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Iglesia Viva DIOCESIS DE GRANADA, NICARAGUA Departamentos de Boaco, Granada y Rivas Obispo: Monseñor Jorge Solórzano Pérez V DOMINGO DE CUARESMA CICLO C 13 DE MARZO 2016 AÑO XVII NÚMERO 17 EL ADULTERIO UN PECADO GRAVE QUE DIOS LO SABE PERDONAR A QUIEN SE CONVIERTE A ÉL «Las lecturas de hoy —explicó el Pontífice— nos hablan del adulterio», que junto a la blasfemia y la idolatría era considerado «un pecado gravísi- mo en la ley de Moisés», sancionado «con la pena de muerte» por lapi- dación. El adulterio, en efecto, «va contra la imagen de Dios, la fidelidad de Dios», porque «el matrimonio es el símbolo, y también una realidad humana de la relación fiel de Dios con su pueblo». Así, «cuando se arruina el matrimonio con un adulterio, se ensu- cia esta relación entre Dios y el pueblo». En ese tiempo era considera- do «un pecado grave» porque «se ensuciaba precisamente el símbolo de la relación entre Dios y el pueblo, de la fidelidad de Dios». En el pasaje evangélico propuesto en la liturgia, que relata la historia de la mujer adúltera, «encontramos a Jesús que estaba sentado allí, entre mucha gente, y hacía las veces de cate- quista, enseñaba». Luego «se acer- caron los escribas y los fariseos con una mujer que llevaban delante de ellos, tal vez con las manos atadas, podemos imaginar». Y, así, «la colo- caron en medio y la acusaron: ¡he aquí una adúltera!». Se trataba de una «acusación pública». Y, relata el Evangelio, hicieron una pregunta a Jesús: «¿Qué tenemos que hacer con esta mujer? Tú nos hablas de bondad pero Moisés nos dijo que tenemos que matarla». Ellos «decían esto —destacó el Pontífice— para ponerlo a prueba, para tener un motivo para acusarlo». En efecto, «si Jesús decía: sí, adelante con la lapidación», tenían la ocasión de decir a la gente: «pero este es vuestro maes- tro tan bueno, mira lo que hizo con esta pobre mujer». Si, en cambio, «Jesús decía: no, pobrecilla, perdonadla», he aquí que podían acusarlo «de no cumplir la ley». Su único objetivo era «poner precisamente a prueba y tender una trampa» a Jesús. «A ellos no les importaba la mujer; no les importaban los adulterios». Es más, «tal vez algunos de ellos eran adúlteros». Por su parte, a pesar de que había mucha gente alrededor, «Jesús quería permanecer solo con la mujer, quería hablar al corazón de la mujer: es la cosa más importante para Jesús». Y «el pueblo se había marchado lentamente» tras escuchar sus palabras: «El que esté sin pecado, que tire la primera piedra». «El Evangelio con una cierta ironía —comen- tó el obispo de Roma— dice que todos se marcharon, uno por uno, comenzando por los más ancianos». He aquí, entonces, «el momento de Jesús confesor». Queda «solo con la mujer», que permanecía «allí en medio». Mientras tanto, «Jesús estaba incli- nado y escribía con el dedo en el polvo de la tierra. Algunos exegetas dicen que Jesús escribía los pecados de estos escribas y fariseos. Tal vez es una imaginación». Luego «se levantó y miró» a la mujer, que estaba «llena de vergüenza, y le dijo: Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Ninguno te ha con- denado? Estamos solos, tú y yo. Tú ante Dios. Sin acusaciones, sin críticas: tú y Dios». Continúa en la última página...

V domingo de cuaresma 2016 ciclo c boletin iglesia viva año xvii número 17

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Lecturas Dominicales propias del tiempo litúrgico.

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Iglesia VivaDIOCESIS DE GRANADA, NICARAGUA

Departamentos de Boaco, Granada y Rivas Obispo: Monseñor Jorge Solórzano Pérez

V DOMINGO DE CUARESMACICLO C

13 DE MARZO 2016AÑO XVII

NÚMERO 17

EL ADULTERIO UN PECADO GRAVEQUE DIOS LO SABE PERDONAR A QUIEN SE CONVIERTE A ÉL

«Las lecturas de hoy —explicó elPontífice— nos hablan del adulterio»,que junto a la blasfemia y la idolatríaera considerado «un pecado gravísi-mo en la ley de Moisés», sancionado«con la pena de muerte» por lapi-dación. El adulterio, en efecto, «vacontra la imagen de Dios, la fidelidadde Dios», porque «el matrimonio es elsímbolo, y también una realidadhumana de la relación fiel de Dios consu pueblo». Así, «cuando se arruina elmatrimonio con un adulterio, se ensu-cia esta relación entre Dios y elpueblo». En ese tiempo era considera-do «un pecado grave» porque «seensuciaba precisamente el símbolo dela relación entre Dios y el pueblo, de lafidelidad de Dios».

En el pasaje evangélico propuesto enla liturgia, que relata la historia de lamujer adúltera, «encontramos a Jesúsque estaba sentado allí, entre muchagente, y hacía las veces de cate-quista, enseñaba». Luego «se acer-caron los escribas y los fariseos conuna mujer que llevaban delante deellos, tal vez con las manos atadas,podemos imaginar». Y, así, «la colo-caron en medio y la acusaron: ¡heaquí una adúltera!». Se trataba de una«acusación pública». Y, relata elEvangelio, hicieron una pregunta aJesús: «¿Qué tenemos que hacer conesta mujer? Tú nos hablas de bondadpero Moisés nos dijo que tenemos quematarla». Ellos «decían esto —destacóel Pontífice— para ponerlo a prueba,para tener un motivo para acusarlo».En efecto, «si Jesús decía: sí, adelante

con la lapidación», tenían la ocasión dedecir a la gente: «pero este es vuestro maes-tro tan bueno, mira lo que hizo con estapobre mujer». Si, en cambio, «Jesús decía:no, pobrecilla, perdonadla», he aquí quepodían acusarlo «de no cumplir la ley». Suúnico objetivo era «poner precisamente aprueba y tender una trampa» a Jesús. «Aellos no les importaba la mujer; no lesimportaban los adulterios». Es más, «tal vezalgunos de ellos eran adúlteros».

Por su parte, a pesar de que había muchagente alrededor, «Jesús quería permanecersolo con la mujer, quería hablar al corazónde la mujer: es la cosa más importante paraJesús». Y «el pueblo se había marchadolentamente» tras escuchar sus palabras: «Elque esté sin pecado, que tire la primerapiedra».

«El Evangelio con una cierta ironía —comen-tó el obispo de Roma— dice que todos semarcharon, uno por uno, comenzando porlos más ancianos». He aquí, entonces, «elmomento de Jesús confesor». Queda «solocon la mujer», que permanecía «allí enmedio». Mientras tanto, «Jesús estaba incli-nado y escribía con el dedo en el polvo dela tierra. Algunos exegetas dicen que Jesúsescribía los pecados de estos escribas yfariseos. Tal vez es una imaginación». Luego«se levantó y miró» a la mujer, que estaba«llena de vergüenza, y le dijo: Mujer, ¿dóndeestán tus acusadores? ¿Ninguno te ha con-denado? Estamos solos, tú y yo. Tú ante Dios.Sin acusaciones, sin críticas: tú y Dios».

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Lectura del libro del profeta Isaías(43, 16-21)

Esto dice el Señor, que abrió uncamino en el mar y un sendero en lasaguas impetuosas, el que hizo salir ala batalla a un formidable ejército decarros y caballos, que cayeron y nose levantaron, y se apagaron comouna mecha que se extingue:

“No recuerden lo pasado ni piensenen lo antiguo; yo voy a realizar algonuevo. Ya está brotando. ¿No lonotan? Voy a abrir caminos en eldesierto y haré que corran los ríosen la tierra árida. Me darán glorialas bestias salvajes, los chacales y lasavestruces, porque haré correr aguaen el desierto, y ríos en el yermo,para apagar la sed de mi puebloescogido. Entonces el pueblo que mehe formado proclamará mis alaban-zas”.

Palabra de Dios.

Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Todavía es tiempo, dice el Señor.Arrepiéntanse de todo corazón

y vuélvanse a mí, que soy compasivo y misericordioso.

Honor y gloria a ti, Señor Jesús.Lectura de la carta del apóstol sanPablo a los filipenses (3, 7-14)

Hermanos: Todo lo que era valiosopara mí, lo consideré sin valor acausa de Cristo.

Más aún pienso que nada vale lapena en comparación con el biensupremo, que consiste en conocer aCristo Jesús, mi Señor, por cuyoamor he renunciado a todo, y todolo considero como basura, con tal deganar a Cristo y de estar unido a él,no porque haya obtenido la justifi-cación que proviene de la ley, sino laque procede de la fe en Cristo Jesús,con la que Dios hace justos a los quecreen.

Y todo esto, para conocer a Cristo,experimentar la fuerza de su resur-rección, compartir sus sufrimientosy asemejarme a él en su muerte, conla esperanza de resucitar con él deentre los muertos.

No quiero decir que haya logrado yaese ideal o que sea ya perfecto, perome esfuerzo en conquistarlo,porque Cristo Jesús me ha conquis-tado. No, hermanos, considero quetodavía no lo he logrado. Pero eso sí,olvido lo que he dejado atrás, y melanzo hacia adelante, en busca de lameta y del trofeo al que Dios, pormedio de Cristo Jesús, nos llamadesde el cielo.

Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

EVANGELIO

SALMO 125

ANTIFONA ANTESDEL EVANGELIO

PRIMERA LECTURA

LITURGIA DE LA PALABRA

Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Cuando el Señornos hizo volver del cautiverio,

creíamos soñar;entonces no cesabade reír nuestra boca,ni se cansaba entoncesla lengua de cantar.

Aun los mismos paganoscon asombro decían:

“¡Grandes cosas ha hechopor ellos el Señor!”Y estábamos alegres,

pues ha hecho grandes cosaspor su pueblo el Señor.

Como cambian los ríosla suerte del desierto,cambia también ahoranuestra suerte, Señor,y entre gritos de júbilo

cosecharán aquellosque siembran con dolor.

Al ir, iban llorando,cargando la semilla;

al regresar, cantando vendráncon sus gavillas.

Lectura del santo Evangelio segúnsan Juan (8, 1-11)

En aquel tiempo, Jesús se retiró almonte de los Olivos y al amanecer sepresentó de nuevo en el templo,donde la multitud se le acercaba; yél, sentado entre ellos, les enseñaba.

Entonces los escribas y fariseos lellevaron a una mujer sorprendida enadulterio, y poniéndola frente a él,le dijeron: “Maestro, esta mujer hasido sorprendida en flagrante adul-terio. Moisés nos manda en la leyapedrear a estas mujeres. ¿Tú quedices?”

Le preguntaban esto para ponerleuna trampa y poder acusarlo. PeroJesús se agachó y se puso a escribiren el suelo con el dedo. Pero comoinsistían en su pregunta, se incor-poró y les dijo: “Aquel de ustedesque no tenga pecado, que le tire laprimera piedra”. Se volvió a agachary siguió escribiendo en el suelo.

Al oír aquellas palabras, los acu-sadores comenzaron a escabullirseuno tras otro, empezando por losmás viejos, hasta que dejaron solos aJesús y a la mujer, que estaba de pie,junto a él.

Entonces Jesús se enderezó y le pre-guntó: “Mujer, ¿dónde están los quete acusaban? ¿Nadie te ha condena-do?”

Ella le contestó: “Nadie, Señor”. YJesús le dijo: “Tampoco yo te conde-no. Vete y ya no vuelvas a pecar”.

Palabra del Señor.

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ORACIÓN DE LOSFIELES

PROFESIÓN DE FE

Presidente: A Dios, que obra ennuestras vidas la salvación y quees la fuente de nuestras alegrías,oremos sabiendo que Él siemprenos escucha. Digamos:Perdónanos nuestra culpas.

Por la Iglesia: para que dispensecon generosidad el perdón queviene de Dios. Oremos al Señor.

Por el Papa, Francisco, nuestroobisp, Mons. Jorge SolórzanoPérez y agentes de pastoral: paraque Dios, que hace nuevas todaslas cosas renueve, en sus vidas laalegría, el deseo de instruir y deser misericordiosos. Oremos alSeñor.

Por los que se dedican a laoración: para que por ella trans-mitan fuerza, ilusión y valentía alos que comparten con Cristo lacruz del dolor, la enfermedad.Oremos al Señor.

Por cuantos viven marginados ycarecen de lo necesario paravivir con dignidad, y por los queviven en la abundancia: para quea todos se les manifieste elEvangelio, fuente de la única yverdadera riqueza. Oremos alSeñor.

Por las mujeres que sonexplotadas y por aquellos que lasjuzgan y condenan sin miseri-cordia: para que Jesús se les ma-nifieste y les dé su salvación.Oremos al Señor.

Por nosotros y por nuestrasfamilias y comunidades: paraque este tiempo de Cuaresmaobre en nuestras vidas la conver-sión del corazón. Oremos .

Presidente: Perdona, Señor, lospecados de tu pueblo, danos tumisericordia, y haz que unidos aCristo, que dio su vida por nues-tra salvación, vivamos como tes-tigos de su amor. Por Jesucristonuestro Señor. Amén.

CREDO DE LOSAPÓSTOLES

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.

Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso.

Desde allí ha de venir a juzgara vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica,la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurección de la carne y la vida eterna.

Amén.

EL ADULTERIO CATEQUESIS

«No cometerás adulterio» (Ex 20,14; Dt 5, 17).

«Han oído que se dijo: “No come-terás adulterio”. Pues yo les digo:Todo el que mira a una mujerdeseándola, ya cometió adulteriocon ella en su corazón» (Mt 5, 27-28). Así nos habla la SagradaEscritura acerca del tema de estedía:

El catecismo de la Iglesia Católicanos orienta en los siguientesnúmeros acerca del adulterio:

2380 El adulterio. Esta palabra des-igna la infidelidad conyugal.Cuando un hombre y una mujer,de los cuales al menos uno estácasado, establecen una relaciónsexual, aunque ocasional, come-ten un adulterio. Cristo condenaincluso el deseo del adulterio (cfMt 5, 27-28). El sexto mandamientoy el Nuevo Testamento prohíbenabsolutamente el adulterio (cf Mt5, 32; 19, 6; Mc 10, 11; 1 Co 6, 9-10).Los profetas denuncian sugravedad; ven en el adulterio laimagen del pecado de idolatría (cfOs 2, 7; Jr 5, 7; 13, 27).

2381 El adulterio es una injusticia. Elque lo comete falta a sus compro-misos. Lesiona el signo de laAlianza que es el vínculo matrimo-nial. Quebranta el derecho del otrocónyuge y atenta contra la institu-ción del matrimonio, violando elcontrato que le da origen.Compromete el bien de la ge-neración humana y de los hijos,que necesitan la unión estable delos padres.

Otros elementos que atentan con-tra la unidad del matrimonio sonconsideradas también en el cate-cismo, aquí las nombramos comoofensas a la dignidad del matrimo-nio:

La poligamia, en incesto, el amorlibre son ofensas graves que aten-tan contra la dignidad del matri-monio. Pero también existe la infi-delidad a Dios, faltando a nuestrapalabra de vivir los mandamientos,de darle la espalda y mirar haciaotros dioses que nos atraen con sufalsedad. Atentos contra la infideli-dad a la Alianza pactado con Dios.

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R I N C Ó N I N FA N T I LEL ADULTERIO UN PECADO GRAVE... La mujer no se proclama víctima de «una falsa acusación», no se defiende afir-mando: «yo no cometí adulterio». No, «ella reconoce su pecado» y responde aJesús: «Ninguno, Señor, me ha condenado». A su vez Jesús le dijo: «Tampocoyo te condeno. Anda, y en adelante no peques más, para no pasar un malmomento, para no pasar tanta vergüenza, para no ofender a Dios, para no ensu-ciar la hermosa relación entre Dios y su pueblo».

Así, pues, «Jesús perdona. Pero aquí hay algo más que el perdón. Porque comoconfesor Jesús va más allá de la ley». En efecto, «la ley decía que ella tenía queser castigada». Pero Él «va más allá. No le dice: no es pecado el adulterio. Ni tam-poco la la condena con la ley». Precisamente «este es el misterio de la miseri-cordia de Jesús».

Y «Jesús para tener misericordia» va más allá de «la ley que mandaba la lapi-dación»; y dice a la mujer que se marche en paz. «La misericordia —explicó elPapa— es algo difícil de comprender: no borra los pecados», porque para borrarlos pecados «está el perdón de Dios». Pero «la misericordia es el modo comoperdona Dios». Porque «Jesús podía decir: yo te perdono, anda. Como dijo alparalítico: tus pecados están perdonados». En esta situación «Jesús va másallá» y aconseja a la mujer «que no peque más». Y «aquí se ve la actitud miseri-cordiosa de Jesús: defiende al pecador de los enemigos, defiende al pecador deuna condena justa».

Esto, añadió el Pontífice, «vale también para nosotros». Y afirmó: «¡Cuántos denosotros tal vez mereceríamos una condena! Y sería incluso justa. Pero Él per-dona». ¿Cómo? «Con esta misericordia» que «no borra el pecado: es el perdónde Dios el que lo borra», mientras que «la misericordia va más allá». Es «comoel cielo: nosotros miramos al cielo, vemos muchas estrellas, pero cuando sale elsol por la mañana, con mucha luz, las estrellas no se ven». Y «así es la miseri-cordia de Dios: una gran luz de amor, de ternura». Porque «Dios perdona no conun decreto, sino con una caricia». Lo hace «acariciando nuestras heridas depecado porque Él está implicado en el perdón, está involucrado en nuestra sal-vación».

Con este estilo, concluyó el Papa, «Jesús es confesor». No humilla a la mujeradúltera, «no le dice: qué has hecho, cuándo lo has hecho, cómo lo has hecho ycon quién lo has hecho». Le dice en cambio «que se marche y que no peque más:es grande la misericordia de Dios, es grande la misericordia de Jesús: nos per-dona acariciándonos».

LA AGENDA DEL PASTOREn esta parte de la Agenda de nuestro Pastor nos encontramos con la SemanaSanta, estemos atentos a celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestroSeñor Jesucristo.

20. Domingo de Ramos. Catedral 21. 8:00a.m. Viacrucis Acuático en las Isletas, Parroquia de Guadalupe.

5pm parroquia La Merced, Celebración Procesión del Buen Pastor.24. 10am misa Crismal. Catedral y 6 pm Catedral25. 8am vía Crucis Catedral y 3 pm Catedral26. 10pm Solemne Vigilia pascual . Catedral27. 8.30am Posintepe y 11am Catedral

Hola niños y niñas del rincón infantil. Enestos días hemos tenido unas buenassopas de letras y otras actividadesentretenidas para conocer más este tiem-po de Cuaresma. Hoy vamos a regresar anuestras preguntas acostumbradas parareforzar nuestros conocimientos.

1. Qué tenían en las manos los que llevarona la mujer frente a Jesús?2. Qué le dijo Jesús a la mujer cuando yano se quedó nadie para matarla?

Platicanos ahora y decinos qué estacionesdel viacrucis te gustan más y por qué?

Te gustaría participar en un viacrucis deniños sólo para niños? bueno, decile a tucatequista que prepare el viacrucis de losniños dentro de estos días de cuaresma.