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ení, vení, cantá con- migo… que un amigo vas a encontrar”. Si quiere póngale el nombre que usted pre- fiera, querido lector. Nos- otros la tarareamos desde que salimos de la calle 139 casi 519, donde se ve un campito y donde ya no aturde el ruido de los motores. Adentro, en el patio, el gorjeo de los pájaros que cuida Marcos Rojo padre, mismo nombre que el único futbolista platense que tendrá el Mun- dial. Una entrevista familiar de la que nos fuimos envueltos en un sentimien- to benevolente, esos que permite la pro- fesión de periodista deportivo. De hecho, le tocó al diario Hoy ser el testigo del último almuerzo del joven Faustino Marcos Alberto Rojo con sus seres queridos, antes de viajar a Brasil. Su pareja y su hijita, su padre al que ya conocí- amos de la Liga Platen- se, su madre que tiene un espíritu tan ale- gre como amistoso; los cuatro herma- nos menores del crack, y se hizo pre- sente una cuñadita. La mayoría adentro de la casa de dos plan- tas, mientras el patio, bañado de un cálido sol, nos entretuvo con las histo- rias que contó “El Titi”, un ex delantero de la década del ’80-’90. Clima de cancha Sin dudas los Rojo son fútbol, los une esta pasión. Son los que iban a la desaparecida cancha de El Cruce, en 23 y 528, que existió precisamente en el predio donde se levanta el Estadio Ciu- dad de La Plata. “Ahí jugaba yo, y pa- rece un cuento, pero desde que la saca- ron para hacer el Estadio, ya fuimos a ver tanto a Marquitos, el sábado obvio que estuvimos todos en la despedida de la Selección antes del Mundial… Esto se parece un cuento”, dice Rojo padre, quien no tuvo la fortuna de su hijo, por- que jugó a nivel no profesional, y al mismo tiempo tenía que agarrar la bro- cha y trabajar como pintor, o en un su- permercado de Pinamar, cuando hacía 30 kilómetros los domingos para jugar en un equipo de General Madariaga. “¡Andá pa’fuera Bruja!” le grita el Tití a uno de sus perros. Boquense de alma, “pero acá soy del Pincha”. “Cuando nació Marcos ya no fui más a jugar afuera” recuerda él, mien- tras la mujer puntualiza como una pe- riodista, “fuistes hasta los 3 meses de Marcos”. Ese club madariaguense, el Cosmos, lo tuvo de los 18 a los 25 años. “Había ido a trabajar a la costa. Acá ga- naba 7 pesos y allá me pagaban 30 por día, comida y casa, con la brocha, era lo único que hacía. Después salió lo del supermercado, piola. En Madariaga lo invitaron a un torneo de comercio. Cuando lo vieron al espigado y forta- chón Rojo, varios clubes pasaron por el comercio a pedir que fiche en la liga: El León (N. de la R: ahí jugó Juan Ramón Verón a los 44 años), el Juventud Unida también lo quiso tener, pero arregló con el Cosmos. “Yo era callado, no me gustaba hablar mucho. El dueño del super me dijo ‘dejá Negro que yo hablo por vos, te arreglo todo’. Me dieron 300 pesos para que firme y 50 mangos cada partido, que en ese tiempo era un mon- tón”. Cuando el dueño del supermercado se fue a vivir a EEUU se terminó la vida de Rojo en la costa. Y de regreso a nues- tra ciudad, lo esperaba una mujer que robaría su corazón, y la historia de un niño que llegaría a un Mundial. Siga el baile, siga el baile… María Carina ríe cada dos por tres. Le preguntamos por los dos Marcos. “¿Qué virtud tiene este…? la tengo que pensar bastante (jajaja). En la cancha era un gran jugador, estaba muy orgu- llosa de él, le hice una carpeta con toda su trayectoria (la carpeta lleva la firma de Marcos, Noelia, Franco y Micaela, porque no había nacida Sol todavía). La pareja se conoció una noche ve- raniega. Cari fue al cumple de un amigo que tenían en común, “El Garza”, del barrio El Triunfo. “Apareció después de las doce de la noche porque trabaja- ba en el corso, ahí lo vi por primera vez, fue el 3 de marzo de 1988”. En otros mar- zos nacieron tres de los cinco críos. Ella es de 136 y 525, y él en 523 y 133 donde aún vive el abuelo del crack (¡también de nombre Marcos Alberto!). Carina hacía servicio doméstico y tras el secundario estudió modista profe- sional, “pero solamente a mis hijos les hice ropa”. “¡No ejerció!”, se coló el ma- tido, risueño también, con un bocado. El Cruce, una pasión “Eran unos pibes bárbaros, fue un -Hincha de… -Boca Juniors -Futbolista, ¿se nace o se hace? -Para mí, al fútbol se nace y se lleva en la sangre. Después te podés perfeccionar -El primer nombre de Marcos es Faustino, ¿en honor a quién? -Faustino era el papá de su mujer. Iba a ser el padrino de Marcos, pero no tuvo la suerte de conocerlo, falle- ció dos semanas antes de que nacie- ra. -¿Ta difícil es salir campeón, a vos te tocó en el último minuto de descuento de una final -Mucho, mucho… Lo merecíamos desde el primer partido, con Ruben Barraza que armó un grupo bárbaro. Sufrimos hasta el último minuto. De ese día no me voy a olvidar nunca más. Fue la vuelta que tanto espera- ba El Cruce. -Sacando a Maradona, ¿un ídolo de tus épocas? -Trobbiani, me gustaba cómo la pi- saba… También Marangoni, Sabella, el Bocha Ponce, daba gusto ir a ver- los. -¿Un rival que te haya marcado tan duro como lo hace Marquitos? -Uuhh, duro como Marquitos… (hace memoria) Era de Everton, el apellido era Segovia, un 3, áspero era ese chiquito… -¿No te dan ganas de dirigir? -No me veo ni sacando ni ponien- do jugadores. Me gusta jugarlo y verlo, ser técnico no es para mí. “V 12 La Plata, martes 10 de junio de 2014 “Tengo una mezcla de sensaciones, quiero jugar ya y dejar todo en la cancha”, tiró Marcos El último al m antes de la C La familia, a pleno María Carina Arellano y Marcos Alberto Rojo trajeron al mundo estos cinco hijos: Faustino Marcos Alberto, que fue el primero en nacer el día 20/3/90 (se estaba por jugar el Mundial de Italia y Argenti- na defendía el título); luego llegó Noelia Estefany, el 14/3/92; el ter- cero fue otro varón, Franco Nico- lás, nacido el 15/6/93 (hoy juega en Nueva Alianza, de la Liga Amateur Platense); luego vino Micaela el 20/3/97 (misma fecha en que Mar- cos cumplió 7 años de vida y mismo año en que el padre lograba su título de campeón liguista). Por último, tuvieron a Sol Morena 6/2/’05 (para esa época Marcos ju- gaba en la 8va de EdeLP). La esposa siempre fue de seguir al marido a los partido, “pero con los nenes tan chiquitos ya no pude”. Acota que Marcos empezó a jugar en El Cruce, en 1992, al nacer Noe. Y cuando salió campeón en el ’97 ahí tuvimos a la Mica”. Ping pong ¡A comer! A la izq. Franco y su novia; la mujer de Marquitos y Morena equipo que cambió las cosas en el club, que era visto como el que se agarraba a piñas siempre… aunque tuvimos qui- lombitos”, rememora el “Titi” de aquel título en diciembre de 1997, en cancha de Cambaceres, ante Nueva Alianza. Se escuchan gritos. ¿Quién llegó? “¡¡¡Maaarcoooossss!!!”, el lateral de la selección, curiosamente con una cam- pera amarilla, los colores que lucía El Cruce, club desafiliado. “Uno de los grandes jugadores que teníamos era Cristian Aztorica, al que lo vi en el Estadio Unico el sábado, con Eslovenia. Tra- baja ahí, cubriendo even- tos, justo lo vi al lado del banco de Sabella”, dice Rojo, próximo a cum- plir 50. “Y pensar que la cancha de El Cruce está metida dentro del estadio Unico, parece que fue ayer... Pasan cosas que uno no las pen- saba... Bah, de Marquitos sí, yo siempre decía: cuando tenga 10 años lo voy a llevar a Estudiantes, antes no porque los can- san a los chicos. Jugó de cinco, hizo un golazo y quedó. ¿Sabés quien lo probó..? Si te digo no lo vas a creer. ¡Uno que jugó en El Cruce!: el “Pájaro” Vaglica. Hablando de pájaros… el patio está lleno de jaulas. “Esto viene de mi viejo, desde siempre tuvo”. También el apodo de Titi viene de su papá. De golpe un perro merodea la carne (la parrilla está en el piso), pero un “¡fuera!” bien fuer- te suspende el banquete del animalito. Con Marcos, a Brasil… “Ella es More”. El hombre de Spor- ting Club de Portugal nos presenta a su mejor trofeo, nacido el 3 de mayo de 2012. “Estoy muy ilusionado con esta chance que se me presenta y voy a dar todo para ayudar a Argentina a ganar el Mundial. Jugarlo es un sueño hecho realidad”, nos cuenta el lateral zurdo que usará el número 16 en Brasil 2014. Luego, Marquitos, que entró con hambre a la casa de los viejos, hizo la señal de los cinco dedos a la boca y escapó como por el lateral a la cocina: rodajitas de pan, quesito y salamines. Picadita previa para el 3 de Sabella. Ultimo beneficio previo a la gran concentración. La familia Rojo está tan contenta como el defensor de botines exóticos, quien reconoció tener en estas horas “una mezcla de todo” y que “hasta que no estemos allá y podamos soltar todo eso que tenemos adentro, no vamos a estar tranquilos”. Después, volvemos al entrevistado principal (sí, este vez fue el padre y no tanto el chico el de la nota). Volvemos a la Liga. Este domingo no será de “sobremesa”, porque el otro varón tiene que jugar en la Liga para Nueva Alianza, y apenas termine de di- gerir ese sabroso choripán al plato, sal- drá para el barrio El Retiro a jugar “mi último partido antes del mundial” (Franco también piensa que lo jugará pero en las tribunas brasileñas). Fue el que se quedó con las ganas de ir a Belo Horizonte en 2009, pero no lo dejaron. Esa finalísima de Libertadores la vie- ron por TV en una casita que alquila- ban en Hernández, antes de mudarse a ésta de calle 139. Rojo padre no llegó a enfrentar a Lucas Lobos. “Pero vi al Caña Vallejos, que era mucho jugador para la Liga, igual que Aztorica”, tiró. La existencia materialmente ha mejorado para los Rojo, pero espiri- tualmente están iguales, siempre con- tentos, unidos, y ahora se irán a Bra- sil (todos) en un charter con el resto de los familiares del seleccionado. Con la vista nublada por el humo de la parrilla y por un llanto que se iba acumulando en el pozo de la nostalgia, el Titi nos abre las rejas de la humil- de casa y nos despide con un saludo de esos que sellan el alma. Ojalá se te dé y se nos dé. También se nos ablandan las fibras del cuore de solo pensarlo. “¡Vení, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano, del “Titi” Rojo, todos la vuelta vamos a dar!” Un solo platense jugará en Brasil 2014. Un joven que aún lleva la desfachatez del potrero, que nos presentó a su hija Morena. Faustino Marcos Alberto Rojo, el primer hijo de los cinco que trajeron al mundo Carina Arellano y “El Titi”, un delantero que descolló en la Liga Amateur. Una historia que tiene sus raíces en el humilde barrio El Triunfo 13 La Plata, martes 10 de junio de 2014 “A los 10 lo llevé al Pincha y adiviná quién lo probó: ¡un ex compañero de El Cruce!”, dijo Titi muerzo en familia de los Rojo Copa Mundial de Marquitos Un par de anécdotas del fútbol arrabalero Jugaban El Cruce-Estrella, casi un clásico, sábado lluvioso. Los de Be- risso convierten un gol y el autor Martín Reyes (un ex El Cruce) sale a festejarlo, sentándose arriba de la pelota. “Los gordos” de la hinchada de Ringuelet se le fueron encima a todos los visitantes. A varios años, el directivo Horacio Ottavianelli dice que “menos mal que estaba Titi Rojo y los Vallejos, que habían sido juga- dores de Estrella, esos tres y el ar- quero Comai pararon la batahola”. Ahora, la anécdota pertenece a Ruben Barraza, DT del equipo donde Rojo fue campeón amateur. “Al hijo lo conocemos de chiquito, si hasta mi hermano el Toro le compra- ba un sanguche de chorizo cuando venía. Ahora que estuvo en Rusia o Portugal, por wa-sap le mandamos fotos mientras hacemos la comida y en las juntadas de aquel equipo”. Ultima perla: la final con Alianza, en Ensenada. Los rivales llegan con bolsos, todos de marca, uniformes al tono; muy distinto a El Cruce, que llegaba vestido como cada uno había salido de su casa. Barraza nos evocó una postal: “lo ví al Titi afirma- do en un paredón, todavía no había- mos entrado al predio, estaba con sus botines en una bolsa de nylon, de esas que te dan en un supermer- cado. Me acerco y le digo: “ellos tie- nen todo eso, pero no tienen lo que vos tenés: corazón y una camiseta a la que amás”. La misma frase luego la repitió el DT en el vestuario para el resto. El Cruce logró el sueño. a, abajo de Cristina; a la derecha: Noelia, Micaela y Marcos Rojo padre

“V El último almmuerzo en familia de los Rojo antes de … · futbolista platense que tendrá el Mun-dial. Una entrevista familiar de la que nos fuimos envueltos ... esos que permite

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ení, vení, cantá con-migo… que un amigovas a encontrar”. Siquiere póngale el

nombre que usted pre-fiera, querido lector. Nos-

otros la tarareamos desde que salimosde la calle 139 casi 519, donde se ve uncampito y donde ya no aturde el ruidode los motores. Adentro, en el patio, elgorjeo de los pájaros que cuida MarcosRojo padre, mismo nombre que el únicofutbolista platense que tendrá el Mun-dial. Una entrevista familiar de la quenos fuimos envueltos en un sentimien-to benevolente, esos que permite la pro-fesión de periodista deportivo.

De hecho, le tocó al diario Hoy serel testigo del último almuerzo del jovenFaustino Marcos Alberto Rojo consus seres queridos, antes de viajara Brasil. Su pareja y su hijita,su padre al que ya conocí-amos de la Liga Platen-se, su madre que tieneun espíritu tan ale-gre como amistoso;los cuatro herma-nos menores delcrack, y se hizo pre-sente una cuñadita.La mayoría adentrode la casa de dos plan-tas, mientras el patio,bañado de un cálido sol,nos entretuvo con las histo-rias que contó “El Titi”, un exdelantero de la década del ’80-’90.

Clima de canchaSin dudas los Rojo son fútbol, los

une esta pasión. Son los que iban a ladesaparecida cancha de El Cruce, en 23y 528, que existió precisamente en elpredio donde se levanta el Estadio Ciu-dad de La Plata. “Ahí jugaba yo, y pa-rece un cuento, pero desde que la saca-ron para hacer el Estadio, ya fuimos aver tanto a Marquitos, el sábado obvioque estuvimos todos en la despedida dela Selección antes del Mundial… Estose parece un cuento”, dice Rojo padre,quien no tuvo la fortuna de su hijo, por-que jugó a nivel no profesional, y almismo tiempo tenía que agarrar la bro-cha y trabajar como pintor, o en un su-permercado de Pinamar, cuando hacía30 kilómetros los domingos para jugaren un equipo de General Madariaga.

“ ¡ A n d áp a ’ f u e r a

Bruja!” le grita elTití a uno de sus perros.

Boquense de alma, “pero acá soy delPincha”.

“Cuando nació Marcos ya no fuimás a jugar afuera” recuerda él, mien-tras la mujer puntualiza como una pe-riodista, “fuistes hasta los 3 meses deMarcos”. Ese club madariaguense, elCosmos, lo tuvo de los 18 a los 25 años.“Había ido a trabajar a la costa. Acá ga-naba 7 pesos y allá me pagaban 30 pordía, comida y casa, con la brocha, eralo único que hacía. Después salió lo delsupermercado, piola. En Madariaga loinvitaron a un torneo de comercio.Cuando lo vieron al espigado y forta-chón Rojo, varios clubes pasaron por elcomercio a pedir que fiche en la liga: ElLeón (N. de la R: ahí jugó Juan RamónVerón a los 44 años), el Juventud Unidatambién lo quiso tener, pero arreglócon el Cosmos. “Yo era callado, no me

gustaba hablar mucho. El dueño delsuper me dijo ‘dejá Negro que yo hablopor vos, te arreglo todo’. Me dieron 300pesos para que firme y 50 mangos cadapartido, que en ese tiempo era un mon-tón”.

Cuando el dueño del supermercadose fue a vivir a EEUU se terminó la vidade Rojo en la costa. Y de regreso a nues-tra ciudad, lo esperaba una mujer querobaría su corazón, y la historia de unniño que llegaría a un Mundial.

Siga el baile, siga el baile…María Carina ríe cada dos por tres.

Le preguntamos por los dos Marcos.“¿Qué virtud tiene este…? la tengo quepensar bastante (jajaja). En la canchaera un gran jugador, estaba muy orgu-llosa de él, le hice una carpeta con todasu trayectoria (la carpeta lleva la firmade Marcos, Noelia, Franco y Micaela,porque no había nacida Sol todavía).

La pareja se conoció una noche ve-raniega. Cari fue al cumple de un amigoque tenían en común, “El Garza”, delbarrio El Triunfo. “Apareció despuésde las doce de la noche porque trabaja-ba en el corso, ahí lo vi por primera vez,

fue el 3 de marzo de 1988”. En otros mar-zos nacieron tres de los cinco críos.

Ella es de 136 y 525, y él en 523 y 133donde aún vive el abuelo del crack(¡también de nombre Marcos Alberto!).Carina hacía servicio doméstico y trasel secundario estudió modista profe-

sional, “pero solamente a mis hijos leshice ropa”. “¡No ejerció!”, se coló el ma-tido, risueño también, con un bocado.

El Cruce, una pasión

“Eran unos pibes bárbaros, fue un

-Hincha de…

-Boca Juniors-Futbolista, ¿se nace o se hace?

-Para mí, al fútbol se nace y selleva en la sangre. Después te podésperfeccionar

-El primer nombre de Marcos es

Faustino, ¿en honor a quién?

-Faustino era el papá de su mujer.Iba a ser el padrino de Marcos, perono tuvo la suerte de conocerlo, falle-ció dos semanas antes de que nacie-ra.

-¿Ta difícil es salir campeón, a

vos te tocó en el último minuto de

descuento de una final

-Mucho, mucho… Lo merecíamosdesde el primer partido, con RubenBarraza que armó un grupo bárbaro.Sufrimos hasta el último minuto. Deese día no me voy a olvidar nuncamás. Fue la vuelta que tanto espera-ba El Cruce.

-Sacando a Maradona, ¿un

ídolo de tus épocas?

-Trobbiani, me gustaba cómo la pi-saba… También Marangoni, Sabella,el Bocha Ponce, daba gusto ir a ver-los.

-¿Un rival que te haya marcado

tan duro como lo hace Marquitos?

-Uuhh, duro como Marquitos…(hace memoria) Era de Everton, elapellido era Segovia, un 3, ásperoera ese chiquito…

-¿No te dan ganas de dirigir?

-No me veo ni sacando ni ponien-do jugadores. Me gusta jugarlo yverlo, ser técnico no es para mí.

“V

12 La Plata, martes 10 de junio de 2014

“Tengo unamezcla de

sensaciones,quiero jugar yay dejar todo enla cancha”, tiró

Marcos

El último almantes de la C

La familia, a plenoMaría Carina Arellano y Marcos

Alberto Rojo trajeron al mundoestos cinco hijos: Faustino MarcosAlberto, que fue el primero ennacer el día 20/3/90 (se estaba porjugar el Mundial de Italia y Argenti-na defendía el título); luego llegóNoelia Estefany, el 14/3/92; el ter-cero fue otro varón, Franco Nico-lás, nacido el 15/6/93 (hoy juega enNueva Alianza, de la Liga AmateurPlatense); luego vino Micaela el20/3/97 (misma fecha en que Mar-

cos cumplió 7 años de vida ymismo año en que el padre lograbasu título de campeón liguista). Porúltimo, tuvieron a Sol Morena6/2/’05 (para esa época Marcos ju-gaba en la 8va de EdeLP). La esposa siempre fue de seguir almarido a los partido, “pero con losnenes tan chiquitos ya no pude”.Acota que Marcos empezó a jugaren El Cruce, en 1992, al nacer Noe.Y cuando salió campeón en el ’97ahí tuvimos a la Mica”.

Ping pong

¡A comer! A la izq. Franco y su novia; la mujer de Marquitos y Morena

equipo que cambió las cosas en el club,que era visto como el que se agarrabaa piñas siempre… aunque tuvimos qui-lombitos”, rememora el “Titi” de aqueltítulo en diciembre de 1997, en canchade Cambaceres, ante Nueva Alianza.

Se escuchan gritos. ¿Quién llegó?“¡¡¡Maaarcoooossss!!!”, el lateral de laselección, curiosamente con una cam-pera amarilla, los colores que lucía ElCruce, club desafiliado.

“Uno de los grandes jugadores queteníamos era Cristian Aztorica, al quelo vi en el Estadio Unico elsábado, con Eslovenia. Tra-baja ahí, cubriendo even-tos, justo lo vi al lado delbanco de Sabella”, diceRojo, próximo a cum-plir 50. “Y pensar quela cancha de El Cruceestá metida dentro delestadio Unico, pareceque fue ayer... Pasancosas que uno no las pen-saba... Bah, de Marquitossí, yo siempre decía: cuandotenga 10 años lo voy a llevara Estudiantes, antes no porque los can-san a los chicos. Jugó de cinco, hizo ungolazo y quedó. ¿Sabés quien lo probó..?Si te digo no lo vas a creer. ¡Uno quejugó en El Cruce!: el “Pájaro” Vaglica.

Hablando de pájaros… el patio estálleno de jaulas. “Esto viene de mi viejo,desde siempre tuvo”. También el apodode Titi viene de su papá. De golpe unperro merodea la carne (la parrilla estáen el piso), pero un “¡fuera!” bien fuer-te suspende el banquete del animalito.

Con Marcos, a Brasil…“Ella es More”. El hombre de Spor-

ting Club de Portugal nos presenta a sumejor trofeo, nacido el 3 de mayo de2012. “Estoy muy ilusionado con estachance que se me presenta y voy a dartodo para ayudar a Argentina a ganarel Mundial. Jugarlo es un sueño hechorealidad”, nos cuenta el lateral zurdoque usará el número 16 en Brasil 2014.

Luego, Marquitos, que entró conhambre a la casa de los viejos, hizo la

señal de loscinco dedos a la

boca y escapó como por ellateral a la cocina: rodajitas de pan,quesito y salamines. Picadita previapara el 3 de Sabella. Ultimo beneficioprevio a la gran concentración.

La familia Rojo está tan contentacomo el defensor de botines exóticos,quien reconoció tener en estas horas“una mezcla de todo” y que “hasta queno estemos allá y podamos soltar todoeso que tenemos adentro, no vamos aestar tranquilos”.

Después, volvemos al entrevistadoprincipal (sí, este vez fue el padre y notanto el chico el de la nota).

Volvemos a la Liga. Este domingono será de “sobremesa”, porque el otrovarón tiene que jugar en la Liga paraNueva Alianza, y apenas termine de di-gerir ese sabroso choripán al plato, sal-drá para el barrio El Retiro a jugar “miúltimo partido antes del mundial”(Franco también piensa que lo jugarápero en las tribunas brasileñas). Fue elque se quedó con las ganas de ir a Belo

Horizonte en 2009, pero no lo dejaron.Esa finalísima de Libertadores la vie-ron por TV en una casita que alquila-ban en Hernández, antes de mudarsea ésta de calle 139.

Rojo padre no llegó a enfrentar aLucas Lobos. “Pero vi al Caña Vallejos,que era mucho jugador para la Liga,igual que Aztorica”, tiró.

La existencia materialmente hamejorado para los Rojo, pero espiri-tualmente están iguales, siempre con-tentos, unidos, y ahora se irán a Bra-sil (todos) en un charter con el restode los familiares del seleccionado.

Con la vista nublada por el humode la parrilla y por un llanto que se ibaacumulando en el pozo de la nostalgia,el Titi nos abre las rejas de la humil-de casa y nos despide con un saludo deesos que sellan el alma. Ojalá se te déy se nos dé. También se nos ablandanlas fibras del cuore de solo pensarlo.

“¡Vení, vení, cantá conmigo, que unamigo vas a encontrar, que de la mano, del“Titi” Rojo, todos la vuelta vamos a dar!”

Un solo platense jugará en Brasil 2014. Un joven que aúnlleva la desfachatez del potrero, que nos presentó a su hijaMorena. Faustino Marcos Alberto Rojo, el primer hijo delos cinco que trajeron al mundo Carina Arellano y “El Titi”,un delantero que descolló en la Liga Amateur. Una historiaque tiene sus raíces en el humilde barrio El Triunfo

13La Plata, martes 10 de junio de 2014

“A los 10 lollevé al Pinchay adiviná quiénlo probó: ¡un

ex compañerode El Cruce!”,

dijo Titi

muerzo en familia de los RojoCopa Mundial de Marquitos

Un par de anécdotas delfútbol arrabalero

Jugaban El Cruce-Estrella, casi unclásico, sábado lluvioso. Los de Be-risso convierten un gol y el autorMartín Reyes (un ex El Cruce) sale afestejarlo, sentándose arriba de lapelota. “Los gordos” de la hinchadade Ringuelet se le fueron encima atodos los visitantes. A varios años, eldirectivo Horacio Ottavianelli diceque “menos mal que estaba Titi Rojoy los Vallejos, que habían sido juga-dores de Estrella, esos tres y el ar-quero Comai pararon la batahola”.

Ahora, la anécdota pertenece aRuben Barraza, DT del equipodonde Rojo fue campeón amateur.“Al hijo lo conocemos de chiquito, sihasta mi hermano el Toro le compra-ba un sanguche de chorizo cuandovenía. Ahora que estuvo en Rusia o

Portugal, por wa-sap le mandamosfotos mientras hacemos la comida yen las juntadas de aquel equipo”.

Ultima perla: la final con Alianza,en Ensenada. Los rivales llegan conbolsos, todos de marca, uniformesal tono; muy distinto a El Cruce, quellegaba vestido como cada unohabía salido de su casa. Barraza nosevocó una postal: “lo ví al Titi afirma-do en un paredón, todavía no había-mos entrado al predio, estaba consus botines en una bolsa de nylon,de esas que te dan en un supermer-cado. Me acerco y le digo: “ellos tie-nen todo eso, pero no tienen lo quevos tenés: corazón y una camiseta ala que amás”. La misma frase luegola repitió el DT en el vestuario para elresto. El Cruce logró el sueño.

a, abajo de Cristina; a la derecha: Noelia, Micaela y Marcos Rojo padre