9
ACERCA DE LA DIFERENCIA DE ESTATUTO DEL OBJETO ANAL EN EL CASO DEL "HOMBRE DE LAS RATAS" Y EN EL DEL "HOMBRE DE LOS LOBOS" Vilma Coccoz 1) Sobre el objeto a Nos encontramos en un tiempo de investigaciones, de estudio y nuevas elaboraciones como en cada período previo a un congreso de la AMP. En abril de 2008 nos reuniremos en Buenos Aires con el título de “Los objetos a en la experiencia psicoanalítica” a fin de presentar nuestras conclusiones, discutir nuestros puntos de vista y cernir los interrogantes que se desprenden de cada paso dado en la conquista de un saber. Una de las referencias esenciales del trabajo que realizamos es, seguramente, el Seminario de La angustia. En el recorrido lacaniano de la elaboración del objeto a el seminario X es fundamental y Lacan no cesa de repetir que nunca hasta entonces se había considerado la dimensión del objeto en “sus verdaderas coordenadas”. La nominación novedosa de los diferentes objetos pulsionales con una letra permitirá alojarlos en la denominada “álgebra lacaniana”, a fin de distinguir sus diversas funciones y usos, su lugar en la estructura: “La definición que persigo este año tiende a oponerse a la concepción abrahámica (…) ” de los mismos que tanto éxito obtuvo como desviaciones produjo en las elaboraciones psicoanalíticas sobre la pulsión, en las consideraciones teóricas y en sus implicaciones en el manejo de la cura, en concreto, en la interpretación. En el esquema de la división del sujeto el a que Lacan presenta en distintos momentos a su auditorio aparece como resto de la operación a partir de un mítico A real, primera escritura operativa del registro homónimo. Persigue la demostración de una constitución del objeto “circular” . En todos los niveles de su constitución, el objeto persiste como objeto a. En las diversas formas […] se trata de una misma función y de saber cómo se vincula a la constitución del sujeto en el lugar del Otro y lo representa”. El concepto freudiano de “intrincación pulsional” conquista en este seminario, aunque no es explícitamente mencionado, su justo lugar en los anudamientos que establece Lacan entre el objeto anal y el escópico, entre el oral y la voz. La magnitud de estos desarrollos –que completa la lista de los objetos freudianos- puede apreciarse si se tiene en cuenta que, gracias a ellos, se inicia una reforma del pensamiento analítico, una “nueva crítica de la razón” consecuencia de reintroducir la dimensión de la causa, abandonada por el pensamiento determinista, tan caro a los postfreudianos. Debemos esforzarnos en cernir la lógica por la cual “… la razón está ya tejida en el dinamismo más opaco en el sujeto, allí donde se modifica aquello que él experimenta como necesidad bajo las formas del deseo, siempre más o menos paradójicas en cuanto a su supuesta naturalidad.” 2) Sobre el objeto anal En un pasaje de “Función y campo…” encontramos un anticipo incisivo e irónico de esta nueva crítica de la razón, cuando Lacan se refiere al valor de goce pulsional que pueden alojar las significaciones fantasmáticas de acciones y pensamientos, tanto en el niño como en los “teóricos del amor de objeto” cuando le asimilan a la oblatividad: “… la subjetividad del niño que registra en victorias y derrotas la gesta de la educación de esfínteres, gozando en ello de la sexualización imaginaria de sus orificios cloacales, haciendo agresión de sus expulsiones excrementicias, seducción de sus retenciones, y símbolos de sus relajamientos, esa subjetividad no es fundamentalmente diferente de la subjetividad del psicoanalista que se ejercita en restituir para comprenderlas las formas de amor que él llama pregenital.” Como lo ha demostrado Jacques-Alain Miller, la consideración del objeto en el orden de la causalidad permite una distinción muy precisa de la función del objeto en el orden de la intencionalidad. En éste se dibuja el campo de la objetividad, es el campo del Otro, de lo especularizable, de los objetos “deseables”, agalmáticos. En cambio, el primero concierne a la objetalidad, a los objetos-causas, por definición irrepresentables, irreductibles a la simbolización y que, por pertenecer a un registro heterogéneo a lo simbólico, pueden funcionar como la condición del deseo. Miller destaca la dificultad de la construcción lacaniana del objeto concebido de esta manera, en la medida en que, aún siendo exterior al Otro, su lugar está, sin embargo, en él incluido como lo demuestra la clínica de las neurosis. A pesar de las dificultades de esta elaboración, se entiende que Lacan está advertido del

Vilma Cocoz: Acerca de La Diferencia de Estatuto Del Objeto Anal

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Vilma Cocoz PsicoanálisisLacan

Citation preview

  • ACERCA DE LA DIFERENCIA DE ESTATUTO DEL OBJETO ANAL EN EL CASO DEL"HOMBRE DE LAS RATAS" Y EN EL DEL "HOMBRE DE LOS LOBOS"

    Vilma Coccoz

    1) Sobre el objeto a

    Nos encontramos en un tiempo de investigaciones, de estudio y nuevas elaboraciones como en cadaperodo previo a un congreso de la AMP. En abril de 2008 nos reuniremos en Buenos Aires con elttulo de Los objetos a en la experiencia psicoanaltica a fin de presentar nuestras conclusiones,discutir nuestros puntos de vista y cernir los interrogantes que se desprenden de cada paso dado enla conquista de un saber.Una de las referencias esenciales del trabajo que realizamos es, seguramente, el Seminario de Laangustia. En el recorrido lacaniano de la elaboracin del objeto a el seminario X es fundamental yLacan no cesa de repetir que nunca hasta entonces se haba considerado la dimensin del objeto ensus verdaderas coordenadas. La nominacin novedosa de los diferentes objetos pulsionales conuna letra permitir alojarlos en la denominada lgebra lacaniana, a fin de distinguir sus diversasfunciones y usos, su lugar en la estructura: La definicin que persigo este ao tiende a oponerse a laconcepcin abrahmica () de los mismos que tanto xito obtuvo como desviaciones produjo en laselaboraciones psicoanalticas sobre la pulsin, en las consideraciones tericas y en sus implicacionesen el manejo de la cura, en concreto, en la interpretacin.En el esquema de la divisin del sujeto el a que Lacan presenta en distintos momentos a su auditorioaparece como resto de la operacin a partir de un mtico A real, primera escritura operativa delregistro homnimo. Persigue la demostracin de una constitucin del objeto circular . En todos losniveles de su constitucin, el objeto persiste como objeto a. En las diversas formas [] se trata deuna misma funcin y de saber cmo se vincula a la constitucin del sujeto en el lugar del Otro y lorepresenta. El concepto freudiano de intrincacin pulsional conquista en este seminario, aunque noes explcitamente mencionado, su justo lugar en los anudamientos que establece Lacan entre elobjeto anal y el escpico, entre el oral y la voz.La magnitud de estos desarrollos que completa la lista de los objetos freudianos- puede apreciarsesi se tiene en cuenta que, gracias a ellos, se inicia una reforma del pensamiento analtico, una nuevacrtica de la razn consecuencia de reintroducir la dimensin de la causa, abandonada por elpensamiento determinista, tan caro a los postfreudianos. Debemos esforzarnos en cernir la lgica porla cual la razn est ya tejida en el dinamismo ms opaco en el sujeto, all donde se modificaaquello que l experimenta como necesidad bajo las formas del deseo, siempre ms o menosparadjicas en cuanto a su supuesta naturalidad.

    2) Sobre el objeto analEn un pasaje de Funcin y campo encontramos un anticipo incisivo e irnico de esta nueva crticade la razn, cuando Lacan se refiere al valor de goce pulsional que pueden alojar las significacionesfantasmticas de acciones y pensamientos, tanto en el nio como en los tericos del amor de objetocuando le asimilan a la oblatividad: la subjetividad del nio que registra en victorias y derrotas lagesta de la educacin de esfnteres, gozando en ello de la sexualizacin imaginaria de sus orificioscloacales, haciendo agresin de sus expulsiones excrementicias, seduccin de sus retenciones, ysmbolos de sus relajamientos, esa subjetividad no es fundamentalmente diferente de la subjetividaddel psicoanalista que se ejercita en restituir para comprenderlas las formas de amor que l llamapregenital.Como lo ha demostrado Jacques-Alain Miller, la consideracin del objeto en el orden de la causalidadpermite una distincin muy precisa de la funcin del objeto en el orden de la intencionalidad. En stese dibuja el campo de la objetividad, es el campo del Otro, de lo especularizable, de los objetosdeseables, agalmticos. En cambio, el primero concierne a la objetalidad, a los objetos-causas, pordefinicin irrepresentables, irreductibles a la simbolizacin y que, por pertenecer a un registroheterogneo a lo simblico, pueden funcionar como la condicin del deseo. Miller destaca la dificultadde la construccin lacaniana del objeto concebido de esta manera, en la medida en que, an siendoexterior al Otro, su lugar est, sin embargo, en l incluido como lo demuestra la clnica de lasneurosis. A pesar de las dificultades de esta elaboracin, se entiende que Lacan est advertido del

  • peligro que conllevara el considerarlo una pura facticidad, un absoluto. Por esta razn lo vincula auna reduccin del Otro, ubicando por un lado el objeto a como real, pero al mismo tiempo relativoa la elaboracin significanteLacan har depender la produccin del objeto en su funcin de causa del deseo de la funcinpositiva de la angustia, suscitada por un exceso de goce en el cuerpo. En este seminario el origende la subjetividad no es postulado en el lugar del Otro como dato previo, sino que parte de laproposicin de un goce mtico, una mnada de goce, de cuya separticin depende que un rganolibidinal se separe del cuerpo y conquiste su lugar en la estructura subjetiva. El objeto se recorta, seextrae del cuerpo sin la intervencin de un agente que sera el Otro, que se constituye, por lo tanto,en un momento lgico posterior. De ah que, segn lo comenta J.AMiller, Lacan se vea conducido adetallar las separaciones anatmicas del objeto y que el objeto anal se presente como el paradigmade tal operacin. En un segundo tiempo se plantea la cuestin de la subjetivacin del objeto y de suinscripcin en el campo del Otro. Lo que est ah, el objeto a, () lo ms de m mismo en el exteriorporque l ha sido de m cortado. A partir de estas consideraciones es posible concebir la clnica lacaniana como una clnica de laseparacin del objeto. La operacin analtica ofrece al sujeto la va de la transferencia y la palabra,va por la cual el ser hablante puede ahorrarse el exceso de trabajo que invierte en modos deseparacin fallidos, extraviados, sacrificiales intentando asegurarse, con tales prdidas, un deseoevanescente y una causa que se escabulle.La clnica freudiana sigue siendo para nosotros un material privilegiado en el que leer las estructurasque conseguimos elucidar en la enseanza de Lacan. Presentamos a continuacin un comentario enel que intentaremos situar algunas diferencias estructurales en el valor y uso del objeto anal en doscasos, el del Hombre de las ratas y el Hombre de los lobos, desde las consideraciones anteriormenteexpuestas.

    3) Sobre el Hombre de las ratasSi leemos el caso princeps de neurosis obsesiva con la brjula de la intrincacin pulsional del objetoanal y el escpico, posible gracias al funcionamiento del significante flico en el inconsciente, elsueo transferencial en el que Lanzer ve a la hija de Freud con dos pellas de estircol en lugar deojos, revela ser un signo de la posicin neurtica del sujeto en la transferencia, sostn de la demanday de la verdad encubierta por un objeto agalmtico (desear a la hija no por los ojos bonitos sino porsu dinero, smbolo de la potencia y metonimia del objeto anal)Sin embargo fue posterior a la entrada en anlisis y del establecimiento de la transferencia que estaformacin del inconsciente se produjo. En la problemtica que conduce al sujeto al anlisis ladimensin del objeto anal y del cuerpo no estn presentes de manera explcita. El joven Lanzer sufrede inhibiciones, temores y pensamientos obsesivos pero es el trance de una deuda imposible depagar el que le abrir las puertas al inconsciente y al complejo paterno.Es la dialctica de la falta en el inconsciente, con su carcter de subjetivacin forzada la que harposible la traduccin de los significantes fundamentales. Precisamente, a travs de la introduccin enla cura de la pregunta por la causa, el discurso del sujeto se precipita hacia la figura del capitncruel y al relato del tormento de las ratas cuyo efecto en el sujeto revel a la perspicacia de Freud elhorror de un goce ignorado. La convulsin afectiva, el embarazo que despierta en el paciente sevincula a la horrible representacin de que dicha tortura le fuera aplicada a los seres que ms amaba(la Dama y su padre). En ese acontecimiento del cuerpo el goce autista o autoertico es ignoradohabindose desplazado al campo del Otro en la forma de representacin de un temor, lo quedemuestra que estamos en el campo de la neurosis. El cuerpo se presenta en el movimiento, en lalocomocin que sostiene la frase imperativa (debes pagar) durante el trayecto en tren a Viena. Elcuerpo est vinculado al trance obsesivo de la deuda imposible de pagar, pero la incidencia de lapulsin anal en la subjetividad de Lanzer no aparece en el sntoma sino que emerge como un efectode la labor de desciframiento del anlisis, una vez despejado el complejo de la deuda y el fantasmade la rata.La idea del tormento de las ratas haba excitado toda una serie de instintos y despertado unamultitud de recuerdos, adquiriendo as las ratas, () toda una serie de significaciones simblicas, alas que fueron agregndose otras muchas en lo sucesivo. [] El tormento de las ratas despert antetodo el erotismo anal que haba desempeado un importante papel en la infancia del sujeto Freudapunta en tal sentido el prurito causado por las lombrices, esto es, un goce vinculado al cuerpo.

  • Pero, en un segundo momento lgico y gracias al pasaje de ese goce extrado del cuerpo a lacontabilidad inconsciente, al campo del Otro mediante el significante rata, se opera la trasmutacindel objeto en las asociaciones significantes. Entre ellas, la significacin de dinero, efecto de laasociacin Raten (plazos) a Ratten (ratas). El sujeto lleg a hacer de las ratas una verdadera volutapara su uso personal, al punto que cuando Freud le mencion la cifra de sus honorarios el sujetorealiz la traduccin mental tantos florines, tantas ratas .Luego del anlisis de las cadenas inconscientes en las que el significante rata representaba alsujeto, Freud concluye que el sujeto hallaba su pareja en la rata. Frmula del fantasma fundamentalimplicado, como se recordar, en el carcter cruelmente libidinoso de la representacin temida porel sujeto, signo de su posicin en la vida y de la eleccin del partenaire, la Dama ideal. Las distintasformas de autocastigo que se impone el sujeto, que llegan incluso tomar la forma de impulso alsuicidio estaran vinculadas a los intentos de separacin de este kakon opaco, el real del objeto,indicio de la nueva razn que aporta el psicoanlisis a los resortes del pensamiento y que revela laestrategia secreta con el objeto en la neurosis obsesiva.El final del Seminario X nos ensea que la comunidad topolgica del objeto escpico y el anal debedesentraarse en el anlisis para conseguir desmontar el narcisismo irreventable del obsesivo en elque se cifran sus diversas servidumbres, a partir del valor concedido al Ideal de la potencia, queobtura la funcin del objeto causa del deseo.

    4)Sobre el Hombre de los lobosCuando el joven ruso llega a la consulta de Freud sufre de una absoluta incapacidad, resultado de losefectos psquicos que le acarre una infeccin blenorrgica. Viaja acompaado de un ayudante y deun mdico; necesita que le sean practicadas lavativas para poder defecar. En este caso, siguiendo ladefinicin del sntoma como acontecimiento del cuerpo , ste vendra a revelar que el sujeto,perturbado por el objeto a en su bolsillo , necesita hacrselo extraer, hacrselo extirpar. El carcterinvalidante de este sntoma resume la posicin del sujeto, calificada como de una pasividadintrnseca. Seguimos a Miller en su lectura del caso cuando dice: Freud nos indica () que estapasividad debe ser interpretada en el rgimen del estadio anal . Y, ms adelante, es en la relacincon el objeto anal donde l localiza la posicin del sujeto.Aunque este caso se mantuvo para Freud como un enigma (Miller), no parece dejar lugar a dudasque le trat como obsesivo. Tiene inters recordar los datos clnicos en los que se apoya paraproponer la hiptesis de la neurosis obsesiva, y el lugar que le asigna en los tiempos de la historiaclnica :En el relato del caso se destaca un acontecimiento que constituira un giro decisivo a la edad de dosaos y medio. Se trata de la reaccin del sujeto a la ausencia de los padres y a la influencia de laodiosa institutriz inglesa. El nio, hasta entonces apacible y dcilse mostraba, al regreso de sus padres, descontento, excitable y rabioso. El primero de talesaccesos de clera sobrevino, segn su recuerdo, por no haber recibido dobles regalos el da deNochebuena, que coincida con su cumpleaos. Aunque la empleada inglesa fue despedida suestado no se modific. En el perodo que transcurre hasta los cinco aos, padeci temores diversos,que su hermana aprovechaba para martirizarlo con una estampa con la imagen de un lobo enposicin erecta. Estos miedos parecen haber sido contemporneos de un gusto por la crueldad conlos animales. Aunque Freud aclara que su paciente no aporta datos muy precisos, deduce que enesos aos sufri de una evidente neurosis obsesiva, patente en su piadoso ceremonial que leimpona rezar largo rato, santiguarse numerosas veces () y besar devotamente las estampasreligiosas que colgaban de las paredes. Este comportamiento contrastaba con la complacencia queobtena de sus pensamientos blasfemos en la misma poca. cuando pensaba en Dios asociabaautomticamente a tal concepto las palabras cochino o basura Tambin se refiri al tormento que lesupuso, en el curso de un viaje, la obsesin de pensar en la Santsima Trinidad cada vez queencontraba tres montones de estircol de caballo o de otra basura. Y, por ltimo, la obsesin deespirar por la que se le impona contener el aliento ante la visin de mendigos, invlidos o ancianoscon una intencin de conjura.Fue su madre quien decidi ensearle la Historia Sagrada con la esperanza de distraerle yreanimarle. El efecto en el sujeto supuso la sustitucin de los sntomas de angustia por sntomasobsesivos. Su madre tambin promova que la amada chacha le leyera pasajes del libro y leenseara ilustraciones y Freud encuentra en esta influencia la razn de la victoria de la fe que

  • acab con las luchas internas que conmovieron al pequeo crtico. Al principio Freud se muestraincrdulo respecto a la sagaz inteligencia que demostraban tales cuestionamientos en un nio tanpequeo, pero acab por ceder a la evidencia de su veracidad. Comenz por extraar el carcterpasivo de Cristo en su martirio y luego todo el conjunto de su historia, y orient sus ms severascrticas contra Dios Padre. Siendo omnipotente, era culpa suya que los hombres fuesen malos yatormentasen a sus semejantes, yendo luego por ello al infierno. [] El mandamiento de tender laotra mejilla () le resultaba incomprensible, e igualmente () que no hubiera hecho ningn milagropara demostrar que era realmente el hijo de Dios. Su penetracin, as despertada, supo buscar, conimplacable rigor, los puntos dbiles del poema sagradoEl comentario de Freud indica que el sujeto ha podido localizar la inconsistencia del discurso religioso(versin del A tachado), pudiendo a-prenderse a lo simblico, conquistando una posicin activa enrelacin al saber. Pero no tardaron en agregarse a esta crtica racionalista cavilaciones y dudas quenos revelan la colaboracin de impulsos secretos La irrupcin del goce anal que puja por encontraruna nominacin, que podramos entender como una tentativa de subjetivacin del cuerpo, le incita aformular la pregunta a la Chacha de si Cristo tambin tena un trasero. Insatisfecho con la respuestarecibida se dijo que, finalmente, el trasero no era sino la continuacin de las piernas. La interrogacinde si Cristo se hallaba sujeto a la necesidad de defecar no fue siquiera enunciada a la niera, alencontrar por s mismo una salida, si Cristo haba conseguido hacer vino de la nada, poda convertiren nada lo que coma sin verse obligado a la excrecin. Podemos deducir que en estas ideas seconforma una versin delirante del cuerpo que, al negar su carcter trico y agujereado, dificulta sufuncionamiento de esfnter. La no extraccin del objeto anal en la lgica de la estructura, harimposible que pueda alojarse en el lugar de causa del deseo.An as Freud apunta los beneficios que el conocimiento de la historia Sagrada procur al sujeto alsuministrarle una versin sublimada de su posicin masoquista respecto al padre, mediante laidentificacin con Cristo. Tambin destaca que le aport una versin de la funcin del tercero, hastaentonces desconocida porque, segn la chacha le haba echo creer, l era slo de su padre y suhermana slo de su madre, lo que le condenaba a una dualidad mortificante. Arreciaron, entonces,las dudas respecto a la paternidad. Pero su oposicin dej pronto de ser una duda de la verdad de ladoctrina y se orient, directamente, contra la persona de DiosEl anlisis que realiza Freud es finsimo y ha recibido excelentes esclarecimientos y comentarios . Elsujeto extrajo su energa para atacar a Dios del amor al padre, as como la penetracin paradesarrollar su crtica a la religin. Mas, por otro lado, tal hostilidad contra el nuevo Dios no era un actoprimero, pues tena su prototipo en un impulso hostil al padre, surgido bajo la influencia del sueo deangustia.Freud encuentra en el complejo paterno conformado de esta manera, la raz de los impulsossentimentales antitticos que coincidieron en el tema de la religin, por eso considera las ideasblasfemas como una transaccin sintomtica. Sin embargo, y siguiendo las elaboraciones delSeminario III, es coherente la dimisin simblica del padre con exageradas formas imaginarias.Podramos pensar entonces que podra tratarse, no de una pugna entre dos impulsos respecto alpadre, uno amoroso y otro hostil sino de una imposibilidad estructural de hacer coincidir el padresimblico y el imaginario. Si tomamos en consideracin el surgimiento de la obsesin de espirar,como otro singular acontecimiento en el cuerpo, como un signo de la defensa ante demonios omalos espritus se revela una estructura del sntoma no neurtica: tena el sujeto seis aos cuandofue a visitar a un sanatorio a su padre enfermo, inspirndole gran compasin. Desde la hiptesisdiagnstica de psicosis ordinaria este episodio podra haber motivado el encuentro del sujeto con eldesfallecimiento del padre y las blasfemias podran entonces comprenderse como fenmenosvinculados al Unglauben, a la increencia en el significante paterno. Desde este punto de vista, lossntomas fbicos y obsesivos seran diversos ensayos de defensa pero que no responderan a lalgica de la represin.El resultado del proceso se sald con la victoria de la fe religiosa sobre la rebelin crtica einvestigadora y haba tenido como premisa la represin de la actitud homosexual. De ambos factoresresultaron daos duraderos. La actividad intelectual qued gravemente daada despus de estaimportante derrota. El sujeto no mostr ya deseo alguno de aprender, ni tampoco la penetracin ()con la que haba analizado las doctrinas religiosas. La represin de la homosexualidad () le sustrajoa las sublimaciones que de ordinario se presta. Faltaban, pues, al paciente, todos los interesessociales que dan contenido a una vida.

  • El alcance de este ltimo comentario de Freud es fundamental porque revela el estado fuera dediscurso en el que se encontraba el joven ruso en el momento de comenzar el anlisis y quedemostr ser uno de los parntesis de desconexin o desenganche que sufri a lo largo de su vida.Tales episodios alternaban con etapas de normalidad que se diluan cuando su cuerpo se veaalcanzado por alguna negatividad.

    5) Sobre el dinero y los sntomas intestinales

    Freud deja constancia del acuerdo existente entre los analistas respecto a la importancia delerotismo anal en la conformacin de la vida sexual y en la actividad anmica en general. Tambinmenciona que dicho acuerdo incluye la valoracin personal del dinero que atrae sobre s el interspsquico orientado primitivamente hacia el excremento. Nos habituamos concluye- a exigir delhombre normal que renuncie a las influencias libidinosas y se atenga a las normas deducidas de larealidad.Luego de tales precisiones plantea el trastorno de tal relacin en el paciente ruso como uno de losfactores incapacitantes de la enfermedad adulta. Habiendo recibido sucesivas herencias, concedagran valor a que se le supiera rico y le ofenda que se dudase de su fortuna Sin embargo, dice, eradifcil considerarlo avaro o prdigo porque se comportaba ora de un modo, ora en el opuesto. Semostraba vanidoso, viendo en la riqueza el mayor merecimiento de su personalidad, anteponiendo eldinero al sentimiento , aunque en ocasiones se comportaba de forma modesta y compasiva.Segn estas apreciaciones el dinero, cuyo valor de falo imaginario otorgara una consistencia a laidentidad del sujeto, estara, sin embargo, por fuera de la transmisin flica que constituye unpatrimonio con la consiguiente deuda que permite al sujeto unirse a la cadena de las generaciones.De ah la nota de mayor merecimiento del rasgo ser rico de su ego, como una certeza queexcluira el sentimiento de deuda y gratitud. Se tratara de una prtesis de potencia, uno de losasientos de su virilidad de fachada, de pura apariencia. Por otra parte, Freud seala que los trastornos intestinales muy tenaces se haban sucedido desdela infancia: cuando acudi a mi consulta se haba acostumbrado a las irrigaciones, que le eranpracticadas por uno de sus criados, y pasaba meses sin defecar espontneamente, salvo cuandoexperimentaba una determinada excitacin () Se quejaba principalmente de que el mundo se lemostraba envuelto en un velo que slo se rasgaba en el momento de la irrigacin, tras la cualvolva a sentirse bueno y sano.Esta necesidad de intervencin en lo real del cuerpo para producir la separacin, para extraer elobjeto, que no funciona por lo tanto como perdido en la estructura, demuestra la imposibilidad de sucondicin de esfnter pulsional en el inconsciente e ilustra la diferencia de su estatuto con la funcindel objeto anal en la neurosis obsesiva.Freud comenta que durante los aos de tratamiento analtico el sujeto no logr hacer una soladeposicin espontnea. La resolucin del sntoma al final de esta cura que, como sabemos, tuvo unafecha determinada por Freud y motivada en las invencibles resistencias que impedan cualquieravance del tratamiento. En el marco de esta peculiar conclusin Freud le promete su totalrestablecimiento, lo que, en efecto, parece producirse como resultado de la sugestin con la que elanalista enfrenta la incredulidad de su paciente.El anlisis de los trastornos intestinales revel que a los cuatro aos y medio, luego de un episodio deincontinencia, el sujeto habra manifestado dolorosamente que as le era imposible vivir Estaexpresin, pronunciada por la madre a raz de sus constantes dolores y hemorragias abdominales,indujo en primer lugar su temor infantil a morir de disentera y sera reiterada innumerables veces porel sujeto a lo largo de su vida . Freud deduce de la impronta que esta frase la raz de la identificacincon la madre, cuyo alcance ertico en la escena primaria, va la teora de la cloaca se manifestaraen el sueo de los lobos y ante el cual el sujeto se habra revelado en el transcurso del sueo deangustia. Sin embargo, Freud reconoce que, a pesar de su influencia intenssima, se agot en ello sueficacia y no ejerci influencia alguna en la decisin del problema sexual . Es decir, segn Freud,que el sujeto no se orient a la homosexualidad, quedando as su identidad sexual por fuera de lalgica flica. De ah que el sujeto deba construirse una virilidad de suplencia.

    6)Sobre la cesin del objetoLacan desarrolla en el Seminario de La angustia el funcionamiento particular de la demanda, al

  • servicio de la disciplina, que obliga a tener con el objeto anal un inters hasta ser considerado unobjeto agalmtico. La indicacin gurdalo se ver contradicha en otro momento con la demanda deexpulsarlo, sugiriendo que no es conveniente mantener unas relaciones demasiado ntimas con l. Entorno a la demanda anal el deseo se afianza por vez primera vinculndose directamente al cuerpo alinscribirse en el registro de la pertenencia y, consecuentemente, a la dinmica del don. Lastransmutaciones que Freud descubri en las significaciones flicas del objeto conservan plenavigencia en el saber analtico.Pero, adems, el objeto anal demuestra ser paradigmtico de la funcin del objeto a extrado delcuerpo, por fuera de la lgica de la demanda. Y Lacan se refiere al caso del Hombre de los lobospara ilustrar esta operacin a la que denomina cesin del objeto, paradigma de la separticinocurrida en la mnada inicial de goce supuesta en el primer tiempo de la constitucin de sujeto.Como resultado de la construccin del anlisis del sueo de angustia, enlazado al valor traumtico dela escena primordial, Freud llega a la conclusin de que el nio interrumpi por fin el coito de suspadres con una deposicin, que poda justificar su llanto Su paciente acepta tal construccin y laconfirma con sntomas pasajeros. El pasaje en el que Freud analiza este acto no tiene desperdicio.No se trata en l en ese acto- de una impresin externa, cuyo retorno ha de esperarse en multitudde signos exteriores sino de una reaccin personal del nio Su ausencia o su inclusin ulterior en elproceso de la escena no traeran consigo modificacin alguna del conjunto (de la escena). Y suinterpretacin no ofrece lugar alguno a dudas: significa una excitacin de la zona anal (en el msamplio sentido)Entendemos que el carcter de ese objeto no es simblico, por ser, como dice, irrepresentable en elretorno de los signos, de las impresiones externas, fuera por tanto del campo escpico, nopertenece al contenido restante de la escena sino al cuerpo, siendo, pues, un rgano de goce, queinduce un exceso de excitacin.Que Freud caracterice esta deposicin como reaccin personal viene a demostrar que la respuestadel sujeto al exceso de goce, en el momento de encontrarse petrificado, mirando la escena del coitode los padres, cobra el valor de una prdida, de una separacin que acontece en el cuerpo, sin elauxilio del Otro como ley o prohibicin sino a travs de la mediana de la angustia.Sin embargo, el siguiente paso lgico que permite el alojamiento de ese objeto en la red de lastrasmutaciones que opera el significante flico no se habra conseguido y por ello, cada vez que sucuerpo o su imagen es alcanzado por alguna negatividad, se produce el desenganche del Otro.El ruso sintetizaba en un lamento el carcter de sus padecimientos diciendo que el mundo se leapareca envuelto en un velo que slo se desgarraba en el momento de las irrigaciones. Poco antesde la conclusin de la cura record que segn constaba en el mito familiar l haba nacido cubiertocon la cofia de la buena suerte con que la sabidura popular traduce que el beb nazca con lacabeza cubierta por la placenta.Pero, se pregunta Freud qu pueden significar los hechos de que este velo simblico, que habasido real en una ocasin, se desgarrase en el momento de la deposicin, conseguida con ayuda deuna irrigacin, y que su enfermedad cesara bajo tal condicin? El anlisis nos permite responder losiguiente: cuando el velo de su nacimiento se desgarra, vuelve el sujeto a ver el mundo y nace as denuevo. Y ms adelante, descubre su lgica: El desgarramiento del velo es anlogo al hecho de abrir los ojosy al abrirse la ventana. La escena primordial ha quedado transformada en la condicin de sucuracin La ruptura del velo tiene el valor de la extraccin de un exceso de goce del cuerpo, unensayo de vaciamiento que se operara en dos ejes, en el objeto escpico y en el objeto anal.En su excelente libro Fentre, Gerard Wacjman desarrolla paso a paso la lgica de la construccindel fantasma como equivalente a la invencin de la ventana. El acto mismo de abrir los ojos, acto denacimiento del sujeto en lo simblico desde la perspectiva geometral, gracias a la elisin de lamirada. Si entendemos el velo como el signo de la ausencia de la elisin simblica de la mirada quele impide al sujeto la visin del mundo, que aparece en tinieblas y ajeno, se demostrara laimposibilidad de la intrincacin pulsional con el objeto anal por la ausencia del (-phi). La escenaprimordial como condicin de la curacin, como el teln de fondo de las irrigaciones, estara en elorigen de los intentos fallidos de inscripcin de la primera cesin del objeto en la lgica del fantasma.

    7) Un ciclo singular: El anlisis de Serge P. con Ruth Mack Brunswick

  • Siguiendo la teora de los ciclos que ha propuesto Jacques-Alain Miller, el Hombre de los lobosrealiz varios, y con distintos analistas.El primer ciclo, realizado con Freud, comienza en Febrero de 1910 y termina en Julio de 1914. Elsegundo, va desde noviembre de 1919 a Febrero de 1920 en el que, segn Brunswick, resolvi conxito una constipacin histrica. Entretanto, haba abandonado Rusia y perdido todas susposesiones pero haba encontrado un modesto trabajo. Su situacin empeor con la enfermedad desu mujer y Freud llev a cabo una colecta para quien tanto ense al psicoanlisis y la entreg a suex paciente cada primavera, durante seis aos.Serge iniciara en 1926 su anlisis con la destacada discpula de Freud, motivado por una importanterecada como consecuencia del dao irreparable que le habra supuesto una electrolisis practicada ensu nariz para tratarle unas glndulas sebceas obstruidas. Nuevamente la antigua queja tomaba lamisma forma As es imposible vivir en el que enraizaba su identificacin a la madre, quien pocotiempo antes haba llegado a Viena portando una negra verruga en la nariz que captur la atencinhijo al recibirla en la estacin.El velo de su primera enfermedad lo cubra totalmente. Desatenda su vida y su trabajo porque seenfrascaba en el estudio de su nariz con exclusin de cualquier otra cosa.[] Su vida se centraba enel espejito que llevaba en su bolsillo y su destino dependa de lo que le revelaba o estaba porrevelarle .El surgimiento de extraos pensamientos vinculados a su nariz parece estar vinculado a dosacontecimientos, el encuentro con Freud muy enfermo y la llegada de su madre desde Rusia (ennoviembre de 1923). En ambos casos impresiona grandemente al sujeto una negatividad que alterael cuerpo del otro y que parece revertir especularmente convocando temores sobre su imagen, enconcreto, sobre su nariz, que ya le vali despectivos motes por parte de compaeros en su infancia.Y entonces reapareci la constipacin! Luego de un largo periplo por especialistas que alternaron conperodos de relativa calma, cay en la desesperacin cuando un mdico le dijo que ya nada se podahacer Era el fin, mutilado, ya no poda seguir viviendo . De la consulta de este especialista se fuecorriendo a buscar remedio con un profesor X que le propuso extirparle inmediatamente la glndula.El anlisis revel que el paciente haba experimentado un agudo xtasis ante la vista de su propiasangre fluyendo bajo la mano del mdico. Dos horas antes haba estado al borde del suicidio y ahoraun milagro lo salvaba del desastre Notamos el efecto saludable de la extirpacin de la extraccinen lo real de un exceso en el cuerpo. Sin embargo, en un momento posterior la inquietud le invadinuevamente al plantearse si la inflamacin desaparecera, se curara ese agujero? Lleg a sentirque todo el mundo miraba el agujero de su nariz, considerndose perseguido por el destino yabandonado por la medicina, aunque pasaba etapas de sosiego, sobretodo, gracias a la pintura.Cuando lleg a ver a Ruth, en 1926, padeca un recrudecimiento del padecimiento por el daoirreparable causado a su nariz, de lo que responsabilizaba al profesor X y al que odiaba como sumortal enemigo.R M. Brunswick admite que le fue difcil creer, al comienzo, de que se trataba del Hombre de loslobos, un individuo al que conoca como honesto y confiable. El hombre que se present en suconsulta era culpable de innumerables pequeas faltas de honestidad entre las que ocultaba a subenefactor la posesin de dinero. Sorprenda an ms la absoluta falta de conciencia de su propiadeshonestidad. El hecho de aceptar dinero con un pretexto falso careca para l de importancia. Ellacalifica de hipcrita su actitud respecto al anlisis, no quera hablar de su periplo por losdermatlogos ni de Freud, a la vez que no dejaba de elogiarla por su pericia y por su bondad (no lecobraba). Pero hay un dato importante respecto a su posicin en la transferencia y es lo que elladestaca como impermeabilidad, mostrndose inaccesible a cualquier sugestin, rasgos que evocanlas dificultades resistenciales que indujeron a Freud, en su momento, a precipitar el fin deltratamiento.El primer sueo de este ciclo, una versin del famoso sueo de lobos, ratific al sujeto laconveniencia de analizarse con una mujer, teniendo en cuenta que todas sus dificultades sederivaban de la relacin con su padre. Ruth se muestra de acuerdo, entendiendo que lo quedenomina transferencia homosexual poda significar un peligro en lugar de un instrumento para lacura. De hecho considera que el ciclo que el sujeto lleva a cabo con ella es un suplemento que sirvipara analizar la transferencia residual con Freud.En un sueo posterior y despus de repetidos comentarios de la bondad de su analista por nocobrarle, el sujeto delata su posesin de las joyas que, en ese momento supona, tenan un valor

  • superior al valor real que luego demostraron tener. R.M.Brunswick cree que la intencin de estesueo es la de una confesin, pero el paciente se neg a considerar toda posible deshonestidad alrespecto. Adjudica a su mujer la idea de ocultar la existencia de tales joyas, siendo, segn suspalabras, una peculiaridad del carcter femenino la desconfianza y el temor de perder algo. R.M.Brunswick admite que le llev tiempo comprender que la inescrupulosidad del sujeto y suimposibilidad de reconocerla se deban a un profundo cambio de carcter , por encontrarse el sujetobajo el control absoluto de su mujer, a causa de la adopcin de una posicin pasiva, anteriormentedirigida al padre. De todas maneras, el criterio de su mujer coincida con sentimientos suyos, el sujetoespeculaba econmicamente con los fondos a su alcance, y ocultaba sus faltas. Adems se tornnegligente en el trabajo, se marchaba cuando se le ocurra, y si era descubierto inventaba unexcusa:La analista considera que el ataque de diarrea padecido en el comienzo del anlisis anunciaba laimportancia de tema del dinero. Sorprende la aseveracin de que el sujeto, aparentementesatisfecho con el sntoma mismo, no acusaba el menor deseo de querer pagar su deuda, el dineroque reciba de Freud era recibido como algo que se le deba. Notamos la coincidencia con lavaloracin de Freud, del valor del dinero para el sujeto, que lo consideraba un merecimiento de supersonalidad. Adems, no es poca cosa que responsabilizara al mismo Freud y no a la Revolucinrusa de la prdida de su fortuna.La estrategia que R.M.Brunswick dise a partir de estos datos clnicos y de la insistencia del sujetoen que la relacin que mantuvo con Freud era mucho ms amistosa que profesional, se orient aminar la idea que el paciente tena de s mismo como hijo favorito, es decir, su megalomana.Reviste un enorme inters clnico el pasaje derivado de la destruccin de las ideas de grandeza, quedeja aparecer su mana persecutoria. R.M.Brunswick relata un perodo en el que su paciente sepresentaba completamente desaliado, fuera de la realidad. Comprend entonces, admite, cunnecesaria y protectora haba sido su megalomana: pareca hundido en una situacin que ni l mismoni su anlisis podran dominar . Este pasaje constituye una enseanza acerca de la fecundidad quepuede tener la destitucin calculada del narcisismo delirante del sujeto, puesto que, para la sorpresadel analista, se abre un camino hacia el material inconsciente que estaba detrs de la persecucin,con el sueo siguiente. El paciente y su madre se encuentran en una habitacin, uno de los rinconesest cubierto por conos. Su madre descuelga los conos y los arroja al suelo. Los conos se quiebranen pedazos. El paciente se sorprende de la conducta de su piadosa madre. La analista no duda en otorgar a este sueo una lectura transferencial al interpretarlo como unarespuesta contraria a la que en su momento diera la madre, quien, al introducir al sujeto a la HistoriaSagrada, le ofreci una va simblica de pacificacin de la angustia aportando al nio el beneficio deuna identificacin al Hijo de Dios. Segn su interpretacin del sueo es ella, la analista, quiendestruye ahora la identificacin con Cristo. Un sueo posterior en el que aparece un hermoso paisajeque el sujeto mira desde una ventana, parecera indicar la resolucin del fantasma que propici elsueo de los lobos, ya que el sujeto se sorprende de no haber pintado an ese idlico paisaje.Aunque la pintura tena un efecto muy benfico para l al permitirle conseguir la localizacin delobjeto escpico, no alcanz el estatuto de snthoma. La analista comprueba que, en un sueosiguiente se produce un retorno a la pasividad, y con ella la incapacidad de sublimacin derivada.Un sueo posterior en el que aparece el padre castrado, mendigo, alumbra la dimisin del padre a sufuncin simblica. Recordemos que la obsesin de espirar ante la visin de los desfavorecidossurgi al visitar al padre enfermo. Despus de ese sueo el paciente abandona el delirio, vuelve apintar y retoma el inters general por la vida. Tambin ese sueo inaugura la conclusin del ciclopuesto que su carcter volvi a cambiar, volva a ser la personalidad aguda, escrupulosa y atractivacon cantidad de intereses y logros y dotado de un profundo y esmerado entendimiento analtico. Aunque, admite R.M. Brunswick, permaneci incomprendida su relacin con el dinero, el paciente noterminaba de entender su conducta respecto a las joyas, a la aceptacin del dinero, a las pequeasdeshonestidades: eran un gran misterio para l. Lacan nombra como ratage, el modo particular defallar, el modo en que cada uno consigue formular la ausencia de escritura de la relacin sexual, elmisterio del parltre, del ser hablante. En este caso su analista piensa que el secreto radica en laexplicacin que el sujeto dio sobre su mujer al justificar la ocultacin de las joyas: las mujeres sondesconfiadas, descredas y temerosas de perder algo Esta conducta respecto al dinero puedeconsiderarse como un signo de su posicin subjetiva. Revela el valor de la identificacin imaginaria,transitiva, con la posicin femenina sobre la que regulaba su ego, y por lo tanto, uno de los asientos

  • de su fachada viril.El valor del dinero como compensacin imaginaria de la imposible subjetivacin de la castracin sedistingue claramente de la deriva obsesiva del valor imaginario del falo como pertenencia, tacaera oavaricia. En un caso forma parte del ser, de la identidad y en el otro participa del registro delintercambio, de la pertenencia, lo que da lugar a las transmutaciones propias de la metonimiainconsciente. En cambio, si hay forclusin del falo, el significante de la potencia puede formar partede un ego de suplencia, de ah la versin megalmana de su merecimiento que excluye al Hombre delos lobos de la culpa por la deuda y de la gratitud. Este ejemplo nos ayuda a comprender la eficaciade la gratuidad en ciertos casos que tratamos en el marco de los CPCTs. Porque el reconocimientoque el sujeto otorga a RM Brunswick y la transferencia que con ella establece se vinculan al valor queadquiere, para el sujeto, que ella le atienda gratis. Un acto que permite a este hombre extraordinariorecuperar la confianza en anlisis, al que recurrira para aliviar su malestar, en distintos momentos,hasta el final de su vida.

    BibliografaSigmund Freud: Anlisis de un caso de neurosis obsesiva (Caso el hombre de las ratas). Obras Completas. Tomo IIBiblioteca Nueva. Madrid 1973.Sigmund Freud: Historia de una neurosis infantil (Caso del Hombre de los lobos). Obras Completas. Tomo II.Biblioteca Nueva. Madrid 1973S. Freud: Sobre las transmutaciones de los instintos y especialmente del erotismo anal. Obras completas. Tomo II.Biblioteca Nueva. Madrid 1973J.Lacan: Funcin y Campo de la palabra en el lenguaje. Escritos I. Siglo XXI. 1988J. Lacan: Seminario X La angustia. Paids. Buenos Aires. 2006J.A.Miller: Clnica diferencial de las psicosis. Cuaderno de Resmenes. Enero 1987/ Marzo 1988. Instituto del CampoFreudiano. Asociacin de Psicoanlisis Simposio del Campo Freudiano. Buenos Aires. 1991J. A.Miller: Introduction la lectura du Sminaire langoisse. La Cause Freudienne n 59. Navarin Editeur. Pars 2005Amanda Goya: La neurosis obsesiva I Biblioteca Bsica de Psicoanlisis. Madrid. 2001Vilma Coccoz: La neurosis obsesiva II. Biblioteca Bsica de Psicoanlisis. Madrid. 2001Los Casos Sigmund Freud I: El hombre de los lobos por el Hombre de los lobos. Nueva Visin. Buenos Aires. 1976Agns Aflalo: Rvaluation du cas de lhomme aux Loups. En La Cause Freudienne N 43. Difusin Navarin Seuil.Pars.1999Wacjman, G.:Fentre. Verdier. Pars. 2004