Upload
lexuyen
View
214
Download
1
Embed Size (px)
Citation preview
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE SANTIAGO
UTESA Facultad de Ciencias y Humanidades
Carrera de Derecho
EVALUACIÓN DE LOS PRIVILEGIOS E INMUNIDADES A LOS
QUE TIENEN DERECHO LOS AGENTES DIPLOMÁTICOS
ACREDITADOS EN EL PAÍS DE ACUERDO A LA CONVENCIÓN
DE VIENA
Monografía para optar por el título de
Licenciada en Derecho
PRESENTADA POR:
ROSA KATHERINE CASTILLO
ASESORES:
ARELYS ROMÁN, MA
DR. MÁXIMO SANTANA
San Felipe de Puerto Plata
República Dominicana
Abril de 2009
INDICE GENERAL
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I. GENERALIDADES DE LOS PRIVILEGIOS Y
DE LA INMUNIDAD DIPLOMÁTICA
1.1 Antecedentes Históricos
1.2 Conceptos de Privilegios e Inmunidad diplomática
1.3 Principios que rigen los privilegios e Inmunidades diplomáticas
1.4 Estados Participantes
1.4.1 Estado Acreditante
1.4.2 Estado Receptor
1.5 Convención de Viena de 1961
1.6 Convención de Viena de 1963
CAPÍTULO II. DIPLOMACIA Y RELACIONES DIPLOMÁTICAS
2.1. Requisitos jurídicos de la diplomacia
2.2. Agentes
2.2.1 Agentes Diplomáticos
2.2.2 Agentes Consulares
2.2.3 Misiones diplomáticas
2.2.4 La situación de los Agentes en Terceros Estados
2.3. Efectos y consecuencias de las relaciones diplomáticas
2.4. Posición del particular con el ejercicio de la protección
diplomática por parte del Estado del que es nacional
CAPÍTULO III. DERECHO DE LA INMUNIDAD DIPLOMÁTICA
3.1 Alcance y duración del derecho de inmunidad diplomática
3.2 Inmunidades y privilegios relativos a los sujetos
3.3 Inmunidades y privilegios relativos a las misiones
3.4 Posibilidad de renuncia del derecho de inmunidad diplomática
3.5 Asilo Diplomático
CAPÍTULO IV. DIPLOMACIA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA
4.1Matriz de las variables e Indicadores del Estudio
4.2 Origen y evolución de la diplomacia en la República
Dominicana
4.3 Secretaría de Relaciones Exteriores
4.4 Escuela Diplomática y Consular
HALLAZGOS
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
RESUMEN
La diplomacia es un instrumento esencial para la efectiva relación y
cooperación internacional entre Estados, y la solución por medios pacíficos
de divergencias entre ellos, y que se rige conforme al Derecho Internacional
Público, tanto en su forma, como en su fondo. De las buenas relaciones
diplomáticas entre Estados, se desprenden las relaciones comerciales,
actividades mercantiles, culturales, militares y turísticas, que de verse
afectadas o simplemente limitadas, pueden generar limitaciones económicas
para el país, conflictos bélicos, embargos económicos, entre otros.
Es esencial, que los privilegios e inmunidades a los agentes
diplomáticos y consulares, así como de las misiones diplomáticas, sean
respetados de forma justa y conscientes por los Estados receptores, ya que
esto contribuye al fortalecimiento de las buenas relaciones entre Estados del
mundo, especialmente con las situaciones de Seguridad Nacional que
enfrentan algunos países del globo.
En la actualidad, los agentes diplomáticos gozan de privilegios e
inmunidades que son desconocidos por la población generando desigualdad
para el ciudadano común al momento de realizar cualquier tipo de actividad
comercial, contractual o de índole personal con estos agentes.
Este estudio es importante, porque enfocará las relaciones
diplomáticas, desde el punto de vista de los Estados, de los agentes
diplomáticos y consulares, de los agentes de misiones, y de igual forma
organismos internacionales. De igual manera, esta investigación reviste
importancia, porque los privilegios e inmunidades al garantizar la seguridad
física y de las cosas en posesión del diplomático mientras éste ejerce sus
funciones, su interactividad con particulares podría suscitar situaciones,
donde se hace necesario disipar las dudas e inseguridades por parte de la
sociedad en general.
El objetivo general de esta investigación es evaluar los privilegios e
inmunidades a los que tienen derecho los agentes diplomáticos, acreditados
en el país de acuerdo a la Convención de Viena.
Esta investigación es del tipo bibliográfico, descriptiva, y
explicativa, ya que se indagó sobre todas las variables, relacionadas a los
privilegios e inmunidades que por derecho les corresponden a los agentes
diplomáticos, acreditados en el país y se utilizaron las fuentes bibliográficas
de Derecho Internacional Público, Tratados Internacionales, convenios,
convenciones, acuerdos y la Constitución de la República Dominicana,
entre otros.
Uno de los hallazgos principales del estudio es que en cuanto a la
inmunidad de jurisdicción, el estudio reveló que los agentes diplomáticos,
consulares y misiones diplomáticas son beneficiados con las inmunidades
civiles, penales y administrativas propias de la función que ejercen, no para
ser recipientes de beneficios personales. De igual manera se encontró que al
igual que las personas, los bienes muebles e inmuebles poseídos y utilizados
durante el ejercicio de la gestión diplomática poseen la prerrogativa de la
inmunidad de jurisdicción civil y administrativa.
Otra revelación del estudio es que los jefes de misión tienen derecho
a inmunidades fiscales y aduanales, es decir, a las exoneraciones del pago
de impuestos y aranceles de los ingresos que perciba la misión diplomática,
con la excepción de los gravámenes surgidos por el pago a particulares por
servicios prestados.
Por otro lado, un hallazgo relevante es que una adecuada relación
diplomática entre el Estado acreditante y el Estado receptor trae como
consecuencias, efectos sociales, políticos y económicos, que pueden ser
positivos o negativos, tales como intercambio cultural, participación en la
comunidad internacional a través de convenios y tratados y el incremento
de las relaciones comerciales entre los países participantes. Estos efectos
son negativos, cuando el Estado Acreditante ejerce presión económica,
política, social y cultural en el Estado Receptor que tiene debilidades
institucionales o un marco jurídico limitado.
El estudio también reveló que los agentes diplomáticos ejercen una
influencia predominante en la integración de las naciones. Esta integración
se puede encontrar en los convenios internacionales, en el establecimiento
de políticas en las diferentes áreas y en el reconocimiento entre Estados
sobre sus personalidades jurídicas.
La investigación concluyó que los privilegios e inmunidades en
virtud de los cuales la Convención de Viena faculta a los agentes
diplomáticos de protección, no contempla taxativamente a los jefes de
Estado, sino que es por la práctica de la comunidad internacional que surge
esta prerrogativa. En este sentido existen algunas divergencias entre los
doctrinarios referente a si los Jefes de Estados debieran tener inmunidad
absoluta o relativa en cuanto a la jurisdicción penal, civil y administrativa
tomando en cuenta de si actuó o no en tal calidad. Se entiende que si el Jefe
de Estado no puede desprenderse de su calidad hasta que culmine su
investidura, significa que debe tener una inmunidad absoluta en todo
momento.
La investigación también concluyó que a pesar de los avances
institucionales, jurídicos y tecnológicos, y de ser signataria de acuerdos,
convenios y tratados internacionales, la República Dominicana mantiene el
criterio de nombrar los agentes diplomáticos por relaciones políticas,
sociales o económicas, sin tomar en cuenta la preparación académica y su
trayectoria.
De igual manera, se concluyó que las relaciones diplomáticas son
esenciales para una buena relación social, comercial, política y económica
entre Estados, ya que garantiza la toma de decisiones en forma pacífica y de
consentimiento recíproco.
Por último se concluyó que los agentes diplomáticos dominicanos
son los representantes del gobierno, de la nación y de los valores alrededor
del mundo, con la responsabilidad de defender la imagen nacional. Es por
esta razón que se debe enviar a los más cualificados al servicio exterior,
funcionarios con integridad absoluta, reputación pública intachable,
discreción personal además de un conocimiento claro de los intereses de la
nación.
INTRODUCCION
Antes de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, del
año 1961, y el Convenio de Viena sobre relaciones consulares, las
relaciones diplomáticas eran reguladas por la costumbre; por consiguiente,
la importancia de la práctica diplomática exigía un marco jurídico.
En el ámbito de la globalización y como parte de la política exterior
de la República Dominicana, los privilegios e inmunidades diplomáticas se
han convertido en un componente esencial de las relaciones internacionales
contemporáneas, pero ¿conocen los agentes diplomáticos sus deberes y
derechos? ¿Cuáles son los privilegios que tienen los agentes diplomáticos
en materia civil, comercial y penal? ¿Cuántos tipos de inmunidades existen?
¿Qué tipo de protección le garantiza el Estado dominicano, a los agentes
diplomáticos acreditados en la República Dominicana?
Una de las justificaciones de esta investigación, es que el agente
diplomático en el ejercicio de sus funciones, posee privilegios e
inmunidades que ante infracciones o hechos ilícitos tienen un trato especial
en su manejo ante los tribunales, los particulares y los sujetos
internacionales. Estos derechos y deberes de los agentes diplomáticos, son
en su mayoría ignorados por la sociedad, que no entiende el trato especial
con el que son manejados los casos que envuelven diplomáticos ante los
tribunales, por lo que la relevancia social de este estudio radica en que se
expuso de manera concisa y clara los tipos de privilegios e inmunidades en
jurisdicción penal, civil y administrativa de acuerdo a la Convención de
Viena, a fin de que las informaciones suministradas sirvan a los lectores de
conocimiento sobre esta realidad y sepan cómo actuar en el caso de que se
vean envueltos en una situación de naturaleza jurídica, con algún
diplomático.
Por otro lado, este estudio se justifica porque sirve de consulta
bibliográfica para futuros estudios referente al tema de los privilegios e
inmunidades de los agentes diplomáticos.
A partir de los siglos XVIII y XIX, surge un derecho diplomático que
se manifiesta en el Convenio de Viena del 19 de marzo de 1815, donde se
especifica el manejo de las relaciones y negociaciones entre Estados, por
medio de oficiales representantes del Estado.
En el caso de la República Dominicana, la Secretaría de Relaciones
Exteriores está organizada por la Ley orgánica No. 314, promulgada el 6 de
julio de 1964. Esta Secretaría es el órgano regulador de las relaciones
internacionales, con la salvedad de que los miembros del Cuerpo
Diplomático son nombrados por el Poder Ejecutivo, conforme al Artículo
55 de la Constitución de la República Dominicana. Con La Ley Orgánica
No. 314, la República Dominicana ratificó su presencia en la Convención
de Viena, el 19 de diciembre de 1963.
Para la realización de esta investigación se tomó como referencia un
estudio realizado por Rivadeneyra, A. (2006) en donde concluye que una de
las características más relevantes de los procesos de globalización e
interdependencia que caracteriza a la sociedad internacional en los últimos
años es la relación cada vez más estrecha entre los asuntos internos y
externos de un Estado, donde la política interna y externa ejercen, una a la
otra de manera cada vez más evidente, una influencia recíproca.
El objetivo general de esta investigación es evaluar los privilegios e
inmunidades a los que tienen derecho los agentes diplomáticos, acreditados
en el país de acuerdo a la Convención de Viena y para lograrlo se
plantearon tres objetivos específicos:
1. Analizar los tipos de privilegios e inmunidades, a la luz de los
Convenios Internacionales.
2. Identificar las relaciones diplomáticas, desde el punto de vista de los
Estados, Agentes Diplomáticos y Organismos Internacionales.
3. Determinar los tipos de efectos de las relaciones diplomáticas, para el
Estado acreditante y para el Estado receptor.
Esta investigación estuvo delimitada al análisis de los diferentes tipos
de inmunidades y privilegios de estos agentes; y por otro lado, se analizaron
los efectos jurídicos, políticos, sociales y económicos, que pueden afectar
los privilegios e inmunidades de los agentes diplomáticos, que se
encuentran en República Dominicana.
Este es un estudio bibliográfico, puesto que no se realizó una
investigación de campo, sino que se realizó mediante una recopilación
documental.
Una de las limitaciones encontradas para llevar a cabo esta
investigación es la poca información actualizada acerca de las inmunidades
y los privilegios y de la historia de la diplomacia en la República
Dominicana.
La investigación se dividió en cuatro capítulos:
En el primer capítulo se trataron los privilegios e inmunidades en
general, los antecedentes históricos, el concepto de privilegios e
inmunidades, los principios que las rigen, los estados participantes y las
convenciones de Viena del 1961 y 1963.
En el segundo capítulo se presentó la diplomacia y las relaciones
diplomáticas, los requisitos jurídicos de la diplomacia, los agentes, tanto
diplomáticos, como misiones y consulares; así como también los efectos y
consecuencias de las relaciones diplomáticas y la posición del particular con
el ejercicio de la protección diplomática.
El tercer capítulo se planteó el derecho de la inmunidad, su alcance,
su duración, las inmunidades y privilegios de los sujetos y de las misiones y
la posibilidad de renuncia a la inmunidad diplomática y el asílo político.
En el cuarto y último capítulo se presentó la diplomacia en la
República Dominicana con la matriz de las variables y sus indicadores, el
origen y la evolución de la diplomacia en el país, la Secretaría de
Relaciones Exteriores y la Escuela Diplomática y Consular.
CAPÍTULO I. GENERALIDADES DE LOS PRIVILEGIOS DE LA
INMUNIDAD DIPLOMÁTICA
La diplomacia es un instrumento esencial para la efectiva relación y
cooperación internacional entre Estados y, la solución por medios pacíficos
de divergencias entre ellos, regida conforme al Derecho Internacional
Público, tanto en su forma como en su fondo.
Antes de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, del
año 1961, y el Convenio de Viena sobre relaciones consulares, las
relaciones diplomáticas, eran reguladas por la costumbre, por consiguiente,
la importancia y trascendencia de la práctica diplomática exigía un marco
jurídico, que en el caso de la Convención de Viena fueron creadas para la
regulación de los privilegios e inmunidades de los agentes diplomáticos.
1.1 Antecedentes Históricos
Los privilegios, prerrogativas e inmunidad diplomática, se remontan
a la práctica de la diplomacia durante la formación de las primeras ciudades
de las culturas egipcia, asiria, persa y judía, aunque fueron los griegos los
que marcaron el verdadero uso y práctica de la diplomacia.
La palabra diplomacia, proviene del francés ‘diplomatie’ y del inglés,
‘diplomacy’, que a su vez se derivan del latín diploma. El término (diplo),
que significa doblado en dos, y el sufijo (ma), hace referencia a un objeto,
que denota al diploma como un documento oficial, caracterizado por estar
doblado y algunas veces cosido, porque su contenido aseguraba una
comunicación privada, entre remitente y destinatario.
El diploma contenía una recomendación oficial, y regularmente, el
portador del mismo, era considerado un diplomático, al cual se le otorgaba
una licencia o privilegio, como recomendación oficial remitida por la
autoridad suprema de una entidad política soberana, a las autoridades de
otra.
“Se entiende por diplomacia, la manera de conducir los asuntos
exteriores de un sujeto de derecho internacional utilizando medios pacíficos
y principalmente la negociación, provocando el intercambio comercial entre
los pueblos, la necesidad de evitar la solución a los problemas entre éstos
por medio de la violencia”. (Cahier, 1962, P. 25).
Con la codificación por parte de Grecia del principio de la
inviolabilidad de los medios, se establece para el siglo V Antes de Cristo,
un sistema de relaciones diplomáticas, que marca la estabilidad de la
diplomacia y de la convivencia y comunicación internacional.
Para Grecia, la diplomacia tenía una importancia de carácter sagrado,
protegida por los dioses, lo que confería a las misiones diplomáticas o
enviados, de privilegios e inmunidades, para el libre funcionamiento de sus
encomiendas, aún cuando estos eran emisarios de malas noticias. La
primera manifestación de la persona del diplomático, surge con la
‘proxenia’, y la figura de su representante, se convierte en ‘proxeno’, o sea,
mediador, semejante a lo que hoy conocemos como ‘cónsul’, por medio del
cual se llevaban a cabo las gestiones diplomáticas.
A consecuencia del crecimiento y auge de las relaciones comerciales,
la diplomacia se perfecciona en la Grecia clásica, donde los que hoy
conocemos como embajadores, eran llamados ‘angelloi’ o heraldos y los
‘presbies’ o ancianos, estos últimos, caballeros respetables que eran
elegidos por el pueblo para representar sus funciones de emisarios ante las
asambleas celebradas en las plazas públicas.
En el transcurso de la Edad Media, representantes con estadía
temporal en el estado receptor, eran enviados para la posible solución de
determinados conflictos, donde su carácter informal por la carencia de
normas fijas, y las limitaciones en la comunicación, les permitían concertar
alianzas, acuerdos, tratados de paz, entre otros.
La diplomacia hasta principios del siglo XVIII, se caracterizaba por
la inestabilidad de las normativas existentes desprovistas de exactitud en lo
que a los privilegios e inmunidades se refiere.
Durante el transcurso del siglo XVIII y XIX, emerge la Diplomacia
Clásica, producto de una práctica consuetudinaria y algunas doctrinas,
concretiza la diplomacia con el Convenio de Viena de 1815, contribuyendo
a la estabilidad y precisión del Derecho Diplomático. Con la Diplomacia
Clásica, se producen ciertos cambios, particularmente con relación a los
privilegios e inmunidades y sobre el protocolo ceremonial, que incluía, las
jerarquías, entrada y salida de los miembros de la Misión del Estado
receptor, y sobre las visitas de los Jefes de Estado.
De igual forma, con la Diplomacia Clásica, desaparece el espionaje y
las conspiraciones de las Misiones Diplomáticas, y los embajadores ejercen
sus funciones libremente, informando al gobierno de su Estado quien
tomaba las decisiones necesarias, que más tarde aplicaría el embajador,
quien gozaba de prestigio y prominencia por su contribución a la ejecución
de la política exterior de su Estado.
Posteriormente en la primera mitad del siglo XX, gran parte de los
países del mundo se ven afectados por las dos guerras mundiales, marcando
la segunda guerra la división de países en tres bloques: socialista,
comunista, y un grupo de países que permanecen sin adherirse o
comprometerse, con los bloques anteriores, surgiendo la necesidad de una
revisión a las normativas sobre la convivencia internacional. Se origina una
participación entre gobiernos y pueblos, las relaciones económicas
adquieren trascendencia, se crean misiones permanentes y la doctrina de la
extraterritorialidad se abandona.
1.2 Conceptos de Privilegios e Inmunidad diplomática
El privilegio se define como “la situación jurídica preferente con
relación a los demás situados en iguales condiciones; ya se aprecie en ello
justicia general, cual sucede con los privilegios parlamentarios. (v.)
necesaria garantía de las funciones; ya se advierta notoria injusticia, por la
desigualdad humana y personal”. (Cabanellas, 1979, p. 320). Al respecto,
es de entender la preferencia existente que con desigualdad faculta a un
individuo sobre otros.
La inmunidad diplomática es el conjunto de privilegios vinculados al
principio de la inviolabilidad de la persona de los diplomáticos extranjeros,
y consistentes en que estos se hallan en principio sustraídos a las
jurisdicciones nacionales.
“Se aplica no solo al diplomático, sino también a su mujer, sus hijos
y el personal oficial de la embajada. Comprende, en principio y salvo
algunas excepciones, tanto las demandas civiles, como las persecuciones
criminales, y se extiende aun al deber de testificar ante la justicia y a la
forma jurídica de los actos otorgados en el interior de la embajada y del
domicilio jurídico del diplomático.
La inmunidad diplomática importa además ciertas franquicias de
orden fiscal y religioso”. (Capitant, 1930, pp. 321- 322). Esto quiere decir
que la inmunidad no solamente es para el agente diplomático sino que
protege también a su familia y al personal de la embajada, de acuerdo a lo
contemplado en la Convención de Viena.
“Se entiende por privilegios e inmunidades diplomáticas, los
derechos y privilegios que se conceden de conformidad con el derecho
internacional a las misiones diplomáticas, a sus jefes y funcionarios”.
(Arias, 2005, p.633)
Existe una distinción particular al significado de privilegio e
inmunidad, ya que los primeros, tenían una base menos sólida ante la
inmunidad en sí, hasta que fueron codificados por la Convención de Viena
en 1961, basándose los privilegios en la cortesía y la reciprocidad, sin que
estos se fundamenten en la necesidad funcional.
1.3 Principios que rigen los privilegios e Inmunidades diplomáticas
El derecho a la inmunidad diplomática basa sus fundamentos en
los siguientes principios:
Principio de Inviolabilidad:
Este principio personal, como una de las reglas establecidas más
antiguas del Derecho Diplomático, está conectado con las inmunidades
diplomáticas, que durante el trascurso del desarrollo de la inviolabilidad
personal, se convirtió en absoluto, sin que importara la severidad de las
ofensas cometidas.
La inviolabilidad tiene por objeto, la abstención por parte del Estado
acreditante imponiendo una protección especial contra ataques lícitos en la
persona del diplomático por parte de los órganos estatales contra una
conducta punible.
De igual manera, cuando fue adoptada la Convención de Viena, fue
mencionado el hecho de que la inviolabilidad personal no excluye la
defensa propia, o en circunstancias excepcionales medida alguna que
prevenga a un diplomático de cometer un acto u ofensa delictual. A este
respecto, la Convención de Viena en su artículo 29 expresa, que “un agente
diplomático no puede ser objeto de ninguna forma de detención o arresto” y
“que el Estado receptor le tratará con el debido respeto y adoptará todas las
medidas adecuadas para impedir cualquier atentado contra su persona, su
libertad o su dignidad”.
Por lo que se entiende, que la inviolabilidad personal, es un privilegio
físico por naturaleza, diferente de la inmunidad de jurisdicción criminal, por
ejemplo, en el caso de una emergencia como podría ser el hecho de un
diplomático en un lugar público, con posesión de un arma de fuego, pero se
encuentra bajo los efectos del alcohol.
Principio de Jurisdicción y Extraterritorialidad:
Este principio es una consecuencia de la inviolabilidad personal,
significa que el agente diplomático, no puede ser sometido a las leyes o
normativas del Estado receptor, sin que les sean aplicadas medidas de
coerción o judiciales, de índole civil, penal o administrativas.
El agente diplomático posee exención de la jurisdicción del Estado
receptor que impide ser presentado ante un tribunal y ser juzgado por los
tribunales ordinarios, conforme al artículo 31 de la Convención de Viena,
de 1961, al entenderse en sentido ficticio, que el agente diplomático al
llegar al Estado receptor lo convierte en una extensión del suyo propio.
El personal no diplomático de la misión, no disfruta de inmunidad
salvo que estén cumpliendo instrucciones de las misiones, y estas
excepciones se refieren a las acciones reales sobre bienes inmuebles
particulares en territorio del Estado receptor, a menos que el agente posea
dichos bienes por cuenta del Estado acreditante para los fines de la misión.
De igual forma, la excepción relativa al ejercicio de cualquier
actividad profesional o comercial, ejercida por el agente en el Estado
receptor, fuera de sus funciones oficiales, ya que los Estados pueden
acordar que los agentes desarrollen otras funciones fuera de la que realiza al
servicio de la misión.
La extraterritorialidad de un agente acusado de un ilícito ante la
legislación penal del Estado receptor solo detiene la ejecución ordinaria, ya
que se puede obtener la renuncia voluntaria del diplomático al principio de
la inmunidad, a fin de no obstaculizar la aplicación de la legislación local,
con el consentimiento expreso del gobierno del diplomático.
Principio de la reciprocidad:
Se entiende que los privilegios e inmunidades, son reconocidos en
razón de la función que cumple un agente diplomático, y el trato reciproco
entre Estados.
1.4 Estados Participantes
Para el funcionamiento efectivo de las relaciones internacionales,
entre Estados sujetos de Derecho Internacional, y del Derecho Diplomático
y Consular, es necesaria la participación de un Estado Acreditante y de un
Estado Receptor.
La posición de dichos estados en sus relaciones diplomáticas y
consulares, responden a la cooperación y satisfacción de intereses que van
desde la existencia de nacionales de un Estado acreditante en el estado con
el que se establece relación, donde predominan los intercambios culturales,
turísticos, comerciales, económicos, políticos y en otros casos militares.
Los Estados participantes hacen uso del derecho de legación, como
prerrogativa del Estado, que les permite decidir sobre el envío y recibo de
representaciones diplomáticas en su territorio, aplicando el principio de la
reciprocidad o consentimiento mutuo.
1.4.1 Estado Acreditante
Son aquellos Estados que organizan y envían misiones diplomáticas
a uno o más países que acceden a recibir los mismos, y a los que les son
cedidos espacios para la instalación de los locales que serán utilizados en el
ejercicio de sus funciones. Entre los compromisos a los que se obligan los
Estados receptores, ante el personal diplomático de las misiones, se
encuentran: la protección y respeto aun en caso de conflicto armado los
locales, de los bienes y archivos destinados al uso del ejercicio de la función
diplomática.
Ante la solicitud del Estado Acreditante, el Estado Receptor, puede
de antemano negar la solicitud de permisibilidad de que el cuerpo
diplomático y consular sea aceptado en su territorio, con la obligación de
establecer las razones de su negativa.
1.4.2 Estado Receptor
Son aquellos países que aceptan y se obligan a recibir a los
funcionarios consulares y diplomáticos que llegan como enviados de parte
de un Estado Acreditante, con el fin de estrechar por lazos armoniosos las
relaciones entre ambos.
1.5 Convención de Viena de 1961
El Convenio de Viena sobre relaciones consulares esta codificado por
79 artículos de igual forma que el Convenio del 1963, sobre las relaciones
diplomáticas, fue creada con la motivación de contribuir al desarrollo de las
relaciones amistosas entre las naciones, y otorgando a los miembros de los
cuerpos consulares, de privilegios, inmunidades y prerrogativas para el
efectivo desempeño de sus funciones. Este Convenio de Viena de 1961
comprende una amplía y significativa mejora del derecho consular
existente, aunque continúan vigentes convenios consulares anteriores,
presentando como diferencia de las normativas anteriores, la ampliación de
las funciones consulares, y la misión de velar por los intereses del Estado
que envía en el Estado receptor, al igual que los diplomáticos.
El organismo consular está compuesto de diversos miembros regidos
por un sistema jerárquico que lo organiza, delimitado por sus funciones y
preparación de sus miembros en la carrera consular, refiriéndose al grupo de
funcionarios que como representantes de cada país ejercen funciones
consulares.
La Carrera Consular en algunos países va unificada a la Carrera
Diplomática, donde la función principal es la protección de los intereses de
los nacionales, sean personas físicas o morales del Estado que representa
en el Estado receptor, por supuesto sin que esto perturbe el ejercicio de las
normas establecidas por el Derecho Internacional.
1.6 Convención de Viena de 1963
La Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, consta de 53
artículos que codifican y regulan de manera formal la costumbre
internacional, con respecto a los diplomáticos, el cumplimiento de la
política exterior de los países, así como fuente reguladora de las relaciones,
privilegios e inmunidades diplomáticas, contribuyendo al desarrollo de las
relaciones amistosas entre las naciones.
Como parte de las normativas que rigen el Derecho internacional,
esta convención regula el envío de las misiones diplomáticas permanentes
entre Estados, que se rige por la reciprocidad o mutuo acuerdo de los
mismos, conforme al artículo 2 del Convenio de Viena, con el fin de que
ambos Estados cumplan con la organización e instalación previa de las
instalaciones que albergarán la embajada del Estado acreditante.
Ante la existencia de las diversas convenciones, tratados, leyes
complementarias, y algunas jurisprudencias en materia de Derecho
Internacional, la Convención contribuirá también al desarrollo de las
relaciones amistosas de las naciones, rigiendo las cuestiones que no hayan
sido reguladas expresamente por disposiciones del Convenio de Viena.
CAPÍTULO II. DIPLOMACIA Y RELACIONES DIPLOMÁTICAS
De las buenas relaciones diplomáticas entre Estados, se desprenden
las relaciones comerciales, actividades mercantiles, culturales, militares y
turísticas, que de verse afectadas o simplemente limitadas, pueden generar
controversias que pueden ir desde conflictos bélicos y embargos
económicos, sin limitarse a retaliaciones de Estados aliados entre sí y que
representan las grandes potencias del mundo desarrollado.
Es por ello, que estas relaciones diplomáticas son las llamadas a
regularizar la susceptibilidad y diferencias que puedan surgir entre las
naciones del mundo y sus pensamientos económicos, por medio de
soluciones amistosas en la obtención de acuerdos efectivos de manera
pacífica.
2.1. Requisitos jurídicos de la diplomacia y de las relaciones
Diplomáticas
Para el ejercicio de una diplomacia efectiva y pacífica entre Estados,
es necesario cumplir con ciertos requisitos y parámetros establecidos por el
Derecho Internacional, donde se toman en cuenta condiciones precisas y
específicas que regulan los acuerdos y desacuerdos entre Estados o sujetos
de personalidad jurídica internacional. Asimismo, los sujetos con
personalidad jurídica internacional asumen como entes titulares de derechos
y obligaciones, la capacidad de demandar sus derechos, aun cuando los
Estados poseen particularmente mecanismos de aplicación definidos por su
ordenamiento constitucional propio.
El establecimiento de las relaciones diplomáticas y consulares entre
Estados, supone un conjunto de elementos para su motivación y para
conformar un marco jurídico competente, aunque dichas relaciones
diplomáticas tengan en su mayoría un matiz político.
De igual manera, establecido por las normativas internacionales es
necesaria la personalidad jurídica de los sujetos que una vez reconocidos
como Estados, gocen del derecho de legación y del derecho de consulado,
bajo la salvaguarda de un acuerdo que establezca el consentimiento y
establecimiento de las relaciones diplomáticas y consulares.
La personalidad jurídica internacional de un Estado provee a los
mismos con derechos y obligaciones a nivel internacional que encuentran
sus sanciones en el Derecho Internacional Público como escenario jurídico.
El reconocimiento entre Estados sobre sus personalidades jurídicas, no
significa que las relaciones diplomáticas y consulares sean admitidas ya que
éstas se producen después del reconocimiento como parte de las relaciones
exteriores.
Como parte esencial de los requisitos jurídicos de la diplomacia y de
las relaciones diplomáticas es necesaria la adopción de un acuerdo que
generalmente se efectúa “ad hoc” y para una situación específica donde los
sujetos de derecho internacional consientan por mutuo acuerdo las pautas
concretas basadas en el derecho, aunque, los acuerdos podrían ser tácitos y
más amplios.
2.2. Agentes
Los agentes son funcionarios que representan los Estados en un país
extranjero, para promover las relaciones entre los mismos.
2.2.1 Agentes Diplomáticos
Son los representantes que enviados por un Estado acreditante hacia
un Estado receptor desarrollan las relaciones entre ambos, con el fin de
representar y defender de forma pacífica los intereses del Estado acreditante
del cual puede ser nativo o simplemente representante, ante un Estado
receptor.
Los agentes diplomáticos, en República Dominicana, son nombrados,
o removidos por el Poder Ejecutivo, quien a su vez tendrá a su cargo la
dirección de las negociaciones diplomáticas, así como la celebración de
tratados con las naciones extranjeras u organismos internacionales, siempre
que reciba la aprobación del Congreso de la República.
En virtud de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas
del año 1961, un agente diplomático es el jefe de la misión o miembro del
personal de la misión que posea la calidad de diplomático, y que como jefe
de misión tiene a cargo un personal diplomático. Conforme a lo establecido
en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, en el artículo 3
incisos a, b, c, d, e, las funciones básicas de un agente diplomático serán las
siguientes:
a) Representar al Estado acreditante ante el Estado receptor.
b) Proteger en el Estado receptor los intereses del Estado acreditante y
los de sus nacionales.
c) Negociar con el gobierno del Estado receptor.
d) Enterarse por todos los medios lícitos de las condiciones y de la
evolución de los acontecimientos en el Estado receptor e informar sobre
ello al gobierno del Estado acreditante.
e) Fomentar las relaciones amistosas y desarrollar las relaciones
económicas, culturales y científicas entre el Estado acreditante y el Estado
receptor.
Existen funciones excepcionales desempeñadas por agentes
diplomáticos que no obstaculizan o limitan las ya mencionadas,
enmarcándolas en una pluralidad de funciones, representando los intereses
de un tercer Estado en el Estado receptor, siempre y cuando ese Estado no
posea representación en el mismo y, no se niegue a aceptarlos.
“En principio, no es exigencia de parte de los Estados la aceptación
de una persona determinada, pero al mismo tiempo el Estado receptor tiene
derecho a declarar un funcionario no deseado, ‘persona non grata’, y no
incluirla en la lista de diplomáticos reservándose el derecho de ofrecer una
explicación a su negativa y mucho menos acuerdo previo por parte del
Estado receptor. Objetando esta acepción autores como Giese y Heyland
expresan: “que el envío de funcionarios de embajada subordinados ha de ser
independiente de la voluntad del Estado que los acoge, pues reiteradas
negativas por parte de este, podrían paralizar la actividad de la embajada”.
(Giese y Heyland, 1978, p.278).
Conforme a lo explicado anteriormente, es de entenderse que el
exceso en negativas hacia el país acreditante traería consigo efectos
trascendentales que pondrían en peligro la seguridad del Estado receptor.
2.2.2 Agentes Consulares
Son representantes gubernamentales conocidos también como
cónsules, que residiendo en un país extranjero desempeñan una misión
económico-administrativa para el país que representan y, que afectan a los
ciudadanos de su país de origen en el Estado receptor.
La acreditación de los agentes consulares se produce al momento de
estos recibir su autorización o exequátur por parte del Estado receptor, que
de no ser concedida no obliga al Estado receptor a comunicar su negativa,
aunque de forma provisional puedan ser admitidos a ejercer sus funciones
los agentes consulares en espera de su acreditación y serles aplicadas todas
las disposiciones de la Convención de Viena mientras esperan.
Los agentes consulares no pertenecen a la categoría de diplomáticos,
por lo tanto no gozan de los mismos privilegios e inmunidades, quedando
sujetos a las normativas y jurisdicción del país extranjero, ofertando
servicios en beneficio de su Estado sin que esto signifique una
representación plenipotenciaria.
Los cónsules ejercen sus funciones y ofrecen servicios de acuerdo a
sus competencias desde la sede de la oficina consular y únicamente en el
distrito consular que les corresponde siempre y cuando el Estado receptor
expida su aprobación al respecto a la solicitud hecha por el Estado que
envía.
De igual forma, los consulados generales, viceconsulados o agencias
consulares y sus circunscripciones deben ser aprobados por el Estado
receptor en lo concerniente a alguna dependencia, clase o circunscripción
consular. Como funcionarios, los agentes consulares reciben sus
nombramientos conforme al cumplimiento de formalidades y requisitos
determinados por el Derecho interno del Estado que le envía, y
generalmente son nombrados por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
La jerarquización de los agentes consulares es competencia del
Estado que le acredita y su representación está sometida al Ministerio de
Relaciones Exteriores y a la Misión Diplomática clasificada en las
categorías siguientes:
1. Cónsules generales; jefes de un consulado general creado en los
distritos de mayor importancia.
2. Cónsules; realizan funciones consulares en una ciudad o distrito.
3. Vicecónsules; en su generalidad son asistentes de un Cónsul General
o un Cónsul, que ocasionalmente llegan a estar a cargo de un viceconsulado
separado.
4. Agentes consulares; desempeñan las funciones consulares en un lugar
secundario y subordinado al Cónsul.
En virtud de la Convención de Viena, la representación consular se divide
en tres categorías:
1. Los funcionarios consulares que están al servicio del consulado y
ejercen funciones consulares.
2. Los empleados consulares que ejercen labores administrativas y
técnicas.
3. Personal de servicio.
El término de las funciones consulares puede producirse en alguno de
los casos siguientes:
1. Si el Estado acreditante notifica al Estado receptor la conclusión de
esas funciones.
2. De ser revocado el exequátur.
3. Cuando el Estado acreditante notifica al Estado receptor de que ha
dejado de considerar a la persona que se trate como miembro del personal
consular.
4. Por la suspensión de las relaciones consulares entre ambos Estados.
5. En el caso de estallar una guerra entre ambos Estados.
6. De ser cedido por parte de un Estado a otro la región donde el Cónsul
ejerce sus funciones.
7. Por la notificación del Estado receptor al Estado acreditante de que ha
cesado en considerar a la persona de que se trate como miembro del
personal consular.
Los agentes consulares deben obedecer las instrucciones que reciben
del Estado acreditante y velar por los intereses de las personas dedicadas al
comercio y la industria del país por el que actúan, así como las funciones
básicas siguientes:
a) Proteger en el Estado receptor los intereses del Estado que envía y
de sus nacionales, sean personas naturales o jurídicas, dentro de
los límites permitidos por el derecho internacional.
b) Fomentar el desarrollo de las relaciones comerciales, económicas,
culturales y científicas ente el Estado que envía y el Estado receptor, y
promover además las relaciones amistosas entre los mismos, de
conformidad con las disposiciones de la Convención de Viena sobre
relaciones consulares.
c) Extender pasaportes y documentos de viaje a los nacionales del
Estado que envía y visados o documentos necesarios a las personas que
deseen viaja a dicho Estado.
d) Prestar asistencia a los nacionales del Estado que envía, sean
personas naturales o jurídicas.
e) Informarse por todos los medios lícitos de las condiciones y de la
evolución comercial, económica, cultural y científica del Estado receptor
enviando a información a su Estado haciendo dicha información disponible
a interesados.
f) Actuar en calidad de notario legalizando y certificando firmas de
documentos, recibir depósitos de testamentos, de valores u otros bienes, de
funcionario de registro civil autorizando certificaciones de nacimientos y
defunciones, celebrando matrimonios entre nacionales de su Estado y de un
tercer Estado, registro de disoluciones de matrimonios; y en funciones de
carácter administrativo, el visado de facturas consulares, rentas o
indemnizaciones, cumplir los deberes diferidos al servicio militar
obligatorio, entre otros, siempre y cuando no se opongan las leyes y
reglamentos del Estado receptor.
g) Velar de acuerdo con las leyes y reglamentos del Estado receptor, por
los intereses de los nacionales del Estado que envía, en los casos de
sucesión por causa de muerte que se produzca en el territorio del Estado
receptor.
h) Velar dentro de los límites que impongan las leyes y reglamentos del
Estado receptor, por los intereses de los menores y de otras personas que
carezcan de capacidad plena y que sean nacionales del Estado que envía en
particular cuando se requiera instituir para ellos una tutela o una curatela.
i) Representar a los nacionales del Estado que envía o tomar las
medidas convenientes para su representación ante los tribunales y otras
autoridades del Estado receptor, de conformidad con la práctica y los
procedimientos en vigor en este ultimo, a fin de lograr que de acuerdo con
las leyes y reglamentos del mismo, se adopten las medidas provisionales de
preservación de los derechos e intereses de esos nacionales, cuando por
estar ausentes o por cualquier otra causa, no pueden defenderlos
oportunamente
j) Ejercer de conformidad con las leyes reglamentos del Estado que
envía, los derechos de control o inspección de los buques que tengan la
nacionalidad de dicho Estado, y de las aeronaves matriculadas en el mismo
y también de sus tripulaciones.
k) Prestar ayuda a los buques y aeronaves a que se refiere el apartado j)
anteriormente expresado y, también a sus tripulaciones; recibir declaración
sobre el viaje de esos buques, encaminar y refrendar los documentos de
abordo y, efectuar encuestas sobre los incidentes ocurridos en las travesías,
y resolver los litigios de todo orden que se plantee entre el capitán, los
oficiales y los marineros, en caso de naufragio debe tomar o proponer a las
autoridades l locales las medidas para asistir al buque, sus pasajeros
y tripulantes y conservar los bienes rescatados.
l) Ejercer las funciones confiadas por el Estado que envía a la oficina
consular que no estén prohibidas por las leyes y reglamentos del Estado
receptor o a las que éste no se oponga, o las que le sean atribuidas por los
acuerdos internacionales en vigor entre el Estado que envía y el receptor.
2.2.3 Misiones diplomáticas
Son órganos de un Estado acreditante que encontrándose en territorio
de un Estado receptor, poseen potencialmente un conjunto de
representación por parte del Estado acreditante, estableciéndose en el con
carácter temporal o de permanencia.
Las misiones diplomáticas de carácter permanente, son intercambios
entre Estados como es el caso de las embajadas, la diplomacia pontificia
representación de la Santa Sede, y aquellas con acreditación de organismos
internacionales como delegaciones permanentes; las misiones temporales,
son aquellas que como diplomacia habitual, y en el caso de la diplomacia
pontificia que envía “Legados Adlátere”, que significa “al lado de”, envía la
representación de un cardenal para la solución de un asunto que lo amerite.
Comprende el conjunto de representación, los locales, archivos,
documentos, vehículos y diversos bienes, así como otros miembros de la
misión regidos por la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas,
como estatuto jurídico especial que los regula.
Las misiones oficiales o misiones bilaterales permanentes, se
encuentran clasificadas de la siguiente forma:
• Embajada, es la máxima categoría presidida por un embajador.
• Legación, convertidas en embajadas, de rango inferior dirigido por un
ministro residente o encargado de negocios.
• Nunciatura, misión de la Santa Sede ante los Estados con los que se
relaciona esta.
• Internunciatura, poseen categoría de legación dirigida por el
internuncio.
El artículo 14 del Convenio de Viena sobre relaciones diplomáticas
establece que las misiones diplomáticos desempeñan sus funciones de
acuerdo a su clase y un orden jerárquico de clasificación, de acuerdo a lo
siguiente:
1. Embajadores o nuncios acreditados ante los jefes de Estado y otros
jefes de misión de rango equivalente.
2. Enviados, ministros o internuncios acreditados ante los jefes de
Estado.
3. Encargados de negocio acreditados ante los ministros de Relaciones
Exteriores.
Los miembros del personal diplomático de la misión incluyendo al
personal de servicio deben provenir de la misma nacionalidad del Estado
acreditante, aunque con la aprobación del Estado receptor si proviene de un
tercer Estado puede ser aceptado y declarado persona grata.
Las funciones de los miembros de la misión pueden terminar por
diversos motivos:
• Cuando el Estado acreditante notifica al agente diplomático que sus
funciones han terminado.
• De ser declarado el agente ‘persona non grata’, o cuando el Estado
receptor niega reconocerle como miembro de la misión.
2.2.4 La situación de los Agentes en Terceros Estados
Se admiten en general que los agentes diplomáticos gozan de
determinadas prerrogativas a su paso por terceros Estados, con ocasión de
trasladarse del Estado que los acredita al Estado en el que están acreditados
o viceversa.
La Convención Panamericana del 20 de febrero de 1928, relativa a
inmunidades diplomáticas, llega incluso a reconocerles la misma situación
jurídica que en el Estado que los recibe.
El artículo 40 de la Convención de Viena establece que “si un agente
diplomático atraviesa el territorio de un tercer Estado que le hubiera
otorgado el visado del pasaporte si tal visado fuere necesario, o se encuentre
en él para ir a tomar posesión de sus funciones, para reintegrarse a su cargo
o para volver a su país, el tercer Estado le concederá la inviolabilidad y
todas las demás inmunidades necesarias para facilitarle el tránsito o el
regreso. Esta regla será igualmente aplicable a los miembros de su familia
que gocen de privilegios e inmunidades y acompañen al agente diplomático
o viajen separadamente para reunirse con él o regresar a su país”.
Claramente la posición del tercer Estado muestra el respeto a las
disposiciones y lealtades ante los Estados envueltos en el tránsito de un
agente diplomático, acción que también podría conllevar limitaciones en el
caso opuesto de no existir relaciones amistosas entre todos.
2.3. Efectos y consecuencias de las relaciones diplomáticas
Siendo las relaciones diplomáticas entre Estados un movimiento
importante para el desarrollo de la comunidad internacional, la complejidad
de ambas en la actualidad la encaminan hacia una renovación inminente en
las modalidades de la diplomacia, iniciando un nuevo ciclo de
negociaciones y desarrollo de la política exterior.
Los efectos y consecuencias de las relaciones diplomáticas se ven
reflejados positiva y negativamente para los Estados y los particulares
involucrados, provocando efectos sociales, económicos y políticos,
repercutiendo de varias formas en la comunidad internacional.
• Efectos sociales:
Con el desarrollo y avance de las naciones, los efectos sociales de las
relaciones diplomáticas se manifiestan en los movimientos y flujo de
extranjeros que consigo trasladan sus bienes y conocimientos, ampliando el
nivel de cultura de los nacionales.
De igual manera los efectos sociales se pueden apreciar con los
intercambios culturales por medio de la participación de los Estados en
programas educativos, así como, programas de enseñanza de idiomas,
otorgamiento de becas, que van desde niveles de formación básica hasta
niveles de preparación profesional, operativos médicos y buques escuelas.
• Efectos económicos:
En la economía los efectos se reflejan en el comercio, la industria, las
transacciones con empresas multinacionales que contando con el apoyo del
Estado receptor, se instalan en el mismo con la intención de promover por
medio de inversiones, las exportaciones, importaciones, las zonas francas,
el turismo, entre otros.
A consecuencia de las relaciones diplomáticas surgen contratos
millonarios de inversión en ambos países participantes, en áreas como la
construcción, telecomunicaciones, puertos, aduanas y mega proyectos.
Otra manifestación de los efectos económicos es el otorgamiento de
concesiones a empresas multinacionales países con los que se tiene
relaciones diplomáticas por el uso de un proyecto determinado por cierto
tiempo o para la construcción de cierta obra que reviste importancia para el
país.
• Efectos políticos:
Los tratados internacionales, el hecho de que se de apertura a
consulados y misiones diplomáticas en países receptores, cooperación de
parte de los Estados en las extradiciones se producen por las buenas
relaciones diplomáticas.
Los efectos políticos de las relaciones diplomáticas, comenzaron a
producirse cuando los agentes diplomáticos iniciaron sus diligencias en el
Estado receptor, y en la actualidad han sido modificadas por los contactos
directos entre jefes de estado y la concertación de negociaciones como parte
de acuerdos y compromisos entre Estados. De igual manera, un efecto
político es la inherencia que tienen las relaciones diplomáticas en las
modificaciones a la legislación de un país para adecuarse a los tratados y
convenciones internacionales a los cuales forman parte.
2.4 Posición del particular con el ejercicio de la protección diplomática
Por parte del Estado del que es nacional diversos casos han sido
analizados por la comunidad internacional donde el Estado asume la causa
de uno de sus ciudadanos y reclamar la inmunidad diplomática que por
derecho le corresponde, al verse comprometida de un extremo la
responsabilidad de otro Estado que ha causado un perjuicio producto de un
hecho ilícito, y el agravio es causado a un ciudadano que es nacional del
primer Estado.
El hecho de que un Estado asuma la responsabilidad de defender
los derechos por el agravio ocasionado a uno de sus ciudadanos
involucrando la protección diplomática, es vislumbrado como si el Estado
estuviera haciendo valer su propio derecho de que se respete a su
ciudadano.
El ejercicio de la protección diplomática, suscita situaciones donde se
califica esta como un derecho propio y exclusivo del Estado, no
perteneciente al particular como víctima del daño que ha sufrido
directamente.
CAPÍTULO III. DERECHO DE LA INMUNIDAD DIPLOMÁTICA
De acuerdo a De Pina (1978, p. 25), la inmunidad diplomática es el
conjunto de prerrogativas reconocidas a los agentes diplomáticos con
fundamento en la costumbre internacional y en las Convenciones
Internacionales, que se refieren a su inviolabilidad personal e
independencia necesaria para el desempeño del cargo como parte de la
cortesía con que deben ser tratados en sus contactos con las autoridades
oficiales del país en el cual ejercen sus funciones.
La Convención de Viena de 1961 instituye en la persona del agente
diplomático múltiples inviolabilidades ante la jurisdicción civil, penal y
administrativa, tales como privilegios de protección durante el ejercicio de
sus funciones, la abstención de un Estado a juzgar los actos de otros
Estados, el principio de intervención, la igualdad jurídica entre los Estados
y el respeto al honor de los Estados extranjeros.
3.1 Alcance y duración del Derecho de Inmunidad
La Convención de Viena de 1961 hace referencia al agente
diplomático como inviolable en su persona, inmune de jurisdicción civil,
penal y administrativa. Los miembros del personal administrativo y técnico
de la misión y sus familias “que formen parte de sus respectivas casas”,
gozan también de inmunidades siempre que no sean nacionales del estado
receptor o tengan en él su residencia permanente.
El personal administrativo y técnico de la misión y sus familias gozan
de las mismas inmunidades que los agentes diplomáticos, con la excepción
de la inspección del equipaje personal. De igual forma, el personal de
servicio de la misión, es decir, los empleados en el servicio doméstico de la
misión, gozan de inmunidades por los actos realizados en el desempeño de
sus funciones, así como, de la exención de impuestos y gravámenes sobre
los salarios que perciben por sus servicios y, de las disposiciones de
seguridad social, cuando los miembros no sean nacionales del Estado
receptor ni tengan en el su residencia permanente.
Por último, la inmunidad se extiende en cierto grado a los criados
particulares de los miembros de la misión, entendiendo por criado particular
a toda persona al servicio doméstico del jefe de misión, miembros del
personal diplomático y del personal administrativo y técnico. El privilegio
se limita a estar exento de los impuestos y gravámenes sobre el salario
percibido por su servicio, con la condicional de que no sean nacionales del
Estado receptor o tengan en el su residencia permanente. En cuanto a las
demás inmunidades, sólo gozarán de ellas si el Estado receptor se las
confiere.
Los demás agentes diplomáticos que tengan la nacionalidad del
Estado receptor o tengan en el su residencia permanente, solo gozarán de
inmunidad de jurisdicción e inviolabilidad de los actos oficiales realizados
en el desempeño de sus funciones. Sin embargo, el Estado receptor puede
conceder otros privilegios e inmunidades de creerlo necesario.
Por duración del derecho de inmunidad se entiende, el período por el
cual comienza la protección de los agentes, de los derechos de inmunidad
hasta el momento en que estos se extinguen. De acuerdo con el artículo 39
de la Convención de Viena, toda persona que tenga derecho a privilegios e
inmunidades gozará de ellos desde que ingrese en el territorio del Estado
receptor para tomar posesión de su cargo.
Si la persona ya se encuentra en el territorio, desde que su
nombramiento haya sido comunicado al Ministro de Relaciones Exteriores
o al Ministerio que se haya convenido, quien será el encargado de expedir
sus credenciales.
Los privilegios cesan cuando terminan las funciones de una persona
que tiene derecho a ellos y esta sale del país, de lo contrario, cuando expire
un plazo razonable concedido por el Estado receptor en el que hayan
abandonado el país. Sin embargo, la inmunidad no cesa con respecto a los
actos realizados por tal persona en el ejercicio de sus funciones como
miembro de la misión.
De suceder el fallecimiento de un miembro de la misión, los
miembros de su familia continúan en el goce de los privilegios e
inmunidades que les corresponden hasta tanto expire un plazo razonable en
el que puedan abandonar el país.
Las reglamentaciones sobre las inmunidades que acreditan a los
agentes diplomáticos, no establecen taxativamente las inmunidades a las
que tienen derecho los Jefes de Estado así como el hecho de que no están
establecidas en convenciones internacionales, pero no es menos cierto, el
hecho de que ciertas tendencias en la práctica otorgan a los Jefes de Estado
un tratamiento especial. Al respecto los derechos e inmunidades y demás
privilegios para con los Jefes de Estado, se derivan de las obligaciones a las
que tienen derecho debido a la posición que ejercen, como extensión del
Estado que representan y que conforme a la evolución del Derecho
Internacional las disposiciones de la Convención de Viena sobre Relaciones
Diplomáticas es una fuente clave para determinar los privilegios e
inmunidades de los Jefes de Estado.
En este sentido los privilegios e inmunidades que se otorgan a los
Jefes de Estado deben cesar en el momento en que les sea retirada su alta
investidura, sin importar el motivo de tal retiro. No obstante, es potestad del
Estado que lo recibe otorgarle a no la inmunidad, los privilegios y cortesías
que estime procedentes.
El status privilegiado del Jefe de Estado se extiende a su familia y a
los miembros de la comitiva oficial que le acompaña. Esta última está
compuesta por funcionarios de alto nivel, asesores técnicos, empresarios y
otros representantes del sector privado y asistentes.
De acuerdo al artículo 297 del Código Bustamante, están exentos de
las leyes penales de cada Estado contratante los Jefes de los otros Estados,
que se encuentren en su territorio. De esta manera, se consagra la
inviolabilidad de los Jefes de Estado, representantes oficiales de la
soberanía de sus propias naciones. Su sometimiento a las leyes extranjeras
no estaría acorde con los intereses de la nación que representa, sin embargo,
este privilegio no significa impunidad, en razón a que queda sujeto a lo
estatuido en la legislación de su propio Estado.
3.2 Inmunidades y privilegios relativos a los sujetos
Las inmunidades relativas a los sujetos son las siguientes:
a. Inviolabilidad Personal
La inviolabilidad personal consiste en que ningún miembro de la
misión puede ser obligado coercitivamente, es decir, no puede ser arrestado
u apremiado corporalmente, y mucho menos ser llevado ante los tribunales
ordinarios ni mantenido en prisión. Por otro lado el estado debe protegerlo y
reprimir cualquier ultraje o ataques cometidos en su contra.
b. Inmunidad de Jurisdicción Civil
Esta inmunidad excluye al diplomático de casi todas las demandas
comprendidas por el derecho privado, como son las relativas a los bienes,
obligaciones, contratos, familias, mercantiles y laborales, excepto en los
casos establecidos por la Convención de Viena la cual admite tres
excepciones:
a) Cuando se trata de una acción real sobre bienes inmuebles
particulares radicados en el territorio del Estado Receptor, a
menos que el agente diplomático los posea por cuenta del
Estado acreditante para los fines de la misión.
b) En el caso de una acción sucesoria en la que el agente
diplomático figure a título privado y no en nombre del Estado
acreditante, como ejecutor testamentario, heredero, legatario o
administrador.
c) En el caso de una acción referente a cualquier actividad
profesional o comercial ejercida por el agente diplomático en
el Estado receptor, fuera de sus funciones oficiales.
c. Inmunidad de Jurisdicción Penal
Primeramente, se debe entender que la inmunidad de jurisdicción
Penal consiste en la sustracción de los órganos diplomáticos de la
aplicación y ejecución de la jurisdicción de las autoridades locales del
Estado receptor.
La inmunidad se manifiesta como la imposibilidad de perseguir a los
diplomáticos ante los tribunales del Estado receptor, a no ser molestados
por la autoridad judicial del mismo, y a no ser convocados como testigos,
aun cuando estos sean perseguidos por actos privados. Sin embargo, esta
inmunidad no lo exime de la jurisdicción del Estado acreditante, quien
puede perseguirles y sancionarles.
Esta inmunidad se extiende a la familia de los agentes diplomáticos,
así como a los miembros del personal administrativo y técnico de la misión
y a sus familias. En cuanto al personal de servicio de la misión, la situación
no es clara, puesto que las inmunidades de estos están condicionadas a los
actos realizados en el desempeño de sus funciones.
Sobre la inmunidad penal actualmente, no existe una costumbre en lo
que a crímenes de índole internacional se refiere y que justifican eliminar la
barrera de inmunidad de jurisdicción. Dentro de estos crímenes de índole
internacional están los de ‘lesa humanidad’, refiriéndose a aquellos
crímenes que por asesinatos, exterminio, genocidio, de guerra, actos
inhumanos, por creencias políticas, racistas, religiosos o de género
involucren a un Estado o sus enviados.
Cabe mencionar que la Corte Penal Internacional no exime aquellos
funcionarios o Estados que pudieran reclamar inmunidad de jurisdicción, ya
que esta Corte carece de estructura jurídica perteneciente a algún Estado en
particular constituido por un tratado internacional con la jurisdicción
especial
d. Inmunidad de Jurisdicción Administrativa
Esta inmunidad significa que el agente diplomático se encuentra
exento de comparecer ante los tribunales administrativos. A pesar de que
debe de observar las disposiciones administrativas, no se le puede obligar a
cumplirlas en el caso de que decida no obedecerlas. Probablemente el caso
más frecuente es el de las violaciones al reglamento de policía y tránsito. En
este caso no puede ser infraccionado ni llevarlo ante el correspondiente
tribunal. Es por ello, que en la práctica es común el otorgamiento de placas
diplomáticas.
Esta inmunidad se extiende a los agentes diplomáticos y a los
miembros de su familia. Los miembros del personal administrativo y
técnico gozan de ella siempre y cuando se en relación a los actos realizados
en el desempeño de sus funciones, por lo tanto esta inmunidad no se
extiende a los familiares de éstos. Lo mismo se establece para los miembros
del personal de servicio de la misión.
Dentro de los privilegios relativos a los sujetos, están los siguientes:
a. Exención de las Obligaciones Militares
Esta exención indica que los miembros de los órganos diplomáticos
no pueden ser obligados a prestar servicios personales de carácter militar,
como son el alojamiento a militares y la obligación de alimentarlos.
Tampoco puede obligárseles a prestar el servicio militar, aun en el caso de
que fuese obligatorio para extranjeros.
b. Exención de las Disposiciones de la Seguridad Social
El artículo 33 de la Convención exime al agente diplomático de las
disposiciones sobre seguridad social vigentes en el Estado receptor, en
cuanto a los servicios prestados al Estado acreditante. La exención se
extiende a los criados particulares que se hallen al servicio exclusivo del
agente diplomático, con la condición de que no sean nacionales del Estado
receptor y estén protegidos por as disposiciones sobre seguridad social del
Estado acreditante o de un tercer Estado.
Si un agente diplomático emplea a una persona que no este exenta de
esa disposición, por no reunir las dos condiciones anteriores, entonces si
deberá cumplir con las disposiciones sobre seguridad social del Estado
receptor.
c. Derecho a no comparecer como testigo
Este derecho es complementario a la inmunidad de jurisdicción que
posee el funcionario diplomático. Este privilegio consiste en que un
funcionario diplomático no puede ser obligado a presentar su testimonio
ante un tribunal. Sin embargo, no debe entorpecer la administración de la
justicia.
d. Derecho de Capilla
Este privilegio consiste en la facultad de la misión para organizar su
culto religioso ya sea en alguna capilla o en la misma embajada, siempre y
cuando no vaya en contra de las buenas costumbres ni de la moral. A este
culto pueden asistir los miembros de la misión, sus familiares y las personas
a su servicio. Hoy en día, este derecho carece de importancia, pues la
libertad de culto impera en la mayoría de los Estados, sin embargo es
importante en aquellos Estados en los cuales todavía se prohíben algunas o
todas las religiones.
e. Exenciones Fiscales
Son probablemente los privilegios más importantes de que goza un
diplomático. Como regla general la exención se extiende a todos los
impuestos y gravámenes nacionales, regionales o municipales, con
excepción de:
a) Los impuestos indirectos incluidos en el precio de las mercancías o
servicios, como el IVA, ITBIS.
b) Los impuestos sobre los bienes inmuebles privados que radiquen el
Estado receptor, a menos que el agente diplomático los posea por
cuenta del Estado acreditante y para los fines de la misión.
c) Los impuestos sobre ingresos privados que tengan su origen en el
Estado receptor y los impuestos sobre el capital que gravan las
inversiones efectuadas en empresas comerciales en el Estado
receptor.
d) Los impuestos sobre las sucesiones.
3.3 Inmunidades y Privilegios relativos a las misiones
En las inmunidades relativas a las misiones, se incluyen:
a. Inviolabilidad de los locales de la misión
La inviolabilidad de la residencia y de los locales de la misión se ha
fundado en el principio de la extraterritorialidad, según la sede de las
embajadas y legaciones se consideran como arte del territorio del Estado al
cual sus agentes pertenecen. Como ya se había expuesto antes, este
principio es abandonado en la actualidad, sin embargo la inviolabilidad de
los locales de la misión aun en un derecho vigente, fundamentándose ahora
en la necesidad de la misión de cumplir eficientemente con sus funciones.
La inviolabilidad de los locales de la misión consiste en que los
autoridades del país en que se encuentran no pueden penetrar en ella sin e
consentimiento del jefe de la misión. En el caso de que un criminal se
refugie en la embajada, el agente de be entregarlo o autorizar a la policía la
entrada al local para su arresto. Esto ocasiona problemas en el caso en el
que el refugiado sea un delincuente político ya que el asilo diplomático no
es aceptado en todos los Estados.
b. Inviolabilidad de la residencia particular
Al igual que los locales de la misión, la residencia particular del
agente diplomático goza de la misma inviolabilidad, gozando de la misma
por parte del Estado receptor. Por lo tanto las autoridades no pueden
penetrar en la residencia de un diplomático sin el consentimiento de este.
c. Inviolabilidad de los medios de transporte
La Convención de Viena también consagra inmunidad a los medios
de transporte de los miembros de la misión. Esto quiere decir que no pueden
ser objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución. Es
común el conceder placas diplomáticas a los automóviles que tienen
derecho a esta inmunidad.
d. Inviolabilidad de los Archivos y Documentos
Los archivos y los documentos de la misión son siempre inviolables,
dondequiera que se encuentren. Así lo establece el artículo 24 de la
Convención de Viena. Esto significa que no pueden ser embargados ni
secuestrados y que el Estado receptor debe de darles la protección
necesaria. El objeto de esta inmunidad es obvio, los documentos y archivos
son un instrumento valiosísimo para la misión diplomática porque deben de
estar protegidos.
e. Inviolabilidad de la Correspondencia
La correspondencia es uno de los medios que tiene la misión de
comunicarse con el Estado que lo envía, por lo tanto esta tiene que ser libre
y sin controles utilizando los medios cualquier medio conocido, como los
correos convencionales, teléfonos, telégrafos, Internet, o cualquier otro vía
de comunicación, refiriéndose esta ultima a medios como radio y televisión,
las cuales no serán permisibles sin el consentimiento del Estado receptor.
Por correspondencia oficial se debe entender toda la correspondencia
concerniente a la misión y a sus funcionarios.
f. Inviolabilidad de los bienes
Los bienes e inmuebles que los diplomáticos posean para el ejercicio
de sus funciones son inviolables, es decir, que no pueden ser embargados ni
secuestrados, estos bienes están conformados por una gran variedad de
objetos, que no son especificados en la convención, sin embargo se puede
entender que se trata de artículos tales como escritorios, máquinas de
escribir, computadoras y en general todos los enseres que utilizados en el
funcionamiento de una oficina o despacho.
En cuanto a los privilegios de las misiones, se encuentran los
siguientes:
g. Exenciones Fiscales o Impositivas
Al igual que el jefe de la misión, el Estado acreditante esta exento de
todos los impuestos y gravámenes nacionales, regionales o municipales,
sobre los locales de la misión de que sean propietarios o inquilinos.
Además, los derechos y aranceles que perciba la misión por actos oficiales,
también están exentos de todo impuesto y gravamen.
Los objetos que estén destinados al uso oficial de la misión, así como
aquellos destinados al uso personal del agente diplomático y su familia
están exentos de toda clase de derechos de aduana, impuestos y gravámenes
conexos.
h. Derecho a utilizar la bandera y el escudo
Este privilegio consiste en el derecho que tienen las misiones de
colocar la bandera y el escudo del Estado acreditante en los locales de la
misión, así como en la residencia del jefe de esta y en los medios de
transporte que utilice el agente diplomático.
i. Exención de Inspección de Equipaje
El agente diplomático está exento de la inspección de su equipaje
personal. Este es un privilegio concedido debido a la honorabilidad que
reviste la persona de un diplomático. Sin embargo, en el caso de sospecha
de que el agente no lleva consigo objetos destinados al uso de la misión, de
su uso personal o de su familia, o haya causa probable para creer que el
diplomático, transporta objetos cuya prohibidos por el Estado receptor, se
puede inspeccionar el equipaje siempre y cuando el agente o su
representante autorizado este presente.
En la actualidad y debido al espionaje empresarial, militar, de
inteligencia, y donde pueda existir la posibilidad de ataques terroristas entre
las naciones, el protocolo a seguir al recibir los agentes diplomáticos ha
sufrido cambios en la práctica para la protección y seguridad de los Estados.
j. Libertad de Comunicación y Tránsito
La libertad de comunicación esta relacionada con la inmunidad de
correspondencia. El estado receptor debe proteger la comunicación de las
misiones para todos los fines oficiales. La misión tiene derecho a utilizar
todos los medios de comunicación adecuados, haciendo uso de mensajes en
codificados o en claves. El equipaje de los agentes diplomáticos y
consulares, es llamada valija diplomática, la cual solo puede contener
documentos y objetos de uso aplicado. Estos bultos no pueden ser abiertos
ni retenidos, siendo el correo diplomático identificado como tal, con la
protección absoluta por parte del Estado receptor. Las inmunidades dejan de
ser aplicables al ser entregadas al destinatario.
3.4 Posibilidad de renuncia del Derecho de Inmunidad Diplomática
Existe la posibilidad de renunciar al derecho de inmunidad, sin
embargo es cuestionado quien tiene ese derecho y la forma de como ha de
hacerse tal renuncia. El artículo 32 de la Convención de Viena establece al
respecto, que el Estado acreditante puede renunciar a la inmunidad de
jurisdicción de sus agentes diplomáticos y de todos lo que gocen de
inmunidades.
En cuanto a la forma de hacerse la renuncia al derecho de inmunidad,
ésta debe ser expresa. La renuncia a la inmunidad de jurisdicción no debe
entenderse que se extiende a la inmunidad en cuanto a la ejecución de un
fallo, pues para esta es necesaria una nueva renuncia. La Convención
solamente dice que es el Estado acreditante el facultado para hacer la
renuncia pero no especifica quien debe hacerlo dentro del Estado
acreditante.
3.5 El Asilo Diplomático
La esencia del asilo diplomático consiste en que la sede representante
diplomático sirve de protección a las personas que son perseguidas por las
autoridades del país donde está acreditado el representante diplomático.
Hasta el Siglo XV, el Asilo Diplomático era desconocido, puesto que
hasta ese momento las embajadas o legaciones de carácter permanente no
existían. Así por ejemplo, en la antigüedad, lo mismo que en la Edad
Media, los embajadores y legaciones no eran sino personas encargadas de
una misión temporal, dicho de otro modo, ellos no residían en el país de su
misión
Lo que consagró de manera definitiva la transformación de
embajadores intermitentes en embajadores permanentes, fue el Congreso de
Westfalia en el año 1648.
El asilo diplomático en América Latina desde su origen, ha sido una
institución importada. Al mismo tiempo, a causa de su condición de
colonia, los países latinoamericanos hasta el momento no conocían otra
forma de asilo que el religioso. Precisamente en el Siglo XIX, cuando la
mayoría de los países de América Latina se emanciparon, el Asilo
Diplomático había sido condenado por la doctrina y la política de países
europeos.
El asilo diplomático fue adoptado por los países latinoamericanos en
su aspecto más “moderno”, es decir, que fue acordado desde el inicio,
únicamente a favor de personas perseguidas por causas políticas y no a
favor de criminales de delitos de derecho común.
En el año 1954 se firma la Convención de Caracas sobre Asilo
Diplomático. Según el artículo 2 de esta Convención, el Asilo como
derecho subjetivo pertenece sólo al Estado y no al individuo, pero el
individuo siempre tiene el derecho de solicitar o buscar asilo, lo cual se
prevé en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.
Según el artículo 4, pertenece al Estado que otorga el asilo de
clarificar la naturaleza del delito o de juzgar los motivos de la persecución,
por su parte, el artículo 6, no sólo liga de urgencia con aquel cuando la vida
del individuo está en peligro por persecuciones de masas excitadas, sino que
se extiende el caso de urgencia cuando la libertad del individuo se encuentra
en peligro sin importar qué tipo de persecuciones políticas.
Las Convenciones de la Habana de 1928, de Montevideo de 1933 y
de Caracas de 1954, y los dos Tratados de Montevideo de 1989 y 1939, son
los principales instrumentos jurídicos relativos al Asilo Extraterritorial
elaborado en América Latina ya los cuales están afiliados la mayoría de los
países que forman este continente. Aquellos que no están ligados ni a una ni
a otra de las tres convenciones mencionadas, lo son de uno de los Tratados.
La República Dominicana, aunque firmó la Convención de Caracas de
1954, no está ligada por ninguno de los acuerdos mencionados.
CAPÍTULO IV. DIPLOMACIA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA
En este capítulo IV se presenta la matriz de las variables con sus
indicadores y fuentes. También se presenta el origen de la diplomacia en la
República Dominicana al igual que su evolución hasta la actualidad. De
igual forma, se describen las funciones de la Secretaría de Relaciones
Exteriores, la cual fue creada mediante la Ley 314 de fecha 6 de julio del
año 1964 y dirigida por el Presidente de la República.
Por otro lado, se presenta la Escuela Diplomática y Consular de la
Secretaría de Relaciones Exteriores, cuya función principal es la formación
del personal que representará al país en el servicio exterior.
El objetivo general de esta investigación es evaluar los privilegios e
inmunidades a los que tienen derecho los agentes diplomáticos, acreditados
en el país de acuerdo a la Convención de Viena
Arias (2005, P. 633) define privilegios e inmunidades diplomáticas
como “los derechos y privilegios que se conceden de conformidad con el
derecho internacional a las misiones diplomáticas, a sus jefes y
funcionarios”. Esta definición plantea que los privilegios e inmunidades
engloban no solamente a los agentes diplomáticos, sino también a sus
superiores y al personal a su cargo.
De acuerdo a un estudio realizado por Vega (1981, P. 76) en su tesis
en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, sobre los Privilegios
e Inmunidades Diplomáticas, se identificaban diferentes tipos de
inmunidades y privilegios que tenían los agentes diplomáticos acreditados
en la República Dominicana y se revelaba que los agentes diplomáticos
tiene una importancia relevante en las relaciones internacionales entre los
Estados Participantes.
Se han planteado varias inquietudes en esta investigación, tales como
¿Conocen los agentes diplomáticos sus deberes y derechos? ¿Cuáles son los
privilegios que tienen los agentes diplomáticos en materia civil, comercial y
penal?, ¿Qué tipo de protección les garantiza el Estado dominicano a los
agentes diplomáticos acreditados en la República Dominicana? ¿Está la
Escuela de Diplomática y Consular “Eduardo Latorre Rodríguez” a la altura
de los nuevos tiempos, en la enseñanza de Derecho Internacional?
Este es un estudio bibliográfico por lo que sus fuentes son los libros
de Derecho Internacional Público, tratados internacionales, convenios,
acuerdos, la Constitución de la República Dominicana, leyes, reglamentos,
jurisprudencias, tesis, monográficos, memorias, documentos, entre otros.
4.1 Matriz de las variables e indicadores del estudio
Objetivos Específicos
Variables
Definición de
variables
Indicadores
Objetivos de los
indicadores
Fuentes
1. Analizar los tipos de
privilegios e inmunidades
a la luz de los Convenios
Internacionales.
1.1 Tipos de
Privilegios e
Inmunidades
1.1.1 Se refiere a las
diferentes prerrogativas e
inmunidades que tienen
los agentes diplomáticos
de acuerdo a los
Convenios
Internacionales.
1.1.1.1 Inmunidad
Jurisdiccional
1.1.1.2 Inmunidad
relativa a las cosas
1.1.1.3 Inmunidad
Fiscal
1.1.1.1.1 Identificar la inmunidad
civil y penal que tienen los agentes
diplomáticos.
1.1.1.1.2 Identificar la inmunidad
referente a las posesiones del agente
diplomático.
1.1.1.1.3 Identificar los privilegios
que tienen los agentes diplomáticos en
las cuestiones tributarias.
1.1.1.1.1.1 Bibliográficas
1.1.1.1.1.2 Bibliográficas
1.1.1.1.1.3 Bibliográficas
2. Analizar los tipos de
efectos de las relaciones
diplomáticas para el
Estado Acreditante y para
el Estado Receptor.
2.1 Tipos de
Efectos
2.1.1 Se refiere a las
consecuencias que
generan las relaciones
diplomáticas entre los
Estados participantes.
2.1.1.1 Efectos
Sociales
2.1.1.2 Efectos
Políticos
2.1.1.3 Efectos
Económicos
2.1.1.1.1 Evaluar las relaciones que se
suscitan entre los agentes diplomáticos
y los particulares.
2.1.1.1.2 Evaluar los efectos en las
relaciones internacionales entre los
Estados Acreditantes y Receptores.
2.1.1.1.3 Analizar las relaciones
comerciales y económicas que se
producen entre los Estados
Participantes.
2.1.1.1.1.1 Bibliográficas
2.1.1.1.1.2 Bibliográficas
2.1.1.1.1.3 Bibliográficas
3. Identificar las relaciones
diplomáticas desde el
punto de vista de los
Estados, Agentes
Diplomáticos y
Organismos
Internacionales.
3.1
Relaciones
Diplomáticas
3.1.1 Se refiere a las
condiciones especiales
entre los entes que
participan en las
relaciones diplomáticas.
3.1.1.1 Integración
entre los Estados
3.1.1.2 Servicios
3.1.1.3 Protección
3.1.1.1.1 Analizar la función de
integración de las naciones a través de
los agentes diplomáticos
3.1.1.1.2 Identificar los diferentes
tipos de servicios que se ofrecen en las
agencias diplomáticas.
3.1.1.1.3 Evaluar la protección del
agente diplomático de los Estados
participantes
3.1.1.1.1.1 Bibliográficas
3.1.1.1.1.2 Bibliográficas
3.1.1.1.1.3 Bibliográficas
4.2 Origen y evolución de la diplomacia en la República Dominicana
Con la inestabilidad política que imperaba en la República
Dominicana por más de tres décadas entre los años 1865 y 1899, para
llevar el país a un nivel de crecimiento y estabilidad, era necesario ampliar
las relaciones internacionales con las demás naciones. Es por ello, que
durante el equilibrio adquirido por los gobiernos azules miembros de los
partidos azules, fueron enviadas misiones diplomáticas a Europa y América
para que el país fuera tomado en cuenta en el ámbito internacional.
Fue durante el gobierno de Ulises Heureaux que la República
Dominicana se convirtió en signataria de tratados con países como Bélgica,
México y Holanda, declarándose paz y amistad entre ambos, así como la
declaración de libre comercio, la navegación entre buques, la concesión de
libertad de tránsito y la autorización de permanencia a los nacionales en los
países del otro, otorgándole a los extranjeros los mismos derechos sobre el
mercadeo de bienes y mercancías tal si fuera nacional del país que lo
recibía.
La República Dominicana fue signataria de diversos tratados, pero
tuvieron más relevancia, las relaciones internacionales con Haití, España, la
Santa Sede y Estados Unidos, siendo primero un acuerdo con Haití, donde
el país vecino aceptaba la existencia legal y separada de Estado,
comprometiéndose ambos a mantener la paz y a no permitir que otros países
utilizaran a alguno de ellos para atacar al otro.
De acuerdo a Vega (1986, P. 287) durante los años 1879, 1882, 1886,
varios artículos de los tratados entre Haití y República Dominicana dieron
lugar a reuniones con representantes de ambos países discutiendo cláusulas
como posesiones actuales refiriéndose a que se debían mantener los límites
territoriales de cada cual. Producto del desacuerdo en el año 1895 fue
necesario el sometimiento de un diferendo de arbitraje por el peligro que
corrían las relaciones diplomáticas entre ambos países, nombrando al Papa
León XIII quien se negó actuar como árbitro, por las limitaciones de
poderes que le fueran otorgados para ello.
Cuando la anexión de la República Dominicana a España terminó
bajo el gobierno de José María Cabral se acreditaron recíprocamente
cónsules en la ciudad de Nueva York y Santo Domingo, iniciando un
período de negociaciones y tratados que perseguían, la firma de un tratado
comercial acordando por cesión o arrendamiento, el asentamiento de
Estados Unidos con una base naval para su Marina de Guerra en la bahía y
Península de Samaná.
Con los cambios que tuvo la República Dominicana en el siglo XX
en el ámbito gubernamental y político, revoluciones de un pueblo
descontento, y el auge de líderes con ideales contrarios a los de Estados
Unidos, surgieron modificaciones a la Constitución y esfuerzos para la
adecuación de las normativas existentes.
Después de la intervención norteamericana en el 1916 la República
Dominicana fue participante en múltiples conferencias y tratados
financieros interamericanos, como la GATT, OMC, Carifta-Caricom, la
Convención de Lomé entre otros, cuyos objetivos era la vinculación
económica y comercial entre Estados.
Durante los últimos años, la República Dominicana se ha expandido
a nivel internacional y ha sido signataria de numerosos tratados y acuerdos,
que han exigido modificaciones y adecuaciones de las normativas en
vigencia, para la competitividad necesaria de un mundo globalizado
exigente.
4.3 Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores
La Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores fue creada mediante
la Ley No. 314 de fecha 6 de julio del año 1964, sufriendo algunas
modificaciones a través de los años.
El artículo No. 1 de la Ley 314 establece que las relaciones exteriores
de la República Dominicana son dirigidas por el Presidente de la República.
Esta Secretaría tiene por finalidad auxiliarlo a través de su Secretario de
Estado, en coordinación sistemática de los principios fundamentales de la
política exterior de la República Dominicana, en la orientación y
supervigilancia de las misiones diplomáticas y de los servicios consulares y
en la gestión de los demás asuntos inherentes a la secretaria.
Además de la finalidad contemplada en el artículo 1 de la Ley 314,
dentro de las funciones principales de la Secretaria de Estado de Relaciones
Exteriores están las siguientes:
a. Determinar el régimen del Cuerpo Diplomático y Consular.
b. Legalizar los documentos que deban ser utilizados en el extranjero.
c. Registrar las cartas de naturalización.
d. Promover el comercio entre la República Dominicana y el territorio
de su jurisdicción y proteger las personas y los intereses de los
dominicanos en su demarcación.
e. Inspeccionar y vigilar la recaudación de los derechos consulares.
f. Negociar las extradiciones.
g. Atender todo lo relativo a los tratados y convenios internacionales.
h. Organizar lo relativo a la etiqueta y ceremonial diplomático.
i. Velar por la dignidad y el prestigio de la Nación.
La secretaria de Estado de Relaciones está integrada por la
Cancillería, Servicio Exterior, Escuela Diplomática y la Comisión
Consultiva y ofrece el servicio exterior que comprende las Embajadas, las
Legaciones, las Misiones permanentes ante organismos internacionales,
Consulados generales, Consulados y viceconsulados y Consulados y
viceconsulados honorarios.
Con relación al servicio diplomático, el artículo 14 de la Ley 314
establece que: “las misiones diplomáticas dominicanas tiene por finalidad
mantener las relaciones de amistad con los Estados y Organismos
Internacionales en que estén acreditadas, velar por la dignidad y el prestigio
de la nación y defender y hacer reconocer sus derechos e intereses de
acuerdo con los principios políticos, económicos y sociales consagrados por
el pueblo dominicano en la constitución de la República”.
En cuanto a las misiones especiales, el artículo 18 de dicha ley dice
que: “las misiones especiales y delegaciones a actos de carácter
internacional podrían estar integradas por personas no pertenecientes a la
carrera diplomática y consular, según lo determine el Poder Ejecutivo”.
Del servicio consular, el artículo 21 la ley establece que “corresponde
a la oficinas consulares promover el comercio entre la República
Dominicana y el territorio de su jurisdicción y proteger a las personas y los
intereses de los dominicanos en su demarcación”.
Sectores relacionados a esta Secretaría
a) Sociedad / Nación en su conjunto: Servir con eficiencia y eficacia sus
intereses de mantenimiento de la mejor imagen del país en todas las
instancias del ámbito internacional, procurando la defensa de los principios
del derecho internacional y de los tratados internacionales vigentes para la
República Dominicana. Incentivar el intercambio comercial y la atracción
de inversión, el turismo y la cooperación internacional a favor de los
intereses nacionales.
b) El Presidente de la República: Apoyarle de manera sistemática,
profesional y proactiva en su rol presidencial de conductor de la política
exterior de la Nación, desplegando capacidades de anticipación, de
ofrecimiento de informaciones y enfoques válidos, oportunos y completos,
y de seguimiento de las iniciativas y asuntos de política exterior.
c) El Congreso Nacional: Asegurar el mantenimiento de relaciones de
estrecha colaboración ofreciendo de manera oportuna y exhaustiva las
informaciones y el asesoramiento requeridos para el mejor desempeño de
sus responsabilidades legislativas.
d) Los Dominicanos en el Exterior: Asistirles y representarles protegiendo y
promoviendo sus intereses, derechos y oportunidades de acuerdo con la
legislación vigente en sus respectivos países de residencia y con las normas,
acuerdos y costumbres internacionales relevantes, ofreciendo servicios
accesibles, amistosos, ágiles y profesionales, promoviendo el
mantenimiento de su identidad y de sus vínculos con el país, incluyendo sus
posibles inversiones, y promoviendo y facilitando su organización como
comunidades en ultramar y su potencial como representantes de los valores,
intereses e imagen nacional.
e) El Sector Productivo: Garantizar el mejor encauzamiento de los
componentes económicos de la Política Exterior del país, promoviendo la
defensa de la producción nacional, las exportaciones, las inversiones, el
turismo y la transferencia apropiada de tecnologías.
f) Los Extranjeros en la República Dominicana: Mantener relaciones
caracterizadas por la coherencia, la sistematicidad, la profesionalidad y la
agilidad, cumpliendo con el carácter de esta Secretaria como órgano
primario e idóneo para la conducción de sus intereses y asuntos en el país.
g) Otras Secretarias de Estado e Instituciones Públicas: Asesorarles y
asistirles sobre la conducción de los asuntos internacionales de sus
competencias, con el fin de que se manejen exitosamente la representación,
las negociaciones y las relaciones externas en los planos económico,
político, jurídico y de asistencia técnica. Turismo, Migración, Pasaportes,
Organismos de Seguridad, Medio Ambiente, CEI-RD, Industria y
Comercio, Hacienda, entre otras.
Servicios a Ciudadanos
Dentro de los servicios a los ciudadanos están: la emisión de visas,
legalización de documentos, servicios a dominicanos en el exterior y la
expedición de pasaportes ordinarios en el exterior.
a) Emisión de Visas: Visas de Cortesía, Visas Diplomáticas, Visas
Oficiales, Visas de Negocios Múltiple (NM1) y Simple (NM), Visas de
Estudiante, Visas de Dependencia (DPM), Visas de Turismo, Visas de
Residencia y Visas de Facilidad.
b) Legalización de documentos: Actas de Nacimientos, Poder de
Autorización, Sentencia de Divorcio, Poder Notarial, Buena Conducta,
Certificado Médico, Diplomas, Traducciones, Copia y Autenticación de
documentos universitarios y Certificaciones Varias.
c) Servicios a Dominicanos en el exterior: Asistencia en caso de accidentes,
Casos de disputa y controversias, Fallecimiento de Nacionales,
Defunciones, Localización de Familiares, Registro de Nacionales,
Situaciones Dominicanos Presos en el Exterior y Autorizaciones para viajar
de Menores, Deportaciones, Notificaciones y Actos de Alguacil,
Repatriaciones, Solicitud Pensión Alimenticia, Asistencia Dominicanos,
Tramitación Permisos para Importar Armas de Fuego y/o Explosivos,
Expedición de Pasaporte Ordinario.
Beneficiario de los Servicios
Ejecutivos y Funcionarios de Cancillería
Misiones Diplomáticas (Embajadas, Consulados y Organismos
Internacionales)
Funcionarios de Gobierno de República Dominicana
Sector Público y Privado de República Dominicana
Personas o Entidades de República Dominicana o de terceros países
que desean buscar información o realizar gestiones diplomáticas,
comerciales, de inversión o consulares con República Dominicana.
La Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores y la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) firmaron el 30 de marzo del
2009 un acuerdo de cooperación orientado al desarrollo de programas
conjuntos para la difusión de los instrumentos internacionales que
promueven el respeto y la defensa de los derechos humanos.
El convenio fue suscrito por la presidenta del alto tribunal
internacional, Cecilia Medina Quiroga y el director de la Escuela
Diplomática y Consular “Doctor Eduardo Latorre”, Embajador Reynaldo
Espinal, en el marco del inicio del Trigésimo Octavo Período de Sesiones
de ese organismo, que se lleva a cabo en Santo Domingo. El mismo está
dirigido a la capacitación de profesionales del servicio diplomático, el
acuerdo contempla la realización de cursos de capacitación, congresos,
seminarios, coloquios y conferencias.
La CIDH y la Escuela Diplomática y Consular se comprometen
además a intercambiar publicaciones, material jurídico y cualquier otro tipo
de información que pueda resultar beneficiosa para acrecentar el acervo
bibliográfico en materia de derechos humanos.
Las partes convinieron desarrollar los proyectos y actividades
mediante programas de trabajo anuales que precisarán: objetivos,
cronograma de ejecución, asignación de recursos humanos, materiales y
financieros; responsabilidad mutua y difusión de resultados, entre otros
aspectos.
4.4 Escuela Diplomática y Consular
El 13 de octubre del año 1942 mediante el decreto 301 del Poder
Ejecutivo se crea la Escuela Diplomática y Consular de la Secretaría de
Relaciones exteriores, pasando a ser parte de la Secretaría de Estado de
Relaciones Exteriores con la Ley Número 314 de fecha 6 de julio del 1964,
teniendo a su cargo la responsabilidad de formación, preparación,
perfeccionamiento y especialización de los aspirantes a la política exterior y
de los cancilleres.
El 4 de octubre del 1943 la Escuela Diplomática y Consular celebró,
su primera graduación cual tuvo caracteres internacionales en razón de que
en el mismo participaron diplomáticos extranjeros acreditados en nuestro
país.
Por problemas administrativos, la escuela se vio forzada a cerrar la
docencia el 14 de mayo del 1946. Posteriormente, el 3 de marzo de 1986 y
por un cuatrimestre, se ofreció un curso de adiestramiento y capacitación
diplomática dirigido a funcionarios de la cancillería y aspirantes al servicio
exterior, que recibieron certificación de participación.
Para el año 1997 se concluyen los trabajos de la construcción del
edificio que hoy alberga la Escuela Diplomática y Consular, bautizadas con
el nombre de Eduardo Latorre Rodríguez facilidades permanecían cerradas
todavía cerrada se hicieron intentos de reabrirla sin lograrlo, hasta que en el
año 1999 el Poder Ejecutivo expidió la autorización para su reapertura,
designando a la Doctora Luisa Navarro quien fungiera como directora por
un período de un año.
La escuela que lleva por nombre Eduardo Latorre Rodríguez, ha
llenado las expectativas de formación del personal de la cancillería,
ofertando clases a diversos administradores del Estado, miembros de la
sociedad civil y ciudadanos del sector privado. Como apoyo a la
formación de los representantes del país en la política exterior, y la
proyección de la República en el continente asiático y, de Europa la escuela
ha constituido un departamento de idiomas con especialización en francés,
italiano y Mandarín.
HALLAZGOS
Con la culminación de esta investigación sobre los Privilegios e
Inmunidades a los que tienen derecho los agentes diplomáticos acreditados
en el país de acuerdo a la Convención de Viena, se hace presentación de los
hallazgos encontrados.
Tomando en cuenta el primer objetivo “Analizar los tipos de
privilegios e inmunidades a la luz de los Convenios Internacionales” se
encontró que privilegio e inmunidad aún cuando los dos otorgan a los
agentes diplomáticos de ciertas prerrogativas son conceptos diferentes,
poseen características diferentes y por supuesto el alcance en cuanto a la
protección es diferente. Este hallazgo coincide con la Convención de Viena
en que como marco jurídico importante del Derecho Internacional
suministra en sus disposiciones el alcance de las inmunidades de
jurisdicción, aquellas relativas a las cosas y las inmunidades fiscales, como
un conjunto infalible de concesiones que protegen todo lo comprendido en
la vida de un agente diplomático mientras representa su nación en el país
receptor que le acoge.
En cuanto a la inmunidad de jurisdicción, el estudio reveló que los
agentes diplomáticos, consulares y misiones diplomáticas son beneficiados
con las inmunidades civiles, penales y administrativas propias de la función
que ejercen, no para ser recipientes de beneficios personales. De igual
manera se encontró que al igual que las personas, los bienes muebles e
inmuebles poseídos y utilizados durante el ejercicio de la gestión
diplomática poseen la prerrogativa de la inmunidad de jurisdicción civil y
administrativa. Esta revelación coincide con la doctrina sobre Derecho
Internacional de Verdross (1976) que expresa que la inmunidad y privilegio
engloba tanto a los agentes como a las misiones.
El estudio reveló además, que los jefes de misión tienen derecho a
inmunidades fiscales y aduanales es decir, a las exoneraciones del pago de
impuestos y aranceles de los ingresos que perciba la misión diplomática,
con la excepción de los gravámenes surgidos por el pago a particulares por
servicios prestados. Esto coincide con lo establecido en la Convención de
Viena sobre relaciones diplomáticas del (1961) relacionada con las
exenciones fiscales nacionales, regionales o municipales que por derecho
compete a los jefes de misiones.
En el segundo objetivo planteado “Analizar los tipos de efectos de
las relaciones diplomáticas para el Estado Acreditante y para el Estado
Receptor” el estudio reveló que una adecuada relación diplomática entre el
Estado acreditante y el Estado receptor trae como consecuencias, efectos
sociales, políticos y económicos, que pueden ser positivos o negativos.
Dentro de los efectos sociales se pueden mencionar, las becas estudiantiles,
intercambios culturales, participaciones en ferias internacionales entre otras,
que entrelazan las relaciones comerciales entre los Estados participantes.
En los efectos políticos se encontró que los Estados participantes
responden a su participación como parte de la comunidad internacional en
convenios, tratados y acuerdos internacionales. Se pudo determinar que
estos efectos se consideran negativos cuando el Estado Acreditante ejerce
presión en el Estado Receptor que tiene debilidades institucionales o un
marco jurídico limitado. En concordancia con el análisis de Font (2002)
donde hace referencia a la implicación de los efectos jurídico- sociales que
representan las relaciones diplomáticas entre los Estados.
Las relaciones diplomáticas también producen efectos en las
relaciones comerciales y económicas entre el Estado acreditante y receptor
a partir del incremento o disminución de las importaciones y exportaciones
entre ambos. De acuerdo a la Secretaría de Estado de Industria y Comercio
Exterior, donde las mayores importaciones y exportaciones son aquellas
forjadas con aquellos países con los que la República Dominicana tiene
relaciones diplomáticas.
En cuanto al tercer objetivo “Identificar las relaciones diplomáticas
desde el punto de vista de los Estados, Agentes Diplomáticos y
Organismos Internacionales” el estudio reveló que los agentes
diplomáticos ejercen una influencia predominante en la integración de las
naciones. Esta integración se puede encontrar en los convenios
internacionales, en el establecimiento de políticas en las diferentes áreas y
en el reconocimiento entre Estados sobre sus personalidades jurídicas.
Este hallazgo concuerda con lo planteado por Sicard (1982) en cuanto
a que uno de los beneficios de las relaciones diplomáticas es la integración
que se suscita entre los Estados participantes que estrechan las relaciones
tanto sociales, políticas y económicas.
Por otro lado, tienen una gran variedad de servicios, tales como
promover el comercio entre la República Dominicana y el Estado
acreditante, legalizar los documentos que deban ser utilizados por los
nacionales del país acreditante en el extranjero, registrar las cartas de
naturalización, mantener relaciones de amistad con los Estados y
organismos internacionales, inspeccionar y vigilar la recaudación de los
derechos consulares, entre otros. Este hallazgo coincide con lo presentado
por la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores en referencia a los
servicios diplomáticos establecidos mediante la Ley 314.
Por último, la investigación reveló que los agentes diplomáticos de
los Estados participantes cuentan con una protección que está contemplada
en las inmunidades y privilegios en el ámbito penal, civil y administrativo.
Esta protección es respetada por los Estados miembros e incluye no
solamente al diplomático, sino también a su mujer, sus hijos y el personal
oficial de la embajada. Este hallazgo coincide con lo que expresa Capitant
(1930) de que la protección diplomática se extiende más allá del agente
diplomático.
CONCLUSIONES
Al finalizar esta investigación y luego de plantear los hallazgos
encontrados en la misma, se ha llegado a las siguientes conclusiones:
Los privilegios e inmunidades son beneficios y prerrogativas que se
otorgan a los agentes diplomáticos en su gestión y los cuales tienen ciertas
características que los convierten en prerrogativas para los mismos. La
Convención de Viena de 1961 instituye en la persona del agente
diplomático inmunidades jurisdiccionales penal, civil y administrativas y en
cuanto a los privilegios tienen exenciones fiscales o impositivas, exención
de inspección de equipaje y libertad de comunicación y tránsito.
Los privilegios e inmunidades en virtud de los cuales la Convención
de Viena faculta a los agentes diplomáticos de protección, no contempla
taxativamente a los jefes de Estado, sino que es por la práctica de la
comunidad internacional que surge esta prerrogativa. En este sentido
existen algunas divergencias entre los doctrinarios referente a si los Jefes de
Estados debieran tener inmunidad absoluta o relativa en cuanto a la
jurisdicción penal, civil y administrativa tomando en cuenta de si actuó o no
en tal calidad. Se entiende que si el Jefe de Estado no puede desprenderse
de su calidad hasta que culmine su investidura, significa que debe tener una
inmunidad absoluta en todo momento.
Las relaciones diplomáticas son esenciales para una buena relación
entre Estados, ya que garantiza la toma de decisiones en forma pacífica y de
consentimiento recíproco a la vez que promueve el crecimiento y desarrollo
en el ámbito social, político y económico.
Otra conclusión del estudio es que a pesar de los avances
institucionales, jurídicos y tecnológicos, y de ser signataria de acuerdos,
convenios y tratados internacionales, la República Dominicana mantiene el
criterio de nombrar los agentes diplomáticos por relaciones políticas,
sociales o económicas, sin tomar en cuenta la preparación académica y su
trayectoria. Esta situación puede suscitar que los agentes diplomáticos, por
carecer de las cualidades y habilidades requeridas, exhiban una conducta
inapropiada en el manejo de estos privilegios e inmunidades que le confiere
la Convención de Viena y otras leyes suplementarias.
Por otro lado, el hecho de que existan exenciones e inmunidades para
los agentes diplomáticos, no significa que los mismos puedan exhibir una
conducta de prepotencia, ni cualquier otra que pudiese indignar al Estado
Receptor y mucho menos avergonzar la imagen del país a quien debe
representar dignamente.
Una de las consecuencias más relevantes de las relaciones
diplomáticas es el surgimiento y desarrollo de las relaciones comerciales
entre los países participantes, en donde la actividad de importación y
exportación es más frecuente entre los Estados que tienen este tipo de
relación, llevada de forma adecuada.
En referencia a la Escuela Diplomática y Consular se concluye que
los instructores que imparten docencia son nombrados por el Poder
Ejecutivo respondiendo a interese políticos, salvo algunas excepciones, sin
tomar en consideración su preparación y trayectoria diplomática, lo que
podría generar debilidades en sus programas de capacitación.
De igual manera, la Escuela Diplomática y Consular está limitada a la
enseñanza de ciertos idiomas, tales como inglés, francés y una tercera
lengua a opción que puede ser portugués, italiano, alemán, ruso, chino y
árabe. Esta formación, en cierta forma, limita la participación de los
agentes diplomáticos en otras naciones con el idioma diferente al que ha
estudiado.
En conclusión, los agentes diplomáticos dominicanos son los
representantes del gobierno, de la nación y de los valores alrededor del
mundo, con la responsabilidad de defender la imagen nacional. Es por esta
razón que se debe enviar a los más cualificados al servicio exterior,
funcionarios con integridad absoluta, reputación pública intachable,
discreción personal además de un conocimiento claro de los intereses de la
nación.
RECOMENDACIONES
Luego de analizados los hallazgos y presentadas las conclusiones de
este estudio, se recomienda lo siguiente:
Al Poder Ejecutivo
Limitar los privilegios e inmunidades diplomáticas para evitar que las
mismas se conviertan en armas de poder de los agentes diplomáticos
y misiones.
Escoger los representantes diplomáticos egresados de la Escuela
Diplomática y Consular tomando en consideración el criterio de
especialización y formación diplomática.
Archivar periódicamente los registros en la Secretaría de Relaciones
Exteriores en el Archivo General de la Nación para el acceso viable
al público en general.
Exigirle y proveerle a los agentes diplomáticos de informaciones
actualizadas del acontecer nacional e internacional, en especial de la
situación social, política y económica del Estado Receptor.
Incentivar la participación del país en foros internacionales de
opinión pública, ferias comerciales e intercambios educativos para
aprovechar las buenas relaciones diplomáticas y contribuir al
desarrollo de la nación.
Mostrar una actitud abierta y dispuesta a los cambios en las
relaciones diplomáticas que se han venido presentando a nivel
internacional, tanto en la adecuación del marco jurídico, formación
diplomática y utilización de tecnología.
A la Escuela Diplomática y Consular
Profundizar en la formación diplomática de nuevos agentes a luz del
mundo globalizado. Esta formación debe ampliar los idiomas
ofrecidos.
Tratar de que las posiciones de la Escuela no sean por relaciones
políticas, sino por la trayectoria en el ámbito internacional y en las
relaciones exteriores.
BIBLIOGRAFIA
Arias, L. (2005). Derecho Internacional Público Contemporáneo. (8va
Ed.) Santo Domingo, República Dominicana: Editora Centenario.
Cahier, P. (1965). Derecho Diplomático Contemporáneo, Madrid, España:
Ediciones Rial
Código de Bustamante. Gaceta Oficial No. 4042. Santo Domingo,
República Dominicana.
Comision du droit International annuaire. (195 6) Volúmen II. (1957)
Volúmen I, y II. 1963.
Font, R. Publicación de la Secretaría de Estado de Cultura sobre
Implicaciones Jurídico Sociales de las Obligaciones de Derecho
Internacional Público. Santo Domingo, República Dominicana.
(2002).
Gamboa Serazzi, F. (1986). Manual de Derecho Internacional Público.
(3ra Ed.) Santo Domingo, República Dominicana: Editora de
Colores.
Morales de Lama, M. Publicación Las visitas de Estado en las Relaciones
Internacionales de Hoy. Clave Digital. Santo Domingo, República
Dominicana. (2008).
Morales de Lama, M. (1999). Rol de la Protección Diplomática en el
Ámbito de las Relaciones Internacionales Contemporáneas. (4ta.
Ed.) Santo Domingo, República Dominicana: Fundación de Lama.
Rivadeneyra, A. (2006). La problemática de la política exterior y sus
enfoques en un contexto actual. Lima, Perú: Tesis Licenciatura en
Derecho y Ciencias Políticas.
Rodríguez Cabrera, M. A. (2002). Definiciones, notas y apuntes en el
Derecho Internacional Público. Santo Domingo, República
Dominicana. Secretaría de Relaciones Exteriores. Escuela
Diplomática y Consular. Editora Centenario.
Sicard Báez, J. A. (1982). La Diplomacia a través de las Organizaciones
Internacionales. PUCMM, Santiago de los Caballeros, República
Dominicana: Tesis Licenciatura en Derecho.
Vega Battle, J. (1981). Privilegios e Inmunidades Diplomáticas. Pontificia
Universidad Católica Madre y Maestra. Santiago, República
Dominicana.
Vega, W. (1989). Historia del Derecho Dominicano. Instituto
Tecnológico de Santo Domingo. (2da Ed.). Santo Domingo,
República Dominicana: Editora Amigo del Hogar.
Verdross, A. (1976). Derecho Internacional Público. (5ta Ed.) Viena,
Austria: Editora Aguilar.
Conferencia Internacional. (1961). Convención de Viena sobre Relaciones
e Inmunidades Diplomáticas.
Conferencia Internacional. (1963 y 1967). Convención de Viena sobre
Relaciones Consulares. Viena, Austria.
Diccionario Espasa Siglo XXI. (1998). Madrid, España: Editorial Espasa
Calpe
Ley Orgánica del Cuerpo Consular de la República Dominicana. 1987.
Reglamento para el registro de electores residentes en el exterior de la
Junta Central Electoral.
Sesión New York. (1929). Reglamento del Instituto de Derecho
Internacional Sobre Privilegios e Inmunidades Diplomáticas.
Talca, Chile. Publicación de la Universidad de Talca Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales. (2009).