REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION SUPERIOR
UNIVERSIDAD YACAMBU
ARAURE-EDO PORTUGUESA
Tema #4.
(Delitos contra la administración de justicia. Prevaricación.
Encubrimiento. Fuga de detenidos. Quebrantamiento de condena.)
Trabajo Monográfico.
Integrantes:
Anza. Anais C.I:15.492.258; Exp: Cjp12200051p
Ceballos. Henry C.I:11.473.369; Exp: Cjp12200053p
García. Díaz. Oscar C.I: 21.396.305; Exp: Cjp12200027p
García. Amorocho. Oscar C.I: 81.288.043; Exp; Cjp12200028p
Romero. Elioscary C.I: 20.317.779; Exp: Cjp12100079p
ARAURE, 2014
CONTENIDO
INTRODUCCION.............................................................................................3
ADMINISTRACION DE JUSTICIA...................................................................5
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA (Titulo IV C.R.B.V.)
.........................................................................................................................5
LA PREVARICACION. (Capítulo V. Código Penal).........................................6
Artículo 250.-................................................................................................7
Artículo 251.-................................................................................................7
Artículo 252.-................................................................................................7
Artículo 253.-................................................................................................7
Análisis del Tipo Penal.................................................................................8
Requisitos....................................................................................................8
Ejemplos de Prevaricación en Venezuela....................................................8
INTRODUCCION.
Este documento monográfico buscar dar una visión amplia y general
de los Delitos contra la Propiedad, específicamente referirse a los delitos
cometidos contra la Administración de Justicia, el cuales están tipificados en
nuestro Código Penal vigente desde el Titulo IV Art. #238 hasta el Art. #271 y
entre los cuales encontramos delitos tipificados como la prevaricación, el
encubrimiento, fuga de detenidos entre otros, delitos estos que por su
naturaleza son verdaderos cimientos del Estado Social y Democrático de
Derecho, pues en ellos se sustenta la posibilidad de evitar una actuación
penalmente responsable de una persona que contaminaría el buen nombre
de la Justicia. En la actualidad, por desgracia, hemos vuelto a retomar estos
temas con fuerza, por las actuaciones de ciertas autoridades, funcionarios y
terceras personas, que olvidan los fines de la Justicia y actúan a favor de
otra u otras personas determinadas, utilizando su posición para cargar sobre
la política o la economía.
ADMINISTRACION DE JUSTICIA.
La administración de justicia se concibe de forma sistémica, de hecho,
la Constitución se refiere al Sistema de Justicia del cual forman parte todos
los sujetos y órganos que participan o se relacionan con la administración de
justicia que son: “el Tribunal Supremo de Justicia, los demás tribunales que
determine la ley, el Ministerio Público, la Defensoría Pública, los órganos de
investigación penal, los auxiliares y funcionarios de justicia, el sistema
penitenciario, los medios alternativos de justicia, los ciudadanos que
participan en la administración de justicia y los abogados autorizados para el
ejercicio” (artículo 253 CRBV)
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA (Titulo
IV C.R.B.V.)
La Administración, como instrumento esencial de todo Estado para
desarrollar sus políticas, es uno de los elementos más determinantes a la
hora de conseguir la justicia para los ciudadanos, evitando que éstos se vean
tratados de forma distinta por circunstancias ajenas a las permitidas
constitucionalmente; cuando hablamos dela Administración de Justicia, como
poder del Estado, estamos ante una situación mucho más importante. En
este ámbito, los delitos contra la Administración de Justicia, en su
heterogeneidad, son verdaderos cimientos del Estado Social y Democrático
de Derecho, pues en ellos se sustenta la posibilidad de evitar una actuación
penalmente responsable de una persona que contaminaría el buen nombre
dela Justicia.
En la actualidad, por desgracia, hemos vuelto a retomar estos temas
con fuerza, por las actuaciones de ciertas autoridades, funcionarios y
terceras personas, que olvidan los fines dela Justicia y actúan a favor de otra
u otras personas determinadas, utilizando su posición para cargar sobre la
política o la economía.
Entre los diversos Delitos contra la Administración Pública tipificados
en nuestro Código Penal vigente, encontramos:
LA PREVARICACION. (Capítulo V. Código Penal Art. #250)
La prevaricación, o prevaricato, es un delito que consiste en que una
autoridad, juez u otro servidor público dicte una resolución arbitraria en un
asunto administrativo o judicial, a sabiendas de que dicha resolución es
injusta. Es comparable al incumplimiento de los deberes del servidor público.
Dicha actuación es una manifestación de un abuso de autoridad. Está
sancionada por el Derecho penal, que busca la protección tanto del
ciudadano como de la propia Administración. Para que este delito sea
punible, debe ser cometido por un servidor o juez en el ejercicio de sus
competencias.
La misión de los jueces es la de aplicar el derecho vigente al caso
concreto. El ejercicio de esa función se denomina "jurisdicción". Es decir, la
esfera o el ámbito en el cual se puede desenvolver un funcionario judicial.
Cuando un juez se aparta voluntariamente de la aplicación del derecho al
caso concreto comete un delito del derecho penal que se denomina
prevaricación.
Este delito se encuentra tipificado en el Capítulo V del Código Penal, y
comprende los cuatro artículos siguientes:
Artículo 250.- El mandatario, abogado, procurador, consejero o director que
perjudique por colusión, con la parte contraria o por otro medio fraudulento,
la causa que se le haya confiado, o que en una misma causa sirva al propio
tiempo a partes de interés opuestos, ser castigado con prisión de cuarenta y
cinco días a quince meses y suspensión del ejercicio de su profesión por
tiempo igual al de la condena.
Cualquiera de los individuos arriba indicados, que después de haber
defendido a una de las partes, sin el consentimiento de ella, tome a su cargo
la defensa de la parte contraria, será castigado con prisión de uno a tres
meses.
Artículo 251.- Los mandatarios, apoderados o defensores especificados en
el artículo precedente que, en causa criminal y fuera de los casos previstos
en el mismo artículo, perjudiquen maliciosamente al enjuiciado que
defienden, serán castigados con prisión de quince días a dieciocho meses y
suspensión del ejercicio de su profesión por tiempo igual al de la condena.
Si el defendido estaba encausado por algún delito que merezca pena
corporal de treinta meses o más, la pena de prisión será por tiempo de
dieciocho meses a dos años.
Artículo 252.- Los Fiscales o Representantes del Ministerio Público que, por
colusión con la parte contraria o por cualquier otro motivo fraudulento, pidan
indebidamente la absolución o la condena del enjuiciado o el sobreseimiento
de la causa, serán castigados con prisión de tres a dieciocho meses.
Artículo 253.- Cualquiera de los individuos a que se refiere el artículo 251
que se haga entregar de su cliente dinero u otras cosas, a pretexto de
procurar el favor de testigos, peritos, interpretes, Representantes del
Ministerio Público, magistrados o conjueces que hubieren de decidir en la
causa, será castigado con prisión de uno a tres años y suspensión del
ejercicio de su profesión por tiempo igual al de la condena.
Análisis del Tipo Penal
Este tipo penal es un delito que tiene como bien jurídico protegido a la
ADMINISTRACIÓN DEJUSTICIA, en consecuencia la comisión de dicho
ilícito sólo afecta al Estado como garante de esa función pública que se
resume en impartir Justicia, no pudiendo un particular usurpar la cualidad de
víctima cuando la misma solo esta conferida al Estado Venezolano.
Requisitos
La prevaricación tiene los siguientes requisitos:
La persona que realiza la prevaricación debe ser una autoridad o
funcionario.
La persona prevaricadora debe estar en el ejercicio de su cargo.
Que la resolución injusta se dicte sabiendo que lo es. Debe existir
dolo.
Ejemplos de Prevaricación en Venezuela.
Es de esta manera como queda explanado en sentencia N° KP01-P-2003-
000599, un claro ejemplo de Prevaricación:
“oída como fueron los testigos en el presente asunto así como las pruebas
documentales que fueron leídas por parte de la secretaria del Tribunal como
lo fue las sentencias del tribunal de primera instancia en lo civil y el tribunal
de segunda instancia en lo civil; y los poderes otorgados al acusado, el
ministerio público acusó en este caso por el delito de prevaricación, la norma
para este delito establece que el abogado debe dar un mínimo de seguridad
a las partes que representa, sabemos que este es un delito en contra de la
administración de justicia, en donde se afectó el interés de la misma, y en
donde se perjudicó la empresa PACA Sanare el acusado traicionó la
confianza que le dio la empresa, es decir que se dio la colusión cuando el
abogado representó a los ciudadanos que en un momento dado ya habían
tenido un litigio previo con la empresa, el delito en este caso se configuró por
lo que el ministerio público solicita se le imponga la pena que establece la
Ley; es todo. “En merito a las consideraciones que anteceden, este tribunal
unipersonal de Juicio número 6 del Circuito Judicial Penal de la
Circunscripción Judicial del estado Lara, en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley encuentra culpable al
ciudadano Orlando Antonio Escalona Piñero, por les hechos ocurridos y
demostrados en juicio y en consecuencia se condena por la comisión del
delito de prevaricación, previsto y sancionado en el artículo 251 del Código
Penal Venezolano.”…
ENCUBRIMIENTO
(Código Penal. Capítulo VI. Art #254)
En el lenguaje ordinario se viene entendiendo por encubrimiento la
acción de tapar u ocultar alguna cosa siendo sinónimo de camuflar o
disimular; sin embargo, en un sentido técnico jurídico, el encubrimiento es el
acto realizado por una persona, que sin tener participación en un hecho
delictivo cuya comisión conoce, bien auxiliándole para que se aprovechen de
los efectos del delito, bien desarrollando una actividad de ocultamiento de los
instrumentos y efectos del mismo, bien ayudando a los responsables del
delito a eludir la acción de la Justicia.
Prescribe el artículo 254 del Código Penal:
Serán castigados con prisión de uno a cinco años los que, después de
cometido un delito penado con presidio o prisión, sin concierto anterior al
delito mismo y sin contribuir a llevarlo a ulteriores efectos, ayudan sin
embargo a asegurar su provecho, a eludir las averiguaciones de la autoridad
o a que los reos se sustraigan a la persecución de ésta o al cumplimiento de
la condena y los que de cualquier modo destruyan las huellas o indicios de
un delito que merezca las antedichas penas.
Según Rodríguez Devesa, son dos las causas de encubrimiento: «el
favorecimiento y la receptación», El favorecimiento, que «comprende las
conductas de prestar ayuda a los delincuentes para eludir la acción de la
justicia o aprovecharse de los efectos del delito», en tanto que la receptación
consiste en «beneficiarse el encubridor por sí mismo de los referidos
efectos»
Análisis del Tipo Penal.
Para la comisión del delito en estudio se requiere que se haya
cometido con anterioridad un delito que merezca pena de presidio o de
prisión. Por delito cometido debe entenderse delito agotado, es decir, el
delito en el cual la actividad del agente ha sido plenamente cumplida. Por
consiguiente, si el delito que se encubre es uno de naturaleza permanente o
un delito continuado y un individuo interviene en aquél durante la
permanencia, como si, por ejemplo, toma a su cargo la custodia del sujeto
pasivo de un secuestro, habrá coautoría y no encubrimiento; y si en el delito
continuado interviene para ayudar al sujeto activo entre una y otra de las
varias violaciones de una misma disposición legal que lo configuran, como
ocurriría cuando excitara a un sirviente doméstico que ha hurtado ya dinero a
u n patrono en varias ocasiones, para que hurte una vez más, tampoco habrá
encubrimiento, sino complicidad en el hurto.
Es indispensable, además, que no haya habido concierto anterior al
delito consumado, con el autor del mismo, y que no se contribuya a llevar
dicho hecho delictuoso a ulteriores efectos.
La acción en este delito puede consistir también en prestar ayuda
para que el agente asegure el provecho del delito, para que eluda las
averiguaciones de la autoridad, para que se sustraiga a la persecución de
ésta o a la condena, mediante la destrucción o alteración de las huellas o
indicios de un delito que merezca una u otra de las predichas penas.
La ayuda del encubridor ha de ser positiva; o mejor dicho: debe
consistir en una actividad, en un hacer, y no en inactividad o en un no hacer,
como que el encubrimiento es activo siempre, nunca pasivo o inactivo.
El texto del artículo 254 no indica a quién ha de ayudar el agente «a
asegurar el provecho del delito o a eludir las averiguaciones de la autoridad»,
aunque sí expresa que es a los reos a los que ha de ayudar a que se
sustraigan a la persecución de ésta o al cumplimiento de la condena; pero el
vocablo reos no se refiere propiamente a los condenados, ni a los culpables,
ni a los autores reales del delito, por cuanto el favorecido puede ser un
simple indiciado, y aun un simple sospechoso; y siempre habrá
encubrimiento, porque también con la ayuda a éstos se dificultará u
obstaculizará la acción de la justicia.
No es necesario que el agente conozca al autor del delito, sino que es
posible encubrir a un desconocido. La ayuda a que se refiere la
disposición legal que se examina puede ser prestada en cualquier
forma, ya que como tal debe considerarse toda colaboración
adecuada al logro de alguno de los expresados objetivos.
El encubrimiento se consuma en el mismo momento en que se presta
ayuda al autor del delito principal, háyase alcanzado o no el objetivo
perseguido.
Es admisible la tentativa.
El encubrimiento es imputable a título de dolo genérico, representado
por la consciente voluntad de ayudar a alguien contra el que actúa la
justicia a lograr alguno de los objetivos indicados en el artículo que se
estudia. No es indispensable que el encubridor conozca la condición
de reo del encubierto: es suficiente que sepa-y hasta que presuma-
que la acción de la justicia se dirige contra él.
El artículo 255 establece que:
Cuando la pena que debiera imponerse, según el artículo anterior,
excediere de la mitad de la correspondiente al delito mismo cometido por la
persona a quien el encubridor trata de favorecer, se rebajará aquélla a dicha
mitad.
En este artículo se cuidó el legislador de evitar que el encubridor fuese
castigado en ningún caso con pena que excediera de la mitad de la
correspondiente al favorecido o encubierto. Acaso sin proponérselo,
estableció para el encubrimiento la reducción a la mitad de la pena asignada
al delito principal; y por ello cuando, según el artículo 254, resulta una pena
mayor de la mitad del delito cometido, deberá reducirse a ella. Si la sanción
fuere menor, se aplicará sin modificación alguna.
El artículo 256 establece:
Cuando los actos previstos en el artículo 254 tengan por objeto encubrir un
hecho punible, castigado con penas distintas a las de presidio y prisión, se
castigarán a aquéllos con multa de un mil unidades tributarias (1.000 U.T.) a
tres mil unidades tributarias (3.000 U.T.), si el encubrimiento fuere de los
delitos; y de cincuenta unidades tributarias (50 U.T.) a doscientas unidades
tributarias (200 U.T.), si fuere de faltas.
Luce infundada esta discriminación, pues en el Código Penal venezolano
existen faltas que tienen asignadas penas más severas que algunos delitos.
El último artículo de este Capítulo, el 257, declara no punible al encubridor de
sus parientes cercanos.
Se trata de otro caso de no exigibilidad de otra conducta que el legislador
ha establecido expresamente.
Conviene recordar aquí -según se expuso antes- que el artículo 219
determina los parientes que la ley considera cercanos: el cónyuge, los
ascendientes, los tíos y sobrinos, los hermanos y los afines en el mismo
grado.
FUGA DE DETENIDOS Y QUEBRANTAMIENTO DE
CONDENAS.
Fuga.
Según el artículo 258 del Código Penal, comete el delito de fuga
«cualquiera que, hallándose legalmente detenido, se fugare del
establecimiento en que se encuentra, haciendo uso de medios violentos
contra las personas o las cosas».
La evasión simple de un individuo legalmente detenido; es decir, la
que éste realiza sin violencia ni fractura, aprovechando el descuido o
negligencia de sus carceleros o guardianes, no configura delito alguno. El
uso de medios violentos contra las personas o las cosas son, según la
legislación venezolana, condiciones objetivas de punibilidad del delito que se
examina.
Se trata, desde luego, de un delito de sujeto activo determinado, como
que sólo puede ser cometido por quien se encuentra legalmente detenido.
Del requisito ya expresado que el fugado debe hallarse legalmente
detenido, se concluye, por argumento ad contrarium, que no incurre en el
delito de fuga el que, encontrándose sometido a detención ilegal, recobra su
libertad.
Con esta disposición legal el legislador protege el interés público
inherente al sometimiento de los particulares a la administración de la
justicia, por la necesidad y conveniencia de que la libertad personal de los
mismos permanezca restringida en la forma que haya establecido la
autoridad competente.
El momento consumativo es aquel en que el detenido recobra su
libertad, aunque el mismo sea recapturado inmediatamente. Por tratarse de
un delito material, es admisible la tentativa, puesto que el agente puede ser
sorprendido durante la ejecución del hecho, como sería el caso de que,
después de haber subido una escalera hasta alcanzar la altura del muro
perimetral del establecimiento en el cual se encuentra recluido, es obligado
por los guardianes a bajar al interior de aquél. También es admisible la
frustración.
El hecho es imputable a título de dolo genérico, representado por la
consciente voluntad de evadirse del lugar en donde se encuentra recluido.
La pena es de prisión por tiempo de cuarenta y cinco días a nueve
meses.
El artículo 259 establece:
Los sentenciados que hubieren quebrantado su condena de presidio,
prisión, expulsión del espacio geográfico dela República, relegación a colonia
penitenciaria, confinamiento o arresto, y lo ejecutaren con cualquiera de las
circunstancias de violencia, intimidación, fractura de puertas, ventanas,
paredes, techo o suelo, empleo de llaves falsas, escalamiento o cualquiera
otra circunstancia agravante que no sea la simple fuga, sufrirán, según la
naturaleza y número de estos hechos concomitantes, una a agravación de
pena de la misma especie, entre una quinta y una cuarta parte de la
principal, ajuicio del Tribunal.
Si la fuga se hubiere efectuado sin ninguna de las circunstancias a
que se contrae el párrafo anterior, la agravación de la pena no pasará de una
octava parte de la principal. Si la condena quebrantada fuere la de expulsión
del espacio geográfico dela República, el condenado, que en todo caso será
puesto fuera de ella, lo será a su costa, si tuviere bienes.
Las condenas cuyo quebrantamiento sanciona este artículo son las
consistentes en las penas privativas de la libertad: presidio, prisión y arresto;
y las restrictivas de ella: expulsión del territorio dela República, relegación a
colonia penitenciaria y confinamiento. Las penas privativas de la libertad y la
de relegación a colonia penitenciaria se quebrantan mediante la fuga o
evasión; la de confinamiento, con la salida de la jurisdicción del Municipio
señalado en la sentencia que aplique dicha pena, el cual ha de estar a no
menos de cien kilómetros de distancia del lugar en donde se haya cometido
el delito; y la de expulsión, con el regreso al territorio nacional antes del
vencimiento del tiempo por el cual ha sido impuesta la sanción.
El delito que se estudia puede ser violento o no: el primero se perpetra
cuando el sentenciado quebranta una cualquiera de las condenas a las
penas privativas o restrictivas de la libertad preindicadas por medio de
violencia, intimidación, resistencia con armas, fractura de puertas, ventanas,
paredes, techo o suelo, empleo de llaves falsas, escalamiento o cualquiera
otra circunstancia agravante que no sea la simple fuga, y entonces el agente
sufrirá una agravación de pena de la misma especie de la que ha ya estado
cumpliendo, entre una quinta y una cuarta parte de la principal-según la
naturaleza y número de tales hechos concomitantes- a juicio del Tribunal.
Pero, si la fuga se efectúa sin ninguna de las circunstancias antes
mencionadas, la agravación de la pena no podrá ser mayor de la octava
parte de la principal. Y «si la condena quebrantada fuere la de expulsión del
territorio dela República, el condenado, que en todo caso será puesto fuera
de ella, lo será a su costa, si tuviere bienes».
El artículo 260 establece:
Los inhabilitados políticos o para ejercer profesiones, o los destituidos
que ejercieren el empleo o profesión contra el tenor de la sentencia, serán
condenados, como agravación de pena, a un arresto de uno a doce meses o
a una multa de quinientas unidades tributarias (500 U.T.) a mil quinientas
unidades tributarias (1500 U.T.), a juicio del Tribunal.
El artículo 261 establece: Si el quebrantamiento de la condena fuere
en el caso de suspensión de empleo, el recargo de pena será una multa
entre doscientas cincuenta unidades tributarias (250 U.T.) y un mil unidades
tributarias (1.000 U.T.). Y el artículo 262 dispone que «si lo fuere en los
casos de sujeción a la vigilancia de la autoridad pública o de caución, en el
primero, por recargo de pena, se aumentará el tiempo de vigilancia, y en el
otro el tiempo de arresto si lo hubiere, hasta una tercera parte de estas
mismas penas, ajuicio del Tribunal.
La acción consiste en quebrantar la condena, y esto ocurre cuando el
condenado a presidio, prisión, relegación a colonia penitenciaria,
confinamiento o arresto, se fuga del establecimiento penal en el que
estuviere recluido, de la colonia en la cual estuviese relegado o del Municipio
al que haya sido confinado; cuando el expulsado del territorio dela República
haya vuelto a él; cuando el inhabilitado político o para ejercer su profesión o
el destituido ejerzan el empleo o la profesión, «contra el tenor de la
sentencia»; cuando el suspendido del empleo ejerza éste antes de haber
transcurrido el tiempo de la condena, cuando el sometido a la vigilancia de la
autoridad no dé cuenta a los Jefes Civiles o Prefectos de los Municipios
donde resida o por donde transite, de su salida y llegada a éstos, o cuando el
condenado a dar caución, no la preste.
Por consiguiente, el sujeto activo de todos y cada uno de estos delitos
no es, entonces, un simple detenido, sino un condenado, es decir, un
individuo que se encuentra cumpliendo la pena que le ha sido impuesta, en
sentencia definitivamente firme por la autoridad judicial competente.
El delito se consuma en el momento en que el agente ejecuta la
acción respectiva, conforme la anterior especificación.
Es posible la tentativa.
El quebrantamiento de condena es punible a título de dolo genérico.
El artículo 263 prescribe: «Aun cuando haya varios quebrantamientos
de condena, en ninguno de los casos de los artículos anteriores de este
Capítulo, podrá exceder la pena corporal recargada del tiempo de veinte
años».
Como puede observarse, en este artículo no se tipifica delito alguno;
se limita sí a fijar en veinte años el límite máximo de la pena corporal
aplicable en los casos de los artículos anteriores.
«El que de alguna manera procure -dice el artículo 264- o facilite la
fuga de un preso, será penado con presidio de uno a dos años, teniéndose
en cuenta la gravedad de la inculpación o naturaleza y duración de la pena
que le quede por cumplir al fugado. Si para procurar o facilitar la evasión, el
culpable ha hecho uso de alguno de los medios indicados en el articulo 258,
la pena será de dos a cuatro años de presidio, cuando la fuga se lleve a
cabo; y cuando ésta no se verifique, será de uno a dos años de presidio. En
uno u otro caso deberá tener en cuenta la gravedad de la inculpación o la
naturaleza y duración de la pena aún no cumplida. Si la persona culpable es
pariente cercano del preso, la pena quedará reducida de una tercera parte a
la mitad, según la proximidad del parentesco».
La acción consiste en procurar o facilitar la fuga de un preso. Los
verbos usados por el legislador no son sinónimos: procurar es hacer
diligencias o esfuerzos para lograr una cosa; facilitar significa hacer posible
la ejecución de un hecho o la consecución de un fin. Se trata, por
consiguiente, de un delito por comisión, ya que entraña una conducta activa,
un hacer: se requiere para su consumación que se ejecute una acción.
Ejemplos de esa conducta activa sería facilitar ropa corriente al recluso
condenado para sustituir el «meleco» o traje que debe llevar en el
establecimiento penitenciario entregarle una lima o una segueta para cortar
los barrotes de las celdas. N o se concibe la perpetración de este delito por
omisión, por no hacer.
Sujeto activo puede ser cualquiera que no sea funcionario público que
tenga el encargo de conducir o custodiar al detenido o sentenciado evadido,
pues este caso está contemplado en el artículo siguiente. Podrá serlo, en
cambio, otro detenido o condenado siempre que no obre con la intención de
evadirse él mismo, porque entonces sería coautor, aunque la evasión se
quede en el grado de tentativa o de frustración.
El medio de comisión puede ser cualquiera que resulte adecuado para
procurar o facilitar la fuga: así lo establece expresamente el artículo que se
examina.
El momento consumativo es el mismo en que ocurre la fuga, porque si
ésta no llega a consumarse, no podrá hablarse de evasión procurada o
facilitada. Habría tentativa si se ha comenzado el proceso ejecutivo por
medios apropiados y se interrumpe sin haber realizado todo lo necesario
para consumar la evasión, por causas ajenas a la voluntad del agente; y
habría frustración si, después de haber realizado el recluso, con la
colaboración del que ha procurado o tratado de facilitar la fuga, todo lo
necesario para perpetrar aquel delito, es sorprendido y capturado por algún
guardián en el instante en que se disponía a ganar la calle.
Prescribe el artículo 265:
El funcionario público que, encargado de la conducción o custodia de
un detenido o sentenciado, procure o facilite de alguna manera su evasión,
será penado con presidio por tiempo de dos a cinco años.
Si para procurar o facilitar la evasión, el culpable coopera en los actos
de violencia de que habla el artículo 258, o si para ello ha dado armas o
instrumentos o no ha impedido que se le suministren, la pena será de tres a
seis años de presidio, si la evasión se efectúa; y de uno a tres años en caso
contrario.
Cuando la evasión se haya verificado por negligencia o imprudencia
del funcionario público, éste será castigado con prisión de dos meses a un
año y si el evadido estaba cumpliendo pena de presidio, la pena será de seis
a dieciocho meses.
Para la imposición de la pena siempre se tomarán en cuenta la
gravedad del hecho imputado y la naturaleza y duración de la pena que aún
falta por cumplirse.
También en este delito la acción consiste en procurar o facilitar la fuga
de un preso; y lo mismo que en el anterior, la perpetración requiere que el
agente haga algo, pues no es concebible una evasión procurad a o facilitada
por simple omisión.
El sujeto activo ha de ser funcionario público al que, en atención a ese
carácter, le haya sido confiada la conducción o custodia de un detenido o
sentenciado.
La evasión favorecida es punible a título de dolo genérico en los casos
previstos en el encabezamiento o primera parte del artículo y en el primer
aparte; y a título de culpa, por negligencia o imprudencia, en los indicados en
el aparte segundo.
El artículo 266 dispone: «Las penas establecidas en los artículos
precedentes se aumentarán con una tercera parte cuando las violencias
previstas en los mismos artículos se hubieren cometido con armas o por
efectos de un plan concertado o si el hecho sucede en reunión de tres o más
personas».
Las circunstancias expresadas explican por sí solas la agravante
establecida.
El artículo 267 prescribe: «El funcionario público que, encargado de la
custodia o conducción de algún detenido o sentenciado le permita, sin estar
para ello autorizado, salir ni aún temporalmente del lugar en que deba
permanecer detenido o del lugar en que deba sufrir su condena, será
castigado con prisión de quince días a seis meses. En el caso de que, por
causa de aquel permiso, el detenido o sentenciado llegue a fugarse, la
prisión será de tres meses a dos años.
El sujeto activo de este delito sólo puede serlo un funcionario público
que haya sido encargado de la custodia o conducción de un detenido o
sentenciado; y la acción consiste en permitir a uno u otro de éstos, sin estar
facultado para ello, que salga, aunque sea temporalmente, «del lugar en que
debe permanecer detenido o del lugar en que debe cumplir su condena».
El sujeto activo de este delito ha de ser un funcionario público que
haya sido encargado de la custodia o conducción de algún detenido o
sentenciado. La acción consiste en conceder permiso, sin estar autorizado a
cualquiera de aquéllos para salir, aunque sea temporalmente, del lugar en
donde debe permanecer detenido o del que debe sufrir su condena.
Los artículos 268 y 269 establecen una apreciable reducción de pena -
a la quinta parte ambos- el primero, para «cuando el fugado se constituya
espontáneamente prisionero», caso en el cual la rebaja será de cualquiera
de las penas previstas en los artículos anteriores del Capítulo; el segundo, en
favor del funcionario «que, siendo culpable de los hechos respectivamente
previstos en el segundo aparte del artículo 265, haya logrado, dentro de los
tres meses siguientes a la fuga, la captura de los evadidos o su presentación
a la autoridad». Pero no podrán acumularse las dos reducciones, desde
luego.
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