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CANTANDO QUIERO DECIRTE (Una versión abreviada, compre el libro-cd para la versión completa)

1.- ARS AMANDI Cantando quiero decirte con este Bolerus Interruptus, que el bolero es exclamación pura y desgarrada, de todo ciudadano mayor de edad, de este domicilio latinoamericano y en pleno uso de sus facultades para enamorarse y enamorar, ilusionarse y alucinar, traicionar y despecharse, emborracharse, y sobre todas las cosas del mundo, recomenzar y enamorarse de nuevo, una y otra vez, como si fuera esta noche la última vez. Boleristas, bolerólogos, y bolerósofos, coinciden en acusar al bolero de ser nuestra gran leyenda continental historiando y geografiando todas nuestras melancolías. Un canto y un dicho adherido a nosotros mismos, pegado como quien baila bolero, como un tatuaje en la piel de nuestros sentimientos. Piensa en América la engañada por la promesa de redención del amante de turno, oblicuo falsificador de sentimientos Mireya: No eres sincero cuando me dices que aun me quieres Y en tu mirada se nota el filo de la traición Piensa que es entonces cuando la boleritud se nos convierte en certeza de vida, el bolero con licencia para matar tristezas, al rescate de la esperanza perdida. Por eso, atiéndeme, quiero decirte algo: no podemos cantar todos los boleros, ni amar a todas las mujeres; pero hay que morir en el intento. Aprovechemos este momento cómplice para repasar en clave personal privadísima tu currículum vitae sentimental. Cuando expreses tu pasión o tu odio serás rotundamente original, pero a la vez estarás repitiendo la letra de un bolero. Por eso la H-3 de la rockola te canta y te dice tu bolero, porque, desde el comienzo al final ese bolero es tuyo. [Ese bolero es mío]

TAXONOMÍA DEL BOLERO Desde el bolero de burdel y ron barato hasta el bolero de etiqueta y champaña admirable, en abierta conducta transgresora, el bolero viola fronteras geográficas, sociales, morales y musicales. El bolero es desfachatadamente multiétnico, pluricultural, democrático, protagónico y participativo. El bolero es un formidable repertorio de melancolías y materia obligatoria en el pensum de nuestra educación básica sentimental. El bolero es Astronómico: Mireya que se quede el infinito sin estrellas... Blasfematorio Ysabel aunque no quieras tú ni quiera yo ni quiera Dios... Masoquista: Mireya miénteme más que me hace tu maldad feliz... Ofensivo: Ysabel que amores como el tuyo se encuentran en la calle... Mentiroso: Mireya solamente una vez amé en la vida... Pedagógico: Ysabel y te voy a enseñar a querer porque tú no has querido... Suicida: Mireya quisiera abrir lentamente mis venas.... El bolero es un manual del usuario, destinado a la seducción, la pasión, y el despecho. Manual del usuario para poder expresarte cómo es de inmenso, desde el fondo de mi corazón, mi amor por ti. [Tú mi delirio]

CONVERSACIÓN EN TIEMPO DE BOLERO El pianista cubano René Touzet compuso “Conversación en tiempo de Bolero”. No sé tú, pero yo... creo que todo bolero es una conversación en tiempo de bolero. Una conversación que fluye en lengua mestiza, en el lenguaje tuyo y mío, en el lenguaje del amor oral, en la lengua con que nombras y la lengua con que amo, en el lenguaje con que beso y la lengua con que verso, las dos lenguas entrelazadas, la del cantar y la del decir, dos lenguas que en el mundo había unido Dios. La conversación transcurre íntima, en tono casi de confesión, así quiera decirte cantando lo que me gusta de ti, o que aunque tú me has dejado en el esterero, sufro la inmensa pena de tu estrabismo, y que usted me desespera, me mata, me enloquece. En ocasiones sus letras despliegan giros de exquisita factura: Mireya: Como un abanicar de pavos reales en el jardín azul de tu extravío con trémulas angustias musicales se asoma en tus pupilas el hastío Otras veces el lenguaje es menos elaborado, como el bolero titulado “Con el hocico mojado”, y de cuya letra no quisimos ni siquiera enterarnos. Siempre tuve la fantasía de que “Conversación en tiempo de Bolero” debía sonar parecido a este diálogo construido usando títulos de boleros. Te juro que no hay sino títulos de boleros. Te juro que suena así. [diálogo]

TEOLOGÍA DEL BOLERO El bolero es el salmo de una liturgia ofrendada a un amor que es una verdadera divinidad. El bolerista es teólogo de un ritual nocturno cuyo incienso es un aroma a ron, tabaco y besos. La iglesia de esta religión es el cabaret, el prostíbulo o el bar. Y la feligresía, somos los que tenemos que convencernos de que sí existe vida después del despecho. El bolero tiene que ayudarme a conseguir, la fe que con engaños ya perdí... Beatitud que lleva a al bolero que reza, Ysabel Porque aquí tú eres Dios en este altar sagrado donde te espero yo Como en toda religión hay cruz y calvario, pero también hay felicidad sacrosanta y pura, la fase de perfecta comunión con el ser amado. Mireya siempre fuiste la razón de mi existir adorarte para mí fue religión Encomendemos nuestra alma a la Virgen María Luisa Landín, a San Pedro Flores, a San Agustín Lara, a la Virgen del Carmen Delia Dipiní, a San Felipe Pirela; a todos los Santos incluido Daniel. Recemos la “Oración Caribe” con Toña La Negra, el bolero nuestro de cada noche cantémoslo hoy, santificado sea tu hombre y bendito sea entre todas las mujeres. Desventurados los que aman, porque de ellos será el Reino de los Celos.

EL DESATE DEL AMOR Mantén los ojos cerrados y recuerda ahora sin nostalgias que como espumas que inerte lleva el caudaloso río, tu idílico amor comenzó a teñirse de pasión. Mireya: Bésame, con un beso enamorado como nadie me ha besado desde el día en que nací Comienzas a descubrir que ella se parece a tu más codiciado cielo, y que la cadencia sinuosa del bolero se parece a una alegoría tenue del pecado.

Ysabel Tenemos una noche para nosotros Y quiero mirarte, nunca te había visto así Tu cuerpo para mí, tu piel El bolero viola y hace suya toda la Heroica Tradición Erótica Universal. Caribeñosamente la filtra a través de las palmas que duermen tranquilas, la aromatiza con ron, le añade un bongó y la dice y la canta bajo un Sol sostenido mayor. El bolero es nuestra canción de cama, y más que canción de cama el bolero es Kama-sutra tropical y sonoro. “Bolerus complice fecundatio latinum est”, dijo el latino, el latinoamericano Tite Curet Alonso. Mireya:

Amorcito corazón, yo tengo tentación de un beso…

¿Porqué esta tentación? Porque en ese descenso vertiginoso hacia las bajas pasiones, el bolero, roza peligrosamente el triángulo amoroso, ese temido triángulo de las Bermudas en cuyos vértices sucumben definitivamente el amor, el erotismo, el sexo y el saxo. [Tápame contigo]

LA LOCURA DEL EROTISMO Incapaz de presentir que el abismo incontrolable de tus noches de placer te pueden conducir a navegar otros mares de la locura, Mireya Quiero tus besos con la furia de una loca escucharás tu bolero como un aullido de lujuria, relincho de lascivias. Constatarás que abundan en los boleros palabras sugerentes como: “ardor, pasión, locura, arrebato, furor, delirio”. Mireya Dame el frenesí que mi locura te dio... Entre mordiscos de almohada, y delirium semens que te llevará a perder la cabeza por su amor, asumes honesta y descarnadamente el enigma de la carne. Es por eso que no hay boleristas vegetarianos. El bolero se convierte así en Inventario de Gemidos que controla los flujos y reflujos del amor. Ysabel Humedad que es tortura en el ansia De estar junto a ti Déjate llevar por la voz de Toña la Negra, arrastradamente sensual, casi vaginal cuando con perfecta dicción y mejor perdición aludía a Mireya Y la blanca tibieza que derramaste en mí y hoy me desgarro el alma como una fiera en celo transformándose su canto en el verdadero Monólogo de la Vagina. Entonces, cómo no acudir a Tito Rodríguez, casi obligándola a ella en la oscuridad, a que en un solo suspiro le entregara la vida. Y Antonieta, que con voluntad desfallecida diciendo quiere cantarnos Ysabel Ámame esta noche y haz lo que tu quieras Cómo no invocar el recuerdo de mi temprana adolescencia, cuando la voluptuosa diva que era Blanca Rosa Gil, me desató un aluvión de fantasías y noches de insomnio, y créeme que aquello era el despiadado matriarcado de las hormonas, gracias a un inocente beso en la mejilla, pero dado con esa misma boca que ella exigía que se la mordieran hasta hacérsela sangrar, en ese himno al erotismo que es Hambre. [Hambre-En la oscuridad-Haz lo que tú quieras]

PRELUDIOS DEL DESENCUENTRO El amor del bolero es diverso: puritano o desenfrenado, amor regalado o amor tarifado, amor precoz o amor tardío, …y cien oposiciones binarias más. Pero siempre será amor contrariado, y eso lleva al amor perdido o mejor dicho, a la pérdida del amor. Vinicius de Moraes nos advirtió que el amor es eterno... mientras dura -y en cosas del alma la eternidad suele durar unos tres meses-. Las ambigüedades, y las contradicciones hacen que aquellas promesas:... No habrá una barrera en el mundo / que mi amor profundo no rompa por ti; sean ahora metáforas vacías de la demagogia. Muchos boleros reflejan estas dualidades: Mireya Te Odio y te Quiero, Ysabel Esclavo y amo, Mireya Divino Tormento, Ysabel Luz y Sombra. En fin, tesis y antítesis, vainas del bolero dialéctico Estas contradicciones se agudizan en la voz del filósofo Julio Jaramillo cuando nos cantaba queriendo decirnos Mireya: En el negro azabache de tu blonda cabellera Habráse visto mayor contradicción. Entonces comienzan a aparecer las diferencias:

Mireya Si somos diferentes ya lo ves Y esa verdad destroza el corazón Es el comienzo del desencuentro, presagio de tiempos borrascosos....basta un leve esfuerzo de la memoria para confirmarlo. Ambigüedad de ambigüedades que nos permite cantar un mismo bolero a dos novias simultáneas, y a la vez nos permite simultanear dos boleros a una misma novia.

[Vieja luna-Todo me gusta de ti]

QUÉ ES LO QUE PASA, QUE NOS ESTAMOS ALEJANDO TANTO La ambigüedad no es la única culpable de todas tus angustias y todos tus quebrantos. El amor sucumbe al fracaso por muchas razones. Una de ellas es –qué duda cabe– el enfático (¿o linfático?) machismo –leninismo de nuestros congéneres latinoamericanos. El amor en la postboleridad no puede ya soportar, que declares así como si nada, mientras tanto y por si acaso: te vas porque yo quiero que te vayas… Y luego y peor aun, que la devuelvas a la hora que te dé la real y perra gana, porque quieras o no, yo soy tu dueño…por Cristo redentor… Pero hay más. Tus pregonadas virtudes amatorias y proezas sexuales pudieran no corresponderse con la realidad. El bolero Qué mal amada estás, acuesta el tema en el colchón. Habla de ello también aquel bolero donde queriendo, se canta y se dice: hoy que ya no se para… quise decir y cantar: hoy que ya nos separa…la ley y la razón… El amante supremo, el falócrata de entrepiernas amotinado, puede sufrir algunos desajustes en el engranaje del amor, fallas en el control Norvén de calidad. Mireya Esa flor ya no retoña, tiene muerto el corazón Como vemos y oímos, pareciera que no se trata tanto de “haz lo que tu quieras”, sino de “haz lo que tu puedas”… Aquellos polvos trajeron estas tempestades. Polvos malos. Como el antrax. De modo que si además de eso usted me obliga a la burocracia de unos plazos traicioneros, entonces usted no puede ser mi amante. Ni de broma.

TU MUNDO “RARO” Pero nuestra fogosa Pasionaria caribeña puede lanzar el amor por el despeñadero del fracaso por otra razón más sutil. Sucede que el presunto macho vernáculo de bragueta irredenta, puede tener algunos parpadeos en la virilidad, cómo te dijera yo. Es el bolero de ambiente, bolero de closet o simplemente el bolero raro. O sea. Es la cara oculta de la ambivalencia. Como es previsible, la procesión va por dentro. Se trata de un bolero insurrecto cuyas circunstancias lo obligan al ocultamiento, al código enigmático, a la mascarada. Precisa de la búsqueda de fórmulas subrepticias, leves indicios encriptados en un giro, en una palabra, y suelen ser, por eso, boleros de una extraña y singular belleza. Ignacio Villa, el conocido “Bola e´ Nieve”, con sutileza, cantando quiso decir y prevenir al púber adolescente de mirada anoréxica para que no se detuviera a mirar las ramas muertas del rosal que se marchitan sin dar flor…. Por su parte Frank Domínguez dedicó su clásico “Tú me acostumbraste” a un hombre que el chisme no identifica, pero que lo acostumbró a todas esas cosas que son maravillosas, porque antes él no concebía cómo se quería en su mundo “raro”.

MALDITO AMOR Y SIGO AMANDO Todo lo intenso es efímero. No hay pasión que dure cien años ni cuerpo que la resista. Para bailar un bolero se necesitan dos, dice el dicho, pero has quedado solo, tan irremediablemente solo. Mireya Frío en el alma, porque no estás conmigo Martirio entre los martirios, desolación que agota cualquier otra posibilidad de sufrir. El despechado es un leproso del amor, el despecho es el opio de los pueblos enamorados, y el bolero es la expresión febril de ese clima de ingrimitud, que nos permite vislumbrar el infierno. El bolero agudiza las contradicciones, enfatiza el ritual del despecho: el que tenga odios que oiga y el que tenga oídos que odie: Ysabel: te odio tanto que yo misma me espanto de mi forma de odiar nos cantó y dijo Olguita Guillot, maldito amor y sigo amando. Y Sadel no se quedó atrás; Mireya: Ódiame, que me importa tu rencor si no es mío tu querer si no es tuyo ya mi amor Y el que tenga ojos que llore: quien no haya llorado de desconsuelo, que llore la primera lágrima: lágrimas de amor, lágrimas de sangre, lágrimas negras, Mireya Y lloro sin que sepan que el llanto mío tiene lágrimas negras, como mi vida Cuando el bolero suena, llantos trae: Ysabel Aquí dentro de mi alma está lloviendo como lluvia de llanto lágrimas de amor El bar amnésico te permitirá ir viviendo ya de sus mentiras, que te alivian y hasta te hacen feliz para poder enfrentar el gran temor de que te lleguen a olvidar. [Miénteme-Temes]

LA CONTRACULTURA DEL BAR Cuando presientas un cruento golpe en tu régimen emocional, cuando resientas el ánimo masacrado y el alma lacrimógena, cuando sientas que la feroz tortura del despecho te deja hecho un casi, apenas y de vainita, cuando eso ocurra y créeme que ocurrirá, recordarás que el bolero es un recurso de amparo interpuesto para mitigar el desamparo, te declararás perseguido por la implacable dictadura del desamor, deberás exilarte de ella, correrás en bajada y pedirás asilo. En el bar más cercano, naturalmente, verdadero territorio liberado. Mireya: Estoy en el rincón de una cantina, Ya va mi pensamiento rumbo a ti En un extremo de la barra, un borracho, un bohemio, un poeta, ve tú a saber, murmura su soliloquio de amor desahuciado. Nuestro Baudelaire tropical reflexiona. Confirma el ambiente familiar: debe ser que todas las putas son primas, concluye lúcido. En el bar, la rockola es la única exactitud posible. H-3, G-5, códigos precisos. De resto todo es humo, desconcierto de la noche, literatura, Un bolero ontológico, brota cóncavamente de la rockola, Mireya: Luna que se quiebra sobre las tinieblas De mi soledad, ¿a dónde vas? Nuestro poeta reconoce la voz rotunda de la Freddy de Cuba e imagina que es como si la Venus de Wilendorf cantara boleros; sí, como una escultura. Esto si es cultura, cultura tropical. Era ella que cantaba boleros, era Ella Fitzgerald, o mejor dicho, era ella, fichera. Ysabel: Tres días para amar a un hombre Dos para olvidarlo Ah, prostituta, etaira, delicia Bombillo rojo en lugar de corazón Bolero de ti Fatalidad besada por la luna Luego el licor depurador hará el resto; alcohol antiséptico para la circuncisión metafísica del despecho. En la boca llevarás sabor a mí. O sabor a anís. Emborracharte de licor antes de emborracharte de amor. [Sabor a mí-Emborráchame de amor]

EN EL REINO DE ONÁN 1 Superado el vértigo del despecho etílico, llorado todas las lágrimas y odiado todos los odios, quedarás preso en el laberinto de la soledad; donde recrearás todas las fantasías que la cruel realidad te negara. Mireya Como en un sueño sin yo esperarlo te me acercaste y aquella noche maravillosa tú me besaste Paradójicamente, la ausencia del ser amado te posibilita la satisfacción (ya debería decir la autosatisfacción) con un amor que conoces como la palma de tu mano. Ysabel Si yo pudiera de donde estoy ay amor, hacerte venir El rol del bolero como manual del amante latinoamericano jamás había sido tan manual. Mireya Estando sola, me desespero Estando sola, has sido mío tantas veces No hay posibilidad sino recurrir al amor propio, inútiles jadeos y nadie para escucharlos, vanos gemidos sin remitente. Apenas podré interpretar un solo de saxo. Como Whitman, me canto a mí mismo, cantando quiero decirme lo que me gusta de mí. Turbaciones, perturbaciones, y más turbaciones, espejo que se refleja a sí mismo. Un bolero vaporoso, vibrátil, casi un suspiro brota de los labios de una mujer; pero se intuye denso, tenso, intenso, que casi se puede asir. Basta dejar correr a la imaginación para morderle los labios, y por eso vas a apagar la luz, para pensar en él…. [Voy a apagar la luz]

EN EL REINO DE ONÁN 2 Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar; hago nacer cada vez la boca que deseo… Son urgencias de hombre por el pañuelo que dejaste aquella noche, su pañuelo que acaricias y estrujas, mudo testigo de momentos de locura, porque en su seda está la huella de aquel beso.

[El pañuelo]

EN UNA NOCHE TAN LINDA COMO ESTA El bolero borda peligrosamente la línea tenue que separa lo sobrio de lo cursi. Y a veces la traspasa, no vayas tú a creer. Es una característica nuestra como cultura de masas, es esa ingenuidad, que se aloja en el rinconcito más sentimental de nuestra almita latinoamericana. Es la porción de Lila Morillo que llevamos dentro, qué le vamos a hacer. Alguien señaló que lo cursi es la única elegancia históricamente posible en el subdesarrollo. Es la elegancia implacable de Agustín Lara. Cierra los ojos y míralo, lánguido, una cicatriz rencorosa le cruza la cara (la frase es de Borges) y tal vez el alma. Lara declaró en una entrevista:

Soy ridículamente cursi y me encanta serlo. Cualquiera que es romántico tiene un fino sentido de lo cursi y no desecharlo es una posición de inteligencia…. Vibro con lo que es tenso y si mi emoción no la puedo traducir más que en el barroco lenguaje de lo cursi, de ello no me avergüenzo…

Es el empalago confeso, como estrategia para abordar lo sublime partiendo de lo ridículo, Algunos títulos de boleros lo confirman: Mireya: La Guinda Ysabel: Gotitas de dolor Mireya: El cuartito Ysabel: Cinco centavitos de felicidad Mireya: El retrato de mamá Es Felipe Pirela cantándonos Amor se escribe con llanto, o la telenovela Los Ricos también lloran, y naturalmente, la famosa frase que vibró en una noche tan linda como aquella: “Amor con amor se paga”. Y es que así es el bolero, sacado de las entrañas de la vida misma, porque para bien o para mal, así somos y así seremos felices y ahora podremos cantar, aquella canción que dice así... [la casita]

El ETERNO RETORNO DEL BOLERO Pero más allá del bolero levemente cursi, y más acá del bolero redentor de despechos, el bolero seguirá cantando y diciendo, deletreando casi, las metáforas de nuestra tesitura amorosa porque de un modo impreciso el bolero es eterno, así hablemos como en el drama de Ionesco, de una eternidad provisional. Y afirmamos que el bolero es eterno, no porque Lucho Gatica le solicite al reloj que detenga el tiempo en sus manos y haga esta noche perpetua; ni porque, como dice el bolero, este amor es tan grande que nunca termina; el bolero es eterno porque ni siquiera Luis Miguel pudo destruirlo. En el teatro de la vida continúa la función. Todos somos extras, contrafiguras y protagonistas de nuestro drama privado para bolero y orquesta, en clave de mi, de tú, de cualquiera. Y es por eso que la divina comedia debe continuar. [Comedia]

POR NUESTRO GRAN CARIÑO, UNA COPA MÁS Pero el show también debe terminar. Abre los ojos para ratificar que el bolero es el fin y es el principio, y es el final nuevamente. Por temor a que nos abandone, no lo traiciones nunca. Que cumpla con su papel histórico como Fondo de Estabilización Macrosentimental en esta esquina de la América engañada. Que todos los caminos del bolero te conduzcan al amor, es decir, a Roma que es el amor al revés, y concluyas que la vida es un bolero y los boleros sueños son. Se presiente un desenlace, parecido a final de fiesta con borrachos entonados buscando la entonación precisa, buscando el tono, o el semitono aunque sea, para cantar y decir un bolero como el del Principio, madre de todos los boleros, que ríete tú del de Ravel. Como en los grandes amores, no hay posibilidad de final feliz. Cantando y diciendo quisimos nostalgiar parte de mi historia, tu historia, nuestra historia, impenitente e irreductible militante de la Tercera Internacional del Amor, … pero nosotros que nos queremos tanto, debemos separarnos, no me pregunten más. Mireya Adiós para siempre mitad de mi vida Un alma tan sólo teníamos los dos Mas hoy es preciso que esta alma divida La amarga palabra del último adiós Partiremos canturreando nuestras canciones ya viejas / Esta noche, corazón, te doy la vida, en esta dolorosa despedida/ caminemos, tal vez nos veremos después, / mi barca tiene que partir/ Por nuestro gran cariño que nunca volverá, una copa más. [Adios]


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