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Wallerstein Immanuel La Lucha en El Centro El Moderno Sistema MundialII

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primera ediei6n en cspafiol, 1984­© siglo xxi de espana editores, 8. a. segunda edici6n en espafiol, 1984­© siglo xxi editores, s, a. de c. v, ISBN 968·23·1290-6 (volumen 2) ISBN 9~8-23-1291-4- (obra completa)

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FACULTAD LArlNOAMERICANA DE CIENelAS SOCIALES o'

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IIprimcra edici6n en ingles, 1980

© academic press, inc., nueva york titulo original: the modern world-system. ii. mercantilism and the consolidation of the european world-economy,

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derechos "reservadoe conforme a la ley lmpreso yhecho cn mexico/printed and made in mexieo r

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6. LA LUCHA EN EL CENTRO. SEGUNDA FASE: 1689-1763

No es posible analizar un fen6meno social sin limitarlo en el espacio y en el tiempo, Hemos hecho del concepto de limite espacial el eje central del analisis en este libro, pero ,que hay del tiempo y de las eternas cuestiones de periodizaci6n que tanto dividen a los historiadores? Hemos afirmado que la unidad de tiempo que cubre este volumen es aproximadamente el perfodo 1600-1750. Consideramos que este fue un perlodo en el que la economfa-mundo europea paso por un estanca­miento relativamente largo de la producci6n total del sistema en general. (Estancamiento que se .manifesto en la relativa estabilidad del crecimiento demografico en general, la expansion fisica y la velocidad de las transacciones, y en la deflaci6n global de los precios.) En apoyo de esta afirmaci6n, hemos aportado a 10 largo de este libro las pruebas de que dispone­mos 1. En nuestro analisis, hemos subdividido el estudio de las rivalidades entre los pafses del centro en dos fases, 1651-1689 y 1689-1763. Esta serie de fechas no coincide del todo con el perfodo 1600-1750 antes mencionado. Desgraciadamente, el mun­do real no esta compuesto por lfneas divisorias claramente di­bujadas que sirvan a todos los fines. Aunque las fechas 1651-1689 y 1689-1763 reflejan una situaci6n econ6mica cambiante a nivel

I Por supuesto, estas fechas de la economfa-mundo europea son objeto de infinitos debates. Pierre Chaunu afirma que -de 1580 a 1760, [no hay] ninguna modificaci6n fundamental- en la relaci6n hombre-tierra en Euro­pa (1966a, p. 242), pero tamblen declara: -Es entre 1680 y 1690 donde debemos situar el punto de partida, tanto en Manila como en America, y tambien en las Indias neerlandesas, de la larga fase de expansi6n del siglo XVIII. Un cambio, pues, que precede en 40 6 SO ados aproximadamente al tan aplazado cambio de la Europa continental- (1960&, p. 213). Pierre

, Goubert y Pierre Vilar sitUan ambos este cambio a partir de 1733 (Goubert, 197011, p. 333; vue. 1962b, I, p. 708), pero Vilar tambien afinna:

!/ -Desde el punto de vista econ6mico, el 11amado gran impulse del siglo XVIII

se inicia, en opini6n general, en 1733. pero no se afirma hasta 1760 y con­tinUa hasta 1817- (1962&, p. 11). De forma similar, C. E. Labrousse observa un lento cambio desde 1726 hasta 1763, pero un -impulso- 5610 a partir de esta ultima fecha (1970, p. 388).

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rnundial, ponen de relieve las consecuencias politicas de estos carnbios.

En el primer perlodo (1651-1689), como ya hemos visto, la hegemonia holandesa fue desafiada por los ingleses y los fran­ceses, que en 1672 acabaron por darse cuenta de que el Estado holandes no era ya el indiscutible gigante que habla sido. Creo que en 1689 hasta los holandeses estaban de acuerdo. La subida al trono de Inglaterra de Guillermo y Maria parece, pues, un punta de ruptura razonable 2. De esto se desprende que el perfodo 1689-1763 ha sido elegido porque delimita una epoca de ininterrumpida rivalidad anglo-francesa. Se podria conside­rar el afio .1763 como el momenta del triunfo definitivo de Inglaterra despues de 10 que se ha dado en Hamar la segunda guerra de los Cien Aiios, aun cuando los franceses no estuvieran dispuestos a reconocer su derrota hasta 18153• Hasta 1689 no estuvo en modo alguno claro que Inglaterra fuese a veneer en su lucha con Francia. Francia tenia una poblaci6n cuatro veces superior a la de Inglaterra y un ejercito mucho mayor. Era rica en recursos naturales, contaba con excelentes puertos y bases navales y adernas su producci6n industrial iba en aumento, mientras que «en Inglaterra la tasa de crecimiento disminuy6 despues de la guerra civil» 4. Asi pues, es razonable

2 Christopher Hill afirma: «La revolucien de 1688 fue un momenta de­cisivo, tanto en la historia econemica de Inglaterra como en la polftica y constitucional. Una semana antes de que Jacobo huyera, la Royal African Company estaba todavia enviando, de forma rutinaria, delegaciones para detener a los intrusos que habian infringido la Carta de 1672. Con una decision sin precedentes, la Compafifa abandono esta pretension de hacer valer su monopolio por medios coercitivos. Una ley del Parlamento esta­blecio mas tarde el Iibrecambio de forma oficial, pero el cambio real tuvo lugar con la caida de Jacobo II» (196la, p. 262). Heckscher (1935, I, paginas 262~3) usa tambien la fecha de 1688 como Ifnea divisoria y gran punto de divergencia entre la Inglaterra liberal y la Francia colbertiana, pero ya he indicado mi escepticismo acerca de esta interpretacion.

J Vease Sheridan (1969, p, 13). Vease tambien Seeley (1971, p. 64). Brau­del fecha la victoria de Inglaterra sobre Francia «ya en el tratado de Utrecht de 1713,., pero dice que Inglaterra solo etriunfo en 1815,. (1977, pa­gina 102).

• Nef (1968, p. 149). Vease tambien Goubert, que dice que «Ia fuerza de los numeros, la primacfa demografica fueron las caracteristicas de la Francia del Antiguo Regimen» (1970b, p, 21). Fred Cottrell, por el contra­rio, afirma que Inglaterra tenia la ventaja de su «energta»: .Fue en In­glaterra donde el barco de vela produjo la total revolucion de que era capaz. En su condicion de isla, Inglaterra tenia ciertas ventajas sobre las potencias del continente. Su principal proteccion residia en el empleo del barco de vela, productor de excedente [de energia] en lugar de un ejercito. EI excedente necesario para la defensa contra una invasion era menor que el que requerfan sus vecinos, de forma que se podia utilizar

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La lucha en el centro. Segunda [ase: 1689-1763 343

afirmar, como 10 hace Charles Wilson, que «desde 1689, [Ingla­terra] se enfrent6 con una potencia hostil [Francia] mucho mas formidable de 10 que 10 hablan sido nunca Espana u Rolanda» 5.

La rivalidad se plasm6 en una serie de guerras interminables a proposito de terrltorios, aliados y mercados en Europa y a proposito de suministros (de esclavos, productos tropicales y semitropicales como el azucar, pieles y pertrechos navales) en la periferia y en la arena exterior (las Americas, Africa occiden­tal, la India) 6.

En 1689, Guillermo de Orange se convirti6 en el rey Guiller­mo III de Inglaterra, Escocia e Irlanda '. La guerra de Francia con los holandeses, que habian comenzado en noviembre de 1688, se convirti6 asi en la guerra de Francia con Inglaterra I. Esto signific6 para Inglaterra la reanudaci6n de «una politica exterior de corte cromwellianos", que s610 fue posible gracias al acuerdo politico de la Revoluci6n Gloriosa, acuerdo reforzado aun mas durante la era de Walpole y los whigs. En la lucha contra Francia, el ejercito Ingles necesit6 sumas mayores de las que habra recibido hasta entonces, que requerfan el consenti­miento del Parlamento, en ultima instancia en forma de gao rantfa de los prestamos publicos, El acuerdo de 1689, que puso fin al antagonismo entre la Corona y el Parlamento, hizo posible la necesaria cooperaci6n. La cuestion esencial para Inglaterra en 1689-que seguirfa siendo la cuesti6n esencial durante todo el siglo XVIII- era si el esfuerzo militar central deberla hacerse en tierra 0 en mar. Esto dio lugar a discusiones entre dos escue­las, la maritima y la continental (0 militar). Al analizar la es­trategia, 10 que discutian era si el hecho de penetrar en el conti­nente con fuerzas de tierra reforzarfa la causa Inglesa (porque

esa energia para producir mas transformadores sin poner en peligro la supervivencia del pais. Los ejercitos del continente se vefan obligados a recurrir constantemente a sus excedentess (1955, pp. 69-70).

. 5 Wilson (1965, p. 282). • Vc!ase Andrews (1915, p. 546). . , Este acontecimiento es a veces fechado en 1688. La anomaUa es debida

al hecho de que Inglaterra utiliz6 hasta 1752 el calendario juliano. EI Ano Nuevo de 1689 comenz6, pues, en Inglaterra el 25 de marzo. Guillermo se convirti6 en _administrador» el 7 de enero y [untamente con Marla acepto la Corona y la Declaraci6n de Derechos el 23 de febrero. De aqut que la

] Revoluci6n Gloriosa tuviera lugar en 1688 6 1689. Vc!anse Murray (19t\1, pl\gina 162) y De Beer (1970, pp. 206-208).

/ • En teorla, esta tuvo un caracter unilateral. Aunque Guillermo, como rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, declare la guerra a Francia el 17 de mayo de 1689, Francia nunca declar6 la guerra a Inglaterra, Luis XIV continu6 reconociendo a Jacobo II como rey legitime hasta 1697 y el tratado de Rijswijk. Vc!ase Clark (1970, p. 226, n. 2).

• C. Hill (1961a, p. 257).

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380 Immanuel Wallerstein

al comercio ilegal de Francia en las Americas, por 10 que los franceses se vieron obligados a recurrir a un sistema de co­mercio anterior y menos rentable con la America espanola: la consignaci6n de mercancias a comerciantes en Espana que las reexportaban en buques espafioles 180. En cambio los ingleses tenian tres sistemas diferentes de aprovecharse del comercio, espafiol, Como los franceses, comerciaban a traves de Espana, .. pero tambien comerciaban por medio del barco anual de la Compafiia del Mar del Sur y por medio del comercio ilegal pero semiprotegido a traves de Jamaica 181. La flota comercial espa­nola estaba desapareciendo 182 y en la medida en que aun exis­tia, eran los ingleses los que se beneficiaban de la partida in­visible de los prestamos a la gruesa 183.

A comienzos del siglo XVII, los franceses desempefiaban un papel mas importante que los ingleses en el comercio me, terraneo (Masson 10 llama preponderante 184). La participacic.L; de Inglaterra se hizo cada vez mayor a 10 largo del siglo 18S,

pero decay6 en el periodo de guerra, de 1689 a 1713. Por una

180 Vease Penson (1929, p. 345). En cualquier caso, los franceses no ha­bian tenido demasiada suerte en el comercio de contrabando. Vease Pa­res: «Tal vez el relativo fracaso de los franceses en el comercio de con­trabando se explique mejor suponiendo que losholandeses e ingleses vendian a un precio mas bajo que ellos [ ... ] No era tanto el amor a unas excesivas ganancias como unos elevados gastos generales 10 que perjudicaba al competidor frances. EI transporte maritima frances parece haber sido menos barato que el Ingles, y si bien [... ] estaba mejor equi­pado en armas y hombres, la diferencia en favor de los ingleses debi6 acentuarse especialmente en la medida en que los ingleses eran a veces salvados por los convoyes de los riesgos de los guardacostass (1960, pa­gina 132). Los altos costes del transporte maritimo frances siguieron sien­do un obstaculo a 10 largo del siglo XVIII. Knoppers seiiala que en 1785 «los comerciantes franceses, despues de conseguir un contrato de sumi-\. nistro de madera para la armada francesa, fundaron una nueva compaiiia, la Compagnie Francaise du Nord. Pero las consideraciones de orden na­cionalista no pod ian borrar el hecho de que los armadores de otros paises ofrecian fletes mucho mas bajos. La armada francesa anul6 el contrato con la compafua en 1786 y se 10 concedi6 a armadores holandeses (1977b, pagina 1).

III Vease H. E. S. Fisher (1963, p. 219). 112 Vease Haring (1947, pp. 335-47). I., Vease John (1953, p. 154). Sin embargo, algunos afirman que se han

exagerado las ventajas comerciales. McLachlan llega incluso a lIamarlas una i1usi6n (1940, p. 28). De ser asl, sin embargo, es dificil comprender por que les preocupaban tanto a los espanoles las ganancias de la Compania del Mar del Sur. Vease Hildner (1938, pp. 322-23). Adernas, una vez obtenid<\" el asiento tras los tratados de Aquisgran en 1748 y Madrid en 1750, los in-, gleses parecieron conservar sus ventajas comerciales, por entonces bien consolidadas (vease Scelle, 1910. p. 658).

I" Masson (1967a, p. 522). ,8 Vease Cemovodeaunu (1967 p. 457).

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381 La lucha en el centro. Segunda fase: 1689-1763

parte estaba la habil diplomacia francesa. En 1690, Francia firma un tratado con Argel que puso fin a los ataques de los corsarios de Berberfa al comercio frances, al tiempo que estos seguian suponiendo unaamenaza para el ccmercio de' otras potencias europeas 186. Francia consigui6 tambien 'una posicion

.privilegiada en Egipto (que perdi6 cuando Luis XIV firm6 el tratado de Rijswijk en 1697 sin consultar" a sus aliados tur­cos) 117.'~9bre todo, hubo unevidente aumento de la participa­cion francesa en 'el comercio de Levante 1.. La raz6n basica parece haber sido la buena caUdad deIos tejidos frariceses, 0

al menos la calidad superior de los tejidos franceses en com­paraci6n con los' tejidos de mediana calidad que los ingleses ofredan en Levante por esta epoca 189. El comercio frances estaba monopolizado, tanto oficialmente como de hecho, por Marsellal!lOj que de este modo pudo convertirse tambien en un centro" de reexportaclon 'de diversos productos de Levante y Africa del i-lorte 191. Apesar de esto, el imperio otomano sigui6 siendo basicamente una arena'exterior 192 por 10 que su comer­cio pas6 a representan una parte cada vez menos importante de la actividad comercial de Francia (y de heche de Europa occidental) 191. .

En el comercio asiatlco con Europa de finales del siglo XVII se produjo un lento paso de la pimientay las espeeias a otros productos de Iujo: tejidos indios, sedas chinas bengaUes y per­

,;

. ,

.16 V~se Bono (1964, pp. 51~1). Los franceses habfan fumacio tambien un tratado con Tripoli en 1687.

•17 V~se Paris (1957, p. 91). Las relaciones diplomaticas entre Francia y la Sublime Puerta sufrieron altlbajos durante el Siglo siguiente (vease Paris; 1951, pp•.:91-loo). .

IU Stolanovich habla del chundimiento del comercio miles ,en Alepo , entTe 1680 y 1720» (1974, p. 80). Masson 10 llama un caconteeimiento su­

ma:mente inesperado, que sorprendi6 incluso a los francesesa (1967b, pt­1ina·367)','"

lit Wanse Stoianovioh (1974, pp. 86, 100), Masson (l967b; p. 370) y Paris (1957,p. 100).' ' ,

... V~ Paris (1957, pp. 12·15, 30-36). ". Ibid., pp. s-s. IP Neauev' piensa que la inclusion del trea en la economia-mundo data

solaD'IeDte de·finales del siglo XVIII (1975, p: 11). Paris seilala .que antes de esto .larsuerte del comerciante,europeo ciePendia considerabiemeDte de la Puerta y, 'por consiguiente; de· las relaciemes de esta con Sll soberano» (1957, p. 80). ,j

I.J Mientras que a coniienzos' del siglo XVIII el comercio de Levante re­presentaba el 50 por ciento del comercio exterior de Fr'ancia; en 1789 5610 represensaba·Wl S por ciento. A partit de 1750 pasO a estar muy por debajo del comercio con Espafta y las Americas, aunque era casi el mismo que 'COn Holanda (v~se Masson, 1967b, p. 429).

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346 Immanuel Wallerstein

ticamente de la nada» 18. Habia construido una cadena de bases navales en el Atllbttico (la principal de elias en Brest) y en el Mediterraneo (la principal de elias en Toulon) y habfa dividido la armada en dos escuadras para las dos zonas 19. Ademas, la armada franeesa estaba en esa epoca tecnologicamente mas avanzada que las de Inglaterra u HolandarLos buques tenlan canones mayores y mas poderosos.' que sin embargo pesaban menos, eran mas rapidos y mas manejables. Los franceses habian desarrollado un nuevo buque, el queche, un pequefio navlo muy apropiado para bombardear las ciudades y fortalezas costeras (que ya habfa servido aLuis XIV en el ataquea Argel en 1682).

Aun cuando la armada inglesa hubiera sido descuidada en tiempos .de los Estuardo y la holandesa hubiera quedado anti­

, cuada 20, en la crucial batalla de Barfleur, en 1694, la flota franeesa se via superada en barcos(44 franceses frente a 99 in­gleses y holandeses), en canones (3.240 frente a 6.756) 21 y en capacidad de maniobra 22. Como dijo el almirante Mahan con su prosa mordaz, el ejercito frances ese arrug6 como una hoja en el fuego It 23. Fue un momento decisivo no 5610 para esta guerra, sino tambien para las guerras del siglo siguiente: «El dominio del mar pas6 de un golpe a los aliados y en particular a Inglaterra» 24 y uno se pregunta por que. Symcox sugiere que la crisis agraria de 1693 y la postraci6n del comercio ultramarino frances lIevaron a una crisis fiscal en el Estado frances que

I'Symcolt (1974, p. 1). I' tu«. pp. 43, 49. II Ibid., pp. 37-40. Carter, sin embargo, afirma: «Guillermo [de Orange]

consigui6 una ventaja mas en 1688, como resultado de las mejores relacio­nes existentes entre el y la oposici6n a nivel nacional. Este fue el medio de rec:onstruir la annada holandesa, cosa que se llevo a cabo mediante la deci­si6n de establecer ciertos derechos arancelarios y dar al principe las ga­naneias, una suma considerable, con este fin. En 1688" ,por tanto, las fuerzas navales de la Republica eran relativamente PQderosas.. (1975a, paginas 24-25).' ,

21 Vease Ehrman (1953, p. 395). . D Symcox seiiala que aunque la principal t4ctica de-esta batalla, asf

como de las anteriores"habfa sido la de los «bombarc1eos,. .entre «buques de linea- disenados para ella, los «caiiones eran lastimosamente Inexactos»: el combate naval. dice, fue par consiguiente «chapucero y mal ceordlnado». En estas condiciones, las victorias dependfan de la «ventaja de la po­sici6n y la direcci6n del viento.. (1974. pp, 56, 60-61, 64, 67).

2S Mahan (1889, p. 225). :M Ehrman (1953, p. 398). Bromley y Ryan senalan: «Los holandeses. Que

en 1689 habfan disputado el mando ingles de sus fuerzas navales. conjun­tas, se vieron en serias dlfieultades para reunir ocho bareos en 1714 como escolta del rey Jorge b (1970, p. 790).

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La lucha en el centro',Segunda [ase: 1689-1763 347

impidio a los .franceses cmantener algo parecido a una lgualdad con los aliados» 25. Parte de la nota tuvo que ser desarrnada con el fin de ahorrar dinero para el eJc!rcito. Aquf apunta eel mismo problema conelrque se enfrentaronIos ingleses en el debate entre la escuela maritima y Ia continental. Nt Francia ni Inglaterra, en esta 6poca de estancamlento economico a nlvel mundial, podfan soportar el coste de los preparatives milltares en todos los frentes a la vez. Habia que escoger, Bra natural que los ingleses seinclinarari por la armada y los franceses par el ejerclto, . .

Da~,su extension y su relativa falta de Integracion lnterna, tanto en termlnos politicos como economicos, Francia parecfa tener pocas opciones ", .aUI) cuando el control del mar en la economta-mundo capitalistahaya sido siempre el ce.slabon een­tral en Ie. cadena de intercambios mediante la que se acumula la riqueza» 'If. Cualquiera que' sc;m la explicaclon de esta gran derrota naval, 10 cierto es que h~o que la tactica naval de Francia pasara ~ ser la de una guerre d'escadre a ser 18 de una guerre de course. EI objetivo primordial no era ya .destrulr la flota. enePJi~ y. hacerse con el control de los mares: 'ahopl" 10 que interesaba era capturar y destruir la flota mercante d~t enemigo y hostlgar su comercio, y con este fin se u~JlizarOp tanto buques de guerra como corsarios. ESla ~ctica no era desconocida antes (Ie 1694, pero ahora se convirtio en el princi­pal modo de actuacion 21. cDestri,lir el comercio», dice G.N. Clark, ces el arme natural del banda. m4$ d~bil en una guerra naval» a.

f j f I • Symcox (1974, p. 147).

• A. menudo se da una explicaci6n relacionada con el estancamiento econ6mico de Franc;ia entre 1683 y 1717, probablemente causado p«)r la emigrac:i6n de 'los hugoftotes tras Ia revO(:8Ci6n del edicto de Nantes. Como dice Scoville, 6$te es un bwm;~jemplo de fala~ pos, hoc propt,,, h{Ie. Por sUpuest~, Ia reYClC4lCi6ki<iilo' faciHt6 las casas» (1~, lJp. 211-19), pero Ia mayorfa de los protesJantes se convirtieron y se quedaroll en Francia, De hecho, cen lugarde ~ebilltar y reducir sus energfas, la perseC:llc~ religic>sa parece hal)er reforzado su resoluci6n» (19110, p. 252).' ~le aperta pruebas de esto 'en todos los campos: la manufactura, el COJPIlI'C1Q, la cxmstiucci6n nav&1. la .8Irlcultura. A. prop6sito de Ia crisis ec:onllmica de Francia en este periodo. v6t8e tambitm Uon (1956, p. 152).

n Mahan '(1889. p. 226), quien afirma que fue graCias 8 la conjurrci6rt entre 1U1ll gran annada y un prospero comerclo poF 10 que cInglaterra conquist6 el poder lnaritimosobre los otros Bstadps y por encima de ellos» (p. 225).

• Vbse Symcox(1974,lIp. '5-6, 187·220). :It Clark (1911O,pp. 123-24). Veue tambic!n Symcox (1974, I'P.~. Clark

continua:cBI bando quetenfa la nota m6s fuerte podia cerrar los I1UITeS al comereto de sus enemigos, pero su propia nota mercantequeclaba expuesta al ataque de los corsarios que escapaban 8 Ia vigilalida de las

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376 Immanuel Wallerstein

la construccion naval y la industria cervecera) 160. En la medida en que los productos holandeses eran menos competitivos en el mercado mundial, el capitalismo holandes podia seguir viviendo de sus ingresos procedentes de las inversionesextranjeras: la decadencia holandesa I19 era, pues, absoluta, sino relativa a Inglaterra y Francia 161.

Ellento cambio en el modelo de producci6n de Gran Bretafia y Francia (y la prolongada decadencia relativa de los PafsesBa­jos, por no hablar de la de Espana y Portugal) llev6 a nuevos modelos comerciales, o al menos a la acentuacion de algunas tendencias anteriores. En el periodo comprendido entre 1660 y 1700, Inglaterra se convirti6 en un importante' centro para la reexportaci6n de productos coloniales, aunque el cornercio rna­rftimo en la economia-mundo era ~de caracter predominante­mente europeo» y segula aun enbuena medida en manos de los •lo., holandeses. Sin embargo, la orientaci6n de Ja expansion eco­n6mica, especialmente a partir de 1700, era marcadamente occi­dental en los nuevos comercios coloniales, ypor ello Inglaterra intentaba suplantar a los holandeses 162. EI periodo de las guerras ' anglo-francesas, de 1689 a 1713; se caracterizo por la aparici6n de un debate en Inglaterra en torno 'a los b'eneficios de la poUtica mercantilista para el comercio. Por una parte, la ley de navegaci6n inglesa de 1696 y la creaci6n de la Junta de Comercio eran indicios de la nueva seriedad con que asumfa ' el gobierno la direccion del proceso comercial w, Por otra parte, se pedfa un comercio mas libre y una modificaci6n de la polftica mercantilista 164. Ninguna de estas dos posturas era 10 suficien­

.10 Kossmann (1975a, p. 53). A esto se aftadieron' desastres ecol6gicos, como la taraza (T. navalis), que destrufa los pilares. de los diques, y la poluci6n del agua, que obligabaa los fabricantesde pado a importar agua limpia para el tedido. V6anseKnoppers (I97S~). Carter (1975a, p.67) y Van Veen (1950, p. 73). A partir de 1731, 10sJ,.0landeses construyeron defensas de piedras, pero esto suponia un gasto considerable.

•6. V~se Morineau (1965, p. 170) y Klein (1970, p. 33). Hazard pinta un buen cuadro: eHolanda erapr6spera y poderosa. Si en el campo comer­cia! tenia ahora un .rival en Inglaterra, si a partp- de 1688 comenz6 a parecer un bote al lado de un Iran barco, Ii IJ'Bdualmente ~e perdiendo ese espiritu aventurero, de lucha, que habia hecho de ella una gralp pa­tencia maritima y colonial, no se debe suponer que las nuevas circuns­tancias la hubieran empobrecido, Era rica, ,y estaba d88l1St~do las mleles de la riqueza» (1964, p. 96).

162 Wilson (1975b~ pp. 27·28). eEl principal elemento dinAmico en el co­mercio de expOJ"taci6n ingl9 durante todas las d&:8das de mediados del sillo XVIII [ ... ] fue el comercio colonial» (Davis, 1962, p. 290) .

•0 Vamse Clark (1923, pp. 135-37), Andrews (1929, p. 285), Oil (1970, pli­gina 261) y HOffenden (1970, pp. 49Ml). .

I" Vl!ase Cherry (1953, p. 119).

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La lucha en el centro. Segunda fase: 1689-1763 377

temente fuerte como para prevalecer, 10 cualreflejaba preci­samente el hecho de que Inglaterra se estaba haciendo cada vez mas fuerte dentro de la economfa-mundo, pero todavia estaba lejos de ser hegem6nica 165.

En el comercio con Occidente en la primera mitad del si­;glo XVIII, ocup6 el primer lugar el azucar 166 y el segundo los

esclavos que hacfan posible el azucar 167. Gran Bretafia dominaba evidentemente el comercio mundial del azucar en 1700, pero en 1750 la primacfa habfa pasado a Francia 168. Este cambio pue­de ser explicado tal vez comparando la producci6n jamaicana, donde hubo un aumento de los costes como consecuencia del agotamiento de las zonas costeras, con los centros de produc­ci6n controlados por Francia, que eran relativamente nuevos 169.

lSignifica esto que Gran Bretafia no podia competir con Fran­~~ia? En absolute, porque como sefiala Vilar, mientras que el l comercio exterior frances se «americamzo». en el siglo XVIII,

I6S Las oscilaciones de la postura politica del gobiemo britanico rene­jaban sin duda las oscilaciones de la realidad econ6mica. «Es probable que la rnayorfa de los progresos mas bien modestos realizados [en el mundo comercial] en la primera mitad del siglo XVIII tuvieran lugar en los primeros veinte 0 veintkinco anos, y que el movimiento fuera luego frenado durante cerca de veinte anos hasta la ola de expansion, mucho mas fuerte ~ multilateral, que comenz6 en la decada de 1740 y cobr6 un im­pulse creciente en las d6cadas siguientes» (Deane y Cole, 1962, p. 61).

It..; Moreno Fraginals llama al azucar el «primer producto basico mun­dial, es decir, la mercancla que ocupaba el primer lugar en importancia sobre la base del valor total de las transacciones del comercio interna­clonal» (1978, I, p. 22).

161 «La importancia del trafico de esclavos para Europa y America no! residfa en su ins6lita rentabilidad -que era probablemente mltica-«, sino S en su indispensable apoyo para la economta tropical del Caribe» (Davis,

, 1973b, p. 137). . J .61 «Entre 1701 y 1725, el avance [de Francia] fue tan rapido que I...] ; los franceses no 5610 abasteclan a Francia, sino que vendian a precios

mas bajos que los britanicos en el mercado continental y especialmente en Harnburgo, Flandes, Rolanda y Espana, y en los Estrechos, junto con Portugal, propordonaban al Levante azucar del Brasil» (Andrews, 1915, pagina 550). Las reexportaciones de azacar de Inglaterra descendieron de formaconstante. En 1698-1700 representaban el 37,S por ciento de sus reexportaciones, mientras que en 1733·37 habian pasado al 4,2 por ciento (vease Sheridan, 19S7, p. 64). Mientras tanto, era eel sector econ6mico mb dinamico de Francia» (Boulle, 1972, p. 71). Veanse tambien Moreno Fraginals (1978. I, p. 27) y Leon y Carriere (1970, p.I97).

, ,.. Moreno Fragina1s situa en 1730 el momento culminante de estos •. ,factores de caracter «econ6mico y tecnleo» (1978, I, pp. 32-34). 10 que se ~ 'f):'r ajusta al hito de 1731 que senala Andrews en la politica britanica, fecha­, en que no fue aprobada una ley prohibiendo la importaci6n de azucar

no britanlca a GranBretana 0 sus colonias (1915, p. 772). Lo que L. P. May lamenta como el leJto hundimiento del protecclonismo frances en la Mar­tinica entre 1673 y 1757 podrla ser el signo de la fuerza del azI1car (1930, pagina 163).

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350 Immanuel Wallerstein

barrera de los Paises Bajos 39. Finalmente, los ingleses se mos­traron dispuestos a defender la barrera reclamada por los ho­landeses, aun cuando implicara riesgos comerciales para ellos, como necesario quid pro quo a cambio de la garantia holandesa de un sucesor protestante al trono Ingles, cuesti6n que planeaba sobre la politica inglesa (y escocesa) 40.

Fue en mitad de la guerra de Sucesi6n espanola cuando es­tall6 la crisis de las relaciones anglo-escocesas. Por el acuerdo de 1688, Francia habia perdido su capacidad de intervenir en la politica interna de Inglaterra y por la Hamada uni6n de los Parlamentos de 1707 41 perderia tambien la capacidad de ha­cerlo en Escocia. Las negociaciones y maniobras pollticas del acuerdo final en 1707 fueron complejas 42, pero 10 que nos interesa es c6mo la rivalidad en el centro de la economia-mundo cre6 en Escocia unas presiones que llevaron a la Uni6n de los Parlamentos. Para Escocia (como para otras zonas perifericas), la segunda mitad del siglo XVII habia side un largo perfodo de «estancamiento econ6mico jalonado por crisis y decadencia» 43.

El principal cliente de Escocia era Inglaterra, pero no al reves, y a medida que continuaba el estancamiento, Escocia pasaba a depender cada vez mas de Inglaterra 44. Los escoceses, como otros, trataron de aplicar medidas mercantiles. En 1681, el du­que de York, en su calidad de representante del rey en Escocia, convoc6 a varioscomerciantes para discutir con ellos y con la

J9 Vease Stork-Penning (1967, pp. 113-14). Como dice Wilson, la actitud holandesa era de «pacifismo empirico, egotsta y con reservas» (1968, pa. gina 165) .

.a Vease Carter (1975a, pp. 30-31) . •\ Murray seiiala que la versi6n convencional de que la Uni6n de las

Coronas de 1603 se via acompaiiada por una Uni6n de los Parlamentos «puede ser una buena historia pero [es] una dudosa ley». EI argumento legal correcto, dice, es el siguiente: «La sucesi6n a la Corona de cada reino continu6 dependiendo del derecho de cada reino. Los derechos suo cesorios escoces e Ingles difer:lan, aunque s610 fuera ligeramente, y si se hubiera producido una contingencia oportuna, las Coronas se habr:lan se­parado de nuevo, siguiendo cada una su propia sucesi6n [ ... ] La coinci­dencia de las. Coronas inglesa y escocesa prosigui6 (al margen de la in­tervenci6n de Cromwell) hasta 1707, fecha en que entr6 en vigor el tratado de la Uni6n. Hasta ese momenta la cUni6n de las Coronas» fue mas una asociaci6n temporal que una uni6n permanente. Lo que crearon en 1707 los articulos de la Uni6n fue esencialmente una uni6n indisoluble de las coronas» (1961, p. 162). Como resultado de la Uni6n de 1707, Inglaterra y Escocia se convirtieron en Gran Bretaiia. H. R. Trevor-Roper seiiala que de hecho la Uni6n de 1652 fue mas estrecha que la de 1707, aunque por supuesto dur6 menos (1964, p. 79).

.. Para una historia politica detallada, vease Brown (1914). 4) Smout (1963, p, 256). Vease tambien Trevor-Roper (1964, p. 78). .. Vease Smout (1963, pp. 29, 238).

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La lucha en el centro. Segunda [ase: 1689-1763 351

Junta de Comercio que habia creado en el consejo privado cuestiones relacionadas con el comercio exterior escoces (con Inglaterra.iNoruega, Francia y el Baltico), el comercio interior, la navegaci6n y el deseo de los escoceses de disponer de una colonia en el Caribe. La asamblea escocesa adopt6 varias medl­das proteccionistas. Poco despues se crearon una nueva compa­rna dedicada a la manufactura de pafios, que llev6 a la Asam­blea a aprobar una ley de fomento del cornercio en ese mismo afio. Al abrigo de la ley, la compafila prosper6hasta el tratado de la Uni6n 45.

En 1695, la Asamblea aprob6 una ley por la que se establecia unacompaiifa dedicada al comercio con Africa y las Indias, que cre6 la Compafiia de Escocia. La Compai\fa represent6 'Ia con­fluencia de tres intereses: los comerciantes de Edimburgo, que trataban de participar en el comercio con Africa; los corner­ciantes de Glasgow, que esperaban encontrar un mercado para sus lienzos en una nueva colonia en el Caribe, y algunos corner­ciantes de Londres que estaban ansiosos por eludit el monopolio de la Companfa Inglesa de las Indias Orientales 46. La creacion de .esta nueva compafila, que llegarfa a ser conocida como la Campania Darien, turo probablemente mucho que ver con las presiones que llevaron a la Uni6n en 17070 Por una parte, se habia puesto de manifiesto que «una Escocia independiente po­nla en peligro todo el sistema [mercantil ingles [» ". Los peligros

45 V~se Insh (1952, pp. 32-37, 51-55).•Pero cuand6. las barreras comer­ciales que durante este tiempo habfan preservado de .. competencia a los fabricantes de paiio Ingles fueron derribadas por el tratado de la Union, la companfa escocesa, adelantada en su genero, entr6 gradualmente en decadencia. EI 16 de febrero de 1713 se vendi6 el edificio en que su paiio era almacenado en Edimburgo. Un mes despues se produjo la venta de la maquinaria y las existenclas restantess (p. 55).

.. Vease Insh (195~, pp.69-71). T. Keith sefiala que la ley de 1695 .cre6 cierta alanna [en Inglaterra], Se temfa ~ [...1105 escoceses absorbieran una parte cada vez mayor del' comercio americano, en el que Yll desempe­fiaban un gran pape1 ilega" (1909, p. 54). Vease tamblen HeHamilton, que habla de la -importancia rapidamente creciente» de Glasgow en el comercio atlantico en la segunda mitad del sigloxvII (1963. p. 249). De hecho, T. C. Smout explica la oposici6n de los comerciantes de Glasgow ala Uni6n precisamente por estas. razones: -.dulitamente porque qlaSgriw estaba ya progresando [por 10 que respecta a su comercio ultramarine], pensaban que se desenvolverfa mejor sin la Unl6na (1960. pp. 211-12).

" T. Keith (1909, p. 60). Insh dice: .En el otoiio de 1706, la presi6n de

/ los acontecimientos europeos ejercerfa nuevamente su poderosa influencia sobre la causa de las relaciones anglo-escocesass (1952, p.' 80). LOs aliados de Inglaterra, Holanda y Austria. se disputaban el. control de los Palses Bajos del Sur. nuevamente arrebatados "a los franceses. Carlos XII de Suecia acababa de derrotar a Pedro el Grande, conquistar Polonia y ocu­par Sajonia, y estaba amenazando a Bohemia. mientras que Luis XIV

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388 Immanuel Wallerstein

gravemente a Inglaterra como a Francia. En el mismo momento en que la estructura estatal de Francia se debilitaba como consecuencia de la manipulaci6n de unas reservas de plata sobre­cargadas, la estructura estatal de Inglaterra se reforzaba como consecuencia de su control comercial sabre unas reservas de oro en expansi6n.

No cabe duda de que la importancia de los metales preciosos no era sino el reflejo de la debilidad de los precios de otras mercancias 224, perc en semejante epoca el control de unas reservas suficientes de metales preciosos era una variable esen­cial en la lucha entre las potencias del centro. Ambos paises trataron de consolidar las bases de sus finanzas estatales. En ambos Estados hubo un crecimiento de los organismos espe­cializados,' una expansion de los impuestos, un aumento del pa­pel moneda y un incremento de los emprestitos publicos 225. Sin embargo, las guerras de 1689 a 1714 provocaron un «caos imposible» 226 en la hacienda publica francesa hacia 1715 y una relativa solvencia en la hacienda publica inglesa. lEn que consisti6 la diferencia? Van der Wee dice que el mercantilismo frances due puesto en excesiva medida al servicio de una politica de expansi6n militar durante la politique de grandeur de Luis XIV», mientras que el mercantilismo Ingles «fue siste­rnaticamente puesto al servicio. de una pol1tica de expansi6n economica» m. Van der Wee opone as! una expansi6n militar (es decir, un uso improductivo de los fondos del Estado) con una expansi6n econ6mica (mas meritoria). Este es un punta

2J4 Vilar dice: "Primero hay que recordar que una epoca de precios muy bajos para el conjunto de los productos significa una epoca de gran poder adquisitivo para los metales preciosos y, por consiguiente, una in­citaci6n a su busqueda» (1974, p. 247). Por otro lado, esta ventaja desapa­rece cuando Ia economfa se recupera, como seftala Morineau: "En su cenit en 1730, 5U significado comereial [del oro] habia disminuido de forma singular en vfsperas del siglo XIX. Por dar s610 un ejemplo, un kilogramo de oro puro, que en 1740 'valia' en Lisboa 12,25 galones de azucar(unos 7200 kg), en 1778 valia menos de siete (3900 kg) y en 1796 menos de 3,5 (1 950 kg).,Ouien hubiera cre1do que, entre el oroy el azUcar, serfa el primero el que sufrlrhl el mayor hundimiento?» (1978h, p. 40)".

21S Vease Mousnier (1951, PI'. 1-8), quien insiste no obstante en que las diferencias entre Inglaterra y Francia son mayores que las semejanzas. Sin embargo, ofrece no tanto una demostraci6n come. un argumento ideo­16gico a priori.. Inglaterra es "m4s capitaUita y mb bur,uesa» (I'. 8). "En 1713, Francia tiene un gobierno de naturaleza dictatorial, con tendencias totalitarias. Inglaterra tiene un goblemo plutocrlitico con tendencias Jibe­raless (Pt.'. 13·14).

U6 Van der Wee (1977. p. 378). 2Z7 Ibid., PI'. 391-92. '

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1A lucha en et centro. Segunda fase: 1689-1763 389

de vista' clasico, perc no. explica por que se produjo tal dife­rencia.

Ya hemos afirmado que las diferentes geograffas de Francia e Inglaterra obligaron a la primera a realizar costosos esfuer­

~ lOS con vistas a una expansion economica por tierra, y, en :' primer lugar, a una unificaci6n econ6mica efectiva de la propia , Francia. El relative exito de Francia como potencia terrestre

debe .ser calibrado comparandola ,no con Inglaterra sino. con Austria. «A comienzos del siglo XVIII, aunque la monarquia austrfaca tenia territorios tan amplios y casi tan poblados como los. del reino de Francia, sus ingresos procedentes de, los impuestos eran cinco veces inferiores» 228. No s610 Francia, sino tambien , Inglaterra, ternan 'que vivir por encima de sus ingresos, 10 que en un sistema capitalists es siempre posible

,Jcon tal de que reine la confianza. La confianza reffejaengran medida J,lIla" realidad econ()Ipi~. El exito engendra exito y el fracaso engendra fracaso, :al Estado frances, como hemos vis­to, utilizo las devaluaciones como mecanisme de finan~(fi6n de los debitos. Y 10 que 'es aun mas importante, el Bstado frances.. desarrollo un modelo de emprestito con la garantla de los futures Ingresos fiscales. A finales de la decada de 1690, los banqueros comerciantes comenzaron a vender titulos des­contados basados en las expectativas de futuros ingresos fis­cales de la tesorerfa, A m~~da que este proceso seampliaba, la r~dad era que .los" ~anqueros<omerciantes estaban de hecho, emitiendo una especie de moneda fiduciaria basada en promesas inciertas del gobierno en tiempos de guerra. Este

•~ edificu> .crediticio se viqo abajo en 1109. El Estado autoriz6 , una moratoria en l. i ~voluci6n de los prestamos a los ban­i queros-cqmerciantes. Como dice LQ,thYJ«el Estado en realidad

se concedi6 a 51 mismo una moratoria» 229.

Mieu.tras tanto, ei o;f/ermage Q' arrendamiento de los im­puestos se hab~ c;pnvertido en un mecanisme esencial para recaudar, los ingresos reales, llegando aproporcionar la mitad de estes desde la epoca de Colbert hasta la revoluci6n france­sa DO. ,Elaffe.rnuz" era un mecanisme care> desde el punto. de vista del Estado; Leon dice que los financiers, costoso cuerpo de intermediarios, eran indispensables «en un Bstado esca­.,J samente evolucionado», donde el recurso a los emprestltos pu-

DI ArdaDt (1975, p. 200). ZIt Lwhy (1959,p. na.:ComJ)4resecon Van der Wee (lent, p. 378) y

Harsln (1970, pp. 272-73). ' DI VQse Y. Durand (1976, p. 21).

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354 Immanuel Wallerstein

ingleses no habrfan podido llevarla a cabo sin la aquiescencia de los escoceses. iDe d6nde vino esta aquiescencia? Hubo un fuerte apoyo por parte de ese amplio sector de la aristocracia en Escocia que eran los episcopalianos, 0 los que habfan parti­cipado en la Revoluci6n Gloriosa y eran antijacobitas, 0 los que tenfan intereses agrarios en Inglaterra y se habfan visto ame­nazados por la ley inglesa sabre extranjeros de 1705. Otro grupo aun mas importante en Escocia era el de los comerciantes bur­gueses. Daniel Defoe llev6 a cabo una campafia panfletaria idea­da por el gobierno Ingles para persuadir a los comerciantes burgueses de que Inglaterra era y seguirfa siendo el principal mercado para las exportaciones escocesas y que el camino a la prosperidad pasaba por el refuerzo de las exportaciones a In­glaterra de ganado y line escoces (y potencialmente trigo, lana y sal) porque de este modo la balanza comercial con Inglaterra serfa favorable. En 1704, el Parlamento escoces aprob6 una ley por la que se ponfa fin a una monarqufa automaticamente unificada tras la muerte de la reina Ana. Como venganza, el Parlamento Ingles aprob6 la ley sobre extranjeros por la cual, a menos que los escoceses revocasen su ley, todas sus exporta­ciones serian excluidas de Inglaterra 53. La historia nunca puso a Inglaterra en la tesitura de tener que tomar una decision a este respecto 54.

Como era de prever, los burgueses se dividfan entre aquellos cuyos intereses residian primordialmente en el comercio con Inglaterra y aquellos cuyo comercio se desarrollaba en gran medida fuera de Inglaterra y sus colonias; y, por supuesto, los gremios de artesanos se sentfan amenazados por la cornpeten­cia inglesa. Smout sefiala que un creciente numero de terrate­nientes, sobre todo nobles, eran de hecho «hombres del comercios que participaban en negocios de exportacion. Como ya hemos visto en repetidas ocasiones, la linea. divisoria entre la aristo­cracia y la burguesfa estaba m~s difuminada de 10 que nor­malmente se piensa. La mismo ocurria en Bscocia en esta epoca, «La coincidencia del hecho de que la ampliaci6n del comercio

rante siglos» (1955, p, 65). Smoot hace una distinci6n entre las razones politicas de los ingteses y las razones econ6micas de los escoceses (vease 1964b, p. \ 462). ••

SJ Vease R. W. Harris (1963, pp. 68-70) . • 54 Lenman comparte mi escepticismo: .Habrfan hecho falta mas volun­

tad y valor de los que tenfan los dirigentes escoceses para permanecer de brazos cruzados ante la crisis y ver si Inglaterra era realmente 10 suficien­temente estupida como para arriesgarse a una. guerra en su frontera sep­tenrrionalcuando estaba inmersa en un grave conflicto en Europa» (1m, pagina S7).

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La lucha en el centro. Segunda [ase: 1689-1763 355

con Inglaterra fuera importante para' un gran numero de no­bles con el hecho de que, cuando lIeg6 la hora de votar, el 70 POl' ciento de ellos 10 hicieran a favor de la Uni6n es

J demasiado sorprendente para pasarla por alto» 55. ,Cwiles fue­ron realmente las medidas economlcas de la ley de Uni6n y

'. ' cui bono? La ley contenfa dos medidas econ6micas que favore­, : clan a Escocia.En: primer lugar, las acciones de la Companfa

de Bscocia serfancompradas por el Parlamento Ingles al precio de coste mas los intereses a cambio de la disoluci6n de la eompama, 10 que por supuesto estimul6 la actividad comercial en las ZOnas afectadaspor las perdidas anteriores de las inver­

, siones enel proyecto de Darien, y eS'pe~ialII1ente en Edimburgo. R.n' s~gWid9 'lugar, el llamadocomercio de plantaci6n fue

abierto",!egahnente por vez primera a, los escoceses, 10 que,t beneficl6,~br,e'togo a los comerciantes de Glasgow yla zona

~c~~ de G~~ia. ,Ademas, y probablemente como conse­~ de la.Union, el Parlamento creo 'en 1727 un consejo de >~istraci6n para las pesquerfas y las manufacturas que pro­rP0vi6 18 ~~si6n de la industria del lino escocesa 56. ,Fue ~sta UBa ~ar8a experiencia para Escocia 0, por el contrario, su gran opo~idad? EI debate, sigue abierto. En cualquier caso, la Uni6n se lIev6 a cabo, y el nuevo Estado de Gran Bretana

" ,)aq.:t>arla por ganar la guerra de Sucesi6n espanola. EI motivo .,4e la guerra era,por supuesto, quien gobernaria Espana, pero

sobre todo que serfa del comercio con el imperio espafiol. En HOI, el rey de Espana concedi6 el asiento, es decir, el monopolio

.. 'PIQ'a .el trafico de esclavos en la Am~rica espanola, a la Com­paiifa Francesa de Guinea, cuyas aceiones eran propiedad de

.l .Ios reyes de Francia y Espana, ast como de importantes capi­. talista:s' franceses. EI' asiento habfa estado antes en' manos de

.. I una companta portuguesa. Fue este heche, mas que cualquier

5S Smout (1963, p. 273). ~ V~ Insh (l952, pp. 84-89) y Lenmen (1977, pp. SlWlO). Castairs se

muestra escc!PQCO acerea de las ventaja$ inmediatas. Afinna que Ia ex­pansi6n del comercio con la Norteamerica brit4nica y con las Indias Oc­

, cidentales 8610 se produjo a partir de 1750. ~ el, la UniOn no explica la expansi6n·de la indU$tria del lino, y~ que basta mediados de sislo las coloDias americana impOrtaron sobre todo liDo de AJemania y Austria, que llepba a InaIaterra a trav6s de drawbacks. Fue s610 a partir de 1742, COD la ~6n'.un sistema de primas, cuaadc el COJDerc:io de exporta­

, ciOn ~,lino escoc6scomenzG,a 4esarro~ (vease 1955, pp. f:lJ-70). Lenman parte la diferencia. Elli de acuerdo cen Castairs en que los escoceses encontraron pocas ventajas en la Unl6n en un principio, pero ve en 1727 el momenta decisivo .que indica la llegada de las, primeras iolondrinas de este verano- (1977, p. 66).

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384 Immanuel Wallerstein

norte era el «comercio madre» de Holanda y fue alli donde mas perjudic6 a estepais la rivalidad 'de Inglaterra y Francia.

Como en el caso de la India, el cornercio con Rusia se hizo mas intenso, sin que por ello Rusia se periferizara 203. EI co­mercio de mercancias voluminosas (tales como cereales, cafia­mo y potasas) se distinguia por su irregularidad en esta epoca, t ya que los cereales eran importados a Europa occidental desde ... Arcangel solo cuando los precios del mercado europeo eran especialmente- altos, pero artlculos de lujo tales como cera, ca­viar y pieles «en cuyo precio de venta los gastos de transporte eran de importancia secundaria» eran transportados con regu­laridad 204. Indudablemente, los holandeses conservaban una im­portante parte del comercio ruso illS, pero lentamente, a partir de 1700, los ingleses asumieron el papel de los holandeses 206, en especial como importadores de mastiles 1l1I.Los ingleses comen­zaron tarnbien a dominar la importacion de'hierro sueco 208.",

Francia incremento' sucomercio enel 'norte por esta epoca, menos que Inglaterra pero tambien a expensas de Holanda 209.

Wilson dice que el «practlco monopolio» de Holanda por 10 .que respecta al transporte y al comercio europeo cpermaneci6 intacto casi hasta 1730» 110 y que s610 a partir de 1740 se pro­dujo un serio ataquea laposici6n holandesa corno centro de distribucion 111. .

Tal vez Wilson este en 10 cierto, pero hay dos factores que podrfan inducirnos a considerar que el fin del practice mono­

"" Chaunu piensa que el cambia critico se produjo a mediados del si­glo XVIII, fecha a' partir de la cual considera a Rusia como parte de la polttica europea (l966a,p. 639).

21M Ohberg (1955, pp. 131-33). Sin embargo, tambien eran transportadas ... en parco mercancias voluminosas producidas. en las cercanfas de Arean· gel: brea, pez, cuero y sebo, articulos de monopolio.

"" De hecho, Knoppers considera el perfodo comprendido entre 1716­1717 y comienzos de la decada de 1740 como un momenta culminante, a partir del cual se produjo un acusado declive (l977b, p. 12).

"" Vease Astrom (1963, pp. 188, 196-98). m Veanse Bamford (1956, P. 141) Y W. S. Unger (1959), quien seiiala

tam bien una expansion en las importaciones de hierro. 208 Vease Birch (1955). 2llt Morineau dice que las exportaciones francesas al norte igualaron a

las holandesas en 1742 (1%5, p. 2(6). leannin, sin embargo, senala: .E1 comercio directo de Francia con el norte sebeneflci6 en el sigto XVIII de una expansion resultante en parte de una disrnJnuci6n relativa del papel' de los holandeses como intermedlarios. Pero si Hamburgo sustituy6 mas ' o menos a Amsterdam,' ltuvo este camblo grandes eonseeuencias desde el punta de vista de los negociantes franceses?- (1975, p; 71).

"0 Wilson (1954, p. 254). 211 Vease Wilson (1941, p. 137).

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385 .­

14 lucha en el centro. Segunda [ase: 1689-1763

polio se produjo incluso antes. En primer lugar, en el siglo XVII

las mercancias inglesas eran llevadas a Amsterdam y Rotter­dam para ser vendidas a comisi6n, pero en el siglo XVIII la situaci6n se habfa invertido: Londres ,era el centro de distri­buci6n y el lino holandes solo era aceptado en Inglaterra a comisi6n 212. En segundo lugar, hay pruebas de que los perspi­caces ingleses del siglo XVIII no consideraban ya a los holan­deses como hegem6nicos; con mucha raz6n, en nuestra opinion, velan en los franceses unos competidores mas serios que los holandeses 213. Era por supuesto en el campo de las finanzas donde los holandeses todavta iban en cabeza. Pero incluso aqui se produjeron notables cambios en la posicion de ingleses y franceses. La segunda guerra de los Cien Mios, que se inici6 en 1689, plante6 grandes problemas financieros a Inglaterra y a Francia, pero. especialmente a esta ultima 214. Como potencia

m Ormrod senala: «Esto bacia que el comerciante holandes pagara efectivamente los derechos de aduana y soportara todo el riesgo, al estar su capital inmovilizado basta que el lino era rea1mente vendido. EI co­merciante Ingles obtenfa su [comisi6n del] 2 POl' ciento sin riesgo alguno y su capital quedaba libre para otras empresas mas lucrativass (1975, p. 72).

m Vease Andrews: «La opinion de la epoca con respecto a la efectividad de la rivalidad holandesa puede deduclrse del hecho de que' en 1713 John Withers encontr6 necesario escribir una carta _«de un cludadano a un caballero rural» titulada The Dutch better friends than the French, en la que rebada la opinion generalizada de que los holandeses eran 'rivales nuestrosen nuestra industria y nos soeavan en nuestro .comercio: y de que si los _ingleses fueron aplastados, el comerclc del' mundo seria suyo' [... ] Se esforzaba POl' demostrar que en realidad Ips franceses eran los grandes rivales de Inglaterra y los holandeses sus amigos» (1915, pa­ginas 545-46, n. 18). '

EI reccnocimiento POl' los holandeses, de la perdida de sus ventajas comerciales y su forma de abordarla se puede vel' en el hecho de que se refugiaran en la aeutralidad, siempre que ella era posible, enIas guerras anglo-francesas, Curiosamente, las explicaciones muestran contradicciones lnternas. Veanse, POl' ejemplo, Alice Carter y DavicJ. Hom. La neutralidad holandesa en el siglo XVIII, dice Carter, «se debi6en parte a las formas constitucionales y a un sistema politico que bacia pnicticamente imposible tomar una decision practica, perc servia sin embargo razonablernente bien a sus lnteresess (1963, p. 818). Horn dice: «La repentlna desaparfci6n, tras el acuerdo de Utrecht, de las Provincias Unidas como gran potencia debe ser atribuida no a un fallo de su fuerza econ6mica, sino a una paralisis de su voluntad [... ] La no intervenci6n, asf como los trucos y estratagemas neutrales, hicieron impopulares a los holandeses en ambos bandos, perc al menos contribuyeron a aplazar el dfa del recuento final» (1967, pp. 24, 88). Ambos autores ofrecen una explicaci6n puramente polftica (formas constituc1onales, paralisis de la voluntad) y terminan POl' admitir que la politica de neutralidad era ventajosa desde el punto de vista econ6mico. En una situaci6n de crecientes costos comparatives de sus productos, los holandeses siguieron siendo competitivos reduciendo sus «costes de pro­teccions,

m Goubert seil.ala, a prop6sito de la primera de las guerras: «Alimen­

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358 Immanuel WallersteiJl

del Mar del Sur, por otro lado, defendfa con firmeza S!lS

intereses y actuaba como un fuerte grupo de presi6n en Gran Bretafia 66, No era la Compafiia del Mar del Sur la unica bene­ficiaria de una polltica agresiva. Los plantadores de azucar de las Indias Occidentales britanicas pensaban que la guerra pon­dna fin a la grave depresi6n del azucar de la decada de 1730 67 ,

y las compafiias inglesas de seguros maritimes «aseguraban a los buques franceses contra su captura en el mar P9r la marina britanica» 68. Los intereses comerciales eran tan vitales para la politica del gobierno britanico que durante la guerra se insti­tuy6 un sistema de convoyes cuya seguridad «seria una cuesti6n de primer orden» para los buques acompaiiantes 69. Mientras que las fuerzas de tierra francesas y prusianas superaban a las britanicas y austriacas en esa epoca 70, la armada britanica era dos veces superior a la francesa. Las armadas francesa y espa­nola juntas eran equiparables a la britanica, pero si se afiadfan los buques holandeses a los britanicos, estes ternan una ligera superioridad numerica y. 10 que era mas importante, un mando unico. La guerra reafirm6 el dominio britanlco del mar, pese a la recuperaci6n maritima de los franceses que se habfa ini­ciado en 1713. Francia perdi6 en la guerra la mitad de sus

un espectador pasivo y con mas frecuencia un enemigo activo, pero nunca un amigo de Inglaterra», Sin embargo, el gobierno opinaba en 1739 que "arrojar a Espana en brazos de Francia era poner en peligro el futuro del predominio ingl~s en el Nuevo Mundo» (1909b, p; 198).

" Vease de nuevo Temperley: "Un estudio de los documentos no con­firma la opini6n popular de que el deseo Ingles de rnantener el comercio ilegal de traficantes y particulares pes6 considerablemente en el ministe­rio. Su benevolencia estuvo reservada a la Compaiiia del Mar del Sur, esa instituci6n tan estrechamente vinculada al gobierno por lazes econ6micos que recompensarfa a Walpole de haberla salvado en 1720, arruinAndole en 1739» (l909b, p. 222).

Q Vease K. G. Davies: "En general, me inclino a pensar que (dejando a un lado Ia guerra americana) las guerras atlanticas de Gran Bretaiia y Francia hicieron mas bien que mal a los plantadores britanicos, aun cuan­do haya que admitir numerosas excepciones» (1960, p. 109). Davies destaca a este respecto las guerras de 1739-1748 y 1689-1713.

.. Viner (1969, p. 84). "EI Parlamento, tras prolongados debates, se nego a ilegalizar esta practicas.

.. Fayle (1923, p. 288). Sin duda los franceses fueron aun mas lejos "y asignaron a Ia escolta un papel rtgtdamenre defensive [...] Lo que es aun mas extrafio [ ...] es que los buques de guerra franceses fueran alquilados a los comerciantes [... ] a cambio de una comisi6n sobre el valor de los cargamentos transportados sin novedad».

,. Leonard (1958, p. 192) ofrece las siguientes cifras para 1740: Francia, 160 000; Prusia, 84000; Austria, 107 000 Inglaterra, S9000 (incluidos los soldados de Hannover),

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359 La lucha en el centro. Segunda [ase: 1689-1763

buques de linea y mas de 1 000 buques mercantes. «Los cimien­tos del poderio maritimo de Francia se resquebrajarons 71.

La paz fue de nuevo un breve respiro: la guerra estallo otra vez en 1754 en las Americas y en 1756 en Europa. EI continuo conflicto comercial entre Gran Bretafia y Francia en las Am6­ricas ese disolvio casi imperceptiblemente, pero no por ella de forma menos cierta» 72 en la lucha culminante que fue la guerra de los Siete Mos. Los holandeses trataron de permanecer neu­trales, pero fueron obligados por la fuerza britanica a limitar su comercio con Francia 73. Los espafioles cayeron en la tenta­cion de unirse a Francia como forma de acabar por fin con los privilegios britanicos 74, pero esto no hizo ningun bien a Francia. EI tratado de Paris de 1763 marco la definitiva supe­rioridad de Gran Bretafia en su lucha secular con Francia. cEn Europa, a Francia Ie esperaba un largo periodo de enfermedad, comparable a la de Espana» 75. Los britanicos ganaron asi una guerra que duraba ya cien afios, por la sucesion de la hegemonia holandesa de mediados del siglo XVII. Esta victoria de ciertos sectores de la burguesia mundial arraigados en Inglaterra, con ayuda del Estado britanico, solo puede ser debidamente explica­da mediante un analisis del modo en que el Estado britanico fue capaz, desde el punta de vista politico, de contribuir a crear y ampliar el margen socioeconomico de los empresarios britanicos a expensas de las fuerzas competidoras arraigadas en Francia.

Empecemos por el panorama demografico. EI problema es que los autores no se ponen de acuerdo no solo sobre las causas de los cambios demograficos sino tampoco sobre los datos que hay que explicar. Algunos creen que el ritmo de crecimiento de la poblacion en Inglaterra de 1600 a 1750 fue lento 76 y otros que fue «practicamente estacionario» ", mientras que otros, por ultimo, afirman que aumento en un 50 por ciento en este periodo 78. En el caso de Francia, parece haber un consenso en el sentido de que la poblaclon se mantuvo mas 0 menos

71 Richmond (1928, p. 173). n Andrews (1915, p. 780). 7J Vease Carter (1963, pp. 820-21). 74 Vease Christelow (1946, pp. 24, 29). Fue, sin embargo, un error por

parte de los espanoles. -La imprudente entrada de Espana en la guerra de los Siete Anos permiti6 a los ingleses consolldar al termino de este conflicto las gananclas obtenldas en los afios precedentes y abrir nuevas vias de acceso a las riquezas del mundo colonial espafiol» (Brown, 1928, pagina 186).

7S Dehio (1962, p. 117) • .. Darby (1973, p. 304). n Tucker (1963, p. 214). 71 Vease Wilson (1977b, p. 116).

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360 Immanuel Wallerstein

estable de 1500 a 1750 79 en una cifra mas de tres veces superior a la de Inglaterra y mas de dos veces superior a la de Gran Bretafia. Algunos ven un punto bajo en Francia en 1700 y un ligero crecimiento entre 1700 y 1750 80• Algunos consideran que los afios comprendidos entre 1700 y 1750 fueron «anormalmente males» para Inglaterra 81. El presunto crecimiento de Francia

-entre 1700 y 1750 es tanto mas sorprendente cuanto que este .. pais sufri6 un hambre muy grave en 1693-1694, a diferencia de Inglaterra pero al igual que la mayor parte de Europa 82, y otra en 1709-171083• Ademas, en 1720 Marsella conocio la ultima gran epidemia de peste europea 84. En 1740, sin embargo, las cifras de la poblacion en Inglaterra y Francia, y de hecho en la mayor parte de Europa, se volvieron definitivamente ascen­dentes 85.

La variable esencial, dice Hufton, fue el suministro de pro­ductos alimenticios. «En terminos generales, una poblacion hambrienta no puede reproducirse, mientras que una poblacion

79 Vease Goubert (1965, p. 473). III Ibid., p. 473, Henry (1965, p. 455) y C. E. Labrousse (1953, p. 22). .. Tucker (1963, p. 214). 12 Vease Flinn: «No hubo probablemente nunca en Europa occidental

un hambre tan severa y tan extendida como la de la decada de 1690" (1974, p. 301). Flinn senala que Inglaterra fue una excepcion, En Francia, sin embargo, «la gran mayoria de la poblaci6n [ ...J se via amenazada por el hambre, la padeci6 0 realmente muri6 de inanicion» (Goubert, 1970a, pagina 216). Pentland tiene una complicada explicacion para Inglaterra. Inglaterra tuvo un elevado crecimiento demografico de 1690 a 1710, epoca de precios altos para la agricultura (probablemente a causa del hambre general en Europa). A causa de esto, y tambien de que los adultos j6ve­nes eran escasos en este periodo (debido a un crecimiento dernografico anteriormente bajo) , las oportunidades de empleo en la agricultura hicie­ron que se adelantara la edad de contraer matrimonio y que aumentara el indice de natalidad, 10 que a su vez llev6 a una disminuci6n de las oportunidades y a una depresi6n a partirde 1705-1710. Con la caida de los precios a partir de 1720 la mortalidad aument6, 10 que explica las grandes epidemias de la decada de 1720, «consecuencia 16gica de una decada de condiciones cada vez peores, provocadas por el exceso (y no por la esca­sez) de la produccion agricola en relaci6n con la demanda y el consiguien­te exceso (y no escasez) de mana de obras (1972, p. 174).

IJ Veanse Goubert (197Od, p. 60) y Jacquart (1975, p. 187) . .. Vease Rambert (1954, pp. 606-17). Segun Reinhard y Armengaud, la

Ultima gran peste fue la de 1668; despues de esta fecha, las epidemias fueron «escasass (1961, p. 131), pero mencionan una en Espana en 1694 (1961, p. 143). A pesar de la peste de Marsella, Le Roy Ladurie habla de un incremento demografico en Francia entre 1720 y 1737 (1975a, p. 364).

IS Deprez llama a 1740 el «momento decisivo en la historia demografica de Europa" (1965, p. 626). La explicaci6n habitual es el fin de las pestes y las hambres. Veanse Le Roy Ladurie (1975a, p. 388) y Helleiner, que habla de la ausencia de catastrofes (1967, p. 95).

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361 La lucha en el centro. Segunda fase: 1689-1763

subalimentada no tiene problemas para hacerlos 86. iDe d6nde vino este incremento en el suministro de productos alimenticios? No fue el resultado de un cambio climatico, 0 al menos no exclusivamente. Dado que todo el perfodo comprendido 'entre mediados del siglo XVI y mediados del siglo XIX es conocido como el pequefio periodo glaciar 87, no es probable que se produ­jera una gran mejoria bacia 1750. Es mas probable que el des­arrollo de los sistemas de producci6n agricola en Inglaterra y Francia (septentrional y sudoriental) fuera el elemento crucial de este proceso. Algunos dan gran importancia a la patata, llegando a afirmar que ~I incremento de la poblaci6n en el siglo XVIII vari6 «de acuerdo con la difusi6n y el consumo [de la patata]» 88. Otros ven en la patata simplemente un ele­mento mas en una dieta por 10 general mas rica. EI te re­emplaz6 al alcohol, y el consumo de arroz, y, sobre todo, de azucar experiment6 un crecimiento, el azucar en frutas, mer­meladas y postres que contribuyeron a variar la dieta, sobre todo en invierno 89, Ya hemos descrito el contexto social del progreso agricola, es decir, la creciente concentraci6n de las tierras de labranza mediante la opresion de los productores menos afortunados 90. EI cercado de las tierras, importante tecnica que se habfa iniciado mucho antes de 175091 , fue posi­

.. Hufton (1974, p. 15). 17 Jacquart (1975, p. 187). Sin embargo, Goubert atribuye el fin de las

hambres en Francia a un clima mejor, mas calido y menos lluvioso (vease 1970<1, p. 63). Le Roy Ladurie hace hincapie en la variable crucial de un clima por 10 general humedo pero no frio, al menos en Francia (vease 1967, p. 281). Reinhard y Armengaud hacen esta misma observaci6n (1961, pagina 115).

u Vandenbrocke (1971, p. 38). EI argumento es que, en comparaci6n con los cereales, la patata ofrecfa el doble de calorias por persona. Aunque el contenido calorico de las patatases cinco veces inferior al de los ce­reales, su rendimiento es diez veces mayor.•Ademas, las patatas se reco­gen en verano, y por tanto dependen menos del clima. EI cultivo de cereales fue siempre mucho .rnas arriesgado, por depender mucho de las condiciones climatlcass. Siri embargo, Salaman(I949, pp. 455-56) afirma que la patata no fue habitual en la dieta del pobre ingIes basta el Ultimo cuarto del siglo XVIll, aun cuando su uso no hubiera dejado de extenderse desde dos siglos antes. Salaman dice que basta 1775 la patata fue utilizada primordialmente como alimento para animales: .Antes de que la patata pudiera desempeiiar el papel de forraje para los pobres, era necesario que demostrara su valor como alimento para los cerdos».

.. Vease C. Hill (1969, p. 256) .

.. Veanse tambien Coleman (1977, p. 125), Mingay (1963, pp. 81-82) y La­vrovsky (1960, pp. 354-55). Mingay seiiala un importante declive entre los pequeiios propietarios de 1660 a 1750 (1968, p. 31).

•\ .Desde el punto de vista de 1750,es evidente que una buena parte de Inglaterra estaba ya cercada» (Holderness, 1976, p. 52).

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362 Immanuel Wallerstein

ble gracias, en parte, a la legislaci6n y en parte a la eficiencia y a las ganancias de los propietarios 92. lQue tipo de eficiencia podian conseguir los grandes terratenientes? En primer lugar, hubo un perfeccionamiento de los aperos de labranza, prirnor­dialmente porque la madera fue sustituida per el hierro 93. Ade­mas, a los propietarios de ganado les resultaban especialmente utiles los pastes y forrajes temporales y tendieron tambien a convertirse en grandes agricultores 94.

Sin embargo, 10 que fue mas importante para la constante tendencia a la concentraci6n fue el bajo precio de los cereales a largo plazo 95. En todo el perfodo comprendido entre 1600 y 1750 hubo muy pocos afios buenos para los cereales 96. Se ha dicho que la desdicha de los bajos precios fue la dicha de Inglaterra, ya que llev6 a una innovaci6n agricola ". Cabe pre­guntarse por que habrfa de ser esto cierto unica 0 principal­mente para Inglaterra, cuando los bajos precios de los cereales fueron una constante en toda Europa durante este perfodo. Lo mas notable es que fuera precisamente cuando los precios es­taban en su nivel mas bajo, en la primera mitad del siglo XVIII, cuando Gran Bretafia se convirti6 en el principal exportador de cereales en Europa. La explicaci6n mas obvia es que la ley de primas al trigo promulgada por el gobierno britanico en 1688 para fomentar la exportaci6n de cereales 98 cre6 unas condiciones

92 .Aun en las aldeas que a 10 largo del siglo [XVIII] conservaron los campos abiertos hubo una fuerte tendencia en favor de una disminuci6n del numero de unidades y de un aumento de su tamano» (Mingay, 1962, pll· gina 480). Esto parece haber ocurrido en Inglaterra a pesar de que la .elevada productividad del cultivo de la patata permitia vlvir Incluso de parcelas muy pequeiias» (Vanderbrocke, 1971, p. 38). Esto puede signlflcar que la producci6n de cereales fue la variable econ6micamente crucial.

OJ lQuienes podian permitirse este lujo? Probablemente los que ya te­nfan unos ingresos mas elevados. Bairoeh afirma, con un argumento tal vez circular, que la posibllidad de pagar los nuevos aperos provenfa del incremento de la productividad agricola (vease 1966, p. 16).

.. •SIn la ayuda de los nabos, la mera alimentaci6n del ganado en in­vierno y primavera habrfa sido un problema diffcil de resolver» (Ernie, 1912, p. 176). No s610 los nabos, sino tambien el trebol, el pipirigallo, la alfalfa y el ballico eran bien conocidos en toda Inglaterra hacia 1720 (vease Holderness, 1976, p. 65).

" .1.0 que sucede es que el pequefto campesino, que s610 produce un pequefio excedente para el mercado en los ai\os buenos, pierde dinero en los ailos males, dinero que gana el gran campesino que se beneficia de la falta de competencia por parte de estos pequeftos productores» (Gould, 1962, p. 321).

.. Ernie (1912, pp. 168-69), Gould (1962, p. 232) y Hartwell (1969, p. 25). '" John (1969, p. 171). Veanse tambien Wilson (1965, p. 245) y Holderness

(1976, pp. 74-75) . .. Vease R. Ashton (1969, pp. 49-50).

....

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363 La lUCM en el centro. Segunda [ase: 1689-1763

cgeneralmente propicias» 99 para la expansion agricola. Es in­dudable que las primas impulsaron la producci6n de cereales en Inglaterra y tal vez contribuyeron a una mayor depresi6n de los precios nacionales de estes al incrementar la cantidad de cereales disponible en el mercado nacional w, Obviamente, 10 que se pretendfa era ayudar al empresario agricola britanico a aumentar su margen de beneficios.

lD6nde estabael mercado para esta mayor oferta de cereal britanico? La fabricaci6n .de ginebra y cerveza ofrecfan una salida, y el mercado para estos productos era la mana de obra urbana que, en un periodo de estancamiento secular, habia visto como aumentaban los salarios reales 101. Gilboy, por ejem­plo, indica que el aumento de los salarios reales en Londres fue arrastrado, por as' decir, por la «ola de ginebra» 101. Esto

" Mingay (1960, p. 337). Los cereales pasaron del 3,7 al 19,6 por ciento de las exportaciones inglesas en 1700 y 1750. Vease T. S. Ashton (1960, pa­gina 12). SUcher van Bath asegura Que entre 1690 y 1720 -Ia relaci6n media entre los precios de los productos agrfcolas y los no agrtcolas» se invirti6 temporalmente en favor de la agricultura, en el contexte de una relaci6n desfavorable Que dur6 de 1620 a.174O (1963a, p. 211).

\GO Vease Gould (1962, pp. 331·32). 101 -EI incremento [de los salarios reales en Inglaterra] entre 1660 y

1760 fue importante pero no espectacular [... ] Hacia 1750 las cosas estaban, sin embargo, notablemente .mejor Que en 1600. La tasa inferior de infla­ci6n de los precios a partir de 1670, 1a moderaci6n del crecimiento demo­grMico antes de 1750, la acumulaci6n de excedentes agricolas (especialmen­te alimenticios) y la reanimaci6n de la actividad econ6mica, especialmente en los sectores intensivos en trabajo, fueron responsables del incremento de los salarios reales antes de 1750» (Holderness, 1976, p. 204).

Pero, aunque aumentaran los salarios reales, ino hubo tambien un aumento del paro? Sf, 10 hubo, pero fue .compensado aI menos en parte por el empleo alternativo de tales periodos. Los trabajadores se convirtie­ron en contrabandistas y salteadores de caminos. Las mujeres se dedicaron a hilar. Hubo un incremento en 1& industria pesquera (-uno de los ultimos recursos del pobre»), aI estar los hombres m4s dispuestos :a aceptar la dureza de 1& vida. a bordo de los pequeiios barcos. El nlimero de vende­dores ambulantes aument6. Incluso 1a construcci6n pareci6 florecer, en proporci6n casi Inversamente variable a la prosperidad de las exportacio­nes (v~ T. S. Ashton, 1959, p. 138). A pesar del aumento de )05 salarios reales en este periodo, la calidad de la vida en las ciudades no era la m4s adecuada para apartar a los trabajadores de las tabemas. -En medio de 1a elegancia y el lujo, abundaban la suciedad y 1& enfermedad. Durante el reinado de Jorge I y la primera parte del de Jorge II, Londresfue una metropoll maloliente, sucia, atestada de basura y repleta de subur­bios» (Plumb, 1966, p. l7).

IG Gilboy (1930, p. 613). EI proceso fue sin duda undrculo vicioso. EI incremento de los salaries reales prov0c6 un incremento de la producci6n de ginebra Que exigi6 un incremento de la oferta de cereales. Si la oferta de cereales era excesiva por alguna razon, el aumento de las ventas de ginebra podia resolver el dilema. V~ase Chambers: -La era de la ginebra [fuel aIgo mils Que la inexplicable aberraci6n del embrutecido pueblo

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364 Immanuel Wallerstein

ocurri6 tambien en los Pafses Bajos, donde el aumento de las importaciones de cereales britanicos afecto en especial a la malta y la cebada destinadas a las destilerias y cervecerfas ho­landesas 103. Las primas a la producci6n en Gran Bretafia pro­vocaron una exportaci6n cada vez mayor a los Paises Bajcs 1(N

que a su vez foment6 el desarrollo de la producci6n britanica a causa del aumento de los precios de los cereales en los Pafses Bajos de 1700 a 1720105• Los britanicos consiguieron desplazar a los productos balticos del mercado holandes 106 porque ven­dian sus productos a un precio inferior. Esto no solo se debfa a los costes mas bajos del transporte britanico (que, despues de todo, ya venian de antes), sino tambien a las primas que representaban el 16,5 por ciento del valor real de los cereales

londinense [ ... ] Una sucesi6n de buenas cosechas aument6 la oferta de cereales, mientras que una serie de epidemias reducia las filas de los que debertan haberlos consumido. Cuando en 1739 comenzo la guerra de Suce­sion austriaca y descendi6 la exportaci6n de cereales, se cerro parcial­mente otra salida para estes [ ... l La carrera suicida de Londres acudi6 en ayuda de los campesinos del interior," que se resentfan de la abundancia; la profusion de la que se quejaban fue en parte absorbida por los excesos del consumo de ginebras (1957, p. 44).

Sin embargo, los campesinos del interior pagaron a medio plazo los castes de las ganancias a corto plazo, Las industrias destiladoras y cerve­ceras de Londres desarrollaron una actividad subsidiaria, consistente en utilizar los productos de desecho para alimentar al ganado. Esta actividad se generaliz6. A medida que aumentaban en el siglo XVIII Ia carne y la leche procedentes de los cerdos y las vacas de la zona circundante que consumian los londinenses, los agricultores del Home County se resentian cada vez mas de la fuerte competencia de 10 que «era ahora una produc­ci6n carnica 'capitalista' de caracter sistematico- (Mathias, 1952, p. 254).

IOJ Vease Ormrod (1975, pp. 39-40). Las primas se pagaban por volumen. La cebada podia ser «hinchadas, 10 que fomentabasu exportaci6n a costa de otros cereales. Esta fue tambien la «era de la ginebras en Holanda. Vease John (1976, p. 53).

,.. «Tal vez los holandeses resultaran perjudicados por las importacio­nes [de cereales ingleses], pero 10 mismo les habria perjudicado unos cereales baratos 0 subveneionados que los no subvencionados» (De Vries, 1975, p. 55). Los Paises Bajos no eran el unico inercado de exportaci6n. Tambien Portugal era un mercado importante. Vease Fisher (1971, p, 64).

,0> Vease Slicher van Bath (1963a, p. 212). Si los precios bajaron de nuevo de 1720 a 1740, lno fue ello en parte una respuesta al incremento de la producci6n britanica?

'06 John ofrece unas cifras sorprendentes para las exportaciones medias de cereales de Gran Bretaiia y el Baltico, De 1650 a 1699, la zona del Balticoexport6 58800 barriles de aproximadamente 10,5 arrobas y Gran Bretaiia exportaba unos 2500, mientras que entre 1700 y 1749 las exporta­clones del Baltico bajaron a 31000 y las britanicas ascendieron a 42000. EI total de ambas zonas subi6 de 58300 a 73000 (vease John, 1976, p, 56, cuadro 6). Veanse tambien Upson (1956, II, p. 460), Jeannin (1964, p. 332) y Ormrod (1975, p. 38).

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enviados al extranjero un. Un folleto ingles sobre las primas, escrito en 1768, 10 explicaba en los siguientes terminos: «Nos propusimos rivalizar con los polacos en su condicion de labra­dores para los holandeses... Y al mismo tiempo pennitimos que nuestros hermanos los irlandeses rivalizaran con los daneses como criadores de vacas para ellos.. 108. La creciente unifonnidad en los precios del trigo en toda Gran Bretaiia en este perfodo de intensa exportaci6n indica que las primas fueron eficaces y que su impacto se dej6 sentir en todas las zonas agricolas del pais J()lJ.

El Estado britanico trato, pues, de conquistar el mercado cerealero holandes para sus empresarios, a la vez como com­plemento de otras oportunidades de ganancia (en una epoca en que tales oportunidades eran reducidas) y como forma de con­seguir ganancias a traves de una concatenacion de efectos. Por ejemplo, los britanicos reemplazaron a los holandeses en el transporte de cereales como resultado de haber reemplazado a los productores balticos "0. Otros, por supuesto, trataron tam­bien de hacer 10 mismo. De hecho, en el medio siglo transcurri ­do entre 1650 y 1700, los Paises Bajos del Sur y Francia aumen­taron sus exportaciones a los holandeses y estes incrementaron su propia produccion Ill, pero las primas britanicas a la pro­ducci6n de cereales hicieron que estos productores perdieran terreno entre 1700 y 1750, al vender mas barato que ellos 112.

De este modo, Gran Bretaiia consolid6 su posicion capitalizando el mercado mundial de cereales, en algunos casos [aute de mieux, y contribuy6 a la recuperacion en toda Europa del age' a expensas del saltus entre 1700 y 1750 IIJ. Sin embargo, dado

107 John (1976, p. 59). ,.. Considerations on the effects which bounties granted on exported

corn, malt and flour have on the manufactures of this kingdom (Londres, 1768, pp. 61-62, nota). citado en John (1976. p. 56).

,.. «Todo 10 antidogmaticarnente que requiere un campo complejo e in­cierto [ ... ] tendemos a pensar que, al menos en 10 que respects al trigo, la autonomia de los mercados puede ser gravemente exagerada» (Granger y Elliott, 1967. p. 262).

liD Vease Ormrod (1975, p, 40). III Vease J. de Vries (1974, p. 171). lIZ Vease Abel. quien seiiala que los exportadores ingleses de 1711 a 1740

cerraron el Mercado mundial a los productores franceses y alemanes (1973, p, 265). J. C. G. M. Jansen sefiala que en el periodo comprendido

,f/

entre 1680 y 1740, los productores agrfcclas del sur del Lirnburgo, enfren­tados a una calda de los precios, abandonaron los cereales ordinarios [kortkoren y escanda) y se dedicaron al «trigo caro» (ast como a la avena) «para compensar 18 caida de los precios del trigo» (1971. p, 255).

III Vease Chaunu (19668, p. 242). El ager es la tierra cultivada, en opo­

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que la economfa-mundo en general era todavia debil, esto llev6 rapidamente a una superproducci6n de cereales y produjo otra depresi6n agricola entre 1730 y 1750114• Con la mejoria que se produjo a nivel mundial a partir de 1750, Gran Bretaiia, una vez mas, redujo su papel como productor mundial de cereales en favor de una mayor especializacion en la producci6n indus­trial 115.

El panorama frances, como ya hemos dicho, .era menos dife­rente del Ingles de 10 que se piensa. Cuando examinamos los cambios que se produjeron a partir de 1690, nos preguntamos, en primer lugar, por que los franceses no instituyeron un sis­tema de primas. Francia tal vez no las necesitara por ser mu­cho mayor que Inglaterra. Las guerras de 1688 a 1713 habian interrumpido las importaciones de cereales de Francia y con ella hablan ccreado una situaci6n que favoreda el cultivo de cereales en el sur de Francia» 116. Ademas, al haber causado las guerras grandes estragos en Espana y haber desbaratado asi el mercado espaiiol de ganado y vino, y al haber aislado el blo­queo los mercados Ingles y holandes de linaza, los productores del sudoeste se dedicaron de forma notable a la producci6n de trigo 117. A partir de este perfodo hubo una creciente concentra­ci6n de tierras, de forma que a mediados del siglo XVIII la zona del Mediodia y los Pirineos se habla convertido en una «zona de monocultivo de cereales que producia para la exportaci6n al Medlterraneo» 118. Mientras tanto, en el Languedoc se produjo un florecimiento de la agricultura debido a la revoluci6n del trans­porte (en 1680 se abri6 el canal del Mediodia y en 1725 se inici6 la construcci6n de nuevas carreteras), permitiendo esta mejora del transporte que el trigo llegara a Marsella a un precio 10 suficientemente bajo como para ser competitive en el mercado mediterraneo 119. De este momento el crecimiento de la produc­ci6n de cereales en Francia fue paralelo al crecimiento de la producci6n de trigo en Inglaterra y tuvo mas 0 menos los mis­

sici6n al saltus, que es el terrene cubierto de vegetaci6n natural (1966a, pagina 640).

114 Vease Mingay (1956, pp. 324, 336). 11.5 Vease T. S. Ashton, a proposito de la segunda mitad del siglo X'!~II:

.EI cambio de una exportaci6n por un excedente de importacion diffcil­mente podia ser evitado en una epoca en que la poblacion aurnentaba rapidamente y en que Inglaterra estaba pasando de la agricultura a la manufactura» (1969, p, SO).

lit Vease Slicher van Bath (1m, p. 75). •11 Vease Enjalbert (19SO, p. 116) y Braudel (1~51, p. 71). III Freche (1974, p. 835). II'Vease Le Roy Ladurie (1975a, pp. 397-400).

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mos efectos en cuanto a la estructura social del campo y en cuanto a su significado para la economla-mundo. Esto sisnifica que las zonas del centro estaban reasumiendo unas tareas tlperl. f6ricas» que producian ganancias en una epoce de estancamien­to generalizado,

A la vista de todo esto, lpor que est' tan extendida entre los historiadores la impresi6n de que en Inglaterra hubo una revoluci6n agricola entre 1650 y 1750 aproximadamente que en Francia no se produjo? Para contestar a esta pregunta, debemos examinar 10 que sucedi6 en las industrias no agrfcolas, La meta­lurgia y la producci6n textil en Inglaterra, a partir de 1700, mostraron -una tendencia general a la recuperacion, pero no un claro crecimiento» 120. La tendencia de los precios de las rna­nufacturas, al igual que los de la agricultura, seguiria siendo «moderadamente descendente» hasta 1750, con una etendencia moderadamente ascendente tanto en los salarios reales como en la demanda del rnercados 121. Este incremento de la demanda afect6 en primer lugar a la exportacion, y especialmente a l~

colonial que, como hemos visto anteriormente, era uno de los principales objetivos de la polltica britanica en las colcnias septentrionales de la Norteamerica britanica, Tambien afect6 a la demanda interior, como resultado del incremento de la riqueza agricola en este perlodo 122. Los grandes terratenientes fueron los primeros en beneficiarse de este incremento de la demanda. Entre 1700 y 1750, las rentas de la tierra, normalmente bajas, se compensaron con los crecientes beneficios proceden­tes de la venta de madera y del arriendo de la tierra para -Ia extraccion de carbon y otros minerales, ast como para la ex­plotaci6n de canteras, siderurgias y homos de cal 123.

La expansion de la produccion agricola dio un gran lmpulso a las industrias mp.tlOl~4gicas124, y las constantes guerras con

120 Kellenbenz (1977a, p. 547), quien dice: -Habfa todavia muchos obs­taculos, especialmente en la metalurgia, pese a los cambics econ6micos favorables a Rusia, rica en hierro y bosques•. Vease East: .Por 10 Q1\e respecta al carbon, como por 10 que respecta al hierro, 105 procesos en gran escala que dejarfan huella en el mapa, no llegarfan basta el siglo XIX. (1951, p. 512, el subrayado es mfo).

121 Coleman (1977, p, 151), quien dice que el perfodo comprendido entre 1650 y 1750 _fue una epoca de inversi6n e inlciativa en la industria inglesa, que no se manifest6 en cambios espectaculares como en el siglo siguiente, pero fue de importancia vital, ya que sent6 las bases mas s6lidas y mas

j'/ f1exibles para lanzar la posterior revoluci6n•.

IU Vease Wilson (1977a, p, 8). III Vease Mingay (1960, p, 373). III Baircch (1966) analiza esto detalladamente, en funci6n tanto del uso

del hierro en los aperos como de la expansion del numero de aperos

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Francia supusieron tambien un importante estimulo 125. Las gue­rras crearon una gran demanda de metales para armamento, dificultaron las importaciones (al menos en tiempos de guerra) y agotaron la madera disponible debido al desarrollo de la construcci6n naval. El alto nivel alcanzado por la demanda interior llevo consigo una expansion de la construcci6n que estimulo la produccion de. plomo, aunque los precios del plomo se mantuvieron bajos, 10 que puede indicar que la producci6n se desarrollo a un ritmo demasiado rapido para una demanda que crecia lentamente 126. Gould sospecha que la importancia real de los bajos precios de los alimentos entre 1600 y 1750 estriba en la reduccion de los costes de produccion de los tejidos 127. Aqui, como en el caso de las exportaciones de trigo, el elemento crucial de la expansion de la produccion fue la intervenci6n del gobierno en el mercado mundial. El gobierno ,britanico inicio 10 que hoy llamariamospolitica de una «susti­ ... tucion de importaciones» 128. Ya en 1675 se discutio en el Parla­mento la competencia que hacian las importaciones indias a los

utilizados. Tambien hace hincapie en el mayor uso de caballos y en la nueva practica de herrarlos. Considera que el periodo cornprendido entre 1720 y 1760 fue clave para Inglaterra a este respecto, como el periodo comprendido entre 1760 y 1790 0 incluso entre 1790 y 1820 10 fue para Francia. Vease tambien Chambers. quien afirma que la agricultura inglesa en los siglos XVII y XVIII hizo tres contribuciones a la industria: el sumi­nistro de capital y la primacia en el desarrollo de las industrias del plomo, el hierro y el carb6n; el consumo de productos industriales. y el fomento de cambios en el transporte, y especialmente los portazgos (1957. p. 36).

123 John afirma que estos factores «aceleraron la busqueda de metodos para utilizar el carb6n en las fundiciones», 10 que lIev6 a la invenci6n del horno de reverbero entre 1688 y 1698. Tambien nos recuerda que «entre 1714 y 1763, se duplico el tamafio de la armada» (1955, pp. 330 y 333). Kellenbenz sefiala que una vez que el carbon hubo sustituido al carb6n vegetal en la fundicion de hierro desaparecio la incompatibilidad entre 1a producci6n de hierro y una poblacion densa, 10 que, segun el, explica el evidente desplazamiento de 1a producci6n de Suecia a Inglaterra (vease 1974, pp. 206-207).

126 Vease Burt (1969, p. 266). 1%7 Gould (1962. p. 320). En cambio, Gould rechaza por «arriesgado» (pa­

gina 319) cualquier in tento de discernir un significado directo y constante en las fluctuaciones de las cosechas para la actividad econornica y sefiala los efectos opuestos que podrian causar tales fluctuaciones. Wilson no esta tan segura de esto: «Todavfa esta por saber hasta que punto la prolifera­ci6n de manufacturas en los afios transcurridos entre la Restauracion y la industrializacion de finales del siglo XVIII fue debida a la estabilizaci6n e incluso la caida del nivel general de los precios de los articulos de pri­mera necesidad» (1977a, p. 13).

12. Vease Ormrod (1975. p. 40). La prohibici6n de 1678. dirigida primor­dialmente contra Francia. fue considerada en la epoca como un hito (Ashley, 1897, pp. 338).

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tejedores ingleses y los calicos fueron sometidos a ciertos de­rechos de aduana.

La crisis economica de la decada de 1690 provoco entre 1696 y 1700 la Hamada polemica del calico, que culmino en 1700 en una ley por la que se prohibfa la importacion de calicos estam­pados de Persia, la India y China, a pesar de la oposicion de la Compafifa de las Indias Orientales y de aquellos que vendian o elaboraban productos indios para el mercadoIngles: Esto no ayudo sin embargo a los fabricantes de tejidos de lana, ya que era posible estampar el calico en Inglaterra. Los motines de los tejedores en 1717 (provocados por el para) llevaron a la ley suntuaria de 1720 por la que se prohibia el uso de calicos es­tampados (con unas pocas excepciones). Indudablemente, la eficacia de su aplicacion fue limitada. Dado que la importacion de muselinas si estaba permitida, muchos calicos fueron im­portados bajo este nombre, mientras que la zaraza se introdu­cia de contrabando. En 1735, la ley de Manchester excluia especificamente de las leyes suntuarias los tejidos estampados de line y algodon fabricados en Gran Bretafia, dando asi por fin derecho de ciudadania a los tejidos de algodon y line siem­pre que estuvieran -fabricados en Inglaterra 129. El resultado global de la legislacion fue, pues, que «fomento la Iabricacion de sustitutos del calico» 130 en Inglaterra.

Sin embargo, todavia no se habfa llegado a la era del alga­don, ya que hasta 1773 los llamados algodones ingleses eran de hecho un tejido en el que una trama de algodon, 0 hilo trans­versal de la tela, se combinaba con una urdimbre de line, 0

hilo longitudinal 131. El line segufa siendo importado en gran medida, sobre todo de Alemania, Irlanda y Escocia 132. Los linos I

u, Vease P. J. Thomas (1963, pp. 68, 101, 125, 139, 1SO, 16>-64). Pese a esto, los tejidos de lana siguieron siendo la principal industria manufactu­rera inglesa durante todo el siglo XVIII (Deane, 1957, p. 207) y pasaron por un periodo de «notable crecimientos de 1700 a 1740-SO (p. 221).

•10 Smelser (1959, p. 53). Heckscher afirma que la diferencia entre las poHticas mercantilistas de Francia e Inglaterra estrib6 en que Inglaterra estimul6 la sustituci6n de las importaciones, y cree necesario aiiadir que «tal Vel: 10 mas importantes fue que Inglaterra no aplicc estrictamente sus prohibiciones de importaci6n, mientras que Francia sf 10 hizo (1935, I, 1'8­ginas 174-75). lHay pruebas de esto, 0 se trata simplemente de un prejui­cio liberal (anti-frances)?

UI Vease Warden (1864, p. 373). IREI grado de dependencia de las importaciones de lino es una cues­

ti6n controvertida. Harte afirma: «Es probable [ ... J que se produjera mas lino en la propia Inglaterra para el consumo interior en el siglo XVIII del que se importaba de Escocia e Irlanda juntas. (1973 p. 107). Tal vez, pero se importaba mas de todas las fuentes del que se produda a nivel local. y los linos escoceses e irlandeses desempenaron un papel creciente. '

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alemanes perdieron constantemente terrene, a 10 largo del si­glo XVIII, a expensas de los escoceses e Irlandeses, como resul­tado, una vez m4s, de! una politica gubernamental iniciada en 1660 y aplicada de forma cada vez mas rlgurosa a partir de entonces 133. Por supuesto desde 1707 Escocia formaba parte de Gran Bretafta. EI efecto basico de Ia Union fue el desplazamien­to de los tejidos de lana escoceses por los Ingleses (salvo en sus variedades mas bastas), pero a cambio se permiti6 que los tejidos de lino .escoceses se introdujesen en Inglaterra 134. Du­rante mucbo tiempo lie ha discutido hasta que punto fue esto beneficioso para los terratenientes-empresarios escoceses 135. La situacien irlan desa era mas desigual, La guerra guillermita de 1689·1691 habla concluido con el tratado de Limerick, que hizo que la autoridad de la Corona sobre Irlanda fuera la misma que sobre lali colonias 136, EI impacto sobre la actividad productiva irlandesa fue Inmedlato. EI pertodo de la Restauraci6n habia sido ya testigo de medidas destinadas a reducir las industrias irlandesas prohibiendo las relaciones cornerciales directas con las colonias americanas 137. La ley sobre el ganado [great cattle

IJJ Harte (1973. p. 76), Vease tarnbien Davis (1962, pp. 287-88). eLos dere­chos de aduana sobre la mayorfa de los tipos de line [ ... ] practicamente se duplicaron en los clen al'\os posteriores a 1690- (Harte, 1973, p. 78). Harte afirma que los linos franceses se vieron afectados por razones de competencla directa, mlentras que los alemanes, flamencos y holandeses se vieron afectadcs epor razones puramente fiseales» (p. 97). Sin duda, perc como ~I mismo adrnite, eel efecto secundario de las exigencias de la hacienda naclonal y de la creclente necesidad de ingresos para costear la guerra- (p. 76) fue casi tan Irande como los aranceles punitivos apllcados a los franceses .

... V~anse Gulvin (1971), H. Hamilton (1963, p. 255) y Durie (1973, p, 47). Campbell afirma: eEs suficiente iustlficacl6n econ6mlca decir que la Unien de 17C17 hizo que, cuando a su debldo Uempo tuvieron lugar otros accnteclmientos, la economla de Bscocia [se especializara] en aquellos sectores en los que, a causa de sus eonexiones inglesas, tenia asegurado un mercado para sus productoss (1964, p. 477).

LIS Smout insiste en esta combinacion al seftalar que Escocla dio un egiro lronlcos a la eanticuada simplificaci6n- de que la revoluci6n in­dustrial fue el triunfo de la buri\lesla sabre la aristocracia. eLos terrate­nientes [escoceses] del sillo XVUl 50 esforzaron, junto con las clases me­dias, por desarrollar un nuevo tlpo de economia dinamica [ ... ] y cuando 10 lograron, l!sta se convirtio en un Frankestein que acab6 con sus vesti­gios de privileglo e Influencia» (l964a, p, 234).

136 Vease James (1973, p. T17), que sugiere que Irlanda era una colonia incluso en mayor grade que las colonias americanas, ya que eel gobierno irlandes se basaba en la conquista y no podia escapar facilmente a sus ortgenes milltares» (P. 290). Cullen califica al papel de Irlanda en el sis­tema Ingles de «colonial en algunos aspectos- ya en el siglo XVII, y habla de la ecreciente dependencia de Inglaterra» en el XVIII (1968. pp. 2, 46).

IJ7 Vease James (1973, pp, 191-92).

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Act] de 1666, par 18 que se exclufa a la producci6n irlandesa del Mercado inlMs, habfa provocado una concentracion en la exportaci6n de lana a Inglaterra 131.

Bn el perlodo posterior a III RevolucionGloriosa, los brita­nleos fueron mueho mAs lejos, Mediante la ley sobre la lana irlandesa [Irish Woollen Act] de 1699 acabaron con la produc­cl6n lanera irlandest IW y obligaron a los lrlandeses a concen­trarse en la producclen de Uno por medio de una industria a domidllo can unos nlveles salariales muy bajos 140. James pre­tende que esto no fue tan malo para los irlandeses, dado que en el siglo XVIII se les permttio, como a los escoceses, exportar a Inglaterra Y Il Ills colonia! britanicas, convirtiendose las Indias Oceldentales en un mercado esencial para los productos irlandeslls 141. Pero con ella olvida que los princlpales benefi­elarios de este comerclo de exportacion fueron los grandes terratenlentes iHgteses de Irlanda. La valoraclon que hace Hill parece mAs razonable: .Oespues de los esclavos negros, Irian­da fue la principal vlctima del sistema de navegaci6n que dio a Inglaterra su hegemonia rnundials 142. La que vemos es, pues, un modelo en el que el gobiemo britanico utilize activamente medidas mercantlllstas en el periodo comprendido entre 1650 y 1750 (y especialmente a partir de 1689) para aumentar la particlpacl6n de Gran l3retafia en la producci6n mundial me­taluraka y textill~. los tejidos de lana y algod6n quedaron re­servados 11 Inglaterra, pero Escocia e Irlanda fueron autorlza­

,. V~.. C\I.l1en (1968, " . .$3) • .. Vase KeArny (1959). Cullen considera que la ley sobre la lana tuvo

conaec:uehclas lnehOS graves y mas notorias que la ley sobre el ganado y la. diversas leyes de navegaci6n s610 porque, a diferencia de las \Ulima!, que eran leyel lna1em aplicables al comercio Ingl~s. fa ley sobre la lana reaul.b. lei IIlltportac1ones irlandesas y era un cejemplo flagrante de las pretenllonea del parlamento britAnico de leglslar para Irlanda. (1967. p. 2).

... V~ie kellellbenz (1965, pp. 385-86), Gill (1925, p. 31) y Warden (1864. p. 393).I" 4IBn IUltlr de vender ganado a los tratantes lngleses, los irlandeses vendian Ilhora vacas. cerdos .y mantequilla a cllentes de todo el mundo» (James, 1963, p. 576). Vb-se tambien James (1973, pp. 190-217). Cullen seftala, lin emblitlo. un importante efecto secundario de canicter negatlvo de las leyea de fia\'epd~h: cLa falta de un comercio colonial direeto y de un a)ntetdo de n!ftportac16n redu]o la necesldad de institueiones financ1eras complejau (1m, p. 171).

ttl HUt (1969, p. 1M). 14i llalph Davis atirma que la decada de 1690 fue la ~poca en que co­

meD16 lil. proteccl6tt en Inglaterra, que cen 1122 la proteccl6n a la indus­tria eta un hecho i!\lldente y reconocido» y que en los c1ncuenta alios sl­guientd esta protecci6n se ampli6 (1966, pp. 306, 313. 317).

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372 Immanuel Wallerstein

das a participar en la produccion de lino 144. La cuestion sigue en pie: lcomo comparar este indiscutible crecimiento de la produccion industrial britanica con el que tuvo lugar en Francia?

Imbert dice que el capital industrial frances hizo indudables progresos en los tres ultimos siglos del Antiguo Regimen, pero menos de los que hizo el capital industrial Ingles 145. Francia se puso en cabeza al principio, y Mendels piensa que en el periodo comprendido entre 1700 y 1750 era todavia la primera potencia industrial del mundo 146. Leon sefiala que aun cuando el por­centaje de las exportaciones francesas representado por las manufacturas siguiera siendo el mismo durante todo el si­glo XVIII, la cantidad absoluta se cuadruplico, siendo segun eJ esta industria orientada hacia la exportacion el sector tecnolo­gicamente mas avanzado 141. Nef argumenta que el volumen de la produccion francesa crecio a un ritmo mas rapido entre 1640 y 1740 que entre 1540 y 1640 Y que el ritmo de crecimiento Ingles se hizo mas lento con la guerra civil y solo cobro nuevo impulso en la decada de 1750, por 10 que cree que los dos rit­mos de crecimiento economico convergieron en ese momento 148.

Los datos cuantitativos son escasos y los eruditos se contradi­cen mutuamente, 10 que significa que debemos proceder con cautela. Tal vez sea preferible establecer una comparacion cualitativa 0 estructural entre las producciones inglesa y fran­cesa en el periodo posterior a la Restauracion y a Colbert. Cunningham hizo esta comparacion en 1892:

'44 Aun asi, el perfodo 1740-1790 fue un «notable perfodo de expansion» para la producci6n de lino inglesa (Harte, 1973, p. 107). Durie, sin embargo, seiiala que los tejidos de lino ingleses no podian competir con los esco­ceses en el mercado de exportacion (1973, p. 37).

,., J. Imbert (1965, p. 385) . ... Vease Mendels (1972 pp. 258-59); cf. Markovitch (1968b, p. 579). Leon,

sin embargo, piensa que Francia estaba por detras de Inglaterra en cuanto al porcentaje del sector industrial en la producci6n total: una quinta parte frente a una cuarta en el siglo XVIII (197Oc, p. 528). Heckscher, gran parti­dario de Inglaterra contra Francia, admite que la superioridad de Ingla­terra no era cuantitativa sino tecnolcgica». ,Y por que no cuantitativa? Porque «incluso en Inglaterra, la industrializaci6n apenas habia salido de su estadio de crisalida en el momenta del estallido de la revoluci6n fran­cesa y las innovaciones eran mas potenciales que reales» (1935, I, pagi­nas 202-203). .

"7 Vease Leon (1970b, pp. 229-30). C. E. Labrousse dice: cEn la prueba de velocidad, el capitalismo ya maduro del siglo XVIII derrot6 con facili­dad al viejo feudalismo y a sus ingresos tradicionales» (1970. p. 704).

'41 Nef (1968, p. 149). Crouzet esta de acuerdo .en el periodo 1700-1750. pero piensa que el panorama anglo-frances se invirti6 de 1750 a 1800 (1966, p. 268).

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La lucha en el centro. Segunda [ase: 1689-1763 373

Durante la mayor parte del periodo [de 1689 a 1776], se aplic6 [en Inglaterra] una politica muy notable [el sistema de primas] con respecto a la exportaci6n e importacion de cereales [... ] Esta obra maestra de la politica ofrece un gran interes, ya que al parecer provoc6 el gran avance de la agricultura que se produjo mientras estuvo en vigor [... ] Este parece haber side el unico punta genuina­mente Ingles del proyecto conocido como sistema mercantil. Los franceses desarrollaron la industria y los holandeses la construcci6n naval. Los ingleses siguieron un camino que conducia al desarrollo de la agricultura [... ] En el siglo XVIII esta medida result6 ser la piedra angular de la prosperidad inglesa 149.

Dos cuestiones acuden a la mente. l Es correcto considerar la diferencia entre la politica gubernamental inglesa y la francesa en este periodo como una diferencia en el apoyo a la agricultura en oposici6n a la industria? lExplica esto la mayor prosperidad posterior de Gran Bretafia? Un reciente estudio de Markovitch tiende a confirmar la generalizaci6n de Cunningham al consi­derar los terminos de intercambio de la agricultura y la in­dustria en ambos paises durante el siglo XVIII. Segun Marko­vitch, en Francialos precios industriales eran bastante elevados en relaci6n con los agricolas, al contrario de 10 que ocurrfa en Inglaterra ISO. lPor que? Tal vez porque los respectivos gobiemos asi 10 querian, y si era asi, lno tendrfa esto algo que ver con el tamafio de los dos paises en el contexto del largo estanca­miento de la economia-mundo? Ni el mercado interior de Ingla­terra ni el mercado interior de las cinco grandes [ermes de Francia eran 10 bastante grandes como para soportar una fuerte tendencia a la mecanizacion de la Industria. En el caso de In­glaterra, para ella era necesario conquistar mercados exteriores; en el caso de Francia, para ella era necesario conseguir la in­tegraci6n econ6mica del Estado 151.

Dado el decaimiento de la demanda mundial en este periodo, tal vez a los ingleses les pareciera que exportar cereales era

.49 Cunningham (1892, II, pp. 371-72) . •50 Markovitch (1968b, p, 578). 151 V~se Richard Roehl: cEn Inglaterra, el mercado interior era dema­

siado pequeno, el nivel de la demanda global generada en el interior era I insuficiente para crear espontaneamente y mantener una revoluci6n indus­

trial. Francia era una naci6n mucho mas grande. AlU, la demanda interior1

I era suficiente para las necesidades de una revoluci6n industrial. y Francia no necesitaba depender sustancialmente del mercado mundial para com­/ plementar su demanda global. Inglaterra se veia obligada a sustituir la demanda internacional como complemento de 10 que era, si hubiera te­nido que sostenerse por sf solo. un mercado interior demasiado pequefio para servir de base a una fuerte tendencia a la industrializaci6n» (1976, pagina Il2).

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374 Immanuel Wallerstein

una forma mas segura que exportar productos manufacturados para conseguir el acceso a los principales mercados exteriores y por ultimo su control. EI gobierno hizo, pues, hincapie en las primas al trigo, aunque no excluyo otras tacticas, La situaci6n francesa era muy distinta, Una buena parte de la industria francesa estaba localizada en el Ponant, una zona fuera de las cinco grandes [ermes que mantenia estrechos lazos comerciales con las Americas. A los empresarios del Ponant les resultaba mas dif1cil vender sus mercancias en el resto de Francia que venderlas en Rolanda. Para mantener sus relaciones comercia­les con Rolanda, comenzaron por renunciar a industrias tales Como el refino del azucar, vendiendo a Rolanda azucar de las Indias Occidentales sin refinar a cambio de algodones estam­pados y quincalla 152. Esto hizo que la posicion del Ponant frente a Holanda fuera analoga a Ia de Portugal frente a Inglaterra.

La politica colbertista no consiguio «incorporar» el Ponant, pero si salv6 a Francia del destine de Portugal recuperando en otras regiones la industria que estaba perdiendo el Ponant. A comienzos del siglo XVII, el Ponant era una regi6n rica, una region de patios y linos; con Colbert la situaci6n empez6 a cambiar y Ia industria se desplaz6 hacia el nordeste (dentro de las cinco grandes [ermes} y hacia el Languedoc 153. En el pe­dodo comprendido entre 1700 y 1750, el 55 por ciento de la industria lanera estaba en el nordeste, el 28 por ciento en el SUr y s610 el 4 por ciento en el oeste 154. La preocupaci6n fran­cesa por la industria respondia a una urgente necesidad y a la larga resulto acertada. Cuando entr6 plenamente en vigor la polltica de Colbert, en la era napole6nica, la base industrial ne­cesaria para hacer factible esta politica seguia en pie. EI lema «laissez-iaire, laissez passer» fue concebido en su origen con Ia

1>2 V~se Boulle (1975, p. 73). Los holandeses, a su vez, ayudaban a los rnercaderes de Nantes en el trafico de esclavos (vease Boulle, 1972, pagi­nas 7~). Huetz de Lemps observa el mismo fen6meno en el easo de 105 mercaderes de Burdeos. eTal vez nunca habia dependido tanto de los holandeses lavlda eeon6mica de la region de Burdeos» (1975, p. 614). MOo rineau habla del papel clave del Pais Vasco frances, y en especial de Ba­yona, como estaci6n de transite para el comercio legal y de contrabando de los holandeses con Espana» (1969a, p, 326).

IU V~se Leon (I97Oc, pp. 525-26) y tambien Le Roy Ladurie (1974a, pd­gina 155). Por supuesto el Languedoc, como el Ponant, estaba fuera de las • cinco BtGndes [ermes, pero su mercado de exportaci6n era primordialmente '"' el Mediterraneo, donde Francia podia competir, por razones geograficas, con Gran Bretatia y los Paises Bajos. Carriere habla de la simbiosis entre el Languedoc y Marsella a partir de 1689 (1974, p. 169).

154 Vt!ase Markovitch (1968b, p. 556).

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La lucha en el centro. Segunda [ase: 1689·1763 37S

idea de abolir las barreras aduaneras dentro de la Francia mercantilists"m.

,Puede ser er'm~yor hincapie de Gran Bretafia en las ex­portaciones tagrtcclas durante el perfodo comprendido entre 1700 y 1750 10 que .explique sus triunfos econ6micos un siglo mas tarde 1S6? Tal vez, perc 5610 indirectamente. Fue el hincaple en el comercio exterior (que en ese momento era sobre todo el comercio de cereales) 10 que llevo al hincapie de Gran Bretafia en la armada y las colonias que, a su vez, le permiti6 obtener los exitos militates de su larga lucha con Francia. Mientras eI Estado francesse esforzaba por superar sus obstaculos internos, fue'rebasado pprJel Estado britanico.Lejos de ser el triunfo del llberatismo, fue el triunfo del Estado fuerte, cuya fuerza, no Obsta'itte, era el resultado de la necesidad. Podemos apreciar rnejor la fuerza productiva de Gran Bretafia y Francia si la compararnos conla de la anterior potencia hegemonlca, la Reo publica holandesa, En el curso del siglo XVII, los costes de producci6n de los holandeses aumentaron en relaci6n eon los de Inglaterra y Francia, siendo la diferencia claramente visible en 1700 lS7. El aumento .de los costes fue el resultado de dos factores que normalmente acompafian a la hegemonfa: el au­mento de los impuestos 158 y el aumento de los niveles salaria­les 159, afectando especialmente este segundo factor a los secto­res Intensrenseri inano de obra (en este caso la industria textil,

. I" V~e Boslter (1964, pp. 66-69). 116 La riqueza final de la naci6n brit6nica debe ser confrontada con la

apreciaci6n de J. H. Plumb acerca del estado de cosas a comienzos del siglo XVIn: _En'1714, Inglaterra era un pais de pequeftas ciudades y po­btaci6n dispersa; la riqueza de sus habitantes DO se podia comparar COD

la de los franceses' 0 los holandeses- (1966, p. 28). I57V6ase 'Wtls01( que dice que -bacia 1700, los ingleses comenzaron a

quejarse .de los ·l:lostes y la caUdad de las mercancfas holandesu- (1968, pagina 236).· Roessingh feeha en 1720el declive de la manufactura de tabaco holan~ con destino a Inllaterra (1976. pp. .501·.502). Boxer dice que en la d~da de 1730 los constrecteres de barcos iDgleses enaeiiaban tecnicail perfeccionadas a'lol holandeses (1964, p. 149). Carri~re afirma que el aumento- de la proclucci6n en la Francia meridional a partir de 1700 es I. c:entrapartida del declive de los holaDdeses (y 1ambim de los iD~ ses) en el Mediterraneo (1974; p. 172).

. III V6ase Barkhausen (1974, p.246). V6ase tamblm Wilson; que ofrece datos que demuestran que los holandeses en este perfodo papban cui tres veces mAs Impuestos que los Ingleses y 'los franceses (l969b. p. 120).

•" V6anse Swart (1975, p. 47) y J. de Vries ·(1975, p. ·56), .que dice: -La ayuda ben~fita a Iran escala en la Ilep\\bl1ca. que proporcionaba un Divel para los salario. mb alto del que muchos patronos podian papr por ciertos tipos de trabajos, [permitfa] la coexlstencla del desempleo y la cscasez de mano de obras.

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la construcci6n naval y la industria cervecera) 160. En la medida en que los productos holandeses eran menos competitivos en el mercado mundial, el capitalismo holandes podia seguir viviendo de sus ingresos procedentes de las inversiones extranjeras: la decadencia holandesa no era, pues, absoluta, sino relativa a Inglaterra y Francia 161.

EI lento cambio en el modelo de producci6n de Gran Bretafia y Francia (y la prolongada decadencia relativa de los Pafses Ba­[os, por no hablar de la de Espana y Portugal) llev6 a nuevos modelos comerciales, 0 al menos a la acentuaci6n de algunas tendencias anteriores. En el perlodo comprendido entre 1660 y 1700, Inglaterra se convirti6 en un importante centro para la reexportaci6n de productos coloniales, aunque el comercio rna­rttimo en la economia-mundo era «de caracter predominante­mente europeo» y segufa aun en buena medida en inanos de los holandeses. Sin embargo, la orientaci6n de la expansion eco­ .. n6mica, especialmente a partir de 1700, era marcadamente occi­dental en los nuevos comercios coloniales, y por ella Inglaterra intentaba suplantar a los holandeses 162. EI periodo de las guerras anglo-francesas, de 1689 a 1713, se caracteriz6por la aparici6n de un debate en Inglaterra en tomo a los beneficios de la politica mercantilista para el comercio. Por una parte, la ley de navegaci6n inglesa de 1696 y la creaci6n de la JW1ta de Comercio eran indicios de la nueva seriedad con que asumia el gobiemo la direcci6n del proceso comercial w, Por otra parte, se pedia un comercio mas libre y una modificaci6n de la politica mercantilista 164. Ninguna de estas dos posturas era 10 suficien­

... Kossmann (1975a, p. 53). A esto se ai'ladieron desastres ecologicos, como la taraza (T. navalis), que destruia los pilares de los diques, y la poluci6n del agua, que obligaba a los fabricantes de paiiq a importar " agua limpia para el tefiido. V~se Knoppers (l975b), Car,ter{l975a,p. 67) y Van Veen (1950, p. 73). A partir de 1731, los holandeses construyeron defensas de piedras, pero esto supoma un gasto considerable.

161 Vease Morlneau (1965, p. 170) y Klein (1970. p. 33). Hazard pinta un buen cuadro: .Holanda era pr6spera y poderosa. Si en el campo comer­cia! tenia ahora un rival en Inglaterra, si a partir de 1688 comenz6 a parecer un bote al lado de un gran barco, si gradualmente fue perdiendo ese espiritu aventurero, de lucha; que habia hecho de ella una gran po. tencia maritima y colonial, no se debe suponer que las nuevas circuns­tancias la hubieran empcbrecido. Era· rica, y estaba degustando las mieles de la riqueza,. (1964; p, 96).

162 Wilson (1975bl pp. 27.28).•El principal elemento dinamico en el co­mercio de exportaci6n ingles durante todas las dc!cadas de mediados del siglo XVIII [ ...J fue el comercio celonial» (Davis, 1962, p. 290).

W Veanse Clark (1923, pp. 135·37), Andrews (1929, p. 285), 081 (1970, pli­gina 261) y Hoffenden (1970, pp. 49G-9l) .

... Vease Cherry (1953, p. 119).

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temente fuerte como-para prevalecer, 10 cual reflejaba preci­samente el hecho de que Inglaterra se estaba haciendo cada vez mas fuerte dentro de la economfa-mundo, pero todavia estaba lejos de ser hegem6nica 165,

En el comercio con Occidente en la primera mitad del si­glo XVIII, ocup6 el primer lugar el azucar 166 y el segundo los esclavos que hacfan posible el azucar 167, Gran Bretaiia dominaba evidentemente el comercio mundial del azucar en 1700, pero en 1.75.0 la primacfa habia pasado a Francia 168. Este cambio pue­de ser explicado tal vez comparando la producci6n jamaicana, donde hubo un aumento de los costes como consecuencia del agctamlento de las zonas costeras,· con los centros de produc­cion controlados por Francia, queeran relativamente nuevos 169.

,Significa esto que Gran Bretafia no podia competir con Fran­cia? En absolute, porque como seiiala Vilar, mientras que el comercio exterior frances se camericaniz6111, en el siglo XVIII,

'161 Las oscilaciones de la postura polftica .del gobiemo briUnico refle­jaban sin .duda las oscilaciones de la realidad economica. cEs probable que la mayorfa de los progresos mas bien modestos realizados [en el mundo comercial] en la primera mitad del siglo XVIII tuvieran lugar en los primeros veinte 0 veinticlnco anos, y que el movimiento fuera luego frenado durante cerea deveinte anoshasta la ola de expansi6n, mucho mas fuerte y multilateral, que comenz6.en la decada de 1740 y cobr6 un im­pulse creciente en las decadas siguientes» (Deane y Cole. 1962, p. 61).

... Moreno Fraginals llama al azucar el cprimer producto basico mun­dial, es decir, ·Ia mercancfa que ocupaba el primer lugar en importanCia sobre la base del valor total de las transacciones del comercio interna­donal» (1978. I. p. 22), .

'" cLa irnpcrtancla del trafico de esclavos para Europa y America no residfa en su ins6lita rentabilidad -que era probablemente mltlca-«, sino en su indispensable apoyo para la economta tropical del Caribe» (Davis. 1973b, p. 137).

,.. cEntre 1701 y 1725. elavance [de Francia] fue tan rapido que [... ] los franceses no s610 abastecfan a Francia, sino que vendian a precios mas bajos que los britanicos en el mercado continental y especialmente en Hamburgo, Flandes, Holanda y Espana. y en los Estrechos, junto con Portuga], proporcionaban al Levante azucar del Brasil» (Andrews, 1915, pagina 550). Las reexportaciones de azucar de Inglaterra descendieron de forma constante.En 1698-1700 representaban el 37,5 por ciento de sus reexportaciones, mientras que en 1733-37 habfan pasado al 4,2 por ciento (vease Sheridan, 1957. p. 64). Mientras tanto, era cel sector econ6mico mas dinamlco de Francia» (Boulle, 1912, p. 71), Veanse tambien Moreno i Frqina.\s (1978, I.p. T1) Y Leon y Carriertl(1970, ,p. 197). .

J "r.. Moreno Fraginals situa en 1730 el momenta culminante de estosI factores de caracter cecon6mico y tecnlco» (1978, I, pp. 32-34), 10 que se alusta al hito de 1731 que senala Andrews en la poUtica britanica, fecha / en que no fue aprobada una ley prohibiendo la importaci6n de azucar no britanica a Gran Bretana 0 sus colonias (1915. p. 772). Lo que L. P. May Iamenta como el Iento hundimiento del protecciontsmo frances en 1a Mar· tinica entre 1673 y 1757 podrfa ser el signo de la fUerza del azUca1'. (1930. pagina 163).

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el comercio exterior britanico se cmundializ6» 170. Lo que Gran Bretana perdi6 en el comercio del wear 10 recuper6 en otros comercios, y en primer lugar en el de esclavos. En la rebatifia del siglo XVII, por el comercio de esclavos africanos, los holan­deses fueron inicialmente el contendiente mas poderoso 171,

como correspondia entonces a su papel. EI mercado mas im­portante era el de las colonias espaiiolas: de ahi la competencia por el asiento, instituci6n resucitada en 1662172•

En Inglaterra, la Royal African Company disfrutaba del mo­nopolio del trafico de esclavos desde 1663173• Al principio las ganancias fueron escasas, debido a la depresi6n del azucar a nivel mundial, perc la situaci6n cambi6 como consecuencia de la guerra en 1689174. Esta compafiia inglesa tenia el monopolio de la venta en las colonias inglesas y estaba tambien exenta de la ley de navegaci6n, 10 que Ie permitfa vender esclavos en

.....los puertos ingleses del Caribe a compradores espafioles (ya que los puertos espafioles estaban cerrados a los traficantes de esclavos ingleses), los cuales embareaban sus compras en barcos espanoles, Esto expuso a la compania a los ataques de los plantadores ingleses, que consideraban que las ventas espafiolas elevaban el precio de los esclavos y aumentaban la capacidad de competencia de los espafioles 175. Los plantadores exigian el libre comercio de esclavos, y de hecho el monopolio de la compafita toc6 a su fin en 1698, pese a su pretensi6n de que el trafico de esclavos africanos era de utilidad publica 176. Al go­bierno britanico, las ganancias del trafico de esclavos Ie pare­cia una causa a defender tan legitima como las ganancias del cultivo de azucar, La unica forma en que el gobierno podia dejar a todos contentos era asegurando eun contrato aparte para el suministro de esclavos a la America espanola» 177, es decir el asiento, que, como hemos visto, fue conseguido en 1713.

Los plantadores ingleses obtuvieron su libre comercio de esclavos, perc los trafieantes de esclavos ingleses obtuvieron su

"" Vilar (1974, p. 323). En termlnos absolutos, sin embargo, el comercio frances estaba en una fase de expansi6n. Romano habla de la «situaci6n estructuralmente buena de la vida comercial francesa» en el siglo XVIII, salvo en los perlodos de lUerras (1957, II, p. 1278).

111 K. G. Davies (1957, p. 2). Los otros contendientes eran Portugal, Fran­cia, Inglaterra, Suecia, Dinamarca, Brandemburgo y Escocia.

In Vl!ase K. G. Davies (1957, p. 13). " I1J EI monopolio estaba en Manos de la Company of Royal Adventures, ,

a la que sucedi6 la Royal Africa Company en 1672 (vease Dunn, 1972, p. 20). "4 Vl!ase K. G. Davies (1957, pp. 33543). In vease Parry (1961, p. 175). "" Waddell (1960, p. 9). 177 Parry (1961, p, 176).

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mercado espafiol. Los plantadores pensaban que este compro­miso favorecia a los traficantes de esclavos 118. Ademas, todos los que en la isla de Jamaica se habian beneficiado de su po­sici6n como centro de distribuci6n deesclavos, lamentaban ahora el acceso directo de la Compania del Mar del Sur a los puertos espafioles 179. EI asiento perjudi06 tambien gravemente

111 Vease Rich (1967, p. 356), que cita a Malachi Postlethwayte a pro­pOsito de las clllusulas sobre el asiento del tratado de Utrecht: «Dificil· mente se podfa concebir un tratado tan poco provechoso para la naci6n... Lo que habria que tener presente es que los plantadores consiguieron 10 que querfan -Ia abolici6n del monopolio-- en 1648, mientras que los tra­ficantes de esclavos consiguieron el asiento en 1713. En el periodo inter­medic, la impOrtaci6n de esclavos a lamaica se triplic6 y la poblaci6n to­tal se duplic6. «Asf pues, cuando la paz de Utrecht puso fin a las guerras con Francia, lamaica se eriai6 en una sociedad azucarera de proporciones casicas, totalmente dominadapor los grandes plantadoress (Dunn, 1972, pllaina 165). Por consiguiente, 10 unico que necesitaban era defender su posici6n de fuena.

"' EI asiento «suponfa una interferencia en un comercio que [lamaica] consideraba como prerrogativa suya.. (Donnan, 1930, p. 442). Donnan cita un libro publicado en Londres en 1731, titulado Importance at the British plan'ations in America to this kingdom: «La isla de lamaica floreci6 hasta el ano 1716, y se desarro1l6 allf un comercio considerable. de un valor casi tan lrande como antes. en el que trabajaban de 1 200 a 1500 personas, 10 que era una aran defensa ocasionalmente, asf como un beneficia que reverU. en los hombres que gastaban alii su dinero. Y de hecho un nu­mero considerable de estos hombres eran habitantes de la isla, por ha­beno casado 0 haber nacido alli. Pero en el allo de 1716. cuando los f.etores del asiento se establecieron en las Indias Occidentales, este co­mereic, Que era de tan prodigicso beneficio para la isla y por el cual podfan obtener del 25 al 30 por ciento cada mes, y que por 10 general pennitfa llevarse de trescientos mil a cuatrocientos mil doblones al aIlo, M Ii no destruido, al menos tan afectado que a partir de entonces qued6 en un estado deplorable y precario. De modo que ahara se piensa que I. compaIlfa del asiento y los comerciantes privados todos juntos no dan trabajo ni a la mitad de las personas que solfan trabajar alii. Los efectos pemiciosos de esto en la isla de lamaica- son visibles y palpables...

AdemAs de beneficiar a los elementos de lamaica legalmente dedicados al trtfico de esclavos, el asiento tambien interferfa en las ganancias de los corsarios: «Dado que su sustento dependfa de la posibilidad de apode­rarse de buques espanoles, los corsarios vefan con alarma el desarrollo de un trafico [de esdavos] protegidos y semilegal entre los jamaicanos y los espafioles .. (Nettels, 1931b, p. 6). Por consiguiente, unieron sus fuerzas a las de los plantadores para oponerse a los «asentlstas». Este descontento de 101 corsarios tuvo araves consecuencias, como sefiala Pares: «SC suele admitir que el desempleo entre los corsarios provoc6 brotes de pirateria casi a nivel mundial tras la guerra del rey Guillermo y la guerra de Su­cesi6n espanola. Adem6s, despues de la paz de Utrecht. los marineros de 100Iaterra yEspaila en America se vieron obligados a olvidar no s610 la tradici6n de dos largas guerras, sino la de un sialo de escaramuzas y pillaje. De heche, 10 mils notable no es que continuaran durante cierto tiempo las hostilidades y los saqueos a los que estaban acostumbrados, sino que finalmente pusieron fin a los mismos.. (1963. p. 17).

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al comercio ilegal de Francia en las Americas, por 10 que los franceses se vieron obligados a recurrir a un sistema de co­mercio anterior y menos rentable con la America espanola: la consignaci6n de mercancias a comerciantes en Espana que las reexportaban en buques espafioles 180. En cambio los ingleses tenian tres sistemas diferentes de aprovecharse del comercio espafiol. Como los franceses, comerciaban a traves de Espana, pero tambien comerciaban por medio del barco anual de la Compafifa del Mar del Sur y por medio del comercio ilegal pero semiprotegido a traves de Jamaica 181. La flota comercial espa­nola estaba desapareciendo 182 y en la medida en que aim exis­tia, eran los ingleses los que se beneficiaban de la partida in­visible de los prestamos a la gruesa 183.

A comienzos del siglo XVII, los franceses desempefiaban un papel mas importante que los ingleses en el comercio medi­terraneo (Masson 10 llama preponderante 184). La participaci6n de Inglaterra se hizo cada vez mayor a 10 largo del siglo 185,

pero decay6 en el perfodo de guerra, de 1689 a 1713. Por una

.10 Vease Penson (1929, p. 345). En cualquler caso, los franceses no ha­blan tenido demasiada suerte en el comercio de contrabando. Vease Pa­res: «Tal vez el relative fracaso de los franceses en el comercio de con­trabando se explique mejor suponiendo que los holandeses e ingleses vendian a un precio mas bajo que ellos [...] No era tanto el amor a unas excesivas ganancias como unos elevados gastos generales 10 que perjudicaba al competidor frances. EI transporte maritimo frances parece haber sido menos barato que el ingles, y si bien [ ...] estaba mejor equi­pado en armas y hombres, la diferencia en favor de los ingleses debi6 acentuarse especialmente en la medida en que los ingleses eran a veces salvados por los convoyes de los riesgos de los guardacostass (1960, pa­gina 132). Los altos costes del transporte maritimo frances siguieron sien­do un obstaculo a 10 largo del siglo XVIII. Knoppers sefiala que en 1785 «los comerciantes franceses, despues de conseguir un contrato de sumi­nistro de madera para la armada franeesa, fundaron una nueva compafila, la Compagnie Francaise du Nord. Pero las. consideraciones de orden na­cionalista no podian borrar el hecho de que los armadores de otros pafses ofrecian fletes mucho mas bajos. La armada francesa anul6 el contrato con la compaiiia en 1786 y se 10 concedi6 a armadores holandeses (l977b, pagina 1).

II. Vease H. E. S. Fisher (1963, p. 219). II> Vease Haring (1947, pp. 335-47) . •1> Vease John (1953, p. 154). Sin embargo, algunos afirman que se han

exagerado las ventajas comerciales. McLachlan llega incIuso a llamarlas una ilusi6n (1940, p. 28). De ser ast, sin embargo, es diflcil comprender por que les preocupaban tanto a los espaiioles las ganancias de la Compaiiia del Mar del Sur. Vease Hildner (1938, pp. 322-23). Ademas, una vez obtenido el asiento tras los tratados de Aquisgnin en 1748 y Madrid en 1750, los in­gleses parecieron conservar sus ventajas comerciales, por entonces bien consolidadas (vease Scelle, 1910, p. 658).

'" Masson (1967a, p. 522). ,1> Vease Cernovodeaunu (1967 p. 457).

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parte estaba la habll diplomacia .. francesa. En 1690, Francia finn6 un tratado can Argel que pusofin a los ataques de los corsarios de Berberia al comercio frances, al tiempo que estes seguian suponiendo una amenaza para el comercio de otras potencias europeas 186. Francia consigui6 tamblen una posicion privilegiada en Egipto (que perdi6 cuando LUis XIV firmo el tratado de Rijswijk en" 1697 sin consultar a sus aliados tur­cos) 117. Sobre todo, hubo un evidente aumento de la participa­ci6n francesa en el comercio de Levante 188.: La raz6n basica parece haber sido la buena calidad de los tejidos franceses, 0

al menos la calidad 'superior de los tejidos franceses en com­paraci6n con los tejidos' de mediana calidad que los ingleses ofrecfan 'en Levante pOF esta epoca 189. El comercio frances estirba monopolizado, tanto oficialmente como de hecho, por Marsella 1111, . que de este modo pudo convertirse tamblen en un centro de reexportaci6n de diversos productos de Levante y Africa del i-lorte 191. A pesar de esto, el imperio otomano sigui6 siendo basicamente una arena exterior 192 por 10 que su comer­cio paso a representar una parte cada vez menos importante de la actlvidad comercial de Francia (y de hecho de Europa Occidental) 193.

En el comercio asiatico con Europa de finales del siglo XVII

se produjo un lento paso de la pimienta y las especias a otros productos de lujo: tejidos indios, sedas chinas bengalfes y per­

•• vt!ase Bono (1964, pp. 51~1). Los franceses b8bfan firmado tambi9 un tratado conc Tripoli en 1687.

•17 Vease Paris (1957, p. 91). Las relaciones diplomaticas entre Francia y la Sublime Puerta sufrieron altibajos durante el siglo siguiente (vease Paris, 1957, pp. 91-1(0):

•• Sioianovich habla del chundiinietlto del comercio ing1«!s en Alepo entre 1680 y 1720- (1974, p, 80). MaSSOn 10 llama un caconteeimiento su­mamente inesperado, que sQi'prendi6 incluso a los franceses» (l967b, pli ­gina 361). .I. V6anse Stoianovich (1974, pp. 86; 1(0), Masson (1967b, p. 370) y Paris (1957, p. 1(0) •

... Vease Paris (l957, Pl'. 12-15, 3G-36). If. Ibid., pp. 5-6. " . ItlI Neguev piensa que la inc~4Si6n del trea.. en la econoinfa-mundo data

solamente de [males del si810 XViII (1975; p. 11). Paris seiiala que antes de i esto cia suerte del comerclante europeo dependi4t considerablemente de la

Puerta y, por consiguiente, de las relaciones de «!sta con su soberano»/ (1957, p. SO). If) Mientras que a comlenzos del siglo XVIII elcomercio de Levante re­

presentaba el 50 por ciento del comercio exterior de Francia, en 1789 sOlo representaba un 5 por clento. A partir de 1750 pasO a estar muy poe debajo del comerclo con Espaila y las Americas, aunque era casi el mismo que con Holanda (vease Masson, 1967b, p. 4i9).

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sas, chinoiseries (lacas, porcelanas, ete.) 194 y te y cafe, que al principio eran tambien productos de lujo 195. Este comercio en aumento no periferiz6 por st solo el area del oceano Indico. En primer lugar, el incremento de la produccion textil no fue cacompafiado de un cambio significativo en la tecnica de la manufacturas 196 ni de un cambio significative (todavia) en las relaciones sociales de producci6n. Indudablemente, las poten­cias europeas estaban empezando a estar en condiciones de forzar un cambio, En 1674, la Compafiia Inglesa de ,las Indias Orientales se ali6 con los maratas y en 1684.fortifico Bombay, poniendo fin a la politica de «factorfas abiertas». Sutherland dice que esto rue «un primer paso» 191. Este creciente in teres de los europeos provoc6 una creciente competencia entre los paises europeos, que adopt6 la forma de una guerra a partir de 1746, fecha en que los franceses arrebataron Madras a los ingleses. Despues de esto, y pese a la momentanea paz en Europa, el conflicto prosigui6 de forma subterranea 198 y solo acab6 con la definitiva supremacia britanica tras el tratado de Paris de 1763. '

Sin embargo, a pesar del creciente interes europeo por el comercio asiatica 199, Asia sigui6 siendo una arena exterior. Los

1M Vease Boxer (1965, p. 199). Vilar (1974, p. 345) y Glamann (1974, pa­ginas 447 y ss.). Vilar habla del comercio en una sola direcci6n hacia 1765 (veanse pp. 345, 354).

ItS Veanse Boxer (1965, pp. 174-78) y Glamann (1958, p. 14). A medida que estos articulos se hacfan populares en Europa, comenzaron a ser imitados alli a un precio mas .bajo: la ceramica en Delft a mediados del siglo XVII, la porcelana en Meissen en 1709 y los calicoes en Inglaterra en el si­glo XVIII. Por supuesto, no se podia cultivar te y cafe en Europa, pero el boom del te data de 1734, y el del cafe de mas tarde todavia.

ItO Boxer (1965, p. 197). EI incremento cuantitativo recibio sin embargo un impulso. Fue fomentado, en primer lugar, por la Compafiia Inglesa de las Indias Orientales, que rue duramente atacada por ello en el Paria­mento en 1696 y 1699 por los fabrlcantes ingleses de l~na y seda (vease P. J. Thomas, 1963, p. 39). Leuilliot seiiala las consecuencias de este Jm­pulso: eSi la introducci6n en Europa,de los algodones y muselinas indios prov0c6 en primer lugar 'una respuesta ptotecdonista -Ill prohibicicn en Francia en 1686, en Venecia y Flandes en~700, en Inglaterra en 170t, (yen el caso de los calicoes estampados en 1721), en Prusia hacia la misma epoea-, tambien estimulo la industria del, algodon, bajo - la ' influencia de la colonizaci6n del Nuevo Mundo, unida al trafico de esclavos africa' nos. EI aunge de esta imitaci6n de las' 'indianas' fue probablemente si­multaneo en Inglaterra, Alemania, los Paises Bajos y Francia- (1970, pl1. gina 260).

'" Sutherland (1952, p. 3). /II Ibid., p. 48. I" Leon exagera a mi entender Ili situaclon cuando dice que en el pe­

rfodo comprendido entre 1650 y 1750 eel centro de Interes del comercio [europeo] a gran eseala se desplaz6 a Asia,; (19708, p. 128).

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La lucha en el centro. Segunda fase: 1689-1763 383

Estados del centro se vieron gradualmente llevados a conver­tirse en potencias coloniales 0 sernicoloniales en grandes regia­nes del mundo entre ~600 y 1750. Si bien se mostraron intere­sados por Norteamerica (donde podian ampliar sus mercados a traves de las colonias) 200 y por las Indias Occidentales (donde podian obtener un lucrative suministro de azucar), fueron mas reacios a intervenir en el area del oceano Indico, las costas de Africa y el Mediterraneo musulman, Pero incluso en estas ultirnas zonas, las autoridades poltticas europeas intervinieron a veces, normalmente para anticiparse a: la reclamaci6n 0 a 18 amenaza de un rival'. Lentamente los productos intercambiados dejaron de ser un lujo desde una perspectiva europea. No se­ria sin embargo sino con elresurgimiento econ6mico a nivel mundial de mediados del siglo XVIII cuando comenzaria la ver-. dadera periferizaci6n y aun entonces esto sucederia primero ~ las areas mas prometedoras desde el punto de vista econo­mlccr.como la India e Indonesia ~1I. Es en el Baltico y en el mar Blanca donde mas claramente se ve 10 que se quiere decir cuando se habla del fin de la hegemonia comercial holandesa enla ecoaomta-mundo a partir de 1689. Indudablemente, la posicion holandesa empeoro en todas partes, en el Caribe, en el Atlantica y en el comercio asiatico 202, pero el comercio del

JIIO Sin embargo, yo situaria las areas norteamericanas donde se prac­ticaba el comercio de pieles, y principalmente Canada, en la arena exte­rior. Lawson habla de las pieles como una «demanda de lujo» (1943, p. 2). Vease tambien Glenday (1975, especialmente pp. 24-35). K. G. Davies dice que comenz6 siendo un Iu]o, perc ~iensa que el sombrero de castor «de­mocratizo las pieles», es decir, puso 5U preclo al aIcance del burgues (1974, pasina 168). El «reguero» de 1600 se convirti6, dice. en la «corriente» de 16~ y 1. «inundaci6n» de 1700 (p. 174). Rich piensa que en 1696 habla una sobreproduccion (1966, p. 26). Con todo, debemos tener presente la tesis de Cobbett en el Parlamento brltanicc enel siglo XVIII. Seglln el, se habia pro!fucido·un gasto militar de 800000 libras. al combatir a 195 franceses para conserver un comercio que "aHa 50000:·J«Supongamos que todo el comercio de pieles se hundiera en ef mar, len queperjudicarfa ello a este pais?» (citado en Innis, 1943, p. xx). • 10I «I.:a econornfa europea en el oceano Indico no sevuelve colonial, en el verdadero sentido de la palabra [",] sino a partir de 1750, es decir, el momenta en que reexporta a Europa las ganancias de la empresa» (Chau­nu, 1966b. p. 893). «Hay que subrayar que aunque la Compafiia Holandesa de las Indlas Orientales se convirti6 [en los siglos xvn y XVIII] en una potencia territorial en Java, Ceilan y las ~olucas, siempre fue un orga­nismo extrafio al margen de la sociedad asiatica, incluso en las regiones que administraba directamente» (Boxer, 1965, p. 194).

201 A prop6sito de la rivalidad anglo-holandesa en las importaciones textiles de Asia, Glarnann dlce que a partir de 1700 «el comercio Ingles consigui6 superar al del rival holandes» (19n, p. 251).

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norte era el «comercio madre» de Holanda y fue alli donde mas perjudic6 a este pais la rivalidad de Inglaterra y Francia.

Como en el caso de la India, el comercio con Rusia se hizo mas intenso, sin que por ella Rusia se periferizara 2ll3. EI co­mercio de mercancfas voluminosas (tales como cereales, cafia­mo y potasas) se distinguia por su irregularidad en esta epoca, ya que los cereales eran importados a Europa occidental desde Arcangel 5610 cuando los precios del mercado europeo eran especialmente .altos, perc artfculos de lujo tales como cera, ca­viar y pieles «en cuyo precio de venta los gastos de transporte eran de importancia secundaria» eran transportados con regu­laridad 204. Indudablemente, los holandeses conservaban una im­portante parte del comercio ruso 205, perc lentamente, a partir de 1700, los ingleses asumieron el papel de los holandeses 206, en

<.especial como importadores de mastiles '1111. Los ingleses comen­zaron tambien a dominar la importaci6n de hierro sueco 208.

Francia increment6 su comercio en el norte por esta epoca, rnenos que Inglaterra perc tambien a expensas de Holanda 209.

Wilson dice que el «practice monopolio» de Holanda por 10 .que respecta al transporte y al comercio europeo «permaneci6 intacto casi hasta 1730"210 Y que 5610 a partir de 1740 se pro­dujo un serio ataque a la posici6n holandesa como centro de distribuci6n 211.

Tal vez Wilson este en 10 cierto, perc hay dos factores que podrian inducirnos a considerar que el fin del practice mono­

]llI Chaunu piensa que el cambio crftico se produjo a mediados del si­glo XVIII, fecha a partir de la cual considera a Rusia como parte de la polttica europea (1966a, p, 639).

204 Ohberg (1955, pp. 131-33). Sin embargo. tambien eran transportadas en barco mercancias voluminosas producidas en las cercanias de ArCl1n· gel: brea, pez, cuero y sebo, arUculos de monopolio.

"" De hecho, Knoppers considera el perfodo comprendido entre 1716­1717 y comienzos de 1a decada de 1740 como un momenta culminante, a partir del cual se produio un acusado declive (1977b, p. 12).

"'" Vease Astrom (1963, pp. 188, 196-98). "" Veanse Bamford (1956, p. 141) y W. S. Unger (1959), quien seDala

tambien una expansion en las importaciones de hierro. 10I Vease Birch (1955). >OJ Morineau dice que las exportaciones francesas al norte igualaron a

las holandesas en 1742 (1965, p. 2(6). Jeannin, sin embargo, seiiala: .El comercio directo de Francia con el norte se beneficio en el siglo XVIII de una expansion resultante en parte de una dismlnucion relativa del papel de los holandeses como intermediaries, Pero si Hamburgo sustituyo mas o menos a Amsterdam. ,tuvo este cambio grandes consecuencias desde el punto de vista de los negoeiantes franceses? (1975, p. 71).

lI. Wilson (1954. p, 254). >II Vease Wilson (1941, p. 137).

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polio se produjo incluso antes. En primer lugar, en el siglo XVII las mercanctas inglesas eran llevadas a Amsterdam y Rotter­dam para ser vendidas a comision, pero en el siglo XVIII la situaci6n se habia invertido: Londres era el centro de distri­buci6n y el lino holandes 5610 era aceptado en Inglaterra a comisi6n 212. En segundo lugar, hay pruebas de que los perspi­caces ingleses del siglo XVIII no consideraban ya a los holan­deses como hegem6nicos; con mucha razon, en nuestra opinion, vefan en los franceses unos competidores mas serios que los holandeses 213. Era por supuesto en el campo de las finanzas donde los holandeses todavia iban en cabeza, Pero incluso aqui se produjeron notables cambios en la posicion de ingleses y franceses. La segunda guerra de los Cien ADos, que se inici6 en 1689, plante6 grandes problemas financieros a Inglaterra y a Francia, perq especialmente a esta ultima 214. Como potencia

1LJ Ormrod sefiala: «Esto bacia que el comerciante holandes pagara efectivamente los derechos de aduana y soportara 'todo el riesgo, al estar su rcapttal inmovilizado hasta que el lino era realmente vendido. EI co­merciante ingles obtenta su [comisi6n del] 2 por ciento sin riesgo alguno y su capital quedaba libre para otras empresas mAs lucrattvass (1975, p. 72).

'u Vease Andrews: «La opini6n de la epoca con respecto a la efectividad de la rivalidad holandesa puede deducirse del hecho de que en 1713 John Withers encontr6 necesario escribir una carta «de un ciudadano.a un caballero rural» titulada The Dutch better friends than the French, en la que rebada la opini6n generalizada de que los holandeses eran 'rivales nuestros en nuestra industria y nos socavan en nuestro comercio; y de que si los ingleses fueron aplastados, el comercio del mundo seria suyo' [ ...] Se esforzaba por demostrar que en realidad los franceses eran los grandes rivales de Inglaterra y los holandeses sus amigos» (1915, pa­ginas 545-46, n, 18).

EI reconocimiento por los holandeses de la perdida de sus ventajas comerciales y su forma de abordarla se puede ver en el hecho de que se refugiaran en la neutralidad, siempre que ello era posible, en las guerra! anglo-francesas. Curiosamente, las explicaciones muestran contradicciones internas. Vbnse, por ejemplo, Alice Carter y David Hom. La neutralidad holandesa en el siglo XVIII, dice Carter, «se debi6 en parte a las forinas constitucionales y a un sistema poUtico que hacia practicamente imposible tamar una decisi6n pn1ctica, pero servia sin embargo razonablemente bien a sus interesess (1963, p. 818). Hom dice: «La repentina desaparici6n, tras el acuerdo de Utrecht. de las Provincias Unidas como gran potencia debe ser atribuida no a un fallo de su fuerza econ6mica, sino a una par41isis de su voluntad [ ... J La no intervenci6n, asf como los trucos y estratagemas neutrales, hicieron impopulares a los holandeses en ambos bandos, pero al menos contribuyeron a aplazar el dia del recuentofinal» (1967, pp. 24, 88). Ambos autores ofrecen una explicaci6n puramente politica (formas constitucionales, parAlisis de la voluntad) y terminan por admitir que Ia politica de neutralidad era ventajosa desde el punto de vista econ6mico. En una situaci6n de crecientes costas comparativos de sus productos, los holandeses siguieron siendo competitivos reduciendo sus «costes de' pro­teccien», .

,.. Goubert sefiala, a prop6sito de la primera de lasguerras: «AIimen­

,j

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-continental-, Prancia tenia que encontrar fondos ingentes para sufragar su ejerclto de mercenaries y su diplomacia en toda Europa. EI Estado frances traM primeramente de hacer frente a estos costas crecientes mediante una serie de devaluaciones 215

llevadas a cabo entre 1690 y 1725 216• Bstas devaluaciones ayu­claron al Estado en diversas formas a corto plazo 217, perc a rnedio plazo el coste fue elevado 218, ya que el aumento del precio nominal provoc6 graves crisis ciclicas, una reducci6n general de la producci6n y un incremento de los impuestos 219.

tar, annar y equlpar a 200000 hombres y dos flotes durante nueve anos en cuatro frentes prlncipales y etros tantos escenarios belices Iejanos, contra casi toda Europa, el Banco de ,Amsterdam y poco despues (en 1694) el Banco de Inglaterra, era una tarea glgantesca, cuyo coste, en terminos de dinero, era literalmente desmesurados (1970a, p. 205).

us 1..0 que hoy' lIamamos una devaluaci6n, es decir, la reducci6n del valor del papel moneda (la moneda de cuenta) con respecto a la moneda metallca, era concebido a comienzos de la Edad Medema como un «au­mento del metalico» (augmentation des especes), es decir, que la moneda metalica valia ahora mas con respecto a la moneda de cuenta, ya que la relaci6n de la moneda acufiada con otros tipos de dinero era sus tan­cialmente favorable a la moneda acui'lada durante este perfodo. Para el caso de Francia, vease Luthy (1959, p. 99); para el caso de Inglaterra, vease T. S. Ashton (1959, p. 106).

Zit Vease LUthy (1959, pp. 114-20). ZI7 Luthy sefiala tres ventajas para el Estado: los ingresos fiscales (droit

de seigneurage) procedentes de la acunaci6n de nuevas monedas, la reo ducci6n de la deuda del Estado y el mayor numero de monedas disponi­bles, ya que el Estado de hecho.devolvia menos monedas de las que reci­bfa en cada una de estas operaciones (1959, p. 101). Besnier anade como cuarta ventaja el hecho de que el Estado frances mezcl6 las devaluaciones mas importantes con pequefias y constantes revaluaciones, 10 que presion6 a los poseedores de efectivo para que, 10 prestaran al Estado: «Por ejem­plo en 1703, Chamillart anunci6 vartas revaluaciones sucesivas, con 10 que consigui6 que los rentlers aceptaran 1a conversi6n de sus tttulos (titres) a un tipo de interes mas baio, al verse amenazados con ser pagados en efectivo, cuya disminuci6n de valor, precursora de la desmonetizacion, era inminente» (1961, p. 83).

Z.I Cada una de las devaluaciones provocaba una «sangrfa de numerarie en detrimento de Francia» (Luthy, 1959, p. 118). LUthy afirma que .01 Tesoro frances pag6 finalmente muy eara la ilusi6n de no tener que pagar» (p. 120). Braudel y Spooner, considerando el perfodo desde el punto de vista de 1750, afirrnan: «Retrospectivamente, parece que en el ano 1750 en toda Europa las devaluaciones fueron especialmente fuertes en los tres grandes sistemas politicos: en Polonia, Turquia y Francia» (1967, pAgina 382). En el siglo XIX, Polonia habfa dejado de existir y Turqufa era el «enfermo de Europa», pero i.Y Francia? Sin embargo, las devalua. ciones tenfan otra cara. A largo plazo debilitaron a los senores. «Cad. debilitamiento de la moneda de cuenta fue un paso en una evolucion mI· lenaria que redujo y finalmente extingui6 los pagos (charges) hereditarlese (LUthy, 1959, p, 10l).

Z\9 Vease Jacquart (1975, p. 211). Veanse tambien las opinlones es­

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La luch« en el centro. Segunda fase: 1689·1763 387

Los Ingleses consiguleron luperar las pre.lones flnancieras de estas guerras con mejor fortuna, en parte porque sus costes militares fueron menores y etl parte' porque la situaci6n de sUs reservas de oro y plata era m's favorable, A finales del siglo XVII, toda Europa sufri6 I. crisis de la plata, Por supuesto Inglaterra no fue una excepclen y en la dlScada de 1690 decret6 la prohibici6n . parcial de su 'uportaci6n, aunque se hicieron excepclones para el eemerese con las Indlas Occidentales y el B6ltico 220, Ya. hemos aflrmado que dado que la producci6n francesa se vendfa en buena medida enel mercado franus y en la moneda del comercio interior (laplata) y dado que Ingla· terra (a causa .de su tamaflo) se orient6 de un modo slgnlfica· tivo hacia el mercado de exportaci6n, que requerfa la moneda de liquidaci6n internacional (el oro), Inglaterra se inc:lin6 de hecho hacia el monometallsmo oro y Francia hacia el mono­metalismo plata 221. La naturaleza de los lazos comerciales reo lativos a los metales preciosos reforz6 este proceso: -Francia obtenta plata de Muieo a traves de Espafla, mtentras que In­glaterra aeabana por monopolizer el oro procedente de Brasil a traves de Portugal m.. Inglaterra se aprovech6 del perfodo de las guerras, de 1689 a 1714, para asegurar su abastecimiento de oro 223. De este modo, la crisis.tde la plata no afect6 tan

~ticas de Riehet acerca del estado de la economfa francesa de 1690 a 1720. Pone en duda que hubiera una superacl6n de 1a contracx:i6n col­bertista (1660-1690). Bn moneda d.e cueota, los precios de los cereales .ex­perimentaron un fuerte aumento, al ilUal que los del vino y el aceite de oliva, pero en contenido metAlico silUieron siendo bajos. Fue una csubida 'nominal', artificialmc;nte provocada por la depreciaci6n monetaria, signo de miseria y no sintoma de prosperidad. (1968, p. 762),

III V~ Wilson (1951. pp. 240-41). Sperllol explica las excepclones en t6rminos de rentabilidad. .La plata se diriafa bacia el este, no porque el comercio dependiera de ella en Ultima instancia, sino porque era rentable. (1962, p. 62). La raWn estribaba en la diferencia en la relaci6n de la plata con el oro en las diversas partes del mundo: 17:1 en la Am6rica espaftola, 15: 1 en Buropa, 12:I en la India, 9:1 en el Jap6n. Bliti o'frece relaciones similares: 16:1 en Bspada, 15:1 en 100Iaterra, 9/10:1 en el Oriente (1967, pAaina 53).

221 Mertens (1944, p. 56) pteosa que el oriaen del patron oro inal~ estu­vo en la Irave escasez de plata del sillo XVII, pero lc6mo puede ser esto, dado que habria que aplicar la misma 16aica a Francia?

m V~ Bouvier (1970, pp. 308-309). m V6ase Vitar (1974, pp. 278-7CJ). V~ tambi~ Wilson:. eBI tratado

anllo-portulU~ de 1703 [...] 'tuvo como efecto la reconducx:i6n dela 1 corriente de oro de Brasil a Londres."U941, p; 8), es decir, su recondue­I ci6n de su antiaua afluencia a Amsterdam. BI oro representaba' el 60 por

cieato de los carlamentos brasileftos en l713 (v~ Morineau, 1978h, pA.I aina 32). A 10 larlo del sillo XV111, Brasil' export6 UDaS 800 toneladas de oro puro (Morineau, 1978h, p. 24).

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gravemente a Inglaterra como a Francia. En el mismo momento en que la estructura estatal de Francia se debilitaba como consecuencia de la manipulaci6n de unas reservas de plata sobre­cargadas, la estructura estatal de Inglaterra se reforzaba como consecuencia de su control comercial sabre unas reservas de oro en expansi6n.

No cabe duda de que la importancia de los metales preciosos no era sino el reflejo de la debilidad de los precios de otras mercancias 224, pero en semejante epoca el control de unas reservas suficientes de metales preciosos era una variable esen­cial en la lucha entre las potencias del centro. Ambos paises trataron de consolidar las bases de sus finanzas estatales. En ambos Estados hubo un crecimiento de los organismos espe­cializados, una expansi6n de los impuestos, un aumento del pa­pel moneda y un incremento de los emprestitos publicos 225. Sin embargo, las guerras de 1689 a 1714 provocaron un «caos imposible» 226 en la hacienda publica francesa hacia 1715 y una relativasolvencia en la hacienda publica inglesa. <. En que consisti6 la diferencia? Van der Wee dice que el mercantilismo frances «fue puesto en excesiva medida al servicio de una poUtica de expansi6n militar durante la politique de grandeur de Luis XIV», mientras que el mercantilismo Ingles «fue siste­maticamente puesto al servicio de una poUtica de expansi6n economica» w. Van der Wee opone asf una expansi6n militar (es decir, un uso improductivo de los fondos del Estado) con Una expansi6n econ6mica (mas meritoria). Este es un punto

DI Vilar dice: cPrimero hay Que recordar Que una ~poca de precios muy bajos para el conjunto de los productos significa una epoca de gran poder adqulsitivo para los metales preciosos y, por consiguiente, una in­ .. citaci6n a su busqueda» (1974, p. 247). Por otro lado, esta ventaia desapa­rece cuando la economfa se recupera, como sei\ala Morineau: cEn su cenit en 1730, su significado comercial [del oro] habia disminuido de forma singular en visperas del slglo XIX. Por dar 5610 un ejemplo, un kilogramo de oro puro, Que en 1740 'valia' en Lisboa 12,25 galones de amcar (unos 7200 kg), en 1778 valia menos de siete (3900 kg) y en 1796 menos de 3,5 (1 950 kg). ,Quien hubiera crefdo Que, entre el oro y el azucar, serfa el primero el que sufrirfa el mayor hundimientoj» (1978h, p. 40).

m Vease Mousnier (1951, pp. 1-8), quien insiste no obstante en Que las diferencias entre Inglaterra y Francla son mayores Que las semejanzas. Sin embargo, ofrece no tanto una demostraci6n come. un argumento ideo­16gico a priori. Inglaterra es collis capitalista y mAs burguesa» (p. 8). cEn 1713, Francia tiene un gobiemo de naturaleza dictatorial, con tendencias totalitarias. Inglaterra tiene un aobiemo plutoerl1tico con tendencias libe­rales» (Pr. 13-14).

22ll Van der Wee (1977, p. 378). U7 Ibid., pp. 391-92.

I~

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La lUCM en el centro. Segunda [ase: 1689-1763 389

de vista clasico, perc no explica por que se produjo tal dife­rencia.

Ya hemos afirmado que las diferentes geografias de Francia e Inglaterra obligaron a la primera a realizar costosos esfuer­

" 1 zos con vistas a una expansi6n econ6mica por tierra, y, en primer lugar, a una unificaci6n econ6mica efectiva de la propia Francia. El relative exito de Francia como potencia terrestre debe ser calibrado comparandola no con Inglaterra sino con Austria. eA comienzos del siglo XVIII, aunque la monarquia austrfaca tenia territories tan amplios y casi tan poblados como los del reino de Francia, sus ingresos procedentes de los impuestos eran cinco veces inferiores» m. No 5610 Francia, sino tambien Inglaterra, tenfan que vivir por encima de sus ingresos, 10 que en un sistema capitalista essiempre posible con tal de que reine la confianza. La confianza refleja en gran medida una realidad econ6mica. El exito engendra exito y el fracaso engendra fracaso. El Estado frances, como hemos vis­to, utiliz6 las devaluaciones como mecanismo de financiaci6n de los debitos. Y 10 que es aun mas importante, el Estado frances desarrollo un modele de emprestito con la garantfa de los futuros ingresos fiscales. A finales de la decada .de 1690, los banqueros comerciantes comenzaron a vender titulos des­contados basados en las expectativas de futuros ingresos fis­cales de la tesorerfa. A medida que este proceso se ampliaba, la realidad era que los banqueros-comerciantes estaban de hecho emitiendo una especie de moneda fiduciaria basada en promesas inciertas del gobierno en tiempos de guerra. EsteI edificio crediticio se vino abajo en. 1709. El Estado autoriz6 una moratoria en la devoluci6n de los prestamos a los ban­queros-comerciantes. Como dice LUthy, eel Estado en realidad( se concedio a 51 mismo una moratoria» 221. .

Mientras tanto, el affermage 0 arrendamiento de los im­puestos se habfa convertido en un mecanismo esencial para recaudar los ingresos reales, llegando a proporcionar la mitad de estos desde la epoca de Colbert hasta la revoluci6n france­sa 2JD. El affermage era un mecanismo caro desde el punto de vista del Estado: Leon dice que los financiers, costoso cuerpo de intermediarios, eran indispensables een un Estado esca­samente evolucionado», donde el recurso a los emprestitos pu-

I . DI Ardant (1975. p. 200). • LUthy (1959, p. 112). CompArese con Van der Wee (1917, p. 378) y

Harm (1970, pp. 272-73). 2JI V~ Y. Durand (1976, p. 21).

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blicos cpareda diffcil, si no irnposible» 231. En Inglaterra, los acontecimientos de este periodo fueron muy diferentes. Es cierto que hubo dificultades similares en cuanto a la financia­cion del Estado en epocas anteriores. Clapham habla de «las precarias finanzas del periodo de los ultimos Estuardo» 232. Sin embargo en el perfodo de guerras, de 1689 a 1714, que en In­glaterra coincidi6 con el reinado de Guillermo y Maria y luego el de la reina Ana, los ingleses dieron un paso decisivo al crear un sistema de emprestitos publicos a largo plazo, es decir, un sistema de deuda publica, que dio al Estado una s6lida base financiera a un coste relativamente bajo., En 1694 fue fundado el Banco de Inglaterra. Ademas, este periodo fue testigo del establecimiento de una Compafiia de las Indias Orientales reorganizada y de una Compafila del Mar del Sur recien creada. Las tres compafiias fueron dotadas de privilegios a cambio de prestamos a largo plazo al Estado 233. Los presta­mos de estas tres cornpafuas «desempefiaron un papel esen­cial [ ... ] en la transicion de una deuda nacional flotante a una deuda nacional consolidada» 234.

Es indudable que estos prestamos fueron un buen negocio. Para las autoridades, los prestamos eran perpetuos, aunque amortizables, y para los accionistas los tipos de interes eran aceptables y las acciones podian aumentar de valor. Sin ern­bargo, exigian una cierta confianza. Carter dice que cuando Guillermo y Maria subieron al trono, el mundo de las finanzas

m Leon (1970d, p. 623). que dice que en el perfodo cornprendido entre 1685 y 1715, eel 'reino' de las finanzas fue absoluto en Francia•. A partir de este perfodo entendemos por financiers a los traitants, que eran tanto bur6cratas reales como banqueros que prestaban al Estado, aunque toda­via les estaban limitadas las cantidades que podIan sacar del excedente, eEstos hombres, aparentemente todopoderosos, segufan siendo debiles y dependientes ante un poder que, ~in..c!"!.dal .era 'controla~o' por ellos, perc tambien les 'contrclaba'» (Leon, l~lld, p, 624). A medida que avanzaba el siglo XVllI, los traitants cedieron el paso .a los [ermiers-generaux, que actuaban de una forma mas regular y menos especulativa. No pudieron hacer enormes fortunas como antes, perc a 10 largo del slglo consiguieron quedarseccn una parte mayor del excedente. Veanse Leon (I97Od, pl1gi­nas 628-30) e Y. Durand (1976, pp. 13-16).

m Clapham (1944, -p. 25). " 2lJ Veanse Clapham (1944. pp. 1·2) y Van der Wee (1977,.pp. 352, 387). 2M Van der Wee (1977, p. 388). Deyon y Jacquart ofrecen este indicio

emplrico de la ventaja del nuevo metodo Ingles de financiaci6n del Estado sobre el sistema frances: eEl esfuerzo financiero que Impusieron a In­glaterra las guerras [1688-1713] fue comparable al que impusieron a Fran­cia. Los impuestos, especialmente los indirectos, y el volumen de los prestamos aumentaron en ambos pafses a un ritmo analogo, Sin embargo, en el momento de la firma de los tratados de Utrecht, la deuda naclonal francesa era de cinco a seis veces mayor que la britanica» (1978, p. 5(0).

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pens6 que podia confiar en el gobierno. «Los efectos sobre el desarrollo financiero fueron espectaculares» 235. lQuienes invir­tieron? Ademas de los habitantes de la ciudad (e incluso de ciertos elementos rurales), Carter habla de un elemento extran­jero, un elemento sefardi, y un elemento hugonote 236. De un examen mas profundo parece desprenderse que la deuda na­cional inglesa fue posible gracias a la confianza de los banque­ros holandeses y de sus aliados financieros, incluidos los que constituian 10 que se ha llamado la internacional hugonote 237.

Es evidente por que preferian los hugonotes realizar sus ope­raciones bancarias en Inglaterra y no en Francia inmediata­mente despues de la revocacion del edicto de Nantes 2.18 y por que hicieron 10 mismo los holandeses, que estaban aliados con Inglaterra en la guerra contra Francia. Pero lPor que no in­vertir el dinero en Rolanda? Los ingleses tal vez se arriesgaran, a partir de 1689, a vivir por encima de sus ingresos mediante

j/1 m Carter (1955, p. 21). Vease tambien Roseveare: «La revoluci6n parla­

mentaria habla librado a la ciudad de la ansiedad que tradicionalmente Ie producia hacer grandes prestamos al gobierno, y la comunidad de los acaudalados, encabezada por el rey y la reina, no dud6 en suscribir [en 1694] el capital de 1200 000 libras requerido para poder constituirse en sociedad» (1969, p. 69). No todo el mundo fue tan optimista. Sobre la oposici6n de algunos grupos de terratenientes, que veian en el Banco de Inglaterra una fuente de ingresos independiente del Parlamento, vease Ru­bini (1960, pp. 697·701).

116 Carter (1955, pp. 22, 30, 39-41; vease tambien 1959). 2J7 Vease Monter a proposito de las inversiones suizas en Inglaterra,

la segunda fuente en importancia de fondos extranjeros despues de la holandesa: «Si los inversores suizos eran basicamente ginebrinos, y los ginebrinos eran predominantemente hugonotes (y si otros inversores en valores ingleses eran predominantemente hugonotes a comienzos del si­glo XVIII) el punto esencial que es necesario descubrir y, si es posible, cuantificar es la actividad de la 'internacional hugonote' en la Boisa de Londres a comienzos del slglo XVIII» (1969, p, 298). Monter seiiala que los inversores de Berlin y Hamburgo en Inglaterra eran «casi todos hugo­notes». Vease tarnbien, a prop6sito de la internacional hugonote, Bouvier (1970, p, 312). Marr~s subraya que la emigraci6n de los hugonotes cre6 «una red de negocios y tambien de clientes para los productos industria­les de Languedoc. Aquellos de sus hermanos que permanecian en Lan­guedoc, apartados de los cargos publicos, se hicieron con el control de algunas de las industrias mas prosperas, especialmente textiles» (1966, pa· ginas 152·53). Vease tambien LUthy (1959, p, 424).

131 Posteriormente, tras la muerte de Luis XIV, los hugonotes volverian a invertir en Francia, y especialmente en el comercio exterior frances (vease Bouvier, 1970, pp. 312·13). «Fue sin duda algo mas que una mera coincidencia que la revoluci6n financiera siguiera a la llegada del monarca holandes y sus consejeros, que estaban especializados en el manejo de asuntos fiscales y financieros, especialmente emprestitos gubernamentales a largo plazo, y mantenian relaciones con los circulos bancarios holande­ses» (Braun, 1975, p. 292).

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392 Immanuel Wallerstein

prestamos, y tal vez sea cierto, como dice Charles Wilson, que «con las ganancias procedentes de la edad de oro de Holanda, Gran Bretafia aposto por un futuro imperial, y acerto» 239,

pero para ello era necesario que los holandeses estuvieran dis­puestos a conceder los prestarnos.

Si la banca holandesa mostr6 un interes «especialmente vivo» 240 por la deuda nacional inglesa en el siglo XVIII, debio de ser por alguna razon, Creo que la raz6n tiene menos que ver con Inglaterra que con Holanda 241. Empecemos consideran­do dos hechos. En el siglo XVIII, la deuda nacional inglesa ha­bia sido cubierta en buena parte por extranjeros 242, y a partir de 1689 Inglaterra paso a ser «el campo de inversi6n preferido por el capital de Amsterdam» 243. EI resultado neto de la politica mercantilista de Inglaterra y Francia en el siglo XVII fue la supresi6n de la ventaja de los holandeses en el campo de la producci6n e incluso, en gran medida, en el del comercio. Los costes salariales holandeses habian aumentado. La primacia tecnol6gica holandesa habia desaparecido y el nivel de los impuestos estatales era excepcionalmente alto, en parte a causa del elevado coste de la deuda 244. Los bajos tipos de interes,

DO Wilson (1949, p. 161). Una demostraci6n del exito de la instituci6n clave, el Banco de Inglaterra, fue el hecho de que, aunque de iure no fue­ran de curso legal hasta 1833, de [acto -muy a comienzos del siglo XVIII los billetes del Banco de Inglaterra eran generalmente aceptados en la Iiquidacion final de las deudass, es decir, como moneda (Horsefield, 1m, pagina 131).

,«I Van der Wee(1m, p. 389). 241 «Parece ser que, salvo tal vez en unos cuantos aiios de guerra, el

capital holandes encontr6 empleo en los fondos ingleses, no tanto por la necesidad de capitales en Inglaterra como por la falta de oportunidades en los Pafses Bajos» (John, 1953, p. 158).

242 Wilson (1941, pp. 72-73). Los holandeses en particular acaparaban las tres septimas partes de la deuda publica (Wilson, 1941, pp. 78, 190). Carter afirma, sin embargo, que las pruebas de- esto son «sumamente dudosas» (1953a, p. 159). La impresi6n que saca del estudio de los Iibros de conta­bilidad es que los holandeses s610 controlaban entre una sexta y una octava parte (p. 161) de los intereses. Sin embargo, admite que justo antes de la guerra de Sucesi6n austriaca, las inversiones holandesas hablan llegado a representar una «parte bastante considerable en relaci6n con el total» en la deuda publica inglesa (1953b, p. 338).

,., Barbour (1963, p. 125). JI4 Klein seiiala que el crecimiento mas rapido de la deuda publica en

las Provincias Unidas tuvo lugar en el siglo XVII, como era de esperar dada su hegemonla. Las Provincias Unidas trataron de mantener bajo su nivel Impositivo, en parte porque uno de los motivos ideol6gicos de la guerra con Espada habla sido la presi6n fiscal, pero finalmente hubo que hacer frente a los costes. «De esta forma, se puede decir que es probable que la Iibertad holandesa del siglo XVI se comprara a costa de generaciones posteriores» (1969, p. 19).

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La lucha en el centro. Segunda fase: 1689-1763 393

que habian sido consecuencia de la solidez de la posici6n holandesa en la economia-mundo, parecian ahora mantenerse gracias a la «languidez de los negocios, que justificaba la transferencia de fondos a inversiones en el extranjero» 245. En comparaci6n con un tipo de interes en las Provincias Unidas

,) que habia pasado de un 6,25 por ciento a comienzos del si­glo XVII a un 2,5 por ciento a mediados del siglo XVIII, el 6 por

1 ciento ofrecido por el Banco de Inglaterra (y el 5 por ciento en

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anualidades e hipotecas coloniales) resultaba muy atractivo para los inversores holandeses 246.

En pocas palabras, no habla d6nde escoger, No fue una «mentalidad feudal» ni una falta de patriotismo 10 que hizo que los holandeses invirtieran su dinero en Inglaterra. «Los costes comparativos, los intereses comparativos del capital y la polltica fiscal favorecian la inversion [holandesa] en valores de renta fija, nacionales y extranjeros, y no en la industria» 247.

Sombart analiza este cambio y 10 interpreta como una muestra de que el burgues siempre «degenera», pero el historiador li­beral holandes A. N. Klein no esta de acuerdo con esta «dis­cutible» expresi6n de Sombart y prefiere la explicaci6n de Marx de que todo capitalista es un «Ranatiker der Verwertung des Werts», un fanatico de la valorizaci6n 0 autoexpansi6n del capital. Klein afirma que esta descripcion encaja perfectamente en el caso' holandes:

EI comerciante holandes del siglo XVII y su descendiente el rentista del siglo XVIII encajan en este concepto a condici6n de que tengamos en cuenta que las posibilidades economicas de este ultimo habfan estado limitadas al terreno mucho menos espectacular de la inver­sion financiera. Si un fanatica alcanza sus objetivos mucho mas rapida y eficazmente que otro, ella se debe quiza a sus posibilidades, perc en modo alguno a su determinacion ....

El cambio financiero holandes no fue ni subito ni total. Fue mas bien un proceso gradual. Los bancos holandeses seguian siendo lugares s6lidos y conservadores donde los otros podian

245 Morineau (1974, p. n5). Vease tambien Carter (1971, pp. 131-35). z.. Vease Wilson (1954, pp. 263-64). N7 Wilson (1960b, p. 439) . ... Klein (1970, p. 34). Que fue una decision deliberada 10 muestra el

hecho de que los holandeses introdujeron en el siglo XVIII la innovaci6n financiera de los trusts de inversiones, que no llego a Inglaterra hasta la decada de 1870, fecha en que Inglaterra alcanz6 el estadio al que habian llegado las Provincias Unidas en 1689 (vease Klein, 1969, p. 12).

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colocar sus metales preciosos 249 y el nivel de acufiacion continuo aumentando en el siglo XVIII 250.

No seria sino en 1763 cuando la confianza europea puesta en Amsterdam como centro financiero del mundo se quebran­taria 251, pero ya a comienzos del siglo XvIII los holandeses co­menzaron a desplazar su dinero hacia el lugar donde pudiera rendir mas, y este lugar era Inglaterra. Fue un «asunto estric­tamente comercial» 252, mediante el cuallos elevados intereses re­cibidos por el inversor holandes contribuyeron a que el coste de los prestamos se mantuviera bajo para el Estado Ingles. En ultima instancia, los ingleses habrian podido conseguir el dinero en casa, como hicieron los franceses, pero las inversiones holan­desas «permitieron a Inglaterra librar sus guerras con un mi­nimo de perturbacion para su economia» 253. El acuerdo simbi6­tico entre una potencia antes hegemonica y la nueva estrella en ascenso proporciono a la primera una jubilaci6n decorosa y a la segunda un impulso crucial frente a su rival. El modelo se repitio mas tarde, 'cuando en el periodo comprendido entre 1873 y 1945 Gran Bretafia desempeii6 el papel holandes y Estados Unidos el Ingles,

Despues de Utrecht, los franceses realizaron un gran esfuer­zo por contrarrestar la incipiente ventaja inglesa en las finanzas mundiales. Harsin hace hincapie en el problema frances. «La ausencia de un verdadero credito publico habia sido hasta 1715 la laguna mas grave del sistema financiero frances» 254. El banco cprivado» de John Law 25S estaba destinado a Ilenar esta laguna. Lo que Law intento fue reestablecer el credito del Estado fran­ces creando un banco que fuera el receptor de los ingresos estatales y sobre esta base emitiera papel moneda convertible

:MO Vease Van Dillen (1926, pp. 199-200). 250 Vease Morineau (1972, p. 4). 25. Vease Wilson (1954, pp. 264.()5). m Carter (1953b, p. 323). 2SJ John (1955, p. 343). 254 Harsin (1970, p, 7:16). 2SS Dadas las objeciones de diversos grupos de presion a la propuesta

de John Law de crear un banco publico, este «debera camuflarse bajo las apariencias de una instituci6n privada para poder ser autorizado» (Harsin, 1970, pp. m-78). A proposito del intento de Law de crear un banco de Francia, vease E. J. Hamilton (1969, pp, 140-49). Hamilton califica al plan original de Law, presentado en 1702, como «uno de los mejores planes para la creaci6n de un banco nacional que yo haya visto en ningun pais durante este periodos (p, 143). EI hecho de que cuando finalmente, el 4 de diciembre de 1718, se convirti6 oficialmente en el Banco Real «todas las acciones hubieran sido compradas en secreta por el gobierno» indica c1aramente que la naturaleza privada del banco era un camuflaje (E. J. Ha­milton, 1969, p. 145).

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en oro. El objeto a largo plazo era asegurar una estabilidad monetaria, incrementar la liquidez, bajar los tipos de interes, mejorar el tipo de cambio con las monedas extranjeras y, sobre todo, reducir los gastos del Estado (tanto en 10 referente a la deuda publica como a la continua sangria llevada a cabo por las capas burocraticas intermedias en los ingresos del Estado). Todo ella haria posible un programa de considerable expan­si6n maritima y colonial. Para conseguir estos fines, Law pro­puso ante todo dos cosas: la expansi6n del dinero en forma de papel y la reforma fiscal 256. Parecia un intento de completar la obra de Colbert, un salto adelante que podria dar nueva­mente a Francia una clara ventaja en la lucha con Inglaterra. El proyecto fracas6 estrepitosamente. Despues de obtener su capital inicial, el banco de Law creo la Compafiia de Occidente para explorar y explotar el valle del Misisipi (conocido como Luisiana) en regimen de monopolio estatal. El banco procedi6I a absorber a otras compafiias comerciales (Senegal, Indias Orientales, China) y a crear en 1719 la Compafiia de Indias.

Al mismo tiempo, el. banco de Law se hizo cargo del pago de las deudas publicas a cuenta de los impuestos recaudados. Law trat6 tambien de reorganizar y racionalizar el sistema fiscal, pero no fue capaz de llevar a cabo este programa en medio de la intensa fiebre especulativa que habia suscitado la inflaci6n de los titulos y el papel moneda. Repentinamente se produjo una crisis de confianza. Los intentos de introducir una deflaci6n en los titulos fracasaron y el sistema se vino abajo con la Hamada «Mississippi Bubble». lA que fue esto debido?

{ Deyon y Jacquart dicen que pese ala «admiracion» que suscita «la envergadura del proyecto», Law no poseia «el arte de la ejecuci6n, el paciente dominio del tiempo, de los que depende(' el exito de las mas brillantes estrategias» 257. Harsin dice que

J

Law habia construido un sistema que era «osado [pero] pro­bablemente premature» y que en ultima instancia fracas6 por «Ia temeridad de sus iniciativas y la aceleraci6n de sus medidas, mas que por su falta de 16gica 0 por la coalici6n de sus ene­

2S6 Esta descripci6n del intento de Law est' sacada de Harsin (1970, pagine 279). Carswell dice: "La idea de un papel moneda nacional que fuera universalmente aceptado por estar respaldado por la autoridad del Estado y controlado a traves de una red de agencias locales, era la esencia del plan de Law para incrementar la riqueza mundial. Estaba tan seguro de que esta moneda seria preferida a la metalica que en su proyecto ori­ginal crey6 necesario poner un limite al interes de que disfrutarfa el papel por encima del oro y la plata y estipular que la cancelaci6n de deuda de 100 no exigirfa mas de 110 en oro- (1960. pp. 78-79).

2S'I Deyon y Jacquart (1978, p. 502).

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migos» 258. Para Max Weber, sin embargo, el fracaso de Law fue inevitable, simplemente porque «ni Luisiana ni el comercio con China y las Indias Orientales arrojaron beneficio suficiente para rendir intereses ni siquiera de una fracci6n del capital» 259.

Tal vez apreciemos mejor el fracaso de Law si observamos la especulacion simultanea en Inglaterra, que llevo a una crisis similar llamada la South Sea Bubble. (Por supuesto, la especu­laci6n no se limite a Inglaterra y Francia, sino que fue actio vamente instigada por los banqueros e inversores de Ginebra, las Provincias Unidas, Hamburgo e Italia del norte.) 261 El «sis­tema» de John Law implicaba el agrupamiento de tres mono­polios estatales: un banco de emisi6n (la Banque Royale), una compafiia comercial (la Compagnie des Indes) y un deposito centralizado para los impuestos indirectos (la Ferme Generate des Impots), En octubre de 1719, cuando Law propuso con­solidar la deuda nacional restante de 1.500 millones de francos, la demanda de valores fue mucho mayor de la prevista, tanto en Inglaterra como en Francia. Por consiguiente, los ingleses copiaron el proyecto, utilizando la Compafiia del Mar del Sur ya existente 261. Tambien aqui la demanda super6 toda expecta­

111 Harsin (1970, p, 280). DO Weber (1950, p. 288), que da una explicacion identica para la South

Sea Bubble: «Tambien en este caso se hizo inevitable la bancarrota por­que el comercio en el oceano Indico no alcanz6, ni con mucho, a asegurar un interes a los caudales invertidos» (p. 289).

:zoo Veanse Akerman (1957, II, primera parte, pp. 254-55), Harsin (1970, pagina 294), Kindelberger (1978, pp. 120-22). T. S. Ashton aiiade Dinamarca, Espana y Portugal (1959, p. 120). Sobre Ginebra, vease Sayous (1937). Akerman llama a la crisis de 1720 «Ia primera crisis internacional» (pi!. gina 255). Weber llama a las dos bubbles «las primeras grandes crisis es- '"-, peculativas», diferenciandolas de la gran «locura del tulipan» de Holanda en la decada de 1630 (1950, p. 286). Parker utiliza casi la misma frase: «La prirnera crisis financiera de los tiempos modernos» (1974a, p. 582).

)61 El uso original de la Compafila del Mar del Sur en 1711 para conso­lidar las obligaciones a corto plazo tuvo mucho exito. «Esta inteligente medida permiti6 a Gran Bretai'ia salir de la paz de Utrecht en 1713 con su credito practlcamente intacto, aun cuando su deuda publica fuera enor­me» (Parker, 1974a. p. 581). ;-~;iln (1960) se muestra mas esceptico ace rca del exito. Pero B. W. Hill afirma que fue un acto crucial desde el punta de vista politico, mas aun que desde el econ6mico: «El Parlamento tory fue inducido a hacerse cargo de la deuda nacional y la City whig a reanu­dar su papel de acreedora de la naci6n. Tanto politica como financiera­mente, estos fueron hechos importantes para el futuro; politicamente, " porque eliminaron el miedo a que el credito publico se derrumbara como consecuencia del cambio de gobierno [en 1710 el gobierno whig habfa dado paso a un gobierno tory] y financieramente porque la forma de or­ganizaci6n desarrollada por el 'mundo de las finanzas' despues de la Revoluci6n [el Banco de Inglaterra] fue reconocida e incluso protegida

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tiva. En ambos casos, el elemento esencial fue que el acreedor individual del gobierno no fue obligado sino inducido a com­prar el titulo 262. Sin embargo en Francia, tras esta inducci6n bajo presion, las reglas del juego cambiaron y los billetes de banco sufrieron una reducci6n del 50 por ciento en terrninos de

" la moneda de cuenta. Como indica Hamilton, ,;

En la medida en que tanto Law como el regente habian prometido solemne y repetidamente que los billetes de banco no serian nunca cambiados en terminos de la moneda de cuenta, se desat6 el panico. Dado que de un plumazo -que la Corona se habia comprometido a no dar- se habia quitado a los billetes de banco la mitad del valor nominal, sus poseedores trataron de gastarlos 0 invertirlos antes del segundo plumazo 163.

La «gran quiebra» se propago de Paris a Londres. No hay duda de que «proporcionc una demostraci6n grafica de la fragilidad del nuevo edificio financiero», perc tampoco hay duda de que revel6 «la elasticidad de las nuevas tecnicas financieras» 264.

Tanto Inglaterra como Francia conocieron a partir de ese mo­menta un periodo de prolongada estabilidad financiera que pro­siguio hasta la revoluci6n francesa 265. En este sentido, el final fue feliz. Sin embargo, el intento frances de utilizar el sistema de John Law para superar el creciente abismo entre el poder financiero de ambos parses fracas6. El banco central de In­glaterra, creado con anterioridad, sobrevivi6 a la South Sea Bubble, perc la estructura similar en Francia llev6 a la Mississip­pi Bubble y muri6 con ella. «El reinado de Law, sumamente breve, 10 removi6 to do sin conseguir nada» 266. En Inglaterra, el Parlamento respald6 a la Compafifa del Mar del Sur en bancarrota; . «salvo las aparienciass y de este modo salv6 el credito Ingles 267. Esto no fue posible en Francia par motivos politicos. Los efectos negativos directos del sistema de John Law han side muy exagerados 268; por otra parte, hubo tambien

por un ministerio que representaba a los principales crlticos de la City: la gentry terrateniente» (1971, p. 411).

J6Z Vease Parker (1974a, p. 583). 26J E. J. Hamilton (1969, p. 147). ... Parker (1974a, p. 586). JIS Para Inglaterra, vease Vilar (1974, p. 285); para Francia, veanse LU·

thy (1961, p. 31), y Bouvier (1970, p. 307). :,I 3M LUthy (1959, p. 414).

I 301 Harsin (1970, p. 279). La opini6n de Plumb acerca de la acci6n del gobiemo es alin mas rotunda. Walpole, dice, «salv6 a la Corte- (1950, pa· gina 59) y por eso dos anos mas tarde se convirti6 en primer ministro.

III V~ Poisson (1974, p. 266).

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efectos positivos ')HJ. El verdadero efecto negativo fue que no tuvo exito y por consiguiente no consiguio detener el proceso de rezago.

A medida que avanzaba el siglo XVIII, la importancia finan­ciera de Inglaterra en la economia-mundo aumentaba mientras que la de Francia disminuia 270 debido a que el Estado frances no era tan fuerte como el Ingles. La cuestion que se nos plantea es, pues, como llego a ser el Estado Ingles mucho mas fuerte que el frances. Para los que miden la fuerza de un Estado por el grado en que los individuos estan a salvo de las decisiones arbitrarias del gobierno 0 por el tarnafio de la burocracia pu­blica, esta puede ser una cuestion absurda. Pero ya hemos dejado bien clara nuestra postura de que un Estado es fuerte en la medida en que quienes gobiernan pueden hacer que su voluntad prevalezca sobre la voluntad de los otros, dentro 0

fuera del pais. Utilizando este criterio, creemos que el Estado ingles habia dejado claramente atras al frances a comienzos del siglo XVIII. El Estado verdaderamente fuerte rara vez nece­sita demostrar su pufio de hierro. Temperley sefiala que si la epoca de Walpole fue «una epoca de paz sin acontecimientos mernorables» 10 fue debido a las proezas del pasado: «El tra­tado de Methuen con Portugal en 1703 y las clausulas comercia­les de la paz de Utrecht en 1713 fueron universalmente consi­deradas como concesiones al comercio ingles que solo habrian podido ser arrancadas con las arrnas, 0 con la amenaza de las armas» 271. La fuerza de las armas no era suficiente, tenia que haber tambien una administracion eficaz. Plumb dice que «en 1714, Gran Bretafia disfrutaba quiza del aparato de gobierno mas eficaz de Europa» m.

... J. Imbert habla de la beneficiosa efustigaci6n de la economta fran­cesa entre 1718 y 172.. (1965, p, 354). E. J. Hamilton seiiala que sac6 a Francia de su crisis comercial, aunque eso no se consigui6 ede baldes (1969, pp. 14748).

%10 Sobre la decadencia de Lyon como centro financiero a partir de 1720, vease LUthy (1959, p. 55).

m Temperley (l909a, pp. 40, 49). Con la fuerza vino el conservaduris­mo. eLa politica [de Walpole] era extraordinariamente sencilla: evitar la guerra, fomentar el comercio, reducir los impuestos y, por 10 demas, status quo sin innovaciones. Como decia con toda la raz6n: 'No soy un santo. ni un espartano, ni un reformador'» (Plumb, 1966, pp. 78-79).

m Plumb (1967, p, 13). La eficacia es mas importante que los numeros, pero es conveniente seiialar que los numeros no fueron olvidados en Inglaterra, eEl numero de hombres ernpleados por el gobierno creci6 mas deprisa entre 1689 y 1715 que en cualquier periodo anterior de la historia inglesa» (Plumb, 1967, p, 112), hasta el siglo XIX. V~ase tambien Aylmer: ePor 10 que respecta al mero creeimiento del gobierno, las epocas cru­ciales [ ... ] parecen haber sido los aiios 1642·1652 y 1689-1697 (y posiblemen­

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I La lucha en el centro. Segunda lase: 1689-1763 399

Hemos dicho que los compromisos sociales adquiridos a finales del siglo XVII por Inglaterra y Francia eran menos dife­rentes de 10 que a veces se sugiere y que en ambos casos desembocaron en una relativa estabilidad interna durante las guerras anglo-francesas de 1689-1763. El siglo VIII foe una «epoca de reconciliaci6n entre monarquia y nobleza en toda Europa» Zl3,

reconciliaci6n que se bas6 en un decidido apoyo gubernamental a los intereses de las clases terratenientes. Esto es algo co­munmente admitido en el caso de Francia, pero ino foe In­glaterra la cuna de un triunfante capital mercantil? Sin duda, aunque este no era muy ajeno a los intereses de los terrate­nientes Zl4. Dejando a un lado la superposici6n de personas, hay que seiialar que el gobierno, al tiempo que ayudaba de las mul­tiples formas ya descritas a las empresas comerciales, indus­triales y financieras, perrnitfa a las clases terratenientes apro­piarse de una parte considerable del excedente. Una vez mas,/ esto es algo comunmente admitido en el caso de Francia. La nobleza, que no pagaba impuestos, y la noblesse de robe, adqui­rida gracias a la venalidad de los cargos, son elementos esen­ciales de nuestra imagen del Antiguo Regimen ZlS, pero ieran estos factores desconocidos en Inglaterra? En esta «epoca de la gran hacienda», con un «monopolio aristocratico de la tie­

te tambien 1702-1713)>> (1974, p. 24). Comparese la descripci6n de Plumb -\ con la valoraci6n que hace Berger del supuesto aumento de la eficacia

administrativa francesa a partir de 1689: eNo da la impresion, tras estu­diar el hambre de 1693 [y el modo de enfrentarse a ella del gobierno frances] de que hubiera esa gran ofensiva administrativa supuestamente impulsada por las necesidades de la guerra» (1978, p, 120).

m P. Anderson (1974a, p. 232). / no Sobre Inglaterra y los terratenientes, vease Habakkuk: eNo hay duda

de que las circunstancias fueron mas favorables para los intereses de los j

I

1 terratenientes en el siglo que sigui6 a 1715 de 10 que 10 habfan side entre 1640 y 1715» (1967b, p. 9). Vease tambien Plumb: -Los arist6cratas terra­

J tenientes se estaban vinculando cada vez mas al nuevo tejido econ6mico de la sociedad: el comercio, la especulaci6n y la empresa dejaron, por~ fin, de ser ajenos a ellos» (1967, p. 8). Sobre Francia y el capital mercantil, vease McManners: eEl dinero es la clave para comprender la sociedad francesa del siglo XVIII. Con el respaldo del poder del dinero, la pluto­cracia se infiltr6 en la aristocracia» (1967, p. 26). Vease tambien Grassby (1960), sobre algunas de las formas de eludir el concepto de derogation, haciendolo asf incapaz de mantener las estrictas barreras entre la nobleza

'I y los comerciantes que debfa fomentar.

Z7S G. V. Taylor llama a esto ecapitalismo cortesano»: eNobles, finan­cieros, banqueros y especuladores profesionales arrastraron al gobierno a discutibles operaciones especulativas y utilizaron su influencia para con­seguir decisiones oficiales que elevaban 0 reducian los precios 0 libraban a los especuladores de compromisos desventajosos para e1 futuro» (1964, pagina 488).

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400 Immanuel Wallerstein

rra» 116, ,cual fue el efecto de la estabilidad que caracteriz6 a la epoca de Walpole? E. P. Thompson sugiere mordazmente:

La vida politlca en la Inglaterra de la decada de 1720 tenia algo del caracter enfermizo de una «republica bananera» [... ] Cada poli­tico. por nepotismo, interes 0 compra, reunla a su alrededor un se­quito de fieles. El objetivo era recompensarles mediante algiin cargo en el que pudieran arrebafiar una parte de la renta publica: las finanzas del ejercito, la Iglesia, los impuestos indirectos [... ] La gran burguesla, los .especuladores y los politicos eran hombres enorme­mente rlcos. cuyos ingresos destacaban como los Andes por encima de la masa de los pobres plebeyos "'.

,Fueron las consecuencias para los terratenientes de esta ver­sion del «bandidaje de Estado» 118 en Inglaterra tan diferentes de las de su versi6n francesa, ligeramente distinta? Debemos volver a nuestra cuesti6n ace rca de 10 que hizo que el Estado Ingles fuera mas fuerte que el frances. Tal vez la respuesta mas sencilla sea que ello fue el resultado de su capacidad militar para contener a los franceses en las guerras de 1689-1714 y que su capacidad de ganar estas guerras fue el resultado de la alianza anglo-holandesa, no tanto poria ayuda militar de los holandeses (aun cuando distara de carecer de importancia) como POl' el apuntalamiento financiero que supusieron las in­versiones holandesas para el Estado Ingles. El capital holandes creo un cllma de confianza que hizo posible la creaci6n del Banco de Inglaterra e hizo posible que el Banco de Inglaterra sobreviviera a la South Sea Bubble. Y, sobre todo, en el Estado unipartidista de Walpole fue finalmente posible superar la di­vision de las clases dominantes inglesas que se habia iniciado en la epoca de los prirneros Estuardo y se habia prolongado, bajo una forma diferente, durante las encarnizadas luchas par­tidlstas entre tortes y whigs de 1689 a 1715179• No fue porque Inglaterra fuera mas dernocratica que Francia, sino porque en cierto sentido 10 era menos 210 por 10 que el Estado Ingles se

Jl6 Mingay (1963, PI'. IS, 26). lTI E. P. Thompson (1975, PI'. 197·98). m La frase es de E. P. Thompson (1975, p. 294). no El papeljinanciero de los holandeses en la pelitica inglesa estuvo,

por supuesto,llfnediatizado por la City de Londres. Sutherland haee del apoyo de la City uno de los cuatro pilares del sistema de Walpole, tanto directamente como a trav~ de la Campania de las Indias Orientales. reo lacioneda con ella (vease 1952. PI'. 18-23).

/Ill Plumb aduce de forma convincente que 1715 signific6 la domestica­ci6n final del movimiento popular que Inglaterra conocta desde 1640. eEl propietario de un alodlo se habia convertido en la Inglaterra del siglo XVII en un animal politico [ ...J A mediados del siglo XVIII. se habia perdido

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I La lucha en el centro. Segunda fase: 1689-1763 401 I f fortaleci6 y el empresario Ingles procedi6 a conquistar el mundo r econ6mico. De la noche a la manana, el clima de violencia

politica se transform6 en un clima de estabilidad politica 281.f La reconciliaci6n politica de las capas superiores, base de

la estabilidad inglesa en el siglo XVIII, s6lo se consigui6 parcial­mente en Francia. Asi como en Inglaterra los nuevos sectores de las capas superiores habian conseguido el derecho de ciuda­dania en la estructura politica y habian dejado de ser una fuer­za de la oposicion 282, asi tarnbien en Francia el grupo equipara­ble, la noblesse de robe, habia seguido una trayectoria simi­lar 283. Sin embargo, a diferencia de 10 que sucedi6 en Inglaterra, el poder ejecutivo nunca se hizo con el control absolute del Estado. El «abismc entre la teoria y la practica [del absolutis­mol sigui6 siendo extraordinariamente grande» 284. Para explicar

t por que no se complet6 la reconciliacion de las capas superiores

I mucho de ese patrimonio (1969, pp. 115-16). A partir de 171S, la estabUidad de Inglaterra dependi6, dice Plumb, de -tres factores esenciales: el flO­bierno unipartidista, el poder legislativo firmemente controlado por elt ejecutivo y una sensaci6n de identidad poUtica entre los que manejaban

1 el poder economico, social y politico- (1967, p. xviii). Dl -Habia una tradici~ de conspiraclones, motlnes, intrigas y revueltas

entre la clase dominante que se remontaba a los normandos. En 1685, I. violencia en la politica era un patrimonio del Ingles» (Plumb, 1967, p. 19. el subrayado es mio). -La estabilidad polltica, cuando llega, a menudo aparece muy rapidamente en una sociedad, tan bruscarnente COlTlO el agua 1 se convierte en hielo» (p. xvii). Christopher Hill ofrece una Imagen similar, j perc situa el momenta decisivo en 1688 y no en 171.5: dnslaterra era

i I famosa en toda Europa por la violencla de su politlca (00'] A partir de

1688 aeab6 la epoca heroica de la polttica inglesa, Las violentas oscllacio­nes de los cincuenta atios anteriores fueron seguidas por una relatlva calma- (1969, pp. 119, 213).

zu _[El grupo de los Junto y Walpole] alejaron a 101 whigs del radiea­/ lismo [00'] El partido coheslon6 los intereses de Ia aristocracia, las altas finanzas y el gobiemo ejecutivo, proceso ampliado por Walpole hasta abarcar al grueso de la gentry terrateniente» (Plumb, 1967, p. 187).

DJ Franklin Ford observa Que mientras en la asamblea de los Estadol Generales de 1614 la alta noblesse de robe habia flgurado todavfa entre los plebeyos, eel hecho mas Importante en 10 referente a la alta nobleza de toga en 1715 fue que en termlnos legales ya no cabia duda alguna con respecto a ella- (1953, p. 59). De heche, prosigue. «en 1715 18 alta toga, segura de su nobleza y con sus derechos poUtiCOli restaurades, fue 18 fuerza mas potente dentro de la aristocracla» (1953, p. 188).

Nt siquiera todos los que a(1O eran oficlalmente roturiers, es dectr, plebeyos burgueses, se vieron negativamente afectadOli por la llamada reac­ci6n feudal. Elinor Barber seftala que mientras que la buriUesia -medW,»/ se encontr6 con los caminos de promoci6n bloqueades, la -sran- burgue­sfa, utilizando su riqueza, se vio -mucho menos afectada» (1955, p. 143).

1M Bromley (1957, p. 135), que dice: «La emancipact6n del lobierno con , respecto a las restricciones hist6ricas fue un proceso lento, interrumpido \ a menudo y nunca completado» (p. 137). ~ i I

"

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en Francia, hemos de volver a la cuesti6n de los hugonotes y la revocaci6n del edicto de Nantes. El «partido protestante» contaba en el siglo XVI con el apoyo de la mitad de la nobleza francesa, y especialmente de sus capas medias y bajas. La cu­riosa consecuencia de todo esto fue que la pequefia nobleza, sometida a las presiones de los funcionarios del rey, recurrio a «una rel ativa y paradojica tolerancia hacia sus campesinos». '-Cuando el compromiso politico de 1598 se convirti6 en la vic­toria real de 1629, las consecuencias sociales fueron sin embar­go inmensas: «La derrota del partido protestante fue, ante todo, la derrota de la nobleza» 285. Lentamente a partir de 1598 y rapidamente a partir de 1630, la nobleza abandon6 el protes­tantismo: esto fue 10 que hizo posible la revocaci6n de 1685286•

Con la revocaci6n hubo una dispersi6n de elementos burgue­ses urbanos sobre todo 287, aunque estos s6lo representaban un 10 por ciento de los protestantes franceses. Muchos otros se convirtieron 288. ,Que quedaba?

Los rigores reales habian destruido asi el protestantismo centraliza­do, institucional, clerical y burgues que en el curso del siglo XVII habia ocultado al protestantismo de la Reforma. En medio de la adversidad, resurgi6 este ultimo. Primero sin pastores, siguiendo a simples laicos, los predicadores [ ... ] gracias a los nobles y campesi­nos [ruraux] que habian sido la fuerza principal de las Iglesias reformadas en el siglo XVI [ ... ] Cuando la revocaci6n les oblig6 a reinventar una tecnica de resistencia, su primer movimiento fue rebelarse 280.

Los rasgos esenciales de esta Iglesia protestante reconstituida eran su caracter «congregacionalista, federativo, secular, par­lamentario e igualitario» 290. [Igualitario y rebelde! EI Estado

as Chaunu (l96Sb, pp. 26-'1:1). 216 -Sopesando todo cuidadosamente, la conversion de Turenne [en

1688] fue mas importante que la revocacion del Edicto de Nantes. Sin la conversion de Turenne, el edicto de Fontainebleau habrfa sido impensable. EI rey no habrfa podido obligar a la mitad de sus caballeros si estos se hubieran mostrado resueltos. Un siglo y medio despues, La Fayette, La Rochefoucauld-Liancourt y otros ochenta nobles liberales hicieron mas que los discursos de Mirabeau por el exito del Tercer Estado el 23 de junio de 1789- (Chaunu, 1965b, p. '1:1).

m Unos 200000 hugonotes se exiliaron entre 1680 y 1720, dirigiendose sobre todo a Inglaterra, las Provincias Unidas, Ginebra y Alemania (vease Scoville, 1952, pp. 409-10) .

... Vease Scoville (1960, pp. 3-5, 118). Algunos conversos eran en realidad simuladores, -nuevos marranos» (vease Leonard, 1948, pp. 177·78).

219 Leonard (1948, p. 178). De aqui la guerra de los camisards, y de aquf Antoine Court y el Sinodo del Desierto en las Basses-Cevennes en 1715.

.. Leonard (1948, p. 179).

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frances tenia en sus manos una grave rebeli6n en potencia de las capas medias (los nobles mas pobres y los campesinos mas ricos). Esta situaci6n dificil habia side provocada por el dilema hist6rico planteado en el siglo XVI por un Estado demasiado grande y demasiado dispar desde el punta de vista econ6mico para permitir la rapida creaci6n de una estructura estatal fuerte.

Fue precise aplacar y contener a los sectores susceptibles de provocar un levantamiento, cosa que se hizo en parte me­diante la reducci6n de los impuestos que pesaban sobre el campesinado desde 1720291 y en parte mediante la difusi6n de la ensefianza primaria en las zonas rurales como forma de aculturaci6n por parte de una Contrarreforma triunfante 292. Sin embargo, la reducci6n de los impuestos no hizo mas que ahon­dar el abismo ya existente entre la fuerza delEstado Ingles y

/ la del frances 293. La evoluci6n educativa y religiosa, si bien tal vez mantuvo a raya el «radicalismo» y la «criminalidad» 294 en

! la Francia rural del siglo XVIII, fue claramente insuficiente para erradicar el sentimiento de exclusi6n politica de los grandes I agricultores, el grupo que en Inglaterra era conocido con el

1 nombre de gentry. Sin la incorporaci6n politica de este grupo, el Estado era incapaz de hacerse realmente fuerte 295. Las luchas intestinas de Francia no fueron del todo ajenas a la creaci6n de la importantfsima alianza angloholandesa. A mediados del siglo XVII no estaba en modo alguno claro que en el siglo XVIII los holandeses preferirian una alianza con los ingleses a una

m V~se Le Roy Ladurie (l975c. pp. 35-37). :In Vease Le Roy Ladurie (1975a, p. 528). El siglo XVIII, a diferencia del

XVII. fue cia gran epoca de la pedagogia campesinas (1975a, p. 538).

I

29J Veanse las cifras comparativas de Mousnier sobre ingresos de adua­nas, impuestos indirectos, correos y sellos en el perfodo comprendido en­tre 1690 y 1715. Mientras que los ingresos obtenidos en Francia de las [ermes-unies descendieron de unos 70 millones de libras tornesas en 1690 a 47 en 1715, los ingleses aumentaron de 20,5 en 1700 a 59,5 en 1713 (1951, pagina 18). A medida que avanzaba el siglo, la diferencia iba creciendo. Mathias y O'Brien (1976). tras un minucioso analisis de las respectivas cargas fiscales en todo el siglo, dicen que cen Francia la presion fiscal fue menor que en Inglaterra» (p. 634) y senalan que ctal vez no sea mera coincidencia» que la presion fiscal inglesa 5610 fuera superada por la de las Provincias Unidas, el unlco pais cdonde los mercados interiores esta­ban aUn mas articulados que en Gran Bretana» (p. 640).

1M Le Roy Ladurie (1975a, pp. 550, 552). 2ft Le Roy Ladurie compara las coaliciones de la Inglaterra rural con

i las de la Francia rural en el siglo XVIII: senores y agricultures acomoda­dos (gros [ermiers} en Inglaterra (rente al cbloque historico» frances de campesinos pobres y medlos, e incluso de agricultores acomodados, con­tra 1a teodalit~ (1975a. pp. 584-85).

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alianza con los franceses. Los ingleses eran su principal enemigo comercial, mientras que con Francia les unfan numerosos lazos. De hecho, como hemos visto, estaban en vias de convertir el Ponant en una correa de transmisi6n econ6mica similar a aque­lla en la que se estaban convirtiendo Porfugal y Espana.

Los dilemas internos de Francia la obligaron sin embargo a transformarse en una potencia orientada hacia una expansion militar por tierra que reprimi6 al protestantismo nacional. Para los capitalistas holandeses, ya fueran republicanos 0 monar­quicos, un trato con Inglaterra debia parecer menos desconcer­tante que un trato con Francia. Francia amenazaba con abrazar a los holandeses hasta asfixiarlos. Los ingleses ofrecfan una lenta 6smosis de los dos sectores capitalistas. El acceso al trono Ingles de la Casa de Orange no hizo mas que confirmar la preferencia holandesa por los ingleses. De este modo, como a menudo ocurre, la fuerza engendr6 fuerza y la debilidad debilidad. Las dificultades con que tropez6 Francia para crear una estructura estatal en el siglo XVI la desgarraron, emponzo­fiaron la situaci6n y finalmente desembocaron en la incompleta integraci6n de Francia en el siglo XVIII. La Inglaterra del si­glo XVI era un Estado compacto. Obligada por los tumultos de la guerra civil a recrear una clase dominante .unificada, Ingla­terra fue capaz de absorber e incorporar a los sectores margi­nales celticos, asi como de atraer al suficiente capital holandes para res pal dar la creaci6n en el siglo XVIII, durante la era de Walpole, de un Estado unipartidista estable. Fue este constante incremento de la fuerza relativa del Estado Ingles -mas que cualquier diferencia significativa en la organizaci6n de la pro­ducci6n francesa e inglesa de 1600 a 1750 0 en sus sistemas de valores- 10 que explica la capacidad inglesa de dejar atras a Francia de forma definitiva en el perfodo comprendido entre 1750 y 1815.

A 10 largo de este volumen, hemos hecho hincapie en las si­militudes en la organizaci6n de la producci6n inglesa y fran­cesa. Por lo que respecta a la innovaci6n tecno16gica e intelec­tual, todo uepende de los libros de his toria que se lean. Los valores capitalistas burgueses habian empezado sin dud a aim­pregnarlo todo en las Provincias Unidas e Inglaterra, pero no debemos olvidar la clasica demostraci6n de Paul Hazard de que las ideas de la Ilustraci6n no se impusieron en Francia con la Revoluci6n 0 con los enciclopedistas, sino en el periodo com­prendido entre 1680 y 1715 296• Como dice Labrousse, «el si­

296 cNunca hubo un mayor contraste, nunca una transici6n tan repenti­

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g10 XVIII [en Francia] estuvo dominado por e1 pensamiento burgues» 297. Esto no s610 ocurri6 en Francia. Aunque todavia seguian en pie las fachadas ideo16gicas de un mundo anterior en toda 1a economfa-mundo europea, eran cada vez mas nume­rosos los grupos que tendian a actuar a 1a manera de burgueses y pro1etarios en 1a defensa de sus intereses dentro de un sistema capitalista. Este es, por supuesto, e1 meollo de 10 que hemos venido diciendo. No existfa aun una cultura burguesa, ni una cu1tura pro1etaria, pero 1a praxis burguesa y 1a praxis pro1etaria estaban convirtiendose ya en las principa1es fuerzas que actua­ban sobre 1a·acci6n social.

I

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,I na como esta [... ] Un dla el pueblo frances, casi sin excepcion, pensaba como Bossuet, y al dla siguiente [... ] como Voltaire. Esta no fue una vulgar oscilaci6n del pendulo, fue una revoluci6n.. (Hazard, 1964, p. 7).

217 C. E. Labrousse (1970, p. 716).

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