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LAS TRAVESURAS DE JOSÉ OBDULIO, EL FLAMANTE ASESOR DEL PRESIDENTE ÁLVARO URIBE VÉLEZ

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LAS TRAVESURAS DE JOSÉ OBDULIO, EL FLAMANTE ASESOR DEL PRESIDENTE ÁLVARO URIBE VÉLEZ

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Algunos parientes cercanos de José Obdulio Gaviria Vélez, asesor del presidente Álvaro Uribe Vélez

1. Pablo Escobar Gaviria, alias “El Patrón” o “El doctor”, jefe máximo del cartel narcotrafi-cante de Medellín: Primo hermano. 2. Roberto Escobar Gaviria, alias “Osito”, narcotraficante y lavador de activos al servicio del cartel de Medellín, hermano del anterior: Primo hermano. 3. Gustavo de Jesús Gaviria Riveros, narcotraficante y sicario al servicio del cartel de Me-dellín: Primo hermano. 4. Carlos Mario Alzate Urquijo, alias “Arete”, jefe de sicarios al servicio de Pablo Escobar, hijo de Catalina Urquijo Gaviria, prima hermana del capo y también de José Obdulio Gaviria. “Arete” fue sindicado como uno de los cerebros de la voladura en vuelo de un avión de Avianca que cubría el itinerario Bogotá – Cali y de la bomba al edificio del DAS, ambos suce-sos acaecidos en 1989. 5. Jorge Fernando Gaviria Vélez, convicto por narcotráfico en Estados Unidos en la década de los 80; posteriormente trabajó para el gobierno Uribe: Hermano. 6. Luis Mario Gaviria Vélez, convicto por narcotráfico en Estados Unidos en la década de los 80; posteriormente trabajó para el gobierno: Hermano. 7. Carlos Alberto Gaviria Vélez, titular de una de las cuentas bancarias que conformaban la red económica del cartel de Medellín que aportó los fondos para pagar a los sicarios que asesinaron al director de EL ESPECTADOR, Guillermo Cano Isaza, el 17 de diciembre de 1986: Hermano.

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LAZOS FAMILIARES Por: Julio César García Vásquez

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Entre más primo, más me arrimo Por: Felipe Zuleta EL ESPECTADOR 5 de junio de 2005 El sábado 28 de mayo, el nuevo Herald publicó lo siguiente: "...De acuerdo con Roberto (Es-cobar), José Obdulio (Gaviria) acompañaba a (Pablo) Escobar a reuniones nocturnas que organizaba el narcotraficante para repartir casas gratuitamente entre los pobres, en el desa-rrollo de la campaña ’Medellín sin Tugurios’, que el jefe del cartel de Medellín financió. A esas reuniones, Escobar solía asistir ’acompañado (...) de un primo que ya estaba metido en la política, llamado José Obdulio" sostiene Roberto Escobar en la página 155 de su libro [1]. La fuerza que adquirió el narcotraficante con ese tipo de campañas, fue la que, según Rober-to, aprovechó su primo hermano José Obdulio para proponerle: "Ve, Pablo, vos por qué no te metés en la política, si te quiere tanto la gente". A lo cual Pablo Escobar, según Roberto, le respondió: "Sí, lo voy a hacer, porque la plata de este país se la roban los políticos". Cuenta Roberto que un día José Obdulio, en calidad de mediador de paz, visitó en la cárcel de Itagüí a un grupo de guerrilleros. Allí se enteró de que su primo había negado el parentes-co con Pablo Escobar cuando alguien le sugirió que, después de la reunión, pasara a saludar a Roberto, quien estaba en la misma prisión. "Enterado del asunto, esperé a que terminara la reunión de paz", afirmó Roberto en su libro. "Cuando salían por un costado de mi celda, asomé la cabeza para gritarle a mi primo: «Oíste, José Obdulio, cuando subías a La Catedral (cárcel en la que Roberto y Pablo estuvieron pre-sos con sus lugartenientes) a que mi hermano te diera plata, ahí sí eras primo, pero ya no». Y todos lo miraron con burla y cierta exclamación de sorpresa". Roberto explica en su libro que José Obdulio "solía visitarnos en La Catedral y Pablo le rega-laba 10 ó 15 millones de pesos para sus gastos personales y políticos en Medellín". El Presidente insiste en que en su gobierno nadie tiene relación con los terroristas. Por eso resulta conveniente que, a la luz de lo dicho por el diario norteamericano, el consejero presi-dencial José Obdulio Gaviria responda lo siguiente: 1. ¿Por qué estuvo presa la biógrafa del presidente María Izquierdo por recibir plata del cartel de Cali y usted no ha sido investigado por recibir supuestamente plata del cartel de Medellín? 2. ¿Por qué para efectos de meter preso a Santofimio tiene validez plena la palabra de Po-peye y El Mugre pero no la palabra de El Osito, cuando éste delata encuentros entre la mafia y algunos políticos?

1 Audiolibro: http://twaud.io/qTjm

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5 3. ¿Había usted informado al Presidente de sus encuentros y visitas con el terrorista más grande que ha tenido el país, Pablo Escobar? 4. Si el trato suyo con Escobar fue de "enemigo político", ¿para qué lo visitaba en la cárcel? 5. ¿Cuando usted visitaba a su primo Pablo desconocía que él era terrorista? 6. ¿No cree usted que está contaminando al Presidente en Palacio?

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Dimite el asesor presidencial José Obdulio Gaviria EL ESPECTADOR Martes 16 de agosto de 2005 Bogotá-. Uno de los asesores más cercanos al presidente Álvaro Uribe y quien la semana anterior fue acusado de provocar “pánico económico” al enviar correos electrónicos a los ac-cionistas de la Empresa de Teléfonos de Bogotá con información imprecisa sobre la compa-ñía dimitió hoy de su cargo y dijo que trabajará hasta el próximo 1 de octubre. Aunque José Obdulio Gaviria negó que su desvinculación del gobierno estuviera asociada al incidente con la ETB, lo cierto es que a lo largo de la semana, en distintos sectores de la opi-nión pública se intuía que esa equivocación, que provocó una caída en el valor de las accio-nes de 15 pesos, podría costarle su lugar en el gobierno. Gaviria declaró a varios medios de comunicación que se retirará para dirigir un periódico quincenal sobre el pensamiento del presidente Uribe, quien aspira a la reelección. “El uribis-mo es no solo un punto de vista político sino que también puede ser una organización, pero hay que alimentarla con tesis y propuestas”.

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El dilema de José Obdulio SEMANA 04/29/2006 El ideólogo del gobierno pasa un mal rato al revelarse que dos de sus hermanos tuvieron líos por el narcotráfico en los años 80. José Obdulio es un hombre que ha tenido que luchar contra su apellido. Desde hace 20 años le ha tocado capotear y superar las circunstancias de ser el primo de Pablo Escobar Gaviria. Ahora, se revela que dos de sus hermanos y un ex cuñado tuvieron problemas con la justicia norteamericana por narcotráfico. Según publicó EL TIEMPO la semana pasada, Luis Mario Gaviria y Jorge Fernando Gaviria estuvieron detenidos en Estados Unidos por su presunta participación en el tráfico de drogas en 1983. SEMANA también conoció que su ex cuñado y ex procurador departamental de An-tioquia, Carlos Alfonso Cock, tuvo problemas de la misma índole. Jorge Gaviria es hoy con-tratista de la oficina de paz y convivencia de la Alcaldía de Medellín y Luis Mario es asesor de acción social en el Urabá antioqueño. Para muchos colombianos el nombre de José Obdulio Gaviria le puede ser desconocido, pe-ro desde hace más de 10 años es uno de los asesores más cercanos al presidente Álvaro Uribe. Este abogado, profesor universitario y ex militante del movimiento izquierdista Firmes de Gerardo Molina, es hoy considerado el ideólogo del gobierno. Por eso, las noticias que aluden a los problemas judiciales de sus hermanos cayeron como un balde de agua fría en la Casa de Nariño. ¿Debería renunciar un funcionario tan cercano al presidente con un entorno familiar cuyos antecedentes son tan cuestionables? La respuesta no es fácil. De entrada, no parece apro-piado ni incluso lógico juzgar a alguien por los errores de sus parientes, especialmente cuan-do esos hechos ocurrieron hace más de 20 años. Ser el primo de Pablo Escobar o tener hermanos díscolos puede ser un lastre, pero no es un delito ni genera ninguna incompatibili-dad o inhabilidad legal. Durante todo este tiempo, José Obdulio ha hecho hasta lo imposible por desvincularse de esa sombra del narcotráfico. Obtener la confianza de Álvaro Uribe no parece tarea fácil. No obstante, José Obdulio se ha ganado un espacio en el cenit del poder. Podría ser un contrasentido - e injusto - que ahora que ha llegado a la cima por su trabajo, trayectoria y dedicación, se vea en la obligación de dimitir porque se conocieron hechos en los cuales su única responsabilidad es tener la mis-ma sangre. Otra es la lectura política de las conductas irregulares de miembros de la familia de José Ob-dulio Gaviria. Más allá de los fallos que finalmente dictamine la justicia, y de la diferencia que se debe establecer entre los actos del funcionario y los de sus allegados, es innegable que las percepciones sobre uno de los colaboradores más cercanos del Presidente de la Re-pública contaminan desde el punto de vista político a su jefe inmediato. Una realidad aplica-

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8 ble para cualquier tiempo y lugar, pero aun más importante en un país donde la realidad im-pregnada de narcos y paras genera sensibilidades todavía mayores. El presidente Uribe, además, es un mandatario con características muy especiales, pues busca la reelección y muy probablemente la logrará sobre la base de una imagen de pulcri-tud. La continuidad del actual mandato se asocia con la necesidad de seguir golpeando con toda la contundencia que permiten las leyes todos los fenómenos delincuenciales que han azotado al país durante años. Al llegar a la Presidencia, Uribe recibió un mandato enérgico de cerrar las grietas que le ha-bían abierto estos descomunales fenómenos de los paramilitares, la guerrilla y el narcotráfico a valiosas tradiciones como la estabilidad institucional y el apego al derecho. Una defensa del país de leyes frente al embate de la cultura mafiosa. Esto implica que no se pueden hacer concesiones. Y que el momento exige tener muy presente aquello de que la mujer del César no sólo debe ser virtuosa, sino parecerlo. Esto es aun más relevante si se tiene en cuenta que el presidente Uribe está en la mira de las ONG, de mucha prensa extranjera y de enemigos ideológicos que quieren aprovechar cualquier fisura moral o 'papayazo' para caerle. Uribe tiene que cuidarse más que otros, des-pués de que ha tenido incidentes con la prensa internacional y ha sido víctima de todo tipo de campañas en su contra durante sus giras por Europa. ¿Ha cometido algún pecado José Obdulio? ¿Debería renunciar? Con excepción de las poco creíbles denuncias del 'Osito', el hermano de Pablo Escobar, su única falta es no haber in-formado que existían estas manchas entre personas cercanas. ¿Lo sabía el Presidente, o lo ignoraba tanto como la opinión pública? Esa falla se podría corregir con mejor información. Ocultar este tipo de historias convierte en denuncia lo que no pasaría de ser revelaciones incómodas.

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9 “BELLACOS”, LLAMA JOSE OBDULIO GAVIRIA, ASESOR PRE-

SIDENCIAL, A PERIODISTAS COLOMBIANOS www.radiosantafe.com Con el calificativo de “bellacos” llamó el consejero presidencial José Obdulio Gaviria a los periodistas que hacen eco a informaciones que acusan de paramilitarismo al Presidente y a funcionarios del gobierno. En entrevista con la Radio Santafé, el alto consejero utilizó el mismo apelativo para referirse a los editores del diario “El Tiempo” que dieron un gran despliegue a unas acusaciones de paramilitarismo al Vicepresidente Francisco Santos. “Hay hechos que demuestran que el tratamiento con el Presidente Uribe es injusto y a veces abusivo” –comentó el asesor refiriéndose al citado periódico. “Nosotros en eso si somos rebeldes, revirantes, duros con ese lenguaje, como lo fue también Luís Carlos en el tema del delito político y en otros varios temas”. La diatriba del asesor presidencial contra la prensa incluyó al semanario “El Espectador”, de quien dijo: “se convierte semanalmente en una cloaca, en un receptáculo de estiércol contra el Presidente Uribe y contra el gobierno. Y eso los hace felices. Allá ellos”. El asesor presidencial manifestó que un periodista, a quien no identificó, está preparando un artículo donde lo acusa de haber sido un instructor de los paramilitares en Medellín. “El periodista relata en una entrevista que tuvo con un desmovilizado que yo entraba de no-che, por el subterráneo del Hotel Dann en Medellín, donde los paramilitares tenían un centro de formación y que yo les daba clases”. En la misma entrevista el asesor presidencial anunció que el gobierno presentará una gran reforma política a consideración del Congreso. “En la agenda del día se encuentra presentar un proyecto de ley que permita a los funciona-rios públicos intervenir en política” – anunció el asesor presidencial. “A mí me gustaría presentar un proyecto que modifique, a tono con los días que vivimos, todo el tema de la política. Deseamos modernizar muchas cosas. La ley 5 que reglamenta el Con-greso, la ley de bancadas, el funcionamiento de posdebates en el Congreso, el umbral que debe ser subido al 5%. “El voto preferente debía ser modificado. La conformación de las listas la debiera hacer inter-namente cada partido y no el elector. Debiera de modificarse la representación de los Depar-tamentos en el Congreso. Todos los Departamentos debieran de tener, por derecho propio, un Senador, más las votaciones por las listas del partido que sería la manera de llevar 2 re-presentaciones al Congreso. La de los senadores departamentales mas los senadores de circunscripción nacional por partido.

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10 “Lo que hay que levantar ahora, rápidamente, es la prohibición absurda de la reelección de alcaldes y gobernadores. El gobierno ha presentado el proyecto 2 veces y ha sido derrotado, pero ahora hay condiciones mejores porque se puede desarrollar un debate en abstracto y por el bien común y no por una coyuntura y por el bien personal”.

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Lazos familiares EL ESPECTADOR 19 Diciembre 2007 Al cumplirse 21 años del asesinato del director de El Espectador Guillermo Cano, una revi-sión del expediente muestra varios cabos sueltos. Por ejemplo, el vínculo de quien pagó los sicarios con un hermano del asesor presidencial José Obdulio Gaviria.

Al revisar el enmohecido expediente afloran varias perlas nunca suficientemente aclaradas por la justicia: por ejemplo, los negocios entre el pagador de los sicarios, Luis Carlos Molina, y un hermano del asesor presidencial José Obdulio Gaviria. Desde el miércoles 17 de diciembre de 1986, día en que fue asesinado el director de El Es-pectador Guillermo Cano Isaza, el país supo que detrás del magnicidio estuvo la mafia del narcotráfico. Sin embargo, y a pesar de la impunidad que caracterizó la investigación penal, 21 años después del crimen, al revisar el voluminoso y enmohecido expediente, afloran parti-culares nombres y verdades ocultas de una trama ilegal de dineros, dudosas transacciones y sospechosas sociedades que nunca fueron judicializadas pero que, sin duda, hicieron parte de los tentáculos del capo Pablo Escobar Gaviria y su cartel de Medellín. A lo largo de 10 años, la investigación llegó a vincular a casi medio centenar de personas y en distintos momentos procesó directamente al capo Escobar y sus lugartenientes. No obs-tante, después de 12 asesinatos — entre ellos el de un magistrado, una jueza sin rostro y el abogado de la parte civil, Héctor Giraldo Gálvez —, de amenazas y exilios y de interminables trasteos del expediente, el 30 de julio de 1996, cuando concluyó el proceso, nadie quedó en prisión. Siete meses después fue capturado en Bogotá Luis Carlos Molina Yepes, el pagador de los sicarios que asesinaron a Guillermo Cano. Escasamente purgó seis años de cárcel.

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12 Y precisamente, del millonario patrimonio y de los centenares de movimientos bancarios de Molina Yepes, insuficientemente indagados por la justicia, se desprende una maraña de hilos sueltos que, de haberse investigado a fondo, le habría evitado muchos dolores al país. Hoy, sin embargo, sirve para aclarar circunstancias y sacar a flote muchos nombres que pasaron de agache durante dos décadas. Una relación de empresarios, comerciantes, dirigentes de-portivos, hacendados e integrantes del clan familiar del capo de capos, que ahora, en tiem-pos en que la sociedad urge verdades, ayudarían a entender por qué Escobar fue un criminal impune por tanto tiempo. Como él mismo lo reconoció ante la justicia a sus 42 años, Luis Carlos Molina Yepes y varios de sus familiares constituyeron un emporio de negocios de propiedad raíz, comisiones, cam-bio de moneda extranjera, cheques, industria de carnes, importación de licores, transaccio-nes de ganado y multimillonarias cuentas bancarias en por lo menos cuatro entidades finan-cieras. No obstante, cuando la justicia empezó a probarle que en varios de esos negocios aparecían Escobar Gaviria, sus familiares directos y algunos de sus principales colaborado-res, el 3 de marzo de 1988 Molina Yepes se evadió de las instalaciones del DAS en Medellín.

Al ratificarse con su fuga que el cheque girado a los si-carios no era una casualidad, la justicia emprendió un exhaustivo rastreo de cuentas crediticias y demás nego-cios de Molina, y constató múltiples circunstancias du-dosas que, sin embargo, nunca se desdoblaron en nue-vos expedientes. Por ejemplo, los investigadores encon-traron dos extraños escenarios: un hotel de propiedad de los hermanos Gustavo, José y Luz Mila Gaviria Rive-ro, donde además se editaba el periódico que resaltaba las ideas de Escobar; y un frente de cuentas en una su-cursal del Banco Ganadero en Medellín, en la cual cola-boradores y familiares del capo también movieron dine-ros. La misma semana de la fuga de Molina, la justicia or-denó una inspección judicial en tres bancos de la capital antioqueña. Así fue como, en la sucursal del Banco Ga-nadero en el sector de El Poblado, al requerir las carpe-

tas de interés judicial para desentrañar el patrimonio de Molina, en la primera cuenta exami-nada se descubrió que estaba a nombre de Carlos Alberto Gaviria Vélez, primo hermano de Pablo Escobar Gaviria. La segunda tenía como titular a Héctor Barrientos, gerente adminis-trativo de la hacienda Nápoles, de propiedad del capo. Este último cliente fue referenciado al banco por Carlos Alberto Gaviria. En aquella inspección apareció una tercera cuenta, también a nombre de Carlos Alberto Ga-viria Vélez, esta vez con Luis Javier Castaño Ochoa. Al día siguiente, a comienzos de marzo de 1988, el juez 33 de Instrucción Criminal, Luis Malagón, envió un oficio al DAS para que agentes de ese organismo de inteligencia llevaran a su despacho, para escuchar sus expli-caciones sobre las cuentas, a Carlos Alberto Gaviria y Héctor Barrientos, así como a Ubiel

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13 Ospina, Roberto Pastor Morales, Humberto Quintero y Jorge de Jesús Pizano. Al mismo tiempo pidió a la Registraduría sus tarjetas decadactilares.

No obstante, al menos en el caso de Carlos Alberto Gaviria Vélez, nunca compareció ante la justicia. Hoy, a sus 60 años, reconoce que tuvo cuentas en esa sucursal del Banco Ganadero pero que no recuerda los detalles. Admite que conoció y tuvo negocios con Luis Carlos Moli-na Yepes y Héctor Barrientos, sin embargo, dice, se desligó de ellos hace muchos años. Car-los Alberto Gaviria es el hermano mayor del consejero presidencial José Obdulio Gaviria Vélez, quien como él ha sostenido con vehemencia que eran primos de Pablo Escobar, hijos

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14 de dos hermanos, pero que ambas familias nunca tuvieron negocios y siempre fueron muy distantes.

Según el hijo mayor de los Gaviria Vélez, desde hace 20 años se ha dedicado a asuntos fi-nancieros trabajando en compañías de seguros, bancos y el sector cooperativo. De hecho, entre el 11 de noviembre de 2001 y el 30 de noviembre de 2003 ofició como gerente regional del Banco Agrario en Antioquia. En el primer semestre de 2007 se dejó picar por el bicho de la política y se lanzó como candidato al Concejo de Guatapé (Antioquia) por el Partido Con-servador. Sólo obtuvo 86 votos y se quemó. Hoy, está dedicado a comercializar alambres de energía. “No soy político y prefiero mis actividades privadas”, añade. En diálogo con El Espectador, Gaviria Vélez concluyó: “si el tema de mis hermanos Luis Ma-rio y Jorge (procesados por narcotráfico en EU) es muy desafortunado, ahora lo es para mí que se hagan conjeturas mías respecto al caso de Guillermo Cano. La verdad, yo recuerdo más a María Cano, la líder obrera, y definitivamente el estigma de Pablo Escobar nos va a acompañar toda la vida. Yo no lo niego, lo conocí en mi infancia, pero también soy familiar de

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15 un ex alcalde de Medellín y un monseñor de la Iglesia. Esto también sucede porque soy her-mano de José Obdulio, pues como decía Cochise, ‘en Colombia la gente se muere más de envidia que de cáncer’ ”.

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Muertos buenos y malos Por Patricia Lara Salive EL PAIS Feb. 17, 2008 La descalificación del asesor presidencial, José Obdulio Gaviria, de la marcha planeada para el 6 de marzo con el fin de rendirles homenaje a las víctimas del paramilitarismo, con el ar-gumento de que ésta fue apoyada por Anncol, agencia cercana a las Farc, y las varias co-lumnas que, con matices diversos, han pretendido desanimar a quienes tenemos la intención de marchar ese día, llevan a una dolorosa conclusión: la de que en Colombia hay muertos buenos y muertos malos, desaparecidos buenos y desaparecidos malos, secuestrados bue-nos y secuestrados malos. Sin recordar que la multitudinaria marcha del 4 de febrero también fue apoyada por el jefe paramilitar Salvatore Mancuso, responsable de cientos de asesinatos, lo cual no significa que los diez millones de colombianos que ese día protestaron contra el secuestro y contra las FARC sean ‘mancusistas’, Gaviria, en ‘Hora 20’, se fue lanza en ristre contra los organizado-res de la marcha del 6 de marzo y le pidió a la audiencia que no concurriera a ella porque era organizada por las FARC, lo cual, en un país donde tantos conflictos se resuelven a bala, significa poner en la mira de los fusiles de los millones de enemigos de las FARC a los orga-nizadores de la marcha y a quienes concurran a ella. ¡Ese acto de José Obdulio Gaviria fue muy irresponsable! Y Fernando Londoño, ex ministro de Uribe, escribió, por su parte, que la marcha del 6 iba a ser un “desagravio para ‘Jojoy’ y una afrenta para nuestro Ejército”. Y Mauricio Vargas dijo que si bien le gusta la idea de marchar contra los paramilitares, “urge preguntar… si los co-mandantes paramilitares despiertan en este momento tanta rabia como sus colegas del se-cretariado” y concluyó su artículo afirmando que “una segunda marcha, esta vez contra los paramilitares, está sobrada de motivos, pero es posible que le haga falta momentum”. Y el general Valencia Tovar manifestó en su columna que “una movilización raquítica, en contras-te con la formidable del 4 de febrero, (es) preferible ni intentarla” y agregó: “Sin fe ni entu-siasmo ni respaldo emocional no habrá multitudes”. Unas simples preguntas: ¿dónde están los líderes? ¿Dónde los medios de comunicación que dieron a las marchas de febrero el im-pulso decisivo? ¡Qué contraste con los entusiastas y repetidos llamados de los medios a participar en la mar-cha del 4 de febrero! Con esa actitud, que busca reducir la marcha del 6 de marzo a su más mínima expresión, se envía un mensaje que contraviene la ética y que es, en sí mismo, un peligroso generador de violencia: el de que los delitos de las FARC son muy malos, pero que los de los paramilitares no lo son tanto. De ahí a creer que los muertos de las FARC son ma-los, pero que los de los paramilitares son buenos, no hay sino un paso. Y de ahí a extender la guerra y generalizar la barbarie, no hay sino un milímetro. ¡Por favor, sin disculpas, sin atenuantes, marchemos todos unidos contra todas las violen-cias!

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La destitución de José Obdulio Gaviria Por Iván Cepeda Castro [email protected] Marzo 15, 2008 El siguiente derecho de petición lo radicaré en los próximos días, acompañado de las firmas de las personas y organizaciones que quieran suscribirlo. Señor Presidente de la República, los ciudadanos y organizaciones abajo firmantes, haciendo uso de nuestro derecho constitu-cional de dirigirnos a las autoridades haciendo peticiones respetuosas, queremos solicitarle la destitución de su consejero José Obdulio Gaviria. Como es de su conocimiento, el pasado 6 de marzo cientos de miles de personas participa-ron en actos en 102 ciudades de Colombia y del mundo, en solidaridad con las víctimas de los paramilitares y de los crímenes de Estado. Mediante un comunicado público, el Gobierno señaló que no respaldaba esta convocatoria, pero que ofrecía garantías para llevar a cabo los actos programados. No obstante, el señor Gaviria hizo declaraciones públicas en las que afirmaba que ni Usted ni él participarían en una marcha “convocada por las FARC”. A pesar de que los organizadores de los actos del 6 de marzo solicitamos que se desmintieran ofi-cialmente estas calumniosas aseveraciones, ningún vocero del Gobierno lo hizo. Esta situación generó un ambiente de creciente inseguridad. El 11 de febrero de 2008, al día siguiente de las declaraciones del señor Gaviria, se dio a conocer un pronunciamiento de las Autodefensas Unidas de Colombia en el que también se afirmaba que la marcha era instiga-da por la guerrilla. El 13 de febrero aparecieron en Nariño amenazas contra las asociaciones promotoras de la jornada. El 28 de febrero, individuos dispararon contra el apartamento de Adriana González, organizadora de la manifestación en Pereira. Después de los actos del 6 de marzo, en una semana cuatro líderes sindicales han sido ase-sinados. El 9 de marzo fue desaparecido Carlos Burbano, vicepresidente de la Asociación Nacional de Trabajadores Hospitalarios en San Vicente del Caguán y quien había liderado la organización del acto del 6 en esa localidad. Su cadáver fue hallado en el basurero municipal con el rostro desfigurado con ácido. En el Caquetá, muchos de los preparativos para el 6 se vieron frustrados luego de que el general Óscar Naranjo afirmó en una rueda de prensa que había sido encontrado un volante en el que las FARC invitaban a las manifestaciones en ese departamento. El general Naranjo hizo ese anuncio sin aclarar que las organizaciones que habíamos impul-sado la iniciativa condenamos las convocatorias paralelas de grupos armados. Mujeres que desde el Caquetá iban a tomar parte en la Marcha Nacional de los Desplazados, decidieron no venir por temor a los efectos del anuncio oficial. Luego de la marcha de los desplazados, fue amenazado uno de sus coordinadores, Libardo Pedrozo. El pasado 12 de marzo, llegaron amenazas contra 28 defensores de derechos humanos y un conjunto de organizaciones so-ciales. Están firmadas por un grupo que se hace llamar Águilas Negras, que anuncia que “será implacable” con quienes invitaron a las manifestaciones del 6 de marzo.

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18 Todas estas circunstancias demuestran la continuidad de la acción siniestra de las estructu-ras paramilitares, y también de quienes ejecutan crímenes de Estado. Su reacción violenta obedece al masivo repudio ciudadano que recibieron el 6 de marzo. Pero además esta situa-ción compromete la responsabilidad del Gobierno. Las declaraciones que hizo José Obdulio Gaviria generaron un ambiente propicio para la violencia que ya ha cobrado la vida de cuatro sindicalistas. Contra él instauraremos acciones judiciales. Pero además le solicitamos a Us-ted, señor Presidente, que lo destituya: la incitación a la violencia es un grave delito.

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Colombia: ONGs exigen a Uribe enfrentar ola de violencia contra defensores de derechos humanos y sindicalistas

Por: Human Rights Watch 26 de marzo de 2008 Declaraciones de asesor de Uribe contribuyen al clima de intolerancia que fomenta la violencia (Washington, DC, 26 de marzo de 2008) – Las recientes declaraciones de un asesor cercano al Presidente de Colombia Álvaro Uribe contribuyeron a crear “un clima de intolerancia políti-ca que fomenta la violencia” poco antes de desatarse una ola de asesinatos, ataques y ame-nazas contra sindicalistas y activistas de derechos humanos, dijo hoy un grupo de 22 organi-zaciones internacionales de derechos humanos en una carta [2] enviada a Uribe. Cuatro sindicalistas colombianos – algunos de los cuales habrían estado participando en una marcha el 6 de marzo en contra de violaciones de derechos humanos por parte del estado y de grupos paramilitares – fueron asesinados entre el 4 y el 11 de marzo. Miembros de orga-nizaciones de derechos humanos han sido objeto en las últimas semanas de ataques físicos, hostigamientos, ingresos forzados a oficinas y robos de documentos. Más de dos docenas de organizaciones y personas han recibido amenazas de muerte firmadas por supuestos grupos paramilitares operando en la capital, Bogotá. Poco antes de los ataques, el asesor presidencial José Obdulio Gaviria hizo una serie de de-claraciones difundidas por radio a nivel nacional, vinculando al reconocido representante de víctimas, Iván Cepeda, y a otros organizadores de la marcha del 6 de marzo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un grupo guerrillero notoriamente abusivo. El 11 de febrero, un día después de las primeras declaraciones de Gaviria, las supuestamente desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) divulgaron una declaración haciendo eco a las imputaciones de Gaviria. “Comentarios sin fundamentos como éste dañan profundamente a la democracia y a los de-rechos humanos en Colombia, y ponen a todos aquellos contra quienes están dirigidos en peligro directo de ser víctimas de violencia”, señaló la coalición de ONGs en la carta dirigida al Presidente Uribe. “Estas declaraciones estigmatizan el trabajo legítimo de miles de defen-sores de los derechos humanos, sindicalistas y víctimas, y pueden tener un efecto paralizan-te sobre el ejercicio de los derechos a la libertad de expresión y la libertad de asociación”. La coalición de ONGs instó al Presidente Uribe a:

• Repudiar públicamente las declaraciones de Gaviria y otros que han vinculado a los organizadores de la marcha con las guerrillas;

• Rechazar la reciente ola de ataques y reafirmar el apoyo de su gobierno a la protec-ción del trabajo legítimo de los sindicalistas y defensores de derechos humanos;

2 http://hrw.org/english/docs/2008/03/26/colomb18349.htm

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• Garantizar una investigación pronta e imparcial de cada uno de los ataques recientes, juzgar a los responsables, y emprender acciones decisivas para desmantelar los gru-pos paramilitares y romper sus vínculos con funcionarios gubernamentales.

La carta, de la cual se envió también una copia al gobierno de Estados Unidos, señaló que “esta serie de amenazas y ataques pone directamente en duda la efectividad del proceso de desmovilización de los paramilitares”. La violencia se produce mientras el gobierno de Bush se encuentra presionando al Congreso estadounidense para ratificar el Tratado de Libre Comercio con Colombia. “En el debate so-bre el Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos, el Presidente Uribe ha sostenido en reiteradas ocasiones que él protege los derechos de los trabajadores”, dijeron las ONGs. “Pero que el Presidente Uribe haya permitido que su asesor presidencial continúe con sus acusaciones, incluso mientras sindicalistas y defensores de humanos son asesina-dos y amenazados, sugiere una verdadera desconexión entre el discurso de Uribe y sus ac-ciones”. La carta fue firmada por Human Rights First, Human Rights Watch, Amnistía Internacional EEUU, Refugees International, Lutheran World Relief, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, Jesuit Conference, Latin America Working Group, Center for International Policy, US Office on Colombia, Mercy Corps, United Methodist Church, General Board of Church and Society, Robert F. Kennedy Memorial Center for Human Rights, Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), Friends Committee on National Legislation, Wit-ness for Peace, Mennonite Central Committee, Presbyterian Peace Fellowship, AFRODES USA, Conference of Major Superiors of Men, Colombia Human Rights Committee, Washing-ton DC, Church of the Brethren Witness/Washington Office.

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Sombra siniestra Por Pablo Echeverri Calle [email protected] LA TARDE - Pereira Abril 5, 2008 Cada vez que habla José Obdulio se hace más evidente que sus declaraciones no tienen únicamente la característica chocante de ser vacías y cínicas, son también peligrosas, muy peligrosas. El asesor presidencial no ha tenido problema en hacer uso de información privile-giada para favorecer a una empresa sobre sus competidoras (como fue el caso de los co-rreos de ETB y EPM); estigmatizar a los secuestrados y a sus familias como personas que dañan el país; sostener contra toda evidencia que en Colombia no hay conflicto armado sino “una amenaza terrorista provocada por seis bandas dispersas en la jungla”. Por supuesto, uno escucha este tipo de insensateces y lo primero que viene a la mente es la imagen de un hombre que ha perdido la noción de realidad y que, como mínimo gesto de compasión con el enfermo, deberíamos ignorarlo y dejarlo en su demencia. Claro, esto sería así si José Obdulio Gaviria, primo hermano del capo asesino Pablo Escobar Gaviria, no fuera nada menos que asesor del Presidente. Su cínica voz encuentra su hogar en los oídos de un Presidente insólitamente encantado por los cantos del sofista de Palacio. Claro, parece ser que no es Uribe el único que cree irremediablemente en su asesor: todo indica que José Obdulio es el filósofo de cabecera de muchos matones. De esos asesinos que hasta la semana pasada habían aniquilado más de 4 promotores de la marcha del 6 de marzo (hay una víctima pereirana ¿Por qué los medios no denunciaron esta masacre a tiem-po?). Esos que parecieron inspirarse en la infame declaración de José Obdulio cuando éste asimiló a los promotores con guerrilleros y a la marcha con una operación política de las FARC. José Obdulio es una sombra en todo el sentido de la palabra. Una presencia de la que no podemos escapar por más que lo queramos, mucho menos la podemos tocar: Gaviria consi-guió superar a su primo en cuestiones de asegurarse la impunidad, porque si Pablo tuvo “La Catedral” José Obdulio logró un blindaje jurídico que no tiene ni siquiera el Presidente: por no ser funcionario público no cuenta con un régimen disciplinario que sancione oportunamente casos como el de los correos y las declaraciones de la marcha del 6; así también Gaviria podría cometer varios delitos (como la concusión, peculado, cohecho etc..) por los que no se le podría perseguir, a pesar de contar con la posición y las posibilidades para cometer estos ilícitos, ya que no es, como lo exige el Código Penal funcionario público. Lo único más grave que una infamia es una infamia blindada… El funesto episodio de las marchas llevó a que Iván Cépeda, hijo de un padre asesinado y defensor de Derechos Humanos, le solicitara a Uribe la destitución de un asesor que con sus declaraciones sólo aviva la hoguera de la guerra que consume tantas vidas y tantas familias. Solicitud que Uribe debió atender no sólo por cuestión ética, la Constitución ordena que el Presidente sea una figura de unidad nacional, deber que no cumple al mantener en su cargo a una persona con tanta capacidad de polarización como su asesor.

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22 ¿Por qué Uribe mantiene a José Obdulio como otro de sus inamovibles? El primo del asesor era el dueño de la ciudadela productora de cocaína llamada Tranquilandia, lugar donde en-contró misteriosamente un helicóptero del padre de Uribe (supongo que no es necesario ex-plicar porqué es tan útil un helicóptero en un laboratorio de cocaína). Es posible que para Uribe su asesor no valga tanto por lo que dice, sino por lo que no ha di-cho…

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'La actitud de José Obdulio es perversa': Fiscal Mario Iguarán CAMBIO Abril 9/2008 CAMBIO: El asesor presidencial José Obdulio Gaviria dijo que el ex senador Mario Uri-be logró demostrar su inocencia en la Fiscalía, lo que sugiere que tiene acceso a in-formación privilegiada... MARIO IGUARÁN: Basta ya a ese tipo de manifestaciones desafortunadas. Voy a decírselo con toda claridad al doctor José Obdulio Gaviria y a todos aquellos que dicen conocer el es-tado del proceso: su actitud es perversa y le hace daño a la investigación, a la Fiscalía, y al propio doctor Uribe. ¿Perversa quiere decir que esconde segundas intenciones? A menos que reconozca que se trató de una salida en falso, el país puede pensar que es así. Y podría considerarse también que, así fuese cierto lo que dijo sobre el proceso que se le sigue al doctor Uribe, estaría obligado a decir quién en la Fiscalía le informó. ¿Podría pensarse que el Asesor Presidencial está buscando réditos políticos para afianzarse en Antioquia, que tiene seis congresistas vinculados a la parapolítica? Ojalá que no sea así. Sería gravísimo que con actuaciones como esa, que como esa termi-nen afectadas personas que están sindicadas e investigadas. Críticos de la Fiscalía dicen que no se explican por qué mientras la Corte ha ordenado la detención de casi todos los congresistas antioqueños señalados de nexos con pa-ramilitares, la Fiscalía haría una excepción con el jefe de varios de ellos... Lo que entiendo es que en esta, como casi en ninguna otra investigación, han sido numero-sos los requerimientos de las partes para la práctica de pruebas. Sin embargo, la situación no es exclusiva de este proceso. También podrían estar reclamándonos porque no hemos resuelto el proceso seguido al almirante Arango Bacci. En medio de tantas dudas, ¿ha pensado en reasignar el caso a otro fiscal? Ni por un segundo. Insisto en que meto las manos en el fuego por el fiscal Ramiro Marín que lleva el caso. En menos de dos meses, es la segunda vez que apoya tan fuertemente a ese fiscal. En febrero, lo hizo también cuando la fiscal que tenía el proceso del Banco de Colombia y el Grupo Gilinski aseguró que Marín quiso obligarla a cambiar una decisión ya toma-da... Los fiscales sabemos mucho de bandas criminales, pero poco de bandas cambiarias. Y en este caso se requerían conocimientos especializados en economía. El doctor Marín hizo una

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24 aproximación al fiscal seccional que tenía el caso, pues había un llamado a indagatoria a to-da la Junta Directiva del Banco de la República, del Banco de Colombia, el BID y a ex minis-tros de Estado. Es evidente que por la complejidad del tema, el fiscal y los investigadores requerían una asistencia especializada. ¿La autonomía de los fiscales es relativa? Cómo celebro la expresión del doctor Humberto de la Calle, según la cual un fiscal que pue-de hablar con los periodistas pero no puede hablar con sus subalternos, es un mamarracho. Si el fiscal debe responder política y judicialmente por las actuaciones de la Fiscalía, mal podría llamársele mamarracho porque habla con sus subalternos. Eso fue lo que hizo el doc-tor Marín. ¿Será que los congresistas que renuncian al fuero creen que les va mejor en la Fiscal-ía? Renunciar al fuero es un derecho legítimo. Lo que nos importa es que consideren que la Fis-calía les da garantías, como es clarísimo que las da también la Corte. Porque usted fue viceministro de Justicia y redactor del proyecto de reelección presi-dencial, algunos creen que es de bolsillo del Gobierno... No. El proyecto de acto legislativo estaba en mi disco duro, pero además ese era mi trabajo como Viceministro. Por mi trabajo me eligió la Corte y eso demuestra mi independencia. ¿Cómo son sus relaciones con el Presidente? ¿Están mediadas por el caso de Mario Uribe como estuvieron hace poco las relaciones del Presidente con la Corte? Alguien me decía: "Fiscal, cuando se le cuestiona su independencia y su autonomía, alegue que a los demás fiscales generales los pudo haber nombrado el Presidente sin siquiera co-nocer su trabajo". A mí el Presidente de la República me puso en la terna para que la Corte Suprema escogiera, y ella, que conocía mi trabajo, pudo haberla objetado. Su respaldo fue objetivo. ¿QUIÉN ES MARIO IGUARÁN? Como fiscal general ha sido uno de los impulsores del sistema penal acusatorio. Nacimiento: Cerrito, Valle, 1960. Estudios: Derecho, Universidad Externado de Colombia; doctorado en Derecho Constitucio-nal, Universidad de Bonn, Alemania. Cargos: Viceministro de Justicia; magistrado auxiliar de la Corte Constitucional; director de la Escuela Judicial Rodrigo Lara Bonilla; catedrático.

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63 congresistas le pidieron a José O. Gaviria moderar sus palabras El Espectador – Con información AP 15/04/2008 A través de una carta, miembros del Partido Demócrata criticaron al asesor presiden-cial por asegurar que la marcha del 6 de marzo fue promovida por las Farc. Sesenta y tres congresistas demócratas señalaron al asesor presidencial José Obdulio Gavi-ria como responsable indirecto de una serie de asesinatos de dirigentes y activistas ocurridos en el país luego de la marcha del 6 de marzo contra la violencia de grupos paramilitares, según una carta difundida este martes. En la misiva enviada el lunes 14 a Uribe los legisladores dicen que desde que su asesor pre-sidencial José Obdulio Gaviria ha formulado sus comentarios refiriéndose peyorativamente a los organizadores de la marcha del 6 de marzo, seis dirigentes populares han sido asesina-dos y muchos atacados físicamente y hostilizados. “Le pedimos adoptar una posición pública firme en apoyo de quienes promueven y protegen los derechos humanos", dijeron los firmantes, todos miembros de la Cámara de Represen-tantes, según copia de la carta difundida en una actividad en el Capitolio relacionada con el Tratado de Libre Comercio. La actividad fue coordinada por el presidente de la federación sindical AFL-CIO, John Swee-ney, para hablar justamente sobre el incremento de la violencia contra dirigentes sindicales y activistas de los derechos civiles, a la semana siguiente de que la mayoría opositora demó-crata cerrara momentáneamente toda posibilidad de debate legislativo del Tratado. “En este contexto de violencia, resulta casi imposible a los trabajadores ejercer sus derechos laborales básicos", dijo Sweeney, cuya agrupación ha sido históricamente fuente de votos para candidatos demócratas. “Muchos han optado silenciarse para protegerse a sí mismos y sus familias, o simplemente guardan silencio en el trabajo". El senador Sherrod Brown, de Ohio, uno de los miembros del Congreso presente en la acti-vidad, dijo que la oposición al Tratado colombiano era “una cuestión moral” para quienes creen en las libertades civiles y la vigencia de los derechos humanos. Los congresistas le dicen a Uribe que Gaviria ha estado refiriéndose desde el 10 de febrero a los organizadores de la marcha contra los abusos de los paramilitares como “aliados o inte-grantes” de las FARC. “Sus declaraciones no son sólo inexactas sino peligrosas, y le pedi-mos que usted distancie claramente a su gobierno de esos comentarios", dijo. El columnista de El Espectador Iván Cepeda Castro, líder del Movimiento Nacional de Vícti-mas de Crímenes de Estado, uno de los organizadores de la marcha contra los paramilitares y también presente en el Capitolio, cuestionó la veracidad de las afirmaciones de Uribe según las cuales los paramilitares se han desmovilizado. “Todavía están operando como en el pasado", afirmó.

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26 Cepeda Castro y Jorge Rojas, director de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES), se presentaron horas antes en un coloquio en el Diálogo Inte-ramericano y dijeron que el Tratado Comercial tenía un potencial de “ampliar la base social” del narcotráfico en Colombia. Rojas explicó que los pequeños empresarios y campesinos colombianos no tenían prisa por el tratado porque allí se generaría unas 700.000 nuevas familias desplazadas que se unirían a los cuatro millones que ya ha generado el conflicto interno en más de cuatro décadas, y que al no tener futuro pueden terminar sembrando coca para el narcotráfico. “Los que tienen prisa son los grandes empresarios y capitalistas", señaló.

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Las cuentas suizas del cartel de Medellín Por: Elespectador.com 18 Oct 2009 - 12:28 pm Columna publicada por el periodista Daniel Coronel en la revista Semana. Ahora viene la pelea entre Suiza y Estados Unidos por la plata perdida del cartel de Medellín Una operación de inteligencia financiera suizo-americana para cazar evasores de impuestos de Estados Unidos descubrió la existencia de una serie de cuentas cifradas de miembros de la mafia colombiana. Los depósitos, que pueden sumar al menos 30 millones de dólares, están en cuentas internacionales -abiertas originalmente en Suiza, Luxemburgo y Panamá- que han permanecido inactivas desde los años 80. Algunos cuentahabientes murieron y otros que sobreviven dejaron quieto el dinero probablemente por temor a que les preguntaran por el origen de los fondos. La investigación ha encontrado un nombre que se repite como titular y cosignatario de algu-nas de esas cuentas. Se trata de Carlos Alberto Gaviria Vélez, el hermano de José Obdulio Gaviria. Hace un tiempo una rigurosa investigación del diario El Espectador reveló que Carlos Alberto Gaviria era el titular de dos cuentas bancarias -aquella vez en Colombia- usadas por quienes pagaron el asesinato de don Guillermo Cano. A comienzos de este año, el mismo diario descubrió un viejo negocio de tierras entre Carlos Alberto Gaviria y dos de sus primos: Pablo Emilio Escobar Gaviria y Gustavo de Jesús Gavi-ria Riveros, socios y cabezas del narcotráfico en Antioquia para la época de la transacción. Pues bien, ahora salen a flote las evidencias de la participación de ese hermano de José Obdulio en las operaciones bancarias internacionales de sus primos mafiosos. En tres de las cuentas descubiertas, Carlos Alberto Gaviria Vélez figura como titular y benefi-ciario de los fondos. La primera tiene depositada una cifra equivalente a 1.658.894 dólares y fue abierta en el Banco Crédit Lyonnais. La segunda está en el Banque Génerale de Luxem-burgo, tiene fondos por 2.037.400 dólares y figuran como titulares una empresa llamada Ga-lex Venture y Carlos Alberto Gaviria Vélez, identificado con el número 8271876, el mismo número de la cédula del hermano de José Obdulio. La tercera es la que menos plata tiene, pero quizás es la más reveladora. Fue abierta en el banco suizo UBS y conserva un saldo de 1.037.000 dólares. Sus titulares son Carlos Alberto Gaviria Vélez y alguien llamado Jesús María Rivero García. Judicialmente está demostrado que ese nombre corresponde a una identidad falsa que solía usar el capo Gustavo de Jesús Gaviria Riveros. En 1990, cuando Gustavo Gaviria fue abati-do por la Policía, los agentes encontraron entre sus papeles una cédula falsificada a nombre de Jesús María Rivero García.

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28 Carlos Alberto Gaviria Vélez le dijo a El Espectador que él -al igual que sus hermanos- nunca tuvo relaciones con sus primos mafiosos. Sin embargo, todas estas evidencias lo contradi-cen. De la presencia de Gustavo Gaviria en Luxemburgo en 1986, existe una prueba fotográfica. Allí el desaparecido capo posa en un cantón del principado, célebre por la discreción de su banca, al lado de un enigmático acompañante cuya identidad tal vez pueda ayudar a esta-blecer Carlos Alberto Gaviria. Otros 22 colombianos, algunos de ellos familiares y relacionados del extinto Gustavo Gaviria, figuran como titulares de las millonarias cuentas. Como se recordará, dos hermanos más de José Obdulio Gaviria Vélez, hoy empleados públicos, tuvieron líos con la justicia de Estados Unidos por temas de narcotráfico. Ahora viene la pelea entre Suiza y Estados Unidos por la plata perdida del cartel de Medellín. Una pelea que podría pasar por la petición de extradición de los implicados. Por ahora Co-lombia no se ha mostrado interesada en recuperar ni el dinero, ni la historia. ****** A propósito de José Obdulio, quiero expresar públicamente mi solidaridad con Claudia López, investigadora brillante y valiente defensora de la verdad, incluso cuando la verdad resulta inconveniente.