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VAYEITZEI - Y EL PARTIO

Génesis 28:10 al 32: 3 Oseas 11:7 al 14: 10

Juan 1:43-51

LA VIDA DE JACOB: SEGUNDA PARTE Este Lugar

La última enseñanza culminó con Jacob dejando a su familia mientras huía de la ira de su hermano Esaú. Cuando Jacob se dirigía desde Beersheba a sus parientes quienes estaban localizados al oriente en Harán, llegó a cierto lugar e hizo una parada para pasar la noche.

Mirando retrospectivamente, vemos a Abraham, abuelo de Jacob quien igualmente solicitó parar en cierto lugar.

“Entonces El le dijo (a Abraham), “Toma a tu hijo, tu único hijo Isaac, a quien amas, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré’. Al tercer día vio Abraham el lugar de lejos.’ Y los dos iban juntos. Llegaron al lugar que Dios le había dicho’. (Génesis 22:2, 4, 8-9).

La tradición judía, basada en Génesis 22, afirma que el lugar al cual Jacob llegó estaba situado en las montañas de Moriah, el mismo lugar donde su abuelo Abraham ofreció a Isaac, padre de Jacob. Ya sea en las montañas de Moriah o en la antigua ciudad de Bethel, tenemos ahora una figura de los tres patriarcas viniendo al altar. La Escritura registra,


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“Y llegó (Jacob) a cierto lugar y pasó la noche allí, porque el sol se había puesto; tomó una de las piedras del lugar, la puso de cabecera y se acostó en aquél lugar. (Génesis 28:11)

¿Serías tú capaz de recostarte y dormir sobre una piedra dura y fría? Génesis 28:11 revela que Jacob tomó su vida y la colocó sobre la piedra, que podría representar así mismo un altar. Jacob rindió su vida, el lado carnal deshonroso, y la colocó como una ofrenda. El Altar es la Roca - Yeshua.

Yeshua le dijo a Pedro, “Sobre esta Roca, (el evangelio de Yeshua) Yo edificaré Mi Iglesia/Ekklesia, y las puertas del hades no prevalecerán contra ella’ (Mateo 16:18).

Es aquí en este lugar que el creyente viene a rendir su vida, con la finalidad de recibir y caminar en la vida que mora en Yeshua. Este altar es:

El lugar de intimidad El lugar de compromiso en El El lugar donde entramos en la vida de Yeshua.

Jacob se habría de convertir en el padre de doce hijos, que juntos se les conoce como las Doce Tribus de Jacob o de Israel. Los creyentes que están en Yeshua también son llamados Israel, ya que somos simiente de Abraham. El Pacto de Abraham fue pasado sobre su hijo Isaac y sobre su nieto Jacob, y de Jacob a sus doce hijos. Los tres dejaron sus vidas sobre este altar, el mismo altar en el que Yeshua puso su vida como ofrenda. Cuando los creyentes son obedientes al Evangelio, ellos también ofrecerán sus vidas en Pacto, de acuerdo con El. Es así, que ellos son también llamados sacrificios vivos o piedras vivas. Los patriarcas creyeron y obedecieron las promesas del pacto. A través de Yeshua nos ha sido dada la misma herencia, el mismo acceso y el mismo derecho de retorno a la tierra que a los patriarcas. Somos herencia de Yahweh - la heredad de Jacob. (Salmos 33:12; Deuteronomio 32:9; Jeremías 10:16; Isaías 58:13-14; Gálatas 3:7, 9).

Lucas 1:33 “Y El (Yeshua) reinará sobre la casa de Jacob (Israel) para siempre, y su reino no tendrá fin”.

Romanos 12:1-2 “Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto”.

1 de Pedro 2:1-10 “Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, e hipocresías,

envidias y toda difamación, desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis probado la benignidad del Señor. Y viniendo a El como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer


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sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo/Yeshua Ha Mashiach. Pues esto se encuentra en la Escritura: He aquí pongo en Sión una piedra escogida, una preciosa piedra angular, y el que crea no será avergonzado’. Este precioso valor es pues, para vosotros los que creéis; pero para los que no creen, la piedra que desecharon los constructores, se ha convertido en piedra de ángulo, y, piedra de tropiezo y roca de escándalo; pues ellos tropiezan porque son desobedientes a la palabra (el evangelio), y para ello estaban también destinados. Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; pues vosotros en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois el pueblo de Dios; no habíais recibido misericordia, pero ahora habéis recibido misericordia”.

El Sueño

Así como Jacob rindió su vida, Yahweh le dio un sueño con un propósito divino. Jacob vio una escalera apoyada en tierra cuyo extremo tocaba el cielo, con los mensajeros de Yahweh, ascendiendo y descendiendo por ella. Lo mismo ha de suceder con nosotros cuando le rendimos nuestras vidas. Al desatar la amargura, el engaño y las luchas, tal como lo hizo Jacob, se abrirán para nosotros las ventanas del cielo. (Génesis 28:10-12; Juan 1:51) Es alentador para los creyentes saber que el hecho de honrar nuestro caminar en este Evangelio del Pacto en el que basaron sus vidas Abraham, Isaac y Jacob, esta herencia nos es ofrecida igualmente a nosotros. Hemos aprendido que los patriarcas atravesaron muchas pruebas y tribulaciones, pero no fue sino hasta que ellos fueron a la Roca/altar, que vieron el verdadero reino de Yahweh. Aunque Yahweh les hablaba continuamente acerca de esta vida, no fue hasta que ellos fueron al altar y pudieron desear entrar en él. Al ver estas verdades, los patriarcas mudaron el pasado existente al mundo común (Olam Hazeh), para dirigirse hacia algo que no era de este mundo. Ellos caminaron creyendo en la realidad del Evangelio más que en lo físicamente tangible que los rodeaba. Tan seguros estaban del Evangelio de Yeshua que estaban dispuestos a poner sus vidas en el altar y morir por lo que ellos creían. En su propia muerte, ellos fueron resucitados a un nuevo estilo de vida en la soberanía de Yeshua el Olam Haba, bajo la dirección del Espíritu del Santo. De la misma manera que anduvieron como precursores en el Evangelio, Abraham, Isaac y Jacob, antes de nosotros, este mismo escenario en el altar es para los creyentes. Debido a lo que Yeshua hizo por nosotros, ahora los creyentes pueden reunirse con El cara a cara en la Roca/altar (el Olam Haba). Sin el Evangelio, no hay experiencia del altar, y muy poca o nada de vida en El. Esta es la Roca de la Ofrenda (Yeshua) en la cual somos edificados. No existe otra. Él es el fundamento mismo de nuestras vidas sobre el cual somos edificados.

Isaías 28:16 “Por tanto, así dice el Señor Dios: He aquí, pongo por fundamento en Sión una piedra, (el Evangelio-Yeshua) una piedra probada, angular, preciosa, fundamental, bien colocada. El que crea en ella no será perturbado.”(1 Pedro 2:6-8)

Isaías 44:8 “No tembléis ni temáis; ¿no os lo he hecho oír y lo he anunciado desde

hace tiempo? Vosotros sois mis testigos. ¿Hay otro dios fuera de mí, o hay otra Roca? No conozco ninguna”.


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Cuando verdaderamente aceptemos el Evangelio en nuestros corazones, nos sentiremos más y más cómodos, encontrándonos con Yahweh en el altar. Es aquí donde recibiremos verdadera paz y gozo. Cuando estamos en este lugar ya no vivimos una vida de confusión constante, tratando de controlar las cosas que no conocemos o entendemos. Las situaciones de otros ya no nos causarán ansiedad o preocupación, ya que sabemos que nuestras vidas y la de ellos están bajo la mirada atenta de Yeshua. El hecho de poder reconocer esto, nos traerá paz sin necesidad de llevar un yugo pesado de cargas falsas. Bajo los términos del Pacto, Yahweh debe cumplir Su parte de la promesa. Comprendiendo esto, cuando caminamos de manera obediente en el Evangelio, podremos descansar en El, en lo que se refiere a nuestra comida y vestido, y a nuestro sustento, tal como creyeron Abraham, Isaac y Jacob.

1 Corintios 3:10-17 “Conforme a la gracia (Evangelio) de Dios que me fue dada, yo, como sabio arquitecto, puse el fundamento, y otro edifica sobre él. Pero cada uno tenga cuidado cómo edifica encima. Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo/Yeshua Ha Mashiach. Ahora bien, si sobre este fundamento alguno edifica con oro, plata, piedras preciosas (los principios del Reino o), madera, heno, paja, (preferencias personales) la obra de cada uno se hará evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego será revelada; el fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno. Si permanece la obra de alguno que ha edificado sobre el fundamento, recibirá recompensa. Si la obra de alguno es consumida por el fuego, sufrirá pérdida; sin embargo, él será salvo, aunque así como por fuego. ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois”.

1 Corintios 10:3-4 “Y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la

misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía; y la roca era Yeshua.

La Escalera

Con los cielos abiertos delante de Jacob, el vio a Yahweh parado encima de la escalera espiritual. Yahweh le habló a Jacob diciendo:

“Yo soy Yahweh, el Dios de Abraham tu padre y el Dios de Isaac, la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur, y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí yo estoy contigo y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra porque no te dejare hasta que haya hecho lo que te he hablado” (Génesis 28:13-15).

Cuando despertó Jacob dijo,

“Ciertamente Yahweh esta en este lugar, y yo no lo sabia. ¡Cuan maravilloso es este lugar! No es otra cosa que Casa de Dios y Puerta del Cielo!

La palabra hebrea para escalera en la Strong H5551 es cullam ֻסָּלם viene de la raíz calal H5549 .que significa causar el retorno, ir hasta, volver al camino correcto (al camino de santidad) ָסַללCalal es muy cercana a la palabra hebrea usada para novia Strong H3618 ַּכָּלה kallah, que viene de


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la raíz H3639 kalal ָּכַלל que significa completar, perfecto, hacerlo completo, hacerlo perfecto. El lugar a donde Jacob llegó fue el lugar del compromiso. Cuando nosotros rendimos nuestras vidas como ofrenda y entramos en pacto, igualmente rendimos nuestros propios derechos y posesiones para entrar en la vida con Yahweh, tal como lo hizo Jacob. Actualmente, una novia en su boda deja su nombre de soltera a favor del nombre de su marido (que significa carácter y fortaleza). Todo lo que él posee se abre ahora delante de su esposa. En la imagen de la escalera Jacob vio el cielo abierto delante de él, y toda la soberanía de Yeshua desde el principio/Bereishith /Aleph hasta el fin/Revelación/Tov. El también vio y reconoció el camino - el camino de santidad. Este punto de vista del Reino de Yahweh fue la herencia eterna de Jacob y la heredad para todas sus generaciones futuras - los Israelitas - y para todos los que caminan con su Dios, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Al ver a la escalera y a los ángeles, Jacob tuvo un vislumbre en el corazón de Yahweh. Yahweh confirmó la bendición de primogenitura sobre Jacob y confirmó el Pacto de Abraham sobre él.

Génesis 28:13-14 “Y he aquí, Yahweh estaba en lo alto de ella y dijo: “Yo soy Yahweh, el Dios de Abraham tu padre y el Dios de Isaac, la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur, y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.

Yahweh también agregó:

“He aquí yo estoy contigo y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra porque no te dejare hasta que haya hecho lo que te he hablado”. (Génesis 28:15).

Jacob había pasado muchísimo y necesitaba escuchar a Yahweh. Recibir estas palabras de afirmación y confirmación edificó la confianza en él que estaba en el camino correcto. Esta visión estableció su propósito y también le dio una visión en el camino a seguir. Al oír estas palabras Jacob dio un gran suspiro de alivio. El reconoció con todo su corazón su amor por Yahweh. El sabía que las llaves del cielo había sido transmitidas con éxito a la elección de Yahweh por el primogénito, Jacob.

“Ciertamente Yahweh está en este lugar y yo no lo sabía. Y tuvo miedo y dijo: ¡Cuán imponente es este lugar! Esto no es más que la casa de Dios, y esta es la puerta del cielo!” (Génesis 28:16-17).

A este lugar, Jacob le llamó puerta del cielo,

“Ya aquel lugar le puso el nombre de Beth-El (Casa de Dios), aunque anteriormente el nombre de la ciudad había sido Luz. (Génesis 28:19).


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La Piedra – El Evangelio de Yeshua La palabra hebrea para piedra en Strong H68 es eben ֶאֶבן, la cual significa piedra preciosa, y viene de la raíz de la palabra en Strong H1129 banah נָהב◌ָ◌ּ, que es, construir, reconstruir, establecer, hacer que continúe, establecer una familia, establecer exiliados restaurados. En las Escrituras,

Piedra es el título para Yahweh (Génesis 49:24). Piedra es igualmente el título para el Mesías (Isaías 28:16). Piedra equivale a Roca, e igualmente es un título para Yeshua. El es la Roca que da Vida.

(1 de Corintios 10:4). Piedra es una referencia a la Escritura, la Palabra - el Evangelio de Yeshua (Colosenses

1:23). Cuando los hijos de Israel fueron sacados de Egipto y llevados al desierto, la piedra les

proveyó del "agua viva." La Palabra de Yahweh fue escrita en tablas de piedra. El Mesías es el Portador y

Encarnación de la Palabra. La Palabra de Yahweh es el fundamento sobre el cual construimos nuestras vidas. Esta piedra (el Mesías, el portador de la palabra de Yahweh/la Torah) es la que los

edificadores (llamados pastores, pastores, maestros y rabinos) rechazaron. Esta persona rechazada fue Yeshua, la Palabra hecha carne, vino a ser piedra preciosa,

escogida, o piedra angular. La Piedra o la Palabra (Yeshua) causa que los hombres tropiecen y caigan, porque la

Palabra/Yeshua muestra la condición del corazón del hombre y de sus caminos rebeldes. (Génesis 49:24; Isaías 28:16; 1 Corintios 10:4; 2 Corintios 3:3; Efesios 2:20; 1 Pedro 2:6).

La Piedra es el Evangelio.

2 Juan 1:6 “Y este es el amor: que andemos conforme a Sus mandamientos. Este es el mandamiento tal como lo habéis oído desde el principio (Bereishith –Génesis 1:1), para que andéis en él. (significa Evangelio)” (Colosenses 1: 21-23, Gálatas 3:8).

1 Pedro 2: 6-8 “Pues esto se encuentra en la Escritura. He aquí, pongo en Sión una

piedra escogida, una preciosa piedra angular, y el que crea en El no será avergonzado. Este precioso valor es, pues, para vosotros los que creéis; pero para los que no creen, la Piedra que desecharon los constructores, esa, en piedra angular se ha convertido, y piedra de tropiezo y roca de escándalo; pues ellos tropiezan porque son desobedientes a la Palabra, (el evangelio) y para ello estaban también destinados”.(Isaías 28:16 ; Romanos 9:33 ; 1 Corintios 3:11 ; Isaías 8:14 ; Efesios 2:20 ; Marcos 12:10 ; Lucas 20:17 ; 2 Timoteo 2:19 ).

Mateo 16:17-19 “Jesús/Yeshua respondiéndole le dijo, bienaventurado eres tú

Simón Bar-Jonah (Pedro), porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino Mi Padre que está en los cielos. Yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca (Yeshua) edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos (El evangelio), y todo lo que


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atares en la tierra (Olam Hazeh) será atado en los cielos (Olam Haba), y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”.

Las llaves del Reino de los Cielos

Cuando la humanidad recibe el Evangelio, la vida de Yeshua en el hombre, le da discernimiento celestial y entendimiento en el ámbito de Su Reino. El Evangelio o Su Palabra contiene 613 mandamientos o principios, de los cuales 271 pertenecen al Israel que vive fuera de la tierra. Son estas instrucciones las que construyen el Reino de Yahweh. Ellas son llamadas las llaves del Reino de los Cielos. El requisito para aquellos que viven y sirven en Su Reino, es que conozcan estas instrucciones y caminen en ellas.

Santiago 1:22-25 “Sed hacedores de la Palabra (del Evangelio) y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. Porque si alguno es oidor de la Palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en un espejo; pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es. Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, éste será bienaventurado en lo que hace”.

Las llaves del Reino Celestial de Yeshua son elegir la vida, caminar en lo puro, no en lo impuro, en lo santo y no en lo profano, y guardar Sus Shabbats, Sus Fiestas/Moadim y celebraciones de Luna Nueva/Rosh Chodesh. (Ezequiel 44). Cuando los creyentes caminan en el Pacto encontrándose con Yeshua en el Altar de la Ofrenda - el Lugar, el adversario se declarara a sí mismo. Si caminamos en los principios de Yeshua, como esta delineado en su Evangelio, El será nuestro abogado, nuestra defensa. Además, el Altar de la Ofrenda es el lugar de muerte donde el enemigo es derrotado, así como el lugar de Resurrección. Abraham, Isaac y Jacob derrotaron a sus adversarios dentro de ellos en la Roca – y resucitaron como hombres poderosos de Dios.

Génesis 22:17 “En la entrega del pacto a Abraham, Yahweh declaró: “de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos”.

El primogénito es el creyente que camina en la enseñanza e instrucción de Yahweh, y es aquél que ha rendido su vida en el altar (ha muerto a sí mismo – a todo aquello que bloquea y separa de la vida de Yeshua). Estos creyentes son los que tendrán vidas redimidas. Ningún enemigo/acusador de los hermanos será capaz de interponerse cuando un creyente camina en la justicia del Evangelio de Yeshua, ya que los redimidos poseen literalmente las llaves del reino de los cielos. Para obtener más información acerca de estas llaves o ámbitos del Reino, debemos mirar en el manual de instrucción, el cual EL autorizó y le dio a Su pueblo.


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Atar y Desatar Un hijo de Yahweh que camina en obediencia a la enseñanza e instrucción del Evangelio, es considerado en el entendimiento hebreo, a ‘estar caminando en la Torah’, ya que ambos son lo mismo. De acuerdo a las Escrituras, si cumplimos Su Palabra (Olam Haba), esto ata o le prohíbe al enemigo. Si perdemos la marca o caminamos fuera del Reino de Yeshua entreteniéndonos en amargura, envidia o acusación (Olam Hazeh), esto desata al enemigo y le da el derecho de venir en contra de nosotros. La obediencia a la Palabra Yahweh trae bendición, la cual ata al enemigo. En Mateo 16:18 -19, Yeshua nombró a Pedro supervisor de las llaves del Evangelio de Su Reino Celestial en la tierra. Pedro se encargó de enseñar lo que cada llave representa, y que es lo que desbloquea, para qué ellas se utilizan, y por qué ellas son importantes para actuar en la vida del creyente (Juan 21:15).

Mateo 16:18-19 “Yo (Yeshua) también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca (el Evangelio-Yeshua) edificaré mi iglesia. Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré Mi iglesia/ekklesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos”.

La Roca que Yeshua hablaba cuando dijo, sobre esta roca edificaré Mi ekklesia (asamblea), no era Pedro, sino aquellos que buscan el Reino de Yeshua. Las llaves de Su Reino le son dadas a estas personas que edifican sus vidas sobre la Roca. La Palabra de Yeshua es la Roca sobre la cual somos edificados. La de los patriarcas es nuestro modelo. Yeshua nos ha dado las llaves y todos los planos de construcción que necesitamos. Sobre ellos se han escrito en Su Torah (Génesis, Éxodo, Levíticos, Números y Deuteronomio), y son confirmados en el Nuevo Testamento/Brit Chadasha (Ezequiel 43:10-12; Mateo 7:24-27; 1 de Corintios 3:9-17).

El Árbol de la Vida o El Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal Existe una diferencia entre los dos árboles: El Árbol de La Vida y El Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. Uno lleva vida y el otro lleva muerte. Uno es la vida en el Espíritu de Yahweh en la naturaleza celestial (Olam Haba) y el otro es la vida común abierta al pecado (Olam Hazeh). Ambos estarán siempre en nuestras vidas, tal como lo estuvieron en medio del Jardín, Yahweh tiene un propósito en ellos, en que nosotros tenemos que elegir día a día a quién serviremos: a la vida o a la muerte. Si nosotros como creyentes en Yeshua aún tenemos estas características impuras operando en nuestras vidas, tales como inmoralidad sexual, impurezas, libertinaje, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, borracheras, malicias, hipocresías, envidia, maledicencia, esto revela que no hemos creído a Su Palabra/Pacto ni no lo hemos conocido en el altar, ya que no hemos obedecido y permitido al Mesías regir y reinar en nuestros corazones. Estas características pertenecen al reino que trae muerte (El Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal). Se nos ha dicho que saquemos de nuestras vidas estas características y comportamientos impuros, ya que ellos nos atan al enemigo. Necesitamos asumir la responsabilidad de estas iniquidades y/o transgresiones (pecados) arrepintiéndonos en el altar, y permitiéndole al Espíritu Santo/Ruach Hakodesh circuncidar y renovar nuestros corazones. (Gálatas 5:19-21, 1 de Pedro 2:1).


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Tenemos que fijarnos en lo que trae vida (Árbol de la Vida). Cuando ofrecemos nuestras vidas como sacrificio vivo, el fruto del Espíritu será la evidencia que opera en nuestras vidas. Las características del Espíritu de Vida en nosotros son: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley (ausencia de ley). Y aquellos que son del Mesías, han crucificado la carne con sus pasiones y deseos (esa guerra interior en contra de nuestros espíritus). Si vivimos en el Espíritu (de Yahweh), andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros” (Gálatas 5:22-26). Por este fruto sabemos que hemos entregado nuestra vida a Yeshua.

Hebreos 6:4-6 “Porque es imposible que los (creyentes) que una vez fueron iluminados (caminaron en el ámbito del Reino/Pacto de Yeshua) y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y (que) recayeron (pecaron/comieron habitualmente del Árbol de Conocimiento del Bien y del Mal), sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio”.

Estar en el Mesías (Yeshua), significa que somos obedientes para caminar en Su Palabra. Estar en Yeshua quiere decir igualmente, que somos llamados a ser piedras vivas.

Efesios 2:13-20 “Pero ahora en el Mesías Yeshua, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Yeshua. Porque El es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos (dos grupos: La Casa de Judá y la Casa de Israel) un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de El los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Yahweh, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo el mismo Yeshua el Mesías’.

EL MEDIADOR

Como fue mencionado anteriormente, Yeshua es la escalera entre el cielo y la tierra. La escalera al cielo que vio Jacob tenía un extremo plantado (establecido) en la tierra, con la parte superior que llegaba hasta el cielo. Esta es una figura del Mesías, Yahweh encarnado, tal como Yeshua mismo declaró a sus discípulos,

“De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios/Elohim que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre”.

La escalera entre el cielo y la tierra es el cuerpo del Mesías, figura de santidad y su sacrificio por nosotros. En Su crucifixión, El fue suspendido entre el cielo y la tierra - por lo tanto, El es nuestro mediador (Juan 1: 1, 14, 43-51; Gálatas 3:13).


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1Timoteo 2:5 “Poque hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús/Yeshua HaMashiach hombre”.

Igualmente, la escalera representa el Árbol de la Vida. Del mismo modo que el Árbol de la Vida, Yeshua es la cabeza de toda la congregación de creyentes (Colosenses 1:18; Efesios 5:23). Los sabios judíos dicen que la escalera de Jacob es la Torah. La Torah es la senda de justicia que conduce a un caminar más profundo con Dios en Su reino celestial (Mateo 19:16-19). Los rabinos dicen que la escalera (Torah) es un puente del cielo a la tierra. De la misma manera, Yeshua, la Torah viviente o la Palabra de Yahweh hecha carne es llamada como: el Camino, la Verdad y la Vida, el Camino al Padre; el Camino de Salvación; la Fuente de Vida Eterna; y El que redime y reconcilia al hombre con el Padre a través de su Cuerpo, la Escalera. Cuando Yahweh se paró encima de la escalera al cielo, pronunció la bendición de Abraham sobre Jacob.

Génesis 28:13-15 “Y he aquí, el SEÑOR/Yahweh estaba sobre ella, y dijo: Yo soy el SEÑOR/ Yahweh, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en la que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. También tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te extenderás hacia el occidente y hacia el oriente, hacia el norte y hacia el sur; y en ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra. He aquí, Yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido”.

Por causa que Jacob se ofreció a sí mismo sobre la Piedra, sus descendientes recibirían por cierto la tierra sobre la cual él se recostó. Sus descendientes serían tan numerosos que se extenderían al este, oeste, norte y sur. Todas las familias de la tierra serían benditas a través de la simiente de Jacob. Yahweh prometió que siempre estaría pendiente del pueblo de Jacob donde sea que estuvieren, y los traería de regreso a la Tierra Prometida. Esto es una promesa para nosotros el día de hoy. Aquellos que siguen al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, nunca serán abandonados o dejados. El nos guardará hasta que El haya cumplido Su Promesa y propósito en nosotros! (Génesis 28:13-15). La carta a los Hebreos nos dice, que Jacob nunca recibió lo prometido mientras vivió, ni tampoco lo recibieron Abraham ni Isaac.

“Todas estas personas seguían viviendo por fe cuando murieron. “Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra” (Hebreos 11:13).

Esto se debió a que nuestros padres fueron capaces de superar sus propias inseguridades y temores personales, y se pararon en las promesas de Yahweh, tal como lo señala Su Evangelio. Ellos lo vieron claramente y lo comprendieron porque creyeron. Las promesas se llevarían a cabo en sus futuras generaciones.

Herederos de acuerdo a la Promesa ¿Quiénes son los hijos de los patriarcas? ¿Quiénes son los hijos que recibieron el Pacto de la Promesa?


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“Y si vosotros sois de Yeshua, ciertamente linaje (físico) de Abraham sois, y herederos (de Abraham, Isaac y Jacob) según la promesa (Evangelio)” (Gálatas 3:29).

Aquellos que creen en el Mesías y lo que Él nos enseñó a través de Su Evangelio, son los herederos del Pacto de la Promesa para Abraham, Isaac y Jacob (Gálatas 3:7). Esta palabra dada a Jacob abarcó muchas generaciones hasta la actualidad – ya que ésta es eterna. Somos la simiente prometida en Yeshua; somos aquellos de los cuales Jacob habló hace muchas generaciones. Ellos creyeron en nosotros, porque Yahweh lo declaró. Esto afirmó que ya había sido creado en nosotros (la simiente de Jacob) antes de nuestro día (Olam Haba). Este es el motivo por lo que los patriarcas miraron de lejos a estos días, ya que ellos nos vieron asiéndonos y caminando en el. Así de grande fue la fe que tuvieron los patriarcas (Efesios 1:3-14). “Porque así dice Yahweh que creó los cielos El es el Dios que formó la tierra y la hizo, El la estableció y no la hizo un lugar desolado sino que la formó para ser habitada)……….

Yo soy Yahweh y no hay ningún otro.

No he hablado en secreto en ninguna tierra oscura;

No dije a la descendencia de Jacob, 'Buscadme en lugar desolado;

Yo Yahweh hablo justicia,

Y declaro lo que es recto.

(Isaías 45:18-19)

Jeremías 30:8-11 “Y acontecerá en aquel día" declara Yahweh de los Ejércitos, que

quebraré el yugo de su cerviz (Jacob) y romperé sus coyundas, y extraños no lo esclavizarán más, sino que servirán a Yahweh su Dios, y a David su rey, a quien yo levantaré para ellos. Así que tú no temas, siervo mío Jacob, declara Yahweh, ni te atemorices, Israel; porque he aquí, te salvaré de lugar remoto, y a tu descendencia de la tierra de su cautiverio. Y volverá Jacob, y estará tranquilo y seguro, y nadie lo atemorizará. Porque yo estoy contigo declara Yahweh para salvarte; pues acabaré con todas las naciones entre las que te he esparcido, pero no acabaré contigo (Jacob), sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo”.

La Puerta Cuando Jacob despertó de su sueño, estaba tan asombrado que declaró,

“¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo” (Génesis 28:17).

En hebreo puerta en Strong H8179 es sha ar, que significa abrir, entrada, abrir, calcular, razón o acceso controlado. Yeshua es la puerta; El es el acceso entre el cielo y la tierra (Efesios 2:18).

Juan 14:6 “Yeshua respondió “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”

Mateo 7:13-14 “Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la

senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es


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la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan’. (Lucas 13:24).

Apocalipsis 21:10-11 “Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me

mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, y tenía la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra muy preciosa, como una piedra de jaspe cristalino. Tenía (la Jerusalén santa) un muro grande y alto con doce puertas, y en las puertas doce ángeles; y en ellas había nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel’.

Después de recibir el Pacto de Yahveh, Jacob, siendo desposado a Yahweh, derramó aceite sobre la piedra, como señal de su consagración y compromiso, haciendo un voto.

“Si fuere Yahweh/Elohim conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Yahweh será mi Elohim. Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti” (Génesis 28:20-22, Éxodo 21:19).

Jacob comprendió que cuando el se comprometió al Pacto, la responsabilidad del Fabricante del Pacto era proveerle alimento y vestido a él. En un matrimonio hebreo, cada esposo hace la presente declaración a su esposa, y a continuación coloca su promesa por escrito. A esto se llama ketubah. Entonces, la ketubah se presenta como testimonio que el esposo proveerá a su esposa comida, ropa y derechos conyugales. Este día Jacob entró en un Pacto matrimonial con Yeshua - la Palabra de Yahweh – El Novio (Juan 1:1,14; Mateo 9:15; Juan 3:28-29). El Diezmo ¿Ha notado Ud. que cuando el Pacto de Yahweh está de acuerdo o es reconfirmado, también es presentado el diezmo? Cuando Melquisedec le salió al encuentro a Abraham después del rescate de Lot y su familia en Génesis 14, Abraham ofreció a Melquisedec la décima parte de todo lo que él tenía.

Génesis 14:18-20 “Entonces Melquisedec, Rey de Salem, sacó pan y vino; él era sacerdote del Dios Altísimo. Y lo bendijo, diciendo: “Bendito sea Abram del Dios Altísimo, Creador del cielo y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo que entregó a tus enemigos en tu mano.” Y le dio Abraham el diezmo de todo.

Cuando Yahweh le revela el Pacto a Jacob, él le ofrece igualmente una décima parte de la provisión prometida por anticipado.

Génesis 28:22 “Y esta piedra que he puesto por señal será casa de Dios; y de todo lo que me des, te daré el diezmo”.

¿Cual sería nuestra primera respuesta? Ahora vemos a estos dos hombres ofreciendo los diezmos. ¿Por qué los diezmos? ¿Por qué la primera respuesta de Abraham y Jacob fue acerca del diezmo? ¿Qué hay acerca del diezmo que no entendemos?


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El diezmo es la llave del Evangelio – El Reino de Yahweh. Este estuvo en el principio/bereishith y es eterno - nuestra visión de la vida en el Jardín. Por este acto aparentemente pequeño, Jacob ingresó esa noche a la casa de Yahweh. Jacob sabía que había estado en el lugar donde se encuentran el cielo y la tierra. El había visto el panorama completo del Reino eterno de Yahweh desde el principio hasta el fin. Por tanto, cuando el Pacto le fue confirmado, de la misma manera que Abraham dio el diezmo (su porción santa), igualmente Jacob honró la presencia física del Evangelio en aquél día. De ese día en adelante Jacob le prometió a Yahweh una décima parte de todo lo que El le proveería en el futuro (Génesis 14:18).

La creencia hebrea es que debido a la santidad de este evento, la noche del sueño de Jacob cayó en un sábado/ Shabbat o en uno de los días de fiesta de Yahweh, llamados igualmente Shabbats. La Casa de Yahweh, el diezmo y el Shabbat son eternos y no deben estar separados. Ellos no son de este mundo, sino son ordenanzas divinas activadas en la tierra mediante nuestra respuesta. Cuando caminamos en el proceso de redención del Evangelio y cuando la Casa de Yahweh y el Shabbat están presentes, el servicio del reino de Yahweh se pone en movimiento y se activa en nuestros corazones y vidas a través del Espíritu del Santo. Jacob habría aprendido acerca del diezmo de su padre Isaac y de su abuelo Abraham. Donde sea que se encuentre el creyente, ya sea en el desierto o en Jerusalén, el diezmo es lo primero que tenemos que honrar ya que es un asunto de santidad. Esta respuesta trae un derramamiento celestial a nuestra existencia terrenal. El diezmo es la llave de Reino de Yahweh en la tierra. Es nuestra respuesta a la santidad de Yahweh y a todas las bendiciones que Él nos ha prometido, ya que somos herencia de Jacob.

Deuteronomio 32:9 “Pues la porción de Yahweh es su pueblo; Jacob (Israel) es la parte de su heredad”.

Mirando directamente al cielo/eternidad, Jacob pudo ver que el diezmo era el vínculo que generaba la provisión guardada para él en su futuro. Sabiendo que su respuesta tendría algo que decir en el futuro, Jacob respondió inmediatamente, y de todo lo que me des, te daré el diezmo (Génesis 28:22). Jacob no prometió dar el diezmo como una respuesta terrenal, para recibir una bendición terrenal, sino para recibir una bendición celestial eterna, una que iría mucho más allá de toda su vida y aún a su simiente prometida - a todos aquellos que (en el futuro) son llamados por su nombre Israel. Al hacer esto, Jacob desbloqueó el verdadero principio detrás del diezmo y entró inmediatamente dentro de su provisión futura, dándole honor a la Fuente de esas bendiciones.

Hebreos 11:1 “Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.

Jacob había alcanzado una rectitud y una santidad que no era suya, sino que venía de arriba, de la Fuente eterna. Él rindió su vida para permitirle a Yeshua obrar en Sus sendas justas a través de él en conformidad con Su Palabra, el Evangelio. Desde ese momento en adelante, Jacob fue un hombre bendito. Él eligió caminar en la verdad y dar la porción sagrada a Yahweh con cada bendición que recibiría a partir de ese día en adelante. Las personas que caminan en el Pacto Renovado y proclaman a Yeshua como su Señor y Salvador son llamados a traer gloria a Yahweh, colocando el diezmo delante del Sumo Sacerdote tal como fueron enseñados por nuestros patriarcas antes que nosotros. (Hebreos 7:1-10).


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El Pozo Génesis 29

Jacob continuó su larga travesía hacia Harán, el lugar de nacimiento de su madre Rebeca, y hogar de su tío Labán, el hermano de Rebeca. Cuando Jacob llegó vio un pozo. Cuando nosotros vemos la palabra pozo en las Escrituras, entendemos que es una historia profética que se va a llevar a cabo, ya que Pozo representa un lugar de unción.

Génesis 29:1-3 “Entonces Jacob siguió su camino, y fue a la tierra de los hijos del oriente. Y miró, y vio un pozo en el campo, y he aquí, tres rebaños de ovejas estaban echados allí junto a él, porque de aquel pozo daban de beber a los rebaños, y la piedra sobre la boca del pozo era grande. Cuando todos los rebaños se juntaban allí, entonces rodaban la piedra de la boca del pozo y daban de beber a las ovejas, y volvían a poner la piedra en su lugar sobre la boca del pozo”.

El sentido profundo detrás de la palabra pozo en el hebreo (Strong H875 ָּבַאר be'er) viene de la raíz ba'ar en Strong H874, que significa: escritura en tablas de piedra hecha de manera clara y ָּבַארdistinta, algún escrito sobre tablas, que es legible ante la mirada presurosa, y en un uso figurativo el verbo significa dejar claro al explicar.

Habacuc 2:2 “Entonces el SEÑOR/Yahweh me respondió, y dijo: Escribe la visión y grábala en tablas, para que corra el que la lea. (Deuteronomio 27:8; Deuteronomio 1:5).

Campo representa usualmente lo contrario, un lugar de desierto fuera del Reino de Yahweh, fuera de Su protección, de Su provisión y de Su cobertura divina. Tres rebaños de ovejas yacían cerca de este pozo en el campo esperando ser saciados de agua, pero había una piedra sobre la boca del pozo que impedía a las ovejas tener acceso al agua. Cuando Jacob vio como estos rebaños eran mal conducidos, se acercó a los pastores para preguntar por su tío. El se enteró que eran de Harán, y que ellos conocían a Labán, nieto de Nahor. Al escuchar esto Jacob, supo que había llegado a su destino exacto y que estaba pronto a poner en marcha su propósito. En este momento, Raquel, hija de Labán, se acercó al pozo con las ovejas de su Padre. El significado del nombre de Raquel en hebreo es ewe, que significa oveja. (Strong H7354 ָרֵחל). Aunque la hija de Labán se acercó, Jacob no se distrajo. El estaba enfocado en las ovejas desatendidas que tenían que esperar por este pozo en pleno calor del día. Jacob no dudo en que su preocupación fuera por las pobres ovejas que yacían delante de él. El les dijo a estos falsos pastores, “He aquí es aún muy de día; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad las ovejas, y llévenlas de regreso a apacentarlas”. Jacob les estaba notificando que las ovejas aun necesitaban ser pastoreadas con la plenitud del Evangelio, a fin de recibir el agua viva - el Mesías. Estas ovejas estaban muertas de sed ya que no tenían sustento o agua en ese calor, y no eran capaces de ayudarse a sí mismas. En lugar de esto, ellas dependían de otros para su supervivencia, haciéndose más débiles”.

Amos 8:11 “He aquí, vienen días declara el Señor Dios/Yahweh Elohim, en que enviaré hambre sobre la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír las Palabras de Yahweh”.


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Estos falsos pastores estaban programados en sus asuntos tradicionales y no estaban dispuestos a cambiar en cuanto a las necesidades de las ovejas bajo su cuidado. Ellos se excusaron ante Jacob diciendo,

Génesis 29:8 “No podemos abrevar a las ovejas hasta que todo el rebaño esté junto, y que la piedra sea removida de la boca del pozo. Entonces, abrevaremos a las ovejas”.

La piedra que cubría el pozo representa aquellos con corazones de piedra que resisten el agua viva. La Casa de Judá recibió la responsabilidad de alimentar a las naciones/ovejas con el Evangelio hasta que viniera el Mesías (Génesis 49:10). Muchos pastores y ovejas de la Casa de Judá perdieron ver al Mesías cuando El vino, ya que carecieron de la debida atención por parte de sus pastores, quienes no compartieron el Evangelio con ellos ni los ayudaron a beber del agua viva, por causa de sus obras vanas. Por otro lado, los pastores de la Casa de Israel (Efraín) que crecieron en el ambiente de la iglesia, rechazaron las raíces hebreas de su Mesías. Ellos no aceptarían a Yeshua en sus vestiduras sacerdotales hebreas, ni tampoco aceptarían Sus Días de Fiesta. Ellos han tratado de reunir las ovejas sin primeramente alimentarlas con la verdad que se encuentra en el Evangelio. Por lo tanto, no ha habido agua viva en las palabras que ellos dijeron. Ellos también fueron cisternas vacías.

Romanos 11:25-27 “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis sabios en vuestra propia opinión: que a Israel (la Casa de Judá) le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles (la Casa de Israel/las Naciones), y así, todo Israel (Toda la Casa de Israel reunida) será salvo; tal como está escrito: El Libertador vendrá de Sión, apartará la impiedad de Jacob. Y este es Mi Pacto con ellos, cuando Yo quite sus pecados’. (Jeremías 31:31; Hebreos 8:8-10).

Oseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento (la enseñanza e instrucción: la Torah), Yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley (Torah) de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”. (1 de Pedro 2:9-10; Apocalipsis 1:6) Nota: Oseas fue un profeta para la Casa de Israel/Efraín.

Tan pronto Jacob vio a Raquel acercarse al pozo con las ovejas de su Padre, el vio su semejanza en ella, y rápidamente removió la piedra, dándoles a las ovejas él mismo de beber. Esta es una figura de Yeshua removiendo la piedra, revelando la fuente de Su vida a aquellos que desean caminar en él.

Isaías 12:3 “Con gozo sacarás agua de los manantiales de la salvación (Yeshua).

Las ovejas de Raquel fueron las primeras en recibir de esta fuente que da vida antes que los otros rebaños en el pozo. Sus ovejas representan las otras tribus; las diez tribus escondidas de Israel, llamadas el Reino del Norte o la Casa de Israel. En los dos grupos mostrados de pastores en la historia de Jacob (que representa al Mesías y su cuidado del Evangelio/verdad), las dos Casas de


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Israel eran ahora capaces de reunirse sin restricciones, libremente, capaces de beber agua del pozo de agua viva (Juan 4:5; Hechos 1:6; Marcos 1:3-4).

Juan 10:16 “Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor”.

El Beso

Cuando Jacob dio de beber a las ovejas de Raquel, el la besó y lloró. Esto habla proféticamente del Mesías Yeshua, quien lloró por sus ovejas antes de Su muerte. Su beso de amor por ellos lo llevaría a Su muerte, pero en Su muerte estaba la fuente de vida para todo el rebaño de Yahweh (Lucas 22:44).

En la tumba de Yeshua,..“Cuando pasó el día de Shabbat, (tres mujeres) María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Y decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande”. (Marcos 16:1-4)

Dos Grupos de personas

Juan 4:4-30 Como fue mencionado anteriormente en Génesis 29, vemos dos grupos de personas/ovejas. Un grupo está esperando en el pozo (la Casa de Judá) y el otro grupo, a la oveja Raquel llevándolas al pozo (la Casa de Israel), una figura profética de las otras ovejas que Yeshua habló, cuando dijo:

“Yo tengo otras ovejas que no son de este redil. A ésas también me es necesario traerlas, y ellas también oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor”. (Juan 10:16; Ezequiel 37:15-28)

La historia de Jacob se ve nuevamente en Juan 4:4-30, cuando Yeshua viajó a través de Samaria a visitar a Sus ovejas perdidas. Samaria era en ese entonces la capital del Reino del Norte, y representaba a la Casa de Israel. Los Samaritanos no eran muy queridos por los Hebreos puesto que eran una mezcla de las naciones que habían invadido esa zona años anteriores (2 Reyes 17:22). Era la hora sexta, cuando el sol se encontraba en su máximo calor y esplendor, cuando Yeshua se acercó a la mujer Samaritana en el pozo de Jacob. Ella representaba a las diez tribus (escondidas) del Reino del Norte (ovejas de Rachel). Yeshua le pidió a esta mujer un poco de agua de beber, y a continuación, compartió con ella acerca del agua viva. Cuando la mujer vio que Yeshua no tenía una taza con la cual sacar agua del pozo de Jacob le preguntó - ¿cómo conseguiría El ésta agua viva? ¿Pensaba que El era mayor que "su padre Jacob que les dio el pozo del cual bebían tanto ellos como sus hijos y sus rebaños" (que representan las doce tribus)? Yeshua le dijo todo acerca de ella, y a continuación, le reveló que EL era la fuente del agua viva. EL también le dijo que vendría un tiempo en que los adoradores adorarían a Yahweh en espíritu y en verdad. La mujer (que era la casa de Israel) le informó a El, que los judíos (Casa de Judá) estaban esperando (las ovejas esperando en el pozo) por su Mesías, y que cuando EL venga, les revelaría todas las cosas. Yeshua dijo a la mujer: Aquél del cual hablas es El”.


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El Tío Labán Génesis 29 Cuando Jacob se encontró con su tío Labán, le compartió su historia. Entonces trabajó durante un mes para Labán hasta que el salario se interpuso entre ambos. Durante ese tiempo Jacob se enamoró de la hija menor de Labán, Raquel. El sugirió trabajar para Labán durante siete años como dote o precio por la novia. Labán estuvo de acuerdo con los términos. Sin embargo, cuando llegó el tiempo del casamiento, Labán sustituyó a su hija mayor Lea por Raquel, y sin darse cuenta del engaño Jacob se casó con Lea. Siete años representan en la Torah un ciclo de año sabático para la tierra. Cada siete años la tierra debía tener un período de descanso. Ellos no podían cosechar el fruto de la tierra, sino que vivirían de lo que la tierra producía en ese séptimo año. Durante ese año de descanso todas sus deudas eran canceladas. Cualquier persona hebrea, sea hombre o mujer que hubiera estado de acuerdo en trabajar (por deuda o por servidumbre) era libertado en el séptimo año y retribuido generosamente con ganado, así como con el grano y el vino de la tierra que habían ayudado a producir. Esto parecía ser el caso de Jacob. En el año Sabático el vino a reclamar lo que justamente se le había prometido. En lugar de esto, él fue engañado del mismo modo que el había engañado a Isaac y Esaú hacía siete años. La Edición Stone Chumash describe tradicionalmente a Lea y a Raquel como mellizas, tal como lo fueron Jacob y Esaú. La Escritura afirma que la diferencia principal entre las dos mujeres, es que Raquel era dulce en forma y belleza, y Lea tenía unos ojos delicados. El carácter hebreo de ojos delicados describe ternura, suavidad, débil, delicado (de carne), débil de corazón, tímido, y suave y tierno (de palabras). Podemos ver entonces, que Lea era tímida, huraña, con falta de confianza, en comparación a Raquel, cuyo carácter y belleza poseían un balance tanto interior como exterior. Este matrimonio con Lea debe haber sido una lección para Jacob, ya que el tomó ventaja de la debilidad de los ojos de su padre Isaac, al usurpar su posición sobre su hermano Esaú. Al descubrir Jacob que él había sido engañado confrontó a Labán. Ellos hicieron nuevamente arreglos por Raquel, determinando Labán que Jacob debía trabajar igualmente otros siete años como pago por su dote. Durante ese tiempo, Lea le dio cuatro hijos a Jacob, mientras Raquel permanecía estéril. Los hijos de Lea fueron Rubén, el primogénito, Simeón, Leví y Judá. Debido a esto, Raquel se puso muy celosa de su hermana. Raquel descargó su frustración de no tener hijos sobre Jacob. Jacob señaló que esto no era culpa suya, sino que Yahweh era quién no le había concedido hijos a ella. Raquel ofreció a su sierva Bilha a Jacob para ser una madre substituta. Bilha dio a luz a Dan y Neftalí por cuenta de Raquel. Lea, viendo que ella había cesado de tener hijos, ofreció a su sierva Zilpa a Jacob para que le diera más hijos. Zilpa tuvo dos hijos más, que fueron Gad y Aser. Después de esta rivalidad entre las hermanas, Lea tuvo nuevamente hijos, dando a luz a Isacar y Zebulón, y más tarde a una hija llamada Dina.

“Y se acordó Yahweh de Raquel, y la oyó Yahweh, y le concedió hijos. Y concibió, y dio a luz un hijo, y dijo: Yahweh ha quitado mi afrenta; y llamó su nombre José, diciendo: Añádame Yahweh otro hijo”. (Génesis 30: 22-24).


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Las Ovejas de Jacob Harán fue el lugar de nacimiento de las tribus de Israel, con excepción de Benjamín. Las Dos Casas o los Dos Reinos vinieron de las dos esposas de Jacob, Lea y Raquel y de sus sustitutas. Los celos que existieron entre las dos hermanas durante este tiempo han continuado hasta este día entre las Dos Casas de Israel. Cuando los hijos de Lea y de Raquel reconozcan su identidad y heredad en el Pacto de Abraham, Isaac, Jacob y aquellos que han sido renovados en el Mesías, entonces cesarán los celos y comenzarán a actuar como un solo pueblo unido (Efesios 2:14)

“Y se disipará la envidia de Efraín (Casa de Israel), y los enemigos de Judá (Casa de Judá) serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín” (Isaías 11:13).

Después del nacimiento de los once hijos de Jacob, éste le pidió a Labán que lo dejara regresar a su tierra. Ellos discutieron el salario de Jacob, y acordaron que todas las ovejas manchadas o rayadas, corderos y cabras serían de Jacob. Esto es una referencia a las ovejas de Yahweh, que son un pueblo multicolor. Jacob viajó tres días para separar su rebaño del de Labán. Esta es una referencia acerca de nosotros como creyentes, que somos un pueblo apartado y separado. La ordenanza es que no mezclemos lo puro con lo impuro ni lo santo con lo profano. Durante este tiempo Jacob se preocupó no solamente de sus propias ovejas, sino también de las de Labán. El rebaño de Jacob aumentó, colocando Jacob varas verdes de álamo, avellano y castaño, y descortezando en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas. (Génesis 30:37). Esto es una referencia a ser obediente a la Torah y recibir las bendiciones que fluyen como consecuencia de obedecer la Palabra de Yahweh

Génesis 30:40 “Apartaba Jacob los corderos, y ponía con su propio rebaño los listados y todo lo que era oscuro del hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán”.

Jacob aumentó y creció de manera extraordinaria y próspera con abundancia de rebaño, siervas, siervos, camellos y asnos. Viendo la casa de Labán esto, comenzó a murmurar en contra de Jacob. Labán los escuchó y su actitud hacia Jacob cambió. Sólo se necesita de una mala declaración en contra de alguien para poner a todo un pueblo en contra de un inocente. Dependiendo que tipo de árbol come el creyente, cuando el lashon hara (chisme y calumnia) desafía al pueblo de Yahweh, ellos pueden sucumbir a éste o estar por encima de él y ser vencedores. Yahweh juzgará a los que calumnian. Si llegamos a entender que Dios está con nosotros para animarnos, las pruebas son para promover a Su pueblo y ayudarlos a acercase más a El. Los desafíos nos introducen a una mayor responsabilidad en el Reino de Dios y ayudan a enseñar y promover una mayor impartición del poder de Dios morando dentro de nuestras vidas. De acuerdo al Libro de Santiago en el Nuevo Testamento/Brit Chadasha, los desafíos en nuestras vidas deben considerarse como gozo puro, con la finalidad que la perseverancia pueda finalizar su obra en nosotros, para perfeccionarnos y llevarnos a la madurez, sin falta de bien alguno (Santiago 1:2-4). Si elegimos caminar en los caminos de Yeshua y perseverar a través de los desafíos, Su Espíritu Santo/Ruach HaKodesh se activa dentro de nosotros, ya que El es fiel a Su Pacto con nosotros.


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Santiago 1:2-4 “Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas

pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada”.

La Separación

Génesis 31 Continuando con la historia de Jacob en Génesis 31, el tiempo le había llegado para separarse de las continuas demandas cambiantes de Labán. Yahweh le había ordenado a Jacob que dejara Harán, que partiera del creciente desprecio y celos hacia él y retornara a su tierra natal. Raquel y Lea vieron cómo su padre los había tratado mostrando falta de amor o respeto, queriendo venderlas o usarlas como trueque. A través del ejemplo y amabilidad en la vida de Jacob ellas pudieron ver la verdad real, y aprendieron a poner su fe en Yahweh el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob (Génesis 31:18). ¿Dejan las parejas casadas el día de hoy a sus padres y a sus madres y se dan en unión unos a otros? Una relación sana con los padres y la familia es maravillosa y alentadora; pero cuando una esposa/o tiene una relación co-dependiente con uno o ambos padres, o lleva al matrimonio una iniquidad heredada de generaciones pasadas, no ha dejado realmente a sus padres y se ha unido a sus esposo/as. Lo que en esencia ellos han hecho es llevar el equipaje espiritual de sus padres juntamente con sus características dañinas al matrimonio. Esto trae consigo contaminación, estorbando a las parejas jóvenes adaptarse el uno al otro. Esto puede debilitar el matrimonio, y en algunos casos traer consigo muerte. Mirando a tu esposo/ a través de los ojos de tus padres, o continuar operando en maldiciones generacionales puede llevarte a un matrimonio inestable, no saludable, que afectará la vida de tus hijos. Mientras las parejas casadas necesitan tener un respeto saludable por sus propios padres, ellos tienen que trabajar así mismo en crear una relación saludable y una identidad familiar; la cual esté enfocada directamente en Yeshua y en Su Palabra. Solamente El tiene el plan y el propósito para nuestras vidas, y solamente El puede guiarnos. (Génesis 2:24).

El Retorno Mientras empacaba para su jornada, Raquel robó los dioses paganos de su padre. Ella no obedeció a Yahweh al dejar su familia. Al robar los ídolos de su padre, en esencia, ella tomó sobre sí la identidad de su padre (idolatría y adulterio). Este hecho trajo maldición sobre su vida, lo que eventualmente la condujo a su muerte (Génesis 31:19). Sin despedirse de Labán, Jacob reunió a su familia y partió. El rebaño fue delante de Jacob y de su familia camino a la tierra de Canaán y de regreso a la casa de Isaac, padre de Jacob. Al tercer día de viaje, Labán fue comunicado de su partida. Le tomó siete días más alcanzarlos y cogerlos. Advertido en sueños de no hablar mal (lashon hara) en contra de Jacob, Labán confrontó a Jacob por haberlo dejarlo sin despedirse de sus hijas y de sus nietos. Tal como la historia continua, encontramos que a Labán le pareció más importante saber dónde se encontraban sus ídolos, por los cuales el preguntó rápidamente. La impresión es, que Labán daba mayor prioridad a sus dioses que a su familia. Jacob estaba tan seguro de la pureza y lealtad del


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campamento que le dijo a Labán, que cualquiera que hubiere robado sus dioses sería culpable y no viviría. Entonces Jacob le permitió a Labán buscar los ídolos en todas sus tiendas. El voto que Jacob pronunció fue irrevocable; el pronunció una maldición sobre su amada esposa Raquel. El no tenía idea que ella había robado los ídolos de su padre. Cuando Raquel se casó y salió con su esposo hacia Canaán, ella no había dejado a su padre detrás de ella, sino que invitó a Labán y a sus métodos paganos dentro del campamento y de su matrimonio. Estos ídolos contaminaron su matrimonio y finalmente a toda la comunidad (Génesis 31:22-35) Jacob le puso frente al dominio e intimidación de Labán. Entonces, Labán vio que era tiempo dejar ir a Jacob y su familia. Ellos hicieron un pacto, y a la mañana siguiente Labán besó a su familia y se despidió retornando a su hogar sin sus dioses (Génesis 31:36-55). Ahora, Jacob se prepara para encontrarse con su hermano Esaú. Los ángeles de Yahweh le salieron al encuentro en el camino, y cuando Jacob los vio dijo: Campamento de Dios es este; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim”. Es así que el nombró este lugar, que significa “Dos Campamentos”.

Oseas 12:2-5 “El Señor/Yahweh tiene también contienda con Judá, y castigará a Jacob conforme a sus caminos; conforme a sus obras le pagará. En el vientre tomó a su hermano por el calcañar, y en su madurez luchó con Dios/Elohim. Sí, luchó con el ángel y prevaleció, lloró y le pidió su ayuda; en Betel le encontró, y allí El habló con nosotros, sí, Yahweh, Dios de los ejércitos, Yahweh es Su nombre.

Continuará…….

Shabbat Shalom Julie Parker

Referencia: Complete Jewish Bible por David Stern. Jewish New Testament Publications, Inc. Strong’s Concordance por James Strong, S.T.D., LL.D. Welch Publishing Company Inc. Theological Wordbook of the Old Testament (Moody Press) por R. Laird Harris, Gleason L. Archer, Bruce Waltke ICTS: STBM www.torah.tv A More Excellent Way por Henry W. Wright www.beinhealth.com Love is a Choice por Drs. Hemfelt, Minirth and Meier (Codependent relationships) Translation: RosaMaria Andres

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