PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
AUTOS: Nº 7728 - "ANDERSON JUAN ANIBAL Y OTROS C/ GIPLER
JUAN JOSE Y OTROS S/ SUMARIO (DAÑOS Y PERJUICIOS)" -
____________________________________________________
A C U E R D O :
En la Ciudad de Paraná, Provincia de Entre Ríos, a los
VEINTISEIS días del mes de Agosto del año dos mil
dieciseis, reunidos los Sres. Vocales de la Sala III de la Cámara Segunda
de Apelaciones en lo Civil y Comercial, Dres. Valentina Ramirez Amable
-Presidente a cargo-, Andrés Manuel Marfil y Alicia Cecilia Olalla, para
conocer del recurso de apelación interpuesto en los autos: "ANDERSON
JUAN ANIBAL Y OTROS C/ GIPLER JUAN JOSE Y OTROS S/
SUMARIO (DAÑOS Y PERJUICIOS)" Nº 7728, respecto de la
sentencia de fs. 519/536. De conformidad con el sorteo de ley
oportunamente realizado, -art. 260 del C.P.C. y C.- la votación deberá
efectuarse en el siguiente orden, Dres. Marfil, Ramirez Amable y Olalla.
Estudiados los autos, la Sala estableció la siguiente
cuestión a resolver:
¿Es justa la sentencia apelada?
A la cuestión propuesta el Dr. Andrés Manuel
Marfil dijo:
1.- Recursos a tratar:
Que viene a este Tribunal la presente causa a fin de dar
respuesta a los siguientes recursos:
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
a) del codemandado, Luis Edgardo Paredes (fs. 552)
b) de la actora (fs. 543)
c) arancelario por considerarlos bajos de los Dres.
Sergio Daniel Castrillón y Luis María Hormaechea (fs. 541)
Que los agravios fueron expresados a fs. 558/559 vta.
y 561/565 vta. y contestados respectivamente a fs. 567/568 y 570/571
vta. La apelación arancelaria se fundó con la interposición del recurso.
2. Los antecedentes del caso.
Juan Aníbal Anderson, Ana Cristina Arévalo y Eduardo
Anibal Anderson promovieron demanda por daños y perjuicios contra los
demandados Juan José Gipler -conductor y titular registral de la
camioneta Chevrolet dominio UCV-089- y Luis E. Paredes - conductor del
camión Mercedes Benz 1518 dominio TCA-347 con acoplado UXH-363-.
En el promocional se indicó que el día 13/05/2004 el
actor -siendo menor en la ocasión- junto a su hermana y a una amiga de
ésta se dirigían desde Tacuaras Ombú a La Paz con el Sr. Juan J. Gipler,
en calidad de terceros transportados en la camioneta del demandado.
Que circulaban por la ruta provincial Nº 1, km. 10 y al llegar a la curva
donde vive la familia Cosi y ver que venía un camión aparentemente por
la mano contraria alerta al conductor de la camioneta y luego recuerda
que se despertó en el Hospital de La Paz, siendo trasladado luego a la
Clínica Mayo donde fue intervenido.
Que como corolario del accidente el actor quedó con
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
secuelas invalidantes. Manifestó que la responsabilidad en el evento
recae sobre ambos partícipes del accidente y que, conforme se ha
expedido la jurisprudencia, la víctima se encuentra dispensada de
investigar su mecánica.
Estimó los daños y perjuicios en la suma total de $
240.988,00 siendo los rubros reclamados los siguientes: gastos médicos,
farmacia y transporte -erogación que habrían practicado los Sres. Juan
Aníbal Anderson y Ana Cristina Arévalo- ($ 30.000,00), incapacidad
sobreviniente- 45%, luxación traumática de cadera derecha,
escoriaciones múltiples en región frontal medio, en dorso de mano
izquierda y derecha, miembro inferior derecho con pérdida de alineación
rotado internamente con excoriación y edema en región pretibial
derecho, luxación cadera derecha con rotura cejo cotiloideo posterior-
($150.988,00), daño moral ($ 40.000,00), daño estético ($ 20.000,00).
Peticionó asimismo, la citación en garantía del Instituto Autárquico
Provincial del Seguro.
La citada en garantía luego de efectuar una negativa de
los hechos expresó que es incorrecta la citación en calidad de
aseguradora del camión dominio TCA 347 ya que su propietario no fue
demandado y que, a su turno, declinan todo tipo de responsabilidad a su
respecto por incumplimiento de la cláusula de cobranza. Que el
codemandado, conductor y titular registral de la camioneta dominio
UCV089 sí se encuentra amparado por un seguro de responsabilidad civil
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
cuyo límite de cobertura es $ 200.000,00. Declina la responsabilidad del
único asegurado, endilgando a éste culpa grave por haber invadido el
carril contrario y contar con un nivel de excitación alcohólica, negándose
en la ocasión a la extracción de sangre. Al efectuar el relato de la
situación fáctica describió que, de conformidad a las actuaciones penales,
el camión se dirigía de Sur a Norte por ruta 1 camino La Paz-Feliciano y la
camioneta lo hacía de Norte a Sur, en sentido inverso. Atribuyó
responsabilidad en la mecánica del accidente al conductor del camión que
traspasó la línea de ángulo de la curva y reitera la exclusión de cobertura
por estado de alcoholismo en la persona del conductor de la camioneta.
Cuestiona los rubros reclamados y solicita se rechace la demanda, con
costas.
A su turno, el co-demandado, Luis Edgardo Paredes
-conductor del camión dominio TCA-347-, al contestar la demanda, negó
los hechos invocados por la actora y señaló en relación con el accidente
que coincidía en el relato de la actora en cuanto a las condiciones de
tiempo y espacio en que el mismo operó. Indicó que fue la camioneta
quien embistió bruscamente al camión por él conducido. Que fue el
conductor de la pick up quien, en evidente estado de ebriedad, en forma
imprevista, abrupta y violando las normas de tránsito, invadió con la
camioneta su carril, viéndose compelido a cambiar de carril para evitar
un choque frontal. Agregó que el acceso a la banquina ese día habría
ocasionado un mal mayor atendiendo las características de la misma
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
-abovedada y embarrada-. Peticionó la citación en garantía del
I.A.P.S.E.R. y, oportunamente, se rechace la demanda, con costas.
Por su parte, el co-demandado, Juan José Gipler,
conductor de la camioneta dominio UCV089 en primer lugar, opuso
excepción de falta de personería parcial, atento que el actor había
fallecido. Luego procede a contestar la demanda, ocasión en la que
efectuó una negativa general de las circunstancias alegadas y ofreció su
relato de los hechos, expresando que en idénticas situaciones especiales
y temporales fue embestido de frente por el camión de la
coaccionada. Que venía circulando a velocidad reglamentaria por su
mano y al ver de frente al camión ocupando su mano, realizó una
maniobra evasiva a fin de evitar el impacto, tirándose a la izquierda que
era donde tenía más espacio, ofreciendo para ello las constancias del
expediente penal. Rechazó los rubros reclamados. Solicitó la citación en
garantía del I.A.P.S.E.R., se haga lugar a la excepción y se rechace la
demanda, con costas.
3.- La sentencia recurrida
La sentencia de primera instancia rechazó la demanda
promovida contra Juan José Gipler y contra la citada en garantía,
I.A.P.S.E.R. e hizo lugar parcialmente a la demanda instaurada contra
Luis Edgardo Paredes, con costas y reguló honorarios.
Para así decidir subsumió el presupuesto de hecho en lo
normado por el art. 1113 del C.C., considerando que los vehículos que
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
intervinieron en el hecho constituyen cosas riesgosas, citando la doctrina
vinculante de la Sala Civil y Comercial del S.T.J.E.R. dictada en autos
"Remises Alem S.R.L. c/ Oris s/ Sumario por indemnización de daños y
perjuicios", 31/10/2001.
La sentencia, evaluó las constancias obrantes en sede
penal, en particular el dictamen pericial, las testimoniales allí recabadas y
el auto de sobreseimiento respecto de Juan José Gipler y concluyó que el
accidente se produjo porque el conductor del camión invadió el carril de
circulación que le correspondía a la camioneta, siendo esta circunstancia
determinante del evento dañoso, atribuyéndole responsabilidad al
conductor del camión por incumplimiento a las normas del art. 39 inc. b,
48 inc. j) y 50 de la L.N.T., siendo responsable del hecho dañoso (arts.
1109 y 1113 del C.C.).
Que al valorar la conducta asumida por el conductor de
la camioneta y si ésta tuvo incidencia causal, coligió que las pruebas
rendidas no resultan suficientes para establecer que aquél haya tenido un
grado de alcoholemia superior a los 500 miligramos por litro de sangre,
vedado por el art. 48 inc. a) de la L.N.T. Indicó que Juan José Gipler logró
acreditar que los daños cuyo resarcimiento se demanda son consecuencia
del obrar de un tercero por el cual no tiene obligación de responder, o
sea, del conductor del camión.
Habiendo concluído que el evento se produjo bajo la
órbita de responsabilidad del guardián del camión, meritó la defensa
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
opuesta por la citada en garantía, en tanto no fue demandado titular
registral del vehículo asegurado ante el I.A.P.S.E.R. y, en tal sentido,
estimó aplicable al caso la doctrina del S.T.J. in re "Romiel S.R.L. c/
Baraballe" sent. 30/10/2007 y "Fernández Sonia Verónica c/ Sancor
Cooperativa de Seguros Limitada y Otros s/ Daños y perjuicios",
03/10/2007, y en consecuencia sostuvo que en virtud de ello y lo
dispuesto por el art. 118 de la Ley de Seguros no resulta posible la acción
directa contra la compañía aseguradora por parte de la víctima. Como
conclusión de lo dicho la sentencia de grado hizo lugar parcialmente a los
rubros reclamados, cuantificando en $ 1.500,00, los gastos médicos,
farmacéuticos y de transporte; indicó que el actor presenta una
incapacidad del 30% determinando la suma de $ 60.480,00 como
reparación; rechazó el rubro de daño estético y estimó en $ 2.000 el
daño moral, todos ellos con más los intereses devengados desde el
acaecimiento del hecho.
4. Los Agravios
a) De la co-demandada.
El conductor del camión -Sr. Paredes- en su memorial
recursivo se agravia de la conclusión arribada en la sentencia que indica
que su parte es el único responsable del evento dañoso, valorando la
prueba rendida en autos en perjuicio de su parte, considerando que ello
la torna arbitraria.
Señala que no se ha tenido en cuenta la testimonial de
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
la Sra. Ayala (fs. 87/89) por considerarlos confusos. Pese a ello, entiende
que la testimonial se apoya en otros elementos probatorios objetivos que
acreditan que la conducta del co-demandado Gipler, al menos contribuyó
a que así ocurriera, cuando no se le impute exclusiva responsabilidad.
Señala que la declaración en cuestión es contundente, no existiendo
confusión alguna al respecto. Que el modo errático del conductor de la
camioneta obedece a la ingesta de alcohol que éste presentaba, lo que
fue corroborado por los testigos que lo acompañaban y el policía que
intervino en la ocasión y por la negativa a realizarse la extracción de
sangre para que se practique el análisis de alcoholemia.
Advierte que cuanto menos debió imputarse al co-
accionado un grado de culpa concurrente, ya que las maniobras relatadas
y demás circunstancias aconsejan hacerlo. Si bien la valoración de la
prueba obedece a la sana crítica, ella no puede desconocer aspectos
legales como presunciones establecidas por las leyes nacionales (art. 73
y 48 inc. a) de la L.N.T.).
Agrega que el informe accidentológico refiere que el
camión invade el carril contrario, también indica que la camioneta
circulaba por el medio de la calzada, sin poder determinar si momentos
previos al accidente lo hacía en el carril del camión. Solicita se revoque la
sentencia, con costas.
b) De la parte actora
En primer lugar la accionante se agravia en virtud que
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
la sentencia rechazó la demanda contra el co-demandado, Sr. Gipler,
sosteniendo para ello que en autos se halla acreditado que éste circulaba
en contramano al momento del accidente, en zigzag, habiendo ingerido
alcohol.
En particular refiere a la pericial accidentológica
rendida en las actuaciones penales, de la que se desprende que "la
camioneta al momento del impacto circulaba por el centro de la calzada,
no pudiéndose determinar si previo al contacto estructural con el camión
invadía totalmente el carril contrario". De idéntica pericia surge que
ambos vehículos invadieron las manos contrarias, por lo que resulta
indudable la responsabilidad de ambos, ya que la parte actora es un
tercero transportado, víctima, ajena desde todo punto de vista al hecho
que motivare la presente.
Luego de transcribir partes de las declaraciones
testimoniales recabadas en sede penal, señaló que las tres personas que
venían en la camioneta con el co-demandado Gipler no sostuvieron que
éste transitara por su mano previamente al accidente, y era carga de su
parte acreditar tal situación de hecho. Refiere que el testigo Paniagua,
sobre el que la sentencia hace fundamental hincapié, resultando absurdo
dar credibilidad a un supuesto testigo que se encontraba por la noche,
bajo la lluvia, en medio del campo, a unos 500 metros del accidente y
que no declaró en sede penal.
Respecto de este primer agravio concluye el apelante
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
que de los testimonios rendidos por los partícipes del accidente, la
halitosis alcohólica informada por el médico policial, su negación a
consentir el análisis, sumado a lo dictaminado por el perito
accidentológico en sede penal, resulta determinante de la responsabilidad
existente en el accidente, evidenciando que ambos co-demandados han
tenido una participación activa y necesaria en el siniestro, por lo que
solicita, se revoque el fallo haciendo extensiva la condena a Gipler y a su
aseguradora.
En segundo lugar, se agravia el recurrente en tanto se
rechazó la demanda contra el I.A.P.S.E.R. por falta de acción directa
contra el demandado Paredes.
Señala que conforme las condiciones generales de la
póliza, la aseguradora ampara al asegurado o a quien con su autorización
conduzca el vehículo amparado. Aclara que el contrato se celebra sobre
un vehículo en particular del asegurado, por lo que la compañía se
compromete a mantener indemne al tomador y/o quien con su
autorización lo conduzca. Que, a su turno, el instituto asegurador citado
no acreditó la falta de pago de la póliza en cuestión, por lo que debe
entenderse que ésta se encontraba vigente al momento del siniestro.
En tercer lugar se agravia de la cuantificación de los
rubros admitidos por la sentencia.
Así critica que respecto al rubro de farmacia, gastos
médicos y de traslado, resulta absurda la definición dada en primera
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
instancia atento que a si bien tuvo por acreditado lo sostenido por su
parte, concede una suma irrisoria, que se traduce prácticamente en su
rechazo.
En relación a la incapacidad sobreviniente, es motivo
de agravio del apelante que la sentencia haya considerado para disminuir
el monto el hecho que no quedó determinado si quedaron secuelas
psíquicas, señalando que la propia recurrida lo reconoció. A su turno
entiende que es equivocada la consideración de la suma de $ 350 como
S.M.V.M. que era el que correspondía a la fecha del accidente y no el
vigente a la fecha de promoción de la demanda.
Agraviándose además que no se haya considerado el
informe producido por el médico particular -reconocido judicialmente- y
que estima la incapacidad del actor en un 45 %.-
También es motivo de agravio el rechazo del rubro
daño estético reclamado y la conclusión arribada en la sentencia de que
su parte no acreditó la renguera o huellas físicas indelebles. A contrario
de lo allí expuesto sostiene que de las testimoniales surge con claridad
que el actor no camina bien y que tuvo que dejar de practicar su deporte
preferido, el fútbol. De las testimoniales recabadas sumadas a la historia
clínica y a la pericia médica surge evidente que el actor padeció un
menoscabo en su andar.
También es motivo de agravio el monto otorgado en
primera instancia respecto al daño moral sufrido, que se evidenció en un
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
impacto psíquico importante, que le produjo influencias disvaliosas en su
personalidad, teniendo particularmente en cuenta que no puede practicar
más el deporte, para el que tenía condiciones de ser profesional.
Finalmente, señala que son bajos los honorarios que le
fueron regulados y se agravia de la imposición de costas a su parte,
considerando que deben imponerse la totalidad a la demandada.
Solicita, en suma se haga lugar al recurso articulado,
con costas.
c) Agravios de los letrados de la co-demandada
por los honorarios regulados.
En el memorial recursivo señalaron que le causa
agravio a su parte el hecho que en el auto regulatorio la sentencia los
consideró parte perdidosa, en comparación a los honorarios regulados a
la parte actora. Con cita del art. 32 de la L.A. expresan que el reclamo
contra su representado fue rechazado totalmente, por lo que los
honorarios de su parte deben hacerse considerando el monto total
reclamado con intereses y como parte ganadora.
Que, por su parte, cuestiona la decisión de la instancia
anterior en tanto entiende que se apartó de la escala del art. 30 de la
L.A. Solicitan en definitiva se revoquen los honorarios regulados y se
efectúe una nueva regulación conforme a derecho.
5.- Contestaciones de agravios.
La parte co-demandada Juan J. Gipler -conductor de la
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
camioneta- contestó los agravios vertidos por la co-accionada Paredes
-conductor del camión- y de la parte actora.
a) A los agravios vertidos por el co-demandado
Paredes, opuso en primer lugar la deserción del memorial recursivo,
considerándolo que no es más que la reproducción de los alegatos.
Señala que es falsa la afirmación del recurrente que pretende desvirtuar
la pericia accidentológica alegando que de ella no se puede determinar la
ubicación de los vehículos momentos previos al impacto, ya que de ella
se extrae que el camión conducido por el coaccionado Paredes venía
circulando por la mano contraria. Por su parte indica que constituye un
error del recurrente pretender que se tornen operativas las presunciones
establecidas en el art. 73 de la L.N.T. y el art. 48 inc. a) de idéntico
cuerpo normativo.
Que tal como lo merituó la sentencia, el hecho que el
conductor de la camioneta se negare a efectuar el examen de
alcoholemia y el testimonio de Noriega -que se contraponen al testimonio
de Anderson y Demichelis- no resultan suficientes para establecer que
éste se conducía con un grado de alcohol superior a los 500 miligramos
por litro de sangre.
b) Frente a los agravios de la actora también solicitó la
deserción del recurso de apelación, estimando que el planteo no
constituye una crítica concreta y razonada de la resolución atacada.
Sostiene que de la pericia accidentológica obrante en la causa penal se
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
determina la falta de responsabilidad en el accidente de su parte y que el
evento ocurrió por responsabilidad exclusiva del conductor del camión.
Que si bien la pericia refiere que al momento del impacto el vehículo
conducido por su parte circulaba por el centro de la calzada, también es
cierto que la misma determina que el camión invadió la mano contraria;
motivo por el cual su parte intentó esquivar por el otro carril a fin de
evitar el impacto, sin poder lograrlo; hechos éstos que han sido
corroborados por las declaraciones testimoniales. Estima acertada la
decisión de primera instancia en cuanto concluye que la supuesta
halitosis alcohólica y la declaración testimonial de Noriega, no resultan
suficientes para establecer que su parte conducía su vehículo con un
grado de alcoholemia superior a la legalmente permitida y menos aún
que pueda hacerse operativa la presunción alegada.
En virtud de lo expuesto solicita se confirme la
resolución recurrida en cuanto ha sido materia de agravios, con costas.
6.- Tratamiento del recurso
El pedido de deserción no debe admitirse por cuanto las
expresiones de agravios contienen una crítica razonada del fallo que
habilita al apelante a trasponer el umbral de admisibilidad recursivo.
6.1. Régimen legal aplicable
Una cuestión de índole metodológica obliga a tratar en
forma preliminar la relación entre la acción penal y la civil.
Del análisis del expediente llevado adelante por el
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
Juzgado de Instrucción de La Paz y que obra apiolado al presente, se
verifica que en la oportunidad se dictó el sobreseimiento del co-
demandado Gipler.
El juez consideró que "... no es posible determinar con
un mínimo de consistencia probatoria, ni por los testimonios, ni por la
pericia técnica si el traspaso del camión a la mano contraria -lo que
aparece determinado en la pericial- se debió a la culpa del chofer del
camión o a su necesidad de evitar la colisión con el vehículo menor que
se conducía por su mano y si la maniobra del encartado a su vez, fue por
su culpa o para evitar el camión que venía de frente, lo que obligó a
desviarse al carril contrario, colisionando en la mitad de la calzada".
Ahora bien, debe ponderarse que de conformidad con lo
dispuesto en el art. 1775 CCCN, se ha establecido que el dictado de la
sentencia en el proceso civil no debe suspenderse hasta que concluya el
proceso penal, cuando la acción promovida lo sea por reparación de
daños fundados en un factor objetivo de responsabilidad -como acontece
en el particular-.
Y, por su parte, el art. 1777 CCCN, segundo párrafo,
autoriza a discutir el hecho generador de responsabilidad cuando en sede
penal se haya decidido que éste no constituye delito o no compromete la
responsabilidad penal del agente. De esta manera el nuevo Código
recepta las corrientes doctrinarias y jurisprudenciales que ya distinguían
que cuando se atribuye responsabilidad fundada en un factor de
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
atribución de tipo objetivo resulta irrelevante la decisión dictada en sede
penal, ya que ésta última se funda en un reproche subjetivo típico, ajeno
al proceso civil de daños.
Con lo cual surge sin hesitación que no opera la
prejudicialidad penal en este sentido. Las aludidas normas son de orden
público, vigentes al momento del dictado de la presente y, por lo demás,
es una norma aplicable al caso de conformidad con lo dispuesto en el art.
7º CCCN, pues se trata en definitiva de una cuestión procesal y de
aplicación inmediata a los juicios en trámite en los que no se hubiere
dictado sentencia o -como en el caso- la sentencia no estuviese firme por
estar apelada (En sentido se concordante se ha expedido esta Sala in re:
"Sueldo c/ Fernández s/ Sumario", Expte. Nº 6851, sent. 30/10/2015).
En cuanto a la cuestión de fondo, debe resolverse por
la normativa vigente al momento de ocurrencia de los hechos por
aplicación de la noción del consumo jurídico, establecida en la regla
general de vigencia de la ley en el tiempo del art. 7º CCCN (cfr.
Kemelmajer de Carlucci "La aplicación del Código Civil y Comercial a las
relaciones y situaciones jurídicas existentes", p. 100/4, Rubinzal-Culzoni,
2015; esta Sala III in re "Siede c/ Molina" 09/09/2015, "Sueldo
c/Fernández" 30/10/15).
6.2. Respuesta a los agravios
6.2.1. Resumidos los antecedentes del proceso,
corresponde tratar los agravios proferidos en el recurso, debiendo
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
recordar que el Tribunal de apelación se encuentra plenamente
autorizado a hacer uso del principio "iure novit curia", es decir, que el
órgano ad quem no está limitado en su razonamiento ni por la
argumentación del recurrente ni por la del Juez de Primera Instancia
encontrando límite el poder jurisdiccional en la plataforma fáctica, los
argumentos presentados en autos, y los agravios vertidos (STJER Sala Civil
y Comercial in re "Villarreal Norma Ofelia y otra c/ Villareal Mónica Gabriela s/
Ordinario" del 5/6/14).
Por cuanto "El órgano ad-quem no está limitado en su
razonamiento por la argumentación del recurrente. Si bien debe ceñirse a
los puntos objetados, al abordarlos tiene amplias facultades, iguales a las
que sobre la materia tiene el a-quo. Inclusive, el juez de apelación puede
utilizar distintos fundamentos de derecho de los invocados por las partes
y por el juez de primera instancia" (Loutayf Ranea Roberto G., "El recurso
ordinario de apelación en el proceso civil". Pág. 118 Nota 20, jurisprudencia allí
citada, Astrea, Bs. As., 1989).
Siendo limitado el Tribunal revisor en sus poderes por
la ley procesal al impedirle fallar sobre cuestiones no propuestas al Juez
de primera instancia (art.265 CPCCER).
6.2.2.- Análisis de los presupuestos de
responsabilidad. La situación del tercero víctima en un accidente
(Respuesta a los recursos del actor y del co-demandado Paredes).
Determinado el alcance de la intervención de esta
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
Alzada corresponde analizar si en las presentes actuaciones se verifica la
concurrencia de los presupuestos de la responsabilidad que se atribuyen
a los conductores de los vehículos involucrados en el evento.
En materia de accidentes de tránsito protagonizados
por dos cosas riesgosas deviene aplicable la norma del art. 1113 2º
párrafo 2º apartado del Cód. Civil. La intervención de dos cosas
riesgosas en el accidente, no excluye ni neutraliza la aplicación de las
presunciones establecidas en la norma citada sino que, en tal caso, las
presunciones serán concurrentes o recíprocas, correspondiendo afrontar
cada uno de los intervinientes los daños causados al otro, salvo prueba
de la existencia de alguna de las circunstancias eximentes de dicha
responsabilidad objetiva (cfr. Sala Civ. y Com. STJ: "Remises Alem c.
Oris", 30/10/2001; esta Sala in re: "Oubel c. Balzano", nº 6240,
30/11/2011; "Molina Strack Gabriel M. c/ Wolf Daniel O. s-Sumario" Nº
5619, 31/07/2009, entre otros).
Ello tal como se señalara precedentemente no releva a
los actores de probar la ocurrencia del hecho y la relación de causalidad
adecuada entre éste y el perjuicio que se atribuye.
No fue motivo de embate la ocurrencia del accidente
protagonizado por la camioneta y el camión, ni la titularidad registral de
aquél, ni el carácter de conductor de éste último. Sí ha quedado
controvertida la relación causal del siniestro vial. En particular, el co-
demandado Paredes endilga responsabilidad exclusiva o, en su defecto,
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
concurrente la co-demandada y la actora atribuye responsabilidad
concurrente a ambos.
Cabe entonces determinar si los demandados han
logrado acreditar las eximentes de responsabilidad que a tal fin invocan.
La controversia giró en la instancia anterior -y se mantiene en la Alzada-
respecto a que ambos codemandados se atribuyen responsabilidad por
haberse cruzado al carril contrario a su circulación.
Del análisis de las pruebas rendidas en autos y en
particular de la pericial obrante en el expediente penal que corre
apiolado, se concluye que el camión se desvió "...de su trayectoria
invadiendo totalmente el carril de circulación contrario hasta instantes
previos al impacto con la camioneta, en que iniciaba el ingreso a su carril
de circulación y que, la camioneta al momento del impacto circulaba por
el centro de la calzada, no pudiéndose determinar si previo al contacto
con el camión invadía totalmente el carril contrario". (cfr. fs. 114 vta.).
Ahora bien, sólo cabe admitir la eximición de
responsabilidad de cuando el evento se produjo por culpa exclusiva del
tercero y ésta última revista los caracteres de imprevisible e inevitable,
situación de hecho que no ha sido acreditada en autos. Ninguno de los
vehículos intervinientes ha podido acreditar el factor externo que
interrumpa el nexo causal, máxime cuando también ha quedado
demostrado que los dos vehículos que intervinieron en la ocasión se
conducían invadiendo la calzada contraria a su mano.
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
Finalmente y en orden a la procedencia de la acción
instaurada contra todos los intervinientes, la situación del tercero víctima
en un accidente de tránsito en que han intervenido más de una persona
ha sido una cuestión reiteradamente resuelta por las Salas de esta
Cámara que no tiene que investigar la mecánica del accidente, pudiendo
dirigir su acción contra todos los protagonistas del mismo o contra uno
solo de ellos, sin perjuicio de las acciones que ulteriormente puedan éstos
entablarse entre aquellos; principio que no es absoluto pues cede ante la
culpa exclusiva de uno de los protagonistas que debe reunir las
características de tener capacidad de romper el nexo de causalidad es
decir ser equiparable al casus.
En esta situación de tercero quedan amparados los
actores, puesto que ellos reclaman en virtud del evento en el que
intervinieron dos cosas riesgosas y que tuvo como resultado los daños
cuya indemnización pretenden. De lo dicho se colige que no es la víctima
del infortunio quien carga con la prueba de la mecánica del accidente y,
en tal carácter posee facultades suficientes para accionar contra todos
quienes intervinieron ya sea en forma conjunta o alternativa.
Por aplicación de los criterios interpretativos antes
referidos, debe concluirse que ninguno de los accionados ha demostrado
en forma cabal, que haya sido el hecho de un tercero por quien no deben
responder, el factor interruptivo del nexo causal existente entre el
siniestro vial y los daños.
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
Dicho lo cual, establecida la insuficiencia de actividad
probatoria acerca de las eximentes por ellos alegadas, la responsabilidad
de cada uno de los demandados deviene íntegra respecto de los actores,
es decir, que en forma concurrente deberán afrontar la reparación de los
perjuicios ocasionados. Ello sin perjuicio, como se dijo, de la ulterior
acción de regreso que pueda caber entre ellos y en la medida de la
proporción causal que le sea atribuible en el hecho lesivo, lo que, según
se ha expuesto supra, no ha quedado establecido en las presentes, ni
corresponde hacerlo en virtud que la víctima es ajena a esa distribución
causal y es su reclamo el objeto del presente pleito.
6.2.3.- La situación de la citada en garantía
I.A.P.S.E.R. (Respuesta al recurso del actor).
a) La situación respecto del conductor y titular
registral de la camioneta
Habiéndose hecho extensiva la responsabilidad del co-
demandado Gipler en esta Alzada, a diferencia de lo resuelto en la
instancia anterior, corresponde considerar el alcance de la declinación de
cobertura respecto del asegurado, a quien endilgó culpa grave por haber
invadido el carril contrario y contar con un nivel de excitación alcohólica,
habiéndose negado en la ocasión a la extracción de sangre.
A este respecto cabe señalar que las pruebas recabadas
particularmente en sede penal -comunicación de novedad de fs. 1/vta., el
informe médico de fs. 11, la negativa a la extracción de sangre de fs. 22
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
y la declaración testimonial de fs. 29/vta.- pueden ser tomadas como
pautas indiciarias del posible consumo de alcohol por parte del conductor
de la camioneta. Sin embargo, ellas no resultan suficientes para acreditar
el grado de alcoholemia presente en la sangre del accionado ni para
concluir que el mismo haya sido motivo de la ausencia de dominio del
vehículo por él conducido, ni del mismo accidente y menos aún del dolo o
culpa grave que exige la cláusula 20 de la póliza de seguro para excluir la
cobertura de la entidad aseguradora.
La jurisprudencia local ha tenido oportunidad de
pronunciarse en distintos precedentes, que resultan trasladables al
subexámine, en los que se estableció el modo de determinar en forma
objetiva cuándo el nivel de alcohol en sangre puede equipararse al
concepto de culpa grave, para excluir la responsabilidad de la citada en
garantía. En tal sentido se ha dicho que: "... la culpa grave a que aluden
los arts. 70 y 114 L.S. (...) pueda identificársela más con la voluntad
conciente que con el simple descuido y decirse que se deseó u ocasionó
voluntariamente el hecho, en actitud cercana al dolo. La interpretación
respecto a las conductas concretas que deben reputarse incursas en el
concepto de culpa grave debe ser (...) necesariamente restrictiva pues
una apreciación lata del concepto puede llevarnos a una verdadera
desvirtuación de la función económico-social que cumple el contrato de
seguro, limitando la cobertura que el mismo confiere sólo a daños
causados sin culpa del agente o al ámbito de la responsabilidad objetiva.
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
Además, la carga de acreditar la existencia de culpa grave corresponderá
a la aseguradora que pretende eximirse de responsabilidad frente al
damnificado" (esta Sala in re "Gregorutti c/ Antola", 29/02/2012).
A la luz de tales pautas, si bien la conducta
presumiblemente adoptada por el co-demandado, podría haber
configurado una actitud culposa y violatoria de la reglamentación vigente,
en autos no sólo no se ha acreditado que haya existido, sino que tampoco
se la ha podido caracterizar con entidad suficiente para constituirse en
una grave o de grosera infracción a las normas de conducción, cercana al
dolo, exigible a los fines de la eximición de responsabilidad que
contemplan los arts. 70 y 114 L.S. y la cláusula 20 del contrato de seguro
acompañado.
b) La situación respecto del conductor del
camión
Respecto de la obligación de la aseguradora de
mantener indemne al conductor autorizado -chofer del camión-, cabe
señalar dos cuestiones: a) de las cláusulas de la póliza surge un claro
compromiso contractual de la aseguradora, pudiendo leerse en el acápite
"Condiciones general para el seguro de vehículos automotores y/o
remolcados ... Riesgo Cubierto: El asegurador se obliga a mantener
indemne al asegurado y/o a la persona que con su autorización conduzca
el vehículo objeto del seguro (en adelante el conductor), por cuanto
deban a un tercero como consecuencia de daños causados por ese
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
vehículo o por la carga que transporte en condiciones reglamentarias, por
hechos acaecidos en el plazo convenido, en razón de la responsabilidad
civil que pueda resultar a cargo de ellos. El asegurador asume esta
responsabilidad únicamente en favor del Asegurado y del Conductor, ..."
(vide fs.42 vta).
b) por otra parte consideramos correcta la posición
jurisprudencial que equipara las figuras del conductor con la del
asegurado, así un recordado fallo en Pleno de la Cámara Nacional Civil en
"Irago c/ Cabrera" sostuvo "Prospera igualmente la condena a la
aseguradora cuando fue traído a juicio el conductor del rodado, la póliza
asimila la figura del conductor y el asegurado, cuando aquél estuviere
autorizado" (CNCiv. en pleno, “Irago c/ Cabrera”, JA 1985-I, 395).
Que, no estamos en presencia de un supuesto en que
se esté ejerciendo una demanda directamente contra la aseguradora,
supuesto de por sí harto controvertido, sino de una situación distinta, por
cuanto, es un caso en que la aseguradora interviene como citada en
garantía de uno de los dos sujetos cuyos patrimonios expresamente se
comprometió a cubrir en el contrato de seguro de responsabilidad
contratado.
En relación con la declinación de cobertura planteada
en función de la falta de pago, como la aseguradora no produjo la pericial
propuesta debe considerarse no probada la misma ante la existencia de
la póliza contratada y el hecho que el asegurado señalo en su responde
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
con detalle la modalidad del pago, indicando puntualmente los cheques
que entregó, persona que los recibió, etc..
En función de lo expuesto, debe admitirse el recurso en
este punto y corresponde extender la responsabilidad a la Compañía
Aseguradora "Instituto Autárquico Provincial del Seguro de la Provincia de
Entre Ríos" que debe responder en el límite de la cobertura contratada.
6.2.4.- Rubros indemnizatorios (Respuesta al
recurso del actor)
a) Gastos de farmacia.
Cuando el damnificado en un accidente de tránsito fue
atendido en un hospital público o particular pero posee cobertura de
salud, en principio no corresponde computar honorarios médicos o de
enfermería u hotelería médica, sin embargo es sabido que no todos los
medicamentos ni todos sus importes son cubiertos por el nosocomio
público ni por las obras sociales, por ello y atendiendo al criterio
jurisprudencial que sostiene partiendo de una presunción hominis que
para los gastos médicos y de farmacia no se exige necesariamente la
prueba acabada de su existencia si están probadas las lesiones y el
tratamiento, debe procederse a fijar una suma que resulte una razonable
estimación de estos en tanto guarden relación con las lesiones sufridas.
Ya se ha sostenido en este órgano judicial que: "La
facultad del art. 162 CPCC permite estimar un monto, más no implica
reconocer todo lo reclamado. Es que las consecuencias de las deficiencias
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
probatorias en punto a la extensión del rubro deben ser soportadas por el
accionante, pues la prueba de tales extremos se encontraba a su cargo
-art. 363 CPCC-. En ese sentido, se ha dicho que cuando la determinación
se realiza conforme al art. 162 citado, ella es sólo una estimación
aproximada que bien puede ser inferior a su valor real, diferencia que, en
definitiva, debe pesar sobre el propio reclamante en tanto la falta de
prueba, a él imputable, impone recurrir a dicho procedimiento" (cfr. esta
Sala in re “Laco Andrés Rodrigo c/Basaldúa Dalmiro José y otros s/ Ordinario"
30/4/15, "Ledesma Cristian José c/ González Conrado Ezequiel s/ Ordinario" del
10/8/2014, "Larramendia Juan C. c. Blasko, Juan D. y ot- sumario" nº 6094 -
15/06/2011. En igual sentido, cfr. Cám. Segunda Pná., Sala II "Flematti c.
Orzuza-Sumario" 09/02/98; Cám. de Concepción del Uruguay, Sala Civ. y Com.
"Riccio c. Briozzo", 23/09/1996, citados en Rev. de Derecho de Daños
"Determinación Judicial del Daño", 2005-3, p. 263, ed. Rubinzal-Culzoni).
Los agravios vertidos por el recurrente no logran
conmover los argumentos desarrollados en la sentencia, motivo por el
cual, corresponde rechazar el reclamo contra ella articulado.
b) Incapacidad sobreviniente
En relación a los rubros reclamados por incapacidad
sobreviniente, ya hemos dicho que comprende la lesión que trae
aparejada una disminución física que se proyecta en una minusvalía de la
capacidad no sólo valorativa sino relacionada con las restantes
actividades sociales, culturales, deportivas y de su vida de relación.
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
Conforme las pautas fijadas por el art. 1746 CCCN, y
precedentes de esta Sala (cfr. "Morel Diego G. N. c/ Ojeda Jorge E. y otra
s/ Ordinario daños y perjuicios", Nº 7482, 31/7/15; "Romero José
Enrique c/ Altamirano Enrique Omar s/ Ordinario", Nº 7791, 28/11/2014,
"Leiva Mauricio E. c/ Municipalidad de Hernandarias", Nº7300, 29/5/15)
debe tomarse en cuenta un ingreso hipotético mensual del damnificado,
la fórmula utilizada por esta Sala (Las Heras Requena) su edad o los años
de probable vida productiva, a los fines del cálculo del factor de
aplicación, y al resultado formulario aplicarle el correspondiente
porcentaje de incapacidad, ello como una pauta básica a los fines
indemnizatorios que debe integrarse o complementarse para cubrir la
totalidad del aspecto de la persona.
En virtud de las lesiones e incapacidad determinados
por la pericia médica se estima justo y adecuado a las pautas antes
reseñadas la cuantificación efectuada por la sentencia de primera
instancia, por lo que se propicia que sea confirmada en esta Alzada. No
pudiendo convalidarse la tesitura de la actora que pretende se considere
el porcentual que consta en el informe médico particular que acompañara
por cuanto el mismo no tuvo control de la contraparte y además la
prueba que se ordenó precisamente para determinar el porcentual fue la
pericial que obra en la causa.
c) Daño moral y estético.
La prueba directa de la magnitud del daño moral
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
sufrido resultará casi imposible, atento a lo cual, de conformidad con lo
establecido en el art. 162 CPCC, el juez deberá considerar las
circunstancias del hecho generador de la lesión -vgr. el diagnóstico de los
expertos, el grado de incapacidad-, como así también la calidad moral y
otras circunstancias de índole personal del reclamante que permiten
ponderar en concreto -no en abstracto- el grado de afección que el
evento dañoso pudo causar en el espíritu del actor; todo ello a fin de
establecer objetivamente la cuantificación del daño moral irrogado.
Respecto de la extensión del daño moral, ya he
sostenido que "Sin perjuicio de lo expuesto, cabe admitir respecto del
daño moral que es un daño de los denominados In Re Ipsa, es decir de
aquellos que no requieren de una prueba en particular para tenerlo por
acreditado pues su acaecimiento está en el curso ordinario de las cosas.
Pero esto no implica admitir que, a los fines de la cuantificación del daño
no deba producirse prueba, pues no pueden equipararse la situación de
quien prueba (vgr. con pericias psicológicas, testimoniales, etc.) la
magnitud del daño moral, de quien lleva adelante un juicio reparatorio
basándose en una estrategia exclusivamente argumental" ("Sueldo
Fabián a. c/ Fernández Héctor y otro s sumario" 30/10/15 y en idéntico
sentido me he venido expresado incluso como Juez de primera instancia
en autos "Barrios c/ Zillioni" sentencia del 18/02/2006, y "Urbani c
Avalos").
Se ha expresado en igual sentido que "es pertinente
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
distinguir entre la existencia del daño moral -que puede presumirse in re
ipsa en los supuestos enunciados- y la prueba de su cuantía y extensión.
En este sentido corresponde al reclamante aportar los elementos
probatorios que refieren a las pautas que debe valorar el tribunal para
establecer la medida del agravio moral causado ... y que refieren a las
condiciones personales de la víctima" ("Determinación Judicial del Daño en la
Provincia de Entre Ríos" Rev.de Derecho de Daños 2005-3, pag.249 Rubinzal
Culzoni).
Y que la experiencia profesional frecuentemente revela
la conveniencia de realizar una actividad probatoria tendiente a
demostrar -en el caso particular- que el daño espiritual causado a la
víctima es superior o inferior del que razonablemente podría haberse
configurado, conforme al curso normal y ordinario de las cosas. Se trata,
de tal modo, de brindar indicios adicionales al magistrado, que tengan
valor suficiente para persuadirlo respecto de la mayor o menor
envergadura del daño (Pizarro, Ramón "Daño Moral" -2ª edición-, págs. 630/1,
Hammurabi, 2004).
Desde la señalada perspectiva se advierte que la actora
a la época del accidente contaba con 17 años de edad y, conforme da
cuenta el dictamen pericial, como consecuencia de éste el actor quedó
con incapacidad en la articulación de la cadera derecha, con secuelas a
largo plazo: a saber, alteración en la irrigación del casquete superior, o
tercio superior de la cabeza femoral; necrosis aséptica del casquete
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
superior y artrosis de la articulación coxofemoral. Concluyendo que el
actor cuenta con un grado de incapacidad del 30 %.
Correspondiendo tener por acreditado el daño moral "in
re ipsa", en el convencimiento de la justicia de la decisión adoptada y
tomando especialmente en cuenta la gravedad de las lesiones sufridas y
las circunstancias personales de la accionante.
Además en el presente debemos analizar el recurso
tendiente a revertir el rechazo del daño estético. Respecto del cual hemos
dicho "Sin entrar en discusiones teóricas, ni en la tan mentada "guerra de
etiquetas", respecto del encuadramiento del daño estético, cabe señalar
que este daño en su conceptualización es lábil, pudiendo quedar inmerso
en el daño moral o considerárselo como daño a la integridad personal y
salud psicofísica de la víctima, el cual es indemnizable aun cuando
continúe efectuando una tarea remunerada" ("Lubos María A. c
Municipalidad de Paraná s Ordinario" 132/4/16).
Considerando las lesiones, el tiempo de tratamiento,
internación, la renguera que quedó como secuela y la edad del actor,
resulta justo establecer una suma que importe cubrir de forma
satisfactiva este daños, pero como parte del daño moral incrementándolo
por esta especial circunstancia.-
Por lo expuesto se admite el recurso en este punto y en
uso de la facultad del art. 162 CPCC, se asigna la suma de $ 20.000.
Todas las sumas deben estimarse al momento de
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
acaecido el accidente que se fija cuando los actores ingresaron al
nosocomio y se les deben adicionar los intereses establecidos en la
instancia precedente, los que no han sido materia de recurso.
7.- Apelación arancelaria
La apelación de honorarios interpuesta por los letrados
Castrillón y Hormaechea ha devenido abstracta, atento a la modificación
de los montos condenados.
Correspondiendo por tanto proceder a la readecuación
de los emolumentos fijados en primera instancia a fin de adaptarlos a los
valores de la sentencia definitiva (art. 271 CPCC).
8.- Costas
Atento al resultado de autos, cabe modificar la
imposición de costas de primera instancia, quedando éstas y las de
Alzada a cargo de las demandas vencidas (art. 65 del C.P.C.C.).Así voto.
A la cuestión planteada la Dra. Valentina Ramirez
Amable adhiere al voto que antecede por compartir sus
fundamentos.
La Dra. Alicia Cecilia Olalla dijo:
En razón de existir coincidencia en los votos
precedentes, me abstengo de votar en virtud de lo establecido en el art.
47 de la Ley 6.902, modificado por Ley Nº 9.234.
Con lo que no siendo para más, se da por terminado el
acto quedando acordada la siguiente sentencia:
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
Andrés Manuel Marfil
Valentina Ramirez Amable Alicia Cecilia OlallaAbstención
Ante mí:
Sandra CiarroccaSecretaria de Cámara
S E N T E N C I A :
Paraná, 26 de agosto de 2016.
Y V I S T O S :
Por los fundamentos del Acuerdo que antecede, se
R E S U E L V E :
1º) Revocar parcialmente la sentencia de fs. 519/536
y, en consecuencia, condenar a JUAN JOSE GIPLER, LUIS EDGARDO
PAREDES y al INSTITUTO AUTARQUICO PROVINCIAL DEL SEGURO DE
ENTRE RIOS -en la medida del seguro contratado-, a pagar dentro del
término de diez (10) días a los actores JUAN ANIBAL ANDERSON (hoy sus
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
herederos) y ANA CRISTINA AREVALO, la suma de PESOS UN MIL
QUINIENTOS ($1.500,00) y a EDUARDO ANIBAL ANDERSON LA SUMA DE
PESOS OCHENTA MIL CUATROCIENTOS OCHENTA ($80.480,00), en la
forma, modalidades y alcances fijados en la sentencia de Primera
Instancia.
2º) Imponer las costas en ambas instancias a cargo de
la parte demandada, art. 65 del C.P.C. y C.
3º) Adecuar los honorarios de primera instancia, a
favor de los Dres. Guillermo Basso del Pont, Carlos Guillermo Bosi,
Claudia Fabiana Pacheco, Ricardo Nelson Golly, César Ariel Jaime, Héctor
Gabriel Battauz, Sergio Daniel Castrillón y Luis María Hormaechea en las
respectivas sumas de Pesos: Cuarenta y ocho mil seiscientos
($48.600,00), Dos mil quinientos ($2.500,00), Doce mil setecientos
($12.700,00), Ocho mil cuatrocientos setenta ($8.470,00), Cuatro mil
doscientos treinta ($4.230,00), Cinco mil setecientos treinta ($5.730,00),
Seis mil doscientos sesenta ($6.260,00) y Setecientos diez ($710,00) -
arts. 3, 30, 31, 14, 63, 26 Ley 7046-; y por la excepción resuelta a fs.
247/248, a favor de los Dres. Guillermo Basso del Pont y Héctor Gabriel
Battauz, en las respectivas sumas de Pesos Quince mil trescientos treinta
($15.330,00) y Diez mil setecientos treinta ($10.730,00) - arts. 3, 69 Ley
7046-.
4º) Regular los honorarios de alzada a favor de los
Dres. Guillermo Basso del Pont, César Ariel Jaime y Sergio Daniel
PODER JUDICIAL CAMARA II - SALA III PARANA - PCIA. ENTRE RIOS
Castrillón, en las respectivas sumas de Pesos: Veintidos mil novecientos
($22.900,00), Ocho mil veinte ($8.020,00) y Ocho mil veinte ($8.020,00)
- art. 64 Ley 7046-.
Regístrese, notifíquese y en estado bajen, sirviendo la
presente de suficiente y atenta nota de remisión.
Andrés Manuel Marfil
Valentina Ramirez Amable Alicia Cecilia OlallaAbstención
En igual fecha se registró. Conste.
Sandra CiarroccaSecretaria de Cámara