentencia de
concurso mercantil son aplicables a la sentencia de quiebra."
QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER
CIRCUITO.
Amparo directo 125/2007. Agrofermex Industrial de Guadalajara, S.A.
de C.V. 29 de marzo de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge
Figueroa Cacho. Secretaria: Angélica Ramírez Trejo.
Amparo directo 152/2007. J. Edmundo Bermúdez Jiménez. 29 de marzo
de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Figueroa Cacho.
Secretaria: Angélica Ramírez Trejo.
Nota: La jurisprudencia citada, aparece publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIV,
diciembre de 2001, página 140.
100
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Tipo de documento: Tesis aislada Novena época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XXXII, Octubre de 2010 Página: 2982
DEMANDA DE AMPARO INDIRECTO. PROCEDE SU
DESECHAMIENTO POR MOTIVO MANIFIESTO E INDUDABLE DE
IMPROCEDENCIA CUANDO SE RECLAMAN ACTOS
INTRAPROCESALES VERIFICADOS EN PROCEDIMIENTOS
EJECUTADOS DESPUÉS DE CONCLUIDO EL JUICIO Y EN
EJECUCIÓN DE SENTENCIA. En la jurisprudencia 1a./J. 29/2003 de la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo XVII, junio de 2003, página 11, de rubro: "AMPARO INDIRECTO.
REGLAS PARA SU PROCEDENCIA, RESPECTO DE ACTOS
DICTADOS DENTRO DEL JUICIO, DESPUÉS DE CONCLUIDO Y EN
EJECUCIÓN DE SENTENCIA.", expresamente se mencionó que en la
fracción III del artículo 114 de la Ley de Amparo, el legislador de forma
destacada introdujo una regla específica con el propósito de impedir
que el juicio constitucional de referencia sea utilizado para retardar o
entorpecer la ejecución de una sentencia definitiva o laudo con el
carácter de cosa juzgada; dicha regulación consiste en que el juicio de
amparo en la vía indirecta podrá promoverse contra actos dictados por
tribunales judiciales, administrativos o del trabajo en ejecución de
sentencia, solamente cuando se trate de la última resolución dictada en
el procedimiento respectivo y nunca antes, con la posibilidad de
reclamar en la misma demanda, las demás violaciones cometidas
durante ese procedimiento, que hubieren dejado sin defensa al quejoso
y, tratándose de remates, contra la resolución definitiva en que se
aprueben o desaprueben. En este orden, resulta inconcuso que como
tales reglas tienen un tratamiento especial, al momento de su
101
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aplicación, no caben interpretaciones diferentes, pues de hacerlo, se
correría el riesgo de desnaturalizar el juicio de garantías, de manera
que cuando se reclamen actos dictados dentro del juicio que causen
una ejecución de imposible reparación sobre las personas o las cosas,
no pueden aplicarse las reglas que rigen para los actos dictados
después de concluido el juicio y en ejecución de sentencia, porque si
así se hiciera, el juicio de amparo indirecto sería procedente contra
todos los actos dictados dentro de un procedimiento, aun cuando no
causen una ejecución de imposible reparación. De igual forma, a los
actos dictados después de concluido el juicio o en ejecución de
sentencia, no se les puede aplicar la regla de procedencia del juicio de
amparo indirecto que rige para actos dictados dentro del juicio, porque
bastaría que se alegara que tales actos causan una ejecución de
imposible reparación para que el juicio de amparo fuera procedente, lo
cual trastoca los motivos por los que el legislador instrumentó esas
reglas, que fueron evitar el abuso del juicio de garantías. En
consecuencia, las demandas de amparo indirecto enderezadas contra
actos intraprocesales verificados al interior de procedimientos de
ejecución de sentencias o laudos, después de concluido el juicio, se
encontrarán afectadas de un motivo manifiesto e indudable de
improcedencia derivado de la mencionada tesis jurisprudencial y del
artículo 73, fracción XVIII, en relación con el artículo 114, fracción III,
interpretado en sentido contrario, ambos de la Ley de Amparo y, por
tanto, procederá su desechamiento en términos del artículo 145 del
propio ordenamiento.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS PENAL Y DE
TRABAJO DEL DÉCIMO NOVENO CIRCUITO.
Amparo en revisión (improcedencia) 242/2009. Republicano
Ayuntamiento Municipal de Río Bravo, Tamaulipas. 14 de abril de 2010.
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Unanimidad de votos. Ponente: Emmanuel G. Rosales Guerrero.
Secretario: Jorge A. de León Izaguirre.
Amparo en revisión 21/2010. José Guadalupe Reséndiz Pantoja. 21 de
abril de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: José Javier Martínez
Vega. Secretario: Hernando Cardona Acosta.
Tipo de documento: Jurisprudencia Novena época Instancia: Primera Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XXXI, Mayo de 2010 Página: 60
AMPARO INDIRECTO. ES IMPROCEDENTE CONTRA ACTOS
DICTADOS DESPUÉS DE CONCLUIDO EL JUICIO EN LA FASE DE
CUMPLIMIENTO VOLUNTARIO DE LA SENTENCIA. La razón
medular del legislador para establecer la regla de procedencia del juicio
de garantías contenida en el segundo párrafo de la fracción III del
artículo 114 de la Ley de Amparo, relativa a que tratándose de actos
dictados dentro del procedimiento de ejecución de sentencia el amparo
sólo procede contra la resolución que pone fin a dicho procedimiento,
pudiéndose reclamar en la misma demanda las violaciones cometidas
durante éste que hubieran dejado sin defensa al quejoso, es el eficaz
cumplimiento de las sentencias judiciales como tutela del Estado en la
impartición de justicia; de ahí que ello también opera respecto de los
actos tendentes al cumplimiento de la sentencia de condena o su
preparación, ya sea en la instancia de forzoso cumplimiento o en la
etapa voluntaria para el demandado. Por tanto, el amparo indirecto es
improcedente contra actos dictados después de concluido el juicio en la
fase de cumplimiento voluntario de la sentencia, porque no se trata de
la última resolución en el periodo de ejecución. Lo anterior es así,
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porque si bien es cierto que tales actos no tienden directamente a
obtener su cumplimiento sino que únicamente lo preparan, también lo
es que la procedencia o improcedencia del juicio de garantías contra
actos dictados después de concluido el juicio y que corresponden a la
ejecución de sentencia no se determina por el aspecto procesal formal
de haberse dado inicio o aperturado el procedimiento de apremio o de
cumplimiento forzoso de la sentencia, que es un aspecto meramente
formal, sino que lo determinante es establecer si existe cosa juzgada
como institución procesal fundamental para identificar los actos
después de concluido el juicio.
Contradicción de tesis 40/2009. Entre las sustentadas por los
Tribunales Colegiados Tercero y Quinto, ambos en Materia Civil del
Primer Circuito. 3 de febrero de 2010. Mayoría de tres votos.
Disidentes: José Ramón Cossío Díaz y José de Jesús Gudiño Pelayo.
Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretaria: Rosalía
Argumosa López.
Tesis de jurisprudencia 28/2010. Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha diez de febrero de dos mil diez.
Tipo de documento: Tesis aislada Novena época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XXX, Octubre de 2009 Página: 1345
AMPARO INDIRECTO CONTRA ACTOS DICTADOS EN EJECUCIÓN
DE SENTENCIA. PROCEDE RESPECTO DE LA "ÚLTIMA
RESOLUCIÓN" DICTADA EN EL PROCEDIMIENTO RELATIVO, ES
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DECIR, HASTA QUE SE HAGA EL PAGO DE LO CONDENADO O SE
DECLARE LA ABSOLUTA IMPOSIBILIDAD PARA ELLO. El artículo
114, fracción III, párrafo segundo, de la Ley de Amparo exige para la
impugnación de los actos dictados en un procedimiento de ejecución de
sentencia, como presupuesto de procedencia de la vía indirecta, que se
reclame la "última resolución" dictada en dicho procedimiento; en el
caso del auto de ejecución, dictado por el Juez, en el que en
cumplimiento de la condena que establece una obligación de pago, se
ordene el requerimiento de la misma con motivo de la cantidad líquida a
que se condenó a la parte que la adeudare y se le aperciba que en caso
de no hacerlo se embargarán bienes de su propiedad suficientes para
garantizar el pago de dicho adeudo, no constituye la "última resolución"
que se dicta y en contra de la cual proceda la vía constitucional
biinstancial, porque se encuentra supeditado al resultado de las
diligencias materiales de lo ordenado, que dependen de la voluntad del
condenado, por lo que en caso de que se logre o no el pago requerido,
la autoridad determinará los actos conducentes a la ejecución
correspondiente en contra de los que no procede el amparo indirecto.
Lo anterior es así, en virtud de que el procedimiento de ejecución
obedece a la existencia de un fallo con rango de cosa juzgada y que
debe cumplimentarse atento a su naturaleza de orden público; sin
embargo, los proveídos que se dicten para ello se encuentran
supeditados a las resultas de la diligenciación material de lo que se
ordenó, los que a su vez dependen de dos factores, consistentes en la
voluntad del condenado y la posibilidad o no de lograr el pago requerido
y que son actuaciones que se emitirán conforme al contenido de la
resolución definitiva. Por tanto, será hasta que se haga el pago de lo
condenado o se declare la absoluta imposibilidad para ello, que proceda
el amparo con el posible efecto restitutorio que le imprime el artículo 80
de la Ley de Amparo, que permite restablecer el orden constitucional
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mediante la devolución de lo pagado si se demuestra la violación de
garantías.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo en revisión 194/2009. Instituto para la Protección al Ahorro
Bancario. 27 de agosto de 2009. Unanimidad de votos. Ponente: Víctor
Francisco Mota Cienfuegos. Secretaria: Socorro Álvarez Nava.
Tipo de documento: Tesis aislada Novena época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XXVII, Mayo de 2008 Página: 989
ACTOS INTERMEDIOS DICTADOS DENTRO DE UN
PROCEDIMIENTO SUSTANCIADO DESPUÉS DE CONCLUIDO EL
JUICIO, DIVERSO AL DE EJECUCIÓN DE SENTENCIA Y AL DE
REMATE. DEBEN IMPUGNARSE EN EL AMPARO QUE SE
PROMUEVA CONTRA LA RESOLUCIÓN DEFINITIVA QUE PONGA
FIN A AQUÉL. La regla genérica contenida en la fracción III del artículo
114 de la Ley de Amparo, que establece la procedencia del juicio de
amparo indirecto contra actos dictados por tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo, después de concluido el juicio, no indica si
los actos intermedios dictados durante un procedimiento sustanciado en
esa etapa -después de concluido el juicio- pueden atacarse de manera
inmediata mediante la acción de amparo biinstancial, o si ello debe
hacerse junto con la resolución que decide en definitiva dicho
procedimiento. No obstante, de conformidad con el principio de
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definitividad, aun los actos dictados después de concluido el juicio que
no formen parte de un procedimiento deben ser definitivos, es decir,
deben reclamarse a través del medio ordinario de defensa que la ley
establezca, previo a su impugnación en amparo; luego, el referido
principio es aplicable y debe respetarse también en tratándose de
aquella clase de actos. Por otro lado, al tenor de los párrafos segundo y
tercero del dispositivo legal mencionado, el juicio de garantías indirecto
procede contra actos de ejecución de sentencia, pero sólo respecto de
la última resolución dictada en ese procedimiento, con la posibilidad de
reclamar en la misma demanda tanto las violaciones atribuidas a dicha
determinación final como las imputadas a los actos intermedios del
procedimiento de ejecución respectivo, y en relación con los actos
pertenecientes a un remate sólo es reclamable, en forma destacada, la
resolución definitiva en que aquél se apruebe o desapruebe, bajo la
misma mecánica impugnativa que en el supuesto anterior, es decir,
hasta ese momento pueden reclamarse las violaciones cometidas
durante el procedimiento de remate. Aunado a lo anterior, y de
conformidad con los criterios sustentados por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicados en la Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, a excepción del último, de
rubros: "AMPARO INDIRECTO. REGLAS PARA SU PROCEDENCIA,
RESPECTO DE ACTOS DICTADOS DENTRO DEL JUICIO, DESPUÉS
DE CONCLUIDO Y EN EJECUCIÓN DE SENTENCIA.", Tomo XVII,
junio de 2003, página 11, tesis 1a./J. 29/2003; "RESOLUCIONES
INTERMEDIAS DICTADAS EN EJECUCIÓN DE SENTENCIA. EL
JUICIO DE AMPARO ES IMPROCEDENTE CONTRA ELLAS.", Tomo
VII, febrero de 1998, página 230, tesis 2a. VIII/98; "AMPARO
INDIRECTO. SIGNIFICADO DE LA EXPRESIÓN ‘ÚLTIMA
RESOLUCIÓN’, A QUE SE REFIERE EL PÁRRAFO SEGUNDO DE LA
FRACCIÓN III DEL ARTÍCULO 114 DE LA LEY DE LA MATERIA.",
Tomo XIII, abril de 2001, página 31, tesis P./J. 32/2001; "AMPARO
107
107
CONTRA LEYES. EL JUICIO PROMOVIDO CONTRA UNA LEY
APLICADA DENTRO DE UN PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN DE
SENTENCIA, O EN EL DE REMATE, SÓLO PROCEDE CUANDO SE
RECLAMA LA RESOLUCIÓN DEFINITIVA RESPECTIVA.", Tomo V,
abril de 1997, página 15, tesis P. LVI/97; "EJECUCIÓN DE
SENTENCIA. ES IMPROCEDENTE EL AMPARO INDIRECTO
ENTABLADO CONTRA ACTOS DICTADOS DENTRO DEL
PROCEDIMIENTO RELATIVO, AUN CUANDO SEA PROMOVIDO
POR LA PARTE VENCEDORA EN EL JUICIO NATURAL.", Tomo XX,
julio de 2004, página 75, tesis 1a./J. 36/2004; y "VIOLACIONES DE
PROCEDIMIENTO EN REMATE SÓLO PUEDEN RECLAMARSE EN
AMPARO CUANDO AQUÉL SE APRUEBA.", Informe de 1934, Tercera
Sala, página 74; en los que el Máximo Tribunal del país estableció que
el amparo indirecto no procede contra actos dictados en ejecución de
sentencia, incluso si son de imposible reparación, si quien lo promueve
es el vencedor en el juicio natural (ejecutante) o si se impugna la
constitucionalidad de la ley aplicada, sino sólo contra la última
resolución dictada en ese procedimiento; de todo lo que se concluye
que los actos dictados por tribunales judiciales, administrativos o del
trabajo, después de concluido el juicio, que no se traten de ejecución de
sentencia o remate, y que sean emitidos de manera intermedia dentro
de un procedimiento, sólo pueden ser reclamados cuando el amparo se
promueva contra la resolución definitiva, pudiendo invocarse como
violaciones a ese procedimiento en la demanda que se proponga.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO
CIRCUITO.
Amparo en revisión 272/2007. Hilda Torres Gómez. 15 de febrero de
2008. Unanimidad de votos. Ponente: Ma. Elisa Tejada Hernández.
Secretario: Crispín Sánchez Zepeda.
108
108
4.4 Interpretación y aplicación de la excepción a la regla general
contemplada en el artículo 114, fracción III, de la Ley de Amparo, respecto
de a los actos judiciales posteriores a la Sentencia de Reconocimiento,
graduación y prelación, en la Etapa de Concurso y en la Etapa de Quiebra.
Del análisis de la Ley de Concursos Mercantiles y tomando en
consideración lo expuesto en los capítulos que anteceden, se puede establecer
que en los procedimientos concursales existen tres resoluciones que por su
naturaleza jurídica y por sus efectos, doctrinalmente se consideran con carácter
definitivo, la sentencia de concurso mercantil, la sentencia de quiebra, y la
sentencia de reconocimiento de crédito (los Tribunales de la Federación se han
pronunciado en un criterio de tesis en este sentido agregando una cuarta
resolución, que es precisamente la que declara la terminación del procedimiento
de quiebra). Los actos de la autoridad judicial dictados con posterioridad a la
sentencia de reconocimiento de créditos, constituyen la fuente principal de estudio
de este trabajo, toda vez que por su naturaleza jurídica tradicionalmente la
Suprema Corte de Justicia de la Nación y los Tribunales de Justicia Federal, para
efectos de la procedencia del Juicio de Amparo Indirecto, los han considerado
como actos intermedios dictados dentro del procedimiento de ejecución de
sentencia, lo cual si bien resulta ser cierto, no debe perder de vista el autor y el fin
de los mismos, ya que en una nueva reflexion de nuestros tribunales federales,
establecieron en una ejecutoria de Jurisprudencia cuya voz reza: EJECUCIÓN DE
SENTENCIA. ES PROCEDENTE EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO CONTRA
RESOLUCIONES INTERMEDIAS EN EL PROCEDIMIENTO RELATIVO,
CUANDO EL QUEJOSO FUE VENCEDOR EN EL JUICIO Y PRETENDE QUE
SE EJECUTE DEBIDAMENTE EL FALLO (EXCEPCIÓN A LA REGLA
GENERAL CONTEMPLADA EN EL ARTÍCULO 114, FRACCIÓN III, DE LA LEY
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DE AMPARO). La regla general que contempla el artículo 114, fracción III, de la
Ley de Amparo, establece que el amparo se pedirá ante el Juez de Distrito contra
actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo ejecutados fuera de
juicio o después de concluido y que si se trata de actos de ejecución de sentencia
sólo podrá promoverse contra la última resolución dictada en el procedimiento
respectivo, pudiendo reclamarse en la misma demanda, las demás violaciones
cometidas durante ese procedimiento, que hubieren dejado sin defensa al
quejoso. Luego, en atención a que la finalidad de dicho precepto es que no se
entorpezca la ejecución de un fallo que ha adquirido la fuerza de cosa juzgada,
cabe admitir que la regla general que prevé sufre una excepción, consistente en
que a pesar de que el acto reclamado sea un acto o resolución intermedio dictado
en el procedimiento de ejecución, sólo es aplicable a quien fue condenado en el
juicio y no a quien resultó vencedor, quien lógicamente no puede estar interesado
en el entorpecimiento del procedimiento de ejecución sino, por lo contrario, en que
se lleve a cabo con rapidez. Consecuentemente, cuando se reclama un acto
dictado en el procedimiento de ejecución no con el propósito de entorpecer ese
procedimiento, sino con la finalidad de que se ejecute debidamente la sentencia
que es cosa juzgada, si ese acto es susceptible de impedir la debida ejecución del
fallo respectivo, una vez agotado, en su caso, el principio de definitividad, es
procedente de inmediato el amparo indirecto, sin necesidad de esperar a la última
resolución dictada en el procedimiento, como lo exige el artículo 114, fracción III,
párrafo segundo, de la Ley de Amparo.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo en revisión (improcedencia) 8043/2001. Jacqueline Rubinstein Goldman.
7 de diciembre de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: Armando Cortés Galván.
Secretario: José Álvaro Vargas Ornelas.
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Amparo en revisión (improcedencia) 863/2002. Rejillas Mexicanas, S.A. de C.V. 21
de febrero de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Armando Cortés Galván.
Secretario: Gabriel Regis López.
Amparo en revisión (improcedencia) 3223/2002. Lorenzo Nieto Sierra. 23 de mayo
de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: María Soledad Hernández de Mosqueda.
Secretaria: Laura Díaz Jiménez.
Amparo en revisión 4703/2002. José Antonio López Zavala. 4 de julio de 2002.
Unanimidad de votos. Ponente: Armando Cortés Galván. Secretario: Israel Flores
Rodríguez.
Amparo en revisión (improcedencia) 63/2003. Inmobiliaria García Espinosa, S.A.
de C.V. 23 de enero de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: María Soledad
Hernández de Mosqueda. Secretario: Hiram Casanova Blanco.
Asi las cosas resulta muy importante enforcarnos en que de acuerdo a la
ejecutoria transcrita con antelación, el espiritu del artículo 114 fracción III de la Ley
de Amparo, es que no se entorpeza la ejecución de un fallo que ha adquirido la
fuerza de cosa juzgada, pero nuestro máximo tribunal de justicia reconoce que esa
regla general tiene una excepción que consiste en que a pesar de que el acto
reclamado sea un acto o resolución intermedio dictado en el procedimiento de
ejecución, sólo es aplicable a quien fue condenado en el juicio y no a quien resultó
vencedor.
En adición, la ejecutoria de Jurisprudencia precisa que el acto de autoridad
que se reclama se haya dictado en el procedimiento de ejecución y la finalidad del
Quejoso (vencedor en el juicio natural) sea eliminar el acto de autoridad que se
reclama como ilegal, toda vez que el acto reclamado retrasa e impide la debida
ejecución de la sentencia ejecutoria.
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La Jurisprudencia de marras es categórica al sentenciar que la finalidad del
Amparo Indirecto en la etapa de ejecución de sentencia es precisamente agilizar el
procedimiento y que se ejecute rápida y debidamente la sentencia que es cosa
juzgada, luego entonces si el acto de autoridad es susceptible de impedir la debida
ejecución del fallo respectivo, una vez agotado, en su caso, el principio de
definitividad, es procedente de inmediato el amparo indirecto, sin necesidad de
esperar a la última resolución dictada en el procedimiento, como lo exige el
artículo 114, fracción III, párrafo segundo, de la Ley de Amparo.
En esa tesitura, se puede colegir que, para que opere la excepción a la
regla contenida en el artículo 114, fracción III, párrafo segundo, de la Ley de
Amparo, se deben presentar y converger necesariamente los siguientes hechos:
a) El acto de autoridad que se reclama se haya dictado en el
procedimiento de ejecución.
b) El Quejoso deberá ser vencedor en el juicio natural.
c) El acto de autoridad que se reclama como ilegal, retrase e impida
la debida ejecución de la sentencia ejecutoria.
d) El Quejoso deberá agotar el principio de definitividad, previo
ocurrir al juicio de amparo indirecto.
En virtud de lo anterior, tratándose de actos de autoridad dictados con
posterioridad a la sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de creditos
en la etapa de Quiebra, que impidan o paralicen la ejecución de la sentencia
definitiva, la parte vencedora en el juicio natural, entiendase los acreedores
reconocidos, podran ocurrir al Juicio de Amparo, previo cumplimiento al principio
de definitividad, teniendo la obligacion el Juez de Amparo de estudiar y apreciar el
acto de autoridad reclamado en relación directa con la calidad del quejoso, en el
Juicio Natural, es decir si tienen el carácter de vencedores en la Quiebra y esto
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sera solamente al ser declarada fundada su demanda de reconocimiento de
credito, debiendo verificar si se cumplen los 4 presupuestos señalados en el
parrafo que anteceden y de ser así debera dictar un auto admitiendo a tramite la
demanda de garantías.
No obstante lo dispuesto en los articulos 192 y 193 de la Ley de Amparo, es
de vital importancia que la parte Quejosa, invoque la aplicación de la Ejecutoria de
marras, explicando y justificando el cumplimiento de los presupuestos para la
adecuación y aplicación de esta. Por su parte los Jueces de Distrito deberán
analizar meticulosamente el acto reclamado que se identificada en la demanda de
garantías, para determinar lo siguiente: a) La Etapa Procesal en la que se
encuentra el Juicio de donde emana el acto de autoridad b) El carácter y la
situación jurídica que tiene el Quejoso en el Juicio Natural, derivado del dictado de
la sentencia ejecutoria c) La naturaleza jurídica del acto de autoridad que se
reclama, es decir si se trata de un acto intermedio dictado dentro del
procedimiento de ejecución que tiene por objeto impedir la ejecución final de la
sentencia d) El cumplimiento del principio de definitividad por parte del quejoso.
Luego entonces tratándose del Juicio de Amparo Indirecto promovido por
un acreedor reconocido, en contra de un acto de la autoridad judicial dictado con
posteridad a la sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de créditos,
que tiene por objeto impedir o retrasar la ejecución final de la sentencia y en la que
en virtud de su demanda de reconocimiento tiene el carácter dentro de Juicio de
la “parte vencedora”, el Juicio de Amparo Bi-instancial resulta procedente al
tratarse de actos que por su naturaleza tienen una ejecución de imposible
reparación, que por sus consecuencias afectan directa e inmediatamente los
derechos sustantivos o fundamentales de los acreedores, tutelados en la Carta
Magna por medio de las garantías individuales.
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Con el propósito de ser claro en mi exposición me permito, exponer una
hipotesis ad hoc circunstancia que realizo en los siguientes terminos:
Imaginemos que representamos a Caucho Mexicano S.A. de C.V.,
proveedor y ahora acreedor de la empresa Llantera Nacional S.A. de C.V.,
declarada legamente en quiebra, desde el mes de febrero del año 2005,
causando ejecutoria dicha resolución en el mes de febrero del año 2006. Caucho
Mexicano S.A. de C.V., proveedor y ahora acreedor de la empresa Llantera
Nacional S.A. de C.V., presento en tiempo y forma su demanda de reconocimiento
de credito, motivo por el cual fue admitida, se reconocio preventivamente el monto
y naturaleza de su credito, siendo que en el mes de octubre del año 2006, se dicta
la sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de credito, confirmando la
demanda de Caucho Mexicano S.A. de C.V., en todos sus terminos.
Supongamos que el Síndico entro en posesión de los bienes y derechos
del Comerciante fallido desde el mes de abril del 2005 y a partir del mes de junio
del año 2005, el Sindico presento ante el Juez Concursal su primer informe
bimestral de labores que la propia ley le impone, sin embargo en el mes de
noviembre del 2006, presenta su informe bimestral de labores motivo por el cual el
Juez de la causa ordenar dar vista con dicho dictamen por el termino común de
tres días a todas y cada una de las partes, y una vez transcurrido el plazo, la
autoridad Judicial es totalmente omisa, es decir no realiza ningún pronunciamiento
al respecto sobre la aprobación o desaprobación de la actuación del Sindico, no
obstante que existen escritos de diversos acreedores, entre otros Caucho
Mexicano S.A. de C.V., (aduciendo medularmente actos de negligencia y
dilapidación de los bienes que conforman la masa concursal) desahogando en
tiempo y forma la vista ordenada con el informe de labores, en virtud de lo anterior
Caucho Mexicano S.A. de C.V., solicita al Juez Concursal se pronuncie
expresamente sobre el informe de labores y las manifestaciones de hecho y
derecho contenidas en su ocurso, solicitud que no es acordada de conformidad
aduciendo la autoridad judicial a manera de motivación que no tiene obligación
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alguna de pronunciarse al respecto, en esa tesitura Caucho Mexicano S.A. de
C.V., interpone el medio ordinario de defensa, recurso de revocación en contra de
la determinación judicial de marras, mismo que es admitido y previos tramites de
rigor y estilo, se dicta interlocutoria, en la que se confirma la resolución judicial.
Ahora bien, de acuerdo con el texto expreso del artículo 107 fracción III,
inciso b) de nuestra carta magna y su correlativo 114 fracción III de la Ley de
Amparo, la regla general para la procedencia del Juicio de Amparo bi-instancial,
dispone que el juicio de amparo indirecto será procedente sólo contra la ultima
resolución dictada en el procedimiento de ejecución en la que se aprueba o
reconoce de manera expresa o tácita el cumplimiento total de la sentencia o se
declara la imposibilidad material o jurídica para darle cumplimiento, siendo
improcedente el juicio de amparo indirecto cuando el acto de autoridad que se
reclama, resulta ser un acto aislado en la secuela del procedimiento o se trate de
una resolución intermedia.
En esa tesitura, si nuestra representada Caucho Mexicano S.A. de C.V.,
decide instaurar el juicio de amparo indirecto, reclamando el acto de autoridad
contenido en la sentencia interlocutoria dictada con motivo del recurso de
revocación interpuesto en contra de la negativa del Juez de lo Natural de
pronunciarse sobre el informe de labores rendido por el Sindico, existen una serie
posibilidades, debiendo analizar dos hipótesis, la primera que conforme a los
artículos 73 fracción XVIII, 114 fracción III y 145 de la Ley de Amparo, en relación
con lo dispuesto en los artículos 231, 233, 234 y 235 de la Ley de Concursos
Mercantiles, se deseche la demanda por existir una causal notoria y manifiesta de
improcedencia, como resulta ser la que deriva de la interpretación de la fracción
III del artículo 114 de la Ley de Amparo, que establece la regla general para la
procedencia del Juicio de Amparo bi-instancial, resultando que el juicio de amparo
indirecto será procedente sólo contra la ultima resolución dictada en el
procedimiento de ejecución en la que se aprueba o reconoce de manera expresa o
tácita el cumplimiento total de la sentencia, en el caso en concreto el Juez de
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Amparo podra argumentar que al encontrarse en el Juicio de Quiebra en la etapa
de ejecución de sentencia, la resolución que constitiye el acto reclamado es un
acto intermedio y como tal no resulta procedente el juicio de amparo, sino hasta
que se dicte la ultima determinación que declara cumplida o inobservada la
sentencia de reconocimiento de creditos. La segunda posibilidad es que se admita
la demanda de amparo y se de el trámite correspondiente pero una vez celebrada
la audiencia constitucional conforme a lo establecido en los artículos 73 fracción
XVIII, 74 fracción III y la fracción III del artículo 114 de la Ley de Amparo, se
declare el sobreseimiento del Juicio de Garantías, toda vez que el juicio de
amparo indirecto será procedente sólo contra la última resolución dictada en el
procedimiento de ejecución en la que se aprueba o reconoce de manera expresa o
tácita el cumplimiento total de la sentencia, precisando que tratándose del Juicio
de Quiebra, los actos judiciales posteriores a la sentencia de reconocimiento,
graduación y prelación, solo pueden ser objeto del juicio de amparo indirecto,
cuando se reclamen como violaciones al procedimiento, en la ultima resolución
judicial dictada dentro del Juicio de Quiebra, toda vez que el momento procesal en
que son dictados estos actos de autoridad, es precisamente la etapa de ejecución
de sentencia.
Analizadas las posibilidades, resulta ser que nuestra representada Caucho
Mexicano S.A. de C.V., decida instaurar el juicio de amparo indirecto,
estableciendo en la demanda de garantías un capitulo especifico de procedencia,
en el que se exponga a detalle las consideraciones de hecho y derecho por las
cuales, resulta ser que Caucho Mexicano S.A. de C.V., se encuentra en un caso
de excepción a la regla general prevista en la fracción III del artículo 114 de la
Ley de Amparo, derivado de que el acto reclamado que se identifica en la
demanda de garantías fue dictado con posterioridad a la sentencia de quiebra y de
reconocimiento de crédito, resoluciones que han causado ejecutoria. Sera
fundamental que la parte Quejosa, invoque la aplicación de la Ejecutoria de
marras, explicando y justificando el cumplimiento de los presupuestos para la
adecuación y aplicación de esta, debiendo establecer con toda precisión dentro
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de los antecedentes de la demanda y en capitulo de procedencia el carácter y la
situación jurídica que tiene el Quejoso en el Juicio Natural, derivado del dictado de
la sentencia ejecutoria, la naturaleza jurídica del acto de autoridad que se reclama,
es decir, que efectivamente se trata de un acto intermedio dictado dentro del
procedimiento de ejecución, pero que este tiene por objeto impedir la ejecución
final de la sentencia, siendo aplicable en términos de lo dispuesto por los artículos
192 y 193 de la Ley de Amparo, los siguientes criterios de jurisprudencia:
Tipo de documento: Tesis aislada Novena época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XXXII, Julio de 2010 Página: 1942
EJECUCIÓN DE SENTENCIA. LA RESOLUCIÓN DICTADA EN ESE
PERIODO, QUE CONFIRMA LA NEGATIVA A LA SOLICITUD DE
SACAR A REMATE EL BIEN HIPOTECADO, ES IMPUGNABLE, POR
EXCEPCIÓN, EN AMPARO INDIRECTO, POR GOZAR DE
AUTONOMÍA PROPIA Y DESTACADA. En términos del artículo 114,
fracción III, de la Ley de Amparo, por regla general, el juicio de
garantías indirecto es improcedente contra actos o violaciones que se
susciten en el procedimiento de ejecución de sentencia, porque los
mismos deben ser alegados y, en su caso, reparados en el juicio de
garantías que se interponga en contra de la última resolución que se
dicte en el procedimiento respectivo, que no es otra sino la que aprueba
o reconoce de manera expresa o tácita el cumplimiento total de la
sentencia, o declara la imposibilidad material o jurídica para darle
cumplimiento. Sin embargo, dicho supuesto contempla algunas
excepciones, entre las cuales se encuentran las resoluciones que
tienen una autonomía propia y destacada en relación con la ejecución
de sentencia; entendiéndose por éstas, las que se dictan de manera
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previa y son necesarias para preparar la ejecución. Luego, si se
promueve amparo contra la sentencia de segundo grado, que confirmó
un auto a través del cual el Juez natural negó la petición del ejecutante,
de sacar a remate el inmueble hipotecado, dicha determinación, es de
autonomía propia y destacada, pues además de paralizar u obstaculizar
la ejecución de la sentencia, al impedir que se saque a remate un bien,
a pesar de que se encuentra sustentado en lo ordenado en la sentencia
definitiva del juicio de origen, para ejecutarla debidamente, es menester
establecer, si procede o no sacar a remate el citado inmueble, pues de
lo contrario, la última resolución que se dicte en la etapa de ejecución,
no se ocupará de tal cuestión, dado que, en ésta, sólo se examinarán
los actos que se hayan ejecutado para cumplimentar el fallo definitivo e
incluso, podría no llegar a dictarse esa última resolución en el
mencionado periodo de ejecución de sentencia.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
TERCER CIRCUITO.
Amparo en revisión (improcedencia) 518/2009. José Carlos Gómez
Mora. 12 de febrero de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: Gerardo
Domínguez. Secretario: Manuel Ayala Reyes.
Tipo de documento: Jurisprudencia Novena época Instancia: Primera Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XXI, Febrero de 2005 Página: 238
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SUSPENSIÓN DE PAGOS. CONTRA LA RESOLUCIÓN QUE
APRUEBA O DESAPRUEBA EL INFORME QUE RINDE EL SÍNDICO
EN TÉRMINOS DE LA FRACCIÓN IV DEL ARTÍCULO 416, DE LA
LEY DE QUIEBRAS Y SUSPENSIÓN DE PAGOS (ABROGADA),
PROCEDE EL AMPARO INDIRECTO. Contra la resolución que
aprueba o desaprueba la rendición del informe en la suspensión de
pagos a que se refiere la fracción IV del artículo 416 de la Ley de
Quiebras y Suspensión de Pagos (abrogada), procede el amparo
indirecto, toda vez que se trata de un acto dentro de juicio de
imposible reparación, no así de una violación procesal que pueda
ser impugnada en amparo directo. En efecto, no puede
considerarse como una violación procesal la señalada resolución,
pues no encuadra en ninguna de las establecidas en el artículo 159
de la Ley de Amparo; además, resulta claro que se trata de un
derecho sustantivo, pues a través del informe que rinde el síndico,
las partes en el procedimiento de suspensión de pagos conocen el
estado que tiene la negociación y si está en posibilidad de cumplir
con sus obligaciones; asimismo, el suspenso puede saber si el
informe que rinde el síndico efectivamente se ajusta a su realidad
financiera; por tanto, la aprobación o desaprobación de dicho informe
afecta de manera directa e inmediata la garantía de seguridad jurídica
de la parte a quien le resulte adversa la mencionada resolución.
Contradicción de tesis 13/2004-PS. Entre las sustentadas por los
Tribunales Colegiados Segundo y Cuarto, ambos en Materia Civil del
Primer Circuito. 24 de noviembre de 2004. Cinco votos. Ponente: Olga
Sánchez Cordero de García Villegas. Secretaria: Ana Carolina
Cienfuegos Posada.
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Tesis de jurisprudencia 131/2004. Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha primero de diciembre de dos mil
cuatro.
Tipo de documento: Jurisprudencia Novena época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XVII, Mayo de 2003 Página: 1121
EJECUCIÓN DE SENTENCIA. ES PROCEDENTE EL JUICIO DE
AMPARO INDIRECTO CONTRA RESOLUCIONES INTERMEDIAS EN
EL PROCEDIMIENTO RELATIVO, CUANDO EL QUEJOSO FUE
VENCEDOR EN EL JUICIO Y PRETENDE QUE SE EJECUTE
DEBIDAMENTE EL FALLO (EXCEPCIÓN A LA REGLA GENERAL
CONTEMPLADA EN EL ARTÍCULO 114, FRACCIÓN III, DE LA LEY
DE AMPARO). La regla general que contempla el artículo 114, fracción
III, de la Ley de Amparo, establece que el amparo se pedirá ante el
Juez de Distrito contra actos de tribunales judiciales, administrativos o
del trabajo ejecutados fuera de juicio o después de concluido y que si
se trata de actos de ejecución de sentencia sólo podrá promoverse
contra la última resolución dictada en el procedimiento respectivo,
pudiendo reclamarse en la misma demanda las demás violaciones
cometidas durante ese procedimiento, que hubieren dejado sin defensa
al quejoso. Luego, en atención a que la finalidad de dicho precepto es
que no se entorpezca la ejecución de un fallo que ha adquirido la fuerza
de cosa juzgada, cabe admitir que la regla general que prevé sufre una
excepción, consistente en que a pesar de que el acto reclamado sea un
acto o resolución intermedio dictado en el procedimiento de ejecución,
sólo es aplicable a quien fue condenado en el juicio y no a quien resultó
vencedor, quien lógicamente no puede estar interesado en el
entorpecimiento del procedimiento de ejecución sino, por lo contrario,
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en que se lleve a cabo con rapidez. Consecuentemente, cuando se
reclama un acto dictado en el procedimiento de ejecución no con el
propósito de entorpecer ese procedimiento, sino con la finalidad de que
se ejecute debidamente la sentencia que es cosa juzgada, si ese acto
es susceptible de impedir la debida ejecución del fallo respectivo, una
vez agotado, en su caso, el principio de definitividad, es procedente de
inmediato el amparo indirecto, sin necesidad de esperar a la última
resolución dictada en el procedimiento, como lo exige el artículo 114,
fracción III, párrafo segundo, de la Ley de Amparo.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo en revisión (improcedencia) 8043/2001. Jacqueline Rubinstein
Goldman. 7 de diciembre de 2001. Unanimidad de votos. Ponente:
Armando Cortés Galván. Secretario: José Álvaro Vargas Ornelas.
Amparo en revisión (improcedencia) 863/2002. Rejillas Mexicanas, S.A.
de C.V. 21 de febrero de 2002. Unanimidad de votos. Ponente:
Armando Cortés Galván. Secretario: Gabriel Regis López.
Amparo en revisión (improcedencia) 3223/2002. Lorenzo Nieto Sierra.
23 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: María Soledad
Hernández de Mosqueda. Secretaria: Laura Díaz Jiménez.
Amparo en revisión 4703/2002. José Antonio López Zavala. 4 de julio
de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Armando Cortés Galván.
Secretario: Israel Flores Rodríguez.
Amparo en revisión (improcedencia) 63/2003. Inmobiliaria García
Espinosa, S.A. de C.V. 23 de enero de 2003. Unanimidad de votos.
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Ponente: María Soledad Hernández de Mosqueda. Secretario: Hiram
Casanova Blanco.
Lo anterior resulta así debido a que del análisis particular del acto
reclamado se concluye que el acto de autoridad que se reclama no es un simple
determinación de tramite que no afecte los derechos fundamentales del quejoso,
toda vez que con motivo de los efectos de las sentencia de quiebra y de
conformidad con lo dispuesto por los artículos 54, 59, 60, 214, 215, 229 y 231 de
la Ley de Concursos Mercantiles, dentro del procedimiento de ejecución de la
sentencia de quiebra, el Sindico tiene que cumplir con múltiples obligaciones,
entre otras rendir un informe bimestral de labores y tratándose de inversiones y
reservas a que se refieren los artículos 214 y 230 de la ley de la materia, deberán
presentar un informe mensual de la situación financiera de la empresa, luego
entonces si el Sindico no rinde dicho informe o lo rinde advirtiéndose
irregularidades en el mismo que constituyan en actos que afecten o puedan
vulnerar la conservación de la integridad de la masa concursal, la autoridad judicial
de oficio deberá pronunciarse al respecto, ya que de aprobarse por omisión dicha
actuación, se ocasionarían gravámenes de difícil reparación a los acreedores, a
saber LA DILAPIDACIÓN DE LOS BIENES QUE CONFORMAN LA MASA
CONCURSAL DERIVADO DE LA APROBACION TACITA DEL INFORME
BIMESTRAL, ACTUACION NEGLIGENTE DEL SINDICO CONTRARIA A LO
DISPUESTO POR EL ARTICULO 189 DE LA LEY DE CONCUROS
MERCANTILES.
En el caso de sostener la tesis contraria y de confirmarse la actuación
judicial, mediante el dictado de la resolución del sobreseimiento, se privaria de las
mas elementales garantías como lo es la de audiencia y debido proceso, toda vez
que atendiendo a la naturaleza juridica del acto reclamado, que hace imposible
que se pueda considerar como una simple violacion procesal de carácter
reparable en la sentencia definitiva, toda vez que los daños y perjuicios que cause
el sindico con motivo de su actuación a los bienes de la masa concursal, no
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podran ser resarcidos con posterioridad al dictado de la resolución definitiva, y
será muy tarde para que la actuacion judicial decrete y ejecute las medidas
oportunas y pertinentes previstas en el articulo 60 del citado ordenamiento legal,
que tienden a evitar la dilapidacion de la masa concursal en perjuicio de los
acreedores reconocidos.
A mayor abundamiento, debe hacerse enfasis en la demanda de amparo
en el obstaculo para la ejecución de sentencia que constituye el acto de autoridad,
así como en la afectación de la masa concursal y por ende a la comunidad de
acreedores, cuestiones que resultan ser de orden publico y que de confirmarse la
resoluciónes de sobreseimiento en el juicio de garantías, se estaría analizando y
valorando incorrectamente la naturaleza juridica del acto reclamado, TODA VEZ
QUE LA RESOLUCIÓN QUE CONSTITUYE EL ACTO RECLAMADO, ES UN
ACTO QUE NO SOLO AFECTA LOS DERECHOS ADJETIVOS DEL ACREEDOR
QUEJOSO, SINO QUE TRASCIENDE A LOS MAS ELEMENTALES DERECHOS
SUSTANTIVOS PREVISTOS EN LA LEY DE LA MATERIA Y TUTELADOS EN EL
ARTICULO 14 CONSTITUCIONAL, COMO LO ES EL DERECHO DE COBRO
DEL CREDITO RECONOCIDO CON LOS BIENES QUE CONFORMAN LA MASA
CONCURSAL, DE CONFORMIDAD CON LO PREVISTO EN LOS ARTICULOS
3º, 215, 229, 230 DE LA LEY DE CONCURSOS MERCANTILES.
En el mismo sentido, de confirmarse la determinación de sobreseimiento,
se estaria causando un agravio de imposible reparación, al no existir
procesalmente ninguno otro momento para estudiar y valorar la indebida actuacion
del juez de origen, vinculando a la Quejosa, Caucho Mexicano S.A. de C.V., y a
todos y cada uno de los acreedores, al pago de sus creditos reconocidos de
manera tardia y conforme a una cuota concursal inferior a la establecida en la
sentencia de reconocimiento de creditos, derivado de la dilapidacion de los bienes
que conforman la masa concursal, producto de la negligente administracion del
sindico, no existiendo ningun otro momento dentro del proceso para resarcir dicha
violacion.
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CONCLUSIONES
1.- El Concurso Mercantil es un procedimiento especial de carácter
mercantil que tiene por objeto declarar y constituir a un comerciante en estado de
cesación temporal de pagos respecto de los créditos vencidos previamente y que
motivan un incumplimiento generalizado en sus obligaciones.
2.- La Quiebra es un procedimiento especial de carácter mercantil que tiene
por objeto declarar al comerciante en estado de insolvencia generalizado,
suspendiendo el ejercicio de los derechos del fallido y los bienes que integran la
masa concursal, así como su actividad comercial, siendo sustituido por un
administrador llamado Sindico que deberá tomar posesión de los bienes y
derechos del comerciante con el propósito de pagar la cuota concursal a la
brevedad a la comunidad de los acreedores conforme a la sentencia de
reconocimiento, graduación y prelación de créditos, pago que es de interés del
Estado se realice en un procedimiento judicial que se observen y respeten las
formalidades esenciales, pero sobre todo la expedita y correcta administración de
justicia a efecto de evitar que con el incumplimiento del comerciante se genere un
efecto reflejo de incumplimiento de los acreedores.
3.- El espíritu del Legislador y el interés publico de la Ley de Concursos
Mercantiles, es la conservación de las empresas y evitar que el incumplimiento
generalizado ponga en riesgo la viabilidad de las mismas.
4.- El concurso mercantil es un procedimiento que estableció el legislador
en beneficio de los comerciantes que tienen problemas de liquidez pero mediante
un convenio adecuado con la comunidad de los acreedores puede rehabilitarse a
corto o mediano plazo.
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5.- Cuando no existen las condiciones económicas ni financieras, siendo
evidente la inviabilidad de la empresa, el legislador estableció la Quiebra como
una dura solución, pero eficaz y a corto plazo para evitar que el incumplimiento
generalizado de la fallida ponga en riesgo la viabilidad de la comunidad de
acreedores y de la sociedad en general.
6.- La Ley de Amparo es un ordenamiento longevo que regula un juicio que
cada día tiende a hacerse mas técnico y de difícil acceso al gobernado,
particularmente por el tema de las causas de improcedencias (constitucionales,
legales y jurisprudenciales).
7.- La Ley de Concursos Mercantiles es un ordenamiento Nobilísimo que ha
sido puesto a prueba a violentamente por la crisis económica mundial y que no se
ha recurrido a los procedimientos que regula esta por un estigma negativo de
antaño que asocia al comerciante que solicita un procedimiento de este tipo como
un mal administrador.
8.- El Juez Concursal siempre deberá tomar en consideración que el
procedimiento en el cual es rector, es de orden publico e interés social, si se trata
de un concurso mercantil buscara prudentemente la conservación de la empresa
pero si no se logra un acuerdo o no existe viabilidad deberá decretar sin miedo la
quiebra busca siempre evitar la afectación social, debiendo ceñirse al espíritu de la
Ley.
9.- Existen múltiples actos judiciales en la Quiebra dictados con
posterioridad a la sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de créditos
que no solo obstaculizan e impiden la ejecución de la sentencia definitiva, sino que
favorecen la dilapidación de los bienes que conforman la masa concursal y por
ende afectan el monto de la cuota concursal, al postergar una decisión judicial
intermedia de trascendencia al dictado de la ultima resolución dentro de la etapa
de la quiebra, este hecho aunado a la redacción actual de la fracción III del artículo
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114 de la Ley de Amparo, a criterio de algunos jueces de Distrito, imposibilita una
justa y pronta defensa en la etapa de Quiebra de los derechos del acreedor
gobernado, motivo por el cual con este trabajo se propone al acreedor afectado
con un acto de autoridad dictado en la etapa de Quiebra con posterioridad a la
sentencia de reconocimiento de créditos, del cual se ha inconformado agotando
los recursos ordinarios, presentar una demanda de amparo incluyendo un capitulo
especifico de procedencia en el que se deberá invocar en términos de lo dispuesto
por los artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo, la aplicación por analogía de
razón y criterio, la Jurisprudencia firme cuya voz es “EJECUCION DE
SENTENCIA. ES PROCEDENTE EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO CONTRA
RESOLUCIONES INTERMEDIAS EN EL PROCEDIMIENTO RELATIVO,
CUANDO EL QUEJOSO FUE VENCEDOR EN EL JUICIO Y PRETENDE QUE
SE EJECUTE DEBIDAMENTE EL FALLO (EXCEPCIÓN A LA REGLA
GENERAL CONTEMPLADA EN EL ARTÍCULO 114, FRACCIÓN III, DE LA LEY
DE AMPARO).
10.- Si en un procedimiento de carácter privado, como lo es un Juicio
Mercantil, la Suprema Corte se ha pronunciado por la procedencia del Juicio de
Amparo Indirecto en la etapa de ejecución de sentencia como excepción a la
fracción III del artículo 114 de la Ley de Amparo con mas razón y por analogía
resulta aplicable el mismo criterio al procedimiento de Quiebra, procedimiento de
orden publico en el que el Juez al ser el rector de Procedimiento deberá en todo
momento velar por el sano equilibrio de los intereses del comerciante y la
comunidad de acreedores, debiendo tomar en consideración que en la etapa de
Quiebra, el interés preponderante deberá ser el pronto pago de la comunidad de
los acreedores, conforme a la sentencia de reconocimiento, ya que un pago tardío,
equivale a una administración de justicia tardía.
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