28 días
de
perdón
Laura Camila Paz
AGRADECIMIENTOS
Estoy pasando por mi mejor momento, gracias al propósito de
Dios y a ti que me lees. Gracias a las redes sociales he podido
conocer historias y milagros realmente conmovedores. Personas
(mujeres especialmente) me han escrito para contarme sus
casos y con ganas de conocer mi punto de vista. Siempre busco
apoyarlas, al menos en oración.
La verdad, es que me considero una mujer joven para cuando
escribo este libro, mi segundo libro. Con este ya serían tres hijos.
Mi bebé Samara y mis dos hermosos escritos. No sabes la alegría
que me da cuando leo a personas de todo el mundo decir que
soy su inspiración. De hecho, hace unos días hablaba con mi
esposo y le decía que detesto las personas que quieren fama,
solo piden likes y viven en un mundo netamente superficial. Yo
quiero algo diferente, no quiero una comunidad “coca”, quiero
una comunidad de personas valientes. Que se enfrentan a retos
reales de la vida y que necesitan ser escuchados como yo.
No sé tú pero yo amo y realmente valoro que me escuchen. Es
el regalo más valioso que alguien me puede dar, escuchar lo
que tengo para decir, así sea una tontería. No sabes la
cantidad de veces que he llorado porque mi esposo no me
prestó atención cuando le dije que me picaba un ojo, por
ejemplo. De veras, no estoy exagerando. Para mí es importante
escuchar lo que el mundo tiene para decir. Así que gracias por
leerme y emprender este viaje conmigo.
Puedes hacer de cuenta que somos amigas de hace años, que
nos tomamos un café o vamos a una librería. Este libro es muy
personal y lo comparto hoy contigo porque lo mereces.
-Con amor y muchos libros, Lau.
INTRODUCCIÓN
Seamos sinceros, a nadie le gusta hablar de perdón. Es que es
tan difícil, tanto para el que perdona como el que lo pide. Sé
perfectamente que es agachar la cabeza para disculparme por
algo que he hecho y al principio no te sientes nada bien, te
sientes avergonzado/a, pero la liberación viene después. Te
darás cuenta al terminar este libro, o quizás antes.
Los que me siguen en Instagram saben que amo los retos y si son
de lectura, todavía más. Pero no me gusta promover retos para
lucrarme. Me gusta vivir el reto contigo, ponerme en los zapatos
del otro y disfrutar la experiencia.
Hoy iniciamos juntos/as esta travesía. Te garantizo resultados
sobrenaturales si colocas de tu parte y dispones tu corazón.
Cada día encontrarás un mini reto (como yo lo llamo), por favor,
cúmplelo. Es importante que te tomes este libro en serio. Ya
cumpliste con la primera parte y es la intención de querer
perdonar. De hecho, puede que no lo quieras, pero lo necesites.
Así que, ajústate los cinturones y vamos allá…
Te bendigo.
Día 1
Perdonándome
Sería absurdo hablar de perdonar a otros si no ajustamos
primero nuestras cuentas. No te imaginas cuántas veces me he
hecho daño a mí misma y merezco pedirme perdón. Estoy
segura de que tú también.
Cuando tenía 13 años, en medio de mi ingenuidad confié en un
hombre muy malvado que me lastimó psicológica y físicamente.
Yo me sentía sucia. Me llené de odio y culpabilidad, pensando
cosas horribles de mí y además, tenía que cargar con la
acusación de mis padres. Ellos aseguraban que yo había
actuado intencionalmente. No los juzgo. Pude haber evitado
muchas cosas.
El punto es que a partir de ese día me invadía el rencor, odiaba
a ese sujeto a tal punto de desearle la muerte. El tiempo pasaba
y cada vez me sentía más lastimada, no creía merecer el
perdón de Dios pero me reté a mí misma a olvidar el pasado,
empezar de nuevo y perdonarme. No sé cuál es exactamente
la situación que estás viviendo pero si te puedo asegurar que
necesitas perdonarte y quitarte el peso de la depresión, la
culpa, el desánimo o cualquier otra cosa que te esté
agobiando. Dios ha escuchado tu clamor, no te desesperes.
Confía en sus planes.
Reto del día: Escribe en una hoja todas aquellas cosas por las
que te culpas y al final escribe en letra grande: ME PERDONO.
Día 2
Pidiendo perdón a dios
Un día leí un libro que decía que al día pecamos cerca de
200.000 veces. Es por eso que pedir perdón a Dios es un acto
que debe realizarse a diario, todo el día, si es posible. Somos
pecadores por naturaleza.
Cuando hablo de pecado, inmediatamente se viene a mi
mente David. Sí, el pastor de ovejas. ¡Me identifico tanto con él!.
Durante toda su vida se equivocó, metía la pata, luego se
equivocaba de nuevo, tropezaba una vez más y así
sucesivamente. Si estás es proceso de leer tu Biblia, no te
preocupes, te pongo en contexto. Cuando David era Rey, envió
uno de sus mejores soldados al frente de batalla y en medio de
su ociosidad vio a una mujer desnuda. ¡Estaba bañándose! Se
emocionó (excitó) tanto que la mandó a buscar y abusó de
ella. ¿Puedes creerlo? En otra ocasión censó al pueblo sin
autorización… Sé que estarás pensando, ese David era un “yo
me mando”, “un rebelde” pero… ¿sabías que fue el único que
conforme al corazón de Dios? Nadie más tenía ese calificativo,
Ni Samuel, Ni Abraham, sólo David. ¿Y sabes por qué? Porque
David pagó las consecuencias de sus actos y su arrepentimiento
fue extremadamente genuino. Aquí te comparto un poco:
Salmos 51
Reina-Valera 1960
51 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
2 Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.
3 Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí.
4 Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
5 He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.
Reto del día: Escribe en una hoja tus propias palabras de
arrepentimiento. Pide a Dios que te perdone y te conceda seguir
adelante.
Día 3
Pidiendo perdón a mis padres
Mis padres son pastores. Así que ellos me inculcaron el amor por
Jesús. ¡Les agradezco tanto por eso! Ellos estuvieron conmigo
siempre, aun ahora que estoy casada, permanecen pendientes
de mi familia. No todo fue color de rosa, pasamos un proceso
largo y difícil en el que yo me volví rebelde, me alejé de Dios y
cambié por completo mi estilo de vida mientras me sumergía en
el pecado. ¿Sabes que me guardo? Su oración. De lo contrario
estaría en las calles sin rumbo, en el mundo de las drogas o
quién sabe dónde.
Tus padres (así no sean los mejores del planeta Tierra) deben ser
honrados. No importa si tu mamá te abandonó, si tu padre
falleció, debes honrarlos. ¿Cómo lo haces? Con tu ejemplo.
Honrar a tus padres es el primer mandamiento con promesa:
“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento
con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre
la tierra.” Efesios 6:2.
Reto del día: Ora inmediatamente por tus padres, si es posible,
llámales, escríbeles y busca honrarlos con cada cosa que
hagas.
Día 4
Perdonando a mí esposo
He hablado de esto en otros libros. Mi esposo era un bebedor
incontrolable. Le gustaba hacerlo cada fin de semana. Era algo
que yo simplemente detestaba. Siempre terminábamos
discutiendo: por sus horas de llegada, por su olor a licor, porque
sentía que me había arruinado la vida.
Un día, después de haber ayunado y orado a Dios por esa
situación, su corazón simplemente se transformó. Entre lágrimas
me dijo que el Señor había hablado a su vida y que tenía que
parar. Sus órganos muy pronto dejarían de funcionar si no lo
hacía y vaya sorpresa, me pidió perdón. Era consciente del
dolor que yo había atravesado, incluso durante mi embarazo
debido a sus comportamientos. En ese momento pasaron cien
mil cosas por mi mente: “Lo dice solo para que no le alegue”,
“me está tomando el pelo”, “se está burlando de mí” pero
bahh. Decidí darle otra oportunidad, pero esta vez fue
diferente. Se inscribió en las charlas pre- bautismo de mi iglesia,
ahora me acompañaba a la iglesia, servíamos a Dios juntos. Lo
que me dejó boquiabierta. Una vez más, Dios me demostró que
siempre hay esperanza.
Muchas mujeres me han escrito a través de mis redes
diciéndome que no soportan a sus maridos. Bebedores, infieles,
mujeriegos y ¿sabes qué? Siempre hay esperanza. Fue
únicamente cuando yo hice mi parte: ayunar, orar, estudiar su
palabra, que Dios me premió con semejante milagro.
Pregúntate en este momento si estás cumpliendo con lo que te
corresponde. Dios se encarga del resto.
Reto del día: Hoy, antes de irte a la cama, ora por tu esposo/a.
Colócalo en las manos de Dios y dile que estás haciendo tu
parte.
Día 5
Perdonando a mis enemigos
Soy una persona que ama cuando a otro le va bien, eso me
hace la más feliz de la Tierra. Cuando las chicas de mi
comunidad de Instagram logran un ascenso, son sus propias
jefas, viajan por todo el mundo, van de compras… Es como si
fuesen mis victorias también.
Lastimosamente existen personas muy envidiosas, incluso en la
misma iglesia a la que asisto. ¡Increíble!. ¿Cómo me doy
cuenta? Porque absolutamente todo lo que haces, critican. Si
me visto de rosado dicen que tan aniñada y si me visto de rojo
que quiero seducir. Si soy líder de alabanza dicen que se me
nota lo sobradora, si ayudo en el aseo general de mi iglesia, que
la hija del pastor haciendo esas cosas. Me recuerdan a los
fariseos, siempre estaban pendientes de Jesús, pero para
criticarle y acusarle.
Si te ha paso lo mismo, tranquilo/a. Es hora de orar por esas
personas. Necesitan tener un encuentro personal e íntimo con
Jesús. No es su culpa. El enemigo los ha cegado por completo y
necesitan de nuestra ayuda, de nuestra oración.
Reto del día: Piensa en esas personas que han sido mordidas por
la serpiente de la envidia y ora por ellas.
Pdta: Esas personas no tienen por qué enterarse.
Día 6
Perdonando a mis vecinos
Mis vecinos son inigualables. Les encanta todo tipo de música
desde Trap hasta Vallenato. Aman el volumen y más aún
escuchar estas canciones hasta las 9:00 a.m. del día siguiente.
Aun así eso no me molesta tanto, pero hay algunas vecinas en
especial que me dan dolor de cabeza. Es literal. Todo les
molesta. De hecho conocen la vida de todos. Saben
perfectamente a qué hora se levanta Fulanita, a qué hora la
visita el novio en la casa y a qué hora se va al trabajo. Saben
exactamente hace cuánto no lavo mis sábanas y conocen a la
perfección cuántas mudas de ropa me quedan en mi armario.
¡No sé cómo lo hacen! ¡Parecen de otro mundo! Aun así trato y
debo (por mandato de Dios) soportarlas. Dice la Biblia que
debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos y yo
me amo muchísimo, así que debo aprender a amarlas.
Ya sé que puedes tener vecinos como los míos, pero hoy decide
perdonar: Son solo vecinos. ¿No perderás la salvación de tu
alma por eso, verdad?
Reto del día: Ora por tu vecindario, pídele a Dios que te de la
capacidad de amarlos y bendecirlos.
Día 7
Pidiendo perdón a mis hijos
Mi hija es lo mejor que me ha pasado y debo confesar que a
veces me siento culpable por desear tan sólo 5 minutos para mí
porque sé perfectamente que yo me metí en esto.
A veces como madres estamos tan estresadas que
compartimos esas emociones con nuestros hijos, les gritamos,
nos enojamos porque actúan como eso, como niños.
Si tus hijos son mayores es posible que también te sientas
agotada. La universidad, las tareas escolares, las relaciones, el
sexo. Todo es un rollo… Pero debes buscar la forma de hacer las
cosas con amor. Al honrar a tu familia, honras a Dios. ¿No es eso
acaso lo que buscas?
Reto del día: Sólo por hoy, no critiques, no regañes, no digas
nada negativo a tus hijos. Trátales son dulzura, prepara su
desayuno favorito y hagan una actividad en familia.
Día 8
Perdonando a mi familia
Tengo familia regada en todas partes del mundo. Desde España
hasta Ibagué. Algunos no me llaman desde hace más de 6
años, otros viven cerca pero nunca me escriben. Están
ocupados en sus quehaceres que se les pasa por alto hacer una
simple llamada. Au así son mi familia. Es la familia que Dios me
dio. Tus primos, hermanos, sobrinos, abuelos… están en tu familia
porque así quería Dios que fuese. No intervengas en las
decisiones de Dios. Antes, aprende a perdonar a tus familiares
lejanos. No sabes bien que batallas estén peleando ellos al
mismo tiempo que tú.
Reto del día: ¿Qué tal si hoy llamas o escribes a uno de tus
familiares? Si ellos no lo han hecho, toma tú la iniciativa.
Día 9
Perdonando a mis superiores
Soy afortunada. Nunca me he topado con un jefe mala onda.
Gritón, mandón y enojón. Gracias a Dios. Pero conozco
personas que tienen que trabajar en empresas con este tipo de
personalidades. No me imagino cómo debe ser esa situación
pero lo que sí sé es un truco infalible. Se llama… NO PAGAR CON
LA MISMA MONEDA. Si alegas a tu jefe o te pones contestón
puedes tener dos resultados: Quedarte sin empleo o vivir
amargada haciendo algo que detestas. Así que te recomiendo
marcar la diferencia. Si un superior te habla de mala manera,
responde tú con amor. Pronto verás los resultados. Además de
perdonar ora por tu situación. Dios todo lo ve (y lo escucha) tú
nuevo trabajo puede estar más cerca de lo que te imaginas.
Reto del día: Mañana que vayas al trabajo. Ponte tu mejor cara,
saluda a todos, trata a todos con amabilidad.
Día 10
Pidiendo perdón a mi cuerpo
Haz las paces con tu cuerpo. Ya es hora. Te cuento un poco mi
historia. Una vez tuve a mi hija empecé a padecer depresión,
de hecho, tuve que ir unos días a terapia. Odiaba mi cuerpo.
Ver estrías, celulitis, una cicatriz enorme de una cesárea,
granitos. Era algo que yo no estaba dispuesta a pagar, aunque
amo a mi hija.
Los psicólogos no pudieron con mi caso, era de los más
complicados. Me sentaba a llorar todas las noches hasta el
amanecer sin parar. Los psiquiatras tampoco, solo me
mandaban a tomar antidepresivos, lo cual nunca hice. Mi
esposo, sólo podía acompañarme en mi dolor. Yo me miraba al
espejo e inmediatamente sentía nauseas. A él le molestaba
tanto eso que una noche rompió por completo el único espejo
que teníamos en casa. Eso me puso furiosa y me hice
deprimirme más. Ahora ya no tenía donde ver cada una de mis
imperfecciones. Mi caso era tan grave, que ya había contado
cada estría de mi cuerpo y le había puesto nombre. ¡Me estaba
enloqueciendo! Po más ejercicio que hiciera, no veía cambios.
¿Sabes quién me curó? El único especialista por excelencia.
Dios. Un día en oración le dije: “Señor, te entrego mi cuerpo, te
entrego a Juanita, Carla, Lina, Lorena…(como llamaba a mis
estrías) y toma tú el control. Quiero, deseo amarme.
Al día siguiente me compré ropa nueva. La que era de mi talla,
con los estampados que me gustaban, me hice un peinado
bonito, me arreglé las uñas y ¡zaz! Una nueva Laura que sí me
gustaba.
Reto del día: Escribe en una hoja todo aquello que te gusta de ti.
(No me mientas, debe haber algo) Tal vez tu cabello, tu sonrisa,
tus manos… Anótalo todo y luego entrega a Dios en oración esa
lista larga de cosas que sabes que te desagradan de ti.
Día 11
Perdonando mi pasado
Mi pasado es espantoso. Con una doble vida, fingiendo ser otra
persona, dándole la espalda a Dios. Pero ¿sabes algo? Mi
pasado es solo eso, pasado, historias y cicatrices que me
permitieron convertirme en lo que Dios quería que yo fuera hoy.
Las cosas tenían que pasar así para que Dios se pudiera
glorificar en mi situación.
Mi esposo perdió a su hermanito menor hace varios años, le
dispararon y le dejaron tendido en el piso, pero ¿sabes algo?
Esa persona tiene derecho a encontrar perdón de Dios. Nadie
está exento. Si cometiste adulterio, tienes abogado en el cielo,
eso sí. Nunca calumnies al Espíritu Santo. Más bien , hónrale y
vive con él dentro de ti.
No me digas que eres una persona demasiado pecadora.
David también lo era y fue el único conforme al corazón de
Dios. ¿Lo recuerdas?
Reto del día: Pídele a Dios que sane tus heridas del pasado,
quizás fue un divorcio, la pérdida de un ser querido. Lo que sea.
Ponlo en oración.
Día 12
Perdonando a quién me hirió
A lo largo de mi vida, muchas personas me han herido. Yo
creería que la lista pasa los dos mil. Podría empezar con aquel
niñito que me ignoró en la primaria, por aquellos que se
burlaban de mí en la secundaria, por mi ex novio. Y la lista
podría continuar cincuenta páginas más, pero esas personas
me enseñaron valiosas lecciones, tanto así que lo único que
puedo hacer es perdonarlas. ¿Qué tal si lo intentas? Realmente
es liberador, te desahogas con Dios y luego perdonas a esa
persona como si nunca hubiese pasado nada.
Reto del día: Decide perdonar a todas y cada una de las
personas que te han herido.
Día 13
Entendiendo el perdón
A este punto, debes sentir que te quitaste un peso de encima.
¡Mírate! Estoy orgullosa de ti. Llevas 13 días perdonando y
aceptando la esperanza en tu vida. Eres muy valiente. No
cualquiera decide perdonar ni mucho menos pedir perdón,
pero tú has pagado el precio y a partir de hoy recibirás solo
bendiciones. Te lo aseguro.
No te impacientes si las personas a las que has perdonado se
comportan igual. Recuerda que Dios es justo y no te dejará
jamás avergonzado/a.
Reto del día: Vas a escribirle a una de esas personas que te
lastimó un día que estás orando por ella. No hay mayor muestra
de afecto que la oración.
Día 14
Pidiendo perdón a mi mente
Me molesta cuando alguien me escribe que no le gusta leer.
Cuando les pregunto a qué se dedican, muchos me responden:
A nada, a estar en la casa.
A veces llenamos nuestra mente de basura. No leemos la biblia,
pero perdemos el tiempo chateando hasta las 11:00 p.m. No
nos gusta disfrutar un buen libro pero si disfrutamos pasar 5 horas
en el Facebook. No hacemos un devocional porque toca
madrugar mucho, pero si nos quedamos en una fiesta hasta el
amanecer. Me parece incoherente. Así que te pido que a partir
de ahora aproveches mejor tú tiempo y alimentes tu mente.
Aprende un nuevo idioma, compone una canción, escribe una
carta a un amigo lejano, aprende una nueva alabanza. Llena tu
mente de cosas provechosas.
Reto del día: Empieza a leer un libro o devocional. En mi web
encuentras un montón sin ningún costo:
www.lauracamilapaz.com
Día 15
Perdonando en mí matrimonio
Ya sea que estés casado o quieras tomar esa decisión muy
pronto, debes estar convencido de que tendrás que perdonar
unas cien veces por día (en promedio).
A veces detestamos (como yo) que nuestros esposos dejen los
zapatos en cualquier parte. Uf, esto me re contra enoja. Hemos
tenido discusiones muy fuertes solo por unos simples zapatos.
Esto no debería volver a pasar. La comunicación es la clave de
todo, incluso de tu matrimonio. Comunica lo que te disgusta
con amor, sin hacer caras largas, sin resoplar y verás los
resultados.
¿Te imaginas llegar al divorcio por unos zapatos? No permitas
que eso suceda. Toma el control AHORA.
Un día escuché una predica donde decían… “Si usted es una
mujer alegona y gritona, la próxima vez que llegue su marido del
trabajo, tome un sorbo de agua y no lo bote hasta que su
esposo se haya acostado” Ja,ja,ja. Es gracioso, pero lo intenté y
funciona.
Reto del día: Puedes hacer el reto del sorbo de agua hoy (no es
broma). También puedes crear tu propio record. ¿qué tal 24
horas sin alegar a tu marido?
Día 16
Haciendo las paces con mis
sueños
Cantidad de veces, me escriben mujeres pidiendo que les
ayude a orar por un nuevo empleo, por un nuevo marido, un
salón de belleza, un consultorio, pero ni ellas mismas oran por su
situación. No se trata de poner a los demás a orar por ti, se trata
de pelear juntas.
Yo amo soñar. Imagínate. Alguna vez soñé con escribir varios
libros y he aquí uno de ellos. Pero para cumplir un sueño hay
que conseguir ciertos ingredientes en el mercado del cielo:
- Paciencia: Dios cumple tu sueño en su tiempo, no en el
tuyo. Él sabe lo que hace.
- Valentía: A veces hay que lanzarse solo cuando tu familia
o esposo no te apoyan
- Dedicación: Todo requiere un esfuerzo. No hay sueño
cumplido sin sacrificio.
Reto del día: Empieza a trabajar en ese sueño. Capacítate,
estudia. Lo que sea necesario.
Día 17
Reconectando mi vida espiritual
¿Cómo está tu vida espiritual ahora mismo? Eres el único que
conoce esa respuesta. Para perdonar y ser perdonados por Dios
tenemos que pasar tiempo con él.
A veces dejamos a Dios en el último lugar porque estamos muy
ocupadas, cuando el tiempo es de él. Él es el dueño de todo. ¡A
veces somos tan ingenuas!
No hay milagros sin encuentros con Dios. No existen atajos. No
comas ese cuento.
Reto del día: ¡Congrégate!
Día 18
Perdonando a la iglesia
En uno de mis libros hablo de cómo la iglesia me dio la espalda
en mi momento de rebeldía. Ese era precisamente el momento
en que debían extenderme una mano, pero no lo hicieron, me
juzgaron e incluso, me hicieron a un lado. Ahora que estoy de
vuelta, les perdono. No guardo resentimientos por aquellas
actitudes. Más bien, los pongo en oración cada día. Eso sí que
es marcar la diferencia.
Si alguien en tu iglesia te lastimó, no dejes de congregarte, al
contrario ve hoy mismo y ora por esa persona. Necesita mucho
de Dios.
Reto del día: Ora por tu iglesia, por tus líderes.
Día 19
Perdona a tu pastor
A veces nos enojamos porque el pastor de nuestra iglesia no
puede atender todas nuestras situaciones. Creemos que es un
ser sobrenatural, que nunca descansa y que está sentado en la
playa ignorando a todos. Claro que no. Por lo menos, el mío no
es así. Es una persona normal. Como tú o yo. ¿Sabes por qué lo
sé? Porque mi Pastor es mi papá. Sé lo cansado que está a
veces. Dando su tiempo a todos los necesitados y dejándose a
él de último. Levantándose de primero a orar por los demás,
acostándose siendo el blanco de burlas. Es muy injusto a veces.
Pero amo su valentía, la fuerza con la que hace las cosas a
pesar de su edad, su humildad, su vocería. No le gusta que le
regalen nada. Trabaja cada día para ganarse el pan en la
mesa, y aun así, por culpa de muchos otros pastores que a
través del diezmo roban a su propia iglesia, violan a muchos
niños y se ríen de los pobres, a veces es menospreciado.
Reto del día: Te pido que ores por tu pastor, si aún no vas a una
iglesia, ora por los pastores de todo el mundo que hacen bien su
misión. Llevar el evangelio a toda criatura.
Día 20
Pide perdón por ser tibio
¿Sabes lo que dice Dios de las personas tibias? Que las vomitará
de su boca. No me lo estoy inventando yo. Es enserio.
Una persona tibia es la que va a la iglesia hoy y mañana ya es
atea. Una persona tibia te ama hoy y mañana te clava el puñal
por la espalda. Una persona tibia lee la biblia hoy y mañana ya
no tiene tiempo. Las 24 horas del día no le alcanzan. Una
persona tibia se levanta a la una de la tarde buscando comida.
No trabaja, no es activa, no contribuye en nada. En otras
palabras, es parte del problema y no de la solución. Y tú cómo
eres?
Reto del día: Si estás siendo una persona tibia, pide perdón a
Dios por eso y vuelve a empezar. Mañana será un nuevo día.
Día 21
Pide perdón por tu actitud en
los servicios
Reto del día: Hoy solamente te reto a leer estas palabras. Son de
una canción que a mi papá le gusta mucho.
Cuando un cristiano esta frío se sienta en la última banca,Con
una cajita de chicle: comienza ma'ca que ma'ca. Se estira
vuelve y se encoje, Josefa voltea y se rasca, con esto quiere
decir: Esta reunión se alarga,
Cuando hay que ofrendar no ofrenda, cuando hay que cantar
no canta.
Critica el predicador, critica las alabanzas.
"en fin comienza a sentirse: como un burro entre las vacas,”
Se deja crecer el bigote, se deja crecer la barba,Y una
tremenda melena, que le cobija la espalda. Se sienta y a nadie
le habla. Si lo hace: es durante el culto, para que otros se
distraigan .Ahora, si es una mujer, es muy poco lo que cambia
.Ya quiere llegar al culto con un bikini, con una tanga.
Con un Pantalón forra'o, y con una minifalda…
CONTINUARÁ….
Día 22
PARA QUÉ SIRVE PEDIR PERDÓN
Mucho se habla del perdón, y de los beneficios que puede traer
a nuestra vida el practicarlo. Pero rara vez nos explican con
claridad para qué sirve pedir perdón, o cómo aprender a
hacerlo de buena manera, para tener una mejor calidad de
vida en base a su práctica.
En este artículo nos centraremos justamente en eso: en explicar
para qué sirve pedir perdón y cuáles son los principales
beneficios que trae a nuestra vida el hacerlo adecuada y
oportunamente.
Para pedir perdón de la mejor manera es importante tener en
cuenta que no tenemos el control sobre las acciones de otras
personas, es decir, jamás podremos controlar lo que los otros
hacen o sienten. Únicamente tenemos control sobre nosotros
mismos, sobre nuestras acciones.
Reto del día: Relájate si quién te hirió aun no cambia sus
actitudes. Tú cumples con tu parte. Orar por él/ella.
Día 23
Los 6 beneficios de saber pedir
perdón
El acto de pedir perdón nos ennoblece. En el momento en el
que somos capaces de aceptar que estábamos equivocados y
que alguien merece una disculpa por nuestro comportamiento
pasado, estamos reforzando nuestra integridad y haciéndonos
una mejor versión de nosotros mismos.
Para pensar en que tenemos que pedirle perdón a alguien,
antes tuvimos que haber pasado por un proceso previo de
autoevaluación, el cual nos llevó a darnos cuenta que
habíamos cometido algunos errores.
Las personas que son capaces de reconocer sus propios errores
tienen la tendencia de llegar más lejos en cuanto al
cumplimiento de sus propósitos, aquel que no acepta sus
equivocaciones muy probablemente se tropezara con ellas en
repetidas ocasiones.
Reto del día: Agradece a Dios por haberte llevado por el camino
del perdón.
Día 24
Dando ejemplo
Si pides perdón a tus hijos les estás dando ejemplo
¿No es contradictorio pensar que los niños tienen que pedir
perdón, pero nosotros no hacerlo nunca? Los pequeños
aprenden por imitación, ya bien lo sabes: si tú gritas ellos gritan,
si tú sonríes ellos sonríen y su tú pides perdón ellos lo harán
cuando se hayan equivocado en algo.
¿Hay algo de malo en mostrar a los niños que también somos
humanos? Por supuesto que no, y tampoco hay nada de malo
en hacerles ver que todo el mundo puede errar, la clave está en
reconocerlo, admitirlo y aprender de ello.
Reto del día: Enséñales a tus hijos la importancia de pedir
perdón en el hogar.
Día 25
Nadie es perfecto
Tú no te has equivocado menos que otra persona. ¡Entiéndelo!
No eres más santo por no robar o cometer homicidio. Ahora,Si te
niegas a pedir disculpas a tus hijos o pareja, les estás mandando
el mensaje erróneo de que los padres no se equivocan nunca, o
lo que es peor, que aunque lo hagan, han de llevar la razón, lo
que dará como resultado que los niños sigan el mismo patrón
cuando lleguen a su vida adulta. ¿Sabías que pedir perdón
cuando se debe hacerlo es de valientes?
Reto del día: Deja de ser tan perfeccionista.
Día 26
Cómo pedir perdón a los hijos
- Pide perdón a tus niños cuando te des cuenta de tu error, no al
día siguiente. Si es posible, hazlo ahora mismo.
- Hazlo de corazón, mirando a sus ojos y con mucho amor.
Nunca con enojo o porque te toca.
- Utiliza palabras acordes a su edad que puedan entender bien.
- Explica cuál ha sido tu error y di que vas a tratar de no hacerlo
más.
- No temas si tienes ganas de llorar o te sientes frágil. La
fragilidad no es un pecado.
Pide perdón y hazlo todas las veces que sea necesario, es otra
manera idónea de mostrar el amor que sientes hacia tus hijos.
Recuerda que debemos perdonar 70 veces siete.
Reto del día: Descubre el resultado de ese enigma. Cuánto es
70 veces siete para que te hagas una idea de cuántas veces
debes perdonar a tus hijos.
Día 27
¿Qué se te ha hecho más difícil?
No podría saber con certeza qué es más difícil, si perdonar o
pedir perdón. Pero te puedo asegurar a que a este punto, Dios
ya tiene listo tu milagro. Te queda solo un día. Mira lo lejos que
has llegado. Hay fiesta en el cielo en este momento.
Reto del día: Cómprate tu helado favorito o tu hamburguesa
preferida y celebra. Te lo mereces.
Día 28
Agradece
Es hora de agradecer a Dios por haberte permitido encaminarte
en esta travesía hacia el perdón.
Escribe aquí: cómo te sentiste:
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¡Muchas gracias!
Gracias por haber realizado este viaje conmigo. Me encantará
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