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Violencia de Estado y Rebelión Social en la Lucha
de la APPO en 20066
Violencia de Estado y Rebelión Social en la Lucha
de la APPO en 20066
Leonardo Herrera Mejía
Violencia de Estado y Rebelión Social. La Lucha
de la APPO en 2006.
Leonardo Herrera Mejía
Diseño de portada:
Verónica Hernández Nava
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 2.5 México.
Índice
Reconocimientos
Prólogo. Carlos Figueroa Ibarra
Introducción
Capítulo I
Una aproximación Teórica a la Violencia y la
Resistencia.
1.1 Introducción.
1.2. Violencia, Agresividad y racionalidad.
1.3. Violencia, dominación y Estado.
1.4. Violencia y terror de Estado.
1.5. Resistencia, rebelión y movimientos sociales.
1.6. Violencia, Rebelión, y movimientos sociales.
1.7. Síntesis teórico conceptual.
Capítulo II
La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca
(APPO). Organización y Composición.
2.1 Organización y estructura de la APPO.
2.2 Usos y Costumbres en Oaxaca.
2.3 Organización de la sección 22 del Magisterio.
2.4 Estructura Orgánica de la APPO.
2.5 Integración de organizaciones simpatizantes.
2.6 Los que ya estaban.
2.7 Disidencia no agrupada.
Capítulo III
Violencia y Resistencia
3.1 Violencia de Estado en contra de la APPO en
2006.
3.1.1 Ciclos de Violencia.
3.1.2 Primera etapa. Antecedentes.
3.1.2.1 Desalojo fallido.
3.1.3 Del 14 de junio al 27 de octubre.
3.1.4 Del 28 de octubre al 30 de diciembre.
3.1.4.1Todos Santos.
3.1.4.2 Del 25 de noviembre: cárcel y tortura.
3.5 Violencia y Resistencia.
3.2 Resistencia Oaxaqueña.
3.2.1 Medios de comunicación.
3.2.2 Las barricadas.
3.2.3 Resistencia pacífica.
3.2.4 Resistencia violenta.
4. Reflexión final.
5. Anexos.
5.1 Acrónimos.
5.2 Croquis de la Ciudad de Oaxaca.
6. Bibliografía y Referencias.
1
Reconocimientos
El presente trabajo es resultado de investigación
para la tesis de maestría que desarrollé en el Posgrado
en Sociología del Instituto de Ciencias Sociales y
Humanidades “Alonso Veléz Pliego” de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla, inscrito en el Padrón
Nacional de Posgrados de Calidad del Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología. Dichos estudios fueron
realizados con el financiamiento como becario de
posgrado nacional de CONACyT.
Mi más especial agradecimiento y
reconocimiento al Dr. Carlos Figueroa Ibarra, por el
tiempo dedicado a la escritura del prólogo y sus
amables palabras; por su guía en mi formación
profesional, en la redacción de la tesis de maestría, y,
principalmente, por ser desde hace varios años un gran
amigo y maestro. Agradezco los comentarios, que en su
momento y oportunamente me realizaron los doctores
Francisco Gómez Carpinteiro y Fernando Matamoros
Ponce, amigos y críticos de mis posturas académicas.
2
Considero el presente un modesto
reconocimiento al gran apoyo que he tenido en cada
momento de mi vida de mis padres y hermanos. A mi
madre Bertha Mejía Ruiz, quien amorosamente me
acompaña cada día de mi vida, a mi amado padre
Leonardo Herrera Olvera, que guía mis pasos, y sé,
siempre se sentirá orgulloso de mi, por sus enseñanzas,
por mostrarme el amor incondicional y la
inquebrantable ética.
Siempre en mi corazón estarán los informantes
y amigos que dieron cuerpo y alma a mi trabajo de
investigación, que me acompañaron en las calles de
Oaxaca, que me ayudaron a tejer una red de amistades
invaluables y me proporcionaron toda la información
que requerí. Sin duda, siempre, mi reconocimiento al
heroico pueblo rebelde de Oaxaca, por la muestra de
resistencia y lucha en pos de un mundo mejor.
En el devenir de la vida aparecen personas, que
sin duda, en el momento más preciso, nos influyen con
sus ideas, con su energía y compañía. A todos esos seres
3
humanos, que me han acompañado, aconsejado, amado
e impulsado, mis agradecimientos y esperanza de poder
retribuirles todo lo que han hecho por mí. El presente
trabajo es resultado, no sólo de una investigación para
la obtención de un grado académico, sino de un trabajo
colectivo de intercambio de ideas y críticas con mis
compañeros de la maestría, es parte de los pasos que
han acompañado grandes amigos míos.
Agradezco a Omar Kuri Vidal por su amable
ayuda en la corrección de estilo y comentarios al texto.
Agradezco la amistad y la cooperación de Verónica
Hernández Nava en el diseño de la portada.
4
Prólogo
Carlos Figueroa Ibarra.
Es un gran gusto para mí escribir unas líneas a
manera de prólogo al libro que ahora nos ofrece
Leonardo Herrera Mejía y que lleva por título Violencia
de Estado y Rebelión social en la lucha de la APPO en
2006. Y esto sucede por varias razones. En primer lugar
porque constato -con el deseo del autor de ver
plasmado en forma de un producto editorial el esfuerzo
que hizo en su proceso formativo-, un paso importante
hacia su madurez intelectual. Conocí a Leonardo
cuando era un joven estudiante de la licenciatura en
Ciencia Política en la Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma.
Desde esos días he visto a Leonardo obtener su
licenciatura, hacer los esfuerzos necesarios para poder
pasar el proceso de admisión en la maestría en
sociología del Posgrado de Sociología en el Instituto de
Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”
de la BUAP, hacer el trabajo de campo y la investigación
5
bibliográfica y hemerográfica para poder terminar su
tesis para ese grado académico y ahora continuar sus
esfuerzos en el nivel de doctorado. En ese trayecto lo he
visto crecer intelectualmente y mostrar sus grandes
aptitudes como investigador y sus dotes extraordinarias
para hacer trabajo de campo. Producto de estas virtudes
es este libro que ahora me toca presentar, lo cual hago
además con gran gusto por el afecto que le tengo
después de todos estos años en los cuales ha sido parte
de mis alumnos dilectos y un asistente imprescindible.
Pero mi congratulación por ver plasmado el producto
de su investigación en un libro también tiene motivos
que van más allá de lo afectivo.
Considero a Violencia de Estado y rebelión
social en la lucha de la APPO en 2006 un esfuerzo
importante por entender uno de los sucesos más
notables en la historia de la resistencia antineoliberal
que se han observado en el México contemporáneo. Nos
referimos a la gran sublevación pluriclasista y
multisectorial encabezada por la Asamblea Popular de
6
los Pueblos de Oaxaca. Durante el segundo semestre de
2006, al mismo tiempo que en el plano nacional se vivía
el conflicto poselectoral derivado del fraude observado
en aquel año, la ciudad de Oaxaca se vio conmocionada
por distintos episodios de enfrentamiento entre los más
diversos sectores sociales contra las fuerzas públicas
estatales y federales. Durante dichos episodios se
observaron diversos acontecimientos sociales que
Leonardo Herrera Mejía trata de interpretar. Y este es
uno de los grandes méritos del libro que ahora
presentamos. El texto de Leonardo va más allá de la
denuncia de los crímenes cometidos por la represión en
aquellos meses de 2006, va más allá de la crónica de los
acontecimientos, del relato periodístico. Por fortuna
para el análisis sociológico, el autor va también más
allá de una exaltada apología de los rebeldes de aquel
momento.
En su libro el autor trata de analizar algunos de
los hechos que sociológicamente pueden resultar
relevantes en la interpretación de estos grandes sucesos.
7
En primer lugar el desenvolvimiento de un conflicto
sindical en una sublevación social que involucró a
actores del más diverso tipo, una demanda sindical que
se transformó en una demanda de democracia y justicia
social, una exigencia de renuncia al gobernador del
estado de Oaxaca de aquel momento que devino en un
cuestionamiento a fondo del capitalismo neoliberal, una
marcha por las calles con reivindicaciones gremiales
que evolucionó hacia una lucha de barricadas y de una
gran creatividad autogestionaria de masas. Por el lado
de la dominación, el conflicto en la ciudad de Oaxaca
mostró cómo la verbología democrática en manos de
los poderosos puede convertirse en una práctica
represiva de gran alcance. En su libro Leonardo teoriza
en el capítulo I y luego analiza en concreto en el
capítulo III, la violencia de estado y con precisión
distingue la violencia estatal a secas de la práctica
terrorista como forma de dominación. En el capítulo III
el autor intenta una periodización de la lucha y las
prácticas represivas durante los seis meses que duró la
sublevación de los sectores sociales agrupados en la
8
APPO. También en ese capítulo intenta hacer una
caracterización de las formas de resistencia de los
rebeldes. Me parece un acierto del autor que explore no
solamente lo que acontecía en las barricadas, lo que
sucedía con las formas organizativas, las formas
pacíficas y violentas que esta resistencia mostró, sino
también haga un análisis del papel de los medios de
comunicación durante los seis meses de la
confrontación. Este acierto se deriva del hecho
incuestionable de que hoy los grandes medios de
comunicación son el arma estratégica de comunicación,
han sido el “opio del pueblo” del siglo XX y cada vez
más lo son más en estos primeros años del siglo XXI. El
libro de Leonardo Herrera Mejía sugiere que buena
parte del éxito en la convocatoria social de la lucha de
la APPO proviene del hecho de que esta organización y
sus integrantes pudieron romper el vehículo
hegemónico de la clase dominante y a través de las
radios tomadas y de otros medios de comunicación
creados por ellos mismos lograron enviar sus razones y
romper el cerco informativo que sobre ellos tendía el
9
establishment. Puede deducirse de lo que relata y
analiza Leonardo, que uno de los grandes éxitos
logrados en aquellos candentes seis meses de 2006, fue
que la APPO se metió en las entrañas de la hegemonía
del dominador al arrebatarle el monopolio de la
comunicación. Esto significó el disputarle ni más ni
menos que el arma estratégica de la dominación actual.
Advierto otra virtud en Violencia de Estado y
Rebelión social en la lucha de la APPO en 2006. Esta se
encuentra en el capítulo II en el cual se atreve a explorar
la estructura organizativa de la APPO y llega a sostener
un argumento que ha provocado urticaria en algunos de
los apólogos de aquella gesta. La irritación surge
primordialmente en aquellos que conciben la gesta
oaxaqueña de 2006 como expresión de una lucha
anticapitalista sustentada en formas comunitarias
indígenas de organización. Estas formas organizativas
comunitarias habrían sido llevadas a un movimiento
social cuya escenificación fue predominantemente
urbana. Es esta interpretación una en la que ha derivado
10
la influencia ejercida por el zapatismo que irrumpió
durante la noche neoliberal y se convirtió junto a la
sublevación de Caracas en febrero de 1989, en el
anuncio de que el mundo feliz del neoliberalismo
rápidamente se estaba acabando. Leonardo Herrera
Mejía en su libro cuestiona dicha interpretación y
sostiene que más que extensión de la lógica
comunitaria indígena, la APPO en su estructura
organizativa asamblearia no fue sino la extensión de
una lógica organizativa que provenía de una matriz
sindical. No sería raro que así hubiese sido, finalmente
la APPO surgió en el contexto de la lucha de los
maestros oaxaqueños organizados predominantemente
en la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación (SNTE) la cual desde muchos años atrás
ha sido la parte más combativa del magisterio nacional
y se ha organizado en la Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación (CNTE). Por otra parte, el
autor se aparta también de la interpretación de que el
movimiento de la APPO fue expresión de una lucha
anticapitalista y las páginas de su libro sugieren una
11
multiplicidad de motivaciones entre el heterogéneo
conjunto de sujetos sociales que constituyeron al
movimiento.
No quiero terminar de escribir esta
presentación sin antes destacar que este libro no
solamente es el resultado de un acercamiento
bibliográfico y hemerográfico, sino también el resultado
de un gran trabajo de campo. Con una habilidad digna
de ser mencionada, el autor logró convivir con los
rebeldes en el contexto de una investigación que
arrancó desde sus años de licenciatura y que continuó
ya estando haciendo sus estudios de maestría. Pudo así
vivir la cotidianidad de la rebeldía en aquellos
momentos y también entrevistar a muchos de sus
protagonistas destacados y a otros que no lo fueron
tanto pero que cumplieron un papel sustancial en la
sublevación.
He aquí pues las razones, además de las
afectivas que me unen a un investigador en ciernes, por
las cuales me congratulo al presentar este libro y
12
expreso mi congratulación también al autor. Al salir este
trabajo de investigación convertido en libro, esperará la
lectura crítica de los lectores y con ello contribuirá al
discernimiento de una de las páginas más trascendentes
de la resistencia antineoliberal en el México
contemporáneo.
Carlos Figueroa Ibarra.
México D.F. 21 de mayo de 2013.
13
Introducción
El año 2006 fue significativamente convulsivo
en todo el país, ya que se sistematizó la represión en
Atenco contra los trabajadores de las mineras Pasta de
Conchos y Cananea, además de un proceso electoral
cuya legitimidad estuvo seriamente cuestionada por
distintos grupos opositores (Venegas, 2007b). En este
sentido, la represión en contra del movimiento social
oaxaqueño fue uno de los sucesos más violentos y
dolorosos para la sociedad mexicana.
A partir del 14 de junio de 2006 la Ciudad de
Oaxaca no volvió a ser igual. El plantón de petición de
las exigencias anuales de la sección 22 del magisterio
fue violentamente desalojado por las policías estatales y
municipales. La reacción de los profesores,
organizaciones afines y pobladores en general fue
retomar el zócalo de la ciudad y convocar para el día 22
del mismo mes a formar un frente de organizaciones
que llevarían por nombre Asamblea Popular del Pueblo de
Oaxaca. Fue entonces, como las organizaciones
14
asistentes a este llamado deciden agruparse y luchar
juntos por la destitución del Gobernador Ulises Ruiz y
exigir una reforma integral de Estado. El gobierno
Estatal no se quedó con los brazos cruzados; en este
momento tiene en la mira una campaña de violencia
para desarticular el movimiento. La violencia que inició
el 14 de junio no terminaría pronto. Asesinatos,
secuestros, arrestos arbitrarios, torturas, falsificación de
pruebas, represiones masivas y acoso (23 muertos y 149
detenidos sólo el 25 de noviembre, contabilizados por la
Comisión Civil Internacional de Observación de
Derechos Humanos (CCIODH)) a medios de
comunicación poco afines al gobierno serán la constante
durante los próximos meses.
De mayo a diciembre de 2006 se dan diferentes
formas de organización al interior de la APPO y de cada
una de las organizaciones que la formaban, también
surgen nuevas organizaciones de la más diversa índole.
Pero, al mismo tiempo aparecieron diversas formas de
15
represión, de violencia estatal, encaminadas a eliminar
el movimiento social ya a estas alturas en creces.
Asimismo, a siete años de los sucesos en Oaxaca
aún no se resuelven muchos de los crímenes cometidos
en contra de los activistas, simpatizantes y población en
general de esa entidad. Los trabajos analíticos referentes
siguen siendo pocos. La mayoría de las publicaciones
han sido con fines informativos y desde la investigación
social el tema sigue siendo poco explorado.
Los detalles que serán más explícitos en
adelante surgen de tomar diversas fuentes como
sustento, se recurre a fuentes vivas (Aceves, s/f) porque
“implica trabajar con personas que al estar vivas inciden
en la construcción de versiones nuevas o modificadas
de los acontecimientos y las historias personales
pasadas. La memoria es por tanto, un elemento clave en
el proceso de reconstrucción de la experiencia humana,
transportada y conducida a la actualidad por los relatos
de las fuentes de información oral, o sea los informantes”
(Aceves, s/f: 219).
16
Las entrevistas testimoniales giran únicamente
en torno al hecho que nos interesa en este trabajo. Se ha
hecho énfasis durante las entrevistas en dos ejes: la
organización del movimiento y la violencia del Estado
en contra del mismo. Las entrevistas fueron realizadas
en diferentes estancias de la ciudad de Oaxaca durante
los meses de febrero a noviembre de 2006, y 2 de ellas,
el 10 y 22 de octubre en la Ciudad de México de ese año,
con Damián y Pichón, personajes que huyeron de la
ciudad durante el conflicto y que hasta el momento no
han regresado por temor a la represión.
De igual forma, el trabajo se sustenta en la
documentación hemerográfica, recabada tanto en la
Hemeroteca de la ciudad de Oaxaca en relación con dos
periódicos locales, el Noticias y el Imparcial, así como tres
nacionales, el Reforma, El Universal y La Jornada. La
selección de los primeros se debe a un elemento muy
significativo; el Noticias, tras haber tenido problemas
con el Gobernador del Estado que se tradujeron en la
toma de sus instalaciones el 17 de junio de 2005 (Ruiz y
17
Martínez, 2005), problemas anteriores entre la dirección
del periódico y la acusación de que era un intento del
Gobernador por desaparecer el diario, provocaron que a
lo largo del conflicto dicho medio se mantuviera del
lado de la APPO. Por otra parte, el Imparcial, diario
complaciente en todo momento con el Gobernador
publicaba las notas en contra del movimiento,
elogiando las acciones del ejecutivo.
Otras fuentes documentales a las cuales se
recurre es el semanario nacional Proceso, donde durante
varias semanas publica sus artículos Pedro Matías,
reportero del Diario Noticias de Oaxaca, quien firma
aproximadamente el ochenta por ciento de las notas en
el periódico local; igual se toma como fuente
documental el texto de Diego Osorno, trabajo
periodístico que incluye una serie de entrevistas y un
abstracto hemerográfico muy concreto.
Sobre el conflicto de Oaxaca, después del
trabajo coordinado por Joel Vicente Cortés intitulado
Educación Sindicalismo y Gobernabilidad en Oaxaca como
18
primer intento de análisis del conflicto, publicado
durante éste y con las limitaciones que presentaba por
la premura, se encuentra Oaxaca Sitiada. La Primera
Insurrección del Siglo XX (2007), desarrollado por Diego
Osorno, primero en ser editado después de que la PFP
tomara la ciudad. Poco a poco han ido apareciendo
diversos textos, de los cuales podemos destacar el de
Víctor Raúl Martínez Vásquez, Autoritarismo,
Movimiento Popular y Crisis Política: Oaxaca 2006 (2007), y
ediciones independientes como el coordinado por
Carlos Beas Torres, La Batalla por Oaxaca, de Ediciones
Yope Power.
También sobre el conflicto de la APPO
encontramos a José Sotelo Marbán con Oaxaca.
Insurgencia Civil y Terrorismo de Estado (2008); llama la
atención el texto Oaxaca, la Lucha Política Independiente
del Pueblo, Heraldo de Una nueva Revolución publicado en
2008 y firmado solamente por Movimiento Popular
Revolucionario, organización que no participo en el
19
movimiento y presenta un texto de análisis marxista,
desde una perspectiva activista.
Cuando Hasta las Piedras de Levantan, coordinado
por Gustavo Esteva, David Venegas y Rubén Valencia,
es una compilación de testimonios de la resistencia que
se dio en Oaxaca. Dos trabajos recientes son La Comuna
de Oaxaca de Carlos Ramírez y Oaxaca: más allá de la
Insurrección. Crónica de un Movimiento de Movimientos de
Sergio de Castro Sánchez.
El Instituto de Investigaciones Sociológicas de la
Universidad Benito Juárez de Oaxaca bajo la
coordinación de Víctor Manuel Martínez publicó a
mediados de 2009 el texto La APPO: ¿Rebelión o
Movimiento Social? Nuevas formas de expresión ante la crisis;
resultado de un coloquio realizado en la UABJO en
febrero de este año, donde se incluyen doce textos de
investigadores de diferentes universidades como la
BUAP, la UABJO y la UAM, entre otras más. Los
artículos son análisis del conflicto de Oaxaca en 2006
desde diferentes disciplinas.
20
En 2010 es publicado el texto La Comuna de
Oaxaca escrito por Carlos Ramírez. En este texto se trata
de justificar las acciones del Gobierno Federal y del
local. Afirma que la APPO estaba dirigida por grupos
radicales como el PROCUP, por Felipe Martínez Soriano,
el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el PRD por la
participación de Flavio Sosa, representante del Grupo
Nueva Izquierda. Hace hincapié en que entre este
último grupo y la corriente dirigida por Jesús Ortega a
nivel nacional son lo mismo. Afirmación que fue negada
por el mismo Sosa en entrevista. Reiteradamente a lo
largo del texto afirma que el movimiento se llevó a cabo
con la finalidad de fortalecer primero, electoramente a
Andrés Manuel López Obrador, y después, ejercer
presión para conseguir la presidencia de la República.
No menciona ninguna referencia a lo largo del texto.
Para la realización de este trabajo se realizaron
varias estancias de trabajo de campo. A finales de 2006,
en diciembre, se realizaron las primeras entrevistas a
exiliados del movimiento. En mayo de 2007, en el marco
21
del Foro Regional de Derechos Humanos se realizaron otras
más, de donde se desprendieron los contactos que más
adelante favorecerían a la investigación de campo. En
octubre de 2008 se asistió al coloquio Crisis Política y
Movimiento Social: Oaxaca 2006-2008, en donde se tuvo la
oportunidad de escuchar las discusiones entre
diferentes analistas de diversas disciplinas. En
septiembre y diciembre de 2009 y en marzo y julio de
2010 se realizaron estancias para realizar las entrevistas
que en este trabajo se presentan. Durante estos períodos
también se realizó el seguimiento hemerográfico en los
periódicos locales, el cual comprendió un período del 1
de mayo de 2006 al 31 de diciembre de 2006. Se recurrió
a las revistas Proceso, Nexos y Letras libres. A los
periódicos nacionales La Jornada, Reforma, y el Universal,
y a los diarios locales Noticias Voz e Imagen de Oaxaca y
Al Imparcial.
Se realizaron un total de 15 entrevistas a
personas vinculadas con el movimiento, así como a
personas que viven en Oaxaca y no participaron en el
22
movimiento ni eran simpatizantes. De los personajes
involucrados destacan las entrevistas a Flavio Sosa,
representante de Nueva Izquierda y concejal vocero de
la APPO en 2006, uno de los líderes más visibles; a
David Venegas, concejal representante de la barricada
de Brenamiel, y actualmente de Voces Oaxaqueñas
Construyendo Autonomía y Libertad (VOCAL); a Pedro
García, René Trujillo y Benito Pereda, estudiantes y
activistas secuestrados; el primero de ellos miembro
activo del Frente Popular Revolucionario (FPR).
También se entrevistó a Omar Oliviera, locutor de Radio
Plantón desde 2005. A Cástulo López, concejal y vocero
de la APPO en 2006 y miembro de CODEP. A Mario
Guzmán, quien se encuentra al frente de la Asociación
de Artistas Revolucionarios de Oaxaca (ASARO) y trató
de encaminar el arte urbano hacia formas profesionales
de hacer arte.
Durante las estancias de investigación en la
Ciudad de Oaxaca fue posible vivir experiencias
cotidianas, la primera de ellas, la lectura de los
23
periódicos locales, también fue posible observar la
conducta de las personas y de las autoridades, hecho
que sirvió para ampliar la perspectiva en torno al
conflicto que aquí se trata. Desafortunadamente fuimos
víctimas de los abusos de autoridad, al ser detenidos en
un retén policiaco y no poder demostrar la estancia en
la ciudad. De igual forma fue posible ver personalmente
la forma en que la policía municipal irrumpe en
domicilios sin estar facultada para ello y sin ninguna
orden judicial. Fue posible también estar presente en el
zócalo durante el quinto Informe de Gobierno de Ulises
Ruiz y estar cerca de la trifulca entre priistas y
profesores de la sección 22. También se acudió a la
Segunda Asamblea Ordinaria de la APPO y se
observaron los mecanismos mediante los cuales se lleva
a cabo.
En el capítulo primero se presenta un esbozo
teórico que delimita el enfoque mediante el cual se
realiza el análisis en el presente trabajo. Se inicia
describiendo la violencia, distinguiéndola de la
24
agresividad. Considerando a la primera como
construcción social, plenamente racional y como acto de
poder. Se realiza una síntesis de la concepción de
Estado y su relación con la violencia y la dominación.
Partiendo del supuesto de que es la institucionalización
de la violencia, como forma de dominación y de
regulación de las relaciones humanas en un contexto de
lucha de clases y por el poder mismo. En el apartado
siguiente se diferenciará entre lo que es la violencia y el
terrorismo de Estado, considerando al segundo como el
miedo permanente e intensificado por acciones
violentas contra la población con la finalidad de
mantener un orden social determinado, rebasando los
límites establecidos por la legitimidad constitucional.
En el siguiente apartado se muestra un intento de
definición de los movimientos sociales para
diferenciarlos de la rebelión y tratar de entender sus
orígenes y lógicas de acción dentro de diferentes tipos
de gobierno. El último apartado corresponde a la
violencia en y contra de estos movimientos.
25
En el segundo capítulo se propone un análisis
de la composición y organización de la APPO. El
planteamiento central es que se organizó de acuerdo al
modelo de la sección 22 del magisterio, contradiciendo
las posturas mediante las cuales se propone que está
organizada de acuerdo a los usos y costumbres de las
comunidades indígenas. Se hace una reseña de lo que
son los usos y costumbres en las comunidades de
Oaxaca para continuar describiendo la organización de
la sección 22 del magisterio. Con esos argumentos como
base se intenta reconstruir lo que es la organización de
la APPO observada como una organización plural, tanto
en grupos como en ideologías. De igual forma se
presenta una síntesis de las organizaciones que ya se
encontraban antes de la creación de la Asamblea, las
que se fueron incorporando y las que surgieron a raíz
de estos eventos. Se resalta la participación de la
disidencia no agrupada.
En el tercer capítulo, dividido en dos secciones,
se analiza en concreto la violencia de Estado y la
26
resistencia de los miembros y simpatizantes de la APPO.
En la primera de ellas se revisa la violencia a la que el
Gobierno del Estado recurrió para reprimir al
movimiento y atacar a los dirigentes. Se propone
analizar esta violencia en dos formas, colectiva y
selectiva. Para ello se propone la existencia de ciclos o
etapas de violencia, comprendidas de la siguiente forma:
a) antecedentes, referidos a la violencia realizada desde
2005 hasta el 14 de junio de 2006 que culmina con el
intento de desalojo del plantón magisterial; b) del 14 de
junio al 27 de octubre de 2006, es decir, la escalada de
violencia, donde se observa las diferentes formas de
organización, violencia y resistencia; c) del 28 de
octubre al 31 de diciembre, período que se caracteriza
por la incursión de las policías federales a la ciudad,
resaltando los eventos del 2 y 25 de noviembre de aquel
año.
En la segunda parte de este apartado se revisan
las formas de resistencia a las que recurrieron los
miembros y simpatizantes de la APPO ante la violencia
27
de Estado. Entre éstas se destacan los medios de
comunicación, como un ejercicio logrado por la
Asamblea de romper el cerco mediático al que eran
sujetos. Otra de ellas y que resulta ser un símbolo
histórico del movimiento son las barricadas, que más
allá de ser un tipo de resistencia, son un modelo de
organización que introdujo al movimiento un
sentimiento de fraternidad, solidaridad y seguridad. Se
intenta distinguir entre las formas de resistencia
violentas y pacíficas observadas desde diferentes
ángulos.
29
Capítulo I.
Una aproximación Teórica a la Violencia y la
Resistencia.
1.1 Introducción.
Para el objeto de estudio de la investigación es
imprescindible dejar claro desde un principio los
conceptos y categorías que se emplearán, asimismo es
necesario definir a qué se refieren dichos términos. La
exposición de este apartado trata de realizar un esbozo
teórico para poder comprender y explicar lo que ocurrió
en el Estado de Oaxaca en el año 2006. Se parte de
explicar qué es la violencia y su distinción con la
agresividad, considerando a la primera como un
resultado cultural y no meramente como naturaleza
humana, que es plenamente racional y es un acto de
poder.
Se hace un esbozo sobre la concepción de
Estado y su relación con la violencia y la dominación,
partiendo del supuesto que el Estado moderno es la
30
institucionalización de la violencia como forma de
dominio y de regulación de las relaciones humanas en
un contexto de lucha de clases y por el poder mismo.
Siguiendo esta misma línea, en el apartado siguiente se
diferenciará entre lo que es la violencia y el terrorismo
de Estado; considerando al segundo como el miedo
permanente e intensificado por acciones violentas
contra la población con la finalidad de mantener un
orden social dado, para lo cual piensa que fueron
rebasados los límites establecidos por la legitimidad
constitucional.
A continuación se inicia un intento de
definición de los movimientos sociales para
diferenciarlos de la rebelión y tratar de entender sus
orígenes y lógicas de acción dentro de diferentes tipos
de gobierno. El siguiente apartado corresponde a la
violencia en y contra de estos movimientos.
31
1.2. Violencia, Agresividad y
racionalidad.
¿Qué es la violencia? ¿Cuál es su diferencia con
la agresividad? El eje principal es el origen racional de
la violencia como medio de obtener poder. De la misma
forma que lo ha hecho Carlos Figueroa Ibarra “en este
trabajo partimos del supuesto de que es en lo histórico-
social donde radica lo que se ha llamado esencia
humana y que por tanto, no existen pueblos que por
naturaleza sean pacíficos o belicosos” (Figueroa Ibarra,
2001:13). Se propone como punto de partida que la
naturaleza humana no es violenta, es un producto
cultural, como también lo sostiene Santiago Genovés
(1993).
Desde hace siglos y hasta las sociedades
actuales la violencia es cotidiana. Se convirtió en un acto
normal y cotidiano, es decir, se institucionalizó. Sin
embargo, ¿la violencia corresponde a un rasgo innato
del ser humano? ¿El humano es violento por naturaleza?
Genovés (1993) responde a esta cuestión que no. Los
32
vestigios como pinturas rupestres, herramientas o
armas que los antropólogos y arqueólogos han
encontrado muestran que en la prehistoria del homo
sapiens no había violencia institucionalizada,
generalizada y sistemática como ocurre hoy. Lo que
había era cooperación; sin ella la especie humana
simplemente no hubiera sobrevivido. Por tanto, se
puede suponer que en el humano lo que existía era la
alimentación y la auto protección del medio ambiente,
no existía violencia.
Por violencia se entiende “la aplicación de
diferentes formas de coerción, que llegan hasta las
acciones armadas, con el objeto de conquistar o
mantener un dominio económico y político o de
conseguir tales o cuales privilegios” (Sánchez, 1980:434)
“es mínimamente un acto de poder. Aunque no todo
acto de poder es violento” (Figueroa Ibarra, 2001:16) y
es “un fenómeno cuyas condiciones surgen en el
momento en el cual lo humano se va apartando de lo
propiamente animal” (Figueroa Ibarra, 2001:15).
33
Es posible observar que Sánchez Vázquez,
Carlos Figueroa Ibarra y Santiago Genovés coinciden en
que la violencia es un acto plenamente humano,
racional y con orígenes histórico-culturales. La violencia
es física como también lo es simbólica. Bourdieu la
explica partiendo de entender los rasgos del habitus, que
representan, entre otras características, la interiorización
de la violencia por medios pacíficos o violentos, la
reproducción de las formas y preferencias políticas de la
clase con mayor capital simbólico; Gramsci le denominó
hegemonía, la cual se entiende como la dualidad entre
la violencia dominante y el consenso de la población, es
decir, violencia y legitimidad (Bourdieu, 1999).
La violencia es directa cuando afecta
inmediatamente al cuerpo que la sufre y es indirecta
cuando se opera modificando el ambiente físico desde el
cual se ha de encontrar la víctima. Puede entenderse la
violencia como sinónimo de fuerza y se puede
distinguir del concepto de poder, el cual “…es la
modificación de la conducta de los individuos o de los
34
grupos dotada por lo menos de un mínimo de
voluntariedad, el poder cambia la voluntad del otro, las
alteraciones al medio pueden ser usadas para ejercer o
acrecentar el poder. El poder coercitivo basado en
sanciones físicas implica la distinción entre violencia en
acto y amenaza de violencia” (Stoppino, 1982:1627).
En las sociedades no sólo ha sido la violencia la
que modifica o dirige la conducta de las personas. Ni
siquiera los regímenes más totalitarios han podido
prescindir del consenso, puesto que se da por entendido
que tiene “cierto nivel” cuando se habla de violencia
legítima: “De acuerdo con determinadas modalidades y
dentro de ciertos límites, no es simplemente la
pretensión de los mismos gobernantes sino que
corresponde también a una creencia compartida por lo
menos por una parte de los gobernados” (Stoppino,
1982:1630).
El consenso surge a partir de la consecución de
intereses, de la creencia en determinados valores y en
actitudes afectivas. Es preciso indicar que en los
35
regímenes totalitarios y autoritarios a pesar del amplio
consenso que han logrado tener, si se llegan a violentar
los derechos de las minorías, es necesaria la sanción de
legitimidad exterior además del consenso interno. El
régimen nazi contaba con una gran aprobación al
interior de su población, no por ello logró ser
legitimado en el plano internacional. La anulación de
los derechos de grupos minoritarios, entre ellos los
judíos y los gitanos, no tenía un grado de legitimidad
exterior. Sin embargo la intervención de otros países no
siempre ha sido oportuna, tanto en este caso como en el
de Kosovo o Ruanda, no lograron evitar que ocurrieran
las conocidas masacres.
Es posible que el planteamiento anterior pueda
remitir a pensar la idea del Buen salvaje de Rousseau y
hacernos la siguiente pregunta: ¿en qué momento dejo
de serlo y se convirtió en el dominador? La naturaleza
humana no se puede asegurar como buena o corrupta
(como aseguraba Hobbes), pero sí se pueden observar
algunos caracteres, no de índole esencial, pues es
36
“querer naturalizar lo que es social” (Figueroa Ibarra,
2001). Es imperioso partir del postulado de que la
violencia es un producto cultural.
Genovés (1993) afirmó que la violencia apareció
con la cultura humana. A partir del momento en que se
establecieron las primeras comunidades sedentarias e
inicia la agricultura. También se estableció la propiedad
sobre los territorios en los que se había sembrado o se
alimentaba el ganado debiendo protegerse de las
comunidades nómadas. Estas últimas buscaban
alimentos recorriendo la tierra. Las primeras habían
buscado lugares aptos para la sobrevivencia, sitios en
los cuales existía agua, lugares que favorecían la
agricultura y la ganadería.
En ese mismo momento, se inició el desarrollo
de las culturas. Al mismo tiempo, las comunidades
nómadas buscaban estos lugares precisamente porque
es donde más fácil encontraban alimentos. En este
momento histórico iniciaron también las guerras y la
violencia; el origen de la violencia es la revolución
37
agrícola que se incrementó con la revolución industrial
y la tecnológica.
La mayoría de las especies sobre la tierra matan
para comer, es raro encontrar a una que sólo mate por
matar; y todavía más extraño que algún animal llegue a
matar a alguno de su mismo grupo, hecho que sí ocurre
entre humanos. El ser humano, que fue el único ser
capaz de crear una cultura, también fue el único en
crear la violencia (Genovés, 1993).
Para Sánchez Vázquez (1980) la violencia parte
de la praxis, entendida ésta como la transformación.
Explica que al alterar algún objeto o persona se está
modificando su naturaleza, por tanto, se violenta: “El
objeto sufre así la invasión de una ley exterior y, en la
medida en que acepta la legalidad extraña que le es
impuesta se transforma” (Sánchez Vázquez, 1980:427);
esto hace que sea forzado y por tanto sometido mientras
es alterado o incluso destruido.
38
Al mismo tiempo genera una resistencia, sea
física en un objeto, pero en el ser humano “altera la
legalidad natural o social. En este sentido, la violencia
es exclusiva del hombre en cuanto que éste es el único
ser que para mantenerse en su legalidad propia necesita
violar o violentar constantemente una legalidad exterior”
(Sánchez Vázquez, 1980: 428). Por tanto, se puede
asegurar que sólo el hombre es violento, altera a la
naturaleza y a la sociedad, misma que es la alteración de
la naturaleza. Sólo el hombre usa la fuerza y puede
usarse a sí mismo como fuerza (…). La fuerza de por sí
no es violencia, sino la fuerza usada por el hombre
(Sánchez Vázquez, 1980). De ahí el carácter
exclusivamente humano de la violencia.
A lo largo de la historia, los dominios de un
pueblo sobre otro y principalmente durante la época de
las colonias se pretendió demostrar que la violencia
correspondía a elementos raciales, que tal o cual raza
era superior a otra. Así, las metrópolis justificaban su
apropiación sobre otros pueblos, se pensaba que los
39
negros, indios o cualquier otra raza diferente era
inferior, por tanto, fueron (y en algunos lugares aún son)
objeto de violencia; hoy está más que demostrado que
no es así.
En primer lugar no existe ninguna raza
totalmente pura. Luego, las capacidades como la
inteligencia no están condicionadas por el color o la
nacionalidad. Incluso, de forma más certera, y
considerando la combinación de los grupos étnicos a lo
largo de la historia de la humanidad, Todorov (2009)
asegura que no existen las razas, sino los racistas.
Finalmente, la educación que se recibe es determinante
en la conducta del individuo y es condicionada por los
preceptos y prejuicios que inundan el ambiente social
en que se desarrolla el individuo (Bourdieu le llama
Habitus [Bourdieu y Wacquant, 1995]).
Una fuente de la violencia es la intolerancia, la
pretensión de sujetar a otros a la idea propia, tanto lo
que se piensa y se quiere, “tratar de imponer lo que
creemos que es nuestra normalidad, lo que es -según
40
nosotros- la normalidad a otros pueblos (o grupos) que
poseen otra, la resultante es la violencia” (Genovés,
1993:139). Asegura que la violencia surge con la
propiedad privada, en regiones donde los pueblos
asentados debían defender sus intereses de los nómadas.
Si se parte del supuesto de que en dichas
comunidades es en donde surge la división social del
trabajo, entonces se puede considerar que Genovés
coincide con Carlos Figueroa Ibarra (2001) al afirmar
que la violencia surge de las diferencias sociales y de la
opresión, con la opresión y explotación, pero
principalmente de la dominación de uno o varios
humanos sobre los demás.
Es preciso distinguir lo que se denomina
agresión y lo que es propiamente la violencia. Algunos
autores consideran que la agresión es una forma de
sobrevivencia, una reacción ante las necesidades de
supervivencia del individuo o de cualquier otro animal.
A diferencia de la violencia en sí, que es el uso de poder
o bien el transformar. De acuerdo a (Sánchez Vázquez,
41
1980) el transformar la naturaleza implica una forma de
violentar el mundo, pues se actúa en contra de su
voluntad.
Con el fin de diferenciar entre ambos conceptos,
Genovés, (1993) define “agresión, en sentido amplio
como un acto dañino que puede ser físico, verbal o
imaginario. Podemos dirigirlo hacia afuera contra una
persona u objeto, o hacia dentro hacía nosotros mismos.
Si el acto de agresión es físico, lo denominamos
violencia” (Genovés, 1993:153). Sin embargo, como
mencionaba Bourdieu, existen otras formas de violencia
que no son físicas, tales como la violencia psicológica o
simbólica.
Actualmente hace referencia a un amplio
abanico de acepciones, incluso llega a describir
solamente a la intervención impropia de un Estado a
otro. Posee una connotación negativa a pesar del tiempo
(Attina, 1981,33-34). Abelardo Villegas (1985) se refiere a
la agresividad como un acto de defensa, que existe en
todos los animales, incluido el ser humano. Y considera
42
como un sistema de instintos que permite la
supervivencia. Insiste en que “la agresividad se suscita
fundamentalmente para preservar la prole y defender el
territorio donde se obtiene el alimento” (Villegas, 1985:
103).
1.3. Violencia, dominación y Estado.
Este presente análisis parte del pensamiento de
los teóricos contractuales, dicha selección de los
primeros es debido al impacto y trascendencia que
tuvieron en los escritores y pensadores en los últimos
seis siglos, quienes se signan a alguna de las corrientes
de pensamiento fundadas por éstos: liberalismo,
socialismo y conservadurismo. De igual forma se
consideran los aportes de dos pensadores clásicos de la
sociología, quienes son el punto de partida del análisis
sociológico moderno
Thomas Hobbes presentó en 1651 Leviatán, obra
que lo hizo trascender en el pensamiento filosófico
político. Es el iniciador de una teoría contractual
43
(Hobbes, 2007) que gira en torno al supuesto de que el
hombre se encontraba en estado permanente de guerra.
Argumentó que con la finalidad de preservar la vida, en
un medio en donde las pasiones naturales del hombre
mantenían una situación hostil y de peligro, decidieron
agruparse en Estados.
Estos Estados adquirieron la función de
controlar la conducta de los miembros del conjunto
social, obligar a la revisión de las leyes y castigar a
quienes irrumpían la armonía establecida. Consideró
que “los pactos que no descansan en la espada no son
más que palabras, sin fuerza para proteger al hombre,
en modo alguno” (Hobbes, 2007:173). Para que un
pueblo pudiera defenderse de las fuerzas extranjeras, y
por tanto proteger los bienes que se producían para
autoconsumo, era necesario que cedieran su libertad a
una persona o grupo “confiriéndole poder y fortaleza”
reduciendo la voluntad de todos a una sola. Se crea un
dios mortal, un ser que reúne la voluntad de todos y es
en sí mismo la voluntad general.
44
A ese monstruo que toca todo y es todo
simultáneamente lo llamó Leviatán, quien “posee y
utiliza tanto poder y fortaleza, que por el terror que
inspira es capaz de conformar las voluntades de todos
ellos para la paz, en su propio país, y para la mutua
ayuda contra sus enemigos, en el extranjero” (Hobbes,
2007:177).
Rousseau (1983) hizo referencia al buen salvaje,
a la naturaleza del ser humano en pacífica convivencia.
Muchos autores posteriores a él siguieron la línea de
pensamiento. Rousseau considera que en algún
momento de la historia alguien más fuerte que los
demás decidió tomar el mando; al mismo tiempo se
necesitaba un liderazgo que permitiera organizar a la
comunidad para tales actos como la misma
supervivencia o la alimentación.
Fue necesario que se institucionalizara la
dominación para que la persona que había adquirido el
mando pudiera subsistir en el poder, puesto que no
siempre sería el más fuerte. Weber considera tres tipos
45
de dominación: la tradicional, carismática y racional, las
cuales incluyen inherentemente el dominio por parte de
una o más personas, dependiendo del grado de
burocratización, sobre el resto de la población. De entre
la cual una mayoría, por diferentes medios, otorga su
consenso a los dirigentes y al mismo tiempo teme, ya
sea al poder violento, a las sanciones o incluso a
poderes supraterrenales (Weber, 2008).
La base del pensamiento de John Locke (1995,
publicada originalmente en 1660) es que el hombre
posee una libertad natural y no puede verse sometido a
ningún otro hombre o autoridad. Por tanto consideraba
que “Todo gobierno existente es únicamente producto
de la fuerza o de la violencia” (Locke, 1995:8).
Es claro que partió de la idea de que el hombre
se encontraba en un estado de naturaleza en el cual
tenía una completa libertad de actos y de pertenencias.
Al tiempo que era un estado de igualdad. Para que
dentro de ésta libertad el hombre no se haga daño a sí
mismo o a sus semejantes se conforma el Estado, con la
46
finalidad de preservar esta igualdad entre todos los
individuos. La ley de la naturaleza fue puesta en manos
de todos los miembros de la comunidad. De esta forma
fue como el hombre se puso en manos de otros, pero
solamente para que fueran castigados aquellos que
atentaban contra la libertad y la igualdad de los demás
(Locke, 1995).
“El Estado viene a disponer de poder
para fijar el castigo que habrá de aplicarse a las
distintas trasgresiones, según crea que lo
merecen, cometidas por los miembros de esa
sociedad. Este es el poder de hacer las leyes (…).
Eso constituye tener el poder de la paz y la
guerra” (Locke, 1995: 85).
El hombre vivía en ese estado la libertad
completa. Pero decidió agruparse en la sociedad política
donde cedió parte de su libertad al Estado para que él
proteja su vida y propiedades. Es decir le brinde
seguridad en todos los sentidos. Sin embargo, quien por
medio de la fuerza se apropia de la vida o propiedades
47
de otro se está poniendo en estado de guerra frente a
éste (Locke, 1995).
Para Marx, el Estado es una relación de clases
sociales, es la materialización de su antagonismo y la
lucha entre ellas. Estas clases son una dominada y otra
dominante. Esta última es la que se personifica en el
Estado y es quién defiende los intereses de su clase, es
decir, la burguesía.
Por tanto el Estado es la dominación de una
minoría sobre la mayoría, defiende los intereses de la
propiedad privada y el capital, bienes que han sido
obtenidos mediante la violencia de la acumulación
originaria y acrecentados por la explotación. El Estado
es, por tanto, la violencia institucionalizada para
defender los intereses de la clase explotadora (Marx y
Engels, 1985).
Desde otra perspectiva analítica, Max Weber en
su texto Economía y Sociedad, y más específicamente en
su sociología de la dominación, exploró tres tipos puros
48
de dominación, la tradicional, la carismática y la
racional-legal, de donde parte la constitución del Estado
moderno, que sólo puede definirse en torno a la
coacción física, por tanto, “el Estado es aquella
comunidad humana que en el interior de un
determinado territorio […] reclama para sí (con éxito) el
monopolio de la coacción física legitima” (Weber,
2008:1056).
Este monopolio sólo existe en el Estado de
derecho, en donde se respetan las leyes y normas y estas
emanan de la voluntad popular. Es decir, en un Estado
autoritario no existe el monopolio legítimo de la
violencia, puesto que la autoridad, el poder y la
violencia se concentran en una persona o grupo
reducido. Existe un vínculo entre el Estado de Derecho,
la legitimidad y la democracia, componentes
inexistentes en los estados autoritarios o totalitarios.
Violencia implica transformar, ya sea a la
naturaleza o bien a la sociedad, que es la que interesa al
estudio. En la violencia existe una fuerza en doble
49
sentido, por un lado la que transforma, por otra parte la
resistencia que un individuo o grupo ofrecen para
permitirlo. La praxis social, encaminada a transformar
una realidad dada, implica también una violencia
contra el orden establecido, por tanto también una
resistencia reaccionaria, es decir, la contraviolencia.
Es posible observar que algunos de los cambios
que han generado resistencia son producidos por
grupos democráticos, progresistas o revolucionarios. Al
mismo tiempo muchos grupos se han resistido a
cambios que favorecerían a una minoría. Estos cambios
pueden ser producidos en la actualidad por ejemplo por
gobiernos neoliberales o reaccionarios. En estos cambios
sociales es posible ver claramente los efectos de esta
doble fuerza, la violencia y la contraviolencia.
El poder se puede entender de dos formas, la
primera, como capacidad de hacer algo, y la segunda,
como habilidad de intervenir en las acciones de otros.
Cuando se llega a un punto donde una persona o grupo
imponen su voluntad a los demás se genera un conflicto.
50
Aquí se pierde el bien común y la violencia se
generaliza, nace el poder político, es decir, surge el
Estado (Villoro, 1998).
El Estado no se puede entender sin hablar de la
política, siendo ésta donde se realiza la lucha de fuerzas.
Es el espacio donde coinciden los diferentes intereses y
esfuerzos por dominar a los demás, y el punto en el cual
la violencia toma su carácter social. Es el centro de las
relaciones humanas, cualquier interacción entre
humanos es social y esto implica en todo momento una
relación de poder, tanto a nivel macro, como micro. Es
en ésta esfera de la vida donde las clases dominantes
imponen su voluntad a los demás, y al mismo tiempo
adquiere cierto grado de legitimidad, es decir, violencia-
legitimidad, esto es la hegemonía, clave de la
dominación.
El Estado es la dominación de un sector de la
población sobre los otros, dentro de un territorio
determinado, donde se ejerce coerción sobre los demás
para imponer un proyecto económico, político e
51
ideológico con una finalidad específica. Este grupo
dominante tiene la función de forzar a los habitantes, así
como regular sus relaciones con los agentes externos.
Está forma de estado es relativamente nueva, surgió con
el estado burgués (Bobbio, 2006). Fue instaurado en las
naciones con la finalidad de proteger a los habitantes
dentro de un territorio. Tanto de los invasores
extranjeros, como de los mismos habitantes que tratasen
de romper el orden que se estableció. O bien, a quien
intente dañar la vida, propiedades o seguridad de cada
uno de los miembros de su sociedad.
Sin embargo, en el caso específico del estado
mexicano ocurrió que se instituyó como el medio de
abuso en contra de la mayoría de la población, contando
con la fuerza violenta y con un grado variable de
legitimidad y que incurre en diferentes abusos para
preservar el grupo en el poder, tal es el caso de Oaxaca.
El Estado y su Poder Legislativo han creado un
conjunto de leyes establecidas en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y la
52
Constitución local. Estas norman las acciones que
pueden realizar los funcionarios públicos y las
facultades que poseen, al mismo tiempo que estipulan
los derechos y garantías de los demás ciudadanos, hasta
esta parte se cumplen los parámetros mediante los
cuales entendemos el estado.
Lo que en la realidad se puede observar como la
práctica de los gobiernos en Oaxaca (y otras entidades
más) es que se han rebasado por mucho las facultades
que les son otorgadas constitucionalmente. En un
primer término, con la corrupción como medio de
enriquecimiento económico ilegal, y en un segundo, por
las prácticas de terror en contra de la oposición; con la
finalidad de destruirla o al menos desactivarla y evitar
le cause mayores problemas en el relevo de poderes
entre los miembros de su grupo.
1.4. Violencia y Terror de Estado.
Maquiavelo entendía la violencia como
inherente al poder y a las relaciones políticas. En su
53
texto El Príncipe, publicado en 1513, permitió al lector
adentrarse en las formas con las que se ha hecho la
política, en su tiempo, anterior a él y hasta estos días.
No es maldad simplemente lo que el relató, puesto que
hizo a un lado sus juicios de valor y describió los actos
que él pudo observar en la realidad. “Como bien lo dijo
Víctor Hugo en Los Miserables: Maquiavelo no es un
genio malo, ni un demonio, ni un escritor vil y
miserable; no es sino el hecho” (Figueroa Ibarra,
2001:18).
Por tanto, lo que expuso en su trabajo es el uso
racional de la violencia, un uso calculado y no sólo
como un fin, sino meramente como medio de llegar un
fin último, obtener y conservar el poder político. No se
puede hacer a un lado el hecho de que este texto lo
escribió como un regalo al Magnífico Lorenzo de
Médicis y que tal trabajo contiene su propuesta para
unificar en ese momento a los Reinos Galgos
(Maquiavelo, 2003).
54
En todas esas comunidades hay desde el
principio cierto interés común cuya preservación
tiene que confiarse a algunos individuos, aunque sea
bajo la supervisión de la colectividad: la resolución de
litigios, la represión de extralimitaciones de los
individuos más allá de lo que está justificado,
vigilancia sobre las aguas, (...), y funciones religiosas
(Engels, 1977:184).
Todas estas funciones sufren una alteración
cuando crece la población y las necesidades aumentan,
por una parte; y por otra, los funcionarios se van
distanciando de los pobladores. Estas necesidades
económicas llevan a que los prisioneros de guerra ya no
sean asesinados, sino, utilizados como esclavos. Es así
como surge la primitiva división del trabajo.
Fernando Escalante (1991) observó al terrorismo
de Estado como el momento en que los gobernantes
rebasan las líneas de legitimidad y legalidad
establecidas en una sociedad dada. Sabido que el Estado
es la personificación e institucionalización de la
55
violencia, como una internación que se ha vuelto
cotidiana, es decir, la costumbre de tener miedo, el
miedo a la represión o castigo por romper las reglas que
han sido establecidas.
Se está hablando aquí de normas que regulan
tanto la conducta de los gobernantes como la de los
gobernados. Reglas tanto formales como informales
(normas y leyes escritas y las que son por tradición o
costumbres) que son aceptadas por todos los miembros
de la comunidad. Hasta este momento se está hablando
de violencia de Estado. Cuando estas líneas son
rebasadas, se cometen abusos contra las personas que
difieren de la forma en que se está gobernando y la clase
dominante recurre a excesos de violencia, lo hace con el
fin de causar miedo, además de violar o cambiar la
normatividad existente; está incurriendo en terrorismo
de Estado.
La finalidad planteada es que “los gobernados
se amedrentarán y paralizarán sin que haya necesidad
de matarlos o desaparecerlos. Con la misma macabra
56
inversión inicial, el Estado y los sectores dominantes
mantendrán la ganancia de la estabilidad política.
Podríamos llamar a este efecto, la “inercia del terror””
(Figueroa Ibarra, 2001:23), el costo que habrían pagado
los gobernantes únicamente es el de su desprestigio
tanto al interior de su territorio como externamente
(Figueroa Ibarra, 2001).
Coincidiendo con Escalante, Bonanate (1982)
consideró que es posible entender como terrorismo la
práctica política de quien o quienes mediante el uso
recurrente de la violencia planean provocar terror en la
población para implantar su proyecto político: “El
recurso al terror por parte de quien ya detenta el poder
dentro de su estado no se puede considerar como una
forma de terrorismo político. Éste término que se
entiende como el instrumento a que recurren
determinados grupos para hacer caer un gobierno
acusado de mantenerse por medio del terror” (Bonanate,
1982:1568).
57
Bonanate Plantea el uso del terror tanto en los
gobernantes como en la oposición. Se refiere
específicamente a los grupos conocidos como terroristas,
quienes mediante el uso de violencia contra población
civil, fuerzas armadas o funcionarios buscan
establecerse en el poder o provocar la inclusión de sus
demandas en la agenda política oficial. Estos grupos
pueden ser tanto de izquierda como de derecha, con las
más variadas finalidades e intereses.
Se pueden mencionar a los grupos de liberación
como la Organización para la Liberación Palestina,
organizaciones separatistas como el Euzkadi Ta
Askatazuna. O bien, los grupos conservadores, tales
como los que al inicio de la vigencia de las leyes que
despenalizaban el aborto en estados Unidos pusieron
explosivos en los hospitales donde se realizaban. El
terror también fue la forma en que el golpista Pinochet
tomó el poder en Chile, derrocando a un gobierno
democrático.
58
Para que pueda ocurrir esta violencia es
necesario que cuente con el consenso de al menos una
parte de la sociedad. De ahí que existan campañas de
linchamientos mediáticos, de desprestigio de los
inconformes y de exaltación de los gobernantes y sus
acciones. Figueroa Ibarra (2001) afirma que los abusos
de los gobernantes nunca han sucedido solos, sino que
han sido apoyados por amplios sectores de la sociedad
civil.
“La violencia que alimenta una situación de
terror se distingue de la violencia que sostiene la
eficacia continuadora del poder coercitivo porque ésta
es mesurada y previsible, en tanto que la otra es
desmesurada e imprevisible” (Stoppino, 1982:1630). En
el caso del simple poder coercitivo la violencia punitiva
persigue conductas que se determinaron
anticipadamente y sanciona de acuerdo al grado de la
desobediencia.
El Estado, podemos concluir, es en sí mismo la
violencia institucionalizada, pero tiene un límite; éste es
59
en dos sentidos, el primero es el legal; las leyes que han
sido estipuladas ya sea consuetudinariamente o bien
establecidas en códigos y constituciones. El segundo es
la legitimación, también entendida como hegemonía. Es
decir, la violencia estatal que ha sido interiorizada en
los miembros de la comunidad, son los límites
habituales; la costumbre y las tradiciones pueden ser
ejemplos de ello. Cuando estos límites son rebasados
por el Estado, podemos hablar de terrorismo de este
mismo; cuando las autoridades cometen actos
sancionados impunemente o bien cuando los miembros
de la sociedad sienten agravio al ser violentados más de
lo normal.
Existe un tercer elemento y es la legitimidad
internacional de un régimen de gobierno, dado que en
los tratados, convenios y convenciones internacionales
se busca garantizar la seguridad y el respeto de
garantías y derechos humanos en todos los países que
los firmaron y ratificaron. Sin embargo, en muchas
ocasiones obedece a razones de política internacional; el
60
caso de la matanza de Ruanda que pudo ser evitada por
la comunidad internacional y de la guerra de los
Balcanes tardíamente atendida son un ejemplo de ello.
Puede que un estado cambie sus leyes para
poder hacer uso de la violencia sin incurrir en delitos,
como sucede en los gobiernos autoritarios y totalitarios.
De igual forma, todos estos regímenes cuentan con un
cierto grado de legitimidad en las sociedades. ¿Cuál
puede ser realmente la línea que separa a la violencia
del terrorismo? Escalante (2001) se ha referido al miedo
como el eje del terrorismo.
Si se considera a la violencia como la
interiorización de este miedo, el terrorismo puede ser el
nuevo miedo que se trata de generar. Se puede asegurar,
entonces, que el equilibrio de este miedo, como lo es el
temor a cometer un delito, es la violencia de estado
estipulada para mantener la armonía en el interior de la
sociedad. Pero cuando se intenta generar un miedo en la
población para impedir la protesta y la disidencia, se
está hablando entonces de terror.
61
En el Estado de Oaxaca en el año de 2006 el
Gobierno del Estado rebasó los límites establecidos
legalmente, actúo por encima de la ley, tratando de
generar miedo en la población y con ello eliminar a la
gran oposición a su régimen. Como se analizará en los
capítulos posteriores, utilizó herramientas con la
finalidad de extinguir el movimiento en su contra, tales
como la tortura, el asesinato, las detenciones arbitrarias
y hasta el extremo de haber llegado al uso de las
“caravanas de la muerte”, (camionetas que recorrían la
ciudad con personas armadas que disparaban contra la
población civil).
Con toda impunidad realizó un operativo ilegal
llamado “de limpieza”. Y a pesar de contar con la
legitimidad de un sector de la población (muy
importante a decir de algunos columnistas), rebasó
todos los límites establecidos por la aceptación social.
Trató de generar miedo a la disidencia, por ello se
puede asegurar que el régimen de Ulises Ruíz en
Oaxaca es de terror.
62
1.5. Resistencia, rebelión y movimientos
sociales.
“La rebelión más elemental expresa, paradójicamente,
la aspiración a un orden”.
Albert Camus
La exposición en este apartado se iniciará
distinguiendo algunas definiciones conceptuales, tales
como la rebelión, la resistencia, los movimientos
sociales y revolución. La finalidad de esto es poder más
adelante definir al hecho social de estudio de una forma
clara. Es importante considerar como principio, que
cualquier organización social, en cualquier nivel y de
cualquier tipo tiene sustento en la acción colectiva como
punto de partida. No puede ocurrir hecho social si sólo
un individuo realiza alguna actividad, sino debe
realizarse por un grupo.
Para una acción colectiva no basta con la
existencia de un agravio social o sentimiento de
63
injusticia generalizado entre los miembros de una
comunidad; Trotsky dijo “si las carencias fueran
suficientes para ocasionar una insurrección las masas
estarían siempre en estado de rebelión” (Snow,
Rochford, Worden y Benford, 2006:35). Es necesario que
un hecho cambie el marco: “las situación es injusta, pero,
siempre ha sido así” a otro “siempre han sido así, pero
es posible cambiarlas” (Snow, Rochford, Worden y
Benford, 2006).
Para Charles Tilly (citado en Giddens, 2000:642)
hay cuatro componentes que distinguen a la acción
colectiva: a) La organización del grupo o grupos
implicados; b) La movilización que se compone de las
diversas maneras que tiene un grupo de conseguir
recursos suficientes para hacer posible la acción
colectiva; c) El interés común de quienes participan en
la acción colectiva, siempre hay algún objetivo común
que subyace para la acción colectiva; d) Oportunidad,
pueden producirse acontecimientos fortuitos que
proporcionen oportunidades a los propósitos
64
revolucionarios. Muchas formas de acción colectiva,
incluyendo la revolución, se ven influidas en gran
medida por tales episodios accidentales.
Con el término resistencia “se indican todos los
movimientos o las diversas formas de oposición activa y
pasiva que se dieron en Europa, durante la segunda
guerra mundial, contra la ocupación alemana e italiana,
como lo indica desde el punto de vista del léxico, el
mismo término, se trata más de una reacción que de una
acción, de una defensa más que de una ofensa, de una
oposición más que de una revolución” (Matteucci,
1982:1399).
La resistencia como término se puede observar
en la física, es la forma en que un objeto impide el poder
ser cambiado. Así en las sociedades, la resistencia es
evitar un cambio, o bien puede ser el tratar de
defenderse ante el cambio de las políticas de los
dominadores. Cuando un grupo se resiste al gobierno
puede ser no el sentido de conservar las cosas como
están, sino de preservar la vida, resistirse a que sea
65
cambiada la vida por muerte, ya sea por la represión o
por las necesidades básicas que no son satisfechas.
Gallino (2001) mantiene una visión peyorativa
de la rebelión, considera a la rebelión como anomia o
bien como desviación social. Sin considerar los motivos
que la llevan a sublevación. Incluso es posible
considerar su pensamiento como conservador,
antidemocrático, antisocialista e incluso antiliberal. Deja
al mismo tiempo constancia del sesgo autoritario con el
cual merma su enfoque.
Por anomia entiende la “deficiencia o ausencia
de normas para regular el comportamiento social de
individuos o colectividades (...). En la antigua Grecia era
utilizado para designar las situaciones de ilegalidad, de
evasión o de desprecio por la ley (...)”, (Gallino, 2001:33).
Para Durkheim, significa la ausencia o carencia de
normas adecuadas para conducir la conducta de los
individuos dentro de límites apropiados (Gallino, 2001).
Es decir, considera a la rebelión como un problema de
66
reglas en la sociedad, no tanto como el resultado de
agravio social (Moore, 1989).
Algunos autores como Gallino consideran a las
rebeliones como desviación social. Gallino en especial
las considera como “el acto, comportamiento o
expresión de un integrante reconocido de una
colectividad cuya mayoría juzga como un alejamiento o
una desviación más o menos grave, en el plano práctico
o en el ideológico de determinadas normas”.
Sin embargo, es necesario llegar a un punto de
mayor profundidad, las rebeliones han surgido como
consecuencia del agravio de un sector de la sociedad.
También es una conducta resultante de la ausencia o
ineficiencia de leyes y normas para satisfacer las
necesidades sociales. Al mismo tiempo puede ser una
conducta que rompe con las normas establecidas y
aceptadas socialmente. Y de igual manera es posible
que su origen sea una nueva normatividad. Por tanto,
para Gallino, se puede considerar a la rebelión como
una conducta anómica que rompe con las reglas y
67
normas. Pero es al mismo tiempo la resistencia a los
abusos de unos sobre otros.
Por revolución se entenderán distintos tipos de
cambios sociales en los cuales se transforma de manera
estructural y a profundidad diferentes instituciones de
la organización social, incluyen alguno de los elementos
siguientes: a) Conquistar el aparato burocrático por
profesionales de la política o por lucha armada con la
finalidad de transformar el ordenamiento jurídico; b) El
proyecto político que se pretende poner en la práctica
tiene como finalidad cambiar el orden social de manera
total; c) La toma del poder es con la finalidad de
cambiar a la elite o clase dominantes y; d) La liberación
de la sociedad del dominio de una potencia extranjera
(Gallinos, 2001). Se considera que los movimientos
sociales, regularmente de carácter pacífico, funcionan
como inyector o combustible de las revoluciones.
Norberto Bobbio (2003:1412) identificó al
término Revolución de forma similar al de Rebelión. La
revolución es la tentativa acompañada del uso de la
68
violencia de derribar a las autoridades políticas
existentes y de sustentarlas con el fin de efectuar
profundos cambios en las relaciones políticas, en el
ordenamiento jurídico-constitucional y en la esfera
socioeconómica. La revolución se distingue de la
rebelión o revuelta, pues esta última está generalmente
limitada a un área geográfica circunscrita, carece en
general de motivaciones ideológicas, no propugna una
subversión total del orden constituido sino un retorno a
los principios originarios que regulaban las relaciones
autoridades políticas-ciudadanos, y apunta a una
satisfacción inmediata de reivindicaciones políticas y
económicas.
Partiendo de la perspectiva de las intenciones
de los insurrectos, se pueden dividir en revolución de
masa o revolución en sentido estricto cuando los
insurrectos apuntan a trastornar de manera
fundamental las esferas política, social y económica: en
este caso existe una elevada participación popular, la
duración de la lucha es larga y la incidencia de la
69
violencia interna es muy considerable (Bobbio,
2003:1412 -1413).
Giddens (2000) denominó la revolución como
un movimiento social de masas que conduce a grandes
procesos de reforma o de cambio, donde los líderes han
tenido que ser capaces de alcanzar al menos algunos de
sus objetivos. También ha implicado la amenaza o el
uso de la violencia por parte de los que participan en
ella; las revoluciones son cambios políticos que se han
llevado a cabo frente a la oposición de las autoridades
preexistentes a las que no se puede convencer de que
renuncien a su poder sin la amenaza o el empleo real
de medios violentos.
Para Rocher (1996:532) movimiento social “es
una organización netamente estructurada e identificable,
que tiene por objetivo explícito agrupar a unos
miembros con miras a la defensa o a la promoción de
ciertos objetivos precisos, de connotación social
generalmente”. Para Giddens (2000: 645) los
movimientos sociales pueden definirse como “un
70
intento colectivo de luchar por un interés común o de
garantizar que se alcanza un objetivo compartido,
mediante una acción colectiva que tiene el lugar al
margen de la esfera de las instituciones establecidas”.
Giddens (2000:646) propuso una clasificación
de los movimientos sociales a partir del alcance de sus
objetivos, de tal forma han existido: a) los Movimientos
transformadores, que han pretendido un cambio global,
radical, drástico y por lo general violento de su
sociedad; b) los movimientos reformistas, que sólo han
aspirado a modificar algunos aspectos del orden social
existente; c) los movimientos redentores que han
intentado rescatar a las personas de formas de vida que
corrompen; y d) movimientos de alteración, que han
pretendido lograr un cambio parcial en los individuos.
Los objetivos que han seguido y siguen los
movimientos sociales pueden variar tanto como sus
motivos de existencia, su organización está al servicio
de la persecución de sus fines. Para existir como
organización reivindicadora han debido resolver
71
algunos problemas de definición, de identificación,
principios de existencia. Los cuales se resuelven
presentándose como portavoz de determinado sector
social, se han caracterizado por una postura de
resistencia, su razón de ser han sido determinados
intereses reprimidos o ideas que no son aceptadas. Han
actuado con base en determinados valores que
consideran superiores, grandes ideales o una verdad
básica (Rocher, 1996). La categoría movimientos
sociales abarca desde los que actúan respetando las
leyes de la sociedad en la que emergen hasta los que
realizan sus acciones de manera ilegal o clandestina.
Muchas veces las leyes se modifican parcial o
totalmente a partir de las actividades de estos últimos.
La rebelión es una acción colectiva que surge de
manera cuasi-espontánea1, contiene un objetivo común.
1 Tanto en las rebeliones como en los movimientos sociales no
existe la espontaneidad; es un conjunto de actos considerados por un grupo
como agravios que se van acumulando hasta que las oportunidades políticas
permiten que se realice la acción colectiva (Moore, 1989 y Tarrow, 1997); se
le denomina aquí cuasi-espontanea pues emerge en un momento no
previsible, pero con antecedentes de gestación en la subjetividad colectiva.
72
Existe una solidaridad entre los miembros del grupo y
un desafío colectivo al Gobierno, elites o al resto de la
sociedad, sin embargo carecen de mantenimiento de la
acción colectiva, es decir, a partir del momento en que
se rebela el grupo en breve puede llegar a tres puntos, el
primero de ellos, el ser reprimido, el segundo sus
demandas son satisfechas y pierde su razón de ser, y
tercero, los dos anteriores (Tarrow, 1997).
En el caso de los movimientos sociales no
ocurre de esa manera, en caso de que sus demandas
sean satisfechas, se planteará crear nuevas y continuará
en su antagonismo social; en caso de ser reprimido,
buscará nuevas alternativas de protesta y otras
estrategias para conseguir sus fines. Ésta es la diferencia
principal entre la rebelión y el movimiento social de
acuerdo a Tarrow (1997).
Los movimientos sociales a lo largo de la
historia han tenido diferentes características, entre las
73
que se puede mencionar el tipo de demanda, la
cantidad y los rasgos específicos de sus miembros, es
decir, el sector al que pertenecen, la especificidad de sus
demandas, la duración del movimiento, su surgimiento,
antecedentes, la fuerza que adquiere conforme
evoluciona, el fin del movimiento, la resolución de las
demandas o su represión por el Estado.
A través de los cambios en la estructura de
oportunidades políticas explica cómo es que pequeños
grupos se llegan a sublevar en momentos históricos y
sociales dados y la probable consecuencia de que el
cisma sea breve. Es decir la represión a la que se
someterá el nuevo movimiento; continuó adentrándose
en lo que es el tema de la estructura de oportunidades;
explicó cómo es que se generan las oportunidades para
que diversos grupos se movilicen generando lo que
llama ciclos de protesta, como los grupos pequeños
aprovechan de las convulsiones para buscar satisfacer
sus demandas y al mismo tiempo apoyar a los demás
grupos sublevados. Resalta cómo se estructuran los
74
movimientos para perdurar a los embates del gobierno,
principalmente los más autoritarios, y también a las
elites y grupos antagónicos.
Esta identidad no ha sido estable, se encuentra
en continuo movimiento y se ha modificado con base en
las estrategias que se han ido tomando en el transcurrir
de tiempo. Los movimientos sociales han sido y son
agentes activos de mediación entre las personas y las
estructuras y las realidades sociales: “El movimiento
social es de índole propia para desarrollar y alimentar
una conciencia colectiva clarificada y combativa en una
sociedad o en un sector particular de la misma” (Rocher,
1996:538).
De tal forma que los movimientos sociales han
creado una infraestructura de organización social que
puede reactivarse en cualquier momento de crisis. Y
frente a la pérdida de legitimidad de los regímenes
frente a la sociedad, poco a poco se articulan
nuevamente viejos movimientos que en cierta forma se
hallaban en reposo político. Manuel Castells definió
75
como movimientos sociales urbanos aquellos “sistemas
de prácticas sociales contradictorias que convierten el
orden establecido a partir de las contradicciones
específicas de la problemática urbana” (Castells, 1974:3);
los observa como el resultado de crisis del sistema
político y de necesidades no cubiertas en sectores de la
población.
1.6. Violencia, Rebelión, y movimientos
sociales.
Quien con monstruos lucha, cuide de no convertirse
a su vez en monstruo.
Cuando miras largo tiempo a un abismo, también
éste mira dentro de ti.
Friederich Nietzsche, Más Allá del Bien y del Mal.
La violencia estatal como respuesta a los
movimientos sociales que logran tener la suficiente
fuerza para poner en jaque al Estado tiene diferentes
76
caras, perfiles y acepciones que son necesarios explorar.
¿Por qué decide un gobierno reprimir violentamente
una marcha?, ¿o desalojar un plantón? o bien, ¿por qué
un gobernante decide asesinar, secuestrar y torturar a
líderes o personas cercanas a la cúpula del movimiento
social?, ¿son sólo estas las formas de violencia estatal?
Se puede pensar a la violencia en los
movimientos sociales a partir de algunas líneas: a) la
violencia del Estado hacia el movimiento, b) la violencia
del movimiento en contra del Estado, c) la violencia del
movimiento hacía el resto de la sociedad y d) violencia
de la sociedad contra el movimiento. En el caso de
Oaxaca fue bastante evidente (y documentado por
organismos internacionales como la CCIODH) la
violencia con que los gobiernos local y federal
atendieron y reaccionaron antes del conflicto, durante y
después de éste. Fue notable el operativo limpieza en el
cual emulando a gobiernos dictatoriales
centroamericanos crearon las llamadas “caravanas de la
77
muerte” para recorrer las calles por la noche balaceando
las barricadas.
Diferentes acciones de la APPO fueron
consideradas como violentas, en especial los cierres de
oficinas gubernamentales y algunas agresiones en
contra de funcionarios. Para muchos habitantes de la
ciudad fue un acto de violencia los cierres de las calles y
el impedimento de los derechos de quienes no
participaban en el movimiento. Es muy importante
considerar que por parte de sectores claramente
identificados como afines al Gobernador y al PRI
reaccionaron de forma violenta en contra de los
disidentes, desde disparar contra contingentes hasta la
denominada radio ciudadana que instigaba a cometer
ilícitos contra simpatizantes, miembros y líderes de la
oposición.
Cuando un movimiento social es capaz de
poner en jaque e incomodar a una elite gobernante ésta
puede responder de manera violenta. Esta violencia
puede ser de varios tipos a través de la represión abierta
78
y escandalosa, mediante el ataque militar o formas más
o menos discretas, desapareciendo y hostigando a los
miembros del grupo inconforme hasta las formas más
sutiles como desprestigiar al movimiento y borrar su
base de legitimidad social por medio de programas
asistencialistas y apoyos focalizados, además de la
influencia mediante los medios de comunicación.
La sociedad que ha legitimado las acciones del
Estado en contra de un movimiento social puede
participar de manera pasiva o bien activa para reprimir
el brote de inconformidad; es entonces cuando surge
una figura de control social o guardias blancas. No
precisamente las que crean los gobiernos para atacar a
los movimientos de forma velada, sino grupos de
personas afines al gobierno que se organizan para
atacar violentamente al movimiento. Pero también
pueden actuar de manera no-violenta al desprestigiar al
movimiento y organizando grupos que reprueban sus
acciones.
79
De igual manera los movimientos sociales, al
sentir “pureza moral”, recurren a medios violentos para
imponerse al resto de la sociedad. En un acto de
intolerancia, han atacado a la población o sujetos que no
coinciden con sus ideas y/o proyectos. Los grupos
conservadores critican como violencia el hecho de que
las organizaciones tomen las calles o hagan plantones;
desde esta perspectiva se les está violentando.
Bonanate denominó como terrorismo a la
violencia en que incurren los grupos disidentes, que en
su forma clásica presenta algunas características
fundamentales. 1) Organización; 2) acciones
demostrativas y; 3) el aumento de atentados: “La
práctica terrorista se adapta a una situación
sociopolítica de atraso, en la cual es necesario despertar
la conciencia popular y llevarla a realizar el salto de
resentimiento pasivo a la lucha activa, a través de lo que
podría definirse como un “atajo” en el proceso de
crecimiento revolucionario” (Bonanate, 1982:1568).
80
No hace una diferencia entre los diferentes
grupos que existen, los que efectivamente han usado el
terror como herramienta política y los grupos que han
hecho uso de medios pacíficos. Parte de la idea de que
son grupos surgidos de la anomia social, grupos
inadaptados socialmente, pero pierde de vista los
múltiples contextos políticos, sociales, económicos y
culturales en donde se pueden presentar. Apunta
también que el terrorismo contrarrevolucionario o
fascista no le importa si en el momento del atentado hay
personas inocentes que resulten dañadas.
Los actos individuales de rebelión pueden crear
un pretexto para que las autoridades repriman no sólo
a los rebeldes sino también a los circunstantes (Elster,
2003:131). El hecho de que haya o no violencia depende
menos de la naturaleza de las acciones que de la
actividad de otros factores, especialmente, de cómo
responden las autoridades, dado que según Tilly, son
las propias fuerzas represivas las más persistentes
iniciadoras y ejecutantes de la violencia colectiva
81
cuando realmente se producen confrontaciones; los
agentes de la autoridad son los responsables de la
mayor parte de los muertos y heridos, lo cual no es
sorprendente toda vez que poseen el acceso especial a
las armas bajo la disciplina militar. Los grupos que ellos
intentan controlar, por el contrario, causan más daño a
las cosas o propiedades (Giddens, 2000:643).
En el caso del terror usan la violencia en forma
casual, en comportamientos no explícitos y aplicada allí
donde se manifiesta una crítica o una oposición; aun
cuando el pretexto más leve pueda causar la muerte o
privación de la libertad personal. Este tipo de violencia
genera en la población un miedo amenazador y sin
límites precisos que impide cualquier cálculo o
previsión. El único modo de sentirse relativamente
seguro consiste en no dar ningún pretexto para que se
desencadene la violencia, absteniéndose de cualquier
gesto, por más leve o inocente que éste sea, de crítico o
de oposición (Stoppino, 1982). “Éste es el principal fin
de la violencia terrorista: truncar y paralizar
82
anticipadamente toda oposición potencial” (Stoppino,
1982:1630).
La violencia terrorista puede usarse como un
método relativamente estable de gobierno, donde
además se combina con un sistema de incentivos para
lograr el efecto y paralizar la oposición y forzar a los
miembros pasivos: “En los casos más extremos una
persona no encuentra más que dos opciones, convertirse
en víctima o convertirse en verdugo” (Stoppino,
1982:1630). Una persona se adhiere al régimen por
miedo a no sufrir la violencia, aunque no lo es del todo
seguro, y se beneficia a la vez de las pocas ventajas que
pueda tener su cercanía y la competitividad por estar
bien con el tirano.
“El objetivo más obvio y
directo del empleo de la violencia es
destruir a los adversarios políticos o
ponerlos en la imposibilidad física de
actuar con eficacia (…). Esto sucede
cuando en el grupo contrario a la
83
autoridad está (o se cree que está)
fuertemente concentrada en las manos
de un sólo hombre y cuando el poder
de este jefe depende (o se cree que
depende) mucho más de sus dotes
personales que del cargo que ocupa. De
ahí la frecuencia de los atentados
contra los jefes carismáticos” (Stoppino,
1982:1631).
En Oaxaca los Gobiernos Estatal y Federal
pensaban que descabezando el movimiento lograrían
apaciguar las cosas. Por ello, secuestraron, encarcelaron
y torturaron a los líderes o personas cercanas a ellos,
pero ocurría que eran muchos dirigentes por una parte,
y por otra existía un desfase entre la dirigencia formal
de la APPO y lo que se podría llamar la base. No
realizaban acciones conjuntas en todo momento, la
asamblea tomaba una decisión o llegaba a un acuerdo
con el gobierno federal y la base hacía lo que creía más
conveniente, por tanto, el intento de debilitar a los
84
líderes fue en vano y sólo incrementó los costos
políticos y sociales durante el conflicto.
La función de la violencia también tiene un
carácter externo, atrayendo la atención de los grupos
ajenos al conflicto y buscando obtener consecuencias
simbólicas. Para los grupos revolucionarios o rebeliones
este aspecto tiene un sentido especial porque se concreta
en el hecho de modificar para su propio beneficio la
percepción que los demás grupos tienen de ellos con el
fin de encaminarlos a apoyar sus exigencias; ello debido
a la influencia que tiene el apoyo exterior en el resultado
final de la agresión y contra agresión.
1.7. Síntesis teórico conceptual.
A continuación se realiza una síntesis de los
puntos expuestos en los apartados anteriores. Por
violencia se entiende una construcción social, no natural,
del uso del poder (Figueroa Ibarra, 2001:13 y Genovés
1993). Es decir, la capacidad de tomar o influir en las
decisiones de los demás “se debe entender una relación
85
entre dos sujetos de los cuales el primero obtiene del
segundo un comportamiento que éste de otra manera
no habría realizado” (Bobbio, 2006:104).
Por violencia se entiende “la aplicación de
diferentes formas de coerción, que llegan hasta las
acciones armadas, con el objeto de conquistar o
mantener un dominio económico y político o de
conseguir tales o cuales privilegios” (Sánchez, 1980:434)
“es mínimamente un acto de poder. Aunque no todo
acto de poder es violento” (Figueroa Ibarra, 2001:16). De
la misma manera Bourdieu (1999) observa formas de
violencia simbólicas, que no implican precisamente el
uso de la fuerza física. Figueroa Ibarra agrega que es
“un fenómeno cuyas condiciones surgen en el momento
en el cual lo humano se va apartando de lo propiamente
animal” (Ibídem, 2001:15).
Para Genovés (1993), Sánchez (1980) y Figueroa
Ibarra (2001) la violencia surge con la propiedad
privada. Es el producto de las diferencias sociales y la
manera en que una clase mantiene su dominio sobre las
86
demás. Por tanto, el Estado es en sí mismo la
personificación del poder, la violencia institucionalizada.
Es la capacidad de tomar las decisiones económicas,
sociales y políticas que afectan a toda una sociedad.
De acuerdo a los teóricos contractualistas como
Hobbes (2007), Rousseau (1983) y Locke (1995) cada
individuo cede parte de su libertad al Estado para
proteger otras más. Con ello lo legitima para ejercer
violencia contra quienes pretendan impedir el uso de
los derechos de cada miembro de la sociedad. Esta
legitimidad tiene un límite, así como la legalidad que en
los Estados modernos se les otorga a los funcionarios y
organismos encargados de gobernar. Ambas se
encuentran sancionadas por los Estados en su calidad
de iguales.
Cuando estos límites de la legalidad,
delimitados por el respeto a los derechos de cada
individuo, de las minorías y de las mayorías, son
rebasados por los gobernantes, se habla de terrorismo
87
de Estado, que es el uso del miedo para inhibir o
reprimir la disidencia y la oposición a un régimen.
Partiendo de esta concepción de Estado, poder
y dominación, es posible pasar a comprender lo que son
los movimientos sociales y las rebeliones. Cuando un
sector de la sociedad percibe que está siendo víctima de
una injusticia o que se está cometiendo un agravio en su
contra y existe algún elemento que le permite
considerar la posibilidad del cambio (Tarrow, [1997] les
denomina ventanas de oportunidad), es cuando
mediante la organización deciden realizar actos de
protesta pública (Scott, [2000] le llama el paso del
discurso oculto al abierto).
Esta protesta, en sus diferentes variables puede
conducir a dos puntos, la satisfacción de sus demandas
o bien, la represión. Si en ese momento se termina la
acción colectiva se le denomina rebelión. Si a pesar de
esas condiciones el grupo decide, por un lapso mayor
de tiempo, buscar nuevas alternativas de protesta o bien
88
nuevas demandas se le denominará movimiento social
(Tarrow, 1997).
Es posible considerar una ruta crítica del
terrorismo de Estado. Se parte del punto en que una
minoría domina a la mayoría de la población, sin dejar
de lado que las decisiones pueden ser tomadas por un
reducido grupo o incluso por una sola persona. Esta
dominación implica relaciones sociales y económicas, en
las cuales, grandes sectores de la población son
explotados económicamente. Pero no sólo eso, también
son sujetos de marginación y discriminación a quienes
se les cancelan o inhiben el uso de sus derechos civiles,
políticos y económicos.
Éstos, al poseer un sentimiento de agravio y
ocurrir un cambio de marco que les posibilite la idea de
una oportunidad de cambio, pueden decidir por
organizarse y realizar una acción colectiva mediante la
cual busquen la satisfacción de sus necesidades. La
respuesta del Estado puede darse en dos causes: la
respuesta a sus demandas o la represión. Ésta última
89
puede ser dentro de los causes de la legalidad y
legitimidad, con uso de violencia física, de coerción o
persuasión o puede ser rebasando los límites legales e
inclusive excediéndose y rebasando la legitimidad que
la sociedad le ha otorgado. Cuando esto ocurre estamos
hablando de terrorismo de Estado, el cual pretende
eliminar la oposición y disidencia generando miedo en
la población para participar en los asuntos públicos.
Este marco teórico explica algunos elementos
que giran en torno al caso de estudio: el movimiento
social en el Estado de Oaxaca en al año 2006 y las
respuestas de los gobiernos federal y local a sus
demandas. Es posible plantear a priori que en el Estado
de Oaxaca se identifican algunas formas de dominación
que implican la explotación de algunos sectores; es decir,
el abandono, no sólo de las comunidades indígenas,
sino también de quienes han migrado a las regiones
urbanas. La marginación e incluso el racismo que se
vive en esa entidad son factores que favorecen el caldo
90
de cultivo para una rebelión y la existencia de diferentes
movimientos sociales.
La política represora de los gobiernos estatales,
inscritos en un régimen autoritario, permiten crear un
marco de referencia en las respuestas que tienen frente a
la protesta social. Por una parte han hecho uso de la
violencia física, represiones a manifestaciones y
asesinatos y encarcelamientos de líderes. Por otra parte,
también han recurrido a la cooptación de los
representantes de organizaciones y comunidades. Un
punto en especial a tratar en este trabajo es el uso
discrecional de los derechos y garantías individuales
para garantizar el cacicazgo del poder en el Estado. Es
la utilización de los derechos de autogobernarse por
usos y costumbres, en el caso de Oaxaca inscrito en una
legislación que favorece a los intereses del poder
Ejecutivo para conservar como autoridades municipales
a personas afines a su grupo.
91
Capítulo II
La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca
(APPO). Organización y Composición.
En este capítulo se trata de describir cómo se
organiza la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca,
las influencias a través de las cuales se determinó su
estructura y cuáles son las fuentes en las que se sustenta.
Al mismo tiempo se intenta analizar cómo es que se
compone y que grupos la forman. De esos puntos se
parte para verificar lo que se ha dicho con anterioridad.
Se intenta explicar la imprecisión a la que se ha
recurrido al asegurar que ésta organización se conformó
de forma espontánea y que se organiza de acuerdo a los
usos y costumbres de los pueblos indígenas.
En el primer apartado se revisa brevemente la
historia de los usos y costumbres en Oaxaca, así como la
legislación estatal al respecto. Se analiza la forma de
estructuración orgánica de la Sección 22 del Sindicato
Nacional de trabajadores de la Educación (SNTE) donde
92
se explica que tienen tres fuentes, la estatutaria, los
principios rectores y el Instituto Estatal de la Educación
Pública de Oaxaca (IEEPO). Así mismo se describen
brevemente las diferentes corrientes a su interior. Más
adelante, se revisa cómo esta estructura sindical es
reproducida en la conformación de la APPO. Se parte
de la idea que la Secretaria General del magisterio
oaxaqueño fue quien convocó, organizó y propiamente
financió las actividades, puesto que era la única
organización con tal capacidad de movilización de
recursos tanto materiales como humanos en todo el
Estado.
Posteriormente, se hace un análisis sobre la
forma en que se organiza la APPO. Para luego pasar a
revisar brevemente los ensayos de frentes comunes que
se habían llevado a cabo, previos a la asamblea. Se hace
énfasis en la Coordinadora Oaxaqueña Magonista
Popular Antineoliberal (COMPA) y el Frente de
Sindicatos y Organizaciones Democráticas de Oaxaca
(FSODO), siendo los frentes más grandes y con mayor
93
tiempo de vida. En este apartado se pasa nombran
algunas de las organizaciones que ya existían antes de
2006 y que niegan la espontaneidad del movimiento que
se ha mencionado en muchos lugares.
Este capítulo trata de aclarar algunas
imprecisiones que durante el paso del tiempo se han
mantenido como realidad del movimiento oaxaqueño
en 2006, dado que se considera menester del sociólogo
intentar develarlas para generar mayor información con
el más elevado nivel de certeza que permita realizar
análisis más complejos y precisos.
2.1 Organización y estructura de la APPO
Una de las respuestas de la sección 22 del
magisterio oaxaqueño a la represión sufrida el 14 de
junio de 2006 fue convocar el 16 de junio de 2006 a la
formación de un frente de organizaciones sociales,
sindicatos, colectivos y ciudadanos en general con la
finalidad de sacar del Gobierno del Estado al
94
gobernador Ulises Ruiz. A esta convocatoria asistieron
frentes que ya existían, como la COMPA y FSODO,
sindicatos que no se habían revelado anteriormente,
como el de trabajadores de la salud, pequeños colectivos
y miembros de partidos políticos.
Es importante mencionar que algunos
colectivos que se adhirieron eran simpatizantes de la
Otra Campaña, y otros grupos simpatizantes del
movimiento obradorista. Estos grupos nutrieron en
gran medida a la APPO. Al mismo tiempo diversas
organizaciones que tradicionalmente habían sido
respaldo de los Gobiernos del Estado se unieron, tal fue
el caso del (Movimiento Unificado de Lucha Triqui
(MULT) y el Sindicato de trabajadores de la Salud del
Estado.
Entre las organizaciones que se agruparon en la
APPO había desde las que se encontraban en lucha
desde muchos años antes, organizaciones formadas
poco tiempo antes y las que se formaron durante el
conflicto. Organizaciones como la Coordinadora de
95
Mujeres Oaxaqueñas 1ro de Agosto (COMO) se
formaron durante el movimiento, otras como Voces
Oaxaqueñas Construyendo Autonomía y Libertad
(VOCAL) que se concretaron poco después y ante la
Primera Asamblea Constitutiva de la APPO. De los
grupos más viejos se puede mencionar por ejemplo a
Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo
(CODEP), Frente Popular Revolucionario (FPR) y la
sección 22 del Magisterio; las cuales además agrupan
grandes cantidades de miembros. También se
incorporaron pequeños colectivos que se fueron
formando durante el conflicto (entrevista con Trujillo,
2007).
Algunos activistas entrevistados (Alejandro,
2006; Venegas, 2007 y Olivera, 2009) además de
diferentes columnistas (en La Jornada y el Noticias Vos e
Imagen de Oaxaca) y académicos apologistas (Ortega,
2009; Hernández, 2009) mencionan que la APPO tomó
como modelo de organización a las comunidades
indígenas. Sin embargo, analizando la forma en que se
96
conformó la dirigencia y la estructura de representación
es posible afirmar que no fue así. Propiamente es
posible considerar que se basaron en los medios que
desde 20 años antes había estado construyendo la
sección 22 del magisterio, quienes a su vez trataban de
imitar los modelos de asamblea indígenas.
2.2 Usos y Costumbres en Oaxaca.
Es necesario preguntar de inicio ¿cuáles son los
usos y costumbres en los municipios de Oaxaca?, ya
que no son lo mismo en cada Estado de la República y
como revisaremos más adelante, tampoco son los
mismos en todo momento, ni en cada lugar. El origen
de estos usos (Bartra, 1998; Durand, 2007; Blas, 2007;
Dalton, 2004 y Hernández, 2007) data de la época de la
colonia; fueron el medio de control de la Corona y el
virreinato mediante la religión. De ahí que en muchos
municipios para poder llegar a ser autoridad civil es
necesario haber sido en primer lugar una autoridad
religiosa. Asimismo, los sistemas de cargos tienen como
referente esta forma de estructura.
97
Tomando como base las descripciones de
Dalton (2004), Durand (2007), Blas (2007) y Bartra (1998)
se intentará reconstruir muy brevemente el origen de
estos usos y costumbres y mostrar cómo es que
funcionan en las comunidades. La finalidad de lo
anterior es demostrar que los usos y costumbres no son
los mismos en cada comunidad ni en cada momento.
Las formas de gobierno anteriores a la
conquista española era de tipo teocrático, comúnmente
autoritarias y, por tanto, verticales. De ninguna forma
en lo que se entiende actualmente como democráticas u
horizontales. Estas formas de dominación tradicionales,
en el sentido de Max Weber, fueron eclipsadas y en
algunos casos fusionadas con las que trajeron los
conquistadores. Bartra menciona, entre muchos otros
orígenes, que el bastón de mando utilizado en muchas
comunidades es la forma de transmisión de poder de la
Corona Española hacia las autoridades del virreinato y
de éstos hacia los caciques que se encargaban de
98
dominar en las comunidades donde las autoridades no
podían o no querían llegar.
Sotelo (2008:27) da cuenta de ello: “el
mecanismo que España introdujo para arrebatar el
poder y la riqueza a los pueblos originarios en estas
tierras fue el caciquismo, una estructura de poder que
utiliza la legitimidad sólo como apariencia”. Sotelo,
como esencialista de las comunidades indígenas, había
mencionado en párrafos anteriores: “los pueblos que
hoy conforman el Estado de Oaxaca se han distinguido
históricamente a lo largo de decenas de siglos, por ser
independientes, organizados, orgullosos y sabios”
(2008:26). Ambas citas se contradicen, pues, de ser
independientes en ningún momento se hubieran
sometido a la dominación religiosa o política de
poderes externos y, menos aún, hubieran legitimado las
funciones de los caciques. Quizá la cuestión sea más
sencilla; son seres humanos como cualquier otro, con la
capacidad de acertar y errar, con virtudes y defectos. La
99
posición de Sotelo y de muchos otros, es tratar de
atribuir cualidades naturales a los asuntos sociales.
Ese desinterés por atender los asuntos de las
comunidades lejanas o de difícil acceso no fue privativo
de la colonia. Durante los cien primeros años de vida
del México independiente sólo se atendía aquello que
poseía relevancia para el centro. El interior del
territorio fue propiamente abandonado y por lo cual el
país pagó serias consecuencias (entre ellas la pérdida
de la región norte).
El período pos-revolucionario aportó a estas
comunidades una nueva forma de dominación, que de
igual forma fue legitimada por las comunidades. La
presencia de los caciques se mantuvo. Si bien es cierto
que la mayoría de ellos fueron sustituidos por personas
cercanas a quienes ostentaban el poder local o federal
se mantuvo la estructura de control. Así existen casos
de quienes se convirtieron en caciques tras realizar
negocios con los gobernadores o bien mientras poseían
cargos en los ayuntamientos u otros puestos de la
100
función pública (Durand, 2007; Blas, 2006; Sotelo, 2008
y Gálvez, 2007). Entendiendo que esto ocurrió durante
el período del autoritarismo del PRI y posteriormente
en las formas que adquirió el modelo estatal tras la
transición en el Ejecutivo Federal.
Durante el sexenio de Heladio Ramírez López
se iniciaron las discusiones sobre el asunto de las
autonomías indígenas. “El “gobernador indígena” se
lució con sus programas populistas, con el manejo de
un discurso de desarrollo alternativo, para lo cual hizo
traer a especialistas y académicos –como el chileno
Enrique Astorga y Gustavo Esteva-, quienes le
ayudaron a justificar dichos programas” (Blas, 2006:26).
De igual forma, llevó a trabajar en su equipo a un
grupo cercano a Luis Echeverría que al fin del sexenio y
acusados de peculado fueron encarcelados (Ibídem).
Fue en el año 1995 cuando, por iniciativa del
Gobernador Diódoro Carrasco Altamirano (no de los
indígenas o sus organizaciones), se aprueba la reforma
al Código de Instituciones Políticas y Procedimientos
101
Electorales donde se incluye el reconocimiento de las
elecciones de autoridades municipales por usos y
costumbres de los pueblos y en 1998 se crea la Ley de
Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas de
Oaxaca. ¿En qué favorecieron estas reformas a las
comunidades, tanto en lo social, lo político o lo
económico? En casi nada, dependiendo de la
perspectiva desde la cual se aborde. Para algunos
antropólogos y sociólogos, que han aplaudido sin cesar
estas leyes “innovadoras del sistema político” (Sotelo,
2007; Hernández, 2007; Gasparello y Quintana, 2009;
Hernández-Díaz, 2007, Bautista, 2010; Esteva, 2009; y
de Castro, 2009) es un gran avance en el desarrollo de
estos pueblos.
Sin embargo, para Blas (2007) y Durand (2007)
lo que trajeron estas reformas fue más bien la
continuación institucional de la opresión, explotación y
marginación de las comunidades indígenas. Blas
describe y expone abundante evidencia que permite
conocer las formas en que se eligen las autoridades por
102
usos y costumbres. Describe la forma en que el tequio
se convierte en una forma de explotación. Se les obliga
a los habitantes a colaborar en las tareas comunitarias,
caminos, pozos y fiestas religiosas, (lo cual también ha
sido motivo de segregación para quienes tienen
religiones distintas a la católica).
Esta forma de colaboración es administrada por
la autoridad del municipio o comunidad pues tiene
facultades para considerarlos como pago de
contribuciones municipales (Art. 12 Constitución
Política de Oaxaca). En algunos municipios, por
ejemplo, se les exige a los ancianos participar en las
faenas, al no poder realizar las tareas o pagar por que
otros las hagan son excluidos de los beneficios de
pertenecer a las comunidades (tierras e incluso sus
propias casas) (Blas, 2007). Actualmente se hace uso de
los programas federales como oportunidades como
medio de punición a quienes no participan. En muchas
ocasiones recursos procedentes de los gobiernos estatal,
federal o de organismos y fundaciones internacionales
103
es manejado discrecionalmente mientras los miembros
de las comunidades colaboran en la realización de las
obras (Beas, 2007; Blas, 2007 y Durand, 2007).
Al mismo tiempo se clausuró de un plumazo la
oportunidad de acceder a los derechos civiles, políticos
y sociales de las mujeres. Los usos y costumbres en
muchas de las comunidades (por ejemplo las triquis) no
permiten que las mujeres participen de los asuntos
públicos. Si de hecho les estaba inhabilitada la
oportunidad de votar y ser votadas, esta reforma las
arrojó más aún a la marginación. Es posible decir que
han sido asesinadas civil y jurídicamente. , ya que
incluso en ese régimen no son dueñas ni de sí mismas
(hasta la fecha siguen siendo vendidas o
intercambiadas por animales de granja), no tienen
posibilidades de heredar o de ser propietarias.
En las asambleas comunitarias, procedimiento
por el cual toman las decisiones colectivas el sistema de
voto en muchas de las veces es abierto, se levanta la
mano al aprobar una decisión. Para los apologistas de
104
las asambleas parece excelente el método de
democracia directa. Sin embargo, en muchos de los
casos el cacique se encuentra presente, haciendo uso de
su capacidad de violencia física o de coerción en
cualquier forma, intimidando a los participantes al
votar. ¿Quién puede negarse a apoyar a quien puede
después de algunas horas golpear o impedirle el uso de
determinados servicios? De igual forma ocurre si es un
familiar o amigo.
Blas (2007) describe puntualmente diversas
formas en las cuales se realizan las elecciones de las
autoridades en estos municipios, de entre las cuales es
posible destacar: a) por aclamación, donde gana la
terna con más aplausos; b) por voto secreto, le es dicho
al oído del escrutador por quién desea votar y c)
decisión del consejo de ancianos (Blas, 2007:135-140).
Además de los problemas internos se agrega
uno más, el poder legislativo (hasta hoy dependiente
del ejecutivo) mantiene facultades para licenciar,
suspender y desaparecer municipios. De acuerdo a las
105
descripciones de Blas (2007) no siempre es posible que
los funcionarios depuestos realicen su defensa.
“La Legislatura Local, por acuerdo de
las dos terceras partes de sus integrantes, podrá
suspender Ayuntamientos, declarar que estos
han desaparecido y suspender o revocar el
mandato a alguno de sus miembros por alguna
de las causas graves que la ley reglamentaria
prevenga, siempre y cuando sus miembros
hayan tenido oportunidad suficiente para
rendir las pruebas y hacer los alegatos que a su
juicio convengan” (Art. 59 fracción IX de la
Constitución del Estado).
Entre 2002 y 2004 se aplicó esta facultad a un
total de 38 municipios, de los cuales uno había sido
ganado por el Partido Convergencia, dos por el PRD,
seis por el PRI y 25 electos por usos y costumbres (Blas,
2007:99-100). No son claras las razones jurídicas por las
cuales se les quitó el nombramiento a estos alcaldes. Lo
que es evidente son los motivos políticos puesto que
106
grupos o personas disidentes del Gobernador en turno
fueron retiradas de sus cargos.
En la municipalidad del Istmo de Tehuantepec,
en 2002, fue retirado de su cargo el ganador de las
elecciones debido a que Héctor Matus Martínez,
cercano a José Murat (ahijado y compadre), participó
como candidato del PRI y fue colocado en el poder. Es
emblemático el caso porque fue el primer municipio en
donde las autoridades, aún por la vía electoral, habían
sido ganadas por la oposición. La Coalición Obrero
Campesino Estudiantil del Istmo (COCEI) había
ganado doce años consecutivos las elecciones (Blas,
2007:98 y 101).
Considerando lo anterior es prudente llegar a la
conclusión de que no existe una forma definida de usos
y costumbres, de inicio, el que se escriba en plural ya
indica que no es uno, sino son varios los regímenes de
este tipo. ¿Cómo es posible entonces mencionar que la
APPO se organizó con base en los usos y costumbres de
las comunidades indígenas? Entonces, ¿cómo se
107
organiza la APPO? ¿A qué medios de organización
recurre?
Es necesario señalar que fue la sección 22 del
magisterio la que convocó a la conformación del frente,
planeando la estructuración de la APPO. Y lo hicieron
de la forma en que sabían hacerlo, tomando como base
su propia organización.
2.3 Organización de la sección 22 del
Magisterio
La sección 22 del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE) se organiza de
dos formas. A partir del rompimiento con la dirigencia
nacional y específicamente con la corriente Vanguardia
Revolucionaria en mayo de 1980 (Yescas, 2006), se
adhieren a la Coordinadora Nacional de Trabajadores
de la Educación (CNTE). Sin embargo, no consideran
necesario crear un nuevo sindicato, sino más bien
reconstruir el que ya existe y luchar por cambiar la
estructura antidemocrática y corrupta del SNTE
108
(Entrevista con Olivera, 2009): “Por ejemplo, en
Michoacán crean secciones paralelas, los principios de la
lucha en el SNTE no es el paralelismo del sindicato, hay
que democratizar el sindicato, ¿no? Que es nuestro
instrumento” (Olivera, 2009).
El hecho de mantener su lucha por la
democratización sindical es el motivo por el cual
deciden retomar la estructura estatutaria del SNTE.
Pero agregaron lo que ellos denominan los usos y
costumbres de los pueblos de Oaxaca y así obtener un
beneficio doble. Por una parte, crean cuerpos de
vigilancia y cooperación entre los diferentes niveles
organizacionales y por otra, tratan de involucrar a las
comunidades y familiares de los alumnos.
En el Estado de Oaxaca existe el Instituto Estatal
de la Educación de Oaxaca (IEEPO) creado en 1992
(IEEPO, 2010) en donde mediante negociaciones con
diferentes Gobiernos del Estado la dirigencia de la
sección 22 ha logrado conseguir posiciones importantes
que le permiten intervenir más directamente en la
109
generación y modernización de los planes de estudio,
plazas laborales y otras decisiones importantes que
impactan en la vida laboral de los agremiados.
A continuación se tratará de explicar más
detenidamente cómo se constituye la estructura y
organización del Movimiento Magisterial Oaxaqueño.
No se puede dejar de lado que cada una de las tres
características mencionadas anteriormente se conjugue
en todo momento; cada una de ellas, en sus diferentes
niveles contiene una serie de complejidades y
características especiales. Es importante hacer notar que
cada una de estas posiciones en la jerarquía sindical es
fuertemente disputada por las diferentes corrientes que
se han formado a su interior, debido a que no es un
cuerpo homogéneo, sino más bien plural que contiene
las más diversas formas ideológicas y multiplicidad de
intereses.
La estructura de representación y
funcionamiento del SNTE nacional se organiza de
acuerdo al artículo 25 de sus estatutos nacionales:
110
“El Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación, como órgano unitario de
carácter nacional se estructura, para los efectos
legales y de su régimen interno, con
representaciones de los trabajadores en los
ámbitos siguientes: I. Escuela; II. Centro de
Trabajo; III. Delegacional; IV. Regional; V.
Seccional; VI. Organizaciones o Asociaciones de
trabajadores de la educación afiliados al
Sindicato Nacional de Trabajadores y VII.
Nacional”
Es de lo anterior donde parte la organización
estatutaria de toda la estructura magisterial del país, en
cada escuela se elige un representante, por centro
laboral se entiende un conjunto de escuelas, que
también tiene representación, pero no alcanza a cubrir
la cuota para ser delegación sindical, comúnmente es lo
que se conoce como Zona Escolar. Los delegados
sindicales se integran en las Regiones y Secciones
Sindicales (Estatutos SNTE, 2010, 3-4).
111
En estos mismos estatutos se menciona que el
Comité Ejecutivo seccional será electo por voto directo y
secreto, por mayoría y cada tres años, cosa que
comúnmente no ocurre, ya que es necesario que el
Comité Ejecutivo Nacional emita una convocatoria y no
siempre hay la disposición de hacerlo. La disidencia del
Movimiento Magisterial Oaxaqueño se debe
precisamente a que Carlos Jongitud Barrios, entonces
Secretario General del CEN se negó a emitir la
convocatoria para renovar la dirigencia seccional
(Cortés, 2006; Olivera, 2009; Yescas, 2006; Hernández,
2006; Et Al).
La construcción de las instancias propias del
Movimiento Magisterial Oaxaqueño tiene su origen en
los acuerdos que se han generado a partir de los
congresos seccionales y asambleas estatales. Uno de
estos acuerdos fue establecer veinte principios rectores,
que a la par de los estatutos del SNTE norman a esta
sección. Estos fueron aprobados en el XII Congreso
Extraordinario de la sección en 1982. Se refieren a
112
principios de conducta y vigilancia éticos y
democráticos, necesarios para mantenerse alejados de la
probabilidad de caer en la corrupción y abusos que
cometían las dirigencias anteriores. Estos principios son
para los dirigentes y bases.
El principio rector número 18 establece como se
organizará la estructura adicional de la sección 22:
“Es necesario estructurar, fortalecer y
desarrollar las coordinaciones delegacionales,
sectoriales, regionales y la permanencia de la asamblea
estatal como máximo órgano sindical para garantizar la
organización democrática de las bases” (Cortés, 2006:49).
De acuerdo a la entrevista con Olivera (2009) y
Hernández (2006): “En los principios rectores, se
establecen las instancias de organización democrática,
que son adicionales a las que establece el Estatuto del
SNTE y que caracterizan la forma en cómo se integra y
coordina el movimiento” (Hernández, 2006:97). Para su
funcionamiento se divide en cuatro jerarquías: a)
113
Coordinaciones delegacionales; b) Coordinaciones
sectoriales; c) Coordinaciones regionales y d) Asamblea
Estatal. Estas coordinaciones se componen por
profesores de las diferentes escuelas y padres de familia
que tienen la función de representar y al mismo tiempo
colaborar en el avance de la educación de los alumnos.
Es a esta forma de organización a lo que Olivera (2009)
et al se refieren como la inserción de los usos y
costumbres de los pueblos en la sección magisterial; una
forma de asamblea que se lleva a cabo en todos los
niveles para la toma de decisiones como aporte del
Magisterio Oaxaqueño a la sociedad y en especial al
SNTE.
A los Estatutos del SNTE y los Principios
Rectores se sumó una forma más en la estructura de la
sección del sindicato, es decir, los colaboradores de éste
en el Instituto Estatal de la Educación Pública de
Oaxaca. Aquí el magisterio cuenta con diversas
posiciones de importancia. Estas posiciones son un
punto importante de disputa entre las diferentes
114
corrientes ideológicas y políticas que se agrupan al
interior del magisterio e incluso de choques y
negociaciones con los diferentes Gobernadores que ha
tenido la entidad.
Las principales corrientes que convergen al
interior de la sección 22 son: Coalición Obrero
Campesino Estudiantil del Istmo (PRAXIS-COCEI),
Convergencia del Magisterio Oaxaqueño, (COMAO),
Coordinadora Democrática del Magisterio Oaxaqueño
(CODEMO), Frente 1ro de mayo, Unión Nacional de
Trabajadores (UTE), Frente Popular Revolucionario
(FPR), la otra campaña, del PRD, Organización
Revolucionaria de los Trabajadores de la Educación
(ORTE), Organización de Izquierda Revolucionaria-
línea de masas (OIR-lm), Movimiento Revolucionario
del Magisterio (MRM), Promotora de la Organización
Democrática Revolucionaria del Magisterio del CODEP
(PODER-M CODEP), Coordinadora de Bases Nuevo
Sindicalismo, Solidaridad Campesina-Magisterial
(SOCAMA-OAX.), Frente Democrático Magisterial
115
Contra la Persecución y la Represión. Siendo todas ellas
de incalculable valor en la pluralidad de la sección. A la
vez que significa una lucha constante al interior por
consensuar ideas y proyectos, y por tanto, de lograr
posiciones al interior de las dirigencias (en sus
diferentes niveles) y los beneficios personales y
colectivos que ello implica (Cortés, 2006; Ornelas, 2006;
Yescas; Hernández, 2006 y Olivera, 2009).
Las diferentes corrientes al interior de
Movimiento Magisterial Oaxaqueño (MMO) se
comportan como partidos políticos disputándose el
poder. Mediante diversos mecanismos tales como
algunas formas de coerción, búsqueda de consensos,
persuasión, trabajo con las bases e intercambio de
favores, pero principalmente buscando contar con la
simpatía, el respaldo y la legitimidad de todos los
profesores. No se constituye un mecanismo de elección
al más puro estilo electoral porque contraviene al
discurso general del movimiento. Sin embargo, desde
antes de las sesiones para elegir a la dirigencia buscan
116
por todos los medios a su alcance contar con apoyos y
consolidar alianzas con diferentes grupos para
posicionarse lo mejor posible (Yescas, 2006; Cortés, 2006;
Hernández, 2006).
2.4 Estructura Orgánica de la APPO
La APPO se constituyó en junio de 2006 como
un conjunto de organizaciones de diferentes corrientes
políticas. De diferentes tipos de organizaciones, como se
ha mencionado antes, participaron colectivos, sindicatos,
organizaciones políticas y sociales, estudiantes,
comerciantes, comunidades indígenas, municipios
autónomos, el magisterio oaxaqueño, sin dejar de lado
la participación que poco a poco fue ocupando un lugar
especial, la ciudadanía no agrupada que disentía del
Gobernador y no pertenecía a ninguna forma de
organización.
Esta multiplicidad llevó a que en el Congreso
Constitutivo de la APPO, celebrado en noviembre de
2006, se discutiera la pertinencia de su nombre. De esta
117
manera es que llegaron al nombre de Asamblea Popular
de los Pueblos de Oaxaca, agregándose el plural a
Pueblo, que era el nombre propuesto originalmente, en
relación a que el Estado de Oaxaca se compone por
diversas etnias o pueblos y el espacio de encuentro
estaba compuesto por una gran diversidad de culturas e
ideas.
De la convocatoria de la Sección 22 del
Magisterio Oaxaqueño a la formación de la APPO
derivan algunas cuestiones importantes de anotar: a) el
magisterio es la única organización en Oaxaca con
presencia en todo el Estado, por tanto la única con la
capacidad de organizar en cada comunidad; b)
únicamente el Magisterio cuenta con la infraestructura
física para realizar las asambleas en términos de
seguridad y comodidad; c) al contar con setenta y seis
mil agremiados se convierte en la organización más
grande de la APPO y por tanto adquiere mayor
representación y porque d) convoca y cuenta con los
118
recursos humanos y peso moral entre otras
organizaciones.
Como se mencionó en el apartado anterior, el
Movimiento Magisterial Oaxaqueño cuenta con una
estructura que se compone de diversos niveles: la
escuela, la zona, la delegación, la sectorial, la región y la
asamblea estatal. Es así como propone que se conforme
la estructura de la APPO.
De acuerdo a la convocatoria para su Congreso
Constitutivo la organización se planeó partiendo de la
estructura magisterial, en ese momento sumamente
movilizada por la represión del 14 de junio por las
policías del Estado y municipales. Es así que en las
comunidades se convoca a asambleas para elegir
representantes, asimismo en las organizaciones sociales
y políticas y sindicatos.
Las Coordinaciones regionales trabajaron con
las sectoriales y éstas con las delegacionales para formar
esos mismos niveles de organización con otras
119
organizaciones. Creando así las mismas estructuras
para la APPO. Esta tarea no fue difícil por tres razones:
1) diversas organizaciones tienen brazos al interior del
magisterio, cómo se mencionó anteriormente; 2) la
Secretaría de Gestión y Alianzas del Magisterio venía
realizando este trabajo de vinculación desde los
orígenes del Movimiento Magisterial Oaxaqueño y 3) la
simpatía con la que contaba el magisterio después de la
represión se conjugó con el sentimiento de agravio que
muchas de esas organizaciones ya contenían. (APPO,
2009).
Cada comunidad, ejido, organización, sindicato,
ranchería, agencia o municipio, colectivo, barrio, colonia,
etcétera, que desea tener presencia dentro de la APPO
debía acreditar haber realizado una asamblea en la cual
designaban a un delegado, levantando el acta
correspondiente y firmada por los asistentes. En este
congreso constitutivo se acuerda que el Consejo Estatal
de la APPO estará compuesto con un mínimo de treinta
por ciento de mujeres.
120
Cada organización estaría representada, las
siete las regiones, agrupadas, contaron con 10
representantes; la de los Valles por 20, una
representación de 3 a 5 personas por cada sector social,
40 miembros de la sección 22, uno por sector (37) y la
representación de la Secretaría de Alianzas, de
Relaciones y General. Durante la realización de la
plenaria se decidió quienes serían los Consejeros, que
tuvieron una duración de 2 años (APPO, 2006).
El congreso estuvo conformado por un total de
1632 participantes, de los cuales, 213 eran delegados
distribuidos de la siguiente forma: a) Barricadas, barrios
y colonias: 198; B) Ejidos, comunidades y pueblos
indígenas: 173; C) Organizaciones Sociales, civiles,
estudiantes y sindicales: 365; d) Magisterio: 27; e)
Medios de comunicación: 103 y f) Invitados: 22 (APPO,
2006).
Considerando por una parte que cada delegado
es elegido por asamblea en su sector, y que entre todos
ellos se reúnen para formar la Asamblea Estatal y por
121
otra que la estructura de representación se conforma
también de regiones, que además de ser una
delimitación administrativa del Gobierno Estatal,
también es forma de la organización de la sección 22 del
magisterio es posible concluir, con base en las
descripciones anteriores que la APPO orgánicamente
fue conformada de acuerdo al modelo del magisterio.
Ello no es casual, es el resultado de su involucramiento
con las organizaciones de todo tipo en el Estado, de su
peso moral frente a ellas, de su capacidad de
convocatoria y de movilización de recursos.
2.5 La dirigencia de la APPO y la Base
Social.
A lo largo del conflicto de 2006 fue posible
observar que se creó un bloque de organizaciones de
diferentes tipos con finalidades comunes. Al mismo
tiempo se agrupaban personas de los barrios, colonias,
municipios conurbados y barricadas que no mantenían
representación al interior de la Asamblea Estatal. De
igual forma, algunos que sí la tenían, sin embargo, se
122
regían por las resoluciones que en sus propias
asambleas tomaban.
Se tomarán dos casos de este desfase entre la
dirigencia y las bases, uno de ellos, relatado por Diego
Osorno (2006) sobre la marcha caminata al D.F. en 2006
y el otro tomado de la entrevista con David Venegas
(2007, 2008 y 2009) sobre la vida en las barricadas.
En su texto Oaxaca Sitiada. La primera
Insurrección del Siglo XXI Osorno narró que se
encontraba haciendo una llamada telefónica a Enrique
Rueda para consultarle sobre la marcha caminata, a lo
que el dirigente le contestó que sería en asamblea para
definirlo. En ese momento Rueda es informado que la
caravana ha partido, por lo tanto alejado ya varios
kilómetros de distancia.
En entrevista con David Venegas, “el Alebrije”
relata que cuando la dirigencia acordó con la Secretaría
de Gobernación y la empresa ADO devolver los
autobuses tomados (y usados como barricadas) a
123
cambio de apoyar los traslados a la Ciudad de México
de los miembros de la APPO, una comisión acudió a la
barricada de “Cinco Señores”, donde la respuesta fue
que ellos no habían sido consultados y por tanto no los
devolverían.
David veía en la barricada un foco de esperanza,
el lugar donde las diferencias sociales se terminaban y
se creaba una nueva forma de vivir: el profesor, el
obrero, el niño de la calle, el estudiante o cualquier otra
persona era un barricadero, un miembro de la familia
llamada barricada. Y que sería no solo un símbolo del
movimiento, sino el principal bastión de la resistencia
oaxaqueña.
2.6 Integración de organizaciones
simpatizantes
Partiendo del mes de junio, y específicamente
después de la represión al magisterio el día 14, y
conforme transcurrían los meses siguientes, muchas
personas se fueron incorporando al movimiento. El
124
primer grupo en anexarse fue el de los comerciantes
ambulantes en la misma madrugada. Posteriormente,
con la relación de las barricadas y las asambleas
vecinales, se incorporaron aún más personas, tal es el
caso de la barricada de Cinco Señores, que después se
convirtió en el colectivo Voces Oaxaqueñas
Construyendo Autonomía y Libertad (VOCAL). De
igual forma, se conformó la Coordinadora de Mujeres
Oaxaqueñas (COMO) que agrupó a mujeres en una sola
organización compartida con integrantes del Frente
Popular Revolucionario (FPR). De estas organizaciones
que alcanzaron a tener representación en la APPO,
hubo algunos grupos que nunca se consolidaron como
organizaciones, pero tampoco era ese su interés.
Los integrantes de las asambleas vecinales y
barricadas compartieron un espacio y tiempo, en donde
el genérico fue el riesgo, la solidaridad y la fraternidad
que se llegó a vivir en un sentimiento de comunidad
que propiamente no han vivido antes ni después
(entrevista Venegas, 2008 y 2009). Martínez (2006 y 2007)
125
menciona que las modificaciones a monumentos
históricos, patrimonio cultural de la humanidad,
generaron un sentimiento en contra del Gobernador, de
igual forma las remodelaciones en el Cerro del Fortín,
que exponían a graves riesgos las viviendas de los
habitantes de esa zona. Sin embargo, no es posible
dejar de lado las condiciones en se vive en las colonias y
barrios de la capital y en los municipios conurbados,
que sin duda fueron al caldo de cultivo de cientos de
personas que se rebelaron contra el Gobierno Estatal.
2.7. Los que ya estaban
Diversos columnistas, periodistas, académicos y
activistas afirman que la APPO fue un movimiento
espontaneo surgido de los agravios e injusticias
acumuladas. Sin embargo no fue así, muchas de las
organizaciones participantes ya existían desde muchos
años atrás, incluso se habían llevado a cabo algunos
ensayos de frentes de lucha común.
126
Llama la atención que organizaciones como el
MULT, (Movimiento Unificado de Lucha Triqui) hayan
participado en 2006 en la APPO. Se describirá
brevemente la historia de este movimiento. Esta
organización mantiene hasta la fecha, y a pesar de sus
divisiones internas, la capacidad de movilizar a miles
de personas muy rápidamente; esto se debe a que
poseen un fuerte liderazgo en varios de los municipios
de la etnia triqui; éstos componen una gran región de la
mixteca alta de Oaxaca y por tanto el MULT, que
anteriormente se llamaba El Club, mantiene control
sobre la población. Es de notar que en esta zona se
encuentran algunos de los municipios más pobres del
país.
El liderazgo de la región se encuentra
compartido entre MULT, Unidad de Bienestar Social de
la Región triqui (UBISORT) y el Movimiento Unificado
de Lucha Triqui-Independiente (MULT-I). Las
escisiones del MULT, primero UBISORT y después el
MULT-I, han sido a consecuencia del apego que ha
127
tenido tradicionalmente con el PRI y los gobernadores
en turno. La formación de los dos últimos grupos vino
también a consecuencia de las divisiones al interior del
PRI estatal. Con Murat en la gubernatura se formó
MULT-I y anteriormente, durante el período de
Diódoro Carrasco se había formado UBISORT. Las
relaciones de MULT y UBISORT con los gobernadores
han sido buenas, puesto que han contado con líderes
con la capacidad de negociar, apoyar y obtener
beneficios con los gobernadores en turno.
Por otra parte, El Frente de Sindicatos y
Organizaciones Democráticas de Oaxaca agrupaba
diferentes organizaciones, principalmente de ideología
Marxista-Leninista, de entre ellos el sindicato de
trabajadores del diario Noticias, Voz e Imagen de
Oaxaca, la sección 35 de Trabajadores de la Salud, 28
del IMSS, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de
Oaxaca (UABJO) y el Frente Popular Revolucionario,
miembro del Partido Comunista de México, con fuertes
128
vínculos con el magisterio mediante la UNT, Unión
Nacional de Trabajadores.
Esta organización se encontraba presente en el
plantón del magisterio el 14 de junio. Una de las
organizaciones que agrupa es el Frente Estudiantil
Revolucionario, que también se encontraba presente al
momento de la represión de la fecha ya señalada: “Nos
encontrábamos en el plantón cuando nos dimos cuenta
del operativo, nos refugiamos en el edificio de la
Facultad de Derecho que se encuentra en el zócalo, allí
nos enteramos que habían destruido Radio Plantón, por
lo que llamamos a los compañeros que se encontraban
fuera de la trifulca para que tomaran Radio
Universidad y tener una voz del movimiento”
(entrevista García, 2009).
En 1997 es conformada la Coordinación
Oaxaqueña Magonista Popular Anti-neoliberal, la cual
tiene como antecedente al Consejo Indígena Popular
Oaxaqueño, frente compuesto por organizaciones
simpatizantes del Neozapatismo, en su mayoría
129
comunidades indígenas. Agrupaba a organizaciones
como: Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo
(CODEP), Organizaciones Indias por los Derechos
Humanos en Oaxaca (OIDHO), Unión de Comunidades
Indígenas de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI) y
Comité de Defensa Ciudadana (CODECI), Coalición de
Organizaciones Sociales Independientes de la Cuenca
(COSIC), Frente Único en Defensa Indígena (FUDI),
Comité por la Defensa de los Derechos Indígenas
Xanica (CODEDI) y Movimiento Social Magonista
(MSM) (entrevista López, 2009).
El MSM, una de las organizaciones más
pequeñas de la COMPA, liderada por Raúl Gatica se
autodenominó CIPO-RFM, motivo por el cual el resto
de las organizaciones se deslindaron de la organización
y formaron la Alianza Magonista Zapatista. Otro de los
motivos de la discordancia fue que Gatica solicitaba
apoyo económico internacional para el frente a la
cuenta bancaria de su organización, además de negociar
con los gobernadores apoyo económico y en especie
130
para su grupo, recursos que manejaba personal y
discrecionalmente (AMZ, 2002). Todas las
organizaciones que formaban parte de la CIPO pasaron
a la AMZ, excepto la de Gatica, que hasta la fecha se
denomina CIPO-RFM.
Estas organizaciones habían formado frentes de
lucha sin lograr la envergadura que tuvo la APPO, pero
sin duda de gran importancia para el desarrollo de un
proyecto de frente común. Además en todos ellos
existía el lazo con el magisterio, ya sea porque tenían
militantes a su interior o se habían vinculado por medio
de la Secretaría de Alianza y Gestión Social de la
sección 22.
2.8 Disidencia no Agrupada
Otro sector de la población que se movilizó,
participó en marchas, barricadas y en la resistencia de la
ciudad ante la toma de la PFP y que fue de incalculable
valor para el movimiento fueron los ciudadanos no
agrupados. Miles de personas que sin tener
131
representación en la Asamblea Estatal participaban de
manera informal en el movimiento, no de forma
espontánea, sino por solidaridad y observando la
posibilidad de un cambio en sus vidas.
Las barricadas fueron la principal forma de
organización de esta disidencia no agrupada. Éstas
cumplieron una función organizativa. Se reorganizó el
movimiento porque muchas de las personas que
participaban salieron del zócalo para reubicarse en
diferentes sitios de la ciudad. Crearon una nueva
organización, porque en cada barricada los
participantes crearon comisiones internas y tuvieron
representantes ante la Asamblea Estatal de la APPO. Lo
cual también modificó su relación con la dirigencia.
Las barricadas adquirieron entonces un doble
sentido: son sujetos de resistencia y factor de
organización. Es el espacio que enfrenta directamente la
violencia en contra del movimiento (por ejemplo las
caravanas de la muerte) y se vuelven respuesta
simultáneamente. En un inicio se formaron para
132
proteger a los medios de comunicación tomados por la
APPO, después para protegerse a sí mismos. Adquieren
independencia de la misma Asamblea Estatal y fueron
elemento imprescindible de la lucha.
En poco tiempo logran adquirir relevancia en la
toma de decisiones y llegan a ser incluso la
representación misma de la resistencia, el símbolo que
identifica a nivel mundial, y sin duda históricamente al
movimiento. En el momento en que la dirigencia del
magisterio se distancia de la APPO intrínsecamente se
convierten en el movimiento mismo y lo fueron hasta
que se entregó la última de las barricadas, el sector de la
sección 22 que no se alejó del movimiento, llegando a
asegurar “nosotros no somos magisterio, somos
barricaderos”.
La barricada no sólo era el espacio de
organización y resistencia, ni tan sólo el símbolo del
movimiento. Quizás su mayor valor durante y después
del movimiento es que fue un espacio de esperanza, de
fraternidad y solidaridad. En estos lugares se reunían
133
profesores, estudiantes, profesionistas, médicos, niños
de la calle, trabajadoras sexuales, todos los que
deseaban y esperaban un cambio: “Aquí todos somos
una gran familia, te vuelves amigo de tu vecino, al que
antes ni conocías o ni saludabas” (entrevista con
Venegas, 2008).
Es necesario recalcar que la participación de la
disidencia no agrupada no fue de manera espontánea
como se ha afirmado. Ello porque fueron los últimos en
sumarse a la APPO. Como se mencionó más arriba, los
primeros en sumarse a la asamblea fueron las
organizaciones que ya existían, al igual que aquellas
con las que mantenían relaciones. Fue hasta la aparición
de las barricadas y la necesidad de anexarse a la
seguridad de todo el conjunto que se empezó a ver de
manera más visible a estas personas. Se está hablando
de un momento en el que ya se había recorrido un largo
camino en la organización y la resistencia a los embates
del Gobierno del Estado en contra del movimiento. Fue
precisamente esta serie de agravios los que hicieron que
134
más gente saliera a las calles y le diera su respaldo al
magisterio y a la asamblea.
La organización de los participantes en el
movimiento estuvo fuertemente vinculada a la
resistencia del movimiento frente a los gobiernos,
primero estatal y después federal y al uso de la
violencia como mecanismo de persuasión,
desarticulación y desactivación de la oposición. Es muy
importante considerar que la organización de la APPO
no es posible considerarla si se deja de lado la violencia
estatal y la resistencia que esta misma genera.
135
Capítulo III
Violencia y Resistencia
3.1 Violencia de Estado en contra de la APPO
en 2006
El 15 de junio de 2006, la portada del diario
Imparcial de Oaxaca anunciaba en su primera plana “es
desalojado el plantón del zócalo capitalino”, “los
maestros no tuvieron compasión con una mujer policía”.
Ambas notas fueron escritas por Mario Girón (2006)
quien relataba el desalojo de la policía estatal de manera
brutal en contra de los agremiados de la sección 22 del
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y
otras agrupaciones que se encontraban presentes dando
su apoyo.
En ese mismo ejemplar se publicaban docenas
de comunicados de cámaras empresariales, patronales,
restauranteras, hoteleras e incluso muchas por sectores
de la sociedad civil, apoyando la decisión del Gobierno
Estatal de desalojar el plantón, reafirmando el retiro del
136
apoyo que había ofrecido para conciliar el conflicto e
invitando a los profesores a regresar a las aulas
(Imparcial 15-06-2006).
Girón no mencionó la violencia con que fueron
desalojados los profesores. Hizo hincapié en la noticia
de la mujer policía que fue alcanzada por una piedra.
Omitió que la plaza fue recuperada en poco tiempo por
los maestros apoyados por diferentes organizaciones y
ciudadanía. Este día marcó un catalizador en la rebeldía
de las organizaciones opositoras al régimen priista de
Oaxaca. Subrayó la determinación de la sección 22 del
magisterio para convocar a un frente social, sindical y
ciudadano; para derrocar al gobernante Ulises Ruiz.
Objetivo que fue conseguido; después de algunos
intentos como el FOSSEP y la COMPA se reunieron
organizaciones de diversas corrientes ideológicas y
políticas en torno a una demanda, la salida del poder de
Ulises Ruiz.
El uso del terrorismo de Estado, el abuso del
uso físico de la violencia no inició o terminó allí. Ha
137
sido una constante de antes y después del conflicto de
2006. Es posible observar una serie de variantes que
fueron resultados, por una parte de los contextos locales,
nacionales e incluso internacionales y por otra, también
una respuesta a las diferentes acciones organizativas y
de resistencia que llevaron a cabo la APPO y sus
simpatizantes. Es posible asegurar que las formas de
violencia estatal fueron un cálculo que se realizó
midiendo la fuerza con la que era posible atacar a los
disidentes y la respuesta de éstos. Ello sin perder de
vista los efectos nacionales que tendría, así como el
respaldo externo que el Gobernador podía tener en cada
momento.
La reconstrucción de los hechos que aquí se
realiza está basada en los testimonios recogidos en
entrevistas a los activistas, los testimonios recopilados
por la CNDH, la CCIODH, SIPAZ, la Cámara de
Diputados y el seguimiento que se realizó de los
periódicos locales El Imparcial y Noticias, Voz e Imagen de
Oaxaca, de los nacionales Reforma, El Universal, y La
138
Jornada. También se realizó seguimiento en la revista
Proceso, Nexos y Letras Libres. De todo el conjunto de
historias se intenta un acercamiento a lo que ocurrió
durante los meses que van de mayo a diciembre de 2006
en Oaxaca.
3.1.1 Ciclos de Violencia
Se propone una periodización cronológica,
partiendo de breves antecedentes en el año 2005 y
considerando el movimiento en concreto a partir del
mes de mayo y hasta diciembre de 2006. Los ciclos de
violencia se observan partiendo de dicho periodo en
cuatro etapas.
La primera de ellas anterior al del 14 de junio,
como los antecedentes de violencia y los mecanismos
con que solía reprimir el Gobierno del Estado a los
movimientos disidentes. Se revisarán brevemente las
acciones en contra de líderes de organizaciones durante
un año anterior a 2006 y que culminan el día 14 de junio
139
de 2006, cuando se lleva a cabo la primera represión
masiva y violenta en contra del movimiento magisterial.
El siguiente es a partir del 14 de junio y hasta el
27 de octubre, período donde se vive el clímax del
conflicto, con diferentes formas de resistencia social y
agresiones por parte del gobierno. Y finalmente del 28
de octubre al 30 de diciembre de 2006, haciendo énfasis
especial en los eventos del 2 y el 25 de noviembre. El día
28 de octubre inicia un tipo de agresión, balacear las
barricadas de día, acto realizado por simpatizantes del
PRI y funcionarios municipales afines al gobierno de
Ulises Ruiz. El resultado de estas acciones es la muerte
de varios barricaderos y un camarógrafo
estadounidense, hechos que motivaron que el Ejecutivo
Federal diera la instrucción de recuperar la Ciudad
haciendo uso de las policías federales (PFP y AFI),
iniciándose un nuevo período de violencia.
A partir del 28 de octubre, las fuerzas federales,
en especial la Policía Federal Preventiva, tomaron la
ciudad que se encontraba sitiada por las barricadas de
140
los simpatizantes de la APPO; la mayoría de las cuales
fueron retiradas pacíficamente o simplemente
abandonadas. Otras fueron reforzadas, entre éstas la
conocida como “5 señores” que resguardaba las
instalaciones de Radio Universidad, único medio de
comunicación en manos del movimiento y donde se
libró la épica “Batalla de Día de Muertos”.
Mientras la PFP tomaba la ciudad y repelían a
los simpatizantes de la Asamblea, los grupos del
Gobernador conocidos como sicarios recorrían las calles
deteniendo selectivamente a las personas que
participaron ya fuera de manera directa o cercana a la
diligencia del movimiento. Durante este período fueron
comunes los secuestros, torturas y presentación ante las
autoridades de fuero común y federal con delitos
inventados y pruebas falsificadas.
El 25 de noviembre ocurre la represión más
fuerte en contra del movimiento. Durante varias horas
las policías federales y locales recorrieron las calles de la
ciudad deteniendo a cualquier persona. Realizaron
141
cateos sin orden judicial a domicilios particulares,
incendiaron edificios de organizaciones civiles. Docenas
de personas fueron golpeadas y lesionadas. Las
organizaciones defensoras reportaron ataques sexuales
y diferentes tipos de violaciones a los derechos
humanos de las personas que tuvieron el infortunio de
estar en la calle a esa hora. El resultado fue de más de
110 detenidos, la mayoría de ellos trasladados al penal
de Nayarit.
Después de esta fecha un régimen de terror se
instaló en la ciudad, muchos de los líderes y activistas
que habían sido visibles se escondieron o huyeron de la
ciudad, las detenciones arbitrarias y selectivas se
convirtieron en una constante.
3.1.2 Antecedentes de la represión, Primera
etapa.
“Mira te voy a regalar está
copia, es la copia de una recomendación
que la Comisión nacional de Derechos
142
Humanos le mandó a Ulises, “el
asesino”, para que recibiera a una
comisión de nuestros compañeros y se
exigiera la libertad de otros” (entrevista
López, 2009)
Lo anterior es una narración de Cástulo López
mientras sacaba una copia fotostática de un acta
circunstanciada emitida por la CNDH, documento muy
importante para él y sus compañeros, pues la
consideran como prueba irrefutable de la violencia
represiva previa a 2006, de la que han sido víctimas los
movimientos sociales en el Estado de Oaxaca, explica:
“…pues fueron unos compas a
pedir que fueran liberados tres compas
que fueron detenidos al acudir a una cita
con el Gobernador para negociar los
problemas de su comunidad. Ellos
pertenecían a la COCEDI, que formaba
parte de la COMPA (Coordinadora
Oaxaqueña Magonista Popular Anti
143
neoliberal Oaxaqueña), pero fueron
detenidos, y encarcelados acusados de
asesinato, pues. Entonces mandamos a
una comisión a México y consiguieron
esta recomendación para que el ojete de
Ulises recibiera a una comisión. Así pues,
el día 4 de febrero una comisión de
compañeros acude a la cita con el Ulises
y pues aún con la recomendación de la
Comisión Nacional son encarcelados”
(entrevista López, 2009).
Este hecho también fue publicado por Diego
Osorno:
“Hacia el 15 de enero de 2005 un grupo de
policías estatales detuvo a tres indígenas zapotecos
quienes pertenecían al Comité de Defensa de los
Derechos de los Indígenas (CODEDI), de Santiago
Xanica, bajo el delito de asesinato. El 3 de febrero se
encarceló a tres integrantes más de este grupo, a
pesar de que se iban a reunir con el mandatario para
144
negociar la liberación de los primeros. Se convocó a
una reunión para dar solución al conflicto, el
gobierno aprovechó para detener a los líderes de la
disidencia, mismo sistema que se utilizará meses
después por el gobierno federal para detener a los
líderes más visibles de la APPO. La protesta quedó
prohibida desde el inicio de la gestión de Ulises”
(Osorno, 2007:27-28).
De esta manera se conducía el Gobernador
Ulises Ruiz con los dirigentes de las organizaciones, su
lema de campaña, “cero manifestaciones” estaba
siendo cumplido:
“Sólo el magisterio podía llegar en marcha
al zócalo, por sus miles de integrantes, las demás
organizaciones o lo acompañábamos o de plano nos
quedábamos a unas calles si veníamos solos, allí nos
esperaban los granaderos para no dejarnos pasar”
(entrevista García, 2009).
145
Reuniendo la información publicada durante
2005 se puede llegar a recrear un breve resumen que
ilustra la realidad que se vivía en el Estado, en la
relación entre el Gobernador y las organizaciones
sociales opositoras a él y a su partido. Es importante
anotar que Ulises Ruiz llega al poder bajo un proceso
electoral muy dudoso, donde el TEPJF le da la victoria
ante un frente formado por todos los demás partidos
políticos (excepto el Partido del Trabajo, que estaba en
alianza con el PRI), y apoyados por diversas
organizaciones (Martínez, 2007). Su legitimidad era
básicamente nula y muchas de las organizaciones lo
repudiaban públicamente.
En este sentido, se pueden mencionar los
siguientes casos: el asesinato del profesor Serafín García
Contreras por priistas y la acusación contra Agustín
Sosa, de la misma organización, por este homicidio. El
16 de enero, la represión violenta en contra de los
pobladores de Santiago Xanica. Raúl Gatica, líder del
Consejo Indígena Popular de OAXACA (CIPO-RFM),
146
tenía amenazas directas del Gobernador y aún con una
recomendación de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos fue amenazado y obligado al exilio
(Matías y Vera, 2006; Proceso Núm. 1554 13-08-2006).
La Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) consideraba que la vida de Raúl
Gatica se encontraba en peligro. A esta recomendación
Ulises Ruiz le contestó: “a mí no pueden venir a decir
eso; a la Interamericana, la Nacional, la Estatal y hasta la
Interplanetaria, yo las mando a chingar a su madre. Tú
me haces un desmadre y yo te meto a la cárcel. Óyelo
bien cabrón”. Al poco tiempo Gatica huyó del país,
recibiendo asilo político en Canadá (Osorno, 2007:32).
En las semanas anteriores al 14 de junio de 2006
estas acciones eran comunes, parte de la cotidianidad
oaxaqueña. Decenas de dirigentes fueron encarcelados,
asesinados y a veces golpeados brutalmente. En estas
fechas la recién creada Asociación Estatal de Padres de
Familia firma un spot televisivo en el que se escuchaba
un grupo de niños gritando: ¡maestro al salón, no al
147
plantón! Mismo que se repetía cada 15 minutos en las
radios locales. Fue la primera forma visible en que
varios sectores allegados al gobernador iniciaron la
violencia en contra del movimiento, más tarde lo haría
Radio Ciudadana (Matías, 2006b; Proceso Núm. 1560, 24-
09-2006).
En los periódicos locales se publicaron todos los
días desplegados de diferentes organizaciones llamando
al diálogo, a la paz, a la negociación y por supuesto
respaldando al gobernador y repudiando a los
profesores. De 12 anuncios publicados en el diario
Noticias el día 5 de junio de 2006, sólo uno, firmado por
el PRD, apoyaba el movimiento Magisterial.
Mientras esto ocurría en Oaxaca los reflectores
nacionales se encontraban ocupados en las elecciones
presidenciales. Sólo los periódicos locales se ocupaban
en las secciones de nota roja de lo que ocurría en el
ámbito local. Las violaciones a las garantías
individuales cometidas por el Gobernador se quedaban
148
en casa, nadie ponía atención mientras los ánimos se
caldeaban cada día más en la entidad.
El 22 de mayo de 2006 inicia el plantón
indefinido del sindicato magisterial. El día primero
habían entregado su pliego petitorio sin respuesta, “esta
manifestación ocurría cada año, los profesores
exigíamos mejoras laborales, el gobernador se negaba y
se negociaba, después de unos días todo volvía a la
normalidad” (entrevista Guzmán, 2009). Pero ese año
no ocurrió lo mismo, el Gobierno de Ulises Ruiz sólo
ofreció una parte de las demandas y amenazó con
reprimir el movimiento; desde el mismo 22 de mayo y
hasta el 14 de junio la incertidumbre del desalojo era
una constante (Noticias, Editorial, 16 de junio de 2006);
día con día, los encabezados de los periódicos
anunciaban el desalojo y los grupos afines al
Gobernador lo solicitaban.
149
3.1.2.1 Desalojo Fallido, fin de una etapa e inicio de la
siguiente
“-Vete por allá...por esa esquina.
-Tú dales la vuelta.
-Son un chingo…
-Nosotros somos más, hay que
tener huevos…
La beligerancia se escuchaba por
todas partes.
-Te digo que vayamos por ellos…
no nos podemos dejar… sino vamos, nos
parten la madre para siempre…
-Cuídame la espalda…
-No te va a pasar nada cabrón.
-…pero me cuidas.
150
-Regrésales su pinche gas, ahí
está la madre esa… ahí está.
-Hay que ir a la secundaria, hay
que reorganizarnos” (Osorno, 2007:21).
A las 5:00 horas más de mil elementos de las
diferentes policías estatales y municipales realizaban el
operativo de desalojo del centro histórico Oaxaqueño.
La radio del magisterio transmitía:
“Los granaderos se acercan
hacía nosotros. Se escuchan las granadas
de gas lacrimógeno, están entrando al
edificio principal. Nos están reprimiendo
con todo, vienen a agredirnos, a
golpearnos desde donde estamos
transmitiendo. Para todo el pueblo
oaxaqueño, hacemos un llamado: señores,
para que ustedes puedan… ya están
entrando, vamos a… vamos a invitar al
pueblo de Oaxaca levantarse contra el
151
gobierno del tirano Ulises Ruiz,
estaremos convocando a movilizaciones
en todo el estado, todo el estado debe
levantarse” (Osorno, 2007:21).
En entrevista, Olivera (2009) comenta que ese
día, mientras se encontraban transmitiendo en Radio
Plantón, por radio de dos vías les avisan que ya se
acercaba la policía. Es cuando decide subir a la azotea a
corroborar, pero al ver que estaban entrando al edificio,
trata de regresar a cabina, aunque la policía ya había
entrado. Vuelve a la azotea y brincando a los edificios
vecinos logra llegar a la calle de atrás, donde un carro lo
esperaba, para reagruparse y recuperar el edificio, el
zócalo y la ciudad.
“El día del intento de desalojo
nuestra organización estaba presente
apoyando a los maestros. Nos
recluimos en la Facultad de Derecho a
la hora que llegó la policía, yo era
estudiante de la UABJO, y yo
152
participaba en el sector estudiantil.
Estaba en la guardia del campamento
del plantón y ese día ingresaron las
fuerzas policiales, empiezan a
desalojarnos y nos desplegamos.
Logramos ingresar a la
Facultad de Derecho, un edificio que
está en el centro. Y desde allí
comenzamos a comunicarnos con
nuestros compañeros que no se habían
quedado en el plantón. Nosotros
decíamos que era necesario reforzar el
plantón para poder ir a desalojar a la
policía. Pero en ese momento, en el
momento del desalojo es destruida
Radio Plantón. Entonces nosotros, al
estar en la Facultad de Derecho
esperando para reorganizarnos, nos
comunicamos con nuestros compañeros
y les comunicamos que en ese momento
153
era más importante el poder
comunicarle a la gente lo que estaba
sucediendo. Entonces determinamos
que nuestros compañeros que estaban
afuera se desplegaran inmediatamente
a Radio Universidad a tomar las
instalaciones con la finalidad de
comenzar a informar más ciertamente”
(entrevista García, 2009).
La promesa del gobernador se había cumplido,
los profesores habían sido desalojados; describe Osorno
(2007) que iniciaron las llamadas felicitándolo por el
operativo. A las nueve de la mañana iban a iniciar las
conferencias de prensa. Pero algo salió mal, no se había
contemplado la respuesta de la sociedad. Mientras los
policías cometían destrozos en lo que quedaba del
plantón, los desalojados se reagrupaban en las calles
cercanas. Mucha gente había escuchado el llamado de
auxilio que se hizo antes de que fuera destruida Radio
Plantón.
154
Radio Universidad fue tomada inmediatamente
por los estudiantes (principalmente aquellos afines al
FPR) y convocaba a la resistencia y al apoyo a los
profesores; cientos acudieron al llamado. A las nueve de
la mañana era nuevamente tomado el zócalo por las
organizaciones, ciudadanos y magisterio.
3.1.3 Escalada de violencia, etapa del 14 de
junio al 27 de octubre
La violencia con que fue intentado desalojar el
plantón del magisterio el 14 de junio atrajo el apoyo y
solidaridad de las organizaciones que aún no se
sumaban a las movilizaciones, al igual que de las
personas que desde sus casas escuchaban la radio o
leían los periódicos. Este fue un momento crucial para
el magisterio, el cual consiguió tener la base social que
necesitaba para continuar sus demandas laborales y
políticas. A continuación se tratarán de enunciar
algunas de las agresiones que sufrieron tanto grupal
como individualmente los miembros de la APPO.
155
El 16 de junio fue convocada una megamarcha a
la que asistieron miles de personas. El veinte del mismo
mes se conforma la dirigencia provisional de la APPO y
se inicia su conformación, como se vio en el capítulo II,
y con ello una forma de organización y resistencia, que
a la vez condujo a nuevas formas de violencia en su
contra por parte del Gobierno del Estado. La asistencia
a las marchas fue en aumento hasta llegar a un millón
según algunas estimaciones.
El día 20 de junio es convocada una marcha de
apoyo al Gobernador y solicitando el regreso a clases,
asistieron unas veinte mil personas (Osorno, 2007:283).
Esta manifestación fue conocida como “la Marcha de la
vergüenza” pues sólo acudieron trabajadores de
algunas empresas y empleados de gobierno, quienes
habían sido amenazados con ser despedidos sino
asistían (entrevista Barreda, 2009 y Sotelo, 2008). Los
diarios locales, en especial El Imparcial mantenían la
ofensiva en contra del magisterio, y al igual que la radio
156
insistían en el regreso a clases y el dialogo con el
Gobernador.
Después de la destrucción de Radio Plantón el
transmisor de Radio Universidad es quemado con ácido.
Un estudiante de derecho que recibió un pago de 500
pesos aprovechó el descuido que generó el incendio de
una camión de transporte público para hacerlo
(entrevista Benítez, 2007). Ante esta situación los
activistas deciden tomar Radio la Ley, que fue conocida
como La Ley del Pueblo.
El primero de agosto después de una marcha de
mujeres, que más adelante conformará la Coordinadora
de Mujeres Oaxaqueñas (COMO), decide asistir a canal
9 y solicitar un espacio informativo. Éste les es negado y
toman las instalaciones. Transmiten por televisión y
radio con una cobertura de todo el Estado. El día 21 de
agosto en la madrugada son balaceadas las antenas y
destruidos los equipos de transmisión (entrevista Elo,
2009; Mal de Ojo y Corrugated Films, 2008 y Noticias 2 y
22-08-2006).
157
Como respuesta, los miembros de la APPO
deciden tomar las radios comerciales ese mismo día.
Inicia la preocupación porque se incrementan los
ataques con armas de fuego. Deciden entonces colocar
barricadas que protejan estas estaciones. Estas son
balaceadas por las noches, por lo que la dirigencia de la
APPO decide que se coloquen algunas barricadas más.
La respuesta fue que cada colonia, cada barrio, cada
organización colocara las propias. Se busca proteger ya
no sólo a las radios, sino a todos los miembros del
movimiento (Entrevistas Venegas, 2008; Pereda, 2007y
Elo, 2009), (Osorno, 2007).
En estas fechas la ciudad es recorrida en las
noches por una caravana de vehículos particulares,
patrullas y camiones con personas armadas, vestidos de
civil y embozados. Todos ellos con armas de alto poder
disparan en contra de las barricadas. Fueron conocidas
como Las Caravanas de la Muerte (Jornada, 23-10-2006). En
esas semanas, la policía había desaparecido de las calles
de la ciudad. Se comenta que los policías se niegan a
158
participar en los ataques pues muchos de ellos saben
que sus familiares están en las barricadas, en las
marchas o en el plantón. Sotelo (2008), Martínez (2007),
Venegas (2009) y otros aseguran que el Gobernador
liberó a presos para realizar estos ataques. Era bien
sabido que Jorge Franco Vargas, secretario de gobierno
en ese momento mantiene un grupo de porros en la
UABJO, que además de verse envueltos en varios
crímenes desde tiempo atrás, participaron activamente
en los ataques contra la APPO (Noticias, 20-09-2006).
El 6 de agosto es detenido Catarino Torres
Pereda, líder de COCEI e integrante de la asamblea y
trasladado al penal del Altiplano, quien contaba con la
simpatía y apoyo de muchas organizaciones de la
APPO (El Imparcial, 7-08-2006; Sotelo, 2008 y Blas 2007).
El día siete en camionetas de la Policía Municipal
personas vestidas de negro disparan contra el bloqueo
que se mantenía en la Secretaría de Administración
(Noticias 8-08-2006). El día nueve fueron asaltadas las
oficinas del diario Noticias, y ese mismo día es
159
secuestrado y después de tres días desaparecido es
encarcelado Germán Mendoza Nube, dirigente de la
Unión de Campesinos pobres, es acusado de asalto con
violencia, a pesar de usar silla de ruedas (Noticias 10 y
15-08-2006; El Imparcial, 10-08-2006).
El 13 de agosto inicia transmisiones Radio
Ciudadana con mensajes agresivos en contra de los
miembros de la APPO. Invita a asesinar a los activistas
y mantiene un acoso permanente a los dirigentes, de los
cuales da información personal para que sean atacados.
Al mismo tiempo es subida a internet una página
llamada www.oaxacaenpaz.org, la cual contenía
fotografías y direcciones de los miembros de la
dirigencia de la APPO (Noticias, 15-08-2006 y Mal de
Ojo y Corrugated Films, 2008).
El día 15 es asesinado Lorenzo San Pablo
Cervantes por las caravanas de la muerte a las afueras
de Radio Cristal (Noticias, 16-08-2006; El Imparcial, 16-08-
2006 y La Jornada, 16-08-2006). El 30 de Septiembre hizo
aparición un grupo autodenominado Organización
160
Revolucionaria Armada de los Pueblos de Oaxaca
(ORAPO), (entrevista Sosa, 2009), con uniformes
nuevos, relojes costosos y fuertemente armada, la cual
estuvo varias horas repartiendo volantes en la carretera
Oaxaca-Tuxtepec (Sotelo, 2008).
El primero de octubre es secuestrado a la una
de la tarde Pedro García (entrevista García, 2009) a las
afueras de Ciudad Universitaria. Fue presentado a las
siete de la noche, después de haber sido torturado y es
acusado por asalto violento en las inmediaciones de la
Central de Abastos con un rifle conocido como cuerno
de chivo. Es liberado el ocho de octubre, ya que al no
aparecer el arma se convierte en robo simple y alcanza
fianza. Meses después será nuevamente consignado
porque reaparece el arma. Ha sido secuestrado dos
veces más, pero liberado después de ser torturado. A
pesar de existir una orden de aprehensión en su contra
y estar sujeto a proceso penal no ha sido detenido
oficialmente.
161
Los ataques de diferentes formas en contra de
los miembros de la APPO dan muestra del uso legal e
ilegal en que incurría el Gobierno del Estado para atacar
a la APPO. La violencia no sólo era física, sino también
psicológica, la intención era eliminar algunos de los
líderes, con la idea de descabezar el movimiento. Hasta
ese momento no lograban comprender que no era más
que un grupo de dirigentes. El periódico local El
Imparcial y otros medios nacionales como El Universal y
las televisoras Televisa y Televisión Azteca, presentaban a
Flavio Sosa como el líder de la APPO, por eso es que fue
buscado para intentar detenerlo.
Pero no sólo era la violencia física, también se
buscaba causar miedo, terror de Estado, al intentar
atemorizar y hacer que los simpatizantes se replegaran
y abandonaran el movimiento. Sin embargo, la cantidad
de agravios generaba en ellos un sentimiento de coraje,
de injusticia y los alentaba más a seguir en su lucha.
162
3.1.4 Clímax de la violencia e intervención
federal, etapa del 28 de octubre al 30 de diciembre
El 27 de octubre inicia nueva ofensiva en contra
del movimiento dando como resultado que diferentes
ataques armados ocurran con saldo de varios muertos.
Se estaba realizando un paro cívico estatal, por lo que
las barricadas se mantuvieron todo el día (Sotelo, 2008 y
Martínez, 2007). Personas armadas y a bordo de
motocicletas recorrieron la ciudad balaceando las
barricadas (Noticias, 28-10-2006; La Jornada, 28-10-2006;
Proceso, Núm. 1571 10-12-2006).
El más conocido de los actos de esta ofensiva
fue el que ocurrió en Santa Lucía del Camino, municipio
conurbado de la capital, en donde el presidente
municipal, funcionarios y policías balacearon la
barricada muriendo el reportero del Independent Media
Center (Indymedia), Bradley Roland Will (Mal de Ojo y
Corrugated Films, 2008; Noticias, 28-10-2006; El Imparcial,
163
28-10-2006; El Universal, 29-10-2006 y La Jornada, 28-10-
2006).
La última semana de octubre habían ocurrido
muchos atentados violentos en contra de los
simpatizantes de la APPO. Los ánimos se encontraban
realmente crispados al máximo. Se tenía información de
al menos dos muertos confirmados, varios heridos y la
radio llamaba a reforzar las barricadas. El sonido de las
detonaciones de armas de fuego se escuchaban más allá
de las colonias donde ocurrían los desaventurados
encuentros de priistas y APPO´s (Noticias, 29-10-2006 y
La jornada 28-10-2006).
La consecuencia directa de estos hechos fue que
el Presidente de la República ordenó la incursión de las
fuerzas federales. El domingo 29 inició la toma de la
ciudad por la PFP. El avance fue lento, inicio a las siete
de la mañana y llegaron al zócalo hasta las cinco de la
tarde (Noticias, 30-10-2006; La Jornada, 30-10-2006).
164
A continuación se transcriben algunas escenas
que se presentaron en el documental Octubre Negro
(Indymedia, 2006). La resistencia en el crucero de
Viguera fue de una forma poética, vírgenes, flores,
banderas, flores y mantas, una mujer presente decía:
“Somos hermanos de la misma nación, no nos lastimen”.
Algunas, aunque no pocas, personas intentaban hacer
conciencia en los agentes de la PFP, trataban de hacerlos
entender que era un movimiento pacífico. Unas manos
mostraban libros e instrumental médico mientras sus
voces indicaban que esas eran sus armas. Una mujer se
atrevió a más, le obsequió un clavel a un agente, el cual
derramó alguna lagrima, pero logró reír: “tienes
lágrimas, pero no es porque seas un cobarde, es porque
tienes sentimientos, tómala” dijo ella. E insistió en
entregarle la flor que él se negaba a recibir, la coloco
entre su camisola y el chaleco antibalas. Sin embargo,
un superior se la arrancó (Indymedia, 2006).
Poco a poco avanzó la PFP, un paso al frente,
dos, tres más, los APPO´s tomados de los brazos
165
caminaban frente a los policías, un paso, dos, tres más
hacía atrás, caminan de espaldas mientras el
contingente uniformado golpea sus escudos con los
toletes, las tanquetas suenan sus trompetas de forma
cada vez más insistente, más constante, más intimidante
(Indymedia, 2006; Mal de Ojo y Corrugated Films, 2008).
Estas escenas que parecen salidas de una
película de acción o bien, de la memoria gráfica de
algún país de oriente medio en medio de una intifada,
son tan reales como el agravio a los oaxaqueños que
decidieron rebelarse en contra de un régimen
autoritario y de gobernantes que se han enriquecido
mientras la sociedad se empobrece cada día más. Es
posible plantear algunas preguntas: ¿qué pensaban los
agentes de la PFP mientras esperaban y después
avanzaban rumbo a la represión de sus iguales? ¿Qué
sentían al saber que estaban a punto de golpear a
personas de todas las edades, niños y niñas, ancianos y
ancianas, jóvenes, señoras y señores que se parapetaban
166
frente a ellos, sin armas, pacíficamente, pero eso sí, con
mucho coraje?
Cuando una multitud huye es común que todos
corran, se empujen, que el pánico los invada. En cambio,
en Oaxaca, durante la represión, ellos, los activistas y
simpatizantes, corrían, se protegían entre ellos; si
alguno caía al suelo los demás se detenían, lo
levantaban. Efectivamente había miedo, pero también
agravio y coraje, pero sobre todo fraternidad y
solidaridad.
En una calle se reunían evangelistas, católicos,
agnósticos y ateos. Unos rezan, otros oran, los otros
acompañan y algunos más gritan consignas contra el
Estado y el Gobernador. Todos ellos, rebeldes en
resistencia sufren, lloran y enlutan la muerte de Alberto
Jorge Flores Bernal, enfermero del IMSS que se presentó
como voluntario para atender emergencias médicas esa
noche, “Ulises lo mató”, “Asesinos”. El enfermero había
fallecido a causa del impacto de una bala de gas
lacrimógeno lanzada por los agentes de la PFP, a lo
167
cual el Gobierno tardará dos días en reconocer la causa
de su muerte, pero en un inicio acusará que fue
consecuencia de un petardo mal manejado (Vélez y
Méndez, 2006).
“¿Muchos huevos? Quítate el uniforme, vamos
a darnos en la madre, pendejo” gritaban los más jóvenes
a los policías federales. Y el observador puede
preguntarse: ¿Por qué la gente no estaba en su casa, por
qué estaba en la calle resistiendo, gritando y
arriesgándose? (Indymedia, 2006).
En las tomas que presentan los videos
documentales de los agentes de la PFP en su arribo a la
ciudad se ven claramente asustados, quizás por las
órdenes que llevaban sabían que golpearían a niños y
niñas, varones, mujeres, ancianas y ancianos; sólo los
que llevan uniforme color camuflaje blanco con negro se
muestran violentos, hacen detenciones y agreden a la
gente (Indymedia, 2006; Mal de Ojo y Corrugated Films,
2008).
168
Las detenciones arbitrarias y los secuestros
selectivos continúan. El 11 de noviembre René Trujillo
Martínez, Benito Pereda Fernández y Mauricio Horacio
Marmolejo son secuestrados y torturados durante tres
días para finalmente ser entregados a la PGR acusados
de asalto con violencia, haciendo uso de un arma de
fuego que nunca se presentó (La Jornada, 15-11-2006; El
Universal, 14-11-2006; entrevistas Pereda, 2006 y Trujillo,
2006).
Todo parece indicar que durante la toma de la
ciudad por la PFP y su estancia sirvió para que las
policías estatales y los sicarios al servicio del
Gobernador pudieran realizar abusivamente estos
secuestros. Tenían paso libre por la ciudad y los
ministerios públicos tanto locales como federales
cooperaban en fincar delitos a los activistas.
Durante este período ocurrieron dos hechos que
es importante tratarlos aparte, la llamada batalla de
todos santos y el 25 de noviembre. Ambos símbolos de
la resistencia y de la violencia en contra del movimiento.
169
3.1.4.1 Todos Santos
Para el día 2 de enero la APPO ya había
desalojado las estaciones de radio comerciales que
había tomado. Se encontraban transmitiendo Radio
Plantón con un transmisor de corto alcance y Radio
Universidad, en donde se encontraba la última de las
barricadas, la de Cinco Señores. Se escuchaba por la
radio la voz de la Dra. Bertha, conocida como Dra.
Escopeta: “Compañeros, es el momento de salir a
resguardar Radio Universidad, formar muchas
barricadas, compañeros, en todas las calles cerca de
radio Universidad. Nosotros aquí resistiremos,
resistiremos porque sabemos que no podemos permitir
que se pierda esta voz” (Mal de Ojo, 2006).
Los efectivos de la policía federal se acercaban
al Ciudad Universitaria, corría el rumor de que
tratarían de entrar y tomar la radio. A las siete de la
mañana iniciaban la ofensiva a la autonomía
universitaria. Madres, hijas, hermanas, amas de casa,
estudiantes, punks, apostados en Av. Universidad
170
esperaban el momento de defender el único medio de
comunicación que tenían. Haciendo uso de las
tanquetas que arrojaban chorros de agua, de gas
lacrimógeno y un fuerte y numerosos contingente
humano armado con escudos y toletes se acercaron a la
entrada del C. U. (La Jornada 3-11-2006; Mal de Ojo, 2006
y El Universal, 4-10-2006).
La resistencia duró ocho horas de batalla
campal, tiempo durante el cual no dejaron de llegar
simpatizantes a apoyar. La brigada de Brenamiel
(denominación que se les dio a los miembros de la
barricada de Brenamiel) llegó por un costado, por la
avenida ferrocarril a apoyar la defensa, contingentes
llegaban de diferentes puntos de la ciudad y poco a
poco fueron cercando al contingente policiaco, que en
un momento había logrado estar en la puerta e intentar
romper los candados para ingresar (La Jornada 3-11-2006;
Noticias, 3-11-2010 y El Universal, 4-10-2006).
Todos ayudaban, unos enfrentaban, unas
rompían concreto para generar piedras posibles de
171
lanzar, otros llevaban las bombas molotov, los mayores
acarreaban piedras para los más jóvenes, las bazucas
hacían su presencia, nadie midió el tiempo, las horas
pasaron y en un momento poco esperado la policía se
retiraba (La Jornada 3-11-2006; Noticias, 3-11-2010 y El
Universal, 4-10-2006). El intento violento por tomar
Radio Universidad, había sido frustrado por cientos de
personas que estaban decididas a no rendirse. La
violencia fue vencida con violencia. La resistencia tuvo
que dejar de ser pacífica y defender como pudo lo único
que le quedaba para comunicarse.
Unos días después, una señal al parecer
transmitida desde el campo militar de Ixtepex cubrió la
señal de Radio Universidad, perdiendo entonces sí la
posibilidad de mantenerla, por lo que fue entregada al
Rector de la Universidad (de Castro, 2009; Osorno, 2007
y Martínez, 2007).
3.1.4.2 25 de noviembre, cárcel y tortura.
172
Mal de Ojo TV e Indymedia.org (2007)
realizaron un breve documental llamado Pesadilla Azul,
en el cual reúnen testimonios de diferentes personas
que fueron detenidas el 25 de noviembre en la Ciudad
de Oaxaca, no precisamente en el centro, donde se había
dado el enfrentamiento entre la elementos de la PFP y
simpatizantes de la APPO.
Esta serie de testimonios está compuesta por
una señora que vendía dulces, su hija, un arquitecto que
iba pasando de vuelta a casa y un activista del
movimiento. Realizan un trazo temporal en donde van
coincidiendo las historias de cada uno de ellos. Este
documental es parte de una serie de testimonios que
han sido recuperados por diferentes organismos (la
CNDH, la CCIODH, LIMEDDH, AI, la SCJN), medios
de comunicación (Periódicos locales y nacionales, sitios
web y producciones de video), y varios libros y
artículos de revistas de divulgación, académicas y de
noticias, entre otros más.
173
Dada la cantidad de información existente, es
posible reconstruir los hechos que ocurrieron ese día y
tratar de analizar los hechos desde esta perspectiva
sociológica. Se incluirá un breve análisis partiendo de
aportes de la psicología social.
Para el día 25 de noviembre la Asamblea Estatal
de la APPO había decidido realizar una acción de
protesta para demostrar su rechazo a la presencia de las
fuerzas federales en la ciudad (entrevistas Venegas,
2008 y 2009; Martínez, 2007; Sotelo, 2008, Osorno, 2007;
Matías, 2006, entrevista García 2009; et al). El plan era
realizar una marcha que culminaría en el zócalo, la cual
se llevó a cabo poco después de las doce horas. Después
de esto, se hizo un cerco humano de 48 horas al
campamento de la PFP; aproximadamente 15 minutos
antes de las cuatro de la tarde, se cerraron las bocacalles
del primer cuadro de la ciudad, y en las azoteas de
algunos edificios se encontraban policías federales que
lanzaban objetos (como canicas) a los manifestantes.
174
Aproximadamente a las 5 de la tarde inicia el
ataque de la policía, lanzan gases lacrimógenos hacía la
gente que realizaba el bloqueo. Comienzan los
enfrentamientos entre simpatizantes de la APPO y
policías federales. Éstos últimos son reubicados varias
veces en diferentes lugares del centro de la ciudad,
Santo Domingo, San Felipe y El Carmen Alto. Relatan
los testimonios que ya empezaba a obscurecer, pero que
la visibilidad era casi nula por la cantidad de gases
arrojados (Martínez, 2007; Sotelo, 2008, Osorno, 2007 y
Matías, 2006).
Sonaban los cohetones lanzados por bazucas
caseras hechas con tubos de PVC y se usan cohetes de
fiestas religiosas. Les llaman bazuqueros, son el primer
frente de la resistencia oaxaqueña. Se han hecho
famosos por ser un contingente formado por jóvenes
aguerridos. La mayoría de los que componen este grupo
se identifican como anarquistas, anarco-punks, anarco-
magonistas, anarco-comunistas, anarco-libertarios y
otras variantes del anarquismo oaxaqueño. Muchos de
175
ellos han sufrido condiciones de marginación y
discriminación (entrevistas Venegas, 2008 y 2009;
Martínez, 2007; Sotelo, 2008, Osorno, 2007; Matías, 2006,
entrevista García 2009; et al).
Pereda (2006), García (2009), Guzmán y
Venegas (2008) comentan que son muchachos banda,
niños de la calle, el lumpen proletariado, así llamados
por los marxistas. Comentan que es el sector que no
tiene nada que perder, ¿ir a la cárcel? No les importa ya,
continuamente han sido detenidos y acosados por las
policías. De hecho, para muchos de ellos era la
oportunidad de desquitar el coraje que han aguantado
toda su vida. Para muchos de ellos es la oportunidad de
vivir de una forma diferente, es el sueño y la esperanza
de dejar de ser lo que siempre han sido.
Y mucho ganaron hasta ese momento. Eran
respetados por el resto de los miembros de la APPO,
eran miembros de una familia (la barricada), eran parte
de una organización. En esos días ya no eran
marginados ni discriminados (al menos por los APPO’s),
176
habían ganado una posición dentro de su sociedad y
eran los que enfrentaban físicamente y cara a cara a los
“invasores” (Venegas, 2008).
Quizá este contingente fue el que más perdió
con el paso del tiempo. Terminado el conflicto volvieron
a sus lugares, a ese “ningún lugar” donde siempre han
estado. Venegas (2009) quien estuvo en las barricadas
con ellos comenta que después del 25 de noviembre no
volvió a saber de ellos, ocasionalmente se les encuentra
en las marchas. Y es que, ese “ningún lugar” es también
la marginación, la discriminación y en general el
abandono. Nuevamente son el lumpen, la escoria social,
los indeseables.
Y fueron ellos quienes más perdieron, porque
con el sueño libertario de 2006 se fue también la única
afluente de esperanza. Venegas (2009) y Olivera (2009)
informan que algunos de estos jóvenes han recurrido ya
al suicidio. En el documental Un Poquito de Tanta Verdad
(Mal de Ojo TV y Corrugated Films, 2007) se observa a
177
un chico conocido como El Dany, (Osorno, 2007 también
lo menciona); él es uno de ellos.
Esos cohetones que sonaban y hacían vibrar las
estructuras de los edificios del centro sólo significaban
una cosa, se enfrentaban APPO’s y PFP’s.
Aproximadamente a las seis de la tarde el bloqueo de la
APPO se empieza a replegar hacía Santo Domingo. Una
hora después se habían incendiado dos patrullas en el
crucero de Cinco Señores, taxis recorrían la ciudad
balaceando a los activistas, la visibilidad era gris por la
pólvora de los bazuqueros, el gas lacrimógeno de la PFP
y las bomba molotov de otros manifestantes. En varios
puntos de la ciudad, se instalaron barricadas
nuevamente (Martínez, 2007; Sotelo, 2008, Osorno, 2007
y Matías, 2006).
Antes de las 21:00 horas varios vehículos habían
sido incendiados en la Avenida Chapultepec, se
encontraba en llamas el Palacio Legislativo, también el
del Tribunal Superior de Justicia del Estado, el del
poder judicial, el teatro Juárez, la Secretaría de Turismo,
178
fueron dañados el de la Secretaría de Relaciones
Exteriores, del Registro Público de la Propiedad, la
Facultad de Sociología de la UABJO, la Asociación de
hoteles y Moteles y el Hotel Camino Real (entrevistas
Alejandro; 2006, Pereda, 2006 y 2007; Trujillo, 2006; y
López, 2009).
Sobre los edificios incendiados no existe
propiamente una respuesta de quién lo hizo, el
Gobierno culpa a los miembros de la APPO y la APPO a
la PFP. Muchos vehículos fueron quemados para
montar barricadas, puesto que poco después de las seis
de la tarde salieron del Estadio de Beisbol diez
camiones con refuerzos de la PFP (Beas, 2007).
Cuando se empiezan a replegar los
simpatizantes de la APPO inicia también la cacería,
personas armadas atacan y detienen a quienes se
alejaban de los enfrentamientos y a quienes encuentran
en la calle. Todos ellos inocentes de cualquier delito y su
libertad por ausencia de pruebas lo demostró semanas
179
después (Martínez, 2007; Sotelo, 2008, Osorno, 2007;
Matías, 2006 y Beas, 2006).
La ciudad después de las ocho de la noche es un
campo de batalla mientras que en algunas calles
continúan los enfrentamientos, las policías recorren las
calles deteniendo a transeúntes: “En ese momento
cuando yo venía bajando, venían corriendo varios de la
PFP, me encontraron ahí en la esquina y me agarraron y
le digo oiga ¿por qué me detiene? y me dijo a mí no me
importa lo que tú andes haciendo, a mí me la pagas y el
otro agarró a mi hija” (Mal de Ojo e Indymedia.org,
2007).
Cada persona que era detenida tenía que sufrir
golpes con manos, pies y armas de los policías federales,
además de los insultos y amenazas verbales, les decían
que serían violadas o asesinados, que a sus familiares
también los matarían (Mal de Ojo e Indymedia.org,
2007). Todo parece indicar que los agentes de la PFP
contenían un rencor en contra de los activistas debido a
la humillación que sufrieron al ser obligados a
180
retroceder y retirarse de la zona aledaña a Ciudad
Universitaria por la defensa ciudadana de Radio
Universidad, en la llamada Batalla de Todos Santos,
ocurrida el 2 de Noviembre.
Después de haber sido detenidos, eran llevados
al Llano en donde eran amontonados, esposados y
asaltados, les robaban su dinero, celulares y cualquier
objeto de valor. Las mujeres eran manoseadas y vejadas
sexualmente, muchas de ellas refieren que eran tocadas
con los toletes en sus partes íntimas (CCIODH, 2007).
Posteriormente, muchos detenidos fueron
llevados al penal de Miahuatlán, donde no recibieron
atención médica, sus procesos penales fueron
irregulares y hubo violencia física y psicológica; es de
notar que les prohibieron platicar entre ellos. En la
madrugada comenzaron a aterrizar helicópteros en el
penal, subieron a los detenidos sin informarles a donde
sería llevados, durante el trayecto fueron amenazados
con ser lanzados al mar. Sus familiares no fueron
informados del traslado, incluso a esa hora no habían
181
sido informados del lugar y estado procesal (Martínez,
2007; Sotelo, 2008, Osorno, 2007; Matías, 2006; Beas,
2006 y Mal de Ojo e Indymedia.org, 2007).
Las personas detenidas fueron enviadas a la
base aérea de Ixtepec en donde fueron obligados a
abordar aviones que los trasladaron al penal de Tepic,
Nayarit. Al llegar al destino, las mujeres, fueron
obligadas a desvestirse y cortarse el cabello. Quienes
requerían atención médica, no la recibieron, a pesar de
las horas transcurridas desde su arresto. Desnudas
fueron obligadas a realizar ejercicios de flexión de las
piernas (llamadas sentadillas) frente a las custodias
(vigilantes del penal).
Algunos testimonios de familiares de detenidas
refieren que tardaron hasta cinco días en saber dónde se
encontraban. Las personas arrestadas se encontraban
incomunicadas en todo momento, incluso, no les
permitían hablar entre ellas. No fueron tratadas como
criminales peligrosas, las autoridades fueron más allá,
infringiéndoles tratos contra lo que ellas consideran
182
íntimo: su cuerpo y su mente. Su espacio más elemental
fue violado, su cuerpo reprimido y su cultura ultrajada.
La situación de los varones no fue distinta.
Durante los días en que se encontraban
detenidas y detenidos no les fue permitido leer ni
escribir, les fue arrebatada cualquier posibilidad de
distracción. Este tipo de trato es considerado como
tortura psicológica. El aislarlos es ponerlos en situación
más vulnerable ante los interrogatorios, en donde, lo
que las autoridades buscaban era que se
autoincriminaran (Martínez, 2007; Sotelo, 2008; Osorno,
2007; Matías, 2006 y; Beas, 2006). A este tipo de
tratamiento contra los detenidos Naomi Klein le
denomina terapia de shock (2007).
A los detenidos se les maltrató física y
psicológicamente. Fueron golpeados desde el momento
de su arresto, y hasta antes de ser presentados al
Ministerio Público de fuero común o federal.
Emocionalmente fueron maltratados con la amenaza de
ser arrojados desde el helicóptero o dañar a su familia.
183
Diferentes fuentes testimoniales y las entrevistas
realizadas confirman que estos hechos ocurrieron.
Dichas denuncias fueron presentadas minuciosamente
en el Foro Internacional de Derechos Humanos
celebrado en la Cámara de Diputados en febrero de
2007, en el cuál detallaron cada uno la forma en que
fueron violentados tras su detención.
A muchos de los presos anteriores, durante y
después de la intervención de la PFP se les secuestraba
(regularmente por personas vestidas de civil y en
vehículos particulares), sin ordenes de aprehensión, sin
motivo y sin causa eran llevados a casas de seguridad
por horas o días. Lugares donde se les torturaba y
posteriormente eran entregados a las autoridades por
delitos como posesión de armas o de drogas y en su
mayoría acusados de robo o salto con violencia
(entrevistas García, 2009; Pereda, 2006 y Trujillo 2006).
Hasta este último momento era negada su aprehensión,
es lo que se conoce como desaparición forzada, para lo
cual no tiene un límite de tiempo, a partir del momento
184
en que es detenida una persona y la autoridad lo niega
se le considera así, no importa si es por unas horas, días,
meses o años.
Durante los procesos de detención las formas de
agresiones físicas y psicológicas se pueden distinguir en
dos formas: a) genéricas: golpes, jalones y amenazas de
igual forma a hombres y a mujeres y b) violencia de
género: de acuerdo al género visible era la forma en que
lo violentaban. A las mujeres las amenazaban con daños
a sus hijos o violación, manoseos, violación sexual ya
fuere con instrumentos o con genitales, transgresiones a
su cuerpo y cultura; hacer sentadillas desnudas, ser
observadas por mujeres y hombres. Detalles que
transgreden la feminidad tanto como una violación
sexual, es la violación a sus tradiciones, en específico el
cortarles el cabello a quienes lo tenían largo, en ese
detalle frívolo para muchos, banal para otros, se
encontraba algo muy importante para ellas, su
feminidad.
185
En los hombres las amenazas de tono machista,
golpes y choques eléctricos en los genitales o
violaciones sexuales. No realizadas precisamente por
homosexuales, sino por policías o sicarios, quienes
buscaban vulnerar, violar, romper el cuerpo y
transgredir emocionalmente, quebrarlos, hacer que se
arrepintieran por lo que habían hecho, que no
reincidieran, que se disciplinaran.
Pero no sólo el detenido, parte de la estrategia
era romper a todo el tejido social, crear un efecto
psicosocial, que sus conocidos, familiares, amigos,
vecinos, miembros de la organización, que todos
entendieran que no era posible más, que entendieran las
consecuencias de participar, de rebelarse y de actuar.
“El objetivo de la tortura es desintegrar la
identidad psicosocial del luchador social a partir del
dolor físico y el sufrimiento psíquico extremos.
Kordon y Edelman definen la identidad como: “el
conjunto de rasgos, representaciones y valoración
que un sujeto posee de sí, que le produce un
186
sentimiento de mismidad que le permite mantener su
cohesión interna a lo largo del tiempo y las
características que le dan su propio perfil y lo
diferencian de los otros…La noción de unidad,
consistencia y cohesión es un factor sustancial en la
identidad” (Kordon y Edelman, 2007 citado en
Souza, et al, 2009).
Durante la tortura, la persona es despojada de
sus marcos referenciales habituales, de aquellos lazos
sociales que confirman constantemente su ser en el
mundo. De acuerdo con Lira, la realidad deja de regular
el funcionamiento psíquico, las funciones yóicas se
alteran, desencadenando angustia extrema y “fantasías
desintegradoras, persecutorias y autodestructivas” (Lira
y Weinstein, 1981 citado en Souza, et al, 2009).
Con base en lo anterior, la tortura hacia el
luchador social busca desgastar y, eventualmente,
destruir la organización social a la que pertenece, pero
también arremete directamente contra la familia y la
comunidad en distintos niveles y de diversas maneras.
187
Pérez-Sales señala tres elementos principales del
impacto psicosocial que tienen las experiencias
traumáticas. En primer término, generan “un
sentimiento de desamparo, es decir, estar a merced de
otros, haber perdido el control sobre la propia vida”
(Peréz-Sales, s/f citado en Souza, 2009).
Como segundo elemento, se presenta “una
ruptura de la propia existencia, lo que implica que hay
un antes y un después del hecho traumático” (Peréz-
Sales, s/f citado en Souza, 2009); y por último, se registra
“una tensión negativa extrema”. Esta situación se
prolonga y agrava en esos casos en que el luchador se
convierte en rehén del Estado por tiempo prolongado,
ya sea de manera abierta (en centros penitenciarios) o
encubierta (cárceles clandestinas).
El desamparo, la sensación de ruptura y la
tensión (estrés), acompañan tanto a los sobrevivientes
directos, como a sus familiares y a la comunidad, de
acuerdo al mecanismo de represión experimentado
(tortura desaparición, encarcelamiento) y a las
188
condiciones sociopolíticas que se presenten después del
hecho” (Souza, 2009:27-28).
Algunos de los efectos psicosociales más
frecuentes son: miedo, terror, tensión, desesperanza,
desconfianza, sensación de ruptura, retraimiento social,
sentimientos de desamparo y culpa, desequilibrio en la
dinámica familiar, silencio alrededor de los hechos
traumáticos y de los sentimientos y emociones
asociados y duelo. (Souza, 2009:28).
3.1.5 Violencia y Resistencia
A lo largo de los meses que duró el conflicto se
presentaron diversas formas de violencia en contra del
movimiento. En este apartado se destacarán y
analizarán las formas que en un inicio el Gobierno local
con el consentimiento del Federal transgreden las leyes
y en específico los derechos ciudadanos, así como los
ataques personales y en contra de los grupos que se
manifestaban.
189
Debe mencionarse que después del 14 de junio
ya no le fue conveniente al gobierno intentar desalojar
violentamente, por lo que recurrió a la represión
selectiva, a los secuestros, detenciones arbitrarias,
torturas y falsificación de pruebas en procesos jurídicos.
Pero también es el inicio de los recorridos
nocturnos de las caravanas de la muerte; personajes
encapuchados que en camionetas sin rótulos recorrían
las calles balaceando a los miembros de la APPO.
Posteriormente, el ingreso violento de las fuerzas
federales y la violencia que se desató a partir de que la
PFP toma el control de la ciudad.
Las formas de violencia en que incurrió el
gobernador del estado corresponden a un régimen sin
legitimidad quien considera que sólo mediante el
“orden” puede mantener su gobierno, recurriendo a la
violencia como única forma de reacción al jaque en que
lo posicionan la disidencia y la oposición.
190
Los rumores pueden ser ciertos, falsos o ser
verdades a medias. Existen en todos los grupos sociales,
son parte de la realidad cotidiana. La creencia en ellos
puede derivar en la generación de certezas o
incertidumbres. Durante el período estudiado en este
trabajo, corrían los más diversos rumores en la Ciudad
de Oaxaca. Entre otros, se rumoraba que Ulises Caería;
que había muchos muertos y sus cadáveres fueron
desaparecidos; que los activistas de la APPO eran
pagados por Flavio Sosa; que éste estaba pagado por
fuerzas obscuras que pretendían desestabilizar el
sistema; que una persona u otra era infiltrado del
Gobierno en el movimiento; y muchos más.
Lo importante para el análisis no son en sí los
rumores, sino considerar los efectos sociales y
psicológicos que provocaron en la población. Durante el
momento en que las personas fueron detenidas y
trasladadas a los penales, a lo largo de sus estancias en
cárceles legales o clandestinas, todos estos rumores se
volvieron reales en sus vidas, cobraron vida en el terror
191
que sintieron durante esos días. En sus mentes
permanecía la idea de morir, desaparecer, de ser
arrojados al mar o de terminar en una fosa común
clandestina. En el Terror se hicieron reales los rumores,
empero, no sólo en los activistas detenidos, también en
sus familiares, amigos, vecinos y compañeros del
movimiento.
Los rumores que, intentando servir al
movimiento, exacerbaban la imagen del Gobierno
autoritario y represor terminaron sirviéndole, al mismo,
como una forma de terror de Estado, los rumores se
volvieron realidad al afectar a las personas involucradas
y a sus seres queridos. Al mismo tiempo que servían
para ocultar la realidad. Los hechos reales, las muertes,
los secuestros, las balaceras se volvieron mentira
cuando en la búsqueda de legitimidad el Gobernador y
su grupo político desmentían lo que era falso,
ocasionando que en el imaginario de muchas personas
todo se volviera mentira. Buscando crear, así, un
ambiente de rechazo contra el movimiento.
192
¿Qué logra el Gobierno con la violencia? La
intervención del Gobierno Federal permite que ocurran
dos cosas, mantener el régimen de Ulises Ruiz y darle
apoyo al próximo Ejecutivo Federal que se encontraba
también carente de legitimidad. Pero es principalmente
la retroalimentación entre el nivel federal y el local lo
que le permite mantenerse en el poder, el apoyo que
recibe del Gobierno Federal es retribuido con el
reconocimiento de Felipe Calderón como presidente
constitucional de México.
Considerando los actos violentos como una
expresión de las relaciones de poder es posible considerar
que los sucesos estudiados son el resultado de la
correlación de fuerzas durante el conflicto. Tanto la
APPO, como el Gobierno del Estado y el Federal
realizaron sus cálculos para poder actuar, midiendo las
posibilidades que tenían para actuar y la forma de
hacerlo. Es posible mencionar un ejemplo de cada uno
de ellos.
193
El Gobierno Estatal podía considerar el poder
con que contaba y por tanto atacó al movimiento. Como
ocurrió el 14 de junio de 2006. En ese momento calculó
la posibilidad de hacer levantar el plantón y encarcelar a
los líderes mediante un “operativo quirúrgico” (Osorno,
2007 y 2007b). Sin embargo, el cálculo fue erróneo.
Diversas fuerzas políticas, sociales, y gremiales
participaban de manera directa o indirecta en el
movimiento magisterial.
El Gobierno Federal, encabezado por el Partido
Acción Nacional (PAN) se encontraba enfocado en el
proceso electoral federal de 2006, en el cual se definiría
el Presidente, diputados federales y senadores; y con
ello calculando los costos político- electorales de cada
acto. Durante más de tres meses ignoro el conflicto
ubicándolo ante la opinión pública como un conflicto de
orden local, y por tanto, con soluciones al mismo nivel;
el costo político sería solamente para el PRI, el retrasar
su intervención en el conflicto generó costos para ambos
partidos.
194
La decisión de tomar parte y enviar tropas
federales como el ejército, naval y PFP, por una parte, se
da en un momento en el cuál han pasado las elecciones
federales, se han entregado las constancias de mayoría a
Diputados Federales, Senadores y al Presidente de la
República; con las pérdidas electorales del PRI en varios
Estados, entre ellos Oaxaca. Y por otro lado, se acercaba
el día de la toma de posesión del Poder Ejecutivo. Se
vuelve necesaria la participación Federal ingresando a
la PFP a la capital oaxaqueña y recuperando los sitios
donde se encontraban las principales barricadas y el
plantón, es decir, los principales cruceros y el Zócalo,
este último como símbolo de la recuperación de la
ciudad.
Estos hechos ocurren con una gran violencia,
tanto de la resistencia formada por los simpatizantes de
la APPO, como de los policías federales al ingresar a la
ciudad. Durante el período que la PFP ocupó la ciudad
se dieron varios actos violentos contra la población civil,
el más gravoso fue el ocurrido el 25 de noviembre.
195
Las organizaciones y personas que participaban
en la APPO realizaban su propio cálculo. Observaban
que entre mayor era la agrupación, mayor era el poder
que adquirían. La APPO, conforme aglutinaba a más
organizaciones y personas, obtenía simpatía y
solidaridad en el ámbito local, nacional e internacional,
obtenía mayor poder mediático y político. Al mismo
tiempo lograba mayores posibilidades de negociar y
presionar al Gobierno Federal, el cual no respondió
siempre de forma pacífica. El siguiente cuadro muestra
las formas de violencia que fueron utilizadas contra el
movimiento, se encuentra dividida en física, psicológica
y los efectos psicosociales que genera.
196
3.2 Resistencia Oaxaqueña
“Las amas de casa
nos ayudaron mucho. Me da
risa cuando dicen “los
radicales”. ¡Qué radicales ni
que nada! Eran ellas las que
en las marchas nos decían,
“ten tu coca para el gas, tus
piedras, tus cohetes, tu
bendición: cuídate mucho
joven”.
El Alebrije en La Batalla por Oaxaca.
En esta sección se realiza un análisis de la
resistencia del movimiento oaxaqueño en 2006. Es
posible notar que muchas de las cosas que aquí se
describen ya fueron anotadas en los capítulos anteriores.
Por tanto no serán relatadas con mucha profundidad.
Al igual que en el capítulo anterior, se
reconstruye con la información publicada en diarios,
197
libros, revistas y libros, salvo en donde se cita
textualmente o se menciona una idea específica de un
texto o entrevistas; es el resultado del cruce de
información de las diferentes fuentes.
Se toma como base la misma periodización que
se revisó en la primera sección de este capítulo III,
puesto que los ciclos de violencia estatal en contra del
movimiento corresponden a la forma en que se
organizaba la resistencia como respuesta. Es impensable
separar la resistencia de la violencia y a éstas de la
organización. Las tres están intrínsecamente unidas. La
violencia generó resistencia y la organización. Al tiempo
que la organización cada vez más compleja de la APPO
generaba en el Gobierno Estatal la necesidad de buscar
nuevas formas de violencia para atacar el movimiento.
No es posible concebir la organización de la
APPO dejando de lado la resistencia, ya que ésta generó
que se formaran las barricadas. Pero, sin la organización
precedente tampoco era posible establecer las
barricadas como medio de resistencia. De la misma
198
forma en que al inicio del conflicto las simpatías del
magisterio con otras organizaciones, y con la sociedad
misma, permitieron frustrar el desalojo del plantón del
magisterio el 14 de junio.
Ahora bien, tampoco se debe hacer a un lado la
reacción en otros sectores de la población frente a las
acciones de resistencia de la APPO. Para muchas
personas la toma de las radios comerciales y de canal 9
fue una forma de violencia. Las barricadas y la
vulneración del libre tránsito también lo fue. Los
enfrentamientos entre la asamblea y las policías
efectivamente fueron violentos y claramente dañaron a
personas que no se habían involucrado en el conflicto.
Se pueden considerar básicamente cuatro
formas de resistencia: medios de comunicación, las
barricadas, defensa de posiciones (14 de junio, llegada
de la PFP, 2 y 25 de noviembre) y la organización en sí
misma. De estas modalidades se observó que,
dependiendo de la postura política del escritor, pueden
ser pacíficas o violentas. Es el caso de Carlos Ramírez
199
(2010:312-331) para quien todas las formas de resistencia
fueron violaciones a los derechos de los ciudadanos que
no intervenían en el conflicto o no expresaban alguna
postura en torno a él.
Ramírez (2010) expresa la postura que
mantenían algunos de los empresarios, el Gobierno
Federal y algunos sectores de la población, quienes
consideraban que los llamados a la resistencia por
medio de las radios eran una forma de violentar a los
demás. Hace hincapié en que las barricadas violentaban
el libre tránsito de quienes no pertenecían o
simpatizaban con la APPO. Y recalca la idea de que la
APPO estaba dirigida por grupos de la guerrilla armada
y clandestina. En ningún momento cita fuente alguna
que lo corrobore, ni testimonios de que esos hechos
fueron reales.
Sin embargo, precisamente por la difusión de
estas ideas hechas por el Gobierno Estatal, grupos de
empresarios y algunos periodistas, principalmente de El
Universal y El Imparcial, pueden entenderse como la
200
causa real de la violencia en contra de la población que
no intervenía en el conflicto.
3.2.1 Medios de comunicación
Los diferentes medios de comunicación
formaron parte esencial de la resistencia oaxaqueña.
Desde 2005 el magisterio contaba con Radio Plantón,
medio por el cual transmitía e informaba a la
ciudadanía sobre sus posturas y luchas. El 14 de junio
fue la base por medio de la cual recibieron el apoyo
para enfrentar el desalojo de las policías estatales y
municipales. Después ocupó su papel Radio Universidad,
poco después canal 9 (que contaba con televisión y
radio y con cobertura en toda la entidad), que al ser
destruida fueron las radio comerciales tomadas y
después nuevamente Radio Universidad y poco después
nuevamente Radio Plantón, con un nuevo transmisor.
Las radios sirvieron para informar en tiempo
real sobre las amenazas contra el plantón, las barricadas,
201
las radios mismas y a los integrantes del movimiento.
Al mismo tiempo fueron un punto de encuentro de
ideas y discusión, de entretenimiento y búsqueda de
una identidad colectiva, que sin buscar homogenizar
intentó crear un sentimiento de unidad, y lo logró
(entrevistas con Olivera, 2009; Venegas, 2009; y Guzmán,
2009; Osorno, 2007; Martínez, 2007; Lobo, 2007; et al).
También fueron el medio de convocar a
actividades como las marchas y las asambleas. Fueron
un punto donde los ciudadanos hacían públicas sus
inconformidades con el Gobierno. Fueron en sustancia
el corazón público del movimiento.
Los periódicos jugaron un papel importante, en
especial el diario Noticias, que a pesar de tener una línea
por las diferencias personales entre su dueño y el
Gobernador (Ramírez, 2010), mantuvo la cobertura en
todo momento. Además de generar un archivo impreso
de valiosa importancia para reconstruir posteriormente
los hechos ocurridos en 2006. Es importante hacer notar
que sus ejemplares de todo ese año fueron retirados de
202
la Hemeroteca del Estado y fue hasta que se realizó la
investigación de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación la manera en cómo se reintegraron a la sala de
acceso público.
El internet tuvo un papel de difusión a nivel
internacional para el movimiento. Más allá de la
cobertura de los medios internacionales, las
transmisiones de la radio podían ser escuchadas por
este medio en cualquier parte del mundo. Las páginas
web de las organizaciones y de la misma APPO fueron
valiosas para el seguimiento de los sucesos. Asimismo,
se crearon muchos blogs y web, además de las que ya
existían, que difundían la información, entre ellos
narconews.com, oaxacaenpiedelucha.blogspot.com,
Indymedia.org y muchas más.
Los servicios de video en línea permitían que
las producciones en video fueran vistas en todo el
mundo, con una producción pobre por la premura,
puesto que todo estaba siendo subido a la red casi al
instante y no permitía mucho tiempo para la edición
203
(Trujillo, 2007). Estas producciones fueron mejoradas
con el tiempo y es posible ver actualmente videos
documentales como Un Poquito de Tanta Verdad,
Compromiso Cumplido o Azul, (Mal de Ojo TV, 2007, 2008
y 2010 respectivamente) con la mejor calidad.
3.2.2 Las barricadas
Después de que un comando armado atacara y
destruyera Radio Cacerola, como era llamado en ese
entonces Canal 9, se decide instaurar barricadas para
proteger los accesos a las radios. Al poco tiempo,
aparecen las caravanas de la muerte, lo que hizo
necesario poner más barricadas aún, planeándose una
estrategia en la cual se recomendaban algunas de éstas
en sitios específicos.
Sin embargo, la ciudad se llenó de barricadas.
Estaba la de Brenamiel, la de la colonia reforma, la de
Calicanto, en cada colonia, en cada barrio, en cada
estación de radio había varias y en los accesos al
campamento del zócalo. Algunas de ellas tenían
204
nombre, estaba la Barricada de la Muerte, la Barricada del
amor, la Barricada de los Niños: “Éstas las formaban las
mamas con sus niños, y ellos se quedaban a cerrar una
callecita y las retiraban a las 12 de la noche, para que los
niños se fueran a dormir” (Venegas, 2007:199).
La barricada fue un elemento muy importante
para la organización de la APPO, como se mencionó en
el capítulo II, y al mismo tiempo, elemento
imprescindible para la resistencia. Desde su creación
hasta que es entregada la última son símbolo del
movimiento, de ahí que muchos le comenzaron a llamar
La Comuna de Oaxaca, pese a las implicaciones e
imprecisiones que ello implica, pero es la forma en que
se conoció mundialmente. La barricada, como insiste
Venegas en cada texto y entrevista, fue un espacio de
convivencia fraterna, un espacio de temor y esperanza,
un espacio donde las desigualdades sociales se
terminaban. Por eso al final fue lo más defendido, lo
más apoyado y por lo que se luchó para no quedar en el
olvido.
205
Las barricadas eran el único medio de
protección ante la presencia de las “caravanas de la
muerte”. Al darse cuenta que recorrían la ciudad se
comunicaban con la radio para informar, al llegar a una
barricada lanzaban cohetes para solicitar apoyo,
Venegas (2007 y 2008), Osorno, (2007), Martínez (2007),
Sotelo (2008), et al, aseguran que la barricada y las
comunicaciones salvaron muchas vidas.
Durante la invasión de la PFP a la ciudad
algunas barricadas fueron retiradas o abandonadas para
mantener el pacifismo del movimiento y salvaguardar
la integridad de sus integrantes. Sin embargo, algunas
resistieron, las más de ocho horas que tardaron las
fuerzas federales en hacer un recorrido de máximo diez
minutos fue resultado de la defensa que proporcionaron
los disidentes.
La última barricada en formarse fue la del
Crucero de Cinco Señores que tuvo la finalidad de
proteger Radio Universidad, una vez que habían sido
desalojadas las otras barricadas y era el único medio de
206
comunicación de largo alcance. Esta barricada fue la que
resistió el embate de las fuerzas federales con el apoyo
de otras más. Por sí misma hubiera podido ser
derrotada, pero llegaron los “Brenalocos”, miembros de
la Barricada de Brenamiel, además del apoyo de miles de
ciudadanos que propiamente sólo acudían con la fuerza
de la esperanza y en grupos numerosos y consolidados.
Sin la comunicación por la radio y la resistencia
(entendida esta ocasión como física, moral y rebelión
simultáneamente) ese día hubieran perdido el último
bastión de la lucha mediática; la forma en que las
barricadas y grupos de vecinos y simpatizantes que
llegaban a resguardar las instalaciones parecía una
estrategia planeada, cosa que nunca fue. Llegaban de
todas partes de la ciudad, no había calle por la que no
pasara alguien que iba en plan de apoyo.
La barricada de Brenamiel llegó por avenida
ferrocarril, con un nutrido grupo de integrantes que la
caracterizaban, muchachos banda, limpia parabrisas,
niños de la calle, la “banda pesada” como era llamada
207
por muchos (Venegas, 2009). Este contingente cercó por
un costado a la PFP; fue un embate que no pudo resistir.
Mientras los simpatizantes seguían llegando por todos
los puntos cardinales, se agrupaban y mantenían el
ataque con piedras, petardos, cohetones, bombas
molotov y todo aquello susceptible de ser lanzado,
incluso un tanque de gas incendiado.
Luis Hernández Navarro la comparó con la
intifada palestina, quizá diferente se puede asegurar.
Pero sin duda un pueblo aguerrido, sin más armas que
la creatividad, el ingenio y su propio cuerpo
enfrentando a las fuerzas policiales, por ocho horas, y al
final, quizás lo que nadie esperaba, la retirada de los
elementos de la PFP. Genaro García Luna, encargado
del operativo, aseguró que el propósito no era Radio
Universidad, sino abrir el paso en Avenida Universidad,
ello a pesar de que se publicaron tomas de video donde
intentan romper las cadenas y candados de C. U. Ese
día marcó un hito en la historia del movimiento, que
208
cada día desde el 14 de junio fue adquiriendo
características sui generis.
3.2.3 Resistencia pacífica
La resistencia del movimiento oaxaqueño en
2006 es posible agruparla en dos tipos: resistencia
pacífica y violenta. Por resistencia pacífica se trata de
exponer a aquella que se realiza, haciendo uso de los
derechos civiles y políticos, públicamente sin afectar a
terceros, exigiendo la garantía de hacer valer los
derechos humanos. Se entiende que no se trasgreden las
leyes establecidas y evitan enfrentamientos con otros
grupos. Entre éstas se puede mencionar el uso de
medios de comunicación para difundir sus ideas y
programas, las manifestaciones, mítines, plantones y
paros cívicos. El uso de las barricadas y los cierres, a
pesar de vulnerar los derechos de los no involucrados
también son considerados pacíficos por no recurrir
directamente a la violencia física y como medio de
defensa ante la violencia estatal.
209
Los medios de comunicación (cohetes de fiestas
religiosas, radio, internet, periódicos) fueron la
expresión más clara de la resistencia oaxaqueña.
Lograron romper el cerco mediático que los gobiernos
federal y estatal mantenían en torno al conflicto,
lograron rebasarlo y hacer uso de él en beneficio de su
movimiento. Ese ha sido el gran aporte del movimiento
oaxaqueño a la sociedad, hacer uso de las formas de
comunicación masiva, tradicionalmente en manos de
algunas empresas y que por un momento fueron usadas
para difundir los mensajes de la organización.
Si bien el uso de la radio no fue nuevo en este
conflicto (ya se había hecho uso de él en centro América
y en algunas comunidades de Oaxaca) sí lo fue de la
forma en que consiguieron hacerlo, tenerlo en su
posesión y transmitir de forma abierta y no clandestina
las consignas y mensajes que los locutores consideraron
necesario.
Tanto las megamarchas, como los cierres de
avenidas, bloqueos de oficinas gubernamentales y
210
mítines, actividades públicas en su totalidad fueron
formas de resistencia. Modalidades garantizadas por la
constitución general de la República, que hacen uso de
los derechos establecidos y que si bien impiden algunos
de los derechos como el libre tránsito no son formas
violentas de manifestación; servían para mostrar el
apoyo social con que contaba el movimiento
Las barricadas surgen como una necesidad de
defensa ante los ataques de las “caravanas de la muerte”
y se convirtieron, como se mencionó anteriormente, en
un elemento de organización. Las barricadas fueron una
forma pacífica de manifestarse y protegerse. En estas se
gestaron nuevos colectivos y asambleas barriales. Las
cuales llegaron a tener representación en el Consejo
Estatal de la APPO. Fueron el elemento esencial de las
formas de resistencia que tuvieron que enfrentar el
ingreso de la PFP y los eventos del 2 y el 25 de
noviembre de 2006.
211
3.2.4 Resistencia violenta
Aquí se tratan de agrupar los hechos que
tuvieron que ver directamente con la violencia física. A
un grupo de estos hechos se propone llamarlos defensa
de posiciones por estar enmarcados en la defensa de,
primero, el plantón (14 de junio) y posteriormente, la
defensa de la ciudad ante la incursión de la PFP
(enfrentamientos para intentar mantener algunas
barricadas), la defensa de Radio Universidad (2 de
noviembre) y la muestra del repudio a la presencia de
las policías federales (25 de noviembre); se puede
agregar que fueron actos defensivos.
Durante los meses que duraron las barricadas
también ocurrieron algunos actos violentos por parte de
los miembros de la APPO. En entrevista, Benítez (2007)
comenta que realizaron solicitudes o expropiaciones de
algunos bienes particulares, como la comida de
Dominos Pizza, o las latas de pintura en aerosol en
ferreterías. Dichas acciones fueron consideradas, por
muchos habitantes, como actos vandálicos y que
212
violentaban a la población que no intervenía en el
conflicto (Ramírez, 2010).
4. Reflexión Final
Brevemente podemos llegar a conclusiones ya
expresadas ampliamente en las líneas anteriores. La
violencia no es lo mismo que la agresión, ni es parte de
la llamada naturaleza humana. Es el resultado de la
construcción de la cultura en las sociedades humanas.
Implica el uso de la racionalidad, por tanto el cálculo
costo beneficio y puede ser considerada como un acto
de poder. Esta violencia ha sido administrada por el
Estado quien pretende tener el monopolio legítimo, y es
a la vez el gestor de los intereses de clase, siendo
siempre primordiales los de la dominante. Por tanto, el
Estado es la institucionalización de la violencia, con
límites formales y de legitimidad. Cuando ambos se
rebasan, se estará hablando de terrorismo de estado.
Las clases menos privilegiadas han sido
abandonadas por el Estado Mexicano, dando como
213
resultado una serie de descontentos que, cuando
confluyen las circunstancias necesarias, pueden
desembocar en una rebelión abierta de diversas
magnitudes. Cuando la resistencia transcurre de ser
pasiva a activa se puede hablar de rebelión y
movimientos sociales que pueden ser actos pacíficos o
violentos, diferenciándose porque la primera tendría
una vida más breve, al ser reprimida o sus demandas
satisfechas se retirarían, mientras que el segundo
permanecerá y buscará nuevos cauces o nuevas
demandas.
La rebelión o los movimientos sociales
demandantes de soluciones a sus necesidades pueden
ser reprimidos violentamente, o de igual forma pueden
tener acciones violentas que intenten irrumpir el orden
establecido en un espacio y tiempo dado.
El uso de la violencia en la ciudad de Oaxaca ha
sido y es calculada, totalmente racional. Busca como fin
el mantener a un grupo en el poder. Los grupos que se
disputan el poder están concentrados dentro del Partido
214
Revolucionario Institucional (PRI). Las formas de
violencia usadas antes, durante y después del conflicto
de 2006 han sido de diversas formas como veremos en
los siguientes capítulos. El estado que posee la violencia
(no el monopolio, puesto que existen varios grupos
informales violentando a la población, ni legítimo,
principal causa del conflicto de 2006 y de movimientos
sociales) excede las facultades que le da la constitución,
busca mediante el asesinato, el encarcelamiento de
líderes y la represión desarticular la oposición que tiene.
La resistencia de diferentes grupos que ya era
abierta (Scott, 2000), pasó a concretarse en la Asamblea
Popular de los Pueblos de Oaxaca, como la expresión
más desinhibida de rebelión contra el Gobierno Estatal.
Es posible observar que lo que Tarrow denomina
rebelión y movimiento social comparten el espacio,
tiempo y lucha. Un sector de la población se subleva,
pero al llegar la represión se repliega, una gran parte
más ya agrupada anteriormente en organizaciones o
recién incorporada resiste y se conduce como
215
movimiento social, después de la represión se
mantienen como oposición y continúan desde diferentes
vías exigiendo la satisfacción de sus demandas.
Es posible partir de esta concepción de estado
para analizar la situación que se vive en el Estado de
Oaxaca, como la forma en que la violencia institucional
o monopolio de la violencia, es superado por el
terrorismo con que se mantuvo en el poder Ulises Ruiz.
De igual manera es plausible tratar de aplicar la teoría
de los movimientos sociales para describir y tratar de
comprender lo que es la APPO como grupo
contestatario y agente de cambio social en la entidad.
Ambos sujetos sociales, Estado y APPO, no son
comprensibles por sí mismos. Es necesario analizar las
relaciones entre ellos, tanto las negociaciones como los
actos de violencia en que incurren los dos. Para ello es
imprescindible entender las formas en que actúan
transgrediendo cada uno los parámetros establecidos
formal e informalmente por la sociedad oaxaqueña. Es
decir, diversas acciones de la APPO resultaban
216
transgresoras de las convenciones sociales de
determinados sectores de población, así como los actos
del ejecutivo local violentaban los derechos
constitucionales de la disidencia.
Nuevamente considerando que el Estado es la
personificación institucionalizada de la violencia, y que
cuenta con marcos legales y legítimos para ello,
tomando como punto de partida las facultades que la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
la Constitución del Estado de Oaxaca y todas las leyes y
reglamentos secundarios, se puede pensar qué ocurrió
en ese estado en 2006. El Gobierno de Ulises Ruiz
excedió sus facultades en contra de los dirigentes,
cometió abusos de autoridad y permitió que sus
subalternos los cometieran. Mientras las autoridades
federales lo permitían y posteriormente legitimaron.
La violencia que se vivía previamente en el
Estado se recrudeció sobrepasando todo margen que
permitía la legitimidad anteriormente. Mediante el
encarcelamiento, tortura, asesinato y represiones
217
masivas el Gobernador pretendió causar miedo en la
sociedad en desacuerdo y con ello impedir acciones en
su contra. Logró después de varios meses conseguirlo
medianamente, la asistencia a las marchas y las
actividades diarias de los simpatizantes del movimiento
se vieron mermadas, el miedo se apropió de activistas,
pero no sólo en ellos, personas que no participaron
también temían por su seguridad. La represión del 25
de noviembre mostró que cualquier persona que se
encontrara en la vía pública podría sufrir las
consecuencias de la represión.
Muchas personas que participaron directa y
abiertamente en 2006 no se acercan al zócalo de la
ciudad ya que temen por su seguridad y no pueden
trabajar; temen represalias. A cuatro años del
movimiento siguen las detenciones y la fabricación de
pruebas. Esta era la finalidad de las acciones de Ulises
Ruiz, mermar el movimiento y apostarle a su desgaste,
logró mediante la violencia, el miedo y la aprobación
218
federal mantenerse en su puesto mientras continúa la
violencia en toda la entidad.
Anteriormente a 2006 ya existían algunos
frentes de organizaciones que en torno a la sección 22
del magisterio oaxaqueño, compartían espacios de lucha
contra las políticas locales y nacionales. Grupos como el
Frente Nacional Contra el Neoliberalismo y el Frente de
Organizaciones Sindicales y Sociales agrupaban a varias
organizaciones con la finalidad de protegerse de los
abusos y arbitrariedades del gobierno, así como
presentar conjuntamente sus demandas. Después del 14
de junio de 2006 a estos frentes su anexaron
organizaciones que se habían mantenido
independientes y otras más que se formaron durante
ese año, además de las personas que participaron sin
pertenecer a ninguna de ellas.
Las organizaciones que existían previamente, (y
que se revisarán más ampliamente), tienen las
características de movimientos sociales, al igual que
algunas de las que se formaron durante el conflicto de
219
2006, buscaron las formas de canalizar sus demandas
por diferentes medios y permanecer en la arena social, a
pesar de haber sido reprimidos.
Otras organizaciones aunque todavía existen ya
no se manifiestan públicamente y evitan provocar la
violencia en su contra. Han dejado sus demandas y se
reservan a participar de modo ocasional en actividades
conjuntas y masivas, igual ocurrió con muchas de las
personas que participaban de manera individual o en
pequeños grupos vecinales, los cuales temen
denominarse como miembros de la APPO. A estos
grupos es posible señalarlos como rebelión, sin dejar de
lado la importancia de su participación en 2006 y su
potencial organizativo en el futuro.
A partir de que se conformó la APPO como
frente de organizaciones en contra del Gobierno Estatal
e iniciaron las acciones conjuntas para lograr cambios
sustanciales, demostrándose abiertamente como
opositores y buscando las estrategias sociales y legales
llegando al punto de tomar en sus manos la ciudad
220
capital, el gobierno inició campañas en contra de todos
ellos, desde los medios de comunicación, hasta el uso de
armas de fuego y toda forma de violencia colectiva e
individual para tratar de limitar y aminorar el apoyo
social al movimiento.
Durante los meses que duró el conflicto usó los
recursos legales e ilegales que tenía a la mano para
conseguir terminar con la disidencia, no lo logró, pero sí
consiguió mantenerse en el poder y dejar miedo en la
sociedad, miedo a mostrarse abiertamente en su contra,
aunque no sucedió con todos, muchos de ellos se
mantienen en lucha y resistiendo a la violencia en su
contra.
Después de analizar brevemente los tres
elementos del movimiento es posible tratar de contestar
las cuestiones que se presentaron al inicio de este
trabajo. Después de conocer un poco más a fondo la
forma de organización y composición de la APPO es
claro que esa misma pluralidad generó diferencias y
disensos al interior de la Asamblea, pero al mismo
221
tiempo el sentimiento de unidad y una muestra de lo
que es posible hacer con disposición de las partes
involucradas.
Después de cuatro años, también se hace
observable el conjunto de intenciones de muchos de los
grupos que se integraron en el movimiento de 2006.
Quienes buscaban usarlo como un paso en la
consecución de fines políticos, movimientos políticos;
los que buscaban realizar una cambio sustancial en la
sociedad oaxaqueña, movimientos sociales; y los que se
integraron con motivo del agravio sufrido y en
solidaridad con el magisterio y demás organizaciones
para después volver a tratar de reconstruir su vida
cotidiana (rebelión).
Es necesaria una reforma de Estado que
implique la reestructuración de todos sus componentes,
la revisión del código electoral es imprescindible para
garantizar elecciones justas y competitivas, la
Constitución Política del Estado de Oaxaca también
debe garantizar el respeto de los derechos civiles,
222
políticos y sociales modificando las facultades de los
poderes ejecutivo y legislativo.
La necesidad de una ley de transparencia
acorde a la realidad oaxaqueña no se concreta y se
vuelve una necesidad urgente. Al mismo tiempo que el
hecho de administrar la justicia de la forma más
explícita se fragüe para castigar no sólo a los culpables
de los crímenes cometidos durante el conflicto de 2006,
sino todos los anteriores y posteriores que siguen
estando impunes.
A pesar de no ser el tema central de este trabajo,
pero que sí se toca ampliamente, es el caso de los
municipios gobernados por usos y costumbres, el cual
debe ser revisado a pesar de las críticas que esto trae
con los indigenistas. Es imprescindible que ese derecho
consuetudinario sea convertido en positivo, que se
tipifiquen los medios de elección de autoridades, puesto
que, como se vio son indefinidos y en la mayoría de las
ocasiones sirven a los grupos en el poder más que a las
comunidades mismas. No se quiere decir aquí que se
223
deban ajustar plenamente al derecho moderno, sino más
bien, partiendo de los derechos civiles, políticos y
sociales se creen marcos jurídicos que permitan hacer
uso de los derechos de todos.
Esta propuesta incluye también lo referente a
sanciones que se aplican en esas comunidades, puesto
que en la mayoría de estos municipios las mujeres son
víctimas de discriminación y carecen de todo tipo de
derechos. Es imprescindible que cada ciudadano y
ciudadana cuente con la garantía de que sus derechos
serán cumplidos, sólo así los agravios en contra de las
personas en desventaja social o económica se irán
aminorando.
La enseñanza de este conflicto es sin lugar a
dudas la muestra de lo que los ciudadanos deben hacer
frente a un Estado autoritario, desgastado, sin consenso
y en crisis. No es posible saber qué sucederá más
adelante. El movimiento de 2006 ayudó a ampliar la
crisis del sistema, a generar un clima de inconformidad
que desembocó en la perdida de la gubernatura y de
224
posiciones en el Congreso del Estado; esta puerta,
también llamada transición es una oportunidad para los
cambios. Desafortunadamente, no es posible prever el
sentido en que ocurrirán, ni si precisamente conducirán
a la entidad hacia una democracia.
Se decidió llamar a este apartado como Reflexión Final
y no reflexión porque no es posible concluir sobre un
tema que aún se encuentra abierto. Hasta el momento
de escribir estas cosas muchos de los tópicos tocados a
lo largo del trabajo están en desarrollo. Todavía se
busca esclarecer algunos temas y buscar mayores
evidencias para poder hacer un análisis a mayor
profundidad.
225
5. Anexos.
5.1 Acrónimos.
AFI- Agencia Federal de Investigaciones
PFP-Policía Federal Preventiva
APPO- Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca
AMZ-Alianza Magonista Zapatista
CCIODH-Comisión Civil Internacional de observación
de Derechos Humanos
CIDH-Comisión Interamericana de Derechos
Humanos
CIPO- Consejo Indígena Popular Oaxaqueño
CIPO-RFM
CNTE-Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación
226
COCEI-Coalición Obrero Campesino Estudiantil del
Istmo
CODECI-Comité de Defensa Ciudadana
CODEDI-Comité por la Defensa de los Derechos
Indígenas Xanica
CODEM-Comité de Defensa de los Derechos de la
Mujer
CODEP-Comité de Defensa de los Derechos del
Pueblo
COMAO-Convergencia del Magisterio Oaxaqueño
COMO- Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas 1ro de
Agosto
COMPA-Coordinadora Oaxaqueña Magonista
Popular Antineoliberal
COSIC-Coalición de Organizaciones Sociales
Independientes de la Cuenca
227
EPR- Ejército Popular Revolucionario
FPR- Frente Popular Revolucionario
FSODO-Frente de Sindicatos y Organizaciones
Democráticas de Oaxaca
FUDI-Frente Único en Defensa Indígena
IEEPO-Instituto Estatal de la Educación Pública de
Oaxaca
MMO-Movimiento Magisterial Oaxaqueño
MRM-Movimiento Revolucionario del Magisterio
MSM-Movimiento Social Magonista
MULT-Movimiento Unificado de Lucha Triqui
MULT-I-Movimiento Unificado de Lucha Triqui-
Independiente
OIDHO-Organizaciones Indias por los Derechos
Humanos en Oaxaca
228
OIR-lm-Organización de Izquierda Revolucionaria-
línea de masas
ORTE-Organización Revolucionaria de los
Trabajadores de la Educación
PODER-M CODEP- Promotora de la Organización
Democrática Revolucionaria del Magisterio
del CODEP
PRAXIS-COCEI-Coalición Obrero Campesino
Estudiantil del Istmo
SOCAMA-OAX-Solidaridad Campesina-Magisterial
SNTE-Sindicato Nacional de trabajadores de la
Educación
UABJO-Universidad Autónoma Benito Juárez de
Oaxaca
UBISORT-Unidad de Bienestar Social de la Región
triqui
229
UCIZONI-Unión de Comunidades Indígenas de la
Zona Norte del Istmo
UTE-Unión Nacional de Trabajadores
VOCAL- Voces Oaxaqueñas Construyendo
Autonomía y Libertad
230
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Entrevistas
Barreda, Yolanda (2009), charlas por Leonardo
Herrera realizadas el 18 de septiembre y el 20
de diciembre en la Cd. de Oaxaca. Es
trabajadora en la Secretaría de Pesca del
253
Estado, opositora al movimiento y al gobierno
estatal.
Benítez, Alejandro (2006), entrevista realizada por
Leonardo Herrera Mejía el 15 de Diciembre de
2006 en la Cd. de Puebla. Locutor durante la
toma de Radio Universidad, y estudiante de la
Facultad de Derecho de la UABJO.
------ (2007), charla realizada en abril. Estudiante de la
Facultad de Derecho de la UABJO y locutor de
Radio Universidad. En el marco del Tercer Foro
Internacional de Derechos Humanos en
Oaxaca, realizado en el ICSYH”AVP”-BUAP
Elo (2009), entrevista realizada por Leonardo Herrera
el 9 de septiembre en el zócalo de la Ciudad
de Oaxaca, y una charla un mes después
durante una comida. Es activista de la
Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas.
García, Pedro (2009), entrevista realizada por
Leonardo Herrera y Julio Broca el 6 de
254
septiembre. Fue estudiante de la Facultad de
Derecho de la UABJO en 2006 y miembro del
Frente Popular Revolucionario (FPR),
secuestrado tres ocasiones y encarcelado una
de ellas.
Guzmán, Mario (2009), entrevista realizada por
Leonardo Herrera y Julio Broca el 5 de
septiembre. Artista Gráfico, miembro del FPR
y dirigente de la Asociación de Artistas
Revolucionarios Oaxaqueños (ASARO).
López, Cástulo (2009), entrevista realizada el 20 de
Diciembre, en el edificio de su organización.
Estudiante de la Facultad de Derecho de la
UABJO y miembro activo de Comité de
Defensa de los Derechos del Pueblo, CODEP.
López, Florentino (2009b), Entre vista realizada por
Leonardo Herrera y Julio Broca el 4 de
septiembre. Es delegado estatal del Frente
255
Popular Revolucionario, ex concejal y vocero
de la APPO.
López Sarzoza, Juan Manuel, (2007), entrevista
realizada por Leonardo Herrera en agosto. Es
miembro de Comité de Defensa de los
Derechos del Pueblo CODDEP, secretario
general de la Central Independiente de
Obreros Agrícolas y Campesinos, y miembro
del MONAE Oaxaca, entrevista realizada
durante su exilio.
Olivera, Omar (2009), entrevista realizada por
Leonardo Herrera y Julio Broca el 8 de
septiembre en las instalaciones de Radio
Plantón, donde es locutor desde 2005. Es
profesor adscrito a la sección 22 del magisterio.
Pereda, Benito (2006), estudiante de la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad
Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, preso
político del movimiento, entrevista realizada
256
los días 28 de noviembre de 2006, 25 y 26 de
mayo de 2006 en la Ciudad de Puebla, 12 y 13
de abril de 2007 en Oaxaca y el 25 de febrero
de 2007 en la Ciudad de México.
Secretaria de Alianza y Gestoría (AyG) (2009),
Entrevista realizada por Leonardo Herrera el 7
de septiembre de 2009. En anonimato a
funcionario de ésta oficina en el edificio de la
sección 22 del magisterio.
Sosa, Flavio (2009) entrevista realizada Leonardo
Herrera y Julio Broca el 4 de septiembre en la
Casa del Movimiento, en la Cd. de Oaxaca,
representante del grupo Nueva Izquierda
Oaxaqueña (ya no existe) por lo que fue
concejal, vocero y uno de los líderes más
visibles de la APPO en 2006, actualmente ha
renunciado a la APPO y es diputado local.
Trujillo, René (2007), Charla con el autor realizada en
la Cd. de Puebla en noviembre de 2007. René
257
era estudiante de la Facultad de Derecho en la
UABJO. Fue locutor durante la toma de Radio
Universidad secuestrado, torturado y
entregado a la PGR con cargos de asalto con
violencia.
Venegas, David (2008) entrevista realizada por el
autor el 16 de octubre de 2008. Fue miembro
de la Barricada de Brenamiel y Cinco señores,
de donde fue representante y concejal de la
APPO, fue detenido por tráfico de drogas,
encarcelado 11 meses y puesto en libertad por
ausencia de pruebas, actualmente es miembro
de VOCAL.
------ (2009), entrevista realizada por Leonardo Herrera
y Julio Broca el 13 de septiembre en la casa de
VOCAL.
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