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Comisión Diocesana para la Pastoral LiturgiaDiócesis de Mexicali

Peregrinación hacia la Puerta de la MisericordiaObservaciones Generales

Peregrinación1. «La peregrinación será un signo del hecho de que también la misericordia es una

meta por alcanzar y que requiere compromiso y sacrificio. La peregrinación, seaun estímulo para la conversión: atravesando la Puerta Santa nos dejaremosabrazar por la misericordia de Dios y nos comprometeremos a sermisericordiosos con los demás»1 «la peregrinación es imagen que toda personasigue en su existencia. Para llegar a la Puerta Santa cada uno tendrá que hacer,según sus fuerzas, una peregrinación. Se puede recomendar hacer parte delcamino a pié, como para significar el sacrificio y el compromiso necesarios parala conversión y para degustar con mayor exultación el logro de la meta: Cristo,Nuestro Señor»2. En nuestra diócesis las peregrinaciones se organizan por mediodel decano a las diferentes Puertas de la Misericordia o directamente con elencargado de la Iglesia parroquial en donde se haya establecido una Puerta de laMisericordia. En la ciudad de Mexicali, se organizarán por decanato en uncalendario previamente dado a conocer. En las demás zonas pastorales dondesolo es un decanato es recomendable hacer la peregrinación por comunidadparroquial, con un calendario establecido previamente en la misma reunióndecanal.

La Confesión y Celebraciones Penitenciales2. «En el Sacramento de la Reconciliación nos permite experimentar en carne

propia la grandeza de la misericordia. Será para cada penitente fuente deverdadera paz interior. Los confesores sean un verdadero signo de lamisericordia del Padre; deberá acoger a los fieles como el Padre en la paráboladel hijo pródigo»3. Para obtener la indulgencia se necesita encontrarse elpenitente en estado de gracia, es por eso que se proponen esquemas deCelebraciones Penitenciales, que conviene que se realicen en días previos a laperegrinación a la Puerta de la Misericordia, estas celebraciones penitencialespueden también llevarse a cabo en una Iglesia determinada por decanato dondeasistan los sacerdotes de las diferentes comunidades para que pueda ser demayor provecho y ágil el momento de la confesión, cabe mencionar que elsentido eclesial del Jubileo de la Misericordia se pueden manifestar mayormente

1 FRANCISCO, Obispo de Roma, Bula de indicción del Jubileo de la Misericordia, Misericordiae Vultus, Roma 11 deabril 2015, n. 142 PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PROMOCIÓN DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN, Celebrar la Misericordia, SubsidioLitúrgico, Jubileo de la Misericordia 2015-2016, San Pablo, México 2015, p. 32.3 Misericordiae Vultus, n. 17.

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en la medida en la que se realicen las actividades de manera común organizadaspor el decano en lugar de parroquialmente.

Adoración Eucarística3. Durante el Año Santo puede ser también la oportunidad para darle más valor a la

adoración eucarística en la comunidad implorando el perdón y la paz ante lapresencia sacramental del Señor. Este momento respetando su carácter, esdecir, de una silencio adorante, puede estar acompañado por momentos deproclamación de la Escritura, comentarios de los Santos Padres, oraciones ycantos4. En nuestra diócesis, en todas las parroquias está establecida los díasjueves la adoración eucarística por eso también se les proporciona un esquemade Hora Santa con el tema del Buen Pastor, para así propiciar en las fieles unamayor adhesión a Jesucristo a través de la visita al santísimo en un día posterioral domingo. «Desde siglos, los fieles, sobre todo, aquellos que por diversascausas están impedidos para participar de la Eucaristía, practican la comuniónespiritual, como una manera de estar unidos con el Señor en la vida cotidiana»5,esto puede ser de gran ayuda para asistir espiritualmente a todos aquellos quebuscan obtener beneficios espirituales al margen de los ordinarios como lacomunión y confesión sacramental.

El Tiempo4. La peregrinación de cada decanato a la Puerta Santa se llevará a cabo durante el

tiempo de cuaresma, precisamente los viernes; las celebraciones penitencialesdeben ser previas a esta actividad, en el viernes anterior o en algún otro día másconveniente según se acuerde en las diversas zonas pastorales6.

El Lugar5. Para la Celebración Penitencial elijase una Iglesia parroquial donde sea posible

acoger a un buen número de confesores y penitentes si es que se acuerdallevarla a cabo por decanato, si no es así, cada parroquia designe una día pararealizar la ceremonia en donde exista tiempo y ministros suficientes paraescuchar confesiones, puede ser útil dar a conocer entre todos los párrocos eldía de su celebración penitencial para informar a los fieles de toda la zona losdías y horarios en las diferentes comunidades para que quien se vea impedido deir a una comunidad pueda ir a otra y así no se vea privado de la confesión.

6. Dentro de la Iglesia la Sede Confesional es de gran importancia, «lareconciliación prevé un lugar acogedor y adecuado para la celebración. El lugarfacilite la liturgia penitencial y el diálogo entre el penitente y el ministro,favoreciendo la reserva, la discreción y la celebración de forma individual. No seolvide de colocar un atril en el cual se exponga la Palabra de Dios fácilmente

4 Misericordiae Vultus, n. 29.5 PONTIFICIO CONSEJO, Celebrar la Misericordia, p. 44.6 Cfr. Misericordiae Vultus, n. 17.

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accesible a los penitentes que puede recurrir a ella para meditar la Escritura,“lugar” del cual nace la verdadera conversión»7.

7. De la organización para la peregrinación a la Puerta de la Misericordia se encargael decano junto con el encargado de la Iglesia Parroquial, para que se establezcael punto de reunión, la hora, sonido, coro y demás cosas prácticas que serefieren tanto a la Misa como a la peregrinación misma.

El Ministro8. El decano es el encargado de la organización de la peregrinación y de la Misa

que sigue al atravesar la Puerta de la Misericordia, quien preside dichasceremonias puede ser el vicario episcopal de zona o el mismo decanoorganizador. Cada párroco que asista con su comunidad en peregrinación es elque organiza y preside los diferentes momentos.

9. El presente material de apoyo es tomado del Ritual de la Penitencia, por lo tantoes importante que el ministro utilice el libro litúrgico, y los esquemaspresentados son útiles para el desarrollo de las diferentes ceremonias, peroconstituyen un ejemplo que puede servir de guía para quien prefiere prepararuna ceremonia más acorde a cada comunidad en particular.

10. En el mismo ritual se presentan diferentes apéndices con esquemas decelebraciones para enfermos y esquemas de examen de conciencia con loscuales se puede preparar una celebración penitencial aun más participativa yfructuosa.

11.El segundo esquema de celebración penitencial, puede llevarse a cabo sinconfesión sacramental, sobre todo pensando en aquellas personas que nopueden acercarse a la confesión por su condición particular, pero que si puedenestar en armonía con el sentido penitencial y con las obras de misericordia quevive la Iglesia en este tiempo especial de gracia.

7 PONTIFICIO CONSEJO, Celebrar la Misericordia, p. 44.

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Comisión Diocesana para la Pastoral LitúrgicaCalendario de Peregrinaciones

a la Puerta de la Misericordia por decanatos

Decanato Fecha y HoraCatedral de Ntra. Sra. de

Guadalupe19 de febrero

Hora de Misa: 6:00 pm.Mater Dolorosa 26 febrero

Hora de Misa: 7:00 pmNtra. Sra. Loreto 4 de marzo

Hora de Misa: 5:30 pmSanta Teresita 4 de marzo

Hora de Misa: 7:00 pm.Señor de la Clemencia 11 de marzo

Hora de Misa: 6:00 pm.Sagrada Familia 18 de marzo

Hora de Misa: 5:30 pm.

Santa María deGuadalupe

18 de marzoHora de Misa: 7:00 pm.

En las restantes zonas pastorales, las peregrinaciones se realizan porcomunidades parroquiales.

El tiempo adecuado para llevar a cabo las peregrinaciones a la Puerta de laMisericordia es en el tiempo de cuaresma, aunque esto no impide que comocomunidad particular se peregrine en otro momento del año.

El decano es el encargado de la celebración y organización de la peregrinaciónjunto con el párroco o responsable de la Iglesia donde se encuentra la Puerta dela Misericordia

Los asesores de agrupaciones, movimientos y colegios, pueden organizar superegrinación poniéndose de acuerdo con el encargado de la Iglesia donde seencuentra la Puerta de la Misericordia utilizando el mismo material que se ofrecepara llevarla a cabo, preferiblemente también durante la cuaresma o en otrotiempo del año que sea oportuno

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Peregrinación hacia la Puerta de la MisericordiaOrden de la Celebración

Monición inicialHoy la Iglesia está viviendo un año en el que estamos llamados a experimentar el amormisericordioso del Padre celestial, así como una intensa y profunda renovación interioren nuestra vida cristiana, que el espíritu Santo disponga nuestros corazones para quevivamos la misericordia y el perdón. Vayamos en procesión como pueblo que camina,hacia la catedral, para atravesar la puerta de la Misericordia, que no es otra cosa sino elsímbolo del corazón del Padre que abre sus puertas de par en par a todos los que lobuscan y cruzando la puerta encontremos consuelo, perdón y esperanza, que sea elrostro misericordioso de Jesús el que nos guíe.

El sacerdote inicia diciendoSacerdote: en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu SantoRespuesta: Amén

SaludoLa Misericordia del Padre, la paz de nuestro Señor Jesucristo, la comunión delEspíritu Santo esté con todos ustedesTodos: y con tu espíritu

Invitación a bendecir y alabar a DiosS. Gloria a ti Señor, que perdonas las culpas y curas todas las enfermedadesR. Eterna es tu misericordia

S. Gloria a ti Señor, piadoso y misericordioso, lento a la ira y grande en el amorR. Eterna es tu misericordia

S. Gloria a ti Señor, tierno Padre con sus hijosR. Eterna es tu misericordia

OremosOh Dios, autor de la verdadera libertadque quieres unir a todos los hombresen un solo pueblo libre de la esclavitud,y donas a nosotros tus hijos un tiempo de misericordiay de perdón. Haz que tu Iglesia, creciendo en la libertad y en la pazresplandezca como sacramento de salvación,y revele a todo el mundo el misterio de tu amor.Por nuestro Señor Jesucristo…R. Amén

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Proclamación del EvangelioDel Evangelio según San LucasLc 15,1-7

En aquel tiempo, todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús paraoírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: “Este acoge a los pecadoresy come con ellos. Entonces les dijo esta parábola: ¿quién de ustedes que tiene cienovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueva en el campo y va a buscarla que se le perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contentosobre sus hombros; y llegando a casa convoca a los amigos y vecinos, y les dice:Alégrense conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido. Les digoque, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que seconvierta que por noventa y nueve justos que no necesitan de conversión”.

Palabra de Dios

Después de un breve silencio meditativo se hace la invitación a iniciar la procesiónS. Hermanos y hermanas, encaminémonos en el nombre de Cristo: El es el caminoque nos guía en el año de gracia y de misericordia.R. En el Nombre de Cristo Amén.

Se inicia la procesión hacia catedral, o hacia la iglesia en donde se haya establecido una Puerta de laMisericordia, según la zona pastoral de Mexicali, la procesión va ordenada de la siguiente forma: si esposible con incensario y naveta, cruz procesional, con los cirios a cada lado, se puede llevar algunaimagen de Jesucristo Buen pastor, o del Señor de la Misericordia. Posteriormente los sacerdotes ydetrás de ellos el resto de la asamblea que participará en Misa.

Mientras se peregrina se rezan las letanías de los santos utilizadas en el día de la celebración de laapertura de la Puerta de la Misericordia, también se pueden cantar los salmos especialmente el salmo42 o se puede rezar el rosario de la divina misericordia.

Al llegar a la Iglesia las puertas deben estar previamente abiertas para que ingresen todos. Elsacerdote que preside puede decir mientras recibe a la procesión de la manera acostumbrada.Esta es la puerta del Señor:Por ella entramos para obtener la misericordia y el perdón

Se continúa con la Misa Ordinaria como de costumbre, si es viernes de cuaresma se toman lasoraciones y las lecturas del día, si es viernes de algún otro tiempo del año se proponen los siguientesesquemas de Misa según lo marque el calendario litúrgico:1) Para la reconciliación2) Para la remisión de los pecados3) Para la concordia4) Misterio de la Santa Cruz5) De la Preciosa Sangre de Cristo6) Del Sacratísimo Corazón de Jesús7) De la Misericordia de Dios

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CELEBRACION DE LA RECONCILIACIÓNPARA LOS PRESBÍTEROS MEDIANTE CONFESIÓN Y ABSOLUCIÓN INDIVIDUAL

Recepción del penitenteEl sacerdote lo recibe amablemente y lo saluda con palabras afables. El penitente se signa con la señalde la cruz (el sacerdote puede hacerlo también) diciendo:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Invitación a la confianza en DiosEl sacerdote invita a la confianza en Dios con esta o semejantes palabras

Dios nuestro Padre,que ha hecho brillar la luz de la fe en nuestros corazones,te conceda reconocer sinceramentetus pecados y su misericordiael penitente responde:R. Amén.

O bién:El Señor esté en tu corazón,para que confieses tus pecadoscon verdadero arrepentimiento.R. Amén.

Lectura breve de la Sagrada EscrituraEscuchemos atentamente al Señor, que nos dice:

(Lc 15,7)Yo les aseguro que habrá más alegría en el cieloPor un pecador que se arrepiente,Que por noventa y nueve justosQue no necesitan arrepentirseO bien:(Lc 6, 36-38)Ustedes en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperarrecompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque él esbueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padrees misericordioso.

Confesión de los pecados y aceptación de la satisfacciónSe puede proponer como penitencia o satisfacción alguna de las obras de misericordia queaparecen en el subsidio publicado en la página de la diócesis en los números 8-9.

Oración del penitente y absolución del sacerdoteEl sacerdote exhorta al penitente a manifestar su contrición, con estas o semejantes palabras:

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Recuerda Señor,que tu ternura y tu misericordia son eternas.No te acuerdes de mis pecados y maldades,acuérdate de mí con misericordia,por tu bondad Señor.

O bien:Señor Jesús, Hijo de Dios,Ten misericordia de mí, que soy un pecador.

El sacerdote con las manos extendidas sobre la cabeza del penitente (o por lo menos con lamano derecha extendida) dice:

Dios, Padre misericordioso,que reconcilió al mundo consigopor la muerte y resurrección de su Hijoy envió al Espíritu Santo para el perdón de los pecados,te conceda, por el ministerio de la Iglesia,el perdón y la paz.Y YO TE ABSUELVO DE TUS PECADOS,EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO,Y DEL ESPÍRITU SANTOR. Amén.

Alabanza a Dios y despedida del penitenteS. Demos gracias al Señor porque es buenoR. Porque es eterna su misericordiaS. El Señor te ha perdonado de tus pecados. Vete en paz.

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RECONCILIACIÓN DE MUCHOS PENITENTES MEDIANTECONFESIÓN Y ABSOLUCIÓN INDIVIDUAL

Ritos inicialesCanto de entradaUna vez que estén reunidos los fieles, al entrar el sacerdote (o los sacerdotes) a la Iglesia, secanta, si se juzga conveniente, un salmo o una antífona o algún canto apropiado, por ejemplo:Salmo 42: Como la cierva anhela las corrientes de agua, así mi alma te anhela, ati, oh Dios mío

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.R. Amén.

SaludoQue la gracia, la misericordia y la paz que proceden de DiosNuestro Padre, y de Jesucristo, nuestro Salvador, estén con todos ustedes.R. Y con tu espíritu

O bien:La misericordia del padre, la paz de nuestro Jesucristo y la comunión del EspírituSanto esté con todos ustedes.R. Amén.

Oración sobre el Pueblo ReunidoHermanos, oremos para que Dios, nuestro Padre, que nos llama a la conversión,nos conceda la gracia de un arrepentimiento sincero y fructuoso.Todos oran en silencio durante unos instantes, enseguida el sacerdote dice esta oraciónDios y Padre nuestro,cuyo amor no se da por vencido con nuestras ofensas,pero nos pide que las reconozcamosy nos arrepintamos de ellas,concédenos celebrar el sacramento de tu misericordiay corregir lo que esté malen nuestras acciones y en nuestra vida,para que podamos llagar a recibir de tila eterna felicidad.Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

O bien:Padre de Misericordia y Dios de todo consueloque no quieres la muerte de los pecadores,sino que se conviertan,socorre a tu pueblo para que vuelva a ti y viva.

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Concédenos escuchar tu Palabray confesar nuestros pecados;haz que reconociéndote por tu perdóndemos testimonio de tu verdady progresemos en todo y siempreen la adhesión a Cristo, tu Hijo.Que contigo vive y reina por los siglos de los siglosR. Amén.

Liturgia de la PalabraPrimera LecturaSe levantó Caín contra su hermano Abel y lo matóDel libro del Génesis4,1-15

En aquel tiempo, Adán se unió con Eva, su mujer; ella concibió y dio a luz a Caín,pues decía: “con el favor de Dios he engendrado un hijo”. Después de algúntiempo dio a luz al hermano de Caín, Abel. Abel fue pastor de ovejas, y Caínlabrador

Sucedió una ocasión, que Caín presentó como ofrenda al Señor los productos dela tierra. También Abel le hizo una ofrenda: sacrificó las primeras crías de susovejas y quemó su grasa. Al Señor le agradaron las ofrendas de Abel, pero no leagradaron las de Caín; por lo cual, Caín se enfureció y andaba resentido. ElSeñor le dijo entonces a Caín: “¿Por qué te enfureces tanto y andas resentido? Sihicieras el bien, te sentirías feliz; pero si haces el mal, el pecado estará a tupuerta, acechándote como fiera; pero tú debes dominarlo”.

Un día Caín le dijo a su hermano Abel: “Vamos al campo”, y cuando estaban enel campo, Caín se lanzó contra su hermano y lo mató. Entonces el Señor lepreguntó a Caín: “¿Dónde está Abel, tu hermano? Caín le respondió: No lo sé.¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano? El Señor le dijo: “¿Qué es lo que hashecho? ¿No oyes cómo la sangre de tu hermano está clamando a mí desde latierra?

Por eso serás maldito y tendrás que vivir lejos de la tierra que recibió de ti lasangre de tu hermano; y aunque cultivas la tierra, ella no volverá a darte frutosabundantes. Tú andarás por el mundo errante y fugitivo”

Caín le contestó al Señor: “Mi castigo es demasiado grande para soportarlo.Puesto que tú me arrojas de esta tierra fértil, tendré que ocultarme de ti y andarerrante y fugitivo por el mundo, y cualquiera que me encuentre, me matará”. ElSeñor le dijo: “De ninguna manera. El que te mate a ti será castigado siente

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veces”. Y el Señor le puso una señal a Caín para que, si alguien lo encontraba,no lo matara.

Palabra de Dios

Del salmo 30R. Tú, mi Dios leal, me librarás.

A ti, Señor, me acojo,que no quede yo nunca defraudado.tu que eres justo, ponme a salvo;escúchame y ven pronto a librarme. R.

Sé tu, Señor, mi fortaleza y mi refugio,la muralla que me salve.Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa,Por tu nombre dirígeme y guíame.Sácame Señor, de la trampa que me han tendido,Porque tú eres mi amparo. R.

En tus manos encomiendo mi espírituY tú, mi Dios leal, me librarás. R.

Estaba todavía lejos, cuando su Padre lo vio y se enterneció profundamenteDel santo Evangelio según san Lucas15,11-32

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos y elmenor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que metoca’. Y les repartió los bienes.

No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un paíslejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después demalgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y el empezó apadecer necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país,el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con lasbellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.

Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘¡cuántos trabajadores en casa de mipadre tiene pan de sobra, y yo aquí, me estoy muriendo de hambre! Melevantaré y volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contrati; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tustrabajadores’.

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Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos,cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, yechándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: ‘Padre,he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’

Pero el Padre le dijo a sus criados: ‘¡Pronto, traigan la túnica más rica yvístansela; póngale un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan elbecerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo míoestaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Yempezó el banquete.

El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó lamúsica y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó quépasaba. Este le contestó: ‘tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar elbecerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojóy no quería entrar.

Salió entonces el padre y le rogó que entrara, pero el replicó: ‘¡Hace tantotiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tu no me has dadonunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso si, viene ese hijotuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tu mandas matar elbecerro gordo’

El Padre repuso: ‘Hijo, tu siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero eranecesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto yha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’ ”.

Palabra del Señor.

HomilíaSe puede decir la reflexión sobre esta parábola evangélica que ofrece el subsidio del:PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PORMOCIÓN DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN, La Confesiónsacramento de la misericordia, Jubileo de la Misericordia 2015-2016, San Pablo, México 2015, p.25. Que se encuentra al final de este material como Anexo 1.

Examen de ConcienciaRito de Reconciliación

Se invita a todos los fieles a arrodillarse, en esa posición dicen el Yo confieso como confesióngeneral. Luego se ponen de pié y recitan una oración litánica. Al terminar se dice el PadreNuestro el cual nunca se omite.

Fórmula de confesión general de los pecadosHermanos, confiando en la bondad de nuestro Padre Dios, reconozcamosnuestros pecados para conseguir su misericordia.

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Todos dicen:Yo confieso ante Dios todo poderoso…

Invitación a la confesión de los pecadosHermanos supliquemos a Dios misericordiosoque nos conceda el perdón que anhelamosy la medicina que necesitamos como enfermos,porque el Señor purifica el corazón arrepentidoy perdona a quienes confiesan sus pecadosDigamos confiadamente:Señor ten misericordia de nosotros

Para que nos concedas la gracia de un arrepentimiento verdadero. R. Para que nos perdones y nos libres de las consecuencias de nuestras

culpas pasadas. R. Para que concedas el perdón a tus Hijos que por el pecado lesionaron la

integridad de tu santa Iglesia y los conviertas en miembros fecundos deella. R.

Para que devuelvas el esplendor inicial del bautismo a quienes loempañaron por el pecado. R.

Para que, restituidos a la participación del banquete eucarístico, losrenueves con la esperanza de la gloria eterna. R.

Para que por la ferviente participación en tus sacramentospermanezcamos siempre fieles a ti. R.

Para que renovados por tu amor, seamos testigos de él en el mundo. R. Para que perseveremos fieles a tus mandamientos y alcancemos un día la

vida eterna. R.

Padre NuestroPidamos a Dios nuestro Padre, con las mismas palabras que Cristo nos enseñó,que nos perdone nuestros pecados y nos libre de todo mal.Todos juntos dicen:Padre nuestro, que estás en el cielo…

El sacerdote concluye:Muéstrate propicio, Señor,con tus siervos, miembros de tu Iglesia,que se reconocen pecadores,para que, por intercesión de ella, libres de todo pecado,merezcan darte gracias con un corazón nuevo.Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

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Confesión y absolución individualCada penitente acude a uno de los sacerdotes, que se han instalado a sitios convenientes, leconfiesa sus pecados y después de aceptar la satisfacción, recibe la absolución

Cantico de alabanzaTerminadas las confesiones individuales, el sacerdote que preside la celebración, rodeado por losdemás sacerdotes, invita a los fieles a dar gracias y los exhorta a las buenas obras, con las cualesse manifiesta la gracia de la penitencia en la vida de los individuos y de toda la comunidad.

Cantico de la virgenMi alma glorifica al Señor mi Dios..Salve reina de los cielos y señora de los ángeles..

Oración conclusiva para dar graciasDios nuestro, Padre misericordioso,que con tu gracia nos conviertes de pecadores en justosy de afligidos en dichosos,concédenos tu auxiliopara que, ya que hemos sido justificados por la fe,no nos falte la fortaleza necesariapara perseverar hasta el fin.Por Jesucristo, nuestro Señor

Rito de conclusiónBendiciónQue el Señor guíe sus corazones en el amor de DiosY en la paciencia de CristoR. Amén.

Para que puedan caminar siempre en la vida nuevaY agradar a Dios en todas las cosas.R. Amén.

Y la bendición de Dios todo poderoso, Padre, Hijo+ y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.R. Amén.

DespedidaSean misericordiosos como su Padre es misericordioso. Pueden ir en paz.R. demos gracias a Dios.

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CELEBRACIÓN PENITENCIAL(Puede tenerse la confesión y absolución individual)

Este esquema puede ser usado sin confesión sacramental. Las celebraciones penitenciales sonreuniones del pueblo de Dios, con el fin de escuchar la Palabra de Dios, que invita a laconversión y a la renovación de la vida, y que proclaman nuestra liberación del pecado por lamuerte y resurrección de Cristo. téngase cuidado de que los fieles no confundan estascelebraciones con la celebración del sacramento de la Penitencia. Las celebraciones penitencialesson muy útiles para motivar a la conversión y a la purificación del corazón, conviene llevarlas acabo para fomentar el espíritu de penitencia, para ayudar a los fieles a preparar la confesión, quecada uno podrá hacer después, en el tiempo oportuno.

Después de un canto apropiado y el saludo del ministro como el que se propone en el anterioresquema de celebración, explíquese a los fieles que ellos están unidos unos con otros por elpecado y la penitencia, de tal manera que cada uno perciba que es llamado a la conversión, parala santificación de toda la comunidad.

Oración de entradaPadre omnipotente y misericordioso,concédenos que tu espíritu nos mueva y nos fortalezcapara que llevemos siempreen nuestros cuerpos por todas partesla vida mortal de Jesús,a fin de que también se manifieste en nosotrossu vida nueva de resucitado.Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Liturgia de la PalabraPrimera LecturaSi el pecador se arrepiente de los pecados cometidos, ciertamente vivirá y no moriráDel libro del profeta Ezequiel18,20-32

Esto dice el Señor: “El que peca es el que morirá. El Hijo no cargará con la culpadel padre, ni el padre con la del hijo. El honrado será tratado como tal, mientrasque el malvado recibirá su merecido.

Si el pecador se arrepiente de los pecados cometidos, guarda mis preceptos ypractica la rectitud y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá; no me acordaréde los delitos que cometió; vivirá a causa de la justicia que practicó. ¿Acasoquiero yo la muerte del pecador, dice el Señor, y no más bien que enmiende suconducta y viva?

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Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad no se recordará la justiciaque hizo. Por la iniquidad que perpetró, por el pecado que cometió, morirá. Y sidice: ‘No es justo el proceder del Señor’, escucha, casa de Israel: ¿No es másbien el proceder de ustedes el injusto?

Cuando el justo se aparta de su justicia, comete maldad y muere: muere por lamaldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal que hizo ypractica la rectitud y la justicia, el mismo salva su vida. Si recapacita y se apartade los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.

Los israelitas andan diciendo: ‘No es justo el proceder del Señor’. ¿Acaso no esjusto mi proceder, pueblo de Israel? ¿No es más bien su proceder el que esinjusto? Pues bien, pueblo de Israel, yo juzgaré a cada uno de ustedes según suproceder, dice el Señor Dios. Arrepiéntanse de todas las infidelidades que hancometido, estrenen un corazón nuevo y un espíritu nuevo y así no morirán, puesyo no quiero que nadie muera, dice el Señor Dios. Arrepiéntanse y vivirán”.

Palabra de Dios

Del salmo 35R. ¡Señor qué inapreciable es tu misericordia!

El malvado escucha la voz del pecadoen el fondo de su corazón.No teme a Dios, ni siquiera en su presencia,porque se tiene en tan alta estimaque es incapaz de apreciar su culpa y detestarla.Sus palabras son maldad y mentira,ha dejado de ser sensato y de practicar el bien;no abandona el mal camino,no rechaza la maldad. R.

Señor, tu misericordia es tan grande como el cieloy tu fidelidad, como desde la tierra hasta las nubes.Más grande que las montañas es tu justiciay tus sentencias son como el océano inmenso.¡Señor, que inapreciable es tu misericordia! R.

Los seres humanos se acogen a la sombra de tus alas,se nutren de lo más sabroso de tu casay tu les das a beber el torrente de tus delicias.Porque tu eres, Señor, la fuente de la viday tu luz nos hace ver la luz. R.

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Prolonga tu misericordia con los que te reconoceny tu justicia con los rectos de corazón.Que no me aplaste el pie del soberbio,ni me haga huir la mano del malvado.Los malhechores fueron derribados,están hundidos y no se pueden levantar. R.

En el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepienteDel santo Evangelio según san Lucas15,1-10

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores aescucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “esterecibe a los pecadores y come con ellos”.

Jesús les dijo entonces esta parábola: “¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas sele pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la quese le perdió hasta encontrarla?. Y una vez que la encuentra, la carga sobre sushombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa, reúne a sus amigos y vecinos yles dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me habíaperdido’. Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por unpecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitanarrepentirse.

¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no enciendeluego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta encontrarla? Ycuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: ‘Alégrenseconmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido’. Yo lesaseguro que así también se alegrarán los ángeles de Dios por un solo pecadorque se arrepiente”.

Palabra del Señor.

HomilíaSe puede decir la reflexión sobre esta parábola evangélica que ofrece el subsidio del:PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PORMOCIÓN DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN, Las Parábolas dela Misericordia, Jubileo de la Misericordia 2015-2016, San Pablo, México 2015, p. 25. Que seencuentra al final de este material como Anexo 2.

Examen de concienciaDespués de la homilía se procede al examen de conciencia, que puede hacerse de acuerdo con eltexto proclamado y reflexionado en la homilía o de acuerdo con las bienaventuranzas. Siempredeberá haber un momento de silencio, para que pueda completar el examen de conciencia demanera más personal.

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Acto penitencialDespués del examen de conciencia, todos dicen:Yo confieso ante Dios todo poderosoY ante ustedes hermanos..

Confesión y absolución individual (puede llevarse a cabo la confesión individual siel tiempo y la circunstancia así lo permiten)

Cada penitente acude a uno de los sacerdotes, que se han instalado a sitios convenientes, leconfiesa sus pecados y después de aceptar la satisfacción, recibe la absolución

Después de la confesión como un signo de conversión, el ministro puede proponer algunaactividad para ayudar a los pobres o gente necesitada (se sugieren las actividades del subsidio dela Misericordia publicado por la diócesis n. 9 obras de misericordia o caridad)

Después de la confesión general y de la aceptación del compromiso antes descrito, se puedeproceder a la adoración de la cruz como ejercicio de piedad. Al final de la adoración de la cruz sereza el Padre Nuestro

Padre NuestroDigamos todos juntos la oración que Cristo nos enseñó:Padre nuestro que estás en el cielo…

El ministro prosigueLíbranos de todo mal, Padre misericordioso,Y por la pasión salvadora de tu Hijo,A la que nos unimos por la penitencia,Concédenos participar alegrementeDe su admirable resurrección.Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Rito de conclusiónLa celebración se concluye con la bendición final y la despedida. La asamblea se puede disolverentonando un canto apropiadoBendiciónQue nos bendiga el Padre,que nos ha hecho sus hijos adoptivos.R. Amén

Que nos dé su auxilio el Hijo,que nos ha acogido como hermanos.R. Amén.

Que habite en nosotros el Espíritu Santo,

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que nos ha transformado en templos suyos.R. Amén.

Y la Bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo+ y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.R. Amén.

DespedidaSean misericordiosos como su Padre es misericordioso. Pueden ir en paz.R. demos gracias a Dios.

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Anexo 1CAPITULO II

UN PADRE Y DOS HIJOSLa dinámica de la misericordia de Dios que perdona nuestros pecados, se manifiestaclaramente en la parábola del padre y sus dos hijos (Lc 15, 11-32), l MAS LARGA DELEvangelio de Lucas y tercera de las tres parábolas en secuencia, todas centradas en elcomportamiento de Dios y sobre la alegría que se suscita al encontrar lo que se habíaperdido (una oveja: Lc 15,1-7; una moneda: Lc 15,8-10; el hijo 15,11-32). De manerasemejante a la descripción del paralitico de Cafarnaúm, también los actores de lasparábolas de Lucas están referidos de manera prácticamente anónima. El único interésque se evidencia en el relato son los problemas de relaciones que suceden entre unpadre y sus dos hijos. Todo el relato tiene que ver con la paternidad, las relacionesfiliales y los lazos de fraternidad. Por otra parte, perdón y misericordia son realidadesante todo personales, sucesos que penetran en el hombre hasta su más profundainterioridad y permean su red de relaciones, hasta cambiarle la propia vida, a veces demanera inesperada y casi prodigiosa. En la narración se necesita poner particularatención a las acciones que realizan los actores y a las palabras que ellos dicen. Porquees ahí donde quedan a la vista sus auténticos sentimientos, los valores que tienen en elcorazón y los verdaderos propósitos que ellos persiguen. Emerge un cuadroinesperado: una paternidad singular, relaciones filiales desconcertantes y unafraternidad por restaurar.El retorno de un hijo.

Desde el principio de la parábola, la figura del hijo menor presenta algunos puntososcuros y preocupantes. Él aparece de repente en la escena, sin preámbulos, con undiscurso que se dirige al padre pidiendo la parte de sus bienes. Él no explica lasrazones de esta petición y, por otra parte el padre tampoco se los pregunta. El hechoque pida simplemente “la parte que me corresponde” (v12) muestra que no tienepretensiones fuera de lugar: es más, es consciente de su condición de hijo y, a pesar deesto, su deseo es de irse bien lejos. El patrimonio tendrá que ser dividido, pero élnunca habla de su hermano mayor en toda la narración. Abandonando la casa, en laque no piensa dejar ningún recuerdo suyo (“recogió todo lo que tenía”), el romperadicalmente la relación que lo unía a su padre y a su hermano, quienes, después detodo, no parecen importarle mucho; él está decidido a ir detrás de su objetivo.

El modo tan repentino con que “pocos días después, el hijo menor recogió todo loque tenía y se fue a un país lejano, donde malgasto sus bienes en un vida licenciosa”(v.13), expone las verdaderas motivaciones que estaban bajo la petición que le hizo alpadre. Aunque muy imprudente, el deseo del hijo es fruto de una decisión libre y

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consciente. Él no podrá culpar a nadie si en el futuro se encontrara en la dramáticasituación de riesgo de morir de hambre: la culpa es suya, la responsabilidad espersonal. Pero respecto a sus relaciones con el padre y el hermano mayor, suspalabras dicen mucho más de lo que afirman. Como hijo, sus pretensiones sobre elpatrimonio son legítimas, y el padre no pone objeciones. Tampoco se habla de algunarecriminación por parte del hermano mayor. Sin embargo, su énfasis al pedir “cuantole pertenece”, implica una división patrimonial en vista a la herencia. La solicitud estádirigida al padre, ¡como si ya hubiera muerto! Además, la prisa de los preparativos paramarcharse, no a cualquier parte, sino a un país lejano, muestra que la distancia no essolo geográfica. Cuales sean los motivos que se puedan atribuir a su partida, para elhijo menor el deseo de autonomía cuenta más que sus relaciones filiales. En esterepentino marcharse, el énfasis sobre la separación muestra que el padre y el hermanomayor ya están muertos en el proyecto de vida que este hijo persigue.

Estar lejos del padre y lejos del hermano mayor para darse a una vida libertina y deplaceres. Muy a menudo, este hecho particular ha dado lugar a una predicaciónmoralizante. Pero el relato más bien quiere poner en evidencia el cariz imprevisto quetoma el caso. Primero para el mismo joven: una trágica elección, en la cual el pierdetoda su dignidad. Buscaba su propia autonomía lejos del padre y cortando toda relacióncon su casa, pero se encuentra con el trabajo de cuidar cerdos. Para un heredero esees un trabajo denigrante, y peor aún, porque ni siguiera logra saciar su hambre. El país“lejano” pierde todo su atractivo y muestra una doble característica: no es motivo deenriquecimiento, sino lo hace gastar todo, se vacía incluso interiormente. Además, esun lugar marcado por la escasez, por eso no lo puede alimentar. El hijo menor seencuentra ante una situación sin futuro ni esperanza. No obstante, esta catástrofe letraerá un nuevo descubrimiento: el modo con el cual será recibido por su padre. A suregreso, la actitud del padre provocara una inesperada reacción en el hijo mayor. Estatrama de pecado y misericordia, de culpa u de perdón, nos lleva de sorpresa ensorpresa.

La experiencia del pecado

La parábola no da una definición del pecado, ni pone particular interés en lasmotivaciones que impulsan al hijo menor a marcharse de su casa. Todo mira más biena preparar las motivaciones de su regreso al padre. Este silencio sobre las razones delas elecciones equivocadas, nos llevan a preguntarnos sobre el origen del mal en cadauno de nosotros y sobre el porqué el hombre sigue buscando un país lejano del padre.Es un silencio que deja espacio a mil respuestas (egoísmo, envidia, perdida dereferencia, calores equivocados, indiferencia al prójimo, etc.). Todos los confesores y

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todos los penitentes podrían cada día actualizar la casuística, sin mucha dificultad,poniendo a la luz las motivaciones individuales, sociales y eclesiales que subyacen a losmales de nuestro tiempo. Pedro la evidencia muestra simplemente que el pecado noses connatural, hasta el punto que la continua repetición nos pone en riesgo deadormecer la conciencia. Para darnos cuenta que es difícil encontrar el origen del mal,basta hacer el ejercicio de intentar recordar el origen de nuestro primer pecado y vernuestra imposibilidad de dar una respuesta. Simplemente, hasta donde tenemosconciencia, debemos reconocer que el pecado siempre estuvo con nosotros, siemprepresente en sus más variables facetas más o menos graves. Sobre esta misteriosa einquietante presencia ha meditado el texto de Génesis 3, hablando de la serpientetentadora que “era la más astuta de todas las bestias del campo que el Señor habíahecho” (v.1). Adán y Eva se encuentran en el jardín de Edén, literalmente “jardín delas delicias”, la serpiente está representada como una extraña: no pertenece al jardín,sino al campo, sin embargo aparece de repente allí donde está el hombre y la mujer.Algunos padres de la Iglesia se preguntan cómo ha podido estar esta bestia en eljardín, quien la introdujo y cuando. Es la misma pregunta que se hacen los jornalerosen la parábola de la cizaña: “Señor, ¿no has sembrado buena semilla en tu campo?¿Cómo es que ahora hay cizaña en el?” (Mt 13, 27). Es la misma pregunta que serepite cada vez que el pecado y sus consecuencias de males y dolores provocanescandalo ante nuestros ojos. La biblia evita la especulación filosófica: el mal sepresenta, pero no se explica, simplemente “está”. En el momento en el cual Adán yEva comienzan su aventura humana, la serpiente ya está anidada en su intimidad,presente en sus pensamientos, en sus palabras y en sus acciones. Ella es persuasiva,capaz de surgir “países lejanos”, mas allá de toda norma y limite (“¡serán comodioses!”, Gen 3,4), capaces de perturbar y deformar la visión de Dios y las relacionescon Él. Como el hijo menor de la parábola, también Adán y Eva se reencuentran vacíosy en la miseria, incluso con pena de mirarse el uno al otro: su desnudez ahora es elespejo de la verdad de su propia culpa, una mirada que ellos no son capaces desostener.

¿Qué es entonces el pecado? La parábola de Lucas sugiere la imagen de la“separación” del Padre. Pecado es todo aquello que nos aleja de Él y de los hermanos,algo que vacía nuestro corazón. Pecado es aquello que no nos deja llevar una vidaplena. Pecado es todo aquello que nos impide reconocer la casa del padre comonuestra casa, haciéndonos olvidar que somos hermanos. En fin, pecado es todo aquelloque degrada nuestra relación filial y nuestra relación fraterna.

Por eso, al presentarse ante el sacramento de la Reconciliación para recibir elperdón de Dios, es importante que el cristiano madure una certeza y evite un peligro.

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Una autentica vida de fe pone en vigilancia la conciencia. El discípulo, en el seguimientoal Señor sabe que el camino es la verdad y no teme poner al desnudo su corazóndelante del Padre para que lo haga “nuevo” (cfr. Ez 11,19): “por la confesión, elhombre se enfrenta a los pecados de que se siente culpable; asume su responsabilidady, por ello, se abre de nuevo a Dios y a la comunión con la Iglesia, con el fin de hacerposible un nuevo futuro” (CIC, 1455). Por otra parte, el identificar los propios pecadosevitara dejarse llevar por el cálculo, más bien mezquino. Que tiende a especular sobreel amor de Dios: “¿Hasta dónde puedo llegar impunemente con este comportamiento?¿Puedo, pero dentro de qué límites? Si no rebaso esta medida, ¿está bien?” Se trata deuna mentalidad mezquina que, en la relación con el Padre juega con lo mínimo eindispensable. En general, una perspectiva semejante reduce la propia vida ética, eltestimonio de fe y la pertenencia a la Iglesia, a un conjunto infinito de reglas que,“desgraciadamente” necesita respetar y hacer cada vez más difícil al penitente (y ¡alconfesor!) la celebración del sacramento de la Reconciliación. Se trata de unafrustración de la vida espiritual, que lleva al creyente a no abrirse al proyecto que Diostiene para el dentro de su inmensa misericordia, sino a apagar el entusiasmo de la fe.Oscurece la belleza debilitando fatalmente cada dinámica de la vida cristiana. Como lorecordó el papa Francisco, el problema no es ser pecador, el problema es no dejarsetransformar por el amor de Cristo (cfr. Homilía en santa Marta, 17/05/2013). Entoncesno llegamos a la meta y no alcanzamos el objetivo esencial. ¿Cuál es? El objetivo devivir como hijos. Y es el Crucificado y Resucitado, el Hijo bendito, el que muestra cómose realiza una autentica relación filial. Se trata de un camino de libertad: un éxodo de símismo sin retorno, una libertad hecha para amar al Padre y a los hombres hasta elabandono sobre la cruz. Esta misma libertad él la pide a sus discípulos para entrar en eldon de la vida de Dios.

La experiencia del perdón

El monologo del hijo menor comienza con una constatación: en la casa de su padrelos trabajadores tienen pan en abundancia, en cambio “yo estoy aquí muriéndome dehambre” (v. 17). Es el hambre, no el remordimiento por haber entristecido a su padre,lo que lo estimula a regresar a su casa; aquel “entro dentro de sí mismo” no es índicede conversión como muchos piensan, más bien él toma conciencia de la realidad en laque ha caído, atenazado por una necesidad fundamental que no puede satisfacer: seestá muriendo de hambre. Es el instinto de sobrevivencia lo que le hace recordar sucasa de origen. Es el deseo de una buena comida el que dicta sus palabras, no larelación con su padre. Se trata de un cálculo de interés, más que de un sentimientosincero. Y de hecho, si bien confiesa: “Padre, porque contra el cielo y contra ti ya nomerezco ser llamado hijo tuyo” (vv. 18-19), el joven no omite sugerir como penitencia

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exactamente lo que persigue según su plan: “trátame como a uno de tus jornaleros”,una condición evidentemente mucho mejor que cuidar cerdos. Un posterior indicio creafuertes sospechas sobre las verdaderas intenciones del joven. El monologo le sirvecomo discurso preparatorio, pero una vez que llega y está delante del padre, el hijoomite la frase inicial: ¡no dice que es el hambre lo que le ha hecho regresar! El calla laverdadera razón: es astuto. Establecida la estrategia para obtener el perdón paterno,comienza a poner en práctica su plan: “se levantó y partió hacia la casa de su padre”(v.20). Imposible no quedarse perplejo anta tal comportamiento, que instrumentalizalos sentimientos y las relaciones del padre, detrás de un discurse de tinte religioso. Elcálculo es innegable, la confesión es muy interesada.

El pícaro comportamiento del hijo menor deja a la vista cual es la imagen que éltiene de su padre: un siervo y justo juez, pero que puede ser apaciguado con un buendiscurso. Pero el plan organizado se cae. Justamente por un comportamiento del padredel todo imprevisto por el hijo: “Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y seconmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazo y lo beso” (v.21). Laapremiante rapidez con la que se mueve el padre, comprueba que su abrazo nodepende de la motivación que el hijo pueda argumentar. De hecho, el padre no esperaque el hijo hable. Su modo de actuar, no depende ni se mide por las palabras del hijo.En este momento el joven puede decir cualquier cosa, ya no tiene necesidad de mentiro de callar las razones de su regreso. No tiene por qué temer: el padre ha corrido a suencuentro, lo ha abrazado y lo ha besado, una actitud determinante que pone fin a sudolosa estrategia. Al hijo no le reprocha nada (“Ah, cuanto me hiciste sufrir, pero estoycontento porque ¡regresaste!” O, “¡Finalmente te diste cuenta de tu error!”) Para elpadre lo único que interesa es que su hijo ha regresado. Es más, apenas el jovencomienza su discurso y dice que no merece ser llamado su hijo, el padre lo interrumpe.Para el padre son palabras insoportables e inadmisibles: una posibilidad que ni siquierahay que tomar en consideración. De ese modo, el hijo descubre que en el corazón desu padre él siempre tuvo un lugar y que nunca ha dejado de ser hijo. Ninguna elecciónequivocada, ningún comportamiento reprochable, ningún dolor provocado handisminuido su ser hijo ante el padre. Al hijo calculador se le revela un rostro de supadre que nunca imagino, y que solo su regreso descubre: un padre no ingenuo, no unjuez severo, sino alguien que ama sin cálculos y sin medida. Las palabras con las que eljoven se dirige al padre, después de haber sido abrazado y besado por él, ahorapueden fluir de su corazón sin temor alguno: “Padre, pequé contra el Cielo y contra ti”.En esta relación que renace, los regalos del padre hacia el hijo amplifican ese amor quenunca había disminuido restableciendo los signos de una dignidad filial que el hijo yacreía perdida. Como Jesús actuó con el paralitico de Cafarnaúm (“Hijo, tus pecados te

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son perdonados”, Mc 2, 5), también este padre devuelve al propio hijo su verdaderaidentidad.

¿Entrar en la casa del Padre?

En la segunda parte de la parábola entra en escena el hijo mayor. Es curioso el relatoque dice: “El hijo mayor estaba en el campo” (v.25), porque corresponde al mismolugar en el que se encontraba el hijo menor antes de regresar al padre: “Entonces sepuso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo paracuidar cerdos”. El hijo menor se había ido a un país lejano, el hijo mayor, en cambio, nose había alejado jamás de su casa. El primero se da a la vida libertina malgastando susbienes, el segundo está ocupado en una vida de trabajo: sin embargo, aunqueatareados en diversas y hasta opuestas actividades, los dos hermanos llegan a unmismo lugar: ambos se encuentran en el campo y desde allí se ponen en marcha haciala casa del padre. No son pocos los textos bíblicos que utilizan la imagen del campo conun acento negativo: la casa de la serpiente tentadora y de los animales salvajes (Gen3,1), lugar de muerte (en el campo Caín se abalanzo sobre su hermano Abel, cfr. Gen4,8) y de violencia (los hebreos esclavos son obligados a realizar trabajos forzados en elcampo, cfr. Ex 1,14), imagen profética de amenaza (Os 2, 14; Jr 26,18), lugar dondelas fuerzas se contraponen (Mt 13, 24-30). De hecho, en toda la parábola los doshermanos no muestran algún signo de fraternidad: el menor nunca menciona alhermano mayor, y este a su vez no lo reconoce (“¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto”,v. 30). Sin embargo, el hijo menor y el hijo mayor comparten más de cuanto creen: losdos están lejos del padre y de su voluntad de verlos como “hermanos”. El padre, encambio, llama a los dos con el mismo título “hijo” (v.24; v. 31) e invita a los dos aentrar en la casa. A participar en la fiesta donde el padre entrega el uno al otro como“tu hermano” (v.32). Pero hay otros elementos en común entre los dos hermanos. Seve que si el hijo mayor trabaja intensamente en los campos, significa que en la casa delpadre la condición de ser hijo no es un motivo valido para no hacer nada y dedicarse ala dolce vita. ¿Quizás por esto el hijo menor decidió irse de la casa? No obstante lasdiferentes elecciones, uno de libertino y el otro de trabajador, cuando se refiere a lavida en relación con el padre, los dos están caracterizados como asalariados. Amboscomparten los mismos criterios para evaluar según la lógica de la retribución: hepecado, entonces merezco el castigo de no ser más tu hijo; te he servido siempre, poreso merezco tu recompensa. El menor no se atreve a decir más, el mayor le reprocha alpadre: “Hace tantos años que te sirvo, sin haber desobedecido jamás ni una sola de tusordenes, y nunca me diste ni un cabrito para hacer fiesta con mis amigos” (v. 29).Desgraciadamente, ante estos dos frentes opuestos aparece una misma miradacalculadora que impide a los dos hacer la experiencia del corazón infinitamente

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generoso del padre. Es nuevamente este quien surge como figura admirable, con unapaternidad absolutamente excepcional, que recibe al hijo menor sin condiciones, y lemanifiesta al mayor que no necesita pedirle nada porque: “Tu estas siempre conmigo, ytodo lo mío es tuyo” (v.31). A diferencia de sus hijos, el padre no calcula nada, y nuncaha calculado nada, siempre ha querido simplemente compartir todo. Para el, ser padrees pura relación hacia ellos en un impulso de amor y ternura sin medida.

La mentalidad de un empleado

¿Por qué al escuchar música y danzas, el hijo mayor no entra enseguida a la casa,sino que llama a un sirviente para que le dé información? Estando cerca del padre portanto tiempo, ¿sospecha ya alguna cosa? ¿El padre ya le había comunicado susintenciones en caso de que el hermano regresara? ¿Su indignación quiere provocar alpadre para que cambie de opinión? Todas las respuestas son posibles. El texto remarcael contraste entre las palabras del sirviente, que lo invita a reconocer sus relacionesfamiliares (“Tu hermano ha regresado y tu padre hizo matar el becerro gordo”, v.27), ylas palabras que el hijo, en cambio, dirige al padre (“¡Y ahora que ese hijo tuyo havuelto, después de haber gastado tus bienes con prostitutas, hacer matar para él elbecerro gordo!” v.30) El niega toda relación con su hermano, y cuestiona elcomportamiento del padre, distanciándose de ambos. No quiere entrar en la casa delpadre porque, de alguna manera, su corazón ya vive en “un país lejano”, en oposición asu hermano menor, el destaca su largo y perfecto servicio de fidelidad a los mandatosdel padre. Su presentación sugiere un tipo de Curriculum ejemplar, pero su relación conel padre se manifiesta con mucha frialdad, en términos de “obediencia” y de“mandatos”. El ha obedecido sus leyes, por eso espera de él una retribución, unarecompensa aunque no pagara todo su trabajo: por lo menos un cabrito “para haceruna fiesta con mis amigos” (v. 29), pero a la fiesta que el proyecta realizar, ¡el padre yel hermano no están invitados! ¿Podría este hermano aceptar la súplica del padre aunirse a la fiesta que el mando preparar para el hijo menor?

Respuesta a la invitación

Aparece una dificultad: ¿Por qué el padre no invito enseguida al hijo mayor ycomenzó la fiesta sin él? ¿Por qué no lo mando llamar o no espero a que llegase delcampo? La parábola no ofrece una respuesta, pero deja entender claramente que si lafiesta se pone en acto, es por la única decisión indiscutible del padre (“hagamos fiesta”,v.23): no depende de la voluntad del hijo. La fiesta surge directamente de la“compasión” (v.20) y de la alegría sobreabundante del padre porque su hijo “ha vueltoa la vida”, y no puede ser cancelada. Para el corazón del padre no hay alternativa: “Es

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justo que haya fiesta y alegría” (v.32). El hijo mayor debe decidir si unirse a los festejosy así compartir los sentimientos y los valores del padre, o rechazar y rebelarse. El finalabierto de la parábola no permite saber cuál fue la respuesta del hijo mayor.

Ambas escenas, aquella del hijo menor (vv.12-24) y la del hijo mayor (vv. 25-32),terminan con las palabras del padre: son estas las que determinan el camino de lahistoria e interrogan a cada lector que, junto a los dos hijos, se hace partícipe delcorazón del padre. Se trata de confrontarse con su punto de vista, sus razones y suselecciones: los únicos valores en el juego. Al final de la parábola, de hecho, cada unodebe hacer una elección: entrar en aquella casa y participar de la fiesta o quedarselejos sin gozar la alegría del padre, rechazando su abrazo misericordioso y sin poderrecibir su perdón que devuelve la vida y nos hace hermanos.

La compasión de un padre

Mientras al comienzo de la parábola la figura del padre aparece mas biensecundaria, esta va alcanzando cada vez más consistencia a partir del momento en queel hijo menor se aleja de la casa, hasta ocupar el primer lugar que determina toda laestructura de los hechos. Lo que mueve al padre queda claro de inmediato: a la vistadel hijo aun lejano, el padre “se conmovió profundamente” (v.21). Es esta profundapiedad la que provoca la rápida sucesión de las acciones: corre al encuentro del hijo, seecha a su cuello y lo besa. El verbo (que traduce el hebreo rakhamin) señala unacompasión instintiva: él no puede esperar que su hijo llegue a la casa, sino que seadelanta y va hacia el impulsado por esta fuerza irresistible. Son los profetas quienesdescriben esta efusiva conmoción en Dios: “Mira desde el cielo y contempla, desde tusanto y glorioso dominio. ¿Dónde están tus celos y tu valor, tu ternura entrañable y tucompasión?” (Is 63, 15; cfr. También Is 49, 15; Os 2, 21; Zc 1, 16; Sal 145,9). Lacompasión así representada es exactamente lo contrario de la frialdad o dureza decorazón y es la cualidad fundamental de nuestro Dios que es misericordia: una ternuraque va hasta la conmoción física, un celo y una pasión que lo impulsan a actuarsiempre y con eficacia.

También el dialogo que el padre tiene con el hijo menor muestra la profundidad delmisterio de su misericordia. Con inmensa ternura el no usa, la palabra “pecado” que elhijo apenas había pronunciado, si siguiera se pone a pensar sobre las ambiguasmotivaciones que lo han traído a casa. En lo único que piensa es en salvar del peligro alhijo: ¡la muerte lo estaba privando de su hijo! Para el padre lo que cuenta es que suhijo está allí, otra vez en casa, recibido de nuevo como hijo por un amor que nuncacambio.

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El padre declara que el alejamiento del hijo (con la consiguiente separación delpadre y del hermano) fue para el hijo una muerte, y que su regreso equivale a unretorno a la vida (v.24). Su regreso a la vida es por un largo camino que tiene lasconnotaciones típicamente pascuales. En el pasaje de la muerte a la vida, el hijo menoresta misteriosamente asociado al misterio pascual de Cristo crucificado y resucitado. Laconversión, como retorno al padre, es la dinámica propia de la vida cristiana: unatensión continua sostenida por un amor que va más allá de lo imaginable y que reflejael evento en el que el amor se manifiesta más allá de toda medida: la pascua del Señor.La vida del cristiano no puede ser sino una continua vida pascual.

Los dones de la misericordia

De la excepcional alegría del padre se derivan los dones que el hijo recibe. En ellospodemos ver varios significados, extraídos del amplio patrimonio simbólico de latradición cristiana.

El vestido más bello se asocia inmediatamente al nuevo esta de vida al que elpadre reintegra al hijo, con alusiones típicamente bautismales: “ustedes que fueronbautizados en Cristo, han sido revestidos de Cristo” (Gal 3, 27): en consecuencia,“ahora es necesario que acaben con la ira, el rencor, la maldad, las injurias y lasconversaciones groseras. Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes sedespojaron del hombre viejo y de sus obras, y se revistieron del hombre nuevo, aquelque avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según laimagen de su Creador” (Col 3,8-10). Por medio del bautismo, la vida del cristiano aquíestá definida en nuevos términos, con un comportamiento impensable para quienesestán sumergidos en la gravedad del pecado. De hecho, si el bautizado es un “reciénnacido”, su vida nueva es la vida de Cristo y la vida en Cristo. La carta a los Colosensessubraya que este crecimiento se hace mediante una continua renovación. De estamanera, el sacramento de la Reconciliación se relaciona profundamente con elsacramento de nuestro Bautismo:

La vida nueva recibida en la iniciación cristiano no suprime la fragilidad y la debilidadde la naturaleza humana, ni la inclinación al pecado que la tradición llamaconcupiscencia, y que permanece en los bautizados a fin de que sirva de prueba enellos en el combate de la vida cristiana, ayudados por la gracia de Dios (CIC. 1426).La llamada de Cristo a la conversión sigue resonando en la vida de los cristianos.Esta segunda conversión es una tarea ininterrumpida para toda la Iglesia que “recibeen su propio seno a los pecadores” y que, siendo “santa al mismo tiempo quenecesitada de purificación constante, busca sin cesar la penitencia y la renovación”

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(LG. 8). Es el movimiento del corazón contrito” (Sal. 51, 19), atraído y movido por lagracia (cfr. Jn 6,44; 12,32) a responder al amor misericordioso de Dios que nos haamado primero (CIC 1428).

El anillo en el dedo indica el poder con el cual el hijo es nuevamente investido. Paraconceder plenos poderes a José, hijo de Jacob, el faraón le entrega su anillo (cfr. Gen41, 42), lo mismo hace el rey persa Artajerjes con su confidente Aman (cfr. Est 3,10). Elanillo constituye un símbolo de vínculo y unión. El hijo restablece su plena comunión conel padre y participa de su señorío.

Las sandalias en los pies. Llevar zapatos y sandalias era un privilegio de los hombreslibres: los prisioneros de guerra y los esclavos tenían que caminar descalzos (Is 20, 2.4).El hijo es reintegrado a sus antiguos derechos.

La última indicación que da le padre es sobre los preparativos para la fiesta. Ladisposición de preparar el becerro gordo y la precisa exhortación para comerlo.Constituye una referencia al banquete de manjares suculentos que sella la alianza entreDios y la humanidad: “El Señor de los ejércitos ofrecerá a todos los pueblos sobre estamontaña un banquete de manjares deliciosos, de vinos generosos” (Is 25, 6). Y sobretodo el libro del Deuteronomio que une el tema del banquete al de la fiesta gozosa enpresencia de YHWH:

Con el Señor, su Dios, ustedes se comportaran de una manera distinta. Irán abuscarlo al lugar que el elija entre todas las tribus, para constituirlo morada de suNombre. Solamente allí presentaran sus holocaustos y sacrificios, sus diezmos y susdones, sus ofrendas votivas y voluntarias, y también las primicias de sus ganados yrebaños. Allí, ustedes y sus familias comerán en la presencia del Señor, su Dios y sealegraran por todos los beneficios que hayan obtenido de su trabajo, porque elSeñor, tu Dios, te bendijo (Dt 12,4-7; ver también Dt 14, 22-24; 16, 10-17).

En el Nuevo Testamento son numerosos los textos que hacen referencia a un banquetegozoso y familiar: en Lucas, la parábola de los invitados a una gran cena anticipa las tresparábolas sobre la misericordia (Lc 14, 16-24).

En la conclusión de la escena, el banquete que el padre hace preparar para el hijoque regreso, tiene un valor ritual y ceremonial. Tiene el objetivo de festejar a quienatravesó un momento difícil y que ha vivido una transformación. También celebra lareciproca solidaridad que une al padre y al hijo, el vínculo que existe entre ellos. Muchoshan interpretado que hace referencia al banquete pascual que Cristo celebra en laÚltima Cena, donde la alianza entre Dios y los hombres se establece para siempre por

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medio de su sangre (Lc 22, 20). La explicita invitación a participar a su banquete laretoma el Ángel del Apocalipsis que ordena a Juan: “Escribe esto: felices los que hansido invitados al banquete de bodas del Cordero” (Ap 19, 9). Es la bienaventuranza que,con una adaptación, se retoma en la liturgia para invitar a la comunión eucarística. ElBautismo y también la Eucaristía se unen al sacramento de la Reconciliación. Estemanifiesta a la comunidad cristiana la exigencia de una continua conversión y pone a sudisposición la potencia reconciliadora de la Pascua del Señor: “La conversión y lapenitencia diarias encuentran su fuente y su alimento en la Eucaristía, pues en ella sehace presente el sacrificio de Cristo que nos reconcilio con Dios; por ella sonalimentados y fortificados los que viven de la vida de Cristo” (CIC, 1436).

La fiesta del perdón

Al hijo mayor, el padre le dice: “Es justo que haya fiesta y alegría”. El padre obedecea una lógica superior a la que debe responder, una lógica diferente y más alta respectoal modo de ver del hijo mayor: “El ama, no sabe hacer otra cosa” (papa Francisco,Homilía en Santa Marta, 28 de marzo 2014). Su paternidad pone en primer lugar larelación con el hijo: y este es el sentido de ser padre. Regresando al padre “ha vuelto ala vida”, a la vida de hijo, reanimando así al padre mismo que, en seguida, fue a suencuentro. El hijo mayor fue invitado a comprender el círculo de este amor profundo queune al padre y al hijo, circulo que vale para el mismo. Reencontrando al hijo, el padrepuede restituirle al hermano, sin el cual el hijo mayor habría perdido su misma identidadde hermano. Por eso la profunda compasión que mueve el actuar del padre, encuentrala alegría más grande en ver que los hijos se reconozcan como hermanos, entonces lapaternidad alcanza su vértice y se revela con todo su esplendor. Comentando laparábola del hijo prodigo, el papa Benedicto XVI, ha dicho:

Este pasaje de san Lucas constituye una cima de la espiritualidad y de la literatura detodos los tiempos (….) No deja nunca de conmovernos, y cada vez que laescuchamos o la leemos, tiene la capacidad de sugerirnos significados siemprenuevos. Este texto evangélico tiene, sobre todo, el poder de hablarnos de Dios, dedarnos a conocer su rostro, más aun, su corazón. Desde que Jesús nos habló delPadre misericordioso, las cosas ya no son como antes; ahora conocemos a Dios: esnuestro Padre, que por amor nos ha creado libres y dotados de conciencia, que sufresi nos perdemos y que hace fiesta si regresamos. Por esto, la relación con Él seconstruye a través de una historia, como le sucede a todo hijo con sus padres: alinicio depende de ellos; después reivindica su propia autonomía; y por ultimo – si se

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da un desarrollo positivo – llega a una relación madura basada en el agradecimientoy en el amor autentico (Ángelus, 14 marzo 2010).

Ilustrando esta sabia pedagogía de la misericordia de Dios, la parábola del padre y delos dos hijos, no quiere hacernos meditar en modo abstracto el misterio del amor queperdona, sino que impulsa a cada hombre a recurrir a esta misericordia en nombre deCristo y en unión con él. De esta manera somos transportados por el amor que salva, areconocer nuestras infidelidades confesando nuestros pecados. Así, revelando el amorde Dios, la palabra del Señor sigue encarnándose en la vida de cada creyente, sellandoen su conciencia herida el rostro del padre rico en misericordia. Por eso la misión de laIglesia es confesar la misericordia divina en toda la verdad que la Revelación nos envía atestimoniar, poniéndonos a su servicio.

A la luz de esta inagotable parábola de la misericordia que borra el pecado, laIglesia, haciendo suya la llamada allí contenida, comprende, siguiendo las huellasdel Señor, su misión de trabajar por la conversión de los corazones y por lareconciliación de los hombres con Dios y entre sí, dos realidades íntimamente unidas(San Juan Pablo II, “Reconciliación y Penitencia”, n.6).

Anexo 2IV. EN BUSCA DE LA OVEJA Y LA DRACMA

PERDIDAS Y ENCONTRADAS

Lucas 15,1-7El capítulo quince del Evangelio de Lucas es uno de los más bellos del Nuevo

Testamento: el trasfondo es la compasión de Jesucristo por los pecadores, explicadacon tres parábolas. “las parábolas de la misericordia” (la oveja encontrada, la dracmarecuperada y el padre compasivo) se suceden una tras otra sin interrupción. Sinembargo esta bien separar las dos primeras parábolas, no solo porque la primera estamucho más desarrollada, sino por los epílogos diferentes. Mientras las primeras dosparábolas se cierran con una fiesta, la tercera nos deja en suspenso: no dice si elhermano decidió participar o no en la fiesta por el regreso del menor o si toma otrocamino.

Todos los publicanos y gente de mal vivir se iban acercando para escucharlo. Losfariseos y los escribas murmuraban los unos con los otros, diciendo: “este acoge a lospecadores y come con ellos”. entonces les dijo Jesús esta parábola: “¿Qué, hay algunode ustedes que teniendo cien ovejas, si se le pierde una, no deja las otras noventa ynueve allá en el desierto y vaya luego a buscar la perdida hasta que la encuentre? Y

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una vez que la encuentra, se la carga sobre los hombros todo lleno de alegría; y alllegar a casa llama a sus amigos y vecinos y les dice ‘Felicítenme porque ya encontré laoveja perdida’. Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por unpecador arrepentido, que por noventa y nueve justos que no necesitan elarrepentimiento.

Y si una mujer tiene diez dracmas y pierde una ¿no prende luego una lámpara,barre la casa y busca cuidadosamente aquella dracma hasta que la encuentre? Y unavez que la encuentra, llama a sus amigas y vecinas y les dice: ‘Felicítenme, porque yaencontré la dracma que había perdido’. “yo les aseguro que así también hay alegríaentre los ángeles de Dios por un solo pecador arrepentido”.

1. Las diversas categorías de pecadoresEn tiempos de Jesús es posible distinguir cuatro categorías de pecadores:

físicos, raciales, sociales y morales. Parece que él se relacionó con todas las categoríasmencionadas. La primera categoría de pecadores es física y se debe a la concepciónsegún la cual, toda lesión está referida al pecado: las enfermedades son vistas comoconsecuencias del pecado y no como una condición natural. Cuando Jesús cura a unciego de nacimiento, los discípulos le preguntan si su ceguera depende de sus pecadoso los de sus progenitores (Jn 9,1-2). Además de la relación entre el pecado yenfermedad, entre la población palestinense estaba muy difundida la idea de que soloDios puede perdonar los pecados, cualquier milagro debía correspondido con lapurificación en el templo. Jesús se arroga el derecho de purificar el pecado, cuandocura a un paralítico descolgado del techo de la casa (Mc 2,1-12). Este gesto es vistocomo una blasfemia que escandaliza a los presentes.

La segunda categoría de pecadores es racial: los extranjeros eran vistos comopecadores porque no observaban la Ley según las tradiciones judías. En esta categoríaentraban los samaritanos y los gentiles que vivían en Palestina: la sumisión a la ley deMoisés permitía ser liberados de esa forma de pecado. Por eso a los gentiles no se lespermitía entrar en el templo de Jerusalén, sino que eran obligados a respetar losconfines de la santidad del lugar, bajo pena de lapidación y contaminación del lugarsagrado.

Al significado racial de la palabra “pecador” se le añade un significado social,destinado a los cobradores de impuestos o publicanos, contratados para recaudar lastasas debidas al poder imperial. Equiparados con los usureros, los publicanos sesostenían de los intereses que añadían a los impuestos. Entre sus discípulos, Jesúsacoge a Leví, hijo de Alfeo, a quien invita a seguirlo cuando está sentado en su bancode impuestos. Para subrayar la reintegración de este grupo de pecadores, Jesús cuenta

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la parábola del cobrador de impuestos y el fariseo en el templo en el cual nosdetendremos.

La última categoría de pecadores es ética y comprende a los usureros y a lasprostitutas. Hemos observado que la mujer que lava los pies de Jesús en casa deSimón, es una pecadora. La Samaritana, con quien Jesús se detiene a platicar, hatenido cinco maridos y vive con uno que no es el suyo. Jesús afirma que ha sidoenviado para curar las heridas de todos los pecadores sin excluir a nadie. Naturalmente,por este tipo de amistades, es acusado de ser un pecador que vive con pecadores. Perolos milagros desmiente la acusación, porque un pecador no puede hacer milagros queél realiza y las parábolas explican las razones que lo llevan a frecuentar a los pecadores.

2. El pastor y la oveja encontrada

Jesús no fue el primero en elegir el ambiente campestre para hablar de la relación entreel pastor y la oveja. El profeta Ezequiel relata la amplia parábola contra los pastores deIsrael, la cual puede haber inspirado la parábola de Jesús:

Yo mismo seré el pastor de mis ovejas y hare que descansen, dice el Señor Dios.“Buscare a las ovejas perdidas, volveré a traer a las que andaban descarriadas,vendare a las patiquebradas, hare que cobren fuerza las débiles, cuidare a lasgordas y fuertes, y las apacentare según la justicia (Exequiel 34, 15-16).

¡Sin embargo, la parábola de Jesús es paradójica! El trasfondo es un pastor que tienecien ovejas, se le pierde una, deja las noventa y nueve restantes en el desierto y seencamina a buscar a la perdida. Una vez encontrada, se la echa a la espalda, vuelve acasa, convoca a sus amigos y les pide que gocen con él. La paradoja está en lapregunta con la cual Jesús describe la escena del pastor. Ante la cuestión de quientomaría semejante opción, en realidad nadie dejaría a las noventa y nueve en eldesierto por una sola que no están seguros de encontrar. El paradójico modo de actuardel pastor explica el de Jesús: cuantos consideran o presumen no tener pecado soncomo las noventa y nueve ovejas abandonadas a si mismas, sin pastor. El riesgo queenfrentan las noventa y nueve ovejas en el desierto y la pérdida presenta unadiferencia sustancial: la pérdida exige ser buscada, mientras que las otras se piensanaseguradas.

El gozo engancha la parábola a la vida: encontrar a la oveja perdida es el gozo delpastor y de Dios, quienes se alegran más por un pecador convertido que por noventa ynueve justos que no necesitan convertirse (o se ilusionan con no necesitarlo). Esconmovedora la manera en que Jesús entiende la conversión: no es fruto del sujeto

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que se convierte, sino de la acción de Dios que busca a quien está perdido. Laconversión es siempre la acción de la gracia, concedida por Quien se echa a la ovejaperdida sobres su espalda y regresa a casa; y porque es originada por la gracia, laconversión exige ser compartida. A los fariseos y escribas les queda la opción: ocomparten el gozo de la conversión, concedida a los publicanos y pecadores, o laobstaculizan, cayendo en la presunción de poder quedarse en el desierto, como unrebaño sin pastor en brazos del peligro.

Por tanto, la participación humana en la conversión es importante, sobre todoporque las personas no son blandas como las ovejas. Sin embargo, el peso de laparábola no radica en las noventa y nueve ovejas ni en la encontrada; en otraspalabras: no es necesario perderse para ser encontrado, ni abandonarse en el desiertopara no ser buscados por Dios; todas las acciones son del pastor y no de las ovejas;para subrayar el origen divino de la conversión se ha añadido la parábola de lasdracmas.

3. El ama de casa y la dracma recuperada

La situación inconcebible del pastor y sus ovejas adquiere un tono mas natural con unaama de casa que pierde una dracma y se empeña en todas las formas en hallarla. Unavez recuperada, la mujer convoca a las amigas y vecinas, las invita a gozar con ella porhaber hallado la dracma perdida. También es análogo la conclusión de la parábola:ante los ángeles de Dios hay mas gozo por un pecador que se convierte.

A primera vista parece que el contenido de ambas parábolas sea el mismo: a lascien ovejas corresponden las diez dracmas y a la oveja perdida corresponde la dracmaextraviada. En realidad ahora la atención se centra en el empeño de la mujer por hallarla dracma perdida, la cual vale mucho menos que una oveja. En tiempos de Jesús unadracma valía lo mismo que un denario o una jornada de trabajo subordinado. A pesardel valor relativo de un a dracma, el ama de casa pone todo su empeño en hallarla. Enla parábola no se especifica el estado social de la mujer, en cuyo caso la condición depobreza explicaría porque tanto afán en hallar la dracma perdida. Además la atenciónse centra en la búsqueda meticulosa y el gozo compartido por haber hallado la dracmaperdida. La dedicación y el gozo son los que confieren el valor real a la moneda, y noel valor nominal de la dracma. Una monedas es inanimada; esto subraya la conversiónconcebida como acción penetrante de la gracia de Dios y no como respuesta humana.La más breve de las parábolas de la misericordia no relaciona la moneda hallada conlas otras, como en cambio si pasa con la oveja perdida y las noventa y nueve y el hijomenor al mayor. El ama de casa busca la dracma por el valor que tiene para ella y no

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respecto de las otras dracmas. Aunque solo hubiera un pecador, valdría la penabuscarlo, encontrarlo y gozar.

4. Jesús y la comunidad con el rostro del pastor

Regresemos a la relación entre el pastor y las ovejas: profundicemos con losevangelios de Juan y de Mateo. En el Evangelio de Juan 10.1-16 Jesús describe albuen pastor (que podría ser traducido como bello pastor) con quien se identifica. Él esel buen pastor porque conoce el nombre y da vida a sus ovejas. El pastor es diferentea los mercenarios y a los ladrones en su manera de cuidar a las ovejas; el mercenariosolo está interesado en su propia ganancia, el pastor se entrega por las ovejas cuestolo que cueste, y se dona por sus ovejas. ¡Lo que distingue al mercenario y al ladrón delpastor es el peligro! Cuando ve acercarse al lobo, el mercenario abandona a las ovejasy huye, porque no le interesan las ovejas. El pastor no se reconoce por el oficio querealiza, sino frente a las pruebas y peligros que afronta: cuando llega el momento dedecidir si huye y salva su pellejo o quedarse y perderlo por sus ovejas. En estadonación total de sí mismo hasta la muerte, Jesús es el buen (y el bello) pastor: deuna belleza que no proviene de su aspecto, sino del quedarse con las ovejas cuandoestán en peligro.

Si en el discurso del buen pastor, Jesús se caracteriza por la coherencia de quien sedona a si mismo hasta derramar su sangre, el Jesús del Evangelio de Mateo añada unanueva dimensión a la relación entre el pastor y las ovejas. En Mateo 18, 12-14 esnarrada la misma parábola de Lucas 15, 4-7, pero el contexto es diferente: seencuentra en el discurso está dedicada a los “pequeños” que deben ser acogidos en lacomunidad cristiana, y culmina con la parábola del buen pastor. El contexto diversodesplaza la atención sobre el impacto de la parábola: “Así tampoco le agrada a miPadre celestial que se pierda ninguno de estos chiquitos” (Mateo 18, 14). La Iglesiaestá directamente implicada en la parábola porque a ella se le confía la voluntad delPadre: que ningún pequeño se pierda. La Iglesia asume el rostro del Padremisericordioso cuando es una madre en búsqueda de la oveja perdida: no olvida a lasnoventa y nueve ovejas en los montes, pero se alegra por la que ha encontrado. Ahorase ve claramente que la parábola del buen pastor compromete a la Iglesia y a suspastores. Los pequeños que no encuentran lugar en la sociedad adquieren derecho deciudadanía en la comunidad cristiana. No solo son acogidos, sino deber ser buscadoscon el riesgo de no encontrarlos. A una Iglesia que toma el camino simple delpuritanismo y del eficientísimo, Jesús contrapone una Iglesia que pone al centro a lospequeños. Si la Iglesia es donde dos o tres están reunidos en el nombre de Jesús, elrostro de Cristo en la Iglesia es el de los pequeños.

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Alejandro Manzoni ha reelaborado con genialidad la parábola de la ovejaencontrada, cuando relata los encuentros del innombrado con Lucia y el cardenalFederico Borromeo. No podemos detenernos en los capítulos XXI y XXIII de Losnovios prometidos, pero los recomendamos por su belleza. Solo apuntamos que loscapítulos giran en torno a la frase de Lucia, cuando se encuentra con el innombrado:“Dios perdona muchas cosas, por una obra de misericordia”. La afirmación le impideal innombrado el suicidarse durante una noche angustiosa, y al día siguiente llega elcardenal Federico. El cardenal, por su parte, reconoce su culpa y se reprocha quedebería haber ido a buscarlo, en vez de esperar la visita del innombrado; y he aquí larelectura de la parábola: “Dejamos a las noventa y nueve ovejas…están seguras en elmonte: ahora quiero estar con la que andaba perdida. Esas almas quizá están ahoramucho más contentas, sin ver este pobre obispo. Quizá Dios, que ha realizado enusted el prodigio de la misericordia, infunde en ellas un gozo del cual todavía nosienten la causa”.