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Trabajo articulatorio entre conceptos winnicotianos y un caso clínico.
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Universidad de Buenos AiresFacultad de Psicología
“Clínica de los cuadros fron-terizos y de las psicosis”
Materia 610 - Prof.: Martín EtcheversAño 2012. - 2do cuatrimestre
InformeInforme
ÍndiceÍndice
Introducción. .……………………………………………………....
…………..03
Caso V……………………………………………………………......…………
03
Articulación teórica.…..…………………………………………………..
…....06
Conclusiones.……………………………………………………………......…
13
Anexo……….
…………………………………………………………………...14
1) Observaciones sobre la institución.…..……….……….……...……........
2) Apreciaciones personales y contratransferencia…………..…………….
Bibliografía ……………………………………………………...
……………...16
2
IntroducciónIntroducciónEl presente informe tiene como objetivo poder realizar una articulación concep-
tual entre los postulados de Donald Winnicott y un caso observado durante la partici-
pación en la práctica profesional “Clínica de los cuadros fronterizos y de las psico-
sis”. La misma se realizo en el Hospital Neuropsiquiátrico Interzonal "Dr. José Anto-
nio Estévez", tomando el caso de una paciente a la que se denominará V.
El trabajo articulatorio, tratará de dar cuenta como puede pensarse la patología
de V en términos winnicottianos y plantear un posible diagnostico diferencial al res-
pecto; para ello se tomarán también aportes de otros autores que pueden ayudar a
ilustrar la comprensión del caso. También se tendrán en cuenta los criterios diag-
nósticos establecidos por el DSM IV, a la hora de evaluar la patología que le fue de-
terminada a la paciente por la institución.
Caso clínico: VCaso clínico: VLa paciente es una mujer soltera de 39 años que actualmente se encuentra acu-
diendo al Hospital de Día en el Hospital Estévez. Según figura en su historia clínica,
V estuvo internada en tres oportunidades en la institución y allí le fue diagnosticado
trastorno bipolar.
La primera vez fue a la edad de 21 años, llegó a la guardia traída por su padre
presentando un cuadro maníaco. Quince años después vuelve ser internada en el
hospital, esta vez es traída por su madre.
Durante su segunda estadía en el hospital, trabajando en terapia se descubre
que V fue abusada sexualmente por un tío paterno. No queda registrado en la histo-
ria clínica la edad de la paciente pero se presume que fue antes de entrar en la ado-
lescencia. Sobre este incidente la madre no tenía conocimiento alguno.
La paciente declaró que su familia quería justificar su condición debido a este ul-
traje, sin embargo ella afirmó que hay cosas más importantes que este terrible re-
cuerdo.
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Luego de esta segunda internación, V pasó a post-alta del cual fue derivada al
servicio de Hospital de día, en el cual participaba de diversos talleres y de las asam-
bleas grupales. Continuo asistiendo a esta espacio hasta que a principios de este
año, nuevamente es internada por su madre debido a extraños episodios en los cua-
les deambulaba desnuda por su casa sin tener conciencia de ello y se despertaba
sentada en el baño.
Actualmente, la paciente se encuentra además haciendo paralelamente un trata-
miento psicológico con una licenciada de la institución, también cabe mencionar que
recientemente su medicación ha sido cambiada. (Se encuentra tomando: Valprova-
to, Risperidona, Clonasepan, Topiramato).
V vive con sus abuelos de 83 y 84 años, luego de la última externación se reco-
mendó realizar una red distinta de contención para la paciente, en la cual tuviera po-
co contacto con su madre debido a la tirante relación que existe entre ambas. Tam-
bién se recomendó que cuando la paciente quisiera ver a su madre, que fuera
acompañada por sus hermanos.
Relación vincular con la madre:
La relación de V con su madre siempre fue complicada, V declaro en varias opor-
tunidades que su madre la controlaba constantemente, a su vez la criticaba dura-
mente ya que nada de lo que hacía era bueno y suficiente para ella. A su vez sentía
que continuamente se inmiscuía en su vida.
En la historia clínica de la paciente, se pudieron observar asentados algunos da-
tos relevantes a destacar sobre las actitudes de la madre de V para con ella:
- En una oportunidad la paciente se quejó que su madre se aprovechaba de su
condición para poder cobrar una pensión por incapacidad y a la vez viajar gratuita-
mente en los medios de transporte.
- Durante la segunda internación de V, su madre no quería otorgarle los permisos
de visita y salida provisoria del hospital.
- Otro episodio ocurrió luego de ser externada por segunda vez, en donde su ma-
dre la llevó a la guardia exigiendo que la internaran, y al negarse los profesionales
por no estar en condiciones de internación, la madre se mostró indignada y quere-
llante al respecto.
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Observaciones de la paciente en el hospital:
Durante la reunión grupal, V contó que se sentía estancada en la situación actual,
en una meseta y eso la estaba alterando un poco. Acostumbrada siempre a estar
enérgica y activa, le adjudicaba a la nueva medicación este estado de aletargamien-
to.
Sin embargo estos picos de ansiedad y estado frenético a los que ella aludía, son
los que motivaron luego a desencadenar cierta cantidad de conductas extrañas, las
cuales motivaron las internaciones anteriores. Es por ello que otro sentimiento que
expresó fue un fuerte temor a que nuevamente volvieran a presentarse estas con-
ductas atípicas y por consiguiente una nueva hospitalización.
Sobre este hecho y en particular sobre la ultima internación, V se manifestó muy
enojada consigo misma y llena de angustia ya que no podía entender como luego
de tanto tiempo en hospital de día había vuelto a “recaer”.
Luego de que la psicóloga indagara sobre los eventos que habían estado ocu-
rriendo en los días previos al reingreso al hospital, V relató varios acontecimientos
estresantes entre los cuales figuraba la reaparición de su padre, al cual no lo veía
desde hacia muchos años. En este intento por parte de su padre de acercarse a su
familia, la paciente manifestó que se sintió amenazada, invadida por esta actitud y
sentía la necesidad de alejarlo de ella.
Si bien los profesionales le marcaban que las situaciones por las que había pasa-
do no era poca cosa, V seguía sintiéndose frustrada por no haber podido aprender a
utilizar las herramientas que ellos le habían dado durante el tratamiento anterior.
Manifestándose sumamente exigente consigo misma.
Al respecto la psicóloga le marcó que quizás el ser tan rigurosa la llevaba a una
ambivalencia entre el “no ser internada” como el logro máximo y el haber llegado a
esa instancia como una incapacidad total de poder aprender al respecto. Sin embar-
go la manifestación actual sobre su malestar y su miedo de volver a recaer, mostra-
ban que si ya había podido “aprender” sobre las situaciones anteriores. Es decir po-
der ponerse en guardia, temer sobre que la internación vuelva a repetirse, en vez de
tomarla por sorpresa como ocurrió anteriormente.
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Articulación teórica Articulación teórica En primer lugar, se analizará la clasificación psicopatológica de V para luego pa-
sar a los aspectos referidos a la psicología.
La paciente, fue diagnosticada con Trastorno Bipolar el cual es un trastorno del
estado del ánimo. Si bien no hay suficiente información recabada para poder dife-
renciar si se trata de un TB I o TB II; se podría hipotetizar que se trata de un Tras-
torno bipolar I, ya que según lo referenciado por V los acontecimientos mas recien-
tes tienen que ver más con manifestaciones de tipo maníacas o hipomaníacas, en
lugar de episodios depresivos. Otro dato relevante a considerar se desprende de su
primera internación, la cual fue consecuencia de un período de manía padecido por
V.
Según el DSM IV, para poder diagnosticar a una persona como trastorno bipolar I
es necesario que se haya manifestado en algún momento al menos un episodio ma-
níaco o mixto. Es preciso especificar si el episodio más reciente es de tipo maníaco,
hipomaníaco, mixto, depresivo o no especificado. Por su parte el trastorno bipolar II
se caracteriza por uno o más episodios depresivos mayores, intercalándose, al me-
nos, un episodio hipomaníaco; es decir, en este trastorno ningún episodio cumple
criterios de maníaco o mixto.
Siguiendo el análisis de la bipolaridad afectiva de V, procederé a trabajar sobre
los aspectos psicológicos: se trata de un caso caracterizado por cuadros maníacos,
¿pero que es lo que entra juego cuando se pone de manifiesto la manía? ¿Podría-
mos pensar que es un intento omnipotente de controlar la realidad interna que le re-
sulta amenazadora a la paciente?
Winnicott (1935) toma el concepto de defensa maníaca de M. Klein, y lo redefine
sosteniendo que “el término «defensa maníaca» se ha forjado para cubrir la capaci-
dad que tiene una persona para negar la angustia depresiva que es inherente al de-
sarrollo emocional, la angustia que corresponde a la capacidad del individuo para
sentirse culpable y también para reconocer la responsabilidad por las experiencias
instintivas, y por la agresión en la fantasía que acompaña a las experiencias instinti-
vas.” (Pág. 73)
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Siguiendo la conceptualización del autor, podríamos suponer que los episodios
maníacos en V son un intento de aminorar la tensión generada tanto por objetos in-
ternos ambivalentes, como por la no integración del yo. Frente a una realidad inter-
na amenazadora que constantemente plantea una angustia de aniquilación, la pa-
ciente recurre a un control omnipotente de esta.
Recordemos que durante la asamblea grupal, V declaraba que ella se sentía có-
moda estando siempre enérgica y activa, y que el estancamiento actual la estaba
perturbando. Justamente el problema radica en que la paciente no puede experi-
mentar un sentimiento depresivo, ya que el mismo implica la coexistencia del amor y
el odio por un mismo objeto. Es decir que aquello que es amado, es a la vez víctima
del odio y la ira del individuo. La posibilidad de dañar al objeto es la que genera en
el yo un sentimiento de culpa que se expresa en forma de depresión. Si no pueden
ser integrados los aspectos buenos y malos del objeto, no puede experimentarse la
misma. Al recurrir a la defensa maníaca, la paciente obtiene dos ganancias: evita
sentirse culpable del daño del objeto y a su vez, sigue manteniendo al objeto bueno
intacto de la agresividad generada por los aspectos negativos.
Pasemos ahora a profundizar el plano de relación objetal. Existe una llamativa
ambivalencia en los vínculos de la paciente tanto con su madre, como con su abuela
quien actualmente ejerce una función maternal; llevan a pensar que no existe una
integración total de los aspectos buenos y malos que pueda tener un objeto.
Es decir, el mismo objeto que por un lado es ansiado y extrañado, por el otro lado
se vuelve persecutor y condenatorio. Esto llevaría a pensar que lo que se pone en
juego no es un objeto total, o mejor dicho en términos de Winnicott un objeto objeti-
vamente percibido. Cuando se piensa en un objeto objetivo, se esta planteando que
el mismo pertenece a la realidad exterior, que no es una creación por parte del indi-
viduo. En el caso de V, la madre esta parcializada en aspectos buenos por un lado y
malos por el otro, los cuales parecería que no pueden ser integrados por V.
Sin embargo no se puede plantear que se trate de un objeto subjetivo ya que
existe en la paciente una diferenciación yo- no yo. Sin embargo, la no integración to-
tal de las partes del objeto llevan a pensar que lo que se esta poniendo en juego
aquí es la interacción con objetos transicionales. Es decir, objetos que se encuen-
tran en una etapa intermedia entre el pasaje de la conformación de objetos subjeti-
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vos y objetos objetivos. Winnicott (1986) define este objeto intermedio como aque-
llos “que no forman parte del cuerpo del niño aunque todavía no se los reconozca
del todo como pertenecientes a la realidad exterior” (pág. 18)
A estos aspectos del objeto, debemos sumarle que nos encontramos con ele-
mentos de la misma paciente no integrados completamente. Particularmente esto
puede observarse en los extremos adoptados por ella: “si me internaron es porque
no aprendí absolutamente nada”. Esta frase hace pensar en la inexistencia de gri-
ses en la vida de la paciente, es una polaridad marcada entro lo bueno y lo malo,
entre lo excelente y el fracaso. Estos extremos que una y otra vez se ponen en jue-
go en V llevan a pensar que además del objeto, la integración del yo ha sido parcial
o precaria. Los episodios extraños, en donde la paciente no tiene conciencia de las
conductas realizas, pueden ser entendidos como producto del mecanismo de diso-
ciación plantado por Winnicott. El mismo, actúa como una defensa organizada que
mantiene alejado el trastorno corporal del conflicto psíquico, en consecuencia hay
una incapacidad para relacionar sucesos que pueden producir determinados senti-
mientos con episodios somáticos, lo que provoca que estos últimos sean interpreta-
dos como irrupciones desde afuera, imposibles de ser contenidas en significaciones
más amplias.
Tanto el mecanismo de la disociación como la relación con objetos transicionales,
(es decir que responden a las características proyectadas por la paciente misma),
llevan a plantear que durante el desarrollo emocional de V, existieron fallas durante
el período de dependencia relativa por parte del ambiente facilitador. Este período
es caracterizado por Winnicott como un momento en donde el bebé comienza a dar-
se cuenta de que depende de los cuidados maternos, debido a que la fallas gradua-
les en la adaptación por parte del ambiente facilitador provocan pequeñas irrupcio-
nes de discontinuidad en la unidad indiscriminada madre-bebé. Esto es lo que lleva
a que el niño empiece a percatarse de la existencia de objetos no-yo y de su estado
dependencia hacia ese objeto que le provee los cuidados.
Si tenemos en cuenta que las principales fallas de este periodo se producen en la
función de handling o manipulación por parte de la madre, se podría entonces com-
prender mejor esta inconsistencia tanto en el objeto como en el yo, ya que hay cla-
ras fallas en el proceso de personalización. Esto es así debido a que “la manipula-
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ción contribuye a que se desarrolle en el niño una asociación psicosomática que le
permita percibir lo real como contrario a lo irreal” (Winnicott, 1957; pág. 33). Es decir
que la personalización de un individuo se logra cuando el cuerpo es sentido como
propio, hay una unidad cuerpo-mente la cual reafirma la discriminación yo- no yo.
Noemí Canteros (1997) en su escrito “Winnicott y la psicosomática”, sostiene el
Handling permite las condiciones necesarias para que las experiencias motoras y
sensoriales, así como las experiencias del ello, se vayan revistiendo de una elabora-
ción imaginativa personal, esto es que la psique habita en el soma. Esto es posible
ya que el amor y la aceptación del infas tal cual es expresado en este periodo me-
diante los cuidados corporales.
Si bien no hay conocimiento sobre enfermedades psicosomáticas en esta pacien-
te, los episodios extraños relatados por ella no deben pasar inadvertidos. Hay en los
mismos una evidente disociación del cuerpo con la mente, ya que las acciones reali-
zadas por el primero no entran dentro del registro de acción de la última, es decir
que estas acciones no son sentidas como propias, son ajenas a V y es por ello que
no son registradas.
Si retomamos la hipótesis en la cual se sostiene que el ambiente facilitador per-
sonificado por la figura materna ha fallado en su adaptación durante el desarrollo
emocional en V, se puede pensar además que en este caso se pone en juego la or-
ganización de un falso self en “Extremo Inferior”. Siguiendo a Winnicott, esta clasifi-
cación corresponde a un falso self defensor del verdadero, en donde este último es
reconocido como potencial. Sin embargo las condiciones del ambiente pueden ser
nocivas para él, por lo que su vida debe permanecer secreta, y el falso self hacerse
cargo de la escena.
En el caso de V, este falso self pareciera exigentemente adaptarse a las situacio-
nes que le plantea el ambiente de modo de proteger al self verdadero. Según Winni-
cott, la función del falso self es fundamentalmente defensiva. Es decir que su objeti-
vo fundamental es proteger al verdadero self del peligro y amenazas de la realidad
exterior, la cual podría llevar a la aniquilación o desintegración del self verdadero.
Sin embargo ante situaciones de alto grado de tensión emocional planteadas por
el entorno, este falso self protector fracasa en su función, exponiendo un estado es-
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cindido y falta de unidad en el yo llevando a la paciente a un estado de fragmenta-
ción que desencadena las conductas atípicas que mencionaba durante la asamblea.
Winnicott explica el origen de esta distorsión del self como causa de un mal ajus-
te de la madre a las ansiedades y exigencias físicas del infante durante la depen-
dencia del infante hacia su madre. Este desajuste produce irrupciones en la conti-
nuidad del ser del bebé, ya que no puede instrumentarse la omnipotencia infantil, la
cual es posible gracias a la acción materna que reduce las intrusiones del ambiente
al mínimo generando en el niño una creencia de que el puede crear las cosas.
A través de una función de sostén tanto psicológico como físico el bebe expresa
un “impulso espontáneo”, el cual expresado como gesto se convierte en la base pa-
ra un futuro self verdadero. Cuando este gesto no es interpretado por la madre y en
lugar de ello lo reemplaza por el propio, genera en el bebé un estado de sumisión.
En el cual la espontaneidad y la capacidad para simbolizar están altamente empo-
brecidas.
Si bien aún no se posee la información suficiente sobre las primeras relaciones
vinculares de la paciente con respecto a la madre, ciertas conductas adoptadas por
la misma reflexionar cual es la postura de esta madre con relación a su hija. ¿Es
una fuente de ansiedad? ¿O acaso un peso que no puede ser tolerado, pero del
cual puede sacarse algún provecho?
David Liberman sostiene que cuando la madre construye un tipo de relación bajo
una propuesta narcisista, se produce desde el comienzo una inversión de los roles
en la relación madre-hijo. Será el pequeño el encargado de calmar las ansiedades
maternas y satisfacerla a través de la realización de aquellos logros que colmen sus
aspiraciones. Debido a esto, existe incapacidad por parte de la madre para desarro-
llar la suficiente empatía que le permita explorar a su bebé en los aspectos emocio-
nales y representárselo internamente como un ser individual y no como un ideal del
hijo que podrá colmarla.
Siguiendo a esta autor, en el caso de esta madre habría una necesidad constante
de que V se amolde a su ideal correcto de hijo, expresado a través de sus deman-
das constantes y sus intromisiones a las planificaciones personales de su hija. Por
otro lado, el provecho sacado de la enfermedad de su hija lleva a remarcar nueva-
mente esta necesidad de que sea el hijo quien deba calmar las necesidades de la
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madre. Es decir, de la enfermedad de V la cual le genera ansiedad, la madre (y has-
ta se podría aventurar rechazo) puede sacarle algo útil y acorde a sus expectativas:
una ayudita a la economía doméstica.
Por otro lado, si tomamos el gran temor manifestado por V a volver a “recaer” y
por consiguiente volver a ser internada en el Hospital podremos observar en esta
preocupación lo que Winnicott denominó el temor al derrumbe. Según el autor, en
este estado lo que se pone en juego es la desarticulación del self como una unidad,
es decir hay un fuerte temor a la desorganización.
Winnicott sostiene que el temor al derrumbe esta relacionado con la experiencia
pasada del individuo y con las fallas de adecuación materna y consecuente irrupción
del ambiente durante la diferenciación yo- no-yo. El autor sostiene que este derrum-
be ya ha acontecido en el pasado, sin embargo el paciente no es conciente de esto
ya que no contaba con los recursos para poder incorporarlo a su historia, por lo que
sigue siendo presentándose como una amenaza de algo que puede acontecer. En
el caso de V, la parcialidad de los objetos y del self mismo, hacen que el temor a la
proximidad de una posible desintegración del yo se ponga de manifiesto en esta an-
gustia avasalladora que expresa la paciente durante la reunión grupal.
Al analizar todos las características del caso, comienzan a surgir interrogantes
sobre el posible diagnostico de la paciente. Evidentemente se le ha dictaminado un
trastorno afectivo, sin embargo eso no clarifica si estamos en presencia de una neu-
rosis, una psicosis o un trastorno borderline.
Algunos de los lineamientos que fueron postulados sobre V, prestan semejanza
con las características de los cuadros borderline, sin embargo existen especificida-
des del mismo que parecerían estar ausentes.
Veamos esto mas de cerca, el DSM –IV define al Trastorno Boderline “como un
trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por desregulación
emocional, pensamiento extremadamente polarizado y relaciones interpersonales
caóticas. El perfil global del trastorno incluye también típicamente una inestabilidad
generalizada del estado de ánimo, de la auto imagen y de la conducta, así como del
sentido e identidad, que puede llevar a periodos de disociación” (ficha de cátedra)
Si tomamos cada una de estas características podremos observar que cada una
de ellas es apreciable en V. En cuanto a los pensamientos polarizados recordemos
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los relatos de la paciente quien sostenía que por momentos sentía que era capaz de
poder hacer cualquier cosa, pero cuando no lo lograba se convertía en un ser inútil,
incapaz de poder aprender algo.
Sobre la desregulación emocional, debe considerarse la existencia de una diso-
ciación de los objetos, los cuales no pueden ser unificados en un todo. Conviven los
aspectos tanto malos como buenos por separado.
Al respecto de la inestabilidad del estado de animo, esta se refleja claramente
con su diagnostico bipolar, mientras que en relación a la inestabilidad de la autoima-
gen, se puede pensar que la misma es producto de un falso self defensivo, el cual
como se analizó es quien en varias oportunidades se manifiesta tratando de prote-
ger al verdadero self de situaciones peligrosas provenientes del exterior.
Como anteriormente se señaló, los extraños episodios narrados por la paciente
son claras manifestaciones de estados disociados, en donde el cuerpo no es reco-
nocido por la psique. Incluso podría llegar a considerarse acaso si estos aconteci-
mientos no pueden ser pensados como descompensaciones psicóticas. La Licencia-
da Ana Spagnuolo (1999), en su escrito sobre los cuadros Borderline sostiene que
“los pacientes de personalidad fronteriza pueden sufrir episodios psicóticos pasaje-
ros cuando se encuentran en situaciones de gran tensión o bajo los efectos del al-
cohol o las drogas. Las descompensaciones clínicas de los borderline son dos: ac-
tuaciones y psicosis esquizoafectivas y constituyen la expresión clínica de un au-
mento del montaje de las ansiedades de engolfamiento y de abandono o separa-
ción” (pág 11).
Siguiendo a la autora, cabe recordar que los episodios extraños comenzaron a
manifestarse ante la gran tensión que sentía V por las situaciones que le estaban
ocurriendo, entre ellas el sentimiento de engolfamiento que le provocaba la nueva
aparición de su padre.
Sin embargo existen otras características del cuadro que difieren con el caso.
Grinke, Werble y Drye (1968) postularon que tanto la ira o rabia como único afec-
to, así como el sentimiento depresivo de soledad y aislamiento son algunos de los
rasgos sobresalientes de la patología. (Sumado a relaciones analíticas e identidad
inconsistente que si son observadas en la paciente)
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No encontramos al menos en la información obtenida, rastros de ira o rabia en V.
En cuanto a los sentimientos depresivos, estos también están ausentes debido a los
efectos de la defensa maníaca.
Por otro lado, Ana Spagnuolo (1999) postula que otro rasgo esencial del TLP
consiste en la ausencia de una angustia señal, ya que las ansiedades predominan-
tes son las de fusión o pérdida. Sin embargo en la paciente puede observarse la
existencia de las tres, primero encontramos la ansiedad de fusión ante las intrusio-
nes y demandas de su madre, pero a la vez el estar alejada de ella le provoca el te-
mor de su pérdida. En cuanto a la angustia señal la encontramos claramente en el
temor al derrumbe de volver a desencadenarse y ser nuevamente internada.
Entonces, ¿Se podría hablar que este caso en particular refiere a un trastorno
borderline? Considero que aun no se tienen las herramientas necesarias para poder
fundamentarlo; quizás con una terapia psicoanalítica adecuada esto sea más fácil
de establecer. Sin embargo en base a los datos obtenidos uno puede presuponer
que se trata de un Trastorno Borderline sin sostener una afirmación definitiva al res-
pecto.
ConclusionesConclusiones
Partiendo de un diagnostico diferencial establecido por la institución visitada, se
intento poder dar una vista distinta del caso a través de una mirada psicoanalítica. A
través de un recorrido sobre los aspectos vinculares y sobre el estado escindido del
self se llego a la hipótesis de una posible falla por parte del ambiente facilitador du-
rante el desarrollo emocional del paciente en el periodo de dependencia relativa.
Finalmente se planteó el interrogante sobre un posible diagnostico presuntivo,
del cual se trato de dar cuenta a través de la teoría si este caso se trata de un Tras-
torno Boderline. Pregunta que quedará abierta ante la imposibilidad de seguir el ca-
so apropiadamente, por lo que el diagnostico hipotetizado es algo que solo puede
presuponerse.
13
AnexoAnexo
1) Observaciones sobre la institución
La institución en la cual se realizan las observaciones es el Hospital Neuropsi-
quiátrico Interzonal "Dr. José Antonio Estévez". Esta institución monovalente, se ca-
racteriza por el tratamiento exclusivamente a mujeres adultas. El hospital cuenta con
varias salas o pabellones en las cuales las internadas residen según la gravedad de
la enfermedad. Estas mismas están distribuidas dentro de un inmenso predio arbo-
lado en el cual las pacientes pueden deambular durante el día.
El espacio de Hospital de Día es un área dedica al trabajo con pacientes que ya
han sido dados de alta, en donde los mismos participan de diversos talleres en los
cuales se incluyen: inglés, plástica, teatro, entre otros. Además de estas actividades,
los pacientes concurren a reuniones grupales semanales que se llevan a cabo bajo
la supervisión de una psicóloga y un psiquiatra. A su vez también hay reuniones con
la misma modalidad de intervención grupal en donde también participan los familia-
res, las cuales se llevan a cabo los días lunes.
2) Apreciaciones personales y contratransferencia
A primera vista, V se presenta como una mujer calmada, con un tono de voz pau-
sado y tranquilo. Se expresa con movimientos gestuales de sus manos al hablar y
no duda en poder dar su opinión ante las situaciones planteadas por sus compañe-
ros de grupo.
Sobre la modalidad vincular en relación al analista y al grupo, se manifestó abier-
ta a las opiniones de sus compañeros y a las intervenciones de la analista y el psi-
quiatra. Sobre estas últimas se pudo observar que la paciente pudo recogerlas y
contemplar otro punto de vista del cual antes nunca había pensado con anterioridad.
(Según dichos de la misma V)
Durante el relato de V sobre su caso particular y mientras manifestaba su frustra-
ción y angustia, no pude dejar de sentir pena e incluso la sensación de poder com-
prender su sufrimiento. Aún así su historia me resulto muy interesante ya que en su
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discurso se manifestaba claramente los dos estados de su conducta, es decir la bi-
polaridad tanto en el carácter como en la exigencia a si misma en el todo o nada.
En cuanto a mi apreciación sobre la interacción con la institución me sentí en un
clima agradable al respecto de la compañía brindada por parte de los profesionales
que trabajan en la institución. Siempre se encontraron dispuestos a integrarnos a los
debates sobre los diversos casos y explicándonos acerca de los aspectos tanto psi-
cológicos como psiquiátricos de los mismos. Comencé la práctica con altas expecta-
tivas de lo que sería una experiencia en un Hospital Neuropsiquiátrico y las mismas
fueron satisfechas ya que el contacto directo con los pacientes que algo que nunca
antes había vivido.
En cuanto al trabajo articulatorio entre el espacio práctico y la teoría, en un primer
momento mi sensación de poder relacionar los conceptos de la teoría de Winnicott a
estos casos más “extremos” en cuanto a salud mental me resultaba muy complejo
ya que consideraba que tenía que tener conocimiento por las relaciones vinculares
primarias de la paciente. A medida que la cursada fue avanzando pude comenzar a
pesquisar que no hace falta esto, sino que en el adulto pueden observarse indicado-
res que permiten analizar las problemáticas planteadas por el autor.
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BibliografíaBibliografía
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la clínica con pacientes asmáticos y alérgicos.”, Encuentros: espacio Winnicott.
Nro 1, Bs As, Ed. APA, pp, 105-124
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♣ Liberman, D (1993), “Del cuerpo al símbolo, sobreadaptación y enfermedad
psicosomática”, Ed. Ananké, Chile.
♣ Spagnuolo de Iummato, A. M. (1999): Borderlines; Ficha de cátedra.
♣ Sobre Kart Leonhar: Fronterizos y la psicosis endógenas, Ficha de cátedra
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