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72 > www.vocesenelfenix.com LA CUESTIóN AMBIENTAL ES ELEMENTAL PARA LA SUPERVIVENCIA DE LA CIVILIZACIóN. EL ORDEN ECONóMICO PRIMA POR ENCIMA DEL ORDEN ECOLóGICO. HOY EN DíA NO ALCANZA CON CONTAR CON RECURSOS NATURALES, SI AL MISMO TIEMPO NO SE CUENTA CON CONOCIMIENTO Y VOCACIóN POLíTICA ADECUADA EN EL ABORDAJE DE LA COMPLEJIDAD AMBIENTAL Y SOCIAL. ESTAMOS QUIZá FRENTE A LA úLTIMA OPORTUNIDAD PARA LA GENERACIóN DE UN CAMBIO CIVILIZATORIO. RECURSOS NATURALES, METABOLISMO SOCIAL Y DESARROLLO

Walter Pengue

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ecologia

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    la cuesTin ambienTal es elemenTal para la supervivencia de la civilizacin. el orden econmico prima por encima del orden ecolgico. hoy en da no alcanza con conTar con recursos naTurales, si al mismo Tiempo no se cuenTa con conocimienTo y vocacin polTica adecuada en el abordaje de la complejidad ambienTal y social. esTamos Quiz frenTe a la lTima oporTunidad para la generacin de un cambio civilizaTorio.

    recursos naTurales, meTabolismo social y desarrollo

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    por WalTer alberTo pengue. Universidad Nacional de General Sarmiento. GEPAMA FADU UBA. Panel de los Recursos, Naciones Unidas.

  • P ara las economas mundiales, la mera posesin de recursos naturales no implica ciertamente un paso obligatorio hacia el desarrollo.

    Entre la posesin importante de notables ventajas comparati-vas (tierra, agua, biodiversidad, territorios en reas templadas, accesibilidad), quienes tienen por otro lado ventajas compe-titivas (conocimiento, tecnologa, logstica, poder), o aquellos pases que cuentan con ambos (comparativas y competitivas), existe hoy en da una ambigedad creciente en trminos de las formas en que se usan los recursos naturales, su aprovecha-miento ms o menos sustentable, la mejora de la calidad de vida de los habitantes y el desarrollo integral de sus sociedades.Un abismo separa ciertamente a aquellas economas que posee-doras de ventajas comparativas notables (Estados Unidos, Chi-na, Rusia, Canad, Brasil, India o la Argentina) estn haciendo cada vez ms un aprovechamiento creciente de las necesarias ventajas competitivas en una integracin que les redundar en un beneficio propio frente a los grandes desafos que la sociedad humana tiene por delante y que no son las recurrentes crisis econmicas sino el profundo cambio ambiental, climtico y glo-bal en el que ya estamos inmersos. Sea que aprovechen recursos propios o bien accedan va mercados u otras instancias como el uso del poder o la fuerza a recursos que les son vitales, la mirada sobre la forma en que se utilizan o se accede a estos recursos est cambiando an ms, y estn comenzando a tener valor incluso aquellos recursos intangibles que otrora siquiera eran considerados en las estrategias globales de discusin.

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    La sociedad humana, en sus distintas escalas y economas, funciona como un cuerpo vivo. Nace, se reproduce, muere y se recicla. Identificando sus necesidades bsicas y aquellas super-ficiales, encontraremos tambin un mejor uso de los recursos que necesita y una administracin integral y posiblemente ms sustentable de los mismos.Los estudios vinculados al metabolismo social responden a un abordaje que desde disciplinas como la Economa Ecol-gica y la Ecologa Industrial y de hecho la Ecologa Poltica, cuando se discuten las cuestiones de apropiacin o conflictos, se ha hecho para comprender justamente algo ms, sobre los lmites biofsicos y la alteracin en los ciclos biogeoqumicos que se estn produciendo de la mano de los intensivos cambios en las formas de apropiacin de los recursos, el consumo y las distintas demandas.Los estudios vinculados a las tasas metablicas de las socieda-des ayudan a dar pistas sobre mejores formas de utilizacin los recursos de base (suelo, tierras, minerales, metales, pe-trleo, biomasa, materiales) hoy enfrentados a una realidad: los claros lmites fsicos que tienen las sociedades no slo en el acceso sino en la disponibilidad de tales recursos, si el mundo si-gue solamente enfocado en su espiral de consumo y produccin.Conocer estos procesos, y en particular sus lmites, contribui-r en las sociedades para lograr un camino ms cercano a la sustentabilidad, comprendan dnde estn sus limitaciones al crecimiento y desarrollo o alerten sobre instancias cruciales por venir.

    No hay vientos favorables, para el que no sabe cul es el rumbo.Cartas a Lucilio, Sneca (4 a.C.-65 d.C.)

  • por ErnDs

    Comiendo el mundo: el metabolismo socialActualmente las ciudades consumen entre el 60 y el 80% de la energa global, unos 10 mil millones de Kwh o 3.500 Kwh/cpita/aos o 2 mil millones de litros de combustibles fsiles (666 litros/cpita/ao). Asimismo, consumen el 75% de los recursos del planeta. En trminos fsicos, las ciudades de-mandan unos 247 millones de Km3 de materiales por ao, es decir, unos 82 Km3 per cpita por ao y alrededor de 6 millones de toneladas de materiales de construccin, generando alrede-dor de 2,9 millones de toneladas de residuos slidos y unos 200 millones de kilolitros de efluentes, muchas de las cuales ya no encuentran espacios donde verterlos o transportarlos. Adems, por su demanda conjunta de energa y materiales, son respon-sables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero (particularmente CO2), arrojando a la atmsfera un promedio per cpita de alrededor de 7 toneladas por habitante en el ao.Definitivamente es la ciudad, como centro de la actividad hu-mana, un nodo central de transformacin de la civilizacin que conlleva a una demanda creciente de recursos, concentra servi-cios bsicos y no bsicos. La ciudad y la sociedad que de hecho esta contiene es un cuerpo vivo, es un cuerpo metablico.El trmino metabolismo es un concepto biolgico que se refiere a los procesos internos de un organismo vivo. Los organismos mantienen un intercambio continuo de materias y energa con su medio ambiente que permiten su funcionamiento, crecimien-to y reproduccin y, por supuesto, su muerte.La integracin en este anlisis es fundamental. El flujo de los recursos ha sido estudiado ampliamente, tanto por la economa como por la ecologa, pero ambas desde sus enfoques disciplina-res. Existe sin embargo un flujo de materiales y energa que pasa de la naturaleza a la sociedad y viceversa y que debe ser ms comprendido y estudiado acabadamente en tanto una y otra se modifican de manera permanente.Actualmente, en las sociedades industriales, el insumo energti-co per cpita suele ser ms de 40 veces superior a las necesida-des de energa biolgica de los individuos.As como las clulas del cncer metabolizan y demandan mu-cho ms azcar que las clulas sanas, la sociedad humana, al igual que una especie parsita, est sobrepasando los lmites de la estabilidad planetaria, consumiendo los recursos ms valiosos y sus servicios ambientales. El planeta necesita tratamiento y comprensin de los efectos que la enfermedad del crecimiento desmedido tendr no slo para la especie humana, sino tambin para todas las otras especies que aqu viven. Tambin este cam-bio de percepcin frente a los lmites es una nueva oportunidad para la generacin de un cambio civilizatorio, si estos fueran comprendidos por el conjunto social global.En varios sentidos ya hemos superado los lmites soportables del planeta. Cuando Johan Rockstrm y otros 27 autores es-

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    Geofagia y desarrolloAos atrs, Jorge Morello acu el trmino geofagia para referirse al irrefrenable aumento de la demanda de tierras por parte de ciudades como Buenos Aires, para su desprolijo e in-sensato desarrollo inmobiliario. Hoy en da, la geofagia es un proceso global que tiene a la demanda de tierras con distintos fines en su centro. Nos estamos comiendo el mundo.Con el cambio ambiental global el uso del suelo se explica en su mayora por la expansin de las reas urbanas y la infraes-tructura a expensas de las tierras agrcolas y por la expansin de las tierras agrcolas a expensas de los pastizales, sabanas y bosques. Ambos factores aparentemente seguirn creciendo en el siglo que nos ocupa. Desde el ao 2008, la poblacin urbana supera a la rural y esta expansin parece irrefrenable. La segunda ola de urbanizacin, el cambio de hbitos global, la creciente demanda de bienes, productos y servicios aumentan su presin. Y esta presin es indiscutiblemente generada por la fuerza motora de la trans-formacin y tambin de la innovacin que reside siempre en las ciudades. El hombre, particularmente el urbano, est cambiando de la mano de sus demandas de recursos a la naturaleza misma.Las presunciones sobre esta expansin se explican por dos fen-menos igualmente impactantes para la estabilidad ambiental: 1) la expansin de las ciudades (actuales y futuras) se har so-bre actuales tierras agrcolas y 2) la expansin de las ciudades presiona sobre los ambientes naturales, importantes para la regulacin ambiental y servicios ambientales imprescindibles. Ms precisamente, la expansin en reas tropicales ocurrir directamente sobre espacios de selvas y bosques mientras que en las regiones templadas lo har sobre tierras agrcolas, gene-ralmente de buena calidad, dado que los asentamientos iniciales se erigieron sobre estos espacios o cercanos a ellos (por ejemplo, las ciudades de Buenos Aires, San Pablo, Chicago o El Cairo en este ltimo caso, sumamente crtico, para cada hectrea de te-rreno disponible).Este proceso de geofagia avanza indefectiblemente sobre las mejores tierras agrcolas en general, que no son percibidas por el mercado inmobiliario o el Estado como relevantes reas de conservacin para garantizar la alimentacin de las propias poblaciones que hoy da avanzan sobre ellas.Pero, y especialmente vinculado al recurso suelo, no slo es im-portante considerar las tierras ocupadas por el propio desarrollo urbanstico, sino, y ms an, aquellas tierras que responden a la satisfaccin de las necesidades de estas ciudades, donde su huella ecolgica (HE) es decir, la cantidad de tierra, medida en hectreas necesarias para la satisfaccin en bienes, energa y colocacin de los residuos que las actividades productivas y los ciudadanos generan es por supuesto mucho mayor y en la mayora de los casos no es evaluada ni considerada.

  • cribieron su ya famoso artculo en la revista Nature sobre los lmites del planeta y su capacidad, se dispar nuevamente, y con apoyatura de un anlisis a nivel global de lo que estaba su-cediendo, un alerta mundial.La tierra tiene fiebre. Aparentemente el perodo de estabilidad climtica y ambiental de los ltimos 10.000 aos, conocido como Holoceno, que ha visto nacer y desarrollarse a la civiliza-cin humana, est enfrentando cambios importantes. Para estos autores, la humanidad enfrenta un cambio de nueve factores globales relevantes que ponen en riesgo, no su sistema econmi-co, sino claramente su existencia como civilizacin, la mayora de ellos resultado de actividades humanas recientes. Cambio climtico, prdida de la biodiversidad y alteraciones de los ciclos biogeoqumicos como el nitrgeno y el fsforo, estn entre ellos.La vorgine de esta demanda creciente deriva de una hasta aho-ra irrefrenable sed por recursos emanada de un gran cambio en los estilos de consumo globales, sumado a nuevos procesos pro-ductivos y la entrada al sistema capitalista de una enorme masa de nuevos consumidores provenientes de los pases emergentes y sus clases medias (China, India), pero tambin de las econo-mas posindustriales que no slo pretenden seguir creciendo sino perpetuar y hacer crecer an ms sus propias demandas.El aumento en trminos de las actividades de transformacin de la naturaleza por parte de la humanidad es incuestionable y encuentra al siglo XX como la centuria de mayor transformacin en la historia humana. Segn recientes datos del Panel de los

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    Recursos de las Naciones Unidas (2012), mientras la poblacin global creca cuatro veces, las demandas de materiales y energa lo hacan a guarismos superiores a las diez. El incremento del consumo de biomasa lo haca 3,5 veces, el de energa en doce ve-ces, el de metales en 19 veces y el de materiales de construccin, sobre todo cemento, unas 34 veces. A finales del siglo pasado la extraccin de recursos naturales era de 48,5 mil millones de toneladas (ms de una tercera parte biomasa, 21% combustibles fsiles y 10% minerales), registrn-dose un consumo global per cpita de 8,1 toneladas al ao con diferencias per cpita de ms de un orden de magnitud.Para el 2010 las estimaciones rondaban las 60 mil toneladas de materiales al ao y unos 500 mil pentajoules de energa primaria.El 10% de la poblacin mundial ms rica acaparaba entonces el 40% de la energa y el 27% de los materiales. Mientras el grueso de tal poblacin se ha concentrado en las ltimas dcadas en Estados Unidos, Europa Occidental y Japn, en contraparte, las regiones que principalmente han abastecido el mercado mun-dial de recursos naturales han sido Amrica latina, frica, Medio Oriente, Canad y Australia.China, Corea del Sur, Malasia e India se colocan como importa-dores netos de recursos en los ltimos aos, ello pese a que en algunos casos tienen una produccin domstica importante.China y Amrica latina estn fortaleciendo sus relaciones co-merciales, particularmente con el nfasis en los recursos natu-rales. La exportacin de recursos naturales, eje que ha carac-

    Definitivamente es la ciudad, como centro de la actividad humana, un nodo central de transformacin de la civilizacin que conlleva a una demanda creciente de recursos, concentra servicios bsicos y no bsicos. La ciudad, y la sociedad que de hecho esta contiene, es un cuerpo vivo, es un cuerpo metablico.

  • por ErnDs

    Huellas tangibles e intangiblesLa huella ecolgica de un ciudadano de Buenos Aires ser toda la superficie necesaria (en hectreas) que satisface sus necesidades y que por lo tanto sern mucho mayores al espacio que ese ciudadano ocupa en la ciudad. Si esa persona es de in-gresos medios a altos, al final de su vida, habr consumido 7.600 litros de leche, se habr baado ms de 7.200 veces y consumido por tanto casi un milln de litros de agua, habr producido ms de 40 toneladas de basura y ayudado a voltear 24 rboles para abastecerle del papel utilizado en los libros que ha ledo y los peridicos que ha tirado.Pero esta ocupacin ambiental no es ni tan distribuida ni tan democrtica. Existen naciones, en particular los pases de-sarrollados y aquellos importadores netos de recursos naturales (Estados Unidos, Europa, China, Japn), cuya poblacin y de-mandas crecientes ocupan otros escenarios, otros territorios, de una manera demasiado sencilla.Miremos por ejemplo el caso de la Argentina, que tiene una huella ecolgica de 3,2 hectreas, una capacidad de carga de 5,3 hectreas y por lo tanto una disponibilidad de hectreas para su poblacin de 2,1 hectreas por habitante. La Argentina, en relacin con su territorio, estara en una excelente situacin. Pero por otro lado observemos qu sucede con naciones como Estados Unidos, China o Japn. Estos pases en relacin a su poblacin y a las demandas de esta estn en un dficit. La huella ecolgica de Estados Unidos supera las 12 hectreas, mientras que su disponibilidad de espacio vital es de 5 hectreas, quedan-do por fuera 7 hectreas. En el caso de China, con su poblacin y crecimiento, su HE es de 1,8 hectreas (ms bajo que el prome-dio mundial), pero su dficit de tierras hace que tengan prcti-camente una hectrea per cpita en contra. Los chinos son una poblacin de ms de 1.300 millones de personas.Entonces qu es lo que sucede? La huella ecolgica de las na-ciones muestra el cmo se est demandando espacio desde cada una de ellas.Existe por cierto un uso del espacio vital de las naciones, permi-tido y aceptado a travs de las reglas del comercio. Los ciudada-nos ms ricos de naciones pobres en recursos naturales acceden libremente a sus servicios y productos mientras que los ciudada-nos pobres de naciones ricas en recursos naturales los ven pasar frente a sus narices. El orden econmico prima por encima del orden ecolgico.Asimismo, el flujo de distintos materiales que hoy en da no estn siendo adecuadamente evaluados tambin es una instan-cia de preocupacin. No basta con solamente calcular la huella hdrica (cantidad necesaria de agua para la produccin de un bien), sino que es tanto o ms necesario comprender el flujo virtual de esta agua, que dedicado a la produccin de biocom-bustibles (biodiesel o bioetanol) genera un uso desmedido de un recurso escaso y vital. Lo mismo, pases como la Argentina,

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    terizado a la regin latinoamericana desde su descubrimiento y conquista, se ha perpetuado como el factor ms relevante en las relaciones comerciales con los pases desarrollados y actual-mente con China.La matriz exportadora, centrada en recursos naturales con escasa tecnologizacin (commodities), ha sido un motor fun-damental del crecimiento macroeconmico latinoamericano. En las ltimas dcadas la intensificacin de esta tendencia ha significado la reduccin del sector manufacturero en diversos pases de la regin.Adicionalmente, el uso intensivo de recursos naturales para la exportacin ha generado sostenidos y crecientes impactos ambientales: prdida de patrimonio natural; contaminacin de aguas, suelos y aire; prdida de biodiversidad; deterioro de la agricultura orientada al consumo interno; degradacin de las economas y del rol de los actores econmicos locales.China, uno de los principales productores de manufacturas a nivel mundial, se est posicionando rpidamente como importante destino de las exportaciones de materias primas provenientes de Amrica latina. Simultneamente, Amrica latina est importando volmenes crecientes de productos chinos manufacturados y registra un alto ingreso de inversin extranjera directa proveniente de la Repblica China. Del total de exportaciones latinoamericanas hacia China, ms del 70% corresponde a recursos naturales (45,5%) y productos primarios o commodities (25,7%).

  • ricos en suelos (molisoles, alfisoles), contabilizados en millones de hectreas en la feracidad especialmente de sus pampas y su chaco, hoy exportan libre y gratuitamente la riqueza mineral de sus suelos, en los nutrientes contenidos en los granos de soja, maz, carnes, huevos, leches o maderas. El suelo virtual, un intangible muy pobremente considerado hasta ahora, enriquece los estmagos de otros pases pobres en estos recursos vitales. El enorme flujo de nutrientes que comienza en estos espacios globales responde a un Metabolismo de Base de Recursos que debe comenzar a ser contabilizado y especialmente tenido en cuenta por la sociedad y los decisores de polticas pblicas.

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    Con el cambio ambiental global, el uso del suelo se explica en su mayora por la expansin de las reas urbanas y la infraestructura a expensas de las tierras agrcolas y por la expansin de las tierras agrcolas a expensas de los pastizales, sabanas y bosques.

  • por ErnDs

    habitantes, urbanos y rurales. Lo ambiental sigue siendo la pren-da lastimera del poltico menos bendecido por el poder.No obstante, la visin y la poltica del crecimiento a ultranza por encima de los lmites fsicos de la naturaleza es un riesgo que no debera permitirse a los decisores de polticas pblicas actuales, en tanto ellos mismos estn poniendo en riesgo a la actual gene-racin, a las generaciones futuras y a las otras especies.Las tasas actuales de catstrofes naturales y antrpicas deberan hacer reflexionar a los decisores de polticas acerca de que el ambiente no es una cuestin de nios formados para el reciclaje o de buenas ideas de un municipio eficiente en el uso de sus residuos, la mejora en el uso del agua o las huertas orgnicas. Esto ya es una condicin obligatoria. La cuestin ambiental es, de por s, una cuestin elemental a la supervivencia de la civilizacin y no al revs.Lo ambiental y el uso sostenible de los recursos naturales clara-mente involucra a la economa, la sociedad, la calidad de vida, la justicia y la equidad y ciertamente a los sistemas democrticos. No basta con decretar el da mundial de la felicidad, promovido por un reino, sino en promover la equidad y gobernanza nacio-nal, regional y global de la mano de la justicia ambiental, que pocos poderes reconocen.Por supuesto que la sociedad global deber comprender y asimi-lar la idea de lmites. Vivir ms, con menos y mejor distribuidos los recursos, puede llegar a ser una consigna que quiebre con el paradigma consumista actual y que igualmente no garantiza la felicidad plena de la sociedad. No es cuestin de tener ms aires acondicionados en la casa, sino de saber abrir las ventanasLas oportunidades estn a la vista. Los riesgos tambin. La so-ciedades, sus gobiernos especialmente y el estilo de consumo y modelo civilizatorio que promuevan, sern los que elijan uno u otro camino.

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    Comentarios finalesLa Argentina ocupa un rol fundamental en el concierto global en cuanto a recursos naturales se refiere. Est en el 8 puesto mun-dial por superficie, es el segundo pas ms grande de Amrica latina, el ms rico en tierras de calidad de la regin y uno de los ocho grandes en tierras negras ricas en nutrientes (molisoles), ocupa el puesto 17 en disponibilidad de agua dulce del mundo, se encuentra en un espacio global beneficiado por temperaturas moderadas sin limitantes extremas (calor o fro), que le permi-ten producciones prcticamente sin restricciones; pero por otro lado, cuenta con una densidad poblacional sumamente baja, de poco menos que 15 habitantes por km2 y concentrados en pocas grandes ciudades (Buenos Aires, Crdoba, Rosario y otras). Es un gran territorio vaco. Y en geopoltica o en la nueva biopoltica de los territorios esto es un riesgo importan-te.A diferencia de otras sociedades comparables con recursos naturales, densidad poblacional y superficies similares como el Canad o en una proyeccin relativa parecida, Nueva Zelanda, la Argentina no ha hecho hasta ahora un aprovechamiento y especialmente una distribucin equilibrada de las bondades de sus recursos entre sus habitantes. An sigue alejada de algunos ndices de desarrollo humano bsico que debera haber alcanza-do en virtud de sus posesiones naturales hace aos.Hoy en da no es para nada suficiente contar con recursos natu-rales, si al mismo tiempo no se cuenta con conocimiento por un lado y formacin y vocacin poltica adecuada en el abordaje de la complejidad ambiental y social tanto global como regional y especialmente nacional por el otro. El pas lamentablemente no ha buscado ni orientado la vocacin de polticos y decisores de polticas que contengan una mirada estratgica de corto, media-no y largo plazo en beneficio de su sociedad, la sustentabilidad en el uso de sus recursos y la mejora de la calidad de vida de sus