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Yael Rosenblut y su Trilogía del Arte Chileno. Publicado en Revista INDIE.cl, Posted: Julio 2nd, 2009 ˑ Filled under: Actualidad, Destacado,
Entrevista, n42 ˑ 2 comentarios
Macarena Molina entrevista al Yael Rosenblut el autor de “Trilogía del Arte
Chileno” que se apropia de obras del MBA
Yael Rosenblut y su Trilogía del Arte Chileno
Por: Macarena Molina.
Yael Rosenblut (1978) es artista visual y curadora. Vive y trabaja en Santiago, Chile. Ella utiliza
el video para crear obras que incluyen al campo artístico, entre otras temáticas. Como en
Vernissage (2005) que incluye a la actriz María José Prieto, al crítico Justo Pastor Mellado y el
director del MAC, Francisco Brugnoli, ente otros.
En su serie Triología del arte Chileno, se apodera de tres obras ¨Clásicas¨ de la colección del
Museo Nacional de Bellas Artes; (La Perla del Mercader de Alfredo Valenzuela Puelma, La carta
de Pedro Lira, Retrato de Ramón Martínez de Luco y su hijo Fabián de José Gil de Castro) para
citarlas mediante el video, resultando tres obras que dialogan con la temática de lo histórico y lo
contingente. Ésta serie exhibida entre el 6 de Mayo y el 28 de Junio 2009 en el museo Nacional
de Bellas Artes forma parte del programa Ejercicios de Colección de la artista. Durante la
inauguración, Milán Ivelic relacionó Triología del arte Chileno con la movilidad de la imagen del
cotidiano en contraposición al estatismo del museo.
Con la serie ¨Trilogía del arte chileno¨ en mente y tu obra en general como antecedente, te
pregunto ¿Sentir o pensar el arte?
Ambas cosas. En el trabajo, tanto de creación como de lectura de la obra deben participar los
dos hemisferios del cerebro. El arte trabaja con ideas rodeadas de sensaciones. Y con
sensaciones rodeadas de ideas. Se crean nuevas redes neuronales que no existían para
capturar la esencia de la obra y descubrir en que dimensiones trabaja.
¿Crees necesario reflexionar la obra? ¿Cuál es la tarea de la reflexión teórica en torno de
tu trabajo?
Sin duda todo trabajo de arte está inscrito en un contexto. Deviene de una tradición. Se debe a
un ámbito. Opera en campos semánticos. Todo aquello es vital como análisis para el que realiza
la operación. Hay, por cierto, otras lecturas que le corresponde hacerlas a otros. La obra es lo
que está allí y no otra cosa… aunque contextualizada en miles de niveles de los cuales en artista
debe estar conciente. Toda obra es, en sí misma una reflexión.
¿Por qué elegiste éstas pinturas (La Carta, La perla del Mercader y la obra de Mulato Gil)?
¿Qué te interesó?
Están inscritas en el imaginario del arte chileno de un modo muy marcado. Son representaciones
nítidas de momentos históricos de Chile y por tanto del ánimo social, del sentimiento que refleja
sus estrategias de realización. Son hitos paradigmáticos con los que intenté establecer una
relación desde el ahora.
¿Qué definición sientes se relaciona con trilogía: Re-elaboración, cita, personificación,
recreación…?
Es todo eso y principalmente diálogo. Se intenta “hablar” con esas facturas y esas miradas
desde un presente signado por la tecnología y los soportes electromagnéticos. Hay algo de
“espiritismo” artístico y de emplazamiento a esas “ánimas del pasado” para que terminen de
decir lo que ha quedado inconcluso.
¿Qué significa el tiempo para ti?
El mayor y más fascinante de los misterios. De hecho es uno de los fenómenos que más ocupa
y apasiona a la ciencia hoy en día. Hoy se habla de tiempos paralelos, de cosas que ocurren
simultáneamente. En fin. Creo que la indagación del tiempo es también objeto de la indagación y
reflexión artística, desde sus propias modalidades y ejecuciones.
Si planteamos a Trilogía como actualización de la historia ¿cuál es el cambio, antes y después?
Intento que mi obra se instale en aquello que los mitólogos llaman el Tiempo Primordial. No hay
pasado, no hay futuro, no hay presente. Y en la cadena de la Tradición del Arte Chileno Trilogía
busca ser una cinta sin fin que va hacia atrás como en un Túnel del Tiempo.
¿Sentiste esa poética de identificarte, de conectarte con la época y personas que
representaste?
Intensamente. Pero la poética que rodea el acto y el gesto. La poética del hacer, con su día a
día, con sus dificultades conceptuales, con sus descubrimientos.
¿Te interesaría representar escenas futuras, como el año 3000 por ejemplo?
Me interesa todo. Pero sin duda trabajo sobre una visualidad dada y no hago especulaciones. El
año 3000 ya está presente hoy y también en la Trilogía, en cuanto sucesión encadenada de
Hechos de Arte. Nadie en el 3000 podrá estar ajeno a lo que ocurrió en el siglo 19. Esa es la
clave de la Humanidad del arte. Hay una comunidad de seres que se hacen uno sólo en la
indagación artística, sea esta cual fuere.
¿Opinas que la televisión es la pintura de nuestros días?
No. Sus mecánicas internas y sus propósitos no se excluyen. La televisión y todas las nuevas
plataformas, sólo son soportes nuevos que deben ser indagados hasta dar con sus
potencialidades de arte.
¿Cuál consideras es tu aporte luego trabajar con estas obras? Eso no me corresponde decirlo a mí. Yo me limito a trabajar dura y honestamente en lo que
hago. Sus resultados serán otros los que los midan y los pesen.
¿Cómo conjugas realidad-ficción en Trilogía?
No creo en esa dicotomía. Vivimos una realidad ficcionalizada y una ficción que cada vez se
asemeja más a la realidad que es, como decía Einstein, una ilusión muy persistente.
En el retrato de Ramón Martínez de Luco y su hijo Fabián, calcas la escena y la musicalizas,
escuché comentarios peyorativos al respecto de personas que lo consideraron un videoclip, en
cierta manera indignándose. Imagino que fue por el alejamiento de lo pictorico.
¿Qué opinas al respecto?
El arte no tiene obligación alguna de ser sublime. Lo trivial, lo común, lo vulgar incluso, son
también sus materiales. Y si alguien se indigna es porque ha logrado conectar con la esencia de
la obra impugnada. Porque en su cerebro se han movilizado creencias y prejuicios que estaban
fosilizados hasta enfrentarse a mi trabajo.
La carta toca la temática de la musa, el artista, el estudio, además recalcas la pose, trabajo de
taller. ¿Cómo fue el desarrollo conceptual y práctico de esta obra?
Hay tras la belleza sublimada de la obra de arte una cierta brutalidad invisible. Piensa en los
esguinces de las bailarinas, que nadie ve, en las fatigas que entraña una obra inmensamente
apacible como hay miles. Por ahí siento la clave de La Carta.
Observas mediante tus videos, introduciendo al escenario artístico el pasado y al mismo tiempo,
el cortinaje contemporáneo detrás de la producción artística. ¿Cuál es tu motivación?
Miro desde hoy, con ojos de ahora, con técnicas de ahora, y hago algunos gestos de complicidad
con los que están conmigo como espectadores mirando por esta especie de “espejo retrovisor”
que proponen mis trabajos.
¿Qué piensas del campo del arte a nivel nacional?
Es extraordinariamente áspero y difícil, pese a lo cual existen artistas trabajando duro y con una
enorme y encomiable seriedad.
¿Cómo te gustaría que te juzgara la historia?
No me incumbe para nada el juicio de la Historia. No creo que nadie trabaje pensando en
dimensiones tan elevadas. Mientras yo me mantenga juiciosa y humilde la Historia puede hacer
lo que estime conveniente cuando suene el cuerno de “su Juicio Final”.