Williams- Hegemonia 1

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  • 7/23/2019 Williams- Hegemonia 1

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    Raum ond W i ll iams

    M R XISMO Y LITER TUR

    Prlogo de J. M. Castellet

    ediciones pennsula

  • 7/23/2019 Williams- Hegemonia 1

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    de la m ed iac in ,

    y ninguna de las teoras formalistas ni estruc-

    turalistas, expresadas por las variantes de la correspondencia

    o la homologa, pueden ser plenamente incorporadas a la

    prctica contempornea, ya que todas ellas dependen, aunque

    de formas variadas, de una historia

    conocida,

    de una

    es t ruc -

    t u r a conocida, de

    p r o d u c t o s

    conocidos. Las relaciones analti-

    cas pueden ser manejadas de este modo; las relaciones prc-

    ticas, en cambio, presentan una dificultad prcticamente in-

    superable.

    Un enfoque alternativo en relacin con estos mismos pro-

    blemas, aunque es un enfoque orientado ms directamente

    al proceso cultural y a las relaciones prcticas, puede ha-

    llarse en el concepto ms elaborado de la hegemona.

    6. La hegemona

    /La definicin tradicional de hegemona es la de direc-

    cin ' poltica o dominacin, especialmente en las relaciones

    entre los Estados. El marxismo ampli la definicin de go-

    bierno o dominacin a las relaciones entre las clases sociales

    y especialmente a las definiciones de una

    c lase d i r igente .

    La

    hegemona adquiri un sentido ms significativo en la obra

    de Antonio GramsciMesarrollada bajo la presin de enor-

    mes dificultades en una crcel fascista entre los aos 1927

    y 1935. Todava persiste una gran incertidumbre en cuanto a

    la utilizacin que hizo Gramsci del concepto, pero su obra

    constituye uno de los principales puntos crticos de la teora

    cultural marxista.

    LGramsci plante una distincin entre dominio

    domin io )

    y hegemona. El dominio se expresa en formas directa-

    mente polticas y en tiempos de crisis por medio de una

    coercin directa o efectiva. Sin embargo, la situacin ms

    habitual es un complejo entrelazamiento de fuerzas polticas,

    sociales y culturales; y la hegemona, segn las clifrfites

    interpretaciones, es esto o las fuerzas activas socialescul-

    turales que constituyen sus elementos necesaripslCualesqui:

    ra que sean las implicaciones del concepto para la teora

    poltica marxista (que todava debe reconocer muchos tipos

    de control poltico directo, de control de clase y de control

    econmico, as como esta formacin ms general), los efec-

    tos que produce sobre la teora cultural son inmediatos, ya

    que hegemona es un concepto que, a la vez, incluye y

    va ms all de los dos poderosos conceptos anteriores: el

    de cultura como proceso social total en que los hombres

    definen y configuran sus vidas, y el de ideologa, en cual-

    quiera de sus sentidos marxistas, en la que un sistema de sig-

    nificados y valores constituye la expresin o proyeccin de un

    particular inters de clase.

    concepto de hegemona tiene un alcance mayor que \\

    el

    concepto de cultura, tal como fue definido anteriormen-

    te, por su insistencia en relacionar el proceso social total

    con las distribuciones especficas del poder y la influencia.

    Afirmar que los hombres definen y configuran por completo

    129

    128

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    rsus vidas slo es cierto en un plano abstracto. En toda so-

    ciedad verdadera existen ciertas desigualdades especficas en

    los medios, y por lo tanto en la capacidad para realizar este

    proceso. En una sociedad de clases existen fundamentalmen-

    te desigualdades entre las clases. En consecuencia, Gramsci

    introdujo el necesario reconocimiento de la dominacin y la

    subordinacin en lo que, no obstante, debe ser reconocido

    como un proceso total.

    1.1.1 precisamente en este reconocimiento de la

    t o t a l i d a d

    del proceso donde

    tel

    \ cdon

    cepto de hegemona va ms all

    que el concepto de 1 eologa. Lo que resulta decisivo no

    es solamente el sistema consciente de ideas y creencias, sino

    todo el proceso social vivido, organizado prcticamente por

    significados y valores especficos y dominantes.] La ideologa,

    en sus acepciones corrientes, constituye un sigfema de signi- \41.,

    ficados, valores y creencias relativamente formal y articulado, o 1,2,

    de un tipo que puede ser abstrado como una concepcin kv

    universal o una perspectiva de clase. Esto explica su po-

    pularidad como concepto en los anlisis retrospectivos (en

    iclos esquemas de base-superestructura o en la homologa) des-

    ,-..' de el momento .9n que un

    s i s t e m a

    de ideas puede ser abstra-

    4;: do del proceso social, que alguna vez fuera viviente y repre-

    u sentado habitualmente por la seleccin efectuada por los

    idelogos tpicos o principales, o por los rasgos ideol-

    gicos-- como la forma decisiva en que la conciencia era a

    la vez expresada y controlacl j(o, como ocurre en el caso

    de Althusser, era efectivamente inconsciente y operaba como

    luna estructura impuesta). La conciencia relativamente hete-

    rgenea, confusa, incompleta o inarticulada de los hombres

    reales de ese perodo y de esa sociedad es, por lo tanto, atro-

    pellada en nombre de este sistema decisivo y generalizado; y

    en la homologa estructural, por cierto, es excluido a nivel de

    procedimiento por ser considerado perifrico o efmero. Son

    las formas plenamente articuladas y sistemticas las que se

    reconocen como ideologa; y existe una tendencia correspon-

    diente en el anlisis del arte que propende a buscar solamen-

    te expresiones semejantes, plenamente sistemticas y articu-

    ladas, de esta ideologa en el contenido (base-superestructura)

    o en la forma (homologa) de las obras reales. En los proce-

    dimientos menos selectivos, menos dependientes de la clasi-

    ficacin inherente de la definicin considerada plenamente

    articulada y sistemtica, se da la tendencia a considerar los

    trabajos como variantes de, o como variablemente afectados

    por, la decisiva ideologa abstrada.

    En una perspectiva ms general, esta acepcin de una

    ideologa se aplica por medios abstractos a la verdadera con-

    ciencia tanto de las clases dominantes como de las clases

    subordinadas. Ilnkelse dominante tiene estaideologa en

    formas simples y

    relatiVa:iiieTrifiliiifrtrnra-se'iubor-

    da, en cierto sentid&

    no tiene smrstaTc roira difiiu

    conciencia (desde el momento eh- qtil

    proctucciii

    de

    todas

    las ideas,

    por definicin axiomtica, est en manos de los

    que controlan los medios de produccin primarios); o, en otro

    sentido, esta ideologa se ha impuesto sobre su conciencia

    que de otro modo sera diferente que debe luchar para

    sostenerse o para desarrollarse contra la ideologa de la clase

    dominante.

    A menudo el concepto de hegemona, en la prctica, se

    asemeja a estas definiciones; sin embargo, es diferente en lo

    que se

    refiere a su negativa a ig-ualar la ConciencillgeM

    sistema formal articulado que

    puede ser, y habituatirrente es,

    abstrain--ffillientitteditigi.-Desde luego, esto no excluye los

    significadol , Valore-S

    y

    deencias articulados y formales que

    domina y propaga la clase dominante. Pero no se iguala con

    la conciencia; o dicho con ms precisin, no se reduce la

    conciencia a las formaciones de la clase don~e-,-sin-117

    comprenae

    l a S - t e I a d r i e S -

    de- ckiffitrartn-y subordinacin,

    segn sus configuraciones asumidas como conciencia prc-

    tica, como una saturacin efectiva del proceso de

    la vida en

    su totalidad; no solamente de la actividad poltica y econ-

    mica, no solamente de la actividad social manifiesta, sino de

    toda la esencia de las identidades y las relaciones vividas a

    una profundidad tal que las presiones y lmites de lo ue

    puede ser considerado en, ltima instancia: uri 1 'Cii

    poltibb -econmre-o' no

    I r n a

    n a _ u mayora

    de nosotros de ser, las presiones y lmites de

    fa

    sim-X7Pwe-

    riencia

    y del sentido comn.LEn

    consecuenclaila-reVem ona '-

    no s

    solamente

    er nivel suPerior articulado de la ideologa

    m tampoco sus formas de control consideradas habitualmen-

    te como manipulacin o adoctrinamiento. La hegemona

    cp.nstituye todo un cuerpo de prctica,s~ctItivas en re-

    lac7C

    ncn- ,171-T

    Adn-e-la

    vida: nuestros

    sent ic i birs

    de energa, la-s-P'faptirrieS-defitirassue-Tenemos de noso-

    triil inismosy de mieltfo inufaTts un vnia-istemCf-sr-

    rnudos

    1 7 M - 6 f -S

    raffairl

    me 4.,CprZtlitiVOS

    q u e

    en la

    medida en que son ex.perimentados-ccana_prcticS preZl

    confirmarse recprocamentelPor lo tanto, es un sntid-d

    l realidad Vara la 'mayora-ae las gentes de la sociedad, un

    130

    131

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    sentido de lo absoluto debido a la realidad experimentada

    ms all de la cual la movilizacin de la mayora de los miem-

    bros de la sociedad en la mayor parte de las reas de sus

    vidas se torna sumamente difcil. Es decir que, en el

    sentido ms firme, es una cultura, pero una cultura que

    clebe ser considerada rn

    iismo

    c

    ino la vvida

    -

    dominacin

    y subordinacin de clases pArtiaulares.

    En este concepto de hegemallay dos ventajas inme-

    diatas.

    En

    primer trmino,..sus-formas de dominacin y su-

    bordinacin se corresponden. ms estrechamente con los pro-

    cesos normales de la organizacin y el control social en las

    sociedades desarrolladas que en el caso de las proyecciones

    Ins corrientes qu surgen de la idea de una clase dominan-

    te, habitualmente basadas en fases histricas mucho ms

    simples y primitivas. Puede dar cuenta, por ejemplo, de las

    realidades de la democracia electoral y de las significativas

    reas modernas del gpig y.,1,a vida privada ms especfica

    'y activamente qe las ideas ms antiguas sobre la domina-

    cin, con sus explicaciones triviales acerca de las simples

    manipulacin, corrupcin y traicin. Si las presiones

    y los lmites de una forma de dominacin dada son experi-

    mentados de esta manera

    e internalizados en la prctica

    toda

    la cuestin de la dominacin de clase y de la oposicin que

    suscita se ha transformado. El hincapi de Gramsci sobre

    la creacin de una hegemona alternativa por medio de la

    conexin prctica de diferentes formas de lucha, incluso de

    las formas que no resultan fcilmente reconocibles ya que

    no son fundamentalmente polticas y econmicas, con-

    duce por lo tanto, dentro de una sociedad altamente desarro-

    llada, a un sentido de la actividad revolucionaria mucho ms

    profundo y activo que en el caso de los esquemas persistente-

    mente abstractos derivados de situaciones histricas suma-

    mente diferentes. Las juent,ea.dg.saalquier hegemona alter-

    ^nt}va san

    difciles de definir. Para Gramsci

    surgen de la clase obrera, pero no de esta clase considerada

    como una construccin ideal o abstracta. Lo que l observa

    ms precisamente es un pueblct trabajador que, precisamen-

    te,debe convertirse en una clase, Len una clase potencial-

    mente hegemnica, contra las presines y los imites que

    impone una hegemona poderosa

    y existente.

    - En segundo trmino, y ms inmediatamente dentro de

    este contexto, existe un modo absolutamente diferente de

    comprender la actividad cultural como tradicin y como

    Prctica. El trabajo y la actividad cultural no constituyen

    ahora, de ningn mosto_habitual,umasuperestructura: no

    sTrrrerrte

    bido a la profundidad y minuciosidad tpn tffie

    se vive cualquier tipo de hegemona cultural, sino porque la

    ladicin y la prctica cultural son comprendidas como algo

    ms que expresiones superestructurles reflejos, mediacio-

    nes o tipificaciones de una estructura social y econmica

    configurada. Por el contrario, se hallan entre los procesos b-

    sicos de la propia formacin y, ms an, asociados a un

    rea de realidad mucho mayor que las aSsracciones

    de expe-

    riencia social y econmica. Las gentes se ven a s mis-

    mas, y los unos a los otros, en relaciones personales directas;

    las gentes comprenden el mundo natural y se ven dentro

    de l; las gentes utilizan sus recursos fsicos y materiales en

    relacin con lo que un tipo de sociedad explicita como ocio,

    entretenimiento y arte: todas estas experiencias y prcti-

    cas activas, que integran una gran parte de la realidad de

    una cultura y de su produccin cultural, pueden ser com-

    prendidas tal como son sin ser reducidas a otras categoras

    de contenido y sin la caracterstica tensin necesaria para

    encuadrarlas (directamente como reflejos, indirectamente

    como mediacin, tipificacin o analoga) dentro de otras re-

    laciones polticas y econmicas determinadamente manifies-

    tas. Sin embargo, todava pueden ser consideradas com

    elementos de una hegemona: una formacin social y cultu-

    ral que para ser efectiva debe ampliarse, incluir, formar y

    ser formada a partir de esta rea total de experiencia vivida.

    Son muchas las dificultades que surgen tanto terica como

    prcticamente. Sin embargo, es importante reconocer hoy de

    cuntos callejones sin salida hemos podido salvarnos. Si cual-

    quier cultura viva es necesariamente tan extensa, los proble-

    mas de dominacin y subordinacin por una parte y los

    problemas que surgen de la extraordinaria complejidad de

    cualquier prctica y tradicin cultural verdadera por otra,

    pueden finalmente ser enfocados de modo directo.

    Sin embargo, existe la dificultad de que la dominacin y

    la subordinacin como descripciones efectivas de la forma-

    cin cultural sern rechazadas por mucha gente; el lenguaje

    alternativo de la configuracin cooperativa de la contribu-

    cin comn, que expresaba tan notablemente el concepto tra-

    dicional de cultura, ser considerado preferible. En esta

    eleccin fundamental no existe alternativa, desde ninguna

    posicin socialista, al reconocimiento y al nfasis de la expe-

    riencia inmediata, histrica y masiva de la dominacin y la

    subordinacin de clases en las diferentes formas que adoptan.

    132

    133

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    Esta situacin se convierte rpidamente en una cuestin re-

    lacionada con una experiencia y un argumento especficos.

    Sin embargo, existe un problema muy prximo dentro del

    propio concepto de hegemona. En algunos usos, aunque

    segn creo no s el caso de Gramsci, la tendencia totaliza-

    dora del concepto, que es significativa y ciertamente funda-

    mental, es convertida en una totalizacin abstracta y de este

    modo resulta fcilmente compatible con las sofisticadas acep-

    ciones de la superestructura o incluso de la ideologa.

    71: hegemona puede ser vista como ms uniforme, ms est-

    / tica y ms abstracta de lo que realmente puede ser en la

    prctica, si es verdaderamente comprendida. Como ocurre

    cOn cualquier otro concepto marxista, ste es particularmente

    susceptible de una definicin trascendental a diferencia de

    una definicin histrica y de una descripcin categrica a

    diferencia de una descripcin sustancial. Cualquier aisla-

    miento de sus principios organizadores o de sus rasgos

    determinantes, que realmente deben ser comprendidos en

    la experiencia y a travs del anlisis, puede conducir rpi-

    damente a una abstraccin totalizadora. Y entonces los pro-

    blemas de la realidad de la dominacin y la subordinacin y

    de sus relaciones con una configuracin cooperativa y una

    contribucin comn, pueden ser planteados de un modo su-

    mamente falso.

    Una

    1iezepon.focladaesdwzreun proceso. Y excepto

    deid una perspectiva analtica, no es un sistema o una es-

    tructura.Zuftc221919.4fWb~le

    cias, relaciones

    Iractillidades que tiene lmites

    na-

    biantes- En la prdica, a egemona jams puede ser indi-

    idual. Sus estructuras internas son sumamente complejas,

    como puede observarse fcilmente en cualquier anlisis con-

    creto. Por otra parte (y esto es fundamental, ya que nos re-

    cuerda la necesaria confiabilidad del concepto) no se da de

    modo pasiya _como una

    forma 41Aminaciv.

    Debe ser con-

    tikaiiinte renovad,'Vecread, defendida y modificada. Asi-

    mismo, es continuamente resistida, limitada, alterada, desa-

    fiada por presiones que de ningn modo le son propias. Por

    tanto debemos agregar al concepto de hegemona los con-

    ceptos de contraingemona_y_cle hegemona alternativa, que

    son elementos reales y persistentl

    dela

    prctica. -

    Un modo de expresar la distincin necesaria entre las

    acepciones prcticas y abstractas dentro del concepto con-

    siste en hablar de lo hegemnico antes que de la hegemo-

    na, y de lo dominante antes que de la simple domina-

    134

    cin. La rea4151jlogallegenona,ALslAgnalulasentmle

    ipltico y cu tural, es que, mientras que por definicin sien2r

    pre es dailriarrte, jams lo

    es de un ,

    modo total o exclusivo.

    En todas las pocas las formas

    alteialtilawgrectamente

    5iiestas

    -

    ~rti

    c y la cultura existen en la sociedad

    como elifierit

    61 sInificalivos. Ilabrema

    ar

    xplorar

    condiciones y sus lmites, pero su presencia activa es deci-

    siva; no slo porque deben ser incluidos en todo anlisis his-

    trico (a diferencia del

    anlisis trascendental), sino como for-

    mas que han tenido un efecto significativo en el propio pro-

    ceso hegemnico. Esto significa que las alternativas acentua-

    ciones polticas y culturales y las numerosas formas de opo-

    sicin y lucha son importantes no slo en s mismas, sino

    como rasgos indicativos de lo que en la prctica ha tenido

    que actuar el proceso hegemnico con la finalidad de ejercer

    su control. Una hegemona esttica, del tipo indicado por

    las abstractas definiciones totalizadoras de una ideologa

    o de una concepcin del mundo dominante, puede ignorar

    o aislar tales alternativas y tal oposicin; pero en la medida

    en que stas son significativas, la funcin hegemnica deci-

    siva es controlarlas, transformarlas o incluso incorporarlas,

    Dentro de este proceso activo lo hegemnico debe ser visto

    como algo ms que una simple transmisin de una domina-

    cin (inmodificable). Por el contrario, todo proceso hegem-

    nico debe estar en un estado especialmente alerta y recep-

    tivo hacia las alternativas y la oposicin que cuestiona o

    amenaza su dominacin. La realidad del proceso cultural

    debe incluir siempre los esfuerzos y contribuciones de los que

    de un modo u otro se hallan fuera o al margen de los tr-

    minos que plantea la hegemona especfica.

    Por tanto, y como mtodo general, resulta ,confliriivD.ze-

    duck todas las iniciativas y contribuciones culturales a

    los

    trminos

    de la hegemona. sta es la consecuencia: redu

    ce i o -

    nista del concepto radicalmente diferente de superestructu-

    ra. Las funciones especficas de lo hegemnico, lo domi-

    nante, deben ser siempre acentuadas, aunque no de un modo

    que sugiera ninguna totalidad

    a priori.

    La parte ms difcil e

    interesante de todo anlisis cultural, en las sociedades com-

    plejas, es la que procura comprender lo hegemnico en sus

    procesos activos y formativos, pero tambin en sus

    procesos

    de transformacin. Las obras de arte, debido a su carcter

    fundamental y general, son con frecuencia especialmente im-

    portantes como fuentes de esta compleja evidencia.

    El principal problema terico, con efectos inmediatos so-

    135

  • 7/23/2019 Williams- Hegemonia 1

    6/6

    bre los mtodos de anlisis, es distinguir entre las iniciativas

    y contribuciones alternativas y de oposicin que se producen

    dentro de o en contra de una hegemona especfica (la

    cual les fija entonces ciertos lmites o lleva a cabo con xito

    la tarea de neutralizarlas, cambiarlas o incorporarlas efecti-

    vamente) y otros tipos de contribuciones e iniciativas que

    resultan irreductibles a los trminos de la hegemona origi-

    naria o adaptativa, y que en ese sentido son independientes.

    1 Puede argumentarse persuasivamente que

    t o , c l a , s - c k - c a s i

    tods

    : las iniciativas y contribuciones, aun cuando asuman configu-

    liciones manifiestamente.

    i l ttat ivas o

    de oposicin, enla

    , 'prctica se hallan vinculadas a lo hegemnico: que la cul:,

    - tra dominante, por-Inlifro, produce y limita a la vez

    sus propias formas_derap..atura.,Hay una mayor evi-

    aencia de la que normalmente admitimos en esta concepcin

    (por ejemplo, en el caso de la crtica romntica a la civili-

    zacin industrial). Sin embargo, existe una variacin eviden-

    te en tipos especficos de orden social y en el carcter de

    la alternativa correspondiente y de las formaciones de oposi-

    cin. sle_ra un error descuidar la importancia de las obras

    y de TS ideas que, aunque claramente afectadas por los

    y t o

    mites y las presiones hegemnicas, constituyen al menos

    ykotep v-k-en parte-- ru turas si nificativas res ecto de ellas ya_tani-

    v bin_ea arte, ue en

    ser neutra ' ala&

    reducidas o incor-

    Poradas ,,y en o- que se-refiere a

    sus elementb ms acfvos

    Ve manifiestr

    riio iibStante, ihde en len es_y_ongina es

    r ----

    ' 1

    1

    Por lo tarifo, el proc cu ural n-o-dibe ser asumido como

    si fuera simplemente adaptativo, extensivo e incorporativo.

    Las autnticas rupturas dentro y ms all de l, dentro de

    condiciones sociales especficas que pueden variar desde una

    situacin de extremo aislamiento hasta trastornos prerrevo-

    lucionarios y una verdadera actividad revolucionaria, se han

    dado con mucha frecuencia. estamos en mejores condicio-

    nes de comprenderlo, en un reconocimiento ms general de

    los lmites y las presiones insistentes que caracterizan a lo

    hegemnico, si desarrollamos n'iodos de anlisis que, en lu-

    gar de reducir las obras a productos terminados y las activi-

    dades a posiciones fijas, sean capaces de comprender, de

    buena fe, ja apertura finita pero significativa de muchas con-

    tribuciones -e-ifiicitivs.11 aP-rtiira finita aunque significa-

    irVa'cle-triuchas obras de art, como formas significativas que

    se hacen posibles pero que requieren asimismo respuestas

    significativas persistentes y variables, resulta entonces parti-

    cularmente relevante.

    7. Tradiciones instituciones y formaciones

    L_La hegemona constituye siempre un proceso activo; sin

    embargo, esto no significa que se trate simplemente de un

    complejo de rasgos y elementos dominantes. Por el contra-

    rio, es siempre una interconexin y una organizacin ms o

    menos adecuada de lo que de otro modo seran significados,

    valores y prcticas separadas e incluso dispares que este pro-

    ceso activo incorpora a una cultura significativa y a un orden

    social efectivo. -stas son en s mismas soluciones vivas

    y en el sentido ms amplio: resoluciones polticas a rea-

    lidades econmicas especficas. Este proceso de incorporacin

    asume una importancia cultural capital. Para comprenderlo,

    pero tambin para comprender el material sobre el que debe

    operar, necesitamos distinguir tres aspectos dentro de cual-

    quier proceso cultural; los podemos denominar tradiciones,

    instituciones y formaciones. I

    El concepto de tradicin ha sido radicalmente rechazado

    dentro del pensamiento cultural marxista. Habitualmente, y

    en el mejor de los casos, es considerado un factor secunda-

    rio que a lo sumo puede modificar otros procesos histricos

    ms decisivos. Esto no se debe exclusivamente al hecho de

    que normalmente sea diagnosticado como superestructura,

    sino tambin a que la tradicin ha sido comnmente con-

    siderada como un segmento histrico relativamente inerte

    de una estructura social: la tradicin como supervivencia del 1 4 . 5 - `

    pasado. Sin embargo, est- versin de la tradicin es dbil

    en el punto preciso en que es fuerte el sentido incorporado -

    de la tradicin: donde es visto, en realidad, como una

    fuer-

    za activamente configurativa, ya que en la r dr.-

    --

    presiir~idail e as presiones

    lmites

    dominantes-y hegemnicos. Sreffirii-i-es algo mas que un seg-

    -Mento histrico inerte; es-en realidad el medio de incorpora-

    cin prctico ms poderoso-cro~loretbhaprender

    sino

    tula

    tradicin selec-

    tiva

    una- verSTiiinTenalmente selectiva pasiao

    c-olifigurativb y de un presente precnfigurado,_que

    resulta

    finicin e identificacin cultual y..sacialj

    136

    137