Van de Wetering, Janwillem - [Grijpstra & de Gier 04] Victima Sin Rostro [16469] (r1.0 Ledo)

7/24/2019 Van de Wetering, Janwillem - [Grijpstra & de Gier 04] Victima Sin Rostro [16469] (r1.0 Ledo)

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La vctima sin rostro es un buhonero que aparece muerto con la cara destrozada por elimpacto de un objeto pesado que nadie puede hallar en el lugar del crimen. Grijpstra y deGier debern mezclarse, en esta ocasin, en el curioso mundillo de los ropavejeros y severn obligados a recurrir a la ayuda de un misterioso personaje: un viejo de setenta aos,

e!polica, que un da decidi convertirse en mujer.


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0tulo original:Death of a Hawker

"an#illem $an de %etering, +122

0raduccin: 3steban 4iambau 5aur

3ditor digital: Ledo

e-ub base r+.+


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6 Lenore 5traus


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75i, seora 7dijo el guardia, serenamente7. 89uiere hacer el avor de decirme qui;nes usted< 8= dnde est ustedaba paciencia en el tono de su voz, y tambi;n comprensin, aecto quizs. 5inembargo, el agente estaba actuando. >aba sido bien adiestrado. 6 ;l slo le preocupabaaveriguar qui;n le estaba hablando, y dnde poda estar su interlocutora. 3l guardia

llevaba ya varios aos trabajando en la sala central de radio de la "eatura de -olica de6msterdam. 4eciba numerosas llamadas. 0odo el que marca seis veces el dos entra encomunicacin con la sala central de radio, y esto signiica que llaman muchas personas.6lgunas son ciudadanos serios, otras estn locas. = algunas estn temporalmenteenloquecidas. >an visto algo, han e!perimentado una sensacin. La e!periencia puedehaberlas apartado de su rutina usual, quizs hasta el punto de producirles un shoc?. @puede que se hayan emborrachado. @ que slo deseen hablar con alguien, para saber queno estn solas, y que hay alguien, entre el milln de habitantes de la capital de >olanda,que se toma la molestia de escuchar su voz. 6lguien que est vivo, no tan slo una vozregistrada en cinta que les dice que 'ios es bueno y que todo va bien.

7'ice usted que ;l est muerto 7enunci tranquilamente el agente7. Lo lamentomucho, pero slo puedo ir a verla si s; qui;n es usted. =o puedo ayudarle, seora, pero8adnde quiere que vaya para hablar con usted< 8'nde est usted, seoraaba trabajado un montn de horas aquel da, muchas ms de las decostumbre. La sala central de radio estaba en manos de una plantilla reducidsima, en laque altaban tres guardias y un sargento. 3l agente pens en sus colegas y sonri con unamueca. -oda imaginrselos con toda claridad, puesto que los haba visto salir del granpatio de "eatura aquella misma maana. *on cascos blancos, provistos de escudos de

mimbre y largas porras de cuero, ormando parte de una de las muchas patrullas quehaban partido en las rugientes urgonetas blindadas de color azul. $olva a habertumultos en 6msterdam. >aban pasado aos sin disturbios callejeros y el gritero de lasmuchedumbres, el lanzamiento de ladrillos, los anticos que dirigan a gritos unasmultitudes e!cesivas, la e!plosin de las granadas de gas, los rostros ensangrentados, lassirenas de las ambulancias y los vehculos policiales eran algo ya casi olvidado. -eroahora todo haba vuelto a empezar. 3l guardia se haba presentado voluntario para elservicio antidisturbios, pero alguien tena que ocuparse de los tel;onos y por eso segua


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encontrndose all, escuchando a aquella seora. 3sta esperaba que uese a visitarla. Aolo hara, pero, una vez supiera dnde se encontraba ella, un coche ira all en seguida y enel coche habra policas. 6l in y al cabo, la buena mujer hablaba ahora con la polica, y lapolica siempre es la polica.

3l agente estaba contemplando su ormulario. Aombre y una lnea de puntos. 'ireccin yuna lnea de puntos. 6sunto, hombre muerto. >ora, las +2.. -robablemente, ella habraido a llamar al diunto para tomar el t;, o tal vez una cena temprana. Le habra llamadodesde el pasillo, o desde el comedor. Bl no haba contestado. -or consiguiente, ella habasubido a la habitacin de ;l.

75u nombre, por avor, seora 7repiti el agente.

5u voz no haba cambiado. Ao daba ninguna prisa a su interlocutora.

73sther 4ogge 7dijo la mujer.

785us seas, seoraabran tenido que enviar un coche con distintivos, un coche con sirena.7Ao creo que quede ninguno 7repuso de Gier, y se detuvo ante el semoro7. 0odosestn por ah, todos los que conocemos y tambi;n muchos eectivos de la polica militar.Ao he visto un coche policial en todo el da 7suspir7. La muchedumbre nos apalearapenas nos vean atravesar las barricadas.

3l semoro cambi y el coche sali disparado.

70ranquilo 7repiti Grijpstra.

7Ao 7dijo de Gier7. $monos a casa. >oy no es el da adecuado para jugar a

detectives.

Grijpstra hizo una mueca y coloc su pesado cuerpo en una posicin ms cmoda,agarrndose al mismo tiempo al techo del coche y al salpicadero.

0C no tienes problema 7dijo7. Ao pareces un polica. 5e lanzarn sobre m. Lasmultitudes siempre se ijan en m.

'e Gier dobl una esquina y esquiv un camin aparcado, obligando a las ruedas de laderecha del $% a subir a la acera. 5e encontraban en una callejuela estrecha queconduca al Dercado Auevo, el centro de los disturbios. Ao se vea a nadie en ella. Los

tumultos haban absorbido a la gente hacia su vrtice, mientras otros se quedaban en suscasas, preiriendo las pequeas habitaciones de sus mansiones del siglo $HHa los crudospeligros de la violenta histeria que campaba por las calles, cambiando a personasaparentemente normales en robots que agitaban los puos y otras armas primitivas,dispuestos a atacar y destruir al 3stado que, a trav;s de sus ojos protuberantes einyectados en sangre, se mostraba en orma de la -olica, hileras y ms hileras deguerreros con uniormes azules y cascos blancos, mquinas no humanas de opresin.$ieron que los antidisturbios custodiaban la salida de la calle y que se alzaba una mano


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enguantada para detener el coche. 'e Gier baj el cristal de su ventanilla y mostr sutarjeta.

La cara bajo el casco no le resultaba amiliar y de Gier pudo leer las palabras en la placaprendida en la guerrera del hombre. ILa >ayaJ, rezaba la placa.

785on de La >aya< 7pregunt de Gier, sorprendido.

75, sargento, hemos venido aqu unos cincuenta. Aos trasladaron rpidamente estamaana.

7-olica de La >aya 7repiti de Gier, sin salir de su sorpresa7. 89u; nos queda porveray muchas ciudades en >olanda. $enimostodos para ayudarles en un da tan agradable como este. Fasta con que ustedes lo digan.8'esean pasaraban escrito al alcalde, se habanmaniestado a trav;s de la ciudad, haban imprimido decenas de millares de carteles quehaban pegado en todas partes, y haban acosado a los uncionarios del 'epartamento de@bras -Cblicas. = el alcalde y sus consejeros haban tratado de apaciguar las protestas.>aban dicho IsJ unas veces y InoJ otras veces. = entonces, un da, la empresa dederribos que haba conseguido el contrato en la ciudad apareci sCbitamente y empez aarrasar las casas, y los ciudadanos haban luchado con el personal de la empresa y lo

haban ahuyentado, y haban orcejeado tambi;n, al principio con ;!ito, con la polica.6hora, los operarios de la empresa de derribos haban vuelto y la polica haba hecho unacto de presencia masivo. Los ciudadanos perderan, desde luego. 5in embargo,entretanto se haban organizado. >aban comprado dos transmisores de radio e instaladopuestos de vigilancia. >aban coordinado su deensa y alzado barricadas. Llevabancascos de motorista y se haban armado con palos. 5e supona que incluso contaban concamiones blindados. -ero 8por qu;< >icieran lo que hicieran, su causa estaba perdida.

Dientras se umaba su pequeo cigarro, Grijpstra escuchaba el rugido de la multitud. Lamultitud se encontraba ahora muy cerca, con su morro tan slo a unos tres metros. Lospolicas mantenan su terreno, reorzados por un pelotn que haba acudido corriendo a

trav;s de la calle. 0res guardias se detuvieron al ver a los dos civiles ocultos en el porche,pero la tarjeta policial de Grijpstra les oblig a continuar su camino.

8-or qu;olanda es un pas convencional y laspersonas desquiciadas han de instalarse en algCn sitio. Lo hacen en la capital, donde losencantadores canales, los miles y miles de casas con gabletes, los cientos de puentes detodas las ormas y tamaos, las hileras de viejos rboles, los bares y ca;s a la antigua, lasdocenas de pequeos cines y teatros alientan y protegen a los elementos raros. Las

personas desquiciadas son personas especiales. -oseen el genio del pas, su an creador,su deseo de encontrar nuevos caminos. 3l 3stado sonre y se enorgullece de susciudadanos desquiciados. -ero el 3stado no aprueba el anarquismo. Hmpone lmites a suselementos raros.

La zona del Dercado Auevo es muy rara. = ahora, cuando los raros trataban de discutir laeleccin de una estacin del metro por parte del 3stado, y su argumento sala perdedor,con lo que se pasaba a la violencia, el 3stado perda su sonrisa y mostraba su uerza, la


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uerza de la polica municipal con sus uniormes azules y la polica militar con susuniormes negros, una polica vistosa con sus galones blancos y plateados, y reorzadacon cascos de acero y porras, respaldada por coches blindados y transportes mecnicos,equipada con caones de agua que lanzaban millares de litros de agua a presin contra losvocierantes y barbudos energCmenos que, aquella misma maana, eran tan slo artistas y

artesanos, poetas o intelectuales en paro, amables proscritos y soadores inocentes.'e Gier suspir. Ena bolsa de papel llena de detergente haba hecho e!plosin en lacalzada de la calle. 3l lado derecho de su bien cortado traje azul, obra de un sastre turcobarato, qued manchado por aquella sustancia blanca y pegajosa. 'e Gier era un hombreelegante, que se enorgulleca de su apariencia. 3ra tambi;n un hombre guapo, y no legustaba sentir la presencia de aquel polvillo en su bigote. -arte de ;l deba de llenartambi;n sus cabellos espesos y rizados. Ao le agradaba la idea de lucir un bigote blancodurante el resto del da. Grijpstra se ech a rer.

76 ti tambi;n te ha alcanzado 7observ de Gier.

Grijpstra e!amin sus pantalones, pero no le import lo que vio. 0odos sus trajes tenan elmismo aspecto, llenos de bolsas y coneccionados con tela inglesa de inas rayas blancassobre ondo azul. 3l traje era viejo, como lo era la corbata gris, y desde luego nolamentara su p;rdida. 5u camisa era nueva, pero la polica le pagara otra si haca constarla p;rdida en un inorme. Grijpstra se apoy en una puerta, al ondo del porche, y se llevlas manos al estmago. 5u aspecto no poda ser ms plcido.

7'eberamos intentar abrirnos paso 7sugiri de Gier7. 6quella seora nos estaresperando.

7'entro de unos momentos 7repuso Grijpstra7. 5i lo intentamos ahora, seremos carne

de ambulancia. 5i esos gamberros no nos ponen la mano encima, lo harn los policas. Aoperdern tiempo e!aminando nuestros documentos. 3llos tambi;n estn nerviosos.

'e Gier sigui umando y escuchando. 6l parecer, la lucha se haba desplazado. Losgritos y los golpes resonaban algo ms lejos.

76hora 7dijo, y atraves la calle.

Los guardias les dejaron pasar. *ruzaron corriendo la plaza y esquivaron una moto considecar que se diriga hacia ellos. 3l sargento que ocupaba el sidecar golpeaba el lancometlico de su vehculo con su porra de caucho. 5u cara haba sido araada por las uasde una mujer y la sangre haba manchado su guerrera. 3l agente que conduca la motoestaba cubierto de polvo gris y el sudor corra por su cara.

7-olicaM 7grit Grijpstra con voz de trueno.

La moto eectu un viraje y carg contra el grupo que haba empezado a ormarse detrsde los detectives.


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Grijpstra cay al suelo. 'os muchachos, de menos de veinte aos, le haban odo gritarI-olicaJ y los dos atacaron al mismo tiempo, coceando las espinillas del brigada. 'eGier actu con rapidez, pero no con la suiciente. Golpe al muchacho ms cercano en labarbilla y el joven suspir y se derrumb. 3l otro muchacho haba sido golpeado con elmismo movimiento, no por el puo del sargento de Gier, sino por su codo. La aguda

punta del codo dio en la cara del joven, y este emprendi la uga, aullando de dolor.783sts bien< 7pregunt de Gier, ayudando a Grijpstra a levantarse.

5iguieron corriendo, pero ahora se interpona en su camino una urgoneta blindada, y unchorro de agua los alcanz por detrs. 'e Gier cay. 3l can de agua cambi deposicin y apuntaba al corpulento Grijpstra cuando el guardia que lo manejaba vio lasranjas rojas de la tarjeta policial que el brigada agitaba.

7LrguenseM 7grit un oicial de polica a los dos detectives7. 89u; coo estnhaciendo aqu< 6qu no queremos a nadie de la secretaM

7Lo siento, seor 7contest Grijpstra7. Aos han llamado desde el *anal de la6rboleda, y este es el Cnico camino para llegar all.

7-ues que esperenM 7rugi el inspector, plida de miedo su cara juvenil.

7Ao puede ser. >omicidio.

73st bien, est bienM Les proporcionar; una escolta, aunque no puedo prescindir denadie. 6 ver, usted y ustedM 6compaen a esos hombres. 5on de los nuestros.

'os corpulentos policas militares respondieron a la orden, ambos con trencillasarrancadas colgando de sus hombreras.

7LecheM 7dijo el ms cercano de los dos7. >oy hemos tenido de todo e!ceptodisparos, y acabaremos teni;ndolos si esto dura mucho ms.

78Aadie ha sacado la pistola hasta el momento< 7pregunt Grijpstra.

75, uno de nuestros jovencitos 7contest el polica militar7, pero entre todos localmamos. 5u compaero haba recibido un ladrillazo en la cara, cosa que le trastorn unpoco. Ninalmente, tuvimos que quitarle la pistola, pues deca que quera disparar contra eltipo que tumb a su amigo.

Grijpstra se dispona a decir algo positivo, pero les alcanz una bolsa de detergente y,durante un buen rato, no pudo ver nada.

7$aya porquera, 8verdad< 7coment el polica militar7. 'eben de tener toneladas deesos malditos polvos. 6trapamos a un hombre en un tejado que utilizaba una catapultaKue nuestro primer prisionero. De gustar ver la acusacin que pondremos en el inorme.La pr!ima vez nos saldrn con ballestas y con catapultas mecnicas para lanzar piedras.8>a visto sus camiones blindados


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7Ao 7contest de Gier7. 8'nde estnay una seoraque nos espera.

5e presentaron ante la seora diez minutos ms tarde. 5lo se vieron metidos en unapelea ms. Grijpstra recibi un mordisco en la mano, pero de Gier le libr de la mujer

tirando de los cabellos de esta. Los policas militares arrestaron a la atacante, cuyadentadura postiza se le cay cuando la metan en una urgoneta. 4ecogieron la dentaduray la arrojaron tambi;n dentro del vehculo.


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7>emos necesitado tres cuartos de hora para llegar aqu 7coment de Gier7. >oy enda, orecemos un servicio espl;ndido, y se supone que aqu hay un hombre muerto y conla cara ensangrentada.

70al vez no sea as 7repuso Grijpstra7. =a sabes que la gente siempre e!agera. 3l

brigada Geurts me comentaba hoy que la noche pasada lo llamaron para investigar unsuicidio, y que, cuando lleg a la direccin que le dieron, la vieja se estaba zampandounas tostadas acabadas de preparar, con arenque crudo sobre ellas, y adems habadistribuido cebolla picada sobre el arenque. >aba cambiado de parecer. 6l in y al cabo,la vida no le resultaba tan desagradable.

7En hombre con la cabeza ensangrentada no puede cambiar de parecer 7observ deGier.

Grijpstra asinti con la cabeza.

7*ierto. = este no ser un suicida.

0oc el timbre. Ao hubo respuesta. Llam de nuevo. La puerta se abri. 3l pasillo estabaa oscuras y no pudieron ver a la mujer hasta que cerraron la puerta detrs de ellos.

76rriba 7dijo la mujer7. =o subir; primero.

4ecorrieron otro pasillo en la segunda planta y la mujer abri la puerta de una habitacinque daba al canal. 3l hombre yaca en el suelo, boca arriba, con la cara destrozada.

7Duerto 7dijo la mujer7. 3ra mi hermano, 6be 4ogge.

Grijpstra apart suavemente a la mujer y se detuvo para contemplar la cara del diunto.

785abe lo que ocurri< 7pregunt. La mujer se tap la cara con las manos y Grijpstrale rode los hombros con un brazo7. 85abe usted algo, seoritaabavisto esta escena otras veces. 3l sargento era al;rgico a la sangre, pero no tardara enreponerse.


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7La cabeza de este hombre est hecha papilla 7dijo por tel;ono7. >aga lo que debahacer y envenos al commissaris.

78Ao estn ustedes en la zona de los disturbios< 7pregunt la sala central de radio7.Aunca conseguiramos llegar all con los coches.

7@btenga una lancha de la -olica Nluvial 7dijo Grijpstra7. 3so es lo que deberamoshaber hecho nosotros. 5obre todo, hablen con el commissaris. 3st en su casa.

*olg el tel;ono y se meti las manos en los bolsillos. Las ventanas de la habitacinestaban abiertas y los olmos del canal enmarcaban un cielo azul plido. 'escans un ratosus ojos, posando su mirada en aquellas hojas tiernas, de un verde delicado, y admirandoun mirlo que, indierente a la cargada atmsera que lo circundaba, haba empezado acantar. En gorrin se pos en la repisa de la ventana y contempl el cadver, con sudiminuta cabeza inclinada a un lado. Grijpstra se acerc a la ventana. 3l mirlo y elgorrin emprendieron el vuelo, huyendo, pero las gaviotas siguieron planeando hacia lasupericie del canal, buscando desechos y peces muertos. 3ra el comienzo de un atardecer

de primavera en el que el ocupante de aquella habitacin no tendra parte alguna.

8*moa estado de vacaciones,pens Grijpstra, y probablemente acaba de regresar. 3spaa, Orica del Aorte tal vez, ouna isla en alguna parte. 'ebe de haber estado e!puesto al sol durante semanas. Aadieconsigue este color en una primavera holandesa. @bserv el cabello corto, amarillo yrizado, casi blanco a causa del sol, y la barba, que tena e!actamente la misma te!tura.Los cabellos se amoldaban a la cabeza como si ueran un casco. En tipo orzudo, pens

Grijpstra, capaz de levantar un caballo. Duecas gruesas, brazos musculosos.

5e agach, contempl de nuevo la cara del muerto y despu;s empez a revisar lahabitacin. 6l no encontrar lo que estaba buscando, la recorri de un lado a otro,cuidadosamente, siempre con las manos en los bolsillos. -ero no haba all ningCnladrillo, ninguna piedra. Le haba parecido una solucin simple y directa. 3l hombre seasoma a la ventana. 'isturbios auera. 6lguien lanza un ladrillo. 3l ladrillo hace impactoen la cara del hombre. 3l hombre se desploma de espaldas. 3l ladrillo cae en lahabitacin. -ero no haba en ella ningCn ladrillo. Nue hasta la ventana y contempl lacalle. 5egua sin ver ningCn ladrillo. 3l polica con casco que les haba detenido unosminutos antes estaba apoyado en un rbol, contemplando el agua.

7@iga, ustedM 7grit Grijpstra. 3l polica mir en su direccin7. 8>an tirado piedraspor aqu esta tardeolanda.'ijeron que tena un e!ceso de pechos. -ero van bien para el negocio.

780iene licencia para este lugar< 7pregunt de Gier.

La cara de ella se ensombreci.

7*rea que era un amigoP

75oy curioso, eso es todo.


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7Ao, no tengo licencia. 3sto no es un bar en realidad. 3s un lugar privado. 5lo recibo auno o dos clientes a la vez. Dis comisionistas me los traen.

-rostitucin, pens de Gier, prostitucin sin rodeos. 5aba que haba bares como el deAellie, pero todava no haba entrado en ninguno de ellos. Grijpstra lo haba hecho y no le

haba contado nada. Dir a Grijpstra y este sonri. 'e Gier enarc las cejas.7Aellie tuvo apuros en cierta ocasin, y casualmente yo contest; a su llamada.

7'e eso hace ya mucho tiempo 7dijo Aellie, haciendo una mueca7. 0C todava ibasde uniorme. >ace ms de un ao que no te veaK has tenido suerte al encontrarme todavaaqu 7rezong7. Las cosas no van bien. Los tipos agradables estn ocupados y nopagan, y los cabrones se toman demasiado tiempo, pero pagan.

'e Gier pudo imaginar cmo eran esos cabrones. 3l turista despistado, el hombre denegocios solitario. I8Fusca una mujer estupenda, seor, algo realmente especial< 8Enlugar conortable< 80odo ;l para usted solo< 8En poco de champaa< 8Ao demasiado

caro< -ermtame que le ensee el camino, seorJ. = una hora, tal vez dos horas, treshoras como m!imo despu;s, el cabrn se encontraba de nuevo en la calle con unestmago lleno de espuma, la cabeza embrumada y una cartera aligerada. 5eguramente,ella los e!prima por etapas. Ena araa rosada en una telaraa rosada. = en un momentodado las presas quedaban resecas, en medio de la calle. = el comisionista estabaesperando, entraba para percibir sus emolumentos y sala de nuevo, para capturar otramosca.

78*mo va el negocio, Aellieaba seales en toda su cara, o en los restos de sucara, dira yo. 0odos los huesos estn triturados: las mandbulas, los pmulos, la rente, la

nariz. La nariz es lo peor. -arece como si el objeto, uera lo que uese, hubiese golpeadoprimero la nariz y rebotado despu;s.

7En mosquete 7dijo el commissaris7. >ummm. 6lguien pudo haberse situado en eltejado de aquella vieja casa lotante anclada enrente, para disparar desde all. 5inembargo, es improbable. 3l *anal de la 6rboleda ha sido patrullado toda la tarde por lapolica antidisturbios. *reo que hubieran observado algo, 8no es asaba tambi;n huellas en las tablas del suelo.

7Fah 7hizo de Gier.

789u; quiere decir< 7inquiri el commissaris.

7Ao 7dijo de Gier7, un martillo no. -ero no s; que otra cosa pudo ser.

7Ena bola 7dijo Grijpstra7. Ena bola pequea, capaz de rebotar. 3lstica, una bola decaucho.


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7-rovista de pCas 7dijo el hombre de las huellas7. 3sto e!plicara las seales. Las heotograiado y maana tendremos las ampliaciones. >aba marcas, grupos de puntosrojos. Hmaginemos que se insertan numerosas pCas en una pelota de cauchoK las puntas deestas pCas sobresaldrn ligeramente. -odemos hacer una prueba. 'ejando espacios librespara que el caucho pueda tocar todava una supericie y rebotar.

75in embargo, se hubiera necesitado un buen nCmero de estas pelotas, 8no creen< 7pregunt el commissaris7. Ena sola bola no pudo haber hecho tanto daoK porconsiguiente, alguien tuvo que lanzarlas desde el tejado de aquella casa lotante, una trasotra, ello suponiendo que 6be 4ogge se mantuviera ante la ventana y las recibiera todasen plena cara. 6dems, no hemos encontrado nada. 8@ es que algo me pas por altoubiera podido ser tu hermano. Hde ese bar para ella y;l viva de lo que renda. >asta que una noche muri apualado por un marinerocanadiense que no estaba acostumbrado a la ginebra.

7'e Gier 7llam el commissaris.73n seguida, seor 7contest de Gier.


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La repentina transicin impresion a de Gier y le oblig a escudriar conscientemente loque le rodeaba. 6quel pequeo bar, pese a su barata cursilera, le haba protegido hasta

cierto punto y la lasciva emineidad de la duea le haba arrullado y e!citadosimultneamente, pero ahora se encontraba de nuevo en el e!terior, e!puesto al clamorormado por gritos y golpes y por la aceleracin de los motores en el Dercado Auevo y elplaidero gemido de las ambulancias que trasladaban cuerpos maltrechos a los hospitales,para regresar inmediatamente despu;s. 3l clamor quedaba lejano y ms de medio?ilmetro de slidos ediicios, casas con gabletes, almacenes y unas cuantas iglesias ytorres le amparaban contra la violencia inmediata, pero la amenaza del conlicto lecircundaba por completo. 5u temor le sorprendi, porque hasta entonces nunca le habadesagradado la violencia y, desde luego, jams haba huido de una peleaK porconsiguiente, 8por qu; alegrarse ahora de encontrarse al margen de ella< >abra en laplaza abundantes oportunidades para practicar sus presas de judo, para esquivar ataques yhacer que sus oponentes midieran el suelo impulsados por su propio peso y uerza.

0al vez uese el carcter intangible de la amenaza lo que le pona nerviosoK el *anal de la6rboleda estaba perectamente tranquilo, custodiado por parejas de policas antidisturbioscon chaquetas de cuero, que paseaban de un lado a otro, saludando respetuosamente alcommissaris con la mano o levantando sus largas porras. Los olmos eran rbolesrondosos y pacicos y sus nuevas hojas estaban iluminadas por los aroles de la calle, ylos patos dorman, lotando y propulsados lentamente por movimientos subconscientes desus pies palmeados, lejos todo ello del lanzamiento de ladrillos y de las ormas humanasque se haban sumergido en las aguas ras y sucias para escapar de las cargas de losguardias y del implacable avance de los camiones y coches de patrulla de la polica,hechos que se haban repetido aquella noche con recuencia en las aguas cercanas al

Dercado Auevo.

Grijpstra se haba separado de ellos y el doctor y el hombre de las huellas se encontrabanya a bordo de la lancha. 3l commissaris, cojeando ligeramente, estaba unos cien metrosms adelante cuando de Gier se desprendi por in de sus conusos pensamientos. 3ch acorrer y atrap al commissaris, que mir con aprobacin al sargento.

7Duy bien 7dijo el commissaris.

783l qu;, seore regado el

suelo de la habitacin de 6be. -ero esta noche no quiero quedarme aqu.70engo un gato 7e!plic de Gier, mientras abra la puerta del coche para que ellaentrase7. 3s muy celoso. -robablemente querr araarte, y te esperar en el pasillo siquieres ir al lavabo. 3ntonces se abalanzar sobre ti de repente y lanzar un aullido.0ambi;n es posible que se mee en tus ropas.

70al vez sea mejor que vaya a un hotel, pues.

75i quieresP

7Ao 7repuso ella echndose a rer7. Ao me importa tu gato. 5er; amable con ;l y

guardar; mis ropas en mi bolsa. 3s una bolsa de plstico y tiene cremallera. *oger; algato, lo pondr; patas arriba y lo acariciar;. 6 los gatos les gusta que los acaricies.

7Ao puede resistir que la gente se muestre amable con ;l 7repuso de Gier7. Ao sabrqu; ha de hacer.

7'e todos modos, seremos dos 7dijo 3sther.

'e Gier estaba tendido en el suelo, tratando de acostumbrarse a la dureza de sucolchoneta de camping. 3sther se encontraba de pie ante la puerta abierta del pequeodormitorio, con el dedo apoyado en el interruptor de la luz.

7Fuenas noches 7dijo 3sther.

7Fuenas noches.

7Gracias por dejarme utilizar tu ducha.

7Ao altara ms.

70u cama parece muy conortable.

73s una antigRedad 7e!plic de Gier desde el suelo7. La encontr; en una subasta.

6quel hombre dijo que proceda de un hospital.7De gusta su armazn 7asegur 3sther7, con todas aquellas lores metlicas comoadornos. = est pintada con mucho gusto. 8Lo hiciste tC mismoaba cerrado ya el interruptor y la Cnica luz de lahabitacin proceda de un arol en el parque. 0an slo poda distinguir la silueta de ella,

pero la luz captaba la blancura de su pecho y su cara. Llevaba el quimono de ;l, pero nose haba ajustado el cordn de la cintura.

Ao puede sentirse predispuesta ahora, pens de Gier. 5u hermano haba muerto aquelmismo da. 'eba de encontrarse todava en un estado de choque, tratando de eliminar laimagen en la puerta de su dormitorio, pero segua vi;ndola. *uando ella le bes, ;l lanzun gruido.

789u; pasa< 7pregunt ella, suavemente.

Bl volvi a gruir. 3l commissaris lo sabr. Grijpstra lo sabr y *ardozo, el nuevodetective en el grupo de homicidios, lo sabr y har observaciones socarronas. = losabrn Geurts y 5ietsema. 3l grupo de homicidios volver a tener un tema sobre el queconversar. 'e Gier, el *asanova. En detective que se acuesta con sospechosas. -ero ;l nolo haba planeado. La cosa haba ocurrido as. 8-or qu; la gente no acepta nunca que lascosas ocurran< @liver lanz un aullido y 3sther dio un brinco.

7De ha mordidoM 0u gato me ha mordidoM De ha atacado a traicin, por detrs, y meha mordidoM EM Njate en mi tobilloM

La luz volva a estar encendida y de Gier se precipit hacia el cuarto de bao y regrescon una venda. @liver se haba sentado en el silln y contemplaba la escena, al parecercomplacido. 0ena las orejas muy tiesas y sus ojos brillaban, mientras la cola se mova

nerviosamente. 3sther hizo cosquillas al gato, detrs de las orejas, y lo bes en la rente.

73res un gato estCpido, 8verdad< En gato celosoM Ao le preocupes, no te dejar; sinamo.

@liver ronrone.

3lla apag de nuevo la luz y cogi a de Gier por la mano.


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3l quimono haba cado al suelo. @liver suspir y se enrosc sobre el silln.

78$erdad que ;l no mirar< 7susurr 3sther desde la cama.

'e Gier se levant y cerr la puerta.


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7

7Ao, querido 7dijo la esposa del commissaris, somnolienta, y se dio la vuelta en lacama7. 0odava es temprano, y es domingo. -reparar; el ca; un poco ms tardeK d;jame

dormir un rato ms, dormir, dormirP3l resto de la rase ue un murmullo que no tard en convertirse en un ronquido suave,agradable, incluso cort;s. 3l commissaris le dio unas palmaditas en el hombro, con unamano delgada y blanca. Bl no haba pedido ca;K en realidad, no haba pedido nada enabsoluto. -robablemente, ella haba observado que ;l estaba despierto y su sentido deldeber se haba puesto en marcha. 9uerida Vatrien, pens el commissaris, querida ye!celente compaera, compaera entre todas las compaeras, ests envejeciendo, cadavez ms d;bil y cansada, y hay en tu cara ms arrugas de las que yo pueda contar. 8>ascompartido alguna vez mis pensamientos< 0al vez s lo hayas hecho.

Le acarici de nuevo el hombro y el suave ronquido se transorm en una respiracin

prounda. Bl se sent, apart la sbana y las mantas y cruz las piernas, enderezando sucolumna vertebral. 3ncendi un cigarrillo e inhal el primer humo del da, proyectndolohacia la ventana abierta. 3n el jardn, su tortuga estara merodeando ya entre la hierba.3ran las ocho de la maana, y domingo. La ciudad guardaba silencio, sin el rugido y losestr;pitos habituales del trico. En tordo cant en el jardn, los gorriones habanabandonado sus nidos sobre la tubera del desagRe y pululaban en el seto, piandodulcemente, y las urracas buscaban ms ramitas para reorzar su nido construido en loalto del chopo. -oda or sus aleteos mientras revoloteaban rente a su ventana. 3lcommissaris lanz un gruido de satisaccin.

>aba tenido un sueo y estaba escudriando en su memoria. >aba sido un sueo

interesante y deseaba e!perimentarlo de nuevo. 6lgo que tena que ver con el jardn y conel pequeo estanque al pie del chopo, y con un chapoteo. *hup su cigarro y el sueovolvi a aparecer. >aba estado en el jardn, pero su jardn era mucho ms grande y see!tenda hasta lo lejos, y el estanque era un vasto lago. = el chopo era un bosque, y latortuga estaba cerca de ;l. La tortuga conservaba su tamao normal, pequea, compacta,discreta y amistosa, con una hoja de lechuga en la boca. 3l commissaris haba estadoesperando algo, y tambi;n la tortuga, puesto que enderezaba su cuello correoso ymasticaba e!citadamente. >aba estado contemplando el cielo, de un azul metlico, y laluna redonda y blanca que inundaba el c;sped con su luz suave y plida.

= entonces lleg aquello. En punto purpCreo, cuyo tamao aumentaba rpidamente. 3ra

algo de color malva y en movimiento. 6lgo que se divida en dos ormas individualespero similares. >embras, con grandes alas. 3staban tan cerca que ;l poda ver sus largase!tremidades, sus pechos curvados y sus rostros serenos. $ea sus acciones, pmulosaltos y ojos rasgados. Enos rostros tranquilos, pero en los que se relejaba una intensainalidad. Las alas batan al moverse aquellas ormas sobre ;l, sobre ;l y la tortuga, quehaba perdido su benigna impasibilidad y estaba tratando de bailar entre las hierbas,adems de haber dejado caer su hoja de lechuga. 3l commissaris se haba puesto encuclillas, agarrndose al caparazn de la tortuga. 4econoca los rostros de aquellas


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ormas aladas. 5e parecan a aquel papC que en cierta ocasin haba sido arrestado por losdetectives del grupo de homicidios, y que haba escapado sin dejar traza de su persona.0al vez uesen sus hermanas. @ sus mensajeras, o acaso sus pensamientos, que llegabandesde all donde estuviera ;l ahora. 3l commissaris perdi su asociacin de ideas. Lasapariciones estaban ahora tan cerca, por encima de ;l, que si hubiese alargado la mano

habra podido tocarles sus esbeltos tobillos.Las alas se movieron de nuevo y ahora las iguras ganaron altura. 4evolotearon porencima del lago y despu;s, primero una y despu;s la otra, plegaron las alas y se dejaroncaer. 6lcanzaron la supericie del lago como si ueran lechas, y penetraron en ;ldirectamente, a trav;s de las aguas.

La tortuga haba perdido todo dominio sobre s misma y estaba haciendo cabriolas a lospies del commissaris, distrayendo su atencin. *uando alz la vista de nuevo, las igurasde color malva se haban reunido con ;l sobre la hierba, con las alas e!tendidas,observndole y mostrando una e!presin divertida en sus ojos centelleantes y sus bocassonrientes. 3sto haba sido el sueo. 5e rot la zona calva de su cabeza, sorprendido alcomprobar que el sueo haba vuelto a su recuerdo. Ao le gustaba el color pCrpura nitampoco el malva, y nunca se haba sentido particularmente impresionado por ngelesalados y desnudos. 8'e dnde procedan aquellas imgenesemos pasado. 5iga adelante ymaniobre un par de veces en aquel lugar cubierto de arena. 6ll podr limpiar losneumticos.

7'e momento, esta chica ser nuestro Cltimo sospechoso 7estaba diciendo elcommissaris7, pero 6be 4ogge deba de tener muchas amistades de carcter ntimo. Aosenrentamos a una multitud, Grijpstra. 3s posible que ni siquiera hayamos comenzado.

Grijpstra no contest y el commissaris se inclin hacia adelante para ver mejor. Lacondicin nerviosa de Grijpstra no llevaba trazas de mejorarK ms bien pareca haberempeorado. 5u piel tena un tono grisceo y el brigada pareca incapaz de controlar susmanos, que jugueteaban con el e!tremo de su corbata.

75eor 7dijo el guardia, sealando hacia una casa lotante reci;n pintada.

Grijpstra gru y se ape del coche. 3l commissaris se dispona a seguirle, pero secontuvo al ver que Grijpstra se sostena sobre un solo pie en el muelle y chillaba.

7$aya con cuidado, seorM 7grit Grijpstra7. 3sto est lleno de mierda.3l commissaris ech un vistazo. 3l culpable deba de ser un perro de gran tamao,probablemente un perro grande y enermo. Las cagarrutas, de un color amarillo verdoso,recubran varios adoquines y Grijpstra haba pisado e!actamente en medio de ellas. 3lguardia cerr los ojos, volvi a abrirlos y oblig a su cuerpo a moverse. 4ode el coche,abri el maletero y sac de ;l un cepillo de cerdas duras provisto de un largo mango.Grijpstra se apoy en un arol mientras el guardia empezaba a trabajar.

73s usted un individuo muy e!citable 7dijo el commissaris7. 8Aunca haba pisadocaca de perro, brigadaummm 7repuso el commissaris7K sin embargo, ahora est usted limpio. Duchasgracias, guardia. $ayamos a aquella embarcacin antes de que ocurra cualquier otra cosa.

La joven les estaba esperando en el umbral de la puerta.

78Le ha ocurrido algo< 7pregunt al brigada7. 8-or qu; andaba dando saltose pisado las deposiciones de algCn perro, seorita.

73l causante ha sido el pastor alemn de la otra casa. Sltimamente no se encuentra muybien. =o tena la intencin de limpiarlo hoy todo, pero lo he olvidado. 9utese los

zapatos, que por una vez mi barca est perectamente limpia.

Grijpstra se agach obedientemente. 3l commissaris se desliz a su lado, encontr unabutaca de aspecto conortable y se sent en ella. La joven se qued junto a Grijpstra hastaque los dos zapatos, puestos al rev;s, quedaron colocados en un rincn cercano a lapuerta.

785on ustedes de la polica< 7pregunt la chica7. 5iempre haba credo que llevabanimpermeables y sombreros de ieltro.

7Ested ha estado viendo pelculas antiguas 7repuso el commissaris.

78*a;< 7pregunt la joven.

7Ao, muchas gracias, seorita.

3l commissaris dio su aprobacin a la joven. Enos ojos grandes y vivarachos en una carapecosa. Enas trenzas rgidas, con cintas azules para asegurarlas. En vestido que le llegabahasta los tobillos, coneccionado con tela de algodn de un estampado colorido. 'ientesirregulares pero muy blancos, en una boca voluntariosa. En rayo de sol, pens elcommissaris jovialmente, precisamente lo que se necesitaba para dar in a una jornada detrabajo.

78$ienen por lo de 6be< 7pregunt la joven y mir a Grijpstra, que segua de pie conun aspecto desamparado7. 8-or qu; no se sientaaba alguien con ustede olvidado lo que hizo,pero ue algo valiente y original. 5er una buena cirujana. 0al vez invente un m;todo paraoperar las hemorroides sin dolor.

Grijpstra levant la vista.

780iene usted hemorroides, seora visto aquelcomedero para los pjarosaga ms de lo que nosotros le hayamos pedido.6verigRe lo que valen las telas. Daana tendremos que venderlas a su debido precio.

0ampoco podemos regalar lo que es propiedad de otros, 8no creeemos de amoldarnos a nuestro papel. -ensar en este tipo de negocio. Hntentar serbuhoneros y llegar a serlo. -iense usted en su papel. D;tase estas ideas en susubconsciente. Hnt;ntelo y suee con esto durante toda la noche.

78= usted qu; piensa hacer< 7quiso saber *ardozo.

7=o estar; aqu, en mi apartamento, y pensar; junto con usted. Ao se sienta solo, pues

yo estoy con usted, e!actamente detrs de usted, *ardozo. Le sigo paso a paso.

78Hncluso cuando saque aquellos ardos tan pesados del almac;n de la policaan de tenerlo, pues de lo contrario no sirven. =, por avor, deje dediscutir, *ardozo. 8Ao ha aprendido todava que discutiendo no se consigue nadaubo un tiempo en que yo quise agradar a unproesor. De pareca un viejecillo de ideas muy avanzadas, y lo quera porque era muy

eo y porque tena una cabezota grande y calva. 5u mente era muy gil pero tambi;nprounda, y yo estaba segura de que ;l saba cosas que yo hubiera debido saber tambi;n.3ra un hombre e!traamente eliz, y, sin embargo, yo saba que haba perdido todo lo que;l quera durante la guerra y que viva solo en una casa antigua, destartalada y muydeprimente. >ice un e!celente papel en su clase, aunque su asignatura apenas meinteresaba cuando la comenc;. 3nseaba ranc;s medieval y saba inundirle vida denuevo.

73l crimen me interesa 7dijo de Gier7. De interesaba antes de empezar a trabajar alas rdenes del commissaris.

78-or qu;< 7Bl se ech de espaldas, alargando un brazo aectuoso al que ella no opuso

resistencia7. 8-or qu; te gusta el crimenaba llegado a laconclusin, a primera hora de la maana, de que la bola haba estado sujeta a una cuerda,probablemente una cuerda elstica. >aba recordado unos nios que jugaban a la pelota

en la terraza de un hotel, en Nrancia. Bl les haba estado contemplando desde el saln 7de ello haca ya varios aos7, durante unas vacaciones compartidas con una secretariade la polica, que result ser una mujer altanera y posesiva y que haba convertido elplacer que pareca prometer el viaje en una serie de combates y retiradas. 6quel da, ;lhaba intentado alejarse de ella y atravesaba precisamente aquel saln cuando vio a losmuchachos. 0enan una pelota sujeta a un peso considerable, y la golpeaban con unaspalas estrechas. Ao poda perder la pelota, ya que esta slo cubra en su trayectoria unacierta distancia. Bl no haba intentado pensar en el juego de aquellos chicosK slo se haba


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concentrado en el misterio de la bola con pCas y de pronto haba aparecido en su mente laimagen de aquellos chiquillos y su juguete.

La bola haba sido lanzada o disparada hacia la habitacin de 6be, pero no se habaquedado en ella. 3staba seguro de que el asesino no haba pisado en ningCn momento la

habitacin. 5i lo hubiera hecho, se habra producido una pelea. 3sther y Louis Qilver seencontraban en casa en aquellos momentos. >ubieran odo la pelea. 5e hubieran odogritos, los muebles hubieran sido desplazados de un lugar a otro, los combatienteshubieran rodado por el suelo. 3l asesino hubiera tenido que abandonar la casa, despu;s dela muerte de 6be. >ubiera tenido que asumir el riesgo de que 3sther o Louis le vieran. 'eGier estaba seguro de que el asesinato haba sido planeado. -laneado con una mquinainernal. >aban visto una e!posicin de mquinas inernales en el museo de la polica.-lumas estilogricas que contenan veneno, anillos con pinchos de acero ocultos yaccionados por un resorte, mquinas muy complicadas para desencadenar una e!plosin,trampas para el suelo, pesos enormes preparados para caer en el momento oportuno. -erono haba visto una bola con pCas capaz de desaparecer despu;s de haber realizado sutrabajo. = sin embargo, ;l saba que conoca la respuesta. 3n cierta ocasin haba vistoalgo que era capaz de accionar una bola con pCas. 8'nde lo haba vistoe


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7Ao altara ms.

5onri de nuevo y, como respuesta, ella le roz con su cadera. Ao senta de Gier ningunaurgencia para regresar al puesto, pero *ardozo le vio y, gritando, dio saltos y movi losdos brazos.

3ntre los dos acabaron de montar el tenderete, colocando algunas de las piezas de tela enlo que juzgaron como una e!hibicin atractiva.

73sto no unciona 7murmur *ardozo mientras trabajaban7. 3se tipo del otro lado dela calle sabe qui;nes somos. Ao deja de mirarnos ni por un momento. 89ui;n puede serubiera podido hacerlo, pero habra sido dicil. 3ra domingo, 8recuerda< = tal vezuna cierta pereza me impidiera tambi;n tratar de eectuar esta incursin por sorpresa.

78= qu; hizo despu;saba atrado a un pCblico numeroso a su

esquina del mercado, y *ardozo le dio unas monedas.7Gracias 7le dijo de Gier.

3l malabarista, un hombre de edad provecta y con una calva tostada por el sol, sonri,e!hibiendo un atroz conjunto de dientes rotos y ennegrecidos.

7'e nada, compaero 7contest7. 6hora actuar; a cien metros de aqu, y volver; aquitaros el pCblico, pero tal vez les ponga de buen humor y despu;s se sientan prdigos


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con su dinero. 'e todos modos, ser mejor que os deis prisaK dentro de poco llover y elpCblico se disolver como las putas cuando ven el coche patrulla.

78>as odo esto< 7pregunt de Gier7. >a mencionado a la polica. 8*rees que sabequi;nes somosaca mucho calor y, bajo su camisa, el sudor empezaba a hormiguear. Las nubes estabanbajas y tenan un color plomizo. Los vendedores callejeros retiraban parte de sus g;nerosy colocaban hojas de plstico transparente sobre sus puestos.

Las nubes reventaron de pronto y una lluvia ra y espesa cubri el mercado,sorprendiendo a mujeres y cros en plena calle y obligndolos a correr en busca dereugio. La visin del sargento de Gier qued bloqueada por una cortina de agua, que se

e!tendi sobre todo el pavimento, as como sobre sus pies y las perneras de suspantalones, chorreando desde el tejadillo de lona y bandole la nuca. *ardozo gritabaalgo mientras sealaba hacia el tenderete contiguo al suyo, pero de Gier no pudo entendersus palabras. $io vagamente a un viejo buhonero y su esposa tratando de retirarse, perono pudo comprender lo que se esperaba de ;l hasta que *ardozo se acerc y le entreguna caja de verduras, mientras sealaba hacia un minibCs $% aparcado junto a la acera.3ntre los dos llenaron el vehculo con la mercanca de su vecino, que el anciano tenaapilada bajo su puesto y que ahora corra el peligro de ser arrastrada por el torrente a lolargo de la calle. 'e Gier estaba empapado y lanzaba juramentos, pero no pareca tenerinal toda aquella provisin de patatas, pepinos, calabacines, pltanos y coles.

7Gracias, colega 7repetan una y otra vez el anciano y su esposa.'e Gier logr murmurar unas palabras como respuesta, mientras *ardozo sonreaenseando los dientes como un mono.

73s estupendo verte trabajar por una vezM 7grit *ardozo junto a la oreja de sucompaero, la cual necesit ser rotada para volver a uncionar de nuevo.

7Ao gritesM 7chill a su vez, y *ardozo sonri de nuevo, iluminado su rostro enjutopor una alegra diablica.

La lluvia ces cuando hubieron llenado el minibCs y el sol brill de nuevo

repentinamente, iluminando una penosa escena de cajas y envases lotantes, y demercaderes calados hasta los huesos y chapoteando alrededor de sus tenderetes,reunuando y lanzando juramentos, mientras se sacudan como perros acabados de salirde las aguas de un canal.

7"oder 7dijo de Gier, tratando de secarse los cabellos y la cara con un arrugadopauelo7. 8-or qu; hemos tenido que ayudar a ese par de tontos< 6l in y al cabo,podan ver que se acercaba una tormenta, 8no crees


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76mistad 7contest *ardozo, rotndose las manos y haciendo una sea a la chica delca;, que se acerc con su bandeja llena de vasos de ca; caliente y un plato de bocadillosde carne y salchichas untadas con mostaza7. >e recordado aquello de amars a tuprjimo. Ao creo que ese par de ancianos puedan hacer nada para compensarnos algCnda nuestro avor, 8no es asan recordado lo que le sucedi a este. = por otra parte, losjuguetes tenan un aspecto ms que real.

7=o crea que estos juguetes ya no se vendan en las tiendas.

7Los turcos los compraron en Hnglaterra 7e!plic Grijpstra, encogi;ndose de hombros7. En tendero emprendedor gan unos cuantos chelines en Londres y ahora tenemos dosturcos ensangrentados en 6msterdam.

*ardozo regres y oreci un plato de salchichas. La mano de Grijpstra sali disparada yse apoder de la ms gorda, meti;ndosela en la boca en un solo movimiento.

7Grmp 7hizo Grijpstra.

73st muy caliente 7avis *ardozo7. 5e lo habra dicho, si hubiera esperado unsegundo.

74ash 7dijo Grijpstra.

78>a venido a ayudarnos, de Gierablaban de su buena crianza y de sus conocimientos generales.*omentaban las iestas que haba orecido en los bares y en su casa. >aban perdido unamigo, un amigo que les haba prestado dinero en momentos diciles, que haba atradoclientes a sus esquinas del mercado, que haba escuchado sus problemas y que les habaanimado a todos con sus historias divertidas y su conducta e!travagante.


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73sta noche deberamos hacer algo 7sugiri el vendedor de hortalizas7. 0omar todosunas copas en su honor. 3s lo mnimo que podemos hacer.

78Ao deberamos esperar el uneral< 7pregunt la mujer del verdulero.

7La polica sigue reteniendo el cadver 7dijo Louis Qilver7. 3sta maana les heteleoneado. Ao lo devolvern hasta pasados unos das.

7*elebremos la iesta esta noche 7insisti el hombre de las hortalizas7. =o vivo aqucerca. -ueden venir todos alrededor de las nueve, si mi esposa lo permite. 83sts deacuerdo, parientaemos terminadolas e!istencias y tampoco es cosa de trabajar da tras da.

73st bien 7contest la esposa del verdulero, dndole un codazo aectuoso en lascostillas.


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6lrededor de las cuatro de aquella tarde no quedaban ya muchos compradores y losvendedores de la calle empezaban a desmontar sus tenderetes, complacidos con los

resultados de la jornada. La lluvia no haba durado lo suiciente como para estropearles laventa, los charcos de agua se haban escurrido y los estaba acabando de secar un solesplendorosoK verduras y lores haban tenido una e!celente demanda y la echa del messe acercaba lo suiciente al da de paga para crear una demanda de artculos duraderos.Hncluso las antigRedades y los aparatos el;ctricos de alto precio haban conseguido cirasde reventa respetables. Los buhoneros sonrean mientras cargaban sus minibuses,urgonetas y remolques, y palpaban con satisaccin el peso de sus carteras,portamonedas y bolsas de tela.

7-erectamente 7dijo *ardozo, y levant lo que quedaba de un ardo de tejidos con ungesto grandilocuente, pero e!ager la nota y un e!tremo del ardo derrib un vaso deca;, cuyo espumoso contenido se verti en la caja metlica que de Gier se dispona acerrar, tras haber contado lo que contena.

7Ao 7gimi de Gier.

70orpe 7dijo Grijpstra, inclinndose para contemplar los daos7. >ay cerca de dosmil lorines, en billetes pequeos, en esa caja. =o tambi;n los he contado. 3s dinero de lapolica.

7Ao 7repiti de Gier7. Aunca conseguiremos secarlos y, si se pegan demasiado entreellos, el banco no los aceptar. 3res un manazas, *ardozo.

75 7admiti *ardozo7. 0ienes razn. 0C siempre tienes razn. >as de saber, sinembargo, que esto resulta muy molesto para los dems. 'eberas aprender a equivocartetambi;n algunas veces.

7Ested lo ha hecho y usted debe arreglarlo 7dijo Grijpstra7. Ll;vese el dinero a sucasa y s;quelo como sea. 85igue viviendo con sus padres, verdade sentido un desvanecimiento, esto es todo. 9uiero ir a mi casa.

3l practicante le tom el pulso, contando y mirando a Grijpstra al mismo tiempo.

7-olica 7dijo Grijpstra7. *asualmente, vimos que este hombre se tambaleaba ydespu;s se caa. 89u; puede ocurrirlea muerto< 7pregunt de Gier desde el otro e!tremo de la habitacin.

3l de la bata blanca asinti en silencio.

5in embargo, se hizo otro intento para revivirlo. 3l cuerpo ue levantado sincontemplaciones y tendido en una camilla. 6pareci un voluminoso aparato, que sedesplazaba sobre ruedas. La maltrecha camisa del hombre ue rasgada por completo yconectaron a su pecho los largos brazos orrados de goma de aquella mquina. 3l hombrede la bata blanca accion unos mandos y el cuerpo del paciente dio un salto, mientras suse!tremidades se movan arriba y abajoK por un breve momento, la cara pareci cobrarvida de nuevo, pero al accionar de nuevo los mandos el cuerpo se inmoviliz, los

prpados dejaron de agitarse y la boca qued abierta.

73s inCtil 7dijo el hombre de la bata blanca, mirando a Grijpstra. 5eal hacia unapuerta7. 3ntre aqu, por avor. >ay unos ormularios que deben rellenarse, indicandodnde lo encontraron y cmo, y otros detalles. $er; si puedo encontrarlos. 5upongo queson ustedes oiciales de la polica.

75.

7-ermtanme un minuto.

-ero estuvo ausente varios minutos, en realidad cerca de media hora. 'e Gier recorra lahabitacin de un lado a otro y Grijpstra se dedic a estudiar un cartel en el que aparecauna barca de vela con dos tripulantes. La otograa haba sido tomada desde unhelicptero o una avioneta, pues presentaba a la embarcacin desde cierta altura, unaembarcacin blanca en una vasta supericie de agua. 0ambi;n de Gier se acerc parae!aminar el cartel.

7*iertas personas navegan 7coment de Gier7. @tras personas esperan enhabitaciones.

75 7contest lentamente Grijpstra7. 'os hombres en una barca. -arece como si seencontraran en medio del oc;ano. 'eben de ser buenos amigos, grandes amigos.

'epender el uno del otro. La embarcacin es demasiado grande para que la tripule unsolo hombre. *reo que es una balandra.

785< 7pregunt de Gier7. 80e interesan las embarcacionesaba dos hombres en aquella barca.


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78= qu;a muerto por causa natural, no es as< 7pregunt de Gier.

7-erectamente natural 7contest el hombre de la bata7. En corazn d;bil, queempez a ibrilar. 'ebi de llevar una vida muy intensa, tal vez con un e!ceso de trabajoy otro e!ceso de comidas y vinos caros.

7= putas 7aadi de Gier.

7Ao me e!traara 7admiti el hombre de la bata blanca.


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7Fert 7dijo el vendedor de hortalizas7. De llamo Fert. 3mpezaron a llamarme 0oFert hace unos aos, pero en realidad no es este mi nombre. Di nombre es Fert.

Los detectives estrecharon la spera mano diestra de su anitrin por turno, murmurandosus nombres de pila. I>en?J, dijo Grijpstra. I4inusJ, dijo de Gier. IHsaacJ, dijo *ardozo.>aban llegado con un cierto retraso y la casa estaba llena de sudorosos vendedorescallejeros y vaharadas de licor, as como del humo picante del tabaco negro con el que losinvitados liaban sus cigarrillos. La casa estaba cerca del ancho ro Hj, en pleno centro de6msterdam.

-asaba junto a ella un enorme camin cisterna, ocultando la vista de todas las ventanascon su mole metlica, lanzando con su potente bocina una nota melanclica, como unasolitaria ballena macho que se quejara de su soledad.

70iene usted una casa muy bonita, Fert 7dijo Grijpstra7. -oca gente en esta ciudaddispone de una vista sobre el ro tan amplia como la que tiene usted aqu.

78Ao est mal, verdad< La casa ha pertenecido a mi amilia desde que la construy mibisabuelo. -odra obtener ahora un buen precio por ella, pero 8por qu; vender si uno nose ve obligado a ello< 3l negocio de las verduras nos permite atender a los gastoscotidianos y yo tengo algo en el banco, ninguna hipoteca por la que preocuparme y loshijos se han largado ya todos para vivir por su cuenta. 89u; ms voy a decirle< 8Leapetece una cervezaaba un tel;ono en el pasillo y marc el nCmero de su casa, mientras se apoyaba en lapared con la otra mano.

7'omicilio del seor de Gier 7contest el tel;ono.

783stherable conmigo. >a dicho que le atemorizan.8$erdaderamente llega a atemorizarse alguna vez


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76 menudo.

78>ay algo que le atemorice en particularaba que trabajar siguiendo lasreglas. 5eguir cada posibilidad hasta all donde se pudiese. = dar media vuelta si no seconsegua un resultado.

6lguien llam a la puerta.

7$oy 7e!clam de Gier, y abri la puerta.

3ra la mujer de mediana edad que haba estado hablando antes con ;l.

785e encuentra bien< 7pregunt la mujer, tocndole un hombro. 5us pestaas sealzaron y volvieron a bajar lentamente7. Le estaba echando de menos.

7De encuentro perectamente 7se apresur a contestar de Gier7. 6delante, querida. 3llavabo est a su disposicin.

5e apresur a regresar a la sala.

Qilver estaba hablando con Grijpstra. La cara de este estaba arrebolada y en su mano

haba un vaso lleno de cerveza.74inus 7rugi Grijpstra7, 8cmo ests, muchacho< 5imptica iesta, 8verdad< -ruebaesos rutos secos. 5on deliciososM

Qilver tambi;n merodeaba por all.

7Ao tardar; en marcharme 7dijo de Gier7. 8-iensas quedarte mucho ratoaba tenido que dar un saltito para llegar a lasupericie, y sus pies no tocaban el suelo.

7Ao 7contest el commissaris.

7-or consiguiente, 8puedo marcharme si as se me antojaummm 7rezong el commissaris con una mueca de duda7. 5epa que habl; conFezuur y no me pareci tener esas cualidades. Ao puedo imaginrmelo saltando en unpaisaje blanco cubierto por cuentas de collar relucientes.

7Ao 7admiti Qilver7. 3!actamente. -erdi esta cualidad. 6be deca que Fezuur

haba estado despierto durante algCn tiempo, pero despu;s haba decidido quedarsedormido otra vez. Lo caliicaba de caso desesperado.

78= prescindi de ;lubo un momento enque Fezuur estuvo enamorado de 3sther y quiso conseguirla. *reo que durmieron juntosunas cuantas veces, pero en realidad 3sther no quera saber nada de ;l, sobre todo cuandoempez a intentar impresionarla con su coche, su bungalo# y sus otras propiedades. Bl secas con una amiga de ella, pero tampoco esta pudo soportarlo. 6hora, ella se encuentra

en Nrancia, viviendo en una comuna de hippies, segCn tengo entendido.

7= por tanto, 8por qu; no mat a 3sthera vuelto aempeorar el dolor< 3sta maana, cuando te has marchado, crea que iba a dejarte en pazK

tenas todo el aspecto de un jovenzuelo al entrar en el coche.3l commissaris murmur algo en lo que slo pudo distinguirse la palabra It;J.

73stoy perectamente 7contest7K me he dado un golpe con algo, eso es todo.

70e preparo en seguida el t;. @h, tu trajeM

3l traje estaba manchado, y tambi;n desgarrado. Ena de las plantas se haba agarrado auna manga cuando ;l trataba de liberarse al acercarse el bulldozer. Hntent ocultar eldesgarrn con la mano, al llevarle ella hacia la luz, junto a la ventana.

78= qu; es esto< 85angre

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Van de Wetering, Janwillem - [Grijpstra & de Gier 04] Victima Sin Rostro [16469] (r1.0 Ledo)