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MARTHA ALVES D'AZEVEDO 1 BRASIL Violencia y corrupción en la novela de las ocho La telenovela es boy la diversión mayor de Brasil. El único teatro, cine y -¿por qué no?- literatura, de una masa considerable que no tiene acceso al arte de las élites. ¿Cómo negar su repercusión? ¿Los medios de comunicación reflejan la violencia de la sociedad o la incentivan? ¿Quépapel desempeña la telenovela en la violencia que día a día aumenta en el Brasil? La televisión se transformó en una escuela y entra disfrazada en los hogares y en el seno de las familias; enseña a corromper, a traicionar, asaltar, secuestrar y asesinar con requintes de ferocidad nunca antes vistos. a telenovela brasileña transmiti- da en horarios nobles, o de gran audiencia, en América, Europa y Oriente, fue alimentando una (tendencia agresiva y violenta, :|ue en un momento parecía provocar un aumento de audiencia entre el público joven y en los diferentes niveles sociales de la población. Aunque en Brasil la agresividad emitida a través de cada nueva novela ya fue blanco de críticas y alertas de los educadores, siem- pre se terminó hablando de la libertad de información y de la necesidad de no cercenar las formas expresión, y no se tomó ningu- na providencia. Pero, las telenovelas brasileñas se tornaron vehículos de tanta agresividad que sus homónimas mexicanas (emitidas por la red SBT y caracterizadas por un romanticis- mo "a la moda antigua"), comenzaron a con- quistar grandes audiencias, compuestas por personas saturadas de crímenes. En 1992, la Red Globo de televisión, conocida por su alta tecnología y con el ma- yor índice de audiencia del país, estrenó su nueva novela de las veinte horas, titulada De cuerpo y alma. Fue lanzada con gran publici- dad porque se intentaba batir todos los récordes de audiencia. De autoría de Gloria Pérez, y con un elenco integrado por los mejores actores, la novela reunía todo lo necesario para conquistar el público habitual de la Globo en ese horario, y el de otros canales. Dámela y Guillermo eran la pareja más popular de Brasil MARTHA ALVES D'AZEVEDO, profesora de Universidade Federal do Rio Grande do Sul. la CHASQUI 45, abril 1993 119

Violencia y corrupción en la novela de las ocho

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CHASQUI 45, abril 1993 119 MARTHA ALVES D'AZEVEDO, profesora de Universidade Federal do Rio Grande do Sul. Dámela y Guillermo eran la pareja más popular de Brasil la TENDENC:ÍAS DON LUCAS MOREIRA NEVES es Cardenal Arzobispo de Salvador y Primaz de Brasil. Este artículo fue publicado en el Jornal do Brasil de Río de Janeiro el 13 de enero de 1993. 120 CHASQUI 45, abril 1993 „ CHASQUI 45, abril 1993 121

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MARTHA ALVES D'AZEVEDO 1BRASIL

Violencia y corrupción en la novelade las ocho

La telenovela es boy la diversión mayor de Brasil. El único teatro, cine y -¿por qué no?- literatura, deuna masa considerable que no tiene acceso al arte de las élites. ¿Cómo negar su repercusión?¿Los medios de comunicación reflejan la violencia de la sociedad o la incentivan? ¿Quépapel

desempeña la telenovela en la violencia que día a día aumenta en el Brasil? La televisión se transformóen una escuela y entra disfrazada en los hogares y en el seno de las familias; enseña a corromper, a

traicionar, asaltar, secuestrar y asesinar con requintes de ferocidad nunca antes vistos.

a telenovela brasileña transmiti-da en horarios nobles, o de granaudiencia, en América, Europa yOriente, fue alimentando una(tendencia agresiva y violenta,:|ue en un momento parecía

provocar un aumento de audiencia entre elpúblico joven y en los diferentes nivelessociales de la población.

Aunque en Brasil la agresividad emitida através de cada nueva novela ya fue blancode críticas y alertas de los educadores, siem-pre se terminó hablando de la libertad deinformación y de la necesidad de no cercenarlas formas dé expresión, y no se tomó ningu-na providencia.

Pero, las telenovelas brasileñas setornaron vehículos de tanta agresividad quesus homónimas mexicanas (emitidas por lared SBT y caracterizadas por un romanticis-mo "a la moda antigua"), comenzaron a con-quistar grandes audiencias, compuestas porpersonas saturadas de crímenes.

En 1992, la Red Globo de televisión,conocida por su alta tecnología y con el ma-yor índice de audiencia del país, estrenó sunueva novela de las veinte horas, titulada Decuerpo y alma. Fue lanzada con gran publici-dad porque se intentaba batir todos losrécordes de audiencia. De autoría de GloriaPérez, y con un elenco integrado por losmejores actores, la novela reunía todo lonecesario para conquistar el público habitualde la Globo en ese horario, y el de otroscanales.

Dámela y Guillermo eran la pareja más popular de BrasilMARTHA ALVES D'AZEVEDO, profesora deUniversidade Federal do Rio Grande do Sul.

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„TENDENC:ÍAS

Entre el elenco de actores invitadosse encontraba Daniela Pérez (jovenactriz, hija de la autora y ya consagradaen novelas) a quien se reservaba elpapel principal de la muchacha queatraería miradas y pasiones de losjóvenes que actuarían con ella. Desdeel inicio, Daniela despuntó como la re-velación de la novela De cuerpo y alma;pero, la agresividad y la violencia decada nuevo capítulo comenzó amolestar a los telespectadores que alllegar a la casa, después de un día detrabajo, recibían una enorme cantidadde mensajes negativos.

Ficción y realidadEntre los jóvenes apasionados por

Jazmín (Daniela) estaba Bira (quehacía de su novio), protagonizado porel actor Guilherme de Pádua, quien semostraba a cada capítulo más violento.Dando muestras de unos celos enfermi-zos, con los que se justificaban todassus actitudes rudas y agresivas.

El día 29 de diciembre, todo elBrasil acompañó a través de la tele-visión los episodios desarrollados en laCámara y el Senado Federal, que cul-minaron con el retiro, por corrupción,del presidente Fernando Collor deMello. Parecía que una nueva era seinauguraba en el país.

En la noche de ese mismo día,luego de grabar un episodio de la no-vela en que Jazmín rompe con Bira,Guilherme de Padua y su mujer Paulaasesinaron a Daniela (Jazmín) conquince golpes de tijera que le atrave-saron la garganta y el pecho, alcanzan-do hasta los pulmones.

El día 30 de diciembre por lamañana, el Brasil entero, conmovidopor la noticia de la muerte de un mito(Jazmín), comenzaba a conjeturar lasposibles razones que habrían llevado altambién joven actor Guilherme dePádua a cometer un crimen tan cruel.Sólo encontraban un gran vacío...

"¿Asalto?", no sería posible por losgolpes sufridos. "¿Celos?, era unasuposición. Mezcla de ficción y reali-dad... Cuando el carro de Guilherme dePádua fue identificado por un abogado,que vio el auto estacionado y anotó laplaca, su mujer (embarazada de tresmeses) se presentó como coautora delcrimen. Natural del estado de Minas

Yo acusoMONSEÑOR LUCAS MOREIRA NEVES

La acusación que lanza Monseñor Moreira Neves, contra latelevisión brasileña y su promoción desenfrenada de la violencia

como espectáculo, sería pertinente para cualquier paíslatinoamericano. Lo que dice respecto a cienos telenovelas puedeaplicarse a buena parte de la programación de seríes y films, en

cualquier telemisora de la región. Sorprende que, en tantos países,las personalidades culturales y religiosas, los ciudadanos y loseducadores no se expresen públicamente en este sentido con la

potencia y vehemencia del Obispo máximo de Brasil.

Del polémico manifiesto de EmileZola estoy plagiando solamente el títuloy, si pudiera, la vehemencia. Fuera deeso, no pretendo revisar en esta cróni-ca el clamoroso asunto Dreyfus. Mi/' accuse está dirigido hacia la televisiónbrasileña. Y lo lanzo como brasileñopreocupado con mi país y como obisporesponsable por gran número de fieles.

No quiero, de ningún modo, genera-lizar. Estoy dispuesto a exceptuar de miacusación al canal dedicado a la edu-cación y la cultura, y los programas que,en los diferentes canales, constribuyen alcrecimiento y la elevación cultural yhumana de la población.

Hecho eso, y tomando por testigo ala sociedad brasileña en general, lospadres de familia y los educadores enparticular, los pastores de iglesias ylíderes religiosos, yo acuso a la tele-visión brasileña por sus muchos delitos.

La acuso de no cumplir las funcionesen vista de las cuales obtuvo del gobier-no una concesión: informar, educar, cul-tivar, formar conciencia y divertir. Enlugar de eso, ávida solamente de puntosen el rating y en la ganancia, ella nodeja de apelar a los instintos más bajosdel hombre. Su pecado más grave es elque concierne a la educación, por serésta una necesidad fundamental para

DON LUCAS MOREIRA NEVES es CardenalArzobispo de Salvador y Primaz de Brasil.Este artículo fue publicado en el Jornal doBrasil de Río de Janeiro el 13 de enero de1993.

nuestro país. Con raras y loables excep-ciones, la TV brasileña no sólo educacon rasgos de perversidad, sino quedeseduca, abusando de sus recursos téc-nicos, de su poder de persuasión y pene-tración en los hogares del país entero.Ella destruye lo que otras instanciaspedagógicas y educativas, a duras penas,buscan construir.

Acuso a la televisión brasileña desuministrar copiosamente a su clientela,los dos ingredientes que (por un curiosofenómeno) andan siempre juntos: violen-cia y pornografía. La primera es servidaen filmes para todas las edades. Lasegunda impera suelta, en cualquiergénero televisivo: telenovelas, entrevis-tas, programas que se dicen humorísti-cos, spots publicitarios y video clips.Hace cerca de tres años, en un artículodel Jornal do Brasil, el editor y periodistaSergio Lacerda denunciaba que, con sumuestra de pornografía, la TV brasileñaestaba formando una generación devoyeurs.

Acuso a la televisión de nuestro paísde utilizar aparatos y equipos sofistica-dos con el objetivo de imbecilizar fajasenteras de población. Una generación dedebiloides.

El proceso se torna consternador einquietante cuando, a pretexto de hu-mor, un instrumento de educación comola escuela se transforma en "escuelita",donde el mal gusto, la idiotez, son servi-dos a los niños, adolescentes y jóvenesen formación. Pocos analizaron el humor

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r TENDENCIAS

televisivo tan profundamente comoMoacyr Werneck de Castro, al apuntarlocomo verdadera regresión a la infancia,por medio de un "repertorio de banali-dades" (Humor en la televisión, Jornal doBrasil, 6.7. 91).

Acuso a la TV brasileña de serdemoledora de los más auténticos einalienables valores morales, sean ellospersonales o sociales, familiares, éticos,religiosos o espirituales. Demoledorarwrque no solamente se ríe de ellos, sinoque los disuelve en la conciencia del te-lespectador y propone en su lugar, lospeores contravalores.

En este sentido, es asustadora laexpresa demolición de la familia y de losmás altos valores familiares -amor, fideli-dad, respeto mutuo, renuncia, don depersona- realizada cotidianamente, sobretodo por las telenovelas. En lugar de eso,la farsa y la disolución, el adulterio y elincesto.

Acuso a la TV brasileña de ser corrup-tora de menores, en virtud de programasde la más baja categoría moral, por lasescenas y las palabras, en horarios en quelos niños están delante de la caja mágica.

Acuso de atentar contra lo más sagra-do que hay: la vida. No hace muchosdías, millares de espectadores vieron yoyeron, en el diálogo entre un locutor yuna joven de veinte años, la más explícitaapología del aborto y el incitamiento a lasupresión de vidas humanas desde sunacimiento.

Acuso de diseminar en varios progra-mas, ideas, creencias, prácticas y ritos li-gados a los más extraños cultos. Ella setorna, de ese modo, vehículo para ladifusión de magia, inclusive magia negra,satanismo y rituales nocivos al equilibriopsíquico.

Acuso a la TV brasileña de destilar ensu programación e instilar en los teles-pectadores, inclusive jóvenes y adoles-centes, una concepción totalmenteantiética de la vida: triunfo de la viveza,el hurto, la ganancia fácil, el estelionato.En ese sentido, merecen un análisis aparte (desde el punto de vista psicoso-cial, moral, religioso) las telenovelas.¿Cuándo fue la última vez que una novelabrasileña abordó temas como los niñosde la calle, los sin techo, los sin trabajo,los marginados en general? ¿Cuál fue lanovela que propuso nobles ideas de ser-

vicio al prójimo y de construcción deuna sociedad mejor? En lugar de eso, lastelenovelas ofrecen (a la poblaciónempobrecida) como modelo ideal, lasaventuras de una burguesía en descom-posición, pero de algún modo atrayente.

Acuso, en fin, a la televisiónbrasileña de instigar a la violencia: "Latelevisión brasileña tendrá que buscardentro de sí las causas de la violenciaque desencadenó y de la cual fue vícti-ma" (Editorial Estrellas Candentes, Jornaldo Brasil 6.1.93). "Ya se llamó la aten-ción hacia el hecho de que el crecimien-to de la red monopolística de televisióncoincide con el crecimiento de la violen-cia en el país y jamás se logrará terminarcon esa situación mientras la TV serecuse a asumir su responsabilidad"(Editorial Límites del dolor, Jornal doBrasil 8.1.93). Ella no puede procurarcoartada cuando esa violencia producefrutos amargos. ¿Quién mató, hace unosdías, a una joven actriz? Sería ingenuidadno indicar y no mandar al banquillo delos acusados una coautora del asesinato:la TV brasileña y su novela de las 8. Y,siento tener que decirlo, la propia no-vela De cuerpo y alma. •

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TENDENCIAS

Se podía pensar quela guionista GloriaPérez, después del

asesinato de su hija y de lasconsecuencias funestas de laviolencia presentada,cambiaría el rumbo de latelenovela. Pero elespectáculo debía continuary los siguientes capítulossalieron con mayoragresividad y violencia queantes.

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Gerais, de una familia de clase medíaalta, parecía para todos insólito que pro-tagonizara un crimen sin razón aparentey sin motivos que pudiesen servir deatenuantes.

¿Magia negra o televisión?

Pronto surgió la hipótesis de un ritualde magia negra. Guilherme y Paula lleva-ban siempre con ellos la foto de un pretovelho, pai Francisco, al que rendían cultoy devoción vistos por sus colegas de tra-bajo.

Otras suposiciones fueron levantadasmientras la policía oía los testimonios dediferentes testigos, buscando pruebas¡ncriminatorias de los inculpados. ¿Quélos habría llevado a cometer el crimen?

Y comienza a surgir, entonces, comouna pequeña idea, que luego va crecien-do y tomando cuerpo: la gran culpabledel crimen es la propia novela De cuerpoy alma, escrita por Gloria Pérez, madrede la joven actriz asesinada.

Tras el entierro de Daniela, que inte-rrumpió durante todo un día el tránsito dela ciudad, Gloria Pérez dijo que queríacontinuar escribiendo la novela: "Elespectáculo debe continuar", y produjouna escena de despedida de Daniela enla cual todos los actores que con-traescenaban con ella, con excepción delasesino, dejaron un mensaje de recuerdoy despedida.

Se podía imaginar que Gloria Pérez,después de las consecuencias y resulta-dos funestos de la agresividad presenta-da, cambiaría el rumbo de la novela,pero no ocurrió así. Los capítulos si-guientes a la última presentación deDaniela, despuntan con la misma y hastamayor agresividad y violencia: secuestro,corrupción, agresiones. Y parece que setornaron más intensos después de lamuerte de la joven actriz. ¿Hasta dóndepretende llegar la autora? El circo estáarmado ¿cuál será el próximo espectácu-lo? ¿El linchamiento de los asesinos?

Escuela de violencia

Figuras representativas de Brasilcomenzaron a protestar públicamente,pidiendo que se imponga un límite a estaviolencia, antes de que ella produzcanuevas desgracias. ¿La culpa es de latelevisión? "Yo acuso", escribe DonLucas Moreira Neves, Obispo Primaz dela Iglesia Católica de Brasil. Otros prela-dos y figuras representativas de la

sociedad lo acompañan. Psicólogos,educadores, padres de familia discutenel problema y buscan una solución.¿Dónde encontrarla? ¿Los medios decomunicación reflejan la violencia de lasociedad o la incentivan? ¿Qué papeldesempeña la novela en la violencia quedía a día aumenta en el Brasil? Asaltos,secuestros, asesinatos, que destruyenvidas y familias y dejan a la poblacióncada vez más temerosa, se suceden enuna escalada del crimen que no va conla idiosincracia pacífica del pueblo Ibrasileño.

La televisión brasileña se transformóen una escuela que, entrando en lascasas, en medio de las familias, enseñaa corromper, a traicionar, asaltar,secuestrar, asesinar con requintes deferocidad nunca antes vistos.

El Brasil está exportando esta tec-nología altamente sofisticada hacia otrospaíses. ¿Cómo parar con este vendavalque va de norte a sur del país y estáalcanzando otros países?

La juventud brasileña, "os caras pin-tadas", que salieron a la calle para pedirel impeachment de un presidente corrup-to, son la esperanza y la posibilidad decambiar el clima de violencia que día adía se intensifica. Si una vez más losjóvenes salieran a las calles para exigirque la televisión brasileña pare de incen-tivar la violencia, sus directores y losautores de las novelas percibirían quellegó la hora de cambiar, de mostrar loque hay de bueno en nuestro país: labelleza de sus paisajes diversos, lasexpresiones más auténticas de nuestracultura, los diferentes personajes que, deuna forma u otra, colaboraron paraengrandecer el país. La violencia es uncomponente de la realidad social pero noes su totalidad. No se la debe ocultar,pero tampoco puede ser el objeto de unculto colectivo incentivado por las indus-trias más poderosas de la cultura. *

BIBLIOGRAFÍA

Campedelli, Samira Youssef, ATelenovela, S. Paulo, Ática, 1985 .

- Cazeneuve, Jean, Les Pouvoirs de laTelevisión, París, Gallimard, 1970.Ferreira, Climério, Telenovela: OReal e o "Real", A morte de jardel eo fim de Heitor, Brasilia, UNB.Cadernos de Común/cacao da UNB-No. 11-mago 1983.

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